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TEMA 3
Voltamperometría
Curso 2017-18
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 1
Instrumentación
La Figura es un esquema que muestra los componentes de un instrumento moderno que permite efectuar medidas
voltamperométricas de barrido lineal. La celda consta de tres electrodos sumergidos en una disolución que contiene el
analito y también un exceso de un electrólito no reactivo llamado electrólito soporte. Uno de los electrodos es el
microelectrodo, o electrodo de trabajo, cuyo potencial se varía linealmente con el tiempo. Sus dimensiones son de
tamaño reducido con el objeto de exaltar su tendencia a ser polarizado. El segundo electrodo es un electrodo de
referencia (normalmente uno de calomelanos saturado o de plata/cloruro de plata) cuyo potencial permanece
constante durante el experimento. El tercer electrodo es un electrodo auxiliar, que normalmente es una espiral de
alambre de platino o una piscina de mercurio, que sirve simplemente para conducir la electricidad desde la fuente de la
señal a través de la disolución al microelectrodo. La fuente de la señal es un generador de potencial de barrido lineal
que alimenta un circuito potenciostático similar al que se emplea en columbimetría a potencial controlado. La
resistencia eléctrica del circuito de control que contiene el electrodo de referencia es tan grande (> 1011 Ω) que
prácticamente no pasa corriente por él. Por tanto, la corriente de la fuente circula desde el electrodo auxiliar al
microelectrodo. Por otro lado, el circuito de control ajusta esta corriente de manera que el potencial entre el
microelectrodo y el electrodo de referencia sea idéntico al potencial de salida del generador de potencial de barrido
lineal. La intensidad de corriente resultante se convierte entonces en un potencial que se registra en función del tiempo,
y es directamente proporcional al potencial entre el par microelectrodo/referencia. Es importante resaltar que la
variable independiente en estas medidas es el potencial del microelectrodo frente al electrodo de referencia y no el
potencial entre el microelectrodo y el electrodo auxiliar. El electrodo de trabajo está a un potencial virtual común
durante el curso de la medida.
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Microelectrodos
Clasificación y características
Por su funcionamiento:
-Estáticos -Dinámicos
Limitaciones:
-Renovación de su superficie -Oxidación y reducción del agua
-Composición de la disolución y electrolito soporte
A menudo, son pequeños discos planos de un conductor montados a
presión en unas varillas de material inerte como Teflón o Kel-F que llevan
incorporado un alambre de contacto. Sobre este electrodo se puede
formar por electrodeposición una pelicula de mercurio renovable.
El intervalo de potenciales en el que estos electrodos pueden ser
utilizados en disoluciones acuosas varía y depende no sólo del material
del electrodo, sino también de la composición de la disolución en la que
está sumergido. Generalmente, las limitaciones de los potenciales
positivos están provocadas por las elevadas intensidades de corriente
que se desarrollan debido a la oxidación del agua para dar oxígeno
molecular. Los límites negativos son debidos a la reducción del agua
dando hidrógeno. Obsérvese que pueden tolerarse potenciales negativos
relativamente elevados con los electrodos de mercurio debido al elevado
sobrepotencial del hidrógeno en este metal.
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 7
En estas tablas y figuras se muestran los intervalos de trabajo para varios materiales que forman los electrodos y
diferentes electrolitos soporte
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 8
Voltamperogramas
La Figura ilustra la apariencia de un voltamperograma de barrido lineal típico para una
reducción de una especie del analito A para dar un producto P, en un microelectrodo de
película de mercurio. El microelectrodo está conectado al polo negativo de un generador
de barrido lineal por lo que los potenciales aplicados se dan con signo negativo. Por
convenio, las intensidades de corriente catódicas se tratan siempre como positivas,
mientras que las corrientes anódicas se dan con un signo negativo. En este experimento
hipotético, la disolución se supone que es aproximadamente 10-4 M en A, 0,0 M en P y 0,1
M en KC1, que sirve como electrólito soporte. El potencial estándar para la semirreacción
es -0,26 V. Los voltamperogramas de barrido lineal adquieren generalmente la forma de
una curva sigmoidea llamada onda voltamperométrica. La intensidad de corriente
constante que aparece después de la pendiente se llama corriente límite i, debido a que se
alcanza al ser limitada la velocidad a la cual el reactivo puede llegar a la superficie del
electrodo por un proceso de transporte de masa. Las corrientes límite son, generalmente,
directamente proporcionales a la concentración de reactante. Por tanto se puede escribir il
= kca
donde ca es la concentración del analito y k es una constante. La voltamperometría de
barrido lineal cuantitativa se basa en esta relación. El potencial al cual la intensidad de
corriente es igual a la mitad de la corriente límite se llama potencial de semionda y se
representa por el símbolo E½. Después de corregir el potencial de semionda con el
potencial del electrodo de referencia (0,242 V para un electrodo de calomelanos saturado)
queda muy relacionado con el potencial estándar de la semirreacción, pero normalmente
no es idéntico a esta constante. Los potenciales de semionda son a veces útiles para la
identificación de los componentes de una disolución. Con el objetivo de obtener
rápidamente corrientes límite reproducibles, es necesario que
(1) la disolución o el microelectrodo estén en movimiento continuo y reproducible, o
(2) que se utilice un electrodo de gotas, tal como el electrodo de gotas de mercurio.
La voltamperometría de barrido lineal en la cual la disolución o el electrodo se mantienen
en movimiento se llama voltamperometría hidrodinámica. La voltamperometría que
emplea un electrodo de gotas se llama polarografía.
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 11
Corrientes voltamperométricas
La intensidad de corriente en cualquier momento de la electrólisis que estábamos considerando está determinada
por la velocidad de transporte de A desde el límite exterior de la capa de difusión hasta la superficie del electrodo.
Debido a que el producto de la electrólisis P difunde desde la superficie hacia la disolución y finalmente se
distribuye por convección, se requiere una corriente continua para mantener las concentraciones superficiales
demandadas por la ecuación de Nernst. La convección, sin embargo, mantiene un suministro constante de A en el
borde externo de la capa de difusión. De este modo, se obtiene una intensidad de corriente constante que está
determinada por el potencial aplicado. Esta intensidad de corriente es una medida cuantitativa de la rapidez con
que A está siendo transportado a la superficie del electrodo y esta velocidad viene dada por ∂ca/∂x donde x es la
distancia en centímetros desde la superficie del electrodo. Para un electrodo plano, se puede demostrar que la
intensidad de corriente viene dada por la expresión
i = nFADA (∂ca/∂x ) (1)
donde i es la intensidad de corriente en amperios, n es el número de moles de electrones por mol de analito, F es el
faraday, A es el área superficial del electrodo en cm2 , DA es el coeficiente de difusión de A en cm2 s-1, y ca es la
concentración de A en mol cm-3 . Se puede aproximar que ∂ca/∂x es igual a (ca-ca0)/δ siendo ca0 la concentración en
la superficie del electrodo y δ el espesor de la capa de difusión. En estas condiciones, la Ecuación (1) se reduce a
i = nFADA(ca-ca0)/δ = ka(ca-ca0) (2) donde la constante ka es igual a nFADA/ δ.
La Ecuación (2) muestra que a medida que ca0 se hace más pequeña debido a la aplicación de un potencial más
negativo, la intensidad de corriente aumenta hasta que la concentración superficial se aproxima a cero, a partir de
este momento la intensidad de corriente es constante e independiente del potencial aplicado. Así, cuando ca0 →0,
la intensidad de corriente llega a ser la corriente límite il y la Ecuación (2) se reduce a il = kaca (3)
Esta deducción se basa en un modelo muy simplificado de la capa de difusión en el sentido de que la interfase entre
las capas móvil y estacionaria se visualiza como un límite brusco en donde el transporte por convección cesa y
empieza el transporte por difusión. No obstante, este modelo simplificado proporciona una aproximación razonable
de la relación entre la intensidad de corriente y las variables que afectan a esta intensidad.
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 12
Polarografía
La polarografía fue el primer tipo de voltamperometría descubierto y utilizado. Esta técnica fue descubierta y
desarrollada por Jaroslav Heyrovsky y por la cual fue premiado con el premio Nobel de Química el año 1959. Difiere de la
voltamperometría hidrodinámica en que se elimina la convección y se utiliza un electrodo de gotas de mercurio como
electrodo de trabajo. Una consecuencia de la primera diferencia es que las intensidades límites polarográficas están
controladas sólo por difusión en vez de por difusión y convección. Debido a que la convección está ausente, las corrientes
límite polarográficas son generalmente uno o más órdenes de magnitud menores que las corrientes límite
hidrodinámicas.
Polarografía de barrido lineal
Los primeros métodos polarográficos se basaban en medir la intensidad de corriente en función del potencial aplicado a
un electrodo de gotas de mercurio. En la mayor parte de los experimentos, el electrodo de gotas se unía al terminal
negativo de un fuente de corriente continua, y el potencial de esta fuente se aumentaba de manera lineal hasta que la
corriente crecía exponencialmente como consecuencia de la reducción del disolvente o del electrólito soporte.
La intensidad de corriente en una celda que contiene un electrodo de gotas experimenta fluctuaciones periódicas que
corresponden en frecuencia a la velocidad de goteo. Cuando una gota se desprende del capilar, la intensidad de corriente
cae a cero; entonces aumenta rápidamente cuando el área del electrodo crece debido a la mayor superficie hacia la que
la difusión puede tener lugar. La corriente promedio es la hipotética corriente constante, la cual en el tiempo de gota τ
produciría la misma cantidad de carga que produce la corriente fluctuante durante el mismo período.
Polarogramas
La Figura muestra dos polarogramas, uno corresponde a una disolución 1,0 M en ácido clorhídrico y 5 x 10-4 M en ion
cadmio (curva A), y el otro corresponde al ácido en ausencia de ion cadmio (curva B). La onda polarográfica en la curva A
proviene de la reacción Cd2+ + 2e- + Hg Cd(Hg) (12)
donde Cd(Hg) representa el cadmio elemental disuelto en mercurio, dando
una amalgama. El aumento brusco de la corriente a aproximadamente -1 V
en ambos polarogramas es debido a la reducción de los iones hidrógeno
dando hidrógeno. El examen del polarograma correspondiente al
electrólito soporte sólo revela que una intensidad de corriente pequeña,
llamada corriente residual, está presente en la celda incluso en ausencia de
iones cadmio. Las corrientes límite se observan cuando la magnitud de la
intensidad de corriente está limitada por la velocidad a la que el analito
puede llegar a la superficie del electrodo. En polarografía, sin embargo, el
único mecanismo de transporte de masa es la difusión y, por esta razón, las
corrientes límite polarográficas se llaman normalmente corrientes de
difusión y se representan con el símbolo id. Tal como se muestra en la
Figura, la corriente de difusión es la diferencia entre la corriente límite y la
residual.
La ecuación de Ilkovic
En la deducción de una ecuación para las corrientes de difusión polarográficas, es necesario tener en cuenta la velocidad de
crecimiento del electrodo esférico, que está relacionada con el tiempo de gota en segundos t, la velocidad de flujo de
mercurio a través del capilar m en mg/s y el coeficiente de difusión del analito D en cm2/s. Estas variables se tienen en cuenta
en la ecuación de Ilkovic: (id)máx = 706nD½m⅔t⅙C donde (id)máx es la corriente máxima en microamperios, y c es la
concentración del (analito, despolarizador, sustancia electroactiva) en milimoles por litro. Para obtener una expresión para la
corriente promedio en vez de la máxima, la constante en la ecuación anterior debe ser 607 en vez de 706. Esto es,
(id)avg = 607nD½m⅔t⅙C (13)
Obsérvese que tanto la corriente promedio como la máxima se pueden utilizar en polarografía cuantitativa. El producto m⅔t⅙
en la ecuación de Ilkovic, llamado constante del capilar, describe la influencia de las características del electrodo de gotas en
la corriente de difusión; tanto m como t se evalúan con facilidad experimentalmente y es por tanto posible comparar las
corrientes de difusión de diferentes capilares.
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Corrientes residuales
En polarografía y otros métodos voltamperométricos que están controlados por
la difusión del analito y para impedir su migración, se requiere el empleo de una
disolución que contenga una sal a concentración como mínimo 1000 veces mayor,
denominada electrolito soporte.
La Figura muestra una curva de corriente residual a sensibilidad elevada para
una disolución de HCl 0,1 M. Esta intensidad de corriente tiene dos componentes.
El primero corresponde a la reducción de trazas de impurezas que están siempre
presentes en la disolución del blanco e incluye la contribución de pequeñas
cantidades de oxígeno disuelto y de las impurezas presentes en el agua destilada
y en la sal utilizada como electrólito soporte. El segundo componente de la
corriente residual es la llamada corriente de carga o capacitiva que resulta del
flujo de electrones que carga las gotas de mercurio con respecto a la disolución;
esta corriente puede ser tanto negativa como positiva. A potenciales más
negativos que aproximadamente -0,4 V, el exceso de electrones de la fuente de
corriente continua proporcionan a la superficie de cada gota una carga negativa y
este exceso de electrones desaparece con la gota cuando ésta cae. Debido a que
cada nueva gota se carga cuando se forma, resulta una pequeña pero continua
intensidad de corriente. A potenciales menos negativos que aproximadamente -
0,4 V, el mercurio tiende a ser positivo con respecto a la disolución; de manera
que cuando se forma cada gota, los electrones son repelidos de la superficie
hacia el seno del mercurio produciendo una intensidad de corriente negativa. A
aproximadamente -0,4 V, la superficie del mercurio no está cargada y la corriente
de carga es cero. La corriente de carga es un tipo de corriente no faradaica en el
sentido de que la carga es transportada a través de la interfase
electrodo/disolución sin que le acompañe un proceso de oxidación/reducción.
Finalmente, la exactitud y sensibilidad del método polarográfico dependen de la
magnitud de la corriente residual no faradaica y de la exactitud con la que una
corrección de este efecto pueda determinarse.
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En polarografía diferencial de impulsos, para una reacción electródica reversible, la altura de pico (intensidad de pico ip)
viene dada por la expresión:
donde
Siendo tm el tiempo transcurrido entre la aplicación del impulso y el comienzo de la medida de la corriente y ΔE el impulso
aplicado. El potencial de pico viene dado por la expresión:
EP = E½ - ΔE/2
y la anchura media del pico polarográfico está relacionado con la estequiometría según: W½ = 3.52RT/nF
Los sistemas irreversibles`presentan ondas deformadas con desplazamientos del potencial de pico, menor sensibilidad y
picos mas anchos que los dados por las ecuaciones anteriores.
Una ventaja de los polarogramas tipo derivada es que se pueden observar máximos de picos individuales para sustancias
que tienen potenciales de semionda que difieren en tan sólo 0,04 o 0,05 V; en cambio, la polarografía clásica o la normal
de impulsos requieren una diferencia de potenciales de aproximadamente 0,2 V para la resolución de las ondas. Sin
embargo, lo más importante es que la polarografía diferencial de impulsos aumenta la sensibilidad del método
poIarográfico.
Este aumento se ilustra en la Figura. Obsérvese que
un poIarograma clásico para una disolución que
contiene 180 ppm del antibiótico tetraciclina da dos
ondas apenas discernibles y, por el contrario, la
polarografía diferencial de impulsos proporciona
picos bien definidos a un nivel de concentración que
es 500 veces menor que el de la onda clásica, es decir
0,36 ppm. Obsérvese también que la escala de
intensidad para Δi está en nanoamperios.
Generalmente, los límites de detección con
polarografía diferencial de impulsos son dos o tres
órdenes de magnitud más bajos que los de la
polarografía clásica y se encuentran en el intervalo de
10-7 a 10-8 M.
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Aplicaciones de la polarografía
Los métodos de impulsos han sustituido casi completamente al método
clásico debido a su mayor sensibilidad, adecuación y selectividad.
Generalmente las aplicaciones cuantitativas se basan en la obtención de
curvas de calibrado en las que se representan las alturas de los picos en
función de la concentración del analito. En algunos casos se utiliza el
método de adición estándar en vez de las curvas de calibrado. Es
esencial que la composición de los patrones sea lo más parecida posible
a la composición de la muestra, tanto en las concentraciones de
electrólitos como en el pH; en estos casos, se pueden obtener a
menudo precisiones y exactitudes relativas en el intervalo del 1 al 3 por
100.
Aplicaciones inorgánicas
La mayoría de los cationes metálicos, por ejemplo, se reducen en el
electrodo de gotas de mercurio. Incluso los metales alcalinos y alcalino
térreos se reducen, a condición de que el electrólito soporte no
reaccione a los elevados potenciales requeridos; en este caso se
emplean haluros de tetraalquilamonio como electrólito debido a sus
elevados potenciales de reducción. La determinación polarográfica de El método polarográfico es también
cationes depende del electrólito soporte que se utiliza, y para ayudar a aplicable al análisis de aniones
la selección, se utilizan recopilaciones de datos de potenciales de inorgánicos tales como el bromato,
semionda. La elección adecuada del anión exalta a menudo la iodato, dicromato, vanadato, selenito y
selectividad del método ya que las formas complejas con diferentes nitrito. En general los polarogramas de
ligandos presentan potenciales de semionda diferentes, por ejemplo, estas sustancias están afectados por el pH
con cloruro de potasio como electrolito soporte, las ondas del hierro(III) de la disolución, ya que el ion hidrógeno
y del cobre(II) interfieren entre sí; en un medio de fluoruros, sin participa en su reducción. Como
embargo, el potencial de semionda del primero se desplaza unos -0,5 V, consecuencia, es necesario utilizar un
mientras que el último se altera sólo unas centésimas de voltio. Otros tampón que fije el pH para obtener
ejemplos se muestran en la Figura. resultados reproducibles.
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1. El grupo carbonilo, que incluye aldehídos, cetonas y quinonas, da lugar a ondas polarográficas. En
general, los aldehidos se reducen a potenciales menores que las cetonas; la conjugación de los enlaces
dobles carbonílicos también aparece a potenciales de semi onda más bajos.
2. Ciertos ácidos carboxílicos se reducen polarográficamente, aunque los ácidos monocarboxílicos sencillos
alifáticos y aromáticos no lo hacen. Los ácidos dicarboxílicos como el ácido fumárico, el maleico o el ftálico,
en los que los grupos carboxílicos están conjugados entre sí, dan polarogramas caracteristicos; lo mismo
pasa con ciertos cetoácidos y aldoácidos.
4. Los grupos nitro, nitroso, óxido de amina y azo se reducen normalmente en el electrodo de gotas.
5. La mayoría de los grupos orgánicos halogenados dan lugar a una onda polarográfica, que resulta de la
sustitución del grupo halogenado por un átomo de hidrógeno.
6. El doble enlace carbono/carbono se reduce cuando está conjugado con otro doble enlace, un anillo
aromático o un grupo insaturado.
7. Las hidroquinonas y los mercaptanos dan lugar a ondas anódicas. Además, un cierto número de grupos
orgánicos dan lugar a ondas catalíticas de hidrógeno que se pueden utilizar para el análisis. Entre éstos se
incluyen aminas, mercaptanos, ácidos y compuestos heterocíclicos con nitrógeno.
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Métodos de redisolución
Los métodos de redisolución engloban una variedad de
procedimientos electroquímicos que tienen una etapa inicial
característica común. En todos estos procedimientos, primero se
deposita el analito sobre un microelectrodo por electrólisis a
potencial controlado, normalmente desde una disolución agitada.
Después de un tiempo perfectamente medido, se para la electrólisis
y la agitación, y el analito depositado se determina por uno de los
procedimientos voltamperométricos que se han descrito en la
sección previa. Durante esta segunda etapa del análisis, el analito
depositado en el microelectrodo se redisuelve; lo que da nombre a
estos métodos. En los métodos de redisolución anódica, el
microelectrodo se comporta como un cátodo durante la etapa de
deposición y como un ánodo durante la etapa de redisolución en la
que el analito se reoxida volviendo a su estado original. En un
método de redisolución catódica, el microelectrodo se comporta
como un ánodo durante la etapa de deposición y como un cátodo
durante la redisolución. La etapa de deposición equivale a una
preconcentración electroquímica del analito; esto es, la
concentración del analito en la superficie del microelectrodo es
mucho mayor que en el seno de la disolución. Como resultado de la
etapa de preconcentración, los métodos de redisolución presentan
los límites de detección más bajos de todos los procedimientos
voltamperométricos. Por ejemplo, la redisolución anódica con
polarografía de impulsos puede alcanzar límites de detección del
orden de nM para especies medioambientales de importancia, tales
como Pb2+, Cd2+ y Tl+.
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Etapa de electrodeposición
Normalmente, durante la etapa de electrodeposición sólo se deposita una fracción del analito; por ello, los
resultados cuantitativos dependen no sólo del control del potencial del electrodo sino también de factores tales
como el tamaño del electrodo la duración de la deposición y de la velocidad de agitación tanto de las
disoluciones de la muestra como de las de los patrones utilizados en el calibrado. Los microelectrodos que se
utilizan en los métodos de redisolución se elaboran a partir de diversos materiales entre los que se encuentran
el mercurio, el oro, la plata, el platino y el carbón en diversas formas. El electrodo más popular es el electrodo
de gota colgante de mercurio (HMDE), pero también son muy utilizados los electrodos planos de grafito o
carbón vitrificado recubiertos de una película de mercurio depositado por electrólisis simultanea a los analitos.
Para llevar a cabo la determinación de un ión metálico por redisolución anódica, se forma una nueva gota de
mercurio, se inicia la agitación y se aplica un potencial que es unas décimas de voltio más negativo que el
potencial de semionda del ión de interés. La deposición tiene lugar durante un período de tiempo
cuidadosamente medido que puede oscilar entre un minuto o algo menos para disoluciones de 10-7 M Y 30 min
o algo más para disoluciones de 10-9 M. Hay que resaltar que estos tiempos rara vez dan lugar a una eliminación
completa del ion, mas bien en la gran mayoría de ocasiones el porcentaje del total de analito depositado es tan
bajo que la misma disolución puede servir para hacer varias réplicas e incluso realizar sobre la misma varias
adiciones de analito y hacer un ciclo completo después de cada adición.
El período de electrólisis se determina en función de la sensibilidad del método utilizado posteriormente para
la realización del análisis, existiendo una relación lineal entre tiempo y señal obtenida con cortos periodos de
deposición (varios minutos).
Finalizado el periodo de deposición se deja transcurrir un corto periodo, de 15 a 30 segundos, para que se
produzca una distribución mas uniforme de los elementos depositados en el electrodo y al mismo tiempo deje
de estar agitada la disolución y alcance el reposo
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Etapa de redisolución
El analito acumulado en el electrodo de gota colgante puede determinarse por
cualquiera de los distintos procedimientos voltamperométricos. Por ejemplo, con un
procedimiento de barrido anódico lineal o con una técnica de impulsos.
Una vez finalizada la deposición y transcurrido el tiempo de reposo, el potencial se
disminuye entonces a una velocidad lineal fija desde su valor catódico inicial y la
intensidad de corriente anódica resultante se registra en función del potencial aplicado.
Los análisis de este tipo se basan, generalmente, en el calibrado con disoluciones patrón
de los cationes de interés. Con razonables precauciones, se pueden obtener precisiones
relativas de alrededor de un 2 por 100. La mayor parte de los procedimientos
voltamperométricos descritos anteriormente se pueden aplicar en la etapa de
redisolución aunque de todos ellos el más utilizado es el método diferencial de impulsos
anódico. Por este procedimiento se obtienen, a menudo, picos más estrechos, que son
especialmente convenientes cuando se han de analizar mezclas. Otro método para
obtener picos estrechos es utilizar un electrodo de película de mercurio. En este caso,
una fina película de mercurio se deposita sobre un microelectrodo inerte tal como
carbono vitrificado. Normalmente, la deposición del mercurio se lleva a cabo
simultáneamente con la deposición del analito. Debido a que la longitud promedio de la
trayectoria de difusión desde la película a la interfase con la disolución es mucho más
corta que en un electrodo de gotas, se acelera la salida del analito; como consecuencia,
los picos voltamperométricos son más estrechos y más altos, lo que proporciona mayor
sensibilidad y mejor resolución de mezclas. Por otra parte, el electrodo de gota
suspendida de mercurio parece dar resultados más reproducibles, especialmente a
concentraciones elevadas de analito. La Figura muestra el polarograma de redisolución
anódica diferencial de impulsos de una mezcla de cationes que se encuentran a una
concentración de 25 ppb mostrando una buena resolución y una sensibilidad adecuada
para muchas aplicaciones. También se han desarrollado métodos de redisolución
catódica para los haluros. En este caso, los iones haluro se depositan primero como
sales de mercurio sobre un ánodo de mercurio. La redisolución se lleva a cabo a
continuación mediante un barrido catódico.
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 30
Valoraciones amperométricas
La voltamperometría se puede utilizar para estimar el punto de equivalencia de valoraciones, siempre que al
menos uno de los participantes o de los productos de la reacción considerada se oxide o reduzca en el
microelectrodo. En este caso, se mide la intensidad de corriente a un potencial fijado de la región de
corriente límite en función del volumen de reactivo (o del tiempo si el reactivo se genera por un proceso
culombimétrico a intensidad constante). Las representaciones de los datos a ambos lados del punto de
equivalencia son líneas rectas con diferentes pendientes; el punto final se establece por extrapolación hasta
su intersección.
Las curvas de las valoraciones amperométricas tienen normalmente las formas que se muestran en la Figura. La
Figura a representa una valoración en la que el analito reacciona en el electrodo mientras que el reactivo no lo
hace. La Figura b es típica de una valoración en la que el reactivo reacciona en el microelectrodo y el analito no.
La Figura c corresponde a una valoración en la que ambos, el analito y el reactivo valorante reaccionan en el
microelectrodo.
TEMA 3. VOLTAMPEROMETRÍA 32
Se utilizan dos tipos de sistemas electródicos amperométricos. Uno emplea un único microelectrodo
polarizable acoplado a uno de referencia; el otro utiliza un par de microelectrodos de estado sólido idénticos
sumergidos en una disolución agitada, denominándose biamperometría. En el primero, el microelectrodo es a
menudo un electrodo rotatorio de platino construido sellando un alambre de platino en el interior de un tubo de
vidrio que está conectado a un motor que agita la disolución. Se puede utilizar también un electrodo de gotas de
mercurio si la disolución no está agitada. Con una notable excepción, las valoraciones amperométricas con un
electrodo indicador se emplean sobre todo en los casos en los que el producto es un precipitado o un complejo
estable. Los reactivos precipitantes utilizados incluyen el nitrato de plata para los iones haluro, el nitrato de
plomo para el ion sulfato y diversos reactivos orgánicos, tales como la 8-hidroxiquinoleína, la dimetilglioxima
y el cupferrón como agentes precipitantes o EDTA para complejos solubles, para varios iones metálicos que son
reducibles en los microelectrodos. Tambien en valoraciones de compuestos orgánicos tales como ciertos fenoles,
aminas aromáticas, olefinas, hidrazina; y arsénico(lII) y antimonio(I1I) con bromo. El bromo se genera a
menudo culombimétricamente y la valoración se lleva a cabo con un electrodo de platino rotatorio o con un par
de microelectrodos idénticos de platino. No se observa intensidad de corriente antes del punto de equivalencia;
pero después del punto de equivalencia químico, tiene lugar un rápido aumento de la intensidad de
corriente debido a la reducción electroquímica del exceso de bromo.
La utilización de un par de microelectrodos metálicos idénticos para establecer el punto de equivalencia en
las valoraciones amperométricas ofrece la ventaja de la sencillez del equipo y evita el tener que preparar y
mantener un electrodo de referencia. Este tipo de sistemas se ha incorporado a los equipos diseñados para las
determinaciones automáticas de rutina de una sola especie, empleando normalmente un reactivo generado
culombimétricamente. Un ejemplo de este tipo de sistemas es un instrumento para la determinación
automática de cloruro, el reactivo es el ion plata generado culombimétricamente a partir de un ánodo de plata. El
sistema indicador consta de un par de microelectrodos de plata iguales entre los que se im- pone una diferencia de
potencial de unos 0,1 V. En la valoración del ión cloruro cerca del punto de equivalencia prácticamente no
hay corriente, ya que en la disolución no hay especies fácilmente reducibles. En consecuencia, la transferencia de
electrones al cátodo es imposible y el electrodo está completamente polarizado. Pasado el punto de
equivalencia, el cátodo se despolariza debido a la presencia de una cantidad significativa de iones plata, que
pueden reaccionar para dar plata.
Los tiempos de valoración típicos son de 20 s.