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“El complicado héroe del monomito es un personaje de cualidades extraordinarias,

frecuentemente honrado por la sociedad a que pertenece, también con frecuencia es desconocido
o despreciado.” Con estas palabras expresadas por Joseph Campbell en su libro El héroe de las mil
caras podemos dar inicio al trabajo que se presentará a continuación sobre el libro Anillos para
una dama de Antonio Gala que se centrará en la figura del héroe trabajado por el autor.

Para comenzar, creo que es necesario aclarar que el desarrollo del héroe en cuestión (El Cid
Campeador) que Gala propondrá no será el mismo que el trabajado por el juglar en El poema. Lo
que el autor hará será una deconstrucción de la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, mostrando tanto
la parte heroica (trabajado por la memoria de los diferentes personajes, como por ejemplo el
padre Jerónimo, o –de cierta manera- también por el rey Alfonso), como la parte humana (tratado
por su esposa, Jimena). Si nos remitimos por unos instantes a la cita del inicio, podremos
comenzar a ver de qué forma la teoría de Campbell puede ser aplicada a la obra del autor a tratar:

Aquellas características extraordinarias, y esa honradez producto del pensamiento social acerca de
los que Campbell habla, pueden verse desde el momento en el que Jerónimo comienza a hablar al
iniciarse la obra: “Cuando él murió, lloró toda Europa (...) La cristiandad perdió su santo y seña.
Cuando, hoy hace dos años, Rodrigo Díaz de Vivar cerró los ojos, murió el más grande guerrero y el
más grande caudillo de que queda memoria. Nunca, desde Alejandro, hubo un hombre tan
grande.”. Pero esa caracterización va a ser posible a partir de otro de los temas que Campbell
trata: La muerte del héroe. Él dirá que si el hombre no muere, no hay reconstrucción del héroe.
Creo nuevamente necesario citar otras palabras de Jerónimo: “España, que por el dudará hasta el
fin de los tiempos, no lo olvidará nunca.”. Con esta idea, además, podemos hacer mención de otra
cuestión tratada a lo largo de toda la obra: La necesidad de que la figura del héroe se mantenga
estática para que España no se desmorone. El personaje de Alfonso, por lo tanto, intentará
conservar aquel ideal de excelencia humana que Susana Artal nos presenta en su libro “de guerras,
héroes y cantos”. Ella explicará que existen distintas formas de excelencia humana, que reflejan
estadios diferentes del desarrollo histórico y social de una comunidad y las cosmovisiones con
ellos vinculadas. Deteniéndonos por unos instantes en esta última idea, podemos ver como Gala
tomó los personajes del poema para darles otra representación. Centrándonos solamente en
Alfonso y el Cid, podemos ver una gran contraposición. Por un lado tenemos a la representación
del rey como un tirano, a quien lo único que le interesa es la conservación de la figura del
campeador a costa de la felicidad o “libertad” de su sobrina; en él, podemos vislumbrar la figura
del Franco, al impartir el régimen dictatorial en España. En Rodrigo, por otro lado, podemos
observar al modelo social del pueblo español.

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