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COSMOLOGIAS DEL CAPITALISMO:

EL SECTOR TRANS-PACIFICO DEL «SISTEMA MUNDIAL» (")

MARSHALL SAHLINS (*"')

El 20 de Noviembre de 1839, el Reverendo Jolm compelido a hacer tal armación porque, en el auge
Williams, de la London Missionary Society, fue de la teoría del Sistema Mundial. parecía que solo que-
muerto poco después de fondear en la bahia Dillon, daba para la antropología la tarea de hacer una etno-
en Eromanga, una de las islas del archipiélago de las grafia global del capitalismo.
Nuevas Hebridas. Famoso en aquel entonces como el En dicha teoría se presume que las otras socie-

«Apóstol de Polinesia», Williams fue abruptamente dades ya no actuarían confonne a sus propias «leyes
martirizado por ciertos melanesios, supuestamente en de movimiento», y que no habría «estructura» o sis-
una ciega venganza por los ultrajes que les habían in- tema algunos, excepto los dados por la dominación ca-

igido negociantes de sandalo blancos. Así reza la des- pitalista occidental. Mas, ¿no serán tales ideas la misma
cripción piadosa _del acontecimiento, la cual, dominación bajo una forma académica?. Es como si
calicandolo como «asesinato» y a los melanesios como el Occidente, habiendo invadido materialmente las vi-
«salvajes», inscribe, caraeterísticamente, las acciones das de los otros, ICS negase ahora intelectualmente cual-
de los isleños en las nociones de los occidentales. quier integridad cultural. La teoría del Sistema mundial
La tradición historiográca de tales incidentes se se toma, así, la expresión superestnrctural del mismo
ha perfeccionado desde entonces, pero no al punto de imperialismo que desprecia el mismo imperialismo que
deshacerse de la virtud cristiana de entender a los me- desprecia: la auto-consciencia del propio Sistema Mun-
lanesios a partir de la
premisa de que no fueron ellos dial.
quienes tiraron la primera piedra. Como si ellos no pu- Entre tanto; ¿por qué sucede lo mismo en el li-
diesen tener sus propias razones o actuar con violen- bro doctoral de Wolf?. ¿Por qué es que apenas se men-

cia por iniciativa propia. Poco importa que el sentido ciona el modo en que lospueblos nativos trataron de
indígena de la muerte de Williams -que, en sus deta- organizar aquello que los afectaba en los ténninos de
lles eeremoniales, recuerda extrañamente a la caída del su propia cultura?. Wolf nos invita a ver a los Mun-
Capitán Cook en Hawai- parezca haber sido nada me- durucu y los Meo como agentes históricos, pero lo que
nos que el de un deicidio. En casi todos los relatos eu- en verdad muestra es como esos pueblos «fueron atraí-
ropeos de estos eventos, los isleños no tiene nada que dos al sistema más amplio, para sufrir su impacto y
hacer, excepto reaccionar a la presencia determinante tomarse sus agentes». Un problema evidente aquí es
del extranjero. El principio explicativo es, como ha la nostalgia de Wolf por el utilitarismo marxista pri-
dicho Dorothy Shineberg, que «debe haber un hom- vilegiado por muchos teóricos del Sistema Mundial.
bre blanco por detrás de todo hombre negro». Me refiero a la idea instrumental de la cultura con-

Claro está que invoco el destino del misionero de cebida como reflejo del «modo de producción»,
un

un modo metafórico, para unirme al coro antropoló- como un conjunto de apariencias asumidas por fuer-
gico de protestas contra la idea de que la expansión zas materiales que, de algún modo, poseen su propia

global del capitalismo occidental (o el llamado Sistema racionalidad y necesidad. De aquí surge la contradic-
Mundial) hizo de los pueblos colonizados y «perifé- ción que netitraliza todas las buenas intenciones antro-
ricos» objetos pasivos y no autores de su propia his- pológicas. Por un lado, Wolf deende el papel lmstórieo
toria, y de que dicha expansión transfomió, análo- activo de una sociedad, lo que debe signicar el modo
gamente, la cultura de esos pueblos en bienes adulte- como tal sociedad moldea, a través de sus propias con-
rados a través de relaciones económicas tributarias. En cepciones, las circunstancias materiales que le son im-
Europe and the people without history Eric Wolf se puestas. Por otro lado, Wolf aboga por una teoría
ve forzado a argumentar que es necesario prestar ima cultural que supone que las concepciones de una so-
atención mayor pueblos, y que ellos son, de
a estos ciedad son función de sus circunstancias materiales.
hecho, seres históricos, algo mas que las «víctimas y Necesitamos considerar más seriamente la concepción
testigos silenciosos» de su propia sumisión. Wolf fue de Marx de la produccción como la apropiación de la

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Conferencia presentada a la XVl Reunión Brasileña de Antropología. Campiñas, 27 al 30 de marzo de 1988.

“"'
Universidad de Chicago
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naturaleza dentro y a través de una determinada fonna modos en que ellos articularon culturalmente lo que
de sociedad. Se sigue, por lo tanto, que un modo de les estaba aconteciendo. En segundo lugar, porque la
producción, en si mismo. especica a ningún or-
no diversidad, a pesar de las terribles pérdidas que viene
den cultural -a no ser propio orden, en cuanto
quc su sufriendo, no está muerta, sino que persiste en la es-
producción. sea culturalmente especicado. Y, en lo tela de la dominación occidental. (Tal vez deberíamos
que se reere al encuentro intercultural, habremos de agregar «post-occidentalismo- a la corriente post-
un

examinar como los pueblos indígenas intentan integrar modema de post-ismos, que constituye la moda actual).
la experiencia del sistema mundial en algo que es ló- En efecto, respetables investigadores sostienen que la
gica y ontológicamente mas inclusivo: su propio sis- historia mundial, desde cerca de 1860, ha sido mar-
tema del mundo. cada por el desarrollo simultáneo de la integración glo-
El problema es como evitar la reducción del en- bal y la diferenciación local.
cuentro intercultural a una sica, por un lado, y a una De este proceso, deseo enfocar aquí el sector del
teleología, por el Es
preciso escapar de la per-
otro. Pacíco y, en especial, el período que va de media-
cepción vulgar de la economía
global, que la ve -simple dos del -siglo XVIII a mediados del siglo XIX, con el
y mecánicamente- como lll] conjimto de fuerzas ma- n de mostrar como los pueblos de las islas y de los
teriales. asi como de su corolario, las descripciones continentes asiático y americano adyacentes organi-
de historias locales presentadas invariablemente como zaron el impacto del capitalismo y, consecuentemente,
crónicas de corrupción cultural. Es verdad que, un si- hicieron el curso de la historia mundial. En parte, el
glo después del descubrimiento de las Islas Sandwich título «Cosmologías del Capitalismo» proviene de la
por el Capitán Cook, empresarios norteamericanos observación de que, en las Islas, los bienes -y hasta
ocupaban la región y trasformaban a los hawaianos en las personas- occidentales son frecuentemente incor-
un proletariado rural. Pero no es verdad que el curso porados como fuerzas indígenas, en una especie de ho-
de la historia hawaiana, desde 1778, haya sido gober- menaje neolítico a la Revolución Industrial.
nado por esta nalidad, o que haya consistido en la Mercaderías europeas aparecen como señales de be-
mera substitución de relaciones polinesias por relacio- necios divinos y concesiones míticas obtenidas atra-
nes burguesas. Las Islas, al contrario, asistieron a un vés de intercambios y ostentaciones ceremoniales que
período signicativo de desarrollo indigena, cuando constituyen, también, sacricios dictados por la cos-
los jefes se apropiaron de las mercaderías occidenta- tumbre. Así, «desde
el punto de vista nativo», la ex-
les en favor de sus propios proyectos liegemónicos -lo plotación por el sistema mundial puede representar un
que signica-, en favor de concepciones tradicionales enriquecimiento del sistema local. A pesar de haber
de su propia divinidad. Si, mas tarde. el Hawai su- una transferencia lucrativa de fuerza de trabajo para
cumbió rápidamente a las presiones del imperialismo, la metrópoli, a través de valores de cambio desigua-
fue precisamente porque los efectos del—comercio ex- les, los pueblos de las tierras remotas adquieren más
tranjero fueron ampliados por su incorporación en una bienes, de extraordinario valor social, con menos es-

competencia polinesia por poderes celestiales. Esto fuerzo de lo que jamás hubieran podido en los tiem-
acontece repetidamente en la moderna historia del pos de sus ancestros, Se suceden entonces las mayores
mundo: las fuerzas capitalistas se realizan en otras for- estas, intercambios y sesiones de canto que jamás ha-
mas y nalidades, en lógicas culturales exóticas, muy yan acontecido. Y como esto signica una actunula-
distantes del fetichismo de la mercancía nativo de Eu- ción máxima de benecios divinos a través de poderes
ropa. «En nuestros objetos {occidentales} -dice un re- sociales humanos, el proceso es, en su totalidad, un

lato de las tierras altas de Nueva Guinea- «ellos desarrollo en los términos de la cultura en cuestión.
perciben múltiples posibilidades de satisfacer necesi- .- No se trata de «atraso», excepto desde una pers-
dades con las que los fabricantes jamás soñaron» pectiva burguesa occidental. Ni se trata tampoco de
(Lederman). De esta manera, el sistema mundial no «conservadurismo»: hay, ciertamente, una continui-
es una fisica de relaciones equilibradas entre el dad cultural, pero la mayor continuidad puede con-
«impacto» económico y las «relaciones» culturales. Los sistir en la lógica del cambio cultural. De cualquier
efectosespecícos de las fuerzas materiales globales manera, continuidad no es lo mismo que lnmovllidad.
dependen de los diversos modos en que son mediados «Desarrollo neo-tradicional» podria ser el témiino apro-
por esquemas culturales locales. piado para este caso, dadas las evidentes paradojas que
Más que de una fisica planetaria, se trata de una implica articular la costumbre al comercio. Sin em-
historia del capitalismo mundial, historia que dará un bargo, preero una expresión neomelanesia improvi-
doble testimonio de la autenticidad de otras formas de sada que escuche casualmente en la Universidad del
existencia. En primer lugar, por cl hecho de que cl pre- Pacico Sur, donde la palabra inglesa «development»
sente orden global fue moldeado decisivamente por los desarrollo. sonaba en una frase en pidgin como
llamados pueblos periféricos, a traves de los diversos «develop-man», desarrollo-gente. Desde la perspectiva

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de aquello que los melanesios consideran digno de los Dicho de fonna más positiva y antropológica, esta

seres humanos. se trata. en efecto, de «develop-man». es también la tesis más general de esta conferencia.
Es una auto-realización cultural en la escala material La idea general es que el sistema mundial es la ex-

-y en formas materiales ntmca antes conocidas-, pero presión racional de lógicas culturales relativas: rela-
no por eso es la simple instalación de relaciones de tivas, esto es, en los témiinos del valor de cambio. Un
mercada capitalistas. Es claro que la dependencia de sistema de diferenciasorganizadas una culturales como

la economía mundial, que posee sus propias razones división del global de fragili-
trabajo es un mercado

y su propio progreso, puede, con el tiempo, tornar vul- dades humanas, donde estas últimas pueden ser lucra-
nerable al «developman» local. Más, por otro lado. des- tivamente negociadas a través de un medio pecuniario
tino no es historia. Es posible, también, que ni siquiera común. Así como Galileo pensaba que los números
sea tragedia. Los antropólogos registran algunas for- eran el lenguaje del mundo físico. la burguesía se de-
mas espectaculares de cambio cultural indígena con- leitó en la creencia que el universo cultural es reduc-

vertidas, en nombre de la persistencua cultural, en tible a un discurso de precios -a despecho de que otros
modos de resistencia política. Así, por todo el Paci- pueblos resistieran a una y otra idea, poblando su exis-
co, mercaderes occidentales que buscaban valor de tencia con otras consideraciones. El fetichismo, por
cambio, se vieron forzados a satisfacer las demandas tanto, es una «costumbre» de la economía capitalista
locales por valor de pretigio. Pero esto se dió, en úl- mundial, en la medida en que traduce, precisamente,
timo análisis, por causa de ciertos valores de prestigio esas cosmologías y ontologias reales e históricas, esas

chinos, de los que estaba prisionero todo el comercio relaciones variadas de personas y diferentes sistemas
del mundo. Desde la apertura del comercio directo con de objetos, en un simple pidgin crematistico. Es claro
el Occidente, a comienzos del s. XVI, los chinos no que la capacidad de reducir propiedades sociales a va-

habían sido irnpresionados en modo alguno por las rna- lores de mercado es exactamente lo que permite al ca-

nufacturas europeas (ni siquiera por las últimas rna- pitalismo dominar el orden cultural. Entretanto, por
ravillas de la Revolución industrial). y habían preferido lo menos a veces, esa misma capacidad toma al ca-

quedarse con poca, pero preciosa plata a cambio de pitalismo mundial esclavo de conceptos de status, me-

sus propios bienes. Además, durante el s. XVIII. esa dios de control del trabajo y preferencias por ciertos
alergia china a las mercaderías europeas se asoció a bienes, que son locales y que él no tiene la voluntad
la creciente «manía» del té en Gran Bretaña y en sus de eliminar puesto que no sería lucrativo. Una histo-
colonias de habla inglesa, lo que resultó en un ujo ria del sistema mundial debe, por lo tanto, descubrir
de plata en dirección al Oriente -u_io cuyos efectos la cultura misticada en el capitalismo. Como famoso
repercutían en las minas de Potosí y, consecuente- escenario histórico de la explotación occidental, el Pa-
mente, en el tráfico de esclavc: africanos. Como es cífico parece ser un lugar para comenzar.
sabido, Gran Bretaña capásde superar
fue esa balanza
NEGOCIOS DE LA CHINA
comercial desfavorable que provenía de su hábito por
el té, tan sólo inigiendo a los chinos un hábito aún En septiembre de 1793, Lord George Visconde
más pesado, en la forma del opio importado de la In- Macartney, emisario del soberano bárbaro del Océano
dia -un tráco ilegal. apoyado en i839 por una guerra Occidental, Jorge Ill, que había venido a entregar tri-
imfame. butos al Emperador Celestial y ser «guiado hacia la ci-
Teniendo pocos recursos de ese tipo y poca plata vilización» por la virtud imperial -o, desde su punto
para ofrecer, norteamericanos y australianos recorrie- de vista, el Embajador Extraordinario y Plenipoten-
ron el Pacíco en busca de productos que fueran acep- ciario de Su Majestad Británica, encargado de esta-
tables en China: en ese contexto ocurre el comercio blecer relaciones diplomáticas con la China con vistas
marítimo de pieles del Noroeste americano y el de sán- a la liberación del comercio de Cantón, abriendo nue-

dalo y holottiria de las islas de los Mares del Sur. Shi- vos mercados para las mantifacttiras británicas, de las
neberg advierte que, a pesar de que los australianos que traía bellos ejemplares como presentes para el Em-
«gustaban mucho de criticar la naturaleza
supersticiosa perador Clfien-lting, en ocasión de su 3er aniversario-
de los chinos, dispuestos a comprar sándalo a precios en septiembre de i793, pues, Macartney recibió la res-
elevados para quemarlo ante sus altares». si se con- puesta ticial al mensaje de su Rey. Dirigido a un so-
sideran sus propias condiciones de comercio, «el há- berano vasallo, este famoso edicto dice:
bito colonial de beber té no era menos singular». Nosotros, por Gracia del Cielo, Empera-
Sumense a ello el tabaco y los bicncs de lujo con que, dor,
por su parte, los isleños se conformaban en cualquier ÍIISIRIÍIIIOS al Rey de Inglaterra para que se

transacción. y el comercio del Pacífico probará, como notifique de nuestro recibo.


dice Shineberg, «que la fragilidad humana no conoce Leemos cuidadosamente el texto de su

de razas». mensaje ocial... En el, su sincera humil-

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dad y obediencia pueden ser percibidas cla- Cielo. por el otro lado, en el esquema cósmico de los
tamente... británicos -como ha dicho un historiador- «el té era...
El Imperio Celestial. regente de todo lo el dios al que todo lo demás era sacricado».
que existe entre los cuatro mares, se con- La lana británica, por ejemplo, era sacricada con

centra tan solo en conducir los asuntos de pérdidas signicativas en el mercado cantones. a fm

gobierno adecuadamente, y no da valor a de obtener los créditos comerciales necesarios para la


cosas raras y preciosas... En verdad, la compra de té. (Este debe ser el origen de aquel chiste
virtud y el poder del Imperio Celestial han sobre la industria de ropa [neoyorquina] donde se de-
penetrado largamente, hasta los inmime- cía que simepre compensaban sus pérdidas en volu-
rables reinos. que vinieron a prestarle ho- men). Con todo, había algo que los Manchues -que
menaje. y así todos los tipos de cosas estaban en el auge de su poder dinástico y tenían pro-
preciosas de «mas allá de las montañas y blemas políticos a la altura de ese poder -siempre acep-
los mares» fueron reunidas aquí. taban: plata. El problema era que esa sangría continúa
Con todo. jamás dimos valor a artícu- del tesoro no agradaba en lo más mínimo a los gustos

los ingeniosos. y tampoco tenemos la me- mercantilistas de los occidentales. Durante :asi tres si-
nor necesidad de las manufacturas de su glos, la China fue una sepultura de plata europea, de
país (Cranmer-Byng). la cual jamás regresó nada: ISO millones de doblones
españoles tan sólo en el s. XVIII; y en algunos de los
Sobre el Edicto de Chien-lung ha sido dicho (nada años posteriores del mismo siglo, la cantidad de metal
menos que por Bertrand Russell), que la China no po- transportada por la Cía. de las Indias Orientales hacia
drá ser comprendida hasta tanto este documento no deje China fue casi equivalente al tributo anual de México
de parecer abstudo. No es mi intención disipar la ex- a la Corona Española. Y, a pesar de que el comercio
trañem: al contrario, comenzará por generalizarla. europeo con China era claramente complementario de
El desinterés de los chinos por los bienes euro- su comercio con América -de donde venía la plata que
peos ya venía manifestándose desde la dinastía ante- compraba el té que bebían los ingleses-, Wallerstein
rior. la Ming. desde más de 300 años atrás; y. en lo considera todo esto «verdaderamente extraño». te-

que se reere a los británicos. desde que la Honora- niendo en cuenta la «pasión por la acumulación de me-
ble Compañía de las lndias Orientales había abierto el tal» existente en Europa, y propone que se lo excluya
comercio directo, 1699. Aunque directo, este co-
en del sistema capitalista mundial, porque aparentemente
mercio era, cada vez más. controlado y restringido por era organizado en témiinos asiáticos.
la reglamentación china. Para mediados del s. XVIII. Esos términos eran evidentes, no solo en la res-

había adquirido el clásico perl de un «puerto único- puesta Ch‘ien-lung


deLEmperador a Jorge III, sino
aislado. La navegación btltánica estaba connada t! también eri casi todos los incidentes de la misión Ma-
Canton. donde los capitanes de la Compañía sólo po- cartney, y es por esta razón que me concentro en ella.
dían negociar con los mercaderes chinos autorizados, Enviado a «negociar» un tratado que. en su opinión,
quienes les transferían los innumerables impuestos y había de realizarse entre iguales, entre soberanos de
las extorsiones de los agentes imperiales de todos los estados independientes. Lord Macartney se vió cara
escalones, bajo la forma de pesadas recargas sobre los a cara -e incluso esto fue gracias a ima concesión es-

valores del negocio. Los europeos eran, socialmente pecial, ya que debería haber pennanecido con el ros-
puestos en cuarentena y ctilttiralmente dcspreciados. tro contra el suelo- con el Unico Hombre. cuyo
A pesar de todo, los ingleses se habían confor- benévolo gobierno constltuía el sustento del orden en
mado con la situación para conseguir seda, nanquím el mundo humano. Milord, que quería impresionar a
y porcelanay, cada vez más, por causa del té. En la la corte china con los poderes de su civilización
Gran bretañade mediados del s. XVIII. beber té era -representada como una extensión de las virtudes de
un hábito que se extendía a todas las clases sociales, su Rey- fue recibido por el Señor Supremo, cuya pro-
y se habla tomado -en las palabras de Lord Macartney-, pia virtud (té) era la condición de posibilidad de toda
no solamente un «lujo indispensable». al lado de otras y cualquier civilización. Con un poder tan tmiversal
«chinoiseries». sino ¡ma «indispensable necesidad vi- no podía haber tratado o negociación sino. apenas, su-

tal-. La importación de té a traves del monopolio dc misión o «visita para ser transformado-n Esto es, guiado
la Cía. de las lndias Orientales creció. en el s. Xvlll, hacia la cultura, sacado del estado caótico de barbarie
de un promedio de 75.02] libras anuales en la pri- que losingleses. en reinos tan apartados como Europa.
mera década, hasta más de 20 millones de libras anua- compartían con las más salvajes monstniosidades de
les hacia el año i800. Así, si el desprecio del la naturaleza. A través de la celebración de sacricios.
Emperador Chino por las manufacturas de los bárba- del ejemplo de su propio comportamiento y de la vir-
ros extranjeros estaba vinculado a su status de Hijo del tud de su persona. difundida por el comportamiento

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de sus representantes, el Hijo del Cielo mediaba de sentido: ocialmente, era considerado como im «favor»
forma singular entre la humanidad y la fuente celes- concedido a los bárbaros, explica Fairbanks, «el único
tial trascendente del bienestar terreno. Suyos eran los medio para que ellos participaran de la abundancia de
poderes clásicos de la jerarquía, políticamente inclu- la China».
sivos y culturalmente totalcs al mismo tiempo. Esas estructuras -como yo las llamo- aparecen
En esa tradición clásica. el fundador de la dinas- como eventos en las crónicas de la misión Macartney.
tía. en cuanto portador de un renovado Mandato del Apenas aludiré, a
ejemplo. la negativa
manera de a

Cielo, promulga un nuevo calendario, nuevos pesos por parte del Lord a inclinarse ante el emperador (la
y medidas y una nueva escala musical. Instituye, así, cual, tal vez. ya fue demasiado explorada en una vena
eltiempo y el espacio humano, la economía y la ar- orientalista). insistiendo en la necesidad de distinguir
monía. todo como extensión de la persona imperial. entre el homenaje de príncipes vasallos y el respeto
Un texto antiguo sobre el legendario fundador de la de «un soberano grande e independiente» como el suyo,
dinastía Hsia, dice: Macartney propuso postemarse ante el Emperador a
«‘Su voz era el modelo de los sonidos; su cuerpo, el condición de que un ocial chino de igual graduación
patrón de las medidas de longitud‘. El podía, así, de- que él hiciera lo mismo frente a un retrato de Jorge
terminar los números que sirven para regular el Tiempo Ill. Esa propuesta, de acuerdo con los documentos de
y el Espacio» -comenta Granet-. «así como la música la Corte Imperial, «demostraba ignorancia».
que crea la Armonía universal». El primer emperador Entre tanto, Lord Macartney estaba consciente de
manchu no dudó en utilizar a un misionero jesuita para que en las banderitas que ondeaban en la flota china
fonnular el sistema de calendario de la dinastía. Y el de juncos uviales que lo llevaba a Pekín, estaba es-
Emperador y sus sucesores mmca dejaron de armo- crito: «El embajador inglés que trae tributos para el
nizar las ocupaciones de los hombres con el pasaje ce- Emperador de la China». Sabía -pero optó diplomá-
lestial de las estaciones -a través de los sacricios ticamente por ignorarlo como una táctica en la reite-
correctos, claro esta, pero también por la distribución radacontra -argumentación- que los ingleses también
exclusiva del calendario anual en el Día de Año Nuevo. estaban tratando en el lenguaje de las mercaderías. Tal
Tales dones de tiempo estaban entre los benecios que como ellos lo entendían, los así llamados tributos eran

podían recibir los bárbaros a cambio del pago de tri- «especialmente de la mejor manufactura británica», es-
butos, además de títulos de nobleza del sistema chino, cogidos con cuidado para atender «al doble propósito
valiosos regalos del emperador y, frecuentemente, de- de graticar a aquellos a quienes serían presentados
rechos de comercio. e incitar una mayor demanda por la compra de artí-
El comercio se insertaba nomialmente en el sis- culos similares». Así, en los diversos incidentes en que
tema de tributación como el segui! .r, ya que el «sis- emergió la distinción entre «presentes» (como los lla-
tema de tributos». en su sentido más amplio. refería maban los británicos). y «tributos» (como los llama-
al modo material de integración en la civilización. Los ban los chinos). nunca se podía adivinar lo que los
tributos de los bárbaros eran señales
poder de atrac- del astutos occidentales estaban pensando realmente. Sus
ción de la virtud imperial, objetivaciones de los po- «presentes» eran. en verdad, muestras de sus merca-

deres civilizatorios del soberano Celestial. Eran, derías y, más que eso, eran ejemplos del ingenio in-
obligatoriamente, productos especiales del país de los dustrial, destinados a simbolizar la «superioridad de
bárbaros; y, en ciertos aspectos simbólicos, cuanto más la civilización británica y la majestad de Jorge III». In-
extraños mejor, puesto que rcpresentarían
fuesen, la cluyendo objetos para experimentos cientícos. un
capacidad del Emperador de abarcar una diversidad globo terráqueo con el recorrido de los descubrimien-
universal y su habilidad de ordenar las uctuaciones tos de Cook, bellos carruajes. hojas de espada capa-
del mundo más allá de los confines de la China. a tra- ces de cortar hierro y globos de aire caliente, estos

vés del control de sus monstruos y de sus prodigios. presentes -según dijo el Secretario de la Embajada, Sir
De ahí el elogio ofrecido al Emperador Ming reinante George Staunton-, habían sido especialmente escogi-
por un literato confuciano en ocasión de la llegada de dos para «denotar» el progreso de la ciencia occiden-
una jirafa enviada como tributo: «cuando la virtud del tal y «proporcionar información» al emperador. Para
Soberano penetra las aguas sombías del caos, y su in- los británicos, eran signos autoevidentes de una lógica
uencia transformadora alcanza a todos los seres vi- industrial de lo concreto: signos de «nuestra preemi-
vos, entonces [una jirafa] aparece». Los tributos de los nencia». Su intención era que comunicasen toda una

bárbaros especialmente los entregados en el solsticio cultura intelectual y moral. Pero, si esque alguna vez

de invierno y en el aniversario del Emperador- eran, alguien quizo enseñarle el Padre Nuestro al vicario,
así, asimilados a renacimientos del mundo y, de esta ese alguien fueron los ingleses llevando señales de ci-
fomia, les aseguraban los beneficios de la intercesión vilización a los chinos.
del soberano ante el Cielo. El comercio tenía el mismo En su diario, Macartney se muestra indignado por

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la negativa de los viandarines a humillarsc. Pero, si En Jehol, donde cl Emperador cazaba, se guar-
desde el punto de vista (le éstos, los «presentes» eran daban tesoros inimaginales de las tierras de los bár-
en realidad «tributos» que expresaban el sincero deseo baros, que eran, igualmente, cazados y coleccionados.
de los bárbaros de acceder a la civilización, obvia- En varios pabellones decorados con escenas de las ha-
mente no podían ser superiores a las cosas chinas. zañas imperiales en la caza, Lord Macartney pudo ver

Eran, como máximo, lo que debían ser: cosas exóti- con sus propios ojos:
cas . raras y extrañas de un mundo lejano donde las todos los tipos de juguetes europeos y de
categorías eran cruzadas, enredadas. invertidas y con- cajas de música, junto a esferas. planeta-
fusas. Staunton supo que, en las calles de Pekin, los rios, relojes y autómatas musicales. de tan
presentes británicos eran interpretados de esta forma: renada manufactura y en tanta profusión
Entre las historias que cautivaban, en aquel que nuestros presentes habían de encojer
momento, la imaginación popular, se de- con la comparación y «esconder sus cabe-
cía que lo traido por la embajada ocupaba zas disminuidas».
un considerable.
lugar Se decía, seria-
mente, que entre los animales traídos ha- Entre tanto. los ingleses nunca llegaron a ver el
bla un elefante del tamano de un mono y impresionante conjunto de palacios en estilo barroco
feroz como un león. y gallo que comía
un italiano de Yuan Ming Yuan. proyectados para el em-
carbón. Todo era, por denición. diferente perador por misioneros jesuitas, y repletos de todos
de cualquier cosa jamás vista en Pekin... los tipos de riquezas europeas. Y esos tesoros extran-

jeros eran apenas una parte de la colección. cuya in-


En un maravilloso pasaje orientalista escrito me- tención era hacer completos a los locales de retiro
dio siglo más tarde. el sinólogo inglés Thomas Mea- imperiales, dotándolos con todas las creaciones ima-
dows explicará que el pueblo chino, frente a la ginables de la naturaleza y de la humanidad. Era, como
maravilla de la técnica que era un navío inglés, no per- dice Granet. una colección universal de «singularida-
cibía en lo absoluto el mensaje de que el país en que des evocativas».
habla sido producido «debía» estar habitado por una Los locales imperiales de retiro eran mit rocos-
población activa y rica. «libre para gozar de los frutos mos. Representaban al mundo entero como una obra
de su propio trabajo». que «debía- tener un gobierno del Emperador sometida a su poder. Todos los aní-
fuerte y buenas leyes, «y encontrarse en un alto esta- males del aire. el agua y la tierra. se
amontonaban en
dio de civilización». Los chinos podían admitir que los sus lagos y parques. Ninguna especie faltaba en sus

ingleses podían hacer cosas extraordinarias, pero los jardines botánicos; era posible ver las olas de sus la-
elefantes y otros animales salvajes también
pueden ha- gos rompiendo en tierras distantes. en las que se re-

cerlo. Esto ayuda a explicar el fracaso de


Macartney conocía a las misteriosas Islas de los inmortales». Esa
en su tentativa de introducir una demanda general de descripción, que se reere al Emperador Wu de Han,
bienes británicos y por qué no consiguió, por ejem- resume igualmente bien las anotaciones estupefactas
plo, hacer que los chinos se deshicieran de sus pali- del diario de Macartney referidas al Jardín Este, en
llos, cosa que él estaba seguro de que harían apenas Jehol, Podría también servir para Yuan Ming Yuan,
les demostrara la «conveniencia» de los cuchillos. tc- con sus propias «Islas de los Inmortales», situadas en
nedores y cucharas Sheffield. un «Mar de la Fortuna» (Malone: Siren; Danby). En
que cuando el Emperador dijo a Lord
De modo Yuan Ming Yuan había. aparte de esto. una cuidad en
Macartney que necesitaba los objetos ingeniosos de
no miniatura completa. con murallas y‘puentes, calles y
los británicos, no estaba mintiendo. Ya los tenía to- comercios, plazas. templos, mercados y edicios pú-
dos. y en mucho mayor cantidad y mejor calidad de blicos. Si en Versailles María Antonieta jugaba a ser
lo que Macarmey jamás podría ofrecerle, aún cuando pastora en idilios campestres, en Yuan Ming Yuan, la
los guardase en sus parques de caza y palacios de ve- Emperatriz, las damas de la corte y el Emperador se
rano: Jehol, detrás de la Gran Muralla, donde recibió vestían de citadinos y se mezclaban con una multitud
al embajador británico. y el «Jardín del Perfecto Bri- de etmucos que personicaban a comerciantes, arte-

llo», Yuan Ming Yuan, también fuera de Pekin. Si allí sanos, vendedores ambulantes. cargadores, soldados
el Emperador exhibía su universalidad. su inclusión y hasta carteristas, en escenas que reproduclan «toda
de los bárbaros. ello sucedía lejos de las armonías chi- la confusión, el ir y venir, y hasta las trampas de las
nas que distingulan a la capital del Imperio Medio como grandes ciudades».
un todo. Ese contraste simbólico es. como pretendo Attiret, el pintor jesuita a quien debemos esta des-
mostrar. una clave para la comprensión de la política cripción del s. XVIII, prosigue contrastando la aparente
imperial de comercio -y, por lo tanto, para entender confusión de los jardines de verano con la organización
el destino de las Islas de los Mares del Sur. equilibrada del palacio imperial en Pekin. el «bello

100
orden- -que el equipara a nuestra noción occidental de chino. Sinólogos más capaces que yo han dicho esto
simetría y imifonnidad- donde nada carece de paralelo. en relación a la dinastía Ming. y también ala Ch’ ing,
donde no hay nada fuera de lugar y todo corresponde aquí en cuestión. Son bien conocidos los viajes del al-
exactamente a lo que está enfrentado y contrapuesto mirante ming Cheng-ho, en el s. XV: enonnes ar-

a sí. En Yuan Ning Yuan, por el contrario, reina el madas con tripulaciones del orden de las decenas de
«bello desorden». que hasta podría denominarse «anti- miles. que navegaron hasta lugares tan lejanos como
simetrían. Fuentes chinas conrman que ese desorden el Golfo Pérsico y la costa oriental del Africa. «colec-
aparente pretende imitar a la naturaleza. Esto toma aún cionando vasallos como souvenirs». Mientras que. al
mas signicativa la observación de Attiret de que la nal de la dinastía. hubo un declinar radical de las em-

heterogeneidad «natural» se extiende a la representa- bajadas tributarias acompañado por un desinterés im-
ción de lo extranjero. Pues ninguno de los pabellones perial respecto del comercio exterior -exactamente

se parece a otro; al contrario, escribe. «se diría que cuando llegaron los europeos. Una retracción seme-

cada uno de ellos esta hecho de acuerdo con las ideas jante había marcado el nal de la dinastía T’ang (s.
y el modelo algún país extranjero». En efecto. se-
de IX), cuando fueron impuestas serias restricciones al

gúri la tradición clásica referida a esos jardines, el Em- comercio en nombre de la integridad ética del lme-

perador podría contemplar en ellos sus conquistas del prio Medio. Y, entre tanto. un siglo antes, los nobles
exterior. Es notable -comenta Granet- que aún cuando chinos, vestidos a la moda turca, acampaban en en tien-
los chinos acogieron «leyendas o técnicas, íonglerles das de eltro en las calles de Pekin. En la «plenitud
o ideas con un toque de exotismo, nunca las admitie- de los Tang», una pasión por exotismos de todos ti-
ron dentro de la casa».
Desde los tiempos antiguos, pos y formas -desde bailarinas de ojos verdes del Asia
reina en esas casas elegante sistema de clasica-
un interior, hasta el sándalo de la India y las especias de
ción, un orden equilibrado de cosas chinas, mientras las Molucas- se había apoderado de todas las clases
que en los parques reservados «para sus cacerías, sus de la sociedad china. Vemos, así. cuan inadecuada era

estas. sus juegos». los soberanos reciben «todo lo que la idea de la «autosuciencia china», que durante de-
les es presentado: ideas o dioses, lo exótico y lo nuevo. masiado tiempo. ha sido invocada taulógicamente por
astrólogos. poetas y palacios». Y, se podría agregar, los estudiosos occidentales para explicar la indiferen-
también lords ingleses y sus curiosos tributos. cia ming y manchu frente a las mercaderías europeas.
Lo que estoy tratando de mostrar es que esos jar- Por otro lado. podemos valorar la amtación de Jo-
dines y pabellones imperiales representaban una po- seph Fletcher de que la retirada ming del mundo no

lítica cultural, abarcando una economía que era por acarreaba la abdicación de la supremacía universal del
igual inclusiva y exclusiva y que podía, por tanto, adap- emperador. Parece que el imperio
siempre supo chino
tarse adecuadamente a la situación príctica. Esa opo- responder a los cambios práctica con
en la coyuntura
sición entre el campo del- emperador y la ciudad una misma teoría Porque. aún en los
de la jerarquía.
imperial recapitulaba toda una cosmograña de la ci- peores tiempos. el Hijo del Cielo siempre podía —como
vilización veces llamada
a «la separación interno- Cándido-, cultivar tan solo su propio jardín. y de lo
externo», que los chinos también representaban de que allí contemplaba, podía extraer la certeza de su
otros modos. (Por ejemplo, Sir Joseph Needham re- propio poder de constituir el mundo.
produce antiguo mapa-mundi chino representado
un

como unaserie de cuadrados concéntricos dispuestos LAS ISLAS SANDWICH


en torno a un reino central. Del cuadro real, epitome
del orden estructurado. hacia afuera, están las zonas Si el Emperador Celestial no precisaba de las ma-

bárbaras, de civilización y pacicac" '-n decrecientes. nufacturas briánicas, los soberanos de las Islas Sand-
terminando en los límites extremos de un «salvajismo wich, por el contrario, a causa de su status divino.
inculto»). Al colocar a la China aparte, al mismo mmca tenían suciente. Y su avidez no se limitaba a

tiempo que hacia de ella la fuente central del orden del los bienes materiales europeos, que consideraban -en

mundo. esta teoría de la civilización se presta por igual general- superiores a los suyos; querían también la
a proyectos de expansión del imperio y de retracción identidad de los grandes europeos, cuyos nombres y
cultural, a inclusiones hegemónicas y a exclusiones xe- hábitos adoptaron como símbolos de su propia digni-
nófobas, dependiendo de las contingencias de la situa- dad. En 1793, el mismo años en que el Emperador
ción. Ch’ien-lung alababa al rey inglés, su tributario, por
Este bien puede ser un ciclo dinástico nomial. in- mostrarle el debido respeto, los tres jefes hawaianos
cluyendo la oscilación entre una política económica ex- más poderosos se delcitaban en dar a sus hijos y he-
pansionista y un período de retracción xenofoba, en rederos el nombre de «Rey Jorge» (Bell). Un agente
coincidencia con ima expansión territorial que acaba de la compania American Fur describe el ambiente de-
por revelar los límites y las aquezas del imperio portivo de Honolulu de 1812:

l0l
En la carrera de caballos, vi a Billy Pitt, nición. Debido a una larga historia de casamientos
George Washington y Billy Cobbet cami- estratégicos, todos los jefes rivales pueden trazar sus
nando juntos como amigos íntimos. apa- linajes de un modo o de otro -i.e., bilateralmente-,
rentemente entretenidos en una conver- hasta el nrismo origen divino. La genealogía se vuelve
sación condencial: en el centro de otro una discusión más que un título. Y, en el sistema de
gnrpo, era posible Charley Fos, Tho-
ver a jerarquía, surge una especie de entropía, una tenden-
mas Jefferson, James Madison, Bonaparte cia en dirección a un estado
indiferenciado, ya que -por
y Tom Paine en actitudes igualmente aruis- una u otra línea de descendencia-, un jefe ambicioso

tosas unos con otros (Cos). puede pretender la preeminencia sobre sus rivales po-
líticos que, en términos, se consideran
los mismos su-

En aquella década, el «Billy Pitt» hawaiano. co- periores a él. En los tiempos tradicionales. un jefe rico

nocido también como Kalanimoktr. había de ser real- en y seguidores podía esperar
tierras convertir esos

mente el «Primer Ministro» de un reino unicado de triunfos en ima pretención legítima a la distinción. De
las Islas Sandwich. con sus hemianos clasicatorios allí el papel asumido por los visitantes de Kahiki en
«Cox» Ke’eaumoku y «Jonh Adams» Kuakini como go- el nal del s. XVIII: de modo análogo, los jefes pro-
bernadores de Maui y de la isla de Hawai‘i, respec- curaban distinguirse en las relaciones comerciales y
tivamente. en la posesión de bienes europeos.
Evidentemente, esos extranjeros de quienes los Con todo, la existencia de ciertas personalidades
hawaianos tomaran la conciencia de sí mismos, no eran norteamericanas al lado de inglesas y francesas en la

bárbaros sin ley de los connes de la tierra. En lugar alta sociedad de Honolulu en 1812, reeja cambios sig-
de eso, venían del cielo más allá del horizonte, de la nicativos en la organización del comercio trans-

mítica Kahiki. la tierra natal celeste y de ultramar de Pacíco. A comienzos del s. XIX, comerciantes nor-

los dioses, los jefes sagrados y las buenas cosas cul- teamericanos dominaban el comercio de pieles entre

turales. Como los antepasados sagrados, que trajeron la costa noroeste de los E.E.U.U. y Canton, posibi-
de, allí comidas, ritos y tabúes -los medios de la vida litado originalmente por el tercer viaje de Cook y ex-
humana y las distinciones del orden social-. loss hom- plotado inicialmente por navíos británicos. Los
bres blancos o Haole eran vistos inicialmente como mercaderes de los recién creados Estados Unidos. al
portadores de poderes civilizatorios y divinos. tener cortadas sus comunicaciones con las Indias Oc-
Desde el tiempo de Cook, que buscaba un pasaje cidentales Británicas desde la independencia. se vol-
por el noroeste hacia Catai, los occidentales habían ve- caron hacia los mercados del Extremo Oriente. De ahi
nido a las Islas por causa del comercio con China. Pero su interés inicial por la Costa Noroeste. Pero, como

casi todo en este encuentro intercultural era lo opuesto el comercio de pieles de nutria marina decreció en el
de su experiencia en China. Si los jefes hawaianos com- inicio del s. XIX, los norteamericanos comenmron a

petían para distinguirse adoptando identidades euro- interesarse también por aquellos productos de las is-
peas era porque. a diferencia del Emperador Celestial, las del Pacíco capaces de adaptarse a las categorías
Unico Hombre. ellos compctían entre sí como rivales tradicionales de los consumidores chinos. Fueron a

perpetuos cuyos grados de divinidad eran virtualmente buscar sándalo a las Islas.
idénticos. Tradicionalmente, habían competido por el Los chinos, por su parte, venían adquiriendo sán-
árbol genealógico y por el status de tabu a través de dalo de la India y de las Islas desde la dinastía Tang
casamientos estratégicos con mujeres nobles y de vio- (618-906 d.C). En aquella época, el humo aromático
lentos sacricios de adversarios reales. Tales hazañas de esta madera ayudaba a diseminar el soplo de un bu-
podían representar. en la práctica social. la teoría de dismo cada vez más inuyente: «El poder divinamente
la soberanía codicada en el mito hawaiano y puesta dulce del sándalo trasmitla a los sentidos las propie-
en escena en el rito anual: la teoría de la usurpación dades anti-demoníacas contenidas en su cuerpo dei-
del poder por parte de un audaz guerrero qtre es, ar- fomre». Además de ser utilizado como incienso ritual
quetípicamente. extranjero, y cuya victoria sobre el y en la confección de imagenes religiosas, el sándalo
dios o antiguo linaje implica también la toma
el rey del era enrpleado por los chinos en la medicina. en obras
de la esposa sagrada de su predecesor. La esfera po- arquitectónicas suntuarias y en objetos de arte elabo-
lítica aparece.así, como una forma práctica de la es- radamcnte esculpidos. Mil años más tarde. debido a
fera cosmológica: una transposición del esquema poderes con los que esa losofía ni sonaba, las pro-
polinesio de la apropiación de la tierra-madre (la es- piedades de la madera de sándalo de las Nuevas He-
posa sagrada) del dios (el rey en ejercicio). por y para bridas -usada para apartar demonios chinos-, podían
la humanidad (el guerrero trsurpador). ser trasfomradas en tres que. a su vez, proporciona-
Pero así transpuesta a la práctica, la conrpeten— ban ganancias a los comerciantes norteamericanos. sin
cia por honores divinos se torna permanente y sin de- que importara el costo que ello implicaba para los in-

¡U2
teresados. torno a mesas de teca servidas con platería y cristales
En Hawai, el comercio de sándalo superó al an- ingleses -irnportados, como todas las buenas cosas, por
terior de «refrigerios», que ya había transformado a medio del crédito. Las personas del pueblo apenas apa-
las Islas en una «gran posta» en la ruta del comercio recen como personajes secundarios: un trabajo arduo,

de pieles entre la Costa Noroeste y Canton. Los


jefes dada la gran cantidad de jefes. Parte de la aristocracia
se mostraron capaces de imponer sus propias exigen- ya profesaba el cristianismo, pero jamas habría de
cias a ese comercio. La mayor parte de su demanda aprender a morticar su propia came. La familia que
era de amiamento, el cual dió un decisivo giro hege- gobernaba de facto las Islas desde la muerte de Ka-
mónico a la larga prehistoria de guerras inter-insulares. mehameha, los Ka’ahumanu, incluía cinco hermanos
Alrededor de l8l0, el soberano de la lsla de Hawai'i, y hermanas que, según estimaciones de la época, pe-
Kamehameha, merced a un mayor acceso al comercio saban entre 100 y 150 kilos. Al representar el control
con los europeos -basado en una relación privilegiada de la tierra, del alimento, de las personas y de los me-
con los huesos y poderes del Capitán Cook-. había imi- dios de su productividad -todos poderes divinos-, la
cado el archipiélago en un reino construído mediante gordura era belleza en el sistema hawaiano.
la conquista. Sin embargo, el comercio de sándalo que La sed de consumo de la élite era incitada por
se desarrollaba en esa misma época incrementó, lite- dos sistemas de rivalidades cruzados: por un lado, los
ralmente, los conictos tradicionales entre el Rey y comerciantes norteamericanos compitiendo entre sí por
los grandes jefes. Tales conictos aparecían, cada vez el mercado; por el otro, los jefes hawaianos con su cos-

más, como demostraciones de mana indígena bajo la tumbre de competirque, entre sí. Se cuenta a fines de
forma -más apropiada- de lujos extranjeros. Europeos 1821, el Rey y los jefes eran poseedores de «diez gran-
de paso por las Islas preveían una división del reino des y elegantes bergantines y un gran número de cha-
entre los jefes más poderosos después de la muerte de lupas y goletas, todos comprados a los
Kamehameha especie de descentralización, como
. una norteamericanos». Entre esas embarcaciones estaba la
ya ocurriera Pero, cuando el Rey murió, en
antes. Barca de Cleopatra, lujosa aún cuando hiciese agua,
1818, lo que sucedió fue que ese habitual ciclo poli- enviada por una rma de Boston para deslumbra-
nesio entró en conjunción con un igualmente clásico miento de la nobleza local, y que el Rey Liholiho
ciclo económico capitalista: y el efecto combinado de (Kamehamelia II), acordará comprar por 90.000 dó-
ambos lanzó a los grandes jefes de hawai a sus bri- lares en sándalo que el representante local de la com-

llantes carreras de consumo conspicuo. En 1818-19, panía, Bullard, no consiguió cobrar. A pesar de ello,
los Estados Unidos estaban atravesando una crisis - Bullard escribió a Boston en tono optimista: «Si quie-
nanciera. Entre los comerciantes de Nueva Inglaterra, ren ustedes saber como va la religión en las Islas, yo
la falta de capital llevó a que se valorara al sándalo les digo: todas las sectas son toleradas, y el Rey rinde
hawaiano como medio de mantener el comercio con culto a la Barca».
la China. Así, los norteamericanos: En esa época, de hecho, el Rey había abolido for-
auyeron a las islas como un enjambre, malmente la antigua religión, aunque él y los otros je-
trayendo consigo todo. desde alleres. co- fes continuasen dando testimonio, en sus propias
fres ropas y utensillos de cocina, hasta ca- personas, de una divinidad de antigua memoria. De
rruajes, mesas de billas, estructuras de ahí su apropiación de la distinción occidental entre ar-

casas y barcos haciendo todo lo que po- tículos «comunes» y «de lujo», y de ahí también el he-
dían para mantener el espíritu especulativo cho de que apreciaran especialmente a aquellos cuyo
de los jefes en un estado febril. Y los je- brillo, reejo del resplandor celestial, coincidía con

fes no se hacían rogar pn ra comprar; sus ideas tradicionales de fulgor aristocrático. «Man-
cuando no tenían sándalo disponible para den artículos vistosos», escribió Jones a Boston
pagar, daban pagares (Kuykendall). (Marshall Letters: 9 de Marzo de 1823); «todo lo que
sea nuevo y elegante será vendido con lucro; los ar-
No se hacían rogar para compran... solo lo ha- tículos comunes no sirven» (lbid.: 3l de Mayo de
cían para pagar. Documentos de la época dan la im- 1823). Los artículos obtenidos en el comercio eran glo-
presión de una opera bufa puesta en escena en un riosas extensiones articiales de los sagrados cuerpos
decorado tropical primitivista, ricamente montada a de los jefes, hinchados ya hasta el límite siológico
partir de división internacional
una del trabajo: gran- («será este el origen de las camisas Aloha-í’). Aparte
des notables polinesios vestidos con coloridas ropas de de eso, dadas la indeterminación tradicional de los ho-
seda china y casimir inglés. transportados por las ca- nores correspondientes a la jefatura y la entropía del
lles polvorientas de Honolulu en carruajes por sus cria- sistema de jerarquía, cada jefe parecía decidido a pro-

dos vestidos con taparrabos. o representando escenas bar. a través del novedoso medio de la proeza comer-

de banquetes europeos en casas con techo de paja, en

103
cial. que era igual o mejor que los otros, lo mismo y plemcnte, no supieron utilizar los recursoso sociales
diferente de ellos. La economía de la élite era una arena disponibles para reproducirse como tal. En una situa-
de diferenciación, donde las ofensivas distinciones eran ción semejante de pérdida de población, los indios
exhibidas exhaustivamente entre los poderes estable- Kwakiutl reclutaron mujeres y plebeyos para la no-
cidos y los aspirantes al poder. bleza. manteniendo así el famoso sistema del potlatch
De allí surgen otras características del mercado durante casi dos siglos. Si no tenía ninguna hija cuyo
polincsio: la interminable búsqueda de novedades, la casamiento le pemiitiera transmitir sus nombres y pri-
demanda por la última moda de Boston, y la acumu- vilegios ancestrales. un jefe kwakiutl podía casar el
lación de artículos extranjeros considerados como se- lado izquierdo de su hijo o hacer de su propio pie iz-
ñales y formas de exteriorización de la persona quierdo una esposa.
«civilizada». «Sus mejores sedas no son deseadas». es-

cribió el comerciante Htmewell a sus proveedores, por- LOS KWAKIUTL


que ese tipo de tejido ya existía en el mercado, y los
hawaianos querían «diseños que nunca hayan visto». las primeras historias del contacto en la Colum-
Y. precisamente porque esos bienes contribuían a la bia Británica y en las Islas Sandwich estan ligadas por
distinción personal. no eran destinados a la distribu- los mismos nombres europeos -Cook y Vancouver,
ción generalizada. Eran ostensiblemente acumulados Portlock, Dixon y otros-, pero la relación que los Kwa-
en un atesoramiento exhibicionista, amontonados al kiutl moldearon con esos occidentales en esa época y
punto de arruinarse. cualquier disminución
como si en posterionnente, fue diferente de la
experiencia hawa-
la cantidad de bienes
extranjeros acumulados fuese se- iana. Los Kwaldutl adquirían poderes cósmicos. no por
ñal de un rebajamiento personal. Los jefes evitaban in- la acumulación de las riquezas de la economía de mer-
cursionar en sus depósitos aún cuando surgía alguna cado -como si quisieran inar sus propias personas-,
necesidad ceremonial. Preferían, en tales casos, com- sino generosamente. deshaciéndose de los bienes de
prar más de aquello que ya poseían en abundancia: un modo que signicaba la incorporación de otras per-
Estas personas tienen una incurable aver- sonas.

sión a deshacerse de cualquier cosa


que El comercio con las europeos había posibilitado
tengan almacenada. Existe actualmente un espectacular proceso de develop-man en la Costa
una enomie cantidad de bienes que se es- Noroeste: la elaboración del famoso sistema de po-
tán pudriendo guardados en cajones y ca- tlatch. Tan ceremonial y estético como político. fue
sas sucias, pero los jefes no sacan de los un desarrollo cultural total que resistió durante ISO
depósitos ni siquiera para su uso personal. años un asedio igualmente amplio del imperialismo oc-

Tiempo atrás, el Rey [Liholiho] preciso cidental, ya fuera en la forma de misioneros cristia-
brin y, aunque tenía docicntas o trecientas nos. de sanciones legales del gobierno canadiense o

piezas almacenadas pudriendose, compro de las relaciones de producción capitalista en las in-
algunas a un precio muy alto debido a la dustrias maderera. pesquera. de enlatados y de la pros-
escasez (l-lammat Journal, 18 de agosto titución. podía quejarse
Nadie de los Kwakiutl en tanto

de 1823). trabajadores asalariados, pero los blancos acosturnbra-


ban desesperarse con lo que los indios hacían de sus
Los nobles hawaianos, ligados a la producción salarios: apilaban mantas «Hudson Bay» y otras cosas
por tales intereses de constuuo, se mostraron luego in- extrañas para hacer distribuciones colosales. En 1881,
capaces de competir con los progresivos modos ca- el primer Agente Indígena envió un relato sobre el
pitalistas de explotación de los recursos de las Islas. «estado apático» de los Kwakiutl, del cual «debemos
La capacidad de los jefes de acumular bienes era ma- esforzamos para sacarlos»: una apatía que consistía en
yor que su capacidad de hacer que los demás pagaran permanecer «rodeados de cajas llenas de mercaderías
por ellos. Aún cuando se inclinaran a hacer inversio- listas para el potlatch».
nes productivas, todo lo que tenían era deudas comer- Los potlatchs se dispararon después del estable-
ciales. y los plebeyos habían perdido el interés en cimiento del puesto de Fort Rupert. en 1849, alcan-
pagarlas con su trabajo forzado. Y esta pérdida de in- zando su auge con 33 mil mantas en un caso de 1933,
terés por pagar las deudas de los jefes fue, tal vez. aún e incluyendo también la «bagatela- de 200 brazaletes
más rápida que la disminución de la población dispo- de plata, 700 de bronce y 240 vacijas entregados en
nible para hacerlo. Los jefes también estaban desapa- una ceremonia de l895. Más recientemente ocurriría
reciendo. y esa mortalidad es considerada generalmente lo mismo con máquinas de coser, gramófonos, mesas
la razón de que hayan transferido la autoridad a los y relojes. Quiero llamar especialmente la atención ha-
blancos. Pero esa explicación invierte las cosas. Los cia el contraste entre la estandarización del bien de
jefes estaban obsoletos como clase gobernante y. sim- mayor prestigio comercial en la Costa Noroeste (la

¡O4
manta «Hudson Bay»). y la demanda comercial de las un animal especico desciende del cielo en un deter-
élites hawaianas, interesadas en la diferencia, o en minado lugar de la playa. tira su máscara animal y se

«diseños que ntmca hayan visto». Además, los jefes de transforma en propia máscara
el ancestro humano. la
las lslas no tenían la menor intención de distribuir sus era uno de los privilegios pennanentes
linaje. junto del
riquezas, mientras que los Kwakiutl, al distribuir man- con algunos totems. platos de ban-
postes de casas,
tas obtenidas en el comercio, manifestaban diferentes quetes y nombres del orden general del potlatch kwa-
poderes sagrados. kiutl. Medios y signos de la existencia del linaje, esas
Cazadores en la tierra y en el mar, los indios vi- «preciosidades- -como percibió Marcel Mauss-c po-
vlan de inigir la muerte. Reproducían la vida hu- seen en sí una virtud productiva». De hecho, el jefe
mana matando seres sensibles a los que consideraban que las posee se recrea a sl mismo como ancestro y.
-por debajo de la piel o disfraz animal- personas como cruzando asl el espacio entre el presente y el pasado,
ellos. Los animales y los hombres tienen un origen co- entre hombre y espíritu, es capaz de atravesar el ll-
mún, forman pane de la misma sociedad tiniversal. Las mite paradigmático entre la vida y la muerte. Esa vic-
vidas de hombres, animales y peces son interdepen- toria heroica sobre la muerte es el modo kwakiutl de
dientes: si los animales se entregan a los indios es por- producción cultural. Describe. evidentemente, a la
.
que éstos saben como garantizar el renacimiento de su caza, que no sólo produce la vida a partir de la muerte
presa a través del respeto ritual concedido a los des- sino que. como los animales son escencialmente hu-
pojos: es este un ciclo de inmortalidad que, en forma manos, conlleva los riesgos de un canibalismo gene-
notable, pasa por una fase humana cuando el animal rallzado. Pero, del mismo modo, el ehamanismo, la
es consumido como alimento. Se trata de creencias mis- guerra, el comercio, el casamiento, o las famosas ce-

teriosas. tal vez, pero que son centrales en el comer- remonias del solsticio de invierno de los Kwaldutl, son

cio de pieles y el potltch. El potlatch, en tanto que


en otros tantos proyectos análogos e interrelacionados de
distribución depieles de animales trabajadas por los temeridad, involucrando
la captura de poderosas fuer-
receptores en fomia de túnicas, constituye exactamente zas de más allá de la sociedad y su transfonnación en

el mismo tipo de reencarnación ritual escenicada fuentes benécas de la existencia humana. Lo mismo
como un evento social. Recordemos que los animales ocurre con la política kwakiutl: losjefes aumentan el
son humanos por debajo de sus pieles: por lo tanto, «peso» de sus nombres lieredados, apropiándose de pri-
la distribución de pieles en la forma de mantas recrea vilegios de otros linajes y tribus; poderes externos que
a las víctimas animales en forma humana viva; y lo podían validar a través de las distribuciones del po-
hace. además, en grandes cantidades y de un modo res- tlatch, que. nuevamente, «engullían» los nombres y rei-
petuoso. como bienes culturales y trabajados. Es claro vindicaciones de los rivales.
que, en el comercio, las pieles de los animales tenían Esas transacciones
poder abarcaban un se- de
que ser cedidas. Pero más alláde sus propios modos gundo fondo de privilegios, básicamente semejantes
totales de producción y reproducción, ¿que podía ha- a los bienes originales de los linajes a no ser por el
cer que los indios considerar ,n a unas mantas de lana hecho de que eran alienables por haber sido obtenidos
rayadas equivalentes «cconómieosr-‘Z.
como en heroicos encuentros de los ancestros con espíritus
embargo, las mantas «Hudson Bay» tenían po-
Sin del mar o de la oresta. Las negociaciones de privi-
deres ocultos
tras su apariencia modesta. En los po- legios adquiridos eran los lances decisivos de la po-
tlatchs. eran distribuidas por los jefes para validar sus lítica tribal, y eran eventos memorables de las historias
privilegios y engrandecer sus nombres. Las mantas re- de familia. Las victorias en cl casamiento y en la gue-
presentaban el grado del jefe en nawalak, un poder rra eran especialmente memorables: los tesoros obte-
creador genérico que, según los mitos. permite matar nidos como dotes de suegros ricos, o los derechos del
enemigos sin esfuerzo, resucitar muertos y realizar mi- matador en la guerra
los honores sobre
adquiridos por
lagros en la caza y en la búsqueda de riquezas (ef. Du- su víctima. política liawaiana
Asl como la
es una es-

llabaun; Goldman). Así, se dice que los presentes pccie de Cosmología-Real, estas hazañas matrimonia-
«engullen» a los receptores, que son jefes de otros li- les y marciales de los jefes kwakiutl, al involucrar la
najes (numaym) y tribus. Aquí están en juego "ciertos apropiación de poderes de más allá de una frontera so-
poderes de inclusión social, o una tentativa de jerar- cial. aparecen como versiones liumanizadas de las ha-
quización. que es también el trascender límites sociales. zañas mlticas de antaño. Respecto de la politica de
Esto ocurre porque, justamente por ser traduci- casamientos, los Kwakiutl dicen que «los jefes le ha-
dos al lenguaje común de las mantas. los poderes an- cen la guerra a las princesas de las tribus». El pro-
cestrales de los diferentes linajes Kwakiutl (numaym). yecto de los jefes ambiciosos era casarse con las hijas
que de otro modo serían únicos, podían ser compa- de todos los otros jefes. Así, sus descendientes podrían
rados. Cada linaje comienza con un conjunto especi- vanagloriarse: «Tengo muchos nombres y privilegios...
co e inalienable de privilegios; En la narrativa tipica. muchos jefes y antepasados en todo el mundo». No-

105
tcse la formulación incorporativa: el casamiento apro- trabajadora dócil y sobria a las garras del capitalismo
pia nuevos ancestros. incluye los poderes de otros li- en desarrollo. Más, si la difusión del hábito de tomar

najes dentro del propio. Resta, solamente. demostrar te fuese estudiada seriamente, se podría suponer que
la herencia en el potlatch. trasnformando, así, la in- en este caso -como en otros- su ftmción práctica es un
corporación de ancestros en asimilación de contem- modo situacional de un esquema nativo de proporcio-
poráneos. nes cósmicas. Ella involucra, por cierto. algunas ideas,
Y. ¿será necesario demostrar aquí que las man- propias de Occidente, sobre la persona como una cria-
tas que trascienden los límites entre los grupos y los tura imperfecta. con necesidades y deseos, cuya exis-
combinan en un orden más elevado encarnan. en su tencia terrestre como un todo puede ser reducida a la
propia producción, esas mismas cualidades sociales?. búsqueda del placer físico y la evitación del dolor. Esa
0, mejor dicho, las mismas cualidades bajo una forma descripción de la condición humana -una tragedia teo-
más poderosa, ya que las mantas «Hudson Bay» son lógica de larga data- se tomó un credo losóco en

el producto de las negociaciones sucesivas entre la vida el s. XVII y un dato cotidiano en el s. XVIII: prueba
y la muerte en la caza y entre el indio y el extranjero de ello es la rápida difusión de lo que Sidney Mintz
en el comercio. Las mantas -al representar así pode- llamó «alimentos-droga» entre las clases populares eu-
res genéricos (nawalak)-. contadas y distribuidas, po- ropeas. El desarrollo de la moderna «civilización» oc-

sibilitaban la comparación en una escala de grandeza cidental se basó en una enorme cultura de drogas leves
entre nombres de jefes y privilegios de linaje (tlogwe) (por lo menos como condición de tolerancia) marcada
de otro modo inconmensurables. Notese nuevamente por el consumo diario generalizado de substancias ta-

que cada linaje posee sus propios poderes. cuyo ori- les como te. café, chocolate, tabaco y azúcar -una lista
gen no está relacionado a los poderes de los otros. En sin mucho valor nutritivo que la redima.
cuanto a esto. la cosmología de la política kwakiutl es Si esos narcóticos se convirtieron en rituales del
lo opuesto de la hawaiana. En el Hawai, los poderes pueblo -ya que. de hecho, como la religión, tomaban
sagrados de los ancestros son, en último análisis. un soportable la existencia terrena del hombre decaído-,
sólo, unidos por la descendencia en una genealogía uni- ¿no sería porque las personas estaban condenadas a una

versal. De fomia consistente, el problema político al contínua miseria por sus insaciables necesidades si-
cual los jefes hawaianos dedicaban hercúleos esfuer- cas?. Esta ha sido, en Occidente, la visión trágica de
zos de consumo durante el comercio de sándalo. era la naturaleza humana. por lo menos desde San Agus-
el de cómo diferenciar sus reivindicaciones sagradas. tín. El hombre está condenado a una vida de sufri-
Si se mostraban obsesionados con las diferencias de miento. sólo porque
no es mortal, sino también porque
moda en los bienes occidentales era para operar dis- está sólo en un mundo natural «que no cumple lo que
tinciones cualitativas a partir de sus graduaciones cuan- promete; es mentiroso y engaña». Ese engaño consiste
titativas de posición social. Entre tanto,-los Kwaldutl en la imposibilidad de satisfacer los deseos humanos.
requerían cada más de un mismo bien. tm signo
vez especialmente los de acumulación de bienes tempora-
estandarizado de
poderes universales que, al ser dis- les. Por eso. en este
nunca deja de
mundo. el hombre
tribuido públicamente, permitía realizar comparacio- desear nunca y consigue lo que desea. Siempre en
nes cuantitativas de sus diferencias cualitativas. La busca algo, descubre que «nada permanece...
de sus

expansión del comercio capitalista abrió nuevos ho- necesidades se han multiplicado tanto que no consi-
rizontes de engrandecimiento social para los jefes kwa- gue encontrar la única cosa necesaria». Apenas el Es-
kiutl y, con ello, un proceso espectacular de tado, la ley y la moral -reejos terrenos e imperfectos

developman-local. de la ciudad celestial-. mantuvieron esta sociedad de


hombres auto-centrados a salvo de la disolución en una

CONCLUSION: TE Y OTROS BIENES PARA guerra de todos contra todos. descrita por San Agus-
PENSAR tín en los mismos términos con que Hobbes. casi mil
años más tarde, caracterizaría al estado de naturaleza.
Cosas así ocurriendo en todo el Pacíco por causa Más. en el s. XVII. los valores agustinianos estaban
del dios Te, por el cual los británicos estaban dispues- a punto de ser derribados. El lado terreno del hom-
tos a sacricar «todo lo demás». especialmente todo bre. con su séquito de miserias. estaba a ptmto de tor-
lo que pertenecía a otros pueblos. Los historiadores narse una virtud moral. O, por lo menos, en la lectura

podrian haber dicho «la diosa Te», en la medida en que. conservadora que Locke hizo de los castigos por el Pe-
en el s. XVIII, sus rituales eran apreciados como cal- cado Original, el sufrimiento humano era un don be-
mantes y sus virtudes como desintoxicantes, propie- néco de la Providencia en tanto que constituía un gran

dades que contrastaban con rivales mas masculinos en incentivo para la industria humana. Asi. para la época
el consumo popular como la cerveza y el gin. Se per- de Adam Smith. la miseria permanente de cada uno
cibe facilmente la función del te: entregar una clase —i.e.. la escasez y la necesidad- se habla convertido en

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la premisa de la sabiduría económica y la fuente del objetivo, habían de ser encaradas como experiencias
bienestar nacional. Lo que para San Agustín era es- subjetivas de aicción fisica.
clavitud. la servidumbre humana a los deseos del Por tanto, beba una taza de té y todo se resol-
cuerpo. en la visión burguesa era la libertad humana verá. Es interesante advertir que», como el café y el
escencia]. Y el corolario de esta moderna antropolo- chocolate. el té no era endulzado en su país de origen,
gla de la miseria fue una psicología igulamente em- mientras que en Occidente esas bebidas fueron toma-

pobrecida. La motivación humana era reducible a das con azúcar desde su introducción. Es como si el
sensación corporal. El hombre se transformó en la má- amargor endulzado de la bebida representara al pala-

quina de placer y dolor inventada por Hobbes y apre- dar el tipo de transfomiación que ella podia operar en
ciada por los lósofos iluministas: una criatura que se la existencia moral de la persona: tornar dulce una vida
vuelca hacia aquello que le hace bien y se aparta de amarga. Y tal vez nada demuestre mejor la génesis so-
lo que le hace mal -movimientos de atracción y rc- cial de esos efectos mágicos que el hecho de que. en
pulsión que darían cuenta de todo el universo del com- Gran Bretaña. el té haya asumido desde temprano va-
portamiemo humano. La nueva racionalidad se basaba lorespsicológicos muy distantes de sus propiedades
"en una veloz sensibilidad al placer y al dolor -en es- químicas. A n de cuentas, contiene cafeína, y al co-

pecial a éste. que es. al mismo tiempo, más duradero mienzo era anunciado como estimulante. Ahora los in-
que el placer y su condición de posibilidad. (Alguien gleses toman té regulannente para calmar los nervios.
que dene a la vida como la búsqueda de la felicidad Más sería necesaria otra conferencia para enumerar to-

sólo puede ser un infeliz crónico). Pero la economía dos los poderes atribuidos a esta infusión por sus de-

capitalista habla transformado las necesidades hurna- votos. Es. no queda duda, una diosa digna de los
nas en el fetiche supremo. en el sentido de que las ne- sacricios que el mundo hizo por ella.
cesidades. que siempre tienen un carácter social y

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