Diego Lugano trancó fuerte:

Con su rostro campechano y ojos iluminados por la emoción, el capitán de la selección, Diego Lugano, tiró una frase
antes de dirigirse al público que dejó una vez más en claro su negación a asumir el papel de protagonista afuera de la
cancha. "¿Y ahora que hago?", dijo mirando al "Loco" Sebastián Abreu.
El zaguero puso énfasis en que el plantel seleccionado tenía plena convicción en que podía cumplir una gran gestión
por el profesionalismo y laboriosidad que disponían. Y ahora, al volver a nuestro país nos encontramos con algo que va
mucho más allá de lo que nos pudimos imaginar. "Fuimos a Sudáfrica con un sueño fundamentado en el trabajo y en las
condiciones para alcanzar grandes cosas. Acariciamos la gloria, faltó muy poco, pero no se dio.
También Lugano abogó por la superación del deporte y dio un mensaje frontal. "Aprovecho que está presente el
Presidente de la República y los políticos importantes de nuestro país, para pedirles que este día no quede en el olvido.
Que la ilusión de la gente no sea apenas efímera y pasajera y que estar entre los cuatro mejores del mundo no sea una
hazaña sino una obligación. Es de esperar que todos juntos le demos al deporte la trascendencia que siempre ha tenido
y que tiene, ya que esto es único e increíble y sólo Uruguay tiene esta cultura de fútbol. Por eso es necesario que todos
trabajemos para que los Forlán, los Suárez y los Fucile que hay en el país tengan posibilidades que les permitan
crecer".
Sin embargo "La Tota" se soltó y habló muy bien. "Nos comentaban de la algarabía que había, pero nunca nos
imaginamos esto que ustedes nos están regalando y que es mucho más de lo que nos merecemos. Hicimos lo que
cualquier jugador de la selección hace, que es dar la vida por la celeste".
Es impresionante recibir este regalo de ver a todo el Uruguay unido, exteriorizando el orgullo que todos llevamos
adentro por haber nacido en este país, que es lo más grande que hay, esto no me lo saca nadie", expresó llegando al
alma de todos los presentes.

Diego Lugano trancó fuerte:

Con su rostro campechano y ojos iluminados por la emoción, el capitán de la selección, Diego Lugano, tiró una frase
antes de dirigirse al público que dejó una vez más en claro su negación a asumir el papel de protagonista afuera de la
cancha. "¿Y ahora que hago?", dijo mirando al "Loco" Sebastián Abreu.
El zaguero puso énfasis en que el plantel seleccionado tenía plena convicción en que podía cumplir una gran gestión
por el profesionalismo y laboriosidad que disponían. Y ahora, al volver a nuestro país nos encontramos con algo que va
mucho más allá de lo que nos pudimos imaginar. "Fuimos a Sudáfrica con un sueño fundamentado en el trabajo y en las
condiciones para alcanzar grandes cosas. Acariciamos la gloria, faltó muy poco, pero no se dio.
También Lugano abogó por la superación del deporte y dio un mensaje frontal. "Aprovecho que está presente el
Presidente de la República y los políticos importantes de nuestro país, para pedirles que este día no quede en el olvido.
Que la ilusión de la gente no sea apenas efímera y pasajera y que estar entre los cuatro mejores del mundo no sea una
hazaña sino una obligación. Es de esperar que todos juntos le demos al deporte la trascendencia que siempre ha tenido
y que tiene, ya que esto es único e increíble y sólo Uruguay tiene esta cultura de fútbol. Por eso es necesario que todos
trabajemos para que los Forlán, los Suárez y los Fucile que hay en el país tengan posibilidades que les permitan
crecer".
Sin embargo "La Tota" se soltó y habló muy bien. "Nos comentaban de la algarabía que había, pero nunca nos
imaginamos esto que ustedes nos están regalando y que es mucho más de lo que nos merecemos. Hicimos lo que
cualquier jugador de la selección hace, que es dar la vida por la celeste".
Es impresionante recibir este regalo de ver a todo el Uruguay unido, exteriorizando el orgullo que todos llevamos
adentro por haber nacido en este país, que es lo más grande que hay, esto no me lo saca nadie", expresó llegando al
alma de todos los presentes.