Vous êtes sur la page 1sur 2

¿Cómo una marcha de migrantes puede afectar la economía de

Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos?

Por: Lilian María Barahona Lobo

“La pobreza no es un accidente, es una obra humana y puede ser eliminada mediante
acciones de los seres humanos”.
-Nelson Mandela
Hace unos 70,000 años se inició un proceso constante como condición natural de vida, tuvo sus
inicios desde África hacia Asia, y luego al resto del mundo, a este sistema se le denomina
migración, actualmente al analizar la migración es inevitable remontarnos a los periodos
históricos que dieron procedencia al presente movimiento cultural, económico, geográfico y
político; por ende, debo confesar que considero todos somos migrantes y escribir sobre ello es
polémico, así que abordaré tan sólo algunas cuestiones escogidas por las que tengo un especial
interés...
Las migraciones son un tema que le corresponde a todo el mundo, puesto que junto con los
nacimientos y las muertes forma parte de los fenómenos demográficos que tienden a
incrementarse cada vez más, surge como respuesta a la necesidad de generar riqueza y al no
encontrarla en nuestro país la buscan en otros países.

“Es alarmante que haya 57 millones de niños privados de educación, y esos niños no quieren
un IPhone, una Xbox, una PlayStation, un chocolate; ellos sencillamente quieren comida, un
libro y un bolígrafo”
-Malala Yousafzai

La globalización ha introducido las políticas neoliberales, liberación de mercados, tratados de


libre comercio, unión aduanera, dolarización, privatización de entes públicos, concesiones de
los recursos naturales y zonas especiales de desarrollo, pero estos sucesos no han beneficiado
a los países del “triángulo norte” notando que a través del tiempo los habitantes nos vemos
sumidos en la pobreza y desigualdad, niveles precarios de desarrollo, bajos niveles de
educación y acceso a salud, problemas de gobernabilidad, falta de transparencia y corrupción,
violencia, muerte, impunidad, deterioro de los derechos humanos y deterioro del medio
ambiente.
Según la Organización Internacional para las Migraciones hay 800,000 ciudadanos hondureños
en Estados Unidos, y en el mes de octubre de 2018 se está dando un fenómeno que quedará
plasmado en la historia de Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos, se manejan cifras
récord de 7,000 hondureños que han emigrado en forma de “caravana” rumbo a Estados
Unidos, sin dinero, sin orientación, sólo con la búsqueda de mejores oportunidades se
sometieron a esta travesía, personas adultas mayores, mujeres embarazadas y niños, familias
completas emprendieron este viaje y como hondureña me invade la aflicción, y al mismo tiempo
la rabia.
Sin enfocarnos en el aspecto político, es momento de poner un alto al declive económico
centroamericano, si la calidad de vida estuviese en buenas condiciones como lo argumentan
datos que se presentan entonces el hondureño no tendría necesidad de huir.

La economía nacional se ve favorecida por las remesas que se reciben, generando inversión,
en el exterior los migrantes ejercen trabajos con un salario bajo, además incrementan la
demanda de productos y servicios, ellos aportan desarrollo de la economía más grande del
mundo, éste es un dato ignorado y obnubilado por gran parte de los analistas del fenómeno
migratorio. Con base en la estimación del valor del PIB generado por la fuerza de trabajo de
2000 - 2015, 40.8% del crecimiento del PIB obedeció a la contribución de los migrantes.

La movilización migratoria que se está viviendo trae consecuencias no sólo para Estados Unidos
donde se incrementará la demanda laboral si estas personas llegasen como es su objetivo;
también afecta a Guatemala y México, países que se utilizan como puente en este intento de
búsqueda del sueño americano, muchos guatemaltecos se sumaron, recalcando que la realidad
nacional en su país es similar a la nuestra, no podemos descartar que muchos hondureños se
quedarán en estos dos países, alterando directamente su economía principalmente por el medio
de mayor demanda laboral.
Otra consecuencia negativa es la amenaza de Estados Unidos que ya se pronunció de manera
clara: “No más ayuda económica para Guatemala y Honduras, y México debe detenerlos para
no sufrir este efecto”.

Pero ¿Qué pasa con los hondureños que seguimos en nuestro país?
Las personas que emprendieron ese viaje están en el grupo de personas desempleadas, sin
acceso a la educación ni salud, se producirá una baja en la demanda de productos y servicios,
traducido a un exceso de oferta, esto generará una baja en el nivel de producción y esperando
relativamente bajada de los precios.

La presión de la población marginada, y excluida genera desequilibrio económico, la solución


no es detenerlos, la solución es ofrecer calidad educativa, mejorar el sector salud, formar un
verdadero ambiente de seguridad, utilizando las remesas para la creación de fuentes de trabajo
y así una cadena desarrolladora; tenemos que tratar el problema desde la raíz, impidiendo la
corrupción, despertando ante el desastre económico nacional que desde muchos años ha sido
un manjar para los políticos.

Vous aimerez peut-être aussi