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Las innovaciones tales como la extensión de los números árabes (entre los siglos V y XV) y la aparición de
la contabilidad de partida doble en 1494 proporcionaron las herramientas para el planeamiento y el control
de la organización, y de esta forma el nacimiento formal de la administración. Sin embargo es en el Siglo
XIX cuando aparecen las primeras publicaciones donde se hablaba de la administración de manera
científica, y el primer acercamiento de un método que reclamaba urgencia dada la aparición de la
Revolución Industrial.
Si realizamos un análisis de las diversas actividades que realiza el hombre en su vida diaria, vamos a
encontrar que ninguna de ellas está exenta de regulación por una norma jurídica, ya sea una ley, un
reglamento o un acuerdo.
Esa situación se debe principalmente al hecho de que el Estado, a través del Poder Ejecutivo y de la
Administración Pública (centralizada o descentralizada), debe aplicar y vigilar que se apliquen las
disposiciones encaminadas a la consecución del bien común, para lo cual es primordial que se logre la
conservación del orden público, así como de la paz y tranquilidad pública.
De lo anterior se desprenden dos cuestiones importantes; en primer término el papel que tiene el Derecho
como instrumento regulador de la conducta del hombre en sociedad; y en segundo término el papel
preponderante que tiene el Derecho Administrativo.
El papel preponderante del Derecho Administrativo como regulador de la vida del hombre en sociedad, es
resultado del contenido del mismo, así como de la diversidad de actividades que pueden ser ubicadas
dentro del mismo, lo que ha generado que algunas ramas del mismos hayan cobrado autonomía, como lo
es el Derecho Fiscal, el Derecho Financiero, el Derecho Militar o el Derecho Agrario, por mencionar
algunos.
Acerca de la complejidad del Derecho Administrativo, debemos recordar que el mismo ha sido definido de
diversas formas, dependiendo del autor que lo haga, pero podemos estar de acuerdo, en que forma parte
del Derecho Público, toda vez que sus disposiciones regulan las relaciones que se presentan entre los
particulares y el Estado, las cuales se dan en un plano de supra-subordinación, y si bien sus disposiciones
pueden regular relaciones entre particulares en un plano de igualdad sus deberes los impone el Estado y no
se deben a un acto volitivo; además de que el incumplimiento de dichos deberes podrá dar lugar a la
imposición de una sanción por parte de la Autoridad Administrativa.
En ese sentido el Derecho Administrativo, regula en primer término las relaciones de los particulares con el
Estado, principalmente con la Administración Pública, que se trata de esa parte del Gobierno de un Estado
que se encarga de aplicar las leyes y verificar que se cumplan.
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Además de lo anterior, el Derecho Administrativo establece cuales serán los procedimientos y las formas en
las que deberán de darse esas relaciones Estado- Particular, lo cual encontramos establecido
principalmente en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo y en las disposiciones relativas al
procedimiento administrativo y a la consecuencia del mismo, el Acto Administrativo.
Por último el Derecho Administrativo también deberá de establecer cuales serán los medios por los que el
particular podrá inconformarse contra las determinaciones de la autoridad administrativa, sin tener que
llegar a entablar en sentido estricto una controversia jurisdiccional, es decir, las normas relativas a los
recursos administrativos y quizá desde una perspectiva muy amplia, al contencioso administrativo, ya que
por no llevarse en un órgano formalmente no jurisdiccional, a pesar de que su función es de carácter
jurisdiccional, se le incluye dentro de las disposiciones del Derecho Administrativo.
Por Derecho Administrativo, podemos entender aquella rama del Derecho Público de un país que se
encargada de regular la actividad del Estado, sobre todo del Poder Ejecutivo, así como de los organismos
que le ayudan a dar cumplimiento a sus atribuciones, sobre todo si recordamos que en el caso de México,
el Poder Ejecutivo es unipersonal, y que se encuentra identificado en la figura del Presidente de la
República.
Pero también por mandato constitucional, el Presidente de la República se auxilia para el cumplimiento de
sus atribuciones de la Administración Pública, la cual en términos del artículo 90 podrá ser Centralizada
(Dependencias o Secretarías) y Paraestatal (Organismos descentralizados, Fidecomisos Públicos,
Empresas de Participación Estatal, Instituciones Nacionales de Crédito, Organizaciones Auxiliares
Nacionales de Crédito e Instituciones Nacionales de Seguros y Fianzas; de acuerdo con el artículo 3º de la
Ley Orgánica de la Administración Pública Federal).
Ante ese cúmulo de organismos estatales, nos podemos percatar que entre ellos cubren toda una serie de
actividades, por supuesto principalmente los servicios públicos.
En razón de lo anterior, y toda vez que el Estado, a través de la Administración Pública, tendrá un carácter
de policía, en el sentido de que será el vigilante de las actividades que desarrollan los particulares y de la
legalidad de las mismas, es importante realizar su estudio, ya que de esa forma sabremos cuales son los
derechos, pero también las obligaciones y las limitantes para el ejercicio de un derecho.
Por lo tanto en el ejercicio de sus atribuciones la Administración Pública, deberá de apegarse a las
obligaciones que la imponga le ley, de conformidad con el Principio de Legalidad que constriñe las
actuaciones de la Autoridad.
De ahí que resulte importante no solamente para el abogado, sino también para los particulares, que
conozcan un poco de Derecho Administrativo; en el caso de los últimos, por lo menos respecto a las
disposiciones y autoridades que regulen la actividad que vayan a desempeñar de forma cotidiana.
La administración publica
- Tiene su base social
- Su fin es el servicio y la utilidad públicos
- Pertenece al campo del derecho publico
- Las decisiones las toman un conjunto de personas
- Estructuras complejas
- Programas destinados a los administrados tiene que cumplirse aun coercitivamente
- No hay incentivo pecuniario.
La administración privada
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Es el conjunto de normas y principios del derecho público que rigen la estructura, organización y
funcionamiento de las diversas áreas de la administración pública, de las relaciones de estas entre sí, así
como de sus relaciones con las demás instituciones del Estado y con los particulares.
- Historia: la historia no es solo una colección de datos, sino también de sus interpretaciones, por lo que
nos deja enseñanzas acerca de lo que se debe hacer y de lo que se debe evitar, por tanto, la historia puede
orientar al derecho administrativo para la adecuada regulación de la administración pública del futuro.
- Geografía: se evidencia la relación del derecho administrativo con la geografía, a través de la
determinación del espacio territorial en que rigen las normas del primero, cuyos límites precisan a la
segunda.
- Estadística: entendida como estudio de derechos y conocimientos expresados en guarismos, a través de
cuadros y tablas que permiten su metódica reunión clasificación y análisis, la estadística representa una
valiosa herramienta para la adecuada regulación jurídica del fenómeno administrativo.
10. Enuncia y describe brevemente los principios generales del derecho administrativo.
- Buena fe: la expresión buena fe hace referencia lo mismo a la certeza de un individuo que hace o
posee alguna cosa con derecho legitimo, que a la convicción o suposición de la licitud y justicia de
un verdadero, en consecuencia, el principio de buena fe, genera en quien obra de buena fe,
derechos y beneficios, lo mismo que exime de responsabilidades con lo que sirve de puente entre el
derecho y la ética.
- Debido proceso: se puede enunciar como la prohibición de afectar los derechos de los
gobernados sin cubrir ciertas condiciones y requisitos que incluyen el respeto de la garantía de
audiencia la prohibición de tribunales especiales y leyes privativas, y la fundamentación y
motivación de las resoluciones judiciales dictadas por autoridad competente.
- Legalidad: la sujeción a la legalidad se puede enunciar en dos sentidos positivo y negativo; en el
primer sentido significa: lo que no esta permitido se considera prohibido, en cambio en sentido
negativo, se puede resumir en la frase: lo que no está prohibido está permitido.
- Moralidad administrativo: en el ejercicio de sus funciones la conducta de los servidores públicos
adscritos a la administración pública deben ajustarse a la ética, por lo que su actuación habrá de
orientarse por criterios de legalidad, lealtad, justicia, imparcialidad, eficiencia, eficacia y honradez
tanto en sus relación de los administrados como sus compañeros, sus jefes y sus subordinados.
- Seguridad jurídica: la seguridad conforma un pilar insustituible de la convivencia social por lo que
su realización viene a ser una actividad esencial para la existencia misma del estado moderno,
razón por la cual la seguridad es garantizada por el ente estatal a través del derecho que a su vez
tiene como una de sus características a la seguridad, por lo que Estado y derecho comparten como
supuesto indispensable a la seguridad jurídica.
- Supremacía del interés público sobre el interés privado: es un principio general de derecho
inherente a cualquier sociedad por ser una condición propia de su existencia. Este principio se
inserta formalmente en el orden jurídico mexicano a través de diversos artículos constitucionales: 3,
25, 27 y 28, entre otros como, que en materia administrativa atañen especialmente a los institutos
de la expropiación y de la concesión de servicios públicos y de bienes del dominio de la federación.
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11. ¿En qué actos se materializa cada una de las funciones públicas?
Función administrativa: Corporaciones policiales, que actúan en el mantenimiento del orden público y de
la seguridad pública.
Función legislativa: Crear, modificar, extinguir e interpretar las normas jurídicas con carácter general y
obligatorio.
Función jurisdiccional: Resolver de los conflictos que se susciten de la aplicación de la norma jurídica a
particulares, o de interpretar la norma jurídica.
Función fiscalizadora o de control: Vigilancia, verificación, comprobación y evaluación de las actividades
de los órganos, dependencias y servidores públicos a cuyo cargo está el manejo de los fondos, valores,
recursos, bienes y derechos del propio Estado.
Función electoral: Elecciones para elegir al Presidente de la República.
Función de regulación monetaria: Emisión de moneda.
Función registral: Actas de nacimiento, defunción, matrimonio.
La función pública es la actividad esencial y mínima del Estado contemporáneo, fundada en la idea de
soberanía, que conlleva el ejercicio de potestad, de imperio, de autoridad -de donde proviene su
indelegabilidad-, cuya realización atiende al interés público, entre las que destacan la función legislativa, la
función jurisdiccional y la función administrativa.
Función administrativa: Desarrollada por el poder Ejecutivo (el Presidente de la República y sus
Secretarios de Estado, más los entes paraestatales), encargado principal de los fines del Estado, así como
de la administración del mismo.
Función legislativa: Desarrollada por el poder Legislativo (esto es, el Congreso de la Unión y sus Cámaras
de Senadores y Diputados, personificados por los correspondientes parlamentarios), a quien le está
concedido, casi de forma privativa, la facultad de crear, modificar, extinguir e interpretar las normas jurídicas
con carácter general y obligatorio.
Función jurisdiccional: Desarrollado por el poder Judicial (encarnado en el Poder Judicial de la
Federación y sus distintos jueces y magistrados de circuito y de distrito), a quien le está concedida la
facultad de resolver de los conflictos que se susciten de la aplicación de la norma jurídica a particulares, o
de interpretar la norma jurídica. En el caso de nuestra legislación, le corresponde además la facultad
privativa de ser órgano de control constitucional (mediante el juicio de amparo, la controversia constitucional
y la acción de inconstitucionalidad).-
Entre las funciones públicas administrativas nuevas que emergen con identidad propia como
independientes, figuran la de fiscalización o control, la electoral, la de regulación monetaria y la registral, las
cuales ya han cobrado entidad, identidad y autonomía en el constitucionalismo moderno.
Función fiscalizadora o de control: En el ámbito federal mexicano, tanto las secretarías de Estado, como
la Procuraduría General de la República, los organismos descentralizados y las empresas de participación
estatal mayoritaria, cuentan en un primer nivel de vigilancia, con órganos internos de control que, en
ejercicio de la función de fiscalización o control, tratan de descubrir sus fallas y adoptar las medidas
necesarias para corregirlas.
Además, el titular del Poder Ejecutivo cuenta, en un segundo nivel de vigilancia, con la Secretaría de
Contraloría y Desarrollo Administrativo, órgano al que se atribuye en parte la función de fiscalización o
control, para supervisar la actuación de todas las dependencias y entidades de la administración pública, lo
que le permite adoptar, dentro de los márgenes previstos por la ley, las medidas correctivas que considera
convenientes.
En un tercer nivel existe en el ámbito federal de nuestro país un órgano independiente del Poder Ejecutivo
que desde el exterior del Poder Ejecutivo federal revisa su actuación, dicho órgano es la entidad de
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Desde el punto de vista orgánico (a veces llamado “formal”), según el acto sea realizado por un órgano
jurisdiccional (independiente), administrativo (dependiente) o legislativo (de índole constitucional), nos
encontraríamos ante una función de tal o cual tipo; pero este criterio es insuficiente y, tomado a la letra,
erróneo, por cuanto en los órganos legislativo y jurisdiccionales también se realizan funciones
administrativas. Desde el punto de vista material o sustancial, es decir, ateniéndonos a la naturaleza interna
de los actos mismos, son actos legislativos los que establecen reglas de conducta humana en forma
general e imperativa (o sea, son actos legislativos los que crean normas o reglas de derecho), son actos
jurisdiccionales los que deciden con fuerza de verdad legal una cuestión controvertida entre dos partes,
determinando el derecho aplicable: Y son actos de la función administrativa los que constituyen
manifestaciones concretas (por oposición a abstractas, como lo son la legislación y la jurisdicción) de
voluntad estatal. Este criterio también es insuficiente y erróneo, pues la función administrativa no siempre
se limita a manifestaciones concretas de voluntad.
Así entonces, en sentido material, el órgano administrativo realiza no sólo funciones administrativas sino
también legislativas y jurisdiccionales; el órgano jurisdiccional no sólo funciones jurisdiccionales sino
también administrativas; el órgano legislativo no sólo funciones legislativas sino también administrativas.
Este entrelazamiento de funciones en sentido material que realizan los órganos estatales demuestra
inobjetablemente que no puede pretenderse hallar un criterio orgánico o material positivo y puro para
conceptuar cada una de las funciones: Es necesario buscar un criterio mixto, que combinando elementos
de uno y otro tipo pueda finalmente ofrecer una noción útil, aunque resulte menos eleganteque las demás.
De todo ello se desprende que podemos definir claramente las funciones legislativas
y jurisdiccional mediante la unión de los criterios orgánico y material; y que por exclusión, con criterio
negativo, podemos entonces definir a la función administrativa. La función legislativa sería la producción de
normas jurídicas generales realizada por el Poder Legislativo; la función jurisdiccional sería la resolución
con fuerza de verdad legal de contiendas entre partes, realizada por el Poder Judicial (es decir, por órganos
independientes y relativamente estables); la función administrativa sería “toda la actividad que realizan los
órganos administrativos, y la actividad que realizan los órganos legislativo y jurisdiccionales, excluidos
respectivamente los actos y hechos materialmente legislativos y jurisdiccionales.”
15. ¿Existe invasión de funciones entre los distintos poderes o en que forma se entremezclan
en la realización de sus funciones?
Hasta el siglo XIX, y dada la doctrina de la Ilustración que tendía a establecer las distintas competencias del
Estado, se pensaba en una separación de los ‘poderes’. Efectivamente, lo que se trataba era de combatir el
absolutismo que las monarquías habían impuesto, con un único y omnipotente detentor de todo el poder
estatal. Así, el artículo 16 de la francesa Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, de
1789, señalaba: “Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni determinada
la separación de los poderes, carece de Constitución”; con esto, se establecían los dos principios básicos
de toda norma constitucional: los derechos humanos, y la separación de poderes. Desde entonces, la
doctrina constitucional clásica hablaba de ‘Poderes del Estado’, lo que se consagró en su respectiva parte
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orgánica bajo los epígrafes respectivos de ‘Poder Ejecutivo’, ‘Poder Legislativo’ y ‘Poder Judicial’, cuyo
ejemplo claro es el texto constitucional aprobado por el Constituyente de Querétaro en 1917; con esto, cada
esfera tenía ámbitos determinados de actuación, sin poder inmiscuirse ninguno respecto del otro.
Sin embargo, ya desde mediados del siglo XX se entendió que el poder del Estado es uno solo, que se
ejerce mediante distintas funciones: función ejecutiva, función legislativa y función jurisdiccional. Además,
existen ámbitos funcionales que son prerrogativas exclusivas de cada uno, pero que se complementan. Por
ejemplo, la función ejecutiva tiene iniciativa legislativa, además de nombrar la quina respectiva de ministros
de la Suprema Corte; a su vez, la función legislativa es la que aprueba el presupuesto anual con que
funciona la función ejecutiva y la jurisdiccional; y la función jurisdiccional tiene facultad interpretativa de la
ley, mediante la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte y los Tribunales Colegiados de Distrito.
“Artículo 2º.- Para los efectos de la presente Ley, se entenderá por: I. Acto Administrativo: Declaración
unilateral de voluntad, externa, concreta y ejecutiva, emanada de la Administración Pública del Distrito
Federal, en el ejercicio de las facultades que le son conferidas por los ordenamientos jurídicos, que tiene
por objeto crear, transmitir, modificar, reconocer o extinguir una situación jurídica concreta, cuya finalidad es
la satisfacción del interés general”.
Según la doctrina1 y la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, los elementos que debe reunir un
acto administrativo son:
Sujeto. Debe ser expedido por órgano competente a través de un servidor público y, en caso de que
dicho órgano fuere colegiado, debe reunir las formalidades de la ley o decreto para emitirlo.
Voluntad. Debe ser expedido libre de error respecto a la identificación del expediente, documentos o
nombre completo de las personas, y sin que medie dolo o violencia en su emisión.
Objeto. Debe tener por objeto uno que pueda ser materia del acto; determinado o determinable;
preciso en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, y previsto por la ley.
Motivo. El acto administrativo debe estar fundado y motivado, es decir, la autoridad administrativa debe
citar de manera específica la ley exactamente aplicable al caso, así como expresar las circunstancias
especiales, razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para emitir
el acto y la adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables. Cabe señalar que, con
respecto a la fundamentación, la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció que no es
necesario que las autoridades administrativas citen la jurisprudencia aplicable al caso, aun cuando ésta
declare la inconstitucionalidad de una ley, ya que, de conformidad con los artículos 94, párrafo
octavo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 2, así como 217 de la vigente
Ley de Amparo3, la jurisprudencia solamente obliga a los órganos jurisdiccionales.
1
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, México, Editorial Porrúa, 2001, p. 267 y ss.
2
“La ley fijará los términos en que sea obligatoria la jurisprudencia que establezcan los Tribunales del Poder
Judicial de la Federación y los Plenos de Circuito sobre la interpretación de la Constitución y normas generales,
así como los requisitos para su interrupción y sustitución”.
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“Artículo 217. La jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en
pleno o en salas, es obligatoria para éstas tratándose de la que decrete el pleno, y además para los Plenos de
Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales
del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o
federales.
La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito es obligatoria para los tribunales colegiados y unitarios
de circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del orden común de las entidades federativas
y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales que se ubiquen dentro del circuito correspondiente.
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Fin. El acto administrativo debe cumplir con la finalidad del interés público, regulado por las normas en
que se concreta, sin que puedan perseguirse otros fines distintos.
Forma. Debe constar por escrito y con la firma autógrafa de la autoridad que lo expida, salvo en
aquellos casos en que la ley autorice otra forma de expedición.
La nulidad de un acto administrativo es el efecto jurídico que produce la omisión o irregularidad en los
elementos y requisitos de validez del acto, que exige la ley administrativa de la materia de que se trate,
según sea el caso.
La nulidad del acto se debe declarar por el superior jerárquico de la autoridad administrativa que lo haya
emitido; el acto declarado jurídicamente nulo es inválido y no se presume legítimo ni ejecutable; su
declaración producirá efectos retroactivos y será subsanable, sin perjuicio de que pueda expedirse un
nuevo acto. Los particulares no tendrán obligación de cumplirlo y los servidores públicos deberán hacer
constar su oposición a ejecutar el acto, por lo que deben fundar y motivar su negativa. Un ejemplo se
presenta cuando en un decreto expropiatorio, no es determinado el inmueble o predio de la expropiación.
Indica el artículo 5° de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo: “La omisión o irregularidad de
los elementos y requisitos exigidos por el Artículo 3 de esta Ley, o por las leyes administrativas de las
materias de que se trate, producirán, según sea el caso, nulidad o anulabilidad del acto administrativo”.
Y, refiere el artículo 6° de la misma Ley Federal:
“Artículo 6.- La omisión o irregularidad de cualquiera de los elementos o requisitos establecidos en las
fracciones I a X del artículo 3 de la presente Ley, producirá la nulidad del acto administrativo, la cual será
declarada por el superior jerárquico de la autoridad que lo haya emitido, salvo que el acto impugnado
provenga del titular de una dependencia, en cuyo caso la nulidad será declarada por el mismo.
El acto administrativo que se declare jurídicamente nulo será inválido; no se presumirá legítimo ni
ejecutable; será subsanable, sin perjuicio de que pueda expedirse un nuevo acto. Los particulares no
tendrán obligación de cumplirlo y los servidores públicos deberán hacer constar su oposición a ejecutar el
acto, fundando y motivando tal negativa. La declaración de nulidad producirá efectos retroactivos.
En caso de que el acto se hubiera consumado, o bien, sea imposible de hecho o de derecho retrotraer sus
efectos, sólo dará lugar a la responsabilidad del servidor público que la hubiere emitido u ordenado”.
Acto de la administración en virtud del cual se otorga, mediante determinadas condiciones, a un servicio de
interés general realizado por un particular, carácter de servicio público como si fuera realizado por la
administración.
El servicio público como elemento de la Administración Pública, se funda en la Escuela de Burdeos por
León Dugit, Mourice Hauriou y Gastón Jeze.
a) generalidad: todos los habitantes tienen derecho a usar el servicio público de acuerdo con las
normas que los rigen, es decir, de acuerdo con su forma, condiciones y limitaciones al mismo.
b) uniformidad o igualdad: todos los habitantes tienen derecho a prestaciones en igualdad de
condiciones, si cumplen con los requisitos determinados por la ley.
La jurisprudencia que establezcan los tribunales colegiados de circuito es obligatoria para los órganos
mencionados en el párrafo anterior, con excepción de los Plenos de Circuito y de los demás tribunales
colegiados de circuito.
La jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”.
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c) continuidad: el servicio no debe interrumpirse. El articulo 123 apartado A, fracción XVIII exige que
en los servicios públicos será obligatorio avisar para la suspensión de labores.
d) regularidad: se realiza de acuerdo con las condiciones establecidas por la Ley, es decir, medir,
ajustar o computar el servicio por comparación o reducción. El servicio debe manejarse conforme a
reglas.
e) obligatoriedad: es el deber que tienen las autoridades encargadas de prestar el servicio.
f) persistencia: que comprenda nuevas necesidades colectivas definitivamente persistentes, que el
servicio público exista en tanto que subsistan las necesidades públicas.
g) la gratuidad del servicio: debe ofrecerse al público sin idea de lucro.
A estos principios se agrega el de adaptación del servicio público, la posibilidad de modificar el régimen del
servicio y la igualdad de los usuarios frente al servicio, que los medios y procedimientos sean públicos y se
sometan a un régimen jurídico especial. El servicio público se nos presenta como un procedimiento o una
organización de interés general, encaminada a prestar servicios, que no debe confundirse con la actividad
administrativa de dar órdenes.
a) El servicio público propio. Son los servicios prestados directamente por la administración pública,
como el servicio de agua potable; o a través de instituciones descentralizadas como el Metro, los Abastos o
el servicio de transportes eléctricos urbanos; o por medio de concesiones como el servicio de transportes
urbanos.
b) El servicio público impropio satisface una necesidad de interés general y corresponde a la actividad
privada, regulada por leyes y reglamentos de policía, como el servicio de farmacias, panaderías, lecherías,
carnicerías, supermercados, detallistas, el servicio de taxis, el servicio llamado “de peseros”, y otros.
El servicio público lo debe prestar el Estado pero puede apoyarse de particulares, siempre que su actividad
sea regulada por leyes y reglamentos de policía.
Agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales, alumbrado público, servicio de
limpia, mercados y centrales de abastos, panteones, rastro, calles, parques, seguridad pública.
Asegurar de una manera permanente, regular, continua y sin propósitos de lucro la satisfacción de una
necesidad colectiva de interés general, sujeta a un régimen especial de derecho público. El servicio público
se puede realizar de forma directa, a través del Estado, y de forma indirecta, mediante concesiones a
particulares.
Principios del Servicio Público
Generalidad: todos los habitantes tienen derecho a usar los servicios públicos de acuerdo a las normas
que los rigen; es decir, de acuerdo con su forma, condiciones y limitaciones.
Uniformidad o igualdad: todos los habitantes tienen derecho a prestaciones en igualdad de condiciones,
si cumplen con los requisitos determinados por la ley.
Continuidad: el servicio no debe interrumpirse. El artículo 123 constitucional en su apartado A, fracción
XVIII exige que en los servicios públicos será obligatorio para los trabajadores dar aviso con diez días de
anticipación a la Junta de Conciliación y Arbitraje de la fecha señalada para la suspensión de labores.
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En cuanto a los servicios públicos manejados directamente por el Estado. El mismo precepto en el apartado
B, fracción X reconoce a los trabajadores el derecho de huelga, en los términos de las leyes reglamentarias.
Correlativo a este principio tenemos el principio de adaptación.
Regularidad: el servicio se realiza de acuerdo a las condiciones establecidas por la Ley, es decir, medir,
ajustar o computar el servicio por comparación o reducción. El servicio debe manejarse conforme a reglas.
Obligatoriedad: es el deber que tienen las autoridades encargadas de prestar el servicio.
Persistencia: que comprenda nuevas necesidades colectivas.
La gratuidad del servicio : debe ofrecerse al público sin la idea de lucro.
Está compuesta por la administración pública federal centralizada, y la administración pública federal
paraestatal.
La característica más importante de la centralización consiste en que todo el poder reside en el presidente.
Los tratadistas de Derecho Administrativo señalan las siguientes características como inherentes a la
centralización administrativa:
Facultad o poder de nombramiento.
Facultad o poder de mando.
Facultad o poder de vigilancia.
Facultad o poder disciplinario
Facultad o poder de revisión.
Facultad o poder para resolver conflictos en caso de competencia.
Son entidades jerárquicamente subordinadas a las dependencias, con facultades específicas para resolver
asuntos en la materia encomendada de conformidad con las disposiciones legales aplicables. Los órganos
desconcentrados cuentan con autonomía administrativa, pero no tienen responsabilidad jurídica ni
patrimonio propio.
Son entidades creadas por la ley del congreso de la unión o por decreto del ejecutivo federal; su principal
distinción con los organismos desconcentrados es que tienen personalidad jurídica y patrimonio propios,
cualquiera que sea la estructura legal que adopten.
La Oficina de la Presidencia fue creada por Acuerdo del Poder Ejecutivo, publicado en el Diario Oficial de
la Federación de 04 de diciembre de 2006 (sexenio de Felipe Calderón Hinojosa).
El fundamento de esta Oficina es que el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos cuente con el apoyo
directo de la Oficina de la Presidencia de la República para sus tareas y para el seguimiento permanente de
las políticas públicas y su evaluación periódica, con el objeto de aportar elementos para la toma de
decisiones, sin perjuicio de las atribuciones que ejercen las dependencias y entidades de la Administración
Pública Federal en el ámbito de sus respectivas competencias.
Creado mediante Reglamento Interior durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, publicado en el
Diario Oficial de la Federación de 15 de mayo de 2009.
Las funciones del mismo están indicados en los artículos 8° y 9° del citado Reglamento:
Artículo 8.- Corresponde originalmente al Consejero la representación de la Consejería, así como el
trámite y resolución de los asuntos de la competencia de ésta y el ejercicio de las facultades que las
disposiciones legales le confieren.
Salvo las facultades no delegables en términos de este Reglamento, el Consejero podrá delegar en los
servidores públicos subalternos, aquellas otras facultades que estime pertinentes, mediante acuerdo que se
publique en el Diario Oficial de la Federación.
La delegación de facultades no perjudicará su ejercicio directo por parte del Consejero.
Artículo 9.- El Consejero tendrá las facultades indelegables siguientes:
I. Establecer y dirigir las políticas de la Consejería, así como planear, coordinar y evaluar las actividades
necesarias para el despacho de los asuntos propios de su competencia, en términos de la legislación
aplicable;
II. Acordar con el Presidente de la República el desarrollo de los asuntos, comisiones y funciones que éste
le encomiende;
III. Presidir la Comisión de Estudios Jurídicos del Gobierno Federal y expedir los lineamientos para su
funcionamiento;
IV. Someter a consideración y, en su caso, firma del Presidente de la República los proyectos de
reglamentos, decretos, acuerdos, nombramientos, resoluciones presidenciales y demás instrumentos de
carácter jurídico;
V. Opinar y someter a consideración y, en su caso, firma del Presidente de la República los proyectos de
iniciativas de leyes o decretos que deban presentarse ante el Congreso de la Unión, a alguna de sus
Cámaras, o a la Comisión Permanente;
VI. Dar opinión al Presidente de la República sobre los proyectos de tratados a celebrar con otros países y
organismos internacionales;
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VII. Prestar asesoría jurídica al Presidente de la República, en los casos previstos en el artículo 29
constitucional;
VIII. Proponer al Presidente de la República los anteproyectos de iniciativas de leyes o decretos legislativos
que considere convenientes;
IX. Someter a consideración del Presidente de la República, por instrucción de éste, los proyectos de
nombramientos y de ratificaciones de servidores públicos que, de conformidad con las disposiciones
aplicables, corresponda efectuar al Titular del Ejecutivo Federal;
X. Opinar previamente sobre el nombramiento y, en su caso, solicitar la remoción de los titulares de las
áreas responsables del apoyo jurídico de las dependencias y entidades de la Administración Pública
Federal;
XI. Representar al Presidente de la República, cuando éste así lo acuerde, en las acciones de
inconstitucionalidad y controversias constitucionales a que se refiere el artículo 105 constitucional, así como
en los demás juicios en que el Titular del Ejecutivo Federal intervenga con cualquier carácter;
XII. Aprobar y expedir el Manual de Organización General y el de Procedimientos de la Consejería;
XIII. Emitir las disposiciones a las que deberán sujetarse las dependencias de la Administración Pública
Federal para la elaboración, revisión y trámite de los proyectos de iniciativa de reformas constitucionales,
leyes o decretos que deban ser sometidos a la consideración y, en su caso, firma del Presidente de la
República, de conformidad con las leyes y demás normas aplicables;
XIV. Emitir las disposiciones a las que deberán sujetarse las dependencias y entidades de la Administración
Pública Federal para la elaboración, revisión y trámite de proyectos de reglamentos, decretos, acuerdos,
nombramientos, resoluciones presidenciales y demás instrumentos de carácter jurídico que deban ser
sometidos a la consideración y, en su caso, firma del Presidente de la República;
XV. Suscribir los convenios y contratos que la Consejería celebre con otras dependencias o entidades de la
Administración Pública Federal, los poderes legislativo o judicial, los organismos autónomos
constitucionales, y con entidades federativas y municipios;
XVI. Aprobar el anteproyecto de Presupuesto de Egresos de la Consejería y sus programas internos de
trabajo;
XVII. Nombrar a los servidores públicos titulares de las unidades administrativas descritas en el artículo 3
del presente Reglamento, a los Directores Generales de la Consejería, y a los de libre designación y
personal operativo que se le adscriban directamente, así como expedir los nombramientos
correspondientes;
XVIII. Establecer la organización interna de la Consejería y adscribir orgánicamente las unidades
administrativas previstas en el presente Reglamento, mediante acuerdo que se publicará en el Diario Oficial
de la Federación;
XIX. Resolver las dudas que se susciten con motivo de la interpretación o aplicación de este Reglamento,
así como los casos no previstos en el mismo;
XX. Resolver los recursos administrativos que se interpongan en contra de resoluciones o actos dictados
por él y por los servidores públicos y unidades administrativas que le dependan directamente, así como los
demás que le correspondan por disposición de ley;
XXI. Opinar al Presidente de la República, la procedencia de promulgar los proyectos de leyes o decretos
enviados por el Poder Legislativo, en términos del artículo 72 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
En caso contrario, someter a consideración del Presidente de la República el proyecto de documento por el
cual éste devuelve con observaciones a la Cámara de Origen los proyectos de leyes o decretos enviados
por el Poder Legislativo. Lo anterior con el apoyo de las dependencias y entidades del Ejecutivo Federal en
los términos de lo dispuesto en los artículos 25 y 43 bis de la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal;
XXII. Las demás que con tal carácter, le atribuyan expresamente las disposiciones legales y
reglamentarias.
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36. ¿Existe invasión de funciones entre los distintos poderes o en que forma se entremezclan
en la realización de sus funciones?
La existencia de los órganos constitucionales autónomos en el sistema jurídico mexicano se justifica porque
es necesario encomendarles tareas primordiales del Estado, con el fin de obtener una mayor
especialización, agilización, control y transparencia para atender eficazmente las demandas sociales; sin
que con ello se altere o destruya la tradicional doctrina de la división de poderes. La circunstancia de que
los referidos organismos guarden autonomía e independencia, no significa que no formen parte del Estado,
pero su característica principal es que su actuación no está sujeta ni atribuida a los depositarios
tradicionales del poder público.
Ahora bien, aun cuando no existe algún precepto constitucional que les dé el nombre de órganos
constitucionales autónomos, éstos deben reunir los siguientes elementos: a) estar establecidos y
configurados directamente en la Constitución; b) mantener con los otros órganos del Estado relaciones de
coordinación; c) contar con autonomía e independencia funcional y financiera; y d) atender funciones
coyunturales del Estado que requieran ser eficazmente atendidas en beneficio de la sociedad.
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Los órganos constitucionales autónomos que contempla la Constitución son el Instituto Federal Electoral, el
Banco de México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, los Tribunales Agrarios, los Tribunales
de lo Contencioso Administrativo y las universidades autónomas por ley, en virtud de lo dispuesto por el
artículo 3º de nuestra Carta Magna, así como al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública,
además de los múltiples órganos de la misma naturaleza que se encuentren previstos en cada entidad
federativa, como por ejemplo los institutos electorales estatales.
En los términos que lo define el artículo 346 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, no es
una persona, sino una figura jurídica en cuya virtud, un sujeto llamado fideicomitente, destina ciertos
bienes a un fin lícito determinado, encomendando la realización de ese propósito a una institución fiduciaria.
El fideicomiso, como previene la fracción III del artículo 3º de la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal, es uno de los tipos de entidades de la Administración pública paraestatal, y como tal se rige por la
Ley Federal de Entidades Paraestatales, lo que acredita su carácter de sujeto de derecho administrativo,
por regular éste su organización y funcionamiento.
El concepto integrado en el articulo 47 ( LOAPF ), lo define como aquel que el gobierno federal, o alguna
de la demás entidades paraestatales constituye, con el propósito de auxiliar al ejecutivo federal en la
atribuciones del Estado para impulsar las áreas prioritarias del desarrollo, que cuenten con una estructura
orgánica análoga a las entidades y que tengan comités técnicos tal y como se transcribe en su vigencia.
Artículo 47.- Los fideicomisos públicos a que se refiere el Artículo 3o., fracción III, de esta Ley, son aquellos
que el gobierno federal o alguna de las demás entidades paraestatales constituyen, con el propósito de
auxiliar al Ejecutivo Federal en las atribuciones del Estado para impulsar las áreas prioritarias del
desarrollo, que cuenten con una estructura orgánica análoga a las otras entidades y que tengan comités
técnicos.
Es el mecanismo jurídico por medio del cual, quien tiene la titularidad de determinadas atribuciones o
facultades, o de ciertos bienes o derechos delega su ejercicio o aprovechamiento a favor de un tercero, y
está prevista, tanto en derecho privado, a través de la concesión mercantil, también llamada franquicia. La
de obra pública y la concesión de servicio público, mediante la concesión administrativa, producto de la
descentralización administrativa por colaboración. Art. 28 CPEUM, párrafo 10
“El Estado, sujetándose a las leyes, podrá en casos de interés general, concesionar la prestación de
servicios públicos o la explotación, uso y aprovechamiento de bienes de dominio de la Federación, salvo las
excepciones que las mismas prevengan. Las leyes fijarán las modalidades y condiciones que aseguren la
eficacia de la prestación de los servicios y la utilización social de los bienes, y evitarán fenómenos de
concentración que contraríen el interés público.”
Facultad. Derecho subjetivo. .- Atribución fundada en una norma del derecho positivo vigente.- /Posibilidad
jurídica que un sujeto tiene de hacer o no hacer algo. / Atribución jurídica Conferida a un particular.
Atribución. Señalamiento o fijación de “competencia”. Facultad, potestad concedida por disposición legal o
inherente a determinado cargo. Atribución también significa determinado circulo de deberes, “campo de
asuntos”, cuya resolución corresponde a un funcionario u órgano administrativo competente.
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Competencia. Autoridad y jurisdicción entre los funcionarios que ejercen una y otra. Objetivamente, la
competencia en el conjunto de negocios o actuaciones en el que puede un funcionario ejercer legalmente
sus atribuciones
42. Describe las diferencias entre una Constitución Federal y una local.
En la Constitución se determinan límites, poderes y atribuciones, del poder de la Federación así como los
principios de su interrelación, con aquellos de las Entidades Federativas que integran la República
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, determina que la soberanía nacional reside
esencial y originariamente en el pueblo y se ejerce por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de
la competencia de éstos, y por los de los estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los
términos respectivamente establecidos por la Constitución federal y las particulares de los estados las que
en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal.
43. Cita los diferentes tipos de ordenamientos legales que existen en el ámbito administrativo
del derecho y a la definición de 3.