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ANÁLISIS DE LOS 300 ESCOGIDOS POR DIOS PARA GEDEÓN

JUECES CAPÍTULO 7: 4-7

La expresión “Batallas o Guerras del Señor” aparece solamente tres veces


en el Antiguo Testamento: En Primera de Samuel 18:17 y 25:28 y en el Libro
de Números 21: 14.

“Por tanto se dice en el Libro de las Batallas de Jehová: Lo que hizo en el


Mar Rojo, y en los arroyos de Arnón; Y a la corriente de los arroyos que
va a parar en Ar, y descansa en el límite de Moab”. (Números 21: 14-15).

Este último texto afirma que existió un escrito llamado LIBRO DE LAS
BATALLAS DE JEHOVÁ. (Este libro se remonta hasta Abrahám y se perdió en
la época del primer Galút o desplazamiento masivo de su tierra por Sargón
II entre 722-721 a.C.). Lo mismo ha sucedido con otros libros entre ellos el
de las Parábolas del Rey Shelomó y Las Cartas de Abrahám. (Dato tomado
de LA VOZ DE LA TORÁ II, del Rabino Elí Munk. Z. L. página 1386).

Esto significaba, que ese tipo de enfrentamientos estaban designados con


anticipación por el Señor. Se podrían denominar LAS GUERRAS SANTAS DE
JEHOVÁ. Ahora bien, las guerras mantenidas históricamente por Israel, no
necesariamente se pueden llamar Guerras De Dios.

La Biblia desarrolla una importante terminología de origen guerrero en su


representación de Dios; por ejemplo, en el relato del Mar Rojo en Éxodo
14:14: “Jehová peleará por vosotros y vosotros estaréis tranquilos”. Se
observa, paradójicamente, que esta terminología es más abundante en los
textos escritos o reescritos en las épocas en que Israel, dominado por
Babilonia, los persas o los griegos no TENÍA EJÉRCITO o no estaba en guerra.

1
Este fenómeno de escritura indica que el objetivo de estos textos no es
tratar de la guerra y de la concepción que hay que tener de ella, sino hablar
del DIOS LIBERADOR y SALVADOR, con el riesgo de suscitar numerosos
malentendidos, como muestran la historia de su interpretación, en la que
muchos quieren posar de eruditos y pecan por el total desconocimiento de
la cultura, textos antiguos y el movimiento religioso de los pueblos desde el
nacimiento de los mismos.

Esto en verdad es un pecado grave. Desconocer la verdadera semblanza de


la Palabra es pecar delante del Eterno.

En el caso de Gedeón recordemos que El Señor lo escogió:

“Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas.


¿No te envío yo?...Ciertamente yo estaré contigo y derrotarás a los
madianitas como a un solo hombre”. (Libro de los Jueces 6: 14-16).

No es una Batalla del Señor. Es la misericordia de Dios extendida a través de


un hombre escogido, para nuevamente proteger y salvar a Israel del yugo
opresor de sus enemigos y de sus inclinaciones perversas de adoración a
Baal y Astaret. Pero no son batallas preparadas por ÉL. Son producto de los
tiempos y el comportamiento de su pueblo.

Por lo tanto NO TODAS SE PUEDEN LLAMAR GUERRAS DEL SEÑOR.

Otros tres textos asocian la palabra GUERRA a un verbo de la raíz que


expresa la sacralidad: Jeremías 6:4; Joel 3:9 y Miqueas 3:5. En estos tres
casos la expresión se puede traducir simplemente por “declarar la guerra”
porque se han violado los preceptos y los mandamientos y han mancillado
el altar y por lo tanto amerita recibir un castigo.

Por ello más que de Guerra Santa hay que hablar de Guerra Sagrada.

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Vamos a dilucidar, cuál fue realmente la causa, para que Dios escogiera
solamente a 300 hombres, de diez mil que habían quedado del pueblo para
enfrentar al ejército madianita. Recordemos que veintidós mil retornaron
en la primera purga ordenada por el Eterno. (vr. 3).

La versión de LA SANTA BIBLIA revisión 1960 publicada por Broadman &


Holman Publishers dice:

4.- “Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas
y allí te los probaré; Y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo;
mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá”. 5.-
“…y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su
lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a
cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber”. 6.- “Y fue el
número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca,
trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas
para beber las aguas”. 7.- “Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos
trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los
madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su
lugar”. (Libro de los Jueces 7: 4-7).

3
La versión crítica sobre los textos hebreo, arameo y griego de La SAGRADA
BIBLIA de Francisco Cantera Burgos y Manuel Iglesias González, catedráticos
de Lengua Hebrea en la Universidad de Madrid dice: Versículo 6:

“Y el número de los que bebieron a lametadas fue de trescientos hombres;


todo el resto de la gente se acuclilló sobre sus rodillas para beber el agua,
llevándose el agua a la boca”.

La nueva edición revisada y aumentada de la BIBLIA DE JERUSALÉN de


Desclée de Brouwer editada en Bilbao, España en 2001 dice: Versículo 6:

“Trescientos hombres lamieron el agua (llevándola con las manos a la


boca*); el resto de la tropa se había arrodillado para beber”.

En el acápite para informar sobre el asterisco y el paréntesis dice:

“Estas palabras que podrían esperarse al fin del versículo, quizás hayan sido
desplazadas. Kit propone que las palabras “llevándose las manos a la boca”
deben ir al final del versículo. De tal manera que el versículo quedaría así:
“Trescientos hombres lamieron el agua; el resto de la tropa se había
arrodillado para beber llevándola con las manos a la boca”.

La traducción castellana del Arameo-Galileo de la ESCRITURA SANTA del


doctor José Luis Hernández, publicada en 1992 y conocida como LA PESHITA
en la página 438 dice: Versículos 5 y 6:

“Ya allí el Señor le dijo a Guidón: Todos los que laman el agua con su
lengua a imitación de los perros, a aquellos los pondrás por separado.
Harás lo mismo con todos los que doblen las rodillas para beber. El
número de todos lo que lamieron, fue trescientos hombres. Pero el resto
de los del pueblo dobló las rodillas para beber agua”.

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La traducción de los Antiguos Manuscritos Arameos por el Instituto Cultural
Álef y Tau en 2.006 de la BIBLIA PESHITTA EN ESPAÑOL de la Editorial
Broadman & Holman Publishing Group dice:

Versículo 6: “Y el número de los que lamieron el agua llevándola de sus


manos a su boca fue de trescientos hombres y todo el resto del pueblo
dobló sus rodillas para beber el agua”.

La versión traducida y comentada de EL TANAJ COMENTADO: SHOFETIM del


Rabino Yaacob ben Isjak Huerin, de la Editorial Jerusalém de México en la
página 32 (De derecha a izquierda) publicado en 1995 dice:

Versículo 6: “Y el número de los que lamieron con la mano a la boca, fue de


trescientos hombres; más todo el resto del pueblo se arrodilló para beber
agua”.

En el análisis que hacen al final de la página se lee: “Quienes se arrodillaban


para beber, significaba que se habían arrodillado al Báal. Por eso, aunque
estos hombres se habían arrepentido de cometer idolatría y retornado al
buen camino, el milagro de ganar la victoria sin ninguna baja, podía ocurrir
únicamente por intermedio de personas rectas que no hubieran pecado”.

En las ESCRITURAS DE ESTUDIO: EL TANAJ del traductor Diego Ascunce en


2003 directamente de las raíces hebreas dice en la página 192:

Versículo 6: “Trescientos lamieron, poniendo su mano hacia su boca; el


resto de los hombres se pusieron de rodillas para beber”.

En el análisis que se hace al pie de página se lee: “Los 300 hombres que
fueron satisfechos de sus sed en esta forma rápida de lamer el agua, por
esta suficiencia indicaron su RUAJ (Espíritu) y presteza para seguir a Gedeón
en esta peligrosa empresa, mientras que los otros mostraron su amor por la
cosa suave y falta de valor”.

En la versión castellana de EL TANAJ por León Dujovne editada en 1998 por


Ediciones Sigal de Buenos Aires en la página 411 dice:

5
Versículo 6: “Y el número de los que lamieron, llevando el agua con la mano
a la boca, fue de trescientos hombres; mas todo el resto del pueblo postróse
sobre las rodillas para beber agua”.

En la versión castellana de LA BIBLIA por Moisés Katznelson editada por El


Árbol de la Vida en Tel-Aviv en 1986 en la página 422 dice:

Versículo 6: “Y el número de los que lamieron llevando sus manos a la boca


fue de trescientos hombres, pero todo el resto de la gente se arrodillaron
para beber agua”.

En el ANTIGUO TESTAMENTO INTERLINEAL HEBREO-ESPAÑOL de la Editorial


Clie, publicado en 1992 y tomado de los originales de LA BIBLIA HEBRAICA
STUTTGARTENSIA, conocida como LA BIBLIA DE STUTTGART dice en la
página 144 del tomo II y leyendo de derecha a izquierda:

Versículo 6: “Y fue el número de los que lamieron con su mano a su boca


tres cientos de hombres y todo el resto del pueblo arrodilláronse sobre su
rodillas para beber agua”.

En LA SEPTUAGINTA, Biblia Griega de Guillermo Junemann B. publicada en


2007 dice:

Versículo 6: “Y fue el número de los que lamieron en su mano contra su


boca, trescientos varones y todo lo restante del pueblo inclináronse sobre
sus rodillas a beber agua”

LA SAGRADA BIBLIA de Editores Zamora Ltda., traducida directamente de


LA VULGATA LATINA al español en 1884 de Don Félix Torres Amat dice en la
página 219:

Versículo 6: “Fueron pues los que bebieron el agua llevándola a su boca con
la mano, trescientos hombres: Todo el resto de la tropa había doblado sus
rodillas, para beber más cómodamente”.

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LA BIBLIA DEL PEREGRINO de Luis Alfonso Schokel, publicada por Editorial
Verbo Divino en Enero de 1998 dice en la página 487:

Versículo 6: “Los que bebieron lengüeteando fueron trescientos, los demás


se arrodillaron para beber”.

Al analizar el verso manifiesta: “Si alguna relación hay entre el modo de


beber y la elección es que El Señor ha elegido a los que se tumbaron para
beber, a los que hicieron como perros; pero basta pensar en la relación
cuantitativa, El Señor ha escogido el grupo más pequeño, para revelar su
poder”.

LA BIBLIA CULTURAL aprobada por la Conferencia Episcopal Española y


editada por SM Editores en 1998 en su página 321 dice:

Versículo 6: “Los que bebieron el agua a lengüetadas sumaron trescientos.


El resto se arrodilló para beber”

LA BIBLIA DE ESTUDIO BÚSQUEDA de Editorial Vida revisión de 1960 dice en


la página 302:

Versículo 6: “Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la


mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló
sobre sus rodillas para beber las aguas”.

En el análisis de este texto nos informan: “La prueba de la forma de beber


no tuvo importancia especial, ni precedente histórico alguno. Sólo fue una
forma de reducir el tamaño del ejército. Es probable que aquéllos que
doblaron las rodillas, permanecieran menos apercibidos que los trescientos
que mantuvieron la cabeza en alto mientras tomaban el agua en las
manos”. (?)

LAS SAGRADAS ESCRITURAS VERSIÓN ANTIGUA traducidas de la versión


KING JAMES de 1611, editada por Editorial Colombia para Cristo en el 2.000
en su página 237 dice:

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Versículo 6: “Y fue el número de los que lamieron las aguas, llegándola con
la mano a la boca, trescientos varones de guerra; y todo el resto del pueblo
se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas”.

DIOS HABLA HOY versión popular con deuterocanónicos de las Sociedades


Bíblicas Unidas, publicada el 18 de enero de 1979 en la página 301 dice:

Versículo 6: “Los que bebieron agua llevándosela de las manos a la boca y


lamiéndola como perros fueron trescientos. Todos los demás se arrodillaron
para beber”.

EL COMENTARIO BÍBLICO MOODY del Antiguo Testamento redactado por


Charles F. Pfeiffer en 1962 de la Editorial Portavoz en la página 251 dice:
“Otra división tuvo lugar en las aguas, donde los hombres utilizaron dos
métodos para beber. Aquellos que se pusieron sobre sus rodillas fueron
despedidos, mientras que los que lamieron con sus lenguas como lame el
perro, fueron guardados en el ejército de Gedeón. Estos últimos parecen
haber tomado el agua en sus manos y estuvieron derechos mientras que
lamían el agua. Los hombres bebiendo así estarían preparados para un
ataque repentino”. (?)

El Libro JUECES Y RUTH de Arthur Lewis editado por Publicaciones Portavoz


Evangélico en 1979 acota en la página 48: “El señor puso objeciones al
tamaño del ejército de Gedeón. Iba a haber una última prueba en el
manantial de Harod, que estaba incómodamente cerca del campamento de
los madianitas. Recibió la instrucción de rechazar a cualquiera de los
soldados que “se doblare sobre sus rodillas para beber agua”. Esta posición
de rodillas tiene que haber puesto a los sedientos hombres con la cara
situada encima del agua, puesto que no la llevaron a la boca con las manos
para beberla”. “Es evidente que este pequeño grupo se llevó el agua a la
boca con las manos en tanto que mantenían una posición más erguida
sobre sus rodillas. Por lo tanto es mejor asumir que los 9.700 estaban
exhibiendo una indiferente falta de cuidado frente al enemigo cercano, en
tanto que los 300 estaban más alerta y listos para entrar en el conflicto”. (?)

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Para terminar quiero presentarles la posición de FLAVIO JOSEFO respecto a
este pasaje:

“Aquellos que lamían eran los más cobardes en el ejército, porque


estaban temerosos de beber de la manera acostumbrada en presencia
del enemigo. Dios mostró su gracia utilizando a los peores hombres del
ejército para derrotar a los madianitas”. (?)

MI OPINIÓN PERSONAL:

La frase QUE LAMIERE LAS AGUAS CON SU LENGUA COMO LAME EL PERRO
es la que ha suscitado más discusión, ya que sugiere el inclinar la cara hacia
el agua. Para hacerlo necesariamente debe agacharse, sostenerse con sus
manos apoyadas sobre la tierra e inclinar el torso para beber directamente
de las aguas de la fuente. Dios le dijo claramente a Gedeón que ESTA ERA
LA POSICIÓN, que había DISEÑADO para escoger a sus combatientes.

Ahora bien el MANUAL DE USOS y COSTUMBRES DE LOS TIEMPOS BÍBLICOS


de Ralph Gower de la Editorial Portavoz, publicado en 1999, en la página
323 dice:

“Al entrar en el área meridional de Galilea hay muchos lugares a visitar de


los tiempos de los jueces, de Saúl y de David. En Ein Harod es donde se
detuvo Gedeón antes de la batalla contra los madianitas. El agua está llena
de sanguijuelas.”

LOS PERROS, no temen a gérmenes, virus, estado putrefacto, mal oliente,


desabrido, parásitos o microbios. Siguen hacía adelante sin importar la
suciedad. Toman agua de cualquier pozo o sitio en donde se halle y tengan
sed. En aquel tiempo no había acueductos ni tratamiento para las aguas.

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FLAVIO JOSEFO dice que “para tomarlas había que hervirlas o tratarlas
artesanalmente en una especie de alambiques”.

EL PERRO JAMÁS DOBLA SUS RODILLAS PARA BEBER.

Lo hace directamente con su hocico inclinando su cabeza. Ya en tiempos de


Pablo, recomienda a Timoteo, su discípulo predilecto que “TOME VINO EN
VEZ DE AGUA” para evitar los parásitos que el agua tiene y que le deja
molestias estomacales. (1ª Timoteo 5: 23).

Cuando los animales bajan a los ríos a beber, necesariamente inclinan su


cuello para hacerlo y quedan expuestos al ataque de los depredadores que
los acechan como los cocodrilos y las fieras.

Por ello deben estar alertas para evitar un ataque desde las sombras o
amparados bajo las aguas. Pero sin importarles el estado de la misma o el
lodazal en donde se halle, beben el preciado líquido.

Esta fue la forma usada por Dios para escoger hombres duros, dispuestos a
soportar la fatiga, sin quejarse de sed ni de cansancio. Al tomar el agua
lamiéndola, recibieron menos que los que utilizaron otros medios. Hombres
presurosos y activos que pensaron, que no había que detenerse en beber
cómodamente, sino prestos a avanzar rápidamente contra el enemigo y que
preferían el servicio a Dios y a su nación que la comodidad del refrigerio.

Hombres animosos y valientes que no temieron inclinarse para beber, aún a


costa –probablemente- de exponerse a la vista del enemigo.

Hombres que no les importó la contaminación de las aguas, lo que reflejaba


el desprecio por su propia vida en aras de salvaguardar a todo un pueblo.

De esta manera tan extraña fue purgado el ejército de Gedeón y reducido


en lugar de ser ampliado.

El Libro de Lucas capítulo 17: 20-21:

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”Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta
de aquél, lleno de llagas y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la
mesa del rico; y aún los perros venían y le lamían las llagas”.

Concuerda con la postura adoptada por los 300 valientes:

¡Lamieron residuos contaminados sin ninguna prevención!

El Libro de Números capítulo 22: 1-4:

“….Y vio Balac todo lo que Israel había hecho al amorreo. Y tuvo gran temor
a causa del pueblo porque era mucho y se angustió a causa de los hijos de
Israel. Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente
todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo…”.

Este texto está indicando que el pueblo de Israel no tiene temor de nada ni
de nadie. La orden del Señor trae consigo protección contra todo.

En Antigüedades de los Judíos en la página 98, JOSEFO narra que:

“Los Moabitas habían envenenado, destruido y dejado alimañas en los


silos en donde guardaban el grano y las cosechas, con el ánimo de no
permitir que les sirvieran a los israelitas, pero también sabían, que no
importaba todo lo que se hubiera contaminado, Dios estaba con ellos y
nada les pasaría”.

PODIAN LAMER TODO LO QUE QUISIERAN y consumirlo sin problemas.

Ahora bien la postura que tomaron los 9.700 que quedaron descalificados
fue la de… ¡DOBLARSE SOBRE SUS RODILLAS!

En TRADICIONES Y COSTUMBRES JUDIAS de Erna C. Schlesinger y editado


por Editorial Israel en Buenos Aires en 1978 en la página 68 dice:

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“La costumbre de los pueblos antiguos era ofrecer a los viajeros que
llegasen a su puerta UN RECIPIENTE CON AGUA e invitarlos a calmar su
sed, doblándose sobre sus rodillas para sentarse y compartir el líquido. El
agua en las casas y en el campamento estaba reposada y tratada con
minerales. Consideraban un desprecio gravísimo o una falta de respeto si
los visitantes no tomaban una postura cómoda para compartir el agua.
De esta forma los ángeles enviados por el Señor fueron recibidos muchas
veces”.

En el Nuevo Testamento Jesús se sienta doblándose sobre sus rodillas igual


que sus discípulos en la última cena y durante los agasajos y convites a los
que asistía.

Recordemos que en aquella época las mesas eran bajas y debían sentarse
sobre sus rodillas. Era la forma habitual para tomar los líquidos y fue lo que
hicieron 9.700 de los israelitas.

Se sentaron sobre sus rodillas y tomaron agua sacándola con recipientes y


compartiéndola en conjunto. ERA LA COSTUMBRE y estaban ligados a ella.

APARENTE INCONGRUENCIA:

El versículo 5 es el más importante para dirimir esta situación:

“Entonces llevó el pueblo a las aguas y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera


que lamiere las aguas con su lengua COMO LAME EL PERRO, a aquél
pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se DOBLARE SOBRE SUS
RODILLAS para beber”.

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NO DIJO: “Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua llevándola con su
manos a la boca…”

LAMER, no significa ni se refiere a beber del agua sostenida en las manos en


forma de cuenco, pues si así fuera, NO SE LAMERÍA sino que beberían CON
PEQUEÑOS SORBOS. Por lo tanto ésta no fue la postura real que adoptaron
los trescientos valientes que fueron escogidos.

¡COMO LAME EL PERRO quiere decir sin ayuda de ninguna clase!

¡Además los perros no unen las manos para beber!

Ahora bien, las únicas Biblias que no hablan de “lamer llevando las manos a
la boca” son: LA ESCRITURA SANTA DE José Luis Hernández, LA BIBLIA DEL
PEREGRINO DE Luis Alfonso Schokel, LA BIBLIA CULTURAL que tampoco
hace alusión a esa parte y obviamente LA SANTA BIBLIA REINA VALERA
revisión de 1960. A pesar de todo, queda espacio para la discusión acerca
del significado de las dos posturas.

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“Habiendo llegado al arroyo, dixo Dios a Gedeón: pon a un lado los que
hayan tomado agua con la lengua, como acostumbran hacerlo los perros, o
hayan echado agua en su boca con precipitación sin sentarse, y sin poner
las rodillas en tierra; y coloca al otro lado a los que hayan puesto en tierra
las rodillas para beber más cómodamente”. (Página 169, del libro Historia
del Antiguo Testamento y de los judíos escrito por Agustín Calmet).

Independientemente de la posición que DIOS PLANIFICÓ para escoger a sus


300 guerreros, debemos interpretar la importancia de seleccionar a quienes
están dispuestos a romper con las reglas y tradiciones de los hombres, que
en muchos de los casos, interrumpen la perfecta voluntad Divina.

Una muestra más, de que desde el Antiguo Pacto, El Eterno especifica que
sus órdenes están por encima de las costumbres humanas, cuando éstas
van en contravía de un mejor camino para los pueblos.

9.700 hombres prefirieron, cumplir con el ritual de sentarse cómodamente


y departir en medio de la posibilidad de la inminente batalla. Para ellos era
más importante guardar una norma, que estar atentos a un ataque.

“Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los


hombres: Los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis
otras muchas cosas semejantes. Invalidáis el mandamiento de Dios para
guardar vuestra tradición”. (Marcos 7: 8-9).

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