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Principios del procedimiento administrativo

El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes principios, sin


perjuicio de la vigencia de otros principios generales del Derecho Administrativo:

1. Principio de legalidad: Las autoridades administrativas deben actuar con


respeto a la Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén
atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas.

 Resolución:

Resolución referente a los principios de legalidad y eficacia en la actuación de la


Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.

EQ. 0518/09. Recordatorio de deberes legales remitido a la Consejería de Educación,


Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias recordándole el deber legal
de someterse a los principios de legalidad y eficacia en su actividad con respecto a los
ciudadanos.

Ilma. Sra:

En relación con el expediente de queja arriba referenciado, agradecemos en primer lugar


su atento Informe de fecha 19/10/2009 (registro de salida 656650) que tuvo entrada en
esta Institución el día 23 de Octubre de 2009.

Valorado el citado oficio y en cumplimiento de la función de fiscalización y control de la


actuación de las administraciones públicas canarias en defensa de los derechos de los
ciudadanos que tiene encomendada a este Comisionado Parlamentario la Ley 7/2001 de
31 de Ju 2

Procedimiento Administrativo Común, en su Punto Segundo en cuanto a adelanto de la


solicitud y en su Punto Tercero en cuanto al contenido de la comunicación.

SEGUNDO: Con fecha 26 de Junio de 2009 (registro de salida num. 3381), se comunica a
la reclamante la admisión a trámite de su queja, informándole además de que esta
Defensoría, con el fin de verificar la vulneración del ordenamiento jurídico denunciada en
el citado escrito, ha solicitado informe a la Consejería de Educación, Universidades,
Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, otorgando el plazo de quince días
establecido en la Ley 7/2001 de 31 de Julio del Diputado del Común, de cuyo resultado y
tras la correspondiente valoración, se le dará conocimiento.
TERCERO: Con fecha 26 de Agosto de 2009 (registro de salida num. 4684), y ante la falta
de contestación de la Consejería de Educación a la petición inicial de informe de fecha 26
de Junio de 2009, se reitera dicha solicitud, recordando a dicho organismo su obligación
de colaborar y otorgando nuevo plazo legal de quince días para su contestación.

CUARTO: Transcurridos casi dos meses desde la citada reiteración, el día 23 de Octubre
de 2009 (registro de entrada num. ), se recibe Informe emitido por la Dirección Territorial
de Educación de Las Palmas adscrita a la Consejería de Educación, en cuyo párrafo tercero
reconoce expresamente la ausencia de respuesta a las solicitudes presentadas por la
reclamante: “ Tercero: Si bien el artículo de la Ley 30/1992, de 26 de Noviembre, de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común,
(en adelante LRJPAC) atribuye a la Administración el deber de contestar a las
reclamaciones presentadas por los ciudadanos, la realidad es otra debido a las miles de
reclamaciones que se presentan ante la misma, siendo imposible comunicarles el estado
de tramitación en que se encuentran sus reclamaciones”.

Por otro lado, atribuye la competencia de resolver la reclamación presentada por la


reclamante a la Secretaría General Técnica de la Consejería de Educación:

“El Artículo 9.1 b) del Decreto 113/2006, de 26 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento Orgánico de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes
del Gobierno de Canarias (BOC nº 148, de 1 de Agosto) atribuye a la Secretaría General
técnica de esta Consejería la gestión del personal laboral de esta Consejería, sin perjuicio
de las competencias atribuidas a otros órganos del Departamento.

Respecto a éste último párrafo se deduce que quien debe resolver la reclamación,
mediante resolución, es la Secretaría General Técnica en virtud de la competencia citada
anteriormente del Reglamento Orgánico de nuestra Consejería”.

A los anteriores Hechos, son de aplicación las siguientes

CONSIDERACIONES

PRIMERA: Principios de Legalidad y Eficacia imperantes en la actividad de las

Administraciones Públicas.-

La Ley 30/92 de 26 de Noviembre de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y


Procedimiento Administrativo Común, ya en su Exposición de Motivos se remite al
Artículo 103 y 105 b) de la Constitución Española de 1978 avanzando así los Principios
Generales que deben inspirar la actividad de las Administraciones Públicas, y que son
recogidos expresamente en su Articulado, concretamente en el Título Preliminar, Artículo
3:

“Las Administraciones Públicas sirven con objetividad los intereses generales y actúan de
acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y
coordinación, con sometimiento pleno a la Constitución, a la Ley y al Derecho”.

El aludido Principio de Legalidad, como pilar fundamental del Estado de Derecho, del cual
es garante nuestra Constitución en virtud de su Artículo 9.3, supone el sometimiento
pleno al ordenamiento jurídico vigente de la actuación de la Administración Pública
respecto a los administrados y con las solas excepciones contempladas en la Ley
reguladora del procedimiento administrativo, cuyos requisitos de aplicación no concurren
en el supuesto que aquí abordamos.

Este Principio de Legalidad deriva sustancialmente en los Principios de Eficacia, Buena Fe y


Buena Administración de una Administración Pública al servicio de los ciudadanos, que
tienen pleno derecho a conocer el estado de las reclamaciones instadas.

SEGUNDA: Obligación de resolver y notificar en los plazos establecidos legalmente.-

Todos los principios aludidos en la Primera Consideración, llevan al obligado cumplimiento


de resolver y notificar a los interesados en plazo según establece el Artículo 42. apartados
2, 3 y 4 LRJPAC en relación con el Artículo 35 a) de la misma Ley que delimita este derecho
de los ciudadanos de ser notificados para el conocimiento del estado de sus expedientes y
resolución dictada en los mismos:

“Artículo 42. Obligación de resolver.

2. El plazo máximo en el que debe notificarse la resolución expresa será el fijado por la
norma reguladora del correspondiente procedimiento. Este plazo no podrá exceder de
seis meses, salvo que una norma con rango de Ley establezca uno mayor o así venga
previsto en la normativa comunitaria europea.

3. Cuando las normas reguladoras de los procedimientos no fijen plazo máximo, éste será
de tres meses. Este plazo y los previstos en el apartado anterior se contarán:

b. En los instados a solicitud del interesado, desde la fecha en que la solicitud haya tenido
entrada en el registro del órgano competente para su tramitación.

4. (in fine) En todo caso las Administraciones Públicas informarán a los interesados del
plazo normativamente establecido para la resolución y notificación de los procedimientos,
así como los efectos que pueda producir el silencio administrativo, incluyendo dicha
mención en la notificación o publicación del acuerdo de iniciación de oficio, o en
comunicación que se les dirigirá al efecto dentro de los diez días siguientes la recepción de
la solicitud en el registro del órgano competente para su tramitación. En éste último caso,
la comunicación indicará además la fecha en que la solicitud ha sido recibida por el órgano
competente.”

TERCERA: Derecho de los administrados a conocer en todo momento el estado de sus


expedientes administrativos.-

Amparados por el Artículo 35 de la LRPJAC, los ciudadanos tienen el derecho de solicitar


en cualquier momento información del estado de tramitación del expediente
administrativo del que son parte interesada:

“Artículo 35. Derechos de los ciudadanos.

Los ciudadanos, en sus relaciones con las Administraciones Públicas, tienen los siguientes
derechos:

A) A conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación del procedimientos en


los que tengan condición de interesados, y obtener copias de los documentos contenidos
en ellos”.

CUARTA: Obligatoriedad de los términos y plazos.-

Los plazos establecidos en la LRPJAC, son obligatorios tanto para la Administración Pública
como para los administrados, en aplicación del Artículo 47 de dicha Ley:

“Artículo 47: Obligatoriedad de los términos y plazos.

Los términos y plazos establecidos en ésta u otras Leyes, obligan a las autoridades y al
personal al servicio de las Administraciones Públicas competentes en la tramitación de los
asuntos, así como a los interesados en los mismos.”

En aplicación de todos los preceptos legales citados anteriormente, complementados con


aquellos a los que aludió la reclamante en su escrito inicial de queja que obra en poder de
la Consejería de Educación en virtud del traslado que se dio del expediente por esta
Defensoría a aquella Administración en la petición de Informe inicial, es evidente que por
V.I. no se ha dado cumplimiento a la legalidad vigente al no haber sido contestadas las dos
solicitudes formuladas por la reclamante efectuadas los días 24 de octubre de 2008 y 3 de
febrero de 2009, máxime cuando la segunda solicitud trae causa de la falta de
contestación y/o resolución a la primera solicitud por la que se inició el expediente
administrativo interesado y en aquella la reclamante ya expuso parte de la normativa
reguladora del deber de la Administración Pública de resolver y notificar en los plazos
legales establecidos.

En virtud de lo anteriormente expuesto, y en uso de las facultades que me otorga la Ley


7/2001 de 31 de Julio del Diputado del Común en su Artículo 37.1, “El Diputado del
Común, con ocasión de sus actividades, podrá formular a las autoridades y al personal al
servicio de las administraciones públicas canarias o de los órganos y entidades reseñados
en el artículo 17 de esta Ley, sugerencias, advertencias, recomendaciones y recordatorio
de deberes legales para la adopción de nuevas medidas”, esta Institución le formula el
siguiente:

RECORDATORIO DE DEBERES LEGALES

- Deber de someterse al principios de legalidad y eficacia en su actividad con respecto a


los ciudadanos, cumpliendo el ordenamiento jurídico vigente y estando al servicio de los
mismos en la protección de sus derechos e intereses generales;

- Deber de tramitar las solicitudes presentadas por los interesados conforme a los
preceptos de la Ley 30/92, de 26 de Noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común, resolviendo y
notificando dichas resoluciones en los plazos legales establecidos;

- Deber de contemplar y respetar el derecho de los administrados a conocer en todo


momento el estado de tramitación de sus expedientes administrativos.
2. Principio del debido procedimiento: Los administrados gozan de los derechos
y garantías implícitos al debido procedimiento administrativo. Tales derechos y
garantías comprenden, de modo enunciativo mas no limitativo, los derechos a ser
notificados; a acceder al expediente; a refutar los cargos imputados; a exponer
argumentos y a presentar alegatos complementarios; a ofrecer y a producir
pruebas; a solicitar el uso de la palabra, cuando corresponda; a obtener una
decisión motivada, fundada en derecho, emitida por autoridad competente, y en
un plazo razonable; y, a impugnar las decisiones que los afecten.

La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable
solo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.

 Resolución:
3. Principio de impulso de oficio: Las autoridades deben dirigir e impulsar de
oficio el procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten
convenientes para el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.

 Resolución:

Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado

Resolución Nº 1355/2007.TC-S1

Sumilla : De conformidad con el Principio de Informalismo e Impulso de Oficio, la


Entidad, a través de sus diversas oficinas, debe encausar o reconducir los trámites y/o
documentos que hayan sido presentados por los administrados al área u oficina que
corresponda.

Lima, 12.SETIEMBRE.2007

Visto, en sesión de fecha 12 de setiembre de 2007 la Primera Sala del Tribunal de


Contrataciones y Adquisiciones del Estado el Expediente N° 2042.2007.TC, sobre el
recurso de apelación interpuesto por la empresa MECSOFT E.I.R.L. contra la descalificación
de su propuesta en la Adjudicación de Menor Cuantía Nº 013-2007/UGEL10-Huaral
convocada para la adquisición de diez computadoras personales para la Unidad de Gestión
Educativa Local Nº 10 - Huaral; y atendiendo a los siguientes:

ANTECEDENTES:

1. El día 16 de julio de 2007, la Unidad de Gestión Educativa Local UGEL 10 – Huaraz, en


adelante la Entidad, llevó a cabo la convocatoria de la Adjudicación de Menor Cuantía Nº
013-2007/UGEL 10-Huaral para la adquisición de diez computadoras personales para la
Unidad de Gestión Educativa Local Nº 10 - Huaral, por un monto equivalente a S/. 19,
327.30 (Diecinueve Mil Trescientos veintisiete con 30/100 Nuevos Soles).

2. El Registro de participantes se llevó a cabo el día 17 de julio de 2007, conforme al


calendario establecido para el presente proceso de selección.

3. El día 18 de julio de 2007, se llevó a cabo la presentación de propuestas, habiendo


remitido sus respectivas propuestas las siguientes empresas:

a. INTERSISTED CORPORATION SOCIEDAD ANONIMA CERRADA – INTERCORP S.A.C.

b. SILICON SISTEM S.A.C.


c. FIRST DATA S.A.C.

d. MECSOFT E.I.R.L. (En adelante el Impugnante)

En dicho acto el Comité Especial procedió a verificar si las citadas empresas cumplieron
con haberse registrado como participantes ante la Entidad, habiendo cumplido con tal
requisito las siguientes empresas:

a. INTERSISTED CORPORATION SOCIEDAD ANONIMA CERRADA – INTERCORP S.A.C.

b. SILICON SISTEM S.A.C.

Por lo que se procedió a no admitir las propuestas de las empresas restantes.

4. El día 19 de julio de 2007 se registró en el SEACE el siguiente cuadro comparativo:

Postor Experiencia Garantía Mejoras Plazo de Total


Postor hasta hasta 30 Técnicas entrega
20 Pts. Pts. hasta 10 hasta 40
Pts. Pts.
Intersisted No se evalúa 0.00
Corporation la propuesta
Sociedad porque no
Anónima reúne los
Cerrada - requerimientos
INTERCORP técnicos
S.A.C. mínimos
según ANEXO
“A”
Silicon
System
S.A.C. 20.00 30.00 3.00 40.00 93.00

De dicho cuadro se aprecia que la Buena Pro fue otorgada a la empresa SILICON SYSTEM
S.A.C.

5. El 31 de julio de 2007, la empresa MECSOFT E.I.R.L. presenta su recurso de apelación,


en el que solicita se evalúe su propuesta ya que ésta no fue tomada en cuenta debido a
que no cumplió con registrarse como participante, lo cual es fundamentado de la
siguiente manera:

a. Su empresa participó en dicho proceso, habiéndose registrado como participante el día


17 de julio de 2007 y presentando su Propuesta Técnica y Económica el 18 de julio de
2007 conforme a lo dispuesto en el calendario establecido para el presente proceso de
selección.

b. Al ver los resultados del presente proceso de selección, registrados en el SEACE el 19 de


julio de 2007, se percata que no figuraba como postor en dicho proceso.

c. Al efectuar las averiguaciones pertinentes, se comunicaron con representantes de la


Entidad, los cuales le manifestaron que su propuesta no había llegado a manos del Comité
Especial; por lo que no se procedió a su evaluación.

6. Mediante decreto de fecha 01 de agosto de 2007 se admitió a trámite el recurso de


apelación; por lo que se corrió traslado a la Entidad para que en el plazo de tres (03) días
cumpla con remitir los antecedentes administrativos.

7. El 14 de agosto de 2007, mediante Oficio Nº 2469-2007-UGEL Nº 10 – HURAL, la Entidad


solicitó un plazo adicional de cinco (05) días para cumplir con remitir lo solicitado.

8. Con decreto de fecha 15 de agosto de 2007, se otorgó a la Entidad el plazo adicional


solicitado.

9. El 21 de agosto de 2007, la Entidad cumplió con remitir los antecedentes


administrativos.

10. El 22 de agosto de 2007 se emite el decreto mediante el cual se remite el expediente a


la Primera Sala del Tribunal.

FUNDAMENTACIÓN:

1. Es materia del presente recurso de apelación la solicitud que ha planteado el


Impugnante a fin de que el Comité Especial proceda a evaluar su propuesta, presentada
en la Adjudicación de Menor Cuantía Nº 013-2007/UGEL10-Huaral convocada para la
adquisición de diez computadoras personales para la Unidad de Gestión Educativa Local
Nº 10 - Huaral.

2. Conforme se observa del Informe Técnico Legal Nº 001-2007, remitido por la Entidad, el
Comité Especial no procedió a evaluar la propuesta del postor impugnante debido a que
éste no cumplió con registrarse como participante ante la Entidad, habiendo presentado
su ficha de registro de participación en una oficina distinta a la establecida en las Bases.

3. Respecto al Registro de Participantes, el artículo 61 del Reglamento de la Ley de


Contrataciones y Adquisiciones del Estado, en adelante el Reglamento, establece lo
siguiente:
“Todo proveedor que desee intervenir como participante en un proceso de selección
deberá registrarse ante la Entidad, pagando a ésta un derecho, cuyo monto no podrá ser
mayor al costo de reproducción de las Bases, conforme el mecanismo que ellas
establezcan. Este pago le da derecho al participante a recabar de la Entidad una copia de
las Bases.

En el caso de adjudicaciones de menor cuantía para bienes o servicios el registro como


participante será gratuito.”

4. Como se puede apreciar del párrafo anterior, el mecanismo mediante el cual se llevará
a cabo el registro de participantes debe ser establecido en las Bases, en el que deberá
incluirse el monto a pagar, lugar, fecha y hora en que se deberá efectuar tal registro, de
manera que los proveedores conozcan a ciencia cierta el mecanismo mediante el cual se
llevará a cabo dicho registro. En ese sentido, en primer lugar, corresponde verificar si en
las Bases del presente proceso de selección se estableció el mecanismo respectivo para
que los proveedores se registren como participantes.

5. En relación a ello, el primer párrafo del numeral 2.2 de las Bases señala que “El registro
de participantes se realizará en forma gratuita en el Equipo de Abastecimiento de la UGEL
Nº 10 Huaral, sito en Av. Túpac Amaru s/n Huaral, en la fecha señalada en el cronograma,
en el horario de 10:00 a 12:00 horas y de 14:00 a 16:00 horas.”

6. De lo señalado en el párrafo precedente se advierte que los proveedores que tenían


interés en participar en el presente proceso de selección, debían registrarse el día 17 de
julio de 2007 en la oficina denominada “Equipo de Abastecimiento” de la Entidad en el
horario de diez a doce del día y de las catorce hasta las dieciséis horas.

7. De la documentación remitida por el Impugnante y por la Entidad, se aprecia que


efectivamente el día 17 de julio de 2007, conforme al horario establecido en las Bases, el
Impugnante presentó su ficha de inscripción en el registro de participantes en la Mesa de
Partes de la Entidad; sin embargo, dicha Oficina era distinta a la establecida para tal acto
en las Bases[1]; por lo que, según lo señalado por la Entidad, el recurrente no contaba con
la calidad de participante, condición necesaria para poder presentar su propuesta y
obtener la calidad de postor.

8. Al respecto, cabe precisar que de conformidad con el Principio de Informalismo e


Impulso de Oficio[2], la Entidad, a través de sus diversas oficinas, debe encausar o
reconducir los trámites y/o documentos que hayan presentado los administrados al área u
oficina que corresponda[3].
En el presente caso, el postor, por equivocación o error presentó el Oficio mediante el
cual indicó su deseo de ser registrado como participante en la mesa de partes de la
Entidad; por lo que dicha oficina debió remitir el citado documento a la Oficina
correspondiente con la finalidad de que se registre tal participación[4].

9. En ese sentido, corresponde que el Comité Especial tenga como válido el registro de
participante del Impugnante; por lo que corresponde que se declare la nulidad del
otorgamiento de la Buena Pro del presente proceso de selección, debiendo retrotraerse a
la etapa de evaluación de propuestas, donde el Comité Especial deberá evaluar la
propuesta presentada por la empresa MECSOFT E.I.R.L.

10. Por lo tanto, en función de todo lo expuesto precedentemente y en aplicación de lo


dispuesto por el numeral 2) del artículo 163 del Reglamento, corresponde declarar
fundado el recurso de apelación interpuesto por el Impugnante.

Por estos fundamentos, de conformidad con el informe del Vocal Ponente Dr. Derik
Latorre Boza y la intervención de los señores Vocales Dres. Carlos Cabieses López y Victor
Manuel Rodríguez Buitrón atendiendo a la reconformación de la Primera Sala del Tribunal
de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, dispuesta mediante Resolución Nº 279-
2007-CONSUCODE/PRE, expedida el 21 de mayo de 2007, así como lo establecido en el
Acuerdo de Sala Plena 005/003 de fecha 04 de marzo de 2002 y en ejercicio de las
facultades conferidas en los artículos 53, 59 y 61 del Texto Único Ordenado de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por Decreto Supremo Nº 083-2004-
PCM, el artículo 163 de su Reglamento, aprobado por Decreto Supremo Nº 084-2004-
PCM, y los artículos 17° y 18° del Reglamento de Organización y Funciones del
CONSUCODE, aprobado por Decreto Supremo № 054-2007-EF; analizados los
antecedentes y luego de agotado el debate correspondiente, por unanimidad;

[1] Conforme a lo consignado en el numeral 2.2 de las Bases.

[2] Artículo IV.- Principios del procedimiento administrativo

1.- El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes


principios, sin perjuicio de la vigencia de otros principios generales del Derecho
Administrativo:

1.3. Principio de Impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes
para el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
1.6. Principio de Informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en
forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de
modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos
formales que puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa
no afecte derechos de terceros o el interés público.

[3] Conforme a lo indicado por el Dr. Juan Carlos Morón Urbina en su obra “Comentarios a
la Ley del Procedimiento Administrativo General”, el Principio de Informalismo, también
conocido en la doctrina como formalismo atenuado o informalismo a favor del
administrado, se orienta a proteger al administrado con la finalidad de que no se vea
afectado en sus intereses o derechos por cuestiones meramente procesales, mediante la
relativización de las exigencias adjetivas; asimismo, respecto al Principio de Impulso de
Oficio, señala que resulta indispensable no dejar librada a la voluntad de los administrados
concurrentes al procedimiento, el impulso según su mayor o menor interés en obtener
una respuesta certera, inmediata pronta o diferida; y por el contrario, exige a la parte
llamada a servir el interés público (Administración), la función de impulsarlo, en todos sus
aspectos, independientemente del interés que puedan mostrar los administrados.

[4] Resulta pertinente indicar que en dicho documento, el proveedor precisó el número de
proceso en el que pretendía participar, lo que hacía más fácil el saber la pretensión de
dicho administrado y a qué área debía remitirse tal documento.

LA SALA RESUELVE:

1. Declarar FUNDADO el recurso de apelación interpuesto por la empresa MECSOFT


E.I.R.L. contra la descalificación de su propuesta; por lo que corresponde declarar la
nulidad del otorgamiento de la Buena Pro de la Adjudicación de Menor Cuantía Nº 013-
2007/UGEL 10-Huaral convocada para la adquisición de diez computadoras personales
para la Unidad de Gestión Educativa Local Nº 10 - Huaral; retrotrayéndose hasta la etapa
de evaluación de propuestas, debiendo el Comité Especial evaluar la propuesta
presentada por la empresa MECSOFT E.I.R.L.

2. Devolver la garantía presentada para el presente procedimiento por la empresa


MECSOFT E.I.R.L.

3. Disponer la devolución de los antecedentes administrativos a la Entidad, la cual deberá


recabarlos en la mesa de partes del Tribunal dentro del plazo de 30 días calendario de
notificada la presente resolución; conforme a lo dispuesto en el numeral 5 de la parte V.
Disposiciones Generales de la Directiva Nº 013-2007/CONSUCODE/PRE.

4. Dar por agotada la vía administrativa.


Regístrese, comuníquese y publíquese.

ss.

Latorre Boza

Cabieses López.

Rodríguez Buitrón.

4. Principio de razonabilidad: Las decisiones de la autoridad administrativa,


cuando creen obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o
establezcan restricciones a los administrados, deben adaptarse dentro de los
límites de la facultad atribuida y manteniendo la debida proporción entre los
medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que respondan a lo
estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.

 Resolución:
EXP. N.° 2192-2004-AA /TC
TUMBES
GONZALO ANTONIO
COSTA GÓMEZ Y
MARTHA ELIZABETH
OJEDA DIOSES

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 11 días del mes de octubre de 2004, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini,
Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso extraordinario interpuesto por don Gonzalo Antonio Costa Gómez


y doña Martha Elizabeth Ojeda Dioses contra la resolución de la Sala
Especializada en lo Civil de Tumbes, de fojas 122, su fecha 7 de mayo de 2004,
que declaró improcedente la acción de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Los recurrentes, con fecha 19 de diciembre de 2003, interponen acción de


amparo contra el alcalde de la Municipalidad Provincial de Tumbes, con el
objeto de que se declare sin efecto la Resolución de Alcaldía N.° 1085-2003-
ALC-MPT, de fecha 16 de diciembre de 2003, que les impuso la sanción de
destitución de sus puestos de trabajo. Afirman que la Comisión Permanente de
Procesos Administrativos Disciplinarios de la Municipalidad Provincial de
Tumbes no cumplió con realizar una investigación imparcial para determinar su
responsabilidad en unas faltas administrativas que se les imputa, y que, además,
ignoró los resultados de las investigaciones policiales referidas a los mismos
hechos y en la cual se descarta su responsabilidad penal. Manifiestan que con
ello, se vulneraron sus derechos constitucionales a la igualdad ante la ley, a la
legítima defensa, a la libertad de trabajo y al debido proceso.

La Municipalidad demandada manifiesta que mediante las Resoluciones de


Alcaldía N.º 1024-2003-MPT-ALC y 1025-2003-MPT-ALC, de fecha 24 de
noviembre de 2003, se les instauró proceso administrativo disciplinario a los
recurrentes y que, al ser notificados con dichas resoluciones, presentaron sus
descargos, ejerciendo en consecuencia su derecho de defensa. Agrega que la
sanción fue interpuesta como resultado de dicho proceso, en el cual se
recomendó sus destituciones en razón de la gravedad de las faltas cometidas y del
daño patrimonial ocasionado a la entidad, siendo la Resolución de Alcaldía N.°
1085-2003-ALC-MPT la que acoge dicha recomendación y dispone,
definitivamente y en última instancia, la culminación de sus respectivos vínculos
laborales.

El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Tumbes, con fecha 15 de


marzo de 2004, declaró fundada la demanda, por considerar que los hechos
materia de sanción disciplinaria y la responsabilidad de los actores no está
debidamente probada, por lo que la duda favorece al trabajador, estimando
también que la resolución cuestionada no toma en cuenta principios de
razonabilidad y proporcionalidad respecto a la falta cometida.

La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda,


estimando que los hechos debatidos no pueden ser resueltos en la vía
constitucional de amparo, por carecer de etapa probatoria.

FUNDAMENTOS

1. El objeto de demanda es que se deje sin efecto la Resolución de Alcaldía N.º


1085-2003-ALC-MPT, de fecha 16 de diciembre de 2003, por medio de la
cual se resuelve destituir a los demandantes en el ejercicio de sus funciones de
técnico de recepción de la Oficina de Rentas y de Cajera, respectivamente.
Los recurrentes manifiestan que dicha resolución viola sus derechos
constitucionales al debido proceso, a la libertad de trabajo, a la dignidad y la
igualdad ante la ley, de defensa, entre otros.

2. Varias son las cuestiones que se detallan en el escrito de demanda y que este
Tribunal encuentra relevantes desde una perspectiva de los derechos que están
en juego en el presente caso, a saber: a) los efectos del principio de legalidad
y, más precisamente, del principio de taxatividad en el procedimiento
administrativo sancionador; b) los alcances y efectos del deber de motivar el
acto administrativo, sobre todo cuando éste contiene una decisión que
restringe o limita un derecho fundamental; c) las implicancias del principio de
razonabilidad en la sanción impuesta, para determinar la justicia de la
decisión.

Principio de legalidad y subprincipio de taxatividad en el derecho


administrativo sancionador

3. El principio de legalidad constituye una auténtica garantía constitucional de


los derechos fundamentales de los ciudadanos y un criterio rector en el
ejercicio del poder punitivo del Estado Democrático. La Constitución lo
consagra en su artículo 2º, inciso 24, literal d), con el siguiente tenor: “Nadie
será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse
no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca,
como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley”
(subrayado nuestro).

4. Sobre esta base, este Tribunal, en el Expediente N.º 0010-2002-AI/TC, ha


establecido que el principio de legalidad exige no sólo que por ley se
establezcan los delitos, sino también que las conductas prohibidas estén
claramente delimitadas por la ley, prohibiéndose tanto la aplicación por
analogía, como también el uso de cláusulas generales e indeterminadas en la
tipificación de las prohibiciones.

A partir de esta consideración del principio de legalidad y sus implicancias en


la estructuración del derecho penal moderno, este Tribunal también ha
establecido, en el Expediente N.° 2050-2002-AA/TC, que: “(...) que los
principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen
principios básicos del derecho sancionador, que no sólo se aplican en el
ámbito del derecho penal, sino también en el del derecho administrativo
sancionador (…)”. (Fundamento Jurídico N.º 8).
5. Este Colegiado también ha establecido que: “(...) no debe identificarse el
principio de legalidad con el principio de tipicidad. El primero, garantizado
por el ordinal "d" del inciso 24) del artículo 2° de la Constitución, se satisface
cuando se cumple con la previsión de las infracciones y sanciones en la ley.
El segundo, en cambio, constituye la precisa definición de la conducta que la
ley considera como falta (...)” (Exp. N.º 2050-2002-AA/TC-Fundamento
Jurídico N.º 9).

El subprincipio de tipicidad o taxatividad constituye una de las


manifestaciones o concreciones del principio de legalidad respecto de los
límites que se imponen al legislador penal o administrativo, a efectos de que
las prohibiciones que definen sanciones, sean éstas penales o administrativas,
estén redactadas con un nivel de precisión suficiente que permita a cualquier
ciudadano de formación básica, comprender sin dificultad lo que se está
proscribiendo bajo amenaza de sanción en una determinada disposición legal.

6. En el presente caso, la resolución impugnada que establece la máxima


sanción posible en vía administrativa, es decir, la destitución de los
recurrentes, tiene como respaldo legal el artículo 28º, incisos a) y d) del
Decreto Legislativo N.° 276, que establece que: “(...) son faltas de carácter
disciplinarias que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese
temporal o con destitución, previo proceso administrativo: a) El
incumplimiento de las normas establecidas en la presente ley y su reglamento;
y d) La negligencia en el desempeño de las funciones”.

7. Este Tribunal considera que las dos disposiciones invocadas en la resolución


que establece la destitución de sus puestos de trabajo de los recurrentes, son
cláusulas de remisión que requieren, de parte de la administración municipal,
el desarrollo de reglamentos normativos que permitan delimitar el ámbito de
actuación de la potestad sancionadora, debido al grado de indeterminación e
imprecisión de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada
en estas disposiciones genéricas es inconstitucional, por vulnerar el principio
consagrado en el artículo 2,º inciso 24, literal d), de la Constitución, conforme
a los criterios desarrollados en los fundamentos precedentes.

La garantía constitucional de la motivación del acto administrativo


sancionador

8. La motivación de las decisiones administrativas no tiene referente


constitucional directo. No obstante, se trata de un principio constitucional
implícito en la organización del Estado Democrático que se define en los
artículos 3º y 43º de la Constitución, como un tipo de Estado contrario a la
idea del poder absoluto o arbitrario. En el Estado Constitucional Democrático,
el poder público está sometido al Derecho, lo que supone, entre otras cosas,
que la actuación de la Administración deberá dar cuenta de esta sujeción a fin
de despejar cualquier sospecha de arbitrariedad. Para lograr este objetivo, las
decisiones de la Administración deben contener una adecuada motivación,
tanto de los hechos como de la interpretación de las normas o el razonamiento
realizado por el funcionario o colegiado, de ser el caso.

9. Este Tribunal ya ha tenido ocasión de desarrollar un criterio jurisprudencial


sobre algunos de los alcances de la motivación de las decisiones en sede
administrativa en el Expediente N.º 090-2004-AA/TC, al establecer que: “(…)
la motivación debe otorgar seguridad jurídica al administrado y permitir al
revisor apreciar la certeza jurídica de la autoridad que decide el
procedimiento; para ello no se debe utilizar las citas legales abiertas, que sólo
hacen referencia a normas en conjunto como reglamentos o leyes, pero sin
concretar qué disposición ampara la argumentación o análisis de la autoridad
(…)”. (Fundamento Jurídico N.º 31).

10. En esta misma dirección y ya en el plano legal, el artículo 6º, inciso 3º de la


Ley N.º 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, dispone que:
“(...) no son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales
o vacías de fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por
su oscuridad, vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten
específicamente esclarecedoras para la motivación del acto”. De otro lado, el
numeral 1.2) del artículo IV del Título Preliminar de la citada Ley
establece que forma parte del debido procedimiento administrativo el
derecho del administrado a obtener una decisión motivada y fundada en
derecho. Dicha motivación debe efectuarse en proporción al contenido y
conforme al ordenamiento jurídico, en concordancia con el numeral 4) del
artículo 3.º de la citada ley.

11. En la precitada Sentencia N.° 090-2004-AA/TC, este Tribunal también ha


expresado que: “(...) el deber de motivar las decisiones administrativas
alcanza especial relevancia cuando en las mismas se contienen sanciones”. En
la medida que una sanción administrativa supone la afectación de derechos, su
motivación no sólo constituye una obligación legal impuesta a la
Administración, sino también un derecho del administrado, a efectos de que
éste pueda hacer valer los recursos de impugnación que la legislación prevea,
cuestionando o respondiendo las imputaciones que deben aparecer con
claridad y precisión en el acto administrativo sancionador. De otro lado,
tratándose de un acto de esta naturaleza, la motivación permite a la
Administración poner en evidencia que su actuación no es arbitraria sino que
está sustentada en la aplicación racional y razonable del derecho y su sistema
de fuentes.

12. En el caso que nos ocupa, la resolución que impone la sanción de destitución
de los recurrentes es sumamente ambigua, tanto respecto de los hechos que
son materia de sanción, como también de los específicos dispositivos legales
que se habrían infringido con dichas conductas. Si bien la resolución
impugnada hace mención al Manual de Organización y Funciones así como a
las “normas de tesorería” que habrían sido infringidas, sin embargo, en la
resolución, la única infracción que se cita de dicho Manual es un inciso g),
que establece como función de uno de los recurrentes “Elaborar el registro de
la cobranza diaria de las rentas municipales y elevar los partes diarios al Jefe
de la Oficina”. No obstante, conforme se aprecia de la demanda, a fojas 17,
así como de la contestación de la demanda, a fojas 27, que confirma la versión
de los recurrentes, la operación de emisión de un recibo de caja N.º 002528
fue anulada y, por tanto, no pudo aparecer en el reporte del día, debido a que
nunca se efectivizó el pago por el concepto a que se refería.

13. Respecto del procedimiento administrativo instaurado por la Municipalidad


de Tumbes a los recurrentes, a fojas 8 y 9 del expediente se aprecia la
mención a las disposiciones que se abrían infringido para merecer la sanción
de destitución, invocándose únicamente los incisos a) y d) del Decreto
Legislativo N º 276 ya aludido, y amparándose en ello se imputa
responsabilidad a los recurrentes porque en los descargos correspondientes,
no aparece “prueba que desvirtúe los cargos que se les imputan”.

Esta es una postura que el Tribunal no comparte. Frente a una sanción carente
de motivación, tanto respecto de los hechos como también de las
disposiciones legales que habrían sido infringidas por los recurrentes, no
puede trasladarse toda la carga de la prueba a quien precisamente soporta la
imputación, pues eso significaría que lo que se sanciona no es lo que está
probado en el procedimiento, sino lo que el imputado, en este caso, no ha
podido probar como descargo en defensa de su inocencia. Por ello, al
disponerse en este caso que sea el propio investigado administrativamente
quien demuestre su inocencia, se ha quebrantado el principio constitucional
de presunción de inocencia que también rige el procedimiento administrativo
sancionador, sustituyéndolo por una regla de culpabilidad que resulta
contraria a la Constitución.
14. Finalmente, respecto de las falencias de motivación del acto administrativo
que dispone la destitución de los recurrentes, debe mencionarse que esta
garantía constitucional, si bien es cierto que no se encuentra abierta como
posibilidad para recurrir al amparo cada vez que no se motive adecuadamente
una decisión de la Administración, no lo es menos que, en el presente caso, la
sola mención genérica a disposiciones que no contienen una delimitación
clara y precisa de la conducta denunciada como infracción, involucra la
afectación de otros derechos fundamentales, como el derecho al trabajo y el
derecho a un debido proceso administrativo.

El principio de proporcionalidad en el derecho administrativo sancionador

15. El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado


Social y Democrático de Derecho, y está configurado en la Constitución en
sus artículos 3º y 43º, y plasmado expresamente en su artículo 200°, último
párrafo. Si bien la doctrina suele hacer distinciones entre el principio de
proporcionalidad y el principio de razonabilidad, como estrategias para
resolver conflictos de principios constitucionales y orientar al juzgador hacia
una decisión que no sea arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie,
una similitud entre ambos principios, en la medida que una decisión que se
adopta en el marco de convergencia de dos principios constitucionales,
cuando no respeta el principio de proporcionalidad, no será razonable. En este
sentido, el principio de razonabilidad parece sugerir una valoración respecto
del resultado del razonamiento del juzgador expresado en su decisión,
mientras que el procedimiento para llegar a este resultado sería la aplicación
del principio de proporcionalidad con sus tres subprincipios: de adecuación,
de necesidad y de proporcionalidad en sentido estricto o ponderación.

16. El principio de proporcionalidad ha sido invocado en más de una ocasión por


este Tribunal, ya sea para establecer la legitimidad de los fines de actuación
del legislador en relación con los objetivos propuestos por una determinada
norma cuya constitucionalidad se impugna (Exp. N.º 0016-2002-AI/TC), ya
sea para establecer la idoneidad y necesidad de medidas implementadas por el
Poder Ejecutivo a través de un Decreto de Urgencia (Exp. N.º 0008-2003-
AI/TC), o también con ocasión de la restricción de derechos fundamentales en
el marco del proceso penal (Exp. N.° 0376-2003-HC/TC). No obstante, este
Colegiado no ha tenido ocasión de desarrollar este principio aplicándolo al
control de la potestad sancionadora de la Administración, ámbito donde
precisamente surgió, como control de las potestades discrecionales de la
Administración.
17. En efecto, es en el seno de la actuación de la Administración donde el
principio de proporcionalidad cobra especial relevancia, debido a los
márgenes de discreción con que inevitablemente actúa la Administración para
atender las demandas de una sociedad en constante cambio, pero también,
debido a la presencia de cláusulas generales e indeterminadas como el interés
general o el bien común, que deben ser compatibilizados con otras cláusulas o
principios igualmente abiertos a la interpretación, como son los derechos
fundamentales o la propia dignidad de las personas. Como bien nos recuerda
López González[1], “En la tensión permanente entre Poder y Libertad que
protagoniza el desenvolvimiento del Derecho Público y por ello también el
del Derecho Administrativo, el Estado de Derecho a través de la consagración
que formula el principio de legalidad y de la garantía y protección de los
derechos fundamentales, exige un uso jurídico proporcionado del poder, a fin
de satisfacer los intereses generales con la menos e indispensable restricción
de las libertades”.

18. El principio de proporcionalidad, como ya se adelantó, está estructurado por


tres subprincipios: de necesidad, de adecuación y de proporcionalidad en
sentido estricto. “De la máxima de proporcionalidad en sentido estricto se
sigue que los principios son mandatos de optimización con relación a las
posibilidades jurídicas. En cambio, las máximas de la necesidad y de la
adecuación se siguen del carácter de los principios como mandatos de
optimización con relación a las posibilidades fácticas”[2]. Esto supone que
cuando el Tribunal se enfrenta a un caso donde existe conflicto entre dos
principios constitucionales, deberá realizar no sólo un ejercicio argumentativo
enjuiciando las disposiciones constitucionales en conflicto (ponderación), sino
también deberá evaluar también todas las posibilidades fácticas (necesidad,
adecuación), a efectos de determinar si, efectivamente, en el plano de los
hechos, no existía otra posibilidad menos lesiva para los derechos en juego
que la decisión adoptada.

19. A partir de estas premisas, pese a que en el presente caso ha quedado ya


constatada la violación de los principios constitucionales de legalidad
(taxatividad), debido proceso y la garantía de la motivación de las
resoluciones administrativas, así como el derecho de defensa; resulta
pertinente establecer si la medida de destitución impuesta a los recurrentes era
la única que preveía el ordenamiento jurídico frente a los hechos investigados
en el procedimiento administrativo, en el supuesto de que estos hayan sido
correctamente determinados mediante un debido procedimiento
administrativo.
20. En el presente caso debe observarse, además, que el propio Decreto
Legislativo N.° 276, en su artículo 27º, establece que: “(...) los grados de
sanción corresponde a la magnitud de las faltas, según su menor o mayor
gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza de la
infracción sino también los antecedentes del servidor (...)”. Esto implica un
claro mandato a la administración municipal para que, en el momento de
establecer una sanción administrativa, no se limite a realizar un razonamiento
mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe una apreciación
razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir,
que no se trata sólo de contemplar los hechos en abstracto, sino “en cada
caso” y tomando en cuenta “los antecedentes del servidor”. Por tanto, una
decisión razonable en estos casos supone, cuando menos:

a) La elección adecuada de las normas aplicables al caso y su correcta interpretación,


tomando en cuenta no sólo una ley particular, sino el ordenamiento jurídico en su
conjunto.

b) La comprensión objetiva y razonable de los hechos que rodean al caso, que implica
no sólo una contemplación en “abstracto” de los hechos, sino su observación en
directa relación con sus protagonistas, pues sólo así un “hecho” resultará menos o
más tolerable, confrontándolo con los “antecedentes del servidor”, como ordena la
ley en este caso.

c) Una vez establecida la necesidad de la medida de sanción, porque así lo ordena la


ley correctamente interpretada en relación a los hechos del caso que han sido
conocidos y valorados en su integridad, entonces el tercer elemento a tener en
cuenta es que la medida adoptada sea la mas idónea y de menor afectación posible a
los derechos de los implicados en el caso.

21. En autos no se aprecia que estos criterios hayan sido tomados en cuenta por la
Municipalidad emplazada. Así a fojas 16, se observa que los demandantes
desempeñaron una labor permanente e ininterrumpida durante 20 y 27 años,
respectivamente, sin haber tenido problemas de carácter disciplinario. De otro
lado, no se ha tomado en cuenta la existencia de un proceso penal en curso
seguido por los mismos hechos, en el cual se emitió el atestado policial N.º
55-03-RPNP-T/DTVAJ-DAMP, de fecha 26 de agosto de 2003, corriente a
fojas 51, que concluye en la falta de responsabilidad de los accionantes. En
este sentido, resulta cuestionable que en un proceso administrativo que tenga
como consecuencia la sanción máxima de destitución, se omita la valoración
de toda prueba o elemento que coadyuve a la determinación certera de la
responsabilidad de los procesados, cuando ésta representa la única garantía de
justicia y proporcionalidad entre la supuesta falta cometida y la sanción a
imponerse.
22. Por lo precedentemente expuesto, este Colegiado considera que en el presente
caso también se ha violado el principio de proporcionalidad como atributo del
Estado Social y Democrático de Derecho, reconocido explícitamente por el
artículo 200° de la Constitución.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la presente acción de amparo.

2. Ordenar a la demandada Municipalidad Provincial de Tumbes que cumpla con reponer


a los recurrentes en su puesto de trabajo, dejando a salvo sus derechos que no pueden
ser atendidos en esta vía, para que lo hagan valer en la que corresponda de acuerdo a
ley.

SS.

ALVA ORLANDINI
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
5. Principio de imparcialidad: Las autoridades administrativas actúan sin
ninguna clase de discriminación entre los administrados, otorgándoles
tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento, resolviendo conforme
al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.

 Resolución:
EXP. N.° 00197-2010-PA/TC
MOQUEGUA
JAVIER PEDRO
FLORES AROCUTIPA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de agosto de 2010, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez,
Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Javier Pedro


Flores Arocutipa contra la sentencia expedida por la Sala Mixta de la Corte
Superior de Justicia de Moquegua, de fojas 363, su fecha 12 de noviembre de
2009, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 22 de septiembre de 2008, el recurrente interpone demanda de


amparo contra la Universidad José Carlos Mariátegui, representada por su rector,
don Oscar Celestino Paredes Vargas, y contra el Tribunal de Honor y Disciplina
conformado por el Dr. César Augusto Gamio Oré, el Mg. Víctor Cornejo
Rodríguez y el Mg. Daniel Reynoso Rodríguez, a fin de que se declare
inaplicable la Resolución Rectoral N.º 288-2008-R-UJCM, de fecha 25 de julio
de 2008. Solicita, además, se declare nulo y sin efecto legal el proceso
administrativo que se viene llevando en su contra ante el Tribunal de Honor y
Disciplina de la Universidad José Carlos Mariátegui, se ordene el pago de los
costos y costas del proceso, y se remita los actuados al Fiscal ante la existencia
de delito, de conformidad con el artículo 8º del Código Procesal Constitucional.
Invoca la vulneración de los derechos constitucionales al debido proceso y al juez
imparcial, así como de los principios de legalidad y tipicidad.
Don César Augusto Gamio Oré contesta la demanda señalando que se
observó el debido proceso en el procedimiento instaurado al actor, pues se le
notificó notarialmente con los posibles cargos que pudieran resultar de la
investigación administrativa; y que el Tribunal de Honor y Disciplina no es un
órgano juzgador, sino que practica las diligencias previas y no tiene facultades
para juzgar y sancionar, pues ello corresponde al Consejo Universitario. Sostiene
que se invitó al actor para que haga sus descargos, pero se negó a hacerlo, y que
se le remitió un pliego interrogatorio para que lo absuelva, lo cual tampoco hizo.
Manifiesta que hubo un error de digitación al consignarse el artículo 28º en lugar
del artículo 26º del reglamento, pero que ello fue rectificado, y que el proceso de
investigación constituye diligencias previas, mas no un juzgamiento.

La Universidad José Carlos Mariátegui, representada por su rector, señor


Teófilo Lauracio Ticona, propone la excepción de falta de agotamiento de la vía
administrativa, y señala que ante evidentes indicios de responsabilidad en la
suscripción del Convenio entre la Universidad y la
Municipalidad Distrital de Samegua, se acopió la documentación y se concluyó
que el demandante habría favorecido con la suscripción a la institución educativa
Ciencias Aplicadas. Expresa que al resultar evidentes los indicios de
responsabilidad, se siguió el trámite que dispone los estatutos, aperturándose el
proceso disciplinario administrativo que aún no ha culminado.

Asimismo, don Víctor Javier Cornejo Rodríguez y don Daniel


Gustavo Reynoso Rodríguez contestan la demanda y reproducen los argumentos
propuestos por la Universidad José Carlos Mariátegui.

El Segundo Juzgado Mixto de Mariscal Nieto, mediante resolución de


fecha 4 de marzo de 2009, desestimó la excepción de falta de agotamiento de la
vía administrativa propuesta y declaró saneado el proceso, al existir una relación
jurídica procesal válida.

El Segundo Juzgado Mixto Mariscal Nieto, con fecha 31 de julio de 2009,


declaró fundada, en parte, la demanda, y en consecuencia, nula la Resolución
Rectoral N.º 288-2008-R-UJCM de fecha 25 de julio de 2008, así como la
nulidad del proceso administrativo y disciplinario que se instauró contra el
demandante, disponiendo que se cumpla con calificar nuevamente las presuntas
faltas atribuidas al demandante en estricta observancia de los principios de
tipicidad, juez imparcial y presunción de inocencia. Y la declaró infundada en los
extremos referidos al pago de costos y costas, así como en cuanto el pedido de
remisión de los actuados al Fiscal Penal.
La Sala Mixta de la Corte Superior de Moquegua, revocando la apelada,
declaró infundada la demanda, por estimar que la existencia de la Resolución
N.º 03-2008-THD/UJCM no resulta suficiente para argumentar la violación del
derecho al debido proceso y de modo específico a los principios de legalidad,
tipicidad ni al juez imparcial, y que al aperturarse el proceso administrativo
disciplinario y designarse al Tribunal de Honor para que conduzca la
correspondiente investigación, las autoridades y órganos competentes han
actuado conforme al procedimiento establecido por el estatuto de la universidad y
el reglamento del referido Tribunal.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. Mediante la demanda de amparo de autos el recurrente persigue, como


pretensión principal, que se declare nula y sin efecto legal la Resolución
Rectoral N.º 288-2008-R-UJCM, del 25 de julio de 2008, y como pretensión
accesoria, que se declare nulo y sin efecto legal el proceso administrativo
disciplinario seguido en su contra ante el Tribunal de Honor y Disciplina de la
Universidad José Carlos Mariátegui. Solicita, además, se ordene el pago de los
costos y costas del proceso, así como la remisión de los actuados al Fiscal
Penal, de conformidad con el artículo 8º del Código Procesal Constitucional,
aduciendo que existe causa probable de la existencia de un delito. Acusa la
vulneración de sus derechos al debido proceso y a un juez imparcial, así como
de los principios de legalidad y tipicidad.

Principio de legalidad y tipicidad en el proceso administrativo disciplinario

2. El principio de legalidad constituye una garantía constitucional de los


derechos fundamentales de los ciudadanos, consagrado por la Constitución en
su artículo 2º, inciso 24, literal d), con el siguiente tenor: “Nadie será
procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté
previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como
infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley”.

3. El principio de legalidad en materia sancionadora impide que se pueda


atribuir la comisión de una falta si ésta no está previamente determinada en la
ley, y también prohíbe que se pueda aplicar una sanción si ésta no está
determinada por la ley. Como lo ha expresado este Tribunal (Cfr. Expediente
N.° 010-2002-AI/TC), este principio impone tres exigencias: la existencia de
una ley (lex scripta), que la ley sea anterior al hecho sancionado (lex praevia),
y que la ley describa un supuesto de hecho estrictamente determinado
(lex certa).

4. Se ha establecido, además, que "Dicho principio comprende una doble


garantía; la primera, de orden material y alcance absoluto, tanto referida al
ámbito estrictamente penal como al de las sanciones administrativas, que
refleja la especial trascendencia del principio de seguridad jurídica en dichos
campos limitativos y supone la imperiosa necesidad de predeterminación
normativa de las conductas infractoras y de las sanciones correspondientes; es
decir, la existencia de preceptos jurídicos (lex praevia) que permitan predecir
con suficiente grado de certeza (lex certa) aquellas conductas y se sepa a qué
atenerse en cuanto a la aneja responsabilidad y a la eventual sanción; la
segunda, de carácter formal, relativa a la exigencia y existencia de una norma
de adecuado rango y que este Tribunal ha identificado como ley o norma con
rango de ley”. (Cfr. Sentencia del Tribunal Constitucional español
N.º 61/1990).

5. Sin embargo, no debe identificarse el principio de legalidad con el principio


de tipicidad. El primero, garantizado por el artículo 2º, inciso 24, literal d)
de la Constitución, se satisface cuando se cumple con la previsión de las
infracciones y sanciones en la ley. El segundo, en cambio, define la conducta
que la ley considera como falta. Tal precisión de lo considerado como
antijurídico desde un punto de vista administrativo, por tanto, no está sujeto a
una reserva de ley absoluta, sino que puede ser complementado a través de los
reglamentos respectivos.

6. Por consiguiente, y conforme a lo expuesto en la sentencia recaída en el


Expediente N.º 2192-2004-AA/TC, el subprincipio de tipicidad
o taxatividad constituye una de las manifestaciones o concreciones del
principio de legalidad respecto de los límites que se imponen al legislador
penal o administrativo, a efectos de que las prohibiciones que definen
sanciones, sean éstas penales o administrativas, estén redactadas con un nivel
de precisión suficiente que permita a cualquier ciudadano comprender sin
dificultad lo que se está proscribiendo, bajo amenaza de sanción en una
determinada disposición legal.

7. En el caso concreto, fluye de la cuestionada Resolución Rectoral N.º 288-


2008-R-UJCM, del 25 de julio de 2008 (fojas 23), y que
resuelve aperturar proceso administrativo disciplinario contra el demandante,
que ella se sustenta en el Dictamen N.º 01-2008-TH-UJCM, del 2 de julio de
2008 (fojas 28), “(…) por presuntas faltas cometidas en el ejercicio de sus
funciones previstas en el artículo 28º del Reglamento del Tribunal de Honor y
Disciplina (…)”.

8. Dos son las cuestiones que este Tribunal advierte: de un lado, que el aludido
artículo 28º del Reglamento del Tribunal de Honor y Disciplina (fojas 35), se
refiere a las sanciones aplicables a los estudiantes, cuando lo concreto es que
el recurrente tiene la condición de docente. Por otro lado, y aun cuando en vía
de aclaración se emitió, ante el pedido del actor, la Resolución N.º 03-2008-
THD/UJCM, del 12 de septiembre de 2008 (fojas 95), ésta se sustenta en el
artículo 26º del Reglamento del Tribunal de Honor y Disciplina, referido a las
sanciones de que pueden ser objeto los docentes de la emplazada universidad.

9. Pese a ello, el aludido artículo 26º contiene trece supuestos de faltas que
podrían dar lugar a sanción, y sin embargo, ni la cuestionada resolución, ni su
posterior aclaratoria, determinan por cuál de ellas es que se apertura proceso
administrativo sancionador al demandante.

10. En consecuencia, el Tribunal Constitucional estima que se han violado los


principio de legalidad y tipicidad garantizados por el artículo 2º, inciso 24,
literal d) de la Constitución.

El derecho a un juez imparcial

11. Conforme ha sido establecido por el Tribunal


Constitucional (Cfr. Expediente N.º 6149-2006-AA/TC), el derecho a ser
juzgado por jueces imparciales no se encuentra reconocido expresamente
en la Constitución. Ello, sin embargo, no ha impedido a este Tribunal
reconocer en él a un derecho implícito que forma parte de un derecho
expreso. A saber, del derecho al debido proceso, reconocido en el inciso 3)
del artículo 139 de la Constitución, y cuyo ámbito de protección no solo
alcanza a los procesos judiciales, sino que se extiende a los procesos
administrativos disciplinarios.

12. El status del derecho a un juez imparcial como uno que forma parte del
debido proceso, se deriva de la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución, que exige que las disposiciones constitucionales mediante las
cuales se reconocen derechos fundamentales se interpreten y apliquen de
acuerdo a la Declaración Un iversal de los Derechos Humanos y los tratados
y acuerdos internacionales sobre las materias que hayan sido ratificadas por
el Estado peruano.
13. En ese sentido, en la sentencia recaída en el Expediente N.º 2730-2006-
PA/TC, este Tribunal destacó que:

Los tratados internacionales sobre derechos humanos no sólo forman parte positiva
del ordenamiento jurídico nacional (artículo 55º de la Constitución), sino que la
Cuarta Disposición Final y Transitoria (CDFT) de la Constitución –en cuanto
dispone que los derechos fundamentales reconocidos por ella se interpretan de
conformidad con los tratados y acuerdos internacionales sobre derechos humanos
ratificados por el Perú– exige a los poderes públicos nacionales que, a partir del
ejercicio hermenéutico, incorporen en el contenido protegido de los derechos
constitucionales los ámbitos normativos de los derechos humanos reconocidos en
los referidos tratados. Se trata de un reconocimiento implícito de la identidad
nuclear sustancial compartida por el constitucionalismo y el sistema internacional
de protección de los derechos humanos: la convicción jurídica del valor de la
dignidad de la persona humana, a cuya protección y servicio se reconduce, en última
y definitiva instancia, el ejercicio de todo poder.

14. Uno de esos tratados es la Convención Americana sobre Derechos Humanos,


cuyo artículo 8º, relativo a las garantías judiciales, dispone que:

"Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formuladas contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones
de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter".

15. En tanto que derecho fundamental, el derecho a un juez imparcial tiene un


contenido constitucionalmente protegido. Ese contenido está relacionado con
aquello que el Tribunal ha identificado como las dos vertientes de la
imparcialidad, a saber: la imparcialidad subjetiva y la imparcialidad objetiva.

16. En lo que respecta a la imparcialidad subjetiva, ésta se refiere a cualquier


compromiso que pudiera tener el juez con las partes procesales o con el
resultado del proceso. Desde esta perspectiva, el derecho a un juez imparcial
garantiza que una persona no sea sometida a un proceso o procedimiento en
el que el juez, o quien está llamado a decidir sobre la cuestión litigiosa, tenga
algún tipo de compromiso con alguna de las partes o con el resultado del
mismo.

17. Al lado de la dimensión subjetiva, el Tribunal también ha destacado en el


principio de imparcialidad una dimensión objetiva, referida a la influencia
negativa que puede tener en el juez la estructura del sistema, restándole
imparcialidad, es decir, si el sistema no ofrece suficientes garantías para
desterrar cualquier duda razonable.

18. En el caso concreto se advierte que una misma persona –don Víctor J.
Cornejo Rodríguez– emitió el Informe de Asesoría Legal N.º 060-2008-
UJCM-OAL/J, del 15 de febrero de 2008 (fojas 25), recomendando una
investigación a cargo del Tribunal de Honor y Disciplina para determinar la
responsabilidad del actor debido a la presunción de la existencia de
responsabilidad (sic). Sin embargo, luego también participó como integrante
del Tribunal de Honor y Disciplina de la emplazada Universidad José
Carlos Mariátegui, según se aprecia del Dictamen N.º 001-2008-TH-UJCM,
del 2 de julio de 2008 (fojas 28), mediante el que recomendó –junto a los
demás integrantes– se instaure al actor proceso administrativo disciplinario
por presuntas faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones. Dicha
circunstancia, a juicio de este Tribunal, importa una vulneración del derecho
a un juez imparcial, en tanto derecho implícito que forma parte del derecho al
debido proceso reconocido en el artículo 139.3º de la Constitución.

19. Asimismo, y de acuerdo a lo solicitado, corresponde decretar el pago de


costos y costas del proceso, conforme a lo previsto por el artículo 56º del
Código Procesal Constitucional, lo cual deberá ser determinado en ejecución
de sentencia.

20. Por lo demás, y al no haberse acreditado la existencia de causa probable de la


comisión de un delito, no corresponde disponer la remisión de los actuados al
Fiscal Penal que corresponda para los fines pertinentes, conforme al artículo
8º del Código Procesal Constitucional.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA, en parte, la demanda; en consecuencia, inaplicable a don


Javier Pedro Flores Arocutipa la Resolución Rectoral N.º 288-2008-R-UJCM, del
25 de julio de 2008, al haberse acreditado la violación de los principios de legalidad
y tipicidad garantizados por el artículo 2º, inciso 24, literal d) de la Constitución, así
como del derecho a un juez imparcial, en tanto derecho implícito que forma parte
del derecho al debido proceso reconocido en el artículo 139.3º de la Norma
Fundamental.
2. Declarar NULO y sin efecto legal el proceso administrativo disciplinario instaurado
por el Tribunal de Honor y Disciplina de la Universidad José Carlos Mariátegui en
contra de don Javier Pedro Flores Arocutipa.

3. Imponer a la Universidad José Carlos Mariátegui el pago de las costas y costos del
presente proceso, debiendo encargarse su determinación al juez ejecutor de la
presente sentencia, conforme al fundamento 19, supra.

4. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en el extremo referido a la remisión de


los actuados al Fiscal Penal que corresponda, conforme al fundamento 20, supra.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
6. Principio de informalismo: Las normas de procedimiento deben ser
interpretadas en forma favorable a la admisión y decisión final de las
pretensiones de los administrados, de modo que sus derechos e intereses no
sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan ser
subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte
derechos de terceros o el interés público.

 Resolución:

Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado

Resolución Nº 1355/2007.TC-S1

Sumilla : De conformidad con el Principio de Informalismo e Impulso de Oficio, la


Entidad, a través de sus diversas oficinas, debe encausar o reconducir los trámites y/o
documentos que hayan sido presentados por los administrados al área u oficina que
corresponda.

Lima, 12.SETIEMBRE.2007

Visto, en sesión de fecha 12 de setiembre de 2007 la Primera Sala del Tribunal de


Contrataciones y Adquisiciones del Estado el Expediente N° 2042.2007.TC, sobre el
recurso de apelación interpuesto por la empresa MECSOFT E.I.R.L. contra la descalificación
de su propuesta en la Adjudicación de Menor Cuantía Nº 013-2007/UGEL10-Huaral
convocada para la adquisición de diez computadoras personales para la Unidad de Gestión
Educativa Local Nº 10 - Huaral; y atendiendo a los siguientes:

ANTECEDENTES:

1. El día 16 de julio de 2007, la Unidad de Gestión Educativa Local UGEL 10 – Huaraz, en


adelante la Entidad, llevó a cabo la convocatoria de la Adjudicación de Menor Cuantía Nº
013-2007/UGEL 10-Huaral para la adquisición de diez computadoras personales para la
Unidad de Gestión Educativa Local Nº 10 - Huaral, por un monto equivalente a S/. 19,
327.30 (Diecinueve Mil Trescientos veintisiete con 30/100 Nuevos Soles).

2. El Registro de participantes se llevó a cabo el día 17 de julio de 2007, conforme al


calendario establecido para el presente proceso de selección.

3. El día 18 de julio de 2007, se llevó a cabo la presentación de propuestas, habiendo


remitido sus respectivas propuestas las siguientes empresas:

a. INTERSISTED CORPORATION SOCIEDAD ANONIMA CERRADA – INTERCORP S.A.C.


b. SILICON SISTEM S.A.C.

c. FIRST DATA S.A.C.

d. MECSOFT E.I.R.L. (En adelante el Impugnante)

En dicho acto el Comité Especial procedió a verificar si las citadas empresas cumplieron
con haberse registrado como participantes ante la Entidad, habiendo cumplido con tal
requisito las siguientes empresas:

a. INTERSISTED CORPORATION SOCIEDAD ANONIMA CERRADA – INTERCORP S.A.C.

b. SILICON SISTEM S.A.C.

Por lo que se procedió a no admitir las propuestas de las empresas restantes.

4. El día 19 de julio de 2007 se registró en el SEACE el siguiente cuadro comparativo:

Postor Experiencia Garantía Mejoras Plazo de Total


Postor hasta hasta 30 Técnicas entrega
20 Pts. Pts. hasta 10 hasta 40
Pts. Pts.
Intersisted No se evalúa 0.00
Corporation la propuesta
Sociedad porque no
Anónima reúne los
Cerrada - requerimientos
INTERCORP técnicos
S.A.C. mínimos
según ANEXO
“A”
Silicon
System
S.A.C. 20.00 30.00 3.00 40.00 93.00

De dicho cuadro se aprecia que la Buena Pro fue otorgada a la empresa SILICON SYSTEM
S.A.C.

5. El 31 de julio de 2007, la empresa MECSOFT E.I.R.L. presenta su recurso de apelación,


en el que solicita se evalúe su propuesta ya que ésta no fue tomada en cuenta debido a
que no cumplió con registrarse como participante, lo cual es fundamentado de la
siguiente manera:
a. Su empresa participó en dicho proceso, habiéndose registrado como participante el día
17 de julio de 2007 y presentando su Propuesta Técnica y Económica el 18 de julio de
2007 conforme a lo dispuesto en el calendario establecido para el presente proceso de
selección.

b. Al ver los resultados del presente proceso de selección, registrados en el SEACE el 19 de


julio de 2007, se percata que no figuraba como postor en dicho proceso.

c. Al efectuar las averiguaciones pertinentes, se comunicaron con representantes de la


Entidad, los cuales le manifestaron que su propuesta no había llegado a manos del Comité
Especial; por lo que no se procedió a su evaluación.

6. Mediante decreto de fecha 01 de agosto de 2007 se admitió a trámite el recurso de


apelación; por lo que se corrió traslado a la Entidad para que en el plazo de tres (03) días
cumpla con remitir los antecedentes administrativos.

7. El 14 de agosto de 2007, mediante Oficio Nº 2469-2007-UGEL Nº 10 – HURAL, la Entidad


solicitó un plazo adicional de cinco (05) días para cumplir con remitir lo solicitado.

8. Con decreto de fecha 15 de agosto de 2007, se otorgó a la Entidad el plazo adicional


solicitado.

9. El 21 de agosto de 2007, la Entidad cumplió con remitir los antecedentes


administrativos.

10. El 22 de agosto de 2007 se emite el decreto mediante el cual se remite el expediente a


la Primera Sala del Tribunal.

FUNDAMENTACIÓN:

1. Es materia del presente recurso de apelación la solicitud que ha planteado el


Impugnante a fin de que el Comité Especial proceda a evaluar su propuesta, presentada
en la Adjudicación de Menor Cuantía Nº 013-2007/UGEL10-Huaral convocada para la
adquisición de diez computadoras personales para la Unidad de Gestión Educativa Local
Nº 10 - Huaral.

2. Conforme se observa del Informe Técnico Legal Nº 001-2007, remitido por la Entidad, el
Comité Especial no procedió a evaluar la propuesta del postor impugnante debido a que
éste no cumplió con registrarse como participante ante la Entidad, habiendo presentado
su ficha de registro de participación en una oficina distinta a la establecida en las Bases.
3. Respecto al Registro de Participantes, el artículo 61 del Reglamento de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado, en adelante el Reglamento, establece lo
siguiente:

“Todo proveedor que desee intervenir como participante en un proceso de selección


deberá registrarse ante la Entidad, pagando a ésta un derecho, cuyo monto no podrá ser
mayor al costo de reproducción de las Bases, conforme el mecanismo que ellas
establezcan. Este pago le da derecho al participante a recabar de la Entidad una copia de
las Bases.

En el caso de adjudicaciones de menor cuantía para bienes o servicios el registro como


participante será gratuito.”

4. Como se puede apreciar del párrafo anterior, el mecanismo mediante el cual se llevará
a cabo el registro de participantes debe ser establecido en las Bases, en el que deberá
incluirse el monto a pagar, lugar, fecha y hora en que se deberá efectuar tal registro, de
manera que los proveedores conozcan a ciencia cierta el mecanismo mediante el cual se
llevará a cabo dicho registro. En ese sentido, en primer lugar, corresponde verificar si en
las Bases del presente proceso de selección se estableció el mecanismo respectivo para
que los proveedores se registren como participantes.

5. En relación a ello, el primer párrafo del numeral 2.2 de las Bases señala que “El registro
de participantes se realizará en forma gratuita en el Equipo de Abastecimiento de la UGEL
Nº 10 Huaral, sito en Av. Túpac Amaru s/n Huaral, en la fecha señalada en el cronograma,
en el horario de 10:00 a 12:00 horas y de 14:00 a 16:00 horas.”

6. De lo señalado en el párrafo precedente se advierte que los proveedores que tenían


interés en participar en el presente proceso de selección, debían registrarse el día 17 de
julio de 2007 en la oficina denominada “Equipo de Abastecimiento” de la Entidad en el
horario de diez a doce del día y de las catorce hasta las dieciséis horas.

7. De la documentación remitida por el Impugnante y por la Entidad, se aprecia que


efectivamente el día 17 de julio de 2007, conforme al horario establecido en las Bases, el
Impugnante presentó su ficha de inscripción en el registro de participantes en la Mesa de
Partes de la Entidad; sin embargo, dicha Oficina era distinta a la establecida para tal acto
en las Bases[1]; por lo que, según lo señalado por la Entidad, el recurrente no contaba con
la calidad de participante, condición necesaria para poder presentar su propuesta y
obtener la calidad de postor.

8. Al respecto, cabe precisar que de conformidad con el Principio de Informalismo e


Impulso de Oficio[2], la Entidad, a través de sus diversas oficinas, debe encausar o
reconducir los trámites y/o documentos que hayan presentado los administrados al área u
oficina que corresponda[3].

En el presente caso, el postor, por equivocación o error presentó el Oficio mediante el


cual indicó su deseo de ser registrado como participante en la mesa de partes de la
Entidad; por lo que dicha oficina debió remitir el citado documento a la Oficina
correspondiente con la finalidad de que se registre tal participación[4].

9. En ese sentido, corresponde que el Comité Especial tenga como válido el registro de
participante del Impugnante; por lo que corresponde que se declare la nulidad del
otorgamiento de la Buena Pro del presente proceso de selección, debiendo retrotraerse a
la etapa de evaluación de propuestas, donde el Comité Especial deberá evaluar la
propuesta presentada por la empresa MECSOFT E.I.R.L.

10. Por lo tanto, en función de todo lo expuesto precedentemente y en aplicación de lo


dispuesto por el numeral 2) del artículo 163 del Reglamento, corresponde declarar
fundado el recurso de apelación interpuesto por el Impugnante.

Por estos fundamentos, de conformidad con el informe del Vocal Ponente Dr. Derik
Latorre Boza y la intervención de los señores Vocales Dres. Carlos Cabieses López y Victor
Manuel Rodríguez Buitrón atendiendo a la reconformación de la Primera Sala del Tribunal
de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, dispuesta mediante Resolución Nº 279-
2007-CONSUCODE/PRE, expedida el 21 de mayo de 2007, así como lo establecido en el
Acuerdo de Sala Plena 005/003 de fecha 04 de marzo de 2002 y en ejercicio de las
facultades conferidas en los artículos 53, 59 y 61 del Texto Único Ordenado de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por Decreto Supremo Nº 083-2004-
PCM, el artículo 163 de su Reglamento, aprobado por Decreto Supremo Nº 084-2004-
PCM, y los artículos 17° y 18° del Reglamento de Organización y Funciones del
CONSUCODE, aprobado por Decreto Supremo № 054-2007-EF; analizados los
antecedentes y luego de agotado el debate correspondiente, por unanimidad;

[1] Conforme a lo consignado en el numeral 2.2 de las Bases.

[2] Artículo IV.- Principios del procedimiento administrativo

1.- El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes


principios, sin perjuicio de la vigencia de otros principios generales del Derecho
Administrativo:
1.3. Principio de Impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes
para el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.

1.6. Principio de Informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en


forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de
modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos
formales que puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa
no afecte derechos de terceros o el interés público.

[3] Conforme a lo indicado por el Dr. Juan Carlos Morón Urbina en su obra “Comentarios a
la Ley del Procedimiento Administrativo General”, el Principio de Informalismo, también
conocido en la doctrina como formalismo atenuado o informalismo a favor del
administrado, se orienta a proteger al administrado con la finalidad de que no se vea
afectado en sus intereses o derechos por cuestiones meramente procesales, mediante la
relativización de las exigencias adjetivas; asimismo, respecto al Principio de Impulso de
Oficio, señala que resulta indispensable no dejar librada a la voluntad de los administrados
concurrentes al procedimiento, el impulso según su mayor o menor interés en obtener
una respuesta certera, inmediata pronta o diferida; y por el contrario, exige a la parte
llamada a servir el interés público (Administración), la función de impulsarlo, en todos sus
aspectos, independientemente del interés que puedan mostrar los administrados.

[4] Resulta pertinente indicar que en dicho documento, el proveedor precisó el número de
proceso en el que pretendía participar, lo que hacía más fácil el saber la pretensión de
dicho administrado y a qué área debía remitirse tal documento.

LA SALA RESUELVE:

1. Declarar FUNDADO el recurso de apelación interpuesto por la empresa MECSOFT


E.I.R.L. contra la descalificación de su propuesta; por lo que corresponde declarar la
nulidad del otorgamiento de la Buena Pro de la Adjudicación de Menor Cuantía Nº 013-
2007/UGEL 10-Huaral convocada para la adquisición de diez computadoras personales
para la Unidad de Gestión Educativa Local Nº 10 - Huaral; retrotrayéndose hasta la etapa
de evaluación de propuestas, debiendo el Comité Especial evaluar la propuesta
presentada por la empresa MECSOFT E.I.R.L.

2. Devolver la garantía presentada para el presente procedimiento por la empresa


MECSOFT E.I.R.L.

3. Disponer la devolución de los antecedentes administrativos a la Entidad, la cual deberá


recabarlos en la mesa de partes del Tribunal dentro del plazo de 30 días calendario de
notificada la presente resolución; conforme a lo dispuesto en el numeral 5 de la parte V.
Disposiciones Generales de la Directiva Nº 013-2007/CONSUCODE/PRE.

4. Dar por agotada la vía administrativa.

Regístrese, comuníquese y publíquese.

ss.

Latorre Boza

Cabieses López.

Rodríguez Buitrón.
7. Principio de presunción de veracidad: En la tramitación del procedimiento
administrativo, se presume que los documentos y declaraciones formulados
por los administrados en la forma prescrita por esta Ley, responden a la verdad
de los hechos que ellos afirman. Esta presunción admite prueba en contrario.

 Resolución:

Principio de Presunción de Veracidad Resolución Nº 3523-2008-TC-S1

3 marzo, 2009/
Sumilla: En virtud del Principio de Presunción de Veracidad, recogido en el numeral 1.7
del artículo IV del Título Preliminar de la Ley del Procedimiento Administrativo General,
Ley N.º 27444, que la Administración debe presumir que los documentos y
declaraciones formulados por los administrados responden a la verdad de los hechos
que ellos afirman, salvo prueba en contrario; y, por mandato expreso de Ley N°
27143, Ley de Promoción Temporal del Desarrollo Productivo Nacional, modificada por
la Ley Nº 27633 y Ley Nº 28242, la declaración jurada que solicita el 20% por bienes
elaborados en territorio nacional, es documento suficiente para acreditar tal condición.

Lima, 10 de Diciembre de 2008

Visto en sesión de fecha 10 de diciembre de 2008 de la Primera Sala del Tribunal de


Contrataciones y Adquisiciones del Estado el Expediente N.º 4388.2008.TC sobre el
recurso de apelación interpuesto por SILICON SYSTEMS S.A.C. respecto del ítem 1 de
la Adjudicación Directa Selectiva N.º 010-2008-UNMSM (Segunda Convocatoria),
efectuada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para la adquisición de
veintitrés (23) computadoras y tres (3) computadoras portátiles para la Oficina Central
de Admisión, y atendiendo a los siguientes:

ANTECEDENTES:

1. Mediante publicación efectuada el 09 de octubre de 2008 en el Sistema Electrónico


de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (SEACE), la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos (UNMSM), en adelante la Entidad, efectuó la Segunda Convocatoria de
la Adjudicación Directa Selectiva N.º 010-2008-UNMSM, para la adquisición de
veintitrés (23) computadoras y tres (3) computadoras portátiles para la Oficina Central
de Admisión, por un valor referencial total equivalente a S/. 58 588,48 Nuevos Soles.

El presente procedimiento está referido al ítem 1: Computadoras, cuyo valor


referencial asciende a S/. 50 952,11 Nuevos Soles.

2. El 27 de octubre de 2008 se publicaron los resultados del proceso de selección, tal


como se detalla a continuación:

POSTOR MONTO OFERTADO EN S/. PUNTAJE ECONÓMICO PUNTAJE TÉCNICO


SUMATORIA DE PUNTAJES 20% ADICIONAL PUNTAJE FINAL
Atlantic Computer S.A. 53.950,00 89,53 100 96,86 19,37 116,23
First Data S.A.C. 54.970,00 87,87 100 96,36 19,27 115,63
Gestión Y Control Empresarial S.A. 54.277,00 88,99 100 96,70 0,00 96,70
Silicon System S.A.C. 48.300,00 100,00 100 100,00 0,00 100,00
Connection Trading S.A. 56.028,00 86,21 100 95,86 19,17 115,03
Ingeniería De La Informática S.A. Descalificado por no presentar propuesta económica
por ítem
Work Net Corporación S.A.C. 56.044,10 86,18 100 95,85 0,00 95,85
Genesis Solutions S.R.L. 54.487,00 88,64 70 75,59 0,00 75,59
Mecsoft E.I.R.L. 53.161,99 90,85 100 97,26 19,45 116,71
Por tanto, el Comité Especial otorgó la buena pro del ítem 1 al postor Mecsoft E.I.R.L.

3. Mediante escrito presentado y subsanado el 06 y 10 de noviembre de 2008,


SILICON SYSTEMS S.A.C., en adelante SILICON, interpuso recurso de apelación contra
el otorgamiento de la buena pro del ítem 1 del proceso de selección, por considerar
que el Comité Especial asignó indebidamente a MECSOFT la bonificación del 20%
adicional sobre la sumatoria del puntaje final de su propuesta.

Al efecto, sostuvo que la Declaración Jurada que presentó MECSOFT respecto a la


procedencia nacional de las computadoras que oferta contiene información inexacta
por cuanto en el Perú no existe fábrica alguna donde se elaboren partes y piezas de
computadoras que puedan integrar dichos equipos.

Así pues, afirmó que su propuesta quedó relegada al quinto lugar debido a que los
postores MECSOFT, ATLANTIC COMPUTER S.A., FIRST DATA S.A.C. y CONNECTION
TRADING S.A. presentaron la referida declaración, en virtud de la cual obtuvieron
indebidamente el beneficio aludido en la Ley N.º 27633, a pesar que señalaron en sus
propuestas que los componentes de los equipos son de la marca Micronics, Intel,
Kingston, Samsung, Genius, AOC, Avantec, entre otras, todas ellas de origen
extranjero. Por tanto, solicitó se establezca que las computadoras ensambladas en el
Perú no deben ser consideradas como bienes nacionales si sus componentes superan el
50% del valor CIF del equipo, salvo prueba en contrario que deberá ser adjuntada a la
declaración jurada presentada.

En ese sentido, invocó los criterios plasmados en la Opinión N.º 078-2007/DOP y las
Resoluciones N.º 2007-2007-TC-S4 y 633-2008-TC-S1.

Finalmente, solicitó se le conceda el uso de la palabra en audiencia pública.

4. Por Decreto del 11 de noviembre de 2008 se admitió a trámite el recurso de


apelación interpuesto y se corrió traslado a la Entidad para que envíe los antecedentes
administrativos relativos a la impugnación.

5. El 25 de noviembre de 2008, la Entidad remitió los antecedentes administrativos


requeridos. En los Informes remitidos, manifestó que si bien las marcas de los
componentes de las computadoras son en algunos casos de mayor reconocimiento que
otras en el común del público, ello no es suficiente para asegurar que se trata de
bienes de fabricación extranjera, más aún cuando existe una Declaración Jurada de
conformidad con la Ley N.º 27633 y su Reglamento; sin perjuicio de la facultad que le
asiste de realizar la fiscalización posterior para determinar la veracidad de la
información contenida en el mencionada declaración.

6. El 26 de noviembre de 2008 se remitió el expediente a la Primera Sala del Tribunal


para que evalúe la información que corre en autos.
7. El 02 de diciembre de 2008, MECSOFT se apersonó a la instancia como Tercero
Administrado y formuló sus alegatos en los que manifestó que reclamación de SILICON
parte de una errada apreciación normativa, puesto que según el Decreto Supremo N.ª
003-2001-PCM, el valor CIF no está referido a las computadoras sino a sus
componentes, los que pueden ser de otros países siempre que su precio CIF no
superen el 50% del valor de las computadoras; razón por la cual es válido mencionar
marcas importadas como Intel, Samsung, entre otros, ya que en la obtención de las
computadoras deben considerarse otros costos.

8. Por Decreto del 03 de diciembre de 2008 se declaró el expediente listo para


resolver.

FUNDAMENTACIÓN:

1. El presente procedimiento administrativo versa sobre la reclamación promovida –


vía recurso de apelación – por SILICON contra el otorgamiento de la buena pro de la
Adjudicación Directa Selectiva N.º 010-2008-UNMSM (Segunda Convocatoria), para la
adquisición de veintitrés (23) computadoras y tres (3) computadoras portátiles para la
Oficina Central de Admisión”.

2. El asunto en controversia propuesto por el mencionado Impugnante consiste en


determinar si corresponde asignar la bonificación del 20% adicional sobre la sumatoria
del puntaje final obtenido por MECSOFT, de conformidad con lo establecido en la Ley
N.º 27633, Ley que modifica la Ley N.º 27143.

En su reclamación, SILICON manifestó que el Comité Especial asignó indebidamente a


MECSOFT la bonificación del 20% adicional sobre la sumatoria de su puntaje final,
como si dicha empresa elaborara o fabricara las computadoras que oferta en el
territorio nacional, lo que es totalmente falso. Así pues, afirmó que su propuesta quedó
relegada al quinto lugar debido a que los postores MECSOFT, ATLANTIC COMPUTER
S.A., FIRST DATA S.A.C. y CONNECTION TRADING S.A. presentaron la referida
declaración, en virtud de la cual obtuvieron indebidamente el beneficio aludido en la
Ley N.º 27633, a pesar que señalaron en sus propuestas que los componentes de los
equipos son de la marca Micronics, Intel, Kingston, Samsung, Genius, AOC, Avantec,
entre otras, todas ellas de origen extranjero. Por tanto, solicitó se establezca que las
computadoras ensambladas en el Perú no deben ser consideradas como
bienes nacionales si sus componentes superan el 50% del valor CIF del equipo, salvo
prueba en contrario que deberá ser adjuntada a la declaración jurada presentada.
En ese sentido, invocó los criterios plasmados en la Opinión N.º 078-2007/DOP y las
Resoluciones N.º 2007-2007-TC-S4 y 633-2008-TC-S1.

9. A su turno, la Entidad manifestó que si bien las marcas de los componentes de las
computadoras son en algunos casos de mayor reconocimiento que otras en el común
del público, ello no es suficiente para asegurar que se trata de bienes de fabricación
extranjera, más aún cuando existe una Declaración Jurada de conformidad con la Ley
N.º 27633 y su Reglamento; sin perjuicio de la facultad que le asiste de realizar la
fiscalización posterior para determinar la veracidad de la información contenida en el
mencionada declaración.

10. Mientras que, en su oportunidad, MECSOFT señaló que la reclamación de SILICON


parte de una errada apreciación normativa, puesto que según el Decreto Supremo N.ª
003-2001-PCM, el valor CIF no está referido a las computadoras sino a sus
componentes, los que pueden ser de otros países siempre que su precio CIF no
superen el 50% del valor de las computadoras; razón por la cual es válido mencionar
marcas importadas como Intel, Samsung, entre otros, ya que en la obtención de las
computadoras deben considerarse otros costos.

11. Expuestas las posturas de las partes involucradas, a fin de resolver el asunto
planteado cabe indicar que la Ley N.° 27633, que modificó la Ley N.° 27143, Ley de
Promoción Temporal del Desarrollo Productivo Nacional (modificada anteriormente por
los Decretos de Urgencia N.° 064-2000 y N.° 083-2001), dispone que, para la
aplicación del artículo 31 de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, en
adelante la Ley, en la evaluación y calificación de propuestas y subsiguiente
otorgamiento de la buena pro en los procesos de selección, se agregará un 20%
adicional a la sumatoria de la calificación técnica y económica de las propuestas de
bienes y servicios elaborados o prestados dentro del territorio nacional, conforme al
Reglamento de la materia.

12. Por su parte, el Decreto Supremo N.° 003-2001-PCM, que reglamentó la precitada
Ley de Promoción Temporal del Desarrollo Productivo Nacional, prevé en su artículo 3
que en la declaración jurada a que se refiere el artículo 33 del Reglamento de la Ley
N.° 26850 (ahora sustituido por el artículo 76 del vigente Reglamento de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por Decreto Supremo N.° 084-
2004-PCM, en adelante el Reglamento), el postor podrá manifestar que los bienes y
servicios ofrecidos han sido elaborados o prestados dentro del territorio nacional, de
conformidad con las disposiciones establecidas en el Reglamento, a fin de acceder a la
señalada bonificación.

13. La vigencia de las anteriores disposiciones ha sido reiterada por el CONSUCODE a


través de sus Comunicados N.º 014-2001 (PRE) y N.º 015-2001 (PRE), así como por
sendos pronunciamientos de este Tribunal en el sentido que la bonificación del veinte
por ciento (20%) se aplica aún cuando no haya sido previsto en las Bases ni haya sido
solicitado por los postores beneficiarios, y siempre que dichos postores hayan
presentado la Declaración Jurada antes mencionada en la que señalen que el bien o
servicio ha sido elaborado o prestado dentro del territorio.

14. Bajo las consideraciones expresadas, los postores que presenten la mencionada
declaración jurada, pueden obtener el beneficio de la bonificación del 20% adicional al
puntaje total de la propuesta por ofertar un bien elaborado en el territorio nacional; sin
embargo, no hay que perder de vista lo indicado por el Impugnante, quien indicó que
los bienes objeto de la convocatoria no pueden ser considerados como bienes
elaborados en el territorio nacional, ya que son simples ensamblajes y que el valor de
los materiales utilizados (partes y piezas) no superan el 50% del valor CIF del valor de
las mercancías ofertadas, no siendo aplicable el Decreto Supremo N.º 003-2001-PCM,
por más que sean ensambladas en el Perú.

15. Al respecto, es preciso indicar que el inciso c) del artículo 1 del Decreto Supremo
N.º 003-2001-PCM establece que se considerarán bienes producidos nacionales “Los
bienes producidos en el Perú utilizando materiales originarios de otros países, siempre
que resulten de un proceso de transformación realizado que le confiera una nueva
individualidad caracterizada por el hecho de quedar clasificados en la NALADI o su
equivalente en NANDINA en posición diferente a la de dichos materiales.
No serán considerados elaborados en el Perú, los bienes producidos por procesos u
operaciones por los cuales adquieran la forma final en que serán comercializados,
cuando en dichos procesos se utilicen materiales de otros países y consistan solamente
en simples montajes o ensambles, embalaje, fraccionamiento en lotes, piezas o
volúmenes, selección y clasificación, marcación y composición de surtidos de
mercancías y otras operaciones que no impliquen un proceso de transformación
sustancial en los términos del párrafo primero de este literal.

En los casos en que el requisito establecido es este literal no pueda ser cumplido
porque el proceso de transformación operado no implica cambio de posición en la
nomenclatura NALADI o su equivalente NANDINA, bastará con que el valor CIF de los
materiales de otros países no exceda del 50% (cincuenta por cuanto) del valor de los
bienes de que se trate” .

16. Ahora bien, resulta imprescindible destacar que a lo largo del presente
procedimiento administrativo, SILICON no ha aportado medios probatorios que
evidencien que las computadoras que oferta MECSOFT no se encuentran comprendidas
dentro de los alcances del acotado Reglamento para ser considerados como bienes
producidos por el Perú, sino que únicamente se ha limitado a cuestionar la procedencia
de éstos, en base a la marca de los componentes de los equipos de cómputo.

17. Dentro de este contexto, es necesario recordar que en los procedimientos


trilaterales, como el que nos ocupa, el Impugnante recurre a esta instancia con un
petitorio que persigue un beneficio propio, con el ánimo de conseguir un
pronunciamiento acorde con sus intereses. Es por esta razón que le asiste la carga de
la prueba.

18. Este razonamiento se ampara en que, como principio en el Derecho, la carga de la


prueba corresponde a quien afirma los hechos que respaldan su pretensión; por lo que,
es el Impugnante el llamado a probar sus dichos. Lo anterior, aunado al deber de
imparcialidad exigible al juzgador, implica que la Administración (este Colegiado) no
puede subrogarse en las obligaciones del Impugnante, sobre quien recae la carga de la
prueba, porque es él quien está en mejor disposición de demostrar sus aseveraciones
como interesado en obtener una decisión favorable a su parte. Siendo esto así, la
Administración sólo dispondrá la actividad probatoria de manera oficiosa cuando se
adviertan indicios suficientes y tangibles sobre la verosimilitud del derecho invocado,
en aras de cautelar la vigencia del Principio de Verdad Material.

19. Sin embargo, tal como se ha mencionado con antelación, SILICON no ha aportado
los medios probatorios para lograr convicción sobre los fundamentos que sustentan su
pretensión, lo que en el caso concreto sería, al menos, el mostrar las Declaraciones
Únicas de Aduanas (DUAs) correspondientes de las piezas que forman parte de los
bienes ofertados por MECSOFT o realizar una investigación para que este Colegiado
pueda llegar a una conclusión tangible y objetiva respecto de la procedencia de los
bienes objeto de controversia.

20. Así pues, tampoco es posible invertir la carga de la prueba y pretender que
MECSOFT, cuyo producto ha sido cuestionado, tenga que probar la procedencia y
características de sus bienes, pues al no haberse actuado prueba en contrario, la Decl
aración en la que manifiesta que oferta bienes elaborados en territorio nacional
continúa premunida de la Presunción de Veracidad que atañe a todos los documentos y
sucedáneos presentados por los Administrados.
21. Es precisamente que, en virtud del Principio de Presunción de Veracidad, recogido
en el numeral 1.7 del artículo IV del Título Preliminar de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, Ley N.º 27444, que la Administración debe presumir que los
documentos y declaraciones formulados por los administrados responden a la verdad
de los hechos que ellos afirman, salvo prueba en contrario; y, por mandato expreso de
Ley N° 27143, Ley de Promoción Temporal del Desarrollo Productivo Nacional,
modificada por la Ley Nº 27633 y Ley Nº 28242, la declaración jurada que solicita el
20% por bienes elaborados en territorio nacional, es documento suficiente para
acreditar tal condición.

22. Esto quiere decir, que la Administración debe suponer siempre la buena fe y la
legalidad de los actos que realizan los Administrados, de tal suerte que las sospechas,
suposiciones o indicios respecto de una aparente falsedad no son razón suficiente para
desvirtuar dicha presunción, la cual sólo puede ser quebrantada a través de la
actividad probatoria. Asumir lo contrario supondría avalar la presentación de denuncias
de falsedad sin mayor sustento que las apreciaciones subjetivas de los denunciantes.

23. En el sentido expuesto, es propicio hacer hincapié en que, tal como ha expuesto
este Tribunal en sendas Resoluciones, la seguridad jurídica que requiere la
contratación pública no permite que se deje sin efecto determinado acto administrativo
sobre la base de meros indicios o suposiciones; supuestos que requieren, en todo caso,
del trámite de un mayor procedimiento investigatorio a través del cual se concluya, de
manera fehaciente, que son hechos o situaciones efectivamente ocurridos. Es por ello
que se ha previsto el privilegio de control posterior que asiste a la Administración
Pública.

24. Teniendo en cuenta las consideraciones precedentes, estando a que no existe


prueba fehaciente que demuestre lo contrario a la declaración cuestionada que
adjuntaron tanto MECSOFT como los demás postores a su acervo documentario, toda
vez que no se ha tenido conocimiento de las DUAS correspondientes a los bienes
ofertados por ellos u otros documentos análogos que destruyan la Presunción de
Veracidad o que por lo menos, ameriten el despliegue de mayor actividad probatoria
sobre el particular (pericias) a fin de determinar la procedencia de los equipos de
cómputo que comercializa dicho postor, debe darse por válido lo aseverado por ellos
sobre la nacionalidad de sus bienes.

25. Siendo esto así, estando a que los únicos autorizados para calificar el origen de un
bien son la Cámara de Comercio y la empresa INTERTEK Testing Services Perú S.A., de
conformidad a lo indicado mediante Comunicado N.º 001-2004 (PRE) del CONSUCODE,
y, atendiendo a que el procedimiento administrativo se sustenta, además de otros, en
el Principio de Presunción de Veracidad , éste Colegiado considera pertinente confirmar
lo decidido por el Comité Especial al asignar al Adjudicatario el puntaje correspondiente
al veinte por ciento (20%) adicional sobre la sumatoria de la calificación técnica y
económica obtenida por la elaboración de bienes dentro del territorio nacional, al haber
presentado la Declaración Jurada prevista en el artículo 3 del Decreto Supremo N.°
003-2001-PCM.

26. En el marco de lo indicado, es importante resaltar que en la Opinión N.º 078-


2007/DOP –invocada por SILICON- emitida por la Dirección de Operaciones en mérito
a la consulta planteada por el señor César Monge Dura sobre criterios técnicos que
utiliza CONSUCODE para evaluar y certificar la autenticidad y/o el origen nacional de
un determinado producto se reiteró que CONSUCODE no resulta competente para
definir, en términos generales, cuando un determinado producto puede ser calificado
como “hecho en el Perú”, “producto peruano” o “producto nacional”, dado que dichas
categorías o conceptos no se encuentran definidos, mencionados o aludidos en las
normas de contrataciones y adquisiciones del Estado.

27. Igualmente, es pertinente destacar las diferencias casuísticas existentes entre los
Expedientes N.º 1312.2007.TC y 3351.2007.TC, que dieron origen a las Resoluciones
N.º 2007-2007-TC-S1 y 633-2008-TC-S1, respectivamente, invocadas como
precedentes por SILICON, con el que nos ocupa, toda vez que en aquellos se dispuso
discrecionalmente la actuación de un peritaje a cargo de un ente técnico especializado
a costa del impugnante como instrumento idóneo para determinar la procedencia de
los equipos de cómputo ofertado.

28. Sin perjuicio de la conclusión arribada en este extremo, en tutela de sus intereses
y del orden público, de considerarlo conveniente, se exhorta a la Entidad realizar la
fiscalización posterior respecto de la procedencia nacional de los bienes ofertados por
MECSOFT, así como por los demás postores beneficiados con la aludida prerrogativa y
de advertir la trasgresión al Principio de Presunción de Veracidad, declarar la nulidad
de oficio del contrato, conforme lo permite el artículo 202 del Reglamento, y en
aplicación del artículo 297 del citado cuerpo reglamentario, comunicar a este Tribunal
tales hechos, para la adopción de las medidas legales a las que hubiera lugar.

29. Consecuentemente, en aplicación de lo dispuesto por el numeral 1) del artículo 163


del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, corresponde
declarar infundado el recurso de apelación interpuesto y, por su efecto, confirmar el
otorgamiento de la buena pro del ítem 1 de la Adjudicación Directa Selectiva N.º 010-
2008-UNMSM (Segunda Convocatoria) a favor de MECSOFT.

30. Finalmente, respecto a la solicitud de uso de la palabra de SILICON, este Colegiado


considera que la actuación de dicha diligencia deviene innecesaria a efectos de las
resultas de lo decidido en el presente procedimiento administrativo, toda vez que de lo
señalado en las consideraciones precedentes se advirtió que corren en autos todos los
elementos necesarios para resolver la presente causa.

Por estos fundamentos, de conformidad con el informe de la Vocal Ponente Dra.


Janette Elke Ramírez Maynetto, y la intervención de los Vocales Dra. Wina Grely Isasi
Berrospi y Dr. Carlos Cabieses López, atendiendo a la reconformación de la Primera
Sala del Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, según lo dispuesto en
la Resolución N.º 035-2008-CONSUCODE/PRE publicada el 04 de febrero de 2008 y en
ejercicio de las facultades conferidas en los artículos 53, 59 y 61 del Texto Único
Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por
Decreto Supremo N.º 083-2004-PCM, el artículo 163 de su Reglamento, aprobado por
Decreto Supremo N.º 084-2004-PCM, y los artículos 17 y 18 del Reglamento de
Organización y Funciones del CONSUCODE, aprobado por Decreto Supremo N.º 054-
2007-EF; analizados los antecedentes y luego de agotado el debate correspondiente,
por unanimidad,

LA SALA RESUELVE:

1. Declarar INFUNDADO el recurso de apelación interpuesto por el postor SILICON


SYSTEMS S.A.C. y, por su efecto, confirmar el otorgamiento de la buena pro del ítem 1
de la Adjudicación Directa Selectiva N.º 010-2008-UNMSM (Segunda Convocatoria) a
favor de MECSOFT E.I.R.L; por los fundamentos expuestos.

2. Ejecutar la garantía presentada por el Impugnante para la interposición del recurso


de apelación materia de decisión.

3. Disponer que la Entidad efectúe la fiscalización posterior de acuerdo a lo indicado en


el considerando 28 de la fundamentación.

4. Disponer la devolución de los antecedentes administrativos a la Entidad, la cual


deberá recabarlos en la mesa de partes del Tribunal dentro del plazo de 30 días
calendario de notificada la presente reso
lución; debiendo autorizar por escrito a la persona que realizará dicha diligencia. En
caso contrario, los antecedentes administrativos serán enviados al Archivo Central del
CONSUCODE para su custodia por un plazo de seis (6) meses, luego del cual serán
remitidos al Archivo General de la Nación, bajo responsabilidad.
5. Dar por agotada la vía administrativa.

Regístrese, comuníquese y publíquese

PRESIDENTA

VOCAL VOCAL

ss.
Ramírez Maynetto
Isasi Berrospi
Cabieses López

8. Principio de buena fe procedimental: La autoridad administrativa, los


administrados, sus representantes o abogados y, en general, todos los partícipes
del procedimiento, realizan sus respectivos actos procedimentales guiados por el
respeto mutuo, la colaboración y la buena fe. La autoridad administrativa no
puede actuar contra sus propios actos, salvo los supuestos de revisión de oficio
contemplados en la presente Ley.
Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse de
modo tal que ampare alguna conducta contra la buena fe procedimental.

 Resolución:

EXP. N.° 02398-2013-PA/TC


LIMA
ELKE MARIANNE
DAUM DEL ÁGUILA
Y OTRO

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


Lima, 20 de noviembre del 2013

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por


doña Elke Marianne Daum del Águila y don Federico Albert Daum del Águila,
contra la resolución de fojas 135, su fecha 13 de marzo del 2013, expedida por la
Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que, confirmando la
apelada, declaró improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 26 de julio del 2011, los recurrentes interponen demanda de
amparo contra el juez del Cuadragésimo Juzgado Especializado en lo Civil de
Lima, los vocales integrantes de la Cuarta Sala Civil de Lima y los
magistrados integrantes de la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia de la República, solicitando la nulidad de las siguientes resoluciones
judiciales: a) la sentencia contenida en la resolución N.º 29, de fecha 24 de
noviembre del 2009, expedida por el Juzgado emplazado, que declaró
infundada la demanda; b) la sentencia de vista de fecha 7 de julio del 2010,
expedida por la Sala Superior demandada, que resolvió confirmar la sentencia
de primera instancia; y, c) la resolución recaída en la Casación N.º 5178-2010
LIMA, de fecha 7 de abril del 2011, expedida por la Sala Suprema emplazada,
que resuelve declarar improcedente el recurso de casación presentado por los
demandantes en el proceso seguido contra don Juan
Hipólito Aguerto Córdova y otros sobre nulidad de acto jurídico (Expediente
Nº 11963-2008-0-1801-JR-CI-40).

Señalan los accionantes que por escritura pública de compraventa de fecha 18


de agosto del 2001 adquirieron de don Walter Gunter Daum Schiller la
propiedad del inmueble ubicado en la avenida Brasil N.º 2163, departamento
303, distrito de Jesús María, provincia y departamento de Lima, advirtiéndose
que dicha transferencia no fue inscrita en los Registros Públicos. Agregan
los amparistas que en noviembre del 2007 toman conocimiento de que el
señor Walter Gunter Daum Schiller había celebrado un contrato de
compraventa y mutuo con garantía hipotecaria con el señor Juan
Hipólito AguertoCórdova en calidad de comprador y don Alfonso Tamayo
Navarro como acreedor hipotecario del inmueble de su propiedad, motivo por
el cual interpusieron demanda de nulidad de acto jurídico ante la jurisdicción
ordinaria. Alegan que las resoluciones judiciales emitidas en dicho proceso
contienen graves incongruencias y se encuentran apartadas del derecho en
razón de que los magistrados emplazados no han analizado el tema del
consentimiento en la transferencia de la propiedad porque, a decir de los
propios actores, nunca prestaron su consentimiento para que opere la
transferencia del bien inmueble de su propiedad, por lo que las referidas
resoluciones judiciales vienen violando sus derechos constitucionales a la
tutela procesal efectiva, al debido proceso y a la motivación de las
resoluciones judiciales.

2. Que con fecha 1 de agosto del 2011, el Primer Juzgado Especializado en lo


Constitucional de Lima declaró improcedente la demanda argumentando que
no se ha constatado ninguna vulneración de los derechos constitucionales
invocados por los accionantes. A su turno, la Tercera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima confirmó la apelada sosteniendo que los hechos
y el petitorio de la demanda no están referidos en forma directa al contenido
constitucionalmente protegido del derecho invocado.

3. Que conforme se ha advertido de manera uniforme y reiterada por este


Tribunal, el proceso de amparo contra resoluciones judiciales está circunscrito
a cuestionar decisiones judiciales que vulneren de forma directa derechos
fundamentales toda vez que, a juicio de este Tribunal, la irregularidad de una
resolución judicial con relevancia constitucional se produce cada vez que esta
se expida con violación de cualquier derecho fundamental y no sólo en
relación con los supuestos contemplados en el artículo 4.º del Código Procesal
Constitucional.

4. Que asimismo, también se ha establecido que el amparo contra resoluciones


judiciales requiere como presupuesto procesal indispensable la constatación
de un agravio manifiesto que comprometa seriamente el contenido protegido
de algún derecho constitucional, presupuesto básico sin el cual la demanda
resultará improcedente.

5. Que si bien a través del amparo el juez constitucional puede examinar la


presunta inconstitucionalidad de una resolución judicial, no es labor de la
justicia constitucional subrogar al juez ordinario en la interpretación y
aplicación de los dispositivos legales, como tampoco lo es analizar la
comprensión que la judicatura realice de estos. Por el contrario, solo cabe
revisar las decisiones emitidas por la justicia ordinaria cuando estas y sus
efectos contravengan los principios que informan la función jurisdiccional
encomendada, o los pronunciamientos adoptados vulneren los principios de
razonabilidad y proporcionalidad, afectando con ello de modo manifiesto y
grave cualquier derecho fundamental.
6. Que se desprende del tenor de la demanda que los recurrentes alegan que en
el proceso sobre nulidad de acto jurídico (Expediente Nº 11963-2008-0-1801-
JR-CI-40) se han conculcado sus derechos constitucionales a la tutela procesal
efectiva, al debido proceso y a la debida motivación de las resoluciones
judiciales; sin embargo, sus argumentos básicamente se encuentran dirigidos a
revertir las resoluciones judiciales que le han sido adversas en el proceso civil
sobre nulidad de acto jurídico, en el que fueron parte demandante.

7. Que como resulta obvio, el amparo contra resoluciones judiciales no puede


servir para replantear una controversia resuelta por los órganos
jurisdiccionales ordinarios, dado que no constituye un medio impugnatorio
que continúe revisando una decisión que sea de exclusiva competencia de la
jurisdicción ordinaria.

8. En efecto se aprecia de autos:

A) Que la sentencia contenida en la resolución N.º 29 (fojas 5), de fecha 24


de noviembre del 2009, expedida por el Cuadragésimo Juzgado
Especializado en lo Civil de Lima, que declaró infundada la demanda, se
encuentra debidamente motivada, desestimando la pretensión de los
accionantes (consistente en que se declare la nulidad del acto jurídico de
compraventa y constitución de mutuo hipotecario de fecha 23 de
noviembre del 2007) en virtud del artículo 2012.º del Código Civil, que
establece que se presume, sin admitirse prueba en contrario, que toda
persona tiene conocimiento del contenido de las inscripciones, es decir,
que mientras una compraventa no se encuentra registrada a nombre del
titular que la adquirió, se presume que el propietario es quien aparece en
la ficha registral aunque no esté en posesión del bien; asimismo, se aplicó
el artículo 2013.º del código acotado, que recoge el principio de
legitimidad señalando que el contenido de la inscripción se presume
cierto y produce todos sus efectos, mientras no se rectifique o se declare
judicialmente su invalidez. Por otro lado, también se hizo referencia al
artículo 2014.º del mismo cuerpo legal, que anota que el tercero que de
buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona que en el
registro aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición
una vez inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda o resuelva
el del otorgante por virtud de causas que no consten en los registros
públicos. Por último, el juez demandado consagró en la resolución
cuestionada el principio de prioridad contenido en el artículo 2016.º del
Código Civil, que sostiene que la prioridad en el tiempo de la inscripción
determina la preferencia de los derechos que otorga el registro. En este
sentido, y en razón de las normas mencionadas, el juez emplazado
concluyó que la pretensión demandada por los accionantes no resultaba
amparable, por lo que declaró infundada la demanda.

B) Por su parte, la Cuarta Sala Civil de Lima, mediante resolución de fecha


7 de julio del 2010 (fojas 11), confirmó la recurrida por los mismos
motivos agregando que en autos no se ha acreditado que los
codemandados conocían del contrato de compraventa celebrado entre los
actores y el demandado Walter Gunter Daum Schuller, lo que permita
inferir la mala fe de la transferencia del bien inmueble materia
de litis entre los codemandados en el proceso sobre nulidad de acto
jurídico.

C) A su turno, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de


la República, a través de la resolución recaída en la Casación N.º 5178-
2010 LIMA de fecha 7 de abril del 2011, (fojas 17) declaró improcedente
el recurso de casación interpuesto por los demandantes debido a que
pretenden la revaloración de los hechos y de las pruebas admitidas en el
proceso, además de cuestionar el criterio jurisdiccional de los jueces, lo
que no condice con el recurso de casación por ser extraordinario y
limitado.
Por ende, se observa que tales pronunciamientos judiciales no son
susceptibles de revisión por este Tribunal en virtud de que han sido
debidamente motivados.

9. Que por tanto, se observa que lo que realmente cuestionan los actores es el
criterio jurisdiccional de los jueces demandados, asunto que no es de
competencia constitucional, a menos que pueda constatarse una arbitrariedad
manifiesta por parte de la instancia judicial respectiva que ponga en
evidencia la violación de derechos de naturaleza constitucional, lo que sin
embargo, no ha ocurrido en el presente caso, por lo que al margen de que tal
criterio resulte compartido (o no) en su integridad, constituye una
justificación suficiente que respalda la decisión jurisdiccional adoptada, no
procediendo su revisión a través del proceso de amparo.

10. Que en consecuencia y en la medida en que los recurrentes pretenden el


reexamen de unos fallos adversos, materia que, como es evidente, carece de
relevancia constitucional, la presente demanda debe ser declarada
improcedente conforme a lo previsto en el numeral 1) del artículo 5.° del
Código Procesal Constitucional, según el cual no proceden los procesos
constitucionales cuando los hechos cuestionados no inciden en el contenido
constitucionalmente protegido de los derechos invocados.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese.
SS.

URVIOLA HANI
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

9. Principio de celeridad: Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su


actuación de tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible,
evitando actuaciones procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan
meros formalismos, a fin de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que
ello releve a las autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere el
ordenamiento.

 Resolución;

Sentencia de Constitucionalidad nº 1038/03 de Corte Constitucional, 5 de


Noviembre de 2003

Sentencia C-1038/03
COSA JUZGADA MATERIAL-Procedencia
COSA JUZGADA MATERIAL-Identidad de contenido normativo
COSA JUZGADA MATERIAL-Mantenimiento de ratio decidendi
COSA JUZGADA MATERIAL ABSOLUTA-Identidad de cargos y de contenido normativo
Como quiera que las razones que entonces llevaron a la Corte a declarar la exequibilidad de
las disposiciones acusadas, respondían a los mismos cargos por los que ahora se acusa el
artículo 29 del Código Procesal del Trabajo, y dado que la disposición acusada conserva el
mismo contenido normativo, salvo algunas modificaciones tenues como se explicó en el
fundamento No. 3 de esta providencia, la Corte habrá de reiterar su jurisprudencia y, además,
declarar exequible la norma demandada ante la existencia de una cosa juzgada material
absoluta.
NOMBRAMIENTO DE CURADOR AD LITEM Y EMPLAZAMIENTO-Finalidad
La norma acusada busca obtener un equilibrio entre la necesidad de asegurar que el proceso
se adelante sin dilaciones injustificadas, en beneficio de los intereses del demandante, sin que
se desatiendan los derechos del demandando. Para la protección del demandado se dispone,
por un lado, el nombramiento de un curador ad litem, de tal manera que no obstante que el
proceso no se suspende por su falta de comparecencia, sus intereses se encuentren
debidamente representados; y por otro, mediante la adopción de la diligencia judicial del
emplazamiento, se busca hacer efectiva la asistencia del demandado al proceso y se le otorga
una oportunidad adicional para que ejerza su derecho de defensa. Adicionalmente, como
mecanismo de protección de los derechos fundamentales del demandado, la norma obliga al
emplazamiento en debida forma para poder dictar sentencia.
EMPLAZAMIENTO DEL DEMANDADO-Procedencia
En el caso de ignorancia del domicilio del demandado, la procedencia de la alternativa prevista
en la ley procesal laboral, se sujeta a la manifestación de dicha circunstancia bajo la gravedad
de juramento, que se considera prestado con la presentación de la demanda, lo cual hace
presumir, en este caso, la buena fe del demandante.
EMPLAZAMIENTO DEL DEMANDADO Y NOMBRAMIENTO DE CURADOR AD LITEM-
Protección de derechos de los trabajadores/EMPLAZAMIENTO DEL DEMANDADO Y
NOMBRAMIENTO DE CURADOR AD LITEM-Finalidad
El emplazamiento del demandado paralelo al nombramiento del curador ad litem previsto en la
disposición acusada, lejos de lesionar los derechos fundamentales del demandado, pretende
hacer efectivos de manera sumaria los derechos de los trabajadores, quienes, en estos casos,
por lo general, actúan como demandantes. A juicio de esta Corporación, corresponde a un
desarrollo de los principios de celeridad y eficiencia propios del ejercicio de las funciones
jurisdiccionales del Estado (C.P. art. 209 y 228). Se dice que la norma acusada prevé el
emplazamiento del demandado paralelo al nombramiento del curador ad litem, en primer
lugar, por cuanto en el caso de ignorar el domicilio del demandado, una vez admitida la
demanda, en el correspondiente auto admisorio, el juez deberá nombrar al curador del
demandado y proceder a su emplazamiento; en segundo lugar, por cuanto en el caso de
ocultamiento, al acreditarse dicha circunstancia a través de informe secretarial, el juez
mediante auto procederá a nombrar curador y, a su vez, a ordenar el emplazamiento del
demandado. De suerte que, en ningún caso, como lo prevé la norma, podría dictarse
sentencia mientras no se haya surtido el emplazamiento en debida forma.
Referencia: expediente D-4608
Asunto: Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 16 de la Ley 712 de 2001 ''por la
cual se reforma el Código Procesal del Trabajo''.
Demandantes: Armando Mario Rojas Chávez y Nelson Hernández Meza.
Magistrado ponente:
Dr. RODRIGO ESCOBAR GIL.
Bogotá, D. C., cinco (5) de noviembre de dos mil tres ( 2003).
La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus atribuciones constitucionales
y de los requisitos de trámite establecidos en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la
siguiente
SENTENCIA

I. ANTECEDENTES
Los ciudadanos Armando Mario Rojas Chávez y Nelson Hernández Meza, en ejercicio de
la acción pública de inconstitucionalidad consagrada en los artículos 241 y 242 de
la Constitución Política, demandaron la inexequibilidad del artículo 16 de la Ley 712 de
2001 ''por la cual se reforma el Código Procesal del Trabajo''.
La Corte mediante Auto de mayo trece (13) de 2003, proferido por el Despacho del
magistrado sustanciador, admitió la demanda y dio traslado al señor Procurador General de
la Nación para que rindiera el concepto de su competencia.
Una vez cumplidos los trámites previstos en el artículo 242 de la Constitución y en
el Decreto 2067 de 1991, procede la Corte a pronunciarse sobre la demanda de la
referencia.
II. TEXTO DE LA NORMA DEMANDADA
A continuación se transcribe el texto de la disposición acusada, conforme a su publicación
en el Diario Oficial número 44.640 del 8 de diciembre de 2001:
''LEY 712 de 2001
Por la cual se reforma el Código Procesal de Trabajo
''Artículo 16. El artículo 29 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad
Social quedará así: Artículo 29. Nombramiento del curador ad litem y emplazamiento del
demandado. Cuando el demandante manifieste bajo juramento, que se considera prestado
con la presentación de la demanda, que ignora el domicilio del demandado, el juez
procederá a nombrarle un curador para la litis con quien se continuará el proceso y ordenará
su emplazamiento por edicto, con la advertencia de habérsele designado el curador.
El emplazamiento se efectuará en la forma prevista en el inciso segundo del artículo 318
del Código del Procedimiento Civil y no se dictará sentencia mientras no se haya cumplido.
Cuando el demandado no es hallado o se impide la notificación, también se aplicará lo
dispuesto en los incisos anteriores, previo cumplimiento de lo establecido en los numerales
1 y 2 del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil. En el aviso se informará al
demandado que debe concurrir al juzgado dentro de los diez (10) días siguientes al de su
fijación para notificarle el auto admisorio de la demanda y que si no comparece se le
designará un curador para la litis''.
III. LA DEMANDA
1. Normas constitucionales que se consideran infringidas.
Consideran los accionantes que la disposición acusada es contraria a los
artículos 2°, 29 y 53 de la Constitución Política.
2. Fundamentos de la demanda.
A juicio de los accionantes, el precepto legal demandado viola los artículos 2° y 29 de
la Constitución Política, por cuanto invierten el orden racional del derecho a la defensa,
permitiendo, en primer lugar, la intervención del curador ad litem y, posteriormente,
procediendo al emplazamiento del demandado.
Conforme a esta argumentación, sostienen que: ''Es contrario a la Constitución que en
primer lugar antes de llevarse a cabo el emplazamiento a la parte demandada cuyo
domicilio se desconoce, nombrarle curador ad litem para que éste lo represente en el
proceso que se le adelanta. La parte demandada, dentro de un correcto entendimiento
del derecho a la defensa, es la primera que debe hacerse parte en el proceso que se le
adelanta, y por tanto debe ser a ésta a quien la norma procesal debe solicitar su
comparencia en primer lugar, para hacerle conocer su condición de demandando en un
proceso, y no antes de ello, lo cual debe ser anterior y no posterior, puesto que el
curador ad litem es el llamado a suplir al demandado cuando esté se ausente, luego de
haberse efectuado el procedimiento para tratar de notificarlo de la demanda, de manera
que la presencia de curador en el proceso es subsidiaria a la no comparecencia al
proceso del demandado para que lo represente con la finalidad, dentro de lo posible, de
controvertir las pretensiones del demandante. Lo correcto y ajustado a la Constitución
es que primero se emplace a la parte demandada y luego se nombre el curador ad litem,
tal como lo señala el Código de Procedimiento Civil; así se le permite al demandado la
oportunidad de intervenir en el proceso y ejercer su derecho constitucional fundamental
a la defensa (art. 29C.N) desde el inicio del proceso. Ahora, si no se da con su paradero
luego de haber sido emplazado, forzosamente se le designará el curador ad litem para
que pueda ser representada la parte ausente dentro del proceso''.
Igualmente, manifiestan que el inciso 3° del precepto legal acusado, referente al
nombramiento del curador ad litem cuando la parte demandada no es hallada o se
impide su notificación, es contrario a la Constitución Política. Las razones que
sustentan el cargo, son exactamente idénticas a las previamente expuestas, es decir, ''no
es aceptable constitucionalmente hablando, que primero se nombre un curador ad litem
y luego se realice el emplazamiento a la persona demandada, persona en la cual recae el
derecho a la defensa y, por lo tanto, es el primero que debe intervenir en el proceso que
se adelante(...)''.
Sostienen que el artículo 2° del Texto Superior, pone de presente que una de las
finalidades del Estado, al momento de expedir una ley que regula los procedimientos en
materia laboral, es hacer efectivo los derechos de las partes que traban la litis; situación
ésta que no se cumple con la norma acusada, puesto que, al invertir el orden racional
del derecho de defensa, se incumple con dicho objetivo, al dejar vulnerables las
garantías procesales del demandado.
Adicionalmente, señalan que el artículo 16 de la Ley 712 de 2001 vulnera el artículo
53 de la Constitución Política. Según los demandantes, el constituyente quiso con esta
disposición proteger los derechos de los trabajadores; condición ésta que no se cumple
con la norma demandada, debido a que ''en primer lugar se nombrará curador ad litem
y, posteriormente, se emplazará al demandando; debiendo ser lo contrario; que en caso
de haber sido emplazado y el demandado no interviene dentro del término señalado
para ello, el juez procederá a nombrar un curador ad litem con el fin de defender los
intereses del demandado. Situación ésta, que no acontece en la norma demandada pues
el legislador vulnera el texto constitucional al otorgarle al juez la facultad de nombrar
en primer lugar el curador ad litem, sin agotar el emplazamiento del demandado,
violando el derecho constitucional a favor del trabajador que se involucrado dentro de
un proceso judicial''.
A partir de lo expuesto, los accionantes concluyen que la disposición acusada debe ser
declarada inexequible, ya que su contenido material es contrario a la Constitución
Política y, especialmente, a los derechos de defensa y contradicción. Adicionalmente,
solicitan a la Corte establecer en la parte resolutiva de la sentencia que se de aplicación
a los artículos 318 y 320 del Código de Procedimiento Civil, aplicables por remisión
analógica ante la ausencia de disposiciones especiales en el procedimiento de trabajo,
con el propósito de suplir la insuficiencia de mecanismos aptos e idóneos para vincular
en debida forma al demandado.
IV. INTERVENCIONES
1. Intervención del Ministerio del Interior y de Justicia.
La ciudadana Ana Lucía Gutiérrez Guingue, actuando en representación del Ministerio del
Interior y de Justicia, y dentro de la oportunidad procesal prevista, presentó escrito de
intervención para solicitar a la Corte Constitucional declarar la exequibilidad de la
expresión contenida en el artículo 16 de la Ley 712 de 2001, debido a que no atenta contra
derecho alguno y se ajusta a las prescripciones de la Constitución Política en relación con el
debido proceso.
A juicio de la interviniente, la norma acusada es constitucional porque reproduce en esencia
el artículo 29 del Decreto 2158 de 1948 (Código Procesal del Trabajo), disposición que fue
materia de estudio y de pronunciamiento por parte de esta Corporación en la Sentencia C-
429 de 1993, y en la cual se hacen señalamientos concretos sobre la exequibilidad del
nombramiento del curador ad litem y del emplazamiento paralelo del demandado, cuando
no se conozca su domicilio o no se halle o se oculte para impedir su notificación.
V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACION
El Procurador General de la Nación (E) Carlos Arturo Gómez Pavajeau, rindió concepto en
representación de la Procuraduría General de la Nación, mediante el cual solicita la
declaratoria de exequibilidad de la norma acusada, en el sentido de reconocer la existencia
de una cosa juzgada material, en cuanto se refiere a la acusación por violación al debido
proceso y, adicionalmente, por no vulnerar los artículos 2° y 53 del Texto Superior.
Según manifiesta la Vista Fiscal, el artículo 16 de la Ley 712 de 2001 modificó el artículo
29 del Decreto 2158 de 1948 ''sobre procedimiento en los juicios del trabajo'', algunos de
cuyos apartes fueron objeto de examen por parte de la Corte Constitucional y declarados
exequibles en la sentencia C-429 de 1993. Ello, porque su correcta interpretación se
encuentra ajustada al debido proceso y a las exigencias de celeridad y economía propias de
las normas procesales en materia laboral.
En este contexto, el Procurador sostiene que: ''(...) En su momento, el actor solicitó a la
Corte Constitucional que se declarara la inconstitucionalidad de las siguientes expresiones
del artículo 29, antes citado: `....y no dictará sentencia mientras no se haya cumplido el
emplazamiento', y `....y procederá el emplazamiento como queda previsto en el inciso
anterior' (...)
Teniendo en cuenta que las expresiones señaladas anteriormente son similares a las que
consagra el artículo 16 de la Ley 712 de 2001 y que son cuestionadas por el demandado,
pues las razones por las cuales dichos textos se consideran inconstitucionales son las
mismas alegadas respecto del artículo 29 del Decreto Número 2158 de 1948, el despacho
considera que ha operado el fenómeno de la cosa juzgada constitucional material, en
relación con la sentencia C-429 de 1993, y por tal motivo ha de estarse a lo allí dispuesto''.
En relación con la supuesta violación de los artículos 2° y 53 de la Carta Política, la Vista
Fiscal afirma que no se produce el fenómeno de la Cosa Juzgada Constitucional, en
atención a que la Corte no confrontó el artículo 29del Decreto 2158 de 1948 con los
preceptos constitucionales previamente referenciados. En este orden de ideas, sostiene que:
''(...) El nombramiento de un curador para la litis en el proceso laboral, cuando el
demandante manifiesta bajo juramento, que se considera prestado con la presentación de la
demanda, que ignora el domicilio del demandado, o cuando el demandado no es hallado o
se impide su notificación, lo mismo que el emplazamiento del demandado, que debe
surtirse sin dilaciones (Ley 712 de 2001, artículo 16), son medios establecidos por el
legislador para garantizar la defensa de los intereses del demandado. Dentro de este
contexto, no hay duda sobre la conformidad del precepto acusado con los
artículos 2° y 45 de la Carta Políticaque establecen como fin esencial del Estado garantizar
la efectividad de los derechos consagrados en el ordenamiento constitucional y prohíben al
legislador menoscabar, a través de la ley, los derechos de los trabajadores,
respectivamente''.
De conformidad con los citados argumentos, el Procurador General de la Nación (E)
concluye que la norma demandada no vulnera las disposiciones constitucionales invocadas
por el demandante.
VI. CONSIDERACIONES DE LA CORTE
1. Competencia.
Conforme al artículo 241 ordinal 4º de la Constitución, la Corte es competente para
conocer de la constitucionalidad del artículo 16 de la Ley 712 de 2001, ''por la cual se
reforma el Código Procesal del Trabajo'', ya que se trata de una norma que hace parte
de una Ley de la República.
2. Problema jurídico.
A partir de los cargos formulados en la demanda y de lo expuesto en las distintas
intervenciones, en esta ocasión le corresponde a la Corte resolver los siguientes
problemas jurídicos:
· Si el artículo 16 de la Ley 712 de 2001, al disponer que cuando el demandante
manifieste bajo la gravedad de juramento que ignora el domicilio del demandando, o
cuando éste no es hallado o impide su notificación, el juez procederá a nombrarle un
curador ad litem con quien continuará el proceso y ordenará el emplazamiento por
edicto del demandado, vulnera el derecho fundamental al debido proceso consagrado en
el artículo 29 de la Constitución Política, por cuanto invierte el orden racional del
derecho a la defensa, al permitir primero, la intervención del curador para la litis y,
posteriormente, el emplazamiento por edicto del demandado.
· Bajo la misma hipótesis, es necesario determinar si el artículo acusado menoscaba los
derechos de los trabajadores, consagrados en el artículo 53 de la Carta Política; y el
artículo 2° Superior que establece como fin esencial de Estado garantizar la efectividad
de los derechos consagrados en el ordenamiento constitucional.
Existencia de cosa juzgada constitucional.
1. Algunos de los intervinientes y la Vista Fiscal en su concepto de rigor, consideran que
en este proceso es procedente la declaratoria de cosa juzgada material, por cuanto esta
Corporación en Sentencia C-429 de 1993, M.P. Fabio Morón Díaz, declaró exequibles
algunas expresiones similares a las que consagra el artículo 16 de la Ley 712 de 2001 y
que, en esta oportunidad, son cuestionadas nuevamente bajo los mismos cargos.
En efecto, en aquella oportunidad se había demandado el texto que se subraya y resalta
a continuación previsto en el artículo 29 del Decreto 2158 de 1948:
''Artículo 29. Nombramiento de Curador Ad-litem para el demandado. Si la residencia
del demandado no es conocida, el demandante, al presentar su demanda, jurará ante el
juez que la ignora y, en tal caso, se le nombrará un curador para la litis.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, el juez procederá al emplazamiento
del demandando, de conformidad con el artículo 317 del Código Judicial, y no dictará
sentencia mientras no se haya cumplido el emplazamiento.
Si el demandado se oculta, el juez, previa comprobación sumaria del hecho, le
nombrará curador ad litem y procederá al emplazamiento como queda previsto en el
inciso anterior''.
A juicio del demandante de entonces, las disposiciones acusadas resultaban contrarias
al artículo 29 Superior, por cuanto el nombramiento del curador ad litem y el
emplazamiento del demandado en la forma prevista en la ley, no permitían el ejercicio
idóneo del derecho de defensa.
Encontró esta Corporación, en su momento, que los apartes acusados del artículo 29 del
Código Procesal del Trabajo no resultaban contrarios a la Constitución y, por
consiguiente, en la parte resolutiva del fallo decidió: ''Primero.- Declarar
EXEQUIBLES las frases: `y no dictará sentencia mientras no se haya cumplido el
emplazamiento' (inciso 2º.), y, `y procederá al emplazamiento como queda previsto en
el inciso anterior' (inciso 3º.), del artículo 29 del Decreto 2158 de 1948, adoptado como
legislación permanente por el Decreto 4133 de 1948''.
2. Ha dicho esta Corporación que la cosa juzgada material, en aquellos eventos en los que,
en decisión previa, ha sido declarada la exequibilidad de una norma, se presenta cuando
pese a que hay diferencias entre los textos sometidos a juicio de constitucionalidad, el
contenido normativo de la nueva disposición resulta idéntico al de la norma que ya ha
recibido un pronunciamiento de exequibilidad por la Corte.
Precisamente, sobre la procedencia de la cosa juzgada material por identidad de
contenidos normativos, la Corte ha manifestado que:
''(...) esta Corporación ha adoptado la posición según la cual para que se produzca el
fenómeno de la cosa juzgada material no es indispensable que los textos de las normas
sean idénticos; sin embargo, su contenido sí debe serlo. Ahora bien, la identidad de
contenidos supone que los efectos jurídicos de las normas sean exactamente los
mismos. En tal medida, cualquier modificación que restrinja, aumente o de algún modo
altere los efectos de la norma, justifica un nuevo pronunciamiento de
constitucionalidad'' (Sentencia C-565 de 2000. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
Subrayado por fuera del texto original).
En idéntico sentido, en Sentencia C-311 de 2002 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa),
al estudiar el alcance de la cosa juzgada material, a partir de la existencia de un fallo de
exequibilidad, esta Corporación dijo:
''(...) Una vez reproducida la norma exequible, la Corte debe apreciar si en el nuevo
contexto dentro del cual fue expedida, ésta adquirió un alcance o unos efectos distintos,
lo cual justificaría un fallo de fondo en un sentido diferente al anterior. Lo mismo
sucedería en caso de que la Corte encuentre razones poderosas para introducir ajustes
en su jurisprudencia o cambiarla.
De esta forma, la Corte clarifica los alcances y las consecuencias de la llamada cosa
juzgada material de un fallo de exequibilidad: El fallo anterior constituye un precedente
respecto del cual la Corte tiene diversas opciones, ya que no queda absolutamente
autovinculada por sus sentencias de exequibilidad. La primera, es seguir el precedente,
en virtud del valor de la preservación de la consistencia judicial, de la estabilidad del
derecho, de la seguridad jurídica, del principio de la confianza legítima y de otros
valores, principios o derechos protegidos por la Constitución y ampliamente
desarrollados por la jurisprudencia de esta Corte. En esta primera opción la Corte
decide seguir la ratio decidendi anterior, mantener la conclusión que de ella se deriva,
estarse a lo resuelto y, además, declarar exequible la norma demandada. Otra
alternativa es apartarse del precedente, esgrimiendo razones poderosas para ello que
respondan a los criterios que también ha señalado la Corte en su jurisprudencia, para
evitar la petrificación del derecho y la continuidad de eventuales errores. También
puede la Corte llegar a la misma conclusión de su fallo anterior pero por razones
adicionales o diversas. En conclusión, los efectos de la cosa juzgada material de un
fallo de exequibilidad son específicos y no se asimilan a los del derecho procesal
general. Se inscriben dentro de la doctrina sobre precedentes judiciales en un sistema de
tradición romano germánica, son los propios del proceso constitucional y responden a
la interpretación de una Constitución viviente'' Sentencia C-311 de 2002 (M.P. Manuel
José Cepeda Espinosa)..
3. Observa la Corte que el artículo demandado tiene un contenido normativo idéntico
(salvo algunas modificaciones de menor entidad) al de aquel a partir del cual esta
Corporación hizo su análisis en la Sentencia C-429 de 1993 y, por consiguiente,
conserva plena vigencia la ratio decidendi esgrimida en aquella oportunidad.
En efecto, se presentan algunas diferencias de menor entidad, en relación con las
disposiciones que son objeto de comparación, es decir, entre el contenido del artículo
29 del Decreto 2158 de 1948 y el artículo 16 de la Ley 712 de 2001, aun cuando se
mantiene vigente la misma orientación normativa. Así, (i) la antigua disposición exigía
que el demandante al presentar la demanda jurara sobre la ignorancia del domicilio del
demandado; por su parte, la nueva disposición, considera prestado dicho juramento con
la presentación de la demanda; (ii) la antigua norma no establecía exigencias especiales
en relación con el emplazamiento (en caso de ignorancia) y el aviso (en relación con el
ocultamiento); mientras que, por su parte, la nueva disposición, impone que en el edicto
de emplazamiento se advierta al demandando sobre la designación del curador y,
adicionalmente, se reduce el término del aviso a 10 días.
En torno a la remisión de la anterior disposición a las normas del Código Judicial y, a
su vez, de la nueva disposición a los artículos 318 y 320 del Código de Procedimiento
Civil, no existe en realidad un cambio normativo manifiesto. En efecto, bajo la vigencia
del artículo 29 del Decreto 2158 de 1948, se interpretó que las exigencias previstas en
el artículo 317 del Código Judicial, se referían a los requisitos de publicidad
consagrados en los artículos 318, 319 y 320 del C.P.C. Lo anterior, a partir de la
derogatoria del Código Judicial (Ley 105 de 1931) por el nuevo Código de
Procedimiento Civil (Decreto 1400 de 1970).
Precisamente, la doctrina expuso que:
''La designación de Curador Ad litem en los dos casos previstos en este artículo se hará
por el juez una vez cumplida la diligencia de juramento, sin necesidad del previo
emplazamiento a que se refieren los artículos 318, 319 y 320 del C. de P.C., en armonía
con el principio de celeridad que debe informar los procesos laborales. Una vez
notificado el auto admisorio de la demanda personalmente al curador ad litem y surtido
el traslado de rigor, se continuará el trámite legal del respectivo proceso, pero no se
podrá dictar sentencia mientras no se haya cumplido en su totalidad el emplazamiento
de que tratan los ya citados artículos del Código de Procedimiento Civil'' TRIANA.
Francisco. Sistema Laboral y de Seguridad Social. Código Comentado. Ed. La nueva
Ley. S.A. Bogotá. 1988. Pág. 382..
En idéntico sentido:
''Es de advertir que el artículo 317 del C.J. fue reemplazado en el nuevo C. de P.C. por
el artículo 318. Entonces, el emplazamiento en laboral debe hacerse como lo indica la
norma últimamente citada'' RODRÍGUEZ CAMARGO. Gregorio. Curso de Derecho
Procesal Laboral. Ediciones Librería del Profesional. 9 Edición. Bogotá. Pág. 92..
Por su parte, esta Corporación en la citada Sentencia C-429 de 1993, manifestó:
''(...) El artículo 29 acusado prevé dos hipótesis que, con sus contenidos, aseguran el
establecimiento de la litis procesal. La una, cuando se desconoce la residencia del
demandado, caso en el cual, el demandante al presentar la demanda, jurará ante el Juez
que la ignora, y, la otra, cuando el demandado se oculta, lo cual debe comprobarse por
lo menos sumariamente. En uno y otro caso, la norma prevé, a fin de garantizar la
defensa de los intereses del demandado, justificada más en la primera hipótesis que en
la segunda, sin perjuicio de que también exista justificación de menor grado en el caso
del denominado ocultamiento del demandado, el nombramiento de un curador para la
litis y el emplazamiento del demandado de conformidad con lo dispuesto, en la época,
por el artículo 317 del Código Judicial, hoy remplazado en el Código de Procedimiento
Civil por los artículos 318, 319 y 320. En estas normas, se regula el procedimiento para
emplazar a quien se le desconoce el lugar de habitación o de trabajo y éste, además, no
figura en la guía telefónica (art. 318); las sanciones para el caso de falso juramento
sobre el desconocimiento de la residencia del demandado (art. 319); y el trámite para la
notificación por emplazamiento de quien no es hallado o impide su notificación
personal (art. 320)'' Subrayado por fuera del texto original..
4. Es imposible desconocer que a pesar de las citadas modificaciones, el artículo 16 de la
Ley 712 de 2001 conserva el mismo contenido normativo previsto en el artículo
29 del Decreto 2158 de 1948, referente al nombramiento del curador ad litem y el
emplazamiento paralelo del demandado.
En este orden de ideas, en los antecedentes legislativos destinados a la aprobación del
artículo acusado, se manifestó que la modificación pretendida al artículo 29 del Código
Procesal del Trabajo, tan sólo se dirigía a realizar los ajustes necesarios al contenido
normativo de dicha disposición, a partir de las modificaciones realizadas en el Código
de Procedimiento Civil Así, se señaló que: ''(...) La práctica laboral, los avances de la
jurisprudencia y la doctrina y las exigencias de la realidad, sumadas a las corrientes
internacionales que proclaman los derechos laborales como derechos humanos, han
puesto en evidencia la pérdida de efectividad de los principios y normas del Código
Procesal del Trabajo que permiten una serie de prácticas judiciales que retardan los
procesos en promedio de 4 o más años en las grandes ciudades, generando una enorme
lesión social si se considera que los derechos que se discuten son los de los trabajadores
y que en la mayoría de los casos son de vital importancia, por lo tanto no puede esperar
tanto tiempo por una sentencia que ponga fin al conflicto.
Los operadores judiciales, los diferentes Gobiernos y Congresos, los litigantes y los
actores del mundo del trabajo han trabajado en varias ocasiones para superar las
dificultades a que nos hemos referido, proponiendo reformas al Código Procesal del
Trabajo en los años 1970, 1979, 1988 y 1993, pero el trámite legislativo no se ha
podido surtir completamente.
El Gobierno actual no ha sido indiferente a este problema y ha puesto en nuestras
manos un nuevo proyecto de reforma al Código de Procedimiento Laboral, con el fin de
remover los obstáculos para que finalmente se pueda obtener en Colombia una pronta
justicia laboral. Para ello se formularon los siguientes objetivos generales:
1. La simplificación de trámites y la celeridad del proceso.
2. La modernización y actualización de las instituciones procesales laborales.
3. La precisión de competencias, y
4. La protección ética del patrimonio público.
Todo dentro de un marco de respeto a los principios de protección a los trabajadores,
prevalencia del derecho sustancial, debido proceso y seguridad jurídica (...).
(...) En el proyecto lo que se hace es trasladar el procedimiento previsto en materia civil
al campo laboral, sin subsanar las dificultades prácticas que se presentan cuando el
demandado se oculta o dilata el acto de la notificación''. (GACETA DEL CONGRESO
No. 137 del 8 de mayo de 2000. Ponencia para primer debate al proyecto de ley número
154 de 1999 Cámara acumulado a los proyectos de ley número 69 de 1999 Cámara y
222 de 2000 Cámara. ''Por el cual se reforma el Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social'')..
5. Ahora bien, tampoco se puede ignorar que el problema del nombramiento del curador
ad litem y el emplazamiento del demandado, en los términos previstos en el Código
Procesal del Trabajo, fueron objeto expreso de pronunciamiento por esta Corporación,
en la citada Sentencia C-429 de 1993.
En efecto, en la demanda que dio lugar a la Sentencia C-429 de 1993, los cargos del
demandante contra las expresiones acusadas, es decir, ''...y no dictará sentencia
mientras no se haya cumplido el emplazamiento'', ''..y procederá al emplazamiento
como queda previsto en el inciso anterior...''; se orientaban a establecer que eran
inconstitucionales por lesionar el derecho de defensa del demandado, al permitir que el
proceso se adelantase con un curador ad litem hasta el momento mismo de dictar
sentencia. Para declarar la exequibilidad de los citados apartes del artículo 29 del
Código Procesal del Trabajo, la Corte sostuvo que, por un lado, los mismos
correspondían a un desarrollo del principio de celeridad procesal y, por otro, pretendían
asegurar la efectividad de los elementos esenciales del debido proceso, a saber: la
sustanciación procesal y el derecho de defensa. Concretamente, se anotó en la
Sentencia que:
''En desarrollo del principio de celeridad procesal, en el proceso laboral, el trámite del
emplazamiento no suspende su curso, es decir, que se adelanta de manera paralela a la
sustanciación del proceso. Corresponde también al juez proceder al emplazamiento,
quien debe velar por que éste se surta sin dilaciones, de acuerdo con las disposiciones
vigentes, si se tiene en cuenta que le atañe la impulsión del proceso, de manera especial
en esa jurisdicción, facultad que comprende la de velar por su rápida solución,
procurando la mayor economía procesal y la no dilación del proceso, y que se haga
efectiva la igualdad de las partes; que se prevengan, remedien y sancionen, por los
medios que consagra el Código, los actos contrarios a la dignidad de la justicia, a la
lealtad, probidad y buena fe que deben observarse en el proceso, y toda tentativa de
"fraude procesal" (art. 37 del Código de Procedimiento Civil); sin perjuicio de que, de
ninguna manera, podrá dictarse sentencia mientras no se haya cumplido el
emplazamiento, con lo cual se hace por el legislador una previsión adicional en procura
de asegurar el derecho de defensa del demandado.
El artículo 29 demandado contiene, pues, un conjunto de regulaciones orientadas a
satisfacer las exigencias del debido proceso, como son las destinadas a impedir que el
proceso se frustre por el desconocimiento del paradero o el ocultamiento del
demandado, por cuanto se vulnerarían los altos intereses de la justicia, que tienen la
finalidad de dirimir los conflictos jurídicos que se planteen ante las autoridades
encargadas de su administración. También consulta el debido proceso el nombramiento
de un curador ad litem en los casos de ley, por cuanto busca establecer un equilibrio
entre las partes, al proveer, con habilitación profesional, la representación del
demandado ausente, atendiendo de este modo los requerimientos del derecho de
defensa. Igualmente, la orden de emplazar al demandado ya asistido por el curador ad
litem, es otro instrumento que busca, mediante el anuncio público del proceso, conferir
una oportunidad complementaria de defensa del demandado representado por el
auxiliar de la justicia. No puede ser contraria al debido proceso la norma en comento,
cuando justamente se orienta a proteger sus elementos más esenciales, como son la
sustanciación procesal y el derecho de defensa. De manera que no es admisible la
interpretación contra su letra y su sentido que hace el actor, según la cual el segmento
normativo que expresa: "y no dictará sentencia mientras no se haya cumplido el
emplazamiento", garantía adicional al derecho de defensa, y el que dice: "y procederá al
emplazamiento como queda previsto en el inciso anterior", por cuanto justamente son
recursos dispuestos por el legislador, para dar mayor eficacia en su reglamentación al
debido proceso (...).
Por las razones expuestas, no resultan inconstitucionales los apartes acusados
del artículo 29 del C.P. del T., al no contrariar ningún precepto superior''.
6. Como quiera que las razones que entonces llevaron a la Corte a declarar la
exequibilidad de las disposiciones acusadas, respondían a los mismos cargos por los
que ahora se acusa el artículo 29 del Código Procesal del Trabajo, y dado que la
disposición acusada conserva el mismo contenido normativo, salvo algunas
modificaciones tenues como se explicó en el fundamento No. 3 de esta providencia, la
Corte habrá de reiterar su jurisprudencia y, además, declarar exequible la norma
demandada ante la existencia de una cosa juzgada material absoluta.
7. Para esta Corporación es indiscutible que la norma acusada busca obtener un equilibrio
entre la necesidad de asegurar que el proceso se adelante sin dilaciones injustificadas,
en beneficio de los intereses del demandante, sin que se desatiendan los derechos del
demandando. En efecto, para la protección del demandado se dispone, por un lado, el
nombramiento de un curador ad litem, de tal manera que no obstante que el proceso no
se suspende por su falta de comparecencia, sus intereses se encuentren debidamente
representados; y por otro, mediante la adopción de la diligencia judicial del
emplazamiento, se busca hacer efectiva la asistencia del demandado al proceso y se le
otorga una oportunidad adicional para que ejerza su derecho de defensa.
Adicionalmente, como mecanismo de protección de los derechos fundamentales del
demandado, la norma obliga al emplazamiento en debida forma para poder dictar
sentencia.
8. Nótese como las previsiones de la ley, a partir de una interpretación más amplia de su
contenido, se desenvuelven inequívocamente dentro del respeto por las garantías
fundamentales del debido proceso. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que ellas
operan bajo las hipótesis excepcionales en las que el demandante desconozca el
domicilio del demandando, o cuando éste no es hallado o impide su notificación.
Desde esta perspectiva, es preciso resaltar que en el caso de ignorancia del domicilio
del demandado, la procedencia de la alternativa prevista en la ley procesal laboral, se
sujeta a la manifestación de dicha circunstancia bajo la gravedad de juramento, que se
considera prestado con la presentación de la demanda, lo cual hace presumir, en este
caso, la buena fe del demandante.
Con todo, si el demandante lesiona la lealtad procesal, afirmando bajo juramento
hechos que no concuerdan con la realidad, se hace acreedor a las sanciones tipificadas
en el ordenamiento jurídico, tales como, las previstas en los artículos 72 y subsiguientes
del Código de Procedimiento Civil, referentes a la temeridad o mala fe procesal, sin
perjuicio de la posible responsabilidad penal por fraude procesal.
Adicionalmente, el emplazamiento del demandado paralelo al nombramiento del
curador ad litem previsto en la disposición acusada, lejos de lesionar los derechos
fundamentales del demandado, pretende hacer efectivos de manera sumaria los
derechos de los trabajadores, quienes, en estos casos, por lo general, actúan como
demandantes. Lo anterior, a juicio de esta Corporación, corresponde a un desarrollo de
los principios de celeridad y eficiencia propios del ejercicio de las funciones
jurisdiccionales del Estado (C.P. art. 209 y 228).
9. Se dice que la norma acusada prevé el emplazamiento del demandado paralelo al
nombramiento del curador ad litem, en primer lugar, por cuanto en el caso de ignorar el
domicilio del demandado, una vez admitida la demanda, en el correspondiente auto
admisorio, el juez deberá nombrar al curador del demandado y proceder a su
emplazamiento; en segundo lugar, por cuanto en el caso de ocultamiento, al acreditarse
dicha circunstancia a través de informe secretarial, el juez mediante auto procederá a
nombrar curador y, a su vez, a ordenar el emplazamiento del demandado. De suerte
que, en ningún caso, como lo prevé la norma, podría dictarse sentencia mientras no se
haya surtido el emplazamiento en debida forma. No obstante, es pertinente aclarar que
el citado trámite no suspende el curso del juicio, tal y como sostuvo la Corte en
la Sentencia C-429 de 1993, en acatamiento del principio de celeridad procesal.
La doctrina ha reconocido la existencia del emplazamiento paralelo, en los siguientes
términos:
''Dos eventos diferentes contempla el artículo 29 del C.P. del T. El primero, cuando el
demandante ignora la residencia del demandado; el segundo, cuando conociéndola y
enunciándola en el líbelo, es el propio demandado quien dificulta que se trabe la litis, es
decir, quién impide que se le haga la notificación y el traslado correspondiente.
En el primer caso hay necesidad de que el actor jure ante el funcionario el hecho de
desconocer la residencia de la persona a quien demanda. Prestado el juramento, el juez
admitirá la demanda y en el mismo auto nombrará curador al demandado, para luego
darle posesión y notificarle el auto admisorio con el consiguiente traslado de la
demanda. Pero no para ahí la obligación del funcionario: Debe proceder a emplazar al
demandado, en la forma prevista por el artículo 318 del C. de P.C.; el término de
emplazamiento no suspende la actuación; vale decir, el juicio, se sigue tramitando,
pero, y ello es de importancia, no se dictará sentencia antes de que se haya cumplido el
emplazamiento.
En el segundo caso, o sea cuando el demandado se oculta, (...) el juez procederá a
nombrarle un curador ad-litem a quien se dará posesión y se le notificará la demanda
corriéndole el traslado de rigor. A semejanza del evento anterior, el juez ordenará el
emplazamiento y adelantará el negocio pero sin pronunciar el fallo de primera instancia
antes de que se haya cumplido el emplazamiento (...)'' RODRÍGUEZ CAMARGO.
Gregorio. Curso de Derecho Procesal Laboral. Ediciones Librería del Profesional. 9
Edición. Bogotá. Pág. 92..
En idéntico sentido, se ha expuesto que:
''Como se ve, en los juicios laborales, a diferencia de los civiles, el nombramiento de
curador ad litem se hace de plano, con el fin de que el trámite del proceso sea más
rápido, sin perjuicio del emplazamiento al demandado en la forma señalada por
el artículo 318 del C. de P. C., el cual correrá simultáneamente con la tramitación del
proceso'' ARCILA URREA. Jaime. Lecciones de derecho procesal del trabajo. Editorial
Universidad de Antioquia. 2° Edición. Medellín. Pág. 131..
En conclusión, la norma acusada lejos de lesionar los derechos fundamentales de las
partes, pretende hacer efectivo el principio de celeridad procesal, sin comprometer los
derechos procesales del demandando, a través de la adopción de dos medidas
encaminadas a garantizar el derecho de defensa: El nombramiento del curador ad litem
y el emplazamiento paralelo del demandado.
10. Por último, los accionantes señalan que el artículo 16 de la Ley 712 de 2001 vulnera
el artículo 53 de la Constitución Política. Según afirman, el constituyente quiso con esta
disposición proteger los derechos de los trabajadores; condición ésta que no se cumple
con la norma demandada, debido a que ''en primer lugar se nombrará curador ad litem
y, posteriormente, se emplazará al demandando; debiendo ser lo contrario; que en caso
de haber sido emplazado y el demandado no interviene dentro del término señalado
para ello, el juez procederá a nombrar un curador ad litem con el fin de defender los
intereses del demandado. Situación ésta, que no acontece en la norma demandada pues
el legislador vulnera el texto constitucional al otorgarle al juez la facultad de nombrar
en primer lugar el curador ad litem, sin agotar el emplazamiento del demandado,
violando el derecho constitucional a favor del trabajador que se involucrado dentro de
un proceso judicial''.
Sin embargo, la Corte en la citada Sentencia C-429 de 1993 (M.P. Fabio Morón Díaz),
cotejó la disposición acusada frente a la totalidad de las preceptos contenidos en
la Constitución Política, incluso en relación con el artículo 53 de la Constitución
Política. Lo anterior, fue expresamente consagrado en la parte motiva de la citada
sentencia, al manifestarse por parte de esta Corporación que, ''por las razones
expuestas, no resultan inconstitucionales los apartes acusados del artículo
29 del C.P. del T., al no contrariar ningún precepto superior'' Subrayado por fuera del
texto original..
11. Así, en la medida que el artículo demandado tiene un contenido normativo idéntico
(salvo algunas modificaciones de menor entidad) al de aquel a partir del cual esta
corporación hizo su análisis en la Sentencia C-429 de 1993 y dado que esta
Corporación efectuó un control de constitucionalidad integral sobre dicha disposición,
es claro que en el presente caso ha operado el fenómeno de la cosa juzgada
constitucional absoluta (C.P. art. 243), razón por la cual - siguiendo los lineamientos
expuestos en la Sentencia C-311 de 2002 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa -, la
Corte reitera su precedente y declara exequible la norma demandada, en virtud de la
aplicación de los principios de estabilidad del derecho, seguridad jurídica y confianza
legítima.
VII. DECISION
En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional de la República de
Colombia, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE
Primero.- Declarar EXEQUIBLE el artículo 16 de la Ley 712 de 2001.
Notifíquese, comuníquese, cúmplase, publíquese, insértese en la Gaceta de la Corte
Constitucional y archívese el expediente
CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ
Presidenta
JAIME ARAUJO RENTERÍA
Magistrado
ALFREDO BELTRÁN SIERRA
Magistrado
MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA
Magistrado
JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
Magistrado
RODRIGO ESCOBAR GIL
Magistrado
MARCO GERARDO MONROY CABRA
Magistrado
EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT
Magistrado
ÁLVARO TAFUR GALVIS
Magistrado
IVAN HUMBERTO ESCRUCERIA MAYOLO
Secretario General (e)
EL SUSCRITO SECRETARIO GENERAL (E)
DE LA CORTE CONSTITUCIONAL
HACE CONSTAR:
Que el H. Magistrado doctor EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT, no firma la
presente sentencia por encontrarse en permiso debidamente autorizado por la Presidencia
de esta Corporación.
IVAN HUMBERTO ESCRUCERIA MAYOLO
Secretario General (e)
10. Principio de eficacia: Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer
prevalecer el cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos
formalismos cuya realización no incida en su validez, no determinen aspectos
importantes en la decisión final, no disminuyan las garantías del procedimiento, ni
causen indefensión a los administrados.

En todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad del acto que se
privilegie sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al marco
normativo aplicable y su validez será una garantía de la finalidad pública que se
busca satisfacer con la aplicación de este principio.

 Resolución:
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL En Lima, a los 22 días del mes de mayo de 2013,

la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli,
Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia. ASUNTO Recurso de agravio
constitucional interpuesto por Ornar David Serin Gaytán contra la resolución de fojas 107, su fecha
11 de septiembre de 2012, expedida por la Séptima Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES
Con fecha 24 de agosto de 2011 el accionante plantea demanda de amparo contra el ejército del
Perú, representado por el general de división Paul Tito Da Silva Gamarra notificada al procurador
público especializado en asuntos de la institución, coronel SJE Sigifredo Adrianzén Adrianzén, a fin
de que se le reincorpore como alum (cadete) del tercer año de estudios de la Escuela Militar de
Chorrillos. Alega que Resolución N.o 1 034-S-l.al-l , de fecha 21 de julio de 2011 afecta sus
derechos a la /educación y al debido procedimiento.

El procurador público de la entidad emplazada con fecha 23 de noviembre de 2011, deduce las
excepciones de incompetencia por razón de la materia y de falta de agotamiento de la vía previa, y
contesta la demanda señalando que lo pretendido por el actor debe ser analizado en sede
contencioso-administrativa y no a través del proceso de amparo.

Tras declarar infundadas las excepciones deducidas el 29 de diciembre de 2011 , el Noveno


Juzgado Constitucional de Lima ]con fecha 20 de enero de 2012, declara fundada la demanda por
considerar que la resolución cuestionada carecía de la debida motivación.

La Sala Superior revisora revoca la apelada declarando infundada la demanda toda vez que el actor
cometió una infracción muy grave según lo establecido por el Reglamento Interno de los Centros
de Formación de las Fuerzas Armadas, por lo que su sanción se ajusta a derecho y se encuentra
motivada.

FUNDAMENTOS

1. Petitorio

l. De acuerdo al petitorio de la demanda el presente proceso constitucional tiene porobjeto que se


disponga la reincorporación del accionante como alumno (cadete) del tercer año de estudios de la
Escuela Militar de Chorrillos e indirectamente la nulidad de la Resolución N.o 1034-S-l.a/ l-l , de
fecha 21 de julio de 2011 , que contenía su baja por la causal de medida disciplinaria.

2. Sobre la afectación del derecho al debido procedimiento

2.1. Argumentos del demandante C./ V. / alega que la sanción que se impuso en su contra afecta
el derecho al debido procedimiento, toda vez que viola: - Su derecho a la defensa (artículo 139.14
de la Constitución) en vista de que no costó con abogado durante el trámite del proceso al interior
de la Escuela Militar d, Chorrillos.

- Su derecho a la debida motivación (artículo 139.5 de la Constitución), porque la resolución no


está sustentada en medio probatorio alguno, limitándose a señalar la existencia de 'suficiente
elemento probatorio y por haber aplicado antojadizamente el artículo 17.1 de la Ley N.o 27444,
del Procedimiento Administrativo General, al dotar a la resolución de 'eficacia anticipada' cuando
dicha norma sólo es aplicable si resulta más favorable al administrado. - El principio de
proporcionalidad, pues cuando fue sancionado no se tomaron en cuenta otras opciones previstas
en el Reglamento Interno de la escuela.
2.2. Argumentos de la entidad demandada

3. A entender del procurador público del Ejército, más allá de que el cuestionamiento de la
resolución no corresponde ser analizado en vía constitucional sino en sede contencioso-
administrativa, ésta ha sido emitida dentro del marco constitucional y de la ley.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional 4. La tutela procesal efectiva es un derecho


establecido genéricamente en los artículos 139.3 de la Constitución y 4 del Código Procesal
Constitucional, que en sede administrativa, es presentado bajo el epígrafe de debido
procedimiento. Dentro de este derecho, considerado como principio en la teoría argumentativa,
existen otros derechos que son contenidos en calidad de reglas (Vid. al respecto, entre muchas
sentencias, la STC 6712-2005-PHC/TC).

a. Defensa

5. El primer derecho-regla a ser examinado es el de defensa. Especialmente en el ámbito del


proceso penal el ejercicio de este derecho tiene una doble dimensión: una material, referida al
derecho del imputado de ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma
conocimiento de que se le atribuye la comisión de e minado hecho de infracción, y otra formal, lo
que supone el derecho a una defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un
abogado defensor /1 dura te todo el tiempo que dure el proceso. Ambas dimensiones del derecho
de la defensa forman parte del contenido constitucionalmente protegido del mencionado
derecho. En ambos casos se garantiza el derecho a no ser postrado a un estado de indefensión
(STC 2028-2004-HC/TC). Sin embargo a diferencia de lo que expresa f e demandante, no siempre
puede exigirse la defensa técnica. La naturaleza del procedimiento lo determina y también las
normas que rigen el procedimiento establecido.

6. Al respecto según el artículo 167.b del Decreto Supremo 00l-2010-DE-SG, Reglamento Interno
de los Centros de Formación de las Fuerzas Armadas, "El Consejo de Disciplina notificará al
presunto infractor(es), a fin que presente su informe de descargo por escrito, en un plazo de cinco
(05) días hábiles contados a partir del día siguiente a la fecha de notificación". Efectivamente en
dicha norma no se hace mención alguna a la existencia de un abogado, que constituye uno de los
reclamos planteados por el accionante. De otro lado el tipo de investigación a la que fue sometido,
por ser de hechos, no exigía conocimiento jurídico específico, tampoco precisaba la presencia de
un abogado.

b. Debida motivación

7. El siguiente derecho-regla que corresponde analizar es el de la debida motivación de


resoluciones. En la STC 1480-2006-PA/TC este Colegiado expresó que este derecho "(. . .) importa
que los jueces, al resolver las causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan
a tomar una determinada decisión. Esas razones, (..) deben provenir no sólo del ordenamiento
jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el
trámite del proceso. Sin embargo la tutela del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales no debe ni puede servir de pretexto para someter a un nuevo examen las cuestiones de
fondo ya decididas por los jueces ordinarios" (fundamento 2).

8. Igualmente en la STC 3943-2006-PAlTC se ha precisado que el contenido constitucionalmente


garantizado de este derecho queda delimitado, entre otros, en el supuesto de la motivación
aparente, es decir cuando no da cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión o porque
solo intenta dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin ningún sustento
fáctico o jurídico. 9. En el presente caso tal como puede observarse de la Resolución del Comando
de Personal del Ejército I 034-S-1.all-1, de fecha 21 de julio de 2011, se da de baja al recurrente
por la causal de medida disciplinaria. Para justificar esta decisión, la demandada se centra en el
Acta del Consejo Superior de la Escuela Militar de Chorrillos 'Coronel Francisco Bolognesi' N.O
040/2011, de fecha 15 de julio de 2011.

10. Según le artículo 16 del Reglamento Interno de los Centros de Formación de las / Fuerzas
armadas, "El Consejo Superior es el órgano de carácter permanente del más alto/ nivel de los
Centros de Formación, encargado de la evaluación e investigación de los hechos sometidos a su
consideración por los Consejos Académico, Especial, de Disciplina o Psicojisico de los Centro de
Formación de las '/ erzas Armadas o cualquier otro asunto que por su magnitud así lo amerite, con
el fin de determinar la responsabilidad y/o situación de los investigados o de los que pudiesen
resultar involucrados, recomendando al Director que los nombró, fas sanciones y/o acciones a que
hubiera lugar, en atención a lo prescrito en la presente norma". Esto significa que el informe
redactado por este consejo tiene plena validez como medio probatorio que sustenta la decisión
establecida en la Resolución N.O 1 034-S-l.all-1, de manera que a juicio de este Tribunal no se ha
acreditado la violación del derecho a la debida motivación.

11. Asimismo se alega la aplicación indebida de la figura de la eficacia anticipada. Ésta se


encuentra contemplada en el artículo 17.1 de la Ley 27444, del Procedimiento Administrativo
General, según el cual "La autoridad podrá disponer en el mismo acto administrativo que tenga
eficacia anticipada a su emisión, sólo si fuera más favorable a los administrados, y siempre que no
lesione derechos fundamentales o intereses de buena fe legalmente protegidos a terceros y que
existiera en la fecha a la que pretenda retrotraerse la eficacia del acto el supuesto de hecho
justificativo para su adopción". En el Decreto Supremo 001-201 O-DE-SG no se hace mención
alguna de esta figura.

12. De esta forma, que en la Resolución 1034-S-I.all-1 se establezca en el artículo 1: "Con eficacia
anticipada, dar de baja (. . .) al Cadete JI! Año Omar David Serin Gaytán (. . .)", implica una decisión
que contraviene claramente el estatuto normativo sobre la materia. La entidad sancionatoria con
la utilización de la figura de la eficacia anticipada, termina contraviniendo la tutela procesal
efectiva del accionante en virtud de que utiliza como base normativa una que no puede aplicarse
en el caso concreto, toda vez que el artículo 17.1 de la Ley N.o 27444 sólo puede utilizarse cuando
la decisión favorece al administrado y no para sancionarlo.
13. Por estas consideraciones la demanda debe ser declarada fundada en este extremo en
consecuencia debe declararse la nulidad de la parte del artículo 1 de la J / lución N.o 1034-S-l.all-1,
que establece "Con eficacia anticipada ( . .j", sin que lo implique la reincorporación del recurrente.

14. De o ro lado un extremo de la demanda que merece el pronunciamiento expreso de este


Colegiado es el referido al agravio económico que se habría infligido al recurrente mediante la
expedición de la resolución cuestionada, en la cual se le impone abonar la suma de SI. 9,491.16
por los gastos ocasionados al Estado, al haber sido dado de baja de la Escuela Militar de Chorrillos.
Como se corrobora del to administrativo cuestionado (fojas 2 y 3), la mencionada suma
obedecería al integro de los gastos causados por concepto de "alimentación, vestuario, propina y
otros gastos de instrucción"

15! Sin embargo de acuerdo con lo resuelto por este Tribunal en la STC N.o 3824-2010- i PA/TC,
cabe destacar que en la citada Resolución N.o 1034-S-1.all-l no se advierte cómo es que la
emplazada llega a determinar que el recurrente ha ocasionado un gasto al Estado como el
establecido en el artículo 2.° de la resolución, lo que supone una afectación del derecho a la
motivación como componente del derecho al debido proceso contemplado en el artículo 139.°,
inciso 5), de la Constitución.

16. Debe subrayarse que no se cuestiona la atribución que ostenta la Comandancia de Personal
del Ejército de establecer el cobro a efectuar a quien, como el recurrente, ha sido dado de baja de
dicha institución y separado de la Escuela Militar de Chorrillos, sino la ausencia de explicitar,
detalladamente, el quántum de cada uno de los conceptos que forman parte del total de gastos
ocasionados.

17. En consecuencia y sólo respecto del extremo antes indicado, este Colegiado estima que, en
atención a la finalidad restitutoria del proceso de amparo prevista en el artículo 1.° del Código
Procesal Constitucional, este extremo de la demanda también debe ser estimado a efectos de que
la emplazada emita una nueva resolución debidamente motivada, respecto de los conceptos y las
razones que determinan tal importe como gasto ocasionado al Estado.

c. Proporcionalidad de la sanción

18. El último punto de análisis es el referido a si la sanción impuesta es proporcional con la falta
cometida por el accionante. Según las Tablas de Sanciones anexadas al Reglamento Interno de los
Centros de Formación de las Fuerzas Armadas está considerada como una Infracción muy Grave
que amerita Consejo para Baja de los Centros de Formación, la siguiente "B003. Sustraer,
apropiarse o tener en posesión e forma ilícita bienes de propiedad del estado y/o de particulares".

3. Sobre la afectación del derecho a la educación

Argumentos del demandante

20. A entender del accionante el haber sido dado de baja de la institución educativa de r' f2rm:e
irregular frustra su posibilidad de continuar sus estudios y continuar su ¡ carrera.
3.2. Argumentos de la entidad demandada

21. Para la accionada la resolución materia de cuestionamiento ha sido emitida dentro del marco
normativo vigente, por lo que no ha afectado derecho alguno del demandante.

3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

22. En la jurisprudencia del TC se ha establecido que el derecho a la educación se encuentra


garantizado a través de diversas manifestaciones emanadas del propio texto constitucional como
es la permanencia en los centros educativos con pleno respeto a la dignidad del escolar (STC 0026-
2007-PIffC).

23. Sin embargo esta permanencia debe supeditarse al respeto de los cánones establecidos por la
institución educativa, pues ningún derecho es absoluto sino que está sujeto a limitaciones, que en
el presente caso se definen por el respeto de la propiedad del resto de alumnos. Por esta razón no
se ha acreditado violación alguna del derecho a la educación del demandante.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución
Política del Perú

HA RESUELTO

l. Declarar FUNDADA en parte la demanda por cuanto se ha afectado su derecho al debido


procedimiento en la manifestación de la debida motivación, en los extremos referidos a los
artículos 1 y 2 de la parte resolutiva de la Resolución N.O 1034-Sl.a/1-1.

2. Ordena a la emplazada que suprima la frase "ejecución anticipada" del artículo 1, de la parte
resolutiva de la resolución N.O 1 034-S-1.a/ l-l , y emita nuevo pronunciamiento con relación a los
conceptos y razones que determinan el pago de la suma de SI. 9,491.16 nuevos soles como gastos
ocasionados al Estado, contenidos en el artículo 2 de la parte resolutiva de la mencionada
resolución y conforme a los fundamentos 14 al 17 de la presente sentencia.

3. Declarar INFUNDADA la demanda en cuanto a la afectación del derecho al debido


procedimiento en las manifestaciones del derecho a la defensa y la proporcionalidad de la sanción,
y la afectación del derecho a la educación.

Publíquese y notifíquese.

ss.

VERGARA GOTELLI

CALLEHAYEN

ÁLVAREZ MIRANDA
11. Principio de verdad material: En el procedimiento, la autoridad administrativa
competente deberá verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus
decisiones, para lo cual deberá adoptar todas las medidas probatorias necesarias
autorizadas por la ley, aun cuando no hayan sido propuestas por los administrados
o hayan acordado eximirse de ellas. En el caso de procedimientos trilaterales la
autoridad administrativa estará facultada a verificar por todos los medios
disponibles la verdad de los hechos que le son propuestos por las partes, sin que
ello signifique una sustitución del deber probatorio que corresponde a estas. Sin
embargo, la autoridad administrativa estará obligada a ejercer dicha facultad
cuando su pronunciamiento pudiera involucrar también al interés público.

 Resolución:

PROCEDENCIA : COMISIÓN DE LA OFICINA REGIONAL DEL

INDECOPI DE PIURA

PROCEDIMIENTO : REVISIÓN

DENUNCIANTE : CÉSAR AUGUSTO SIANCAS CULQUICÓNDOR

DENUNCIADO : TELEFÓNICA MÓVILES S.A.

MATERIA : RECURSO DE REVISIÓN


ACTIVIDAD : TELECOMUNICACIONES

SUMILLA: Se declara fundado el recurso de revisión planteado por Telefónica Móviles S.A.
contra la Resolución 272-2012/INDECOPI-PIU, por inaplicación del principio de verdad
material, recogido en los artículos 144º y 161º de la Ley del Procedimiento Administrativo
General y, por la aplicación indebida del principio de preclusión probatoria en los
procedimientos sumarísimos, al haberse constatado que la segunda instancia no valoró los
medios probatorios que fueron presentados por el denunciado con su apelación.

Lima, 5 de diciembre de 2012

ANTECEDENTES

1. Mediante Resolución 017-2012/PS-INDECOPI-PIU del 9 de enero de 2012, el Órgano


Resolutivo de Procedimientos Sumarísimos de Protección al Consumidor de la Oficina
Regional del Indecopi de Piura (en adelante, el ORPS) emitió el siguiente pronunciamiento
respecto de la denuncia del señor César Augusto Siancas Culquicóndor (en adelante, el
señor Siancas) contra Telefónica Móviles S.A.1 (en adelante, Telefónica) por infracción de
la Ley 29571, Código de Protección y Defensa del Consumidor2 (en adelante, el Código):

(i) Declaró fundada la denuncia contra Telefónica por infracción de los artículos 1°
numeral 1, inciso b) y 2° numerales 1 y 2 del Código, al haber quedado acreditado que el
personal de la denunciada le informó al denunciante precios distintos a los informados
inicialmente respecto de cinco (5) equipos celulares, siendo que se le impidió tomar una
adecuada decisión de consumo, sancionándolo con una multa de 2 UIT y ordenándole en
calidad de medida correctiva que le comunicara al señor Siancas que respetaría los precios
informados inicialmente por su personal para que, de ser el caso, pudiera adquirir los
equipos celulares solicitados;

(ii) declaró fundada la denuncia por infracción de los artículos 150º y 151° del Código, al
haberse acreditado que el denunciante no pudo acceder al libro de reclamaciones;
sancionándolo con una multa de 3 UIT; y, (iii) condenó a Telefónica al pago de las costas y
costos del procedimiento.

2. El 23 de enero de 2012, Telefónica apeló la Resolución 017-2012/PSINDECOPI-PIU.

Adjuntó en calidad de nuevos medios probatorios los documentos denominados “FCE”, los
mismos que eran los pantallazos de las proformas entregadas al denunciante, y el
Formato Único de Transacciones de otra cliente (FTU).

3. Frente a la apelación de Telefónica, mediante Resolución 272-2012/INDECOPI-PIU del


17 de abril de 2012, la Comisión de la Oficina Regional del Indecopi de Piura (en adelante,
la Comisión) resolvió confirmar la denuncia en todos sus extremos. Cabe precisar que
dicho órgano funcional desestimó la valoración de los FCE aportados por la denunciada, al
considerar que tales medios probatorios no estaban referidos a hechos nuevos, sino a
hechos producidos y conocidos con anterioridad a la notificación de la denuncia.

4. El 27 de abril de 2012, Telefónica presentó un recurso de revisión ante la

Sala de Defensa de la Competencia Nº 2, hoy Sala Especializada en Protección al


Consumidor (en adelante, la Sala) contra la Resolución 272-2012/INDECOPI-PIU, indicando
lo siguiente:

(i) La Comisión inaplicó los artículos 144º y 161º de la Ley 27444, Ley del

Procedimiento Administrativo General, en la medida que el procedimiento administrativo


no constaba de fases procesales rígidas para efectuar determinadas actuaciones, siendo
que los administrados podían formular alegaciones, aportar documentos u otros
elementos de juicio en cualquier momento del procedimiento;

(ii) se vulneró su derecho a la defensa y al debido procedimiento, contraviniendo el


artículo IV del Título Preliminar de la Ley del Procedimiento Administrativo General, el cual
garantiza que los administrados gocen del derecho a exponer sus argumentos, de ofrecer
y producir pruebas y obtener una decisión motivada y fundamentada;

(iii) la Comisión debió aplicar el principio de verdad material sobre el principio de


preclusión, y en consecuencia, valorar las pruebas ofrecidas en su escrito de apelación,
pues mediante ellas se acreditaba que su representada no había infringido la normativa;

(iv) los Formatos Únicos de Transacción (FUT) -que aportó el denunciante en calidad de
medios probatorios- no consignaban los precios de los equipos, en tanto no contaban con
el espacio para ello, siendo que solo consignaban el objeto de la transacción a realizar;

(v) los montos informados al denunciante coincidían con aquellos que aparecían
consignados en los pantallazos de su sistema FCE, siendo que tales pruebas fueron
erróneamente desestimadas por la Comisión;

(vi) no era cierto que su representada hubiera impedido al denunciante acceder a su libro
de reclamaciones, en tanto al ser virtual, aquél podía acceder al mismo desde su casa u
oficina; y,

(vii) la Comisión inaplicó el principio de proporcionalidad al sancionar a su representada


por infringir los artículos 150º y 151º del Código. Ello, en tanto de la lectura de la
resolución emitida por la Comisión se desprendía que esta sí contaba con un Libro de
Reclamaciones.

5. Mediante Resolución 2499-2012/SC2-INDECOPI del 15 de agosto de 2012, la Sala


resolvió lo siguiente:

(i) Declarar procedente el recurso de revisión planteado por Telefónica contra la


Resolución 272-2012/INDECOPI-PIU, respecto a la inaplicación de los artículos 144° y 161°
de la Ley del Procedimiento Administrativo General y a la aplicación indebida del principio
de preclusión probatoria del procedimiento sumarísimo; y,

(ii) declarar improcedente el recurso de revisión planteado por Telefónica, respecto a los
cuestionamientos sobre la falta de accesibilidad al libro de reclamaciones, en tanto tales
alegatos tenían como única finalidad cuestionar situaciones de hecho.

ANÁLISIS

6. El recurso administrativo de revisión previsto en el Código procede contra los actos


administrativos dictados por la Comisión de Protección al Consumidor (o la Comisión que
cuente con facultades desconcentradas en esa materia) como segunda instancia
administrativa del procedimiento sumarísimo por infracción a las normas de protección al
consumidor3.

7. De conformidad con lo establecido por el artículo 125º del Código, el recurso de


revisión es de naturaleza excepcional y, por tanto, en virtud a él la Sala únicamente evalúa
errores de puro derecho que pudiera haber cometido la Comisión, los cuales pueden
consistir en la inaplicación, aplicación indebida o interpretación errónea de las normas de
protección al consumidor, o la inobservancia de un precedente de observancia obligatoria

8. Cabe precisar que en la medida que el análisis que realice este Colegiado se limitará a la
interpretación correcta de algunas normas, carece de objeto pronunciarse sobre los
alegatos de las partes que hacen referencia exclusivamente al caso concreto.

Aplicación al presente caso

9. La Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, establece en su artículo


161º.1 que “Los administrados pueden en cualquier momento del procedimiento,
formular alegaciones, aportar los documentos u otros elementos de juicio, los que serán
analizados por la autoridad, al resolver”.

10. Asimismo, el artículo 144° de la referida norma establece que “los procedimientos
administrativos se desarrollan de oficio, de modo sencillo y eficaz sin reconocer formas
determinadas, fases procesales, momentos procedimentales rígidos para realizar
determinadas actuaciones o responder a precedencia entre ellas, salvo disposición
expresa en contrario de la ley en procedimientos especiales”.

11. Lo anterior se enmarca en el principio de verdad material, también recogido por la ley
citada precedentemente, el cual dispone que la autoridad administrativa competente
deberá verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual
deberá adoptar todas las medidas probatorias necesarias autorizadas por la ley. De allí
que se permita que la autoridad administrativa valore pruebas sin importar la oportunidad
en que hayan sido presentadas, pues tiene por misión encontrar la verdad material en los
términos expuestos.

12. Por otro lado, el Derecho Procesal Civil reconoce el principio de preclusión en materia
probatoria, el cual dispone que los medios probatorios deben ser ofrecidos dentro de
determinado plazo señalado por ley, generalmente en los actos postula torios,
extinguiéndose toda posibilidad de exigir su admisión al proceso si no han sido ofrecidos
en la oportunidad debida6.

En el caso peruano, el Código Procesal Civil reconoce expresamente este principio en su


artículo 189º7.

13. Asimismo, el Código regula en su Capítulo III – Subcapítulo III el procedimiento


administrativo por infracción a las normas de protección al consumidor de naturaleza
especial denominado “sumarísimo”, siendo que la respectiva Directiva señala
expresamente que en dicho procedimiento debe priorizarse, entre otros, la aplicación del
principio de preclusión:

4.1. Principios. Sin perjuicio de los principios generales previstos en el artículo IV del Título
Preliminar de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, se debe
priorizar la aplicación de los siguientes principios procesales:

b) Preclusión: El Procedimiento Sumarísimo está constituido por un conjunto de actos


procedimentales sucesivos y definidos, dándose por concluida cada etapa y fase
procedimental ya extinguida, en consideración de la naturaleza célere de este
procedimiento. La aplicación del principio de preclusión no impide la aplicación del
principio de impulso de oficio y del principio de verdad material previstos por el artículo IV
del Título Preliminar de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.

14. Respecto de la posibilidad de que los administrados en este procedimiento presenten


medios probatorios recién con la apelación, la referida Directiva establece lo siguiente:
4.4. Medios probatorios

4.4.2. Las partes únicamente podrán ofrecer medios probatorios documentales con la
presentación de la denuncia y con la presentación del escrito de descargos, según
corresponda, sin perjuicio de la facultad que corresponde a la autoridad para requerir, de
oficio, la actuación de algún medio probatorio de naturaleza distinta, de conformidad con
lo establecido en el literal b) del artículo 126º del Código

4.4.3. Procede ofrecer medios probatorios en el recurso de apelación o en su absolución,


siempre que estos se refieran a hechos nuevos, entendiéndose por tales a aquellos
sucedidos con posterioridad a la denuncia o a los descargos, según corresponda; y, que
sean pertinentes para resolver sobre los extremos de la controversia. El ofrecimiento de
medios probatorios a que se refiere este numeral no debe implicar la ampliación de la
denuncia sobre hechos distintos de los que son objeto del procedimiento. En todo caso, el
Órgano Resolutivo de Procedimientos Sumarísimos de Protección al Consumidor
informará sobre hechos que pudieran ameritar el inicio de un procedimiento de oficio por
iniciativa de una Comisión, a aquélla que estime competente, de conformidad con lo
señalado en el numeral 3.1.3 de la presente Directiva. (Lo subrayado es nuestro)

15. Así, los numerales de la Directiva transcritos anteriormente disponen que en los
procedimientos sumarísimos, cuando la Comisión respectiva actúe como segunda
instancia, procederá el ofrecimiento de medios probatorios en la apelación o en su
absolución cuando estos se refieran a hechos nuevos, en aplicación del principio de
preclusión probatoria. Lo anterior respondería a la propia naturaleza del procedimiento
sumarísimo pues de lo contrario se dificultaría el cumplimiento de los plazos inherentes al
mismo, en tanto la segunda instancia tendría que asumir la labor de autoridad instructora.

16. Bajo tal premisa, esta Sala advierte que, en el caso de la tramitación de los
procedimientos sumarísimos en materia de protección al consumidor existe un conflicto
aparente entre el principio de preclusión probatoria contenido en los artículos 4.4.2 y
4.4.3. de la Directiva y el principio de verdad material contemplado en la Ley del
Procedimiento Administrativo General. Por ello, se deberá efectuar una ponderación en la
aplicación de los mismos, en el marco de una interpretación finalista de las normas
citadas, que vaya más allá de una lectura literal.

17. Al respecto, este Colegiado reconoce la existencia del principio de preclusión


probatoria en los procedimientos sumarísimos en materia de Protección al Consumidor, lo
cual se condice con el carácter célere de estos últimos. No obstante, atendiendo a que las
actuaciones administrativas deben estar dirigidas a la identificación y esclarecimiento de
los hechos reales producidos y a constatar la realidad, independientemente de como
hayan sido alegadas, y, en su caso, probadas por los administrados, esta Sala considera
necesario buscar un equilibrio entre el respeto del principio de verdad material y el
principio de preclusión probatoria, el cual resulte acorde a la naturaleza célere de los
procedimientos sumarísimos, conforme a lo señalado precedentemente.

18. En este punto, es importante tener en cuenta que el artículo 4.1. b) de la propia
Directiva establece lo siguiente: “(…) La aplicación del principio de preclusión no impide la
aplicación del principio de impulso de oficio y del principio de verdad material previstos
por el artículo IV del Título Preliminar de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General”.

19. Bajo tal premisa, este Colegiado considera que la autoridad administrativa no solo
debe permitir que el administrado pueda ofrecer medios probatorios documentales con la
presentación de la denuncia y los descargos, según corresponda, sino también en el
recurso de apelación o en su absolución, sin exigir que sea necesario que los nuevos
medios probatorios aportados por las partes, se refieran a hechos nuevos.

20. En efecto, teniendo en consideración que las nuevas pruebas aportadas serían
trasladadas a las partes a través del recurso de apelación o de la contestación de la
apelación –los mismos que en el marco de un debido procedimiento siempre deben ser
notificados a la otra parte- y que dichas pruebas únicamente pueden ser documentales8 -
es decir, no necesitan ser actuadas- no se ocasionaría una afectación a la naturaleza célere
del procedimiento sumarísimo.

21. Al respecto, cabe reiterar que la propia Directiva reconoce que la aplicación del
principio de preclusión no impide la aplicación del principio de verdad material. En este
punto, cabe resaltar que el criterio desarrollado en la presente resolución guarda
coherencia con una interpretación sistemática de la Directiva, que va más allá de una
lectura literal y aislada de determinado artículo9.

22. En la decisión impugnada, la Sala aprecia que se inaplicó el principio de verdad


material recogido en los artículos 144º y 161º de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, pues la Comisión, como segunda instancia, no valoró los medios probatorios
aportados por Telefónica con su escrito de apelación, al considerar que estos no se
referían a hechos nuevos, sino más bien a los hechos materia de denuncia.

23. En virtud a lo expuesto, esta Sala considera que en el presente caso corresponde
declarar fundado el recurso de revisión planteado por Telefónica contra la Resolución 272
2012/INDECOPI-PIU, por inaplicación del principio de verdad material, recogido en los
artículos 144º y 161º de la Ley del Procedimiento Administrativo General, y, por la
aplicación indebida de los artículos 4.4.2. y 4.4.3. de la Directiva, referidos a la aplicación
del principio de preclusión probatoria en los procedimientos sumarísimos.

24. En consecuencia, corresponde anular el referido acto administrativo, ordenando a la


Comisión que emita un nuevo pronunciamiento a la brevedad posible, realizando la
valoración de medios probatorios aportados por Telefónica con su escrito de apelación -
Pantallazos del FCE y el Formato Único de Transacciones de otra cliente (FTU)- en
cumplimiento de lo señalado en la presente Resolución.

RESUELVE:

PRIMERO: Declarar fundado el recurso de revisión planteado por Telefónica Móviles S.A.
contra la Resolución 272-2012/INDECOPI-PIU del 17 de abril de 2012, emitida por la
Comisión de la Oficina Regional del Indecopi de Piura, por inaplicación de principio de
verdad material, recogido en los artículos 144º y 161º de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, y, por la aplicación indebida de los artículos 4.4.2. y 4.4.3. de la
Directiva 004-2010/DIR-COD-INDECOPI, respecto al principio de preclusión probatoria en
los procedimientos sumarísimos, al haberse constatado que la segunda instancia no valoró
los medios probatorios aportados por Telefónica Móviles S.A., pese a que estos fueron
presentados con la apelación.

SEGUNDO: Anular la Resolución 272-2012/INDECOPI-PIU, ordenando a la Comisión que


emita un nuevo pronunciamiento, realizando la valoración de medios probatorios en
cumplimiento de lo señalado en la presente Resolución. Con la intervención de los señores
vocales Julio Baltazar Durand Carrión, Ana Asunción Ampuero Miranda, Alejandro José
Rospigliosi Vega y Javier Francisco Zúñiga Quevedo.

JULIO BALTAZAR DURAND CARRIÓN

Presidente

12. Principio de participación: Las entidades deben brindar las condiciones


necesarias a todos los administrados para acceder a la información que
administren, sin expresión de causa, salvo aquellas que afectan la intimidad
personal, las vinculadas a la seguridad nacional o las que expresamente sean
excluidas por ley; y extender las posibilidades de participación de los
administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones públicas que les
puedan afectar, mediante cualquier sistema que permita la difusión, el servicio de
acceso a la información y la presentación de opinión.

 Resolución:

13. Principio de simplicidad: Los trámites establecidos por la autoridad


administrativa deberán ser sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad
innecesaria; es decir, los requisitos exigidos deberán ser racionales y
proporcionales a los fines que se persigue cumplir.

 Resolución:

MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE PUNO

RESOLUCIÓN DE ALCALDÍA N° 061-2017-MPP/A

Puno, 27 de enero del 2017

VISTOS: Resolución de Alcaldía N° 002-2017-MPP/A;

CONSIDERANDO:

Que, las Municipalidades constituyen ser un órgano de Gobierno Local, con personería
jurídica de derecho Público y con plena capacidad para el cumplimiento de sus fines,
gozan de autonomía política, económica y administrativa en los asuntos de su
competencia, dentro de su jurisdicción, de conformidad a lo establecido el artículo
194° de la Constitución Política del Perú, concordante con el artículo II del título
preliminar de la Ley N° 27972, Ley Orgánica de Municipalidades y normas conexas.
Que, mediante Resolución de Alcaldía N° 766-2016 de fecha 30 de diciembre del 2016,
se DESIGNA como Gerente Municipal de la Municipalidad Provincial de Puno, al Mg.Sc.
JORGE ARTURO ALVAREZ MENDOZA.

Que, el artículo 20°, numeral 20 de la Ley N° 27972 - Ley Orgánica de Municipalidades,


señala atribución del Alcalde, la facultad de delegar sus atribuciones políticas en un
regidor hábil y las administrativas en el Gerente Municipal.

Que, estando recargada la labor administrativa del despacho de Alcaldía, y a efectos de


garantizar los principios administrativos de celeridad y simplicidad; se hace necesario
materializar el proceso de delegación de facultades que permita brindar agilidad
oportuna al sistema administrativo.

Que, de acuerdo con el artículo 34° y siguientes del Reglamento de Organización y


Funciones (ROF) de la Municipalidad Provincial de Puno, aprobado por Ordenanza N°
191- 2007/MPP, de fecha 29 de noviembre del 2007 y sus modificatorias, la Gerencia
Municipal es el órgano de Dirección de más alto nivel administrativo de la
Municipalidad provincial, tiene entre otras conducir las actividades administrativas,
económicas y financieras de la gestión municipal, asimismo conducir el cumplimiento
de las políticas, planes de desarrollo y presupuesto institucional, depende funcional y
jerárquicamente del Alcalde.

Estando a las facultades conferidas par la Ley N° 27972 — Ley Orgánica de


Municipalidades, concordante con la Ley N° 27444 - Ley del Procedimiento
Administrativo General, y contando con el visto bueno de la Gerencia Municipal,
Gerencia de Asesoría Jurídica y Secretaria General.

SE RESUELVE:

ARTICULO PRIMERO.- DELEGAR, al Gerente Municipal de la Municipalidad Provincial


de Puno, Mg.Sc. JORGE ARTURO ALVAREZ MENDOZA, la facultad de suscripción de
levantamiento de observaciones emanadas por el Programa Trabaja Perú respecto a
Expedientes Técnicos, y otros conexos para tal fin. ARTICULO SEGUNDO.- El
cumplimiento de la delegación de facultad descrita en el artículo primero, deberá
efectuarse en el marco de lo normado por la Ley y normas aplicables.

ARTICULO TERCERO.- Disponer a Secretaria General la Publicación de la presente


resolución en el Diario oficial el Peruano y a la Oficina de Imagen Institucional y
Protocolo su publicación en el Portal Institucional (www.munipuno.gob.pe)

REGISTRESE (COMUNIQUESE, CUMPLASE)


14. Principio de uniformidad: La autoridad administrativa deberá establecer
requisitos similares para trámites similares, garantizando que las excepciones a los
principios generales no serán convertidos en la regla general. Toda diferenciación
deberá basarse en criterios objetivos debidamente sustentados.

 Resolución:
15. Principio de predictibilidad o de confianza legítima: La autoridad
administrativa brinda a los administrados o sus representantes información veraz,
completa y confiable sobre cada procedimiento a su cargo, de modo tal que, en
todo momento, el administrado pueda tener una comprensión cierta sobre los
requisitos, trámites, duración estimada y resultados posibles que se podrían
obtener.
Las actuaciones de la autoridad administrativa son congruentes con las
expectativas legítimas de los administrados razonablemente generadas por la
práctica y los antecedentes administrativos, salvo que por las razones que se
expliciten, por escrito, decida apartarse de ellos. La autoridad administrativa se
somete al ordenamiento jurídico vigente y no puede actuar arbitrariamente. En tal
sentido, la autoridad administrativa no puede variar irrazonable e
inmotivadamente la interpretación de las normas aplicables.

 Resolución:

SENTENCIA DE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE 25 DE SEPTIEMBRE DE 2017


(EXPEDIENTE: 004611-2012)

Ponente: SILVIA YSABEL NUÑEZ RIVA


Fecha de Resolución: 25 de Septiembre de 2017
Expediente: 004611-2012
Materia: Impugnación de Acto o Resolución Administrativa
Procedimiento: APELACIÓN

La segunda instancia del indecopi sustenta la exención de responsabilidad administrativa


en el principio de legítima confianza con la que habría obrado el notario, este principio se
constituye en una manifestación del principio de seguridad jurídica, el cual busca
garantizar la expectativa generada en una persona respecto del accionar de la
administración. Del expediente administrativo se aprecia que el señor Somocurcio
reconoció que tenía la calidad de proveedores a quienes se les aplicaba el código de
protección y defensa del consumidor, pero que no le alcanzaba el artículo 5 del mismo. De
otro lado, de la revisión de la ley del notariado no se aprecia que sea una norma que
sugiera en alguna forma que los notarios pudieran abstraerse de cumplir otras normas de
obligatorio cumplimiento como es el código de protección y defensa del consumidor; de lo
aquí expuesto, no se advierte sustento que nos lleve a considerar que de alguna manera el
señor Somocurcio pudo considerar que podía incumplir lo dispuesto en el citado código
por lo que no es posible aplicar el principio de confianza legítima.
Palabras clave: Asociación de consumidores, información a los consumidores, pro
consumidor CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA QUINTA SALA ESPECIALIZADA EN LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO CON SUBESPECIALIDAD EN TEMAS DE
MERCADO EXPEDIENTE Nº : 4611-2012 DEMANDANTE : Asociación Civil Defensoría del
Vecino DEMANDADOS : Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de
la Protección Intelectual 2013 INDECOPI LITISCONSORTE : C.A.S.A. MATERIA : Nulidad de
Resolución Administrativa

RESOLUCIÓN NÚMERO VEINTISIETE Lima, 20 de setiembre del 2017.

VISTOS: Con el expediente administrativo acompañado; contando con lo opinado por el


señor F. Superior en el dictamen de fojas 333 a 345; interviniendo como ponente la
magistrada N.R.; se emite la presente sentencia.

CONSIDERANDO PRETENSIÓN DE LA DEMANDA

PRIMERO.- Es pretensión de este proceso que se declare la nulidad parcial de


la Resolución N° 1005 -2012/SC2-INDECOPI de fecha 04 de abril de 2012, en sus artículos
Segundo y Tercero de su parte resolutiva, con la cual se revocó la Resolución N° 153 -
2011/INDECOPI-CUS en el extremo relacionado con la denuncia en contra del notario,
señor, C.A.S.A. declarándola infundada y dejó sin efecto la multa de 5 UIT impuesta al
denunciado, la medida correctiva ordenada, el pago de costas y costos, así como el
otorgamiento de un porcentaje de la multa a favor de la denunciante.
ANTECEDENTES SEGUNDO: El presente proceso tiene su origen en la denuncia
administrativa formulada por la Asociación Civil Defensoría del Vecino contra un grupo de
notarios, entre ellos, contra el señor C.A.S.A., por no publicar y/o contar con una lista de
precios accesibles de los servicios notariales que ofrece a los consumidores.

El señor S. en sus descargos señaló que la denunciante carecía de legitimidad,


competencia e interés para formular la denuncia administrativa y la aplicación del artículo
5 del Código de Protección y Defensa del Consumidor no alcanzaba a su establecimiento,
pues no se encontraba en los supuestos de la norma. Además no se había causado daño,
lesión o amenaza a ningún consumidor a fin de que amerite el procedimiento.

INDECOPI estableció que los notarios tienen el deber de tener una lista de precios de fácil
acceso para los consumidores, pero únicamente respecto de aquellos servicios por los
cuales cada notario ordinariamente cobra un mismo precio a la generalidad de sus
consumidores, tales como la expedición de copias certificadas, la legalización de firmas y
el envío de cartas notariales, respecto de los cuales es posible elaborar una lista de
precios. Por otra parte, el Indecopi consideró que al ser la primera vez que se desarrolla el
deber de los notarios de contar con listas de precios, no era posible concluir que el señor
S. haya incurrido en una contravención al Código por lo que procedió a revocar la
resolución de primera instancia administrativa en el extremo que se había declarado
fundada la denuncia en contra del notario denunciado por haberse configurado una causal
de justificación que elimina la antijuricidad de la conducta consistente en que no puso a
disposición de los consumidores las respectivas listas de precios y, asimismo, dejó sin
efecto el extremo referido a la multa de 5 UITs impuesta, como la medida correctiva
ordenada, el pago de costas y costos, así como el otorgamiento de un porcentaje de la
multa a favor de la asociación denunciante .

SENTIDO DE LA SENTENCIATERCERO.- Es materia de grado la sentencia, contenida en la


Resolución Veintiuno, dictada con fecha 26 de abril del 2016, obrante de fojas 279 a 290,
que declaró fundada la demanda de fojas 7 a 27;

en mérito del recurso de apelación interpuesto por la parte demandada INDECOPI,


mediante escrito de fojas 297 a 310, que fue concedida por Resolución Veintidós de fecha
26 de mayo del 2016, con efecto suspensivo.

CUARTO.- La sentencia impugnada;

se sustentó en lo siguiente: AGRAVIOSQUINTO.- De la lectura del escrito de apelación se


aprecia los siguientes agravios: OPINIÓN DE MINISTERIO PÚBLICOSEXTO.- El Ministerio
Público, a fojas 333, opina que se confirme la sentencia que declaró fundada la demanda,
en razón a lo siguiente: EXPEDIENTE ADMINISTRATIVOSÉTIMO.- En el expediente
administrativo podemos apreciar lo siguiente:COMPETENCIA DEL COLEGIADOOCTAVO.-
El artículo 364 del Código Procesal Civil, norma de aplicación supletoria, dispone que el
recurso de apelación tiene por objeto que el órgano jurisdiccional superior examine, a
solicitud de parte o de tercero legitimado, la resolución que les produzca agravio, con el
propósito de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.

NOVENO.- Conforme prescribe el artículo 370° del Código Procesal Civil, la competencia
del J. Superior, está limitada a resolver sobre los agravios expresados en la apelación,
estando impedido de ir más allá de lo denunciado o fundamentar la decisión en hechos no
invocados. Bajo este mismo contexto, M.E.L.N. comentando el artículo 370° del Código
Procesal Civil, señala: "El artículo en comentario regula la limitación de la competencia del
J. superior frente a la apelación. Esta limitación lleva a que sólo se pronuncie sobre los
agravios que la sentencia recurrida le ha causado al apelante. El agravio es la medida de la
apelación (2026)", por consiguiente, en virtud de esta disposición legal, el órgano revisor
debe circunscribirse únicamente a efectuar el análisis de la resolución recurrida y a
absolver sólo los agravios contenidos en el escrito de su propósito.

MARCO LEGALDÉCIMO.- En el caso bajo análisis resulta de aplicación la normativa


siguiente:

a)En la Constitución Política del Perú se ha establecido que: b)En el Código de Protección y
Defensa del Consumidor 2013 Ley 29571se precisa que: c)En la Ley 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General se ha precisado que: ANÁLISISDÉCIMO PRIMERO.-
Respecto al primer agravio, el INDECOPI manifiesta que como Administración cuenta con
facultad discrecional para imponer multas en base al principio de razonabilidad, en el caso
planteado existió una causal de justificación que eliminó la antijuridicidad de la conducta
del señor S. en su calidad de notario, pues se verificó que consideraba que no tenía el
deber de contar con una lista de precios por lo que en este caso se configuró
la legítima confianza, la misma que es una justificación que elimina la antijuricidad.

El principio de razonabilidad lo que hace es establecer que las sanciones a ser aplicadas
deberán ser proporcionales al incumplimiento calificado como infracción, para cuyos
efectos se establecen criterios de graduación de la sanción a fin de determinar la sanción a
imponer, la que oscila entre una amonestación y hasta multas entre 1 a 450 UITs. En el
caso planteado, se reconoce que el notario Somocurcio infringió el numeral 1 del
artículo 5 del Código de Protección y Defensa del Consumidor, sin embargo se determinó
no sancionarlo, lo cual no se encuentra acorde con el principio de razonabilidad antes
descrito, lo cual fue recogido en el inciso 1.4 del artículo IV del Título Preliminar de la Ley
27444, como tampoco con el principio de legalidad por el cual la Administración solo
puede realizar aquello que está establecido en la norma, así pues revisadas las normas
especiales, como la general que se aplica supletoriamente, no se advierte que se faculte al
Indecopi a dejar de sancionar una vez que se establezca que el administrado incurrió en
una conducta infractora, salvo los supuestos de exoneración establecidos en el segundo
párrafo del artículo 104 del Código de Protección y Defensa del Consumidor.

En el artículo 104 del Código de Protección y Defensa del Consumidor, el proveedor es


administrativamente responsable por, entre otros, cualquier infracción a lo establecido en
el mencionado código y demás normas complementarias de protección al consumidor,
sobre un producto o servicio determinado. Asimismo, dicha norma prevé que el
proveedor es exonerado de responsabilidad administrativa si logra acreditar la existencia
de una causa objetiva, justificada y no previsible que configure ruptura del nexo causal por
caso fortuito o fuerza mayor, hecho determinante de un tercero o la imprudencia del
propio consumidor afectado, lo que no se advierte en el caso planteado.

DÉCIMO SEGUNDO.- De otro lado la entidad apelante precisa que el señor S. actuó en
virtud al principio de la legítima confianza, este principio se constituye en una
manifestación del principio de seguridad jurídica, el cual busca garantizar la expectativa
generada en una persona respecto del accionar de la Administración, tal como así se
estableció por el Tribunal Constitucional en el F3 de la sentencia de los expedientes
acumulados 0001/0003-2003-AI/TC: Así pues, por el principio de confianza legítima el
administrado está protegido contra las acciones u omisiones arbitrarios de la
Administración que no obedezcan al entorno creado con anterioridad por la propia
Administración, dicho principio fue recogido en el inciso 1.15 del artículo IV del Título
Preliminar de la Ley 27444 como principio de predictibilidad, por el cual la información
que obtenía el administrador de la Administración creaba en él una conciencia bastante
certera del resultado a obtener.

Conforme a los actuados del expediente administrativo se aprecia que el señor S. al hacer
sus descargos conforme a la Ley del notariado, precisó que los notarios no ejercían actos
de comercio, no prestaban servicios profesionales, no vendían bienes, sino que realizan
una función pública, argumento que reiteró al apelar la resolución de primera instancia;

sin embargo, también reconoció que tenían la calidad de proveedores a quienes se les
aplicaba el Código de Protección y Defensa del Consumidor, pero que no le alcanzaba el
artículo 5 del mismo. De otro lado, de la revisión de la Ley del Notariado no se aprecia que
sea una norma que sugiera en alguna forma que los notarios pudieran abstraerse de
cumplir otras normas de obligatorio cumplimiento como es el citado código;

de lo aquí expuesto, por una parte el propio denunciado era consciente de la vigencia de
una norma de protección al consumidor y, de otro lado, la norma que rige sus actuaciones
no es incompatible con las otras normas del ordenamiento jurídico, por tanto el
convencimiento que tenía el señor S. sobre que estaba eximido de cumplir lo dispuesto
del Código de Protección no tiene un sustento válido, conforme a lo señalado en el
presente considerando, en tal razón no es posible aplicar el principio de confianza
legítima.

DÉCIMO TERCERO.- Del considerando anterior es posible considerar, en todo caso, la falta
de intencionalidad en la conducta del infractor de abstraerse de cumplir con su obligación
de exhibir la lista de precios, lo cual es un elemento subjetivo que se encuentra previsto
como un criterio de graduación de sanción en el literal f) del numeral 3 del artículo 230 de
la Ley 27444, de aplicación obligatoria a todos los procedimientos sancionadores, pero no
como un supuesto de exoneración de responsabilidad administrativa; por consiguiente,
este Colegiado evidencia que la autoridad administrativa emitió una decisión que
contraviene el marco jurídico aplicable.

DÉCIMO CUARTO.- Por otro lado, en relación al segundo agravio, el INDECOPI refiere que
ha aplicado el principio de licitud, en tanto es la primera vez que se ha analizado el deber
de los notarios de contar con listas de precios, por lo que no era previsible dicho deber.
Conforme a lo preceptuado sobre el principio de presunción de licitud, previsto en
el numeral 9 del artículo 230 de la Ley 27444, se entiende que los administrados actúan
conforme a sus deberes en la medida en que no exista evidencia de lo contrario. En este
caso, quedó establecido que el señor S., en su calidad de notario, estaba en la obligación
de cumplir con lo dispuesto en el inciso 5.1 del artículo 5 del Código de Protección y
Defensa del Consumidor, esto es, no estaba exonerado de exhibir una lista de precios en
sus oficinas de aquellos servicios por los cuales cobran ordinariamente un mismo monto a
la generalidad de consumidores, cuyo incumplimiento quedó acreditado en el expediente
administrativo como consta en el Acta de Inspección y el escrito de descargos, con lo cual
existe suficiente evidencia de que el denunciado no actuó conforme a lo dispuesto en
el Código de Protección y Defensa del Consumidor por lo que no es posible aplicar
el principio de licitud.

Se hace presente además, que la normativa sobre protección al consumidor no contempla


un supuesto de exención de responsabilidad administrativa, para los casos en los que sea
la primera vez que se analice los alcances del deber de un grupo de profesionales respecto
alguna de las obligaciones que impone el Código, por lo que no se cuenta con ningún
respaldo legal sobre dicho argumento.

DÉCIMO QUINTO.- Sobre el tercer agravio, refiere el Indecopi que dado que los notarios
se rigen por su normativa especial no se encontraba determinada la calidad de las notarías
como establecimientos comerciales, por lo que no consideraron que sus locales se
encontraban dentro de la aplicación del artículo 5 del Código.

Al respecto, dicho argumento debe ser rebatido en los mismos términos que el primer y
segundo agravio, aunado a que ambas instancias administrativas del Indecopi
determinaron que las notarías se encontraban dentro de la categoría de establecimientos
comerciales (lo que no es parte de la controversia en el presente proceso), por lo tanto
debían cumplir con el deber de contar con listas de precios, consecuentemente como ya
se ha establecido líneas arriba no le son aplicables los principios de confianza legítima ni
el de licitud.

DÉCIMO SEXTO.- En relación al cuarto agravio, refiere el apelante que no se ha vulnerado


el principio de congruencia pues se encontraba facultada para imponer las sanciones
correspondientes, por lo que el deber al cual se encontraba sujeto el denunciado no había
sido debidamente delimitado.

Dado que se determinó la comisión de la infracción al artículo 5 del Código de Protección y


Defensa del Consumidor, correspondía imponer la sanción de acuerdo a los artículos 110 y
112 del citado Código, pese a ello, el Tribunal del INDECOPI resolvió que no existía
responsabilidad administrativa en la omisión de contar con una lista de precios por parte
del señor S. argumentando principios que no eran aplicables en el caso concreto.

Claramente, existe una vulneración al principio de congruencia pues no hay correlación


entre los argumentos que determinan la infracción y por otro lado los argumentos que
excluyeron de responsabilidad al notario, a lo cual debe reiterarse que la posibilidad de no
ser sancionado era probar una ausencia de responsabilidad o en todo caso la ruptura del
nexo causal conforme a lo precisado en el segundo párrafo del artículo 104 del Código
antes citado, lo cual no era posible de un lado, porque la propia Autoridad Administrativa
había comprobado la infracción y de otro lado porque tampoco se acreditó la ruptura del
nexo causal.

DÉCIMO SÉTIMO.- Por último, respecto al quinto agravio, señala la entidad impugnante
que en la sentencia se incurre en una falta de motivación, pues si bien señala una
supuesta vulneración a los principios del procedimiento administrativo, no argumenta ni
explica las razones por las cuales se considera errado el criterio del INDECOPI.

S. motivación aparente, el Tribunal Constitucional ha señalado que se vulnera el derecho a


la motivación (STC. 4298-2012-AA/TC F.13). Asimismo, indica que (STC 1939-2011-PA/TC
F.26). De la revisión de la resolución que contiene la sentencia, se verifica que el Juzgado
ha hecho un análisis de cada uno de los puntos argumentados en la demanda, logrando
determinar que no existe una justificación para eximir de responsabilidad administrativa al
señor S. en su calidad de notario, sin que el razonamiento empleado por la juez de
primera instancia sea contrario al marco legal expresado, ya que si bien no es controversia
el deber de contar con lista de precios en las notarías, el INDECOPI no logró acreditar que
los argumentos empleados como la legítima confianza y la presunción de licitud
resultaban aplicables al presente caso. Todo lo contrario, el Juzgado desvirtuó tales
argumentos en base a la aplicación del Código de Protección y Defensa del Consumidor y
los principios que regulan los procedimientos administrativos. En ese sentido se advierte
que lo expresado por la juez de primera instancia fueron suficientes para cumplir con el
deber de motivación de las resoluciones judiciales, siendo que el hecho de no haber
amparado los argumentos vertidos por el INDECOPI no implica una falta de motivación, ya
que el análisis efectuado por el Juzgado responde a los hechos materia del procedimiento
administrativo.

CONCLUSIÓNDÉCIMO OCTAVO.-Atendiendo a las consideraciones expuestas, se concluye


que ninguno de los agravios será estimado por lo que la sentencia impugnada deberá ser
confirmada en todos sus extremos.

PARTE RESOLUTIVA Por las razones expresadas líneas arriba, este colegiado resuelve:

CONFIRMA la sentencia contenida en la Resolución Veintiuno, del 26 de abril de 2016,


obrante de fojas 279 a 290, que declaró fundada la demanda de fojas 07 a 27, subsanada
de fojas 52 a 54, en consecuencia NULA la Resolución N° 1005 -201/SC2-INDECOPI
respecto a los artículos segundo y tercero de su parte resolutiva, ORDENÁNDOSE la
emisión de un nuevo pronunciamiento de acuerdo a las sentencias judiciales emitidas en
el presente caso. En los seguidos por ASOCIACIÓN CIVIL DEFENSORÍA DEL VECINO contra
el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad
Intelectual y otro sobre Nulidad de Resolución Administrativa. TORRES GAMARRA
D.B. NUÑEZR.
16. Principio de privilegio de controles posteriores.- La tramitación de los
procedimientos administrativos se sustentará en la aplicación de la fiscalización
posterior; reservándose la autoridad administrativa, el derecho de comprobar la
veracidad de la información presentada, el cumplimiento de la normatividad
sustantiva y aplicar las sanciones pertinentes en caso que la información
presentada no sea veraz.

 Resolución:

EXP. N.° 02597-2009-PA/TC


LAMBAYEQUE
CESÁREO MURO RAMOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, al 29 día del mes de abril de 2010, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los
magistrados Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos y Eto Cruz, pronuncia la
siguiente sentencia

ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Cesáreo Muro
Ramos contra la sentencia expedida por la Sala de Derecho Constitucional de la
Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas 59, su fecha 25 de marzo de
2009, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina de


Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare inaplicable la
Resolución 4726-2007- ONP/DP/DL 19990, de fecha 6 de diciembre de 2007, que
suspendió el pago de su pensión del régimen especial de jubilación; y que, en
consecuencia, se restituya la pensión que se le otorgó mediante Resolución 26825-2004-
ONP/DC/DL 19990, de conformidad con el Decreto Ley 19990, con el pago de intereses
legales, costas y costos del proceso.

El Juzgado Mixto de Motupe, con fecha 25 de julio de 2008, declara


improcedente, in límine, la demanda, considerando que el derecho constitucional
presuntamente vulnerado tiene igual satisfacción mediante la vía contencioso
administrativa.

La Sala Superior confirma la apelada, por similares fundamentos.

FUNDAMENTOS

Con relación al rechazo liminar

1. La demanda de autos ha sido rechazada liminarmente en primera instancia, por


considerarse que la pretensión demandada se encuentra comprendida en el supuesto de
improcedencia establecido en el inciso 2) del artículo 5 del Código Procesal
Constitucional, es decir, que existen vías procedimentales específicas, igualmente
satisfactorias, para la protección del derecho presuntamente vulnerado o amenazado.

2. Sobre el particular, debe señalarse que de acuerdo con lo dispuesto por el fundamento
107 de la STC 00050-2004-PI/TC y otros acumulados, el derecho a no ser privado
arbitrariamente de la pensión se constituye como un elemento del contenido esencial de
este derecho, el cual encuentra protección a través del proceso de amparo de acuerdo a
los supuestos de procedencia establecidos en el fundamento 37 de la STC 01417-2005-
PA/TC.

3. Por tal motivo, y habiéndose puesto en conocimiento de la emplazada el recurso de


apelación interpuesto contra la resolución que rechazó liminarmente la demanda,
conforme lo dispone el artículo 47 del Código Procesal Constitucional, este Tribunal
considera que en atención a los principios de economía y celeridad procesal, puede
analizarse el fondo de la cuestión controvertida, pues se encuentra garantizado el
derecho de defensa de la emplazada.
& Delimitación del petitorio

4. La pretensión del demandante se encuentra dirigida a obtener la reactivación de su


pensión de invalidez cuestionando la resolución que declara la suspensión del pago de
su pensión, por lo que corresponde efectuar la evaluación del caso concreto en atención
a lo antes precitado.

5. Al efecto se debe tener en cuenta que la pensión como derecho fundamental, por su
naturaleza, requiere de regulación legal para establecer las condiciones que resultan
necesarias para su goce; se concluye que aquellas limitaciones o restricciones
temporales o permanentes a su ejercicio deben encontrar debido sustento legal, así
como una argumentación suficiente y razonable, para efectos de evitar la arbitrariedad
en la intervención de este derecho.

& Análisis de la controversia

6. El recurrente alega que la emplazada ha vulnerado sus derechos constitucionales a la


pensión y al debido procedimiento administrativo, dado que sin debida motivación se
ha procedido a suspender el pago de la pensión de invalidez que percibía.

La motivación de los actos administrativos

7. Este Tribunal ha tenido oportunidad de expresar su posición respecto a la motivación


de los actos administrativos, considerando que:

“[…][E]l derecho a la motivación de las resoluciones administrativas es


de especial relevancia. Consiste en el derecho a la certeza, el cual supone
la garantía de todo administrado a que las sentencias estén motivadas, es
decir, que exista un razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las
leyes que se aplican. […]
La motivación de la actuación administrativa, es decir,
la fundamentación con los razonamientos en que se apoya, es una
exigencia ineludible para todo tipo de actos administrativos,
imponiéndose las mismas razones para exigirla tanto respecto de actos
emanados de una potestad reglada como discrecional.
El tema de la motivación del acto administrativo es una cuestión clave en
el ordenamiento jurídico-administrativo, y es objeto central de control
integral por el juez constitucional de la actividad administrativa y la
consiguiente supresión de los ámbitos de inmunidad jurisdiccional.
Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efectiva
del principio de legalidad, presupuesto ineludible de todo Estado de
derecho. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación que existe entre la
actividad administrativa y los derechos de las personas. Es indiscutible
que la exigencia de motivación suficiente de sus actos es una garantía
de razonabilidad y no arbitrariedad de la decisión administrativa.
En esa medida, este Tribunal debe enfatizar que la falta de motivación o
su insuficiencia constituye una arbitrariedad e ilegalidad, en la medida en
que es una condición impuesta por la Ley N.° 27444. Así, la falta de
fundamento racional suficiente de una actuación administrativa es por sí
sola contraria a las garantías del debido procedimiento
administrativo.”[1][1]

Adicionalmente se ha determinado en la STC 8495-2006-PA/TC que:

“un acto administrativo dictado al amparo de una potestad discrecional


legalmente establecida resulta arbitrario cuando sólo expresa la
apreciación individual de quien ejerce la competencia administrativa, o
cuando el órgano administrativo, al adoptar la decisión, no motiva o
expresa las razones que lo han conducido a adoptar tal decisión. De modo
que, motivar una decisión no sólo significa expresar únicamente bajo qué
norma legal se expide el acto administrativo, sino, fundamentalmente,
exponer en forma sucinta –pero suficiente– las razones de hecho y el
sustento jurídico que justifican la decisión tomada.”

8. Por tanto, la motivación de los actos administrativos constituye una garantía


constitucional del administrado que busca evitar la arbitrariedad de la Administración al
emitir actos administrativos. En ese sentido, la Ley 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General, en el artículo IV del Título Preliminar establece que el debido
procedimiento es uno de los principios del procedimiento administrativo. En atención a
éste, se reconoce que Los administrados gozan de todos los derechos y garantías
inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a
exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión
motivada y fundada en derecho (…).

9. A su turno, los artículos 3.4, 6.1, 6.2, y 6.3, señalan, respectivamente, que para su
validez El acto administrativo debe estar debidamente motivado en proporción al
contenido y conforme al ordenamiento jurídico; La motivación deberá ser expresa,
mediante una relación concreta y directa de los hechos probados relevantes del caso
específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas que con referencia
directa a los anteriores justifican el acto adoptado; Puede motivarse mediante la
declaración de conformidad con los fundamentos y conclusiones de anteriores
dictámenes, decisiones o informes obrantes en el expediente, a condición de que se les
identifique de modo certero, y que por esta situación constituyan parte integrante del
respectivo acto; y que, No son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas
generales o vacías de fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que
por su oscuridad, vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente
esclarecedoras para la motivación del acto (destacado agregado).

10. Abundando en la obligación de motivación, incluso cuando se hubiera efectuado una


motivación por remisión, el artículo 24.1.1 exige a la Administración que la
notificación contenga El texto íntegro del acto administrativo, incluyendo su
motivación.
11. Por último se debe recordar que en el artículo 239.4, ubicado en el Capítulo II del
Título IV sobre Responsabilidad de las autoridades y personal al servicio de la
administración pública, se señala que serán pasibles de sanción Las autoridades y
personal al servicio de las entidades, independientemente de su régimen laboral o
contractual, incurren en falta administrativa en el trámite de los procedimientos
administrativos a su cargo y, por ende, son susceptibles de ser sancionados
administrativamente con amonestación, suspensión, cese o destitución atendiendo a la
gravedad de la falta, la reincidencia, el daño causado y la intencionalidad con que
hayan actuado, en caso de: (…) Resolver sin motivación algún asunto sometido a su
competencia.

Suspensión de las pensiones

12. Cuando la causa de suspensión del pago de la pensión estuviera referida a documentos
que sustentan otros requisitos de acceso, al efecto aportaciones al Sistema Nacional de
Pensiones (SNP), la Administración deberá respetar las normas que regulan el
Procedimiento Administrativo General, para ejercer la facultad de fiscalización
posterior, y de ser el caso, su cuestionamiento de validez.

13. A este respecto el artículo 32.3 de la Ley 27444, expresa que: “En caso de comprobar
fraude o falsedad en la declaración, información o en la documentación presentada por
el administrado, la entidad considerará no satisfecha la exigencia respectiva para
todos sus efectos...” debiendo iniciarse el trámite correspondiente para la declaración de
su nulidad y determinación de las responsabilidades correspondientes.

14. Obviamente, la consecuencia inmediata y lógica, previa a la declaración de nulidad del


acto administrativo, es la suspensión de sus efectos, dado que lo contrario sería aceptar
que, pese a comprobar la existencia de ilícito o fraude en la obtención de un derecho, la
Administración se encontraría obligada mantenerlo mientras se obtenga la nulidad.

15. Así, en materia previsional, se deberá proceder a suspender el pago de las pensiones
obtenidas fraudulentamente, pues su continuación supondría poner en riesgo el
equilibrio económico del Sistema Nacional de Pensiones y el incumplimiento de la
obligación de velar por la intangibilidad de los fondos de la seguridad social. Ello sin
dejar de recordar que, conforme a las normas que regulan el Procedimiento
Administrativo General que se ha referido, procederá a condición de que la
ONP compruebe la ilegalidad de la documentación presentada por el pensionista, luego
de lo cual asume la carga de realizar las acciones tendientes a declarar la nulidad de la
resolución administrativa que reconoció un derecho fundado en documentos
fraudulentos.

16. Cabe señalar que el artículo 3.14) de la Ley 28532 ha establecido como obligación
de la ONP la facultad de efectuar acciones de fiscalización necesarias con relación a los
derechos pensionarios en los sistemas a su cargo, para garantizar su otorgamiento
conforme a ley. A su vez el artículo 32.1 de la Ley 27444, establece que por la
fiscalización posterior, la entidad ante la que se realiza un procedimiento de aprobación
automática o evaluación previa queda obligada a verificar de oficio mediante el sistema
de muestreo, la autenticidad de las declaraciones, de los documentos, de las
informaciones y de las traducciones proporcionadas por el administrado. Por tanto, la
ONP está obligada a investigar, debidamente, en caso encuentre indicios razonables de
acceso ilegal a la prestación pensionaria, a fin de determinar o comprobar si
efectivamente existió fraude para acceder a esta, e iniciar las acciones legales
correspondientes.

17. Siendo así, si la ONP decide suspender el pago de la pensión, la resolución


administrativa que al efecto se expida debe establecer certeramente que uno o más
documentos que sustentan el derecho a la pensión son fraudulentos o tienen datos
inexactos; además, y en vista de la gravedad de la medida, toda vez que deja sin
sustento económico al pensionista, debe cumplirse la obligación de fundamentar debida
y suficientemente la decisión, dado que carecerá de validez en caso la motivación sea
insuficiente o esté sustentada en términos genéricos o vagos. Y ello es así porque la
motivación de los actos administrativos, más aún de aquellos que extinguen o
modifican una relación jurídica (caducidad y suspensión) es una obligación de la
Administración y un derecho del administrado, incluso considerando la motivación
por remisión a informes u otros, caso en el cual la ONP está en la obligación de
presentarlos para sustentar su actuación y poder efectuar el control constitucional de su
actuación.

& Análisis del caso

18. De la Resolución 26825-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 19 de abril de 2004 (f. 2),


se evidencia que al demandante se otorgó la pensión del régimen especial de jubilación
a partir del 8 de enero de 1990, por haber acreditado 6 años completos de aportaciones
al Sistema Nacional de Pensiones.

19. Consta de la Resolución 4726-2007-ONP/DP/DL 19990, de fecha 6 de diciembre de


2007 (f. 9), que se suspendió la pensión de invalidez porque mediante el Informe 352-
2007-GO.DC/ONP de fecha 5 de diciembre de 2007, la División de Calificaciones de la
Gerencia de Operaciones comunicó que de las investigaciones y verificaciones basadas
en el principio de privilegio de controles posteriores, numeral 1.16 del artículo IV del
Título Preliminar de la Ley 27444-Ley de Procedimiento Administrativo General,
realizadas en los expedientes administrativos de las personas mencionadas en el Anexo
1 de la Resolución de vista, se ha podido concluir que existen suficientes indicios
razonables de irregularidad en la información y/o documentación presentada con el fin
de obtener la pensión de jubilación.

20. Como es de verse, la motivación ofrecida por la resolución cuestionada resulta genérica
e imprecisa, pues aun cuando se remite a un informe técnico para justificar la
suspensión del pago de la pensión, el acto administrativo no identifica cuáles serían los
documentos con irregularidades que el demandante habría presentado.
21. Cabe precisar que desde la suspensión de la pensión hasta la expedición de la presente
sentencia la emplazada no ha presentado medio probatorio alguno que determine o
compruebe la adulteración de los documentos y/o información con los que el recurrente
solicitó y obtuvo pensión de jubilación del régimen especial.

22. Consecuentemente, se ha acreditado la vulneración de los derechos a la motivación de


los actos administrativos y a la pensión.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda, por haberse acreditado la vulneración del derecho a


la pensión; en consecuencia, NULA la Resolución 4726-2007-ONP/DP/DL 19990, de
fecha 6 de diciembre de 2007.

2. Reponiendo las cosas al estado anterior a la vulneración del derecho a la pensión, se


ordena a la ONP que restituya el pago de la pensión del régimen especial del
demandante, con el abono de las pensiones dejadas de percibir desde la emisión 200801,
en el plazo de dos días hábiles, más los intereses legales correspondientes y costos del
proceso.

3. EXHORTAR a la ONP a investigar en un plazo razonable todos los casos en los que
existan indicios de adulteración de documentos, a fin de determinar fehacientemente si
existió fraude en el acceso a la pensión.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
17. Principio del ejercicio legítimo del poder: La autoridad administrativa ejerce
única y exclusivamente las competencias atribuidas para la finalidad prevista en las
normas que le otorgan facultades o potestades, evitándose especialmente el
abuso del poder, bien sea para objetivos distintos de los establecidos en las
disposiciones generales o en contra del interés general.

 Resolución:
EXP. N.° 1803-2004-AA/TC

JUNÍN

GRIMANESA ESPINOZA SORIA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Huancayo, a los 25 días del mes de agosto de 2004, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, con asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Gonzales Ojeda y García
Toma, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Grimanesa Espinoza Soria contra la
sentencia de la Sala Mixta Descentralizada de La Merced-Chanchamayo de la Corte
Superior de Justicia de Junín, de fojas 153, su fecha 7 de abril de 2004, que declara
improcedente la acción de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 1 de diciembre de 2003, la recurrente interpone acción de amparo


contra la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) Intendencia
Regional Junín-Tarma, solicitando que se disponga la suspensión del procedimiento
coactivo iniciado en su contra, alegando que están siendo violados sus derechos
constitucionales a la propiedad, a la libertad de trabajo, de empresa y no de
confiscatoriedad de la propiedad.

Manifiesta que fue notificada con la Resolución de Multa No. 134-02-0006188, expedida
por la demandada por un supuesto incumplimiento de la obligación de entregar
comprobantes de pago, contra la cual, posteriormente, interpuso recurso de reclamación,
que fue resuelto por la Resolución de Intendencia N.° 136-4-01814/SUNAT, la cual lo
declaró improcedente y, además, elevó en 300% el monto de la multa; agrega que luego
interpuso recuso de apelación, el cual confirmó la resolución apelada. Alega que estos
actos administrativos, además de adolecer de vicios de forma y fondo, son arbitrarios,
pues, en primer lugar, la administración no ha tomado en consideración el criterio de
gradualidad dispuesto en los artículos 3° y 6° de la Resolución de Superintendencia No.
112-2001/SUNAT, que aprueba el Reglamento del Régimen de Gradualidad para las
infracciones consistentes en no otorgar comprobantes de pago u otorgar documentos sin
los requisitos y características para ser considerados comprobantes de pago: Indica que en
el caso concreto, no cabe la aplicación de una multa sin antes haber sido notificada con
una advertencia de sanción futura, y que la elevación exagerada del monto de la multa y
su cobranza coactiva conllevan la confiscatoriedad de su propiedad; añadiendo que con
ello se atenta contra sus derechos fundamentales, ya que luego de agotar la vía
administrativa, SUNAT derivó la cobranza de multa a la vía coactiva, elevándose el monto
en 500%.
La emplazada deduce la excepción de caducidad, alegando que el plazo para interponer la
acción de amparo empezó a correr desde que fue notificada la Resolución del Tribunal
Fiscal No. 0279-4-2003, que puso fin a la vía administrativa, habiéndose el demandante
excedido en el plazo establecido por ley; y, contradiciendo todos los puntos de la
demanda, solicita que se la declare infundada.
El Juzgado Especializado Civil de La Merced-Chanchamayo, con fecha 12 de enero de
2004, declara fundada la excepción de caducidad e improcedente la demanda,
considerando que la afectación que alega la demandante se produjo al expedirse la
resolución del Tribunal Fiscal, en enero de 2003, y que la demanda se interpuso en
diciembre de 2003.

La recurrida confirma la apelada con los mismos argumentos.

FUNDAMENTOS

1. La demanda tiene por objeto que se deje sin efecto el procedimiento de cobranza
coactiva iniciado en contra de la demandante mediante Resolución Coactiva N.º
13307017872, la misma que tiene su origen en la Resolución de Multa N.º 134-02-
0006188, de fecha 13 de mayo de 2002, la que fuera impugnada en todas las
instancias de la Administración Tributaria sin resultado favorable para la actora, pues
la multa se ha visto incrementada hasta en un 500%. Sostiene la demandante que
dicho acto es violatorio de sus derechos constitucionales de propiedad, al trabajo, la
libertad de trabajo y de la garantía de no confiscatoriedad de los tributos.

§1. Caducidad del plazo en la acción de amparo

2. Las dos instancias judiciales declaran fundada la excepción de caducidad que deduce
la demandada, considerando que, conforme al artículo 37º de la Ley N.º 23506, la
acción de amparo caduca a los 60 días hábiles de producida la afectación, entendiendo
que, para estos efectos, dicho plazo empezó a correr a partir del día en que se notificó la
Resolución del Tribunal Fiscal N.º 00279-4-2003, esto es, el 5 de marzo de 2003,
conforme consta a fojas 84 del expediente.

3. Conforme lo ha establecido este Tribunal, y también así lo precisa el artículo 26º de


la Ley N.º 25398, el plazo de caducidad a que se refiere el artículo 37º de la Ley N.º
23506 deberá computarse “desde el momento en que se produce la afectación, aun
cuando la orden respectiva haya sido dictada con anterioridad”.

4. En el presente caso, en efecto, y tal como lo advierte la demandante, la amenaza real


de sus derechos aparece inminente el día en que el Ejecutor Coactivo de la SUNAT,
“(...) se presenta al local donde ejerzo el giro de mi negocio con la evidente y pública
intención de embargar mis bienes, acompañado de efectivos policiales, en un camión
cisterna con el logotipo de la SUNAT y cargadores. Actitud amedrentadora que motivó
mi reacción y mi búsqueda de amparo ante el órgano jurisdiccional”. Esto sucedió el día
12 de noviembre de 2003, habiéndose presentado la demanda ante el Poder Judicial el 1
de diciembre de 2003. Por otro lado, estos hechos no han sido siquiera discutidos por la
demandada y tampoco han merecido atención por parte del órgano jurisdiccional, el que
no ha determinado si se han vulnerado los derechos invocados.

5. Este Tribunal considera que las dudas que surjan al interpretarse las reglas procesales
establecidas para la tutela de los derechos fundamentales de los ciudadanos, en ningún
caso deben privar a estos de que un órgano independiente e imparcial pueda
pronunciarse sobre el fondo de su pretensión. En cualquier caso, este Tribunal ha dicho,
frente a casos como el presente, “[...] se tendría que utilizar la interpretación que mejor
favoreciera a la protección de los derechos constitucionales. Esta opción responde al
principio pro homine, según el cual corresponde interpretar una regla concerniente a un
derecho humano “del modo más favorable para la persona, es decir, para el destinatario
de la protección” (Exp. N.º 1049-2003-AA/TC F.J. 4).

Esa es precisamente la consideración pertinente en este caso, por lo que las alegaciones
de caducidad de la acción o, más propiamente de prescripción, como lo ha precisado
también este Tribunal, no pueden impedir un pronunciamiento sobre el fondo de la
pretensión y, en consecuencia, tales alegaciones no pueden ser atendidas por este
Tribunal.

6. A mayor abundamiento, este es también el criterio que con claridad recoge el Código
Procesal Constitucional en el inciso 4) del artículo 44º, donde se ha establecido que “la
amenaza de ejecución de un acto lesivo no da inicio al cómputo del plazo. Solo si la
afectación se produce se deberá empezar a contar el plazo”. Si bien esta disposición aún
no está vigente, tras su promulgación y publicación en el diario oficial “El Peruano”,
bien puede ser considerado fuente doctrinal y ser recogido por este Tribunal a efectos
de tutelar los derechos fundamentales, como en el presente caso.

§2. Delimitación del petitorio

7. La recurrente solicita que este Tribunal se pronuncie sobre lo siguiente:

a) La nulidad del acta probatoria que sirvió de base para la imposición de la multa, la
misma que ha sido recurrida en todas las instancias administrativas.

b) La inaplicación a su caso de la pérdida del criterio de gradualidad, que ha traído


como consecuencia que la multa impuesta inicialmente se vea “elevada en un
quinientos por ciento (500%)”, la cual, sostiene la demandante, “resulta notoriamente
injusto”.

8. Respecto del primer punto, este Tribunal estima que el amparo no es la vía adecuada
para establecer la veracidad, o no, de las alegaciones de la recurrente respecto del acta
que ha servido de base para la imposición de la multa impugnada, debiendo
desestimarse la demanda en este extremo. Sin embargo, ello no es óbice para analizar el
segundo punto de la demanda, que sí es relevante desde una perspectiva constitucional.

§3. Principio de razonabilidad e interdicción de la arbitrariedad de los poderes


públicos
9. Independientemente de determinar si la multa, en el presente caso, se ha interpuesto
en uso de las facultades de la SUNAT y que la infracción haya sido, o no, determinada
conforme a derecho, en la demanda de amparo la recurrente ha mencionado un hecho
que no puede pasar inadvertido por este Tribunal; esto es, la forma en que una deuda
inicial de S/ 930.00 se incrementó S/ 3,351.00, conforme a la Resolución de Intendencia
N.º 136-4-01814/SUNAT, la misma que al momento de ejecutarse aparece consignada
como S/. 4,685.00, en la Resolución de Cobranza Coactiva N.º 13307017872, como
monto de afectación para efectos de embargo en forma de retención solicitado por el
Ejecutor Coactivo.

10. Al contestar la demanda, la emplazada no ha negado estos hechos y, al contrario, ha


aducido que ellos responden a la estricta aplicación de normas tributarias, entre ellas,
la Resolución N.º 112-2001/SUNAT, que en su anexo “A” establece la tabla de
gradualidad para el caso de la infracción a que se refiere el inciso 1 del artículo 174° del
Código Tributario (no otorgar comprobantes de pago), donde se ha dispuesto una
sanción ascendente al 30% de la UIT vigente cuando la falta es cometida por primera
vez. Asimismo, el artículo 4º de la misma resolución de SUNAT establece que se
“perderán los beneficios de la gradualidad (…) 4.2. Si habiendo impugnado la
resolución que establece la sanción, el órgano resolutor la mantiene en su totalidad y
esta queda firme o consentida en la vía administrativa”.

11. En la medida en que estas disposiciones son la base de las decisiones de la


Administración que han sido impugnadas por la demandante, este Tribunal considera
que, siguiendo una línea jurisprudencial ya consolidada sobre el control de
constitucionalidad de normas en vía de amparo, resulta pertinente analizar estas
disposiciones a la luz del principio de razonabilidad, a efectos de determinar si, dentro
de las potestades discrecionales de la Administración Tributaria, los criterios de
gradualidad establecidos en la Resolución Nº 112-2001-SUNAT, anexo “A”, que han
servido de base legal en el presente caso, son razonables y, en consecuencia,
compatibles con la Constitución o, por el contrario, si su nivel de irrazonabilidad
convierte en inconstitucional la actuación de la Administración.

12. La razonabilidad es un criterio íntimamente vinculado al valor Justicia y está en la


esencia misma del Estado constitucional de derecho. Se expresa como un mecanismo de
control o interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos en el uso de las
facultades discrecionales, y exige que las decisiones que se toman en ese contexto,
respondan a criterios de racionalidad y que no sean arbitrarias. Como lo ha sostenido
este Colegiado, “implica encontrar justificación lógica en los hechos, conductas y
circunstancias que motivan todo acto discrecional de los poderes públicos”(Exp. 0006-
2003-AI/TC. F.J. 9).

13. Cuando la Administración ejerce un poder discrecional, como en este caso, para que
este no se convierta en arbitrario, debe guiarse por criterios de razonabilidad y justificar
en cada supuesto su actuación. En esta dirección, “El único poder que
la Constitución acepta como legítimo, en su correcto ejercicio, es, pues, el que se
presenta como resultado de una voluntad racional, es decir, de una voluntad
racionalmente justificada y, por lo tanto, susceptible de ser entendida y compartida por
los ciudadanos y, en esa misma medida, de contribuir a renovar y reforzar el consenso
sobre el que descansa la convivencia pacífica del conjunto social” (Tomás-Ramón
Fernández, De la arbitrariedad del legislador. Una crítica a la jurisprudencia
constitucional, Madrid, 1998, pp. 95-96).

14. De este modo, aunque no explícitamente, al reconocer la Constitución en su artículo


3º, así como en el artículo 43º, el Estado democrático y social de derecho, ha
incorporado el principio de interdicción o prohibición de todo poder ejercido en forma
abitraria e injusta y así ha puesto un límite infranqueable para todo poder público.

§3. Tabla de sanciones. Criterios de gradualidad y razonabilidad

15. En el presente caso, la aplicación de las sanciones que impone la Administración


Tributaria debe someterse a controles objetivos respecto del monto, a efectos de que
estos no sean utilizados como amenazas frente a su eventual incumplimiento o incluso,
respecto de su impugnación, como ocurre en el presente caso. Así, el artículo 166° del
Código Tributario establece que “(…) a efectos de graduar las sanciones, la
Administración Tributaria se encuentra facultada para fijar (…) los criterios
objetivos que correspondan (…)”.

En consecuencia, si la infracción amerita una sanción equis, la gradualidad establecida


no puede reducir este monto al 30% de equis, como ocurre con el anexo “A” de la
Resolución N.º 112-2001-SUNAT, para el caso de la infracción a que se refiere el
presente caso, puesto que, si ello es material y objetivamente posible sin afectar a los
fines de la Administración, entonces resulta obvio que la multa en sí, establecida en la
tabla de sanciones de la SUNAT, es desproporcionada y, por tanto, injusta e irrazonable
respecto de la falta cometida. La diferencia entre el monto de la multa y la ventaja de
gradualidad que la norma autoriza a la Administración, es en este caso, la evidencia de
la irrazonabilidad.

16. Este Colegiado considera que al resultar desproporcionada –sin una base objetiva que
la sustente– la relación entre el monto de la multa y la medida de gradualidad
establecida en la Resolución N.º 112-2001/SUNAT, Anexo “A”, para el caso de autos,
el dispositivo en mención resulta violatorio del principio de razonabilidad con que debe
actuar la Administración en uso de sus facultades discrecionales. En consecuencia, las
decisiones que en este marco viene dando la Administración Tributaria resultan
arbitrarias y contrarias al principio constitucional de interdicción de la arbitrariedad en
el ejercicio del poder público, y causan, en el presente caso, la violación de otro derecho
constitucionalmente reconocido, como lo es el de propiedad, reconocido en el artículo
2º, inciso 16, de la Constitución.

§3. Prohibición de la reforma peyorativa y el derecho de defensa en sede


administrativa. La inconstitucionalidad de la pérdida del beneficio de gradualidad

17. El inciso 2 del artículo 4º de la Resolución N.º 112-2001/SUNAT, que ha servido de


base legal para la determinación de la multa en la segunda instancia administrativa,
aumentando el monto de la misma de S/. 930.00 a S/. 3,551.00, establece que se
“perderán los beneficios de la gradualidad (…) 4.2. Si habiendo impugnado la
resolución que establece la sanción, el órgano resolutor la mantiene en su totalidad y
esta queda firme o consentida en la vía administrativa”.

18. El Tribunal estima que esta disposición debe ser enjuiciada a partir de la relevancia
constitucional que adquiere en nuestro sistema jurídico el derecho de defensa y, como
parte de este derecho, el de recurrir las decisiones que causan agravio, así como la
garantía constitucional de la prohibición de la reforma peyorativa en el marco de su
ejercicio.

19. El derecho constitucional de defensa se encuentra reconocido en nuestro texto


constitucional en el artículo 139º inciso 14º. Asimismo, la Convención Americana de
Derechos Humanos, lo reconoce en su artículo 8º como una cláusula general con
diversas manifestaciones concretas. El derecho de defensa implica la posibilidad de
recurrir la decisión ante una instancia superior. El derecho al recurso constituye, de este
modo, una manifestación concreta del derecho de defensa.

20. Si bien el derecho a la pluralidad de instancias en sede administrativa no puede


expandirse como una exigencia siempre y para toda actuación de la Administración,
como ocurre en el presente caso, la legislación infraconstitucional lo ha establecido y,
en consecuencia, debe apreciarse como un derecho del ciudadano de ejercer una
defensa adecuada y sin limitaciones de ningún orden, a efectos de preservar la vigencia
de un proceso judicial debido y con todas las garantías del procedimiento
administrativo, como lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

21. En efecto, y en lo que se refiere al derecho a los recursos, la Constitución reconoce la


pluralidad de instancias como principio de la función jurisdiccional (artículo 139°,
inciso 6), mientras que la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece
con claridad, en su artículo 8º, inciso h), “el derecho a recurrir del fallo ante Juez o
Tribunal Superior”. Las garantías judiciales del artículo 8º de la Convención han sido
interpretadas por la propia Corte Interamericana en forma extensiva, expandiendo su
eficacia al ámbito del proceso administrativo sancionador, al señalar que

Si bien el artículo 8 de la Convención Americana se titula “Garantías Judiciales”,


su aplicación no se limita a los recursos judiciales en sentido estricto, “sino [al]
conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales” a
efectos de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus
derechos ante cualquier tipo de acto del Estado que pueda afectarlos. Es decir,
cualquier actuación u omisión de los órganos estatales dentro de un proceso, sea
administrativo sancionatorio o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso
legal (Caso Ricardo Baena, Serie C N.º 72, Párrafo 124º).

De este modo, la Corte ha reiterado, en otro caso, que


[...] tanto los órganos jurisdiccionales como los de otro carácter, que ejerzan
funciones de naturaleza materialmente jurisdiccional, tienen el deber de adoptar
decisiones justas basadas en el respeto pleno a las garantías del debido proceso
establecidas en el artículo 8 de la Convención Americana (Caso del Tribunal
Constitucional, Párrafo 71).

22. Este criterio ha sido asumido también por este Tribunal en el Exp. N.° 2050-2002-
AA/TC, donde se ha establecido que “[…] no solo los principios materiales del derecho
sancionador del Estado son aplicables al ámbito del derecho administrativo sancionador
y disciplinario. También lo son las garantías adjetivas que en aquel se deben respetar”
(F.J. 12).

23. En el presente caso, el derecho de impugnar la decisión de la Administración –o


derecho de recurrir– ha quedado sin contenido al establecerse con su ejercicio una
sanción que, además de desproporcionada –conforme a los argumentos desarrollados en
los fundamentos 9 a 16 supra–, ha terminado por conculcarlos, tras confirmarse la
decisión de primera instancia. De este modo, el Tribunal opina que la aplicación de las
disposiciones que autorizan dicha actuación a la Administración, resulta contraria al
derecho constitucional de ejercitar los recursos pertinentes incluso en sede
administrativa y, por tanto, violan también el derecho de defensa.

24. De otro lado, también se ha violado, en este caso, una garantía judicial clásica que si
bien se ha desarrollado en el ámbito penal, debe contemplarse como garantía extensible
al procedimiento administrativo sancionador, sin ninguna reserva, en base a las
consideraciones expuestas, pero, además, porque el poder coercitivo de la
Administración supone una clara intervención de los derechos de los ciudadanos, a
quienes el sistema jurídico no puede dejar desprotegidos en ningún caso.

25. La prohibición de la reforma peyorativa o reformatio in peius, como la suele


denominar la doctrina, es una garantía implícita en nuestro texto constitucional que
forma parte del debido proceso judicial (cf. Exp. 1918-2002-HC/TC) y está orientada
precisamente a salvaguardar el ejercicio del derecho de recurrir la decisión en una
segunda instancia sin que dicho ejercicio implique correr un riesgo mayor de que se
aumente la sanción impuesta en la primera instancia.

26. En este sentido, este Tribunal declara que la garantía constitucional de la prohibición
de reforma peyorativa o reformatio in peius debe entenderse como una garantía que
proyecta sus efectos también en el procedimiento administrativo sancionador y, en
general, en todo procedimiento donde el Estado ejercite su poder de sanción y haya
establecido un sistema de recursos para su impugnación.

27. En consecuencia, en el presente caso, al haberse incrementado el monto de la multa


como consecuencia del ejercicio de un derecho constitucional, dicho incremento
producido al confirmarse la Resolución N.° 134-02-0006188, mediante Resolución N.°
136-4-01814/SUNAT –ambas resoluciones de la Intendencia Regional de Junín– resulta
nulo; y las normas que así lo autorizan, inaplicables por ser violatorias del derecho de
defensa, del derecho a los recursos y a la garantía constitucional de la prohibición de
reforma peyorativa conforme se ha señalado en los párrafos precedentes.

§4. Acceso a la jurisdicción constitucional y amenaza de sanción en el agotamiento de


la vía previa

28. Este Tribunal también considera que, en vista de que las reglas procesales del amparo,
en nuestro sistema, obligan al agotamiento de vía previa, cuando las agresiones a los
derechos son producidas por entes públicos, como ocurre en el presente caso, la
amenaza de recibir una sanción mayor o el que se vea incrementada la multa definida
en primera instancia (bien por pérdida de supuestos de gradualidad, bien por cualquier
otro mecanismo que pudiera utilizarse), supone, en la práctica, una amenaza u obstáculo
real para que el ciudadano pueda acudir ante este órgano jurisdiccional como garante
último para la tutela de los derechos de los ciudadanos.

29. En este sentido, el derecho a la tutela judicial efectiva, en su expresión de acceso a la


jurisdicción, debe comprenderse también como un derecho de acceso a la jurisdicción
constitucional, a efectos de que ninguna autoridad o funcionario pueda poner más
obstáculos que los previstos en la legislación que regula los procesos constitucionales.
El establecimiento de mecanismos de gradualidad que, en este caso, opera como freno
para la interposición de recursos y que en la práctica impide el acceso al Tribunal
Constitucional, supone, desde esta óptica, también un mecanismo que imposibilita la
tutela jurisdiccional efectiva en el ámbito de la jurisdicción constitucional.

30. En consecuencia, mientras no cambie dicha legislación, que, pese a su evidente


inconstitucionalidad, el Tribunal no puede expulsar del sistema jurídico, y, a efectos de
no dejar desprotegidos a quienes pudieran verse en el futuro sometidos a las mismas
circunstancias que la recurrente, este Colegiado declara que cuando el agotamiento de
la vía administrativa lleva consigo, como en este caso, una amenaza real de incremento
de la sanción impuesta, este supuesto es compatible y debe entenderse subsumible en el
inciso 2) del artículo 28° de la Ley N.° 23506, como un supuesto de excepción al
agotamiento de la vía previa.

31. Asimismo, y siguiendo el precedente establecido por este Tribunal en la STC N.º 2250-
2002-AA/TC, dada la implicancia que tiene esta sentencia en la forma en que viene
procediendo la Administración Tributaria respecto de sus facultades discrecionales y,
en concreto, dado el cuestionamiento que se hace a los mecanismos de gradualidad, hoy
recogidos en iguales términos en la Resolución N.º 141-2004-SUNAT, el Tribunal
considera que, además de notificar la presente sentencia a las partes, resulta pertinente
exhortar a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria, a efectos de que
modifique dicha resolución respetando los derechos y principios constitucionales.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA, en parte, la demanda; en consecuencia, INAPLICABLE el
artículo 4º, inciso 4.2, de la Resolución N.º 112-2001/SUNAT y NULAS la Resolución
N.º 136-4-01814/SUNAT, de 29 de agosto de 2002, así como la Resolución del
Tribunal Fiscal N.º 00279-4-2003, de 21 de enero de 2003, dejando a salvo el derecho
de la recurrente para que lo haga valer en sede judicial, respecto de las objeciones al
Acta Probatoria de la infracción que ameritó el presente expediente.

2. Exhorta a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria conforme a lo


expuesto en el fundamento 31 de esta sentencia.

SS.

ALVA ORLANDINI
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA

18. Principio de responsabilidad: La autoridad administrativa está obligada a


responder por los daños ocasionados contra los administrados como consecuencia
del mal funcionamiento de la actividad administrativa, conforme lo establecido en
la presente ley. Las entidades y sus funcionarios o servidores asumen las
consecuencias de sus actuaciones de acuerdo con el ordenamiento jurídico.

 Resolución:
19. Principio de acceso permanente.- La autoridad administrativa está obligada a
facilitar información a los administrados que son parte en un procedimiento
administrativo tramitado ante ellas, para que en cualquier momento del referido
procedimiento puedan conocer su estado de tramitación y a acceder y obtener
copias de los documentos contenidos en dicho procedimiento, sin perjuicio del
derecho de acceso a la información que se ejerce conforme a la ley de la materia.

 Resolución:
 Bibliografía:

 file:///C:/Users/Anthny/Documents/3-Texto-%C3%9Anico-Ordenado-de-la-
Ley-N%C2%B0-27444-Ley-del-Procedimiento-Administrativo-General-
%E2%80%93-Primera-Edici%C3%B3n-Oficial.pdf

 http://www.diputadodelcomun.org/v6/prc/download_doc.php?fileID=201
0_06_17_ubaklBfdld

 http://www.osce.gob.pe/tribunal/ResTrib2007/RES1355-2007-TC-S1.htm

 http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2014/02398-2013-
AA%20Resolucion.html

 https://corte-constitucional.vlex.com.co/vid/-43620698

 https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2013/00536-2013-AA%20Resolucion.pdf

 https://app.vlex.com/#PE.open/search/jurisdiction:PE+basicSearchAll:1/pri
ncipio+de+confianza+legitima/vid/696082293

 http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2010/02597-2009-AA.html
 http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/01803-2004-AA.html

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