ADVIENTO

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Hermanos. Con el Adviento iniciamos un nuevo año litúrgico, ocasión propicia para
disponer nuestro espíritu con esperanza renovada, atentos y vigilantes para vivir este
tiempo de la mano de María, primera consagrada.

Dios sigue actuando en nuestra historia y nos llama hoy a la colaboración y al

discernimiento unánime, para ser profetas al servicio de la iglesia, en vista del reino que
viene. Paso a paso, durante cuatro semanas, intensificaremos nuestra oración,
prepararemos sus caminos para que su venida nos traiga la verdadera alegría y esperanza
cristiana.

ORACIÓN UNIVERSAL

Queridos hermanos: Con la mirada puesta en la venida gloriosa de Jesús, oremos juntos
al Padre del cielo, seguros de ser escuchados, diciendo:

- Padre misericordioso, escúchanos.

1. Para que toda la Iglesia en unión con el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos,
religiosos y laicos, mantenga viva la esperanza en el regreso de Jesús durante toda su
peregrinación por este mundo y siga siendo signo universal de salvación. Oremos.

2. Para que nuestros gobernantes pongan al servicio los carismas que han recibido de
Dios, y así sean cada vez mejores servidores de los pueblos obrando con justicia y
rectitud. Oremos

3. Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación se transformen en

instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres. Oremos.

4. Para que quienes se sienten agobiados por la enfermedad, la pobreza, la cárcel, el

desplazamiento o por cualquier otro motivo, encuentren en Jesús una luz de
esperanza que los llene de optimismo. Oremos.

5. Para que los que creemos en Dios seamos solidarios hermanos de todos y logremos
permanecer vigilantes y firmes hasta el final. Oremos.

Dios y Señor nuestro, que nos ofreces un tiempo de gracia con este nuevo Adviento; haz
que vivamos siempre en vela, aguardando el día de la venida de tu Hijo Jesucristo. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos

Amén.