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Completamente Perdonados
¿Para qué existimos? ¿Para qué nos creó Dios?
Para la comunión con Él mismo; para disfrutarlo en esta
comunión siendo/reflejando el ser imagen y semejanza de
Dios.
Pero hemos perdido esta comunión en la caída de nuestros
primeros padres (Adán y Eva), y el reflejo de Dios en nosotros
ha sido distorsionado por el pecado. El hombre perdió la
comunión y el favor de Dios, y no puede vivir para la gloria de
Dios conforme el propósito de su creación.
¿Quién o qué puede restaurar eso? Las Escrituras desde
Génesis hasta el Apocalipsis contestan diciendo que sólo Jesús
puede restaurar nuestra comunión con Dios y hacernos ser un
reflejo verdadero de Dios. Sólo Jesús puede restaurar esa
comunión perdida y capacitarnos para vivir para el propósito
original.
¿Cómo? A través de Su perfecta obediencia en la obra
expiatoria.
Entonces, ¿qué es lo que necesitamos para poder volver a
tener una comunión con Dios en este mundo? Necesitamos
perdón y regeneración. Y eso es lo que Jesús nos provee a
través de Su obra obediente y expiatoria. Necesitamos
justificación y santificación. Necesitamos ser restaurados a
una relación de ser declarados justos delante de Dios y de
tener nuestra voluntad renovada para desear y atesorar a
Dios por encima de todo lo demás. Y esa es la obra que Dios
hace por Su gracia a través del Señor Jesucristo.
A eso apunta el texto que tenemos delante de nosotros.
Salmos 46:8-11
Hebreos 10:11-18
Salmo 103
https://bible.org/seriespage/perfect-sacrifice-sacrifice-
perfects-hebrews-101-18
https://www.fpcjackson.org/resource-library/sermons/once-
for-all
Samuel pg 541
Kistemaker 253
Ffbruce 301
2. Christ’s obedience to God’s will at the cross set aside the Old
Testament sacrifices and provided perfect standing for us before God
(10:5-10).