Vous êtes sur la page 1sur 2635

Libro primero.-Cap.

~J_ _ _ _ ~ __________ ___ ~ _____ ~~ 21

Cnest. 4. De qué manera adquiere el hombre experiencia por medio de la


memoria y, en cambio, arte y ciencia por medio de la experiencia, y qué diferencia
ha de establecerse entre ellas. (Ibid.) La sentencia de Polo que cita Aristóteles aquí,
a saber: la experiencia produjo el arte, la inexperiencia el azar, consta así en el
Gorgias de Platón: Muchas son las artes que poseen los hombres adquiridas
hábilmente por destreza. Pues la destreza dirige nuestros pasos con arte, mz'en-
tras que la impericia nos hace vagar fortuita e inconsideradamente. Esta sentencia,
tanto por el significado de las palabras, como por el sentido, parece bastante dis-
tinta; mas las expresiones de Aristóteles aclaran que las palabras pericia e impe-
INDICE DETALLADO DE LA METAFISICA ricia no han de tomarse en Platón con la amplitud que su significación tiene en
DE ARISTOTELES absoluto, pues la pericia no se afirma sólo de la experiencia, sino también del arte;
por lo tanto, no pudo decirse en rigor que la pericia engendrase el arte, a no ser
En él se expone el orden y disposición de sus libros y capítulos, se hace un bre- por razón de la experiencia'. En cambio, la segunda parte de la sentencia parece
que tiene un se'ntido más exacto en Platón, pues la inexperiencia más que causar
ve resumen de todos, se esbozan todas la's cuestiones que en ellos suelen o pueden
d¡."scutirse, con los pasajes de la presente obra en que se estudian. Y si algunas de el azar, deja al hombre a merced de lo casual e imprevisto.
Cuest. 5. ¿Es la experiencia absolutamente necesaria para conocer los princi-
meno". volumen, referentes a la interpretación del texto, han sido pasadas par alto
en la misma obra, son bí'evemente expuestas en este índice de acuerdo con la difi- pios de las ciencias? Ibid.
cultad y utilidad de cada una. Sobre la subsistencia
Cuesto 6. ¿En qué sentido ha afirmado Aristóteles que todas las acciones tie-
LIBRO PRIMERO DE LA METAFISICA nen por objeto los singulares? Disp. XXXIV, seco 9.
Este es un libro introductorio en su totalidad y está dividido en dos partes. La A propósito del texto de Aristóteles hay que advertir aquí que él afirma que el
primera comprende la introducción propiamente, en la que se pone de manifiesto el °
médico cura de suyo a Sócrates, sea a un hombre concreto, y per acoidens al
hombre, aduciendo como razón el que a Sócrates acontece ser hombre. Ambas
contenido y excelencia de esta disciplina: inicialmente -en términos generales-
cosas no carecen de dificultad, porque Pedro no es hombre per accidens, sino per se.
en el primer capítulo, con más detenimiento después en el segundo. En la parte
y si el "acontecer" no significa allí convenir accidentalmente, sino pertenecer esen-
siguiente -en los siete capítulos restantes- son expuestas y refutadas por Aristó-
teles las opiniones de los antiguos filósofos acerca de los elementos constitutivos cialmente, según explica Santo Tomás, no es legítima la ·conclusión de Aristóteles
de que el hombre es curado per accidens. Ni tampoco parece satisfactoria otra ex-
de las cosas.
plicación que proponen el mismo Santo Tomás y el Halense, a saber: que aunq~e a
CAP. 1 INTRODUCTORIO Pedro en absoluto no le sea accidental ser hombre, sí 10 es respecto de Pedro en
Cuestión 1. ¿Cuál es el auténtico sentido del axioma de Aristóteles: todo cuanto sanado. Mas esto parece falso, pues para que Pedro pueda ser sanado, es
hombre tiende por naturaleza al saber? Disp. I, seco 6.
Cuesto 2. ¿Es la vista más útil para la ciencia que los otros sentidos, y es por Q. 4. Quallter horno per mernoiiam ex- Q. 5. An experientia sÍ! absolute neees-
esto preferida a ellos? Ibid. perientíam, per experientiarn vera artem et sarla ad sdenüarum principia cognoseenda.
scientiarn acquirat, et quae sit ínter haee IbId.
Cuesto 3. ¿Qué animales poseen sólo sentidos, cuáles a su vez memoria, y constituenda differentia. Ibid. Sententia ve- De subsistentia.- Q. 6. Quo sensu ruc-
r:.:uáles poseen también experiencia y prudencia, y de qué manera? Ibid. ro Poli, quam Aristoteles hic affert, scilíeet: tum sit ab Aristotele actiones omnes circa
Expe'rientia genuit artem, inexperientia for- sin~larja versari, Disp. XXXIV, sect. 9.
doctrinae aperitur: prius generalius in pri- tunam, apud Platonem in Gorgia sic habet: Ríe tarnen cirea textum Aristotelis obser-
INDEX LOCUPLETISSIMUS IN Multae quidem artes insunt hominibu1s ex vare oportet eurn asserere medicurn per se
mo eapite, deinde specialius in secundo. In
METAPHYSICAM ARISTOTELIS posteriori parte per septem alia capita anti- p,erjcia pe~·ite adinventae. Pet'itia enim ef- curare Socratem, seu singularem hominem
in qua ardo et ratio librorum ac capitum quorum philosophorum opiniones de prin- ftctt ut V/a nostra per artem incedat, im- per accidem vero hominern; rationem insi~
eius aperitur, omniumque brems summa cipiis rerum referuntur ab Aristote1e, et pericia vera ut per fartunam temere cú'- nuat, quia aceidit Socrati ut horno sito
proponitur, et quaestiones omnes, qua'e in confutantur, cutrllVagetu1'. Quae sententia et verboru...ll Utrumque vera habet diffieultatem, quia
eis moveri solent aut possunt, designantu1', significatione et sensu videtur satis diversa Petrus non per accidens, sed per se est
cttm locis in quibus in- sequenti opere CAPUT PRIMUM PROOEMIALE verba tarnen Aristotelis explicant nomina pe~ horno. Quod si aecidere ibi non significet
disseruntur. Quod si quae brev-iores, cd tex- ritiae et imperitiae apud Platonem non taro ex accidente convenire, sed absolute inessc)
Quaest. 1. Quis sit verus sensus illius l~te sumenda esse quarn in absoluta signifiea-
tus intelligentiam pertinentes, in ipso opere axiomatis Aristote1is: Omnis horno natura- ut D. Thomas exponit, non recte infert
omissae sunt, in hoc indice pro cuiusque bone prae se ferunt; peritia enim non so-
liter scire desiderat. Disp. 1, sect. 6. ~um de experientia, sed etiam de arte dici-
Aristoteles horninem per aecidens curari,
1'ei difHcultate et utilitare brevitcl' expe- Q. 2. An visus utUior caeteris sit ad Neque etiam satisfacere videtur expositio
diuntul', tur, et ideo non proprie dici potuit peritiam
scientiam, et ob earn causam prae illis di- generare artem, nisi ratione experientiae. Se- alía, quarn idem D. Thomas et Alensis affe-
ligatur. Ibid . cunda vero pars illius sententiae melius vi- runt, nimirum, quod, licet Petra absolute
. LIBER PRIMUS METAPHYSICAE Q, 3. Quae animalia bruta solurn sen- detur apud Platonero explicari; inexperien- non accidat esse hominem, Petro tarnen ut
Totus hie liber pracemialis est, et in duas sum, quae veto rnemoriam, quaenarn etiam tia ením non tarn generat fort·unam, quam curato accidit, id enim non videtur verum,
partes dividitur. Prior proprie proremium experientiam vel prudeJ.1tiam participent, et fortunae et casui horoinern exponit. quia, ut Petrus curari possit, necesse est
continct, in quo materia et dignitas huius quomodo. Ibid.
[ndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro primero.-Cap. 1I 23
22 --- -_._-_.
necesario que sea hombre. Por consiguiente, la curación del méd.ico no tiene com.o C ues t.8. Si la ciencia metafísica es por sí misma la ciencia más deseable por
-objeto per accidens al hombre, ya que, de acuerdo con su esenCla, no puede reali- el hombre. Disp. 1, seco 6, en toda ella.
zarse en otra naturaleza, al igual que la visión no tiene al color como obj~to per
accz"dens, aunque necesariamente deha concretarse siempre en un color partIcular; CAP. II DE LA INTRODUCCIÓN
porque como el color es el objeto de la vista, así ---,.a su manera- el cuerpo huma- Qué es la sabiduría y en cuántos sentidos se usa esta palabra. Disp. l,
Cuesto 1.
no es el objeto de la medicina. La respuesta es que Aristóteles no habla de la cura-
ción en absoluto y en abstractO' ---que sería atender más a ~u conceptO' q,?e a su
_5. . ..
. Cuesto 2. Cómo la sabiduría contempla todas las cosas, sus causas y prmclplos.
ejercicio-, SIDO que habla del acto de curar tal como se vermca en la realtdad; y
Disp. l, seco 2, en toda; seco 4 y 5. , .,. . l
de éste dice que tiene como objeto pe'r accidens al hombre, no porque esto le sea Cuest. 3. Si las cosas más universales son las mas diflciles de conocer. DISp. ,
accidental en absoluto, sinO' porque esencial, primaria y cuasi adecuadamente no se
ejerce en el hombre en cuanto tal, sino en cuanto singularizado en este hombre con- seCo 5. 1 d á .. ·al
Cuest. 4. Si la metafísica aventaja en certeza a as em s ClenClas, especl men-
creto, de cuya particular complexión y temperamento depende preferentemente la te a las matemáticas. Ibid. . . .
curación. De donde se deduce que aquel per accidens parece ser igual al por otro Cuesto 5. Si la metafísica o sabiduría es más cierta que el hábIto de los prmcI-
distinto, por 10 lnenos, racionalmente; o es igual al per partem, a la m~e­
pios. Ibid. . d
ra que el singular es parte subjetiva del todo específico; en efecto, en este sentIdo Cuesto 6. Si la metafísica hace sus demostraciones estrictamente por to as
se puede decir que en cierto modo cambia el todo por razón de la parte. De acuerdo las causas. lbid.
con esto encaja perfectamente la explicación de la segunda proposición: que a Só- Cuesto 7. Si la metafísica es más apta para la enseñanza que las demás
crates le adviene accidentalmente ser hombre, es decir, le conviene en cuanto parte ciencias. Ibid.
contenida subjetivamente bajo "hombre". También se puede decir que le adviene Cuesto 8. Si es la metafísica una ciencia especulativa, en la cual se investi-
del mismo modo que la diferencia inferior le adviene al género, esto es, como ajena ga por amor al conocimiento de la verdad. Disp. 1, seco 4, al principio; y la
a su concepto, ya que las características propias del individuo caen de la misma ,eco 5 desde el principio. . .
manera fuera del concepto de la especie, lo que constituye motivo suficiente para Cuesto 9. Si la metafísica dirige de hecho y cómo a las demás CIenCIaS. Ibid.
que se pueda decir que el hombre es sanado per accidens, es decir, por algo dis- Cuesto 10. Si todas las ciencias se subordinan a la metafísica. Disp. 1, seco 5.
tinto. Aunque, desde este punto de vista, estaría mejor dicho que Sócrates adviene Cuesto 11. Si la metafísica es ciencia y sabiduría al mismo tiempo. Ibid.,
a hombre, que no al contrario; pero, en realidad, se expresa el mismo concepto, y en toda.
todo conduce a lo mismo: que la acción depende sobre todo de las características Cuesto 12. Cuán útil sea la metafísica para las otras ciencias. Seco 4.
del individuo, que pertenecen más al campo de la experiencia que al del arte, y Cuesto 13. Si demuestra la metafísica los objetos· de las otras ciencias y
que, consecuentemente, el arte sin experiencia está abocada a error y azares, según cómo. Ibid.
antes se dijo. Cuesto 14. Qué relación guarda la metafísica con las otras ciencias en el
Cuesto 7. ¿Se apetece por causa del conocimiento de la verdad sólo la ciencia plano doctrinal. lbid.
especulativa o también la práctica? Disp. 1, seco 6. Cuesto 15. Cómo demuestra la metafísica los primeros principios. Disp. 1,
sec.4.
quod sit hamo; non ergo medid curatio qu?dam mo?o per aecidens dieitur moveri
per aecidens eirea hominem exereetur, cum ratIOne partls. Et iuxta hace optime qua- Q. 8. Utrum scientia metaphysicae sit Q. 7. An roetaphysica caeteris scienúis
ex propria ratione sua non possit cirea aliaro drat expositio alterius proposirlonis, seilicet, propter se maxime appetibilis ab homine. aptior sit ad docendum. Ibid.
naturam fieri, sieut visio non fit per aeci- aecidere Soerati quod horno sh, id est, con- Disp. 1, seet. 6, per totam. Q. 8. An metaphysica sit scientia speeu-
dens cirea eolorem, etiamsi semper neees- venire ei tamquam parti subiective eonten- lativa, qua veritatis cognoseendae causa in-
sarloque exereeri debeat in singulad cirea tae sub hominc. Vel eerte dici potest aecÍ- CAPUT II PROOEM.II 1 quiritur. Disp. 1, sect. 4, princ.; et sect. S,
partieularem eolorem; nam, sieut color est dere eo modo quo inferior differentia aeei- Quaest. 1. Quidnam sapientia sit, et quot a principio.
obiectum visus, ita suo modo corpus hu- dit generi, id est, extra rationem eius; sic modis hace vox usurpetur. Disp. 1, sect. S. Q. 9. An et quomodo sapientia seu
manum est obieetum medicinae. Respon- enim propriae conditiones individui sunt ex- Q. 2. Quomodo sapientia res omnes roetaphysica imperet aliis scientiís. Ibid.
cletur Aristotelem non loqui de curatione tra rationem speciei, quod satis est ut horno earumque causas et principia contempletur. Q. 10. An orones scientiae subalternen-
absolute et abstraete, quo modo potius con- per aecidens, id est, per aliud, sanad dica- Disp. 1, seet. 2, per totam; et sect. 4 et tur metaphysicae. Disp. 1, seet. S.
cipitur quam exereeatUI, sed loqui de hae tur. Quamquam in hoc sensu potius dieen- sect. S. Q. 11. An metaphysica simu! sit scien-
aetione eurandi prout in re exereetur; et dum esset Socratem aecidere homini, quam Q. 3. An universalissima sint nobis co- tia et sapientia. Ibid., per totaro.
~hanc ait per aceidens versari cirea_ hominem, e converso; tamen in re idem significatUIll griltu difficillima. Disp. I, seet. S. Q. 12. Quam sit metaphysica ad alias
non quia onmino hoe ei aeciclat, sed quia est, et eodero omnia tendunt, nimirum, ut Q. 4. An metaphysica scientias alias scienrlas utilis, sect. 4.
-non per se primo et quasi adaequate verse- intelligatur aetionem maxima ex parte pen- praesertim mathematicas, certitudine supe- Q. 13. An et quomodo metaphysiea de-
tUI cirea hominem, ut sic, sed ut contrac- dere a conditionibus individui, quae magis reto Ibid. monstret obiecta aliarum scientiarum. Ibid.
tum ad hune singularem hominem ex euius sub experientiam quam sub artem cadunt, Q. S. An metaphysica seu sapientia cer- Q. 14. Quomodo roetaphysica ad alias
·propria eomplexione et affeetione maxime et ideo artero sine experientia expositam tior sit quarn habitus principiorum. Ibid.· scientias coroparetur ordine doctrinae. Ibid.
pendet curatio. Unde illud per accidens, esse errod et fortunae, ut superius dictum Q. 6. An roetaphysica per orones causas Q. IS. Quomodo metaphysica prima
idem esse videtur quod pe¡' aliud, saltem esto proprie deroonstret. Ibid. principia deroonstret. Disp. 1, sect. 4.
ratione distinctum; vel est idero quod per Q. 7. An sola seientia speculativa ve!
partem, eo modo qua singulare est pars etiam practica propter veritatis cognitionem
appetatur. Disp. 1, seet. 6. t Exponitur fere totum hoc caput disp. 1, seet. 2 et S.
·subiectiva speeifie¡ totius: sic enim totum
24 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro prime1'O.-Cap. 1I 25
--------------------------------

Cuest. 16. Qué es el hábito de los principios. Ibid. sobre; nosottOS en nada nos atañe. Lo c~al ser~ objeto también de un consejo
Cuesto 17. Si es la metafísica o la dialéctica la que enseña los procedimien- del Sabio: No intentes lo que e's supe,.,or a Iz.
tos de aprendizaje, y qué es lo que corresponde a cada una en este trabajo. Disp. 1, Con razón, pues, censura el Filó~~fo est~ sentido. de dicha a~rmacíón; y. me-
seco 4. jor aún, según explica A. de Afr~dIs12, entIende, e mterpreta dicha sentenCIa de
Cuesto 18. Si la admiración se origina de la ignorancia. Suele, en efecto, tal manera que a sólo Dios se atl'lbuya la poseslOll perfecta y exacta de e~ta sa-
aceptarse tal axioma por esta razón: porque dice Aristóteles que los hombres bidurfa. La consecuencia no es que el hombre no deba entregarse al cultIvo de
comenzal'On a filosofar por causa de la admiración, es decir, para liberarse de la la sabiduría sino más bien que debe pretenderla con todas sus fuerzas para
ignorancia con el conocimiento de la ciencia. Conviene, no obstante, reparar que asemejarse ~ Dios lo más posibl~. Y e.s,to es p;ecisamente 10 que A,:istó;eles dice
Aristóteles dijo únicamente: Quien dúd'a y se admira, se da cuenta plenamente más abajo, valiéndose de una disyunclOn: Y esta -a s~b.er, la sabIdu~Ia- o la
de su ignorancia. Juntó, pues, ambas cosas, a saber, la duda y la ignorancia; por posee solamente Dios, o la posee, por lo. menos, en maxzmo g~·ad'O. NIega? co~­
secuentemente, que sea aborrecido por DIOS el hom!,re que ~~plra a esta clenc!a,
consiguiente, no es necesario que todo el que se admira sea un ignorante, sino
no sólo porque la divinidad no puede aborrecer, SInO' tamblen porque e~tonces
sólo el que a su admiración añade la duda. Y se hace notar esto ocasionalmente serla un infeliz el hombre que llegase a alcanzarla .. ¿Hay n;ayor desgracIa que
a causa de la admiración de Cristo, que, aunque haya sido verdadera admira- tener a Dios por adversario y envidioso de las propIas ventajas? Resulta, empe-
ción, no ,procedió de ignorancia, según expuse ampliamente en el tomo 1 de la ro, absurdo afirmar que los sabios son infelices precisamente por. ser sab~os,
nI parte, en el comentario del a. 7, de la q. 15 de Santo Tomás, y de dicho pa- cuando la realidad es que la felicidad y dignidad del hombre consIste preCIsa-
saje se ha de deducir la explicación, o mejor limitación, de aquel axioma. mente en la sabiduría. De acuerdo con esta opinión, el mismo Filósofo, lib. X
Cuesto 19. Si es conveniente para el hombre entregarse al cultivo de la sa- de la Etica, c. 7, censura a los que dicen que, puesto que somos hombres, es
biduría. Acerca de este problema, por ser demasiado claro, basta recurrir a Aris- necesario limitar nuestra sabiduría a las cosas humanas y, por ser mortales, a las
tóteles y prestar atención a lo que dice en este pasaje para ensalzar y recomen- cosas perecederas. El, en cambio, afirma que es necesario que nos liberemos 10
dar la sabiduría. Tiene, en efecto, algunas afirmaciones dignas de reflexión. La más posible de la caducidad y que obremos en todo de manera que vivamos en
primera: la ciencia divina o consideración acerca de Dios, llamada sabiduría, consonancia con la parte más excelente de nosotros, es decir, el alma, y añade
es la más libre, y por eso no puede alcanzar la perfección en la naturaleza hu- en el c. 8 que el que vive así y cultiva la sabiduría disfruta de la predilección
mana, esclava pDY muchos conceptos, sino que sólO' Dios puede vindicar para sí de Dios y es colmado de honores y premios por él. Esto se ha de entender de los
tal honor. Sin embargo, conviene tener en cuenta que esta última afirmación la que buscan la divina sabiduría prudentemente y de acuerdo con su capacidad,
recoge Aristóteles de un tal Simónides, y que significa -según la interpreta- porque los que intentan con su razón y juicio comprender o medir la divinidad,
ción de Santo Tomás, Boecio y ot1'os- ser su opinión que el hombre no debe ';stos, ciertamente, son aborrecidos por Dios. A ellos ar;onseja el Sabio que no
aspirar a esta divina sabiduría, porque no está de acuerdo con su naturaleza sino intenten 10 que está sobre sus fuerzas, porque, según dijo en otra parte, el escu-
sólo con la de Dios; y por eso dijo Aristóteles que si, como dicen los p~etas, driñador de la majestad caerá víctima de su glol'ia. No porque Dios le aborrezca,
Dios fuese capaz de aborrecer, odiarla sobre todo a los hombres que pretenden sino por ser el vengador de su temeridad y soberbia. Pues si lo que Aristóteles
esta divina sabiduría. En consonancia con esto está lo de Sócrates: lo que está dijo de la sabiduría natur~l es verdad, como efectivamente 10 es, con mucha ma-

Q. 16. Habitus principiorum quid sito Q. 19. An expediat homini studio sa- Quae supra nos, nihil ad nos. Faciet etiatn stantia consistat. Et in eamdem sententiam
Ibid. pientiae vacare. De hac quaestione, quod consilium Sapientis: Altiora te ne quaesie- ídem Philosophus, X Etbic., c. 7, reprehen-
Q. 17. Tradatne metaphysica instrumen- c1arissima sit, satis erit Aristotelem consu- riso At vero merito Philosophus dictum il- dit dicentes aportere nos, cum simus ho-
ta sciendi, an dialectica, quidve in hoc mu- Iud in eo sensu reprehendit, vel potius, ut mines, humana sapere, et mortalía cum si-
lere, et quae in laudem et commendationem Aphrodisaeus exponit, ita sententiam i11am mus mortales. Ipse vero ait oportere nos,
nere sit utrique proprium. Disp. 1, sect. 4. sapientiae eo loco dicit, diligenter notaré.
Q. 18. Utrum admiratio ex ignorantia intelligit ac moderatur, ut Deus solus hanc quoad fieri possit, a mortalitate vindicare,
ariatur. Hoc enim axioma solet ex hoc ca- Habet enim nonnullas sententias considera- sapientiam exaete ae perfecte possidere cre- atque omnia facere, ut ei nostri parti quae
p;.:c sumí: ait enim Aristoteles propter ad- tione dignas. Prima est: Divina scíentia seu datur. Ex quo non sequitur hominem non in nobis est optima, id est, menti, conve-
mirationem coepisse homines philosophari, contemplatio de Deo, quae sapientia dicitur~ debere studio sapientiae vacare, sed potius nienter vivamus; et c. 8 subdit, eum ql1i
ut nimirum acquisitione scientiae ignoratio- maxime libera est, ideoque in humana na- sequitur eum maxime ac totis viribus debere sic vivit, et sapientiam calit, esse Deo cha-
nem depellerent. Oportet autcm advertere tura, quae multis modis serva est, perfecta hane sapicntiam quaerere, ut Deo similis rissimum, et ab eo maxime honorari et rc-
Aristotelem tantum dixisse: Qui dubitat et esse non potest, sed solus Deus honorem fi8.t quantum potuerit. Et hoc est quod sub munerari. Haec autem intelligenda sunt de
admiratur, plane se ignorare existimat. Duo suum sibi vendicat. Oportet autem adver- disiunetione inferius Aristote1es ait: Et mm, his qui sobrie et pro captu suo divinam
it_ªq11,~ _____ C_º!,lJ:!_:tpxit, dubitatiOl:t.t:!!!l_ sc::ilicet et tere afferre AristoteIem hoc ultirnum dic- scilicet sapientiam, aut solus ipse Deus aut sapientiam quaerunt; nnm qui ratione aut
admirationem; non ergo necessarium vide- tum ex quodam Simorude, et significare, maxime habet. Ideoque negat haminem iudicio suo divinitatem comprehendere aut
tur ut omnis qui admiratur, ignoret, sed quaerentem hane scientiam esse Deo invi- metiri volunt, hi sine dubio Deo sunt in~
ut D. Thomas, Boetius et alií interpretan- sum, tum quia dlvinitas invida esse non
solum 18 qui duro admiratur dubitat. Quod visi. Quibus eonSl11it Sapiens ne altiora se
tur, iUum sensisse non debere hominem potest, tum etiam quia alias infelix esset quaerant, quia, ut alibí dixit, scrutator
obiter notetur propter Christi admiratia-
nem, quae licet vera admiratio fuerit, non divinam quaerere sapientiam, quia non con- horno qui hane scientiam assequeretur. Quae maiestatis opprimetur a gloria. Non quia
tamen fuit ex ignorantia profecta, ut late gruit naturae eius, sed solius Dei; et ideo enim maior infelicitas quam habere Deum Deus illi invideat, sed quia temerita-tis et
dec1aravi tomo 1, III partis, in cornment. a. 7, (inquit Aristoteles) si, ut poetae aiunt, in adversarium et propriis eornmodis inviden- superbiae eius est uItor. Quod si haec qune
q. 15 D. Thomae, ex quo loco vera expo- Deum cadere potest invidia, maxime invi- tem? Absurdum autem est dicere sapientes, Aristoteles dixit de naturali sapientia. vera
sitio seu potius limitatio illius axiomatis dere haminibus hanc divinam sapientiam eo quod sapientes sint, esse infelices, eum sunt, ut revera sunt, multo altiori ratione
petenda esto quaerentibus. Cui consonat illud Socratis: in sapientia potius hominis felicitas et prae- in supernaturalem ac divinam contemplr,-
- 26- - - Indice detallado' de la metafísica de Aristóteles Libro primero.-Caps. IlI, IV, V Y VI 27

yor razón se ha de aplicar a la contemplación sobrenatural y divina, que convier- roa manera se expresa Sócrates en el Fedón de Platón, colmando de alabanzas a
te a los hombres _en casi divinos, libres en cierto modo e inmunes de la esclavi- ' ras por haber dicho que la mente todo lO' embellece y que es causa de todas
A naxago . d d' dbl'
tud del cuerpo; mas de esto se trata en otra parte. las cosas. La comparación hecha con los seres amma oSI a ffi1~e un a o e mter-
Cuesto 20. Si esta ciencia estudia a Dios como objeto, o sólo como prin- pretación; la primera, tomando a los hombres como os ammales por antono-
cipio y causa de todas las cosas. Disp. 1, seco 1. En las Disps. XXX y XXXI . nVl'ru'endo su pequeño mundo en prueba para el grande. La segunda
se trata ampliamente si, según la razón natural, es verdad que Dios es causa y maSla, ca . d 1 1
es que puede entenderse en general de tod~s lbos seres amma oS'l.en os que a
principio de todas las cosas, posee toda perfección y excelencia, a nadie odia y -composición y ordenación de todos los mlero ros es tan c?mp lea d a, que los
hace bien a todos y él solo se conoce y comprende perfectamente (esto, en efec-
d S m-a's sensatos dieron por descontado que"el no podna ser efecto de un
to, afirma Aristóteles de Dios), las cuales cosas pertenecen al conocimiento natural t doresprovisto de inteligencia. AqUl'hace h'mcaple
pensa argumento para probar
de Dios. au or te d be afirmarse con mayor razón de la totalidad del universo, en el que
queeso e " 'd d
t odas 1as
cosas tienen tal disposición y orden que rnereClO ser cons! era o por
f
CAP. III esta razón como un animal incluso por mue os oso os, segun IZO constar San
h fll' ' h '
Alberto al,I)rincipio de la Metafísica, tratado UI, c. 3.
OPINIONES DIVERSAS DE LOS ANTIGUOS FILÓSOFOS SOBRE LOS PRINCIPIOS
DE LAS COSAS
CAP. IV
Cuesto 1. Cuántas son las causas de las cosas naturales. Esto, a propósito
del lib. V, se trata ampliamente en muchas disputaciones a partir de la XII. SOBRE LAS MISMAS OPINIONES

Cuesto 2. Cuáles fueron las opiniones de los antiguos acerca de los princi- Este capítulo no ofrece novedad alguna. Adviértese únicamente que Aristóte-
pios de las cosas. Ibid., disp. XIII, seco 2 y 3. les corrobora en él lo que dijo en el capítulo anterior, opinión 4, acerca de la
Cuesto 3. Si puede algo moverse por si mismo. (Ampliamente en la disp. mente y del artlfice del mundo y, yaliéndos; de un bellisirno ejemplo, ~la?a y
XVIII, seco 4, en toda ella.) Y en este lugar están las palabras de Aristó- censura al mismo tiempO' a lGS antlguos filosofos que llegaron al ConOCImIento
teles, que se explican al fin de dicha sección: ni lo que es sujeto (de mutación) de esta verdad. Se portan, dice, como luchadm'es inexpertos en la batalla, ya que
es causa de su propia mutación. éstos, en su correr de una parte a otra, causan frecuentemente notables heridas;
Cuesto 4. Si es evidente que el .orden de este universo es el resultado de pera ni ellos lo hacen con estrategia, ni estos filósofos parecen tener certeza
la acción de algún agente y no del azar (ampliamente en la disp. XXX, seco 2, científica de lo que dicen.
y algo en la disp. XXIII, seco 1). Son dignas de toda ponderación las palabras
de Aristóteles en este pasaje: nO' es justo, dice, que algo tan excelente, como el CAP. V y VI
orden del universo, se atribuya a la suerte y al azar. Así, pues, quien dijo que
la mente, al igual que en los seres animados, así también en la natu1'areza, era la CONTINÚA LA MISMA MATERIA
causa no sólo del mundo, sino también de todo el m'den, mereció parecer sobrio en Cuesto 1. Respecto de estos capítulos, podría plantearse una cuestión par-
comparación de las desmedidas afirmaciones de los que le antecedieron. De la mis- ticular sobre la opinión de Platón, por ser demasiado célebre, a ver si esta-
bleció las ideas con los caracteres que Aristóteles le atribuye y si es consecuente-
tionem conveniunt, quae homi~es reddit turalium: haee circa lib. V tractantur late,
paene divinos, et a corporis servltute quo- a disp. XII, per piures.
dammodo liberas atque irnmunes: sed de mere loquentibus quasi sobrius msus est; CAPUT IV
Q. 2. Quae fuerint antiquorum opinio-
hoc alias. nes de rerum principiis, ibid., disp. XIII, sic etiam apud Platonem in Phaedonc 10- De eisdem opinionibus
Q. 20. An haec scientia disserat de Deo quitur Socrates, in hoc valde Anaxagoram Hoc capite nova non occurrít quaestio. Ad-
sect. 2 et 3.
ut de obiecto, an solum ut de principio et laudans, quod dixerit. mentem omnia exor- notetur solum confirmare hoc loco Aristo-
Q. 3. An idem possit se ipsum movere, nare omnium.que causam esse. Compararlo
causa omruum rerum. Disp. 1, sect. 1. Quo- late disp. XVIII, seC!. 4, per totam. Hoc telem quae superiori capite, opino 4, de
modo autem iuxta rationem naturalem ve- autem loco yerba Aristotelis sunt: Neque autem illa quae tit cum animantibus, dupli- mente et mundí opífice dixerat, et adducto
runl sit Deum esse principiurn et causam id quod subiicitw' suam ipsius mutationem citer intelligi potest, primo, ut per animalia pulcherrimo exemplo antiquos philosophos,
rerum omruum, et habere in se quidquid quasi per antonomasiam homines intelligan- quí eam veritatem agnoverant, símul lau-
effidt, quae in fine dictae sectioms expo-
est perfectioms et excellentiae, et nulli in- tur, ut ex parvo ad magnum mundum ar- dare et reprehendere, quemadmodum (in-
nuntur. gumentum fiat. Secundo, potest generatim
videre, sed omnibus benefacere, solumque Q. 4. Utrum sit evidens ordinem huius quit) inexercitati in pugna faciunt: ii enim
ipsum se perfecte cognoscere ac sapere sumi pro animan ti bus omnibus, in quibus cum in omnem partem feruntur, insignes
UDiversi non casu, sed ex actione 1 alicwus
(haee enim mnnia Aristoteles de Deo in- agentis esse institutum, late disp. XXX, compositio et ordinatio membrorum om- plagas persaepe inferunt; verum neque illi
dicat), tractattir late in dis-¡:L XXX et XXXI, sect. 2, et nonnulla disputo XXIII, sect. 1. niurn tam est artificiosa, ut pro comperto ex arte faciunt, neque hi vide-ntur ea quue
quae sunt de naturali cognitione Dei. Verba autem Aristotelis hoc loco sunt val- _habuerint cordatiores philosophi fieri non dicunt scientia tenere.
de notanda: N eque aequum est (inquit) posse sine auctore mente praedito. Ex quo
sumitur argumentum ad probandum maio- CAPUT V ET VI
CAPUT III tantam rem, scilicet ordinem universi, ca-
sui et fortunae tnbuere. [taque qui tnentem, ú ratione id existimandum esse de toto uni- De eadem re
De variis opinionibus antiquorum philoso- quemadmodum in animantibus, sic in na- verso, in quo omma sunt ita composita et Quaest. l. Peculiads quaestio posset cir-
phorum circa re1'Um principia tura, causam tum mundi, tum etiam totius ,ordinata, ut ea ratione tamquam unum an1- ca haec capita tractari de opimone Platonis,
Quaest. 1. Quot sint causae rerurn na- ordinis esse dixit, is prae superioribus te- TIlal a multis etiam philosophis appellatum quoniam Ula celebrior est, an, scilicet, ideas
sit, ut notavÁt Albert., in principio Meta- posuerit eo modo quo illi Aristoteles attri-
1 ex intentione en otras ediciones (N. de los EE.) phys., traet. I1I, C. 3. buit; et an eo sensu recte impugnetur ab
28 Indice detallada de la metafísica de Aristóteles Libro segundo.-Cap. I 29
mente legítima la refutación hecha por éste, sobre todo, cuando llega en el c. 6
a la consecueucia de que las privó de eficiencia al dotarlas de inmovilidad. Pero SEGUNDO LIBRO DE LA METAFISICA
de esto ya se habló al tratar de los universales, disp. V, y al hablar de la causa
ejemplar en la disp. XXV y de la eficiencia de las inteligencias en la disp. XXXV, Acerca de este libro son distintas las opiniones de los expositores, porque no
parece guardar relación con los restantes. Dejando a un lado esta cuestión, a mí
seco última.
El segnndo problema podría surgir hacia el fin del c. 6: si a los cuatro gé- me parece una parte de la introducción o una especie de suplemento de ésta. Y
10 deduzco del mismo Aristóteles, lib. III, texto 2, donde haciendo referencia al
neros de cansas hay que añadir la ejemplar o algnna otra: se trata en la dispu-
contenido de este libro, dice: E1I lo qUé dije 811 la introducción. Porque una
tación XXV, seco 2; y se alude a él en la disp. XII, seco última. vez que en la introducción ha dicho Aristóteles que la tarea primordialísima de
esta ciencia era la contemplación de la verdad y, seguidamente, ha demostrado
cuán grandes hablan sido los ertores de los filósofos antignos en su investiga-
CAP. VII ción, quiso desentrañar aquí de nuevo la dificultad inherente a la investigación
de la verdad, cuál sea el método a seguir y en qué principio o fundamento hemos
REFUTACIÓN DE LAS OPINIONES DE LOS ANTIGUOS jt"-
de apoyarnos para que nuestro trabajo no sea vano.
Referente a este capítulo, dos o tres son las principales cuestiones que se
CAP. I
pueden discutir: en primer lugar, la eficacia de los argumentos de Aristóteles
DIFICULTAD EN DESCUBRIR LA VERDAD QUE ESTA CIENCIA INVESTIGA
contra los filósofos antiguos, en especial contra los platónicos. En segundo, la
verdad de lo que expone Aristóteles en el c. 7 acerca de los números y magnitu- Cuesto 1. Si la adquisición de la verdad en proporción a su excelencia, es
des. En tercer lugar, si la forma constituye la quididad completa de las cosas no sólo difícil, sino incluso imposible para el hombre. Se trata de un problema
materiales, según manifiesta Aristóteles aquí, en el texto 5 del c. 7. Pero la pri- más teológico que metafísico, y suele estudiarse en teología al comienzo del tra-
mera cuestión me pareció oportuno pasarla por alto, no sólo porque aquellas: tado de la divina gracia. Aristóteles lo expone al principio de este capítulo y, en
opiniones de los antiguos filósofos, tal como Aristóteles las trata, están anticuadas: sus lineas generales, lo define bastante en conformidad con la doctrina católica. Pues
y relegadas del campo de la filosofía, sino también porque en sus argumentos niega en absoluto que hombre alguno pueda alcanzar la verdad en proporción a la
excelencia de ésta. El significado de la expresión en P1'oporción a su excelencia,
nada en absoluto aporta el Filósofo que tenga utilidad para el conocimiento de
se puede comprender por 10 que añade luego, que el conocimiento de la verdad
otras cosas; por eso juzgo inútil detenerse en la explicación o defensa de tales.
en parte es fácil; porque, de acuerdo con el viejO' proverbio, ¿ quién no atina con
argumentos; léanse sus expositores, preferentemente Fonseca, cuya traducción
la puerta?, es decir, según la exposición de Santo Tomás y Averroes, ¿quién
resulta de una elegancia y transparencia tal, que puede comprenderla cualquiera: no alcanza fácilmente los principios que' son comO' entrada o puerta de la inves-
casi sin necesidad de expositor. El segundo problema encierra muchos tratados tigac.i?n .de la v~r~ad?; 0, según explica Alejandro, ¿quién no llega a compren-
por nosotros en las disputaciones sobre la cantidad, que son la XL y XLI. El der 81qmera 10 faell? Igual que un arquero, si se le pone como blanco una puer-
tercero se expone en la disp. XXXVI, seco 1. ta entera, no yerra el tiro, por la facilidad de acertar, de la misma manera pode-

Aristotele, praesertim cum infert hic, c. 6, rnagnitudinibus Aristoteles, c, 7, tractat:, LIBER SECUNDUS METAPHYSICAE sed etiam impossibile. Haee quaestio magis
abstulisse efficientiam ide¡s, ponendo illas vera sint. Tertil1m, an forma sit tata quid- De hoc libro varia sunt expositorum pla- theologica est quam metaphysica; tractari-
immobiles. De hac vero re dictum est trac- ditas rel'UID materialil1m, ut Aristoteles hie, dta, quia non videtur caetel'is cohaerere; que solet a Theologis in principio doctrinae
tando de universalibus, disp. V; et de causa c. 7, texto 5, significat. Sed primam quaes- quibus omissis, pars quaedam procemii, vel de gratia Del. Proponit yero eam Aristote-
exemplari, disp. XXV; et de efficientia in- tionem omittendam censui, tum quod opi- quoddam eius additamentum mihi esse vi- les in principio huius capitis et satis con-
telligentiarum, disp. XXXV, sect. ult. ' niones illae antiquorum philosophorum, detur. Idque sumo ex ipso Aristotele, lib.
prout ab Aristotele tractantur, antiquatae !II, text, 2, ubi, se referens ad ea quae sentanee ad doctrinam Catholicam earo de-
Secunda quaestio hic esse potest circa fi-
nem c. 6, an praeter quatuor C8usarum ge- iam si..'lt, et prorsus a philosophia relega- in hoc libro dixerat, ait: In iis quae prooe- finito Absolute enim negat posse quernqllam
nera ponenda sit exemp!aris vel alia; tracta- tae; tUID etiam quod in illis rationibus ni- mi! loco dicta sunt. Nam quia in proremio hominum pro dignitate veritatem assequi.
tur disp. XXV, sect. 2; et tangitur disp. hil Philosophus attingit, quod ad alias res A.Ilstoteles haoc scientiam potissimum con- Quid autem significet cum ah pl'O digni-
XII, sect. ult. cognascendas aliquid utilitatis afferre pos- templal'i veritatem, et postea, ostcnderat tate, intelligi potest ex ea quod subdit in-
sit; et ideo inutile reputo in illis rationibus quantum priores philosophi in illius inves- ferius, cognitionem veritatis ex parte esse fa-
CAPUT---VII aut explicandis aut defendendis immorad, tigatione erraverint, hoc loco iterum aperire dlem, quia iuxta vetus pl'Overbium, Ecquis
sed 1egantul' expositores, et pl'aesertim Fon- voluit difficultatem quae in veritatis investi-
Impugnantur vete'r'Um opiniones seca, cl1ius translatio tam est e1egans et ab ostia aberret? id est, ut D, 1110mas et
gatione ioest, et quis modus in ea tenendus
dilucida, ut fere sine cxpositore a quovis sit, et quo principio ve! fundamento. uten- A venoes exponunt, quis non faciIe asse-
Quaest. 1. Cil'ca hoc caput duo ve! tria
potissirnum possunt inquiri. Primum, an ra- intelligi possit. Secunda quaestio multas am- dum nobis sit, ne frustra laboremus. quatur principia, quae sunt veluti ostium
tiones Aristotelis contra antiquos phJloso- plectitur, quae a nobis tractantur in dispu- et ianua veritatis inveniendae? vel, ut ex-
lationibus de quantitate, quae sunt XL et CAPUT PRIMUM ponit Alexander, quis non asseqllatur sal-
phos) pracsertim contra Platonicos, efficaces
sim. Secundum, an quae de numeris et XLI. Tenia tractatur disp. XXXVI, sect, L Difficile esse veritatem invenire quam tem ea quae facilia sunt? Sicut enirn iacu-
haee sapientia inquint lator, si ei totum ostium in scopum pro-
Quaest. 1. Utrum pro dignitate verita- ponatur, non errat, propter facilitatem attin-
tem assequi sit homíni non solum difficile, gendi, ita veritates aJiquas et faeiles assequi
Indice detallado de la metafísica de Arislóteles Libro segundo.-Cap. 1 31
30
mos comprender algunas verdades fáciles, pero no todas. Por eso añade Aristó- Cu~st. 4. Si podemos en esta vida conocer quiditativamente las cosas en
teles: el hecho de que no lleguemos a poseer, exactamente y sin error, claro acto, y las inteligibles en grado máximo, a saber, las sustancias separadas;
está, el todo y la parte, es decir, los principios y conclusiones, demuestra su di- disp. XXXV, seco 2, extensamente.
ficultad. Podemos también entender aquí por el todo y la parte lo que dicen los Cuesto 5. Si la ciencia especulativa y práctica se diferencian por el fin, sien~
teólogos: cada una de las verdades o su conjunto. Conocer, pues, la verdad de do el término de la una la contemplación de la verdad, de la que hace la otra
acuerdo con su excelencia, es conocer el todo y la parte; es decir, no una u otra aplicación a la obra. Por 10 tanto, la especulativa busca necesariamente la causa
verdad solamente, sino todas, sin error. Y este sentido acaso el mismo Aristó- de la verdad, ya que nO' hay ninguna ciencia absoluta de la verdad si se prescinde
teles no llegó a peuetrarlo del todo; sin embargo, por barruntar, guiado por la de su causa; la práctica, en cambio, sólo estudia la causa en cuanto tiene rela-
luz natural de la razón, la deficiencia del hombre para la contemplación de la ción con la acción; de esto se tocan algunos puntos en la rusp. 1, y más en
verdad, la manifestó en tales términos que encerraban el mismo concepto y esta- la XLIV, qne trata de los hábitos.
ban de acuerdo con la doctrina católica. Corrobora esto mismo otra prueba suya, Cuesto 6. ¿Cuál es el verdadero sentido del principio: Lo que es causa de
en la que dice: la aportación a ra verdad de cada uno de sus investigadores es las demás cosas en cuanto son taJes, ha de ser él mismo máximamente tal. De
pequeña, mas considemndo lo de todos en conjunto 1'esulta cierta magnitud. este pasaje se deduce también un enunciado distinto del axioma, a saber: lo que
es máximamente tal, es causa de que los demás sean tales. Así cita este principio
Tambi<€:n merece señalarse aquí. que no ha dicho que se llegue a un conoci-
Santo Tomás, 1, q. 2, a. 3, razón 4; q. 44, a. 1; Contra Gentes, lib. I, C. 13:
miento exacto y perfecto de la verdad con la colaboración de todos, sino a cierta en estos pasajes 10 propugnan Cayetano y el Ferrariense en dicho sentido; y
magnitud, porque en realidad cada uno por sus medios poco o nada puede con- Capréolo, In lI, disto lA, q. 1, a. 1, al fin, y más ampliamente, In l, disto 3, q. 1.
seguir. Mas 10 que pueden llegar a saber todos en conjunto, O' cada uno en par- Aristóteles, en cambio, 10 enuncia sólo tal como lo propusimos, y en rigor no
ticular, ayudado por los trabajüs y habilidad de los demás, es ya de mayor con- se sigue el uno del otro, ya que la proposición universal afirmativa no admite la
sideración, aunque no sea perfecto, ni esté completamente exento de errores; por conversión simple. Sin embargo, no sólo por las palabras, sino por el contexto
eso, es absolutamente imposible para el hombre llegar a contemplar la verdad y sentido se ve que ésta es la mente de Aristóteles. Pues pretende llegar a la
en proporción con su excelencia con sólo las fuerzas humanas, Estudiar cuáles conclusión de que esta ciencia se ocupa de las cosas que poseen el más elevado
sean los resultados obtenidos con ayuda de la gracia divina, es objeto de conside- grado de verdad, porque se ocupa de las primeras causas y de los fundamentos
ración más elevada; y así basta por ahora lo dicho acerca de este problema de de la verdad de las demás cosas; y lo que es causa de verdad en las otras cosas,
acuerdo con las exigencias del pasado. es en sí máximamente verdadero, ya que es máximamente tallo que es causa de
Cuesto 2. En la rusp. IX, seco 2, se trata ampliamente cuál sea el origen de que las demás cosas sean tales. El axioma explicado de esta manera coincide
la dificultad que el hombre encuentra en el conocimientO' de la verdad. con el propuesto en el libro 1 de los Analíticos Segundos, C. 2: lo que es causa
Cuesto 3. Si se conocen naturalmente los primeros principios. Aristóteles- de qwe cada cosa sea tal, ha de serlo más. Aquí, empero, se dice más explIci-
sólo alude implícitamente a este problema, por lO' que no hay razón para discu- tamente que la causa tiene que ser tal que convenga en nombre y naturaleza
tirlo aquí; lo tratamos, sin embargo, por requerirlo la doctrina expuesta en la con sus efectos; y esto 10 entiende Escoto de la comunidad unívoca siendo no
disp. 1, seco 6, y disp. lII, seco 3, al principio. obstante, suficiente entenderlo de la unidad de razón formal o del ~smo ~on-

possumus, non tamen orones. Unde subdit gmuonem ex omnibus confid, sed se'¡um
magnitudinem quamdam, quia revera quod Q. 4. An possimus in hac vita. quid?i- q. 1, a. 1, in fine, et lato In 1, disto 3,
Aristoteles: Quod alCtem totum et pcrrtem, tative cognoscere res actu et roaX1me ill- q. 1. Ab Aristotele autem non profertur rusí
id est, principia et conclusiones, habere non unusquisque sua industria invenire potest, telligibiles, substantias scilíeet separatas, ut a nobis propositum est, et in rígore
possumus, scilicet integre et sine errore, id vel nihil, ve1 parum esto Quod vero orones disp. :XXXV, sect. 2, late. unum ex alío non sequitur, quia propositio
eius difficultatem declarat. Ubi etiam per símul, aut unusquisque aJiorum laboribus Q. 5. An scientia speculativa et prac- universalis affirmativa non convertitur sim-
totum et partem intelligere possumus quod et industria adiutus scire valet, aliquid maiue tica differant ex fine, quod illa in con· pliciter. Quod autero haec sit mens Aristo-
theologi aiunt, singulas vedtates, aut om- est, non tamen perfectum, nee ornnibus templatione veritatis sistat, haec ad opus telis, patet, tum ex verbis, tum ex contextu
nium collectionem. Veritatem ergo pro dig- erroribus liberum; et ideo absolute est ho- illam referat; ideoque illa causam veritatis et intentione Philosophi. Condudere enim
nitate assequi est toturo et partero cogno- mini impossibile humanis viribus pro digni- per sese ¡nquirat, eum non sit absoluta intendit scientiam hane esse de rebus ma-
scere: hoc est, non unam tantum vel alte- scientia veritatis sine causa; haec yero so- xime veris, quia disserit de prirois causis
ram veritatem, sed omnes, absque errore. tate veritatero contemplad. Quid yero .in
hoe per divinam gratiam possit, altioris eon- 1um causam investiget, quantum ad opus et principiis veritatis caeterarum rerum;
Quem sensum fortasse ipse Aristoteles non confert; de hac re alíqua tacta sunt disp. 1, quod autem est causa veritatis in aliis re-
omnino est assecutus; tamen, CUID naturali templationis est; et ideo de hac quaestione
pro Joci opportunitate haec sunt satis. plura in XLIV, quae est de habitibus. bus est in se maxime verum, quia unum-
duetus lumine horninis imbecillitatem ad ve- Q. 6. Quis sit verus sen sus illius pro- quodque maxime tale est quod caeteds est
tritatem eontemplandam subodoraret, ilEs Q. 2. Unde oriatur diffieuItas, quae in
nuntiati: Quod caeteris est causa ut talia causa ut talia sint. Atque hoc modo explica-
verbis eam declaravit quae rem ipsam eom- cognitione veritatis homini accidit, traetatur tum axioma coincidit curo illo proposito
sint, ipsum est maxime tale. Ex hoc loco
prehenderent et eum eatholica doctrina late disp. IX, seet. 2. lib. I Poster., C. 2: Prapter quod unum-
elici solet alio modo hoc axioma, videlicet:
consentirent. Et hoc ipsum confinnat iudi- Q. 3. An pr4na principia sint naturaliter Quod est rnaxime tale, caetens est causa quodque tale, et illud magis; hic vero ex~
cium illud quo utitur, nimirum, Quial sin- nota. Haec quaestio implicite tantum ab ut sint talia. Ita refert hoc principium plicatius dicitur causam debere esse talero,
guli eOl'um qui vel'itatem inquirunt parum Aristote1e tang~tur, quare immerito mc dis- ut in nomine et ratione curo effeetibus con-
D. Thomas, 1, q. 2, a. 3, rato 4,
ad eam conferunt; ex omnibus vero in unum putatur; eam yero pro huius doctrinae et q. 44, a. 1, et I cont. Gent., C. 13, veniat; quod Scotus exponit de univoca
congestis magnitudo quaedam existit. Ubi opportunitate attigimus disp. 1, sect. 6, et quibus loeis Caietan. et Ferrar. in hoe sensu converuentia; satis yero est si unitate ratio~
etiarn observatione dignum est non dixisse nis formalis seu eiusdero conceptus obiectivi
disp. II, sect. 3, in princ. illud defendunt, et Capreolus, In II, disto 14,
unarn perfectam et exactam veritatis co-
32 Indic. detallado de la metafísica de' Aristóteles Libro segundo~~,._G-:a=,p:::._I-:I-----_ 33
----
cepto objetivo, según expondremos más ampliamente luego al explicar la analo- Cüest. 8. Si el infinito es objeto de ciencia, de manera que pueda ser co-
gía del ser, disp. XXVIII, seco 3. Y así es como explican dicho principio en este nocido perfectamente. Esta cuestión suele tratarse aquí con ocasión de las palabras
pasaje casi todos los expositores: Alejandro, el Comentador y Santo Tomás; de Aristóteles en el texto 11: Se echa p'(yt tierra incluso el conacimienta, pu'esto
de él nos ocuparemos largamente después. Disp. XXIX, seco 2. que las cosas que son infinitas en este sentido, ¿~ón:o. pueden s~~ ,captadas por
,el entendimiento?; y en el texto 13: lo que es mf/mto por ad,cwn, no puede
ser recorrido en un tiempO' finito. La primera expresión ha de ser explicada
CAP. II y definida de acuerdo con la segunda, con lo que el problema carece
No HAY PROCESO AL INFINITO EN LA ESPECIE o NÚMERO DE CAUSAS de dificultad. Se puede discutir acerca del ser mfirnto absolutamente y en todo
El Filósofo intercaló aquí este tratado, no sólo para demostrar que el cono- el ámbito del ser, o del ente creado relativamente infinito. Igualmente puede
cimiento de la verdad dependiente de las causas no es imposible, aunque sí difí- tratarse del entendimiento mcreado, o de cualquier entendimiento creado, o del
cil, sino también para demostrar que existen las causas primeras de los seres humano precisamente, que fué el único a que se refirió Aristóteles. Por fin, puede
de las cuales había afirmado que trataba esta ciencia. Mas como esta materia per- plantearse el problema respecto de cualquier conocimiento, incluso del confuso e
tenece al estudio de las causas, hemos inc1uídó en las disputaciones correspon- imperfecto, o del perfecto y distinto, del que h.abló igualmente Aristóteles.
dientes todos los problemas que se pudieran echar aquí de menos. Del ente infinito, entendido tal como es Dios solo, tratamos ampliamente en la
Cuesto 1. Si existe un número determinado de especies o géneros de causas. disputación XXX seco 11, y siguientes, donde explicamos cómo Dios, compren-
Disp. XII, seCo 3. diéndose a sí mismo, es invisible e incomprensible para toda criatura. Respecto
Cuesto 2. Si hay proceso al infinito en las causas materiales o hay que llegar del ente creado, por aceptar como más verdadera la imposibilidad de que exista
a una materia primera. Disp. XV, seco 6. ningún ente creado actualmente infinito en cualquier linea, o sea, tanto en inten-
Cuesto 3. Si existe proceso al infinito en las causas formales físicas. Disp. XV, sidad como en magnitud o multitud, resulta claro, por 10 mismo, que un infinito
seco 6. tU no puede ser objetO' de conocimiento verdadero y distinto. Pues 10 que no
cae en el ámbito del ser, no es de suyo verdadero ni inteligible; siendo, pues,
Cues!. 4. Si hay proceso al infinito en las causas formales metafísicas o
'este infinito un imposible, no cae en el ámbito del ser; por consiguiente, en ri-
predicados quiditativos. Disp. XXV, seco 7.
gor, no es coguoscible, ya que la inteligibilidad se sigue de la entidad: única-
Cuesto 5. Si entre los predicados esenciales del mismo ser hay una diferen-
mente', a partir del ente finito, añadiéndole la negación de límite o término, pue-
cia formal ex natura rei, o sólo de razón. Dísp. V, sec. 2; disp. VI, seco 1, y más
de ser concebido o imaginado como imposible. Si, por el contrario, se admite la
ampliamente en la seco 5. hipótesis opuesta, o sea, la posibilidad de este infinito, habría que afirmar que
Cuesto 6. Si puede haber proceso al infinito en las causas eficientes, tanto en el entendimiento divino lo conoce y comprende sin dificultad alguna por pO'seer
las esencialmente, como en las accidentalmente subordinadas. Disp. XXIX, seco 1. un poder infinito inmensamente superior. En cuanto al entendimiento creado, no
Cuesto 7. Si hay proceso al infinito en las causas finales. Disp. XXIV, seco 1. se puede proponer ninguna afirmación absoluta, porque tal poder cognoscitivo
ni conviene necesariamente a todo entendimiento creado, ni tampoco está en
intelligatur, ut latius tradetur a nobis infra sarum sint in aliquo definito numero. Dis- contradicción con el entendimiento creadO'. Porque el más imperfecto de todos,
explicando analogiam entis, disp. XXVIII, puto XII, sect. 3, per totam.
sect. 3. Atque hoc modo exponunt illud Q. 2. Utrum in causis materialibus de-
pronuntiatum hoc loco fere orones exposito- tur progressus ¡n infinitum, vel in aliqua Q. 8. Utruro inftnitum cadat sub scien- cum seipsum eomprehendat, invisibilis sit
res: Alexand., Comment., et D. Thomas, prima materia sistendum sit. Disp. XV, tiam ita ut exacte cognosci possit. Haee et incomprehensibilis omni creaturae. De
de quo plura tractantur infra, disputatio- sect. 6. quaesti!\ solet hoc loco tractari occasione ente autem creato, cmn verius existimemus
ne XXIX, sect. 2. Q. 3. Utrum in causis formalibus phy- verborum Alistote!is, texto 11: Cognitio quo- esse impossibile dari ens creatum actu infi-
sicis detur pl'ocessus in infinitum. Disp. -que ipsa evertitur: qutte enim hoc pacto nitum in quacurnque ratione, id est, tam
CAPUT 11 XV, sect. 6. infinita sunt, quomod.'I intelligi possunt? et in intensione, quam magnitudine aut mul-
Q. 4. Utrum in eausis formalibus me- texto 13: Id autem quod additicme infini- titurune, eonsequenter constat huiusmodi in-
Non dan processum in infinitum in specie taphysicis seu in praedieatis quidditativis tum est, tempare finito percum nequit. finitum cognosei non posse vera ae distineta
aut numero causarum detur processus in infmitum. Disp. XXV. Iuxta quae posteriora verba, priora sunt ex- cognitione. Nam id quod non clauditur sub
TractatlLTll hune inseruit hoc loco Philo- sect. 7. ponenda ve! limitanda, et ita quaestio non latitudine entis, ex se non est verum nec
~ophus t, tum ut ostenderet veritatis eo- Q. 5. Utrum praerucata essentiália eius- habet difficultatem. Tractar¡ enim potest aut intelligibile; hoc autem infinitum, cum sit
gnitionem, quae ex eausarum notida pendet, dem rei differant formaliter ex natura reí de ente infinito simpliciter, et in tata entis impossibile, non c1auditur sub latrl.rudine en-
vel sola ratione. Disp. V, sect. 2, et disp. VI, latitudine, aut de infinito creato secundum tis; non est ergo pl'Oprie cognoscibile, cum
~ts.i .dif~i_cili!3 .. ªih ....ll()n __t¡;¡,JIl.~º__,...~s,ªf!_,j,~possi-:­
bilem; tum etiam ut ostendat dari primas sect. 1, ct latius in sect. 5. quid. Item sermo esse potest vel de inte!- haee sit proprietas consequens racionem en-
Q. 6. Utrum dad possit processus in lectu inereato, ve! de quovis creato, ve! spe- tis, sed solum per ens finitum, adiuncta ne-
entiuro causas, circa quas dixerat hanc sa- infmitum in causis efficientibus tam per se cialiter de humano, de quo solo Aristoteles gatione limitationis aut termini, concipi aut
picntiam versari. Quía vero materia ad dis- quam per accidens subordinatis. Disp. XXIX, locutus esto Ac denique potest quaestio esse excogitari potest ut impossibile. Posita Yero
putationem de causis spectat, in disputatio- sect. 1. de cognitione quacumque, etiam confusa et contraria hypothesi, nimirum, hoc infinitum
nibus de causis omnes quaestiones nos in- Q. 7. Utrum darí possít processus in imperfecta, ve! de cognitione perfecta di- esse possibile, dicendum esset ab intellectu
seruimus, quae hic desiderari possent. infinitum in causis finaUbus. Disp. XXIV, stincta, de qua similiter Aristoteles est 10- divino facillime eognosci ac comprehendi
Quaest. 1. Utrum genera seu species cau- sect. 1. cutus. posse, ClUn sit infinitae virtutis longe emi-
De ente igitur infinito, qualis est solus nentioris. De intellectú autem ereato non
1 Vide Aristotelem, lib. VII Phys., c. 1, et 1. VIII, e. 5, et 1. I Post., c. 16, 17, etc., Deus, tractamus late disp. XXX, sect. 11 potest ferri universale iudicium,- quia nec
et I Eth., c. 2; Avicen., VIII suae Metaph., C. 2. et sequent., ubi declaramus quomado Deus, tanta vis intelligendi convenit necessario
34 Indice detallado de la metafísica
~-----_
de Aristóteles
.. _-_ ..
Libro segundo.-Cap. II 35
el entendimiento humano, no posee ciertamente tantO' poder; en cambio, según que el ,conocimiento y atención se debiliten de tal manera, que no pueda.tl ser
mi opinión, puede tenerlo e! angélico, ya que su poder es de orden superior y exactamente conocidos cada uno y todos simultáneamente, ya que en este caso se
entiende de un modo más abstracto y sutil. juzga que se les conoce como si fueran una sola cosa. Y dicen los teólogos -nos-
Ahora bien, aun admitiendo que no puede existir en la realidad un ser creadO' otros lo tratamos luego- que precisamente de esta manera los ángeles superio-
infinito actualmente, puede, sin embargo, aumentarse hasta el infinito, ya en res conocen simultáneamente, por medio de una sola especie inteligible, la mul-
intensidad, ya en magnitud o multitud, y e! resultado completo de este aumente titud de los géneros y especies de las cosas, con suficiente y exacto conocimiento
puede abarcarse de una sola mirada, como es evidente tratándose del entendi- de cada una. Con igual motivo, pues, puede haber un ángel tan perfecto en la
miento divino, según demostramos en la referida disp. XXX, seco 12. Por lo categoría superior que abarque en una sola intuición una multitud de _objetos
que respecta al entendimientO' creado que ve claramente la esencia divina y en que se llama sincategoremáticamente infinita, contenida bajo algún género o
ella las criaturas, todavía 10 admiten con más frecuencia los teólogos y con razón, especie; porque esto no exige en el cognoscente la infinitúd absoluta, sino cierta
según expuse en el tomo 1 de la III parte, disp. XXVI, seco 2 y 3. Al margen infiIútud relativa, o sea, una eminencia de orden superior.
de esta visión niegan algunos el conocimiento del infinito en sí mismo, que lla- Usé siempre la expresión "tilla sola intuición", porque es imposible conOCer
man los teólogos "en su propio género". Creo, sin embargo, que no hay en ello sucesivamente este génerO' de infinito de suerte que llegue a abarcársele, por Ser
contradicción no solo tratándose de un conocimiento sobrenatural y elevado, se- imposible abarcar un in~to con numeración sucesiva: esto sería numerar suce-
gún expliqué acerca de l. ciencia infusa de! alma de Cristo en el lugar citado sivamente un todO' esencialmente umumerable, y llegar al fin de un infinitO', cosas
de la III parte, sino incluso por la fuerza propia y natural de un entendimiento que están en manifiesta contradicción con el concepto mismo de infinitO', según se
creado, principalmente si no se trata de una colectividad infinita de criaturas po- puede ver en e! lib. III de la Física, C. 7. Y por esta razón, porque los hombres
sibles en su totalidad, sino sólo en una determinada línea. Porque, aunque no sea no conocen de una vez sinO' poco a poco las causas de las cosas, juzgó Aristóte-
preciso, según decía, que todo entendimiento creado posea semejante poder, y les que era 10 mismo concluir primero absolutamente la imposibilidad para el
consecuentemente ni el entendimiento humano, ni acaso los ángeles inferiores lo hombre de conocer una serie infinita de causas, que concluir la imposibilidad
posean, sin embargo, no supera en absoluto el ámbito del entendimiento creado, de conocer infinitas causas. Sobre todo teniendo en cuenta que la duración de
por no requerirse para semejante conocimiento un poder absolutamente infinito, esta sucesión en cualquier hombre ha de circunscribirse a un tiempo finito. Y
ni una perfección infinita en la linea de! ser, sino que basta un poder finito de esto que se afirma del entendimiento humano es por igual exacto respecto del
especie o naturaleza superior. divino, ya que la contradicción no radica en la deficiencia de la capacidad inte-
Ni el que una potencia finita sea tanto más ineficaz respecto de cada uno lectiva, sino en la esencia misma del infinito, que consiste precisamente en que
cuanto más sean los objetos por ella aprehendidos, constituye obstáculo para no puede ser recorrido sucesivamente. Especiahnente porque la sucesión tiene
creer que, por este motivo, no puede conocer perfectamente a cada uno si son que ser siempre actualmente finita en la realidad, lo cual admite todo el mundo
infinitos. Ya que este axioma tiene aplicación cuando los diversos objetos son respecto de un extremo, el último, o sea, el término final, y resulta de por sí
tales, que cada uno adecua la capacidad de la potencia y, consecuentemente, su evidente, ya que la sucesión acaba siempre en él; pero respecto del otro extremo
conjunto supera tal capacidad; pero cuandO' todos son comprendidos en un solo primero, o sea, el inicial, no están de acuerdo muchos; pero yo creo que también
concepto adecuado y bajo la capacidad de dicba potencia, no hay necesidad de virtute talis potentiae, non est necesse ita finem eius quod infinltum est, quod invol-
minui cognitionem et attentionem, ut non vit apertam repugnantiam contra rationem
omni intellectui creato, neque etiaro omro infusa arumae Christi praedicto loco III possint exacte singula cognosci, et omnia ipsíus infiniti, ut constat ex nI Phys., C. 7.
intellectui repugnat. Unde intellectus huma· partis tractavi, sed etiam propriae et natu- simul, quía tunc censentur cognosci per mo- Atque hac de causa, quia homines non simu!
nus, ClUll sit imperfectissimus omnium, tan- rali vi alicuius, intellectus creati; praesertim dum unius. Atque ad hunc modum dicunt sed paulatim rerum causas cognoscunt, pro
ram virtutem non habet; angelicus Yero, si non sit sermo de tota collectione infinita theologi, et attingemus infra, superiores eodem duxit Aristoteles absolute prius in-
ut opinor, illaro habere potest, quia eius creaturarum possibilium, sed in aJ,iqua de- ange10s per unam spee,iem intelligibilem ferre cogllitionem reí per infinitas caUSas
vmus est ordinis superioris, et absttactiori terminata ratione. Nam, ut dicebam, licet simul cognoscere pJura genera vel species esse homini impossibilem, et postea, quod
ac subtiliori modo intelligit. necesse non sit omnem intellecrum creatum rerum, exacte et suffícienter cognoscendo sit impossibile cognoscere infinitas causas.
Quo circa, esto non possit dari in rebus habere tantam virtutem, et ideo nec inte!- singulas. Et parí ratione tam perfectus pot- Maxime cum ea successio solum tempore
ens crearum actu infinitum, potest tamen in lectus humanus, nec forte inferiores Angeli est esse angelus ultima specie 1, ut uno in- fmito duret in quoijbet homine. Verumta-
infinitum augeri, ve~ in intensione, ve! in illam habeant, tamen non excedit totum tuitu cognoscat aliquam rerum multitudinem men non solum in intellectu humano, sed
magnitudine, vel in mu~titudine, totumque ordinem intellectus crean, quia non est ne- infinitam (ut alunt) syncategorematice sub etiam in divino id verum habet; quía haec
illud augrnentum potest simul uno intuitu cessaria ad hanc cognitionem virtus infinita aliquo certo genere ve.!' specic contentam; repugnantia non oritur ex defecru virtutis
_cQgpQsd, quQ<i ___ de__ jntellectu divino certis- simpliciter, nec infinita perfectio in genere quia hoc non requirit in cognoscente infini- intellectivae, sed ex ipsa natura infiniti, quae
simum est, ut praedicta disp: XXX, scct. 12 entis, sed suffidt virtus finita superíorii- tatem simpliciter~ sed solurn secundum quid, in hoc consistit, ut successive pertransiri
ostendimus. De intellectu autem creato vi- speciei et rationis. seu eminentiam superioris rationis. non possit. Praecipue cum successio semper
dente ciare divinam essentiam et creaturas Neque obstat quod virtus finita, quo ver· Dixi autem semper uno intuitu, quía suc- esse debeat in re actu finita; quod ex parte
in ipsa, id etiam frequentius admittunt satur circa plura, eo minuatur in singulis, ut cessive impossibile est huiusmodi infinltum unius extremi, sci.licet posterioris, seu ter-
theologi, et merito, ut tractavi tomo r. III ea racione videatur non posse singula per- cognosci ita ut exhauriatur, quia impossibile mini desiqonis omnes admittunt, et est per
partis, disp. XXVI, sect. 2 et 3. Extra fecte cognoscere, si infinita sint. Illud enim est, successive numerando, exhauriri infini- se evídens, quia in eo semper finitur suc-
illaro autem visionem nonnulli id negant de axioma intelligendum est, quando illa plum tum; alias numeraretur successive totUID cessio: ex parte vero alterius extremi ante-
cognitione infiniti in seipso, quam theologi talia sunt, ut singula adaequent vinutem quod innumerabile est, et perveniretur ad rioris, seu inceptionis, multi aliter sentiunt;
vocant in proprio genere; existimo tamen potentiae, et ideo multitudo illorum excedat
non repugnare non solum per cognitionem talero vírtutem; quando vero omnia com- 1 En otras ediciones: tam perfectus potest esse angelus, ut una specie et uno ... (Nota
elevatam et supernaturalem, ut de scientia prchenduntur sub una adaequata ratione et de los EE.)
Libro segundo.-Cap. III .... _ __ 37
Indice detallado de' la metafísica de Aristóteles ---
36 -- - ._-------------_. __..- - - - - - - - - - - fas, refutasen sus teorías por amor a la verdad, pues aun' siendo dos amigos
es así respecto de él, porque juzgo que no puede haber sucesión real, continua es delier sagrada preferir la verdad al honor. Así, pues, cuando se trate de una
o discreta, que carezca de principio y sea eterna, según luego trataré en la dis- costumbre de esta clase, no debe adaptarse a ella el método de enseñanza, sino
putación XXIX, seco 1; Y disp. XXX, seco 3. En este sentido es verdad en abso>- que ha de superarse o corregirse con la eficacia misma del método. A veces, en
luto sin limitación alguna que no puede conO'cerse suceSlVamente un infinito, cambio, hay costumbres magníficas, aptas· para una sana doctrina, y entonces
que es 10 que aquí pretendía principalmente Aristóteles. Ni hay dificultad alguna no hay mejor decisión que acomodar el método de aprender a la costumbre. Porque,
de importancia en contra. como aquí dice Aristóteles, lO' habitual siempre es más conocido; y el método de
CAP. !II aprendizaje ha de comenzar en cuanto sea posible por las cosas más conocidas. El
MÉTODO Y ORDEN EN LA ADQUISICIÓN DE LA VERDAD hábito viene a ser incluso como una segunda naturaleza, y 10 que está más de
Como el Filósofo había dicho que era difícil, pero no imposible, el conoci- acuerdo con la naturaleza es más fácil de aprender. Pues, como dice Aristóteles
miento de la verdad, expone ahora qué procedimiento hay que seguir en su in- en el lib. II de la Euca, c. 1: No basta decir que impo..-ta algo, ni siquiera mu-
quisición y los obstáculos que hay que evitar; su opinión clara apenas deja lugar cho, sinO' que es de importancia definitiva el que los homb,·es, desde la adoles-
cencia~ adquieran estos o aquellos hábitos. Lo cual no hay por qué limitarlO' a las
a dudas.
Cuesto 1. Si se ha de acomodar el método discente a la costumbre. Este costumbres, sino que es verdad por igual del aprendizaje de la ciencia.
problema queda suficientemente claro en el texto, en el que manifiesta, en primer La segtmda O'bservación es que no sólo por hábitO', sino por índole natural
lugar, que es tal la fuerza de la costumbre, que por su causa a la verdad se y por el temperamento peculiar de cada uno resulta que unos intentan enseñar
antepone muchas veces la fábula, y lo que excede lo-s límites de 10 acostumbra- o aprender de una manera y otros de O'tra, según hizo notar Fonseca a este pro--
do adquiere categoría de extraordinario. EstO' lleva 'a los hombres a que busqu~n pósitO'. y cuando de aquí resulta que una disciplina se expone con método in-
diversos métodos de aprender, según la diversidad de costumbres: a unos satIs- adecuadO', es difícil corregir O' cambiar la naturaleza, como es lógico.
facen las conjeturas, los ejemplos a otros, a algunos los testimonios, y a otros, Cuesto 2. Qué sentidO' ha dadO' Aristóteles a la expresión: es absurdo in-
en cambio, las sutiles elucubraciones. De esto parece deducir implícitamente vestigar al misma tiempo una ciencia y su método. Casi todos los int~rpretes en-
Aristóteles que no se puede llegar a regla alguna cierta apoyándose en la costum- tienden por m~todo la dialéctica, y de aquí toman algunos ocasión para discutir
bre, sino que hay que disciplinar al alumnO' para que investigue y admita cada en este lu?ar la naturaleza ~e 1~ dialéctica: a ver si es una ciencia y si además
materia de acuerdo con su naturaleza. es necesa~·13. para las otr~s c~enc13s, p,?rque en el texto citado parece que Aristó-
Interesa tener en cuenta do:; cosas. La primera es que no se puede dar un teles la distmgue de la CIenCIa y ensena que debe darse como introducción a ella.
juicio uniforme de todas las costumbres; algunas hay reprobables e irracionales, Mas juzgo que estas cuestiones deben dejarse para la misma dialéctica, y doy
como la de lO's que se acostumbraron a seguir un procedimiento igual de demos- pOf supuestt;' q~e la doctrina propia de la dialéctica que llaman docente es una

tración en todo; o, por el contrario, la de quienes juzgan que sólo puede admitirse v7rdad~ra CIenCla. Proc~d~~ en efecto, a demostrar sus éonc1usiones por princi-
lo que encuentran en sus autores favoritos, y lo de todos los demás 10 rechazan pIOS .evIdentes, a ~osterwrt unas ~eces, ° por el absurdo; a veces también por su
en seguida comO' nuevo e insólito. A éstos les vendría muy bien leer con atención propIa causa, segun consta suficIentemente del análisis de dicha disciplina. No
y ponderar las palabras del Filósofo en el libro I de la Etica, c. 6: Acaso, dice, obstante, dado que todo su contenido doctrinal se ordena a la enseñanza de un
sería mejor e inclusO' parece ser necesa'l"io que cada uno~ en especial los filóso- salute refellere; nam, cum ambo sint amici, oritur lit disciplina- aliter quam deneat trac-
ratione illius veris praeferantur fabulosa; et sanctum est honori vmtatem praeferre. Ita- tetur, dífficilius est naturam corrígere aut
at ego id etiam verum esse opinar, quia que, quando consuetudo huiusmodi est, non mutare, ut per se constato
existirno non posse esse realem successionem, quae praeter consuetudinem sunt, statim pe-
regrina iudtcentur. Unde fit ut propter va- est HU ratio docendi accommodanda, sed po- Q. 2. Quo sensu dlctum ab Aristotele
sive continuam, sive discretam, quae prin- tius ipsa rationis efficacitate superanda est sit: Absurdum est scientiam simul et mo-
cipio careat et aeterna sit, ut infra attingam, rias eonsuetudines, 'diversas etiam discendi
rationes homines appetant; alii enim coniec- aut moderanda. Aliquando yero eonsuetudo dum scientiae quaerere. Omnes fere inter-
disp. XXIX, sect. 1, disp. XXX, sect. 3. est optima, et accornmodata sanae doctrinae
turis, aIü exemplis, alii testimoniis, alii yero pretes, per modum seiendi, díalecticam in-
Hac ergo ratione, universe et absque limi-
exquisitis rationibus delectantur. Ex qua ta- et tune optimmn consi1iu~ est, díseendi ra~ telligunt, unde sumunt aliqui occasionem
tatione. verum est posse infinitum suceessive tionem consuetudini accornmodari' quia ut
dte condudere videtur Aristoteles non posse tractandi hoc loco de natura dialecticae, an,
cognosci, quod hoc loco Aristoteles praed-
regulam certam ex consuetudine sumi, sed Aristoteles hie ait, quod consu~tum 'est, scilicet, sdentia sit, et an necessaria ad alias
pue intendit. Neque contra hoc difficultas semper est notius; discendi autem ratio a
alicuius momenti occurrit. addiscentem debere institui, ut iuxta rci scientias; quoniam AristoteIes in praedictis
exigentiam, unamquamque inquirat et IIp- notioribus, quoad fieri possit, sumenda esto verbis videtur eam a scientia distinguere, et
probet. Consuetudo etiam altera natura censetur;
CAPUT nI docere ante scientiam praemitti debere. Ve-
Ubi duo observare oportet: unum est, quae yero mngis sunt naturac comentanea
facilius addiscuntur. Vt igitur Aristote1e; rurntamen has quaestiones in ipsam dialec-
De flwdo et ordinl'J in veTitate indaganda non esse idem iudicium ferendum de omni ticam reuciendas censeo; et supponendum,
servando consuetudirie; quaedam enim est prava et ait, II Ethic., c. 1, non parum sed pluri-
:onum~ quin potius totum refen, ut sic 'Vel
doctrinam propriam diaIecticae, quam dia-
Cum dixisset Philosophus veritatis cognid praetel' rationem, ut eorum qui consueverunt leeticam docentem vocant, esse veram sden-
rerum omni,um aequalern demonstrationem non sic homines ab adolescentia consuescant.
tionem esse difficilem, non vera impossibi- Quod non solum in moribus, sed etiam in tiam. Proeedit enim ex principüs evidenti-
Iem, hic declarat quis modus in ea inqui- petere; vd e contrario (,"orum qui ea tan- bus ad demonstrandas conclusiones suas,
tum credenda putant quae inveniunt in scientia addiscenda verum esto
renda tenendus sit, et quae impedimenta vi- Alterum notandum es!, non ~oIum ex con- interdurn a posteriori seu ab impossibili,
tanda, estque eius scntentia perspicua, circa auctoribus sibi familiatibus, et reUqua om-
nium ut nova et inr.olita statim reüciunt. suetudine, sed ex naturali ingenio ac pecu- interdum etiam per propriam causarn, ut
quam pauea interrogari possunt. liari cuiusque constitutione oriri, ut alii ali- ex ruscursu UIius doctrinae Eatis constat.
Quaest. 1. Utrum diseenru ratio consuetu- Quos oportet Philosophi \lcrba, lib. 1 Ethic.~
C. 6, attente Jegere et perpendere: Melius ter discere aut docere appetant, ut hic recte Tamen, quia illa tata doctrina eo tendit
dini sit accommodanda. Traetatur haec quaes- Fonseca notavit. Et quando ex hoc capite ut modum sciendi doeeat, quarnvis lllum
tio sufficicnter in textu, ubi primum decla- (inquit) forsitan, ct oportere videbitur su!,
rat tantam esse consuetudinis vim, ut saepe quoque, praesertim philosophos, pro veritatts
38 India de/aliado' de la metafísica de Aristóteles Libro segundo.-Cap. I.:.::ll'----_ _ _ _ _ _ _ ~_ _ _ _ _ _ _ _ _ ____=oo:39
--------
método de aprendizaje, aunque lo enseñe demostrativamente, atendiendo a su guió Averroes una lógica común y otra propia de cada ciencia, según a este pro-
fin, fué calificada por Aristóteles como un método discente y como distinta de pósito, hizo notar A. de Hales, pues al método propio del aprendizaje le llamó
las demás ciencias, que son simplemente ciencias y no demuestran su método lógica propia, por ser una aplicáción de la dialéctica o de alguna de sns partes.
de aprendizaje, sino que 10 reciben de la dialéctica. También en cada ciencia debe preceder este método de aprenderla, para evitar
Se podría objetar que entoncei, por 10 menos limitándose a la dialéctica, no confusiones, según indicó Aristóteles en el lib. 1 De Partibus Animalium, c. 1,
es absurdo decir que se investiga al mismo tiempo la ciencia y su método. Se y en lib. I de la Etica, c. 3, y él 10 cumple en la física y casi todas las discipli-
puede responder admitiendo la conclusión, porque el método de aprendizaje, nas. y así se sigue llevando a cabo por casi todos los tratadistas de dialéctica,
entendido en un sentido amplio y general, es el fin u objeto de investigación de de manera que, al comenzar, señalan el método de aprendizaje de una manera
dicha disciplina, reduciéndose la ciencia a una forma o perfección que se obtiene provisional y sin rigor demostrativo, completándolo luego a través de la dia-
en este estudio. En cambio, en las otras disciplinas, no constituyendo su objeto léctica de una manera sistemática.
o fin el método de aprendizaje, hay que suponerlo como instrumento destinado Cuesto 3. Si la certeza y evidencia es igual en todas las ciencias. Este pro-
a la obtención de la ciencia; por eso en las otras disciplinas resultaría absurdo y blema se suscita con ocasión de las palabras de Aristóteles, texto 6: no se puede
poco práctico investigar al mismo tiempo la ciencia y el método de aprendizaje, exigir en todo el método riguroso de enseñanza de las matemáticas. Vuelve a
y de éstas hahla Aristóteles, según indiqué. repetir casi 10 mismo luego en el lib. VI, c. 1, y en el lib. I de la Etiea, c. 3 y 7,
La razón de que en la dialéctica no resulte imposible estudiar al mismo tiem- dice algo semejante, En términos generales, la posibilidad de distintos grados de
po la disciplina y su método, está en que se trata de una reflexión del entendi- certeza se trata en el lib. 1 de los Analíticos Segundos, aunque los teólogos lo
miento sobre si mismo, y así, mientras trata de encontrar en sus propios actos precisen c01~ más rigor en cuestiones de fe. Por el momento, el grado de la cer-
el método de disponerlos convenientemente para alcanzar la ciencia, estudia la teza metafíSIca comparada con la matemática o física, 10 estudiamos en la disp. 1,
forma o disposición de los mismos por sus propias causas, y en su demostra- sección 5.
ción sigue el mismo procedimiento o método discursivo; de este modo en la Cuesto 4. Si es material todo ser natural. Se plantea por cansa de aquella
investigación y explicación del método discente cumple el método de aprendiza- partícula acasa que pone Aristóteles en el texto 16, al decir: acaso toda natura-
je, adquiriendo de esta suerte simultáneamente la ciencia. Yeso cuenta con el leza conste de materia, donde, según su expresión, la palabra naturaleza com-
apoyo de la dialéctica natural, fundamento de toda ciencia en el hombre, respec- prende todas las cosas naturales, sujetas a movimiento físico, según consta en
to de la forma y método de raciocinio. Porque, en definitiva, esto no es absurdo el lib. XII, c, 7, y en otros pasajes. Algunos piensan que Aristóteles empleó
en la dialéctica, ya que no cabe otra posibilidad de llevarla a cabo, porque no aquella palabra acaso, pO'rque no opinaba que los cielos constasen de materia.
puede admitirse ningún método de aprender adqnirido previamente, ni puede Pero quizá sea más obvio decir que la pone porque pensaba que constaban de
procederse al infinito, sino que hay que llegar a un procedimiento que sea al materia sin afirmarlo con la misma certeza que respecto de las otras cosas natu-
mismo tiempo el qué y el cómo, es decir, ciencia y método de aprender. rales. E incluso que la empleó porque la materia celeste es de distinta naturaleza.
Puede, finalmente, añadirse que, además de la dialéctica, común para todas Aunque yo me inclino más a creer que nO' hay misterio alguno en semejante pala-
las ciencias, tiene cada una su método peculiar y propio de proceder, que puede bra, sino que es costumbre de Aristóteles expresarse así, por razones de modes-
ser calificado también como un método de aprendizaje. En este sentidO' distin- tia, cuando no trata un problema ex professo. La cuestión resulta, por 10 tanto,

demonstrative doceat, ex ;fine appelIata est tibus modum inquirit, qua apte ad scien- cuique scientiae, ut Alexand. Alensis hic no- quamvis theologi exactius id edisserant in
ah Aristotele modus seiendí, et ah &Uis scien- tiam acquirendam disponantur, hane ipsam tavit; modum enim illum proprium sciendi materÍa de fide; in praesenti vero de gradu
ti1S distineta, quae tantum scientiae sunt, formam seu díspositionem SU01'Ull1 aetuum appellavit propriam logicam; est enim appli- certitudinis metaphysicae comparatae ad ma-
et moduro sdendí non demonstrant, sed tan- per proprias causas investigat, et in eis de- eatio quaedam dialecticae, vel aliculus par- thematicam et physicam disserimus infra,
tum participant ipsum a diaJectica. monstrandís eamdem dispositionem seu ra- tís eius. Et me etiam modus sciendi in sin- disp. 1, sect. 5. .
Dices: ergo saltem in dialectica ipsa non tioeinandi modurn tenet, atque ita in inqui- gulis scientiis praemittendus est, ne confu- Q. 4. An omnis res naturalis habeat ma-
e.rit absurdum simul quaerere scientiam et sitione et ostensione illius modí sciendi, mo- se procedatur, ut tetigit etiam Aristoteles, teriam. Proponitur propter particulam illam
modum sciendi. Respondetur conc~endo dum scientiae servat, et ita simu! scientiam 1 de Partibus animal., c. 1, et lib. I Ethic., fortasse, quarn ponit Aristoteles, text. 16,
sequelam, quia in illa scientia modus scien- acquirit. Ad quod etiam iuvatur naturali c. 3, et in Physica allisque fere scientiis dicens: Fortasse omnis natura materiam ha-
di, late ac generatim sumptus, inquiritur dialectica, quae in homine est principium observat. Et hoc etiam in tradenda dialec- bet, ubi nomine naturae res naturales et
ut finis seu ut obiectum cognoscendum; omnis scientiae, quantum ad formam et rica fere ab omnibus auctoribus Servatur, ut motui physico subiectas intelligit, iuxta phra-
scientia vero ipsa inquiritur ut forma et modum discurrendi. Denique ideo specíali- in principio perfunctorie et absque exacta sim suam, ut patet ex lib. XII, c. 7, et
perfectio tali studío obtinenda. In aHis vero ter in dialectica hoc non est absurdum, demonstratione viam sciendi praeparent, aliis locis. Putant aliqui ergo adhibuisse Aris-
scientiis, cum modus scÍend¡ non quaeratur quia non potest aliter fieri, nec ante illam postea vera per jpsam dialecticam sciendi totelem illam particulam fortasse quod non
liT -oblecturn aut -finis, debe! supponi ut supponi potest alius sciendi modus acqui~ modum demonstrative perficiant. crederet caelos habere materiam. Sed facilius
instrumentum deserviens ad scíentiam obti- situs, nec procedí debet in infinitum, sed Q. 3. Utrurn in omnibus scientiis aequa- dici potest eam posuisse quía existimabat
nendam; ideoque in allis scientiis absur- sistendum est in fonna, quae simuJ sit quod lis sit certitudo vel evidentia. Haec quaestio eos habere materiam, !icet non cum tanta
duro et operosum esset simul inquirere et quo, id est, scientia et modus sciendi. movetur occasione verborum Aristotelis, certitudine sicut de ams naturalibus rebus.
scientiam, et sciendi modum, et de illis, ut Addi denique potest, praeter dialecticam, texto 6: Mathematicorum accurata docendi Ve1 certe eam adhibuit, quia materia cae-
dixi, locutus est Aristoteles. quae generalis est omnibus scientiis, esse in ratio non in omnibus postulanda esto Quae lorum alterius ratioms esto Verius tamen
Quod vero in dialectica non sit impos- unaquaque scientia peculiarem ac proprium Cere repetit infra, lib. VI, c. 1, et similia existimo nullum esse in ea vace mysterium.
sihije simul inquirere modum sciendi et procedendi modum, qui etiam modus scien- habet lib. 1 Etme., c. 3 et 7. Et in ge- sed esse morem Aristotelis ita loqui mo-
scientiam ratio est, quia intellectus reflee- di appellari potest. Quo sensu distinxit Ave- !lere, quomodo in certitudine possit esse destiae causa, quando ex professo rem non
titur in seipsum, et ita dum in suismet ac- rroes logicarn communem et propriam uni- maequalitas, tractatur in lib. 1 Posteriorum, disputat. Itaque illa quaestio parum est hoc
40 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro tercerD.-Cap. 1 41
c-asi inútil en este momento; sin embargo, se expone más abajo, disp. XIII, sec- cuanto esto corresponde a una sola ciencia, es deber primordial de la metafísica.
ciones 10 y ll, Disp. I, seco 1 y 5.
Cuesto 5. Si hay una o muchas ciencias de todas las cosas. Esto lo trata Cuesto 2. Si esta ciencia se limita al estudio de los principios simples de la
Aristóteles en las últimas palabras del capítulo, y se expresa de acuerdo con las sustancia, o considera también los primeros principios compuestos. Aristóteles
exigencias de esta disciplina en la disp. I, seco 2 y 3. argumenta a favor de ambas opiniones en el c. 2, texto 4; se determina la solu-
Cuesto 6. Si el estudio de la metafísica debe preceder o seguir a las otras ción afirmativa en el lib. IV, C. 3; nosotros, disp. 1, seco 4; disp. III, seco 3.
ciencias. Lo indica Aristóteles en el nllsmO' lugar; se resume en la disp. 1, seco 4. Cuesto 3. Si se ocupa esta disciplina de todas las sustancias; se apuntan ar-
gumentos para ambas partes, C. 2, texto 5, y la solución en el lib. IV, C. 2; li-
bro VI, c. 1; nosotros, disp. 1, seco 2.
LIBRO TERCERO DE LA METAFISICA Cuesto 4. sa existen otras sustancias separadas -además de las sensibles.
Aristóteles se limita aquí a las ideas y objetos matemáticos, de los que se habla
RESUME TODAS LAS CUESTIONES QUE PUEDEN PLANTEARSE EN ESTA DISCIPLINA antes, lib. I, c. 6 Y 7; Y después, en el lib. VII, C. 12 y siguientes. Pero en este
terreno la juzgo una cuestión inútil, por lo que la resumimos brevemente en la
Suelen discutir los expositores por qué destinó en este lugar Aristóteles un disp. IV, seco 1 y 2, Y en la disp. V, en toda; y añadimos algo en la disp. XXV a
libro completo a proponer cuestiones que dejó sin solución. yO' creo que 10 hizo propósitO' de la causa ejemplar. El problema estrictamente se refiere a las sustan-
para ponderar la dificultad y provecho de esta disciplina, y acaso para estimular cias angélicas, y lo trata el Filósofo en el lib. XII, C. 8, y nosotros en la dispu-
en el lector el ansia de penetrar en una ciencia en la que se resuelven tantas tación XXXV.
dudas, además de otras razones que él mismo indicó en el c. 1 y que están Cuesto 5. Si la misma ciencia trata de la sustancia y de lo que por natura-
allí bastante claras. En el primer capítulo plantea Aristóteles diversos problemas; leza adviene a ésta. Se encuentra en el capítulo siguiente, texto 6, dándose la
en los demás aduce razones en pro de ambos extremos de la duda, sin decidir solución afirmativa en el lib. IV, c. 1 y 2. Es una cuestión clara, más dialéctica
nada. En la exposición de todas estas cuestiones apenas sigue método u orden que metafísica, y 10's puntps referentes a esta ciencia los desarrollamos nosntros
alguno determinado, sino que da la impresión de haberlas lanzado tal como se le en la disp. I, seco 1 y 2.
oc;:urrian. Y esto lo advierto para que nadie nos crea obligados a justificar dicho Cuesto 6. Si estudia esta disciplina las propiedades comunes del ser, como
orden o seguirlO', al estudiar estos problemas. Por ambos motivos, enumeramos identidad, diversidad y otras semejantes. Ibid.
todas las cuestiones con lus lugares en que las exponemos y resolvemos. Y si Cuesto 7. Si se debe considerar a los géneros y diferencias comO' principios
algunas, por inútiles {)I poco importantes, son pasadas por alto, también lo ad- de las cosas, o mejor como partes físicas, igual que la materia y la forma. En el
vertimos. C. 3 de este librO' lo expone Aristóteles en los dos sentidos. Nosotros, empero,
creemos que no necesita una disputación especial. Unos y otros pueden llamarse
CAP. I principios: los primeros, metafísicos, y físicos, los segundos. Mas por ser la
Cuesto 1. Si el estudio de todas las causas corresponde a una ciencia o a composición metafísica solamente de razón, y la física, en cambiO', real, juzgamos
varias. Aristóteles lo discute en seguida, al comienzo del c. 1. En realidad, en que los principios físicos son propios de las cosas materiales, a las que dedicamos

loco necessaria; traetatur autem infra, tot dubia expediuntur; et propter alias ra- physicae, quatenus uníus scientiae esse pot- de substantiis angelicis, quae tractatur a
disp. XIII, seet. 10 et 11. tiones, quas ipse tetigit c. 1, et sunt in est, vide disp. 1, sect. 1 et S. Philosopho, lib. XII, c. 8, et a nobis,
Q. S. An sit una scientia rerum omnium eo satis perspicuae. Proponit ergo Aristo- Q. 2. An haec scientia simplicia tantum disp. XXXV.
vel pIures. Hane attigit Philosophus in ulti- teles in primo capite varias quaestiones; in substantiae principia consideret, ve¡ etiam Q. 5. An eadem scientia sit de substan-
mis verbis huius capitis, et pro huius scien- caeteris vero rationes dubitandi in utram- prima principia complexa. Disputatur in tiis. et de iJlis quae per se substantiis acei-
tiae opportunitate disseritur, disp. 1, seet. 2 que partem affert, nihil autem definit. Et utramque partem ab Aristotele hic, C. 2, dunt. Versatur C. seq., texto 6, et definitur
et 3. in proponendis his quaestionibus nullam fere texto 4; definitur yero affirmans eius pars, pars affirmans, lib. IV, c. 1 et.2. Et est res
Q. 6. An metaphysica ante ve! post alias methodum ve} certum ordinem servat, sed lib. IV, C. 3, et a nobis, disp. 1, seet. 4, clara, magisque dialectica quam meta physica,
scientias addiscenda sito Tangitur ab Aris- prout in mentem veniebant, ita eas effudis- et disp. III, sect. 3. et in ordine ad hanc scientiam expeditur a
totele ¡bid.; expeditur breviter disp. 1, se videtur. Quod ideo moneo, ne quis putet Q. 3. An haec scientia disputet de sub- nobis disp. 1, sect. 1 et 2.
seet. 4. teneri nos aut rationem illius ordinis red- stantiis omnibus; versatur in utramque par- Q. 6. An communes affeetiones entis, ut
dere, aut illuro servare, cum de his quaes- tem hic a Philosopho, c. 2, texto 5, et ídem ac diversum et simiJes, consíderentur
tionibus disputaverimus. Ob utramque ergo definitur lib. IV, c. 2, lib. VI, c. 1, et in hac scientia; ibidem.
I
LlBER TERTIUS METAPgySICAE. rationem proponemus quaestiones omnes a nobis disp. 1, sect. 2. Q. 7. An genera et differentiae censenda
DUBITATIONES OMNES QUAE Ú,¡ -i-IAc-'-sclOOIA cum locis ubí a nobis tractatae -ac defini- Q. 4. An praeter substantias sensibiles sint principia rerum, vel potius partes phy-
OCCURRUNT SUMMATIM CONTINHNS tae sunt. Quod si omissae aliquae fuerint dentur aliae separatae. Haec solum tractatur sieal!, ut materia et forma. Hanc versat in
ut inutiles ae parvi momenti, hoc etiam hic ab Aristote1e de ideis, et de rebus ma- utramque partem Aristoteles i.n C. 3 huiu8-
Solent expositores inquirere cur Aristote- admonebimus. thematicis, de quibus supra, lib. 1, c. 6 libri. Nobis vero non videtur specialem
les hoc loco in quaestionibus proponendis et 7, et infra, lib. VII, c. 12 et sequen- disputationem requirere; utraque enim cen-
absque earum resolutione integrum librum CAPUT PRIMUM tibus. Sed hoc sensu censen inutilem qUaes- semus dici posse principia, illa metaphysiéa,
consumpserit. Existimo tamen id fecisse ad Quaest. 1. Sitne unius scientiae, an plu- tionem, ideoque breviter expeditur a nobis, haec physica. Quia yero compositio meta-
exaggerandam huius doctrinae difficultatem rium, orones causas contemplarlo Agitanu' disp. IV, sect. 1 et 2, et disp. V, per to- physica solum per rationem est, physica vero
et utilitatem, et fortasse ad excitandum leo- ab Aristotele statim C. 1, in principio. tam; et aliqua addidimus in disp. XXV, de realis, ideo principia physica censemus esse
tod desiderium inquirendi scientiam, in qua Vedtas est hoc esse munus praecipue meta- causa exemplari. Propria vero quaesrio est propria rerum materialium} de illisque dispur
42 lndice detallada de la metafísica de Aristótel'es Libro tercero.-Cap. 1 43

en su totalidad, las disputaciones XIII, XIV, XV Y XVI. Los principios metafísi- material. Parece, pues, preguntarse si la especie es algo distinto de los individuos
cos sólo son tales según nuestra manera de concebir y según la razón, y de ellos en las cosas materiales, y en este. sentido el problema se discute con Platón. Pero
nos ocupamos al tratar de los universales, disp. V, seco 1 y 2, Y disp, VI, en toda. entonces parece coincidir crJ:U el anterior, tal como lo hemos expuesto. A no ser
Cuesto 8. Si entre los géneros tienen más función de principios los más que digamos que allí se plantea el problema el1 la línea de la causa, aqní en la de
universales. Lo examina Aristóteles ampliamente en casi todo el capítulo 3. Pero la quididad, y sería una cuestión materialmente idéntica y formalmente dlstmta;
resulta inútil, pues los géneros remotos pueden juzgarse principios más impor- o también que se trataba allí de la separación real y aquí de la formal ~ ex natura
tantes extensivamente, y los próximos intensivamente, o aquéllos en la linea de J'ei, según 10 discutimos en la disp. V, se~. 2. Otros, por lo gene;al, ent1~nde~ que
la potencialidad y materia, éstos en la de la perfección y forma. Pero todo esto aquí se cuestiona si 10's predicados esenc~~les de las. c~sas matenales se. ld,entIfican
no pasan de ser meras fórmulas de expresión. con aquello a que pertenecen. Esta cuestlOn la contmua largamente Arlstoteles en
Cuesto 9. Si además de la materia hay alguna otra causa material, si es se- el lib. VII, c. 4 y 15; nosotros ampliamente en la disp. XXXIV, casi en toda ella.
parable y si es una sola o varias. Aristóteles lo pone casi, con las mismas palabras Cuesto 11. Si lO's principios están limitados no sólo específica, sino también
hacia el fin del capítulo, pero tiene un sentido ambiguo. Pues tomadas las palabras numéricamente, tanto los propios de cada cosa com-o los diversos en las distintas
rigurosamente como suenan, parece preguntarse si, además de la causa material, cosas. Esto se trata luego en el c. 4, texto 13, y en el lib. XII. Pero no es preciso
no existe la causa formal y otras. En este sentido trata el problema en el lib. IV, detenerse en ellos, pues es evidente que los principios intrínsecos se multiplican
c. 2, y nosotros extensamente en la disp. XII, que trata de las causas en general, numéricamente al multiplicarse los individuos, pero no más que éstos, realizándo-
y en las siguientes. Mas no parece ser ésta la mente de Aristóteles, porque inme- se en la forma de manera distinta que en la materia. Porque las formas se multi-
diatamente, en el capitulo 4, discute este problema y los siguientes con orienta- plican entitativamente en los diversos individuos; pero la materia no siempre,
ción completamente distinta. Por consiguiente, el sentido de esta cuestión tiene pues una entidad material numéricamente una, puede ser sujeto sucesivamente de
que ser distinto, es decir, si fuera de la materia., 'esto es, de las cosas singulares, diversas formas. Ciertamente que varía según las disposiciones y asi resulta que
hay alguna causa esencial. Pues éste es el uso que suele hacer Aristóteles de la pala- la materia próxima siempre es diversa, específica o numéricamente, por razón de
bra fuera (praeter), dentro de la significación platónica; porque este problema las formas. En cambio los principios extrínsecos no se multiplican así, porque
suele discutirlo enfrentándose con Platón, y así lo trata en el c. 4, texto 12, y ha uno solo puede ser principio de diversas cosas. A veces se multiplican, pero siem-
pre en número finito, pues en ninguna multitud de causas se da una serie infinita,
sido resuelto por nosotros en las disp. V y VI al estudiar los nniversales. Sólo
según se apuntó antes en el lib. lI.
queda una dificultad y es que en este caso la cuestión siguiente parece coincidir
Cuesto 12. Si son los mismos los principios de las cosas corruptibles y de las
con ésta. incorruptibles. Lo trata Aristóteles en el C. 1, texto 15, y en el lib. XII, C. 4.
Cuesto 10. La cuestión décima, pues, consiste en saber si existe algo fuera Nosotros, en la disp. XIII, seco 11, donde se trata de los principios intrínsecos, y
del individno material completo. La pone Aristóteles en el texto 2 con estas oscu- de los extrínsecos, en la disp. XXIX, seco 2.
ras palabras: ¿existe algo además del todo simultánea? Y explica lo que entiende Cuest. 13. Si todos los principios incluso los de las cosas corruptibles están
por todo simultáneo, diciendo: y llama simultáneamente todo iI lo que puede pre- exentos de corrupción. Este problema 10 aborda Aristóteles en los mismos lugares;
dicarse de la materia, es decir, según mi opinión, la especie respecto del individuo nosotros le dedicamos particularmente una disputación. Respecto de la forma sólo
species de materiali individuo. Videtur ergo mis, aliter in materia verum esse. Formae
tamus per totas disputationes XIII, XIV, haec quaestio infra, lib. IV, c. 2, et a nobis quaerere an in rebus materialibus species enim multiplicantur secundum suas entita-
XV et XVI. Principia vero metaphysica so- late, disp. XII, de causis in communi, in sit aliquid praeter individua, et in hoc sen- tes i,n diversis individuis; materia autem
lum sunt principia secundum modum nos- sequentibus. Non videtur autcm me esse su quaestio est cum Platone. Apparet autem non semper, quia una numero entitas ma-
trum concipiendi, et secundum rationem, sensus Aristotelis, quia statim, c. 4, quaes- eadem cum praecedenti, prout a nobis ex- reriae subest successive diversis formis; va-
de eisque dieimus tractando de universali- tionem hanc curo allis sequentíbus disputat posita esto Nisi dicarous ibi quaeri ex ra- riatur autem secundum dispositiones, atque
bus, disp. V, sect. 1 et 2, et disp. VI, in sensu longe diverso. Alius ergo quaes- tione causae, hic ex ratione quidditatís, et ita materia proxima semper. est diversa, vel
per totam. tionis sen sus erit, an praeter materiam, id ita materialiter esse eamdem quaestionem, specie vel numero, pro ratione formarum.
Q. 8. An inter genera ea sint magis prin- est, extra res singulares, sit aliqua per se forma'liter yero diversam; veI certe ibi quae- Principia autem extrinseca non ita multipli-
cipia quae magis universalia sunt. Hane ver- causa. Ita enim utí solet Aristoteles voce 1'i de reali separatione, hic de formali seu cantur, quia unum esse potest diversarum
sat latissime Aristoteles fere toto c. 3. illa praeter, in sensu Platonico; eum Platone ex natura rei, prout a nobis disputatur, disp. rerum principium: aliquando vero multípli-
Est vero inutilis; nam genera remota dici enim hane saepe agitat quaestionem, et hoc V, sect. 2. Alii vero intelligunt generatim cantur, et semper sunt in numero finito,
possunt magis principia extensive, propin- sensu tractat i11am, e. 4, texto 12, et a nobis hic quaeri an quod quid est in rebus ma- quía in nulla multitudine causarum datur
qua vero intensive, ve1 illa magis in ratione definita est disp. V et VI, tractando de terialibus si! idem cum eo cuius esto Quam progressus in infinitum, ut supra, lib. JI,
potentiae et materiae, haee in ratione fonnae universalibus. Solum manet difficultas, quia quaestionem late Aristoteles prosequitur, annotatum esto
ac pme.f.tiQml;l;. seg hl:lec sQJwn. pertinent tunc sequens quaestío cum hac videtur coin- lib. VII, C. 4 et 15, et nos late, disp. Q. 12. An rerum corruptibilium et in-
ad loquendi moduro. cidere. XXXIV) fere per taram. corruptibilium sint eadem principia. Trac-
Q. 9. An praeter materiam aliqua sit per Q. 10. Est ergo decima quaestio, an sit Q. 11. An principia, non solum specie, tatur ab Aristotele, infra, c. 1, texto 15, et
se causa, atque ea separabilis, necne, et an aliquid praeter ipsum totum materiale in- sed etiam numero definita sint, id est, uni- lib. XII, C. 4. A nobis vero in disp. XIII,
una vel piures numero. Hane ponit Aristo~ dividuum. Hanc quaestionem proponit Aris- cuique reí propna, et in distinctis rehus sect. 11, ubi de principiis intrinsecis, de
teles eisdem fere verbis versus finero capitis; toteIes, texto 2, illis obscuris verbis: Sitne diversa. Haec tractatur infra, c. 4, texto 13, extrinsecis vero disp. XXIX, sect. 2.
habet autero ambiguum sensum. Nam si aliquid praeter simul totum? Exponit autem et lib. XII. Sed non est in ea immoran- Q. 13. An onmia principia etíam corrup-
propria verba ut sonant sumantur, videtur quid i,ntelligat per simul totum, dicens: dum, nam certum est principia intrínseca tibilium rerum sint corruptionis expertia.
quaeri an ultra causam materialem detur Vaco autem simul totum cum aliquid de multiplicari numero multiplicatis individuis, Tractatur ab Aristotele eisdem loeis, sed in
formalis, et aliae. Et hoc sensu tractatur materia praedicatur, id est, ut interpretor, et non plus quam illa; idque aliter in for- particulari disseritur de materia a nobis in
44 Indice detallada de la metafísica de: Arislóteles 45
---- Libro terCe1'o.-Cap'. [,'-1_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
hay discusión acerca del alma racional, pero es cuestión ajena a esta disciplina. por causa de las ideas de Platón, de las que éste afirmaba que infundían las f0n:'as
En las causas extrínsecas, apenas hay lugar a tal contruversia, pues la causa pró- de modo distinto; parece discutirlo después, c. 6, texto 18. NosotrO's 10 explIca. . .
xima y unívoca de las cosas corruptibles debe ser corruptible; en cambio, la mas también en este sentido en la disp. XV y XVIII, donde tratamos de la educ-
causa superior puede ser incouuptible y eterna. Es también necesario que todas'
ción de la forma sustancial de su principiO' efectivo.
las especies incorruptibles tengan su origen en algo eterno e incorruptible, según Cuesto 17. Si los principios de las cosas existen en acto o en petencia. Se
demostramos en la disp. XXIX, seco l. trata de cada principio en particular luego en sus lugares respectivos, por ejem-
Cuesto 14. Si la unidad y el ser son la sustancia misma de las cosas o hay plo, de la materia, forma, etc. La razón de planteárselo Aristóteles parece que
que suponer algo más. Lo discute Aristóteles en el c. 4, texto 16. Es una cuestión son lO's elementos, principies del mixtO', de les que se discute si están actual o
inútil, de matiz platónico. Pues si se trata del ser y de la unidad trascendental; es: potencialmente en el mismo. La discusión de este problema, C. 6, texto 19; nos-
evidente que no existe' nada, fuera de la sustancia o esenda indivisa de cada cosa;
otros, disp. XV, seco 10.
y de esto dijimos bastante en la disp. IV y V; si, por el contrario, se entiende el Cuesto 18. ¿ Son sustancias los números, figuras, dimensiones y puntes, o no
ser primero y unO' por antonomasia, entonces nO' cabe duda que es algo distinto Jo son? L<J trata Aristóteles en el c. 5, con toda extensión en los lib. XIII Y XIV;
de las demás cosas, sin que sea su sustancia o sujeto, sino su causa primera, y de nada podemos añadir aquí a las explicacienes que después damos acerca de la
ello se trata en la disp. XXII, seco 1; Y lo exponemos profusamente en la dispu- cantidad, disps. XL y XLI.
tación XXIX, seco 1 y 2. Si, nO' obstante, el ser y el uno se usan con otros sentidos
ocultos y metafóricos, explíquense éstos y la respuesta será fácil. CAP. II
Cuesto 15. ¿Son los principios de las cosas algo universal" algo singular?
EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS DE DUDA EN LAS CINCO PRIMERAS CUESTIONES
Esta cuestión se trata luego, c. 5, texto 20, y en el lib. VII, desde el c. 13, y se
puede entender comO' suscitada contra Platón, en concreto, para saber si las ideas Creo superfluo exponer cada uno de los motivos, por la facilidad con que
son principios de las cosas, y en este sentido fué ya examinada en dicho lugar pueden leerse y comprenderse, bien en el texto, bien en otros autores. Pues aun-
y otras muchas veces. Puede coincidir con la pregunta sobre si las acciones son que Aristóteles al explicar estas razones expenga algunas opiniones dignas de
de los seres singulares, a la que se aludió en el lib. 1 Y se trata en la disp. XXXIV, ser sabidas y censideradas, no obstante, por no seguir una línea determinada en
seco 9; 0', de acuerdo con SantO' Tomás, a ver si estos principios son de natura- su argumentación, nunca pedemos conocer con certeza su posición, como le hizo
leza universal o singular, tal como se indicó en la disp. V, seco 3, 4 Y 6. constar también Averroes al principio del comentario de este libro. Consecuen-
Cuesto 16. Si los principios de las cosas pueden ejercer la causalidad por un temente, en buena lógica, en este libro Aristóteles no da motivo alguno para el
medio distinto del movimiento. Esto parece referirse solamente a la causalidad planteamiento de las cuestiones que llaman ocasionales o textuales. Sin embargo,
eficiente, según se hace en la: disp. XXII, seco 1. Sin embargO', Aristóteles nunca referentes a este capítulo, suelen proponerse las siguien~es:
se planteó así ex professo este problema en el sentido dicho, sino que lo propone Cuesto 1. Si las ciencias matemáticas demuestran por causa eficiente y final;
Aristóteles adopta corno verdadera, en la argumentación del texto 3, la posi-
propria disputatione. De fonna yero solum de quo disp. XXII, sect. 1, et disp. ción negativa. Sin embargo, corno en este argumento intenta aparentemente
habet controversiam in anima rationali, quae XXIX, sect. 1 et 2, copiose disserimus. Si defender una falsedad, a saber, que no existe ciencia alguna que estudie todas
non spectat ad hanc scientiam. In causis tamen allis occultis et metaphoricis signi-
autem extrinsecis fere non est locus huic ficationibus sumantur ens et unum, expli- ideas Platonis, quas ille dicebat alin modo CAPUT II
quaestioni, causa enim proxima et univoca centur illae, et facilis erit responsio. inducere formas, et videtur illam discutere
rerum corruptibiijum esse debet corruptibi- Q. 15. An principia rerum sint ípsa uni- Affemntut· quinque primarum quaestionum
lis; causa yero superior esse potest incor- versalia, ve¡ res singulares. Haec quaestio infra, C. 6, texto 18. Quo etiam sen~u tra- r'ationes dubitandi
ruptibilis et aetema. N ecessarium etiam est tractatur infra, c. S, texto 20, et lib. VII, ditur a nobis disp. XV et XVIII, ubi de Supervacaneum censeo singulas rationes
spedes omnes íncorruptibiles ab aliqua re a c. 13, et intelligi potest moveri contra eductione substantialis formae a principio adnotare, cum in textu et alüs expositori-
aeterna et incorruptibili ducere originem, Platonem, an, scilicet, ideae sint principia eius effectivo russerimus. bus et legi et fad1e intelligi possint. Quam-
ut demonstratur a nobis disp. XXIX, sect. 1. rerum, et sic iam tractata est dicto loco quam yero Aristoteles inter proponendum
et alias saepe. Potest etiam coincidere cum Q. 17. An principia rerum sint actu vel has rationes nonnullas sententias proferat
Q. 14. An unum 1 et ens sit ipsa rerum
substantia, an yero aliquid aliud eis subiicia- illa qua quaeritur an actiones sint singu- potentia. Haec de singulis principiis infra scitu et disputatione dignas, tamen cum
tur. Haec disputatur ab Arist. c. 4, texto 16. larium, quae tacta est in lib. 1, et tractata silis locis disputatur, scilicet de materia, for- hinc et inde argumentando semper proce-
Est tamen inutilis, et platonica. Namque disp. XXXIV, sect. 9; vel, ut D. Thomas: ma, etc. At videtm hic proponi ab Aristo- dat, nihil firrnum de illius sententia habere
si de ente et uno transcendentibus sit ser- exponit, an principia talla sint secundum tele propter e1ementa quae sunt principia possumus, ut etiam Averroes initio COlTh-
mo, satis constat non esse aliquid praeter rationem universalem vel singularem, et sic mixti, de quibus quaestio est an sint actu mentariorum huius libri adnotavit. Et ideo,
substantiam---seu essentiam indivisam unius- taeta est disp. V, sect. 3, 4 et 6. si recte procedendum est, nullum in toto
Q. 16. An principia rerum causent ali- vel potentia in mixto. Quam quaestionem hoc libro pIaebet Aristoteles fundamentum
cuiusque rei, de quo satis in disputatione
IV et V disserimus. Si yero sumatur per ter quam per motum. Haec de sola efficien- disputat C. 6, texto 19, et nos disp. XV, ad quaestiones quas incidentes seu textuales
antonomasiam pro primo ente per se uno, ti causa videtur proprie tractari, ut in sect. 10. vocant pertractandas. Nihilominus solent
sic constat esse quid separatum a caeteris disp. XXII, sect. 1. Aristoteles autem nun- Q. 18. An numeri, figurae, longitudines circa hoc caput sequentes tractari.
rebus, non tamen esse substantiam earum, quam in hoc sensu eam ex professo dis- Quaest. 1. An scientiae mathematicae
et ptulcta, substantiae quaedam sint, necne.
nec subiectum, sed primam earum causam: putavit, sed videtur eam proponere propter demonstrent per causam efficientem et fi-
Tractatur ab Aristote1e intra, C. 5, et lib. nalem; partem erum negantem assumit ut
XIII et XIV latissime; in ea veto nihil veram Aristoteles argumentando in texto 3.
1 La sustitución de unum por verum que aparece en algunas ediciones (concretamente:
en la de VIVES) no concuerda con el contenido de esta cuestión (N. de los EE.). dicendum est praeter ea quae inferius de Tamen, cum illo argumento aliquid falsum
quantitate disputavllnus, disp. XL et XU. Aristoteles apparenter confirmare nitatur.
46 Libra tereero.-Cap. ~_ ------
47
las causas, resulta que de dicho testimonio nO' se puede deducir afirmación algu- por otro. En este sentido el matemático demuestra por causas, como cuandO' por
na acerca de la actitud de Aristóteles. Y creí que podría omitir esta cuestión en la definición de triángulo prueba algo de éste o aquel triángulo.
mi obra, no sólo por pertenecer más bien a la naturaleza y concepto de las mate- Cuesto 2. En segundo lugar, se suele preguntar aqní, a propósito de las
máticas, sino también por su absoluta facilidad. Pues es evidente que los objetos palabras de Aristóteles, si los entes matemáticos son buenos; 10 hemos aclarado
de que se ocupa la matemática tienen de suyo causas eficientes y finales, porque suficientemente en la disp. X, seco 2.
cantidad, lineas, puntos son hechos por alguien y para algo; aunque, tal como Cuesto 3. Si toda acción requiere movimiento. También lo afirma Aristóte-
los considera la cienda matemática especulativa, prescinden de estas causas les en el decurso del mismo argumento en el que hay igualmente muchas cosas
por prescindir del movimiento y de toda consideración práctica. Por esO' mismo, interesantes para el tratado de las causas, corno la carencia de causa eficiente y
no dijo Aristóteles de los objetos de la matemática que no tenían causa eficiente final en los seres inmóviles. Esto es falso respecto de las inteligencias creadas;
y final, sinO' que las ciencias matemáticas no demostraban por tales causas. y, según dije, no hay necesidad de aceptar como de Aristóteles nada de lo aquí
La razón a prim1 parece consistir en que las matemáticas no consideran la expuesto por él. Acerca de la primera afirmación tratamos ampliamente al expo-
esencia misma ni la naturaleza de la cantidad, sino sólo ciertas proporciones y pro- ner la creación, disp. XII, seco 1, donde demostrarnos la solución negativa. Lo
piedades consecuentes, no en virtud de causalidad real, sino únicamente de de- que dice en este lugar Aristóteles puede afirmarse de la acción física, pues da por
duección ilativa. De aquí se deja entender que las matemáticas tampoco demues- supuesto que los entes matemáticos no poseen una acción de orden superior.
tran por vía de causalidad material -Aristóteles no 10 trató por ser demasiado La segunda afirmación se discute también en el citado lugar, y en la disp. XXIX,
claro~, porque es ciencia que abstrae de la materia. Por consiguiente, tampoco seco 1 y 2, Y en la disp. XXXV, seco 1. Aquí, pues, sólo se llama inmóviles a
pueden recurrir en sus demostraciones a la forma propia y física, por estar forma los entes matemáticos, de los que' se dice, atendiendo no sólo a la realidad, sino
y materia en una especie de correlación. De esto deducen algunos, finalmente, también a la abstracción y consideración de la mente, que no tienen causa,.
que las matemáticas no demuestran por causa alguna y que no son, por 10 tanto, según quedó expuesto.
ulla ciencia deductiva; y que solamente demuestran la verdad de sus conclusio-
nes unas veces por el absurdo, otras mediante ejemplo y de modo aproximativo. CAP. lIr
Pero, aunque esto sea exacto de muchas demostraciones matemáticas, sin em- DISCUSIÓN ACERCA DE LOS PRINCIPIOS: SI SON LOS MISMOS GÉNEROS,
bargo, no puede negarse que hay a veces en dicha ciencia demostración deducti- o ELEMENTOS O PRINCIPIOS FÍSICOS
va, O' sea, por causas. Pero respecto de las causas, hay que distinguir: unas reales,.
por el influjo que les es propio, ordenadas a la producción del ser, de las cuales Acerca de la cuestión tratada aquí ex professo por Aristóteles, nada hay qne
se dice con verdad que no tienen nada que ver con las demostraciones matemá- afiadir a las explicaciOlles del c. 1, cnestión 7. Sin embargo, respecto de las
ideas incidentales del Filósofo, se presentan algunas cuestiones, sobre todo rela-
ticas, según diO' a entender Averroes, lib. 1 de la Física, al principio. 'Otras son
tivas al texto 10.
causas respectO' del conocimiento o más propiamente razones, suficientes, para
Cuesto 1. Si el género se predica esencialmente de las diferencias que lo
una demostración a priori, según se ve en la demostración de un atributo divinO'
contraen, o. dicho de otra manera, si exige esencialmente el género diferencias
ajenas a su naturaleza, es decir, en cuyo concepto intrínseco y esencial no se
scilicet, nullam esse scientiam quae omnes etiam non demonstrare per causalitatem ma-
causas consideret, constat ex illo testimo- terialem, quod ut notius videtur Aristoteles
nio nihil de Aristotelis sententia affirmari reliquisse, quia hae scientiae abstrahunt a thematicus per causam, ut cum per defini- XXXV, sect. 1. Hoc autem loco per im-
posse. -Illam autem quaestionem praetermit- materia. Unde nec per formam propriam ac tionem trianguli aliquid ostendit de hoc vel mobilia solum mathematica intelliguntur, et
tendam censui in hoc opere, tum quod ad physicam demonstrare possunt, quia fonna illo triangulo. haec non so~um secundum rem, sed secun-
naturam et rationem scientiarum matherna- et materia sunt quasi correlativa. Atque Q. 2. Solet autem occasione verborum dum talero abstractionem et consideratio-
ticarum dec1arandam potius spectet. tum binc tandem inferunt aliqui mathematicas Aristotelis secundo hic quaeri an entia ma- nem dicuntur non habere causam, ut decla-
etiam quod facillima sito Nam constat res non demonstrare per ullam causam, ideo- themadca sint bona, quam satis attigimus raturo esto
illas de quibus mathematicae disputant, se- que non esse proprie scientias propter quid, in disp. X, sect. 2.
cundum se habere Causas efficientes et fi- solumque demonstrare conclusiones suas ve- Q. 3. Utrum omnes actiones sint curo CAPUT 111
na~es, nam quantitas, linea, puncta, ab ali- ras esse interdum ab impossibili, interdum motu. Hoc enim etiam affirmat Aristote1es
quo et propter aliquid fiunt; tarnen prout a signo et quasi ad sensum. Sed llcet de
Tractatur quaestio de principiis, an sint ipsa
in discursu illius radonis ubi etiam multa genera veZ elementa seu principia physica
considerantur a scientüs speculativis mathe- multis demonstrationibus mathematicis hoc dicit pertinentia ad materiam de causis, ut
maticis, abstrahuntur ab his causis, quia verum sit, tamen negandum non est quin quod irnmobilia non habeant efficientem, De quaestione quam Aristoteles ex pro-
abstrahuntur a motu et ab omni usu. Et interdum fiat in illis scientiis demonstratio neque finem. Quod de intelligentiis creatis fesso disputat, nihil novum occurrit praeter
ita' "non dixit" Aristoteles' res mathematicas propier quid, quae est per causam. Sed di- est falsum: sed, ut dixi, nihil oorum quae ea quae c. 1, q. 7) notata sunt. Circa ea
non habere causam efficientem et finalem, stinguendum est de causa: alia enim est rea- hic assumuntur ab Aristotele necesse est yero quae obíter attingit Ph.ilosophus, non-
sed mathematicas scientias non demonstra- lis per proprium influxum, quae dicitur in ab eo affirmari ex propria sententia. De nullae quaestiones occurrunt, praesertim cir-
re per has causas. orcline ad esse: et de hac est verum non priori tamen propositione disputamus late ca texto 10.
Et ratio a priori esse videtur, quia ma- intervenire in mathematícis demonstrationi- tractando de creatione, disp. XII, sect. 1, ubi Quaest. 1. An genus praedicetur per se
thematicae non considerant propriam essen- bus, ut insinuavit Averroes, 1 Phys., in partero negativaro demonstramus. Quod
tiam et naturam quantitatis, sed solum pro- princip. Alia est causa in ordine ad cogni- de differentüs quibus contrahitur, vel ut
yero hic sumit Aristoteles, exponi potest de
portiones quasdam, et proprietates quae ad tionem, quae magis dicitur ratio, quae suf- actione pbysica, nam supponit res mathe- aliter quaeri solet, an sit de ratione generis
eas consequuntur, nOn per causalitatem rea- fidt ad demonstratíonem a priori, ut patet maticas non habere aliam superiorem actio- ut habeat differentias extra sui rationero,
lem, sed per consecutionem tantum illati- cum unurn attributum divinurn per aliud de- nern. Altera yero propositio disputatur ibi- id est, in quarum intrinseco et essentiali
varn. Ex quo inteUigere licet mathematicas monstramus, et hoc modo demonstrat ma- dem, et disp. XXIX, sect. 1 et 2, et disp. conceptu genus ipsum non includatur. Hoe
Li&ro tercero.-Gap. 111 49
---~.------~- ~----_._--
•• -- -
Indic~
---~-_.- ---~

48 detallada de la metafísica de' Aristótdes


mismo modo puede decirse que se predican esencialmente el uno del otro. Pero es--
incluya e! propio género'. Así lo da manifiestamente por supuesto el Filósofo en tos mQdos esenciales atribuídos rpediante predicación carecen del uso frecuente de
e! argumento elaborado en e! texto 10, y para que no se diga que no trata aquí los anteriores; además, estas predicaciones no son completamente normales sino
de decidir, sinO' sólO' de argumentar, 10 prueba él mismO' ex profe'ssO' en el c. 3 ~~ta cierto p:mto impropias, que es otra diferencia más respecto de las ~ropo­
del lib. VI de los Tópicas, Por lo que esta cuestión tiene un aspecto metafí- SICIones esenCIales. Porque, aunque la diferencia específica se compare como
sicO' y etrO' dialécticO'. Es, efectivamente, metafísica en cuanto establece la distin- forma respecto de! género, es menos universal que e! género· y por otra parte
ción entre el género y la diferencia, la precisión del unO' respecto del otro, y cómO' aun~ue el !5énerO' es más universal, está en relación de potencia ; no de acto co~
resulta la especie de su composición. Este aspecto queda indicadO' en las últimas la diferenCia, y no puede, por esto, predicarse tan propia y directamente Por lo
palabras arriba citadas y lo hemos tratado suficientemente en la disp, VI, seco 5 tanto:. estas proposiciones deben excluirse terminantemente del número' de las
y 6; también se trata en la disp. II, seco 6 y en la disp. XXXIX, seco 2. proposiciones esenciales.
y es cuestión dialéctica por investigar la clase de predicación: en concreto, Cuesto 2. Si el tener diferencias que no pertenezcan a su esencia en las
si afirmar el génerO' como· predicado de la diferencia, o al contrario, es una pre- ,que no se incluya ni se predique de ellas esencialmente, es- característica' esencial
dicación esencial, como "racional es animal", O' "animal es racional". En este no ~ólo de! género. propiamente tal, sino también de todo predicadO' unívoco, es
sentidO' la trata Janduno largamente, incluyéndola en las predicaciones esenciales deCIr, cuyo conterudo sea un concepto objetivo común a todos los inferiores.
en la cuesto 12; Antonio Andr~s, en la cuesto 2; Y Javelln, en la cuesto 2, quienes Trata~os esta cuestión e.u la disp. II, seco 5 y 6, donde probamos que no es
lO' niegan; y Nifo en la disp. II, valiéndose. de diversas distinciones. El problema, necesarIO que ~odo predicado común por razón del mismo concepto objetivo
además de rebuscadO', es bastante claro. Esas proposiciones no pertenecen al pri- posea esta p~opledad; demost~amos también en la disp. XXXIX, seco 2, que no
mero ni al segundO' modO' de predicación esencial, que pusO' Aristóteles. en el es .ca~actenstIC-a, de todo predicadO' esencial o -quiditativo, y que en este pasaje
lib. I de los Analíticos Segundos, porque ni el predicado pertenece a la esencia AflSt~te!es hablo só.1O' de! género propiamente tal, digan lo qne quieran algunos
del sujetO', ni el sujetO' a la esencia del predicadO'. Y la razón a priori está preci- eXpOSItores. A lo. mISmo nos referimos en las disp. XXXII y XXXIX.
samente en la explicación del primer sentidO'. Porque comO' la relación eutre el . Cuesto 3,. SI puede predicarse la especie de su diferencia constitutiva, pO'r
género y la diferencia exige que el unO' no pertenezca al conceptO' y esencia del eJemplo, racwnal es hom'bre. Los autores citados tratan esta cuestión aquí afir-
O'tro, y que además, la diferencia nO' sea propiedad emanada de la razón del gé- m~do unos, negando otros y ~istinguiendo algunos. Nosotros la hemos onrltido,
nero, como es notoriO', resulta que nO' se pueden predicar esencialmente el uno prImero por pertenec.er a la l~glca; segundo, porque, según rectamente notó Fon-
del otro, ni del primer modO', uí de! segundo. Y si alguien qniere interpretarlo 's~ca en lO's co~entarIos, a ArIstóteles le pareció tan clara la postura negativa que
de otra manera según otros modos esenciales señalados por Aristóteles en el n: se preocu~o de probarla o explicarla. Ni significan nada en contra las 'obje-
lib. V de la Met., C. 18, e incluso otros más que pueden inventarse, por c~ones de qU1enes dicen que. en. esta proposición el sujeto es de esencia del pre-
ejemplo, contraponiendO' esencialmente a por otro, O' en cuanto es incompatible d~cado, y que pe:tenece conSlgruentemente al segundo modo de predicación esen-
con la composición per accidens, igual que la diferencia se une al género de CIal, por C?~~lStIr en esto precisamente su definición. Además, perteneciendo
un modo semejante al esencial, es decir, inmediatamente y no por otrO', y así :sta ,p~OposIclOn e'l hom~re es racional al primer modo de predicación esencial,
comO' el génerO' y la diferencia componen un unum per se y nO' per accidens, del ~s loglco que al converurla pertenezca de suyo por lO' menos al segundo modo

riis distinctionibus utitur; sed res est et -pracdicationes, non sunt ita usitati sicut XXXIX, sect. 2, ostendimus non convenire
eniIll aperte supponit Philosophus in ratio-
aliena et satis clara. IIlae enim propositio- ~riores; praeterquam quod illae praediea- omni praedicato essentiali seu quidditativo,
ne quam textu 10 conficit. Et ne quis dieat
nes non sunt in primo aut secundo modo tlOnes non sunt admodum naturales sed ali- et Anstotelem hoe loco solum de proprio
nO'n procedere hie definiendo, sed argumen-
dicendi per s.e, quos Aristoteles posuit in quo modo impropriae, et in hoc etiam de- gener~ locutrnn fuisse, quidquid nonnulli
tando tantum, id ex professo probat idem fidunt a propositionibus per se. Nam li-
Philosophus lib. VI Topicorum, c. 3. lib. I, Posteriorum, quia in eis nec praedi- expoSItores contendant. Idemque attigimus
catum est de ratione subiecti, nec subiec- cet differentia divisiva comparetur ad g~nus disp. XXXII et XXXIX.
Quocirca quaestio haee in uno sensu meta-
tum de ratione praedicati. Et ratio a priori per modum fonnae, tamen minus univer- Q. 3. An specjes per se praedicetur de
physiea est, in alin dialectica. Est enim salís est quam genus: e contra vera lieet
metaphysica, quatenus distinguit quaestio- sumitur ex dedsione prioris sensus. Nam differentia constituente ipsam, ut rationale
cum genus et differentia ita comparentur, genus sit uruversalius, comparatur ta~en ad est hamo. Hanc tractant hoc loco auctores
nem inter genus et differentiam et prae-
dif~erentiam ut potentia, et non ut actus,
j

cisionem uruus ab alio, ac modum eompo- ut unum sit extra eonceptum et rationem supra citati, et quidam affirmant alii ne-
essentialem alterius, et alioqui differentia et Ideo non tam proprie et directe praedi- gant, alii distinctiombus utuntur.' A nobis
sitionis speciei ex illis, et in hoe sensu in-
non sit proprietas manans ex natura generis, catur. Absolute ergo propositiones hae reii- v:ro praetermissa est, tum quod dialeetica
clieatur posterioribus verbis. supra positis, et
Ut est per se notum, fit ut unum de alío nec
ciendae sunt a numero propositionum per se. Slt, tum quod (ut bene Fonseca in com-
satis est a nobis tractata disp. VI, seet. 5,
et sect. 6, et ad eamdem conferent quae in per se primo, nec per se secundo praedicari Q. 2. An habere differentias extra sm mentariis indicavit) Aristoteles tam dare
disp-;---lI;- sett' 6; ét "disp;"'XXXIX, sect. 2 possit. Quod si, qms velit alioqui iuxta alios r~tionem, in quibus non indudatur, nec de existimaverit partem negantem ut eam sine
modos per se pasitos ab Aristotele, lib. V elS per se praedicetur, sit non solum de probatione reliquerit et declaratione. Neque
tractantur .
Est autem dialectica haec quaestio qua- Metaph. c. 18 ve! alios qui excogitari ratione proprü generis, sed etiam de ratione obstant quae alii obiicilIDt, scilieet in ea
propositione subieetrnn esse de ratío~e prae-
j

tenus inquirit qualitatem praedicationis, sci- possunt, seilicet, ut per se distinguitur con- omrus praedicati univoci, ve! habentis unum
ij.cet, an illa praedicatio generis de differentia tra per aliud, vel ut excludit compositionem conceptum obiectivum communem omnibus dicati, et ideo esse in secundo modo dicen-
vel e converso sit per se, ut, rationale est per accidens, sic differentia sicut per se ·eontentis sub illo. Hane quaestionem atti- di per se, nam haee est eius definitio. Item
animal, vel, animal est raticmale. Et hoc eomungitur generi, id est, immediate et g~mus disp. II, seet. 5 et 6, ubi osten- quia. haec. propositio Homo est ra-tionalis,
sensu traetant eam hic late Iandunus, q. non per allud, vel sieut genus et differentia dimus, non opO'rtere ut ea proprietas con- est ln pnmO'. mc;do dieendi per se; ergo
per se, et non per aecidens unum compo- veniat omru praedicato eommuru secundum convertens ent et1am per se saltem secundo
l~J qui affinnat esse per se, et Anto-
IDUS Andr., q. 2, et Iavellus, q. 2, qui nunt, ita dici potest unUIll de alio per se ,eumdem obiectivum conceptum; et disp. modo. Haec (inquam) et similia non ob-
id negant; et Niphus, disp. II, qui va- praedicari. Sed hi modi per se applicati per

Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro cuarto.-Cap. 1 51
50
rusp. XL, sec. 1 y 2. En cambio, este pasaje es interesante en orden a lo que
esencial. Esta y otras objeciones similares no tienen valor ninguno, por no tra-
tarse de una proposición natural, sinO' indirecta y muy impropia y fuera de los nor- allí se explica.
mal, que está, por consiguiente, al margen del ámbito de las proposiciones ese~cia­ CA P. VI
les. Porque las definiciones de los modos esenciales han de entenderse de los sUjetos Aquf discute las cuestiones anteriormente propuestas, para acabar siempre
propios y naturales, no de los que resulten de componer o- convertir proposiciones enfrentándose con Platón en la inútil controversia de las ideas. Por eso no suelen
de una manera ilegítima y antinatural. Por 10' tanto, también cabe afirmar que el plantearse aquí problemas nuevos.
género, al ser propuesto esencialmente en tales definiciones, constituye una pro-
posición propia y natural. Y por este motivo no es necesario que una proposición
esencial se convierta en otra esencial, cuando resulta indirecta e impropia en LIBRO CUARTO DE LA METAFISICA
tal conversión. Más aún, esta proposición "el hombre es racional" es esencial se-
gún el primer modo; en cambio, ésta "el animal es hombre" 00 10 es de modo OBJETO DE ESTA DISCIPLINA, sus PARTES, PROPIEDADES
alguno. Me parece que se trata de una cuestión de palabras, y que muchos, Y PRINCIPIOS
efectivamente, creen que esta proposición "lO' risible es hombre" pertenece de
suyo al primer modo, aun siendo indirecta. Sin embargO', el modo primero tiene C. A P. I
un valor más formal y más propio. De 10 contrario, también la proposición "racional EL OBJETO DE LA METAFíSICA
es hombre" pertenecería igualmente al primer modo esencial, porque si el hombre se Cuesto 1. ¿Es el ser en cuanto ser, tal como afirma aquí Aristóteles, el obje-
incluye en la definición de risible, -¿por qué nO' ha de incluirse en la de racional? to de la metafísica? Disp. I, seco 1, en toda ella.
y según esto, la misma proposición, "racional es hombre", pertenecería al primer Cuesto 2. Qué entes o qué razones de ente considera la metafísica en su estudio.
y segundO' modo esencial, 10 cual es absurdo. Se han de tomar, por 10 tantO', como Cuest. 3. Si el ser tiene' de suyO' propiedades que le sean esenciales y que
proposiciones indirectas ajenas a la clasificación de las proposiciones esenciales. sean demostrables de él en esta disciplina. Disp. III, seco 1.
Cfr. Cayetano, lib. I de los Analíticos Segundos, c. 4 y 18. , C~est. 4. ¿Cuántas son dichas propiedades y qué relación guardan entre
S1? Dlsp. III, seco 2.
CAP. IV . Cuesto 5. Si estudia .esta disciplina los primeros principios y qué función
En él propone Aristóteles las opmlones contrarias de muchos problemas que tIene respecto de ellos. DISp. 1, seco 4.
había tratado en el C. 1, desde la cuestión 9 hasta la 14. NO' resuelve nada, ni Cuesto 6. Subordinación de otras ciencias a la metafísica por razón de su
hay novedad alguna' que necesite discutirse o aclararse. objeto o de sus principios. Disp. 1, seco 5. .'
Cuesto 7. Si tiene esta ciencia a1glll1os primeros principios de que se valga
CAP. V para la demostración. Disp. JII, seco 2, .
. Cuesto 8. Si se .ocupa la metafísica, y cómo, de las primeras causas v princi-
Examina aqul la cuestión 18 acerca de los entes matemáticos o de la cantidad, pIOS de las cosas. DlSp. I, seco 4; disp. XII, al comienzo. -
concretamente si es sustancia o no. No hay nada digne de atención o que re-
Cuesto 9. Si el ser en cuanto ser tiene causas reales. (Pasajes inmediatamen-
quiera nuevo examen; es suficiente con 10 dicho acerca de la cantidad en la: te antes citados.)
stant; nam illa propositio non est naturalis risibilis ponitur horno, cur non in defini- disserimus disp. XL, sect. 1 et 2. Est tamen
sed indirecta, improprüssima et praeter na-. tione rationalis? Atque ita eadem proposi- entium metaphysica sua contemplatione at-
hie locus observandus pro üs quae ibi tingat. Disp. 1, sect. 2, per totam.
turam, et ideo est extra omnem latitudinem tio: Rationale est hamo, esset in primo et traduntur.
propositionum per se. Nam definitiones illae secundo modo per se; quod est absurdum. . Q. 3. An ens seclU1dum se habeat pas-
CAPUT VI s~ones quae per se illi insint et in hac
modorum per se intelligendae sunt de prae- Sunt ergo hae propositiones indirectae ex-
scientia de illo demonstrentu/ Disp. III,
dicatis et subiectis propriis et connaturali- tra ordinem propositionum per se. Vide Híe disputat caeteras quaestiones supra sect. 1.
bus, non de iis quae a nobis inverso et , Caietanum, lib. 1 Poster., c. 4 et 18. praemissas, et semper fere revertitur ad
contranaturali ordine componuntur et con- Q. 4. Quotnam illae passiones sint
inutilem disputationem de ideis cwn Pla- quemve ordinem inter se servent. Disp. III;
vertuntur. Dnde etiam dici potest genus in CAPUT IV tone. Quare nihil nov¡ salet hic etiam dis- sect. 2.
illis definitionibus propositum per se, esse putari.
propositionem propriam et naturalem. Atque Disputat hic Aristoteles in utramque par- Q. 5. An haec scientia versetur circa
eadem ratione 'non est necesse propositio- tem pIures quaestiones in primo capite pro- prima principia; et quid muner¡s circa illa
positas, seilicet a quaestione 9 usque ad 14. LIBER QUARTUS METAPHYSICAE exerceat. Disp. 1, sect. 4.
nem per se convertí in aliam per se, quan-
do per conversionem fit indirecta et impro- Nihil tamen definit, nec novum quid aut DE SUBIECTO HUIUS DQCTRINAE EIUSQUE Q. 6. An ratione obiecti vel principio-
prla. Adde etiam hanc"-esse- -per- --se----p-rimo nostra disputatione aut notatione indigens PARTIBUS, AFFECTIBUS AC PRINCIPIIS rum aliae scientiae subalternentur metaphy-
sicae. Disp. 1, sect. 5.
modo: Horno est animal; hane vero, ani- affert.
mal est horno, nullo modo. Video contro- CAPUT 1 Q. 7. An haec scientia habeat aliqua pri-
versiam esse de modo loquendi; et multos CAPUT V
ma principia, ex quibus demonstret. Disp.
De sumecto metaphysicae III, sect. 2.
censere hane propositionem, Risibile est Híc disputat quaestionem 18 de rebus Quaest. 1. Utrum ens in quantum ens
hamo, esse per se in primo modo, llcet sit Q. 8. An haec scientia consideret pri-
mathematicis, seu quantitate, an, scilicet, sit metaphysicae subiectum; id quod in hoe m~s' rerum causas et principia, et quo modo.
indirecta. Sed nihilominus prior modus est loco Aristoteles affirmat, disp. 1, sect. 1,
haec sit substantia, necne; nihilque dicit DlSp. 1, sect. 4, et disp. XII, in principio.
formalior et magis proprius. Alioqui etiam per totam.
illa propositio: Rationale est horno, esset in notatione dignum, aut nova disputatione in- Q. 9. An ens in quantum ens habeat
digens; sufficiunt ea quae de quantitate Q. 2. Quaenam entia seu quas rationes causas reales. Locis proxime citatis.
primo modo per se; nam si in definitione
52 ¡"dice detallada de la metafísica de Aristóteles
Libro cuarto.-Cap. 11 53
Cuest. 10. ¿Tiene el ente en cuanto ente un conceptO' objetivo uno? Este
problema se suscita aquí con ocasión de las palabras de Aristóteles: Puesta que CAP. II
investigamos los p'rincipiO's y últimas causas, es evidente que' han de ser necesa- LA ANALOGÍA DEL SER Y ALGUNAS DE SUS PROPIEDADES
riamente causas de alguna naturaleza:. Y al concluir el capitulo: Por lo tanto,
tenemos que considerar las primeras causas de'l ser en' cuanto ser. De la com- Cuesto 1. Si el ente es univocO' O' análogo, bien respecto del ser creado e
paración de ambas expresiones parece deducirse, según opinión de Aristóteles, inereado, bien de la sustancia y el accidente. La primera cuestión se trata en
que el ser en cuantO' ser sigmilca alguna esencia o alguna razón CDmún a modo la disp. XXVIII, seco 3; la segunda en la disp. XXXII, seco última.
de una esencia, cuyas propiedades necesarias, principios y causas pueden ser Cuesto 2. Legitimidad de la comparación aristotélica entre la analogía del
objeto de esta disciplina. Tratamos esto en la disp. I1, seco 2. En conexión con ser y la analogía de sana. La dificultad consiste en que parecen ser de muy dis-
ella están las siguientes cuestiones: tinta naturaleza, según se desprende de las disputaciones anteriores. Hay dos
Cuesto 11. Si tenemos un concepto formal único del ser, común a todos los respuestas aceptables: la primera, que los comparó a ambos simplemente en
seres. Disp. II, seco 1, en toda. cuanto a' su analogía, perO' no en cuantO' al modo de la misma, pues desde este
Cuesto 12. Si el ente en cuantO' ente es algo realmente preciso respecto de punto de vista no son semejantes. En efecto, la analogía de sanO' es tal que la
sus inferiores. Ibid, seco 3. forma significada sólo conviene intrínsecamente a uno de sus inferiores signifi-
Cuesto 13. Si puede ser prescindido al menos según la razón. Disp. IV, seco 2. cados, y a los demás por denominación extrínseca. Ser) en cambio, significa una
forma o razón intrínseca a todos los objetos significados. De donde se deduce
Cuesto 14. Si se incluyen actual o potencialmente los inferiores en el ser
que sano nO' expresa un concepto común a todos sus significados, como lo
en cuanto ser. Disp. II, seco 2. hace ser.
Cuesto 15. Si el ser en cuanto ser significa todos los g.éneros supremos in- Resulta, además, que al equiparar Aristóteles ser y sano, porque al igual
mediata o mediatamente. Ibid. que hay una ciencia que tiene por objetO' a sano en todas sus significaciones, en
Cuesto 16. En qué consiste el concepto común y preciso de ser. Ibid., seco 4. cuanto derivadas todas de la única sanidad, bay también otra que se ocupa del
Cuesto 17. Predicación esencial o accidental del ser respecto de los entes ente, el hecho de compararlos, repite, significa' que lO' hace atendiendo a su se-
particulares, sobre todo de los creados. Ibid. mej anza y nO' a su igualdad. Pues sano, en su sentido analógico más amplio, no
Cuesto 18. Trascendencia de la noción de ser, de manera que se incluya: en es objetO' adecuado de una ciencia, de modO' que abarque sus diversos significados
todos los modos y diferencias. Ibid., seco 5. comO' partes propias subjetivas de dicho objeto, que pertenecerían directa o prima-
Cuesto 19. Modo de contracción del ente a los inferiores. Disp. II, seco 6. riamente, comO' dicen, al objeto de tal ciencia, pues el objeto adecuado y directO'
Cuesto 20. Aquí puede estudiarse también la distinción de esencia y exis- de la medicina es únicamente el significado principal de sano, ya que las otras
tencia en la criatura, de que trata la- extensa disputación XXXI, la cual abarca cosas sanas analógicamente sólo entran en dicha ciencia indirectamente, como
muchos problemas que pueden verse, bien allí mismo, bien en el índice de las señales de salud, como medio o algo semejante. En cambio, el ser es objeto ade-
Disputaciones, disp. XXXI. cuado, que comprende directamente las que son como partes subjetivas suyas,
según se demostró en las disputaciones citadas en el capítulO' anterior. La con-
clusión es que el ente, según su adecuada significación, puede ser el término de
Q. 10. An ens in quantum ens dicat Q. 13. Uuum praescindi saltem possit
unam allquam rationem obiectivam. Haec secundum rationem. Disp. IV, sect. 2. CAPUT II Ex quo fit ulterius, curo Aristoteles aequi-
quaestio hic habet Iocum propter ea yerba Q. 14. Utrum ens in quantum ens in- De analogia entis et nonnullis eius parat ens et sanum in eo quod, slcut una
Arlstotelis : Quoniam vera principia sum- dudat actu ve~ potentia inferiora. Disp. JI, proprietatíbus scientia agit de sano quoad omnia signifi-
masque causas quaerimus, illud necessanum sect. 2. cata eius, quatenus ab una sanltate derivan-
Quaest. 1. An ens sit univocurn vel ana- tur, ita una scientia tractat de ente, cum
esse perspicuum est, naturae alicuius per Q. 15. Utrum ens in quantum ens sig- logum tum ad ens creatum et incn!atum,
se eas esse. Et in fine capltis concludit: niflcet irnmediate omnia suprema genera, (inquam) haec comparat, intelligi etiam de-
tum ad substantiam et aecidens. Prior
Quaptopter a nobis primae causa,e entis qU'a- vel tantum media te. Ibid. quaestio tractatur disp. XXVIII, sect. 3; bere secundum similitudinem, non secun-
tenus em est, sumendae sunt. Ex quibus Q. 16. In qua posita sit communis ae dum aequalitatem. Nam sanum, secundum
posterior, disp. XXXII, sect. ult.
sententiis inter se collatis constare videtur, praecisa ratio entis. Ibid., sect. 4. totam analogiam suam, non est adaequatum
Q. 2. An recte Aristoteles analogiam en-
ex sententia Aristotelis, ens in quanturn ens, Q. 17. An ens rucatur essentialiter vel tis cum analogia sani comparaverit. Et ratio obiectum llIlius scientiae, directe sub se
rucere aliquam naturam, ve1 aliquam ra- accidentaliter de particn~aribus entibus, ma- comprehendens sua significata, tamquam
difflcultatisl est quia videtur longe diversae
tionem cornmunem per modum unins na- XÍIne creatis. Ibid. rationis, ut ex praedictjs disputationibus proprias partes subiectivas talls obiecd, di-
turae, cuius proprietates per se, principia Q. 18. An ratio entis transcendat omnia, constat. Duobus modls responderi potest: recte, vel (ut aiunt) in recto pertinentes ad
et causª_~ _possunt in_ hac scientia investigari. ita ut in omnibus modis et differentiis in- primo eomparasse illa in analogia absolute, obiectum talis sclentiae; solum enim prin-
Tractamus antem dictam quaestionem rusp. dudatur. Ibid., sect. 5. non tamen in modo analogiae, quia in modo cipale significatum sani est adaequatum et
1I, sect. 2. Cui quaestioni armexae sunt se- Q. 19. Quomodo contrahatur ens ad m- non sunt sirnilia; sanum eIDro ita est ana- directum obiectum medicinae; reliqua vero,
quentes. feriora. Disp. II, sect. 6. Iogum ut forma quam signiflcat uní tan- quae analoglce dlcuntur sana, in obliquo
Q. 11. Utrum ens habeat in nobis unurn Q. 20. Hic etiam tractari potest an exis- tum significato intrinsece insit, a1iis per de- pertinent ad illam scientiam, lit signa sa-
eonceptum formalem cornmunem omnibus tentia ereaturae distinguatur ab eius essen- nominationero extrinsee~. Ens vero signi- nitatis, vel instrumentum, vel aliquid huius-
entibus. Disp. II, sect. 1, per totam. tia, de qua re est copiosa disp. XXXI, quae ficat formam seu rationero omnibus sig- modio At vero ens est obiectum adaequatum
Q. 12. Utrum ens in quantum ens sit pIures continet quaestiones, quae tum ibi, nificatis intrinsece inhaerentem. Dnde fit directe complectens suas quasi partes sub-
aliquid reipsa praedsum ab inferioribus. tum etiam in indice dlsputationum, disp. ut sanum non significet unum eonceptum iectivas, lit in disputationibus capite prae-
!bid., sect. 3. XXXI, videri possunt. cornmunem omnibus significatis, sicut sig- cedenti citatis ostensum esto Unde fit ut
nificat ens. ens secundum adaequatam significationem
~~~~~~~- -~~~--~~~~-----,-----------

LilYro cua:rtO'.-Cap. 1I 55
54 [nd;ce detallado de la metafísica d~rístóteles
Cuesto 4. Si estudia la metafísica las diversas clases de entes según sus pro-
una demostración, en que se demuestren sus propiedade~ c~-ext~~sas; . san~, por pias ra'zones, Y si, en .general, la dencia del. ?énero se .ocupa también. de las espe-
el contrario, no, a no ser únicamente en virtud de su slgruficaclon pnmarl~. cies. Se le dedica la disp. 1, seco 2. La soluclOn es sencIllamente negativa. La cues-
La segunda respuesta es que el ente lo podemos entender en dos sentidos: tión se origina por unas palabras de Aristóteles en el texto 2: De un géne1"O
el primero, en cuanto abarca únicamente los verdaderos seres .reales, trascen- sólo hay una cienciaj por esto, sean cuantas sean las especies de ente, su estudio
diéndolos y conteniéndolos a todos. El segundo, en cuanto se extiende a muchos en general corresponde a una cie1fcia, '! también el de .las sub~'species de ~~
que en realidad no son verdadera e intrínsecamente entes, y s.ólo . se les puede especies. Pero estas palabras en SI ambIguas son allí 1ll1smo objeto de prolija
llamar tales por cierta extrínseca atribución, por ejempl?, la pnva.clón, los entes explicación. Basta advertir únicamente que se trata de las especies del ente en
absolutamente per accidens, o los de razón. En el capItulo ant~I1or parece 9ue cuanto coguoscible. Y en este sentido se puede decir que el género del ser en
Aristóteles lo tomó en el primer sentido, y de este modO' es eS":lctamente objeto cuanto escible pertenece a una ciencia genérica y que las diversas especies de
adecuado y directo de una ciencia, por unir a la analogía la u~Id.ad de c~ncepto escib1es pertenecen a ciencias específicamente distintas. O también que todos
y de razón objetiva intrínseca que se encuentra en todos sus SIgruficados, mc~uso los entes, en cuanto convienen en una razón cognoscible, pertenecen a la misma
secundarios, según demostrarnos en los lugares citados; desd~ este punto ~e VIsta, ciencia, que, aunque sea específicamente una, se le llama general por la consi-
se le puede comparar con sano, no en razón de igualdad, SInO en el sentido que deración universal que hace de todos los entes bajo otro respecto. No obstante,
acabamos de explicar. las especies de entes, atendiendO' a sus propias razones, en cuanto objetos cog-
Aristóteles parece tomar aquí el ente en la segunda significaci~n, y de .e~ noscibles, pertenecen a ciencias específicamente distintas.
manera incluye una analogía de pluralidad de conceptos para multitud de Slgm- Cuesto 5. Identidad real y esencial de ser y uno. Disp. IV, seco 1 y 2.
ficados, respecto de algunos sólo por denominación extrínseca. En este. caso. es Cuesto 6. Convertibilidad de ser y uno o, según las palabras de Aristóteles,
comparable con sano, incluso por el modo de analogía, y por el modo de rnclmrse mutua inferencia de ambos. Disp. IV, seco 1.
en una ciencia, según se desprende de 10 dicho. Cuesto 7. Legitimidad -en esta mutua relación- de la comparación que
Ni debe sorprendemos que Aristóteles use el término' ser con doble signifi- hizo Aristóteles de ser y uno con principio y causa. Disp. XIII, seco 1, al re--
solver los argumentos.
cado en 'estos dos· capítulos, porque se trata de cosas completamente distintas: Cuesto 8. Unidad de lo que se genera en la misma generación y de lo
efectivamente, como en el primero trata de defiuír el objeto adecuado de la meta- que se corrompe en la misma corrupción. Disp. VII, seco 2.
física, considera el ente según su propio conceptO' objetivo; en cambio, en éste Cuesto 9. Si la unidad se opone privativamente a multitud, según da a en-
se refiere al significado de la palabra ser en toda su amplitud, y, por ello, aduce tender aquí Aristóteles. Disp. IV, seco 6.
con bastante claridad seres que en realidad no In son, por ejemplo, la privación y Cuesto 10. Si la dialéctica y la sofística se ocupan de todo ser, coincidiendo
cosas similares, que él mismo excluye del objeto propio y adecuado de la meta- en esto en cierto modo con la metafísica. Esto parece áfirmar Aristóteles en el
física al final del lib. VI. texto, aunque es problema que más interesa a los dialécticos que a nosotros.
Cuesto 3. Si es de competencia de la metafísica estudiar la naturaleza y prin- Por eso no hago más que insinuar que esto no se ha de entender ni de la
cipios de la sustancia. Disp. 1, seco 2.
Q. 4. Utrum metaphysica tractet de priis rationibus (obieetorum utique scibi-
'Speciebus entis, secundum proprias rationes lium), ad scientias· specie diversas pertinent.
possit csse extremum demonstratioms, in sic includit respectu multorum significato- eorum, et in universum scientia de genere Q. 5. An ens et unum idem sint et una
qua proprietates ¡lli adaequatae de ipso de- ruro analogiam plurium conceptuUtn, et se- sit etiam de speciebus. Tractatur disp. 11 natura. Disp. IV, sect. 1 et 2.
monstrentur; sanum vero minime, sed 80- cundum extrinsecam denominationem re- sect. 2. Et resolutio simpliciter est nega- Q. 6. An ens et unum convertantur~ seu
luro ratione prlmarii significati. spectu aliquorum, et quoad haec comparatur tiva. Verba, autem Aristote1is in textu 21 (ut Aristote1es ait) mutuo se sequantur'.
Secundo responded potest, de ente du- cum sano, etiam in modo analogiae, et in in quibus haec questio fundatur, scilicet: Disp. IV, sect. 1.
pliciter passe nos> loqui: uno modo, ut modo qua sub unam scientiam cadit, ut Unius generis una est scientia, quare et Q. 7. An in hac reciprocatione recte
coroprehendit tantum vera entia realia.' et facile ex dictis constato entis quotquot sunt species uniUJS scientiae comparaverit Aristoteles ens et unum ad
illa omnia transcendit et sub se contmet. Nec mirum videri debet quod in diversa genere est contemplari, et specierum spe- principium et causam. Disp. XIII, seet. 1,
Alío modo, ut extenditur ad multa quae significatione sumat Aristoteles nomen en- des, haec (inquam) verba ambigua sunt, in solut. argumentorum.
vere et intrinsece entia non SUTIt, solumque tis in bis duobus capitibus, narn in eis di- et ibídem late expllcantur. Sotum in hoc Q. 8. An quae eadem generatione gene-
per quamdam attributionem extrinsccam en- verso modo loquitur; in priori enim cum notetur sennonem esse formalem de spe- rantur, et eadem corruptione corrumpuntur,
tia dicuntur, ut sunt privationes, vel enria adaequaturo obiectum metaphysicae consti- ciebus entis in genere scibilis. Et ita unum sint. Disp. VII, seet. 2.
omnino per accidens aut rationis. Priori tuat, agit de ente secundum proprium eius dici potest genus entis scibilis ut sic per- Q. 9. An unum privative opponatur
mOdó - videtur lüctitlis de-- ente Arisroreles in coneeptum obiectivum; in hoc vera capite tinere ad genus scientiae; varias autem spe- multitudini, ut hic Aristoteles significat.
eapite superiori, et illo modo est proprie agit de tata ampliturune significationis no- des scibiliUtn ad varias spedes scientiarum. Disp. IV1 sect. 6.
adaequatum obiectum et directum ~us minis entis; unde satis expresse plura nu- Vel etiam omnia enria quatenus in una ali- Q. 10. An dialectica et sophistica ver-
scientiae, ut haber analogiam cum umtate merat. quae vera entia non sunt, ut prtva- qua ratione scibilis conveniunt cadere sub sentur circa orone ens, et in eo conveniant
conceptus et rationis obiectivae intrinsecae unam scientiam, quae licet sit una specie, aliquo modo cum metaphysica. Hoc enim
tiones et similia, quae ipsemet exdurut ab
inventae in omnibus significatis etiam se- generalis dicitur ob universalem tractatio- videtur affinnare Aristoteles in textu, spec-
obiecto metaphysicae, directo, sdlicet, et
cundarüs, ut dictis locis ostendimus, et nem omnium entium sub alía 1 ratione. Ni- tat tamen ad diaIecticos potius quam ad
quoad haee est comparabije cum sano non adaequato, lib. VI, in fine. hilominus tamen entium spedes, sub pro- nos. Et ideo breviter observandum est id
secundum aequalitatem, sed tantum eo mo- Q. 3. Utrum ad metaphysicam spectet
do quern nunc explicuimus. Posteriori modo agere de propria ratione substantiae, pro- En otras ediciones se lee illa en lugar de alia (N. de los BE.).
videtur hic locutus Aristoteles de ente, et priisque principüs eius. Disp. 1, sect. 2.
56 Indice detallado de la metafísica de' Aristóteles Libro CUaI'to.-Caps. IV al VIl! 57

ciencia dialéctica, ni del arte sofístico, sinO' del uso de ambas. Porque la ciencia DESDE EL CAP. IV AL VIII
de la dialéctica o de los tópicos -significados aqui equivalentes- se limita a
enseñar el modo de concluir y argumentar con probabilidad, atendiendo prefe- DEFENSA DE LOS PRIMEROS PRINCIPIOS: UNA COSA NO PUEDE SER Y NO SER
rentemente al objeto. Por su parte, la sofística, al modo de lograr conclusiones AL MISMO TIEMPO, Y CADA COSA ES O NO ES NECESARIAMENTE
aparentes. Por lO' tanto, así consideradas; no se ocupan del ente, ni de todos los Estos cinco capitillos los· emplea Aristóteles en refutar a ciertos filósofos
entes, sinO' de esas operaciones del entendimientO'. En cambio, la aplicación de que negaban o simulaban negar estos principios, aunque acaso esto no pase
la dialéctica y de la sofística se extiende a todo, porque de cualquier cosa u de ser un pretexto para su exposición. Sea 10 que quiera, apenas hay nada en
objetO' se pueden obtener conclusiones probables o aparentes. Precisamente en ellos que tenga utilidad especial, o dé pie para plantear cuestiones, excepto
esto superan estas partes de la lógica a la teoría de la demostración: la aplicación algón que otro pasaje. La primera cuestión puede referirse a los textos 13 y
de ésta no se extiende a todas las cosas, sino que se limita exclusivamente a 'las 14 del c. 4: si un accidente puede ser sujeto de otro, problema que hemO's
verdaderas y necesarias. Por lo tanto, no se puede comparar la metafísica con tratadO' en la disp. XIV, seco 4. Se explica este pasaje.
la diaJictica, sino con su aplicación, y si la comparación se entiende más' bien Cuesto 2. Con ocasión de aquellas palabras de Aristóteles en el texto 16:
comO' proporción que comO' semejanza, la cosa queda clara. ¿cómo hablarán o camina1'án las cosas que no existen?, cabe preguntarse si 10-
t

Aunque Aristóteles en este capítulo, más que estudiar la unidad, dice que que no existe puede tener algún efecto. Por más que esta cuestión tiene muy
hay que ocuparse de ella, suele ser éste el lugar de proponer todas las cuestio- poco que ver con lo que aqui pretende Aristóteles y sólo se cita para llamar la
nes referentes a la unidad, e incluso a los. otros atributos del ser. De ellos ha- atención sobre sus palabras. Nosotros la tratamos ampliamente en las dispu-
blamos ampliamente desde la disp. IV a la· XI, cornO' puede verse en el indice tadones XVIII y XXXI.
siguiente 1 para evitar repeticiones inútiles. Algunos incluso tratan aquí del ser Cuesto 3. A propósito del c. 8 puede suscitarse el problema, primero si
de la existencia, de la relación que guarda con el ser y con la esencia. Está se requiere, y segundo, qué clase determinada de juicio de bien se requiere
extensamente expuestO' en la: disp. XXXI. para mover la voluntad. Y es lugar que se ha de tener muy en cuenta para la
solución del problema, según advertirnos en la disp. XXIII, seco 8, que dedica-
mos a su estudio.
CAP. IIr
Cuesto 4. La cuestión cuarta puede centrarse al final del C. 4, sobre los
A LA METAFÍSICA CORRESPONDE ESTUDIAR LOS PRIMEROS PRINCIPIOS, YJ ESPE- grados de la verdad y falsedad, es decir, si puede haber una mayor que otra.
CIALMENTE, EL PRIMERO DE TODOS A Aristóteles le pareció tan cierta la sentencia que lo afirma, que la tornó como
Cuesto única. Si corresponde la primada a este principio: es imposible que fundamento para la demostración del primer principiO': una cosa no puede ser
una misma cosa sea y no sea al mismo tiempo. Disp. 111, seco 3. y no ser al misma tiempo. Aunque, como advierte de antemano al comienzo del
Los demás puntos referentes a los primeros. principios, se exponen allí, o capitule, no apoya sus argumentos en verdades más conocidas, sino que vuelve
también en la disp. 1, seco 4, según se hizo constar anteriormente. contTa ellos las. concesiones· de los adversarios. Por eso parece verosímil que la
sentencia afirmativa fuera una de esas concesiones. Sin embargo, en absQluto"
non debere intelligi de propda doctrina dia- disputandum, solent hic tractari quaestio-
esta opinión puede considerarse falsa, pues, al consistir 1-a verdad en algo indi-
lecticae el; sophlsticae artis, sed de usu earum. nes omnes ad unitatem pertinentes, immo et
Nam doctrina dialecticae seu topicae (hic ad alias passiones entis. De quibus fuse egi- CAPUT IV USQUE AD VIII aliena a praesentl mstituto Aristotelis, so-
enirn in eadem significatione sumitur) so- mus a disp. IV usque ad XI, ut videre Jicet lumque indicata est ut dicta. yerba Aristo-
Defenduntur principia prima: impossibile
lum versatur in docendo modo probabiliter in indice sequenti, ne hic fiat inutilis re- est idem simul esse et non esse, et: necesse tells notentur: tractatur autem a nobis fuse
eoncludendi aut argumentandi, praesertim petitio. Aliqui etiam hic disputant de esse disp. XVIII et disp. XXXI.
est quodlibet aut esse, aut non esse
ratione materiae. Sophistica yero circa mo- existentiae, quomodo ad ens vel essentiam Q. 3. Circa C. 8 moved, potest quaes-
dum apparenter concludendi. Unde sub hac comparetur. De qua re late dictum est Haec quinque capita consumit Aristoteles tio an et quale definitum iudicium boni
ratione non versantur cirea ens, aut enria disp. XXXI. in redarguendis quibusdam philosophis, qui requiratur ad movendam voluntatem. Est
omnia, sed cirea talla opera intellectus. haec principia ve! negabant, vel se negare enim hic locus ad illaro quaestionem dili-
U sus vero dialecticae et sophistieae artis finge'bant; nisí fortasse id ipse finxit dispu- genter notandus) ut observamus disp. XXIII,
ad omma extenditur, quia in omni re seu CAPUT 111 tanro gratia. Utcumque id sit, nihil fere sect. 8, ubi quaestionem illam tractamus.
materia fieri possunt probabi¡es seu appa- occurrit in his capitibus quod utilitatem spe- Q. 4. Quaestio quarta esse potest cir-
rentes rationes. In quo excedunt hae partes Pertinere ad hanc scientiam prima principia, cialem afferat, aut occasionem alieuius ca finem eiusdem capitis 4, an veritas et
logicae doctrinam demonstrativam; nam et maxime illud quod est omnium p-rimum quaestionis praebeat, praeter unum vel allum falsitas recipiant magis et minus, id est, sit
usus eius non extenditur ad res omnes, sed locum. una maior alia. Aristoteles enim tam certam
in -veris- -tantum ac necessariis' versatur. Non Quaestio unica. An hoc sit primum om- Quaestio prima tractari c. 4 potest, circa existimavit partem affirmantem, ut eo prin-
ergo aequiparatur doctrina metaphysicae curo nium principium: Impossibile est idern si- texto 13 et 14, an unum accidens possit esse cipio usus fuerit ad demonstrandum pl'i-
doctrina dialecticae, sed cum usu, estqu~ mul esse et non esse. Disp. 111, sect. 3. subiectum alterius; quam quaestionem trac- mum principium: Idem simul esse et non
comparatio proportionalis, non omnino si- Caetera quae de tractatione principiorum tavimus disp. XIV, sect. 4. Et 10cus prae- esse impossibile esto Quamquam, ut ipse
milis, et ita est res clara. hic dicuntur, tum ibi, tum etiam disp. I, sens exponitur. praemittit in principio huiuSl capitis, in his'
Quarovis autero Aristoteles in hoc capite sect 4, tractata sunt, et in superioribus sunt Q. 2. Posset circa texto 16 tractari an rationibus non argumentetur ex notíormus.
non tam disputet de uno quam dicat esse annotata. quod non est, possit aliquid efficere; occa- sed redarguat adversarium ex concessis. Un-
siune illorum verborum Aristotelis: Ea vero de verisimile est illam affirmativam partem
1 Casi todas las ediciones acostumbran a poner el "Index rerum" después de éste quae non sunt, quomodo loquentur, aut fuisse ab adversario concessam. Absolute ta-
y así lo hacemos nosotros (N. de los EE.). ambulabunt? Verum talis quaestio est satis men videri potest falsa illa sententia, nam
58 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Liln'o quintv.-Caps. I JI 59

visible y en la cO'mpleta adecuación de la mente al O'bjetO', parece que nO' hay dencia~ aunque acerca del primer motor, no como tal motor, sino como prime-
lugar al más ni al menO's. Y pasa ID mismO' cO'n la falsedad pO'r igual mO'tivO', ra causa o primer ser, tratarnO's en las disps. XX y XXIX.
pO'rque si elimina la verdad, la elimina del todO', y así nO' tiene sentidO' hablar Cuesto 8. En relación cO'n tO'dO's estO's capítulos suele formularse la pre-
de alguna falsedad mayor. Ciertamente que en la falsedad puede admitirse el gunta sobre la existencia de una verdad pura y sin falsedad en las afirmaciones
más y el menO's, nO' formalmente pO'r mezcla de verdad y falsedad, según y negaciones y de su percepción por nosotros. En la disputación sobre la ver-
prueba la razón dada, sinO' sólO' de una manera que pO'dríamos llamar radical,
dad y falsedad dijimos lo que nO's pareció diguo de discusión.
debidO' a la mayO'r O' menO'r distancia de la verdad. Y esta me parece ser la men-
te del FilósO'fO', pues a él le basta llegar a la cO'nclusión de la existencia de
verdades determinadas. Sin embargO', en la verdad nO' se puede hablar del más
O' del menO's por aproximación O' distancia de la falsedad; pues al O'ponerse la
falsedad a la verdad cO'mO' privación, ha de medirse pO'r ella y nO' al revés. PO'r LIBRO QUINTO DE LA METAFISICA
consiguiente, sólo por razón del fundamento, o de una firmeza o necesidad
mayO'r del O'bjetO' en que se apoya la verdad, puede decirse que una es mayO'r TRIPLE SIGNIFICACIÓN Y DISTINCIÓN DE LOS TÉRMINOS COMUNES Y ANÁLOGOS
que otra. TO'dO' esto quedará más claro cO'n ID que decimO's acerca de la verdad
y falsedad en las disps. VIII y IX. Todavla no acomete Aristóteles el asunto principal, es decir, el estudio del
Cuesto 5. Si acerca del mismo sujetO' se excluyen lO's predicadO's cO'ntrariO's objeto de nuestra disciplina. PO'r el contrario, en este libro analiza las signifi-
de igual manera que 100s cO'ntradictO'riO's. Aristóteles parece afirmarlO' en este caciones de ciertos nombres. Pues, al igual que el ente, definido como objeto
lugar. De dO'nde algunO's llegan a la cO'nclusión de que ni pO'r pO'tencia absO'luta de esta ciencia en el libro anterior, es generalísimo, de la misma manera sus
se puede dar la posesión perfecta de dos contrarios en el mismo sujeto. De propiedades, sus causas, principios y divisiones se expresan con múltiples pala-
estO' tratamO's en el predicamentO' de la cualidad, disp. XLV. En este casO' cO'n- bras de significación comunísima. Por eso Aristóteles, antes de entrar en mate-
creto Aristóteles sólo quiere decir que un contrario implica la privación o ne- ria, juzgó O'portuno explicar la analO'gía de los vocablos. Es el fin de este librO',
gación del otro. Pero, si esto se impide, ya no existe la misma repugnancia. Si según observó el Comentador. Pues, aunque este análisis tenga más que ver con
se puede llegar a impedirlO', es algo que descO'nO'ció Aristóteles, y que tendría las realidades que con las palabras, comO' de hecho las cosas sólo pueden ex-
que negar. Nosotros, en cambio, no tenemos por qué negarlo, si no hay razón plicarse con palabras, le pareció necesario al FilósofO' dar una exacta explica-
especial en casos determinados, según se dijo en el referido lugar. ción de éstas. Por eso, según la intención de Aristóteles, este libro tendría
Cuesto 6. ¿Puede darse pO'sesión natural simultánea de dO's predicadO's con- que figurar también entre los introductorios a la ensr;ñanza de la verdadera
trariO's de entidad imperfecta en un mismo sujetO', según opina aquí Aristóteles?
ciencia metafísica. Pero si nos atenemos a la costumbre de los intérpretes, se
Se trata en el mismO' lugar.
tratan en él materias incluídas en el O'bjeto de la metafísica, especialmente todO's
Cuesto 7. Se puede plantear también el problema de la movilidad continua
los predicamentos y las causas del ser en cuanto ser, cuyo conocimiento re-
o quietud continua de las cosas, y si existe un ser completamente inmóvil que
presenta una gran parte de nuestra disciplina.
sea el primer motO'r. Pero esto se trata en la Física y es objeto propiO' de dicha

curn veritas consistat in indivisibiliJ et jn Q. 5. An contraria ita repugnent cirea Physica tractantur, suntque illius scientiae huius scientiae constituerat superiori libro,
Qmrumoda adaequatione intellectus ad rem~ ídem subiectum, sicut contradictoria circa propria, quarnquam de primo motore, non communissimum est, etiam proprietates, cau-
non videtur possc recipere magís ve! mi- quodlibet. Id enim vídetur Aristoteles hoc sub ratione primi motoris, sed primae cau- sae, principia, et partes eius nominibus com-
nus. Et eadero ratione neque falsitas, quia loco affirmare. Ex quo aJiquí inferunt, etiani sae, vel prim¡ entis, agimus disp. XX munissimis significantur, quae multiplicia
-si tollit verltatem) omninO' tollit, et ita nulla in ordine ad potentiam absolutam repugnare et XXIX. esse solent. Et ob hanc causam necessarium
potest esse maiar. Dicendum vero est in fal- duo contraria perfecta esse in eodem sub- Q. 8. Circa haec omnia capita quaeri visum ""est Aristoteli ante rerum tractatio-
sitate posse esse magís et minus non fanna- iecto. De qua re dicimus in praedieamento so~et an sit veritas pura et sine falsitate in nem harum vocum analogiam exponere. Et
liter per admixtionem veritatis et falsitatis, qualitatis, disp. XLV. Nunc constat Aris- l1ffinnationibus et negationibus, eaque per- hic est scopus huius libri, ut Commentator
ut recte probat ratio faeta, sed quasi radi- totelem soluro loqui, quatenus unum contra- cipi a nobis possit. De qua re quod dispu- notavit. Nam, licet haec doctrina non de
caliter per maiarero vel minorem distantiam rium infert alterius privationem vel nega- tatione dignum videtur diximus disp. de vocibus, sed de rebus praecipue disserat,
a veritate. Et haee plane est intentio Philo- tionem; quod si haec' impediatur, constat l7eritate et falsitate. tamen quía res non possunt nisí vocibus
sophi: naro hoc satis est ipsi, ut conc1udat non esse aequalem repugnantiam. An Yero explicari, necessarium visum est Philosopho
aliquid .csse .determinate verum. At vero in impediri possit, Aristoteles non novít, et exactam ipsarum vocum notitiam tradere.
veritate non dicitur esse magis vel minus negaret quidem ille; nos autem non est L1BER QUINTUS METAPHYSICAE Quo fit. nt hic etiam liber, si Aristotelis
,per accessum vel recessum a falsitate; falsi- eur negemus, nisi ubi specialis ratio inter- mentem spectemu:s, inter praeambula ad
tas enhn opponitur veritati per modum pri- venerit, de quo d¡citur citato loco. DE CQMMUNIUM ET ANALOGORUM NOMlNUM veram scientiam metaphysicae tradendam
vationis, et ideo mensuratur ex illa, non yero Q. 6. An duo contraria in esse remisso TRIPLICI SIGNIFICATO, EIUSQUE DISTINCTIONE annumerandus sito Si yero morem inter-
e contrario. Solum ergo ratione fundamenti, possint naturaliter simul, esse in eodem ut pretum consideremus, in eo res ipsae ad
.aut maioris firmitatis seu necessitatis eius hic Aristoteles sentit; disputatur ibid. Nondum Aristoteles rero ipsam aggre- obiectum metaphysicae pertinentes, praeser-
reí, in qua veritas fundatur, potest una ve- Q. 7. Tractari praeterea potest an om- ditur, nirrU,rum, propúam obiecti huius tim praedicamenta omnia, et causae entis in
ritas diei maior alia. Haee tamen res tota nia moveantur semper vel omnia semper scientiae tractationem. Sed prius noDlÍnum quantum ens, tractari solent; in quarum
planius constare potest ex bis quae disp. quiescant, el an aliquid sit penitus irnmobile, quorurndam significationes in hoe libro di- cognitione magna _huius doctrinae pars con-
VIII et IX de verltate et falsitate tractamus. quod est primum movens. Sed haee in stinguit. Nam quia ens, quod obiectum sistit.
Libro quinto.--Caps. III'J'!~ 61
60 Indice detallada de, la metafísica de Aristóteles
superfluo poner aqul los títulos de todas las secciones y dudas, ya que se en-
cuentran con su orden en el ín.dice siguiente sobre las disputaciones, y pueden
CAP. I huscarse allí fácilmente.
RAZÓN COMÚN Y SIGNIFICACIONES VERDADERAS DE LA PALABRA PRINCIPIO
CAP. III
Este capítulo se explica ex prore'sso en la disp. XII, seco 1, donde se expo-
nen concisamente las, siguientes cuestiones: ELEMENTO
Cuesto 1. Múltiples usos de "principio" y cómo todas sus significaciones pue- La primera cuestión de este capítulo puede ser si Aristóteles definió bien
den reducirse a una cierta razón común. Disp. XII, seco l. el elemento. Pero no merece la pena, porque la descripción hecha por Aristóte-
Cuesto 2. Si la prioridad es una nota común de todo priocipio. Ibid. les nO' pasa de ser una explicación de la significación usual de esta palabra.
Cues!. 3. Definición de principio en general. (Ibid.) Explicación de l. Por eso la exponemos brevemente en la disp. XV, seco 10. Y 10 mismo se puede
definición de Aristóteles y de la división que se pone en el mismo lugar. "picar de todas las cuestiones suscitadas por este vocablo: se trata de palabras
Cuesto 4. Analogía de principio; qué clase de analogía es la suya. Ibid. más que de realidades.
Cuesto 5. Convertibilidad de principio y causa. Ibid. En el mismo lugar Cuesto 2. Si la materia es un elemento; de esto, disp. XV, seco 10.
se exponen diversos puntos sobre estO', propuestos por Aristóteles, bien en este Cuesto 3. Si la forma es elemento. Ibid.
capítulo, bien en otros. Cuesto 4. Si el género y la diferencia son elememos. Nada hay que decir
aquí, por ser problema meramente verbal; no obstante, puede leerse lo que dije
CA P. II antes acerca de una cuestión semejante con motivo de la palabra principio, li-
bro m, c. 1, q. 7.
LAS CAUSAS Cuesto 5. También cabe preguntarse aquí si es esencial que el elemento
En este lugar expone Aristóteles acerca de las causas la misma doctrina que entre formal y necesariamente en la composición del ser cuyo elemento es.
había enseñado en el lib. II de la Física, y lo hace casi con las mismas palabras, Esto viene casi a coincidir c{)In la célebre cuestión de la permanencia formal de
siendo así que la excelencia y digoidad de la metafísica parece reclamar un. los elementos en el mixto, de la que se hablará en la disp. XV, seco 10.
exposición más rigurosa y universal. Los expositores explican con diversas ra-
zones el motivo de esto. Yo, sin embargo, creO' que Aristóteles no tenia nada CAP. IV
que añadir, excepción hecha de 10 que dice acerca de los principios de la sus- NATURALEZA
tancia en los lib. VII Y VIII, Y acerca de Dios y de las inteligencias en el
lib. XIl. La exposición de este capítulo ocupa una gran parte de nuestra obra: Cues!. 1. El aspecto metafísicO' de este capítulo queda expuesto en la dispu-
de la disp. XII a la XXVII; en ellas hacemos primeramente una división gene- tación XV, seco 11, donde ex'pusimos brevemente la cuestión general del signi-
ficado de esta palabra y la exactitud de la explicación dada por Aristóteles.
ral de las causas; tratamos luego copiosamente de cada una en particular, y
Aqni no encontramos dificultad de importancia, ni en las palabras del Filósofo
de sus miembros o subdivisiones; y, por fin, las comparamos entre sí y con
sus efectos: estos tres puntos resumen toda la doctrina de este capítulo. Sería Esset autem supervacaneum hoc loco titu- Q. 4. An genus et differentia sint ele-
los sectionum omruum, ve! dubitationum menta. De qua nihil dicendum videtur, quia
CAPUT PRIMUM CAPUT II transcribere, cum in sequenti disputationum est solum quaestio de nomine; sed legi
indice ordinate contineantur, et ex illo fa- possunt quae de simili quaestione sub no-
De commwni ratione vensque significationi- De cattSÍs -Cile peti possint. mine principü notavi supra, lib. III, c.
bus huius vocis, principium Eamdem hoc loco doctrinam de causis 1, q. 7.
Arístoteles tradit, quam in lib. II Physic. CAPUT III Q. 5. Potest etiam hic quaeri an sit de
Caput hoc ex professo declaratur in
disp. XII, sect. 1, ubi sequentes quaestio- docuerat, ac paene eisdem verbís, cum tamen De elemento ratione e1ementi ut fonnaliter ac per se ip-
nes breviter expediuntur. metaphysicae dignitas et amplitudo accura- sum componat id cuius est elementum.
tiorem et universaliorem disputationem pos- Quaestio prima esse potest in hoc capite, Quod fere incidit in illam celebrem quaes-
Quaest. 1. Quot :modís principium di- an elementum recte sit ab Aristotele defi- tionem, an eJ.ementa maneant formaliter in
catur, et quomodo significationes eius ad tulare videretur. Cur autem id fecerit, ex-
positores varüs rationibus declarant. Ego nitum. Haec vera parví est momenti, nam mixto, de qua dicendurn est disp. XV,
certam aliquam rationem revocari possint. descriptio ab Aristotele data solum est sect. 10.
Disp. XII, sect. l. yero existimo Aristotelem nihil habuisse,
quod adderet praeter ea quae lib. VII et quaedam explicarlo significationis illius vo-'
Q. 2. An esse prius commune sit omni VIII de principiis substantiae, et libro cis iuxta communem usum eius, et ideo CAPUT IV
pfiricipio.---Ibid; brevitcr illam dec1aramus in disp. XV,
XII de Deo et inte1ligentiis disputat. In De natura
Q. 3. Quae, sit definhío principii in com- expositione yero huíus capitis magnam se- sect. 10. Atque idem censendum est de
muni. Ibid. Declaratur definitío ab Aris- quentis operis partem consumpsimus, a disp. omnibus quaesrlonibus quae ex illa voee Quaest. 1. Caput hoc, quantum ad me-
totele data, et divisio ibidem subiuncta. XII usque ad XXVII, in quibus prius in pendent; sunt enim magís de nomine quam taphysicam considerationem spectat, expo-
Q. 4. An principium sit analogum, et communi generalem fecimus causarum parti- de re. srumus disp. XV, sect. 11, ubi illam quaes-
qualis sh anaJogia eius. Ibid. tionem, deinde sigillati,rn de singulis in spe- Q. 2. An materia sit elementurn, de tionem communem breviter expedivimus,
Q. 5. An principium et causa convertan- de, et de membris seu subdivisionibus earum quo disp. XV, sect. 10. quod sit proprium, hruus VOclS significatum,
tur. Ibid. Ibique varia de hac re Arístotelis copiose disseruimus, ::lC tandem eas et inter Q. 3. An forma sit e1ementum. Ibi- et an recte ab Aristotele traditum sito Ne-
dicta, tum in hoc capite, tum in aliis ex- se, et cum effectibus eontulimus; ad quae dem. que hic occurrit diffícultas alicuius momen-
ponuntur. tria puneta doctrina huius capitis revocatur.
62 Indice detallada d~ la metafísica de Aristóteles Libro quinto.---Cap. V 63

ni en el contenido, ya que ahora no se ocupa más que del significado del vc>- violento no sólo se opone a ésta, sino a todo apetito y tendencia de la naturaleza,
cablo. radicacJa en una potencia natural activa o pasiva, ya que Aristóteles no hizo dis-
Cuesto 2. La cuestión de la definición de naturaleza tratada en el lit. 11 tinción de ambas. PO'r ello afirmó implícitamente en el lib. TII de la Etica, C. 1,
de la Física nO' es propia de este lugar, aunque algunO's la tratan aquí. y dijo que lo violenta se debía a un agente extrínseca, sin colaboración del pa-
Cuesto 3. La cuestión que suele discutirse aquí ocasionalmente, si pueden ciente, y que esa no colaboración había de tomarse en sentido positivo, es decir,
ser continuas las partes materiales que tienen formas distintas, fué resuelta en como oposicdón, 0', si cabe la expresión, como una rebelión.
la disp. XL al explicar la necesidad de la cantidad cO'ntinua.. Objeción: Entonces se puede añadir otra clase de necesario, a saber, el de-
bido a la causa eficiente, sin violencia, en confonnidad con la naturaleza. Este
necesario -respondemos- o no existe o hay que incluirlo en el cuarto modo
CAP. V que puso Aristóteles a renglón seguido, en concreto: 10 que no puede ser de otra
~ECESIDAD y SUS CLASES manera; a éste llamó simplemente necesario, afirmando que los demás reciben
Los modos de necesidad que señala Aristóteles son hartO' claros: atendiendo el nombre de necesario por participación de él. He aquí mi explicación: o el efec-
al fin, hay dos clases de necesidad: o 10 absolutamente necesario, o 10 necesario Oto procede de una causa eficiente por necesidad natural, y entonces se trata de
por razón de entidad más perfecta; y un tercer necesario por razón de la causa 10 absolutamente necesario, por no poder ser de otra manera, y no hay que bus-
car otra razón especial de necesidad. O el efecto procede de una causa libre,
eficiente, que él llama violento.
Cuesto 1. Respecto del último modo se puede preguntar si es violentO' y sólo puede llamarse necesariO' en la hipótesis de que el paciente no pueda resis-
todo lo necesario por razón de causa eficiente. Por ser cuestión fácil, basta ad- tir su acción. Este modo de necesidad respecto del agente se reduce a aquél,
vertir que hay dO's clases de necesidad originadas de la causa eficiente. Una que según el cual una cosa, mientras es, es necesario que sea, y que se omitió aquí
se debe a ella sola, y otra que no proviene de ella sola, sino también de parte por ser extraordinariamente impropio y no implicar más que necesidad condi-
del paciente, o del que recibe; lo necesariO' de esta segunda manera nO' es vio-- cionada; mas respecto del paciente pertenece al cuartO' modo, ya que al paciente
lento, como puede verse en la caída de una piedra, aunque se deba a un agente no le cabe otra forma de ser bajo tal influencia ajena. Por eso parece que Aristó-
extrínseco; así, pues, sólo es violento el primer modo de necesidad, debido exclu- teles intenta luego añadir una especie de división del cuarto modo de necesidad,
sivamente a un agente externo. Pero también en éste hay que hacer una distinción. pues hay necesario en virtud de una causa de su necesidad y necesario sin causa,
Pues a veces, en el paciente no hay oposición al efecto o movimiento, aunque no. sino que es tal por propia naturaleza.
tienda a él, y entonces tampO'co hay necesidad de viO'lencia, por ejemplo, en el Cuesto 2. Respecto de esta división surge el problema de saber si realmente,
movimiento del cielo 0, sin duda alguna, en el movimiento del fuego en su pro- y según Aristóteles, existen efectivamente seres esencialmente necesarios, sin que
pia esfera. Así, pues, sólo se da necesidad violenta cuando hay oposición en el tengan causa de su necesidad. Aquí en concreto parece afirmarlo, y muchos
paciente, según aclaró suficientemente Aristóteles con las palabras: contra su creen que ésta es su posición. Pero el pasaje no da pie a atribuirle tal cosa a
tendencia y elección. En 10 que incidentalmente indica que violencia en su sen- Aristóteles, porque, en primer lugar, la división puede entenderse no respectO' de
tido general es algo más que coacción, porque coacción en un sentidO' estricto- los seres en cuanto existen, sino del ser de la esencia, o de la verdad de las re-
es lo que se opone a elección (entiéndase toda apetición elícita); en cambio, lo subintellige omnem appetitionem elicitam); est a causa libera, solumque dicitur neces-
vio1entum vero est aut contra hanc, aut con- sarius ex suppositiane, quia, il!a agente, pas-
ti vel in Uttera Philosophi, ve1 in re ipsa, ficienti sit violentum. Sed quia res est fa- tra naturae appetitum et propensionem, in sum resístere non potest. Et mc modus ne-
quia non agit hic nisi de significatione vo- cilis, notetur breviter dupliciter posse es~ naturali potentia, sive activa sive passiva, cessitatis, respectu agentis, ad illuro redu-
cis. se aliquid necessarium ex causa efficientL fundatam. Aristoteles enim nihil mter haee citur qua res, quando est, necessario est,
Q. 2. Quaestio autem de definitione Dno modo ex sola Uta; alio modo non ex distmxit. Dnde etiam tacite explicuit, lib. 111 qui hic praetennissus videtur, utpote im-
naturae in lib. II Physicorum tradita, non sola illa, sed siroul ex parte passi seu reci- Ethic., c. 1, et dixit violentum esse quod est propriissimus, et nullam mducens necessita-
est huius 10d, licet earo aliqui hic dispu- pientis. Quod hoc posteriori modo est ne- ab eXlrinseco, passo non conferente mm, po- tem nisi canditionatam; respectu vera reci-
tent. cessarium, non est violentum, ut patet de sitive esse intelligendum non conferente, id pientis pertinet ad quartum madum, quia
Q. 3. Aliqua vero quaestio, quae hic motu lapidis deorsum, etiamsi contingat fie- est, repugnante, ve1 (ut sic dicam) non pa- passum illud non potest aliter se habere al-
obiter tractari solet, an partes materiae ri ab extrinseco agente; solum ergo prior tienter ferente. tero sic agente. Dnde statirn Aristoteles vi-
quae diversas habent formas possint esse necessitatis modus, qui provenit mere ah Dices: ergo addi potest allus modus ne- detur divisionem quarndam adiungere i1-
eontinuae, in disp. XL, inter explican- extrinseco, pertinet ad vio1entiam. Sed rur- cessarii, sciJicet, quod est ab efficienti causa lius quarti modi necessarií; naro aliquod est
dam necessitatem quantitatis eontinuae, ex- sus in ¡llo distinctione opus est; naro ali- absque violentia vel connaturalitate. Re- habens causaro talis necessitatis, aliud vero-
pedita esto quando passum non repugnat effectui seU' spondetur huiusmodi neeessarium vel nul- quod non habet causam, sed per se tale
motioru, licet eam non appetat, et tune lum esse ve! reduci ad quarturn modum esto
CAPUT V etía,m necessitas illa non est violenta, ut quem statim Aristoteles posuit, scillcet, Q. 2. Circa vera hanc partitianem quae-
paret de motu caeli, vel (extra omnero opi- quod non potest aliter se habere, quod di- ritur an seeundum Aristotelem et veritatem
De necessario et modis eius nionem) de motu ignis in propria sphaera. xit esse necessarium simpliciter, et per eius dentur aliqua entia necessaria per se nullaro-
Modi necessarii, quos Aristoteles tradit, Sola ergo necessitas est violenta, quae fit participationem reliqua omnia necessaria no- que habentia causam suae necessitatis. Nam-
satis c1ari sunt: ponit enim duplex neces- passo repugnante, quod satis Aristoteles de- ntinari. Roc autem ita declaro; nam ve1 Aristoteles ita videtur hic affirmare, et mul-
t!arlum ex fine, scilicet, ve1 simpliciter, vel claravit hic in illis verbis: Praeter propen-· ille effectus est a causa agente ex necessita- ti censent Aristotelem ita sentire. Sed hic-
ad melius esse, et tertium ex efficiente, sionem electionemque-. Dbi obiter insinua- te naturae, et sic tale necessarium pertinet locus non cogit ut hoe Aristoteli imputetur.
quod violentum appellat. vit, violentum generatim dictum superius ad necessarium simpliciter, quia non potest Nam imprimis i11a divisio intelligi potest,
Quaest. 1. Cirea quero modum quaeri quid esse ad coactum; nam coactum pro- aliter se habere, et non habet aliam specia- non de entibus quoad existentiam, sed so-
posset an omne necessarium ex causa ef- prie sumptum est contra: e1ectionem (ubi lem rationem necessitatis. Vel ille effectus 1um quoad esse essentiae, seu quoad veri-
64 Indice det"lú"/,, de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Cap. VI 65
1adO'nes ideales, con abstracción del tiempo, a las que se califica de necesarias que es continuo lo que se mueve necesariamente con un solo movi~ento, En se-
por estar drnadas de eterna verdad. Entre éstas hay algunas, como las proposi- gundo lugar, si los cuerpos heterogéneos son verdaderamente contInuos; tercero,
ciones mediatas, que tienen causa de su necesidad, por demostrarse en función si las partes, o las sustancias que tienen varias formas diversas, pueden constituir un
de otros principios anteriores; en cambio, otras no tienen causa, como es el caso continuo. Cuarto, si eS la unidad el principio del número y qué clase de princi-
de los principios evidentes. Y si Aristóteles habla de los seres existentes, aunque pio es; quinto, si estO' conviene igualmente a toda unidad, 0, de un modo especial,
haga la división en plural, no es preciso que cada uno de los miembros necesite la última unidad se dice forma del número. Sexto, si el concepto de medida
verificarse en una pluralidad. Por eso sólo llega a esta conclusión hipotética: si conviene de manera especial a la unidad. Pero, por tratarse de cosas fáciles, son
existen algunos seres de esta clase, tienen que ser eternos. Más adelante veremos brevemente expuestas y resueltas al tratar de la cantidad continua y discreta,
en otros pasajes su opinión respecto de esto. Nosotros lO' tratamos en diversas disp. XL y XLI.
partes de la obra signiente, pues en toda la disp. XX consideramos el origen de Cuesto 7. En séptimo lugar se puede inquirir la razón de haber afirmado
todos los seres por creación a partir de unO'; en la XXIX, seco 1, la necesidad Aristóteles que la U!Úd-ad y la entidad se predican de cosas específicamente diversas
del ser primero, y en la seco 2, cómo le corresponde esta necesidad; y en la con más verdad aplicándoles el género remoto que aplicándoles el próximO', por
disp. XXX, seco 16, si el ser primero obra por necesidad de naturaleza, y la opi- ejemplO', que es más exactO' decir que el hombre y el caballo S011 el mismO' vivien-
nión de Aristóteles sobre este punto. ,. que el mismo animal. El motivo de duda está en la mayor unidad del género
Cuesto 3. Por otra parte, ~ambién puede preguntarse aquí si existen alguuos peoBmo que del remoto. Hay que responder que Aristóteles, más que exponer
seres que puedan llamarse necesarios aunque tengan causa. Se trt\fa en la disp. una realidad, hablaba de una forma de lenguaje. Porque, efectivamente, hay mayor
XXVIII, seco 1, y disp. XXXV, seco 3, hacia el fin. unidad en el género próximo; sin embargo, por el modO' de predicación, nos
Cues!. 4. Por último, cabe preguntarse si las verdades complejas, llamadas resulta más verdadera y menos equívoca baje la forma de que se vale Aristóteles,
necesarias, tienen causa de su necesidad, y qué clase de necesidad es la suya. porque, como dice Santo Tomás, las especies del género remoto nO' sólo convienen
Abordamos esto en la disp. 1, seco 4; disp. VIII, sobre la verdad, seco 1 y 2, Y con en género, sino también en la diferencia que lo contrae; y por estÜ', al decir que
más amplitud en la disp. XXXI, seco 2 y en la seco 12, hacia el fin. un hombre y un caballo son el mismo viviente, nO' sólo se significa que convie-
nen en el género viviente, sinO' también en su diferencia contractiva, según es en
realidad; en cambio, cuando se dice que son el mismo animal, se expresa también
CAP. VI no sólo que ambos son animales, sino también que son de la misma naturaleza en
LA UNIDAD Y SUS CLASES una determinada Hnea de animalidad. Y son animales de una manera determinada
los que se diversifican por diferencias inc1uídas en animal. CuandO', pues, se dice
Las cuestiones que pueden suscitarse en relación con este capítulo y que ofre-
que son una sola e idéntica clase de animal, se estima que convienen en alguna
cen especial interés respecto de este tema, se tratan en las disp. IV, V, VI Y VII,
diferencia contractiva de animal. Por esta misma razón proporcional no se puede
en las diversas secciones que pueden verse en el índice que sigue a éste. El análisis
decir que Pedro y Pablo son un hombre, hablando en absoluto; más admisible
del texto da pie a algunas discusiones acerca de la unidad de la cantidad y del conti,,,
es decir que son un mismo animal. Aunque, por tratarse únicamente de modos de
DUO, comO' la legitimidad de la definición del continuo por el movimiento, a saber,
expresión, conviene atenerse al uso común y evitar todo equívoco.

tatem complexionum abstrahentium a tem- Q. 3. E contrario vero etiam hic quaeri per se uno motu movetur. Secundo, an praedicationis verior fit praedicatio minus-
pare, quae necessariae dicumur quía sunt potest an sint aliqua entia quae, Heet ha- eorpora heterogenea sint vere continua. Ter- que aequivoca sub ea forma quam Aristote-
aeternae vel'itatis. Et inter eas quaedam sunt beant causam, dici possint entia necessaria. tio, an partes vel substantiae habentes pIu- les posuit. Et ratio est, ut natavit D. Tho-
habentes causam suae necessitatis, ut pro- Tractatur disp. XXVIII, seet. 1, et in res fannas diversas vere passint continuari. mas, quía respectu generis remotí eonve-
positlones mediatae, quae per priora prin- disp. XXXV, sect. 3, prope finem. Quarto, an unum sit principium numeri, et mUllt species non solum in genere ipso, sed
cipia demonstrantur, aliae quae non habent Q. 4. Ultimo quaeri potest an veritates -quale principium sito Quinto, an hoc aeque etiam in differentia contrahente iliud; unde
causam, lit principia per se nota. Ve! si comp~exae quae necessariae dicuntur, ba- conveniat omní unitati, vel speciali modo cum horno et equus dicuntur idem vivens,
Aristoteles loquatur de entibus existentibus, beant causam suae necessitatis, et qualis sit ultima unitas dicatur forma numeri. Sexto, significatur non solurn convenire in genere
licet in plurali tradat divisionem, necesse eartun necessitas. Hane tamen attigimus an ratio mensurae speciaH ratione conveníat viventis, sed etiam in differentia contrac-
non est ut utrumque membrum in plurali disp. 1, seet. 4, et disp. VIII de vero, seet. unitati. Haee tamen mnnia in se facilia sunt, tiva eius, quod verum est; cum vero di-
verificetur. Dnde in fine solum sub conditio- 1 et 2, et latius, disp. XXXI, sect 2, et ideoque brevite;r attinguntur, et expediun- cuntur esse idem animal, similiter signifi-
sect. 12, versus finem. tur inter disputandum qe quantitat~ conti- catur non solum utrumque esse animal, sed
ne concludit, si aliqua sunt huiusmodi en-
tia, illa esse sempiterna. Quid vero aliis 10- nua et discreta, disp. XL et XLI. etiam esse eiusdem rationis in aliqua ratio-
CAPUT VI Q. 7. Septimo inquiri potest quomodo ne detenninata animalis; illa enim sunt de-
cis senserit, videbimus .in sequentibus; et
rein tóúirri- disputairius variíS"-lücis sequen- De uno et variis modis eius Aristote1es dixerit esse unurn vel .ídem ve- terminata animalia quae differentüs anima-
tis operis; nam disp. XX, per totam, trac- nus praedicari de rebus specie diversis cum lis differunt; curo ergo dicUlltur unum vel
Quae cITea hoe caput disputari possunt, adieetione generis remoti quam proximi, ut idem animal, indicantur convenire in aliqua
tamus de dimanatione omnium entium ab et ad rem maxime pertinent, tractantur in horno et equus verjus dici ídem vivens, differentia contrahente animal, et eadem
uno per creationem; disputatione autem disp. IV, V, VI et VII per pIures quaes- q-uam idem animal. Et ratio dubii est, quía proportionali ratione, Petrus et Paulus non
XXIX, seet, 1, de necessitate primi entis: tiones quae sequenti indice videri possunt. maíor est unitas in genere proximo quam dicuntur unus horno, absolute loquendo;
et sect. 2, qúomodo hoc ei sit proprium; Circa textum yero nonnulla possunt de UIlÍ- in remoto. Respondetur Aristotelem non facilius autem dicuntur ídem animal. Quam-
at vero in disp. :XXX, seet. 16, an primum tate quantitatis et de continuatione dispu- agere de re, sed de figura locutionis. Nam quam, quia haec spectant solum ad modum
ens agat ex necessitate naturae, et quid-in tari, ut an recte definiatur continuum per quoad rem certtun est maiorem esse uníta- loquendi, servandus est communis usus, et
hoe AristoteIes senserit. motum, scilicet, illud esse continuum quod ,tem in genere proximo, tamen in modo cavenda omnis aequivocatio.
5
Indice detallada de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Cap.~ __ _ 67
66
cuencia por términos lógicos, porque descubren mejor el fundamento objetivo
Suelen ofrecerse también muchas dudas acerca de la división que pone Ari... de estas unidades; en cambio, la unidad numérica, por su mayor realidad, la ex-
tóteles en el texto 12: unas cosas tienen unidad numérica, otras específica, otras
plica sólo con términos reales. En definitiva, ambas divisiones pueden conside-
genérica y analógica otras. Se trata de ver la diferencia con !a división, primera rarse reales en parte y en parte de razón.
en q,:,e. la unidad se dividía en unidad c,:,,~inua, formal, u,!,d~d: de ge~~, .~e Cuesto 10. Suele también tratarse aquí por extenso sobre el principio de
defimctán, de especte y de absoluta mdz'V1szon, es deCIr, el mdlvlduo O' mdlvls1-
individuación, con motivo de aquella definición de Aristóteles: son uno nu-
ble, según prefieren otros. Brevemente mi opinión es que ~as divisiones coinci-
méricamente los que' poseen una materia; dedicamos a esto casi toda la
den en parte y en parte se distinguen, ya que algunos nnembros formalmente
disp. V. Por 10 que se refiere al sentido de la proposición aristotélica, por
contenidos en la primera se omiten en la segunda y viceversa, aunque virtual-
más que los escotistas pretendan no tratarse de la materia como parte
mente vienen a ser lo mismo. Porque la unidad de continuO' y de indivisión, distin-
del compuesto, sino de' la diferencia material, a la que llaman uheccei-
tas en la primera, quedan comprendidas en la unidad numérica. Igualmente la
unidad de definición y de forma pertenecen a la unidad específica, 10 mismo qne dad", tiene, sin embargo, un sentido más obvio que el Filósofo hable de
la unidad de diferencia, de la que Aristóteles no hizo mención en ninguna de la. la materia propiamente, pues éste y no otro es el significado de tal palabra en
divisiones, y pertenece, sin embargo, a la unidad específica. A ellas se reducen Aristóteles. Y con él la emplea tratando aprm:imadamente de 10 mi.mo en el
también, en opinión de algunos, la unidad de propiedad y la de accidente, aunque lib. VII, texto 28, y en el lib. XII, texto 49, según expliqué más largamente en
ésta. más bien hay que incluirlas en las unidades per accid'ens. La unidad de la disp. citada. Por eso resulta difícil adaptar las palabras para que signifiquen
analogía, por su imperfección, la omitió en absoluto en la primera división; es adecuadamente el contenido de la unidad numérica, por darse en los ángeles y
más, parece incluso que en la segunda quedó omitida la unidad de analogía de en los accidentes unidad numérica sin materia. Por eso dice el Comentador que
atribución, porque Aristóteles sólo hace mención de la analogía de proporcionalidad. no se trata de definir adecuadamente la unidad trascendental sino la unidad
cuantitativa. Casi coincide SantO' Tomás, al decir que nO' se data de definir al
Pero las palabras de Aristóteles son aplicables con facilidad a ambas, o pueden
reducirse la una a la otra, sobre todo la analogía de proporción, que es meramen- ir:div.iduo en gene~al, ~~no de. ex;plicarlo en las ~osas materiales. Es más, hay que
te extrínseca, porque la que se funda en una conveniencia propia e intrínseca anadir q~e la ~xplicaclOn se .hIDlta a las, sustanCIaS que sean materiales y existen-
tes al Inlsmo tIempo, es deCIr, que no se puede entender la materia en absoluto
sino ."signada" con ciertos accidentes. En realidad Aristóteles, sin haber explicad~
puede, en cierto modo, reducirse a la unidad genérica. Esto basta para ver la
semejanza y diferencia de aquellas divisiones al igual que su suficiencia.
sufiCIentemente el principio de individuación, nos definió de alguna manera la
Cuesto 9. Todavía se preguntan algunos si estas divisiones son reales o de
naturaleza del individuo.
razón, si son lógicas o metafísicas. Es una cuestión sin importancia, si estamos
. Cuesto 11. Po~ unidad .genérica entiende aquí Aristóteles completamente 10
de acuerdo (según ampliamente se expone en dicho lugar), en que toda unidad
mIsmo que por umdad predicamental. Por eso suele también preguntarse en este
universal es de razón, y la formal, en cambio, de alguna manera real. Por eso
lugar si 10. predicamentos se diferencian por la figura del predicamento. Sin em-
resulta fácil explicar muchos miembros de dichas divisiones en un plano real
bar¡¡o, como esta dificultad proviene de la división de los nueve predicamentos
o de razón, e incluso lógica y metafísicamente. Aristóteles las propone preferen-
aCCIdentales, la tratamos al explicar dicha división en la disp. XXXIX, seco 2.
temente en su aspecto real, aunque las unidades universales las explica con fre-
vis unitates communes saepe declaret per cHe est accornmodare yerba illa, ut adaequa-
Solent etiam multa quaeri circa divisionem sa fuit omnino in prima divisione; immo terminos logicos, quia sunt aptiores ad ex- tam definitionem contineant unitatis nume-
illam quam Aristoteles ponit textu 12: Alia in secunda videtur omissa unitas analogiae plicandum fundamentum quod in re habent ricae, quia in angelis et accidentibus est
sunt unum numero, alia specie, alia genere, attributionis; nam Aristoteles solius pro- hae unitates; unitatem autem numericam, unitas numerica sine materia. Quapropter
aZia arw.logia. Videlicet, quo modo haec di- portionalitatis meminit. Sed Aristotelis ver- quia magis realis est, simpliciter per ter- Commentator ait non definiri ibi adaequa-
visio differat a prima, qua dividitur unum ba facile possunt ad utramque accommodari,. minos reales declarat. Possunt ergo ambae te unum transcendens', sed unum quantita-
in unum continuatione, unum ratione for- vel potest una facile ad aliam reduci, maxi- divisiones partim reales, partim rationis cen- tive. Et in idem fere incidit D. Thomas,
mae, unum geneTe, definitione, seu specie, me illa analogia proportionis quae mere serio dum rot non definiri individuum in com-
et unum omninwda indivisione, id est, in- extrinseca est; nam illa quae est per in- Q. 10. Rursus circa illam definitionem muni, sed explicari in rebus materialibus.
djviduum, seu indivisibile, ut alii volunt. trinsecam et propriam convenientiam, ali~ Aristotelis: Unum numem sunt quorum Irnmo addendum est tantum explicari in
Dieo tamen breviter divisionem partim esse quo modo potest ad unitatem generis re- substantiis materialibus simulque existenti-
vocari. Atque ita patet tum diversitas et est materia una, hic late tractari solet de bus, vel intelligendum est de materia non
eamdem, partim diversam, quia aliqua mem- principio individuationis; de qua re inte-
bra formaliter continentur in prima quae convenientia inter illas divisiones, tum etiam absolute, sed signata certis accidentibus. Et
earum sufficientia. gram fere disputationem quintam confeci- revera Aristoteles hic non satis decIaravit
in secunda omittuntur, et e contrario, licet
Q. 9. Sed quaerunt ulterius an hae di- mus. Quoad sensum amem propositionis individuationis principium~ sed quoad nos
virtute in idem incidant. Nam unitas coo-
tinuationis et indivisionis, quae in priori visiones sint rationis ve! reales, et an sint Aristotelis, licet Scotistae contendant non al,iquo modo indicavit quod sit individuum.
distingUlihWt, sub unitate" numersli com- logicae, an metaphysicae. Quaestio tamen loqui de materia, quae est pars compositi, Q. 11. Per unitatem genericam Aristo-
prehenduntur. Unitas item definitionis et est parvi momenti, si supponamus (quod sed de materiali differenda, quam haeccei- teles pIane hie intelligit unitatem praedica-
formae ad unitatem specificam pertinent, dicto loco fuse disputatum est) omnem uni- tatem vocant, simplicior tamen et vedor sen- mentalem; unde quaeri etiam hic solet an
sieut et unitas differentiae, cuius Aristote·, tatem universalem esse rationis, formalem sus est loqui Philosophum de propria ma- praedicamenta differant praedicamenti figu-
les in neutra definitione expresse meminit; autem esse reí aliquo modo. Nam hinc fa· teria: hoc est enim apud Aristotelem sig- ra; quia vero haec quaestio propriam diffi-
pertinet autem ad unitatem speciei. Ad cile constat plura membra illarum divisio- nifieatum illius vocis, et non aliud. Et in cultatem habet in divisione novem praedi-
quam etiam reducitur (secundum aliquos) num posse vel secundum rem, vel secun- eodem llla utitur agens fere de eadem re, camentorum accidentium, ideo illam tracta-
unitas proprii et accidentis; sed hae magis dum rationem, atque adeo et logiee et me- lib. VII, texto 28, et lib. XII, texto 49, ut mus explicando illam divisionem, disp.
pertinent ad unitates per accidens. At vero taphysice explicarL Ab Aristotele autem in dicta disp. ladus ostendi. Et ideo diffi- XXXIX, sect. 2.
unitas analogiae, quia imperfecta est, OlruS- potissimum traduntur ut reales sunt, quam-
68 Indica detallado de la metafísica d" Aristóteles
y_I_X_______________ _ ___
Libra quinto.-Caps:__V_I_Il___ 69
Cuest. 12. Se investiga últimamente en qué sentido es verdad que las
unidades posteriores son consecuencia de las anterio"resJ según la expresión de a de ser un ente de razón o que recibe su denominación extrínseca del acto de
la .
pasrazón. Por lo que se refiere a Aristóteles, hay que ad ' que 1a causa d
vertIr e 'mter-
Aristóteles, o sea, que las cosas que tienen unidad n11.lllérica, la tienen también
calar aquí una disquisición acerca de este ser, no es más que poner en claro que, por
especifica, genérica y analógica. Porque Pe?ro, sien~o numéric~mente uno, ~o lo
más que de alguna manera afirm.amos de .la negación. este ser verdadero, ~ se
es analógicamente. Pedro y Pablo, que tienen umdad especIfica, no la tienen
trata de entes propios y per se, ID de predIcamentos, SI no es por una espeCIe de
analógica. La respuesta es que en un ser individuo y singular se con~ene,: to~as
las especies de unidad superior; y de esta manera las cosas unas con umdad mfenor reducción. .
Cuesto 4. Se toca aqui también la división del ser en predIcamentos que
es necesario que lo sean también con unidad superior, aunque se trate de la
tratamos en las disps. XXXII y XXXIX. Sólo quiero advertir que la enume!ació~
analogía; pero no es necesario que dicha unidad sea análoga respecto de ellas,
de Aristóteles únicamente contiene siete miembros de los accidentes al no CItar ru
sino que basta que les sea común un mismo predicado análogo. En este sentido
situs ni habitus. Aunque acaso se trate de una inadvertencia, hacemos notar gustosos
vienen a coincidir con la regla' defendida por los lógicos de que a quien se aplica
con el Comentador que ambos predicamentos son de escasa importancia y apenas
un predicado inferior, se le aplica también el superior, sea cual sea su grado de
merecen pararse en ellos, razón por la que los explicamos con la máxima breve-
unidad. En efecto, si Pedro es este hombre, será también hombre, y sustancia,
dad en las disp. LII y LIII de esta obra.
y ser; e, igualmente, si Pedro y este hombre son lo mismo numéricamente,
también serán uno específica, genérica y analógicamente, es decir, son uno en su
razón formal, específica, genérica y analógica. CAP. VIII
LA SUSTANCIA
CAP. VII El capitulo no ofrece novedad especial. Tratamos esta materia con amplitud
EL ENTE Y SUS DIVERSOS MODOS O SIGNIFICADOS desde la disp. XXXI hasta la XXXVI, en muchas cuestiones, cuyos titulos y
lugares pueden verse en el índice siguiente.
Cuesto 1. La primera cuestión puede ser la división del ente en ente per se
y ente per accidens, que explicamos ampliamente en la disp. IV, seco 4.
Cuesto 2. La segunda, la división en ente actual y ente potencial. Se tocan CAP. IX
algunos puntos en la disp. TI, seco 4. Se trata ex professo en la disp. XX.'CI a IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y SEMEJANZA
través de las tres primeras secciones.
Las divisiones que Aristóteles dio de la unidad per accid~r>s y per se. y de
Cuesto 3. Cabe añadir aqui una cuestión: en qué consiste el que una cosa
sus diversos modos, las aplica aquí -a lo idéntico y, por 10 mIsmo, a lo dIverso,
sea verdadera o falsa, con motivo de lo que insertó en este lugar Aristóteles
sobre el ser implicado en la verdad de la proposición. Esto se trata, parte en las que podrá predicarse de tantas forma~ como su opuesto?" po~ 10 tanto n~da hay
r

que aclarar aquí. Porque lo q"?e se dIce acerca de la dlst1n:lOll entre dIverso y
disps. VIII y IX sebre la verdad y falsedad, parte en la disp. última sebre los
entes de razón. Este ser verdadero, analizadO' aquí por Aristóteles, no es más que diferente 110 es más que cuestión de uso de palabras, y d.e 19~al maner~ lo .que
se refiere a las cosas semejantes y desemejantes. Sobre IdentIdad y dIVerSIdad
el ser objetivo de la síntesis verdadera o falsa de nuestra mente al juzgar, y no
pusimos una breve cuestión en la disp. VII, sobre la "unidad, seco 3.
Q. 12. Ultimo inquiritur quo modo ve- sunt unum in ratione fonnali, specifica, ge-
rUIn sit posteriores unitates sequi priores, nerica et ana)ogica. obiectivum in compositione mentis vera vel CAPUT VIII
ut Aristoteles dicit, id est, quae sunt unum falsa, quod solum est esse rationis, seu per De substantia
numero esse etiam unum specie, genere et CAPUT VII denominationem extrinsecam ab opere ra-
anaIogia. Nam Petrus, qui est unus nume- In hoc capite nihil occurrit notatione dig-
De ente eiusque variis modis seu significatis tionis. Quod vero ad Aristotelem attinet, num, de ipsa vero re disputamus late disp.
ro, non est unus analogice, et Petrus et advertendum est ideo hic interposuisse ser-
Paulus, qui sunt unum specie, non sunt ana- Quaest. 1. Prior quaestio hic esse pot- XXXI, usque ad XXXVI, per pIures quaes-
est de divisione entis in per se et per monem de hoc esse, lit indicaret, licet de tiones, quarum tituli et loca videri possunt
logice unum. Respondetur sensum esse in
accidens, quam late explicamus disp. IV, negationibus dicatur aliquo modo hoc esse in indice sequenti.
re individua et singulari esse omnes Ulll-
tates superiores, atque ita ea quae sunt sect. 4. verum, non tamen pertinere ad entia pro-
Q. 2. Altera est de divisione entis in pria ae per se, neque ad praedicamenta, CAPUT IX
unum in inferiori unitate~ necessario esse
unum in superiori, etiamsi illa analogia sit; ens in aetu et ens in potentia. De h~c non- rusí reductione quadam. De eodem, diverso et sirnili
non est tamen neeesse ut respectu illorum nu11a tacta sunt disp. I1, sect. 4. Ex pro- Q. 4. Denique hie etiam tangitur divi-
fesso vero traetatur in disp. XXXI, per Quas divisioneS' Aristoteles tradidit de
sit i11a unitas analoga~ sed satis est quod tres primas sectiones. sio entis in praedicamenta, quam in disp. uno per accidens et per se, et de variis
ipsum praedicatum aÍlal6gum i11is commu- XXXII, et disp. XXXIX tractamus. Hie medis unius, tradit hic etiam de eodem} et
Q. 3. Addi hic potest haee quaestio,
ne sito Quo sensu aequivalet haee regula quid sit aliquid esse verum vel falsum, tantum adverto solurn septem membra acei- consequenter de diverso, quod tot modis dici
illi quam tradunt dialeetici, quod de que- propter ea quae lúe AristoteIes interposuit dentis AristoteJem numerasse, omissis situ potest quot suum oppositum, et ideo nihil
eumque dicitur praedicatum inferius, dici- de esse quod est in veritate propositionis. et habitu; quod !icet casu forte factum sit, rei disputandum me occurrit. Nam quae ~­
tur et superius, quocumque modo unum sito Sed ea res partim tractatur in disp. VIII nos autem libenter advertimus ex Cornmen- euntur de distinctione inter diversum et dlf-
Nam si Petrus est hic horno, erit et horno, et IX, quae sunt de veritate et falsitate, par- ferens, solum spectant ad usum termino-
et substantia, et ens, et ita si Petrus et tatore illa duo praedicamenta parvi esse rum, sicut etiam quae de similibus et dis-
tim in disputatione ultima, quae est de en- momenti, et nullius fere eonsiderationis, et
hic horno sunt idem numero, etiam sunt tibus rationis. Hoe enim esse verum, quod similibus dicuntur. De eodem autem et di-
unum specie, genere et analogía, id est, ideo de illis brevissime in disp. LII et LIII verso brevem add.jdimus quaestÍbnem ad
hic Aristoteles distinxit, solum est esse
huius operis disserimus. disp. de Uno, disp. VII, sect. 3.
70 Indice detalladO' de la metafísica de Aristóteles Libra quinto.~Ca-,p~,-",Xc-I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 71
Consecuentemente, parece que 10 primero no es anterior a los demás, 10 cual
CAP. X es absurdo. Por esto no admiten. algunos que se trate aquí de la descripción ge-
OPOSICIÓN y DIFERENCIA ESPECÍFICA neral de la prioridad como tal, sino de determinar una clase especial de la
misma. Pues hay dos modo·s de entender una cosa como anterior a otra: o
Cuesto única. Aquí suele plantearse la cuestión de la existencia simultá- por relación a un tercero, o por relación entre ambas. Al primer caso. alude
nea en el mismo sujeto de dos accidentes distintos sólo numéricamente, dando Aristóteles en la descripción citada, e insinúa la división al decir que! algunas
pie a ella las palabras de Aristóteles al fin del capitulo, donde enumera entre cosas rienen tal clase de prioridad. Inmediatamente de la explicación y subdi-
las cosas que se diferencian específicamente tod~ las que, perteneciendo a la visión de este miembrO', concluye: ciertamente estas cosas son anteriores de
misma sus tanda, se dz"ferendan entre' sí. Se trata ampliamente en la disp. V, esta manera. y en seguida parece añadir otro miembro principal, diciendo:
seco 8, donde exponemos nuestra opinión de que no se puede dar valor univer- pero de otro modO', etc. Aunque de este segnodo miembro no dio el Filósofo
sal a la afirmación de Aristóteles, sino que hay que limitarla a los accidentes ninguna explicación general, sino. mediante cierta división dicotómica, resulta-
absolutamente semejantes en su esencia individual, según declaramos extensa- do de que, al comparar algunas cosas entre sí, unas son sólo por razón anterio-
mente. Lo demás referente a los opuestos y contrarios que aquí explica Aristó- res, y otras por naturaleza u orden de subsistencia.
teles es objeto de largas disputas en lógica; sin embargo, tocamos a1gnoos Esta interpretación es ciertamente probable, pero la primera descripción puede
puntos en la disp. XLV, al hablar de las cualidades contrarias. adaptarse con facilidad a cualquier prioridad. Pues cuando. decimos que es anterior
No juzgo necesario investigar por qué, una vez enumerados los opuestos y a otro 10 que está más cerca del primero, es evidente que se supone y afirma
contrarios, vuelve Aristóteles de nuevO' a explicar la diversidad especifica, puesto tácitamente que el primero goza de mayor prioridad respecto de los demás, ya
que ni el orden de los capítulos, ni c-ada una de sus partes, ni la enumeración que está, por así decirlo, mucho más próximo a sí mismo, y aun más que próxi-
de los significados de los términos permiten descubrir un plan " método de- mo. Por ejemplo, si hay un cuerpo que es locativamente el primero en el univer-
terminado.. En efecto, ¿por qué trató primero de la unidad, luego del ser y de so por estar más cerca- del primer cielo, con mucha más razón el primer cielo
la sustanCIa, y después de la identidad y diversidad? No se ve razón algnoa . está antes que los demás. Por eso, la prioridad en general consiste en cierta referen-
sino únicamente porque juzgó que era indiferente tratar antes una cosa qu; cia o relación entre los que reciben denominación de anterioridad o posterioridad;
otra, sobre todO' en estas materias de poca importancia. pero a veces esta relación se mide por un tercero, y se apoya, a manera de fun-
damento, en otra relación de inmediateidad y distancia respecto de él; en cam-
CAP. XI bio, a veces se apoya únicamente en cierta condición de los extremos, que se
CLASES DE PRIORIDAD Y POSTERIORIDAD comparan entre sí como primero y posterior, porque uno tiene ya existencia,
Cuesto 1. El primer problema de todos aquí es determinar la esencia de la mientras que el otro todavía no, o por ser uno causa y el otro efecto, o por
prioridad y posterioridad, a ver si consiste en una relación real o de razón. Puede ser uno más excelente que el otro. En realidad, considerada esencial e intrínseca-
plantearse respecto de la opinión de Aristóteles o de la objetividad misma. En efec- mente, la prioridad consiste en esta relación de los extremos entre sí; y sólo remo-
tO', Aristóteles al comienzO' del capítulO' dice que tiene prioridad 10' que está más cer- ta y fundamentahnente, o, por así decirlo, a modo de medida, en la relación a
ca de algún principio (a primero\ Por esta descripción parece poner la razón de quo videtur sequi illud quod est primum, dicitur illud esse prius alio quod est propin-
prioridad en una relación de propincuidad a un tercero, nO' entre los elementos. non esse prius caeteris, quod est absurdum. quius primo, clarum est supponi, et tacite
Propter quod aliquibus non placet ut ea diei, ipsum primum multo magis esse prius
CAPUT X bris, aut in enumerandis harum vocum sig- -sit descriptio generaU,s priorum ut sic, sed caeteris, quia (si !icet dicere) multo magis
nificationibus certam aliquam rationem aut assignatio cuiusdam modi priorum. Duobus est propinquum sibi ipsi, vel aliquid magis
De oppositis et specie differentibus enim modis intelligi potest unum diei prius quam propinquum; ut, verbi gratia, si cor-
methodum video ab Aristotele observad.
Quaestio unica. Hic quaeri solet an duo Cur enirn prius egit de uno, -postea de ente aUo, vel per respectum ad aliquod tertium, pus illud est prius loco in universO', quod
accidentia solo numero dlfferentia possint et substantia, deinde de eodem et diverso? ve! per habitudinem quam inter se habeant. primO' caelo propinquius est, multo magis
simul esse in eodem subiecto, occasione Nulla sane ratione id fecit, sed solum quía Prius membrum attigit Aristoteles in prae- ipsum primum coelum est prius caeteris.
verborum Aristotelis in .fine capitis, ubi in- parum interesse putavit hoc ve! illud prae- dicta descriptione; unde etiam tacite divi- Itaque generaliter prioritas in quadam ha-
ter ea quae specie differunt, ponit omnia ponere, in his praesertim minutioribus sionem insinuavit, dum ait quaedam priora bitudine seu relatione consistit inter ea
quae, cum in eadem substantia sint, diffe- rebus. talia esse. Deinde post illius membri expli- quae prius et posterius denominantur; in-
rentias habent. Tractatur autem late a' no- cationem et subdlvisionem ita concludit: terdum vero haec habitudo mensuratur per
bis disp. V, sect. 8, ubi Aristotelem non CAPUT XI Atque haec quidem hoc pacto priora dicun- aliquod tertium, et quasi fundatur in alia
universe intelligendum cert¡jtlimus sed de tur. Et statim videtur aliud membrum prin- habitudine seu propinquitate et distantia ah
De modis prioris et posterioris dpale subiungere, dicens: Alio tmtem mo- illo; interdum vero in sola conditione ali-
accide,J}1:jJ:lU,S oITIpino ~.ilnilitJ~l)_", in "ratione
individuali, ut ibi late exlmnimus. ReIlqua Quaest. l. Primum omnium hic quaeri do, etc. Hoc autem posterius membrum qua extrernorum, quae inter se comparan-
quae de oppositis et contrariis Aristoteles potest quae sit ratio prioris et posterioris, non declarat Philosophus aliqua descriptio- tur ut pdus et posterius, quia nimirum
hic dlcit, in dialectica copiose disputantur; et an consistat in allqua relatione reali vel ne cornmuni, sed solum per quamdam bi- unum habet existentiam, quando aliud
aliqua tarnen attigimus in disp. XLV, ubi rationis. Potest autero quaeri vel de sensu membrem divisionem, videlicet, quia quae- nondum habet, ve!. quia unum est causa,
de contrarietate qualltatum disserimus. Aristotelis·, vel de re ipsa. Aristoteles enim dam inter se ita comparantur, ut uuum sit aliud effectus, vel quia unum est dignius
Cur autem post oppositorum et contra- in principio capitis ait priora esse qttae vel prius ratione alio, vel prius natura seu alio. Et quidem prioritas per se et intrin-
riorum enumerationem redierit Aristoteles sunt alicui principio (seu primo) propin- subsistendi consequentia. sece spectata in hac habitudine extremorum
ad diversitatem specificam declarandam, quiora. In qua descriptione videtur ponere Est quidem haee interpretarlo probabilis; ínter se consistit: in ordine autem ad ter-
non oportet quaerere, quía neque in ordine racionem prioris in relatione propinquitatis sed recte potest prima illa descriptio ad tium est remote et fundameutaliter, vel (ut
horum capitum, nee in singulis eorum mem- ad aliquod tertium, non vero inter se. Ex omnia priora accornmodari. Quando enim sic dicam) quasi mensurative.
72 lndice detallado, d@ lO) metafísica de Aristóteles Libro quinto.--Cap. XII 73
un tercero. Como esta relación, según su nombre indica, es de una cIase deter- , . luyó de hechO' en la prioridad de naturaleza, o entre las cosas que
minada, puede darse en el plano del lugar, del tiempo, del movimiento o gene- o que ame . d 1 di XXVI
tienen prioridad de derecho. Consúltese 10 dicho acerca e esto en a sp. . "
ración, de la causalidad, del conocimiento, de la naturaleza, del orden de sub- sobre las causas, seco 1. Ciertamente el Damasceno, en el c. VII de su Dzalec-
sistencia. Y así se cuentan diversos modos de prioridad, suficientemente claros ticaJ no reconoce más prioridad de naturaleza que la que se funda en el orden
en Aristóteles, bien aquí, bien en Postpraedic. De oonde se deduce que en rigor de subsistencia.
la relación de prioridad no es real, ya que se predica muchas veces de cosas
que no se distinguen realmente. Así se dice que hombre antecede a Pedro en CAP. XII
el orden de subsistencia. A veces se predica de una cosa no existente, por ejem- LA POTENCIA
plo, puedo decir de mí que soy anterior en tiempo al Anticristo. Incluso a veces
Cuesto 1. Suele discutirse en primer lugar la definici?n de pote.ncia activa:
la esencia de la prioridad se circunscribe a una negación; en efecto, se llama a
el principio que modifica " otro en cuanto es otro. ,Efecuvamente uene, muc~as
una cosa anterior a otra temporalmente, porque tiene o tuvo la existencia cuando
dificultades. La primera, el no comprender la pote~cla cread?r~; sobre e~ta. vea-
la otra todavía nor existía. A veces, consiste también en una comparación de rela-
se la disp. XX, seco 1. En resumen, se puede de~lr que Arlstote.l~:s se sirvió. ,de
ciones, como cuandO' se llama anterior a lo que está más cerca del primero. Fi-
las expresiones más corrientes, pero que e,s suscept1bl~ de adaptaclOn y. extenslO-?,
nalmente, en algunas ocasiones la prioridad se funda en la naturaleza; otras, por
si la palabra modifica;¡' nO' se toma estrIctamente.' smo con un senudo amplio
el contrario, sólo en el juicio y apreciación humana, como hizO' notar aquí Aris-
que sirva para la educción del no-ser al ser, y Sl~ consecuentement:; no enten-
tóteles. Por consiguiente, la prioridad nO' implica de suyo relación real; pero
demos otro solamente como sujeto, sino como t~tm1no de la producclO~. ,
algunas veces, en cuanto coincide con una relación real, puede ser también
La segunda dificultad consiste en que no comprende las potencias a~tlvas
real; por ejemplo, cuandO' la causa se dice anterior por naturaleza al efecto, esa
con acción inmanente. Puede ser la tercera que nO' mc1uye la gravedad y ltgere-
relación de prioridad no se distingue realmente de la relación de causa apellidada
za, principios que mueven no a otro, sino al ser que las poseed. Sobre to~o esto,
prioridad por cierta conveniencia o prop.orcionalidad. En este caso la relación
disp. XVTII, seco 3, y disp. XLIII, sec .. ,2. Brevemente respon o que e?tan c~m­
de prioridad será también real, sin que acaso pueda serlo en otro caso alguno.
prendidas en el significado de la expreSlOll et; cuanlo es otro~ p.ol'que s~lo actuan
Por fin, por 10 dicho se comprende fácilmente que en esta enumeración de sobre el propiO' sujeto en cuanto carece de dICho a~to o mO~lIDlento. NI es ~ece­
prioridades no se trata de una división unívoca, sino análoga, imperfecta y de sario que dicha potencia, en cuanto está en el sUJ eto mOVIdO' por ella, este en
proporcionalidad. Porque no se trata aquí de atribución a un primer significado,
él accidentalmente, como interpretan algunos. Porque, aunque .de hecho en ~l
sinO' de cierta proporción. Y parece ciertamente que esta nota de prioridad y pos-
ejemplo que aduce Aristótele~ del médico 9ue se cura ~ sí n;lsmo suceda aSl,
terioridad compete en primer lugar al tiempo y al movimiento, y que de esto se no afirmó Aristóteles la neceSIdad de que SIempre s,ucedles:- aSl. Otros rechazan
aplicó a otras cosas por cierta semejanza proporcional.
estas potencias: la gravedad, etc., porque no son mas qu~ mstrumento~ del ';TI0-
Cuesto 2. Por último, sólo queda preguntar por qué Aristóteles omítió aquí virrnento. Pero yo no estoy de acuerdo, porque, en. realidad, son pot~ncIas actlvas
la prioridad de naturaleza que se da en la causalidad. Puede responderse que la en sentido riguroso, aunque respe~tn de .la potencl,a gene~ad~ra recl~ el nom-
omitió, o por ser impropia, si no incluye otra prioridad en orden de subsistencia, bre de instrumentos, con mucha llllpropledad, segun explIque en la dlsp. XVTI,

Haec yero relatio, cum sit cuiusdam or- ritatem non requiritur relatio realis; quate- consequentia, impropria est, vel certe sub aliud non intelligamus solum subiectu..'U,
dirus, ut nomen ipsum prioris prae se fert, nus yero talis relacio coincidit aliquando cum prioritate naturae illam comprehendisse, ve~ sed etiam terminum effectiorus.
esse potest vel in ordine ¡oci, ve.~ tempOlis, aliqua alia quae est realis, potest etiam esse sub bis quae cUcuntur priora potestate. Vi- Secunda difficultas est quia non com-
vd motus. seu generationis, ve! causalitatis, realis; ut, verbi gracia, cum causa dicitur prehendit potentias activas actione imma-
ve} cognitionis, vel naturae, vel subsistendi deantur dicta de hac re disp. XXVI de
prior natura effectu, illa relatio prioris revera causis, sect. 1. Damasc. certe, in sua nenti. Et tertia sit. quia non comprehen-
consequentia. Et ita numerantur varii modi non est alia in re praeter relationem causae~ dit gravitatem et levitatem, qu.ae sun~ prin-
prions, qui sunt satis perspicui in Aristo- Dialect., c. 7, non agnoscit aliam priorita- cipia movendi, non aliud sed lpsum m quo
quae propter quamdam convenientiam vel
tele, tum hic, tum in Postpraed, Ex quo tem naturae nisi earo quae est in subsis- sunt. De bis disp. XVIII, sect. 3, et
proportionalitatem prioritas nominatur; tune
fit hanc relationem prioris, per se loquendo, ergo relatio prioris erit etiam realis, et for- tendi consequentia. dlsp. XLIII, sect. 2. Dice breviter com-
non esse realem, quia saepe tribuitur iis tasse nunquam alio modo inveruetur realls. prehendi ratione illius p~ticu1ae, .quatenus
quae in re non distinguuntur. Ut horno di- Tandem facile intelligitur ex dictis hane aliud est, quia non agunt 1ll proprlUm sub-
citur prior Petro subsistendi consequentia. enumerationem priorum non esse divisio- CAPUT XII iectum, nisi quatenus caret tati actu ve!
Interdum tribuitur respectu rei non exis- nem aliquam uruvocam, sed analogam, im- De potentia motu. Nec est necesse quod talis potentia
tentis, ut ego dicor prior tempore Antichris- perfectam et proportionalitatis. Non est quando mest ei qui per illam movetur, per
to, Nonnumquam vero ratio prioris nega- enim hic attributio ad unum primum sig- Quaest. 1. Primo quaer¡ solet de defiru- accidens ei insit, ut quidam interpretantur.
tione .. quadam .consummatur; ·diGitur ·enim nificatum, sed est proportio quaedam. Et tione potentiae activae, scilicet: Bst prin- Nam licet in exemplo quod Aristoteles
aliquid prius tempore alio, quia existentiam videtur quidem pi"imum dicta ratio prioris cipium transmutandi aliud, aut quatenus affert' de medico curante se, ita contingat,
habet vel habuit altero nondum existente. et posterioris in motu aut tempore: inde aliud est; habet erum pJures difficultates. non 'tamen dixit Ariocoteles necessarium
Interdum vero consistit in quadam com- vero per quamdam proporuonalem simili- Prima, quia non comprehendit potentiam esse, ut semper ita fiat. Alli reiiciunt has
paratione relationum, ut cum dicitur prius, tudinem ad alia translata. creandi: de hac vide disp. XX, sect. 1. facultates, gravitatem, etc., quia solum sunt
quod est primo propinquius. Denique ali- Q. 2. Ultimo potest bic quaeri cur Aris- Breviter dicatur Aristotelem notioribus ver- instrumenta motus. Sed non mihi placet,
quando haec prioritas habet fundamentum toteles hic praetermiserit eam prioritatem bis usum fuisse, posse .tamen accornmodari quia revera sunt propriissim~e potenti:'le ~c­
in natura, aliquando vera in sola humana naturae quae existit in causalitate. Respon- vél extendi, si nomine mutationis non rigo:- tivae, .ucet respe~tu g,e~erantls ~en~mlllatl<:
existimatione, vel designatione) ut etiam detur vel otnÍsisse illam, quia nisi ineludat rose, sed late utamur, pro quavis eductione nem mstrumentl aCClplant, satls lmpropne
Aristoteles hic notavit. Per se igitur ad prio- a}iquam aliam prioritatem in subsistendi de non esse ad esse, et consequenter per ac late, ut explicui dlsp. XVII, sect. 2.
74 lrufice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Cap,. XIV, XV, XVIy XVII_____________-'-7"'-S
--------
seco 2. La cuarta dificultad, por el contrario, está en que bajo esta definición ~tt'-lico~o ofrece dificultad alguna especial que no se trate allí, sobre todo
caben no s610 las potencias, SIDO también los hábitos, comO' el arte, de la que arlS
porque a 1fi cultad rad·lca en las cosas mismas.
o e el sentido literal es claro; y Id'
pone Aristóteles un ejemplo. La facilidad del problema permite responder: no
se trata aquí de la potencia en sentido estricto como la segunda especie de la CAP. XIV
cualidad, sino que se toma ampliamente como un principio de acción, y de esta Lo CUALIFICADO Y LA CUALIDAD
manera comprende también la forma sustancial en cuantO' puede efectuar algo.
De igual modo la potencia pasiva, de la que trata en seguida Aristóteles, com- Este capítulo lo tratamos ex professo en la disp. XLII a la XLVI sin que sea
prende la materia y cantidad, en cuanto es receptiva. E igualmente, en etra preciso añadir aquí nada.
acepción de potencia que pone a renglón seguidO', a saber, que se dice que puede
el que puede bien, comprende los hábitDS y disposición, que confieren esa facili- CAP. XV
dad por la que se dice que uno puede bien. También tratamos abundantemente este capítulo en la disp. XL VII sin que
Cuesto 2. A su vez se puede investigar la naturaleza del poder de resistencia :sea necesario hacer advertencia alguna.
que parece incluir aquí también Aristóteles entre las potencias; e igualmente si
la impotencia es privación de potencia o también potencia positiva. La prime~ CAP. XVI
cuestión se trata en la disp. XLIII, seco 1, la segunda en la disp. XL, seco 3.
Lo PERFECTO
Cuesto 3. Si la potencia objetiva es potencia real, y qué razón hay consi-
guientemente para llamar posible a una cosa que nO' existe actualmente. De estO' En este capítulO' no se presenta cuestión alguna que requiera discusión. E?-
he tratado en parte en la disp. XXXI, seco 3; en parte en la disp. XLllI, al efecto, Aristóteles propone la descripción común o significación de perf,ecto, di-
principio. Los puntos restantes sobre la potencia pasiva y otras acepciones de dendo que es perfecto el ser al que nada le falta de las cosas, claro esta, ~ue le
potencia aquí expuestas carecen de dificultad, si se tiene en cuenta lO' expuesto competen para su compleción. Esta descripción la pro.~one dentro de dIversO's
acerca de la potencia activa. Pues todo lO' demás se ha de entender por propor- géneros, Ü' sea', señalandO' los diversos modos de perfecclon de las cosas, unos. en
ción a ella, porque, según dijO' Aristóteles al fin del capítulO', ésta es la potencia concrete por su magnitud, otros por integridad de todas sus partes, por realIza-
primera, y por relación a ella se da este nombre a cualquier otra potencia. De ción pe:fecta, por poder, por obtenciót; del fin:, cosas todas claras en ,el textO';
'este tema, es decir, de la potencia y el acto, nos hemos ocupado ampliamente en nosotros en la disp. X, al estudiar el bIen, ensenamos I? qu: parece mas nec,es~­
la disp. XLIII. río sobre lo perfecto, porque el bien y lo perfectD o se ldenufican o parecen mU-
_mamente vinculados, según observamos allí.
CAP. XIII
CAP. XVII
EL CUANTO O CANTIDAD
EL TÉRMINO
A propósito de este capítulo surgen graves cuestiones que desentrañamos Tampoco aquí se ofrece nada que aclarar o discutir por tratarse únicamente
en las disps. XL y XLI, por lo que creemos inútil catalogarlas aquí. Pero el textD de los significados del vocablo término, ha:to, c!aros en el texto y 5ue su~l~n,
además, explicarse en los rudimentos de dmlectlca. El asunto en SI no orlgma
Quarta difficultas e contrario est, quia sub Q. 3. An poten tia obiectiva sit aliqua
hac definitione non salum comprehendun_ potencia realis, et consequenter unde ruca- perfectum cui nihil deest, eorum, scilicet,
tur potentiae, sed habitus etiam, ut ars, in tur res possibilis, quando actu non esto De ·cialis diffieultas occurrit quae ibi tractata
qua pomt exemplum Aristoteles. Respon- non sit, ea ve! maxime quod littera est per- quae illi debita sunt ad suurn eompleme~­
hac re partim dixi disp. XXXI, sect. 3, tumo Quam descriptionem in variis genen-
detur (quia res est facilis) hic non sumi partim disp. XLIII, in principio. Reliqua spicua, totaque difficultas est in rehuso
potentiam stricte pro secunda specie qua- bus declarat, seu diversos modos prop?~en­
quae de potentia passiva et de ailis accep- do quibus a}iqua dicuntur perfecta, sedicet,
litatis, sed late pro quovis principio agendi, tionibus potentiae hic dicuntur, non habent CAPUT XIV
et ita comprehendi etiam formam substan- magnitudine, et partium i~t~gritate, et ~om­
difficultatem, suppositis quae de potentia De quali et qualitate plemento, et virtute, et f1lliS co~secut1on.e,
tialem quatenus aliquid agere potest. Sicut activa sunt notata: nam per proportionem
et potentia passiva, de qua statim Aristote- Hoe caput ex professo expommus a dis. quae omnia in textu sunt perspIcua, et ~n
ad illa'"reliqua sunt intelligenda; nam, ut disp. X, traetantes de bono, q~ae de per-
lesl agit, comprehendit materiam et quanti- in fine capitis Aristoteles dixit, iUa est pri- XLII usque ad XLVI, neque est quod hic
tatem, ut receptiva esto Et similiter in alia .aliquid addamus. fecto neeessaria videntur, tradlmus; que-
ma potentia, et per aliquam habitudinem niam bonum et perfeerum ve! sunt idem,
acceptione potentiae, quam statim pomt, ad illam omnis alia potentiae denominatio
nempe ut posse dicatur qui bene potest, CAPUT XV vel multum inter se connexa esse videntur,
sumpta esto De hac vero materia, scilicet ut ibi notamus.
.comprehe-ndit -habitus et disPQsitionem, quae de potentia et aetu, ¡ate egimus disp. XLIII. Hoe caput ex professo exporumus a disp .
conferat eam facilitatem, ratione cuius dici- XLVII, et ideo nihil annotare necesse esto CAPUT XVII
tur aliquis bene posse.
Q. 2. Rursus quaeri potest quid sit po- CAPUT XIII De termino
CAPUT XVI
tentia resistendi, quam etiam hic Aristoteles Nihil etiam hoc loco oecurrit notandum
inter potentias numerare videtur; itemque De quanto seu quantitate De perfecto aut disputandum, quia sol?ID hic. agitur de
an impotentia sit privatio potentiae, vel Cirea hoc caput graves occurrunt quae-s- significationibus huius V~lS temn,:us, qu~e
etiam positiva potentia. Sed prior quaestio
In hoc capite nulla occurrit quaestio quae
tiones, quas prosequimur disp. XL et XLI, nostra disputatione indigeat. Tradit enim in textu satis sunt persPlcuae, et m pnIDlS
tractatur disp. XLIII, sect. 1, alia vero disp. et ideo eas hoc loco recensere necesse non etiam dialecticae rudimentis tradi solent. De
XL, sect. 3. Aristoteles cornmunem descriptionem vel
esto Cirea textum vera Aristotelis nulla spe- :significationem perfecti, dicens illud esse re vero ipsa nulla occurrit quaestio, tum
76 lndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Gaps: XIX y XX 77

problema algunO', en primer lugar, pO'r su gran analO'gla y la amplitud de su S al pOl' cO'mO' puede deducirse de los anteriores valores de según que, ya
v elacpartícula
que e, por es muy apta. para expresar las rel' d
aClOn~s e causas.
La' s SIg-
significadO', pues término se dice de la palabra en cuanto significativa, según
declaran IDS dialécticO's y, de manera especial, de la definición, cO'mD anDta aqul nificaciones de según su naturaleza o por su naturaleza .estan ~l~as en el texto.
Aristóteles; se aplica también al limite real O' de la cantidad, tratadO' en el Téngase en cuenta, sin embargo, que aquí parecen haber SIdo OlTI1tIdos algunos mo-
predicamento de la cantidad, o del tiempo, movimiento, referencia o relación, !
dos per se puestos en el lib .. de los 4nalíticos Segundo~. Pues el modO' segundo p,,,,.
conocimiento, potencialidad, de todo lo cual nos ocupamos en diversos lugares. se, es decir, predicar la paslOn del, sUJe~o, no consta a~Ul, a no ser que se ,lo reduz.ca
En segundo lugar, sobre todo porque el uso común de término, considerado al tercero aqui señalado, que es mas uruversal y se aplIca a todo 10 que esta o c~nvIe­
metafísicamente, o consiste en cierta negación, por cuanto algo nO' puede rebasar ne en primer lugar a otra cO'sa, 10 cual es aplicable a la !,asi?:, respectO' del prO'P;O' sn-
su límite, o en cierta denominación extrínseca, por designar aquello a lo que jetO'. También fué O'mitido el cuartO' modO' de ~re~lcaclOn per se por raz~n de
algO' tiende O' en qne repO'sa, tal cO'mO' expO'nemos en la disp. XLVII, seco 10, al causalidad. Pueden igualmente apunt~rse otros sIgmfi:ados de e~tas expr:sl?UeS,
explicar el términO' de la relación. de IO's que aquí nO' se habla, pO'r e¡empIO', que la fO'rmula segun que hrmta a
veces la significación corno cuando se dice blanco según los dientes; y que la
fórmula por su natu~aleza excluye a veces la ~ón per accidens, como .di~imos
CAP. XVIII
antes a propósitO' del lib. lIT, c. 3. PerO' es suficleme qne haya tO'cadO' AnstO't,;,les
SEGÚN QUE, SEGÚN SU PROPIA NATURALEZA y POR SU PROPIA NATURALEZA las principales significaciO'nes a las que SDn reductibles O' PO'r las que son explica-
Por el resumen del capítulo se echa de ver que no se trata aquí de cosas~ bles las demás. Ni en estO' existe ningún prO'blema especIal.
sino del significadO' de estas expresiones; en efecto, S011 términos sincategoremá-
ricos, que no significan los objetos, sino sus relaciones. Así dice Aristóteles que la CAP. XIX
expresión según que significa con frecuencia la relación de causa formal, por LA DISPOSICIÓN
ejemplo si decimos que el hombre es estudioso según virtud; pero que algunas Este capítulO' está expresameme expuestO' en la disp. XLIT, seco 2, al explicar
veces expresa relación de causa material próxima, por ejemplo, cuando a: una pared J~ primera especie de cualidad.
se le llama blanca según su superficie; y que muchas se aplica a otros gé-
neros de causas. Finalmente, que alguna vez puede significar relación de si- CAP. XX
tuación, si decimos, v. gr., que Pedro se sienta después. del rey. Conviene fijarse
EL HÁBITO
en esta última acepción, por usarse poco en las escuelas, aunque es muy latina
en realidad, siendO' su significado estricto estar inmediatamente después de otro. La primera parte del capltnlO' pertenece al predicamentO' concreto del hábito, y
Por eso, sin limitarlO' al orden de situación, puede extender su significado a un por esO' la exponemos en la disp. LII, que se ocu~a de estO'. ~e:O' la segun~
orden de perfección, si se dice, por ejemplO', que la fe es la virtud más perfecta se refiere a una significación, por razón de la cual VIene a conStItUIr una especIe
después de la caridad, o sea, lmnediatamente después de la caridad. de cualidad propia, y puede inclusO' significar O'tras cualidades; pO'r ello ex-
Pasa luegO' Aristóteles a explicar el significado de según su naturaleza y por ponemos esta parte en la disp. XLII y más extensamente en la XLIV, que es la
su naturaleza, teniéndolas por slnónimas, diciendo que según equivale muchas destinada a lO's hábitos.
cans secundum saepe ídem significare quod gisse praecipuas significationes, ad quas vel
propter magnam analogiam et amplissimam vocurn; sunt enirn bae voces syncategore- per, ut ex prioribus significationibus ipsius aliae reduci possunt vel ex eis intelligi. Ne-
significationem, nam t'erminus dicitur et de matlcae, quae non significant res aliquas, secundum quod colligi etiam potest; nam que hic occurrit quaestio aliqua disputatio-
voce ipsa significativa, quo modo tractatur sed babitudines rerum. Et ita ah Aristote- habitudines causarum particula per optime ne digna.
a dialecticis, et peculiari ratione dicitur de les dictionem secundum quod saepe signi- significat. Significationes autem vocis se-
definitione, ut hic Aristote1es annotat; di~ ficare habitudinem causae formalis, ut si cundum se, aut per se, clarae sunt in textu. CAPUT XIX
citur etiam de termino reali \¡el quantitatis, dicamus bominem esse studiosum secundum Adverte tumeo, omisws hic videri aliquos
de quo agitur in praedicamento quantitatis, virtutem; aliquando yero dicere habituru- modos per se, positos in lib. 1 Poster. Nam
De dispositione
vel temporis, motus, babitudinis seu relatio- nem causae materialis proximae, ut cum di- -modus ber se secundo, scilicet, cum passio Hoc caput ex professo exponimus disp.
nis, inquisitionis., potentialitatis, de quibus citur paries albus secundum superficiem; praedic~tur de subiecto, hic non ponitur, XLII, sect. 2, explicando primam speciem
variis locis disseritur. Tum maxime quia saepe etiam extendí ad alia causarum ge- nisí reducatur ad tertium hic positum, qui qualitatis.
commurus appellatio termini, prout meta- nera. Ac denique aliquando significare ba- est universalior, et dicitur de omni eo quod
pbysice consideratur, vel in quadam nega- bitudinem situs, ut cum dicitur Petrus se- CAPUT XX
tione consistit, quatenus res non tendit ultra primo alicui inest seu convenit, quod potest
dere secundum regem. Quae ultima accep- propriae passioni attribui respectu proprii De habitu
terminum, ve1 in denominatione extrinseca, tiÜ' est notanda; est enim i,n scbolis parum
quia- -est-----id---ad----quod aliud ·---tendít-- vel in subiecti. Quartus etiam modus dicendi per Prior pars huius capitis pertinet ad spe-
usitata; re tamen vera est latina, et in ri- se, ratione causalitatis, hic praetermissus esto
quo sistit, ut disp. XLVII, sect. 10, attingi- gore significat esse proxime post aHum. cialem praedicamentwn habitus, et ideo
mus, explicando terminum relationis. Possunt etiam aliae significationes barum illam exponimus disp. LII, "quae est de
Unde non solum ad ordinem situs, sed vocum annotari, quae hic non tangnntur, ut
etiam ad ordinem perfectionis significan- hac re. Posterior vero pars spectat ad eam
quod dictio secundum quod interdum di- significationem qua speciem quamdam qua-
CAPUT XVIII dum extenditur, ut si dicas fidem esse per_
minuit significationem, ut cum dicitur: Al- litatis propriae constituit, et ad alias etiam
De secundum quod, et secundum se, fectissimam virtutem secundum cbaritatem,
id est, proxime post charitatem. bus secundum dentes; et dictio per se ali- qualitates significandas transfertur, et ideo
ac per se quando excludit unionem per accidens.• ut hanc partem tractamus in dicta disp. XLII,
Deinde transfert Aristoteles sennonem ad
Ex ipsa capituli summa constat bic non significationem huius vocis, secundum se, supra circa tertium capitulum libri tertü et latius in disp. XLIV, quae est propria
agi de rebus, sed -de significationibus harum et per se, quas reputat ut synonimas, indi- .annotavimus. Satis ergo est Aristotelem atti- de babitibus .
78 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles Libro quinto.-Caps. XXIV, XXV Y XXVI 79

CAP. XXIV
CAP. XXI SENTIDOS DE LA EXPRESIÓN "RECIBIR EL SER DE OTRO"

LA PASIÓN Tampoco este capítulo contiene nada nuevo, ni propiedad alguna del ente,
sino las significaciones de la particula de, y las distintas relaciones que puede"
Las significaciones de esta palabra tratadas por Aristóteles, y mejor aún indicar, bastaute claras en el texto.
los mismos objetos por ella significados, los exponemos en la disp. XLII, seco 2,
cuando se explica la tercera especie de cualidad, o sea, la pasión y cualidad pa- CAP. XXV
sible; y en la disp. XLIX, que trata el predicamento pasión.
LA PARTE

Divide Aristóteles las partes en integrales o cuantitativas, alícuotas y no aH-


CAP. XXII cuotas, subjetivas o pO'testativas, esenciales o metafísicas; son cosas por si evi-
dentes.
LA PRIVACIÓN
CAP. XXVI
Las varias clases de privación que pone Aristóteles en este capítulo son cosa:
EL TODO
clara y trillada en dial<!ctica, e incluso para los sólo medianamente versados. Sin
embargo, pueden suscitarse algunas cuestiones relativas a la entidad de la pri- Indica Aristóteles una doble acepción de todo, una respecto de las partes,
vación o a la oposición privativa; si la privación es algO' real, o ente de razón por constar de ellas, y otra como opuesto a mutila~o, .de n:~nera q~e s7 de~omina
y en qué sentido, si en la oposición privativa se da medio, bien en absoluto, bien todo aquello a 10 que hada falta. Esta segunda slgOlficaclOn se dilUCIdara en el
respecto de un sujeto determinado. Igualmente, si admite grados la privación. capítulo siguiente que trata de 10 mutilado. Aquí analiza la primera. En primer
De todo ello nos ocupamos parte en la disp. XLV sobre las relaciones de opo- lugar enumera sus significados diversos, que pueden aclararse por 10 d1cho
sición, y parte en la disp. última de toda la obra acerca de los entes de razón. respe~to de la parte, porque, cuantos sean los. modos de predicación respecto de
uno de los opuestos, los mismos hay que aplicar al otro. Igualmente, siendo el
todo nno por composición, le es aplicable lo dicho anteriormente acerca del
CAP. XXIII uno, porque prácticamente las. especies de todo son las mismas 9ue ~e :mo, si se
entiende unO' por composición. Consecuentemente, nO' se .neces1ta anadir nada a
POSESIÓN E INHESIÓN esta parte.
A continuación expone el Filósofo el uso de los términos todo (con sentido
En relación con este capítulo no queda más que advertir que 10 expuestO' acer- distributivo -omne-) y todo (con sentido de totalidad -totum~), pero esto
ca del hábito; consúltese, pues, 10 que se dijo en las disp. citadas en el C. 20. depende de la propiedad de la palabra y de la costumbre, a la que hay que ate-
Sobre los modos de inhesión, puede consultarse el Filósofo en el lib. IV nerse. Efectivamente, importa poco que se diga toda agua o el agua toda, la casa
de la Física, C. 3; nosotros apuntamos alguuas cosas en la disp. XXXVII, que
trata de la esencia del accidente. CAPUT XXIV illis constat, vel ut opponitur mutilo, ut,
scilicet, totum dicatur cui nulla pars deest,
Bx aliquo esse, quot modis dicatur et haec significatio posterior constabit ex
Hoc etiam caput non continet novam rero cap. sequenti, ubi de mutilo agit; priorem
CAPUT XXI privativam; ut an privatio aliquid reale aut proprietatem entis, sed significationes hic prosequitur. Et prius varia eius signi-
De passione sit aut ens rationis et quomodo; an in pri- huius dictionis ex, et varias habitudines ficata enumerat, quae ex his quae dicta sunt
vativa oppositione detur aliquod medium, vel quas potest indicare, quae in textu satis sunt de parte possunt esse perspicua, quia quot
Significationes huius vocis tractatas ab absolute, ve! respectu talis subiecti. Item an perspicuae. modis dicitur unum oppositorum, tot etiaro
Aristotele, et multo magis significata ipsa, privatio magis ve! minus suscipiat. De qui- modis dicitur et reliquum. Item cum hoc
tractamus disp. XLII, sect. 2, explicando bus d1sserimus partim in disp. XLV, quae CAPUT XXV totum sit unum compositione, quae dicta
tertiam speciem qualitatis, quae est passio est de oppositionibus, et partim disp. ult~ sunt supra de uno applicari hic possunt ad
et passibilis qualitas, et in disp. XLIX, De parte
totius operis, quae est de entibus rationis~ totUID; nam fere quot sunt modi unius,
quae est de praedicamento passionis. Hic dividit Aristoteles partero in inte- sunt et totius, si unum cum compositione
CAPUT XXIII gralem, seu quantitativam, aliquotam vel sumatur, et ideo de hac parte nihil addere
CAPUT XXII non aliquotam, subiectivaro seu potestati-
De habere et in aliquo esse oportet.
De privatione varo, essentialem vel metaphysicam, quae Deinde vero exponit Philosophus usum
Circa hoc caput praeter notata de habitu omnia satis per se constant.
Caput hoc, quantum ad varios modos pri- nihil occurrit; videantur ergo dicta in dis- horum terminorum omne et totum, sed is
vationum quos Aristoteles in eo tradit, per- putationibus quas citavirnus c. 20, et de- consistit tantum in loquendi propdetate et
CAPUT XXVI consuetudine, quae servanda esto N eque
spicuum et tritum est in dialectica ve! me- modis essendi in videri potest ipsemet
diocriter exercitatis. Nonnullae vera quaes- Phllosophus, IV Phys., c. 3, et aliqua an- De toto enim ad rem quidquam refert sive omnem,
tiones in ea excitari possunt pertinentes ad notamus in disp. XXXVII, quae est de Totum significat Aristote1es dupliciter di- sive totam aquam dixeris, sive totam domum,
entitatem privatioru,s vel ad oppositionem essentia accidentis. ci, sc.ijicet, vel respective ad partes, quia ex ve! omnem, Jicet prius cum maiod proprie-
80 lndice detallado de la: metafísica de ArislÓteles Libro quinto.-Caps. XX_lX-'Y'--X_X_X
_ _ _ _ _ _ _ __ 81
- - -

toda o toda casa, aunque la primera forma sea más propia y menos ambigua o el libro de los Predicables. Aprovecha Aristóteles la ocaSlOn para distinguir dos
equívoca. clases de diferencia genérica: una por género físico, es decir, por sujeto o mate-
CAP. XXVII ria; otra por metafísico o lógico, es decir, por predicamento. Sobre esta distin-
Lo MUTILADO
ción daremos luego algunas explicaciones en el lib. X, a propósito del c. 5; Y más
extensamente en la disp. XIII, seco 2; Y en la disp. XXXV, seco 1. Por significar
Tampoco este capítulo ofrece nada de importancia. Vuicamente explica Aris- el género en una de sus significaciones el primer predicable, hay algunos autores
tóteles las condiciones requeridas, ya por parte de la cosa que se mutila, ya por que aquí se pierden en una prolija disquisición acerca de los predicables. Pero
parte de lo que se corta o separa, para que algo se pueda decir mutilado. Por nosotros limitamos a las disps. V, VI, VII el estudio de los uuiversales exigido por
parte de 10 primero, afirma que se necesita que lo que ha de mutilarse sea un la metafísica, dejando a los dialécticos los demás puntos que son de su competencia.
todo compuesto de partes, como es evidente. Además, ha de ser continuo porque
los números no se cortan, pues cesan con la supresión de cualquier unidad. CAP. XXIX
Así pues, se necesita, en tercer lugar, que sea un todO' heterogéneO', pues lO'
LA FALSEDAD
homogéneO' propiamente nO' puede mutilarse, por conservar cualquier parte la
esencia del todo y por nO' exigir el todO' una determinada composición de partes. En este capítulo explica Aristóteles en qué sentido la falsedad y el apelativo
Se necesita, además, que la cosa que permanece mutilada sea mayO'r que lO' que se de falso se aplica a las cosas, a las proposiciones y a 100s hombres. TodO' estO', por
corta, y que conserve el mismo nombre sustancial y esencial; de lO' contrario, no 10 que respecta al sigoificado de las palabras, está suficientemente claro en el
sería una cosa mutilada, sino otra distinta; por cO'nsiguiente, es preciso también texto. Pero el problema cuya discusión tiene aquí su lugar es la existencia y
que la parte que falta nO' sea de las principales, pues el objeto no puede subsistir naturaleza de la falsedad, y su inclusión entre 100s atributos del ente; dónde se
sin cualquiera de éstas, por ejemplo, la cabeza, el corazón, etc. No obstante, se encuentra formalmente y dónde sólo pO'r denominación extrinseca. Dedicamos a
requiere que sea parte destacada y distinta, porque el corte de cualquier parte- tratarlo una disp. propia, que es la númerO' IX.
cilla nO' convierte una cosa en mutilada, según se ve por el uso. Finalmente, dice
Aristóteles que la parte ha de ser tal que no pueda regenerarse de nuevo, porque CAP. XXX
nO' se puede llamar mutilación un corte de pelo, ya que puede volver a crecer. EL ACCIDENTE
El examen' de todO' esto demuestra que es cuestión de uso de palabras; en efecto,
podría una cosa llamarse mutilada durante el tiempO' que carece de una parte, El accidente es susceptible de doble acepción: o en la línea del efecto, o en
aunque pueda recobrarla por nutrición; pero el uso no lO' autoriza. la línea del ser, por nO' pertenecer a la esencia de algO', sinO' ballarse en él de al-
guna manera, aunque sea con posterioridad de segundo o cuarto modo, es decir,
CAP. XXVIII bien se deba la inhesión a emanación intrínseca de la esencia, bien provenga de
una causa determinada esencialmente. En este pasaje Aristóteles parece referirse
EL GÉNERO a ambas significaciones de accidente, sobre las que se pueden plantear graves
Más que tratar el problema, se enumeran únicamente las significaciones de problemas. Porque respecto de la primera hay una grave controversia acerca
la palabra género, sobradamente vulgares, y explicadas también por Porfirio en de las causas y efectos contingentes, sobre la suerte y el azar, de que tratamos

tate minorique ambiguitate vel aequivoca- nominationem accipiat; alias non erit res etiam traduntur in lib. Praerucab. Hac vero ficationem attinet sunt satis in textu per-
tione dicatur. mutila sed alía. Ex quo etiam necesse est occasione docet AristoteIes duobus modís spicua. De re vero occurrit haec disputatío,
ut pars quae deest non sit ex praecipuis; posse aliqua differre genere, nempe aut an sit, et quid sit falsitas, et an inter pas-
CAPUT XXVII sine aliqua enim ex his res manere non pot- physico, id est, subiecto seu materia, aut siones entis numeranda sit, et ubi fonnali-
De mutilo est, ut SUllt caput et cor, etc. Oportet ta- metaphysico seu logico, id est, praerucamen- ter sit, ubi vero per solam denominationem
men ut sit ex prominentibus et russimili- too De qua dístinctione aliqua infra nota- extrinsecam. De qua re propriam disputatio-
In hoc etiam capite nihil occurrit quod bus, quia non quaelibet particula abseissa bímus lib. X, cirea c. 5, et plura in nem instituimus, quae est numero IX.
alicuius momenti sit; solum enim declarat facit rem mutilam, ut constat ex usu 10- disp. XIII, sect. 2, et disp. XXXV, sect. 1.
Aristoteles quae conditiones requirantur, vel quenru. Deruque ait Aristoteles talem de- Quia vero una significarlo generis est, ut CAPUT XXX
ex parte rei quae mutilatur, vel ex parte bere esse partem, ut iterum generari non significet primum praedicabile, ideo aliqui
quae abscinditur aut abest, ut res mutila scriptores hic latissimarn texunt disputatio- De accidente
possit; non enirn dicitur res mutila etiam-
dicatur. Et ex priori capite ait requiri ut si pi.1i radantur, quia nasci iterum possunt. nem de praedicabilíbus. Sed quae de trae- Accidens dupliciter dicitur, aut in ratio-
quod mutilum fit sit aliquod totum con- Sed haec omnia, ut ex ipsismet constat, tatione UllÍversalium metaphysica postulat, ne effectus, aut in ratione entis, quod est
stans ex partibus, ut per se patet. Deinde solurn spectant ad usum vocis; posset enim ea traduntur a nobis disp. V, VI, VII. Reli- extra essentiam alieuius, eique aliquo modo
ut sit continuurn,- nam numeri non mutilan- res dici mutila, pro eo tempore quo caret -qua vero, quae dialecticorum sunt propria, inest, etiamsi per se secundo aut quarto
tur; nam per ablationem cuiuscurnque UllÍ- cis reliquimus.
parte, etiamsi posset illam restaurare nu- modo posterioristico, ~d est, vel ex intrín-
tatis esse desinunt. Unde tertio neeesse est tritione; sed hoc usus non habet.
ut sit totum heterogeneum; nam homoge- seca dimanatione ab essentia, vel ex certa
CAPUT XXIX aliqua et per se causa insit. Has ergo duas
neum mutilari prop-rie non potest, cum in
CAPUT XXVIII De falso significationes aecidentis attingere videtur
qualibet parte maneat ratio totius, nee to-
tum requirat certam partium eompositio'- De gen'ere In hoc eapite declarat Philosophus quo- hoe loco Aristoteles, et de eis possunt gra-
nem. Necessarium etiarn est ut res quae Hie etiam non de re agitur, sed numeran- modo falsitas falsíque denominatio et re- ves. quaestiones pertraetari. Nam cirea prio-
mutila manet maior sit quam quae abscindi- tur solum significationes huius vocis genus, bus et orationibus et hominibus tribua- rem occurrit gravis disputatio de causis et
tur, earndemque substantiae et essentiae de- quae sunt satis vulgares, et a Porphyrio lur. Quae omnia quantum ad vocum sigtú- effectibus contingentibus, et de fortuna et
6
82 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles
83
Libro sexto.-Cap:!!. _____..
ampliamente en la disp. XIX. Mas sobre la primera significación cabe bablar de
Cuesto 4. Si determina nuestra ciencia el objeto de las demás y explica
la naturaleza del accidente en general, de su comparación con la sustancia y de
de algún modo su naturaleza. En la misma disp. l, seco 4.
•u división. Lo tratamos extensamente en las disps. XXXVII, XXXVIII, XXXIX, Cuesto 5. Suele cuestionarse aquí también si el ser en cuanto ser tiene prin-
por 10 que ya no queda nada que advertir respecto de! presente libro. cipios y causas que se consideran en esta: ciencia; estO' se trató en la disp. ill,
seco 3.
Cuesto 6. Finalmente, con motivo de las últimas palabras de! Filósofo,
suele discutirse a ver si, no existiendo sustancia alguna inmaterial, se podría
LIBRO SEXTO DE LA METAFlSlCA
distinguir la metafísica de la física. Esta cuestión y el pasaje de Aristóteles 10
EL ENTE EN CUANTo OBJETO DE ESTA DISCIPLINA O EN CUANTo EXCLUIDo DE ELLA traté en la disp. l, seco lo
Otras muchas cuestiones suelen promoverse aquí sobre el hábito y el acto
Todavía se detiene el Filósofo en preámbulos, y, por así decirlo, en el umbral prácticO' y especulativo, en qué se distinguen y en qué consiste la naturaleza
de esta disciplina, pues no entra todavía en materia sino que retorna a la deter- propia de cada uno. Suele especialmente discutirse la división de" la ciencia es-
minación de su objeto. Sienta primeramente que el objeto de esta ciencia es el peculativa en física, matemática y metafísica; cuanto de esto puede interesar para
ser en cuanto ser, en cuantO' incluye los entes inmóviles y realmente separables, la introducción de esta ciencia, se trata suficientemente en la disp. 1, seco 5 y 6.
aprovechando la ocasión para explayarse sobre las propiedades de esta ciencia Los problemas en sí pertenecen más bien a la ciencia del alma, que considera
y la división de las ciencias especulativas y sobre su comparación. Luego, excluye el entendimiento y sus funciones; los apuntamos, sin embargo, más abajo como
de la consideración de la disciplina algunos entes, a saber, el ente per accidens complemento de la disciplina al explicar una especie de cualidad, el hábito, en
y el ente verdadero. la disp. XLIV, seco 8.
Finalmente, se rozan aquí muchos temas de lógica que pertenecen a los libros
CAP. l de los Analíticos Segundos) que, por In mismo, omitimos, por ejemplO', si la
ciencia da por supuesta la existencia y naturaleza: de su objeto o 10 demuestra
ESTA DISCIPLINA TRATA DEL SER EN CUANTO SER, SIENDO POR ESO LA PRIMERA de algún modo, y otras cosas similares.
CIENCIA ESPECULATIVA, DISTINTA DE LAS DEMÁS
Todas las cosas que explica aquí Aristóteles sobre esta disciplina y su objetos- CA P. II
las tratamos en la primera disputación introductoria, y fueron ya casi tratadas EXCLUSIÓN DEL ENTE "PER ACCIDENS" y DEL ENTE VERDADERO DE LA CONSIDE-
por él en e! lib. l, c. 1 Y 2, Y en el lib. IV, c. 1. RACIÓN DE ESTA CIENCIA
Cuesto 1. Si e! ser en cuanto ser es el objeto de esta ciencia. Disp. l, seco 1. Cuesto 1. Respecto a la primera parte de este capítulo en que Aristóteles
Cuesto 2. Discusión del carácter especulativo de esta ciencia y su primacía: excluye el ente p-er accidens de la consideración metafísica, lo primero que puede
en este orden. Disp. l, seco 5. preguntarse es de qué clase de ente pe, accidens babia. En efecto, el ente per
Cuesto 3. Si esta ciencia es lUlÍversaI y si estudia todos los seres y cómo~ accid-ens puede tomarse en dos acepciones: en primer lugar en la lInea del ser,
Disp. l, seco 2. porque no es uno per se, sino que se compone de varias esencias; en segundo,
casu; de qua re in dísp. XIX copiose dis- scientiarum speeulativarum earurnque COffi- Q. 4. An haee scientia constituat aliis anima, quae de intellectu eiusque muneri-
serirnus. Circa priorern vero significationern paratione. Deinde excIudlt quaedam enria scientils obiecta, et enrum quod quid est bus considerat; tamen pro huius scientiae
dicendum occurrebat de natura accidenrls ab huius scienrlae consideratione, scijicet" aliquo modo ostendat. Eadem disp. 1, complemento attinguntur a nobis :infra, de-
in cornmuni et comparatione eius ad sub- ens per accidens et ens verum. seet. 4. clarando illam speciem qualltatis quae est
stantiam, eiusque divisione. De qua re late Q. 5. Solet etiam hic quaeri an ens, in habitus, disp. XLIV, sect. 8.
agímus in disp. XXXVII, XXXVIII et quantum ens, habeat principia et causas Tandem multa dialectiea hic atrlnguntur,
CAPUT I quae in hac scientia eonsiderentur, quod quae ad libros Poster. pertinent, quae a
XXXIX, et ideo ciren librum hunc nihil
amplius notandum occurrit. Hanc scientiam esse ffe ente ut ens, ideoque disp. I1I, seet. 3, tractatum esto nobis propterea praetermissa sunt, lit an
esse pri11U/.m scientiam speOU!lativam et abo Q. 6. Denique propter ultima verba Phi- scientia supponat an est et quid est de suo
LIBER SEXTUS METAPHYSICAE aliis diversam losophi in hoe capite quaeri solet, si mula obiecto, ve! illud allquo modo demonstret,
esset substantia immaterialis, an scientia et similia.
DE ENTE PRom IN HUIUS SCIENTIAE Omnia quae docet Aristoteles in hoc ca- metaphysica distingui posset a physii::a;
CONSIDERATIONEM CADIT, VEL AB ILLA pite de hac scientia et obiecto eius tractan- quam quaesrionem locurnque Aristotelis CAPUT II
REIICIENDUM EST tur a nobis disp. 1 prooemiali, et ab eodem tractavi disp. 1, seet. 1.
fere tractata sunt in lib. 1, C. 1 et 2, et Alia multa solent hoc loco quaeri de habi- Ens per accidens ct ens verum ab huius
Adhuc immoratur PhilosophuLin prooe- scientiae consider'atione excludi
miis, et (ut ita dicam) in vestibulo huius lib. IV, c. 1. tu et actu practico et speculativo, nempe
doctrinae; non enim incipit de re ipsa dice- Quaest. 1. Utrum obiectum huius seien- quo modo differant, et in quo uniuscuius- Quaest. 1. Cirea priorem huius capitis
re, sed ad consrltuendum eius obiectum re- tiae sir ens in quantum ens. Disp. 1, sect. 1. que propria ratio consistat, et praesertim agi partem, in qua removet Aristoteles ens per
greditur. Et primo statuit obiectum huius Q. 2. An haec scientia sit speeulativa, et solet de illa divisione scientiae speeulativae accidens a eonsideratione huius scientiae,
scientiae esse ens in quantum ens, prout in eo ordine sit prima. Disp. 1, sect. 5. in physicam, matbematicam et metaphysi- quaeri potest primo de quo ente per acc1-
includit entia immobilia, et re ipsa separa- Q. 3. An haec scientia sit universalis cam; sed haec, quantum spectat ad prooe- dens loquatur. Dupliciter enim potest ens
bilia, et hac occasione multa docet de pro- et tractet de omnibus entibus, et quomodo.. mum huius scientiae, satis a nobis tractan- per accidens dici: primo, in ratione entis,
prletatibus huius scientiae, et de divisione Disp. 1, seet. 2. tur disp. 1, sect. 5 et 6. Quantum yero ad quía non est unum per se, sed pluribus es':'
res ipsas, magis spectant ad scientiam de eentiis constat; secundo, in ratione effectus:,
Libro sexto. -Cap. 11 85
84 ¡ndice detall<ldo de la metafísica de Aristóteles
.~---------------- escible el ente per accidem en cuanto tal. Además, porque el ente per accídens
en la linea del efecto, porque no tiene causa per se, sino que sucede sin haberlo en cuanto tal no es un ente, sino varios entes, y así no puede ser objeto de
intentado el agente: es 10 que otras veces suele llamarse efecto contingente. Siendo una ciencia.
equívoca esta doble acepción de ente p'er accidens) no parece correcto el proceder De la primera razón se deduce que no sólo las cosas que suceden raramente
de Aristóteles. En efecto, al principio se refiere a la primera y excluye el ente per y per acciden's, sino también las que son indiferentes y suceden moralmente
accidens que no es uno, sino múltiple; en cambio, después, desde el texto 5, habla par se o por intención de un agente, como son los actos libres, en cuanto tales
del ente per accidens en la segunda acepción. Porque para probar la existencia de nO son objet?, de cien~ia, siendo, por esto, ilusorias las ciencias que adivinan
estos entes per accidens, prueba que hay efectos contingentes y que no todo los futuros libres contmgentes en concreto y determinadamente; pero de esto
sucede por necesidad. en otra parte.
No obstante, hay que afirmar que excluye el ente pe-;' accidens de ambos De la segunda razón se deduce que el ser que resulta de una pluralidad de
modos, según se desprende del contexto. Ni hay equívocos, sino que del ente diverso género, au~que en absoluto se~ un ente pe,r accidens, sin embargo, si
uno per accidens según el ser o por agregación pasa al efecto per accidens. Y la en orden a determInados efectos y propIedades se le considera bajo alguna razón
razón es que el modO' de constituirse lO's entes per accidens de la primera clase, per se ;ma, pu~de ser objeto de ciencia, sobre todo subalternada, según se de-
es la causalidad per accidens y al margen de la intención de los agentes naturales. clara mas amphamente en la dialéctica.
Porque aunque a veces el compuesto accidental parezca resultar de una acción
~?r fin, hay q:re tene~ en cuenta que una cosa es hablar de ente per accidens
única y per se, entonces, bajo ese aspecto, no es ente absolutamente per accidens,
sino hasta cierto punto pe,. se, segón lo que expusimos en la disp. V. Ahora bien, refinendose al objeto mIsmo a que se aplica la· denominación y otra distinta
al no ser uno el ente per accidens, hablando con propiedad, ni es efecto de una hablar de la misma esencia formal del ente per accidens. O dich~ de otro modo:
sola generación, ni per se pretendido por la naturaleza; por eso, desde el mo- una cosa es ~ablar del ente per accidens en acto ejercidO', y otra en acto signadO'.
mentO' que no es objeto de ciencia 10 que sucede per accide'1'ls y eventualmente, Porq,ue, .efectIvamente, e~ ente per accidens como algo objetivo y real no es objeto
es legítima la conclusión de Aristóteles de que los entes per accidens en cuanto de CIenCla, ID cual es eVIdente por ID expuestO'. Y así, en la disp. I, seco 1, demos-
tales no son objeto de ciencia. Ni hace al casO' que un ente por agregación a tramos que en el obj:to de esta disciplina no está comprendido el ente per ac-
veces puede ser pretendidO' por un agente intelectual, precisamente porque bajo cidens. Pero la esenCIa formal del ente per accidens puede considerarse científi-
ese punto de vista es en cierto modo ente per se en orden a algún fin, buscado camente, porque se la concibe a modo de una esencia formal per se, que tiene
por dicho agente, o incluso esto mismO' es simplemente contingente y per ac- sus propiedades, y en este sentidO' tratamos de la división del ser en ente per
cidens, y, en cuanto tal, no es objeto de ciencia. se y ente per accidens y explicamos la esencia propia del ente per accidens en
Cuesto 2. Ahora bien, queda por resolver esta cuestión: en qUr! sentido cuanto al ser, en la disp. IV, seco 3. De la misma manera,. al estudiar las causas
es verdad que el ente per accidens na es objetO' de ciencia. Pero como esto se efici:ntes, hemos hablado de los entes per accidens por eventualidad; de su exis-
trata en el libro 1 de los Analíticos Segundos al exponer la subaltemación de las tenCIa y de sus causas, en casi toda la disp. XIX, y con este mDtive hablamos
ciencias, y es bastante claro de pDr sí, sólo decimos brevemente que precisamen- también del hado y el azar y otras causas per accidens. Las cuales, por idéntica
te porque la ciencia no se ocupa más que de necesarios, por eso mismo no es razón, pDr ejercer su causalidad per accidens, no son objeto de ciencia, perO' sí lo

quia non habet causam per se, sed praeter modo per se, iuxta ea quae tradimus tenus tale esto Item, quia ens per accidens, accidens in actu exercito et in actu signato:
intenrionem agentis evenit, qui alias dici so- disp. V. Cum igitur ens per accidens non ut sic, non est ens, sed entia, et ita non ens ergo. per accidens quoad rem subiectam
let effecrus contingens. Curn ergo ens per sit unum proprie loquendo, neque una ge- carut sub unam scientiam. seu exercitam non cadit sub scientia, et hoc
acddens aequivoce his duo bus modis dica~, neratione fit, neque per se intenditur a na- Et ex prima ratione collige, non tantum est per se evidens ex dictis. Atque hoc
tur, videtur Philosophus inepte procedere; tura, et ideo ex eo quo sub scientiam non ea. quae raro et per accidens eveniunt, sed modQ ostenrumus in disp. 1, sect. 1, ens
naro in principio loquitur priori modo, et cadunt quae per accidens et contingenter etiam ea quae ad utrumlibet, et Der se per accidens non comprehendi sub obiecto
excludit illud ens per accidens quod non eveniunt, recte infert Aristoteles enda per moraliter seu ex intentione agentis - fiunt, huius scientiae. At yero ratio formaIis entis
est unum, sed plura; postea vera a textu 5 accidens ut sic non cadere sub scienuam. ut sunt libera, ut sic non cad ere sub scien- per accidens considerari potest scientifice;
loquitur de ente per accidens posteriori mo- Nec refert quod ens per aggregationem pot- tiam; ut hinc intelligatur vanas esse doctri- nam concipitur per modum unius rationis
do. Nam, ut probet esse huiusmodi entia est interdum per se intendi ab agente in- nas quae divinant de futuris liberis in par- formalis per se, quae habet suas proprie-
per accidens, probat esse effectus contin- tellectuali, quia vel sub ea rauone est ali- ticulari et definite; de quo alias. tates, et hoc modo egimus de divisione en-
gentes, et non Olnrlla ex necessitate evenire. quo modo per se in ordine ad aliquem fi- Ex secunda yero ratione collige ens con- tis in ens per se et per accidens, propriam-
Dicendurn vero est Aristotelem utroque nem a tali agente intentum, ve! certe ilIud stans ex multis diversorum generum, licet que rationem entis per accidens quoad esse
modo exc1udere ~l1s per accidr;!Us, ut ex idem est mere contingens et per accidens, absolute sit ens per accidens, tarnen si con- declaravimus disputo IV, sect. 3. Similiter
coÍ1texni constato Neque est aequivocatione atque ita ut tale est, sub scientia.'n non sideratur sub aliqua ~tione per se una in inter disputandum de eausis efficientibus,
usus, sed ab uno ente per accidens secun- cadit. ordine ad aliquos effectus vel proprietates, diximus de entibus per accidcns quoad
dum esse, seu per aggregationem, divertit ad Q. 2. lam vero quaestio relinquitur, posse cadere sub scientiam, maxime subal- contingentias, an sint, et quas causas ha-
effectum per accidens; quia modus quo quo sensu verum sit ens per accidens non ternatam, ,ut latius in rualectica tractatur. beant, disp. XIX, fere per totam, ubi
consurgunt entia per accidens priori modo, cadere sub scientiam. Sed quía res haec trac- Ultimo est eonsiderandum aliud esse 10- etiam hac occasione de fato et fonuna, ali-
est causalitas per accidens et praeter inten- tatur in 1 Poster.~ ub~ agitur de subalterna- qui de ente per accidens quoad rem subiec- isque causis. per accidens disserimus. Quae
-tionem agentiurn naturalium. Nam, licet in- tione scientiarum, et per se satis est clara, tam huie denominationi, aliud de ipsamet simili modo, ut exercent causalitatem per
terdurn accidentale compositurn videatur una dicendum est breviter, ea ratione qua formali ratione entis per accidens; quod . accidens, sub scientiam non cadunt; ratio
actione Heri, et per se, sub ea tamen ratione scientia non est rusi de necessarüs, ens alíter dicitur, aliud esse loqui de ente per autem formalis illius causalitatis in quo
non est ornnino ens per accidens, sed aliquo per accidens non esse obiectum scibile, qua-
86 Indice. detallado de la metafísica de Aristóteles Libro sexto.-Cap. II 87

es saber en qué consiste la esencia formal de dicha causalidad y cuál es su él, en el lib. III De Anima, c. 6, texto 26, y en ~l lib. VI de. la Metafísica, c.. 12,
origen. Y aquí acaba lo referente a la primera parte del capítulo.. . donde lo hicieron notar los expOSItores, especIalmente Alejandro de AfrodisIa,
En la segunda el Filósofo elimina de la consideración de esta CIenCIa el ser Santo Tomás, Alejandro de Hales y Temistio, a propósito del lib. m De Anima,
que llama verdadero por oposición a falso, en cuanto no es ser. Da comO' razón en el c. 45 de su obra. En el primer pasaje se expresa .sí Aristóteles: La predi-
que pertenece únicamente a la síntesis y división mental y es ~or ende ente, de cación es atribuir algo @ algo, igual que' la afirmación; y todas pueden ser ver-
razón. Acerca de esta parte se presentan· muchas dudas. En prImer lugar, 81 la daderas o falsas; pero no así toda intelección, porque la que aprehende el con-
verdad compete sólo a la síntesis y división mental o también a la simple apre- cepto derivado de la esencia es ~~da~e1'a sin atl'i~uir algo? alg,:, .sino que es
hensión. Aristóteles parece afirmar claramente 10 primero y negar 10 segundo verdadera, igual que la percepclOn ",sual del objeto propw. Dlstmgue clara-
con estas palabras: porque' como el ser verd'adero, y el no ser en' cuanto falso, mente un modo de verdad diferente del que resulta de atribuir algo a algo, es
por referirse a la síntesis y división, etc., y luego: pues lo verdadero y falso decir, de la slntesis. Que esta verdad no tenga falsedad opuesta 10 declara Aris-
no se dan en las cosas coma lo bueno y lo malo, stno en la mente; pero como tóteles en el lib. IX de la Metafísica, capítulo último; pues, habiendo dicho en el
expresión de lo simple y quiditativo ni siquiel"a en la mente. Aquí afirI?a mani- texto 21 que la verdad y falsedad se hallaban en la slntesis y división, se pre-
fiestamente que la verdad está en la síntesis mental, no en las cosas, SIDO en la gunta después en el texto 22 cómo pueden encontrarse en los actos simples;
mente; y explica que no se da en cualquier operación de la mente, por nO' darse y responde que a su manera hay también en ellos verdad y falsedad; pero pro'
en el acto simple con el que conocemos la esencia, sino únicamente en la sín- piamente sólo la verdad, y, en cambio, la falsedad impropiamente y por iguo-
tesis. Como se trata de lenguaje científico de aplicación general, tiene valor uni- rancia o per accidens. Porque comprender, afirma, es decir la verdad, y para que
versal, y toda excepción o distinción estará en contradicción con la doctrina. de nadie creyese que aquí decir se tomaba por juzgar, según apunta en el pasaje
Aristóteles O' la restringirá, siendo incompatible con su actitud.' Por eso, el citado del De Anima, apostilla con estas palabras: en efecto, no es lo mismo
Comentador, Alejandro de Afrodisia, Escoto y otros 10 exponen sencillamente afirmar que decil' (porque aquí decir se usa como concebir una cosa tal cual es).
sin explicación ni restricciones. Empero, no comprenderla, continúa, es ignorar, como si dijera que en este caso
En cambio, Santo Tomás y Alejandro de Hales hacen claras limitaciones y hay ignorancia más bien que falsedad, a no ser accidentalmente, es decir, si se
admiten la eyjstencia de cierta verdad en el concepto simple de la mente. De añade la síntesis (del juicio) y se atribuye un concepto extraño a 10 que no
esta opinión hacem{)s una amplia defensa en la disp. VIII, seco 3. En resumen, corresponde.
la solución apuntada po< Egidio Romano, Quodl. IV, q. 7, es que hay dos clases y en este mismo sentido dijo Aristóteles en el lib. III De Anima, c. 3, tex-
de verdad: una, a la que se opone la falsedad; otra, a la que no se opone la to 161, que a veces hay falsedad en la fantasía y en los sentidos; entendiéndose,
falsedad, sino la ignorancia; po< consiguiente, Aristóteles en este lugar habla de claro está, no en sentido propio O' per se, sino per accidens. Porque, cuando el
la primera falsedad y de ella es absolutamente cierto que sólo se da en la sin- sentidO' se engaña, su error consiste en no captar 10 que hay, sino otra cosa;
tesis y división. En cambio, la segunda clase de verdad se da en la simple y esto es falsedad impropia, y, mejor diríamos, ignorancia. Accidentalmente, sin
aprehensión. embargo, se origina falsedad nO' tanto en el sentido como en el entendimiento,
Que ésta es la legítima interpretación de Aristóteles, 10 deducimos de él por atribuir 10 que se presentó al sentido a una cosa a que no corresponde. Esta
mismo. En primer lugar, la distinción de dos clases de verdad está tomada de diferencia entre la verdad y la falsedad de los actos simples -qu~ una sea propia,
posita sit et unde oriatur sub scientiam ca- in compositione. Cum autero sermo sit doc- ~ . i 1:; :i!·~~i.!fm
dit. Atque haec de priori, parte huius capitis. trinalis et indefinitus, aequivalet universali, tatis ex ipso desumpta est, lib. III de Ani- attingere (inquit) est dicere verum (ne ta-
In posteriori autem excludit Philosophus et quaecurnque exceptio vel distinctio fiat, ma, C. 6, texto 26, et .lib. VI Metaph., C. 12, rnen quis putaret hic sumi die ere pro com-
a consideratione huius scientiae ens quod erit aperta contradictio vel limitatio doc- ubi expositores, praesertim Aphrodisaeus, et ponere, sicut in citato loco de Anima, in-
appellat verum, cui opponitur falsum, ut trinae Aristotelicae, et extra mentem eius. D. Thomas, et Alensis notarunt, Themis- terponit dicens): Non enim est idem affir-
non ens. Et rationem reddit, quia haee tan- Dnde Cornmentator, Alexander Aphrodlsae- tiusque, III de Anima, C. suo 45. In prio- matio et dictio (hic enim dicere sumitur
tum sunt in compositione et divisione men- us, Scotus, et alli ita simpliciter exponunt ri itaque loco sic ait Aristoteles: Est autem pro eo quod est concipere rem sicut est).
tis et ita sunt entia rationis. Circa quam absque declaratione ve! limitatione. dictio quidem aliquid de aliquo, quemad- At non attingere~ ait, est ignorare, quasi ru-
partem multa dubitari possunt. Primum an D. Thomas yero et Alexander Alensis modum affirmatio; estque vera veZ falsa cat, ibi non est falsitas, sed ignorantia, nisi
veritas sit solum in compositione et divi- aperte limitant, et aliquam veritatem faten- omnis; at intelIectus non omnis, sed qui secundum accidens, id est, adiungendo com-
sione intellectus, vel etiam in simplicium tur esse jn simp}ici mentis conceptu. Quam est ipsius quid est ex ipso quid erat esse~ positionem et tribuendo alienum conceptum
apprehensione. Aristoteles enim hic aperte sententiam late defendimus disp. VIII, ex verus est, et non aliqurid de aliquo, sed ei cuius conceptus non esto
videtur affirmare primum, et negare secun- sect. 3. Et brevis resolutio est, quam tetigit ut visus proprii verus esto Ubi aperte distin- Quo etiam modo di,xit lib. III de Ani-
duro, illis verbis: Quod autem tamquam ve- Aegid., Quodl. IV, q. 7, dupllcem esse ve- guit alium modum veritatis, praeter illuro ma, c. 3, texto 161, in phantasia et sen-
rum ens, et non ens ut falsum, quoniam ritatem: unam quae habet oppositam fal- qui est ut aliquid de aliquo~ id est in com- sibus esse interdum falsitatem; intelligit
circa c6mpositionem el - divisionem est, sitatcm, alteram, quae non habet opposi- positione. Quod autero illa veritas non habeat erum non proprie et per se, sed per ac-
etc. Et mfra: Non est autem verum et tam falsitatem, sed ignorationem. Aristote- falsitatem oppositam, declarat Aristoteles cidens. Nam sensus ipse, curo decipitur, so-
falsum in rebus sicut bonum et malum, les ergo hoc loco de priori falsitate loqui- lib. IX Metaph., C. uIt., ubi cum texto 21 lum deficit non apprehendendo quod est,
$ed in mente; arca simplicia vero, et tur, et de illa universaliter verum est so-- dixisset verum et falsum in compositione sed aliud, quae est impropria falsitas, et po-
circa ea quae quid sunt~ nec in mente. lum reperid in compositione et divisione. et divisione l'eperiri, interrogat deinde tius quaedam ignoratlo; per accidens vero
Ubi aperte et affirmat veritatem esse Posterior autero veritas in simp1id concep- texto 22, quomodo possint in simplicibus sequitur falsitas, non tam in sensu quam
in compositione, et negat esse in rebus, tione locum habet. inveniri, et respondet suo etiam modo re- in intellectu, quia id quod sensui apparet
sed in mente, et declarat non esse in qua- Hane vero esse legitimam Ar¡stotelis in- periri in eis verum et falsum; sed verum tribuít re.i, cui non convenit. Hane vero dif-
p.bet mentis operatione, quia non in sim- telligentiam ex eodem Aristotele colligimus. proprie, falsum autero solum improprie et ferentiam ínter veritatem et falsitatem sÍDl-
plici qua cognoschur quid est, sed tantum Nam imprimís distinctio illa duplicis veri- per ignorationem seu per accidens. Nam plicium, quod illa sit propria, haec vero
_8_8________________Ic-:,,::d::ice. detallado de la metafísica de Arislóteles Libro séptimo.-Cap. 1 89
por opuesta se halla en las cosas, y que, en cambio, la verdad que tiene propia.
l~ otra impropia- la. explica suficientemente Aristóteles en el lugar citado del
mente la falsedad como opuesta, no se encuentra- en las cosas, sino en la mente,
libro IX de la M~tafzs¡ca al llamar a esta verdad simplemente verdad; y a l.
fals.edad,. en Cru:z;blO, la llama más bien ignorancia y falsedad per accidens, o, quedando entonces claro el problema.
Cuesto 6. Finalmente puede cuestionarse la inclusión de los entes de razón
mejor aun, ocaSIOn de falsedad, como con testimonio del mismo en el lib. V de en el estudio de la metafísica. Porque la razón de que se vale Aristóteles para
la M?lafísíca, c. 29, exponemos con más extensión en la disp. IX, seco l. excluir al ente verdadero, ésa misma excluye todo ente de razón. Esto es verdad
Fu:almente está claro que en este lugar del lib. VI de la Metafísica el Filó- si se trata del objeto directo y propio, como dije en la disp. 1, seco 1. Pero no
sofo solo habla de la. ver~a~, a la que contrapone la falsedad; en primer lugar, hay obstáculo para que, ocasionalmente y para distinguirlo del ente real, se consi-
porque en otros pasajes distmgue dos clases de verdad admitiendo una de ellas
dere al ente de razón en esta disciplina, según apuntamos en la última disputación
fuera de la sínte~is del j.uicio;. segundo, porque no juntó 'siempre verdad y falsedad
de la obra; efectivamente, Aristóteles, excluido aquí el ente verdadero, promete
en este pasaje sm mOTIVO, smo para indicar que hablaba del ente verdadero al
un estudio sobre otro distinto y lo lleva a cabo en el cap. último del lib. IX.
que se opone ~a falsedad del ':0 ser. Además, porque antes en el lib. V, c. 7, tex-
to 14, enumero entre las acepcIOnes del ser la que significa la verdad de la síntesis;
y a este ente verdadero alude ahora al decir que el ente verdadero sólo se da LIBRO SEPTIMO DE LA METAFISICA
en la sintesi~ del ~~t~~dimiento. Porque al comienzo de este capítulo repite Aris-
LA SUSTANCIA, PRIMER SIGNIFICADO (DEL SER)
tóteles la tnple divlSlon del ser que había puesto en el lib. V de la Metafísica,
c. 7, a saber: ser per se y per accidens, ser verdadero y no ser de falsedad ser En este libro comienza Aristóteles a estudiar el objeto principal y en cierto
actual y ser potencial. Y eliminó primeramente el ser per accidens e inm~dia­ modo único, según él mismo dijo en el primer capítulo, de esta disciplina, que es la
tamente el ser .verdadero. Por consiguiente, aquí habla de lo mismo que había sust~ncia. P~imeramente expone el plan, explica luego la noción de sustancia y
hablado en el lib. V. dedica atenCIón preferente a la esencia; finalmente se detiene muchísimo en dis-
Cuesto 4. De esto se deduce fácilmente la solución de otra cuestión: si la cutir las opiniones de los filósofos acerca de las diversas clases de sustancias.
verdad y falsedad se dan eu las cosas. Parece que aquí lo uiega Aristóteles pero
cabe la misma interpretación, pues tampoco hay en las cosas una verdad' a la CAP. 1
que ~e opo~ga una falsedad propia; pero hay una verdad peculiar, de la que se LA SUSTANCIA ES EL PRIMER SER Y PRIMER OBJETO DE ESTA DISCIPLINA
hablo ampliamente en la disp. VIII, seco 7. Está fuera de duda que esta verdad Cuesto 1. En primer lugar, se puede tratar aqui el problema de la analogía
fue reconocida por Aristóteles cuando dice en el lib. II de la Metafísica, C. 1, del ser respecto de la sustancia y de los accidentes por defenderla abiertamente
que cada cosa es verdad en la medida que es, y que los seres más verdaderos son Aristóteles en este pasaje. Véase disp. XXXII, seco 3.
los seres más perfectos. Cuesto 2. Segundo, suele discutirse si los accidentes. en abstracto son seres,
Cues!. 5. A su. vez cabe pregontar en este lugar si la bondad y maldad están ya que Aristóteles parece planteárselo aquí. Pero, fuera de lo dicho sobre la
en_las cosas, matena de que se habló en las disp. X y XI. La diferencia aquí
rebus reperiri; veritatem autem quae ha- (ut ipse primo cap. dixit) obiecto huius
senalada por Arlstóteles está en que la bondad que tiene la maldad propiamente bet propriam falsitatem oppositam Don re~ scientiae, quod est substantia: et prius m-
periri in rebus, sed ¡n mente, et ita est tentionem proponit: de¡nde declarat quid
ÍInpropr,ia, Aristoteles satis explicat in res clara. sit substanda, et praesertim agit de quod
quas in .lib. V, c. 7 Metaph., posuerat, sci- Q. 6. Tandem esse potest quaestio sn
citato loco IX Metaph., dum verita- licet, in ens per se et per accidens, in ens quid est; ac tandem in agitandis opinioni~
entia rationis pertineant ad metaphysicae
tem iBam, simpliciter veritatem appellat; al- verum et non ens falsum, et in ens actu bus phil,osophorum de variis modis substan-
considerationem. Quia ea ratione qua Aris-
teram yero potius ignorationem et falsitatem et potentia. Et potius exclusit ens per acci- tote1es exclurut verum ens, exclurut etiam tiarum plurimum immoratur.
per accidens, seu potius cccasionem falsita- dens, statim autem ens verum; ergo de ca- omne ens rationis. Quod est verum 10-
tis, ut disp. IX, sect. 1, latius declaramus dem loquitur ruc de quo lib. V locutus quendo de obiecto directo et proprio, ut CAPUT PRIMUM
ex eodem Aristoteles, lib. V Metaph., fuerat. rusp. 1, sect. 1, dixi. Hoc vero non obstat
C. 29. Q. 4. Ex his facile expeditur alia qua~s­ quomínus per occasionem et ad distin- Substantiam esse primum ens, primumque
Denique, quod hoc loco VI Metaph. so- tio, an verum et faIsum reperiantur in re- guendum illud ab ente reali, consideretur huius scientiae obiectum
lum loquatllr Philosophus de veritate illa bus; videtur enim hic Aristoteles negare. ens rationis in hac scientia, ut in disp.
quae habet propriam falsitatem oppositam, Sed eamdem habet interpretationem; nam nIt. huius operis annotamus; sic enim Quaest. 1. Posset hoc loco tractari pri-
patet, tum quia aHis locis ponit distinctio- in rebus etiam non est veritas quae habeat Aristoteles cum hic exc1userit em verum, mo quaestio de analogia entis ínter sub-
nem duplicis veritatis, et alt.eram extra com- propriam falsitatem oppositam; est tamen de alio tractationem promittit, eamque tta- stantiam et accidentia, quoniam aperte hic
positionem admittit; tum etiam quia hoc sua propria veritas, de qua late dictum est dit )lb. IX, cap. ult.
disp. VIII; sect. 7. Constatque hanc veri- Aristoteles eam docet. Videatur disp. XXXII}
loco non sine consideratione semper coniun-
xit verllm et falsum, ut significet se loqui tatem cognitam fuisse ab Anstotele cum di- LIBER SEPTIMUS METAPHYSICAE sect. 3.
de iBo ente vero cui non ens falsum oppo- cato lib. 11 MeHIph., c. 1, ut unumquod- DE PRAECIPUO ENTIS 1 SIGNIFICATO, QUOD Q. 2. Secundo quaeri solet uttum acCÍ-
nitur. Tum praeterea quia supra, lib. V, c. que est, ita et verum esse; eaque esse veris- EST SUBSTANTIA dentia in abstracto slnt entia, quoniam Aris-
7, texto 14, inter acceptiones entis posuit sima entia quae sunt maxime perfecta. In hoc libro íncipit Philosophus agere de toteles hic eam videtur quaestirmem move-
illam- qua esse significat veritatem compo- Q. S. Rursus quaeri hoc loco posset an principali subiecto et quodarrunodo unico re. Sed praeter ea quae de divisione entis.
sitionis, et ad illlld ens verum alludit hic, bonum et malum sint in rebus; de qua re
cum dicit ens verum solmn in compositione dictum est disp. X et XI. Discrimen autem 1 Añadimos esta palabra que aparece en algunas ediciones por estimarla necesaria
reperiri. Nam in principio huius capitis re- ab Aristotele hic positum est, bonitatem para la mejor comprensión del título (N. de los EE.).
sumpsit Aristoteles tres divisiones entis, quae habet propriam malitiam oppositam in
90 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro séptimo.-Cap. II Y III 91
----------------~
división del ser en sustancia y accidente, nada queda que decir. Porque nada lenamente acorde con Aristóteles: porque sólo en plan de argumentación
se añade o quita a los accidentes por hablar de ellos en abstracto, puesto que "en ~ice aquí que el accidente concreto parece, ,más e~te que el abstract~', porque
abstracto" .no pa~a ~e ser una denominación extrínseca tomada de nuestro modo incluye al sujeto, 10 cual es verdad, aunque solo 10 mcluya por connotaclOn. Mas
de concebIr o slgmficar las cosas. Por eso la discusión debe centrarse en las en el capítulo de la sustancia no dice: blmrco significa solamente la cualidad, sino
mismas formas o modos accidentales; no en los diversos modos con que los sig- solamente lo cualificado, en que se incluye también al sujeto, por más que la
nificamos~ sino atendiendo a su naturaleza, o en cuanto son tales formas. En intención de Aristóteles sólO' fuera allí afirmar que no significa algo cualificado
este sentIdO' puede llamárseles con razón accidentes en abstracto, porque en {;Omo la sustancia segunda, sino un cualificado accidental que llamó solamente
cuanto son formas, no pueden ser significados de otrO' modo. Así pues, respect~ de cualificado. Sin embargo, la segunda opinión, además .de ser más común, tam-
est~s formas no hay dIficultad alguna en que sean entes, minúsculos ciertamente bién es más verdadera, según es patente por el uso mIsmo de las palabras y se
e lmperfect..os, p~r?, verdaderos entes, pudiéndoseles aplicar este predicadO' sim- probó suficientemente en el lugar citado; puede consultarse también Cayetano en
plemente . sm arucIon alguna, conforme expliqu~ en el lugar citado. el capítulo sobre el ser y la esencia.
AtendIendo al modo de significación, se distinguen efectivamente el accidente Cuesto 4. Suele además discutirse aquí si la inhesión es de esencia del acci-
c~ncr:to y abstr:acte en q~e ~quél incluye el sujeto en su significación, en cam- dente, porque dice Aristóteles en este lugar que el accidente es ente de un ente.
bIO, _este :r:o, SInO que sIgrufica exclusivamente la forma misma. Desde este Se trata en la disp. XXXVII, seco 1.
punto de VIsta, el concreto, por ser algo que existe, parece en absoluto ser más Además, en qué sentidO' es verdad lo que aquí afirma Aristóteles sobre la
ente que e! a?~tracto; y ~sto es un argumento que aquí pone Aristóteles. Pero prioridad que por naturaleza, conocimiento, esencia y tiempo tiene la sustancia
hay 9ue ad~t1r q~e accIdente abstracto y concrete son lo mismo e implican respectO' del accidente se explica en toda la disp. XXXVIII, donde se expone el
la llli~ma enttdad s~ se toman formalmente y per se come debe hacerse; porque texto de! Filósofo.
m~tenalmente es cler~o que el concreto, por razón del sujeto que connota, es
mas ente 'por ser subsIstente, es decir, compuesto de ser subsistente y forma acci- CAPS. II y III
dental; SI? embargo, aunque consideradO' aSÍ, tiene más entidad, tiene, empero, ~ATURALEZA y CLASES DE SUSTANCIA
menor .urudad per se, per ser un ente per a'ccidens. Pero sobre esta distinción
del accIdente en abstracto y concreto ya expuse muchos puntos en la disp. XXXIX, Cuesto 1 y 2. Estas dos cuestiones -naturaleza de la sustancia y sus cla-
seco 2. ses- se tratan ampliamente en la disp. XXXIII, donde se discute especialmente
euest. 3. En ese mismo lugar hice referencia a una cuestión manida la división de la sustancia en primera y segunda, a la que reduce Santo Tomás
sueletrt la división cuadrimembre que pone aquí el Filósofo, dividiendo la sustancia en:
. a arse, aqm,' a sab e:: SI' 1 '
os .accIdentes que
concretos significan formalmente
el sUJeto, segun pre~ere AVI~en~ segUIdo por algunos nominalistas, tomando como aquello en que cada cosa consiste, o sea, la esencia o quididad; el mismo universal,
-argum~nto este pasaJ~ de Anstoteles 0, si por el co~trario, significan formalmente
es decir, el género supremo de la sustancia; el género, entendiendo por tallo conte-
la cualIda?, segun opman el Comentador, Santo Tomás y la mayoría de los docto- nido bajo él, pudiendO' añadir también la especie; y el primer sujeto, esto es, la
res, .apoyandose ~n ~a~ pa~a~ras de Aristóteles en los P.rae'dicam., sobre la sus- sustancia primera. Porque el primer miembro ni es sustancia propiamente, ni
tanCla: blanco s'lgnzfzca untcamente la cualidad. Pero ninguna sentencia está siquiera propio del predicamento sustancia, sino algo análogO' respecto de cual-
quier esencia; omitiéndosele por estO' en el predicamento de la sustancia. El
inter substantiam et acddens lbi diximus argumentum Aristoteles hic proponit. Di-
nihil addendum occurrit. Quia cum dicun~ cendum vero est accidens abstractum et ne et tempore esse substantiam priorem
tur accidentia in abstracto, nihU additur ve! tem significat. Sed neutra sententia satis
concretum idem esse, idemque ens impor- ex Aristotele sumitur, nam hic solum ar- accidente, tractatur disp. XXXVIII, per
adimitur ipsis accidentibw.; nam illud in tare, si formaliter ac per se sumantur ut totam, ubi textus Philosophi late exponitur.
abstracto solum elidt denominationem ex- gumentando dicit videri magis ens concre-
trinsecam ex nostro modo concipiendi aut sunll debent; nam materialiter certurn est tum quam abstractum propter inclusionem
concretu~ ratione subiecti, quod connotat, CAPUT II ET III
significandi desumptam. Quare solum. esse subiecti, quod est verum, etiamsi subiectum
potest quaestio' de ipsis formis ve[ modis esse magIs ens, quia est subsistens, seu includatur ut connotatum. In e. autem de Quid sit substantia, et quotuplex
accidentalibus, non prout hoc vel illo modo compositum ex subsistente et forma acci- substantia non dicit: Album solam quali- Quaest. 1 et 2. Hae duae quaestiones,
significantur, sed secundum se, seu prout dentali; ta?le?, lic~t sub ea ratione plus tatem, sed, solum quale significat, in qua quid nimirum substantia sit et quotuplex,
tales formae sunt; sic enim merito dicuntur habeat entltaus, rrunorem tarnen unitatem -etiam subiectum inc1uditur; quamquam in disp. XXXIII late tractantur, ubi specia-
accidentia in abstracto: quia ut formae per se habet; est erum ens per accidens. mens. Aristotells ibi solum fuerit diCere non liter disputatur illa divisio substantiae in
sunt, non sunt aUter significabiles. De his Sed de hac distinctione accidentis in abs- significare qualc quid, ut secundas sub- primam et secundam, ad quam revocat hic
ergo formis nulla superest quaestio, quin tractum et concretUrn dixi plura disp. stantias, sed quale accidentale, quod vocavit D. Thom. quadrimembrem divisionem,
sint entia, diminuta quidem et imperfecta, XXXIX, sect. 2. solum quale. Nihilominus posterior sen ten- quam hic porut Philosophus, substantiam
-tarnen- -vera-- entia,---et quae---sUnpliciter -et- sine Q. 3. Ubi etiam vulgarern quaestionem tia, sicut commuruor, ita et verior est, ut ex dividens in quod quid erat esse, id est,
addito possunt ita appellari, ut citato loco attigi, quae hic tractari solet, sdhcctJ an ipso usu vocum satis constat, et dicto loco essentiam et quidditatem rei, ipsum univer-
dixi. - concreta accidentium significent de formali satis probatum est; videri etÍam potest Caie- sale, id est, supremum genus substantiae, et
Est autem differentia ínter accidens con- subiectum, ut vult Avicenna, quem nonnul- tanus, C. de ente et essentia. genus, subintellige sub illo contentum, adde
cretum et abstractum in modo significandi li Nominales sequuntur, sumentes funda- Q. 4. Rursus hic quaeri solet utrum etiam et speciem, et primum subiectum, id
quia. illud íncludit subiectuIn in sua signi~ mentum ex hoc loco Aristotells; an vero de inhaerentia sit de essentia accidentis, eo est, primam substantiam. Nam primum
flcatlOne, hoc yero non, sed _significat tan- formaJ,i significent qualitatem, ut Commen- quod Aristoteles hie ait accidens esse entis membrum non est proprie substantia, immo
tum ipsam formam. Et ex hac parte videtur tator, Div. Thom. et frequentius Doctores ,ens. Tractatur disp. XXXVII, sect. 1. nec proprium J?raedicamenti substantiae, sed
concretum magis absolute ens, tamquam id docent ex Aristotele, in Praedic., c. de Praeterea, quomodo verum sit quod hic anal,ogum ad omnem rei quidditatem; et
quod est, quam solum abstractutn; hoc enim substantia, dicente: Album solam qualita- dicit Aristoteles, natura, cognitione, ratio- ideo in praedicamento substantiae omissum
92 Indico detallado de la metafísica de Aristóteles
Libro séptimo.-Cap. 1V____ 93
--_._--"---
segundo y tercero están incluidos en la sustancia segunda, y el cuarto se identifica
con la sustancia primera. En el mismo lugar se explica en qué sentido puede Cues.t 5 L a quinta cuestión es propísima de este lugar:.naturaleza de la
. alidd d I a l
llamarse a ésta máximamente sustancia. .ustancia material, si es pura potencia o incluye ".lgo. de actu a, ~ o. cu
Cuesto 3. En tercer lugar se podria tratar aquí la división de la sustancia .e trata ampliamente en la disp. XIII, seco 4 y slgu~alentes. E~ nec:sarla vmcu-
en materia, forma y compuesto, que enseña luego Aristóteles en el c. 10 y en ladón con estO' está el problema de la forma sustancI , su eX1ste~CIa, que tam-
los cs. 13 y 15 de este libro; en los cs. 2 y 3 del lib. VIII Y en el c. 3, texto 14 bién toca aquí Aristóteles y que e~pon~~os extensamenlte en la. dIs P' XVI. Por
del lib. XII, Y al comienzo del lib. II De Anima. Nosotros lo trataremos en Aristóteles en este lugar preCIsa urncamente que a materIa so1a no es a
que . . . . t poten
stancia primera' que llamamO's máXIffiamente sustanCIa, SIllO que es Cler a .-
s~
la disp. XXXIII, seco 1. Por el momento sólo parece necesario advertir que fue
la sustancia primera la que Aristóteles dividió en este pasaje en esos tres miem- en orden a eUa' no obstante, Aristóteles no niega que la materia tenga su propIa
Cla, . 'b' 1 f L'
bros que han de entenderse en la misma proporción; claro que de igual manera entidad sustancial, aunque sólo en cuanto potencIa para re::dl Ir ahaborlm~. ~1
hubiese podido dividir la sustancia segunda, o la sustancia en general, según pues, al decir allí Aristóteles que la materia es muy. conOCI a, o "da u~ca­
parece haberlo hecho en el libro De Anima. Pero esto carece de importancia, mente en plan de objeción o se refiere a que la materIa e~ muy conOCI a et; en-
porque ya comprendió Aristóteles que, dada una división en concreto, podrían dida en el sentido general de materia o sujeto de mutaclOnes, pero no baJO el
fácilmente deducirse las demás. concepto estrictO' de materia prima.
Cuesto 4. La pregunta cuarta, a propósito del texto 7, al final, es si la forma Cuesto 6. En sexto lugar puede discutirse si la cantidad es sust~ncia, cosa
disfruta de prioridad y primacía sustancial sobre la materia y el compuestO'; este que niega aquí Aristóteles con razón; de esto nos ocupamos en la disp. XLill,
sentido suele darse al texto de Aristóteles, según se ve por la interpretación de Santo seco 2.
Tomás, A. de Hales, Escoto y el Comentador. La ocasión de este error ha sido
la falta de fidelidad de un antiguo traductor, porque donde el texto griego tiene CAP. IV
y lo mismo traduce él y por lo mismo. Por eso A. de Afrodisia hace una expo- DEFINICIÓN o ESENCIA
sición distinta diciendo que no sólo la forma, sino también el compuesto es más
perfecto que la materia; que es 10 mismO' que enseña Aristóteles en seguida en Al fin del capítulo anterior había prometido Aristóteles tratar ~~ la forma
el texto 8. Incluso el sentido acaso sea que, si la forma es más perfecta que sustancial, pero por ser la forma sustancial la 5lue complet~ la qmdidad de la
la materia, el compuesto es más perfecto que ambas. Se discute expresamente sustancia o aquello en que cada cosa constst~J segun su expre~l~n, por ~so c~lllienza
en la disp. XV, seco 7, donde se establece asimismo la comparación de la materia la discusión partiendo de esta misma esenCIa. En el f~ndo dIrIge la dlscu~lOn .con-
con la forma y se explica la razón que da Aristóteles de la mayor perfección tra Platón para demostrar que las formas separadas o ld~as. n? son n~cesarIas ID por
de la forma respecto de la materia, que es su separabilidad. Hay que entenderlo causa de las definiciones, ni por causa del ser de los mdIvIduos, ID P?r. causa de
en sentido amplio, es decir, de la materia y forma en cuanto tales; porque de la producción de las cosas. Así pues, en este capítulo, trata de la qmdida~ .0 de
hecho en el ámbito completo de la forma hay alguna separable, pero ninguna 10 que cada cosa es (esta expresión es más propia y concreta que. ':l~ldIdad)
en toda la extensión de la materia. Esto es Indice suficiente de la ventaja de la trata, digo, lógicamente, según él mismo afirma, en orden a la de~alruclOn. Mdidas
forma sobre la materia por su género y pO'r la razón cO'mún de actO' y potencia -como "lo que cada cosa es" comprende más que la forma sustancl enten a
del mismo género. estrictamente, por eso 10 estudia aquí de una manera más general. Aprovecha
esto Secundum vero et tertium continentur substantia quam materia et compositum;
sub secunda substantia; quartum vero idero solet enirn ita intelligi textus hie Aristote1i:5- Q. S. Quinta quaestio, huius loci maxime merito; de qua re egimus disp. XLIII,
est quod prima substantia. De qua etiaro ut patet ex interpretatione D. Thomae, propria, est qualis substantia si! materia, et sect. 2.
quomodo dicatur maxime substantia, ibi- Alensis, Scoti, et Commentatoris. Sed oeea- an sit pura potentia, ve! aliquid habeat ac-
dem declaratum esto sio errandi fuit quod infideliter antiquus tualitatis, de qua re late disp. XIII, sect. 4, CAPUT IV
Q. 3. Tertio, posset hie tractari divisio interpres transtulit; ubi enim textus grae- ,et sequentibus. Cum qua quaestione con-
iuncta necessario est quaestio de forma De definitione seu quidditate rei
substantiae in materiam, fonnam et compo- eus habet et ipsum, ipse vertit et ipso~
situm, quam etiam tradit Aristoteles infra, Dnde Aphrodisaeus allter exponit, scilicet,. substantiali, an detur, quam etiam hic Aris- Aristoteles in fine praecedentis capitis de
C. 10 huius libri, et e. 13 et 15, ac lib. non solum formam, sed etiam compositum tnteles attingit, earnque late disseruimus substantiali forma se acturum promisit; quia
VIII, C. 2 et 3, et lib. XII, C. 3, texto esse perfectius materia; quod Aristoteles disp. XVI. Quod ergo hoc loco Aristoteles vero substantialis forma est quae complet
14, et in principio II de Anima; tractatur statim tradit texto 8. Vel certe sensus est, si definit solum est materiam solam non esse substantiae quidditatem, seu quod quid erat
autem a nobis disp. XXXIII, seet. 1. Id foOlla est perfectior materia, compositum illam substantiam primam quam appellamus esse, ut ipse loquitur, ideo ab ipso quod
solum' videtur hic notandum, Aristotelem esse utraque perfectius. Tractatur hoe ex maxime substantiam, sed esse quamdam po- quid erat esse dísputationem exorditur. Et
hoc loco divisisse primam substantiam in professo. disp. XV, sect. 7, ubi etiam for- tentiam ad i11am; non tarnen negat Aristo- tache incohat disputationem contra Plato-
illª__ J;ria D)~mb_ra, qURe eadero __proportione ma cum materia comparatur; et explicatur tetes habere materiam suam substantialem nem, ut ostendat formas separatas seu ideas
sumenda sunt; potuisset tamen pari modo ratio Aristotelis, qua probat, formam esse entitatem, quarnvis potentialem, ad formam non esse necessarias, nec propter definitio-
divídere ve! substantiam secundam, vel perfectiorem materia, quia est separabilis; recipiendam. Cum ergo ibi Aristoteles sig- nes, nec propter esse individuorum, nee
substantiam in communi, ut fecisse videtur intelligitur enirn permissive, seu de forma nificat materiam esse notissirnam, ve! argu- propter rerum generationes. In hoc ergo
in lib. de Anima. Sed hoc parum refert; et materia ut sic; -nam in tota latitudine mentando tantum loquitur, vel certe intel- capite tractat de quiddítate, seu quod quid
inte11exit enim Aristoteles ex una divisione formae est aliqua separabilis, non vero in ligit materiam esse notissimam sub com- est (hoc enim nomen magis proprium COD-
in particuJad data alias subintelligi facile tota latitudine materiae; id enim satis in- muni ratione materiae, seu subiecti trans- cretumque est quam quiddítas), agit (in-
posse, dicat exeessum formae respectu materiae mutationum, non vera sub propria ratione quam) logice, ut ipse dicit; seu in ordine
Q. 4. Quarto, quaeri hie solet circa texto ex genere suo, et ex communi ratione ac- materiae prirnae. ad definitiones. Quia vero quod quid est
7, in fine, an forma sit prior ae praecipua tus et potentiae eiusdem generis. Q. 6, Sexto quaeri potest an quantitas latius patet quarn forma substantialis rigo.-
-sit substantia) quod hie Aristoteles negat, et rose sumpta, ideo hie generalius de IDo
94 95
Libro séptimo.-Cap. IV _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _-=-:c
la ocasión para indicar muchas ideas sobre el orden de una disciplina que debe rque se predica in quale quid, es decir, como esencial y constitutiva de la
proceder de 10 más conocido a lo menos. Detenernos en ellas O' entablar discu- po 'a de la cosa. Por eso todos los predicados accidentales, sean de la clase
esenCl , d' d 1 b' .[
sión nos parece superfluO' por repetirse constantemente este método de Aristóteles. que sean, están excluidos de la esencia porque nO' se pre lcan e o Jeto esenCIa
y corresponder su exposición a la dialéctica. y primariamente. .
Cuesto 1. La primera cuestión discute la verdad de lo que Aristóteles dice Cuesto 2. En segundO' lugar, puede cuestIonarse si los accidentes tiene~
al principio de este capítulo: que aquello en lo que una cosa consiste es 10 que nc,'a es decir si pueden ser definidos y cómo
ese'" . .. Este problema lo trata 1amph-
esencial y primariamente se predica de ella, es decir, de manera que el sujeto no . amente Aristóteles aquí en el texto 12 y slgmentes y en todo el capítu o yos-
entre en la definición del predicado, según él mismo explica. Puede estar la razón :::rlor. Pero esta cuestión apenas tiene sentido plantearla respecto d: laAr.ea~dald,
de duda en que el género se predica esencial y primariamente de la especie, por . únicamente respecto de la palabra. En resumen, ID que ensena rlstote es
ejemplo, animal de hombre, y sin embargo, 110 es la esencia del hombre. A su vez, s!UO . 1 ., ti d
~ r
educe a -estO': si se toma en sentido metafíSICO' a expreSlOn. aque o .en que ca. a
la diferencia, por ejemplo, racional, no expresa la esencia porque no se predica in cosa consiste, o sea la esencia, es evidente que los accldet;tes tienen cler~a
quidJ sino in qualeJ y no obstante se predica esencial y primariamente. Pero con esencia real, 10 mismo qu.e son entes reale~, ya que el ente ,adqU1er~ por la ese~c13
todo, esta cuestión debe dejarse para ellibl'o de los Anal. Seg., donde Aristóteles se categoría de ser. Pero al IgUal que los aCCIdentes S:lll ser .solo an~logIca ~ relatIva-
ocupa largamente de los modos de predicación per se. Brevemente decirnos que mente, de la misma manera sólo tienen una esenCIa relatIva, segun la lDlsma ana-
"lo que cada cosa es", tomadO' lógicamente, es lo mismo que la definición esen- logia proporcional. .
cial y quiditativa de una cosa, la cual, tal como formalmente se expresa en nuestra Por esto, siguiendo el aspectO' lógico de aquello en que c.ada cosa conSIste, es de-
mente o en la palabra, es problema de la dialéctica, pero en cuanto esencia que cir de la definición, es evidente que con la misma proporCIón hay que afirmar que
se ofrece a la mente o se expresa en la definición, es la esencia metafísica, la los' accidentes pueden tener una definición, porque tienen una esencia real y nO' sim-
cual, én tanto que' su explicación se ordena a la definición, decimos que es lógica- ple en absoluto metafísicamente. Ahora bien, toda esencia real y compuesta puede
mente explicada, y en este sentidO' habla Aristóteles aquí.
ser explicada con una proposición y una concepci?n expre.sa de la ment~, qt;e
Esta definición puede, o bien predicarse expresamente en su totalidad del defi-
es en lO' que consiste ser definida. Además, 1O's aCCIdentes tIenen sus propIOS ge-
nido, y en este caso es una predicación quiditativa propia y adecuada; o bien
puede predicarse por partes, enunciando solamente el género o únicamente la neros y difere"ncias; pO'r consiguiente, pueden ser definidos ~or ell?s. Mas. como
la esencia accidental es imperfecta, tampoco puede ser defiruda mas que Imper-
diferencia; y entO'nces aunque no se predica en absoluto todo lo que la cosa
es, sin embargo, se predica explícitamente una parte e impHcitamente el todo, fectamente. La imperfección puede consistir, o en que su género y di~erencia
porque ni el género ni la diferencia se predican como partes, sino en cuanto de son muy incompletos <?' imperfectos en el ámbito del ser, mucho más, por ejemplo,
alguna_manera expresan un todo. Por eso en aquello en que cada cosa consiste están que el género del alma () de la materia; o en que los accidentes no pueden d~?-­
comprendidos no sólo la definición, sino tambi':!n el género y la diferencia con la nirse si no es añadiendO' algo a la definición a fin de que se"la formule con relaclOn
misma razón con que se predican del definido. De esta manera se afirma que ani- a esto. En este sentido se dijo que la sustancia tenía prioridad de definición sobre
mal es la esencia de hombre, no entendida en su integridad formal, sino en una el accidente, por no poder definirse éste si no es por l~ sustancia. r:ues para
totalidad confusa. Ni importa que se diga que la diferencia se predica in qua//? que la definición declare con verdad y propiedad su esenCIa, es necesano que la

disputat. Et hac occasione multa praefatur finitionem essentialem ac quidditativam reí, eari in qua)e, quia praedicatur in quale eadem proportione constat esse dicendum
de ordine doctr¡nae in procedendo a norio- quid jd est, essentiale, et constituens rei accidentia posse aliquam definitíonem ha-
quae, ut est formaliter in mente aut voce~
ribus ad minus nota; circa quae immorari est opus dialecticae; ut vera essentia, rei essentiam. Unde constat omnia praedicata bere, nam habent realem essentiam et me-
aut movere quaestionem supervacaneum est, menti obiecta, aut definitione explicata~ est accidentalia, qualiacumque sint, .excludi a taphysice non omnino simplicem; omnis
cum ea methodus passim ab Aristotele re- essentia metaphysica, quae dum in ordine- quod quid erat esse, quia non praedicantur alitem essentia realis et composita potest
petatur, sitque proprium rualeerici declarare ad definitionem explicatur, logice declara~ per se primo de re. oratione aliqua et expressa mentis concep~
illam. ri dicitur, et ita loquitur Philosophus hie, Q. 2. Secundo, hic quaeri potest an aeci~ tione declarad; et hoe est definiri. Item
Quaest. 1. Primo ergo quaeri potest an Haec amem definitio potest aut tota di- dentia habeant quod quid erat esse, id est, aeeidentia habent sua propria genera et dif-
verum sit quod in principio huius capitis srincte praedicari de definito, et tune .est an definiri possint, et quomodo. Quam rem ferentias; ergo per ea definiri possunt. Sic~
Aristote1es ait, illud esse quod quid erat propria et adaequata praedicatio quiddítatis; latissime tractat Aristoteles hie, texto 12 et ut autem essentia accidentalis est imper-
esse rei quod per se primo praedicatur de potes! item praedicari per partes, enuntian- sequentibus, et toto cap. seq. Sed vix pot- fecta, ita non nisi imperfecte potest definirlo
re, id est, ita ut in definitione praedicati do vel solum genus, ve! solam differentiam; est ruc esse quaestio de re, sed de no- Quae imperfectio consistere potest, vel in
non ponatur subieetum, ut ipsemet declarat. et tune, licet absolute non praedicetur to- mine tantum. Summa ergo eorum quae eo quod genus et differentia eius in latitu-
Et ratio dubii esse potest quia genus prae- tum quod quid est, tamen explicite praedi- Aristoteles tradit, in hoc continentur. Quod dine entis valde incompleta sunt et imper-
dicatur per se- primo de --specie, ut -animal catur aliquid eius, et implicite totum, quia si metaphysice loquamur de quod quid erat fecta, multo magis quam sit genus animae,
de homine, et tamen non est quod quid erat nec genus nee differentia praedicantur ut esse,id} ..
est de essentia, constat aecidentalia veI materiae; ve1 certe in eo quod non pos-
sunt definiri aecidentia, nisi ponendo in de-
esse hominis. Rursus differentia, ut rationa- partes, sed ut aliquo modo dicunt totum~ aliquam habere realem essenttam,. sleu~ sunt
le, non dicit quod quid est, quia non in Et ideo sub quod quid erat esse, non sola entia realla, nam ens per essentlam ID ra- finitione aliquod additum, ut per ordinem
quid, sed in quale praedicatur, et tamen definitio, ,sed etiam genus et differentia, tione entis constituitur. Ac sieut acciden- ad illud talis essentia declaretur. Quomodo
praedicatur per se primo. Verumtamen haee ea ratione qua praedicantur de definito,. talia analogice et sCClUldum quid sunt entia, superius dictum est substantiam esse pdo-
quaestio reiicienda est in lib. Poster., ubi de comprehenduntur. Et hoc modo animal di- ita solum habent essentiam secundum quid, rem definitione accidente, quia non potest
modis per se late Aristote1es disputat. Et citur esse quod quid erat esse hominis, non et cum eadem proportionali analogía. accidens rusi per substantiam definiri. Nam
breviter dicendum es! quod quid erat esse, integrum formaliter, confuse tamen totum. Atque hine ulterius loquendo logice de ut definitio eius vere ac proprie declaret
Iogice sumptum, nihil esse aliud quam de- Nec refert quod differentia dicatur praedi- quod quid erat esse, id est, de definitione, essentiam eius, necesse est ut per aliquam
96 Libro séptimo,~ap,_VI 97
lndice detallado de la metafísica de Aristóteles
explique mediante alguna relación con la sustancia, tema del que hemos hablado ------;~~bstante, es cierto 10 que Aristóteles enseña, que no. hay falacia ~n esto,
en la disp, XXXVII, sec, 1. '11 se echa de ver por el modo común de hablar que ,se ~lene por propIO y no
segu b ' L razón está en que estos concretos no slgrnfican formalmente su
Hay que tener en cuenta que en este texto parece que Aristóteles habla a veceo Por. a USIVO. a únicamente 10 connotan y cuanao se usan ad'Je t'lVament e o en
1
.
sUlet?;, sldnQp;~~icado p. ropiamente no se' usan en razón de su significado. formal,
del ser per accidens; otras, en cambio, del accidente, y la consideración de ambos
en orden a la definición no es completamente idéntica, porque el ente per ac- funclOn e , formal
. '1
cid'ens en cuanto tal, no tiene en realidad una definición, sino que hay que expli- . razón de algo que se aplica a O' maten'al'
, sm que h aya de esta
carlo con muchas definiciones o con una serie de definiciones, porque lo mismo Sl:e:~ ninguna repetición o falacia. Tampoco en éstos es ~eg.ítimo poner toda
que no es un ser sino varios, de igual modO' no tiene una esencia sinO' varias, y otro ~ definición del mismo accidente concreto en lugar del adJetivo. conc:eto, po:
tanto hay que decir proporcionalmente de la definición; en cambio, el accidente 1 l'
lllCUlr- ce
di aqUl'. Santo Tomás- algo que cae fuera . de su esenCIa,
d I ' Mas claro,
'
propiamente entendido es, como digo, un ente per se, no en cuanto se contrapone n la de finición se pone el sujetO' o 10 material en lugar e genero, y, Slll
Porque e , " '1' '1 -ade
a "en otro", sino en cuanto se contrapone a per accidens; es decir, es per se no embargo, en la predicación O' composlclon con 10 matena ffilsmo, so o se an
en la razón del ser, sino en la razón de unidad, y así puede ser definido con una en concepto de forma.
sola definición, aunque nO' sea perfectamente una, porque siempre se requiere
añadirle algo, y esto hace que se pueda en cierto modo compararle con el ente CAP, VI
per accidens.
SI SE IDENTIFICA LA ESENCIA CON EL SUJETO

En este capítulo prueba Aristóteles implícitamente la iunecesidad de las esen-


CAP, V ias separadas en orden al ser de los individuos, porque 10 que una cosa es no se
SOLUCIÓN DE LAS DUDAS SOBRE LAS DEFINICIONES DE ACCIDENTE ce ara de aquellO' de que es, tema de que nos ocupamos largamente en la expo-
'i[¡ón de este capítulo en la disp, XXXIV, sec, 3, donde tratam?s de I~ naturalez~
Cuest, única, Nada hay aqul digno de atención, si no es cierta regla que ,e s supuesto y de su mutua distinción. Unicamente ha~ que .fiJarse bIen en que
deduce ordinariamente de este capítulo, a saber, que no se incurre en falacia ~ntiende Aristóteles por "10 que cada cosa es" y en que conSIste aq~el~o con que
cuando el accidente en concreto se aplica adjetivamente al sujeto que connota, 10 compara, pues de su interpretación depende co~prender a Ar~sto~,eles. y la
por ejemplo, al decir nariz chata, o pelO' rizo, o tambi~n cuerpo blanco. En solución de la cuestión. Ahora bien, por aquellO' en que cada cosa conslste ent1e~de
efecto, esta regla no sólo tiene lugar en los accidentes propios, como algunos Aristóteles la definición esencial de una cosa, pues aquellO' en .que cada ,cüsa CO~~lste
señalan, sino también en los comunes respectO' del sujeto adecuado que connotan. 10 toma aquí con el mismo sentido que en los capítulos antenores, segun se eVl en-
Pues en todos éstos el motivo de la aparente falacia es idéntico: que la segunda da por las conexiones del contexto, y porque, además, eJ). los capít~los pasados
palabra parece significar lo mismo que ambas juntas; porque blancO' significa un siempre había interpretado así Hlo que una cosa esv ; en esta parte estan de acuer-
cuerpo disgregador de la vista, y chato una nariz roma; por esto se arguye do todos los expositores.
que en lugar de la palabra se podía poner lo definido, y que decir cabello rizado
seria In mismo que decir cabello de tal figura, Nihilorninus certurn es! quod Aristote1es CAPUT VI
docet, in his non eornmitti ~ugationem, An "quad quid est" sit idem cum
habitudinem ad substantiam i11am explicet, CAPUT V
quod satis constat ex COnunUlll modo lo~ "ea cuius est"
de qua re diximus disp. XXXVII, sect. 1. quendi, qui proprius et non abusivus cen-
Solvuntur dubitatianes arca definitiones Hoc capite tache probat Aristoteles pr~p-­
Illud autem adverte, videri in hoc textu setur. Ratio vero est quia haec concreta ter esse individuorum non esse necessanas
accidentium
Aristotelem aliquando loqui de ente per ac- non siO'nificant de forrnali subiecta, sed tan- separatas quidditates, quia quod quid est
cidens, aliquando vero de accidente: de Quaest. unica. Hic nihil oecurrit nota- tum e~ connotant, et quando adiective seu non separatur ab eo cuius est',?e qu~ re
quibus tamen non est omnino eadem ratio tione dignum praeter regulam quamdam, ex parte praedieati ponuntur, proprie non multa in expositione huius caplUS dlClmus
in ordine ad definitionem. Nam ens per quae communiter ex hoc cap. colligitur, disp. XXXIV, sect. 3, ubi de nat~ra et
nempe non eommitti nugationem eurn acci- ponuntur ratione fOl'malis 1 significa ti, sed
accidens ut sic revera non habet definitio- -ratione fonnalis tantum quod applicant ma- supposito eorumque distineti0I?-e .aglffi~s;
dens in concreto adiective coniungitur sub- solum advertatur diligenter qUld mt71ltg~t
nem, sed per pIures definitiones seu aggre- ieeto quod connotat, ut curn dicitur na- teriali et ideo non fit ulla repetitio seu nu-
gatum definitionum explieandum est, quia Aristoteles per quod quid est~ et qUld Slt
sus simus, aut eapillus crispus, aut etiam gatio. 'Neque etiam in his }icet totam defi- id cum quo illud comparat; narn .ex h~­
sicut non est ens, sed entia, ita non habet corpus album; haee erum regula non solum nitionem ipsius accidentis eoncreti ponere rum intelligentia pendet sensus Arlstotelis
essentiam, sed essentias, et idem propor- in aecidentibus propriis, ut quidam signi- et explicatio quaestionis. Igitur per q1fa~
loco ipsius eonereti adiectivi, quia ~n s~a
tionaliter est de definitione. Aecidens yero ficant, sed etiarn in cornmunibus locum ha- quid erat esse intelligit Aristotel~s deflru-
'proptk- sumptum~ -esf'én§--'per-' se'--(iriqüam)~ definitione includit (ait D. Thornas hlC) ali- J
bet respectu adaequati subieeti quod con- tionem essentialem rei: eodem enlffi modo
non prout distinguitur contra in alio, sed notant. Nam horum ornnium eadem est ra- quid quod est extra essentiam suam. Ve!
tic aeeipit quod quid est, 9-uo in praeee-
prout distinguitur contra per aecidens; seu tio apparentis nugationis, eo quod altera darius, quia in definitione porutur ~psum dentibus capitibus, ut ma~feste pa.tet, ex
est per se non in ratione entis, sed in ra- dictio videatur idem significare quod utra- subiectum seu materiale loco genens, et eonnexione contextus, et In supenonbus
tione unius, et ita una etiam definitione de- que simul; nam album significat corpus tamen in praedicatione vel compositione semper hoc senSll egerat de qUO? quid, et
disgregativum visus, et simum nasum Cllr- eum ipso materiali so1.urn aruungitur ratio- quoad hanc partem orones expOSItores eon-
finiri potest, non tamen omnino perfecte vum; unde fit argumentum_ loco nominis
una, quia in ea ponendum est aliquod addi- ne formalis. veniunt.
posse poni definitum, atque ita perinde ease
turo, et quoad hoc comparatur aliquo modo dicere capillus crispus quod eapillus bilis
.enti per aecidens, figurae. 1 "materialis", en otras ediciones (N. de los EE.).
7
98 'ndic" detallado de la metafísica de Aristótel..
Libro séptimo.-Cap. VII 99
Pero algunos dicen que Aristóteles compara lo que cada cosa es con lo definido.
Resulta difícil, porque de esta manera lo que cada cosa es se identificaría con el Explicada así la doctrina de Aristóteles, queda magníficamente preparado el
sujeto no sólo en las sustancias, sino en los accidentes, cosa que Aristóteles niega. camino para demostrar que no hay ideas separadas de las cosas y sustancias singu-
La ilación resulta clara, porque en todas las cosas lo definido se identificaría con lares, que es 10 que Anstóteles pretende. También se acaban con esto las cues-
su definición y viceversa. Responden qne Aristóteles no niega esto de los acciden- tiones de la distinción de naturaleza y supuesto, y de abstractO' y concretO' en las
tes, sino de los entes per accidens que no tienen esencia. Pero tampoco se puede sustancias, aun tomadas universalmente, como hombre y humanidad, ID-ateria
admitir, porque de las cosas que reciben denominación de accidentales Aristóteles. tratada por nosotros en la citada disp. XXXIV.
no dice aquí que no tengan esencia, sino que más bien supone que la tienen, aun- Cuesto 1. Aquí tiene propiamente su lugar la cuestión de la identidad entre
que menos .perfecta, según dijO' en el capítulo anterior, y niega que se identifique definición y definido; pero como es dialéctica y no tiene dificultad, la omito.
con el sujeto. Cues~. 2. Tam?ién se podrí~ t;atar aquí cómo lo definido en general, o sea
Por eso a mí me satisface sobremanera la exposición de A. de Hales, que a su la espeCIe, se ldentlfic.a c0t.I e! .mdlvlduo al. cual se refiere propiamente 10 que
vez la tomó del Comentador: que aquí se compara 10 que cada cosa es a la sus- se expone .so?re la ~rudad mdlV1dua! en I~ dISp. V. Pero no hay que olvidar que
tancia primera o al sujeto a quien se atribuye. Pues cuantas cosas tienen de alguna c~ru;d~ ,ArIstotele~ dic~ que la esenela se IdentIfica con el sujeto, no excluye toda
manera esencia, pertenecen a la misma primera sustancia. Así resulta clarísima dlstmcl0n de .r~~on, bIen fun~ada en nuestro modo de concebir -por ejemplo,
la doctrina del Filósofo, de que ulo que cada cosa es" se identifica con aquello de entre la defiruclOll y lo defirudo-, bien en la cosa concebida -como entre la
especie y el individuo-. Excluye, por consiguiente la distinción real y la "ex
que es, es decir, con el sujeto a quien se atribuye como tal esencia y per se; pero.
natum reí" y cualqu.i~r otra que m:p~da la predicaciÓn formal y per se: de este
no con aquel de quien sólo se dice per accidens. Así, pues, el Filósofo compara modo el texto del FIlosofo resulta facIl en los demás puntos.
"10 que cada cosa es" con cualquier sujeto de quien se predica y establece dos
reglas generales. La primera es su identificación con aquello de que se predica CAP. VII
esencialmente; la otra, la no identificación con aquello de que se predica acciden- CÓMO y POR QUIÉN SE PRODUCEN LAS FORMAS DE LAS COSAS
talmente. Y puesto que "10 que cada cosa es", es algo sustancial -pues como tal
existe-, de ningún sujeto se dice accidentalmente, sino esencialmente; por Comien.za a desarrollar ~quí la tercera parte de su polémica contra Platón
10 tanto, se identifica absolutamente con su sujetO'. "Lo que cada cosa es" acciden- -que las I~eas no se nece~Ita.n para .la genera~ión~ y con tal motivo distingue
talmente, si se le compara formalmente a algo de su género y que le sirva de en este capItulo y en el slgwente dIversos prmciplOs y clases de generación, a
saber, por arte, J?or naturaleza, por azar y algunos más, que examinarnos detalla-
sujeto en la predicación, también se identifica con su sujeto, como, por ejemplo, damente en la dISp. XVIII sobre la causa eficiente.
la esencia de la blancura se identifica con la blancura O' con esta blancura. Mas
Cuesto 1. Especialmente suele discutirse aquí con ocasión del texto de Aris-
como esta esencia es accidental se puede predicar per accídens de la sustancia, y por t?;eles, en primer lugar, si .to~o lo que se hace se hace de alguna materia, eues--
lo mismo no se identifica con aquello a que pertenece de este modo, porque no non que roza la del conOCImIento de la creación por Aristóteles. Pero él habla
le pertenece como esencia, sino comO' accidente. aquí de las acciones naturales, y respecto de éstas es verdadera la proposición
Atque hoc modo explicata sententia Aris- c!em et ínclividuum; excJud!t ergo distinc-
Quidam vero aiunt Aristotelem compara- Philosophi, quod quid est esse ídem cum totelis, aptissime per illam paratur vía ad tlOnem rei, et ex natura reí, et ornnem illam
re quod quid cum definito. Sed obstat, quia eo cuius est, id est, cum eo subiecta cui ostendendum ideas non esse separatas a re- quae impedit praedicationem formalem a~
secundum hunc modum non solum in sub- attribuitur in eo quod quid ac per se, non bus et substantiis particularibus, quod Aris- per, se, et sic erit faci,lis Uttera Philosophi
stantia, sed etiam in accidentibus, quod quid vera cum ea de quo dicitur per accidens. toteles intenclit. Sic etiam cessant hic quaes- quoad reliqua.
est, esset idem cum eo cuius est; quod Itaque comparat Philosophus quod quid est tiones de distinctione naturae a supposito,
Aristoteles negat. Et seguela patet, quia in ad omne subiectum de quo dicitur, et duas et de distinctione abstracti a concreto in CAPUT VII
omnibus rebus definitum esset ídem cum generales regulas constituit. Prima est, re- substantiis, etiam universe conceptis, ut sunt
sua definitione, et e converso. Respondent spectu eius de quo dicitur per se, csse ídem horno et humanitas, quae a nobis tractatae Quonwdo e't a qua formae rerum fiant
non negare hoc Aristotelem in accidentibus, cum illo; alia, respectu eius de qua dicitur sunt dicto disp. XXXIV. Híe incipit perficere tertiam partem dis-
sed in cntibus per accidens, quae non ha- ex accidente, non esse ídem. Et quía quod Quaest. 1. Pertinet autem hue proprie putatiorus contra Platonem, quod ideae non
bent quod quid esto Sed obstat, quia Aris- quid est est substantiale, quia ut tale est, quaestio de identitate definitionis cum de- sint t;tecess:triae propter generationem, et ea
toteles hic de his, quae acc.identaliter dicun- de nullo dicitur per accidens, sed tantum finito; sed quia dialectica est, et nihil habet occaSlOne ID hoe et sequenti capite varia
tur, non dicit non habere quod quid est, per se, ideo simpliciter est idem cum eo diffieultatis, eam praetermitto. distinguit principia et modos generationum,
sed potius supponit habere illud, licet mi- cuius esto Quod quid autem accidentale, si Q. 2. Posset etiam hic tractari quaestio scilicet, ab arte, vel natura, vel casu, et
nus perfectum, ut superiori capite tradide- forrnaliter comparetur ad rem suí generis, quomodo definitum in communi, seu spe- alia) quae latissime disputantur a nobis in
rat, et" negar" illud esse ideili cum eo cwus et sibi per se subiectam in praedicatione, cies, sit ídem cum individuo de qua per disp. XVIII de causa efficienti.
esto etiam est idem cum eo cuius est, ut quod se dicitur, quae disp. V de unitate indivi- Quaest.!. H¡c vera specialiter disputari
Quocirca mihi valde placet expositio Alex. quid est albedinis cum albedine vel cum duali tractantur. Hinc tamen collige, cum solet occaSlOne textus AristoteIis, primo, an
Alensis, quam ex Commentatore sumpsit, hac albedine. Quia vero huiusmodi quod Aristoteles ait quod quid est 1 esse ídem omnia quae fiunt fíant ex aliqua materia,
comparari hic quod quid est ad primam quid est accidenta1e, potest etiam dici per cum eo cuius est, non excludere ornnem quod tangit quaestionem illam, an Aristote-
substantiam, seu ad subiectum cui attribui- accidens de substantia, ideo respectu eius distinctionem rationis, sive fundatam in mo- les cognoverit creationem. Sed hic Aristote-
tur; omnia enim quae habent aliquo modo cuius hoc modo est, non est idem cum 00, do concipiendi, ut inter definitionem et de- les d.e actionibus naturalibus loquitur; et
quod quid est, sunt ipsius primae substan- quia non est eius ut quod quid est eius) finitum, sive in re coneepta, ut ínter spe- in his verum habet generaJis propositio,
tiae. Et hoc modo clarissima est doctrina sed ut accidens eius.
1 No estimamos admisible el adverbio non, que consta en algunas ediciones, antes
de esse idem, etc. (N. de los EE.).
Libro séptima.--Cap. VII 101

que las necesarias disposiciones para las formas pueden resultar en ellos del
lndice detallado de la metafísica de Aristóteles concurso fortuito de otros agentes: en cambio, los otros vivientes son tan perfec-
100 --------
_._--- - ---

toS y exigen una organización tan exacta y maravillosa, que no pueden produ-
que afirma que todo se produce de una materia distinta. Y en este sentido hay
cirse sino mediante una causa propia y per se. Y esto mismo, según dije, enseña
que tomar otra proposición que tiene en el textO' 24: así pues, según se dice,
la experiencia de ambas clases de vivientes. En esta solución se aúnan contra
no hay producción posible si nada preexiste.
Cuesto 2. En segundo lugar, suele discutirse si todas las cosas materiales Avicena y el Comentador los partidarios de las escuelas de Santo Tomás y Esco-
pueden existir O' dejar de existir, con motivo de las palabras del Filósofo en el to en este pasaje; A. Hales y otros.
textO' 22: todas las cosas que S8' p1'oducen naturalmente tienen materia; pues cada Cuesto 4. De aquí surge una segunda cuestión: qué causa infunde las for-
unw dé ellas puede existí1' y dejar del existir, y esto precisamente por la materia. Pero mas sustanciales en estos vivientes, y si tiene el cielo poder suficiente para esto,
en este texto no hay fundamento para tal problema, porque 10 único que en él de lo cual hablé en la disp. XV, seco 1.
se afirma es que todo lo que puede existir O' no existir se lo debe a la materia. Cuesto 5. Asimismo puede discutirse si esta clase de generación de las cosas
Mas ni esta proposición es susceptible de conversión simple, ni Aristóteles dijo se puede llamar causal. Pero esto tiene fácil respuesta, por ser causal respecto
esto. Se discute, sin embargo, esta cuestión en la disp. XIII, seco 8 y siguientes.
Cuesto 3. Tercero, se puede examinar si todas las cosas engendradas de de los agentes particuíares, pero no respecto del sol. Así es el parecer de Santo
un semen pueden originarse también por putrefacción y sin semen. Porque Aris- Tomás, cuya sentencia defiende Iavello contra la de Janduno en la cuestión 10.
tóteles afirma claramente aquí, en el texto 22, que las mismas cosas que se pro- El asunto es fácil: de otra manera puede decirse que dicha generación es per
ducen de lli""l semen, sucede que se originan sin semen. Por esta razón, así lo afirmó lTJccidens y fortuita respecto del concurso de causas que disponen la. materia;
Averroes de todos los animales sin distinción, lib. VIII de la Física, como 46. pero, supuesta dicha disposición, la forma sustancial es infundida per se por
En cambio Avicena, lib. II Sulficient., niega que esto pueda darse en general, intención del agente universal. Tocamos esto en la disp. última, seco última.
pues juzga que se distinguen específicamente los animales que se originan por
putrefacción sin semen, de los otros engendrados por semen que parecen seme- Cuesto 6. Puede preguntarse aquí cómo concurren a sus efectos los ejem-
jantes. Pero ambas opiniones están bastante en contradicción con la experiencia. plares de las artes; ya que Aristóteles dice en este lugar que la salud en la mate-
Pues vemos que se generan por putrefacción algunos animales completamente ria proviene de la salud en la mente, es decir, sin materia. Exponemos la cues-
semejantes a los que se producen por propagación seminal, 10 cual es asimismo tión y el pasaje eu la disp. XXV, seco 3.
evidente en las plantas, y, al revés, excede todo natural evento que animales per- Puede, finalmente, preguntarse si las acciones inmanentes son verdaderas ac-
fectos, como caballos, leones, etc., se generen, si no es por generación propia ciones; en efecto, el Filósofo parece afirmarlo expresamente al decir: entre las
y p'er se. genel'a'ciones y movimientos, unos se llaman intelecciones, efectuaciones o pra-
Por eso Santo Tomás distingue con razón en este pasaje, pesando mucho las pala-
bras del Filósofo: porque algunas cosas se originan idénticamente por semen y ducciones otros. Se discute esto extensamente en la disp. XLVIII, seco 2; Y en
sin semen. En efecto, dijo algunas, porque esto nO' es común a todas. La distin- la disp. XLIX, seco 4.
ción se refiere a los vivientes perfectos e imperfectos; pues éstos pueden ser
causados sin semen por influjo de los cuerpos celestes, por ser tan imperfectos ne semine virtute coelestium corporum eau- respectu vero solis non ita. Ita D. Thomas.,
sari, quia sunt adeo imperfecta, ut dispo- cuius sententia defenditur contra impugna-
sitiones ad eorum formas necessariae casu tiones Ianduni a Iavello, q. 10. Sed
quae affirmat omnia fieri ex; materia 1 alía. semine. Propter quod Averroes, VIII Phy- est res facilis. Aliter dici potest, illaro ge-
sieor., comm. 46, de omnibus animalibus possint in subiecto consurgere ex contin-
Et eodero modo accipienda est alia propO'- genti concursu aliorum agentium; at prio- n\!rationem quantum ad concursuro causa-
sitio, quam habet texto 24: QUv.lf'e, quemad- sine distinctione id affinnat. Avieen. vera! rum disponentium materiam esse per acci-
lib. II Sufficient., in universum negat id ra viventia adeo sunt perfecta, et tam exac-
modum dicitur, impossibile est fieri, si ni~ tam ac mirabilem organizationem postulant) dens et a easu; posita vero illa dispositione
hil praeexistat. Herí posse; putat eniro specie distingui ani- per se et ex intentione agentis universalis
Q. 2. Secundo quaeri soJet an omnia, malia quae sine semine fiunt ex putrefac- ut minime P03Sint nisi a causa propria ac
per se fieri. Atque ita hoc ipsum docet induci talero formam substantialem, quod
quae materiam habent- possint esse et non tione, ab aliis quae similia videntur ex
semine generatis. Sed utraque opinio satis experientia de utroque viventium ordine, attigimus djsputatione uIt., seet. ult.
esse, propter verba PhiJosophi, text. 22: Q. 6. Praeterea, hic quaeri potest quo-
Curicta quae natura fiunt habent mateyiam; est repugnans experientiae. Nam videmus ut dixi. Et in hac resolutione conveniunt
nonnulla ariimalia generari ex putrefactione contra Avicennaro et Commentatorem sec- modo exemplaria artium ad suos effectus
possibile enim est esse et non esse eorum concurrant: quia Aristoteles hic alt saru-
unumquodque, hoc autem materia. Sed in omnino similia iis quae per seminalem pro-- tatores utriusque scholae D. Thom. et Scot.
pagationem fiunt, et in plantis idem est evi- tatem ¡n materia oriri ex sanitate in mente,
hoc textil non habet fundamentum illa hic; Alexand. Alens. et alü. seu sine materia. Hane quaestionem et 10-
quaestio, quía hic solum dicitur omne quod denso Et e contrario praeter omnem natu- Q. 4. Hine yero nascitur altera quaestio,
ralero eventum est quod animalia perfecta cum exponirnus disp. XXV, sect. 3.
potest - esse- -et non --esse, id habere ex ma- quaenam causa inducat formas substantiales Deruque potest quaeri utrum actiones im-
teria; non potest autem haee' affirmans pro- ut equi, Jeones, etc., generentur rusi per
propriam et per se generationem. in haec viventia, et an eaelum habeat ad manentes sint vere actiones; ita enim ex-
positio converti simpllciter, nec Aristote1es hoc sufficientem virtutem, de qua re dixi presse videtur affinnare Philosophus duro
id dixit. Tractatur vero illa quaestio disp. Quapropter D. Thom. hoc loco recte dis-
tinguit, expendens accurate verba Philoso- disp. XV, sect. 1. ait: Generationum autem et motuum, haec
XIII, sect. 8 et seq. Q. 5. Quaeri item potest an huiusmoru quidem intellectio illa vero effectio seu fac-
Q. 3. Tertio quaeri potest an omnia phi dicentis: Quaedam enim eadem ex se- J

mine, et absque semine fiunt. Dixit enim reruro generatio sit dicenda causalis. Hoc tia vocatur. De hac re late disputatum est
quae generantur ex semine possint ex pu- disp. XLVIII, seet. 2, et disp. XLIX,
trefactione et sine seroine generari. Nam quaedam, quia non est id commune omru- vera facilem habet resolutionem; nam re-
Aristoteles hic, texto 22, ciare affinnat, eadero bus. Distinetio ergo est de perfectis et im- spectu particularium agentium est causalis, sect. 4.
quae ex semine fiunt, contingere fieri sine perfectis viventibus; haec erum possunt si-

1 Aliqua, en otras ediciones (N. de los EE.).


102
""------~._-.~--
Indice· detallada de la metafísica de Aristóteles
Libfo séptimo.-Caps. IX y X 103
CAP. VIII ideal intencional. De manera que la explicación de esto carece de dificultad. Vide
CONTINÚA EL MISMO TEMA; QUE NO HAY DE SUYO PRODUCCIÓN DE FORMA, SINO Soncinas, en este libro, q. 14; Iavello, q. 12, y otros.
DEL COMPUESTO
CAP. IX
Cuesto 1. En primer lugar, examina el mismo Filósofo si la forma se genera
ALGUNAS DUDAS SOBRE EL MISMO PROBLEMA) CON SUS SOLUCIONES
propiamente, cuestión que hemos resuelto con brevedad en la disp. XV, seco 4.
Cuesto 2. Si esto es aplicable sólo a las formas sustanciales o también a las Cuesto 1. Aqul suele investigarse, en prímer lugar, sobre la educción de la
accidentales. Allí, en el número 6, damos concisamente la solución afirmativa. forma de la potencia de la materia: si existe y qué características tiene, y sobre
Cuesto 3. Si las formas sustanciales son inducidas en la materia por a1e ún la preexistencia en acto de algo de la forma en la materia. Acerca de esto hay
agente universal o por agentes particulares: ampliamente acerca de estO', disp. XV, amplia referencia en la disp. XV, seco 2 y 3, en la segunda de las cuales se expone
seco 2, y disp. XVIII, seco 1 y 2. ex professo el texto 29 de este capítulo. .
Cuesto 4. Si cada ser genera otro que le sea semejante. La solución de esta Cuesto 2. Cómo la virtud del semen o Jas fuerzas aCCIdentales pueden cau-
cuestión se deduce de los mismos pasajes y de la división de la causa eficiente sar la generación sustancial: sobre esto ampliamente en la disp. XVIII, seco 2.
en unívoca y equívoca, que se da y explica en la disp. XVII, seco 2. Dos adver- Además todas las cuestiones catalogadas en el capítulo anterior caben también
tencias únicamente, la una que Aristóteles habla propiamente de la generación, aquí, porque la doctrina expuesta por Aristóteles es casi la misma.
comprendiendo la alteración, que dispone para ella; pero no habla de toda acción,
pues quien produce un movimientO' local, no causa propiamente algo semejante; CAP. X
ni los agentes pretenden con todas sus acciones inmanentes la producción de LA ESENCIA CONSIDERADA EN ORDEN A LA DE.FINICrÓN
semejante, sino que se dice que cada potencia produce lo que se acomoda y prO'- Cuesto 1. Inicialmente habría que preguntarse aquí si es de competencia del
porciona a su perfección. Pues éstas no actúan tanto por comunicarse corno por metafísico ocuparse de la definición; pero de esta materia hablé en la disp. 1,
perfeccionarse: consecuentemente no producen con propiedad efectos semejantes. introductoria, seco 4, donde demostré que la forma de definir mental y, por lo
Aunque si se' toma con sentido lato la semejanza, se aplica también a' la causa tanto, verbalmente es oficio del dialéctico; el metafísico, en cambiO', explica el
equívoca y se puede decir igualmente que ella produce efectos semejantes a sí. fundamento de la definición, que es la esencia deJ objeto. No obstante, como la
En segundo lugar, hay que advertir que Aristóteles aquí no dijo que todas las misma esencia y quididad, tal como es en sí, se conoce con dificultad, por 10
cosas fuesen engendradas por seres semejantes a sí, sino que dijo de manera mismo expone Aristóteles muchos puntos de la definición tal como nosotros la
imprecisa: en algunas cosas es patente que' el generante es de la misma natura- hacemos o debemos hacerla, para descubrirnos el concepto de esencia y para de-
leza que lo generado. Esto en general es verdad con toda propiedad en las causas mostrar sobre todo que la materia pertenece al concepto esendal de algunas cosas,
univocas; en cambio, en las equívocas, según semejanza eminente y virtual; en a fin de servirse de esto como de una razón más contra Platón para demostrar
las causas artificiales o intencionales, según semejanza ideal o representación que no puede haber ideas de tales cosas separadas de la materia. Este es el motivo
de tratar de la definición en todos estos capítulos, en cuyo desarrolle nosotros
CAPUT VIII expondremos concisamente lo que tenga puro carácter dialéctico.
prehendendo alterationem, quae ad illam
De eadem re~ et quod forma non per se disponit; non vero de omni effectione; sic
fíat, sed compositum enim qui localiter movet, non proprie agit tionero; et ita nullam habent difficultateml CAPUT X
simile; nec per omnes actiones immanentes quae de hac re tractari solent: vide Soncin., De quidditate in ordine ad definitionem
Quaest. 1. Primo ab ipso Philosopho .hoc lib., q. XIV; lave!., q. XII, et alios.
tractatur an forma per se generetur, quam intendunt agentia productionem sibi simi- Quaest. 1. Principio hic quaeri posset, ad
quaestionem expedivimus breviter disp. XV, lium, sed unaquaeque potentia dicitur agere philosophumne primum pertineat de defini-
sect. 4. id quod proportionatum et accommodatmn CAPUT IX tione disputare; sed de hoe disp. 1 prooe-
Q. 2. An hoe non solum in formis sub- est ad suam perfectionem. Haee enim non miali, sect. 4, ubi ostendhnus formam
stantialibus, sed etiam accidentalibus verum tam agunt ut se eommunicent, quam ut De eadem -re dubitationes nonnullae cum definiendi tum mente, tum consequenter
sit, ibi numo 6, ubi breviter affirmantem se perficiant; et ideo non agunt proprie solutionibus earum verbo, ad dialecticum spectare; metaphy-
partem resolvimus. sibi similia. Quamquam si late extendatur sicum yero explicare fundamentum definí-
Q. 3. An formae substantiales introdu- similitudo ad causam aequivocam, possunt Quaest. 1. Primo quaeri solet hie de tionis, quod est essentia rei; tamen~ quia
eantur in materiam ab aliquo agente uni- etiam haee dici agere sibi similia. Secundo -eductione formae a potentia materiae, quae haee ipsa essentia et quidditas, prout in
versali, vel a particularibus: de hac quaest. igitur advertendum est Aristotelem hic non et qualis sit, et an aliquid formae actu se est, difficile cognoscitur, ideo AristoteIes
late disp. XV, sect. 2, et, c:lisp. XVIII, dixisse omnia generari a sibi similibus, sed 'praecedat in materia. De qua re Aate disp. multa tradit de ipsa definitione prout a no-
sect. 1 et 2. indefiníte ait: In quibusdam manifestum XV, sect. 2 et 3, ubi in secunda ex profes- bis fit, aut fieri debet, lit in ordine ad nos
Q. 4. An unumquodque generet sibi si- est quod gene1'ans tale est quale id quod so exponitur texto 29 huius eapitis. rationem essentiae declaret, et maxime ut
mUe. Haee quaestio ex eisdem locis expe- generatur. Est ergo generaliter et in omni Q. 2. Quomodo vinus seminis ve! acci- ostendat materiam pertinere ad essentialem
dita est, et ex divisione eausae efficientis in proprietate verum in causis univocis; in rationem aliquarum rerum~ ut hac etiam ra-
dentales virtutes efficiant substantialem ge-
univocam et aequivocam, quae traditur et aequivocis autero secundum eminentiam et tione contra Platonem ostendat non posse
explicatur disp. XVII, sect. 2. Solum ad- nerationem; de quo Jate disp. XVIII,
virtualem similitudinem; in artificialibus ve- sect. 2. dad talium rerum ideas a materia separatas.
vertenda sunt duo. Dnum est Aristotelem ro seu intellectualibus causis secundum Hae ergo ratione in his capitibus agit de
loqui proprie de generatione, sub ea com- Quaestiones et~am omnes in superiori ca- definitione, in quorum tractatione nos ea
ideaJem seu intentionalem repraesentatio-
pite annotatae in hoc habent locum, quia omnia quae mere dialectica sunt breviter
ah Aristotele fere repetitur eadem doctrina. attingemus.
cl:::04-'--___________-"Ic:nc:d"ic_e_d=-e=-t=-alc:la"d.:co_,:::.de:::.,:::.la::.. metafísica tk Aristóteles LiMO séptimo.-C"p~~~y X 105

Cuesto 2. Se pregunta, en segundo lugar, si es esencial a la definición constar- respecto de éstas es exacta siempre su afirmación, por corresponder al género la
de partes. Mas en esto la opinión afirmativa de Aristóteles está suficientemente forma genérica y a la diferencia la forma especifica, que son distintas. Pero esta
clara, y, una vez explicada la palabra misma y la función de la definición, n" respuesta supone, en primer lugar, la falsa doctrina de la pluralidad de las formas,
ofrece duda. Pues nosotros no podemos conocer distintamente y explicar la eSen- de acuerdo con la jerarquía de predicados esenciales, cosa que hemos refutado en la
cia de las cosas por medio de conceptos simples; y por. eso para concebir y expli_ disp. XV. Además, contradice al sentido total y común de las palabras de Aristóteles.
car con distinción su naturaleza, la dividimos en muchos conceptos, con el fin. Ahora bien, dos son las interpretaciones posibles del Filósofo. En primer lugar,
de llegar a conocer 10 que le es propio o común, esencial o accidental, y conju- que su formulación no pretende ser más que una comparación proporcional y
gando de esta manera los conceptos esenciales de una cosa, llegar al conocimiento- no absoluta, sino con justos limites en su aplicación. Es decir, quiere que las
d~stinto de la misma; .Y a esta concepción distinta la llamamos definición esencial" partes de la definición guarden entre si y respecto del definido la misma propor-
bIen en cuantO' concebIda por la mente, bien en cuanto formulada por la palabra; ción que las partes del objeto han de guardar entre si y respecto del todo. No por-
y de una manera proporcional obtenemos las definiciones llamadas descriptivas. que sea necesario que toda cosa definida tenga partes, sino que se haga la com-
Por consiguiente, se deduce que es de esencia de la definición ser una proposi- paración respecto de la que las tenga. La proporción consiste en que las par-
ción, y, en consecuencia, tener partes; por lo tanto, el modo propio de la bús- tes de la definición, igual que las del objeto, están en relación de potencia y acto.
queda de la definición es por la división de los conceptos comunes hasta llegar La segunda interpretación es llamarlas partes del objeto o partes físicas, si con
a los conceptos propios rechazando los extraños, como expone más ampliamente propiedad se trata de una cosa físicamente compuesta, a las que corresponden las
Aristóteles en el lib. II de los Anal. Seg. c. 14. partes de la definición, bien realmente, si la definición se hace de un modo físico,
Cuest.. 3. Tercero, si las partes de la definición se corresponden con las bien según proporción y semejanza, si se trata de una definición metafísica y pro-
pia por género y diferencia. E incluso que con criterio más amplio se llame
partes de la cosa definida. Parece que lo afirma el Filósofo al comienzo de este
partes del objeto a los mismos grados metafísicos precisivamente tomados, que se
capitulo diciendo: como la definición con el obje'to, así se corresponde cada parte expresan, en cuanto partes de La definición, por el género y la diferencia.
de la definición con cada p'arte del objeta. Esto también puede deducirse del Cuesto 4. La cuarta y principal cuestión respecto de este capitulo es si la
oficio y fin de la definición. Pues siendo una explicación distinta de la esencia materia es parte de la esencia de la sustancia material, y si, por 10 tanto, entra
completa del objeto, y valiéndose para este cometido, por asi decirlo, de concep- la materia en la definición. La primera cuestión se trata expresamente en la
tos parciales, parece necesario que a éstos correspondan partes proporcionales en disp. XXXVI, seco 2, donde con Aristóteles y Santo Tomás nos adherimos a la
el definido. En contra está que mucbas veces el definido es simple y no tiene ver- sentencia afirmativa. De donde se deduce que en la definición esencial de las
daderas partes y también que, aun teniéndolas, nO' siempre les corresponden las par- sustancias materiales entra la materia, no como algo añadido, 10 cual sería contra
tes de la definición, sinO' que más bien cualquier parte de la definición expresa toda la perfección y naturaleza de la sustancia completa, sino corno elemento de la
la esencia, aunqüe con menos distinción que la definición misma: por ejemplo, )1 esencia intrínseca de estas cosas. La materia entra en dicha definición, O' expresa-
el génerO' y la diferencia, por más que sean partes de la definición, no expresan mente en el caso de la definición física, por ejemplo, cuando se dice que el
partes del defmido, sino el todo de una manera confusa e incompleta. Algunos hombre consta de alma y cuerpo, o implícitamente, C()mo incluída en el género meta-
creen que Aristóteles se refiere únicamente a las cosas naturales y compuestas y que físico, por ejemplo cuando se dice que el hombre es animal racional. Finalmente,
universum propositionero eius, quia generi proportionem et imitationem, si definitio
Q. 2. Secundo ergo inquiritur an de que ad proprios, alienos reiíciendo, ut la- correspondet forma generica, et clifferentiae sit propria ac metaphysica per propriuro
ratione definitionis sit_ ut partibus constet. tius Aristoteles, lib. JI Poster., c. 14. fonna specifica, quae distinctae sunt. Sed genus et differentiam. Vel latius etiam di-
Sed in hoc satis expressa est sententia Aris- Q. 3. Tercio, an partes definitionis Cor- haec responsio primo supponit falsam sen- cantur partes rei ipsj gradus metaphysici
totelis hic affirmantis; et, si nomen ipsum, respondeant partibus rei. definitae; id enim tentiam de pluralitate fonnarum iuxta ordi- praecise concepti qui per genus et diffe-
et munus definitionis explicetur, dubitatio- affirmare videtur PhHosophus initio huius nero praedicatorum essentialium, quem im- rentiam, ut sunt partes definitionis, indi-
nem non habet. Nos enim per simplices capitis dicens: Sicut ratio ad rem, simili- probamus disp. XV. Deinde est contra ver- cantur.
conceptus non possumus distincte cogno- ter et pars rationis ad partem reí se habet. ba Aristotelis absoluta et generalia. Q. 4. Quarta ac praecipua quaestio cir-
scere et explicare rerum essentias; et ideo Idque colligi potest ex munere et fine defí- Duobus ergo modis exponi potest Phi- ca hoc caput est, utrum materia sit pars
ad distincte concipiendam vel explicandarn nitionis. Nam curo distincte declaret totam losophus. Primo, eius locutionem soluro esse quidclitatis substantiae materialis, et conse-
naturam rei, eam in pIures conceptus divi- reí essentiam, et ad hoc munus utatur (ut per proportionalem comparationero, nec esse quenter an in definitione talium rerum pu-
climus, ut quid ei proprium, commune, quid sic dicam) partialibus conceptibus, videtur absolutam, sed curo clistributione acconuno- natur materia. Sed prior quaestio ex profes-
essentiale, quid accidentale sit, cognosca- necessarium ut illis correspondeant partes. danda. Vult cniro partes definitionis eam pro- so tractatur disp. XXXVI, sect. 2, ubi curo
mus, atque ita tandem apte coniungendo proportionatae in definito. In contrarium portionern ínter se et ad definitum servare, Aristotele et D. Thoma affirmantem par-
conceptus essentiales rei,-·---ipsam distincte est quia saepe definituro est res simplex, quam partes rei inter se et curo toto. Non tero amplectirour. Ex qua sequitur in de-
concipiamus; eamque distinctam conceptio- et non habet veras partes. Item, licet ea8- quod necesse sit omnem rem definitam finitione quidclitativa substantiarum mate-
nero, definitionem essentialero vOCarous, vel habeat, nOn semper illis respondent partes habere partes, sed quod comparatio fiat ad rialiuro poni materiam, non ut adclitum, hoc
definitionis, sed potius quaelibet pars defini- illam quae eas habet. Consistit autem pro- ením est praeter perfectionem et naturam
mente conceptam, ve) voce expressam; et tionis dicit 'totam rei essentiam, licet minus substantiae completae, sed ut intl'inseca es-
portio in hoc quod partes definitionis com-
proportionali modo conficimus definitiones distincte quam ipsa definitio; genus enim parantur ut potentia et actus, sicut partes sentía talium reruro existens. Ponitur autem
quas descriptivas appellant. Sic ergo con- et differentja, licet sint partes definitionis,. reí. Altera expositio est, ut partes rei di- materia in ta!l definitione, vel expresse, si
stat de ratione definitionis esse ut sit ora- non significant partes definiti, sed totum cantur vel partes physjeae, si res physice definitio detur modo physico, ut cum dici-
tio, et consequenter ut partes habeat, unde confusa et incompleta ratione. Aliqui putant ac proprie composita sit, quibus respondent tur horno constare carpore et aniroa; vel
proprius modus venandi definitionem est Aristotelem loqui de rebus tantum natura- partes definitionis, ve} secundum rero, si implicite, ut inclusa in genere metaphysico,
per divisionem conceptuum cornrnunium us- libus et compositis, et in illis veram, esse in definitio detur modo physico, vel secundum ut curo dicitur horno animal rationale. De'-
r
106 Libro séptimo.-Caps. IX y X ____ _ 107
Indice detallado de la metafísica de Arist6/eles ---- --------
la materia entra en la definición según una especie de concepto universal, no en individuo no tiene más esencia que la específica, .:ampoco se de~e cOJ?si~e~ar que
tenga otra definición propia. Ad.emás, la contracclOn de l~ espeCIe al mdIvlduo es
cuanto materia signada, porque ésta es la propia de los individuos, como enseña
aquí el Fílósofo y explican Santo Tomás y otros. manera de contracción materIal,. por razón de tal enndad; por eso 10 que el
Cues!. 5. Surge de aquí la quinta cuestión, la posíbilidad de definír el sin-
~ dívíduo añade a la espede no se explica tanto por definidón propía como por
n;,lícadón de la definídón esendal a su entídad. Propíamente, pues, se define la
aspecie que consta de gi~nero y diferencia esencial. Pero los géneros supremos y
gular en cuanto singular, y, consecuentemente, la inclusión de la "materia signada"
·en su definición. La cuestión se refiere al singular no tomado en acto signado, por
así decirlo, o sea, a la esencia común de la singularidad; porque en este sentido
~os indIviduos no tienen definición propia en este sentido, ~unque puedan descri~ír­
se y explícarse de algU1:a manera. El hecho de q~e los sn;tgulares no sean objeto
se trata de algo común, definible a su manera, comO' persona, supuesto y ej emplos
de ciencia o demostracIón, ha de entenderse caSI de~ mIsmo modo, porque d~
parecidos; sino que la cuestión se refiere al singular en concreto, por así decirlo,
ellos en cuanto tales sólo conocemos sus rasgos contmgentes y mudables. Y 81
Adstóteles ruega aquí, en el texto 35, que se pueda definír el síngular de esta
parece que se llega a algunas cosas necesari~s, se hace si~p.r,e por apli~aci~n
manera, y niega, por lo mismo, que la materia signada entre en la definición.
de algún medio universal, de suerte q?e ~as es. una apli~aclOn de la CIenCIa
Lo mísmo díce luego en el capítulo 15, texto 53; Y antes, c. 4, texto 13, había
universal a un caso concreto, que una clenC13 propIa de partIculares. Esto proba-
rucho que sólo la especie era propíamente susceptible de definíción; y en el
blemente es verdad respecto de cualqníer cosa creada, porque nada hay esencíal-
c. 7 del líb. 1 de los Anal. Seg. díce que no hay cienda ní definíción de los indí-
mente singular, excepto Dios, del cual puede haber una ciencia .perfectísim:a .. Lo
viduos. Allí debe tratarse ex professo como en su lugar propio esta cuestión.
cual es aplicable sobre todo a la denda humana, porque la angélica es de dIstInta
En efecto, no se ve tan claro por qué no puede definirse el individuo, siendo
naturaleza, obtenida por intuición de las cosas singulares tal como son en si.
resoluble en dos conceptos, el concepto de espede y el concepto de la propía
díferenda indívídual. Porque lo que algunos dícen, que el índívíduo no tíene pro- Cuesto 6. Tambíén cabe ínvesdgar aqul sí respecto del definído denen pdo-
pia diferencia individual, sino accidente individual únicamente, es falso, según cons- ridad sus partes; igualmente la legitimidad de usar siempre la definición en vez
de una parte de la mísma.
ta por 10 que h~mos. rucho en la rusp. V. Además, de los índívíduos ímperecederos
hay verdadera CIenCIa; por ejemplo, de Díos y el ángel, ya que Aristóteles sólo lo Cuesto 7. Estas cuestiones parece plantearlas aquí Aristóteles. Trata más di-
niega de los individuos materiales. ¿Por qué, pues, no pueden tener su propia rectamente la primera, y viene a ser su respuesta que las partes formales tienen
definición? Pues si éstos pueden tenerla, también la tendrán los otros en cuanto prioridad, pero de ninguna manera las materiales. Y por partes formales entiende
se les abstrae del tíempo y de la eristenda actual. Por todo lo cual no faltan las que se toman de la forma en cuanto tal, o que a ella corresponden formalmente,
quienes crean que e! singular de suyo y por su naturaleza es deñnible, pero que o, por fin, las que se toman con uruversalidad ígual al mísmo definído. Por 10. tan-
nosotros no lo defirumos, porque no llegamos a conocer su propia diferencia. to, entiende por partes materiales las individuales o cuantas contraen la esenCia de
Sín embargo, opíno que es cuestión de palabras y que la expresión de Arístó- 10 definido a una materia particular, la cual no se exige ciertamente por razón
teles es más propia, como es también la más usada. Porque la definición estricta- de la esencia formal, como, por ejemplo, el que una esfer.a sea de bronce. En
mente entendida explica la esencia de una cosa, y, por 10 tanto, lo mismo que el cambio, las partes formales se dice que tienen sobre el individuo cierta prioridad
de naturaleza o de causalidad, a veces incluso de orden de subsistencia, aunque
nique ponitur materia in definitione secun-
Non enim caret difficultate, cur non pos-
dum aliquam unlversalem rationem, non reí; unde, sicut individuum non habet aliam
tarnen materia signata) nam haec propria sit individuum definid, cum possit in duos ma scientia esse potest. Et maxime hoc intel-
conceptus resolví, scHicet in conceptu spe- essentiam praeterquam essentiam speeiei, ita ligitur de humana scientia, nam angelica est
individuorUUl est, ut hic docet Phi~osophus, neque aliam propriam definitionem habere
D. Thomas et alii exponunt. dei, et propriae differentiae individualis-. alterius rationis per intuitionem singularum
Quod enim quidam dicunt 1, non habere eensetur. Item contractio speciei ad indivi- rerum, prout in se sunt.
Q. 5. Bine oritur quinta quaestiO', an ,duum est quasi materialis ratione taEs en-
singulare ut singulare definibile sit, et con- individuum propriam differentiam indivi- Q. 6. Rursus quaeri hic potest an par-
dualem, sed tantum accidens individuale, titatis; et ideo, id quod individuum addít tes definiti sint priores ipso definito; item
sequenter in eius definitione poni possit ultra spedem, non tam in deIinitione pro-
materia signata. Est autem quaestio de sin- falsum est, ut ex dictis a nobis in disp. V an loco partis definitionis llceat dus defi-
constato Praeterea de individuis perpetuis jnia explicatur, quam applieatione defini- nitionem semper ponere.
gulari non in actu signato (ut sic dícam), id tiOIÚS essentialis ad hane entitatem. Proprie
est, de communi ratione singularitatis; hoe est vera scientia, ut de Deo et de angelo Q. 7. Quas quaestiones videtur hie pro-
(nam Aristotel, solum de individuis matc- ergo definitur species, quae genere et diffe- ponere Aristoteles. Et priorem quidem ma-
enim modo iam aliquid comrnune sumitur, rentia essentiali constato Genera yero sum-
quod definiri suo modo potest, sicut per- rialibus hoe negat); eur ergo non potest gis ex professo traetat, et in summa re-
ma et individua non ita propriam defini- spondet partes formales esse priores, mate-
sona, suppositum, et alia huiusmodi; sed eorumdem esse propria definitio? Quod si tionem habent, ¡icet aliquo modo describi
est quaestio de singulari (ut sic dicam) illorum esse potest, etiam erit aliorum, prout riales yero lninime. Per fonuales autero
et explicari valeant. Quod vero de singula- partes intelligit eas quae SUIlluntur a for-
exercito. Et hoc modo negat Aristoteles, abstrahuntur a tempore, et ab actuali exis- ribus non sit scientia vel demonstratio, in-
texto 35, singulare definiri; ideo enim ne- ma ut sic, vel quae illi formaliter corre-
tentia. Propter quae non desunt 2 qui exis- telligendum est fere eodem modo, quia de spondent, ve1 denique quae sumuntur aeque
gat_materiam signatarn poni in definitione,: timent singulare ex se et natura sua esse eis ut talia sunt, solum contingentia et mu-
idem habet infra, C. 15, texto 53; et supra, uruversaliter ac ipsum definitum. Unde per
definibile, a nobis tarnen non definiri, quia tabilla cognoscuntur. Quod si aliqua neees- materiales panes intelligit individuales, vel
c. 4, texto 13, dixerat solarn speciem pos- propriam eius differentiam non attingimus.
se definiri proprie; et I Poster., C. 7, ait saria demonstrari videntur, id semper est orones illas quae contrahunt rationem defi-
Existimo tamen quaestionem esse de no- in vi alicuius medii universalis, et ita po- niti ad partieularem materiam, quam ex vi
individuorum neque sdentiam esse, neque mine, et Aristotelis locutionem magis esse
definitionem. Quo loco res haee ex professo tius est applicatio scientiae universalis ad suae formalis rationis non requirit, ut est
tractanda esto propIÍam, sicut et magís reccptam. Quia particularem, quam propria scientia parti- respectu sphaerae quod aenea sito Dicuntur
definitio proprie dicta explicat essentiam culariurn. Quod in omru re creata fortasse autem partes formales priores definito prio-
1 lavell., lib. VII Met., q. 16. verum est, quia nulla res est essentialiter ritate quadam naturae, seu causalitatis, inter-
2 Ant. Andr., VIII Met., q. 7. singularis praeter Deum, de quo perfectissi- dum etiam subsistendi consequentia, quam-
108 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
109
no siempre, porque lO' mismo que a veces el todo no puede existir sin estas partes, Libro séptimo.-Cap. 3~ ___.__.__._.-..-_.--
tampoco pueden a su vez las partes fuera del todo, según hizo notar aquí también
;-;-;--Insiste de nuevo en,la cuestión que ya tocamos antes, de si la esen-
Aristóteles.
Acerca de la segunda cuestión Aristóteles'no dice casi nada, y la solución puede . u~sd' u:fica con el sUJo eto-' este pasaje en concreto e incluso las palabras del
Clase 1 en , . 5lfi
tomarse de lo apnntado arriba en el c. 4. Porque si lo incluído en la definición es Filósofo fueron explicadas expresamente en la dlSp. XXXIV, seco , a n.
verdaderamente esencial y tiene definición propia, no hay dificultad en poner en
su lugar la definición; por ejemplo, siendo la definición de hombre animal racio- CAP. XII
nal, se puede decir legitim-amente que es viviente sensible racional; incluso así DE LAS PARTES DE LA DEFINICIÓN, o SEA, DEL GÉNERO Y LA DIFERENCIA,
resultará más clara la definición. Pero si la parte de la definición es tan simple RESULTA UN '¡UNUM PER SE"
que no tenga definición, no hay que poner en su lugar la descripción, por ejemplo,
en el caso de los géneros supremos y diferencias, siendo éste el motivo de que Cuesto 1. La primera cuestión investiga aquí el origen de la unidad pe~ se
los trascendentales no entren en las definiciones. De la misma manera, si 10 que 'enen el definido y la definición. No se trata de averiguar de dónde les vIene
que U ' 1 . l'
se pone en la definición no es esencial, sino algo añadido, no puede ponerse en la unidad que tienen ambos comparados entre SI, pues ya se reso VIÓ q.u~, es ~lene
su lugar la definición, porque se incurriría muchas veces en falacia o en círculo de su identidad, sino que el problema es saber, puest~que la definiclOll dice o
vicioso, según se trató en el c. 4. De acuerdo con esto, hay que interpretar al contiene muchos elementos, por qué el definido de qmen se afirman ~lchos ele-
mismo Aristóteles en el lib. II de los Tópicos, c. 2. mentos es uno y no múltiple. Y otro tanto, consecuentemente, es aphca~~, a la
misma definición. La solución de suyo es bastante .clara. En efe~to, la ~efimclOn es
CAP. XI
'una, po-rque consta de género y diferencia en relaCIón de. potenc18 pro~la y acto? y
CUÁLES SON LAS PARTES FORMALES Y CUÁLES LAS MATERIALES de la misma manera el definidO' es uno, porque su esenCIa consta ~e genero y dIfe-
Cuesto 1. En este capítulo no hay nada nuevo que discutir porque apenas se rencia, como propio acto- y potencia metafísicos ordenados es.encmlmente. De un
añade nada, sino que se insiste de nuevo en la _cuestión de la materia, si es o no .acto y un~ potencia tales resulta siempre un unun: per se, mclus.o en las cosas
parte de la esencia específica, decidiéndose por la afirmación; por eso se dice que físicas, según se dirá luego en el lib. VIII a propó~ltO. de la ~ate!la y f~r~a, to-
las partes formales o las que integran la definición especifica no excluyen la materia mándolo del lib. II De Anima, texto 7; por conslgUlente, SI :on metafls1coS~ se
sensible en las cosas naturales, ni la inteligible en las 1Il.atemáticas, sino que en las- ha de afirmar con más razón. Se prueba por la segunda razan que. da aqm el
primeras excluyen la materia individual y en las segundas la sensible. Por consi- Filósofo, a saber, porque nO' existe d género sin !as espectes, ~s deCIr, ~uera de
guiente, se llaman partes formales las que se requieren según la esencia específica y ellas; por 10 tanto, no es más que la misma esenCIa de la especIe conceblda ~o~­
para alguna función que convenga por razón de ella, aunque incluya la materia fusamente. Y, como explica muy bien Santo '!omás, el ~~n~ro no puede eXIstIr
de un modo universal o proporcional; por el contrario, se llaman materiales las sin las especies, porque las fonnas de las espeezes n~ son qzsfzn!as de, la- form~ ~el
que convienen a la esencia común de la especie a manera de accidente. Todo esto- género; por consiguiente, significan realmente la .mIsma esenCIa y solo se distm-
intenta concluir contra Platón que las esencias comunes y específicas de las cosas guen racionalmente como determinable y deter~ante;. por lo tanto., .~omponen
no pueden estar separadas de toda materia. un unum pe-r se. Esta es, pues, la causa de que el defimdo y la defimclOn tengan
vis non semper, quia interdum sicut totum CAPUT XI unidad propia.
non potest esse sine his partibus, ita neque Quae sint pm<tes fOl'males~ quae vera
e converso partes extra totum, ut Arista- 11la-tniales
teles etiam hic notavit. Q. 2. Rursus inculcat quaestionem an quia constat genere et differentia, quae com-
De altera vera quaestione nihil fere Aris- Quaest. 1. In hoc capíte nihil no-vi quae- quod quid est sit idem cum eo cuius est, parantur ut propri.a potentia et actus, et si-
toteles dicit, et resolutio sumi. potest ex rendum occurrít, nam fere nihH in ea addi- quam supra iam tetigimus; et me locus in mili modo definitum est unum, quía essen-
notatis supra, c. 4. Nam si id quod ponitur tur, sed inculcatur iterum quaestio de ma- particulari, et verba etiam Philosophi ex- tia eius constat genere et differentia, ut
in definitione est vere essentiale et defini- teria, an sit pars essentiae specificae necne 7 plicata ex professo sunt in disp. XXXIV, proprio aetu et potenüa metaphysicis ac
tionem propriam habet, nihil impedit quin et pars affirmans conc1uditur; et hac ratio-- sect. 5, in fine. per se ordinatis; ex huiusmodi autem actu
loco eius definitio ponatur; sic enim, cum ne dicitur partes formales, seu quae sunt ct potentia semper fit unum per se, etiam
homo definiatur esse animal rationale, recte de definitione speciei, non excludere ma- in rebus physicis, ut infra, lib. VIII, do-
teriam sensibilem in rebus naturalibus, nec CAPUT XII eetur de materia et forma, et sumitur ex
dicitur esse vivens sensibile rationale; im-
mo sic distinctior est definitio. Si vera pars intelligibilem in mathematicis; sed in prio- Ex partibus definitionis, seu ex genere et lib. II de Anima, textu 7; ergo multo ma-
definitionis sit ita simplex ut definitionem ribus excludere individuam materiam, in diffeTentia fieri per se unum gis ex metaphysicis. Quod probatur ex al-
non habeat, non oportet loco illius descrip- posterioribus vero sensibilem. Unde partes. tera ratione Philosophi in praesenti, quia,
tionem eius ponere, ut patet in generibus formales dieuntur quae secundum speci- Quaest. 1. Híc prima quaestio esse pot- videlieet, genulS non est pmeter ipsas spe-
summis- -et differentiisj'--et---hac--·-ratione trans- f~cam rationem, et ad munus aliquod ra- ...... l~,' ... est, unde habeant definitum et definitio
unitatem per se. Non est autem sensus
cies, seu extra illas; unde tantum est ipsa
cendentia non ponuntur in definitionibus. tione illius eonveniens, requiruntur, etiamsi essentia speciei confuse concepta. Et Cut
Similiter, si id- quod ponitur in definitione materiam in universali, seu modo propol'- unde habeant unitatem. dcfiniturn et defi- recte D. Thomas declarat) ideo genus
non sit essentiale, sed additum quoddam, tionato includant; materiales vero dicuntur nitio inter se comparata; hoc enim iam est non potest esse sine speciebus, quia
non ponitur loco eius ipsius definitio, quía quae sunt quasí per accidens ad commu- actum, habent enim illam ex identitate; sed f ormae specierum non sunt aliae a forma
saepe Gommitteretur nugatio, aut circulus nem rat~onem speciei. Quae omnia eo ten- est sensus, curo definitio p~ura dicat ve! generis; ergo in re dicunt eamdem essen-
vitiosus, ut c .. 4 tactum esto Et iuxta haee dunt ut contra Platonem concludat ratio- contineat, unde habeat definituro, de qua tiam, solumque differunt ut determinabile
intelligendus est idem Aristoteles, II Tapie., nes communes et specificas harum rerum iUa Olunia dicuntur, quod sit unum et non et determinans secundum rationem; com-
C. 2. non posse ab omni materia abstrahi. plura. Idemque consequenter de ipsa defi- ponunt ergo unum per se. Hac ergo de cau-
IUtlOne intelligendum esto Et resoludo est sa, tam definitum quam definitio habent
per se satis clara. Definitio enim una est, unitatem propriam.
110 libro séptimo.-Cap. X1:c:I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 111
Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
separadas de las especies. Si, pues, el t~xto se interpret~ se~~ esta s3paración,
Pero hay que advertir que la definición y el definido pueden considerarse, bien como lo hacen comúnmente Santo Tomas y otros, la dlsyunclOll se anade sola-
como están formalmente en la mente, bien como son objetivamente. Del primer mente para evitar el equívoco de ciertas palabras que parecen significar géneros
modo la definición es propia y efectivamente compuesta de conceptos realmente separables de las especies, pero, en realidad, no, significan estricta~ente géneros,
diversos; pero se dice que tiene la unidad de un cierto todo artificial, por haber- sino la parte material de todo el compuesto, segun. ap~rece en el ejemplo de ~O'z
alguna subord.it:1ación y unión entre tales conceptos. Mas objetivamente no tiene de que se vale Aristóteles; en efecto, voz puede sIgmficar en general un Borudo
composición real en virtud del género y la diferencia, sino sólo de razón, por deno... articulado, y como tal es género; pero en cuanto puede significar el sonido única-
minación derivada de la síntesis de conceptos mentales. En cambio, el definido mente como susceptible de tal modulación, es materia. Lo mismo pasa con cuerpo,
de ninguno de ambos modos tiene composición real, sino únicamente de razón" como hace notar aqui Santo Tomás; porque en cuantO' significa en general el
incluso en virtud del género y la diferencia. Y esta palabra "definido" parece debe compuesto de materia y forma sustancial es género, sin ser como tal separable en
aplicarse con más propiedad al concepto objetivo que al formal, aunque, a su vez, modo alguno de cada especie; pero en cuanto significa el sujeto primero apto para
"definición" parezca predicarse más propiamente del concepto formal que del ser informado sustancialmente, expresa materia. No obstante, puede decirse de
objetivo; por eso esta unidad es más clara de suyo en el definido que en la defi- otro modo que el género es separable de las especies según la razón, de manera
nición. y así en este capítulo Aristóteles habla principalmente de la unidad per se que no sea predicable de ellas; y de esta forma también es verdadera la expresión
del mismo definido o esencia en cuanto se compone de género y diferencia. Acerca aristotélica de que, o no es separable, o no se toma como género, sino como materia,
de esta composición, distinción y comparación de elementos, hay que considerar- De ambos miembros se obtiene la conclusión pretendida, a saber, que el g~nero,
lo que se dice extensamente en la disp. VI, seco 9, 10 Y 11.
por razón de identidad y unidad, no es separable; y, si de algún modo es separa-
Cuesto 2. Cabe todavía profundizar más en la cuestión de la posibilidad de ble, es concebido como materia o tomado con esa significación, y es, consecuente-
que se dé el género fuera de las especies. La duda persiste por aquella proposición mente, apto para componer con la diferencia un unum, per se.
disyuntiva de Aristóteles: no hay género fuera de las que son como especies del Cuesto 3. Puede ser la tercera cuestión: en qué sentido es verdad que la di-
género, o, si lo hay, es en cuanto materia. Parece insinuar que el género se en.. ferencia superior es dividida por las inferiores; en efecto, así 10 dice el Filósofo:
cuentra a veces fuera de las especies por lo menos como materia informe. Contra es necesario que la diferencia se divida por la diferencia. El motivo de duda está
esto está el que el género no puede en modo alguno hallarse fuera de las especies" en que la diferencia parece indivisible, ya que si la diferencia fuera divisible por
porque ni se distingue realmente de ellas, ni expresa una esencia diferente de las diferencias, se entraría en un proceso infinito, sin llegar a obtener una especie
mismas.
indivisible. La respuesta es que Aristóteles se refiere claramente a las diferencias
De dos maneras se puede entender que el génerO' está fuera de las especies: subalternas, de las que afirma que se dividen, no porque sean divisibles en cuanto
una, realmente y por separación en la cosa misma. En este sentido es absoluta- diferencias, sino porque lo que ellas constituyen en cuanto tal sigue siendo divisible
mente imposible que el género se dé fuera de las especies, según se concluye de por otras diferencias formales. Ni hay proceso al infinito, porque se llega a una
las razones aluilidas, y así lo defendió en todas partes Aristóteles contra las idea. última diferencia, como dice el mismo Aristóteles. Ni dicha diferencia deja de cons-
de Platón, haciendo hincapié precisamente en esta dificultad: que si existiesen tituir especie, sino que no constituye especie última.
ideas de especies separadas de los individuos, habría que admitir ideas de géneros
essent ideae generum separatae ab specie- materiam. Et ex utroque membro conelu..
Sed est advertendum definitionem et de .. bus. Si ergo de hac separatione hic textus ditur intentum, nempe genus non esse se-
genere et differentia componitur. De hac intelligatur, ut cornmuniter intelligitur a parabile propter identitatem et unitatem,
finitum posse considerari, ve! ut sunt for.. autem eompositione et extremorum distinc- D. Thoma et allis, disiunctio solum addi.. et, quatenus separatur aliquo modo, signi-
maliter in mente, vel nt sunt ohiective. Pria- tione et eomparatione, videnda sunt quae tur ad tollendam quarumdam vocum aequi..
11 modo definitio est proprie et secundum
ficad vel condpi ut materiam, et ideo ap ..
late tractantur disp. VI, sect. 9, 10, -et 11. vocationem, quae videntur significare ge- tum esse ad componendum per se unum
rem eomposita ex eonceptibus mentis in Q. 2. Quaeri vero ulterius potest an nera quae separantur ab speciebus, re ta.. cum differentia.
re ipsa diversis,; dicitur tamen habere uni .. genus possit extra omnes species reperiri. men vera ut sic non significant genera, sed Q. 3. Tertia quaestio esse potest qua-
tatem ad modum torius euiusdam artificia.. Et ratio duhii est, nam Aristote1es sub dis- partem materialem totius compositi, ut pa- modo verum sit differentiam superio:rem di..
;Lis, . oh subordinationem et coniunctionem iuncrione dícit: Genus non est praeur eas tet in exemplo vods, quo Aristoteles uti.. vidi per inferiores; sic enim Philosophus
aliquam talium coneeptuum. Obiective au.. quae ut species generis sunt, aut si est tur: vox enim significare potest articula.. ait: Oportet dividi differentia differentiam,
tem non hahet compositionem realem ex quidem, sed tamquam materia esto Dnde tum sonum in communi, et sic est genus; Est autem ratio dubii, quia differentia in..
vi generis et differentiae, sed solum ratio .. innuere videtur posse genus interdrnn re- ut vero significare potest tantum sonum ut divisibilis videtur, alioqui si differentia per
nís, per denominationem a eompositione periri extra speeies, saJtem per modum in.. capacem talis formationis, est materia. Et differentias divisibilis est, et in inrulitum
eoneeptuum mentis. Definitum autem neu.. formis materiae. In contrarium est quia ge.. idem est de corpore, ut D. Thomas hic no.. procedet:ur, et non constituet speciem in..
~o___J?o~_()__ l1&_lJ_e~ com1?os~gon_em ,rr;.i., sed tan.. nus nullo modo potest extra omnes Epecies tat; nam ut significat compositum ex ma .. dívisibilem. Respondetur, Aristotelem dare
tum rationis, etiam ex vi, generis et diffe.. reperiri, eum in te ab ipsis non distingua- teria et forma substantiali in cornmuni, est loqui de differentiis subalternis, quas dividi
rentiae. Hoc autem nomen, definitum, pro.. tur nec dicat aliam essentiam ab ipsis. genus, et ut sic non est ullo modo separa.. dicit, non quia ipsae ut differentiae sunt,
prius dici videtur de conceptu obiectivo Duohus enim modís intelligi potest ge.. bile ab omnibus speciebus; ut vero sig.. dividantur, sed quia eonstitutum ex illis l ut
quam de fonnall, lieet e converso definitio nus esse extra omnes species: uno modo nificat primum subiectum aptum informari tale est, amplius est divisibile per alias for ..
proprius videatur dici de conceptu formali realiter per separationem in re ipsa; et substantialiter, dicit materiam. Alio vero males differentias. Nee proceditur in infini..
quam de ohiectivo; et ideo haee unitas ma.. hoe modo simpliciter est impossibile genus modo dicj potest genus esse separabile ab tum, quia in aIiqua ultima differentia sisri-
esse extra species, ut rationes factae con- speciebus secundum rationem, ita ut non tur, ut idem Aristoteles dicit. Neque etiam
gis cernltur per se in definito quam in de.. c1udunt, et hoc ubique docuit Aristoteles
finitione; atque ita Aristoteles in hoc ca- sit praedicabile de illis, et hoc modo etiam fit ut talis differentia non constituat spe..
agens contra ideas Platonis, et inferens hoc est verum dictum Aristotelis, vel non esse dem, sed nt non constituat speciem ul-
pite praecipue loquitur de unitate per se inconveniens, quod si darentur ideae spe-
ipsius definiti seu essentiae, quatenus ex separabile, vel non sumí ut genus, sed- nt timam.
cierum abstractae ah individuis, dandae
112 lndice detallada do la metafísica de Aristóteles 1:iúro _s_ép_t_im_o_.-_Cap. X_I_I _ _ 113
Pero advierte el Filósofo que esta división debe ser formal, de manera que la finición, sino en cuanto de algun~ manera es un todo que incluye confusamente
diferencia posterior determine esencialmente a la anterior., y se~ modo ? acto de nO sólo las diferencias superiores, sino también el género mismo, ya que sólo en
la misma. Mas hay que tener en cuenta que a veces la dIferencia posterIor. es ?-,el este sentido puede ser verdad que la diferencia última sea la sustancia de la cosa
mismo orden que la anterior, y entonces sólo puede ser su .cuas! determmaclOU y su definición, a saber, por equivalencia e implicitamente. Sugiere el de Hales,
en el mismo ámbito, como, por ejemplo, sensible es dc:crrnmado por un modo y 10 dice también Escoto, que la última diferencia puede ser llamada sustancia de
concreto de sentir; otras, en cambio, la diferencia posterIOr pertenece a. un orden la cosa Y definición en O'tro sentido, ya que la completa no por incluir todos
superior, 'y consigO' eleva a la diferencia anterior, c~mo es el caso ~e ;aclOnal com- los predicados anteriores, sino por suponerlos necesariamente; y, en consecuencia
parado con sensible. Entonces nn sólO' la det~rmm~ como modificandola en su obligada, a quien conviene la última diferencia es necesariO' que le convengan las
grado, sinO' confiriéndole incluso un gradO' s~perIor; sm ~~barg~" por s,er 10 9ue se anteriores. Pero, aunque esto sea verdad, no basta para justificar la argumentación
-añade una actuación formal del grado antenor y perfecclOn de el al mIsmo tIempo de Aristóteles, a saber: que se cO'mete falacia si las diferencias anteriO'res se inclu-
dentro de su grado, no sólo es una diferencia propia y formal, sinO' la más perfe~ta. yen con la última en la definición. Pues esta deducción, hablando cO'n rigor, nO' se
Cuesto 4. La cuarta cuestión es si la diferencia inferior incluye a la su~er~Q.r. infiere de aquí; porque al decir viviente sensitivo racional, no se comete falacia,
Esto parece afirmar el Filósofo cuando dice: siendo esto así, es, claro que l~ ultzm.a por más que racional, tomado confusamente y como un todo, incluya todos los
diferencia e~ la sustancia de,la. cosa y ;u defi~'ición; y lue~o: sz es, pues, d~ferencl~ predicados superiores, porque en dicha definición no se toma con ese sentido, sino
de diferencta, la que sea ulttma sera' especl8' .y sustanc~a. Y ~one un e~emp10. Begún su concepto preciso. Tampoco se comete falacia por el hecho de que mcio-
animal con pies, bípedo; la segunda, en efecto, mcluye eVIdentement~ la p:llTIera,. y nal suponga de suyo los predicados anteriores, y los signifique implícita y conse-
concluye de ello que en la definición no debe. entrar n;ás qu.e, la últIma. diferenc1a~ cuentemente, porque basta que no los incluya formalmente. Por 10 tanto, parece
pues si se incluyeran al mismo tiempo las anterIores, §e lllcurnna en fal~c!a, v. gr? SI que Aristóteles opina que la última diferencia incluye formalmente a las anteriores
en el ejemplo citado se dijese animal con pies, bípedo. Contr~ esto esta que la dlfe- y que se comete por ello falacia. Esto parece claro en el ejemplo de Aristóteles,
renda superior se incluye en el género, como senSIble en ammal, y .que no puede, pues la diferencia bípedo incluye formalmente la anterior, a saber, tener pies.
por consiguiente, incluirse en la diferencia inferior. La consecuen~1a es ~lara, ~o Con todo, hablando estrictamente, hay que decir que la diferencia última no
sólo porque el género está absolutamente fue~a del c~ncept~ ,de .dIferencIa, segu?- incluye formalmente las anteriores, sino sólo confusamente o en cuanto las presu-
se dijo en el lib. III, sino también porque, SI no, se lllcurnna SIempre, en .falacIa pone, según con exactitud dijeron los autores citados. De donde resulta que tam-
al añadir la diferencia al género, lo cual es completamente falso. ~~emas,. slemp.re poco se comete falacia, de suyo y en términos generales, por incluir en la defi-
que en la definición se pone el género remoto, nO' basta poner la ultnna dIferenCia, nición varias diferencias subordinadas esencialmente, cuando la definición no se
sino que se precisa añadir las int:rmedias, comO' se. dice a~uí tan;.bién; por con- hace por el génerO' próximo, sino por el remoto. Esto es absolutam~nte cierto y se
siguiente, nO' se incluyen en la últllTIa, de 10 contrarto habna falaCIa. toma del mismo Aristóteles en este capítulo. Algunas vecés, empero, puede ser
Explican algunos, y lo hace constar Santo Tomás, que Aristóteles habla de la tal la división de las diferencias que en el concepto de una se incluya formalmente
diferencia no según el concepto preciso de la misma, en cuanto es parte de la de- otra, de suerte que sea una repetición poner las dos, como en el ejemplo que se
adujo de Aristóteles. Se sirve de este dato concreto para demostrar que la última
Advertit vero PhiJosophus hane divisio- ferentia fiat, una quae ultima est, ent sp~­
nero debere esse formalero, ita ut posterior cies et substantia. Adhibetque exemplum In tum ineludens confuse non solum superio- supponat superiora, et implicite ac illative
differentia per se determinet priorem, et his, animal habens pedes, bipes; nam haee res differentias, sed etiam genus ipsum. Nam illa indieet; satis est enim quod illa formali-
sit modus seu aetus e¡us. Intellige autero secunda ineludit primam, ut per se: con- solum in hoe sensu potest esse verum quod ter non ineludat. Videtur ergo Aristoteles
aliquando posteriorem differentiam esse stat, et hinc coneludit in definitione n{]n esse differentia ultima sit substantia rei et defini~ sentire ultimam differentiam formaliter in~
eiusdem ordinis euro priori, et tune esse ponendam nisi ultimam differentiam; nam tio, nimirurn aequivalenter et implicite. Aliter eludere superiores, et ideo cornmitti nu-
solum quasi deterrninationem eius in eadero si simul priores ponantur, eommittetur n~­ Alensis indieat, et etiam Scotus ait, ultimam gationem. Idque videtw:' c1arum in exemplo
latitudine, ut sensibile determinatur per ta- gatio, ut si in dicto exempJo dicatur an!.- differentiam appellari substantiam reí et de- Aristotelis; naro haee differentia bipes m-
lem sentiendi modUt"TI; interdum vero pos- mal habens pedes, bipes. In contrarium eludit formal1ter hane superiorem, scilieet,
vero est, quia differentia superior ineluditur finitionem, quia eomplet illarn, non quia
teríorem differentiam pertlnere ad superiO'- omnia superiora ineludat, sed quia illa per habere pedes.
rem ordinem, et seeum evehere priorem in genere, ut sensibUe in animali; ergo non Dicendum nihilominus est per se loquen-
potest ineludi in differentia inferiori. Patet se suppanit, et necessaria eonseeutione, cui
differentiam, quo modo raüonale eompara- ultima differentia convenit, necesse est om- do differentiam ultimam non indudere for-
tur ad sensibile. Et tune non solum deter- eonsequentia, tum quía genus omnino extra maliter superiores, sed praesuppositive aut
rationem differentiae est, ut ¡n lib. III est nes superiores convenire. Sed, licet haee ve-
minat illam quasi modificando intra suum confuse, lit citati auctores vere dixerunt. Ex
dictum' tum etiam quía alias semper COffi- ra sint, tamen non sufficiunt ad expliean-
gradum, sed addendo etiam gradum supe- quo etiam fit non committi nugationem, per
riorero; tamen quia iIlud additum est for- mitteretur nugatio adiungendo differcntiam <faro Aristotelis argumentationem, nimirum
se Jaquendo et generaliter, ponendo in de~
malis actuario prioris gradus, simulque est generi, quod est plane faJsum. Item quo- committi nugationem, si simul cum ultima finitione pIures differentias per se subor-
perfeetio illius intra suurn gradum, non so- ties in definitione ponitur genus remotum, differentia superiores in definitione ponan- dinatas, quando definitio non datur per ge-
1um illa est propria et fonnalis differentia, non satis est ponere differentiam ultimam, tUl'. Nam hoe, per se loquendo, non sequi-
nus proximum, sed per remotum. Et hoc
verum etiaro est perfectissima. sed oportet addere intermedias, ut hic etiam tur; dicendo enim vivens sensibile rationale~ etiam est certissimum, et sumitur ex eodem
Q. 4. Quarta quaestio est num differen- dicitur; ergo non includuntur in ultima; non cornmittitur nugatio, etiamsi rationt/le Aristotele in hoc capite. Aliquando vero ta-
tia inferior superiorem includat. Id enim alias esset nugatio. sumptum confuse et per modum totius su- lis esse potest divi,sio differentiarum ut in
affinnare videtur Philosophus, cum ait: Si Aliqui exponunt, et significat S. Thoma s, periora ornnia includat, quia in illa defini- conceptu unius alia formaliter includatur,
ergo haec ita se habent, manifestum est qwod Aristotelem loqui de differentia, non se- tione non ita adiungitur, sed.,seeundum suaro et fiat repetitio utramque ponendo, ut in
"Ultima differentiara substantiaent et de- cundum" praecisum coneeptum eius, ut est
pars definitionis, sed ut est quoddam to-
praecisam rationem. Neque etiam committi- dicto exempl0 Aristotelis. Quo indicio par-
finitio; et infra: Si igitwr differentiae dif- tur nugatio propterea quod rationale per se ticulari utitur Aristoteles, ut ostendat ulti-
114 [ndic" detallado de la metafísica de Ari~ Libro séptimo.-Cap. XIl"-I _ _ __ 115

diferencia es de suyo un acto superior y plenificador de la esencia única del defi- eS que la definición debe ser propia de y recíproca con el definido; tampoco Aris-
nido, que es el fin de esta explicación. Porque de este dato puede inferirse que tóteles la pone expresamente, pero s~ incluye en la de que !a definici.ón de~e
sucede 10 mismo en las otras últimas diferencias, aunque no incluyan tan formal- recibir su unidad de la última _diferenCIa, que expresa la sustanCIa y esenCIa propla
mente las superiores. Puede añadirse también, para dar respuesta a una tácita de la cosa.
objeción, que la última diferencia precisivamente tornada, nunca incluye formal- Cuesto 6. La sexta cuestión suele ser aquí la exigencia de una sola forma en
mente las anteriores, aunque alguna vez está de tal manera unida que no puede virtud de la unidad per se de la sustancia compuesta. En esta cuestión insiste fre-
ser concebida ni significada sin incluir las anteriores, como se ve en el ejemplo cuentemente' Santo Tomás, deduciendo la unidad de la forma de las razones
de Aristóteles, y es suficiente para su razonamiento. Acaso tampoco habla Aris- que aquí usa Aristóteles. Empero esto lo refuta Escoto en el mismo pasaje y se
tóteles de la diferencia última y subalterna, sino de la última, intentando demos- esfuerza por rebatir la razón. Pero debe preferirse la opinión de Santo Tomás,
trar que no puede ser más que una, y que en la definición no pueden incluirse que exponemos extensamente en la disp. XV, seco 10.
dos últimas diferencias sin falacia, como en seguida explicaremos.
Cuesto 5. Otra cuestión se perfila en este capítulo, a saber, qué condiciones CAP. XIII
requiere la definición esencial para que su formulación sea legítima; en este
LA SUSTANCIA SEGUNDA O UNIVERSAL
capítulo, en efectO', se recogen muchas condiciones. La primera, que se haga
por elementos que convengan a la definición esencial y primariamente y de acuerdO' Desde este capítulo comienza Aristóteles a exponer con mayor precisión y
con el objeto mismo, puesto que han de explicar su esencia. La segunda, que se claridad lo referente a la sustancia segunda, principalmente con el fin de llegar
haga por la propia potencia y acto esencialmente ordenados y que, si hay varias a una solución definitiva contra Platón en la discusión de las ideas.
diferencias, una divida necesariamente a la otra. Tercera, que la diferencia última Cuesto 1. Por eso surge la primera cuestión sobre la sustancialidad de los
sea únicamente una, porque siendo varias, O' una incluirá a otr¡i y entonces habrá universales, de que se ocupa preferentemente Aristóteles en este capítulo. Puede,
falacia, o nO' se incluirán; pero entonces O' se ordenan accidentalmente sin com- en primer lugar, entenderse de todos los universales, y en este sentido consta que
poner esencia una per se, o si están esencialmente O'rdenadas, la una es potencia no todos son sustancias, según apuntamos en la disp. VI, seco 7. En segundo
y la otra actO', y esto ha de serlo sólO' la última, mientras que la otra será más generaL lugar, puede limitarse concretamente a los universales del predicamento de la sus-
La cuarta condición que propone A. de Hales es que, para que la definición se dis- tancia, que se incluyen en los predicamentos de la sustancia segunda. De donde se
ponga en su debido orden, precedan los elementos más comunes, y si se incluyen deduce que estos universales son sustancias; sobre ellos entablamos una amplia
varias diferencias, primero ha de ir la subalterna y la última después. PerO' estO' nO' 10 discusión en la disp. XXXIII, seco 2. Mas Aristóteles en este capítulo se esfuerza
estableció Aristóteles; más aún, al fin del capítulo da a entender que este orden en hacer ver que nO' son sustancias absolutamente, esto es, subsistentes en sí
no es esencial, lO' cual es verdad, si se toma materialmente; pero formalmente, y por sí mismas, y esto prueban sus argumentos, sobre l(ls que pueden consul-
atendiendo al conceptO' de actO' y potencia, es necesario presuponer la potencia, tarse los expositores.
y que se la tome comO' primera, aunque acaso no se enuncie la primera, y en este Cuesto 2. Luego, con esta ocasión suele disputarse sobre la rectitud de
sentido esta condición coincide con la precedente. La última condición registrada
aquella definición de lo universal: lo que es apto por su naturaleza para existir
mam differentiam esse actum per se supe- quod ipsum, quia debent explicare m>od en muchos, por definirlo así el Filósofo, texto 45. Esta cnestión se discute am-
riorem et completivum unius essentiae de- quid est eius. Secunda, ut detur per t-~·o­
finiti, quod erat in hoc discursu intentum. priam potentíam et actum per se ordinatal'
Nam ex hoc indicio sumí potest ídem esse et, si pIures differentiae ponantur, una per Ultima conditio quae colligitur, 'est defini- praesertim ad condudendam disputationem
in aliis ultímis differentiis, etiamsi non ita se dividat aHam. Tenia, ut differentia ul- tionem debere esse propriam et reciprocam de ideis contra Platonem.
forma1,iter superiores indudant. Addi etiam tima una tantum sit, nam, si sint pIures, definito. Quam etiam Aristoteles expresse Quaest. 1. Unde prima quaestio hic oc-
potest, ut tacitae obiectioni respondeamus, vel una ineludet aJiam, et sic erit nugatio, non ponit; in ea tamen ineluditur, quod currit, an universalia sint substantiae, quam
differentiam ultimam praecise sumptam vel neutra ineludet aliam, et tune vel sunt definitio debet habere unitatcm ab ultima Aristote1es hoc capite praecipue tractat. Et
nunquam indudere formaliter superiores; per accidens ordinatae, et sic non compo- differentía, quae propriam rei substantiam potest primo intelligí de onuribus universa-
nent per se unam essentiam, vel si per se et essentiam declarat. libus, et sic constat non onuria esse sub-
aliquando vero ita esse coniunctam ut nec
ordinatae sunt, una est poten tia, et alia ac- Q. 6. Sexta quaestio hic tractari solet, stantias, quod attigimus disp. VI, sect. 7.
concipiatur nec significetur nisi indudendo an umtas per se substantiae compositae Secundo, potest in speciali intelligi de uni-
superiores, ut in exemplo Aristotelis constat, tus, et haec tantum erit ultima, altera ve-
ro generaIior erít. Quartam conditionem col- unam formam requirat. Hanc enim quaes- versalibus praedicamenti substantiae, quae
hocque satis esse ad discursum Arístotelis. tionem saepe inculcat hic D. Thomas, col- in praedicamentis secundae substantiae di-
Fortasse etiam Aristoteles non loquitur de Hgit AIensis, quod, scilicet, ut definido
recto ordine constit'13tur, quae communio- ligens unitatem fonnae ex rationibus qui- cuntur. Unde constat talla universalia sub-
differentía ultima et subalterna, sed de ul- ra sunt praecedant, et si pIures ponantur bus hic Aristoteles u;~ uro Scotus vero ibí- stantias esse, de quibus late disputamus
tima, quaro-- -vuh ostendere -tantum esse differentiae, prius ponatur subalterna, dein- dem id redarguit, et riltiones conatur sol- disp. XXXIII, sect. 2. Aristote1es autem
unam, nec posse poní in definitione duas de ultima. Sed Aristoteles hanc non posuít; vere. D. Thomae autem sententia praefe- hoc capite contendit non esse substantias
ultimas sine nugatione, ut statim declara- quin potius significat in fine capitis hune renda est, quam late tractamus disp. XV, simpliciter, id est, per se subsistentes in
bimus. ordinem non pertinere ad substantiam; sect. 10. seipsis, et hoc probant rationes eius, de
Q. 5. Alía quaestío in hoc capite defini- quod quidem verum est, si materialiter quibus legi possunt expositores.
tur, nempe quas conditiones requirat defi- sumatur; formaliter tamen quoad rationem CAPUT XIII Q. 2. Deinde hac occasione disputari
nitio essentialis, ut recte tradita sit; mul- actus et potentiae necesse est ut potentia híc potest de universali an recte definiatur
De substantia secunda seu universali esse illud quod plU1-ibus natura aptum est
tae enim condítiones in hoc capite colligun- supponatur, et sic sumatur ut prior, licet
tur. Prima, ut detur per ea quae definitio- forte non prius proferatur, et hoc sensu Ah hoc caDite inci:pit Aristoteles dicere esse; ita enim illud hic Philosophus defi-
ni conveniunt per se primo et secundum coincidít haec conditio cum praecedenti. pres8'1US et c1arius de secunrus substanrus, nít, texto 45. Sed haec res disputatur late
116 ..__ ._._ __.____ Indice detallada de' la metafísica de Arislólele, ~ép_ti_m_'o~.-::Cap.,--X=V_____________ 117
pliamente en toda la disp. VI, donde estudiamos en qué consiste esa aptitud, Cuesto 3. La tercera es que no se produce la forma, sino el compuesto, y,
y cómo se halla en las cosas y se distingue de ellas. consiguientemente, tampoco la idea, sino la cosa singular. De esto se habló, en
Cuesto 3. También puede tratarse aquí el sentido verdadero de aquella pro-- parte, en el1ib. 1, c. 2, y, en parte, en este libro, c. 8.
posición vulgar: de dos entes actuales no se hace: un ente actual, sino de dos en Cuesto 4. La cuarta es que la definición debe constar de varias partes o
poten'cia, porque el acta es discriminativo; éstas son las palabras de Aristóteles términos; se trató en el C. 10.
aquí, en el texto 46. De este axioma nos ocupamos extensamente al tratar de la
Cues!. 5. Pero no es "fácil explicar si es fundada la conclusión que saca de
existencia de las cosas creadas, rusp. XXI, seco 11. Por lo que respecta a la mente
de Aristóteles, es claro que él habla de entes actualmente completos y en cuanto aqul Aristóteles: que el individuo no es definible. Lo esencial del argumento,
tales. Pues aduce esta proposición para demostrar que los universales no pueden según se desprende de la interpretación de Santo Tomás y de otros, está en que,
ser sustancias completas y subsistentes por sí, y que de tal manera se encuentran o ambos términos de la definición son comunes, o ambos singulares, o uno de
en las sustancias individuales que componen con ellas un unum pm' se y actual. ellos. Si 10 primero, no será adecuadamente definición de una cosa singular,
En este sentido no hay ya dificultad alguna. sino que de suyo convendrá también a otras cosas. Si 10 segundo, no será una defini-
ción, sino que serán palabras sinónimas respecto del t6rmino singular de la definición
CAP. XIV y no del definido. Pero esta razón no parece probativa respecto del segundo miem-
Los UNIVERSALES NO SON SUSTANCIAS SEPARADAS DE LOS INDIVIDUOS bro, porque la diferencia individual, aunque sea convertible con la cosa singular,
Nada hay en este capítulo digno de especial referencia, pues juzgo superfluo sin embargo no es un sinónimo, por significarla de otra manera y por medio de
en una cosa tan clara examinar cada una de las razones de Aristóteles, no habiendo otro concepto, del mismo modo que la diferencia específica no es sinórnma de la
entre ellas ningún principio especial o verdad metafisica que requiera nueva especie, aunque sea convertible con ella.
exposición; así, pues, consúltense los expositores. Por consiguiente el razonamiento de Aristóteles parece sobre todo conc1u~
yente contra los que afirman que las ideas son cosas subsistentes; y, por 10 tanto,
CAP. XV singulares, y separadas, sin embargo, de cualquier contracción individual, ya que
CONTINÚA EL MISMO TEMA en este caso no son definibles por diferencia individual, y no pueden, en conse-
Toca aquí ocasionahnente Aristóteles algunas proposiciones dignas de aten- cuencia, tener una definición que conste de términos comunes, a base de los
ción, y que pueden dar pie a cuestiones. cuales no puede elaborarse una definición hasta tal punto propia de una idea en
Cuesto 1. La primera: no hay definiciones ni demostración de una cosa cuanto idea, que no pueda aplicarse a otras cosas. Este mismo proceso siguen
singular, porque no tiene materia, respecto de la cual hay dificultad en la propo- otras razones de Aristóteles, no libres de dificultades, aunque juzgo inútil dete-
sición atributiva y causal. Pero este asunto queda suficientemente explicado a nerme en su explicación. En qué sentido puede aquélla tenet también su fuerza res-
propósito del c. 10.
pecto de los verdaderos individuos, incluso materiales, quedó apuntado arriba, c. 10.
Cuesto 2. La segunda: lo que tiene materia puede ser y no ser, y es corrup-
tible. Pero hay que interpretarla según la materia de que se trata, pues aquí se
refiere solamente a las cosas sublunares compuestas de materia y forma. Q. 3. Tertia est non fieri formam, sed eonvertibilis cum re singulari, non est vox
disp. VI, per totam, ubi tractamus quid oecurrit; supervacaneum enim existimo in compositum, et consequenter neque ideam, synonima, quia alío modo et per alium con-
sit aptítudo illa, et quomodo sit in rebus, re tam clara singulas Aristotelis rationes ex- sed rem singularem. De quo partim lib. 1, ceptum illam rem significat, sicut differentia
et ab ipsis distinguatur. pendere, eum in eis nullum sit peculiare C. 2, partim in hoc libro, c. 8, dictum esto specifica non est synonima speciei, !icet cum
Q. 3. Hic etiam tractari potest quo sen- principium aut metaphysicum dogma quod Q. 4. Quarta est definitionem debere ea convertatur.
su vera sít illa vulgaris pro po sitio : Ex duo- nova expositione indigeat; legantur ergo ex- ex pluribus partibus seu nominibus consta- Discursus ergo Aristotelis maxime videtur
bus entibus in actu non tit unum in actu~ positores. re, quae tractata est e. 10.
sed ex duo bus in potentia, actus enim se- condudere contra ponentes ideas esse res
parat; haec enim sunt verba Aristotelis hie, CAPUT XV Q. 5. An vero efficaciter inde Aristote- subsistentes, et consequenter particulares, et
texto 46. Sed de hoe axiomate dicímus late De eadem re les condudat singulare non esse definibile, tamen separatas ah ornni contraetione indi-
tractando de existentia rei creatae, disp. non est faciIe ad explicandum. Summa viduali; sic enim definiri non possunt per
Hic obiter tanguntur ab Aristotele alíquae
XXI, sect. 11. Quod vero ad mentem Aris- enim ratíonis, l1t ex interpretatione D. differentiam individualem, et consequenter
propositiones notandae, et quae in quaes-
totelis attinet, constat eum loqui de entibus tionem adducí possent. Thom. et aliorum colligitur, est quia ve! habere non possunt definitionem constan..
in actu eompletis, et quatenus talia sunt. Quaest. 1. Prima est illa: Rei singularis uterque terminus definitionis est cornmunís, tem ex terminis eonununibus, ex quibus
Eam enim propositionem affert ut demon- non est definitio nec demonstratio, quia ve1 singularis uterque aut alter. Si primum, non potest eonfici definitio ita propria ideae
str:~_!_ }10n posse._ uniy~.rsqHa ess~____ SJ1.bstantias definitio non erit rei singularis adaequate, ut idea est, quin possit allis rebus conve~
n-o-n habet materiam, in qua ipsa propositio
integras et per se subsistentes, et ita inesse sed aliis etiam de se conveniet. Si secun- nire; et ita procedunt aliae rationes Aristo-
de inesse, et causalis, diffieultatem habet.
individuis substantlls. ut eum eis unum per dum, non erit definítio, sed erunt nomina telis, quae non carent suis difficultatibus,
se et actu componant. Et ita nulla superest Sed haee res tacta sufficienter est crrca
C. 10. synonima, quantum ad terminum singllIarem sed inutile censeo in eis explicandis irnmo-
difficultas.
Q. 2. Secunda est: Quod habet mate- definitionis., et non definiti. Haec vero ratio rari. Quomodo ítem illa ratio possit habere
ria:m~ esse et non esse contingit, et corrup- videtur inefficax quoad hoc posterius mem- aliquam vim quoad vera individua, etiam
CAPUT XIV
tibile esto Sed intelligenda est iuxta subiec- brum, nam differentia individualis, etsi sit materialia, supra C. 10, tactum esto
Universalia non esse substantias ab indivi- tam materiam; hic enim solum agit de re-
duis separatas bus sublunaribus ex materia et fOlma com-
In hoc capite níhiJ, notatione rugnum positis.
Indice detallad!) de la metafísica de Aristóteles Libro oct<wo.-Cap. 1 119
118
a priori.• como se explica al principio del lib. II De' Anima, y en el lib. II de los
CAP. XVI Analíticos Segundos, C. 8 y siguientes. Sobre este punto tratamos algo en la
disp. l, seco 4.
CÓMO PUEDEN LAS SUSTANCIAS COMPONERSE DE MUCHOS ELEMENTOS
Cuesto 2. Respecto de la segunda parte de este capítulo suele discutirse si
Poco es 10 que dice Aristóteles del problema que plautea, pues vuelve inme- el todo se distingue de sus partes conjuntaroente tomadas. Lo tratamos en la
diatamente a impugnar las ideas platónicas; y sobre este particular no se ofrece disp. XXXVI, seco última. La solución dada allí está de acuerdo con 10 que aqul
novedad alguna. Pero respecto de 10 primero, pueden plautearse aquí diversas dice Aristóteles, el cual afirma expresamente. que el todo que de alguna manera
cuestiones sobre la pluralidad de las formas, aunque las principales son do •. forma un unum per se se distingue de sus partes, en cuanto les añade algo; pero
La primera es sobre la existencia formal de los elementos en el mixto. Segunda: que no se distingue de ellas, si se las considera juntamente con 10 que se añade.
la existencia de formas parciales de naturaleza distinta en las partes heterogéneas Aristóteles no aclaró nunca en qué consiste esto que se añade; pero nosotros ya
de los animales. Estas cuestiones las expusimos brevemente en la disp. XV, hemos dicho brevemente que es la unión de las partes.
seco 10.

CAP. XVII LIBRO OCTAVO DE LA METAFISlCA


LA ESENCIA ES PRINCIPIO Y CAUSA DE LAS PROPIEDADES LA SUSTANCIA SENSIBLE Y SUS PRINCIPIOS
QUE CONVIENEN A LAS COSAS
Se podría considerar que este libro corresponde al estudio de la física mejor
Acerca de la primera parte de este capítulo pueden tratarse algunas cuestio- que al de la metafísica; sin embargo, aunque los temas tratados sean comunes
nes lógicas, por ejemplo, si hay que suponer necesariamente la existencia y esen- a la investigación física, el método y plau de las disertaciones sobre ellos son
cia de la cosa, o si es posible demostrarlas. Igualmente si se puede plautear el propios de la metaflsic., según expuse con mayor amplitud en la disp. I, intro-
problema de la causa sobre la esencia misma. Estos problemas y otros similares se
ductoria. Esta es la razón de que dediquemos a exponer detenidamente la materia
Iratau en el lib. II de los Analíticos Segundos y carecen de dificultad. Porque la
esencia completa de una cosa nn puede tener causa intrínseca, sino en cuanto se de este libro las disp. XII, XIII, XIV Y XV.
toma la forma o materia por causa del todo, o se toma una parte como causa en
algún modo de la otra; pero el que la e~encia de una cosa sea tal a conste de CAP. I
tales principios, por ejemplo, que, concretamente, la esencia del hombre resulte LA SUSTANCIA SENSIBLE CONSTA DE MATERIA; cUÁL ES SU ESENCIA
de un alma racional y un cuerpo, no puede tener más causa intrínseca que la natu-
raleza de tal forma y de tal materia. En este sentido es exacto que no hay causa de En este capítulo merece especial atención la proposición del texto 3: las sus-
la esencia misma, sino que la propia esencia es causa de los otros predicados que tancias sensibles tienen materia. Y poco antes, en el texto 2, había contado entre
convienen a una cosa. Pero si se habla de la causa extrínseca, final o eficiente, e ¡as sustancias sensibles y naturales el cielo o las partes del cielo, hablando expre-
incluso de la ejemplar, puede a veces darse una causa de la esencia misma, al samente, en el citado texto 3, de la materia sustancial, que inmediatamente define
modO' que una definición quiditativa se demuestra a veces por otra también con estas palabras: entiendO' por materia aquello que, no siendo la quididad en
acto, es la quidid'ad en potencia. De estas cosas surgen varias cuestiones.

cessario de re supponatur an sit et quid aliam etiam a priod, ut in princ. lib. 11 de tans; tamen, licet res de quibus in en trac-
CAPUT XVI tatur eommunes sint physicae considera-
sit; an vera haec possint demonstrari. Item Anim. disseritur, et in lib. 11 Poster., c. 8,
Quomodo possint substant'iae ex pluribus an quaestio propter quid locum habeat eiJ('- et sequentibus. Et de hac re aliquid attigi- tioni, modus et ratio disserendi de bis est
partibus componi mus disp. 1, sect. 4. proprius metaphysicae, ut disp. I prooemiali
ca ipsum quid. Sed haec et similia in lib. JI
Pauca de proposita intentione hie dicit Posteriorum tractantur, et difficultatem non Q. 2. Circa alteram vero partem huius latius exponimus. Dnde praesentis libri ma-
Aristoteles; statim enim revertitur ad im- habent. Nam integra quidditas rei non pot- capitis traetari solet quaestio an totum di- teria late disputatur a nobis disp. XII,
pugnandas ideas Platonis; circa quam par- est habel'e causam intrinsecam, nisi qua te- stinguatur a suis partibus simul sumptis. XIII, XIV et XV.
tem nihil noví oceurrit. Circa priorem vera nus forma vel materia assignantur ut causa Hane tractamus disp. XXXVI, seet. ult. Et
possunt hie quaestiones variae moved de totius, vel una pars assignatur aliquo modo resolutio ibi data est consentanea Aristoteli CAPUT I
pluralitate formarum, sed duae sunt praeci- ut causa alterius; quod tamen essentia rei hie, qui aperte docet totum quod est ali- Substantiam sensibilem materia constare,
puae. Prior est. an elementa sint formaliter talis sit, seu quod ex talibus principiis~ ver- quo modo per se unum, distingui a parti- et quid illa sit
in mixto. Posterior vero est an in partibus bi gratia, anima rationali et corpore~ talis bus tamquam addens aliquid ultra mas, non In hoc eapite praesertim est notanda iIla
heterügends animálium sint paniales for- quidditas hominis consurgat, non potest ha- tamen ab mis sumptis simul cum mo addi- propositio in texto 3: Sensibiles vera sub-
mae diversarum rationum. Quas quaestiones bere aliam causam intrinsecam praeter na- too Quid autem illud additum sit, nunquam stantiae materiam habent. Numeraverat au-
breviter attingimus disp. XV, sect. 10. turam talls formae et talls materiae. Et in satis explicat Aristoteles; nos autem brevi- tero paulo antea, in texto 2, inter sensibiles
hoc sensu verum est non -dari causam ipsius ter diximus illud esse unionem partium. seu naturales substantias coelum seu partes
CAPUT XVII quod quid est, sed ipsum esse causarn alio-- coeli, et aperte loquitur in dieto texto 3 de
rum quae rei conveniunt. At vero loquendo LIBER OCTAVUS METAPHYSlCAE materia substantiall, quarn statim definit di-
Quod quid est esse principium et causam de causa extrinseca finali ve! efficienti, aut DE SUBSTANTIA SENSIBILI ET PRINCIPIIS EIUS
eorum quae reí conveniunt cens: Materiam autem dieo quae cum non
j

etiam exemplari, interdum potest dari cau- Liber hic videri potest ad physicam doc w quod' quid actu sit, patentia est quod quid.
Circa priorem partem huius capitis trac- sa ipsius propter quid, quo modo una defi- trinam potius quam ad metaphysicam spec- Ex. his ergo variae quaestiones oriuntur.
tar1 possunt quaestiones logicae, ut an ne- nitio quidditativa interdum demonstratur per
120 _ _ _ _ _:cln~d::cice detallado de, la metafísica de An'st_6_te_le: Libro octmJo.-Cap~11 Y_~ 121
Cuesto 1. Existencia en las cosas de una materia sustancial que sea verdadera Cuesto 6. Sexto, puede investigarse la quididad de la sustancia compuesta
sustancia. y cómo se relaciona con sus partes, acerca de 10 cual hablaremos en la disp. XXXVI.
Cuesto 2. Si es ente puramente potencial, y sentido en que esto debe en- Cuando Aristóteles dice, en el texto 3, que el compuesto es separable simplemente
tenderse. no se ha de entender que es separable de sus partes, de manera que pueda existir
Cuesto 3. Si se encuentra en todas las cosas corporales, incluso en los cielos. sin ellas, porque esto es manifiestamente contradictorio, sino que se le llama sepa-
Cuesto 4. Si es la misma en todas las cosas o es diversa. Respecto de esto rable en cuantO' puede subsistir por sí mismo, distinto y separado de cualquier otra
hay q~e fijar~e en las ~alabras de Aristóteles al fin del capitulo: no es necesario sustancia; en consecuencia con esto puede explicarse la razón que añade luego:
q~ SI. algo ttene matena lo.cal, lo tenga también generable y corruptible, en que pues de estas sustancias, que son según la esen'CÍa -debe añadirse: de la forma, es
dIe,tamma claramente la eXIstencia de diversas materias en las cosas generables decir, que se constituyen por la forma~, hay algunas separables, esto es, subsis-
e mgenerables: Todas estas cuestiones con otras, que pueden ser interesantes tentes en sí, como las sustancias primeras, y otras, en cambia, no, concretamente
sobre la materIa, se tratan extensamente en la disp. XII. las sustancias segundas. Otros interpretan de una manera distinta estas últimas
. Cuesto 5. Otra cuestión es la separabilidad de la forma sustancial de la ma- palabras, pero no explican el contexto ni el valor de aquella conjunción causal pues .
tena. E?, efecto, Aristóteles dice en el texto 3 que es separable por razón. Pero Cuest. 7. Finalmente, aquí corresponde discutir también si es el compuesto-
la SOIUClOll es que la !orma n:aterial a veces no puede en modo alguno separarse lo único que propiamente se genera, que se trata en la disp. XV, seco 4.
realmente de la materIa, por eJemplo, en los cuerpos incorruptibles; y que a veces
puede separarse, pero de suerte que una vez separada no continúe existiendo, sino CAP. II
que se destruya. En cambio, la forma inmaterial puede separarse realmente de ma- LA FORMA SUSTANCIAL
~era. que se conserve ~eparada, asunto que Aristóteles aquí no parece haber tratado La única cuestión que aquí se presenta es si existe la forma sustancial, cuya
slqmera. Aunque AleJandro de Afrodisia sugiera que Aristóteles opinó esto res- existencia prueba aquí Aristóteles únicamente por comparación con los actos ac-
pecto del alma racional, significando entonces que la forma es la razón separable. cidentales. Pero sobre este tema y otros relativos a esta forma se hizo una larga
ya que a la forma en cuanto tal por su esencia de forma no repugna ser separada: exposición en la disp. XV.
puesto que hay alguna que es separable. En cambio, la materia, por el concepto CAP. III
absoluto de matC;rIa, es msepa~ab1e. Otra interpretación es que la forma es sepa- EL PRINCIPIO FORMAL EN RELACIÓN CON LA DOCTRINA DE PLATÓN y PITÁGORAS
rable 'por la razan, en el sentido de ser cognoscible como entidad distinta de la El capítulo tiene dos partes: Trata en la primera Aristóteles de las formas y
matena, a~que no puede comprenderse ni definirse perfectamente sin relación especies de las cosas en relación con las ideas, en cuya impugnación no deja de
a la matena. Por eso, cuando Aristóteles dice separable por razón no se ha de insistir; en la segunda establece la comparación de las formas con los números.
entender que es. po~ defi~ición, de suerte que pueda definirse sin' materia, sino Cuesto 1. Antes de desarrollar la primera parte aborda esta cuestión: si el
por obra de la llltehge~~~a y por precisión, según se afirmó. Otros explican que nombre compuesto significa la sustancia O' el acto y la forma. Por más que no
es separable p.or, definiclOn de la materia signada e individual; pero, según se explique de qué clase de nombre habla, sin duda se refiere a los términos absolutos
puede ver, Anstoteles no habla aquí de este punto. que significan las especies de sustancia, por ejemplo, hO!f1tbre, caballa, ya que el

. Quaest. 1. An materia substantialis sit Q. 6. Sexto quaeri potest de composita CAPUT II


Struatur. At vero formam irnmaterialem rea- substantia quid sit et quomodo comparetur
ID rebus quae aliqua vera substantia sito liter separari posse, ita ut separata conser- De substantiali forma
Q. 2. An sit ens in pura potentia et ad partes suas, de qua re dicemus disp. Unica quaestio hic oecurrit un detur sub-
vetur; de qua re nihil Aristoteles hic t~-ti­ XXXVI. Quod vera Aristoteles in texto 3
quo sensu id accípiendum sito ' gisse videtur. Quarnvis Alexand. Aphrod. stantialis forma, quam hic Aristotdes probat
Q. 3. An sit in omnibus rebus corpo- ait, compositurn esse separabíle simplíciter,
indicet Aristotelem hoc dixisse propter ani- esse solum ex proportione ad actus acci-
ralibus, etiam in coelis. non est inte.1ligendurn esse separabile a par- dentales. Sed de hac re, et aliis quae ad'
mam rationalem, sensumque esse fonnam
Q. 4. An sit una in omnibus, vel di- tibus, ita ut sine illis esse possit, id enim hanc formam spectant, dictum est latius
versa. Pro quo sunt notanda iIla yerba Aris- e?se ratio-?-em separabilem, quía formae ut dare repugnat; sed separabile dicitur quia
s~c ex rat1~ne formae non repugnat separa- disp. XV.
toteli~ in ~ine capitis: Non enim est neces- potest esse per se subs.istens distinctum et
se, Sl qutd materiam haber: localem hoc n; nam aliqua separabilis esto Materia vero CAPUT Iir
ex absoluta ratione materiae separabilis non separatum a qualibet alia substantia. Et ita
generabilem etiam et corruptibilem habere potest consequenter exponi ratio quam sub- De principio formali per comparationem ad
ybi plan~. sentit in rebus generabilibus et esto Alia vero expositio est quod forma sit
¡ungit his verbis: Earum enim. substan- positiones Platonis et Pythagorae
mgenerablli~ms esse diversas materias. Hae ratione separablEs, id est, cognoscibilis prae-
tiarum, quae seCUffldum rationem, supple, Duas partes continet hoc caput: in priori
vero 9uaestl~:mes omnes cum allis, quae de cise ut entitas distincta a materia, quam~
formae, id est, quae per formam constituun- agit Aristoteles de formis et speciebus re-
n;.atena deslderari possunt, tractantur late quam sine habitudine ad materiam pIane rum per comparatíonem ad ideas, quarum
dis¡>. XII. intelligi ac definiri non possit. Et ideo cum tur, qU'aedam sunt separabiles, id est, in se
subsistentes, ut primae substantiae, quae- impugnationem semper inculcat; in poste-
Q. 5. Alia quaestio est an forma sub- dicit Aristoteles esse ratione separabilem riori comparat fonnas ad numeroso
stantialis sit separabills a materia. Aristote- ?on est. intelligendum, id est, definitione: dam vera non, scilicet, secundae substan- Quaest. 1. Ut priorem partem prosequa-
les enim, texto 3, ait esse ratione separabi- Ita ut sme materia definiri possit, sed in- tiae. Aliter alii exponunt haec posteriora tur, primo movet quaestionem an nomen
lem. Resolutio vero est materialem for- te~gentia ac praecisione, ut dictum esto verba, sed non declarant contextum, nec compositum substantiam significet, an ((C-
~am aliquando nullo modo separari posse Al~ exponunt, quod ~st deflnitione separa- vim illius coniunctionis causalis, enim. tum et fOl'mam. Et quamquam non decla-
1?- .r~ a mat~r¡a, ut in corporibus incorrup- bilis a materia signata et individua' sed Q. 7. Ultimo, habet etiam mc locum ret de quo nomine loquatur, sine dubio
ubIllbus; a),iquando vero separad posse, ita Aristoteles de hac re hic non loquidu-, ut quaestio an solum compositum per se ge- tamen agit de nominibus absolutis signifi-
tamen ut separata non maneat, sed de- constato neretur, quae tractatur disp. XV, sect. 4. cantibus substantianun species, ut homo~.
122 Indice detallado de' 111 metafísica de Aristóteles· 123
Libro octooo.-Caps. JI Y III
1l1{)tivo de la cuestión es, apoyado en la significación del término, concluir que los I . el nombre que . expresa la sustancia sensible no puede signi-
significados de estos nombres no son cosas distintas de la materia. No parece dar Y que, por o m1smo,
I f separada de la matena. .1 'd'
a la cuestión una respuesta clara y distinta; por eso Alejandro de Afrodisia dice -tica~ a to~a Esta interpretación provoca otras dos cuestiones, a sa~er, SI ~ qUl 1-
que Aristóteles no respondió a esta cuestión, porque su solución era clara, a saber, ues.. . 'bl es la forma sola o también la matena, o S1 consta
que estos términos significan la forma; pero se equivoca, según se verá. Otros dad en la sustanCIa ::::~ :e Aristóteles opinaba en las palabr~s anteriores que
piensan que la respuesta de Aristóteles está en aquellas palabras: animal cierta_ de ambas. Porqne p. q b' el compuesto es el sUJeto.
mente estará en ambos, no en cuanto expresado por una razón, sino en cuanto uno. sólo la forma es es~ncIa, y que, en cam c'uO'estión de la identidad de la esencia y el
De esto deduce Alejandro de Hales que la solución es que el término significa a
e t 3 AqUl .soma a su vez la . l Amb
. ues 'las' formas se aradas y de su distinción en las realidades sensIb es. as
ambos, al compuesto y a la forma, pero no unívocamente, sino primariamente a uno ~:;s:~o ;~ece defenderfas Ari:tóteles en las palabra~
citadas. ~a~ ~~~:oq~~t:~
y al otro por orden a aquél. Pero tampoco esto puede admitirse, porque ni el nom- 1 b ras cuestiones se deslizan muchos eqmvocos en e a ,
bre del todo, hablando con rigor, siguifica la forma sin la materia, como es evidente, estas pa¡ a d y 1 I s s y en la misma manera como Aristóteles las expone, segun
que se es a en as c a e , so eo
ni hay en estos nombres verdadera analogía. Por eso dice Escoto que Aristóteles
se ,apun~~ ~:~~r!aq~:d:~~ie~J:~ ~a~:n:~~n~:íd~~~s~:~e:s~e l~a~¿r=:~~ls~o~o, po;
más que por propio criterio resuelve la cuestión dentro de la ideología platónica.
Santo Tomás, a su vez, afirma que Aristóteles no da con estas palabras res- ~un, r 1 humanidad. Pero Aristóteles casi nunca se refiere ex~r~samente a la
eJemp o'el ~odo aun ue pueda ser comprendida bajo el término qUldld~d. Por con-
puesta alguna a la cuestión, a no ser indirecta e implícita, ya que las trae a colación
más bien como un inconveniente derivado de la doctrina platónica, que afirmaba f~r~:n~e Aris;ótele~ además de la forma de parte, que es el actO' propIO de la ma=
Slg~- , 1 J'b VII Y en este lib. VIII entiende por formas frecuentemente las pl~tó
que la idea separada de hombre era hombre per se, y los individuos, en cambio, por
t~na, en : ~de acuerdo con la interpretación que Aristóteles d~ a ~al sente~~ta­
participación de ella. Sucede por ello que si hombre significa ambas cosas, la forma
ll1,:sdeq~dmitirse como separadas y distintas, no sólo de la matena, SIDO ,tambIen de
sin la materia, que es la idea, y el compuesto, tiene que significarlos analógicamente, ha formas~ sin ulares que actúan la materia. Por afirmar, empero, ~la~?n ~ue esas
lo cual es absurdo. ¿A quién se le ocnrre decir que Pedro es hombre analógica- }a~mas eran la~ esencias de los singulares mismos, pa:ece que C?nVlrtlo a. ~stas. ,en
~::::~:~:s ~ :~;a:~:o!'~~~~i:;,~~~~s'd:~:;:fia~~üv~~u~ll~: e~l~~;ef~~~~~::!
mente? Por eso, la conclusión implícita de Aristóteles es que todo esto significa
el todo mismo y no la forma sola. Y esto parece que tiene que ser 10 que
añade de manera casi ininteligible Aristóteles, a saber, que la solución de Pla- ctuar la materia y constituir el individuo. Por eso, en es~a
sentenCIa oe 1S
tón, o sea, que los términos signifiquen sólo las formas, puede ser útil en otros :e expresa también como si en la sustancia sensible. no hubIese for~a algu~ fue:
casos, por ejemplO' en las sustancias que abstraen de materia; pero que no importa .d ' or esto mismo cambia con frecuencIa de la una a a otra. e aq
nada en las sustancias sensibles, porque sustancia sensible no significa sólo la d: ~~r~v~a;a~b1én que con el nombre quididad, o aquello e~
lo que cada cosa con-
esencia formal, a no ser que se diga que hombre es un alma, lo cual es absurdo; ~iste, no siguifica siempre la esencia completa de una cosa, s~; ~olame~:}a l~o::~
d t'l1dose a Platón en este modo de hablar, aunque en rea a no a a .
equus; nam quaesrlonem hanc movet ut D. Thomas autem ait Aristotelem in illis
:n:;s~no más bien para llegar a la conclusión de que la esencia de las cosas mater.Iales
ex nominis signifícatione eolligat significata v-erbis non respondere quaestioni, nisí forte prehendi sub nomine quid?itatis. Aristoteles
horum nominum non esse res aliquas a ma- ficans substantiam sensibilem non potest
índirecte et implicite. Nam potius illud in~ significare formam separatam .a matena: ergo praeter formam partIs, quae ~st p:~­
teria separatas. Non videtur autem quaes- fert tamquam ineonveniens, quod sequitur
Quaest. 2. Ex hac vero IDterpr~t~tlone prius actus qmteriae, per formas, IDte~glt
tioni cIare ac distincte respondere. Dnde frequenter in VII, et in hoc VI~I libro, ll~s
ex sententia Platonis, qui ponebat ideam orümtur aliae duae q~a~~tiones, nlIn1~}
Alex. Aphrod. ah Aristótelem non respon- hominis separatam esse per se hominem; platonicas quae (iuxta sensum ID quo Aris-
disse ad quaestionem hane, quia erat clara an in substantia senslblli sol~ forma Slt
individua yero participatione illius. Rine toteles illam sententiam traetat) ponendae
eius resolutio, scilicet haee nomina signifi- quidditas eius, vel etiam matena, seu co~­ erant separatae et distinctae, n0J?- solID? a
ergo fit, si horno significat utrumque, et stans ex utroque. Nam videtur Aristoteles m
care formam. Sed fallitur ut patebit. Alii materia, sed etiam a f~rmls smgu1anbus
formam sine materia, quae est idea, et com~
putant Aristotelem quaestioni respondere in
positum, analogice significare illa, quod est praedictis verbis sentire solaro formam es~e actuantibus materiam. Qm~ v~ro Pla!o asse-
illis verbis: Erit autem utique in utrisque quod quid est; compositum vero esse ld rebat illas formas esse qmddttates lpsor.um
animal~ non ut una mtione dictum, sed ul absurdum. Quis enim dicat Petrum esse
analogice hominem? ita ergo tacite conclu~ cuius est. . . singularium, videtur illas easdem posUls~e
unum. Ex quibus Alex. Alensis coIligit re- Q. 3. Dnde rursus pullulat alia quaesno, secundum se abstractas et separatas, p~r~­
solutionem esse nomen significare utrum- dit Aristoteles haec omnia significare ip-
sum totum 1, et non solam formam. Et hoc an in. fOnn1s separatis quod. quid ~st, ,non cipatione autero quadarr; in~rinseeas lpSlS
que, scilicet compositum et formam, non sit aliud ab eo cuius est, ID sensIbllibus indlviduis et exercentes m elS mun~s for-
tamen univoca ratione, sed unum per prius, videtur esse quod obscurissime Aristoteles
autem rebus haec distinguantu:. l!m:-mque mae, actuando matcrlam, et co~stltue-?do
a-liud vero in ordine ad aliud. Tamen hoc subdit, scilicet ilIarn resolutionem Platonis, vero videtur Aristoteles docere m cltatlS ~er­ individuuro; et ideo, Aristot~l~s Ita euat;n
etiam verum esse non potest_, co quod ne- nimirum nomina haee significare solas for- bis. Existimo autem esse magnam a~q~lvo­ loquitur in ea sententla ac SI m su~stantlll
que nomen totius, proprie Joquendo, signi- mas, ad aliquid fortasse aliud esse utilem, cationem in his verbis et quaestlorubus sensibili non sit alía forma pra~ter ldeaIl'l;;
ficat formam absque materia, ut per se pa- puta in substantiis abstrahentibus a mate- prout nunc tractantur i~ scholi~, ~t prout ;ideoque saepe ab una ad aham tra~sl­
tet, neque in his nominibus sit vera aliqua ria, in sensibilibus yero nihil eonferre, quia tum fach. Bine etiaro est ut nomIDe
Aristoteles eas ponit, ut In supenonbus tae-
analogia. Et ideo Scotus ait Aristotelem substantia sensibilis non dicit solum quod quidditatis, seu quo~ quid erat esse, saepe
tum est, et ex hoc loco fiet :n;anifestwn.
solum respondere quacstioni platonice, et quid erat esse, nisi horno anima dicatur, non totam reí essentlarn, sed solam formam
non ex propria sententia. Forma ergo nune eommunl usu aut pro
quod est absurdum, et ideo nomen signi- forma partis sumitur, aut pro f?rtna to~us, significet, conveníens in I:oc mO,d~ loquen-
quae est verbi gratia, humanItas. Ansto- di curo Platone, non ut m re 1111 eonsen-
Hemos sustituido el tantum de la edición de Vives, por totum, estimando que con
teles ver~ de forma totius. fere n~quam tiat, sed petius ut conc~u~at ~on posse
1
este término resulta más inteligible la frase (N. de los EE.). quod quid est rerum matenaJ,ium J,D. sola for-
facit mentionem expressam, lieet poSSlt eoro-
124 lndice detallado de la metafísica de Aristóteles 125
no puede consistir en la sola forma. Esta es más o mellOS su manera de expresión-· y en el mismo sentido -para responder también a la tercera cuestión-
en el caso presente. dice que en la forma misma la esencia no se dis.tin~ue del sujeto, por~ue toda
Por esO' en la primera cuestión su pensamiento es que en las cosas sensibles- forma es tal por si misma y no tiene forma constitutiva de sll: ~er especl~c~; en
estos términos significan la sustancia compuesta de materia y forma. Para expli_ cambio, en la cosa material, el constitutivo. formal de la qmdIdad se dlS~lllgue
carlo mejor podemos distinguir el significadO' adecuadO' del términO' y el formal del sujeto que posee la form~J pues el sUJeto es ;1 t~d~ compuesto, ml~tras
O' cuasi formal. Por ejemplo, en la palabra hombre, el significadO' adecuado es el -que la forma es una parte de el. Por eso no comparo Anstoteles en este pasaJe la
hombre completo, y el fO'rmal la humanidad; y en un sentido más formal podría ser naturaleza compuesta con el supuesto.') que es la man.era corriente d~ tratar ahora
el alma humana. Estos términos, pues, significan adecuadamente las sustancias com- esta cuestión, según explicamos ampliam~nt~ ~n la dlSp. XXXIV. Tampo.co com~
puestas, según se evidencia por sí mismo, ya que el nombre debe significar 10 que paró aqui la naturaleza específica con los mdivl~uoS, porque suele ser ~tra mterpre~
l~ definición expresa, según se dejó claro antes en el lib. IV, textO' 28; Y las defini- tación del problema, según 10 expuesto en la dlSp. V, seco 1, y en la dlSp. VI, secs.
CIOnes de estas cosas no incluyen sólo las formas, sino el compuesto de materia y 1 y 2. P.or eso tampocO' hizo en e~te ~ugar dist~nci.ó~ alguna entre la, materia
fO'rma, según se desprende de lO' dichO' en el lib. VII, texto 18 y siguientes: tal es concebida universalmente y la matena SIgnada o mdlVldual, ya que Platon ----de
pues, el significado de estos términos. LO' mismo se desprende del modO' ordinari~ acuerdo con lo que él le atribuye- separaba las ideas y las esencias de las cosas
de pensar, pues no hay nadie que por el nombre hombre entienda sólO' el alma ni sensibles no sólo de la materia signada, sino de toda materia en absoluto. Final~
hay nadie que diga que el alma es el hO'mbre; por consiguiente, hombre ade;ua- mente Aristóteles no determina si estos términos significan únicamente el com-
damente significa el compuesto mismo. Es más, formalmente significa el com- , . d
puesto sustancial tomado en común, o también individualmente, materIa e que nos
puesto ~~ materia y forma, es decir, la naturaleza íntegra del hombre que no es la ocupamos al tratar de los universales (disp. VI, seco 5).
forma fIsl~a solame~te, aunque se le llam-e forma metafisica, o la del todo, que es' Cuesto 4. Pueden surgir también otras cuestiones a propósito de la misma
la humamdad. PropIamente al alma no la significa de ningunO' de los dos modos parte, ya apuntadas por Aristóteles; por ejemplo, si sólo los individuos se generan
si?o que !a incluye en su significado al igual que incluye la materia, aunque e; propiamente, según opina aquí Aristóteles, o también las especies.
dlVerso genero, puesto que al alma la incluye comO' forma constitutiva de la quidi- Cuesto 5. Además, si el todO' incluye, aparte de la materia y la forma, algo
dad de la cosa, y a la materia como incoativa de la misma. más, según pretende aqui claramente el Filósofo.
. D,e esto se deduce la solución de la segunda cuestión y la interpretación de Cuesto 6. Finalmente, si son definibles las cosas simples o sólo las compuestas,
Anst~t,;les respectO' d~ ella en este pasaje. NO' hay la menor duda y es sentencia como indica aqui Aristóteles; y ha de entenderse, bien de una cosa compuesta
del FIlosofo, que no solO' la forma es de esencia de la sustancia sensible sino tam- realmente, bien racionalmente de género y difer~ncia. Sobre esta materia y las otras
bién la materia, seg~n exponemos' ampliamente en la disp. XXXVI, ~ec. 1. Sin cuestiones se habló bastante en los temas anteriores.
embargo, la forma tIene derecho preferente a llamarse la esencia de cada cosa Cuest. 7. A propósitO' de la segunda parte del capítulo suele discutirse si el
por conferir la última especie y determinación. y en este sentido dice aquí Aristó~ número es uno per se.
teles que l~ su.standa sensible no sólo incluye 10 que cada cosa es, es decir, la Cuesto 8. Igualmente si la forma del númerO' es la última unidad. Ambas
fo~a constItutIva de lo que cada cosa es, sino también la materia, como bien dice cuestiones se tratan ampliamente en la disp. XLI sobre la cantidad discreta.
Alejandro de Hales.
roa consistere. Atque hoc fere modo loqui- ctiam de formali significat compositum ex
tur in praesenti. Atque eodem sensu (ut tertiae quaestioni ficent compositum substantiale in conunu-
materia et forma, scilicet, integram homi- respondeamu,s) ait ~n forma ipsa non di- ni tantmn, ve! etiam in individuo, de qua
Unde in prima quaestione mens eius est nis naturam, quae non est sola forma phy-
haec nomina significare in rebus sensibili- stingui quod quid est ab eo euius est, quia re diximus etiam tractando de universali-
sica, licet dicatur forma metaphysica, seu omnis forma se ipsa talis est, nec habet bus, disp. VI, sect. 5.
bus substantiam compositam ex materia et totius, quae est humanltas. Animam vero
fonna. Quod ut plenius explicetur, distin- fonnam constituentem esse specificum il- Q. 4. Aliae praeterea qllaestiones occur-
neutro modo proprie significat, sed eam lillS; in re autem materiali id quod for-
guere possumus adaequatum significatum rere possunt crrca eamdem partem, quas
ineludit in suo significato, sicut etiam in- maliter constituit quidditatem, distinguitur
nominis, et formale seu quasi fonnale. Ut eludit materiam, licet in diverso genere; Aristoteles attigit, ut an individua tantum
in hac voce homo~ adaequatum significa- ab habente ipsam forma'm; nam habens est per se generentur, ut Aristoteles hic sentit,
nam animaro ineludit lit formam consti- totum compositLuTII, fonna vero est pars
tum est totus horno, formale vero hurna- tuentem quidditatem rei, materiam vero ut vel etiam species.
nitas; formalius autem videri posset anima lnchoantem ¡l1am. eius. U nde Aristoteles hoe loco non com- Q. 5. Item an totum praeter materiam
rationalis. Haec igitur nomina adaequate sig- paravit naturam integram ad suppositum, et formam aliquid aliud ineludat, ut plane
Ex quibus colligitur resolutio secundae
nificant compositas substantias, ut per se quaestionis et interpretatio Aristotelis in quo sensu solet illa quaestio nune tractari, hic Philosophus intendit.
est evidens, nam illud significat nomen, hoc loco circa illam. Simpliciter enim ve- ut late disserimus disp. XXXIV. Nec etiam Q. 6. Ac denique, an res simplices de-
quod p~r definitionem explicatur, ut patet rum est, et de sententia Philosophi, non comparavit me naturam specificam ad indi- finibiles sint, vel tantum compositae, ut
supra, lib ... IV, texto 28; definitiones. autem solam formam, sed etiam materiam esse de vidua, quia solet esse alius sensus illius hic Aristoteles significat; intc11igendumque
harurn rerum non inc1udunt solas fonnas quidditate substantiae sensibilis, lit tracta- quaestionis, ut tractamus disp. V, sect. 1, est de re composita, vel reipsa, vel ratione
sed compositum ex materia et forma, u~ mus late disp. XXXVI, sect. 1. Nihilomi- et disp. VI, sect. 1 et 2. Unde nihil etiam ex genere et differentia. De qua re et de
constat ex dictis lib. VII, texto 18 et se- nus forma speciali ratione dicitur quod quid hoc loco distinxit Philosophus inter mate- caeteris quaestionibus satis in superioribus
quentibus; illud ergo significant nomina. E~t rej cuiuscumque, quia dat ultimam spe- riam corrununiter sumptam et materiam tactum esto
Idemque satis constat ex modo concipiendi Clem et constitutionem. Et in hoc sensu signatam seu individuam, quia Plato (ut ipse Q. 7. Orca alteram capitis partem quae-
ollUÚum; nemo enim per nomen horno so- dicit Aristoteles hie substantiam scnsibilem ei tribuit) non solum a materia signata, sed ri etiam solet an numerus sit per se unus.
lam ammam concipit, nec animam esse ho- non so~urn includere quod quid est, id est, absolute a materia separabat ideas et essen- Q. 8. Item an ultima umtas sit fonna
minem quispiam dixerit; significat ergo fonnam constituentem quod quid est, sed tías rerum sensibilium. Ac denique non numeri, quae duae quaestiones in disp.
horno adaequate compositum ipsum. Quin etiam materiam, lit recte Alensis. declarat Aristoteles - an haec nomina signi- XLI, de quantitate discreta, late ttactantur.
126 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles 127
Libro octavO'.-Cap. V
Cuesto 9. Puede todavía discutirse si son las esencias de las cosas como los Cuest 1. Si es única la materia prima de tO'das las cosas generables.
números. En efecto, este axioma suele tomarse de este lugar; perO' para penetrar Cuest: 2. Segundo, si es distinta la materia próxima y cómo hay que, entender
su verdaderO' sentido, conviene tener en cuenta que la partícula comO' no significa esto respecto de la materia próxima e igualmente de la remota, y de que clase de
una- semejanza completa, ni siquiera verdadera, sino sólo proporción. Consiste distinción se trata en es~e punto. . .
ésta en que, de la misma manera que los números se componen de muchas unida... Esto se trató en la d1Sp. XIII en las prImeras seCClOnes.
des, igualmente las esencias de las cosas materiales ---.ya que de ellas se trata aquí,. Cuest. 3. Además, si son cuatro las causas de las cO'sas naturales; ampliamente
aunque esta característica sea común a todas las cosas creadas- se componen de en la disp. XII. . . ,
varios predicados esenciales, por más que el modo sea diferente, pues las unidades Cuest. 4 y 5. Si las causas final y efiCIente V1enen a ser 10 m1smo; en la
son realmente distintas y sólo racionalmente los predicados. También, de la misma disp. XXVII. Además, la existencia d~ materia en las sus.ta~cias naturales inco-
suerte que las unidades en cualquier número son finitas, 10 mismo pasa con les
rruptibles y sus características; en la dlsp. XIII, seco 9 y SIgUIente:. .
predicados esenciales, como se apuntó antes a propósito del lib. II. Acontece por
Cuesto 6. Finalmente, puede tratarse aquí de la causa matenal de los accI-
ello que, como. la división de un número no puede alargarse al infinitO', tampO'cO'
la resolución de la especie en predicados quiditativos, sino que se detiene final- dentes, ya que la toca Aristóteles al fin del capítulo; nosotros le dedicamos la
mente en algunos primeros y simples. Además, como la wJdad última determina la di'p. XIV. Ni se ofrece nada más que merezca atención.
esencia de un número concrete, 10 mismo hace la última diferencia con la esencia_
específica; por lO' cual, igual que un númerO' varía pO'r la adición de una unidad CAP. V
10 mismo cambia la especie por adición de una diferencia. Estas cosas son la caus~ FUNCIÓN DEL PRINCIPIO MATERIAL EN LAS TRANSFORMACIONES
principal de que se diga que la esencia de cada cosa es como el número, y que
cousiste hasta cierto punto en algo indivisible, igual que consiste aquél. Cuesto 1. Se ba hecbo célebre en este capítulo aquella sentencia del Filósofo:
Cues!. 10. En todo esto está latente una segunda cuestión, la posibilidad de las cosas que existen sin transformación o no (pueden tenerla), no tienen materia;
que algunas fO'rmas sean susceptibles de más y menos, y si en esos casos la especie con ocasión de ella suele tratarse aqui la cuestión -de la materia del cielo, pO'rque
cambia, aumenta o disminuye, o sólo la forma individual, y si estO' se da única- suele decirse en función de esta proposición que según la sentencia del Filósofo, los
mente en lO's accidentes o tiene lugar también en las formas sustanciales. Este tema cielos no tienen materia, pO'rque no pueden sufrir transmutaciones. Pero? en pri~er
de la intensidad de las formas lo tratamos ampliamente en la disp. XLVI sobre lugar, la frase de Aristóteles no tiene nada que ver con es:o,. porque; hab!end? ~lC~O
el predicamento de la cualidad.
al principio de este capítulo que algunas cosas podían eXIstIr o .deJar de eXIstIr sm
que interviniese la generación y corrupción, en las palabras cltad~s .no se ~efiere
CAP. IV a las cosas incorruptibles, por no ser ellas de las que pueden eXIstIr o dejar de
EL PRINCIPIO MATERIAL DE LAS SUSTANCIAS existir sino que existen necesariamente; habla, pues, aquí de las cosas que pueden
existir' () dejar de existir sin generación y corrupción, la cual, concretamente,
Apenas ,enseña Aristóteles nada nuevo en este capítulo. Por eso aquí podrían
tratarse caSI todas las cuestiO'nes de la materia e incluso las referentes a las causas. se erdena esencial y primariamente a ellas, cO'mo es el ~aso de .1as formas. I?e
éstas, pues, afirma en la propO'sición citada que no lienen runguna matena,
Q. 9. Rursus potest disputad an essen- numerus, ita et addita differentia mutatur
tiae rerum sint sicut numeri; noe enim species. Et quoad hoc maxime dicitllr lltlÍus-
axioma ex hoc loco sumi solet; et ad ve-. Quaest. 1. An materia prima omnium re- CAPUT V
cuiusque rei essentia esse sieut numerus, et
rum illius sensum pereipiendum, oportet consistere quodammodo in indivisibili, sieut rum generabilium una sit. Quomodo materiale principium ad transmu-
prae oculis habere illam particulam sicut ille consistit. Q. 2. Secundo, an materia proxima sit tationes deserviat
non dicere adaequatam, irnmo nec veram Q. 10. Hine vero suboriebatur altera diversa, et quomodo id debeat intelligi de Quaest. 1. In hoc capite celebris esse so-
similitudinem, sed proportionem. Quae in quaestio, quomodo formae aliquae possint materia proxima, et quomodo de remota, et let illa sententia Philosophi: Quaecumque
hoc consistit, quod sicut numeri ex pluribus suscipere magis vel minus, et an tunc ipsa absque eo quod .transmutentur. sunt, ~ut
unitatibus, ita essentiae rerum materialium qualis haee distinctio sito
species mutetur, augeatur vel minuatur, vel non horum materia non est; CUlUS occaSlO-
(de his enim hic agitur, quamvis eadem Rae traetatae sunt in d~sp. XIII, in prio-
sola fonna individua, et an hoc habeat 10- ne ¿'actari ruc solet quaestio de materia coe-
ratio sit de omnibus creatis) componuntur cum in accidentibus tantum, vel etiam in ribu8 sectionibus. li, quia ex illa propositio~e dici sol~t coelos,
ex pluribus praedicatis quidditativis, !icet formis substantiaUbus. Sed hane materiam Q. 3. Rursus, an rerUm naturalium qua- iuxta Philosophi sententmm,. matenam r:-0n
diverso modo; unitates enim sunt realiter de intensíone fonnarum tractamus late in tuor sint causae, in disp. XII, late. habere eo quod transmutan non possmt.
Sed i~primis Aristotelis sen~en~a ali~na. e~t
pIures, praedicata vero solum ratione. Item disp. XLVI, circa praedicamentum quali-
sicut _ unitates in quolibet numero finitae Q. 4 et 5. An finis et efficiens in eam-
ratis. dero coincidant, in disp. XXVII. Praeterea, ab hoc proposito. Curo erum m pnnclplo
sunt, ita et quidditativa praedicata, ut su- huius eapitis dixisset quaedam esse et non
pra circa lib. 11 tactum esto Quo etiam fit an in substantiis naturalibus incorruptibi-
libus sit materia, et qualis; in disp. XIII, esse absque generatione et corrupti.one, non
ut, sicut divisio numeri non procedit in CAPUT IV loquitur in dietis verbis de rebus ~~orrup­
infinitum, ita nec resolutio speciei in prae- sect. 9 et sequentibus. tibjJibus; illae enim non sunt ex liS qu~e
dicata quidditativa, sed tandem sistit in ali- De principio materiali substantiarum Q. 6. Ac tandem tractari hie potest de possunt esse et n0.r; esse, .~ed necessarIO-
quibus simplicibus et primis. Rursus sicut In hoc capitc nihil fere no-vum Aristote- materiali causa accidentium, quod Aristotc- sunt: hic ergo 10qUltur de l1S rehus q~ae
ultima unitas detenmnat rationem talis nu- les docet. Dnde fere omnes quaestiones de les in fine capitis attigit, et de ea re disp. possunt esse et non esse absque generatlo-
meri, ita et ultima differentia rationem ilpe- materia, irnmo et causis hic traetari pos- ne et eorruptione, scilicet, quae ad illa.s per
cificam. Quare sicut addita unitate mutatur XIV confecimus. Neque aliqw,d aliud nota-
sent. se primo sit, cuiusmodi sunt formae lpsae.
tione dignum occurrit.
129
128
Libro
- - -noveno.-Cap.
- - - - - 1- - -- . __.
____._-'I..n=dice detallado de la metafísica de' Aristóteles
CAP. VI
sino que .son actos d:
la materia, y que, en cambio, los co~ uest~---­ POR QUÉ DEL GÉNERO Y DIFE.RENCIA, DE LA MATERIA Y FORMA, RESULTA
de ~atet1a, ~on propIamente mudables por generación cor;u ciór: que c~ns~
cons~derada Independientemente la proposición, se apli%ase ta!bién' Atema~'l SI,
UN UNO "PER SE"

habna de entenderse según 10 antes explicado a sab a os ele os, Cuesto 1. Aristóteles emplea todo este capitulo en la explicación de esta
mat~ia sujeta á cambio, pero sí proporcionada: como e:~t~~:ee~x~~~;ó cosas no hay cuestión que había tocado ya antes en el lib. VII, c. 12, en que nosotros apunta-
mos algunos aspectos, completados en las disp. sobre la materia y forma, prin-
uest. 2. Hacia el fin del capítulo se planteo A' '1 I . .,
~~: retor~~ de la privación al hábito. Puede enten;;ers~l~~:er~:or~oc~es~~!,~eh ~i
cipalmente en la disp. XV, seco 1. En su disensión Aristóteles no enseña nada
nuevo digno de mención. Sólo hay que observar que, al excluir en el fin del
1 o nut.nf.;ncamente o a la misma fo ' . a-
resurrecc~:: ~:e::c~~~n~e~sia:t~ ~~~~~ti:o rarea
-capítulo todo medio para que materia y forma cC11stituyan un uno, no excluye
tam?ién al. problem'a de la el modo de unión; en efecto, esto es imposible, como demostramos en la misma
aqm se trata~ lo hemos expuesto extensamente en el tomo JI de la III' pa~teO q~e disp. XV, seco 6; sólo excluye una entidad distinta a la que se deba la nnidad,
~ocamos o::as~onalmente con frecuencia en esta obra, principalmente en la di; y o
ec'i Ybs.l~U1entes,
en que nos ocupamos del principio de individuación
am len puede entenderse como retor 1 . ~ .
p. V,
dejando asi aclarado el problema.
Cuesto 2. Obsérvese también cómo dice aqui Aristóteles, que las cosas sim-
ples y que abstraen de materia tienen unidad en si mismas y constituyen un ser
sentido no hay duda que plled d lno a a IDlsma -arma específica, y en este uno, corroborando en absoluto la exposición que hicimos antes en el C. 3.
de modo inmediato porqu 1 e . arse e regreso, ~unq~e no en todas las cosas Cuesto 3. La doctrina de este capitulo sirve también de confirmación para
ni el cadáver en artimal a e e vm:gr.e no se co~vlerte mmediatamente en vmo, corroborar 10' que enseñamos sobre el modo de determinación del ente a los
L ' unque e aIre se conVIerte en agua y el a .
a razón que insinúa Aristóteles y explica con más claridad SantO' gu~ en rure. géneros universalísimos, disp. nI, seco 6.
hay algunas formas que están en relación idéntica e . d' I Toma~, es ~ue
tras que otras exig d' rnme lata con a matena, illlen-
vamente en la mat:~iaunes ~ter~.mado orden, de suerte que sean inducidas sucesi- LIBRO NOVENO DE LA METAFISICA
qua. En efecto la for~a de e~lr, que una co~a se genera de otra como término a DIVISIÓN DEL ENTE EN POTENCIA Y ACTO
cida si no ha' precedido lav;oagre °dde :adaver TI? puede ser naturalmente indu- Es cklebre la división del ser en ente actual y ente potencial, o en potencia
d . . rma e V1ll0 o arumal y desp' d .
esapanclón; en estos casos no cabe alt 1 d' ues e su preVIa y actO', base de la solución aristotélica de muchos problemas, por ej emplo, la
suerte que se haga vino del vina re erardel or en natural de generación, de preexistencia de 10 que se produce; dice, efectivamente, que preexiste en potencia',
revés. Por esO' es necesario en es!s 'c~~:o e a sangr~ se hace semen y no al pero no en acto; y poco ha, al fin del libro anterior, apoyado en la misma división,
tir,se en elemento, o en otras formas distin que la materm vuelva antes a conver- habia resuelto la cuestión de la unidad de la snstancia compnesta. Por este mo-
contrarse dispuesta para una forma :s, a fin ~e que de nuevo pueda en- tivo, el Filósofo, después de haber tratado de la sustancia en este libro, expone
espec camente 19ual a la que ha perdido. la división acabada de citar. Para la adecnada comprensión del libro, hay qne
tener en cuenta que ~na cosa es dividir el ente en ser en potencia o en acto y
~~ h.is ergo ~icit in dicta propositione non otra distinta dividir el ente en ser que es potencia o que es acto, pues en la pri-
dubiu~, quin possit esse regressus, non ta-
a ele materlam, sed esse actus materiae
Ipsa autem composita, quae materia con' men ~ ~mnibu~ immediate; non enim ex Q. 3. Ex doctrina etiam huius capitis
acc: to Ílt ~mmedJ.ate vinum, nec ex cadavere CAPUT VI
sta~t, esse proprie transmutabilia per gene- confirmari potest quod de modo determina-
ratlOne~ et corruptionem. Deinde, si ¡fu ammal, ¡icet ex aere, et fiat aqua et ex
aqua aer. Et ratio quam Aristotel~s insi-
Cur ex genere et differentia, materia et for-
nur, fiat per se unum
tionis entis ad universallssima genera tra-
proposltlO ~ude sumpta de coelis etiam dimu& disp. JII, sect. 6.
s?meretu.~; 1Dt~lligendum esset iuxta supe- nu?t, e! D. Thomas melius declarat, est, Quaest. 1. Totum hoc caput consumit
no:a, sCl.:J.c.et, ro mis rebus non esse ma- q~lla ah~uae S~t formae quas aequali or- Aristoteles in exp)lcanda hac quaestione, LIBER NONUS METAPHYSICAE
terla!U sublectam transmutationi, sed ro- rune et 11l1Itlediate respicit materia, aliae ve- quam supra etiam tetigit, lib. VII, C. 12, ubi
portlOnatam~ ut supra dictum esto p ro quae certum ordinem requirunt, ut ita aliqua adnotavimus et plura in disp. de
DE DIVISIONE ENTIS IN POTENTIAM ET ACTUM

9· 2. Cuca finem huius capitis attingit una post ali~ in materia introducantur, materia et forma, praesertim disp. XV, Celebris est divisio entis in ens actu, et
ens tu potentia, seu in potentiam et actum,
A~lsto,teles quaestlonem, an sit regressus ex seu ut una res ex aUa, ut ex termino a sect. 1. Neque in eius ruscussione aliquid
prlvattone ad habitum. Quae potest intelligi aliud Aristoteles docet notatu dignuro. So- ex qua solet Aristoteles varias quaestiones
quo, ,generetur: F~rma enim aceti, ve! ca.. dissolvere, ut an quod tit} antea existeret;
aut de regressu ad eumdem numero habi- luro observatur, curo Aristoteles in fine ca-
davens naturaJ,i.t~ mtroduci non potest, rusí ait enim praeexistere in potentia, et non in
t:un, ~eu, ad eamdem numero formam, et piti,s videtur excludere omne mediuro, ut
post f?rmam V1D1 vel animaIis, et ad reces- actu; et proxiroe in fine superioris Hbri ex
s~___ ~~,glt ___ '?~teriam de res~r_ecti{llle quae ex materia et fonna fiat untun, non exclu-
a oc. loco . satis est aliena; tract~vimus s.um ClUS, et hie non potest mutari natum- dere modum unionis; id eniro impossibile eadero partitione definierat quaestionem de
~utem Illam ID II tomo tertiae partis et lis ord? generationis, ut ex aceto fiat vi- est, ut ostendimus eadero disp. XV, sect. 6; unitate substantiae compositae. Ob hanc er-
ro hoc opere. saepius illam obiter a~gi­ num, SICUt ex sanguine fit semen, non vero sed excludere aliam entitatem distinctam, a go causam, postquam Philosophus de sub-
~us, pra:serum rusp. V, sect. 3 et sequen~ e c01:verso: et ideo in his necesse est ut 'qua sit iila Ulutas, et sic est res clara. stantia tractavit in hoc libro, praedictam di-
,tlbus) Ubl de principio individuatiorus . m.atena prms redeat ad elementum vel ad Q. 2. Observetur etiam quomodo Aristo- visionem declarat. Est autem pro totius li-
mus. ag¡- bri intelligentia advertendum, aliud essc di-
a~las formas, ut iterum tandem disporu pos- teles hic alt res simpUces et abstrahentes a
Ve! potest intelligi quaestio de reditu ad materia seipsis habere unitatem et esse videre cns in ens in potentía vel in actu,
eamdem formam m' speae, . et SIC . non est Slt ad fonnam eiusdem speciei cum aJ,iud yero dividere ens in ens quod est
quam amisit. . ea 1.Ulum quid, confirmans pIane expositionem
potentia vel quod est actus; nam prior non
.a nob~s datam supra, c. 3.
9
130
¡ndic. detallado de la: metafísica de Aristóteles
~ Libro noveno.--Cap'. 1I 131
mera no se trata de una división en entes esencialmente distintos, sino en diversos.
estados del mismo ser por razón de existencia; mas en este sentido poco dice Cuesto 3. En estrecha relación con ésta está la cuestión de la posibilidad
el Filósofo en todo este libro; nosotros, empero, hacemos uso de tal división en la de que algO' sea sujeto de pasión de sí mismo; Aristóteles 10 niega con. estas pa~
disp .. XXXI, seco 3. Por el contrario, la segunda división se hace en función de labras: por eso nada, según el curso natural de las .cosas, puede su~rzr alifO de
los dn:ersos conceptos esenciales de los entes, bien existan en acto, bien sólo en sí mismo. En primer lugar, cabe aplicar esto a la paslóu tomada propIa y flguro-
potencia, pues ambos estados se dan en ambos miembros, y en tal sentido la amente es decir a la pasión física y en cierto modo corruptora, de manera que
trata el Filósofo en el desarrollo de este libro. Así entendida, la división tiene s o abarque
, ,
las pasiones perfectivas, comO' es el caso de I
as 'mmanentes. En se-
aplicación principalmente. ~n la sustancia y en la cualidad. Así, pues, de acuerdo ~ndo lugar, creo también que hay que p.ond~rar
más aquellas palabras según ;1
con la prImera, c1aSlflcaClOll es tratado p,or nosotros al estudiar la materia y la curso natural de las cosas, pues parecen nnplicar dos puntos: uno, que nmgun
forma en. las dlSp. XIII y XV. En cambIO, según el segundo modo, al tratar de existente en su estado natural y perfecto padece de sí mis?1o; el .otro, que na?a
las espeCIes de cuahdades, eu la disp. XLIII.
padece de sí según el curso natur~l de las cos.as; es deCl.r,. preCIsamente segun
las propiedades de su naturaleza, smo que reqUIere al~o .distmtO', como las espe-
CAP. I cies, o algo similar, pero esto se trata con todo deterumIento por nosotros en la
disp. XVIII.
DIVERSOS SIGNIFICADOS DE LA PALABRA "POTENCIA"
CAP. Ir
Cuest.~. En .este capítul~ Aristóteles prácticamente uo hace más que repetir
lo q~~ habla ensenado en el hb. V, c. 12, por lo que las cuestioues allí tratadas
LAS POTENCIAS RACIONALES E IRRACIONALES

~mble~ pueden entrar aquí. Cabe también añadir otras, COIDo la univocidad de En este capítulo sólo se ocupa Aristóteles de la potencia activa, de la que
potenCIa respecto de la potencia activa y de la pasiva. Efectivamente Aristóteles antes habia afirmado que era la potencia esencial y primariamente, 10 cual resul~a
parece ~nseñar aquí. 5lue se pre,ruca analógicamente, y que de la potencia pasiva: harto claro en el desarrollo del texto, en las divisiones que propone y en la expli-
se predica por reIaclOn a la actIva. La respuesta es que si el término potencia se cación o diferencia que añade. En primer lugar, se puede examinar qué potencias
toma trascende~talmente,. se predica analógicamente de ella; pero si se toma son vitales y cuáles no; esta división la sugiere efectivamente el F!lósofo, al decir
como una especIe de cualidad, entonces se predica unívocamente' de esta materia que unas potencias pertenecen al alma y o~ras a las cosas inarumadas, a~que
trata.mos más ampliamente. en el lugar citado. No hay que olvidar que en este esta división más parece ser asunto de la pSlcología. Por eso, se puede decIr, en
pasaJ~ no trata de la potencIa como especIe segunda de la cualidad, sino en sentido definitiva, que son potencias vitales todas las que brotan del .alma, ~n cuanto es
amplIo, e?- ,cuanto comprende todos los principios de actividad; por eso, al arte un alma, o un grado determinado de vida. Pero, por nues~~a lflcapacIdad de .con-
Y otros habItos les llama con frecuencia potencias. cebir o discernir los grados de vida, si nO' es por la relaclon con sus operaCiones
Cu~st. ~.. Luego, ~uede ~is~u~rse si ,la P?tencia activa y pasiva son siempre propias, con las cuales el ser viviente ob~a e? sí misI?o ..a.ctuán?~se y ~erf~c­
donándose, por 10 mismo llam31110S potencIa VItal al pr~c.Ipl0 proXlIDo e .mtnn-
potenCIas dlstllltas, segun 10 msmua aqm ArIstóteles, o si se identifican alguna
vez, como. parec~ pasar con las potencias del alma, materia de que hablamos en seco de una operadón vital, mediante la cual el ser VIVIente se perfec:lOna y
la autes cItada disp. XLIV, seco 1. actualiza a sí mismo. En este nivel cabe distinguir aún una doble potencIa: una
es el principio próximo con que el viviente se perfecciona a sí mismo, aunque
est divisio in entia essentialiter diversa sed
in diversos status eiusdem entis secun'dum 12, unde quaestiones ibi tactae hic etiam Q. 3. Cum hac coniuncta est alia qua es- se primo potentiam, idque facHe patet ex
r~~onem. existendi ~ et in hoe sensu pauea locum habent. Addi vero pOSsunt aliae, tio, an ídem possit pati a seipso; nam Aris~ discursu textus, et ex divisionibus quas tra-
dielt PhIlosophus. ID toto hoc libro' illam ut an potentia univoce dicatur de po- toteIes hic negat his verbis: Propter quod dit, et ex declaratione seu differentia quam
vero divisionem nos applicamus i~ disp. tentia activa et passiva; hie enim Aristo- nullum~ pmut connaturale factum~ ipsum subiungit. Quaeri ergo primo potest quae
XXXI, sect. 3. Posterior autem divisio est teles videtur docere dici analogiee, et de a seipso patitur. Quae possunt imprimis ex- sit potentia vitalis, quae yero non vitalls;
seeundum diversas rationes essentiales en- potentia passiva dici per habitudinem ad pon! de passione proprie et rigorose dieta, haec enim divisio insinuatur a Philosopbo,
tium, sive existentium aetu, sive in potentia activam. Resolutio vero est, si nomen po- id est, physica, et aliquo modo corruptiva,
cum ait quasdam esse potentias animae, alias
tantum: uterque enim status habet loeum tentiae transcendentaliter sumatur, analogi- ita ut non comprehendant passiones per-
fectivas, ut sunt immanentes. Secundo et vero rerum inanimatarum. Quae divisio ma-
in utroque membro, et hoc sensu tractatur ce dici de illis; si vero sumatur ut est gis spectat ad scientiam de anima. Et ideo
a Philosopho in discursu huius libri. Sic species qualitatis, sic dici univoce; de qua melius expendenda censeo yerba illa , prom
autem sumpta divisío potissime locum ha- naturale factum; duo enim indudere vi- breviter dicendum est potentías vitales dici
re agimus latius citato loco. Hic Yero obser- omnes illas quae consequuntur animam,
bet in substantia et qualitate, et ideo secuu- va Aristotelem hoc loco non agere de po- dentur. Unum esto nihil existens in suo na-
dum prlorem rationem tractatur a nobis in- turali et perfecto statu pati a seipso; aliud ut anima est, seu aliquem vitae gradum. Et
tentia ut est secunda species qualitatis, sed est nihil patí a se, prout connaturale fac- quia gradusl vitae a nobis non concipitur
ter disputandum de materia et fqqn,a, disp.
XIII- -et -XV; -Posteriori yero modo tractan- late.. ut comprehendit omnia principia agen_ tum id est, secundum id praecise quod nec discernitur, nisi per ordinem ad opera-
do de qualitatis speciebus, disp. XLIII. di; unde artem et alios habitus saepe po- hab~t a natura, sed indiget aIiquo alío, ut tionem propriam, qua vivens in seipso agit,
tentías nollÚnat. speciebus, ve! alia re símili; sed haec res ut se actuet, ve! perfieiatur, ideo potentía
CAPUT I Q. 2. Rursus inquirí potest, an potentía disputatur latissime a nobis disp. XVIII. vitalis illa esto quae est principium proxi-
De variis signijicationibus nominis activa et passiva semper sint distinctae po- mum et intrinsecum operationis vitalis, per
"potentia" tentiae, ut hic Aristoteles innuit, ve! ali- CAPUT Ir quam ipsum vivens seipsum perfieit et ac-
Quaest. 1. In hoc capite fere repetit quando in eamdem coincidant, ut videtur tuat. Et in hoc genere potest ulterius di-
COntingere in potentiis animae. De qua re De potentiis rationalibus et irrationalibus
AristoteIes quae tradiderat in lib. V, c. stinguí duplex potentia: una quae est pro-
dicimus in praedicta disp. XLIV, seC!o 1.. In hoc capite solum ait Aristoteles de ximum principium. quo vivens seipsum per-
potentía activa, qmlm supra dixerat esse per fieit, non tamen secundum eamdem poten-
132 [ndice detallada de la: metafísica de Aristóteles 133
Libro noveno.-Cap. I1
no precisamente según la misma potencia; otra que es el principio próximo de Con motivo de este pasaje, principalmente de Jos textos 41 y 42, surge una
actuarse a sí propio según la misma potencia; ésta es propiamente la potencia para duda especial, porque parece que Aristóteles rechaza allí comO' insuficiente esta
el acto inmanente, la cual es potencia vital en sentido. más perfectO'. Ella, a su Vez división de las potencias en racionales e irracionales. La primera respuesta es que
se divide en racional e irracional, que es la división que Aristóteles expuso. aquí esta división puede entenderse de dos maneras: primeramente, como división ade-
con más claridad. cuada de las potencias del alma, y en este sentido no la aprueba Aristóteles en
dicho pasaje; en segondo lugar, como división propia y especial de las potencias
. . C~est. 2. , Acerca de e~a se puede aún examinar la oportunidad de dicha
del hombre o del alma racional, que es el sentido con que Aristóteles la da tanto
divlslOn, y ~ual es la potenCia raCiOnal y sus clases, cuestiones todas que compe-
aquí como en el lib. 1 de la Etica, c. 13. La razón de la diferencia está en que
t?ll a la pSIcología. Resumi~Qs, por lo tanto, diciendo. que se llama potencia ra- las potencias del hombre se ordenan de algún modo a la razón, en cuanto todas
~Ion~ la que brota ~e w:rnvel intelectual en cuanto. tal, pudiendo toda potencia radican en la misma alma racional, pudiendo, por lO' mismo, dividirse convenien-
mf:l'lOl' ser llan;a?~ Irrae.lOna1: por esO' se puede distinguir una doble potencia temente por su subordinación a la razón, O' por la participación o carencia de acto.
raclO~al, una ehClt1va o l~perante, y otra ejecutiva subordinada a una potencia Mas las potencias de los brutos y de las otras cosas naturales carecen de subordi-
superIOr, que puede conCIsamente llamarse potencia imperativamente racional de nación a la razón, y, por eso, no se les llama propiamente racionales ni irracio-
acu~rdo con la doctrina. del ~ilósofo en el lib. I de la Etira, c. 13. En el primer nales. Pero esta respuesta no está muy acorde con el presente pasaje de Aristó-
sentido se. llama potencI~ ~aclOnal la que es racional en sí y produce su acto de teles, porque incluye claramente entre las potencias irracionales a todas las que
modo- r~clOnal. Se subdIVIde a su vez, porque una es la razón misma formal obran naturalmente y sin razón. Por eso pone expresamente como ejemplo de
0. es~ncIalmente, como es el caso del entendimiento; otra es racional por parti- potencia irracional el calor. Además, porque esta diferencia cuasi privativa, a sa-
cIP.ac:ón, o por, concomitancia y régimen, como la voluntad, y de ambas se ocupa ber, irracional, sirve para caracterizar el modo de obrar de todas las potencias
Af1sto~eles aqm po~ brotar ambas del nivel racional. Acaso sería mejor decir que naturales y vitales, que no alcanzan el nivel de la razón.
e! Fllosof~ l~s .consIdera como si fuesen una sola, por completar las dos una espe- Parece, pues, que puede admitirse esta división de las potencias como ade-
cle. ~e prmcIplO adecuado de las acciones humanas, por causar la una nuestra cuada, no limitándola al hombre y al alma, sino extendiéndola a todo agente.
actlvId~d .en cuanto al ejercicio y la o.tra en cuanto a la especificación. Se llama Pues, como hace notar Santo Tomás, Aristóteles~ en el lib. III De Anima, no
trata tanto de definir como de discutir, e incluso se puede admitir que rechaza
potencIa Imperativamente racional la que sin ser racional en sÍ, puede por su
dicha división por insuficiente, no en absoluto, sino porque no explica bastante el
n.aturaleza ~bedecer a l~ razón, en el mismo sentido que Aristóteles en el lugar
número y variedad de las potencias del alma.
c~tado. del lib. 1 de la Elzca llama al apetito sensitivo del hombre racional por parti-
Cuesto 3. La tercera cuestión principal es la legitimidad de la diferencia que
ClpaClO?, a~nqu~ sea absolutamente irracional; a esta categoría son reductibles las
Aristóteles establece entre estas potencias, consistente en que sólo las potencias
potenc!as ejecutIvas ad extra, en cuanto sometidas a la moción de la voluntad y de racionales son principio de contrarios; de esta materia se trató ampliamente en la
la razon, como el caso de la potencia locomotriz de que babIa el Filósofo en disp. X, en que nos ocupamos por extenso de las causas libres y necesarias, explican-
el lIb. !Ir De Anima, C. 9 y sigoientes. do cuáles son las potencias libres, y en qué sentidO' son principios de acciones COll-

t~am; alia q~ae. s.eeundum eamdem poten- do rationali. Quae rursus subdistinguí potest, Ex illo yero loco, praesertim textu 41 et sine ratione. Dnde expresse ponit exem-
t.tam es.t pnnelplUIU proximum aetuandi nam quaedam est ipsa ratio formaliter seu 42, orhur specialis dubitatio, quia ibi vide- plum irrationalis potentiae in calore. Item,
seipsum; et haee est proprie potentia ad per essentiam, ut est intellectus; aIia est tur Aristoteles reiicere, ut insufficientem, quía per illam differentiam quasi privati-
aetum irnmanentem, quae perfectiori modo rationalis participative, seu per concomitan- hanc divisionem potentiarum in rationales varo, scilicet irrationaIe, circumscribi potest
vitalis est. Et haee rursus distinguitur in tiam. et regimen, ut voluntas, et de utraque et irrationa1es. Responded potest primo, modus agendi omnium potentiarum natura-
rationalem et irrationalem,' quam divisio- illam divisionem dupliciter dad posse. Pri- Hum et vitaliuro. quae gradum rationis non
loqwtur Aristote1es hic, quia utraque gra- attingunt. Non videtur ergo dubium quin
nem expressius hie Aristoteles posui!. mo~ ut adaequatam potentiarum animae, et
dum rationalem sequitur. Vel potius de illis haec possit esse adaequata divisio poten-
Q .. 2. ~ir.e~ quam quaeri ulterius potest, videtur Philosophus loquí per modum hoc sensu non probari ab Aristotele citato
loco; alio modo ut propriam ac specialem tiarum non solum in homine, nec solum in
an dIcta dlVISIO conveniens sit, et quae si! unius, quia ex utraque completur velutí anima, sed absolute in omni agente. Aris-
potentia rationalis, et quotuplex sito Quae divisrionem potentiarum hominis seu animae
unum adaequatum principium humanarum rationalis, et hoc modo tradi ab Aristotele toteles ergo, in IH de Anima, non definien-
quaestiones etiam spectant ad scientiam de actionum quatenus altera quoad cxercitium, tam hic quam lib. I Ethlcorum, c. 13. do, sed disputando tantum procedit, ut D.
anin:a: Et ~deo dicendum est breviter po- altera quad specificationem movet. Potencia Ratio yero differentiae est, quia potentiae Thom. notat, vel certe improbat i1lam divi-
tentIam ratlOnalem appellari omnem illam imperative rationalis dicitur illa quae cum hominis habent aliquo modo ordinem ad sionem ut insufficientem, non absolute, sed
quae consequitur gradum intellectualem ut in se rationalis non sit, natura sua obedire rationem, quatenus omnes in eadem anima quia non satis erat ad explicandum nume-
sic, omnem overo inferiorem po-tentiam VQ- potest rationi, quomado Aristoteles, chato rationali radlcantur, et ideo possunt con- rum et varietatem potentiarum animae.
carí posse irradonalem. Dnde duplex di- loco I Etbicorum, appetitum sensitivum ha- venienter dividi per ordinem ad rationem, Q. 3. Tertia quaestio principalis hic est,
stinguí potest potentia rationalis, alía eliciens ~inis vocat rationalem per participationem, aut participationem vel cal'entiam actus. Po- an recte assignetur ab Aristote1e discrimen
vel imperans, aHa exsequens cum subordi- licet sÍ! irrationalis simpliciter; et ad hunc tentiae yero brutorum vel allarum rerum inter has potentias, ex eo quod solae ra-
natione ad priorem potentiam, et potest uno naturallum non habent ordinem ad ratio- tionales potentiae &unt principia contrado-
ordinem reduci potest potentia exsecutiva ad ,\'Um; de qua re late dictum est disp.
verbo dici imperative rationalis, iuxta doctri- extra, quatenus subiacet motioni voluntatis nem; et ideo nec rationales, nec irrationa-
les propde dicuntur. Sed haec responsio non X, in qua de causis liberis et necessariis
nam Philosophi, lib. I Ethicorum, c. 13. et rationis, qualis est potentía motiva se- fuse disserimus, et explicamus quaenam
Priori modo dicitur rationalis illa potentia recte accommodatur huic l.oco Aristotelis,
cundum locum, de qua Philosophus libro 111 nam aperte sub potentüs irrationalibus in- potentiae Jiberae sint, et quomodo sint prin-
quae in se rationalis est, elicitque actum mo- de Anima, c. 9, et sequentibus. c1udit omnes quae naturaliter agunt et cipia contrariarum actionum. Item in disp.
134
Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
trarias .. Además en la disp. XXVI, see. 6, estudiamos si la misma causa pued~
Libro noveno.-Cap. _IV
_ __ 135
p~oduCIr
toteles.
efectos contrarios, y en ambas partes explicamos este pasaje de Aris- prop<lrción, es evidente la proposición, cuya razón explicamos mejor en el capí-
tulo siguiente.
CAP. II! CAP. IV
LA POTENCIA ES SEPARABLE DEL ACTO }<O TODO LO QUE NO SE PRODUCE PUEDE PRODUCIRSE
bCuest. 1. En est~ ca~Ítulo .refuta Aristóteles la opinión de algunos, que afir- Para confirmar la descripción del posible que había hecho al fin del capitulo
n;,a ~ que la potenCIa solo eXIste en cuanto opera en acto, la cual resulta tan anterior, Aristóteles rechaza aquí .la· opinión de los que deCÍan que son posibles
a sur a que s~ ?escubre por sí JJ.J,Ísma inmediatamente como falsa. Por eso, las todas las cosas, aunque nunca se vayan a realizar, lo cual es tan manifiestamente
razon~s de ArIStoteles. son ela:as. De aquí toma origen el priueipio: la potencia falso, que sobran refutaciones y explicaciones.
pr~ce e a su: acto. SI se entIende que antecede según orden de naturaleza es Cuesto 1. Sólo hay que advertir que algunos deducen de este texto de Aris-
u~vers~mente verdad, pues, siendo la potencia causa de su acto le preced; en tóteles que nO' sólo no todo lo que nunca va a realizarse es posible, sino también
o[ en e naturaleza. En efecto, nos referimos a· la potencia en ~u relación con que es imposible todo lo que nunca va a realizarse, o -10 que es 10 mismo-
e aeto~ y~ que de eIl~ mana p.ropi~ente. Recalco esto, porque hay que exeluir la que todo lO' que es posible se realizará alguna vez, ya que todo lo que nunca existe
S?t:llCla e generaclOll y esplraClOn que se da en las divinas personas por ser. es imposible que exista. Esta parece ser la exposición que de esto hace el Comen-
d lstm~~ su naturaleza y consideración. Pero, si se interpreta que antec;de en la tador, textos 8 y 9, defendida también por JaudunO' en la q. 5, según la amplia
uraclo~, en este caso hay que entender dicho principio como lo posible O en refereucia y refutación que hace Iavello en la q. 10. Pero esto no sólo está
un se~tIdo !ato, no necesario ni universal. En efecto, tanto la potencia' activa en contradicción con la- mente y palabras de Aristóteles aquí y en otros pasajes,
eo~o a paslva pueden preceder temporalmente a su acto; pero esto no es nece- siDO que es evidentemente falsO' y opuesto incluso a los principios de la fe católica.
sano en eualqwer potencia ni resp t d d I
d il . no , e c o e to os os actos; porque la potencia Lo primerO' es evidente, porque el Filósofo aquí, como Santo Tomás y algunos
ma ~mar
e tena a to da .torma.
precede temporalmente a toda iluminación, ni la potencia de la otros exponen, afirma expresamente que son posibles algunas cosas que nunca
existirán, aunque no todas las cosas que 'nunca existirán pueden existir o pro-
Cuesto 2. Del fll:a1, del mismo capítulo se ha tomado este conocido axioma ducirse. Y en el lib. JI De Generat., e. 11, texto 64, dice: el que está para echar
que .eonll~ne b definielOn del posible: es posible aquello de cuya existencia no a andar acasO' nunca llegue al andar. Donde afirma que a veces no se realiza, no
se sIgue zmposlble alguno. Esto es evidente si posibilidad y reducción al t sólo una cosa posible, sino incluso una ya premeditada o que está casi en las
se toman en su J' usta did E f I • ac o
. . me, a. n e ecto, a gunas cosas son posibles con un acto puertas de su realización. La razón es evidente por el principio sentado en el
~uce~lVo, pero. no m.stantaneo, por ejemplo, la división del continuo hasta el
l~firuto eSd.p.o~:ble, sm. que sea posible la totalidad simultánea de la división
capítulo precedente: que la potencia pueda anteceder temp9ralmente a sus actos;
smo una lVISlon suceSIva en que nunca se llega al fin Tamb' , h ' de donde se deduce que acaso nunca llegue a ejercitar el acto, aunque sí
son p 'bl d . len ay cosas que pudiera hacerlO'. Además, en los efectos divinos esto no sólo es evidente, sino
bl OSI es to~a as separadamente:, perO' no conjuntamente, por ejemplo que lo dogma de fe. Dios puede, efectivamente, hacer muchas cosas que no hace nunca;
anco se conVIerta en negro. Hecha, pues, la reducción al acto con la' debida así lo dijO' JesucristO' en el cap. XXVI, de San Mateo: ¿No puedo acaso rogar
XXyI, s~ct. 6, tractamus an eadem cauoa
pOSS!t effIcere contrarios effectus, et in utro- ~um . e~t illud principium de possibili seu cum proportione fiat, manifesta est illa pro- hie, q. 5, ut refert et late impugnat
que loco hune Aristotelis locum explicamus. l~deÍ1rute, non de necessitate seu universa_ positio. cuius rationem in sequenti capite Iavellus, q. 10. Verumtamen non so-
hter. Potest enim potentia tum activa tum magís declarabimus. lum repugnat menti et ver bis Aristotelis.,
CAPUTIU etiam passiva, praecedere tempore ~ctum tum hic, tum etiam aliis loeis, sed est
suum; non est tamen necessarium nec in CAPUT IV etiam evidenter falsa, et repugnans etiam
Potentiam esse separabilem ab actu qualibet potemia, neque respectu 'omnium Non omne quod non lit, possibile esse prineipiis fidei Catholicae. Primum patet,
Quaest. 1. In hoc capüe reprobat Aris- actuum ~ potentia enim illuminandi non fieri nam Philosophus hie, ut recte D. Thom.
toteIes. quorumdam sentcntiam, qui dicebant praecedlt tempare omnem illuminationem et alli exponunt, expresse docet quaedam
potentlam non esse, nisi dum actu operatur ncc potentia materiae omnem formam. ' Vt Aristoteles eonfirmet descriptionem quidem esse possibilia, quae nunquam fu-
quae tam est absurda, ut per se stat~ Q. 2 .. Ex eodem capite, in fine, sump_ possibilis, quam in fine superioris capitis tura sunt, quamquam non omuia quae nun-
falsa. appareat. Unde rationes Aristotelis tum est rilud vulgare axioma eontinens de- tradidit, hic reprobat sententiam eol'um qui quam futura sunt sint possibilia csse ve1
p~r~plcuae sunt .. Hincque sumitur hoc prin- finitionem po.ssibilis, seilicet: Possibile illud dicebant unumquodque esse possible, etiam- fieri. Et lib. 11 de Generatione, C. 11, tex-
ClplUm:, .Poter;t~a praecedit actum suum,. est, .q-z:0 poslto in esse nihil sequitur im- si futurum non sit, quod tam est aperte tu 64, dieit: Qui iamiam ambulaturus est,
Quod 81 llltelhgltur de antecessione secun_ p;osstbtle. Quod esto ~v!dens, si cum _propor- falsum, ut milla egeat refutatione aut de- facile non ambulabit. Ubi non solum ait
dum -na~urae--ordinem,- est- in- univefsli:ii1'-'ve_ tIOne sumafur posslbilitas et reductio in ac-
daratione. aUquid possibile, sed etiam quod iam est
rum, qUIa cum potentia sit causa sui actus Quaest. 1. Solum est advertendum oon- in proposito, ve1 quasi in vestibulo ut fiat,
pr~ecedit illum ordine naturae. Loquim~ tumo AJiquid enirn est possibi1e secundum
actum successivum et non simultaneum ut nullos ex hac llttera· Aristotelis coijigere non interdum non fieri. Et ratio est evidens ex
et1J.m de patentia comparata ad acturn quía solum non omne quod futurum nunquam principio posito in praecedenti capite, quia
ab illa proprie manato Quod adver;o, ut conti~lUum dividi in irú~nitum est possibile, est esse possibile, sed etiam omne quod
non Ita ut tota divisio possibilis simul po_ potentia potest esse prior tempore quam
excludam. Pot~~ti~m gene~andi ve1 spirandi, nunquam futurum est esse impossibile, seu suus actus; unde fieri potest ut aUquem
qu~e est 1U c!iVlll1S persoms, de qua alia est nanIr, ~e~ lit s~ccessive ponatur, et nun- (quod idem est) omne quod possibile est, actum nunquam exerceat, etiamsi possit.
rauo et con~lderatio. At vero si intelligatur q~am .fl~atur. SIC etiam aliquid est possi- aliquando esse futurum, quia omne id quod Deinde in effectibus divinis est hoc non so-
de anteceSSlOne durationis, sic intelligen_ bIle dlvlslm, non tamen composite ut a1- semper non est impossibile est esse. Et lum evidens, sed etiam de fide certum;
bum fieri nigrum. Si ergo reductio ad actum haec videtur esse expositio Commentatoris multa enim potest Deus facere quae nun-
híc, textu 8 et 9, quam defendit Iandun. quam faeit; sic enim elixit Christus, Ma-
137
136 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libr() noverw.-=-Cap._]' ____________
• ríe es risible o es hombre; y la razón es porque incluso el acto mismo abstrae
a mi Padre, et~.?
Por fin, d~ la contingencia y libertad de algunos efectos o causas s1 ,
s:- SIgue 10 rnlsmo necesarIamente. Esta materia la tratamos ampliamente en la de la existencia' necesaria o contingente, y porque de una pr?pIe
'dd . .se
a necesana
disp. XIX, seco ~ y sig.uientes. En definitiv~, no es verdad que sea imposible todo sigue un acto contingente, el cual incluye o supone necesarIam~nte la potencia,
lo que nunca eXIste, SlUO lo que nunca eXIste de suyo y por repugnancia intrín_ aunque no bajo la misma condición de necesidad o contingencIa.
seca, de suerte que careza de capacidad de existir.
Cuesto 2. Por último, bay que considerar )0 que en el texto 9 añade Aristó_ CAP. V
teles, a saber, que cuando en las proposiciones atributivas una se sigue con necesi- RELACIÓN ENTRE POTENCIA Y ACTO
dad de otra, hay. que guardar el mismo orden en las proposiciones de posibilidad
de suerte que SI el antecedente es posible, también ha de serlo el consecuente' Primeramente puede examinarse aquí si en un único e idéntico sujeto puede
~or ejemplo, ~i es legí.tima la ilación: corre, por consiguiente se mueve, tambié~ el acto algunas veces preceder a la potencia, según parece afirmar aquí Ari~tó­
tIene que decIrse legítImamente: puede correr, por consiguiente puede moverse' te1es, La cuestión se resuelve fácilmente teniendo en cuenta lO' dicho anterlO~­
porque en otro caso, si ~uese p~si.ble correr e imposible moverse, o se podrí~ mente: que Aristóteles llama aquí potencia a todo principio de obrar, sin. eXcl?lr
llevar a cabo una ,ca:rera Sln mOVIffi1e~to, contra la primera conclusión, o, supuesto el arte o hábito. En este sentido es evidente que algunas potencIas, es deCIr, prm-
realmente el mOVImIento, que se admit~ com? posible, se seguiría algo imposible,. cipios de obrar, presuponen sus propios actos, mediante los cuales se engen?ra.TJ.,
a ~aber, la carrer~ que ~e afirm,~ba ,ser ImpOSIble, En consecuencia, el principio es. pues efectivamente el arte y el bábito se adquieren por la costumbre. En Cam?lO, la
eVIdente, y lo mIsmo VIene a SIgnificar la expresión de los dialécticos que dicen potencia natural propia, activa o pasiva, precede siempre a su acto o en t1empo,
que -con recta consecuencia- no p~ede ser verdadero el antecedente y falso el o al menos en naturaleza, ni es posible que en el mismo sujeto el acto preceda a
consecuente, porque como de un posIble no se sigue un imposible, tampoco 10 dicha potencia, como enseña claramente aquí Aristóteles, porque la potencia es
falso de 10 verdadero. Se prueba a priori, porque el consiguiente está virtualmente causa de su acto y no efecto de él, a no ser acasO' en la linea de la causa final,
conterudo ~n el ?ntecedente, y es imposible que un posible contenga virtualmente porque esta causa no precede entitativamente, sino acaso en la apreh~nsión e. in-
10 que es I~posl~le, o 10 ve~dadero algo falso, porque entonces no sería posible, tención; y queda así clara esta materia, sobre la que vuelve Arlstóteles en
ya que posIbl~ dIce refe~encIa a~ acto, y no puede referirse a un acto imposible, el c. 8.
porque no eXIste potenCIa para ImposIbles; y por la misma razón no sería ver- Cuesto 2. Puede investigarse, en segundo lugar, el modo de reducción de
daderO' ~orque de esenci~ de ,lo verdad~ro es no contener nada falso. Hay además la potencia al acto, y la diferencia que en este punto hay entre las potencias
otra razo~: ser en ac~o un~lica necesarIamente ser posible, porque el acto supone racionales y las irracionales; esto, emperO', se trató ampliamente en la disp. XIX.
la potencIa; a~ora bIen, SI hay un orden de derivación necesario entre los ac- Aquí basta advertir que de este pasaje de Aristóteles se deduce claran;ente que
tos, mucho mas ha de haberlo entre las potencias. Con razón advierte Santo la definición de potencia libre, que tratamos ampliamente .en el lugar CItado, es:
Tomá~ que aquí se trata del posible en general, en cuanto abstrae de necesario
la que, supuestos todos los requisitos pam su acción, puede obrar O' nO' obrar.
y contIngente, ya que no puede suceder que -en buena ilación atributiva- el ante- Pues esto es 10 que aquí dice el Filósofo: puesto que puede, puede algo, alguna
cedente sea un posible sólo contingente, y necesario el consiguiente; por ejemplo" vez y de alguna manera, y cuantos otros datos necesita haber en una definición;
en efecto, estas palabras equivalen al inciso de la definición ya citada, supuestos
thaei, 26: An non possum rogare Patrem quod dialectíci aiunt, in bona consequentia
meum, etc.? Denique, ex contingentia et risibilis, aut est horno; et ratio est quia suum vel tempore, vel saltero natura, nec
non posse esse antecedens verum et con- fieri potest ut in eadem praecedat actus ta-
libertate, aliquorum effectuum vel causarum, sequens falsum, quia, sicut ex possibili non etiam ipse actus abstrahit ab esse necessario
necessana consecutione id sequitur. De qua ve! contingenti, et quia ex proprietate neces- lem potentiam, ut aperte hic docet Aristo-
sequitur impossibile, ita nec ex vero fal- teIes. Et ratio est, quia talis patentia est
re late tractamus disp. XIX, sect. 2 sumo Et ratio a priori est. quia consequens saria sequitur actus contingens, qui actus
et seq. Neque est verum omne id Cluod necessario includit ve! supponit potentiam, causa sm actus~ et non est effectus illius,
v~r~ute continetur in antecedente; impos-
nunquam est esse impossibile, sed quod ex non tarnen sub eadem conditione necessarii nisi forte in genere causae finalis, qiJae cau-
slbIle autem est ut possibile virtute con- sa non praecedit 1Il esse, sed fortasse in
se et ab intrínseco nunquam est, ita ut ca- tu:eat id quod est impossibile, aut verurn aut contingentis.
reat capacitate essendi. apprehensione et intentione, et sic est res
aliquod falsum, quia hoc ípso iam illud dara, quam iterum in c. 8 Aristoteles
Q. 2, Ultimo considerandum est quod n,on esset possibUe, cum possibile respi- CAPUT V
in textu nono Aristoteles infert, scilicet, cmt actum, et non possit respicere actum attingít.
De ordine inter potentiam et actum Q. 2. Secundo, inquiri hic potest quo
quando in propositionibus de inesse unum impossibilem, quia ad ímpossibile non modo potentia reducatur in actum, et quae-
necessario infertur ex alío, eodem modo se- est potencia; et eadero ratione illud non Quaest. 1. Hic primo inquiri potest an
in uno et eodem subiecto actus interdum nam differentia in hoc sit inter potentias
quí in propositionibus de possibili, ut si esset verum, cum de ratione veri sit
antecedat potentiam, quod pic AristoteIes rationales et irrationales. Sed haec res late
antece_dens __ p-ossibile sit, .etiarn. et cansequens ut nihil faIsum cantineat. Itero est alia
sit possibile. Ut si recte infertur: Currit, affirmare videtur. Sed haec quaestio fa- tractata est disp. XIX. Hic soIum notetur
r?~a, quia actu esse necessario infert pos- ex hoc loco Aristotelis plane colligi defi-
ergo movetur, recte etiarn illÍeratur: Potest slbile esse, curn actus supponat potentiam ciIe dissolvetur si advertatur quod supra no-
nitionem potentiae liberae, quam dicto loco
currere, ergo potest moveri; quía alias si et ideo si ¡nter actus est necessaria conse~ tatum est, Aristotelem hic vocare poten-
late tractavimus, scilicet, esse illam quae,
possibile esset currere, impossibile autem cutio, a fortiori etiam inter potentias. Recte tiam omne principium agendi, etiamsi sit
ars vel habitas. Hoc ergo sensu constat ali- positis omnibus requisitis ad agendum, pot-
moveri, aut posset poni cursus sine motu autem advertit D. Thomas hic esse sermo- est agere et non age1'e. Hoc enim est quod
contra priorero íllationero, aut pasito in r~ nem de possibili in communi, ut abstrahit quas potentias, id est, principia agendi sup-
mc Philosophus ait: Quoniam vera potest,
motu, qui supponitur possibilis, sequeretur a necessario vel contingenti, quia fieri non ponere actus suos, quibus generantur, sic
eruro ars et habitus consuetudine acquirun- aliquid potest, aUquando, et aliquo modo,
aliquid impossibile, scilicet cursus ille qui potest. ut in bona illatione de inesse, ante- et quaecumque alia necesse est adesse in
dicebatur esse impossibills. Est ergo evi- cedens sit possibile tantum contingens, con- tur. At vero propria naturalls potentia acti-
va vel passiva semper supponitur ad actum definitione; haec enim yerba aequipollent
dens illud dogma, et in idem fere incidit, sequens vera necessarium; ut, si ridet, est
138 Indice detallada de la metafísica de Aristóteles Libro noveno.-Caps.V¡ y--""II ___ _ 139
-------
iodos los requisitos para obrar, porque todas esas cosas, como dice Aristóteles y sea el verdadero sentido de esto, y si ha ~e atribuirse est~ autodeterminación a la
comenta muy bien Santo Tomás, hay que aceptarlas o presuponerlas para afir- otencia libre, es tema que tratamos amphamente en la disp. ~IX, tanto en rela-
mar que algO' se puede O' es pO'sible sencillamente. Así entendida la pO'tencia, ~ión con el juicio del entendimiento, en la seco 6, como en relaCIón cO'n el concurso
añade Aristóteles que la diferencia que hay entre las pO'tencias naturales y las divinO', en la see. 4 y en la disp. XXVII, see. 2, 3 y 4.
libres, o -In que es igual--, entre las irracionales y las racionales, según su expre-
sión, es esto: en las primeras es necesario que, según su capacidad, puestas ante CAP. VI
lo que puedan hacer o padecer, lo hagan unas y lo padezcan otras. En cambiO', dice NATURALEZA DEL ACTO
de las otras que no es necesario. Lo cual viene a ser como si dijera que la potencia
libre es de tal naturaleza que, puesta en inminencia de acción, con todos los requisi- En este capítulo nO' hay problemas de impO'rtancia. Adviértase únicamente q~e
tos, no actúa necesariamente, sinO' que puede obrar o no obrar, dando de ello una Aristóteles aquí más que explicar la natur.a1eza del ~eto q~e eO'rrespO'nde proP'~-
razón muy buena. Porque, siendo la potencia libre esencialmente y capaz de suyo ente a la potencia' activa' y pasiva, exphca en que consI~te en absoluto eXIstIr
para actos contrarios, si, por ejemplo, puesta en trance de obrar, obrase nece- ro acto como contrapuesto a existir en potencia. El ámbito de ser en acto en
en ,
ese sentido es amplísimo y viene a ser como un traseend i ; por es<;, Ar.t'tles
enta 1S. o e
sariamente, realizaría simultáneamente cosas contrarias, lo cual es imposible.
Cuesto 3. Puede, en tercer lugar, preguntarse cuál es el determinante de una no 10 determina por una definición, sino por ejemplos y por una es.pecIe de mduc-
potencia racional o libre para su "acto, porque esto es lo que Aristóteles estudia ción.'l porque resulta casi imposible definirlo, si n? se usa del DUSmo actO' ~ara
al final de este capítulo. Sólo responde que se determina por elección y propósito, 'Su explicación: puesto que ser. en acto no. es. mas que ~et;er actual O' ef~c~va­
o deseo, puesto el cual (eficaz y absoluto, se sobreentiende), necesariamente reali- mente 10 que existía en potencIa. Por conslgUlente', SI eXIStIr en acto es dlStl,nto
za lo que puede. EstO' resulta de pO'r sí bastante claro. Le faltaba llevar su inves- de existir en potencia, no es más que existir. act~almente, c~nceptO' que exph~a-.
tigación hasta saber qué es lo que determina la pO'tencia a la elección misma. mos por extenso en la disp. XXXI. En camblo, SI la expres~on en ac~o se a~lica
Pero de, esto no se ocupó el Filósofo. Pues creyó que nada más había de inves- a la potencia activa, es 10 mismo que .operar actualmente. SI a la paSIva, sera lo
tigar, ya que esta potencia por su propia fuerza natural, como acto primero ~hablo mismo que recibir actualmente o ser mformada. Exponemos todo esto, parte en
de elecciones naturales y morales y en sentido estricto- y por su propia volición o la disp. XLIII, en que tratamO's de la potencia activa ~ ,Pasiva y. ,de sus actO's, y
elección, como acto segundo, queda de suyo determinada para querer y elegir; pues parte en las disp. XLVIII y XLIX,.al tratar de la aeelOn y paSlOn, que sO'n los
queriendo elige, y eligiendo quiere; aunque no ciertamente por sí sola, o sea sin actos más inmediatos de estas potencIas.
el concurso y auxilio de una causa superior exigida; pues estO' se da siempre por
supuestO'. Esta opinión la recO'ge Soneinas, en el lib. IX Metaph., q. 14, y no la refu- CAP. VII
ta, sino que la defiende, juzgándO'la aeO'rde enn las dO'etrinas del FilósO'fO' en este CuÁNDO SE DICE QUE LAS COSAS ESTÁN PROPIAMENT~ EN POTENCIA
pasaje. En cambio, luego añade él mismo que para esta detenninación, por lo
En este capítulo no hay nada especialmente. digno de at~nción; en efecto,
menos en cuanto a su especificación, concurre el juicio del entendimientO'; cuál
únicamente enseña el Filósofo que una cosa se dice estar prop18 y absolutame~.te
illi particuJae definitionis praedictae, posi- en potencia cuando está en potencia próxima, de suerte que puede, ser reducl~a
tis omnibus requisitis ad agendum; illa actum, hoc enim in f.ine huius capitis Aris- al acto por la acción de un s.olo agente, pues cuando solamente esta en potencIa
enim omnia ait Aristoteles, et exponit opti~ tote1es investigat. Et nihil aliud respondet,
me divus Thomas, sumenda esse seu sup- nisí hanc potentiam detenninari electione et
proposito seu desiderio, quo pasito (supple ficationem concurrere iudicium intellectus; in actu non est aliud quam actu seu de
ponenda, ut aliquid dicatur posse seu esse sed quo sensu id verum sit, et an haec de- facto habere id quod erat in potentia. Ita-
possibile simplicher. De potentia autem sic efficaci et absoluto) ex necessitate operatul'
quod potest. Quod per se satis c1arum esto terminatio sui ipsius sit ipsi potentiae li- que si esse in aetu distinguatur ah e~se in
sumpta subdit Aristoteles hanc esse diffe- Restabat autem u!terius inquirendum quid berae tribuenda, latissime tractavimus in potentia, nihiJ aliud est quam actu eXlstere~
rentiam inter potencias naturales et ,liberas, determinet hanc potentiam ad ipsam e!ec- dieta disp. XIX, tam comparatione iu?icii de quo quid sit, late dicimus ~isp. J;CXX.I. S1
seu (quod idem est) irrationales et rationa- intellectus in sect. 6, quam comparatlone vero in actu dicatur de potentIa actIva, ¡dem
les, ut ipse loquitur, quod in pri01-ibus ne- tionem; sed de hoc nihil inquisivit Philo-
sophus, quia nihil esse credidit amplius in- divini concursus in sect. 4, et disp. XXVII, est quod actu operario Si de passiva, idem
cesse est ut cum.. quoad Possint, passivum sect. -2, 3 et 4. erit quod actu recipere seu. inform~ri. Q~ae
quirendum, quia haec potentia sua vi na-
et activum approximent, hoc quidem faciat, omnia exponuntur a nohls parum disp.
illud vero patiatur. De aliis vero ait: lllas turali, ut actu primo (loquor in naturalibus
et moralibus electionihus, ac per se loquen- CAl'UT VI XLIII ubi de potentia activa et passiva,
vera non est necesse. Quod perinde est ac et ae{ibus earum agimus, partim disp.
si diceret. potentiam liberam talem esse ut do), et ipsamet volitione seu e1ectione, ut Quidnam actus sit
actu secundo, de se determinat ad volendum XLVIII et XLIX, ubi agimus de actione
approximata ad agendum cum omnibus re- In hoc capite nulla occurrit qua~stio ali- et passione, quae sunt immediat~ores actus
et eligendum; nam volendo eligit, et eli-
quisitis, non necessario agat, sed possit age- cuius momenti. Solum notetur Anstotelem harum potentiarum.
re ..et non· ·agere, . et ··subdit·· o-ptimam --ratio- gendo vult; non tamen se sola seu sine
coneursu et auxilio superioris enusae requi_ hic non taro explicare quid sit actus qui
nem. Quia cum potentia libera sit per se, proprie respondet potent;iae .activae .et pas-
sitae; hoc enim semper supponitur. Quarn CAPUT VII
et ex se potens ad contraria, si approximata slvae, quam absolute qUld s~t esse In, aetu,
ad agendum 1 ex necessitate ageret, simu! sententiam attigit Soncin., lib. IX Metaph., Quarndo dicatur res proprie esse in potentía
q. 14, eamque non improbat, sed defendit; .prom distinguitur ab esse In potenua. Et
ageret contraria, quod est impossibile. hoc modo esse in actu latissime patet et In hoc etiam capite nihil occurrit nota-
putatque esse consentaneam doetrinae Phi- j

Q. 3. Tenio, quaeri potest quid deter- est veluti transcendens quoddam, et ideo ab tione dignum; solum enim docet Philoso.,.
minet potentiam rationalem. vel liberam ad losophi hoc loco. Postea vero ipse addit ad
hane determinationem saltem quoad speci_ Aristotele non declaratur definitione, sed phus tune rem dici proprie e~ absoll;1te e~se
exemplis et inductione q?ad~m,. 9.uia vix in potentia, eum est in potentta proxuna, Ita
Sustituímos el término generandum de Vives, por agendum, que aparece en otras po test definitione hoc expltca1'l) mSl utendo ut per unius agentis effectionem possit re-
-ediciones (N. de los EE.). ,ipsomet aetu ad id explicandum; nam esse duci ad actum. Quando vera est solum
Libro nO'lJeno.-Cap. IX
141
140 lndiee detallado de la _metafísica de Aristóteles
el acto es más perfecto que la pDtencia. El sentidO' verdadero de este principio es,
remota, no se dice propia y absolutamente est,ar en potencia, por ejemplo, el
que cuandO' algo es de. tal su;rte.,anterior por ge?eraci.ón, que está orde~~do al
agua, absolutamente. ~~blando, 1?-0 ,es hombre, fl1 caballo en potencia, ni siquiera
posterior como un medIO al termmo, o cO'mO' lO' lllcoatlvo a su consumaCIon, en
el esperma -en OPU;lOll de Arlstoteles-, por necesitar muchas transformaciones
este caso lO' posterior es más perfecto: corroboran esta interpretación los ejem-
para llegar a convertIrse en hombre. Todo esto, en definitiva, no pasa de modos
plos de Aristóteles del hombre y el niño, del semen y el hombre. Igualmente la
de hablar, pues el problema es de suyo bastante claro.
razón que añade, diciendo: en efecto, aquello (es decir, ID que es posterior por
EXPd~ca dluego ~n ~ué sentido la materia se afirma de nna cosa, y enseña que
generación) ya tiene forma, pera esta no, (} sea aquello fue llevado hasta su tér-
se pre lea enommatlVamente, no abstracta o esencialmente' en efecto se dic
b -mino y plenitud en comparación con lO' otro. En cambiO', cuando algo es poste-
arra b '
roncmea, no b. ronce, y arca de madera, no madera. La' razón es clara,
,e pues
la parte no se predica ~el todo, sino denominativamente, ya que no se predica °
rior por generación comO' consecuente dimanante de otro, por ejemplo, la pasión
{) propiedad respectO' de la forma, entonces, como es evidente, no es necesario que
como todo, por ser precIsamente el todo lo calificado por tal denominación. Por
sea más perfecto, a no ser que se haga la comparación de manera que lo que
lo tanto, ya no queda aquí cuestión alguna de importancia.
es posterior incluya a 10 que es anterior, y le añada algo; porque asi el alma es
más perfecta determinada por sus potencias que cO'mo pura sustancia. En este
CAP. VIII
sentido no hay duda. .
PRIORIDAD DEL ACTO SOBRE LA POTENCIA Cuesto 3. Cabría aquí tratar de la distinción de un doble fin: el que está
Cuest:!; Puede ana;izarse, pri~e.ro, la prioridad del acto sobre la potencia constituído por la operación solamente, y el que consiste en algo ya realizado.
por defi1l1ClOn, o por razon y conoClffilento, tal como enseña aquí Aristóteles. De Pero esta división queda suficientemente explicada en la disp. XXIII, seco 2.
esto hemos tratado expresamente en la disp. XLIII, seco última. Cnest. 4. Surge ahora 1. cnestión de la diferencia indicada por Aristóteles
Cuesto 2. , Segundo,. si el acto pr~cede temporalmente a la potencia natural, entre la acción inmanente y transeúnte: la una permanece en el agente, mientras
al men~s segun la ~specIe, o en los dIversos sujetos. También en el mismo lugar 1. otra se recibe en el paciente: hemos tratado esto con amplitud al explicar el
se trato esta cuestIón. predicamento de la acción, disp. XLVIII, seco 2.
Cuest. 3. Por fi~, si la potencia adquirida por el uso, es decir, el hábito, es Cuesto 5. De este capítulo se tomó cierta proposición vulgar: toda potencia
temporalmente postenor a su acto, y cómo es engendrada mediante él tema ya es al mismo tiempo de contradicción, 0, según se la suele expresar ordinariamente,
tratado en el C. 5, Y 10 explicamos en la disp. XLIV, sobre los hábitos~ es potencia de contradicción. Es difícil hallarle un sentido verdaderO' y sistemá-
tico. Porque, en primer lugar, cO'mo advierte Santo Tomás, parece que no puede
CAP. IX aplicarse a la potencia activa, ya que antes dijo el mismo FilósofO' que no toda
PRIORIDAD EN SUSTANCIA o PERFECCIÓN DEL ACTO SOBRE LA POTENCIA. potencia activa es potencia de opuestos, sino únicamente la racional. Tampoco de
C~est. 1. La primera cues?ón, o?;etivo directo de este capítulO', es si el acto 1a potencia pasiva puede admitirse como verdadera universalmente, sobre todo en
es mas perfecto .que la potenc,". Esta tratada en la disp. XLIII, seco última. la doctrina del mismo Filósofo, pues la materia del cielo es potencia para la forma,
Cuesto 2. SI son más perfectas las cosas posteriores en generación. Aristó- sin que sea potencia de contradicción, por no estar su; eta a privación, ni estar en
teles en este lugar acepta tal proposición como un principio del que deduce que
princlpll sensus verus est, quando aliquid Sed hane divisionem sufficienter attingimus
in potentia remota, non dicitur proprie et De qua re ex professo agimus disp~ ita est generatione prius. ut ad posterius in disp. XXIII, sect. 2.
~bsolute ~sse in poten tia, ut aqua non est XLIII, sectione ultima. ordinetur tamquam via ad terminum, ve! Q. 4. Quarto, hic occurrit quaestio de
m poten~la horno veJ equus, simpliciter 10- Q. 2. Secundo, an actus praecedat tem- tamquam id quod inchoatum est ad id quod differentia quam hie Aristoteles tangit in-
qu~ndo, m;mo nec sperma (ait Aristoteles)., pore naturalem potentiam, saltem secundum .est consummatum, tunc quod est posterius, ter aetionem immanentem et transeuntem,
~Ula ~ultls transmutationibus indiget, ut s~eciem, seu in diversis subiectis. Haee esse perfectius; et hunc sensum dedarant quod illa in agente manet, haec vera in
mde flat horno. Quae omnia solum ad mo- etlam quaestio tractata est ibidem. .exempla Aristotelis de viro et puero, et de patiente recipitur: de qua re inter expli-
~um loquendi spectant; nam res per se Sa- Q. 3. Ultimo, an potentia quae usu ac- eandum praedicamentum actionis late trae 4
semine et hamine. Et ratio etiam quam sub-
os constat. quiritur, id est habitus, sit posterior tem- dit dicens: Illud enim (sciUcet, quod pos- tamus disp. XLVIII, seet. 2.
. Deinde vero declarat quo modo materia pare suo actu, et quomodo per illum ge- terius est generatione) iam habet fornm:m, Q. 5. Quinto, ex hoc capite sumpta est
dicatur de re, et docet praedicari denomi4 neretur, quod etianl c. 5 tactum est de hoc vera non; id est, illud perductum est quaedam vulgaris propositio: Omnis poten-
native, non abstracte seu essentialiter' di- qua re diximus disp. XLIV, quae est d; ha- ad terminum et consummationem compara 4 tia simul contradictionis est, seu, ut commu-
cÍtur .enim lignum aeneum, non ae~, et bitibus. tione alterius. At yero quando aliquid est
ar~a lignea, non lignum. Et ratio est clara,
niter circumfertur, est patentia contraructio-
posterius generatione tamquam quid conse- nis. Cui diffidle est verum ac doctrinalem
qma pars non praedicatur de toto nisi de- CAPUT IX quens et dimanans ab aUo, ut passio seu
no!Jl:inaliye,_ qlli.a ~on,_u'pr¡¡ed_iclltur per mo- sensum tribuere. Nam imprimis, ut D. Tho-
Actum cssc. priarem substantia seu perfec- proprietas respectu fonnae, tune non opor- mas notat, videtur non posse inte1llgi de
dum tOtlus, qUla Id quod afficitur tali de- tet ut sit perfectius, ut per se constat, nisi
nominatione est ipsum totum. Quare hic ttone quam potentiam potentia activa, quia supra dictum est ab
forte ita fiar comparatio ut quod posterius eodero Philosopho non omnem potentiam
nulla relinquitur quaestio quae alicuius mo- Quaest. 1. Prima quaestio, et in hoc ca-o
.est. indudat id quod est prius et addat ali- activam esse oppasitorum, sed rationalem
menti si1. pite. directe intenta, est. an actus sit per- quid; sic enim perfeetior est anima suis
fectIor quam potentia. Haec tractatur disp~ tantum. De potentia etiam passiva non pot4
CAPUT VIII 'potentiis affeeta· quam in sua nuda sub4
XLIII, sect. ult. est esse universaliter vera, maxime in doc4
Actum esse priarem patemia q. 2. An posteriora generatione sint per- stantia; et sic est res clara.
Q. 3. Quaestio hic traetari poterat de trina eiusdem Philosophi, quia materia coeli
Quaest. 1. Primo inquirí potest an aC4 fectlOra. Hane propositionem assumit hoc est potentia ad formam, et tamen non est
tus sit prior potentia definitione, seu ratio4 distinctione duplicis finis, in eum qui est
loco Aristote!es lit principium, ex quo in- potentia contradietionis, quia non est sub-
ne. et cognitione, ut hic Aristoteles docet. -operatio tanturn, ve! qui est aliquid factum.
fert actum esse perfectiorem potentia. Cuiua
142 143
[ndic. detal~do de! la: metafísica de Aristóteles Libro noveno.-Cap. IX ~--"----_.------

potenc;a par~ ~na forma que le sea contradictoria. El cielo también tiene p~~~ ordena sólo a recepción de la forma, sino también a la propia acción y pasión,
para e. movImIento, y, sin embargo, según la doctrina del Filósofo no está' a es potencia de contradicción, bien ,absolutamente respecto de la mutación total
potencIa de contradicción, porque nO' puede estar en reposo Si s: Ob' , en o forma, por ejemplo, la potencia para generar, bien al menos respecto de las diver-
Aristóteles habla de la potencia que entra en composición o e' sta' sUJo t Jeta 'lue sas partes, por ejemplo, la potencia para el movimiento local del cielo -según
cÍ'n 1 ",. , e a a prIva- la opinión del Filósof<J--.o, y de esta suerte la proposición carece de excepciones.
o '. a proposlclon en este sentido, además de mal formulada viene a d ' .
10 IDlsmo, y es doctrinalmente inútil. Sería igual que SI' se' di' eCllr casi porque, según Aristóteles, ninguna potencia receptiva que pueda recibir el acto
tenci h'b' ..,. Jese que a po- por una acción propia, lo posee irunutable y congénito desde la eternidad; porque
a para a lto y prlVaclOll es potencIa de contradicción
, lMas hay que decir que Aristóteles habla expresamen;e de la poten . una potencia semejante no se actualiza por una acción propia, sino que se crea
me uye al mismo tiempo existir en potencia la e l " , C l a que conjunta con su acto, y está determinada por naturaleza a estar siempre sometida
r~:eptiva, respecto de la entidad positiva y de 'su cap::id~~ sl?rufica s?10 liPotencia a él. Esto 10 juzgó hasta tal punto verdadero Aristóteles en las cosas incorrup-
bIen el estado en TI fi . ' SIDO que lmp ca tam-
ésta es la intenció~ ~:~~is~~t~lestar en potenCIa y care~er d:
acto. Es evidente que
tibles, que por ello las creyó eternas: y en este sentido niega que se dé potencia
en éstas, es decir, que puedan estar en potencia y carecer de acto, absolutamente
en' poten.cia, cosa que en otra h~~óie~~;~~ e~r~~t~e~:tád~~Cge~uSeUndaocdatrel's eterdno
ltambién
a matena o cantidad d i ' 1 di"
que en 1 . 1 e chle o, o e. entendmuento o voluntal del ángel. Dice
na- e
hablando.
Ajustándose a la exacta doctrina, hay que sostener que todas las cosas creadas,
. e Cle o no ay potencIa en absoluto a 'd' , consideradas en sí y absolutamente, son potenciales o están únicamente en poten-
::::~[a I~ec~~~v~es:=a s:a~~~~ ~omp17t?mente fal;o~a s:e~e s~~:~~se ed':'s::!:V{; cia, no pasiva, sinO' en la activa del Creador, sin que se dé contradicción por
parte de ellas; por su parte, las cosas incorruptibles tienen de especial que, una
cuanto incluye el 'existir en ot l? o pOSITIVO: se refiere, pues, a la potencia en
vez creadas, no tienen de suyo intrínsecamente potencia para no existir, siendo
potencia pasiva, sino tambié: a e~cI:~t~a e~leste, sentido no sólo .es aplicable a la verdad en este sentido que no tienen potencia de contradicción en cuanto al ser
al decir que las potencias racional ' mIsmo parec::e explicarlo más abajo, en que son incorruptibles. Pero de aqui no se sigue su eternidad a parte ante
decir, capaces de obrar y no b es, son de ~~yo potencIas de contradicción, es porque, en absoluto, para existir dependen de la libre voluntad de Dios.
porque están presentes y ause~t;:r'ese~e~~m I~llas potencias irracionales, 'sólo Cuesto 6. Ultimamente puede discutirse aquí si se dan -en la opinión de
o dejar de serlo' porque asi pueden b. r, s o porque pueden ser aplicadas Aristóteles-- muchos entes necesarios por si y actos puros sin potencia; parece,
o
Exponemos el pa~aje en la disp. xxvr rar 4una~ veces y otras dejar de obrar. en efecto, afirmarlo en este lugar cuando dice que las cosas que son necesarias)
El ' ,sec., numero 14
tituye i~~~~e~~~~eaSni'osseo'lcoonpvoirerutae en u~a exposici?n de~asiado clara no cons-
no están en potencia por ser seres primeros; porque si ellas no existiesen, nada
. , q en flgor no es ld¡!;:nti ' b" de hecha existiría. Pero de esto hicimos una larga exposición en la disp. XXX,
preCIsamente así resulta útil a la inten '" " ~ ca, S1ll0 tam lén porque seco 2, y en la disp. XXXV, seco 1. Por lo que se refiere a este pasaje, Santo
el que pretende concluir que una Clan y razonamIento de Aristóteles, mediante Tomás y otros lo explican de los complejos necesarios, solamente por conexión
En efecto, por esta causa las cosas ~~::n en ac~o es más perfecta que la potencia. esencial o intrínseca del predicado con el sujeto, que se da también en los seres
afirmarse tabién, desentrañando más 1 as eslt.an ~? actO' y no en potencia. Podría cO'rruptibles. Y en cuanto son necesarios, no están en potencia, sino siempre en
a exp lcaclOn, que la potencia que no se
formam recipiendam, sed etiam ad propriam cum non repugnantia ex parte earum; res
¡ecta privationi, nec est in potentia ad autem incorruptibiles hoc habent speciale,
repugnante;m formam. Et coe1um ipsum ha- e~iam ess~t plane falsum. si de sola poten- actionem et passionem, esse potentiam con-
tIa receptIva, q~oad positivam rationem, ser- tradictionis, vel simpliciter respectu totius ut postquam creatae sunt ex se non ha-
bet J?otenttam. ad n:0tum, et tamen iuxta mutationis seu fonnae, ut in potentia ad ge- beant potentiam intrinsecam ad non esse,
mo ;sset; loqUItur ergo de potentia Ut in-
doctrm~m. P?!losopru non es! in potentia et hoc modo est verum illas non habere
contradi~t1on~s, quia non potest quiescere. ~ludl! ~sse in potentia. Et hoc modo potest nerationem, ve! saltem secundum partes di-
m~elligl non .solum de potentia passiva, sed versas, ut in potentia ad Iocalem motum potentiam contradictionis, quanturn ad illud
Quod . SI qUlS dIcat, Aristotelem !oqui de coeli, iuxta sententiam Philosophi, et sie esse in quo sunt incorruptibiles. Inde ta-
po.ten~la . quae est coniuncta ve! subiecta etmm de actIVa. Quod ipsemet inferius vi- rnen non sequitur illas esse aeternas a parte
detur declarare) cum ait potentias rationales nullaro patitur exceptionem propositio. Et
pnv~tl~ru, ~oc sensu erit pIane inepta et ratio est quia mula potentía receptiva, quae ante, quia, ut absolute sint, pendent ex
qt;lasl ldenuca. propositio, nihUque ad doc- per se esse potentias contradictionis, id est, libera Dei voluntate.
per propriam actionem potest recipere ac-
t~mam deservlens. Perinde enim est ac si quae p~ss~t agere et non agere, potentias Q. 6. Ultimo, posset hic disputari an
turo suum, secundum Aristotelem habet il-
~ceretur potentiam 3d habitum et priva- autem lr!atlonales solum quia adsunt et lum ex aetemitate congenitum et immutabi- secundum Aristotelem denmr plura enria
tlon: m esse potentiam contradictionis. absunt, Id est, solum quia possunt es- lem; naro potentia quae huiusroodi est, non per se necessaria, et puri actus absque u11a
Dlcendum vero est, Aristotelem aperte se et. non esse applicatae; sic enim pos- actuatur per propriam actionem, sed con- potentia; id enim videtur hoc loco signi-
~oqui de .potentia. quae simul includit esse sunt mterdum agere, interdum non agere creatur coniuncta suo actui, et natura sua ficare, cum ait ea quae necessana sunt
m pot.enua, quae non dicit solam potentiam quem locum exponimus disputatione XXVI' determinata est ut sub illo semper sito Quod non esse in potentia, quia illa sunt prima
r~c_eP!IyaD1, qllQa,d positivam ____ entitatem ---et- sect. 4, n. 14. ' quidem ita existimavit Aristoteles esse verum entia; si enim ipsa non essent, nihil esset
~apacltate~ . eius, sed .includit etiam statum QU?~ vero in hoc sensu sit lllffilS clara in rebus incorruptibilibus, ut eas propterea profecto. Sed de hac re late disserimus
In quo dlCltur esse m potentia et carere exposlUO- . non. obstat, tum quia in rigore aeternas esse crediderit; et in hoc sensu disp. :XXX, sect. 2, et disp. XXXV,
actu .. Hane vero esse Aristotelis mentem non e.st .~dent1.ca '. tum etiam quia in eo negat in eis esse potentiam, id est, quae pos- sect. 1. Quod vero ad hunc locum attinet
perspl:uum est; nam hoe sensu ait nihil ~eservlt mtentIom seu discursui Aristote- sit esse in potentia et carere actu simpliciter D. Thomas et alli illurn exponunt de com-
potentta ae~ernum esse; quod aliter verum lis, quo vult condudere rem in actu esse loquendo. plexionibus necessariis ex sola essentiali veJ
~on esset (mxta eius sententiam) de mate- perfectiorem potentia; nam ob hane cau- luxta veram autem doctrinaro dicendum intrinseca connexione praedicati cum sub-
na vel quantit~te eoeli, aut intellectu "el sam r;s ae.t~rnae in actu sunt, et non in est res omnes creatas, ex se et absolute con- iecto, quae etiam in entibus corruptibilibus
voluntate a~geh. Rursus ait in eoelo non p~tenua. Dlq etiam potest hoc amplius ex- sideratas, esse potentiales seu in potentia reperiuntur. Et quatenus necessaria sunt, non
esse potenuam ad moved absolute, quod plicando, potentiam quae non solum est ad tantum, non passiva, sed activa Creatoris, sunt in potentia, sed semper in actu, quoad
144 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
_L_ib,.o_n_a_ve_n_(J.~_a_p_s.~XI y :::X:::lI=-______ 145
acto, respectO' de su verdad o esencial conexión. Si se quiere afirmar que Aristó-
teles se refiere a sustancias y cosas necesariamente existentes, a las cuales cierta~ física o relativa. De la misma manera, las cosas naturalmente sin defectos
mente parece referirse, hay que admitir, o bien que usa un plural meramente pueden tenerlos moralmente, y .ba;.o este concepto el mal mo.r~l pued~ tener
doctrinal, sin intentar definir si dichos entes son muchos o uno solo, como si lugar en lo incorruptible. Esta materla la tratan con mayor extenSlon los teologos;
dijera: "sean los que sean, están en acto y no en potencia". O acaso, ]0 mismo nosotros expooemos algunos puntos en la disp. XXXV, seco 5.
que admitió muchos entes eternos, también admitió muchos necesarios, no en
el mismo grado, sino que el uno es necesario de por sÍ, y los otros por necesario
influjO' de otro, o por emanación necesaria de otro. CAP. XI
PRIORIDAD DE CONOCIMIENTO DEL ACTO RESPECTO DE LA POTENCIA
CAP. X
Para explicar esta conclusión se sirve el Filósofo de! ejemplo de la geometría,
EL ACTO ES MEJOR QUE LA POTENCIA EN LAS COSAS BUENAS,
en la cual, mediante la reducción al acto por medio de la división de lo que
Y AL CONTRARIO EN LAS MALAS
potencialmente se contiene en las líneas continuas, se llega a conocer las verda-
Parece que Aristóteles limita aquí la conclusión del capítulo anterior, o sea, des de la geometría. El texto no da pie a ninguna otra consideración, y la con-
que el acto es más perfecto que la potencia, afirmando que puede aplicarse si clusión en sí se explica en dicha disp. XLIII, seco última.
el acto es bueno para la potencia, pero no si es malo.
Cuesto 1. Este aserto ofrece no pocas dificultades: si se entiende sólo del
acto bueno y malO' en el orden moral, o se extiende al natural; y caso de que
CAP. XII
esto último sea verdad, si se aplica a la potencia pasiva, o se restringe a la activa.
Todas estas cosas se tratan en la citada disp. XLIII, seco última. CÓMO SE DAN LA VERDAD Y FALSEDAD EN EL CONOCIMIENTO DE LAS COSAS SIMPLES
Cuesto 2. Toca aquí incidentalmente Aristóteles el problema del mal, si
Cuesto 1. Justificando la unidad de este capítulo con los anteriores, ruce
es una esencia propiamente o qué realidad tiene en las cosas. Le dedicamos ínte-
gramente una disp., que es la XI. ,en este pasaje Santo Tomás que en él demuestra el Filósofo que. la verdad se
Cues!. 3. Aborda también la cuestión de la posibilidad de la existencia del mal da en el acto más bien que en la potencia. Pero el texto apenas dIce nada refe-
en las cosas incorruptibles. Aristóteles aquí 10 niega en redondo, por ser todo mal rente a esto. Por eso lo probable es que se trate de una digresión de Aristóteles,
una corrupción, y la corrupción un mal. Santo Tomás compendió la solución en una y que vuelva a exponer algunos puntos sobre el ente verdadero. En efecto, tres
-palabra: es verdad de las cosas formalmente incorruptibles, en cuanto son in- son las principales divisiones del ente que distingue esta obra: ente per se
corruptibles, pues en cuanto tales no pueden ser sujeto de privación, y la exis- (omitiendo el ente pe,. accidens), distribuido en diez predicamentos; ente en
tencia del mal sólo puede darse con alguna privación. NO' O'bstante, cosas sus- acto o ente en potencia; ente verdadero, y falso no enté. Después de haberse
tancialmente incorruptibles pueden ser mudables por sus accidentes, movimien- ocupado de las dos primeras en los lib. VII, VIII Y IX, aunque e! ente verdade-
tos o actos, y en cuanto tales, puede darse en ellas algún modo de corrupción ro juntamente con el ente per accidens, había sido excluido del estudIO de esta
di;ciplina en el lib. VI, sin embargo, en este capítulo se ocupa de él brev~­
veritatem seu essentialem connexionem. gendum sit tantum de actu bono et malo
Quod si quis velit AristoteIem intelligere de mente, principalmente para explicar cómo se encuentra la verdad en el conOCl-
in moralibus vel etiam in naturalibus; et
su1;>stanilis- et rebus necessario existentibus, si hoc posterius verum est, an id sit inteI-
de quibus sane loquí videtur, dicat, ve! doc- ligendum respectu potentiae passivae, vel
trinaliter Ioquutum fuisse in pluraJi numera, tantum respectu activae. Haee vero mUllÍa -sicae, seu secundurn quid. Similiter, quae CAPUT XII
non definiens an talia entia sint plura vel tractamus dicta disp. XLIII, sect. ultima. sunt indefectibilia in naturalibus possunt De ventate et falsitate~ quomodo sint in
unum tantum, ac si diceret quaccumque illa Q. 2. Obiter etiam hic attingit Aristo- in moralibus habere defectum, et ut sic pot- simplicium cognitione
sint esse in actu et non in potentia. Ve! te¡es quaestionem de malo, an sit aliqua est mal~m morale habere locum in incor-
ccrte sicut posuit plura entia aeterna, ita propria natura, vel quid in rebus sit. De l'uptibilibus, quae res a theologis disputa- Quaest. 1. Dt caput hoc connexionem
etiam posuisse pIura necessaria, non ta- qua re instituimus propriam disputationem, tur copiosius, aliquid tamen attingimus disp. habeat cum praecedentibus, ait D. Thomas
-men aequaliter, sed unum ex se necessa- quae est undecima. hic. in eo ostendere Philosophum. verita-
XXXV, sect. 5.
rium, a~ia ex necessario influxu alterius, Q. 3. Item attingit quaestionem, an in tem in actu. potius quam in potentia repe-
seu per necessariam emanationem ab alio. rebus incorruptibilibus malum esse possit. riri. De qua re nihil fere in textu legitur.
Aristoteles enim hic absolute negat, quia Dnde verisimile est Aristotelem digressio-
CAPUT XI nem facere, et -redire ad tractandum aliquid
CAPUT X et malum omne est quaedam corruptio, et Actu-m esse priorem cognitione quam de ente vera. Tribus enÍln distinctionibus
4ctum esse rneliori~m_u"patentia in bonis, corruptio quoddam malum. Optime vera id
potentiam cntis praccipue utitur in toto hoc opere,
secus in malis expedit D. Thomas uno verbo, id esse ve-
rum de incorruptibilibus formaliter, quate- Hane conclusionem declarat hic Philo- scilicet, entis per se (omisso ente per acci-
Hic videtur Aristoteles limitare conclu- nus incorruptibilia sunt; nam ut sic non -sophus exemplo geometriae, in qua, redu- dens) in decem praedicamenta; entis in
sionem superioris capitis, nimirum, actum possunt privari; esse malum autem non est cendo in actum, per divisionem, id quod actu ve~ potentia; et entis veri, et non en-
,esse perfectiorem potentia, dicitque intelli- rusi cum privatione allqua. Nihilominus ea, tiSI falsi. Quoniam ergo de primis duabus
gendum esse quando actus est bonus po- in potentia continetur in lineis continuis, dixerat in his tribus libris VII, VIII et IX,
quae sunt incorruptibilia in substantia pos- pervenitur ad cognoscendas veritates geo--
tentiae, non vero si sit maIus. sunt esse mutabilia in accidentibus, moti- !icet ens verum simul cum ente per accidens
Quaest. 1. Cuca quam assertionem non metriae; et circa textum quidem nihil no- exc1userat lib. VI a consideratione huius
bus aut actibus, et ut sic potest in eis ha- tatu dignum occurrit: conclusio~-autem ipsa
parva difficultas occurrebat, an id intelli- bere locum aliquis modus corruptionis phy- scientiae, nihilominus in hoc capite breviter
dicta disp. XLIII, sect. ult., declaratur. ad illud redit, praesertim ut dec1aret quo-
10
Libro décimo.--Cap. 1 147
146 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
Cuesto 6. Si puede el entendimiento humano conocer las esencias de las
miento de los objetos simples, ya que de esto habla prescindido en absoluto en
sustancias inmateriales. Pues dice Aristóteles que tiene respecto de ellas una
el lib. VI. Comienza primeramente por repetir 10 dicho en el lib. VI, a saber:
ignorancia no negativa, sino privativa; indicando que el entendimiento humano
que la verdad y falsedad se hallan en la composición. Esta opinión se presta
tiene capacidad de llegar a obtener ese conocimiento; por eso Santo Tomás dice
a muchas dudas, tratadas en la disp. VIII, de la seco 1 a la 6.
que Aristóteles en este lugar se decidió por la solución afirmativa de esta cues-
Cuesto 2. Además se trata de saber si la verdad de la composición se deri-
tión, que habla dejado flotando en el lib. III De Anima, texto 36. Pero fijándo-
va de la composición de las cosas como Aristóteles indica. Pero es evidente; ya que
se bien, Aristóteles en el lib. III De' Anima habla del entendimiento en su estado
no se trata de que a la composición de la mente, para ser verdadera, tenga que
de unión; perO' para que sea verdadera la doctrina de este pasaje --que la ig-
correspond~r una composición real, sino una unión y síntesis de extremo~ s!gni-
norancia que ahora tenemos de la esencia de las sustancias espritiuales es de tipo
tieada en la composición de la mente. Porque, aunque nuestro entendlITI1e~to
prívativo- basta que en nuestro entendimiento de por sí exista la capacidad natural
no afirma ser o no ser sino mediante una composición real de sus conceptos SIm-
para tal conocimiento, aunque el óbice de los sentidos impida llegar a su plenifica-
ples, nO' aplica, sin embargo, dicho modo de composición al objeto concebido,
ción. Por eso, la opinión presente no aporta solución definitiva al problema pro-
sino que aprehende corno compuesta una cosa de suyo simple. Por consiguiente,
puesto en el lib. III De Anima. Por lo mismo, Santo Tomás dice allí que
la verdad de nuestra composición mental se funda en la unión o identidad ob-
Aristóteles no dió la solución en parte alguna. Tratamos de esto ampliamente
jetiva que tienen los extremos de la composición, bien se trate de una identidad
en la disp. XXXV, seco lo
simple y absoluta, bien de una unión compatible con composición. Se exceptúa
Cuesto 7. Incidentalmente podda preguntarse aquf si todas las sustancias
el caso en que la composición mental expresa el J.1l()do de identidad o de
inmateriales, según la opinión de Aristóteles, son necesariamente seres en acto,
unión, por ejemplo: la bondad de Dios es su misma sabiduría, o casos pareci-
y si añadió rectamente: caso de estar en potencia, son generables y corrupti-
dos; entonces es necesario que se dé en la realidad entre los extremos el mismo
bies; en efecto, con esto parece que manifiesta Aristóteles que le es descono-
modo de identidad que se significa por medio de la cópula.
cido otro modo de producción y que sostiene que todas las cosas incorruptibles
Cuesto 3. Si la misma proposición puede ser verdadera y falsa, aunque no son seres necesariamente en acto. Mas esto 10 discutimos extensamente en la
simultáneamente, pues en este sentido es cierto que mientras haya absoluta disp. XX, seco 1, disp. XXX, seco 2, y disp. XXXV, seco 3.
verdad se excluye toda falsedad, punto ya tratado en la disp. IX, seco 1. En
cambio, sucesivamente, sí; Aristóteles 10 afirma aquí, por más que no carece
en absoluto de dificultades; no obstante, defendemos la opinión de Aristóteles LIBRO DECIMO DE LA METAFISICA
en la disp. VIII, seco 2. UNIDAD y MULTITUD; SU OPOSICIÓN Y DIFERENCIAS
Cuesto 4. Si hay alguna verdad en la comprensión de las cosas simples,
ya se ha dicho en la disp. VIII, seco 3, y antes, en el lib. VI, se apuntaron Aunque habla tratado algo Aristóteles de la unidad en los lib. IV y V, sin
embargo, por haberla considerado siempre como la propiedad principal del
algunas cosas pertinentes a la exposición de este capítulo.
ente, vuelve a estudiarla ahora, dando en todo este libro una explicación más
Cuesto 5. Si en la comprensión de las cosas simples hay propiamente fal-
amplia y detallada. Nosotros, empero, tratamos todO' 10 concerniente a esto, de
sedad, y en qué sentido se puede dar accidentalmente; disp. IX, seco 1.
Q. 6. An intellectus humanus possit Q. 7. Obiter etiam hie quaen potest an
quidditates substantiarum immaterialium ex sententia Aristotelis omnes substantiae
modo in simplicium cognitione ventas inve- unio cum allqua compositione. Nisi fortasse eognoseere. Aristoteles enirn ait habere jgno- immateriales sint ex' necessitate entia in
ruatur: hoc enim in VI libro omnino prae- in ipsamet compositione mentis exprimatur rantiam earum, non ut negationem, sed ut actu, et an recte intulerit si sint in poten-
termiserat. Et in primis repetit quod VI li- modus identitatis vel uniorus, ut si dicas: privatíonem; significans habere intellectum tia, esse generabilia et corruptibilia; in hoc
bro dixerat, scilicet, veritatem et falsitatem bonitas Dei est eius sapientia, vel aliquid humanum potestatem consequendi illam enim videtur Aristoteles profiteri se non
in compositione reperiri. De qua sententia eiusmodi; tunc enim necesse est ut talis cognitionem; et ita D. Thomas hic notat agnoscere alium productionis modum, et in-
multa dubitari pOSSlUlt, quae tractata sunt modus identitatis correspondeat in re ipsa Aristotelem in hoc loco definivisse affir- dicare omnia incorruptibilia esse necessario
disp. VIII, sect. 1 usque ad 6. inter extrema, qualis per eopulam signift- mantero huius quaestionis partem, quam m- entia in actu. Sed de hac re disputamus
Q. 2. Ulterius autem quaeritur an ve- catur. decisaro reliquerat lib. 111 de Anima, texto late disp. XX, sect. 1, disp. XXX, sect. 2,
ritas compositionis sumatur ex compositio- Q. 3. An eadem propositio possit esse 36. Sed si quis recte consideret, Aristoteles et disp. XXXV, sect. 3.
ne rerurn, ut Aristoteles significat. Sed res vera et falsa, non quidem simul; hoc erum in III de Anjma loquitur de intellectu con-
est clara. Non enim est sensus composi- modo certum est absolutam veritatem, dum iuncto; ut autem vera sit huius loci sen-
tioni mentís ut vera sit, debere correspon- inest, excludere omnem falsitatem; quod . tentia, quod ignoratio quam nune habemus LIBER DECIMUS METAPHYSICAE
dere compositionem in re, sed uruonem et tactum est in disp. IX, sect. 1; sed succes- de essentia substantiarum immaterialium.
coruunctionem extremorum, quae per com- sive, nam Aristoteles sic affirmat, et non est ad moduro privatiorus, satis est quod DE UNITATE AC MULTITUDlNE EARUMQUE
p:oslii6nem-- irieiiiis""-~signifícatur;-- -Qüamquam caret aliqua difficultate; tamen sententiam in nostro intellectu secundum se sit capa- OPPüSITIüNE AC DIFFERENTIIS
enim mens- nostra non enlUltiat esse vel Aristotelis defendimus disp. VIII, sect. 2. citas naturalis ad illam eognitíonem, etiamsi
non esse, nisi realiter componendo suos propter impedimentum sensuum non pos- Quamvis lib. IV et V nonnulla dixerit
Q. 4. An in simplicium inte1ligentia sit Aristoteles de lUlO, tamen quía semper illud
l:onceptus simplices, non tamen attribuit reí aI¡qua veritas, dictum est disp. VIII, sect. 3, sit .in hac vita expleri. Quapropter ex prae-
conceptae illurn coropositionis modum, sed sentí sententia non omnino habetur reso- annumeravit enti tamquam praecipuam eius
et supra, in lib. VI, nonnulla notata sunt proprietatem, hoe loco redit ad eius conside-
rem in se simplicem intelligit per modum Iutio illius quaestionis propositae in 111 de
eompositae. Veritas ergo compositionis men- pro huius capitis expositíone. rationem, eamque fusiorem magisque ela-
Anima. Unde D. Thomas ibi affirmat nul-
tis fundatur in uruone vel identitate quam Q. 5. An in simplicium intelligentia sit boratam tradit in toto hoc libro. Omnia ta-
libi esse ah Aristotele definitam. De ea
extrema compositionis habent in re, sive aliqua falsitas propria, et quomodo per accid vero dicimus late disp. XXXV, sect. 1. meno quae ad illum pertinent traduntur a
llla sit absoluta identitas et simplex, sive dens interveruat, disp. IX, sect. 1.
148 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
Libro décimo.-Cap. 11 149
la disp. IV a la IX, y en las disp. XL y XLI. En las primeras examinamos la
unidad y multitud trascendental, mientras que en las segundas estudiamos el Porque algunos 10 entienden de tal manera, que le hacen significar que
número de la cantidad y la unidad a ella correspondiente, por 10 que haremos cuantas cosas están en algún género participan su perfección de 10 primero y
pocas observaciones referentes al texto. principal en dichO' género, teniendo que ser por su naturaleza medidas por él, como
medida extrínseca más acomodada, PerO' aunque a veces sucede así, como, por
ejemplO', cuando 10' primero es tal esencialmente y 10 demás por participación,
CAP. 1
pues en este caso 10 primero es una especie de medida a priori) por decirlo
NATURALEZA DE LA UNIDAD EN GENERAL así, de los demás según el modo dicho; sin embargO', esto no es necesario en
En este capitulo repite Aristóteles 10 que habia dicho en el lib. V, c. 5; general, ni lo afirmó Aristóteles en pmte alguna, según se apuntó en el lib. IJ,
consúltense las observaciones alli hechas, pues no es preciso añadir nada. texto 4. Por eso, para que tenga valor general, hay que entenderlo de la medida
extrínseca, proporcionada a nuestro modo de conocer, trátese de la causa o ni},
bien a priori, bien sólo en virtud de una proporción obligada y necesaria. Pues
CAP. II
de esta manera deducimos legítimamente que cuanto más se aproxime algo a
EL CONCEPTO DE MEDIDA CONVIENE ESENCIAL Y PRIMARIAMENTE lo perfectfsimo en algún génerO', tantO' es más perfecto; se sobreentiende, claro
A LA UNIDAD CUANTITATIVA está, en igualdad de circunstancias, tomado integra y nO' parcialmente, para que
Cuest. 1. Suele discutirse aqui si 10 primero en cada género es medida sea legitima la aplicación de la medida. Asi todo resuIta fácil, ni hay por qué
discutirlo más.
de los demás; en efecto, se da por supuesto que 10 afirma Aristóteles al prin-
cipio de este capitulo, siendo sus palabras: que existe sobre todo la medida pro- Cuesto 2, Así, pues, las cuestiones propias de este lugar competen al tratado
pia de cada género; primero y espe'cialmente propia de la cantidad, pues de eUa de la cantidad, concretamente, a ver si Aristóteles explicó el concepto de medi-
se aplica a lo demás. Estas (palabras) minUten una doble interpretación: la pri- da, cuestión que exponemos en la disp. XL, seco 3.
mera de acuerdo con la puntuación aquí seguida, de manera que la palabra Cuesto 3. Además, si el concepto de medida corresponde primaria y pro-
primero no sea sustantivo, sino adverbio; por ello, el sentido claro viene piamente a la cantidad, y a las demás cosas cuasi secundaria y analógicamente; esto,
a ser que hay medida en cualquier génerO', pero que primaria y propiamente en efectO', parece ser lo que opina aquí Aristóteles. Tratamos de ello en la
conviene a la cantidad; está en su apoyo la prueha adjunta, a saber, que las disp. V, seco 6, y más ampliamente en la disp. IV, seco 3.
otras cosas no miden ni son medidas si no es mediante cierta proporción con la Cuesto 4. La segunda cuestión es si el concepto de medida corresponde
cantidad; éste es, en efecto, el significado de las palabras: pue< de ella se aplica esencial y primariamente a la unidad o uno, según indica también Aristóteles,
a lo demás; y el desarrollo entero dei capitulo tiende a lo mismo. En segundo y cómo puede compaginarse esto con 10 anterior, puestO' que la unidad no es
lugar, estas palabras pueden leerse de manera que prz'mero sea sustantivo, pun- cantidad, sino principiO' del númerO', según se dice inmediatamente. Sobre esto,
tuándolas así: que sobre todo la medida es lo primero de cada género, súplase, disp. XL, seco 3.
dijimos, continuando y principalmente [n·opia de la cantidad. De las primera. Cuesto 5. Sentido verdadero de la afirmación "la unidad es principio del
palabras asi entendidas se dedujo el axioma: "lo primero es medida de los de- número", y a qué unidad se refiere, en la disp. XLI, seco 4.
más en cada género", fácil Y además verdadero, con tal que se 10 entienda bien.
Aliqui enim ita exponunt. ut per illud sig- secundum quid, ut legitime accommodetur
nobis in disp. IV usque ad IX, et in disp. esse cuiusque generis, primum et maxime nificetur omnia quae sunt in aliquo genere
XL et XLI. In prioribus enim agimus de proprie quantitatis; hinc enim et ad alia ad- mensura; et sic est res facilis, nee maiori
participare suaro perfectionem ab eo quod indigens discussione.
unitate et multitudine transcendentali, in venit. Quae dupliciter legi possunt et expo- est praecipuum et prirnurn in illo genere;
posterioribus de numero quantitatis, et uno ni. Primo, ut hic notata sunt, ita ut illa die- Q. 2. Quaestiones igitur huius loci pro-
et ideo natura sua per ilIud mensurari tam- priae ad tractatum de quantitate spectant,
illis proportionato, et ideo circa textum pau- tio, plimum, non sit nomen, sed adver- quam per mensuram extrinsecam maxime
ca notabimus. bium; unde planus sensus est esse men- nimirum an ratio mensurae sit ab Aristote1e
accommodatam. Sed, !icet hoc interdurn ita tradita, quam expijeamus disp. XL, sect. 3.
suram in quolibet genere primo et proprie sit, ut, verbi gratia, quando illud primurn
CAPUT I convenire quantitati; et favet subiuneta pro- Q. 3. Rursus an ratiO' mensurae primo
est tale per essentiam, et reliqua per parti- ac proprie in quantitate reperiatur, in alüs
De ratione unius in communi batio, scilicet, quia alía non mensurant nec cipationern; tune enim iHud orimum est
mensurantur, nisi per quamdam proportio- vero quasi secundario et per analogiam;
In hoc capite repetit Aristoteles quae lib. dicto modo mensura quasi a priori (ut sic id enim est quod Aristoteles hic sentire
nem ad quantitatem; hane enim vim ha- dicam) caeterorurn; non tarnen id est in
V, c. 5, dixerat; videantur ibi notata; nihil bent iila verba: Hinc enim et ad alia ad- videtur; dictum est autem de ea re disp. V,
enim addendum occurrit. universum neeessarium, nec ab Aristote1e
venit; et totus discursus capitis ad hoc ten- alicubi assertum, ut lib. I1, texto 4, notatum sect. 6, et latius disp. IV} sect. 3.
dit. SecrindO', legi possunt ilIa verba ita esto Quapropter, ut sit generale pronuntia- Q. 4. Altera quaestio est an ratio men-
CAPUT II surae per se primo unitati seu uno conve-
ut primum nomen sit, et ibi fiat divisío, tum, intelligendum est de mensura extrín-
Rationem mensurae per se p1imo unitati scilicet, maxime autem menswram esse cuius- seca, nostro modo cognoscendi accommo- niat, ut etiam Aristoteles significat, et quo
quantitatis convenire que generis primum, supple, diximus, et data, et sive sit causa, sive non, et sive sit modo dictum hoc cum priori conveniat,
Quaestio. 1. Quaeri solet hoc loco an deinde addatur, et maxime pro-prie quanti- a priori, sive solum ex quadam dcbita et quandoquidem unurn quantitas non est,
primum in tmoquoque genere sit mensura tatis. Et ha ex prioribus verbis sumptum necessaria proportione. Sic enim recte col- sed principium numeri, ut statim hic dici-
caeterorum; supponitur enim Aristotelem est illud axioma: Primum in unoquoque ligimus quod magis accedít ad id quod est tur; de quo disp. XL, sect. 3.
in principio capitis id affumare, cuius ver- genere est Plensura caeterorum, quod est perfectissimum in aliquo genere esse etlam Q. 5. Quomodo verum sit unum esse
ba haee sunt, maxime autem mensuram facile ae verum, si recte intelligatur. perfectius; subintelligendum est autem cae- príncipium numeri, et de quo uno id acci-
teris paribus ae simpliciter et non tantum piendum sit, disp. XLI, sect. 4.
Libro décimo.--Cap. IV 151
150 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles ~~~=~~~~--------~-----------------
-- - -------------- conocemos. De la nJ!sma manera que en el lib. IV de la Pisiea, c. 14, llamó
Aristóteles al alma número que. numera las partes del movimientO', de la misma
CAP. III llamó aqui a la ciencia y al sentido meclida de 10 medido. Pero, al compararlos
CONTINÚA EL FILÓSOFO LA MISMA MATERIA con los objetos, añade enseguida e! Filósofo: mas en realidad más que medir
son medidos. Todos con Saoto Tomás aplican estas palabras a la medida del
. En este capítulo. suele ruscutirse sobre la homogeneidad de la meruda, si conocimiento por los objetos. Aunque acaso Aristóteles sólo haya querido decir
tlene qu~ ser de! mlSl~~ género 9ue 10 merudo; es 10 que añade Aristóteles en que en e! mismo acto· de medir una caotidad por medio de otra, también la
este capll.ulo. La soluclOn es .fácJ!, pues Aristóteles no pretende que la meruda ciencia y sentido son merudos, ya que al merur la cantidad de una cosa, también
y lo medid? tengan que ser, SIempre del mismo género entendido rigurosamente. resulta medido e! conocinJ!ento que se tiene de rucha caotidad en cuaoto la
Pues el prlffier ser e,s medida de los demás sin convenir con ellos en género. representa. Respecto de esta cuestión, es decir, de la meruda de la verdad, puede
Por 10. taoto, el senudo es que entre la medida y 10 medido tiene que haber verse 10 rucho en la disp. VIII, sobre la verdad, donde explicamos que la ver-
convernencJa formal, porque si hay absoluta equivocidad y sólo convienen en dad de nuestro conocimiento es medida por las cosas, y no al revés, mientras
el nombre, fl? puede el uno ser .me<.lido por aproximación al otro, ya que serán que el conocimiento de Dios es medida de las cosas, y no es medido por ellas;
tot:umellte dlS!ID-tOS; la conVt;menCla, empero, entre ambos a veces es sólo explicamos también la diferencia· en este punto de las cosas naturales y artifi-
análoga, por ejemplo, entre DIOS y los demás seres y a veces genérica como ciales respecto del entendimiento humano; e igualmente la que hay en las cosas
entre la ~lan~ura y los restantes colores. En este p~nto añade el Haledse que .según se atienda al ser de la esencia o al ser de la existencia, respecto del divino.
la converuenCIa no puede ser especifica, porque los individuos son de la misma
naturale~a y no hay por eso razón especial para que sea medida uno y no los CAP. IV
otros. Sm embargo, esto sólo es aplicable a los individuos en cuanto son iguales' LA UNIDAD NO ES UNA SUSTANCIA SEPARADA DE LOS INDIVIDUOS
pe;o e~ cuanto pue~en ser desiguales, puede el que sea más perfecto o teng~ Suele aqui discutirse principalmente si existe un ser primero que sea me-
mas umdad ser ~eru~a de los demás en linea de intensidad, de duración, e in- dida de los demás, o una sustancia que sea medida de las otras. Sin embargo,
~luso. de perfecclOn. smgular, ya que en esto puede existir desigualdad entre los
por 10 que se refiere a la mente de Aristóteles, hay que tener en cuenta que en
mruvIduos de la illlsma especie. Es aplicable también a la medida fundada en
este capítulo no trata directamente de si existe una sustancia que sea medida
la naturaleza, porque, se~n .ll?estra deficiente consideración humana, puede de las demás, o un ser primero que sea medida de todos, ya que apenas se
tomarse la cantIdad de un mdIvIduo para medir otra semejante.
encuentra una palabra sobre esto en todo el texto, y Santo T.omás en su magni-
La seg,unda cues~ón .0 propos~ció~ que hay que destacar aquí es si son las fica explicación apenas hace mención de ellO'. El Filósofo discute con Platón si
cosas medida de la CICnCIa, o la CIenCla de las cosas. Aristóteles, en efecto, pare-
la unidad misma es una sustancia abstracta, que no implique más esencia que la uni-
ce afirma~ 10 segund~ con estas palabras: mas decimos que también la ciencia dad; y prueba expresamente que no existe ninguna sustancia que sea la unidad
y ~l sentz~o son medzda de las cosas; pero no entiende que sean medida de· los
misma, 10 cual por demasiado evidente no necesita demostración; ni creo tam-
o?Jetos, smo~ de la~ cosas que conocemos mediante medida, ya que la mensura- poco que Platón haya pensadO' jamás en una unidad semejaote. Concluye, por
cIón. se reallza ap~lcaodo la_ merud~ al sentido o al entendimiento. Lo cual se
aclara con la razon que auade, dICIendo, precisamente, porque por ella algo aliquid eognoscimus. Sicut ergo IV Phys.
c. 14, animam vocavit Aristoteles nume- CAPUT IV
rum numerantern partes motus, ita hie vo-
CAPUT In ~1ia: ,Ve;umtamen hoc solum procedit de cavit scientiarn et sensUill rnensuram men- Unum non esse substantiam a rebus
Prasequitur Philasophus eamdem materiam rndlvldUlS 9uatenus aequalia sunt; quate- surati. At comparatione obiectorum subdit individuis separatam
nus vero m~e~ualia esse possunt, potest statim Philosophus: Atqui mensurantur nul-
In hoc capite quaeri solet an mensura quod perfectlssilllum fuerit, ve) maxime gis quam mensw·ent. Haec enim yerba D. Praecipue hic quael'Í solet an detur unum
esse debeat homogenea, eiusdem generls eum unum, esse mensura caeterorum vel in in- Thomas et omnes referunt ad mensuratio- ena primum quod sit mensura caeterorum,
re mensurata; hoc enim addit Aristoteles tensione, vel in duratione, ve! e;iam in sm- nern cognitionis ex obieeto. Quarnvis Aris- ve! una substantia quae sit aliarum men-
in hoc eapite. Habet tamen facilem solutio- gulari perfectione; siquidem in hae potest toteIes solum expljcare voluerit in ipso etiam sura. Verumtamen quod ad mentem Aristo-
nem; sensus enim Arlstotelis non est men- esse inaequalitas ínter individua ejusdem actu mensurandi unam quantitatem per telis attinet, sciendum est ipsum in hoc ea-
s~ram et men.suratum. debere esse semper speciei. Procedit etiam de mensura ex na- aliam, etiarn ípsam scientiam et sensum pite directe non tractare an detur una sub-
emsdem genens propne sumpti. Nam pri- tura rei; nam secundum humanam accorn- mensurad, quia mensurando rei quantita- stantia quae sit mensura eaeterarum, vel
~~l1"l: ens est mensura caeterorum, et cum rnodationem sumi potest quantitas unius in- tern símul mensuratur cognitio quae de illa unum ens primum quod sit omnium men-
illis ~n genere non convenit. Est ergo sen- dividui ad aliam similem mensurandam. quantitate habetur, quatenus il1am reprae- sura; vix enim aliquid de hae quaestione
sus mter mensuram et mensuratum debere Altera quaestio ve! propositio mc notanda sentat. De jJla vero quaestione, scilicet, de in toto textu reperítur, et D. Thomas, qui
ess~ formal.ern .cQnvenientiam; ..nam si om- est, an scientia ex rebus, vel res ex scien- mensura veritatis, vided possunt dicta in optime exponit, nuUam fere de hac re men-
nino sint aequivoca, et solo nomine con- tia mensurentur. Aristoteles enim hoc pos- disp. VIII de Verit.) ubi diximus veritatem tionem facit. Sed tractat Phílosophus quaes-
veniant, non poterit unum per aecessum ad terius affinnare vídetur in illis verbis: At nostrae scientiae ex rebus mensurari, et non tionem cum Platone, an ipsum unum sít
aliud mensurad; nam erunt omnino diver- e converso; scientiam autem Dei esse men-
sa; haec autero convenientia interdum est scientiam qua que et sensum mensumm re- substantia quaedam abstracta, quae non ha-
rum dicimus esse: sed non intelligit esse surarn rerUlll- et ab eis non mensurad; et beat aliaro naturam rusí unitatem, et ex
tantum analoga, ut inter Deum et alia en- declaravllnus quid discriminis in hoe sit
tia, interdum est generica, ut inter albedi- mensuram obiectorum, sed reruro quas per professo probat non dad talem substantiam,
ínter naturalia et artificialia respectu hu-
n~m et reliquos colores. Additque Aiensis mensuras cognoscimus; nam applicando ad mani intellectus; et inter res secundum esse quae sit ipsum unum, quod est evidentius
h~c non posse esse specificam, quía indi- sensum vel intellectum ipsam mensuram, essentiae, et secundum esse existentiae re- quam ut probatione .indigeat; neque eXÍs-
vldua .sunt .eiusdem rationis, et ideo non fit mensuratio. Quod patet ex ea ratione timo tale unum a Platone unquam exco-
-spectu divini.
est malOr ratlO cur unum sit mensura quam quam subdit, dieens, prapterea quia per ea
_1_52_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _~I:_n=d,=·c~e~d=e=ta=1:_la=d=_o de la metafísica de Aristóteles Liúro décimo.-Co"p-,-._V'--_____ _________ 153
ello, Aristóteles que, igual que en la cantidad, cualidad y otras cosas, la unidad '6 medida de todas las especies contenidas bajo dicho género; por consi-
no es más que la entidad indivisa de cada una, lo mismo sucede en la sustancia. Cl ?, t también la primera especie del género completo de sustanc13 puede
De donde infiere incidentalmente que de la misma suerte que en los colores existe gulen e, . . eg.un Ar'dls::
ser la medida de las restantes. Cabe obJfetar ..qued, sD
ó e1 1
eS'1 a me I ..
d'd
un color primero, habrá también en las sustancias una sustancia una, que no debe ser la unidad mínima, y que la per eCClon e lOS o e ange. ~~ es ml-
será algO' separado, sino una sustancia singular. . a sl'no grande o infinita resultando de ello una mayor contradicclOll entre
Esto sirvió de ocasión a los expositores para preguntar cuál es esta sustan- nun , '. ., l'
el concepto de medida y DIOS, por exceder mfi111tament~ e? e IDlsmo gr~ o
d
cia una. Escoto, a quien cita Antonio Andrés en la cuesto 1, lib. X, dice que no
I'gual a todas las cosas. Respuesta: la medid. cuantitatIva debe redUCIrse
es Dios, sino la inteligencia primera, por ser ella y no Dios la que se encuentra efectivamente a una cantidad mínima, para que sea:n a!~n
por • IDOd o '1~d'ldi~lS~
. 'bl.~;
en el género de la sustancia. En cambio, el Comentador, y más ampliamente ero la medida de una perfección no debe ser mínuna, SInO suma, In V.IS~ e
. de Hales,. .afirman que. es Dios. Pero no pasa de ser cuestión de palabras,
aún, A. p simple en grado máximo. Ni la infinitud significa obstáculo por ser parUclpa-
practlcamente sm lIDportancIa.
~a en grado diferente por las criatur~s, dá~d~se de este mod~ por parte de ellas
En efecto, no puede dudarse que Dios sea medida extrínseca de todas las un acercamiento desigual a la magmtud d1VIna, que se conVIerte de esta forma
co:as de una mane~a mucho más perfecta que pueda serlo la inteligencia. En en su medida.
prl?Ier ,l~gar, en v1rtud de su sl!ITIa perfección que contiene simplicísima y
emmentIslmamente todas las perfeccIones. Segundo, por razón de las ideas de todas CAP. V
las cosas que en sí contiene. Tercero, porque todos los seres son tales por ana-
logía con este ser, y por participación de él; Y todas las sustancias creadas son OPOSICIÓN ENTRE UNIDAD Y MULTITUD
i~almente parti~ipación de ésta y no de otras sustancias. CuartO', porque, con- Cuesto 1. Primera cuestión: sentido de la oposición entre unidad y multi-
s1derada la medIda formalmente, es evidente que conviene primordialmente a tud, que exponemos brevemente en la. disp. V, seco 6. .
Dios por. ser en máximo grado indivisible, inmutable y perfecto; y si se la mira Cuesto 2. Si tiene la unidad priOrIdad sobre la multitud, la división sobre
en relacIOll con nosotros, nos es también más conocido que la inteligencia pri- la indivisión. Ibid., seco 7. .
mera. N~ h~ce falta qu~ Dios se halle propiamente en un género, sino que basta Cuesto 3. Si identidad y diversidad dividen adecuadamente al ser, y senudo
que tenga CIerta comurudad formal, según se dijo en el capítulo anterior. de su oposición, disp. VII, seco ~; se deduce de ~quí qué es lo que puede afir-
Si se quiere significar la medida intrínseca de las sustancias contenida en marse sobre semejante y desemejante, Igual y deSIgual, ya que todos estos con-
el predicamento: de sustancia, no. se puede dudar que la inteligencia primera ceptos guardan la misma proporción. .. , .' , .
puede c~ber baJO tal concepto. TIene, en efecto, la perfección proporcionada a Cues!. 4. Significado de la proposlclOn: se d,ferencJan generlcamente las
esa funcIó.n, a saber, que por comparación con ella se pueda medir y conocer cosas que no tienen una misma materia; disp. X~XV, se~. 2., . .
la per!eccIón de l?s. otras. Además, la especie suprema de un género completo Cuesto 5. Si han de llamarse propIamente dIferentes, o mas bIen dIVersos
de ammales, de VlV!entes o de cuerpos, puede ser, guardada la debida propor- los géneros de los distintos. predicame~tos .. Aristótele~ insinúa aquí. lo primero;
pero comúnmente se los tIene por prlI~at1amente diversos: ~aterIa abunda?~e
gitatum. Hinc ergo conc1udit Aristoteles rum omnium, quas in se habet. Tertio, quia sobre esto, disp. XXXII, seco última, disp. XXXIX, seco ultima, algo tamblen
quod, slcut in quantitate, qualitate et allis omuia entia sunt entia per analogiam ad
rebus, unitas nihil aliud est quam entitas uni- hoc ens, et per participationem eius, et
en la disp. IV, seco 1 y 2.
uscuiusque rei indivisa, ita etiam in substan- omnes substantiae creatae similiter sunt par-
tiis. Ex quo tandem obiter infert quod, sie- ticipationes huius substantiae et non alte- omnium specierum sub taH genere conten- modo unum et multa opponantur, quam
ut in eoloribus datur unus primus eolor j rius. Quarto, quia, si sit sermo de mensura tarum, servata proportione; ergo et prima breviter tractamus disp. V, sect. 6.
ita in substantiis una substantia, quae non secundum se, sic constat Deo maximc con- spedes totius generis substantiae poterit esse
erit aliquid separatum, sed singularis ali- Q. 2. An unum sit prius multitudine,
venire, quia est maxime indivisibilis, im- reliquarum mensura. Dices: menSura, secUll- et divido indivisione, ibid., sect. 7.
qua substantia. mutabilis et perfectus; si quoad nos, nobis duro Aristotelem, debet esse minima; per-
Bine sumpserunt expositores occasionem etiam est notior quaro prima intelligentia. fectio autem Dei vel angeli non est míni- Q. 3. An idem et diversum adaequate
quaerendi quae si! haec substantia una. Et Neque oportet ut Deus sit proprie in ge- ma, sed magna, vel infinita, ex qua parte dividant ens, et quomodo opponantur, disp.
Scotus hie, quem transcrJbit Antonius An- nere, sed satis est ut habeat convenientiaro magis repugnat Deo ratio mensurae, quia VII, sect. 3; et inde constat quid si! dicen-
dreas, q. 1, lib. X, dicit non esse aliquam formalem, ut praecedenti capite infinite atque ita aequaliter superat omnia. dum de simíli et dissimili, aequali et inae-
Deum, sed primam intelligentiam, quia haec dictum esto Respondetur: mensura quanta debet redu- quaJi; haec enim omnia eamdem propor-
est in genere substantiae, non vero Deus. Si quis autem velit assignare mensuram ci ad minimam aliquam quantitatemj ut tionem servant.
At vero Cornmentator, et latius Alex. Alens. intrinsecam substantiarum contentam in sit aliquo modo indivisibUis; tamen men-
declarant esse Deum. Sed lis fere est de no- Q. 4. Quo modo intelligenda sit illa pro-
praedicamento substantiae, non est dubium sura perfectionis non debet esse minima,
mine _el paxvi moment.i. quin prima intelligentia possit eam ratio-- sed surnma, maxime autem indivisibilis et positio: Ea genere diffemnt quorum non
Non est enim dubium qujn Deus sit ex- nem subire. Nam habet perfectionem tali simplex. Infinitas vero non obstat, quía est materia una, disp. XXXV, sect. 2.
trínseca mensura omnium multo altiori mo- muneri accornmodatam, scilicet, ut per com- inaequaliter a creaturis participatur, et ita Q. 5. An genera diversorum praedica-
do quam possit esse intelligen"tia. Primo ra- parationem ad illam caeterarum perfectio ex parte earum est inaequalis accessus ad
tione summae perfectionis suae, simplicis- mentorum dicenda sint proprie differre, vel
mensuretur et cognoscatur. Item suprema i11am Dei magnitudinem, et hoc modo per
sime et eminentissime continentis omnes illam mensurantur. esse diversa. Aristoteles enim hic primum
species in toto genere animalium, vel viven-
perfectiones. Secundo, ratione idearum 1 re- tium, ve! corporum, potest esse mensura insinuat, ac communiter censentur primo di-
CAPUT V versa. Sed de hac re satis disputatione
1 Idearum, según aparece en algunas ediciones resulta más inteligible que ipsarum, De oppositione inter unum et multa XXXII, sect. u1t., disp. XXXIX, sect. ult.,
como leemos en la ed. Vives (N. de los EE.). ' Quaest. 1. Prima quaestio mc est, quo- nonnihil disp. IV, sect. 1 et 2.
154 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
Los otros puntos que aquí se. exponen sobre la diversidad y diferencia son
suficientemente tratados por el FIlósofo y quedan apuntados más arriba, en el
- Libro décimo.-Cap. VI
.uguno que distando del maxlmo se halle a la mínima distancia. Finalmente,
155

lib. V, caps. 9 y 10. en la cantidad hay partes mayores y menores; pero no hay una parte máxima
o mínima, pudiendo, por consiguiente, existir una desigualdad mayor o menor,
CAP. VI
pero. no máxima.
CONTRARIEDAD Respondo que los argumentos demuestran que no se trata de una conse-
. Desde aquí hasta el fin del libro trata Aristóteles de los opuestos . 'cuencia fonnal, sino que es sólo aplicable a las cosas en que no se da proceso
cI'pa;m~nte de la contrariedad, materia bastante fácil, y objeto más bi;n yd~r:; al infinito. De hecho supone el Filósofo que no se da este proceso en las espe-
dialectlcos i por eso. nosotros dedicamos poco al estudio de los opuestos Los cies de cosas o cualidades, y por ello no se para a demostrar específicamente la
puntos mas necesanos se expusieron al tratar de la cualidad en cuy . , ilación, sino que da por cierto que al igual que, por ejemplo, en las cualidades
se da únicam t . dd I ' o genero "Se da una distancia mayor o menor, se da también la máxima. Valiéndose de
. en. ~ ,con p~ople a a contrariedad, en toda la disp. XLV. En
e.amblO, la OPOSl~IO~ relatIva se estudia en la disputación sobre los entes rela- la inducción y experiencia, 10 confirma por los términos próximos de las muta-
tivos,. qm; es la dlsp. XLVII, donde tiene su propio lugar. De la negación clones que tienen lugar entre algunos términos últimos y máximamente distantes.
y ~rlVaclOn nos ocupamos en la última disp., que dedicamos a los entes d Por fin, rechazado el proceso al infinito, que sólo tiene lugar o bien en las
-razono e cosas posibles, de las que no hablamos aquí, o bien en la división del continuo,
.C.~est. 1. Po~ lo tanto, en este capitulo podría disputarse primero la pro- () en alguna proporción derivada de ella, como es el caso de casi todos los ejem-
pOSlClOll que se ID.s,erta e~ su comienzo: donde se da la dútan'cia ma or plos aquí aducidos, rechazadO', repito, este procesO', la ilación es perfecta. Por
n: enor, se da t~mbzen la dzstancia máxima o. suma. Parece que no puede ~dml­ eso Santo Tomás en el comentario da como única prueba que no existe proceso
urse. como unIversalmente verdade~a, porque en los números existe una dis- .al infinito. Con el mismo procedimiento, si no se da dicho proceso en dirección
tanCIa mayo: y llenor; efectivamente, el número 2 dista más del 5 que del 3' del otro extremo, se prueba que eyjste una distancia mínima.
no se ~a, sm embargo, una distancia máxima. Lo mismo sucede en las fi ra~ Además, en virtud de la ilación, no se llega a inferir la existencia de una
br espeCIes 1d~ seres sustanciales; en efecto, hay mayor distancia entre un km- distancia máxima positiva, sino únicamente negativa, es decir, una distancia tal,
di~~ yn ~o~, que entre un león r. un caballo, y, sin embargo, no existe una
, c a maxlma, puesto q,u~, 8?mltlda una especie perfecta, puede darse otra
que no pueda darse otra mayor; y esto se deduce con evidencia de la no exis-
tencia del proceso al infinito. No puede, en cambio, demostrarse suficientemente
mas perf ec~a. Tampoco esta JustIficada esta ilación: existe una distancia mayor a partir de dicho antecedente, que sea ella sola mayor que las demás, y que
y u:en~¡ ~ego, ~uede existir la mínima. Por consiguiente, tampoco se sigue no puedan darse dos distancias entre especies que se excluyan u opongan
q eX1~. a a maJOma. El antecedente es claro, porque entre extremos máxima
distando por igual dentro del mismo género, ni basta para ello la negación del
~ente . lstantes pueden multiplicarse infinitamente los medios a roa or o men -
~~ss~:~Iaded~o:u:~~~e~~~' ~e ~ue ~a me~or distanc~~
proceso al infinito, como es evidente. Mas para la contrariedad acaso baste aquel
nUpllca llelgue lal úlltimo" esté a modo de distancia máxima; en efecto, justicia e injusticia parecen guardar entre
, 01' eJemp 0, e ca or maXIllO y mímmo en intensidad
-supuesto que se den~ están ,. d' . .. sí la misma distancia que guardan la templanza y la intemperancia, y ambas dis-
que distan má t di a maXIma lst~C13, eXIstIendo entre estos UDOS tancias están en el gónero del bábito moral. Y en el género del vicio, dista lo
s y o ros que stan menos y, SlU embargo, no puede darse calor
mismo la prodigalidad de la avaricia que la temeridad de la pusilanimidad. Por
. Ca:tera. quae de diversjtate ac differen~ ~ar et minar distantia, datur etiam ma-
tIa hic dlcuntur, a Philosopho sufficienter :;ama ~eu summa. Videtur ením non esse
t~actantur, et insinuata etiam sunt supra, -minor pars, et tamen non datur maxima aut eam probat, rusi quia non datur processus
m . umversum vera, nam in numens est minlma, et ideo dad potest maior vel minor in infinitum. Et eodem modo inferri pot-
lib. V, c. 9 et 10.
n:alO~ et min<;,r ~stantia: magís enim distat maequalitas, non tamen maxima. est dari mínimam distantiam, si versus al-
bmanus a qumano quam a ternario; et ta~ Respondeo argumenta convincere conse- terum extremum non detur ille processus.
CAPUT VI me-? non ~atur maxima. Idem est in figuris .cutionem non esse formalem, sed solum in Et praeterea ex vi illationis non infertur
De contrarie tate e~ m .specl.ebus rerurn substantialium; ma- üs tenere in quibus non datur processus dad maximam distantiam positive, sed ne-
gIS erum dIstant inter se horno et leo quam gative tantum, id est aliquam qua nulla sit
Hinc ad ~~m llsque libri agit Aristote- l~o et. equus.' et tamen non datur maxima
in infinitum. Supponit autem Philosophus
17 8 de OPPOSlus, et praesertim de contra:" de facto non dari hune processum in spe- maior, hoc autem evidenter infertur ex eo
dlstantIa, qwa data quacumque specie per- debus rerum aut qualitatum, et ideo non quod non proceditur in infinitum. Quod
n.etate~ quae res parum difficilis est, et fere
fec~a, potest dari perfectior. Item non se- probat specialiter illationem; sed tamquam vero illa sit tantum quae caeteris sit maior,
dmlec!lcorum propria, et ideo pauea in hoc qwtur: datur maíor et minor distantia·
opere de oppositis disputamus. Ea vero certum sumit, sicut datur in qualitatibus, et quod sub eodem genere non possint dari
erg? pot~st dad minima. Ergo nec sequitu~ verbi gratia, maior et minor distantia, ita duae distantiae specierum ínter se repug-
quae necessaria visa sunt, inter disputan- dan maXlmam. Patet antecedens, quia inter
-c'::ffi de qu~litate, in '~uo -solo--genete pro- etiam maxima. Quod inductione et expe- nantium seu oppositarum aeque distantium,
extrema maxÍme distantia possunt in infini- 1'ientia confinnat ex proximis terminis mu- non potest satís colligi ex' illo antecedente,
pIla contranetas repentur, dicta sunt disp. tum .mu!tiplicari media magís et minus di-
X: LV, p,er totam. Oppositio vero relativa in tationum quae fiunt inter aliquos ultimos neque ex negatione processus in infinitum,
s~antIa, lota ut nunquam perveniatur ad ul- ut per se constato Fortasse vero ad contrarie-
.dlspu~atlOne de relativis, quae es! XLVII, tunu~, quod minime possit distare ab ex-
terminos et maxime distantes. Denique, se-
prop~lu~ locU?1 habet. De negatione autem cluso processu in infinitum, qui solum da- tatem sufficit distantia maxima illo modo;
!reInls.; ut calor summus et mínimus in tur aut in rebus possibilibus, de quibus non tantum enim distare videtur iustitia ah in--
e.t pnvat~on~, ~ .ultima disputatione de en- IDten~lOne (supposito quod dentur) maxí-
tlbus ratlorus dicunus. est sermo, aut in divisione continui, ve! ali- iustirla· sicut temperantia ab intemperantia,
11?-e dls~nt,. et d~tur inter hos quidam ma- qua proportione quae inde resultet, ut fere et utraque distantia est sub genere habitus
Quaest.. 1. In ,hoe ergo capite disputari gIS, alli Inlnus distantes, et tamen nullus
,po.sse~ 'pruno ,d,e illa propositione quae in in ornn..tbus exemplis adductis fit, secluso moralis. Et sub genere vitü tantum distat
d~tur calo~ dist.ans a summo qui mÍnime (inquam) hoc processu, optima est illatio. prodigalitas ab avadtia sicut temeritas a
prmClplO Caplt1S supponitur: Ubi datur dIstet. Deruque ID quantitate datur maior et Unde D. Thomas in Comment. non aliter pusillanimitate. Itaque, llcet in una ve1uti
Libro décimo.-Caps. Vlll y IX
156 Indice detallada de la: metafísica de Arist6teles
perfecto y deficiente re~~ecto del otro,. y, se le com~ara por ello como una pri-
vación; ambas son admisIbles, pero. el FIlosofo ~e lnclma por la. se~unda.
La otra afirmación -la existencia de medIO entre los prIVatlVamente opues-
toS- debe entenderse de tal manera que en el medio mismo se prescinda de
la propiedad de la privación; efectivamente, existe medio, no. sólo respecto ?e
la forma, sino también de la aptitud para la forma. De esto se trata más amplia-
mente en el lugar 3lltes citado.

CAP. VIII
CóMO UNA UNIDAD SE OPONE A OTRA

Tratamos este tema en la misma disp. XLV. Lo que aquÍ expone Arsitóte-
les sobre 10 igual, cómo se puede oponer a do.s co~as, a 10 mayor ! a 10 ~eno~,
carece de dificultad; en efecto., es oposición en CIerto modo relatlVa, meJor di-
cho resultante de la carencia de una relación que podría tener, por 10 cual
dic~ Aristóteles que es una oposición a modo de privación. También afirma
que esta oposición se puede reducir a la que hay entre uno y muchos; ya que
la igualdad se funda en la unidad, y en cambio, 10 gr311de y pequeño en la
carencia de esa unidad, o en la diversidad de magnitud o cantidad.

CAP. IX
OPOSICIÓN DE UNIDAD A MULTITUD y NÚMERO
CAP. VII Cuesto 1. El motivo de dudas en este capítulo es que Aristóteles afirma
DIFERENCIA ENTRE CONTRARIEDAD Y LAS DEMÁS OPOSICIONES
que multitud guarda relación de g6nero con el número, y q~e el número añade
a multitud la razón de ser medido o mensurable por la umdad, y que, por lo
. Apenas hay nada que advertir en este capítulo. Porque la afirmación de mismo, la multitud se opone a la unidad a modo de contrariedad o privación,
Amtoteles de que la primera contrariedad es el hábito y la privación hay que y, en cambio, el número se opone relath:amente. El nu~o de la dificultad consist: en
entenderla as!: que todos los contrarios se oponen en algún modo' privativa- que, igual que todo número es multItud, de la mIsma manera toda mulutud
mente, y que d:
algun,a manera aquí está la razón de su oposición. Dos mane- es número; ¿en qué sentido, pues, multitud está en relación de género con
ras hay de conslde,rar. mcl:lÍda la oposición privativa en la contrariedad: o bien número? Más aún, toda multitud se compone de unidades, y puede, por lo
porque un contrarIO Implica la privación del otro; o bien porque uno es im- tanto, medirse por la unidad; por consiguiente, en esto no se diferencia del
linea et latitudine extrema maxime diffe- Q. 5. Praeterea quomado extrema con- fundatur, magnum autem et parvum in ca-
.per modum privationis comparatUI; et
r~nt, non tantum negative, sed etiam posi- ~raria sint in medUs, vel possint esse simu!" utrumque verum est, hoe autem posterius rentia illius unitatis. seu in varietate mag-
uve comparatione mediorum, tamen secun- 111 eodem subiecto. nitudinis vel quantitatis.
dum diversas lineas et considerationes pos- intendit Philosophus.
Q. 6. Et ea occasione ibídem agitur de Quad etiam hic dicitur, inter privative
sunt esse pIures distantiae maximae etiam CAPUT IX
contrariorum permixtione. De eorum vero opposita dari medium, ita intelligendum est
sub . ~odem genere prout ad contrarietatem
sufflClt, ut declaratum esto lntensione et remissione agimus in disp. ut ín ipso medio recedatur a proprietate Quomodo unwm opponatur multitudini et
XLVI. privationis; datur enim meruum tum for-
o Q. ~'. ~ecundo, ,P0test inquiri an bona mae, tum etiam aptitudinis ad formam: de
numero
Slt defmltlo contranetatis quae ex hoe ea-
-qua re latius in praediete loco. Quaest. 1. In hoe capite dubitationem
pite sumitur, seiIieet, est: Ma,:nma distantia CAPUT VII habet quod ait Aristoteles, multitudinem
eorum quae sub eodem genere maxime dif- De differentia intra contrarietatem et alias CAPUT VIII compal'ari ut genus ad numerum, et nu-
f erunt" et ab eodem subiecto se expellunt. oppositiones
Ita elllm fere omnes expositores definitio- Quomodo unum uni contrarium sit merum addere multitudini rationem men-
nem eolligunt; et ita censendus est Aristo- In hoe capite nihil fere occurrit notatione surati seu mensurabilis per unitatem; ideo-
Haee res tractatUI a nobis dicta disp. que multitudinem opponi uni quasi contra-
tetes alias defiriitlones, quas· hk refert, pro- digmull;' Nam quod Aristoteles ait, primam XLV. Quod vero ruc Aristoteles tractat de
bare, u~ huie aequivaleant; de qua disp. contranetatem esse habitum et privationem, aequali, quemodo opponatur duobus, sci- rie vel privative, numerum vero opponi
XLV dletum esto hune habet sensum, omnia contraria esse lieet, maiori et minori, difficultatem non ha- relative. Et ratio difficultatis est quia sic-
. Q. 3. Ubi etiam tractamus quaestionem aliquo modo privative opposita, et illud esse bet; opponitur enim quasi relative, seu po- ut omnis numerus est multitudo, ita om-
lllam,. an contrarietas in solís qualitatibus quasi radieem suae oppositionis. Duobus. tius per carentiam cuiusdam relationis, quam nis multitudo est numerus; quo modo er-
repenatur, quoniam definitio videtur etiam autem modjs potest intelligi in contrarietate posset habere, et ideo ait Aristoteles opponi go multitudo se habet ut genus ad nume-
aliis convenire, nisi aliquid subintelligatur. inc.ludi privativam oppositionem, sciIieet, vel quasi privative. Ait etiam illam oppositio- rum? Item omnls multitudo unitatibus
Q. 4. Item an uní unum tantum con- qrua unum contrarium infert privationem nem posse redud ad eam quae est ínter constat; ergo per unitatem mensurad pot-
trariu~ sit, .et quamado media opponantur alt~ri.us, vel quia unum est imperfectum et unum et multa; quia aequalitas in unitate est; non ergo in hoc differt a numero. Hic
extremlS et mter se. deflqens respectu alterius, et ideo ad illud
158 - - - - - - - - - - - - - Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
------ Libro décimo.-Cap,O.__X':-__________________
número. Este pasaje admite dos explicaciones: la primera, que Aristóteles quiera Ahora bien, puede cuestionarse si 10 que afirm.a aquí. Aristóteles sobre el
decir aquí que únicamente la multitud compuesta de cosas cuantas es número, di tiene un valor absoluto y universal de cualqmer medio formal o pOSltlVO,
y mensurable por la unidad cuantitativa, y que sólo ésta es principio del núme- mevafe sólo para alguno de ellos en particular. Aristóteles, en efecto, h~~la en
ro; y que puede, por 10 mismo, la multitud llamarse génerO' o cuasi género, por- D sis sin hacer distinción algun·a; por eso sus exr:reslones parecen adqUlrlr va-
abarcar el número cuantitativo y toda multitud trascendental. La segunda interpre_ te ' . al La dificultad surge porque el medIO de la tercera clase no se
tación es que el número significa una' multitud limitada y determinada, mientras lor umvers . . t ca al
d decir con propiedad que conste de los extremos, ru que per enez . ,
que multitud hace abstracción de esto, y puede de suyo abarcar incluso una-
multitud infinita. Consiguientemente, el número expresa multitud mensurable
~:m~ género que ellos, ni que sea como el término próximo de transm,:t~clOn
de un vicio al extremo opuestO', siendo así que éS,tas son las tres. condicIones
por la unidad, mientras multitud prescinde de esto, porque multitud --en virtud que principalmente atribuye Aristóteles en este capItulo a los medIOS entre los
del concepto común-- puede ser inmensurable. Cuál de estas opiniones está
más de acuerdo con la mente de Aristóteles no parece suficientemente declarado contrarios. . ., 1 . 1 nt
Hay que responder no obstante, que su exposlclon va e uruversa m~ e
por él. Mas la primera es la de Santo Tomás y es la corriente. A ella se ajusta
aquí la exposición sobre la medida cuantitativa y sensible. En la disp. XLI, consta claramente' sobre todo al fin del capítulo. La doctrina se venfica
como
n absoluta propiedad ,en el medio entendIdo . d e I '
pnmer modo (aunque queda
seco 1, tratamos de investigar cuál sea la verdadera realmente.
f~ cuestión concreta de la existencia de un medio ~a1, de 10. cual tratamos en
la citada disp. XLV). En la segunda clase de m~dio se reahzan con bastante
CAP. X propiedad las dos primeras condiciones; en cambIO, en la tercera no hay que
EL MEDIO ENTRE LOS CONTRARIOS ES DE SU MISMO GÉNERO Y CONSTA DE EU.OS ntenderla de tal modo que se precise que el medio por que se pasa de ex~remo
~ extremo sea siempre de la misma naturaleza,. sino que en algunos <:ontrarlOs se
Cuesto 1. Suele primeramente discutirse de qué género de contrarios babIa realizará efectivamente el tránsitO' por un. medio formal, o que ~~ntI:ne [?rmal-
aquí Aristóteles. No se trata de un mediO' por negación de los extremos. Lo pri- mente los extremos degradados; en cambIO, en otros por un me 10 v~rtua , pero
mero, porque es evidente que este medio no consta de extremos, según 10 dicho, . . . . último sólo- acaece cuando las cualidades extremas no pueden ururse forma1-
ni puede cumplir los otros requisitos que exige del medio aquí Aristóteles; lo ~~ . d
mente. De ello se babIa también en el lugar CIta O. . ••
segundo, porque entre opuestos privativa o relativamente existe tal medio, cosa A su vez en la tercera clase de medio no se cumplen dichas condICIones
que aquí niega Aristóteles. Es, pues, cierto que Aristóteles habla aquí de un con esta pro~jedad, sino. con cierta p~oporción. Hay que tener .en cuenta ~u.~
medio positivo. Es decir, una forma positiva media entre las que ocupan los extre- el hábito de virtud, medIO entre los VIClOS extremos., puede consIderarse o uru
mos 'contrarios. Este medio parece que puede darse de tres maneras: la una, camente en cuantO' hábito que inclina a un determmado modo. de obrar, o en
en virtud de la mezcla formal de los contrarios, relajados de grado, por ejem- cuanto virtud y bien honesto. Según lo primero, des~mpeña propIamente papel de
plo, la tibieza; segundo, por contener virtualmente o participar de. '10s extre- medio y conviene genéricamente con los extremos, mIentras que no puede en modo
mos, como en el casO' de los colores medios -entre los extremos; por fin, por algun~ darse esto en la segunda consideración; por eso, _no se opone a ellos
alejamiento de ambos extremos, como pasa con la virtud entre dos extremos como medio dentro del mismo género, sino como abs?lutam:n:e opuesto p~r
viciosos.
razón de género contrario; éste es el modo como explica Anstoteles la 0POSl-
Iocus duplicher explicari potest: primo, ut CAPUT X cesse sit medium. per quod proceditur ab
Aristoteles hic sentiat solam multituclinem Quaeri potest an quae Aristoteles hic do--
Medium inter contraria esse eiusdem gene- cet de medio, vera sint absolute et universe extremo in extremum esse semper eiusdem
ex rebus quantis constantem esse nume- ratiorus, sed in quibusdam contrariis COll-
rumo ac mensurabilem unitate quantitativa, ris ex illisque constare de medio fonnall seu' positivo, an de ali~
quo horum in particu1ari. tinget transiri per medium formale s:u
solamque hanc esse principiurn numeri; Quaest. 1. Primo quaeri potest de formaliter continens extrema refracta, In
ideoque multitudinem appellari gen1,lS vel quo genere contrariorum loquatur hic Aris- Aristoteles enim nihil distinguít, et doctri-
naliter loquitur; unde videtur sermo eius allis vero per medium virtuale; solum vero
quasi genus, quía comprehendit numerum toteIes. Et non est quaestio de medio per accidit hoc posterius, quando qualitates ex-
quantitativum et omnem multitudinem abnegationem extremorum, tum quía cer- esse universalis. At obstare videtur quod
med.lum terti~ generis non potest vere dici tremae non possunt formaliter coniungi;
transcendentalem. Secunda -interpretatio est tum est hoc medium non constare illo modo de quo etiam in citato lt;co dictum esto ..
ex extremis, et ab illo non posse verificari constare ex extremis, nec esse in eodem ge- At yero de medio temo modo non verifl-
numerum significare multitudinem defini- nere cum illis, neque esse quasi proximum
alia. qnae hic Aristoteles de medio docet; cantur dictae conditiones ita proprie, sed
tam ac terminatam; multitudinem vero abs- tum etiam quía inter privative et relative terminum transmutationis ab uno vitio ad
trahere et de se comprehendere etiam infi- per quamdam proportion~. .Est a.utem
opposita invenitur hoc medium; quod hic aliud extremum; has autem tres conditio- considerandum habltum vu:tu't!S, qUl est
nitam multitudinem; et ideo numerum di- Aristoteles negat. Certum est ergo hic lo- n~s potissime tribuit Aristoteles hoc capite
cere multitudinem mensurabilem unitate; medium inter extrema vitia, posse conside-
qui AristoteIem de medio positivo, quod est mediis inter contraria. rad vel solum in ratione habitus inclinan~
multitudinem - vero"'~abstrahere, .quia multi- aliqua forma positiva media inter extreme Sed dicendum. sermonem esse universa~ tis ad talem operandi madum, vel in ratio-
tudo ex vi hulus communis rationis potest contrarias. Hoc autem medium triplex vide-
esse immensurabilis. Quod horum sit ma- Jem, ut expresse constat praese;tim ex ~e ne vlrtutis et honesti boni. Priori modo ha-
tur reperiri: unum, per formalem mixtio- capitis. Verjficatur autero doctnna propms~ bet proprie rationem -medii, et ita convenit
gis ad mentem Aristotelis, non videtur ab nem contrariorum in gradibus remissis, ut
ipso satis declaratum. Prior tamen exposi- sime de medio primo modo suropto (quam- in genere curo extremis, secund? au~er:t
est tepiditas; alterum, per virtualem conti- quam quaestio specialis sit an tale roedium modo minime; unde non opporutur illis
tio est D. Thomae et communis. Iuxta nentiam seu participationem extremorum,.
quam hlc est sermo de mensura quantitati~ detur, de qua in dicto disp. ~V): In me- ut medium sub eodem genere, sed ut extre~
ut sunt colores medü inter extremos; aliud me oppositum ratione generis contrarü}. quo
va et sensibili. Quíd autem in re verum sit, dio autem secundo modo saus euam pro-
denique per recessum ab utroque extremo, modo ait Aristoteles capite de OpposltlOne,
tractat:ur disp. XLI, sect. 1. ut virtus i,nter duO' extrema vitia.
prie locum habent duae primae conditiones;
tema vera non est ita inteUigenda. ut ne- in Postpraedicamentis, opponi bonurn et ma-
160 Indice detallada de la metafísica de Arist6teles
_L_i~_o_!!_d_m~=-Cap._X_I_I_____________________________________1__
61
ción entre bien y mal en el capitulo sobre la oposición en los postpredicamentos.
Por 10 tanto, según la segunda consideración, este medio no consta en modo en los Predicamentos, y pO'r lo que hemos explicado en la disp. XLV. Se puede
alguno de sus extremos. En cambio, según el primer concepto, aunque no cons_ responder en pocas palabras que· la contrariedad entre formas físicas es propia
te en rigor, participa hasta cierto punto de la naturaleza de los extremos. Pues de cualidades, pero que la contrariedad entre formas metafisicas se extiende a los
tiene algo del modo de obrar e inclinación de ambO's extremO's. Por ejemplO' ütros géneros. Además, esta contrariedad, que se puede calificar de metafísica,
la liberalidad inclina a dar, cO'incidiendO' en ellO' basta cierto punto con la prodi~ es menos propia, porque el génerO' no se compara a las diferencias como un
galidad; pero, al mismo tiempo, inclina a veces a retener, pareciendo asemejarse -sujeto en sentido estricto, del cual ellas se eliminan mutuamente. Se llama con-
en esto al otro extremo. Por este mismo motivo, aunque no sea necesario pasar trariedad, porque es repugnancia entre formas positivas, y en este sentido se
de un vicio a otrO' por una virtud, es ciertamente tránsito obligado una especie .semeja mucho a la contrariedad prO'pia.
de participación material o imitación de virtud, pues nadie se convierte de Cuesto 3. Tambkn puede examinarse aquí incidentalmente, si las diferen-
avaro en pródigo, si primero no comienza a gastar, cosa que puede hacer muchas cias contraen de tal manera al génerO', que éste se ha de dividir en las distintas
veces de propósito, si quiere. especies y diversificarse esencialmente. Así 10 afirma expresamente el Filósofo,
A pesar de todo, el principio: no se pasa de extrema a extremo si no es según hicieron notar Santo Tomás, el Halense, y otros.· Mas parece que hay
por un, r;zedio, hay. que entenderlo ~e la trans.formación que se realiza por un dificultad por parte de la unidad del género y de su univocidad objetiva. Con
~odo fISICO y propIo, ya que la realIzada mediante actos inmanentes y cambios todo, la opinión de Aristóteles es absolutamente verdadera, y tiene como con-
mstantáneos no es preciso que se realice así, como es evidente. secuencia que el género no se distingue realmente de la especie en que se con-
trae. Esta es, en definitiva, la opinión de Aristóteles aquí, de la que me ocupé
CAP. XI largamente en la disp. VI, seco 9. Se concluye también de esto que el principio
o forma de donde se abstrae el género no tiene la misma esencia en cosas especí-
DIVERSIDAD ESPECíFICA DE LOS CONTRARIOS; ESTA DIVERSIDAD INCLUYE CONTRA-
ficamente distintas, y que no han sido -consecuentemente- formas realmente
RIEDAD DE DIFERENCIAS
distintas aquellas de las cuales se ban abstraído la diferencia genérica y la espe-
C?est. ~. La pr!n~ipal cuestión propia de este lugar consiste en saber si cífica, según se expone en la disp. XV, seco 10.
las dIferen~Ias que .dIYIden el género en especies son contrarias, y si a su vez Cuesto 4. Puede cuestionarse finalmente si el género y la especie se distin-
los contrarlOS se distmguen especí:fjcamente. Ambas cosas parece afirmar Aris--. guen específicamente O' sO'n de la misma especie. Opina aquí Aristóteles que deben
tóte!es. La segunda parte no tiene dificultad, ya que es evidente que dos con- negarse ambas cosas: lo expliqué en la disp. Vil, seco 3.
trarIOS baJo el. mismo g~nero tienen que distinguirse específicamente, pues dos
cosas de !a mIsma espeCIe en cuanto tales no pueden ser contrarias, puesto que
son semeJantes. CAP. XII
<;uest. 2. En c.ambi~, .la otra parte -que tO'das las diferencias que dividen SE PUEDE DAR ALGUNA CONTRARIEDAD SIN DIFERENCIA ESPEcíFICA
~l gen~ro en espeCIes dIstmtas son contrarias- parece falsa o, por lo menos,
ImpropIa. De lo contrario se daría propiamente contrariedad en la sustancia Se presenta aquí inmediatamente la cuestión de la afirmación misma mante-
y en cualquier género, 10 cual es falso, según consta por el mismo Aristóteles nida por el Filósofo; efectivamente, parece contradictorio admitir que los con-
lum. Unde sub hac secunda consideratione
trarios no son esencialmente diversos, según se desprende de la definición antes
CAPUT XI
nuno modo constat hoc medium ex extremis.
Priori autem ratione l,icet non proprie con- Contraria esse specie diversa, et specificam mus disp. XLV. Sed dicendum breviter haec enim est mens Aristotelis hie, quam
stet, sapit tamen aliquo modo naturam ex- diversitatem includere differentia:rum contrarietatem inter formas physieas esse latius traetavi disp. VI, iect. 9. Habes
tremorum, nam al,iquid habet de opere seu contranetarem propriam qualitatum; contrarietatem yero etiam bine principium seu fonnam a qua
inc1inatione utriusque extremi. Liberalltas Quaest. 1. Praecipua quaestio et huius inter formas metaphysicas extendi ad alia sumitur gcnus non esse eiusdem essentiae
enim inclinat ad dandum, in qua aliquo loci propria est an differentiae dividentes genera. Adde etiaro hanc contrarietatem in rebus differentibus specie, atque ideo
modo convenit cum prodigalitate; simul genus in varias species sint contrariae, et e quae dici potest metaphys¡ca esse minus non fuisse in re formas distinctas, a quibus
vero inclinat ad retinendum aliquando, in propriam, quia genus non comparatur ad differentia generiea et specifica sumuntur,
qua accedere videtur ad aJiud extremum. converso, an contraria specie differant.
Utrumque enim videtur Aristote1es affirma- differentias prop!l'ie ut subiectum a quo ut late disp. XV, sect. 10.
Et hac etiam de causa, ¡icet non sit necesse mutuo se differentiae expellant; sed voca- Q. 4. Ultimo hic quaeri potest an ge-
transire a vitio ad vitium per virtutern, ne- re. Et posterior pars difficultatem non ha-
bet, quia c1arum est- quae sub eodem ge-
tur contrarietas quia est repugnantia inter nus et species ínter se differant specie, ve!
cesse tamen est transire per quamdam qua- fonnas positivas, et ita maxime assimilatur sint eiusdem speciei. Aristoteles hic utrum-
si materialem participationem ve! imitatio- nere contraria sunt, necessario esse specie propriae contrarietati. que negandum censet; quod explieui disp.
nem virtutis: nemo erum ex avaro fit pro- diversa, nam quae sunt eiusdem speciei, Q. 3. Rursus posset hic obiter inquiri VII, sect. 3.
digus, íiÍs¡----ptiü§-'' cotpefir--expe'ñdere, quod ut taHa sunt, non possunt esse contraria, an genus ita contrahatur per differentias,
posset saepe studiose facere, si vellet. cum similia sint. ut ipsummet in diversis speciebus divida- CAPUT XII
Quamquam principium jliud : Non trans- Q. 2 Altera vero pars videtur vel im- tur et essentialiter diversificetur. Expres-
itur ab extremo in extremum, nisi per me- propria. vel falsa, scilicet, onmes differen- Contrarietatem aliquam esse sine specifica
.se eni.m id affumat Philosophus, ut nota- diversitate
dium, intelligi debet de transmutatione tías dividentes genus in species distinctas runt D. Thomas, Alens., et alli. Videtur ta-
quae fit per modum physicum ac pro- esse contrarias. Alias etiam in substantia et men habere difficultatem propter generis Quaest. 1. H¡c statim occurrit quaestio
prium; nam quae fit per actus irnmanentes in omni genere esset propria contrarietas; unitatem et univocationem fundatam in re de ipsa assertione a Philosopho intenta;
aut instantaneas mutationes, non oportet quod falsum est, ut constat ex Aristotele, ipsa. Nihilominus sententia Aristotelis ve- quoniam videtur repugnare quod contraria
ita fieri, ut per se constato in Praedieamentis, et ex lis quae tradidi- rissima est; ex qua habes genus in re non non sint essentiaUter diversa, ut ex defini-
differre ab ea specie in qua contractum est; tione ~upra tradita colligitur, et ex ro quod
162 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles
_L_ib_r,,_undécimo.-C:-:ap,...~1_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
16_3
dada y de 10 dicho en el capitulo anterior sobre la imposibilida~ de contra.riedad de la materia, como es el caso de las características del sexo masculino o feme-
entre cosas semejantes en cuanto tales; y las cosas de la IDlsma espeCIe son ninO', de las que se ocupa especialmente Aristóteles en este capítulO'.
semejantes. Sin embargo, el problema es, fácil; en efecto~ dos contr1arios pu~den
compararse entre sí formalmente, es decIr, en cuanto estan en ~: g.enero baJ? el
que esencialmente se constituyen, o pueden compararse en reIaclOll con .el sUJe,to" CAP. XIII
al que se atribuyen denominativamente. Según el primer modo, ~e dIferencIan LA CONTRARIEDAD SE DA A VECES ENTRE COSAS GENÉRICAMENTE DISTINTAS
específicamente, por ejemplO', bla~co y negro, e?- cuanto .tales e mcl~ídos fO,r-
malmente bajo el género color; este es el caIDlllO que Sigue la aludida razon La única cuestión que aquí se presenta es analizar el sentido verdaderO' de
motivo de la duda. Según el modo segundo, no siempre ocasionan diversidad la proposición: lo corruptible e incorruptible se diferencian genéri~amente. Se
trata en la disp. XXXV, y se alude a ella frecuentemente en las anterIOres.
específica en el sujeto; y ésta es la via que sigue la duda y solución aristotélica
en este capitulo. Pues viene a ser 10 mismo que si preguntase por qué algunaS'
diferencias se oponen entre sí esencialmente respecto de sus sujetos, y denun-
cian una esencial diferencia entre ellos, mientras otras se dan accidentalmente LIBRO UNDECIMO DE LA METAFISICA
y sólo denotan diferencia individuaL Más aún: a veces ni ésta denotan, sino un
La doctrina de Aristóteles en este libro no ofrece novedad alguna, sino que
cambio accidental del mismo individuo. En este sentido es verdad que hay con- viene a hacer un resumen de 10 expuesto en lGS libros anteriO'res añadiendo
trariedad que no constituye diferencia especifica de un sujeto. muchas cosas de las tratadas en los libros de la Física. Por eso casi todos los
Lo prueba Aristóteles, porque hay alguna contrariedad que se deriva de 1. intérpretes y escritores nO' plantean ninguna cuestión en todO' este libro, ni
forma y entonces es necesaria y pertenece a la diferencia esencial; otras, en hacen observación alguna, fuera de las pertinentes a la inteligencia del texto.
cambio, se siguen de la materia y entonces son individuales o accidentales. Estas las expone Santo Tomás con bastante más claridad que los restantes.
Téngase en cuenta en esto que algo puede derivarse de la materia como vinculado Así, pues, en los dGS primeros capítulos, repite el Filósofo casi todas las
esencial y necesariamente a la esencia de la materia por su misma naturaleza, cuestiones que había propuesto en el lib. III, sin determinar nada. Juzgo, por
y que, si la contrariedad surge de esta ,suerte de la materia, constituye también ello, inútil repetirlas aquí.
diferencia esencial, según se dirá de la corruptibilidad y de la incorruptibilidad En los capltulos 3, 4 Y 5 hace un resumen de 10 que estudia con toda am-
en el capítulO' siguiente. La razón está en que también la materia pertenece a la plitud en el lib. IV. En concreto, expone en el c. 3 el objeto de esta ciencia y
esencia de la cosa. Por otra parte, se dice que algo se deriva de la materia, porque la analogia del ser, en virtud de la cual -según afirma- puede establecerse la
es consecuéncia de las disposiciones o cambios de materia, pues por ser la mate- unidad del objeto de nuestra disciplina, a la cual incumbe estudiar los primeros
ria potencia pasiva, es el principio y raíz de todas las mutaciones extrínsecas& principios, las primeras causas de las cosas, sus propiedades y oposiciones. Aquí
Por consiguiente, la contrariedad así originada de la' materia, o bien es comple- discute ocasionalmente en qué sentido puede darse medio entre cosas opuestas
tamente accidental, si sobreviene de modo extrínseco y puramente accidental, privativamente, materia ya tratada en el lib. X, a propósito del c. 7. En
o será a 10 sumo individual, s~ se sigue de la disposición particular e individual los c. 4 y 5, defiende Aristóteles la verdad del principio: es imposible- que algo se
pueda afirmar y negar de la m.isma cosa simultáneamente, sin añadir nada a lo
dictum est capite praecedenti, quod con- rietatem non constituere specificam diversi-
trarietas esse non potest inter similia ut talia tatem in subiecto.
sexus feminini vel masculini, de qua in praeter ea quae ad textus inte1ligentiam
sunt; quae vero - sunt eiusdem speciei, si- Reddit autem Aristoteles rationem, quia particulari hoc capite Aristoteles quaestio-
quaedam contrarietas sequitur formam, et conferunt. Quae D. Thomas praeter alios
milia sunt. Sed res est facilis; possunt enim nem proposuit. satis perspicue docet.
contraria formaliter inter se comparari, ut illa est per se, et ad essentialem differen-
tiam pertinet; alia sequitur materiam, et in duobus ergo primis capitibus proponit
sunt sub genere sub quo per se constituun- CAPUT XIII iterum PhilosophJ.1S quaestiones fere om-
tur, vel respectu subiecti cui denominative haec est vel individualis, vel accidentaria.
Ubi solum notetur aliquid posse consequi Contrarietatem ínterdum esse ínter ea quae nes quas libro tertio proposuerat, nihil de-
tribuuntur. Priori modo differunt specie, materiam ut per se ac necessario connexum differunt genere finiens; quare lterum eas hic repetere su-
nt album et nigrum quatenus talia sunt et cum essentia talis materiae secundum se, pervacaneum duso.
sub colorato per se collocantur, et sic pro- Hic solum occurrit quaestio de UIa propo- In capitibus 3, 4, 5, ea resumit quae in ta-
et eontrarietas quae sic sequitur materiam, sitione: Corruptibile et íncOrruptíbile dif-
cedit ratio dubitandi tacta. Posteriori modo etiam faeit essentialem diversitatem, nt de to lib. IV Iatissime tradit; nimirmn in ter-
non causant semper specificam diversita- ferunt genere, quo sensu vera sit; quae tio capjte proponit huius sdentiae obiecturo,
corruptibili et incorruptibili dicetur capite tractata est disp. XXXV, et in superioribus
tem in subiecto, et hoc sensu procedit du- sequenti. Et ratio est quia etiam materia et analogiam entis, secundum quam ait
saepe notata esto posse unum obiectum huius scientiae con-
bitatio _et resolutio Arist()t~lis in hoc eapi- pertinet ad essentiam rei. Aliquid vero di-
te. Perinde enim est ac "si quaesivisset cur citur consequi materiam quia ex dispositio- stitui, ad quam proinde pertinet prima prin-
LIBER UNDECIMUS META- cipia primasque rerum causas, proprietates
differentiae quaedarn inter se oppositae sint nibus vel mutationibus materiae consequi- PHYSICAE
per se respectu subiectorum, et indicent tur; nam quía materia est passiva potentia, et oppositiones considerare. Ubi obiter at-
essentialem differentiam jnter illa; quaedam est principium et radix omnium extrinseca- In toto hoc libro nihil novum Aristote1es tingit quo modo inter privative oposita
vera sint per accidens, et soJam individua- rum mutationuro. Contrarietas ergo quae docet, sed in surnmam quamdam redigit possit esse medium, quod hm not3tum e&t
hoc modo ex materia sequitur, est vel acci- quae in superioribus libris tradiderat, adiun- in Ub. X, circa c. 7. In quarto vero et
lem distinctionem ostendant. Immo inter- gens multa ex lis quae in libris Physieorum
dentaria omnino, si ab extrinseco mere per quinto defendít Aristoteles veritatem illius
dum neque hane demonstrant, sed acciden- accidens eveniat, vel ad surnmum indivi- docuerat, et ideo fere omnes interpretes et principii: Impossibile ese idem de eodem
talem mutationem eiusdem individui. In dualis, si ex peculiari et individuali disposi- scriptores nullam quaestionem circa totum simul affirmat'i et negari; nihilque addit iis
hoc ergo sensu verum est allquam contra- tione materiae consequatur, ut est conditio bune librum movent, neque aliquid notant, quae in lib. IV dixerat. Obiter vero in
Libro duodécimCJ. Caps. 1, ll, 1lI, IV y.11______ 165
164 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
motor, con la acción y con la pasión, defendiendo la misma doctrina que en el
dicho en el lib. IV. De pasada en el c. 3 toca la cuestión de la continuidad lib. III de la Física, tratada por nosotros -en su aspecto metafisico- en
de la alteración y aumento. Sobre esto desarrollamos algunas ideas en la las disp. XLVIII Y XLIX, sobre la acción y la pasión. Con este motivo, toca
disp. XLVI. algunas cuestiones sobre el acto y potencia, estudiadas ampliamente en la disp.
De nuevo en el c. 6 repite cuál es el cometido y objeto de esta ciencia, esta- XLIII.
bleciendo la división de la ciencia en especulativa y práctica, y la de ésta en En el c. 9 reitera lo que acerca del infinito habla enseñado en el lib. III de
productiva o mecánica y activa o moral; y la de la especulativa en física, mate- la Física y en el lib. De Cae!o. Sólo advierto que el Filósofo aborda aquí el
mática y metafísica, división ya dada en el lib. VI. Explica con esta ocasión los problema con alguna amplitud, probando que no puede darse el infinito no
diversos modos de definir física y metafisicamente por medio de la materia y sin sólo en los cuerpos sensibles, sino simplemente en los entes separados. No obs-
la materia, cosas de las que habla hablado largamente en el lib. VII. Pone aquí tante da siempre por supuesto que el infinito es propiedad de una cosa cuanta,
de nuevo la proposición que subrayamos en el lib. VI, c. 2: que si no existe y no dice, por lo tanto, nada que sea óbice a la infinitud de Dios.
sustancia alguna separada de la materia, la ciencia natural y física es la primera En el c. 10 continúa con el tema del movimiento, distinguiendo varias
de todas, de lo cual también nos ocupamos en el lugar alli indicado. Tiene, final- especies de movimientos y cambios. Una sola observación en esto: por análi-
mente, en el mismo capítulo esta proposición: si existe en las cosas alguna na- sis inductivo de todos los predicamentos demuestra que sólo hay cambio en la
turaleza y sustancia separable e inmóvil, será en ese orden la divinidad, y será cualidad, cantidad y lugar; examinando los demás, omite el tiempo, el hábito
-dice- el principio primero y principal. Son palabras dignas de notarse en y el sitio. Acaso por haber atribuído la misma esencia· al tiempo y al movimiento
orden a lo que discutimos en la disp. XXIX, seco 2, sobre la mente de Aristó- o pasión, por ser el tiempo pasión del movimiento. Por lo que al hábito y al
teles respecto del primer principio. A ésta se puede añadir la que propone en sitio se refiere, según hicimos notar antes en el lib. V, c. 7, los omite con fre-
el c. 2, aunque no sea más que en plan de discusión, para afirmar que los cuencia, por su poca importancia e impropiedad y porque apenas se distinguen
filósofos más destacados admitieron dicho principio y sustancia. ¿Cómo, dice, de los demás.
podría darse el orden, si no existiese algo eterno, separado y permanente? Por fin, en el c. 11, hace Aristóteles un repaso de la explicación de algunas
Luego, en el c. 7, Aristóteles repite lo que habla enseñado en el lib. VI de expresiones, que son de uso frecuente en las realidades relacionadas con el mo-
vimiento; por ejemplo, existir simultáneamente o separadamente, tocarse, ser
la Metafísica: que el ente pe/" accidens y el ente verdadero están fuera del objeto
resultado inmediato de, estar contiguo o continuo y otras parecidas, ya explicadas
de esta ciencia, 10 cual le da ocasión para resumir cuanto sobre los efectos contin-
en el lib. V de esta obra y en el lib. V de la Física, c. 11, cosas que no necesitan
gentes, el azar y la casualidad habla dicho alli· y en el lib. II de la Física. Sobre exposición ni explicación.
todos estos puntos ya quedaron señalados anteriormente los lugares de su tra-
tamiento en las disputaciones, porque de la verdad hablamos en la disp. VIII, LIBRO DUODECIMO DE LA METAFISICA
y de la contingencia en la XIX.
CAPS. 1, II, III, IV, V
Los restantes capitulos, del 8 al 11, son una recapitulación de muchas ma-
terias tratadas por Aristóteles del lib. III al VI de la Física. En efecto, en el En estos cinco capítulos repite y resume Aristóteles lo que había tratado
c. 8 estudia la definición del movimiento y su relación con el móvil y con el anteriormente en el lib. VII sobre la sustancia y sus principios, con otros muchos
ventem, ad actionem et ad passionem com- currat, solum Quando, habitum, et situm
c. 3 attingit quaestionem de continuitate pro iis quae de mente Aristotelis de primo paretllr, ct eamdem doctrinam habet quam omittere; fortasse quía de Quando et de
alterationis et augmentationis. De qua re principio disputamus disp. XXIX, sect. 2; in III Physicorum, quam nos prout ad me- motu seu passione eamdem rationem esse
in disp. XLVI aliqua tractamus. cm coniungi potest illa quam in c. 2 (licet taphysicum spectare potest, tractamus in censuit, quod tempus sit passio motus; ha-
Rursus in sexto capite repetit quod sit disputando) proponit, ubi ait a peritioribus disp. XLVIII et XLIX, quae sunt de acrin- bitum autem et situm saepe praetermittít
munus et obiectum huius scientiae, attingit- philosophis positum esse aliquod tale prin- ne et passione. Hac occasione, aliqua tangit (ut supra lib. V, c. 7, notavimus) tamquam
que divisianem illam scientiae in speculati- eipium talemque 't;ubstantiam. Qua nam- Philosophus de aetu et patentia, quae in parvi momenti et impropria, parumque a
vam et praeticam, et huius in factivam seu que pacto, ait, ordo erit non existente ali- disp. XLIII fuse tractantur. caeteris diversa.
meGhanieam et aetivam seu moralem, il- qua perpetuo, separata et permanente? In nono autem capite repetit quae de jn- Tandem in c. 11 Aristoteles recolit expli-
4US vero in physicam, mathematicam et Deinde in e. 7 repetit AristoteIes quae finito docet libro JII Physic. et in lib. de cationem quorumdam terminorum, quibus
metaphysicam; quam etiam tradiderat in libro VI Metaphysicorum docuerat, nimi- Coe1o. Solum adverto hie Philosophum ex- utí solemus in his reblfs quae motum cir-
lib. VI. Et hac occasione declarat diversos rum, ens per accidens et ens verum sub tendere aliquantulum sermonem, et proba- cumstant, ut esse simul ve! separata, tan-
modos definiendi physice et metaphysice sdentiam hane non cadere, et huius oc- re non posse esse infinitum, non tantum in gi, consequenter se habere, contiguum ve!
per materiam et sine materia, de quibus casione recolligit etiam quae de contingen_ eorporibus sensibilibus, sed simpliciter in continuum esse, et similia, quae in lib. V
-.latissime __ in VII libro .dixerat. Hic etiam tibus effectibus, fortuna et casu, tum ibi, entibus etiam separatis. Verumtamen sem- huius operis, et lib. V Physicorum, c. 11
repetit propositionem quam eITca lib. VI, tum etiam JI Physicorum doeuerat; de qui- per supponit infinitum esse passionem rei tradita sunt, et neque expositionern neque
c. 2, notavimus, quod, seilieet, si nulla est bus in superioribus iam sunt signata dispu- quantae, et ita nihil affert quod infinitati disputationem requirunt.
substantia separata a materia, scientia na- tationum loca; nam de vero ente dicimus Dei obstare possit.
turalis ac physica est omnium prima, quam disp. VIII, de contingentia vera in disp. In capite decimo, materiam de motu pfO'- LIBER DUODECIMUS META-
etiam declaramus loco ibi notato. Denique XIX. sequitur, varias species motuum ac muta- PHYSICAE
in eo capite habet propositionem hane: Si In reHquis caphibus, ab 8 usque ad 11, tionum distinguens. In quo solum observa,
aliqua est in rebus natura et substantia se- recapitulat Aristoteles multa ex Es quae in cum inductione omnium praedicamentorum CAPUT 1, JI, 111, IV ET V
parabilis et immobilis, in eo ordine divini- Physic., a III libro usque ad VI, docuerat. ostendat solum ad quale, quantum, et Ubi In his quinque primis capitibus repetit
tatem esse, et hoe (inquit) erit primum et In capite enim octavo definitionem motus esse mutationem, cumque per caetera dis- Arístoteles, et in summam redigit ea quae
principale prineipiurtl,. Quae notanda est investigat, et quo modo ad mobile, ad mo-
166 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro duodécim~·.. Caps. 1, 1I, IlI, IV Y V 167
puntos que había desarrollado en el lib. 1 de la Física. En efecto, en el primer ruados en abstracto, bien en concreto, const-an de una potencia propia y un acto
capítulo propone únicamente que la ciencia metafísica estudia primordial y propio físicos. Estas cuestiones caen casi por ~ompleto f.nera del plan de este
principalmente las sustancias, cosa por si misma clara y que repite reiterada... libro, en que se hace una especie ~e resum~n lDtr~uctof10 de todas estas. cosas
mente, explicada con bastante amplitud por nosotros en la disp. 1 o proemia!. en orden al estudio de las sustanCIas superIores. NI creemo~ que ~aya s~d~ la
En el c. 2, después de dividir la sustancia en sensible y separable o no sen- intención de Aristóteles asignar a cada ~ccidente un~ potenCIa propla. y di.stmta
sible, y en incorruptible y eterna, propone tres principios de las cosas naturales receptiva de su género, sino sólo explicar proporcIOnalmente la eX1stencI~ en
y de las sustancias sensibles, probando expresamente la existencia de la materia; ellos de aquellos tres principios objetivos. Nosotros tratamos estas cuestIOnes
añade que ésta es común a todos los cuerpos, pero no idéntica; cosas todas ya en la disp. XIV, cuesto 3. Extiende además el Filósofo su exposición a todas
explicadas en los lugares citados y que nosotros tratamos en la disp. XIII. las causas afirmando que existen de una manera proporcional y análoga en los
Cuesto 1. Realmente en este lugar se podría discutir si es posible la crea- accidentes: que son propios de las sustancias. Incidentalmente saca a colación
ción en la doctrina aristotélica, ya que aquí manifiesta que del DO ser absoluto aquí algunas ideas sobre principio, causa y. elemento,. expuest.as con más an;-
nada se hace; de esto se habló en la disp. XXI. plitud en el lib. V, donde quedaron explicadas, habIendo SIdo tratadas mas
Cuesto 2. Cabría también discutir si -según la opinión de Aristóteles-. extensamente en las disputaciones sobre las causas, desde la XII a la XXVII.
todas las sustancias inmateriales son inmóviles; él, en efecto, así las llama aquí. Añade aquí además una proposición notable, a saber: que hay, además de todas las
Se trata en la disp. XXXV. causas particulares, una que lo mueve todo como causa primera de todas las
Cuesto 3. Declara luego en el C. 3 que, además de la materia, se necesitan cosas. A ella dedicamos las disp. XX, XXI Y XXII, amén de ideas expuestas
las formas, no separadas, como afirma Platón, sino informando la- materia, por- aquí y allá en las demás disputaciones, sobre todo en la XXIV y XXV.
que, aunque propiamente no son ellas las que se generan, sinO' el compuesto de Prosigue, finalmente, con esto mismo en el c. 5, demostrando con varios
ellas y materia, sin embargo, no existen antes de que se produzcan las genera- argumentos que los principios de todas las cosas son los mismos; bien porque
ciones. Estas mismas ideas quedaron expuestas en el lib. VII Y se tratan en la las sustancias son causa de todos los accidentes, y, consecuentemente, los prin-
disp. XV. Además, plantea aquí Aristóteles un problema difícil: dado que la
cipios de la sustancia son principios de los demás seres; bien porque entre las
forma no exista antes de la generación, ¿permanece después de la corrupción
del todo? Responde abiertamente que en algunos casos no hay obstáculo para sustancias hay algunas que son primeras y causas de las demás, por ejemplo,
que así sea, a saber, en el caso del alma racional, p01'que en los demás, dice, los cuerpos celestes y sus almas, es decir, como expone Santo Tomás, las inteli-
acaso esto sea imposible. Mas este problema 10 dejaruos para los libros De gencias motoras (lIámeseles almas propiamente, o sólo por metáfora), que por
Anima. eso añade, o entendimiento, apetito y cuerpO', esto es, sustancias intelectuales o
Cuesto 4. Añade a continuación, en el C. 4, que los tres principios estable- volitivas, y los cuerpos de los que usan inmediatamente o a los que mueven
cidos son analógica y proporcionalmente iguales en todo g~nero de accidentes, y causan por sí mismas. Para terminar, repite que el acto y la potencia son prin-
puesto que en todos cabe considerar la- potencia o el sujeto, la forma o el ac- cipios de todas las cosas, no con idéntico sentidO', sino analógicamente. Todos
cidente mismo, y su privación. Cabe preguntar aquí si los accidentes, bien to- estos puntos se dilucidan en las disputaciones referidas, y no se me ofrece nada
nuevo que añadir.
superius, lib. VII, de substantia et prin- teriales sint immobiles; ita enim hic eas ap-
cipiis eius tractaverat, et milita quae in pellat; de quo in cUsp. XXXV, potentia et proprio actu physicis, sive in abs- XX, XXI et XXII instituimus, praeter alía
primo libro Physic. docuerat. Nam capite Q. 3. Deinde in capite tertio ostendit, tracto, sive in concreto sumpta. Quae quaes J quae in caeteris disputationibus, praesertim
primo solum proponit metaphysicam scien- praeter materiam necessarías esse formas, tiones satis sunt extra intentionem prae- in XXIV et XXV, sparsim diximus.
tiam primo ac praecipue de substantiis dis- non separatas, ut Plato ponebat, sed mate- sentis libri, in quo haec omnia cursim prae~ Tandem in capite quinto hoc ipsum pro-
putare, quae est res per se perspicua, et ab riatn informantes, quae Hcet non proprie mittuntur ad disputationem de superioribus sequitur, variis modis ostendens eadem es-
ipso saepissime repetita, quam in disputa- generentur, sed composita ex illis et mate- -substantiis. Nec Aristotelis mens fuerit tri- se principia l'erurn omnium, vel quia sub-
tione prima seu prooemiali fusius declara- ria, non tamen antea SlU1t quam generatio buere singulis accidentibus proprias et di- stantiae sunt causae omnium accidentium,
mus. fi!; quae etiam in lib. VII dicta fuerant, stinctas potentias receptivas suorum gene- et ita principia substantiarum sunt principia
In capite seclU1do, post divisionem sub- et tractantur disp. XV. Propocit vero bic rum; sed solum explicare proportionaliter reliquorum entium; vel quia inter substan-
stantiae in sensibilem, el; separabilem seu Aristoteles gravem quaestionem, scilicet, es- in eis illa ,tria principia rerum; íllae vera tias quaedaro sunt primae, et causae caete-
insensibiIem, et incorruptibilem et aeter- to forma non sit ante generationem, an post quaestiones tractantur a nobis disp, XIV, rarum, ut coelestia corpora et arumae
nam, proponit tria principia rei naturalis corruptionem totius maneat; et absolute re- q. 3. Ulterius vero extendít Philosophus
et substantiae sensibilis, et ex professo pro- eorum, id est, ut D. Thomas expomt, mo-
spondet in quibusdam nihil obstare quin ita sennonem ad omnes causas, dicens easdem
bat dari materiam; additque eam commu- trices. intelligentiae (sive proprie dícantur
sit, sci~iCet, in anima íntellectiva, nam in secundum proportionem seu analogam ra-
nero _csse omnibus __ corporibus, non tamen caeteris (ait) fortasse id impossibile esto animae, sive per metaphoram), et ideo ad-
tionem esse in accidentibus quae sunt sub- dit, vel intellectus, appetitus, et corpus, id
eamdem, quae omcia dictis locis dixerat; Sed hanc cons-iderationem remittimus in stantiarum. Et obíter nonnulla hic recol-
eaque tractamus in disp. XIII. libros de Anima. est substantiae intelligentes et amantes, et
ligit de principio, causa et elemento, quae
Quaest. 1. Hic vero disputari poterat Q. 4. Postea vero, C. 4, docet tria prin- in lib. V dixerat fusius, et; ibi sunt exposi- corpora quibus proxime utuntur, seu quae
an seclU1dum Aristotelem sit possibijis crea- cipia posita eadem esse secundum analo- ta; latiusque tractata in disputationibus de movent, et per se causant. Ac tandem re-
tio, quia hic significat ex non ente simpli- giam et proportionem in omnibus generi- causis, a XII usque ad XXVII. Addit vero petit actum et potentiam esse principia om-
citer nihil fieri, de quo in disp. XXI dictum bus accidentium; quia in omnibus conside- hic propositionem notandam, nerope, prae- mum, non tamen eadem, sed per analo-
esto rari possunt potentia seu subiectum, forma giam; quae omnia ex disputatiombus citatis
ter causas omnes particulares esse caru:-
Q. 2. Item disputari poterat an secun- seu ipsum accidens, et privatio eius. Ubi sam cuneta moventem tamquam omnium constant, neque lüc aliquid addendum oc-
dum Aristotelem omnes substantiae imma- quaeri potest an accidentia constent propria primam; de qua cUcto loco disputationes currit.
168 Libro duodécimo.-Cap. VI 169
________-=lc:nc:dc:ic:::e--=d::,et:a::::ll::o=do"--'d=e la metafísica de Aristóteles
o no; si 10 primero, se requiere una sustancia eterna, más perfecta que ellas,
CAP. VI de la que se originen; si, por el contrario, nO' existieron siempre, es igualmente
EXISTENCIA DE UNA SUSTANCIA ETERNA E INMÓVIL, ADEMÁS necesaria dicha sustancia para que puedan recibir su origen de ella. Nos ocu-
DE LAS SUSTANCIAS NATURALES pamos largamente de esto en la disp. XXIX, seco 1.
Cuesto 1. Lo primero que aqui se plantea es si el demostrar que existen Cuesto 3. ¿Es suficiente la demostración aristotélica para probar que dicha
tales sustancias es deber del fisico o del metafísico; se trata en la disp. XXIX, sustancia no es pO'tencia, sino acto, porque mueve constantemente? Se responde-
seco 3, disp. XXXV, seco 1. que ya consta de lo dicho que el argumento arranca de un principio falso y ~efi­
Cuesto 2. Legitimidad de la demostración que a tal fin usa Aristóteles en cientemente probado. Pero aunque se suponga probado, no puede deducIrse,
e~te caso. He aquí el argumento en resumen: es imposible que todas las sustan-
a partir de él solamente, que esta sustancia sea acto puro; ya que una sustancia
CIaS sean corrupti?les; por consiguiente, es necesaria una sustancia eterna. El
creada podria producir ese movimiento eterno, dado que sea posible. Lo único
ante~edente es eVIdente, porque si to~as las sustancias fuesen corruptibles, no
que se concluye de dicho movimientO' es que la sustancia de tal motor está siem-
habna nada e:er~o, ya que las sustanCIaS son los seres primeros, sin los cuales pre en actO' de mover. Pero además para esto hay que suponer que esa tal sus-
no pueden eXIstIr los otros. Pero el consiguiente es falso, porque es necesario tancia permanece siempre la misma, 10 cual falta por probar; en efecto, pueden
que por 10 ?Jenos el movimiento sea eterno; por consiguiente. Prueba la menor,. irse sucediendo en el movimiento diversos m{)t{)res e ir cesandO' uno a' uno. Por fin,
po~q~e el tiempo ,no PU?O empezar de nuevo, de manera que antes nO' hubiese
aunque el mismo motor esté siempre en acto de mover, no se sigue que no pueda
eX1StI~O', y~ que s~n .el tIempO' no habría antes y después; ahora bien, el tiempO'
cesar, ya que su acción constante de mover puede deberse a la libertad y no a la
nO' eXIste. SI.U movumento, porque O' son lO' mismü, O' el tiempO' es una propiedad necesidad. De esto tratamos más extensamente en la disp. XXX, seco 8, y en la
del .moVIffi1en:o; por ID tanto, es ?-ecesario que el movimientO' sea eterno y disp. XXXV, seco 1.
contmuo . con 19ual derecho que el tiempo, el cual -dice- no puede predicar- Cuesto 4. Si demuestra eficazmente el Filósofo que estas sustancias son in-
se de ntnguno m~s que del (movimiento) cil'cular y local. En consecuencia, materiales pO'r ser eternas. Ciertamente es difícil O'torgar eficacia a este argumento,
tíldo este razo?arnJento se reduce a la afirmación de que sin el tiempO' no hay ya que la falta de consecuencia se echa de ver en seguida en los mismos cielos,
antes y despues, y que, por ello, no puede haber principio del tiempo. que son eternos y no inmateriales. Consúltese la disp. XXX, seco 4, y la
El argumento en esta. última parte es bastante débil, ya que ajustándO'nos disp. XXXV, seco 1 y 2.
~ nu~stI<? modO' de cO'ncebIr, además de un antes y después real, se concibe uno Cuesto 5. Si opinó Aristóteles acerca de todas las inteligencias lo mismo que
Imagmano, y puede, por 10 tantO', el tiempO' tener un comienzO' real antes del acerca de la primera en cuanto a la necesidad de existir y a la simplicidad y actua-
c~al n? h~ya e.xist~do; .mas este "antes .del cual" nO' significa un ante~ temporal, lidad de naturaleza. Se trata en la disp. XXXIX, seco 2; disp. XXV, y se explica este
SInO solo Imagmano. SI, por el cO'ntrarIO, nos ajustamos a la realidad antes de pasaje en que Aristóteles parece bablar confusa e indistintamente del orden supe-
este t!empO' pree~stió una eternida.d ~nfinita, c?n la cual no coexistió siempre rior de las sustancias, aunque a veces use el singular y a veces el plural.
este tIemp?" y aSI aquel an'tes no slgmfica un tIempo anterior, sinO' la eternidad
que p:eeXIst13' e-?- DIO'S;. cuand.o el tietJ?po no existía. Por todo ello, el proceso
de ~I1stóteles ~ es sO'lido, m necesanO'; mas puede convertirse ·en eficaz por stantia aeterna illis perfectior, a qua mana- sequitur non posse cessare; quia potest non
mediD de un dilema: pO'rque, O' las sustancias corruptibles existieron siempre, verint; si vera non semper fuerunt, non ex necessitate, sed ex libertate perpetuo
minus necessaria est illa substantia, ut ab movere. De hac re latius disp. XXX,
CAPUT VI oportet motum esse sempiternum et conti- illa originem duxerint. De hac re disseri- sect. 8, et disp. XXXV, sect. 1.
Praeter naturales substantias dari aliquam nuum, sicut et tempus, quod (ait) de nullo mus late disp. XXIX, sect. 1. Q. 4. An satis probetur a Philosopho
perpetuam et im-mobilem nisi de circulari et locali dici potest. Itaque Q. 3. An satis ostendat Aristoteles illam has substantias esse immateriales 1 quia
totus hic discursus revocatur ad illam pro- substantiam non esse potentiam, sed actum, sunt perpetuae. Difficile sane est h'4ic ra-
Quaest. 1. Prima quaestio hic occurrit, positionem, quod sine tempore non est prius quia perpetuo movet. Respondetur iam ex tioni efficaciam tribuere, cum statiín ap-
an ostendere huiusmodi substantias esse sit et posterius, et ideo non potest dari initium dictis constare raüonem hanc ex falso prin- pareat defectus illation~s in ipsis coells, qui
p~ysici muneris, un metaphysici; tractatur temporis. cipio, et insufficienter probato, procedere. aeterni sunt et non sunt immaterialefi. Vi-
dlSp. XXIX, sect. 3, disp. XXXV, se.c. 1. Quae Il'atio quoad hoc ultimum valde Adhuc tamen illo pasito, non potest ex solo deatur disp. XXX, sect. 4, et disp. XXXV,
Q. 2. An recte Aristoteles hoc demon~ f~ivola est, quia, si modo nostro concipien- illo colligi Ularri substantiam esse purum sect. 1 et 2.
strarit in praesenti. Summa rationis eius est: dI loquamur, praeter prius et posterius rea- actum; nam substantia creata posset illurn Q. 5. An ¡dem senserit AristoteIes de
Impossibile est omnes substantias esse cor- le, irnaginarium concipitur, et ita potuit tem- motum perpetuum efficere, si esset pos- omnibus intelligentiis quod de prima quoad
ruptibiles; ergo necessaria est aliqua sub- pus reale habere initium, ante quod non fue- sibilis. Solum ergo colligitur ex illo motu·
stantia ~eterna. Antecedens patet, quia si necessitatem essendi et naturae simplicita-
rit; illud vera ante quod non significat prius substantiam illius motoris semper esse in
substantlae omnes essent corruptibiles, nihil tero et actualitatem; tractatur disp. XXXIX"
tempus, sed imaginarium tantum. Si autem actu movend~. Adde ad hoc etiam esse sup- sect. 2, disp. XXV, et exponitur hic locus,
esi,-et· ··sempíteffitim" ""'clül'r"'sut)'stáfitiae sint lciquamur secundum rem, ante hoc tempus ponendum illam substantiam semper esse
prima entia, sine quibus alia esse non pos- praecessit infinita aeternitas, cui hoc tem- eamdem, quod probatum non est; possunt in quo v~detur Aristoteles confuse et indif-
sunt. Consequens autem est fa1sum, quia pus non semper coextitit, et sic illud ante enim pIures motores vkissim movere, et ferenter Joqui de illo supremo substantia-
necesse est motum saltem esse sempiter- non dicit tempus prius, sed aeternitatem, sigillatim cessare. Denique etiamsi ídem rum ordine, quamquam blterdum in singu-
num; ergo. Minorem probat, quia tempus quae in Deo praeextitit, quando tempus motor sit semper in actu movendi, non Iari, interdum in plurali ,1oquatur.
non potuit de novo incipere, ita ut antea non erat. Itaque processus Aristotelis nec
non fuerit; quía sine tempore non potest firmus esto nec necessarius. Potest autem 1 Aunque en la ed. Vives se lee immortales, consideramos que la expresión immate-
esse prius et posterius; sed tempus non est per dilemma fier¡ efficax: quia vel sub- riaJes, que aparece en otras ediciones, está más de acuerdo con la idea desarrollada en este
sine motu, quja ve1 sunt ídem, aut tempus stantiae corruptibiles semper fuerunt, vel
est quaedam passio motus; ergo perinde non: si primum, necessaria est aliqua sub-
punto (N. de los EE.).
----.,
170 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles Libro duodécimo.-Cap. VII 171
-~----

Los demás puntos que desarrolla aquí Aristóteles sobre el acto y la potencia <le ser realizado; por lo mismo dice que en el primer motor se cumple el primer
fueron considerados con ocasión del lib. IX. concepto de fin, pero no el segundo. -
Cuesto 6. Si el primer motor es la sustancia eterna de todas las cosas, simple,
CAP. VII "ctual o acto puro. Disp. XXX, seco 3.
Cuesto 7. Si el primer motor es un ser absolutamente necesario por su natura-
Los ATRIBUTOS DEL PRIMER MOTOR 1eza, sin que pueda en modo alguno ser de otra manera, disp. XXIX, seco 1.
Cuesto 1. Eficacia de la prueba derivada del movimiento del cielo para de- Cuesto 8. Si -en opinión _de Aristóteles- el primer motor mueve por nece-
mostrar la unicidad del primer motor inmóvil. Ampliamente en la disp. XXX .idad de su naturaleza, o más bien por concepción previa del fin y por su nece-
sec.1y8. ' sidad; disp. XXX, seco 16.
Cuesto 2. Si en opinión de Aristóteles el primer motor mueve el cielo como Cuesto 9. Si -en opinión de Aristóteles- el cielo y la naturaleza dependen
fin o también comO' causa eficiente; en este lugar parece conferirle sólo el primer del primer motor, no sólo en cuantO' al movimientO', sino también en cuanto a la
modO' de causar; mas lo hace exclusivamente para pO'ner de relieve su inmovi- sustancia; disp. XX, seco 1 y disp. XXIX, seco 2.
lidad; por otra parte, reconoce su actividad eficiente, según exponemos con más Cuesto 10. Si posee el primer motor una vida perfecta, eterna y actual, dota-
amplitud en la disp. XXIII y disp. XXX, seco 17. da de sumo y perfectísimo goce, originada de su propia contemplación. Lo expo-
Cuesto 3. Si en ~pinión ~e Aristóteles el primer motor mueve la primera nemos ampliamente en la disp. XXX, seco 14. No cabe dudar de la elevación de
esfera mediante otra mtelig~ncla o por sí mismo. Aquí parece insinuar lO' pri- pensamiento y expresión con que Aristóteles habla de Dios en este lugar. De él
mero" a ~o ser que se explIque que mueve en cuantO' movido no por otro, sinO' son aquellas notables palabras: si Dios se encuentra tan bien siempre como nos-
por SI mIsmo; de esta suerte se hace más comprensible la inmovilidad del primer otros alguna vez, es admirable; si se encuentra todavía mejor, es más admirable;
motor, porque mueve no sólo en el orden de la eficiencia, sinO' también en el del y así efectivamente se encuentm. Parece que realmente el Filósofo llegó a expe-
fin, en .~uant?' no e~ ~ovido .~or otro, sino porque se tiene a sí mismo por motivo de rimentar en ocasiones un gran placer en sus variadas elucubraciones sobre las
su aCClOn, sm reClblr mOClOn de otro. Pues tanto en el planO' de la eficiencia sustancias separadas y, especialmente, sobre la primera, poniendo, por 10 mismo,
comO' en e~ del fin, es lo primero y supremo. Mas en todo lO' demás que dice, en ella la felicidad humana; desde aquí, pues, se eleva y se abisma en admiración
expresa ArIStóteles su senur de que nO' hay otro motor de dicho cielo fuera del de la perfección divina. Y razona así legítimamente. La intelección se realiza por
primero e inmóvil. Pero de esto se habla más detenidamente en los libros De Caelo. -cierta unión del entendimientO' cO'n la cO'sa entendida, contemplándola al poseerla
. C~~s:. 4. Si el primer motor es el primer inteligible en acto, en cuanto en sí; esta operación es su mejO'r disposición, y en este orden la especulación es
slmphcI~lma y actualíslma sustancia. Así opina aquí de él Aristóteles. Se trata lo más grande y lo más deleitable; por consiguiente, si Dios es el sumo inteligible
en la dlsp. XXXVII, seco 11. en suma umón consigo mismO', contemplándO'se a sí mismO' por sí mismO' eterna-
Cuest. 5: ¿Es ~I primer motor lo primero apetecible? La pregunta equivale a mente, admirable tiene que ser su vida y goce interno. .
preguntar SI es. el ~?mo fin. Nos ocupamos de esto en la disp. XXIV. De aquí Cuesto 11. Si Dios nO' es sólO' el viviente eternO' y más perfectO', sino que es
se deduce la dlsunclOn de un doble fin, hecha por Aristóteles. Uno preexistente también su prO'pia vida, porque es su propia operación y actO' puro; así, y cO'n
-el otro no. Conquistable el primero por medios, mientras el segundo incluso h~
fidendus, et ideo priorem rationem finis optime de Deo sentíat ac Ioquatur. Cuius
ait habere locum in primo motore, non vera illa sunt verba notatione digna: Si ita bene
Caetera quae Aristote1es hic traetat de se; ita enim melius explicatur immobilitas posteriorem. se habet Deus semper, sicut nos aliquando,
actu et potentia, cirea lib. IX sunt notata. primi motods, quía non solum in genere Q. 6. An primus motor sit perpetua sub- admirabile est; quod si magis adhuc, admi-
efficientis, sed etiam in genere finis movet stantia omnium, simplex, et secundum ac- rabilius est; at ita se habet. Videtur sane
CAPUT VII ut non motus ab alio, sed quia propter s~ .tum, seu purus actus, disp. XXX, sect. 3. PhUosophus expertus allquando magnam
operatur absque motione. Nam sicut in ge- Q. 7. An primus motor sit ens simplici- quamdam iucunditatem in sua qualicumque
De attTibutis prími motoris
nere efficientis, ita in genere finis est pri- ter necessarium natura sua, quod nullo mo- speculatione substantiarum separatarum, et
Quaest. l. An ex motu coeli sufficien- muro et supremuro. At vera in reliquis Offi- do possit aIiter se habere, disp. XXIX, praesertim primae, in qua proinde huma-
ter colligatur ~lnUS primus motor immobilis; nibus dietis Aristoteles sentit non esse sect. 1. nam felidtatem alibí constituit; hinc ergo
de hoc fuse dlSp. XXX, sect. 1 et 8. aUum motorem illius coeli praeter primum Q. 8. An secundum Aristotelem primus ascendit, et in adroirationem venit divinae
Q. 2. An ex sententia Aristotelis primus et immobilem; sed de hac re latius in libris motor moveat ex neecssitate naturae, vd perfectionís. Sicque vere ratiacinatur. InteI-
motor so}um moveat coelum ut flnís, ve1 de Coe1o. potius ex praeeoneepto fine eiusque neces-
Q. 4. An primus motor sit primum in- lectus intelligit per quamdam coniunctio-
etiam lit efficiens; hic enim priorem tan- -gitate, dlsp. XXX, sect. 16. nem ad rero intellectam, et illam in se ha-
tum causandi moduro illi attribuere videtur; telligibile actu, tamquam simplicissima et Q. 9. An coeluro et natura pendeant a
actualissima substantia. Ita erum de illo hie bens contemplatur, et haee operario est op-
sed --hoe --solum---facit-- _out --eluB im:ttmhilitatetn primo motare seeundum Aristotelem, non tima dispositio eíus, et in illo ordine specu-
declaret, aHoqui enim eius effidentiam ag- sentit Philosophus. Tractatur disp. XXXVII, tantum quoad motum, sed etiam quoad
sect. 11. substantiam; disp. XX, sect. 1, et disp. latío est optima et maxime delectabilis; si
n?scit, ut latíus traetamus disp. XXIII, et ergo Deus est summum intelligibile, sibique
disp. XXX, sect. 17. Q. S. An primus motor sit primum ap- XXIX, sect. 2.
petibile, quod perinde est ae quaerere an sit Q. 10. An primus motor optimaro ac coniunetissimum, et se per se ipsum perpe-
Q. 3. An secundum Aristotelem primus ultimus flnís; de qua in disp. XXIV dis- tuo conteroplatur, adtlli,rabilis est eíus vita
motor moveat primum orbem mediante aHa perpetuaID et actualem vitam habeat, sum-
serimus. Ex hoc vero loco habes ab Aristo- ma ac perfeetissima iucunditate affeetam, atque delectatio.
intelligentia, vel per seipswn. Hie erum te1e distinetionem duplids finis. Unus est Q. 11. An Deus non saluro sit sempi-
quae ex sui contemplatione nascitur. Trac-
priorem partero insinuat, nisi exponatur praeexistens, alter non praeexistens. Prior ternum ae optimum vivens, sed etiam sit
.quod moveat ut motus non ab alio, sed a tamus late disp. :XXX, seet. 14. Non est
acquirendus per media, posterior etiaro ef- tamen dubium quin Aristoteles hoe loco sua vita, quía est sua operatio, ae purus
172 Indic. detallado de la metafísica de Aristó/eles
Libro duodt!".~mo.-Cap'. VI_II_ __ 173
toda razóll opina Aristóteles aquÍ de Dios, según exponemos en la rusp. XXX,
j

seco 3 y 14. . Cuesto 3. Posibilidad de probar. que el nú~ero de s~stancias separadas no


Cuesto 12. Cómo puede ser verdad 10 que aquí afirma Aristóteles, a saber, supera al de los cielos, 0, al contrarIo, que el ~umero de estos es. mayor que el
que en Dios se da un evo continuo y eterno; en la disp. XXX, seco 8, y disp. L, de ellas, o imposibilidad de una prueba convmcente de cualqUlera de ambas
seco L cosas. Ibid. . li. .
Cuesto 13. Si Dios, igual que es principio de todos los seres, es también el Cuesto 4. Si el cielo superior es movido también P?~ UJ:-a ~~e genCla sup;rlOr
más perfecta, y si esto se ha de referir a la perfecclOn m~lVldual o especIfica.
más bueno y bello de todos ellos. Trátase en la disp. que acabamos de citar.
y tiene su lugar propio en la exposición de este texto, ya que Aristóteles afirma ~uele acometerse aquí la cuestión de si es más perfecto el CIelO. ~el sol, que los
todo esto al reprender a los pitagóricos y a Speusisso [sic], por negar que Dios cielos superiores de los planetas. Pero ni pertenece ~, este luga~, m mt~resa para el
sea el más bueno y el más bello, por más que sea principio; pues no siempre los asuntO' presente, pues, dejando a un 1ad~ la perfecclOn ~ustanclal, lO' CIerto es 9u~,
principios son tan perfectos como 10 que de ellos resulta, como es patente en el comO' móvil, cuanto más superior es un CIelO, ~anto es mas perfecto .en C'~Ianto movII>
semen. Responde él que el principio próximo instrumental cierto que no es no sólo por su magnitud, sino por ser superIOr .Y contener a los mfe.rlOres.
siempre igualmente perfecto; pero el principal y sobre todo el primero, es nece- Cuesto 5. Si la incorruptibilidad y etern~d~d de las ~ustanclas separadas
sariamente el más perfecto. puede deducirse legítimamente de la incorruptlbllldad del CIelo y eterrudad del
Cuesto 14. Si admitió Aristóteles que Dios es absolutamente infinito; si 10 mismo movimiento. Disp. XXXV, seco 1 y 2. . .,
probó debidamente por el hecho de que Dios mueva durante tiempo infinito; Cuesto 6. Si por el movimiento eterno del cielo se puede llegar, en ~pmlOn
en la disp. XXX, seco 2. de Aristóteles, a la conclusión de que dichas sustancias carecen de I?agmtud, y
Cuesto 15. Si es imnaterial y absolutamente impasible el primer motor; y son, consecuentemente, infinitas. Ibid., y en la disp. XXX, seco 4. . .
si esto se demuestra suficientemente por demostración racional, disp. XL, seco 1 y 8 . Cuesto 7. Si estimó Aristóteles que las sustancias motoras de los CIelos mfe-
riores son como la del primerO', y en qué sentido llamó primera a la una y segun-
da a la otra Todas estas cuestiones las abordamos en la disp. XXIX, seco 2, y en
CAP. VIII la disp. XXXV, seco 2. Los punt~s que cor~e~ponden de suyo al metaflsic.o se
NÚMERO DE SUSTANCIAS SEPARADAS tratan ampliamente; pero los propIOs de la flslca, y que pertenecen a los lIbros
De Caelo, son objeto de breve reseña. ,
En este capítulo prueba Aristóteles el número de sustancias inmateriales mo-
Cuesto 8. Por este mismo motivo, omitimos la parte que queda del capItulo,
toras por el número de esferas móviles, deduciendo su orden y propiedades del
en la que discute Aristóteles extensamente el número de las esferas celestes. Trata
orden de esas esferas móviles; y este razonamiento da pie a varias cuestiones.
además de la unidad del cielo, es decir, de la. esfera celeste completa y, en conse-
Cuesto 1. Posibilidad de demostrar eficazmente que los cielos se mueven por
c{¡encia de todo el universO', mostrando que es efectivamente uno. Mas el argu-
una sustancia separada fuera de la primera. Compete esto a los libros De Caelo;
lo abordaremos en la disp. XXXV, seco 1. mento que pone no es c'Onvincente, es decir, que si hubiese muchos cielos, ten-
drían muchos principios, distintos sólo numéricamente; y demuestra que esto es
Cuesto 2. Dado que así se muevan, necesidad de que se muevan los cielos por imposible, ya que seria preciso que tales principios tuviesen materia. Mas la pri-
tantas sustancias separadas, cuantos son los mimos cuerpos celestes. Ibid.
mera consecuencia es infundada, porque pueden darse muchos mundos depen-
actus; ita erum me de Deo Aristoteles sen- baverit ex eo quod infinito tempore movet;
tít et optime, ut disp. XXX, seet. 3 et 14, disp. XXX, sect. 2. Q. 3. An probari possit numerum sub- dum Aristotelem, ibidem, et disp. XXX,
traetamus. Q. 15. An primus motor irnmaterialis -stantiarum separatarum non esse rnaiorem sect. 4.
Q. 12. Quomodo verum sit id quod hie sit ae simpliciter impassibilis, idque satis quam coelorum, aut e converso hunc nu- Q. 7. An putaverit Aristoteles tales esse
Aristoteles asserit, nempe Deo inesse ae- dernonstretur ratione naturali, disp. XL, merum esse maiorem illo, ve} neutrum pos- substantias motrices inferiorum coe1orum
vum continuum et aeternum, disp. XXX, sect. 1 et 8. si! satis ostendi, ibid. ac primi, et quo sensu intellexerit hanc es-
seet. 8, et disp. L, sect. 1. Q. 4. An superius coelum a sup~rjori se primam, i11am Yero secundam. Hae om-
Q. 13. An Deus, sieut est omnium en- CAPUT VIII et perfectiori intelligentia ~ovea!ur,. ~dqu~ nes quaestiones attinguntur a nobis .in disp.
tium prindpium, ha et sit optimum et pul- intelligendum sit de perfectlOne mdivlduah XXIX, sect. 2, et in disp. XXXV, sect. 2.
cherrimum eorum. Tractatur a nobis in De numero substantiarum separ'atarum vel specifica. Quo loco attingi solet qu.ae~­ Et quae ad metaphysicum per se spectant,
praedjcta disputatione. Habetque loeum dr- Aristoteles in hoc capite ex numero coe- tio an coelum solis sit perfectius supenon- fuse tractantur; quae vero sunt proprie
ca textum hune, nam haee omnia pIane lorum mobilium probat numerurn immate- bus planetarum coelis. Sed non est huius physicae et pertinent ad Ubros de Coelo,
significat Aristote1es, dum reprehendít Py_ rialium substantiarum moventium, et ordi- loci, nec refert ad rem praesentem, nam salum breviter expediuntur.
thagoricos et Speusissum, eo quod negaret nem ac proprietates earum ex ordine coelo- quidquid sit de substantiali perfectione .in Q. 8. Et eadem ratione omittimus re-
D.t;!U.In. ess.e....-ºptimum _et .. p.u1cherrirnum~ licet ruro mobiUum colligit. Cirea quem discur- ratione mobilis, certum est coelum, quo su- liquam partem capitis, in qua Aristoteles
sit prindpium; non enim semper principia sum variae quaestiones insurgunt. penus, eo habere ration~m ?1obilis perfe,?- fuse agit de numero orbium coe1estium.
sunt aeque perfecta atque id quod ab illis Quaest. 1. An probari satis possit tioris, tum propter magmtudmem, tum qUIa Item agit de unitate coeli, id est, totius
fit, ut patet in semine. At ipse respondet coelos moveri ab aliqua substantia separata est superius et continet inferiora. sphaerae coelestis, et consequent~r totius
pr.incipium proximum et instrurnentarium praeter primam. Haec spectat ad libros de Q. 5. An ex incorruptibilitate coel.i, ve! universi, ostendens esse unum. Ratio autem
non semper esse aeque perfectum; prind.. Caelo, illam vero attingemus disp. XXXV, motus ipsius aeternitate, recte coll1gatur eius frivola est, scilicet, quia si essent pIu-
pale vero ac praesertim primum, necessario sect. 1. substantias separatas esse incorruptibiles et res coeli, haberent principia plura solo nu-
esse perfectissimum. Q. 2. Esto ita moveantur, an necesse perpetuas, disp. XXXV, sect. 1 et 2. .. mero diversa; quod impossibile probat,
Q. 14. An senserit Aristoteles Deum sit a tot substantiis separatis moveri coelOS,. Q. 6. An ex coeli motu a~terno CO~lgJ. quia oporteret talla principia habere mate-
esse simpliciter infinitum, recteque id pro- quot sunt ¡psa carpora coelestia, ibid. possit illas substantias esse sme magnltu- riam. Sed i11a prima seq"LJela frivola est,
dine, et consequenter esse infinitas, secun- quia possunt esse pl.ures mundi ab eodem
174 lndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro duodécimO'.-Cap_.-=I"'X'--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _"_ _ _ _ _ _ _
17_S
---------------------------------
dientes del mismo principio, según explicamos con más extensión en la disp. XXIX, mente divina es la suprema y más excelente inteligencia o intelección misma;
~1. - abora bien, la excelencia de la intelección depende en gran parte de la excelencia
Cuesto 9. Tamhién la refutación de tal consecuencia se roza con la cuestión~ de la cosa entendida; por ello, conviene más no ver algunas cosas que verlas, si
del principio de indíviduación, largamente tratada en la disp. V, seco 2 y siguien_ son demasiado viles; por consiguiente, no es cualquier inteligencia la mejor, sino
te. Mas en todo este razonanúento de Aristóteles hay que tener presentes aque- aqnella cuyo objeto de intelección es el mejor; luego la divina inteligencia tieno
llas sus palabras bastante humildes: así es racionalmente creíble; avel'iguar qué- el objeto más perfecto; luego tiene que conocerse a sí misma, porque de lo con,
es lo que de hecho tiene que ser, dejemos que lo decidan quienes posean mayores trario existida algo más digno que ella.
fuerzas. Hizo, Plles, bien al entender que nO' se trataba de demostraciones, sino- Cuesto 3. Surge de aquí la tercera cuestión: según el Filósofo, ¿no conoce
de razonamientos probables. Dios nada fuera de sí~ sino sólo a sí mismo? A primera vista así parece opinar
de Dios Aristóteles. Pero puede interpretarse con Santo Tomás que Dios no
CAP. IX conoce nada distinto de sí esencial y primariamente, es decir, de manera que
CONTIENE ALGUNAS DUDAS SOBRE LA INTELIGENCIA DIVINA este conocirniento le perfeccione, o- se vea impedido por ello y apartado del cono-
cimiento de un objeto más excelente. Mas de esto hablamos con más detenimiento
Cuesto 1. La primera cuestión propuesta por Aristóteles es si la mente divina en la citada disp. XXX, seco 15.
se encuentra siempre en acto de intelección. Plantea la duda en estos términos: Cuesto 4. Se presenta otra cuestión por la respuesta a una duda que pro-
si no es intelección siempre actual, ¿qué excelencia será la suya? Estará, pues, pDne aquí el Filósofo, consistente en saber si en todos los seres que carecen de
como dormida. Por el contrario, si está siempre entendiendo en acto, le viene, materia y, consecuentemente, en todas las inteligencias, se identifican la intelec-
consiguientemente, su dignidad del acto de intelección; por 10 tanto, ya no es
ción y la cosa entendida, y si, por lo tanto, el ángel es su propia intelección. Aris.:..
la sustancia más noble. La respuesta es que está siempre entendiendo en acto,
tóteles parece inclinarse por esto. En efecto, al plantearse cómo la mente divina
no en virtud de una intelección sobreañadida a su sustancia, sino por su propia
nobilísima sustancia. Así se responde suficientemente a ambos motivos de duda. puede ser su propio conocimiento, puesto que la intelección suele distinguirse
Esta cuestión la tratamos expresamente en la disp. XXX, seco 15. Aún añade aquí de su objeto, responde que la intelección no se distingue de su objeto sino como
el Filósofo otra prueba de dicha respuesta, y es que si Dios no fuese su propia la forma sin materia se distingue de una forma que está en la materia. De donde,
intelección, le sería difícil conserVar continuidad en su actividad intelectiva. La al carecer de materia la mente divina, en ella no es. necesario que la cosa enten~
razón, empero, no es convincente, porque, de lo contrario, probaría lo mismo dida se distinga de la intelección; y si esta razón es eficaz, tiene que cumplirse
respectO' de otras inteligencias. Pues, aunque una acción no sea sustancia, puede nO"· en todas las inteligencias. Puede, empero, responderse que no se trata más que
ser laboriosa la continuación de la misma, por no implicar ninguna contradicción de cierta semejanza oportuna para explicar cómo en la ciencia divina, por su
con su naturaleza, ni causar alteración o mutación alguna contraria. inmaterialidad y espiritualidad suma, no es necesario que el objeto propio se dis-
Cuest. 2. ¿Cuál es el objeto de intelección de la mente divina: ella misma tInga del conocimiento mismo. No es, pues, preciso que esto se verifique igual-
o algo distinto, una cosa distinta en cada momento o siempre lo mismo? Res- menté" en cualquier inteligencia, ni hay por qué afirmar que fue ésta la mente
puesta: es manifiesto que entiende lo más divino y más noble, de donde resulta de Aristóteles; problema de que tratamos detenidamente en la disp. XXXIV, seco 4.
que se entiende a sí mismo. Virtualmente, pues, viene-a exponer este argumento: la
principio, ut latius tractamus disp. XXIX, suam; non est ergo ipsa nobilissima sub- sima intelligentia seu intellectio ipsa; sed omnibus intelligentiis, ídem sint intellectio
sect. 1. stantia. Responsio vero est semper actu ad nobilitatem intellectionis multum refert et res intellecta, et consequenter angelus
nobilitas rei intellectae; propter ·quod me- sit sua intellectio. Videtur enim hane par-
Q. 9. I?1~ugnatio .etiam illius conse- inte1ligere, non intellectione addita substan-
quentis attmglt quaesuonem de principio tiae suae; sed per suarnmet nobilissimam lius est quaedam non videre quam videre, tem Aristoteles insinuare. Curo enim pro-
individuationis, de qua late di.sp. V., sect. substantiam. Et ita satisfit utrique ration!' si villssima si,nt; non ergo quaelibet intel~ posuisset dubium, quo modo divina mens
2 et sequenti. In toto vero hoc discursu dubitandi. Quam rem ex professo tracta- ligentia est optima, sed illa quae est opti- possit esse intelligentia suí, cum soleat in~
Aristotelis prae oculis habenda sunt illa mus disp. XXX, sect. 15. Addit vero hic mae rei inteUectae; ergo divina mens intel- tellectio ab obiecto distinguí, respondet in-
verba eius satis modesta: Ita rationabiliter Philosophus aliam probationem dictae re- ligit ~d quod optimum est; ergo intelligit tellectionem non distingui ab obiecto, nisi
arbitrandum est, quad enim necessarium sponsionis, sci~icet, quia si Deus non esset se ipsam, alias esset quidpiam aliud dignius ut formam sine materia a forma quae est
est, relinquatur patentiaribus dicendum. sua intellectio, laboriosa ei esset continuatiO' ipsa. in materia. Unde cum divina mens careat
Recte enim inteIlexit has non esse demon- intelligendi. Sed ratio non est convincens" Q. 3. Hinc vero oritur quaestio tertia, materia, non oportet ut in ea res intel-
strationes, sed discursus probabiles. alias idem probaret de omnibus allis intel-· an secundum Philosophum Deus nihil ex- lecta ah intellectione distinguatur, quae ra-
ligentüs. Quamvis ergo actio non sit sub- tra se intelligat, sed solum seipsum. Nam tio si efficax est, in omnibus intelligenilis
eAPUTIX stantia, potest non esse laboriosa continua- prima facie videtur Aristoteles ita de Deo locum habet. Sed dici potest illam tantum
tio eius; quia nullam repugnantiam habet sentire. Sed exponi potest cum D. T11Oma, fuisse accornmodatam quamdam proportio-
Duma quaedam continens arca divinam cum natura, nec contrariam aliquam altera- non cognoscere a}iud a se per se primo, aut nem, ad exp}icandum quo modo in diVina·
intelligentiam tionem vel mutationem causat. ita ut ab eo perficiatur, vel ita ut a nobilis- scientia propter summam eius immateriali-
Quaest. 1. Prima quaestio ab Aristotele Q. 2. Quidnam intelligat divina mens, simo obiecto cognoscendo impediatur vel
distrahatur. Sed de hae re latius dicta disp. tatem et subtilitatem necesse non sit obiec-
posita est an divina mens actu semper in- an se vel aliud; et an allud semper ve!' tum proprium ab ipsa scientia distinguí.
telligat. Et rationem dubitandi proponit, semper idem. Responsio est: Manifestum- XXX, sect. 15.
Q. 4. Alia quaestio suboritur ex resolu- Non est autem necesse ut id verum habeat
quia si non actu semper intelligit, quid- est illud intelligere quod divinissimum ho- in quavis intelligentia, neque est cur dica-
nam praecellens erit? Erit enim ut dor- narabilissimumque est, qua ¡it ut se ipsum tione cuiusdam dubitationis, quam hic Phi-
losophus proponit, an, scilicet, in omnibus mus eam fuisse mentem Aristotelis, de qua
miens. Si autero semper intelligit actu, ergo intelligat. Virtute ergo hunc conficit discur-
ab actu intelligendi habet nobilitatem sumo Divina mens est suprema ac nobilis- quae carent materia, et consequenter in re late disp. XXXIV, sect. 4.
176 [ndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro duodécimo.-Cap. X 177
----------------------
Cuest. 5. La quinta cuestión es saber si Dios permanece siempre y necesa- En cambiO', no subsume expresamente la proposición menor, aunque a ella
riamente en conocimiento actual de sí mismo, como determina aquí el FilósofO'. va dirigida su atención, y con esta ocasión hace de nuevo una digresión sólo para
Lo prueba magníficamente: porque sufrida detrimento, bien porque cesase de tocar ligeramente y refutar las opiniones de los antiguos sobre los principios, a fin
tal manera que se quedase sólo en actO' primerO' como dormido, según se dijo de deducir de aquí que por ninguno de los modos propuestos se puede llegar a
en la primera cuestión, o bien ----por 10 que a esta cuestión respecta- porque comprender debidamente cómo, en virtud de tales principios, puede subsistir
pasase de contemplarse a sí mismo a la contemplación de otras cosas, ya que y conservarse el orden admirable del universo, sin un supremo' ordenador.
siempre sería pasar a algo menos noble. De ello tratamos en la disp. XXX, seco 15. y aún apunta incidentalmente unas valiosísimas razones, aunque de manera
Cuesto 6. Si el conoc.imiento de Dios se realiza por simple inteligencia o por demasiado breve y con cierta oscuridad, como cuando dice que no hasta- afirmar
composición: acepta la primera parte; es una cosa indudable. Véase la disp. XXX, que todo se produce de contrarios, si no se cuenta con un principio superior que
seco 15. los disponga de tal manera y regule sus alternativas de tal suerte, que ninguno
-de ellos absorba completamente al otro, sino que se perpetúe siempre la duración
de las generaciones. La otra razón es, porque sin este principio nO' se llega a cono-
CAP. X
cer la causa por qué este individuo participa ahora la especie y no antes, el uno
QUE HAY UN SOLO SOBERANO Y RECTOR DEL UNIVERSO primero y el otro después. Ambas razones, como dice muy bien Santo Tomás, .
Esta es la afirmación que Aristóteles sienta en este capitulo, la cual qUlr.o están concebidas en aquellas palabras: pero no sólO' es necesario (o sea, por la pri-
también que fuese la conclusión de toda la obra, y una especie de epílogO' digno mera razón) un principio más primordial que aquellos que constituyen los dos prin-
de tan gran filósofo. La prueba con el siguiente razonamientO': el bien iei lLni- .ci-pios, sirlO también que aquellos que constituyen las farmas (es decir, las ideas),
verso consiste en la debida subordinación de sus partes, de modo que este bien purque hay otro principio más primordial; ¿pues por qué participó o participa?
sea a manera de un bien intrínseco e inherente al universo mismO'; mas este bien Esta es la segunda razón. Por fin, al terminar el capítulo, añade esta prueba de
no puede darse si no hay algún jerarca supremo y gobernador de él, que sea, al dicha menor: la pluralidad de gobiernos, o de principios primeros, no es buena
mismo tiempo, su fin extrínseco y último, del cual proceda y al cual tienda el ni contribuye a un buen régimen; mas los seres no quieren ser mal gobernados;
bien extrínseco del universo: luego es necesariO' en el universO' un solo sobe- luego existe un solo soberano.
rano y gobernador supremo. Cuesto 1. Sobre esta conclusión del Filósofo y sus pruebas se presentan di-
Explica el Filósofo su raciocinio en primer lugar con el ejemplo de un ejér- versas dudas. La primera es sobre la posibilidad de demostrar suficientemente por
cito, cuyo bienestar interno está en la debida subordinación; mas para esto se 'este razonamiento o por otros, a la sola luz natural, la existen~ia de un solo Dios;
exige un caudillo, que es el bien mayor de todo el ejército, precisamente porque tratamos esto ampliameute en la disp. XXIX, seco 1, y en la disp. XXX, seco 10.
de él se deriva y por él existe el orden en el ejército. Expone luego la primera Cuesto 2. Si tiene Dios providencia de este mundo; sus características; opi-
afirmación propuesta, explicando brevemente el orden de las partes del uLÍverso nión de Aristóteles sobre este punto, en la disp. XXX, seco 16 y 17, amén de lo
por comparación con una casa y familia bien ordenada: esto queda claro por dicho en la disp. XXII.
sí solo.
Minorem autem propositionem non ex- prrinctp¡.a faciunt, aliud princtpalius princi-
Q. 5. Quinta quaestio esto an Deus sern- tius operis eonclusionem, et quasi perora- presse subsumit, cam tarnen revera inten- pium necesse est esse (scilicet, propter ra-
per ac necessario pennaneat in actuali co- tionem tanto Philosopho rugnam. Eam vero dit, et ea occasione divertit hic iterum ad tionem primam), tum illis qui formas (id
gnitione sui~ ut hic definit Philosophus. huiusmodi discursu demonstrat. Universi attingendas leviter et reiiciendas antiquo- est, ideas), quia aliud principalius princi-
Quod probat oprime, quia in deterius mu- bonum consistít in debito ordine suarum mm opiniones de principiis, ut inde col- pium est; cur enim participav-it «ut partici-
taretur, sive ita cessaret ut maneret in solo partium, ita ut hoc bonum sit quasi bonmn ligat nullo ex ructis modis posse recte intel- pat? Ecee rationem secundam. Tandem ve-
actu primo tamquam dorrniens, ut in q. 1 intrinsecum et inhaerens ipsi universo; sed ligio quo modo mirabilis ordo huius uru- ro in fine capitis hanc probationem illius
dictum est, sive (quod ad hane quaes- non potest habere huiusmodi honum, rusi versi ex i111S principEs subsistat et conser- minoris subiungit: Pluralitas principatuwm
tionem pertinet) a sui contemplatione ad alía in eo sit unus aJiquis supremus prineeps et vetur, sine ullo supremo gubernatore. seu primorum principiorum non est bona,
transiret; quia semper transiret ad aliud gubernator eius, qu¡ s~mul sit extrinsecus Et obiter optimas attingit rationes, nee confert ad bonum regimen; at enria
minus nobile; de hac quaestione agimus et ultimus finis illius~ a quo emanet et ad quamvis brevissime et subobscure, qualis nolunt male gubernari; unus ergo prin-
disp. XXX, sect. 15. quem tendat extrinsecum bonum univer8Í; est illa, quod non satis est dicere omnia ceps.
Q. 6. An Deus intelligat per simplieem ergo necessarius est in universo unus supre- fieri ex contrariis, rusi ponatur aliud supe- Quaest. 1. Circa hanc Philosophi con-
intelligentiam.~ vd .,~ºmponendo, et definit mus princeps et gubernator. nus principium quod illa ita disponat, et clusionem eiusque p.robationes variae in-
priorem partem; et est res clara. Vide Hune discursum primo declarat Philoso- ordinet vicissitudines rorum, ut neutrum surgunt quaestiones. Prima, an hoc discur-
disp. XXX, sect. 15. phus exempl0 exercitus, cuius intrinsecum eorum aliud prorsus absumat, sed succes- su vel aliis naturalibus sufficienter demon-
bonum in debito ordine consistit; ad illum sio generationum perpetuo duret. Est item stretur esse unum tantum Deuro; quam
autem requirit ducem, qui maius bonum .alia ratio, quod sine hoc principio non pot- late tractarnus disp. XXIX, sec...'t. 1, ct
CAPUT X est totius exercitus, quia ab ipso et propter est assignari causa cur hoc individuum disp. XXX, sect. 10.
ipsum est ordo exercitus. Deinde declarat nunc participet speciem et non antea, et Q. 2. An Deus habeat huius universi
Unum esse principem ac gubernatorem
priorem propositionern assumptam, explican- -aliud prius, aliud posterius. Utramque vero providentiam et qualem, quidque in hoc
universi
do breviter ordinem partium universi per rationem, ut oprime D. Thomas notavit, Aristoteles senserit, disp. XXX, sect. 16 et
Haec assertio est ab Aristotele in hoc comparationem ad domum et farniliam bene habet in verbis illis: At tum illis qui duo 17, praeter dicta disp. XXII.
capite intenta, quam etiam voluit esse to- ordinatam; et res est per se satis clara.
178 Indice detallado de la metafísica de Anstó/el.<
Cuest. 3. Si se apellida a Dios sumo bien del universo sólo por ser fin último,
o acaso también por ser causa eficiente. Este tema se tocó con frecuencia en todo.
lo anterior, señalándose los correspondientes pasajes de las disputaciones. Unica-
mente conviene advertir aquí, que Aristóteles en este capítulo junta con frecuen_
cia ambas cosas y las incluye en las mismas conclusiones, censurando a los anti-
guos por haber pasado por alto la segunda razón. Hace un elogio especial de
Anaxágoras por haber defendido la inteligencia como motor primero, esto es,
eficiente, y añade a continuación: mas por causa de alga tiene que mover, luego
será el segundo, 'a no ser que sea tal coma nosotros decimos, a saber, que mueve por INDICE DE LAS DISPUTACIONES Y SECCIONES
sí mismo.
Lo demás que puede echarse en falta sobre el conocimiento natural de Dios o de CONTENIDAS EN ESTA OBRA
la primera causa y de las inteligencias, es objeto de larga discusión en nuestras'
disputaciones; en concreto, sobre Dios en cuanto causa primera, en las disp. XX,
XXI Y XXII; en cuanto fin último, en la XXV; en cuanto ejemplar primero, DISPUTACION PRIMERA
en la XXVI; en cuanto deidad propiamente, en la XXIX y XXX; sobre
las inteligencias creadas a su vez en la disp. XXXV, según se dará a conocer NATURALEZA DE LA FILOSOFÍA PRIMERA O METAFÍSICA
con más detalle en el índice siguiente.
Sección l.-Cuál es el objeto de la metafísica.
Q. 3. An Deus dieatur summum bonum ut nos dicimus, scilicet, quod propter SI!'
Seco Il.~Si la metafísica trata de todas las cosas según las razones propias de
universi solurn tamquam finis ultirnus eius, movet. éstas.
Bn yero etiam ut efficiens. Haee saepe taeta Caetera. quae de naturali cognitioile Dei Seco Dr.-Si la metafísica es una sola ciencia.
es! in superioribus, et designata sunt dispu- seu primae eausae et intelligentiarum desi-
tationum loca. Hic solum notetur, Aristo- derari possunt, disputarnus late in nostris
Seco IV.-Cometidos, fin y utilidad de esta ciencia.
telem in hoc eapite saepe eondudere et eon- dlsputationibus, et de Deo quidem sub ra- Seco V.~Si la metafísica es la ciencia especulativa más perfecta y verdadera
iungere utrumque, et reprehendere anti- tione primae eausae, in disp. XX, XXI et sabiduría.
quos, qui alteram rationem omiserunt. Spe- XXII, sub ratione ultimi fínís in XXV, sub Seco VI.-Si, de entre todas las ciencias, es la metafísica la más apetecida por
cialiter tarnen approbat Anaxagoram, quod ratione primi exemplaris in XXVI, sub-
posuerit mentero ut primum movens, id propria ratione Dei in XXIX et XXX; de el hombre con apetito natural.
est, efficiens. Et subdit statim: Verum ali- intelligentüs autem creatis in disp. :XXXV"
cuius gratia mavet, quare alterum, .nisi sit ut speeialius sequens index monstrabit. DISPUTACION II
LA RAZÓN ESENCIAL O CONCEPTO DEL ENTE

Sección I.---Si el ente en cuanto ente tiene en nuestro entendimiento un con-


cepto formal común a todos los entes.
Seco II.-Si el ente tiene un concepto o razón formal objetiva.
Seco IIl.-Si la razón o concepto de ente, realmente y con anterioridad a l.
operación intelectual, prescinde, de algún modo, de sus inferiores.

INDEX DISPUTATIONUM ET Sect. V. Utrum metaphysica sit perfec-


tissima seientia speeulativa, veraque sa~
SECTIONUM QUAE pientia.
Seet. VI. Utrum inter orones scientias
IN ROe OPERE eONTINENTUR metaphysica maxime ah homine appetatUl'
appetitu naturali.

DISPUTATIO PRIMA DISPUTATIO II


DE NATURA PRIMAE PHILOSOPHIAE SEU DE RATIONE ESSENTIALI SEU CONCEPTU
METAPHYSICAE ENTIS
Seetio 1. Quod sit metaphysicae obiectum. Sect. 1. Utrum ens, in quantum ens,
Sect. 11. Utrum metaphysica versetur habeat in mente nostra unum conceptum
circa res omnes secundum proprias ratio~ formalem omnibus entibus cornmunem.
nes earum. Seet. 11. Utrum ens habeat unum con-
Sect. 111. Utrum ;metaphysica sit una ceptum, seu rationero !onnalem obieetivam.
tantum scientia. Sect. III. Utrum ratio seu conceptus
Sect. lV. Quae sint huius scientiae mu- entis in re ipsa et ante intellectum sit ali-
nera, quis finis, quaeve utilitas. qua modo praecisus ab inferioribus.
FRANCISCO SUAREZ
BIBLIOTECA HISP ANICA DE FlLOSOFlA
DIRIGIDA POR ANGEL GONZALEZ ALV AREZ

DISPUT ACIONES
METAFISICAS
VOLUMEN I

EDICIÓN Y TRADUCCIÓN DE

SERGIO RÁBADE ROMEO


SALVADOR CABALLERO SÁNCHEZ
y

ANTONIO PUIGCERVER ZAN6N

I
e1 L¡331 BIBLIOTECA HISPANICA DE FILOSOflA I
_____'l_~3_4_~_ _ _ _ _ _....:I::::c>;;.:.::Tl;:T).:.::IC.:.::):::.:::.::::~~.:.::::::._ _I
Francisco Suárez nació en Granada, el 5 de enero de 1548. Joven, casi un
niño, pasó a estudiar cánones a la Universidad de Salamanca. Alll sintió a los die-
ciséis años el llamamiento de Dios para ingresar en las filas de la Compañía de
Jesús, Orden ya entonces aureolada de méritos, pese a su aún corta existencia. El
menguado talento de que entonces daba muestras Suárez estuvo a punto de impe-
dirle el acceso a la familia religiosa de Loyola y fue causa de que e! Provincial de
Castilla le quisiera recibir sólo en calidad de "indiferente" -sacerdote o hermano
coadjutor-', en función de que acreditase o no condiciones suficientes para el
o Editol'ial Gredos, Madrid, I960. estudio.
Ingresó como novicio en Medina de! Campo; de aquí se trasladó al Colegio
que la Orden tenía en Salamanca. En él fue -segón parece- donde despertó el
genio hasta entonces latente en el joven escolar. Tan rotundo fue el cambio, que,
después de su primera misa, celebrada e! 25 de enero de 1572, hubo de empren-
der -sumiso a sus superiores y acorde con su vocación intelectual- una larga
vida de actividad docente, que sólo incidentalmente hizo interrumpir su precaria
salud y que no acabaría más que con su muerte. Hasta 1574 enseñó filosofía en los
Colegios de Salamanca y Segovia. En 1575 comienza sus tareas de lector de Te<>-
logía, explicando esta disciplina con general satisfacción en los Colegios de Segovia,
Avila, Valladolid, Colegio Romano, Alcalá y Salamanca. En 1597, atendiendo la
petición formulada por Felipe TI a la Compañia, pasó a regentar la cátedra de
"Prima" de la Universidad de Coimbra hasta el 1615. Dos años más tarde -2 de
octubre de 1617- fallecía santamente en Lisboa.
. .. ',
" ~

OBRAS.- En 1590, en la imprenta de Pedro Madrigal, Alcalá de Henares, salió


a luz la primera obra del ilustre jesuita: Commentariorum ac Disputationum in
tertiam partem divi Thomae. Tomus primus. Así inaugoraba una intensa labor de
publicista, continuada póstumamente con varias obras que por diversas causas no
se habían dado a la prensa durante su vida. De ella puede hacerse nna idea el lector
sólo con recordar que en la edición de las obras completas de! jesuita, hecha por
Sebastián Colleti en Venecia -1740 a 1751-, ocupan éstas veintitrés voluminosos
tomos en folio l.
En su copiosa producción teológica corresponde el puesto de preferencia a sus
amplios comentarios a la Summa de Santo Tomás, completando su ideologla en
determinados pnntos con múltiples opuscula theologica de orientación dogmático--
moral. Si a esto se suma el Opus de virlule el slalu religionis y e! Opus de triplici
virtute Iheologica, babremos abarcado prácticamente todo el pensamiento teológico

Dep~'¡to Legal: M. 2016·1960 1 Una lista completa de las obras de Suárez, con l.as fechas de publicación, puede verse
en M. Solana: Historia de la Filosofía española -época del Renacimiento--. Tomo 111,
Gráficas Cóndor, S. A. - Aviador Lindhergh, S - Madrid-:. 903·60 Madrid, 1941. Pág. 455 Y ss.
8 Disputaciones metafísicas 9
Introducción -------
~--------------------------------~
del Eximio. Hay que mencionar,- no obstante, dos obras ocasionales, surgida la una . su'vo' efectivamente se hallan de tal forma trabadas estas verdades y
¡ntempe , ., l' . "t 1
con motivo de la elección de Paulo V, cuya importancia no rebasa lo circunstancial, . 'pios metafísicos con las conclUSIOnes y discursos teo OgIcos, que SI se qUl ~ a
y escrita la otra como respuesta Ad apologiam pro iuramento fidelitatis de Jacobo 1 ~f=~~a y perfecto conocimi~nto de aqu~l1as, tiene necesariamente que resentIrse
de Inglaterra: la Defensio fide; de Suárez mereció los más cálidos plácemes por también en exceso el conocImie.t;tto de ~s~as. Ll:vad,?, pues, por estas razones. y
parte del mundo católico y los honores del fuego por parte de Jacobo 1 en 1613 much, os deterrnmé eSCrIbIr preVIamente esta obra, en la cual m-
pare1 ruego de " . ' l)N d
y del Parlamento regalisra francés en 1614. Si a todo ello añadimos los fragmentos 1 se todas las disputaciones metafísicas... (Proemw a la dlSp. . o se pue e
que se conservan del De immunitate ecclesiastica a Venetis malata et a Pontifice c uye 1 menos en la causa ocasional de las Disputaciones, late el concepto
negar que, por o "d b d 1 1
iuste <le prudentissime defensa, habremos totalizado las obras de Suárez en este ' u· amente medieval de la filosofía subordmada y en servl um re e a tea o-
aut en c . Ji' • • • "D t 1 manera
aspecto de su pensamiento. • 1 El mismo nos advierte en RatlO et utscursus tottUS opms. . e a
gd'"' • esta obra mi papel de filósofo, que jamás pierdo de vISta que nuestra
ObrllS filosóficas.- Hay que advertir, en primer lugar, que algunas de las esempeno en . d 1 1'" n t f ntar
filosofía tiene que ser cristiana y SIerva e a ~eo Og13. .l-or es o .y po: om~
obras incluídas en el acervo de la Teología encierran con frecuencia tanto de filo- . d d d liS lectores ........según sus afirmaclones- hace repetIdas lllcurSlones
sofía como de ciencia sagrada. Tal es el caso del De angelis, De voluntario et in- 1aplea es lid li'ó d bl 1
en el ámbito teológico, no tanto para dar cum~ a exp caCI n" e pro ema.a g~~o,
voluntario, De vera intelligentia auxilii efficacis eiusque concordia cum libero cuanto para indicar el procedimiento de relaCIón y acomodaclOn de los prmclplOs
arbitrio, etc. Algunos de estos opúsculos, por ejemplo el último citado, tienen, metafísicos a las verdades teológicas lI.
amén del intrínseco, un valor histórico considerable, por ser un trasunto de la No nos dejemos, sin embargo, inducir por 10 dicho al er~or de creer que, la
famosa polémica "de auxiliis" entre molinistas y bañezianos. obra suareziana no pasa de ser un botón más en el muestrarIO de obras es.colas-
Como obras propiamente filosóficas podemos considerar el De legibus ac de ricas que consideraban la filosofía -sobre todo la metafís!ca--:- com? ~ubordinada,
Deo legislatore, De anima y las Disputationes metaphysicae. por 10 menos ~n su concepción y desarrollo, a la fe y CIenCIa teol~glca .. Todo .10
El De legibus nace también como un comentario a la Summa, aunque reducido contrario: es la primera vez que tropezamos con un cuerpo de doctrlDa SIstemátIco
a plan sistemático, que abarca desde el concepto general de ley hasta las más e independiente, cuyo estudio, por otra parte, resulta muy provechoso, por no
minuciosas cuestiones de la ley natural o de las leyes positivas divina y humana. decir necesario, para el teólogo. . .
De todos es harto conocida la influencia de esta obra en el desarrollo del entonces Sin embargo no estriba en esto la novedad mayor de las Dlsputattones Me-
incipiente ius gentium. taphysicae. Su ~ayor ti!;'bre está en la y~eración del texto aristotélico. Es decir:
El De anima es una de las obras póstumas. Todo estudioso de la psicología todos los libros de metaflSlca de la escolastlca -SI es que alguno es acreedor a este
racional tiene que lamentar que tal circunstancia signifique en este caso concreto títul~ no habían sabido nunca liberarse de la pauta forzada del te~o de la
que Suárez la dejó no sólo sin los últimos retoques, sino manifiestamente incom- Metafísica aristotélica. Es el viejo procedimiento que llega desde, los escoliastas. ~le­
pleta. La labor del P. Baltasar Alvares -al pretender subsanar las laguuas mediau- jandrinos hasta nuestros días, por ejemplo, en .libros de teolO~l~" cuya expoSICIón
te lás apuntes de Suárez durante sus primeros años de docencia en Segovia- tiene se enhebra en la Summa Thealogica del Aqumate. La metaflSlca de la Escuela,
a veces más de buena voluntad que de acierto. Por lo demás, el plan de la obra llegada la hora de tomar forma de libro, se convertía en u~ ~omentario a los doce
-el alma en si misma, facultades del alma, su vida- se nos prometía exhaustivo libros del Estagirita. Todos los defectos de desor~en, repetiCIOneS, etc., de la obra
en su sencillez. No se olvide que en la mente de Suárez esta obra se encuentra en aristotélica se proyectaban aumentados en las págmas de sus coment?dores. En la
el mismo plano que las Disputaciones metafísicas; si en éstas están ausentes los introducción a la disp. I1, nos explica Suárez c~mo, en vez de segUIr el texto .de
problemas psicológicos, es precisamente porque a ellos estaba reservado el tratado Aristóteles buscó un método más en consonanCIa con los asuntos que se estudian
De anima. ----ipsis ~gis consentanea----'. "Porque ---<:ontinúa----- en 10 que se refiere al .texto
aristotélico en estos libros de metafísica, hay algunas partes que apenas tIenen
LAS "DISPUTATIONES METAPHYSICAE".- En el año 1597 salía a la luz pública utilidad, bien por reducirse a proponer cU'estiones y dudas que ~e~~n sin resol~~r,
en Salamanca -imprenta de los hermanos Juan y Andrés Renaut- esta obra, filosó- como es el caso del tercer libro, bien por detenerse en la exposlcl0n y refutaclOn
ficamente la más importante del Eximio. Es el resumen más completo del pensa- de las opiniones de los antiguos, como se puede ver fácilmente en ,casi todo el
miento escolástico, encerrado en cincuenta y cuatro disputaciones de extensión primer libro y gran parte de los otros, bien, finalmente, porque repIte o resl!me
varia. ¿Qué movió a Suárez -teólogo de profesión- a entregarse a este quebacer las mismas cosas dichas en los libros anteriores, según se echa de ver en el lIbro
metafísico, cuya pasmosa erudición y profundidad denuncia una entrega total undécimo y otros." El carácter de Suárez ~refractario, como ver~mos luego, a
durante tantas horas de trabajo? "Y como con frecuencia, en medio de las diser- cualquier esclavitud intelectual----- no se sometió a este yugo de servId,u~bre sec.u-
taciones acerca de los divinos misterios, se me presentasen estas verdades metafí- lar, se planteó en orden sistemático todos los problemas de la metaÍIsIca, conVIr-
sicas, sin cuyo conocimiento e inteligencia difícilmente, y casi en absoluto, pueden tiéndolos en una exposición ordenada y coherente de todos e11?s. Su labor no tuvo
ser tratados aquellos divinos misterios con la dignidad que les corresponde, me precedentes en ninguna obra de conjunto, y acaso no haya SIdo superada en este
veía obligado con frecuencia o bien a entremezclar problemas menos elevados con
las cosas divinas y sobrenaturales, cosa que resulta incómoda al que lee y de 1 El P. Iturrioz, en un paciente análisis de los Comentarios a la I p,arte de la Sumnlfl'

utilidad dudosa; o bien, con el Jiu de evitar este obstáculo, a proponer brevemente sorprende el momento del nacimiento en la. mente. de Suárez ,de~ opuscu~o De ~s~entta,
ex$Ístentia et subsistentia, embrión de las Disputatwnes (Estudws sobre la Metafwca de
mi parecer sobre dichos puntos, exigiendo de esta forrua una fe ciega del que lee, F. Suárez, Madrid, 1949).
lo cual uo sólo era molesto para mi, sino que también a ellos les podría parecer 2 Cfr, ibid.: Ratio et discursus".
10 Disputaciones metafísicas 11
Introducción
~----------------------~
aspecto hasta nuestros días. Hacemos nuestras las palabras de Gilson: "las Dispu- las diversas facetas del problema con tal amplitud y profundi.dad, "qu~ casi puede
tationes de Suárez preséntanse ya como un moderno tratado filosófico, habiéndose decirse que e! entendimiento de! lector q~eda total!"ente satIsfe.cho vIe,;d". que el
su autor separado deliberadamente de toda sujeción al texto de la Metafísica de Doctor Eximio lo agota todo, y que oyendole a e! apenas eXlste POSIbIlidad de
Aristóteles, cuyo orden, o mejor desorden, le parecía encerrar muchos inconve- saber más" \ .
nientes... Dirigirse así por los objetos mismos de la metafísica y no por la letra El más superficial lector de las Dis{m:a<¡iones no habrá POdIdo menos de sor-
de Aristóteles, para saber con qué orden y cómo hablar, equivalía a escribir sohre prenderse ante e! acopi() pasmoso de erudiCIón de qu~ da muestra en ellas ~u~rez.
metafísica en vez de escribir sobre Aristóteles. No careela de audacia e! proceder ¿ Qué filósofo o qué Santo P~dre no asoma un~ o reIteradas veces a esas pagmas,
así; y si bien tuvo Suárez quien le precediera en esto, e! hecho constituía una densas de historia del pensanllento? El P. Itu~rloZ ha hecho un e!~nco de los auto~
innegable novedad" l . res citados. He aquí el resultado: son dos;;entos cuarenta y ClllCO ~ombres de
Estaba consciente Suárez 'Ue la revolución que suponía tal innovación; por los más diversos autores. Y no se trata de nombres amontonados, SIllO que son
ello, a fin de satisfacer a los aferrados al texto aristotélico y de facilitar e! manejo catalogados oportuna, discreta y sobriamente, clasifica~os en 'U.na u. otra tendencia
de sus Disputaciones a los partidarios del tradicional comentario, encabezó su respecta de cada uno de los problemas; con frecuen::18 S?ll dIscuudos algunos de
obra con un Index locupletissimus de las cuestiones estudiadas o sugeridas en los ellos aduciendo sus palabras textuales o al menos smtetizando el proceso de las
libros del Estagirita. Viene a ser este indice una especie de concordia detallada de ideas" 2.
los problemas tratados por éste y por Suárez, a lo que se añade una breve exposi- La comparación entre los números de veces que son citados los distintos autores
ción de algunos de raigambre inveterada en los comentarios, pero que Suárez es un magnífico indicio de la dirección en que se bruju1a el pensamiento suarezia-
juzga aj enos al contenido de una auténtica metafísica. no. La cantidad mayor corresponde a Aristóteles, citado 1.735 veces, a quien sigue
Previas estas observaciones, asomémonos, siquiera sea en ojeada panorámica, Santo Tomás, que alcanza el número de 1.008. Los demás autores ni siquiera se
al plan y desarrollo de la obra. El plan es extraordinariamente sencillo: supuesta acercan a estos dos que Suárez consideraba como sus verdaderos maestros, cuyas
la primera disputación introductoria sobre el concepto y características de la meta- opiniones suele convertir en suyas 0, a 10 más, sugerir una nueva interpretación
física, la materia se divide en tres partes: de su pensamiento, na siempre acorde con lO' que la tradición había entendidO'.
1. El ser en general: concepto, principios y atributos (disp. IT a disp. XI). El sistema filosófico de Suárez.- ¿Existe en realidad un sistema suareziano?
2. Las causas del ser: concepto, división, estudio de cada una (disp. XIT a ¿Es un escolástico más, cuyas aportaciones al acervo común y tradicional nO' pasan
disp. XXVII). de detalles más o menos sutiles y oportunos? ¿Es Suárez un tomista más, un
3. Divisiones de! ser. Discusión de su legitimidad y análisis detallado de sus escotista o un nO'minalista? Son demasiados problemas los implicados en estas
miembros (disp XXV1TI a disp. LIII). preguntas para que podamos aspirar a más que sugerir unas ideas O' aducir unos
Cierra, por fin, el tratado la disp. LIV, dedicada al estudio de! ente de razón '. testimonios que sirvan de respuesta.
Cada una de las disputaciones suele ajustarse con ligeras variantes al proceso Desde luego, hay que comenzar por evitar los extremos: ni considerar a Suá-
siguiente: se plantea el problema, indicando sus relaciones, en una breve introduc- rez como panacea universal de todo error :filosófico, comO' el único sistema invulne-
ción. Luego ---.,.en un desarrollo· progresivo y sistemático- se van sucediendo las rable a los impactos del error, según hacen algunos fervientes suaristas 3; ni con-
diversas secciones, divididas en números que las integran. Cada sección tiene su vertirle en un vulgar detector de opiniones intermedias, difusas y pocO' aristadas
unidad particular encuadrada en la unidad general de la disputación a que perte- de contorno, falto de temperamento metafísico, confinado en el ámbitO' "cosista"
nece. Suele abrir el título un utrum o un an, partículas que la semántica secular de una experiencia miope, extremos a que llega -víctima acaso de un secular sen-
de la escolástica convirtió en vehículos pregnantes de problematicidad. A continua- timiento antiespañol- Balthasar '. Se podrán admitir o discutir e! planteamiento
ción, bajo epígrafes como exponuntur variae sententiae, rationes dubitandi u otros y solución que Suárez da a los problemas; pero lo que creemos que se desprende
similares, e incluso sin epígrafe alguno, se exponen las opiniones históricas o posi-
con evidencia de cualquier página de sus Disputaciones es el nivel metafísicO' en
bles sobre .el problema, se ponderan sus razones, se las discute y refuta; entonces
c01?- .e,xpomtur ?era sententia, quaestionis resolutia, etc., se explica y demuestra la 1 Solana: O. c., III, 476-77.
oplillon defendida como verdadera, aceptada a veces de algón filósofo precedente, 2 Pensamiento, núm. extraordinario, IV vol. Madrid, 1948; pág. 36* 6. Cfr. Iturrioz:
propuesta otras personalmente por Suárez, por más que siempre procure traer en O. C., todo el capítulo 2.
3 Este sentido parecen tener algunas afirmaciones de Hellín: La analogía del ser y el
su apoyo opiniones de maestros consagrados, preferentemente de Santo Tomás y
conocimiento de Dios en Suárez. Madrid, 1947. Véanse las págs. 274, 276, 278, etc.
Aristóteles. Esta pauta de desarrollo, ciertamente ordinaria, no es, sin embargo, 4. "Son tempérament est celui d'un juriste casuiste. Il ;uge en critiquant les opinions
rígida. Por eso, a requerimiento de la indole peculiar de cada problema, surgen existantes et il choisit entre elles; il est manifestement touché par l'empirisme occamiste.
nuevos epígrafes que dan- paso a .tratamientos {} exposiciones características de de- "Puisque jamais il n'a été établi qu'un étre limité ait créé, il faut vrajsemblablement
terminadas cuestiones: Punctus difficultatis aperüur, argumentorum solutio, co- conclure, pense-t-il, qu'il ne le peut absolument paso L'analogie métaphysique de Saint
Thomas s'éloigne trOP, d'apres lui, de l'expérience empirique. C'est pour s'aider de l'imagina-
rollaria ex superiori resolutione, etc. Las sucesivas secciones nos van presentando tion que Suarez ne cesse de recourir a la marqueterie des modes. C'est un analyste, un
éclectique, un chosiste. Il n'a pas le tempérament d'un métaphysicien. Ses fameuses, trop
1 El ser y la esencia. Trad. L. de Sesma. Buenos Aires, 1951; págs. 132-133. Cfr. ltu-
fameuses Disputationes Metaphysicae sont remarquables par leur volume sans doute, mais
rrioz: Estudios so-bre la metafísica de F. Suárez, Intr., 11 ss. beaucoup moins par leur qualité philosophique. A mesure que passe le temps les méta-
2 Un resumen de las Disputaciones puede verse en Solana: O. C., tomo 111, págs. 466 ss.; physiciens s'en persuadent davantage." Mon moi dans l'étre. Louvain, 1946. Pág. 188. Hay,
Ueberweg-Heinze: Grundl'iss der Geschichte der Philosophie. 14 Auflage. Band 111. Basel/ además, en este autor un afán morboso de poner siempre a Suárez en el campo del error,
Stuttgart, 1957. Págs. 211-213. emparejado con Kant. -
_1_2______________________~Disputaciones metafísicas 13
Introducción --_._-
que los sitúa. Ni creemos que su vinculación a la experiencia haya de reputarse
como defecto, sino como la virtud del reverente respeto a los hechos, cuya ausen- 1 niverso entero se debe únicamente a una Causa trascendente, de la que se me
cia maldice de esterilidad tantos brillantes sistemas filosóficos. ~es~ubren como ~sencialmente dependientes; .se debe a u.n. Ser trascendente y
¿Tiene Suárez un sistema propio? Nuestra respuesta es francamente afirmati- cesarÍo del que se me descubren como esenCIalmente partIcIpados. .
va, Aun reconociendo todo el lastre de tradición que pesa en su filosofía, creemos ne Estamos en otro momento decisivo y característico de la metafísica suarezmna.
Aquí se comprende perfectamente que e! ser se predique del en:e ~!to y de Dios
.
que las novedades .por..ella .aportadas
, .
no son incidentales () de mero detalle' sino
que cons~t.uyen prlllClplO~ .s~stemat1cos tan fecundos que cuantas ideas -persona- con analog{a intrínseca, sÍ, porque amb~s son ser, pero ~e atnbucIo-?-, porque el
les o reCIbIdas de la tradlClOu- se estructuran en la arquitectura de su conjunto ente finito sólo es en subordinación a DlOS como causa ejemplar, e~cle~te y final.
s~s,temático son in~oslayable exigencia de esos principios fundamentales. Y si tu- Con la conquista del ser transcendente hemos completado e! amblto del ser
vlera~os que ele,gIr el ~lemento o concepto, cuyo despliegue y consecuencias se trascendental y llegó la hora de considerar s~s divisiones., La primera ~a~ como
conVIerte en el SIstema mtegro y coherente, lo encontraríamos sin duda alguna en fruto maduro del proceso que nos ha condUCIdo hasta aqm: el ente. Ir;fzmto, con
e! concepto de ser -:-",p.titu~o ad exsisterrdum-, dotado de unidad precisiva y plenitud de ser, sin dependencia de I?ada, ~ns a se; y el ente ftntto, lt~1tad? en su
co,,: analogí~ .de "t"buclón mtrinseca. De ahí surgirán los primeros principios ser, dependiente en el orden e.sencIal~;Jen:pla~, y en el. orden ~~lstenc131-::-efi­
lógI~-ont~logIcos, en él descubriremos sus atributos trascendentales; ahí radica ciente, ens participatum. A partIr de la aS~ldad ~esenCla m.etaflsIc~ de DlOS--
la eXIgenCIa de los cuatro géneros de causas con las características de cada unO" se derivarán sus atributos y las características de sus operaclOnes; Igual que a
por él llegare~?s a la fundamental división en ens a se y ens ab alio, imparticipad¿ partir de la "participación" ---.constitutivo del ente finito ........ se llegará a los predica-
el uno y partICIpado e! otro, que no requiere distinción real de esencia y existencia dos de las criaturas.
etcétera l. ' Con la segunda división encabeza Suárez el estudio del ente finito: sustancia
Intentemos ad.entrarnos en el desarrollo del sistema y sorprender la lógica in- y accidente. Profundiza en el primer miembro y buscando la perfección de la insei-
terna que 10 preSIde. Toda la metaflsica suareziana es tensión entre los dos focos dad, llega al supuesto constituído por el "modo de subsistencia", que se puede dar
so~~e que. se sustenta: el ente trascendental y el Ser Trascendente, con la vincu- en el mundo inmaterial y en el material.
lacIOn óntIca !nt;e ambos de la analogía de atribución intrínseca y la participación. El accidente 10 estudiará primero en relación con la sustancia a la que le liga
De la experIenCIa concreta de los seres particulares -en alas de la abstracción la inhesión, pasando luego al estudio concreto de los nueve predicamentos acci-
t?tal- ganamos el ens participiciliter sumptum -actw exsistens- y e! ens nomina- dentales en sus aspectos más inmediatos o directamente vinculados a la metafísica.
ltte~ sumptum -.aptum ad. exsister;d1!trl'-. Esa misma abstracción nos entrega esa Aun a riesgo de incurrir en las deficiencias e imprecisiones de un esquema,
r~zon formal dotada de urndad obJetIva y percibida en un único concepto formal. nos atrevemos a sintetizar el doble proceso ascendente-descendente de la metafísica
S.' de! plano c~nceptual descendemos al metafísico de su aplicabilidad a los infe- suareziana en los siguientes pasos:
rIOres, descubrn:'0s que para poder predicar e! ser -aptitudo ad exsistendum, Vía ascendente, centrada principalmente en estas etapas:
esen:Ia real p:-eclsamente porque pue1de existir-, necesitamos que el ente concreto
l
Datos empíricos del ser concreto.
a qUlen lo aplIquemos -so pena de infringir el principio de no contradicción- sea: Descubrimiento de su esencia real.
u~o, en cuanto implica unidad positiva y es su esencia y no otra; verdaderO': inteli- La participación total: ejemplar y eficiente.
gIble, "pe.rmeable" a mi inteligencia, precisamente por estar ejemplarizado de Imitabilidad del primer Ser.
o~ra sUl?erlOr; bue,rto: e~a unidad e i-?-teligibilidad de su esencia sólo son compren- Eficiencia de la Primera Causa.
sIb!es SI todo en el conjura a su entIdad -bueno para sí mismo- y al concierto ENS A SE.
urnversal de los seres -bueno para los demás-o Como el ser es esencia -posible Vía descendente:
o actual_ y la esencia es límite, al actualizarse, ninguna esencia real necesitará Bns a se.
de princiri? extrínsec~ que limite su ser existente; finita y limitada era en el orden Infinitud y actualidad pura.
d~ la pOSIbIlidad y fimta es en el orden de la existencia actual. Tampoco necesitará Ejemplaridad y actividad eficiente.
nmgún elem~nto ajeno par.a constituirse en individuo: 10 será por sI misma. Posibilidad intrinseca y extrínseca.
Ahor~ bIen, esa :sencIa real ---<le suyo pura potencia objetiva- la encontra- SER PARTICIPADO.
mos ~ealizada, actnahzada: ¿por qué?, ¿por qnién?, ¿para qué? Entramos en el
estudIO de las causas. Bclecficismo.- Es ya un tópico hablar del eclecticismo de Suárez. A nuestro
. La co~si?eraci~n de la.s ,causas intrlns~cas y constitutivas y de las finales y efi- juicio, mientras "eclecticismo'> no se entienda con sentido peyorativo de sincretis-
CIentes proXImas solo servlra para descubl'lf cada vez más esa herida de deficiencia mo, hay en esto un elogio completamente justificado por un somero análisis de la
e?titativa que se nos descubrió en el ser desde el momento que -sin contradic- filosofía del jesnita. Prescindiendo de Aristóteles, arsenal común de toda la esco-
CIón- hemos podido considerar su esencia como meramente posible: no es, pero lástica postaquinatense, las fuentes de donde preferentemente se nutre su sistema
puede ser; es, pero p~do no ser; fue, pero ya no es ... Así cada ser concreto y así son, sin duda, Santo Tomás y Escoto. ¿Quién tiene la primacía? Si nos fiamos del
cuantas causas descubro en el ámbito de lo finito. Luego si cada ser particular es, si es número de citas, inmensamente mayor a favor de Santo Tomás, la respuesta parece
fácil; pero acaso, por ser demasiado fácil, se nos haga sospechosa. Desde luego, los
~ ~r. ROig. Gironella: , "La síntesis metafísica de Suárez". Pensamiento, núm. extra- suarezianos no pierden ocasión de subrayar que su maestro es un discípulo sumiso
orrunano. MadrId, 1948. Pags. 175 *, 195 ss., 201 * SS; en el mismo número Hellín' "Lí_ y fiel intérprete de Santo Tomás, aun so pena de aminorar las prerrogativas de
neas fundamentales del sistema suareziano", 167 * ss. ,.
origmalidad e independencia del Eximio. Por ejemplo, Fuetscher dice: "Por el
14 ---
Disputaciones metafísicas Introducción 15
desarrollo que ha sufrido la filosofía desde Santo Tomás hasta Suárez y desde no hay coincidencia en la mentalidad general, sino profundísftna di~tancia: Hay
Suárez hasta nuestros días, se ha aguzado 10 suficiente nuestra mirada crítica para coincidencia relativa, no simple y completa, y que envuelve mas de dIscordia que
lograr un tomismo "depurado" tal como lo inició Suárez. Ahora comprendemos de acuerdo en afirmar la unidad del concepto de ser. No hay coincidencia respecto
por qué este eminentísimo representante de la filosofía neoescolástica no fué el de si es o ~o universal ese concepto: lo concede Oclcam, 10 niega Suárez. No hay
fundador de una escuela propia: es que únicamente fué FILÓSOFO, y no quiso ser coincidencia en la univocidad del ser. La concede Ockam, la niega Suárez.
más que filósofo" 1, "No creemos que esa minima coincidencia, y aun ella tan distanciada, baste
En cualquier manual escrito bajo el signo del suarismo se buscará siempre en para hablar de Suárez como opuesto al tomismo e incli~ado hacia <;1 .nominalis.mo
un texto del Doctor Angélico la confirmación de la doctrina expuesta. Más aún, y propagador de él; al contrario, lleva a afirmar en Suarez un deCIdido y radical
en doctrinas tan típicamente suaristas, como la no-distinción real de esencia y exis- antagonismo con la filosofía de Oclcam" 1.
tencia y la negación de la materia signata como principio de individuación, han
hecho algunos suarezianos prodigios de ingenio para hacerle decir a Santo Tomás Proyección histórica.-- Si la influencia en el pens~mient~ de conte~poráneos
lo mismo que Suárez. Mas frente a ellos está esta pléyade compacta de los "tomistas y venideros es certificado de valía en pro de un determmado SIstema filosofico o de
acordes en negar al jesnita español el título de comentador fiel del Doctor Angélico un pensador, pocos cuentan en su haber con uno tan laudatorio como Suárez.
que la posteridad se ha complacido en otorgarle" 2. Uno de los más destacados Pocos libros de filosofía han alcanzado mayor difusión que las Disputaciones del
paladines del tomismo actual, N. del Prado, despuf.s de señalar en el sistema de Eximio. Su considerable volumen no fue óbice para que, a partir de su primera
Suárez nueve puntos fundamentales de divergencia respecto de Santo Tomás, con~ publicación, en 1597, se sucedieran dieciséis ediciones en el breve lapso de cuaren-
c1uye: "Por consiguiente, Suárez en sus Disputaciones Metafísicas no sigue los ta afios. Obra nacida al calor de la densidad intelectual de la Salamanca del
caminos de Santo Tomás. Pues de lo dicho hasta ahora se deduce que se aparta siglo XVI, su contenido está acorde con la edad a que pertenece. Sin renunciar a la
de la sólida doctrina de Santo Tomás en los principales puntos de la Filosofía Pri- tradición, sino cargando su pensamiento en la corriente que nace en Aristóteles y
mera" 3. Y no sólo es esto, sino que algunas veces desde el campo tomista se ha es cristianizada por Santo Tomás, recoge de ella, acaso en exceso, preferentemente
pretendido convertir a Suárez en un discipulo inconsciente de Escoto 4. ¿Se in~ la orientación que podemos llamar "esendalista". En el subsuelo de la filosofía
c1ina en realidad más hacia el Doctor Sutil que hacia el Angélico? Nuestra res- europea se estaba incubando entonces el racionalismo, que en el orden religioso
puesta es negativa. Creemos que en esto se sufre la fascinación de unas cuantas so~ había sentado ya sus primeras premisas con algunas doctrinas protestantes.
luciones concretas del suarismo, que por su terminología, acaso más que por sus Sin negar la perviabilidad de la existencia a la razón, es evidente que resulta
conceptos, se hallan más cerca del escotismo: unidad del concepto de ser, problema más seguro para ésta el mundo de las esencias y de los puros posibles, libres incluso
de esencia y existencia, etc. A nuestro juicio, si a Suárez hubiera que calificarle hasta cierto punto de ese predicado ~tan razonable y a veces tan poco racionali-
con uno de estos dos epítetos -tomista o escotista-, nos decidiríamos sin vacilar zabl~ de las existencias concretas que es la contingenCia. No resulta novedad
por el primero. Mas en realidad el planteamiento de este dilema carece de sentido, ya afirmar que sobre toda la filosofía racionalista gravita la metafísica suareziana.
ya que la originalidad y coherencia sistemática del suarismo hace que le sean in~ Reconocer y ponderar el hecho no es hacer al jesuita responsable de sus erorres.
aplicables ambos apelativos. Su influencia, manifiesta y confesada en algunos, oculta y disimulada en otros,
La acusación nominalista.- Dos palabras nada más sobre la acusación de no- es innegable desde Descartes a Wolf: no es fácil sustraerse a la tentación de esta-
minalismo que con frecuencia se hace recaer sobre el sistema del Eximio. La cree- blecer un paralelo entre la metafísica del ente posible y la del ente aptum ad
mos absolutamente infundada. Si algunas coincidencias doctrinales bastan para exsistendum.
enrolar a Suárez en las filas de los ockamistas, quisiéramos saber qué filósofo, por Protestantes y católicos lo convirtieron en su maestro, sobre todo en metafísica
el mismo procedimiento, se libraba de ellas. Poco tiene que ver según nuestra opi~ y derecho. Hubo de llegar Wolf -pensador en la encrucijada de Suárez y Des-
nión el dilettantismo del Venerabilis lncoeptor con las francas profesiones de rea- cartes- para suplantar con sus obras en las universidades alemanas las Disputatio-
lismo con que inicia el filósofo español sus Disputationes: ... rerum ipsarum com'" nes del Eximio. Esta misma función docente la había desempeñado la obra sua-
prehensionem I!', resque ipsas... contemplari, rerum vero ipsarum examinationem reziana en los centros protestantes holandeses. Los españoles tenemos que lamentar
trademus 6. Como no es el momento de hacer un estudio comparativo, permítase- que no se haya escrito aún una historia completa de esta influencia, más o menos
nos manifestar nuestra opinión con unas palabras del P. Iturrioz, después de con- descubierta y confesada, del jesuita en la filosofía del continente en los siglos XVII
Cluir tal comparación: "es decir, en resumidas cuentas: entre- Ockam y Suárez
y XVIII. Abundan datos dispersos en las obras de Scorrai1le y C. Werner', pero
1 Acto y potencia. Epílogo. Trad. Ruiz Garrido, Madrid, 1948, pág. 302. falta una obra seria de conjunto. Descubriríamos afinidades ignoradas con muchos
II ,De Wulf: Histoire de la Philosophie médiévale. 4i ,hne période. Ch. III, pág. 527. pensadores del racionalismo y de la ilustración, así como el desarrollo y transfor-
Lo-uvain, 1905. mación consciente de algnna de sus doctrinas, por ej emplo en Leibniz. La historia
3 De Ventate fundamentali Philosophiae christianae, lib. II, c. 11, págs. 205-206. Friburgi
Helvetiorum, 1911.
'" "11 reste, en sonnne, infiuencé (problema del ser) par Scot et plus pres de luí qu'il 1 Estudios sobre la Metafísica de F. Suál'cz, págs. 276-77. Un estudio más completo de
ne le croit: "la mentalité scotiste pénetre ,la mentalité suarézienne." Vidée de retre chez la polémica en torno a este problema: J. M. Alejandro: La gnoseología del Doctor Eximio
Saint Thomas et dans la Scolastique postérieure, par A. Mare, S. J. (Archives de Philoso- y la ocusación nominalista. Comillas, 1948.
phie, v. X), pág. 49. París, 1933. 11 Scorraille: Franyois Suarez de la Compagnie de ¡ésus. Tom. 1. París, 1912. Tom. n.
¡¡ Disp. Met., "Proeníio". Parls, 1913. K. Werner: Franz Suarez und die Scholastik del' Ietzten 1ahrhunderte. Ratis-
6 Disp. Met. 55, "Introducción". bona) 1861.
16
Disputaciones metafísicas
d:rría por bueno el apelativo que aplicó Heereboord al español: omnium melaph _
S!Corum papa atque princeps" \ y
La vigencia del suarismo en nuestros días ha decrecido a todas luces. Si ex-
ce)'tuamos el bloque compacto de los jesuitas españoles, la fidelidad a su nsa-
~~ento de los me~ores profeso;es de la Orden en Alemania y algunos núcle: ais-
da ~s, aunq~le pu)ante~ en Hispanoamérica, por ejemplo en Méjico, la totalidad
e as doetrmas. suareZlanas .-·,su sistema__ ha perdido muchos adeptos. El tomis-
mo ha reconqwstado las posiciones que había perdido ante él Sin embargo el MOTIVO Y PLAN DE TODA LA OBRA
suansffi.o como una de]. d "
'did as etermmantes mas poderosas de la .filosofía moderna ,
no
.. "h aper onadade'
'" su ImportancIa. ¿Por qué entonces se hace al Eximio la,
. - AL LECTOR
m)ustlclardel sIlencIallllento, negándole en la historia de la filosofía el puesto de
t
~ll~~a mea ue le corresponde? Ojalá esta nueva edición de su principal obra
. oso ca contn uya a renovar su conocimiento y a que esw gran filósofo f.'S añol
Como es imposible que uno llegue a ser buen teó~ogo sil; haber sen,ta~o primero
los sólidos fundamentos de la metafísica, por lo mIsmo SIempre creI Importante,
ocupe el puesto de honor que le corresponde en la historh del pensamiento: p cristiano lector, ofrecerte previamente esta obra que -debidamente ~aborada­
pongo ahora en tus manos, antes. de escribir los Co~entarios TeológI~OS, de los
S, R. que parte vieron ya la luz, parte me esfuerzo en terrnmar lo antes pOSIble, con la
gracia de Dios. Mas, por justos motivos, no he podido retrasar mis especulaciones
Madrid, Colegio May01' Antonio de Nebrija, Mayo de 1959, sobre la tercera parte de Santo Tomás, y fué preciso enviarlas a la imprenta antes
que todas las demás. Cada día, sin embargo, veía con claridad más diáfana cómo
la Teología divina y sobrenatural precisa y exige ésta natural y humana, hasta
el ·punto que no vacilé en interrumpir temporalmente el trabajo comenzado para
OBSERVACIONES A LA PRESENTE EDICION ntorgar, mejor dicho, para restituir a la doctrina metafísica el lugar y puesto que
le corresponde. Y a pesar de que en la elaboración de esta obra me detuve más
P ,1. El texto, latino de la presente edición sigue fundamentalmente la hecha en de 10 que iuicialmente había yo pensado y me habían pedido muchos que anhelabao
h ans por ~. VIVeS. Mas com-o también esta edición tiene erratas y aun errores ver terminados los Gome·nlarios a la T ércera Parte, o -si cabe esperarlo- a toda
c e~os real~zad~ para toda la obra suareziana una labor previa de fijación del texto' la Suma de Santo Tomás, con todo jamás pude arrepentirme de la tarea empren-
on ~,?ntan o b~Iempre tres o cuatro ediciones distintas. Las variantes que hace~ dida, y tengo confianza en que el lector, siquiera sea convencido por la experiencia
cam larAnota ~mente el sentido del texto las hacemos constar siempre en nota misma, aprobará mi decisión.
2. . un a .rIe~go de que el castellano pudiera a veces parecer imperfecto hemo~ De tal manera desempeño en esta obra el papel de filósofo, que jamás pierdo
PtrdeferIdo seguIr SIempre de cerca el sentido literal del texto con todas las'diñcul de vista que nuestra filosofía tiene que ser cristiana y sierva de la Teología divina.
el lengua)' e esco1"asuco, cargado de tecnicismos
, Este es el fin que me he propuesto no sólo en el desarrollo de las cuestiones, sino
a'1 es dque acarrea
.. a veces tao dif'- mucho más en la elección de las sentencias u opiniones, inclinándome por aquellas
CI es e tradUCIr. ,1-
que me parecían ser más útiles para la piedad y doctrina revelada. Por este motivo,
3. Hemos traducido "disputatio" por "disputación" po 1 1b
castellana "disp.uta" t~~ne hoy un sentido notablemente dist~~~~er que a pa a ra RATIO ET DISCURSUS TOTIUS lisper intennittere, quo huie doetrinae me~
4" Cada dlsputaclOn va precedida de una pequeña introducción o es uema OPERIS taphysicae suum quasi locum ac sedem da··
rem, vel potius l'estituerem. Et quamvis in
rut SIrve de ayuda al lector poco avezado a Suarez,
que ' a fi n d e no perderseq
en ,
la AD LECTOREM
eo opere elaborando diutius immoratus fue-
a, aparentemente oscura, de las ·secciones y números de algunas disputaciones. Quemadmodum fieri nequit ut quis Theo- rim quam initío putaveram, et quam mul-
logus perfectus evadat, nisí firma prius meta- rorum expostulatio, qui commentaria illa in
physicae iecerit fundamenta, ita intellexi tertiam partem, ve! (si sperari potest) in
semper operae prctium fuisse ut, antequam universam D. Thom. Summam, perfecta de-
SIGLAS MAS IMPORTANTES Theologica scriberem Commentaría (quae siderant, tamen suscepti laboris numquam
partim jam in .lucem prodiere, partim colla- me poenitere potuít, confidoque leetorem
Disp.: qisputaciólJ; sec .. o 8ect.: sección, sectio;· q.: cuestión, quaestio; sententiarn meam, vel ipso adductum expe-
boro ut quam primum, Deo favente, com-
a.: artículo; dist.: distinción. pleantur) opus hoc, quod mmc, christiane rimento, comprobaturum.
lector, tibi ofiero, dillgenter e1aboratum Ita vera in hoc opere philosophum ago, ut
-praemitterem. Verum, ¡ustas ob causas, lu- semper tamen prae oculls habeam nostram
1 Cfr. Ueberweg, Grnndriss ... 14. Auflage. Band III, págs. 214-15. cubrationes in tertiam D. Thom. partem philosophiam debere christianam esse, ae di-
<lifferre non potuí easque primum omnium vinae Theologiae ministram. Quem mihí
praelo mandare oportuit. In dies tamen luce scopum praefixi, non solum in quaestioni-
darius intuebar, quam illa divina ae super- bus pertractandis, sed multo magis in sen-
naturalis Theología hane humanam et na- tentiis seu opinionibus seligendis, in eas
turalem desideraret ae requireret, adea ut propendens, quae pietati ae doctrinae reve-
non dubitaverim illud inchoatum opus pau- latae subservire magís viderentur. Eamque
18
- - - - - - - - - - - - - - - - - -
Disputaciones metafísicas
---------- Motivo~ plan~e tod"- ~bra _ _ _ _ . ._______________1_9
haciendo a veces un alto en la marcha filosófica, me ocupo marginalmente de al- de las divisiones contenidas bajo estos (miembros). h~sta todos lo~ gé~eros y los
guno~ problemas teológicos, no tanto por detenerme a examinarlos o explicarlos grados de ser contenidos dentro de las fronteras o lumtes de :sta CIencIa:
minuciosamente -cosa que sería ajena a la materia de que ahora trato-, cuanto Mas como habrá muchos que deseen tener toda es~a ~~ctrma en coteJo c.~ los
para señalar como con el dedo al lector con qué procedimiento se han de aplicar libros de Aristóteles, no sólo por ver cuáles son los prmclplos de tan ¡;ra~ ~I1os?f?
y adaptar los principios metafísicos a la confirmación de las verdades teológicas. que le sirven de fundamento, si~o también para que su uso, les se~ :nas facd y uul
Confieso que en el estudio de las divinas perfecciones ~llamadas atributos~ me para entender a Aristóteles, también en este punto procure ser utÜ al lector me~
he detenido más de 10 que acaso crea alguno que exige el fin aqui pretendido; diante un índice elaborado por mí, en el que ---.-con ~~a lectur~ atenta- se P3 dra
pero me impulsó a ello en primer lugar la dignidad y elevación de los problemas, comprender y retener en la memoria ~on suma faC~l~ad -SI no me engano--:-
luego el que jamás me pareció haber traspasado los límites de la razón natural, cuantas cosas Aristóteles trató en sus lIbros de metahslca; y a su vez se podran
y mucho menos los de la metafisica. tener a la mano todas las cuestiones que suelen suscital'se en la exposición de dichos ....J
y por haber creido siempre que gran parte de la eficacia para comprender los libros.
problemas y profundizar en ellos radica en el método oportuno de investigación y Nos pareció, por fin, oportuno avisar al benévolo lect~r que .ésta es efe:tiva-
enjuiciamiento, que sólo con dificultad y acaso ni así siquiera podría yo seguir, si mente una sola obra y que no hubiésemos separado las dIsputaclOnes en mas de
--según la costumbre de los expositores- trataba todas las cuestiones ocasionalmen- un volumen si no existiese alguna razón que nos hubiese obligado a ello. Pues, en
te y como al azar, tal como surgen a propósitO' del texto del Filósofo, por ello juzgué primer lugar, la hemos dividido en dos tomos para que no. resulte moles~a por s~
que sería más útil y efectivo, guardando un orden sistemático, investigar y poner tamaño; y, en segundo lugar, para hacer, en cuanto sea pOSIble, un merecldo servI-
ante los ojos del lector todas las cosas que pueden estudiarse o echarse de menos cio a los que están pendientes de nuestros trabajos, lanzamos primeramente este tomo
referentes al objeto total de esta sabiduria. Cuál sea dicho objeto 10 explica la prime- tan pronto como salió de la imprenta, aunque el otro se encuentra ya tan avanzado
ra disputación de esta obra, y en ella al mismo tiempo explicamos la dignidad, utili- que creo que no estará esta parte completamente leída, antes que aquélla haya
dad y los demás puntos que los escritores suelen poner inicialmente en los proe- sido publicada. Ojalá que ambas y las demás obras que proyectamos redun-
mios de las ciendas. Luego, en el primer tomo, se examinan cuidadosamente la den en mayor gloria de Dios Optimo Máximo y utilidad de la Iglesia Católica. Vale.
razón de mayor extensión y universalidad de dicho objeto -que se llama ente-
subinde procedít per contentas sub his par- quae inter illos libros exponendos excitari
con sus propiedades y causas. En el estudio de las causas me detuve más de 10 titiones ad usque genera omnia et gradus so1ent.
que suele hacerse, por juzgarlo no sólo muy difícil, sino extraordinariamente útil entis, qui intra huius scientiae terminos seu Demum, berugnum lectorem admonen-
para toda la filosofia y teologia. En cambio, en el segundo tomo hemos analizado limites continentur. dum duximus, unum quidem opus hoc esse,
Quía tamen erunt permulti, qui doctri- nee eius disputatjones fuisse ab uno vo]u-
las razones inferiores del mismo objeto, comenzando desde la división del ente en mine seiungenda"sJ nísi alíqua nos ratio coe-
nam hanc uruversam Aristotelis libris appli-
creado y creador, por ser la primera y más intima a la quididad del ente y la más eatam habere eupient, tum ut melius perci- gisset. Nam imprimís ne mole sua nonnihil
apta para el desarrollo de esta doctrina; desarrollo que avanza desde aquf a través piant quibus tanti philosophi prindpiis ru- afferret molestiae, in duo volumina mud di-
tatur, tum ut eius usus ad ipsum Aristote- visimus; deinde vero, lit, quoad fierí posset,
lem intelligendum fadlior sit ac utilior, hae nostrorum laborum studlosis debitum offi-
ob causam, philosophico cursu nonnunquam runt, pertractarem, idcirco expeditius et uti- cium praestaremus, hoe prius emisUnus
etiam in re .1ectori inservire studui, indice statim ac e praelo prodiit; quamvis aliud
intermisso, ad quaedam Theologica diverto, lius fore censui, servato doctrinae ordlne,
non tam m in illis examinandis aut accu- [quem toti operi praescripsimus] 1 a nobis eo iam processerit, ut existimem non prius
ea omnia inquirere et ante oculos lectoris
rate explicandis' immorer (quod esset abs proponere, quae de toto huius sapientíae elaborato, quo, sj attente legatur, facillime hane partem perlectam fore, quam illa fue-
re de qua nunc ago), quam ut veluti digito obieeto investigari et desiderari poterant. (ni fallor) poterunt omnla, quae Aristote1es rit in lucem edita. Utinam utraque et cae-
índicem lectü:ri quanam ratione principia Illud vero obíectum quodnam sit, explanat in libris Metaphysicae pertractavit, et com- tera quae molimur in magnam Dei Optimi
metaphysicae sint ad Theologicas veritates prima huius operis disputatío, simulque in prehendi et memoria retineri; rursusque Maximi gloriam, et Ecclesiae Catholicae
confirmandas referenda et accoromodanda. ea praefamur dignitatem, utilitatem et cae- prae marubus haberi quaestiones omnes utilitatem cedant. Vale.
Fateor me in divinis perfectiorubus, quae at- tera quae in prooemiis seientiarum scriptores
tributa vocant, contemplandis, immoratum praemittere consuevenmt. Deinde, in priori 1 Esta frase aparece añadida en algunas ediciones, por ejemplo en la de J. B. Golo-
fuisse diutius quam alicui fonasse praesens tomo eiusdem obiecti amplissima et uruver- sino, Venecia, 1605 (N. de los EE.).
institutum exigere videretur; at compulit salissUna ratio, quae \ videlicet, appellatur
me rerum imprimis dignitas et altitudo, ens, eiusque proprietates et causae diligen-
deinde quod mihi nunquam visus sum lu- ter expenduntur. Et in hac causarum con-
minis naturalis, atque adeo nec metaphysieae, templatíone latius quarn fieri soleat irnmo-
Umites transilire. ratus surn, quod et perdifficilem illam, et
Et--- quonlam---hidlcávi semper magnam ad ad oronem philosophiam et Theologiam uti-
res intelligendas ac penetrandas, in eis eon- lissimam esse existimaverim. In tomo autem
venienti methodo inquirendis et iudicandis, altero inferiores eiusdem obiecti rationes
vim positam esse, quam observare vix aut prosecuti sumus, initio sumpto ab i1la en-
ne vix quidem possem, si, exposítorum tis divisione in C1'eatum et creatorem, utpote
more, quaestiones orones, prom obiter et quae prior est, et entis quidditati vicinior..
veluti casu circa textum Philosophi OCCut- et ad huius doctrinae decursum aptior; qui

1 Aceptamos la lección quae como más probable, frente a otras ediciones en las que
se lee qua (N. de los EE.).
Disputaciones metafísicas
356 ---
.
de sabiduría por ocuparse de las pnmeras causas Y de los principios
. . . de. todas . las
laxado en la sección anterior. Por constgmente, st. 1as cien-
cosas, como h.emos dec , .d d todas ésta que es la pnmera de
das especulauvas son las mas apetect as e ' '
ellas, será ciertamlente ~at mmáasy~~e~ee~ib~~~bre tiende a su felicidad natural; ahora
Finalmente e apetl o . . 1 f
. . , 'ct · e r medio de esta ciencia, o me¡or, consiste en .a.per ecta
bien. esta se a qmer po
·, de ella Porque, como se ce en e1
di libro X de la Etica
'
esta felicidad está
.,
poseslOn n la co~tem ladón de Dios y de las sustancias separadas, .~ontemp.1a~IOn
puesta e . p 1 fin principal de esta ciencia. Luego tambien la felicidad
que es¡ el ac:ot' preonp!uonya~to de esta ciencia Por consiguiente, este apetito es suma- DISPUTACION II
natura consts e · , R t s
mente conforme tanto a la naturaleza como a .la recta . razon.
f ' · es a, pue , que
investiguemos con todo afán y diligencia esta c1encta per ectlSima.
LA RAZON ESENCIAL O CONCEPTO DE ENTE

mas causas, omni.umque prin~ipia, quod a felicitas in contemplaüone Dei et substan-


nobis superiori sectione sat.ts d~daratum tiarum separatarum posita est; haec aute~
est. Si ergo scientiae specuiattvae mter oro- contemplado proprius actus est et p~a:ct­
nes maxime appetuntur, mter qu~s haec puus finis huius scientiae:. er~o et fe~ct~as RESUMEN
est suprema, erit utique ex se m.a~tme ap- naturalis in actu huius sctentme cons1StJ.t; ·
petibilis. Tandem maximus homtD;ts. appe- est erg~ hic appetitus maxime consentaneus, Las partes de esta disputación están claramente señaladas por las seis seccla-
titus est ad suam naturalem felicttatem; tam naturae quam rectae rationi. Superest
haec autem per hanc scientiam cm;nparatur, nes que la componen:
ergo ut omni diligentia et studio hanc per-
vel potius in ipsius perfec~a assecutt~ne con- l. Concepto forma! del ente (Sec. 1).
sistit. Nam, ut traditur ltb. X Ethtc., haec fectissimam scientiam investigemus.
Il. Concepto objetivo del ente (Sec. 2).
lll. Precisión del concepto de ente (Sec. 3).
IV. Contenido del concepto de ente (Sec. 4).
V. Trascendencia del ente (Sec. 5).
VI. Contracción del ente' a sus infe>·io1'es (Sec. 6).

SECCIÓN I

Expuestas las nociones de concepto fo1'mal y objetivo (1), ent,.a en la expo-


sición de las posiciones históricas, de las cuales la primera nie'ga simplemente
que el concepto formal de ente sea uno (2), mientras otras dos, sobre todo Fonseca
-autor de la segunda-, después de muchas distinciones inútiles, acaban admitien-
do una unidad insuficiente del concepto fotmal (3-8). Suárez defiende la unidad
del concepto fm·mal propio y adecuado del ser (9), distinto de los demás en su
realidad y según su razón fm·mal (10-11). No, se multiplica a pesat de su 1'elación
a multitud de objetos (12), ni es concepto meramente nominal (13). La analogía
no es óbice para su unidad (14 ).

SECCIÓN II

Propuestas tres dudas, con las que se plantea el p1'oblema de la unidad del
concepto objetivo del ente (1-3), siguen dos posiciones históricas extremas -ne-
gación total en una y afi,.mación de unidad absoluta en otra (4-5)- y una inter-
me-dia, pe1'o inaceptable (6-7). A continuación expone el Eximio su opini6n, en-
cen-ada en dos afirmaciones fundamentales:
A) Al concepto formal de set responde un solo concepto objetivo (8); explica
cómv expresa el concepto de se,. la sustancia y el accidente (9-11), los géneros su-
premos, etc. (12-13), concluyendo con la demostración "a pdori" de su tesis (14).
B) El concepto objetivo de ente p1'escinde de toda razón pa,.ticular. Es con-
secuencia de lo anteriot (15). Explica cómO: se obtiene por la opetación de la
mente (16), pasando luego a probar su afi1'mación y defenderla contra las obje--
ci<>~U~S, deduciendo además las consecuencias (17-36).
358 Disputaciones metafísicas

SECCIÓN III
Está requerida por la última parte de la anterior: ¿la preci~ión mental supo-
ne· la precisión 1·eal? ¿Añade la "talidad" U;"! mo~o. ~ealm:ente ~zsünto al ser antes
de la consideración intelectual? (1). Hay una opm10n aftrmatwa, que se cree ser
la de Escoto: sus argumentos (2-6). Frente a ella, propone Suárez su afirmación
de que el concepto objetivo de ser, tal como existe en la realidad, no es algo DISPUTACION II
realmente distinto y preciso de los inferiores en que existe (7). La prueba con
acopio de argumentos (8"11) y rebatiendo las razones aducidas en pro de la opi- LA RAZON ESENCIAL O CONCEPTO DE ENTE
nión de Escoto (12-17).
Plan y método de doct1cina que se ha de seguir en esta obra.~ Supuesto 1
'
SECCIÓN IV ¡0 dicho sobre el objeto o sujeto de nuestra disciplina, se impone en primer \
La opinión de Avicena con la corrección de Soto (1-2) nos introdnce al pro- lugar la necesidad de exponer su esencia propia y adecuada, y, a continua- .
blema del contenido del concepto de ser. Pam resolverlo, hay que comenzar por ción, sus propiedades y causas, todo lo cual constituirá la parte principal y pri- ·,
distingnir el ente como participio y el ente como nombre (4-5) y la significación mera de esta obra. Propondremos en la segunda la división más importante del !
de ambos. Precisamente la solución está en el ente tomado con valor d'e nombre mismo ; de este modo, cuanto permitan las fuerzas naturales de la razón, estudia-
~"lo que tiene esencia real" ( 6-7)-, ya que' en él cabrá por igual el "ser en acto" remos y explicaremos todas las cosas que están bajo el ente, y que incluyen su 1

y el "ser en potencia" (8). Una vez acl<rrado que la doble significación -partici- concepto, en cuanto entran en la razón objetiva de esta ciencia y abstraen de la !
pial y nominal~ del ente' no es equívoca (9-12), explica cómo el ente-participio materia según su ser. Para proceder con mayor concisión y brevedad, y para podeJ:_--1
sólo es predicado esencial d'e Dios, mientras que el ente-nombre lo es de todo tratar las cosas con método apropiado, nos abstendremos de prolijas explicaciones
ser (14). del texto aristotélico, y consideraremos las mismas cosas de que se ocupa esta
sabiduria con el método doctrinal y expositivo que mejor se acomode a ellas.
SECCIÓN V Porque, en lo que se refiere al texto aristotélico en estos· libros de metafísica,
Desarrolla el problema de la trascendencia del ente. La admiten todos respecto hay algunas partes que apenas tienen utilidad, bien por reducirse a proponer
de los entes completos y de los incompletos ulteriormente resolubles (1 ). La difi- cuestiones y dudas, que deja sin resolver, como es el cas9 del tercer libro, bien
cultad se centra en las diferencias últimas. La opinión de Escoto es que el ente por detenerse en la exposición y refutación de las opiniones de los antiguos, como
no las trasciende (2-4). La refutación del Doctor Sutil (5-7) y la demostración se puede ver fácilmente en casi todo el primer libro y gran parte de los otros,
de la sentencia verdadera (8-15) ocupan casi toda esta sección, que se cierra con bien, finalmente, porque repite o resume las mismas cosas dichas en los libros
la solución de algnnas objeciones (16-18). .anteriores, según se echa de ver en el libro XI y otros. Realmente, las cuestiones
útiles que merezcan o precisen estudiarse, se esforzaron bastante en explicarlas,
SECCIÓN VI tal como aparecen en el texto aristotélico~ diversos expositores griegos, árabes y
De la trascendencia pasanws lógicamente a la contracción del ente a sus infe- latinos y, de entre todos ellos, nosotros nos valdremos especialmente de la expo-
riores. Expuestas las diversas opiniones históricas (1-6), en el n. 7 explica Suá- DISPUTATIO li que ipsas, in quibus haec sapientia versatur,
rez la suya: "per madum expressioris conceptionis alicuius entis contenti sub DE RATIONE ESSENTIALI SEU
eo doctrinae ordine ac dicendi ratione quae
ente". La prueba a continuación con argumentos de autoridad y de mzón (6-11), ipsis magis consentanea sit, contemplari.
CONCEPTO ENTIS
Nam, quod spectat ad Philosophi textum in
concluyendo con la cuestión de la diversidad p1'imaria de los géneros supremos,. Ordo ratioque doctrinae in hoc opere ser- his Metaphysicae libris, nonnullae partes
en íntima conexión con estos problemas del ser (12). vanda.- His suppositis quae de obiecto seu eius parum habent utilitatis, vel quod varias
subiecto huíus scienciae tradidimus, neces- quaesciones ac dubitaciones proponat, eas-
sarium imprimís est eius propriam et adae- que insolutas relinquat, ut in teto tercio li-
quatam racionem, ac deinde proprietates bro, vel quod in anciquorum placicis refe-
eius et causas exponere, et haec erit prior rendis et refutandis immoretur, ut ex primo
principalis pars huius operis. In posteriori fere libro, et ex magna parte aliorum con-
praecipuam eius partitionem proponemus, stare facile potest, vel denique quod eadem
atque ita res orones quae sub ente continen- quae in prioribus Iibris dicta fuerant, vel
tur, et illius rationem includunt, ut sub repetat, vel in sumrnam redigat, ut patet
obiectiva ratione huius scienciae cadunt, et a ex libro XI, et aliis. Quae vero utilia sunt,
materia in suo esse abstrahunt, quantum ra- scituque digna et necessaria, insudarunt
tione naturali attingi possunt, invescigabimus satis in eis explicandis, prout in littera Aris-
et explanabimus. Ut enim maiori compendio totelis continentur, varii e:ll;positores graeci,
ac brevitate utamur, et convenienti methodo arabes et latini, ex quibus nos praecipue
universa tractemus, a textus aristotelici pro- utemur Alexandri Aphrodisaei, Averrois, et
lixa explicatione abstinendum duximus, res- maxime omnium divi Thomae expositione.
360 Disputaciones metafísicas Disputación se~unda.-S_e_·c_cz_'ón_I____________________3_6_1
sición de Alejandro de Afrodisía, de Averroes y, sobre todos ellos, de la de Santo Se llama concepto formal al acto mismo o, lo que es igual, al verbo con que el
Tomás. Por otra parte, en las disputaciones siguientes abordaremos el análisis entendimiento concibe una cosa o una razón común. Se le da el nombre de con-
objetivo de los problemas, procurando, al mismo tiempo, explicar con minuciosi- cepto, porque viene a ser como una concepción de nuestra mente; y se le llama
dad el pensamiento y sentido de Aristóteles, y cada uno de los testimonios, que formal, bien porque es la última forma de la mente, bien porque representa formal-
suelen ser el fundamento de casi todas las cuestiones. Más aún: para dejar com- mente al ente:Q.dimi_ento la cosa cgnocida, bien porque, en realidad, es el término
pletamente contentos a los estudiosos de Aristóteles, hemos puesto al fin 1 de la formal e intrínseco de la concepción mental, consistiendo, por decirlo así, en esto
obra un índice de todas las cuestiones que suelen suscitarse a propósito del texto su diferencia del concepto objetivo. Llamamos concepto objetivo a la cosa o
aristotélico, conservando su orden, o de las que a nosotros se nos ocurrieron, y razón que, propia e inmediatamente, se conoce o representa por medio del con-
consignamos los pasajes en que las discutimos. Y si por ventura la fidelidad al cepto formal; por ejemplo: cuando concebimos un hombre, el acto que realiza-
método que nos hemos propuesto jmpide tratar en nuestras disputadones algunas mos para concebirlo en la mente se llama concepto formal, en cambio, el hombre
sentencias de Arjstóteles, que se encuentran en estos libros y pueden ser útiles conocido y representado en dicho acto se llama concepto objetivo: En realidad, Ja
para otras ciencias, en el mismo índice ponemos unos breves comentados al denominación de concepto le corresponde extrínsecamente por referencia al con-
texto de Aristóteles, en que explicamos los puntos que no se tocaron en las cepto formal, por medio del cual afirmamos que se concibe su objeto; por eso,
disputaciones y que sean difíciles o útiles. Así, pues, en la presente disputación con toda razón se le llama objetivo, porque no se trata de un concepto que sea,
tenemos que explicar el problema del concepto del ser en cuanto ser, ya que la en cuanto forma, término intrínseco de la concepción, sino en cuanto objeto y ma-
existencia del ser es algo de por sí tan claro, que no necesita explicación alguna. teria a que se aplica la concep~ión formal, a la cual tiende directamente toda la pe-
En efecto, después del problema de la existencia, es el de la esencia el primero netración de nuestra mente, siendo éste el motivo de que algunos, tomándolo de
de todos, que debe darse por resuelto o explicarse respecto del sujeto de cada Averroes, le llamasen intención entendida y otros tazón objetiv·a. La diferencia, por
ciencia al comenzar el desarrollo de ésta. Como, a su vez, es ésta la primera y lo tanto, entre el concepto formal y objetivo está en que f.l formal es siempre ªlgo
suprema de todas las ciencias naturales, no puede aceptar de otra la demostración verdadero y positivo, siendn además en las criaturas una cualidad inherente a la
o explicación del concepto y quididad de su sujeto, siendo preciso, por ln mismo, mente; por el contrario, el concepto objetivo no es siempre una verd~dera cosa·
hacer su estudio y explicación inmediatamente al comienzo. ppsitiva. Efectivamente, concebirnos a veces las priviciones y otra's cosas,
que se llaman entes de razón, porque objetivamente no existen más que en
SECCION PRIMERA el entendimiento. Además, el concepto formal es siempre algo singular e indiv.t-
dual, por ser algo producido por el entendimiento e jnherente a él; empero-, el
SI EL ENTE EN CUANTO ENTE TIENE EN NUESTRO ENTENDIMIENTO
concepto objetivo a veces puede ser efectivamente una cosa singular e individual,
UN CONCEPTO FOR!'viAL COMÚN A TODOS LOS ENTES
en cuanto puede presentarse a la mente y ser concebida por· el acto formal; pero
l. Definición de concepto formal y objetivo y su diferencia.- En primer muchas veces es una cosa universal o confusa y común; por ejemplo: hombre,
lugar, damos por supuesta la distinción vulgar entre concepto formal y objetivo. sustancia y cosas parecidas. Así, pues, el fin principal de esta disputación es expli-
car el concepto objetivo del ente en cuanto tal, según toda su· abstracción, a la
Rerum vera ipsaruin examinationem in se- tio, quid sit ens in quantum cns; nam, quod que debe, segú_n dijimos, ser el objeto de la metafísica. Pero atendiendo a la dificul-
quentibus disputationibus lradcmus, simul- ens sit, ita per se notum est, ut nulla de-
que curabimus Aristotelis mentem ac sen- claratione indigeat. Post quaestionem autem
sum, et singula testimonia, in quibus fere an est, quaestio quid res sit est prima om- actus ipse, seu (quod idem est) verbum quo et ad quarn mentis acies directe tendit, prop-
quaestioncs omnes hmdari solent, accuratius nium, quam in initio cuiuscumque scientiae intellectus rem aliquam seu cornmunem ter quod ab aliquibus, ex Averroe, intentio
declarare. Ut vera Aristotelis studiosis om- de subiecto eius praesupponi aut declarare rationem concipit; qui dicitur conceptus, intellecta appellatur; et ab aliis dicitur ratio
ni ex parte satisfaciamus, in fine 2 huius necesse est. Haec autem scientia, cum sit quia est veluti proles mentis; formalis au- obiectiva. Unde colligitur differentia inter
operis indicem quaestionum omnium quae omnirnn naturalium prima atque suprema, tem appellatur, vel quia est ultima forma conceptum formalem et obiectivum, / quod
circa textum Aristotelis, et servato eius or- non potest ab alia sumere vel probatam mentís, vel quia formaliter repraesentat men- formali&f semper est vera ac positiva res et
dine, tractari solent, vel nobis occurrerunt, vel declaratam subiecti sui rationem et ti rem cognitarn, vel quia revera est intrin- in creaturis qualitas menti inhaerens, obiec-
posuimus, et loca in quibus nos eas dispu- quidditatem, et ideo ipsam statim in initio secus et formalis terminus conceptionis men- tivus vero non semper est vera res positiva;
tamus, designavimus. Quod si fortasse sen- tradere et declarare oportet. talis, in quo differt a conceptu obiectívo, ut concipimus enim interdum privationes et
tentiae aliquae Aristotelis, quarum cognitio ita dicam. Conceptus obiectivus didtur res alia, quae vocantur entia rationis, quía solum
ad alias scientias utilis est, in bis libris oc- SECTIO PRIMA illa, vel ratio, quae proprie et immediate habent esse obiective in intellectu¡ ItenVcon-
currant, quae in nostris disputationibus, ser- per co.nceptum forrnalem cognoscitur seu ceptus formalis ·semper est res singularis et
vato doctrinae ordine quem instituimus, trac- UTRUM ENS IN QUANTUM ENS HABEAT IN
repraesentatur; ut, verbi gratia_, cum homi- individua, quía est res producta per intellec-
_tari __ p.o_r:l _p9_:;¡s_in._t, __ _in_ ___eQde:m. __ indice _____breves MENTE NOSTRA UNUM CONCEPTUM FORMALEM
nem concipimus, ille actus, quem in mente tum, eique inhaerens; conceptus autem
circa textum Aristotelis annotationes tradi- OMNIBUS ENTIBUS COMMUNEM
efficimus ad concipiendum hominem, voca- obiectivus interdum quidem esse pbtest res
mus, in quibus, quidquid in disputationi- l. Conceptus formalis et obiectivus quid tur conceptus formalis; horno autem cogni- singularis et individua, quatenus mentí
bus tactum non est, et aliquid difficultatis sint, et in quo differant.- Supponenda im- tus et repraesentatus illo actu dicitur con- obiici potest, et per actum formalem concipi,
vel utilitatis habet, declaramus. In praesenti primis est vulgaris distinctio conceptus for- ceptus obiectivus, conceptus quidem per saepe vero est res universalis ve! confusa et
ergo disputatione explicanda nobis est quaes- malis et obiectivi; conceptus formalis dicitur denominationem extrinsecam a conceptu co~munis, ut est horno, substantia, et simi-
formali, per quem obiectum eius concipi lia,;' In hac ergo disputatione praecipue in-
l El "index locupletissimus" parece que debía estar al fin de la obra según algunas dicitur, et ideo recte dicitur obíectivus, quia tendimus explicare conceptum obiectivum
expresiones de Suárez, como en el caso presente. (N. de los EE.) non est conceptus ut forma íntrinsece termi- entis ut sic, secundum totam abstractionem
2
Propiamente aquí, según el orden aceptado en esta edición, debería decir "al prin- nans conceptionem, sed ut obiectum et ma- suam, secundum quam diximus esse meta-
cipio". (N. de los EE.) teria circa quam versatur formalis conceptio, physicae obiectum; quía vera est valde dif-
362 Disputaciones metafísicas 363
Disputación se~unda.-S::ec::cc:i::ónc._:I:__~~~~~~­ ------

tad del tema y a su íntima dependencia de nuestro modo de concebir, comenzamos


por el concepto formal, que puede resultar mucho más claro a nuestro juicio.
el nombre, y en este sentido, el?- cuanto son análogos, ;w
tienen un solo. con~epto
real sino muchos, como es ev1dente tanto en los analogos de proporcionalidad,
.coU:o en los de proporción o atribución. Efectivamente, si al oír la palabra riente
Exposición de las diversas sentencias se forma W1 concepto propio de la cosa significada, no será uno, sino doble el
2. La primera niega en absoluto que se dé un concepto formal del ser que concepto que se forma: uno del hombre, ~u': es el que .se ríe pr.opia y for~al­
sea verdaderamente uno en si, preciso y distinto de los otros conceptos de los mente; otro del bruto, que sólo puede rec1b1r tal apelativo en v1rtud- de cterta
seres particulares. Esta es la opinión de Cayetano en el opúsculo sobre la Analogía proporcionalidad. Y si no se forman ambos conceptos, sino solamente uno de ellos,
de los nombres, c. 4 y 6. En efecto, aunque se exprese de manera oscura y distinga entonces no se concibe la palabra según toda su analogía o significado común
entre ooncepto perfecto e imperfecto, sin embargo esta distinción coincide con respecto de aquellas cosas, sino solamente o en cuanto es. unívoca respecto del
otra de Fonseca, que vamos a tratar en seguida. Por eso, si se le lee atentamente, hombre, o en cuanto, en sentido traslaticio, significa metafóricamente el bruto.
ésta es en realidad su opinión; y Fonseca, libro IV Metaph., c. 2, q. 2, sec. 3, Lo mismo pasa en los análogos de atribución, por ejemplo, en sano, ya que si se
afirmó de él que habla alcanzado la verdad o que estaba muy cerca de ella. Todo forma el concepto propio de la cosa significada, entonces no es uno, sino múltiple,
\ el fundamento está en que de otra manera el ente sería univoco y no análogo, pero uno del animal que es sano propia y formalmente, otros de otras cosas, que debi-
ya veremos luego que esto es falso. Esta es la prueba de su conclusión: son uní~ .do a diversas relaciones o denominaciones derivadas de la salud del animal, reciben
vacos aquellos objetos cuyo nombre es común. Ahora bien, la razón de sustancia extrínsecamente el apelativo de sanas. Mas en ambas clases de analogía puede
implicada en su nombre es idéntica, según el testimonio de Aristóteles al comien- formarse un concepto bastante confuso, que más que referirse a nada real, se
zo de los Predicamentos; mas como también el nombre de ente es común a refiere a la significación de la palabra, como sería si, oída la palabra sano, conci-
todos los entes, tenemos que concluir que o la razón de este nombre es· una e bieses aquello que se ordena a la salud. Del mismo modo, pues, en nuestro caso,
idéntica, y entonces el ente será unívoco, o no es una, y en este caso tampoco el oida la palabra ente, puede formarse un concepto confuso, que comprenda cuanto
concepto formal del ente podrá ser uno, ya que el concepto formal recibe su tiene ser o relación al ser; pero es sólo un concepto del significado de la palabra,
unidad de la concepción de alguna cosa o razón una, a la que se refiere adecuada- ya que si realmente se conciben las cosas significadas por dicha palabra, no se
mente. Por lo tanto, si el concepto se adecua también con el vocablo o nombre de forma un concepto, sino muchos.
ente, no puede tener mayor unidad que la que tenga la razón una de ser, signifi- 4. Sentencia de Fonseca, muy parecida a ésta.---- De esta opinión se dife-
cada por dicho nombre. rencia poco la de Fonseca, que distingue arriba un triple concepto de ser: con-
3. La segunda opinión, que no pasa de ser una explicación de la anterior, cepto distinto, confuso y medio, es decir, confuso en parte y en parte distinto.
es la del Ferrariense en el libro I cont. Gent., c. 34. Distingue un doble con- Distinto es el que representa determinada y expresamente todas las entidades sim-
cepto: le llama a uno significado del nombre y al otro significado objetivo; res- ples que inmediatamente significa el ente; mas éste no es· un concepto, sino mu-
pecto del concepto de ser, dice que el primero puede ser uno, pero lo niega del chos. Confuso es el que lo representa todo de manera confusa e indeterminada,
segundo; el fundamento de ambos extremos radica en la analogía del ser. Se y éste si es uno. En cambio, concepto medio -en parte confuso y en parte dis-
explica de esta forma por la razón común de los análogos; en efecto, pueden éstos tinto----- es el que determinadamente sólo representa una naturaleza, por ejemplo,
concebirse de dos maneras: la una, con un concepto propio real significado por sustancia, incluyendo las demás, a saber, cantidad, cualidad etc., sólo de modo
patet, tam in analogis proportionalitatis si, audito nomine sani, concipias quod habet
ficilis, multumque pendens ex conceptione commune est nomen entis; ergo vel ratio quam proportionis seu attributionis; nam ordinem ad sanitatem. Sic igitur in praesen-
nostra, initium sumimus a conceptu formali, nominis est una et eadem, et sic ens erit si, audito hoc nomine, ridens, proprius con- ti, audito nomine entis, potest formari con-
qui, ut nobis videtur, notior esse potest. univocum, vel non est una, et sic nec con- ceptus reí significatae formetur, non unus, ceptus confusus, comprehendens quidquid
ceptus formalis entis poterit esse unus, quía sed duplex conceptus formatur: unus ho- habet esse vel habitudinem ad esse : sed hic
V miae sententiae refemntur conceptus formalis habet suam unitatem ex minis, qui proprie ac formaliter ridens est; tantum est conceptus quid nominis; tamen,
2. Prima sententia absolute negat dari aliqua una re ve! ratione concepta, quam alius bruti, quod solum per quamdam pro-
unum conceptum formalem entis, qui revera si r.evera concipiantur res illo nomine signi-
adaequate respicit. Unde, si ille conceptus portionalitatem sic appellatur. Quod si non ficatae, non formatur unus conceptus, sed
sit in se unus et praecisus ac distinctus ab est etiam voci seu nomini entis adaequatus, uterque horum conceptuum, sed alter tan-
aliis conceptibus particularium entium. Ita piures.
non potest magis esse unus quam sit una tum formatur, non concipítur illa vox se- 4. Sententia Fonsecae huic proxima.-
sentit Caietan., opuse. De Analog. nomin., ratio entis illo nomine significara. cundum totam analogiam seu communem
c. 4 et 6. Licet enim obscure loquatur, et Nec multum ab hac sententia differt Fonse-
3. Secunda opinio, quae potius est prae- significationem ad res illas, sed vel solum ca supra distinguens triplicem conceptum
distinguat de conceptu perfecto vel imper-
cedentis explicatio, est Ferrar., I cont. prout univoca est respectu hominum, vel entis, scilicet, distinctum, confusum et me-
fecto, tamen illa dístinctio coincidit cum Gent., c. 34, qui distinguit duplicem con- solum prout translata est, et metaphoríce
alia Fonsecae---statim --tractanda;---unde; si at- dium, id est, partim confusum, partim di-
ceptum: unum appellat quid nominis, alium brutum significat. Et simile est in analogis
tente leganu-, hoc revera sentit; eumque stinctum. Distinctus est, qui determinare et
quid rei; priorem dicit posse es se unum in attributionis, verbi gratia, sanum; nam si
veritatem attigisse, aut proprius ad illam proprius reí significatae conceptus formetur, expresse repraesentat omnes entitates sim-
accesisse, dixit Fonseca, IV Metaph., conceptu entis) posteriorem vero mini- plices, quas ens immediate significar, et
me; utrumque vero fundat in analogía non est unus, sed multiplex: unus animalis,
c. 2, q. 2, sect. 3. Fundamentum est, quia quod formaliter et propríe sanum est; alií hic non est unus, sed piures. Confusus est
alias ens esset univocum, et non analogum, entis. Et explicatur in hunc maduro qui repraesentat omnia confuse et indeter-
quod infra videbimus esse falsum. Sequela ex communi ratione analogorum; dupliciter aliarum rerum, quae per varías habituclines
seu denominationes a sanitate animalis ex- minate, et hic est unus. Medius vera qui
probatur, quía univoca sunt quorum nomen enim concipi possunt: uno modo, proprio partim confusus, partim distinctus est, qui
conceptu reali significato per nomen, et hoc trinsecus sanae appellantur. In utroque au-
est commune. Ratio vera substantiae nomini tem ex his analogis potest unus conceptus determínate repraesentat unam naturam,
acommodata est eadem, teste Aristotele, ini- modo, quatenus analoga sunt, non habent verbi gratia, substantiam, caeteras vera, sci-
unum conceptum realero, sed piures, ut valde confusus formai.-i, qui magis est de
tio Praedicament.; sed ornn_ibus entibus J._icet, quantitatem, qualitatem, etc., implicite
vocis significatione quam de a].iqua re, ut
Disputación .~~gunda.-Sea~~.!'!-. 1 365
364 Disputaciones metafísica$
común y diferencia contrayente, por ejemplo, animal, hábito, etc? Porque el
implícito e indeterminado, en cuanto todas guardan cierta proporción con la sus- ente, en cuanto ente, comprende todas las cosas en general, y así como en el
tancia; a este concepto se le llama también uno. concepto de sustancia o cualidad no se incluye nada que no sea ente, tampoco se
5. Esta variedad de tautas distinciones estorba más que ayuda a la claridad.- incluye en el concepto de animal o de hábito. Y el hecho de que el concepto
Estas distinciones creo que se multiplican sin motivo, y que, más que explic-ar el compuesto pueda resolverse en varios de los cuales ninguno incluya al otro, cosa
problema, arrojan confusión sobre él. Porque debemos referirnos al concepto fonnal que no puede realizarse en el simple, tiene muy poco que ver con la significación
de ser, no atendiendo tanto a lo que podernos conocer o comprender de cuantas mediata o inmediata. ¿Quién va a admitir que ente sjgnifica inmediatamente a
cosas caen bajo esta palabra, tal cual son en sí, cuanto al modo como son signifi- racional y no a hombre, sólo porque racional expresa un concepto simple y hom-
cadas pur ella; de lo contrario:, no trataremos del concepto del ser en cuanto ser, bre, compuesto? Por consiguiente, concretando -nuestra atención de una manera
sino del de todas las cosas, tanto existentes como posibles, en cuanto son tales. y propia y precisa al concepto formal de ser en cuanto tal, no le pertenece que
se distinguen entre sí, de suerte que resulta imposible a cualquiera concebirlas mediante él se conciban distintamente los seres particulares según sus propias y de-
bajo un solo concepto formal, excepción hecha de Dios, como hizo notar el mismo terminadas razones. Por lo tanto, si no nos salimos del concepto de ser en cuanto tal,
autor. Mas en este sentido sólo podrá ser concepto de sustancia y de vivien- siempre se tratará de un concepto confuso respecto de los seres particulares en cuan-
te, si ha de tener ese grado de explidtud y distinción, aquel en que se conciban to tales. Por eso dice Santo Tomás en la I, q. 14, a. 6, que si Dios conociese las
distintamente todas las sustancias y todos los vivientes en cuanto son tales, co- cosas distintas de él únicamente en cuanto son entes, las conocería sólo en gene-
rrespondiendo también en este -caso a Dios solo el poder tener un concepto formal ral, de una manera confusa e imperfecta; concluyendo de aquí que no las conoce
distintn de sustancia, viviente, etc. solamente en cuanto participan de Ja razón de ser, sino también en cuanto cada
6. Se podría objetar que sustancia, viviente y otros nombres parecidos no una se distingue de las demás; opina, por lo tanto, que el concepto de ser en
significan inmediatamente estas o aquellas naturalezas sustanciales o vivientes, sino cuanto tal, si se lo toma de forma precisiva, es siempre confuso respecto de cual-
la razón de sustancia, viviente, etc., y que, por Jo tanto, para formar un concepto quier razón determinada de ser, en cuanto, considerada en si misma, es tal y se
distinto que responda al significado de dicha palabra, no hace falta descender distingue de las demás, sea simple o compuesta.
hasta las naturalezas particulares ; pero que no es éste el caso del ente, por significar 7. Refutación: del modo de e,xpresarse de otros.- Por esto mismo, también
inmediatamente las entidades, al menos las simples, es decir, las que no se resulta superfluo para explicar el presente problema el otro miembro de un con-
componen de naturaleza común y diferencia que las contraiga. Mas esto, en rea- cepto-, confuso en parte y en parte distinto. En primer lugar, porque es hablar
lidad, es falso, según se echará de ver mejor en la sección siguiente, resultando impropiamente decir que el concepto de sustancia es de una manera implícita
evidente por el momento con sólo -atender al modo ordinario de· concebir las cosas. o confusa el concepto de accidente, y, en general, sólo con suma impropiedad
¿Quién hay, efectivamente, que diga que el ser significa inmediatamente a Dios se puede decir que el concepto propio del primer analogad;o es el concepto con-
en cuanto es Dios, por más que Dios sea simplicísimo, sin composición de natu- fuso de los otros analogados secundarios, aunque sea éste el modo de expresarse
raleza común y diferencia contrayente? La misma pregunta se puede formular, de muchos que dicen que igual que un mismo nombre-, por más que inmediata-
finalmente, acerca de la sustancia, del accidente, y de otros géneros o conceptos mente sólo signifique el analogado primero, significa secundariamente los demás,
simples. Además, ¿qu<! razón hay para afirmar que el ente significa con más de la misma manera el concepto- formal de primer analogado representa conÍusa-
derecho inmediatamente las entidades simples que las compuestas de naturaleza
communi et differentia contrahente, ut est imperfecte; unde concludit non tantrnn ea
et indeterminate, quatenus omnes cum sub- poterit habere eorum formalem conceptum animal, habitus, etc.? Nam ens ut sic gene- cognoscere secundum quod communicant in
stantia proportione quadam conveniunt, et distinctum substantiae, viventis, etc. ratim omnia sub se comprehendit, et sicut ratione entis, sed etiam secundum quod
hic etiam unus es se dicitur. 6. Dices, substantiam, vivens et similia in conceptu substantiae vel qualitatis nihil unum ab alio distinguitur; sentit ergo con~
5. Tot distinctionum diversitatem obesse nomina, non significare i_mmediate has vel includitur quod non sit ens, ita neque in ccptum entis ut sic, praecise in eo sistendo,
potius quam pmdesse clatitati.- Sed huius- illas naturas substantiales aut viventes, sed conceptu animalis vel habitus. Quod autem semper esse confusum respectu cuiuscum-
modi distinctiones mihi videntur sine causa rationem substantiae_, viventis, etc., et ideo conceptus compositus possit resolvi in piu- que determinatae rationis entis, prout in se
multiplicari, remque potius confundere quam ad formandum conceptum distinctum re- res, quorum neuter alterum includat, non talis est et ab aJiis distinguitur, sive campo-
· explicare. Nam de conceptu fonnali entis spondentem significato talis vocis, non es- autem conceptus simplex, parum refert ad sita sit, sive simplex.
loqui debemus, non iuxta id quod de rebus se necessarium ad particulares naturas de- mediatam vel immediatam significationem. 7. Modus loquendi aliOrum non prob~
omnibus, quae sub hac voce comprehendun- scendere; secus vero esse de ente, quia im- Quis enim credat ens immediate significare tU1·.---- Quapropter etiam illud membrum
tur, cognosci et comprehendi potest, prout mediate significat entitates, saltem simplices, rationale, et non hominem, quia rationale de conceptu partim confuso, partim distinc-
in se sunt, sed prout hac ·voce significantur; id est, non compositas ex natura communi et dicit simplicem conceptum, et horno com- to, est supervacaneum ad rem praesentem
alioqui non er\t sermo de conceptu entis in differentia contrahente. Sed hoc revera fal- positum? {taque, sistendo proprie ac prae- cxplicandam. Primo· qujdem, quia conceptus
quantum ens:; -- se"Ct-·-·-cte·-- crm:c·ep Lu--··yei'üíh om- sum est, ut fusius constabit ex sectione se- cise in conceptu formali entis ut sic, non substantiae improprie dicitur implicite vel
nium turn existentium, tum etiam possibi- quenti, et nunc brevi_ter patet ex communi pertinet ad ipsum ut per eum concipiantur confuse esse conceptus accidentis, et in uni-
lium, quatenus tales sunt, et inter se distin- modo concipiendi. Quis enim dicat ens im- distincte particularia entia secundum pro- versum conceptus proprius primi analogati
guuntur, quomodo a nemine possunt uno mediate significare Deum ut Deus est~ prias et determinatas rationes; ideoque con- impropriissime dicitur esse confusus con~
conceptu formali distincte concipi, nisi a etiam si Deus simplicissimus sit, et non ceptus entis ut sic, si in ea sistatur, semper ceptus caeterorum analogatorum, quae se-
solo Deo, ut recte i_dem auctor notavit. Hoc compositus ex natura communi et difieren- est confusus respectu particularium entium, cundaria sunt, quamvis multi ita Joquantur
autem sensu etiam conceptus substantiae aut tia contrahente? Denique idem interrogari ut talia stmt. Et 'ideo D. Thomas, 1, dicentes, sicut idem nomen, licet immediate
viventis, si illo modo sít explicitus et distinc- potest de substantia_, accidente, et aliis gene- q, 14, a. 6, dicit quod si Deus tantum co- significet primum analogatum, secundario
tus, erit tantum ille quo ornnes substantiae ribus vel conceptibus simplicibus. Item, cur gnosceret alía a se, in quannun sunt entia, significat caetera, ita conceptum formalem
vel viventja omnia, quatenus sunt, distincte magis dicetur ens significare immediate enti- tantum cognoscerct in communi, confuse et primi analogati confuse repraesentare caete-
concipiantur, quomodo solus etiam Deus tates simplices, quam compositas ex natura
366 Disputación segunda.-Secc_,io,_.'n:_-1_ _ _ _ _ _ _ ._ _ _ _ _ _ _ _ _ _3_6_7
mente a los demás en cuanto son semejantes o proporcionados al primero, puesto absoluta; consecuentemente esto no ?asta para que ~ dicho co?cept? se le llame
que lo que representa algo distintamente, parece que representa conse:uentemen- concepto implícito o confuso del accidente. Estas mismas cons1derac10nes pueden
te al menos de modo confuso las otras cosas que le sean semeJantes. Por ser fácilmente aplicables a los demás analogados o a sus conceptos; en efecto,
más que esto tenga poca impor;ancia, y que acaso que_de· red~c~do a un n:odo el concepto formal de hombre riente en cuanto tal, no es, en modo. alguno, el
de expresarse no lo admito, ya que el concepto propio y dtstmto del pnmer concepto confuso de prado, ni el concepto propio de animal sano es e~ concepto ~e
analogado es 'solamente uno, y formalmente sólo representa al mismo primer la medicina, y así en otros casos. La causa está en el fundamento de dicha analogm,
analogado; y en est~ no es legítim~ la c?~paración con el nom?re, puesto ~ue el el cual o puede ser una conveniencia o semejanza real entre los analogados, seg{m
nombre significa úmcamente por . Impos1c1on y, por eso, el. ,mlsmo. nombre. q~e explicaremos del ente más abajo, la cual. no es represent~ble po: el .conc~pto
significa una cosa primaria y proptamente, puede, por traslac10n, aplicarse a sigm- propio de analogado alguno; o no es proptamente una semeJanza, smo solo cierta
ficar otras cosas secundariamente; en cambio, el concepto de una cosa naturalmente proporción o atribución, que no es tampoco razón suficie~te para que el conce~to
sólo representa la cosa misma; y, por lo tanto, si es el concepto propio y adecua- propio de un analogado, en cuanto tal, represente en cierta manera los demas,
do del primer analogado según su propia razón, no puede representar a los demás, sino que representa solamente la forma, siendo los demás calificados como tales
de donde tampoco es causa de que s~ l_es conozca: pudiendo ser, a lo su~o~ c?mo por subordinación a ella, que es representada en dicho concepto independiente-
el origen u ocasión de que se· conciban y denommen las otras cosas segun cierta mente y tal como es en sí, sin atender a su relación con los demás.
proporción o relación al analogado principal; todo lo cual no basta par~ qu;. al 8. Digo, además: entiéndase como se quiera este modo de hablar-el que
concepto particular y propio del primer analogado se le llame con.cepto 1mphc11o al concepto determinado de sustancia se le llame concepto confuso de los demás
o confuso de los demás. Además, pregunto si el concepto del pnmer analogado géneros de seres o accidentes-, tampoco entonces puede dicho concepto llamarse
es completamente idéntico al concepto que _corres~op.de al nombre pr~pio ~e. esa concepto formal del ser en cuanto ser, no sólo porque es el concepto formal
misma cosa o naturaleza, v. gr., la sustancm, o s1 es, por el contrano, d1stmto. propio de la sustancia en cuanto es sus.tancia, y el concepto propi? de ser tiene
Esto último no puede sostenerse, porque, si ambos son conceptos propios de la que ser distinto del concep~o de sus.t;m_cm, puesto que el s:r ~e di~Ide r~ctamente
sustancia, no se comprende dónde está la diversidad para. que se pueda a~rmar en sustancia y accidente, smo tambien porque el ser no stgrufica mmedmtamente
de uno que representa los accidentes y del otro no. SI, por el contrano, se la sustancia, según demostraremos más abajo y, en consecuencia, tampoco expresa
admite lo primero, no tiene en su favor tal concepto más razones para represe.ntar
los accidentes que tiene el concepto de hombre para representar los otros amma-
inmediatamente el concepto formal propio de sustancia. Concluímos, pues, que el/
concepto formal de ser en cuanto ser, comparado con los entes concretos como ¡
les · más aún tiene menos, por ser menor la semejanza. Además, en otra hipótesis, tales, siempre es un concepto confuso e indistinto al representar este o aquel ente. 1
'
habría '
que admitir que la sustancia tiene un concepto fori"? al cot:?ún en c~erto
.
Nos referimos solamente a los entes concretos, en cuanto tales, porque respecto
modo a la sustancia y al accidente, lo cual es absolutamente 1mprop10 y, en ngor, del objeto que propia e inmediatamente representa ~sea cual sea~ se le puede
falso, porque aunque el accidente diga relación a la sustancia,. ~in ~mbar?o, el llamar, y es en realidad, un concepto propio y distinto, igual que el mismo con-
concepto de sustancia no representa, en modo alguno, esa relacwn, smo solo su cepto de animal es confnso respecto del hombre, pero propio y distinto respecto
término, y a éste no formalmente bajo la razón de término, sino según su razón de animal en cuanto tal, por más que, valiéndose de la misma comparación, este·

ra, quatenus Uli primo similia sunt vel pro~ conceptus speciaJis et proprius primi analo- absolutam rationem suam; ergo hoc non tus substantiae dicatur confusus reliquorum
portionalia; nam quod repraesentat distinc~ gati dicatur implicitus vel confusus reliquo- satis est ut ille conceptus dicatur implicitus generum entium, seu accidentium, tamen
te aliquid, consequenter videtur repraesen- rum. Deinde interrogo, an ille conceptus vel confusus conceptus accidentis. Atque adhuc ille dici non potest conceptus forma-
tare, saltero confuse, alía llli similia. Sed primi analogati sit idem on:mino e?~ c:on- ídem considerari facile potest in caeteris lis entis ut sic, tum quia ille est proprius
hoc quamvis sit parvi momenti, et fortasse ceptu qui respondet propno nonum ems- analogatis seu conceptibus eorum; nam conceptus formalis substantiae, ut substan-
de modo loquendi, mihi non probatur, quia dem rei seu naturae, verbi gratia, substan- oonceptus fonnalis hominis ridentis ut sic, tia est, conceptus autem proprius entis es~
huiusmodi conceptus proprius et distinctus tiae an vero sit diversus. Hoc posterius dici nullo modo est conceptus confusus prati, se debet diversus a conceptu substantiae_,
primi analogati tantum est unus, et fonna- non' potest, quía, si uterque est proprius nec conceptus proprius animalis sani est quandoquidem ens recte dividitur in sub-
liter tantum repraesentat ipsum primum ana~ conceptus substantiae, intelligi non potest conceptus medicinae, et sic de aliis. Et stantiam et accidens; tum etiam quía ens
logatum; in qua non recte curo nomine in qua sit diversitas, ut alter dicatur reprae~ ratio est, quia id quod fundat huiusmodi nen significar immediate substantiam, ut
éomparatur, quía nomen significar per im- sentare accidentia, et non alius. Si vero analogiam, vel est a]jqua realis convenientia infra ostendam; ergo nec immediate expri-
positionem tantum, et ideo idem nomen, dicatur prius, ergo non magis potest ille seu similitudo ínter analogata, ut de ente mir proprium fonnalem conceptum substan-
quod primario ac proprie unum significat, conceptus dici repraesentare accidentia, infra dicemus, et illa non repraesentatur tiae. Relinquitur ergo conceptum formalem
potest per translationem imponi ad alía quam conceptus proprius hominis alia ani~ conceptum proprium alicuius analogati; entis ut sic, comparatum ad determinara
secundario significanda; conc_~p_tus au~ malla · immo minus id dici poterit, cum sit ~~ .. ~..'" non est propria similitudo, sed solum entia ut talia sunt, sernper esse conceptum
tero reí tantum naturaliter repraesen- mino; simHitudo. Itero, quía alioqui dicen~ proportio quaedam vel attributio, et haec confusum et indistinctum in repraesentan-
tat rem ipsam, et ideo si est pro- dum esset substantiam habere unum con- etiam non satis est ut conceptus proprius do hoc vel illud ens. Dico autem respectu
prius et adaequatus conceptus primi analo~ ceptum fonnalem aliquo modo communem unius analogati, ut tale est, repraesentet particularium entium, ut talia sunt, quia re~
gati secundum propriam rationem eius, non substantiae et accidenti, quod revera impro~ aliquo :modo reliqua, sed solum fonnam spectu eius obiecti quod immediate et pro ..
potest repraesentare reliqua; unde nec per priissimum est, et in rigore falsum, quia illam, per ordinem ad quam reliqua talla prie repraesentat (quodcumque illud sit),
se facit illa cognoscere, sed ad summum es- licet accidens dicat habitudinem ad substan- denominantur, quae absolute et prout in se dici potest et revera est proprius et distínc-
se potest veluti origo, seu occasio, ut alia tiam, tamen conceptus substantiae nullo talis est, et non curo habitudine ad reliqua, tus conceptus, sicut ídem conceptus anima-
concipiantur et denominentur secundum modo repraesentat illam habitudinem, sed per talem conceptum repraesentatur. lis, qui respectu hominis est confusus, re-
aliquam proportionem vel habitudinem ad solum terminum eius, et illum non forma~ 8. Addo ulterius: quidquid sit de hoc spectu animalis ut sic est proprius et distinc-
primum analogatum; quod non est satis ut liter sub racione termini, sed secundum loquendi modo, quod determinatus concep- tus, quamvis sub hac eadem comparatione
368 Disputación segunda.-Sección l
- - - - - - - - - - - - - - ..__Djsp_uta~!!_~!__"!_e_!~ 369
mismo concepto simple suela llamarse confuso respecto del concepto compuest Por lo tanto, tampoco significa muchos en cuanto son muchos, por no significarlos
con que se concibe a animal mediante su definición. Y de igual manera en dio según las diferencias que los separan, sino más bien según la conveniencia que
versos hombres, o en uno en diversos tiempos, puede darse un concep•_.: de· - los uné o hace semejantes; esto, consecuentemente, es señal de que a dicha palabra
, d' . al . 11 , ~ ser corresponde asimismo en la mente un solo concepto formal, por el que se concibe
mas }sttdn_to_ que otro y condtrarw, amarsele confuso respecto de uno que
sea m~s 1s~tdi~'d edn c~antodsu ce e que se conoce con m.ayor o menor perfección
1
inmediata y adecuadamente lo que ella significa. O mejor aún, invirtiendo las
!a: razon o qu~ a rmsmda e_ ser en cuanto ser; esta misma distinción, empero, cosas, de esta señal deducimos que la imposición de esa palabra es consecuencia
db ~ conceptods _ormda 1es, na a twn~ que ver con el presente problema, porque más del modo concreto de concebir las cosas en un solo concepto. El tercer argumento
1en. es pro ucto e aque1 qu_e tiene el concepto y de· su mayor o menor inteli- nos lo aporta el concepto de existencia; en efecto, parece evidente por sí que
g~ncm, o del n;odo de conceb1r, que de la relación al objeto, que es lo que prin- hay un solo concepto formal de la existencia en cuanto tal, ya que, cuantas veces
Cipalmente aqm atendemos. hablamos de la existencia en este sentido y la analizamos. como un acto único,
en realidad no formamos muchos conceptos, sino uno solo; por lo mismo, tam-
La verdadera sentencia bién el concepto formal de existencia en cuanto tal es uno, porque de la misma
manera que lo abstracto se· concibe como una sola cosa, igualmente lo concreto
9: Omitidas, pues, estas distinciones, afirmaremos que el concepto formal en cuanto tal constituído predsivamente; por consiguiente, al ser en cuanto ser
prop1o y adecuado de ser, en cuanto ser, es uno, con precisión real y de razón le corresponde con igual derecho un solo concepto formal; porque ser, o es igual
resp~cto de, los concep_tos for~ales_ de las otras cosas y objetos. Esta es la opinión que existente, o, si se toma como existente aptitudinal, su concepto tiene la misma
c?m;m, segun el antenor testnnonm de Fonseca; la mantienen Escoto y todos sus razón de unidad. Este es el motivo de que al concepto de ser no sólo se le llame
d1sc~~ulos, según veremos en la sección siguiente; Capréolo, In I, dist. 2, q. 1, con-. uno, sino también el más simple, de tal manera que en él se resuelven en último
cluswn 1_ Y 9, y en las resp~estas al argumento contra ellas; Cayetano, ln De Ente término los demás, porque por medio de los otros conceptos concebimos este o
q:
et Essentza, c. 1, 2, que clta a Santo To~ás, q. 7 De Potentia) a. 5 y 6; Soncinas, aquel ente concreto; en cambio, en éste prescindimos de toda composición y
IV Metaph., q. 1, Iavello, q. 1; Flandna, q. 2, a. 6; Herveo, Quodl. ll, q. 7; determinación, siendo;, por lo mismo, corriente .también afirmar que este concepto
Soto, en lo,s Praedzca:n:'., c. 4, q. 1; y se deduce claramente de los lugares de es por propio derecho el primero que el hombre forma, puesto que en igualdad de
Santo_ To~as que. se citarán en la sección siguiente. Se prueba, primeramente, por circunstancias es lo que puede concebirse con mayor facilidad respecto de cual-
expenen:m: efect1V~I?ente, al oír la palabra ser, advertimos que nuestra mente quier cosa. Todos estos puntos los expone Santo Tomás en la q. 1 De Verit.~
no se dispersa o dtvtde en mu:hos conceptos, s~nn que más bien se recoge en a. 1, y en la q. 21, a. 1; también Avicena en el libro U de la Metafísica. Por todo
uno, como le pasa cuando conc1be a hombre, {lnnnal y otras cosas ;;;imilares. Se- esto, apenas hay quien tenga duda acerca de este concepto comunisimo y confuso;
g.undo, porque, como dijo Aristóteles en el libro I De Interpret., las palabras ahora bien, ya dejamos demostrado que ningún otro concepto que no sea confuso
srrve? para expr_esar nuestros ~onceptos fort?ales; ahora bien: la palabra ser respecto de los seres particulares en cuanto tales, puede llamarse con verdad y
no solo es. m_aten~;mente ~na, smo que tamb1én, por imposición originaria, tiene propiedad concepto del Ser en cuanto ser. Por fin, si el concepto formal del ser no
una sola ~1gruficacwn, en Vlrtud de la cual no signific-a inmediatamente naturaleza es uno, tendrán que ser muchos. ¿Cuántos serán, pues? No hay razón alguna para
alguna ba¡o la razón propia y determinada, por la que se distingue de las demás, afirmar que son dos mejor que tres o cualquier otro número, porque, de multipli-
carse estos conceptos, .es preciso' que se multipliquen según una determinada di-
idem conceptus simplex soleat dici confusus fatetur Fonseca supra_; tenet eam Scotus
re~pectu illius conceptus compositi quo significar plura ut plura sunt, quia non
et omnes eius discipuli, ut videbimus seccio- existens, conceptus ejus habet eamdem ra-
ammal per suam definitionem concipitur. ne sequenti; Capreol., In I, dist. 2, q. 1, significar illa secundum quod inter se dif- tionem unitatis. Hinc etiam conceptus entis,
Atque simili modo potest, vel in diversis concl. 1 et 9~ et in responsionibus ad argum. ferunt, sed potius ut inter se conveniunt~ non solum unus, sed etiam simplicissimus
hominibus vel in uno diversis temporibus contra illas; et Caiet., de Ente et es sen t., vel similia sunt; ergo signum est huie voci dici solet, ita ut ad eum fjat ultima resolutio
unus conceptus entis esse distinctior alío~ c. 1, q. 2, qui citat D. Thomam, q. 7 de respondere etiam in mente unum conceptum caeterorum; per alios enim conceptus con-
et e contrario unus potest vocari confusu~ Pot., a. 5 et 6; Sane., in IV Metaph., formalem, qua immediate et adaequate con- cipimus tale vel tale ens; per hunc autem
respectu alterius distinctioris~ quatenus con- q. 1; Iavell., q. 1; Flandria, q. 2, a. 6; cipitur quod per hanc vocem significatur. praescindimus omnem compositionem et de-
tÍ...11!fit ips~mmet rationem seu quidditatem Hervaeus, Quodl. II, q. 7 _; Soto, in Praedi- V el potius e contrario hoc signo colligimus, terminationem, unde hic conceptus dici
entts ut s1c magis vel minus perfecte co- cam., c. 4, q. ·1; et plane colligitur ex ex tali modo concipiendi res uno conceptu, etiam solet ex se esse primus qui ab homine
gnosci, quae distinctio conceptuum fonna- talis nominis impositionem processisse. Ter- formatur, quia, caeteris paribus, facilius de
D. Thoma, locis citandis :;:ectione sequenti.
lium nihil ad propositum refert, quia magis Et probatur primo experientia; audito enim tia, argumentad possumus ex conceptu exis- quacumque re concipi potest, quae omnia
est ex parte concipientis, et ex perfecto vel nomine entis, experimur mentem nostram tentiae; videtur enim per se evidens, dari tradit D. Thomas, q. 1 de Verit., a. I~ et
imperfecto _l':l:flJirJ~,____ _y_e_l __ rpodo co_ncioiendi non distrahi neque dividi in piures conccp- unum conceptum formalem existentiae ut q. 21) a. 1; et Avicen., II Metaph. Qua-
quam. ex habii:~dlne ad oblectum, qmim hi~ tus, sed colligi potius ad unum, sicut cum sic, quia, quoties hoc modo de existentia propter de unitate huius conceptus com-
praec1pue constderamus. loquimur et disputamus tamquam de uno
concipit hominem, animal, et similia. Secun- munissimi et confusi fere nullus est qui
do, quia ut Aristoteles dixit, I de Interpret., actu, revera non formamus piures conceptus, dubitet; ostendimus autem nullum alium
V era sententia.
per voces exprimimus nostros formales con- sed unum; ergo etiam conceptus formalis posse vere ac proprie dici conceptum entis
9. His ergo dlstinctionibus praetermissis ceptus _; sed vox ens non solum materiali- existentiae ut sic unus est, quia, sicut ut sic, qui non sit confusus respectu par-
dl~endum est conceptum formalem pro~ ter est una, sed etiam unam- habet signifi- concipitur abstractum per modwn unius, ticularium entium, ut talla sunt. Tandem,
pnum et adaequatum entis ut sic esse cationerp. ex primaeva impositione sua, ex ita et concretum ut sic praecise consritutum; si conceptus forma}is entis non est unus,
unum, re et ratione praecisum ab aliis con- vi cuius non siguificat immediate naturam ergo similiter enti ut sic unus conceptus erunt ergo piures; quot ergo erunt? Non
ceptibus formalibus aliarum rerum et obiec- aliquam sub determinata et propria ratione, formalis respondet; nam ens vel est idem est maior ratio de duobus quam de tribus,
torum. Haec est communis sententia, ut sub qua ab aliis distinguitur. Unde nec quod existens, vel, si sumatur ut aptitudine vel quolibet al,io numero; quia, si multipli-
Dis{YUtación segunda._S:_e_c_a_·o_·n_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ __::371
versidad de las cosas 0 entidades comprendidas en el ámbito del ser; mas com<> posee una sola razón simple formal adecuada; por lo tanto, según ella ha de
todas estas entidades pueden multiplicarse hasta el infinito e ir distinguiéndose prescindir de los otros conceptos formales. Segundo, porque lo mismo que nuestra
según sus propias razones, si se admite en un caso que el concepto o los conceptos mente, al conocer precisamente aspectos que en la realidad no se distinguen, dis-
de ser en cuanto ser, representan esas determinadas naturalezas del ser, incluso en tingue en si realmente sus propios conceptos formales, del mismo modo, en sen-
cuant~ distintas, no hay razón alguna para limitarlos a dos antes que a tres, cuatro, tido inverso, al confundir y unir las cosas que en la realidad se distinguen, en
etcétera, según se verá con mayor evidencia por lo que diremos en la sección virtud de su semejanza, reduce a unidad su concepto, formando en realidad y
siguiente sobre el concepto objetivo; porque, aunque el concepto formal, en según la razón formal uno solo; y éste es el procedimiento conforme al cual se
cuanto producido en nosotros y por nosotros, parezca poder resultar más conocido conciben los entes en dicho concepto- formal de ser. En efecto, la mente los
por experiencia, no obstante, l~ comprensión exacta de su uni?a.d depe~de en · aprehende a todos únicamente en cuanto son semejantes en la razón de ser y, en
gran parte de la uuidad del ob¡eto, del cual suelen los actos rec1b1r su umdad y cuanto tales, forma de ellos una imagen única que, en una sola representación,
distinción. expresa lo que es, y esta imagen es el prOpio concepto formal; por consiguiente,
10. Esto nos lleva a comprender, en primer lugar, en qué sentido y por qué es en absoluto uno realmente y en su razón formal, prescindiendo, en virtud de
razón se dice que este concepto formal, según la realidad misma, prescinde de los ella, de los conceptos que representan más distintamente los seres particulares o
otros conceptos, y es porque en su objetividad es realmente distinto del concepto sus esencias.
de sustancia en cuanto tal, del de accidente, del de cualidad y de otros semejantes; 12. El concepto formal de ser, en cuanto ser, no se multiplica según la
claro está que hablamos del entendimiento humano, que incluso cuando separa multitud' de objetos particulares.- Se concluye, en tercer lugar, que este concepto
lo que en la realidad no está separado, divide dentro de si los conceptos, formando- formal de ser no sólo es uno, sino que incluso no puede multiplicarse según su
conceptos realmente distintos de la misma cosa, según la diversa precisión o abs- relación a objetos más determinados o concebidos con mayor distinción por parte
tracción del objeto concebido, a la manera que los conceptos formales de justicia de los mismos objetos. Ciertaraente que cabe la multiplicación de estos conceptos
y misericordia divina en nosotros son realmente precisos o distintos, aunque la formales, o numéricamente en diversos sujetos, o en uno solo en tiempos distintos,
misericordia y justicia en sí no se distingan. Así, pues, en este sentido el concepto y acaso incluso según la especie por parte de quien los conciba de un modo más
de ser en cuanto ser, por prescindir en su representación de la razón propia de perfecto o con claridad mayor y más distinta aprehensión de la misma razón form·al
sustancia en cuanto tal, de la de accidente y de todas las demás, necesita ser en de ser en cuantn ser (por más que acaso esta distinción no pase de ser una cuestión
de grado mayor o menor dentro de la misma especie, sobre todo si nos limitamos
sí realmente preciso y distinto de los conceptos propios de dichas razones o na-
a los conceptos que pueden formarse naturalmente por el hombre); no obstante,
turalezas en cuanto son tales, cosa que también admiten todos sin dificultad.
por una determinación mayor o menor del objeto, no puede multiplicarse el con-
11. En segundo lugar, se deduce de lo dicho que el concepto formal de ser, de cepto de ser en cuanto tal, ya que, según se demostró, por el ~echo de no limitarse
la misma manera que es en si realmente uno, lo es también según su razón formal, al concepto común de ser en cuanto ser, sino de descender a este y aquel ente en
y que según ésta, es también intelectualmente preciso de los conceptos formales cuanto. tal, aunque se multipliquen los conceptos formales, no es por multiplica-
de las razones particulares. Resulta así, primeramente, por ser este concepto en sí ción del concepto del ser en cuanto tal, sino por agregación del concepto de sus-
el más simple, no sólo objetivamente, sino también formalmente; por consiguiente,. tancia, accidente, etc.
cissimus, sicut obiective, ita etiam formali- torum particularium.- Tertio sequitur hunc
cantur hi conceptus, necesse est multiplicad loquimur enim in intellectu humano, qui ter; ergo in se habet unam simplicem ratio- conceptum formalem entis non solum esse
iuxta aliquam diversitatem rerum vel enti- dum ea etiam quae in re distincta non sunt, nem fonnalem adaequatam; ergo secundum unum, sed etiam non posse esse piures
tatum sub latitudine entis comprehensarum; mente dividit, in seipso conceptus partitur, eam prescinditur ab aliis concepübus forma- secundum habítudinem ad obiecta magis
hac autem entitates in infinitum possunt conceptus realiter distinctos formando eius- libus. Secundo, quia, sicut mens nostra, determinara, seu distínctius concepta ex par-
multiplicari, et secundum proprias rationes dem reí secundum diversam praecisionem vel . praescindendo ea quae in re non distinguun- te obiectorum. Possunt quidem hi conceptus
distingui, et si semel ponitur conceptum vel abstractionem reí conceptae, quomodo con- tur, in seipsa realiter distinguir conceptus formales multiplicari, vel secundum nume-
conceptus entis ut sic repraesentare deter- ceptus formales iustitiae et misericordiae di- formales suos, ita e converso, confundendo rum in diversis subiectis, vel in eodem di-
minatas naturas entis, etiam ut distinctas, vinae in nobís sunt realiter praecisi seu di- et coniungendo ea quae in re distinguuntur, versis temporibus, forte etiam secundum spe-
non est ulla ratio cur sistendum sit in dua- stincti, quamvis misericordia et iustitia in se quatenus in se sirnilia sunt, unit concep- ciem ex parte concipientis altiori modo vel
bus potius quam in tribus vel quatuor, etc., non distinguantur. Sic igitur conceptus entis tum suum, formando illum re et ratione cum maiori claritate et distinctiori appre-
ut evidentius constabit ex his quae sectione ut sic, cum in repraesentando praescindat hensione ipsíus rationís formalis entis ut
sequenti dicemus de conceptu obiectivo; a propria ratione substantiae ut stc, acciden- formali unum; hoc autem modo condpiun-
tur entia hoc formali conceptu entis; sumit sic (quamvis fortasse tota ha ee distinctio sit
nam, Hcet formalis, quatenus a nobis et in tis, et omnium aliarum, necesse est ut in se solum secundum magis et minus intra eam-
nobis -fit,----videatw: esse posse ____experkntia sit rea~iter praecisus et distinctus a concep- enim mens illa omnia solum ut ínter se
dem speciem, maxime sistendo in concep-
notior, tamen exacta cognitio unitatis eíus tibus propriis talium rationum vel natura- "+~'~·~··~"" llirrulia in ratione essendi, et ut sic formar
tibus quí ab homine naturaliter fonnari pos-
multum pendet ex unitate obiecti, a quo rum ut tales sunt, et hoc etiam facile orones unam imaginero unica repraesentatione for- sunt); at vero ex maiori vel minori deter-
solent actus suam unitatem et dístinctionem fatentur. mali repraesentantem id quod est, quae ima- minatione obiecti non potest conceptus en-
sumere. 11. Secundo colligitur ex dictis hunc go est ipse conceptus formalis; est ergo ille tis, ut sic, multiplicari; quia, ut ostensum
10. Ex quo intelligítur primo quo sensu formalem conceptum entís, sicut in se est conceptus simpliciter unus re et ratione for- est, hoc ipso quod non sistitur in communi
quave ratione hic conceptus formalis dicatur unus secundum rem, ita etiam secundum mali, er secundum eam praecisus ab bis conceptione entis ut sic, sed descenditur ad
secundum rem jpsam praecisus ab aliis con- rationem formalem suam, et secundum eam conceptibus qui distinctius repraesentant hoc et illud ens, ut talia sunt, licet multi-
ceptibus, scilicet, quía a parte reí est realiter etiam esse ratione praecisum a conceptibus particularia enria seu rationes eorum. plicentur conceptus formales, non tamen
distinctus a conceptu substantiae ut sic, ac- formalibus particuladum rationum. Patet conceptus entis ut sic, sed adíungendo con-
primo, quía hic conceptus in se est simpliu 12. Formalis conceptus entis ut sic non
didentis, qualitatis, et caeteris similibus; multiplicatur secundum multitudinem obiec- ceptum substantiae, vel accidentis, etc.
/
Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Secci6n II 373
372
13. No es éste un concepto meramente nominal, sino también real.- De lo es contradictoria la unidad de concepto formal, por no tener los analogados entre
si verdadera semejanza y converiiencia. En cambio, hay otros que significan una
dicho se deduce en cuarto lugar, que es falso el llamar a este concepto meramente
forma o naturaleza que se halla intrínsecamente en todos los analogados; de ellos
nominal, y no ~oncepto del objet'? significad? con el nombre de ser. y s~gón la
es el ser, según veremos luego, porque los accidentes no son seres por denomina-
razón con que mediante él se le s1grufica. Pruneramente,. po~9-ue, se~ ~Je, este
ción extrínseca, sino por naturaleza intrínseca o por la razón de ser que partici-
concepto goza de prioridad por el vocablo y por su aplicac10n para Sigruficar las
pan, y en esta clase de análogos no hay obstáculo en que haya un solo concepto
cosas de esta manera determinada. En efecto, aunque, por lo que a nosotros reSr
pecta los conceptos se forman muchas veces mediante las palabras, sin embargo,. formal, simple y absolutamente uno en sí realmente y en su razón formal ade-
considerado en si y absolutamente, el concepto es anterior, f!lumbrando él mismo cuada; en qué consiste su analogía se explicará luego.
la palabra con que se e~presa y siendo el origen de su imposición; por consi-
guiente, dicho concepto es simple y absolutamente el concepto de la cosa en si,
y no sólo en orden a la significación de la palabra, de suerte que se le vaya a SECCION II
calificar por ello de concepto nominal o significado del nombre. Segundo, porque SI EL ENTE TIENE UN CONCEPTO O RAZÓN FORMAL OBJETIVA
este concepto es una especie de imagen simple que representa naturalmente lo que
por la palabra se significa arbitrariamente; mas sólo consiste en eso, en ser con- l. Prim•r motivo de ood'cl.- Hay dos razones para dudar. A la primera se
cepto de un objeto, por más que al ser el concepto más simple y no poder, por aludió en la sección anterior y se funda en la analogía del ser : porque si el con-
ello, ser declarado su objeto propio mediante definición propiamente tal, solemos cepto objetivo del ser es uno, o lo es con unidad de univocación, y en este caso
valernos para su explicación de descripciones, las cuales parece que no hacen más desaparece la analogla, o sólo con unidad análoga, y entonces en realidad no es uno,
que explicar de modo más distinto la significación de la palabra; de esta suerte, o hay contradicción en los términos, porque la analogía incluye intrínsecamente
puede con sentido aceptable decirse que dicho concepto es el significado del o bien diversas razones que únicamente guardan proporción entre sí, o bien di-
nombre, con tal de no excluir, por ello, que es el concepto propio y adecuado de versas relaciones a una sola forma, en virtud de las cuales el concepto objetivo
la cosa inmediatamente significada por dicho vocablo. de un nombre análogo no puede ser uno. Se explica y confirma esto, porque para
14. Qué análogos tienen una mzón común.- El fundamento de la pri- que el ente pueda tener un concepto objetivo uno, es preciso que todos los entes
mera sentencia -ya que de la segunda ya hablamos bastante- se roza con la convengan en una sola razón formal de ser, la cual se significa inmediatamente
materia de la analogía del ser que trataremos luego, y está además en función de por la palabra ser, ya que la unidad del concepto objetivo exige unidad de objeto
lo que diremos sobre el concepto objetivo, puesto que muchos opinan que la uni- o al menos de razón formal; ahóra bien, si todos los entes convienen en una
dad del concepto formal no está en contradicción con la analogía, pero sí la del razón formal, es necesario que tengan también una sola e idéntica definición, lo
concepto objetivo, del que nos ocupamos después. Baste, por ahora, decir breve· mismo que tienen un solo concepto objetivo, porque si el concepto objetivo es uno,
mente, apoyados en Santo Tomás, In 1, dist. 19, q. 5, a. 2, ad 1, que entre los también puede ser una su definición; en consecuencia, nada le falta al ente para
análogos por atribución hay algunos que significan la forma, la cual sólo se da una perfecta univocación.
intrínsecamente en el analogado principal, y en los otros únicamente por relación 2. Segundo.- Se puede dudar, en segundo lugar, porque si el concepto ob-
o denominación extrínseca, como en el caso de sano y otros semejantes, y en éstos jetivo de ser es uno, será, por ello, preciso en si mismo y abstracto de todos los

13. Hic conceptus non est tantum no- mttone declarad, ad illud explicandum uti quía analogata non habent inter se propriam logia, vel unitate tantum analoga, et sic vel
solemus descriptionibus, quae solum viden- símilitudinem et convenientiam. Alia vera revera non est unus, vel est repugnantia in
minis, sed etiam Tei.- Quarto colligitur ex
tur norninis significationem distinctius de- esse quae significant formam seu ~aturam terminis, quía analogía intrinsece includit,
dictis, falso vocari hunc conceptum tantum vel plures rationes habentes tantum inter se
nominis, et non reí significatae nomine en- clarare; et hoc modo potest in bono sensu intrinsece inventam in omnibus analogatis;
dici conceptus me esse quid nominis, dum- et huiusmodi est ens, ut infra videbimus, proportionem, vel plures habitudines ad
tis, et secundum eam rationem qua per il-
lud significatur. Primo, quía, ut dixi, hic modo non excludatur quin ille sit proprius nam accidentia non sunt entia per intrinse- unam formam, ratione quarum conceptus
et adaequatus conceptus rei imrnediate sig- cam denominationem, sed per intrinsecam obiectivus nominis analogi non potest es-
conceptus prior est voce et impositione eius
nificatae per illam vocem. naturam seu rationem entis, quam partici- se unus. Quod declaratur et confirmatur,
ad res tali modo significandas. Nam, Ucet quia ut ens habeat unum conceptum obiec-
quoad nos conceptus saepe formentur mediis 14. Quorum analogorum detur U1W: ra- pant; et in huiusmodi analogis non est in-
tio communis.- Fundarnentum prirnae sen- conveniens dari unum conceptum formalem tivum, necesse est ut omnia enria conveniant
vocibus, tamen secundum se et simpliciter,
tentiae (narn de secunda iam satis dictum símpliciter et absolute in se unum re et in una racione formaU entis, quae per no-
prior est conceptus, qui ex se parit vocem
qua exprimitur, et est origo impositionis est) tangit materiam de anaJogia entis infra ratione formali adaequata; in quo autem men ens immediate significetur, quia uni-
tractandam, et pendet etiam ex dicendis de eius a na logia consistat, infra explicabitur. tas conceptus obiectivi requirit unitatem rei,
ei_u_s; (;!_rg()_ t_ªlis ---~On(:_ei>_!l:l:~ __ est ~-i-~p~citer et vel saltem rationis formalis; si autem om-
absOlute con¿eptuS ___reT secundum ·se;- et non Conceptu obiectivo, nam multi existimant
unitatem conceptus formalis non repugna- nia enria conveniunt in una ratione fonnali,
tantum in ordine ad significationem vocis, SECTIO II
re analogiae, sed unitatem conceptus obiec- ergo ut sic habent unam et eamdem defini-
ut hac ratione dicatur conceptus no- UTRUM ENS HABEAT UNUM CONCEPTUM SEU tionem, sicut unum conceptum obiectivum;
minis, seu quid nominis. Secundo, quía. tivi, de qua re postea. Nunc breviter dicitur
ex D. Thoma, In 1, dist. 19, q. 5, a. 2, ad 1, RATIONEM FORMALEM OBIECTIVAM quía, si conceptus obiectivus unus est, etiam
hic conceptus est per rnodum cuius-
inter analoga attributionis quaedam esse definido eius potest esse una; ergo nihil
dam simplicis imaginis naturaliter re- l. Ratio dubitandi prima.- Ratio dubi- deest enti ad perfectam univocationem.
praesentantis id quod per vocem ad pla- quae significant formam, quae intrinsece
tantum est in principali anialogato, in aliis tandi duplex est. Prima tacta est sectione 2. Secunda.- Secunda ratio dubitanch
dtum significatur; sed in hoc tantum con- pr~ecedenti, fundaturque in analogía entis, est, quia, si conceptus obiectivus entis est
sistit quod sit conceptus rei, quamquam, vero solum per habitudinem vel denomina-
tionem extrinsecam, ut sanum et similia, et qma, si conceptus eius obiectivus est unus, unus, ergo secundum se est praecisus et
quía conceptus ille sirnplicissimus est, et vel unitate univocationis, et sic tollitur ana-
his repugnat unitas conceptus fonnalis; abstractus ab omnibus inferioribus, seu de-
ideo obiectum eius non potest propria defi-
374 Disputaciones metafísicas _Di_·s_p_u_ta_cz_"ón segunda.-Se._:c_:cz:::.ón.:::_I:.::I___________________3_7_c_5
·seres· infertores,
· 0 razones determinadas de ser; .mas · • como el
·d consiguiente es Ahora bien: el concepto objetivo no es más que el mismo objeto, en cuanto co-
imposible, ha de serlo también el antecedente. L~ 11acwn es e~1 ente, puesto que nocido o aprehendido mediante dicho concepto formal; por lo tanto, si el concep--
si el concepto de ser es uno no incluirá por lo mtsmo formal m _actualmente en si to formal es uno, es necesario que el concepto objetivo sea también uno,
los modos- determinados de ser_; éstos, e? efe~toj ~e oi:onen mtrinsecarnente y
son causa de distinción; de ah1 que sea tmpostble mclmrlos actualmente en un Exposición de las diversas sentencias
solo concepto objetivo; por consiguiente, p~a que el concepto de ser sea l1?o,
tiene que prescindir de todos ellos. A~ora bten, voy a demostrar que esto es Im- 4. Primera sentencia.- Respecto de esta cuestión, quienes niegan la existen-
posible del siguiente modo: porque st el ente en cuanto ta_l prescmde de las ra- cia de un solo concepto formal de ser, niegan consecuentemente también que sea
zones determinadas de los seres, para contraerse o deternunarse a ellas, es, por <uno el objetivo. Asi opina Cayetano en los pasajes citados en la sección anterior,
lo mismO', necesario que se le agregue algo; pues bien, o lo que se añade es ser, opinión 1, y el Ferrariense en el lugar anotado. De los que admiten la unidad del
0 es nada. Si es nada, ¿cómo podrá determinar realmente al ser y constituir
concepto formal de ser, niegan la unidad del objetivo: Soncinas, IV Metaph.,
una determinada razón de ser? Si, por el contrario, es ser, no podrá el ente en q. 2 y 3; el Hispalense, In 1, dist. 3, q. 1; Herveo y Flandria en los pasajes ci-
cuanto tal prescindir de él, porque aquello de que algo prescinde no está incluido tados en la sección precedente. Se le atribuye la opinión también a Capréolo, pero
en él. Tampocn puede entenderse que puedan prescindir del ente los modos en realidad no defiende tal cosa, como diré luego. En favor de esta sentencia se
mediante los cuales se contrae, y que, sin embargo, se incluya intrínsecamente cita también a Santo Tomás en I, q. 13, a. 5; q. 7 De Pat., a. 7; De Verit., q. 2,
en ellos; ni tampoco lo contrario, que el modo que contrae al ser no incluya más a. 11, lugares todos en que manifiesta que a las palabras que son comunes a Dios
que ser, y no obstante lo determine a una razón especial de ser. En efecto, la y a las criaturas no corresponde una sola razón concebida o significada, sino mu-
contracción y determinación no se comprende sin adición; mas la adición resulta chas. Los fundamentos de esta opinión han sido considerados al principio, porque
incomprensible si lo que se añade no es de tal naturaleza que no incluya aquello por muchos que sean los argumentos ofrecidos por estos autores, sin embargo,
a que se añade real o mentalmente, según el modo como se entienda ser añadido. la fuerza de todos ellos estriba en las dos dificultades expuestas. No están de
Y se confirma pm haber sido ésta la causa de que Aristóteles haya dicho en el acuerdo dichos autores en la explicación del concepto, mejor dicho, de los concep-
libro III de la Metafísica, texto 10, que el género caía fuera de la razón de las tos objetivos que responden al ente. En efecto, algunos dicen que mediante el
diferencias, concretamente porque abstrae y prescinde de ellas; por lo tanto, si -concepto formal de ser se representan inmediatamente todos los géneros de ser,
el concepto objetivo de ser es uno y preciso-, es necesario que no se incluya en ·en cuanto guardan entre si cierta proporción o relación, así, por ejemplo, el Fe-
los que le contraen. rrariense. Lo mismo opina Cayetano. En cambio, otros dicen que mediante el
3. Razón de una dificultad en contra.- Contra esto está el que a un solo concepto formal de ser se representa inmediatamente esta disyunción, sustancia o
concepto formal debe responder necesariamente un solo concepto objetivo; mas accidente, por ejemplo, Soncinas, Herveo, y otros. Por fin, algunos dicen que se
como se demostró que sólo existe un concepto formal de ser, se deduce necesa- representan en absoluto todos los géneros, razones o conc~.Ptos simples no copula-
riamente que sólo ha de existir uno objetivo. La mayor es evidente, porque el tiva ni disyuntiva o simplemente, por ejemplo Fonseca, IV Metaph., c. 2, q. 2,
concepto formal debe todo su modo de ser y unidad al objeto; por consiguiente, sec. 4 y 7.
para ser uno es necesario que el objeto al cual tienda sea en cierto modo uno. 5. Segunda sentencia.- La segunda sentencia, completamente opuesta, defien-
1 vus nihil aliud est quam obiectum ipsum, non respondere unam rationem conceptam
terminatis entium rationibus; consequens hens ens nih-il indudat ms1 ens, et tamen ut cognitum vel apprehensum per talem con- seu significatam, sed plures. Fundamenta
est impossihile; ergo et antecedens. Seque- quod illud determinet ad specialem rationem ceptum formalem; ergo, si conceptus for- huius opinionis tacta sunt in principio; nam,
la patet, quia si conceptus entis est unus, entis. Nam contractio et determinatio non malis est unus, necesse est ut obiectivus licet plura argumenta ah his auctorihus af-
ergo formaliter et actualiter non includit in intelligitur sine additione; non potest autem etiam unus sit. ferantur, tamen vis omnium in duabus dif-
se determinaros modos entium; illi cnim intelligi additio, nisi id quod additur tale ficultatibus tactis posita est. Non conveniunt
intrinsece opponuntur, et distinctionem ef- sit ut non includat id cui additur aut secun- V ariae sententiae referuntur. autem praedicti auctores in explicando con-
ficiunt; unde impossibihile est ut in uno dum rem aut secundum rationem, iuxta mo- 4. Prima sententia.- In hac quaestione, cepturn, vel potius · conceptus obiectivos qui
conc_eptu obiectivo actu includantur; ergo dum quo addi intelligitur. Et confirmatur, qui negant dari unum conceptum formalem enti correspondent. Quidam enim aiunt im-
ut conceptus entis sit unus, necesse est ut nam ob hanc causam dixit Aristoteles, III entis, consequenter etiam negant dari ohiec- mcdiate repraesentari per conceptum for-
ah his omnibus praescindat: hoc autem es- Metaph., text. 10, genus esse extra rationem tivum 1 • Et ita sentit Caiet., locis_ citatis malem entis omnia genera entium, quatenus
se impossibile sic ostendo, quia si ens, ut differentíarum, scilicet, quia abstrahit et sectione praecedenti, in prima opinione; et inter se habent aliquam proportionem vel
sic, praescindlt a determinatis rationihus praescindit ab illis; ergo, si conceptus ob- Ferrar., loco citato. Ex bis vero qui admit- habitudinem, ut Ferrar., et idem sentit Caiet.
entium, ergo ut ad eas contrahatur seu de- iectivus entis est praecisus et unus, necesse tunt unum conceptum formalem entis, ne- Alii vero dicunt per conceptum formalem
terminetur, aliquid ei addi necesse est; ergo est ut in contrahentibus non indudatur. gant unum ohiectivum Soncin., IV Me- entis irnrnediate repraesentari hoc disiunc~
vel id quod·--additur·---est· ·ens; ·vei-- nihil; si 3. Ratio dif#cultatis in contrarium.- In taph., q. 2 et 3; et Hispal., In I, dist. 3, tum, substantia vel accidens, ut Soncin.,
nihil, quomodo potest ens realiter determi- contrarium autem est, quia uni conceptui q. 1; Hervaeus et FJand., locis citatis sec- Hervaeus, et alii. Rursus alii dicunt reprae-
nare, et propriam aliquam rationem entis formali unus conceptus obiectivus neces- .tione praecedenti. Tribuitur etiam Capreolo, sentari ahsolute omnia genera seu rationes,
constituere? Si vera est ens, ergo non pot- sario respondet; sed ostensum est dari unum sed revera id non docet, ut infra dicam. vel conceptus simplices, non copulative nec
est ens, ut sic, ah eo praescindi, nam quod conceptum formalem entis; ergo necessario Citatur etiam pro hac sententia D. Thomas, disiunctive vel simpliciter, ut Fonseca, IV
ab alio praescinditur non includltur in illo. dandus est unus obiectivus. Malar constat, 1, q. 13, a. S, q. 7 de Potentia, a. 7, q. 2 Metaph., e:. 2, q. 2, sect. 4 et 7.
Neque enim intelligi potest quod ens prae- quia conceptus formalis hahet totam suam de Verit., a. 11, quihus locis significat, voci- S. Secunda sententia.- Secunda senten-
scindatur a modis quibus contrahitur, et rationem et unitatem ah obiecto; ergo, ut 'bus quae communes sunt Deo et creaturis, liia omnino contrari.a est dari con..-eptum
quod nihilominus in eis intrinsece includa- sit unus, necesse est ut tendat in ohiectum
tur; neque e contrario, quod modus contra- aliquo modo unum; sed conceptus obiecti- 1
Pereira, II Phys., c. 2, in fine.
376 Disputacwnes metafísicas Disputación segunda.-Sección 1 1 · - - - - - - - - 377
de que se da un concepto objetivo de ente totalmente uno. La sostiene Escoto, In 1, que hasta cierto punto es uno .y preciso, no absoluta, sino relativamente· es-
dist. 3, q. 1, y In Ill, dist. 8, q. 1 y In I!, dist. 3, q. 3 y 6; Iavello, Metaph., JY ciertamente preciso de algún modo, puesto que no contiene expresa y deten~.ina­
q. 1; Soto, Praedicam., c. 4, q. 1; la rrusma adopta Capréolo In I, d1st. 2, q. L damente lo que es propio de los miembros inferiores; sin embargo, no es absolu-
Hay, sin embargo, una diferencia entre estos autores, po:que. Escoto defiende este tamente preciso ni siquiera racionalmente, para evitar que sea unívoco. Y explica-
concento como preciso ex natura rei de las naturalezas mfenores y de los modos cómo esta precisión es relativa y n.o absoluta, porque el concepto confuso de ser
que c~ntraen el ser. Otros, en cambio, sólo defienden la unidad del concepto ob- de tal manera excluye lo que es propio de la sustancia y demás entidades simples,.
jetivo por parte de nuestro modo de concebirlo, sin que intervenga precisión o que no por ello su esencia es distinta de la esencia de estas entidades.
distinción real; de esta diversidad de opiniones hablaremos en la sección si- 7. Pero estas distinciones, según insinué en la sección precedente, no las-
guiente. Tambi6n me ocuparé luego de otra diferencia que hay entre los mismos creo de utilidad para la explicación del problema; al revés, cuanto más se multi-
autores respecto de la univocación o analogía. plican, más oscuro y confuso parece. Dejando, pues, a un lado los conceptos
6. La tercera opinión, término medio entre las citadas, usa de distinciones, distintos o particulares de sustancia y de los otros géneros o miembros que divi-
y se explica de diversos modos. Efectivamente, algunos dicen que el concepto den el ser común, nos limitamos aquí al concepto objetivo que_ responde· inme-
objetivo de ser, tomado independientemente en sí, sin los inferiores, es uno y diata y adecuadamente al concepto formal que dijimos en la sección anterior que
prescinde racionalmente de ellos ; mas comparado con los inferiores y en cuanto correspondía en nuestra mente a la palabra ser y al objeto por ella inmediatamente
incluído en ellos, no es uno, y concilian las razones de duda que aduci- significado, ya que los demás conceptos· particulares considerados en sí mismos
mos al principio; porque, puesto que con el concepto formal de ser se con- no son conceptos del ser en cuanto ser, sino de los diversos entes determinados e~
cibe el ente en sí y sin relación alguna a los inferiores, es necesario que·, al menos cuanto tales.
desde este punto de vista, tenga unidad dicho concepto objetivo. Mas cuando Primera afirmación
este concepto se considera como existente en los mismos inferiores, no puede tener
unidad, dado que esos inferiores, por ejemplo sustancia y accidente, se diferencian 8. Bxiste una razón objetiv·a de ser.- Digo, pues, en primer lugar, que al
por ser seres; por consiguiente, no pueden tener unidad en el ente en cuanto tal, ya . concepto formal de ser responde un solo concepto objetivo adecuado e inmediato
que no pueden a::mvenir y diferenciarse según lo mismo, siendo confirmada esta que no significa expresamente ni la sustancia, ni el accidente, ni a Dios, ni a la
última afirmación por los motivos de duda puestos al principio. Con orientación criatura, sino que significa todas estas cosas como si fueran una sola, a saber, en
distinta, Fonseca, más arriba, supuesta aquella división en concepto confuso, dis- cuanto son de algún modo semejantes entre sí y convienen en ser. Están de acuerdo
tinto y medio, es decir, confuso en parte y en parte distinto, afirma de este tercero con esta conclusión los autores de la opinión segunda, no se opone Fonseca, y cuen-
que puede efectivamente ser uno, pero no preciso de los inferiores, sino que ta con fuerte apoyo por parte de Santo Tomás en los pasajes anteriormente citados
es, por ejemplo, el concepto de sustancia; sobre el concepto distinto dice de modo del De' Ver#, q. 1, a. 1; q. 21, a. 1, por cuanto dice que el concepto de ser es
similar que no puede ser un concepto que se adecúe con el ente, excepción hecha el más simple y el primero de todos, y que se contrae a la sustancia, cantidad, etc.,
acaso de Dios, ya que en nosotros incluye el concepto de sustancia, cualidad, etc. mediante una determinación y expresión de dicho modo de ser, palabras que forzo-
Empero, según dije, éstos en realidad no son conceptos del ser en cuanto tal. samente deben referirse al concepto objetivo, ya que el concepto formal no be
Finalmente, sobre el concepto confuso de ser, que es el que hace al caso, dice
entis ut sic. Tande:rll de conceptu confuso quem diximus sectione pr.aecedenti corre-
obiectivum entis simpliciter unurn. Hanc cipio adductas; nam, quia per concepturn entis, qui ad rem spectat, ait quodammodo spondere in mente huic vocí ens et rei im-
tenet Scot., In I, dist. 3, q. 1, et In III, dist. formalem entis concipitur ens secundum esse unum et praecisum, non tamen simpli~ mediate significatae per illam; caeteri enim
8, q. 1, et In 11, dist. 3, q. 3, et 6; lavell., se et sine ulla comparatione ad inferiora, citer, sed secundum quid: esse quidem ali- conceptus particulares secundum se sumpti
IV Metaph., q. l.; Soto, in Praedicam., c. 4, necesse est ut sub hac saltero consideratio- quo modo praecisum, quia non expresse et non sunt conceptus entis in quantum ens,
q. 1; et in eadem opinione est Capreolus, ne conceptus ille obiectivus habeat unitatem. determinate continet id quod est proprium sed ut sunt talia vel talla entia.
In I, dist. 2, q. l. Est tamen diversitas inter Quando vera hic conceptus consideratur ut inferiorum membrorum; non esse autem
has auctores, nam Scotus ponit hunc con- in ipsis inferíoribus existens, non potest ha- simpliciter praecísum, etiam secundum ra~ Prior assertio.
ceptum ex natura rei praecisum ab inferío- bere unitatem; dífferunt enim ipsa inferio- tionem, ne sequatur illum esse univocum. 8. Datur una ratio entis obiectiva.-' Dico
ribus naturis et modis contrahentibus ens. ra, verbi gratia, substantia et accidens, per Declarat autem hanc praecisionem esse se. . ergo primo conceptui formali entis respon-
Alii vera solum ponunt hanc unitatem con- idipsum qua en tia sunt; ergo non possunt cundum quid, et non simpliciter, quia hic dere unum conceptum obiectivum adaequa-
ceptus obiectivi ex modo concipiendi nostro, in illo ut sic habere unitatem, quia non pos- conceptus confusus entis ita excludit ea- tum et jmmediatum, qui· expresse non dicit
absque praecisione et distinctione quae sit sunt secundum idem convenire et differre, quae sunt propria substantiae et caeterarum substantiam, neque accidens, neque Deum,
in rebus; de qua diversitate opinionum di- et hanc etiam posteriorem partero confir- entitatum simplicium, ut tamen eius essen- nec creaturam, sed haec omnía per modum
cemus sectione sequenti. De alía vero díf- mant rationes dubitandi in principio positae. tia non sit alia quam essentia huiusmodi unius, scilicet quatenus sunt inter se alíquo
ferentía, qüa·e··--ethníi·--·esr· tmer·· --ho·s-- auctores Aliter Fonsec.-,- supra, supposita illa distinc- entitatum. modo símilia et conveniunt in essendo. In
quoad univocationem vel analogiam, dice- tióne de conceptu confuso, distincto et me- 7. Sed hae distinctiones, ut praecedenti hac conclusione conveni-lmt auctores secun-
mus inferius. dio, seu partim confuso, partim distincto, sectione attigi, mihi non videntur deservire dae sententiae, et Fonseca non dissentit, et
6. Tertia opinio, media inter praedictas, de hoc tertio conceptu dicit posse quidem ad rem expllcandam; sed quo amplius mul- plurimum favet D. Thomas, locis supra ci-·
utitur distinctione, et varií,s modis explica- esse unum, non tamen praecisum ab inferio- ~ tiplicantur, eo magis res videtur obscurari tatis de Veritate, q. 1, a. 1, q. 21, a. 1, qua-
tur. Quidam enim dicunt conceptum entis ribus, sed esse conceptum substantiae, verbi et confundi. Omissis ergo conceptibus di- tenus dicit conceptum entis esse simplicis-
obiectivum in se et absolute sumptum sine gratia; de conceptu autem distincto simili- stinctis seu particularibus substantiae et simum et primum omnium, determinarique
inferioribus, esse unum, et ratione praeci- ter dicit non esse unum adaequatum enti, aliorum generum seu membrorum dividen~ ad sub~tantiam, quantitatem, etc., per quam-
sum ab illis, tamen comparatum ad inferio~ nisi fortasse in Deo, in nobis vero include- tium ens in communi, hic solum agimus de dam determinationem et expressionem talis.
ra et ut inclusum in illis non esse unum, re conceptum substantiae, qual,itatis, etc. eo conceptu obiectivo, qui immediate et madi entis, ubi necesse est esse sennonem
et ita concilian! rationes dubitandi in prin- Sed, ut dixi, hi revera non sunt conceptus adaequate respondet illi conceptui formali, de conceptu obiectivo; nam formalls non
378 Disputaciones metafísicas
···----- ---- ----··------.
__ta_~_o~.egu~da.
_Dis_._pu s~~~ó~n_·~[[~--------- 379

determina ni contrae. Por eso dice Santo Tomás con más claridad en 1, q. 5, a. 3, así sucesivamente. O se incluyen ambos disyuntivamente, como afirma el mismo
ad 1 :La sustancia cantidad y cualidad contraen el ser, determinándolo a una Soncinas, lo cual, amén de ser contra la experiencia, como diré enseguida, acarrea
quididad 0 natural;za; y la contracción es ininteligible sin .ci~,rta u~d~d y comu- consigo -la univocación del ser, que él mismo pretende evitar, ya que la disyunción
nidad de concepto objetivo. Igualmente corrobora esta opm10n Anstoteles en el .ustancia o accidente conviene con la misma verdad, valor absoluto e igualdad de
libro IV de la Metafísica, texto 7, donde dice que la metafísica estudia el ser en primada al accidente que a la sustancia, porque de la misma manera que para la
cuanto ser, bajo el cual se contienen los otros géneros; a propósito de esto, dice verdad de una proposición disyuntiva basta la verdad de uno de los miem-
Santo Tomás que la filosofla primera estudia el ser común y las propiedades que bros, igualmente para que un predicado disyuntivo se aplique con igualdad
como tal le corresponden. Esta sentencia puede probarse por razón del siguiente <fe primacía y absolutamente, basta que una de sus partes convenga ab-
modo: es preciso que el concepto formal de ser tenga un objeto adecuado; mas solutamente y con igualdad de primacía al sujeto; ahora bien, el ac-
éste no puede ser un agregado de las diversas naturalezas de entes, según sus ra- ddente es accidente con la misma verdad y propiedad con que la sustancia
zones determinadas, por más que sean simples; por consiguiente, es necesario es sustancia; por lo tanto, dicha disyunción conviene por razón de uno de sus
que dicho concepto sea uno en virtud de alguna conveniencia y semejanza de los miembros al accidente con la misma verdad y propiedad con que conviene o la
seres entre sí. La suficiente enumeración convierte la consecuencia en evidente, :sustancia por razón del otro. Lo mismo puede verse en todos los predicados simila-
porque damos por supuesto -lo cual es de por si hartn dar<>--' que el concepto res, pues, por ejemplo, ser Dios o criatura, se dice con la misma propiedad del hom-
objetivo no es uno con unidad real, es decir, numérica o entitativa, ya que es bre que de Dios, y así en otros casos. Cabe, :finalmente, que ambos se incluyan
patente que tal concepto es común -a muchas cosas. Es asimismo evidente la mayor simplemente, es decir, sin conjunción ni disyunción, a saber sustancia accidente.
propuesta, por ser dicho concepto formal un acto del entendimiento, y todo acto Pero esto, en primer lugar, está en contra de la experiencia, porque lo que se con-
del entendimiento, al igual que todo acto --en cuanto es un{)---<, debe tener un cibe se percibe con la mente, estando así sujeto a la experiencia; ahora bien, nos-
objeto formal adecuado, al cual deba su unidad. Se prueba la menor, a su vez, Otros, al oír el término ser, y al concebir precisivamente lo que entendemos signi-
porque, si· este objeto adecuado resulta de la agregación de muchas naturalezas de ficarse con esta voz, no percibimos en nuestra mente ni la sustancia en cuanto
ser, pregunto cuáles son estas naturalezas y cómo se agrupan en tal concepto: tal, ni el accidente en cuanto tal~ según puede cada uno experimentar en sí mismo.
en efecto, no hay m.odo alguno de concebir o de entender esto. Se aclarará toda- ' 10. Además, este concepto formal es simple y limitado, y preciso en la rea-
vía excluyendo todas las maneras según las cuales se afirmó o sea posible ima- lidad misma de los conceptos formales propios de sustancia y accidente en cuanto
ginarlo. tales; por lo tanto, sustancia y accidente no se representan propia y distintamente
9. El ser no significa inmediatamente la sustancia y el accidente.- Efectiva- _por él, como se representan por los dos conceptos de sustancia y accidente. Ni se
mente, en primer lugar, lo que dice Soncinas, que este concepto consta de sus- puede tampoco afirmar que aquel concepto uno de ser contiene de un modo más
tancia y accidente en cuanto tales, es absolutamente falso. Porque, o se incluyen eminente la representación formal total implicada en ambos conceptos considera-
amb.os copulativamente en dicho concepto, cosa que él no dice ni puede decir, dos conjuntamente, puesto que este tipo de universalidad en un concepto formal
ya que de lo contrario afirmaríamos falsamente que la sustancia es ser o que la .es ajeno al entendimiento humano, del cual tratamos, y apenas se da en el angé-
cualidad es ser, porque ni la sustancia es sustancia y accidente, ni la cualidad, y Jico; no es, pues, dicho concepto universal por la representación eminente de
determinatur nec contrahitur. Unde apertius non esse unum unitate reali, id est, numera- ~ubstantia est substantia et accidens, neque que coniunctione vel disiunctione, scilicet,
I, q. 5, a. 3, ad 1, ait D. Thomas: Sub- ti seu entitativa; nam constat hunc concep- qualitas, et sic de aliis. Aut includuntur illa substantia· accidens. Et hoc imprimís est
stantia, quantitas et qualitas contrahunt ens, tum esse communem multis rebus. Maior duo disiunctive, ut ipse Soncinas dicit, et contra experientiam, quia id quod concipi-
applicando ens ad aliquam quidditatem seu item assumpta evidens est, quia ille con- boc, praeterquam quod est contra experien- tur, mente percipitur, et hoc modo sub ex-
naturam; contractio autem intelligi non pot- ceptus formalis est actus intellectus; omnis tiam, ut statim dicam, ex illo sequitur uni- perientiam cadit; nos autem, audito nomi.
est sine aliqua unitate et communitate con-- autem actus intellectus, sicut et omnis actus, vocatio entis, quam ipse vitare intendit, ne entis, et concipiendo praecise id quod
ceptus obiectivi. Atque eodem modo favet quatenus unus est, habere debet aliquod nam hoc disiunctum, substantia vel accidens~ hac voce significari intelligimus, non perci-
huic sententiae Aristoteles, IV Metaph., obiectum adaequatum, a quo habeat unita- tam vere, simpliciter et aeque primo con- pimus mente substantiam ut sic neque ac-
text. 7, ubi inquit metaphysicam conside- tem. Minor vera probatur, quia, si obiectum :venit accidenti, sicut substantiae, quia, sicut cidens ut sic, ut quiJjbet in sese experiri
rare ens in quantum ens, sub quo alia gene- illud adaequatum est ex aggregatione plu- ·ad veritatem disiunctivae sufficit veritas potest.
ra continentur; ubi D. Thom. ait primam rium naturarum entis, quaero quae sint istae unius partís, ita ut praedicatum disiunctum 10. Deinde ille conceptus formalls sim-
philosophiam considerare ens commune, et naturae, et quomodo in illo conceptu aggre- -aeque primo ac simplicíter praedicetur, plex est et limitatus, ac re ipsa praecísus a
ea quae sunt eius jn quantum huiusmodi. gentur: nullo enim modo id concipi et intel- sufficit ut una pars eius aeque pri- propriis conceptibus formalibus substantiae
Ratione p~t_(!St__ J:!-ª~_C:______ ~_<!ll_te~~i_fl; ._.i!~ . _.pr_obar_L ligi potest. Quod patebit etiam excludendo ac simpliciter subiecto conveniat; et accidentis, ut talia sunt; ergo per illum
NeceSse est COriCeptum formaleffi entis ha- omn-es inodos quibus id assertum est, vel tam vere autem et tam proprie ac- non repraesentantur substantia et accidens
bere aliquod adaequatum obiectum; sed il- excogitari potest. -cidens est accidens sicut substantia est sub- proprie et distincte, sicut repraesentantur
lud non est aggregatum ex variis naturis en- 9. Bns non significat substantiam et ac- 1ltantia; ergo disiunctum illud tam vere ac per duos conceptus substantiae et acciden-
tium secundum aliquas determinatas rationes cidens immediate.- Primo enim, quod Son- _-proprie convenit accidenti ratione unius par- tis. Neque enim dici potest quod ille unus
earum, quantumvis simplices; ergo oportet cinas ait, conceptum illum constare ex sub- ?s sicut substantiae ratione alterius. Quod conceptus entis eminentiori modo contineat
ut ille conceptus sit unus secundum aliquam stantia et accidente ut sic, est plane falsum; in omnibus similibus praedicatis videre li- totam illam formalem repraesentationem,
convenientiam et similitudinem entium inter nam, vel in illo conceptu includuntur illa <:et, nam esse Deum vel creaturam, verbi quae est in duobus illis conceptibus simul
se. Consequentia est evidens a sufficienti duo copulative, et hoc ipse non dicit, nec vere ac proprie dicitur de homine sumptis; nam h¡c modus universalitatis in
.enumeratione, quía supponimus (quod est dicere potest; allas falso diceretur ~ubstan­ et sic de aliis. Vel denique conceptu formali est alienus ab intellectU
per se notum) illum conceptum obiectivum tia esse ens, vel qualitas esse ens, quía nec duo simpliciter, id est, abs- humano, de quo agimus, et vix reperitur in
380 381

muchos en cuanto muchos, sino por la confusión de muchos en cuanto de algUna sario agregar algo a aquel concepto, diciendo que consta de la razón especial de
manera son uno. Y si mediante este concepto, la sustancia y el accidente no se sustancia creada y de accidente, lo cual es de por sí increíble y puede rebatirse más
representan con tanta propiedad y diStinción como por los dos conceptos propios eficazmente con los argumentos aludidos. Todavía queda un argumento similar
de sustancia y accidente, no se descubre medio alguno cómo puedan represen- por parte· del otro miembro, es decir, del accidente, pues también él, según los
tarse según sus formalidades propias, sino solamente en cuanto de algún modo :referidos autores, es análogo y, al menos respecto de algunos accidentes, acaso es
son semejantes entre si; por consiguiente, no Consta dicho concepto de sustancia verdad, como luego diré; por In tanto, pregunto igualmente si el accidente entra
y accidente incluso representados absoluta y simplemente del modo dicho. en el concepto de ente según el concepto común o, por así decirlo, según una
11. Acontece, además, según esta forma de crmcepto, que apenas se ·parte del concepto objetivo común a los accidentes; ambas posturas tienen en
entiende qué es lo que concretamente predicamos de algo cuando decimos contra los argumentos propuest.os, pudiendo, finalmente, concluirse que este miem-
que es ser; en efecto, lo que se predica es el concepto objetivo; por lo tanto, si bro hay que dividirlo también en otros muchos.
dicho concepto es la totalidad sustancia-accidente, la predicación : esto es ser 12. El concepto de ser no incluye todos los géneros primeros.- Acaso ésta
equivale a: esto es sustancia-accidente; y semejante predicación no puede hacers:· haya sido la causa de que hayan dicho otros que el objeto adecuado del concepto
deterrninadamente, es decir, verdadera o falsamente, a no ser que se entienda que formal de ser es o incluye todos los primeros géneros o todas las entidades sim-
ambos miembros del predicado se predican copulativamente o disyuntivamente ples, que dividen inmediatamente al ser. Pero contra esta sentencia valen de igual
puesto que dichos miembros no se unen a la manera de un sustantivo y ~ modo los argumentos anteriores. Primero, porque estas naturalezas no pueden
adjetivo para predicarse como uno solo, por más que, aunque así se hiciese, el incluirse en tal concepto ni copulativa, ni disyuntiva, ni simplemente y sin cópula
sentido seria copulativo, y se convertida en falsa la proposición. Todavia está en alguna, según se demuestra aplicando idénticamente el raciocinio que hemos hecho,
contra de toda esta opinión el que si en dicho concepto están ambos a dos, sustan- pues tiene la misma fuerza, según quedará fácilmente patente a quien lo conside-
cia y accidente, de cualquier modo de los ya mencionados, puedo aún preguntar rare. Segundo, por experiencia, porque en virtud de la concepción del ente no
cuál es el concepto de sustancia alli incluido, porque la sustancia o se entiende percibimos todas estas naturalezas determinadas de ser, en cuanto son tales y se
en tal caso como sustancia creada, o como increada, o como algún concepto ob- distinguen entre si; y el percibir tantas naturalezas se baria -aún mucho más difícil
jetivo común a ambas. No cabe afirmar lo primero ni lo segundo, ya que el ser que percibir solamente la sustancia y el accidente, hacié.ndose asimismo mucho
de que hablamos ahora es común al ente creado y al increado, según dijimos antes más increíble que exista en nosotros un concepto formal que represente distinta-
que era el objeto de esta ciencia. Mas si se afirma lo tercero, se desprende de ello mente todas esas naturalezas, que no el que sólo represente la sustancia y el ac-
un argumento ad hominem contra los autores citados; ya porque la sustancia es cidente; y si efectivamente el concepto formal de ser no representa con la debida
algo análogo respecto de 1-a sustancia creada e increada y, por consiguiente, sí distinción estas naturalezas en cuanto son tales y se distinguen entre si, hay que
la analogia no es obstáculo para que se dé un concepto objetivo común a la sus- concluir que las representa únicamente en cuanto convienen -entre si y se asemejan
tancia creada e increada, también podrá darse el concepto de ente. O también de alguna manera, que era lo que se pretendía. La consecuencia es clara, ya que,
porque la sustancia creada dista más de la increada que el accidente de la sustan- según expliqué algo más arriba, no puede hallarse por el momento medio entre
cia creada; por eso, s~ somos consecuentes en nuestro modo de hablar, sería nece- estos dos extremos. Tercero, porque casi por la misma razón por que se dice que
angelice; non est ergo ille conceptus univer- non coniungantur per modum substantívi
salis per eminentem repraesentationem plu- et adiectivi, ut per modum unius praedicen- quenter loquendo, addere aliquid illi con- dem modo priora argumenta. Primum, quia
rium, ut plura sunt, sed per confusionem tur; quanwis, etiam si hoc modo fieret, sen.. _ceptui, dicendo constare ex determinata ra- tales naturae ne'c copulative, nec disiuncti-
plurium, ut aliquo modo unum sunt. Quod sus rediret copulativus, et fieret falsa pro- tione substantiae creatae et accidentis, quod ve, nec simpliciter et absque ulla copula
si per illum conceptum non repraesentantur positio. Rursus accedit contra totam hanc tamen per se est incredibile, et efficacius possunt in tali conceptu includi, ut patet
substantia et accidens tam proprie ac distinc- sententiam, quía si in illo conceptu reperi.. impugnad potest argumentis factis. Et ad- applicando eodem modo discursum factum;
te sicut per duos proprios conceptus sub- tur utrumque horum, substantia et accidens,. _huc superest simile argumentum ex parte habet enim eamdem vim, ut facile cuivis
stantiae et accidentis, non intelligitur me- quocumque ex praed;ictis modis, inquiro alterius membri, scilicet, accidens; nam hoc consideranti patebit. Secundum, ah expe-
dium, quomodo repraesentari possint secun- ulterius quis conceptus substantiae ibi in- etiam secundum praedictos auctores analo- rientia, quia ex vi conceptionis entis non
dum propria, sed tantum prout inter se sunt cludatur; nam substantia vel ibi sumitur gum est, et saltem respectu aliquorum ac- percipimus has omnes definitas naturas en-
aliquo modo similla; ergo non constat con- pro substantia creata, vel pro increata, vei cidentium est fortasse verum, ut infra di- tis, ut tales sunt, et prout inter se distin-
ceptus ille ex substancia et accidente reprae- pro aliquo conceptu obiectivo communi cam; inquiram ergo similiter an accidens guuntur; multoque difficilius esset tot per-
sentatis etiam dicto modo absolute et simpli- utrique. Primum et secundum dici non pos- intret conceptum entis, secundum aliquem cipere naturas quam substantiam et accidens
citer. sunt; quia ens, de quo nunc loquimur, com~ conceptum communem, vel (ut ita dicam) tantum; multoque incredibilius est dari
11. Acced¡t praeterea quod iuxta huius- mune est enti creato et increato, prout supra secundum partem conceptus obiectivi com- nnum conceptum formalem in nobis, qui
modi conceptunL_vix __ intelligitur _quid de- diximus esse obiectum huius scientiae; si omnibus accidentibus; et contra distincte repraesentet has omnes naturas,
finite praedicetur de aliquo, cum dicitur vero dicatur tertium, consurgit inde argú- utrumque possunt applicari argumenta facta, quam solam substantiam et accidens; quod
esse ens; nam id quod praedicatur est mentum ad hominem contra praedictos auc- .ac denique potest concludi hoc etiam mem- si conceptus formalis entis non ita distincte
conceptus obiectivus; si ergo ille concep- tores; tum quía substantia est quid analo- brum esse in pJura alia dividendum. repraesentat h,as naturas ut tales sunt, et
tus est totum hoc substantia accidens, gum ad increatam et creatam substantiam; 12. Conceptus entis non includit genera prout inter sese distinguuntur, conclu-
haec praedicatio: hoc est, aequivalet huic: ergo si, non obstante analogia, datur unus· omnia prima.- Propter hanc ergo fortasse ditur solum repraesentare illas prout
hoc est substantia accidens; huiusmodi conceptus obiectivus communis substantiae .causam dixerunt aJii obiectum adaequatum inter sese conveniunt, et aliquo modo
autem praedicatio non potest determí- creatae et increatae, poterit etiam dari cOn- illius conceptus formaDs entis esse vel inclu- similes sunt, quod est intentum. Sequela
nate fieri, aut vere, vel falso, nisi utraque ceptus entis. Tum etiam quia magis distar. dere genera omnia prima seu omnes entita- vero patet, quia, ut paulo antea declaravi,
pars praedicati intelligatur copulative aut substancia creata ab increata quam accidens tes simpl¡ces, quae proxime dividunt ens. ínter haec duo non potest in praesenti me-
disiunct~ve praedicar~, curo illae duae partes a substantia creata; oporteret ergo, conse- Sed contra hanc sententiam procedunt eo- dium inveniri. Tertium, quia fere eadem ra-
!!!!"""------- -----
382 Disputaciones metafísic~ Disputación segunda.-Sección li 383
----~

el concepto objetivo de ser incluye _todos los primeros g~neros o todas las entida- extensamente en la sección anterior. Segundo, porque también aquí se puede es-
des simples, habría que decir que, rncluye toda~ las enttdad.es, aunque sean com7 grimir el argumento de Soto, sacado de la experiencia, porque de algunas cosas
puestas por ejemplo, hombre, lean, etc., segun sus propms razones, cosa que nos damos cuenta de que las concebimos como ser y dudamos si son sustancia o
nadie dijo hasta ahora. La ilación es clara porque si el ente incluye en su con- accidente, por ejemplo, la cantidad sabemos evidentemente que es una realidad;
cepto todos los géneros o naturalezas simples, es, o porque la razón de ente en mas si es sustancia o accidente, o lo dudamos, o no pasamos de la opinión; por
cuanto tal no prescinde realmente de ellas, o porque no añaden al ente nada que consiguiente, en el concepto de ser no se incluye la sustancia en cuanto sustancia,
no sea ente, o porque se cree que racionalmente la razón de ser se determina o , es decir, expresamente y según su propia razón. En tercer lugar, porque de otra
contrae inmediatamente a dichas naturalezas. Ahora l:1en, la primera y segunda forma sería igual el concepto objetivo de ente y el concepto objetivo de sustancia,
de estas razones se cumplen de igual modo en cualquier entidad, incluso en las puesto que el concepto objetivo de sustancia no consiste más que en la razón de
especies ínfimas, porque, en la realidad, en la razón de ente no se da una mayor sustancia concebida determinadamente y según su modo peculiar por el entendi-
precisión respecto de la razón de hombre, caballo, etc., que de la razón de sus- miento, y se afirma que esta razón de sustancia se concibe de igual modo en el con-
tancia y accidente, ni hombre añade tampoco al ser algo que no sea ser en mayor cepto de ente. Además, si en la razón de sustancia así concebida se incluyen confusa
grado que la sustancia, o cantidad, etc. La tercera razón se propone ilógicamente,_ o implícitamente los conceptos de los accidentes, bien se expresen con el nombre
porque si el ente. en cuanto tal. no dice una sola razón objetiva o concepto, nada de entes, bien con el de sustancia, se incluirán de igual manera, ya que es la
hay en el ser en cuanto ser, según el objeto concebido, que pueda propiamente divi- misma la . razón
d concebida y el mismo el modo de concebirla, a saber, expresa
dirse, determinarse o contraerse ni inmediata, ni mediatamente; dicha razón, por y determma amente; consecuentemente, el concepto objetivo de sustancia y de
consiguiente, en nada impide que todas las entidades, sean las que sean, se incluyan ser será el mismo; pero esta consecuencia es completamente falsa y contra el
en el concepto de ser, si se -afirma que algunas concretamente se incluyen, ni se modo ordinario de pensar, porque si la predicación: la sustancia es sustancia es
podrá asignar a unas razón suficiente con más derecho que a otras. tautológica, nn lo es, sin embargo : la sustancia es ser; por lo tanto, no hay ~ólo
13. El concepto de ser no incluye la sustancia explícitamente e implícitamen- diferencia de nombres, sino también de las razones objetivas que se predican.
te las demás casas.___,.Por todo esto, puede, finalmente, afirmarse que en el objeto Además, en otra hipótesis, sería lo ·mismo hacer una división de toda sustancia
adecuado del concepto formal de ente no se incluyen muchas naturalezas deter- que hacerla de todo ser. Del mismo modo, seria igualmente falsa la proposición:
minadas y distintas de' ser según sus notas propias, ni siquiera todas bajo una el accidente es ser, que ésta: el accidepte es sustancia, cosas todas absolutamente
razón común, sino que determinada y expresamente sólo se incluye una, y las falsas.
demás sólo implícita y confusamente,_ por ejemplo, de manera especial y ex- . ~4. Prueba "a ~riorí" d'e la conclusión.- Por fin, desde la realidad misma y
1

presa la naturaleza de la sustancia en cuanto tal y en cambio las naturalezas stgwendo una especie de argumento a priori, se prueba nuestra opinión contra
de los accidentes implícitamente. Pero también este modo puede refutarse con todas las anteriormente citadas, puesto que todos los entes reales tienen verdade-
no menor eficacia que los precedentes. En primer lugar, porque ya demostré .
ramente alguna semejanza y conveniencia en la razón de. ser·, pueden, por lo
antes que por medio de un concepto formal que represente explícita y determina- nusmo, ser concebidos y representados bajo esa razón precisa, por la cual convie-
damente la sustancia en cuanto sustancia no se puede, hablando con propiedad,. nen e?tt;e sí; ~or consiguiente, pued~n, bajo dicha razón, constituir un solo concep-
representar ni siquiera implícita o confusamente los accidentes, segú_n expliqué to obJetivo, y este es, en consecuencm, el concepto objetivo de ente. El antecedente
ente ut sk quantum ad rem conceptam}
ti accidentia, neque implicite neque confu- est eadem, et modus concipiendi illam est
tione qua dicitur conceptus hic obiectivus se, si proprie loquamur, ut late declaravi
entis includere omnia prima genera, vel oro- quod proprie dividí, determinari aut contra.. idem, scilicet expresse ac determina te;
sectione praecedenti. Secundo, hic etiam conceptus ergo obiectivus substantiae et en-
nes entitates simpllces, dicendus esset in- hi possit, neque immediate neque mediate; urgeri potest argumentum sumptum ab ex-
cludere orones entitates, quantumvis com- ergo illa raüo nihil obstat quominus oro- tis erit idem; consequens autem est plane
perientia, ex Soto, nam experimur de aliqua falsum et contra communem modum con-
positas, hominem, leonem, etc., secundum nes entitates, quaecumque illae sint, inclu-
dantur in conceptu entis, si aliquae dicun.. re nos concipere quod sit ens, et dubitare cipiendi; nam hace praedicatio: substantia
proprias rationes suas, quod nullus hactenus an sh substantia vel accidens; ut, verbi
dixit. Sequela patet, quia, si ens includit .i,n tur determínate includi, nec de quibusdam est substantia, est identica; haec autem mi-
gratia, de quantitate evidenter scimus es- nime : substancia est ens; non ergo diffe-
conceptu suo omnia genera, vel naturas sim- poterit sufficiens ratio assignari magis quam se realitatem; an vero sit substantia vel
plices, vel est quía ratio entis ut sic, secun- de aliis. runt tantum in nominibus, sed etiam ratio-
accidens, vel dubitamus vel in opinione ver- nibus obiectivis quae pr~edicantur. Itero
dum rem non praescindit ah ipsis, vel est 13. Conceptus entis non includit sub- satur; ergo in illo conceptu entis non in-
quía illae nihil addunt supra ens quod non stantiam explicite et alia imrplicite.- Prop- alias perinde esset distribuere omnem sub-
cluditur substantia ut substantia, id est, ex- stantiam et omne ens. Item tam falsa esset
sit ens, vel est quía ratio entis secundum terea tandem aliter dici potest in obiecto
presse et secundum propriam rationem. Ter- haec propositio: accidens est ens, sicut
rationem intelligitur immediate determinad, adaequato conceptus formalis entis non in-
cludi plures naturas entis determinatas {e tic, quía alias idem esset conceptus obiecti- haec: accidens est substantia; quae omnia
seu contrahi ad illas naturas. At vero prima entis et conceptus obiectivus substan-
et secunda __ harum ___ rationum _¡;:p_d_em modo distinctas secundum propria, neque orones sunt plane falsa.
sub una aliqua communi, sed unam tantum quia conceptus obiectivus substantiae 14. A priori probatio conclusionis.~
procedunt in quacumque entitate, etiam in aliud est quam ratio substantiae deter-
speciebus infimis, nam secundum rem non detenninate et expresse, alias vero implici~ Ultimo, ex re ipsa et quasi a priori proba-
te et confuse, verbi gratia, naturam substan- minate et secundum proprium modum ab tur nostra sententia contra omnes praedictas,
magis praescindit ratio entis a ratione homi- intellectu conceptae; sed eodem modo dici-
nis vel equi, etc., quam a ratione substan- tiae ut sic, determinate et expresse, naturas quía omnia entia realia vere habent aliquam
tur. concipi ratio substantiae per conceptun1 similitudinem et convenientiam in ratione
tiae et accidentis, neque etiam horno ad- vero accidentium implicite. Sed hic etiam entls. Rursus, si in ratione substantiae sic
dit supra ens allquid quod non sit ens, modus non minus efficaciter impugnari pot- essendi; ergo possunt concipi et repraesen-
est quam praecedentes. Primo, quia supra concepta includuntur confuse vel implicite tari sub ea praecisa ratione qua inter se
magis quam substantia vel quantítas, etc. conceptus accidentium, sive significetur no-
Tertia vero ratio non affertur consequenter, ostendi per conceptum fonnalem explicite conveniunt; ergo possunt sub ea ratione
et determinate repraesentantem substantiam, mine entis, sjve nomine substantiae, inclu- unum conceptum obiectivum constituere;
quía, si ens ut sic non dicit unam obiecti- dentur eodem modo; quía ratio concepta
vam rationem seu conceptum, nihil est in ut substantia est, nullo modo repraesenta- ergo ille est conceptus obiectivus entis, An-
/

384 Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Sección ll 385

parece, de suyo, evidente por sus tér~os, porque aEi como ser y no ser. son se funda eu lo que antes dijimos citando a Santo Toma's: que la analogía del ser
primariamente diversos y opuestos, razon por. la cual se afirma que. el prnnet no consiste en una forma que sólo se halle intrínsecamente en un analogado y
principio es que una cosa es o no e(), de la mts~a manera cada ser tiene. al~a extrínsecamente en los demás, sino que consiste en el ser o entidad intrínseca-
semejanza y ·conveniencia con todo ser; efectiva.mente, nu~stro entendimiento mente participado por todos; todas las cosas tienen, por ello, conveniencia real en
descubre una mayor conveniencia entre la sustanc~a y el ac~I~ente q~e entre la esta razón y, consecuentemente, tienen también unidad objetiva en la razón de ser.
suStancia y el no ser, o sea, la nada; también la cnatura part1c1pa e~ cterto m o~o
del ser de Dios, y se dice por eso que es, al m_enos, su huella, ~or cierta comuni- Segunda afirmación
dad y semejanza en el ser; por esta razón estudiamos el ser de D10s_arrancan~o del 15. El concepta objetivo de ser prescinde de tada razón particulat.- Afirmo,
ser de la criatura, y lo mismo hacemos con el ser de. la sustanc~a, a partt~ del en segundo lugar, que el concepto objetivo de ser prescinde conceptualmente de
accidente. Este es finalmente, el motivo de que les atnbuyamos ctertas propteda- todos los seres particulares o miembros que dividen al ente, aunque sean las enti-
des o atributos ~munes, como el tener alguna bondad o perfección, poder obrar dades más simples. Creo que esta conclUsión se deduce necesariamente de la ante-
0 comunicarse y otros semejantes; por consiguiente, existe en la. realidad mis~a rior; en efecto, puesto que todos los seres determinados que dividen de algún
cierta comunidad y semejanza entre ~odos los seres reales. La prrmera c~nclusi~n modo al ser son entre sí distintos y múltiples objetivamente, es incomprensible
también es de suyo bastante clara, b1en por ser todos los seres cognoscibles. baJo que puedan convenir en un solo concepto objetivo, a no ser que, al menos racio:..
dicha razón o conveniencia bien asimismo porque a las otr-as cosas que tienen nalmente, se haga precisión y abstracción de las razones propias que los distin-
entre sí alguna convenienci~ se las concibe bajo ella, reduciéndolas. a ~nida~ y guen. Como toda la dificultad radica en esta abstracción y precisión, hay que
totalidad, en grado mayor o menor, según la may~r o menor cnnvemencm; bien, comenzar por explicarla, para probar luego la conclusión en sí misma: y por sus
por fin, por haber en la realidad f:mdarnento suficiente .p~m este modo de conce- propios argumentos.
bir, y no faltar capacidad y efica~m. en nuestro. ;ntendum~~:o para esta clase de 16. Así, pues, bay que advertir que la abstracción o precisión del entendi-
concepción, por poder hacer la maxtma abstraccwn y precision d~ todas las razo- miento no requiere la distinción de las cosas, o la precisión de alguna razón o
nes. Resulta, por esto mismo, fácil también la segunda conclusión, pu~sto que, modo, que en virtud de su naturaleza anteceda, en la realidad misma, a la precisión
según dijimos, la unidad del concepto objetivo no consiste en una umdad real del entendimiento, sino que esta precisión puede realizarse con el objeto más simple
y numérica, sino en una unidad formal o fundamental, que ,n~ es otra cosa q"?e la de diversas maneras, a saber, o a modo de forma que prescinde del sujeto, o, al
conveniencia o semejanza antes propuesta. A su vez, la ~lt1~a consec.uenci~ es revés, de sujeto que prescinde de la forma, o a modo de una forma que prescinde
evidente, supuestas las otras, porque, si dicho co~cepto ob~etlvo es posible, ~ene de otra forma, como cuando en Dios prescindimos a Dios en cuanto tal de su
:1
que ser trascendental, el más simple y, en este sentido, pr.Imero de todos, y ,estos acto de voluntad, y el acto de la voluntad lo prescindimos de Dios, y el acto de
son los atributos del concepto de ser. Aquella convemencia se ~unda ademas. en la voluntad del acto del entendimjento; de la misma manera prescindimos la sub-
el acto de existir, que es como el elemento formal en el concepto .de. ente, pud~~­ sistencia de Dios de su naturaleza como un modo suyo, no porque afirme nuestro
do de aquí argumentarse también que así como el concepto obJetivo ~:1 eXIstir entendimiento que es un modo-, sino porque, en cuanto está de su parte, lo concibe
o existencia es uno:, del mismo modo lo es el concepto de ente. En definitiva, todo como un modo. De esta suerte, pues, abstrae y prescinde el entendimiento una
cosa de otra, como lo común de lo particular, no en virtud de la distinción o pre-
tecedens per se notum videtur ex terminis; quae habent inter se convenientiam aliquam,
nam, sicut ens et non ens sunt primo diver- sub ea concipiuntur unite et coniunctim, _nia fundantur in eo quod supra ex D. Tho- propriis rationibus, in quibus distinguun-
sa et oppositaJ propter quod dicitur esse magis autem vel minus pro racione maioris ma adduximus, quod analogia entis non est tur. Sed, quia tata difficultas in hac abstrae-
primum principium omnium, quodlibet es- vel minoris convenientiae; tum denique )n aliqua forma quae intrinsece tantum sit tiene et praecisione consistit, prius declaran-
se vel non esse-, ita quodlibet ens habet ali- quia in re est fundamentum sufficiens ad in uno analogato et extrinsece in aliis, sed da est, et postea conclusio per se et propriis
quam convenientiam et similitudinem cum hunc modum concipiendi, · et in intellect:ti-"" in esse seu entitate quae intrinsece partici- probanda.
quolibet ente; maiorem enim convenientiam non deest virtus et efficacia ad huiusmodi patur ab omnibus; in illa ergo ratione ha- 16. Est ergo advertendum abstractionem
invenit intellectus inter substantiam et ac- conceptionis modum, nam est summe abs- bent omnia realem convenientiam, et con- seu praecisionem intellectus non requirere
cidens quam inter substantiam et non ens tractivus et praecisivus rationum omnium. -sequen ter unitatem obiectivam in ratione distinctionem rerum, seu praecisionem ali-
seu nihil; creatura etiam participat aliquo Et bine etiam facilis est secunda conse-- entis. cuius rationis vel madi, quae ex natura rei
modo esse Dei, et ideo dicitur saltero esse quentia, quia, ut diximus, unita~ concep: antecedat in re ipsa praecisionem intellec-
vestigium eius propter aliquam convenien- tus obiectivi non consistit in urutate reah Posterior assertio. tus, sed in re simplicissima posse fieri huius-
tiam et similitudinem in essendo; qua ra- et numerali, sed in unitate formali seu 15. Conceptus entis obíectivus praecisus modi praecisionem variis modis, scilicet, vel
cione ex esse creaturae investigamus esse fundamental.i, quae nihil aliud est quam est ab omní ratione particulari.- Dico se- per modum forrnae a subiecto, vel e contra-
Dei, et similiter ex esse accidentis, esse sub- praedicta conveniencia et similltudo. illti~a ~.····~:~;¡:~~h~i;c~'c§onceptus obiectivus est secun- rio per modum subiecti a forma, vel per
stantüie. ·neD.iC¡'Ue___ h~ü::- ·ratiOne "tiibUimUs il- vero consequentia evidens est, praes?p~ost"" . praecisus ab omnibus parti- modum formae a forma, ut in Deo praescin-
lis proprietates aliquas seu attributa com- tis aliis, quia, si talis conceptus obte~ttVl!s seu membris dividentibus ens, dimus Deum ut sic a suo actu voluntatis,
Ínunia, ut habere bonitatem aliquam vel est possibilis, ille est tr:mscenden~, stn1pli- etiam sint maxime simplices entitates. et actum voluntatis a Deo, et actum volun-
perfectionem, posse agere vel se com- cissimus, et hoc modo prtmus omruum, quae Haec conclusio videtur mihi necessario con- tatis ab actu intellectus; et similiter prae-
municare, et similia; est ergo in re ipsa sunt attributa conceptus entis. Item illa con- sequens ex praecedenti; quia, cum omnia scindimus subsistentiam Dei a natura Dei
aliqua convenientia et similitudo inter entia veniencia fundatur in actu essendi, qui est entia determinara aliquo modo dividentia tamquam modum eius, non quod intellectus
ornnia realia. Prima consequentia etiam est veluti form~le in co~ceptu entis, unde etiam ens sint inter se distincta et plura obiective, affirmet esse modum, sed quod instar madi
per se satis clara, tum quia omnia entia su? sumitur argumentum, quod sicut conceptus non possunt intelligi convenire in unum ex parte sua illam concipiat. Sic igitur abs-
illa rattone et converuentia sunt cognosct- obiectivus ipsius esse seu existentiae unus obiectivum conceptum, nisi saltero secun- trahit et praescindit intellectus aliquid ab
bilia; tum etiam quia hae ratione aliae res, est, ita etiam conceptus entis. Tandem oro~ dum rationem fiat praecisio et abstractio a aliquo tamquam commune a particulari, non
'3><8>1:6'___________:______________D::__c_is~putaciones metafísica.
Disputación segunda.-Sección II 387
c1s1on que se d~ objetivamente con anterioridad, sino por causa de su imperfec~
to, confuso e inadecuado modo de concebir; por este motivo, al conside-- algún otro género determinado, ni es tampoco un agregado de todos ellos.
rar un objeto, no abarca cuanto hay en él tal como existe en la realidad, sino . .
constgwente, es algo uno que prescmde
. •
de estos según la razón. La mayor y·~ me-
sólo según cierta conveniencia o semejanza que guardan entre sí muchas cosas nor quedaron probadas antes; la consecuencia salta a la vista porque esta pr ·-
.• • 1 , · , . ' eci
y a las que bajo cUcha razón reduce a la unidad nuestra consideración. Resulta d; ston segun a razon consiste urucamente en la distinción de razón en orden a los
aquí que para que un concepto objetivo sea racionalmente preciso respecto de las c~nceptos formal~s. S~ confirma, en. segundo ~ugar, porque debido a esta preci-
otras cosas o conceptos, no se requiere la precisión de las cosas en si mismas, smn, no es m~r~ Identidad la sustancza es ser, ru el accidente es ser, y, no obstante,
sino que basta la denominación proveniente del concepto formal que representa ambas pr?postctones son :.erdaderas, p~rq.ue se entiende que en ellas se predica
al objetivo, porque, en efecto, mediante él no se representa el objeto según todo- algo com~n a las .dos rea;;dades, ~ero d1stmto de las mismas según la razón. Este
cuanto tiene de realidad, sino sólo atendiendo a dicha razón de conveniencia es el motlvo,. segun argmam?'s mas a;nba, de que pueda suceder que después de
como se puede ver en el concepto objetivo de hombre en cuanto tal, el cual raciC: haber concebtdo u~a .cosa. ~aJO 1~ razon de ente, se dude si es sustancia 0 acciden-
nalmente se dice que prescinde de Pedro, Pablo y otros singulares, de los que te, lo cual resulta mmteligtble sm una distinción al menos racional. Se confirma,
no se distingue realmente. Ahora bien, esta precisión, según el entendimiento, es- en terc~r lugar, po:que no hay otra causa de que exista un concepto objetivo de
una denominación derivada del concepto formal ; en efecto, horn bre, en cuanto sustancm 9ue prescmda s~gún la r~zón de todas las sustancias-, y uno de accidente
objeto de dicho concepto no se representa según todas las modalidades con que que prescmda ~e los ac~I?entes, smo la conveniencia que tienen y según la cual
existe en la realidad, sino según la conveniencia que se da entre muchos hombres: pueden concebirse prectsivamente · en consecuecia lo un"smo h afi
del ente. . ' ' - ay que rmar
que se conciben bajo dicha razón como si fueran una sola cosa.
17. Razón: de la conclusión.-Explicada así la precisión de razón en el con- 18. Refutación de una evasiva.---- Acaso se ie ocurra responder a alguno que
cepto objetivo, no es difícil demostrar que se da en el concepto objetivo de ser, no hay entre todos los .entes una conveniencia real en la razo'n d esercomo 1a h ay
entre to d 1as sustancias en la razón de sustancia o entre todo 1
porque mediante el concepto formal de ser no se representa Dios, ni la sustancia · as
d · . -'-" s os acct"d entes en
creada, ni el accidente según el modo de su existencia real ni según sus diferencias, la razon e acctde~te. Ahora bten, o se quiere significar que entre los seres en
sino sólo en cuanto de algún modo convienen entre sf y son semejantes; por con- cuanto tales no eXIst~ conveniencia alguna real, o que no hay tanta como entre
siguiente, lo qne inmediata y adecuadamente es objeto de dicho concepto formal las ot:as cosas. Lo pn~ero es completamente falso, ni hay quien lo pueda enten-
prescinde, según la razón, del concepto objetivo propio de la sustancia o del ac- der, st. no .s?n los .que JUZgan, por ejemplo, que el accidente sólo se llama ser por
denommacwn .extrmseca
. y en el mismo sentido en que se llama sana 1a me di cma,·
cidente. El antecedente quedó probado en la conclusión que precede, sobre todo
como parece ms~uar alguna vez c;ay.etano en el opú~culo sobre la Analogía d~
si se tiene en cuenta lo que se dijo en la sección anterior; la consecuencia, por
los nombres, ~· 2, pero no es verosilUll que él haya opmado. tal cosa, según expli-
su parte, queda clara, porque la precisión_ según razón. no consiste en otra cosa, caremos ampliamente más abajo;, al tratar de la analogía del ser, y el mismo Caye-
como se ha explicado. Se confirma, en primer lugar, porque el concepto objetivo tano, 1, q. 1.3' a. 5, enseña. expresamen~e que el ser, aunque se diga analógica-
de ser según la razón no es el concepto objetivo de sustancia- u de accidente, o de mente de Dws y de las ,cnaturas, se d1ce de ellos intrínsecamente; además de
q~e P~;ece claro de por SI que de nada se puede decir que es ser real por deno-
ob distinctionem vel praecisionem quae in sentatus secundum omnem modum qua in mmaclOn extrínseca, porque ésta es la razón propia 0 el fundamento de los entes
re antecedat, sed ob imperfectum, confu- re existit, sed secundum conveníentiam
sum seu inadaequatrnn modum concipiendi quam plures homines habent, qui per m~ a~cuius alterius determina ti generis; neque
suum; ratione cuius in obiecto quod consi- dutn unius sub ea ratione concipiuntur. praecise concipi possunt; ergo idem dicen-
etiam. es~ aggregatum ex omnibus illis; ergo dum est de conceptu entis.
derat nün comprehendit totum quod est 17. Ratio conclusionis.- Sic ergo expli-
e~t abqm~ ~um .secundurn rationem prae- 18. Ev~io refellitur.- Fortasse aliquis
in illo, prout a parte rei existit, sed solum cata hac praecisione rationis in conceptu
71sum ab. Il~s. Mawr et minor probatae sunt :espondcb1t non esse convenientiam realem
secundum aliquam convenientiam ve~ sirni- obiectivo, non est diffícile ostendere reperirí m superwr:~us: consequentia patet, quía
litudinem quam piures res ínter se habent, in conceptu obiectivo entis, quía per con- ~ter omnia entia in ratione entis, sicut est
haec praectsto secundum rationem solum t-?ter orll:nes substantias in ratione substan-
quae per müdtrm unius sub ea ratione consi- ceptum formalem entis neque Deus, neque consistit in distinctione rationis in ordine
derantur. Quü fit ut ad conceptum übiecti- substantia creata, neque 2.ccidens repraesen- tme, vel mter accidentia in racione accidentis.
ad conceptus formales. Confinnatur secundo, Sed, vel est sensus inter entia ut sic nul-
vum praecisum secundum rationem ab aliis tantur secundum modum qua in re sunt, nam propter hanc praecisionem haec non
rebus seu conceptibus, non sit necessaria neque prout ínter se d~fferunt, sed solum lam . es se realem convenientiam, vel non es-
est identi~a: substantia est ens, neque se tantam quanta est inter alía. Primum est
praecisio rerurn secundum se, sed sufficiat prout aliquo modo ínter se conveniunt ac haec: accldens est ens, et tamen utraque
denon:ünatio quaedam a conceptu formali similía sunt; ergo id quod immediate et plane. fals~, . n~que intelligi potest, nisi
es.t ~era, quia in eis intelligitur praedicari a_b h1s qu~ .extstlm~~t accidens, verbi gra-
repraesentante illum obiectivum, quía, sci- adaequate obiicitur huic conceptui aliqutd commune utrique et secundum ra-
licet, per -illum- non- repraesentatur obiectum est secundum rationem praecisum a nr:om:i<> :, tta, non dtct ens mst extrÜl8eca denomina-
. ab utroque distinctrnn. Et hac etiam tiene, sicut medicina dicitur sana ut inter- ·
illud secundum id totum quod est in re, conceptu obiectivo substantiae vel
sed solum secundum talem ratíonem conve- tis. Antecedens probatum est praec:ed:enti
ratione, ut supra argumentabamur, fieri pot- dum videtur insinuare Caietan~s, opuso.
est ut post conceptionem alicuius sub ra- De Analog. nom., c. 2; sed non est verisi-
nientiae, ut patet in conceptu obiectivo ho- conclusione, adiunctis etiam quae dicta sunt tiot~e entis, dubitetur an sit. substantia vel
minis ut sic, qui secundum rationem prae- superiori secdone; consequentia vero patetr mile eum ita sensisse, ut dicetur latius infra,
a:ctdens, quod sine distinctione saltem ratio- tractando de analogía entis · et ex-
cisus dicitur a Petra, Paulo et aliis singula- quia praecisio secundurn rationem in nul-
~s neque intelligi potest. Confirmatur ter- presse ídem ~et., I, q. 'n, a. 5,
ribus, a quibus in re non díffert. Illa autem lo alío consistit, ut explicatum est. Et con-
tio~ q;lla non alía ratione datur conceptus docet ens, Jjcet analogice dicatur de
praecisio secundum rationem est denomina- firmatur primo, nam conceptus obiectivus
Ob1ecuvus substantiae secundum rationem Deo et creaturis, intrinsece de illis dici · et
tío a conceptu formali; quía nimirum horno, entis secundum rationem non est conceptus
obiectivus substantiae, aut accidentis, aut ab ornnibus substantiis et acci- pe: se quidem notum videtur non posse 'ali-
ut obiicitur taü conceptui, non est reprae-
'li:mtiarn accidentibus, nisí propter conve- qmd esse reate ens per denominationem ex-
,._ quam habent, et secundum quam trinsecam; nam haec est propria ratio vel
/ Disputación segunda.-Sección ll 389
388 Disputaciones metafísicas
ción e inclusión en todas las cosas o modos que lo determinan, materia de que
de razón, como luego se dirá; por consiguiente, es necesario que lo que es ente nos vamos a ocupar luego. Ahora· sólo queda la objeción de que los predicamentos,
real sea tal objetiva y formalmente por su entidad intrí_nseca, que se identifica con según lo dicho, no son primariamente diversos, por convenir en una razón común.
él y es inseparable de él mismo, aunque se pueda pensar que todo lo demás se Se responde que no se llama primariamete diversos a los predicamentos porque
puede prescindir o separar de él; de este modo, los accidentes, aunque la entidad no convengan en nada, siendo manifiesto que existen muchas conveniencias o se·-
de la sustancia se separe de ellos, se concibe que retienen su entidad intrín- mejanzas entre lo-s diversos predicamentos, ya que los predjcamentos de accidentes,
seca, en virtud d~ la cual son entes reales; por eso decíamos antes con Santo. además de la razón de ser, convienen en la razón de accidente; algunos incluso
Tomás que la analogía del ser no impide que la razón formal significada por el convienen en la razón de .accidente absoluto y se distinguen de los relativos, etc.
ser se dé intrínsecamente en todos los analogados. Se sigue de aquí que han de tener Se les llama, pues, primariamente divefsos porque no convienen en género alguno,
necesariamente entre sí alguna conveniencia real según la razón intrínseca de como hizo notar Porfirio en el capítulo sobre la especie. Además, porque no se
ser, como se probó también antes. El que esta conveniencia no sea acaso tanta distinguen por diferencias propiamente tales, sino por sí mismos, como se probará
cuanta existe entre las sustancias o accidentes entre sí en sus propias razones, no por lo que vamos a decir en la sec. 5,
interesa para este problema, porque lo único a que nos abocaría sería, en defini-
tiva, a que la unidad del concepto de ser no es tanta, pero no a que no exista y no Corolarios d'e la doctrina anterior
sea suficiente para la precisión del concepto objetivo según la razón. Tampoco
hay tanta conveniencia entre las sustancias en cuanto tales como la· que hay entre 21. El modo intrínseco de' sustancia o accidente no se incluye en la razón __
los hombres y, sin embargo, ambas bastan para la unidad y precisión del con- de ser.- De esto deduzco primeramente que en el concepto objetivo del ser así J1
cepto objetivo. prescindido no se incluyen actualmente los modos intrínsecos de la sustancia
19. Cabe responder de otra manera y señalar una diferencia, porque la o de los otros miembros que dividen al ser. Es evidente, porque o se incluirían.__
razón de ente es íntima a todas las cosas y parece por ello que no puede prescindirse en cuanto constituyen dicho concepto o en cuanto lo dividen. No es lo primero, pues
de algunas cosas ni siquiera según la razón; y, en cambio, las otras razones no no es posible que lo uno en cuanto uno se constituya con modos o diferencias
son tan íntimas a las cosas. Pero esta diferencia tampoco significa nada, si se la opuestas. Ni tampoco lo segundo, po~que el concepto estaría entonces actualmente
considera con la debida proporción; en efecto, también las razones de sustancia dividido en dos, y no sería ya un concepto uno, en contra de lo que se probó.
y accidente, tomadas en su sentido más general, son íntimas a todas las sustancias Y lo confirmo preguntando, qué significa incluir actualmente dichos modos. O
y accidentes, sea cualquiera la razón bajo la cual se prescindan o consideren. se trata efectivamente de que en la realidad misma dicho concepto común incluye
Mas esto no empece nada para la precisión del concepto objetivo, sobre todo los modos de aquellas cosas en que se realiza, o se trata de que en nuestra mente
después de haber demostrado que esta precisión no se funda siempre en algnna o en el referido concepto objetivo, en cuanto es concretamente término del con~
distinción real, sino sólo en ese modo de concebir, en virtud del cual las cosas cepto formal, se incluyen actualmente los consabidos modOs opuestos. El primero
se consideran bajo un aspecto y no bajo otro. de estos extremos es verdad, pero aquí no hace al caso, ya que ahora se considera
20. Refutación de otra evasiva.- Contra esta doctrina pueden hacerse mu- el concepto objetivo en cuanto preciso y adecuado al concepto formal de ser en
chas objeciones, que atañen en parte a la analogía del ser, en parte a su distin- cuanto ser, y no según toda la realidad que puede tener en cada uno de sus

rftmdarnentum entiurn rationis, ut postea etiam non est tanta convenientia ínter sub- tim distinctionem vel inclusionem ejus in obiectivo et sic praeciso non includi actu
dicetur; necesse est ergo ut quod est ens stantias ut sic quanta est inter homines, et omnibus rebus vel Útodis determinantibus modos intrínsecos substantiae vel aliorum
reale, sit tale realiter ac formaliter per suarn nihilominus utraque sufficit ad unitatem et ipsum, de quibus in sequentibus dicendurn membrorum quae dividunt ens. Patet, quia
intrinsecam entitatem, quae est idem cum praecisionem conceptus obiectivi. e~t. Nunc solum illud obiicitur, quia ex dic- vel includerentur ut constituentes illum con-
ipso, et inseparabilis ab ipso, etjarn si rell- 19. Aliter potest responded et assignari tis sequitur praedicamenta non esse primo ceptum entis, vel ut dividentes. Non pri-
qua omnia ab eo praescindi vel separari in- differentia, quia ratio entis est intima om- diversa, quia in aliqua rationc communi mmn, quia impossibile est unum, ut unum,
telligantur; et ita etiam accidentia, licet en- nibus, et ideo non videtur posse praescindi conveniunt. Respondetur praedicamenta modis seu differentiis oppositis constitui.
titas substantiae ab eis separetur, intelligun- etiam secundum rationem ab aliquibus, aliae non dici primo diversa quia in nullo con- Neque etiam secundum, quía iam ille con-
tur intrinsece retinere suam entitatem, qua vero rationes non sunt tam intimae rebus. veniant, cum constet piures conveniencias ceptus actu esset divisus in duos, et ita
sunt entia realia; et ideo supra cum D. Tho- Sed haec etiam differentia nulla est, si cum vel simílitudines inter varia praedicamenta ille conceptus non esset unus, cuius opposi-
ma dicebamus analogiam entis non exclu- proporcione sumatur, nam etiam rationes intercedere, nam praedicamenta accidentium tum probatum est. Et confirmo, nam inter-
dere quin formalis ratio significara per ens substantiae et accidentis communissime praeter rationem entis conveniunt in ratione rogo quid sit actu includere illos modos:
intrinsece in omnibus analogatis reperiatur. sumptae intime sunt in omnibus substantiis, acddentis; quaedam etiam conveniunt in aut enim est quod in re ipsa communis ille
Hin_c____autem ___ ne_c_e_s_sariQ ----~-~~qui tur_____ 1.1t _ill_a ha- ratione accidentis absoluti, et distinguuntur conceptus entis actu includat, in rebus illis in
et accidentibus, sub quacumque a respectivis, etc. Dicuntur ergo primo di- quibus existit, illos modos; aut est quod
beant inter se aliquam realem convenien- praescindantur et considerentur. Hoc ergo
tiam secundum suam intrinsecam rationem versa, quia in nullo genere conveniunt, ut in mente seu in conceptu illo obiectivo, ut
nihil impedir ad praedsionem conceptus Porphyrius significavit in capite de specie. praecise terminante talem conceptum for-
entis, ut supra etiam probatum est. Quod
obiectivi, maxime cum ostensum sit hanc Item, quía non propriis differentiis differunt, malem, includantur actu illi modi oppositi.
autem haec convenient~a fortasse non sit
tanta quanta est inter substancias vel ac- praecisionem non fundari semper in aliqua sed seipsis, ut ex dicendis sect. 5 constabit. Primum horum est verum, sed non est ad
cidentia inter se in propriis rationibus, ad distinctione reí, sed solum in tali concipien- rem, quia hic conceptus obiectivus conside-
rem praesentem non refert, nam- ad sum- di modo, quo res sub una habitudine et Corollaria ex superiori doctrina ratur ut praecisus et adaequatus conceptui
mum concludit unitatem conceptus entis non sub alia consideratur. 21. Modus intrinsecu;s substantiae vel ac- formali entis, ut sic, et non secundum totam
non esse tantam, non vero quod non sit 20. Altera evasio refutatur.- cidentis non includitur in conceptu entis.- realitatem, quam in re habet in omnibus
aliqua, et sufficiens -ad praecisionem con- hanc vero doctrinam multa obiici possunt,_ Ex bis infero primo in hoc conceptu entis inferioribus suis; hoc enim modo concep-
ceptus obiectivi secundum rationem. Sicut quae partim attingunt analogiam entis, par-
390 Disputaciones metafísicas
Disputación segunda.-Sección Il 391
inferiores, pues en este sentido el concepto de ser ni puede ser preciso ni uno
~or incluir e~ acto. cuanto es necesario para la distinción de todos los géneros ; y se trae a colación Santo Tomás, en los lugares citados, y en el De Ente et Essen-
cconceptos; m propm y verdaderamente puede llamarse concepto del ente como tia, c. 1, pasaje en el cual viene en el fondo a opinar lo mismo Cayetano, por más
aal, sino que se trata más bien de una plnralidad de conceptos de todos los seres que se distinga de Escoto y señale en este punto una diferenci& entre el ser y los
·c,egún sus realidades totales, de las qne el concepto preciso de ser no se distingue demás nombres que significan determinados géneros o esr-écit:!s; pero, en reali-
realmente. En apoyo de esto está que de esta manera también se puede decir del dad, no existe diferencia alguna que tenga mucho que ver con la cuestión pre-
concepto de hombre que incluye actualmente todos los individuos, ya que el sente, a excepción de la que se tratará en la sección siguiente. Por ello, esto se
, {Concepto objetivo de hombre, en cuanto existe en la realidad, incluye realmente prueba y explica mejor: primero, con el ejemplo de hombre (lo mismo se podrla
..\los misffi{)S individuos y sus modos propioS, y hombre no se distingue realmente decir de casos parecidos); en efecto, inmediatamente significa al hombre y media-
~-más de sus individuos, que el ser se distingue de la sustancia, accidente y otros tamente a Pedro, en el que se da en la realidad la razón de hombre; por consi-
:.:géne:ros, según se verá más abajo; sin embargo, por este motivo, sólo con mucha guiente, lo mismo pasa con el ser, etc. El consiguiente se prueba por paridad de
::impropiedad se podría decir que el concepto objetivo de hombre incluye actual- razón, porque en ambos casos el nombre es común y en ambos casos. el concepto
-mente todos los individuos o ses principios individuantes. Mas si nos referimos objetivo prescinde de los inferiores según la razón, sin que los signifique el nom-
al concepto de ser, preciso en otro sentido más relacionado con nuestro proble- bre más que en virtud de cierta conveniencia que tienen entre si.
ma, es falso que incluya actualmente los modos opuestos de los géneros inferiores, 23. Hay, en segundo lugar, una explicación a priori, porque del mismo modo
puesto que, en cuanto tal, sólo incluye lo que representa por su concepto formal; que las palabras expresan los conceptos formales de la mente, significan también
ahora bien, mediante dicho concepto formal no se representan expresa y distinta- inmediatamente los objetos que inmediatamente se representan por tales con-
mente estos modos según sus razones propias, porque el entendimiento, en cuanto ceptos; porque las palabras en tanto sirven para representar los conceptos, en
tal, al concebir no percibe nada de ellos, según se desprende de lo dichn, de la cuanto po:t imposición significan aquello mismo que los conceptos representan
misma experiencia y de otros casos similares, pues no existe otra razón para naturalmente; por eso se impone a veces a una palabra significación general,
afirmar que hombre no incluye actualmente a los individuos, sino sólo potencial- por ser también común el concepto que expresa; por lo tanto, lo mismo que cons-
mente, si no es porque, en cuanto representado mediante el concepto preciso de tituye el objeto inmediato del concepto formal, constituye el significado inmedia-
hombre, no se considera en él razón alguna individual, sino únicamente la razón to de la palabra adecuada a dicho concepto, y éste es el caso del término ser
de hombre. respecto del concepto formal de ser.
22. Ser no significa inmediatamente' la sustancia o el accidente.- Se deduce, 24. En tercer lugar, se explica más aún esto, porque la palabra ser de tal
en segundo lugar, que esta palabra ser no significa inmediatamente la sustancia modo significa la pluralidad de las cosas, que las comprende a todas en virtud
o el accidente ~ ~tros géneros o entidades simples según sus propias razones, sino de una primera y única imposición; por consiguiente, es señal de que no las
el concepto obJetivo de ser en cuanto tal y en esta razón los g<éneros o entidades significa inmediatamente, sino mediante un concepto objétivo común a todas
en que se verifica .. Esta es la opinión de todos los autores citados, tanto aqui ellas. El antecedente queda explicado por la diferencia que hay entre la analogía
como en la conclusión de la sección precedente, en especial Escoto, In l, dist. 3 de esta palabra y la de otras que son análogas sólo por razón de proporcionalidad
q. 1 y 3; también se citan: Avicena en I de su Metafísica, c. 4; Algacel, c. 6{ o relación extrínseca a una cosa; porque en los otros casos, por su imposición
originaria, la palabra significa siempre sólo una cosa, aplicándose luego a significar
tus entis nec praedsus esse potest neque id quod repraesentatur per conceptum for~
unus, cum includat actu totum id quod ad malem eius; per illum autem conceptwn etiam Avicen., I suae Metaph., c. 4; Al- obiecta quae per huiusmodi conceptus im-
distinctionem omnium generum et concep- formalem non repraesentantur hi madi ex- gazel, c. 6; et sumitur ex D. Thoma., cit. mediate repraesentantur; nam in tantum
tuum necessarium est; nec proprie ac vere presse ac distincte secnndum proprias racio- locis, et de Ente et essentia, c. 1, ubi Caie- deserviunt ad exprimendos conceptus in
dici potest conceptus entis ut sic, sed sunt nes eorum, quia intellectus ut sic concipiens, tanus in re idem sentit, quamvis ab Scoto quantum illud ipsum quod conceptus natu-
potíus piures conceptus omnium entium nihil horum percipit, ut ex dictis et ex ipsa differat et constituat in hoc differentiam raliter repraesentant, voces ex impositione
secnndum tatas reaUtates eorum, a quibus etiam experientia notum est, et ex- aliis si- inter ens et alia nomina significantia deter- significant; et ideo vox interdum in com-
conceptus praecisus entis re ipsa non di.. milibus; non ením alia ratione hamo dicitur vel species; sed revera nulla muni imponitur, quia conceptus quem ex-
stinguitur. Confirmatur, nam hoc modo, non includere actu individua, sed potentia quae ad rem pracsentem multum primit, communis etiam est; ergo illud ip-
etiam conceptus hominis did potest actu tantum, nisi quia, ut repraesentatur per con- praeter eam quae tractanda est sec- sum quod est ímmediatum obiectum for-
incLudere omnia individua, quia conceptus ceptum praecisum hominis, non considera- '"r<:b:',~~~"· Unde potius hoc declaratur malis conceptus, est immediatum significa-
obiectivus hominis prout in re ipsa existit, tur in illo aliqua individualis ratio, sed solum p primo, exemplo hominis (et tum vocis adaequatae illi conceptuí; huius-
realiter includit ipsa individua et proprios ratio hominis. de similibus); significat enim im- modi autem est haec vox ens respectu
modos eorum, nec magis distinguitur in re 22. Ens non significat immediate sub- hominem, et mediate Petrum_, in conceptus formalis entis.
hOrno a súis iridiVidUiif;·-·quam- diVidítür -ens stantiam vel accídens.- Secundo infertur a parte rei ratio hominis reperitur; er- 24. Tertio, hoc amplius declaratur, quía
a substantia, accidente et aUis generibus, ut hanc vocero ens non significare immediate similiter ens, etc. Probatur consequens haec vox ens ita signíficat plura ut ex
inferius consta bit; valde autem improprie substantiam Vel accidens, aut alia genera paritate rationis, quia utrobique nomen unica et prima impositione illa omnia com-
propter hanc causam dicetur conceptus seu entitates simplices secundum proprias commune, et utrobique conceptus obiec- prehendat; ergo signum est non significare
iJbiectivus hominis actu includere omnia in- rationes e~rum, sed conceptum obiectivum est secundum rationem praecísus ah illa immediate, sed medio aliquo conceptu
dividua seu principia indivlduantia eorum. entis ut sic, et ratione illius genera seu enti- inferioribucs, et nomen non significat illa, obectivo communi omnibus illis. Antece-
Loquendo autem de conceptu entis praeciso tates in quibus in re ipsa existit. Ita sentiunt aliquam convenientiam quam inter dens declaratur ex differentia ínter analogiam
1 in alío sensu, quí magis est ad rem falsum omnes auctores citati, tam hic, quam in huius vocis et aliarum, quae per solam
H est includere actu modos oppositos 'inferio- conclusione sectionis praecedentis, praeser- Secnndo declaratur a priori, quía, proportionalitatem vel extrinsecam habitudi-
rum generum, quía, ut sic, solum includit tim Scot., In I, díst. 3, q, 1 et 3; citantur voces exprimnnt conceptus formales nem ad unum analoga sunt; nam in caeteris
tttentt~ ita etiam immediate s~gnificant 'Jemper vox ex primaeva impositione signifi-
¡,
1 392
------------------
?fsputaciones
____ - - - -metafísicas
,, --.._____________ Disputación segunda.-Secct_·ó_n~·-Il_______ 393
otra distinta en virtud de alguna metáfora, lo cual hace que signifique inmediata- En efecto·, estas tres cosas, concepto formal, concepto objetivo y término guar-
mente a ambas como por una especie de doble imposición y significación. Y en esto dan proporción entre sí, y por eso muchas veces argumentamos pasando del uno-
coinciden con los .términos equívocos, diferenciándose únicamente en que ambas al otro, sin incurrir en círculo vicioso, sino tomando de cada uno lo que nos pare-
imposiciones son igli~Imente primeras en los términos equívocos, y no se deriva la ce más conocido o nos conceden los otros con mayor facilidad.
una de la otra, como sucede en los términos análogos citados. Ejemplo: la risa 25. Se apoya mi cuarto argumento en que precisamente por esta significa-
por su primera imposición, significa solamente cierta acción del hombre; lueg:, ción inmediata del concepto o razón común de ser, puede distribuirse el ente con
se aplicó traslaticiamente para significar la amenidad del campo. Igualmente sano, toda propiedad, diciendo: todo ente es bueno, y dividirse en sustancia y acciden-
por primera imposición, significa únicamente la salud que existe en el animal; pero te, por ejemplo; en efecto, no es sólo la palabra la que se divide, sino lo signifi- 0

luego se aplicó traslaticiamente para significar otras cosas relacionadas con la sa- c•do por ella. Esto mismo es la razón de que puedan establecerse muy bien
lud del animal. La razón está en que por una parte esta significación e imposición comparaciones diciendo que este ente es más perfecto que aquél, según lo hace
múltiple no se originó de un solo concepto, sino de muchos; por otra, en que no se también Aristóteles en el libro VI de la Metafísica, c. l. Y podemos, finalmente,
funda en una conveniencia real de las cosas significadas, sino sólo en una relación 0 valernOs con todo derecho de esta palabra como término extremo o medio de un
proporción extrínseca. En cambio, la palabra ser, por su imposición propia y origi~ silogismo, ya que la unidad de vocablo no sirve para el raciocinio, si no es por
naria, tiene una significación común a todos los entes, según es evidente no sólo razón de la unidad de su significado próximo e inmediato. En este sentido cobra
por el uso común y aprehensión de dicha palabra, sino también por el significado todo su valor aquella afirmación común de que el ser, en cuanto ser, es el objeto
formal o cuasi formal de la misma, que es la existencia, común por sí misma e del entendimiento o de la ciencia metafísica; se requiere, por lo tanto, que el
intrínseca a todos los entes reale.s; finalmente,· porque dicha imposición proviene significado inmediato de dicha voz tenga un único contenido; pues esta razón cobra
de un único concepto formal de ser en cuanto tal. Con esto viene a quedar pro- eficacia en tanto en cuanto se considere que no se trata de un objeto cualquiera,
sino de un sujeto del que se hacen demostraciones, y sirve de medio para de-
bada también la primera consecuencia, ya que una misma palabra no puede, en
mostrar algunas cosas respecto de sus inferiores. Queda, por fin, la experiencia
virtud de una sola imposición, significar muchas cosas en cuanto son muchas,
aludida tantas veces, de que al oír el nombre ser) concebimos algo que no es
sino en cuanto de algún modo forman unidad, siendo, por lo mismo, esencial a sustancia ni accidente. Ni cabe argüir, según manifiestan algunos, que en este
una voz común que, al menos según la razón y en orden a los conceptos que caso no pasamos del concepto de la voz, ya que esto está en contra de la expe-
expresan las palabras, no signifique inmediatamente una pluralidad de cosas en riencia; porque es muy distinto el concepto que forma quien conoce el sentido
cuanto son tales. Puede, en nuestro caso, demostrarse, porque ser no significa in- de la palabra ser, que quien lo ignora; éste, en efecto, concibe la palabra y se
mediatamente la sustancia sola, ya que, de lo contrarío, el accidente no sería detiene en elia, o duda de lo que puede significar; en cambio, aquél, además de
intrínsecamente ser, ni significa tampoco al mismo tiempo la sustancia en cuanto la palabra, concibe la cosa significada, sin dudar en modo alguno de su significado,
sust-ancia, ni el accidente en cuanto accidente, según puede fácilmente explicarse y no concibe, sin embargo, la sustancia ni el accidente; en consecuencia, esta pa-
haciendo un recorrido por los tres miembros antes propuestos, a saber, porque labra tiene otro significado más inmediato.
no puede significarlos de inmediato, ni disyuntiva, ni copulativa, ni simplemente,. 26. Objeta, empero, Soncinas algunas razones que pondremos en la sec-
como podrá comprobarse con facilidad aplicando los argumentos arriba expuestos. ción siguiente, pues lo único que prueban es que el ser nn significa una cosa

cat unum tantum, postea vera per metapho- ut patet, tum ex communi usu et appre- plicando argumenta supra facta. Haec enim metaphysicae; unde necesse est ut sit aH-
ram aliquam translata est ad significandum hensione talis vocis, tum ex formali vel tria, conceptus formalis, obiectivus, et vox, quid unum immediate illa voce significa-
aliud; unde fit ut immediate significet quasi formali significato eius, quod est es- proportionem ínter se servant, et ideo ab tum; haec enim ratio in tantum efficax es-
utrumque quasi duplici impositione et signi~ se, quod de se commune est et intrinse- uno ad aUud saepe argumentamur non qui- se potest in quantum illud non est utcum-
ficatione. In quo cum aequivods conveniunt, cum omnibus realibus entibus; tum denique dem vitiosum drculum committendo, sed que obiectum, sed etiam est subiectum, de
solumque differunt quod in aequivocis utra- quia illa impositio orta est ex unico con- de unoquoque sumendo quod nobis notius, qua fiunt demonstrationes et medium ad
que impositio est aeque prima et non manat ceptu formali entis ut sic. Atque bine pro- aut ab aliis facilius concessum videtur. demonstrandum aliqua de inferioribus. Ul-
ab altera, sicut in praedictis analogis. Exem- bata etiam relinquitur prima consequentia, 25. Quarto argumentar, qufa propter timo accedit experientia saepe tacta, quia
pla sunt: risus ex prima impositione solum quía una vox non potest ex vi unius impo- hanc immediatam significationem conceptus audito nomine entis aliquid concipimus, et
significat quamdam hominis actionem; post- sitionis significare plura ut plura, sed ut seu rationis communis entis potest pro- non substantiam, ncque accidens. Dici enim
ea vera translata est haec vox ad significan- sunt aliquo modo unum, et ideo de ratio- priissime ens distribui, dicendo : omne ens non potest (ut aliqui significant) tune nos
dam agri amoenitatem: similiter sanum ex ne vocis communis est. ut saltero secundum est bonum, et dividi, verbi gratia, in sub- sistere in conceptu vocis, quia id est contra
prima impositione significat solum sanitatem rationem et in ordine ad conceptus quos stantiam et accidens; non enim sola vox ibi experientiam; alium enim concepwm for-
in animall existentem;-- deinde---·vero trans- voces exprirnunt, non significet immediate ········ div,·idiltur, sed quod voce significatur. Prop- mat qui scit vocis ens significationem,
latum est ad significanda alia quae habent plura, ut talia sunt. Quod in praesenti os- terea optime fit comparatio, dicendo quam qui ignorat; hic enim concipit vo-
habitudinem ad sanitatem animalis. Et ratio tendí potest, nam ens non significat im- hoc esse perfectius ens quam illud, quam cero et ib¡ sistit, vel dubitat quid ea voce
est, tum quia haec multiplex significatio et mediate substantiam solam, alias accidens etiam facit Aristoteles, VI Metaph., c. l. significetur; ille vero praeter vocem
impositio non est arta ex uno conceptu, non esset intrinsece ens, neque etiam signi- Ac denique optime utimur hac voce tam- concipit rem significatam et de sig-
sed ex multis, tum etiam quia non fundatut ficat simul substantiam ut substantiam neque quam extremo vel medio syllogismi, nam nificatione nullo modo dubitat, et tamen
in reali convenientia rerum significatarum, accidens Ut accidens, ut declarari facile pot- vocis unitas non deserviret ad ratiocinan- non concipit substantiam neque accidens;
sed solum in extrínseca habitudine vel est discurrendo per illa tria membra supra dum, nisi ratione unius significad proximi habet ergo haec vox aliud immediatius sig-
proportione. At vero nomen ens, ex pro· posita, quia, scilicet, nec disiunctive, nec ~t immediati. Atque hoc modo est optima nificatum.
pria et primaeva impositione, habet signi- copulative, nec simpliciter potest illa im- dla communis ratio, quod ens, in quantum 26. Sed obiicit Soncinas nonnullas ra--
ficationem communem omnibus entibus, mediate significare, ut facile patebit ap- ens, est obiectum intellectus, vel scientiae tiones, quas sequenti sectione afferemus;
394 v;sputaciones metafís,ea_, Disputación segunda.-Secci~n_I=::I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _3_95

intermedia realmente distinta de la sustancia y del accidente, pero no que nO cluyendo de ello que .se identifican. ;ntre sí. Y. para la eficac!a de esta. prueba no
pueda distinguirse por razón mediante un concepto. ~onfuso de la mente. Objeta se requiere que en dtcha stgmficacmn se supnma todo med1o de razon. Por eso
después que Aristóteles, en el hbro X de la .Metafzstca, texto -~' d1ce que e! s~r dice, a propósito de lo mismo, Santo Tomás que ser significa las naturalezas de
significa los diez pred_ic~entos, ~o cua_J exphca ~verroes refinendolo a la SlgJll- los. diez géneros en cuanto están en acto o en potencia, con lo que declara bastante
ficación primaria y sm mtermedios, stendo segmdo en esto por .A. de Hales. que no las significa inmediatamente según sus razones propias, sino según alguna
Pone, en segundo lugar, otra objeción, porque Aristóteles, en el libro VI ~e la razón común. Por consiguiente, no necesitamos la explicación de Averroes, aunque
Metafísica, texto 4, dice que, caso de no darse e?tes abstract~s ~e la ma~~na, la deja bastante claro que sólo excluye un medio que sea género y exprese una
· filosofía natural seria la filosofía primera, es decir, que la ctencta metafis1ca no naturaleza determinada y propiamente contraíble, cuestión de que hablamos luego.
podría distinguirse de ella en modo alguno, y esta consec"?encia no .sería legítima, A lo segundo responden algunos que el raciocinio de Aristóteles es bueno, pero
si el ser en cuanto ser significase algo común a la sustancia y al accidente, porque que no se funda en que el ser no pueda significar un concepto común a la sustan-
esto podría ser el obj~to de la metafísica, aunque no ~u?iese e~tes inmater~a~es. cia y al accidente, sino en que si no existiese cosa alguna que abstrajese de la
Podemos poner como objeción, en terce~ lugar~ lo de A;1s~otele~~ lib. l de la Ftstca, materia según su ser, la razón de ser en cuanto ser no abstraería de la materia
texto 25, donde dice que el ente no nene nmguna s.1gnificac10n una, que .Pu_e'!a más que la razón de cuerpo o de ser natural, y por ello, el estudio del ser en
ser medio de un silogismo; en efecto, por este motivo rechaza aquel rac1ocmm cuanto ser no trascendería los límites de la filosofía natural, porque en ese caso
de Parménide.s: todo lo que es fuera del ser, es no ser; pero el no ser es nada. la sustancia material seria el primer ser; y la ciencia del primer ser es la misma
Luego, todo lo que es fuera del ser es nada. que la ciencia del ser común, como había dicho al principio del libro IV y ad-
27. Puede ponerse una cuarta objeción de Aristóteles en el libro VII de la virtieron Santo Tomás y Escoto en el lugar citado del libro VI.
Metafísica c. 4 texto 15, cuando afirma que el mismo ser se dice de todos los 29. Pero esta respuesta general requiere ser mejor analizada. En primer lu-
géneros o ' predicamentos,
' pero no del mismo modo, o sea, no segun • 1a mtsma
. gar, puede dudarse si, por más que no existiera sustancia alguna inmaterial, no de-
razón y concepto. Se cita, en quinto lugar, al mismo Aristóteles que dice en el li- bería darse una ciencia metafísica distinta de la física y de la matemática. En
bro VIII de la Metafísica, c. 6, texto 16: este ser mismo ciertamente, es decir, por efecto, parece que hay que responder que si, ya que tendríamos en este caso la
sí en cuanto es tal, es inmediatamente sustancia, cualid'trd, cantidad, etc., y, por razón de ser que abstraería de la sustancia material y de la cantidad y otros ac-
eÚo no entra en la definición; como si dijera que el ser desciende inmediatamente cidentes. Quedarían también las propiedades comunes, como ve·rdad, unidad, iden·-
a l;s primeros géneros, que es lo que sienten y opinan en .di~hos pasajes -:'-verroes, tidad, diversidad, el todo, la p(fl'te, etc., de las que ahora no tratan ni la física
Alejandro y Santo Tomás. Se aduce, en sexto lugar, a Anstoteles en el libro I de ni la matemática, ni tratarían tampoco en aquel caso, por ser más generales y
·Jos Analíticos Ptz'mm·os, c. 28, en que manifiesta que es tal la naturaleza de los rebasar los lúnites de sus objetos propios. Sería, por lo tanto, necesaria una ter-
primeros géneros, que no puede predicarse nada de ellos, según parecen exponer cem ciencia, superior a ambas, que sería, por lo mismo, la métafísica. Consecuen-
Alejandro y Filopón. . . . ·temente, puede dudarse en segundo lugar si dicha ciencia sería entonces más per-
28. Solución.- Respecto del primer testlmomo se responde que Anstóteles fecta que la filosofía natural; y parece también que así hay que admitirlo, porque
nada dice allí de la significación inmediata, sino sólo de la predicación común e trataría de un objeto más abstracto y superior.
igual de ser y uno, ya que se verifican por igual en todos los predicamentos, con-
reperiuntur, et inde concludit inter se est scientia pr.imi entis et entis communis,
solum enim probant ens non significare esse. Ad cuius rationis efficaciam ne- ut in principio lib. IV dixerat, et D. Tho-
non ens; sed non ens est nihil; ergo quid- cesse non est ut in hac significatione tol-
aliquod medium ex natura rei distinctum quid est praeter ens, est nihil. mas ct Scotus in d.i,cto loco, lib. VI, ani-
a substantia et accidentibus, non vero quod latur omne medium rationis. Unde D. Tho- madvertunt.
27. Quarto obiici potest Aristoteles, mas ibi ait ens significare naturas decem
ratione distingui non possit per confusum VII Metaph., c. 4, text. 15, dicens ipsum 29. Haec vero communis responsio
mentís conceptum. Obiicit deinde Aristo- generum secundum quod sunt actu vel po- mawn eget examine. Dubitari enim impri-
ens dici de omnibus generibus seu praedi- tentia, in quo satis indicat non significare
telem, X Metaph., text. 8, dicentem ens camentiS, non tamen similiter, id est, non mís potest an, licet nullae essent immate-
significare decem praedicamenta, quod Aver- illas immediate secundum rationes proprias, riales substantiae, danda esset scientia meta-
secundum eamdem rationein et conceptum. sed secundum aliquam communem. Exposi-
roes exponit de prima significatione et Quinto citatur idem Aristoteles, VIII Me- physicae, a physica et mathematica distinc-
sine medio, quem ibi sequitur Alex. Alens. tio itaque Averrois necessaria nobis non ta. Nam videtur ita esse asserendum, nam
taph., c. 6, text. 16, dicens ipsum ens hoc

;~~;:~~~~~:.~~~~I~·pse
Obiicit secundo Arist., VI Metaph., tcxt. 4~ quidem, id est, per se et ut tale est, statim satis sitdeclaret tune daretur ratio entis abstrahens a sub-
dicentem si non dantur · entia abstracta a esse substantia:rn, quale, quantum, etc., et quod genus, se solum
quodque stantia materiali et a quantitate aliisque ac-
materia, philosophiam naturalem csse pri- ideo non poni in definitione, quasi dicat, definitam et proprie contrahi- cidentibus. Darentur etiam proprietates
mam philosophiam, id est, metaphysicam de quo postea dicemus. Ad secun-
ens immediate descendere ad prima genera, respondent allqui argumentum Aristo- communes, ut verum, unum, idemJ diver-
scientiam ab····1.lla····distingui minime· posse, quibus locis Averroes, AJ,exander et D. Tho- sum, totum~ pars, etc.~ de quibus nec physi"~
quae consequentia non esset bona, si ens bonum esse, non tamen fundari in eo
rnas ita exponunt et sentiunt. Sexto af- ens significare non possit conceptum ca, nec mathernatica tractant nunc, neque
ut ens significare! aliquid commune sub- fertur Arist., I Prior., c. 28, ubi significat etiam ttu1c tractarent, cum sint communiora,
~tnrumu01em substantiae et accidenti, sed in
stantiae et accidenti, nam illud esse posset prima genera talla esse, ut de ipsis nihil et excedentia propria obiecta. Ergo neces-
obiectum metaphysicae, etiamsi non essent si nulla esset res abstrahens ·se-
dicatur, ut AJ,exander et Philoponus viden- saria esset tertia scientia utraque superior,
immaterialia enria. Tertio obiicere pos- tur exponere. a materia, ratio entis ut sic
sumus Aristotelem, I ·Phys., text. 25, ubi 28. Solutio.- Ad primum testimonium ·~:::,,~~::'~~~'':~;
_:.(
a materia magis quam ratio
entis naturalis, et ideo conside-
quae proinde esset metaphysica. Unde pot-
significat ens non significare aliquid unum respondetur Aristotelem nihil ibi dicere de est secundo dubitari an illa scientia esset
quod possit esse medium syllogismi; ea ut sic non transcenderet limites prior tune quam naturalis philosophia; vi-
significatione immediata, sed solum de ge-
,enim de causa reiicit illam ratiocinationem nerali et aequali praedicatione entis et )>!~~~~~~~;,,~ naturalis, quia tune materialis detur enim ita dicendum, quia esset de ob-
.Parmenidis: Quidquid est praeter ens, est unius; nam in omnibus praedicamentis a e-
'-S esset ptimum ens; eadem autem iecto abstractiori et priori.
c-3,_96:___ _ _ _ _ _ _ _ _ _"_ _ _ _ _ _ _ ___cDi=-:·sputaciones metafísica; Disputación segunda.-Sección I_I_______ 397
------------ --"

30. Para mí todavía es probable que, admitida tal hipótesis, quedara aún por sola conveniencia real, no por alguna abstracción peculiar encaminada a construir
lugar para la citada metafísica; en efecto, ahora es una sola de sus partes la: que e1 objeto de una ciencia. Igual que ahora coinciden también la cantidad continua y
trata de las sustancias espirituales; pero podría, seguir entonces existiendo por lo la discreta en la razón común de cantidad, y no existe, sin embargn, una matemá-
que se refiere a las otras partes,- y se ocuparía del ser, de los demás trascendenta..: tica común, por ocuparse suficientemente la física de dicha conveniencia y razón
les, de los diez predicamentos y de los principios y causas universales. Pero admi- común, en la que no se da abstracción especial constitutiva de un objeto peculiar
tido esto, según la mente de Aristóteles en el lugar citado, sería, sin embargo escible. Lo mismo, consecuentemente, pasaría en aquel caso.
la filosofía uatural la primera cieucia o filosofía, al meuos eu diguidad y excelen~ 32. En cuanto al tercer testimonio, dejamos a un lado la explicación de Soto
cia, porque trataría del objeto más noble, o sea, de la sustancia en cuanto tal y y otros que dicen que es falsa la proposición: cuanto hay fuera del ser es no
de toda sustancia, y se ocuparía, consecuentemente, de las primeras causas y ser, porque el ser, en su predicación simple, se toma como la sustancia, lo cual,
principios de las cosas, no ciertamente según la abstracción de la mente, sino en rigor, es falso, como demostraré luego, y, además, guardada la debida propor-
según su realidad. ción de sujeto y predicado, todavía podria decirse con verdad que cuanto es fuera
31. Por eso, lo que parece concluirse con mayor probabilidad es que en del ser es no ser. Dejada a un lado, repito, esta explicación, se responde que
ese caso no haría falta una ciencia metafísica especial, distinta de la filosofía -Aristóteles no niega que el ente pueda ser término medio de un silogismo, y que
natural. La razón es porque entonces la filosofía trataría de toda sustancia y, no es ésta la causa de rechazar el razonamiento de Parménides, sino porque no
consecuentemente, de todos los accidentes, inclusO' de la cantidad en cuanto eS -¡ólo consideraba el ser como uno propia y rigurosamente, siendo así que sólo
una propiedad de la sustancia, no sólo en lo que se refiere a su entidad y esencia, es análogo, sino también porque usaba equívocamente la palabra uno; en efecto,
sino también en cuanto se distingue, bien de la misma sustancia, bien de todas de acuerdo con esto, concluía de las premisas arriba propuestas que lo que es,
sus otras propiedades, porque todas estas consideraciones de la cantidad no abs- o sea el ser, es uno; por consiguierite, cuanto es fuera del uno, es nada~ de
traerían de la materia sensible ni rebasarlan el ámbito del objeto de la filosofía, suerte que reducía todas las cosas a- unidad, en lo que hay manifiesta equivocidad,
Y por esta misma razón pertenecería a la misma filosofía la división y estudio de porque él pretendía que todas las cosas eran realmente uno; en cambio, el ser,
todos los predicamentos, puesto que nada habría en ellos cuyo fundamento real ·si se toma precisiva y como inmutablemente, no es uno de este modo, sino sólo con
no fuese la sustancia sensible; en efecto, los predicamentos de accidentes no ten- unidad de razón; pero si se le toma distributivamente y por cada uno de los
drían una extensión mayor que el predicamento de sustancia. Además, el estudio entes, en este sentido cada ente es ciertamente uno, pero no son uno todos los
de todas las esencias y de todas las causas reales sería también de competencia
entes.
de la filosofía, por la misma razón. Finalmente, por idéntico motivo, trataría de 33. Por lo que respecta al cuarto testimonio, se niega la explicación, pues
los predicados comunes a la sustancia y a los accid~ntes, y no habría necesidad de cuando Aristóteles dice que el ente existe en todas las cosas, pero no de la misma
establecer una ciencia especial por causa de ellos solos, por'que no abstraerían
forma, no es legítimo explicar "no con el mismo concepto"; sino "no del mismo
de la materia sensible y el concepto de ente no sería distinto del concepto de ser
material, ni habría obstáculo en que la razón de ser y otras semejantes fuesen modo", porque se predica en sentido absoluto respecto de la sustancia y relativo
comunes a los objetos matemáticos y fisicos, porque se trataría de una comunidad respecto de las otras cosas, según expone Santo Tomás. El quinto sólo prueba
que el ente no es el medio en cuestión, que se contraiga propiamente a los infe-
substantiae, et quoad entitatem et essentiam riores por algo que no sea ente, sino por simple determinación, por la cual cada
30. Mihi quidem probabile est, etiam
data illa hypothesi, adhuc relinqui locum eius et quatenus distinguitur tam ab ipsa
rnetaphysicae scientiae; nunc enim una tan- substantia quam ab aliis omnibus proprie- set secundum convenientiam realero, non rationem Parmenidis, sed quía et sumebat
tum pars eius est, quae de substantiis spiri- tatibus eius, quia tota haec consideratio- secundwn aliquam pecuharem abstractio~ esse ens unum proprie et in rigore, cum
tualibus disputat; quoad reliquas ergo par- quantitatis non abstraheret a materia sensi- nem pertinentem ad constituendum obiec~ solum sit analogum, tum etiam quia voce
tes manere tune posset, disputareque de bili nec excederet latitudinem obiecti phi- tum scientiae. Sicut etiam nunc quantitas unius aequivoce utebatur; sic enim ex prae-
ente aliisque transcendentibus, et de decem losophiae. Atque eadem ratione ad eamdem continua et discreta conveniunt in com- missis supra positis concludebat id quod
praedicamentis, et de principiis ac causis philosophiam spectaret omniurn praedica- muni ratione quantitatis, et tamen non da- est, seu ens, esse unum; ergo quidquid est
universalibus. Hoc tamen posito, nihilomi- mentorum divisio et consideratio, quia nihil t?r una .n:'-athematica communis, quía phy- praeter unum, est nihil; ut ita conficeret
nus iuxta mentem Aristotelis, citato loco, in eis esset re ipsa non fundatum in sub- stca suff1c1enter tractat de illa convenientia omnia unum esse, quae est manifesta ae-
naturalis philosophía esset prima scienti:i seu stantia sensibili; nec enim latius se exten- et ratione communi, in qua non rcperitur quivocatio, nam ipse intendebat omnia es-
philosophia, saltero dignitate et praestantia, derent praedicamenta accidentium quam specialis abstractio constituens peculiare se unum in re ipsa; ens autem si praecise
quoniam ageret de nobilissimo obiecto, sci- praedicamentwn substantiae. Rursus om- obiectum scibile; ita ergo esset in eo casu. sumatur, et quasi immobiliter, non est hoc
licet, de substantia ut sic, et de omni sub- nium essentiarum, ornniumque causarum 32. Ad tertium testimonium, omissa Soti modo unum, sed ratione tantum; si autem
stancia; et- com:equenter .etiam ager_et _de pri- realium considerado ad philosophiam aliorum expositione, dicentium illam pro- sumatur distributive et pro singulis entibus,
mis causis rerum et prindpiis, non quidem taret, propter eamdem causam. Ac "~.,;......... positionem esse falsam: quidquid est prae- sic quidem unumquodque ens unum est,
ageretet d: ~g~~~\~~~~
1
secundum abstractionem mentis, sed secun- t~ ens, est non ens, quia ens simpliciter non tamen omnia sunt unum.
pari ratione eadem
communibus substantiae 33. Ad quartum negatur illa expositio;
dum rem. dictum accipitur pro substantia; hoc enim
31. Unde tandem dicitur probabilius vi- nec propter illa sola oporteret in rigore falsum est, ut infra ostendam, et curo enim ait Aristoteles ens existere in
deri in eo casu non fore necessariam scien- scientiam constituere, quia non abstraherent praeterea, servata proporcione praedícati et omnibus, sed non similiter, non recte ex-
tiam metaphysicae specialem et a naturali a materia sensibili, et conceptus entis non subiecti, adhuc esset verum dicere quid- ponitur, id est, non uno concéptu, sed non
philosophla distinctam. Ratio est quia tune esset alius a conceptu entis rnaterialis. Ne- quid est praeter ens esse non ens; hac eodem modo, quía de substantia simpliciter,
philosophia ageret de omni substantia, et que obstaret quod ratio entis et similes, (inquam) omissa expositione, respondetur de allis vero secundum quid dicitur, ut
consequcnter de omnibus accidentibus, communes essent re'bus mathematicis et Aristotelem non negare ens posse esse me- D. Thom. exponit. Quintum solum probat
etiam de quantitate prout est proprietas physicis, nuia illa communitas solum es-: dium syllogisnll, neque hac de causa reiicere ens non esse tale medium, quod proprie
Disputación setunda.~Sec_ct_"ó_n_I_I~~~~~~~~~~- 399
398 Disputaciones
objetivamente tal distinción, coo tanta mayor verdad se predicará el uno del
género es ser por sí mismo, y es tal ser, lo cual es rigurosamente verdadero otro' asf, por ejemplo, aunque eonsideremos precisivamente la sabiduría divina
según veremos más ampliamente en las secciones 5 y 6; sin embargo, no excluy; y la' distingamos racionalmente de Dios, al compararla con El, afirmamos que
un medio conceptual debido a nuestro modo confuso de concebir. Al &exto res• existe en Dios verdadera y propiamente. Concebida precisivamente de este modo-
pondo, primeramente, qríe Aristóteles no hace alli mención alguna de los diez la razón de ser, se la compara legítimamente con la sustancia y el accidente, y se
primeros géneros, sino que dice en términos generales que hay algunas realida- afirma que se da en ellos, y de esta suerte se pueden hacer las predicaciones :
des que se predican de otras, sin que de ellas se predique nada; es algo que- la sustanct'a es ser, y el accidente es se1'. En apoyo de ello está que toda esta com-
podemos aplicar a los trascendentales, de los cuales nada se predica como supe..' paración o composición resulta de conceptos simples; consecuentemente, una vez
rior, y creemos que así es como hay que restringir la proposición, porque, comO> que el entendimiento ha concebido precisivamente el ente, puede concebir al
igual, nada hay de lo que no pueda predicarse olgo, porque aun los mismos
mismo tiempo la sustancia o el accidente según sus conceptos propios, ya que
trascendentales se predican recíprocamente con propiedad, aunque no con absolu-.
estos conceptos simples no son contradictorios entre sí, como es claro; por con-
ta identidad. Por lo tanto, si quiere alguien aplicar la frase a los diez predicamen-
siguiente, puede entonces el entendimiento comparar de la misma manera el ente
tos, tiene que circunscribirla con sentido distinto a predicados superiores, que
a la sustancia como existente en ella, ·y de modo similar al accidente; en conse-
sean géneros o especies, porque, tomada en absoluto, ¿cómo va a ser verdad, si
nos consta con evidencia que se aplican muchos predicados a los primeros géne~ cuencia, el concepto de ente, incluso en cuanto comparado con el concepto de
ros? Es más: el mismo Aristóteles, en el libro II de los Analíticos Segundos, c. 14, sustancia y de accidente, prescinde de ellos según la razón.
manifiesta que algunos predicados superiores o más universales están contenido; 35. Se puede objetar: en consecuencia, el concepto de ser, también en cuan-
dentro del género, y que, en cambio, otros se predican de las demás cosas fuera to incluido en sus inferiores, prescinde de ellos, lo cual está en contradicción con
de género, lo cual entienden todos los expositores que se dijo por el ser y otros afirmaciones anteriores, ya que incluido en sus inferiores no es otra cosa que
(predicados) semejantes. ellos mismos, porque nada hay en ellos que no -sea ser. La consecuencia está
34. El concepto de ser, incluso en cuanto se. compara con los inferiares,. clara, puesto que el ente no puede compararse a sus inferiores o predicarse de
prescinde de ellos.~ De lo dicho se deduce, finalmente, que el ser no sólo sig- ellos, sino en cuanto está en ellos. Por consiguiente, si en cuanto expresa un
nifica un concepto uno y preciso, considerado absolutamente en abstracto, sin() concepto preciso, se le compara con los inferiores~ será preciso también en cuanto
también en cuanto se le compara con los inferiores para ser predicado de ellos" está en ellos. Se responde que hay equivocidad recíproca entre nuestro modo de
o en cuanto se le considera como existente en los mismos. Se prueba, porque des- concebir y la realidad misma, y viceversa. Por lo tanto, en rigor, se niega la con-
pués de cualquier conocimiento abstracto de un concepto común respecto de los: secuencia, porque aunque el concepto de ente aprehendido precisivamente por nos-
particulares, puede el entendimiento establecer el conocimiento comparativo; por otros segúl;J. la razón esté en los inferiores, sin embargo, en cuanto preciso, formal-
consiguiente, aquello mismo que es objeto de abstracción en el ente, puede com- mente habiando, no está en los inferiores, es decir, no tierie en ellos el estado o
pararlo a los inferiores; en efecto, no hay en el concepto de ser ninguna dificultad modo de ser que tiene por denominación extrínseca derivada de la precisión de
mayor que en otros conceptos comunes, sino que existe más bien la misma razón, nuestro entendimiento. Y cuando se dice que este concepto, en cuanto preciso, se
o sea, que el concepto en su totalidad se da en los inferiores, sin que importe el compara con los inferiores, y se predica de ellos, no se trata de atribuirlo a los in-
que se distinga de ellos realmente o sólo por razón; más aún: cuanto menor sea
nor fuerit ínter illa distinctio in re, eo verius 35. Dices: ergo conceptus entis, etiam
contrahatur ad inferiora per aliquid quod mo ipse Aristoteles, 11 Poster., c. 14~ unum attribuetur alteri; sic enirn, quamvis ut inclusus in inferioribus, est praecisus
non .sit ens, sed per simplicem determina- significat praedicata superiora seu univer- sapientiam Dei praescindamus, et ratione a ab illis, quod repugnat Supra dictis, quia
tionem, qua unumquodque genus seipso est saliora quaedam contineri intra genus, quae- Deo distinguamus, illam ad Deum compa- inclusus in inferioribus nihil aliud est quam
ens, et tale ens, quod verissimum est, ut dam vero de alüs dici etiam extra genus, rantes, vere ac proprie dicimus sapientiam ipsa, quía nihil in ipsis est quod non sit
latius videbimus, sect. 5 et 6, non tamen quod expositores omnes dictum esse intel- esse in Deo. Ad hunc ergo modúm ratio ens. Sequela vera patet, quia ens non pot-
excludit medium conceptum ex confuso ligunt propter ens et similia. entis praecise concepta recte ad substantiam est comparari ad inferiora vel praedicari
modo concipiendi nostro. Ad sextum re- 34. Conceptus entis, etiam ut compara- et accidens comparatur et in eis esse dici- de illis, nisi ut est in illis; ergo, si ut dicit
spondeo imprimís Aristotelem nullam ibi tur ad inferiora, est praecisus ab illis.- tur, et hoc modo fiunt hae praedicationes, praecisum concepturn comparatur ad infe-
mentionem facere decem primorum gene- Vltimo sequitur ex dictis ens non solum substantia est ens, et accidens est ens. riora, etiam ut est in illis erit praecisus.
rum; sed absolute ait quaedam esse quae dicere conceptum unum et praecisum, Unde confirmatur, quía omnis haec campa- Respondetur esse aequivocationem a modo
de aliis praedicantur, de ipsis autem nihil; prout absolute abstractum considcratur, sed ratio vel compositio fit ex simplicibus con- concipiendi nostro ad rem ipsam, et e con-
quod nos possumus exponere de transcen- etiam prout comparatur ad -inferiora, ut de ceptibus; ergo postquam intellectus con- trario. In rigore ergo negatur sequela, quia,
dentibus, de quibus nihil ut superius prae- eis praedicetur, vel existens in eis conside- praecise ens, potest simul concipere licet conceptus entis, qui a nobis praescin-
dicatur, sic e11itp __ rí:!:stri_ngenG!:l __ videtur illa retur. Probatur, quía post quamcumque no-·····c ~··~·S<Lbsta,Ltiam vel. accidens secundmn proprios ditur secundum rationem, sit in inferiori-
propositio; nam ut aequale, nihil est de titiam abstractivam conceptus communis a conceptus, quia hi conceptus simplices non bus, tamen ut est praecisus, formaliter lo-
quo non possít aliquid praedicari, nam ípsa particularibus potest intellectus facere com- habent inter se repugnantiam, ut per se quendo, non est in inferioribus, id est, non
transcendencia de se invicem praedicantur parativam; ergo illud ipsum quod abstrac- constat; ergo sirniliter potest tune intel- habet jn illis eum statum seu modum es-
proprie, et non omnino identice. Unde si tum est in ente, potest ad inferiora com- lectus ens ad substantiam comparare tam... sendi quem habet per denominationem ex-
quis velit de decem generibus illud mem- parare; non est enim maior repugnan tia in quam in illa existens, et similiter ad ac- trinsecam ex praecisione intellectus. Quan-
brum exponere, necesse est ut aliter illud conceptu entis quam in aliis communibusj cidens; ergo conceptus entis, etiam ut com- do autem dicitur hic conceptus, etiam ut
restringat ad praedicata superiora, quae sint sed potius est eadem ratio, sci~icet, quia paratus ad conceptum substantiae et ac- praecisus, comparari ad inferiora cisque
genera vel species, nam absolute quomodo totus ille conceptus est in ipsis inferioribus, oidentis, est secundum rationem praecisus attribui, non est sensus quod secundum
potest esse verum, cum evidenter constet sive ab eis re distinguatur, sive ratione tan- ab illis. eam praecisionem seu denominationem ac-
multa de primis generibus praedicari? Im- tum, hoc eni.m nihil refert; immo v¡uo mi-
400______ Disputaciones

feriares según dicha precisión o atribución, .sino ,sólo de que la razón así con:ebida,
comparada con los inferiores, se encuentra mclmda en todos ~llos ..Por eso, s1 no se
--
Disputación segunda.--Sección Ill 401

entiende reduplicativamente la razón de ser en cuanto ?rectsa, smo que se habla SECCION Ili
-sencillamente de· la razón de ser precisivamente conceb1da, es verdad que tal ra-
zón se da en los inferiores, y que se incluye absoluta e íntimamente en ellos-, y SI LA RAZÓN O CONCEPTO DE ENTE_, REALMENTE Y CON ANTERIORIDAD A LA OPE-
que no obstante, es racionalmente precisa, aunque realmente no lo sea. RACIÓN INTELECTUAL, PRESCINDE, DE ALGÚN MODO_, DE SUS INFERIORES
36. Pero surge en seguida una dificultad, ya que, según esto, no ·~arece
1. Planteamiento del problema.- Esta cuestión puede parecer común a to-
faltarle cosa algUna al concepto de ser para tener la naturaleza de un un1vers·al
propio, puesto que será uno en muchos y. (predicable) de muchos. Pero. se~7- dos los grados o conceptos superiores respecto de sus inferiores, materia que tra-
jante dificultad está en función de dos motivos. de duda propuestos al !'rmc1p1o tamos en la disp. V, sec. 1 y en la disp. VI, sec. 2. Pero presenta aqul una dificul-
tad especial a causa de la trascendencia del ente, debiéndose, por lo tanto, afron-
de la sección. Se refiere el primero a la univocidad del ser, porque, s1 el ente
tarla brevemente en este momento. Admitimos que, además de la distinción real
no es unívoco basta esta razón para que no sea propiamente un universal; cómo
perfecta, que tiene lugar entre entidades materialmente separables, puede darse
se deduce de 1~· dicho que no es univoco y qué es lo que le falta para la univocación, en las cosas, antes de la consideración del entendimiento, otra menor, cual es la
es un problema que se tratará más abajo en su lugar propio, al es_tu_diar las divi- que suele existir entre una realidad y su modo, según diremos luego más amplia-
siones del ser; ahora me basta afirmar que cuantas cosas hemos dicho sobre la mente. Ahora bien : aquí damos por cierto que la razón de ente no se distingue
unidad del concepto de ser parecen mucho más claras y ciertas que el que el ente realmente, según el primer modo, de los inferiores en que existe, cosa de suyo
sea aoálogo, de suerte que no se procede debidamente negando la unidad del evidente en todo predicado común y que resultará a fm·tiori más clara por lo que
concepto por defender su analogía, sino que, si hu?ie~a que negar un~ de las se dirá. Lo que, empero, tratarnos de saber, es si ser tal etlte o tal otro, añade al-
dos habría de negarse antes la analogía, que es mc1erta, que la umdad del gún modo distinto del ente mismo realmente y antes de la consideración del en-
con'cepto, que parece demostrarse con argumentos ciertos. Pero, en realidad, no tendimiento, de suerte que ente y tal enteJ por ejemplo sustancia, se distingan
~:es necesario negar ninguna, puesto que para la univocación no basta que. el con- realmente en la razón formal, en cuanto que sustancia añade un modo que no
¡"cepto sea de algún modo uno en si, sino que se requiere qne se halle en Igualdad
1 f).e relación y orden respecto de muchos, cosa que no suce~e ~n el conc~pto de
expresa el ente.

ente, como explanaremos más ampliamente en el ·Jugar mdicado. H~bm _otra Argumentos en pro de la afirmación
dificultad por parte del modo como el ente desciende o se contrae a los I~fenores 2. El primero,_;r>arece efectivamente, por lo dicho, que hay que afirmarlo.
según la razón, cuestión a la que poco más abajo dedicaremos una sección pro-- En primer lugar, porque la razón de ser en la realidad es la misma que se concibe
pia, porque implica una dificultad compleja y depende de algunas cosas que han en la mente; ahora bien: concebida en la mente, no incluye el modo de sustancia
o accidente; por consiguiente, tampoco en la realidad; más las razones de sus-
de explicarse antes.
tancia y accidente incluyen sus modos propios; luego la razón de ente es, en la
realidad, distinta de ellas. Se prueba la mayor -puesto que todas las demás
tribuatur inferioribus, sed solum quod ratio loco est tractandum, agendo de divisioni~ proposiciones son evidentes-, porque no decimos que la razón de ser se dé en
illa sic concepta ad inferiores comparata in bus entis; nunc solmn assero omnia quae
omnibus illis inclusa inveniatur. Quocirca, diximus de unitate conceptus entis longe
si non fiat illa reduplicatio de ratione entis
SECTIO III omni communi praedicato, et a fortiori pa-
clariora et certiora videri quam quod ens
ut praecisa, sed simpliciter sit senno de sit analogum, et ideo non recte propter UTRUM RATIO SEU CONCEPTUS ENTIS RE IPSA tebit ex dicendis 1 • Inquirimus autem an
ratione entis praecise concepta, verum est defendendam analogiam negari unitatem llT ANTE INTELLECTUM SIT ALIQUO MODO esse tale vel tale ens addat aliquem modum
PRAECISUS AB INFERIORIBUS ex natura rei et ante intellectum distinc-
rationem illam esse in inferioribus et in conceptus, sed si alterum negandum esset,
tum ab ipso ente, ita ut ens, vel tale ens~
eis omnino et intime includi, et nihilomi- potius analogia, quae incerta est, quam l. Explicatio quaestionis.- Haec quaes- verbi gratia, substantia, ex natura rei in ra-
nus rationc praescindi, quamvis in re non unitas conceptus, quae certis rationibus vi- tio videri potest communis omnibus gradi- tione sua formali distinguantur, quatenus
sit praccisa. detur demonstrari, esset neganda. Re ta- bus seu conceptibus superioribus respectu substantia addit aliquem modum, quem non
36. Sed statim urget difficultas, quia men vera neutram negari necesse est, quia inferiorum, de quibus agendum est disp. didt ens.
iuxta haec nihil videtur deesse conceptui ad univocationem non sufficit quod con- V, sect 1, et disp. VI, sect. 2. Sed hic
entis ad rationem proprii universalis, nam ceptus in se sit aliquo modo unus, sed hábet difficultatem specialem propter trans- Argumenta partis affirmantis
erit unum in multis et de multis. Sed haec necesse est ut aequali habitudine et ordine cendentiam entis, et ideo breviter cxpedien- 2. Primum.- Videtur ex dictis sequi ita
difficultas -pender: --ex --auabus ratiO'iiibus du- respiciat multa, quod non haber conceptus hic est, supponendo, praeter distinctio- esse affll·mandum. Primo, quia ratio entis
bitandi in principio sectionis positis. Una nem realem perfectam, quae intercedit inter eadem est in re, quae mente concipitur;
entis, ut latius citato loco exponemus. Alia
entitates mutuo separabiles, posse in rebus sed in mente concepta non includit modum
est de univocatione entis, quia si ens non difficultas erat de modo quo ens descendit, ante intellectum aliam minorem inveniri,
est univocum, illa ratio sufficit ut non sit vel trahitur ad inferiora secundum rationem, substantiae vel accidentis; ergo neque in
-qualis esse solet inter rem et modum rei, re ipsa; sed rationes substantiae vel ac-
proprie universale; quomodo autem ex dic- de qua re paulo inferius propriam facie- ut infra latius dicturi sumus. Hic ergo ut
tis non sequatur esse univocum, et quid cidentis inc~udunt suos modos; ergo ratio
mus sectionem, quia et obscuram habet d.if- ' certum supponimus rationem entis non di- entis in re est distincta ab illis. Maior
_ijli ad univocationem desit, infra in proprio ficultatem et ex aliis prius dicendis pendet. ~tingui realiter priori modo ab inferioribus (caetera enim omnia nota sunt) probatur,
1t1 quibus existit, quod per se notum est in quia non dicimus rationem entis. eodem
1
Disp. VII.
Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Secciónl.'CII.__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _4":0':"3
402~------------------------ ---.~

la realidad del mismo modo que se concibe, refiriéndonos concretamente al moda colige con todo derecho de efectos. formales o constitutivos distintos; así, pues,
que le confiere la precisión por parte de quien la concibe, ~ino que decimos que como es distinto lo que se constituye por la razón de sustancia de lo que se
la razón concebida es la misma que la que se da en la realidad, cosa que parece constituye por la razón de ser en cuanto tal, es preciso que tengan en la realidad
de suyo evidente, puesto que. el .entendimi~nto en e.ste concepto no finge ~1 objeto- alguna distinción.
o razón concebida; por constgmente, concibe la misma que se da en realidad. 5. El cuarto.-Suele, en cuarto lugar, hacerse hincapié en la dificultad del
3. El segundo.- En segundo lugar, las cosas que son separa~les en la rea- argumento, por parecer imposible que una misma cosa convenga con otra y se
lidad, son de algún modo distintas en la realidad, porque las dos mcluyen nega- , distinga de ella por lo mismo; pero la sustancia, realmente y con prioridad
ciones de la misma razón o sus equivalentes, sobre todo en los seres finitos; aho- a nuestra consideración, conviene con, o es semejante al accidente en la razón de
ra bien : la razón de ser es separable en la realidad de la razón de sustancia, por-· ser y se diferencia, o es distinta en la razón de sustancia; ambas cosas, conse-
que se conserva en la de accidente, y viceversa; es separabl.e ~e la de accidente cuentemente, se distinguen de algún modo realmente en la misma sustancia; de lo
porque se conserva en la sola razón de sustancta; por cons1gmente, es de algún contrario, sería semejante y diferente del accidente por lo mismo. Lo cual se
modo distinta de ellas en la realidad. Se puede objetar que la razón de ente que prueba que es imposible por ser dos cosas contradictorias; en efecto, convenien-
se da en la sustancia. no es separable de ella, como tampoco lo es respecto del cia y semejanza dicen razón de unidad, porque la semejanza se funda en la misma
accidente la que se da en él, y que no se requiere, por lo tanto, una distinción unidad, como dijo Aristóteles en el V de la Metafísica; en cambio, la desemejanza
teal entre ellas. Pero así más se prueba lo contrario, porque para la distinción implica más bien razón de multitud. Se confirma y aclara la contradicción,
real basta el modo de separación antes expuesto, o sea, que una razón pueda' porque si la razón de sustancia y de ser son completamente idénticas en la sus-
existir alguna vez sin la otra, porque si en realidad son totalmente idénticas, tancia, todo, consecuentemente, cuanto sea de esencia de la sustancia es de esen-
no resulta comprensible, sobre todo en las cosas finitas, que no tengan que acom- Cia: del ser y viceversa. De lo contrario, se distinguirían esencialmente, ya que la
pañarse siempre, puesto que las cosas que son completamente idénticas en la esencia se cambia al añadir o quitar algo; ahora bien: si se distinguen esencial-
realidad. se mantienen siempre identificadas; ahora bien: en el accidente, por mente, tienen, por lo mismo, alguna distinción en la realidad, porque la razón
ejemplo, la razón de ente y sustancia no se identifican; luegu, tampoco se identi- esencial consiste en la cosa misma. Si, pues, todo lo que es de esencia de la
fican esencial y absolutamente. sustancia es de esencia del ente, se deduce que, por una parte, la razón de
4. El tercero.---- Esto mismo se explica, en tercer lugar, de esta manera: la: sustancia se da en el accidente, con el que conviene en la razói1 de ser, y que,
sustancia en la realidad no es sustancia por lo mismo que es ente (igual sucede, por otra parte, no se da, porque en realidad el accidente no es la sustancia, sino
con el accidente); luego hay realmente alguna distinción entre el concepto obje- distinto de ella. Se deduce también que la sustancia es semejante al accidente
tivo de ente y el de sustancia, incluso tal como en realidad existe en la misma en la razón de ser, ya que esto se da por supuesto, y que no es semejante, porque
sustancia. El antecedente es claro, porque la sustancia es ser por lo mismo que la razón de ser en la sustancia no es del mismo tipo que la razón de ser en el
lo es el accidente, puesto que en la razón de ser son una misma cosa; luego,. accidente. Y se sigue también, por lo tanto, que la razón de ser se afirma del
la sustancia no es sustancia por lo que es ser, de lo contrario, todo lo que por accidente en virtud de su conveniencia con la sustancia y se puede negar por la
tal razón quedara constituído en la razón de ser, lo quedaría también en la razón diferencia que se afirma tener en la misma razón. Finalmente, conveniencia y
de sustancia. La primera consecuencia se prueba porque la distinción real se disconveniencia expresan relaciones esencialmente distintas; por consiguiente, exi-

modo esse in re, quo concipitur, quantum possit una ratio reperíri sine alia; quia, si stinctis; cum ergo aliud quid constituatur quidquid est de essentia substantiae, est de
ad modum, scilicet, quem habet ex praeci- in re sint omnino ídem, non videtur intel- per racionero substantiae quam per rationem essentia entis, et e contrario; alioqui dif-
sione concipientis, sed dicimus rationem ligibile, praesertim in rebus finitis, quod entis ut sic, necesse est ut in re habeant ali- ferrent essentialiter, nam quocumque ad-
illam conceptam esse eamdero quae est in non se semper comitentur, quia, quae in quarn distinctionem. dito vel ablato mutatur essentia; si autem
re, et hoc videtur per se notum, quía intel- re omníno ídem sunt, ubique sunt ídem; 5. QuaTtum.- Quarto, censeri solet dif- differunt essentialiter, ergo in re ipsa habent
Iectus in hoc conceptu non fingit rem, vel sed in accidente, verbi gratia, ratio entis et ficile argurnentum, quía íropossibile videtur distinctionem aliquam, nam essentialis ratio
racionero conceptam; ergo eamdem conci- ratio substantiae non sunt idem; ergo neque ut eadero res secundum idem conveniat in re ipsa consistit. Si autem quidquid est
pit quae est in re. secundum se et absolute ídem sunt. curo alia et ab ea differat; sed substancia de essentia substantiae est de essencia entis,
3. Secundum.- Secundo, quae in re sunt 4. Tertium.- Quod in hunc modum ter- a parte rei et ante omnem intellecturo con- sequitur et rationem substantiae reperiri in
separabilia, in re sunt aliquo modo distinc- tia declaratur, quia substantia a parte rei venit seu est similis accidenti in ratione accidente, cum quo convenit in ratione en-
ta, quía includunt haec duo negationes eius- non ex eo est substantia, ex quo est ens entis, differt autem seu est dissimilis in ra- tis, et non reperiri, quía revera accidens
dem rationis seu aequivalentes, rnaxime in (et ídem est de accidente); ergo est aliqua,. cione substantiae; ergo haec duo distin- non est substantia, sed dissimile illi. Se-
rebus finitis; sed ratio entis est in re sepa- distinctio ex natura rei ínter conceptum guuntur ex natura rei aliquo modo in ípsa- quitur etiaro substantiam esse similem ac-
rabiEs a_ ___ ratione substanciae, nam salvatur obiectivvm entis et substantiae, etiam V"""', substantia, alioqui secundum ídem cidenti in ratione entis, quia hoc supponitur,
in accidente, et e contrario est separabilis in re sunt in ipsamet substantia. Antece- omnino esset sirnilis et dissimilis accidenti. et non esse similem, quia ratio entis in sub-
a ratione acddentis, quia salvatur in sola dens patet, quía substancia ex eodem est Quod esse iropossibile probatur, quía haec stantia non est eiusdem madi curo ratione
substamia; ergo est aHquo modo in re ens ex quo accidens, nam in ratione entis duo includunt contradlccionem, nam conve- entis in accidente. Et consequenter etiam
distincta ab illis. Dices rationern entis, quae unum sunt; ergo substantia non est sub- nientia et símilitudo dicit aliquam rationem sequitur rationem entis affimarí de acci-
est in substantia, non esse separabilem ab stantia ex eo quod ens, alioqui quidquid ea. unitatis; similitudo enim fundatur in uní- dente propter convenientiam cmn substan-
illa, neque quae in accidente, ab illo, et ideo ratione constitueretur in ratione entis, con- tate, ut Aristoteles dixit, V Metaph.; dis- tia, et negad posse propter disconvenien-
non esse necessariam distinctionem ex na- stitueretur etiam in ratione substantiae. Pri- similitudo autem dicit potius rationem mul- tiam quam in eadem ratione habere dicitur.
tura rei inter illa. Sed contra, nam ad dl- ma vero consequentia probatur, quia di- titudinís. Et confirmatur et explicatur con- Denique convenientia et disconvenientia
stinctionem ex natura rei sufficit praedictus stinctio e:x; natura rei optime colligitur ex, tradictio; quia, si in substancia ratio sub- dicunt relaciones essentialiter diversas; er-
separationis modus, scilicet, quod alicubi effectibus formalibus seu constitutivis di- stantiae et entis est omnino eadem, ergo go requirunt in re fundamenta et raciones
Disputaci6n segunda.-Sección 11] 405
404 ------· ---
Disputaciones metafísicas ------~--------- -----
respecto de los géneros de los que se predica esencialmente; la unidad, en cambio,
gen en la realidad fundamentos objetivos y razones esencialmente distintas que aunque predique realmente la misma naturaleza, no lo hace formalmente, porque
sirvan de fundamento o término. la unidad expresa una propiedad, no una esencia. Por más que Escoto acaso habla-
6. Estos argumentos y otros semejantes son la causa de que opinen algunos ba ahí en otro sentido, a saber, que el ser expresa la esencia de todos los géneros,
que el ente expre~a un concepto objeti.vo,, distinto por su nat?raleza y preciso pero no en su totalidad, y que la unidad, en cambio, estaba en absoluto fuera de
de todos los infenores y conceptos ba¡o el conterudos, por stmples que sean, la esencia. Se deduce también la misma opinión de Aristóteles, VIII de la Metafí-
como sustancia, accidente y otros parecidos. Se cree comúnmente que ésta es la sica, c. último, texto 16, en que dice que el ser, por sí mismo, sin agregar nada,
op.inión de Escoto, In 1, dist. 3, q. 1 y 3 y dist. 8, q. 2; y In II, dist. 3, q. 1; la · se determina a la sustancia, cantidad, cualidad, y que no se incluye, por eso, en
siguen los escotistas, que opinan a fortiori lo mismo de todos los predicados uni- las definiciones, por no expresar una naturaleza determinada contraíble por dife-
versales, que se estudiarán luego con más detenimiento. rencia alguna. Así lo expusieron efectivamente el Comentador, Santo Tomás y
Alejandro de Hales en dicho pasaje; en cambio, Escoto explica que Aristóteles
Sentencia verdadem excluye las diferencias distintas realmente, pero no formalmente. Esto, empe-
7. Hay que afirmar, sin embargo, que el concepto objetivo de ser, tal como ro, está claramente en contra de la mente de Aristóteles, y ni, el mismo Escoto se
existe en la realidad misma, no es algo realmente distinto y preciso de los infe- expresa consecuente~ente,, por~ue tampoc? los géneros inferiores se distinguen
riores en que existe. Esta es la opinión común de toda la Escuela de Santo Tomás, realmente de sus diferencias, smo a lo mas formalmente, según la: doctrina del
defendiéndola necesariamente, en primer lugar, todos los que niegan que el propio Escoto; por consiguiente, Aristóteles excluye también esta distinción y
concepto objetivo de ser sea realmente preciso, por ejemplo, Soncinas, Cayetano, composición en la determinación del ente a sus inferiores.
el Ferrariense; explicó esto especialmente Cayetano en el citado opúsculo De 8. Prfmera ~a~ón.- Se prueba, en primer lugar, por la razón. Si el ser y
ente et essentia, c. 1, q. 2; lo mismo sostiene Fonseca en el lugar indicado, aun- la sustanc1~ se distmguen ~ealmente, o están en la relación de todo y parte, o en
que parezca opinar diversamente en lo que se refiere a la distinción entre los la de contmente y conterudo, o son absolutamente distintos. Esto último ni lo
predicados esenciales superiores e inferiores, libro ll de la Metafísica, c. 2, tex- dice nadie ni es comprensible; de lo contrario, la sustancia tomada precisiva y
to 11, y en otras partes, de que trataremos luego en su lugar. Lo mismo mantienen formalmente, como distinta respecto del ente, no incluiría el ser, lo cual es im-
tambi~n a fm-tiori todos los que niegan que el género se distingue realmente de posible, puesto que del concepto esencial de sustancia es el ser absolutamente.
las especies o la especie de los individuos, por ejemplo, Gregario, In 1, dist. 8, Pero también se prueba que no puede afirmarse tampoco lo primero, porque si
q. 2 y 3; Capréolo, q. 4, a. 3, en el argumento contra la 2 conclusión; Soncinas, el ser y la sustancia se distinguen de este modo, la sustancia puede resolverse
VII Metaph., q. 36; Soto en la Lógica, q. 3, a. 2. Capréolo defiende especial- en dos .conceRto~ ~~almente distintos; por lo tanto, en toda sustancia singular
mente esta opinión, ln 1, dist. 2, q. 1, al argumento de Escoto contra la se. d~ dicha dist:n~wn real, q~e antecede a nuestro entendimiento, y tiene que
última conclusión. Es también la opinión manifiesta de Santo Tomás, en el e~s~ ~n, las rrus~as cosas smgulares; por consiguiente, ·los dos conceptos se
I cont. Gent., c. 26, razón 4; más aún: el mismo Escoto, en el libro X Metaph., disttngmran no solo en cuanto son aprehendidos por nosotros, sino también
texto 3, parece mantener esta opinión; en efecto, establece una diferencia entre en la re:Wdad. misma. M~s por parte de ambos conceptos puede demostrarse que
ser y uno, porque -dice____. el ser expresa real y formalmente la misma naturaleza esto es rmpos1ble; en prrmer lugar, por parte del concepto del mismo ser, puesto

fundandi seu terminandj. essentialiter di- obiectivum entis esse ratione oraecisum7 quidditative praedicatur; unum vero, licet tionem et compositionem excludit Aristote-
versas. ut Soncin., Caiet., Ferrar.; et specialiter praedicet eamdem naturam realiter, no:ri ta- les in determinatione entis ad sua inferiora.
6. Propter haec et similia argumenta id declaravit Caiet., in dicto opuse. de En- men forrnaliter, quia unum dicit passionem, 8. Prima ratio.- Ratione probatur pri-
opinantur aliqui ens dicere conceptum te et essentia, c. 1, q. 2; et ídem tenet non essentiam. Quamvis fortasse in alio mo. Si ens et substantia ex; natura rei di-
obiectivum ex natura rei distinCtum ac prae- Fonseca, loco citato, quamvis de distinctio- .sensu ibi Scotus locutus est, scilicet, ens stinguuntur, vel se habent ut totum et pars,
cisum ab omnibus inferioribus et a con- ne inter praedicata essentialia superiora et dicere essentiam omnium generum, non ta- seu includens et inclusum, vel ut omnino
ceptibus quantumvis simplicibus sub eo inferiora aliter sentire videatur, JI Metaph., men totam, unum vero omnino esse extra condistincta. Hoc posterius nemo dicit, ne-
contentis, ut sunt substantia, accidens et c. 2, text, 11, et alibi, de quo infra suo essentiam. Sumiturque haec sententia ex que apprehendi potest, alias substantia
similia; et haec censetur communiter opinio loco. Idem etiam a fortiori tenent omnes Aristotele, VIII Metaph., c. ult., text. 16, praecise et formaliter sumpta ut condistincta
Scoti, In I, dist. 3, q. 1 et 3, et dist. 8, q. 2, qui negant genus ex natura rei distingui ab ubi dicit ipsum ens seipso absque aliquo ab ente, non includeret ens, quod est im-
et In II, dist. 3, q. 1; et eam sequuntur speciebus, vel speciem ab individuis, ut addito deterrninari ad substantiam, quantita- possibile, cum de conceptu essentiali sub-
Scotistae, qui a fortiori idem sentiunt de Greg., In I, dist. 8, q. 2 et 3; Capreol., q. 4, tem, qualitatem, et ideo non poni in defini- stantiae sit es se ens simpliciter. Quod ve ro
omnibus praedicatis universalibus, de qui· a. 3, ad argum. contra 2 conc.; Sonc., VII tionibus, quia. non dicit determinatam na- nec primum dici possit, probatur, nam, si
bus latius inferius. Metaph., q, 36; Soto, in Logic., q. 3, turam contrahibilem per aliquam differen- ens et substantia illo modo distinguuntur,
a. 2 L. Eamdem opinionem specialiter . Et ita exposuerunt Commentator, D. resolví potest substantia in duos conceptus
V era sententia tenet Capreol., In I, dist. 2, q. 1, ad ar- et Alex. Alens., ibi; Scot. vero ex natura rei distinctos; ergo in qualibet
7. Nihilominus dicendum est concep~ gum. Scoti cont. ult. concl. Et est aperta exponit quod Aristoteles excludat differen- singulari substantia datur illa distinctio ex
tum entis obiectivum prout in re ipsa exis- sententia D. Thomae, I cont. Gent., c. 26; t:ias realiter distinctas, non vero fonnaliter. natura rei quae antecedit intellectum, et
tit non esse aliquid ex natura rei distinc- rat. 4; immo et Scotus, X Metaph., text. 3, Sed hoc et est aperte contra mentem Aris- debet esse in rebus ipsis singularibus; illi
tum ac praecisum ab inferioribus in quibus hanc videtur tenere sententiam; constituit :totelis et ab ipso etiam Scoto non dicitur ergo duo conceptus, non tantum prout a
existit. Haec est opinio communis totius enim differentiam inter ens et unum; natri .consequenter, quia etiam inferiora genera nobis apprehenduntur, sed etiam in re ipsa
Scholae D. Thomae, quam imprimis neces- ens (inquit) praedicat eamdem naturam rea ... '-!J.On distinguuntur realiter a suis differentiis, distinguentur. Hoc autem esse impossibile
sario docent omnes qui negant conceptum liter et formaliter de generibus, de quibus sed ad summum formaliter, iuxta eiusdem ex parte utriusque conceptus ostendi potest,
Scoti doctrinam; ergo hanc etiam distinc- primo ex parte conceptus ipsius entis, nam
1
Vide Anton. Trombetam, VII Metaph., q. 16; Ant. And., q. 7.
406 ])¡sputactOn segunaa._S_ec_c_io_'n_l_Ilc..__________________4:'"0':'_7
que si prescinde en la realidad misma y se disting~e del modo que .le contra.e al da, el concepto total de sustanda, y sobre él torna a plantearse -el problema de
ser de la sustancia, pregunto: ¿cuál es el ser que se p1ensa q~e que~a, Sl se presclllde su distinción o no distinción real del ser, porque, caso de no distinguirse, esto
de dicho modo? o es el ser común y abstracto de toda smgulandad, o el ya de- mismo podrá afirmarse de la sustanda; mas si se distingue, será necesario re-
terminado a un ente singular, Lo primero es evidentemente falso, bien porque, 'solverlo en otros dos conceptos realmente distintos y continuar asi hasta el infi-
de lo contrario en la realidad misma existiría una cosa universal y de manera nito. Cabría responder a este argumento, negando la división dicotómica que se
universal lo cu'al es contradictorio por tratarse de un ente que existe realmente, puso al principio, es decir, que el ente se distingue de la sustancia como
y es pr~ducido, y está; consecuentemente, intr~nsecamente concretado al singu- una parte de otra parte, o como la parte del todo, sino (que se distingue) como
lar; bien, igualmente, porque no puede comumcarse a otro! .salvo a e~ta sustan- un concepto simple común de un concepto simple particular, de manera que el
cia si se habla del individuo. P'or lo tanto, hay que acltmttr necesanamente lo común se incluya en el particular y no al revés; pero aunque esta respuesta im-
se~do, y en este caso pregunto si en el ente así preciso del modo de sustancia /plique quizá algo verdadero, como. expondremos más extensamente luego, no obs-
hay alguna distinción real entre la razón común de ser y tal ser determinado, tante se desprende de ella con clandad que no puede haber distinción real entre el
o no; porque si existe la distinción, vuelve a adquirir valor el n;ismo argumento; ·concepto ~e se~ tal como. existe realmente en sus inferiores y éstos. Porque, si un
en efecto, será preciso resolver dicho concepto en dos y contmu~r asi hasta el concepto mfenor, por e¡emplo, el de sustancia, es simple, de manera que no
infinito; si, por el contrario, nn hay distinción, no será, por lo miSmo, necesario ~pueda resolverse en dos conceptos realmente distintos entre sí ¿cómo puede
para que la razón común de ser se determine a un ente concreto fingir entre comprender~e que haya en él distinción ~ea! .entre él mismo y algo' en él incluído?
ambos una distinción real; por consiguiente, tampoco para que el ente se con.. Por consiguiente, esto explica con suficiencia que tal modo de distinción no se
traiga a la sustancia, porque la razón es la misma, y todos los argumentos pro. d.a actualmente en las cosas mismas, sino sólo como en su fundamento consumán-
puestos al principio pueden aplicarse al concepto de ser, que se afirma que está dose mediante la precisión de la mente. '
prescindido de la sustancia, en cuanto existe realmente en ella, y hay que resolverlos . 10. Segunda razón ..- En se~undo l':gar, e! concepto de ser no sólo se pres-
necesariamente en él, y de esta suerte no quedará fundamento alguno para fingir cmde de las cnaturas, smo tambten de Dws; mas como en Dios no se da distin-
tal distinción. Aparte de todo esto, queda el que nuestra mente apenas puede ción real entre el concepto de ser, en cuanto tal, y el concepto de tal ser es decir
concebir una entidad real y singular, y que, sin embargo, no incluya en su razón del ser increado e infinito, tampoco, por lo tanto, se da en los demás' seres. L~
intrínseca y esencial, con el sentido formal más riguroso, la razón de sustancia y n:ayo~ ~onsta por _lo que se ha dic~o; 1~· meno; es también cierta, ya por la suma
accidente. srmplictdad de . Dms,
1 puesto que si en el se diera alguna distinción real, no sería
9. Esto mismo puede demostrarse, además, por parte del otro concepto, o , sumamente stmp e; ya porque, de lo contrario, existida en las cosas una razón
sea, del modn que contrae al ente; pregunto, en efecto, si el ente se incluye Íl);. real, distinta realmente de todas las demás, anterior por sí -y por su naturaleza a
trinsecamente en él o no; si no se incluye, no es nada; la sustancia, por Dios en cuanto es Dios, a saber, la razón de ser que se distinguida en Dios de
lo tanto, no añade nada sobre el ser, ni puede dicho modo ser causa de la la razón de Dios; mas esto es imposible, ya que Dios, eri cuanto Dios es esen-
1distinción entre el ser y la sustancia; más aún : ni siquiera puede determinar o cialm.ente el ~rimer ser en dur~ción, perfección y naturaleza. Finalmen;e, porque
contraer el ser, o constituir la sustancia; ¿cómo, en efecto, lo que no es nada, 1~ ~sma razon de. ser que. eXIste en Dios posee esencialmente las propiedades
podrá realizar todo esto? Pero si se incluye dicho modo, abarcará, en consecuen- d1vmas, como ser mdepend1ente e increada; de donde, incluso según la razón
turn conceptum substantiae, et de illo redit in illo inclusum? Igitur hoc ipsum satis
si in re ipsa praescindit et distinguitur a fingere; ergo neque ut determinetur ens: quaestio an distinguatur ex natura rei ab declarar hunc distinctionis modum non es-
modo contrahente ipsum ad esse substan~ ad substantiam; est enim eadem ratio, et ente vel non; nam si non distinguitur, se in rebus ipsis actualiter, sed solum ut
tiae, quaero quale ens est illud quod mane- omnia argumenta in principio facta applicari idem dici poterit de substantia; si vero di- in fundamento, per rationis autem praecisio-
re intelligitur praeciso illo modo. Aut enim possunt ad illum concepturn entis, qui dici- stinguitur, oportebit illum resolvere in alias nem consummari .
est ens comrnune et ab ornni singularitate tur esse praecisus a substantia, prout in ea .duos conceptus ex natura reí distinctos, et 10. Secunda ratio.- Secundo, conceptus
abstractum aut deterrninatum ad singulare realiter existit, et in illo necessario solven:- sic in infinitum procedere. Posset huic ar ... entis non solum a creaturis, sed etiam a
ens. Primum est evidenter falsum, tum quía da sunt, et ita nullum manebit fundamen- gumento responderi negando bimembrem Deo praescinditur; sed in Deo non distin-
alias in re ipsa esset res universalis et uni- tum ad talero distinctionem fingendam. partitionem in principio positam, scilicet, guitur ex natura reí conceptus entis, ut
versaliter, quod repugnar, quía illud ens est Praeterquam quod vix potest mente concipi ens distingui a substancia tamquam partero sic, a conceptu talis entis, scillcet, increati
a parte rei existens et productum; ergo est encitas realis et singularis, et tamen quod in a parte, vel tamquam partero a toto, sed vel infiniti; ergo neque in caeteris enti-
intrinsece determinatum ac singulare; tum sua intrinseca et essentiali ratione formalis- Ut simplicem conceptum communem a sim- bus. Maior constat ex dictis et minor etiam
etiam quia est incommunicabile alteri, prae- sime non includat rationem substantiae aut plici~ conceptu particulari, ita ut comrnunis est certa, tum ex smnrna Dei simplicitate,
terquam huic substantiae, si in individuo accidentis. in particulari includatur, quamvis non e nam si in eo esset aliqua distinctio ex na-
loquamur. Secundum ergo necessario di- 9. Deinde ídem ostendi potest ex parte contrario. Sed, quamvis haec responsio ve- tura reí, non esset summe simplex; tum
cendum- est;--- et --tune---interrogo ---an in ente alterius conceptus seu modi contractivi en- fortasse sumar, ut inferius .Iatíus expo~ etiam quía alias daretur in rebus aliqua
sic praeciso a modo substantiae sit aliqua tis; nam inquiro an in illo intrinsece incht- nemus, tamen ab ea manifeste sequitur non ratio realis ex natura rei distincta ab om-
distinctio ex natura reí ínter communem datur ens necne; si non includitur, nihil posse esse distinctionem ex natura rei ínter nibus aliis, ex se et natura sua prior Deo,
rationem entis et tale ens, vel non; nam est; nihil ergo addit substantia supra ens, conceptum entis, prout existentem realiter ut Deus est, scilicet ~lla ratio entis, quae
si est distinctío, redit ídem argumentum; neque illud potest efficere distinctionem in- in suis inferioribus et illa. Nam si concep- in Deo esset distincta a ratione Dei; hoc
oportebit enim resolvere illum conceptum ter ens et substantiam; imno nec potest tus inferior, verbi gratia, substantiae, est autem est impossibile quía Deus, ut Deus,
in duos, et sic procedere in infinitium; si determinare seu contrahere ens aut consti- simplex, ita ut non possit resolví in duos essentialiter est primum ens et duratione,
vero non est distinctio, ergo, ut communis tuere substantiam; quomodo enim id quod conceptus ínter se ex natura reí distinctos, et perfectione, et natura. Denique, quia
ratio entis determinetur ad tale ens, non est nihil haec omnia praestabit? Sí autem quomodo potest inteUigi quod in eo sit di- illamet ratio entis, quae in. Deo est, essen-
oportet ínter ea distinctionem ex natura rei includitur, ergo et modus ille íncludit to- stinctio ex natura reí ínter ipsum et alíquid tialiter habet divinas proprietates, ut esse
408 ________________Disputadones metrtflsicas .Disputad6n segunda.~S:_c_ct_"6_n_l_I'--I~~~~~~~~~~~~~~~ 409
de ser tal como existe en la realidad, Dios dista infinitamente de las criaturas. nas personas, que convienen en esta razón común distinguiéndose en las propias
Con estos argumentos, se empeña Soncinas en el libro IV Metaph., q. 2, en y, sin embargo, en cada una de ellas la razón de persona y la razón de tal persona
probar que el ente no expresa un concepto objetivo preciso; mas lo que prueban se no se distinguen realmente, sino sólo por razón. Se patentiza igualmente en las
refiere a la precisión real, pero no a la precisión según la razón. Se demueStra razones comunes a Dios y a las criaturas, según quedó ya prácticamente explicado
la primera consecuencia del argumento, porque aunque los conceptos inferiores al tratar la razón de ser tal como existe en Dios. Y puede todavía explicarse res-
de ser en las criaturas no tengan la misma simplicidad que el concepto de Dios} pecto de· la razón, por ejemplo, de sabiduría, en la que convienen de algún modo
y pueda parecer por ello distinta su naturaleza, es, sin embargo, idéntica por lo la sabiduría creada Y la increada y, sin embargo, ni en la misma sabiduría increada
que se refiere al caso presente, ya porque si las razones expuestas al principio se distingue realmente la razón de sabiduría y la propia de tal sabiduría, a causa
hubieran demostrado la distinción real entre el ser y los inferiores, demostradan de su simplicidad Y perfección suma, ni pueden tampoco distinguirse realmente
absolutamente la misma en Dios, pues cabe el mismo modo de aplicación, según ambas razones en la sabiduría creada, porque, aunque se considere precisivamente
se echará de ver en las soluciones; ya también porque respecto del ser en cuanto la razón de sabiduría, si se la considera como existente en realidad en la sabiduría
tal, los conceptos inferiores de las criaturas son igualmente simples, sin que pueda creada, hay que pensarla corno intrínsecamente creada y, en consecuencia, sin
concebirse en ellos realidad alguna anterior por naturaleza a la entidad propia de distinción en sí misma y sin precisión alguna real respecto del modo con que se
cada una, según su razón determinada. ¿Cómo, en efecto, puede concebirse que contrae al ser de la sabiduría creada; de lo contrario en la sabiduría creada ha-
exista en la sustancia, realmente o por su naturaleza, alguna entidad que sea bría que concebir una razón real de sabiduría que abs~rajese de creada o increada
anterior por razón de ente que por razón de sustancia? no sólo según la razón, sin~ tambi~n según la realidad, lo cual es completamente
11. Tercera razón.__,. Finalmente argumento, porque la sola distinción. de absurdo y no puede conceb1rse racmnalmente, puesto que cuanto hay de entidad
nuestros conceptos, mediante los que concebimos algo a modo de común o particu- en la sabiduría creada es producido y dependiente. Puede, por fin, demostrarse lo
lar, no es suficiente indicio de distinción real en la cosa concebida; por lo tanto, no mis~o en las razones comunes única:nente a las cosas creadas, lo que haremos
la denuncia tampoco en el concepto de ser respecto de sus inferiores; consiguiente- amphamente luego al tratar de los umversales.; basta ahora explicar con brevedad
mente, no existe tal distinción. Esta segunda consecuencia es evidente, porque no que, en virrud de la sutileza y modo de concebir del entendimiento humano estos
puede excogitarse ningún otro indicio o huella de tal distinción, la cual no ha de conceptos superiores o inferiores pueden variarse o multiplicarse de infinitas ~ane­
admitirse, no digo ya sin razón suficiente, pero ni siquiera sin una razón apre- ras; esto, por consiguiente, es señal de que no siempre se fundan en una distinción
miante, porque, hablando en general, no deben multiplicarse las distinciones sin que se dé en las cosas, sino en nuestro modo de concebir, supuesto cierto funda-
motivo, principalmente y sobre todo ésta, que apenas resulta concebible por la Jne?to d~ sernejanz.a, con;reniencia o emin:ncia. de las cosas mismas; en otra hipó-
razón. La primera consecuencia es, a su vez, clara por no haber, tratándose del tests, sena necesano fingir en cada cosa mfimtos modos realmente distintos me-
concepto común y particular en el ser, ninguna razón de más valor que en los diante los que se constituye plenamente y plenamente se distingue de las d~más.
otros conceptos; mejor, en el ente, debido a su transcendencia, hay menos razón Esto ~uede aclarar~e. con dive~sos ejemplos, porque el sentido común, v. gr., tiene
de distinción. Y el primer antecedente se evidencia, en primer lugar, sobre todo capacidad de perc1brr los ob¡etos de todos los sentidos externos; por lo tanto,
en las cosas divinas, pues el concepto de persona divina es común a las tres divi- puede abstraerse un concepto común a la visión y al sentido interno, o sea. el del

independentem et increatam; unde etiam tas sub ratione entis quam sub ratíone bus divinis personis, quae in ea communi p~entit'l. creataranonem aliquam realero sa-
secundum illam rationem entis prout est in substantiae? ra,tione conveniunt, et in propriis dístin- plentme, quae non solum secundum ratio-
re, infinite distat Deus a creaturis. Quibus 11. Tertia ratio.- Ultimo argumentar, guuntur, et tamen in unaquaque earum nem, sed etiam secundum rem abstraheret
argumentis Soncinas, lib. IV Metaph., q. 2, quía sola distinctio conccptuum nostrorum, ratio personae et ratio talis, personae non a ra~io?e creatae et increatae, quod et ab-
contendit probare ens non dicere concep- quibus aliquid concipimus. per modum com- distinguuntur ex natura reí, sed racione tan- surdissi.mum. est .et mente concipi non pot-
tum obiectivum praecisum, sed probant de munis et particularis, non indicat sufficien- tum. Deinde patet etiam in rationibus com- est, qwa qwdqwd est entitatis in sapientia
praecisione secundum rem, non tamen de ter distinctionem ex natura reí in re con- munibus Deo et creaturis, ut fere iam ~reata est factum et dependens. Tandem
praecisione secundum rationem. PJima vero cepta; ergo neque illam indicat in concep- explicatum est in racione entis prout in ~dem ostendi potest rationibus communibus
consequentia argumenti probatur, quia, licet tu entis respectu inferiorum; ergo nulla De.o existit. Et declarari etiam potest in ~olis rebus creatis, qtwd late praestabimus
conceptus inferiores enti in creaturis non est talis dlstinctio. Haec secunda conse- ratrone sapientiae, verbi gracia, in qua con- mfra; de universalibus disputan tes; nunc
sint aeque simplices conceptui Dei, et ideo quentia patet, quía nullum aliud excogitari veniunt aliquo modo sapiencia creata et in- ~r~v1ter declaratur, quia possw1t ex sub-
videri possit dispar eorum ratio, tamen in potest indicium aut vestigium taJis distinc- c!eat~, ~t tamen neque in increata sapien- tilitate et modo concipiendi humani intel-
praesenti est .eadem, tum quía, si rationes tionis, quae non solum sine sufficienti, ve- tia distmguuntur ex natura reí communis lectus hi conceptos superiores et inferiores
in principio factae ostenderent distinctio- rum etiam sine cogenti ratione asserenda ratio sapientiae et propria talis sapientiae, infinitis modls variari et multiplicad; sig-
nem ex natura rei inter ens et inferiora, non est, quia, et in universum loquendo, propter summam simplicitatem et perfectio- num ergo est id non semper fundari in
eamdem---omnino----ostenderent----in-- -Deo, nam distinctiones non sunt multiplicandae sine eius; neque etiam in sapientia creata distinctione quae sit in rebus, sed in modo
eodem modo applicari possunt, ut in solu- causa, et praesertim ac specia)iter haec, quae possunt illae duae raciones ex natura reí concipiendi nostro, supposüo aliquo funda-
tionibus patebit; tum etiam quia respectu vix mente concipi potest. Prima vero con- ~stingui, quía, quantumvis praescindas ·ra- mento similitudinis, convenientiae aut
entis, ut sic, etiam inferiores conceptos crea- sequentia patet, quia non est maior ratio ~onem sapientiae, si illam consideres emin.entiae !psarum rerum; alioqui oporte-
turarum sunt simpl,ices et in eis non potest de conceptu communi et particulari in ente, ~ ~e existentem in sapientia creata, ret fmgere rn unaquaque re infinitos modos
intelligi aliqua realitas prior natura quam quam in reliquis; .immo in ente propter mtelliges illam intrinsece creatam, et ex n~tura rei distinctos, quibus in se plene
sit propria uniuscuiusque entitas secundum transcendentiam suam est minor distinc- conse;t~enter in re ipsa indistinctam, constltuatur et ab allis plene distinguatur.
detenninatam rationem eius. Quomodo tionis ratio. Primum vero antecedens patet et nurume praecisam ex natura rei ab illo Quod uno vel alio exemplo declaratur, nam
enim concipi potest ut in substantia sit imprimís in rebus di't"inis tantum, nam con- modo quo determinatur ad esse sapientiae sensus communis, verbi gratia, habet vím
realiter seu ex natura rei prior aliqua enti- ceptus personae div¡nae communis est tn- creatae; alloqui oporteret intelligere in sa- percipiendi obiecta omnium sensuum exter-
Disputación segunda.-Secció.n~_l::l~l----------·----~ 411

sentido perceptivo del color, y otro común al oído y al sentido común, a saber el 13. Se responde, pues, al primer argumento negando la primera consecuen-
del sentido perceptivo del sonido, y así de los restantes. ¿ Qnién, sin embargo: se cia, porque la razón de ser se dice que es en realidad la misma que en el enten-
atrevería a decir que en el sentido común se distinguen realmente entre sí la capaci- dimiento, debido a que efectivamente todos los seres poseen en la realidad la
dad de percibir el color o el sonido, o que la capacidad de sentir en general se misma semejanza y conveniencia bajo la cual los concibe el entendimiento cuan-
distingue en este sentido de la propia capacidad y modo de alcanzar sus objetos do concibe el ser; mas como este modo de concebir el ser es inadecuado respecto
y no más bien que existe aquí una capacidad simple que abarca todos esos objetos' de los seres tal como existen en la realidad, por eso se afirma que la razón de
a la cual, por concebirla inadecuadamente el entendimiento la compara con otra~ ser así concebida no incluye los modos concretos de los seres; y en esta expresión
cosas, logrando abstraer así conceptos comunes que no se distinguen realmente, no se trata ya de la razón de ser en absoluto y tal como es en sí, sino en cuanto
sino sólo por razón? Lo mismo pasa con la luz del sol en cuanto tiene el poder cae bajo la denominación del entendimiento; de donde resulta ignal que si se
de iluminar, en el que conviene con el resplandor del fuego, y el de calentar dijera que mediante dicho concepto no se considera el ser bajo las razones ex-
en que conviene con el calor, y el de agostar en que conviene con la sequía·, pu- presas de los entes inferiores, sino sólo bajo un concepto común e inadecuado.
diendo el entendimiento abstraer de todos ellos diversos conceptos, todos los Por ello, no es legítima la inferencia de que también en la realidad misma, la
cuales resulta pueril e infundado considerarlos como realmente distintos en la razón de ser, tal com-o existe en los entes singulares, no incluye sus propias ra-
luz. zones o modos. Cabría también hacer una: distinción en la proposición que se
tomó como mayor, o sea, que la razón de ser concebida en la mente es la misma
Soluciones de los argumentos que en la realidad; en efecto, es la misma realmente, pero no racionalmente, bas-
tando esto para que pueda en la realidad incluir las razones propias de los entes
12. Respuesta al primero.~ A los argumentos propuestos al principio se· res.. inferiores, aunque no las incluya en cuanto concebida precisivamente; igual que
ponde primeramente en general que hay en todos una gran equivocidad al .la sabiduría divina es en la realidad la misma que se concibe en la mente, aunque
pasar en el argumento de la razón objetiva, en cuanto prescindida por el entendi- como concebida en la mente, no se piense que incluye la justicia a la que de
miento, a la misma en cuanto existe en la realidad, y al atribuir a las cosas mismas hecho incluye esencialmente, puesto que el no incluirla en cuanto concebida
lo que sólo por denominación extrínseca conviene a las razones concebidas y . sólo significa que, en dicho concepto precisivo -no negativo-- no se considera
prescindidas en cuanto caen bajo tal consideración y precisión del entendimiento. expresa y distintamente en cuanto la incluye.
Y esto es lo que sobre todo debe tenerse en cuenta en todos estos argumentos, 14. Respuesta al segundo.- Al segundo se respondió ya debidamente allí
que se fundan únicamente en el modo de hablar y concebir. En efecto, nosotros
igual que concebimos, así hablamos, de donde resulta que, de la misma manera que la razón de ser en la sustancia no es separable de la sustancia, sucediendo lo
que nuestros conceptos, aun siendo verdaderos y no falsos, no siempre, sin em_... mismo en el accidente; y de esto se concluye más bien la identidad e indistinción
bargo, son adecuados a las cosas mismas, de igual suerte las palabras se miden .real, puesto que las cosas que se encuentran en la realidad de tal manera que ni se
por nuestros conceptos, debiendo, por lo mismo, ponernos en guardia para no distinguen realmente ni pueden separarse una d~ otra, ni Viceversa, no hay razón
transferir a las cosas mismas nuestro modo de concebir y para no juzgar a causa para que se distingan por su naturaleza, si no se descubre por otro concepto
de los diversos modos de expresión, que hay verdadera distinción en las cosas, algún principio suficiente de distinción, y en el caso presente no hay ninguno.
cuando en verdad no la hay. .Por eso, referente a la réplica, se responde que la razón de ser que se da en

norum; potest ergo abstrahi communis con- Argumentorum solutiones 13. Ad primum ergo respondetur ne- realiter, non tamen ratione, et hoc satis est
ceptos visui et interiori sensui, scilicet, 12. Ad primum respondetur.- Ad argu~ -gando primam consequentiam, nam ratio ut in re possit includere proprias rationes
sensus perceptivi colorjs et alius communis menta ergo in principio posita respondetur, entis dicitur esse eadem in re, quae est in inferiorum entium, quamvis ut concepta
auditui et sensui communi, scillcet, sensus primum in genere, in illis omnibus- esse mente, quia revera omnia entia habent in re praecise illas non inc}udat; sicut sapientia
perceptivi soni, et sic de reliquis. Quis au- magnam aequivocationem argumentando a eam similitudinem et convenientiam, sub divina eadem est in re, quae mente conci-
tem djcat in sensu communi ex natura reí racione obiectiva, ut praecisa ab intellectu, qua intellectus illa concipit, cum concipit pitur, quamvis ut mente concepta non intel-
distinguí vim percipiendi colorem vel sonum ad illam prout est in re, et attribuendo ens, et quia hic modus concipiendi ens est ligatur includere iustitiam, quam in re ipsa
inter se, aut vim sentiendi in communi rebus ipsis quod solum per denominatio- inadaequatus respecto entium, prout sunt in essentialiter includit, quia, quod ut concepta
distinguí in eo sensu a propria vi et modo nem extrinsecam convenit rationibus con- re, ideo dicitur ratio entis sic concepta non non indudat, soluro est quod non expres-
qua attingit sua obiecta, et non potius es- ceptis ac praecisis, ut sunt sub tali consi- o:includere determinatos modos entium, in se et distincte consideratur ut includens il-
se ibi unam simpllcem virtutem, quae at- deratione ac praecisione intellectus. Et hoc qua locutione iam non est sermo de ratione lam conceptu illo praecisivo, non negativo.
tingit omnia illa obiecta, quam intellectus est maxime considerandum in his omnibus entis absolute et ut in se est, sed ut est 14. Ad secundum.- Ad secundum recte
inadaequate concipiens comparat cum aliis argumentationibus, quae solum in modo lo- ,sub denominatione intellectus; unde perin- ibi responsum est rationem entis in substan-
rebus,--et----Sic---abst-rahit---conceptus---eommunesj quendi .et concipiendi fundantur. Nos enim, ~~ est ac si diceretur per illum conceptum tia non esse separabilem a substantia, et
non re, sed racione distinctos? Idem est in sicut concipimus, ita loquimur; unde sicut non considerari ens sub expressis rationibus similiter in accidente, et hinc potius colligi
luce solis, quatenus et virtutem habet il- conceptus nostri, etiamsi veri et non falsi inferiorum entium, sed solum communi et identitatem et indistinctionem ex natura rei,
luminandi, in qua convenit cum splendore sint, non tamen semper sunt adaequati rebus 4nadaequato concepto, et ideo non recte in- quía quae ita se habent in re, ut nec realiter
ignis, et calefaciendi, in qua convenit curo ipsis, ita etiam voces sunt commensuratae fertur quod etiam in re ipsa ratio entis distinguantur, nec unum ab alio separari
calare, et exsiccandi, in qua convenit cum conceptibus nostris, et ideo cavendum est ne .prout est in singulis entibus non includat possit, neque e converso, non est cur in re
modum concipiendi nostrum transferamus p~oprias rationes seu modos eorum; posset ipsa distinguantur, nisi aliunde s.it aliquod
siccitate, et ah his omnibus potest intel~
lectus varios conceptos abstrahere, quos ad res ipsas, et propter diversum loquendi ·-étlam distinguí maior propositio assumpta, sufficiens principium distinctionis, quod in
omnes in luce ex natura rei existimare di- modum existimemus esse distinctionem in .·sci¡icet, rationem entis eamdem esse in re. praesenti nullum invenitur. Unde ad replicam
Btinctos frivolum est et sine fundamento. rebus, ubi vere non est. quae mente concipitur; est enim eadem respondetur rationem entis, quae in substan-
412 Disputaciones metafísicas
Disputación segunda.--Sección Ili 413
la sustancia no es realmente la misma que se da en el accidente, ni al revés, sino
que es idéntica sólo según la razó?-, es ~e~ir, según cierta .conveniencia y seme- razón. De aqui sólü se puede llegar a la conclusión de que la razón común a am-
janza que puede la razón conceb,1r precistv:unent~ como SI f~era una. s~la cosa,_ bos, por precisión del entendimiento, se distingue de las propias de ellos.
bastando para esto que dicha razon, concebida .ast com.o comun, se distmga ~­ 16. ¿Cómo puede la misma entidad convenir y diferenciaJ'se por la misma
cionalmente de las razones propias de la sust~cm y acctdente. r:o:que lo exclusi- razón simplicísima?_. Respecto del cuarto, juzgan algunos imposible a causa del
vo del ser infinito es únicamente que una mtsma cosa sea numer1camente comu- argumento propuesto que una misma cosa según la realidad, sin tener en si dis-
nicable a muchas cosas realmente distintas por identidad perfecta con todas y tinción alguna real, pueda ser principio o fundamento de semejanza y distinción
cada una de ellas, aunque cada una sea incom:micable. El hecho de que una m~s­ respecto de otra. Otros, en carnbio, piensan que esto es contradictorio en la seme-
ma cosa, que en sí es realmente simple, es decir, no compu:sta d~· grados c~n dis- janza de univocidad, pero no en la de analogía, lo cual sería bastante para nos-
tinción real sea realmente incomunicable a otra con la que tiene cterta semeJanza y otros. Pero yo juzgo que esto tampoco es contradictorio en la semejanza de
conveniencia en virtud de la cual pueda concebirse una razón común a ellas, es univocidad, como puede demostrarse por el ejemplo no sólo de las cosas divinas,
algo que nd excede la perfección de una cosa finita. Más aún: algo semejante sino también de las creadas. En efecto, el Padre y el Hijo convienen unívoca~
puede darse en cualquier cosa por imperfecta que sea. mente en la razón de persona; ¿pues quién negará en este caso cierta unidad y
15. Al tercer argumento.___, Al tercero se responde, ~n pr~er lugar, que en conveniencia, o afirmará que es meramente análoga, siendo la una igualmente
la realidad la sustancia es ser por lo mismo que sustancia, y viceversa, a saber, perfecta que la otra en la razón de persona? Y, sin embargo, en cada una de las
por su naturaleza intrínseca y por la entidad que tiene objetiv:;mente; 1~ mismo- personas no puede fingirse ninguna distinción real entre el fundamento de la di-
pasa, con la debida proporción, en el accidente. P~r eso, ,segun esto rms~o, la ferencia y el de la semejanza. Efectivamente, la misma paternidad simplicisima
sustancia no es ser por lo mismo que el accidente, m al reves, porque el accidente en si misma se distingue realmente de la filiación en su entidad relativa, convi-
es ser por en.tidad accidental y en orden a la. sustancia; en ~am~~o, la sust??-cia niendo con ella en la razón común de relación o personalidad; es semejante cuasi
es ser por entidad sustancial y en si independt:nte de s~bordinac:on o relacton a genéricamente y distinta cuasi específicamente, por más que estos grados o con-
un sujeto, ni de este modo ~hablando en el !Dls.mo sentJdo- ac_c1dente Y sustan- ceptos no se distingan realmente en ella. En las criaturas la cantidad y cualidad
cia son uno en la razón de ser, tal como se constltuyen en la real1dad. En segundo .convienen -segím es probable___, unívocamente en la razón de accidente, y, sin
lugar, si nuestra expresión no se refiere a la realidad~ sino a nue~tra razón preci- embargo, en cada una de ellas la razón de -accidente no se distingue realmente de
siva, entonces se dice que la sustancia no es sustancia _POI lo rmsmo que ~s ser, la razón propia, como luego sé dirá con más amplitud; esto mismo juzgo que
por lo mismo, repito, según la razón; mas de aquí solo se pued~ conclmr q~e sucede en todas las especies respecto de sus individuos, como se dirá en su
la razón de ser y de sustancia se distinguen racionalmente en la IDisma sustanct~, lugar. La razón está en que, si la distinción y conveniencia son de diversos órde-
y de igual manera, la razón de ser y de accidente en ~st~. Igualmente, l_a sustancia nes, no repugna que se funden en lo mismo, pues de esta .manera la una no im-
y el accidente sólo puede afirmarse que están cot;stltmdos por lo !Dlsmo ~n la plica la negación de la otra, más aún, en cierto modo la exige. Esto es lo que
razón del ser, del mismo modo que son uno en dicho concepto, o sea, segun la pasa en el caso presente; la distinción es, efectivamente, real; en cambio, la con-
veniencia es sólo según razón, y, por ello, no repugna que dos cosas simples,
tia reperitux, non reperiri eamdem secun- esse ens, ex quo est substantia, et e converso,_ que en la realidad son realmente diversas primariamente, posean según la razón
dum rem in accidente, neque e converso, nimirum per suam intrinsecaro naturam et
sed solum eamdem secundum rationem, id entitatero quam in re habet; et idem est~
est se-cundum quamdam convenientiam et servata proporcione, in accidente. Quocirca: de solum potest concludi rationem illam Eadem enim paternitas in se simplicissima
si~ilitudinem, quam potest ratio per maduro in eodem sensu, non ex eodem substantia communem utr¡que per intellectus praeci- in sua entitate relativa dístinguitur realiter
unius praecise concipere; et ad hoc satis est est ens ex quo accidens, neque e converso, -sionem distingui a propriis eorum. a filiatione, et convenit curo illa in com-
quod huiusmodi ratio, quae hoc rno?o ut nam accidens est ens per entitatem acd- 16. Quomodo possit eadem entitas per muni ratione relationis seu personalitatis;
communis concipitur, secundum ratmnem dentalem et in ordine ad substantiam; sub- eamdem simplicissimam rationem convenire estque similis quasi generice, et dissimilis
distincta sit a proprüs rationibus substan- stantia vero est ens per entitatem substan- -et differre.- Ad quartum, quibusdam videtur quasi specifice, quamvis in ea hi gradus seu
tiae et accidentis. Quod enim est proprium tialem et in se absolutam ab ordine seu impossibile ut idem secundum rem absque conceptus ex natura rei non distinguantur.
rei infinitae, solum est ut eadem numero habitudlne ad subiectum, neque hoc modo ulla distinctione ex natura rei, quam in se In creaturis, quantitas et qualitas (ut est
res sit comrnunicabilis multis rebus realiter (in eodem sen su loquendo) accidens et sub- habeat, possit esse principium seu funda- probabile) univoce conveniunt in ratione
distinctis, per identitatem perfect~m cum stantia sunt unum in ratione entis, prout in mentum convenientiae et distinctionis ab accidentis, et tamen in unaquaque earum
omnibus et singulis earum, quamv1s earum re ipsa constituuntur. Secundo dicitur, si alio, propter argumentum factum. Alii vero ratio accidentis non distinguitur ex natura
quaelibet incomrnunicabilis sit. Quod vera non loquamux secundum rem, sed secun- putant hoc quidem repugnare in convenien- rei a propria, ut infra latius dicetur; et
eadem res, quae in se est realiter simplex, dum rationem · sic substan- tia univoca, non vero in analoga, quod nobis idem existimo esse de omnibus speciebus
id est non- composita--e)'S;---gradibus___ ~ __ natura tiam non ex eodem esse esset. Ego vero existimo etiam in respectu suorum individuorum, ut suo loco
rei ctistinctis, sit realiter incommunicabilis quo est ens, ex eodem (inquam) ·Convenientia univoca id non repugnare, ut dicetur. Ratio vera est, quia si distinctio et
alteri, cum qua habet aliqua~ similitu,di;nem rationem · ex hoc vero sensu solum potest patet exemplis, tum ¡n divinis, tum in crea- convenientia sint diversorum ordlnum, non
et convenientiam, ratione cmus concrp1atur concludi 'ratioriem entis et substantiae di- tis. Nam Pater et Filius univoce conveniunt repugnat in eodem fundari; sic enim una
in eis aliqua ratio communis utrique, hoc stinguí ratione in ipsa substantia, et rationem k ratione personae; quis enim negabit ibi non involvit negationem alterius, immo
non excecüt perfectionem rei finitae; imroo similiter entis et acddentis in accidente. al-iquam unitatem et convenientiam, aut quodammodo illam requirit. Ita vero est in
in qualibet re quantumvis imperfecta ali- Atque eodem modo substantia et a~ci~et;s affirmabit illam esse analogam, cum in ra- praesenti; nam distinctio est realis, conve-
quid huiusmodi reperiri potest. solum dici possunt ex eodem consntm m tione personae tam perfecta sit una sicut nientia autem secundum rationem tantum,
15. Ad tertium.- Ad tertium responde- ratione entis, eo modo quo in illo conceptu alia? Et tamen in singulis personis nulla et ideo non repugnat ut duo simplicia, quae
tur primo substantiam in re ipsa ex eodem lUlUIU sunt, scilicet secundum rationem. Un- fingi potest ex natura rei distinctio ínter secundum rem sunt realiter primo diversa,
distinctionis et convenientiae fundamentum. secundum rationem habeant unitatem funda-
414
alguna unidad, fundada en la semejanza o conveniencia real que tienen entre sí.
--
Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-.Seccíón IV 415

En efecto, las cosas que en la realidad son distintas, pueder: ser semejantes en
SECCION IV
lo mismo en que se distinguen. Más aún: la semejanza postula mtrínsecamente dis-
tinción real con cierta unidad de razón, es decir, formal o fundamental, pues una EN QUÉ CONSISTE LA RAZÓN DE SER EN CUANTO SER Y CÓMO CONVIENE
misma cosa propiamente no es semejante a sí misma. El hecho de que esta con- A LOS ENTES INFERIORES
veniencia o semejanza sea imperfecta, como en el caso de la analogía del ser y
otros parecidos, hace que se comprenda más fácilmente cómo pueden las cosas, l. Qué entiende Avicena por el nombre de ente.- Habiendo afirmado que
por más que sean primariamente diversas, tener, no obstante, entre si una seme- el ente e.xpresa un solo concepto objetivo, es preciso explicar con brevedad en
janza imperfecta, porque no se las llama primariamente diversas porque carezcan q~é ~?ns1ste s~ ra~~n formal o esencial, al menos mediante una especie de des-·
de toda semejanza entre sí, ya que esto no es preciso que suceda en las cosas o cr1pc10n o, ~xphcacwn. de las p~abras, pues tr~tándose de una razón simplicísima
razones reales, sino porque se distinguen primeramente por si mismas, y con y abstractlstma, propmmente no puede definirse. La opinión de Avicena, que
esta distinción es compatible la semejanza imperfecta de que acabamos de hablar. transmiten el Comentador y Santo Tomá~, IV Metaph., com. 3, y libro X Metaph.,
coro. 8, es que el ser s1gruficaba un accidente común a todas las cosas existentes
De esto tenemos un ejemplo en Dios, en el cual 'no se puede excogitar ninguna
es decir, la existencia misma que afirmó sobrevenía como un accidente a la~
distinción real de grados; de donde su simplicísima naturaleza es por si misma
cosas, ~orc¡ue ~? les puede donar o privarlas de ella. Esta opinión está fundada
completamente distinta de la naturaleza creada, y, no obstante, es, al mismo tiem~ ~ la s1grufic~c10n de la palabra ente, que se deriva del verbo ser y es su partici-
po, principio de cierta conveniencia análoga y relativa con ésta; por consiguiente,. pm; ~h?ra bien: el ver~o. ser, tomado absolutamente, significa el acto de ser o
estos dos hechos no están en contradicción. d~ eXIstir, pues ser y eXIs~r, según consta por el uso común y el significado de
17. De lo dicho se desprende con claridad la respuesta a la última confirma- dichas palabras, son lo m1smn; en consecuencia, ente significa adecuadamente
ción. En efecto, ya se dijo que la razón de sustancia y de ser en la sustancia son lo que esj po.r eso en Aristóteles, libro 1 de la Física, texto 17, y con frecuencia
ciertamente idénticas en absoluto en la realidad, pero difieren racionalmente; y en otros pa~aJ.es, en vez de ente se pone lo que es, es decir, lo que tiene el acto
que bajo el primer aspecto tienen en la sustancia la misma razón esencial, aunque ~e s.er o eXIstir, de suerte que es lo mismo ente que existente; por lo tanto, ente
racionalmente distinta, y lo mismo pasa a propósito de la razón de &er y acciden~ stgnifica form~almente el ser o existencia, que cae fuera de la esencia de las cosas.
te, tal como se halla en éste; por el contrario, del accidente y la sustancia com- 2. Ex~nando So.to esta opinión sin citar a Avicena, en el c. IV Antepraedic.,
parados entre si se afirma que en la razón de ser tienen una razón esencial idén- q. 1, al fin dice, en pnmer. bgar, que ente es siempre el participio del verbo ser,
tica sólo mentalmente, no realmente, y en todas las ilaciones hechas en dicha con- como existente lo es de extstzr, y que formalmente significa la existencia mientras
firmación se incurre en equivocidad, pur no discriminar las diversas razones y mo- q_ue .materialmente, lo que tkne la existencia; mas explica luego que enfe no sólo
st~ca lo que es actualmente, por ejemplo, existente, sino lo que es actual o po-
dos de conveniencia y distinción. tencialmente, puesto que de un hombre no existente se predica con verdad que es
natura per se ipsam est prorsus dístincta: ser, como que es animal o sustancia, y, no obstante, concluye que el ser no se
tam in reali similitudine vel convenientia,
quam ínter se habent. Ea enim quae in re a natura creata, et tamen simul est princi- dice quiditativamente de las cosas, sobre todo de las creadas, porque dice· rela-
diversa sunt, in eo ipso in quo distinguun~ pium alicuius convenientiae analogae et se-
tur, possunt esse similia: quin pocius simi~ cundum quid curo eadem; haec ergo duo SECTIO IV nificat actum essendí seu existendí · es-
non repugnant. se enim et existere ídem sunt, ut ex' com-
litudo intrinsece postulat distinctionem se~
17. Ad ultimam confirmationem, re· IN QUO CONSISTAT RATIO ENTIS IN QUANTUM muní usu et significatione horum verborum
cundum rero cum aliqua unitate rationis, ENS, ET QUOMODO INFERIORIBUS ENTIBUS constat; signifícat ergo adaequate ens id
seu formali, aut fundamentali, nam idern sponsio patet e;¡¡; dictis. Iam enim dictum est
rationem substantiae et entis in substancia
CONVENIAT quod est; unde apud Aristotelem, lib. I
proprie non est sibi ipsi simíli. Quod si Phys., text. 17, et saepe alibi, Joco entis
haec convenientia vel similitudo sit imper- esse quidem eamdem omnino secundum l. Quid entis nomine intelligat Avicen- ponitur id quod est, id est, quod habet
fecta, qualis est in analogía entis et simili- rem, differre tamen ratione et priori con~ ·na.- Cum dictum sit ens dlcere unum con- actum essendl seu existendi, ut ídem sit ens,
bus, facílius intelligitur quomodo possint sideratione habere in substancia eamdem ceptum obieccivum, oportet in quo eius quod exístens; dicit ergo ens de formali
res ínter se, quantumvis primo diversae, rationem essentialem, ratíone tamen diver~ formalis seu essentialis ratio consista! bre~ esse seu existentiam quae est extra rerum
habere nihilominus aliquam imperfectam sam, et ídem est de ratione entis et ac- V~ter declarare, saltem per descriptionem quidditatem.
convenientiam; non enim dicuntur primo cidentis prout in accidente reperíuntur; e ahquam aut tenninorum explicationem · 2. Hanc opinionem attingens Soto, ta-
diversae; quia-----nu!lo---modo inter se_ símiles contrario vero accidens et substancia ínter -;~irn,pli.cciumssi'nail,.la
,
ratio sit abstractissimae~
· definiri non potest.
cita nomine Avicennae, c. 4 Antepraed.,
q. 1, in fine, prius dlcit ens semper esse
sint, hoc enim in nullis rebus vel rationibus se comparata, dic1;1ntur habere in ratione
entis essentialem rationem eamdem secun- ergo quam referunt participium verbi sum, sicut exístens, verbi
realibus reperiri necesse est, sed quia se Commen. et D. Thomas, IV Metaph., existo, et de formali significare esse, de
ipsis primo distinguuntur; cum qua di~ dum rationem tantum, non secundum rem,
et in omnibus illationibus in ea confirma- 7.om_.. 3, et lib. X Metaph., coro. 8, ens · materíali vero, quod habet esse; postea
stinctione stat praedicta imperfecta conve- s1gnif1care accidens quoddam commune re- vero declarat ens non solum significare
niencia. Cuius reí exemplum est in Deo, in tiene factis commitdtur aequivocatio, non bus omnibus existentíbus, nimirum ipsum quod actu est, sícut existens, sed quod est
quo nulla distinctio graduum ex natura rei dlstinguendo diversas rationes et modos e.sse quod rebus accidere dixit, cum eís pos~ actu vel potentia, quia de homine non exis-
excogitari potest; un de illa simplic~ssima convenientiae et distinctionis. stt c~mfe~ri ~~ auferri. Quae opinio fundata tente vere dicitur esse ens, sicut esse animal
_es~ m s1gruflcatione vocís ens; derivatur vel substantiam, et nihilominus concludit
erum :a verbo sum, estque participium eius; ens non dici quidditative de rebus prae-
verbum autem sum, absolute dictum, sig~ sertim · creatis, quia dicit habitudinem ad
416 Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Sección IV:_ _ _ _ _ _ _ _ __ 417
ción a la existencia la cual cae fuera de la esencia de la criatura. En esto precisa- .ne. que a~!tirse., neces~riamente por los autores arriba citados, puesto que la
mente constituye la' diferencia entre ser y casa, porque cosa se pre dica. quiditativa- pnmera s1gmficacwn esta fundada en la propiedad y rigor del verbo ser el cual
mente porque significa la quididad verdadera y en ab~oluto . d~te~rmnada y sin tomado en absoluto, significa el ser actual o existencia; por esto mismo dicen taro~
referencia a la existencia; el ser, en cambm, no se predica qmdttattvamente, por- bién los dialécticos que en la proposición de segundo adyacente el ~erbo es no
que no significa la quididad sin más, sino bajo razón de existir o en cuanto puede puede nunca desvincularse del tiempo. Lo mismo se desprende' del uso común
poseer la existencia. Y ésta creyó que había sido la razón de q71e Aristóteles porque si alguien dice: Adán es, significa que éste existe. Pues este verbo ha~
dijese en el libro VIII de la Metafísica, te~to 16, que el ente no ~e mcluye en las blando en. rigor, tien: ~plicadn en si su propio participio, en el que pued~ re-
definiciones de las cosas. Toda esta doctrma parece que la tomo Soto de Caye- solver~e d1cha pr~posicion. Mas a su vez, consta también por el uso común que
tano en el opúsculo In De ente et essentia, c. 4, inmediatamente antes de la -entej mcluso tomandolo corno el ente real -en este sentido hablamos ahora-
cuestión 6, donde, amén de otras cosas, dice que a Avicena sólo hay que repro- no sólo se atribuye a las cosas existentes, sino también a las naturalezas reales con~
charle llamar al ente predicado accidental, porque propiamente la existencia no sideradas en sí mismas, existan o no: es el sentido en que la metafísica considera
es un accidente, sinu un acto sustancial; pero no hay que censurarlo por negar al ente, el cu~l ~e. es~: modo se divide en diez predicamentos. Ahora bien: e1
que el ente sea un predicado esencial y quiditativo-, porque esto es verdad, puesto :nte,, en ~st~ sigt~l!Jcaclo~, no co~se~va el valor del participio, porque el participio
que la existencia cae fuera de la esencia, y cita a Santo Tomás, Quodl. U, a. 3} Implica sigmficacwn de tlempo, s1gruficando así el ejercicio actual de ser 0 existir.
el cual dice que el ente sólo se predica esencialmente de Dios, que es lo que ma- por esto, la palabra existent~ no puede jamás decirse de una cosa que no exist~
nifiesta también en I, q. 3, a. 4 y 5 y en I cont. Gent., c. 25 y 26. en acto, Y~ que conser~a stempre el valor de participio del verbo existir; en
3. El ente, participio y nombYe.~ Para explicar esto y eliminar la equivoci- .consecuencia, es necesariO que el ente en esta segunda significación se tome con
dad, tenemos que valernos de la distinción que suele usarse en el ente, rechazada v~l~r. _de nombr;. Por eso los autores arriba citados admiten efectivamente esta
antes sin motivo por Cayetano y Soto. Fonseca, en cambio, la acepta con razón d1v1s1on, por ~a~ que la rechacen en sus expresiones, porque lo mismo da decir
en el libro IV Metaph., c. 2, q. 3, sec. 2, y la da a entender con bastante claridad que el. ente s1gm~ca a veces una cosa que existe actualmente, y a veces sólo en
Santo Tomás en el Quodl. citado, aunque no con las mismas palabras. Así, pues, potencia, que decir que se toma a veces como participio y a veces como nombre
el ente, como se ha dicho, se toma a veces como participio del verbo ser, y en o, como ~1ce~1 otros, pa:ticipial y nominaln::ente .. En efecto, por lo mismo que ei
este sentido significa el acto de existir como c;::-r:cido, y es igual que existente en ente. ?o. stg~ufica la entidad actnal y la extstencm, ya no se toma con valor de
acto ; pero otras veces se toma como nombre que significa formalmente la part1c1pm, smo como nombre verbal. Por. eso, Santo Tomás, en el Quodl. citado,
esencia de la cosa que tiene o puede tener la existencia, pudiendo d,ecirse que despues de tratar del ente en cuanto se d1ce del ser actual, añade: mas es ve1·dad
significa la misma existencia, no como ejercida en acto, sino como potencial o qu.e .este nombre,. e~~e, en cuan.to significa una cosa a la que corresponde el
aptitudinal, del mismo modo que viviente, en cuanto es participio, significa el uso exzstzr, en tanto stgnzfzca la esencza de la cosa y se divide eh: los diez géneros.
actual de la vida, pero como nombre, significa sólo lo que posee una naturaleza Solución del problema
que puede ser principio de operaciones vitales. Es evidente que esta distinción tie-
. 4. Significación del ent~ como pcrrticipio.- Supuesta, pues, esta significa-
CIÓn de la palabra, res~lta fáctl resolver la cuestión entendida en general. En efec-
esse, quod est extra essentiam creaturae. Et significat I, q. 3, a. 4 et S, et 1 cont. to, hay que afirmar pnmeramente que, considerado el ente en acto, como signifi-
in hoc constituit differentiam inter ens et Gent., c. 25 et 26.
res, quod res quidditative praedicatur, quía 3. Ens et pa1'ticipium, et nomen,_, Ad haec distinctio necessario a praedictis auc- exist~t, c¡:uia semper retinet vim participü
significat quidditatem veram et ratam ah- explicandarn hanc rem et tollendam ae- t~r~bu~ admittenda si~, patet, nam prior sig- verb1 extsto; ergo necesse est ens in hac
salute, et sine ordine ad esse; ens autem quivocationem, utendum nobis est usitata ruftc~tro fundata est m proprietate et rigore posteriori significatione sumi in vi nominis.
non praedicatur quidditative, quía non sig- distinctione entis, quam Caietan. et Soto verb1 sum, quod absolute dictum actuale Unde pracdicti auctores re ipsa admittunt
nificat absolute quidditatem, sed sub ratio- supra sine causa reiiciunt. Fonseca vero esse seu existentiam significat; unde etiam hanc partitioncm, quamvis verbis contem-
ne essendi, seu quatenus potest habere es- merito eam arnplectitur, IV Metaph., c. 2, dialectici dicunt in propositione de secun- nant, nam perinde est dicere ens interdum
se; et hac ratione existimavit dictum ab q. 3, sect. 2, eamque satis insinuat D. Tho- do adiacente verbum est nunguam absolvi signifi~are rem actu existentem, interdum
Aristotele, VIII Metaph., text. 16, ens non mas, dict. Quodl., licet non eisdem ver- a tempore. Et patet etiam ex communi usu potentta tantum, quod dicere interdum su-
poni in definitionibus rerum. Quam totam bis. Ens ergo, ut dictum est, interdum su~ nam si . quis dicat Adam est, significat ip~ mi ut participium, aliquando vera ut no-
doctrinam videtur sumpsisse Soto e:x; Caiet., mitur ut participium verbi sum, et ut sic sum exrstere. Habet autem hoc verbum in men, seu ut alii loquuntur, participialiter
opusculo De Ente et esentia, c. 4, proxime significat actum essendi ut exercitum, est~ suum participi~m in ipso inclusum, et nominaliter. Quia hoc ipso quod ens
ante q. 6, ubj praeter alia dicit Avicennam que idem quod existens actu; interdum vero potest resolv1 praedicta propositio. non significat actualem entitatem et existen-
solum reprehendí, quia vocat ens praedica- swnitur ut nomen significans de formali ;;;;;,~~~,;:; ex communi usu ens, etiam tiam, iam non surnitur in vi participii, sed
tuiri accidentale-;--·protrrie erilm e·s·se non est essentiam eius rei quae habet vel potest- ·· ~- :m:
pro reali (ut nunc loquimur), ~amq';lam nomen verbale. Unde D. Thom.,
accidens, sed substantialis actus; non vero habere esse, et potest dici significare ip- tnbm rebus existentibus sed m dtcto Quodl., postquam tractavit de
esse reprehensione dignum, eo quod neget sum esse, non ut exercitum actu, sed in . naturis realibus secundum se ~onsi­ ente, prout dicitur ab actuali esse, subdit:
ens esse praedicatum . essentiale seu quid- potentia vel aptitudine, sicut vivens, ut est deratis, si ve existant, sive non· quomodo Sed verum est quod hoc nomen ens secun-
ditativum; hoc enim verum est, cum esse participium 1, significat actualem usum .- metaphysica considerat ens, et 'hoc modo dum quod importa! rem cui competit huius-
sit extra quidditatem, chatque Div. Tho- vitae, ut vero est nomen significat solum .m decem praedicamenta dividitur. Sed modi esse, sic significat essentiam rei et
mam, Quodl. U, a. 3, dicentem ens de id quod habet naturam quae potest esse m hac significatione non retinet vim par- dividitur per decem genera. '
solo Deo praedicari essentialiter, quod etiam vitalis operationis principium. Quod autem . qt?a .P.articipium consignificat tempus,
stgniftcat actuale exercitium essen- Quaestionis resolutio
1 Creemos que la palabra principium, que sustituye a participíum en algunas edici<>- existendi, et ideo haec vox, existens 4. Ens participiwm quid importet.- Hac:
(ntmq¡u.,m dici potest de re quae actu non ergo supposita vocis signíficatione, faci-
nes, carece de sentido (N. de los EE.)
Disputación segunda.-..Sección IV 419
418_·- - - - - - -
cado de dicha palabra tomada con valor de participio, su razón consiste en ser Intimo de todas las acciones y propiedades que le convienen; y bajo este concep-
algo que existe en acto, o que posee el acto real de existir, o que tiene realidad to, se le llama naturaleza de cada cosa, según se desprende de Aristóteles en 1
actual distinta de la potencial, la cual es nada actualmente. Todo esto, cir-· libro V de la .Metafísica, texto 5, y lo hace notar Santo Tomás en el c. 1 del ;e
cunsc;ito a la explicación de un concepto simplicísimo, sólo puede probarse por ente et essenlta, Y en el Quodl. 1, a. 4, y en otras muchas partes. En cambio, de
el modo común de concebir y por la significación de la palabra que hemos expli- acuerdo con el se~d~ modo, decimos que la esencia de una aJsa es lo que se
cado. Y, finahnente, porque puede deducirse de lo dicho en las secciones anterio- expresa por la ~~firuc10n, comn dice ~ambién San~o Tomás en dicho opúsculo
res que el ente, bajo esta razón, puede tener un concepto form~ y objetivo uno, De ente et essent~a, c. 2, Y en este ~entido suele decirse también que la esencia de
común a todos los entes existentes actualmente, por ser semeJantes entre si, y una cosa es lo pnmero que se concibe de ella; digo primero, no en orden de ori-
convenir en la existenCia actual y en la entidad; también se deduce que dicho gen (ya qu_e de esta suerte la ~oncepción de las cosas suele más bien comenzar por
concepto puede significarse con esta palabra; por consiguiente, la razón de ente lo qu~ est~ fue~a .de su esenc1a), smo más propiamente en orden de eXcelencia y
asi entendido y de su concepto no puede consistir en otra cosa, ni explicarse de de pr~acm O~Jeti~a, porque es de e~encia d.e una cosa lo que concebimos que
otro modo alguno. le conv1ene pnmanamente y se constituye prnnariamente en el ser intrínseco de
5. En segundo lugar, digo: si el ente se considera como significado de dicha la cosa o de tal cosa, y .e,n este sentido recibe también la esencia, en relación con
palabra tomada con valor de nombre, su razón consiste en ser algo que. ti~ne esen- nuestro modo de expres1~~'
pondemos
:1 nombre de quididad, por ser aquello con que res-
cia real, es decir, no ficticia ni quimérica, sino verdadera y apta para eXIstir real- 1 a ·la pregunta que . es una cosa". Y., finalmente , se llama esencza, · por-
mente. La prueba de esta conclusión es proporcionalmente idéntica a la de la pre- que es o pnmero que se p1ensa 9.ue hay en una cosa por el acto de ser. Podemos,
cedente, porque este concepto simple no puede entenderse o explicarse de otro pues, de todos estos modos explicar la razón de la esencia.
modo. 7. E~, qué consiste l9.ue) una esencia sea real, podemos explicarlo mediante
Naturaleza de la esencia real una negac10n ~ una afirmación. Seg~n. el primer modo, esencia real decimos que
es. la que en s1 ~o envuelve contradrcctón alguna, ni es mera ficción del entendi-
6. Esencia del ente cama nombre.~ Sólo nos faltaba exponer qué es la esen-
m.le~to. ~n. camb10, de acuerdo con .el .se.gundo modo, puede explicarse: primero,
cia real o en qué consiste su razón, pues siendo la esencia aquello por lo que a posterzort; por el hecho de se.r ·prmc1p10 o raiz de operaciones 0 efectos reales,.
llamamos o denominamos ser a una cosa, como dice Santo Tomás en el c. 2. -del sea en el ge-';1-ero de la. caus~ efic1ente, de la formal o de la material; efectivamente,
De ente et essentia, cosa que se cumple especialmente con el ser tomado en esta en e~te sentido no eXIste nmguna ese?cia real que no pueda tener algún efecto 0
acepción, no puede, en consecuencia, explicarse debi9-ament~ en qué consiste la prop1edad real. Segundo, puede exphcarse a priori. por la causa extrínseca (aun-
razón de ente real sin comprender en qué consist12.. flll 4$Ht''fha real. Dos puntos que esto .no sea ~erdad de la esencia en ·absoluto, smo de la esencia creada), y en
cabe tratar aquí, indicados concretamente por las dos palabras: primero, en qué este se.ntido, dec1:no~ que es reql la esencia que puede s·er producida realmente
consiste la razón de la esencia; segundo, en quk consiste el ser real. El primero por D10s Y constltmrse ~omo ser de. un ente actual. En cambio, esta razón de
no podemos explicarlo, si no es en relación con los· efectos o propiedades de la esencia n~ puede ~rop1amente explicarse mediante una causa intrinseca por
cosa, o en orden a nuestro modo de concebir y de hablar. De acuerdo con el pri- ser ella misma la pnmera causa o razón intrínseca del ser y la más simple, tal
mer modo, decimos que la esencia de una cosa es el principio primero y radical e
lis est quaestionis resolutio in communi sit habens essentiam realem, id est non fic~
tam nec chymaericam, sed veram et aptarn et radicale ac intimum principium omnium Ratio ergo essentiae bis modis potest a no-
sumpta. Dicendum est enim primo, sumpto a:tionum ac proprietatum quae rei conve~
ad realiter existendum. Probatio huius con- bis declarad. ,
ente in actu, prout est significatum illius ruunt, et sub hac ratione dicitur rwtum
vocis in vi participü sumptae, rationem eius clusionis eadem proportionaliter est quae- 7. Quid autem sit essentiam esse realem,.
praecedentis, quia hic simplex conceptus· uniuscuiusque ·rei, ut constat ex Aristot., possumus aut per negationem aut per af~
consistere in hoc, quod sit aliquid actu V Metaph., text. 5; et notat D. Thomas,
existens, seu habens realcm actum essendi, non potest alio modo intelligi aut explicari.. firmationem exponere. Priori modo dicimus
De Ente et Essentia, c. 1, et Quodl. I~ essentiam realero esse quae in sese nul-
seu habens realitatem actualem, quae a po- Quid sit essentia -realis a: ~' et saepe alias. Secundo autem modo
tentiali distinguitur, quod est actu nihil. lam .involvit repugnantiam, neque est mere
6. Ens nomen quid.~Soluni restabat ~cunus esse.ntiam rei esse quae per defini-
Hoc totum, cum solum consistat .in decla- conf1cta per intellectum. Posteriori autem
exponendum quid sit essentia realis, vel in- tronem explicatur, ut dicit etiam D. Tho~
ratione simplicissimi conceptus, non potest mas, dicto opusculo De Ente et Essentia 1 modo exp¡icari potest, vel a_ posteriori per
aliter probad quarn ex communi modo con- qua ratio eius consistat; nam cum essentia hoc quod sit prindpium vel radix realium
sit secundum quam res dicitur seu denomi• c. 2, et sic etiam dici solet illud esse es-
cipiendi et ex significatione vocis a nobis operationum vel effectuum, sive sit in ·ge~
natur ens, ut Div. Thom. ait, De Ente et se.t;ttiam :ei quod primo concipitur de re;
explicatae. Ac denique, quia ex dictis· in pr~mo Cu:quam) non ordine originis (sic
nBre causae efficientis, sive formalis sive
praecedentibus sectionibus constare potest Essentia, c. 2, quod maxime verum est de materialis; sic enim nulla est essentia 'realis
ente in hac acceptione sumpto, ideo erum potms solemus conceptionem rei in~
ens ----·sub ----hac ---ratione _p.osse___ habere unum . ab bis quae sunt ext.t'a essenti:im quae non possit habere aliquem effectum
conceptum formalem et obiectivurn, com- potest satis explicad in qua consistat vel proprietatem realem. A priori vero pot~
entis realis, nisi intclligatur in qua cOllSÍf•tal re9, .sed ?rdi?e notabilitatis potius et pri~
munem omnibus entibus actu existentibus, mttatJ.s ob1ect1; nam id est de essentia rei est explicari per causam extrinsecam (quam-
essentia realis. Iñ qua duo peti possunt,
cum ínter se sLrnilia sint et conveniant in
quae illis duabus vocibus indicantur: pri~ q~od concipimus primo illi convenire e~ vis h~c non simplidter de essentia, sed de
actuali esse et entitate, constat etiam pos- pruno constitui intrinsece in esse rei vel essentm creata_ verum habeat), et sic dici-
se conceptum illum hac voce significad; mum, in qua consistat ratio essentiae; se-
talis reí, et boc modo etiam vocatur essen... mu~ essentiam esse realero, qua~, a Deo
ergo "entis sic sumpti et conceptus eius ratio cundum, in quo consistat quod realis
Primum non potest. a nobis exponi, tia quidditas in ordine ad locuciones nostras realiter produci potest, et constitUí in es...
non potest in alio consistere, nec potest
vel in ordine ad effectus vel passiones quia est id per quod respondemus ad quaes~ se entis actualis. Per intdnsecam autem cau..
aliter explicad. tlonem quid sit res. Ac denique appellatur sam non potest proprie haec ratio essentiae
5. Dico secundo: s~ ens sumatur prout vel in ordine ad nostrUm modum
es~entia, quia est id quod per actum essendi
est significatum huius vocis in vi nominis piendi et loquendi. Primo modo d:~::;, explicari, quia ipsa est prima causa vel ratio
essentiam rei esse id quod est p pruno esse intelligitui' in unaquaque re. intrinseca entis et s.\mpllcissima, ut hoc
sumptae, eius ratio consistit in hoc, quod
'' 420 Disput~~ones metafísicas E!!f"'lación segun_d_a_.-_S_e_c_cz_·o_·n--=clcV____________ 421
como se la concibe en este comumsimo concepto de esencia; por eso, sólo pode- respecto de estos dos ~embros es la misma que la razón de ente respecto de ser
mos decir que esencia real es la que de suyo es apta para ser o existir realmente. en ac~o Y ser en pote~c~a. o ~e :nte considerado nominal y participialmente; por-
l___ De todos estos modos podemos explicar la razdón comhún de e.nte; eLmpero una que, ~gu~l que el part~c1p10 stgrufica el ente en acto, de la misma manera el nom-
inteligencia más exacta del problema depende e mue as cuestmnes. a primera bre stgmfica el ente en potenci?.- Sin embargo, el consecuente parece falso en abso~
es qué clase de entidad es la de la esencia real cuando no existe actualmente. l~to, p~esto que hombr~, en v1:tud de una misma imposición, significa el hombre,
La segunda, en qué consiste la existencia actual y para qué se requiere en las bten eXIstente en acto, bten posible; es. más, el concepto simple de hombre que res-
cosas. La tercera, cómo se distingue la existencia de la esencia. Mas como estas ponde a esta palabra representa por Igual el hombre existente 0 el posible.
cuestiones son casi exclusivas del ente creado y requieren una prolija explica- lo tanto? en este caso no ·se da una significación equívoca; luego lo mismo' p~~~
ción, las desplazamos para la disp. VII, satisfechos por ahora con la descrip- proporcwnalmente con el ente tomado bajo aquella doble razón 0 si "ficación
ción que dimos del ente y de la esencia. y con el concepto que le corresponde. gm
9. Solución.- Ejemp!o oportuno para la comprensión de la solución.- Se
En qué convienen el ser en acto y el ser en potencia responde ~~e e_l ente, se~n esa doble acepción, no significa una doble razón de
8. Hay, empero, una duda a propósito de las dos conclusiones expuestas, ser que , d1v1da a una razon . o concepto común, sm·0 que si"gnifi ca un concepto de
que no puede soslayarse aquí, por más que se roce con la división del ente en ser ser mas o m:nos prec1so; en efecto, el ente', tomado con valor de nombre, signi-
en acto y ser en potencia; se trata de saber si la doble significación del ente fica
"rt
lo que t tiene esencia
¡ · , prescindiendo de la existenci·a actual,smexcmra
real, · 1 ·1
tomado nominal y participialmente es simplemente equívoca, o análoga, de tal cte amen e o negar a, smo solo abstrayendo de ella precisivamente. en cambi0
manera que no le corresponda ningún concepto- común a ambos miembros, o si, el ente,
· enal cuanto es · participio,
. . '
significa el ser mismo real, o sea, ' e1 que tiene
por el contrario, tiene un concepto común; porque si se afirma esto último, toda- esen.cm'd re p con e.XIstencm actual, dándole de este modo una si"gru"ficacwn · , mas ,
vía no hemos explicado suficientemente la razón comunísima de ser, pues hemos contra1
"d a. ·, or eso,·.al modo que animal ' al predicarse d 1 • ·
e genero mtsmo en su
explicado la razón de cada uno de los miembros, pero no la razón de ser, en cons1 eracwn prec1s1va , y .del bruto en cuanto es un ·animal determma · do, no di v1"de
cuanto es común y abstrae de ambos miembros. Resultará, además, muy difícil un c?ncepto ~omun a! arumal en cuanto tal y al animal concreto, sino que ex resa
la explicación de tal concepto y de su razón, e incluso de su nombre, porque no la' d
mxsrna
l razon
b' de ammal en cuanto -prescindida o contrai'da·, lo mtsmoseeee-
· d bp d
se expresa por el ente tomado nominal ni participialmente; ahora bien, no es ctr e ente aJo aquella doble acepción. Tenemos todavía un eJ"emplo ma"s ap ·
d 1 "d' .. , " . . ropm-
posible otro modo de significación que abstraiga de estos dos. Así, pues, si se afir- ? ~n a ts~osicton , ,en cuanto stgmfica una especie de cualidad distinta del
ma el primer significado, se sigue que no hay un concepto de ente común a Dios habxto Y un g.'!nero .comu~ a ambos; en efecto, no tiene otra significación común
y a las criaturas en cuanto posibles, sino sólo en cuanto existentes en acto, cosa con 1~ que exprese mmedtatamente otro concepto común al género y a la especie
que parece completamente falsa y contra el modo común de pensar y además (efec!'IVan;ente, esto e~ imposible, porque el género y la especie nada tienen de
contra todo lo que dijimos antes sobre el concepto comunísimo de ser. Se infiere ~mu~, s1 no es el. ~smo .concepto de género); significa, pues, el género mismo
también que hombre se predica equívocamente del verdadero hombre posible y ~~edi~tamente o significa mmediatamente alguna especie con el doble significado
del que existe en acto. La deducción es evidente, porque la razón de hombre e mJsmo modo, pues, el ente no significa un concepto común al ente considera~
communissimo conceptu essentiae concipi.. vel ita analoga ut nullus conceptus com.. rum ~e~brorum, quae est de ente respec-
munis utrique membro ei respondeat, an tiam realem praescindendo ab actuali exis-
tur; unde solum dicere possumus essen.. tu e?tls. m actu et m potentia seu de ente tentia, non quidem excludendo illam seu
tiam realero eam esse quae ex se apta est vero habeat aliquem conceptum commu- nomma~t7r. et pa~"tic.ipialiter sumpto; nam,
nem; nam si hoc posterius dicatur, non~ negando, sed praecisive tantum abstrahen-
esse, seu realiter existere. His ergo modis, Ut part1c1pmm s1gmficat ens in actu ita ?o; ens vera ut participium est, significat
potest a nobis communis ratio entis decla- duro est a nobis communissima ratio entis n?men ens in potentia. Consequens a~tem 1psum ens reale seu habens essentiam rea-
rari; magis autem exacta huius rei intel- satis explicara; declaravimus enim singulo- tr!detur plane falsum; nam hamo ex vi
ligentia pender ex pluribus quaestionibus. !em cum .existencia actuali, et ita significat
rum membrorum rationes, non autem ra- e~usdem im:positionis significar hominein¡ illud mag1s contractum. Unde, sicut animal
Prima est, qualis sit entitas essentiae realis, tionem entis, ut communis et abstrahentis s1ve act~ eXIstentem, sive possibilem; im~ dictum de ipso genere praecise sumpto et
quando actu non existir. Sectmda, quid sit ab utroque membro. Deinde difficillimus mo. et srmplex conceptus. hominis, qui illi de bruto quatenus tale animal est non
existentia actualis, et ad quid necessaria sit erit ad explicandum talis conceptus et ratio V~l respondet, aeque repraesentat hotn_jnem dividit aliquem conceptum commun;m ad
in rebus. Tertia, quomodo existentia di- eius, immo et nomen, quia nec significabitur ~~ste?-te~ ';el poss!bilem; non est ergo animal ut sic et tale animal, sed dicit eam-
stinguatur ab essentia. Sed quia hae quaes- per ens nominaliter sumptum nec participia- 1b~ stg~.iflca_oo aeqmvoca; idem ergo est
tiones propriae fere sunt entis creati, et dem rationem animalis ut praecisam vel
liter; non potest autem fingi alius modus ~oport10nahter de ente sub illa duplici ra- ut contractam, ita dicendum est de ente
prolixam requirunt disputationem ideo eas significandi abstrahens ab his duobus. Si tlone seu significatione sumpto et de con~
prolixam --requirunt-- disp-utationem,..-irleo e.,1s sub illa duplici acceptione. Magisque ac-
vera dicatur primum, sequitur non posse dari qui illi respondet. ' commodatum exemplum est in dispositio-
contenti pro nunc praedicta entis et es- 9. Resolutio.- Exemplum accommoda-
conceptum entis cornmunem Deo et creatu- ne, ut significar quamdam speciem qualita-
sentiae descriptione. tum ad resoltaionis intelligentiam.- Re- tis ab habitu distinctam et genus utrique
ris, ut possibilibus, sed tantum ut actu exis-
tentibus, quod videtur plane falsum et con- spo~detur ens secundum illam duplicem ac- com~une; non enim habet aliquam sigm-
Ens in actu et in potentia in qua conveniant
tra communem modum concipiendi, et contra ceptmnem non significare duplicem racio- ficatronem communem, qua immediate sig-
8. Una vera dubitatio circa duas con- ne~? -entis dividentem aliquam communem ~ificet alium conceptum communem gene-
clusiones positas hic praetermitti non pot- omnia supra dicta de communissimo con-
r~tl~n:m seu conceptum comrmmem, sed n et speciei (id enim impossibile est, quía
est, quamvis attingat divisionem entis in ceptu entis. Sequitur deinde hominem ae- Slgilificare conceptum entis magis vel mi~
quivoce dici de vera homine possibili, vel ~eneri et speciei nil est commune praeter
ens in actu et ens in poten tia; scilicet, nus praecisum: ens enim in vi noffiinis 1psum conceptum generis); significar ercro
an illa duplex significatio entis nominaliter. actu existente. Patet sequela, quia eadem
est ratio de homine respectu illorum duo-
sumptum significar id quod habet essen- vel immcdiate genus ipsum, vel immedia~e
et partidpialiter sumpti sit mere aequivoca,
1
' 422 ______________________Disputaciones metafísicas ~-lh~s~p~u~ta=a~·o='n=-=s~eg~u=n=d=a=.~~=e=c=a~o='n=·=l~V------~---------------------------~423
do nominal y participialmente, sino que posee una doble _si~cación inmediata, predicarse de Dios c~n verdad: en. cambio, el ser en potencia en modo alguno
mediante la cual significa o el ser que prescinde de la eJUstencm actual, o el ser puede afirmarse de Dms. Es mas, m de las criaturas existentes en cuanto tal
'dd esse
afirma C()ll _prop1e a _ , porque ya no existen en potencia, sino en acto, siendo, sin
que existe actualmente. Por lo !'ffito, aqu~lla doble signifi~ación o :s. equivoca
o se al:erca mucho a la equivoc1dad, en vutud de un sentido traslaticiO que se embargo, afirmado de ellas el ente, tanto con valor participial como con valor de
funda en c,ierta proporcionalidad. Parece, pues, que, e?. P.rimer lugar, el ente sig- nombre, puesto qu:, aunque tengan existencia actual, se afirma de ellas también
nificó una cosa que tiene ser real y actual, como part1c1p10 del verbo ser; de alli con verdad que tienen esencia real, prescindiendo, no negando, la existencia
se aplicó luego la palabra. para significar precisivam~t;~e lo que. tiene esen~ia real. actual.
Hay un ejemplo de lo m1smo en la palabra dispos1c10n; efectlvameme, s1 ha de . . }2. De doru:l7 s7 comprende, finalmente, que el ente, considerado con pre-
significar el género y la especie, tiene indudablemente una significadón equívoca, clston, en cuanto sigruficado c~n valor de nombre, puede dividirse con propiedad -~n
o a lo más análoga, en virtud de cierta proporcionalidad. .'Ser e~ acto Y en ser e~ potencm, y que ser en acto es lo mismo qt.ie ente significado
10. Así, pues, al ejemplo de la palabra hombre que se aducía en apoyo de por d1cha palabra cons1derada como participioJy que ambas cosas significan la razón
la opinión contraria, se responde negando la semejanza. Porque la palabra hombre d~ ser, ya .precisa, ya deterrmnada a la exiStencia actual, bien sea con determina-
no posee doble significación, una para significar el hombre precisiva,'llente y en CIÓn ~sencml, con;o es el caso de Dios, bien sea con determinación ajena a la
potencia, la otra para significar el hombre existente en cuanto tal, sino que tiene ese~~m, como se ¡uzga que es el caso de las criaturas, materia que luego se dis-
una solamente, con la que significa al hombre precisivamente, exista o no, signi- -cutlra; el. ser .en potenc1~ expresa también un ente real, en cuanto a la esencia
ficación que es proporcional o semejante a la que tiene el ente tomado sólo con re~, co?tracto y determmado no por algo positivo, sino por la privación de
valor de nombre. Mas la que tiene con valor de participio no se da en la palabra eXIstencia actual. . .Mas el ente. así contraído, o sea, en cuantoconcetoenta
b'd ¡
lwmbre, y no hay término alguno incomplejo y simple que signifique todo el est~do, no se s1gn1fica ~edu~nte la yoz ente, ni mediante cualquiera otra incom-
contenido de esta expresión compleja, hombre existente. Y si fingimos que la ple¡a que .Yo conozca, sm~ solo medmnte los términos compuestos ser posible, ser
palabra hombre se aplica para significar todo esto, tendrá automáticamente una en poten~wJ ,Y ot~os parecidos. Conviene mucho tener en cuenta todo esto, porque
doble significación equivoca, la que afirmamos existir en el nombre de ente. de estas s1gmficac10nes de las palabras depende en gran parte la concepción d d _
11. Se entiende, además, que el ente, tomado con valor de nombre, no ra de las cosas, Y. ·~p~yándose también en gran parte en ellas quedó expue:~~ i~c~­
significa el ser en potencia, en cuanto opuesto privativa o negativa_mente al ser en dentalmente la d1vts1on del ente en ser en acto y en ser en potencia, que lue 0
acto, sino que significa solamente el ser en cuanto expresa precisivamente la esen- trataremos de nuevo ex professo. g
cia real, lo cual es bastante distinto; en efecto, así como la abstmcción precisiva
es distinta de la negativa, del mismo modo el ente considerado nominalmente, ¿Es el ser un predicado esencial?
aunque signifique precisivamente el ser que tiene esencia real, no añade empero . · 13. Se infiere de aquí ocasionalmente que la razón comunísima de ente, sig-,
una negación, a saber, la de carecer de existencia actual, que es la negación o ~c~da. por esta palabra ~onsi~erada con valor de nombre, es esencial y se predica
privación que añade ser en potencia. Lo cual se. evidencia también por el hecho qmditatlvam:nt~ de sus infenore~, por más que ente, en cuanto dice existencia
de que el ente. con valor de nombre es común a Dios y a las criaturas, pudiendo actual Y ~e s1gmfica por el participio del verbo ser, no sea en absoluto un predica-
do esenc1al, excepto en el caso de Dios. Esta segunda parte, por ¡0 que a Dios
'Speciem quamdam duplici significatione. sic, sed unicam tantum, qua significat ho-
Ita ergo ens non significat conceptum ali~ minem praecise, sive existat sive non; quae
significarlo est proportionalis vel similis sumptum commune est Deo et creaturis cm;tractu~ et determinatum non per ali-
quem communem enti nominaliter et partí~
cipialiter sumpto, sed immediate habet du~ illi quam habet ens solurn in vi nominis ~t de De? affirmarl vere potest; ens autem' QUld posttJ.vum, sed per privationem actua-
sumptum. Alia vero, quam habet in vi par- m pote?ua nullo modo potest praedicari de lis existentiae. Ens autem sic contractllnlt
_plicem signi:ficationem, qua significat vel
tic\pii, non reperitur in hac voce homo, ne- Deo; nnmo nec de creaturis existentibus 1. !!~u prout in tali statu conceptum, non sig-
ens praescindendo ab actuali existentia vel Ut sic proprie dicitur, quía iam non sunt
ens actu existens. Quocirca illa duplex sig- que est ullus terminus incomplexus et sim- mficatur .per ~anc vocero ens, nec per ali-
nificarlo vel aequivoca est vel maxime ad plex, qui significet totum hoc quod hac ~ potem;Ia sed in actu; cum tamen de illis~. quam aham mcomplexam quae mihi nota
voce complexa significatur, homo existens. dtct posstt ~ns, !am ut participium quam ut ' stt, sed S?l~ per ~os termines complexos,
aequivocationem accedit secundum quam- nomen, qma, }lcet habeant actualem exis-
dam translationem fundm:am in aliqua pro- Quod si fingamus vocero hominis transferri ens posstbtle, ens m potentia et símiles·
ad totum hoc significandum, iam habebit tentiam, vere etiam de illis dicitur quod quae omnia sunt diligenter advertend;
portionalitate. Primo enim ens signi:ficasse
videtur rem habentem esse reale et actuale, dupijcem significationem aequivocam, quam habent essentiam realero, praescindendo et nam ex his vocum signi:ficationibus mul~
dicimus esse in nomine entis. non negando actualem existentiam. pend~t vera rerum conceptio, et ex bis mag-
tamquam participium verbi essendi; inde
vero translata est illa vox ad praecise signi- 11. Ex quo ulterius intelligitur ens . 12. Unde tandem intelligitur ;, ·ens prae- na etlam ex parte obiter exposita est divisio
ficandum id quod habet essentiam realem. sumptum in vi nominis non significare ens ctse sumptum, ut in vi nominis significatur ~ntis in ens in actu, et ens in potentia, quam
Cuius simile etiam est in vece illa disposi- in potencia, quatenus privative vel negative dividí posse in ens in actu et en~ 1terum postea ex professo tractabirnus.
itO;---·nañi', --u(·--·srgruñcac·--genus- ·et- ·speciem, opponitur enti. in actu, sed significare so- po.ten.tia et ens in actu idem esse quod
lum ens ut praecise dicit essentiam realero, e.n~ ~.tgru:ficatutl)._ per hanc vocero in vi par- Ens an sit praedicatum essentiale
sine dubio habet aequivocam significatio-
quod valde cUversum est; sicut enim abs- t.tcipn sumptam~ atque ita illa duo signi- 13. A:tque hinc obiter colligitur ratio-
nem, vel ad summum analogam secundum
tractio praecisiva diversa est a negativa, ita ficar: rationem~entis vel praecisam vel de- nem ent1s communissimam, quae signlfica-
.quamdam proportionalitatem.
ens nominaliter sumptum, licet praecise di- ternunatam ad actualem existentiam sive tur per ea.r:t vocero in vi nominis sumptam,
10. Igitur ad exemplum de voce hamo~ haec determinatio essentialis sit ut ~st in
·quod in contrarium afferebatur, responde- cat ens habens essentiam realero, non vero esse essenttalem et praedicari quidditative
addit negationem, scilicet carendi existen- Deo, sive sit extra essentiam, ~t censetur de suis inferioribus, quamVis ens, ut actua-
tul' non esse simile; nam hamo non habet
tia actuali, quam negationem seu privatio- esse in creaturis, de qua re inferius dispu- lem. 9i~it existentiam et signi:ficatur per
duplicem significationem, unarr:t_ qua signi- tandum; ens autem in potentia dicit etiam
ficet hominem praecise vel in potentia, nem addit ens in potencia. Quod inde etiam p~rtlCipmm essendi, absolute non sit prae-
manifeste patet, nam en.s in vi nominis reale ens, quantum ad realem essentiam, dicatum essentiale, nisi in solo Deo. Haec
ali.am qua significet hominem existentem ut
Disputaciones metafís[cas
--
Disputación segunda.-Secció_n_I_V
_ _ _ _ _ __
424 --- 425
. . . naturales suele tratarse llJ_ego, en eh de la esencia, sino porque no expresa naturaleza alguna determinada, sino que
, ·
se refiere, es teo1ogica, y, segn'n Iiprmcipios
d ' /1 d' XI~
1 tomo I de la III parte, en a tsp. , lo trasciende íntimamente todo, ·lo cual es lo mismo que otros afirman del ser
libro XII, y yo la expuse con ~p ~:s ::p~aremos luego al tratar de, Dios. Ma en cuanto significado por la palabra cosa) el cual admite Soto más arriba que se
sec 1, y algunos puntos tam ten , función de lo que despuos se ha de predica quiditativamente, porque significa la quididad real de modo absoluto, pues
por. lo que a las criaturas se refiere,. esta .en la esencia en la criatura; podemos
decir sobre la distinción entre ~a, eXIstenc~a Jo
se uede afirmar en absoluto que
es lo mismo significar la quididad real que la esencia real, la cual significa el ser,
en cuanto prescinde de la existencia actual, ya que esencia y quididad se identifi-
ahora dar por supuesto que, dtstn:ga~se 1 crlatur! porque puede conferirs_ele o can en absoluto, diferenciándose sólo por la etimología de los nombres. Ahora
el existir no pertenece a la esencia e ~ conexi'o,'n con la esencia de la cnatura bien: ~esult~ incornprens~ble que una esencia· o quididad sea real sin relaciórii
t 'ndose en necesana ·
arrebatársele, n?. encon ra , b .o la cual es invariable y se afirma necesar~a- a la eXIstencia y a la entidad real actual; efectivamente, no tenemos otro modO
concebida precisivamente, razon .aJ tituye. en este sentido, pues, se dice de comprender como real nna esencia que no es actual, sino porque es de t,J
mente de cada cosa cuy_a. ~sencm cons e ~edica uiditativa o esencialmente naturaleza, que no le resulta contradictorio convertirse en entidad actual, condiJ\
que el ente tomado partlclptalmente no s p t de vfsta la opinión de Avicena,. ción que adquiere por la existencia actual; por lo tanto, aunque el e}l"jstir en acto
de las criaturas, siendo verdad desde ~ste pnnl oQuodl 11 ya citado, y en otros no sea ~e .esenda de la criatura, el orde~ a ,la existencia, no obstante, o la aptitudj
. . d d "te Santo Tomas en e · ' , .
arnba cita a, que a nu . . d Avicena ser censurado umcamente, o para eXIstir, pertenece a su concepto mtrmseco y esencial, y de este modo ell
lugares anteriormente referidos, pudiedndo ct'dente materia de que nos ocupa- ser es un predicado esencial. ¡
. 1 . t cia es un ver a ero ac ' . '6 d ¡
por ¡uzgar que a. exis en or haber omitido otra acepción y exphcaci n e 15. Con esta ocasión, incidentalmente, inferimos que si el ente se toma con
0
remos en su debido lugar, P . había que negar en absoluto que el valor de nombre, se identifica en absoluto con cosa, o sea, significan lo mismo,
ente, y haber pensado.' en cons;cuencm, qu~ la cual se divide en diez predic-a-
ente bajo una determm~da razon, respecto e con la única diferencia de la etimología de las palabras; efectivamente, se dice
mentos, pueda ser esencial a todos ~!los. d arte de la conclusión -que sin cosa atendiendo a la quididad, en cuanto es algo firme e invariable, es decir, no
14. Se prueba, por lo tanto, a ~e~un ra e;encia real conviene a todo ente ficticio, llamándosele por este motivo quididad real; en cambio, ente, en la sig-
razón parece negar Sot<>---', porque e ene 11 el ente bajo dicha acepción nificación arriba apuntada, expresa lo que tiene esencia real; significan, pues, en
real y le es esencial. en grad? s~~~; e~: d~ ~~te modo conviene a la criatura,
absoluto el mismo objeto o razón real. Este es el motivo de que Avicena, en el
es un predicad? esencial. Adema~~~ lo esta proposición: el hombre es ser, se tratado I de su Metafís., c. 6, por no haber distinguido esta doble significación
aunque no eXIsta, como por e¡ P · ne de un modo esencial y secun- del ser, lo haya dividido en ser y cosa; porque sostuvo que el ser significaba
t rna. pero no 1e conv1e . formalmente la existenda actual, y cosa, en cambio, sólo la quididad o esencia
dice que posee verd ad e e ' ne nada anterior de que se denve
dario, como una propie~ad, puesto que r;o ~rf: es él el primer concepto de cual- real, como hizo notar Santo Tomás, In II, dist. 37, q. 1, a. l. Por consiguiente,
como si fuera una pr.opled~d,. porqut mas viene como predicado esencial quidita- asignandO" al ente la doble significación arriba expresada, una de ellas coincide
quier ente real; por constgu~~nte,fir e ,co;anto Tomás en el Quodl. referido, que con la significación del nombre cosa, o sea, la misma que conviene al ente tomado
tivo de la cosa. En este s~ntl o a mo di 'di'ndose 'en los diez géneros. y Aris- con valor de nombre. Y así dice Santo Tomás, en el citado Quodl. II, que la
el ente siguificaba la esencta de las ~osas t VId elas definiciones no por estar fuera palabra ente, en cuanto significa una cosa a la cual corresponde existir, significa'
tóteles afirmó que el ente no forma a par e e ' la esencia de la cosa, y se divide en los diez géneros. Creemos haber dado con
vel eo quod aliam acceptionem e~ exl?~ca­
posterior pars, quatenus. a~ peum sp~ctat tionem entis omiserit, et id~ stmpli.ctter cit determinatam naturam, sed intime trans--
theologica est, et ex pnnc~pns naturahb_us nis sumptum et rem idem omnino esse
negandum putaverit ens mb ahqua .~u~:me,_ cendit omnia, sicut alii dicunt de ente, ut seu significare, solumque differre in ety-
tractari solet i_nfra, lib. XII, _et ~am ~ate dts- sub qua in decem praedicame?t~ divtditur, significatur hac voce res, de quo Soto su-
. . tom I tertiae parus, m dtsp. XI, tnologia nominum; nam res dicitur a quid-
serm m · · ¡ d' esse posse essentiale omnibus Illis. . • pra concedit quidditative praedicari, quia di tate, quatenus est aliquid firmum et ra-
sect. 1, et aliquid attingemus m ra, tspu- 14 Probatur ergo altera conclusiOrus significat absolute quidditatem realero; idem
Q uantum vero spectat ad tum, id est, non fictum, qua ratione dicitur
tan do d e Deo · · · ¡ d d' pars . (quam immer~to Soto negare vi?etur): enim est significare quidditatem realem,
creaturas, pendet ex dicendls. t? ra e 1~ quidditas realis; ens vera in praedicta sig-
quia habere essenttam reale~ convemt .or. quod significare ~ssentiam realero, quam nificatione dicit id quod habet essentiam
stinctione e:¡,:istentiae ab essentm m creatu~a' ni enti reali estque illi maxtme essentl~ e' . significat ens, ut praescindit ab actuali exis-
nunc supponarous, sive distingua.ntur, stve realero: eamdem ergo omnino rem seu ra-
er o ens sub praedicta ratione est praedtca- , tentia, quia essentia et quidditas idem om- tionem realero important. Unde Avicenna,
non, absolute esse dicendum .exlstere n~~ nino est, solumque etymologia nominum
esse de essentia creaturae, qma potest 1 1
td:n essentiale. Praeterea, esse ens .hoc modo tract. l suae Metaph., c. 6, quía non di-
convenit creaturae, etiamsi non extstat, diversa. Quod vero essentia aut quid- stinxit iHam duplicem significationem entis,
dari et ab illa auferri, et ita non h~bet ne- realis sit, intelligi non potest sine or-
. connexionem cum essentm crea- modo haec propositio: hamo est ens, eam divisit ínter ens et rem; nam ens dixit
cessanam b atione tur esse aetemae veritatis; ~ed no~ COlm'n.~.t ad esse et realero entitatem actualem; de formali significare actualem existentiam,
tuxae-- p-raecise~---- concepta_, ___ y:~ . -f1.11 ~ r illi er se secundo, ut propnetas ahqu~, enim aliter concipimus essentiam all- rem vero solum quidditatem seu essentiam
nonp supponit .aUquid pri~s aill~u~std~ri:~;
est invariabilis et necessano dicttur de una- quam, quae actu non e;Kistit, esse realero
quaque re cuius est essentia; hac erg? . ra- realero, ut notavit D. Thomas, In 11, dist.
tamquam passto; nam po m~ nve- nisi quia talis est ut ei non repugnet esse 37, q. 1, a. l. Ergo attr.ibuendo enti illam
tione ens p-articipialiter sumptum d.tci_tur actualem, quod habet per actua-
non praedicari quidditative seu essentta~tt7r conceptus cuiusvis entis r;alis; ergo cciddi- duplicem significationem supra explicatam,
nit ut praedicatum essentmle et de q di t existentiam; quamvis ergo actu esse altera coincidit cum significatione nominis
de creaturis, et quoad hoc v~ra est op~m?
Avicennae supra recitata, eamque ~ct¡lt~t tate rei. Et hoc modo dixit D. ~om., . e e~ sit de essentia creaturae, tamen ordo res, scilicet, illa quae convenit enti in vi
Q dl ens significare essenuam ret vel aptitudo essendi est de intrin- nominis sumpti. Et ita Div. Thomas, in
D Thomas, dicto Quodl. 11, et .alhs octs
s~ ra citatis, solumque P?test .AVtcenna r~- diuod'
vt 1
.,per decem genera. Aristoteles autem
• • ·b s non
essentiall conceptu eius; atque hoc dict. Quodl. II, dicit nomen ens, secundum
dixit ens non poni in defimuon.t u ' di- ens- praedicatum est essentiale. quod importat rem cui competit esse, sig~
phendl vel eo quod eXlstentlam putavent Unde obiter colligo ens in vi nomi~
~!~e ve~m accidens, de quo infra suo loco, qui,a sit extra quidditatem, sed quta non nificare essentiam rel et dividi per decem
426 Disputaciones metafísicas ])isputación segunda.~Sección V 427
~--------------------------~ -----------------
esto cumplida respuesta a todcs los problemas suscitados a propósito de la primera a la que se toma de la fo;ma toda; por ejemplo, dice que si en el hombre hay una
sola alma _que sea en realidad ~egetativa, sensitiva y racional, hay que distinguir en
opinión. ~11~ los d1versos grados o, r~ahdades formales, y la diferencia que se toma de la
SECCION V ulnma reahd_ad _se llama .ultuna? no sólo porque constituye la especie última, sino
Sr LA RAZÓN DE ENTE TRASCIENDE A TODAS LAS RAZONES Y DIFERENCIAS DE LOS porque. por s1 mtsma se diferencia de las otras y no es resoluble en varios conceptos·
ENTES INFERIORES, DE TAL MODO QUE SR ENCUENTRE ÍNTIMA Y ESENCIALMENTE p~r~ s1 supon~m~s que el alma r~~ional, en cuanto tal, es una forma completa ;
INCLUIDA EN ELLOS di?tlllta por s: rmsma de la sens~uv~ y de todas las superiores, en este caso, lo
llllsroo qu~ d1cha forma es ser mtrmseca y quiditativamente del mismo m d
l. Los entes completos, e inclusa los incompletos resolubles en varios con- 13. diferenc1a tot?ada de ella es intrínseca y quiditativamente 'ser y su conce~t~
ceptos, participan de la razón de ser.- Este problema no ofrece dificultad en los no es, por lo rms~o, absolutamente simple, sino que puede resol~erse en el con-
entes completos o en aquellos que son concebidos por nuestro entendimiento a c~pto d~ ser Y. algun otro modo con que el concepto de ser se determina a1 ser de
modo de entes completos, como es el caso de los individuos, especies y géneros, dtcha d1ferene1a ;, por lo tanto, esta ~ferencia no será última, puesto que se distin-
directamente constituidos en algún predicamento, hasta los géneros supremos; gue de las demas cosas por algo diverso de sí misma.
en éstos, efectivamente, se divide el ser y de ellos se predica esencialmente, y, por 3. Fundamento de Escoto.- Aquí radica el primer y princi 1 f d
lo mismo, de todos los inferiores que bajo ellos se contienen. Además, no cabe E coto. f t d'f . pa un amento
de s · , en e1ec o, una 1 erencm no es .otra . ' como es ev1'dente,. por 1o tanto
dudar tampoco que el ente se incluye íntima y esencialmente no sólo en los seres o conviene
· 1 con as otras en el concepto
. qmdttativo de ser, o no,· Sl· no conviene
· '
completos y en sus conceptos, sino en cualesquiera entes parciales e incompletos, me uye, consecuentemente,. dtcho. concepto en su quididad y esenc1a, · que es'
rewlubles en varios conceptos reales, porque si son resolubles en varios conceptos 1o que se pret end e; ahora bten: st conviene con las demás en ese conc t
reales, deberán, por lo menos, resolverse en el concepto de ser, que es el más necesario·'que.
di· d se
1 diferencie por algo distinto·' por consiglll'ente, una d'f ep ?' es
1erencta se
universal de todos. Esto se probará a fortiori por lo que hemos de decir luego. stmg¡;rr~ e as otras por otra diferencia; en consecuencia, dicha diferencia no
2. Supuestas estas cosas, es opinión de Escoto, ln 1, dist. 3, q. 3, y dist. 8, ~m la. uluma, puesto 9ue se resuelve en otra ulterior, y entonces habrá ue se ·
q. 2, y In 11, dist. 3, q. 6, que el ente no se incluye en las diferencias últimas ni mvestlgando. ~e ~a nusma manera sobre esa otra diferencia, a ver si fncluy~
en los modos intrínsecos con que se determina a los diez primeros géneros, ni en ·1f~~;~~::r qm.dttat.tvo de ente en que conviene con las demás, y, de este modo 0
sus propios atributos convertibles con él, corno son uno, verdadero, bueno, de < al m~m~o o detenernos en una última diferencia que de tal manera' se
los que opina en otro lugar que son propiedades positivas y reales, como se ve por s1 rmsma de las demás cosas o conceptos, que ni siquiera convenga
In II, dist. 3, q. 1, en el argumento. Qué es lo que Escoto entiende por <liferen- con en el, concepto de ser, Y. no incluya, por lo tanto, intrínseca y quiditati-
cia última, es algo que no explicó con suficiente claridad; en efecto, no llama V'aiJ?-ente _la razon de ser, porque s1 la incluyera, convendría en ella con las demás.
última diferencia a la que constituye la especie última, puesto que dice allí expr<>- y s1, se d1~se e~ta conveniencia, precisaría otra diferencia por lá que (!e distinguies;
samente que racional, o la racionalidad, no es última diferencia, si es que el alma segun 1a octrma ~e Aristóteles; lib. '! ~e la Me'lafís., c. 9, y lib. X,
c. 5 de u~
racional es realmente distinta de la sensitiva. Llama, pues, diferencia última a la cosas que convienen entre s1 se distinguen por diferencias. Esta razón' es a~li-
que proviene de la última realidad de la forma y, en cambio, diferencia no última
ceptus reales, est etiam indubitatum in eis formae, dlfferentiam autem non ulti- P~!' ~e notum est; ergo vel convenir curo
genera. Et per haec satisfactum est ornnibus q~ae s~tur a: tota fonna; ut, si est
intime et essentialiter includl ens, quia, si a~us m conceptt; quidditativo entis, vel non;
quae circa prirnarn opinionern adducta sunt. sunt resolubilia in piures conceptus reales, m homrne una anima, quae realiter st non convemt, ergo non includit talem
ergo, ut mínimum, debent resolví in con~ sensitiva et rationalis in illa concep~um i~ sua quidditate et essentia,
SECTIO V ceptum entis, qui est universalissimus oro... .~:~fe~':'~~rc divcrsi gradus seu r~alitates quod mtendimus si autem convenit curo
nium. Itero a fortiori hoc constabit ex di- ,--~ et differentia quae ab ultima rea~ al~is ~n ill_o con.ceptu, necesse est quod per
UTRUM RATIO ENTIS TRANSCENDAT OMNES
cendis. sumitur dicitur ultima, non solum a~1qmd ahud differat; ergo una differentia
RATIONES ET DIFFERENTIAS INFERIORUM
2. His suppositis, est opinio Scoti, In 1, con.stituit ulti?:Jam speciern, sed quia ~tffere_t ab a~is per aliam differentiam; ergo
ENTIUM, ITA UT IN EIS INTIME ET
dist. 3, q. 3, et dist. 8, q. 2, et In 11, dist. 3, d1ffert ab aUts, ct non est resolubilis ~ll~ dtffe.rentt~ non erat ultima, quando-
ESSENTIALITER INCLUDATUR
q. 6, ens non includi in differentiis ultimis, conceptus; si autem fingamus ani- qmdem m aliam ulteriorem resolvitur et
l. Entia completa, immo et incompleta neque in modis intrinsecis, quibus ad prima . . ut sic esse integrarn et tu?c u~terius eodem modo inquirendum
decem genera determinatur, neque in suis dtstrnctam formam a sensitiva et ent de 1lla alia differentia, an includat con-
in plu,res conceptus resolubilia, rationem propriis passionibus, quae cum ipso con- orrrnilms .sur:erior¡bus, tune, sicut talis 'for~ C~J?tum qui~ditativum entis, in quo cum
entis participant.- Haec quaestio dlfficul-
tatern non habet in entibus completis, vel
vertuntur, ut sunt unum, verum, bonum, "iflfer<entia'mtrm~ece et quidditative ens, ita ~llis. c.m;vemat, atque ita, vel procedemus
.quae per ____ moduro ____GQmpletorum __ entium ab de quibus alibi ipse sentit esse positivas et """ ab lila sumpta est etiam intrinse- t~ rnftm.tum, .vel sistendum erit in aliqua
reales proprietates, ut patet In 11, dlst. 3, . . · .e~s, e t. ideo eius concep~ dtffcren~ta ultl?,lll, quae ita per se differat
intellectu concipiuntur, ut sunt omnia indi- q. 1, ad arg. Quid autem Scotus intelligat
vidua, spedes et genera, quae directe in al,i- est srmphctter srmplex, sed resolvi ab om~bus alas rebus vel conceptibus ut
per differentiam ultimam, obscure satis ab conceptum entis, et aUquem alium n~que m conceptu entis cum illis conve-
quo praedicamento constituuntur usque ad
eo explicatur; non enim vocat ultirnam dif- q~o ?eterminetur conceptus entis n~t,. et c~nsequenter intrinsece et quid~
summa genera; nam in haec dlviditur ens,
fere:titiam illam quae constituit ultimam talis differentiae, et ideo talis diffe- ~~t~ttve rat10nem entis non includat; nam,
et de illis essentialiter praeclicatur, et conse~
spedem, nam ibi expresse dicit rationale non es~ ultima, quandoquidem per st mcluderet, conveniret in ea cum aliis ·
quenter de omnibus aliis· inferioribus, quae
vel rationalitatem non esse d~fferentiam ul~ a se dtstinctum ab alüs differt. si autem conveniret, indigeret alia diffeÍ-en:
sub bis continentur. Deinde non solum de timam, s,i ánima rationalis est in re ipsa
completis entibus et conceptibus, sed de Scoti.- Et bine sumi~ tia? qua differret, iuxta doctrinam Aristo-
diversa a sensitiva. Igitur differentiam ulti- ac praecipuum fundamentum telis, V Metai?h., c. 9, et lib. X, c. S,
quibuscumque partialibus vel incompletis
mam appellat, quae sumitur ab ultima reali- una differentia non est alia, ut quod ea quae mter se conveniunt, differen-
entibus, quae resolubilia sunt in plures con~
_:4c:2cc8_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _Disputaciones metafísicas segunda.--sección V
;c:_"C---- _ _ _ _ _ _ _ _ 429
cable de la misma manera a los modos intrínsecos, mediante los cuales el ente se
contrae a los diez primeros géneros, porque al concebirse cada uno de dichos Refutación de la opinión de Escoto
géneros a modo de un ente completo, se da por cierto que incluyen quiditativa- 5. Impugnación de la explicación de Escoto de la diferencia última y no
mente la razón de ser, en la que convienen todos aquellos géneros; por lo tanto .-ú!timo.- Los tomistas atacan con razón esta opinión de Escoto, aunque algunos
es necesario que se distingan por algunos modos o diferencias : se sigue enton~ de ellos la apoyen a veces, corno haré notar luego. En primer lugar, la distinción
ces preguntando si también estos modos incluyen el ser; caso de no incluirlo entre diferencia última y no última, tal como la propone y explica Escoto, no sólo
tenemos lo que pretendíamos; mas si lo incluyen, hay que preguntar en qué s: supone un falso fundamento, sino que además es insuficiente. Lo primero es
evidente, porque en realidad- no existe diferencia alguna que se tome de la forma
diferencian de los otros y cómo se contrae el ente a ellos, y así, o habrá que pro-
ceder al infinito o detenerse en una diferencia o modo que no incluya el ser; física en su totalidad. En primer lugar, porque según la sentencia más verdadera,
por consiguiente, no militando razones mejores en pro de~ uno que del otro, habrá en el compuesto sustancial no hay más que una forma y, no obstante, todo compues-
que detenerse en aquel primer modo, mediante el cual el ente se contrae a sustan- to sustancial tiene cierta semejanza con los otros compuestos y con todas las sus-
cia, cantidad, etc. tancias creadas y, por consiguiente, de su forma, en cuanto tiene semejanza con
ellos, se deriva una diferencia que no es última; por lo tanto, no se toma diferen-
4. Segunda razón de Escoto.- La mejor confirmación de esto es la segunda cia alguna de la forma en su totalidad, sino que la última diferencia se toma de su
razón de Escoto, tomada de la proporción entre la composición metafísica y la último grado o realidad, como dice el mismo Escoto. Esta razón se aplica a las
ffsica; ambas, en efecto, resultan de potencia y acto, o sea, como dice Escoto, de sustancias compuestas, pero es más evidente en las simples, o sea, en las inmate-
determinable y determinante; ahora bien: la composición física se resuelve:, en riales creadas, que constan de género y diferencia, por no darse en ellas, física-
definitiva, en la última potencia determinable, que no debe incluir en su enti- mente hablando, más que una naturaleza simple, de la cual se toman las diferen-
dad nada de forma o acto determinante, y en la última forma o acto determinan- cias últimas y no últimas, según sus diversos grados o conceptos. El rpismo pro-
te, que no ha de incluir nada de potencia determinable; igualmente, por lo tanto, -Cedimiento sigue el argumento en las formas accidentales, porque de una sola e
en la composición metafísica todos los entes deben resolverse en los últimos con- idéntica Íorma objetiva, por ejemplo, la blancura, se toman la diferencia no última
ceptos, determinable y determinante, sin que uno incluya al otro o viceversa; de· color y la última de blancura. Además, aunque se concediese que en el com-
cualquier resolución de éstas, por parte de los conceptos determinables, se termina puesto sustancial existen varias formas, ninguna diferencia habría que se tomase
últimamente en el concepto de ser, en el que, en cuanto tal, no se incluye en acto -de una forma completa. Imaginemos que el alma racional en el hombre es distinta
de la sensitiva, etc., pues ni en este caso racional sería una diferencia tomada de
modo alguno o diferencia determinante; consecuentemente, debe corresponder
toda la forma. Se prueba, porque, según dicha forma, el hombre sería semejante
también por parte del concepto determinante algún modo o diferencia que no a los ángeles en la intelectualidad; luego de dicha forma se derivaría otra diferencia
incluya de manera alguna el concepto determinable de ser. Finalmente, respecto anterio.r; luego la diferencia de racionalidad, en cuanto es propia del hombre, no
de los atributos del ente, acumula Escoto multitud de razones que dejo a un lado se den va tampoco en este caso de la forma completa, sino de _su último grado;
ahora, porque de estos atributos hablamos ex professo en la disp. siguiente. mejor dicho, entre esta forma y las otras hay necesaria conveniencia, o en la razón
común de forma sustancial, o en la razón de alma y principio de vida respecto de
tiis d.ifferunt. Atque haec ratio eodem modo potentia et actu, seu (ut Scotus loquitur) Opinio Scoti confutatur immaterialibus. creatis, quae genere et dif-
applicari potest ad modos intrinsecos qui- ex detenninabili et determinante; sed in 5. Differentiae ultimae et non ultimae ferentia constant, quia in eis non est nisi
bus ens contrahítur ad prima decem genera; compositione physica resolutio ultima fit explicatio Scotica impugnatur.- Hanc opi- una simplex natura, physice loquendo, a
nam, cum unumquodque illorum generum ad ultimam potentiam determinabilem, quae nionem Scoti merito impugnant thomistae, qua sumuntur differentiae non ultimae et
condpiatur per modum entis completi, cer- in sua entitate nihiJ includat fonnae seu .quamvis nonnulli eorum interdum illi fa- ultimae secundum diversos gradus seu con-
tum est quidd.itative includere rationem en- actus determinantis, et ad ultimam formam veant, ut infra notaba. Et primo quidem ceptos eius. Et eodem modo procedit ratio
tis, in qua omnia illa genera conveniunt; seu actum determinantem, quae nihil indu.. illa distinctio d.ifferentiae ultimae et non in formis accidentalibus, nam ab una et
ergo oportet ut aliquibus modis seu dif- dat potentiae determinabilis; ergo similiter ultimae, ut ab Scoto proponitur et explica- eadem forma secundum rem, verbi gratia,
ferentiis differant; de illis ergo modis ul- in compositione metaphysica omnium en~ tur, et supponit falsum fundamentum et albed.ine, sumitur differentia non ultima
terius quaeritur an includant ens; nam, si tium resolutio facienda est in ultimas con- insufficiens est. Primum patet, quia revera coloris, et ultima albedinis. Deinde, etiam-
non includunt, hoc intendimus; si vero ceptus determinahilem et determinantem, nulla est differentia quae ex tota forma si daremus in composito substantiali esse
includunt, quaerendum est per quid dif- quorum unus alium non includat, nec e piures formas, nulla esset differentia sump-
ferant ab aliis et quomodo ad illos modos sumatur. Primo quidem, quía iu:xta
.converso; sed omnis haec resolutio ex parte veriorern sententiam in composito substan- ta a tota aliqua forma. Finge enim animam
contrahatur ens, et ita vel procedetur in conceptuum determinabilium fit ultimate rationalem in homine esse distinctam a
infinitum -- --vel----sistendum- erit·----in- .. aliqua dif- non est nisi una forma, et tamen om-
conceptum entis, in quo ut sic actu non sensitiva, etc., adhuc rationale non esset
feremia seu modo, qui, non includat ens ; cluditur aliquis modus seu d.ifferentia de- ne compositum substantiale habet aliquam differentia sumpta a tota forma. Probatur,
ergo, cum non sit maior ratio de uno quarn terminans; ergo etiam ex parte conceptus convenientiam curn aliis compositis et cum quia secundum illam fonnam horno habe-
de alio, sistendum erit in primo illo modo, deterrninantis debet correspondere aliquis 1Jmnibus substantiis creatis, et consequen- ret convenientiam cum angelis in intellec-
quo contrahitur ens ad substantiam, quanti- modus vel differentia, quae nullo modo tet ab illius forma, ut habet convenientiam tualitate; ergo ah illa forma sumeretur alia
tatem, etc. includat conceptum entis determinabilem. cum illis, sumitur aliqua differentia non d.ifferentia prior; ergo differentia rationali-
4. Secunda ratio Scoti.- Atque hoc ma- Denique de passionibus entis p)ures ratio- ultima; ergo nulla diffefentia surnitur a tota tatis, prout est propria hominis, adhuc in
xime confirmat secnnda ratio Scoti, sumpta nes multiplicat Scotus, quas nunc omitto, forma, sed ultima surnitur ab ultimo grad'u oo casu non sumeretur ex tota forma, sed
ex proporcione inter metaphysicam et phy- quia de iis passionibus dicendum est ex seu realitate eius, ut ipse Scotus loquitur. ex ultimo gradu eius; immo ínter eam for-
sicam compositionem; utraque enim fit ex professo d.isputatione sequenti. ~uae ratio procedit de substantiis composi- mam et alias necessario es~et convenientia,
tls, sed evidentior est in simplicibus seu vel in communi ratione formae substantia-
430 · Disputación segunda.-Sección V 431
las otras almas realmente distintas; por lo tanto, se podrían derivar de ellas porque dicha diferencia se toma .de un grado más perfecto de la misma forma;
rencias no últimas, según todas estas razones; no habría, por lo tanto, diferencia_ por ejemplo, sensible y racional, dando por verdadera la sentencia de la unidad
alguna que se tomase de la forma total; en efecto, por idénticas razones no puede del alma en el hombre, son diferencias de las cuales ninguna se toma de la
haber en las formas accidentales ninguna de la cual en su integridad se tome una forma total, y sensible se toma de ella según un grado superior y menos perfec-
única diferencia, según confiesa Escoto. to; sin embargo, porque, aun considerada según dicho grado preciso, es ser verda-
6. También las diferencias últimas.- Por todo esto, se puede además probar dero y real, por ello .dicha diferencia incluye el ser intrínseca y esencialmente, en
que la división de Escoto es insuficiente. En efecto, dejando a un lado la diferen- cambio, racional se toma de la misma forma según un grado inferior real y más
cia que se dice tomada de toda la forma, ya que no hay ninguna, según demostré perfecto, y tamb~n la forma de que se toma, incluso según esta consideración, es
confiesa el mismo Escoto que hay una diferencia última que se toma de 1~ real y verdadero ser; por consiguiente, con mucha mayor razón la diferencia real
última realidad de' la forma; por consiguiente, es necesario que admita otro géne-
incluye íntima y esencialmente el ser. Además, no existe razón alguna mayor en
ro de diferencias que no se tomen ni de toda la forma ni de su última realidad,
sino de la forma según una realidad común o superior, Como pasará, por ejemplo, pro de la una que de la otra, porque tan simple es el concepto de diferencia sen-
con la diferencia "sensitivo" en el hombre, si en él el alma sensitiva no se distingue sible como el concepto de diferencia racional; ninguno de ellos, en efecto, inclu-
realmente de la racional, o como pasará con la diferencia "color" en la blancura._ ye formalmente al otro, ni lo contrario. Lo explico así, porque el mismo Escoto
Esta diferencia, por lo tanto, ni es última, como es evidente, ni es no última, &egún indica que la diferencia racional propiamente no se distingue de las demás por
la explicación de Escoto, porque no se toma de la forma total, sino sólo de un otra diferencia-, ·sino por sí misma, puesto que, al mismo tiempo que es aquello por
determinado grado de su realidad; consiguientemente, "la enumeración que Esco- lo que otra cosa se distingue, es también diferente por sí misma, para no alargar-
to hace de estas diferencias es insuficiente. Queda por preguntar si, en su opinión,_ nos hasta el infinito y convertir la misma diferencia en especie, como si constase
estas diferencias que ni se toman de la forma total, ni son últimas, incluyen o no de género y otra diferencia; ahora bien : todo esto se cumple de igual manera en
el ser intrínseca y quiditativamente. Porque si no lo incluyen éstas, se sigue que la diferencia superior, o sea, sensible) que no consta a su vez de otra diferencia,
no hay en absoluto ninguna diferencia real que incluya el ser, cosa que él mismo ni es especie, sino que por sí misma se diferencia de la que se le oponga, en cuanto
niega, además de que resulta bastante absurda, porque, si ningtma diferencia es divide y contrae el género superior y constituye su propia especie subalterna; por
ser, no existen en las cosas diferencias reales, ni, consiguientemente, se constitu- consiguiente, ambas diferencias son de la misma naturaleza, y lo mismo pasa
yen mediante ellas las esencias reales, ni se distinguen esencialmente. Mas, si con todas las superiores. Si se objeta que estas diferencias subalternas son deter-
estas diferencias incluyen el ser, lo mismo hay que decir de las últimas diferen- minables por las últimas diferencias, esto, en primer lugar, nada tiene que ver
cias, aunque no se tomen de toda la forma, sino de su último grado. Esta canse~ para que aquéllas incluyan el ser con más razón que éstas; al contrario, según
cuencia se prueba, en primer lugar, porque las diferencias subalternas, por ejem- el raciocinio de Escoto antes expuesto, se sigue más bien que estas diferencias,
plo, sensible, no se toman de toda la forma, sino de uno de sus grados reales, en cuanto son determinables por las inferiores, no las incluyen, y en cuanto de-
siendo esto suficiente para que incluyan el ser; con más razón bastará esto, po:r terminan a las superiores tampoco pueden incluir a éstas y que son, consecuente-
lo tanto, para que las últimas diferencias incluyan al ser. La ilación es evidente, mente, tan simples como puedan serlo las diferencias últimas. Además, también
/ ,.:¡_, _
Us, vel in ratione anitnae et principii vitae est non ultima, íuxta Scoti declarationem, consequentia, quía talis differentia surnitur ferentiam, sed per se ipsam, quia, dum ipsa
respectu aliarum animaruro realiter distinc- quia non sumitur a tota forma, sed solum a perfectiori gradu illius formae; ut verbi est quo aliud differt, sirnul etiam est se ipsa
tarum; ergo secundum has orones rationes a quodam gradu realitatis eius; ergo insuf- gratia, sensibile et rationale, supposita vera differens, ne in infinitum procedamus, ipR
possent ab illa sumí differentiae non ulti- ficienter ab Scoto numerantur huiusmodi sentencia de unitate animae in homine, sunt samque differentiam speciem faciamus, ut-
mae; ergo nulla esset differentia quae su- differentiae. Et quaerendum restat an iuxta differentiae, quarum neutra sumitur a tota pote ex genere et aJia differentia constan-
meretur a tota forma; propter similes enim illius opinionem hae differentiae, quae nec forma, et sensibile sumitur ab illa secun- tero; sed totum hoc eodem modo procedit
raciones in formis accidentalibus nulla esse sumuntur a tota forma, nec sunt ultimae, dum gradum superiorem minusque perfec- in differentia superiori, scilicet sensibile,
potest a qua tota aliqua differentia unica includant intrinsece et quídditative ens, tum; tamen, quia forma etiam secundum il- quia etiam illa non constat alia differentia,
sumatur, ut Scotus fatetur. necne. Nam si illae non includunt ens se- lum praecisum gradum considerata realis neque est species, sed se ipsa differt ab alia
6. Differentiae etiatrl< infimae.-- Unde quítur nullas Omnino esse differentias rea... est. verumque ens, ideo differentia illa ens sibi opposita, quatenus dividit et contrahit
ulterius ostendi potest insufficientem esse les quae ens includant, quod et ipse negat, intrinsece et essentialiter includit; rationale
et per se est satis absurdum; quia, si nul- superius genm, et constituit suam propriam
Scoti divisionem. Ornissa enim differentia, autem sumitur ab eadem forma secundum subalternam speciem; est ergo eadem ratio
quae suroi dicitur a tota forma, quae revera la differentia est ens, nullae sunt in rebus- inferiorem gradum realero magisque per-
differentiae reales, et consequenter nec per utriusque differentiae, et idem est de om-
nulla est, ut ostendi, Scotus jpse fatetur fectum, et forma a qua sumitur, etiam se- nibu& superioribus. Quod si dicas huius-
dari differentiam--ultimam quae -sumitnr ab eas constituuntur essentiae reales, neque es- cundum illam considerationem, est realis
ultima realitate formae, ergo necesse est ut sentialiter distinguuntur. Si autem illae diffe- modi differentias subalternas esse determi-
verumque ens; ergo multo matori ratione nabiles per differentiaS ultimas, hoc impri-
admittat aliud differentiarum genus, quae rentiae includunt ens, ergo idem dicendum realis diffcrentia includit intime et essentia-
neque a tota forma, neque ab ultima realiR est de ultimis differentiis, etiamsi non su- mis nil refert ut illae potius quaro hae
liter ens. Praeterea nulla est maior ratio ens includant; hnmo, iuxta discursum
tate eius, sed a forma secundum aliquam mantur a tota forma, sed ab ultimo gradu de una quam de alía, nam taro simplex
communem seu superiorem realitatero su- eius. Probatur haec consequentia, primo, quía est conceptus differentiae sensibilis, sicut Scoti supra facturo, potius sequitur has
matur, ut erit differentia sensitivi in homi- ha e differentiae subalternae, verbi gratia, sen.. conceptus differentiae rationalis; neuter differentias, prout detenninabile& sunt per
ne, :-i in eo anima sensitiva non est realiter sibile, non sumuntur a tota forma, sed a quo- enim altenun includit forma)iter, neque e inferiores, non includere illas, et quatenus
a rationali distincta, vel sicut differentia daro gradu reali eius, et hoc satis est ut in- contrario. Quod sic declaro, nam, ut ipse determinant superiores, etiam non posse
coloris in albedine. Talis ergo differentia, cludant ens; ergo multo magis id sufficiet Scotus indicat, haec differentia, rationale, ipsas superiores includere, et consequenter
neque est ultima, ut per se constat, neque ut ultimae differentiae includant ens. Patet proprie non differt ab aliis per aliam dif- esse tam simplices, quantum esse possunt
432 Disputacione'-"'e!_afísicas J)isputación segunda.-Sección V 433
-------··-------
que riene esencia verdadera y real. Ahora bien: o estos modos tienen una esencia
las diferencias últimas, sobre todo en la opinión de Escoto, son determinables
real y, por ende, son ser intrinseca Y esencialmente, o no la tienen, y en este caso
por las diferencias individuales; por consiguiente, también en esto les es aplica-
no pueden constituir una esencia real, ni pueden añadir nada real para contraer un
ble el argumento.
concepto superior y para constituir una determinada esencia y distinguirla de otras;
7. Igualmente las diferencias individuales.- De aquí parece seguirse, finala
y se confirma, porque si estos modos no son ente, no son nada, luego, en nada
mente, expresándonos en consecuencia con la opinión de Escoto, que las diferen-
pueden contribuir a la constitución de las esencias reales. Algunos responden que
cias individuales son las únicas que deben llamarse últimas, por ser las únicas
no son entes quod, pero que son entes quo, o sea, un algo del ser y que, por lo
que se toman de la .última realidad de la forma y que no se diferencian en modo
xnismo, ni son absoluta y unívocamente ser, según dice Escoto, ni son totalmente
al guno por otras, m en cuanto son diferencias constitutivas -lo cual es común nada. Mas esta respuesta parece consistir sólo en palabras, porque el ser ente qua
a to_das :as diferencias, según. se dijo-, ni por diferencias que las contraigan a
no es otra cosa que ser forma o acto real en una constitución o composición meta-
los mfenores, ya que no las llenen, según es propio de dichas diferencias indivi-
duales; pero tampoco habló Escoto de las diferencias últimas en este sentido física; empero no puede haber forma ninguna ni acto real de cosa alguna que no
sea en sí mismo algo real, lo cual es ser en sí mismo ente real; por consiguiente,
según se desprende de los lugares citados y de las razones aducidas, ni se pued~
es contradictorio decir que algo es ser real quo, y no ser quod, ya que ese
afirmar de ellas que no incluyan el ser, por otras razones arriba expuestas, a saber ser qua debe fundarse en el quod necesariamente. Y esto puede demostrarse por
porque también éstas se toman de la materia o de la forma según la verdader~ inducción en cualquier composición física. Pero existe la misma razón en la
realidad de éstas. Además, porque el concepto de diferencia individual en sí no composición metafísica, porque también en ella se conciben la _potencia y acto
es más simple que el concepto de diferencia específica o genérica, aunque no sea como constitutivos de la realidad integra o esencia; de donde, inclusn considera-
tan común o susceptible de contracción, pues esto en nada atañe a la simplicidad dos en si mismos, deben concebirse necesariamente como poseedores de algo de
del concepto, porque más bien las cosas superiores y más universales suelen ser realidad o de esencia al menos parcial; en otro caso, nn podrían concebirse como
más simples. Además, las razones que expondremos a propósito de los modos aptos para constituir y completar la esencia real; esta razón puede aplicarse a
intrínsecos, tendrán también valor probativo respecto de estas diferencias indi- todas las diferencias, tanto últimas como no últimas, genéricas, específicas o indivi-
viduales, puesto que, según diremos, la razón es la misma o proporcional. duales.
8. Las modos intrínsecos del ente implican la razón de ser;- También res- 9. En segundo lugar, pueden a su vez aplicarse aquí las razones expuestas a
pecto de los modos intrínsecos se demuestra la falsedad de la opinión de Escoto propósito de las diferencias, principalmente la de que una diferencia no última,
primeramente, porque dichos modos o son positivos y reales, o no. Esto segund~ es decir, subalterna, incluye el ser por el hechn de tomarse de la forma según
ni lo afirma Escoto, ni es verdad, según contra algunos demostraré en la sección algún grado de su realidad; pero también estos modos intrínsecos se toman de la
siguiente. ¿Cómo, en efecto, podrían constituir las diversas esencias de las cosas forma o naturaleza según algún grado de su realidad; luego incluyen también al
y la diferencia esencial entre ellas, si no fuesen modo-s reales y positivos·? Si, pues, sef. Se explica la menor, porque el modo de perseidad en la sustancia se toma de
son tales, ¿cómo puede concebirse que no incluyan intrínseca y esencialmente al la realidad de cualquier naturaleza sustancial, en cuanto conviene con las demás
ser?, porque, según demostramos en la sección anterior, es ser intrínsecamente lo en la aptitud de subsistir, y, según esto, en las sustancias inmateriales dich.o modo

hi, madi habent aliquam realero essentiam, physica inductione ostendi potest. Est au-
differentiae ultimae. Et praeterea etiam dif- simplicior quam conceptus differentiae spe- tem eadem ratio in metaphysica composi-
et ~ta intrinsece et- essentiaUter sunt ens;
ferentiae ultimae, maxime secundum opi- cificae vel genericae, etiam si non sit ita vel nullam habent, et sic nec possunt es- tione, quía etiam in illa potentia et actus
nionem Scoti, sunt determinabiles per dif- communis vel contrahibilis; hoc enim nihil concipiuntur ut constituentia integram rea-
sentiam realem constituere, neque aliquid
ferentias individuales; ergo etiam in hoc refert ad simplicitatem conceptus, Dam po- litatem seu essentiam; unde in se etiam con-
:reale addere ad contrahendum superiorem
est eadem ratio de illis. tius superiora et universaliora solent esse conceptum et constituendam determinatam siderata necessario concipi debent ut ha-
7. Item differentiae individuales.- Un- simplidora. Et praeterea rationes quas de bentia aliquid realitatis seu essentiae saltem
essentiam et distinguendam illam ab aliis.
de videtur tandem sequi, consequenter lo- modis intrinsecis faciemus, de his etiam dif- partialis; alias non possent concipi ut apta
ferentiis individualibus probabunt, nam ut Et confirmatur, nam si hi modi non sunt
quendo iuxta opinionem Scoti, solas dif- ens, ergo nihil sunt; ergo nihil conferre ad constituendum et complendum eSsentiam
ferentias individuales deberc dici ultimas, ostendam, eadem est seu proportionalis ea- realem; et haec ratio applicari potest ad
po-ssunt ad essentias reales constituendas.
nam illae solae sumuntur ex ultima realitate rum ratio. Respondent aliqui, has modos non esse ens omnes differentias taro ultimas· quam non
formae, et per alias nullo modo differunt, 8. Modi intrinseci entis rationem entis ultimas genericas, specificas et individuales.
ut quod, tamen esse ens ut quo seu aliquid
neque ut per differentias constituentes imbibunt.- Iam igitur de modis intrinsecis entis, et índe neque esse simpliciter et uni- 9. Secundo, possunt e contrario hic ap-
(quod commune est omnibus differentiis, falsa etiam ostenditur opinio Scoti. Primo, voce ens, ut Scotus loquitur, neque omni- plicari rationes factae de differentiis, prae-
ut dictum est), neque ut per differentias quia, vel Hli madi sunt positivi et reales, sertim illa, quod differentia non ultima, id
nihil. Sed haec responsio solum videtur
contraherites ·ad itíferiora, qUia ·mas non vel non. Hoc secundum neque ab Scoto in verbis consistere, quoniam esse ens ut est subalterna, ideo includit ens, quía su-
habent, quod est proprium harum differen- dicitur, neque est verum, ut contra aliquos mitur a forma secundum aliquem gradum
quo nihil aliud est quam esse formam seu
tiarum individualium. Sed neque Scotus in ostendam, secrione sequenti; quomodo actum realem in metaphysica constitutione realitatis eius; sed etiam hi madi intrinseci
hoc sensu est Jocutus de differentiis ultimis, enim possent constituere varias rerum es- "Seu compositione; nulla autem potest es- sumuntur a forma vel natura secundum
ut patet ex locis citatis, et ex bis quae ad- sentias, et essentiale discrimen i,nter illas, se forma vel actus reaUs alicuius, nisi in se aliquem gradum realitatis eius; ergo etiaro
duximus, neque de illis dici potest quod si non essent reales m o di et positivi? Si -sit ·aliquid reale, quod est esse in se ens includunt ens. Minor declaratur, nam in
ens non includant, propter alias rationes a...-::tem huEusmodi sunt, quomodo mente con- reale; ergo repugnat dicere aliquid esse substancia modus per se sumitur ex realita-
supra tactas, scilicet, quia etiam hae su- cipi potest eos non indudere íntrinsece et reale quo, et non ens ut quod, nam illud te cuiuscumque naturae substantialis, qua-
muntur a materia vel forma secundum ve- essentialiter ens? Nam ut praecedenti sec- quo in huiusmodí, quod necessario fun- tenus cum allís convenit in aptitudine sub-
ram realitatem earum. Item, quia concep- cione ostendimus, ens intrinsece est quod dári debet. Quod in omni compositione sistendi, et ita in substantiis immateriali-
tus differentiae individualis in se non est habet veram et realem essentiam; aut ergo
434 Disputaciones
Disputación segunda.~S
__e_cct_._ón_V
____________ 435
se toma de la fonlla simple completa, según tal razón precisa; en ~ambio, en
materiales de la forma metafísica completa, o sea, de la naturaleza mtegra y, dos con que se contrae, lo cual está en contradicción con el género, según
secuentern'ente, de la materia en cuanto contribuye por su parte a .subsistir y d~ ;;:eba el mismo Aristóteles en d lib. VI de los Tópicos, c. 3. Escoto responde
la forma en cuanto constituye absolutamente la naturaleza sustanc1al. Se apoy:.h e el ente no es género porque, aunque no se incluya en todas las diferencias, se
pues la primera consecuencia, en la paridad de razón, y porque, al. igual que este :luye al menos- en algunas, a saber, en las diferencias no últimas que se toman
mod~ intrínseco, que determina inmediatamente al ser, se conCibe como algo_ de la forma completa. Respecto de esto, hemos comenzado por probar que se
apoya en un falso- supuesto-, porque no existen ningunas diferencias que se tomen
simple por sí mismo y no como diferente de los demás por otro modo, lo mismo-
de la forma completa-, en el sentido propugnado por Escoto, es decir, que se to-
pasa con la diferencia, tanto subalterna como última, se~ se declaró.
men de la forma completa en su totalidad, por así decirlo, y no según un grado
10. De la opinión de Escoto se· dednce que el ser es genero y el modo de ser
0 concepto preciso. Por otra parte, no es convincente, porque ¿qué importa que
verdadera diferencia. Refutación de la inepta respuesta de Escoto a la objeción.- el ente se incluya en ciertas diferencias últimas y remotas para que no sea género
En tercer lugar, porque si el concepto de sustancia se resuelve en el concepto de respecto de la sustancia y del accidente en que se divide próxima y unívocamente
ser y en el concepto de un modo completamente distinto del ser, que lo contrae
mediante diferencias propias, ajenas a su concepto? Según la opinión de Escoto,
y no lo induye, nada puede faltarle a este· modo para ser una verdadera diferen- habría que llegar con más razón a la sentencia contraria: que esas diferencias no
cia, ni al ente para ser género, principalmente dando por supuesto Escoto que et -últimas, tal como son excogitadas por él, no son propiamente diferencias, slno
ser es unívoco. La consecuencia respecto de la primera parte se prueba, porque ciertas especies de ser, puesto que son resolubles en el concepto de ser qtúditativo
el concepto de diferencia sóln exige que contraiga esencialmente un predicadO: y unívoco en ellas, ~ e.n una diferencia última 9-ue no incluya el ser; nada falta,
superiar unívoco y quiditativo, sin incluirlo, sino constituyendo con él un grado pues, allí para constitmr y componer una especie.
esencial haciendo el oficio de forma, de donde le viene que se predique -como se 11. En cuarto lugar, estos modos intrínsecos son desiguales en perfección
dice- in quale quid, y que sea, consecuentemente, lo que le haga diferenciarse entitativa, lu_ego son seres. El antecedente es evidente, porque la sustancia es más
de los demás·, y todas estas cosas, según la doctrina de Escoto, convienen . a loo perfecta que , el accide~te y no por razón de aque_llo en. que convienen; p,or lo
modos que contraen el ser. En cuanto a la segunda parte, la consecuencia se prue- tanto, lo sera por razon de aquello en que se dtferencmn: luego lo sera por
ba porque al concepto de g<énero sólo pertenece el ser predicado unívoco y quidi- razón de su propio modo intrínseco. Y esto es evidente de por sí; en efecto,
tativo, o in quid, sin expresar toda la quididad hasta su último grado -por es<> la sustancia es más perfecta precisamente porque existe en sí, y, en cambio, el
suele decirse que se predica Ín' quid incompletamente_., y el que sea susceptible accidente existe en otro; por consiguiente, el modo mismo de la perseidad es
de ser contraído y determinado mediante diferencias esencialmente distintas, de· más perfecto que el modo de existir en otro; luego ambos tienen una determina-
donde le viene el predicarse de muchos esencialmente diferentes; y todo esto es apli- da perfección; por ende, ta..'llbitén entidad, porque la perfección no puede conce-
cable al ser según los principios de Escoto. Por eso, adoptando una actitud contraria,, birse sin entidad realj puesto que, o son lo mismo, o la perfección supone la
Aristóteles en el lib. III de la Metafís., texto 10, prueba que el ente no puede ser entidad y es propiedad de ella. Puede, por lo tanto, estructurarse un nuevo argu-
género pr~cisamente porque se incluye esencialmente en todas las diferencias y mento o confirmación; en efecto, en estos modos .....-y dígase lo mismo de todas
las diferencias- se cumplen los atributos del ser; efectivamente: son algo y no
bus ille modus sumitur ex tota forma sim- quoad priorem partem probatur, quia de-
plici secundum eam praecisam rationem; in ratione differentiae nihil aliud est, nisi quod in omnibus differentiis et modis quibus resolubiles sunt in conceptum entis quid-
materialibus vero ex tata forma metaphysica essentialiter contrahat superius praedica- contrahitur, essentialiter includitur, quod ditativum et univocum ipsis, et in aliquam
seu natura integra, et consequenter ex ma- tum univocum et quidditativum, non in- repugnat generi, ut idem Aristoteles pro- differentiam ultimam, quae non includat
teria, quatenus ex parte sua confert ad sub- .cludendo ipsum et cum illo constituendo· bat, VI Topic., c. 3. Respondet Scotus, ens; nihil ergo ibi deerit ad constitutionem
sistendum, et ex fornla, quatenus absolute gradum essentialem aliquem per modum ens non esse genus, quia licet non in om- et compositionem speciei.
constituit substantialem naturam. Tenet er- formae eius, ex quo habet quod praedicerur- nibus, saltem in aliquibus differentiis in- 11. Quarto, hi modi intrinseci sunt inae-
go prima consequentia a paritate rationis; (ut aiunt) in quale quid, et consequenter cluditur, scilicet in differentiis non ultimis, quales in perfectione entitativa; ergo sunt
et quia, sicut hic modus intrinsecus im- quod faciat differre ah aliis; haec autem quae sumuntur a tata forma. Sed hoc im- entia. Antecedens patet, quia substantia est
mediate detenninans ens concipitur ut quid omnia conveniunt modis contrahentibus ens primis ostensum est supponere falsum, quia perfectior accidente, et non ratione eius in
simplex se ipso et non per alium modum iuxta doctrinam Scoti. Quoad alteram vero· nullae sunt diffexentiae quae sumantur a quo conveniunt; ergo racione eius in quo
differens ab aJ;iis, ita etiam differentia tam partem probatur sequela, quia de racione tota forma in sensu ab Scoto intento, id differunt; ergo ratione sui proprjj madi
subalterna quam ultima, ut dedaratum est. generis solum est quod sit praedicat~m est, quae sumantur a tota forma totaliter (ut intrinscci. Quod etiam per se notum est;
10. Ens esse genus, et modum entis univocum et quidditativum seu in qmd, sic dicam) et non secundum aliquem prae- ideo enim substancia perfcctior est, quia est
veram differ~n~iam, __i_nferty~ _§_;(____ §coti opi- non exprimens ____ totam quidditatem usque· cisum gradum seu conceptum. Et deinde per se, accidens vero in alio; ergo ipse
niofíe.- Resp-OñsiO--Scoti ad illatum incon- ad ultimum gradum (propter quod dici so- satisfacit, nam quid refert quod ens modus per se essendi perfectior est modo

~~:~~~~~n~in):
veniens refutatur.- Tercio, quia, si concep- let praedicari in quid incomplete), et quod existendi in alio; ergo uterque habet ali-
tus substantiae resolvitur in conceptum en- quibusdam
ut non situltimis
genu& etrespectu
remo-
sit apturn contrahi et determinad per dif- quam perfectionem; ergo entitatem, nam
tis, et conceptum modi omnino condistinc- ferentias essentialiter distinctas, ex quo ha- et accid~ntis, in quae proxime perfectio sine cntitate reali concipi non pot~
ti ab ente, et. contrahentem, et non inclu- bet quod de pluribus essentialiter dif--- et un:ivoce dividitur per differentias pro- est; aut enim sunt idem, aut perfectio sup-
dentem ipsrun, nihil deesse potest huic modo ferentibus praedicetur; sed hoc totum con- prias et extra sui rationem? Immo e con- ponit entitatem : et est proprietas eius. Un-
quominus vera differentia sit, neque enti venit enti iuxta principia Scoti. Unde e trario iuxta Scoti sententiam inferendum de no-vum argumentum vel confirmatio con-
quominus genus sit, praesertim cum Scotus contrario Aristoteles, III Metaph., text. 10, esset illas differentias non ultimas, prout fici potest; nam in bis modis (et idem est
supponat ens esse univocum. Sequela inde probat ens rum posse esse genus, quia ab ipso finguntur, non esse proprias dif- de onuiibus- differentüs) reperiuntur pas-
ferentias, sed quasdam species entis; nam siones entis; sunt enim aliquid, nec enim
436 Disputaciones metafísicas ~a_c,_'ón_s_e_gunda.--Sección V_________ 437
~

meramente nada; son uno, pues cada modo_ ,es indívis? .e~ si y dis~nto de cual- entes incompletos alguna entida.d, tienen alguna semejanza real con los entes
quier otro; y buenos, por tener su perfecc1_on ~ _apettbil~dad definida; y verda- completos; puede, por lo tanto, pensarse un concepto de ser más universal, que,
deros, pues no son ficticios y _son de suyo mt~hg1bles. Fmalmente; el modo por según la razón, prescinda de estos dos. El que tal sentencia sea falsa en sí, se de-
el que se constituye la susta~cm debe ser ,e~ c1erta manera sus~ancm, puesto _que, rou"estra por tres razones. La primera es sólo ad hominem, admitida la sentencia
como dijo Aristóteles el?- el lib. 1. de la Fzsz.ca, c. 6, la s~stancm no se constituye de Escoto sobre la univocidad del ser. En efecto, en este caso se desprende con
de no sustancias, pudiendo dec1rse lo rmsmo proporciOnalmente respecto del mayor evidencia, -según la explicación anterior, que el ente completo es un géne-
modo de accidente; ahora bien: lo que es sustancia es también ser; luego.
ro común a los diez predicamentos, porque tienen diferencias reales que caen
12. Explicación de una sentencia que podría suponerse coma de Escota.-
Puede haber alguie.a que tome pie de aqui para explicar la sentencia de Escoto, fuera de su razón, con todos los demás requisitos que se requieren para la esencia
del género, según se ve aplicando el argumento arriba propuesto.
0 mejor para proponer otra nueva. En efecto, la diferencia o modo constitutivo
de la sustancia no es sustancia completa, sino incompleta; por esta razón, pues, 14. La segunda razón está en que el ser tomado con la máxima universali-
la sustancia ___,.lo más general del predicamento sustancia- puede tener diferen- dad en cuanto transcendental y objeto de la metafísica o del entendimiento, abs-
cias en que no se incluya, pues solamente el género es sustancia completa; en trae de completo e incompleto, pues todas estas cosas, según se desprende de la
cambio, la diferencia es sólo sustancia incompleta; así, pues, conforme a esto, forma de explicarlas, son algo que se añade al ser en cuanto ser, en orden a la
puede decirse que el ente que se determina al ser de la sustancia, de la cantidad precisión o expresión de nuestros conceptos. Al menos, no hay duda de que pueda
y de los otros géneros que se encuentran en los compartimentos estancos de los ser significado y concebido el ser con esta generalidad, según decía poco antes;
predicamentos, es sólo el ente completo, y que no se incluye, por lo mismo, en y en este sentido hablamos del ser ahora, pues precisamente en cuanto es tal
los modos intrínsecos por los que se determina, es más, ni siquiera en las diferen- constituye el objeto de la metafísica; por consiguiente, el ser así entendido se
cias que son también entes incompletos. En este sentido, todos los argumentos incluye intrínsecamente en las diferencias y modos intrínsecos. Y si por ventura
propuestos carecen de valor contra esta sentencia, porque no se niega que los algunos de los partidarios de la sentencia propuesta dicen que ellos no hablan
modos y diferencias sean ser hasta cierto punto, sino sólo que sean entes comple- de esta clase de ser, sino del ente completo, comienzan por salirse del problema de
tos, en lo que no hay ningún absurdo. que ahora tratamos. Además, no evaden la dificultad que es el principal intento
13. Se demuestra que esto es aieno al pensamiento de Escoto JI falso.-
en la explicación de esta sentencia, a saber, cómo desciende el ente a sus inferio-
Esta explicación, empero, ni está de acuerdo con el pensamiento de Escoto, ni
es verdadera en sí. Lo primero es evidente, por negar especiahnente Escoto que res; porque, aunque digan (¡ue el ente completo se contrae a la sustancia por un
el ente se incluya en las últimas diferencias, concediendo, en cambio, que se modo que ni es ser completo, ni simplemente nada, sino un ser incompleto, les
incluye en las no últimas; no se refiere, pues, al ente completo, porque ninguna falta por explicar cómo y por qué el ente comunísimo se determina al ser del
diferencia es ente completo de este modo. Además, Escoto habla del concepto ente completo e incompleto; porque yo pregunto respecto de lo que el ser com-
universalísimo de ser real, que puede obtener nuestra mente por abstracción, pleto añada al ente, si es que incluye al ser tomado en toda su generalidad; por-
según consta manifiestamente de los lugares citados; mas el ser completo según que si no lo incluye, será nada, y entrarán en vigor todos los argumentos pro-
se acaba de explicar, no es el concepto universalísimo de ser, pues poseyendo los puestos; mas si lo incluye:, resultará que la diferencia o modo que lo contrae o
sunt nihil; et unum, nam unusquisque ens quod determinatur ad esse substantiae,
modus est in se divisos et distinctus a quantitatis, et aliorum quae in rectis ,lineis ceptus entis nam, cum entia incompleta hac generalitate significad et concipi, ut paü-
quolibet alio; et bonum, quia habent suam praedicamentorum ponuntur, solum esse aliquld entitacis habeant, convenientiam ali- lo antea dicebam; sk autem nunc nos lo-
definitam perfectionem et appetibilítatem; ens completum, et ideo non includi in mo- quam realem habent cum entibus cornple- quimur de ente, quía ut sic est obiectum
et verum, quia non sunt conficti et per se dis intrinsecis qulbus determinatur, immo tis; ergo concipi potest ratio entis univer- metaphysicae; ergo huiusmodi ens intrinse-
intelligibiles sunt. Tandem modus quo neque in differentiis quae etiam sunt in- salior, quae secundum rationem ab bis prae- ce includitur in differentiis et modis intrin-
constituitur substancia, aliquo modo sub- completa encia; et in hoc sensu omnes ra- scindat. Quod amero illa sententia in se falsa secis. Quod si fortasse auctores praedictae
stantia esse debet; nam, ut dixit Aristote- ciones factae non procedunt contra hanc sit, tribus rationibus ostenditur. Prima est sententiae dicant se non loqui de huius-
les, 1 Phys., c. 6, substantia non Constitultur sentenciam, qula non negatur differentias tantum ad hominem, supposita sentencia modi ente, sed de ente completo, imprimís
ex non substantiis, et ídem proportionali- et modos esse aliquo modo entia, sed solum Scoti, quod ens sit univocum; tune enim non loquuntur ad rem de qua nunc agi-
ter est de modo accidemis; sed quod est esse entia completa, quod nullam habet ab- evídentius sequitur iuxta praedictarn inter- mus. Deinde non effugiunt difficultatem
substantia, est etiam ens; ergo. surditatem. pretationem ens completum esse unum ge- quae in tata hac sentencia praecipue decla-
12. Sententiae Scoti, quae fingi posset, 13. Aliena ab Scoti mente et falsa os- nus commune ad decem praedicamenta, qula rad intenditur, scilicet, quomodo ens ad
explicatio.- Hinc vera sumere potest ali- .tenditur.- Sed haec expositio neque est ad habet differentias reales extra sui rationem, inferiora descendat; nam, Hect dicant ens
quis_______ ,(~c<:;asionem____::¡_d_______í:!}{P~_c_:u?:da!J:l: ·- senten- mentem Scot:i, neque in se vera est. Pri: mnnia alia requisita ad rationem gcn~ris_, completum contrahi ad substantiam per
tülm SCoii~- ver CCrié novam -afíám- introdu~ mum patet, quía Scotus specialíter negat ut patet applicando rationem supra factam. quemdam modum, qui nec est ens comple-
cendam. Differentia enim seu modus con- ens includi in differentiis ultimis, in non 14. Secunda ratio est, quia ens com- tum nec omnino nihil, sed incompletum
stituens substanciam non est substantia com- ultimis autem concedit includi; non loqui- munissime sumptum, ut est transcendens, ens, restat illis explicandum quomodo et
pleta, sed incompleta; hac enim ratione tur ergo de ente compl~to, quia hoc modo et obiectum metaphysicae vel intellectus, per quid ens communissimum determine-
substantia, quae est generalissimum praedi- nulla differentia est completum ens. Deinde abstrahit a completo et incompleto; nam tur ad esse entis completi vel incompleti.
camenti substantiae, habere potest differen- Scotus loquitur de universalissimo concep- haec omnia, ut ex modo significandi patet, Nam de eo quod addit ens completum su-
tias in quibus non includatur, quia genus to entis realis, quem mens nostra potest se habent per additionem ad ens in quan- pra ens, inquiram an includat ens com-
illud tantum est substantia completa, dif- abstrahere, ut manifeste constat ex dtatis tilm ens, in ordine ad praecisionem vel ex- munissime sumptum; nam, si non includit,
ferentia autem est solum incompleta sub- locis; ens autem completum praedicto mo- pressionem nostrorum conceptuum. Et sal- erit nihil, et procedent omnia argumenta
stantia; ad hunc ergo modum dici potest do explicatum non est universalissimus con- tero dubium non est quin possit ens in facta; si autem includit, ergo differentia seu
438 - - - - - - - - - - - ----~
DisP'l!!acion~s

divide incluye al mismo dividido. Por lo tanto, sólo quedará por preguntar refe-
metafísicas
---
Disputación segunda:---Sección V
-----------------

:mente a las cosas, lá razón de ser se incluye en todas las sustancias y en todas
439

rente a dicho modo, en qué se distingue del mismo ente común que incluye en sí sus partes, y en todos los accidentes y en todos los modos positivos reales; por-
mismo, y en qué se diferenCia de los otros entes, viniendo ~ encallar así esta expli- .que todas estas cosas tienen de alguna manera verdadera esencia, es decir, no fic-
cación en las mismas dificultades que Escoto pretende evrtar. ticia ni imaginaria, sino real, apta para existir fuera de la nada. Y si las cosas se
15. La tercera razón y la más apropiada consiste en que el concepto de consideran metafísicamente, el ser se incluye en todos los géneros y especies e in-
ente completo, común a los diez predicamentos en cuanto se constituyen en dividuos sin discusión, y hemos demostrado que también se incluye en las dife-
sus compartimentos estancos y no común a otras cosas, es imposible, porque las rencias y en los modos positivos intrínsecos, y fuera de éstos nada más hay en las
sustancias incompletas, que no se ponen directamente en el predicamento de la: cosas.
sustancia, son entes más perfectos que los accidentes que se ponen directamente 17. Respuesta a una objeción.- Se puede argüir que, además de esto, están
~ _ en el predicamento de los accidentes. Esto es claro, bien consideremos las sustan- Jos atributos del ser, de los que no se dijo nada. Respuesta: respecto de estos
1 das incompletas físicamente o bien metafísicamente, porque la materia prima es atributos se puso en tela de juicio si significaban algo positivo realmente distioto
más perfecta y tiene más entidad que la cantidad, y la forma sustancial más que del ser, o sólo negativo, o un ente de razón. Si se da por verdadero esto último
la cualidad. Del mismo modo, la racionalidad, en cuanto es diferencia sustancial, hay que afirmar, consecuentemente, que d¡chos atributos no incluyen formalmente
, es algo más perfecto que cualquier accidente; luego el ser, en cuanto es común al ser, sin que esto vaya contra la conclusión, porque tales atributos no expresan
a la sustancia y al accidente, es mucho más común a las sustancias incompletas formalmente diferencias o modos que determinen o afecten realmente al ser.
y a todo aquello, consecuentemente, que incluye por cualquier motivo la entidad, Mas si la sentencia verdadera es la primera, hay que afirmar en consecuencia que
por ser ésta la única semejanza que puede tenerse en cuenta entre la sustancia y estos atributos, en su concepto formal, incluyen el ser por las mismas razones
el accidente; de donde el concepto de ente completo, si es el concepto' de nn .arriba aducidas, y que los tales atributos están contenidos en la enumer-ación
ente que sea esencialmente uno, sólo puede ser el concepto de sustancia. hecha, porque expresan modos reales del ser, a él adecuados y con él convertibles;
para la siguiente disputación reservamos el tratar cuál de estas opiniones es la
Solución del problema verdadera. Por otra parte, ya se insinuó también el argumento de más valor res.:-
pecto de la conclusión, derivado de la razón de ser antes explicada, que consiste
16. Hay que afirmar, pues, que el ser, en cuanto ser, se incluye intrínseca-
en poseer esencia real, en lo cual no se incluye que dicha esencia sea perfecta
mente en todo ser, y en cualquier concepto de diferencia positiva o modo del ser
real. Así lo enseña Santo Tomás, I cont. Gent., c. 25, y en la q. 31 De Veril., o imperfecta, total o parcial, sino únicamente que sea real; esto se ha d~ incluir
a. 1, y lo indica en el Quodl. II, a. 3, y en I, q. 3, a. 4; q. 4, a. 3, ad 1; por fuerza en todas las cosas y modos o diferencias reales. También es general
q. 5;, a. 1, y lo profesan los tomistas: Cayetano, In De ente et essentia, c. 1; el argumento a posteriori, por darse siempre en todas estas cosas algún efecto, o
Soncinas, V Metaph., q. 14; Soto, en los Antepraed., c. 4. Lo mismo defiende cuasi efecto real, que resulta incomprensible si no incluye algo de entidad, porque
Fonseca, IV Metaph., q. 4: c. 2, q. 3, y está tomada de Aristóteles III de la constituYen, completan o integran y distinguen el ser real, de suerte _que incluso
Metafís., texto 10, al que cité antes. Si se tiene en cuenta lo que se dijo contra
Escoto, se prueba suficientemente por inducción, porque si nos referimos física- nibus substantiis et omnibus partibus ea- differentias aut modos realiter determinan-
rum, et in omnibus accidentibus et in om- tes aut afficientes ens. Si autem prior sen-
modus contrahens vel dividens includit ip- incompletas, et consequenter ad omne id, nibus modis positivis realibus; nam om- tentia vera est, consequenter asserendum
summet divisum. Unde de illo modo resta- quod quacumque ratione entitatem includit, nia haec habent aliquo modo essentiam est has passiones in formali conceptu suo
bit inquirenduln per quid distinguatur ab nam haec sola convenientia considerad pot- veram, id est, non fictam nec imaginariam, .includere ens propter easdem rationes supra
ipso ente in communi, quod in se includit, est ínter substantiam et accidens. Unde sed realem, aptam ad existendum extra ni- adductas et contineri has passiones sub
et per quid differat ab aliis entibus, et ita conceptus ille entis completi, si sit concep- hil. Si autem metaphysice res considerentur, enumeratione facta, quia dicunt modos rea-
incidet haec explicarlo in difficultates quas tus entis quod sit per se unum, tantum ens includitur in omnibus generibus et spe- les entis illi adaequatos seu convertibiles
Scotus vitare intendit. esse potest conceptus substantiae. ciebus et individuis absque controversia, et cum ipso; qua e autem harum opinionum
15. Tertia ratio et maxime propria est, -ostensum a nobis est includi etiam in dif- verior sit, sequenti disputatione tractabitur.
quia ille conceptus entis completi commu- Quaestionis resolutio ferentiis et in modis positivis intrinsecis; Ratio autem aptior 1 conclusionis iam
nis decem praedicamentis, prout in rectis 16. Dicendum ·est ergo ens, in quan- sed praeter haec nihil est in rebus.
etiam tacta est, et sumitur ex ratione entis
lineis constituuntur, et non allis rebus, est turn ens, intrinsece includl in omni ente, 17. Obiectioni 1;espon.detur.- Dices pas-
'Siones cntis esse praeter haec omnia, de supra explicata, quae est habere essentiam
impossibilis, quia perfectiora entia sunt in- et in omni conceptu positivae differentiae, realem, in quo non includitur quod Uia es-
completae substantiae, quae non ponuntur aut modi entis realis. Ita docet D. Thomas, quibus nihil dictum est. Respondetur : de
bis passionibus in controversia positum est, sentia sit perfecta vel imperfecta, integra
directe in praedicamento substantiae, quam I cont. Gen., c. 25, et q. 31 de Verit., vel partialis, sed sol u m quod realis sit; hoc
accidentia,-- -quae- po-nuntur directe-· in prae- a. 1, et indicat Quodl. II, a. 3, et I, q; 3, formaliter dicant aliquid positivum ex
natura rei distinctmn ab ente vel solmn autem necesse est includi in omnibus re-
dicamento accidentis. Quod patet, sive consi- a. 4, q. 4, a. 3, ad 1, q. 5, a. 1, et docent
deremus physice substantias incompletas sive negativum aut ens rationis. Si hoc ergo bus et modts seu differentiis realibus. A
thomistae, Caiet., de Ente et essentia,
metaphysice, nam materia prima perfectior c. 1; Soncin., V Metaph., q. 14; Soto, posterius vcrum est, consequenter dicendum posteriori autem generalis etiam ratio est,
est, magisque habet de entitate quam quan- in Antepraed. c. 4. Idem tenet Fon- est passiones illas formaliter non includere quía in his omnibus reperitur semper ali-
titas, et forma substantialis magis quam sec., IV Metaph., q. 4, c. 2, q. 3, et ens, neque hoc esse contra conclusionem, quis effectus seu quasi effectus reaUs, quod
qualitas. Similier rationalitas, prout est dif- sumitur -ex Aristotele, III Metaph., text. quia illae passiones formaliter non dicunt non potest intelligi sine inclusione alicuius
ferentia substantialis, perfectius quid est 10, quem supra citavi. Et suppositis iis
quam quodlibet accidens; ergo ens prout quae contra Scoturn dicta sunt, sufficienter 1
Algunas ediciones ponen a priori, lección que creemos igualmente admisible. La
est cornmune ad substantiam et accidentia probatur inductione, quía, si loquamur phy- contraposición de a posteriori que se encuentra líneas más abajo incluso la hace más pro-
multo magis commune est ad substantia'S sice de rebus, ratio entis incJuditur in om- bable. (N. de los EE.)
44~0:'______________ ·--------~Disputaciones meta~ ----------------------~441
el modo mismo ---por el cual, a nuestra manera. de entender, el e~te ;omún se
contrae a Dios o sea al ente increado- se concibe como un constitutivo de tal: SECCION VI

\
~ ser; luego no ~uede ~oncebirse, si no es bajo la raz~n de alguna :ntidad. Además,.
estas diferencias o modos suelen ser raíces de propiedades o acciOnes reales. Por
MoDALIDAD DE LA CONTRACCIÓN O DETERMINACIÓN DEL ENTE EN CUANTO ENTE
consiguiente. . . A SUS INFERIORES
¡ 18. Al primer fundamento de Escoto se responde que una d1ferencll1a, aun-
que sea última puede distinguirs~ de otra, por más que convenga con e a en la 1. Dificultad del problema.- Aqui radica la principal dificultad, causa de
razón común de ser, como defienden todos respecto de los primeros géneros que Escoto, Cayetano y otros se inclinasen por sentencias completamente opues-
comunísimos, de los cuales, por esto mismo, no tanto se die: que se ?Jferencian tas; los unos negando el concepto preciso y abstracto de ser, de manera que no
cuanto que son primariamente diversos, porque, de lo contrarm, no senan 1os ge- sea necesaria su contracción o determinación, por resultar ésta incomprensible de
neras supremos, sino que estarían contenidos bajo otro género sup~rio~, s_obre modo alguno aceptable, ya que ni puede realizarse por medio del no ser, según
todo admitida la univocidad del ser, como hace Escoto; en la seccmn siguiente se demostró en la sección precedente, ni tampoco por medio de ente alguno, ya
se explicará en qué sentido se ha de entender. esto. A lo segundo .s~ ;es~o.nde, en que, de lo contrario, habría que suponer realizada en dicho ente la determinación
primer lugar, que no es necesaria tal proporción entre la composicion f1s1ca y la y entraríamos en un proceso al infinito. Mas- esta sentencia, si se la entiende res-
metafísica, porque, si no, del mismo modo que es verdad :especto de tod~ forma pecte' de la abstracción según la realidad, o sea, fundada en alguna distinción
que no incluye nada de materia, y de la materia que no mcluye form:a mnguna, real, es verdadera y resulta aceptable desde este punto de vista; en cambio, si se la
igualmente tendría que exigirse de todo género. o cm;cepto dete_rmmable que entiende de la abstracción sólo según razón, no es verdadera, como demostramos,
no incluya diferencia alguna y, al revés, de toda diferencia que no mcluya al ser,. debiendo, por lo mismo, explicarse también según la razón cómo se realiza esta
que es el primer determinable. Decimos, en segundo lugar, que puede defenderse contracción o determinación. Otros, por lo mismo, de tal manera prescinden y abs-
dicha proporción entre las composiciones met~ísica .y física, mienr_ras no~ litn!te-;. traen el concepto de ser, que piensan que ha de determinarse y contraerse por
mos a ellas dando por sentado que ni el genero mcluye a la diferencia, ru la algo que no sea intrínsecamente ser, tal como discurre Escoto, que entendió- dicha
diferencia al g¿nero, al igual que ni la materia a la forma, ni la forma a 1~ materia; precisión no sólo según la- razón, sino también según la realidad; no obstante,
mas si, resolviendo la composición metafísica, se llega a los conceptos sunples no snfrió una doble equivocación, según probé: primero, al establecer dicho modo
compuestos de género y diferencia, en éstos no hay que guardar ya, respecto de de abstracción y precisión real; segundo, al fingir, una vez supuesta ésta, unos
los predicados superiores trascendentes, la referida proporción, puesto que en modos o diferencias positivas reales, que no son entes.
ellos no se da ese modo de determinación, sino otro que se explicará. 2. Si no se admite el concepto preciso de set·, no es necesaria contt·acción
alguna del mismo.- En otro sentido apoya esta opinión Soncinas, IV Metaph.,
entitatis; nam constituunt, complent aut necessariam. illam proportionem in ter com-
integrant 3.C! distinguunt ens reale, adeo ut positionem physicam et metaphysicam, alio- q. 1, ad 2; q. 19, ad 7, y en el lib. V, q. 14, cuando dice que el modo constitutivo
etiam ille modus, quo nostro more intel- qui, sicut de omni forma verum est nihil de la sustancia y consecuentemente determinativo del ser a la misma es solamente
ligendi determinatur ens in communi ad includere materiae, et de materia, nullam negación, o ente de razón. Por eso, dice, aunque· el ser se incluye quiditativamente
Deum seu ens increatum, concipiatur tam- includere formam, ita de omni genere seu en la sustancia, no se incluye, sin embargo, en aquello por lo que se contrae al
quam constituens tale ens : un de non pot- conceptu determinabili verificandum esset
est concipi nisi sub ratione alicuius enti- quod nullam includat differentiam, et e con-
tatis. Itero huiusmodi differentiae vel modi trario de omni differentia quod non inclu- SECTIO VI nem explicare oportet quomodo haec con-
solent esse radices proprietatum vel actio- dant ens, quod est primum determinabile: tractio seu determinatio fíat. Alii ergo ita
num realiurn; ergo. Secundo dicitur illam proportionem servar! QUOMODO ENS IN QUANTUM ENS AD INFE- praescindunt et abstrahunt conceptum en-
18. Ad primum Scoti fundamentum re- posse ínter compositionem metaphysicam. et RIORA CONTRAHATUR SEU DETERMINETUR tis, ut contrahi et determinad existiment
spondetur unam differentiam quantumvis physicam quamdiu jn eis sistitur, et tenet per aliquid quod intrinsece non sit ens,
ultimam posse esse diversam ab alia, etiam- in hoc, quod nec genus differentiam) nec l. Difficultas quaestionis.- Haec est quomodo philosophatur Scotus, qui non
si cum il1a in communi entis ratione con- differentia genus includit, sicut nec materia potissima difficultas, ob quam Scotus, Caie- solum secundum rationem, sed etiam ex
veniat, sicut de primis generibus generalis- formam, nec forma materiam; si autem re- tanus et alli in sententias extreme oppositas natura rei huiusmodi praecisionem excogi~
simis orones docent, quae propterea non solvendo metaphysicam compositionem per~ declinarunt; alli negando conceptum entis tavit; tamen in duobus deceptus est, ut
proprie differre, sed primo diversa esse di.. venitur ad simplices conceptus non campo- praecisum et abstractum, ut nulla sit neces- probavi: primo, ponendo talem modum
cuntur, quia alias non essent suprema gene- sitos ex genere et differentia, iam in illis saria eius contractio vel determinatio, quia abstractionis et praecisionis realis; secundo,
ra, sed sub alío superiori contenta, praeser- respectu praedicatorum superiorum trans- haec nullo convenienti modo intelligi pot- supposita illa, fingendo modos seu diffe-
tim posita univocatione entis, quam Scotus cendentium non oportet servari praedictam . quia nec fieri potest per non ens, ut rentias positivas reales, quae entia non sint.
¡)Onit; quo -rilOdo:-··aute:m hóé- ·m:tell.igendum proportionem, quia .in eis iam non . Ostensum est sectione praecedenti, neque 2. Non admisso conceptu praeciso entis,
sit, in sequenti sectione declarab1tur. Ad ille determinationis modus, sed alius iam etiam per a~iquod ens, alioqui in illo ente nulla contractio ipsius necessaria.- Aliter
secundum respondetur, imprimis non esse explicandus. supponetur iam facta determinado, et pro- vero favet huic parti Soncin., IV Metaph.,
cedetur in infinitum. Sed haec sententia, q. 1, ad 2, et q. 19, ad 7, et lib. V, q. 14,
si intelligatur de abstractione secundum dum ait modum constituentem substan-
rem seu fundata in distinctione aliqua ex tiam, et consequenter determinantem ens.
natura rei, vera est, et quoad hoc satisfa- ad illam, esse tantum negationem vel ens
cit; si ve ro intelligatur de abstractione se- rationis. Unde (inquit), licet ens includatur
-cundum rationem tantum, non est vera, ut quidditative in substantia, non tamen in
ostendimus, et ideo etiam secundum ratio- eo per quod contrahitur ad conceptum sub-
442 Disputaciones VI 443
concepto de sustancia, porque no se trata más que de una negación que uell!gJJa- la endende dotada de capacidad. formal para existir por si, sin sujeto de inhe-
mos con la expresión "por si". Pero no acabo de ver qué es lo que se"n.
! igualmente comprendemos, por otra parte, que .
existe en e1 acc1"dente una
Soncinas a esta opi~ón, dado que .él no .~dmite un ~oncepto_ objetivo de ser que so ' "nh . d
naturaleza positiva que exige la 1 estón en otro para po er eXIstir. .. .
prescinda de los m1embros de la d1syuncwn sustancla o acczdente, porque, si no 3. La sustancia y el accidente están constituidos por perfecciones posi~was.~
prescinde de éstos, no necesita en modo alguno quien le contraiga, sino que con La tercera sentencia admite la contracción o determinación del ser a los In_feno-
la sola supresión de uno de ambos miembros queda el otro determinado; ahora por modos positivos y reales; empero esta determinación puede explicarse
bien, el que queda no puede constituirse intrínsecamente por la sola supresión del dos maneras. Primero, como si se tratara de una especie de composición entre
otro miembro, sino por lo que intrínsecamente es. ¿Cómo, en efecto, puede en- el ser y un modo, de los ·cuales, como de partes metafísicas, se compone, por
tenderse que la sustancia se constituya en la razón de sustancia, que es la más ejemplo, el concepto de sustancia, y es resoluble en los mism~s; ~o es una
perfecta, por la negación solamente o por un ente de razón? Por eso, casi todos ·composición de género y diferencia, por el mero hecho de estar mclmdo el ente
los argumentos con que probamos contra Escoto que los modos del ser incluían en el modo mismo; en efecto, en las composiciones que son obra sólo de la razón,
el ser, valen contra esta opinión, a saber, que la sustancia sólo puede componerse no se reputa como obstáculo que lo determinable, cuando es trascendente, se
o constituirse de sustancias. Además, en otra hipótesis, también sería una nega- incluya en el concepto determinante. Esta es la razón de afirmar que los concep-
ción el modo con que el ente se determina al ser increado. Asimismo el concepto tos de sustancia y de otros géneros supremos o diferencias se llamen absoluta-
.de sustancia sería formalmente privativo o inventado por la razón, pero no real mente simples, no porque no sean resolubles en dos conceptos, ya que esto es
puesto que se afirma que es algo negativo o ente de razón aquello que formal~ exclusivo del ente, sino porque no son resolubles en dos conceptos que se pres-
mente le constituye. En otro caso, finalmente, tambi~n el accidente tendría a cindan mutuamente, ya que el uno tiene que incluirse necesariamente en el otro,
_fortiori q~e constituirse mediante una negación, puesto que es menos perfecto que -0 sea, el ente en el modo, aunque, por el contrario, el modo no se incluya actual-
la sustancia; estaremos, por lo tanto, en un círculo, porque la sustancia se consti- mente en el ser.
tuirá por la negación de inhesión, y el accidente por la negación de perseidad 4. Cómo piensan algunos que se realiza la determinación del ser.- Puede
cosa que resulta diffcilmente comprensible. Por todo ello, aunque a veces expli~ <>bjetarse: resulta contradictorio realizar dicha resolución en dos conceptos, y que
quemas estas cosas simples valiéndonos de negaciones, sin embargo una mente el uno esté incluido en el otro, porque si en el concepto del modo perseidad se
que proceda rectamente se da cuenta de que esas mismas cosas reales no están incluye el ser y la pel"seidad, se incluye en él, por lo tantn, todo cuanto hay en el
consdtuidas p_or ~egaciones; _por ejemplo, explicamos la diferencia del bruto por concepto de sustancia; por consiguiente, no se hizo resolución alguna. Puede
med10 de la uracwnahdad, sm que, por ello, pensemos que está constituido por responderse que el ente se incluye ciertamente en el modo de perseidad, pero de
una negación; del mismo modo, por una negación explicamos la infinidad manera distinta que en la sustancia, ya que en ésta se incluye como en un ente
de Dios, la cual pensamos legítimamente que consiste en una perfección completo y perfecto; en cambio, en el modo sólo como en un ·ente incompleto. Ade-
suma y positiva; así, pues, de esta manera, aunque expliquemos algunas más, la sustancia incluye el modo de perseidad como parte metafísica que la cons-
veces que la sustancia existe en sí misma por la negación de inhesión en tituye formalmente, estando consdtuida en su totalidad por el ser y el modo; en
otro, concebimos, sin embargo, en nuestra mente que no está formalmente cons- cambio, el modo perseidad se incluye a si mismo, mejor, es él mismo no como
tituida por dicha negación, sino por una perfección positiva, -en virtud de la cual parte de sí mismo, sino como aquello por lo que la sustancia se constituye; y por
stantiae, quia id solum est quaedam negatio, per rationem confictus, et non realis; quía absque subiecto cui inhaereat; sicut e con- resolubiJes in duos conceptus, hoc enim est
quam circunscribimus hac voce per se. Sed id per quod formaliter constituitur dicitur trario in accidente intelligimus esse talero
non video quid Soncinatem in eam sen- proprium solius entis~ sed quia non sunt
esse negativum seu ens rationis. Denique positivam naturam, quae postulat adhaesio- resolubiles in duos conceptus mutuo prae-
tentiam induxerit, cum ipse non ponat con- alias etiam accidens per negationem a fortio- nem ad aliud ut esse possit.
ceptum obiectivum entis praecisum ab hoc scindentes, quia unus necessario debet in
ri constitueretur, cum sit minus perfectu:m 3. Substantia et accidens per positivas alio includi, scilicet, ens in modo, quamvis
disiuncto substantia vel accidens, quia, si quam substantia; erit ergo quidam circulus,
ah bis non abstrahit, nullo modo contra- pcriectiones constituuntur,-' Tertia ergo e converso modus in ente actualiter non
quia substantia constituetur per negationem sententia admittit contractionem seu deter- includatur.
heme indiget, sed sola ablatione alterius inhaerentiae, accidens vero per negationem
membri alterum determinatum relinquitur; minationem entis ad inferiora per modos 4. Aliqui qualiter ens determinari exis-
perseitatis, quod vi:x; est intelligibile. Quo- positivos et reales; haec autem determinatio timent.~ Quod si obiicias quía repugnat
id autem quod relinquitur non potest in- circa, quamvis haec simplicia interdum a
trinsece constitui per solam ablationem al- dupliciter explicad potest. Primo, ut sit per fieri talero resolutionem in duos conceptus,
nobis per negaciones explicentur, tamen modum compositionis ex ente et modo et alterum in altero includi, nam si in
tedus membri, sed per id quod intrinsece mens recta concipit res ipsas reales non
est. Qua enim ratione intelligi potest sub- -aliquo, ex quibus, tamquam ex partibus me- conceptu modi per se includitur ens et ip-
constituí negationibus; sic differentiam taphysicis, conceptus substantiae, verbi gra- sum per se, ergo in eo includitur totum
stantia constitui in ratione substantiae, quaf bruti per irrationale explicamus, quod non
perfectissiJn-a··-est;·--per·- sóláin ·ne"[~atíOriem aut 1 componitur, et in eosdem est resolubi- id quod in conccptu substantiae; ergo nul-
propterea concipimus negatione constitui; lis; quae compositio non est ex genere et la facta est resolutio. Responded potest,
per ens rationis? Unde omnia fere argu .. similiter infmitatem Dei negatione declara-
menta quibus contra Scotum probavimus differentia, so¡um quía ens includitur in includi quidem ens in modo per se, aliter
mus, quam in summa quadam et positiva ipso modo; in his enim compositionibus, vero quam in substancia, nam in substantia
modum entis includere ens, procedunt con- perfectione consistere recte concipimus; sic
tra hanc sententiam, scilicet, quia substan- quae tantum sunt per rationem, non repu- includitur ut in completo et perfecto ente;
ergo, quamvis substantiam per se esse in- ta tur inconveniens quod detenninabile, in modo vero solum ut incompleto. Itero
tia non nisi ex substantiis coalescere vel terdum explicemus per negationem inhae-
constitui potest. Item, quia alias etiam mo- quando transcendens est, includatur in con- substancia includit modum per se ut partero
rendi in alio, tamen mente concipimus non ceptu determinantis. Et hac ratione aiunt metaphysicam formaliter constituentem ip-
dus quo detenninatur ens ad ens increa- per eam negationem formaliter constituí, sam, atque illa est totum constitutum ex
tum, esset negatio. Praeterea conceptus conceptus substantiae et aliorum supremo-
sed per positivam perfectionem, qua intel- rum generum vel differentiarum vocari ente et modo; modus autem per se includit
-substantiae de formali esset privativus aut ligitur formalem vim habere, ut sit per se seipsum, seu potius est ipsemet, non ut
simpliciter simplices, non quia non sunt
444 Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Sec.c~•:_'ó_n_·_V_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _4:':4':::5

este motivo, resulta verdadera la resolución de la sustancia en ser y perseidad. entre dos especies prescindir o abstraer infinitos géneros, es decir, hasta el infinito
ni es completamente lo mismo lo que se incluye en el modo que lo que se concib~ -en cuanto pueden entre las dos multiplicarse infinitamente las especies intermedias.
en la sustancia. Sin embargo, ni siquiera en esta sentencia puede admitirse tal respuesta, porque
5. y si se apura más la dificultad arriba apuntada sobre la contracción 0 la mente rechaza en seguida el proceso al infinito, ya que, de lo contrario, no
determinación del ser al modo de perseidad, mediante qué se constituye o cótn<> existiría medida ni límite de resolución para concebir una cosa distintamente, ni
se evita el proceso al infinito, hay dos maneras de responder. La primera es que la: mente podría incoar o llevar a cabo semejante abstracción y determinación, a
el ente se determina a la perseidad por otro modo, de suerte que el modo PeT- _no ser estacionándose siempre en un concepto todavia resoluble en otros dos con-
seidad sea resoluble en dos conceptos, a saber, en el concepto de ser y en el 'de ceptos, y empezandn por otro semejante. Por eso, todos los autores se esforzaron
otro modo sin nombre, distinto, sin embargo, racionalmente de la perseldad' mis...
por evitar este proceso; ciertamente se juzga que es contradictorio a Aristóteles, en
ma y menos perfecto, ya que la misma razón que prueba que la sustancia es
resoluble de esta manera, parece también probarlo respecto del modo de perseidad
d lib. U de Metafísica, c. 2, textos 10 y ll, donde niega que se pueda proceder al
puesto que la razón de ser se halla en él modificada y de manera distinta que e~ ¡nfinito en los predicados quiditativos; en efecto, de dicho proceso se llegaría
la sustancia, y de manera distinta también que en el modo del accidente; por lo: .a una conclusión opuesta; en seguida añadiremos también otra razón de tipo
tanto, puede intelectualmente distinguirse en este caso la razón de ser que se :general contra esta respuesta.
(--modifica y la razón que la modifica, distinta racionalmente de aquella con que 6. Asi, pues, la segunda respuesta puede ser que el modo de perseidad no
\ se modifica en la sustancia, de suerte que la modificación misma sea de naturaleza es resoluble ulteriormente en dos conceptos, sino que se distingue por sí mismo
\distinta. Mas, de acuerdo con esta sentencia, hay que afirmar consecuentemente de cualquier otro ente completo o incompleto, pues cuando tratamos de resolver
\que también ese otro modo es resoluble en otros dos conceptos semejantes, y algo que está constituído en aquello con que se constituye, hay que pararse en
~podría, en consecuencia, procederse hasta el infinito, porque no existe razón aquello "con que", para no proceder al infinito. Porque lo que es razón de cons-
alguna mayor para detenerse en uno antes que en otro. Esto constituiría un tituir o de distinguir a una cosa como distinta, debe, por esto mismo, distinguirse
grave inconveniente, si se supone que estos conceptos son realmente distintos, por- de cualquier otra_ cosa; así, en efecto, en los seres físicos es la forma la que distin-
que sería preciso imaginar en la sustancia infinitos modos realmente distintos, gue a un compuesto de otro, siendo ella, en cambio, distinta por sí misma; y,
desiguales en perfección, que tendrían límite por parte del . modo perfectísim<> en general, el acto es el que distingue y él, en cambio, es distinto por sí mismo;
inm~diatamente constitutivo de la sustancia misma, pero no por el otro extremo,
, del mismo modo, pues, el mDdo perseidad -lo mismo pasa con los demás- con-
de suerte que existirían allí, simultáneamente, todos esos modos, sin que pueda
señalarse entre ellos ninguno infinito en perfección; estas y otras cosas parecidas trae el ser a la sustancia, a la que constituye y distingue de las otras cosas, y al
resultan verdaderamente absurdas. Pero si se afirma que hay únicamente distin- mismo tiempo se distingue a sí mismo de los demás, y determina por sí el ser a
ción de razón entre ellos, y que toda esta resolución y composición se hace por pre- sí mismo; de este modo ya no hay lugar para el proceso al infinito. Esta respuesta
cisión y denominación de nuestro entendimiento, no parece que haya gran incon- es_ bastante probable; sin embargo, ni está desarrollada coherentemente ni da sufi-
venie?te. en admitir todo esto, porque nuestro entendimiento puede comparar, dente explicación del problema, como se echará de ver por lo que diremos en la
prescmdir o abstraer las cosas entre sí de infinitos modos, igual que puede también 'Sell.tencia inmediata.

pars sui, sed ut id quo constituitur sub- dificatio ipsa. diversae ra.tionis sit. Iuxta
stantia; et hac ratione vera fit resolutio sub- hanc vera sententiam consequenter dicen~ aut praescindere et abstrahere; sicut potest 6. Secunda ergo responsio esse potest,
etiam inter duas species in infinita genera modum per se non esse ulterius resolubilem
stantiae in ens et per se; neque ídem om- dum est illum etiaro alium modum esse re~
nino includitur in modo quod concipieba- wlubilem in alias símiles duos conceptus, vel in infinitum praescindere et abstrahere, in duos conceptus, sed seipso distingui a
tur in substancia, et consequenter ita posse in infinitum pro· quatenus. inter duas species possunt aliae quolibet alio completo vel incompleto ente;
5. Quod si ulterius urgeatur difficultas cedi, quia non est maior ratio sistendi in intermediae in infinitum multiplicari. Sed nam cum procedimus resolvendo quod
supra tacta de contractione seu determina- uno quam in alio. Boc autem esset mag- nihilominus haec responsio non est proban- constituitur in id quo constituitur, sisten-
tiene entis ad ipsum modum per se, per num inconveniens, si ponerentur isti con· da, etiam in hac sentencia; quia mens statim dum est in eo quo, ne procedamus in infi~
quid fiat, aut quomodo non procedatur in ceptus ex natura rei distíncti, quia oporteret abhorret processum in infinitum, quia alias nitum. Nam quod est ratio constituendi
infinitum, duplex est modus respondendi. fingere in substancia infinitos modos ex na- nullus esset modus aut terminus resolutionis seu distinguendi aliud, hoc ipso est per se
Prior est determinari ens ad per se per tura rei distinctos et in perfeccione inae- ad rem distincte concipiendam, nec posset distinctum a quoj_ibet alio; sic enim in re-
alium modum, ita ut modus per se resolu~ quales, habentes terminum ex parte madi mens inchoare vel efficere huiusmodi abs- bus physicis forma est quae distinguit unum
bilis sit in duos conceptus, scilicet in con- perfectissirni et proxime constitutivi ipsius tractionem et determinationem, nisi sisten- coropositum ah alio, ipsa vero per se est
ceptum entis--- et---3lterius modi ..--innominati, substantiae, non vero ex alio extremo; ita seroper in conceptu ulterius resolubili distincta; et in universum actus est qui
ratione tamen distincti ah ipso per se mi~ ut orones iUi modi simul ibi sint, et tamen
duos alias conceptus, et incipiendo ah distinguit, ipse vero actus per se est di-
nusque perfecti, nam eadem ratio quae pro- in eis nullum sit assignare infinitum in per- simili. Unde auctores omnes conati sunt stinctus. Sic ergo modus per se ( et idem
bat substantiam ipsam esse sic resolubilem, feccione; haec enim et similia revera sunt hunc processum vitare; et videtur sane re- est de caeteris) contrahit ens ad substantiam,
probare etiam videtur de modo per se, nam absurda. At vero si asseratur solum esse· pugnare Aristoteli, II Metaph., c. 2, text. 10 quam constituit et disúinguit ah aliis, simul-
in eo est ratio entis modificata et aliter ínter haec distinctionem rationis, et om- et 11, ubi negat posse procedi in infinitum que se ipsum ab alüs etiam separat, et per
quam in substantia, et aUter etiam quam in nem hanc resolutionem et compositionem es- in praedicatis quidditativis; oppositum enim sese determinat ens ad seipsum; et sic
modo accidentis; ergo potest ibi ratione se per praecisionem et denominationem in- apene sequitur ex praedicto processu; et cessat processus in infinitum. Haec respon-
distinguí ratio entis quae modificatur, et tellectus, non videtur magnum inconve- -statim addemus alias rationes, quae com~ sio est probabílis, tamen non est satis con-
ratio illam modificans, racione distincta ah niens, totum hoc admittere; nam intellectus tnunes- sunt, etiam contra hanc responsio- sequenter dicta, nec rem satis declarat, ut
illa qua modificatur ad substantiam, ut mo~ potest infinitis modis res ínter SI! conferre ex dicendis in consequenti sententia patebit.
446 Disputaciones metafísicas segunda.-Se'cción VI 447
-----·--·----···-·----
la diferencia se añade al género, porque toda naturaleza es esencialmente
Explicación de la verdadera sentencia ma·s hay algunas cosas que se' dice que añaden al ser en: cuanto expre-
7. La op11llon cuarta, y que merece mi aprobación, es que esta determina- sar~ un modo suyo, que no se expresa por el nombre de ser.; y más abajo:
ción o contracción del concepto objetivo- de ser a. sus inferiores no se ha d~ la sustancia no añade sob1·e el ser diferen-cia alguna, sino que con el nombre de
entender a modo de composición, sino sólo a modo de una más expresa concep... sustancia se expresa un modo especial de ser. Afirma esto mismo en la q. 21, a. 1,
¡ ción de algún ente contenido bajo el ser, de suerte que ambos conceptos, tanto el V erit. También Escoto se valió del mismo modo de expresión, In !, dist. 8,
,~de ser como el de sustancia, por ejemplo, son simples e irresolubles en dos con. q. 3; se diferencia, sin embargo, por la manera de explicarlo) según se deduce
ceptos, y se diferencian únicamente en que uno es más determinado que otro. Lo· obviamente de lo dicho.
cual respecto de los conceptos formales se explica perfectamente; en efecto, 9. Se demuestra la posibilidad, del modo pmpuesto de contracción del ser.-
sólo se diferencian en que el objeto en si es concebido más expresamente por el Además, se prueba con ejemplos que este modo de abstracción y determinación
uno que por el otro, por el que sólo se le concibe confusa y precisivamente según intelectual es posible; en efecto, cuando dividimos la cantidad en medidas de dos
cierta semejanza con las demás cosas; mas todo esto puede verificarse sin com- codos, tres codos, etc., no puede pensarse que el concepto de cantidad de dos codos
posición propia, por solo el conocimiento confuso o distinto, precisivo o deter- se resuelva en el concepto de cantidad y en el de dos codos, porque es imposible
minado. Se entiende, pues, que a estos conceptos formales les corresponden dos· concebir la medida de dos codos sin concebir la cantidad; esto, pues, es señal
conceptos objetivos simples e irresolubles en varios conceptos, de los que uno se de que ambos conceptos sólo se distinguen como explícito y confuso. Casi lo
dice superior o más abstracto que el otro sólo porque responde a. un conceptO" mismo pasa con el concepto de calor y el de calor de ocho (grados), lo cual se
formal más confuso, mediante el que la cosa no se concibe según el modo deter- comprueba también porque el concepto común de calor no sólo se incluye en el
minado como es en sí, sino confusa y precisivamente. Puede también entenderse concepto total de calor de ocho (grados), sino también en cada uno de sus gra-
que el concepto superior se incluye en el inferior sin composición propia de éste,. dos; asi, pues, cuando se dice calor de ocho grados, no se añade un modo distinto
porque todo lo que se concibe confusamente en dicho concepto precisivo se que forme composición con el calor en cuanto tal, sino que se expresa y concibe,_--
encuentra más expresamente en el otro concepto, en todO' él, sea cual sea la razón el calor tal como se da en la realidad. En nuestro caso, esto resulta claro. respec--¡
bajo la que se le considera. Finalmente, se entiende la determinación del superior- to de la determinación del ente al ser infinito, pues la infinitud ni siquiera puede
al inferior y la adición del inferior al superior no como por adición de una parte a concebirse como un modo añadido al ente o como algo inferior al ser infinito
otra parte, sino sólo como algo que se hace por una mayor determinación o expre- mismo; por consiguiente, sólo tiene lugar en este caso el concepto más expreso y
sión, o por confusión del mismo .objeto en orden a diversos conceptos de la
mente.
determinado de un ser simpliclsimo; por este motivo, el ente mismo no es más j'
simple que Dios, aunque sea concebido de una manera más abstracta. Este puedec-"
8. Este modo de explicar el problema lo indicó Santa Tomás en la q. 1 del ser también el modo legítimo de comprender el concepto de sustancia y accidente.
De Verit.., a. 1, diciendo: lo prime1'o que el entendimiento concibe como más 10. Este modo es el más opto para resolve1· todas las dificultades.- Si este
conocido y en lo que resuelve todos sus conceptos, es el ser, siendo por ende modo, pues, es posible, lo cual basta por el momento, se puede probar fácilmente
ne·cesario que todos los otros con'cep•tos del entendimiento se elaboren por adición que hay que admitir también que asi se verifica. Primero, porque con este modo-
al ser; ahora bien, al ser nada puede' añadirse a modo de natumleza extmña, tal

Explicatur vera sententia superior vel abstractior alio, solum quía potest ad'di quasi extranea natura pe;) ut expressum et confusum. Idem fere est
-_probatur
7. Quarta igitur
est hanc
opinio et quae mihi
~ontr_actionem seu de--
respondet confusiori conceptui formali, per
quem non concipitur res secundum deter-
•· mod1um qua differentia additur generi, quia 1 in conceptu caloris et caloris ut octo~- cuius
_quaelibet natura essentialiter est ens; sed signum etiam est. quod conceptus commu..
t~rminationem __ COniePtus ___qhie(iiVlemís-- ad minatum modum quo est in se, sed confuse secundum hoc ali_qua dicuntur addere su- 1 ' nis caloris non solum includitur in toto.
inferiora non esse intelligendain per- inodum et praecise. Potest etiam intelligi ille con- pra ens, in quantum exprimunt ipsius mo-· ! calare ut octo, sed etiam in singulis gradi-
compositionis, sed solum per modum -ex- ceptus superior includi in irúeriori sine pro- dum, qui nomine ipsius entis non exprimi- bus eius; cum ergo diclrur calor ut octo,
pressioris. c.onceptionis alicuius entis con- póa compositione inferioris; quia totum id, tur; et infra: Substantia non addit supra : non additur modus distinctus faciens com-
11
tenti sub ente; ita ut merque conceptus,
tam entis quam subs·tantiae, verbi gratia,
quod confuse concipitur in illo conceptu
praeciso, reperitur in alio obiecto expres-
ens aliquam differentiam, sed nomine sub-)
sttmtiae expr-imitur specialis modus essendi.
positionem cum calare ut sic, sed exprimi-
tur et concipitur calor prout est in re. In
simplex sit et irresolubilis in duos concep- sius concepto, et in tato illo, quacumque ldem significat q. 21 de Verit., a. l. Eum- praesenti etiam hoc est manifestum in de-
tus, solumque differant quia unus est ma- ratione consideretur. Ac denique intelligitur dein item dicendi moduin signi:ficavit Scot., terminatione entis ad ens infinitum; neque
gis detenninatus quam alius. Quod in ordi- determinatio superioris ad inferius et additio In 1., dist. 8, q. 3; differt tamen in ratione enim concipi potest infinitas tamquam ali-
ne ad conceptus formales recte explicatur; inferioris ad superius, non quasl per additio- explicandi, · ut ex dictis faciJe constat. quis modus additus enti, vel tamquam ali-
differunt enim solum quia per unum expres- nem partis ad partem, sed per solam maio- 9. Modus contrahendi ens assignatus quid minus ipso ente infinito; solum ergo
sius conclpimr·----r-es------prüuc·est "llcse;- quam tern determinationem, vel expressionem, esse probatur.- Praeterea, hunc est ibi expressior magisque determinatus
per alium, quo solum confuse concipitur, confusionem eiusdem reí in ordine ad di- modum abstractionis et determinationis in- conceptus cuiusdam simplicissimi entis, et
et praecise secundum aliquam convenien- versos conceptus mentis. tellectualis esse possibilem, probatur exem- hac ratione ens ipsum non est simplicius-
tiam cum aliis re bus; hoc autem totum fieri \ 8. Talem modum explicandi hanc rem plis; nam cum dividimus quantitatem in Deo, quamvis in modo quo concipitur sit
potest sine propiia compositione per so~am indicavit D. Thomas, q. 1 de Verit., a. 1, bicubitam, tricubitam, etc., non potest intel- abstractius. Ita ergo recte intelligi potest
cognitionem confusam vel distinctam, prae- dioens: Quod primo i-ntellectus concipit ligi quod conceptus bicubitae quantitatis in conceptu substantiae et accidentis.
cisam vel determinatam. Sic igitur bis con-·' quasi notissimum, "et in qua omnes con_- resolvatur in conceptum quantiptis et bicu- 10. Ad omnes difficultates enodandas
ceptibus formalibus intelliguntur correspon-''r\ ceptiones resolvit, est ens, unde oportet biti, quia impossibile est conc1pere bicubi- talis modus aptissimus.- Si autem hic mo-
dere duo obiectivi simplices et irresolubiles quod omnes aliae conceptiones intellect.Us tum non concepta quantitate; signum ergo dus possibilis est, quod in praesenti suf-
in piures conceptus, quorum unus dicitur -.- accípiantur ex additione ad ens; sed enti est illos duos conceptus solum distingui sic... ficiat, et ita fieri censendum sit, facile sua-
_4:_c4c:8_·_ _ _ _ _ _ _:__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ D_c_isputaciones metaf!sicas Dispntación segunda.:~:::S:::•:::cc=i:::ón..__V:_:_I_________________44~9

se resuelve con facilidad la dificultad insistentemente repetida antes, y se explica 11. Finalmente, contra esta sentencia así explicada no se presenta dificultad
cómo puede el ente expresar un concepto preciso según la razón y, no obstante ..alguna de importancia, pues no se ocurre nada con que se pueda demostrar que
contraerse a los inferiores e incluirse íntimamente en todos ellos sin proceso ai -este procedimiento de abstracción y contracción según la razón sea contradictorio,
-o que no sea suficiente para todo lo que suele explicarse o pensarse sobre el
infinito y sin composición propiamente tal. Segundo, porque con este modo se
justifica perfectamente· cómo los géneros supremos expresan conceptos absoluta- ente y sus inferiores, o para cualquier experiencia derivada de nuestro modo de
mente simples, y puede, no obstante, abstraerse de ellos el concepto de ser por ,concebir, o de la que podamos estar conscientes. Sólo creo que puede objetarse
sola precisión del entendimiento, la cual no consiste en una especie de separación un testimonio del Filósofo en el lib. III de la Metafísica, texto 3, cuando dice que
de una cosa de otra, o sea, de lo formal de lo material, o de lo material· de ¡0 un predicad_o común no puede contraerse por una diferencia que incluya esencial-
,JJormal, según pasa cuando se abstrae el género de las diferencias, sino que ~ mente el m1smo concepto común. Pero, dejando a un lado que los testimonios to-
/.¡ ~~_§te __ en--un--conocimi~JJJo en cierto modo confuso, por el cual no se considera el mados de dicho libro no son de mucho valor, porque Aristóteles no dice en él
Objeto distinta y deterrninadamente, como es en realidad, sino según cierta seme- nada en pla~ de afirmar, sino _de argumentar o poner dudas, no obstante, se lo
janza o conveniencia con los demás, conveniencia que por lo que se refiere al con- dta con falsm, puesto que Aristóteles no habla de cualquier predicado común
cepto de ser existe en las cosas según todos sus aspectos entitativos y modos rea- sino ?el género. cuyas característi:as son distintas; pero el ente no es género:
les de los mismos, realizándose, por lo mismo, la confusión o precisión de dicho es mas, esta rmsma es la conclusión a que pretende llegar Aristóteles allí. De
donde resulta gratuito y ajeno a la mente del Filósofo el que algunos extiendan
concepto no mediante la separación precisa de un grado o de otro, sino sólo por
esto ~ todo pr:dicado común y univoco. De esto se volverá a hablar luego, al
el conocimiento precisivo del concepto confuso respecto del distinto y determina-
estudiar los umversales y la analogía o comunidad entre el ente y el accidente.
do. Por eso, en tercer lugar, puede demostrarse esto- ostensivamente, porque el
12. En qué sentido se llarrm a los supremos géneros primariamente diversos.-
concepto de ser no es preciso según la realidad, sino según la razón, como se probó.
Se sigue de aquí que el con~epto de sus:~cia y el concepto de perseidad, 0 sea,
Ahora bien: la precisión según razón puede verificarse según los· dos modos del modo per se) no se d1stmguen obJetivamente, sino sólo por el modo de
dichos, como se demostró, y no podrá idearse o inventarse fácilmente otrO dis- concebir, co~o ser quod, o con:o ser quo, igual que pasa con Dios y deidad;
tinto. Además, la precisión cuasi formal excluyendo un grado de otro no tiene- porque propiamente en la realidad no hay ser quo y ser quod, sino sola-
lugar en el ente por su ilimitación y trascendencia, y porque el contener uno a mente ser completo; mas la mente, que no puede explicar las cosas sim-
otro, fundamento de tal concepto, se cumple por igual en la entidad completa ples si no es por semejanza con las compuestas, se vale de estas maneras de con-
según su totalidad; por consiguiente, sólo la otra precisión, por confusión del -cebir. Por eso decía antes que se afirma con razón que uno de estos modos se
concepto, puede tener lugar en el ente; y, a la inversa, por lo tanto, la modifica- distingue del otro por sí mismo; empero, hablando consecuentemente lo mismo
ción o contracción a los géneros inferiores sólo puede realizarse mediante un habrí~ que decir de los propios géneros que son percibidos y están ~onstituidos
concepto simple más expreso y determinado, porque la contracción debe respon- P.or dich~s m~dos, ~orque, en realidad, no se constituyen por vía de composición,
der, proporcionalmente, a la abstracción, y la expresión o determinación a la pre- smo por I~e~IIdad simple y adecuada (igual que dicen los teólogos de la relación y
cisión. persona divma), puesto que todo lo que el uno incluye, lo incluye también el

deri potest. Primo, quia hoc modo expedi- est per separationem praecisivam unius gra- ll. Tandem contra hanc sententiam sic tum est, et praeter mentem Philosophi. De
tur facile difficultas saepe inculcata in su- dus ab aHo, sed solum per cognitionem explicatam non occurrit difficultas alicuius qua re iterum infra redibit sermo, tractando
perioribus; et explicatur qua modo ens pos- praecisivam conceptus confusi a distincto et momenti; nihil enim se offert quo o.stendi de universalibus et de analogía vel com-
sit dicere conceptum praecisum secundum determinato. Unde potest tertio hoc osten- possit hunc modum abstractionis et contrac- munitate entis et accidentis.
mtíonem, et nihUominus determinari ad in- sive probari, quia conceptus entis non est tionis secundum rationem repugnare, aut 12. Qua ratione suprema genera dican-
teriora, et intime includi in omnibus illis praecisus secundum rem, sed secundum ra.. non sufficere ad omnia quae de ente et eius tur primo diversa.- Bine sequitur concep-
absque processu in infinitum et absque pro- tionem, ut probatum est; praecisio autem inferioribus dici solent aut concipi, et ad tum substantiae. et conceptum perseitatis,
pria cornpositione. Secundo, quia hoc modo secundum rationem potest contingere illis omnem experientiam, quae ex modo conci- ,seu madi per se, obiective non distingui,
salvatur optime quomodo suprema genera duobus rnodis, ut ostensum est, et non facile piendi nostro sumatur vel percipj possit. sed tantum ex modo concipiendi, ut quod,
dicant conceptus simpliciter simplices, et poterit alius fingí vel excogitari. Rursus Solum video posse obüci Philosophi testi- vel ut quo, sicut Deus et Deitas; quia in
nihilominus possit ab eis abstrahi conceptus praecisio quasi formalis per exclusionem monium, III Metaph., text. 3, dicentis non re proprie non est quo et quod, sed tantum
entis per solam praecisionem intellectus, unius gradus ab alio non habet locum in P?sse c~mmune praedicatum contrahi per quod; mens autem, quia non potest expli-
quae non consistat quasi in separatione unius ente propter illimitationem suam et trans- differenuam quae per se includat ipsum care simplicia nisi ad modum composito-
ah alio, scilicet, formalis a materiali vel cendentimn; et quia continentia, in qua commune praedicatum. Sed ut omittam tes- rurn, utitur illis concipiendi modis. Et ideo
materialiS a -fó.inlali, ut fit in abstractione fundatur eius conceptus aeque est in tota quae ex illo libro sumuntur non supra dkebam recte quidem dici unum ex
generis a differentiis, sed quae consistat in entitate secundum se totam; ergo solum esse firmae auctoritatis, quia Aristoteles ni- hls modis distinguí ab alio se ipso; tamen
cognitione aliquo modo confusa, qua consi- potest in ente habere locum altera praedsio hil in illo libro docet asserendo, sed argu- consequenter loquendo, idem esse dicen-
deratur obiectum, non distincte et determi- per confusionem conceptus; ergo etiam e mentando et dubitando, tamen falso citatur, dum de ipsis generibus quae apprehendun-
nare prout est in re, sed secundum aliquam contrario modificatio seu determinatio ad quia non loquitur de quolibet communi tur ut constituta per tales modos; quia
similitudinem vel convenientiam quam cuni inferiora genera solum esse potest per sim- praedicato, sed de genere, de quo est alia revera ibi nulla est constitutio per modum
allis habet, quae conveniencia in ordine ad plicem conceptum magis expressum et de- ;.ttio; ens autem non est genus, immo hoc compositionis, sed per simplicem et adae-
conceptUm entis est in rebus secundum ta- terminatum, quia contraerlo debet propor- 1psum vult ibi Aristoteles concludere. Unde quatam identitatem (sicut dicunt theologi
tas entitates et modos reales earum, et ideo tionate respondere abstractioni> et expressio quod aUqui id exlend"Lint ad omne praedi- de relatione et persona divina), quia quid-
confusio seu praecisio talis conceptus non seu determinarlo praecisioni. catum comrnune vel univocum, gratis die- quid unum includit, includl,t aliud. Neque
450
otro. Ni existe razón alguna para que el modo de perseidad se distinga por ,¡
mismo de otro modo más que la sustancia, puesto que se halla también inmediata-
mente bajo el ser y lo incluye intima y totalmente. Y por esta razón se llama coa
todo derecho a los géneros supremos primariamente diversos, no porque convengBtt_
en algún concepto común confuso, sino porque no tienen diferencias determinadas
que caigan fuera de dicho concepto común, o sea, del ser, sino que poseen ¡1,
diversidad en sí mismos, en sus propias y determinadas naturalezas, aunque
tengan también una semejanza imperfecta en la razón de ser; estas dos cosas,
efectivamente, no son contradictorias, según se explicó con anterioridad.
DISPUTACION III
est ulla ratio oh quam modus per se magis non habent determinaras. differentias quae
se ipso distinguatur ab allo modo quam sint extra rationem illius communis seu DIVIDIDA EN TRES SECCIONES
substancia, cum proxime etiam sit sub ente, entis, sed se ipsis habent diyersitatem in
et intime ac totaliter includat illud. Atque propriis ac determinatis naturis, quamvis et-.
hac ratione optime dicuntur suprema gene- iam habeant imperfectam similitudinem m LAS PROPIEDADES Y PRINCIPIOS DEL ENTE EN GENERAL
ra primo diversa, non quia in nullo com- ratione entis: haec enim duo non repugna•t~
muni conceptu confuso conveniant, sed quia ut in superioribus dec,laratum est -

RESUMEN

Después de una breve introducción -·conexión de esta disputación con las


anteriores y materia de que se va a tratar- entra Suárez en el problema, que
divide. en tres partes:
l. Existencia y naturaleza de las propiedades del ser (Sec. I.).
II. Determinación del número de estas propiedades (Sec. 2).
lll. Los prim.:ros principios (Sec. 3 ).
SECCIÓN 1
Se abre esta seccwn planteando la duda motivada por las condiciones que
debe reunir toda propiedad real y verdadera (1 ). En consecuencia, parece resultar
contradictoria la existencia de una propiedad real del ente real en cuanto tal (1 ).
Exposición de opiniones:
1) Escoto (triple interpretación): el ente tiene propiedades reales y posi-
tivas (2).
2) Algunos tumistas: opinión muy semejante (3).
3) Santo Tomás, Soncinas, Gayetano, etc.: sólo afúJden negación (4).
Opz"nión verd'adera: prevz·os dos números aclaratorios sobre la predicación
y distinción de razón, y una vez explicado que el ente en rigor significa la entidad
de la cosa, pero que a veces se llama ente a todv lo que puede afirmarse de
otro (7), propone Suárez la verdadera sentencia en tres afirmaciones:
l.a El ente, en cuanto ente, no puede tener auténticas pasiones positivas,
reales y realmente distintas de él (8-9).
2." El ente, en cuanto ente, tiene algunas propiedades que rro son mera
ficción de la mente, sino que se predican de él verdadera y realmente ( 10 ).
3.a Estos atributos añaden formalmente al ente, ya una. negacz"ón, ya una de-
¿_!IQJ,ni>tación extrínseca; pero explican una perfección real y positiva ( 11 ).
Termina esta seccz"ón respondiendo a los argumentos según la doctrina ante-
riormente sentada (12), y explicando a modo de conclusión cómo se distinguen
los atributos .entre sí ( 13).
SECCIÓN 11

Plantea en ella el problema del número de estos atributos, exponiendo en los


primeros números las razones que hacen· dudosa la auestión (1 -2 ). La soltk-
es: el ente sólo tiene tres atributos: unidad, verdad, bondad (3).
560 Disputaciones metafísicas

detalle esta materia, ahora diremos brevemente sólo que la unidad trascen-
dental de que tratamos no se ha de limitar a la unidad singular o universal,
material y formal, sino que comprende toda unidad que en un ente real o en la
razón formal de ente real puede hallarse. Será, por tanto, unidad trascendental
cualquier razón de ente real per se, en cuanto que es adecuadamente y por sí
misma indivisa. Y digo del ente per se en el sentido que hemos explicado antes
que es objeto de la metafísica, ya que si se toma más ampliamente, no tiene
ninguna unidad, ni siquiera formal, como se ha dicho. Digo también en cuanto DISPUTACION V
indivisa, porque ni sola la razón de ente, ni sola la negación hace la unidad, sino
la razón de ente indivisa, como se mostró antes. Finalmente, digo adecuada y
por sí misma, porque la unidad en cada cosa o concepto objetivo real debe ser LA UNIDAD INDIVIDUAL Y SU PRINCIPIO
considerada según su propio concepto, y no según uno superior o inferior o
extraño, pues todas estas cosas o son inadecuadas o son accidentales de algún
modo; en cambio, la unidad de cada cual es algo adecuado a ella y le conviene
esencialmente. De lo cual se deduce que el hombre se llama uno esencial- RESUMEN
mente porque según su razón propia adecuada no está dividido en la razón
esencial, aunque en los individuos se divida entitativamente; y no se llamaría Como se nos dice en las breves l'meas mtro
· d uctorias, esta disputación tiene
absolutamente uno el hombre de aquel modo por estar indiviso en la razón de tres p·artes:
animal, ya que dicha indivisión no bastaría para la citada unidad, por no con-
venirle al hombre adecuada e inmediatamente por sí, sino por una razón su- . l. Individualidad de todas las cosas existentes. Concepto de individua-
lzdad (Sec. 1 y 2).
perior. Il. Princip!o de individuad~ de las sustancias (Sec. 3-6).
Con esto, pues, queda suficientemente explicado el concepto de unidad to--
mado en general. Pero, para poder explicarlo de una forma más explícita y radical, III. Pnnczpw de tndtvzduacwn de los accidentes (Sec. 7-9).
es preciso que digamos algo en particular de la unidad individual, formal y SECCIÓN I
universal, que son las unidades propias de la metafísica.
· Se plantea el problema a propósito de la naturaleza divina\ otros casos en
breviter dicitur unitatem transcendentalem, non secundum aliquam superiorem, inferio- que parec~n .d~se seres exzsten!es no individuales (1); mas, aquilatando el con-
de qua nunc agimus, non esse limitandam rem, aut extraneam; nam haec aut sunt cepto de zn~zvzduo fre_nte al _unzversal (2), y con eiemplos adecuados (3) se llega
ad unitatem singularem vel universalem, inadaequata, aut quodammodo per accidens;
unitas vera uniuscuiusque est illi adaequa- a la soluczon de la stngulandad e individualidad de todo lo existente '(4) p
materialem et formalem, sed comprehende- bada (4-5) Y defendida contra las obieciones (6-8). ' ro-
re omnem unitatem, quae in aliquo ente ta et per se illi convenit. Unde horno di-
reali seu in ratione fonnali entis realis citur unus essentialiter, quia secundum pro-
inveniri potest. Erit ergo unitas transcen- priam adaequatarn rationem suam non est SECCIÓN II
dentalis quaecumque ratio entis realis per divisus in essentiali ratione, quamvis in in-
-se, quatenus indivisa est adaequate et se- dividuis entitative dividatur; non dicetur Ganan;os el concep.ta de individuación viendo qué añade sobre la natura-
cundum se. Dico entis per se eo modo quo autem horno simpliciter unus illo modo, eo leza comun (1). La pnmera sentencia es que añade un modo real distinto· sus
supra explicatum est a nobis esse obiectum quod · sit indivisus in ratione animalis; ea
enim indivisio non sufficeret ad praedictam pruebas ocupan los númet·os 3-4. La segunda es que no añade nada en absolu-
metaphysicae; nam, si latius sumatur, nul-
lam habet unitatem, etiam formalem, ut unitatem, eo quod non conveniat homini to (5): La tercera es que no añade nada en las cosas inmateriales, pero sí en las
dictum est. Dico etiam ut indivisa, quia adaequate et per se primo, sed ratione su- ':"'~"'"!Jles (:_>). Planteado el problema con toda precisión (7), determina que el
perioris. Ex his ergo satis explicata est ra-
nec sola entis ratio nec sola negatio facit
tio unitatis in communi sumpta. Ut tamen 'pn ;m. uo( anad)e algo real (8), aunque no distinto realmente de la naturaleza es-
unitatem, sed ratio entis indivisa, ut su-
pra ostensum est. Denique dico adaequate distinctius et radicitus explicetur, oportet d ect1zca 9-17 ·. En . los nu'meros . szguzen
· · tes (18-30), principalmente a prop6sito
et secundum se, quia unitas in unaquaque ut de unitate individuali, formali et univer- bt!, a1gu~as ,ob¡eczones; se va ansiando el concepto, haciéndolo aplicable tam-
re seu conceptu obiectivo reali secundum sali, quae sunt propriae unitates metaphy- t:;(3~-:~)_"ngeles. Czerran la sección las soluciones de los argumentos en con-
_propriam eius rationem attendi debet, et sicae, in particulari dicamus.

III

. Dei~". aparte la sustancia divina (1), entramos en la determinaci6n del


f!""'Rzo. zz:dzmdualde las sustancias (2). La primera sentencia es la que pone
;o pn~:z¡n~ en l~ materia "signada" (3-4). Sopesados sus argumentos (5-7) y
. t;:,. as as _ob¡ect~s (8), rechaza el primer modo de explicar la materia
stgnd · matena modzfzcada por la cantidad (9-17). Rechaza asimismo el se-
gun o, en que la cantzdad es término de la relación de la materia (18-27). Refu-
562 Disputaciones metafísicas

ta, por fin, el tercero, que distingue entre principio constitutivo y principio de
multiplicabilidad (28-33), declarándose contra esta sentencta en la solución de
la cuestión (34).

SECCIÓN IV
En pocos números. e~pone Suárez la opinión de quienes defienden la forma
sustancial como princtpto de indivitluación con los argumentos en pro (1-2),
razones en contra y su discusión (3-6), para concluir admitiendo la doctrina
como probable en cierto sentido (7).
DISPUTACION V

SECCIÓN V LA UNIDAD INDIVIDUÁL Y SU PRINCIPIO


Enumerados algunos defensores de la existencia como principio de indivi-
duación (1 ), y dejando a un lado los que identifican la existencta con la adu~­ En esta disputación vamos a investigar tres cosas : primera, si esta unidad
lidad de la entidad, discute la opinión de quienes opman que las cosas se ~nd!­ conviene a todas las cosas existentes; segunda, qué es en ellas esta unidad; y:J
vidúan por una existencia realmente distinta (2-5). Hace l? mtsmo con quum:'s finalmente, qué principio o raíz tiene en cada una de ellas. Y como esto último
ponen tal principio en la subsistencia ( 6-9 ), para conclmr negando la subsu- no puede explicarse del mismo modo en todas las cosas, lo estudiaremos sepa-
tencia y existencia como principio de individuación (10). radamente acerca de las sustancias materiales, espirituales y accidentes.

SECCIÓN VI
Es la central. Parece que por exclusión concluímos que cada cosa se indi- SECCION PRIMERA
vidúa por su entidad (1). Así lo defiende Suárez. Lo irá aplicand~ a la materia SI TODAS LAS COSAS QUE EXISTEN O PUEDEN EXISTIR
prima (2-4); a la forma sustancial (5-13); a los. modos sustanctales (14); al SON SINGULARES E INDIVIDUALES
compuesto sustancial (15-17); a las sustanctas espt!'!tuales (18).
l. El motivo de plantear la dnda puede ser, primeramente, que la natura-
SECCIÓN VII leza divina es realmente existente, y, sin embargo, no es singular e indivi-
El problema de la individuación de los ,accidentes (1). Seg.~n unos se indi- dual, ya que, como enseña la fe, es comunicable a muchos. En segundo lugar~
vidúan por el sujeto (2); según otros, por s! mtsmos (3), soluczon por la que se cada ángel es_ algo realmente existente, y a pesar de todo, no tiene esta unidad
declara Suárez (4-5). numérica e individual, sino la esencial precisiva, tal como entendemos nosotros
que se da en el hombre como tal; luego ... Se prueba la menor porque esta uni-
SECCIÓN VIII dad individual se entiende que añade algo más sobre la formal o esencial, por
La existencia simultánea en el mismo sujeto de dos accidentes sólo numéri- v1rtud de lo cual puede la razón esencial contraerse y consiguientemente dividir-
camente distintos (1). Hasta cinco opiniones va discutiendo (2-14), para d'!' una se entre varios individuos; ahora bien: en el ángel no hay tal adición, sino que
detallada solución en los números 15-19, sacando las concluswnes pertmente< toda la esencia está como precisa y abstracta, razón por la cual no puede multi-
por lo que a la indivitluación se refiere (20-24). plicarse numéricamente; así sucedería que· si el hombre existiera tal y como se

SECCIÓN IX DISPUTATIO V quia natura divina est realiter existens, et


DE UNITATE INDIVIDUAL! EIUSQUE tamen non est singularis et individua, cum
Existencia sucesiva en el mismo sujeto de varios accidentes sólo numérica- PRINCIPIO secundum fidem sit communicabilis múltis.
mente distintos, problema y opiniones (1-2); solución afirmativa con respuesta Tria in b,ac disputatione inquiremus: Secundum, unusquisque angelus est res exis-
a las objeciones (3-10). primum, an haec unitas omnibus rebus tens, et tamen non habet hanc unitatem nu-
existentibus conveniat; deinde quid in eis mericam et individualem, sed essentialem
sit; ac denique quod principium seu radi- praecise, qualis intelligitur esse a nobis .in
cem in singulis habeat. Et quoniam hoc homine ut sic; ergo. Probatur minor, quia
~-ui1timum non potest in rebus omnibus ea- unitas haec individualis intelligitur aliquid
dem ratione explicari, sigillatim inquiretur addere supra formalem seu essentialem, ra-
de substantüs materialibus, spiritualibus et tione cuius contrahi et consequenter dividi
accidentibus,
potest ratio essentialis in plum individua;
SECTIO PRIMA sed in angelo non est haec additio, sed in
UTRUM OMNES RES QUAE EXISTUNT VEL eo est tota essentia quasi praecisa et abs-
EXlSTERE POSSUNT SINGULARES SINT ET tracta, propter quam rationem non potest
INDIVIDUAE secundum numerum multiplicarj; sicut, si
1. Ratio dubitandi esse potest primo, horno prout abstracte concipitur sic existe-
cS-::6:_:4_·_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _c:Dic.c:'sputaciones metafísicas Disputaci6n quinta.-Secci6n 1 565

le concibe en abstracto, no podría tampoco multiplicarse. En tercer lugar, el comunica a ellos como el superior a los inferiores, sino como la forma al su-
hombre en la realidad misma existe en Pedro y Pablo, y en cuanto tal no es puesto, o a los ~u~uestos, en los ·que no se multiplica ni divide según su propia
algo individual y singular; luego, no todo cuanto existe en la realidad tiene tal razón. Por cons1~ruente, esta unidad singular e individual se cumple por ]a ne-
unidad. Sin embargo, en contra de eso está lo que insistentemente enseña Aris- gación de comurucabilidad o de división.
tóteles contra Platón, que cuanto bay en la realidad es individual y singular. 3. Esto . se confirma y explica más de este modo: porque igual que la
2. Hay que suponer que el ente individual o singular se opone al ente razón de u.mdad e~ com~ ~e lleva a término por la negación de ·división, tal
común o universal, no sólo relativamente, en cuanto que según la comparación como ha .Sido explicado s1gu1endo a Aristóteles, de la misma manera la razón
de la mente o la consideración dialéctica el individuo está sometido a la especie, de tal ,urudad, a saber, singular e individual, se ha de cumplir también por una
puesto que eso ni conviene a· toda naturaleza individual, como es claro en la na- negacmn, ya porque no hay mayor razón en un caso que en otro ya también
i turaleza divina, ni se refiere tampoco' a lo que ahora tratamos; se opone, por porque las raz~:mes ~e más y rnen~s común deben guardar propor~ión, así que,
! Igual que la diferencia contrae al genero esencialmente y en el mismo orden así
consiguiente, de modo cuasi privativo, casi del mismo modo como se opone la uni-
dad a la multitud. En efecto, se dice común o universal aquello que según una e~ general, s~ comporta la determinación respecto de lo determinable, que se s¿bor~
razón única se comunica a muchos, o se encuentra en muchos; y, en cambio, d~an esencialmente, como ocurre en el caso prese11te. y no puede pensarse
se llama numéricamente uno, o singular e individual aquello que de tal forma nmgun~ otr~ ':e~ación de. división. o de divisibilidad que complete a la razón
es un ente que según aquella razón de ente por la que se dice uno, no es comu- de entldad mdlV!dual y smgular, smo sólo aquélla que explic mo b
11 'd d a s ya, a sa er,
niCable a muchos como inferiores y subordinados a él, o que en aquella misma que ~ea ta a entr a q~e toda su razón no sea comunicable a muchas entidades
razón son múltiples, pues estas dos cosas últimas vienen a decir lo mismo, y fue- seme¡ante~ o, lo que es 1gu~, que no sea divisible en varias entidades tales como
ron significadas por Aristóteles en el libro III de la Metafísica, c. 3, text. 14, e~ ella IIDsma. Por es~a. ~a~on, pues.' el hombre, en cuanto tal, no es una entidad
al decir: Llamamos singular a lo que es uno en número, y universal a lo que smgular, porqu~ es divisih..e. en varios que poseen entera la razón de hombre. y
está en éstos. P?r..el contrario, . e~ta cantidad de dos pies es individual, porque aunque 'se~
Todas estas cosas se pueden explicar con un ejemplo: la humanidad, como dtvisibl~,. ~o se divtde en varias cosas, de las que cada una sea tal como er 1
tal, en su concepto objetivo, no dice algo singular e individual, porque aquel todo di~1d1do; y así ésta es una división del todo en partes, y no del co~ -~
en particulares. u
concepto es de suyo común a muchas humanidades, que realmente son muchas, y
en ellas la misma razón de humanidad se multiplica. De lo cual resulta que Se ~odrá decir que est~ razón de individuo es común a la multitud y o1 ente
según la consideración de la mente, la razón de humanidad es superior y común Pt¡r acctdens, porqu~ t~b!én un mo~:Itón de piedras es tal que no puede comu-
a muchos en cuanto inferiores; pero, en camPio, tal humanidad, por ejemplo rucarse a muchos, ru dtv1drrse en varios tales como es él mismo· y cualquier ·n '_
la de Cristo, es individual y singular, ya que toda aquella razón o concepto mero tom~d~ en particular tiene lo n;Jsmo; más aún, cua~quie; especie 0 gén~­
objetivo de tal humanidad no puede ser común a muchos que bajo aquella ro, por e¡empln, el hombre o un annnal, no son divisibles en varios que sean
razón sean multitud, es decir, a muchas humanidades; en cambio, que esta hu- tales como es lo mismo dividido.
manidad sea comunicable, por ejemplo, al Verbo Divino o también a varios A esto. hay que :;sponder concediendo que todas aquellas cosas que partici-
supuestos, no está en contra de su unidad singular e individual, ya que no se pan de dicha negac1on, son con relación a ella individuos y singulares, como
ret, non posset multiplicari. Tercio, horno inferioribus et sib¡ subiectis, aut quae in illa superior inferioribus, sed ut forma supposi-
in re ipsa existit in Petro et in Paulo, et ratione multa sint; haec enim in idem in- communica~ilis multis simillbus entitatibus,
to. vel su:ppositis, in quibus secundum pro- seu (quod 1dem est) ut non sit divisibilis
ut sic non est quid individuum et singu- cidunt, et significata sunt ab Aristotele, P:I~m rattonem non multiplicatur nec di-
Iare; ergn non quidquid existit in rerurn lib. III, Metaph., c. 3, text. 14, dicente: in plures entitates tales qualis ipsa est. Hac
vtditur, Per hanc ergo negationem commu-
ilatura habet hanc unitatem. In contrarium Singulare exponimus quod numero est unum, enim racione horno ut sic non est singularis
nicabilitatis seu divisionis haec unitas sin-
est quod Aristoteles saepissime contra Pla- universale autem quod in his. Et explican- gularis et individua completur. entitas, quía est divisibilis in plures, in qui-
tonem docet, quidquid est in rebus esse tur exemplo; nam humanitas, ut sic, in suo b.us tata ratio hominis reperitur; e contra-
individuum et singulare. 3. Quod amplius ita confinnatur et ex-
conceptu obiectivo non dicit aliquid singu- plicatur; nam sicut ratio unius in communi no vero hace quantitas bipedalis individua
2. Supponendum est ens individuum lare et individuum, quia ille conceptus de est, quia, licet sit divisibilis, non tamefl in
seu singulare opponi enti communi seu uni- per ne!?ationem ~visionis completur, ut
se communis est multis humanitatibus, quae cum Anstotele expllcatum est ita ratio ta- plura, quorum singula talia sint quale erat
versali, non solum 'relative, quatenus secun- realiter multae sunt et in illis ratio ipsa totum divisum, et ita illa est divisio totius
dum mentis comparationem seu dialecti- lis •unius, •scilicet, singularis et 'individui
- J
ne-
humanitatis multiplicatur. Unde fit ut se- gattone. euam. co~plenda est, tum quia non in partes, non communis in particularia. Di-
cam considerationem individuum spee1e1 cundum rationem ratio humanitatis sit su- ces : haec ratio individui communis est
subiicimr; hoc enim neque omni naturae est ma10r ratro m uno quam in alío tum
individuae convenit, ut patet in divina, ne-
perior et communis multis ut inferioribus; e~iam quia rationes magis et minus co:nmu- multitudini et enti per accidens, quia etiam
que ád praesenteni ·coUsideratkmeni --spectat; at vera- haec humanitas, verbi gratia, Chris- n,ts de?ent se:vare proportionem, ita quod, acervus lapidum talis est ut non sit com-
opponitur ergo quasi privative, fere ad eum ti, individua et singularis est, quia tata illa stcut differentta per se et in eodem ordine municabilis multis nec divisibilis in plures
modum qua unitas multitudini opponitur. ratio seu conceptus obiectivus huius huma- contrahit genus, ita in universum determi- tales qualis ipse est, et numerus quilibet in
Commune enim seu universale dicitur quod nitatis non potest esse communis multis, nado s.e habet ~d d~terminabile, ut per se particulari sumptus id em habet; immo et
secundum unam aliquam rationem multis quae sub illa ratione multa sint, id est, mul- subordmentur, s1cut m praesenti fit. Nulla species aliqua vel genus, verbi gratia, horno
communicatur seu in multis reperitur; tis humanitatibus; quod autem haec huma- autem alia negatio divisionis seu divisibili- vel animal non sunt divisibilia in plura quae
unum autem numero seu singulare ac in- nitas sit communicabilis Verbo divino, verbi tatis excogitari potest, quae compleat ratio- sint talla quale est ipsum divisum. Respon-
dividuum dicitur quod ita est unum ens, gratia, aut etiam pluribus suppositis, non nem entitatis individuae et singularis nisi detur concedendo omnia illa quae illam ne-
ut secundum eam entis rationem, qua unum est contra singularem et individuam unita- ea .quae a. noJ:'is explicata est, scilicet, 'quod gationem participant, quantum ad id esse
dicitur, non sit communicabile multis, ut tem eius, quia non communicatur illís ut entltas talis s1t, ut tota ratio eius non sit individua et singularia, ut hic acervus lapi-
Disputaciones metafísicas ~lh~·~spu~~=a=·on~·~qw=·~n=~=·~S~ec=a=·on~'~I______________________________~567
566
Ahor~ se prueba el asert~ porque cuanto exist~ tiene una cierta y determi-
este montón de piedras, en este aspecto es algo singular e individual, e igual-
mente este grupo de dos o este grupo de tres es un cierto individuo de tal nada entJdad; pero toda entJdad tal lleva nccesanamente unida una negación·
número en su especie; y este género o esta especie, en su razón de género o es- luego también, por tanto, la singularidad y la unidad individual. La menor e~
pecie es un individuo; sin embargo, esto último sólo conceptualmente participa clara porque toda entidad, por lo mismo que es una entidad determinada no
·de tal unidad, y los otros sólo en la raz&1 de ente per accidens o de número o puede ser dividida de si .misma; luego tampoco pnede dividirse en varias' que
multitud. Por lo cual, para que la citada negación o indivisión se acomode al sean tales como es ella rmsma, pues, de lo contrario, toda aquella entidad estaría
ente y unidad per se -de que tratamos-, se ha de tomar en cuanto añadida a e11: cada una de ellas y, ~or consiguiente, en cuanto está en una, se dividiría de sí
la entidad sustancial, pues la razón de unidad, como dijimos arriba, no consiste m1sma en cuanto que esta en la otra, cosa que encierra una contradicción manifies-
en la sola indivisión, sino en la entidad indivisa. Por consiguiente, la razón de ta. Por consigui:nte, toda entidad, por io mismo que es una entidad en la natura-
l~za, es necesanamente una del modo dicho, y por lo mismo, singular e indi-
unidad per se individual y singular consistirá en la entidad que por su natura-
leza es per se una e indivisa en el sentido dicho o incomunicable. vidual.
Podrá decirse que, por lo menos, esta agua no será singular, porque es divi- S. Esta razón co~cluye que ni siquiera por la potencia absoluta pnede en-
sible en muchos en quienes se halla toda la razón de agua. Se responde a esto te~de~s: que una e~ttdad real, tal y como existe en la realidad, no sea singular
que no es divisible en varios que sean esta agua que se divide, sino que sean e mdtvl.dual, pues Importa contradicción ser una entidad y ser divisible en va-
únicamente agua, y, por ello, esta agua es singular y el agua, en cambio, común. ri~s enttt:Jades que sean t~les coi?-o .es ella misma. De lo contrario, podría ser, al
llllsmo tlempo,. una. y vanas entltatwamente o según la misma real entidad, cosa
Resolución de la cuestión que es contradictona. Y esta ra~ón convence también de que los universales no
pueden estar separados de los smgulares, porque si el hombre universal existiese
4. Explicada, por tanto, así la razón de individuo o de ente singular, hay fuera, de Pedro y Pablo, etc., o bien estada también en Pedro y Pablo 0 perma-
que decir que todas las cosas que son entes actuales o que existen o pueden necena enteramente separado fuera de ellos; si se dijese esto último ya el
existir inmediatamente, son singulares e individuales. Digo inmediatamente para hombre como tal sería al9o singular, contradistinto a Pedro y Pablo; po~ tanto,
excluir las razones comunes de entes que, como tales, no pueden existir inme- falsamente era llamado umversal. Y además, resulta de aqui que ni Pedro ni Pa-
diatamente, ni tener actual entidad más que en las entidades singulares e indi- blo son hombres, porque para que convenga a alguien un predicado esencial
viduales, desaparecidas las cuales, es imposible que permanezca nada real, como es menester que n\t~9?.?rª"-ºQ._~f?~ . --ª_qt!~l. Porque, ¿ ~IDº---!2~de :Rr~fficarse ver~
tratando de las primeras sustancias dijo Aristóteles en los Predicamentos, c. de dader:rmente~de_s'L.§Lno !:l!lª--~!L.g? O ¿cómo puede entenderse que constituya
la Sustancia. Y la asefción asi explicada es evidente por sí misma, y la prueba esencialmente a aquel en quien no está? Pero si está en Pedro y Pablo 0 bien
Aristóteles en contra de Platón en el libro I de la Metafísica, c. 6, y en el li- es ent~ramente lo mism~ real y entitativamente en los dos, y así Pedro'y Pablo
bro VII, textos 26 y 27, y con frecuencia en otros mnchos sitios. Aunque hay no seran do~ hombres, smo un?; o es distinto según la realidad y la entidad en
muchos que piensan que Aristóteles no interpretó rectamente la opinión de Pla- ambos, Y as1 aquel hombre uruversal y separado seria o bien un tercero distinto
tón sobre las ideas, porque o bien las puso en la mente divina, o, desde luego, de Pedro y Pablo, y entonces se diria falsamente que está en ellos y que es uni-
separadas de los individuos, no realmente, sino por una razón formal; pero esto versal, porque no sería más que un cierto singular distinto de los otros, 0 cierta-
nos interesa poco y además trataremos de ello en la disputación siguiente.
tur assertum, quía quidquid existit habet tionem. Et haec ratio etiam convincit uni-
dum in ea ratione singulare est et indivi- Quaestionis resolutio cenam et detenninatam entitatern · sed om- versalia non posse esse a singularibus se-
duum, et similiter hic binarius vel terna- 4. Sic ergo explicata ratione individui nis talis entitas necessario habet ~diunctam parata, quia si horno universalis existeret
rius est quoddam individuum talis specie n~gationern; ergo et singularitatem indi- extra Petrum et Paulum, etc., vel ille esset
seu singularis entis dicendum est res om-
numeri, et hoc genus vel haec species sub nes, quae sunt actualia entia seu quae exis- v:duam~ue unita~em. Minor patet, quía om- etiam in Petro et Paulo vel omnino mane-
ratione generis vel speciei est unum indi- tunt vel existere possunt immediate, esse ~s entttas, hoc 1pso quod determinata en- ret separatus extra illos; si dicatur hoc pos-
viduum; tamen haec tantum secundurn ra- singulares ac individuas. Dico immediate, Utas est, noi? .P?t:st dividi a seipsa; ergo terius, iam horno ut sic esset quaedam res
tionem, illa vero solum in ratione entis per ut excludam communes rationes entium, nec potest dtvldi m piures quae tales sint singularis condivisa a Petra et Paulo; falso
accidens vel numeri seu multitudinis eam quae ut sic non possunt irnmediate existere, qualis ipsa est, alioqui tata illa entitas esse~ er~o dicebatur universalis. Et praeterea se-
unitatem participant. Quocirca, ut praedic- neque habere actualem entitatem, nisi in in singulis, et consequenter, ut est in una qwtur nec Petrum nec Paulum esse ha-
ta negatio seu indivisio ad ens et unum entitatibus singularibus et individuis, qui- divideretur a seipsa prout est in alia, quoJ mines, quia, ut praedicatum essentiale ali-
per se (de quibus agimus) accommodetur, bus sublatis impossibile est aliquid reale manifestam involvit repugnantiam. Omriis cui conveniat, necesse est ut non sit sepa-
-sumenda est ut adiuncta entitati per se; rnanere, sicut de primis substantiis dixit ~rgo entitas, hoc ipso quod est una entitas ratum ab illo. Quomodo enim de illo vere
nam ratio unitatis, ut supra diximus, non ~ rerum natura, necessario est una prae- did poterit, si non sit i)1 illo? Aut quemo-
Aristoteles in Praedicamentis, c. de Sub-
.consistit in sola indivisione, sed in entitate stantia. Et ita explicata assertio est per se ~cto modo, atque i,deo singularis et indi- do intelligi potest essentialiter constituere
irídlViSii. Riitio--·-ergo·- ilii.itátis· ·per-- ··se·--mdivi- evidens, quam contra Platonem probat Aris- VIdua. eum in quo non est? Si vero est in Petro
duae et singularis consistet in entitate sua toteles, 1 lib. Metaph., c. 6, et lib. VII, 5.. Quae ratio concludit etiam de po- et Paulo, vel est idem omnino realiter et
text. 26 et 27, et saepe alias. Quamquarn t~nua .absoluta intelligi non posse ut rea- entitative in utroque, et ita Petrus et Pau-
natura per se una et praedicto modo indi- lis ~nt~t~s, prout in .re ipsa existit, singularis
visa seu incommunicabili. Di,ces : saltem multi existimant Aristotelem sinistre fuisse lus non erunt duo homines, sed unus • vel
baec aqua non erit singularis, quia est di- interpretatum Platonis sententiam de ideis, et; t~divtdua- non stt, quia implicat contra- est distinctus secundum rem et entitatem
quod vel illas· posuerit in mente divina, vel dictiOnem esse entitatem et esse divisibi- in utroque eorum, et sic ille horno univer-
visibilis in plura in quibus tota ratio aquae 1~m. in plures entitates, quae sint tales qua- salis et separatus aut esset quidam tertius
Teperitur. ReSpondetur non esse divisibilem certe non reipsa, sed ratione .tantum for-
mali ab individuis separatas; ;sed hoc pa- lis 1psa est. Alioqui esse posset simul una condistinctus a Petro et Paulo, et sic falso
jn pJura quae sint haec aqua quae dividi- et piures entitative seu secundum eamdem diceretur esse in illis et esse universalis
rum nostra interest, et illud iterum attin-
t:ur, sed quae sint aqua; et ideo haec aqua
gemus disputatione sequenti. Nunc proba- tealem entitatem, quod involvit contradic- quia non esset nisi quidam singularis di~
singularis est, aqua vero communis.
568 Disputaciones metafísica~ ~lh~·~spu~t=a=d=6n~q~u_i_nt_a_.-~S_e~c~~o~·n~l=I__________________________________ 56~

mente, si estuviese el mismo en uno y otro, sería preciso no sólo que fuese en sumo grado, es singular e jndjvjdual, mucho más lo será cualquier naturaleza
distinto de si mismo, sino también uno y varios realmente, según la misma esen- angélica, ya que es incomunicable. no sólo a muchas naturalezas, sino también a
cia, en cuanto existente en la realidad, cosas que son claramente contradictorias.. muchos supuestos, al menos por su propia naturaleza. Además, la razón de la
Por este motivo, consiguientemente, es preciso que toda cosa, en cuanto €xis- conclusi?n va~e jgualmente acer.ca de cualquier naturaleza o entidad espiritual, ya
tente en la realidad, sea singular e individual. que es 1mpos1bl~. que a tal enudad no le vaya unida la negación de comunicabi-
lidad, .o de dlvlSlÓn d~ .tal enti~ad en varias semejantes a sí, porque no puede
Respuesta a (as dificultades ella wsma quedar div1d1da ~e Sl y ser una y varias. Finalmente, nada tiene que
ver con esto que la sustancia y naturaleza espiritual pueda multiplicarse numé-
6. Respecto de lo primero, no faltan teólogos que digan que la esencia ric~eJ?-te. d.entro de la misma esp~cie o no. Pues, sj puede, es preciso que cual-
divina ni es singular ni universal. Ahora bien : esto es falso, pues esas dos cosas qmer '?div1duo de aquella ~s~ec1e tenga. uuidad individual y singular, y, por
incluyen una inmediata contradicción; por tanto, es imposible que alguna de lo demas, ~~mpoco podría existir la es.I:ec1e misma más que en algún individuo,
ellas no convenga a cualquier ente. Además, la naturaleza divina es de tal modo ~on;o_ se d1¡o tratando de los otros umversales. Pero si dicha multiplicación de
una en sí que no puede multiplicarse ni dividirse en varias semejantes; es, por mdiv1duos repugna a tal naturaleza, por ello mismo tal naturaleza existente en
\tanto, una naturaleza individual y singular, por razón de la cual de tal modo la realidad, es más singular e individual, por ser más incomunic;ble es decir
c!S --Dios uno 1ij~~~!_c;g_Ill~P._i~~~que no puede de ninguna forma multiplicarse. porque lo es de un modo como esencial, a la manera de la natural~za divina~
.\ Tiene, por consiguiente, la naturaleza divina unidad individual y singular a lo Por tanto, para la razón de la uuidad individual de que ahora tratamos basta la
que no repugna que aquella naturaleza sea comunicable a las tres Personas, ya adición de la me~cionada negación. En la sección siguiente se dirá sj 'para esta
que se comunica a ellas no como el universal al particular, ni como el superior negacmn se reqmere además una adjcíón positiva sobre la naturaleza específica.
al inferior, sino como la forma o naturaleza a los supuestos, en los que ella no. 8. A lo te~cero hay que responder que el hombre, tal como existe en la
se encuentra' dividida ni de ellos ni de si misma, ya que está ·toda en cada uno n~tur"!ez~, es smgular, porque no es algo distinto de Pedro y Pablo· en la sec-
CIÓn sigmente y en la disputación también siguiente se dirá si en ello; mismos se
y toda en todos al mismo tiempo, enteramente jndistinta de ellos; pero de esto
distingue de éstos realmente o no.
me ocuparé en otra ocasjón.
7. Respecto a lo segundo, algunos tomistas (como dije ya hablando de la
III de Santo Tomás, q. 4, a. 4) piensan que las naturalezas espirituales SECCION JI
existen separadas como en la sola esencia y perfección específica; sjn la propia SI EN TODAS LAS NATURALEZAS LA REALIDAD INDIVIDUAL Y SINGULAR EN CUANTO
contracción individual. Pero, acerca de este parecer y el sentido que puede tener TAL AÑADE ALGO A LA NATURALEZA COMÚN O ESPECÍFICA
para que no parezca que dice algo absurdo e ininteligible, hablaremos con más l. Hemos mostrado que en las cosas existe una unidad individual y singu-
comodidad en la sección siguiente, número 21; pues por lo que toca al presente,. lar; ahora comenzamos a explicar qué es, lo cual no puede llevarse a cabo mejor
no puede negarse que toda naturaleza angélica, tal como existe en la naturaleza, que declarando qué es lo que añade a la naturaleza universal o sea a la que
es singular e individual, ya que si la naturaleza divina misma, que es inmaterial nosotros concebjmos en abstracto y universalmente. ' '
natura, quae summe immaterialis est, sin- turae. lgitur ad rationem individuae unita-
stinctus ah aliis, aut certe si idemmet esset individuam et singularem, cuj non repug- gularis est et individua, multo magis erit
in uno et in altero oporteret esse et di- na! quod illa natura communicahilis sit tis, de qua nunc agimus, sufficit additio
quaelibet natura angelica; est enim incom- praedictae negationis. An vero ad hanc nega-
stinctus a seipso et unus et plures realiter tribus personis, quia cornmunicatur eis non municabilis non solum multis naturis, sed
secundum essentiam eamdem prout in re ut universale particulari, neque ut superius tionem requiratur additio aliqua positiva
etiam multis suppositis, saltem ex natura supra specificam naturam, dicetur sectione
existentem, quae sunt aperte repugnantia. inferiori, sed ut forma seu natura suppo- sua. Deinde ratio conclusionis aeque pro-
Hac ergo racione, necesse est ut omnis res sitis, in quihus ipsa neque ah ipsis neque sequenti.
cedit de qualibet natura vel entitate spiri- 8. Ad tertium respondetur hominem
prout a parte rei existit singularis et indi- a se ipsa dividitur, quia tota est in sin- tuali, quia impossibile est quin tali enti-
vidua sit. gulis et in omnibus simul, omnino indi- prout existit in rerum natura singularem
tati sit adiuncta negatio communicabilitatis esse, quía non est aliud a Petro et Paulo;
stincta ah illis; sed de hoc alias. seu divisionis ta)_is entitatis in piures sibi
Argumentorum responsa 7. Ad secundum nonnulli thomistae (ut an vero in eis habeat aliquam distinctionem
si~I:s, quia non potest ipsamet a seipsa ex natura rei ab eisdem, sequenti sectione
6. Ad primUm, non desunt theologi 1 attigi super III partem D. Thomae, q. 4, div1ili et esse una et piures. Denique ad
qui dicant divinam essentiam nec singula- a. 4) sentiunt spirituales naturas exis- et disputatione etiam sequenti dicetur.
hoc nihil refert quod spiritualis substantia
rem nec universalem esse. Sed hoc falsum tere abstractas in sola veluti specifica es- et natura possit intra eamdem speciem se-
est, nam illa duo includunt contradictio- sentía et perfectione, ahsque propria indi- cundum numerum multiplicari, necne. Nam SECTIO li
nerp illlmt;diat_ªm ; ____1,ll1_d~____i_n:tpQ~s_ibjl~ --~st _qgin viduali contractione. Sed de hac sententia.., potest, necesse est ut quodlibet indivi-
alterum eorum conveniat cuilibet enti. Prae- et de sensu quem habere potest ne dí- duum illius speciei habeat individuam et
UTRUM IN OMNIBUS NATURIS RES INDIVIDUA
terea divina natura est ita in se una ut cat rem omnino absurdam et inintelligi- ET SINGULARIS, UT TALIS EST, ADDAT ALIQUID-
singularem unitatem, neque ipsa species
multiplicari non possit aut i,n plures sími- bilem, dicemus cornmodius sectione sequen- SUPRA COMMUNEM SEU SPECIFICAM NATURAM
existere poterit nisi in aliquo individuo, sic-
les dividi; est ergo una individua et sin- ti, n. 21; nam quod ad praesens spectat, ut de aliis universalibus dictum est. Si l. Ostendimus esse in rebus unitatem
gul,aris natura, ratione cuius ita Deus est negari non potest quin omnis natura ange- vexo ea multiplicatio individuorum repug- individuam et singularem; nunc declarare
unus numero ut multiplicari nullo modo lica, prout in rerum natura existit, singu- nat tali naturae, hoc ipso talis natura in re incipimus quid illa · sit, quod non potest
possit. Habet ergo divina natura unitatem laris et individua sit. Nam si ipsa divina exi.stens magis est singu}aris et individua, melius aliter fieri quam declarando quid-
qrua est magis incornmunicabilis, scilicet, addat supra communem naturam seu quae
1 Vide Durandum et alios, In 1, dist. 35. quasi essentialiter, ad modu_n;¡ divinae na- a nobis abstracte et universe concipitur.
--------------------------------------------------------
570 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Se_ccz_·o_'n---'-l_l__________________________________csn
tamente y hasta definirse esencialmente sin individuación alguna. Como ocurre,
Exposición de varias opiniones -por ejemplo, en Dios, que porque es esencialmente este individuo singul-ar, no
2. La primera opinión afirma en general que por lo menos en las cosas puede multiplicarse ni concebirse verdadera y propiamente, si no se concibe
creadas el individu<uña4>: ..11- .lL!'?JU.I:~t~zL~.Yersal~_!!'o4{)_ r~!'b. gi~ti;!to ex bajo esta razón individual y singular. La primera consecuencia parece clara por
natura de la~llJsrÜa naturaleza y que con ella compone al individuo mismo. ESta ,¡ misma, porque el ser individuo es algo en la realidad, y esto no es esencial
parece-qué·"·~-;'-ía~ ¿,plñlóll& Escoto en In II, dist. 3, q. 1, en Quodl., q. 2, .a la naturaleza universal; más todavía: ni al mismo individuo --.como se dice
y en el libro VII Metaph., q. 16; en el mismo sitio Antonio ~drés, en la q. 17; comúnmente-, porque todos- los individuos son de la misma esencia; luego,
esta opinión tambi6n parece que la defiende Fonseca en el hbro V, q. 3, s. 2; -es preciso que añada algo a la esencia común. Y con esto se prueba fácilmente
q. S, a lo largo de toda ella. En favor de ella se esfuerza vivamente Juan Bautista la segunda consecuencia, porque lo que pertenece a la esencia y lo que está
Monlerio en una obra especial acerca de los universales, c. 6.
fuera de la esencia parece que se distinguen realmente; más aún : se distinguen
El fundamento de esta opinión puede ser tal vez lo qne según Aristóteles
en grado máximo aquellas cosas de las que una no pertenece a la esencia de la
:movió a Platón a poner las ideas universales separadas de los singulares, a saber,-
que las ciencias y demostraciones versan sobre los universales y no sobre los otra; ahora bien : lo que el individuo añade a la especie está fuera de su esencia,
singulares. Asimismo, porque las definiciones esenciales y propias se dan acerca como ya se mostrO; luego ...
de los universales y no de los singulares. También porque las propiedades que por 4. En tercer lugar, no queda constituido formalmente por lo mismo Pedro
sí mismas radican en las cosas convienen a éstas mediante las naturalezas uni- -como Pedro, que Pedro como hombre, sea porque aquello con que se constituye
versales de tal modo que es verdad decir que Pedro es risible porque el hombre como hombre es común a Pedro y a los demás hombres, y, en cambio, lo que le
es risible; como, por el contrario, los predicados contingentes convienen a las constituye en el ser de Pedro es propio suyo; sea también porque, de lo contra-
naturalezas comunes por razón de los individuos, pues el hombre corre porque rio, no habría más razón para concebir con un concepto universal al hombre
Pedro corre; luego todas estas cosas indican una distinción real entre el indi- que a Pedro. Y aqnf pueden añadirse todos los argumentos con que se suele
viduo y la naturaleza común; pero tal distinción no puede existir más que en probar que los universales se distinguen realmente de sus inferiores, de los
·Cuanto que el individuo añade algo a la naturaleza común, porque incluye a toda ·cuales, unos han sido ya tratados antes, cuando nos ocupamos del concepto de
ésta; luego no puede distinguirse de ella más que añadiéndole algo. ente y otros los tocaremos en la disputación siguiente.
3. En segundo lugar, pnedo argumentar que el hombre, por ejemplo, no es S. La segrmda opinión es diametralmente opuesta, y dice que .~_.i_gc;livid!!l'
esencialmente· algo individuo; luego, cuando se hace individuo es porque
se le ha añadido algo fuera de la esencia de hombre; por consiguiente, es pre~
11-~ ~~~~~!~~s~~h!~~~!l.!~ -"~-~-~-!L.l!.~~~~~~J~~~---l.!PJy_e_r.sJ!J,____ q!l,~-~--~H~!,_ real._ y_riºªj_tivo
y_ <!i~t;it>t()~d_e_!'_lla__Le_aL<> CQn~ep_tualiT1entt:,. ~i¡¡g_qu~ s_ada_,.cos•L Q. natun¡!J:za dir!:®
ciso que aquello sea por su propia naturaleza algo distinto del hombre en cuanto
(! ___-illm<;;diatarnt;nte es por sí misma indivi.~ual. De este modo piensan los nomi-
tal. El antecedente es claro, porque si el hombre esencialmente fuese este indivi~
nalistas en In 1, dist. 2, donde Occam lo trata en las qq. 4 y 6, y Gabriel en
duo, no podría multiplicarse en varios; más aún: ni podría tampoco concebirse
sin alguna individuación y singularidad, pues no puede concebirse una cosa sin las qq. 6, 7 y 8; también puede atribuirse esta opinión a Enrique, Quodl. V,
aquello que es de su esencia, y el hombre, en cambio, puede concebirse distin~ q. 8, donde juzga que el individuo sólo añade a la especie una negación; sobre
esta sentencia diremos algo más en la sección siguiente, opinión tercera.
Referuntur variae sententiae sit dicere Petrum esse risibilem, quía horno
2. Prima sententia generaliter affirmat est risibilis; sicut e contrario praedicata immo et definiri essenciallter absque allqua est ipsi Petro et aliis horninibus; quo autem
-saltem in rebus creatis indíviduum addere contingencia conveniunt communibus natu- individuatione. Sicut Deus, quía essenciali- constituitur in esse Petri est proprium eius;
communi naturae modum aliquem realem ris racione individuorum; horno enim currit1 ter est hoc singulare individuum, ideo nec tum eciam quía alias non posset magis con-
ex natura rei distinctum ab ipsa natura et quía Petrus currit; ergo haec omnia indi.. multiplicari potest nec vere ac proprie con- cipi horno sub conceptu communi quam
componentem cum illa individuum ipsum. cant discinctionem aliquam ex natura reí cipi, nisi sub hac individua ac singulari ra- Petrus. Addique hic possunt omnia argu-
Haec videtur esse opinio Scoti, In II, ínter individuum et naturam communem; tione concipiatur. Prima vero consequentia
sed haec distinctio esse non potest nisi qua- menta quibus probari soler universalia ex
dist. 3, q. 1, et in Quodl., q, 2, et VII videtur per se nota, quia esse individuum, natura rei distingui ab inferioribus, quae
Metaph., q. 1_6; et ibidem Anton. Andr., tenus individuum aliquíd addit supra natu- aliquid est in rerum natura, et illud non est
ram communem, quía includit totam illam_; partim supra atcigimus agentes de conceptu
q. 17; quam sentenciam videtur defendere essentiale naturae communi, immo neque entis, partim attingemus disputatione se-
Fonseca, lib. V, q. 3, sect. 2, q. S, per ergo non potest distinguí ab illa nisi ut ipsi individuo (ut communiter dicitur), quia
aliquid addens illi. quenci.
totam. Et pro ea pugnat acerrime Ioann. omnia individua sunt eiusdem essentiae;
3. Secundo argumentar quia horno, ver· S. Secunda sentencia extreme contraria
Baptista Monlerius, in speciali opere de ergo oportet ut addat aliquid praeter com-
bi gratia non est essentialiter individuum munem essentiam. Et hinc probatur facile est, individuum nihil omnino addere com-
universalibus, c. 6. Fundamentum huius muni naturae quod positivum et reale sit,
sententiae esse· potest illud fere quod (teste quid; ergo curo fit individuum, aliquid -ei consequentia, quía quod est de
Aristotele) Platonem movit ad ponendas additur extra essenciam hominis; ergo ne- essentia et quod est extra essentiam vi- aut re aut ratione distinctum ab illa, sed
ideas universalium a singularibus abstrac- cesse 'est tit illud sit ex natura rei distinc- dentur ex natura reí distinguí; immo ea unarnquamque rem vel naturam per se esse
tas, scilicet, quía scientiae et demonstracio--- tum ab homine ut sic. Antecedens p.!tet, maxime ita distinguuntur, quorum unum individuam primo et immediate. Ita sen-
nes sunt de universalibus et non de &in- quía si horno essentialiter esset hoc ir~divi­ non est de essencia alterius; sed id quod tiunt nominales, In l, dist. 2, ubi Ocham,
gularibus. Item, quía definiciones essenciales duum, non posset :i,n plura mulciplicari; individuum addit speciei est extra essentiam q. 4 et 6; et Gabriel, q, 6, 7 et 8; tribui
et propriae dantur de universaJ_ibus et non immo nec posset concipi absque aliqua in- eius, ut ostensum est; ergo. etiam potest haec opinio Henrico, Quodl. V,
de singularibus. Itern, quía proprietates, dividuatione et singularitate, quía non pot~t 4. Tercio, non eodem formaliter consti- q. 8, ubi sencit individuum solum addere
quae per se insunt rebus, conveniunt illis, res concipi absque eo quod est de essent:ta tuitur Petrus ut Petrus et ut horno, tum speciei negationem, de qua sententia dice-
medüs universalibus naturis, _i,ta ut verum eius; potest autem concipi horno distincte, quía id quo ronstituitur horno commune mus plura sectione sequenti, opinione 3.
572 Disputaciones metaflsicas Disputación quinta.-8ección_II_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___:5:"7~3
El fundamento está en que no puede concebirse nada real que no sea singu- y lo definido, ya que dicen la misma esencia y sólo difieren en el modo confuso
lar, como se probó en la sección precedente; luego, es contradictorio que una 0 distinto con que se las concibe. Y esto es común tanto a las sustancias simples
cosa se haga singular por la adición de algo real a la naturaleza común. En se- como a las compuestas y a los accidentes, ·si se definen en cuanto que son una uni-
gundo lugar, porque ninguna cos~ puede hacerse una por, la adición. real de dad per se. En efecto, los entes per accidens o no pueden definirse con una
algo positivo, como se mostró amba; luego tampocc; podr~ hacerse sm~ar e definición, o si de algún modo pueden definirse como una unidad por razón
individual. La consecuencia es clara, ya porque la smgulandad es una urudad, de la forma accidental, tal definición es, en cierta manera, distinta del sujeto a
ya también porque la verdadera y real unidad no es _otra que la u~dad sin~ular quien se atribuye. En cambio, en el segundo sentido, que es el que hace al caso
e individual. En tercer lugar, porque aquello que se anade o es esencial o acciden- presente, compara estas cosas entre sí Aristóteles en el segundo lugar citado, y de
tal · si es esencial, se sigue que la especie puede dividirse por diferencias esen-
esta forma, dice que en las cosas inmateriales es lo mismo lo que algo es, es
ciates contra lo que afirma Porfirio en el c. de la especie; de lo cual se dedu-
ce, además, que los individuos difieren esencialmente, y que la especie no dice decir, la esencia específica, que se explica por la definición_, que aquéllo de que
toda la esencia o quididad de los individuos, cosa que está en contra del parecer es, es decir, que el individuo o cosa singular, lo cual afirma que sucede de modo
de Porfirio y todos los dialécticos. Finalmente, se sigue que los individuos pue- diferente en las cosas compuestas de materia y forma. Piensa, por consiguiente,
den y deben definirse con una propia y adecuada definición esencial, en contra que 1~ cosa i~aterial es individual por sí misma, sin adición alguna, y que la
de lo que afirma Aristóteles en el libro VII de la Metafísica, texto 53. En cam- material no, smo que ésta se hace individual por una adición; así exponen este
bio, si lo que se añade es accidental, se deduce que el individuo es un ente per pasaje Santo Tomás y otros.
accidens; y se sigue también que el accidente no sobreviene a un sujeto ya indi- Y en el libro III De Anim~, texto 9, dice Aristóteles que en algunas cosas es
vidual, sino que lo constituye, cosa que es imposible, porque si uno de los dos diferente la cosa -suple individual~ de su quididad específica, lo cual enuncia él
se individualiza por el otro, más bien el que recibe la indivjduación es el ac- c?n estas palabras: Una cosa es la magnitud y otra el ser de la magnitud; agrega,
cidente por el sujeto que al revés. sm embargo:, que no en todas las cosas se encuentra esta distinción, lo cual
6. La tercera opinión puede valerse de la distinción entre las cosas espi- todos los expositores interpretan como dicho a causa de cosas inmateriales en las
rituales y materiales, pues en las inmateriales la cosa singular no añade nada que los individuos no son otra cosa que las mismas naturalezas especific~s sub-
a la naturaleza común; en las cosas materiales, en cambio, añade algo. Esta sistentes. Así lo hacen Averroes, Filopón, y extensamente Santo Tomás. Por
distinción parece fundada en Aristóteles, libro VII de la Metafísica, c. 11, tex- lo cual, parece que esta opinión la profesa también Santo Tomás en I, q. 3,
to 4, donde dice que en las cosas inmateriales no se distingue "lo que algo es" de
a. 3, y en el. tratado IJ_e Ente et Essenti«:~ c. S, en los cuales pasajes, y en m,
"aquello de quien es", y en las materiales, en cambio, se distingue; de las cuales
palabras, por lo que algo es entiende la esencia o la definición esencial, que q. 4, a. 4, piensa lo m1smo- Cayetano, y parece que era la opinión comúnmente
puede referirse o bien a lo mismo definido, o a los individuos en quienes existe a~rnitida en la escuela de Santo Tomás, como se verá más claramente por lo que
tal definido y definición. En el primer sentido comparó estas cosas Aristóteles en el duernos en la sec. 4. En efecto, el fundamento de esta sentencia se ha de
libro VII de la Metafísica, c. 6, text. 20 y 21, y enseñó en general que en los tomar de las cosas que allí se tratarán, a saber, que en las sustancias inmateriales
entes per se lo que algo es es lo mismo que aquello de que es, o sea:, la definició:t al no tener materia ni decir relación a ella, no puede concebirse cosa alguna e~
ellas que se añada a la esencia, y por eso son individuos por sí mismas; en
Fundamentum est quía nihil potest intelligi sequitur individuum es se ens per accidens;
reale quod singulare non sit, ut probatum sequitur etiam accidens non advenire sub- luroque differunt in confuso vel distincto ait Aristoteles in rebus quibusdam aliud es-
est sectione praecedenti; ergo repugnat quod iecto individuo sed constituere illud, quod modo quo concipiuntur. Quod - commune se rero, supple individuam, ab specifica
res fiat singularis per additionem alicuius iropossibile est, quía si -unuro ex alio in- est taro substantüs simplicibus quam com- quiddídatc rei, quod ipse dicit illis verbis:
realis supra naturam communem. Secundo, dividuatur, potius accidens a subiecto, quam positis et accidentibus, si quatenus sunt Aliud est magnitudo, aliud magnitudinl's
quía nulla res fieri potest una per realero e converso, individuationem accipit. per. se unum definiantur. Nam enria per es se; subdit vero non in omnibus re bus
additionem allcujus positivi, ut supra os- 6. Tertia sententia potest distinctione acc1dens, vel definid non possunt una defini- inveniri hanc distinctionem, quod omnes
tensum est, ergo neque singularis et indi- uti inter res spirituales et materiales; nam tione, vel si aliquo modo definiantur per expositores intelligunt dictum esse propter
vidua. Patet consequentia, tum quía singu- in immateriaUbus res singularis nihil ad- modum unius ratione formae accidentalis, res imroateriales, in quibus individua nihil
laritas est quaedam unitas, tum etiam quía dit supra naturam communem; in materia- illa definitio est aliquo modo distincta ab sunt nisi naturae ipsae specificae subsis-
vera ac realis unitas nulla est praeter uni- libus vero aliquid. Quae distinctio videtur eo subiecto cui attribuitur. Posteriori autem tentes. Ita Averroes, Philop., et late D. Tho-
tatem singularem et individuam. Tertio, quia fundata in Aristotele, VII Metaph., c. 11, modo, qui ad praesens spectat, coroparantur mas. Unde hanc sententiam videtur docere
vel id_ quod additur est essentiale, vel ac- text. 4, ubi dicit in rebus immaterialibus ab Aristotele in altero loco citato, et hoc ídem D. Thom. I, q. 3, a. 3, et De Ente
cidentale; si essentiale, sequitur speciem non distinguí quod quid est ab eo cuius est, modo ait in rebus immaterialibus idem esse et essentia, c. S, quibus locis Caietan., et
dividí posse------per------essentiales- differcntias, in materialibus vera distinguí, ubi per quod- quid est, id est, essentiam specificam, III, q. 4, a. 4, idem sentit, et videtur
contra Porphyr., c. de Specie; unde ulte- quid est intelligit essentiam seu definitionem quae definitione explicatur, curn eo cuius esse recepta sententia in Schola D. Thomae,
rius sequitur individua essentialiter differre, essentialem, quae comparad potest et ad e¡¡t, id est, cum individuo seu re singulari, ut ex bis quae referemus sect. 4 magis
et speciero non dicere totaro essentiam seu definitum ipsum et ad individua in quibus quod secus esse ait in rebus compositis ex constabit. Nam ex ibi tractandis sumcndum
quidditatem individuorum, quod est contra tale definitum et definitio existit. Priori mo- materia et forma. Sentjt ergo rem im- est fundamentum huius sententiae, scilicet,
Porphyr, et orones dialecticos. Denique se- do ea contulit Aristotel., VII Metaphys., materialem seipsa esse individuaro absque quia substantiae immateriales, cum nec ma-
quitur individua posse et debere definiri c. 6, text. 20 et 21, et generatim docuit in additione ulla, materialem vero non ita, teriam habeant nec ad illam dicant habitu-
propria· et adaequata definitione essentiali, entibus per se quod qujd est esse idem S~~ fieri hanc individuam per aliquam ad- dinem, nihil etiaro in eis excogitari potest
contra Aristot., VII Metaph., text. 53. cum eo cuius est, seu definitionem cum defi- dit:tonem; atque ita exponunt hunc locum quod addant supra essentiam, et ideo se ipsis
Si vero id, quod additur, est accidentale, nito, quia eamdem dicunt. essentiam so- D. Thoroas et alii. Et III de Anim., text. 9, sunt individuae; at vero in rebus compositis
574 Disputaciones metafísicas

cambio, en las cosas compuestas se añade la materia signada, de la cual puede algo añadido a la intención común. Los tomistas, por su parte, no disienten de esta.
tomarse algo que el individuo añade sobre la especie. conclusión, como se ve por Cayetano, libro I de los Andíticas Segundos, c. 4; In
Da Ente et Bssentia, c. 4; Soncinas, en el libro VII de su Metaph., q. 31;
Exposición de la dificultad Capréolo, In II,_ dist. 3, q. 1; Herveo, Qumilibeto III, q. 9; Soto, en la Lagica,.
7.. En primer lugar, es cosa admitida entre todos los autores que el indivi- q. 2 de los universales. Y se prueba por lo que diji100s hace poco, pues la na-
duo añade a la naturaleza universal una negación que formalmente completa o turaleza común de suyo no pide tal negación y, sin embargo, tal negación conviene
constituye la unidad del individuo. Esto es evidente por si mismo, supuesto el a esa naturaleza por sí e intrínsecamente en cuanto existe en la realidad y se ha
concepto de unidad que hemos explicado antes y añadiéndole lo que en la sec- hecho ésta; luego algo se le ha añadido por razón de lo cual se ha unido a la
ción anterior hemos notado sobre la razón o contenido del nombre de individuo. naturai:za común la negación, porque toda negación que conviene intrínseca y
Más aún: si se habla formaimente del individuo en cuanto que es uno de tal necesanan;tente a alguna cosa, se funda :n algo positivo que no puede ser con-
manera, entonces añade una negación a su concepto formal, y no sólo a la ceptual, smo real, puesto que aquella umdad y negación conviene a la cosa mis-
naturaleza común concebida en abstracto y universalmente, sino también a toda ma verdaderamente y por sí.
la entidad singular concebida precisivamente bajo una razón positiva, porque Puede proponer~e ~bién esta misma razón de otro modo, porque la natura-
toda esta entidad no se concibe corno una singular e individuaimente hasta que leza ,especifica en si_ ~sma y en ~uanto que es el objeto próximo del concepto
se conciba como incapaz de división en muchns seres de la misma razón. Por comun de hom.bre, leon, etc., no nene nada que repugne a la comunicabilidad y
tanto, la dificultad presente no trata de esta negación, pertenezca o no formal- f>?T eso se die~ ~e~tiv~~ente indiferente, como veremos más abajo; ah~ra
mente a la razón de tal unidad, pues acerca de esto también hay opiniones, so- b1en: ~r. ~sta md1v1duacmn se quita esta indiferencia suya y se hace incapaz
bre las cuales ya diji100s en la disputación anterior qué es lo que nos parece de tal ~visión, en cuanto q~e ~e ha conve~t~do en algo singular; luego es me-
más verdadero, sino que la dificultad está en el fundamento de aquella negación, nester pensar que se le ha anadido algo posltlvo, por razón de lo cual le repugna
pues como no parece que pueda fundarse en la sola naturaleza universal -pues- esto. Fmalmente, ~edro y Pablo oonvjenen en la naturaleza común y difieren en-
to que ella de suyo es indiferente y no pide tal indivisión en varios semejantes,. tre sí en sus proptas razones; luego añaden éstas a la naturaleza común. ahora
antes bien, se divide en ellos-, preguntamos por eso qué hay en la cosa individual bien: aquéllas son positivas, pues no se constituyen por negaciones en 1~ razón
y singular por razón de lo cual le convenga tal negación. d_e tal sus.tancia; luego... Lo mismo concluyen también los argumentos que han
sido aducidos para confirmar la opinión de Escoto.
Resolución de la cuestión 9. Digo, en segundo lugar, que el individuo, como tal, no añade nada
@ Digo, en primer lugar, que ,JJ!!~'!.f.du() afía<Jr ~ la_n'!!.\II~le~~....colllf!!' .~Jg<!' q~e sea. re.aJ:nente distinto de la naturaleza especifica, de tal manera que en el
r.ei!LPºuazón qeJ<> . . ~!l'!L~§ Sal_ indi,yidugsJe <:ollYiene aqm:Jla. m:ga<;.íQn._<Je diyi- m1smo mdiv1duo, Pedro, por ejemplo, se distingan er.x; natura· rei la humanidad en
sibiUsJª4. _~fl-Y~!'ÍQ§:_J"~~f:i.illlJ:Es. En esta conclusión estamos conformes con Escoto> cuanto tal, Y esta humanidad, o más bien aquello que se añade a la humanidad
y, además, puede verse en Santo Tomás, 1, q. 40, a. 2, que dice que en cualquier para que. se. haga ésta (~ue suele llamarse hecceidad o diferencia individual), y,
parte que hay algo común a muchos, es preciso que haya algo que sea distintivo. por consigut~~te, constituyen una verdadera composición en la misma cosa.
Y en el libro I cont. Gent., c. 42, razón 7, dice que tal distintivo debe ser En esta asercwn deben estar de acuerdo todos los que impugnan la opüúón de
additur materia signata, ex qua sumi potest sive illa formaliter pertineat ad rationem
aliquid quod indlviduum addat supra spe- huius unitatis sive non; nam de hoc intentioni communi. Et thomistae non dis- per hanc autem indivti.duationem tollitur
ciem. etiam sunt opiniones, de quibus iam diximus senciunt ab hac conclusione, ut patet ex h~e.c. ei?s indifferentia et fit .tncapax talis
praecedenti disputatione quid verius exis- Caietano, lib. I Poster., c. 4, de Ente et div1s1oms, quatenus singularis effecta est;
Punctus difficultatis aperitur timemus ; sed est difficultas de fundamento essentia, c. 4; Soncin., VII Metaph., q. 31; ergo necesse est ut intelligatur aliquid posi-
7. Primo, indubitatum est apud auctores illius negationis; nam cum non videatur Capreol, In II, dist. 3, q. 1; Hervaeo, tivum ei esse additum, ratione cuius hoc ei
omnes individuum addere supra naturam posse fundari in sola communi natura, illa Quodl. III, q. 9; Soto, in Logica, q. 2 uni- repugnat. Denique Petrus et Paulus con-
communem negationem aliquam fonnaliter enim de se indifferens est et non postulat v~r~alium. Et probatur ex his quae proxime veniunt in communi natura et differunt
complentem seu conscituentem unitatem talem indivisionem in plura similia, sed in diximus; nam communis natura de se non inter se in propriis rationibus; ergo illas
individui, Hoc per se notum est ex ratione ea potius dividitur ideo inquirimus quid postulat talem negationem, et tamen illi na- addunt naturae communi; sed illae positivae
unitatis supra explicata, adiunccis his quae sit in singulari et individua, ratione cuius turae, ut in re existit et facta est haec, per sunt; non enim constituuntur negationibus
sectione praecedenti notavimus circa ratio- ei conveniat talis negatio. se ~t intrinsece convenit talis negatio; ergo in racione talis substantiae; ergo. Idem etiam
nem seu quid nominis individui. Quin additum est ei aliquid, racione cuius illi concludunt argumenta quae ad confirman-
Quaestionis resolutio adiuncta est, quia omnis negatio ab intrin-
pocius, si .. formaliter..JPqu.amur Q_e.. .inQividl,lo, dam opinionem Scoti adducta sunt.
quatenus tali modo unum est, negationem 8. Dico primo: individuum aliquid rea·.; et necessario conveniens alicui rei, 9. Dico secundo: individuum, ut sic
addit in suo conceptu formali, non solum le addit praeter naturam commun~, rati~ fur1datur in aliquo positivo, quod non potest non addit aliquid ex natura rei distinctUU:
supra naturam communem abstracte et ne cuius tale individuum est et e1 convemt ess_e rationis, sed reale, quandoquidem illa a natura specifica, ita ut in ipso individuo
universe conceptam, sed eciam supra totam illa negatio divisibilitacis in plura similia urutas et negatio ipsi reí vere et ex se con- Petro, verbi gratia, humanitas, ut sic, et
entitatem ·singullarem praecise conceptam In hac conclusione convenimus cum Scoto, v~t. Vel al.iter . proponi haec ratio potest, haec hurnanitas, vel potius ¡d quod additur
sub ratione positiva, quía tata haec entitas sumiturque ex D. Thoma, I, q. 40, a. ~ _qwa natura spectfica secundum se et qua- humanitati ut fiat haec (quod solet vocari
non concipitur ut una singulariter et indi- dicente ubicumque est aliquid commune tenus est proximum obiectum conceptus haecceitas vel differentia individualis), ex
vidue, donec concipiatur ut incapax divi- multis oportere esse aJ.iquod distinctivum. communis hominis, .leonis, etc., nihil habet na~ura rei distinguantur et consequenter
sionis in plura eiusdem rationis. Difficultas Et I cont. Gent., c. 42, rat. 7, ait illud repugnans communicabilitaci, et ideo dicitur faCiant veram compositionem in ipsa re. In
ergo praesens non est de hac negacione, distinctivum debere esse aliquid additum negative indifferens ut infra videbimus; hac assertione convenire debent omnes qui
576 Disputaciones metafisicas Disputación quinta.-Sección .:elle__ _ _ _ _ __ 577
Escoto, como son Cayetano, In De Ent~ et Essentia, q. 5, y I, q. 5, a. 6; Son- ·que en la definición se explica. Pero en contra de esto está, primero, que aun-
cinas, libro VII Metaph., q. 3; Nifo, hbro f':' Metaph., <J!sp. 5; y otros. Pero, que en tal naturaleza esta unidad formal pueda distinguirse con la razón de la
.sin embargo, todos éstos no distinguen sufi.ct.e,ntemente ~~ atac~n. a _E~coto en unidad individual, con todo no puede concebirse que en la realidad esté pres-
toda su sentencia incluso en cuanto a la adic10n de la diferencm mdivtdual so- cindida segón su propia entidad y que sea realmente distinta de la unidad indi-
-bre la específica, 'o sólo en cuanto a la distinción ex natura rei, y por esto~ sus vidual, y que, como tal, carezca también de unidad universal. Se prueba esto,
argumentos, que parecen ser comunes a una y otra cosa, no son, por lo nusmo, porque aquélla, en cuanto tal, o es común o es incomunicable, pues estas dos
-cosas se oponen inmediatamente. Si es incomunicable, es individual; si es co-
1muyEneficaces. . .
la misma aserción es preciso que convengan qmenes ruegan que la natu- mún, es universal. Asimismo, aquella naturaleza que en Pedro es distinta de la
raleza es en la realidad misma universal, tales como son los más graves filóso- hecceidad de Pedro, o es por sí misma realmente distinta de la naturaleza que
fos y teólogos y toda la escuela de Santo Tomás, como. veremos en la ?isputa- hay en Juan -en cuanto que también en aquél se distingue realmente de su
ción siguiente. Y que una cosa se .si~~ de la~ otra es evidente, porque, Sl en l?s becceidad~ o no es distinta en cuanto tal. Si se dice esto segundo, aquella: na-
mismos individuos aquello que el rndivtduo anade a la naturaleza comun es dts- turaleza será común; pero si se dice lo primero, es precisO' que aquellas natura-
-tinto ex natura rei de ella, luego recíprocamente la misma naturaleza ha de pres- lezas, como tales, sean individuales y singulares, porque no difieren sino como
cindir en la realidad de tal adición o diferencia individual; y así, en la reali- distintas numérica y realmente dentro de la misma especie.
.dad la naturaleza y la hecceidad son dos entes, si no como dos cosas, sí, al menos, 11. Y de aquí puedo argumentar, en segundo lugar, mostrando directamen-
corr:o una cosa y un modo; luego cada una de ellas tien~ por sí su unidad, te que no puede existir una distinción tal en las cosas que sea una verdadera y
porque no puede comprenderse que algunas cosas sean dos SI no son uno y uno, actual distinción ex natura rei que preceda a toda operación del entendimiento;
pues el número supone las unidades; luego aquell~ natura}eza, en cu~to pres- -en efecto, cualquier distinción de este tipo debe existir entre entidades reales, o
cinde de la diferencia individual, tiene en la realidad misma la urudad; por ·entre una entidad real y su modo. Ahora bien: en el primer sentido será una
consiguiente, o la unidad individual o la univers:U. Lo primero no, P':'ed~ _afir- -distinción real, que necesariamente supone a cada una de las entidades en si
marse según la sentencia precedente, de lo contrano, la naturaleza sena mdivtdual misma singular e individual, cosa que es por si evidente, y en este sentido nadie
antes de tener la diferencia individual, y entonces se añadiría innecesariamente tal la niega, ya que la distinción de las entidades supcne a cada una de ellas cons-
diferencia· luego según esta opinión, hay que decir forzosamente que aquella tituida ya en si misma, y, por tanto, una y singular. En cambio, si la distinción es
naturaleza' en c~anto en la realidad prescinde y se distingue realmente de la ·entre la entidad y su modo, como se dice que sucede aquí, para que sea una
diferencia'individual, tiene unidad universal, lo cual es imposible, como puede en- verdadera distinción ex natura rei, es preciso que tal entidad, apartado el modo,
tenderse· por lo dicho en la sección precedente, y mostraremos más extensamente -se conciba que en sí misma tiene una verdadera entidad real, pues, de lo con-
después. trario, no podría entenderse la distinción ex natura reí entre tal modo y enti-
10. De acuerdo con la doctrina de Escoto, puede responderse que la natu- dad. La razón de ello es que tal modo o bien constituye intrinseca y formal-
raleza, en cuanto precisa de la individuación en la realidad, ni tie,ne .la unid~d mente a dicha entidad, o no; si la constituye, no se distingue, por tanto, ex
individual ni la universal, sino la unidad formal, que es como un terlillno medio .natura reí de ella, porque intrínseca y esencialmente se incluye en ella, de tal
entre dichas unidades, y no es otra cosa que la unidad de la esencia, que es la forma, que nada puede concebirse en aquella entidad que no incluya dicho
¡,,,, 1

opinionem Scoti impugnant, ut sunt Caie- earum habet per se unitatem suam, quia non tra primo, quia l.icet in tali natura haec lis distinctio ex natura reí intervertens om-
tanus, de Ente et essentia, q. S, et 1, q. S, potest intelligi quod aliqua sint duo, nisi 1.mitas formalis possit ratione distinguí ab nem operationem intellectus; nam omnis
a. 6; Soncin., VII Metaph., q. 3; Niph., sint unum et unum : numerus enim sup- unitate individuali, tamen concipi non talis distinctio esse debet inter reales enti-
Ub. IV Metaph., djsp. S, et alU. Qui tamen ponit unitates; ergo illa natura ut praecisa potest quod a parte rei sit secundum entita- tates aut inter realem entitatem et modum
non satis distinguunt an impugnent Scotum a differentia individuali habet in re ipsa tem suam praeCisa et ex natura rei distincta eius. Et quidem, si sit superiori modo erit
quoad totam sententiam, etiam quoad ad- unitatem; ergo vel unitatem individualem, .ab unitate indíviduali et quod ut sic etiam distinctio realis, quae necessario supponet
ditionem differentiae individualis supra spe- ve~ universalem. Primum dici non potest, careat unitate universali. Probatur, quía vel unamquamque entitatem .in se singularem
cificam, vel solum quoad distinctionem ex iuxta praedictam sententiam, alioqui natura illa ut sic est communis vel incommunica- et indíviduam, quod est per se notum et
natura reí, et argumenta eorum videntur es- esset individua ante differentiam individua- bilis; haec enim duo immediate opponun- ita a nemine negatur, quia dístinctio entita-
se utrique parti communia, et ideo non lem, et ita superfiue talis differentia adiun- tur; si incommunicabilis, est individua; si tum supponit utramque entitatem in se
sunt admodum efficacia. In eadem assertio- geretur; ergo iuxta hanc sententiam neces- communis, est universalis. Item, vel natura constítutam atque adeo unam et singularem.
ne necesse est conveniant qui negant natu- sario dicendum est naturam illam, prout illa quae in Petra est distincta ab haeccei- Si autem dístinctio sit ínter entitatem et
ram esse a parte rei universalem, ut sunt in re ipsá praescindit et ex natura rei tate Petri, est per seipsam realiter distincta modum eius, qualis hic esse dicitur, ut sit
graviores _p~iloso_phi______¡::t ___ theol?_gi, __ et tota distinguitur a differentia individuali~ hab~e a__ natura quae est in loanne, prout etiam vera distinctio ex natura rei necesse est
schota D. ThOiTIUe; Ut videbimus disputatio- unitatem universalem quod esse 1mpoSSl;. illo distinguitur ex natura rei ab eius quod talis entitas praeciso modo intelligatur
ne sequenti. Quod autem unum ex alio bile intelligi potest ex dictis sectione praece- haecceitate, vel ut sic non est distincta; si in reipsa habere veram entitatem realem,
consequatur patet, quia si in ipsis individuis denti, et latius infra ostendemus. hoc secundum dicatur, erit illa natura com- alioqui intelligi non posset djstinctio ex na-
id quod addit individuum supra naturam 10. Responded potest iuxta doctrina.J? munis; si vero dicatur primum, necesse est tura reí inter talem modum et entitatem.
communem est distinctum ex natura reí Scoti naturam, ut in re praecisam ab indi- illas naturas ut sic esse individuas et singu- Quia ve~ modus ille intrinsece et formaliter
ah illa, ergo et e converso ipsa natura in viduatione nec habere unitatem individuam, lares, quia non d~fferunt nisi ut distinctae constituir entitatem illam vel non; si const~­
re ipsa praescindit a tali addito seu difieren- neque uni~ersa¡em, sed unitatem formalem, numero et realiter intra eamdem speciem. tuit, ergo non distinguitur ex natura rei
tia individuaH; atque adeo a parte rei natura quae est veluti ·media inter pra~dictas un!ta- 11. Atque hinc argumentar secundo, di- ab illa, quia intrinsece et essentialiter inclu-
et haecceitas sunt duo, si non ut duae res, tes et nihll aliud est quam urutas essennae, recte ostendendo non posse esse talem di.. detur in illa, ita ut nihil concipi possit in
saltero ut res et modus; ergo unaquaeque qu~e per definitionem explicatur. Sed con- stinctionem in rebus quae sit vera et actua- illa entitate quod non includat illum mo-
Disputación quinta,-5ección JI _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _579
:-----'::__
Disputaciones metafísicas
578
plíca así: en Pedro y Pablo, por ejemplo hay una d0 bl · ·
modo; pero si no se quiere decir que tal modo constituye tan intrínseca y fot:-· raleza universal y diferencia individual. lu~go en · 0e 0compos:ón de. n~tu-
malmente a dicha entidad, es preciso que se entienda que la supone ya cons- 0 J.
no sólo la diferencia individual de un~ de la del ~~~ Y. ~ e\~~· ente .distmta
tituída en su entidad y que realmente le sobreviene y la modifica, ya qne se la naturaleza de uno de la del otro. luego aqu 11 smo t"';.'¡ len la e~ti~ad de
supone que es, en la realidad, distinto de ella. Ahora bien: resulta imposible intrínseca y entitativamente com d :
as os natur ezas se distinguen
entender tal modo de distinción entre la diferencia individual y la naturaleza diante el entendimiento de las dffer~:ci~os~s ~¡':'guiares, aun prescindiendo me-
común; luego. Se prueba la menor porque, si prescindiendo de aquel modo, derse mla real distinción entre entidad s mdiv{duale~, porque no puede enten-
se concibe que la naturaleza tiene su entidad, consiguientemente aquella entidad· individuales y singulares. · es actua _ es mas que en cuanto que son
por si misma, y en cuanto que es anterior a aquel modo, debe ser necesariamente 13. Podrá decirse que se d. ti .
singular e individual; luego no necesita de una individuación sobreañadida, ni viduales, como dos materias se <Jis nguen Cle.rt~mente por las diferencias indi-
puede distinguirse de ella realmente, de la misma manera que si la línea no• des. Pero de este ejemplo tratar~~o~u~e~' u~~sunguen por las formas ? cantida-
pudiese entenderse constituida en la razón de línea sin rectitud, no podría la no puede suceder que una cosa se d. ti P 'Jorque, en general, p1enso que
rectitud concebirse como un modo naturalmente distinto de la línea y que sobre~ distinta de si, sino por su misma entid!d ng~ re mente de otra por una tercera
viene a ésta; ahora bien: si se concibe como un modo realmente distinto, se pues, guardada la debida proporción un~ q e es la;r~ la constituye en tal ser,l
debe a que puede pensarse la línea como existente en la realidad y como consti- por lo que se constituye. Ahora bien'· ~osa se stmgue por aquello mismo
tuida en la razón de linea sin tal modo. que en Pedro y Pablo hay dos dife .n e~ e. ~~"?/resente, esto es evidente por-
12. Se prueba la primera consecuencia, porque toda entidad existente en si, y cada una de ellas actualiza a r~ncms mt IV¡l uales realmente distintas entre
a na ura eza real de la qu di ·
la realidad, necesariamente debe ser por si misma singular e individual: en pri- rea1ment e y con la que compone a . d. .d e se stmgue
mer lugar, porque en cuanto tal se entiende que existe fuera de sus causas y que· otro, no sólo ·en cuanto a su diferens~ m. 1V1 uo como enteramente distinto del
tiene real actualidad y existencia; luego en cuanto tal se concibe como singu- naturaleza; luego, es menester que c~~cl~~~ en c~a~~ a toda la entidad de la
lar, porque nada puede ser término de la acción de las causas o ser capaz de las diferencias mismas, aquello que ~ermanec pres~m ~~d ~or el entendimiento
existencia, sino lo que es singular. En segundo lugar, pnrque tal entidad, con- sea realmente distinto y por ello singular. d: 1en a rea.I a en Pedro y Pablo,
cebida como tal con prioridad a cualquier modo distinto de si, es incomunica- una cosa, absolutamente idéntica en la re;r1d d o contrano, habría que decir que
ble a muchos inferiores, o sea, pertenecientes a su misma razón, porque ni dividuales en Pedro y Pablo Ni fi . a ' se contrae por las diferencias in-
puede dividirse de sl misma ní hacerse varias; luego, ya en cuanto tal es indi- naturaleza real la que se con~rae sem.s su¡ Cle~te qfue se diga que no es la misma
' o a m1sma ormalmente pu t ·d .d
viduaL En tercer lugar, porque aquel modo de hecceidad que constituye a Pe- f orma1' en cuanto puede existir en la realid d , ' e~ es a 1 en~t ad
dro es singuíar y propio suyo, y se dice que constituye y compone a Pedro mo- que supone la distinción real y por e n . .a ' es s~lo . ~na c~erta seme¡anza
dificando su naturaleza; luego, si aquella modificación es por una verdadera cosas que se dicen semejantes. ~er o Slgmente, la ~nd1yiduac1ón de aquellas
distinción y composición que existe en la realidad, es preciso que a aquel modo, no es una unidad real, sino ;olam~nt:n cuanto, se concibe p~r ~odo de unidad,
que es como un determinado acto particular, responda también una particular concepto mental como diremo d , de razon por denommaCión recibida del
' s espues.
entidad a modo de potencia actuable; luego aquella entidad que se supone
para tal acto debe ser individual y particular. Lo cual, en cuarto lugar, se ex- ris. Quod explicatur quarto: nam in Petr ~t Paulo sunt duae differentiae individuales
et Paulo, verbi gratia, est duplex compositi~ mter se realiter djstinctae, et unaquaeque
dum; si autem modus ille non intelligitur
12. Probatur autem prima consequentia, ex -?atura ~omrnuni et differentia indivi- ea~um actuat naturam realero, a qua distin-
quia omnis entitas in rebus existens neces~ duali; ergo 1 ~ utroque est distincta realiter gllltur ~x .n~tura rei et cum qua componit
ita intrinsece et formaliter constituere talem
entitatem, necesse est-· ut intelligatur sup- sario esse debet seipsa singularis et indivi- n~m soh;m .dif~e~enti~ individualis unius a suum m~viduum omnino reaJiter distinc-
ponere illam in sua entitate constitutam et
dua: primo, quia ut sic intelligitur esse dif~erentia mdlv1duali alterius, sed etiam tum a~ alio, non solum quoad differentiam,
extra causas suas et habere actualitatem entitas naturae qu?e est in uno, ab entitate
realiter advenirc illi et modificare illam, sed ettam quoad totam entitatem naturae.
realero et existentiam; ergo ut sic intelligi- natl~rae quae est m alio; ergo distinguun-
cum ponatur in re ipsa dlstinctus ab illa.
tur singularis, quia nihil potest terminare ergo ne~es~e es~ ut, etiam praecisis per intel:
lmpossibile autem est intelligere hunc mo~ tur illae duae naturae intrinsece et entitative
actionem causarum vel capax esse existen- lectum l_P~Is differentiis, id quod manet a
dum distinctionis inter differentiam indivi~ tamquam d.uae res singulares, etiam prescin-
par~e rel m Petro et Pau1o, sit distinctum
tiae, nisi quod singulare sit. Secundo, quía dendo per mtellectum differentias individua-
dualem et naturam communem; ergo. Pro~ reahter atque ideo singulare; alioqui dicen-
batur minor, quía, si praeciso illo modo
talis entitas, ut sic concepta ante modum ~es, qwa non potest intelligi realis distinctio
a se distincwm, est incommunicabilis multis ~ter actuai:s entitates, nisi quatenus indl-
duro esset rem aliquam omnino realiter
intelligitur natura habere entitatem suam, eam:Jem contrahi per differentias individua·
ergo illa entitas per seipsam, et ut est prior inferioribus seu eiusdem rationis, quia nec VIduae et smgulares sunt.
dividl potest a seipsa nec fieri plures; ergo 13 .. Di~es .. distingul quidem per dif- l~s m Petro et Paulo. Neque enim satis est
illo roQ(:io, d~Q_eJ __ p_¡;:~(;!_ssaril:) e_s_~~-- ~-ingularis
et individua; ergo non indlget 'iridividua-
iam ut sic est individua. Tertio, quia ille "--'~fd'1".entia; J.-?d~vid~ales, sicut duae materiae dice7e non eamdem naturam realiter con-
modus haecceitatis, qui constituit Petrum1 cuntur distmgw per formas vel quantita- ~rahi,. sed eamdem formaliter; nam haec
tione superaddita, nec potest ab illa ex est singularis et proprius eius et dicitur con- 1dent1tas formalis, prout in re esse potest
natura rei distinguí; sicut, si linea non pos~ :_s. ~ed de hoc. exen:tp~o dicemus postea;
set intelligi constituta in ratione lineae abs~
stituere et componere Petrum modlficando- u uruversum. ei_Um ex1stuno fieri non posse so!~ est similitudo quaedam, quae su~
naturam; ergo si illa modificatio est per a~ una res ~~s~nguatur reallter ab alia per po~1t. real~m distinctionem, et consequenter
que rectitudlne, non posset rectitudo concipi
veram distinctionem et compositionem quae . am a se distmctam, sed per suammet en- mdividuatwnem eorum quae similia dicun-
ut modus ex natura rei condistinctus a linea, in re sit, oportet ut illi modo, qui est veluti tlt~tem, per quam in tali esse constituitur tm:; _prout vero concipitur per modum
et adveniens illi; si autem nunc concipitur
modus ex natura rei distinctus, ideo est
quidam actus particularis, respondeat etiam ~a ~ervata proportione, per illud res di~ urutat1s, non est unitas realis, sed rationis
particularis entitas per modum potentiae gw_tt;r, per quod constituitur. Sed in tantum per denominationem a conceptu
quia potest concipi linea in re ipsa existens, actuabilis; ergo illa en titas, quae supponitur
et constituta .i,n ratione lineae absque tali praesenu est hoc manifestum, quia in Petro mentis, ut postea dicemus.
ta}l actui, debet esse individua et particula-
modo.
580 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección li 581
14. En quinto lugar, puede explicarse esto porque aquellas mismas dife- tal modo de argumentar en cualquier individuo. Algunos responden que entre
rencias individuales de Pedro y Pablo se distinguen entre si realmente como dos estas diferencias individuales no hay una conveniencia real de la que pueda abs-
cosas incompletas, pero singulares e individuales d~l n?smo modo que existen, traerse el concepto común; pero esto con dificultad se puede creer, como trata-
y, sin embargo, tienen entre sí semejanza y .conve~e~Cia; porque en verdad son remos en general en la disputación siguiente.
más semejantes entre si que respecto de la diferencia mdividual del caballo o del 15. Y de _aquí se toma la sexta razón, pues toda aquella distinción que se
león, y en ellas no es p~e~iso distinguir realmente ~l.go en lo cual ,sean, seme- supone que existe realmente entre la naturaleza y el individuo, ha sido tomada
jantes y en lo cual se distmgan, pues, d~ 1~ contrano, se pr~cedena as1 hasta del modo de concebir y hablar, según la conveniencia y distinción que se en-
el infinito lo cual en cosas o en modos d1stmtos realmente es moportuno, como cuentra entre los mismos individuos; ahora bien : esto no es ninguna señal para
se dijo a;riba en un caso semejante; luego, igual podrá decirse de los mismos
indicar, que haya distinción r~al, y por lo demás, hay muchas cosas que indican
individuos, Pedro y Pablo, porque aunque se distingan entre sí, y sean se- con mas clarJdad que no eXIste en la realidad tal distinción; luego. La mayor
mejantes, no es preciso que en ellos se distinga realmente aquello por lo que
consta por los argumentos. dados en f~vor de Escoto. La menor en su primera
son semejantes. y aquello por lo que se distinguen; luego, no h~y por qué dis-
parte es clara, ya por el e¡emplo aducJdo acerca de las mismas diferencias indi-
tinguir realmente la diferencia individual, ni de la naturaleza umversal como de
un extremo componente del individuo, ni de todo el individuo como del com- viduantes, ya también por lo que arriba tratarnos 'sobre el concepto de ente
puesto entero. Y no vale decir tampoco que aquellas diferencias individuales ace;ca del. cual. v?len. casi los mismos argumentos; ya porque, de -lo contrario;
son más simples y que son aquello con lo que se constituyen y distinguen los in- sena prec1so d1stmgmr realmente todos los conceptos comunes de los particu-
dividuos, y que, por serlo, más pueden distinguirse por sí mismos; porque esto, lares, lo cual mostraré más abajo que es falso. Finalmentt, se aclarará más esta
aunque tal vez con referencia a la distinción o concepto mental tenga su impor- parte por la solución de las dificultades. La segunda parte de la menor ha sido
tancia, como diré en seguida, con todo, si esta distinción estuviese en las cosas, suficientemente probada con los argumentos dados, y además, se confirma, final-
el argumento urgiría, ya que aquellas diferencias han de ser consideradas como mente, con -la señal de la inseparabilidad, pues aquellas cosas que aunque sean
dos modos reales existentes en la realidad y distintos realmente de cualquier otra concebidas por nosotros de modo diverso, de tal modo se comportan entre si
entidad, porque, como tienen efectos cuasi formales distintos numéricamente, que una no s.e separa de la otra o no puede separarse ni siquiera por potencia
a saber, constituir éste o el otro individuo, así también son numéricamente dis- absolut~, se f1~gen realmente distintas sin motivo alguno, como después trataré
tintos. Y aunque sean qua con respecto a los individuos, cm~ todo, en cuanto con mas arnphtud en la disputación de las distinciones; ahora bien: de tal
que en sí son algo y entes reales, aunque incompletos, son también quod, al manera se comportan en Pedro la razón de hombre y la propia individuación de
menos de modo incompleto, como notamos arriba en un caso semejante tratando P~dro, que no pueden separarse de manera alguna ni tal modo de la naturaleza~
del concepto de eute, y como advirtió también Cayetano en I, q. 11, a. 1, a pro- rn la na~uraleza en cuanto está en Pedro, de tal modo; luego. Ni soluciona
pósito de ad l. Y, sin embargo, con esta distinción y simplicidad tienen entre sí nada decir que la razón de hombre es separable de la dé Pedro porque puede
una real conveniencia en la razón común de tales modos, como dice el mismo estar en Pablo, pues esto no es considerar la razón de hombre tal como realmen-
Cayetano en el In De Ente et Essentia, q. 5; por consiguiente, o hay que distin- te existe, .sü;o _sólo tal como se concibe mentalmente, y, por ello, no es suficiente
·guir también en éstos la razón común de las propias, o ciertamente es engañoso para la distinción real que debe darse eutre las cosas que existen en la realidad
se id quo individua constituuntur et di..
si es una distinción entre cosas positivas, o entre una cosa y un modo real posi~
14. Quinto, potest hoc declarari, quia il-
1aemet differentiae individuales Petri et stinguuntur, et ideo magis posse seipsis
Pauli ínter se realiter distinguuntur tam- distinguí; quia, licet fortasse quoad distinc- argumentandi in quocumque individuo. Ali- laribus, quod infra ostendam esse falsum.
quam duae res incompletae, singulares ta- tionem seu conceptus mentis hoc aliquid qui respondent inter has differentias indi- Tandem constabít amplius haec pars ex
men et indlviduae eo modo quo sunt, et conferat, ut statim dlcam, tamen, si distinc- viduales non esse convenientiam realem a solutionibus argumentorum. Altera vero pars
nihilominus inter se habent similitudinem tio haec esset in rebus, argumentum urgeret, qua possit abstrahi communis concept~s · minoris satis probata est argurnentis factis.
et convenientiam, quía revera similiores sunt quia illae differentiae considerandae sunt sed hoc difficile creditu est, de quo dicetu~ Quae ultimo confirmatur a signo insepara~
inter se quam curn differentia indíviduali tamquam duo madi reales a parte rei exis- generaliter disputatione sequenti. bilitatis; nam ea quae, licet diverso modo
equi vel leonis, et in eis non oporteret tentes et distincti ex natura rei a qualibet 15. Atque hinc sumitur sexta ratio, quía concipíantur a nobis, ita se habent in re,
distinguere ex natura rei aliquid_ in quo sint alia entitate; quia, sicut habent effectus tota illa distinctio quae fingitur esse ex ut neutrum ab altero separetur vel separari
-símiles et in quo distinguantur, alioqui quasi formales numero distinctos, scilicet, natura rei ínter naturam et individuum, possit etiam de potentia absoluta, sine causa
procederetur in infinitum, quod in rebus constituere hoc vel illud individuum, ita sumpta est ex ,nodo concipiendi et loquendl finguntur ex natura rei distincta, ut infra
seu modls ex natura rei distinctis est incon- etiam sunt numero distincti. Et quamvís sint ex convenientia et distinctione quae inter latius dicam in disputatione de distinctioni-
veniens, ut supra in simili dictum est; quo respectu individuorurn, tamen quate- individua reperitur; hoc autem bus; sed ita se habent in Petro ratio hominis
ergo idem dici ___p_oterit de ipsjs j_ru:liyidill,s nus in se sunt aliquid et realia enria, licet nullum est ad indicandam distinc- et propria individuatio Petri, ut separari nul-
inco:ffipleta, Srint- etiam quod saltem incom- ~·-·,;Anem ex natura rei, et ··aliunde sunt multa, lo modo possint nec talis modus a natura,
Petro et Paulo, quod, Jlcet inter se dlstin-
guantur et símiles sint, non oportet in eis plete, ut in simili supra notavimus, tractan- quae urgentius indicant nullam esse in re nec natura prout est in Petro a tali modo;
-rlistingui ex natura rei id quo sunt símiles, do de conceptu entis, ut notavit etiam Caie- talero distinct\onem; ergo. Maior constat ex ergo. Neque quidquam iuvat dicere rationem
et id quo distinguuntur; ergo non est cur tan., 1, q. 11, a. 1, circa ad l. Et tamen argumentis factis in favorem Scoti. Minar hominis esse separabilem a Petro quia pot-
distinguatur ex natura rei differentia indivi- curn hac distinctione et simplicitate habent quoad primam partem patet, tum exemplo est esse in Paulo, quia hoc non est consi-
dualis, vel ex natura communi, tamquam ab inter se convenientiam realero in communi adducto de ipsis differentüs individuanti- derare rationem hominis prout realiter exis-
extremo componente individuum, vel a toto ratione talium modorum, ut ídem Caietanus bus, tum ex supra tractatis de conceptu tit, sed solurn prout mente concipitur, et
individuo, tamquam ab integro composito. ait, de Ente et essentia, q. S; ergo vel in entis, de quo eadem fe re argumenta fiunt; ideo non satis est ad distinctionem ex natura
Nec refert si quls respondeat illas diffe- his etiam distinguenda est ratio communis tum quia alias oporteret ex natura reí distin- rei, quae esse debet inter ea quae a parte
:rentias individuales esse simpliciores et es- a propriis, vel certe fallax est talls modu~ guere omnes communes conceptus a particu- reí sunt, si est distinctio inter res positiva·s,.
Disputaciones metafísicas 583
582
se individualiza por sí misma, y en la q. 10, De Potentia a. 3 niega que la
tivo. Por lo cual, aquella distinción que se concibe entre la razón común tomada · d ·· '' sus-
=~cm. pue_ a alcon~tltmrsde por u~ acc:idente ~ por tanto, esto que se añade no es
en abstracto y el individuo, es sólo de razón, ya que aquella naturaleza, en cuan- wgo extrano genero e 1a cosa Illlsma, smo que en las sustancias es sustancia
to tal, no se halla en parte alguna, si no es objetivamente en la mente. Y si al- al. menos incompleta, porque, en la realidad, no hay más que sustancia individual:
guien la llama distinción formal, porque nosotros concebimos una definición di- Fmalmente, la ~~rcera parte aparece clara fácilmente, porque- lo que se añade no
ferente del hombre como tal, y otra de Pedro, hará una cuestión meramente de .es una parte f1s1ca de la. sustancia, puesto que se predica del individuo ·como
palabras pues, por lo que toca a la realidad, tal distinción no se da realmente expr~sando toda su. esencm, cosa que no dice la parte física, y, por ello, no se
de tal ~anera que aquellas dos cosas se entiendan naturalmente distintas en Pe- p~edica del todo. NI es a_lgo a manera de un todo puesto directamente en el pre-
dro )'~Pablo, o que hagan una composición en la realidad, tal como ya se mostró. -d~camen:o de 1~ ~ustancm; por consiguiente, es algo incompleto por modo de
W Digo, en tercer lugar, que el individuo añade a la narnraleza común -<.iiferenc~a. Y asnm~n.:o contrae a la naturaleza común y la divide en individuos
algo conceptualmente distinto de ella, perteneciente al mismo predicamento y y constl~uye metaf1s1camente al mismo individuo como una unidad sustanciai
que compone metafísicamente el individuo como diferencia individual que con- .en su genero.
trae la especie y constituye al individuo. La primera parte de esta aserción <!]) Pero c~tra _est~ _conclusión puede objetarse una razón aducida en lo que
se sigue de las dos precedentes, pues se dijo en la primera que el individuo ~recede, pues SI el mdtvtduo añade algo, distinto al menos conceptualmente se
añade algo a la naturaleza común y en la segunda se negó que aquello sea s1~e un proceso hasta el infinito en los conceptos objetivos distintos po; la
realmente distinto; luego es necesario que al menos se distinga con la razón, razon, lo ~ual antes en un caso semejante juzgamos también inadmisible. la
porque, si no se distinguiera de ningún modo, tampoco se agregaría. Pero tam- consecuencm es cl~r~, porque el indi~duo se dice que añade a la especie 'algo
poco se sigue de aquí que lo que se añade sea algo de razón; en efecto, igual conceptu~ente d1stmt?, ~a. que conviene con otro individuo en la razón espe-
que son cosas diferentes distinguirse por la razón y ser sólo ente de razón, cffic~ y d1fJere en la md1~1dual; . pero también la misma diferencia individual
pues puede ocurrir que las cosas que son reales se distingan sólo conceptualmente, -co~:rlene con otra dife!encta sen:~Jante en la razón común y difiere de ella nu-
así también aquello que se añade puede ser real como lo es en verdad, aunque se mencamente; 1uego anade tambten según la razón algo conceptualmente distinto
distinga sólo conceptualmente. Podrá decirse que tal adición se hace sólo me- .sobre la, razón común de. tal diferencia; y a su vez de aquello que se ha añadido
diante la razón. Respondo: en cuanto a la cosa añadida, lo niego; en cuanto al se podra establecer el Jnlsmo argumento, y así hasta el infinito.
Pu~de responderse, primero, que en estos conceptos nuestros no hay un in-
modo de adición o de contracción, o de composición, concedo; pues igual que
convemente gr~ve en admitir tal proceso, ya que el entendimiento divide cosas
la separación de la naturaleza común respecto de las diferencias individuales es
que, en la realidad,,_ s.O?- enteramente indivisibles, y, por ello, no sería de maravi-
sólo mental, así también, por el contrario, el que la diferencia individual se en- llar. qu~ en estas divisiones o conceptos pudiese proceder el entendimiento hasta
tienda como añadida a la naturaleza común, es sólo por medio de la razón, pues el ~fimto. ~n ~e~undo lugar, podría alguien filosofar acerca del concepto de es-
en la realidad no existe aquella propia adición, sino que en cada uno de los indi- pecie Y de m~1v1d~o, como n~~?tros lo hicimos arriba acerca del concepto de
viduos hay una sola entidad que por sí misma tiene realmente una y otra razón. ente Y de sus I:TI~nores, pues dipmos que los inferiores añaden al ente algo con-
17. La segunda parte de la conclusión se sigue también abiertamente de lo ceptualmente distinto, de tal manera, sin embargo, que el concepto inferior, con-
dicho, y se toma de Santo Tomás, l, q. 29, a. 1, donde dice que la sustancia
tiaro individuari per seipsam, et q. 10 de ~a~us inconveniens; sequela patet, quía
ve~ ínter rem et modum realero positivum. sarium est ut saltero ratione distinguatur, Pot_ent., a. 3, negat posse substantiam per m?tv~duum. dicitu~ .addere supra speciem
Unde illa distinctio quae intelligitur inter quía, si nullo modo distingueretur, nullo a~ctdens constitui; non est ergo hoc ad- altqrud ratlone dtstmcturo, quia convenit
rationem communem abstracte intellectam, modo adderetur. Nec vera inde sequitur id ditu~ extra genus ipsius rei, sed in sub- cum. alio. i~di~i~uo .in ratione specifica,
et individuum, solum est rationis, quía illa quod additur esse aliquid rationis; nam, 'Sta?t~s est substancia, saltero incompleta, et dtffert m mdtvtduah; sed ipsa etiam dif-
natura ut sic nullibi est, nisi obiective in sicut est aliud distingui ratione, aliud vera qrua. m re ~on est nisi substancia individua. ferentia índividualis convenit curo alia simili
mente. Quod si quis illam vocet distinctio- esse tantum rationis, fieri enim potest ut Ter!J-a demque pars facile patet, quia hoc differentia ~n ratione conununi, et differt
nem formalem, quia allam definitionem quae realia sunt sola ratione distinguantur, addtt_um no~ est pars aliqua physica sub- numero ab illa; ergo addit etiam secundum
concipit mens de homine ut sic, et aliam de ita etiam id quod add~tur potest esse reale, -st.antme, qma praedicatur de individuo ut rationem aliquid ratione t:Ustinctum supra
Petra, faciet quaestionem de voce; quía, sicut revera est, quamvis sola ratione distin- dtcens totam essentiatn eius quam non dicit communero racionero talis differentiae · et
quod ad rem spectat, illa distinctio non guatur. Dices: illa additio est tantum per pars physica, et ideo nor: praedicatur de rursus de illo addito fiet jdem argumen~m
ita est in re, ut in Petra vel Paulo intel~ rationem. Respondeo: quoad rem additam tato. Nec est aliquid per modum totius ~t si7 in in~tum. R~sponderi potest primo;
ligantur illa ex natura rei distincta, vel coro~
positionem in re facere, ut ostensum est.
nego; quoad maduro adcUtionis se u con-
tractionis aut compositionis, concedo; nam
directe positi in praedicamento substantiae ·
e~t erg<! quid incompletum per modu~
:n hts nostrJs concepttbus non esse magnum
mconveniens admittere huiusmodiprocessum
16. Dico tertio indlYiduum acid~re_ supra sicut separarlo naturae communis a dif..- dtfferentme. Item contrahit naturam com- 9-ui? p~r!i~ur intellectus quae reipsa omnin~
naturam communem aliquid ratione distinc~ ferentiis índividuis est soluro per ratio- munem mamque dividit jn individua et mdtvtstbilia sunt, et ideo mirum non esset
tum ab illa, ad idem praedicamentum per~ nem, ita e converso, quod differentia indi- constituit metaphysice ipsum individdum si intellectus in bis divisionibus seu concep-
tinens. et individuum componens metaphy~ vidua)_is intelligatur ut addita naturae com- ut per se unum in suo genere. ' tibus in infinitum procedere posset. Secun-
sice, tamquam differentia individualis con- muni, solum est per racionero; nam in re 18. Sed contra hanc conclusionem obüci do posset aliquis ita philosophari de concep-
trahens speciem et individuum constituens. non est illa propria additio, sed in unoquo- potest ratio quaedam facta in praecedenti · tu speciei et individui, sicut nos supra de
Prima pars huius assertionis sequitur ex que individuo est una entitas utramque nat;n, si ~n~ividuum addit aliquid, salte~ conceptu entis et inferiorum eius ratiocinati
duabus praecedentibus; nam dictum est in rationem per seipsaro realiter habens. !atlo?e dt~tmctum, sequitur processus in sumus_; ~m~s e~ ~eriora addere supra
prima individuum addere aliquid naturae 17. Secunda pars conc~usionis e tia m se- mfimtum m conceptibus obiectivis ratione ens ahqmd rattone distmctum, ita tamen ut
communi, et in secunda negatum est illud quitur aperte ex dictis, sumiturque ex distinctis, quod etiam supra in simili repu- conceptus inferior immediate conceptua sub
esse distinctum ex natura rei; ergo neces- D. Thoma, I, q. 29, a. 1, ubi ait substan-
584 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección II
--~585
cebido inmediatamente bajo el concepto de ente, no sea propiamente resoluble to que ha sido convertida en algo abstracto y universal en la mente, sino tam-
en dos conceptos, sino que sea sólo un concepto simple más expreso y determi- bién en cuanto que existe en la realidad, puede ser prescindida por la mente y dis-
nado que el concepto de ente; así, por consiguiente, en el caso presente puede tinguirse conceptualmente de la diferencia específica, como veremos abajo· y
decirse que el concepto de individuo no es propiamente compuesto y resoluble en cambio, la razón específica no puede distinguirse ni siquiera conceptuatm'ent~
en el concepto de otro modo o diferencia indi~idual, sino que es sól~ un co~­ de la diferencia individual más que como abstracta y hecha universal por la ac-
cepto más expreso de la misma naturaleza espe~rfica tal c':mo en. la realidad eXIs- tividad de la mente, pues en cuanto realmente existente, no puede concebirse
te en tal entidad, en la cual ni puede conceblrSe tal entidad m algo de aquella más que incluyendo la individuación; y, además, porque toda composición,
entidad sin que incluya tal razón específica, ni la misma razón específica puede incluso de. razón, ~eb: ~ntenderse en la realidad tal como existe en acto; por
concebirse distintamente tal como existe en la realidad; más que contraída en esto se entlende mas facdm.ente la composición entre la razón genérica y la espe-
tal 0 tal otra entidad. Y de este modo fácilmente se evita el proceso hasta el infi- cifica que entre la especifica y la individual. Pero a pesar de esto no hay que
nito, como consta por lo dicho en el caso semejante del ente. negar aque?a com~osición metafísica del individuo, porque basta ~ara ella con
19. Pero esta manera de responder puede parecer poco conforme con el que la razon espec1fica pueda ser separada por la mente como no incluida en
modo común de pensar y de hablar de los filósofos, que explican esta contrac- dicha diferencia individual.
ción de la especie en los individuos por una composición metafísica. Y esto pa~ 20. Y, por ello, admitido este género de composición y de resolución del
rece que no sin razón se afirma comúnmente, porque tamp~o el género y la ~di~iduo, se responde e-? tercer lugar que no es menester proceder hasta ei
diferencia se distinguen en la cosa en que se unen, como abaJO mostraremos, y, m:finito; en efecto, la illlsma mente que concibe al individuo como compuesto
sin embargo, a causa de las diversas semejanzas y desemejanzas que se encuen- del ?"":ce~t~ objetivo de la especie y la diferencia individual, concibe la dife-
tran entre las diversas cosas, forma el entendimiento los diferentes conceptos de rencia mdiv1dual como enteramente simple e irresoluble, porque no la concibe
género y de diferencia, de los cuales uno no se. incluye ~n .el. otro; por co~si­ bajo el concepto d.e la especie, sino de la diferencia sólo, a cuyo concepto perte-
guiente, también puede hacer asi entre la especie ~ los n;'diVId':os, pues eXIste nece el ser a~go simple y no co:npuesto de una razón común y otra diferencia
casi la misma proporción de ellos entre si y la tmsma diferencia con respecto que la contra1ga. De modo parecido puede verse también en las mismas diferen-
al concepto de ente. Pues aquél es trascendente, y, por ello, no puede contraerse cias específicas o subalternas, pues lo sensible o lo racional formalmente no se
propiamente por modo de composición ni tampoco añadírsel~ nada conceptual- componen de otras diferencias, sino que por lo mismo que son razones de dife-
mente en lo que él mismo no esté incluido; pero, en cambio, el concepto de r~ncia, ~r sí m.ism~s ~~eren de las otras; por consiguiente, así hay que conce-
especie (igual que el de género) es de suyo ilimitado y no tra~cBD;dente, y,, p~ ello, bir las diferencias mdividuales, en las cuales, en este aspecto puecle _ad~ti_rs_e
no es preciso que quede incluido en todo concepto determmatlvo de SI m1smo; a~'Lt!el ffi()Qo de_ contraer al en,te hasta si mismas por simple determinación~ del
podrá, por tanto, contraerse por modo de composición, y, por. consiguie~:lte, p'= ,<;llll.Cepto, sin ninguna composición. y aquella razón de la diferencia individual
drá también el individuo resolverse en los conceptos de especie y de diferencia en cuanto puede ser conCebida como una razón real y comút:Í, será también corn~
individual pues aquélla no es hombre, ni Pedro, verbi gratia, sino la 'diferencia: trascen~ente a cada una de las diferencias individuales, porque no puede
que cont:ae al hombre y constituye a Pedro. Podrá decirse que existe también concebirse ?ada en., ellas que no. incluya tal razón, y, por lo mismo, aquella
diferencia entre el género y la especie, porque la razón genérica, no sólo en cuan- razón comun tambien se deterrmnará a cada una de las diferencias, no por
conceptu entis non sit proprie resolubilis coniunguntur, ut infra ostendemus, et ni-
hilominus propter varias conveniencias et lis faeta in mente, sed etiaro prout in re tiam individualem ut omnino simplicem et
in duos conceptus, sed sit tantum conceptus
simplex magis expressus et determinatus, disconvenientias, quae inter piures res ipsa existens potest mente prae¡5cindi et irresolubilem, quia non concipit illam sub
reperiuntur, intellectus diversos conceptus ratione distingui a differentia specifica, ut conceptu speciei, sed differentiae tantum,
quaro conceptus entis; sic ergo in praesenti
format generis et differentiae, quorum unus, infra videbimus; ratio autem specifica non de cuius ratione est ut sit simplex et non
dici potest conceptum individui non esse
proprie compositum et resolubilem in con- in alio non includitur; sic ergo facere etiam potest distingui etiam ratione a differentia composita ex ratione communi et alía dif-
potest inter speciem et individua; est enim individuali, nisj prout abstracta et univer- ferentia contrahente. Sicut videre licet in
ceptum alterius roodi, seu differentiae indi-
fere eadem proportio eoruro inter se, et idem salis facta in mente, quia ut in re existens
vidualis, sed esse solurn expressiorem con- non potest concipi nisi ut jncludens indivi- ipsis etiaro differentiis specificis vel sub-
ceptum ipsius naturae specificae prout in re discrirnen a conceptu entis. Nam ille est alternis; sensibile enim vel rationale for-
transcendens, et ideo non potest proprie duationem; et quia omnis compositio, etiam
existit in tali entitate, in qua nec concipi maliter non componuntur ex aliis differen-
potest talis entitas neque aliquid illius enti- contrahl per modum compositionis, neque secundum rationem, intelligi debet in re
prout actu existit, ideo facilius intelligitur tiis, sed hoc ipso quod sunt rationes dif-
tatis, quin talero specificam racionero inclu- aliquid ei secundum rationem addi in quo ferendi, seipsis ab aliis differunt; sic ergo
dat, neque ipsa ratio specifica potest, ut ille non includatur; at vero conceptus spe~ talis compositio inter rationem genericam
et specificam quaro inter specificam et concipiendae etjam sunt differentiae indivi-
in re existit, distincte concipi, nisi ut in ciei (sicut et conceptus generis) est ex se duales, in quibus quoad hoc potest admitti
limitatus et non transcendens, et ideo non individualem. Sed hoc non obstante non
tali vel tali entitate contracta. Et hac ratio- modus jlle determinandi ens ad seipsas per
~e faene -Vitatur--·-processus·--m
íiifuílt-um~ Ut est necesse Ut includatur in omni conceptu illa metaphyska compositio in-
quia ad illam satis est ut specifica sirnplicem determinationem conceptos abs-
constat ex dictis in siroili de ente. determinativo illius; poterit ergo per modum
compositionis contrahi, et consequenter pot- possit mente praescindi ut non inclusa que compositione. Et illa ratio differentiae
19. Sed videri potest hic respondendi in ista differentia individuali. individualis, quatenus ut realis et communis
modus parum consentaneus communi modo erit etiam individuum resolvi in conceptum
concipiendi et loquendi philosophorum, qui speciei et differentiae individualis; illa . 2~. Et ideo adroisso illo genere composi- ratio concipi potest, erit etiam veluti
enim non est horno, nec Petrus, verbi gra- ttoms et resolutionis individui, respondetur transcendens ad singulas differentias indivi-
hanc contractionem speciei ad individua tertio non oportere progre di in infinitum;
expJ_icant per modum metaphysicae compo- tia, sed differentia contrahens hominem .et duales, quia nihil in eis concipi poterit in
constituens Petrum. Dices etiam esse dif- nam eadem mens quae concipit individuum quo talis ratio non includatur, et ideo illa
sitionis. Et non sine ratione videtur hoc
ferentiam inter genus et speciem, quia ratio Ut compositum ex conceptu obiectivo speciei etiam ratio communis determinabitur- ad
communiter affirmari, quia etiam genus et et düferentia individuali, concipit differen-
differentia non distinguuntur in re in qua generica non solum ut abstracta et universa- singulas differentias, non per novam com-
586 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección 11 587

una nueva compostcwn, sino por la sit;~ple de~erminació~, del concepto más ex- -o especie angélica queda determinada esencial e intrínsecamente a este indivi-
preso y determinado, y asi cesa cualqmer ultenor resolucton y proceso. duo, y que, consiguientemente, este individuo no añade nada positivo y real,
21. Digo en cuarto lugar que el individuo, no sólo en las cosas materiales ni siquiera conceptualmente distinto, sobre la misma especie, sino solo la nega-
y en los accidentes, sino también en las sustancias inmateriales creadas y finitas dón de comunicabilidad a muchos semejantes, la cual conviene inmediatamente
añade algo cüllceptualmente distinto a la especie. ~xcluímos de es~a afirmación -a tal especie por razón de sí misma y sin adición de ninguna clase.
a la naturaleza divina, porque estando tan esencmlmente determmada a esta 23. Este parece ciertamente que fué el sentido de los autores que cité en la
naturaleza numérica que le repugne por .:ompleto multiplicarse según ella, no 'tercera sentencia, y lo mismo piensan los que niegan que los ángeles, siendo di-
es posible ni siqniera conceptualmente abstraer (obrando con verdad) la razón ierente.s sólo en número, puedan ser creados dentro de la misma especie, aun de
común de la deidad de tal deidad, pues por el solo hecho de abstraerse de este potencia, abso~uta, pues esto .no puede negársele a la divina potencia por ninguna
modo no se concibe la verdadera deidad, porque pertenece al verdadero concep- otra razon, smo porque se JUzga que repugna al intrínseco y esencial concepto
to de la deidad ser ésta en número y no otra, por requerirlo así su infinitud. .-de esa naturaleza. Y tal sentencia tiene fundamento en Santo Tomás, 1, q. 50,
y de aquí resulta, consiguientemente, que esta deidad individual no añade nada a. 4, y q. De Spiritualibus e~·eaturis, a. 8, y en el lib. II cont. Gent., c. 95,
ni siquiera conceptualmente a la razón de la verdadera deidad. Y, por ello, es y en el De Ente et Essentia, c. 5, donde mantiene lo mismo Cayetano en la q. 9 ·
justamente censurado Cayetano por haber dicho en I, q. 3, a. 3, y otros lugares que y Capréolo, en In II, dist. 3, q. 1, concl. 5, y el Abulense, Paradox. IV, c. 34.
Dios puede tomarse en cuanto significa lo concreto y como lo específico de la Y parece que s~ inclina mucho a ella Ar~stóteles en el libro XII de la Metafísica,
naturaleza divina; efectivamente, un concepto tal, verdaderamente común, re- texto 40; y Avicena, libro V de la Metafzs¡ca, c. 5.
pugna a la divinidad verdadera, de cuya esencia es ser esta naturaleza singular; . 2~.. Pero esta opinión. su~o.ne, en primer lugar, que la materia signada es
y, por ello, no es más factible concebir en un concepto común al verdadero prmCipiO adecuado de tal mdlVlduación, mediante la cual el individuo añade a
Dios y abstraerle de este Dios, que concebir asi a Pedro. la razón ~sp;cifica algo P?sitivo, .que puede llamarse individuación positiva; y
22. Y con esta excepción, que es singular y que conviene especialmente a esta supos1c10n en el refendo sentido, es falsa. La mayor es claramente evidente
Dios por razón de su inñnitud, se conñrma la conclusión establecida y la regla P?r los autores ~itados. Y s~ razón es manifiesta, pues no niegan tal individua-
CIÓn en las refendas sustancias por otra causa, sino porque carecen de mat~ria;
general contraria en todas las criaturas, aun cuando sean inmateri-ales. Se prueba
porque en cualquier sustancia inmaterial, individual y finita, por ejemplo, el luego sup~nen que la materia o por sí misma, o en cuanto signada
Arcángel Gabriel, concibe la mente no sólo a este individuo en cuanto que con- por l.a ~a:'tld~d es la ra!~ adecuada de tal individuación, de manera que por
·cibe a esta entidad numérica, sino también a su razón específica y esencial, que el prmc1p10 st la aftrmacwn es causa de afirmación, la negación es causa de ne-
no incluye esencialmente esta entidad numérica ni la positiva repugnancia de ,gación, infieren de la carencia de materia la carencia de dicha adición o indivi-
poder comunic-arse a otro individuo; luego, allí concibe la mente algo común -¿.uación. La proposición. menor s.e probará extensamente en la sección siguiente,
y algo que se le añade por la razón, de modo que quede determinado a este mcluso para las sustancias matenales. Pero, aun cuando cóncedamos que en las
individuo; luego, en cuanto a esto exclusivamente no hay diferencia entre las ~usta~cias materiales tal diferencia individual se toma de la materia, no puede
sustancias inmateriales y las otras cosas. Se dirá quizás que cualquier esencia mfenrse eficazmente que la materia sea el principio adecuado de aquella diferen-
cia en toda la extensión del ente creado, pues las diversas sustancias tienen diver-
positionem sed per simplicem determinatio- naturae divinae. Nam talis conceptus vere -sentiam seu speciem angelicam, essentialiter 24. Sed haec sentencia imprimis sup-
nem conceptus magis expressi et determina- communis repugnat verae divinitati, de cuius et ab intrinseco determinad ad hoc indivi- ponit materiam signatam esse adaequatum
ti, et ita cessat ulterior resolutio et pro- essentia est quod sit haec singularis natura, .duum, et consequenter hoc individuum nihil principium illius individuationis, in qua in-
·Cessus. et ideo non magis potes-t verus Deus com~ positivum reaJ.e, etiam ratione distinctum, dividuum addít aliquid positivum rationi
21. Dico quarto: individuum non solum muni conceptu concipi et abstrahi ab hoc addere supra ipsam speciem, sed solam ne- specificae, quae potest dici individuatio
in rebus materialibus et accidentibus, sed Deo quam Petrus. gationem communicabilítatis in plura simi- positiva; haec autem supposítio in praedic-
etiam in substantiis immaterialibus creatis 22. Ex hac vera exceptione, quae singu- lia,, quae immediate convenit tali s:Peciei, to sensu falsa est. Maior constat aperte ex
et finitis addit aliquid ratione distinctum laris est Deoque specialiter convenit prop- .rattone sui ipsms absque additione ulla. praedictis auctoribus. Et ratio eius est clara
supra speciem. Excludimus ab hac conclu- ter infinitatem eius, confirmatur conclusio 23. Hic sane videtur fuisse sensus auc- quía non ob aliam causam negant huiusmodi
sione divinam naturam, quía cum illa sit posita et generalls regula contraria in om~ torum quos citavi in tertia sententia, et individuationem in praedictis substantiis
essentialiter ita determinata ad hanc numero nibus creaturis, etiamsi immateriales sint. ídem sentiunt qui negant angelos solo nisi quía, materia carent; ergo supponun~
naturam; ut omnino ei repugnet secundum Probatur, quía in qualibet substantia im- numero differentes posse intra eamdem spe- materiam vel secundum se vel ut signatam
·eam multiplicari, non potest etiam secundum materiali individua et finita, verbi gratia} ciem creari, etiam de potentia absoluta; non quantitate esse adaequatam radicem talis

t~-f.erum~~·~[~~a~li:~a;~ratione
rationem (si vera sit) abstrahi communis Gabriele Archangelo, concipit mens et hoc ÍJ?-divi~uationis, ut ex illo principio: Si af-
potest
nis\ quia hoc denegari
existimatur esse divinae
contra
ratio deitatis a tali deitate; nam, hoc ipso individuum, quatenus concipit hanc numero /trmatw est causa affirmationis, negatio est
"Quod siC- abStraliitüt~----non t<:in:dpüur vera entitatem, et rationem essentialem et et essentialem rationem talis causa negationis inferant ex carentia mate-
deitas, quía de vera conceptu deitatis est cificam eius, quae non includit naturae. Habet autem illa sententia funda- riae carentiam praedictae additionis seu
ut sit haec numero, et non alia; quía hoc hanc numero entitatem nec positivam re- mentum in D. Thoma, I, q. 50, a. 4, et individuationis. Minar vero propositio pro-
Tequirit eius infinitas. Et hinc consequen- pugnantiam ut conununicari possit alteri Quaest. de Spiritualibus creaturis, a. 8, et babitur late sectione sequenti, etiam in
ter fit ut haec :i,ndividua deitas nihil etiam individuo; ergo ibi concipit mens aliquid li cont. Gentes, c. 95, de Ente et essentia, substantüs materialibus. Sed quamvis dare~
secundum rationem addat supra conceptum commune et aliquid quod secundum ratio-- e, 5, ubi Caiet. ¡¿ tenet, q. 9; et Capreol., mus in materialibus substantiis huiusmodi
·verae deitatis. Unde merito reprehenditur nem ei additur ut ad hoc individuum deter- ln II, díst. 3, q. 1, concl. 5; et Abulens., individualem. differentiam sumi a materia,
Caietanus, eo quod I, q. 3, a. 3, et aliis minetur; ergo quoad hoc praecise non est ' Paradox. IV, c. 34. Et videtur mul,tum fa- non posset efficaciter inferri materiam esse
locis, dixerit Deum uno modo sumi pos~ differentia ínter substancias jmmateriales et ve~e Arist., XII Metaph., text. 40; et adaequatum principium illius differentiae
·se ut significat concretum, quasi specificum alias res. Dicetur fortasse quamlibet es- Av1cen., V Metaph., c. S. in tota latitudine entis creati; habent enim
---- ----~------

588 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.~Sección JI 589


~ --- --------------~

sos princ1p10s acomod3.dos a sus propias naturalezas, y t;o puede, establecerse especie, porque siendo abstracta y estando separada de la materia, no tiene por
un argumento suficiente para las cosas de un orden supertor, apoyandose en el dónde quedar limitada, y, por ello, no puede multiplicarse dentro de la misma
modo de composición o de individuación hallado en las cosas externas; de lo especie. Pero tal infinitud no sólo se afirma sin fundamento suficiente, sino que
contrario con el mismo motivo podría alguno negar que se dé en los ángeles .apenas puede explicarse en C¡ué consiste, si no es cometiendo una petición de
composición metafísica de género y diferencia, porque en los seres materiales el principio.
género se toma de la materia y la diferencia de la forma, lo cual muchos pretenden 26. Pregunto, por consiguiente, si tal infinitud es intensiva o extensiva. Lo
que ha de entenderse con toda propiedad. Igualmen~e~ con la ~sma facilida~ primero no puede afirmarse, porque toda la perfección intensiva de tal ángel
podría alguno decir que en los cuerpos celestes el mdiv1duo no anade ~ada posi- queda contenida dentro del determinado grado y límite de tal especie, en la cual
tivo a la especie, ni siquiera distinto conceptualmente, o porque no tienen ma- no hay ninguna formal infinitud intensiva, a no ser que se le llame infinita bajo
teria, como pensó Averroes, o ciertamente porque tienen materia de otra clase. algún aspecto, porque puede contener en si las especies de orden inferior sin-
Pues si es verdad que en las cosas inferiores_ la materia es la única raíz de la categoremáticamente infinitas, cosa que, sin embargv, no indica infinitud sino
diferencia individual, podemos atribuir esto únicamente a esta materia inferior, una cierta perfección de orden superior, por lo cual puede ser común a las espe-
pues acerca de la superior no podemos colegir con ninguna razón suficiente si cies de las cosas materiales, como se ve claro en la especie humana, bajo la que
tal cosa le conviene también, puesto que es de distinta clase. Dirán qmzas que pueden multiplicarse infinitamente las especies de los brutos. Por consiguiente,
aquella materia subyace bajo una cantidad de la misma clase, y que esto basta esta clase de perfección o de infinitud no tiene nada que ver con la cuestión de
para que sea un principio de la misma clase de individuación. Pero esto no sa- q~e tra~am.o~, ni puede tampoco se.r ~a razón por la que una especie sea por sí
tisface, pues, como mostraré después, la cantidad, siendo accidente, no puede mtsma mdtvtdual y no pueda multiplicarse en los individuos. Más aún: incluso
entrar, de ningún modo, en el principio de individuación de las sustancias. Por si admitiéramos aquella infinitud intensiva, verdadera y formal, en algún grado
consiguiente, las sustancias de orden superior pueden convenir en la composición limitado intrinsecamente, no se seguida que tal perfección no pudiese encontrarse
metafísica con las de orden inferior, y tener el principio de ello de un modo en muchos individuos semejantes, ya que esto no guarda una necesaria conexión
más simple y perfecto. Y así de la negación de la materia no puede sacarse un con aquello. Del mismo modo que, aunque se diera una gracia infinita en inten-
argumento eficaz. sidad en el alma de Cristo, por ejemplo, no se deduce de ello que no pudiesen
25. En segundo lugar, pues, vuelvo a la razón iniciada; en efecto, del he- darse otras cualidades de gracias, sean finitas o infinitas, distintas numéricamen-
cho de que la divina naturaleza incluya esencialmente su individuación positiva te. Y este argumento explica también que aquella infinitud intensiva propia y
y la incomunicabilidad respecto de los inferiores, se origina precisamente que formal no puede darse más en las sustancias que en los accidentes.
repugne a su infinitud tal multiplicación, pues toda sustancia inmaterial creada es 27. En cambio, si se trata de infinitud extensiva, en primer lugar se comete
finita; luego no hay motivo para que le repugne tener otra esencia enteramente una petición de principio, porque tal extensión no es otra .cosa que la multipli-
semejante y, sin embargo, realmente distinta en su entidad. Puede responderse cación de los individuos en dicha especie. Además, lo que se afirma envuelve una
que aunque la sustancia espiritual sea a\>solutamente finita en el género de ente, .contradicción, pues aquel individuo, formalmente y en si, es uno solamente;
es, sin embargo, infinita en su especie y tiene toda la perfección posible en su ¿cómo puede, por tanto, contener en si una infinitud extensiva, que consiste
en la sola multiplicación de los individuos? Podrá decirse que la contiene virtual-
diversae substantiae diversa principia suis principium eiusdem modi individuationis.
naturls accommodata, neque ex modo com- Sed hoc non satisfacit; nam, ut infra osten-. tracta et separata a materia_, non habet unde viduis multiplicari. Immo etiam si admit-
posltionis aut individuationis in rebus ex- dam, quantitas, cum sit accidens, nullo modo limitetur, et ideo intra illam speciem mul- teremus illam infinítatem intensivam, veram
terioribus invento potest sufficiens a.rgumen- potest ingredi principium individuationis tiplicarl non potest. Sed huiusmodi infinitas, et formalem, in allquo limitato gradu intrin-
tum sumí ad res superioris rationis; alioqui substantiarum. lgitur substantiae superioris et sine sufficienti fundamento asseritur_, et sece, non sequitur talem perfectionem non
eadem ratione posset quis negare dari in ordinis possunt in compositione metaphysica vix potest declarad in quo consistat, nisi posse in multis similibus individuis reperiri,
angelis compositionem metaphysicam ex ge- conv'enire cum substantiis inferioris ordinis, petendo principium. quia hoc non habet necessariam connexio-
nere et differentia, quia in rebus materiali- et habere principium illius simpliciori et 26. Interrogo ergo an haec infinitas in- nem cum illo. Ut, quamvis daretur gratia
bus genus sumitur a materia et differentia perfectiori modo. Atque ita ex negatione tensiva sit vel extensiva. Primum dici non infinite intensa in anima Christi Domini,
a forma, quod multi volunt esse cum pro- materiae non potest fieri argumentum ef- potest, tum quía tota perfectio intensiva verbi gratia_, non propterea sequitur non pos-
prietate intelligendum. Item eadem facilitate ficax. talis angeli continetur intra certum gra- se dari alias qualitates gratiae numero di-
posset quis dicere in corporibus coelestibus 25. Deirlde redeo ad radonem inchoa- dum et lirnitem talls speciei, in qua nulla stinctae, sive finitas sive infinitas. Quod
non addere individuum supra speciem ali- tam; nam, quod divina natura essentialiter est formalis infinitas intensiva; nisí forte argumentum etiam declarat infinitatem illam
quid positivum, etiam ratione distinctum, includat individuationem suam positivam dicatur infinita secundum quid, quia potest intensívam propriam et formalem non magis
vel quia non habent materiam, ut existima- et incommunicabilitatem respectu inferio- sub se continere species inferioris ordinis posse dari in substantiis quam in acciden-
vit Avei:roes, -vel·-certe--·-quía hao·enf'iiíateriam rum, ex ·eo praecise provenit quod in:finitati infinitas, quod tamen non tibus.
alterius rationis. Nam si verum est in his eius repugnat talis multipllcatio; omnis au- sed perfectionem quam- 27. Si vero sit sermo de infinitate ex-
rebus inferioribus materiam esse unicam tem substantia immaterialis creata finita est; unde hoc commune tensiva, primo petitur principium, quia haec
radicem differentiae individualis, solum pos- ergo non est cur ei repugnet habere aliarn esse potest rerum materialium_, ut extensio non est aliud quam multiplicarlo
sumus nos id attribuere huic materiae in- omnino similem essentiam, distinctam ta- patet in specie humana, sub qua species individuorum in ea specie. Deinde id quod
feriori; nam de superiori .nulla sufficienti men realiter in entitate. Responded potest, brutorum in infinitum multiplicari possunt. dicitur, repugnantiam involvit; nam illud
ratione possumus colligere an hoc etiam ei quamvis substanti.a spiritualis sit finita sim- ~oc ergo perfectiorús seu infinitatis genus individuum formaliter et in se unum tantum
conveniat, cum sit diversae rationis. Dicent pliciter in genere entis, esse tamen infinitam nil refert ad quaestionem de qua agimus, est; quomodo ergo potest infinitatem exten-
fortasse illam materiam subiacere quantitati in specie sua habereque totam perfectionem nec potest esse ratio oh quam species aliqua sivam in se continere, quae in sola multipli-
eiusdem rationis, et hoc satis esse ut sit possibilem in sua specie, quía cum sit abs.. per sese individua sit et non possit in indi- catione individuorum consistit? Dices con-
590 Disputaciones metafísicas: Disputación quinta.-Secci6n 11 sn
mente, no formalmente. Pero no puede explicarse en qué consiste esta infinitud material .todo aque~o que la contr?e. y determina a tal entidad, así, dos ángeles
o continencia virtual, o en qué se funda, ya que no consiste en la infinitud inten- d~ la IIDSma espec1~, .aunque se distmgan como dos formas íntegras, puede de-
siva de tal naturaleza, ni puede fundarse en ella, como ha sido probado ya; por cirse que no ~e . distinguen formalmente, sino material o entitativamente, del
consiguiente, no puede encontrarse ninguna razón por la cual repugne a la per- modo que se d1stmguen entre sí dos almas racionales.
fección de tal naturaleza comunicarse con muchos individuos semejantes en per- 29. Y ~al seiltenc!a puede ~rimeramente confirmarse con este ejemplo, pues
fección esencial. Por tanto, semejantes sustancias, aunque separadas de la mate- e~ alma racmnal, cons1dera_da .fí.slcamente, es tamb.itén una entidad simple y espi-
ria, son simplemente finitas. Ni tampoco es preciso que tengan la limitación de ntual, Y con todo no e~ mdiv1dual por su razón esencial, sino que añade algo
parte de la materia propiamente dicha (sea cualquiera la opiuión que se tenga en conceptualmente. Pero d1cen que el alma racional tiene una relación trascenden-
este punto acerca de las formas materiales), sino por la propia diferencia, o por tal ~1 :uerpo, Y que, por ello, se individualiza. Ahora bien: esto, en primer lugar,
sí y por su propia entidad, o porque tienen tal ser recibido, o finalmente, por- es U:~lerto, pues tal vez sea t~n verdadero que esta alma dice precisamente tal
que existen en tal supuesto por su propia naturaleza; por consiguiente, de la in..:. relac;on al cuerpo ~orque es esta concretamente, como lo contrario. y además,
fiuitud no puede tomarse ningún motivo por virtud del cual semejantes natura- s7 diga lo que se d1ga de esto, para el caso presente poco importa, pues propor-
lezas inmateriales sean esencialmente individuas e incomunicables. .r""--. c;onalmente ~uede tm;narse el m1smo argumento; en efecto, el alma racional, que
28. Puede decirse de otro modo que se toma la razón suficiente de sola la ?e~e . su ~~zon esl?ecifica con una relación trascendental al cuerpo, no tiene la
inmaterialidad. Porque las cosas que carecen de materia no pueden multipliCaÍSe mdiv1duac10n. prec1sam:?te por dicho c~rácter, sino por una adición conceptual,
tnflterialmente, como es evidente por sí; por consiguiente, sólo formalmente y por la cu~, dicha relac10n queda determmada a tal cuerpo precisamente, 0 mejor
esencial o específicamente; luego no individualmente o según la multiplicidad a tal .relac10n. al c?erpo; ~uego, en la ~is~a proporción, la sustancia del ángel,
numérica, porque ésta es la multiplicación material. Pero incluso esta razón, si ~u~ :1ene una ~azon esencial, abso~uta sm nmguna relación trascendental, no será
se toman en su propio sentido las palabras formalmente y materialmente en el mdiv1dual en v1rtud de ~qu_ella, smo por algo proporcionado a aquélla que con-
primer antecedente, es insuficiente y comete petición de principio; incluye, efec- cep?'almente ~e. le ha anad1do. Y un argumento parecido puede tomarse de los
tivamente, la conclusión misma en la razón, es decir, o que la distinción numé- accidentes esp1nt~mles, en _los cua:es el in~~viduo añade algo a la especie no sólo
rica se toma de la materia, o que es lo mismo diferir numéricamente que diferir en orden a los ~versos su¡etos, s1?0 tamb1en respecto del mismo; por ello, pues
materialmente. A pesar de que en las cosas materiales esto tenga algo de verdad, pueden es.to~ accidentes con relación al mismo sujetn, distinguirse numéricamen~
que después examinaremos, sin embargo, no puede tomarse de allí un argumento te y multiplicarse,. al menos, sucesivamente, como se ve claramente en los diver~
suficiente para las cosas inmateriales. Por consiguiente, la distinción individual sos actos de la m1sma clase en el m~smo intelecto angélico; por consiguiente, si
tiene mayor extensión que la diferencia material, tomada en dicho sentido, ya que en a9uellos _act?s. se encuentra la misma razón específica espiritual contraíble a
~os .~versos mdivtduos, no por los diversos sujetos, sino por las· diversas diferencias
diferir numéricamente es sólo distinguirse en las propias entidades con conve-
~div1duales. en orde~. a1 mismo sujeto, ¿por qué no podrá la misma razón especí-
niencia y semejanza en la razón esencial íntegra, lo cual puede ser común tanto a
fica sus:ancml y espmtu~l contraerse del mismo modo por diferencias individuales
las cosas espirituales como a las corporales. Por lo cual, si material y formal se proporc10nadas a ella? Ciertamente, no puede darse ninguna razón que sea suficien-
toman con mayor extensión, en cuanto formal dice la razón esencial abstracta, y
praecisaro, materiale vera quidquid illam aliq~a secundum rationero, per quam illa
tinere virtualiter, non formaliter. Sed expli~ ter roultiplícari, ut per se constat; ergo so- contrahit et deterroinat ad talem entitatem
luro formaliter et essentialiter se u specifice; ha~ltudo determinatur ad tale corpus, vel'
cari non potest in quo consistat haec s~c . duo angeli eiusdem speciei, quarovi~ potms ad talero ha.bitudinem ad corpus;
virtualis infinitas seu continentia aut in ergo non individualíter seu secundum nu~ distm~a_ntur ut .d:me ~orroae integrae, pos~
mericam roultiplicationero, quia haec est ergo eadem p~oportrone, substantia angeli,
quo fundetur, curo non consistat in infinitate s~t _dlc1 non dlstmgw fonnaliter sed ma~ quae habet ratlonem essentialem absolutam
intensiva talis naturae, neque in ea fundari roaterialis roultiplicatio. Sed haec etiam ~enaliter seu entitative, sicut distinguuntur
ratio, si verba materialiter et forrnnliter pro- absque transcendentali habitudine non erit
possit, ut probatum est; nulla ergo asignatur mter se duae animae racionales. individua ex vi illius, sed ex alicluo addito
ratio ob quaro perfectioni talis naturae re~ prie sumuntur in primo antecedente, insuf- 2~. Et hoc exe~plo potest primo confir~ s~c1.;mdum rationem proportionato illi. Et
pugnet coromunicari multis individuis in ficiens est et principiuro petit; nam con~ marr haec sententm; nam anima rationalis
clusionero ipsaro in ratione sumit, nimirum, Simlle argumentum sumi potest ab acciden-
essentiali perfeccione siroilibus. Huiusmodi physice :o.nsid~rata etiaro est siroplex enti- tibus spiritualibus, in quibus individuuro
ergo substantiae, quarovis abstractae a ma- vel distinctionero numericam suroi ex mate- tas et spmtualis, et tamen non est individua
ria, vel ídem esse differre numero quod dif~ addit aliqu..id supra speciem, non solum in
teria, simpliciter finitae sunt. Neque enim ex. ratione e~sentiali, sed aliquid secundum ordine ad diversa subiecta, sed etiaro re~
oportet ut llroitationero habeant a materia ferre materialíter. Esto enim in rebus mate- ratlonero addit. Sed dicunt animaro rationa- spe~tu :iusdem; ideo enim possunt haec
proprie dicta (quidquid quoad hoc sit de rialibus haec habeant aliquaro veritatem, habere transcendentalem habitudinero
quod postea examinabimus, taroen inde non acc1dent1a respectu eiusdero subiecti numero
materialibus fo.rmis), sed ex propria dif- et inde indlviduari. Sed hoc distingui et roultiplicari, saltero successive
potest sufficiens argumentum sumí ad im-
ferentia, vel ex se et ex propria entitate,
materialia. Distinctio ergo individualis 1_atius
est incertum, naro fortasse tam ut patet de diversis actibus eíusdero rationi~
aut quia habent tale esse recepturo, aut de~ trer~ ~st hanc aniroam ¡deo dicere talem ~n. eod~m intellectu angelico; si ergo in
nique quia natura sua in tall supposito exis~ patet quam materialis differentia dicto modo habrtudinem ad corpus, quia talis ipsa est 1~s. act1_bus reperitur eadem ratio specifica
tunt; igitur ex infinitate nulla ratio sumí suropta; differre eniro numero solum est e converso. Et deinde quidquid d~ spmtuahs contrahibilis ad diversa individua
potest oh quaro huiusroodi natura¡¡: inunate~ distingui in propriis entitatibus cum conve-
nientia et siroilitudine in ¡ntegra ratione
ad praesens non refert, naro idem non ex diversis subiectis, sed ex diversi~
riales essentialiter sint individuae et incoro~ ar¡run1en,twn proportionale sumí potest · differentiis individualibus in ordine ad idem
municabiles. essentiali; quod coromune esse potest tam . rationalis, quae habet suaro spe:
rebus spiritualibus quam corporalibus. Un- subiectum, cur non poterit eadero ratio
28. Dici aliter potest ex sola immateria- . rat10nero cum habitudine transcen- specifica substantialis et spiritualis siroiliter
litate sumí sufficientem rationero. Quia res de si materiale et formale latius sumantur, ad corpus, non habet indlviduatio~
prout formale dicit rationem essentialem contrahi per differentias individuales sibi
quae carent materia, non possunt materiali~ ex vi illius praecise, sed ex addltione proportionatas? Certe nulla potest reddi
Disputación quinta.-Sección~l:_l__________________:5~93
592 Disputaciones metafísicas
tal, repugna abstraerla de este individuo y convertirla en comunicable o indife-
te. Y argumentos parecidos pueden tomarse de las otras entidades simples, que rente, por9ue esta misma abstracción va- en contra de su naturaleza y esencia, como
por si mismas pueden distinguirse en número, como son dos materias o dos can- consta evidentemente en la naturaleza divina. Por consiguiente, se dirá con más
tidades, tal como veremos con más extensión en la sección siguiente. verdad y consecuencia que igual que en las sustancias inmateriales se dan verda-
30. Finalmente, sin causa se limita la potencia divina de modo que no deras y propias especies, así también se da el individuo:, que añade algo a la
pueda crear varios ángeles semejantes en esencia y especie, o si hubiera querido ani- especie según la razón, y, por consiguiente, que pueden d.arse varios individuos
quilar a los ángeles malos, no habría podido crear otros semejantes, cosa que por sí sem~jantes. Ahora bien: si se dan de hecho, y qué es lo más conforme con la
misma es increíble; y, por ello, casi todos los restantes teólogos, en In ll, dist. 3, Escntura y los Padres, pertenece a las disputaciones teológicas.
enseñan que puede hacerse. Escoto, en la q. 7; Durando, en la q. 3; Gabriel
en la q. 1, y otros; y Marsil., en In Il, q. 3, a. 3; Alejandro de Hales, ll,
q. 20, miembro último, a. 2, y en el libro VII de la Metaph., text. 41; y el Fe- Respuesta a los fundmnentos de las demás opiniones
rrariense, tomándolo de Santo Tomás, cont. Gentes, II, c. 93, dice que no @ Al fundamento de la primera opinión se responde que todas aquellas
repugna en potencia absoluta tal distinción numérica de las sustancias espiritua- cosas que se enumeran en el primer argumento indican solamente que la natura-
les, aunque niega que exista en el orden natural de las cosas; y se inclina a tez~ 7specífica ~ce un concepto objetivo ~~scinc!_~--~Q~~epD:Jalmen_te <1~ JQs
ella Santo Tomás en el Opúsculo 16, cap. último, donde extensamente explica ind1v1duos, y q!!~:.L.~_gp._!~ari"ª-~nte, eL il~dividuo añad_~ ·ª¡g_Q_ J:iiH.i!lJQ~coflC_ept_lJ~~l­
que la sustancia inmaterial es una numéricamente singular e individual, porque men~e ¡¡ _lil_ naturªl~z~_ -, C;!_~pec!ª-~a. En efecto, la ciencia humana versa -Sóbre las
de suyo no puede naturalmente ser participada por muchos; añade, sin embargo, SQ~-~~-~ncebidas. universa_!l!l~º_r~_,___ g~_~tl~~~uJlleS :~ttfltaii'JñiieCfiatiñl_egteJas·-d~fini-
que es propio de ingenio tardo deducir de ahí qne no pueda ser multiplicada go~~9iino·stiáCIOiies; Y.-ll~J:ª~~tº-·--·Rª"~t~L_@1L ..Q_1l~---P!l.Gd;n_~~r__ ~b_S'rr3.idRS. CO"ll-
por Dios. Pero sea lo que fuere de este modo de expresarse -si esto se ha de ~~2:!~~~e~e, ~unque, en la rea~9-~_tb __!l_Q __ ~~---cj_~n._.§~P~~das. Esto es e\r1den!é j)or
decir posible por potencia absoluta o natural, u Ordinaria, que quizás es sólo lo dtcho s.oOre el concepto de ente, acerca del cual se da una ciencia y se hacen
cuestión de nombre-, con todo, de cualquier modo que sea ello posible, se d~mostracmnes, aunque const; que, en la realidad, no está separado de las pro-
concluye suficientemente que la sustancia inmaterial no es individual en virtud pias rawnes de los entes, smo que se abstrae solamente según la razón. Por
de su razón esencial específica, pues si fuese así, implicaría una contradicción ello, tambiéJ? . esta distinción. ?asta -para aquellas locuciones causales : porque el
que tal sustancia se multiplicase individualmente, como la implica que el mismo hombre es r1s1ble, Pedro es rmble, ya que en ellas no se da una causa real y física
individuo se multiplique numéricamente. Con lo cual también, de paso, se ve que mtervenga entre Pedro y risible, sino que se explica la razón adecuada y el
que desconocen el sentido propio de la palabra los que dicen que en las natu- origen de aquella propiedad.
ralezas angélicas se da un concepto objetivo verdaderamente específico y lógica- 32. A lo segundo se responde que en tales argumentos (como noté arriba
mente _,así dicen,........,. universal, y que, con todo, aquella naturaleza es por sí misma tratando del concepto de ente) se comete fácilmente equivocación argumentando
tan incomunicable que implica contradicción que esté en varios individuos dis- d_es~e. nuestro modo de concebir y según el uso corriente de las palabras con que
tintos sólo numéricamente. Esto es abiertamente contradictorio, pues si tal natu- s1gnif1camos las cosas tal y como son concebidas por nosotros hasta las cosas mis-
raleza no puede estar de ningún modo en muchos individuos, se debe a que de suyO mas tal y como son en sí, e infiriendo la distinción real de la distinción de razón
y por su propio concepto esencial es de este modo incomunic-able; luego, si es '
incommunicabilis; ergo, si talis est, repugnat Nam scientia humana est de rebus universe
sufficiens ratio. Atque similia argumenta su- participad a multis; subdit tamen rudis illam abstrahere ab hoc individuo et reddere conceptis, de quibus immediate sunt defini-
mi possunt ex aliis entitatibus simplicibus, esse ingenii inde colligere non posse a communicabilem seu indifferentem, quia ciones et demonstrationes; et ad hoc satis
quae ex se ipsis possunt numero distingui, Deo multipijcari. Sed quidquid sit de hoc haec eadem abstraerlo est contra eius natu- est ut secundum rationem possint abstrahi,
ut sunt duae materiae vel duae quantitates, modo loquendi, an hoc sit dicendum posN ram et essentiam, sicut constat aperte in quamvis in re ipsa non separentur. Quod
ut videbimus Jatius sectione sequenti. sibile de potentia absoluta vel naturali seu natura divina. Verius ergo magisque conse- patet ex dictis de conceptu entis, de quo
30. Denique sine causa limitatur divina ordinaria, quod fortasse est quaestio de no- quenter dicitur, sicut in substantiis dm- datlllr scientia, et fiunt demonstrationels,
potentia ut non possit piures angelos creare mine, tamen, quacumque ratione id sit pos- materialibus dantur verae ac propriae spe- quamvis constet reipsa non esse praecisum
símiles in essentia et specie, aut si annihilare sibile, sufficienter concluditur substantiam cies, ita etiam dari individuum, quod aH- a propriis rationibus entium, sed tantum
voluisset malos angelos, non potuisset alios immaterialem non esse individuam ex vi quid secundum rationem addat supra secundum rationem abstrahi. Unde haec
similes creare, quod certe per sese incredibi- suae rationis essentialis et specificae; nam speciem, et consequenter posse etiam dari etiam distinctio satis est ad illas causales
le est; et ideo reliqui fere theologi, In II, si hoc haberet, implicaret contradictionem plura similia individua. An vero de facto locuciones : quia horno est risibilis, Petrus
dist. 3, docent id fieri posse a Deo. Scotus, talem substantiam individualiter multiplicari, dentur, et quid in hoc sit magis consenta- est risibilis; quia :i,n iis non datur causa
q. 7; Durand., q. 3; Gabr., q. 1, et alii; et sicut implicat idem individuum numerice neum Scripturis et Patribus, ad theologicas realis et physica quae intercedat inter
multiplicari. Unde etiam obiter constat pertinet disputaciones. Petrum et risibilem, sed explicatur adaequa-
Marsil., ln _U, ___ _q, __ 3, J:t_, _3; _Al?.:!I:.RIJ.d. 1\le:ns._,
II p., q. 20_, memb. ult., a. 2, et VII Metaph., priam vocem ignorare qui dicunt in ta ratio et origo illius proprietatis.
text. 41; et ex Thoma, Ferr., II cont. ris angelicis dari conceptum obiectivum vere Satisfit fundamentis aliarum opinionum 32. Ad secundum respondetur in huius-
Gent., 93, dicit non repugnare de potentia specificum et logice (ut aiunt) universalem, 31. Ad fundamentum primae sententiae modi argurnentis (quod supra notavi trac-
absoluta huiusmodi distinctionem numeri- et tamen illam naturam esse ex se ita incom- respondetur illa omnia quae in primo argu- tando de conceptu entis) facile committi ae-
cam substantiarum spirituaJium, quamvis municabilem, ut implicet contradictionem mento numerantur solum indicare naturam quivocationem argumentando ex modo con-
neget esse secundum ordinem naturalem esse in pluribus individuis solo numero di- specificam dicere conceptum obiectivum se- cipiendi nostro et ex usu verborum quibus
rerum; et favet D. Thom., Opuse. 16, stinctis; est enim haec aperta repugnancia; cundum rationem praeci!;>um ab individuis, significamus res ut a nobis conceptas ad res
capite ultimo, ubi late docet substantiam nam, si illa natura non potest ullo modo atque e contrario indlviduum aUquid ratione ipsas prout in se sunt, distinctionem rerum
immaterialem esse unam numero singularem esse in multis individuis, ideo est quia ex_ distinctum addere supra naturam specificam. ex distinctione secundum rationem colligen-
atque individuam, quia ex se non est nata se et ex proprio conceptu essentiali est ita
38
Dispu~aciones metafísicas Disputación quinta.-Sección II:___ _
594 --------------:----:-____._ -----=595
fal S onde por consiguiente, que el hombre sig- primer sentido, seria verdad que Pedro y Pablo diferirían esencialmente, según la
lo cual es un arg~ento so. _~ respdi e ci incluye en su razón esencial ninguna
cual significación negamos que ~n Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
nificado y concebtdo en cuanto ta ' no t e acertadamente prueba. y- e~ claf2,_].Qr-

qtJ~~f-Q!lc;~ptualme~te
de esta clase,_p_l:l!;..e....co
P=
diferencia individual, como. e~ aJe~;d~s aquellas, y mediant<O-var.ias ...diferencias
~-Y df:iefinin~sonf,{;ptUalmente._],~QLJ._Q___~~.l?''"_.se
~~b,;- añadiL!!)gQ:.J±ue_es!Lfu.era-<k_k es!'!lCUL-<Ie~
concluye rec;tamente que.._se_ ·· · -· ..--- · 1 . · . ... con todo ¡¡ue de alh
IÍ---- -b - --·-; Cj)ncebido para que se haga SillKlJ.tJJ',___m_ego, _______ b _____ -~-- dif-----~
difieran esencialmente, porque ni tienen diferencia esencial, ni distinción de
esencias. Pero, según el otro modo, es decir, según la precisión conceptual, se
dice que está fuera de la esencia del concepto objetivo todo aquello sin lo cual
puede salvarse el concepto de tal noción; y de este modo no es preciso que
aquello que se dice que está fuera de la esencia sea naturalmente distinto de lo
~~; __ r_s: ___ as_t_;_ . ·, , __ 1 entr~ ·-¡a-·nattiraféZi_ comP_n deJ_ hQm ____re___ y ~-~-- .--- e_rent::_~a: otro, sino que basta con que se distinga conceptualmente, ya que aquella misma
se s1ga la disuncwn rea ···· · · ··h ------·n-o se... halla en la realidad .tan .umversal
• d' 'd. al rque la natura1eza umana --e~-----------·---· ---- -- palabra fuera no significa estar absolutamente fuera de la realidad, sino estar fue-
~11 tvt u _, __ pQ_. ---------- ---- --·;b--- T-·en:tt~ll-cli"miento.- y cuando se afirma que 1o que
ra del concepto, o estar fuera de la realidad en cuanto concebida.
Y_g!:l_~!rac(a__ c;Qmo.. la __conci _e e~---eStá lU"era-·a:e-la esencia se distinguen realmente·
pertenece a la esencm y lo q~ ue responder que de dos manera~ se puede 33. Por lo cual, a la confirmación hay que responder casi con idéntica dis-
y no sólo conceptuai;nente, lay q . De nn modo según la realidad, o sea, tincmn, pues en la realidad el hombre no se constituye como hombre en abstrae~
entender que algo este fu~ra. de 1~ esenc:~ están en la' realidad; de otro, según to, ni como separado en si mismo, sino que se constituye como Pedro, Pablo,
consid~rando las cosas m.lsmas ta :~~ue en la realidad no estén separados. Se- Francisco; por lo cual, en cada uno de ellos queda constituído el hombre por lo
la razon que separa uno del otro, b t do en las cosas finitas ' que cuanto mismo que Pedro; ni hay en la realidad algo verdaderamente uno, constitutivo
gún el primer modo es verdadl-so re. odebe distingm'rse de ella realmente, del hombre que realmente sea común, sino. que hay varios constitutivos de cada
1' d d está fuera de a esencia . . uno de los hombres, en los cuales se dice que está la razón común fundamental-
en 1a rea 1 a d d . e estf.: fuera de la esencm; sm em~
porque, de otro modo, no ~ue e . _ecirSe qu r d~ Pedro 0 de Pablo esté de tal mente, a causa de la conveniencia y semejanza que tienen entre si, como tratare-
bargo, niego que la dife;en~I~ ~di~~eua~o,:;ogeristente en la realidad; en efecto, mos con más amplitud en la disputación siguiente. En cambio, según la razón,
modo fuera de 1~ esencm e lido~ -'s que en Pedro, Pablo, etc., y en cada uno- igual que se concibe como abstracto al hombre universal, así se entiende también
el hom~re ~o exts~e en la rea a ~~teneciente a la esencia del hombre, como- .que tiene su adecuado y común constitutivo; de lo cual, sin embargo, sólo puede
la propm d1ferenc1.a suya es ,al~o P de allí se sigue que el hombre en concluirse que -aquello es conceptualmente distinto de las diferencias singulares,
existente en el mtsmo. Pod;a ecuse que d Pablo no tienen la misma que constituyen especialmente a los individuos. A lo tercero se responde que
Pedro. y Pablo difiere esencm~::~~e,lao ~i~~:~e~fm~nte, pero que, sin embargo, por lo dicho sobre el concepto de ente, consta que tales argumentos no prueban
esencia. Se _responde que : 1 realidad nn es otra cosa que tenerla: la distinción ex natura reí; y lo mismo mDstraremos acerca de las naturalezas uni-
versales e inferiores en la disputación siguiente .
tienen la mtsma concept~; . ente, q~~nnt:" expresado asi, no significa sólo la
semejante; y porque "di er~r ese.ncta ~ nie' a también la esencial semejanza y 34. Al primer argumento de la segunda opinión se responde que prueba
real di~tin~ión de las. e~encias, smo h~l~.rn.idaJ conceptual de la esencia, p~r ello acertadamente que la cosa no se hace singular por una adiCión de realidad, o de
convernencm, y, constgmentemente, d'fi esencialmente las cosas que difieren un modo realmente distinto de la naturaleza que se dice que se ha hecho singu-
no se conc~de absolut~menteb que I. erq~ellas palabras se tomaran sólo en el lar, porque cualquier distinción semejante supone la entidad, y, por tanto, la
sólo numéncamente. Sm em argo, SI a singularidad en uno y otro extremo. Pero aquel argumento no prueba que la

do quod est fallax argumentum. Responde- praecisum non sit. Priori . ~odo- v~~ est si illa verba solum in priori sensu sumeren~
(praesertim in rebus finius) qmdqmd a constitutivum hominis, quod reipsa commune
tu: ergo hominem ut sic sigt?-ificatum ~t tur, verum esset Petrum et Paulum es- sit, sed sunt plura constitutiva singulorum
conceptum non dicere neque mclu?ere m parte rei est extra e~sentian; debere ~x sentialiter differre, iuxta quam significatio-
natura rei distinguí ah tila, qma ~on potest hominum, in quibus dicitur esse ratio com~
sua ratione essentiali individualem dtfferen~ nem negamus in Deo Patrem, Filium et munis fundamentaliter propter convenien-
tiam aliquam, ut argumentu,m recte proba!· alia ratione dici esse extra ess~ntt~t:?; nego Spiritrnn Sanctum differre essentialiter, quia
tamen hoc modo differentia~ mdivtdualem, tiam et similitudinem quam inter se habent,
Et patet, quia sec~ndum ratlOnem ab orr;ru: nec differentiam éssentialem habent nec ut sequenti disputatione Iatius dicemus. At
bus illis praescinditur et per pl;ues hmus verbi gratia, Petri aut Pauli,_ esse e.xtra ~s~ distinctionem essentiarum. ·Posteriori autem
sentiam hominis ut in ~e. tps~ .e~tstenttS' vero secundum rationem, sicut hamo com-
modi differentias secundum rauonem con~ modo, sciJ__icet, secundum praecisionem ra~ munis abstrahitur, ita intelligitu1' habere
trahi et determinad potest. ~nde rec~e narn horno in re non extsttt, mst m. Pet;o, tionis, dicitur esse extra essentiam conceptus
Paulo, etc., et in unoquoque p:opna en;s adaequatum et commune, constitutivum; in-
concluditur aliquid debere addt, 9-uod .slt obiectivi omne id sine qua salvari potest de tamen solum potest concludi illud esse
extra essentiaffi hominis sic concept!, ~t ~m­ differentia est de essentia ho~ms ~t m talis ratio _concepta; et hoc modo non est
ipso existentis. Dices inde seqm. h:mnmem ratione distinctum a singularibus differen-
gularis fiat; nego tamen inde seq~t. distmc~ necesse ut id quod esse dicitur exu·a es- tiis, quae individua specialiter constituunt.
tionem in re inter naturat?- hor!-ums ~?m­ in Petro et Paulo differre essenuahter, seu sentiam, sit distinctum ex natura rei ab alio;
p trum et Paulum non habere eamdem es- Ad tertium respondetur ex dictis de con-
munem et indivídualem ems . dtffe.rentm~, sed sufficit quod ratione distinguatur, quia
quia -natura- -hominis non reperltU;I-_lil re -1ta se~tiam. Respo~detur non haber~ eamdem- · verbum extra non significat abso~
ceptu entis constare illa argumenta non
probare distinctionem ex natura rei _; idem~
munis et abstracta sicut per mtellectum realiter, tamen habere eamdem ratlo~e, .quo~ esse extra rem, sed esse extra concep-
com . nih,il a]lud est quam habere stmllem.~ que ostendemus de naturis universalibus et
concipitur. Cum autem di cttur,
· quod est
. .de tum seu esse extra rem ut conceptam.
.
essentia, et quod est extra essentmm, d.tstm~ ~ ~~a differre essentialiter su~ l_lls ~erbrs 33. Unde ad confirmationem eadem fere
inferioribus, disputatione sequenti.
non significat tantum realero distmcu~mlem 34. Ad primum argumentum secundae
gm. ex na tura rei ' et non tantum
. . rat10ne,
r 'd . sed negat etiam essenuaadeo
em
distinctione respondendum est, nam a parte opinionis respondetur recte probare rem
respondetur dupliciter intelligt posse a tqm essentmrum, . rei horno non constituitur ut horno praecise, non fieri singularem per additionem realita-
esse extra essentiam. Uno ~odo secundum similitudinem et convenienuam, _atque 'deo neque in se separatus~ sed constituitur ut
unitatem essentiae secundum ratiOnem, 1 • tis vel madi ex natura rei distincti a natura,
rem seu considerando res tpsas prou~ sunt Petrus, Pau_lus, Franciscus; unde in uno~ quae singularis fieri dicitur, quia omnis talis
a parte rei; alío modo secundum r~u~nem simpliciter non conceditur differre essenua- quoque eodem constituitur horno quo Pe-
~ter ea quae solo numero differunt. Tamen~ distinctio supponit entitatem et consequentel'
praescindenteffi unum ab alio, quaJilVlS m re trus; neque in re est aliquid vere unum singularitatem in utroque extremo. Non pro-
'
596 _______________D_i_._sputaciones metaflsicas
cosa no pueda hacerse singular pJJr \'!~a<lici_oj!U!'-_¡¡l_gg__SO.~t\!altpe:t]J!' distinto, Disputación quinta.-Seccián ll 597
porque esta distinción no supone la entidad act~al, y, por c~n~tg'::ente, tampoco
la singularidad en uno y otro extremo, pues s1e~do es~a dtstmc10n conceptual, c~onada. a sí misma, y~ por con~iguien~e,. di~ti~ta de otra, que no le es propor-
ciOnada, Y -así no sera .Ya. la diferencia mdividual, como también arriba hemos
fácilmente puede entenderse entre la cosa concebida umversalmente y su modo.
35. y según esta doctrina, fácilmente se solucionau algunas dificultades que argumentado. Pero supnm1da la distinción ex natura 1·eiJ no vale el argumento
propone Cayetano en el In De Ente et Essentia, c. 2, q. 4, en contra de la doc- respecto de la naturaleza que se ha de contraer, porque en este sentido no se trata
trina de Escoto, en cuanto que pueden también objetarse contra la conclusión de una Y otra na~uraleza, de tal forma que pueda la diferencia convenir a una y
primera y tercera de las expuestas por nosotros, como es aquélla: el acto sin- repugnar a otra, smo 9ue es una conceptualmente. Pero si se trata de la naturaleza,
gular supone una potencia singular, libro II de la Física, c. 3, texto 36; ahora no como .contra~ble, s1':'o como contralda, as! es ya la misma cosa individual que
bien: lo que se dice que el individuo añade a la especie es un acto de naturaleza por la rmsma diferene:ta se constituye y distingue de otra.
3~. A lo segund~ se r~s~':de que sólo vale para la última razón formal de
singular· luego, supone una naturaleza singular, porque se refiere a ella como a
potencia: Se responde, por tanto, que la mayor es verdadera tratándose de un la urudad, o de la urudad _mdiv:tdual, que consiste en una negación, acerca de la
acto y potencia reales y distintos realmente, que es de los que Adstóteles trata cual concedernos q':e no anade nada a la entidad individual más que la negación;
n~sotros, en. camb~o, tratamos del fundamento de esta negación, y de lo que
en el lugar citado; pero no del acto y potencm conceptualmente dJSUntos por la
auade la entidad smgular a la naturaleza común por razón de lo al
razón ya explicada. Del mismo modo también, el acto especifico no supone una de tal negación. ' cu es capaz
potencia específica, sino genérica. 3~. A lo. tercero dicen algunos que aquello que añade el individuo a la
Otro argumento suyo es: lo que conviene a un individuo y repugna a otro
supone la distinción de ambos; ahora bien: la diferencia individual es así; lue- especie es acctde~tal. ~ora bien : que esto es falso lo persuaden ya los argu-
go no hace la distinción, sino que la supone. Pero este argumento, por razón de mentos q~e han stdo all~ expue~t?s, ya otros que daremos en la sección siguiente,
la forma, es más débil, pues fácilmente puede negarse la mayor como se ve claro ya tambten cu~n~o verumos diciendo, pues si esto que se añade es sólo con-
ceptualmente. distmto de l,a sustancia o esencia de la cosa, y unido por sí a ella
en este enunciado semejante: lo que conviene a una especie y repugna a otra como
supone la distinción de ambas, pues habria que añadir: o la realiza; por tauto, lo d determmando
·d por SI la naturaleza
.. común a la paru'cular,oequmanera
·d é
pue e s7r ~c~t ental? Por constgmente, otros simplemente llaman a esto esencial
mismo habría que añadir en el caso presente. Con todo, si el argumento no se
para el m~viduo, no para la especie, lo cual, en realidad, es así, si consideramos
diese para los individuos mismos, sino para la naturaleza que se contrae por
1~ cosa mtsma, pues lo que en absoluto constituye intrínsecamente a este indi-
esta diferencia individual, podría tener fuerza en contra de la distinción real en- VIduo Y lo compone es s~ p;o~ia diferencia, junto con la naturaleza común. ni
tre aquella diferencia y la naturaleza, pero no en contra de nuestra sentencia. puede no ya ser, pero ru siqUiera concebirse este individuo sin tal difere~cia
En efecto, en distintos individuos existen también naturalezas realmente distintas; Con. todo, conceptualmente, y según el modo de hablar de los dialécticos y me~
por lo cual, si las diferencias individuantes son distintas de ellas realmente, es pre-- ta!ísicos~ a~on;10_dado a. nu~stra manera de pensar, no se llama esencial a esta
ciso que la diferencia que conviene a uno y repugna al otro suponga dicha distin- dtferenc~a mdiyidual, smo mtrínseca entitativa, y cuasi material, para distinguirla
ción y no la cause, porque supone, como se dijo, una potencia singular propor- de la diferencm especifica, que es fo:m:U. en grado sumo, ya que efectivamente
se toma de aquel grado en que los mdividuos convienen formalmente 0 se ase-
bat autem argumentum illud non posse rem potentiam specificam, sed genericam. Aliud
fieri s,ingularero per additionem alicuius argurnentum eius est: quod convenit uni
individuo et repugnat alii, supponit distinc- sequ.enter distinctam ab alia quae sibi pro- tu~ argumen!ls ibi factis, tum aliis quae
ratione distincti, quia haec distinctio non P?'ftlonata non est; atque ita iam non erit
supponit entitatem actualem, et consequenter tionem moruro; sed dlfferentia individualis factemus sect10ne sequenti, tum etiam ex
est hulusmodi; ergo non facit distinctionem} differenti~ individua,tis, ut supra etiam ar~ dictis; nam si hoc additum solum est ra-
nec singularltatem in utroque extremo, qula gumentatr sumus. At vero ablata distinctio-
curo haec distinctio sit per conceptus, facile sed supponit. Hoc autem argumentum ex tione distinctum a substantia seu essentia
vi formae infirrnlus est. Nam facile potest ne ex natura reí, non procedit argumentum reí, et -J?er se illi coniunctum tamquam per se
intelligi potest inter rem universe concep- respecto naturae contrahendae, quia sic non
tam et modum eius. negari maior, ut patet in sirnili forma: quod ~etermmans naturam communem ad par-
convenit uní speciei et repugnat alteri sup- e~t una et. altera .natura, ut possit dlfferen- trcularem, quomodo potest es se accidentale?
35. Et iuxta hanc doctrinam facile sol- tla convemre uru et repugnare alteri, sed
vuntur nonnulla quae Caietanus, de Ente ponit dlstinctionem earum; addendum enim Alli ergo simpliciter vocant hoc essentiale
esset, vel facit; idem ergo addendum esset est una secundum rationem. s¡ vero sit ser-
et essentia, c. 2, q. 4, obiicit contra doctri- roo de natura non ut contrahibili sed ut individuo, non speciei, quod revera ita est
nam Scoti, quatenus contra primam et ter- in praesenti. Tamen, si argumentum non
contracta, sic iam est ipsa res i~dividua si rem ipsam consideremus, nam quod om~
fieret de ipsis individuis, sed de natura quae ~?. intrinsece constituit et componit hoc
tiam concluslonem a nobis positas applicari
per hanc differentiam individualem contra- q~~ pe: ipsam differentiam constituitur ef
possunt, quale est illud: actus singularis drstmgmtur ah alia. mdtvrduum, est propria eius differentia si-
supponit poten!tam singularem, 11 Phys., hitur, potest habere viro contra distinctio-
36. Ad secundum respondetur solum mul curo natura communi; neque potest,
c. 3, text. 36-;- -sed---id--quod. addere_dicitur nem ex natura rei inter illam differentiam non solum esse, verum nec concipi hoc in-
et naturam, non vero contra nostram sen.: procedere de ultima ratione fonnali unius
individuum supra speciem est actus singu-
tentiam. Nam in distinctis individuis sunt seu .~itatis indlviduae, quae in negation~ dividuum sine tali differentia. Tamen se-
laris naturae; ergo supponit naturam sin- consrsttt, ?e qua .fat~~ur non addere aijquid cundum rationem, et secundum maduro lo-
gularem, quia respicit illam ut potentiam; etiam naturae realiter distinctae; unde si
differentiae individuantes sunt ab eis ex na- supra entltatem mdivtduam praeter negatio- quendi dialecticorum et metaphyslcorum ac-
respondetur enim maiorem esse veram de net?; nos au tero agirnus de fundamento commodatum modo concipiendi nostro, non
actu et potentia realíbus et ex natura rei tUra reí distinctae, necesse est ut differentia
quae convenit uni et repugnat alteri, su.p- hums negationis et de eo quod addit enti- appellatur haec differentia individualis essen-
distin-ctis, de quibus loquitur Aristoteles ci- tas singularis supra communem naturam tialis, sed intrinseca entitativa et quasi ma-
tato loco; non vera de actu et potentia ra- ponat earum distinctionem et non factat
illam; quia supponit, ut dictum est, poten- ratione cuius talis negationis capax sit. ' terialis, ut distinguatur a differentia speci-
tione distinctis, propter causam explicatam. 3?.. A~ .tertium aliqui dicunt hoc quod fica, quae maxime formalis est: sumitur
Sicut etiam actus specificus non supponit tiam singularem sibi proportionatam, et con-
add.it rndrvrduum supra speciem, esse acd- enim ex illo gradu .in quo indiv.idua fonna-
dentale, Sed hoc esse falsum convincitur, liter conveniunt seu assimilantur. Itaque hoc
598 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección JI 599
~----------------------~
mejan. Por consiguiente, esto parece que s7 ~a ?e explica: así, ~ue los individuos la materia, porque en todas ellas la naturaleza está en un supuesto distinto de
de la misma especie, juntamente con la d~st~nc16n real, tle.nex: ~ntegra y p:r~ecta 'SÍ misma de algún modo. Em:a doctrina es verdadera, pero no pienso que Aristó-
semejanza en la naturaleza, en lo cual se d1~tmguen de l?s mdiYI~uos que difieren teles hablase en tal sentido en aquel pasaje. De otro modo lo expone Alejandro
en especie bajo un mismo género, que no t•enen entre s1 tanta. m tan perfecta se- de Afrodisía, que piensa, y es realmente muy probable, que Aristóteles en uno
mejanza. De aquí resulta, por tanto, que nuestra mente concibe aquello en que -y otro lugar de los citados arriba, ha hablado de las mismas sustancias, y que
dichos individuos convienen entre sí, como una unidad y como algo que es formal compara, del mismo modo, lo que algo es con aquello de que es. Lo cual puede
en ellos, y que por sí contribuye a la ciencia, pues la distinción en s?la la entidad confirmarse con las palabras del mismo filósofo, pues dice en el referido texto 41 :
se juzga que está como per accidens, y, por ello, se llama matenal. Y por la Se ha dicho además que' la quididad y cada cosa singular es lo mismo en algunas
misma causa no se da definición científica sino del concepto general y especifico, cosas, como en las primeras sustancias; así, pues, lo lee el mismo Alejandro. Y
y en este sentido, la especie última se dice esencia entera de los individuos, a aunque en el texto en dicho lugar no se repita comúnmente aquella expresión
saber tomada y concebida en sentido formal y abstracto, y en cuanto que su se ha dicho, con todo, la que habla precedido poco antes comprende también
coM~imiento sirve para la ciencia humana, la cual no desciende a los particula- esta dásula, corno se ve claramente por el contexto. De aquí, por consiguiente,
res según sus razones propias e individuales, ya que ni puede percibirlas tal como que por primera sustancia no entiende Alejandro las sustancias inmateriales,
son en sí, ni trata de los accidentes propios de los individuos, puesto que o les ·como Santo Tomás, porque Aristóteles en el último lugar se refiere a las cosas
convienen contingente y accidentalmente, o si tal vez son algo enteramente que había dicho en el precedente; y allf no había dicho nada de la sustancia
propio, están tan ocultos como las mismas diferencias individuales; finalmente, inmaterial en particular, ~ en ~1 otro pasaje aduce ninguna razón especial por la
porque sería muy laborioso y casi interminable descender hasta cada uno de los cual ponga en esto la diferenc1a entre las sustancias materiales e inmateriales·
1 particulares. Sin embargo, no hay duda de que los individuos, aunque difieran
1 ni h~y tampoco indicio por el cual digamos que usa equívocamente de aqu;l
sólo numéricamente, tienen en la realidad distintas esencias, que si se conciben térmmo co.n. aquello de que es, de tal manera que en el primer texto se tome
y se explican tal y como son en si, han de ser declaradas por conceptos y defini- por lo def1mdo, y aquí por el supuesto, siendo así diversa la comparación esta-
ciones diversas; y tendrán distintas propiedades, al menos de acuerdo con la rea- blecida en uno y otro sitio. Y, finalmente, nunca Aristóteles habla usado el
lidad, o según un modo propio, bajo cuyo respecto entran dentro de la ciencia nombre de primera sustanct'a para significar especialmente las sustancias inma-
angélica o divina. teriales, yu.es a~ que. en el libro IV, ~· 3, text. 7, parezca que usa dicha voz
38. Se responde a los fundamentos de la tercera op1ruon. A Aristóteles, en en tal s1g~ficac1~m, sm embargo, el mismo Comentador entiende alli por prime-
el libro VII de la Metafísica, se le puede responder allí con Alejandro de Hales ra sustancza a D1os, y sea lo que fuere de aquel pasaje, no se toma de allí ningún
que donde él dice que en las cosas que están separadas de la materia no se dis- argu~e~;o para este ~tro de que tratamos; por consiguiente, de acuerdo con esta
tingue lo que es de aquello de que es, no toma la materia con toda propiedad expoSiciOn, la sentencia de Aristóteles es la misma en uno y otro lugar. Por tan-
por materia prima, o por sujeto propio de alguna forma, sino por cualquier to, por primeras sustancias entiende Alejandro cualesquiera supuestos sustancia-
supuesto que, en la realidad, sea de algún modo distinto de su naturaleza;
les, de ~os, cuales ~o se se~ara lo. que algo es, es decir, la naturaleza común. y lo
del mismo modo que ninguna sustancia creada puede decirse que abstrae de que Anstoteles anade: Dtgo pnmera sustancia la que no se predica por estar
sic declarandum videtur, quod individua niunt, vel si fortasse sunt aliqua omnino pro4

eiusdem speciei cum reali distinctione habent pria, aeque latent ac ipsae individuales dif- trahere a materia, quia in omnibus natura speciali dixerat, neque in alio affert specia-
integram et perfectam similitudinem in na- ferentiae. Denique, quia esset Valde opero- est in supposito aliquo modo ah ipsa distinc- lem rationem ob quam differentiam in hoc
tura, in quo differunt ab individuis diffe- sum ac paene infinitum ad singula particu- to. Haec doctrina est vera, sed non existimo constituat inter materiales et immateriales
rentibus specie sub eodem genere, quae in- laria descendere. Nihilominus tamen non Aristotelem eo in loco in eo sensu fuisse substantias; neque est ullum indicium ob
ter se non habent tantam tam perfectamque est dubium quin individua, etiamsi solo 1ocutum. Aliter exponit Alexand. Aphrodi- quod dicamus aequivoce uti illo termino,
similitudinem. Hinc ergo fit ut mens nos- numero differant, habeant in re distinctas saeus, qui existimat, et revera valde proba- cum eo cuius est, ut in priori Joco sumatur
tra concipiat id in quo illa individua inter essentias, quae si prout in se sunt concipian- b.iliter, Aristotelem jn utroque loco supra pro definito, hic vero pro supposito, ut ita
se conveniunt tamquam unum quid et tur et explicentur, diversis conceptibus et cttato de eisdem substantiis esse Iocutum et diversa sit compararlo utroque loco facta.
tamquam id quod est formale in illis et definitionibus declarandae erunt; et distinc- eodem modo comparare quod quid est cmn Ac denique nunquam Aristoteles nomine
quod per se confert ad scientiam; nam tas etiam habebunt proprietates saltero se- eo cuius est. Quod ex verbis eiusdem Philo- Primae substantiae usus fuerit ad significan-
distinctio in sola entitate censetur esse cundum rem vel secundum aliquem modum ~ophi confirmari potest; ait enim in illo das specialiter immateriales substantias, nam
quasi per accidens, et ideo vocatur ma- proprium, sub qua racione cadunt sub text. 41 : Dictum est insuper quidditatem, licet )ib. IV, c. 3, text. 7, videatur illa voce
teriaHs. Earr1Qe~q11e_ ob _cauªam d~_fiilitio scientiam angelicam vel divinam. et unumquodque idem in quibusdam es- uti in ea significatione, tamen et Commen-
scientifica non datur nísi de communi 38. Ad tertiae opinionis fundamenta re- ~ ut in primis substantiis; ita enim legit tator ibi per primam substanlíam Deum
et spedfico conceptu, atque in hoc sensu spondetur. Ad Aristotelem, in VII Metaph., Ipse Alexander. Et quamvis in textu com- intelligit, et quidquid sit de illo loco, nul-
species ultima dicitur tota essentia indi- primo responded potest curo Alexandro muniter eo loco non repetatur illa partícula, lum inde surnitur argumentum ad alium in
viduorum, scilicet, formaliter ac praecise Alensi ibi, cum Aristoteles ait in separatis dictum est, tamen, quae paulo antea prae- quo modo versamur, itaque eadem est iuxta
sumpta et concepta, et prout eius cognitio a materia non distinguí quod quid est ab c:sserat, hanc etiam clausulam comprehen- hanc expositionem sententia Aristotelis in
ad humanam scientiam deservit, quae non eo cuius est, non sumere materiam· cum dtt, ut ~x contextu satis patet. Hinc ergo utroque loco. Per primas ergo substantias
descendit ad particularia secundum proprias omni proprietate pro materia prima vel per [n'lmam substantiam non intelligit intelligit Alexander quaelibet supposita sub-
et individuas rationes eorum, quia nec potest pro subiecto proprio alicuius fonnae, sed Alexander immateriales substantias, ut D. stantialia, a quibus non separatur quod quid
eas percipere prout in se sunt neque agit pro quovis supposito, quod a parte rei sit Thomas, quia Aristoteles in posteriori loco est, id est, communis natura. Quod vero
de accidentibus proprüs individuorum, quia aliquo modo distinctum a natura sua, qua- ~e~ e refen ad ea qua e .in priori dixerat; Aristoteles subdit: Primam substantiam
vel contingenter et per accidens eis conve- modo nulla substantia creata dici potest abs- :1b1 autem nihil de immateriali substantia in dico, quae non dicitur eo quod aliud in alio
600 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección Ili 601
como una cosa distinta en otra, como en su sujeto o materia, lo explica ~lejandro sólo en el sentido posterior y físico. Y así puede fácilmente hallarse la diferencia
de la sustancia, que no se define ~? una cosa en otra, sin? como una umdad que entre el individuo material y el espiritual.
tiene consistencia por sí, y en esto dif1ere del compuesto accidental, como es blanco,. 40. A la razón de la anterior sentencia (sea lo que fuere acerca de aquella
por ejemplo, 0 chato, con que se significa al~o en cuanto existent7 en un sujeto opinión de que en las cosas materiales la materia signada es el principio de indi-
como en su materia, pUes de tal compuesto mtegrado por este suJeto como ma- viduación, cosa que inmediatamente discutiremos) se responde que aunque en las
teria, y por el accidente como existente en aq~é~a, añade ~istóteles que en él, cosas inmateriales no se dé este principio de individuación, se ha de dar con todo
por ser una unidad accidental, lo que es se distmgue del su¡eto en que está. Y alguno equivalente, pues también aquéllas son sustancias individuales, no por vir-
as!, según esta exposición, na~a puede coleg~s~. del referido .texto en contra de tud de su concepto específico, sino del singular. Por lo cual cuando se dice
nuestra sentencia. Pero, ademas de esta exposiCIOn probable, tiene este texto otra que la sustancia ~spiritual es individual por sí misma, si s: entiende por sí
quizás más probable ; sin embargo, porque toca la cuestión de la distinción de m_isma como por vutud d~ su razón específica, se comete una petición de princi-
la naturaleza y el supuesto en las cosas inmateriales, se expondrá más cómoda- pio, y .se toma en un se~tldo falso, como se ha probado ya; pero si por sí misma
mente después en la disputación de la distinción de la naturaleza y el supuesto se entiende p~r s~ entidad, esto es ci.ertamente verdadero; pero, sin embargo,
en las cosas creadas. nada hay que ~mpida que .en aq':ell~ n;u~a entidad se distingan conceptualmente
39. Con relación al otro testimonio tomado del III libro De Anima, si hay la razón especifica y la diferencia md1Vldual, y que la misma entidad segón los
que mantener la interpretación común, sólo se puede responder que Aristóteles diversos respecto~, pued.a ser principio y fundamento de una y otra. En efecto,
fuk de aquel parecer, cosa que finalmente concede Escoto en In II, dist. 3, q. 7, en este. punto eXIste. ca~1 .la mt~~ ~azón. acerca de las sustancias materiales, pues
ad 1, donde dice que Aristóteles pensó que los ángeles son seres por sí necesa- ya se diga que el prmcipm de mdividuación de ellas es la materia signada, ya sea
rios, y que, por ello, no pudo pensar consecuentemente que puedan darse mu- cu~qmer otra. cosa, a pesar de todo no puede serlo nada que no sea la misma
chos ángeles en una especie, pues sj pudiesen darse, se darían de hecho, pues entidad. esenctal de la cosa, o total, o parcial; y, por esto, hay que distinguir
en las cosas por sí necesarias y eternas, es lo mismo ser y poder. Y de modo se- necesariamente en ella la razón específica, por la que se dice que es la esencia
mejante, si pudiese haber varios, también podrían ID:ultiplicarse hasta el infinito, o una parte de ella, y la otra razón, no real, sino conceptualmente distinta por
y, por último, serían actualmente infinitos. Ahora b1en: el fundamento de este la que se dice que es principio de individuación. '
raciocinio es incierto, a saber, que Aristóteles pensara que los ángeles sean entes
por sí necesarios. Y quizás Aristóteles, cuando pone esta diferencia entre los
individuos materiales e inmateriales, no habla precisa y metafísicamente del in- SECCION III
dividuo en cuanto dice sola sustancia singular, sino que babia f!sicamente del Sr LA MATERIA SIGNADA CONSTITUYE EL PRINCIPIO DK INDIVIDUACIÓN
individuo tal y como está en la realidad modificado por sus accidentes; y de DE LAS SUSTANCIAS MATERIALES
este modo parece que babia en el referido pasaje del libro III De ~nima, pues
dice que el individuo material es tal que de él se ocupan los sentldos, lo cual l. .On?~imos la sustancia divina, porque, como dijimos, es por sí y esencial--
no es verdad del individuo tomado con precisión rigurosa y metafísica, sino mente !n~v~dual? por lo tanto, no .hay razón para buscar en ella un principio
r

de su mdtviduacton con mayor motivo que de su esencia o de su misma exis-


dit Scotus, In 11, dist. 3, q. 7, ad 1, ubi tencia.
insit, ut in subiecto vel materia, explicatur
ah Alexandro de substantia, quae non signi- ait Aristotelem existimasse angelos esse
ficatur ut aliud in alío, sed tamquam unum entia per se necessaria, et ideo non potuisse physico modo. Et ita potest facile inveniri fundamentum. Nam quoad hoc eadem fere
per se consistens, in quo differt a compo- consequenter existimare posse dari piures differentia inter materiale et spirituale in- ratio est de materialibus substantüs; nam,
sito accidentali, ut est album, verbi gratia, ange¡os in una specie; nam si dari possent, dividuum. sive materia signata dicatur principium indi-
aut simum, in quo aliquid significatur, ut darentur de facto, quia .in per se necessariis 40. Ad rationem praedictae sententiae viduationis earum, sive quidvis aliud, nihil
in subiecto tamquam in materia existens; et aeternis jdem est esse et posse. Et simi- (quidquid sit de illa opinione, quod in re- tamen esse potest quod non sit ipsamet en-
de huiusmodi enim composito ex tali sub- liter si piures esse possent, in infinitum bus materialibus materia signata est princi- titas essentialis reí, vel tata vel partialis;
iecto ut materia, et accidente ut in ma etiam multiplicari, possent, ac denique actu p~um individuationis, quam statim disputa- unde in eadem oportet distinguere et ra-
existenti, subdit Aristoteles in eo, cum sit essent infiniti. Sed fundamentum huius bunus) respondetur, quamvis .in rebus im- tionem specificam, ob quam dicitur esse-
unum per accidens, quod quid est distin- discursus incertum est, scilicet, Aristotelem materialibus non detur hoc principium indi- essentia vel pars essentiae, et rationem aliam
gui a subiecto in quo est. Atque jta iuxta sensisse angelos esse entia per se neces- víduationis, aliquod tamen dandum esse non re, sed ratione distinctam, ob quam
hanc expositionem nih,il potest ex praedic- proportionale, quia etiam illae substantiae dicitur esse individuationis principium.
saria. Et fortasse Aristoteles, quando hanc individuae sunt, non ex vi rationis speci-
to textu contra-- nostram .. sententiam colligi. differentiam ponit ínter individua materialia
Praeter hanc vero expositionem probabilem, sed singularis. Unde cum dicitur sub-
et immaterialia, non loquitur praecise ac spiritualis se ipsa esse individua, si SECTIO IIl
habet ille tocus aliam fortasse probabilio- metaphysice de individuo ut dicit solam
rem; tamen, quia attingit quaestionem de intelligatur se ipsa, id est, ex vi suae rationis
substantiam singularem, sed loquitur phy- specificae, petitur principium·, et falsum as- UTRUM MATERIA SIGNATA SIT INDIVIDUATIO-
distinctione naturae a supposito in rebus sice de individuo ut in re ipsa est suis ac- NIS PRINCIPIUM IN SUBSTANTIIS
immaterialibus, tradetur commodius :infra sumitur, ut probatum est; si autem intelli-
cidentibus affectum; quo modo videtur gatur se ipsa, id est, per suam entitatem, MATERIALffiUS
disputatione de distinctione naturae et sup-
loqui in dicto loco 111 de Anima; nam ~st quidem id verum, sed nihil impedit quin l. Omittimus divinam substantiam, quo~
positi in rebus creatis.
39. Ad aliud testimonium ex 111 de materiale individuum tale dicit esse ut cir- m illamet entitate ratione distinguantur niam, ut diximus, illa per se et essentialiter
Anima, .si communis expositio retinenda ca illÚd sensus versetur, quod non est ve- specifica ratio et differentia individualisJ et individua est, unde non est quod in ea-
est, nihil responderi potest nisi Aristotelem rum de individuo rigorosa ac metaphysica quod eadem entitas secundum diversos re- quaeratur individuationis principium, magia
fuisse illius sententiae, quod tandem corree- praecisione sumpto, sed solum posteriori aé spectus possit esse utriusque principium ac quam essentiae vel existentiae ipsius.
~-

Disputación quinta.-Sección lli 603


·602
Sentido de la cuestión Por esta explicación se ve que aquí no se buscan los principios o causas ex-
trínsecas de la individuación, o mejor de los individuos, como son la causa eficien-
2. Para que se entienda el sentido de la cuestión,_ hay qude tomard, de lo te y final, ya que éstas no causan la individuación de otro modo que causando
dicho en la sección precedente, que en tales sustancias crea as pue e con- !a entidad individual, o sea, dando el mismo principio intrínseco de la individua-
siderarse una composición metafísica, que está integ~ada conceptualmente por la ción; éste es, pues, el que buscamos. Y aunque la cuestión sea general acerca
naturaleza específica y la diferencia individual, pues J_gual que a~uello _que_ 1~ .es- de todas las- sustancias creadas, como las materiales son más conocidas para nos-
. ,. . d al género según la consideración metafísica es la d1ferenc1a dtvtstva,
~e~~~' a~~t~activa del género y constitutiva ~e la e~pecie; asÍ-. lo qdue ¡el inpdiv~duo ·otros hablaremos de ellas primero, y después fácilmente se verá qué es lo que
podemos conjeturar acerca de las espirituales. Y como hay varias opiniones so-
añade a la especie se llama rectamente dtferencta contractiva . e a es ecte. y
bre este punto que piden un detenido examen, trataremos separ3damente de cada
constitutiva y distintiva de los individuos, que verdadera y prop_mmente s~ dice una de ellas.
que difieren en número; por lo cual, pues, se dice que la especie se predica de
3. Hay una sentencia célebre que afirma que el principio de individuación
varios seres numéricamente diferentes. Igualmente mostramos que aqu:Ho que
·es la materia signada. Esta es la opinión de Santo Tomás, I, q. 3, a. 3, ad 3, y
el individuo añade a la especie, aunque sea sólo co~ceptu~lU:et;-t.e distln~, es, q. 50, a. 4; III, q. 77, a. 2, y en In IV, dist. 12, q. 1, a. 1, quaestiuncula 2, y
sin embargo, algo real y positivo q~e funda l_a !'egac10n o md!vmón ~rop1a d~l Opuse. 29, y De Ente et Essentia, c. 2, donde Cayetano discute y defiende esto
individuo, ya que de suyo es incomumcabl~ y distinto de ~os otros_, o sea, mcomum-
mismo detenidamente; y Capréolo, en In Il, dist. 3; Soncinas, VII Metaph.,
cable a otros individuos, y, por ello, umdo a la especie constituye con ella un
q. 33 y 34; Ferrariense, I cont. Gent., c. 21, y otros que se citarán después.
individuo sustancialmente uno bajo tal especie; nada le ~alta, por tanto, para
S~ cree además. q_ue. ~ste f~é e~ parecer d~ Aristóteles, pues en varios lugares
tener verdadera razón de diferencia. Por lo cual algunos :p1ens~E que~ esto es lo piensa que la clistmcwn e Identidad numérica ha de ser atribuida a la materia
qye ha du~alm;&.WJ!!!!: Piigcil'i<:>_de inglylduacj~JL~ illll'~~no se·~~.,?~ de~buscar prima. Por lo cual, en el libro V de la Metafísica, c. 6, text. 42, dice que aque-
n~QJJ:\h_g¡m<>_~~pnede_xer.se.~n EscQ!:().Len !~ Il, d1st. 2: q. 6; y en Fons~ca, llas cosas son numéricamente uno, cuya materia es una solaj y en el libro VII
libro V Metaph., c. 6, sec. l. Pero la ~uestwn no se . d_1scute en tal sentido, c. 8, text. 28, dice que la_ forma con estas carnes y huesos es Sócrates y Calias;
ni acerca de ella existe verdaderamente dtversidad de opmwnes entre los que se y en el c. 10, text. 25, d1ce: El singular por su última materia, es ya Sócrates·
ocupan del principio de individuación. El senddo ..!1~.1~~~2'!(), Y. de este principio, en el libro XII de la Metafísica, c. 8, text. 49, concluye: El
qtlé .Jundamet1to o_ principio tiene en. la . reahdad ~quella dlf~re~c~a mdiv1dulll. pr-imer mot01" no puede ser s-ino uno numéricamente, porque carece de materia,
Sueleii, en efecto, tomarse estos predicados metaffstCOS de prinCipiOS re~mente juzgahdo necesario que las cosas que convienen en la especie y difieren en el
constitutivos de la cosa del modo como el género suele tomarse de la matena Y la número tengan materia y difieran por ella. Y de modo parecido, en el libro I
diferencia de la forma { y las denominaciones su~tanciales a veces se toman de la De Coelo, c. 9, prueba que no puede existir otro mundo, porque este mundo
materia, como cuando el hombre se llama matenal, y a veces de la forma, como .abraza toda la materia de las cosas naturales.
cuando se llama racional, y a veces de toda la naturaleza compuesta, como cuando
Por todos estos testimonios parece que ésta fué la sentencia de Aristóteles
se llama hombre · por consiguiente, de acuerdo con este modo de proceder, se .según la cual hay que afirmar consecuentemente (como refieren los mencionado;
pregunta ahora c~ál es el principio de esta diferencia individual. autores) que en las sustancias inmateriales no hay un principio positivo de indi-
Sensus qUilestionis individuum per se unum sub tali specíe·;
nihil ergo illi deest quominus veram ~abeat vel causas extrinsecas ind¡viduationis, seu existimatur haec sententia Aristotelis; nam
2. U t autem sen sus quaestionis intelli~ rationem differentiae. Unde nonnulli hoc potius individuorum, quales sunt causa ef-
gatur, sumendum est ex dictis sectione variis in locis distinctjonem et identita-
putant esse assignandum principium indívi- ficiens et finalis; nam ha e non aliter causant tem numericam materiae primae attribuen-
praecedenti in huiusmodi substantiis creatis duationis, et nullum aliud esse quaerendum, individuationem quam causando entitatem dam censet. Unde lib. V Metaph., c. 6,
considerad posse metaphysicam compositio~ ut videre est in Scoto, In II, dist. 2, q. 6; individuam, seu dando ipsum intrinsecum text. 42, diclt et esse unum numero, quorum
nem, quae secundum rationem est ex natura et Fonseca, lib. V Metaph., c. 6, sect. l. principium individuationis; hoc ergo est est materia una; et lib. VII, c. 8, text. 28,
specífica et differentia individuali; sicut Sed non disputatur in hoc sensu quaestio, ~uod inquirimus. Et, Jicet quaestio generalis ait: formam in his carnibus atque ossibus
enim id quod addit species supra genus, nec de illa vere est diversitas opiniomun s~t de omnibus substantiis creatis, quia ta- esse Socratem et Calliam; et c. 10, text. 25:
iuxta metaphysicam considerationem est inter eos qui de principio individuationis men materiales sunt nobis notiores, de illis singulare (inquit) ex ultima materia, iam
differentia divisiva seu contractiva generis, disputant. Sensus ergo quaestionis est, dicemus prius, et deinde facile constabit Socrates est; et ex hoc prjncipio, in lib. XII,
et constitutiva speciei, ita id quod addit quodnam fundamentum vel . pr~cipi?ffi ~ quid nos coniectari possimus de spirituali- Metaph., c. 8, text. 49, concludit: primum
individuum supra speciem recte d}citur dif- re ipsa habeat illa differentt~ mdtvtd~ahs. b?s· Et quoniam variae sunt de hac re epi- moto-rem non posse esse, nisi unum numero,
ferentia contractiva speciei- et constitutiva Solent enim haec metaphystca praedicata ruanes, quae prolixam postulant examina- quia est expers materiae, existimans neces-
ac distinctiva "im:livlduorum;- quae vere ac sumi ex pdncipiis realibus constituentibus eas sigillatim tractabimus. sarium ut. quae conveniunt specie et dif-
proprie differre numero dicuntur; ~ropter~a rem, quomodo genus dici solet sumi .a ~a­ ergo celebris sententia affirmans ferunt numero materiam habeant et per
enim species dicitur de pluribus differentt- teria et differentia a forma; et denommatto- principium individuationis esse materiam materiam differant. Et similiter, I de Caelo,
bus numero praedicari. Item ostendimus, nes substantiales interdum sumuntur a ma- signatam. Haec est sententia D. Thomae, c. 9, probat non posse esse alium mundum,
hoc quod addit ~ndividuum supra speciem, teria ut cum horno materialis dicitur, inte_r- q. 3, a. 3, ad 3, et q. 50, a. 4, III, q. 77, quia hic mundus totam materiam rerum
licet sit tantum ratione distinctum, tamen dum' a forma, ut cum dicitu: rationahs, 2, et In IV, dist. 12, q. 1, a. 1, quaestilm~ naturalium complectitur. Ex his ergo testi-
reale esse et positivum-, fundans negationem, interdum a tata natura compostta, ut e~ 2, et Opuse. 29, et De Ente et essentia, moniis apparet hanc fuisse sententiam Aris-
seu indivisionem propriam individui, quia dicitur horno; ad hunc ergo modum m ubi Caietan. proli:xe hoc disputat ac totelis, iuxta quam consequenter dicendum
per sese incornmunica~ile _est ~t ?lst!n:ctu;m praesenti inquiritur quod sít principium ;~.~~~r>dit; et Capreol., In II, dist. 3; Soncin., est (ut dicunt praedicti auctores) in substan-
ab aliis seu incommumcablle alus mdtvtdms, huius dlfferentiae individualis. Ex q~a _d~­ q. 33 et 34; Ferr., I cont. tüs immaterialibus non esse positivum indi-
-et ideo adiunctum speciei, cum illa constituit claratione constat hic non inquiri prmc1p1a et alij infra citandi. Et viduationis principium nec propriam dif-
Disputación quinta.-Sección II1 605
604 Disputaciones metafísicas
-cosas que se reducen a la materia como a causa primera, están fuera de la in-ten-
viduación, ni una diferencia in,dividual propia, sino sólo la naturaleza, de suyo in~ ción del agente y se hacen por azar. Por consiguiente, si la materia fuese la pri-
comunicable. . . f . ó · mera causa por la cual existiese tal individuo, el individuo, como tal, se haría
4 Co 0 fundamento de esta sentencia, s1 nos re enmos a 1a raz. n, cast no por azar y fuera de la intención del agente. Igualmente;;, lo que en el mismo sitio
' m •ro que no se reduzca a la propia autoridad de Anstóteles, a - dice en la cuarta razón: que una materia necesita otra cosa disü'nta de sí para
encuentro "' . . .. d' · .. d ¡ .
sab er, porque 1a materia
. es el principio de mult1plicac10n
·. y · tst1nc10n
1 e fos'dro- que' se distinga de otra: matm·iaj por consiguiente, no es aquélla la primera c~usa
dividuos dentro de la misma especie, como Anstóteles atesugua en o~ r: :r1 os de la distinción, tal como se tomaba en la razón aducida. Por lo cual, convencidos
1ugares,. ahora bien·· es principio de individuación aquello que es prmctpiO de
. di 'd 1 ll por estas y otras razones, m,uchos de los autores que siguen la mencionada opi-
distinción numérica; luego. En segundo lugar, es m yr ua aqu~ o que es nión, confiesan que como hay dos cosas que son de la razón propia del individuo,
incomunicable a los inferiores semejantes; pero la matena es el prtmer ~unda­ a saber, ser incomunicable a los inferiores y ser distinto de los otros individuos,
mento de esta incomunicabilidad, pues la forma, al ser acto es d.e suyo c?ITiurucable, la materia es el principio de individuación en cuanto a lo primero, y en cuanto
y, en cambio, la materia, al ser primera potencia, es de su~o mcomuruc-able ~ y la a lo segundo, lo es la cantidad, pues es ella la que distingue a las materias mis-
forma se limita y determina en el momento en que se restrmge ~ es::a maten~..En mas; lo cual veremos después con cuánta verdad y consecuencia haya sido
tercer lugar, porque el individuo es el primer sujeto ~n la coo:dmac1ón met~f1s1ca, dicho; pues ahora sólo examinaremos la fuerza de dichas razones.
pues de él se predican todas las demás cosas superto~es,. ~ el no se predica de La primera razón sólo tenía aplicación en la individuación en cuanto a la
ellas; luego el primer principio y fun~"'?"?to .d.el mdiv1duo,. como tal, debe distinción de uno con respecto a otro, sobre la cual, los autores mencionados
ser lo que es el primer sujeto entre los prmc1p1os f1s1cos; ahora b1en, tal es la ma-
confiesan ya que no surge de la matP.ria. Advierto, sin embargo, que los argu-
teria; luego. mentos dados no son convincentes acerca de toda distinción, pues, como diré
Examen de las razones de esta sentencia después, la materia a su manera tiene cómo distinguir a uno del otro, en cuanto
que ella tiene algún acto entitativo; sin embargo, prueban que no hay motivo
5. Pero, antes de que pasemos adelante, tales razones .-prescindiendo del para que la primera razón de toda distinción num~rica se atribuya a aquélla
argumento de autoridad- no son de gran pes~. P~es a la p:m;era puede r~sl'?I'­ más que a alguna forma.
derse fácilmente negando la mayor, ya q~e m~s b1en .es. pr.t?c1p10 de mult1pli~a­ 6. La segunda razón parte de la primera raíz de la incomunicabilidad, en
dón el que lo es de distinción; y el prmc1p10 . de dtstlt;cwn no es la matena, la que primeramente consiste la razón de individuo, como arriba se declaró, pues
sino más bien la forma, pues, como afirma el d1cho cornente, el acto es el que· el distinguirse de otro viene más bien como una consecuencia, según lo que
distingue. Por lo cual Santo Tomás, en el libro II Crmtra ~<;nt:~' c. 40, prueba arriba se dijo de la unidad en general; por lo cual, si aquella razón fuese eficaz,
ex professa que la materia no es la primera causa .d~ la. ,distmcm~ de las cosas, probaría suficientemente que la materia es el principio de individuación. Pero, si
y aunque pretende referirse principalmente a la dtstmc~on. esencial, las razo~es se considera esto atentamente, se advierte que hay una palmaria equivocación en
que aduce valen también para la distinción numéri~a, p~n;~1palmente lo que dice tal razonamiento, pues cuando se dice que la materia es el principio de incomu-
en la razón segunda que la farma no sigue a la dispostcwn de la ':"atena como nicabilidad del individuo, porque es el primer sujeto, de si máximamente inco-
a causa p,rimera, sino más bien al contrario, que la m~terz~ se a~.spane de tal
municable, o esta palabra incomunicable se toma equivocadamente, o se supone
manera que se siga tal forma. Igualmente, lo que allt mtsmo dice: aquellas

quod est primum subiectum inter J?rincipia sicut in primam causam:. esse praeter inten-- praedicti auctores fatentur non oriri a mate-
ferentiam individualem, sed Solum naturam tionem agentis, et casu fieri. Si ergo materia
de se incommunicabilem. physica; huiusmodi autem est matena: ergo~ ria. Adverto tamen argumenta facta non
esset prima causa ob quam esset tale indi- convincere de omni distinctione, namJ ut
4. Fundamentum huius sententiae, si Experuluntur rationes dictae sententiae viduumJ individuum ut sic casu :fieret et
rationem spectemus, fere nullum invenio, infra dicam, materia suo modo habet unde
5. Sed antequam ulterius progrediamurr praeter intentionem agentis. ltem, quod distinguat unum ab alio, quatenus ipsa ha-
quod ad Aristotelis aucto.t?-tatem n1;m .r~vo­ ibidem ait in quarta racione, unam materiam
cetur, scillcet, quia matena est pnnc1p1um hae rationes, seclusa auctoritate, non sunt bet aliquem actum entitativum; probant
magni momenti. Ad primam enim facile indigere alio a se distincto ut distinguatur tamen non esse cur prima ratio totius di-
multiplicationis et distinctionis individuorum 4b alia materia; non ergo illa est prima cau-
intra eamdem speciem, ut Aristoteles testa- potest responded nel?~do maio!et;I·; . ~ stinctionis numericae illi potius quam alicui
potius illud est princ1p1um mul~plicau?lli~' sa distinctionisJ ut in ratione facta sumebatur. formae attribuatur.
tur citatis !ocis; sed illud est principium Quapropter his et aliis rationibus convicti,
individuationis quod est principium nu- quod est principium distinctiorus; pnn?-- 6. Secunda ratio procedit de prima ra-
pium autem distinctionis non .est matena! n;mlti ex auctoribus qui prnedictam opinio- dice incommunicabilitatis, in qua primum
numericae distinctionis; ergo. Secundo, quia· nem sequuntur fatentur, cum duo sint de
illud est individuum quod est incommuni- sed potius forma, nam t;t e.st. m ~oromuru consistit ratio individui, ut supra declara-
proloquio actus est qm dtst:tngmt. Unde tatione individui, scilicet esse incommuni- tl.un est; nam distinctio ab alio potius se
-- <:abile jpfe_riori{J_p§_____ s_i_I]1i}il:ms ~.... _. sed materia inferioribus et esse distinctum ab
-··
est primum fllñda:rrlentUm huiu~ incommu- D. Thom., II cont. Gent., c. 40,. ex habet consequenter, iuxta supra dicta de
so probat materiam non esse pnmam. cau- aliis indiViduis, materiam esse principium unitate in communi; unde si illa ratio esset
nicabilitatis; nam forma, curo s1t actus, de individuationis quoad primum, quoad secun-
se communicabilis est, materia autem cum sam distinctionis rerum; et quamv1s de efficax, sufficienter probaret materiam esse
distinctione essentiali praecipue loqui ~n~en­ dum vero esse quantitatem, nam illa est quae principium individuationis. Sed si quis recte
sit prima potentia, d~ s~ est incommun~ca­ ipsas materias distinguit; quod quam sit
bilis, et forma tune hm.ltatur et determma- dat, rationes tamen eius. etiam de d1s~c~ consideret, a-perta aequivocatio in eo discur-
tiene numerica urgere v1dentur, praesernm 'Vere et consequenter dictum, postea exami- su committitur; cum enim dicitur materiam
tur cum ad hanc matenam coarctatur. Ter- nabimus; nunc enim solum vim dictarum
tic, quia individuum est primum subiectum quod in secunda ratione in9.uit, f~ non_ esse principiurn incommunicabilitatis indivi-
sequi dispositionem matel'l-ae SlCUt f:?"m~ rationum expendemus. Prima autem ratio dui, eo quod ipsa sit primum subiectum,
in metaphysica coordinatione; de illo enim solum procedebat de individuatione quoad
omnia superiora praedicantur, et ipsum non causam, sed magis e converso matenam S1C de se maxime incommunicabile, aut illa vox
disponi ut sequatwr talis forma .. Item ql;l~ dístinctionem unius ab alí,o, de qua iam incommunicabile aequivoce sumitur aut
de aliis; ergo primum principium et fu~da­
mentum individui, ut sic, esse debet lllud ibidem ah, ea quae reducuntur m matena»t
606 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-5ección Ill 607
-------------~------------~

algo falso en la prueba. Efectivamente, puede entenderse de muchas maneras que tencia trata es incomunicable, está en contra de esto el que la materia signada -sea
la materia sea incomunicable: en primer lugar, que sea incomunicable a algo, lo que fuere.-. no tiene el ser incomunicable por razón de primer sujeto, en que se
como a sujeto físico al que informe, o en el que esté inherente; y este sentido fundaba dicho argumento; por consiguiente, si la materia signada es incomuni-
es muy verdadero, y rectamente se prueba partiendo de que la materia es el cable, lo será por otra causa, que puede ser común a las formas o a otras cosas,
primer sujeto; sin embargo, esto no tiene referencia con la cuestión de que como veremos en lo que sigue. Por lo cual, para aquella incomunicabilidad que
tratamos, sea porque no pertenece al concepto de individuo como tal el ser inco- pertenece al concepto mismo del individuo, es improcedente tal razón de primer
municable a otro como a su sujeto, pues los accidentes son individuales, aunque sujeto, pues las mismas formas angélicas y Dios mismo son incomunicables de
se comuniquen de este modo, y también las formas sustanciales; sea también este modo, aun cuando sean absolutamente -actos y no potencias. Por lo cual,
porque rucha incomunicabilidad no basta para la razón de individuo, pues la cuando allí se ruce que la forma es de suyo comunicable, también esto está
materia, en virtud de su especie, es, de este modo, incomunicable, y con todo, fuera de lugar, pues la forma, corno tal, es comunicable a la materia como a su
no es individual en virtud de su especie, sino común a muchas materias numé- sujeto, no como a su inferior; y también según su razón específica es comuni-
ricamente diferentes; por tanto, aquella incomunicabilidad no es la primera raíz
cable a las distintas formas, y por ello, según tal razón no es individual; con-
de la individuación, incluso en la materia misma; por tanto, mucho menos podrá
todo, esta forma es tan incomunicable como esta materia; luego, en cuanto a
ser la materia el primer principio de individuación de la sustancia por razón de
esta incomunicabilidad. De otro modo puede decirse incomunicable la materia, esto, no hay mayor razón acerca de la una que de la otra.
ya sea por modo de causa, o por modo de parte, o por modo de naturaleza para 7. Y por lo dicho consta que la tercera conjetura no tiene tampoco ninguna
el supuesto, o por modo de superior para los inferiores, y todos estos modos eficacia, porque es muy diversa la razón cuando se trata del sujeto de inhesión
son falsos, pues la materia se comunica a la forma del mismo modo que es su X- del de predicaciól!, pues aunque pueda pensarse una cierta proporción entfe
causa y que la sustenta. Asimismo, la materia se comunica al compuesto_ como e'stos dos sujetos, ya que el superior se compara al inferior, que le es sujeto como-
la parte al todo, y también como la causa al efecto, al cual no causa de otro forma que le da el ser, con todo, en absoluto no son de la misma naturaleza, ni
modo que comunicándo~e intrínsecamente su entidad. uno se funda en el otro; por lo cual, en las sustancias simples hay sujeción o sub-
Del mismo modo, la materia, como parte de la naturaleza, se comunica sólo ordinación de los inferiores a los superiores, sin sujeto de inhesión o de in-
al supuesto propio, si hablamos naturalmente; sobrenaturalmente, en cambio, formación.
se comunica también al ajeno, como puede verse en la humanidad de Cristo; Hay que añadir que ~gEe es sujeto de predicac;iQ_t;t p.o_· _~s _de_ suyo m᪷ imper-
pero todos estos modos no se refieren para nada al caso presente, como clara~
mente se ve. Y el último modo, además (en el que sólo los términos empleados
es·
~~f!Q. __qy~_ ª-~L P:t:~-9-J~·~do super!or, -COi110--lá"Irüitiii_a_ qUe- riCprínlfr suj~-to --es
inferior a la forma, y, por ellO, llo es necesario que aquello que es el primer sujeto
en dicha razón se usarían unívocamente) es abiertamente falso, y se ve por la en el orden de la generación e imperfección, sea el primer principio y fundamento
razón dada arriba, ya que la materia, como tal, en virtud misma de su especie del inruviduo, que es el primer sujeto en el orden de la prerucación, el cual con-
es comunicable a muchos inferiores que pueden subordinársele en orden a la tiene en sí toda la perfección de los superiores y añade algo propio con que viene
predicación, aunque no pueden ser sujetos de inhesión. Y si se dice que la como a completar y perfeccionar a aquélla.
materia- en cuanto tal es común, y que la materia signada de que aquella sen-
falsum in probatione assumitur. Multis ve1 per modum naturae supposito, vel per lem, contra hoc est quia materia signata, 7. Atque ex his constat tertiam coniec~
enim modis intelligi potest materiam esse modum superioris inferioribus, et omnes isti quidquid illa sit, non habet quod sit incom- turam nullam habere efficaciam, quía est
.incommunicabilem: primo, quod sit incom- mod~ falsi sunt; nam materia communica- municabilis ex racione primi subiecti, in longe diversa ratio de subiecto inhaesionis
municabilis alicui ut subiecto physico quod tur formae ea modo quo est causa eius. qua dictum argumentum fundabatur; si ergo et de subiecto praedicationis; quamvis
informet vel cui, inhaereat, et hic sensus et. sustenta! illam. Item materia communica- materia signata est incommunicabilis, erit enim excogitari possit quaedam proportio
est verissimus, et recte ex eo probatur quod tur composito ut pars toti et ut causa etiam oh aHam causam quae communis esse pot~ ínter haec duo subiecta, nam superius com-
materia est primuni subiectum; hoc tamen cffectui, quem non aliter causat quam com'" erit fonnis vel aliis rebus, ut videbimus in paratur ad inferías sibi subiectum ut forma
est impertinens ad rem de qua agimus, tum municando illi intrinsece suam entitatem. sequentibus. Quocirca ad illam incommuni~
quia non est de ratione individui ut sic, dans esse, tamen simpliciter non sunt eius-
Item materia ut pars naturae communica- cabilitatem quae est de ratione individui, dem rationis, neque unum fundatur in alio;
quod sit incommunicabile alteri ut subiecto, tur supposito proprio tantum, si naturaliter impertinens est illa ratio primi subiecti;
nam accidentia sunt individua, licet com~ unde in simplicibus substantiis est subiectio
loquamur, supernaturaliter vero etiam alieno~ nam et formae angelicae et Deus ipse sunt seu subordinarlo inferiorum ad superiora,
municentur hoc modo, et fonnae etiam sub- ut in Christi humanitate videre licet; sed illo modo incommunicabiles quamvis sint sine subiecto inhaesionis seu informationis.
stantiales; tum etiam quia illa incommunica- orones isti modj nihil ad praesens referunt,
bilitas non sufficit ad rationem individui; omnino actus, et non potentiae. Unde cum Adde, id quod est subiectum praedicatio-
ut per se constat. Ultimas vera modus (in ibidem dicítur forma de se comrnunicabilis, nis, ex se non esse imperfectius suo prae~
materia enim ex vi suae speciei est illo modo quo solo termini in praedicta ratione
incommunicabilis,---et---tamen-- non est----indivi- extra propositum est; nam forma, ut dicato superiori, sicut materia, quae est pri-
dua ex vi speciei, sed communis mu_ltis ma~ s-u-mpti univoce sumerentur) est aperte forma, est communicabilis materiae ut sub- mum subiectum, est inferior forma, et ideo
sus, ut ratione supra facta convincitur, iecto, non ut inferiori-; secundum suam necessarium non esse ut id, quod est pri~
teriis numero differentibus; non est ergo
illa incommunicabilitas prima radix indivi- materia ut sic ex vi suae speciei communi- mum subiectum in ordine generationis et
etiam specificam ratíonem comrnunicabilis imperfectionis, sit primum principium et
duationis, etiam in ipsa materia; multo ergo cabílis est multis inferioribus, quae illi pos~ est distinctis formis, et ideo secundum eam
minus poterit materia esse primum, princi- sunt subiici in ordine ad praedicationem, fundamentum individui, quod est primum
rationem non est individua; tamen haec for-
pium individuationis substantiae ratione quamvis non possint esse subiecta inhaesio- subiectum in ordine praedicationis, continens.
ma tam incommunicabilis est sicut haec in se omnem perfectionem superiorum et
huius incommunicabilitatis. Alio ergo modo nis. Quod si dicas materiam ut sic esse com- materia; ergo quoad hoc non est maior
potest dici materia incommunicabiljs, vel munem, materiam autem signatam, de qua addens allquid proprium quo illam veluti_
ratio de una quam de alia. complet ac perficit.
per modum causae, vel per modum partis, illa sententia Joquitur, esse incommunicabi-
- 608 Disputaciones metafísicas
Disputación quinta.-Sección lii _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___!J609
Vart"as objeciones contra dicha sentencia
dimensiones es el principio de distindón numerzca en aquellas z
8. Pero hay que ver si esta sentencia, aunque no pueda demostrarse por se encuentran muchos- indiv-iduos· de una especie· 'y comentand cosaBs en. as que
la razón, puede, sin embargo, defenderse y sostenerse convenientemente, pues D T · 't t 4 . ' o a oec10, en el
· e rznz a e, q. ', a. 2, dice que .la cantidad distingue las cosas materiales. y
esto nos bastaría para que, al menos por la autoridad de Santo Tomás y de Aris- esto parece que esta fundado en Anstóteles en el libro III de 1 M t f' · 3
tóteles, la defenditramos también nosotros. Y la primera razón de la dificultad t t 11 dond · 1 d' . ' a e a tszca, c. ,
ex · , . ' e plen~a que a tstmción específica se hace por la forma y 1
acerca de ella puede ser que la materia es de suyo común, no sólo en cuanto que
dnumwca d por
d lad' cantidad
.. , ' y en e1 l"b
1 ro X, c. 3, text. 4, solamente pone aquellos
' a
ella misma, según su razón específica es común a muchos individuos materiales, os mo os ,e. IVlSIOn, a sa.ber, por la forma y por la cantidad; y en el libro V
sino también porque la misma materia numéricamente puede caer bajo muchas de la Metaftsica, c. 13, atnbuye a la cantidad el ser principio de división or
formas, ya sean específicamente distintas, ya sólo numéricamente diversas, al loadcual d1ce que es cuanto l aquello que puede a·.zvz·a·zrse en cosas, de las cuales
' p
menos sucesivamente; ¿cómo puede ser, por tanto, la materia principio de indi- e a una ~s ap 1a para ;er a go determinado; y en el libro III de la Física c. 7
viduación? Porque el principio de individuación debe ser propio en grado má- text. 78, dtce que el numero nace de la división del cuanto continuo y la' razó~
ximo y en modo alguno común a varios individuos, ni simultánea ni sucesiva- puede estar en ~u: para ser la materia principio de individuación · ·
mente. A causa de esta dificultad se añadió en aquella opinión que la materia, haya algo que distmga a esta materia de aquélla. pero esto no '1 es preci.so q?e
no de cualquier clase, sino signada por la cantidad es el principio de individua- n:a, porque la distinción debe hacerse por el ~etc. ni es la e; a matena mi~­
ción. Ahora bien: lo que los defensores de esta misma; sentencia quieren signifi- blen esra forma es distinta de aqw'lla porq
mater,ia. '"'
h orma, pues mas
ue se ace Y se recibe en distinta
car con esa palabra es tan oscuro que para explicarlo se dividen de modo sor-
prendente en muchos pareceres diferentes. Es preciso, pues, exponer y exami- 10. Sin embargo, esta opinión es fals d ·
nar sus explicaciones para que aparezca más claramente cuánta sea la probabili- mentos. y podemos proceder de dos mod:s!
-)ue ~ Impugnars~ con serios argu-
dad que pueda tener esta opinión. niónl que m.antie~en los mencionados autor;s,e a p:~~=~o,q~~p~:~~~~~dladotra opi;
en a matena prnna, sino en todo el com uesto a no esta
Se rechaza el primer mado de explicar la materia signada perse la sustancia y de nuevo se adquier~ par;
Por lo cual sucede, hablando absolut
l
que se .~estrduye al corro~­
a gel?eracwn ~ la sustancta.
9. La primera explicación es que la materia signada por la cantidad no es
otra cosa que la materjq COQ cantidad, o afectada por la cantidad, porque piensan fo~~~ sustf"cial numérica en esta mate":.~n~\i~: ¡~n~:~da~~ ;'t~~~u~~toes;:
que dicho principio de individuación viene como a coniponerse de estas dos es a ece e. argumento, porque esta forma, en el momento en que se entiende
cosas, de modo que la materia dé la incomunicabilidad, y la cantidad la distin- ,l~~t: ~~l~:ra:~ ~~ta m~teria,1se .ent~ende que se recibe también en una materia
ción, como arriba decíamos. Así, Capréolo en In ll, dist.-_.-3, q. Í,- ~a. 1, ' ego. orma e mtrmsecamente no se hace distinta or la ca ti
COI;"cl. S, y en el a. 3, en la respuesta a los argumentos contra ella. Igualmente d ad · Igualmente, de la materia y la forma tomad · · p n -
Ferrariense, I cont. Gent., c. 21, y Soncinas, libro VII, q. 34. Se inclina tam- dentes a la can~dad, resulta este individuo sust~~JI~~Islt~:en!:t: ~~%~ :ece-
bién a ella Santo Tomás, en la q. 2 De Veritate, a. 6, ad 1, donde explica que
la materia signada natural es la materia con la determinación de estas o aquellas ;~n~: ~~~ou~a~ir~~~cdetu~ :!~~;~a~Jst:!~f~la;s ;entr~~cf~~~~:~/ t!:~i~~n~;
dimensiones; y en la q. 16 De Malo, a. 1, ad 18, dice que la materia suieta a
m~te¡?~ d~m~nsionibus subiectam esse
Obiiciuntur multa contra dictam sententiam in ea re explicanda defensores huius senten- Pn;'ctpzu_m dt~ttnctionis numeralis in his in . 10. S~d ~aec .sententia falsa est et gra-
tiae inter se mirum in modum dissideant. qwb~~ mvemuntur multa individua uniu15 vtbus ratwmbus Jmpugnari potest. Duobus
8. Sed videndum est, quamvis sententia Quorum exposiciones varias referre oportet autem modis . procedere possumus, primo,
haec ratione convinci non possit, an valeat specwt;, 7t super .Boetium, de Trinit., q. 4,
et examinare, ut quanta sit probabilitas a. ~' d1c1t ql!antztatem distinguere res ma- s~p?nendo aliam sententiam, quam prae-
convenienter defendi ac sustineri, nam hoc huius sententiae clarius appareat. tenales. Et Vtdetur fundatum in Aristotele ~hcti auctores tenent, quantitatem non esse
satis nobis erit ut saltem propter Aristotelis
et D. Thomae auctoritatem illam defenda- III ~etaph., c. 3_) text. 11, ubi distinctione~ m ma~eria prima, sed in tato composito, et
Primus modus explicandi materiam signa- s_pectficam censet fieri per formam, nume- destrm corrupta substantia, et novam com-
mus. Et prima ratio difficultatis circa illam tam reiicitur
esse potest, quia materia de se cornmunis rtcam vero per quantitatem, et lib. X, c. 3, parar! ad. ~enerationem substantiae. Ex quo
est non solum quatenus eadem secundum 9. Prima expositio est materiam signa- te~~· 4, tantum eos ponit divisionis modos, fit, srmplictter loquendo, prius hanc nume-
ratíonem spedficam communis est multis tam quantitate nihi_J_ aliud esse quam mate- Sclhce~, secundum formam aut secundum ro formam substantialem introduci in hanc
riam curo quantitate seu quantitate affec- qu~tt~atem; et V Metaph., c. 13, quantitati
individuis materiae, sed etiam quia eadem materiam et consequi quantitatem. Unde
numero materia subesse potest multis for- tam; ex his enim duobus censent hoc prin- attrtbUlt quod sit prindpium divisionis; un-
conficitur argumentum, quia haec forma,
mis vel specie distinctis vel solo numero cipium individuationis quasi i.ntegrari, ut de quantum esse ait quod dividi potest in
ea quorum unumquodque hoc aliquid na- cum primum intelligitur recipi in hac mate-
diversis, salte111 ___Sll(;(;(!_ssive; quor11~do ergo materia det incommunicabilitatem, quantitá.s ria_) intelligitur etiam recipi in materia di-
potest materia esse principiuin índividua- dlstinctiotiem, ui supra dicebamus. Ita ca; . . est esse; et 111 Phys., c. 7, text. 78,
stincta ab aliis; ergo formaliter et intrinsece
tionis? Nam principium individuationis preol., In II, d~st. 3, q. 1, a. 1, concl. S, dictt n01nerum nasci ex divisione continui
~uant!. Ra~io _v~ro es~e potest quia, ut mate- non fit distincta per quantitatem. Item ex
debet esse maxime proprium, et nullo et a. 3, in respons. ad argum. contra illam.
ldem Ferrar., 1 cont. Gent., c. 21, et Son- na stt pnnctplum mdividuationis, aliquid materia et forma praecise conceptis et ut
modo commune multis individuis, nec si-
mul nec successive. Propter hanc difficulta- cin., lib. VII, q, 34. Favet D. Thomas, q. 2 ne:essarmn~ est quod distinguat hanc ma- praevenientibus quantitatem, resultat hoc
tem additum est in illa sententia materiam De Verit., a. 6, ad 1, ubi explicat materiam t:nam ~b 1~a ,; s7d hoc non est ipsa mate- individuum substantiale; ergo illud ut sic
non utcumque, sed signatam quantitate, signatam naturalem esse materiam cum de- na, qllla distmctlo _debet fieri per actum · unum est, non unitate rationis, sed unitate
esse principium individuationis. Quid autem terminatione harum vel illarum dimenS?.O- est forma, nam poúus haec forma es~ r~ali et si~gulari a e transcendentali; ergo,
illa voce significetur, tam est obsct.Irum ut num; et q. 16 De Malo, a. 1, ad 18, dicit distincta ab illa, quia in distincta materia stcut ex v1 suae entitatis substantialis est
et recipitur. in se indivisum, ita etiam est substantialiter
Disputaciones met~[ísicas
Disputación quinta. Sección III ________________
~~6~10~---------------~--~~~~::~:: . 1 d' . 611
. distinto de to dos 108 otros.
· '
luego no tiene a tsttn-
"al terminadas puede estar bajo form~s diversas, y que, como tal, no es principio de
sustancial y entitatlvamente di que en el género de causa maten "
'd d N' 1.m porta que se ga . d d individuación; pero que, en cambio, la materia con estas determinadas dimen~
ción por la cantl a . 1 . rque en dicha sentencia no pue e e-
la cantidad es anterior .a la maten~~e~~e p~onsigo mismo, como se verá ~espu~~; siones es propia de este individuo, y que, corno tal, es principio de individua-
cirse esto fácilmente, stendo conse d t derse ello según la verdadera mheston ción. Pero pregunto, ¿qué añaden estas dimensiones determinadas a la cantidad?
ya también porque a1 me nos. no pue ed en cuerdo
en . . . 1a cant'd
con aquel prmCiplo, I ad Las dimensiones, efectivamente, pueden decirse indeterminadas sólo porque no
de la cantidad en la matena, pue_s, e ~ duración real sino en el compuesto; dicen cierto término de longitud, o de latitud; etc., y así la cantidad terminada
nunca está inherente en la ~~tena ~~ú~ signo de pri~ridad, porque lo q?-e no sólo añadirá los límites ciertos de las dimensiones; y esto no basta para el caso
luego tampoco puede converur e en . '. 1 no puede tampoco convemr con presente, pues la misma mateda, existiendo de este modo bajo la misma cierta
conviene en la re~li~ad y en la d~rac·lO~a r~:~tidad no hace a la cosa div:isa, o y determinada cantidad, puede estar sujeta a diversas formas, como es claro en
prioridad o postermnd~d; ah~.a btef .. hesión e información; luego, en mngun una misma rama, primero verde y luego seca, y en otros casos parecidos. En
distinta de las demás, smo me mnte ~ m nte en la materia, sino en todo el otro sentido, puede decirse cantidad indeterminada aquélla qne no está afec-
signo tiene la cantid~d ~ste efecto pn~:r:le a individuo, y, por tanto, distinto tada por ciertas disposiciones, como de tal rarefacción o densidad, o de otras
compuesto; por const~mente, supone aor que p:ra la validez del argumento_ basta cualidades con que la materia queda determinada a esta forma más bien que a
con una división antenor. Y por fin, P q es absolutamente antertor, la aquélla. Y en este sentido puede admitirse que la materia, afectada por la canti-
con que la materia, en algún gé~ero de caus~d q~e tenga va de suyo la distit;ición .. dad o por dimensiones de este modo determinadas, es decir, dispuesta así próxi-
materia digo, en cuanto que previene al ~a cant~ ala' forma- se recibe en la materia mamente, es hasta tal punto propia de este individuo que no puede estar en otro.
' t puede conc mrse as1: . 1 Sin embargo, ni los mencionados autores pueden hablar de este modo, ni en él
Finalmente, el argumen o f . recibe en esta materta porque a
d 'd
desprovista e cantt a ' d. luego esta orma se . d' 'd
d 11 dos resulta este m lVl un an tes se encierra la verdadera sentencia de los mismos. Lo primero es claro, porque
generación se hace en el singular; lueg? e ebraesv'ene al individuo ya constituído, ellos dicen que la cantidad por su propia razón y efecto formal distingue a nn
'd d
de sobrevenirle la cantl a ; mas.
' aún· esta so ' 1
. ·¿ d d' tinto de todos los otros; uego, individuo del otro; luego no le conviene esto a aquél por razón de otras cuali-
al cual podria Dios conservar sm cantl a ' ts el principio de individuación,. dades o disposiciones, pues, de lo contrario, no ya la materia signada por la
. f malmente no entra en . , b cantidad, sino la materia cuanta signada por las cualidades debería llamarse prin-
la cantidad mtrfnseca. y or d da una de las partes de esta, a sa err
sea de toda la sustancia compuesta, sea e ca cipio de individuación. Lo segundo es claro, porque, de lo contrario, se sigue
de la materia y de la forma. d tinuar en la otra sentencia, que la can- que los accidentes con que la materia se dispone para la forffia, se incluyen in-
11 En segundo lugar, po emos con 1 'sma en lo que se engendra y se trínsecamente en el principio de individuación de la sustancia; el consiguiente
· · ·ma y permanece a ffil fi
tidad está en la matena pn ' argumento no menos e caz~ es falso; por tanto. La consecuencia es evidente, pues la materia signada, de
corrompe. y entonces, por otro ~ado se. tomtamanb~n en cuanto afectada por esta. acuerdo con esta opinión, incluye intrínseca y formalmente éstos accidentes como
'
pues no sólo '
esta matena en SÍ IIDSIDa' smo .u:w
onsiguientemente, en m ' di 'd
V1 uos: inherentes en sí, que la determinan para tal forma. La menor se prueba, en pri-
cantidad puede estar bajo diversas formdas, y, e ás principio de individuación mer lugar, porque el individuo de la süstancia es una unidad por sí, directamente
' di . t . luego no pue e ser m . . . d colocado bajo el predicamento de la sustancia; no incluye, por tanto, intrínseca-
numéricamente stm os' , . . , la materia con dtmenslünes m e-
que la materia sola. Se podra dectr qmzas que mente a los accidentes, a pesar de que intrínsecamente incluye el princi.rio de
. h ab ea t ex
. se 1 distinctio-
et entitative distinctum ab omnibus ~s; venit quantltatem, di. for- minatis esse posse sub diversis formis, et
ero Denique sic potest ratiO conc ? · huius individui, ut non possit esse in alio.
ergo non habe r distinctionem · per quantlta-
sae n · · 't r in materia nuda quanutate; e~­ ut sic non esse principium individuationis, Verumtamen neque dicti auctores Ioqui pos-
tero Nec refert si dicas, m ?enere . cau ma rectpl u . h e materia, quia generauo-- materiam vero cum his determinatis dimen~
mat~rialis quantitatem esse p~lO~em m ma- go haec forma .l,l1 a ·¡r resultat hoc sunt in hoc sensu, neque in illo esset vera
sionibus esse propriam huíus individuí) et eorum sententia. Pr.imurn patet, quía ipsi
. Tum quia in ea sentenua Id non pot- in singulari fi.t; ergo ex 1 ts . . .
. . . ante adventum quanutaus ;, llll- ut sic esse principium individuationis. Sed dicunt quantitatem ex propria ratione et
term.
t commode consequentur d'.lcl, · u t infra inquiro quid addant hae detenninatae di~
mdividuumd
illa a vem.1 1'nd,·VI·duo iam. constituto,. effectu formal,i distinguere unum individuum
tractandum est;. tum e 113
es · m qma saltero non
• h _ mensiones supra quantitatem. Dimensiones
mo d t Deus sine quanutate serv.are- ab alio, ergo non convenit hoc illi ratione
otest id intelligi secundum. vera~ ~~~a quo pos se . ¡·. .
distinctum ab o mmbus a HS' e.rgo
quantltas-
. .-
enim possunt dici interminatae solum quia
aliarum qua.litatum seu dispositionum, alio-
P. m quantitatis in matena, qma. 1 . f maliter non mtrat pnncr non dicunt cenurn tenninum longitudinis,
swne · quam mhae- qui non materia signara quantitate, sed ma-
1'llud principium quant1tas n~
· e in duratione reah, sed com:!m:
~~:s~~iv~~ua~foniS, vel totius .comp~~~se aut latitudinis, etc., et sic quantitas terminata
solum addet cenos terminas dimensionurn;
teria quanta signara qualitatibus deberet dici
ret matena . liquo signo pnon substantiae, vel singula~um paruum ,. principium individuationis. Secundum pa~
"t . ergo neque m a . et hoc non satis est ad praesens, quia eadem
s~~;st illi convenire, quia quod a parte r~~ scilicet form~o et ;;~!~~::·possumus. in al~a materia hoc modo existens sub eadem certa
tet, quia alias sequitur accidentia, quibus ma-
~t in duratione--r.eali ...non ..conv:mt~. neq . 11. .secun d' ~antitas inest matenae pn-·' determinara quantitate, potest subesse
teria disponitur ad fonnam, intrinsece in-
cludi in principio individuationis substan~
.
Prms n
eque posterius convemre potest' sententla, quo qd .0 genito et corrupto,. distinctis formis, ut patet in eadem virga
. . tem non facit rem d'lVlsam
· aut mae et m~net ea em. ~r non minus efficax pr.ius viridi, postea sicca, et sirnilibus. Aliter
tia e; consequens est falsum; ergo. Sequela
qd"?a?u~as a~b aliis nisi inhaerendo et iut:or- et tune ahunde surmt haec materia potest dici quantitas interminata illa quae
patet, quia materia signata, iuxta hanc opi-
tstmc am in dullo signo habet quantltas argumentum, quia ~on ~~1~~ecta hac quan- non est affecta certis dispositionibus, ut
nionem, intrinsece ac formaliter includit
mando; ergo . in materia sed in roto secundum se, sed etlam. . f is et con- haec accidentia ut ipsi inhaerentia ipsamque
hunc ef!ectum pnmo onit illud' iam indivi- ru'
titare potest esse sub d¡versts orm tinctis. tali raritate aut densitate, vel aliis qualitati-
bus, quibus materia ad hanc formam potius
determinantia ad talero formam. Minor vero
composno; ergo supp 1' priori di visione sequ¡nter in individuis num:ro. i:m indi: probatur primo, quia individuum substantiae
d~m~, et conseq~;~fru!-~uia ad vim ratio- ergo non magis potest esse ~rm~cetur for-
quam ad aliam determinatur. Et hoc sensu est per se unum directe collocatum sub spe-
~i~tl~~~r:U~s¡~~od ge~ere
admitti potest materiam quantitate seu di-
in \liquo causa:, viduationis 9uam sola ~ar:~:i.onibus inter- mensionibus sic determinatis affectam, id
cie in praedicamento substantiae; non ergo
quod simpliciter prius est, matena, ut pra - tasse matenam cum un includit intrinsece accidentia, cum tamen in-
est:, sic proxime dispositam, ita esse propriam
trinsece indudat índividuationis principium.
612 · - - - - - - - _____________D:c.=isputaciones met_af_íst_._cas_
Disputación quinta.-Sección 1II
.~_:.:__:::::_____ _ __ 613

individuación. En segundo lugar, porque se mostró antes que la diferencia indi- dar la . incomunicabilidad
. bl d de la individuación . Y se confirma .. efectlVameme
· se
vidual en la realidad no es naturalmente distinta de la naturaleza sustancial, y llama mcomuruca ·di e e este
h modo lo que de tal forma ' ·
es uno en s1 1rusmo 'que
que, por ello, es la misma sustancia individual; luego su principio intrínseco no no pue1 d e di VI· d rse
d. den mue
d" · os .seme¡"antes '· y lo que es tal, t"1ene precisamente
· por
es~o a prop1e a e 1stmgmrse de las otras cosas, caso de que existan y el
puede ser un accidente, sino la sustancia.
12. Y estas razones pueden valer también en la otra sentencia, que dice que mtsmo argu~e?to puede. h~c~rse por su parte sobre la cantidad, porqu~ si es
ella l~ que distmgue los mdmduos de una sustancia, también es ella la ue debe
la cantidad no está en la materia prima, sino en todo el compuesto, pues la
cantidad es un accidente; luego, en cualquier sujeto en que est<!, no puede entrar ~onstttrnrlos, ~ por el ~ontrario, ,si no puede constituirlos, qne es lo mis verda-
intrínsecamente en la constitución del individuo sustancial; luego no puede obrar s:;~n-;~~~s biense:r :~e¡·~~ente ~s~~ ~dueral de toda la extensión de la sustancia y
su distinción. Por lo cual, prescindiendo de aquellas sentencias, podemos argu- ° ya m IVI ua ~ tampoco los puede distinguir.
13 · Respond en a1gunos que est ·
mentar en tercer lugar, porque aunque la cosa sea una en sí con prioridad natu- no hace la primera distinción entre "¡~;"~~;f~eba ~ectamente que. la cantidad
ral a ser distinta de las demás, sin embargo, esto último se sigue intrínsecamente no prueba que no haga al una b ';0.s e una sustancia, pero que
de .lo primero sin ninguna adición positiva que se haga a la cosa misma que es para que la cantidad uedg ' a sa er' 1a numen ca y cuantitativa, y esto basta
una, sino sólo mediante la negación, por la que, puesto un extremo, se puede de individuación. p a en esta parte pertenecer intrínsecamente al principio
afirmar con verdad que esto no es aquello. Así, pues, aquello mismo positivo
que funda la unidad en cuanto a la primera negación o indivisión en sí, funda . Pero ~st? r~.spue~ta incurre en un equívoco, pues si la cantidad no causa la
consecuentemente la negación posterior de distinción respecto de otro, sentido en el
que suele decirse, y es muy verdadero, que una cosa se distingue de las otras
r:u;r:e~~:tl~i~~~~~:~ 0~~, p~~~:~~rc:l es la que supone y cuál la que causa:
por la que esta materi: no e~ aquélla o e~~~~s~!.a. que la distinción entitativa
por aquello mismo por lo que en sí se constituye, pues se distingue por aquello
ninguna otra distinción anterior puede pensarse cm no es aquélla, sea porque
por lo que es.
Casi en el mismo sentido dijo Santo Tomás, I, q. 76, a. 2, ad 2 que cada intrínseca a cualquier entidad pues com ' ~ea porque es también la más
cosa tiene la unidad del mismo modo que tiene el ser. Y es claro en la unidad co a .c,ualquier ente que su p;opia entida~,n~st~~~o~~n:~;u::d~s~~~i1:trínse-
especifica, pues la misma diferencia que constituye a la especie una en sí misma paracwn respecto de otro ente es anterior a la que se explica por esta n ~óse­
la hace distinta de las demás especies; por lo cual, lo que es principio de tal di- este ente no es aquél . 1 al egac1 n :
ringa d t . . ' por o cu no puede concebirse que una entidad se dis
ferencia, es también principio, no sólo de la unjdad, sino también de la distin- 14 e ~er~oentttlatttvamb:~te e inmediatamente por algo distinto de sí misma-
ción específica; luego, de modo semejante en la unidad individual, aquello que
es principio del individuo en cuanto a su constitución e incomunicabilidad o in- contra. t d cua am ·1en resulta (lo que es un argumento nuevo y suficiente·
divisibilidad en sí, es también el principio de distinción de él con respecto a· los
distingu¡·~ :n~~tatl. sentencm), que no. pertenece al efecto formal de la cantidad
a vamente una materm de otra d
otros; y, por el contrario, lo que es principio de distinción, debe ser también otra, porque como la cantidad su one la .' o una p~te e la materia de
principio de constitución. Por consiguiente, si la materia por sí misma y separada ne su entidad individual la cual : , ;natena ~o~o su¡eto, así también supo-
la cantidad constituye al individuo en sí incomunicable y uno, distingue también quíer entidad semejant/ luego d?s~~ mtsma "dendtttatlvamente e~ ~stinta de cual-
a aquél con relación a los otros, o si no puede dar la distinción, tampoco podrá ' . as cantl a es suponen dtstlntos sujetos en

tem indi~iduati.onis dare potest. Et confirr sed ali~m, interrogo quaenam sit illa quam
teriorem negationem distinctionis ab alio,
Secundo, quía ostensum est supra differen- ~a!ur. Nam mcommunicabile hoc modo suppomt, qua~ vero illa quam causat: prior
tiam individualem in reipsa non esse distinc- quo sensu dici solet, et verissimum est, per
illud rem distinguí ab aliis per quod in se
dicitur. . quod ita est in se un um ut non san~ !!ulla alia esse potest nisi distinctio
tam ex natura rei a natura substantiali, atque po~sit m .multa similia dividi; quod autem
constituitur, quia distinguitur per id quo entrtatlVa, qua haec materia non est illa,
adeo esse ipsammet substantiam indivi- h~msn:odl est, ex hoc praecise habet ut s; aut ,hae7 su~s~an~a no?- est illa. Tum quüi
d'uam; ergo principium intrinsecum eius est. Qua fere sensu dixit D. Thomas, 1, alia existant, ab illis distinguatur. Idem~u~ nulla a~Ia drst:nctro pnor excogitari potest;
non potest esse accidens, sed substantia. q. 76, a. 2, ad 2, unumquodque hoc modo
a_rgumentum P.o~est e converso fieri de quan- tu~ etmm qma haec est maxime intrínseca
12. Atque hae rationes possunt procede- habere unitatem quo habet esse. Et patet tt.tate, quod, Sl lila est quae distinguit indi-
in unitate specifica, nam eadem differentia, cmcumque entitati; sicut enim nihil concipi
re etiam in alía sententia, quod quantitafi Vl~ua substantiae, ipsa etiam debet ea con- potest magis intrinsecum unicuique enti
non sit in materia prima, sed in toto com- quae constituit speciem in se unam, facit stltuere, vel e contrario, si non potest consti-
illam a caeteris speciebus distinctam; unde quam ~ntitas e.ius, ita nulla distinctio veÍ
posito; quia quantitas accidens est; ergo est ext:a tot~m latitudinem substantiae et separatlo ab aho ente est prior illa qua~
in quocumque subiecto sit, non potest intrin- quod est principium talis differentiae est suppomt pot~us subiectum individuum, ne-
etiam principium non tantum unitatis, ~ed ~a e negatione ex:plicatur: Hoc ens non esr.
sece constitutionem individui substantialis tuere, ~t ver~u~ est, quía, cum sit accidens, dlud ;_ pr?pter quod intelligi non potest
ingredi; ergo non potest eius distinctionem etiam distinctionis specificae; ergo similiter que et:J.am d1stmguere potest.
in unitate _individuali id) quod est princi- unam. entltatem 9-istingui ab ali_a entitative,
efficere. Unde·--abstrahendo ah illis--sententiis, 13. Respondent aliqui rationem hanc ac pnmo, per ahud a seipsa.
pium individui quoad constitutionem eius,
possumus tertio argumentari quia, licet res
et incommunicabilitatem seu indivisibilita· recte p-:o~are. quant!tatem non efficere pri·· 14.. Unde etiam fit (quod est novum et
prius natura sit in se una quam sit distincta ~am distmctlOnem mter individua substan- sufficiens - argumentum contra totam hanc
ab aliis, tamen hoc posterius intrinsece se- tem in se, est etiam principium distinctiorús
ttae, llOJ?- .tam_en probare non efficere ali- sententlam) non pertinere ad effectum for-
eius ab allís; et e converso, quod est prin-
quitur ex primo absque additione ulla posi- quam, di~tmct:J.onem, scilicet, numericam "et malem quantitatis distinguere entitative
tiva quae fiat ipsi rei quae est una, sed pium distinctionis, debet etiam esse princi- quanutattvam, quod satis est ut quantitas
pium constitutionis. Si ergo materia per se, unam materiam ab alia, vel partem materiae
solum per negationem, qua, pasito alio ex-
et seclusa quantitate constituit individuum quoad ha~c p~rtem. p~ssit intrinsece pertine- a p~rte mat~riae, quia, sicut quantitas sup-
tremo, verum est dicere hoc non esse illud.
in se incommunicabile et unurn, diutinguit re ad ~rmclplum md1viduationis. Sed haec po~t. matenam ut subiecturn, ita supponit
!taque illud idem positivum quod fundat respo.t;tsm laborat in aequivoco, nam si
etiam illud ab aliis, vel, si distinctionem · m~v1~uam .e~titatem eius, quae per seipsam
unitatem quoad primam negationem seu quantJ.tas non causat pr.imam distinctionem,
indivisionem in se, fundat consequenter pos- dare non potest, neque incommunicabilita~ entltatlve distmcta est ab alia entitate simi-
614 Disputaciones metafísicas
~-----------------~~ Disputación quinta: S_ección.'-"II=I'---~~~~~~~~~~~~~--~--'6'.'1C:5
los que se reciben, y distintas partes d~' la ~antidad. sur_onen partes del sujeto consiste en que una sustancia esté fuera del sitio o lugar de la otra. Con lo cual
entitativamente distintas. Pues aquí tamb1en tlene aphcac10n aquel argumento de también se salva que la cantidad ·del mismo modo que distingue, constituye, pues
Cayetano que el acto singular supone la potencia singular, cosa que es verdadera primeramente hace a la sustancia extensa en sí misma, unida y determinada cuan-
principal:nente en el acto y potencia realmente distintos. Y tanto más cuanto que titativamente y que posea esta determinada mole corpórea, y consecuentemente,
siendo la cantidad realmente distinta de la materia en que está, n? puede hacerla hace que ocupe espacio local; y de modo semejante, primero la distingue cuan-
en la realidad distinta de sí misma; luego supone e': ella la e~tidad. que. por si titativamente, y luego de modo "situal''; ahora bien: toda esta distinción está
puede distinguirse de su cantidad; luego por la misma podra distmgmrse de fuera de la razón de sustancia individual, y es para ella algo accidental, como lo
todos los otros que no son ella misma; por tanto, esto no pertenece al efecto es la cantidad misma.
formal de la cantidad. . . . . 16. Esto, ciertamente, en la distinción "situal" es evidente por sí mismo, ya
Lo mismo puede también finalmen~e confirmarse a posterzon, pues s1 Dros, que es muy extrioseca y mudable, y por mucho que cambie de sitio la cosa
separada la cantidad, conservase por e¡emplo la sustancia del c.uerpo de Pedro, cuanta, permanece la misma numéricamente; más aún: una misma sustancia
las entidades parciales de materia que están en las manos, p1es, ~abeza, ~te., corpórea numérica puede ser conservada por la potencia de Dios sin sitio sea con
siempre permanecerían entitativamente distintas, sea que permaneciesen umdas cantidad o sin ella, al modo como está el Cuerpo de Cristo en la Euc.:ristía. Y
0 que no, pues aunque una entidad pudiese unirse o separa~se. ~e otr~, ~ :p:sar de modo semejante, la misma cosa cuanta puede constituirse por la potencia
de todo, hacerse una la otra o reunirse una y otr~ en un md1v1;Iuo I?d!vtsible de Dios en un doble sitio, como tratando del misterio de la Eucaristía mostré
conservando su entidad, es una abierta repugnancia, ya que sertan distmtas y extensamente, y también dos cuerpos distintos pueden colocarse en un mismo
no serían distintas. . . sitio, como ha hecho Dios con frecuencia, y se demostró en la materia de la
15. Por consiguiente, la distinción que supone la cantidad en la sustanc1~ es resurrección. Por consiguiente, esta distinción situal no afecta para nada a la
distinción entitativa y sustancial, y ésta es la que por si pe.rte~e.ce a la ~rn?ad unidad y distinción numérica. Ahora bien: sobre la distinción cuantitativa se
individual de que tratamos, pues por ella se concibe que el mdlVlduo es distmto da el mismo juicio que sobre la ca?tidad y la unidad que proviene de ella, la
de todos los otros sea dentro de la misma especie, si se compara con los seme- ·cual mostramos ya antes que es accidental para la unidad intrínseca y entitativa
jantes, sea bajo e{ género o bajo cualquier otro predicado. c~m??" si s~ compara de la sustancia material; por lo cual, aunque acompañe naturalmente a aquélla
con todos los otros; luego, si la cantidad aporta alguna dlstmcton, sera algo. ac- al ~odo. de una propiedad, con todo en el orden de la naturaleza la supone,
cidental a la razón de individuo, y que sobreviene al mismo; luego, por dicha y mas bien es causada por ella que la causa. Y, finalmente, la sustancia material
razón no pertenecerá la cantidad al priocipio de iodividuación. de que tratarnos. podría conservarse la misma numéricamente de potencia absoluta sin la cantidad
Esto se explica por la misma naturaleza de la cosa, pues la ~;ntidad~ ~o~~ da a la y, por consiguiente, podría retener toda la unidad individual con la incomuni~
sustancia la unidad cuantitativa, así puede sólo darle tamb1en la d1stmcron cuan- cabilidad y distinción sustancial, sin ninguna unidad ni distinción cuantitativa.
titativa o "situal'', de las cuales la primera sólo consiste en esto, que una sus- 17. Por lo cual, también Soncinas y el Ferrariense confiesan finalmente que
tancia 'esté separada de otra bajo los diversos té~minos de la. cantidad, y así no la sust.ancia material no tiene la unidad trascendental por la cantidad, pero
sea continua con aquélla con la continuidad propia de la cantidad; y la segunda que, sm embargo, es numéricamente una mediante la cantidad. Es extraño,
una substanti:;¡ sit extra situm seu locum locari possunt, et a Deo saepe factum est,
li; ergo distinctae quantitates supponunt suam entitatem, aperta repugnancia est, quía alterius. Unde etiam salvatur quod qllanti-
et essent distinctae et non essent distinctae. ut in materia de resurrectione demonstra-
distincta subiecta in quibus recipiantur, et tas ita distinguit sicut constituit; primo tum est 2 • Haec ergo situalis distinctio ni-
distinctae partes quantitatis, partes etiam 15. Distinctio, ergo, quam supponit enim facit substantiam in se extensam, uni-
quantitas in substantia, est distinctio enti- hil ad unitatem et distinctionem numericam
subiecti entitative distinctas. Nam et hic tam et determinatam quantitative et haben- refen. De distinctione autem quantitativa,
locum habet argumentum illud Caietani, tativa et substantialis : haec autem est quae tem hanc corpoream molero, consequenter
per se pertinet ad unitatem individ~alen;t, idem iudiciurn est quod de ipsa quantitate,
quod actus singulads supponit potentiam vero facit illam replere spatium locale; et et unitate ab illa proveniente, quam supra
singularem, quod maxime verum est in actu de qua tractamus; nam per hanc mtelli- similiter primario discinguit quantitative, et ostendimus esse accidentalem ad unitatem
et potentia realiter distinctis. Eo vel maxime gitur individuum esse distinct;tm .ab omn!- deinde situaliter; tata autem haec distinctio intrinsecam et entitativam substantiae ma-
quod, cum quantitas re distincta sit a mater~a bus aliis, vel sub eadem spec1e, s1 cum sl- est extra rationem substantiae individuae, et terialis; unde, licet illam naturaliter comi-
in qua inest non potest illam facere re dl- milibus comparetur, vel ~tiam sub geD;ere? accidentaria illi, sicut et ipsa quantitas. tetur ad modum proprietatis, tamen ordine
stinctam a s~ipsa; ergo supponit in illa enci- ve! sub quocumque praed1cato comm~, ~t 16. Quod quidem in distinctione situali naturae supponit illam, et potius causatur
tatem quae per se potest distinguí a sua cum omnibus alüs conferatur; ergo, s1 ali- est per se evidens, quia est valde extrínseca ab illa quam causet illam. Ac denique de
quantitate; ergo per eamdem poterit ~stin­ quam distinctionem co~fert qt;mn~t.as, . illa et mutabilis, et quantumvis res quanta si-
erit per accidens ad ratwnem m~hvtdm, :t potentia absoluta posset materialis substan-
gui ab omnibus allis quae non sunt tpsa; tum mutet, eadem numero manet; immo cia eadem numero sine sua quantitate ser-
non ergo hoc pertinet ad effectum formalem superveniens illi; non ergo ea rauone peru- Dei potentiam potest eadem numero
nebit quantita"s ad principium in?ividuatic:- vari, et consequenter retinere totam uníta-
quáfftltatis. --Quod--denique-· -a· -pD-steriori con- ~~·--,,ubstant,[a corporea, vel sine quantitate, vel tem individuam cum incommunicabilitate
firmari potest; nam, si Deus, separata .quan- nis, de qua agimus. Quod ex re tpsa e~h­ cum illa sine situ servari, ad eurn modum
catur, nam quancitas, sicut dat substantme ac distinctione substantiali absque unitate
titate, conservaret substantiam corpons Pe- quo est Christi corpus in Eucharistia. Et si- et distinctione quantitativa.
tri, verbi gracia, encitates parciales I?ateriae, unitatem quantitativam, ita solum potest militer potest res eadem quanta cum duplici 17. Quocirca etiam Soncin. et Ferrar.
quae sunt in manibus, pedibus, cap1te, etc., dare vel distinctionem quantitativa~,, v:el situ per Dei potentiam conscitui, ut tractan-
situalem, quarum prior solum cons1st1t 1!1 tandem fatentur substantiam materialem
semper manerent entitative distinctae, sive do de mysterio Eucharistiae late ostendi \ non habere a quantitate unitatem transcen-
manerent unitae, sive non, quia, licet una hoc quod una substantia sit sub divers~s et duo distincta corpora in eodem situ col- dentalem, sed tamen esse unam numero per
entitas possit coniungi vel separad ab alia, terminis quantitatis ab alia, et .ita non. srt
tamen unam fieri aliam, aut utramque coa- continua illi continuatione propna quant1ta- t Tertio toro., in III part., disp. LII, sect. 3.
lescere in unam indivisibilem, conservando tis; posterior autem consiscit in hoc quod :J Secundo tom., in 111 part., disp. XLVIII, sect. 5.
616 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección_lll____ _ _ __ 617

con todo, que tan fácilmente se aparten del verdadero sentido de la cuestión y ma; y por una acción del agente previa a la generac10n se determina que sea
usen rerminos eauívocos. Efectivamente, como hemos advertido muchas veces capaz de esta cantidad y no de otra, y aquélla, en cuanto tal, es la que se dice
y todos suponen,_.. y ellos mismos -según creo~ no ignoran, cuando aquí trata- que es principio de individuación. Y entendemos por cantidad en este lugar, no
mos de la unidad numérica, no tomamos el número en cuanto que es una espe- sólo la cantidad matemática (por llamarla así), sino la física, es decir, modificada
cie de cantidad, sino en cuanto puede hallarse en cualesquiera entes, como indica por cualidades y disposiciones físicas. Y así explicó este punto Cayetano en el
Santo Tomás en el Opúsculo 16, c. últ., donde dice de este modo que inclusa De Ente el Essentia, c. 2, q. 5. Le sigue Iavello, en el V Metaph., q. 15, y antes
la sustancia inmaterial es una numéricamente; del mismo modo que Aristóteles que ellos Egídío, Quodl. I, q. 5, a. l.
en el libro V de la Metafísica distinguió la unidad numérica, específica, genérica Pero, sin embargo, esta sentencia desagradó al mismo Cayetano, I, q. 29, a. 1,
y proporcional. Por tanto, esta unidad numérica es en cada cosa trascendental,. a causa del argumento que después referiré, y por esto halló otro modo de hablar
igual que la unidad específica o formal es a su manera trascendental respecto de (~í es que en realid~d es otro); dice efe~tívarnente que el principio de individua-
la naturaleza común; luego, si la sustancia material tiene unidad individual ción no es 1~.• matena en cuanto .que__ esta en J20tenci~a esta c~ntid_ad, sino__$!!
trascendental, y no por la cantidad, no pertenece la cantidad intrínsecamente al ~anto que y1rtualn:ente preconttene es~a cantidad. o es _la raíz .Y el fundamento
principio de individuación de la sustancia. Hay que añadir a esto que del mismo de esta --~anudad. Sm embargo, no entiendo suficientemente qué es lo que con
modo que la sustancia tiene unidad numérica predícamental por la cantidad, por -esas pala?r.~s se significa como distinto a priori, ya que la materia (especialmente
la cantidad misma no sólo se distingue, sino que se constituye y se hace indivisa en la opmwn de Cayetano y de otros tomistas) no precontiene la cantidad en el
en sí e incomunicable cuantitativamente por la mis·ma cantidad, pues no podría la género de causa eficiente, sino que ésta se hace por un agente extrínseco o resulta:
cantidad hacer a algo uno dentro de su género, si no lo hiciese también indiviso, de la. forma; por consiguiente, sólo puede precontenerla en el género' de causa
ya que en ello consiste la razón de unidad; por consiguiente, si hablan constante y ~atenal; y esto no ~s otra cosa que te~erla en potencia receptiva, o -lo que es
unívocamente de la incomunicabilidad y distinción del mismo género, distribuyen 1gua~__, tener potencia para ella; del m1smo modo que la materia en cuanto pre-
mal estos oficios, atribuyendo uno a la materia y otro a la cantidad; y, por el con- con~ene la forma, no pue~e s7r otra cosa que I.a materia, en cuanto está en po--
trarío, sí ahora hablan de la incomunicabilidad sustancial y después de la distín- tencm para la forma, o mas b1e~ en cuanto que está en potencia receptiva para
c:ión cuantitativa, no se mantienen en el verdadero sentido de la cuestión y admi- la forma, ya que no la precontlene de otro modo que en el género de causa
ten una equívocídad en el uso de las palabras. mat~rial, e igual también, por consiguiente, en el caso presente por el mismo
mottvo. Por tanto, todas aquellas palabras, la materia como fundamento cofi10.
raíz, como causa, se reducen a una misma cosa, ya que la materia no es' funda-
Se rechaza el segundo modo de explicar la materia signada mento de ~a cantida,d, sino mat~rial y pasivo, ni es la raíz como primer sujeto, ni
18.La segunda explicación es que la materia signada por la cantidad no ín- la causa, Sl no es solo la matenal, que consiste en la razón .de potencia receptiva,
~]llye a la cantidad misuw intrínsecamente, sino comd término_ de la rela~ión de la que se educe la forma; luego con todas aquellas palabras no puede signi-
de la misma materia a aqué,UB. Efectivamente, la materia, por su naturaleza, es ficarse. otra cosa que la potencia de la misma materia. Por lo cual, el argumento
capaz de cantidad; pero como tal no puede ser principio completo de individua- del m1smo Cayetano y los que haremos nosotros valen igualmente en contra de
ción, ya que es indiferente a cualquier cantidad, lo mismo que a cualquier for- esta opinión, que por esta razón no ha de ser tratada como diversa.
que qu~ntitatem, sicut ad quamvis formam; causae effectivae, sed ab extrínseco agente
quantitatem. Sed mirum est quod tp.m facile visam et incmmnunicabiJem quantitative per per acttonem autem agentis praeviam ad ge- fit vel resultat a forma; solum ergo potest
divertant a vero sensu quaestionis et ternll- eamdem quantitatem; non enim posset nerationem determinatur ut sit capax huius illam praehabere in genere causae materia-
nis aequivoce utantur. Ut enim saepe admo- quantitas facere aliquid unum in suo genere, quantitatis, et non alterius, et illa ut sic di- lis; hoc autem nihil aliud est quam habere
nuimus et orones supponunt, et ipsi (ut nisi faceret etiam indivisum, cum in hoc citur esse individuationis principium. Per illam in potentia receptiva, seu (quod idem
existimo) non ignorant, curo lúe agimus de ratio unius consistat; si ergo constanter et quantitatem autem intelligimus hoc loco non est) habere potentiam ad illam; sicut mate-
unitate numerica, non accipimus numerum, univoce loquuntur de incommunicabilitate s~lam mathematicam quantitatem (ut sic ria ut praehabens formam nihil aliud esse
ut est species quantitatis, sed ut in quibus- et distinctione eiusdem generis, male distri- dtcam), sed physicam, jd est, physicis quali- potest quam materia ut est in potentia ad
cumque entibus reperiri potest, ut notat buunt haec munera, aliud materiae, aliud tatibus et dispositiorúbus affectam. Ita rem formam, seu potius ut est in potentia recep-
D. Thomas, Opuse. 16, c. ult., ubi hoc quantitati tribuendo; si autem nunc de in- hanc explicuit Caietan., de Ente et essentia, tiva formae, quia non aliter praehabet quam
modo ait substantiam etiam immaterialem communicabilitate substantiali, postea de di- c. 2, q. 5. Sequitur lavell., V Metaph., in genere causae materialis; ídem ergo est
esse unam numero; quomodo etiam Aristo- stinctione quantitativa loquuntur, non per- q. 15, et ante illos Aegid., Quodl. 1, in praesenti propter eamdem rationem. Oro-
teles, in V Metaph. distinxit unum numero, sistunt in vera quaestionis sensu et aequi- q. 5, a. l. Haec vero sententia displicuit nía ergo illa verba, materia ut fundamen-
specie, genere et proportione. Haec ergo vocationem admittunt in usu verborum. · eidem Caiet., 1, q. 29, a. 1, propter argu- tum, ut radix, ut causa, eodem revol-
unitas numerica __ in___ un.aqu_am~e __ I~ ...tJ:anscen- mentum quod infra referam, et ideo alium vuntur, quía materia non est fundamen-
dentalis est, sicut unitas specifica vel forma- S ecundus modus exponendi materiam síg- - dicendi modum (si tamen est alius); tum quantitatis, nisi materiale et passi-
lis suo modo est transcendentalis respectu natam reiicitur ait enim non materiam ut est in potencia vum, neque est radix ut primum subiec-
naturae communis; ergo, si substancia ma- ad hanc quantitatem, sed ut virtute praeha- tum, nec causa, nisi materialis, quae consistit
terialis habet unitatem individuaro tfanscen- 18. Secunda expositio est materiam sig- bens hanc quantitatem, seu ut est radix et in ratione potentiae receptivae, ex qua forma
dentalem, et non per quantitatem, non per- natam quantitate non includere quantita_tem fundarnentum huius quantitatis, esse prin- educitur; ergo illis omrúbus verbis nihil
tinet quantitas intrinsece ad principium in- ipsam intrinsece, sed ut est terminum habi- cipium indiv¡duatiorús. Verumtamen non al,iud subesse potest, nisi potencia ipsius ma-
dividuationis substantiae. Adde, eo modo tudinis materiae ad ipsam. Est enim materia satis intelligo quid hls verbis distinctum a teriae. Quodrca et argumentum ipsius Caie-
quo substantia est una numero praedica- natura sua capax quantitatis, sed ut sic non priori significetur, quia materia (praesertim tani, et quae nos faciemus, aeque procedunt
mentali per quantitatem, non solum distin- potest esse completuro principium indivi- m sententia Caietan. et aliorum thomista- contra hanc sententiam, et ideo necesse non
guí, sed etiam constituí et fieri in se indi- duationis, quía est indifferens ad quamcum- · rum) non praehabet quantitatem in genere est illam ut diversam tractare.
618
-------------------------- ---
Disputaciones metafísicas
19. A éstas ha de añadirse también aquella otra opinión que afirma que la
Disputación quinta.-Sección lil
trario. Además, supuesta tal sentencia, arguye Cayetano en la I parte, que la po-
619

materia signada no es otra cosa que la materia inme~iatamente. dispuesta para tencia de la materia para recibir .la cantidad está en el género de la cantidad,
esta forma, ya que no se dispone más que con la cantidad modificad.• por tales puesto que la potencia y el acto están en el mismo género, como dice Aristóteles
cualidades. Esta sentencia puede mantenerse de dos maneras: en pnmer lugar, en el libro X de la Metafísica; luego tampoco aquella potencia para la cantidad
-entendiendo que la cantidad y demás disposiciones están inherentes en la materia -puede pertenecer intrínsecamente al principio de individuación de la sustancia,
y permanecen en ella, y que simplemente preceden en orden de nat~ral~za a la pues, de lo contrario, el individuo de la sustancia no sería sustancialmente uno:
introducción de la forma, y así puede rectamente entenderse la matena. dispuesta constaría, efectivamente, de cosas pertenecientes a varios predicamentos. A pesar
y "signada" para la forma; con todo, establecer de este. modo a la matena sig¡;ada ,de todo, esta razón, tomada en si, no es eficaz, pues como bien responde Iavello,
como principio de individuación es caer en la sentencia pr:cedente de C~prr;:olo, Ja potencia pertenece al génern de su actn primario, al que por si e inmediata-
ya que esta materia ~ignada incluye ~ntrinsecamente la c.an~Id.ad y l~s ~c~Iden~~s, ·mente se ordena, y del que a su manera toma la especie; y la materia, en cambio,
los cuales es imposible que esten mcluidos en el prmc1p10 de mdiv1duac10n -no está de tal modo en potencia para la cantidad que se ordene a ella esencial
como ya mostramos. Y si se dice que tales. disposiciones, a':nq~~ esté~ in~erentes y primariamente, sino a la forma sustancial, y por ello no es preciso que perte-
en la materia, a pesar de todo no están mcluí~a.s en el mdi_v1duo mtrmseca y nezca al predicamento de la cantidad. Y lo que en favor de Cayetano insta
formalmente, sino que vienen a ser como condicmnes requerid.as,. e_n con~ra. d.e Fonseca en el libro V de Metaph., c. 6, q. 4, que la potencia de la materia,
eso está el hecho de que entonces tiene que suceder que el prmc1p.10 ~': IndiVI- -aunque absolutamente no pertenezca a la cantidad, sin embargo, en cuanto re-
duación intrínseca y formalmente es sólo algo común a . muc~os mdividuos,. a ceptiva de ella pertenece a dicho predicamento, esto ---digo- no urge la dificul-
saber, la propia materia en si misma; ahora bien, esto es ID1posible, co~o arriba tad, ya que tal reduplicación de la materia, en cuanto receptiva de la cantidad,
argüíamos. Por lo cual eso no sería ya asignar lo que en sí y en realidad es el no añade una potencia real a la misma materia, sino que explica tal potencia
principio de individuación, sino a lo sumo aquello que. para nosot:os. ~uede ser -solamente en nuestro modo de concebir y de hablar por la relación a un término
la señ3l de la individuación, o la ocasión de la producc1ón de t~l md!Vlduo res- ·secundario que es la cantidad, y, por tanto, no es menester que por tal motivo
pecto del agente, acerca de los cuales modos hablarem?s despues. . pertenezca al predicamento de la cantidad. Por consiguiente, en lo referente
a la fuerza del argumento fundado en el axioma: El acto y la potencia están •n
Por lo tanto, puede también defenderse esta sentencia en otro se.ntld?: supo-.
-.el mismo género, es buena la respuesta de Iavello, como más· extensamente trata-
niendo que la cantidad y las otras disposiciones no están en la matena, smo en el
:remos después al ocuparnos de la causa material de los accidentes.
compuesto, y que en cuanto que obran la última disposición siguen a la forma; .Y
en tal sentido es lo mismo estar la materia dispuesta, que tener orden o potencta 21. A pesar de todo, de la respuesta misma se toma un argumento eficaz
determinada ~ara esta cantidad con estas disposiciones; y asi coincide este modo
contra esta opinión: en efecto, si la potencia de la materia antes dice referencia
a la forma sustancial que a la cantidad, también, por consiguiente, queda deter-
de hablar con la segunda exposición aducida. .
·minada primero su potencia para esta forma sustancial qué para esta cantidad;
20. Por consiguiente, toda esta explicación la juzgo falsa. Pues en, pr~mer
luego no queda signada o determinada para esta forma por la potenda para
lugar se supone en ella que la materia no tiene cantidad inherente en si, ru las
esta cantidad. La primera consecuencia es evidente, porque la potencia queda
otras disposiciones, cosa que aunque es probable, quizá no lo es tanto como lo con-
determinada para el acto de un modo proporcionado a si; y, por consiguiente,
19. Cum his etiam coniungenda est alía, riam ipsam secundum se; hoc autem est -supposita illa sententia, argumentatur Caiet., urget, quia illa reduplicatio materiae, ut re-
quae dicit materiam signatam nihil aliud es- impossibile, ut supra argumentabamur. Un- in I, nam potentia materiae ad quantitatem
se quam matcriam ultimo dispositam ad de hoc non esset assignare id quod in se ceptivae quantitatis, non addit potentiam
recipiendam est in genere quantitatis, quo- realem ipsi materiae, sed solum secundum
hanc formam, quia non disponitur nisi et revera est principium individuationis, sed niam potentia et actus sunt in eodem genere,
quantitate talibus qualitatíbus affecta. Haec ad summum id quod potest esse signum nostrum modum concipiendi et loquendi ex-
ut Ar.istoteles ait, X Metaph.; ergo neque plicat illam potentiam per habitudinem ad
autem sententia dupUciter affirmari potest: ind.ividuationis quoad nos, vel occasio pro- llla potentia ad quantítatem potest intrinsece
primo intelligendo quantítatem et alias dis- ductionis talis individui respectu agentis, secundarium terminum, qui est quantitas,
pertinere ad principium individuationis et ideo necesse non est ut ea racione ad
positiones inhaerere et manere in materia, de quibus n:lodis postea dicemus. Alio ergo -substantiae, alias individuum substantiae non
modo potest doceri haec sentencia, suppo- praedicamentum quantitatis pertineat. Quod
et simpliciter praecedere ordine naturae in- esset per se unum : constaret enim ex rebus ergo attinet ad vim argumenti fundati in
troductionem formae, et sic recte potest in- nendo quantitatem et alias d.ispositíones non diversorum praedicamentorurn. Haec tamen
inesse materiae, sed composito, et Ut confi.- illa maxima, actus et potentia sunt in eo-
telligi materia disposita et signata ad ~or­ ratio per se sumpta non est effi.cax; bene dem genere, bona est responsio Iavelli, ut
mam; tamen hoc modo ponere matenam ciunt ultimam dispositionem consequi !or- ·enim respondet Iavellus potentiam pertine-
mam et in hoc sensu idem est matenam latius infra dicemus, tractando de causa
signatam principium individuationis est in- re ad sui actus primarii, ad quem per
cidere in priorem sententiam Capreoli, quia esse 'dispositam quod habere ordinem ~eu materiali accidentium.
ordinatur, et a quo suo modo 21. Tamen ex eadem responsione su-
haec materia· signata "includit intrinsece quan- potcntiam determinatam ad banc quantlta-:: speciem; materia autem non est ita
tem cum his dispositionibus; atque hoc mitur argumentum efficax contra hanc ip-
titatem et accidentia, quae impossibile est potentia ad quantitatem ut per se primo ad sam opinionem; nam si potentia materiae
includi in principio individuationis, ut os- modo coincidit hic modus loquendi cum illam ordinetur, sed ad forma.m substantia- prius. respicit substantialem formam quam
tendimus. Quod si dicatur has disposiciones secunda expositione adducta. Iem, et ideo necesse non est ut ad praedica- quantitatem, ergo prius etiam determinatur
licet inhaereant materiae, non tamen includi 20. Hanc ergo totam expositionem fal- mentum quantitatis pertineat. Quod autem eius potentia ad hanc formam substantia-
in individuo intrinsece et formaliter, sed es- sam esse censeo. Et impr.imis in illa sup- in favorem Caietani instat Fonseca, V Me- lem quam ad hanc quantitatem; ergo non
se veluti conditiones requisitas, contra hoc ponitur materiam non habere sibi inh~e­ taph., c. 6, q. 4, quamvis potencia materiae signatur seu determinatur ad hanc formam
est quía inde fit principium individuationis rentem quantitatem et dispositiones alias, simpliciter non pertineat ad quantitatem, per potentiam ad hanc quantitatem. Prima
intrinsece et formaliter solum esse aliquid quod, ijcet probabile sit, fortasse tamen. non tamen ut receptivam quantitatis ad illud consequentia patet, tum quía potencia de-
-commune multis ind.ividuis, scilícet, mate- est aeque probabile ac contrarium. Demde, _praed.icamentum pertjnere, hoc (inquam) non terminatur ad actum modo sibi proportio-
620 Disputaciones metafísicas
Disputación quinta.-Sección III _ _ _ ______________c:6=2=1
si la potencia misma es sustancial y no di~e refer~ncia al acto ac.cidental ~?s
permanece tan indiferente como d~ suyo existe; luego, su potencia no está de-
que mediante el sustancial, no queda determmada mas que con la mtsma rela~ton
y proporción; además, porqu.e segú? el pa~ecer de estos autores, en la :eahdad
terminada para esta cantidad, ya que no puede entenderse que la potencia de sí
indiferente quede determinada sin ninguna adición o mutación que en ella se
la materia no recibe esta cantidad smo mediante esta forma, ,Y porque rec.1be es~a
forma recibe por ello esta cantidad; luego, de modo semeJante, en la potencm haga; luego, por tal potencia de este modo indeterminada no queda signada.
no se, determina
, ,
su capacidad para esta cant1"dd.
a smo en cuanto se dt .
e enruna La mayor es evidente por sí misma por la naturaleza de la materia. La menor es
tambi~n evidente de acuerdo con los principios de esta opinión que impugnamos,
para esta forma. Y el mismo argumento vale según la otra forma .de hablar de
Cayetano acerca de la materia, en cuanto que precontiene la . cant:ldad, pues la puesto que antes de la forma sustancial, no puede preconcebirse nada sustancial
materia no precontiene la cantidad más q~e en cuanto _Preconttene la fo;ma :t .la ·añadido a la materia, porque ¿qué otra cosa sería, o por quién sería hecho, o con
que sigue la cantidad; luego no precont1ene esta cantidad. con estas dtsp.osrcro- qué fundamento, o con qué fin? Ni tampoco nada accidental, ya que ningún ac-
nes más que en cuanto precontiene esta form~ a la que siguen esta cantidad y cidente precede en la materia a la forma sustancial, y en cualquier opinión no
estas disposiciones; luego no puede que<!"r s1gnada para esta. forma por el he- hay accidente alguno que preceda en la materia a la cantidad misma. Dicen al-
cho de que precontenga esta cantidad. Fmaln:ent~, vale la m1sma. f':"ma ~e a~­ gunos que se añade a la materia en aquel instante un cierto modo real y distinto
gumentar contra la otra locución de la J?atena dtspuesta, c?n la .ultm;a. ,dtsp~Sl­ realmente de la materia, previo a la introducción de la forma sustancial con su
ción, pues la materia: no queda determmada para .tal última d~sposiciOn smo caotidad y con las otras disposiciones, y que por este modo queda signada la ma-
teria, modo que unos llaman sustancial y otros accidental.
mediante la forma; suponemos, pues, que no se recibe en ella, stno en el com-
puesto; luego no puede la rn.ateria 9-ued~r. ,signada sea mediante la relac~é~ a
Pero unos y otros hablan gratuitamente, ni pueden explicar o dar razón de
las cosas que dicen, lo cual es ajeno a la verdadera razón del filosofar. Pues, en
tal disposición, sea por la misma disposiciOn en cuanto actu~ent.e recibida,
primer lugar, pregunto para qué es este modo. Dirán que para que la materia
puesto que de uno y otro modo ab~olutament~ .Precede la de:ermmac1ón de esta
quede determinada a esta forma. Pero, por el contrario, ella es indiferente a este
materia para esta forma, tanto segun la relac1on cuanto segun la actual recep-
ción. Pero esta razón vale acerca de la última disposición, que se da en el insta':- modo y a los demás infinitos modos; ¿qué es, pues, lo que determina a la mate-
ria a recibir en aquel instante aquel modo más bien que cualquier otro? Porque
te de la generación y sigue a la forma, pues si alguien pretende que la matena
si se dice que queda determinada por otro modo, procederíamos hasta el infinito;
queda signada mediante las disposiciones inmediatamente precedentes, hay que
proceder por otro camino.
y si se dice que queda determinada: por las disposiciones inmediatamente prece-
dentes, más acertadamente se diría que la materia queda determinada inmedia-
22. Por lo cual, arguyo en segundo lugar, principalmente c~ntra tod~ est.a tamente para la forma, y así es ya superfluo tal modo. Además de que los argu-
disposición, porque la materia es de sí indiferente para esta. ~anuda~ y dlspos~­ mentos con que en seguida probaremos que la materia no puede quedar de-
ciones, y para otras cosas; pero en el instante de la generac10~ (segun esta opi- terminada a la forma por las disposiciones precedentes, prueban igualmente que
nión), con prioridad natural a la recepción de la forma sus~an?ml, se queda des- no puede quedar determinada por ellas para la recepción de tal modo. Y si, final-
provista de todo accidente y sin ninguna entidad sobreanadida a ella; luego,. mente, se dice que la materia, sin ninguna determinación previa recibe este
modo por la virtud del agente, ¿por qué no se ha de decir lo mismo de la for-
nato; si ergo potentia ipsa substantialis teria disposita ultima dispositione, quia ma- ma? Por consiguiente, sin razón ni fundamento se hace intervenir este modo.
est et non respicit actum accidentalem, teria non determinatur ad talem dispositio-
nisÍ medio substantiali, non determinatur nem ultimam, nisi mediante forma; sup- ergo manet aeque indifferens ac de se exis- cidentalem. Sed utrique gratis loquuntur,
nisi cum eadem habitudine et proportione; ponimus enim non recipi in illa? s:d. in tit; ergo potentia eius non est determinata neque explicare possunt aut rationem red-
tum etiam quia iuxta sententiam horum composito; ergo non potest matena ~tgtll~­ ad hanc quantitatem, quía intelligi non dere eorum, quae d~cunt, quod est a vera
auctorum in re ipsa materia non recipit ri vel per habitudinem ad talero dispost- potest quod potentia de se indifferens de- philosophandi ratione alienum. Nam primo
hanc quantitatem, nisi mediante hac for- tioneffi, vel per ipsam dispositionern ~t terminetur sine additione ulla vel mutatio- inquiro ad quid sit iste modus. Dicent:
ma, et quia recipit hanc fonnam, ideo re- actu receptam, quia utroque modo praecedit ne in ipsa facta; ergo per talem potentiam ut materia determinetur ad hanc formam.
cipit hanc quantitatem; ergo simi!iter in simpliciter determinado huius mat.eria~ ad sic indeterminatam non sigillatur. Maior per Contra, ipsa est indifferens ad hunc mo-
potencia non determinatur eius capacitas. ad hanc formam, tam secundum habttudinem se nota est ex natura materiae. Minor etiam dum, et infinitos alias; per quid ergo deter-
hanc quantitatem, nisi quatenus determma- quam secundum actu?lem rec;:epti<?~em. Pr~­ est per se nota in principiis huius senten- minatur materia ut hunc modum in illo
tur ad hanc fonnam. Idemque argumentum cedit autem haec ratio de dtsposttwne ulti- tiae quam impugnamos, quia ante formam instanti recipiat potius quam alium? Si
procedit iuxta aliam formam loquendi. Caie- . ma quae est in instanti generationis, et con- substantialem nihil aliud substantiale potest enim dicas determinad per alium modum,
tani de materia, ut praehabet quantttatem, seq~itur formam. Si quis vera con_tendat praeintelligi additum materiae; quid enim procedemus in infinitum; si ve ro dicas de-
quia materia non praehabet quantitatem, materiam sigillari per dispositiones Imme- illud esset, aut a quo fieret, aut quo funda- terminari per dispositiones immediate prae-
nisi in quantum praehabet fonnam ad quam diate praecedentes, alla via procedendum .est. aut ad quid poneretur? Neque etiam cedentes, melius dicetur immediate determi-
scquitur- quantitas; ---ergo--ncc--praehabet- hanc 22. Undc- argumentor secundo princtpan accidentale, quia nullum accidens nad materiam ad formam, et ila superfiuus
quantitatem cum bis dispositionibus, nisi liter contra totam h,anc dispositionem \ praecedit in materia ante formam substan- est iste modus. Praeterquam quod argumen-
in quantum praeh,abet hanc formam, ad quia materia de se est indifferens ad h~nc tialem, et in omni sententia nullum acci- ta, quibus statim ostendemus non posse ma-
quam sequuntur haec quanti!a~ et. hae dis- quantitatem et has dispositiones, et ad alia;. dens praecedit in materia quantitatem ip- teriam per dispositiones praecedentes deter-
posiciones; ergo non potest stglllan ad hanc sed in in-stanti generationis (iuxta h,anc sen- sam. Dic_unt aliqui addi materiae in illo minari ad formam, eodem modo probant
fonnam in hoc quod praehabet hanc quan- tentiam) prius natura quam recipit f~rmaJ?l instanti quemdam modum realem et ex na- non posse determinad per eas ad talem mo-
titatem. Denique eadem forma argumentan- substantialem, reJ,inquitur nuda omm a;:cr- ~ura rei distinctum a materia, praevium ad dum recipiendum. Si vero tandem dicatur,
di procedit contra aliam locutionem de ma- dente, et sine ulla entitate illi superaddita; mtroduction.em formae substantialis cum sua materiam sine ulla determinatione praevia
et allis dispositionibus, et per recipere hunc modum virtute agentis, cur
Expositionem, en algunas ediciones (N. de los EE.). modum sigillari materiam, et nonnulli non dicetur ídem de forma? Sine racione
VOCant illum modum substantialem, alii ac- ergo vel fundamento interponitur hic modus.
Disputación quínta.~Sección III
622::___ _ __ ~~~~~~~~~~~~~~D--i~putaciones metafísicas 623
23. En segundo lugar, preguntaría cuándo y por quién es hecho este modo; da queda signada; por consiguiente, si él es enteramente absoluto la materia si _
porque o bien se hace paulatinamente mientras se dispone la materia, o se hace nada será algo enteramente des~gado de la cantidad y del orde~ a la cantida~,
en un instante, sea previo a la generación, sea en el mismo de la generación. y- lo cual va en contra de la refer1da sentencia. Y casi se hará el mismo argumento
ninguna de estas dos cosas puede entenderse o explicarse cómodamente, porque· si se pone aquel .modo con .una cierta relación trascendental, pues para que el
si se dice que se hace sucesiva y paulatinamente con las disposiciones, será sus-- modo sea sustan~Ial, es preciso que el término primario de aquella relación sea
ceptible de intensidad como son ellas; será, pOr tanto, un accidente, y por tanto,, la f?rma sustancial y no la cantidad, y así tampoco pertenecerá el orden a la
se corromperá en el instante de la generación. Igualmente, por esta parte el prin- cantidad, e? manera alguna, al principio de individuación. Pero si aquel modo se
cipio de individuación será intensible y remisible; y será también materia signa- supone acc1dental, no .P,uede explicarse qué es o a qué predicamento se reduce;
da en sí y modificada en orden a la forma, con prioridad temporal a la recepción además, .repu?na tamb1:n a aquella sentencia el que los accidentes no están en
de ésta. Y, consiguientemente, estando este modo en inmediata repugnancia con la ~atena prima; se stgue también que· el principio de individuación es un ser
el otro modo de determinación que tiene la materia respecto de la forma bajo la'. acc1d7ntal mtegrado P?t la sustancia y el accidente y que el individuo añade a la
que existe, se sigue que la materia pierde a aquél también poco a poco, y con el espec1e un modo accidental naturalmente distinto de la sustancia cosa que es
mismo motivo podría inferirse que poco a poco y sucesiv-amente pierde la unión: enteramente falsa. '
con tal forma, cosas todas que son absurdas e improbables. Y todo esto se infiere· 25. Por 1? cual otros responden que la potencia de la materia en tal instante
más claramente si suponemos que este modo se hace todo simultáneamente en queda .det~rmmada par~ e~ta cantidad por el mismo agente, sin ninguna cosa 0
algún instante precedente al de la generación, pues entonces la materia estaría al mod~ mtrmseco sobreanadido a ella. Pero esto envuelve una abierta repugnancia.
mismo tiempo bajo una forma y signada últimamente por otra, aparte de que· efecttvamente, o. se está hablando del agente como preconcebido en acto primer~
no puede darse razón de por qué se hace más bien en un instante que en otro_,. an~es ~e su accxón,. y de este modo es imposible que por él quede determinada
hablando de aquellas cosas en que la materia no es apta para la recepción de la la mtrmseca potencia y capacidad de la materia, por ser cosas enteramente distin-
forma. En cambio, si se dice que se hace simultáneamente en el instante mismo. tas, ~ porque la una como tal en acto no inmuta a la otra. Por lo cual, si en di-
de la generación, se sigue que la materia queda despojada con prioridad natural eh~ mstante ~~eda~e, aquel agente aniquila~o. antes de actuar en la materia y se
a la recepción de tal modo, y, por consiguiente, nada resiste al agente para que aplicase otro,. md~c1na en ella una forma distmta, proporcionada a sí.
no haga en ella todo cuanto puede; por consiguiente:, de la misma forma que se· . ~n cambm, Sl se está tratando del agente en acto segundo, o de su acción
dice que hace en ella inmediatamente tal modo, mucho mejor se podría deci" Implica enten~er ~ue el agente, por su acción, determina a la materia y no pon~
que hace inmediatamente su propia forma.
en ell~ nada mtnnseco .para determinarla, porque tal acción del agente está en
24. En tercer lugar, preguntaría qué es este modo. Porque no es sustancial,. el pactente, en el cual tiene necesariamente algún término.
primeramente porque no siendo la naturaleza ni una parte suya, ni la subsisten-·
.26. Puede "responderse que el agente determina a la materia mediante su
cía ni la existencia, no puede concebirse qué es. Además, o bien es enteramente
acCió~, per~ no por la que tiene en el instante de la generación, sino por la que
absoluto- incluso según una relación trascendental, y esto no podría afirmarse
tuvo m.medtatamente antes de .aque~ }nstante. La cual respuesta coincide_ con la
consecuentemente, sea porque se dice que por él queda determinada la materia:
sentencia que afirma que las dtspostctones que precedieron inmediatamente antes
para esta forma o cantidad, sea también porque mediante él se dice que la mate-

23. Secundo inquiram quando et a quo rationis; nam tune materia esset sirnul sub. ría; si ergo ille est omnino absolutus ma- re aut modo intrínseco ei superaddito. Sed
fiat iste modus; nam vel fit paulatimJ dum una forma, et ultimo sigillata ad aliam; teria signata erit quid omnino absolutum
hoc apertam involvit repugnantiam; nam,
materia disponitur, aut fit in uno instantiJ praeterquam quod non potest reddi ratio a quantitate et ah ordine ad quantitatem vel est sermo de agente ut praeintellecto
aut praevio ad generationem, aut in ipso cur in uno instanti fi.at potius quam in alio,. quod. est contra praedictam sententiam. E~ in actu primo ante actionem eius et hoc
instanti generationis. Nihil autem horum loquendo de his in quibus materia non est fere rdem argumentum fiet si ponatur ille modo impossibile est ut per illud 'detenni-
commode intelligi aut explicari potest; nam apta ad recipiendam forrnam. Si vero dica- ~us cum habitudine aliqua transcenden- r~:etur intrinseca potentia et capacitas mate-
si dicatur fieri successive et paulatim cum tur fi.eri simul i.n instanti generationis, se- tali; nat;n ut modus sit substantialis, oportet nae,. cum sint res _omnino distinctae, et una
dispositionibus, erit intensibilis sicut illae; quitur materiam prius natura relinqui nu- ut termmus primarius illius habitudinis sit ~t s1c actu non rmmutet aliam. Unde si
erit ergo aliquod accidens, ac proinde in dam quam recipiat talem modum, et con- forma. substantialis, et non quantitas, et m eo instanti illud agens annihilaretur prÍus-
instanti generationis corrumpetur. Item ex sequenter nihil resistere agenti quomínus in Ita ~t1~ nullo modo ordo ad quantitatem quam . a~eret in materia, et aliud applicare-
hac parte principium individuationis erit in~ illam agat quantum potest; ergo, sicut di- pertmebrt ad principium individuationis Si ~J d1stmctam formam sibi proportionatam
tensibile et remissibile; erit etiam materia citur immediate agere talem modum, multo a~te~ ille modus ponitur accidentalis, 'ex- m eamdem induceret, Si vero sit sermo de
prius tempere sigillata in seipsa et modifi- melius dicetur immediate agere suam for- plicar~ non potest quid sit vel ad quod agente in actu secundo, seu de actione eius
cata_ ad formam~- _quam __ illam_._recipiat.__ Et mam. revocetur; repugna! etiam implicat intelligere agens per actionem sua~
consequenter, cum hic modus sit immediate 24. Tertio, inquiram quid sit iste mo- sententiae quod accidentia non sunt in determinare rnateriam, et nihil intrinsecum
repugnans cum alio modo detenninationis, dus. Non est enim substantialis, primo, quía ~ateria prima; sequitur etiam individuatio- ponere. in illa ad determinandam illam quia
quam materia habet respectu fonnae sub cum nec sit natura nec pars naturae, nec rus principium esse ens per accidens ex talis actio agentis est in passo, in quo ~eces­
qua existit, sequitur materiam etiam paula- subsistentia nec existentia, concipi non pot~ s~bstantia et accidente conflatum, et indi~ sario habet aliquem terminurn.
tim illurn amittere, et eadem ratione posset est quid sit. Deinde, vel est omnino abso- Vtduum addere supra speciem modum acci- 26. Responderi potest agens determina-
inferri paulatim et successive amittere unio- lutus etiam secundum relationem transcen- dentalem ex natura rei distinctum a sub~ re materiam per actionem suam, non quam
nem cum tali forma, quae omnia sunt ab- dentalem, et hoc non dicetur consequenter,. quod omnino falsurn est. habet ¡n instanti generationis, sed quam
surda et improbabilia. Eademque apertius tum quia per illum dicitur determinari ma- Quapropter alii respondent poten- habuit immediate ante illud instans. Quae
sequuntur si ponatur hic modus fieri totus teria ad hanc formam vel quantitatem, tum- materiae in eo instanti determinad ad responsio coincidit cum ea sententia quae
simul in aliquo instanti ante instans gene- etiam quia per illum dicitur sigillari mate- quantitatem ab ipso agente sine ulla dicit dispositiones quae immediate ante
Disputación quinta.--S__e:--cc_ic.ón~I'--ll:_______________~----'6~2~5
D.isputaciof!~S metafísicas
624 s: corrompen totalmente; luego no pueden dejarla intrinseca
dispuesta, corno . se de~uestra por los argumentos propuestos; p~q~~sttlvamente
p~esta o d:termmada VIene a ser igual, ya que estas dos pa lab ras envuelven
dejan la potencia de la materia determinada, aunque no dejen en ella nada real.
Lo cual ciertamente no puede entenderse de la determinación intrínseca y posi-- decir dis-
wsrna realidad. la
tiva a causa del argumento dado, de que la capacidad de la materia es de suyo
27. Y digo siempre intrínseca p - ·¡- ·
universal e indiferente; luego no puede limitarse intrínsecamente si no se le virtud de las disposiciones d. y ost zvamente, ~orque negativamente, por
añade algo o se inmuta en sí misma de algún modo; y nada de esto se hace en
ella; y aquella relación a las disposiciones precedentes es sólo una cierta relación
nancia a la introducción de
rente que determinada p
p;:;:tntes, queda la m~ten~ en estado de no repug-
orma, cosa que mas bten es permanecer indife-r
de razón o determinación extrínseca. nada naturalmente a uÍ or otra parte, ~x~rínsecamente puede decirse determi-
y se confirma, porque si las disposiciones precedentes determinan la materia, cierta consecución n;tur~ ~~~:aa p:a rectbt; esta forma, porque tal vez con una
mediatamente despu~s de esta alt~ra~~Óna;~~ hy11 ahora, !acerca de este sujeto, in-
lo harán o bien eficientemente o bien formalmente, puesto que ningún otro gé...
nero de causalidad pueden tener aquellos accidentes en la materia, ya que aun- do a la introducción de esta fo p a a en e_ orden natural determina-
que en comparación de la forma se diga que concurren materialmente, sin em- . rma. ero esto en reahdad ' b" d ·
nación del agente que de la m t .· ' ' es mas 1en eternu-
lograr que la materia sea prindp:oe~~~~ur~eJ'oordeel~~' .t~ de~:r~ación no puede
bargo, con respecto a la materia, de ningún modo pueden hacerlo, porque con
t d ~lviduacwn, smo que pertene-
ella no se relacionan como potencias, sino como actos; luego sólo pueden deter-
ce al principio extrmseco que se toma de
minarla o formalmente o eficientemente. Ahora bien: formalmente no, porque
que según este modo de determinación anfe~r e e a~ente. y tanto más cuanto
t se co~ci~e al agente determinado
la forma que no existe no tiene ningún efecto formal real; por lo cual, como la
a introducir esta forma que determinado
materia en aquel instante perdió aquellas formas accidentales, perdió todos los nes, pues esta forma la induce por sí a es a c_antl a y a _las otras disposicio-
efectos formales de ellas. Ni tampoco eficientemente, sea por la misma razón, de
que lo que no existe no obra, sea también porque la materia nada recibe antes
en cuanto resultantes de esta forma d
y en c~bm, ~sta cantidad y disposiciones,
nemos. Por lo cual finalmente u~dee h:cuer o con a sentencia que ahora expo-
de la forma, como se mostró; por consiguiente, de ningún modo puede enten-
derse la potencia de la materia intrínsecamente determinada a esta cantidad, de
materia no queda 'dispuesta ni~eter . c~rse. un :gumento general: porque la
esta forma, y a causa de ella mm~ a mme atan:ente por sí más que a
tal manera que pueda así ser principio de su- individuación. ello, en si misma y en el orde: J:.t:rra~zol~ ter ella, recibe estos ~ccidentes; por
Y todo este raciocinio puede aplicarse en contra del último modo de hablar estos accidentes, ni a causa del orden a'ell o ma n~ p~ede ser esta a causa de
de Cayetano, porque la materia de sí no precontiene más esta cantidad que otra, diante la materia signada por el orden o~ y, consig~uenternente, tampoco me-
ni es más la raíz de ésta que de otra; pregunto, pues, por qué es determinada -signada, de este modo explicada no da a gunols a:ci~e?tes; luego, la materia
de modo que en aquel instante de la generación precontenga más esta cantidad ' pue e ser e prmc1p10 de individuación.
que aquélla, o sea la raíz de ésta más bien que de otra, y de nuevo se reproduce
todo el argumento aducido. Lo cual vale igualmente contra el otro modo de Tercera expostcton
· ., de la mzsma
· sentencia acerca de la materia signada
explicar la materia signada, que la materia esté dispuesta por las disposiciones
precedentes (pues de las subsiguientes se habló ya bastante en la primera razón den?!· h;,~a:e~~er~o:x!e~~;~~~n pes_ que acere; del principio ?e individuación po-
y en los argumentos aducidos en contra de la opinión de Capréolo); en efecto, ' rnnero en Sl lllsmo, es decir, en cuanto que en
tales disposiciones nada dejan en la materia, puesto que -tal como se supone- nitur
. . '· ergo non ..p oss~t illam relmquere
.
telligit"?r agens deterrninatum ad harre for-
praecesserunt, relinquere potentiam materiae nes effectus formaJes earum. Neque etiam mtnr:sece ~t pos1~ve dispositam, ut argu- ~am mtroduc_endam quam ad hanc quan-
deterrninatam, etiamsi nihil reale in illa re- effective, tum eadem ratione, quia quod non t~entl~ factls. convmcitur; nam, sive dicas utatem et altas dispo~itiones · nam hanc
linquant. Quod quidem de determinatione est, non efficir, tum etiam quia materia disp-ositam SlVe determinatam, perinde est; formam :per s.e. inducit, hanc -.Jera quantita-
intrinseca et positiva intelligi non potest, nihil recipit ante formam, ut ostensum est; nam cade_m res subest his vocibus. tem et dis:posltiOnes, qmite-nus ex hac forma
propter argumentum facturo, quod capacitas nullo ergo modo intelligi potest potentia ma- 2?·. D1co. autem . semper intrinsece et resultant, mxta sententiam quam prosequi-
materiae de se est universalis et indifferens; teriae determinata intrinsece ad hanc quan- t~ostttv~, qu_t~ negatiVe ex vi praecenden- mur. Unde tandem generale potest confici
ergo non potest limitari intrinsece, nisi ei titatem, ut hoc ,modo possit esse individua- tlum dtspo~rt:IOnum relinquitur materia non argurnentu~, quia materia non disponitur
aliquid addatur, vel aliquo modo in se mu- tionis principium. Atque totus hic discursus rep~gnans mtroductioni huius formae, quod nec determmatur per se primo, nisi ad hanc
tetur; nihil autem huiusmodi in ea fit; applicari potest contra posteriorem modum p~trus est manere indifferentem quam deter-
loquendi Caietani, quia materia de se non ~o~am .e~ propter hanc formam, et ratione
habitudo autem illa ad praecedentes dispo- nunatam. Rursus extrinsece potest dici hic Illms. rec1p1t haec accidentia, et ideo, secun-
sitiones solum est quaedam relatio rationis, magis praehabet hanc quantitatem quam et nunc naturaliter determinata ad recipien-
aliam, vel magis est radix huius quam al- dum se et ordine naturae, non potest forma
seu determina tia extrinseca. Et confirmatur; dam hanc formam, quia fortasse naturali esse ha~c propter haec accidentia, nec prop-
nam si dispositiones praecedentes determi- terius; inquiro ergo per quid detcrmine- q:tmdam consecutione hoc agens hic et nunc
tur ut jn illo instanti generationis magis ter ordin~m a~ illa, et consequenter nec
nant materiam, vel effective, vel formaliter; nrca ~oc subiectum immediate post hanc per mat:rmm. stgnatam per ordinem ad ali-
nullum enim- -aliud-- genus causalitatis habere praehabeat hanc quantitatem quarn a1iam, alteratiOnem naturali ordine est deterrnina-
vel sit radix huius potius quam alterius, ét qua acctdentta; ergo materia signata illo
possunt illa accidentia in materia; nam, licet tum ad hanc f?rmam introducendam. Sed !-11°?~ exp_lic~ta non potest esse principium
comparatione formae dicantur materialiter redit toturn argurnentum facturo. Quod etiam haec revera potms est determinatio agentis
eodem modo procedit contra alium roo- rndiv1duatroms.
concurrere, tamen respectu materiae mini- quam materiae, et ideo haec determinado
me, quia ad illam non comparantur ut po- duro explicandi materiam signatam, quod non potest efficere ut materia sit intrinse-
tentia, sed ut actus; ergo tantum possunt sit materia disposita per praecedentes dis- <:um pr.indpium individuationis, sed pertinet T ertia expositio eiusdem sententiae de
determinare illam formaliter, vel effective. positiones (nam de subsequentibus iam satis .ad extnnsecum principium, quod est ex par- materia signata
Sed non formaliter, quia forma quae non dictum est in pri.ma ratione et in argurnentis te agentis. Eo vel maxime quod etiam secun-
factis contra sententiam Capreol,i); nam illae . ~8. ~ery:ia exp~~atio est, de principio in-
est, nullum habet effectum formalem rea- dum hunc determinationis modum prius in- div1duat1orus dupl,ictter nos loqui posse, pri-
lero; unde sicut materia in illo instanti dispositiones nihil relinquunt in materia,
amisit illas formas accidentales, · amisit om- cum ipsae omnino corrumpantur, ut suppo- 40
Disputaciones metafísicas Disputación· quinta.-Sección lll _
626 627
. . .vo del individuo como tal, y es la raíz o el tidad, sino más bien en cuanto determinable a varias. ~odrá decirse: de este
realidad es el prmcipm const:ltu~f . . dividua! En segundo lugar podemos
- de qu.e se tmalad1erencmm l'licaciQ_~
·· modo también la materia se llamará raiz de la multiplicación de las especies en
fundamento ? . . .. d n a la· proclllcci9_n __ () ~-~
hablar del principiO de mdiVIdUaClOU ,".ll o; ~S el prirÚ:ipJoyla rálz por la que las sustancias generables y corruptibles, porque precisamente pueden multipli-
de los individuos, lo ~ual es preglu~~~r cua por qué se produce más bien este carse desde una misma materia por ser ésta capaz de todas las formas y ser en si
fos individuos sustanCiales se mu ttp tcan~o~uce distinto de los demás. A su vez, misma indiferente a ellas y a sus varias disposiciones. Se responde que no existe
individuo que aque~ otro~. o por d~ue r~~tarse cuál es el principio por ~í Y
en una y otra consideraciOn pue p 11 orden a nosotros es prmclplO de
:n
sí una razón semejante, pues aunque tal propiedad de la materia sea necesaria para
la mencionada multiplicación, sin embargo, no es la primera raíz de aquella
de la individuació?-, ~ .solamente aque o ~~e ;nsea, lo que es sólo ocasión de. tal variedad, porque siendo toda la materia de una sola especie y distinguiéndose
distinción de un mdlVlduo respect~ d<; ot ,hablando del principio que constitu- sus partes o porciones en sí mismas sólo numéricamente, ella cuanto de sí de-
distinción. Primerame~te,, ~or constgme~ee, verdaderamente se toma la diferencia'. pende está contenida en formas numéricamente distintas; y también porque la dis-
ye en la realidad al mdlVlduo y .del q tit ti a del individuo, niega esta opi- tinción específica está por si en las cosas, por lo cual radicalmente proviene de
individual contractiva de la especie y COI_l~ du va el principio de individuación,. la forma, que por si da la especie; y, por ello, esta distinción está sin discusión
nión que la materia signa~a por r!~~~:~e~toss~ropuestos. . . . , en las cosas materiales e inmateriales, corruptibles e incorruptibles, cosa que no
porque esto parecen conclrur .los 'nión que la materia es -12.8Qf.illt9-Y-1'-ªJz consta acerca de la distinción numérica, ni aparece tan necesario.
29. En segundo lugar di.ce .e~ta opi las sustañcias materiales. Se prueba 30. En tercer lugar, dice esta opinión que ~¡¡_teri'!c¿ignada por la can]l-
de la multi¡¡lic;¡¡¡¡ión de los md;y_~\!Jips en péiones por las que "8e realiza la dad es el priQ<j¡>ic> y raíz, ()3,1._1!1.epo~la gg¡sj<_\q.\!.eAPr'!ilt!C:fÍón ~fLÍ!l.Qi­
porque es el origen d~ l~s. generacu~ne.s yo cor~~ ue el compuesto de tal materia- ~_,distinto de loSU~m?s. Se explica porque este individuo puede compararse
multiplicación de los mdividuos. Asimismd' pll' le viene el no poder conservar"' o bien a los demás individuos existentes, o bien a los otros posibles que pueden ser
es corruptible por razón de .la .Dllsma, ya eu! ~e conserve la especie, se requiere- producidos de la misma materia, incluso por el mismo agente. Del primer modo,
p erpetuamente; y, por consigmente, par q . . nte la raíz de esta multiplica- la razón suficiente y primera de por guó este individuo es producido distinto de
. . " d ¡ · di iduos · por consigme , . d 'fi los demás, es porque es producido de una materia numéricamente diversa, por-
la multlphcaciOn · ey os ede m vtam b'; - d'trse que esta raíz es la matena m o ·I , -.
1en ana
ción es la matena. pu . . nti'dad no es capaz de a1teracton que no pudiendo estar la misma forma numérica en materias totales diversas nu-
'd d que la matena sm ca méricamente, por lo mismo que la materia es diversa en número, es preciso que
cada. por. la cantl · a, ' por arias y contranas . d'1sposi'ciones' que es •de lo que nace-
fistca· m de mutacto~ P.or ':, 'ndividuos Ahora bien, este oficto no pert~nece· la forma, al menos, sea numéricamente diversa; por lo cual, para esta distinción no
esta variedad y muluphcaclDn de Id . .da para una cierta forma y canudad, se requiere añadir otras disposiciones u otra signación a la materia, porque basta
a la matena •
en cuanto· siguada
. y etermma , no hemos tratado d e 1a ratz ' la distinción numérica de l_a materia en sí misma, o con su cantidad, lo cual, sin
sino absolutamente en si :msma, ~orqu~ h¡"s:a a~~~ de la raiz de la multiplica- embargo, no basta para que esta materia sea la raíz de- la distinción de este indi-
de este individuo en partlculard, sml o a. so u ~mpeeci'e. y la materia no es la raíz: viduo respecto de los demás no existentes, que han sido hechos de la misma
. d' 'd d ntro e a mtsma .... s '
ción de los m lVI uos e t determinada a una forma o can- materia o que pueden serlo. Por ello dijeron algunos que Aristóteles no asiguó
de esta multiplicación absolutamente en cuan o un principio de individuación por el que se distinguiese el individuo de todos

mo secundum se, id est, '!ua~e~us revera 29 Secundo ait haec opmto . ~ate~iat;t" nata ad unam formam vel. quantitatem, sed
esse ·prmct
. 'p¡'um et radicem multtphcatlorus-
· l'b 30. Tertio ait haec opinio, materiam sig-
est principium constituens mdtvtduum ut potius quatenus est determinabilis ad piu- natam quantitate, esse principium et radi-
. di 'd um in substantiis matena 1 us~
'et res. Dices: hoc modo etiam materia dice-
tale est et est radix seu fundamentum a lllVlUOr
b tur quia est origo generatwnum cem, vel saltem occas¡onem productionis
quo sÚ~itur individualis ~iff7r7nti.a. ~:cun­ P
ro a •
corruptionum, per quas fit 1·ndividuorum li
tur radix multiplicationis specierum in sub- huius individu¡ distincti a reliquis. Decla-
do loqui possumus de prJ?Clpto mdivtdu~­
• stantiis generabilibus et corruptibilibus; ideo
multi licatio. Item, quia compostt~ .ex ta - enim multiplicari possunt ex eadem mate-
ratur, nam potest hoc individuum compa-
tionis in ordine ad producttonem seu mulu- mateila ratione illius est corrupttblle, et rari, vel ad reliqua ¡ndividua existentia, vel
plicationem individuorum, quo~ es~ quae- ria, quia illa est capax orpnium fonnarum, ad alia possibilia, quae ex eadem materia
. d habet ut noh possit perpetuo conse~­ et secundum se indifferens ad illas et ad
rere quod sit principium et :a~lx o quam ~rf· et ideo ut species conservetm: reqm~ varias earum dispositiones. Respondetur non
produci possunt, etiam ab eodem agente.
. di ,dua substantialia multtplicantur, vel ;imr' indi~ridu'orum multiplicatio;. hu~s e~~ Priori modo sufficiens et prima ratio, cur
~~r ;otius producitur .hoc i~d~viduum qua~ multiplicationis radix est matena. t a.
esse similem rationem; nam, l.icet illa pro-
prietas materiae sit necessaria ad praedic-
hoc individuum producitur distinctum a re-
aliud seu cur producltur distt!lctuD? a r~h- etiam potest hanc radicem esse. matenam tam multiplicationem, tamen proprie non
tiquis, est quia ex diversa numero materia
. ' Rursus in utraque cons1derat1one m- affectam quantitate, quia mater~a .absque est prima radix illius varietatis, tum quia,
producitur, quia, cum non possit eadem nu-
qms. · · · r se
·ri potest id- quod est prmclptum pe quantitate non esset capax ~lterattoms p~y­ mero forma esse in diversis numero mate-
i~lin se individuationis, vel id t~ntum ~~od sicae et mutationis per va~ms et con.trili~~~
cum tota ipsa materia sit unius speciei et
seu portiones eius secundum se tan-
riis tota;Iibus, hoc ~pso quod materia est di-
in ordine ad -·nos ·est princi~mm -disttn~ d.ispdsitiones, ex qua nas:lt:ur .haec m - versa nmnero, necesse est ut forma saltem
numero distinguantur, ipsa quantum
dí unum individuum · ab· alío, vel quod duorum varietas et multtplicat~o. Hoc. au est de se contenta est fonnis numero di-
sit numero diversa; unde ad hanc distinc-
guen · · p n'mo
est solu.'ll occasio talis distmctton.ts. , tero munus non convenit matenae ut s¡gnal~ tionem non oportet dispositiones alias, vel
stinctis; tum etiam quia distinctio spedfica
endo de principio constttuente m tae et determinatae ad certam fo7am ~~ aliam materiae signationem adiungere, quía
ergo, loqu · diff quantitatem, sed ab~olute secun. umhÚiu;.
est per se in rebus, et ideo radicaliter pro- sufficit numerica distinctio materiae secun-
re m . d'1v1'd u um, et a quo vere. surmtur· · e-t venit a forma, quae per se dat speciem,
rentia individualis contracuva sp:c~et e quia hactenus non eg~us de radlce e ra- et ideo haec distinctio sine controversia in
dum se, vel cum sua quantitate, quod ta-
individui in particulan, sed absolu!e d d men non sufficit ut haec materia sit radix
constitutiva individui, negat haec op~nt? ~a­ materialibus et in immaterialibus, corrupti-
teriam signatam quantitate ~sse prrnclplli~ dice multiplicationis individuorum 3?" e~~:- bilibus et incorruptibilibus reperitur, quod
distinctionis huius individui a reliquis quae
s ecie. materia autem non est ra IX • non existunt, seu quae ex eadem materia
. div1'duatwnts,
. · qw'a hoc v1dentur conclu
m
dere discursus facti.
~ulti~licationis absolute quatenus detemu- de distinctione numerica non constat, neque
ita necessarium apparet. facta sunt, aut fieri possunt. Unde quidam
dixerunt Aristotelem non assignasse princi-
Disputaciones metafísicas
628
Disputación quinta.--5ección II1 629
los que no existen, ya que éstos se disrl?~en sufic.iet_ltemente por sola la c~mtra­
dicción sino que asignó sólo un princ1p1o que d1stmgue del modo refe:1do al para producir muchas formas semejantes a sí en especie y distintas numérica-
individ~o respecto de los otros existen:es, lo cual enseñó Fonseca, en hbro V,
c. 6, q. 4, s. 4; y lo mismo refiere tomandolo de Herveo, Quodl, V, q. 9, y Caye-
e: mente, y, sin embargo, aquí y ahora en esta materia introduce esta forma numé-
rica más bien que otras, la cual determinación no puede provenir del mismo fue-
tano, c. 2, De Ente et Essentia, q. 5. . . , go, sindo un agente natural y de por sí igualmente potente para introducir cualquier
Hay que añadir que por la materi~ cons1de;ada del .~odo d1cho, no solo se forma; ni puede provenir de la misma forma que se ha de educir, ya que ésta
distingue el individuo de los demás eXIstentes, smo tamb1en de cualesqmera ot~os aún no existe ni tiene por dónde determinar la virtud del agente; ni proviene de
posibles -incluso no existentes-, que pueden en~en?-r.arse de otras matenas la materia remota, pues ella es también de suyo igualmente indiferente; luego
numéricamente distintas, principalmente en aquellos mdtvld?os cuyas forma~ ?on proviene o bien de las disposiciones, si aquéllas permanecen en la materia, o bien
educidas de la materia, porque es muy verosímil que la lllsrna forro~ numenca, del orden natural de obrar aquí y ahora con estas circunstancias, pues no puede
no sólo simultáneamente, sino ni siquiera sucesivamente, pueda eductrse de ma- fácilmente pensarse ninguna otra causa natural. En efecto, lo que algunos piensan,
terias numéricamente diversas. En cambio, en los individu?s. q~~ pueden :ng~~­ que esto ha de ser remitido a la divina voluntad, aunque sea verdad acerca de los
drarse de la misma materia numérica, no tiene lugar la dtstl~c~on de .un m~vl­ efectos que provienen inmediatamente del mismo Dios, con todo, atribuir esto a
duo existente respecto de otro existente, por9ue no pue~en eXIs;17 al mismo nem- todas las causas naturales no parece filosófico, y en la teología tiene especial difi-
po varios individuos que consten de la ffilsma matena !lum¡;ncamente, y, por cultad a causa de la determinación de los actos libres y principalmente de los
ello, tal distinción siempre tendrá que ser de una cosa eXIstente respecto de otra malos, cosa que trataremos después al ocuparnos del concurso de Dios con las
no existente. . causas segundas. De este modo, por consiguiente, la materia signada y afectada
31. y aunque esta oposición contradictoria sea argument? sufi~tente de .la por esta~ circunstancias es el principi~ u ocasión de tal individuación, ya que ni
distinción de tales individuos, a pesar de todo aún se pued.e _mvestlgar el prm- la matena remota, pues ella es tambtén de suyo igualmente indiferente; luego
cipio y raíz de por qué se distinguet; de t~l modo que, eXIst1endo un?,. el ot:o sin la materia, pues si ésta es diversa, el efecto será también diverso.
no exista; 0 por que en esta matena se. mtroduzca esta forma numenca mas
bien que otra que pudiera hacerse. Efect1vamente,. la causa .de esto no puede fá~l~~ntf~3.~~t~t~~i~:tifrffiS~i~f,~~ru~~~~e~tJ~alJ!~~
v...-~
1ef~{~;~t~··'"qs\fetaÍ'g\lif~Jy~P~~~s1R:~e;\;~
'
buscarse en sola la materia prima, ya que es la m1sma sucesivamente. en uno "! del ser GO!EO se comporta respecto del hacerse. Se responde negando la conse-
otro individuo, lo cual es quizás también verdadero acerca ~e la can~dad. c?evl- l:uenda ya que una cosa es que esto sea tal individuo, y otra, en cambio, que aho-
terna de la misma materia. Por consiguiente, hay que añadir otras dispos1c1ones ra se produzca este individuo más bien que el otro, y, por ello, estas cosas pue-
y circunstancias de la acción, a saber, que de est.~ sujeto así prep,arado Y dispuesto d.en nacer de distintas raíces; además, porque según esta explicación, la materia
en este tiempo, por este agente, se haga esta accwn; porque aqm sucede que ~~­ s1gnada no es tanto el principio de individuación cuanto la ocasión de inducir en
que la materia prima o remota sea la mist?a, con todo, de ella resulta este mdi- el sujeto esta forma más bien que la otra; ahora bien: ·esta forma no es ésta
viduo distinto de todos los otros que han s1do hechos de ella o que pueden hacer- porque ha sido hecha en este sujeto, en este tiempo y por este agente, ya que
se, ya que se hace la producción con diversas disposicion~s y circunstancias. Y to?as estas cosas son en sí mismas accidentales para ella y podría ser hecha por
esto se confirma y declara porque el fuego, por ejemplo, tiene de suyo potencta DIOs la misma numérica...rnente sin tales circunstancias, y hablando de las dispo-
pium individuationis. quo distinguatur indi- scinctio semper est rei ex:istentis a non exis-
viduum ab omnibus quae non existunt, quia tente. cendas plures formas sibi similes in specie, causis secundis. Hoc igitur modo materia
haec satis per solam contradictionero distin- 31. Quarovis autem haec oppositio con- et numero distinctas, et tamen hlc et nunc signata et bis circumstantiis affecta, est
guuntur; sed assignasse solum prim;:ipi~ tradictoria sufficiens argurnentum sit di- m hac materia introducit hanc numero for- principium seu occasio talis individuationis,
distinguens praedicto modo unum mdivl- stinctionis talium individuorum, tamen ad- mam potius quam alias, quae determinatio qma nec materia sufficit sine circurnstantiis,
duum ab aliis existentibus, quod docuit huc investigad potest principium et radix, non p_otest provenire ab ipso igne, cum slt ut dictum est, nec circumstantiae sine ma-
Fonseca, lib. V, c. 6, q. 4, sect. 4; idque cur ita distinguantur, ut uno existente, aliud naturale agens, et de se aeque potens ad teria; nam si haec sit diversa, effectus etiam
refert ex Hervaeo, Quodl. V, q. 9; et non existat; seu cur potius in hac materia quamlibet formam introducendam; nec pot- diversus erit.
Caiet., c. 2, de Ente et essent., q. 5. Ad- haec numero forma introducatur, quam alía, est ab ipsa forma educenda proveni.re, quía 32. Dices: ergo eadem materia erit prín-
dendum autern est per materiam praedicto quae fieri posset. Causa enim huius non pot- ipsa nondum est, neque habet unde deter- cipium intrinsecum constitutivum individui
modo consideratam non solum distingui in- est reddi ex sola materia prima, curo ea- minet virtutem agentis; neque provenit ex in suo esse; nam sicut res se habet ad fieri,
dividuum ab allis existentibus, sed etiam clero successive sit in utroque individuo, materia remota, quia illa etiam est de se
auod etiam fortasse est verum de quanti- aeque indifferens; ergo provenit vel ex dis- ita et ad esse. Respondetur negando conse-
a quibuscumque aliis possibilibus, etiam quentiam, tum quia aliud est harre rem esse
non existentibus, quae ex aliis materiis nu- tB.te coaeva ipsi materia e.· Adiungendae ergo positionibus, si illae manent in materia, vel
sunt aliae dispositiones et circumstantiae ac- ex naturali ordine agendi hlc et nunc cum tale individuum, aliud vero produci nunc
me.ro distinctis. ge_n_erar:LJ?QSS}!l).J~ . . Prae.~_ertim hoc indlviduum potius quam aliud, et ideo
in bis quorum formae a ¡nateria educuntur, tionis, scilicet, quod ex hoc subiecto sic· his circumstantiis; non enim facile potest
praeparato et disposito hoc tempere, ab h~ alia naturalis causa excogitari. Nam, quod haec possunt provenire ex diversis radici-
quía valde verisimile est eamdem numero bus; tum etiam quia imna hanc explicatio-
formam, non solum sim_ul, verum nec su~­ agente, haec actio fiat; hic enim fit ut, 11- quidam existimant, revocandum hoc esse in
cet materla prima seu remota sit eadem, ex divinam voluntatem, quamvis verum habeat nem materia signata non taro est principium
cessive posse ex divers1s numero materns
illa tamen fiat hoc individuum distinctum in his effectibus qui ab ipso Deo immediate individuationis, quam occasio inducendi
educi. In individuis autem quae ex eadem
numero materia generari possunt, non ha- ab omnibus aliis quae ex illa vel facta sunt, fiunt, tamen hoc attribuere omnibus cau- hanc fonn3m in subiecto potius quam
bet locum distinctio unius individui exis- vel fieri possunt, quia curo diversis disp.o- . sis naturalibus non videtur philosophicum, aliam; ista vera forma non est haec, quía
tentis ab alio existente, quia non possunt sitionibus et circumstantiis fit producr:o· et in theologia habet specialem difficulta- in hoc subiecto, hoc tempore et ab hoc
simul ex.istere plura individua ex eadem Et con:finnatur hoc ac declaratur; nam tg- tem, propter determinationem actuum llbe- agente fit, quia 1\aec sunt accidentaria illi
numero materia constantia, et ideo talis di- nis, verbi gracia, de se potens est ad produ- rorum, et praesertim malorum, quam infra secundUlTh se, et posset a Deo eadem nu-
attingemus tractando de concursu Dei cum mero sine his drcumstantiis fieri, et lo-
630 D-isputaciones metafísicas 631
--------------------
s1c10nes más bien son ellas las que se ordenan a tal forma que al contrario; por que ofrecen para la producción de tal sustancia individual, como se ha declarado.
'
consiguiente, la materia de tal modo signada sólo puede ser ocasión . de- por qué y esto se atribuye a la materia por razón de la cantidad más bien que por razón
esta forma sea producida por un agente natural de· acuerdo con el orden natural, -de las cualidades, ya que también la distinción numérica de las mismas cualida-
por el cual la virtud del agente natural fué determinada a realizar tal efecto más des es conocida por nosotros principalmente mediante la cantidad, pues si dos
que tal otro en tal sujeto aplicado y modificado por tales circunstancias. imágenes son entre sí muy semejantes, no las distinguimos de otra manera que
33. En cuarto lugar, añade esta opinión que la materia signada por la can- numerándolas en diversos sujetos cuantos. Y en el mismo sentido parece que se
tidad sensible se llama principio de individuación en cuanto a nosotros, porque ha de ent_ender que las mismas cantidades se distinguen numéricamente por el
por él conocemos la distinción de los individuos materiales entre sf. Así, Santo sitio, pues ello es verdad en cuanto a nosotros, ya que precisamente las distin-
Tomás en el Opúsculo 32, De' Natura materiae et dimensionibus indeterminatis, ,guimos sensiblemente y las numeramos porque las vemos en distintos sitios; pero,
c. 3, dice que de esta materia prima y de esta forma se hace el individuo de la sin embargo, en sí mismo no es verdad, ya que más bien ocupan diversos sitios
sustancia, pero que no se puede demostrar sin dimensiones determinadas que las cantidades porque son en sí mismas distintas; por consiguiente, solamente
sea el que está aquí y ahora, y por ello, dice, la matert'a, bajo ciertas dimensiones, es porque la cantidad tiene por naturaleza el constituir a una parte fuera de otra
llamada causa de la individuación, no porque las dimensiones causen al individuo, en un cuerpo fuera de otro en orden al sitio, y porque falta un principio más apto
puesto que el accidente no causa a su sujelo, sino porque mediante ciertas di- para distinguir los individuos materiales en orden a nosotros.
mensiones se demuestra el individuo aquí y ahora, como por una señal propia
e inseparable del individuo; y lo mismo indica en el Opúsc. 29 De Principio in- Resolución de la cuestión
dividuationis. Por lo cual, cuando en otros lugares dice Santo Tomás que el in- 34. Toda esta opinión en sí ciertamente es probable y a mí me agradó en un
dividuo añade los accidentes a la naturaleza especifica, como en I, q. 3, y en tiempo, pero temo que, según ella, no se explique suficientemente el parecer de
el Quodl. II, a. 4, y en la q. 2 De Veritate, a. 6, ad 1, y en otros lugares antes Aristóteles y de Santo Tomás, no sólo porque en otro caso nos habrían entregado
citados, parece que se ha de interpretar en orden a nuestro conocimiento. Efecti- un principio de individuación sumamente deficiente y equívoco, si omitido lo
vamente, aquello es la señal con que nosotros distinguimos a posteriori un indi- -que verdaderamente y en sí es el principio constitutivo del individuo nos dan
vidun de otro, pero no es aquello por lo que en sí mismo se distingue, como el únicamente o bien una señal a posteriori, o la ocasión de distinguir o de producir
mismo Santo Tomás en otros lugares u opúsculos citadns parece que explicó y los individuos, sino también principalmente porque de dicho principio parece
probó con una razón óptima, a saber, porque el accidente no causa su sujeto; que han inferido que en los seres separados de la materia no se dan varios indivi-
mayormente, siendo así que el mismo Santo Tomás, en J, q. 29, a. 1, y en la q. 9 duos, porque no se da tal principio de individuación. Y asimismo, a muchos y
De Potentia, a. 1, ad 8, dice que la sustancia se individualiza por sí misma y por doctos varones les parece muy difícil de creer lo que en tal sentencia se decía
principios propios, y que el accidente, en cambio, se individualiza por la sus- acerca de la determinación de los agentes a particulares efectos y formas por la
tancia; luego, como en otros lugares pone el accidente o el orden a los accidentes materia con las circunstancias de la acción, porque si se considera la cosa atenta-
entre las cosas que individualizan la sustancia, ha de ser interpretado necesaria- mente, todas ellas se reducen a la circunstancia de tiempo, que parece demasiado
mente o bien en cuanto a nuestro conocimiento o bien en cuanto a la ocasión extrinseca para que de ella pueda venir tal determinación. Pero de este último
punto trataré más cómodamente en la sección siguiente.
quendo de dispositionibus, potius illae ordi- ntonstratur individuum hic et nunc, sicut
per signum proprium individui et insepara- tioni talis individui substantiae, ut declara- babilis est et mihi aliquando placuit; ve-
nantur ad talem formam, quam e contrario; tum est. Attribuitur autem hoc materiae, ra-
solum ergo potest materia signata dicto mo-:- bile; et idem indicat Opuse. 29, de Prin- reor tamen an iuxta illam satis explicetur
cipio individuationis. Unde, quando aliis lo- tione quantitatis potius quam ratione qua- mens Aristotelis et D. Thomae, tum quia,
do esse occasio cur a naturali agente pro- Jitatmn, quia etiam ipsarum qualitatum nu-
ducatur haec forma ex naturali ordine, quo cis significat D. Thomas individuum addere alioqui valde diminute, et cum magna
accidentia supra naturam specificam, ut 1, meralis distinctio maxime nobis nota est ex aequivocatione, tradidissent nobis individua-
virtus agentis naturalis determinata est ad quantitate; nam, si duae imagines sint in-
talero effectum efficiendum potius quam q. 3, et Quodl. Il, a. 4, et q. 2 de Verit., tionis principium, si omisso eo quod vere
a. 6, ad 1, et aliis ¡ocis supra citatis, expo- ter se valde similes, non aliter distinguimus et in se est principium constitutivum indivi-
alium in tali subiecto tallbus drcumstantiis illas, quam in diversis subiectis quantis eas
applicato et affecto. nendus videtur in ordine ad cognitionem dui, solum nobis tradidissent vei signa a
nostram. Est enim illud signum quo nos a numerando. Et in eodem sensu videtur in-
33. Quarto addit hace opinio materiam telligendum quantitates ipsas distinguí nu- posteriori, veJ occasiones distinguendi, aut
postedori distinguimus unum individuum producendi individua; tum maxime quia ex
signatam quantitate sensibili dici princi- ab alio, non vero id quo in se distinguitur, mero ex sitibus; est enim id verum quoad
pium individuationis quoad nos, quia per nos; ideo enim illas sensibiliter distinguí- hoc principio videntur intulisse in separatis
ut ipse D. Thomas allis locis seu opusculis a materia non dari plura individua, quía
illud nos cognoscimus distinctionem indi- citatis explicasse videtur, et optima etiam mus et numeramus, quia eas in diversis si-
viQ IJ()rll_m __ n:m_t_~_ri_ali_\LID___ i_IJJ<;:I._ ?~__! ___Si.c___;Id_,____ Th9- 1ibus conspicimus; non tamen est verum non datur huiusmodi principium indlvidua-
ratione probasse, scillcet, quía accidens non .. tionis. lllud etiam, quod in ea sententia di-
mas, Opuse. 32, De Natura materiae et di- causat subiectum suum; maxime cum ídem secundum se; nam potius occupant quan-
mensionibus indeterminatis, c. 3, ait, ex titates diversos situs quia in se distinctae cebatur de determinatione agentium ad par-
D. Thomas, 1, q. 29, a. 1, et q. 9, De Po-
hac materia prima et hac forma fieri indi- tentia, a. 1, ad 8, dicat substantiam indivi- sunt; solum ergo quía quantitas natura sua ticulares effectus et formas, ex materia cum
viduum substantiae, non tamen esse hic et duad per seipsam, et per propria principia, ~oc habet ut constituat partem extra partem circumstantiis actionis, multis et doctis vi-
nunc demonstrabile sine dimensionibus de- accidentia vero individuari per substantiam; m corpus extra corpus in ordine ad situm, ris difficile creditu videtur, quía, si attente
terminatis; et ideo (inquit) dicitur materia ergo cum aliis locis ponit accidentia,. v~l et deest aptius principium ad distinguenda res consideretur, omnia reducuntur ad cir-
sub certis dimensionibus causa individuatio- orclinem ad accidentia inter ea quae mdi- individua materialia in orcline ad nos. cumstantiam temporis, quae videtur valde
nis, non quod dimensiones caUJsent indivi- viduant substantiam, exponendus necessario extrinseca, ut ab ea possit haec determinarlo
duum, cum accidens non causet suum sub- est, vel quoad nostram cognitionem, vel Quaestionis resolutio
provenire. Sed de hoc ultimo puncto dicam
iectum, sed quía per dimensiones certas de- quoad occasionem quam praebent produc- 34. Haec tota opinio in se quidem pro- commodius sectione sequenti. De alio vere
632 Disputaciones metafísicas p;_spu_tació_n_q_u_i_n_ta_.~ección ll:_'_ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 633
----'
Acerca del otro punto que se refiere a la mente de Aristóteles y Santo Tomás,
en lo tocante a Santo Tomás consta que dicha exposición está fundada en otros SECCION IV
lugares y palabras suyas, que no pueden conciliarse de otro mo~o. En cuant<> ¿Es LA FORMA SUSTANCIAL EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN
atañe a Aristóteles, no parece que nunca ex professo y rnetafistcamente haya DE LAS SUSTANCIAS MATERIALES?
investigado y declarado este principio, sin~ q~~ solamente. partie~d? de las cosas
sensibles y de modo físico enseñó que un mclivtduo matertal se dtstmgue de otro. 1. Hay otra sentencia importante en esta materia, que afirma que el prin-
Lo que de allí dedujeron los mencionados autores de que en las sustancias in- cipio interno de individuación _es la_ fqr:rpa sustancial. Esto suele atribuirse a
materiales no hay multiplicación de individuos en la misma especie, puede tener, a Durando, en In ll, dist. 3, q. 2, a pesar de que no añfma esto enteramente, como
lo sumo, un sentido probable, a saber, que nosotros no tenemos r~zones y princi- luego diré; en cambio, parece que la profesó Averroes, I De Anima, c. 7, y li~
pios para distinguir las sustancias espirituales numéricamente distintas, como tene.. bro II, in princ. y en los comentarios 7, 8, 9 y 60, y en el libro III de la Física,
coment. 60, y en el libro IV, coment. 38; se cita también a Avicena, libro VI
mos en las materiales; más aún: muchos extienden esto incluso a las sustancias ma-
Natural., p. I, donde afirma que la forma da al sujeto la unidad numérica; la
teriales incorruptibles, en las cuales tampoco tenemos tantos principios para conocer
mantiene Zimara, Theorem. 97, y Sebastián, Obispo Oxom., en el II De Anima,
o poner en ellas una distinción numérica, como tenemos en las sustancias corrup- c. l. Se indina a ella Aristóteles en el mismo pasaje, cuando dice que la forma
tibles, acerca de las cuales vale principalmente cuanto llevamos dicho. Finalmen- es lo que constituye a esto como algo. Y de esta palabra de Aristóteles hay que
te, lo que Aristóteles dijo en el libro I De Caelo, qne no puede haber otro mun- tomar el fundamento principal de tal sentencia, pues el principio de individua-
do más que éste, porque en éste se halla toda la materia, parece ciertamente que ción debe ser aquello que intrínsecamente constituye a esta sustancia, y es en
se refería o bien a que Dios creó el mundo de la materia y que no podía crear grado sumo propio de ella; luego, por razón de la primera propiedad, debe ser
la materia misma o bien a que Dios obraba por necesidad natural y que, por tanto, algo sustancial, pues los accidentes, como con frecuencia se ha dicho, ni consti-
no podía crear más materia de la que creó; o, ciertamente, que de tal modo estaba tuyen la sustancia ni esta sustancia, pues esta sustancia, también en cuanto es
Dios determinado en su manera de obrar, que no podía hacer de la nada en el tiem- ésta, es un ente por sí y sustancial. Y por razón de la segunda propiedad, este prin-
po ninguna sustancia L"ltegra y material, como veremos en el transcurso de esta obra. cipio no puede ser la materia, sino la forma, porque esta materia no es en grado
Por consiguiente, de aquella sentencia sólo se deduce por ahora que según la sumo propia de este individuo, ya que puede estar bajo otras formas; luego,
mente de Aristóteles, las sustancias materiales sólo se multiplican por la materia. es la forma el principio de individuación.
Ahora bien: sea lo que sea de la mente de dichos autores, consta que con esta 2. Por ln cual, argumentamos en segundo lugar, porque es uno mismo el
principio de la unidad y el de la entidad, por lo qne dijo Santo Tomás, en la
sentencia, tal como ha sido explicada, no nos ha sido entregado el propio e in-
q. única De Anima, a. 1, ad 2: Cada cosa tiene según lo mismo el ser y la indivi-
terno principio de la diferencia individual, ni siquiera en las cosas materiales.
duación. Ahora bien: cada cosa propiamente tiene el ser por la forma; luego,
Efectivamente, los argumentos aducidos en contra de otras exposiciones de esta también la unidad individual. La mayor es clara porque la unidad es nna pasión
sentencia prueban concluyentemente que tal principio no puede ser la materia que sigue a la entidad, y no le añade más que la negación; luego no puede tener
signada. otro principio positivo y real más que lo que es principio de la misma entidad.

pertinente ad mentem Aristotelis et D. Tho- Aristoteles dixít, in I de Caelo, non posse SECTIO IV est maxime proprium illius; ergo ratione
mae, quod ad D. Thomam pertinet, constat esse alium modum praeter hunc, quia in primae proprietatis esse debet aliquid sub-
hoc est tata materia, videtur certe intellexís- AN FORMA SUBSTANTIALIS SIT PRINCIPIUM
expositionem illam fundatam esse in allis stantiale; nam accidentia, ut saepe dictum
INDIVIDUATIONIS SUBSTANTIARUM
locis et verbis eius, quae aliter conciliari se, aut Deum creasse mundum ex materia, est, nec constituunt substantiam, neque
MATERIALIUM
non possunt. Quod vero ad Aristotelem at- nec posse materiam ipsam creare; aut Deum hanc substanciam; nam haec substantia,
tinet, non videtur unquam ex professo et agere ex necessitate naturae, et ideo non l. Est alia principalis sententia in hac etiam ut est haec, est ens per se et substan-
metaphysice principium hoc investigasse et posse plus materiae creare, quam creavit; materia, principium internum individuacio- tiale. Ratione autem alterius proprietatis,
declarasse, sed solum ex sensibilibus phy- vel certe ita esse Deum determinatum in nis esse formam substantialem. Haec solet hoc principium non potest esse materia, sed
sico more docuisse unum individuum mate- suo modo agendi, ut nullam substantiam tribuí Duran., In Il, dist. 3, q. 2, qui non forma, quia haec materia non est maxímc-
riale ab alio distinguere. Quod vera inde in- integram et materialem possit in tempore omnino illam affirmat, ut postea dicam; propria huius individui, cum sub aliis for-
tulerunt dlcti auctores, in substantiis imma- ex nihilo condere, ut in discursu huius ope- eam vero videtur docuisse Averr., I de mis esse possit; ergo forma est principium
terialibus non esse multiplicationem indivi- ris videbimus. !taque ex illa sententia so- Anima, c. 7, et lib. II, in principio, et individuationis.
duorum- in- -eadem----specie,u. .-flune--·po-test ad lum ad praesens colligitur, ex mente Aris- '----<:onl. 7, 8 et 9, et 60, et III Phys., com. 2. Unde argumentar secundo, quia idem
summum habere probabilem sensum, scili- totelis, materiales substantias non multipli- 60, et lib. IV, com. 38; citatur etiam Avi- est principium unitatis quod entitacis, prop-
cet, non habere nos raciones et principia ad cari nisi ex materia. Quidquid vera sit de cen., VI Natural., part. 1, dicens, formam ter quod dixít D. Thomas, quaest. unica,
distinguendas spirituales substancias nume- dare subiecto unitatem numerlcam; tenet de Anima, a. 1, ad 2, unumquodque secun-
mente. horum auctorutlll, constat ex hac
ro distinctas, quas habemus in materialibus; Zimara, Theorem. 97; et Sebast., episc. dum idem habere esse et individuationem.
immo multi hoc extendunt eciam ad mate- sentencia sic declarata non esse nobis tra.. Oxomen., 11 de Anima, c. l. Favetque Sed unaquaeque res proprie habet esse a
riales substancias incorrupcibiles, in quibus ditum proprium et internum principium Aiist., ibid., dum ait formam esse, quae forma; ergo et unitatem individualem.
etiám non habemus tot principia ad cogno- differentiae -individualis etiam in rebus roa~ constituit hoc aliquid. Et ex hoc verbo Aris- Maior constat, quía unitas est passio conse-
scendam vel ponendam in eis numericam terialibus. Nam argumenta facta contra hanc totelis sumendum est praecipuum funda- quens entitatem, et non addit illi nisi ne-
distinccionem, quot habemus in substantiis sentenciaro aliis modis expositam, plane mentum huius sententiae; nam princi- gatiooem; ergo non potest habere aliud
corruptibilibus, de quibus maxime proce- concludunt non posse materiam signatam pium individuationis esse debet id_ quod principium positivum et reale, nisi quod
dunt omnia quae dicta sunt. Denique, quod esse huiusmodi principium. intrinsece constituit hanc substantiam, et est principium ipsius entitatis.
634 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección _l_V___________________ 635
3. Pero objetará alguien en contra de esta sentencia y razón que, aung!l~ forma y la materia como concluye_ el argumento; con todo, si estas dos cosas se
l~_IueJ?,~ rect~~nte ~-.9~~-!';~~~~~~!.!.p_E.Y!!_ f! __ __l'!_~g_a4L_ sJl:l e~b~~g~, _no . qu_e comparan entre sí, la causa principal de esta unidad es la forma, y en este sen-
sea e~~- sola_ el prill_f!12_10__de Indi\'l~uaclOn,_ pues tambien __la __mat~na e$ el_ prm9~ tido se le atribuye a ella el principio de individuación. De la misma manera
]Ji<)lñJiirl§:'-~<>:::9_\1~º11~\ÍlUY~ ¡8,_~eJ1iida_d ~é_la cosa,y l'or ello se;á también el .que es necesaria también la materia para la razón o unidad específica, ya que la
prin_cipio__ de individua~ión, -~I __ no sol~, af menos_ ~~p.__lajol'Jna. Podna responderse razón de hombre o de humanidad, como tal, no puede constituirse sin materia,
de-acÚerdo con la sentenCia de -Durando en In IV, dist. 44, q. 1, que la forma y lo mismo sucede con la razón genérica de animal, de viviente, etc.; y a pesar
no sólo tiene virtud para individualizar al compuesto, sino a la materia misma, .de todo, se dice absolutamente que la razón específica se toma de la forma, por-
pues no sólo da el ser al compuesto, sino también a la materia; por lo cual re- que ella da el último complemento, y sólo presupone la materia como algo
sulta -dice- que por el hecho de unirse la materia a una misma forma numé- potencial e indiferente; por la misma razón, por consiguiente, se llamará aquélla
-rica, es ella misma una numéricamente. principio de individuación porque da el último complemento sustancial al indivi-
Pero esta opinión de Durando es falsa y con razón es rechazada por los de- duo, aunque presuponga la materia como potencial de suyo e indiferente; a causa de
más teólogos, como mostré en el tomo II, III p., disp. XLIV, sec. 2. Pues una lo cual dijo Aristóteles antes, y en el libro I de la Física, c. 7, texto 69, que la
y la misma materia numéricamente que existió en el ser que se corrompió, per- forma constituye a esto como algo. Y puesto que, según decíamos antes, la cosa
_manece en el que se engendra, ya que, de lo contrario, no sería el mismo numé- se distingue por lo mismo por lo que se constituye, la misma forma que constitu-
ricamente el sujeto de quien se hace la generación. Asimismo, porque, o es impo- ye a esto como algo, lo distingue de los otros, dado que el acto es lo que distin~
sible que la cosa que antes era numéricamente distinta de otra se haga después gue, libro VII de la Metafísica, c. 13, text. 49; luego. la forma es la que da la
aquélla -o sea, la misma numéricamente con ella de modo indivisible-, o que plenitud a la razón de individuo. Y esto lo confirma la común manera de hablar
la cosa que antes era una numéricamente, después en toda su entidad se haga y de pensar, pues si, por ejemplo, al alma de Pedro se une un cuerpo que consta
otra numéricamente distinta; luego la materia que bajo la forma de alimento es -de una materia distinta del cuerpo que tuvo aquélla primero, aun cuando aquel
una numéricamente, no puede hacerse otra numéricamente por el hecho de que compuesto no sea en todas sus partes el mismo que fué antes, con todo, hablando
comience a estar bajo la forma del alma; y las materias de Pedro y de Pablo, que absolutamente, aquel individuo se llama el mismo por razón de la misma alma;
son numéricamente distintas, no se harán numéricamente una, aun cuando _su- y, sin embargo, por el contrario, si al cuerpo que consta de la misma materia se
cesivamente estén bajo las formas de Pedro y de Pabln. Finalmente, en otro caso, le une un alma numéricamente distinta, absolutamente no se juzgará que es el
la misma materia numérica, una vez aniquilada, se restituiría por la sola unión mismo individuo, sino distinto; luegn esto es señal de que la individuación se
de otra materia a la misma forma; y hablamos de la verdadera unidad según la toma principalmente de la forma.
entidad real y física, y no sólo según la apariencia o según el modo vulgar de S. Pero todavía se objeta en contra de esta sentencia y de la razón aducida,
hablar, a la manera como suele llamarse una la cosa que está en continuo flujo .que aunque la forma en cuanto tal da el ser específico, con todo no da el ser
y se cambia sóln poco a poco; así, pues, aun cuando la mutación se haga en la individual y numérico, sino en cuanto que es ésta; luego el principio de indi-
forma, puede conservarse tal unidad, como se ve claramente en el rio, o en el viduación no es la forma en cuanto tal, sino aquello de donde le viene a la forma
árbol o en el bruto. misma el ser ésta; pero es ésta por razón de la materia; por consiguiente, más
4. Por consiguiente, pnede responderse de otro modo que es verdad que la
·causa adecuada e intrínseca de la unidad individual de la sustancia material es la individualis unitatis substantiae materialis aliis, quoniam actus est qui distinguit, VII
esse formam et materiam, ut argumentum Metaph., c. 13, text. 49; ergo forma est
3. Sed obiiciet aliquis contra hanc sen- stincta ab alía, postea fiat illa, seu eadem nu- concludit; tamen, si haec duo ínter se quae complet rationem individui. Et hoc
tentiam et rationem, quia, quamvis recte mero cum illa indivisibiliter, vel quod res, ·comparentur, praecipuam causam huius uni- confirma! communis concipiendi et loquen-
probet formam conferre ad unitatem, non quae erat una numero, postea secundum se tatis esse formam, et hoc sensu illi specia- di modus; nam, si animae Petri, verbi gratia,
tamen quod ipsa sola sit principium índi- totam fiat aUa numero distincta; ergo mate- liter attribui quod sit individuationis prin- uniatur corpus constans ex materia -distincta
viduationis; nam etiam materia est princi- ria quae sub forma cibi est una numero clpium. Sicut etiam materia necessaria est a corpore quod prius habuit, quamvis com-
pium intrinsecum constituens rei entitatem, non potest fieri aija numero, per hoc quod ad rationem seu unitatem specificam; non posítum illud non sit omni ex parte idem
et ideo etiam erit principium individuatio- incipiat esse sub forma animae; et materiae -enim potest ratio hominis vel humanitatis quod antea fuit, tamen, simpliciter loquen-
nis, si non sola, saltero cum forma. Respon- Petri et Pauli, quae sunt numero distinctae, ut sic sine materia con~titui, et ídem est de do, illud individuum dicitur idem ratione
deri posset iuxta sententiam Durandi, In IV, non fient una numero, etiamsi successive ratione generica animalis, viventis, etc.; et eíusdem animae; at verO_, e .contrario, si
dist. 44, q. 1, formam non tantum habere sint sub forma Petri et PauU. Denique alias nihilominus absolute didtur ratio specifi- corpori ex eadem materia constanti uniatur
viro individuandi compositum, sed etiam eadem numero materia semel annihilata re- ca surni a forma, quia illa dat ultimum com- anima numero distincta, simpliciter non
materiam ipsam, quía forma non tantum stitueretur per solam unionem alterius ma- solumque praesupponit mate- censetur idem índividuum, sed distincturn;
-dat esse composito-,- sed- etiam materiae.;- -unde -teriae ad eamdem formam; loquimurque de ut quid potentiale et indifferens; ea- ergo signum est indivíduationem sumi prae-
fit (inquit) ut hoc ipso quod materia iun- vera unitate secundum realem et physicam .dem ergo ratione illa dicetur principium cipue a forma.
gitur eidem formae numero, sit ipsa eadem entitatem, et non tantum secundum ap- individuationis, quia illa dat ultimum sub- S. Sed adhuc obiicitur contra hanc sen-
numero. Sed haec sententia Durandi falsa parentiam, vel vulgarem modum loquendi, "Stantiale complementum individuo, quamvis tentiam et rationem factam, quia, licet for-
est, meritoque a caeteris theologis reiicitur, quo modo res quae est in continuo fluxu, praesupponat materiam ut potentialem de ma ut sic det esse specificum, tamen non
ut ostendi jn II tom. III partís, disp. XLIV, et paulatim tantum mutatur, solet dici una; ·se et indifferentem, propter quod dixit Aris- dat esse índividuale et numericum nisi ut
sect. 2. Una enim et eadem numero mate- sic enim etiamsi mutatio fiat in forma, pot- toteles supra, et I Phys., c. 7, text. 69, est hace; ergo non forma ut sic, sed id unde
ria, quae fuit in corrupto, manet in genito, est conservari talis unitas, ut patet in fluvio, formam constituere hoc allquid. Et quoniam, ípsa forma habet ut sit haec, est índivi-
-alioqui non esset ídem numero subiectum, vel in arbore aut bruto. .Ut supra dicebamus, per ídem distinguitur duationis principium; sed est haec ratio-
ex quo fit generarlo. Item, quia impossibile 4. Respondetur ergo allter, verum qui- per constituitur; eadem forma. quae ne materiae; ergo materia potius est prima
est ut vel res quae antea erat numero di- dem esse adaequatam causam intrinsecam • •<Oon.sti"¡tuit hoc aliquid, distinguit lllud ah radix individuationis. Probatur minor pri-
Disputación quinta.-Se:-c=cz='o-:'n:__-V______ ~-------_ ___.637
636 Disputaciones_m~tafísicas
individualizarse por ella. Igualmente, porque las razones dadas arriba prueban
bien es la materia la primera ralz de la individuación. Se prueba la menor en pri- universalmente que nada sustancit~.l puede individualizarse por un accidente so-
mer lugar, porque la forma no es por sí misma ésta, pues, de lo contrario, lo breañadido, pues también esta materia es algo por sí uno, constituído bajo la
mismo podría decirse de cualquier entidad, ni sería menester preguntar por otro· razón específica de materia, a la que por si misma contrae. Más aún: natural-
principio de individuación; luego es ésta por la materia, ya que ninguna otra mente no se distinguen la materia y esta materia, como arriba se mostró acerca
raíz puede pensarse. En segundo lugar, la forma tiene todo su ser en orden a la de cualquier individuo, en su relación con la razón común; luego no puede esta
materia; luego también su individuación; luego la materia es el principio de materia intrínsecamente individualizarse por la cantidad, que es una cosa distinta
individuación de la forma, y, por consiguiente, de todo el compuesto. En tercer de ella, ni por el orden a ella, siendo así que más bien es esta cantidad la que
lugar, porque las formas se multiplican numéricamente en cuanto se reciben en dice orden a esta materia que al contrario.
diversas materias, y, por ello, las formas separadas no se multiplican numérica- Lo segundo es evidente acerca de la cantidad, porque de ella también pnedo
mente, ya que no se reciben en la materia; luego se individualizan también por preguntar de dónde le viene ser ésta, ya que no tiene esto por su razón especí-
el orden a la materia; por consiguiente, la última resolución de esta individuación fica, y como no se puede avanzar hasta el infinito ni se ha de cometer un círculo
se hace en la materia, puesto que esta forma es ésta porque se recibe en tal ma- vicioso e inútil, hay que detenerse en alguna cosa que sea por sí misma ésta;
teria; luego_ la primera raíz de la individuación es la materia. luego esto se ha de atribuir más bien a la sustancia que al accidente, puesto que
6. Estas objeciones son el fundamento de la opinión tratada en la sección -aquélla es una entidad anterior y más absoluta; o si se ha de admitir que dos
precedente, que más bien declaran y confirman esta sentencia de que ahora trata- entes incompletos por la relación mutua se individualizan el uno al otro según
mos, pues pueden casi todas retorcerse y aplicarse a la misma materia. Por con- diversos g~neros de causas, esto se habrá de afirmar preferentemente de la mate-
siguiente, concedo que la forma no es el principio de individuación del compues- ria y forma sustancial entre sí más que con cualquier accidente, ya que aquéllas
to según su razón específica, como es por sí mismo evidente, sino en cuanto que guardan una mayor conexión entre sí y mayor relación mutua. Luego todos los
es ésta; ahora bien: esto mismo se ha de decir de la materia, porque también la :argumentos dados pueden concluir acerca de la materia lo mismo que pretenden
materia tiene una razón específica y común, según la cual no es suficiente para acerca de la forma, ya que entre éstas existe en ese punto una cierta igualdad.
constituir un individuo; por consiguiente, si lo constituye lo hace en cuanto que Y, por lo demás, la materia sólo supera a la forma en esto, en que es una cierta
es ésta. Por tanto, preguntaré nuevamente: ¿de dónde le viene el ser ésta? Res- -ocasión de producir formas diversas e individuales, como arriba se declaró; la
ponden algunos que porque Dios quiso crear ésta más bien que otra, pero es(} forma, en cambio, supera a la materia en que es la que constituye principalmente
está fuera de la cuestión ya que no tratamos aquí del principio extrínseco de indivi- al individuo y es lo más propio de él, y en que más bien la materia es por causa
duación, sino del intrínseco, pues de lo contrario también podría .decir alguien que de la forma que al contrario, como se dice en el II de la Física, c. 9, text. 91;
esta alma es ésta" porque Dios quiso infundir más bien ésta que otra; O que luego, ponderadas todas estas cosas, el principio de individuación es, sobre todo,
esta forma es ésta porque Dios determinó a ella su concurso, cosa que es muy la forma.
probable, como diremos en la sección siguiente. Resolución de la cuestión
Otros responden que esta materia es ésta por razón de esta cantidad. PerO' 7. Por consiguiente, esta sentencia, tal como ha sido expuesta por nosotros,
esto es falso y no elimina la dificultad. Lo primero es claro, por lo dicho arriba, es bastante probable y se acerca mucho a la verdad. Sin embargo, absolutamente
porque como esta materia absolutamente se supone para esta cantidad, no puede
test per illam individuari. Item, quía ratio- duari, secundum diversa genera causarum,
mo, quia forma non est per seipsam haec; cipium individuationis compositi secundum nes supra factae universaliter probant nihil id potius dicendum erit de materia et for-
alioqui ídem dici posset de qualibet entitate, specificam rationem suam, ut est per se substantiale posse individuari per accidens ma substantiali ínter se, quam cum aliquo
neque oporteret quaerere aliud individuatio- notum, sed in quantum est haec; sed hoc superadditum; nam etiam haec materia est accidente, quia magis per se connectuntur,
nis principium: ergo est haec per mate- ipsum dicendum est de materia, quia etiam aliquid per se unum constitutum sub spe- et se invicem respiciunt. Ergo omnia argu-
riam, non enim potest alia radix excogitari. materia h,abet specificam et communem ra- clfica ratione materiae, per se illam contra- menta facta possunt idem de materia con-
Secundo, quía forma habet totum sumn tionem, secundum quam non est sufficien~ hens. Irnmo ex natura rei non distinguuntlir cludere quod intendunt de forma, nam est
esse in ordine ad materiam; ergo "et indi- ad constituendum individuum; ergo, si materia et haec materia, sicut supra osten- ínter cas, quoad hoc, quaedam aequalitas.
viduationem suam; ergo materia est prin- sum est de quolibet individuo respectu ra- Et aliunde materia solum superar formam
constituir, id facit in quantum est haec..
cipium individuationis formae, et conse- tionis communis; ergo non potest haec in hoc, quod est quaedam occasio produ-
Quaeram ergo rursus unde habet quod sit materia int.rinsece individuad per quantita-
quenter totius compositi. Tertio, quia for- cendi formas varias et individuas, ut supra
haec. Respondent aliqui, quia Deus voiuit tem, quae est res ah illa distincta, nec per
mae multiplicantur nmnero, quatenus in declaratum est; forma vera superar mate-
hanc potius creare quam aliam; sed hoc ordinem ad illam, cmn potius haec quantitas riam in ho-c, quod praecipue constituit indi-
diversis materiis recipiuntur, et ideo for- extra rem est, non enim hic inquirimu&
mae separatae non multiplicantur numero, dicat ordinem ad hanc materiam, quam e viduum, et quod est magis propria eius, et
extrinsecum principium individuationis, sed converso. Secundum de quantitate patet, quod materia potius est propter formam
quía non r_ec;jpiur:Ltu_r -~----~~~~yia ~-- ~:':"8"~ _ir:tdi- intr.insecum; alioqui etiam dice re quis pos-
vídUai1'fUr etiiuii"-per·. oi:dilleffi. id -materiitm : quia de illa etiam inquiram unde sit haec, quam e converso, ut didtur II Phys., c. 9,
ultima ergo resolutio huius individuationis set hanc animam esse hanc, quía Deus voluit cmn id non habeat ex sua specifica ratione, text. 91; ergo, pensatis omnibus, potissimum
fit ad materiam; est enim haec forma haec, potius illam infundere quam aliam; vel hanc et cum non sit procedendum in infinitmn, individuationis principium est fmma.
quía in tali materia recipitur; ergo prima fonnam esse hanc, quía Deus determinavit nec vitiosus et inutilis circulus committen-
radix individuationis est materia. ad illam suum concursum, ut est valde pro- dus, sistendum erit in aliqua re, quae per Quaestionis resolutio
6. Hae obiectiones sunt fundamenta babile, sicut dicemus sectione sequenti. Alii seipsam sit haec; ergo hoc potius tribuen-
opinionis tractatae sectione praecedenti, quae respondent hanc materiam esse hanc ratione dum est substantiae quam accidenti, cmn 7. Est ergo haec sententia, prout a nobis
potius hanc sententiam quam nunc tracta- huius quantitatis. Sed hoc et est falsum, et illa slt prior magisque absoluta entitas; vel, exposita est, satis probabilis, proximeque ad
mus declarant et confirmant. Possunt enim non evacuat difficultatem. Primum patet ex si admittendum est duo enria incompleta veritatem accedit, Simpliciter vera dicen-
fere omnes retorqueri, et fi.eri de ipsa mate- supra dictis, quia, cum haec materia sím- per mutuam habitudinem ad invicem indivi- dum est formam solam non esse plenum et
ria. Concedo itaque fonnam non esse prin- pliciter supponatur huic quantitati, non po-
638 Disp_t:!!_aciones metafísicas Dis¡mtació~t quinta.-Sección_V____________ _____ 639
hay que decir que la forma sola no es el pleno y tot~l principio de ind!viduación: mantiene que la existencia no es sino la actual entidad de cada cosa. En este
de las cosas materiales, si nos referimos a toda su entidad, aunque sea ciertamente . último sentido esta opinión coincide con la que afirma que cada cosa se indivi--
el principal, y, por ello, según el m~do. f~>rmal ~e hablar, a veces sea ¡uzga~a dualiza por si misma y que no necesita principio alguno de individuación, sino
suficiente para la denominación del md1v1duo rmsmo. Todas estas cosas seran su misma entidad; por lo cual, en realidad esta opinión no es digna de mayor
declaradas y probadas extensamente en la bección 6. reprensión que aquella otra de que después trataremos. Sólo puede censurarse
en ella que usa términos oscuros y ambiguos y que atribuye a la existencia más
bien que a la esencia esta razón de individuación, a pesar de que a la existencia no
SECCION V le puede convenir esto sino en la medida en que es una sola cosa con la esencia.
Ahora bien: si se procede de acuerdo con la primera sentencia~ formalmente
Sr EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN ES LA EXISTENCIA DTI I.A COSA SINGULAR será verdad por cierto que cada cosa en la razón de existente tiene alguna razón
individual de parte de la existencia misma, del mismo modo que esto blanco, en
l. No han faltado quienes lo afirmen así, cuya opinión trae Escoto en cuanto a la razón formal de blanco se constituye por la blancura~ aunque absolu-
In ll, dist. 3, q. 3; y Soncinas, libro VII de la Metaph., q. 32; la indica Enri- tamente~ puesto que esto blanco se toma como sujeto, no queda constituído por
que, Quodl. II, q. 8; y la misma le atribuye y a ella se inclina Cartujano en In ll, la blancura. Por lo cual, también, en el caso propuesto, hablando materialmente
dist. 3. Fonseca, en cambio, en el libro V, c. 6, q. 2, sec. 2, cita a Enrique en el -por decirlo así----; de la cosa existente~ o sea, de esta esencia numérica, es
Quodl. V, q. 8, en el que niega que el principio de individuación se haga por improbable la afirmación de que se individualice por la existencia por la que
la existencia, ni por nada intrínseco, sino sólo por el agente. Pero esto, igual que es existe, si ésta es algo distinto de ella~ o un modo realmente diverso.
de suyo improbable, tampoco nadie de los que yo he visto lo afirma, pues aunque 3. En primer lugar~ ciertamente, porque la esencia, permaneciendo dentro
el agente sea la causa extrínseca del individuo, con todo aquello que produce es del ámbito de la esencia~ se hace individual, y dentro de dicho ámbito se cG~trae
distinto del mismo agente; ahora bien: lo que hace es el individuo y le confiere la y determina la esencia específica; perü la esencia específica no se contrae por
naturaleza individual; luego aquello por lo que la naturaleza es individual es in- algo realmente distinto de sí~ como se probó arriba; luego no queda contraída
trínseco al mismo individuo. Y así, Enrique, en el mismo lugar expresamente con- a la esencia individual por la existencia. La mayor es por sí misma evidente, ya
cede que aquello por lo que el individuo tiene el ser esto es algo distinto de la
porque el hombre, por ejemplo, es de suyo común a muchos individuos, sea que
materia y del agente, lo cual explica él que es la razón o disposición del supuesto.
existan o que no, ya también porque Pedro y Pablo, en cuanto abstraen de la
Por ello parece sentir que la subsistencia es el principio de individuación en
todas las sustancias creadas, y así en el primer pasaje, al hacer la distinción,_ existencia actual, o sea en cuanto posibles, incluyen intrínsecamente sus razones
había hablado de la existencia o subsistencia, y por consiguiente, será preciso de- individuales por las que se distinguen; ya, finalmente, porque las diferencias es-
cir algo de cada una de estas cosas. pecíficas o esenciales convienen a las especies con conexión· necesaria, por virtud
2. Por tanto, la opinión acerca de la existencia es rechazada por todos como- de la cual las proposiciones en que se predican predicados esenciales se dice que
enteramente falsa e improbable; ahora bien: de acuerdo con ella, se puede proce- son de verdad perenne; y así, también conviene al individuo su diferencia indi-
der por dos caminos : primero, suponiendo que la existencia es realmente vidual. Por lo cual, Pedro tan necesariamente es este hombre, como es hombre,
distinta de la esencia del individuo; segundo, de acuerdo con la opinión que
titatem uniuscuiusque rei. Hoc postenon dividuari per existentiam qua existit, si haec
adaequatum individuationis principium re- viderim, nam, licet agens sit causa extrín- modo haec sententia in re coincidit cum est res ab ipsa distincta, vel modus ex natura
rum materialium, si de tota earum entitate seca individui, tamen id quod efficit, di- opinione asserente unamquamque rem indi- reí diversus.
loquamur~ quamvis sit praecipuum, ideoque stinctum est ab ipso agente; efficit autem viduari se ipsa, nulloque alío principio indi- 3. Primo quidem, quia essentia intra la-
iuxta formalem modum loquendi interdum individuum et confert illi naturam indivi- viduationis indigere, praeter entitatem suam; titudinem essentiae manens, fit individua, et
censeatur sufficiens ad denominationem eius- duam; ergo id quo natura est individua, est unde in re non est haec opinio maiori re- in ea contrahitur et determinatur essentia
dem individui. Quae omnia declaranda et aliquid intrinsecum ipsi individuo. Et ita prehensione digna, quam illa de qua postea specifica; sed essentia specifica non contra-
probanda sunt late, sect. 6. Henr., ibídem:! expresse concedit id per quod' dicemus. Solum reprehendí potest quod hitur per aliquid ex natura reí distinctum
individuum habet esse hoc, esse aliquid praeq obscuris et ambiguis terminis utatur, et quod a se, ut supra probatum est; ergo non
SECTIO V ter materiam et praeter agens, quod ipse- existentiae potius quam essentiae hanc ra- contrahitur ad individuam essentiam per
explicat esse rationem seu dispositionem tionem individuationis tribuat, cum potius existentiam. Maior per se evidens est, tum
UTRUM PRINCIPIUM INDIVIDUATIONIS SIT suppositi. Unde sentire videtur subsisten- existentiae non possit hoc convenire, nisi quía horno, verbi gratia, de se communis
EXISTENTIA REI SINGULARIS tiam esse principium individuationis in om~ quatenus est ¡ctem cum essentia. Si autem est multis individuis, sive illa existant, sive
l. Non defuerunt qui ita affirmaverint, nibus substantiis creatis, et ita in priori loco procedatur in priori sententia, formaliter non existant; tum etiam, quia Petrus et
quorum sententiam·- ·referunt Scot;·;--- In II, sub dístinctione locutus fuerat de existentia quidem verum erit quod unaquaeque res Paulus, ut abstrahunt ab actuali existentia,
dist. 3, q. 3; et Soncin., VII Metaph., q. 32; vel subsistentia, et ideo de singulis aliquid in ratione existentis habet aliquam rationem seu ut possiblles, intrinsece includunt suas
et illam indicat Henr., Quodl. II, q. 8; dicere oportebit. individualem ab ipsa existentia, sicut hoc rationes individuas, quibus distinguuntur;
eamque illi tribuit, et ¡n eam inclinat Car- 2. Opinio igitur de existentia ab omni- album, quantum ad formalem rationem albi tum denique quia differentiae specificae seu
thus., In II, dist. 3. Fans. vero, lib. V, c. 6, bus reiicitur, ut omnino falsa et improbabi- constituitur per albedinem, quamvis sim- essentiales conveniunt speciebus necessaria
q. 2, sect. 2, refert Henr., Quodl. V, q. 8, lis; dupliciter autem in ea procedí potest,. plíciter hoc album, quía pro subiecto acci- connexione, secundum quam propositiones
negantem individuationem fieri per existen- primo, supponendo existentiam esse ex na- pitur, non constituatur per albedinem. Unde in quibus praedicata essentialia praedicantur,
tiam; nec per allquid intrinsecum, sed per tura reí dlstinctam ab essentia individui; etiam in proposito, materialiter (ut sic di- dicuntur esse perpetua e veritatis; ita indi-
solum agens. Sed hoc, sicut per se ímproba- secundo, iuxta opinionem asserentem exis- caro) loquendo de re existente, seu de hac viduo convenit sua differentia individualis.
hile est, ita a nemine asseritur, quod ego tentiam nihil a)iud esse quam actualem en- numero essentia, improbabile est dicere in- Unde tam necessario Petrus est h~c horno,,
Disputaciones metafísicas
640 ---------------------~
y tan necesariamente se coloca a Pedro ?ajo el homb~e, c.~mo al hombre bajo el
animal· por consiguiente esta contracción y subordinacwn no se hace por la Disputación quinta.~Sección V 641
' actual, que le adviene
existencia ' contingentemente a la esencia. plenamente cons-
está fuera de esta esencia individual de Pedro, y como en Pedro y Pablo hay dos
tituida e individualizada. exi~tencias . nu,:ffi_éricas, asi hay dos humanidades numéricas, que tienen distintas
4. En segundo lugar, tiene aqui aplicación el argumento que arriba se refi-
enndade~ mdiv1duales de la esencia. En último término hay un argumento a
rió tomado de Cayetano, que el acto singular supone la potencia singular, el
postenon, porque --..supuesta esa sentencia- la entidad individual se conserva
cual principio dijimos que era verdadero en el acto y potencia distintos realmente,
la misma sin su existencia, o cambia varias veces de existencia como la Huma-
porque en ese caso la potencia se presupone realmente al acto en el orden natural,
y es algo uno distinto de su acto, y uno no por operación de la mente, sino nid~d .d~ Cristo,. que en d~ch~ opinión carece de existencia p;opia, y con todo
~s mdivtdu~l y tlen~ un prm:1pio intrínseco de individuación; y de modo seme-
por la realidad misma, y por esto no puede suceder que formal e intrínsecamente
Jante, la ~sma enttda~ numen~a de. la materia prima, en cuanto cambia de for-
tenga la unidad tomada de su acto. Ahora bien: según la referida opinión, la
m~s, se dice, que cambia de eXIstencias, y a pesar de todo permanece siempre la
esencia y la existencia se comparan de este modo; luego la esencia del mismo
-mtsma en numero.
modo que tiene por sí la entidad de la esencia distinta de la existencia y apta para
ser actuada por ella, así tambi~n tiene su unidad e individuación. De lo contrario,
6. Por . todo e~t?, se ~omprende fácilmente qué t¡es lo que se ha de juzgar
acer:a de dtcha opm10n, ·si se habla no de la existencia propia, sino de la subsis-
sería preciso entender que la existencia es un, acto de la naturaleza específica y
tencia. En efecto~ o hablamos formalmente· del supuesto, o sea de la naturaleza
universal, lo cual es bastante absurdo. en ab~tracto, o bten en concreto y formalmente del individuo en cuanto conteni-
S. En tercer lugar, porque en la misma existencia puede considerarse la
do ba¡o tal especie de sustan~ia,. ~ sab~r, de este hombre. En el primer sentido
razón común de existencia humana, por ejemplo, y la razón de esta existencia
~s verdad que el supuesto se mdtvtdualiza por esta subsistencia, porque se consti-
de Pedro o Pablo; luego, acerca de la misma existencia queda aún por investigar tuye formalmente por ella, y por este motivo, en la Trinidad hay tres supuestos
por medio de qué se hace ésta, pues no lo es por la esencia, puesto que según
esta opinión no la supone individual, sino común; ni por un accidente, como es
-aunqu~ haya una natur~l~za, porque hay tres subsistencias; en cambio, la person~
de Cnsto es una nu_men~amente, y un supuesto numérico, aunque tenga doble
evidente por sí mismo, y quedó bastante probado en lo que antecede; ¿por qué,
naturaleza, porque. sol.o. t1en7 una subsistencia numérica; por tanto, el supuesto,
pues? Si se dice que se hace ésta por sí misma, ¿por qué no se ha de decir esto
en c.uanto. tal~ se mdivtduahza. por la subsistencia. Aunque acerca de la misma
con mayor motivo de la esencia, siendo así que es anterior no sólo en orden de
subststei?-cta a~ qued~ la cuestión de por ql\é se hace ésta, pues también la razón
naturaleza, sino también en el de perfección, y además, en cierto modo más
-de subsistencia, po~ eJe~plo, la ?umana, es común y específica; en cambio, en
absoluta? Pues la existencia es el acto de esta esencia; por lo cual, esta existencia
Pedro e~ ésta s~bststencta numénca, o aquélla, acerca de la cual Cuestión habrá
será más bien ésta porque actúa a esta esencia; igual que en común difieren tam- que decir lo mismo que de las otras sustancias, o de los modos sustanciales de
bién la existencia del hombre y la del león o porque resultan de diversas esencias lo cual trataremos después. '
o porque dicen relación a ellas, supuesta la mencionada distinción. De lo cual
7. Del seguudo m~do, es decir, hablando de la naturaleza sustancial lnte-
puede deducirse una nueva confirmación, porque, como la existencia humana en
común está fuera de la esencia del hombre en común, así esta existencia de Pedro
?ra. ~n a~stracto, por e¡~mplo? de la humanidad, es falso e improbable que se
mdlvtduahce por la subststenc.ta, co:mo es ~vidente a fortiori por todos los argu-
sicut est horno, et tam necessario Petrus col- 5. Tertio, quia in ipsamet existencia pot- n:entos dados acerca de. 1~ eXIstencia. Es cierto, evidentemente, que la subsisten-
locatur sub homine, sicut horno sub ani- est considerad communis ratio existentiae
Cia es algo realmente distinto de la naturaleza sustancial, incluso tomada indivi-
mali; hace ergo contractio et subordinatio humanae, verbi gratia, et ratio huius existen-
non fit per existentiam actualem, quae con- tiae Petri vel Pau]j; ergo de ipsa existentia
tingenter advenit essentiae plene constitutae superest inquirendum per quid fiat hace; individuam Petri, et sicut in Petro et Paulo hac ra~ion~ in Trinitate sunt tria supposita,
et individuatae. non enim ab essentia, cum non supponat Bunt duae n~mero existentiae, ita duae nu- quamv.ls s1t una natura, quia sunt tres sub-
4. Secundo hic habet locum argumentum illam individuam iuxta hanc sententiam, n:-ero humarut~tes, habentes distinctas indiR SlStentlae; persona autem Christi est una
supra relatum ex Caiet., quod actus singu- sed communem; neque ab aliquo accidente, v!duas entitates essentiae. Ultimo a posterio- numero, et unum numero suppositum
laris supponit potentiam singularem, quod ut per se notum est, satisque in superiori- n est argumentum, quia (supposita illa sen- quamvis habeat duplicem naturam, qui~
principiuin diximus csse verum in actu et bus probatum; a quo ergo? Si dicas seipsa t7ntia) eadem individua entitas conservatur solum habet unam numexo subsistentiam ·
potentia ex natura rei distinctis, quia tune fieri hanc, cur non id potiori ratione dices sme sua existentia, aut mutat varias· exis- suppositum ergo ut sic per subsistencia~
potcntia realiter supponitur actui ordine de essentia, cum et ordine naturae sit prinr tencias, ut humanitas Christi in ea opinione individuatur. Quamvis de ipsa subsistentia
naturae, et est quid unum distinctum a suo et perfectione etiam, et cum quodammodo caret propria existentia, et tamen est indivi- quaestio supersit, per quid fiat hace· nam
actu, et tmum non cogitatione, sed reipsa, sit magis absoluta? Nam existentia est ac- dua, et habet .intrinsecum individuationis etiam ratio subsistentiae, verbi grati~ hu-
et ideo fieri non potest ut formaliter et tus huius essentiae; unde hace existentia principium; similiter eadem numero entitas manae, communis est et specifica; in 'Petro
intrinsece habeat unitatem ab actu suo. potius erit hace quia hanc essentiam ac- materiae p;ima~, prout mutat formas, dicitur vero est haec. numero subsistentia, vel illa,
Sed ita comparant-ur---- e-ssentia---et-- existentia mutare extstentms, et tamen eadem semper de q~~ quaes!:lon~ idem dicendum erit quod
-!llar"; ·srcüt iii" coinririmi etíam existentia ho- numero manet.
iuxta praedictam opinionern; ergo essentia, minis et leonis differunt, quía vel conse- de allis substantus, vel substantialibus mo-
eo modo quo per se habet entitatem essen- 6. Ex his autem facile intelligitur quid dis, quod infra videbimus.
quuntur, vel respiciunt diversas essentias,
tiae distinctam ab existencia et aptam ac- c~send.um sit ~e illa opinione, si non de 7. Secundo modo, id est, loquendo de
supposita praedicta distinctione. Ex quo
tuari per illam, ita etiam habet suam unita- ex.1stentm propna, sed de subsistentia lo- substantiali natura integra in abstracto ver-
teffi et individuationem. Alioqui oporteret potest sumi nova confumatio, quia, sicut
existentia humana in communi est extra
quatur. Nam, aut loquimur formaliter de b~ gr~ti~, ~um~nitate, falsum est et im~roba­
intelligere existentiam esse actum naturae ~upposito, aut de natura .in abstracto, aut bije rndiv1duar1 per subsistentiam, ut a for~
specificae et universalis, quod est satis ab- essentiam hominis in communi, ita haec m concreto et formaJ,iter de individuo, ut tiori patet omnibus argumentis factis de
existentia Petri est extra hanc essentiam contento sub tali specie substantiae, scilicet existentia. Certum est enim subsistentiam
surdum.
de hoc horrúne. Primo modo verum est sup- esse aliquid e:x; natura reí distinctum a sub-
positum individuad per hanc subsistentiam, stantiali natura, etiam individue sumpta. Cer-
quia formallter per illam constituitur, et tum est etiam huiusmodi
642 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección V 643
dualmente. Es cierto también que tal naturaleza puede conservarse como indi- una y otra cosa es errónea. La Consecuencia se explica así: en efecto cuando
vidual sin su connatural subsistencia, tal como ha sido conservada en Cristo· en aq~ella doble n~gación se dice que es indiviso en sí y dividido re;pecto de
Nuestro Señor· luego no puede individualizarse por ella intrínsecamente. Y si cu~qmer otro, o bie~ este estar dividido de cualquier otro significa que no está
alguien dice q~izás que se individualiza .al menos por el orden a ~qué~a, 1~ dirá umdo a otro, es decrr, que no está en otro, cosa que o no pertenece a la razón
gratuitamente y sin fundamento, porque s1 una de estas cosas ha de md1v1duahzarse de la naturaleza sustancial individual, o de lo contrario, ]a Humanidad de Nues-
por el orden a la otra, más bien la subsiste?-cia es ~sta por el orden a est~ natu~aleza· tro Señor Je~ucristo n? es individual; o bien estar dividido de otro (que es lo que
que al revés, pues la naturaleza es antenor y mas perfecta, y la subs1stencm, en clarament~ piensa Eru:1que) rechaza sólo la identidad y afirma la distinción respecto
cambio, no es sólo cierto modo y término de la naturaleza. Asimismo, en la na- de cu.a,lqmer otra entidad, o n,aturaleza semejante, y de este modo, aquella doble
turaleza divina hallamos una naturaleza individual única con triple subsistencia; negaci?n no basta para la razon de supuesto, o la Humanidad de Nuestro Señor
luego es señal de que la individuación de la naturaleza es algo desligado de la Jes.ucnsto es supuesto; por consiguiente, de ningún modo, se explique como se
subsistencia. qmera su concepto, pertenece la subsistencia a la individuación de la naturaleza.
8. Por lo cual, en esto parece que erró totalmente Enrique, pues piensa 9, Más todav~a: . ~ablando también en el tercer sentido concreta y formal-
que la naturaleza misma se hace ésta e individual por razón del supuesto. Acer- men~e acerca del Individuo. de .la n~t;ualeza específica, hay que decir que éste,
ca de lo cual enseña también otra cosa enteramente falsa e improbablej a sabers propi~en~e, no toma la mdivi~uacwn de la sustancia, sino de la naturaleza.
que el supuesto sólo añade a la naturaleza específica una doble negación, la de Pues ast dtcen los teólogos que s1 tres personas tomasen una humanidad existiría
indivisibilidad en sí y la de división con respecto a cualquier otro, y que por un hombre numéricamente, igual que ahora sólo existe un Dios numé;icamente
esta doble negación, se hace la naturaleza formalmente individual sin ninguna a ~ansa de 1~ :UUca naturaleza divina; aquel hombre tendría, por consiguiente, la
otra adición positiva sobre la naturaleza específica, en lo cual se contienen tres un:dad numenca de parte de la naturaleza individual Y ahora Cristo Nuestro
cosas falsas. La primera es que el supuesto sólo añade a la naturaleza la negación, Senor, en cuanto que es este hombre, es el mismo hombre numéricamente que
de lo cual trataremos después en su propio lugar; en efecto, hablando con rela-
sería si subsistiese en la propia naturaleza, a pesar de que la persona y la subsis-
ción a la naturaleza individual, es ello menos improbable, aunque no verdadero;
sin embargo, respecto de la naturaleza especifica es enteramente improbable~ tencia sean muy distintas de la propia y connatural de tal humanidad.
En segundo lugar, es falso que la naturaleza individual sólo añada a la específica luego la individuación de este hombre no se ha de tomar de la subsistencia, sin~
una negación, como se ve claramente por lo dicho en la sección segunda, porque- de 1~ ~atural7za. Pero :arazón está en que el individuo formalmente queda
de lo contrario, la naturaleza sustancial individual, como tal, no sería un ente· ~nst1t~1do baJo la espec1e por razón de la naturaleza y no por razón de la sub-
real, sino que sería solamente la naturaleza específica con las negaciones, lo cual sJ.stencm; por lo. cual sucede que aunque se dé el caso de que la subsistencia sea
ni siquiera se puede concebir con la, mente. Asimismo, porque tal negación re- diversa en especie o en género, a pesar de todo, si la naturaleza es de la misma
quiere un fundamento positivo, que no puede ser la sola naturaleza específica, espec~e, el individuo qu~da abarcado unívocamente y con toda propiedad bajo tal
como allí se mostró suficientemente. Lo tercero, en cambio, es mucho más falso, especie, por, lo cual. Cnsto. es unívocamente hombre con los demás hombres; y
todavía, a saber, que por aquellas mismas negaciones con las que -según Enri- por una razon semeJante, SI la naturaleza es la misma numéricamente es el mis-
que----- se constituye el supuesto, se haga la naturaleza individual, pues de ello mo hombre numéricamente, aun cuando la subsistencia sea diversa. '
se sigue o que la Humanidad de Cristo no es individual, o que es supuesto; y
esse indivlduam, vel esse suppositum; rent UJ?.am humanitatem, fore unum numero
conservad individuam sine sua connaturali gationem fieri naturam formaliter indivi-· utrumque autem error est. Sequela declara- hominem, sicut nunc sunt unus numero
subsistentia, ut in Christo Domino conser- duam absque aliquo alio positivo naturae tur; nam, cum in illa du_i,lici negatione Deus propter unam naturam divinam; ha-
vata est; ergo non potest per illam intrinsece specificae superaddito, in quo tria falsa: dicitur esse indivisum in se et divisum a beret ergo ille horno unitatem numericam
individuad. Quod si quis forte dicat indi- continentur. Primum est, suppositurn solmn quolibet alio, vel hoc esse divisum a quoli-
viduad saltero per ordinem ad illam, gratis addere supra naturam negationem, de quo bet aUo significat non esse alteri unitum ah individua natura. Et Christus Dominus
et sine fundamento hoc dicet, quia, si unum postea suo loco videbimus; nam, loquendo· seu non esse in alio, et hoc vel non est d~ nunc, in quanturn est hic horno, est idem
individuandum est per ordinem ad aliud, respectu naturae individualis est id minus- ratione naturae substantialis individuae vel num~ro horno qui esset si in propria natura
potius subsistencia est haec per ordinem ad improbabile, quamvis non verum; tamen humanitas Christi Domini individua non' est • subs1steret, cum tamen persona et subsi-
hanc naturam, quam e converso, quia na- respectu naturae specificae omnino est im- a~t esse _divisum ab alio (quod aperte Hen: stentia sint valde diversa a propria et con-
tura est prior et perfectior, subsistentia vero probabile. Secundo, falsum est naturam in- nc. senut), removet solum identitatem et naturali tali humanitati, ergo individuatio
solum est quidam modus et terminus na- dividualem supra spec:ticam solum addere significat distinctionem a qualibet alía ;nti- huius hominis non ex subsistentia, sed ex
turae. Itcm in- -divina---natura- invenllnus-uni- negationem; ut patet -evidenter ex dictis sec- tate, vel natura simi!i, et hoc modo illa natura sumenda est. Ratio vero est, quia
cam individuam naturam cum triplici sub- ll;divi~uum fonna_Jiter constituitur sub spe-

¡
tione secunda, quia alias substantialis natura duplex negatio non sufficit ad rationem
sistentia; ergo signum est individuationem individua, ut sic, non esset ens reale, sed: suppositi, vel humatútas Christi Domini Cle rauone naturae et non ratione subsisten-
naturae esse absolutam a subsistentia. esset solum natura specifica cum negationi- suppositum est; nullo ergo modo subsisten- tiae; undc fit ut licet contingat subsisten-
8. Quocirca in hoc plane videtur errasse bus, quod nec mente concipi potest. Item tia, quacumque via eius ratio explicetur ad tiam esse specie vel genere diversam, nihi-
Henric., nam de ipsamet natura sentit :fieri quia illa negatio requirit fundamentum po- individuationern naturae pertinet. ' l~rninus, si natura sit eiusdem speciei, indi-
hanc et individuam ratione suppositi. De sitivum, quod non potest esse sola natu:·a 1 9. Quin potius, loquendo etiam tertio Vlduum univoce et propriissime continea-
quo aliud etiam docet omnino falsum et specifica, ut ibi satis ostensum est. Tertiuín modo in concreto ac formaliter de individuo tur sub tali specie, quam ob causam Chris-
improbabile, scilicet, suppositum solum ad- vero magis falsum est, per illasmet negatiO:.. naturae specificae, dicendum est Ulud per tus est univoce horno cum alüs hominibus;
dere supra naturam specificam duplicem ne- nes, quibus (secundum Henric.) constituitur se loquendo non sumere individuationem et simiJi ratione, si natura sit eadem nume-
gationem, indivisibilitatis in se et divisionis suppositum, fieri naturam individuam; narn suam a subsistentia, sed a natura. Sic enim ro, est idem horno numero etiarn si subsi-
a quolibet alio, et per hanc duplicem ne- inde sequitur, vel Christi humatútatem non. dicunt theologi, si tres personae assume- stentia sit diversa.
':'_'_''_.___________________:::D:..:isputaciones metafísicas
644 Disputación quinta.-sección VI 645
10. Conclusión de toda la cuestión.~ Pero dije hablando propiamente, por- otr()jJrin_cjj>i()fkjtlc!iyjdllJ!~i<\!1 fuera d_e su entidad, _ofuera dtelosyrin_cipi()s inJr!n-
que aqui se insinuaba la cuestión de si con una doble naturaleza podría existir SecQs.-º~- q~~-~~l!.~~JL~:r:!!:J.dag. Pues si tal sustancia físicamente coriSiderada es sim-
el mismo individuo numérico a causa de la unidad de la subsistencia, ya que en ·pTe,-por sí misma y por su simple entidad es individual; en cambio, si es compuesta,
este sentido disputan Jos teólogos sobre si el Verbo divino seria un hombre o por ejemplo, de materia y forma unidas, así como los principios de su entidad son
varios caso de que tomase dos naturalezas. Efectivamente, de lo dicho parece la materia, la forma y la unión de éstas, de igual modo estas mismas, tomadas indi-
que se sigue que habría varios hombres numéricamente a causa de las varias hu- vidualmente, son los principios de su individuación; en cambio, aquéllas, por ser
manidades numéricas, porque quedó dicho que la individuación del concreto •e simples, serán por si mismas individuales. Esta sentencia la mantuvo Auréolo, según
toma de la naturaleza individual. A pesar de todo, sin embargo, como en el I tomo cita Capréolo en In II, dist. 3, q. 2; y en realidad la mantiene también Durando,
de la III parte dije con Santo Tomás, aquél absolutamente y según el modo en In II, dist. 3, q. 2. En cambio, Fonseca, al citarla en el V Metaph., c. 6,
ordinario de hablar, sería llamado un hombre no por sí y formalmente, sino q. 3, dice en la sec. 2, que es la más enrevesada de todas, y que si se reduce a su
como materialmente, por razón del supuesto, del mismo modo que se dice verdadero sentido deja la cuestión sin solucionar. A mí, no obstante, me parece
un artífice el que posee varias artes, no sólo distintas en número, sino tam- que es la más clara de todas, y que tanto él mismo, como casi los demás, vienen
bién en especie. Y esta unidad es muy distinta de la precedente, que se toma a caer finalmente en ella, ya que, en realidad, no puede distinguirse el funda-
de la unidad de la naturaleza, y no es tampoco la unidad del individuo formal- mento de la unidad de la entidad misma. Por lo cual, como la unidad individual
mente contenido bajo la especie, como prueba el argumento; del mismo modo, en lo que tiene de formal no puede añadir nada positivo real sobre la entidad
también, como la unidad del artífice que tiene varias artes distintas específicamen- individual, ya que en este punto subsiste la misma razón acerca de ella y de
te no es la unidad de la especie contenida bajo el género, sino la unidad mate- toda unidad, así el fundamento positivo de esta unidad en cuanto a la negación
rial o suposital, la cual se juzga que basta para aquel modo de hablar a causa de que dice, no puede añadir nada positivo, hablando físicamente, a aquella entidad,
la real o sustancial unión de varias naturalezas en un supuesto, porque el nombre que se denomina una e individual; luego aquella entidad, por sí misma, es el
sustantivo significa la naturaleza al modo de algo que está por si mismo, como fundamento de esta negación y en este sentido se afirma en aquella opinión que
se explicó extensamente en el referido lugar. Por consiguiente, a través de lo por si misma es el principio de individuación. Porque no niega esta opinión que
dicho consta suficientemente que no es acertado poner en la subsistencia o en la ep "'luella entidad individual pueda distinguirs~_con_la...razón__lli__j_tJlturaleza
existencia el principio de individuación de la naturaleza sustancial, o del indi- conn\nCle1a entidad singular, y que de este modo el indilddno añad!LIDbreJa
viduo constituído por ella. especie algo conceptualmente distinto. lo cual, segJÍn la consideraci_ó_n_metaffsica,
ti_e¡¡<:_!~?Ó!l de.!!iferencia individual, tal como se ba~¡li~ho _en ~e~ción preceden-
SECCION VI ~~_; y Durando no lo niega, sino más bien parece que lo supone. No obstante, esta

¿CUÁL ES, EN DEFINITIVA, EL PRINCIPIO DE INDIVIDUAciÓN DE TODAS


opinión afi"tte (que es Jo que propiamente pertenece a la cuestión presente) que
LAS SUSTANCIAS CREADAS? aquella diferencia individual no tiene en la sustancia individual un principio es-
l. Por lo dicho hasta ahora en contra de las opiniones anteriores, parece tem suam, esse singu}arem] 1 neque alio indl- formali non potest addere aliquid positivum
que resta, como tras una enumeración suficiente de las partes, que toda sustap.- gere individuationis principio praeter suam reale supra entitatem individuam, quia quoad
sia si¡¡g_uhu:__(p..Qr_s~ lllisllla o por su entic\ad es singular! y gue no necesita ningún entitatem, vel praeter principia intrínseca hoc eadem est ratio de illa et de omni uní-
quíbus eius entitas constat. Nam, si talis tate, ita positivum fundamentum huius uni-
10. Totius quaestionis conclusio. -Di- artificis habentis piures artes specie distinc- substantia, physice considerara, simplex sit, tatis quoad negationem quam dicit, nihil
xi autem per se loquendo, quía hic se in- tas non est_ unitas speciei contentae sub ge- ex se et sua simplici entitate est individua; positivum addere potest, physice loquendo,
sinuabat quaestio, an cum duplici natura nere, sed est unitas materialis seu supposi- si ve,ro sit composita, verbi gratia, ex mate- illi entitati, quae una et individua denomina-
possit esse idem numero individuum prop- talis, quae censetur sufficere ad illum modum ria et forma unitis, sicut principia entitatis tur; ergo illa entitas per seipsam est funda-
ter unitatem subsistentiae; sic enim dispu- loquendi, propter realero vel substantialem eius sunt materia, forma et unio earum, mentum huius negationis, et hoc sensu di-
tatur a theologis, an, si Verbum divínum ita eadem in individuo sumpta sunt prin- citur ab illa opinione seipsa esse principium
unionem plurium naturarum in uno sup- cipia individuationis eius; illa vero, cum individuationis. Non enim negat haec opi-
assumeret duas humanitates, esset unus ho- posito, quia nomen substantivum significat
mo vel plures. Nam ex dictis videtur sequi, sint simplicia, seipsis individua enmt. Quam nio in illa individua entitate posse ratione
naturam per modum per se stantis, ut latius sententiam tenuit Aureol. apud Capreol., In distinguí naturam communem ah entitate
fore p}ures numero homines propter piu- dicto loco explicatrun est. Igitur ex bis om-
res numero humanitates, quía dictum est II, dist. 3, q. 2; et in re eam tenet Duran., singulari, et hoc modo 2 individuum ad-
nibus satis constar principium individuatio- In II, dist. 3, q. 2. Eam vero referens Fonse- dere supra speciem aliquid racione distinc-
individuationem concreti sumí ex indi- nis naturae substantialis, aut individui per
vidua natura.- Nihilominus ___ tamen, ____.ut_ in __J ca, V Metaph., c. 6, q. 3, dicit in sect. 2, es- tum, quod, secundum metaphysicam consi-
illam·- CóriStitLiti, rton- recte in subsistentia vel se omnium implicatissimam, et quae si ad derationem, habet rationem differentiae indi-
tom. III partís dixi cum D. Thoma, ille
simpliciter et communi modo loquendj dice- existentia constituí. verum sensum reducatur, quaestionem inso- vidualis, prout in sectione praecedenti dictum
retur unus horno, non quidem per se ac ~utam relinquit. Mihi tamen videtur omnium est et Durand. non negat, sed potius sup-
formaliter, sed quasi materialiter ratione SECTIO VI clarissima, et tam ipsum quam fere alios in ponere videtur. Sed tamen addit haec opinio
Suppositi, ad eum modum quo dicitur unus eam tandem incidere, quia revera non potest (id quod proprie ad praesentem qUaestionem
QUOD TANDEM SIT PRINCIPIUM INDIVIDUATiü- fundamentum unitatis ab ipsa entitate di-
artifex quí piures habet artes, non solum pertinet) Ulam differentiam individualem non
NIS ill OMN~BUS SUBSTANTIIS CREATIS
numero, sed etiam specie distinctas. Haec stinguí. Unde, sicut unitas individua pro habere in substantia individua speciale ali-
autem unitas diversa est a praecedenti, quae l. Ex hactenus dictis contra superiores
sumitur ex unitate namrae, neque est uni- sententias videtur quasi a sufficienti par- 1
La frase encerrada entre corchetes falta en bastantes ediciones, por ejemplo, en
ms individuí fonnaliter contenti sub specie, tium enumeratione relinqui omnem sub- la de Vives (N. de los EE.).
2
probat; sicut etiam unitas stantiam singularem [se ipsa, seu per entita- Añadimos la palabra modo, que no
646 Disputaciones metafíslcas Disp111(lcÍÓ1'f quinta.---:Sección VI _ _ __ 6117
pedal o un fundamento que sea realmente distinto de su entidad; y, por ello, e:n modo alguno conservar su unidad sin ella. Y~ además, siguen vigentes tod~s
en este sentido dice que cada entidad por sí misma es el príncipio de su índivi- Íos argumentos comunes que arriba fueron aducidos acer~a de que la sustanc~a
duadón. Por consiguiente, esta sentencia es verdadera si se explica rectamente; no se individualiza por el accidente, ni por el orden al acc1d~nte_, P?~s la matena
a pesar de todo, para que aparezca más claramente, la explicaremos por separado es sustancia, aunque parcial. Asimismo, porque la sust~ncia mdividual es un
·en todos sus puntos sustanciales. ente per se. Asimismo, porque el accidente supone a un SUJeto ~al co:n:-o ~st~ ~n la
realidad, y, por consiguiente, singular..Igualmente, p~rque la diferencia mdlVldual
Cuál es el principio de individuación d<J la materia prima no es en la realidad distinta de la entidad que constituye; luego tampoco puede
2. En primer lugar, pues, cgm~nzando por !a materia prirna,Jiay~__que afirmar fundarse en una entidad distinta. . .
que esiJl.cJjyi<iu~Len._!? reali<lail, _y_ que J'l fu11damento de taL unidad es su misma 3. Corolario.- Y todas estas razones a fortiori valen de cualesqmera acci-
e11tida¡l p_()r_~í misma, tal como está en, la xealidad y sin níngún aditamento exe dentes o disposiciones de la materia. Por lo cual, la afirmación que suelen algu-
trínseco. Se prueba porque )a materia que yace bajo esta forma de madera es nos mantener de que la materia se individualiza por el agente -en cu~to .q?e
nnméúcamente diversa de aquella que está bajo la forma de agua o de hombre; ·su indiferencia hacia esta forma se individualiza y constriñe por l~s dtsposicio-
luego es en sí individual y singular. Ahora bien: el fundamento de tal unidad nes-, para que en algún sentido sea verdadera ha de ser entendida. d~ ~odo
en ella no es la forma sustancial, ni el orden hacia esta o aquella forma, como se :adecuado, pues el agente, para que ?bre en la :nat~r.ia, s~~one a ésta mdivi.dual,
probó antes en contra de Durando, ya que variada cualquier forma sustancial, y con su acción no puede qui:ar o m~?tar su m~v1duacwn; de lo contrano, la
siempre permanece la misma materia numéricamente, la cual, aunque actualmente destruiría y en lugar de ella mtroducina otra; m tampoco puede s~ceder q~e,
esté unida a esta o aquella forma, con todo, de suyo dice una común e indiferente lo que en la realidad es ya il_ldividual, po~ 1~ adición de algno~ entld~d. reciba
relación a cualquier forma que puede recibir. A su vez, tampoco la cantidad en sí otra individuación. Se dtce, por consigUiente, que la matena se limita por
puede ser el fundamento de esta índividual unidad de la materia, como prueba las disposiciones, o que queda determinada por . el agente a esta forma, .~o
el mismo argumento, si es verdad que la materia pierde y adquiere diversas can- en orden al ser sino en orden a la acción del mismo agente, y a la recepc10n
tidades en cuanto varían las formas sustanciales. Asimismo, porque según la mis- de la forma, y ~llo o bien de modo accidental y cuasi ':'egativo, ya qw; por las
ma opinión, la materia, con prioridad natural a recibir la cantidad, está bajo la disposiciones se quitan los impedimentos para esta acc1ón y para .1~ mt~oduc­
acción del agente que índuce la forma o la cantidad; y no está bajo él, sino en ción de esta forma, o bien en algún sentido por sí y ~~ modo .~ositlvo s1 tales
cuanto individual y síngular, ya que las acciones se realizan sobre los singu- disposiciones son naturalmente necesarias para la educc10n o umon. de esta for-
lares. Y si mantenemos que la cantidad misma es coeviter:D.a de la materia, puede ma con esta materia, pues esto es cosa que permanece controvertida entr.e, los
acomodarse el mismo argumento, al menos en orden a la potencia de Dios, pues filósofos, y para la dificultad prese.nte p?co importa, ~a que tal .coadapt~cwn a
puede Dios, efectivamente, quitar esta cantidad de esta materia y at¡¡¡'buirle otra, través de las disposiciones es cuasi extrmseca a la .m1sma maten~, que m7luso
o conservarla enteramente sin cantidad; sería, por consiguiente, la misma mate- tomada individualmente es de suyo capaz de cualqwer forma; y SI se reqmere.n
ria numérica sin la misma cantidad numérica; luego, no es la cantidad el fun- disposiciones, es más bien por razón de la forma que ~or ,razon ?e
.la_ mat~;m
damento de tal unidad para la misma materia, pues, de lo contrario, no podría misma; por consiguiente, en nada se refiere esto a su mtrmseca mdtv~duacwn.
4. Se responde a algunas objeciones.- Podrá decirse: esta matena no se
quod prlncipium vel fundamentum quod materia, quae, licet actu sit unita huic vel
sit in re distinctum ab eius entitate; ideoque unitatem reservare. Et praeterea sunt omnia est ut quod in re iam individuum est, per
illi formae, tamen ex se communem et indif-
in hoc sensu dicit unamquamque entitatem anrumenta communia supra facta, quod additionem alicuius entitatis aliam indivi-
ferentem habitudinem dicit ad quamcumque substancia non individuetur per accidens,
per seipsam esse suae individuationis prin- duacionem in se accipiat. Dicitur ergo ma-
formam quam potest recipere. Rursus, · ne- nec per ordinem ad accidens; materia enim teria per dispositiones lirnitari seu determi-
dpium. Est igitur vera haec sententia recte
explicata; ut tamen clarior fíat, eam sigil- que eciam quantítas potest esse fundamen- substancia est, licet partialis. Item quod in- nad ab agente ad hanc formam, non in or-
tum huius indlviduae unitatis materiae, ut dividua substancia est ens per se. Item quod dine ad e.sse, sed in ordine ad actionem ip-
latim in universis rebus substantialibus de- ídem probat argumentum, si verum est.
darabirnus. accidens supponit subiectum suum prout est sius agencis et receptionem formae, idque
materiam amittere et acquirere quantitates in re, et consequenter singulare. Item quod vel solum per accidens et quasi negacive,
Per quid individuetur '111'ateria prima varias prout formae substantiales variantur. -differencia individualis non est in re distinc- quia per dispositiones tolluntur impedimenta
ltem quia juxta eamdem opinionem materia ta ab encitate quam constituit; unde nec ad hanc accionem et huius formae introduc-
2. Primo igitur a materia prima incipien- prius natura, quam recipiat quantitatem, sub- potest fundari in entitate distincta. tionem, vel etiam aliquo modo per se ~t
do, dicendum est illam esse in re indivi- est actioni agentis inducenti_s formam vel 3. Corollarium.-Atque hae rationes a positive, si hae disposici?nes sunt na~urah­
duam, et fundamentum talis unitatis esse quantitatem; non autem subest, nisi ut in- fortiori procedunt de quibuscumque acci- ter necessariae ad educuonem ve.I un10nem
entitatem eiu¡¡_ pe_r_ seipsam, .. p.rouL.esL.in. re dividua __ et __ singularis, quia acciones sunt cir~ .dentibus vel dispositionibus materiae. Quo- huius formae cum hac materia; hoc enim
absque ullo extrinseco superaddito. Proba- ca singularia. Si autem teneamus eamdem ·circa cum dici ab a)iquibus solet materiam controversum est ínter philosophos et ad
tur, quia materia quae est sub hac forma quantitatem esse materiae coaevam, potest individuad ab agente, quatenus eius indif- praesentem difficultatem non refert, qui~
ligni, est numero diversa ab illa quae est ídem argumentum accommodari, saltem in ferentia ad hanc formam individuatur et haec coaptatio per dispositiones est quasr
sub forma aquae vel hominis; est ergo in ordine ad potentiam Dei; potest enim Deus coarctatur per dispositiones, ut aliqua ra- extrinseca ipsi materiae, quae etiam in indi-
se indiv¡dua et singularis. Fundamentum ab hac materia hanc quantitatem auferre- et tione verum sit, sano modo intelligendum viduo sumpta ex se capax est cuiuscumque
autem talis unitatis in ea non est forma aliam tribuere, vel omnino sine quancitate ·est; quia a gens, ut in materiam agat, sup- formae; et si dispositiones requi~untm;, J?O-
substantialis, neque ordo ad hanc vel illam servare; esset ergo eadem materia numero ponit illam individuam, et actione sua non tius est ratione formae quam rattone 1psms
formam, ut probatum supra est contra Du- sine eadem numero quantitate; ergo non est potest tollere aut immutare inrlividuation~m materiae; nih,il ergo hoc refert ad intrinse-
randum, quia variata quacumque forma quantitas fundamentum ta1is unitatis ipsi ma- eius; alioqui destrueret illam, et loco erus cam individuationem eius.
substantiaLi, semper manet eadem numero teriae, alias nullo modo posset sine illa suam :aliam introduceret; neque etiam fieri pot- 4. Obiectis aliquot satisfit.-Dices: ma-
648 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-5ección VI
~~-------------------------------
distingue de aquélla sino mediante la cantidad, ya que al ser pura potencia, no Esta conclusión puede probarse con las mismas razones proporcionales que
puede distinguirse más que por el acto. Asimismo, la materia esencialmente · la anterior, y puede fácilmente confirmarse con lo que se dijo antes, principal-
dice referencia a la forma según su especie; luego esta materia individual debe mente en la primera y segunda opinión. Porque, en primer lugar, ningún ac-
individualizarse por la forma o por la relación a esta forma. A lo primero se res- cidente puede ser principio intrínseco de individuación de la forma sustancial,
ponde que una materia se distingue de otra en orden al sitio, por la cantidad, porque también tal forma, en cuanto es ésta, es un ente sustancial, aunque in-
pero entitativa y realmente se distinguen por su entidad, como arriba se dijo,. completo, y pertenece al predicamento de la sustancia, y se coloca bajo la razón
porque como la materia de por sf tiene algo de entidad, sea de existencia o de esen- especifica de tal forma, aunque de modo reductivo. Igualmente, esta forma o bien
cia, también por razón de ésta tiene algo de actualidad entitativa, mediante la es absolutamente y en todo sentido anterior a los accidentes, y es origen de ellos,
cual puede distinguirse trascendentalmente de otra. A lo segundo se responde : o bien, si supone algunos en el género de causa material, no dice por sí relación
del mismo modo que la materia esencialmente tiene relación trascendental a la a ellos, sino que, a lo sumo, los requiere como condiciones o disposiciones nece-
forma, asi esta materia tiene esta relación trascendental a la forma, porque tiene sarias para preparar al sujeto; luego. de ningún modo puede individualizarse
esta capacidad numérica y esta potencia, y el hombre se individualiza por la por los accidentes. Además, la materia no puede por sí misma ser principio ifl..
relación a la forma; pero esto mismo es individualizarse físicamente por sí mis- trinseco de individuación de ninguna forma, ya que no es principio intrínseco-
ma, ya que su entidad esencialmente incluye esta relación. Y no es necesario de su entidad; y es el mismo el principio de la unidad que el de la entidad, como
que esta individuación se haga por la determinación de la forma (que es el sen- se ha dicho frecuentemente, porque la unidad no añade cosa alguna a la entidad,
tido en que debería proceder el argumento para que tuviera algo de dificultad), sino la negación que intrínsecamente la acompaña. El antecedente es claro, por~
ya que no sólo la materia en especie, sino también esta materia numérica dice que la materia es principio intrínseco del compuesto, ya que compone a aquél con
relación a la forma en común como a objeto adecuado de su capacidad, incluso su entidad; pero no compone de este modo la entidad de la forma; por consi-
tomada ésta individualmente, y, por ello, no se dice rectamente que la materia guiente, no es su principio intrínseco. En cambio, respecto de aquellas formas
se individualice por esta forma, sino que se individualiza por la relación indivi- que dependen de la materia en el hacerse y en el ser, la materia es causa por sí
dualizada a la forma. Del mismo modo, la potencia visiva especificamente dice en su w!nero de la forma, no en cuanto compo-nente intrínseco de la misma, sino
relación al color en común; e individualmente, de manera semejante, dice rela- en cuanto que la sustenta, que es un cierto género cuasi extrínseco de causalidad; y
ción no a éste o aquel color, sino al color en general; y, por ello, no se indivi- de este modo la materia puede decirse causa y principio de individuación de
dualiza propiamente por este color, aunque se individualice con tal o por tal tales formas en su género, de acuerdo con el principio establecido de que la
relación trascendental y entitativa al color. causa de la entidad es causa de la unidad, y porque la materia no causa sino la
forma singular e individual; luego, causando la entidad, causa su individuación.
Cuál es el principio de indi~-iduación de la forma sustancial Con todo, porque la diferencia individual se predica intrínsecamente de la cosa
5. En segundo lugar hay que decir que la forma sustaocial es ésta intrínse- individual, por esto no se toma de cualquier clase de causas extrínsecas de la
camente por s11: l!!i~p:~,ª··-elll;i~_g,_ de Jª----.cJml. ª-~ · tomase~ j!__ ~Jtim~~g~~~o __()_ rea- misma cosa individual, sino del principio intrínseco o de su entidad, y por ello,
h_U,~a--su=<Ii§r~iiciailldiYidJ!al.
en este sentido no puede ser la materia el principio intrínseco de individuación

teda haec non distinguitur ab altera rus1 se ut haec individuatio fiat per determina- individualis eíús. Haec conclusio probari unitas nullam rem addit entitati, sed nega-
per quantitatem, quía, cum sit pura poten- tionem formae (quo sensu deberet argumen- potest eisdem rationibus proportional.ibus tionem intrinsece comitantem illam. Ante-
tia, non potest distinguí nisi per actum. tum procedere, ut aliquid difficultatis ha- quibus praecedens, et ex supedoríbus, prae- cedens autem patet, quia materia est princi-
Item materia essentialiter respicit formam beret), quía non solum materia in specie,. sertim ex his quae in prima et secunda opi- pium compositi intrinsecum, quia per
secundum speciem suam; ergo haec indivi- sed etiam haec numero materia respicit nione dicta sunt, facile confirrnari potest. suam entitatem componít illud; non sic au-
dua materia individuarí debet per formam, formam in communi veluti adaequatum Nam imprimis nulla accidentia possunt es- tem componit entitatem formae; non est ergo
vel per habitudinem ad hanc formam. Ad obiectum suae capacitatis, etiam in individuo se intrinseca princip~a individuantia formam intrinsecum pdncipium eius. Respectu vero·
primurn respondetur unam materiam distin- sumptae, et ideo non recte dicitur materia substantialem, quía etiam talis forma, ut est illarum formarum, quae a materia pendent
guí ab a;Lia in ordine ad situm per quantita- individuad per hanc formam, sed indivi- haec, est ens per se, llcet incompletum, et in fied et in esse, materia est causa per se in
tem, entitative vera et realiter distingui per duad individuata habitudine ad forrnam. pertinet ad praedicamentum substantiae, et suo genere forrnae, non ut intrinsece com-
suam entitatem, ut supra dictum est, quía, Sícut potentia v¡siva in specie dicit habitu~ sub specifica ratione talis formae collocatur, ponens illam, sed ut sustentans illam, quod
sicut materia e:¡,; se habet aliquid entitatis, dinem ad colorem in communi, et in indi- quamvis reductive. Itero haec forma vel est genus quoddam causalitatis veluti ex-
sive existentiae sive essentiae, ita ratione viduo similiter dicit habitudinem non ad est simpliciter et omni ratione prior acci- trinsecum; et hoc modo materia dici potest
illius habet aliquid actualitatis entitativae, per hunc vel illum colorem, sed ad colorem in dentíbus, et origo illorum vel, si aliqua causa et principium individuationis talium
qu~m potest _1:f_~sc_(!:O_I:ie!l_!a_~.ter ·-· ab . .?~.a _c]J_:- co_lllllltl!_li; ___ et ideo non individ_uatur proprie supponit in genere causae materialis, non formarum in suo genere, ex principio pasito,
stingui, Ad seculldUni res¡)oiidetur :--eo ñiOdo per hunc colorem, quamvis individuetur dicit per se habitudinem ad illa, sed ad sum- quod causa entitatis est causa unitatis, et
quo materia essentialiter habet trascenden- cum tali seu per talem habitudinem trans- rnum requirit illa ut conditiones vel disposi- quia materia non causat formam, nisi sin-
talem habitudinem ad formam, ita haec cendentalem et en.titativam ad colorem. tiones necessarias ad praeparandum subiec- gularem et indíviduam; ergo causando enti-
materia habet hanc habitudinem trans- tum; ergo nullo modo potest ah accidenti- tatem -causat individuationem eíus. Tamen,
cendentalem ad formam, quia habet hanc Individuationis formae substantialis quod- bus individuari. Deinde materia non potest quia differentia indlvidualis intrinsece prae-
numero capacitatem et potentiam, et horno nam principium per seipsam esse intrinsecum principium in- dicatur de re individua, ideo non sumitur
individuatur per habitudinem ad fonnam; S. Secundo dicendum est formam sub- dividuandi ullam formam, quia non est in- ex causis quovis modo extrinsecis ipsius rei
sed hoc ipsum est individuarí physice per stantialem esse hanc intrinsece per suam- trinsecum principium entitatis eius; idem individuae, sed ex intrínseco principio seu
seipsam, quía eius entitas essentialiter inclu- met entitatem, a qua secundum ultimum autem est principium unitatis quod est prln- entitate eius, et ideo hoc modo non potest
dit hanc habitudinem. Non est autem neces- gradum seu realitatem sumitur differentia cip¡um entitatis, ut saepe dictum est, quía esse materia principium intrinsecum indivi-
650 ____!Jjsputacimu;s _metafísica.:. Disputación quinta. -Sección VI _ _ ____ __ 651
---·----
de las formas. Lo cual se declara a po-steriori en orden a la divina potencia, forma, y se adquiere otra nueva, que es informada por la misma forma. Asimismo
pues puede esta forma susta~cia! c?~servarse, sin m_~teria, .Y enton~es,, del rnis~o es accidental para la misma nutrición que se haga por medio de estos o aquellos
rnodo que retiene su diferencia mdividual, as1 ~ambten ~cti~~e s.u mtrmseco prm- alimentos, y, sin embargo, de aquí procede que el alma informe después esta o
cipio de individuación; luego no es 1~ rnaterm tal prmctpto mtrinse.co. Y esto aquella materia; luego también esto es- para ella contingente y accidental; por
mismo es más manifiesto en el alma raciOnal, en la cual como la matena no causa tanto, no queda individualizada por esto, ni de suyo está coadaptada a esta materia
-por si el ser, asi tampoco la unidad o la individuación, como notó Santo Tomás numérica.
·en el II cont. Gent., c. 75; luego la materia no sólo no es el principio intrín- 7. Podrá quizás decir alguien que de por sJ pide esta alma, al menos al prin-
seco de individuación del alma, sino que ni siquíera es la causa por si del mismo, cipio, ser introducida en tal materia, aunque después pueda dejarla e informar a
aunque sea como una cierta ocasión de que, organizado tal cuerpo, cree Dios otra; y de este modo queda individualizada por aquella materia en la que pri-
en él tal alma. meramente se introduce.
6. Una pequeña duda.~ Pero la dificultad está en si se individualiza la Pero, en primer lugar, esto se afirma gratuitamente, pues si la misma alma
forma por la materia al menos como por el término al que dice relación. Pues puede en diversos tiempos informar naturalmente a diversas materias, es señal
en esto parece que está la diferencia entre la materia y la forma, en que la mate- de que su virtud informativa o su aptitud para informar no dice relación a esta
ria, por estar una misma numéricamente bajo diversas formas, no puede tener materia numérica como a su término adecuado. ¿Con qué fundamento puede
la terminación individual de parte de l.a forma a la que se refiere; en cambio, decirse, por consigu~ente, que de suyo pide más una materia que otra al comienzo, o
la forma no tiene tal indiferencia, sino que está determinada para actuar a tal ·que dice una relación más intrínseca hacia una que hacia otra? De lo contrario,
materia, y, por ello, puede individualizarse por esta materia, como por su tér~ podría decirse del mismo modo que la materia pedía por su naturaleza ser creada
mino, al cual dice relación en cuanto que es tal forma. Y así piensan común- bajo aquellas formas numéricas bajo las que fué creada, y que por ellas fué
mente los totnlstas, y de este modo entienden a Santo Tomás cuando afirma en individualizada, aunque pudiera después conservarse bajo otras formas; por
los pasajes citados antes y en otros, que la forma se individualiza por la materia. Y consiguiente, igual que esto se diría gratuitamente allí, así también se dice sin
en el mismo sentido puede explicarse lo que dice en la q. única De Anima, a. 3, ad fundamento acerca del alma. Imaginemos, pues, que aquella materia numérica
13, de que los principios de individuación de las formas no pertenecen a la esencia
que adquiere la prole por la propia nutrición, y a la que informa, estuvo prime-
de las mismas, pero que esto es verdadero solamente en los compuestos. Ahora
ramente bajo la forma de la sangre materna, de la que en un principio se fué for-
bien: en primer lugar la razón aducida no tiene aplicación en el alma racional, la
cual, permaneciendo la misma numéricamente, puede actuar diversas materias. mando el cuerpo de la misma prole; ahora bien : ciertamente, del mismo modo
Pues primeramente actúa de tal manera simultáneamente las diversas partes de la que pudo introducirse esta forma numérica después en aquella materia dispuesta
materia que componen el mismo cuerpo, que está toda ella en cada una de las par- por medio de la nutrición, así también si en la primera formación hubiese sido
tes; por consiguiente, no puede individualizarse por una coadaptación a todo el dispuesta por la sangre materna en virtud del principio seminal, de modo seme-
cuerpo y a cada una de sus partes. Pero urge aún más el que sucesivamente puede jante hubiera podido introducirse en ella naturalmente la misma forma; eviden-
informar a diversas materias íntegras, como cuando por la nutrición continuada temente, no se puede dar ninguna razón filosófica de por qué no habría de poderse;
poco a poco se pierde toda la materia en la .que primeramente fué introducida la luego esta alma, incluso en cuanto que es ésta, es indiferente para. informar
varias materias, sea al principio en la producción, sea después en la conservación.
duationis formarum. Quod a posteriori de- terminationem ex forma quam respicit; at
claratur in ordine ad divinam potentiam: vero forma non habet eam indifferentiam,
-potest enim haec forma substantialis con- sed determinatur ad hanc materiam actuan- fuit introducta forma, et aUa nova acquiri- sece respicere unam quam aliam? Alias eo-
servad sine materia, et tune, sicut retinet dam, et ideo individuad potest ex hac ma- tur, et eadem forma informatur. ltem ipsi dem modo dici posset materiam natura sua
suam differentiam individualem, ita etiam teria, tamquam ex termino ad quem dicit nutritioni accidentarium est quod bis vel postulavisse ut sub eis numero forrnis crea-
suum intrinsecmn principium individuatio- habitudinem, ut talls forma est. Et ha opi- illis cibis fiat, et tamen inde provenit quod retur sub quibus creata fuit, et ah illis fuis-
nis; ergo non est materia huiusmodi princi- nantur thornistae communiter, itaque intel- anima hanc vel illam materiam postea infor- se individuatam, quamvis potuerit postea
pium intrinsecum. Hoc autem manifsstius ligunt D. Thomam, locis supra citatis et met; ergo hoc etiam illi est contingens et sub aliis forrnis conservad; sicut ergo hoc
est in anima rationali, in qua, sicut esse non aliis, ubi ait formam individuad per ma- accidentarium; non ergo inde individuatur, esset ibi gratis dictum, ita etiam sine fun-
causatur per se a materia, ita etiam neque teriam. Et eodem sensu exponi potest quod nec de se est coaptata ad hanc numero ma- damento dicitur de anima. Finge enim illam
unitas aut individuatio, ut notavit D. Tho- ait, q. unic. de Anima, a. 3, ad 13, principia teriam. materíam numero quam proles per propriam
mas, II cont. Gent., c. 75, in solucione individuationis formarum non esse de es- 7. Dicet fortasse aliquis ex se postulare nutritionem acquirit et informat, fuisse prius
pr.imae rationis, et c. 81, in principio; ergo sentía earum, sed hoc esse verum solum in hanc animam ut saJtem in principio in tali sub forma sanguinis materni, ex quo in
materia non solum non est principium in- compositis. Sed imprimís ratio facta non materia introducatur, ;Licet postea possit illam principio corpus eiusdem prolls formatum
tdnsecu-m· --- i:in:livídua:rionhl- -an:itrrae·;-·-· ve·rum habet lüCi.lih Ífi ailirtia rationali, quae eadem relinquere et a)iam informare; et hac ratio- est; certe, sicut in illa materia postea per
etiam nec causa per se eJus, quamvis sit numero manens potest diversas materias ne individuad ab illa materia in qua primo nutdtionem cUsposita introduci potuit haec
· veluti occasio quaedam ut, organizato tali actuare. Primum enim simul ita actuat di- introducitur. Sed hoc imprimis gratis dici- numero forma, ita etiam, si in prima for-
corpore, Deus in illo talem animam creet. versas partes materiae componentes ídem tur; nam, si eadem anima potest' diversis matione disposita fuisset virtute seminis ex
6. Dubiolum.- Sed difficultas est an corpus ut tota sit in singulis partibus; ergo temporibus varias materias naturaliter infor- sanguine materno, simiijter potuisset eadem
individuetur saltem forma per materiam non potest per coaptiltionem ad totum cor- mare, signum est virtutem i):úormativam seu forma naturaliter in eam introduci; nulla
tamquam per terminum ad quem dicit ha- pus et ad singulas partes eius individuari. aptitudinem eius ad informandum non re- enim reddi potest philosophica ratio cur
bitudinem. In hoc enim videtur esse dif- Sed magis urget quod successive potest spicere ut adaequatum terminum hanc nu- non potuerit; ergo haec anima etiam ut
ferentia inter materiam et formam, quod informare diversas materias integras, ut mero materiam. Quo ergo fundamento dici haec, indifferens est ad plures materias in-
materia, quia eadem numero substat pluri- quando per nutritionem continuam paulatim potest ex se magis postulare unam materiam formandas, sive in principio in productioneJ
bus formis, non potest habere individuam amittitur tota materia in quam primum in principio quam aliam, vel magis intrin- sive postea in conservatione.
652 Disputacianes metafísicas Disputación quinta.-8ección VI 653
-------------------------------
8. U na cosa notable teológicamente.- Ni importa que diga alguien que es- que dependen de la materia en el' ser, porque tales formas de tal modo informan
tas materias se juzgan una y la misma porque la mutación se verifica paulatina- esta materia numérica-, que están totalmente determinadas a jnformarla, ni pue-
mente bajo las disposiciones y organización de una misma clase; ya que, en den naturalmente informar otra materia numéricamente distinta, ya que no pue-
efecto, esta nnidad de la materia o del cuetpo se debe más a su externa aparien- den separarse de ésta ui simultáneamente ni paulatinamente, lo cual puede decir-
cia y aspecto que a la verdadera y fisica entidad del cuerpo o de la materia. se también de las almas de los auimales perfectos si son extensas y divisi-
Añádase a esto que aunque sucediese que toda la materia se hiciese por la sepa- bles, como mantiene la opiuión común y tal vez la más probable (pues si se supo-
ración íntegra de un solo cuerpo y por la unión de otra materia, a pesar de todo ne que son índivisibles, valdrá para ellas el argumento dado- acerca de las almas
el alma informaría naturalmente a uno y otro. Así es como probablemente suce- racionales); por consiguiente, puede decirse rectamente que la forma sustancial
derá en la resurrección. De modo que si sucede que en esta vida han informado material es ésta intrínsecamente por la coadaptación a esta materia numérica,
dos almas a materias en absoluto idénticas, se podrá dar a una de ellas un cuerpo y por medio de esta materia, como por el término de tal relación. Pero, sin em-
tomado de otra materia, al cual informará no menos connaturalmente que si cons- bargo, tampoco en estas formas materiales puede decirse propiamente esto, ya que
tase de la anterior materia. Luego esto es señal de que esta alma, en cuanto que o bien se incluyen en esta materia numérica las disposiciones por las que esta ma-
tiene aptitud para informar, de ningún modo dice referencia determinada a esta ma- teria es preparada por el agente para esta forma, o bien se concibe esta materia
teria, y, por consiguiente, no está individualizada por esta materia, en cuanto que es prima según su pura entidad; y de ninguno de estos modos puede esto entender-
ésta, ni siquiera como por el término de su relación trascendental, ya que no es se o explicarse satisfactoriamente.
el término adecuado de aquél. Por consiguiente, se individualiza esta alma por 10. Lo- primero- es claro porque la materia con los accidentes no puede ser
sí misma y por la virtud misma de su entidad; y, por consiguiente, porque in- la razón de la individuación de la forma, ni siquiera como término de su relación,
trínsecamente tiene tal aptitud índividual para informar al cuerpo humano, del porque siendo esta relación trascendental y sustancial, no incluye los accidentes
mismo modo que decíamos antes acerca de la relación de la materia. Y de este en su término primario e inmediatO'. Asimismo, porque si suponemos que en
modo. lo enseña Toledo en particular acerca del alma humana en el libro III lo que se engendra no existen las mismas disposiciones que existieron en lo que
De Anima, q. 18, conc. 2 y 3, quien lo confirma además con el argumento que se corrompió, entonces pueden aplicarse los argumentos aducidos arriba, ya que
nosotros hemos traído antes, que al asignar el principio de individuación hay que la forma absoluta y simplemente informa con prioridad natural a la materia des-
detenerse en algo que se individualice por si mismo; luego, si la materia o la provista de accidentes; ahora bien: la informa en cuanto que es individual y
cantidad se dice que se individualizan por si, mucho más habrá que decir esto singular; luego del mismo modo se refiere a ella, según su aptitud y coadapta-
del alma racional, que es por si subsistente, y más bien da el ser a los demás ción individual. Pero si suponemos que permanecen en la materia las disposicio-
que lo recibe de ellos. Por consiguiente, la variedad de los cuerpos es una señal nes que hubo en el ser que se corrompió, de este modo la forma no informa a la
óptima a po<teriori de la distinción de las almas, ya que viene a ser como la materia en cuanto afectada por los accidentes, aun cuando aquéllos se presu-
ocasión de producir diversas almas, pero no es, sin embargo, el propio e intrín- pongan como condiciones necesarias, o tal vez sólo porque han permanecido desde
seco principio de individuación de las mismas. la precedente alteración; luego tampoco esta forma como tal dice referencia a los
9. Ahora bien: no parece que con el argumento antes propuesto pueda accidentes, sino sólo a la materia. Y esto tanto más es así cuanto que, aun cuando
discernirse si existe la misma razón acerca de todas las ()tras forma.~ sustanciales ita informant harre materiam numero ut om- 10. Primum patet, quia materia cum ac-
8. Notabile theologicum.-Nec refert si per seipsam et ex vi suae entitatis; et con- nino sint determinatae ad illam informan- cidentibus non potest esse ratio individua-
quis dicat has materias censeri unam et sequenter quia intrinsece habet talem indi- dam, nec possint naturaliter aliam numero tionis formae, etiam ut terminus habitudi-
eamdem quia paulatim fit mutatio sub dis- v.idu~m aptitudinem ad informandum corpus distinctam materiam informare~ cum non nis eius, quia cum haec habitudo sit trans-
positionibus et organizatione eiusdem ratiO- humanum, ad eum modum quo paulo antea possint ab hac separari, neque simul neque cendentalis et substantialis, non includit ac-
nis; quia haec unitas materiae vel corporis de habitudine materiae dicebamus. Atque paulatim, quod etiam procedit de animabus cidentia in suo primario ac per se termino.
magis est secundum externam speciem et ita in particulari de anima rationali docet brutorum perfectorum, si illae extensae sunt Item, quia si supponamus non esse easdem
apparentiam quam secundum veram ac phy- et divisibiles, ut communis et fortasse pro- dispositiones in gen.ito quae praecesserunt in
Toletus, lib. III de Anima, q. 18, concl. 2
sicam entitatem corporis seu materiae. Adde babilior tenet opinio (nam si indivisibiles corrupto, procedunt argumenta supra facta,
et 3, qui hoc confirmat argumento supra esse supponantur, procedet in eis argumen-
quod, licet contingeret totam materiam fie- a nobis facto, quia in ass.ignando individua- quod forma prius 1 natura absolute et sim-
ri per separationem integram unius corpo- tum factum de an.imabus rationallbus); rect.e pliciter informat materiam accidentibus nu-
tionis principio sistendum est in aJiquo quod i_gitur d¡cj potest materialis forma substan-
r.is et coniunctionem alterius materiae, ni- dam; informat autem illam ut individua et
per se individuetur; ergo si materia vel quan- tialis esse haec intrinsece quidem per coap- singularis est; ergo eodem modo respicit
hilominus anima utrumque naturaliter infor- titas dicantur per se individuari, multo roa-
maret. Sicut probabile est in resurrectíone tationem ad hanc numero materiam, per ip- illam secundum suam aptitudinem et coap-
gis jd est dicendum de anima rationali, quae sam vero materiam, tamquam per terminum
interdum eyen~lJ!'l:l.lTI·. TJt. _si CO!l.!Jnga_t_. !11 ..hac per se est subsistens, et magis dat esse re-
tationem individualem. Si autem suppona-
víta duas anímas eaSdem Offini.:ñ.O ··materias huius habitudinis. Sed nihilominus etiam mus manere in materia d.ispositiones quae
inforrnasse, poter.it alteri earum dari corpus tiquis quam rec.ipiat ab eis. Corporum ergo in his materialibus formis hÓc proprie dici fuerunt in corrupto, sic etiam forma non in-
ex alla materia, quod non minus connatu- varietas est optimum signum a posteriori non potest; quia, vel in hac numero materia format materiam ut affectam accidentibus,
raliter informabit quam si ex priori materia distinctionis animarum, quia est veluti oc- includuntur dispositiones quibus haec ma- licet illa praesupponantur velut condiciones
constaret. Ergo signum est hanc animam, ut casio producendi diversas animas, non est teria ab agente praeparatur ad hanc forrnam, necessariae, vel fortasse solum quia relin-
aptam ad informandum, millo modo respicere tamen proprium et intrinsecum principium vel intelligitur solum haec materia prima se- quantur ex praecedenti alteratione; ergo ne-
determinate hanc materiam, et consequenter individuat.ionis earum. cundum nudam entitatem eius; neutro au- que haec forma ut haec respicit accidentia,
non individuari ab hac materia, ut est haec, 9. Sed, an sit eadem ratio de omnibus tem modo .id satis intelligi aut explicari sed materiam tantum. Eo vel maxime, quod
etiam ut a termino suae habitudinis trans- allis fonnis substantialíbus, quae a matelia potest. licet varientur haec numero accident.ia, vel
cendentalis: quía non est terminus adae- pendent in esse, non videtur posse argu-
quatus illius. lndividuatur ergo haec anima mento nuper facto diiudicari, quia ha e formae
654 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.~Se:_-c::Cl:_-.ó::n:_-V::I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___::6--55
se variasen numéricamente estos accidentes, ya sea poCo a poco y naturalmente, ya esta materia, y no en otra, nO quita su aptitud intrínseca ni hace 9-ue
sea simultáneamente y sobrenaturalmente, y se diesen otros semejantes, se conser- esta materia sea el término adecuada de aquélla. Del mismo modo que qmzás
varía la misma forma numérica en la misma materia; luego de ningún modo dice hay en el universo alguna porción de materia que siempre estuvo bajo la m.isma
relación esta forma, en cuanto que es ésta, a tales accidentes numéricos, de tal forma numérica, y lo estará siempe, ni quizás hay modo natural de vanarla,
manera que quede individualizada por ellos. Más todavía, aun cuando concediéra- y no por ella la aptitud de la materia está de pot sí determinada a tal forma.
mos que esta forma requiere estos accidentes numéricos, no por ello sería 1a misma 12. El antecedente puede defenderse con muchas conjeturas que son comu-
forma tal en el individuo a causa de los accidentes, sino al contrario se requerirían nes incluso a las almas racionales. La primera es que por potencia absoluta esta
tales accidentes a causa de tal forma, hablando a priori y absolutamente, aun cuan" forma puede transferirse a otra materia e informarla; luego es señal de que en
do en cuanto a nosotros, sea en el orden de producción o de generación, tales dis- tal forma hay aptitud natural intrínseca para informarla, en cuanto de ella depen-
posiciones sean el principio o la ocasión de distinguir las formas. de. Se prueba la consecuencia, porque aunque aquella acción o transmigración
11. Y lo segundo, a saber, el que ni esta materia prima propiamente dicha de esta forma desde una materia a otra fuese sobrenatural en cuanto al modo, con
pueda ser de este modo el principio que individualiza a la forma, se prueba en todo el término producido sería natural, pues aquel compuesto de tal forma y
primer lugar porque esta materia puede ser común a muchas formas diversas, sea materia subsistiría naturalmente. La segunda: cualquier otra materia numérica-
en especie, sea en número; luego en cuanto tal no es principio suficiente de la indi- mente distinta es capaz, en cuanto de si depende, de cualquier forma individual,
viduación de la forma, porque lo que es de suyo común, no puede ser en cuanto tal aun cuando acontezca que esté en otra materia numéricamente distinta, pues sin
principio de individuación. En segundo lugar por parte de la forma misma, ya que fundamento pensaría alguien que la capacidad de esta materia está de suyo numé-
aunque esta forma una vez hecha en esta y de esta materia no pueda estar en otra ricamente limitada a estas formas más bien que a aquéllas, debido a que quizás los
a causa de la dependencia que tiene de aquélla, la cual dependencia es tal que ni si- agentes naturales, obrando según el orden natural, no pueden producir en ellas las
quiera aquella forma puede conservarse naturalmente sin aquel género de causalidad formas individuales que hacen en otras materias. Porque como la materia es de
material, ni, hay tampoco ningún camino o modo natural de trasladar esta forma por si pura potencia e indiferente, no puede atribuírsele tal determinación por un
a otra materia para que sea conservada por ella; sin embargo, a pesar de todo, motivo razonable; por consiguiente, aquella materia numérica, que de hecho·,
si la entidad de tal forma se considera en sí misma, su aptitud intrínseca no está bajo esta forma de este caballo, en cuanto de ella depende, sería capaz de otra
parece determinada a informar esta materia numérica, hasta el punto de que fuera alma de un caballo numéricamente distinto, la cual de hecho informa a otra
intrínsecamente inepta para informar naturalmente cualquier otra materia nu- materia; por consiguiente, también recíprocamente aquella alma, en cuanto de sf
méricamente distinta; luego no recibe su intrínseca individuación de esta mate- depende, es apta para informar ésta o aquella materia. La consecuencia es clara,
ria numérica, ni siquiera como dd término de su relación o aptitud informativa. porque la potencia y el acto natural se corresponden mutu-amente; por lo cual,
Se prueba la consecuencia porque no es esta materia el término adecuado de la potencia no dice relación naturalmente más que a aquel acto que tiene aptitud'
tal relación, ya que la aptitud de esta forma en sí misma podría ejercitarse con natural para informarla a ella.
la misma connaturalidad en cualquier otra materia, si fuese puesta en ella. En 13. En tercer lugar, porque si por ejemplo esta alma eqnina de suyo sólo fuese
efecto, el hecho de que por medio de las causas naturales sólo sea puesta en capaz para informar esta materia numérica, todas las almas equinas que pudie-

paulatim naturaliter, vel simul supernatura- licet haec forma semel facta in hac et ex non in aHa, non tollit intrinsecam aptitudi- contingat esse in alia materia numero di-
Uter, et alia similia dentur, conservabitur hac materia non pmsit esse in alia propter nem eius, neque facit ut haec materia sit stincta : sine fundamento enim existimaret
eadem numero forma in eadem materia; dependentiam quam habet ab illa, quae de- adaequatus terminus illius. Sicut fortasse est quis capacitatem huius materiae numero de
ergo nullo modo respicit haec forma, ut haec, pendentia talis est ut nec forma illa possit in universo aliqua portio materiae quae se esse Umitatam ad has formas potius quam
talla accidentia numero, ut ab eis indivi- natural,iter conservad sine illo genere cau- semper fuit sub eadem numero forma, ad illas, eo quod fortasse agentia naturalia
duetur. Quin potius, llcet daremus hanc salitatis materialis, neque etiam sit aliqua et semper erit, nec fortasse est via secundum naturalem ordinem non possint
formam requirere haec numero accidentia, via aut modus naturalis quo possit haec naturalis ad variandam illam, et non prop- ef:ficere in ea eas individuas formas quas in
non ideo esset ipsa forma talis in individuo forma in aliam materiam transferri ut ab terea aptitudo materiae de se determinata allis materiis efficiunt. Quia cum materia
propter accidentia, sed potius e contrario illa conservetur, nihilominus tamen, si en- est ad talero formam. de se sit pura potentia et indifferens, non
accidentia requirerentur talia propter talem titas talis formae secundum se consideretur, 12. Antecedens vera suaderi potest mul- potest ei convenienti ratione attribui talis
formam, loquendo a priori et simpliciter, non videtur eius aptitudo intrinseca detet... tis coniecturis, quae communes sunt etiam determina tia; illa ergo materia numero quae
licet quoad nos, vel in ordine ad produc- minata ad hanc munero materiam informan- animabus rationalibus. Prima, quía de po- de facto est sub hac forma huius equi,
tionem vel generationem tales disposiciones dam, ita ut intrinsece sit inepta ad infor- tentia absoluta haec forma transferri potest quantum est ex se capax esset alterius ani-
sint princip.i,um vel- occasio distinguendi for- mandam naturaliter ___ quamcumque aliam ma- in aliam materiam, et illam informare; ergo mae equi numero distincti, quae de facto
mas. teriam numero distinctam; ergo non recipit signum est esse in tali forma aptitudinem informet aliam materiam; ergo et e converso
11. Secundum autem, scilicet, quod ne- suam intrinsecam individuationem ab hac naturalem intrinsecam ad informandam illam, illa anima etiam est apta, quantum est ex
que haec materia prima pure sumpta possit numero materia, etiam tamquam a termino quantum ex ipsa est. Probatur consequen- se, ad informandam hanc veJ illam materiam.
esse hoc modo principium individuans for~ suae habitudinis seu aptitudinis informati- tia, quia llcet illa actio seu transmigrado Patet consequentia, quia potencia et actus
maro, probatur primo, quia haec materia vae. Probatur consequentia, quia non est huius formae a materia in materiam esset su- natura1is sibi mutuo correspondent : Unde
potest esse communis multis formis vel spe- haec materia terminus adaequatus illius ha- pernaturalis quoad modum, tamen tenninus potentia non respicit naturaliter nisi actum
cie vel numero diversis; ergo ut sic non bitudinis, quandoquidem aptitudo huius for- productus naturalis esset, compositum enim illum qui aptitudinem habet naturalem ad
est sufficiens principium individuans for- mae secundum se aeque connaturaliter pos- illud ex tali forma et materia naturaliter informandam illam.
mam, quia, quod de se commune est, ut set exerceri in alia vel alia materia, si in subsisteret. Secunda: quaelibet alia materia 13. Tertio, quía si haec anima equina,
sic non potest esse individuationis princi- qualibet poneretur. Nam quod per causas numero distincta est capax quantum est ex verbi gratia, tantum esset apta ex se ad in-
Secundo ex parte ipsius formae, quia naturales sol.um ponatur in hac materia et se cuiuscumque formae individuae, etiamsi formandam hanc numero materiam, onmes.
Disputación quinta.-sección VI 657
656 Disputaciones metafísicas ejemplos de la uni§n de la forma a }• ma~e;ia, o de la materia a la .forma, la
cual unión supongo, por lo qu~e~ des pues se dira, que es un modo sustancial. Igual-
sen informar a aquella materia numenca en los diversos tiemp.os, tendr~an entre mente en- ía sUbsistencia simple, ylo mismo ocurriría con la existencia, si fuese un
sí alguna conveniencia real, que no tendría? con ~as almas :qumas que mform~ modo real de la esencia, realmente distinto de ella. Y así consta que la nnión que
otras materias, ya que todas aquéllas tendrtan aptitud para mformar esta matena tiene ahora mi alma con mi cuerpo es numéricamente una e individual, sea porque
numérica la cual no podrían informar las demás almas equinas. Y el mismo es algo real y existente en la realidad y distinto realmente del alma; sea porque
argumen;o puede hacerse en todas las formas del agua, del fuego, y semejantes, difiere numéricamente y no específicamente del modo de unión de otra alma con
porque evidentemente bajo la misma especie de la forma de fuego, por ejemplo, se respecto a su cuerpo; tiene, por tanto, su diferencia individual; luego también
da una cierta amplitud de individuos que dicen relación a esta materia numérica so- algún principio intrínseco. o fundamento suyo; este principio, por consiguiente,
lamente, y otra gama de ellos que dice relación a otra materia, y asf en lo demás, decimos que no puede ser otra cosa sino la entidad del modo mismo, cualquiera
y de este modo, bajo el concepto específico puede darse 1m concepto objetivo que sea dicha entidad.
sustancial y común a muchos individuos de la misma especie y no a otros, lo Esto puede probarse, en primer lugar, por las razones generales aducidas ya,
cual parece absurdo, ya que tal conveniencia, siendo real y sustancial, será de que cada cosa es una en el mismo grado en el que es, y que la negación aña-
también esencial a tales formas, y, por consiguiente, la última especie será divi- dida por la unidad se funda inmediatamente en la entidad de la cosa tal como es
sible por muchas diferencias esenciales, lo cual envuelve una abierta repugnan- en sí misma; y, finalmente, porque cada una de las entidades simples es por sí
cia. Sin embargo, esta razón es más aparente que eficaz, puesto que puede tener misma intrínsecamente tal, o sea que queda constituída en su ser según nuestro
varias evasivas y dificultades, que tocaremos con más comodidad en las disputa- modo de concebir, y, por consiguiente, también por sí misma se distingue de las
ciones siguientes; no obstante, quedan otras razones eficaces que declararemos otras. Se prueba, en segundo lugar, excluyendo los otros principios de esta indivi-
y confirmaremos más en la sección siguiente. ,duación, pues, si hubiese algunos, serían principalmente esta alma o esta materia,
Queda, pues, suficientemente probada la conclusión propuesta de que el respecto de esta unión (para seguir con el ejemplo con que hemos comenzado,
principio intrínseco de donde se toma la diferencia individual de la forma sus- y omito los accidentes porque ya han quedado suficientemente excluídos con las
tancial es la misma entidad de la forma, en cuanto que de por sí tiene tal aptitud razones dadas de la materia y la forma); pero este modo no se individualiza
para informar la materia; en efecto, han quedado excluidas todas las cosas ex- propiamente por esta materia y esta forma, porque aunque tal modo de unión
trínsecas o distintas de la forma misma por no poder individualizarse por ellas, en el individuo no pueda estar en otra forma, a causa de la especial identidad
de lo cual resulta que la forma no es ésta porque dice relación a esta materia, real que tiene con esta forma, ni tampoco pueda hacerse ni conservarse en otra
sino que lo es únicamente en cuanto que tiene tal aptitud para informar la materia numéricamente distinta, porque se refiere a ésta no según su aptitud, sino
materia. según una cierta razón actual que adecuadamente se termina en esta materia,
a pesar de todo, sin embargo;, podrían esta alma y esta materia unirse con otra
Con qué principio se zndi'l.ridualizan los modos sustanciales unión distinta numéricamente. No es preciso, pues, que si la unión de esta alma
14. Digo en tercer lugar: el modo sustancial, que es simple y a su manera y forma se disuelve ahora y perece, y de nuevo esta materia y esta forma
indiyisible, __ tiene también su indlVidliación pOr --sí -niisJ:I!Ü y_ Il(} p_or algún _otro vuelven a ser unidas por Dios, reciban la misma unión numéricamente que
fiÍriélpi~ ii8.turaltnente distinto de sí. Se declara esto más, verbi gratia, con los
gratia, fonnae ad materiam, vel materiae ad stituitur nostro modo intelligendi ln suo esse,
animae equinae quae possent illam numero habere nonnullas evasiones et difficultates, formam, quam suppono ex infra dicendis et consequenter etiam seipsa distinguitur ab
materiam informare diversis temporibus ha- quas attingemus commodius disputationibus esse modum substantialem. Item in subsi- aliis. Secundo probatur excludendo alia prin-
berent inter se aliquam convenientiam rea- sequentibus; tamen aliae rationes efficaces stentia simplici, et idem esset de existentia, cipia huius individuationis, nam, si quae
1em_, quam non haberent cum animabas sunt, quas amplius confirmabimus et decla- si esset modus realis essentiae e:x; natura rei essent, maxime esset haec anima, vel haec
equinis informantibus alias materias, quía rabimus sectione sequenti. Restat igitur satis distinctus ab illa. !taque constat unionem materia, respecta huius unjonis (ut inchoa-
omnes illae haberent aptitudinem ad infor- probata conclusio posita, quod intrinsecum quam nunc habet anima mea ad meum cor- tum exemplum prosequamur, omitto autem
mandam harre numero materiam, quam aliae principium a qua sumitur individualis dif- pus esse unam numero et individuam, tum accidentia, quía illa iam satis exclusa sunt
animae equinae infonnare non possent. Et ferentia formae substantialis sit ipsamet en- quia est quid reale et a parte reí existens, rationibus factis de materia et forma); sed
idem argumentum fieri' potest in omnibus titas formae, quatenus ex se habet talem ap- et distinctum ex natura rei ab anima; tum hic modus non índividuatur proprie ex hac
formis aquae, ignis, et similibus, quod scili- titudinem ad informandam materiam; nam etiam quia differt numero et non specie a materia et ex hac forma; quia licet hic mo-
cet sub eadem specie formae ignis, verbi exclusa sunt omnia extrinseca vel distincta modo unionis alterius animae ad corpus dus unionis in individuo non possit esse
gratia, detur quaedam latitudo individuorum ab Ípsa forma, quod ab eis individuad non suum; habet ergo suam individualem diffe- in alia forma, propter specialem identitatem
respicientium hanc numero materiam tan- possit, quo fit ut forma non sit haec, quia rentiam; ergo et intrinsecum aliquod prin- realero quam habet cum hac forma, neque
tum, et aliam l~tit_~~Íll~tn aliar~ _r~spicien­ re_spicit hanc ___ materiam, ...sed solum quatenus cipiwn seu fundamentum eius; hoc ergo etiam possit fieri nec conservari in alía ma-
tium hanc numero niatetiam, et Sié Qe aliís, habet talem aptitudinem ad informandam principíum dicimus nihil aliud esse posse teria numero distincta, quía respicjt hanc
atque ita sub conceptu specifico posset dari materiam. nisi entitatem ipsius madi, qualiscumque non secundum aptitudinem, sed secundum
conceptus obiectivus substantialis et com- illa encitas sit. Hoc autem probad potest actualem quamdam rationem quae adaequa-
munis multis individuis illius speciei et non Substantiales modi quo principio indivi- primo rationibus generalibus factis, quod te terminatur ad hanc materiam, nihilomi-
aliis, quod videtur absurdum, nam illa con- duentur ita unaquaeque res est una sicut est, et nus tamen possent haec anima et haec ma-
venientia, cum sit realis et substantialis, erit quod negatio quam addit unitas immediate teria uniri alía unione numero distincta. Non
etiam essentialis talibus formis, et conse- 14. Dico tertio: modus substantialis, qui fundatur in entitate rei secundum quod in enim est necesse ut si unio huius animae et
quenter species ultima erit divisibilis per simplex est et suo modo indivisibilis, habet se est; ac deníque quia unaquaeque entitas formae nunc dissolvatur et pereat, et iterum
piures differentias essentiales, quod involvit etiam suam individuationem ex se, et non simplex seipsa intrinsece talls est seu con- rursus haec materia et haec forma a DeG-
apertam repugnantiam. Verum haec ratio ex aliquo principio ex natura rei a se di-
magis est apparens quam efficax, quia potest stincto. Declaratur exemplis in unione, verbi
658 Disputaciones metafísicas: Disputación quinta.-Sección VI
659
antes tenían Pues aun cuando concedamos que esto puede ocurrir, cosa que· y por ello no es menester que se añadan a la' naturaleza específica común, sino
todavía duda~ algunos, no tiene por qué ser así necesariamente ya que otros. modos. que la compongan a ella componiendo al individuo en que ella se incluye. Por
d fi ra de sentarse y semejantes no es preciso que se reproduzcan pre~tsa.men­ lo cual, según la misma constitución física, tales principios son simples, ni tienen
nJ
t e 1 gu 8 mos en número· más todavía, ni es natural. Pueden, por constgutente, otros por los que se individualicen físicamente, sino que se individualizan por sí
e olslas uruones
aque • distingui;se numéricamente
. . . . . en la
. r misma forma respector de fila mismos tal como ha sido declarado. Por tanto, !!!LeLi1IlPI2Jlta.Ja,Jo¡;ución,__sj_!to
misma materia; luego su princtplO ~e m4ivtduac10n no se toma con razon su ~ verdadera y propia, Jl<)_rqu_e ..!\>~~-Principios intrí¡1se~g-~_ ..deJ~. ÜJd.\yi.<lY.ª~~i.'Í!l~ !.O!l_los
· 1 d esta forma o de esta matena; luego es menester que de suyo tenga t~l rn~s·rg:g~iJ:túe-_ -~os _ J?_rf,p.~ipi_(/~ . Jntr!n~_ec?~- _d~ -)a-. --~-~ti4~d, como se ha dicho con
ctend e e fundamento intrínseco de su individuación, aunque de acuerdo con el
mo o un a esta forma y a esta materia según una re1"
fffé~encia~--porque ·"fa~- 'hldi\ddüiíClóri" ·srgüe- -~a, fá entidad, en cuanto que es
se refiera acmn trascend enti
a , pues ésta: una cierta negación; y en cuanto que incluye algo positivo es la misma
es la naturaleza de tal modo. entidad y natla añade a ella; ahora bien, esta materia y esta forma unidas en-
tre sí son los principios intrínsecos de toda la entidad de la sustancia com-
Cuúl es el principio de individuación del compuesto sustancial puesta de que tratamos; luego son también los principios intrínsecos de la in..-
15. En cuarto lugar, hay que decir que ~-~~-~t~~~_comp~~§l!t.t en cum_ta· dividuación física. Y se confirma, pues la materia y la forma, tomadas abso-
lutamente, son principios físicos de la especie de la sustancia compuesta y de
gp~ . ~~---!~L.f<?.~E!!_~_§._t_th ~eJ. _p_ti~~!Jll~--~~e~_l!~~~--A; --~t;9!~d~?.~C_!~n _e_s _f!~~a_Jm:!l}!_ y_ ~sta
in3ieria unidas entre _sí,, entre _1~~--~º-ªk:-ª---~_1_ pr!flCJP!9 _p1_as __!mpor_tap.te;_-~S Ja forma,. su especificación; luego esta materia y esta forma serán los principios físicos deJ
individuo y de su individuación. Y del mismo modo puede concluirse que nin-
_
q¡res~a?aSta P~!a~~-q~~-=~~-t~::~~l!lPl,l_~_ª_tº, e?J- ~ll_a_I?t_~g_~~- e_ª_}.!_n_ mc!!~g~º---4~ _ !!11 guna de las dos por sí, sino una y otra al mismo tiempo son este principio ade-
e-s_pfei~,~ ·sé~ l!1_?_g~4o _TI1Jll1~_n_~am(;'!_n_te _el __ nusmo. . .
~- Esta~ conclusión se sigue de lo que precede y por lo dicho e~ la see. 4, y cuado. Pues este compuesto, para ser entera y completamente el mismo en nú-
está de acuerdo con la opinión de Durando y de Toledo trata~as mas arnba, Y e:' mero, requiere no sólo esta forma o esta materia, sino una y otra al mismo
la realidad no disienten Escoto, Enrique, ni todos los nomn~ales; tampo.co di- tiempo, y variada alguna de las dos, no permanece absolutamente y en todas sus
siente Fonseca en el libro V Metaph., q. 5, aun cuando diga que es unpro- partes el mismo compuesto numéricamente que había antes, porque en alguna
pia la locüció~ de que nos valemos al decir que esta mate:ia y esta f~rma. son parte ha sido variada su entidad; luego !!'__materia y la forma SQR~eLprincipio
principios físicos de individuación,_ ya. que ni esta forma m es:_a matena m las adecuado de la unidad numérica de todo\ el ·compUeSti>;-.. -eii".ciúinto que es tal.
dos tomadas juntamente pueden anadirse a la naturaleza espeClfi.ca del hombre Y se confirma con la razón aducida, porque son los mismos los principios de la
para constituir con ella este hombre, y también porqu; esta materia y 7sta f~rm.a unidad que los de la entidad; es así que esta materia y esta forma son el princi-
son individuos, constituídos por sus naturalezas especificas y sus propms, I?rmci- pio adecuado intrinseco de esta entidad compuesta; luego también de la unidad
y de la individuación.
pios de individuación. Pero en tales razonamientos desde el. concepto f1s1co se
aparta a la composición metafísica, pues cuando esta matena Y esta forma se 16. Inferencia.- Se soluciona una objeción.~ Y con esto se ve claramente
llaman principios físicos de la individuación de este compues~o, no se comparan. que también esta unión misma numéricamente se requiere para la perfecta uni-
con la naturaleza especifica común, sino con el compuesto ffs1co que componen;. dad de tal compuesto, porque a su manera concurre intrínsecamente para su
constitución, pues la entidad del compuesto incluye intrínsecamente no sólo la
uniantur, eamdem numero unionem reci-
entidad de la materia y de la forma, sino también la unión de ellas entre sí; luego
quae sola sufficit ut hoc compositum, qua-
piant quam antea habebant. Na~ ~cet .de- tenus est individuum talis speciei, idem nu- componunt; et ideo non est necesse ut ad-
mus hoc posse fieri, de quo aliqm etlam dantur naturae specificae communi, sed ut nis eius. Et eodem modo concludi potest,
mero censeatur. Haec conclusio sequitur ex neutram per se, sed utramque simul esse hoc
dubitant, non est cur sit necessarium, quia praecedentibus et ex dictis sect. 4, et est componant illam componenda individuum
adaequatum principiurn Quia hoc composi-
in aliis modis figurae, sessionis, aut simi- consentanea opinioni Durandi et Toleti su- in quo illa includitur. Unde secundum eam~
libus, non est necesse eosdem numero re- dem physicam constitutionem talia principia tum, ut omnino et complete sit ídem nu-
pra tractatis, et in re non dissentiunt Scotus. mero, requirit non solum hanc formam vel
produci, immo id non est -?a~ural; .. Possunt et Henricus, nec nominales omnes; Pon- simplicia sunt, neque habent alía quibus
ergo illae uniones numero d1st1ngm m eadem physice individuentur, sed seipsis indivi- hanc materiam, sed utramque simul, et qua~
seca etiam non dissentit, lib. V Metaph.,. cumque variata non manet simpliciter et om-
forma respectu eiusdem materiae; ergo prin- q. 5, quamvis dicat impropriam esse locu~ duantur~ ut declaratum est. Non est ergo
cipium individuationis eius non sum~tur suf- impropria locutio, sed vera ac propria, quia ni ex parte ídem numero compositum quod
tionem cum dicimus hanc materiam et antea erat, quia aliqua ex parte variata est
ficienter ex hac forma vel hac matena; ergo hanc formam es.se principia individuationis. eadem sunt principia indivíduationis intrin-
oportet ut ex se habeat talis modus intrin- seca quae sunt principia intrínseca entitatis, eius entitas; ergo materia et forma sunt
physica, quia neque form~ haec, m;que haec: adaequatum principium unitatjs numericae
secum fundamentum suae individuationis, materia, neque ambae srmul addi possent ut saepe dictum est, quia indlviduatio se~
quamvis secundum illud respiciat hanc for- quitur entitatem, ut est negatio quaedam; totius compositi, ut tale est. Et confinnatur
naturae specificae hominis ut cum ea con- ratione facta, quia eadem sunt principia uni-
J?am et ha_~c __tnateri~-~------~~?i~_di~e ..... tra~s­ stituant _hunc ___ homin~m,_ et quía etiam haec ut autem includit posítivum, est ipsamet en-
tatis, quae entitatis; sed haec materia et haec
cehdentali ;-- quia- haec- éit ilátllra -taUs moai. materia- et haec forma sunt individua, ex: titas, nihilque illi addit; sed haec materia
et hace forma inter se unitae sunt intrín- forma sunt adaequatum principium intrin-
suis naturis specificis et proprüs lndividua- secum huius compositae entitatis; ergo et
Compositi substantialis quod principium tionis principiis constituta. Sed in bis ratio- seca principia totius entitatis compositae
indi'VidtJa¡tionis unitatis et individuationis.
nibus divertit a physica ratione ad metaphy- substantiae de qua agimus; ergo sunt etiam
intrínseca principia physica individuationis. 16. Illatum.- Obiectio solvitur.- Atque
15. Quarto dicendum est in substantia sicam compositionem; cum enim haec ma- bine constat etiam hanc unionem eamdern
composita, ut tale compositum est, adaequa~ teria et haec forma dicuntur principia phy- Et confirmatur, nam materia et forma ah-
numero requir¡ ad perfectam unitatem talis
tum individuationis principium esse hanc sica individuationis huius compositi, non salute sumptae sunt principia physica spe~ compositi, quía suo modo intrinsece concur-
rnateriam et hanc formam inter se unitas, comparantur ad specificam naturam commu-: ciei substantiae compositae et specificationis rit ad constitutionem eius; entitas enim
inter quae praecipuum principium est forma, nem, sed ad physicum compositum quod eius; ergo haec materia et haec forma erunt
compositi non solum entitatem materiae et
principia physica indivídui et individuatio-- formae, sed etiam unionem earum ínter se
660 Disputaciones metafísicas
Disputación quinta.-&cción Vl 661
variada la unión, quedará variada en algo la enti~ad y, por consiguiente, .la unid.ad
del compuesto mismo; por consiguiente, se reqUl:~e para la perfecta um~~d e m- rrunente se piensa que la forma es· lo que constituye la especie, y del mismo modo
dividuación. luego por este motivo podría tambten enumer~rse esta u!l10n entre esta forma, a este individuo bajo tal especie ..
las cosas q~e completan el perfecto principio de individuación del m1smo com- 17. Una pregunta y su respf.uesta.- Pero podrá preguntarse si la diferencia
puesto. Con todo no es tan necesaria como la materia y la forma, porq~t; éstas individual en rigor se toma del principio completo, a saber, de la materia y de la
son absolutamente los principios esenciales de tal compuesto; y . la urnon, en forma, o solamente de uno de ellos., pues los autores parecen opinar con frecuen-
cambio es como una condición requerida o causalidad de la matena y la forma, cia que se toma sólo de uno de ellos, porque, siendo sim¡)le esta diferencia, no
tal co~o dije en el tomo II de la ffi parte, disp. XXXIV, se.c. ~·. • . parece que se ha de tomar de todo el compuesto ni de un doble principio parcial,
Comparando también entre sí la materia y la forma, el prmctpto mas Impor- sino solamente de uno que sea simple. Las opiniones, sin embargo, difieren entre
tante es la forma no sólo con relación a la naturaleza especifica, tomada la forma sí, pues unos dicen que aquel principio es la materia, como Cayetano y otros; en
en especie, sino ~ambién respecto de este individuo, tomada ~a f.o~ma individual- cambio.'! otros dicen que es la forma, como Escoto, y a lo mismo se inclina Du-.
mente; porque esta forma es en sumo grado propia de este mdiv1duo, y porq~e rando. Y esto último es lo más verdadero, supuesto el anterior fundamento, a
ella es la que completa a esta sustancia integr-a numéricamente, pues esta m~tena saber, que la diferencia individual ha de ser tomada solamente de uno de estos
sólo la inicia, y en cuanto de ella depende no inicia más ésta que otra. Asim.tsmo, dos principios. Hablamos, sin embargo.'! de la cosa misma en si, pues en cuanto
porque esta forma es· el más importarite principio del ser, y por c~nsigmente, a nosotros, que para el conocimiento p-artimos de las cosas materiales, la distin-
es también el más importante principio de distinción de esta sustancia respecto ción de los individuos se toma frecuentemente de la materia o de los accidentes
de las otras ; a!Iora bien, el mismo principio es el de la unidad que el del ente que siguen a la materia, como son la cantidad y otras propiedades; en
cambio en sí misma, igual que la diferencia se ha de tomar del principio sustan-
y el de su distinción con respecto de los otros; por tanto ...
cial y no del accidental, asi entre los mismos principios sustanciales se ha de tomar
Podrá decirse que la forma es el principio de distinción especifica, porque de aquél que es el priocipal y el más propio y el último constitotivo de la cosa
hace diferir formalmente; por consiguiente, no puede ser el principio de la dis- misma; y tal es la forma como ha sido mostrado. Asimismo es esto verdadero
tinción numérica, pues, de lo contrario, la distinción numérica seria formal y hablando del individuo de tal naturaleza o especie, en cuanto formalmente se
esencial. Se responde que la forma según su razón específica y esencial hace la constituye en ella.
diferencia específica y esencial, y que, en cambio, la forma individual según su Y a causa de esta razón dijimos arriba que el supuesto es uno numéricamente
entidad, hace la distinción entitativa y numérica. Pues Pedro y Pablo más difieren si tiene una subsistencia numérica, aun cuando la naturaleza no sea una, ya que el
entre si numéricamente porque tienen almas numéricamente distintas que porque constitutivo formal del supuesto es la subsistencia incomunicable.'! de la que se ha
tienen cuerpos distintos. Y con esto aparece clara la última parte de la conclusión de tomar solamente la razón de supuesto individual como tal; y por el contrario,
que se prueba ya suficientemente por el común modo de hablar, a que nos hemos dijimos que la unidad y la diferencia individual de la cosa singular, en cuanto
referido antes, pues absolutamente se juzg-a el mismo hombre no sólo según la constituida bajo tal especie o esencia sustancial, ha de ser tomada de la naturaleza
apariencia, sino también según la verdad, el que tiene la misma alma numérica, sustancial, que formalmente constituye tal individuo. De este modo decimos,
aun cuando el cuerpo haya sido cambiado. La razón de ello está en que absolu- por consiguiente, a!Iora que la diferencia individual de este hombre concebido
formalmente en cuanto que es un individuo de la especie humana, se toma de
intrinsece includit; ergo variata unione in consequenter est etiam praecipuum princi-
aliquo variatur entitas, et consequenter uni- pium distinguendi hanc substantiam ab alüs; Ratio vera est, quia forma simpliciter cen- sunt quantitas et aliae proprietates; at vero
tas ipsius compositi; requiritur ergo ad per- sed idem est principium unitatis quod est setur constituere speciem, et similiter haec secundum se, sicut differentia sumenda est
fectam unitatem et indivíduationem; hac principium entis et distinctionis eius ab aliis; forma hoc individuum sub tali specie. a principio substantiali et non ab acciden-
ergo ratione posset etiam haec unio nume- ergo. Dices formam esse principium distinc- 17. Quaesitum.~ Responsio.- Sed quae- tali, ita inter ipsa substantialia principia,
rarf in his quae complent perfectum indivi- tionis specificae, quia facit differre formali- res an differentia individualis in rigore su- ab eo sumenda est quod praecipuum est
duationis principium ipsius compositi. Non ter; non ergo potest esse principium distinc- matur a completo principio, materia, scilicet, et magis proprium ac ultimum constituti-
est autem ita necessaria sicut materia et for- tionis numericae, alias distinctio numerica et forma, an vero ab altero tantum; narn vum ipsius rei; huiusmodi autem est forma,
ma, quia haec sunt simpliciter principia essen- esset formalis et essentialis. Respondetur for- auctores videntur frequentius sentire ab al- ut ostensum est. ltem est hoc verum, lo-
tialia talis compositi; unio vero est quasi mam secundum suam rationem specificam et tero tantum sumi; nam, cum haec diffe- quendo de individuo taHs naturae vel spe-
conditio requisita seu causalitas materiae essentialem facere differentiam specificam et rentia simplex sit, non videtur sumenda a ciei, prout formaliter in ea constituitur. Prop-
ac formae, ut dixi in II tomo III partís, essentialem, formam vera individuam secun- tato composito, neque a duplici principio ter quam rationem supra diximus supposi-
disp. XXXIV, sect. 2. Comparando etiam dum entitatem suam facere distinctionem partia,li sed ab uno tantum quod simplex turn esse unum numero, si unam numero
inter se materiam et fonnam, praecipuum entitativam et numeralem. Petrus enim et sit. Tamen differunt; nam quidam aiunt1 habeat subsistentiam, etiamsi natura una non
principium · est ---ronna;· -·noü-- tanm:rrr·-:r·especttr Paulus·--- magilr -- dífferunt inter se numero illud principium esse materiam, ut Caiet. et sit, quia formale constitutivum suppositi es1
naturae specificae, sumpta forma in specie, quia habent animas numero distinctas, quam alü; alii vero dicunt esse fonnam, ut Scotus; subsistentia incommunicabilis, a qua sola
sed etiam respectu huius individui, sumpta quia habent distincta corpora. Atque ex et in idem incUnat Durand. Et hoc poste• surnenda est ratio individualis suppositi ut
forma individua; quia haec forma est ma- bis patet ultima pars conclusionis, quae rius est verius, supposito priori fundamen- sic; e contrario vera diximus unitatem ac
xime propria huius individui, et quia illa satis etiam probatur ex communi modo to, scilicet, quod differentia individualis ab differentiam individuale¡:n rei singularis, ut
est quae complet hanc numero substantiam loquendi, quem supra notavimus; simpli- altero tantum ex bis principiis sumenda sit. constitutae sub tall speci€ vel essentia sub-
integram; nam haec materia solum inchoat citer eni,m censetur idem horno, non tan- Loquimur autem de re ipsa secundum se; stantiali, sumendam esse ex natura substan-
illam, et quantum est de se non magis in- tum secundum apparentiam, sed etiam se- nam quoad nos, qui ex rebus materialibus tiali, quae formaliter constituit tale indivi~
choat hanc quam aliam. Item quia haec for- cundum veritatem, qui habet eamdem nu- cognitionem sumimus, saepe distinctio indi- duum. Ad hunc ergo modum dicimus in
ma est praecipuum principium essendi, et mero animam, etiamsi corpus mutatum sit. viduorum ex materia sumitur, vel ex acci- praesenti differentiam individualem huiut
dentibus quae materiam consequuntur, ut hominis formaliter sumpti ut individuum
662 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección VII 663
esta alma. Pero, en cambio, si hablamos de este compuesto en cuanto aue es ·porque aquellas entidades, aunque sean forlnales, pueden ser enteramente seme-
perfectamente y por todas sus partes una unidad, se diría con más verdad que su iantes en la razón esencial, y entonces, aunque se distingan por sí mismas, sin
diferencia individual se toma toda de su entidad, y por ello de su principio físico embargo, la distinción es numérica, porque se da en la entidad y no en la razón
adecuado que incluye la materia y la forma, de tal modo que así también se veri- formal. Y se dice que se distinguen por sí mismas, no porque no sean semejantes,
ñque de todo aquel compuesto físico que se individualiza por sí ntismo o por sino porque una tiene de sí el no ser otra; y la semejanza no excluye la distin-
1!U propia entidad, pues por ella tiene la identidad absolutamente en sl y la ción, como se dirá después.
diversidad respecto de cualquier otro. Ni hay inconveuiente en que la diferencia,
que según el concepto metafísico es simple, es decir, no compuesta de género SECCION VII
y diferencia, se tome de la entidad o naturaleza física compuesta en cuanto que
¿DEBE TOMARSE DEL SUJETO EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN
es una y se concibe al modo de una naturaleza individual.
DE LOS ACCIDENTES?
18. Por qué se indimdualizan las sustancias espirituales completas.- Final-
mente, por lo dicho consta suficientemente qué es lo que hay que decir de las l. En esta cuestión pueden darse casi las ntismas opiuiones que se han refe-
sustancias inmateriales en las cuales se hallan también diferencias individuales rido en la sección precedente; sin embargo, puesto que la ntisma doctrina que
como mostramos, porque como en ellas no está más que la simple entidad sustan- ·se ha dado acerca de las formas sustanciales ha de ser aplicada proporcionalmente
cial completa, se ve claramente que en ellas no puede haber otro principio de :a las accidentales, puede esta materia resolverse brevísimamente añadiendo sólo
individuación más que la misma entidad de cada cosa, que de suyo es tal y por unas pocas cosas que son propias de los accidentes.
sí ntisma se distingue de las otras. En esto convienen todos los que admiten Suponemos, por tanto, según lo dicho en la sección 2, que en las formas ac-
que estas sustancias son individuales, sea cualquiera el modo como declaren la ·ddentales son necesarias las diferencias individuales, que son aquellas que las
individuación de las mismas. Y los que dicen que de suyo convienen a tal naturaleza formas individuales añaden a las razones específicas, de las cuales se distinguen
específica espiritual, con mayor motivo y a fortiori enseñan que se individualizan :al menos conceptualmente, porque la doctrina dada allí es general, y las razo-
por sus mismas entidades, como aparece en Capréolo, en su In ll, dist. 3; Caye- nes aducidas valen de todas las especies e individuos. Por lo cual sucede, hablan-
tano, y otros, I, q. 3, a. 3, q. 50, a. 4; Soncinas, XII Metaph., q. 49; Iavello, do de los principios metafísicos que constituyen y distinguen las cosas, que no
q. 25; Ferrariense, I cont. Gent., c. 21. En cambio, los que piensan que in- existe ningún problema acerca del principio de individuación de los accidentes;
cluso en los seres inmateriales la individuación se hace por la adición de una pero se da, efectivamente, en ellos la diferencia individual que es propia de cada
diferencia, piensan también necesariamente que ésta se ha de tomar de la misma uno, y que contrae la especie al ser de tal individuo. Queda sólo, por consiguien-
entidad sustancial del ángel en sí ntismo, pues no se ha de tomar de los acciden- te, investigar cuál es el fundamento físico y el principio de esta diferencia, y en
tes. Y tampoco hay otra cosa de donde pudiera tomarse; todas las cuales afirma- este sentido investigamos aquí el principio de individutÍción de los accidentes,
ciones han sido ya suficientemente probadas con lo dicho. igual que tratamos del de las sustancias. Y por ello no tenemos en este lugar nin-
Por lo que toca al argumento vulgar de que si estas sustancias se diferencian guna controversia con Escoto, quien con sus hecceidades (que no son otra cosa
por .sus enti~ades, necesariamente se diferenciarán formal y esencialmente, ya que las diferencias individuales) pensó que se ponía ya térntino a esta cuestión;
ha srdo solucronado en un caso semejante cuando tratamos de las otras formas. nosotros, pues, admitimos también estas diferencias; pero con todo, preguntamos
todavía cuál es la raíz física de tales diferencias.
est speciei humanae, sU111i ex hac anima. At esse al,iud principium individuationis prae-
vero, si loquamur de hoc composito, ut per- ter ipsam uniuscuiusque rei entitatem, quae entitates quantumvis formales, possunt esse esse differentias individuales) quas indivi-
fecte et omni ex parte unum est, verius di- ex se talis est, et per se ab aliis distinguitur. {)mnino símiles in ratione essentiali; et tuncr duae formae addant rationibus specificis, a
cetur differentiam individualem eius sumi Et in hoc omnes conveniunt qui has sub- licet seipsis distinguantur, nihilominus di.. quibus saltero ratione distinguantur; nam
ex tata entitate eius, atque adeo ex adae- stantias individuas esse fatentur, quacumque -stinctio est numerica, quía est in entitate, non doctrina ibi data generalis est, et rationes fac-
quato principio physico, quod materiam et ratione declarent individuationem earum, jn ratione formali. Dicuntur autem distingui tae de omnibus speciebus et individuis pro-
formam includit, ut hoc modo etiam de tato Qui autem dicunt de se convenire tali natu- seipsis, non quia similes non sint, sed quia cedunt. Unde fit, loquendo de principiis me-
1llo composito veri:ficetur, per seipsum, seu rae speci:ficae spirituaU, multo magis et a una ex se habet quod non sit alia; simili- taphysicis constituentibus et distinguentibus
per suam entitatem individuari; nam per fortiori docent per suas entitates individuari, tudo enim non excludit distinctionem, ut res, nullam relinqui quaestionem cjrca prin-
.illam habet identitatem simpliciter in se, et ut patet ex Capreol., In II, dist. 3; Caiet., :infra dicetur. cipium individuationis accidentis; est enim
diversitatem ab omni alio, Neque est in~ et allis, I, q. 3, a. 3, q. 50, a. 4; Soncin., in eis differentia individualis, quae in uno-
conveniens quod differentia, quae secundum. XII Metaph., q. 49; Iavell., q. 25; Ferrar., SECTIO VII quoque propria est et contrahit speciem ad
.conceptum metaphysicum simplex est, id est, I cont. Gent., c. 21. Qui vera censent etiam esse talis individui. Solum ergo restat quae-
non composita ex genere- et· differentia·;-- su.. lJTRUM PRINCIPIUM INDIVIDUATIONtS
-in rebus immate-iialibus individuationem fie~ rendum quodnam sit physicum fundamentum
matur ex entitate seu natura physice campo- .ACCIDENTIUM SIT EX SUBIECTO SUMENDUM
ri per additionem differentiae, necessario et principium huius differentiae, et hoc sensu
sita, quatenus una est, et per modum unius etiam docent illam esse sumendam ab ipsa l. In hac dubitatione iidem fere dicen- investigamus hic principium individuationis
individuae naturae concipitur. entitati substantiali angeli secundum se; ·di madi esse possunt qui in praecedenti accidentium, sicut de substantiis diximus. Et
18. Spirituales substantiae completae quo quia nec sumenda est ab accidentibus, ne- sectione relati sunt; tamen, quja eadem ideo nulla nobis est hoc loco controversia
individuentur.- Ultimo ex dictis satis con- que est aliud un de sumi possit; qua e om- .doctrina quae de fonnis substantialibus data cum Scoto, qui suis haecceitatibus (quae
stat, quid dicendum sit de substantiis imma- nia satis probata sunt ex dictis. Argumen- ·est, ad accidentales est proportionaliter appli- nihil aliud sunt quam differentiae individua-
terialibus in quibus differentiae etiam in- tum autem vulgare, quod si hae substantiae canda, ideo brevissime potest haec res ex- les) quaestionem hanc terminandam esse
.dividuales inveniuntur, ut ostendimus; unde, per suas entitates differunt, necessario diffe. Jlediri addendo pauca quae sunt propria censuit; nos enim etiam admittimus diffe-
cum in eis non sit, nisi simplex substantialis rant formaliter et essentialiter, iam est so- accidentium. Supponimus ergo, ex dictis in rentias illas; tamen ulterius inquirimus phy-
entitas completa constat in eis non posse lutum in simili de aliis formis. Nam illae sect. 2, in formis accidentallbus necessarias sicam radicem earum differentiarum.
F"-

~6:.:64:..:_· _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _D=-c.:isf'_'!!aciones metafísicas Disputación quinta.-Secci6n VII 665


2. Por tanto, sólo pueden referirse aquí dos opiniones. La primera es que forma accidental. En resumen, dice que cada cosa es formal e intrínsecamente·
los accidentes se individualizan por el sujeto. Asi lo enseña Santo Tomás, I, q. 29, una numéricamente (en cuanto al fundamento de la unidad o la negación que
a. 1, y q. 39, a. 3, y en el Opúsculo 29, al fin. Pero en el Quodl. VII, a. 19, dice la unidad) por aquello mismo por lo que es un ente actual en la naturaleza
restringe esta opinión y afirma que es verdadera en los demás accidentes menos o es apto para ser tal, pues todo ente tal es singular, como arriba se mostró; ahora
en la cantidad, que dice que no se individualiza por el sujeto, sino por el sitio, bien, toda cosa por su misma entidad es intrínseca y formalmente tal ente ac-
y que los demás accidentes se individualizan por el sujeto, o al menos por la tual; luego por la misma es algo singular e individual, luego también los acci-
cantidad. De ello infiere que aunque pueda la cantidad individual ser conservada dentes tienen esto.
por Dios sin sujeto, con todo no sucede así con la blancura o los demás acciden- Y se confirma porque el sujeto no puede ser principio de individuación de
tes que necesariamente requieren un sujeto, cuando menos la cantidad misma, los accidentes; luego sólo puede ser tal principio la entidad intrínseca de los
para hacerse individuos. Y de aquí que enseñe Santo Tomás con frecuencia mismos accidentes. El antecedente es claro, pues primeramente el sujeto no
que no pueden darse dos blancuras separadas y distintas sólo numéricamente, ya puede decirse principio intrínseco de individuación de los accidentes, en cuanto
que no tendrían por qué distingnirse, I, q. 50, a. 4, q. 75, a. 7. Y lo mismo componente intrinseco y directo del accidente, porque ahora no tratamos del
afirma y defiende Capréolo en In l, dist. 54, a. 2, conc. 2. 1 compuesto de sujeto y accidente, sino de la misma forma accidental, que consta
Los fundamentos de esta opinión son los mismos que se adujeron antes para l que no se compone intrínsecamente del mismo sujeto, ni el sujeto de este modo
probar que la forma sustancial se individualiza por la materia signada. Y se '~ es su principio intrínseco. A su vez, tampoco el sujeto puede decirse principio
confirma, en primer lugar, porque los accidentes tienen todo su ser en orden al individualizante de los accidentes, como término de la relación o de la aptitud
sujeto; luego han de tener la individuación por el sujeto, pues cada cosa debe de tal accidente para informar tal sujeto; en primer lugar, porque respecto de!
individualizarse por los mismos principios por los que tiene el ser. En segundo mismo sujeto numérico pueden dos accidentes, sólo numéricamente distintos, te-
lugar, porque si los accidentes no se individualizasen por el sujeto, podrían va- ner aptitud para informarle; luego aquellas aptitudes no pueden distinguirse
rios accidentes sólo numéricamente diversos recibirse en un mismo sujeto, ya numéricamente por el sujeto; luego se distinguen por sí mismas. En segundo
que, no obstante la identidad del sujeto, podrían tener entre sí distinción, en lugar, esto urge más aún acerca de algunos accidentes, que según su relación pecu-
virtud de la cual no podría señalarse ninguna razón de esta repugnancia; sin liar no descansan en el sujeto, sino que dicen referencia a él, o de algún modo
embargo, vemos que no puede el mismo sujeto recibir dos blancuras o dos calo- llevan a él, como son las relaciones, los actos, hábitos y semejantes; por consi-
res; por consiguiente, toda la razón de esto estriba en que se individualizan por- guiente, si el accidente se dice que se individualiza por el sujeto, porque natural-
el sujeto, y por ello, dado que se reciben en el mismo sujeto, son uno y no dos. mente dice referencia a él, ¿por qué estos accidentes no se diría más bien que
3. Opinión de otros.- La segunda opinión es que cada forma accidental se individualizan por los últimos términos a los que naturalmente se· refieren,
se individualiza físicamente por sí misma, en cuanto que es tal entidad actual principalmente siendo así que toman de ellos según sus razones comunes, sus
o aptitudinal, y que no tiene otro principio intrínseco de individuación más que propias razones esenciales o especificas? En tercer lugar, porque se dice sin
su misma entidad. Así se toma de la opinión de Durando, tratada antes; y todas fundamento que este accidente numérico tiene natural coadaptación y relación
las razones que adujimos de la forma sustancial prueban lo mismo sobre la solamente hacia este sujeto, pues, aunque quizás a través de las causas naturales.

2. Duae igitur opiniones tantum hic re- totum suum esse in ordine ad subiectum; bant ídem de forma accidentali. Et summa cum eius. Rursus nec subiectum potest
ferri possunt. Prior est accidentia individua- ergo individuationem habere debet a subiec- est} quia unaquaeque res per illud ídem for- dici principium individuans accidens tam-
ri per subiectum. Ita docet D. Thom., 1, to, nam unaquaeque res individuari debet maliter et intrinsece est una numero (quoad quam terminus habitudinis seu aptitudinis
q. 29, a. 1, et q. 39, a. 3, et Opuse. 29, in ex eisdem principiis a quibus habet esse. Se- fundamentum unitatis seu negationis quam talis accidentis ad informandum tale sub-
fine. Sed Quodl. VII, a. 19, limitat hanc cundo, quía si accidentia non individuaren- dicit unum), per quod est ens actu in re- iectum; primo, quía respectu eiusdem
sententiam dicitque esse veram in aliis acci- tur a subiecto, possent plura accidentia solo rum natura, vel aptum ut sit huiusmodi; subiecti numero possunt duo accidentia solo
dentibus praeter quantitatem, quam dicit, numero diversa in eodem subiecto recipi, quia omne tale ens est singulare, ut supra numero distincta habere aptitudinem ad
non ex subiecto, sed ex situ individuari, quía, non obstante ¡dentitate subiecti, ha- ostensum est; sed omnis res per suam informandum illud; ergo illae aptitudines
reliqua vero accidentia ex subiecto, saltem bere possent inter se distinctionem, unde entitatem est intrinsece et formaliter huius- non possunt distinguí numero ex subiecto;
ex quantitate. Unde infert, quamvis possit nulla posset ratio huíus repugnantiae assig- modi ens actu; ergo per eamdem est sin- ergo ex seipsis. Secundo hoc maxime urget
quantitas indivjdua conservari a Deo sine nari; videmus autem non posse ídem sub- guiare quid et individuum; ergo et acciden- de quibusdam accidentibus, quae secundum
subiecto, non tamen albedinem aut reliqua iectum duas albedines vel duos calores reci- tia hoc habent. Et confirmatur} quía subiec- habitudinem suatri non sistunt in subiecto,
accidentia, quae necessario requirunt sub- pere; tota ergo ratio huius est, quía a tum non potest esse principium individuans sed illud referunt vel aliquo modo in aliud
iecwm, saltem- quantitem---ipsam;--Ut fiant--in- subiecto -individuantur; -et ideo, hoc ipso- accidentia; ergo tantum esse potest huius- ducunt, ut sunt reJationes, actus} habitus
dividua. Hincque docet D. Thomas saepe quod in eodem subiecto recip¡untur sunt modi principium intrínseca entitas ipsorum et similia; si enim accidens dicitur indivi-
non posse dari duas albedines separatas et unum, et non duo. accidentium. Antecedens patet} quia impri- duad a subiecto, quia respicit illud naturali-
solo numero distinctas, quia non haberent 3. Aliorum opinio.__, Secunda opinio est~. rnis subiectum non potest dki principium ter, cur haec accidentia non dicentur potius-
per quod distinguerentur, 1, q. 50, a. 4, unamquamque formam accidentalem physice· intrinsecum individuationis accidentis} tam- individuari ab ultimis terminis quos natu-
et q. 75, a. 7. ldemque docet ac defendit individuad per seipsam, ut est talis entitas quam intrinsece et per se componens raliter respiciunt, maxime cum ab illis se-
Capreol., In I} dist. 54, a. 2, concl. 2. Fun- actu vel aptitudine, neque habere aliud in- accidens, quia nunc non agimus de com- cundum communes rationes sumant essen-
damenta huius sententiae sunt eadem quae trinsecum principium individuationis, prae- posito ex subiecto et accidente, sed de ipsa tiales se u specificas rationes suas? Tertio}
superius allata sunt ad probandum formam ter suam entitatem. Ita sumitur ex opinione accidentali forma} quam constat non campo- quía sine fundamento dicitur hoc accidens·
substantialem individuari a materia signata. Durandi supra tractata; et omnes rationes}. ni intrinsece ex ips_o subiecto, nec subiec- numero habere naturalem coaptationem et
Et confirmatur primo, nam accidens habet quas adduximus de forma substantiali~ pro- tum hoc modo esse principium intrinse- habitudinem tantum ad hoc subiectum;
666 Disputaciones metafisicas Disputación quinta.-Secci6n VIII _ _ _ _ _ _ _ _ _ 667
~ólo pueda ser hecho en él, sin embargo, él ~ismo es de por ~í apto para informar cantidad es el principio de individuación, y pueden representar un obstáculo para
a cualquier sujeto capaz de tal accidente, Igual que contranamente puede suce- la primera parte de la sentencia propuesta por nosotros, han sido ya suficiente-
der que este sujeto no pueda tener naturalmente más que esta. blancura. o. esta mente recorridos y solucionados en la sección precedente. Porque la primera con-
<:antidad, y, sin embargo, no por ello. se ha de entender su c~pacidad tan limitada firmación sólo prueba que el accidente tiene su individuación en orden al sujeto
·de sí y tan determinada a este accidente que no sea suficiente. de por sí para y que depende naturalmente de él, pero no que la individuación del sujeto sea
recibir otros accidentes semejantes. Finalmente, puede esto rmsmo defenderse el principio intrínseco de individuación del accidente. En cambio, en la segunda
con todas las razones que dimos acerca de la fonna sustancial. confirmación, lo mismo que en los fundamentos de la última sentencia, se pre-
senta la duda común que no puede ser aquí pasada por alto, aunque pide para sí sola
Resoluci6n de la cuesti6n una cuestión propia.
4. Esta controversia se puede conciliar y defiuir con la distinción ante~ ~­
$inuada. Dijimos, efectivamente, que podíamos hablar doblemen~e del prn~c;t­
pio de individuación: en primer lugar, en orden al ser y a la prop;a constitucion SECCION VIII
de la cosa en sí misma. En segundo lugar, en orden a la producción, en cua_nto ¿RESULTA CONTRADICTORIO QUE DOS ACCIDENTES, CUYA DIVERSIDAD ES SÓLO
que el agente queda determinado a producir un individuo distinto, ~ ~ realizar NUMÉRICA, SE DEN SIMULTÁNEAMENTE EN EL MISMO SUJETO
uno más que otro, y, por consiguiente, en orden a nuestro conoclffilento, en POR RAZÓN DE SU INDIVIDUACIÓN?
cuanto que sensiblemente (por. decir~o así) podemos di~tinguir. u:'o de o~o. Se-
gún la primera forma de constderactón -que es la mas a pr-wrz y la mas pr~­ l. Que accidentes diferentes sólo numéricamente, estén en el mismo sujeto
pia de esta ciencia---, es verdadera la última opinión, que enseña que .los a~ct­ puede suceder de dos maneras, a saber, simultáneamente o sólo sucesivamente;
dentes tienen su individuación y distinción numérica no de parte del suJeto, smo una y otra cosa está puesta en controversia, pero en la presente sección sólo
de sus propias entidades, oomo prueban suficientemente las razones propuestas, trataremos de la primera.
tanto aquí como en la sección precedente, y se verá más claro aún e? la .so-
lución de las dificultades. En cambio, según la segunda forma de conSideración Se trata la primera opini6n
-que es más física y a posteriori-, puede decirse que los. , accidentes rec~be~ 2. Está, pues, en controversia la primera opinión que niega que puedan dar-.
su individuación del sujeto como de raíz o más bien de ocaswn de su multipli- se simultáneamente en el mismo sujeto no sólo los accidentes pertenecientes a
cación y distinción. Sin embargo, esto no se a~rm.a del sujeto t~mado esc_ueta- la misma especie, sino tambü!n los de diversas especies, si están contenidos bajo
mente, sino que se ha de entender con la aphcaci?n ?e otras , circunsta.ncms o el mismo género próximo. Puede verse en Santo Tomás, ·r, q. 85, a. 1, donde
condiciones necesarias para la acción, como se explicara con mas comodidad en afirma que es imposible que el mismo sujeto sea perfeccionado al mismo tiempo
la solución de las dificultades. por varias formas de un género y de diversas esp·ecies, igual que es imposible
S. Por consiguiente, los fundamentos de la primera opinión, en cuanto que que el mismo cuerpo según lo mismo, sea coloreado al mismo tiempo con dí-
.son las mismas razones con que suele probarse que la materia signada por la versos colores, o configurado con diversas figuras. Y en la q. 8 De Veritate, a. 14,
explica esto acerca de las formas existentes en acto perfecto. Esta exposición la
nam, licet fortasse per naturales causas in consequenter in ordine ad nostram cogni- admiten comúnmente los tomistas y así resuelven las dificultades acerca de va-
solo illo fieri possit, nihilornlnus tamen ip- tionem quatenus sensibiliter (ut sic dicam)
sum de se apturn est ut informet quodvis distinguere possurnus unum ab alio. Priori
igitur consideratione (quae maxime a prio- tate· esse principium individuationis, et re- dere potest, scilicet, simul vel tantum suc-
subiectum capax talis accidentis; sicut e
ri est, et maxime propria huius scientiae), vera pugnare possunt priori parti sententiae a cessive; et utrumque est in controversia
contrario accidere potest ut hoc subiectum
non possit naturaliter habere nisi hanc al- nobis positae, satis tractata sunt et expedita positum, et in praesenti sectione solum
est posterior sentencia, docens accidentia non seccione praecedenti. Prima vera confirma-
bedinem vel hanc quantitatem, et tamen ex subiecto, sed ex propriis entitatibus ha- priorem tractamus.
non propterea capacitas eius intelligenda est tia solum probat accidens habere suam in-
bere suam individuationem et numericam
ita ex se limitata et determinata ad hoc dividuationem in ordine ad subiectum ab
distinctionem, ut satis probant raciones fac- eoque naturaliter pendere, non tamen quod Prima opinio tractatur
.accidens ut non sit de se sufficiens ad simi- tae, tam hic quam sectione praeced., et
lia accidentia recipienda. Denique hoc ipsum individuatio subiecti sit principium intrin- 2. In qua est prima opinio, quae non
patebit ampllus ex dicendis in solutionibus secum individuationis accidentis. In secun-
suaderi potest omnibus rationibus quas de argumentorum. Posteriori autem considera- solum de accidentibus eiusdem speciei, sed
.da vero confirmatione et in fundamentis etiam diversarum specierum, si sub eodem
-forma substantiali fecimus. tiene (quae magis est physica et a posterio- posterioris sententiae petitur commune du- genere proximo contineantur, negat posse
ri)- -dici- -poss-unt---acddentia accipere in~vi­ bium, quod hoc loco praetermitti non pot- simul esse ín eodem subiecto. Videatur D.
Quaestionis resolutio duationem ex subiecto tamquam ex radice, est, suam tamen propriam quaestionem Thom., l, q. 85, a. 1, ub¡: Impossibile
4. Haec controversia distinctione supra seu occasione potius multiplicationis et di- postula t. (inquit) est idem subiectum perfici simul
insinuata dirimenda est et definienda. Di- stinctionis eorum. Hoc tamen non de subiec- pluribus formis unius generis et diversa-
ximus enim dupliciter posse nos loqui de to nude sumpto, sed adhibitis aliis circum- SECTIO VIII rum specierum, sicut impossibile est quod
-principio individuationis: primo, in ordine stantüs vel conditionibus ad actionem neces- idem corpUJS secundum idem simul colore-
oad esse et ad propriam rei constitutionem sariis intelligendum est, ut in solutionibus AN REPUGNET DUO ACCIDENTIA SOLO
NUMERO DIVERSA ESSE SIMUL IN EODEM tur diversis coloribus veZ figuretur diversis
secundum se. Secundo, in ordine ad pro- argumentorum commodius explicabitur. fíguris. In q. autem 8 de Verü., a. 14, id
5. Fundamenta ergo prioris opinionis, SUBIECTO OB EORUM INDIVIDUATIONEM
<luctionem, quatenus determinatur agens ad declarat de formis existentibus in actu per-
distinctum individuum producendum, vel ad quatenus eadem sunt cum rationibus qui- 1. Accidentia solo numero differentia fecto. Quam expositionem amplectuntur
.efficiendum unum potius quam allud, et bus probari soJet materiam signatam quanti- esse in eodem suoieCto duobus modis acci- communiter thomistae, et ita solvunt ar-
Disputaci6n quinta.-<Sección Vlll 669
Disputaciones metafísic~ ------------------------------~
668
para la cuestión de que aqui tratamos que dO-s· accidentes según su ser real, ten-
rias especies inteligibles o sensibles que estén contenidas bajo el mismo género gan al mismo tiempo su acto completo de información en el mismo sujeto. Y el
próximo (como son las especies de hombre y de caballo), y que existao simultá- mismo argumento puede darse acerca de los hábitos de las virtudes morales o de
neamente en la misma potencia; y de dos ciencias, por ejemplo, o dos virtudes las ciencias en las que no tiene explicación tal distinción del ser real e inteligible.
morales o teológicas, que a pesar de que difieren en especie y están contenidas Y con esto puede extenderse también el argumento a los actos, pues no habrá
bajo el mismo género próximo pueden estar, al mismo tiempo, en la mism~ po- dificultad en que existan al mismo tiempo, cuanto depende de ellos mismos o de su
tencia, incluso con su intensidad perfecta, pues de todas estas cosas y demas se-. potencia receptiva, si no falta la virtud activa que pueda hacerlos simultánea-
mejantes dicen que están simultáneamente sólo en acto incompleto, ya que están mente, porque por lo demás, no existe mayor repugnancia entre los actos que
al mismo tiempo sólo en acto primero o en hábito, pero no en acto segundo. entre los hábitos de un mismo género, si por otros motivos no son contrarios.
3. Pero, verdaderamente, tal opinión en toda su generalidad es difícil de 4. Y asi tambi~n se soluciona la cuestión que Santo Tomás insinúa en la
mantener absoluta y simplemente. En primer lugar, porque no se puede dar una referida cuestión 8 De Veritate, a saber, que los actos de un mismo género se
razón suficiente acerca de ella, pues como bien objetó Escoto, Jn 1, dist. 3, q. 6, refieren a la misma potencia, y constituyen su término; y no puede una misma
§ Aal quaestionem igitw·, en los ejemplos que adujo arriba Saoto Tomás pre- potencia quedar terminada simultáneamente por varios actos. Hay que respon-
cisamente no pueden aquellos accidentes diferentes en especie estar al mismo der, pues, que ~sto es verdadero en los actos adecuados a una misma potencia,
tiempo, porque incluyen alguna oposición en orden al sujeto, pues siempre dos pero no en los madecuados; y como en el caso presente una especie o un hábito
colores se oponen o como contrarios extremos, o como extremo y medio, o como no es el adecuado acto primero del entendimiento, porque no le perfecciona en
más próximos a uno de los extremos; también las figuras incluyen repugnan- orden a su objeto adecuado, por ello pueden existir en él varios al mismo tiempo
cia en el sitio o en la rectitud y oblicuidad o en otra cosa semejante, pues no es aun cuando sean del mismo género, hasta que le perfeccionen de modo íntegro ;
preciso que todos los accidentes específicamente diferentes tengan la misma opo- comp~eto. Y lo mismo habrá que decir de cualesquiera formas accidentales. Como,
sición con relación al sujeto. Además, no urge mal Durando, In 11, dist. 3, por e¡emplo, del calor y de la sequedad, que aun cuaodo quizás convengan en el
q. 8, el argumento acerca de las especies inteligibles (aun cuaodo use mal del género próximo, pued~n estar al mismo tiempo en el mismo fuego, porque nin-
mismo para negar las citadas especies inteligibles); objeta, por consiguiente, guna de las dos cualidades llena por sí la natural capacidad del fuego, ni la
que, aunque el entendimiento no entienda actualmente, hay varias especies pasiva que tiene en razón de la materia, ni en cierto modo tampoco la activa
completas y perfectas, cuanto al acto de informar, pues la operación actual nada que tiene en razón de la forma por natural dimanación. Por consiguiente, par~
tiene que ver con el ser completo de la forma. Responde Cayetano en I, q. 85, que sea verdadera en algún sentido aquella proposición de Santo Tomás, se ha
a. 4, que ello es verdad tratándose de las especies en su ser real, pero no en su de ~ntender .acerca de las formas que completa y adecuadamente actúan la po-
ser inteligible. Pero prescindiendo de que esto es cometer una cierta petición de tencia del su¡eto en tal género_ o razón, como se verá mejo.r por lo que tenemos
principio en la cuestión que allí se disputa, a saber, si puede el entendimiento que decir aún. Pues esta opinión que hemos tratado hasta ahora no se funda
tener al mismo tiempo varios actos de inteligencia, porque, como él mismo ex- en la individuación de los accidentes y, por elJo, no se referia a la presente
pone, que aquello sea inteligible no es otra cosa sino que actualmente mueva a la cuestión; con todo, necesariamente había que darla por anticipado, sea para
potencia a la actual consideración; omitiendo, pues, como digo, todo esto, basta complemento de la doctrina, sea porque aporta claridad a lo que diremos después.
quod duo accidentia secundum suum esse est adaequatus actus primus intellectus, quía
gumenta de pluribus speciebus intelligibili- tes magis ad alterum extremorum; figurae reate simul habeant actum informandi com- non perficit illum in ordine ad adaequatum
bus seu sensibilibus sub eodem proximo etiam includunt repugnantiam in situ aut pletum in eodem subiecto. Et idem argu- obiectum eius; et ideo possunt in eo simul
genere contentis (ut sunt species hominis in rectitudine et obliquitate vel aliqua re mentum fieri potest de habitibus virtutum plures esse, etiamsi sint eiusdem generis,
et equi) in eadem potencia shn.ul existen- simili; non est autem necesse omnia acci- moralium aut scientiarum, in quibus non donec integre et adaequate ipsum perficiant.
tibus, et de duabus scientiis, verbi gracia, dentia specie differentia habere huiusmodi habet locum illa distinctio de esse reali aut Et idem dicendum erit de quibuscumque
vel duabus virtutibus moralibus vel theolo- oppositionem respectu subiecti. Deinde non intelligibili. Et ex ltis potest extendi ~rgu­ formis accidentalibus. Ut verbi gratia, ca-
giéis, quae, cum specie differant. et sub eo- male urget Durand., In II, dist. 3, q. 8, mentum etiam ad actus; non enim repug- lor et siccitas, quamvis fortasse conveniant
dem proximo genere contineantur, simul argumentum de speciebus intelligibilibus nabit eos esse simul, quantum est ex parte in genere proximo, possunt in eodem igne
esse possunt in eadem potencia, etiam cum (quamvis ipse male illo utatur ad negandas ipsorum aut ex parte potentiae receptivae simul esse, quia neutra illarum qualitatum
perfecta intensione; haec enim et similia di- species intelligibiles); argumentatur igitur, si non desit virtus activa quae possit si~ per se implet capacitatem naturalem ignis,
cunt esse simul solum in actu incompleto, quia, quamvis intellectus actu non intelligat, mul illos efficere, quia in reliquis non est neque passivam, quam habet ratione ma-
quia solum sunt simul in actu primo seu species piures sunt perfectae et completae, teriae, neque quodammodo activam, quam
maior repugnantia inter actus quam inter
in habitu, non in actu secundo. quantum ad actum infonnandi; nam ac- habet ratione formae per naturalem dima-
tualis operario nihil refert ad esse comple- habitus eiusdem gener.\s, si alias non sint
3. Sed rev(!ra_ . ciifficile est ()pi.rl_ionem contrarii. natione-m. Propositio ergo illa D. Thomae,
hanc in ea generalitate simplidter et ~ aOSolu- tuin fOimile. · ReSpOridet Caiet., I, q. 85, a. 4, ut aliquo sensu vera sit, intelligenda est de
te sustinere. Primo, quía non potest suffi- hoc esse verum de speciebus in esse reali, 4. Et ita etiam solvitur ratio quam D.
Thomas .insinuat in dicta q. 8 de Verit. formis quae complete et adaequate actuant
ciens eius ratio reddi; ut enim bene Seo- non tamen in esse intelligibili. Sed, ut omit- potentiam subiecti in tali genere seu racio-
tus obiicit, In I, dist. 3, q. 6, § Ad quaestio- tam hanc esse quamdam petitionem princi- scilicet, quía actus eÁusdem generis respi~
ne, ut magis ex dicendis patebit. Haec enim
nem igitur, in exemplis quae D. Thomas pii in quaestione quam ~bi disputat, scili- ciunt eamdem potentiam et terminant illam; opinio, quae hactenus tractata est, non fun-
supra attulit, ideo illa accidentia specie dif- cet, an possit intellectus simul habere piures non potest autem simul eadem potentia plu- datur in individuatione accidentium, et ita
ferentia non possunt esse simul, quia in- actus intelligendi, quia ut ipsemet exponit, ribus actibus terminari. Respondetur enim non referebat ad praesente¡:n quaestionem;
cludunt aliquam oppositionem in ordine ad illud esse intelligibile nihil aliud est nisi hoc esse verum in actibus· adaequatis eidem tamen necessario praemittenda fuit, tum ad
subiectum; semper enim duo colores oppo- quod actu moveat potentiam ad actualem potentiae, non vera in inadaequatis; ut in complementum doctrinae, tum etiam quia
nuntur, aut tamquam extreme contrarü, aut considerationem; ut hoc (inquam) omittam, praesenti una species vel unus habitus non lucem affert ad ea quae dicemus.
sicut extremus et medius, aut sicut acceden- ad quaestionem de qua hic agimus satis est
670 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección Vlll 671
los demás filósofos, sino a la misma experiencia repugna abierta~ente, como·
Segunda opinión arriba se vió, y se verá más por cuanto se diga después; con todo, Imponen mu-
5. La segunda opinión, por consiguiente, es también extrema: ningunos. chas limitaciones y excepciones a la referida sentencia; pero, por ser s~empre
accidentes pertenecientes a la misma especie pueden estar al mismo tiempo en difícil elegir el camino medio y dar razón del mismo, al hacer tal excepción no
el mismo sujeto. Esta opinión se supone que es la de Aristóteles en el libro V se punen de acuerdo entre sí.
de la Metafísica, c. 10, text. 15, cuando afirma que difieren específicamente los
accidentes que estando en la misma sustancia tienen diferencias. Tratando . de Tercera opinión
esto, en la lec. 12 da Santo Tomás la razón general de tal aserto, porque es Im- 7. Por tanto, la tercera opinión es de los tomistas, que distinguen los acci-
po~ible que varios accidentes de la misma eSpecie estén en el mismo sujeto. Lo- dentes en acto completo o en acto incompleto; en efecto, niegan que pueda ha-
mismo enseña en 111, q. 35, a. 5, donde tampoco admite varias relaciones sólo ber simultáneamente en un sujeto accidentes del primer modo diferentes sólo nu-
numéricamente diversas en el mismo padre respecto de varios hijos, ni en el méricamente, a causa de las razones dadas y de la autoridad de Aristóteles y de
mismo hijo respecto del padre y la madre. Y as! generalmente defienden esta Santo Tomás, a los que interpretan en este sentido. En cambio, lo admiten del
opinión Capréolo, en In I, dist. 7, q. 2; Cayetano, en III, q. 35, a. 5; segundo modo. As! Cayetano, I, q. 95, a. 4. Más claramente Capréolo, In Il, dist. 3,
Herveo, Quodl. III, q. 9, e In Ill, dist. 8, q. 1; y alli mismo, Paludano, q. 2; q. 2, a los argumentos cont. 9 concl.; Iavello, V Metaph., q. 16. Todos ellos pa-
Soncinas, VII Metaph., q. 4, donde aduce muchas razones. Pero la principal se recen haberlo tomado de Santo Tomás, q. 8 De Veritate, a. 14, y parecen guiarse
toma de la individuación, pues la distinción en las formas es solamente o bien principalmente por el argumento de las especies intencionales, ya que no pueden
formal, que es la específica, o material por el sujeto, que es la num6rica según negar que varias de ellas diferentes sólo numericamente puedan estar en el mism()
Aristóteles en el III de la Metafísica, c. 3, y en el libro V, c. 6; luego, cuand<> sujeto, a saber, en el mismo entendimiento~ o en la misma fantasía, o en el mismo
no interviene ninguna de éstas, no puede haber distinción; por tanto, donde hay medio según la misma parte.
unidad específica del accidente en el mismo sujeto, no puede haber pluralidad 8. Pero primeramente, esta distinción no es suficiente, pues mostraremos
numérica. Se confirma porque, de lo contrario, por la misma razón por la que después que no sólo estos accidentes intencionales, sino también varios otros
podrían dos accidentes sólo numéricamente distintos estar simultáneamente en según todo su ser completo pueden estar simultáneamente en el mismo sujeto.
el mismo sujeto, podrían también multiplicarse hasta el infinito, porque no hay Además, acerca de estos accidentes intencionales recae nuevamente el argumento
mayor razón para una multitud que para otra; de lo cual se deduce que existen ya dado, a saber, cuál es la razón por la que se dice que están de forma incom-
en el mismo sujeto infinitas relaciones, y otros inconvenientes semejantes. pleta en su sujeto, si es porque no tienen eficiencia, o porque su información
6. Pem también es dificil mantener esta sentencia en toda su generalidad y no es plena; esto último es falso, ya que están según todo su ser; luego infor-
sin ninguna excepción, a causa de los varios ejemplos en los que parece que falla man. Y lo primero parece que nada tiene que ver porque el ser completo del
enteramente, como probaremos en seguida. Y por ello, aunque ningún autor en- accidente no consiste en la eficiencia, sino en la información. A esto se añade,
señe absoJutamente la sentencia contraria en extremo, a saber, que cualesquiera finalmente, que si estos accidentes no pueden estar en el mismo sujeto a causa
accidentes sólo numéricamente diferentes, de cualquier especie que sean pueden de la individuación, consiguientemente sucederá lo mismo sea que estén o no
estar al mismo tiempo en el mismo sujeto, pues ello, no sólo a Aristóteles y a en operación actual, ya que antes de operar tienen su individuación por el suje-
Secunda opinio subiecto, quae est numerica ex Arist., IIT rientiae aperte repugnat, ut supra tactum piures solo numero differentes possint esse
5. Secunda ergo opinio etiam extre~a
Metaph., c. 3; lib. V, c. 6; ergo ubi neutra est, et ex dicendis latius constabit; plures in eodem subiecto, scilicet, in eodem in-
est, nulla omnino accidentia eiusdem spe- istarum intercedit, non potest esse distinc- tamen exceptiones et limitationes adhibent tellectu, veJ in eadem phantasia, veJ in eo-
ciei posse simul esse in eodem subiecto. tio; ergo, ub~ est unitas specifica accidentis praedictae sententiae; quía vera difficile est dem medio secundum eamdem partero.
Quae existimatur esse Aristotelis, V Me- in eodem subiecto, non potest esse pluralitas mediam viam eligere et rationem eius red- 8. Sed imprimis haec distinctio non est
taph., c. 10, text. 15, dicentis illa acciden- numerica. Confirmatur, quia alias, qua ra- dere, ideo in hac exceptione facienda inter sufficiens : nam ostendemus inferius non
tia differre specie quae cum in eadem sub- tione possent duo accidentia solo numero se non conveniunt. solum haec accidentia intentionalla, sed
stantia sint, differentiam habent. Ubi D. diversa in eodem subiecto simul inesse, pos- etiam plura alia secundum totum suum esse
Thomas, lect. 12, generalero rationem red- sent etiam in infinitum multiplicari, quía completum, posse simul esse in eodem sub-
non est maior ratio de una multitudine T ertia opinio
dit illius assertionis, quia impossibile est iecto. Deinde de his accidentibus inten-
plura accidentia eiusdem speciei in eodem quam de alia; unde infertur esse in eodem 7. Tertia ergo opinio est thomistarum, tionalibus redit argumentmn supra facturo,
subiecto esse. Idem docet III, q. 35, subiecto infinitas relationes, et alia similia distinguentium de accidentibus in actu com- qua, scilicet, ratione dicantur esse incom-
a. S, ubi etiam ptures relationes solo nu~ incommoda. pleto vel incompleto; nam priori modo ne- plete in subiecto, an quía non efficiunt, vel
mero diversas non admittit in eodem patre 6. Sed difficile etiam est sententiam hanc gant posse simul esse in uno subiecto acci- quía non plene informant; h,oc posterius
respectu· plurium·--filiorum;---neque- in·- eodem in tota hac generalitate absque ulla ex- dentia solo numero differentia, propter ra- est falsum, quía secundum totum suum esse·
filio respectu patris et matris. Et ita gene- ceptione sustinere, propter varia exempla _in tiones factas et auctoritatem Aristoteli_s et insunt; ergo informant; primum autem vi-
raliter defendunt hanc opinionem Capreol., quibus plane videtur deficere, quae statlm D. Thomae, quos sic exponunt. Posteriori detur ímpertinens, quia completum esse
In I, dist. 7, q. 2; Caietan., III, q. 35, a. 5; afferemus. Et ideo, quamvis nullus aucto- autem modo id admittunt. Ita Caietan., I, accidentis non consistit in efficiendo, sed
Hervaeus, Quodl. III, q. 9, et In III, dist. rum sententiam extreme contrariam simpli- q. 95, a. 4. Clarius Capr., In II, díst. 3, q. 2, in informando. Accedit tandem quod, si
8, q. 1; ibi Pal.ud., q. 2; Soncin., VII Me- citer doceat, scilicet, quaecumque acciden- ad argumenta cont. 9 concl.; Iavell., V Me- haec accidentia non possunt esse in eodem
taph., q. 4, ubi piures rationes adducit. Sed tia solo numero differentia, cuiuscumque taph., ·q. 16. Qui videntur hoc sumpsisse ex subiecto propter individuationem, ergo idem
praecipua sumitur ex individuatione; nam speciei sint, posse símul esse in eodem sub- D. Thom., q. 8 de Verit., a. 14, et praecipue erit, sive sint in actuali operatione, sive non;
dístinctio in formis solum est aut forma- iecto; id enim non solum Aristoteli et videntur ducti argumento specierum inten- quia príusquam operentur, habent suam in-
lis, quae est specifica, aut materialls ex omníbus philosophis, sed etiam ipsi expe- tionalium; quía negare non possunt quin dividuationem ex subiecto; ergo, vel illa ra-
672 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.~Sección VIII 673

to; luego, o aquella razón no es adecuada o prueba igualmente que estos acci- -de las formas accidentales. Y por el mismo motivo, cosas enteramente semejantes
dentes no pueden distinguirse numéricamente en el ntismo sujeto, incluso mien- en un mismo accidente, se inmutarían unas a otras mutuamente, y multiplicarían
tras operan. en sí mismas a·ccidentes semejantes. Más aún, por idéntica o mayor razó~ la
cosa misma obraría sobre sí produciendo mediante un accidente otro seme¡ante
Cuarta opinión al mismo o si tiene ya dos, haría un tercero, y así hasta el infinito, cosas todas
que son ~nteramente falsas y absurdas. De lo cual se deduce que, incluso en tales
9. La cuarta opinión es que de los accidentes propios o que emanan intrín- mutaciones accidentales, el principio de ellas por parte del sujeto es la privación de la
secamente del sujeto no pueden existir varios diferentes sólo numéricamente en forma semejante; y por ello, tal mutación na tiende a la multiplicación de un
el mismo sujeto; pero, en cambio, sí que pueden estar simultáneamente los ac- accidente de la misma especie en el mismo sujeto.
cidentes que son comunes. Así, Janduno, V Metaph., q. 36. La razón de la pri-
mera parte es que la naturaleza huye de la superfluidad; por lo cual, al ser intrín-
seco a la naturaleza el accidente propio y bastar uno para la función y fin de Quinta opinión
la naturaleza, no se multiplica. Y de aquí se toma la razón de la segunda parte, 11. La quinta opinión establece la distinción de los accidentes que se hacen
pues como el accidente común adviene con frecuencia de un modo extrfnseco y por un movimiento propio y los que se hacen sin movimiento, y acerca de los
accidental, no repugna que se multiplique en el mismo sujeto, y así sucede que primeros niega que puedan estar simultáneamente en el mismo sujeto a causa de
varios calentamientos se hacen simultáneamente en el mismo leño por parte de la razón aducida de que el movimiento se hace desde un contrario hasta un
diversos fuegos. <:ontrario; en cambio, acerca de los últimos afirma que pueden simultáneamente
10. Pero esta sentencia, aunque sea verdadera en su primera parte, con todo estar en el mismo sujeto accidentes diversos sólo numéricamente. Esta opinión la
en cuanto a la segunda no lo es en su totalidad, porque ni varias blancuras ni refiere Fonseca, lib. V, c. 10, q. 1, sec. 1, y suele atribuirse a Escoto, Gabriel, Duran-
varios calores pueden estar al mismo tiempo en el mismo sujeto, a pesar de que do y otros en In Ill, dist. 8; con todo, Durando allí, en la q. 3, no dice nada de
son accidentes comunes. Ni lo que se dice de varios calentamientos· es verdadero, esto, sino que más bien, en la solución ad 1, de los accidentes absolutos sólo admite
pues cuando dos fuegos calientan un mismo leño en la misma parte, igual que ,que puedan estar en el mismo supuesto segón partes diferentes aquellos que son de
hacen un calor, hacen también un acto de calentar que procede de cada uno de la misma especie; de los relativos, en cambio, según los fundamentos diferentes.
ellos parcialmente y de los dos juntos como de causa total. Además, si aquella Gabriel, en cambio, en el mismo sitio, a. 3, duda 1, no se vale de ninguna dis-
regla fuese verdadera en general, se seguiría que dos ciencias de la misma especie tinción, sino que niega absolutamente que repugne que dos accidentes sólo nu-
y en orden al mismo objeto. podrían estar simultáneamente en el mismo sujeto, méricamente diferentes se hallen en el mismo sujeto. Y casi del mismo modo ha-
y de modo semejante dos templanzas diferentes sólo numéricamente, cosa que bla allí Escoto, q. única. Indica, sin embargo, que mediante la operación del agen-
no es probable. Finalmente se opone la razón general, porque incluso en las te natural no se lleva a cabo la multiplicación de cualidades de la misma clase
mutaciones extrañas y accidentales el agente extrínseco intenta asimilar a sí el en un mismo sujeto, porque el agente natural intenta perfeccionar una forma im-
paciente; y, por ello, si le halla ya semejante, no obra de nuevo sobre él, pues, perfecta preexistente, y por ello no induce una forma enteramente distinta, sino
de lo contrario, después que le hubiera asimilado a sí, una y otra vez obraría sobre algón grado o cuasi parte que une a la preexistente para perfeccionarla. Con lo
él y así seguiría la acción hasta el infinito, al menos en cuanto a la multiplicación

tio congrua non est, vel aeque probat haec marum accidentalium. Et eadem ratione, res autem affirmat posse simul esse in eodem
rem non est in universum vera, quía nec
accidentia non posse dístingui numero in piures albedines nec piures calores possunt -omnino similes in eodem accidente ad in- suhiecto accidentia solo numero diversa.
eodem subiecto, etiam dum non operantur. vicem mutuoque sese immutarent, et simi- Hanc opirúonem refert Fonseca, lib. V, c. 10,
simul esse in eodem subiecto, cum tamen
iia accidentia in seipsis muJ,tiplicarent. Im- q. 1, sect. 1, soletque tribui Scoto, Gab., Du-
haec sínt accidentia communia. Neque id mo, eadem vel maiori ratione, idem age-
Quarta opinio rand. et aliis, In III, dist. 8; tamen Du-
quod dicitur de pluribus calefactiorúbus ve- i'et in seipsum, per unwn accidens aliud
rum est, nam quando duo ignes ídem J_ig- rand. ibi, q. 3, rúhil de hoc dicit, sed po·
9. Quarta opinio est accidentia propria, num secundum earndem partem calefaciunt, simile in se producendo, vel, si iam ha- tius in solucione ad 1, in accidentibus abso-
seu quae intrinsece manant a subiecto, non beret duo, efficeret tertium, et sic in infini- lutis solum admittit ea quae sunt eiusdem
sicut efficiunt unum calorem, ita et unam
posse plura solo numero differentia esse tum, quae omnia sunt plane falsa et absur- speciei posse esse in eodem supposito se-
calefactionem, quae a singulis est partialiter,
in eodem; ea vero quae sunt accidentia et ab utroque simul ut a causa totali. Prae- da. Unde colligiur, etiam in his mutatiorú- cundum aliam atque aliam partem; in rela-
communia, posse simul esse. Ita Iandun., bus accidentalibus, principium earum ex tivis vero secundum aliud et a)iud funda-
terea, si regula illa esset generaliter vera,
V Metaph., q. 36. Ratio príoris partis est, parte subiecti esse privationem similis for- mentum. Gabr. autem ibi, a. 3, dub. 1,
quía natura abhorret superfluitatem; unde, sequeretur duas scientias eiusdem speciei et mae; et ideo hWusmodi mutationem non
in ordine ad idem obiectum, similiter duas nullam distinctionem adhibet, sed simplici-
cum accidens proprium sit intrinsecum na- tendere ad multiplicandum accidens eius- ter negat repugnare duo accidentia solo
turae, et- unum-----s-ufficia-t----ad--"-naturae-func-- temp!:!:rantias solo___ numero __ diversas posse si- dem speciei in eodem subiecto.
mul esse in eodem, quod non est probabile. numero differentia esse in eodem subiecto.
tionem et finem, non multiplicatur. Et hinc Et fere eodem modo loquitur ibi Scotus,
-sumitur ratio alterius partis; nam cum acci- Denique obstat ratio generalis, quía etiarn in Quinta opinio
extraneis et accidentalibus mutationibus quaestione unica. Indicat tamen per ope-
dens commune ab extrínseco et per acci- 11. Quinta opinio disr¡nguit de acciden- rationem agentis naturalis non fieri multi-
dens saepe proveniat, non repugnat multi- agens extrinsecum intendit assimilare sibi
passum; unde, si invenit simile, non ite- tibus quae fiunt per proprium motum vel plicationem qua).itatum eiusdem rationis in
plicari in eodem subiecto, et ita contingit quae sine motu fiunt, et de prioribus ne- eodem subiecto; quía naturale a gens inten-
piures calefactiones fieri simul in eodem rum agit in illud; aUas, postquam illud se-
gat posse simul esse in eodem subiecto, dit formam praeexistentem imperfectam per-
ijgno a diversis ignibus. me! sibi assimilaret, iterum atque iterum ficere; et ideo non inducit omnino aliam
propter racionero adductam quod motus fit
10. Sed haec sententia, _licet quoad prio- ageret in illud, et sic in infinitum procederet fonnam, se~ aliquem gradurn seu quasi
ex contrario in contrarium; de posterioribus
rem partero vera sit, tamen quoad posterio-- actio, saltem quoad multipijcationem for-
43
674 Disputaciones metafísicas Disputación quinta. Sección Vlll _________________,::6._-:75
.cual indica aquella distinción ac:rc~ ?e
los ac~identes ~que. se realizan con movi- otro distante la acción del otro, y en cambio, en el lugar intermedio no se impide
miento 0 sin él· y también )a msmua Antonio Andres, libro V Metaph., q. 8, la acción de ninguno; y así sucede que aparecen varias sombras. Y con esto se
pues dice que l~s accidentes relativos diferentes sólo numéricamente. p_ueden estar refuta fácilmente la primera distinción de los accidentes que se realizan mediante
en el mismo sujeto; en cambio, tratándose de los absolutos subd~stl~gue, pu:s el mov.imiento y ·sin él, pues si el movimiento se toma rigurosamente como movi-
algunos son educidos de la potencia del sujeto, Y. éstos no se m~llphcan nume- miento sucesivo que parte de un contrario, por ejemplo de la luz consta que
ricamente en un mismo sujeto; otros, en camb1o, no son eductdos y pueden es falso en su última parte, pues la luz no se hace por un movimiento, sino por
multiplicarse. y uno de éstos piensa que es la luz, acerca .de la cual prete~den mutación instantánea, ni se hace partiendo de un término positivo contrario, sino
los perspectivistas que dos focos hacen dos luces e~ una llliSma parte. del su¡eto, de uno privativo, y con todo no puede multiplicarse en el mismo sujeto. Asimismo
ya que producen dos sombras, y porque desaparecido un foco se extmgue en el aquélla parece una distinción muy accidental; pues ¿qué tiene que ver para esta
aire una de las luces y la otra permanece. . distinción numérica o para la identidad de los accidentes que se hagan por movi-
12. Todos los accidentes inherentes en un sujeto se educen de su potenCla.- miento o por mutación? Porque la distinción de los accidentes no se toma de
Pero estas cosas en parte son falsas y en parte no satisfacen. ~ para empezar. por allf, sino de sí mismos o del sujeto. Y si el sujeto está solamente en potencia para
esto último es falso que existan algunos accidentes en un suJeto que del mismo· un calor que se hace sucesivamente, ¿por qué no se dirá que está solamente en
modo que ~e hacen en él, no sean educidos de su potencia, ya que todos depen- potencia para una luz, aunque se haga simultáneamente? O, por el contrario,
den del sujeto en el ser y en el hacerse, y especialmente acerca de la luz es claro- si está en potencia para varias luces, ¿por qué no estará también en potencia
que se educe de la potencia del sujeto; en efecto, ni es creada, ni se hace sólo para varios calores? Y si se dice que en las cosas que se hacen sucesivamen-
en el sujeto, sino del sujeto, concurriendo, concretamente, el aire en el género d_e- te el agente no pretende inducir un accidente nuevo, sino perfeccionar el
causalidad material para su producción. Es falso tambi~n que las luces se mulu~ preexistente, lo mismo se diría de la luz y de cualquiera otra cualidad se-
pliquen numéricamente en un mismo sujeto; ni hay experiencia alguna con la mejante, que igual que se produce instantáneamente partiendo de la pri-
que tal cosa pueda probarse, pues la experiencia sólo enseña que en igualdad de vación opuesta, así también puede intensificarse en un instante, a partir de la
circunstancias hacen más dos focos sobre una misma parte que uno solo; pero privación de tal intensidad. Por lo cual también aquí tiene lugar la razón que se
ello no. se debe a la multiplicación de las luces, sino a la mayor intensidad de una tomó arriba de Escoto, porque no sólo el movimiento sucesivo, sino toda acción
misma luz, de lo que resulta que quitado un agente, incluso en aquella misma natural del agente es para asimilar a sí al paciente; y por ello no obra sobre uno
parte a la que llega la acción de uno y no la del otro, aparezca menor el efecto, ya semejante, sino que requiere en el paciente la privación, como principio de su
no porque se extinga una luz y permanezca la otra, sino porque se produce una acción; por consiguiente, cuando la luz está en el aire como cuatro grados y se
más tenuemente y se conserva asf. Y de aquí viene también el que a veces re- aplica un nuevo foco luminoso, no obrará en el aire en cuanto que es semejante
sulten dos sombras, porque la sombra no es otra cosa que la carencia o disminu- a sí en cuatro grados, sino más bien en cuanto que es desemejante en los grados
ción de la luz, y con frecuencia sucede que interpuesto un cuerpo entre dos focos: ulteriores; por consiguiente, vale la misma razón para los accidentes que se rea-
luminosos distantes entre sí, en un lugar impide la acción de uno de ellos, y en lizan por la mutación o el movimiento.
13. Y si el movimiento en tal distinción no se toma con tanto rigor, sino que
parrem quam uni.r praeexlstenri ut illam subiecto in fieri et in esse, et specialiter- comprende también la mutación, de tal modo que el sentido sea que aquellos
perficiar. In quo significar distinctionem de lumine constat educi ex potentia subiecti; accidentes que se hacen por sí por una acción propia no se multiplican en el
illam de accidentibus quae fiunt per mo~ nori enim creatur, nec solum in subiecto.
tum vel sine illo. Quam eriam insinuat Ant. fit, sed ex subiecto, concurrente scilicet aere,. stante actionem alterius, in loco autem in- calores? Quod si dicatur, .in his qua e suc~
Andr., V Metaph., q. 8. Dicir enim rela- verbi gratia, in genere causae materialis ad termedio neutrius actio impediatur; et inde cessive fiunt, agens non intendere inducere
tiva accidentia solo numero differentia pos- effectionem eius. Falsum est etiam 1umina: fit ut piures umbrae appareanr. Et bine novum accidens, sed perficere praeexistens,
se esse in eodem; de absolutis vero subdi- multiplicari numero in eodem subiecto; ne- confutatur facile prima distinctio de acciden- ídem dicetur de lumine et quacumque alia
stinguir, nam quaedam educuntur de poten~ que est ulla experientia qua id probari pos-· tibus quae fiunt per motum vel sine illo; simili qualitate, quae sicur fir in instanti ex
tia subiecti, er haec non multiplicantur nu- sit; nam solum docet experientia caeteris-- nam, si motus sumatur in rigore pro motu privatione opposita, ita eriam potesr intendi
mero i,n eodem subiecto; alía vero non edu- paribus, plus agere duo luminosa in eadem successivo, qui fit ex contrario, exemplo in instanti ex privatione tantae intensionis.
cuntur, er haec possunt multiplicari. Et parte quam alterum tantum; sed id non luminis consrar esse falsam posreriorem par- Unde hic etiam locum habet ratio supra
huiusmodi putat esse lumen, de quo per- est proprer multiplicationem luminum, sed tero; nam lumen non fit per motum, sed tacta ex Scoro, quia non solum motus suc-
spectivi contendunt a duobus luminosis duo proprer maiorem inrensionem eiusdem lu- per mutationem insrantaneam, nec fit ex cessivus, sed omnis actio naturalis agentis
lumina produci in eadem parte subiecti, minis, ex quo fit ur, ablato uno agente, vet termino positivo contrario, sed ex privativo, est ur passum reddat sibi simile; et ideo
quia duas umbras efficiunt, et quia abla- in ea parte ad quam pervenit unius actio, et tamen multiplicari non potest in eodem non agir in simije, sed requirit in passo
to uno luminoso allquod lumen in aere et non alterius, minar appareat effectus, non subiecto. ltem illa distinctio videtur valde privationem ut principium suae actionis;
corrumpitur et aliquod--- -manet.~-~-------- - quia unum -lumen--corrumparur et maneat per accidens; quid enim refert ad hanc quando ergo lumen est in aere ut quatuor,
12. Omnia accidrmtia subiecto inha·eren- aliud, sed quia idem remissius fiar et con- numericam distinctionem vel identitatem et applicatur novum luminosum, non aget
tia de eius potentia educuntwr.~ Sed haec servetur. Et hine est etiam ut interdum re- accidentium quod fiant per morum vel per in aerem quatemJs sibi sirnile est in quatuor
partim falsa sunt, partim non satisfaciunr. sultent duae umbrae, quía umbra nihil aliud· mutarionem? Quia distincrio accidentium gradibus, sed potius quatenus esr dissimile
Et, ut ab hoc ultimo incipiamus, falsum esr quam carentia vel diminutio luminis, et non inde sumitur, sed vel ex seipsis vel in ulterioribus gradibus; est ergo eadem ra-
est aliqua esse accidentia in subiecto quae saepe fit ut, inreriecto uno corpore duobu:s ex subiecto. Quod si subiectum est tantum tio accidentium, quae per mutationem vel
eo modo quo in eo fiunt, de eius potentia luminosis inter se distanribus, in uno loco- in potentia ad unum calorem qui· successive per motum fiunr.
non educantur 1, quia omnia pendent a ímpediat actionem unius, et in alio di- fir, cur non dicetur etiam esse rantum in 13. Quod si motus in ea distinctione
potentia ad unum lumen, licer simul fiat? non in eo rigore sumatur, sed ut compre-
1
De hoc latius disp. IV. Vel e contrario, si esr in porentia ad plura hendir mutationem, ita ut sensus sir ea
lumina, cur non erit in potentia ad piures accidentia quae per se fiunt per propriam
676 Disputaciones metaflsicas
---------------~:_:_: Disputación quinta.-Sección VJII ~-----
677
sujeto numericamente, y que otros, en cambio, se multiplican, así puede también mismo ~ujeto, ,Y sobre ellos explica en la concl. 4 el dicho de Aristóteles, que en
impugnarse la distinción: en primer lugar, porque se da a través de cosas que son tal sentido enuende que es verdadero universalmente y sin excepcíón. Pero añade
muy extrínsecas y accidentales para la distinción numérica de los accidentes. En ~espués que, de los ~ccidentes que son susceptibles de intensidad y remi-
segundo lugar, porque ninguna de las dos partes parece que es constante, pues las sión, sea que se adqrneran por movimiento o por mutación unida al movi-
especies sensibles se hacen por propia acción y a pesar de todo se multiplican miento, o. de otro n;odo cu~lquiera, es menester que se den varios de la mis-
numéricamente en la misma parte del medio; el sonido también parece que se ma. espec1e en _el m1smo SUJeto. Con lo cual parece que limita la opinión an-
hace por si con propia acción, y, sin embargo, se multiplica numéricamente en el ter~or a los acctdentes que sufren aumento y disminución; y así la sentencia an-
mismo sujeto, como parece probar la experiencia, pues oímos la armonía de varias teriO.r no es totalmente general, tal como dice en la conclusión cuarta. Pero ni
voces en un mismo tiempo y a través del mismo medio, lo cual no podría suceder siqmera con ~que~a Ii~tación parece en general verdadera dicha sentencia, por-
si los sonidos no fuesen diversos. Pero, contrariamente, la figura no se hace esen- que las. e~pec1es mten~IOnales. pueden intensificarse y remitirse, y, sin embargo,
cial y primariamente por el movimiento y, sin embargo, no puede multiplicarse nu- s~ mult:Iphcan. en el rmsmo ~u¡eto; y es probable que también el sonido se inten-
méricamente en el mismo sujeto, y lo mismo sucede en todas las cosas semejantes s~que y rermta, el cual, sm embargo, dice él que se multiplica en el mismo
absolutas, porque no pueden multiplicarse por la mutación de algo extrínseco, como su¡eto.
las cosas relativas, y, por ello, del mismo modo que no se hacen por si, así tam- E~ cuanto a lo que añade también allí, que en orden a la potencia absoluta
poco pueden multiplicarse por sí en el mismo sujeto; ni tampoco de modo con- d~ ?lOs no puede haber en el mismo sujeto varios accidentes numéricamente
comitante, puesto que aquella forma, que esencialmente se produce, y a la que distintos ct;ando, so.n tales que . ~o: su naturaleza se reúnen formando una uni-
siguen, no se multiplica: numéricamente en el mismo sujeto. da~ numér~~a mas mtensa, es dificil de creer, como inmediatamente explicaré con
14. Los accidentes relativos pueden multiplicarse bajo la misma especie en mas extenswn.
un mismo sujeto, pero no todos.- Por otra parte, la distinción de absolutos y
relativos no satisface plenamente, pues si las cosas relativas se toman con todo Resolució"! de la cuestión en cuanto al modo con que varios accidentes
semeJantes pueden estar al mismo tz'empa en el mismo sujeto
rigor como relativos en el ser y predicamentales, es ciertamente verdadero que
éstas pueden algunas veces multiplicarse numéricamente en el mismo sujeto, como 15. En medi? de. ta~ta variedad de pareceres es difícil señalar alguna regla
diremos al tratar de las relaciones; pero esto universalmente no es verdad, pues fija en esta matena e Indicar su verdadera razón. Con todo me parecen dos cosas
la relación de criatura no puede multiplicarse en el mismo sujeto. Ciertas en ~ste p:mto. Una es ~ue esta p~oposición universal negativa, que no
pu~den variOs accidente~ de la tnlsma especie estar en el mismo sujeto, no puede
Pero menos universal es la otra parte que trata de los absolutos, como se ve
verificarse absolu.ta y snnplemente sin alguna limitación. Y esto me lo prueban
claramente por los ejemplos aducidos acerca de las especies, los sonidos y seme-
sobre todo los e¡emplos acerca de las especies intencionales y de las relaciones
jantes. Fonseca se vale de otra distinción en el lugar arriba citado, sec. 3, que
supomendo que ellas son algo real distinto por su naturaleza de los ente~
coincide en gran parte con lo que llevamos dicho. En resumen viene a decir a~solutos. Por otra parte, el ejemplo aducido acerca del sonido no es tan con-
que de los accidentes adquiridos naturalmente por mo:vimientn, o por mutación vmcente, sea p~r9ue no es ~ierto que el sonido se haga directa e inmediatamente
unida al movimiento, no pueden darse varios de la misma especie en el por aquel m?virmento ? acción, sea, sobre todo, porque no consta. suficientemen-
te que los diversos sorudos que se oyen estén en la misma parte del sujeto, pues
actionem, non multiplicari in subiecto se- doquidem forma illa, quae per se fit et ad
cundum numerum, alia vero multiplicari, quam consequuntur, non multiplicatur nu- Aristot., quod in hoc sensu universe et sine inte.nsius coalescant, difficile creditu est, ut
sic etiam impugnari potest distinctio : pri- mero in eodem subiecto. exceptione verum esse intelligit. Addit vero stat1m latius declarabo.
mo, quia datur per ea quae sunt valde ex- 14. Accidentia relativa multiplicari pos- subinde ex accidentibus, quae non inten-
sunt sub eadem specie in eodem subiectoJ Resolutio . quffl!stio;ñ~ . quoad modum qup
trínseca et per accidens ad distinctionem duntur et remittuntur, sive per motum mu- plu'fa acctdentla s¡mzlta possunt simul es~
numericam accidentium. Secundo, quia non tamen omnia.- Praeterea, distinctio de tationemve motui coniunctam, sive alio mo-
absolutis et relativis non satisfacit omni se in eodem subiecto
neutra pars videtur esse constans; nam do ac51uirantur, necessarium esse dari plera-
species sensibiles fiunt per propriam actio- ex parte; nam, sj relativa sumantur in rigo-- que emsdem speciei in eodem subiecto. Un- 15. In tanta ergo sententiarum varietate
nem, et tamen multiplicantur numero in re pro relativis secundum esse et praedica- difficile est certam aliq uam regulam in ha~
mentalibus, verum quidem est posse haec de videtur priorem sententiam limitare ad r~ praescribere, eiusque veram rationem as-
eadem parte medii; sonus etiam videtur ea accidentia quae intenduntur et remittun-
per se fieri propria actione, et tamen multi- aliquando multiplicad numero in eodem signare. Duo tamen mihi in hac materia
plicatur numero in eodem subiecto, ut ex- subiecto, ut agentes de relationibus dicemus; tur; et ita prior sententia non est omnino certa videntur. Unum est, universalem hanc
periencia probare videtur; audimus enim sed non est hoc in universum verum; relatio generalis, ut in quarta conclusione significar. ne~ativ~ P.ropositionem, non posse plura
concentum plurium vocum in eodem tempo- enim creaturae non potest jn eodem subiecto Sed neque cum illa limitatione videtur in acc1dentta emsdem speciei esse in eodem
re et- per "idem:·-¡n:e-Qium:;·--quod- fiert--nou--pos;. multiplicari;- -Sed--- minus universalis est alia universurn vera haec sententia, quia spccics subiecto, non posse absolute et simpliciter
set nisi soni essent diversi. E contrario vero pars de absolutis, ut patet exemplis adduc- intentionales intendi possunt et remitti, et seu .sine a!i<¡tua limitatione verificari. QuoJ
figura non fit per se primo per motum, tis de speciebus et de sonis, et similibus. nihilominus in eodem subiecto multiplican- ~axm~e ~u probant exempla de speciebus
et tamen non potest multiplicari numero in Alia distinctione utitur Fonseca, loco supra tur; probabile est etiam sonum remitti et mtentwnahbus et de relationibus, suppo-
eodem subiecto, et idem est in ornnibus citato, sect. 3, quae magna ex parte cum intendi, quem tamen ipse dicit in eodem nendo eas esse aliquid reale distinctum ex
similibus absolutis, quia non possunt mul- praedictis coincidit. Et summatim dicit ex natura rei ab absolutis. Exemplum autem
subiecto multipUcarj. Quod etiam ibidem
tiplicari per mutationem alicuius extrinseci, accidentibus naturaliter acquisitis per motum de sono. adductum non est adeo convincens,
aut mutationem motui coniunctam non pos- addit, in ordine ad potentiam Dei abso- tum 9-ma non .est certum sonum fieri per
ut relativa, et ideo, sicut per se non fiunt,
se dari plura eiusdem speciei in eodem sub- lutam non posse in eodem subiecto esse se pnmo per illum motum seu actionem ·
ita nec per se multiplicari possunt in eodem
subiecto; neque etiam concomitanter, quan- iecto, et de bis explicat in quarta dicnun pl~a accidentia numero distincta, quando tum maxime quía non satis constat piure~
talla sunt ut natura sua in unum numero sonos quj audiuntur, in eadem parte sub-
678 Disputaciones metaf!sicas Disputación _q¡<inta.--sección V1ll
------------------~ 679
siempre se hacen al principio en lugares disth;tos, ~ ~¡ se perciben .P;opiamente; tensidad no tiene nada que ver con la cosa, puesto que éstos no difieren propia-
y cuando llegan al olcJ<: o a la _rarte .del ~edio prmama al oído, q;uzas no llegan mente en número; pero de eso trataremos en otra ocasión. Y esto mismo, final-
ya según su ser real, smo segun el mtencw~al solamente. Otr?s. eJemplos suelen mente, es más probable acerca de la luz y cosas semejantes.
aducirse sobre las continuidades y las durac10nes de dos movmuentos que pue- Ahora bien, no he encontrado cosa alguna que me satisfaga plenamente acerca
den hacerse simultáneamente en el mismo sujeto, como, por ejemplo, el mismo de qué regla general se puede dar o qué explicación de la diferencia puede asig-
leño puede simultáneamente calentarse y secarse, porque. l~s dos movimie?-tos, narse. Sin embargo, podemos explicarlo de este modo : ciertos accidentes difie-
aunque específicamente sean dive:s?s, con tod? las contmwdades y . duracmnes ren de tal manera por el solo número, que fuera de la distinción de las entidades,
de los mismos sólo parece que dif1eren numéricamente. Pero estos eJemplos no
en todas las demás cosas tienen una cierta semejanza y Conveniencia, por ejemplo,
son enteramente decisivos, porque es muy probable que tampoco la duración sea
,en la función u oficio a que están destinados y en cualquier relación que digan;
un accidente o un modo distinto realmente de la existencia de la cosa que dura,
ni tampoco la continuidad jntrínseca o entitativa de la cosa misma continua; ade- tal es el caso de dos colores, dos blancuras y semejantes. Pero existen otros que
más, porque aun cuando admitamos tales accidentes, ellos no est~ inmediatamen- .aunque convengan en su razón especifica y difieran en ella sólo numéricamente,
te inherentes en el móvil, sino mediante el movimiento al que mod1fican; y por ello con todo no tienen entre si una semejanza tan grande, sino que se distinguen o
propiamente no están en el mismo sujeto según lo mismo. Con todo, bastan los bien en su función o en su relación. Como, por ejemplo, dos especies visibles de
primeros ejemplos a los cuales puede añadirse que la misma potencia puede Pedro difieren numéricamente del primer modo; en cambio, dos especies visibles
tener al mismo tiempo varios actos numéricamente distintos, aunque tal vez no de Pedro y de Pablo difieren numéricamente del segundo modo, pues no son entre
enteramente semejantes, o sumamente perfectos, como si la voluntad o el apetito sf tan semejantes como aquellas dos, ya que tienen relaciones trascendentales di-
am'<l.n al mismo tiempo a dos hombres con actos diversos; o si el bienaventurado versas a sus objetos y se ordenan a diversas funciones.
-tal como pretenden muchos-- ama a Dios al mismo tiempo necesaria y libre- 17. Por consiguiente, digo en tercer lugar que los accidentes del primer
mente, por la caridad. género no pueden multiplicarse numéricamente en el mismo sujeto, y los. que son
16. Qué accidentes hay que pensar que pueden coexistir en un suieto y del segundo género pueden multiplicarse. Una y otra cosa puede probarse con
cuáles no.- En segundo lugar es cierto que no puede naturalmente suceder en la inducción y ejemplos aducidos. En efecto, los accidentes enteramente absolu-
cualquier clase de accidentes que varios, ·diferentes sólo numéricamente, estén al tos no se multiplican nunca numéricamente en el mismo sujeto precisamente
mismo tiempo en el mismo sujeto. Esto es claro acerca de todas las propiedades que porque son semejantes en el primer sentido; en cambio, los accidentes relativos,
convienen intrínsecamente, como son la cantidad, que conviene intrínse;::amente por sea con relación predicamental o trascendental, pueden multiplicarse, porque con
razón de la materia, las potencias o facultades connaturales, que en cada cosa la unidad específica pueden tener alguna desemejanza como material, con ocasión
emanan de la forma, y nunca se multiplican en la misma parte del sujeto dentro de de la cual pueden multiplicarse, por lo cual sucede que con relación a lo mismo
la misma especie, como consta suficientemente por la inducción. Asimismo, acerca nunca pueden multiplicarse; y por esto nunca puede multiplicarse la relación
de las cualidades reales y absolutas, sean las primeras, con que se dispone la materia, de criatura, porque el término de ella sólo puede ser uno y con referencia al
o las segundas, que resultan de aquéllas, como puede probarse también por la mismo ti.:rmino no pueden multiplicarse las relaciones. Por lo mismo también,
experiencia, pues el modo de insistir en la dificultad mediante los grados de in- aunque supongamos que las relaciones al padre y a la madre son varias y diversas

iecti esse; nam semper fiunt in principio eadem potentia potest habere simul piures tia quae adduci solet de gradibus intensio- ínter se sicut Ulae duae; nam diversas
in locis distinctis, et ibi proprie percipiun- actus numero distinctos, quamvis fortasse nis, non est ad rem; nam illi non proprie habent habitudines transcendentales ad ob-
tur; quando autem perveniunt ad auditum, nom omnino similes vel summe perfectos, numero differunt, de quo alias. ldem deni- iecta et ad diversa munera ordinantur.
vel ad partem medü auditui propinquam, ut si voluntas vel appetitus simul ament que est probabilius de lumine et similibus. 17. Dico ergo tertio, accidentia prioris
fortasse iam non perveniunt secundum esse duos homines actibus diversis; vel si beatus Quae autem generalls regula tradenda sit, generis non posse multiplicari numero in
reale, sed secundum intentionale tantum. (ut multi volunt) simul amet Deum neces- aut quae ratio differentiae assignanda, nihil eodem subiecto, quae vero sunt posterioris
Alia exempla adduci solent de continuita- sario et libere ex charitate. invenio quod mihi ex omni parte satisfaciat. generis posse multiplicari. Et utrumque pot-
tibus et durationibus duorum motuwn qui 16. De quibus accidentibus iudicandum Possumus autem hoc modo id explicare. est probad inductione et exemplis adductis.
simul in eodem fieri possunt, ut verbi gratia, posse coexistere in uno subiecto, de quibus Quaedam accidentia ita differunt solo nume- Ideo enim accidentia omnino absoluta nun-
idem lignum potest simul calefieri et exsic- non.- Secundo, est certum non in qua- ro ut praeter dlstinctionem entitatum in quam in eodem subiecto multiplicantur nu-
cari, qui duo motus, licet spede diversi sint, cumque specie accidentium posse naturaliter reliquis omnibus habeant quamdam simili- mero, quía sunt similia priori modo; ac-
tamen continuitates et duraciones eorum so- contingere ut plura quae solo numero dlf- tudinem et convenientiam, scilicet in mune- cidentia vera respectiva, sive praedicamen-
1um numero dlfferre videntur. Sed haec ferunt, simul sint in eodem subiecto. Hoc re vel officiis, ad quod destinantur, et in tali sive transcendentali respectu, multipli-
exempla-- non- admodum-----e-ogunt,- -tum -quia constat de omnibus- pro-prietatibus quae ab quacumque habitudine quam dicunt, ut sunt cari possunt, quia curo specifica unitate
valde probabUe est nec durationem esse ac- intrinseco conveniunt, ut sunt quantitas, duo calores, duae albedines, et similia. Alia habere possunt aliquam dissimilitudinem,
ddens aut modum ex natura rei distinctum quae ab intrinseco convenit ratione materiae, vero sunt quae, Jjcet in specifica racione veluti materialem, cuius occasione multipli-
ab existencia reí durantis, nec continuitatem potentiae seu facultates connaturales, quae conveniant et sub ea tantum numero dif- cari possunt, unde fit ut respectu eiusdem
intrinsecam seu entitativam a re ipsa conti- in unaquaque re manant a forma, et in ferant, tamen non habent inter se tantam nunquam possint multiplicari; et ideo non
nua; tum etiam quia, etiamsi admittamus eaderil parte subiecti nunquam multiplican.. ilimilitudinem, sed differunt vel in munere, potest multiplicari relatio creaturae, quia
huiusmodi accidentia, illa non insunt im- tur intra eamdem speciem, ut inductione vel in habitudine. Ut verbi gratia, duae terminus illius tantum potest esse unus, et
mediate mobili, sed mediante motu quem satis constat. Itero reales et absolutae qua- species visibiles Petri differunt numero respectu eiusdem termini non possunt rela-
afficiunt; et ideo non sunt proprie in eodem litates, vel primae, quibus materia disportitur, priori modo. Duae autem species visibiles ciones multiplicad. Ideo etiam, quamvis de-
-subiecto secundum idem. Tamen priora vel secundae, quae ex his resultant, ut ex..- Petri et Pauli differunt numero hoc poste- mus relationes ad patrem et matrero esse
exeffipla sufficiunt, quib_us addi potest quod perientia etiam probari potest; nam instan- riori modo; non enim sunt tam similes piures et solo numero diversas, tamen rela-
Disputaciones metafísicas Dis[ndacián quinta.-Sección Vll::_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _6::8:::1
680
viduales son enteramente semej~tes y de la misma razón y disposición; en
sólo numéricamente, sin embargo la relación al padre no puede mulúplicarse en
cambio, cuando los accidentes son desemejantes y tienen varias disposiciones,.
el mismo hijo. entonces no basta uno para llenar la capacidad del sujeto, y por ello puede suce-
La razón de la diferencia entre ambos accidentes puede señalarse con bastan-
der que se mulúpliquen en el mismo sujeto hasta que colmen totalmente su
te probabilidad por lo dicho. Prim~ramente, por la causa fi~, porque c~~do
los accidentes son enteramente seme¡antes, sena superflua y oc10sa su multiplica- capacidad. Y así la potencia intelectiva, en cuanto que es capaz de la ciencia na--
ción en el mismo sujeto, porque la naturaleza huye de eso; pero cuando son de tural de Dios o del hombre, queda suficientemente dispuesta en acto primero con.
algún modo diversos, o se ordenan a diversos fi?es como es claro ~~ las especies la ciencia metafísica o filosófica numéricamente una, y por ello no permanece
intencionales, o resultan de cosas ordenadas a diversos fines y participan por ello ya capaz de otra ciencia semejante; con todo, la misma facultad intelectiva, en
de diversas disposiciones, como acontece en las relaciones; la multiplicación nu- cuanto que es capaz del actual conocimiento de los hombres, no queda plena-
mérica no es, por lo mismo, superflua ni ajena al fin conveniente a la naturaleza.- mente actuada con el solo acto con que conoce a Pedro o a Pablo, ni con una sola·
18. En segundo lugar, por parte del agente, porque cuando los accidentes son especie inteligible; y por ello es capaz de varios hasta que su facultad quede su-
totalmente semejantes, ningón agente por si pretende o bien la pluralidad de los ficientemente colmada, ya que todos aquellos varios no la actúan enteramente del
los mismos, o bien inducir otro en un sujeto que tiene ya otro enteramente se- mismo modo, sino en orden a diversas cosas.
mejante, porque el agente sólo pretende hacer al paciente semejante a sí, y esto Por lo cual sucede finalmente que de las disúnciones dadas antes, aquella
lo consigue mediante una sola forma de esta clase. Pero, en cambio, cuando los que disúngue entre el absoluto y el relaúvo se acerca más a la verdad, pues Jos
accidentes no son semejantes del modo dicho, cesa esta razón y el sujeto necesita absolutos no se multiplican, porque siempre son enteramente semejantes; los
una mayor asimilación; y por ello el agente la procura también. Como, por ejem- relativos, en cambio, sea según el ser o según la expresión o relación predica-
plo, aunque el medio, recibida la especie de Pedro le sea semejante intencional- mental, o según la disposición trascendental, pueden multiplicarse cuando se
mente, no es suficientemente semejante a Pablo, y por ello permanece en Pablo refieren a diversos términos o se ordenan a diversas funciones, a causa de la de--
la virtud de inducir una especie por la que lo convierta en semejante a sí, y del semejanza que tienen entre sí, porque ninguno de ellos actúa plenamente al sujeto,
mismo modo en casos parecidos. como ha sido ya declarado. Y de acuerdo con esto hay que explicar el lugar de·
19. Por lo cual, en tercer lugar, se da una razón tomada de la capacidad Aristóteles en el libro V de la Metafísica, pues no es preciso que tal indicio de
del sujeto, pues, como la materia prima, aunque sea indiferente a todas las formas diversidad específica sea universal absolutamente acerca de todos los accidentes~
sustanciales, no tiene a pesar de todo capacidad para tenerlas simultáneamente sino acerca de aquellos que en el individuo son perfectamente semejantes.
a todas, ni tampoco a varias, porque con una forma queda suficientemente actua-
da, así también el sujeto de los accidentes, aunque esencial y primariamente sea
Respuesta formal a la cuestián en cuanto se refiere a la individuación.
capaz de alguna especie de accidente, y por consiguiente sea indiferente a cual-
quier individuo suyo, sin embargo, no es capaz de recibir simultáneamente a to- 20. De todo esto se deduce la respuesta formal a la cuestión presente, a
dos o a varios individuos de tal especie, en cuanto se encuentra en ellos la causa de la cual se ha venido diciendo todo esto, a saber, que no nace por sí
razón específica del mismo modo, porque tal capacidad queda suficientemente de la individuación el que algunos accidentes sólo numéricamente diversos no pue-
actuada con una forma de tal especie. Pero esto sucede cuando las formas indi- dan estar al mismo tiempo en el mismo sujeto. Pues, aun cuando estuviesen al

tio ad patrem non potest in eodem filio ratio et subiectum indiget maiori assimila- e.iusdem rationis et habitudinis; quando cantur, quia sem¡)er sunt omnino similia;
multiplicari. Ratio autern differentiae inter tione; et ideo agens etiam illam procurat. vero accidentia dlssimilia sunt et varias respectiva vera, ve} secundurn esse vel se-
utraque accidentia potest satis probabilis ex Ut, verbi gratia, quamvis medium recepta habent habitudines, tunC unum non suf:ficit cundum dici seu relatione praedicamentali
dictis assignari. Primo, ex causa finali, quia specie Petri sit illi simile intentionaliter, ad rep~endam capacitatem Subiecti, et ideo vel transcendentali habitudine, multiplicad
quando accidentia sunt omnino sirnilia, su- non est sufficienter simile Paulo, et ideo fieri potest ut in eodem subiecto multipli- possunt quando diversos terminas respi-
perflua et otiosa esset eorurn rnultiplicatio in manet in PauJ,o virtus ad inducendum spe- centur, donec capacitatem eius omnino re- ciunt vel ad diversa munera ordinantur,
eodem subiecto, quod natura ábhorret; ciem qua illud reddat sibi simile, et sic pleant. Ut potentia intellectiva quatenus est propter dissimilitudinem quam in se habent,
quando vera sunt aliquo modo diversa vel de aliis. capax scientiae naturalis Dei vel hominis, quia nullum eorum plene actuat subiectumt
ordinantur ad diversos fines, ut patet in spe- 19. Unde tertio redditur ratio ex capa- sufficienter disponitur in actu primo una ut declaratum est. Et iuxta haec explicandus
ciebus intentionalibus, vel resultant ex rebus cítate subiecti; sicut enirn materia prima~ numero scientia metaphysicae vel philoso- est locus Aristotelis, in V Metaph. Non
ordinatis ad diversos fines, et diversas habi- quamvis sit indifferens ad omnes formas phiae, et ideo iam non manet capax alterius est enim necesse ut illud indicium diversita-·
tudines inde participant, ut contingit in re- substantiales, non -tamen habet capacitatem scientiae similis; tamen eadem facultas in~ tis specificae sit universale omnino de om-
lationibus; et jd_(!(}____PQA --~~t____ s~p~_-ct!P?,_ n{!_que _ad _habendas omr1es simul, neque piures, tellectiva, ut est capax actualis cognitionis nibus accidentibus, sed de his quae in indi-
praeter finem consentaneum naturae, nume- quia una forma sufficienter actuatur, ita hominurn, non plene actuatur uno actu, viduo sunt perfecte similia.
rica rnultiplicatio. etiam subiectum accidentium, quamvis per quo Petrum ve} Paulum cognoscit, neque
18. Secundo ex parte agentis, quia, quan- se primo sit capax alicuius speciei accidentis, una specie intelligibili; et ideo est capax Fo-rmalis responsio ad quaestionem quate-
do accidentia sunt ornnino similia, nullurn et consequenter sit indifferens ad quod- plurium, donec eius facultas sufficienter nus ad individuationem spectat
agens per se intendit aut pluralitatem eorum, libet individuum eius, nihilominus non est compleatur, quia illa plura non actuant il- 20. Ex his colligitur formalis responsio
aut aliud inducere in subiectum iam habens capax ut simul recipiat omnia vel plura in- lam omnino eodem modo, sed in ordine ad praesentem quaes_tionem, propter quam
aliud omnino simile, quia solum intendit dividua talis speciei, quatenus in eis speci- ad diversa. Quo tandem fit ut, ex distinctio- haec omnia dicta sunt, scilicet, non prove-·
agens reddere passum sibj simile, quod per fica ratio eodem modo reperitur, quía suf- nibus supra allatis, illa quae distinguit inter nire per se ex individuatione quod aliqua
unam tantum huiusmodi formam satis con- ficienter actuatur huiusmodi capacitas una: absolutum et respectivum, proxime ad veri- accidentia solo numero diversa non possint-
sequitur. At vero quando accidentia non forma talis speciei; et hoc contingit quando tatem accedat; absoluta enim non multipli- esse simul in eodem subiecto, Nam, licet-
sunt praedicto modo similia, cessat haec individuae fonnae sunt omnino símiles et
Disputaciones metafisicas ~a_a_·on_'_q_u_in_ta.-Sección .VI_II_ _ __ 683

mismo tiempo en él, podrían· perfectamente concebirse como distintos numéri- ninguna unión entre sí, ni por al~ término real positivo ni por otro género de
camente por razón de sus entidades, del modo que se distinguen las cosas que unión a manera de acto y potencia, sino que se unen solamente en el sujeto y
pueden existir simultáneamente, tal como se ha dicho, o como se distinguen las en la misma parte del sujeto, si tiene partes. En tercer lugar, que aquellos grados
que están sucesivamente en un mismo sujeto, como se dirá en seguida. En cam- no dicen relación al sujeto en algún orden, sino todos con la misma inmediatez,
bio, que algunos no puedan radicar en él nace de la iocapacidad natural del sujeto de tal manera que no hay entre ellos orden de primero, segundo y tercer grado,
-y de la adecuación que se da entre su potencia receptiva y tal acto, y, por consi- sino a lo más tal vez orden de generación y producción; con todo, si se hacen
guiente, de la falta del agente natural que podría realizar tal multiplicación. todos simultáneamente, todos son igualmente primeros. De la cual doctrina se
21. De lo cual todavía deduzco iocluso que en potencia absoluta no repugna sigue perfectamente que Dios no puede multiplicar los grados de calor inherentes
que varios accidentes sólo numéricamente diferentes, aunque sean totalmente seme- en el mismo sujeto sin que hagan uno más intenso, porque tal intensificación no
jantes, estén puestos simultáneamente en el mismo sujeto; porque no hay repug- es otra cosa que la reunión de varios grados semejantes en el mismo sujeto; y
nancia por parte de la distinción e iodividuación de los mismos, y Dios puede obrar sin estos principios no veo en qué fundamento puede apoyarse la limitación aque-
en el sujeto más allá de su natural capacidad; por otra parte, si Dios quisiera hacer lla, como mostraré .i,nmediatamente; más aún, aquella sentencia explicada asi no
esto para manifestación de su poder, no seria algo enteramente superfluo. Ahora limita propiamente que pueda Dios poner en un mismo sujeto cualesquiera cuali-
bien, esto para algunos queda limitado a aquellos accidentes que no sufren ioten- dades iotensibles diferentes sólo numéricamente, sioo que añade, que por el
sidad ni remisión, pues acerca de los que reciben aumento de intensidad, juzgan hecho mismo de ponerlas, necesariamente realizarán una más intensa.
que es imposible incluso por potencia absoluta que varios sólo numéricamente 23. Con todo, aquella doctrina de la intensificación envuelve algunas con-
-diferentes se den en el mismo sujeto sin que compongan una cualidad intensa, tradicciones que por ser ajenas a este lugar no pueden declararse expresamente;
si uno y otro de ellos está inherente en el sujeto, porque con ello se unen ya en- sin embargo, las indicaremos brevemente. Pues aquellos grados con que se dice
Lre sí necesariamente formando una unidad de mayor intensidad; efectivamente, que se compone la cualidad iotensa, por ejemplo, los ocho grados de calor, o
ninguna otra unión requieren dos grados de calor para componer un calor son indivisibles en sí, o tienen un determinado ámbito de intensidad y remisión:
intenso, sino estar en el mismo sujeto. Y por esto, si alguno de ellos está inhe- lo primero no puede afirmarse, primeramente porque, de lo contrario, la inten-
·rente en el sujeto y el otro no, sino que es sustentado por el mismo sujeto de otra sificación no podría ser un movimiento continuo, pues cualquiera de aquellos
manera, sin inhesión, entonces no repugnará que existan simultáneamente, o grados se debería adquirir necesariamente todo al mismo tiempo, ya que si no, no
mejor que estén sustentados simultáneamente por el mismo sujeto, porque en -sería· indivisible; luego toda la intensificación debería hacerse por mutaciones
tal caso no tienen entre sí la unión necesaria para componer una cualidad más momentáneas e indivisibles; luego no por una sucesión continua, cosa que va en
intepsa; y en esta sentencia se cita a Egidio, In I, dist. 17, In ll, dist. 1, q. 2, a. 1; -contra de los sentidos y experiencia, y contra la razón, porque mientras el agente
pero allí no dice nada. natural vence al paciente, no hay razón de que interrumpa la acción, ya que, de
22. Sin embargo, esta sentencia parece suponer unos princ1p10s falsos acerca lo contrario, no estaría en su poder reanudarla después, ni podr.ia darse una
de la intensificación de las cualidades. En primer lugar supone que la iotensifica- explicación filosófica de por qué la hace ahora más bien que antes o después.
ción se hace por una adición o congregación de rimchos grados de la misma cuali- En segundo lugar, porque de lo contrario los grados de calor de ningón modo
dad, enteramente semejantes entre si. Segundo, que aquellos grados no tienen harían un calor por sí, sino que se unirían en el mismo sujeto de modo entera-
inter se. Secundum, illos gradus nullam 23. lila tamen doctrina de intensione
in eo simul essent, possent optime intelligi putant etiam de potentia absoluta poni plura unionem inter se habere, neque in aliquo aliqua repugnantia involvit, quae cum sint
distincta numero ratione suarum entitatum, solo numero differentia in eodem subiecto, communi ac reali. termino positivo, neque ab hoc loco aliena, non possunt ex professo
sicut distinguuntur ea quae simul esse pos- quin unam intensam qualitatem componant, alio genere unionis per modum actus et po- declarari, indicantur tamen breviter. Nam,
-sunt, ut dictum est, vel sicut distinguuntur si utrumque eorum subiecto inhaereat, quia tentiae, sed solum uniri in subiecto et in vel gradus illi quibus qualitas intensa com-
quae successive insunt eidem subiecto, ut hoc ipso necessario inter se uniuntur in eadem parte subiecti, si partes habeat. Ter- poni dicitur, verbi gratia, octo gradus caloris,
statim dicetur. Sed quod aliqua inesse non unum intensius; quia nullam aliam unio- tium, illos gradus non respicere subiectum sunt in se indivisibiles, vel habent singula-
possint provenit ex incapacitate naturali nem requjrunt duo gradus caloris, ut ali.quo ordine, sed ornnes aeque immediate, rem latitudinem intensionis et remissionis:
·subiecti et adaequatione quae inter poten- unum intensum calorem componant, nisi ita ut non sit inter eos ordo primi, secundi primum dici non potest, primo, quía alias
tiam receptivam eius et talem actum repe- quod in eodem subiecto sint. Unde si et tertii gradus, nisi fortasse ordine genera- intensio non posset esse motus continuus ;
ritur et consequenter ex defectu naturalis alterum eorum subiecto inhaereat, alterum tionis et productionis; si tamen simul fiant, nam quilibet illorum graduum totus simul
agentis, quod eam possit multiplicationem vero non inhaereat, sed alio modo sus- omnes esse aeque primos. Ex qua doctrina necessario acquiri deberet, alioqui non es-
efficere. tentetur ab eodem subiecto sine inhaesio- optime sequitur non posse Deum multipli- set indivisibilis; ergo tota intensio deberet
21. Unde ulterius infero de potentia ne, tune non repugnabit esse simul, vel care gradus caloris in eodem subiecto in- fieri per mutationes momentaneas et indivi-
absoluta non repugnare plura accidentia solo potius sustentari simul ab eodem subiecto, haerentes quin faciant unum intensiorem; sibiles; ergo non successione continua, quod
·numero differentia, etiam si sint omnino quia tune non habent inter se unionem ne- quia talis intensio nihil allud est quam con- est et contra sensum et experientiam, et
similia, simul poni in eodem subiecto; quía cessariam ad unam intensiorem qualitatem gregatio plurium graduum similium in eo- contra rationem, quia quamdiu agens natu-
·ex individuatione et distinctione eorum non componendam; et in hac sententia citatur dem subiecto; sine his autem principüs, rale vincit passum, non est cur interrumpa!
repugnat, et Deus potest operari in subiec- Aegid., In 1, dist. 17, In 11, dist. 1, q. 2, non video quo fundamento niti possit illa actionem, alioqui non esset in potestate eius
tum l.Utra naturalem capacitatem eius; et si a. 1 ; ibi vero nihil dicit. limitado, ut statim ostendam; immo illa postea illam iterare, nec posset reddi philo-
Deus id vellet facere ad ostensionem poten- 22. Haec tamen sententia falsa principia sentencia sic explicata non proprie limitat sophica ratio cur nunc potius quam antea
tiae suae, non esset omnino superfluum. Hoc circa intensionem qualitatum supponere vi- posse Deum quascumque qualitates intensi- vel postea illam efficiat. Secundo, quía alias
.autem limüant aliqui ad ea accidentia quae detur. Primum, intensionem fieri per ad- bijes solo numero diversas ponere in eodem gradus caloris nullo modo facerent unum
non intenduntur nec remittuntur; nam de ditionem seu congregationem plurium gra- subiecto, sed addit, hoc ipso quod illas po- calorem per se, sed mere per accidens uni-
his quae intensionem recipiunt, impossibile duum eiusdem qualitatis omnino similium nat, necessario effecturas unam intensiorem. rentur in eodem subiecto, sicut albedo et
Dísputación quinta.-::Secci_ón IX 685
684 Disputaciones metafísicas ----------
-----=-"-"
cosas sin la referida unión de lo que puede entenderse un continuo dividido en
mente accidental como la blancura y la dulzura; y esto no basta más para que todas sus partes.
hagan un calor Jndividual que si Dios pusiese dos entendimientos en la misma 24. De todos estos princ1p1os contrarios acerca de la intensificación, se sigue
ahna. Más aún si ello bastara para la intensificación, no podría darse ninguna claramente que Dios puede poner en el mismo sujeto varias cualidades intensi-
razón de por ~u<! si Dios pusiese dos entendimientos en la misma alma, no ficables, diferentes sólo numéricamente, que no compongan una más intensa,
constituirían ellos uno más intenso, pues si se dice que las intelecciones no son como, por ejemplo, dos calores de ocho grados, ya que puede ponerlos inherentes
cualidades capaces de formar una más intensa oor agregación, en contra de en el sujeto sin que tengan entre sí ninguna unión esencial, sino sólo accidental
eso está el que segón tal opinión, para que las cualidades puedan unirse for• por razón del sujeto, la cual no basta para la intensificación.
mando otra más intensa, no se requiere sino que, siendo enteramente de la misma Ni en esto puede aducirse una nueva implicación de contradicciones; y pien-
clase, puedan unirse en el mismo sujeto, y esto lo tendrían las intelecciones al' san así con frecuencia los doctores en In 1 Sentent., dist. 17, en donde lo trata
menos en orden a la divina potencia. En tercer lugar se siguen de aquella senten- Gregario en la q. 5; Ockam, q. 7; Egidio, Quod!. IV, q. 1, donde aduce una
cia muchos absurdos, a saber, que una cualidad más débil pueda intensificar otra conjetura no despreciable, ya que Dios puede colocar dos cantidades, diferentes
igual o incluso más intensa realizando todos los grados que tiene en sí; .o si es sólo numéricamente, íntimamente en un mismo sitio, conservando su distinción,
que se opone la semejanza, se sigue que una cualidad más intensa no puede y sin ninguna unión real entre ellas por la cual formen una cantidad mayor;
tender a otra más débil, ya que son enteramente semejantes en la forma. Se ¿por qué, pues, no podría poner dos blancuras en el mismo sujeto, conservando
sigue también que no puede darse ninguna razón natural por la cual, cuando se su distinción, y sin ninguna unión por razón de la cual compongan una más
atenúa la forma, se abandona un grado más bien que otro, y otras cosas parecidas. .intensa?
que sería largo ir recorriendo. Por consiguiente, hay que decir necesariamente,
que en aquellos grados de intensificación de calor, por ejemplo, que nosotros divi- SECCION IX
dimos mentalmente, hay una amplitud dentro de la cual puede darse en ellos ¿ESTÁ EN CONTRADICCIÓN CON LA INDIVIDUACIÓN DE LOS ACCIDENTES EL QUE
una intensificación continUa, o una disminución, la cual amplitud es necesario VARIOS DE ELLOS CUYA DIFERENCIA ES SÓLO NUMÉRICA SE DEN SUCESIVAMENTE
que sea divisible hasta el infinito, pues, de lo contrario, no podría producirse una EN EL MISMO SUJETO?
alteración continua por razón de aquéllos, ya que el movimiento continuo debe
ser necesariamente divisible hasta el infinito; por lo cual, consiguientemente es l. Se dice que varios accidentes están sucesivamente en el mismo sujeto
necesario también que tales grados se unan entre sí en algún término común, pues .cuando el sujeto tuvo primeramente un accidente, y después lo perdió, y después
no puede concebirse de otro modo la continuidad entre ellos, ni la verdadera adquiere un accidente de la misma especie; entonces se pregunta si el accidente
unión real, sin la cual no puede entenderse tal amplitud, pues si dos grados no último necesariamente es, o sólo puede ser distinto numéricamente del primero.
están unidos entre sí de este modo, tampoco consecuentemente estarán unidas Algunos, en efecto, tan vehementemente defienden la individuación de los ac-
entre si en un grado las dos partes o mitades suyas (por decirlo así), ya que roda cidentes por el sujeto que juzgan imposible que ni siquiera de este modo existan
cualidad está compuesta de varios· grados del mismo modo que se compone cada varios accidentes diferentes sólo numéricamente en un mismo sujeto. De lo cual
grado de dos o tres partes iguales; en efecto, no pueden entenderse más estas se deduce que siempre se reproduce en el mismo sujeto el mismo accidente
numérico que había perecido antes, a saber, el mismo calor, la misma luz, y por
dulcedo; hoc autem non est satis ut efficiant ma remittitur, unus gradus potius abiiciatur runione, magis quam possit intelligi conti- subiecto ponere, servata earum distinctione,
unum individuum caloris, magis quam si quam alius, et alía similia, quae longum nuum in omnem suam partero divisum. et absque unione racione cuius unam inten-
Deus poneret duos intellectus in eadem esset persequi. Necessario ergo dicendum 24. Ex his autem contrariis principiis de siorem componant?
anima. Immo si ad intensionem id suf- est in illis gradibus intensionis caloris, intensione, plane sequitur posse Deum po-
ficeret, nulla posset reddi ratio cur si Deus verbi gracia, quos nos mente partimur, esse nere .in eodem subiecto piures qualitates
poneret duos .intellectus in eadem anima, latitudinem secundum quam potest in eis intensibiles solo numero differentes, quae SECTIO IX
illi non efficerent unum intensiorem; nam esse continua intensio vel remissio, quam non efficiant unam jntensiorem, ut verbi gra-
si dicas intellectus non esse qualitates quae latitudinem necesse est esse in infinitum AN REPUGNET INDIVIDUATIONI ACCIDENTIUM
tia, duos calores ut octo, quía potest illos UT PLURA SOLO NUMERO DIFFERENTIA SUG-
aptae sint coalescere in unam intensiorem, divisibilem, alias non posset ratione illorum ponere subiecto inhaerentes et inter se non
contra hoc est quia iuxta illam opinionem fieri alterarlo continua, quia motus conti- CESSIVE SINT IN EODEM SUBIECTO
habentes allquam unionem per se, sed so-
Ut qualitates possint coalescere in unam in- nuus necessario esse debet in infinitum lum per accidens ratione sub~ecti, quae non
tensiorem nihil aliud requiritur nisi quod, l. Dicuntur ptura accidentia esse in eo-
divisibilis; unde consequenter etiam neces- satis est ad intensionem. Neque in hoc dem subiecto successive, quando subiectum
cum sint omnino eiusdem rationis, possint sarlum est ut hi gradus inter se copulenn1r afferri potest nova implicatio contradictionis; prius habuit unum accidens, et deinde ami-
uniri- in eodem ---subie€to-;----ho€"autem---habe- aliquo term¡no- communi, quia non potest et ita sentiunt frequencius doctores, In I sit illud, et postea acquiri,t accidens eiusdem
bunt intellectus saltem in ordine ad divinam aliter inter eos concipi continuitas nec vera Sent., dist. 17, ubi Gregorius, q, 5; Ocham, speciei, et tune quaeritur an posterius ac-
potentiam. Tertio sequuntur ex illa sententia réalls unio, sine qua intelligi non potest q. 7; Aegidius, Quodl, IV, q. 1, ubi ad- cidens necessario sit vel possit esse numero
multa absurda, scUicet, quod qualitas remis- illa latitudo; quia si duo gradus non sunt ducit non contemnendam coniecturam, quia distinctum a priori. Quidam enim mordicus
sa possit aliam aequalem vel etiam intensio- ínter se uniti hoc modo, ergo neque in uno Deus potest duas quantitates solo numero
rem intendere efficiendo tot gradus quot ita defendunt individuationem accidentis a
gradu duae partes vel medietates eius (ut differentes in eodem situ intime collocare, subiecto ut impossibile existiment etiam
in se habet; vel, si obstat similitudo, sequi- sic dicam) erunt ínter se unitae; quia ita conservata earum distinctione et absque hoc modo esse plura accidentia solo numero
tur intensiorem qualitatem non posse inten- componitur tota qualitas ex pludbus gradi- ulla reali unione ínter eas, ratione cuius ef- differentia in eodem subiecto. Unde infertur
dere remissiorem, quia sunt omnino símiles bus, sicut componitur unusquisque gradus: ficiant unam maiorem quantitatem; cur er- semper reproduci in eodem subiecto ídem
in forma. Sequitur eciam nullam posse red- ex duabus vel tribus partibus aequalibus; go non poterit duas albedines in eodem numero accidens quod ante perierat, sci-
di naturalem rationem ob quam, cum for- non possunt autem haec intelligi sine dicta
684 Disputación quinta.-:-S=e~cct=·on~'c:__::I~X:___ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _6_8_5
- - - - -
Disputaciones metafísicas
cosas sin la referida unión de lo que puede entenderse un continuo dividido en
mente accidental, como la blancura y la dulzura; y esto no basta más para que
hagan un calor individual que si Dios pusiese dos entendimientos en la misma todas sus partes. . . . . r

24. De todos estos principios contrarms acerca _de la 1r:tensific~cwn, s~ sigue


alma. Más aún si ello bastara para la intensificación, no podría darse ninguna claramente que Dios puede poner en el mismo su¡eto vanas cualtdad_es ~tenst­
razón de por qu6
si Dios pusiese dos entendimientos en la misma alma, no- ficables, diferentes sólo numéricamente, que no compongan una ma~ mtensa,
constituirían ellos uno más intenso, pues si se dice que las intelecciones no son como, por ejemplo, dos calores de ocho grados, ya que puede ~onerlos mh~rentes
cualidades capaces de formar una más intensa por agregación, en contra de en el sujeto sin que tengan entre sí ninguna unión esencial, smo sólo accidental
eso está el que segón tal opinión, para que las cualidades puedan unirse for• por razón del sujeto, la cual no basta para la intensificación. . . .
mando otra más intensa, no se requiere sino que, siendo enteramente de la misma Ni en esto puede aducirse una nueva impli,cación de contradiCCiones; y pien-
clase, puedan múrse en el mismo sujeto, y esto lo tendrían las intelecciones al' -san así con frecuencia los doctores en In I Sentent., dist. 17, en donde lo trata
menos en orden a la divina potencia. En tercer lugar se siguen de aquella senten- Gregario en la q. 5; Ockam, q. 7; Egidio, Quodl. IV, q. 1, donde aduce una
cia muchos absurdos, a saber, que una cualidad más débil pueda intensificar otra conjetura no despreciable, ya que Dios puede colocar dos cantidades, diferentes
igual o incluso más intensa realizando todos los grados que tiene en si; o si es sólo numéricamente, íntimamente en un mismo sitio, conservando su distinción,
que se opone )a semejanza, se sigue que una cualidad más intensa no puede y sin ninguna unión real entre ellas por la cual formen una cantidad mayor;
tender a otra más débil, ya que son enteramente semejantes en la forma. Se ¿por qué, pues, no podría poner dos blancuras en el mismo sujeto, conservando
sigue también que no puede darse ninguna razón natural por la cual, cuando se su distinción, y sin ninguna unión por razón de la cual compongan una más
atenúa la forma, se abandona un grado más bien que otro, y otras cosas parecidas. intensa?
que seria largo ir recorriendo. Por consiguiente, hay que decir necesariamente,
que en aquellos grados de intensificación de calor, por ejemplo, que nosotros divi- SECCION IX
dimos mentalmente, hay una amplitud dentro de la cual puede darse en ellos ¿ESTÁ EN CONTRADICCIÓN CON LA INDIVIDUACIÓN DE LOS ACCIDENTES EL QUE
una intensificación continUa, o una disminución, la cual amplitud es necesario VARIOS DE ELLOS CUYA DIFERENCIA ES SÓLO NUMÉRICA SE DEN SUCESIVAMENTE
que sea divisible basta el infinito, pues, de lo contrario, no podría producirse una EN EL MISMO SUJETO?
alteración continua por razón de aquéllos, ya que el movimiento continuo debe
ser necesariamente divisible hasta el infinito; por lo cual, consiguientemente es l. Se dice que varios accidentes están sucesivamente en el mismo sujeto
necesario también que tales grados se unan entre sí en algún término común, pues ,cuando el sujeto tuvo primeramente un accidente, y después lo perdió, y después
no puede concebirse de otro modo la continuidad entre ellos, ni la verdadera adquiere un accidente de la misma especie; entonces se pregunta si el accidente
unión real, sin la cual no puede entenderse tal amplitud, pues si dos grados no último necesariamente es, o sólo puede ser distinto numéricamente del primero.
están unidos entre sí de este modo, tampoco consecuentemente estarán unidas Algunos, en efecto, tan vehementemente defienden la individuación de los ac-
entre sí en un grado las dos partes o mitades suyas (por decirlo así), ya que toda cidentes por el sujeto que juzgan imposible que ni siquiera de este modo existan
cualidad está compuesta de varios grados del mismo modo que se compone cada: varios accidentes diferentes sólo numéricamente en un mismo sujeto. De lo cual
grado de dos o tres partes iguales; en efecto, no pueden entenderse más estas :se deduce que siempre se reproduce en el mismo sujeto el mismo accidente
numérico que había perecido antes, a saber, el mismo calor, la misma luz, y por
dulcedo; hoc autem non est satis ut efficiant ma remittitur, unus gradus potius abiiciatur
unum indivíduum caloris, magis quam si unione, magis quam possit intelligi conti- subiecto ponere, servata earum distinctione,
quam alius, et alia similia, quae longum nuum in omnem suam partem divisum.
Deus poneret duos intellectus in eadem esset persequi. Necessario ergo dicendum et absque unione ratione cuius unam inten-
anima. Immo si ad intensionem id suf- 24. Ex his autem contrariis principiis de siorem componant?
est in illis gradibus intensionis caloris, intensione, plane sequitur posse Deum po-
:ficeret, nulla posset reddi ratio cur si Deus verbi gratia, quos nos mente partimur, esse
poneret duos intellectus in eadem anima, nere :in eodem subiecto piures qualitates
latitudinem secundum quam potest in eis intensibiles solo numero differentes, quae SECTIO IX
illi non efficerent unum intensiorem; nam esse continua intensio vel remissio, quam
si dicas intellectus non esse qualitates quae non efficiant unam i.ntensiorem, ut verbi gra- AN REPUGNET INDIVIDUATIONI ACCIDENTIUM
latitudinem necesse est esse in infinitum tia, duos calores ut acto, quia potest illos
aptae sint coalescere in unam intensiorem, divisibilem, alias non posset racione illorum UT PLURA SOLO NUMERO DIFFERENTIA SUC-
contra hoc est quia iuxta mam opinionem ponere subiecto inhaerentes et inter se non CESSIVE SINT IN EODEM SUBIECTO
fieri alteratio continua, quia motus conti- habentes allquam unionem per se, sed so-
ut qualitates possint coalescere in unam in- nuus necessario esse debet in infinitum
tensiorem nihil aliud requiritur nisi quod, 1um per accidens ratione subtecti, quae non l. Dicuntur plura accidentia esse in eo-
divisibiJ_is; unde consequenter etiam neces- satis est ad intensionem. N eque in hoc
cum sint omnino eiusdem rationis, possint sarium est ut hi gradus inter se copulentur dem subiecto successive, quando subiectum
uniri in eod~m __su_bi~c;:_tg; __l;10c ª.ld!~Jll___ J;labe- afferri potest nova implica tío contradictionis; prius habuit unum accidens, et deinde ami-
aliquo termino communi, quia non potest et ita sentiunt frequentius doctores, In I
bunt intellectus saltero in ordine ad divinam aliter inter eos concipi continuitas nec vera sit illud, et postea acquirh accidens eiusdem
potentiam. Tertio sequuntur ex ma sententia Sent., dist. 17, ubi Gregorius, q. 5; Ocham, speciei, et tune quaeritur an posterius ac-
réalis unio, sine qua intelligi non potest q. 7; Aegidius, Quodl. IV, q. 1, ubi ad-
multa absurda, scilicet, quod qualitas remis- illa latitudo; quia si duo gradus non sunt cidens necessario sit vel possit esse numero
sa possit aliam aequalem vel etiam intensio- ducit non contemnendam coniecturam, quia distinctum a priori. Quidam enim mordicus
inter se uniti hoc modo, ergo neque in uno Deus potest duas quantitates solo numero
rem intendere efficiendo tot gradus quot gradu duae partes vel medietates eius (ut ita defendunt individuationem accidentis a
in se habet; vel, si obstat similitudo, sequi- differentes in eodem situ intime collocare, subiecto ut impossibile existiment etiam
sic dicam) erunt inter se unitae; quia ita conservata earum distinctione et absque
tur intensiorem qualítatem non posse inten- componitur tata qualitas ex pluribus gradi- hoc modo esse plura accidentia solo numero
dere remissiorem, quia sunt omnino símiles ulla reali unione inter eas, ratione cuius ef- differentia in eodem subiecto. Unde infertur:
bus, sicut componitur unusquisque gradus: ficiant unam maiorem quantitatem; cur er-
in forma. Sequitur etiam nullam posse red- ex duabus vel tribus partibus aequalíbus; semper reproduci in eodem subiecto idem
di naturalem rationem ob quam, cum for- go non poterit duas albedines in eodem numero acc¡dens quod ante perierat, sci-
non possunt autem haec intelligi sine dict:;¡¡
c6c:8_c6_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _--=D~isputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección IX 68T
consiguiente, el mismo "donde", el mismo movimiento local, principalmente si es. tampoco los entes sucesivos; luego también el término de la acción es menester·
por el mismo espacio, pues existe 1a misma razón para todas estas cosas. Y esta opi- que sea distinto. Con lo cual se confirma, porque si tales accidentes permanentes:
nión la defendió en parte Escoto, al menos cuando se trata del mismo agente y del que se hacen sucesivamente en el mismo sujeto, no fuesen distintos, también los
mismo sujeto; pero éste no se funda en la individuación, sino en que un mismo accidentes sucesivos podrían no ser distintos, y así podría reproducirse el mismo.
agente sobre un mismo sujeto siempre por naturaleza hace lo mismo, ni puede tiempo numérico, cosa que todos reputan como imposible.
darse razón suficiente alguna de por qué lo ha -de hacer numéricamente distinto.
Más todavía, Aristóteles en el libro VIII de Metafísica, text. 11, señala que Resolución de la cuestión
si el agente y la materia son uno numéricamente, también el efecto será numéri-
camente uno. Y se explica de este modo, porque si yo con los ojos abiertos miro 3. Pero hay que mantener un término medio y afirmar que puede suceder
continuamente esta pared durante una hora, hago y conservo el mismo acto· que existan sucesivamente varios accidentes sólo numéricamente diferentes en
numérico; por consiguiente, si cierro los ojos un poco y los abro de nuevo, un mismo sujeto. Lo cual, ciertamente, si se entiende acerca de la potencia de
haré otra vez el mismo acto numérico porque aquella interrupción no impide Dios es evidente por sí mismo, porque no envuelve ninguna repugnancia, y·
para nada que aquella potencia en toda aquella hora y en cualquiera de sus partes forzosamente se sigue de lo dicho que incluso simultáneamente pueden existir;
tomadas por sí, pueda hacer y recibir el mismo acto numérico. Y si se objeta por tanto, mucho más sucesivamente. Y esto basta para mostrar que los ac-
que de aquí se sigue que también la forma sustancial se reproduce la misma cidentes de la misma especie no tienen intrínseca distinción numérica y entitativa
numéricamente en la misma parte de la materia siempre que es inducida seme- por el sujeto o por una relación a este sujeto numérico; de lo contrario, no pue-
jante en especie, y por consiguiente, que naturalmente se reproduce el mismo· den distinguirse en modo alguno, aun cuando la producción o reproducción se haga
individuo que habla existido antes, lo cual eqnivale a decir que la resurrección en tiempos diversos, porque, como mostraré en seguida, la sola diversidad tempo-
puede hacerse naturalmente, no faltan quienes concedan esto, como puede verse· ral no- es suficiente por sí para esta distinción, si por lo demás en las mismas foTI:las
en Pablo Véneto, libro II de Generatione, al ñn. Otros niegan que exista paridad producidas no hay fundamento suficiente de distinción y de diferencia individual.
de razones porque la forma sustancial requiere la materia dispuesta y nunca. Y si se entiende la afirmación acerca de la potencia y el orden de los agentes na-
concurre con las mismas disposiciones. turales, así es también verdadera, como a fortiori se verá más claramente por lo
2. Hay en cambio otra sentencia extremadamente opuesta, a saber, que no· que diremos.
solamente pueden varios accidentes sólo numéricamente diferentes estar suce- 4. En segundo lugar digo que no sólo es posible que los accidentes distintos
sivamente en el mismo sujeto, sino que necesariamente tiene que ser así, siempre· sólo numéricamente se den sucesivamente en el mismo sujeto, sino que de hecho
que un accidente semejante en especie sea reproducido en el mismo sujeto; res-· sucede así según el orden natural. Esta es la opinión más común de los filósofos
pecto a lo cual Durando, Marsilio y otros afirmaron que es necesario incluso en libro V de la Física, c. 4, y II De Gen•ratione, c. últ.; y de los teólogos, In IV:
orden a la potencia absoluta de Dios, de cuya opinión, as! como de la de Escoto dist. 43 y 44. Acerca de ésta dije ya algo en el tomo II, parte III, disp. XLIV,
traté ampliamente en el tomo II, III parte, disp. XLIV, sec. 9. El fundamen~ sec. 7, donde mostré que según el orden natural no se reproduce en el mismo
de Durando es que siempre que se hace tal producción, se renueva una acción s~j7to el _mismo accidente numérico que se había corrompido, pues de este prin-
distinta de aquella que hubo antes, pues la acción no puede reproducirse, como· CipiO se mfiere que debe ser distinto, que es lo que aqul pretendemos. Y no es
licet, eumdem calorem, idem lumen, et con- stantialem reproduci eamdem numero in produci non potest, sicut neque entia suc-
sequenter idem ubi, eumdem motum· loca- eadem parte materiae, quandocumque indu- modo possunt distinguí, etiam si diversís
cessiva; ergo etiam terminum actionis opor- te~poribus fi~t productio seu reproductio;
lem, praesertim si sit per ¡dem spatium; citur simiJis in specie, et consequenter natu- tet esse distinctum. Unde confirmatur, quía
eadem enim est omnium horum ratio. Et raliter reproduci idem individuum quod qma, ut stattm declaraba, sola diversitas
si talia accidentia permanentia, quae sucessi- temporis non est per se sufficiens ad hanc
hanc opinionem ex parte defendit Scotus, antea fuerat, quod est dicere resurrectionem ve fiunt in eodem subiecto, non essent di-
saltero quando idem est agens idemque posse naturaliter fieri, non desunt qui id distinctionem, si alioqui in ipsis formis pro-
stincta, etiam accidentia successiva possent ductis non sit sufficiens fundamentum di-
subiectum; qu¡ non fundatur in individua- concedant, ut videre est in Paulo Veneto~ non esse distincta, et ita posset ídem tero-
tiene, sed in hoc quod idem agens circa idem lib. 11 de Generat., in fine. Allí vera negant stinctionis et differentiae indivídualis. Si
pus numero reproduci, quod orones repu- autem intelligatur assertió de potentia et
subiectum semper est natum facere idem, esse eamdem rationem, quia forma substan- tant impossibile. ""'
nec potest sufficiens ratio assignari cur faciat tialis requirit materiam dispositam, et nun- ordine naturalium agentium, sic etiam est-
numero distinctum. Quin etiam Aristot., quam concurrit cum eisdem dispositionibus. vera, ut a fortiori patebit ex dicendis.
Quaestionis resolutio 4. Secundo dico non solum esse possibile,.
VIII Metaph., text. 11, sjgnificat, si agens 2. Alia vera sententia est extreme con-
et materia sunt unum numero, etiam ef- traria, scilicet, non solum posse plura ac- 3. Sed media via tenencia est et dicen- verum etiam ita fieri secundum naturae ordi-
fectum esse unum numero. Et in hunc mo- cidentia, solo numero differentia, esse suc- duro posse fieri ut successive sint in eodem nem, ut accidentia solo numero distincta
dum explicitti.ll';----n:am-----si--- egii----apertiS- ·oculis cessive in eodem subiecto, sed necessario ita: subiecto plura accidentia solo numero diver- fiant successive i,n eodem subiecto. Haec est
continuo intueor hunc parietem per horam, esse quotiescumque accidens simile in specie sa. Quod quidem, si intelligatur de potentia communior sententia philosophorum, V Phy-.
eumdem numero actum efficio et conservo; in eodem subiecto reproducitur, quod etiam Dei, per se notum est, quia nullam involvit sicorum, c. 4, et II de Genera t., c. ult.;
ergo si paululum claudam oculos, et iterum in ordine ad potentiam Dei absolutam neces- repugnantiam, et sequitur a fortiori ex dic- et theolog., In IV, dist. 43 et 44. De qua
aperiam, eumdem numero actum iterum sarium esse tenuit Durand., Marsil., et alii~ tis etiam simul posse esse, multo ergo magis nonnulla d~xi II tomo III partís, disp. XLIV,,
efficiam, nam illa i,nterruptio nihil impedit quorum et Scoti opinionem late tractavi in successive. Et hoc satis est ad ostendendum sect. 7, ubi ostendi secundUm naturae ordi-
quominus illa potentia in tota illa hora, et II. tomo III partis, disp. XLIV, sect. 9~ accidentia eiusdem speciei non habere in- nem non reproduci in eodem subiecto idem
in qualibet eius parte per se sumpta, efficere Fundamentum Durandi est, quia quotieS- trinsecam distinctionem numericam et enti- numero accjdens quod corruptum fuerat;
possit et recipere eumdem numero actum. cumque illa productio fit, iteratur actio di- tativam per subiectum seu per habitudinem nam ex hoc principio infertur debere esse·
Quod si obücias sequi etiam formam sub- stincta ab ea quae antea fuit, nam actio re~ ad hoc numero subiectum; alloqui nullo distinctum, quod hic intendimus. Non est:
Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección IX 689
fácil asignar la primera causa y ralz de esta necesidad natural. Pues Durando .en una denominación extrínseca. Igualmente porque la misma acción numérica,
-más arriba la hace derivar de la diversidad de acción o de mutación; en lo cual aun la indivisible, puede durar: permanentemente y coexistir con un tiempo
piensa lo mismo Enrique Quodl., VII, q. 16, aunque difiera de Durando, por- ex:trinseco anterior y posterior, como es claro con la acción de iluminar, de ver
·que no pone esta necesid~d en orden a la potencia de Dios, como Durando, que y semejantes. O se trata del tiempo o duración intrínseca a la misma acción y a
erró gravemente en esto, como mostré en el referido lugar, ya que Dios en su la mutación por la que se produce, y así, como tal duración no es otra cosa en
0 brar no depende del tiempo ni de las otras circunstancias de qne pueden de- la realidad que la existencia de la misma acción, decir que estas acciones son
pender los agentes naturales, porque obran por movimiento y transmutación. A .distintas porque se hacen en tiempos distintos viene a ser ioual
0
que decir que son
causa de ello dijo Aristóteles, libro V de la Física, c. 4, que para la unidad del distintas porque tienen diversas duraciones y existencias que es lo mismo o al
movimiento se requiere la unidad temporal, razón que acepta Toledo en el menos 1o mismo . de oscuro; y precisamente esto es lo que' investigamos, por' qué
libro II De General., q. 13. e~ 1;ecesario que las. durac~ones, existe~cias o entidades de aquellas acciones sean
5. Pero esta razón es difícil y no parece satisfacer. En primer lugar porque dtstmtas, "':( no la misma s1e~pre repetida una y otra vez. Del mismo modo que
más bien la unidad numérica de la mutación ha de ser buscada en la unidad nu- c~aLJ.do D10s. reprodu~; la m1~n:a forma numérica, es cierto que la puede reprodu-
mérica del término o forma producida, que al revés, como enseñó Aristóteles en· cir con la J?lsma accwn n~enca con que primeramente la produjo, pues esto no
el libro V de la Física, en el mismo pasaje; luego cuando se dice que los acci- envuelve runguna repugnan~~~, c<:'m.o se trató extensamente en el referido lugar;
dentes producidos son numéricamente diversos, porque las acciones son di- l':e~o, para que sea_ una accwn distmta, o para que tenga una intrínseca duración
versas, se comete un círculo vicioso. En segundo lugar, porque, aunque suponga- dtsttr:ta, no es sn?ctente que sea hecha dos veces, o sea, con el tiempo extrínseco
mos que las acciones son diversas, no se sigue que las formas lo sean, ya que ant~rmr Y poster10r; luego para mostrar que respecto del agente natural estas
para la unidad de la acción se requieren más cosas que para la unidad de la forma accwnes necesariamente han de ser distintas, hay que buscar la razón en otra
parte.
11roducida, según el mismo Aristóteles en el lugar citado, y además, la forma no
tiene la unidad y distinción por la acción, sino por otras razones. Por lo cual . 6. Ni .~onvence, ~ampoco. la razón de ~quellos autores, a saber, que si aquella
:misma. accton numenca pudiese reproducuse, también las sucesivas podrían re-
sucede que una luz numéricamente la misma, que ha sido producida por una
producirse, lo cual parece enteramente contradictorio. Evidentemente, si esta razón
lámpara es conservada por otra, lo cual es preciso que se haga mediante una
fu~se válida, tendría aplicac~ón ig~almente en orden a la potencia absoluta de
acción diversa. En tercer lugar, porque acerca de las mismas acciones queda aún Dws. Por ello parece necesariO decu que en las cosas sucesivas puede considerarse
la cuestión de por qué es necesario que según el orden natural sean numérica- aquello q.ue es real ~ po~itivo, y aquello que se incluye en la sucesión por modo
mente distintas, pues lo que se afirma acerca de la diversidad de· tiempos no satis- d_e negación o de pnvactón, pues la sucesión dice intrínsecamente que algo haya
face, porque o bien se trata del tiempo extrínseco, que es el que se considera en sido Y no sea ya, ~,que alpo ~aya de ser y no sea todavía. Por consiguiente, en
el movimiento del cielo, y esto no parece que tenga nada que ver con la intrínseca cuanto a esta negae1on o pnvación, no puede el ente sucesivO ser restituído, porque
individuación o distinción numérica de las acciones, ya que de este tiempo sólo de .e~te modo no hay potencia con relación a lo pretérito. Pero en cuanto a lo
·se toma una cierta denominación extrínseca de las cosas que se dice que existen positivo, n~ parece que haya ninguna contradicción en que, igual que Dios repro-
en tal tiempo, y, por el contrario, la unidad y distinción numérica no consiste -duce el 1n1smo calor, reproduzca también la misma acción de calentar; y como
minatíone. Item qui_a eadem numero actio, priori et posteríori tempere extrínseco; ergo
autem facile primam causam et radicem quía acciones sunt diversae, vitiosus circulus etiam indivisibilis, potest permanenter dura- ut ostendatur respectu agentis naturalis has
huius necessitatis naturalis assignare. Du- committitur. Secundo, quia etiam si demus re et coexistere priori et posteriori tempori actiones necessario fore distinctas~ aliunde
randus enim supra eam reddit ex diversitate actiones esse diversas non sequitur formas extrinseco, ut patet de accione illuminandi~ est ratio petenda.
.actionis seu mutationis; in quo idem sentit fore diversas, quia ad unitatem actionís plura videndi, et sirnilibus. Vel est sermo de
Henr., Quodl. VII, q. 16, quamvis dif- 6. Neque ratio illorum auctorum convin-
requiruntur quam unitas formae productae, tempere seu duratione intrinseca ipsimet ac- cit, scilicet, quia si eadem numero actio
-ferat a Durando, quod non ponit hanc neces- ex eodem Aristotele, cit. loco, et alioqui tioni et mutationi qua producitur, et sic,
sitatem in ordine ad potentiam Dei, sicut cum talis duratio in re nihil aliud sit quam posset reproduci, etiam successiva repro-
forma non habet unitatem et distinctionem duci possent; quod videtur plane repug-
Durandus, qu¡ ín hoc graviter erravit~ ut ex accione, sed aijunde. Unde contingit ídem existencia ipsius actionis, dicere has actiones
praedicto loco ostendi, quía Deus in agendo esse distinctas quia diverso tempore fiunt, nans. Etenim si haec ratio valida esset,
numero lumen ab una lucerna productum procederet etiam in ordine ad potentiam
non pendet a tempere neque ab aliis cir- ab alia conservad, quod necesse est fieri per perinde est ac si diceretur esse distinctas
cumstantiis a quibus agentia naturalia pen- quia habent diversas durationes et existen- Dei absolutam. Unde necessario videtur di-
diversam actionem. Tertio, quía de ipsismet cendum in rebus successivis considerad
dere possunt, quía agunt per motum et tías, quod est idem vel aeque obscurum;
actionibus superest quaestio, cur necesse sit, posse id quod est reale et positivum, et id
transmutationem. Propter quod dixit Aris- secundum naturae ordinem esse numero hoc enim est quod inquirimus, cur neces-
toteles, V Phys., c. 4, ad unitatem motus ~e sit illas durationes, existentias aut enti- quod per modum, negationis seu privationis
distinctas; nam quod dicitur de diversitate in snccessione includitur, nam successio in-
xequiri temporis unitatem, quam rationem
temporis non--satisfacit; nam, vel est sermo tates illarum actionum esse distinctas~ et
airiplé:cti tüt . Toletus;---- liD~---- rr·-ae------Generat:, non potius eamdem iterum atque iterum re- trinsece dicit ut aliquid fuerit et iam non
•q. 13. de tempere extrínseco, quod in motu coeli petitam. Sicut quando Deus reproducir eam- sit, et aliquid futurum sit, nondum autem
S. Sed est difficilis ratio et satisfacere consideratur, et hoc nihil videtur referre dem numero formam, certum est posse illam sit. Quantum ad hanc ergo negationem seu
non videtur. Primo, quía potius unitas nu- ad intrinsecam individuationem vel distinc- reproducere eadem numero actione, qua privationem, non potest ens successivum
merica mutationis petenda est ex unitate tionem numericam actionum; quia ab hoc prius illam produxerat; hoc enim nullam restituí, quía hoc modo ad praeteritum non
numerica termini. seu formae productae, tempere solum sumitur quaedam extrinseca involvit repugnantiam~ ut praedicto loco est potencia. Quantum ad positivum autem
quam e converso, ut Aristoteles, V Physic., denominarlo eorum quae in tall tempore latius dictum est; ergo, ut sit actio distincta~ nulla videtur esse repugnantia quod, sicut
-eodem loco docuit; ergo, dum dicuntur esse dicuntur; unitas autem vel distinctio vel ut habeat intrinsecam durationem distinc- reproducitur a Deo idem calor, reprodu-
;accidentia producta esse numero diversa, numerica non cons~stit in extrinseca deno- tam, non satis est quod bis fiat seu cum catur etlam eadem calefactio; et sicut eadem
Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección IX
690 691
es uno mismo el acto de sentarse y uno mismo el "dónde", así es consiguiente- también muchos escritores modernos doctísimos se sienten atraídos h · U
mente uno mismo el movimiento local. Pues todas estas cosas dicen modos reales. Pues
d 1 Toledo
p . ' enCael VIII Phystc., q. ' conc¡. 2, rat. 3, deduce de esto laacm
· · 3 e a.
libertad
positivos, que tienen por sí mismos su individuación, y no dependen de un tiempo 1e af ~lme;ad. "dusa,I pues por su sola voluntad determina las causas segundas a
extrínseco más que otras cosas, sino de la intrínseca duración; por tanto, en este os e ec os m tVl ua es. Fonseca también en I Metaph e z q 3 8 di
aspecto se da la misma razón para éstas que para las demás cosas; por tanto, de que en algunos f t . ., · ' · , sec. ce
., e ec ?S es necesano recurrir a la divina determinación y' pre
parte de la acción no puede darse una razón suficiente por la cual repugne esto- fini c10n, cosa que rep1te en el lib. V e 2 . -
a los agentes naturales. la esencial dependencia de ¡ ' · ' q. 9' sec. 2, rat. 9, en la que prueba
7. Dicen, por consiguiente, otros que la causa y razón de esto depende de
otra cuestión, a saber, por qué la causa segunda es determinada a hacer este efec-
oqbrar ; y 1o mAidsmeo, entseñanb.. ~~: .~~~~~Ia::g~~:,b~~~~~~f~,,d~b~arl~~y:~~.,e~ ;¡
· 15' y3· natural
física
2· mas
que ¡am 1en porque. n0 es ar b'ltrano .
m. está fuera de la razón· '
to numérico aquí y ahora, más bien que otro, pues aquella misma que es la causa' a causa pnmera ayude a 1
de esta determinación debe ser también la causa por la que, siempre que la causa sus defectos en las cosas en ue éstas as causas segundas, y supla
segunda obra de nuevo, queda determinada para producir un efecto nuevo y que les falta el modo con ~ue pued!nar~c~n f~llar; Y en. el caso presente parece
distinto de todos los precedentes, pues por sola la virtud de la causa eficiente, o más bien que a otros. De esto volveremo: :rmmarse a Cl~rtos efectos singulares
por sola la capacidad del sujeto no puede darse una razón suficiente de tal cosa,. causas. Ahora, por consiguiente seg, lratar desJ:ues, al ocuparnos de las
ya que tanto la fuerza del agente, como la capacidad del mismo sujeto, es siem- cue~te~ente que Dios determinÓ su ~~n~;~~ ~ sentencm hay que decir conseg
pre la misma y permanece íntegra, y de suyo es igualmente indiferente para hacer duclr Siempre efectos nuevos y distintos on las causas s~gundas para pro-
o recibir a cUalquier individuo. efecto que existió primero y que ya dejó de ;er~o para produetr nuevamente el
Dicen, por tanto, algunos en la referida cuestión que toda la causa y raíz de 8. Pero con razón se pregunt ' ¡
esta determinación ha de reducirse a la diVina voluntad y predefinición. Pues consta que la Causa Primera haya"'Jeta o~ a~to~s de este parecer de dónde les
viendo Dios que este agente está dispuesto aquí y ahora para inmutar a tal sujeto, o bien esto era debido de algún modermu;a o e este modo su concurso, pues
hacia tal forma específica, y que de suyo es indiferente para esta o la otra forma in- modo natural de obrar de las mismas oo \;:~ causa~ selgundas, o fundado en el
dividual, y que no puede por si elegir o determinar su acción a ésta más bien lo mismo que el que la producción ~ea dete n?ce e a sola. v~lt;ntad de Dios,
que a otra cosa, El mismo con su voluntad decretó dar su concurso para la pro- que a otro. Si se dice esto último erman r~ada a este mdivJduo más bien
ducción de tal individuo en particular en este instante y en este sujeto; y porque que no tenemos revelación de tal' v~Iuntade~~a~~ cos!'- absolutamente incierta, ya
la causa segunda no puede obrar sin el <;oncurso de Dios, consecuentemente aqué- por la razón ni deducirlo de principios nat 1 lOS m se puede mostrar tampoco
lla queda determinada para hacer aquí y ahora tal individuo, y no otro. Esta siguientemente la razón primar¡·a· y
. .
~a. le~ algudnos. y st se dice lo primero, con-
cuasi u tlrna e esta dete . . . .
interpretación la toqué brevemente en el lugar referido, y señalé que no me de 1a· d tvma t aleza de 1as causas 'rrnmacton
· voluntad' sino de la n aur · no vtene
agradaba, porque tal razón no parece suficientemente filosófica, y porque en los que mvestlgamos, cómo puede fundarse e t 1 1 proXllllas; y esto es lo
actos libres presenta algunas dificultades ; ahora, en cambio, considerada la cosa· Sobre todo si no se funda en aquélla lasdo ten ~ na.~ra eza de la causa próxima.
más atentamente, juzgo que es muy probable, porque veo que no sólo Gregario numérico más que otro. e ermmact n para producir este efecto
en In I, dist. 17, q. 4, a. 2, ad 7 y dist. 35, q. 1, a. 1, y otros nominales, sina
a. 1 ~ et aliis Nominalibus, verum etiam causis secundis semper ad novas et distinc-
sessio et idem Ubi, ita consequenter ídem bet individuum agendum vel recipiendum .. multis ~odernis scriptoribus doctissimis
Dicunt ergo aliqui in praedicta quaestione, placere VIdeo. Toletus _enim VIII Phy · tos effectus. producendos, non vera ad pro-
motus localis. Nam haec ornnia dicunt rea- q3 12 ' SIC,, du~endum lte~ effectum, qui prius fuit
les modos· positivos, qui ex seipsis habent totam huius determinationis causam et radi- . · ' conc · ' rat. 3, ex hoc colligit
cem reducendam esse in divinam voluntatem et mm esse desnt. '
suam individuationem et non pendent ab libertatem primae causae quod pro sola vo-
extrínseco tempere magis quam aliae res, et praedefinitionem. Videns enim Deus hoc ~un~a~e sua determinat causas secund-as ad 8.. Sed inquiretur merito ah huius sen-
sed ab intrínseca duratione; est ergo eadem agens hic et nunc esse dispositum ad im- mdiv1duos effectus. Fonseca etiam, I Me- tel?-tiae auctoribus unde constet causam
ratio quoad hoc de illis quae de caeteris mutandum hoc subiectum ad talero formam taph., c. 2~ q. 3, sect. 8, dicit in quibus- pr.Imam hoc modo concursum suum deter-
rebus; igitur ex parte actionis non potest in specie, et de se esse indifferens ad hanc dam . e!fectibus necessarium esse recurrere mm.asse; . a';lt enil!l hoc erat allquo modo
sufficiens ratio reddi ob quam hoc repug- vel illam formaro in individuo, et ex se non ad dtvmam determinationem et praefinitio- ~eb1tum 1psts caus¡s secundis seu fundatum
net naturalibus agentibus. posse eligere seu determinare actionem nem, quod repetit lib. V, c. 2, q. 9, sect. 2, m connaturali modo agendi earum vel est
7. Dicunt ergo alii huius rei causam et suam ad hoc potius quam ad illud, ipse sua: r~t. 9, qua probat essentialem dependen- ex sola voluntate Dei, sicut quod 'determi-
rationem pendere ex alia quaestione, scilicet, voluntate decrevit dare concursum ad pro- uam ca~sarum secundarum a prima in agen- netur productio ad hoc individuum potius
unde causa secunda detenninetur ad hunc ducendum tale individuum in particulari in d_o; ~t tdem docent Copulata Conimbricen- quam a~ allud. Si dicatur hoc secundum,
numero effectum hic et nunc efficiendum, hoc instanti et in hoc subiecto, et quia cau- SI~, lib. !I Physic., c. 7, q. 15, a. 2 . Tum cum tai:s voluntas Dei revelatione non ha~
potius quam __ alium_; ___ nam_ __i_lla_____eJJ.Q!!_ffi.__qp_ae sa secunda non potest agere sine concursu ett~ qma non est voluntarium nec praeter beatur~ mcerta prorsus res erit, cum ratione
est causa huius determinationis, debet etiam bei; ·consequeritei- illa detenninatur ad agen- phys1~am ~t naturalem rationem- quod cau- o~t~?di non possit neque ex aliquibus prin~
esse causa ob quam, quoties causa secunda dum hic et nunc tale individuum et non sa pruna 1uvet causas secundas et suppleat ctpus naturahb"L_Is d~duci. Si vera dicatur pri-
de novo agit, ad novum effectum distinc- aliud. Hunc dicendi modum obiter attigi d~fectus ear~ in J;is rebus in quibus i:psae m~, ergo pnmarta et quasi ultima ratio
tumque ab omnibus praecedentibus efficien- in citato Joco, mihique non placere significa- VIden.tur d~ftcere; m praesenti autem vide- hums determinationis non est ex divina vo~
dum detenninatur; nam ex sola vi causae vi quía ratio non videtur satis plúlosophica,. t~ e1s deflcere modus quo determinari pos- luntate, sed ex natura causarum proxima-
efficientis aut ex sola capacitate subiecti et quia in actibus liberis habet aliquas smt ad qU<;sdam effectus singulares potius !um; et hoc est quod inquirimos, quo modo
non potest huius rei sufficiens causa reddi, difficultates; nunc autem re attentius con- quam ad abas. De qua re iterum infra, dis- m ?atura. causae proximae possit hoc fun-
cum taro vis agentis quam capacitas ipsius siderata, censeo esse valde probabilem, tum' putand? de causis. Nunc igitur iuxta illam da.n. ~axune si non fundatur in illa deter-
subiecti eadem semper sit et integra maneat, quia non solum Greg,, In I, dist. 17, sentent:lam consequenter dicendum est
q. 4, a. 2, ad 7, et dist. 35, q. 1, mmatlo ad ~une numero effectum produ-
et de se sit aeque índifferens ad quodli- Deum determinasse concursum suum cum cendum pot:lus quam ad alium.
rr
Disputaciones metafísicas 693
692 Disputación quinta.-Sección IX
9. Por lo cual podría decir alguno que las causas _segundas y fit;itas fsola- aquí y ahora en tal sujeto tal individuo, y después de aquél, otro y después de
mente una vez -por decirlo así- contienen en su v1rtud a cualqmer e ecto éste, otro, y así en los restantes, pues la misma naturaleza parece exigir esta de-
singular, y por eso después ~ue una causa ha .producido nna vez un efecto ?eter- terminación y orden para no llevar implicada en si cierta perplejidad y confusión.
minado, no queda en ella vutud para ~roduc1r nuevamente ~quel efecto, ~ para De aquí por tanto nace que nunca al obrar vnelva al mismo efecto, sino que
renovar la acción por la que le produ¡o, ya que por la pnmera producción su siempre produzca uno nuevo. Y elegí en el mencionado lugar esta forma de ex-
virtud ha quedado como agotada en cuanto puede quedar terminada en tal efecto presión, porque en un punto tan oscuro y difícil no se me ocurrió cosa alguna
numérico. Ahora bien, esto ha sido afirmado gratuitamente y sin prueba, ni es que me satisfaga plenamente, ni ahora se me ocurre tampoco; más todavía, esto
tampoco cosa que pueda concebirse, porque por si la virtud activa en cuanto tal, mismo que se atribuye a la naturaleza de tales agentes no parece que se pueda
no obra por alguna disminución o inmutación suya, sino por la inmutación o fundamentar o explicar suficientemente, pues como la virtud natural de obrar es
producción de otro; por lo cual su eficacia permanece tan integra y perfecta como de suyo simple y totalmente una misma, no se ve cómo pueda fundarse en ella
si nada hubiera producido; luego la producción que ha sido hecha ya una v:z no esta determinación natural, o de dónde puede constar. Ni tampoco pueden ayudar
deja incapacitada a la virtud activa para renovar aquélla una y otra vez, s1 por a esto las circunstancias extrínsecas en cuanto tales, como se mostró arriba acerca
lo demás no hay repugnancia por parte del efecto mismo. Y éste es el m~tivo por del tiempo; y vale enteramente la misma razón acerca del lugar en cuanto que
el que cualquier potencia activa, aunque sea finita, puede obrar suce.s!Vamente dice superficie extrínseca o relación a cuerpos extrínSecos.
hasta el infinito si persevera íntegra en su ser, porque permanece tamb1én entera Por consiguiente, hay que confesar que o bien depende esto de la divina vo-
en su eficacia, y de parte del efecto no repugna aquella sucesión o multiplicación luhtad solamente, o bien, si tiene alguna causa natural, permanece oculta para
hasta el infinito; luego lo mismo sucederá en cuanto a la reproducción del mismo nosotros, y a lo sumo puede decirse que como tales virtudes naturales se ordenan
efecto, si por parte de él no hay repugnancia. Y digo esto porque después que a la multiplicación de los individuos y a ella tienden naturalmente, es más con-
forme con las naturalezas de los mismos recibir siempre el concurso para los
ha sido producida la cosa un vez y permanece en el ser, no puede ser hecha nueva-
nuevos efectos. Y por esta causa, no sólo en la voluntad de Dios, sino también
mente por el agente, aunque permanezca entera su virtud activa, porque hay repug-
en las mismas naturalezas de las cosas se basa el hecho de que en las generaciones
nancia de parte del efecto, al menos por su misma naturaleza. En cambio, que aque-
de los hombres siempre se produzcan nuevas almas y no se unan nuevamente a los
llo que no es se haga no puede repugnar por parte de aquello mismo, aun cuando
cuerpos las que ya una vez fueron creadas y existen separadas.
antes haya existido. Pues ¿qué puede impedir que se haga nuevamente si ya no
existe? Porque dista ya tanto del ser como si nunca hubiera existido. Luego si et exercitio talis virtutis, ita ut natura de~ possit. Nec circumstantiae extrinsecae ut sic
por otra parte la virtud activa permanece íntegra, no puede tomarse de su inefi- terroinata sit ad agenduro hic et nunc in ad hoc iuvare possunt, ut supra ostensum
cacia la razón de esta necesidad. tall subiecto tale individuum, et post illud est de tempore; et est omnino eadem ratio
aliud, et post hoc alterum, et sic de reliquis; de loco, quatenus· dicit extrinsecam super-
10. Finalmente sólo puede añadirse que los agentes naturales, aunque de suyo ficiem vel habitudinem ad extrinseca cor-
nam ipsamet natura postulare videtur hanc
tengan virtud cuasi general e indiferente para varios individuos de la misma espe- determinationem et ordinero, ne in se in- pora. Fatendum ergo est, vel hoc pendere
cie, con todo piden de suyo un determinado modo y orden en el uso y ejerci:io volvat quamdam perplexitatem et confusio- ex sola divina voluntate, vel, si aliquam
habet causam naturalero, nobis esse occul-
de tal virtud, de tal manera que la naturaleza quede determinada para obrar nem. Hinc ergo provenit ut nunquam in tam, et ad summum dici posse, curo hae
agenda ad eumdero effectum redeat, sed virtutes naturales ad multiplicationem in-
semper novum producat. Quem modum di- dividuorum ordinentur eamque naturaliter
9. Propter hoc dicere posset aliquis cau- infinitum, si integra perseveret in suo esse; cendi ip loco praedicto elegí, quía in re ob-
sas secundas et finitas semel tantum (ut ita quia manet etiam integra in efficacia sua, intendant, esse magis consentaneuro naturis
scura et difficili nihil occurrit quod omnino eorum ut semper concursum recipiant ad
dicam) continere in virtute sua quemlibet et ex parte effectus illa successio vel roulti-
plicatio in infinitum non repugnat; ergo satisfaceret, neque nunc etiam se se offert; novas effectus. Hac enim de causa, non
singularem effectum, et ideo postquam talis iromo, hoc ipsum quod naturae talium agen-
causa semel aliquem effectum produxit, non ídem erit quoad reproductionem eiusdem solum in De~ voluntate, sed in ipsis etiam
effectus, s¡ ex parte eius non est repugnan- tium tribuittll' non videtur posse satis fundari naturis rerum fundatum est quod in homi-
relinqui in ea virtutero ad producenduro
iterurn illum effecturn, neque ad iterandaro tia. Quod ideo di,co, quía, postquam semel aut explicari; naro curo naturalis vis agendi nuro generationibus seroper novae animae
actionern per quarn illum produxit, quia per res producta est et in esse permanet, non sit ex se simplex et eadem omnino, non producantur et non uniantur iterum cor-
prirnarn productionem veluti exhausta est potest iterum ab agente produci, quamvis apparet quomodo in illa poSsit fundari haec poribus quae semel iaro creatae et separa~
eius virtus, quatenus ad talern numero effec- integra maneat eius virtus activa, quia ex naturalis determinarlo, aut unde constare tae existunt,
tum terminari potest. Sed hoc est gratis parte effectus repugnat, saltem. ex natura
et sine probatione dicturo, et intelligi etiam rei. Quod vero id quod non est, fiat, ex
non potest; nam virtus activa per se et parte ipsius repugnare non potest, etiaro si
quatenus talis-- -est--- non op~ratur per-- --ali- antea--fuerit.- Quid .enim hoc obstare potest
quam sui diminutionem vel immutationem, ut iterum fiat, si iam non est? Cum iam
sed per irnmutationero vel productionem tantumdero distet ab esse ac si nunquam
alterius. , Unde taro integra et perfecta fuisset. Ergo si aliunde virtus activa manet
manet efficac¡a eius ac si nihil produxis- integra, non potest ex inefficacia eius ratio
set; ergo ex vi productionis sem el factae huíus necessitatis sumi.
non manet impotens ad eamdero iterum 10. Addi - ergo tandem potest- agencia
atque iterum faciendam, si aliunde non naturalia, quamvis ex se habeant virtutem
est repugnantia ex parte ipsius effectus. Hac quasi generalero et indifferentem ad plura
enim ratione, quaelibet potencia activa, individua eiusdem speciei, tamen ex se pos-
quantumvis finita, potest successive agere in tillare certum roodum et ordinem in usu
DISPUTACION X

EL BIEN O LA BONDAD TRASCENDENTAL

RESUMEN

En esta Disputación se pueden distinguir tres partes fundamentales que co-


rresponden a las tres secciones de la misma:
l. Qué es el bien o la bondad (Sec. 1).
ll. De cuántas clases es (Sec. 11).
111. Cuál es el bien que se convierte con el ente como pasión suya (Se c. lll).

SECCIÓN I

Después de advertir que la investigación versa sobre la forma o razón por la


que una cosa se dice buena (1), expone y refuta cuatro opiniones erróneas sobre
el concepto de bien:
1) De Capréolo, que afirma que la bondad no es una razón r-eal, sino una
relación de razón de conveniencia a otro (2-4).
2) De Durando, para quien el bien es una relación real sobreañadida al
ente (5).
3) De Escoto, que mantiene que la bondad es una propiedad absoluta y real
sobreañadida al ente y distinta de él ex natura rei (6-8).
4) De Herveo, que afirma que la bondad absolutamente consiste en una per-
fección real del ente W:-10). A continuación expone su sentencia: La bondad
añade al ente una razón de conveniencia (12), la cual prueba con varios argumen-
tos, para responder a las objeciones más importantes (13-18). Cierra la sección
con una comparación del bien y lo apetecible (19) y la diferencia entre el bien y
lo verdadero.

SECCIÓN II

Trata esta sección de la división del bien. Tras una introducción, expone
brevemente la división del bien en verdadero y aparente (1). La segunda divi-
sión despliega el bien en bien en sí y bien para otro (2), y la tercera, y más im-
portante, lo divide en bien honesto, deleitable y útil (3), división que explica
y justifica seguidamente (4 y 5). Propone a continuación varias dificultades so..¡
bre la referida división: cómo se dice el bien honesto, cpnveniente per se (6),
cómo tiene el bien deleitable peculiar y propia razón de bien in se et per se ape-
tecible (7); en qué sentido se niega que el bien útil es bien en sí (8) y por qué
14
Disputaciones metafísicas
210
el bien útil no se divide en dos: finalmente, se objeta que la precedente división
es insuficiente por no abarcar todas las clases del bien ( 10).
A continuación rebate ampliamente la primera dificultad (11-15) y la segun-
da (16-22) y trata conjuntamente de la tercera y la cuarta (23-25), con lo que
deja también resuelta la quinta dificultad. De aquí pasa a examinar si las tres
clases de bien se hallan en todos los seres (27), y si dicha división es análoga y
con qué analogía (28-29). Finalmente se detiene en explicar cómo se reducen a
la propuesta las otras divisiones del bien que suelen darse (30-35).
DISPUTACION X
SECCIÓN III EL BIEN O LA BONDAD TRASCENDENTAL
En esta sección se propone exponer cuál de esos bienes anteriormente reco-
rridos es el que conviene al ente como pasión suya. Planteadas brevemente las
dificultades del problema (1) y expuestas algunas opiniones sobre el mismo (2), nem~ssta e~ ~r!~m~ propiedadlsimple que s~ atribuye al ente, sobre la cual supo-
d ' r ugar, que a bondad existe, ya que esto es tan cierto ·
pasa a la resolución de la cuestión, que basa en cuatro afirmaciones:
l.", el bien propiamente dicho siempre supone o incluye al ente (3);
1
Jaen~~nZt~edneo nlecesít~ comprobació~,pues no sólo dice la Escritura que vil~:~
n as cnaturas producidas por El G' o • 1 ·
2.a, el bien absolutamente hablando se convierte con el ente (4-5); tamblién Aristótele~ que el bien es lo que todo~p:r~~~~' _c~Etica' fi~o I que ldice
3.a, todo ente es, asimismo, bueno para alguien (6), afirmación que confirma 1 P or o cual, del mismo modo qu"' · ' · ' c. -.
existe en las cosas una inclinació~ e~a~~::~ooyac~:proba~o experin;entalmente que
recorriendo todas las clases de entes (7-9);
4.a, el bien trascendental parece que está constituído, sobre todo, por el bien nocida la existencia del bien o bondad 1p to hacia algo, a~I t~mbién es co-
esto ha ue ex r , en as cosas. Por constgmente, sentado
honesto. 1
atributo yd¿l entep ~~ó~~e s:s r~a~~nndaadcoy del cuántas. clases; y cuál de ellas es
A continuación recoge las dudas que expuso en el n. 1 sobre si la relación dice n e ente mismo.
perfección, y responde a la primera dificultad afirmando que la relación verdadera
y real como tal incluye bondad y perfección (15), lo que amplía al plano de las
relaciones divinas (16-17). La segunda dificultad versaba sobre los entes mate- SECCION PRIMERA
máticos, que son verdaderas cosas y no son buenos; advierte, con Santo Tomás,
que son buenos en sí, pero no son considerados como tales por la ciencia mate- NATURALEZA DEL BIEN O BONDAD
mática (19), sobre la cual solución propone algunas objeciones (20) que seguida-
l. Como el nombre de bie · . .
mente soluciona (21-23). La tercera dificultad negaba que la materia prima fuese aquí qué es aquello que se d n ~s co~motatlvo o denommatlvo, no preguntamos
un bien, y la resuelve fijando en qué sentido se le llama no buena (24). La cuarta que es el ente, el cual tienee~~Fo:fJa~I~;t po~que, hablando¡ en general~ es cierto
trataba de las esencias de las criaturas, las cuales son buenas en cuanto existen- ha sido dicho 1 ura 0 conceptua sobre el b1en, como
tes (25); en cuanto no son aún existentes, del mismo modo que son entes aún sirto que lo ya en o que prece,de, y s~ verá mejor por lo que después sigue;
en potencia, así son también buenas (26). Por último, la quinta dificultad afirma· una cosa due se. pregunta aqm es que es aquella forma o razón por la que
ba que el bien consiste en el modo, especie y orden debido a la naturaleza, del la misma ~:ri:::~a b~el?-a. y para la explicación de ésta nos encontramos con
cual muchas cosas carecen; se resuelve afirmando que no hay cosa que no posea e opmwnes que en los restantes atributos del ente.
en un grado mínimo estas tres condiciones, lo cual es ya de suyo suficiente para
que tenga bondad trascendental (27). DISPUTATIO X quidr:am boni!as sit et quotuplex, et quae-
~am tllarum stt passio entis et quomodo ad
DE BONO SEU BONITATE tpsum ens comparetur.
TRANSCENDENTAL!
SECTIO PRIMA
I;Iaec ~st . ultima proprietas simplex quae
QUID BONUM SEU BONITAS SIT
entt attr~brutur, de qua imprimis supponi-
mus bomtatem es se; id enim tam certum et l. Cum bonum nomen sit connotati-
¡;;er se notum est. ut non incligeat proba- v.um seu denominativum, hic non inqui-
twn~; nam. et Scnptura dicit vidisse Deum nmus quid illud sit quod bonum denomi-
bor:ttaten:; m creaturis a se productis, Ge- natur; nam certum est illud in éomrnuni
nests pnmo; et Aristoteles dixit bonum loquendo esse ens quod natura seu ratione
esse quod omnia appetunt, I Ethic., c. l. bonum antececlit, ut in superioribus dictum
Und~, quam est certum et experimento ~st ~t. ex sequentibus magis constabit; sed
c?gmtum esse in rebus naturalem inclina- mqummus quaenam sit illa forma seu ratio
w;mem seu appetitum ad aliquid, tam est a .qua res bona denorninatur. In qua ex•
etmm notum esse bonum seu bonitatem in plicanda ~adem est varietas op)nionum quae
rebus. Hoc ergo posito, explicandum est m caetens passionibus entis.
Disputación X.-Sección 1
212 Disputaciones metafísicas 213

2. La primera opm10n afirma que la bondad no dice una razón real, sino la misma voz ~anifiesta; y esto puede explicarse por la razón de que una mis-
sólo una relación conceptual de conveniencia de uno para con otro. Indica esta ma cosa, con~tderada . en todos sus elementos absolutos, puede ser conveniente
opinión Capréolo, In ll, dist. 34, q. 1, y se explica de este modo: La bondad, par~ uno Y dtsconvemente para otro; como, por ejemplo, el calor, que es con-
como consta por el modo común de pensar y por la misma palabra, no añade al v~mente para el fuego y disconveniente para el agua· luego la conveniencia con-
siste en la re1acto~~
·' ahora b'ten, no en una relación
' real, como mostraremos;
ente razón alguna privativa, ya que la privación dice más bien carencia de bon-
luego en una relac10n de razón.
dad o perfección; por tanto, dice una razón positiva. Por otra parte, formalmente
tampoco dice la razón misma de la entidad, pues estas dos cosas las concebimos
y explicamos con diversos conceptos y definiciones y, además, porque de lo con- La bondad no es una relación de razón
trario la bondad no sería propiedad del ente, sino que más bien las dos palabras
serían sinónimas. Ni tampoco puede la bondad incluir en su concepto a la entidad "d 3. Sin embargo, esta opinión ha quedado en dos puntos virtualmente reb·l-
tl a con
. lo q ue an t es d"1Jffi10S.
· ·
Pnmero, o
porque niega que estas pasiones del
y añadirle algo, pues la propiedad no incluye intrínsecamente en su concepto
a la naturaleza o esencia de su objeto. Por consiguiente, es menester que la bon- ente mcluyan en su concepto formal e intrínseco la entidad cosa que tanto en
general como en cada uno de los casos tratados antes, mostra~os ya qu: era falso
dad diga algo sobreañadido al ente, pero esto no puede ser algo real, ya que, como
antes se mostró extensamente al tratar de las pasiones del ente en común, al r que.Jn el presente aparece a~n más manifiestamente, ya que lo que no incluy~
a entt ad. no es .nada; Y ¿.qmén piensa que la bondad no es nada, siendo así
ente real como tal no puede añadirsele una razón real distinta no ya realmente,
q?-e atrae al apetito, y se dtce que tiene razón de causa final, y es total 0 par-
pero ni siquiera conceptualmente, que sea pasión suya. Igualmente porque ni tal
Cialmente 1~ perfección misma d~ la cosa, c?mo lueg? explicar~mos? Por ello,
razón puede ser algo absoluto, ni una relación real, como después probaremos;
s.anto Tomas, en I, ~· 48, a. S, dtce que el bten, esenctal y principalmente con-
luego la bondad sólo puede añadir al ente algo conceptual, lo cual no puede ser stst~ en una perfecc10n; y la perfección sin entidad apenas puede siquier; con-
otra cosa que la mencionada relación de conveniencia. Este razonamiento parece cebirse. Por lo cual, San Agustín, en el lib. I De Doctr. Christiana, c. 32, dice
ser de Santo Tomás en la q. 1 De Veritate, a. 1, y q. 21, a. l. Y puede recibir q~e, en cuanto so~os, somos buenos. Lo segundo es que dice que la relación de
una confirmación porque lo bueno y lo apetecible en la realidad son una misma r"z?n es una pas10n d~l ente, y ya al hablar con propiedad de la relación de
cosa, aunque con estos nombres no se signifique la misma relación, pues lo ape- razon en cuanto que d1ce algo como fingido por la mente y añadido a las cosas
tecible dice denominación formal del apetito, o relación a él; en cambio, lo bue- mostramos q~e esto era falso, y consta también evidentemente en el caso pre~
no formalmente no dice esto, sino aquello que de parte del objeto es fundamen- sente., ~n pn~er lugar, porque, como enseña Aristóteles en el libro VI de la
to de tal denominación o relación, por lo cual es verdadera esta proposición cau- Metafz~zca, hacta el fin, la bondad está en las cosas, y en esto la distingue de la
sal: porque es bueno, es apetecible. Ahora bien, todas las cosas se apetecen por verdad, por tanto, formalmente no es sólo una relación de razo'n Ad ,
1' S . emas, por-
la conveniencia que dicen con el que apetece, ya que cada uno ama lo que le ~ue~ c~moS exp tea ~nto To~ás en ~' q. S, a. S, refiriéndose al libro De Natura
conviene; por consiguiente, la razón de bien consiste en esta razón de con- ont,_, e an Agustm, el bzen conszste en el rnodo, especie y orden, cosa que
veniencia, y esta razón de conveniencia no es otra cosa que la relación, como tambte~ expond:emos desp:-rés; ahora biet;, esto no son cosas fingidas or el
ent:ndlmen~o, smo q?e eXIsten en la realidad misma; luego tampoco lop es la
razon de b1en. Tamb1én, porque ésta es precisamente la diferencia entre el bien
2. Prima opm10 ait bonitatem non di- ut sic non potest addi aliqua ratio realis,
cere aliquam rationem realero, sed solum non solum ex natura rei, verum nec ratione
relationem rationis convenientiae unius ad al- distincta, quae sit passio eius. Item, quía latio, ut ipsa vox prae se fert; et explicari
potest, qum res eadem quoad omnia absolu- n;us? Unde D. Thom., I, q. 48, a. S, di-
terum. Quae opinio indicatur a Capreolo, nec talis ratio potest esse absoluta, nec rela- ~lt bonun; per se et principaliter consistere
In II, dist. 34, q. 1, et in hunc modum ex- tio realis, ut infra probabimus; ergo solum ta huic est conveniens, illi disconveniens ut
calor est conveniens igni et disconvenlens m perf~ctw~e_; perfectio autem sine entitate,
plicatur. Nam bonitas, ut ex ipsa voce et addere potest bonum supra ens aliquid ra- neque mtelhg¡ potest. Unde August. lib 1
ex communi modo concipiendi constat, non tionis, quod non potest esse nisi praedicta a.quae; ergo consistlt convenientia in rela-
tw~e ;, et non reali, ut ostendemus, ergo
De Doct. Christiana, c. 32, ait q~!Od ·in
addit enti aliquam rationem privativam, quia relatio convenientiae. Qui discursus videtur quantum. sumus, boni sumus. Secundurn
privatio potius dicit carentiam perfectionis esse D. Thomae, q. 1 De Verit., a. 1, et ratwrus.
e~t, relatlonem rationis esse passionem en-
seu bonitatis; dicit ergo positivam rationem. q. 21, a. l. Et confirmad potest quía bo- t;s; . nam loquendo proprie de relatione ra-
Rursus, non dicit formaliter ipsam rationem num et appetibile in re ídem sunt, quam- Bonltas non est relatío rationis t1oms I?rout . dicit aliquid mente confictum
entitatis, tum quia haec duo diversis con- vis his nominibus non ídem respectus sig- et quas1 a~d¡tum rebus, ostendimus id esse
ceptibus ac definitionibus a nobis .concipiun- nificetur; nam appetibile dicit formalem de- . 3. Sed nihilominus haec opinio virtute
l~probata est in superioribus quoad duo.
falsum ~t m praesenti evidenter etiam con-
tur et explicantur; tum etiam quia alias nominationem ab appetitu, vel respectum stat. Pn~o, quia, ut Aristoteles docet, VI
bonitas non esset proprietas entis, sed po- ad illum; bonum autem non id dicit forma- ~nmum, ~uod neget has passiones entis
mcluder~ m conceptu suo formali et intrin-
Metaph., m fine, bonum est in rebus e' in
tius voces illae essent synonymae. Neque liter, sed id quod ex parte obiecti est funda- hoc d~stinguit illud. a v~ro} non es~ ;rgo
etiam bonitas potest in suo conceptu inclu- mentum talis denominationis seu habitudi- ~eco. ent!t~tem, quod tam in communi quam
m smguhs supra tractatis ostendimus esse formaliter sola relatw rat1oms. Deinde quia
dere entitatem et aliquid illi addere, quía nis, propter quod haec causalis vera est: ut ex Augustino, lib. De natura boni e 3'
proprietas non includit intrinsece in con- Quia bonum est, est appetibile. Sed omnis fa!sum et in praesenti videtur manifestius
mn!l quod entitatem non includit, nihil est ;, tract~t. D: Thomas, I, q. S, a. S, bon·ut~
ceptu suo naturam seu essentiam sui subiecti. res appetitur propter convenientiam quam co.nststt! m modo, specie et ordíne, quod
Necesse est ergo ut bonitas dicat aliquid su- habet cum appetente; amat enim unusquis- qms autem concipiat bonitatem esse nihil
cum illa trahat appetitum et rationem cau~ etmm mf~a exponemus; haec autem non
peradditum enti; sed hoc non potest esse aH- que quod conveniens est; ergo ratio boni ~u~t co?ficta pe~ intellectum, sed in rebus
quid reale, quía, ut supra late ostensum est in hac ratione convenientiae consistit; haec sa~ finali~ habere dicatur et sit ipsa perfectio
IPS_Is ex1stunt; .ergo neque ratio boni. Item,
de passionibus entis in communi, enti reali autem ratio convenientiae non est · nisi re- 1
l
re1, vel mtegra vel ex parte, ut explicabi-
qma haec est differentla ínter vei:um bonum
1
j
!
1
j
214 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 1 215
verdadero y el aparente, que el aparente es fingido y aprehendido con el solo ramente absoluto, como prueba suficientemente el argumento aducido, de que
entendimiento, mientras que el verdadero bien subsiste en la realidad misma la misma cosa sea buena respecto de uno y mala respecto de otro; por tanto, será
y se presupone ante cualquier ficción del entendimento; por lo cual, se dü;e una relación real. Esta opinión se atribuye a Durando en In ll, dist. 34, q. l.
de Dios: Vio todas las cosas que había hecho y eran muy buenas; pero no v1o Sin embargo, como Durando niega también en otras cosas las propias relaciones
en ellas una relación de razón; por tanto, no consiste la bondad en una rela- reales, su opinión ha de ser otra en el caso presente, como veremos después. Pero
ción fingida, ni -se requiere ésta para aquélla. de quienquiera que sea tal sentencia, es manifiestamente falsa. Esto puede mos-
4. Sin embargo, hay quienes dicen que aunque algunas relaciones de razón trarse con los mismos argumentos con que lo probamos al tratar de la verdad,
son tales que dependen de la ficción y el pensamiento del entendimiento, como aplicados guardando la proporción debida. En primer lugar, porque Dios es
las relaciones de género y especie, otras, en cambio, existen en las cosas mis- bueno desde toda la eternidad, con una bondad trascendental común a las tres
mas, sin pensamiento alguno del entendimento, como la relación de creador o Personas; y sin embargo, en El no hay ninguna relación real común a las tres
de señor en Dios. Sin embargo, los que dicen esto, o bien hablan de las rela-
Personas. En segundo lugar, porque el calor, en cualquier parte en que exista,
ciones en sentido equívoco, o envuelven en sus mismas palabras una contradic-
ción. En efecto, ¿cómo van a existir en las cosas mismas antes de la operación tiene toda su bondad aunque no exista el fuego ni cualquier otro sujeto al que
de la razón si se dice que son relaciones de razón? O ¿en qué difieren de las sea conveniente el calor; luego entonces tampoco tiene una relación real de con-
relaciones reales si están subjetivamente en las cosas y no sólo objetivamente en veniencia; luego la bondad no consiste en dicha relación. En tercer lugar, in-
el entendimento? Ni aquellas denominaciones de creador o de señor en cuanto cluso cuando el calor existe en el fuego o la justicia en el hombre, no es un bien
concebidas como antecedentes al pensamiento del entendimento se toman de re- para él a causa de la relación real, pues por el hecho mismo de que tal forma
laciones de razón, como trataremos en otra ocasión. Añádase a esto que cual- informe a tal sujeto mediante su entidad absoluta, es un bien y perfección suya
quiera que se finja que es dicha relación, la razón de bondad no puede consistir prescindiendo de toda relación que pueda surgir, ya sea según la duración real,
en ella, como se verá mejor por lo que diremos de la relación real. Pero el fun- si en la realidad no existe ninguna relación tal, ya sea según el entendimiento
rlamento de esta opinión prueba, a lo sumo, que la bondad, además de conno- y orden natural; en efecto, tales extremos existen con sus entidades y perfec-
tar toda la realidad intrínseca de la cosa, connota también al~o extrínseco, es de- ciones absolutas, con prioridad natural a que entre ellas surja la relación. En
cir, la denominación tomada de la reunión de muchos, principalmente cuando cuarto lugar, porque o bien aquella relación real dice perfección y entidad 'real
una cosa se dice buena para otro, como más abajo declararemos. o no. Si no dice -como muchos piensan- una perfección real, ¿cómo puede
ser bondad de una cosa, siendo así que la bondad dice perfección? Y si dice
La bondad no es una relación real perfección, por consiguiente, dice también bondad; por tanto, dice una relación
real de conveniencia y tal relación será su bondad; y así se seguirá hasta el
5. La segunda opinión supone que la razón de bondad consiste en alguna infinito, argumento que es ya vulgar en las relaciones. O bien si aquella rela-
relación real sobreañadida al ente. Esta opinión se ha de fundar y explicar ha- ción es conveniente y buena sin tal relación de conveniencia, lo mismo podria
ciendo uso del principio que ya se probó en contra de la precedente, que la concebirse facilísimamente en cualquier forma o cosa absoluta.
bondad debe consistir en alguna razón real; pues aquello no puede ser algo me-

et apparens, quod apparens solo intellectu prout intelliguntur antecedere cogitationem tum, ut. probat satis argumentum facturo, relationem realero, nam hoc ipso quod ta-
fingitur et apprehenditur, verurn autem bo- intellectus, sumuntur a relationibus rationis, quod eadem res respectu unius sit bona et lis forma per suam entitatem absolutam in-
num in re ipsa subsistir et ante omnem de qua alias. Adde, qualiscumque haec re- respectu alterius mala; erit ergo relatio formar tale subiectum est bonum et perfec-
fictionem intellectus supponitur; unde de latio fingatur, non posse in ea rationem bo- realis. Quae sententia attribuitur Durando, tio eius, praecisa omni insurgente relatione
Deo dicitur: Vidit omnia quae fecerat et nitatis consistere, quod magis constabit ex In II, dist. 34, q. l. Sed curo Durandus in vel secundum realero durationem, si revera
erant valde bona; at non vidit in eis rela- his quae de relatione reali dicemus. Funda- aliis etiam rebus neget proprias relationes nulla est talis relatio, ve! secundum intel-
tionem rationis; non ergo consistir bonitas mentum autem huius sententiae ad summum reales, alia est in praesenti mens eius ut lectum et naturae ordinem; prius enim na-
in ficta relatione neque haec ad illam re- probat bonum praeter totam intrinsecam réi infra videbimus. Cuiuscumque autem sit illa tura sunt talia extrema secundum suas en-
quiritur. entitatem connotare aliquid aliud extrin- sententia, manifeste falsa est. Quod eisdem titares et perfectiones absolutas quam inter
4. Sunt vero qui dicant, quamvis aliquae secum seu denominationem sumptam ex argumentis quibus de veritate id probavi- ea insurgat relatio. Quarto, quia vel relatio
relationes rationis tales sint quae a fictione consortio plurium, praesertim quando una mus, cum proportione applicatis hic ostendi illa realis dicit perfectionem et entitatem
et cogitatione intellectus pendeant, ut rela- res dicitur bona alteri, ut infra declara- potest. Primo, quia Deus ab aeterno bo- realero, vel non. Si non dicit (ut multi exis-
tiones generis vel speciei, alias vera esse bimus. nus est bonitate transcendentali communi timant) aliquam perfectionem realero, qua-
quae sunt in rebus ipsis absque cogitatione tribus personis et -tamen in eo nulla est modo potest esse bonitas alicuius rei curo
intellectus, ut relatio creatoris vel domini in relatio realis communis tribus personis. Se- bonitas perfectionem dicat? Si autem dicit
Bonitas non est relatio realis cundo, quia calor, ubicumque existat habet perfectionem, ergo et bonitatem; dicit ergo
Deo. Sed hi vel aequivoce loquuntur de
relationibus vel in verbis involvunt repu- 5. Secunda sententia ponit rationem bo- totam suam bonitatem, etiamsi ignis non realero relationem convenientiae et illa rela-
gnantiam. Quomodo enim in rebus ipsis sunt nitatis in aliqua relatione reali superaddita existat neque aliquod aliud subiectum cui tio erit eius bonitas ; et sic procedetur in
ante opus rationis, si relationes rationis esse enti consistere. Quae opinio fundanda ac conveniens sit calor: ergo et tune non habet infinitum, quod argumentum vulgare est in
dicuntur? Aut in qua differunt a relationi- declaranda est, sumpto principio contra relationem realero convenientiae; ergo non relationibus. Vel si illa relatio est conve-
bus realibus, si sunt subiective in rebus et praecedentem sententiam probato, bonita- consistit bonitas in hac relatione. Tertio, niens et bona absque tali relatione conve-
non tantum obiective in intellectu? Nec tero consistere debere in ratione aliqua rea- etiam quando calor existir in igne ve! iusti- nientiae, idem facillime intelligi poterit in
illae denominationes creatoris aut domini li; nam illud non potest esse roer(! absolu- tia in homine, non est bonum eius propter quacumque forma vel re absoluta.
216 Disp¡ttaciones metafísicas Disputación X.-Sección I 217;
materia, y así en las demás cosas. Puede añadirse que también aquí tiene apli-·
La bondad no dice nada absoluto realmente distinto de la entidad cación aquel mismo argumento, ya que también de aquel modo sobreañadido,
pu~de preguntarse si es conveniente para otro o no; pues si no es conveniente
6. La tercera opinión es que la bondad dice una cierta propiedad absoluta ¿co,mo la fort;'la que _ha sid?, afectada por tal modo puede ser conveniente po;
y real sobreañadida al ente y distinta de él ex natura rei o formalmente, opinión razon d~ aquel? Y s1 tamb1en aquel modo es conveniente por sí mismo (para
que se atribuye a Escoto en In I, dist. 3, q. 3, y en otros lugares que han sido no se_gmr ~ás a~ y así hasta el infinito), también la forma por virtud de su
tratados anteriormente; puede verse también en Capréolo, In 11, dist. 34, q. l. esencia o d1ferenc1a última podrá ser conveniente por sí misma.
Y puede probarse con lo ya dicho como por una enumer:ación suficiente, por- , 7. Y con esto se entiende fácilmente que en la cosa que se dice buena en
que la bondad es menester que sea algo real, y no puede ser una relación; luego s1 Y .absolutamente, también dicho modo ha sido fingido. Porque la cosa o bien
ha de ser algo absoluto. Y para que sea propiedad es menester que de algún se dtce buena es~ncialmente o accidentalmente, a la manera como se dice bueno
modo se distinga realmente. Pero contra esta opinión está todo cuanto se dijo el. ~ombre estudwso .. En este segundo sentido ciertamente la bondad es algo
en común acerca de las pasiones del ente, y en particular acerca de la unidad dtstmto de la cosa nusma que se llama buena, como la salud es distinta del sano
y la verdad. Y además, para que ahora se entienda más claramente que es falsa, Y la hermosura del hermoso; por lo cual, a veces es un modo de la cosa asi'
podemos distinguir que un ente puede ser llamado bueno de dos maneras : de afectada, como la figura; a veces, en cambio es una entidad añadida a otro ente·
una, absolutamente y en sí mismo, a saber, porque en si es bueno, al modo que para perfeccionarle, como la ciencia se añade al entendimiento. Pero no es ésta
se dice bueno Dios o el hombre bueno. En otro sentido, se dice bueno porque la honda? que ahora consi~~ra~os, porque tal bondad respecto al ente a quien
es bueno para otro, de la manera que se dice que la virtud es buena porque le sobreviene no es una paswn mtrinseca del ente, sino un cierto accidente suyo;
hace bueno al que la tiene, y así dice Santo Tomás en la q. 21 De Veritate, por lo cual no es bondad trascendental, sino que puede llamarse bondad formal
a. 1, que la bondad dice razón de perfectivo de otro. Acerca de esta distinción o. ma~erial u objetiva, u otra semejante, según las varias relaciones de conve-
trataremos más ampliamente en seguida. Por consiguiente, la cosa que se dice men~m que una cosa puede tener con respecto a otra. A no ser, quizá, que se
buena para otro no puede denominarse buena por algún modo real y absoluto constdere aquella bondad con relación a la misma cosa o forma que se dice bue-
distinto ,ex natura rei de su propia entidad, ya que tal realidad, concebida pre- na para otro, sobre lo cual se trató ya; o respecto del todo constituido por aqué-
cisivamente en su entidad, es conveniente por razón de ella para aquel para quien ~la, y de este modo es una parte intrínseca de su entidad, como la forma es parte
se dice buena, a la manera como la salud es conveniente por sí misma al animal tntrínseca del compuesto y puede decirse un cierto bien o bondad suya, y así
y no por razón de algún modo sobreañadido; y la virtud o la ciencia, precisa- pertenece ya a la bondad esencial de aquello constituído, en cuanto tal. Por con-
mente porque es virtud y ciencia, es conveniente para el hombre; por consi- siguiente, de ésta es también evidente que no puede añadir un modo intrínseco
guiente, es algo enteramente ficticio poner en tales formas unos modos sobre-
añadidos por los que sean buenas, pues si prescindimos con el entendimiento
y absoluto distinto ex natura rei de la entidad de la cosa, porque la bondad
del todo no es otra que la que surge de la bondad de las partes; pero se
de tales modos y consideramos en la ciencia su sola esencia, la encontraremos
conveniente y muy proporcionada al entendimiento humano. Y de modo seme- ha mostrado que la bondad de la forma no añade nada intrínseco además de la
jante, la forma, precisamente porque es forma, es buena y conveniente para la forma, y, consecuentemente, tampoco la bondad de la materia sobre la materia,.

Bonitas nihil absolutum dicit in re bonum quia alteri bonum est, quomodo vir- habere locum argumentum illud quod de spectu illius entis cui accidit, non est in-
distinctum ab entitate tus dicitur esse bona quia bonum facit ha- illo modo superaddito interrogad poterit an trínseca passio entis sed est quoddam ac-
bentem, et sic ait D. Thom., q. 21 De Ve· sit conveniens alteri necne; nam si conve- cidens eius; unde non est bonitas tran-
6. Tertia sententia est bonitatem dicere rit., a. l, bonum dicere rationem perfectivi niens non est, quomodo forma illo modo scendentalis, sed potest dici bonitas forma-
quamdam proprietatem absolutam ac realem alterius. De qua distinctione statim plura affecta ratione illius potest es se conveniens? lis vel materialis, vel obiectiva, vel alía si-
superadditam enti et ex natura rei seu for- dicemus. Res ergo quae dicitur bona alteri Si autem etiam ille modus conveniens est milis, iuxta varios respectus convenientiae
maliter distinctam ab illo, quae sententia non potest denominad bona ab aliquo modo per seipsum (ne ulterius · et in infinitum quos una res potest ad alteram habere. Nisi
tribuitur Scoto, In I, dist. 3, q. 3 et aliis reali et absoluto ex natura rei distincto ab progrediamur), etiam forma ex vi suae forte consideretur illa bonitas respectu
locis, qua e supra tractata sunt; et vide re entitate eius, quia huiusmodi res praecise essentiae seu differentiae ultimae per seip- ipsiusmet rei vel formae quae bona alterí
licet in Capreolo, In II, dist. 34, q. l. Et concepta in sua entitate ratione illius est sam poterit esse conveniens. dicitur, de qua iam dictum est; vel re-
potest probari ex dictis sufficienti enume- conveniens ei cui bona dicitur, ut sanitas 7. Et hinc facile intelligitur in re qua e spectu totius constituti per illam, quomodo
ratione, quia bonitas oportet ut sit aliquid per seipsam et non ratione alicuius modi bona dicitur in se et absolute, etiam esse est intrinseca pars entitatis eius sicut forma
reale; et non potest esse relatio; ergo debet superadditi est conveniens animali; et virtus confictum modum illum. Aut enim res dici- ' .
est mtrmseca pars compositi et' dici potest
esse absolutum. Et ut sit proprietas, opor- aut scientia ex eo praecise quod virtus et tur bona essentialiter aut accidentaliter, qua- quoddam bonum, vel bonitas eius, et sic iam
tet ut in re aliquo modo distinguatur. Sed scientia est, est conveniens homini; omnino modo dicitur bonus horno studiosus. Hoc pertinet ad bonitatem essentialem illius con-
contra hanc sententiam procedunt omnia ergo fictum est ponere in huiusmodi formis- posteriori modo est quidem bonitas aliquid stituti ut sic. De hac ergo etiam est evidens
quae in communi de passionibus entis et modos superadditos quibus bonae sínt; distincturri ab ipsa re quae denominatur non posse addere modum intrinsecum et
in particulari de unitate et veritate dicta praescindamus enim per intellectum talem bona, ut sanitas est distincta a sano et absolutum ex natura rei distinctum ab ·en-
sunt. Et praeterea, ut clarius in praesenti modum et consideremus in scientia solam pulchritudo a pulchro; unde interdum est tita te rei, quía bonitas totius non est nisi
falsa esse intelligatur, distinguere possumus essentiam eius, et inveniemus illam conve- modus rei sic affectae, ut figura, interdum quae consurgit ex bonita te partium; sed
dupliciter ens aliquod dici bonum: uno nientem valdeque proportionatam humano vero est entitas addita alteri enti ad per- ostensum est bonitatem formae non addere
modo absolute et in se, scilicet, quia in se intellectui. Et similiter forma ex eo prae- ficiendum illud, ut scientia additur intel- aliquid intrinsecum ultra formam et conse-
bonum est, quomodo dicitur Deus bonus cise quod forma est, est bona et conveniens lectui. Non tamen est haec bonitas quam quenter nec bonitatem materiae supra ma-
aut horno bonus. Alio modo dicitur aliquid materiae et sic de alüs. Adde, hic etiam nunc consideramus, quía talis bonitas re- teriam, nec bonitarem unionis supra unio-
218 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 1 219

ni la bondad de la unión sobre la unwn; por consiguiente, tampoco la bondad perfección. Esta opinión se atribuye a Herveo, Quodl. III, q. 2; allí, sm em-
del compuesto añadirá alguna propiedad distinta sobre toda la entidad del com- bargo) afirma que la bondad dice entidad en cuanto que es perfectiva de otro
puesto en cuanto tal. Y se declara aplicando el argumento establecido, pues om~­ o en cuanto que se ordena a la perfección de otro más bien que el que en si
tida dicha propiedad, permanecen en tal compuesto toda la bondad de la maten~ tenga alguna perfección, sentido del que trataré después. Por consiguiente, esta
y de la forma unidas entre sí; luego también la bond~d del compuesto. Y si. U1 opinión puede explicarse de otra forma: que la bondad de cada cosa es aquella
en el ente compuesto añade la bondad aquel modo, m tampoco en el ente sim- perfección por la que cada cosa es perfecta en su entidad; por lo cual, si es un
ple que se ordena a la composición de aquél, se infiere, evidentemente, que tam~ ente absoluto, lo será teniendo en sí un grado tal de perfección, por razón del
poco en las sustancias simples la bondad sustancial o esencial o trascendental <:ual será también en sí un cierto bien; en cambio, si es un ente relativo, o un
añade nada intrínseco a la entidad de las mismas; pues existe la misma o ma- ente de ente, como la parte del todo o el accidente del sujeto, de la misma ma-
yor razón, ya que tales entes son más simples y más perfectos. nera será un bien de aquel de quien es ente; y por razón de la perfección enti-
8. Y de aquí que a fortiori se impugne la opinión que refiere Soncinas en tativa que tiene, se dirá un cierto bien en sí mismo; en cambio, por virtud de
IV Metaph., q. 19, que afirmaba que esta bondad trascendental es un accidente aquella razón por la que tal perfección o ha sido hecha o adaptada para perfec-
que pertenece verdadera y propiamente al predicamento de la cualidad. Esto
cionar a otro, se dirá bien para otro. Por lo cual, como el accidente es por una
es evidentemente falso, sea porque un predicado trascendental no puede quedar
limitado a un solo género, sea también porque cada cosa es buena por sí misma, misma entidad ente en si y ente de otro, así por la misma perfección es en sí
lo cual es certísimo no sólo en Dios, sino también en los demás entes, según el mismo, es decir, intrínsecamente, un cierto bien y un bien de otro. Así, por
razonamiento expuesto. Pues el alma, por ejemplo, precisamente por razón de consiguiente, rectamente se entiende y se explica que la bondad en cada cosa no
su sustancia, tiene alguna perfección, y es buena y conveniente para el hombre es nada más que la perfección propia de cada una.
y apetecible por éli y lo mismo en la cantidad y en las mismas cualidades; 10. La demostración de esta sentencia así expuesta puede tomarse, en pri-
pues en cada una de las especies hay una bondad y perfección propia; por lo mer lugar, de lo ya referido por enumeración suficiente; porque la bondad
cual, la bondad no constituye un género propio de cualidad) o una especie, pues no es una relación de razón ni real, ni algo absoluto sobreañadido al ente; por
de lo contrario una cualidad sería buena por otra, cosa que es ridícula; mayor- <:onsiguiente, no queda otra cosa que pueda ser sino la perfección de la cosa.
mente siendo así que una misma cualidad puede ser buena para uno y mala En segundo lugar, porque lo bueno y lo perfecto son lo mismo, como enseña
·para otro. Santo Tomás en I, q. S, a. 1, 3 y S, y lo explicaremos después; luego también
son lo mismo la bondad y la perfección, pues lo bueno y lo perfecto no sólo
La bondad absolutamente no consiste en una perfección real del ente materialmente son lo mismo, sino también formalmente, ya que cada cosa en
tanto es buena en cuanto es perfecta. Finalmente, de este modo puede fácil-
9. La cuarta opinión, por tanto, afirma que la bondad no dice otra cosa mente concebirse y explicarse la razón de bondad, y no hay ningún motivo que
que la perfección intrínseca del ser, la cual es absoluta en los absolutos y rela-
fuerce a añadir alguna otra cosa, ni es siquiera fácil entender o explicar qué
tiva en los relativos. De lo cual parece que se deduce consecuentemente que la
bondad no es otra cosa que el mismo ente en cuanto que tiene en si algo de pudiera ser ello; luego es señal de que la razón de bondad consiste en esto.

nem; ergo nec bonitas compositi addet ali- unaquaeque res per seipsam bona est, quod
quam proprietatem distinctam supra totam non solum in Deo est certissimum, sed nis habet. Haec oprmo tribuitur Hervaeo, ~ic erg~ recte intelligitur et explicatur bo-
entitatem compositi ut sic. Et declaratur etiam in aliis entibus, ex discursu facto. Quodl. III, q. 2; ibi tamen magis sentlt mtatem m unaquaque re nihil esse praeter
applicando argumentum factum; nam, prae- Nam anima, verbi gratia, praecise ratione bonitatem dicere entitatem quatenus est uniuscuiusque perfectionem.
cisa illa proprietate, manent in illo campo- suae substantiae aliquid perfectionis habet ·perfectiva alterius, seu quatenus ad alterius 10. Probatio autem huius sententiae sic
sito tota bonitas materiae et formae ínter et bona est ac conveniens homini et appe- perfectionem ordinatur, quam ut in se habet expositae imprimís sumi potest ex dictis a
se unitae; ergo et bonitas compositi. Quod tibilis ab ipso; et idem est in quantitate et perfectionem aliquam, de quo sensu infra sufficienti enumeratione; quía bonitas don
si neque in ente composito bonitas addit in qualitatibus ipsis; nam in singulis spe- dicam. Aliter ergo potest explicari haec est relatio rationis nec realis, neque abso-
illum modum neque etiam in ente simplici ciebus est propria bonitas ac perfectio; unde vpinio, quod bonitas uniuscuiusque rei sit lutum quid additum enti; nihil ergo aliud
quod ordinatur ad aliud componendum, bonitas non constituir proprium qualitatis illa perfectio qua unaquaeque res in sua
su~erest q~od esse possit nisi rei perfectio.
evidenter infertur etiam in substantiis sim- genus, ve! speciem, alioqui una qualitas per en tita te perfecta est; unde si sit ens sim-
Demde qma bonum et perfectum ídem sunt,
plicibus bonitatem substantialem, seu es- aliam bona esset, quod est ridiculum; ma- pliciter, erit in se habens tantam perfectio-
nem ratione cuius in se etiam erit quoddam ut docet D. Thomas, I, q. 5, a. 1, 3 et 5,
sentialem, vel transcendentalem nihil intrin- xime cum eadem qualitas possit esse bona et infra declarabimus; ergo et bonitas ct
secum addere entitati earum; est enim uni et mala alteri. bonum; si vero sit ens secundum quid
seu entis ens, ut pars totius ve! accidens perfectio sunt ídem; nam bonum et perfec-
eadem ve! maior ratio, quia haec entia sunt tum non materialiter tantum, sed formaliter
et simp!iciora et perfectiora. subiecti, sic erit bonum illius cuius est
Bonitas absolute non consistit in perfectione ens; et ratione perfectionis entitativae quam ídem sunt, quia unumquodque in tantum
8. Et hinc a fortiori impugnatur opinio reali entis bonum est in quantum est perfectum. De-
quam refert Soncin., IV Metaph., q. 19, habet, dicetur in se quoddam bonum; ea
9. Est ergo quarta sententia bonitatem vero ratione qua illa perfectio ve! instituta nique hoc modo facile concipi et declarati
quae asserebat bonitatem hanc transcenden-
nihil aliud dicere quam intrinsecam rei est ve! apta ad perficiendum aliud, dicetur potest ratio bonitatis et nulla ratio est quae
talem esse accidens quoddam vere ac pro-
prie pertinens ad praedicamentum qualita- perfectionem quae absoluta est in absolutis bonum alterius. Unde, sicut accidens eadem cogat ad aliquid a!iud addendum, neque
tis. Quod est evidenter falsum, tum quia et relativa in relativis. Unde fieri videtur entitate est in se ens et ens alterius, ita quid illud sit facile potest explicari ve! in-
praedicatum transcendens non potest ad consequens, bonum nihil aliud esse quam eadem perfectione est in se, id est, intrin- telligi; ergo signum est in hoc consistere
-unum genus limitari; tum etiam quia ipsum ens quatenus in se aliqujd Ilerfectio- sece quoddam bonum et bonum alterius. rationem bonitatis.
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 1 221
220
11. Pero, aunque esta opinión parezca por sí fácil y evidente y explique .la <Dpinión queda favorablemente resuelto, establecida la citada connotación, ya que
cosa en gran parte, con todo no la explica enteramente, y por e~l~ , es prec1so basta ésta para que entre el bien y el ente haya una cierta distinción de razón
añadir algo más por dos motivos. Primero, porque según esta exposicwn, la bon- fundada en la realidad, de tal modo que pueda así atribuirse el bien al ente como
dad no es una pasión del ente, sino su esencia; por lo cual, la bondad y el en~e propiedad y no ser sinónimo suyo, puesto que formalmente una cosa es ser o
se convertirian más como sinónimos que como sujeto y pasión. La consecuencia ·t~ner entidad y otra tener siempre, por razón de la entidad, alguna convenien-
es clara, porque nada es más esencial al ente real que tener algo. ?e perfección, Cia, que es lo que declara la razón de bien. Además, basta esto para que una
y hasta que se conciba algo como ente dotad~ de ?lguna perfecc1?n no .se con- misma cosa, reteniendo la misma perfección, sea buena para uno y mala para
cibe como ente real; por lo cual, en este sentido, s1 hay alguna d1ferencia entre otro, ya que cuando se dice buena para uno, además de la perfección de aque-
estos dos nombres será más en la etimología que en la cosa significada, porque lla cosa que se dice buena, se connota en la otra, para quien se dice buena, la
el ente está tomado del acto de ser, y el bien, de la perfección, a la que formal inclinació~ o capacidad natural de la otra cosa; y en cambio, en la otra, para la
y necesariamente incluye el acto de ser. Lo segundo es el argumento que antes
que se d1ce mala, se connota la carencia de tal capacidad o inclinación, o más
;e propuso, a saber, que una misma cosa se dice buena para uno y mala para bien la inclinación contraria; luego de este modo quedan salvadas todas las co-
sas que se encuentran en la bondad, sin añadir ninguna otra relación, como se
otro, a pesar de que incluye la misma perfección. afirmó también en el caso semejante de la verdad. Finalmente, puede esto tam-
bién explicarse haciendo la inducción en todos los bienes, ya que el bien hones-
to, según el parecer de todos, dice un bien que por sí es conveniente a la natu-
La bondad añade al ente la razón de conveniencia raleza racional como tal; igualmente, el bien deleitable no es otra cosa que el
bien que tiene conveniencia con la naturaleza sensible, como trata extensamente
12. Hay que decir, por consiguiente, que el bien sólo puede añadir al ente Cayetano en 1-II, q. 32, a. 1, explicando cómo ello no es una relación sino la
la razón de conveniencia, la cual no es propiamente una relación, sino que sólo . '
cosa misma en cuanto acomodada a tal naturaleza, lo cual no puede significar
connota en el .otro una naturaleza tal que tiene inclinación natural, capacidad o m~s que la mutua conexión de las cosas y su fundamental proporción; y lo
conexión con tal perfección; por lo cual, la bondad dice la perfección misma mismo se encuentra a su manera en el bien útil, que sólo dice un bien apto
de la cosa, connotando la referida conveniencia o denotación que surge de la y acomodado para el fin pretendido. Por consiguiente, de este modo se explica
coexistencia de varios. Esta conclusión la defiende Durando. en el lugar citado, rectamente la conveniencia que dice el bien.
y puede probarse primeramente por enumeración suficiente por todo lo dicho 13 Objeción.- Solamente queda una dificultad, y es que de este modo no
en contra de las demás opiniones, y porque ninguna otra cosa puede pensarse se explic~ total~ente, sino sólo parcialmente, la razón del bien; porque, como
una vez excluídas aquéllas. En segundo lugar, porque lo que se adujo en favor antes decm, ;I b~en suele decirse de las cosas doblemente, a saber : o porque la
de la última sentencia prueba, sin duda, que la perfección se incluye en el con- cosa es en si misma buena, o porque es buena para otro, división que está to-
cepto de la bondad; y lo mismo confirma también cuanto se dijo en contra de mada de San Agustín, en el libro VIII De Trinitate, c. 3, y de Santo Tomás
la primera opinión, ya que la bondad no puede no incluir la entidad y, por con- In 11, dist. ~7, ~ J., a. 2, ad 1, q. 1 De Virtut., a. 2, ad 1, y 1-II, q. 26, a. 4:
siguiente, la perfección. Por otra parte, cuanto se objetó en contra de la última donde tamb1en anade que lo que es bueno en sí e~ absoluta y simplemente bue-

timam septentiam optime salvantur posita est conveniens naturae rationali ut sic; bo-
11. Sed, licet haec sententia videatur per Bonitas addit enti 1'ationem convenientiae praedicta connotatione; nam illa sufficit ut num ítem delectabile nihil aliud est quam
se facilis ac perspicua et magna ex parte sit nonnulla distinctio rationis fundata in bonuro habens convenientiam curo natura
12. Dicendum ergo est bonum supra rebus inter bonum et ens, ut sic possit bo-
rem declaret, non tamen omnino et ideo ens solum posse addere rationem convenien- sensibili, ut Caiet. late tractat, I-II, q. 32,
aHquid aliud addere oportet propter duo. num attribui enti tamquam proprietas et a. 1, explicans quomodo id non sit relatio,
tiae quae non est proprie relatio, sed so- non esse synonymum curo illo, quía forma-
Primo, quía iuxta hanc expositionem, bo- Juro connotat in alío talero naturam haben- sed ipsa res ut accommodata tali naturae
num non est passio entis realis, sed essen- tem naturalem inclinationem, capacitatem,
liter aliud est esse seu habere entitatem, quod nihil a!iud dicere potest quam mu~
tia eius. Unde bonum et ens potius tam- al!ud vero ratione entitatis habere semper tuam rerum connexionem et fundamentalem
ve! coniunctionem curo tali perfectione; un- altquam convenientiam quam ratio boni de-
quam synonyma convertentur, quam subiec- de bonitas dicit ipsam pedectionem reí, con- proportionem; idemque reperitur suo modo
tum et passio. Sequela patet, quia nihil est clarat. Deinde, hoc satis est ut eadem res in bono utili quod soluro dicit bonum ap-
notando praedictam convenientiam seu de- retinens eamdem perfectionem, sit bona unl
magis essentiale enti reali quam habere aH- notationem consurgentem ex coexistentia tum et accommodaturo ad finem intenturo.
et mala alteri; nam, curo dicitur bona uni, Recte igitur convenientia quam dicit bo-
quid perfectionis, et donec concipiatur aH- plurium. Hanc conclusionem intendit Du- praeter perfectionem eius quae bona dici-
quid ut ens alicuius perfectionis non conci- rand., citato loco, et probari potest primo a nuro praedicto modo declaratur.
tur, connotatur in altera cui bona dicitur 13. Obiectio.-Una tantum superest dif-
pitur ut ens reale; unde in hoc sensu si ali- sufficienti enumeratione ex omnibus dictis inclinatio seu capacitas connaturalis alterius;
qua est differentia ínter haec duo nomina, contra alias sententias et quia nihil aliud ex- ficultas, quia hoc modo non adaequate sed
in alía vero, cuí mala dicitur, connotatur tantum ex parte ratio boni explicatur: nam,
magis erit in etymologia quam in re sig- cogitari potest, illis exclusis. Secundo, quia carentia talis capacitatis seu inclinationis,
quae adducta sunt in favorem ultimae sen- ut supra dicebam, bonum dupliciter de re-
nificata, quía ens sumptum est ab actu vel potius contraria inclinatio ; ergo hoc bus dici solet, scilicet, vel quía res in se
essendi, bonum autem a perfectione quam tentiae probant sine dubio perfectionem in-· modo salvantur omnia quae in bonitate in-
cludi in conceptu bonitatis; et idem etiam bona est, ve! quía est bona alteri, quae di-
formaliter et ex necessitate includit actus veniuntur absque a!ia relatione adiuncta, ut visio sumpta est ex Aug., VIII de Trinit.,
essendi. Secundum est argumentum supra confirmant quae dicta sunt contra primam in simili dictum etiam est de veritate. Tan-
sententiam, quía non potest bonitas non in- c. 3, et ex D. Thoma, In II, dist. 27, q. 1,
proposituro, quod eadem res dicitur bona dem hoc potest declarari inductione in om- a. 2, ad 1, q. 1 De Virtut., a. 2, ad 1, et
uní et mala alteri, curo tamen eamdem per- cludere entitatem et consequenter perfectio- nibus bonis; nam bonum honestum ex om- I-II, q. 26, a. 4, ubi etiam addit. id quod
fectionem includat. nem. Rursus, quae obiecta sunt .contra ul- nium sententia dicit bonum quod per se in se bonum est esse absolute et simpliciter
Disputacwnes metafísicas Disputación X.-Sección 1 223
222
no; y lo que es bueno para otro sólo es bueno relativamente. En este mismo· puede concebirse al ente con la entidad sin que se le conciba con la perfección
sentido suele decir Santo Tomás que el accidente n.o es un bien en cuanto que esencial, no sólo porque el mismo ser es perfección, sino también porque la
tiene bondad, sino porque redunda en la bondad del sujeto, como puede verse perfección esencial conviene al ente esencial y primariamente, y en esto difiere
en III, q. 11, a. 5, ad 3; y en I-II, q. 55, a. 4, ad 1, dice que las virtudes no de la perfección accidental, ya sea extrínseca, ya intrínseca a la manera de una
son tanto unos ciertos bienes cuanto cíertas bondades, cosa que se dice no por- pasión propia. Por lo cual, cada cosa queda colocada en un determinado grado
que en sí no tengan perfección, sino porque la tienen acomodada para perfec- del ser mediante esta perfección esencial, y por ella se distinguen y ordenan en-
cionar a otro; del mismo modo que los accidentes se dice que son entes del ente tre sí los entes; pues así -como antes decíamos- se divide primeramente el
más bien que entes, porque tanto tiene de bondad cada cosa cuanto tiene de ente en finito e infinito de acuerdo con su perfección esencial; por consiguien-
ser, como dice el mismo Santo Tomás en I-II, q. 18, a. l. La misma distinción te, semejante perfección esencial no añade nada al ente y a la esencia; por tan-
del bien en sí o respecto de otro tiene Escoto en el Quodl., 18. Pero la referida to, el bien bajo este aspecto no parece propiamente ser pasión del ente, sino el
razón de bien, tal como ha sido explicada por nosotros, sólo conviene a la cosa mismo ente. Y de este modo dijo Escoto en Quodl., 6, que la magnitud de la
en cuanto que se dice bien de otro, pues bajo esta razón se explica perfecta- perfección esencial no es algo diferente de la esencia ni siquiera en las criaturas.
mente el hecho de que «ser buena la cosa» diga la perfección de tal cosa, con.:.. Y esto lo enseñan también todos los demás. Y puede ello explicarse como por
notando en otra la capacidad, inclinación u otra conexión semejante; y esto no una semejanza con lo que decíamos antes acerca de la verdad, a saber, que en
puede convenir a aquella bondad por la que la cosa se dice buena en sí, porque cuanto dice razón absoluta de verdadera entidad, es decir, no fingida sino rati-
tal bondad se dice de, forma enteramente absoluta y sin ninguna relación a otro, ficada, en cuanto tal no dice pasión del ente sino que declara sólo la misma ra-
incluso fundamental o según la predicación; por consiguiente, de aquel modo zón del ente real, y por tanto sólo es pasión en cuanto que connota de algún
no se explica la razón adecuada y principal del bien. modo la conveniencia con el entendimiento; por consiguiente, lo mismo parece
14. Respuesta.- A esta dificultad puede responderse en primer lugar que que se ha de decir del bien guardando la debida proporción.
nosotros aquí explicamos la bondad que es pasión del ente, y que el bien sólo 15. Cómo se comparan lo bueno y lo perfecto.- Esta respuesta se hará más
es pasión del ente en cuanto dice conveniencia para otro o en cuanto que es verosímil si se entiende exactamente cómo se comportan entre sí la razón de
bien para otro, ya que de este modo se distingue de alguna forma el bien del bien y la de perfecto; pues dice Aristóteles en el libro V de la Metafísica, c. 16,
ente y conviene a todo ente, aun al más perfecto, pues Dios, que es sumo bien, que se dice perfecto aquello fuera de lo cual no puede tomarse ninguna parte,
es también bien de otros, porque Dios claramente percibido es el sumo bien ob- o sea aquello a lo que nada falta. En este sentido, no todo bien es perfecto, como
jetivo de la criatura racional, y el Verbo divino es el máximo bien de la huma- es evidente por sí mismo, ni tampoco todo ente es perfecto, aunque sea bueno;
nidad de Cristo. En cambio, el bien tomado absolutamente, a saber, en cuanto pues el niño es ente y hombre, y con todo no es aún perfecto; y el hombre
que es un bien en sí, no parece que pertenezca a las pasiones del ente, sino más que tiene perfecta cantidad, pero no las cualidades o hábitos conformes a su na-
bien a la esencia o entidad del mismo, como antes argumentaba, porque de este turaleza, aunque sea de algún modo bueno, con todo no es perfecto. En este sen-
modo el bien es lo mismo que lo perfecto, como dice con frecuencia Santo Tomás tido, por tanto, se dice perfecto no cualquier bien, sino aquel que está termi~
en I, q. 5; y lo perfecto se incluye en el concepto esencial del ente real, porque no nado en todas sus partes, el cual es absolutamente bueno. Sin embargo, en otro

bonum; quod autem est bonum alteri, tan- na, quía haec bonitas omnino absolute did-
tur et absque ullo respectu ad aliud, etiam lis, quía non potest concipi ens cum entita- fictae sed ratae, ut sic non dicit passionem
tum est bonum secundum quid. Quo sensu te quin concipiatur cum perfectione essen- entis, sed declarat solum ipsam realis entís
dicere solet ídem D. Thomas accidens non fundamentali seu secundum dici; ergo illo
modo non explicatur adaequata nec praeci- tiali, tum quía ipsum esse est perfectio, rationem, ideoque solum est passio, ut con-
esse bonum ut habens bonitatem, sed quía tum etiam quía perfectio essentialis conve- notat aliquo modo convenientíam ad íntel-
cedit in bonitatem subiecti, ut videre licet in pua ratio boni.
14. Responsio.- Ad hanc difficultatem nir enti per se primo et in hoc differt a lectum; sic ergo videtur dicendum de bono
III, q. 11, a. 5, ad 3; et I-II, q. 55, a. 4, perfectione accidentali, sive sit extrínseca si- servata proportione.
ad 1, dícit virtutes non tam esse bona quae- responded potest, primo, nos hic describe-
re bonitatem qua e est passio entis; bonum ve intrínseca ad modum propriae passionis. 15. Quomodo bonum et perfectum com-
dam quam bonitates quasdam, quod dic- Unde per hanc perfectionem essentialem parentur.- Quae responsio fiet verisimilior
tum est non quia in se non habeant perfec- autem solum esse passionem entis prout di-
cit convenientiam ad alterum seu prout est unaquaeque res constituitur in certo gradu si exacte intelligatur quomodo se habeant
tionem, sed quía eam habent accommoda- entis et per eamdem inter se distinguuntur ratio boni et ratio perfecti; dicit enim
tam ad perficiendum aliud. Sicut accidentia bonum alteri; hoc enim modo distingui-
tur bonum aliquo modo ab ente et conve- et ordinantur entia. Sic enim (ut supra di- Arist., V Metaph., c. 16, perfectum dici ex-
dicuntur esse entis entia potíus quam entía, cebamus) primo distinguitur ens in infinitum tra quod non est ullam partem accipere, seu
quía tantum habet unaquaeque res de bo- nit omni enti, etiam perfectissimo; Deus
enim, qui. summe bonus est etiam est bo- et finitum secundum perfectionem essentia- cuí nihil deest. Quo sensu non omne bonum
nitate quantum habet de esse, ut ídem D. lem; ergo huiusmodi perfectio essentialis perfectum est, ut per se constat, neque etiam
Thomas aít, I-II, q. 18, a. l. Eamdem dí- num aliorum, nam Deus clare visus est
summum bonum obiectivum creaturae ra- non addit aliquid supra ens et essentiam; omne ens est perfectum, licet sit bonum;
stínctionem boni secundum se seu respectu ergo bonum sub hac ratione non videtur puer enim ens est et horno, nondum tamen
alterius habet Scotus, Quodl., XVIII. At vero tionalis et Verbum divinum est maximum
.humanitatis Christi. Bonum autem absolu- proprie esse passio entis sed ipsum ens. Et perfectus; et horno habens perfectam quan-
praedicta ratio boni, ut a nobis explicata hoc modo dixit Scotus, Quodl., 6, magni- titatem, non vero qualitates vel habitus suae
est, solum convenit rei ut dicitur bonum te sumptum, scilicet prout est bonum in se,
non videtur pertinere ad passionem entis tudinem perfectionis essentialis non esse naturae consentaneos, licet bonus aliquo
alterius; sub hac enim ratione optime ex- aliud ab essentia etiam in creaturis. Quod modo sit, non tamen perfectus. Hoc ergo
plicatur quod rem esse bonam dicat perfec- sed potius ad essentiam seu entitatem eius,
ut supra argumentabar, quía bonum hoc caeteri omnes docent. Et potest hoc a si- sensu perfectum dicitur non quodcumque
tionem talis rei. connotando in altera capa- mili explicad ex his quae supra dicebamus bonum, sed illud quod omni ex parte con-
citatem, inclinationem, vel aliam similem modo ídem est quod perfectum, ut D. Tho-
mas saepe dicit, I, q. 5; perfectum autem de veritate, scilicet, quod quatenus dicit ab- summatum est, quod est simplicit!!r bonum.
connexíonem; hoc autem non potest con- solutam rationem verae entitatis, id est, non Alío tamen modo potest perfectum dicí
venire illi bonitatí qua res dicitur in se bo- includitur in essentiali conceptu entis rea-
224 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección I 225
sentido, puede llamarse perfecto aquello que bajo alguna razón tiene la perfección ha~a ninguna diferencia, porque también la bondad o perfección que confiere el
.absolutamente necesaria y esencial, a la manera como el niño puede llamarse acc1dent~, si s~ compara precisivamente con la bondad que confiere la sustancia,
hombre perfecto en cuanto a su esencia, y del mismo modo dicen los teólogos es relattva. As1, pues, es verdadero, en general, lo que adujimos, tomándolo de
.que la caridad remisa, aunque pueda llamarse imperfecta respecto de la intensa, Sant~, Tomás, que cada cosa tiene de bien cuanto tiene de ser; y lo que citamos
sin embargo, absolutamente y en cuanto a su esencia, es perfecta, como dice tamb1en de San Agustín, que somos buenos en cuanto somos.
San Juan, I Canon., c. 2: Quien guarda su palabra, verdaderamente en él es per- 17. Y así sucede finalmente que el bien tomado absolutamente no es otra
-fecta la caridad de Dios. Y de este modo, lo bueno y lo perfecto se convierten; cosa que el mismo ente, a la manera como se dicen las cosas naturalmente bue-
más aún, son enteramente lo mismo en cuanto que lo bueno dice aquello que nas Y perfectas si están consumadas en su misma entidad, y el hombre se dice
.en si es bueno o tiene la bondad, es decir, la perfección debida a si, y esto no n:oralmente bueno si tiene las virtudes morales o perfecciones, que no son sino
.es otra cosa que tener la esencia o entidad debida a sí; por tanto, el bien bajo ctertas formas reales y entidades; así, también, Dios se dice sumamente bueno
este aspecto esencial y formalmente no dice otra cosa que el ente; por ello, ser
Y perfecto por razón de su entidad, aun cuando no se compare con ninguna otra
caridad perfecta en dicho sentido no es otra cosa en realidad que ser caridad,
cosa, Y así en lo demás .. Por consiguiente, esta doctrina y respuesta explicada
y asi en lo demás. Más aún, ser perfecto del primer modo, o absolutamente
bueno, no es más que ser un ente que tiene toda la entidad requerida para su d.e este modo es probable y ofrece cierta facilidad y claridad, y la indicó ya En-
rtque en el lugar arriba citado.
compleción.
16. Y de este modo hay que entender a Santo Tomás cuando suele decir 18. Sin embargo, por el empleo habitual de los términos puede también dar-
(como puede verse en I, q. 5, a. 1, ad 1) que, en las criaturas, el ente absoluto y se otra respuesta. En efecto, aunque la anterior es verdadera en cuanto afirma que
el relativo se comparan entre sí diferentemente de como lo hacen el bien absoluto el bien bajo aquella .ra~ón ~o difiere en la realidad del ente, sin embargo, concep-
y el relativo; pues una cosa tiene el ser absolutamente por el ser sustancial, y tualmente pueden dtstmgmrse, lo cual basta para que la bondad pueda ser asig-
el ser relativo por el ser accidental; y en cambio tiene el ser buena relativa- nada como propiedad del ente a la manera de los otros trascendentales. Por con-
mente por el ser sustancial, y absolutamente por el ser accidental. Con todo, esto siguiente, hay que advertir, en cuanto a la imposición o significación del nombre
último se ha de entender no acerca del ser accidental por separado, sino en cuan- que el ente sólo se di.ce por el ser o por la entidad, como expusimos arriba; y qu~
to unido al ser sustancial, porque el hombre no seria bueno por virtudes acci- lo perfecto, en cambto, expresa más claramente la perfección del ente, en lo cual
dentales si no se le supusiese ya hombre, y por tanto sustancial y naturalmente incluye una cierta negación, o por lo menos no podemos nosotros sin ella ex-
bueno. Por lo cual, en esas palabras relativamente y absolutamente parece que plicar su significado, a saber: que no le falte nada en aquella razón según la cual
hay una equivocidad, pues cuando se dicen del ente parece que se dicen de la se dice perfecto. Y que, en cambio, la bondad dice una cierta conveniencia por
sustancia y el accidente comparados precisivamente; y cuando se dicen del bien se razón de la cual tiene la cosa el ser apetecible; pues lo bueno se dice por un
dicen de la sustancia creada o bien tomada sola o en cuanto afectada por las dis- cierto orden al apetito, como enseñó Santo Tomás en I, q. 5, a. 1, según Aris-
posiciones y facultades que le son connaturales. Por lo cual sucede que aunque en tóteles en el libro I de la Etica: Es bueno lo que todos apetecen, e inmediata-
la manera de hablar haya diversidad, con todo en la realidad no parece que mente quedará más explicado. Por lo cual, es necesario que también aquellas

quidquid sub a!iqua ratione entis habet per- Thomas cum di,cere solet (ut videre !icet,
.fectionem simpliciter necessariam et essen- I, q. 5, a. 1, ad 1) ali.ter ínter se comparari etiam bonitas ve! perfectio quam confert 18. Verumtamen propter usum vocum
tialem, quomodo puer potest did perfectus in creaturis ens simp!iciter et secundum accié:iens, si praeclse comparetur ad eam bo- potest adhiberi alia responsio. Nam, licet
horno quoad essentiam et similiter dicunt quid, quam bonum simpliciter et secundum nitatem quam confert substantia, est secun- prior in hoc habeat verum quod bonum sub
.theologi charitatem remissam, licet dicatur quid; nam res habet quod sit ens simpli- dum quid. Sic enim in universum verum ea ratione in re non differt ab ente, nihi-
imperfecta respectu intensae, tamen simpli- citer per esse substantiale, secundum quid est quod ex D. Thoma supra retu!imus, l?minus possunt ratione distinguí, quod sa-
_citer et quoad essentiam esse perfectam, vero per es se accidentale; habet autem unumquodque quantum habet de esse, tan- tls est ut bonum assignetur ut proprietas entis
quomodo ait loan., I Canon., c. 2: Qui ser- quod sit bona secundum quid per esse tum habere de bonitate, et quod etiam re- ad modum aliorum transcendentium. Est ita-
.vat verbum eius, vere in hoc charitas Dei substantiale, simpliciter autem per esse tulimus ex Augustino, quod in quantum que quoad impositionem ve! significationem
perfecta est. Atque hoc modo bonum et accidentale. Hoc tamen ultimum intelli- sumus, boni sumus. nominis advertendum ens solum dici ab esse
perfectum convertuntur, immo sunt omni- gendum est non praecise de esse acci- 17. Atque ita tandem fit quod bonum aut entitate, ut . supra exposuimus; perfec-
no ídem prout bonum dicit id quod in se dentali, sed ut coniuncto esse substan- ~bsolute dictum nihil aliud sit quam ens tum autem clanus exprimere entis perfec-
·bonum est seu quod habet bonitatem, id est, tiali; non esset enim bonus horno per ac- 1psum, quomodo dicuntur res naturaliter tionem, in quo negationem quamdam inclu-
perfectionem sibi debitam; hoc autem nihil cidentales virtutes, nisi supponeretur horno bonae vel perfectae, si in sua entitate sint dit, ve! saltem sine illa non potest a nobls
.aliud est quam habere essentiam ve! enti- et consequenter substantialiter et naturali- consummatae, et horno dicitur moraliter bo-
ter bonus. Unde in illis vocibus secundum eius significatum explicari, scilicet, quod
tatem sibi debitam; igitur bonum sub hac nus, si habeat morales virtutes seu perfec- nihil ei desit secundum eam rationem se-
ratione nihil aliud essentialiter ac formali- quid et simpliciter videtur esse aequivoca- tiones, quae non sunt nisi reales quaedam cundum quam perfectum dicitur. Bonum
ter dicit quam ens; esse enim charitatem · tio; nam cum dicuntur de ente videntur formae et en titates; sic etiam Deus dicitur vero dicere convenientiam aliquam · ratione
perfectam dicto modo nihil aliud revera est dici de substantia et accidente praecise com-
summe bonus et perfectus ratione suae en- cuius habet res quod appetibilis sit; nam
quam esse charitatem et sic de a!iis. Immo paratis; cum autem dicuntur de bono, di- titatis, etiamsi ad nihil aliud comparetur Pt
cuntur de substantia creata aut solitarie bonum per ordinem aliquem ad appetitum
etiam esse perfectum priori modo seu bo- sic de aliis. Haec igitur doctrina et respon-
num simp!iciter nihil aliud est quam esse sumpta, aut ut affecta dispositionibus et dictum est, ut D. Thomas docuit, I, q. 5,
facultatibus sibi connaturalibus. Quo fit ut sio hoc modo exposita probabilis est et cla- a. 1, ex illo Arist., I Ethic.: Bonum est quod
ens habens totam entitatem quae ad com- rltatem ac facilitatem quamdam prae se fert
plementum eius requiritur. licet in modo loquendi sit diversitas, in re omnia appetu'nt, et statim magis explicabi-
eamque indicavit Henr., in loe. supra citato. tur. U nde necesse est res etiam illas qua e
16. Et hoc modo intelligendus est D. tamen nulla videatur esse differentia, quía
15
Wl

226 Disputaciones metafísicas


Disputación X.-Sección 1
cosas que se dicen absolutas, buenas en absoluto y en sí mismas reciban esta deno-
minación, porque tienen una perfección conveniente y apetecible para sí, y por do que el bien es lo que todos apetecen y 227
ello sucede también que la bondad de este modo significa formalmente la perfec- g~mento proporcional de cuanto se ha : puede confirmarse tomando un ar~
ción existente en tal cosa, connotando en la misma la capacidad, inclinación o co- 1 mtsma manera se refiere lo bueno 1 d~cho acerca de lo verdadero; pues de la
nexión natural con tal perfección. Y esto aparece más claramente cuando tal per- pero lo verdadero no añade al ent: ~~etlto cfmo lo ver?adero al entendimiento;
fección es distinta de la cosa misma que es denominada buena por ella; pues cuan- l to; luego el bien no añade m, as que a. co~formidad con el entendimien-
entre lo bueno y lo apetecible asc:e 1~ convemencia al apetito. Otros distinguen
do el hombre se llama bueno por razón de la virtud, formalmente se significa la 1
virtud no de cualquier manera, sino en cuanto es una cierta bondad, en lo cual se
¡ lo apetecible se toma en dos ;ent'd o ayet~no en I, q. 5, a. 5, donde dice que
te. Del primer modo dice q I los, a. sa er: fundamentalmente y formalmen-
incluye no sólo la perfección de virtud, sino también la conveniencia que tiene
con la naturaleza humana, connotando de parte de la misma naturaleza la capa-
cidad o propensión para tal perfección. Pero en cambio, en las cosas en que no stbihdad de mover el apetito e
f:
P.o~~ allí a Santo Tomás, pu~~ r~z:Ism? ~o bueno y lo apetecible, y así ex-
b d pJoxima ~or la que la cosa tiene la po-
hay distinción entre la perfección y la cosa que se dice perfecta, parece más di- en la que se incluye no sólo la se~~da~n a ' ·fue. ~lene por respecto del apetente,
fícil explicar esta conveniencia o connotación; con todo, hay que decir que aun- e~ cuanto que tiene alguna convenienJa pet ecciOn de la cosa en si .tpisma, sino
que en la realidad no haya distinción, nosotros la concebimos y significamos a dice que se distingue lo bue d 1 co~ el apetente. y del último modo
la manera de las cosas distintas; es decir, al modo de forma denominante y cosa minativamente, porque lo ap~toe 'bel o apetecible, al menos conceptual o deno-
denominada, y que por ello se significa aquella forma como perfección acomo- CI e en cuanto tal im o t 1 .,
y una denominación extrínseca que . d p r a re aciOn al apetito,
dada a aquel en quien existe, en lo cual se computa su natural conexión con ven.Iencta
. y proporción entre lo b proviene
1 . e él o qu e surge de la con-
aquella forma, y que así se distingue tal bien del ente, al menos conceptual- ble explica formalmente algo que ~~n~. y ~ 6etito; por consiguiente, lo apeteCí-
mente. cual :s verdadera esta proposición ca~cel . o ueno en cuanto tal, por razón de lo
ble; Igual que es también verdadera :~~ ~~~que la :osa es buena, es apeteci-
Cómo se comparan lo bueno y lo apetecible nosa y coloreada, es por ello visible p d 1 c~usal' porque la cosa es lumi-
tecible a lo bueno que lo visible a' lue~l e . mismo modo se compara lo ape-
19. Por cuanto se ha dicho acerca de la razón del bien, se puede entender e I Eth. . o I ummado. Por lo 1 S
cómo se comportan lo bueno y lo apetecible. Pues algunos, ciertamente, piensan n zc., c. 1, explicando aquella descri ció d . , cua anto Tomás,
que formal y sinonímicamente se quiere decir lo mismo con estas dos palabras, todos apetecen, dice que ha sido t d p n ~ ~nstoteles: Es bueno lo que
'bl . oma a a posterwn porq 1 ,
y consecuentemente afirman que lo bueno añade al ente la relación a lo apeteci- CI e es postenor a la razón de bi' y . . ue a razon de apete-
. h , · en. esta opmión es d d 1 ·
ble, a lo cual parece inclinarse Santo Tomás en la referida q. 5 de I, a. 1, normente abta enseñado Capréolo In 1 dist 2 ver a :ra, a cual .ante-
cuando dice: La razón de bien consiste en esto, en que algo sea apetecible; y 1 cont. Gent., c. 3. ' · ' q. 3, Y despues el Ferranense,
en el a. 3, ad 1, dice expresamente: Lo bueno no añade al ente nada más que 20. Diferencia entre lo bueno y lo verdadero -
la razón de apetecible; y en el a. 4, ad 1, dice: Lo bueno se refiere al apetito. bueno se refiere al apetito de ma d'f . Por lo cual se ve que lo
. . nera 1 erente a como s fi 1
Y afirmaciones parecidas tiene en I, q. 16, a. 1 y 3, y en el lib. I cont. Gent., a1 entendimiento; en efecto la verdad t d 1 e re ere o verdadero
1 '
e uye en su razón y denominación algu rascen f enta 'd (pues de é s a ablamos) ln-
t h .
c. 4, raz. 3; y a ellas se inclina Aristóteles en el libro I de la Etica, c. 1, definien-
. na con ormt ad con el entendimiento; en
absolutae et secundum se dicuntur bonae, ac significad ad modum distinctorum, id Ethi~., c. 1, definiens bonum esse quod
sic denominad quia habent perfectionem est, per modum formae denominantis et rei omnra appetunt. Et potest confirmari sum tem ex conven.ientia et proportione inter bo-
sibi convenientem et appetibilem et ita denominatae, et ideo significad illam for- to propol;'tionali argumento, ex his qu~~ num_ et appet!tum; aliquid ergo formaliter
etiam fit ut bonum hoc modo de fotmali mam ut perfectionem accommodatam ei in de vero d!cta ~unt; nam ita comparatur bo- exphcat appetibile quod non di . b
t · · ·. c1t onum
significet perfectionem existentem in tali re quo existit, in quo computatur naturalis con- num ad appet!tum sicut verum ad intellec u . Slc, ratlone cmus haec causalis vera est..
connotando in eadem re capacitatem, in- nexio eius curo tali forma et ita distinguí tum; s~d verum no~ addit supra ens nisl ~ma re~ est bona, ideo est appetibilis . sicu~
clinationem, seu naturalem connexionem tale bonum ab ente, saltero ratione. conform1tatem ad intellectum. erg b ae.c et:J.am causalis est vera: quía ~es est
non .. a.dd':t ms¡
· · convenientiam ' ad appetitum
o onum lucida et colorata ideo est . 'b'l' .
curo tali perfectione. Quod clarius patet · ' VIS! 1 !S ' Ita
quando talis perfectio est distincta ab ipsa Bonum et appetibile qwomodo comparentur Alu ~lstmguunt i.nter bonum et appetibile. emm . ~OJ?paratur appetibile ad bonu~ si-
re quae ab illa bona denominatur; nam, 19. Ex hÍs quae de ratione boni dicta sunt, u t. Cmet~~., I, q .. ~,a. 5, ubi. ait appetibile su~ cut Vlslbile ad lucidum Unde D Th
quando horno dicitur bonus ratione virtu- intelligere licet quomodo se habeant bonum ID!l?uphqt~r, .sc!licet, fundamentaliter et for- I Eth' 1 ·. ·
Ar' le.,. c. ' declarans 1llam descriptionem
omas,
tis, de formali significatur virtus non ut- et appetibile. Aliqui enim existimant idem ma !ter. Pr10n modo ait esse 1'dem b Istotel!s: Bonum est quod .
cumque, sed ut bonitas quaedam, in quo formaliter et synonyme his vocibus signifi- .et . appeu'b'l .
I e, et Ita exponit D Th onum t · omma appe-
!'lnt, a¡t .s~~ptam esse a posteriori, quia ra-
lb1· n · . · omam
importatur non tantum perfectio virtutis, cad et consequenter aiunt bonum supra ens ' am ~roxJma ratio ob quam res ha- ~o appeub!l¡s posterior est quam ratio boni
sed etiam convenientia quam habet cum addere respectum ad appetibile, quibus fa- b.et ut poss¡t movere appetitum est bonitas t haec sententia vera est, quam p~ms do~
humana natura, connotando ex parte ipsius vere videtur D. Thom., dict. q. 5, I, a. 1, ems . quam_ habet respectu appetentis, in cuerat Capreol., In I, dist. 2, q. 3, et post-
naturae capacitatem vel propensionem ad dicens: Ratio boni in hoc consistit, quod ql!a ¡ncludJtur non sola entitas et perfectiv ea Ferrar., I cont. Gent., c. 3.
talero perfectionem. In his vero rebus in
quibus non est distinctio inter perfectionem
aliquid sit appetibile; et a. 3, ad 1, · dicit
expresse: Bonum non addit aliquid supra
1 re¡ secundum . . se, sed prout habet a¡·Iquam
convementian; .curo_ appetente. Posteriori au-
20. D.iscrin:z~n inter bonum et vemm.-~
Ex quo ~ntelhg¡tur aliter comparari bonum
t~~. modo d!clt ~Jstmgui bonum ab appe-
et rem quae perfecta dicitur, difficilius vi-
detur explicad haec convenientia vel con-
ens, sed rationem tantum appetibilis; et a.
4, ad 1 : Bonum (inquit) respicit appetitum. 1 1:1 ~
1 salte~. ratJone seu denominatione, ad appetitum quam verum ad intellectum .
naJ? ver~m tra.ns:endens (de hoc enim lo~
notado; c:licendum est tamen, quamvis in
re non sit distinctio, a nobis tamen concipi
Similia habet I, q. 16, a. 1 et 3, et lib. I
cont. Gent., c. 4, rat. 3;. favet Arist., I
1i q~Ia app.etlb!le ut sic importat respectum
a appetltUJ? et denominationem extrinse-
cam provementem ab illo, seu consurgen-
qui~ur) l~cl)ldit m sua ratione et denomi-
nat!One aliquam conformitatem ad intellec-
tum; bonum autem formallter in ratione et

1
Disputaciones metafísicas Disputación X. Sección II 229
228
. n su razón y denominación la con-
cambio, lo bueno formalmen~e no m.cluy~e ela razón de bien. Por lo cual, la ra-
formidad al apetito, aunque esta se slga ropiamente en el objeto de tal ma- SECCION SEGUNDA
"'o'n de verdad trascendental no se supone p d' . to sino que es una deno-
"' d f 1 ente por el enten 1m1en , . CLASES DE BIEN
nera que sea capta a orma m . , midad entre el mismo objeto y su
minación tomada de la proporclOn o conf~r ele llamarse condición consecuen-
potencia o su acto, y po~ ello aquella ~~r~a t su más bien que constitutivo formal l. Primera división.- Antes de tratar sobre el modo cómo el bien es una
te o concomitante al ?bJeto del enten lmlen ~ en el objeto del apetito, y es la pasión del ente, hay que explicar algunas divisiones del bien para que así se vea
del mismo; en camblO, la bon?~d s~ s~p~~bilidad dice la denomin~ción tom.a- mejor cuál es la razón de bien que se atribuye al ente. Y en primer lugar suele
razón formal de alcanzar a aquel' y a p . . or lo cual no dlce la razon dividirse el bien en bien verdadero y solamente aparente. Se llama bien verda-
da de la proporción de tal objet? .~on tal pot~ncl~; p ' dero aquel que es tal como se juzga y conoce; aparente en cambio es el que se
formal del objeto, sino la condt~ton co~comtt~n de
fin- Por lo dicho consta juzga como tal, pero con todo no existe en la realidad. Pero esta división con-
21. Qué relación tiene el b~_en con ae~':~~ bien. En efecto, dice Santo To- viene al bien del mismo modo que puede atribuirse a cualquier ente o razón
también cómo se compara la raz~~·de fin tener razón de apetecible importa una de ente, pues se da oro verdadero y aparente, y así en otras cosas. Pero en el
más en I, q. 5, a. 2, ad 1, que e .ten p~~ntido dice en I con t. Gent., c. 38,. ra- caso del bien suele explicarse esta división con una razón particular, porque sien-
relación de cau~ a fll:al. Y e~ e~ m~od 1 mismo modo, evidentemente, qu~ tl~~e do la causalidad propia del bien mover y atraer al apetito, este oficio lo llevan
zón 3, que el bt.en uene razon. e '¡ :nte se toma la relación y denommaclOn a cabo casi enteramente igual el bien supuesto y el verdadero, ya que al ser
razón de apetecible. Porque s~ forma ~ uede seguir a ella, pues el fin aplicado a mover el apetito por medio del conocimiento, en tanto mueve en cuan-
de fin no pertenece a la razon de bten, :yero p dios o a alguna acción que sea to es apreciado o juzgado, aunque en la realidad no sea tal. Por consiguiente,
como tal dice razón de causa e.n orden al ~ie~eno dice sino sólo la razón de acerca del bien sólo aparente o supuesto no tenemos nada que decir, ya que su
hecha por causa del fin; relactón qdue e 1 ente del ~ismo modo se atribuye razón consiste sólo en ser juzgado tal como suele ser el bien verdadero, aunque
. y . 1 fin e toma fun amenta m , fi 1 en la realidad no sea tal. Por lo cual, cuantos son los verdaderos bienes, tantos
convemente. sl e ,s d d tiene el fin la virtud de causar na me?te.
al bien, por la cual razon de b~?- na absoluto como es el bien per se; pues sl. se
pueden ser fingidos por la aprehensión, puesto que en toda clase de bienes pue-
de encontrarse el error y la falsa estimación.
y esto se ha de entender del. le b '1 el fin sino también los medtos,
ien en toda su amphtud no a arca so o 2. Segunda división.- En segundo lugar puede dividirse el bien en aquel
toma e1 b ., · · t que es bien en sí y el que es bien para algún otro. Acerca de esta división se han
.como se vera, por la secclOn stgUlen e.
dicho ya muchas cosas en la sección precedente, donde insinuamos que aunque
enim D Thomas, I, q. 5, a. 2, ~d. ,1, ?o- la razón de bien que es pasión del ente pueda acomodarse a cada uno de los
d inatione sua non includit confor~i­ . h beat rationem appetlb!hs, ¡rn-
~a~~:U ad appetitum, quamvis haec a? ratloi num cum a
ort~re habitudinem causae fina lS.
· 1' E · entes en cuanto que tiene una perfección conveniente a sí, sin embargo se halla
em boni consequatur. Unde rauo. ve.r
n nscendentis non supponitur propne m
~odem sensu ait, I cont. G~n~., c. 38, r1J;·
bonum habere rationem f¡ms, ~'.. scllC '
:r'
t m
de modo más claro en cualquier ente en cuanto que es conveniente y conforme
con algún otro. Se agrega también a esto el que dicha razón de bien de otro
tr~·ecto ut formaliter attingatur ab mtellec- d O habet rationem appeub!l!s. Ete- supone o incluye la razón de bien en sí, pues nada es bueno para otro de modo
o 1 d est denominatio sumpta ex prol<or- rno
. osi quformaliter sumatur h ab'ltU.do ac de-.
~¿n!e ve1 conformitate inter ip~um o~~c- mm. t' fin¡'s illa non est de ratwne bom,
et otentiam seu actum ems et 1 eo nomma 10 ' . finis ut SECTIO II
sed ad illam conseqm P<;>test, ~am d edia tale non sit. De bono igitur tantum appa-
~:f so1ei illa veritas conditio consequ~ns sic dicit rationem causae m ordme a ~ QUOTUPLEX SIT BONUM renti seu existimato nihil est quod dicamus,
01nitans obiectum intellectus po~ms vel ad aliquam actionem quae Pd~optebr n~
ve1 co~~rmaliter illud constituens; bomtas
quia eius ratio solum in hoc consistit, quod
l. Prima divisio.~ Antequam tractemus
fiat, quam habitudinem non !Clt onu '
. . s· autem quomodo bonum sit passio entis, declarare tale existimetur quale solet esse verum bo-
quam onitur in obiecto appetitus et est sed so1am rationem conve~uenus: 1 . ·- num, quamvis revera tale non sit. Unde
oportet nonnullas divisiones boni, ut sic
aut.emfsupp1'
ratlo orma 1s atu'ngendÍ. illud; appetibilitas sumatur finis fundamentah~er,, SIC ~ttn:~s melius constet quaenam ratio boni enti attri- quot sunt vera bona, tot esse possunt exis-
. d' 't denominationem sumptam . ex tur b ono qua ratione bomtatls ha e~ . timatione ficta, guia in omni bonorum ge-
a~~e~rtio~~ talis obiecti cum tali poter~.tla? '
vim causandi .
fina1!ter. . H o~ .autem mte 1 111-t
buatur. Et primo quidem dividi solet bo-
num in bonum verum et bonum tantum nere, error et falsa existimatio reperiri po-
p p non d'1c¡'t forma1em. rationem oblectl,
unde gendum est de bono s¡mpliclter, bqua e e.s test.
er se bonum; nam si sumatur onum m apparens. Verum bonum dicitur quod tale
ed conditionem concormtantem.
s 21 Quomodo se habeat bonum ad ra- fota sua 1atitudine, non tantum finem se~ est quale existimatur et cognoscitur; appa- 2. Secunda divisio.- Secundo dividi pot-
etiam media comp1ectitur, ut ex sequentl rens vero quod existimatur, non tamen est est bonum in illud quod in se bonum est
. · f'mts.-
twnem · Ex his etiam constat quo-Ait in re. Sed haec divisio eodem modo bono et quod est alicui alteri bonum. De qua
modo ratio finis ad bonum comparetur. sectione constabit. . convenit quo potest cuilibet enti seu ratio- divisione satis multa dicta sunt sectione
ni entis attribui; datur enim aurum ve- praecedenti, ubi insinuavimus, quamquam
rum et apparens et sic de aliis rebus. Peculia- ratio boni guae est passio entis possit accóm-
ri autem ratione solet haec partitio in bono modari unicuique enti quatenus perfectio-
declarari, quia cum propria causalitas boni nem habet sibi convenientem, clarius ta-
sit appetitum movere et allicere, aeque fere men reperiri in quolibet ente quatenus ali-
id praestat bonum existimatum ac verum, cui alteri conveniens ac consentaneum est.
quia cum ad movendum appetitum per co- Accedit etiam quod haec ratio boni alterius
gnitionem applicetur, tantum movet quantum supponit se u includit rationem boni in se;
iudicatur seu existimatur, quamvis reipsa nihil enim est alteri bonum propri!i! et in
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 231
propio y riguroso más que aquello que es bueno en sí y tiene una perfección a~ hombre de dos maneras; una, por sí misma, porque aquella perfección que
conveniente para otro. Dije de modo propio y riguroso porque a veces la caren- tlene en sí es por sí misma conforme y conveniente para el hombre. Y esto puede
cia de alguna forma se juzga buena para alguien, aunque formalmente no le con- a~? suceder d~ dos maneras : primero, que sea conveniente en orden a la delecta-
fiera ninguna perfección ni la tenga en sí; sin embargo, la privación no es bue- Clon que tal bien trae consigo, y éste es el bien deleitable. Segundo, sin relación a
na propiamente, sino que a veces se la denomina así porque priva de una forma la delectación, sino sólo porque de suyo es digno o conveniente para el hombre
disconveniente, y bajo tal aspecto es apetecible. Por consiguiente, el bien para como tal, Y éste es el bien honesto. De otro modo puede algo ser conveniente no
otro supone el bien en sí, y por ello las otras divisiones del bien parece que se por sí mismo, sin? sólo por razón de otro bien que por él o mediante él puede
refieren principalmente al bien para otro, y cuando tratemos de él las explica- o~tenerse; es decir, porque evidentemente, aunque considerado en sí no propor-
remos nosotros; con todo, declararemos al mismo tiempo las que pertenecen al cwne dele~tación, ni sea digno o conveniente para el hombre, con todo se le juz-
ente en cuanto que es bien en sí. ~a convemeJ?-te ~~ cuanto que puede contribuir a la obtención de otro bien, y
este es el bien utll. Y de este modo consta no sólo que aquellos tres miembros
Se explica la división del bien en honesto, útil y deleitable están contenidos bajo la razón de bien, sino que son de algún modo distintos
3. En tercer lugar, y principalmente, suele dividirse el bien en honesto, de- e.ntre sí, al menos por la razón formal o relación concebida, pues según la rea-
leitable y útil. Esta división la propone Santo Tomás en I, q. 5, a. 6, y en II-II, lidad o por. el sujeto no siempre es menester que se distingan, ya que consta
q~e una. misma cosa, por ejemplo, el amor o la devoción para con Dios, es al
q. 145, a. 3, y la toma de Ambrosio, libro I Offic., c. 9 y 10, donde la in-
mismo tiempo honesta, deleitable y útil.
sinúa bastante oscuramente; más claramente la profesa Aristóteles en el libro II
de la Etica, c. 3, y en el libro VIII, c. 2, donde al bien honesto le llama bien 5. Finalmente, se entiende fácilmente por la referida explicación que aque-
en absoluto, distinguiéndolo del útil y deleitable. Y advierte allí Santo Tomás llos miembros agotan el todo dividirlo, puesto que ni entre el bien por sí o en or-
que esta división ha sido hecha principalmente acerca del bien humano, pero den a otro puede hallarse un medio por oponerse inmediatamente o casi por
que, sin embargo, puede acomodarse al bien común o en sí mismo. Por tanto, contradicción; ni además del bien conveniente por causa del deleite o sin él
la declararemos primero en el bien humano, en el cual se encuentran tales ra- sino por causa de sí mismo solo, puede pensarse otro miembro, ya que tambié~
zones de bien de modo propio y sin metáfora; después veremos cómo puede estos miembros vienen a distinguirse como por contradicción o inmediata nega-
aplicarse al bien en cuanto tal. Y hay que suponer que se está hablando del ción, porque todo bien que es conveniente por sí prescindiendo de la razón de
l;wmbre en cuanto es hombre, es decir, en cuanto usa de la razón, ya porque la deleite es juzgado honesto. Y digo prescindiendo del deleite porque estos miem-
razón es la regla suprema de todo bien conveniente al hombre, razón -digo- bros se han de distinguir por abstracción precisiva más que negativa, si se com-
que es natural si al hombre se le considera sólo filosóficamente, o bien ilustrada paran con la cosa que se denomina buena, pues para que la cosa sea honesta
por la luz divina si se .le considera teológicamente; ya también porque las razo- no ~s p~eciso que sea útil o deleitable, sino sólo que tenga alguna razón de con-
nes propias y formales de estos bienes, principalmente del honesto y útil, no vemencia por causa de la cual sea amable, aun cuando no sea ni deleitable ni
pueden distinguirse más que con la razón. útil, y así en las restantes. Por lo cual, formalmente y como condicionalmente
· 4. De cuántos modos puede algo ser conveniente para otro.- Por tanto, al
ser lo bueno una misma cosa con lo conveniente, una cosa puede ser conveniente
homini conveniens : uno modo per seipsum amorem aut devotionem erga Deum esse et
rigore nisi quod in se est bonum et perfectio- tot., II Ethic., c. 3, et lib. VIII, c. 2, ubi quía nimirum illa perfectio quam in se ha~ honestam et iucundam et utilem.
nem habet alteri convenientem. Dixi pro- honestum appellat absolute bonum, a iucun- bet, ex se ipsa consentanea est et conve- S. Denique facile ex dicta declaratione
prie et in rigore, quia interdum carentia do et utili illud distinguens. Advertit autem niens homini. Quod adhuc potest duobus intelligitur membra illa exhaurire divisum
aJicuius formae censetur bona alicui, quam- D. Thomas íbi divísíonem hanc potissimum modis accidere, primo quod sit conveniens quía neque inter bonum per se aut in or~
vis formaUter nullam perfectionem ei confe- tradítam esse de bono humano, accommo- in ordine ad delectationem quam tale bo- dine ad aliud reperiri potest medium, cum
rat aut in se habeat; verumtamen privatio dari tamen posse ad bonum in communi num secum affert, et hoc est bonum delec- haec immediate et quasi per contradictio-
non est proprie bona, sed ita interdum deno- seu secundum se. Prius igítur declarabitur tabile, Secundo absque ordine ad delecta- nem opponantur; neque praeter bonum
minatur, quía privat forma disconvenienti et a nobis in bono humano, in· quo proprie et tionem, sed solum quía per se decet conveniens ob delectationem vel absque illa,
sub ea ratione appetibilis est. Igitur bo- absque metaphora illae rationes boni repe- vel conveniens est homini ut sic, et hoc sed solum propter seipsum, potest aliud
num alteri supponit bonum in se et ideo riuntur; deinde videbimus quomodo ad bo- est bonum honestum. Alío vero modo est membrum excogitari, cum haec etiam
aliae divisiones boni potissime videntur de num ut sic applicari possit. Est autem sup- aliquid conveniens non per seipsum, sed membra quasi per contradictionem seu im-
eo quod est alteri bonum, et in eo a nobis ponendum sermonem esse de homine qua- ~olum ratione alterius boni quod per mediatam negationem distinguantur, quia
explicabuntur; simul tamen declarabir.nus tenus horno est, id est quatenus ratione uti- 11lud seu mediante illo obtineri pot- omne bonum quod per se est conveniens
illas quae ad ens pertinuerint quatenus in tur, tum quia ratio est suprema regula om- est, quia nimirum licet ex se spectatum praecisa ratione delectationis, honestum re-
se bonum est. nis boni convenientis homini, ratio (inquam) delectationem non afferat neque ex se de- putatur. Dico autem praecisa delectatione,
vel naturalis, si philosophice tantum hamo ceat aut conveniens sit homini, tamen, ut quia haec membra per abstractionem prae-
Bxponitur divisio in bonum honestum, utile consideretur, vel divino lumine i!lustrata, si conferre potest ad aliud bonum obtinen- cisivam potius quam negativam distinguen-
et iucundum consideretur theologice; tum etiam quía dum, conveniens censetur, et hoc est bonum da sunt, si ad rem quae bona denominatur
3. Tertio ac praecipue dividí solet bo- propriae ac formales rationes horum bono- utile. Atque ita constat et illa tria membra comparentur, quía ut res sit honesta non
num in honestum, delectabile et utile. Quam rum, praesertim honesti et utilis, non pos- sub ratione boni contineri et esse aliquo est necesse ut sit iucunda vel utilis, sed
divisionem tradit D. Thomas, I, q. S, a. 6, sunt nisi per rationem discerní. modo ínter se distincta, saltem ratione for- solum ut habeat aliquam rationem conve-
et II-II, q. 14S, a. 3, eamque affert ex Am- 4. Quot modis qUJidpiam alteri conve- mali concepta seu habitudine; nam re seu nientiae ·propter quam sit amabilis, etiamsi
bros., lib. I Offic., c. 9 et 10, ubi obscure niens.- Cum igitur bonum ídem sit quod subiecto n~n semper necesse est distinguí; nec iucunda neque utilis sit, et sic de re-
satis eam insinuat; clarius eam docuit Aris- conveniens, dupliciter potest aliquid esse constat en¡m eamdem rem, verbi gratia, tiquis. Unde formaliter et quasi conditiona-
232 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 233

pueden distinguirse estos miembros también por abstracción negativa; pues per- y a Dios mismo. Pero tampoco de este modo se soslayan todas las dificultades
tenece a la razón de honesto en cuanto tal no requerir la delectación o utilidad apuntadas, ya que se sigue que las potencias del alma han de ser contadas entre
para su razón y suficiente conveniencia en orden a mover el apetito recto, ya los bienes honestos; más aún, incluso la salud y los demás bienes del cuerpo)
sea que tenga aquellas cosas unidas en la realidad o que no las tenga; pues aun que por sí son amables. Y además surge otra dificultad, porque esta razón, a
cuando no las tuviera, sería suficientemente bueno y conveniente en su orden; saber, que algún objeto pueda ser por sí amable sin orden a la delectación, no
y lo mismo se ha de decir proporcionalmente de los restantes. Y de este modo puede ser la primera razón de bien que se encuentra en tal objeto, porque su-
parece que queda suficientemente expuesta la referida división. pone la razón de bien por la que tal objeto es amable por sí. Como decíamos
Varias dificultades acerca de la anterior división en la sección anterior, la razón de apetecible supone la de bueno y conveniente;
pues precisamente es una cosa apetecible porque es buena y conveniente, y es
6. Primera dificultad sobre el bien honesto.- Pero para explicar esto más
exactamente hay que tratar brevemente de algunas dificultades que salen al paso. lo mismo que el bien sea por sí amable que el que sea apetecible; por tanto, no
La primera es cómo se puede decir conveniente por sí el bien honesto. Porque puede ésta ser la primera razón en que consiste el bien honesto.
o bien se dice conveniente por sí en cuanto forma casi coincidente con la natu- 7. Segunda dificultad acerca del bien deleitable.- La segunda dificultad
raleza del hombre en cuanto que es racional, del mismo modo que el calor es se refiere al bien deleitable: de qué modo tiene la propia y peculiar razón
por sí conveniente al fuego, y de esto se sigue que las mismas potencias del en- del bien en sí y por sí apetecible; pues por bien deleitable, o se ha de entender
tendimiento y voluntad son bienes honestos, cosa que está en contra de lo que el objeto sobre el que versa la delectación, o la delectación que nace de tal ob-
afirma S. Agustín en el libro II Del Libre Arbitrio, c. 19, donde al dividir todos jeto. Si se dice lo primero se sigue que este bien no es más bien en sí y por sí
los bienes del hombre en máximos, medios e ínfimos coloca a las potencias del que el bien útil. Y se prueba porque no es bueno porque tenga en sí delecta-
alma en el término medio, ya que de ellas podemos usar mal, a pesar de que ción, que es una cosa distinta de él, sino porque es apto para engendrar la de-
parece que son los bienes máximos aquellos que son honestos. Además, se sigue lectación, la cual parece que es una clase de utilidad consistente en la relación a
que Dios no es bien honesto del hombre porque no es conveniente a éste por la delectación misma, por razón de la cual tal objeto es amable. Como la comi-
sí a modo de forma. Se sigue también que la acción de dar limosna ~o es bien da, por ejemplo, si se ama porque da la salud, se dice que es amada como un
honesto, porque no es una forma por sí conveniente para el hombre. O que el bien útil para la salud; luego si es amada en cuanto proporciona deleite, será
bien honesto no se dice conveniente por sí en cuanto forma sino en cuanto ope- amada como útil para la delectación; por consiguiente, el bien deleitable tomado
ración conforme al hombre, y de este modo se sigue en primer lugar el mismo bajo este concepto no es bueno en sí y por sí, ni difiere formalmente del bien útil,
inconveniente acerca de Dios. Y además resulta que las virtudes, principalmente sino sólo materialmente o como lo particular de lo común. Pero si la misma de-
las infusas, no son bienes honestos porque no son operaciones del hombre, cosa lectación se dice que es bien deleitable, como indica el mismo Santo Tomás en
que es enteramente falsa y contraria a lo que afirma San Agustín en el mencio- el citado lugar de la 1 parte, es ciertamente verdad que la delectación es un
nado pasaje. O se dice el bien honesto conveniente por sí objetivamente, a sa- cierto acto por sí conveniente y conforme con la naturaleza o con el apetito que
ber, porque es un bien amable por sí, la cual es una razón más universal, pues-
to que puede convenir a la operación, sea externa o interna, y a cualquier forma
,----"""~-:;::;¡¡
tatis es se bona honesta, quod- est" éontra Deum ipsum convenire potest. Sed neque tabile intelligendum est obiectum circa
liter possunt haec membra distinguí, etiam hoc modo evitantur omnes difficultates tac- quod delectatio versatur, aut delectatio quae
per abstractionem negativam; nam de ra- August., lib. II De Lib. Arb., c. 19, ubi,
distinguens omnia bona hominis in maxi- tae, quia· sequitur potentias animae compu- ex tali obiecto nascitur. Si primum dica-
tione honesti ut honesti est ut ad suam ra- tandas esse ínter bona honesta; immo et tur, sequitur hoc bonum non magis esse per
tionem et convenientiam sufficientem ad ma, media et ínfima, potentias animae in
medio ordine collocat, quía eis possumus sanitatem et alia bona corporis, quae per se et in se bonum quam bonum utile. Pro-
movendum appetitum rectum delectationem se amabilia sunt. Et praeterea insur- batur quía non est bonum eo quod in se
aut utilitatem non requirat, sive in re illas male uti, cum tamen maxima bona illa esse
videantur quae honesta sunt. Deinde sequi- git alia difficultas, quia haec ratio, nem- habeat delectationem, quae est res ab illo·
habeat coniunctas sive non; nam etiamsi pe quod obiectum aliquod sit per se distincta, sed quia aptum est ad delectatio-
illas non haberet, esset sufficienter bonum tur Deum non esse bonum honestum ho-
minis, quia non est ei per se conveniens amabile sine ordine ad delectationem nem generandam, quae videtur esse utilitas-
et conveniens et in suo ordine; et idem est non potest esse prima ratio boni quae in quaedam consistens in habitudine ad delec-
proportionaliter de reliquis. Atque in hunc per modum formae. Sequitur etiam actio-
nem dandi eleemosynam non esse bonunt tali obiecto reperitur, quia supponit ratio- tationem ipsam, ratione cuius tale obiectum
modum videtur satis exposita praedicta di- nem boni propter quam tale obiectum per amabile est. Sicut cibus, verbi gratia, Ri
visio. honestum, quia non est a!jqua forma per
se conveniens homini. Vel bonum hones- se amabile est. Sicut in sectione praeceden- ametur quia sanitatem confert, dicitur ama-
V ariae difficultates circa praedictam tum dicitur per se conveniens non ut for- ti dicebamus rationem appetibilis -suppone- ri ut bonum utile ad sanitatem; ergo, si
divisionem ma, sed ut operatio decens hominem, et sic re rationem boni et convenientis ; propterea ametur quatenus delectationem affert, ama-
sequitur imprimís idem inconveniens de enim res appetibilis est, quia bona est et bitur ut utile ad delectationem; ergo bo-
6. Prima difficultas circa bonum hones- conveniens; idem autem est esse bonum num delectabile hac ratione sumptum, non
tum.- Sed ut exactius declaretur, nonnul- Deo. -Et ulterius sequitur virtutes, praeser-
tim infusas, non esse bona honesta quia non per se amabile quod esse per se appetibile; est per se et in se bonum, nec formaHter
lae difficultates insurgentes breviter trac- non potest ergo haec esse prima ratio in differt a bono utili, sed tantum materialiter,-
tandae sunt. Prima est quomodo bonum sunt operationes hominis, quod est plane
falsum et contra August., cit. loco. Vel di- qua bonum honestum consistit. seu tamquam particulare a communi. Si
honestum dicatur per se conveniens. Aut 7. Secunda difficultas circa bonum de- vero delectatio ipsa dicatur esse bonum de-
enim dicitur per se conveniens tamquam citur bonum honestum per se conveniens
obiective, quia, scilicet, est bonum per se .Zectabile.- Secunda difficultas est circa bo- lectabile, ut D. Thomas in citato loco I
forma paene consentiens cum natura homi- num delectabi!e, quomodo habeat peculia- p. indicat, verum quidem est delectatio-
nis ut rationalis est, ad eum modum quo amabile, qua e ratio universalior est; nam et
in operationem, tam internam, quam exter- rem ac propriam rationem boni in se ac per nem esse quemdam actum per se convenien-
calor -est per se conveniens igní, et sic ~e­ se appetibilis; aut enim per bonum delec- tem et consentaneum naturae vel appetituí-
quitur ipsas potentias intellectus et volun- nam, et in quamcumque formam et in
234 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 235

se deleita; pero con todo, no aparece ninguna razón por la que esta peculiar con- está en contra de esto el que a pesar de que la conveniencia del bien útil suponga
veniencia de tal acto se distinga de las otras y constituya su peculiar razón de la conveniencia de aquella cosa para la que es útil y tal vez se derive de ella, sin
bien más que la conveniencia que tiene cualquier otro acto con la facultad de embargo, supuesta ésta, el mismo bien útil verdaderamente en cuanto que tiene
obrar, como la intelección de la verdad con el entendimiento y la visión de relación a una cosa tal tiene en sí una propia conveniencia por razón de la cual
objeto hermoso con la vista. Y además no parece que la razón de bien deleitable es bueno y amable; luego en esto no hay diferencia formal entre el bien útil y
pueda consistir primariamente en la misma delectación, ya que ésta versa sobre otros bienes, ya que también el bien honesto o deleitable puede, a veces, tomar
nlgún bien en cuanto bien, puesto que es un descanso del apetito, el cual no su propia razón de la relación que dice a algo extrínseco. Más aún, el bien ho-
descansa sino una vez que ha alcanzado el bien; luego la delectación supone nesto a veces es tal por su conformidad con una ley extrínseca, o al menos por
en el objeto una razón de bien anterior a la delectación y que sea tal en sí y la conveniencia que resulta en él supuesta tal ley. Por lo cual también resulta
no en orden a la delectación; en efecto, el bien con que nos deleitamos no es que algún bien útil no tenga otra conveniencia o bondad sino la de honestidad,
bien porque deleita, sino más bien deleita porque es bien; supone, por tanto, la como el caso, por ejemplo, de la aflicción del cuerpo, en cuanto que es útil para
delectación una conveniencia en el objeto y una bondad distinta de la delecta- satisfacer a Dios, no tiene más bondad que la honesta; y por la misma razón,
ción misma. Por consiguiente, acerca de ella pregunto si constituye al bien de- el medio que sólo es útil para gozar de un placer no tiene ninguna conveniencia
leitable o no; pues si lo constituye, resulta, por consiguiente, que no es la de- '0 bondad más que alguna participación de dicha delectación; por consiguiente,

lectación misma el primer bien deleitable; más aún, ni siquiera parece tener el bien útil no queda acertadamente distinguido de los otros.
semejante conveniencia o razón de bien, porque cuando nos deleitamos, por 9. Cuarta dificultad acerca de lo mismo.- Y de aquí surge la cuarta difi-
ejemplo, con la visión de una cosa hermosa, la conveniencia de la visión es de cultad: por qué el bien útil no se divide en dos; pues el bien útil es tal como es
tipo muy diferente de la conveniencia de la delectación, a pesar de que la visión aquello a lo que se ordena; por consiguiente, como el bien amable por sí, uno
es el objeto de tal delectación. Y si aquella bondad o conveniencia que se en- es honesto y otro deleitable, así lo que es bueno por la utilidad para otro será
cuentra en el objeto de la delectación no constituye el bien deleitable, entonces uno honesto y otro deleitable.
·será ya un bien distinto de los tres enumerados. 10. Ultima dificultad acerca de la suficiencia de la división.- La última
dificultad es que la referida división parece insuficiente; pues además de las
8. Tercera dificultad acerca del bien útil.- La tercera dificultad puede ser
citadas razones de bien parece que existe otra que puede separarse o distin-
acerca del bien útil: cómo se niega que es un bien en sí y en esto se distingue
guirse de aquéllas; en efecto, hay ciertos bienes amables por sí, no porque de-
·de los restantes; pues el bien útil, aunque sea útil para algo distinto de si, con
leitan o son honestos, sino precisamente porque perfeccionan a la naturaleza,
todo tiene en sí su utilidad, que consiste en una virtud o eficacia para realizar como la salud, la ciencia, la integridad del cuerpo y el mismo ser y vivir; ya que,
aquella cosa para la que es útil. Se dirá, quizá, que la bondad de la cosa útil no incluso si prescindimos con la mente de todo deleite, estas cosas siguen siendo
consiste en la utilidad misma, sino en la conveniencia y apetibilidad que tiene buenas y amables, como es evidente; y de modo semejante, aunque prescinda-
tal utilidad respecto del hombre, y se dirá, consiguientemente, que el bien útil mos de todas las razones de virtud, estas cosas son amables como bienes con-
no tiene esta conveniencia de suyo, sino por el fin para el que es útil. Sin embargo, naturales, y por causa de ellas pueden otras cosas ser amadas como útiles, pres-

qui delectatur; tamen nulla apparet ratio habere similem convenientiam seu rationem tra hoc tamen est, quia licet convenientia quamdam illius delectationis; ergo bonum
.ob quam haec peculiaris convenientia talis boni, quia cum de!ectamur, verbi gratia, in boni utilis' supponat convenientiam illius rei utile non recte ab aliis distinguitur.
actus ab aliis distinguatur et constituat suam visione reí pulchrae longe alterius rationis est ad quam est utile et ab illa fortasse deri- 9. Quarta circa ídem.- Atque hinc ori-
peculiarem rationem boni magis quam con- convenientia visionis a convenientia delecta- vetur, tamen, illa supposita, revera ipsum tur quarta difficultas, cur bonum utile non
venientia quam habet quilibet alius actus cum tionis, cum tamen visio sit illius delectationis bonum utile quatenus habet habitudinem distinguatur ~n duo; nam tale est utile bo-
facultate operandi, ut intellectio veritatis obiectum. Si autem bonitas illa seu conve- ad talem rem, habet in se . propriam con- num, qua le est illud ad quod ordinatur;
cum intellectu et visio obiecti pulchri cum nientia quae est in obiecto delectationis, venientiam ratione cuius bonum est et ama- ergo, sicut bonum per se amabile aliud esl
visu. Et praeterea non videtur ratio boni non constituit bonum delectabile, erit iam hile; ergo in hoc non est differentia for- honestum et aliud delectabile, ita bonum ex
delectabilis primario posse consistere in de- aliud bonum distinctum a tribus enumera- malis in ter bonum utile et alia bona; nam utilitate ad aliud, quoddam honestum, aliud
lectatione ipsa; nam delectatio circa ali- tis. etiam bonum honestum ve! delectabile pot- vera delectabile.
quod bonum ut bonum versatur, cum sit 8. Tertia d.ifficultas circa bonum utile.- est interdum accipere rationem suam ex ha- 10. Ultima difficultas circa sufficientiam
quies appetitus, qui non quiescit nisi in bono Tertia difficultas esse potest de bono utili, bitudine ad aliquod extrinsecum. Immo bo- divisionis.- Ultima difficultas est quia prae-
adepto; ergo supponit delectatio in obiecto quemado negetur esse in se bonum et in num honestum interdum est tale ex confor- dicta divisio videtur insufficiens; nam prae-

in se talis*
rationem boni priorem delectatione et quae
et non per ordinem ad delec-
tationem; bonum enim circa quod delec-
hoc a reliquis distinguatur; nam bonum
utile, licet ad aliud a se distinctum uti!e sit,
tamen in se habet utilitatem suam quae
mitate ad legem extrinsecam, ve! saltem ex
convenientia quae in eo resultat supposira
tali lege. Unde etiam fit ut aliquod bonum
ter dictas rationes boni videtur esse alta
quae ab illis distinguí se u praescindi potest;
sunt enim quaedam bona per se amabilh,
tamur non ideo bonum est quia delectat, consistit in a!iqua virtute ve! efficacia prae- utile non habeat a!iam convenientiam ve! non quia delectant, nec quia honesta sunt
sed potius ideo delectat quia bonum est; standi rem illam ad quam est utile. Dice- bonitatem nisi honestaüs; ut, verbi gratia, sed praecise quia naturam perficiunt, ut sa-
supponit ergo delectatio in obiecto conve- tur fortasse bonitatem rei utilis non consis- corporis afflictio quatenus utilis est ad sa- nitas, scientia, corporis integritas et ipsum
nientiam et bonitatem distinctam a delec- tere in uti!itate ipsa, sed in convenientia et tisfaciendum Deo, non habet bonitatem esse ac vivere; nam etiam si mente prae-
tatione ipsa. De illa ergo inquiro an consti- appetibilitate quam habet talis utilitas re- aliam nisi honestam; et eadem ratione scindamus omnem delectationem, haec sunt
tuat bonum delectabile, necne; nam, ,¡ medium quod tantum est utile ad de!ecta- bona et amabilia, '\}t per se constat; et si-
constituit, ergo non est delectatio ipsa pn-
spectu hominis, et consequenter dicetur bo-
num utile non habere hanc convenientiam 1 tionem capiendam, non habet convenientiam militer, licet praescindamus omnes rationes
mum delectabile bonum; immo nec videtur ex se, sed ex fine ad quem est utile. Con- aliquam ve! bonitatem nisi participationem virtutis, haec sunt amabilia ut co'nnaturalia

1
236 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 237
cindiendo de la honestidad. Y es señal de esto el que a veces se persiguen por hacer, amar, etc. Con todo, si esta afirmación se entiende referida a la recta
medios honestos, a veces por medios vergonzosos, no por el deleite sino por la razón en cuanto dice el juicio o conocimiento de aquello que conviene hacer,
sola natural conveniencia; por consiguiente, se da alguna r~zón de bien distinta en este sentido no consiste la honestidad en la conformidad con el dictamen de
de aquellas tres. la razón, ni es aquélla la primera regla o la primera razón de tal honestidad.
Pues no es honesto el bien porque juzga la recta razón que es tal, sino al con-
Solución de la primera dificultad trario, porque el mismo bien en verdad y en la realidad es tal; por ello, la ver-
dadera y recta razón juzga que es tal. Y por este motivo, el recto juicio es para
11. Para satisfacer a la primera dificultad y explicar qué es propiamente el nosotros la regla del bien honesto, ya que nos lo manifiesta; con todo, en sí
bien honesto, hay que advertir que de dos maneras puede tomarse o decirse el supone ya este juicio la propia conveniencia, de la que le viene al bien honesto el
bien honesto. Una, en orden a las acciones humanas y morales en cuanto pue- ser tal; y esta conveniencia decimos que es con referencia a la naturaleza ra-
den regularse con la razón recta y prudente, y en este sentido se llama bien ho- cional en cuanto que es tal y tiene tales atributos o propiedades. Pero en cam-
nesto el que por sí y de suyo es digno del hombre o de persona dotada de razón,
tal como se lee en Santo Tomás, II-11, q. 145, a. 1 y ss. En la cual conveniencia bio, si se toma el dictamen de la recta razón no formalmente sino como radi-
no se considera ventaja alguna que por medio de este bien enriquezca a la per- calmente, en este sentido se dice con razón y a priori que el bien honesto es aque-
sona con respecto a la que se dice que es tal bien; pues esa ventaja, aunque llo que es conforme a la razón; es decir, que es conforme a la naturaleza racional,
frecuentemente intervenga, con todo formalmente y por sí, no es necesaria para la cual, por lo mismo, es apta por naturaleza para juzgar que esto ha de ser
la honestidad, sino que basta con aquella decencia y proporción que se encuentra hecho o apetecido por ella. ·
entre tal bien y la naturaleza que dirige sus operaciones con la recta razón. 13. Pero el bien honesto tomado de este modo puede aún distinguirse en
Igual que dar limosna es honesto porque es de suyo conveniente a la naturaleza acto, hábito y objeto honesto; pues hay actos formalmente buenos y honestos,
racional, aun cuando por un imposible el hombre que obrase así no gozase por como son los actos de las virtudes, principalmente de la voluntad, y a éstos co-
ello de ninguna utilidad o provecho fuera del mismo obrar bien. Del mismo rresponden los hábitos de las virtudes, que con razón se cuentan entre las má~
modo que también respecto de Dios se dice que es conveniente y honesto co- ximas cosas buenas y honestas, porque son dignas en sumo grado del hombre
municarse, beneficiar y compadecerse, no porque sea provechoso para El, sino dotado de razón; y en estos actos o hábitos se suponen los objetos honestos,
porque es algo por sí digno y proporcionado a su bondad. Por consiguiente, el pues de ellos toman los actos y hábitos su honestidad, como indica Santo To-
bien honesto explicado de esta forma dice una peculiar razón de conveniencia, más en I-II, q. 19, a. 1, ad 3, donde disputa ampliamente sobre este punto;
y por parte de la cosa que se dice honesta incluye su perfección con todas las y en la q. 20, a. 1, ad 2, y en la q. 2 De Malo, a. 3, in corp. y ad 8. Pues el
condiciones físicas o morales necesarias para la referida conveniencia con la na- acto honesto como tal no se ocupa sino del bien honesto; por lo cual es preciso
turaleza racional. que suponga tal bondad en él, pues el acto de la voluntad no confiere a su
12. Y suele este bien explicarse por la conveniencia con el dictamen de la objeto la bondad, sino más bien se funda en ella, y por esto, más arriba, Santo
recta razón; pues es honesto aquel bien que la recta razón dicta que se ha de Tomás llama a esta honestidad bondad primordial.

bona et propter illa possunt amari alia ut maliter non est ad honestatem necessaria,
utilia, praecisa honestate. Cuius signum est sed su(ficit illa decentia et proportio quae recta ratio dictat esse faciendum vel aman- terea nata est iudicare hoc sibi esse fackn-
quia interdum per honesta media, interdum reperitur inter tale bonum et natu- dum, etc. Tamen, si hoc dictum intelligatur dum ve! appetendum.
per turpia inquiruntur, non ob delectatio- ram quae operationes suas recta ra- de recta ratione prout dicit iudicium seu 13. Bonum autem honestum hoc modo
nem sed ob solam naturalem convenientiam; tione dirigit. Sicut dare eleemosynam est cognitionem eius quod expedit facere, sic sumptum distinguí potest in actum, habitum
datur ergo aliqua ratio boni ab illis tribus honestum, quia est per se consentaneum non consistir honestas in conformitate ad et obiectum honestum; sunt enim actus for-
distincta. naturae rationali, etiamsi per impossibile ho- dictamen rationis neque est illa prima re- maliter boni et honesti, ut sunt actus virtu-
rno sic operans nullam inde utilitatem ve! gula seu prima ratio talis honestatis. Non tum, praesertim voluntatis, et his correspon-
Expeditur prima difficultas commoditatem caperet praeter ipsum recte enim ideo bonum est honestum quia recta dent habitus virtutum, qui inter maxima bona
11. Ad satisfaciendum primae difficulta- operari. Quomodo etiam respectu Dei dici- ratio iudicat ,esse tale, sed e converso, quía et honesta merito computantur, quia maxime
ti et declarandum quid proprie sit hones- tur esse conveniens et honestum sese com- ipsum bonum vere et in re tale est, ideo decent hominem ratione utentem; et hlS ac-
tum bonum, advertendum est duobus mo- municare, benefacere ac misereri, non quía recta et vera ratione iudicatur esse tale. Et tibus ve! habitibus supponuntur obiecta ho-
dis dici vel sumi posse bonum honestum. illi sit commodum, sed quia est per se de- ideo quoad rtos rectum iudicium est regula nesta; nam ab his sumunt actus et habi-
Uno modo, in ordine ad actiones humanas cens ac proportionatum illius bonitati. Bo- boni honesti, quía nobis manifestat i!lud; ta- tus suam honestatem, ut significar D. Tho-
et morales prout recta et prudenti ratione num ergo honestum hac ratione explicatum men secundum se supponit illud iudicium mas, I-II, q. 19, a. 1, ad 3, ubi de hac re
regulari possunt, et hoc modo bonum ho- dicit peculiarem rationem convenientiae et propriam convenientiam ex qua habet bonum latius disputatur, et q. 20, a. 1, ad 2, et
nestum dicitur quod per se et ex se decet ex parte rei quae honesta dicitur includit honestum quod tale sit; hanc autem di- q. 2 de Malo, a. 3, in corp., et ad 8. A¡;tus
hominem vel personam ratione utentem, ut perfectionem eius, cum omnibus conditioni- cimus esse ad naturam rationalem quatenus enim honestus ut sic non versatur nisi cir-
sumitur ex D. Thoma, II-II, q. 145, a. 1, bus ve! physicis, ve! moralibus, ad praedic- talis est et tales habet proprietates seu attri- ca bonum honestum; un de necesse est ut
et sequent. In qua convenientia non consi- tam convenientiam cum natura rationali ne- buta. Si vera dictamen rationis non formali- in i!lo talem bonitatem supponat, nam ac-
deratur aliqua commoditas quae per tale bo- cessariis. ter sed quasi radica!iter sumatur, sic bene tus voluntatis non confert obiecto suo boni-
num accrescat illi personae respectu cuius 12. Solet autem hoc bonum per conve- et a priori dicitur bonum honestum esse tatem, sed potius in illa fundatur, et ideo
dicitur es se huiusmodi bonum; haec enim, nientiarh ad dictamen rectae rationis decla- i!lud quod est conforme rationi, id est, quod D. Thom. supra,' hanc honestatem bonita-
licet saepe intercedat, per se tamen ac for- rari; nam i!lud bonum est honestum quod est conforme naturae rationali, quae prop- ·tem primordialem vocat. ·
------~ ~-- --------~---

238 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 239'

. 14. Y con lo que llevamos dicho se ha respondido a toda aquella primera usar mal, como ocurre con las potencias mismas, por lo cual San Agustín llamó
dificultad en cuanto se refiere al .bien hone~to. tomado con este rigor y propie- a aquéllas bienes máximos, y a éstas, bienes medios; sino del mismo modo que
~ad. Pues co~cedemos que este bien no se ltmlta a la operación, hábito 0 forma, los bienes que pertenecen a la integridad y complemento de la naturaleza son de
smo que conviene a toda cosa que es apetecible por el hombre de modo honesto· suyo convenientes y, en cuanto de ellos depende, capaces de ser amados con recti-
y. conforme con la recta razón. Concedemos, además, que este bien no es tal pre- tud. Y de este modo son honestos el mismo ser, vivir y saber. Ni solamente los
~tsamente porque es por sí conveniente a la voluntad o al apetito del hombre bienes inherentes, sino también las cosas extrínsecas que en ocasiones son con-
en la razón de objeto apetecible, pues como rectamente prueba el argumento allí venientes por sí, al menos como objeto de los actos vitales, pueden contarse en-
exp~est?, esta razón de apetecible por sí, formalmente tomada, supone una con- tre estos bienes honestos, y así queda también resuelta la primera dificultad en
vemen.cta con la, naturaleza racional, por razón de la cual tal bien es para ella cuanto puede afectar a este bien, sobre lo cual volveremos a insistir en la sol u-·
apetectble por st. ción de la última dificultad.
15. Puede tomarse también en otro sentido el bien honesto no en orden
a. las costumbres sino en orden a la naturaleza, y es aquello que' por sí perfec- Se trata la segunda dificultad
cton~ a la naturaleza y es para ella ventajoso incluso prescindiendo de la razón 16. Acerca de la segunda dificultad hay que distinguir dos cosas que en'
de vtrtud, como es la salud, la integridad y la vida misma, la cual, en ocasiones, ella se tocan, a saber: la delectación y el objeto de la delectación, y de ambos
es deshonroso amar y defender, aun cuando de suyo parezca lo más conveniente hay que decir que son, de suyo, un bien conveniente de algún modo y por
para la naturaleza. Y a este bien parece que los antiguos filósofos llamaron ·bien - sí apetecible. Y ciertamente, tratándose de la delectación misma, la cosa es por
de la natura!eza, y 1~ di~tinguían d~l bien honesto, al que llamaban por sí digno~ sí evidente, pues es un acto que _de suyo invita y arrastra mucho al apetito, lo
como se cohg: de Ciceron, en sus hbros III y IV De Finibus. Sin embargo, pues- cual es señal de que tiene con él por sí misma una gran proporción. Y tra-
to que este bien. de la naturaleza es por sí conveniente y amable, se juzga por tándose del objeto de la delectación se prueba porque el objeto de la delectación·
esto . que e! apettto nat~al se relaciona con este bien del mismo modo que el es un bien; luego la delectación supone en aquel objeto una bondad, ya que los
apetito rac10nal se relaciona con el bien por sí digno, y de esta manera, en or- actos del alma no constituyen a sus objetos, sino que los suponen; por consi-
den a la naturaleza, queda este bien comprendido bajo el bien honesto. Se añade guiente, el objeto de la delectación no es bueno y conveniente porque es objeto
también el que esta raz?n d~ bien es suficiente para que aquel mismo pueda de delectación, sino al contrario; puede ser objeto de delectación porque es bue-
ser honestamente apetecido si por otra parte no se opone algún impedimento no y conveniente. Por tanto, es de suyo bueno y apetecible, y no por la sola deno-
porque como la recta razón es aquella por lo que el hombre debe regirse o go~ minación o relación a la delectación, aunque tal vez la etimología del nombre
bernarse, a ella. le toca proponer las cosas que son ventajosas y convenientes para o su imposición haya sido tomada de allL Con esto consta, por tanto, que ya
la naturaleza, si no se opone, por otra parte, algo o se sigue algún inconveniente se toi:ne el bien deleitable por la misma delectación, ya se tome por el objeto o·
mayor. Por consiguiente, de acuerdo con esta manera de hablar sobre el bien bien que deleita, ya -lo que es más probable- por ambas cosas en unidad, a
honesto, hay que conceder que las potencias del alma son ciertos bienes hones- saber, por el descanso que se halla en tal cosa, del mismo modo que la felicidad
a veces se toma por la objetiva, a veces por la formal, a veces por toda la feli-
tos, ciertamente no del mismo modo que las virtudes, de las cuales no podemos
sumus sicut potentiis ipsís, propter quod ab per se manifestum; nam est actus qui ex
14. Atque ex his responsum est ad to- conveniens naturae videatur. Et hoc bonum Augustino haec maxima, illa vera media bo- se valde invitat et trahit appetitum, quod est
tam illam primam difficultatem, quatenus videntur antiqui philosophi appellasse bonum na esse dicuntur, sed ea ratione qua bona signum ex sese habere cum illo magnam
spectat ad bonum honestum in hoc rigore naturae, quod distinguebant a bono honesto pertinentia ad integritatem et complementum proportionem. De obiecto autem delectatio-
et proprietate sumptum. Concedimus enirn quod per se decens appellabant, ut colligi- naturae per se convenientia sunt et quan- nis probatur, quia obiectum delectatíonis est"
hoc bonum non limitari ad operationem, vel tur ex Cicer., lib. III et IV de Finib. Ta- tum ex ipsis est, recte amabilia. Atque hoc bonum; ergo delectatio supponit in obiecto
habitum, vel formam, sed convenire omni men, quía hoc bonum naturae per se con- modo ipsum esse, vívere et sapere honesta illo bonitatem, quia actus animae non con--
rei quae honeste et secundum rectam ratio- veniens est et amabile, ideo ita censetur sunt. Neque solum inhaerentia bona, sed stituunt obiecta sua sed supponunt; obiec-
nem est appetibil(s ab homine. Concedimus comparari appetitus naturae ad hoc bonum etiam res extrinsecae quae interdum sunt tum ergo delectationis non est bonum et
deinde hoc bonum non ideo tale esse quia sicut appetitus rationalis ad .bonum per se per se convenientes, saltem ut obiecta vi- conveniens quia est delectationis obiectum,
est per se conveniens voluntati seu appeti- decens, atque hac ratione in ordine ad natu- talium actuum imer haec bona honesta com- sed e contra quia bonum est et conveniens,
tui hominis in ratione obiecti appetibilis; ram hoc bonum comprehenditur sub bono putantur, et sic etiam expedita est prima ideo delectationis obiectum esse poc- :i:. Est
nam, ut recte argumentum ibi factum pro- honesto. Accedit etiam quod haec ratio boní difficultas quantum ad hoc bonum pertine- igitur ex se bonuín et appetibile et non per
bat, haec ratio per se appetibilis formaliter sufficiens est ut ipsum honeste appetatur, re potest, de quo in solutione ultimae dif- solam denominationem vel habitudinem ad ·
sumpta supponit convenientiam cum natu- si aliunde ímpedimentum aliquod non in- ficultatis plura dicemus. delectationem, quamvis fortasse nominis ety-
ra rationali, ratione cuius tale bonum illi est tercedat, quía cum recta ratio sit qua horno mologia vel impositio inde sumpta sit. Hiric
per se appetibile. regí debet aut gubernari, ad illam pertinent Tractatur secunda difficultas ígitur constat, _sive delectabile bonum su-
15. Alío vera modo sumi potest bonum matur pro delectatione ipsa, sive pro obiec-
et quae sunt naturae commoda et conseh- to seu bono illo quod delectar, sive (quod·
honestum, non in ordine ad mores sed in tanea proponere, njsi aliunde aliquid ob. 16. Circa secundam difficultatem duo
ordine ad naturam, et est illud quod per se sunt distinguenda quae ibi attinguntur, sci- probabile est) pro utroque per modum unius,
stet vel maius aliquod incommodum subse- scilicet, pro quiete in tali re, sicut beatitudo
perficit naturam et est commodum illi etiam quatur. Hoc igitur modo loquendi de bono Jicet delectatio et delectationis obiectum, et
seclusa ratione virtutis, ut est sanitas, inte- de utroque dicendum est esse bonum ex se interdum sumitur pro obiectiva, interdum
honesto, concedendum est potentias animae pro formali, intetdum pro tata beatitudine
gritas et vita ipsa quam interdum amare esse quaedam honesta bona, non quidem eo conveniens aliquo modo et per se appetibi-
vel tuerj turpe est, etiamsi ex se maxime le. Et quidem de delectatione ipsa, id est quae per modum unius utramque. complecti--
modo quo virtutes, quibus mal e uti non pos-

j
240 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 11 241
6!Ídad que comprende a una y otra abrazadas en unidad, de cualquier manera como lo visible se toma de la V!Slon; sino que supone sólo el bien conveniente
de éstas, digo, que se tome el bien deleitable, con razón se dice bien por sí y no al apetente, con cuya consecución se deleita. Y esto se corrobora con ejemplos,
sólo por una relación extrínseca o denominación, en lo cual se distingue acerta- pues cuando el enfermo se deleita con la salud que ha recuperado, no conside-
damente del bien útil. ra ninguna otra razón de bien para deleitarse más que el provecho aquel que
17. Por su parte, fácilmente se distingue la bondad o conveniencia de la la salud proporciona a su naturaleza; luego en la salud, en cuanto que es objeto
misma delectación, de la bondad o conveniencia de la honestidad, sea moral o de delectación, no hay otra bondad más que la natural conveniencia de la salud
natural; pues la conveniencia de la delectación sólo consiste en la suavidad y con la naturaleza humana. De igual manera la visión beatífica, o Dios claramente
descanso vital -por llamarlo así- que logra el apetito en el bien alcanzado, visto y poseído, es objeto de gozo perfecto, no por otro motivo sino porq·.._- es
sea que tenga otra clase de conformidad con la razón o naturaleza racional o que el bien proporcionado y conveniente en grado máximo a la naturaleza del hombre;
no la tenga, pues estas cosas son accidentales para el concepto de la delectación luego, en general, el bien deleitable, fundamentalmente (por decirlo así), y en
en cuanto tal. Y por esta causa se distingue acertadamente, al menos por razón cuanto que intrínsecamente se supone por parte del objeto para la misma delec-
de la delectación, el bien deleitable del bien honesto, tanto moral como natural, tación no es otra cosa que el bien que conviene por sí a la naturaleza humana
ya porque tiene una conveniencia peculiar, como dije; ya también porque tiene y, por tanto, honesto, sea moral o natural.
una fuerza peculiar para mover el apetito, de la cual nace el que a veces no sólo 19. A esto puede responderse de dos maneras. Primero, concediendo todo
mueva en contra de la razón, sino también en contra del provecho de la natu- el raciocinio hecho y diciendo ·consecuentemente que el bien deleitable no se
raleza. distingue del bien que por sí conviene a la naturaleza humana más que en cuan-
18. Pero sobre la bondad del objeto deleitable, que en él se supone para to incluye la delectación que en tal bien se considera como la razón propia
que cause delectación, no es fácil juzgar cuál sea ésta ni cómo se distinga de la que mueve a su apetición. Esta parece que es la opinión de Santo Tomás, en
honestidad moral o natural. Y la razón de la dificultad está en que la delectación I, q. 5, a. 6, y en I-U, q. 32, a. 1, ad 3, donde dice que las operaciones son
versa sobre un bien conveniente y conseguido o presente, como se toma de Aris- deleitables en cuanto son connaturales y proporcionadas al que opera; y en toda
tóteles en el libro I de la Retórica, c. 10; y Santo Tomás, extensamente en 1-II, aquella cuestión insinúa lo mismo; y lo mismo señala Cayetano en lo que anota
q. 31, a. 1 y ss. Pero el bien conveniente, cuya consecución se supone para la acerca de aquel artículo primero. Por lo cual se ha de decir además, consecuen-
delectación, no es otra cosa que el bien conveniente a la naturaleza, sea a la na- temente, que el bien deleitable, en cuanto que se dice bueno y amable por sí,
turaleza' espiritual si se trata de una delectación espiritual, sea corporal, si es incluye intrínsecamente la delectación misma, ya se aprehenda sola la delecta-
sensible; y el bien conveniente a la naturaleza no es otro que el bien honesto, ción misma como tal bien de suyo conveniente por ser aquello que es, es de-
ya sea moral, si es de tal forma conveniente a la naturaleza. racional en cuanto tal cir, por aquel agrado que formalmente confiere, ya sea que se aprehenda todo
que por sí mismo convenga, ya sea natural si solamente es ventajoso por sí mis- esto, es decir, este objeto, en cuanto que lleva consigo unida la delectación,
mo para la naturaleza en cuanto referido a la perfección de ésta; por consiguien- a manera de un solo objeto que se dice bien deleitable, para el cual la delecta-
te, la delectación no supone el bien deleitable en cuanto tal; más aún, ésta parece ción misma viene a ser como la forma. Por ello, Aristóteles, en el libro X de la
mejor una denominación extrínseca tomada de la misma delectación en potencia, Etica, c. 2, dice que el placer es por sí apetecible y que hace más deseable a

ne, sed supponit tantum bonum conveniens venience naturae nisi prout delectationem in-
tur, quocumque (inquam) ex his modis bo- 18. At vero de bonitate obiecti delecta- ~ppetenti · de cuius consecutione de!ectatur. cludit, quae in tali bono consideratur ut
num delectabile sumatur, merito per se bo- bilis quae in eo supponitur ut delectationem Et confirmatur hoc exemplis; nam, cum propria ratio movens ad appetitionem eius.
num dici et non tantum extrínseca habitu- causet, non est facile ad iudicandum quae- infirmus delectatur de consecuta sanitate, nul- Quae videtur esse sententia D. Thomae, I,
dine ve! denominatione, in quo recte a bono nam sit et quomodo ab honestate ve! morali Iam aliam rationem boni considerat ut de- q. 5, a. 6, et I-II, q. 32, a. 1, ad 3, ubi
utili distinguitur. ve! naturali distinguatur. Et ratio difficul- !ectetur nisi commoditatem jllam quam natu- ait operationes esse de!ectabiles in quantum
17. Rursus facile distinguitur bonitas ve1 tatis est quia delectatio est de bono conve- rae suae affert sanitas; ergo in sanitate ut est sunt connaturales et proportionatae operanti;
convenientia ipsius delectationis a bonitate nienti et consecuto seu praesenti, ut sumi- obiectum delectationis, non est alía bonitas et in tota illa quaestione idem insinuar; et
ve! convenientia honestatis, sive moralis, sive tur ex Aristotele, I Rhetor., c. 10; et D. praeter naturalem convenientiam sanitatis idem significar Caietanus in his quae notat
naturalis; nam convenientia delectationis so- Thoma late, I-II, q. 31, a. 1 et sequentibus. cum natura hominis. Simili modo visio bea- circa illum articulum primum. Ex quo ul-
lum en~ 'listit in suavitate illa et vitali quie- Bonum autem conveniens, cuius consecutio ta seu Deus ciare visus et possessus, cst terius dicendum est consequenter bonum de-
te (4¡ sic dicam), quam appetitus habet in delectationi supponitur, non est aliud nisi obiectum perfecti gaudii non alia ratione !ectabile quatenus dicitur per se bonum et
bono adepto, sive habeat conformitatem bonum naturae conveniens ve! spirituali na- nisi quía est bonum maxime proportiona- amabile, intrinsece includere de!ectationem
aliam cum ratione seu rationali natura, sive turae, si de!ectatio spiritualis sit, ve! corpo- tum et conveniens naturae hominis; ergo in ipsam, sive sola ipsa de!ectatio apprehen-
non; haec enim ad rationem delectationis rali, si sit sensibilis; bonum autem con- universum, bonum delectabile fundamentali- datur ut tale bonum per se conveniens prop-
ut sic accidental:::¡ sunt. Atque oh hanc cau- veniens naturae non est aliud nisi bonum ter (ut sic dicam) et quatenus intrinsece ter id quod est, id est, propter suavitatem
•:m merito delectabile bonum, saltem ratio- honestum, ve! morale, si sit ita conveniens supponitur ipsi de!ectationi ex parte obiecti, illam quam formaliter confert, sive hoc to-
ne delectationis, a bono honesto tam mora!i naturae rationali ut sic ut per se deceat, ve! nullum a!iud est nisi bonum per se conve- tum, scilicet tale obiectum ut secum habet
quam naturali distinguitur, tum quia habet naturale, si solum sit per se commodum na- niens naturae atque adeo honestum, vel mo- delectationem adiunctam, apprehendatur per
peculiarem convenientiam,· ut dixi; tum turae, ut ad perfectionem eius spectans; et- rale, ve! naturale. modum unius obiecti quod bonum de!ecta-
etiam quia habet peculiarem vim movendi go delectatio non supponit bonum delecta- 19. Ad hoc duobus modis responderi bile dicitur, cuius veluti forma est de!ectatio
appetitum, ex qua fit ut interdum moveat bile ut de!ectabile est; immo haec potius potest. Primo, concedendo totum discursum ipsa. Unde Aristot., X Ethic., c. 2, ait vo-
non solum contra rationem, sed etiam con- videtur denominado extrínseca ab ipsa de- factum et consequenter dicendo bonum de- luptatem esse per ·se expetibilem, facereque
tra commodum naturae. lectatione in potentia, sicut visibile a visio- lectabile non distinguí a bono per se con- quodvis bonum magis expetibile, ·si illi Jld-
16
242 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 11
243
· bze
cua lquzer · n al que se. aiiada. En las cuales- palabras
. indica
'1 1 que
h la delectación
· ·
ciertamente supone el bten, pero que ella, anadtda a aque e .ace mas apetect· que con ambos queda constituído un solo bien deleitable, apetecible por sí e
intrínsecamente.
ble porque, evidentemente' lo constituye· como agradable
. ,
y dele1table; luego tal
d 1 ·· y 1
b. da completado y cuasi formalmente constltmdo por 1a e ectacwn. o 21. El segundo modo de responder puede ser que en el objeto de la delec-
mismo señaló Santo Tomás en I, q. 5, a. 6, cuando ensena que e 1en d e1elta
ten que - 1 b' · ble tación se encuentra siempre una cierta conveniencia especial por razón de la cual
termina al apetito por razón de la delectación, que es el descanoo en la cosa puede ser objeto de delectación, y por la que es propia e intrínsecamente deno-
deseada. . . minado bien deleitable, y que dicha conveniencia es distinta y capaz de ser se-
20. Y añade allí, en la solución ad 2, que se llaman propzamente bzenes de- parada o prescindida de la propia conveniencia de la honestidad, tanto moral
leitables los que no tienen ninguna otra razón de apetibilidad cu~ndo, p~r. ~o de~ corno natural. En efecto, corno bien explica Cayetano, I-II, q. 32, a. 1, el objeto
más son nocivos e inhonestos. Las cuales palabras favorecen dtcha opm10n en de la delectación es una cosa u operación aprehendida corno conveniente; pero
cua~to que en ellas se dice que la delectación es toda la razón de apetecer el no es necesario que esta conveniencia sea de algún modo honesta o provechosa
bien deleitable en cuanto tal; pero, en cambio, lo que se dice en e!l~s. de que para la naturaleza, sino que basta con que sea proporcionada al gusto, por
puede darse una cosa en la que no haya. ninguna otra razón d~ apet1b1l:dad ex- ejemplo, o a otro sentido o potencia. Parece, por consiguiente, que existe en
cepto la delectación, parece que contrad1ce a lo afirmado anteno~~ente, por lo tales objetos deleitables un cierto modo especial de conveniencia suficiente para
cual parece que son falsas por la razón antes dada: que la delectacwn ;esulta ~na constituir una especial razón de bien que parece quedar comprendido bajo la
vez conseguido el bien, y por ello es necesario que suponga otra razon antenor delectación, siempre que la delectación se dice que es toda la razón de apetibili-
de bien en virtud de la cual sea apetecible; por consiguiente, no puede darse dad en el bien deleitable en cuanto tal. Y se inclina a esta manera de expresión
tma cos~ que produzca delectación y que, sin embargo, ~o tenga razón algu~a
Santo Tomás en las palabras arriba citadas de I, q. 3, a. 6, ad 2.
de apetecible fuera de la delectación. Con todo, puede de~1rs~ que S~nto Tornas 22. Pero (para confesar la verdad) este último modo de hablar ni puede
no pretendió excluir de tal cosa toda razón de convemencm prev1a a la de- fundarse suficientemente ni explic:::rse, ya que no se puede entender qué es aque-
lectación en la que ésta se funde, sino que quiso indicar que a veces sucede que lla especial conveniencia si no es la que consiste en la buena constitución de la
esta conveniencia es tal que, apartada la delectación, no haga ~ 1~ cosa absoluta- naturaleza, o en el ser u obrar proporcionado a la naturaleza. Esto se toma de
Aristóteles, libro VII de la Etica, c. 12 y 13, y libro X, c. 4 y 5, y libro I de la
mente apetecible, ya que es perjudicial o inhonesta. Por constgmen~e, de acuer-
do con este modo de hablar, hay que concederle a la segunda d1ficultad que Retórica, c. 10, al fin, donde dice en este sentido que el placer es una afección
que toda al mismo tiempo y sensiblemente va hacia la naturaleza, como expone y·
aquella cosa u operación que es objeto ~e delec~ación, a~nque te.n~a otra razón
trata Santo Tomás en I-II, q. 31, a. 1, y q. 32, a. 1, y en el mismo lugar Ca-
anterior de bien, sin embargo, no es bten delettable mas que umcamente por
yetano. Asimismo, porque la delectación tiende hacia el mismo bien y objeto
aquella razón por la que lleva unida la delectació?. Ni resul~a de e~to que , se conveniente al que tiende el amor y el deseo, y sólo difiere de ellos en que tien-
confunda este bien con el bien útil, o que tenga solo una razon de bten extrm- de hacia dicho bien en cuanto presente y conseguido; pero con respecto al amor
seca al modo corno la tiene el bien útil, porque la cosa se relaciona con la ~elec­ o al deseo, prescindiendo de la delectación, no se entiende otra razón de convenien-
tación que de ella se sigue corno con su objeto, y por esto es por lo que se ¡uzga cia fuera de la que pertenece a la honestidad moral o natural, o al menos es cer-

datur. In quibus verbis indicat delectatio- rem rationem boni supponat, ratione cuius utraque unum bonum delectabile intrinsece do dicendi D. Thomas, in verbis supra ci-
nem quidem supponere bonum? ipsam .v~ro sit appetibilis; non ergo potest dari res qua e et per 'se appetibile constituí censetur. tatis ex I, q. 3, a. 6, ad 2.
illi additam facere illud mag1s appetlbJ!e, delectationem afferat et tamen nul!am habeat 21. Alter modus respondendi esse potest 22. Sed (ut verum fatear) hic posterior
ouia nimirum constituit illud iucundum et aliam rationem appetibilis praeter delectatio- in obiecto delectationis reperiri semper spe-
dicendi modus nec sufficienter fundari pot-
delectabile; ergo tale bonum delectatioue ip- nem. Dici vera potest D. Thomam non in- cialem quamdam convenientiam ratione cuius est nec declarari, quia intelligi non potest
sa completur et quasi formaliter constituitur. tendisse excludere ab huiusmodi re omnem esse potest delectationis obiectum et ab illa
proprie et intrinsece denominad bouum de- quaenam sit illa specia!is convenientia prae-
Et hoc ipsum significavit D. Thomas, I, rationem convenientiae delectatione prio- ter eam quae est in bona constitutione na-
q. 5, a. 6, cum docet. bonum dele~ta~ile ter- rem in qua delectatio fundetur, sed indi~are lectabile, eamque convenientiam distinctam
esse ac separad posse seu praescindi a pro- turae seu in esse ve! operari naturae pro-
minare appetitum ratione delectat1oms quae voluisse interdum contingere hanc convemen- portionato. Quod sumitur ex Aristot., VII
est quies in re desiderata. tiam talem esse ut, seclusa delectatione, non pria convenientia honestatis tam moralis,
Ethic., c. 12 et 13, et lib. X, c. 4 et 5, et I
20. Additque ibi, in soltlt. ad 2, illa ~ro­ faciat rem simpliciter appetibilem, quia est quam naturalis. Nam, ut bene Caiet. tractat,
I-II, q. 32, a. 1, obiectum delectationis est Rhetor., c. 10, in fine, ubi hoc sensu ait
prie dici bona delectabilia quae nullam al!am noxia vel inhonesta. Iuxta hunc ergo dicen- voluptatem esse affectionem totam simul et
habent rationem appetibilitatis, cum alioqui di modum, ad secundam difficultatem con- res ve! operatio apprehensa ut conveniens;
sensibiliter in naturam proficiscentem> ut ex-
sint et noxia et inhonesta. Quae verba fa- cedeudum est rem illam vel operationem non est autem necesse ut haec convenien- ponit et tractat D. Thomas, I-II, q. 31, a. 1,
vent dictae sententiae, quatenus in eis dici- quae est obiectum delectationis, licet aliam tia sit aliquo modo honesta ve! commoda
et q. 32, a. l, et ibi Caiet. Item, quia delec-
tur delectationem esse totam rationem ap- priorem rationem boni habeat, tamen non naturae, sed satis est ut sit proportionata tatio in idem bonum et conveniens tendit
petendi bonum delectabile ut si~; in ;o ve- esse bonum delectabile nisi ea tantum ratio- gustui, verbi gratia, vel alteri sensui aut po- in quod amor vel desiderium; solum enim
ro quod in eis dicitur posse dan rem m qua ne qua habet delectationem adiunctam. Ne- tentiae. Videtur ergo esse in his obiectis de- differt ab eis, quia tendit in illum bo-
nulla prorsus sit alia ratio appetibilis praeter oue inde fit confundí hoc bonum cum bono lectabilibus quidam specialis modus conve- num ut praesens et consecutum; sed respec-
delectationem, videntur contradicere superius litili aut habere tantum extrinsecam ratio- nientiae sufficiens ad constituendam specia- tu amoris ve! desiderii, seclusa delectatione,
dictis · unde falsa videntur ob rationem su- nem boni eo modo qua bonum utile, quia lem rationem boni, quae sub delectatione non intelligitur alia ratio convenientiae prae-
pra f~ctam, quod delectatio resultat ex bono res comparatur ad delectationem quae ex comprehendi videtur, quotiescumque delec- ter eam quae ad· honestatem moralem ve!
consecuto et ideo necesse est ut aliam prio- illa sequitur ut obiectum eius, et ideo ex tado dicitur esse tata ratio appetibi!is in naturalem pertinet> ve! saltem certissimu'!l
bono delectabili ut sic. Et ita favet huic mo- est amorem et desiderium directe ferri posse
244 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 11 245

tísimo que el amor y el deseo pueden directamente dirigirse hacia tal convenien- perfecto; ahora bien, ninguna cosa se perfecciona por la sola denominación ex-
cia o hacia el bien bajo tal razón; por consiguiente, es igualmente cierto que trínseca tomada de una perfección ajena; mas el bien útil es verdaderamente
la delectación en su objeto no requiere otra razón de conveniencia; por tanto, un bien; luego no es bien por la sola denominación tomada de la bondad del
idear o fingir ésta como algo anterior a la delectación misma ni tiene funda- fin, sin~ que tiene en sí su propia bondad. Sin embargo, esta opinión es falsa,
mento ni puede explicarse suficientemente. Porque el que algunas delectaciones como dtremos con más extensión después, al tratar acerca de la causa final. Estú,
surjan de la peculiar conveniencia del objeto con una facultad, como con el gusto además, en contra de Santo Tomás, I, q. 5, a. 6, principalmente en la solución
o el tacto, no sucede más que o bien porque aquella cualidad que se percibe que da ad 2, donde se expresa de este modo: Se llaman útiles las cosas que no
por el sentido y engendra la delectación es objeto por sí connatural y conve- tienen en sí motivos para ser deseadas, sino que son deseadas únicamente en cuan-
niente a tal facultad, o bien porque la operación a la que tal delectación sigue to son conducentes a otra cosa, como ingerir una medicina amarga.
es de modo semejante una perfección natural proporcionada a la potencia. Y así 24. Por consiguiente, al proponer la tercera dificultad se ha respondido rec-
siempre esta razón de bien que por parte del objeto se supone para la delecta- tamente que una cosa es hablar de la utilidad en cuanto significa la virtud que
ción, se reduce al bien por sí conveniente para la naturaleza. Por consiguiente, hay en el bien útil para el efecto respecto del cual se dice útil, y otra hablar,
la primera respuesta es más sólida y mediante ella se satisface a la segunda di- de la utilidad en orden al que apetece, para el que tal bien es útil. En el primer
sentido, es verdad que la utilidad puede ser una cierta virtud y perfección in-
ficultad anteriormente propuesta.
trínseca para el mismo bien útil, la cual perfección ciertamente comparada con
el mismo bien JUe se denomina útil es conveniente para él, no como bien útil
Se soluciona la tercera dificultad juntamente con la cuarta sino como un bien por si mismo proporcionado y connatural a él; como, por
ejemplo, en la medicina que es útil para la salud porque tiene la virtud de expul·
23. Sobre la tercera dificultad, que trata del bien y de lo útil, conceden sar algún humor, es claro que tal virtud es una propiedad intrínseca a la tal me-
algunos que el bien útil tiene su propia e intrínseca bondad por razón de la dicina, que con respecto a ella no es útil sino conveniente y apetecible por ella
cual es en sí apetecible, aunque no por causa de sí. Estas dos cosas, en efecto, misma; en cambio, con respecto al hombre, puede llamarse utilidad aquella vir-
son diversas, porque el medio verdaderamente es amado en sí mismo; es decir, tud que está en tal cosa en orden a tal fin. Pero toda esta utilidad referida al
termina en sí el movimiento del amor; por ello, es menester que en sí tenga la hombre y considerada sólo en sí misma no será hallada buena, conveniente o
bondad útil, distinta de la bondad del fin, por razón de la cual pueda ser tér- apetecible para él, sino que en tanto se tendrá por conveniente en cuanto lo
mino del afecto de amor o de elección; pero con todo, no es amado por causa sea la misma salud, o la expulsión o disminución de tal humor. Por lo cual,
de sí, ya que aquella bondad no es absoluta sino relativa al fin o por causa del si el hombre en este momento no necesita tal medicación para su salud, esa
fin, y porque el fin es la primera causa de amar al medio o al bien útil. Por lo virtud de la medicina no es conveniente para el hombre; en cambio, si la ne-
cual sucede que de acuerdo con esta opinión el bien útil no se distingue de los cesita, es juzgada conveniente sólo en función de la salud. Por tanto, toda la
demás porque sólo es bueno con la bondad extrínseca del fin, sino porque tiene virtud, aunque sea intrínseca a la medicina, no es de suyo conveniente para el
toda su bondad en orden al fin. Y puede confirmarse esta opinión porque es hombre, ni apetecible para él, sino solamente en cuanto en cierto modo queda
contradictorio ser bueno y serlo con bondad ajena, pues bueno es lo mismo que
ni tate bonum esse; nam bonum ídem est num quod utile denominatur est illi con-
quod perfectum; nulla autem res perficitur veniens, non tamquam bonum utile, sed tam-
in huiusmodi convenientiam seu in bonum Tertia difficultas simul .cum quarta sola extrinseca denominatione ab aliena per- quam bonum per se illi proportionatum et
sub tali ratione; ergo aeque certum est de- expeditur fectione; sed bonum utile est vere bonum: connaturale; ut in medicina, verbi gratia,
lectationem in obiecto suo non requirere 23. Ad tertiam difficultatem de bono er. ergo non est bonum per solam denomina~ quae est utilis ad sanitatem quia habet vim
aliam convenientiae rationem; ergo illam ex- utili, nonnulli concedunt habere bonum uti- tionem a bonitate finis, sed in se habet suam expellendi aliquem humorem, clarum est
cogitare vel fingere ut priorem de!ectatione le suam propriam et intrinsecam bonitatem propriam bonitatem. Sed · haec sententia illam vim esse proprietatem aliquam intrin-
ipsa, nec fundamentum habet, nec satis ex- ratione cuius est in se appetibile, licet non falsa est, ut latius dicemus inferius de causa secam tali medicinae, quae respectu illius non
plicari potest. Nam, quod aliquae delectatio- propter se. Haec enim duo diversa sunt; finali disputantes. Estque contra D. Tho- est utilis sed per se conveniens et appetihi-
nes oriantur ex peculiari convenientia obiec- nam medium revera in se amatur, id est, in mam, I, q. 5, a. 6, praesertim in solut. ad lis ipsi; respectu vero hominis illa vis dici
se terminat amoris motum; unde necesse 2, ubi sic ait: U tilia dicuntur quae habent potest utilitas quae est in tali re in ordine
ti cum aliqua facultate, ut cum gustu vel
est ut in se habeat bonitatem utilem, di- in se unde desiderentur, sed desiderantur ad talem finem. At vero tota haec utilitas
tactu, id non est nisi vel quia qualitas illa solum ut sunt ducentia in alterum, sicut comparata ad hominem et per se tantum
quae sensu percipitur et delectationem pa- stinctam a bonitate finis, ratione cuius possit
terminare dilectionis se u electionis affectum; sumptio medicinae amarae. considerata, non invenietur illi bona, conve-
rit, est obiectum connaturale et per se con- 24. Recte igitur ínter proponendam ter- niens, aut appetibilis, sed tantum censetur
non tamen diligitur propter se, quía illa bo-
veniens tali facultati, vel quía operatio ad nitas non est absoluta, sed respectiva ad fi- tiam difficultatem responsum est aliud esse conveniens in quantum sanitas ipsa, dimi-
quam talis delectatio consequitur, est simi- nem seu propter finem et quía finis est pri- loqui de utilitate prout significat vim quae nutio, aut expulsio talis humoris conveniens
liter naturalis perfectio proportionata poten- ma causa diligendi medium seu bonum uti- est in bono utili ad effectum ad quem utile est. Unde, si horno nunc non indiget ad
tiae. Atque ita semper huiusmodi ratio boni le. Quo fit ut iuxta hanc sententiam bonum dicitur, aliud vero esse loqui de illa milita- sanitatem tali purgatione, illa virtus me-
quae ex parte obiecti ad delectationem sup- utile non distinguatur a reliquis eo quod so- te in ordine ad appetentem cui tale bonum dicinae non est conveniens homini; si vero
ponitur, ad bonum per se naturae conve- lum sit bonum bonitate extrínseca finis, sed utile est. Priori modo verum est utilitatem indiget, censetur conveniens solum ob sani-
niens revocatur. Prior ergo responsio soli- quía totam bonitatem suam habet in ordíne esse posse virtutem aliquam et perfectio- tatem. Igitur tota virtus, quamvis intrínseca
dior est et per eam fit satis secundae dif- ad finem. Et potest haec sententia confirma- nem intrinsecam ipsi bono utili, quae qui- medicinae, ex se rion est convenjens homini
ficultati superius positae. ri quía repugnat esse bonum et aliena bo- dem perfectio comparata ad ipsummet bo- neque appetibilis ipsi, sed solum quatenus a
246 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 247

informada y denominada por la bondad del fin; por consiguiente, la bondad y honestidad o para cualquier otro provecho de la naturaleza, y por ello no era pre-
conveniencia que se halla en el bien útil formalmente tomado en cuanto útil, no ciso dividir el bien útil en varios miembros.
se encuentra intrínsecamente en él de un modo completo y formal; sino que
está en él, como materialmente, la utilidad misma o virtud activa de otra cosa; Se resuelve la quinta dificultad
formalmente, en cambio, la conveniencia y la razón entera de la apetibilidad ..:s
la bondad del fin. Y prueba de esto es también que el bien útil en cuanto útil 26. Con lo dicho queda también resuelta la quinta dificultad. Efectivamen-
no excita ni arrastra o mueve hacia sí al apetito; de lo contrario, el medio en te hemos distinguido el bien honesto en orden a la virtud o norma de la recta
cuanto medio tendría la causalidad del fin, lo cual es falso; pero es el fin el que '
razón, que es lo mismo que digno por sí y conveniente con la rec~a razon, ' Y e1
mueve la voluntad para apetecer el medio o bien útil; por lo cual, aunque la bien en orden a la naturaleza, que es por sí conveniente y ventaJoso para ella.
voluntad tienda hacia lo útil como hacia el objeto material, y de este modo se Por tanto, si se toma el bien honesto del primer modo, confesamos que no es
diga que el bien útil termina en sí el movimento de la voluntad, con todo, for- miembro adecuado de esta división, no sólo con respecto a las cosas inferiores que
malmente, también ·aquel movimiento se termina en su fin, porque es toda la no están dotadas de razón, sino ni siquiera con respecto al mismo hombre, el
razón de tender al medio, y por ello en el bien útil no se requiere la bondad cual (como prueba el argumento) puede amar algú~ bien en cuanto de suy~, le
intrínseca y formal para determinar tal acto. resulta conveniente, no a causa de su honestidad, m por causa ?e la delectac10n,
25. Por consiguiente, a la cuarta dificultad se responde negando que el bien sino sólo por causa de la conservación o provecho de su propta naturaleza. En
útil, en cuanto tal, tenga de suyo una conveniencia propria respecto del apetente, cambio tomado el bien honesto en el último sentido, es así miembro adecuado
por razón de la cual sea para él bueno y apetecible, sino que la tiene del fin, no de aqu~lla división, la cual declaró Santo Tomás anteriormente de esta forma,
sólo como de causa radical y remota, sino como de formal y próxima, porque no cuando dice que se llama bien honesto todo aquello que se apetece como cap~z
sólo tiene su conveniencia y bondad por la relación al fin, sino que la tiene del de terminar últimamente el movimiento del apetito, a la manera de algo hacza
mismo fin como de una forma y razón extrínseca, por causa de la cual es objeto lo que el apetito tiende por sí mismo. . . , .
de amor. Y en esto difiere propiamente el bien útil del honesto y deleitable. Por 27. El bien honesto natural está difundtdo por todos los entes.-El bzen uttl
lo cual, si a veces hay algún bien útil que tenga de suyo propia conveniencia con se encuentra en todas las cosas.-Sólo los seres dotados de conocimiento son pro-
la naturaleza o recta razón, bajo aquel aspecto no es útil sino honesto y amable piamente capaces de bien deleitable.- Y con esto se entiende en primer ~~~ar
por sí mismo. Por ello, el que entre los bienes útiles unos puedan ser honestos cómo tiene aplicación esta división al bien en común, en cuanto que prescmde
y otros, en cambio, deleitables, sucede sólo materialmente, en cuanto dichas ra- dd bien humano, de la misma manera también que sus miembros se encuentran
zones de bien pueden reunirse en la misma cosa, e incluso denominarse mutua- en otras cosas diferentes del hombre. Pues el bien honesto natural propiamente
mente, pues tanto la honestidad como la delectación pueden ser útiles para la se encuentra en las cosas inferiores, no sólo en las dotadas de sensibilidad sino
salud, sea del alma o del cuerpo, y la utilidad misma puede ser honesta. Con también en las inanimadas, pues en todas se encuentra alguna perfección que es
todo, formalmente, dichas razones son diversas y la razón de bien útil se encuen- por sí término del apetito animal o natural, como es el mismo ser o conservarse
tra en la misma proporción, sea que se trate de utilidad para delectación, o para que toda cosa apetece. De lo cual resulta que también en cualquier cosa puede
hallarse propiamente el bien útil por referencia a este bien de la naturaleza; pues

bonitate finis quodammodo informatur et habere propriam convenientiam respectu ap- utilitas sit ad delectationem sive ad honesta- membrum illius divisionis quam hoc modo
denominatur; ergo bonitas et convenientia, petentis, ratione cuius i!li sit bonum et tem sivé ad aliud naturae commodum, et declaravit D. Thomas supra, ubi honestum
quae est in bono utili formaliter sumpto, appetibile, sed eam habet ex fine non solum ideo non oportuit bonum utile in varia mem- bonum appellari dicit omne illud quod ap-
ut utile est, non est intrinsece in illo com- ut ex radicali et remota causa, sed ut forma- bra distinguere. petitur ut ultimo te1·minans motum appeti-
plete a e formaliter; sed est in illo quasi ma- li et proxima, quía non solum habet con- tus, sicut quaedam res in quam per se appe-
terialiter utilitas ipsa seu vis activa alterius venientiam suam et bonitatem per habitu- Expeditur quinta difficultas titus tendit.
reí; formaliter vera convenientia et tota dinem ad finem, sed habet illam ab ipso fine 26. Quinta difficultas ex dictis expedita 27. Bonum honestum natum1e per omnia
ratio appetibilitatis est bonitas finis. Cuius tamquam ab extrinseca forma et ratione ob est. Distinximus enim bonum honestum in entia diffusum.- Bonum utile in omnibus
etiam argumentum est quod bonum uti!e, quam est diligibile. Et in hoc differt proprie ordine ad virtutem seu regulam rectae ra- rebus invenitur.- Delectabilis boni sola
ut utile, non excitat neque trahit aut movet bonum utile ab honesto et delectabili. Quo- tionis, quod ídem est ac per se decens et cognos.centia proprie capacia.- Atque hinc
appetitum ad se; alioqui medium ut me- circa, si interdum est aliquod bonum utile consentaneum rectae rationi, et bonum in intelligitur primo quo modo haec divisio
dium haberet causalitatem finis, quod fal- quod ex se habeat propriam convenientiam ordine ad naturam, quod per se illi conve- locum habeat in bono in communi prout
sum est; sed finis est qui voluntatem mo- cum natura aut recta ratione, sub ea ratio- niens est et commodum. Si ergo priori modo abstrahit a bono humano, quo modo ítem
vet ad appetendum medium seu bonum ne non est utile sed honestum et per se sumatur bonum honestum, fatemur non esse membra eius in aliis rebus ab homine re-
utile; unde, licet voluntas tendat in rem amabile. Unde, quod inter bona utilia quae- adaequatum membrum huius divisionis, non periantur. Nam bonum honestum naturale
utílem tamquam in materiale obiectum et dam esse possint honesta, alía vero delec- solum respectu inferiorum rerum quae ra- proprie reperitur in inferioribus rebus, non
hoc modo dicatur bonum utile terminare in tabilia, solum materialiter contingit in quan- tione non utuntur, sed neque respectu ip- solum sentientibus sed etiam inanimatis;
se motum voluntatis, tamen formaliter etiam tum hae rationes boni in eadem re coniungi siusmet hominis, qui (ut argumentum con- nam in omnibus reperitur perfectio aliqua
ille motus terminatur ad finem, quía est to- possunt, immo et se invicem denominare; vincit) potest diligere aliquod bonum ut quae per se terminat appetitum animalem
ta ratio tendendi in medium, et ideo in bono nam et honestas et delectatio uti!is esse pot- per se conveniens sibi non propter honesta- ve! natura!em, ut est ipsum esse vel con-
utili non requiritur intrínseca et formalis est ad salutem ve! animae, ve! corporis, et tem nec propter delectationem, sed solum servad qÚod quaelibet res appetit. Quo fit
bonitas ad determinandum talem actum. utilitas ipsa honesta esse potest. Formaliter propter conservationem ve! commodum suae ut in qua!ibet etiam re proprie inveniri pos-
25. Ad quartam ergo difficultatem re- tamen hae rationes sunt diversae et ratio naturae. At vero sumptum honestum bo- sit bonum utile · per habitudinem ad hoc
spondetur negando bonum utile ut sic ex se boni utilis eadem proportione reperitur, sive num posteriori modo, sic est adaequatum bonum naturae; sic enim hirundo congregat
248 Disputaciones metafísicas Disputación X.--Sección 11 249
de este modo congrega la golondrina las pajas para hacer el nido, la cual acción es buena por denominación extrínseca, pues ello es verdadero del bien absoluto,
no es buena por otro motivo sino porque es útil; y el movimiento descendente pero no del bien relativo y tomado analógicamente, ya que nada impide que tal
respecto de la piedra se compara a un bien útil porque de suyo no pertenece a su bien esté constituido por una denominación tomada de la bondad extrínseca. Y
perfección, sino que se realiza sólo para que quede colocada en su propio lugar. de este modo no parece que haya propia analogía entre el bien deleitable y el
El bien deleitable, en cambio, se encuentra propiamente en los seres dotados de honesto, porque el bien deleitable, por sí y de suyo, es absolutamente bien, no. por
conocimiento y más perfectamente en los dotados de razón que en los que se va- una denominación tomada del bien honesto, sino por su extrínseca conformidad
len únicamente de la sensibilidad, pero verdadera y propiamente en los dos; en y bondad, de la cual es señal; en efecto, separada toda honestidad real o pen-
cambio, a las cosas que carecen de conocimiento sólo puede atribuírseles por sada, si permanece alguna delectación, ella será por sí buena y amable; luego
cierta metáfora y analogía, en cuanto que cada cosa halla descanso en la conse-
no se denomina buena por analogía con el bien honesto.
cución de su propio bien; pero porque aquel descanso no existe por un acto
29. Por lo cual, puede decirse en primer lugar que esta analogía no es igual
propio, sino sólo por la carencia de movimiento, por esto no puede tener la pro-
en uno y otro bien, sino que en el bien útil es propia, y en el deleitable, en cam-
pia y especial razón de bien. Por lo cual, cuando esta división se da acerca del bio, se toma con una mayor amplitud para indicar que se trata de un bien im-
bien en común, el sentido no es que todos estos tres bienes se encuentren en todas
perfecto en comparación con el bien honesto, pero no que en absoluto y sim-
las cosas, sino simplemente que se dan en las cosas o entes tales razones de bien;
plemente no sea bien, ya que por sí mismo y sin relación a otro tiene por qué
y por el contrario, todas las razones de bien halladas en cualesquiera entes pue-
ser apetecido; como, por el contrario, el dolor que se opone a la delectación es
den quedar suficientemente comprendidas bajo las tres referidas. No pertenece
absolutamente malo, aunque no sea el máximo mal, y así, en la Escritura, al mal
a este lugar tratar de si las tres razones de bien sólo pueden ser aprehendidas de pena se le llama absolutamente mal. O en otro sentido, puede decirse que
y distinguidas por medio del entendimento o si pueden también conocerse me- en uno y otro bien, en el útil y en el deleitable, existe analogía, pero no de la
diante el sentido y cómo puedan serlo, sino que más bien se explicará en la misma clase; porque en el bien útil existe analogía d~ atribución . t?mada d~
ciencia del alma. Puede leerse a Santo Tomás en I, q. 78, a. 4, q. 81, a. 2; y a una forma extrínseca como es la de sano en cuanto refendo a la med1cma; y as1
Cayetano en el mismo sitio y en I-II, q. 40, a. 3. se dice la medicina buena o útil como se dice sana. En cambio, en el bien de-
28. Sobre si es análoga la división del bien en los referidos miembros y con leitable puede salvarse la analogía no ciertamente por una denominación extrín-
qué analogía.- En segundo lugar se infiere de lo dicho de qué clase es la refe- seca, como prueba la razón arriba aducida, sino por la relación intrínseca de
rida división; pues Santo Tomás, en el lugar citado, ad 3, dice absolutamente uno a otro, como se encuentra en el accidente con respecto a la sustancia. En
que el bien no se divide en estos tres miembros como unívoco, sino como aná- efecto, de este modo el bien deleitable supone intrínsecamente otro bien por si
logo, porque se dice primeramente del bien honesto, luego del deleitable y en conveniente en el que descansa el apetito por la delectación; y la delectación,
último lugar del útil. Pero si hablamos de la analogía propia y rigurosa en la por su naturaleza, sólo ha sido puesta para esto, a saber, para que venga a ser
que uno se dice tal por la denominación tomada de otro, entonces es verdadera como un cierto adorno y condimento de un bien superior. Y por ello es un orden
la analogía entre el bien útil y los restantes, porque el bien útil no es bien_ más imperfecto apetecer la operación por causa de la delectación deteniéndose en
que por la denominación tomada de otro, el cual es por sí bueno y convemente. ella, siendo así que más bien la delectación ha de ser amada por causa de la
Y esto lo prueba el argumento que anteriormente dimos de que ninguna cosa operación, tal como ha sido instituída. Pero~ sobre todo, respecto del hombre,
paleas ad nidificandum, quae actio non alia comprehendi. An vera hae tres rationes boni bono simpliciter, non tamen de bono se- sit maximum malum, atque ita in Scriptura
ratione bona est, nisi quía est utilis; et solum possint per intellectum apprehendi et cundum quid et analogice; nihil enim vetat malum poenae simpliciter malum dicitur.
motus deorsum respectu lapidis comparatur discerní vel etiam possint per sensum co- huiusmodi bonum constituí per denomína- Vel aliter dici potest in utroque bono, utili
ut bonum utile, quía per se non pertinet gnosci et quomodo, non spectat ad hunc tionem ab extrínseca bonitate. Hoc autem et delectabili, esse analogianl, non tamen
ad perfectionem eius, sed solum ut in pro- locum, sed in scientia de anima tractandum modo non videtur esse propria analogía in- eiusdem madi; nam in bono utili est ana-
prio loco constituatur. Bonum autem delec- est. Legatur D. Thomas, I, q. 78, a. 4, q. ter bonum delectabile et honestum; nam logia attributionis, sumpta ab extrínseca
tabile proprie reperitur( in rebus cogno~ 81, a. 2; et Caietan., ibi, et I-II, q. 40, a. 3. bonum delectabile ex se et ·per se est sim- forma, qualis est in sano prout de medicina
scentibus, magis quidem perfecte in ratione 28. Divisio boni in praedicta membra an pliciter bonum, non per denominationem a dicitur; sic enim dicitur medicina bona aut
utentibus quam i,n sentientibus tantum; vere analogica et qua analogia.:_ Secundo colli- bono honesto, sed ex sua extrínseca confor- utilis sícut dicitur sana. In bono autem de-
tamen ac proprie in u trisque; re bus autem gitur ex dictis qualis sit praedicta divisio; mitate ac bonitate, cuius signum est; nam lectabili salvari potest analogja, non quidem
cognitione carentibus solum per metaphoram nam D. Thomas, citato loco, ad tertium, ablata omni honestate vera aut existimata, per extrinsecam denominationem, ut ratio
et analogiam quamdam attribui potest, in absolute dicit bonum non dividí in haec si manet alíqua delectatio, illa est per se supra facta probat, sed per intrinsecam ha-
quantum quietem habet unaquaeque res in tria ut tmivocum sed ut analogum, quod bona et amabilis; ergo non denominatur bitudinem unius ad aliud, qualis reperitur in
proprio bono consecuto; quía tamen illa quies prius dicitur de bono honesto, deinde de bona per analogiam ad honestum. accidente respectu substantiae. Sic ením de-
non est per proprium actum sed per solam delectabili, postremo de utili. Sed si loqua- 29. Quapropter dici potest primo hanc Iectabile bonum intrinsece supponit aliud
carentiam motus, ideo propriam et specia- mur de propria et rigorosa analogía qua analogiam non esse aequalem in utroque bonum per se conveniens, in qua appetitus
lem rationem boni habere non potest. Qua- unum dicitur tale per denominationem ab bono, sed in bono utili esse propriam, in quiescat per delectationem; et ex natura
propter, quando haec divisio datur de bono alio, sic vera est analogía ínter bonum utile delectabili vero latius sumí ad indicandum sua ad hoc tantum i.nstituta est delectatio,
in communi, non est sensus omnia haec et reliqua, quía bonum utile non est bonum esse bonum imperfectum comparatione boni ut sit veluti quidam decor et quasi condi-
tria bona in singulis rebus reperiri, sed sim- nisi per denominationem ab alío, quod per honesti, non vera quod absolute et simpli- mentum quoddam alterius superioris boni.
pliciter dari in rebus seu entibus huiusmo- se bonum est et conveniens. Et hoc probat citer bonum non sit, cum ex se et sine ha- Et ideo imperfectus ardo est appetere ope-
di rationes bonorum; et e converso omnes quoddam argumentum in superioribus fac- bitudine ad aliud habeat unde appetatur; rationem propter delectationem in ea sis-
rationes bonorum in quibuscumque entibus tum, quod nulla res est bona per extrinse- sicut e contrario, dolor qui delectationi oppo- tendo, ctim potius de!ectatio sit propter ope-
inventas sub tribus praedictis sufficienter cam denominationem; est enim id verum de nitur, símpliciter malum est, quamvis non rationem amanda, sicut est instituta. Praeser-
250 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 251
el bien deleitable que no lleva unida honestidad no puede ser llamado bien ab- bien natural el que es conforme con cualquier naturaleza, de acuerdo con aquello
'Solutamente, no sólo porque priva de un bien mayor, sino porque no conduce que naturalmente es, o que naturalmente puede operar; y es bien moral el que
al bien absoluto del hombre, que es vivir de acuerdo con la razón, como dijo es conforme con la cosa en cuanto opera libremente; pues la costumbre (mas), de
Santo Tomás en un caso parecido. Y en este sentido dicen algunas veces los donde se ha tomado el término moral, consiste en una operación libre, como es
Padres que nada es bueno sino la virtud, como puede verse en San Jerónimo, evidente.
11 de lsaías; y en Ambrosio, I Officior., c. 9. 31. Por consiguiente, aunque el bien natural y moral convengan en que son
30. Qué es bien natural y qué es bien moral.- En tercer lugar se entiende ambos por sí convenientes a alguna cosa o naturaleza (pues esta razón no puede
por lo dicho la otra división del bien en bien natural y bien moral, la cual, aun- excluirse de aquel bien que es por sí y absolutamente tal), difieren, sin embargo,
que pueda entenderse también del bien en común, ya que también el bien de- e"\ que el bien natural se refiere precisivamente a la naturaleza como tal, o sea en
leitable y útil puede ser natural o moral, propiamente, sin embargo, suele darse cu, nto opera naturalmente; en cambio, el bien moral se refiere a ella en cuanto
acerca del bien honesto tomado en general, el cual puede ser término último del elevada al modo de obrar libre, el cual le conviene propiísimamente en cuanto que-
apetito como conveniente por si. Por consiguiente, bien moral es lo mismo que es racional, y por ello el bien moral se dice conforme con la naturaleza racional
bien honesto, tomado más estrictamente como aquello que es por sí digno y con- en cuanto tal, tanto en el grado como en el modo de obrar. De lo cual resulta
veniente a la naturaleza racional en cuanto tal; en cambio, el bien natural es que el bien moral consiste principalmente en la operación libre, y conviene tam-
aquel que es por sí conveniente a cualquier naturaleza. Podrá decirse que según bién, a su manera, a su objeto propio en cuanto que es honesto, y a la virtud,
esta explicación también el bien moral es bien natural, ya que la naturaleza racional que es su principio. Y en este sentido, dijo Aristóteles en el II de la Etica, c. 6,
es también una clase de naturaleza, y para ella es conveniente el bien moral por que la virtud es lo que hace bueno al que la tiene y convierte en buena su obra.
modo de forma o de operación. Se responde, en primer lugar, que la naturaleza Pero qué es en todas estas cosas la bondad moral en cuanto que es moral o qué
puede tomarse en cuanto que sólo significa la esencia de la cosa, y en este sen- añade esta denominación a la misma bondad, no pertenece a este lugar, sino a
tido es verdadero que todo bien puede decirse natural en cuanto que es conve- la filosofía moral, y de ello se ocupan los teólogos en I-II, q. 18.
niente a alguna naturaleza, o en cuanto tiene la perfección que pide su natura- 32. En cuarto lugar, pueden fácilmente explicarse con lo dicho las demás
leza, y en este sentido apunta la objeción propuesta. Pero la naturaleza se toma divisiones del bien, que más bien son materiales por parte de las cosas que se
también de otro modo, en cuanto que dice no sólo la esencia de la cosa, sino denominan buenas, que formales por parte de la misma bondad o conveniencia.
también el modo de obrar o de apetecer por el solo impulso de la naturaleza y Asi se divide el bien en trascendental y bien del género de la cualidad, de acuer-
por una cierta necesidad; y en orden a la naturaleza tomada en este sentido, do con Santo Tomás en la q. 9 De Potentia, a. 7, ad 5. Esta división, en efecto,
suele la operación natural distinguirse de la libre o moral, y en el mismo sentido no atiende a las diversas razones formales de bien, sino a la misma más o menos
se da la división del bien en moral y natural, pues la bondad y perfección de contraída. En efecto, el bien trascendental dice en general perfección conveniente
una cosa se conoce principalmente por la operación, y a veces incluso por ella a la cosa por su propia entidad, como se declarará en la sección siguiente; en
se consuma, y por este motivo, de acuerdo con los diversos modos de operar, cambio, el bien del género de la cualidad dice la perfección que la cosa tiene
se ha tomado la división del bien en natural y moral. Se llama, por consiguiente, por una cierta cualidad conveniente a su naturaleza, del mismo modo que podría

tim vera respectu hominis bonum delecta- est conveniens cuicumque naturae. Dices, naturale quod est consentaneum cuicumque esse quae bonum facit habentem, et opus
bile, quod non habet honestatem adiunctam, iuxta hanc descriptionem etiam bonum mo- naturae, .secundum id quod naturaliter est ve! eius bonum ¡•eddit. Quid autem in his omni-
non potest simpliciter bonum existimari, quia rale esse bonum naturale, quía natura ratio- naturaliter operari potest; bonum autem mo- bus sit bonitas mora!is quatenus moralis, ve!
et maiori privat bono et non conducit ad nabilis quaedam natura est, et illi consen- rale est quod est consentaneum reí ut libere quid addat haec denominatio ipsi bonitati,
bonum simpliciter hominis, quod est vivere taneum bonum morale per modum formae operatur; mos enim, unde morale dictum non ad hunc locum, sed ad philosophiam
secundum rationem, ut in simili dixit D. ve! operationis. Respondetur, primo, naturam est, in libera operatione consistit, ut constat. moralem spectat, et tractatur a theologis
Thomas. Et hoc sensu dicunt aliquando Pa- sumi posse ut solum significar essentiam rei 31. Quamvis ergo bonum naturale et mo- in I-II, q. 18.
tres nihil esse bonum nisi virtutem, ut patet et hoc sensu est verum omne bonum dici rale conveniant in hoc, quod utrumque est 32. Quarto, possunt faci!e ex dictis decla-
ex Hieronymo, Isaiae, 11; et Ambros., I posse naturale in quantum est conveniens per se conveniens alicui rei seu naturae (haec rad aliae divisiones boni, quae materiales
Officior., c. 9. alicui naturae, vel in quantum habet per- enim ratio excludi non potest ab eo bono potius sunt ex parte rerum quae bonae
30. Quid bonum naturale et quid mo- fectionem quam natura sua postular, et hoc quod per se et simpliciter tale est), differunt denominantur, quam formales ex parte ip-
¡·ale.- Tertio, intelligitur ex dictis alia di- modo procedit obiectio facta. Aliter vero su- tamen quia bonum naturale praecise respicit sius bonitatis seu convenientiae. Sic dividi-
visio boni in bonum naturale et bonum mitur natura ut dicit non solum essentiam naturam ut sic, seu ut naturaliter operan- tur bonum in bonum transcendens et bonum
morale, quae, licet de bono in communi rei, sed etiam modum operandi ve! appetendi tero; bonum autem morale respicit illam ut de genere qualitatis, a D. Thom., q. 9 De
intelligi possit, quia bonum delectabile et ex solo ímpetu naturae et necessitate qua- elevatur ad modum operandi libere, quod Potentia, a. 7, ad 5. Haec enim divisio non
utile etiam potest aut naturale esse aut mo- dam; et in ordine ad naturam hoc modo propriissime illi competit ut rationalis est, datur secundum diversas rationes formales
rale, proprie tamen dari solet de bono ho- acceptam solet naturalis operario a libera et ideo dicitur bonum morale consentaneum boni, sed secundum eamdem magis ve! rninus
nesto, generatim sumpto, quod esse potest se u morali distinguí; et in eodem sen su naturae rationali ut talis est, tam in gradu contractam. Nam bonum transcendens dicit
terminus ultimus appetitus tamquam per se datur divisio boni in morale et natura le; quam in modo operandi. Unde fit ut bonum in communi perfectionem rei convenientem,
conveniens. Bonum ergo morale idem est nam bonitas et perfectio rei ex operatione morale praecipue consistat in operatione li- praesertim illam quam unaquaeque res habet
quod bonum honestum magis stricte sump- potissimum dignoscitur ve! interdum etiam bera; convenir autem suo modo etiam pro- per entitatem suam, ut sequenti sectíone
tum pro illo quod per se decet et est con- per illam consummatur, et ideo iuxta diver- prio obiecto eius quatenus honestum est, et declarabitur. Bonum autem de genere quali-
sentaneum naturae rationali ut talis est; bo- sos modos operandi sumpta est divisio boni virtuti quae est principium eius. Quomodo tatis dicit perfectionem quam res habet per
num autem naturale est illud quod per se in naturale et morale. Dicitur ergo, bonum dixit Aristoteles, II Ethic., c. 6, virtutem qualitatem a!iquam suae naturae. conveníen-
252 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll
----------------------------- 253
también distinguirse un bien del género de la cantidad, pero suele atribuirse más criatura es un bien relativo. De este modo se ha de entender aquello de San Mar-
a la cualidad debido a que la perfección máxima de la criatura suele consumarse cos, c. 10: Nadie es bueno más que Dios, y a El solo también en este sentido
por las cualidades. se le llama sumo bien. Y según esta interpretación, coincide esta división con la
33. Cuáles son los bienes del cuerpo, del alma y de la fortuna.-Cuál es el que los teólogos usan tomándola de Dionisio, De Divin. Nomin., c. 1 y 4, y
bien laudable y honorable.- Además, suele dividirse el bien en bien del cuerpo S. Agustín, lib. VIII De Trinitate, c. 3, y Boecio, I De Hebdom., c. 2, que divi-
y del alma, y bien extrínseco, que suele llamarse también bien de fortun~, ~omo den el bien en bien por esencia y por participación. En efecto, el bien por esen-
es evidente por Aristóteles en el I de la Etica, c. 8, el cual en el c. 12 dtstmgue cia es bien absoluto, pues es la misma esencia de la bondad que emite hacia to-
nuevamente el bien en laudable y honorable. La cual división parece tomada dos los demás los rayos de la bondad según la capacidad de cada uno, como dice
a posteriori del efecto y cuasi premio de la bondad, y no parece agotar todos Dionisio; por lo cual, incluye esencialmente en sí cuanto puede pertenecer a la
los bienes; pues el bien deleitable de suyo no es honorable ni laudable más que razón de bien y de perfecto, lo cual es propio de Dios y por ello El solo no
en cuanto es útil o está unido a la honestidad, o la acompaña y la favorece. Por solamente es bien por esencia sino absoluto y sumo; los demás, en cambio, son
lo tanto, el bien honesto propiamente es honorable en cuanto c¡ue es apetecible bienes relativos y por participación.
por causa de sí mismo; y el laudable, en cambio, se llama b1en -como pre-
35. El otro sentido de esta división es que los miembros no se refieran a
tende más arriba Aristóteles- en cuanto que se refiere a otro. Por lo cual suele todo el ámbito del ente, sino a un determinado género o especie, y de este modo
decirse comúnmente que los bienes útiles son laudables, cosa que parece que puede aplicarse la división a todos los géneros o especies de entes, y se llamará
ha de ser entendida con cierta precisión, pues aquéllos, en cuanto tales, son bien absoluto a aquel ente que tiene toda la perfección que se le debe en su or-
sólo laudables, y los otros, en cambio, son también honorabl~s, porq~~ el bien den, y será bien relativo el que tiene algo de la perfección a sí debida, pero le
honesto es también digno de alabanza, pero no sólo de ella, smo tamb1en de ho- falta también algo. Y de este modo la sustancia creada no es buena absoluta-
nor; por tanto, uno y otro bien es laudable, y uno de ellos también honorable, mente si no está afectada por los accidentes debidos; ni el accidente es bien
v así ha de ser entendida la división. absoluto si no tiene la debida intensidad u otra perfección semejante. Y de este
. 34. Cuál es el bien absoluto y cuál el bien relativo.- Además, suele di~i~ modo dijo Dionisio arriba: Es bueno por la causa íntegra y malo por cualquier
dirse el bien en absoluto y relativo. Esta división puede entenderse de vanos defecto.
modos, pues, en primer lugar, puede aplicarse a los tres miembros puestos an- 36 Cuál es la Perfección absolutamente simple 'V cuál relatiz1arnente.- En
tes, de los cuales -como dijimos- el bien honesto es bien absoluto, y los de- tercer lugar, puede entenderse que en esa división ~e divide el bien en cuanto
más sólo relativos. En segundo lugar, puede atribuirse al bien trascendental en que es conveniente para otro, y puede también referirse o al ente en cuanto tal
cuanto absolutamente se dice del ente como bueno en si. Y ello, de dos mane- o a un determinado ente. En el primer sentido coincide casi aquella división con
ras: una, que aquellos miembros se refieran a toda la amplitud del ente y. del otra que dan los teólogos al dividir la perfección en perfección absolutamente
bien como tal, en el cual sentido se llamará bien absoluto aquel que contiene simple y perfección relativa con San Anselmo en el Monologio, c. 14. Por con-
en si toda la bondad y perfección del ente; en cambio, será bien relativo aquel siguiente, se llama bien o perfección absoluta aquella que en el ente individual
que sólo en parte es bien. Y de este modo, sólo Dios es bien absoluto, y toda

bonum simpliciter; omnis vera creatura est cíes entium potest divisio applícari, et bo-
tem, quomodo etiam posset distinguí bonum quadam; nam illa ut sic sunt laudabilia tan- bonum tantum secundum quid. Quomodo num simpliciter dicetur illud ens quod ha-
de genere quantitatis; magis autem solet tum; a!ia vera sunt etiam honorabilia; nam intelligi potest illud marci, 10: Nema bonus bet omnem perfectionem sibi debitam in suo
attribui qualitati, quía perfectio creaturae ma- honestum bonum etiam dignum est laude, nisi solus Deus, qui etiam solus hac ratione ordine; bonum autem secundum quid erit
xima solet qualitatibus consummari. non tamen sola, verum etiam honore; utrum- dicitur esse summum bonum. Atque in hoc quod aliquid perfectionis debitae habet et
33. Bona corporis, ammae et fortunae, que igitur bonum laudabile es!, alterum vero sensu coincidit haec divisio cum alía qua alíquid ei deest. Et hoc modo substantia
quae.- Bonum laudabile et honorabile, etiam honorabile, atque ita est intelligenda utuntur theologi ex Dionysio, De Divin. creata non est bona simpliciter, nisi s,it
quod.- Rursus dividi solet bonum in bo- divisio. nomin., c. 1 et 4, et August., VIII de Tri- debitis accidentibus affecta; neque accidens
num c01·poris et animae et extrinsecum, 34. Bonum quod simpliciter, quod vera nit., c. 3, et Boetio, I de Hebdom., c. 2, est bonum simpliciter nisi habeat intensionem
quod fortunae bonum appellari solet, ut pa- secundum quid.- Praeterea dividí solet bo- dividentes bonum in bonum per essentiam debitam, vel aliam similem perfectionem.
tet ex Aristot., I Ethic., c. 8, qui rursus, c. num in bonum simpliciter et bonum secun- et per participationem. Nam bonum per es- Atque hoc modo dixit Dionys. supra:
12, bonum distinguit in laudabile et hono- dum quid. Quae divisio variis modis intelligi sentiam est bonum simpliciter; est enim Bonum est ex integra causa, malum autem
rabile. Quae divisio a posteriori sumpta vi- potest; nam primo potest ad tria membra su- ipsa essentia bonitatis, quae in caetera omnia ex quocumque defectu.
detur ex effectu et quasi praemio bonitatis et perius posita applicari; ex quibus bonum ho- pro uniuscuiusque captu radios bonitatis
36. Quae perfectio simpliciter simplex,
non videtur exhaurire omnia bona; nam nestum, ut diximus, est bonum simplíciter; emittit, ut ait Dionysius; unde in se essen~ quae secundum quid.- Tertio potest intelli-
bonum delectabUe ex se neque honorabile alía vero tantum secundum quid. Secundo tialiter includit quidquid ad rationem boni
est neque laudabile, nisi in quantum vel uti- potest attribui bono transcendenti, quatenus gi in ea partitione dividí bonum prout est
et perfecti pertinere potest, quod est Dei alteri conveniens, et potest etiam referri
le est, vel cum honestate est coniunctum aut absolute divitur de ente ut in se bonum est. proprium, et ideo solus ipse et est bonum
illam comitatur et ad illam iuvat. Bonum Idque duobus modis; unus est, ut illa mem- vel ad ens ut sic vel ad determinatum éns.
per essentiam et bonum simpliciter ac sum- In priori sensu coincidit fere illa divisio cum
igitur honestum proprie honorabile est qua- bra referantur ad totam latitudinem entis et mum, alía vera sunt bona secundum quid
boni ut sic, quo sensu bonum simplíciter di- et per participationem. alía quam tradunt theologi, dividentes perfec-
tenus propter se est expetibile; laudabile tionem in perfectionem simpliciter simplícem
autem, ut Aristoteles superius vult, dicitur cetur illud quod totam entis bonitatem et 35. Alter sensus illius divisionis est ut
perfectionem in se continet; bonum vera se- et perfectionem secundum quid, cum Ansel-
bonum ut ad aliud refertur. Unde commu- membra non referantur ad totam latitudinem mo, in Monolog.¡ c. 14. Bonum ergo seu
niter dici solet utilia bona esse laudabilia, cundum quid est il!ud quod ex parte tantum entis, sed ad determinatum genus vel spe-
bonum est. Atque hoc modo solus Dt;us est perfectio simpliciter dicitur illa quae in in-
quod intelligendum videtur cum praecisione ciem, et hoc modo ad omnia genera vel spe- dividuo entis melior est ipsa quam non ipsa,
?54 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 111 25
------------------------------- .5
.. .~----------------------------------~--------~~--
mo modo que no tiene actualidad, tampoco tiene perfección. En cuarto lugar
es mejor ella misma que otra distinta; es decir, que en el género del ente dice las esencias de las .cosas creadas son de alguna manera entes reales, ya que n~
una perfección tal que no excluye ninguna mayor o igual. Y se llama perfección s?n pura nad~,, y sm embargo no son buenas, porque, separada la existencia, no
relativa o en un cierto género aquella que aunque aporta alguna bondad, con t~enen _Perfeccwn, por lo cual tampoco son apetecibles más que en orden al ser.
todo está en pugna con otra igual o mayor, o lleva mezclada alguna imperfec- En qumto l':gar, podemos añadir que hay muchas cosas que carecen del modo
ción, como son todas las perfecciones de las criaturas tal como se encuentran en Y orden deb1do. a su n~turaleza, que por consiguiente no podrán llamarse bue-
ellas. Y en el último sentido, casi en la misma proporción puede aplicarse la nas po~que el b1en cons1ste en el modo, especie y orden, como dice San Agustín
división a cualquier género de ente, pues para cada cosa es bien absolutamente en el.hbro pe Nat. Boni, c. 3 y 4. La segunda parte de la menor se prueba, en
aquello que le proporciona alguna bondad y no excluye otra mayor o igual; así
cambiO, ~nmer~mente por .t?das las razones que han sido aducidas, porque lo
es bueno para el fuego ser caliente, y para el hombre, ser templado; mas si
que en s1 no tl~t;e p~rfecc1~n tampoco podrá ser bueno para otro, como, por
aporta alguna bondad, pero excluye otra mayor que la cosa sería capaz de poseer, e¡emplo, la relacwn s1 no d1ce perfección en sí tampoco podrá aportar nada a
no será bien absolutamente sino relativamente; así, ser negro, aunque en si sea
1~ _bondad de aq~ello en que está ..En segun~o lugar, por el contrario, podemos
un bien para el hombre que lo posee, no es, con todo, un bien absoluto, porque
oo¡et~r que el b1en :n cuant~, se d1ce convemente de este modo puede aplicarse
excluye ser blanco, que es mejor para el hombre. Y en este sentido, absoluta-
no solo a los entes smo tamb1en a los no entes, a la manera como dice S. Mateo
mente y relativamente sólo se distinguen como más y menos perfecto, y en dicho
en ~1 e, 27 acer~a ~e Judas: !Iubiera sido bueno para aquel hombre no haber
sentido también los bienes sensibles se llaman relativos respecto de los espiritua~
nac~do; por COJ?-Slgm~nte, el m1smo no ser o no nacer en cuanto puede ser con-
les y los temporales respecto de los eternos. veme?te para 1mpedrr mayores males es llamado un bien por Cristo. Y en las
cuest10nes morales no sólo cumplir el precepto sino también no hacer lo pro-
hibido se juzga como bueno y conveniente para el hombre; luego el bien bajo
SECCION I I I este aspecto no puede ser un atributo del ente, ya que tiene mayor amplitud
que el ente. Y se confirma finalmente, pues la bondad que es pasión del ente
CUÁL ES EL BIEN QUE SE CONVIERTE CON EL ENTE COMO ATRIBUTO DEL MISMO sólo es una en un ente; en cambio, la conveniencia de un ente con otro no es un;
sino múltiple y de diversos géneros; por consiguiente, esta bondad no se con~
l. Motivos de duda.- La razón de la dificultad está en que o se toma el vierte con el ente corno pasión suya.
bien como aquello que tiene en sí bondad o perfección, o como aquello que es 2. Opinión de algunos.- Se ha de suponer la distinción dada anteriormen-
conveniente para otro; ahora bien, de ninguna de estas maneras parece que el te acerca del bien en cuanto que absolutamente se dice de la cosa como buena
bien se convierta con el ente como atributo suyo; por consiguiente. Se prueba en sí. o e~ cuanto se dice. buena para otro o con respecto a otro. Algunos cier-
la menor en su primera parte sobre el bien tomado absolutamente, primero, por- tamente p1ensan que el b1en trascendental en cuanto que es pasión del ente se
que las relaciones reales son entes, y sin embargo, según la opinión de muchos, toma en el último sentido bajo la razón de conveniente para otro, lo cual opinan
no son bienes, ya que no tienen ninguna perfección. En segundo lugar, porque Herveo, Capréolo y Durando más arriba, pero no explican sin embargo cómo
los entes matemáticos son verdaderas cosas; y con todo, según el testimonio de .
se conv1erte con e1 ente el bien como tal. Y por ello otros rechazan
) esta 'opinión
Aristóteles, III de la Metafísica, no son buenos. En tercer lugar, porque la ma-
teria prima es de algún modo ente y, sin embargo, no es buena, porque del mis-
sicut actualitatem non habet, ita nec per- mala impedienda, bonum a Christo appella-
fectionem. Quarto, essentiae rerum creata- tur. Et in moralibus non solum implere prae-
id est, quae in genere entis talem perfectio- et minus perfectum, quo sensu etíam sensi- rum sunt aliquo modo entia realia cum non ceptum, sed etiam non agere prohibitum,
nem dicit ut nullam maiorem ve! aequalei:n bilia bona dicuntur secundum quid respectu sint nihil, et tamen bonae non sunt quia, se- bonum censetur et _conveniens homini; ergo
excludat. Perfectio autem secundum quid seu spiritualium et temporalia respectu aeter- · clusa existentia, perfectionem non habent, un- ~onum. sub hac ra~wne non potest esse pas-
in certo genere est quae, licet bonitatem ali- norum. de nec sunt appetibiles nisi in ordine ad esse. slo entls, cum latms pateat quam ens. Et
quam afferat, tamen cum alia maiori ve! Quinto, addere possumus i:nultas esse res confirmatur tandem, nam bonitas quae est
aequali repugnat ve! imperfectionem aliquam SECTIO III quae carent modo et ordine debito naturae passio entis solum est una in uno ente;-
habet admixtam, ut sunt perfectiones omnes QUODNAM BONUM SIT QUOD CUM ENTE suae, quae proinde bonae dici non poterunt at vero convenientia unius entis ad aliud
creaturarum prout in eis sunt. In posteriori CONVERTITUR TAMQUAM PASSIO EIUS cum bonum consistat in modo, specie et non est una sed multipfex et diversarum
autem sensu eadem fere proportione appli- ordine, ut ait August., lib. De Nat. boni, rationum; ergo non convertitur haec boni-
cari poterit divisio ad quodlibet genus en- l. Dubitandi rationes.- Ratio difficulta- c. 3 et 4. Altera vera pars minoris probatur tas cum ente tamquam passio eius.
tis; nam unicuique rei illud est bonum tis est, quia aut bonum sumitur pro eo quod primo ex omnibus adductis, quia quod in se 2. Aliquorum sententia.- Supponenda
simpliciter quod bonitatem aliquam illi affert in se bonitatem seu perfectionem habet aut perfectionem non habet, neque alteri poterit est distinctio superius tradita de bono, prout
et maiorem ve! aequalem non secludit; sic pro eo quod est conveniens alteri; neutro esse bonum, ut relatio, verbi gratia, si in absolute dicitur de re quatenus in se bona
est bonum igni esse calidum ct homini esse autem modo videtur bonum cum ente con- se non dicit perfectionem, nihil conferre est ve! quatenus dicitur bona alteri seu re--
temperatum; si vera afferat aliquam bonita- vertí ut passio eius; ergo. Minor probatur poterit ad bonitatem eius cui inest. Secun- spectu alterius. De his enim variae sunt
tero, excludat tamen maiorem cuius illa res quoad priorem partem de bono absolute do e contrario obiicere possumus quia bo- opiniones. Quidam enim existimant bonÚm
esset capax, non erit. bonum simpliciter sed sumpto, primo, quia relationes reales sunt num prout dicitur hoc modo conveniens, transcendens prout est passio entis sumi pos-
secundum quid; sic esse nigrum, quamvis in entia et tamen ex sententia multorum bonae non tantum de entibus seá etiam de non enti- teriori modo sub ratione convenientis alteri,
se aliquod bonum sit homini habenti illud, non sunt, quia nullam perfectionem habent. bus dici potest, quomodo Matth., 27, dicitur quod sentiunt Hervaeus, Capreol. et Du-
non est tamen simpliciter bonum, quía ex- Secundo, quia res mathematicae verae res de luda: Bonum erat ei, si natus non fuisset rand. supra, non tamen declarant quomo--
eludir esse album, quod est homini me!ius. sunt et tamen, teste Aristot., III Metaph., non hamo ille; ipsum ergo non esse ve! non nasci, do bonuin ut sic t:um ente convertatur. Et
Hoc autem sensu, simpliciter et secundum sunt bonae. Tertio, quia materia prima est quatenus conveniens esse potest ad maiora ideo alii hanc sententiam reiiciunt propter·
quid solum distinguuntur tamquam magis aliquo modo ens et tamen bona non est, quia
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 257
256
a causa de los argumentos anteriormente insinuados, los cuales piensan conse- sar de no ser entes, sino más bien privaciones o negaciones de ente, en realidad
cuentemente q-ue el bien en el último sentido es más que trascendental, ya que no son buenas, y del mismo modo que a veces se llaman bue•1.as en cuanto que
no trasciende sólo a los entes sino también a los n? entes. Por lo cual s~cede son apetecibles, también se dicen de algún modo entes; po. consiguiente, es
que, de acuerdo con este parecer, hay un dob~e b1en: uno que es prop1edad la misma la razón de una y otra cosa. La menor, en su primera parte, se declara
del ente en el cuarto modo, y otro, que es propiedad en el segundo modo, por- porque aquello que se dice conveniente como privación, en realidad no es un
que conviene a todo ente pero no sólo a él. bien, sino la carencia de un mal, si se refiere uno precisamente a la privación;
y la carencia de un mal como tal no es bondad si no se le añade otra cosa. Del
Resolución de la cuestión mismo modo que también en las. cuestiones morales una cosa es apartarse del
3. El bien siempre se funda en el ente.- Pienso, s~n embargo, que hay que mal y otra hacer el bien, y no obrar el mal no es una virtud ni un bien si no
decir que el bien propiamente dicho sien:;pre s~pone o 1~cluye al ente o. se fun- se incluye la positiva voluntad de no obí'ar el mal. Así es, por consiguiente, en
da en el ente, y por ello no puede el b1en, ba¡o cua~~mera ,de las refendas. r~­ las cosas naturales, pues carecer de calor no es un bien para el agua, sino que
zones, tener más amplitud que el ente. Esta concl~s1?n esta tomada de Ans,to- es una carencia de mal o de desventaja y una cierta condición necesaria para
teles, I de la Etica, c. 6, que dice que el bien se dtvzde en .todas las categ?rws, .que pueda tener su bondad y perfección. Por lo cual, si se toma la convenien-
igual que el ente; y de Santo Tomás, I, q .. 5, a. 5, don~e dtce 9ue ~a ~azon de cia con esta amplitud, no es lo mismo la bondad y la conveniencia ni siquiera
ente goza de prioridad sobre la razón .4e bwn. Y ~sto m1smo qmso stgmficar en en cuanto se dice la bondad de aquello que es bueno para otro; pero la bondad
la q. 21 De Veritate, a. 2, cuando diJO que el bten trascendental se funda e~ dice la entidad o perfección como conveniente para otro, y por ello lo que es
el ser. Y la razón está en que el bien, ya signifique aquello que es bueno en st conveniente sólo por modo de privación, en realidad no es bueno, o (para que
mismo 0 lo que es bueno para otro, incluye intrípsecamente en su concepto al- probemos también la segunda parte de la menor) si semejantes privaciones con-
guna perfección, pues bueno y perfecto son lo mismo; pero ~o pued~ entender- venientes a las cosas pueden denominarse buenas, del mismo modo pueden lla-
se una perfección verdadera sin entidad, porqu~ lo 9-ue !lo tiene ~?tldad no ,es marse entes. Pues como notamos en lo que antecede, de acuerdo con la doctrina
nada. y lo que no es nada, ¿cómo puede dectr o mclmr perfeccw~? Aden:;asJ de Aristóteles y Santo Tomás, se llama a veces ente lo que en realidad tiene
acerca de aquello que es bueno en sí nadie duda a. causa de la. ;azon aducida, ser, pero a veces también aquello que puede predicarse verdaderamente por
de que debe ser ente; y de aquí rectamente se cohg<? q:Ue tamb1e~ aque~o que modo de ente, de la misma manera que se dice que el hombre es ciego o que
es verdadero bien para otro debe ser ente; por constgm:nte, el bien, ba¡o una la ceguera está en el hombre. Por consiguiente, a causa de esta sombra de ente
y otra razón, incluye la razón de ente y no puede convemrle a. nada qu~ no sea sucede que si tal ente es conveniente para alguien, se le llama bien; por consi-
ente. La menor se declara en primer lugar porque lo que no tiene en s1 perfec- guiente, siempre el bien guarda proporción con el ente y no tiene una extensión
ción no puede ser perfección de nadie .. En ~egundo lugar, po;que lo buen? en más universal que él.
cuanto conveniente dice orden a la ex1stencm, pues nada s~ ¡uzga convem:n~e 4. El bien y el ente se interfieren mutuamente.- Digo en segundo lugar
sino en cuanto existente o en orden a existir; y lo que ex1ste o puede ex1st1r que todo ente verdadero es en sí bueno o tiene alguna bondad conveniente para
es ente; por consiguiente, el bien como . conveniente i!lcluye o supon: el ente. sí; y así sucede que el bien absolutamente dicho se convierte con el ente. En
En tercer lugar, porque las cosas que se ¡uzgan convementes para algmen, a pe- relación con esta conclusión, puede citarse el error de los Maniqueos y Prisci-
argumenta superius insinuata, qui . c?nse- sive significet id quod in se bonum est sive
quenter sentiunt bonum sub postenon ac- quod est bonum alteri, includit intrinsece in potius privationes aut negationes entium, re- tem seu perfectionem ut convenientem ali-
ceptione esse plus quam transcendens, eo conceptu suo perfec!ionem, nam bonum . et vera non sunt bona et eo modo qua inter- cui et ideo, quod est conveniens solum per
.quod non solum entia, sed etiam non entia, perfectum idem sunt; sed non potest m- dum bona appellantur, quatenus appetibilia modum privationis, revera non est bonum,
transcendat. Qua fit ut iuxta hanc senten- telligi perfectio vera sine entitate, nam quod sunt, etiam dicuntur quodammodo en tia; vel (ut probemus alteram partem minoris),
tiam duplex sit bonum; aliud quod sit pro- entitatem non habet, nihil est. Quod autem ergo aequa est utriusque ratio. Declaratur si huiusmodi privationes convenientes rebus
prietas entis quarto modo; aliud. vera qua? est nihil, quomodo dicere potest vel include~e minar quoad priorem partem, quia id quod denominad possunt bonae, eodem modo vo-
·sil' proprietas secundo modo, qma convemt perfectionem? Praeterea, de eo quod est m dicitur conveniens tamquam privatio, revera cari possunt entia. Nam, ut in superioribus
omni enti, sed non soli. se bonum nullus dubitat propter rationem non est bouum sed carentia alicuius mali, ex doctrina Arist. et D. Thomae notavi-
factam, quin dcbeat esse ens; hinc autem si praecise in privatione sistatur; carentia au- mus, ens interdum dicitur quod revera ha-
Ouaestionis resolutio recte colligitur etiam illud quod est verum tem mali ut sic non est bonitas nisi aliud bet esse, interdum vera quod per modum
3. Bonu;;¡ semper in ente fundatur.-:- bonum alteri debere esse ens; ergo bonum addatur. Sicut etiam in moralibus aliud est entis vere praedicari potest, quomodo dici-
Dicendum tamen censeo bonum propne sub utraque ratione includit rationem entis, declinare a malo, aliud facere bonum, et non tur horno esse caecus vel caecitas esse in
dictum semper supponere vel includere ens et non potest alicui convenire quod non sit agere malum non est virtus aut bonum nisi homine. Propter hanc ergo umbram entis
seu ftmdari in ente, ideoque non posse bo- ens. Minar dec!aratur primo, quia quod in includat positivam voluntatem non agendi fit ut tale ens, si sit conveniens alicui, bo-
num sub quacumque praedictarum rat!onum se perfectioriem non habet, non potest esse malum. Sic ergo est in naturalibus; carere num ei appelletur; semper ergo bonum
1atius patere quam ens. H~ec conclust? su- alicuius perfectio. Secundo, quia bonum ut enim calare proprie non est bonum aquae, proportionem servat ad ens, neque univer-
mitur ex Aristotele, I Ethtc., c. 6.' dtc~nte conveniens dicit ordinem ad existentiam; sed est carentia mali seu disconvenientis, et salius quam illud extenditur.
bonum dividí per omnes categonas, stcut nihil enim censetur conveniens nisi ut exis- conditio quaedam necessaria Ut suam bonita- 4. Bonum et ens mutuo se inferunt.-
ens· et ex D. Thoma, I, q. 5, a. 5, ubi ait tens vel in ordine ad existendum; quod au- tem ac perfectionem habere possit. Quocir- Dico secundo: omne verum ens in se bonum
radonem entis esse priorem ratione boni. Et tem existit ve! existere potest, est ens; ergo ca, si convenientia in hac amplitudine su- est seu bonitatem aliquam habet sibi con-
hoc ipsum significare voluit q. 21 De Ve- bonum ut conveniens includit ve! supponit matur, non est idem bonitas et convenien- venientein; atque 'ita fit ut bonum absolute
rit., a. 2, cum dixit ?onum tr~ns~endens ens. Tertio, quia ea quae reputantur conve- tia, etiam prout bonitas dicitur de eo quod dictum cum ente convertatur. Circa hanc
f.undari in esse. Et ratto est qwa bonum, nientia alicui, cum tamen non sint entia sed est bonum alteri; sed bonitas dicit en tita- conclusionem referri potest Manichaeorum et
1'7
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 259
258 --------------------------------------

lianistas, pues dijeron que había algunas criaturas de suyo malas y creadas por un vierte con el ente, pues hemos mostrado que todo ente es bueno y que nada hay
principio sumamente malo, tal como extensamente lo refiere Nicéforo en el li- v~rdaderamente bueno sino lo que verdaderamente es. Se sigue, además, que el
bro VI Histor., c. 31; y Eusebio, libro VII, c. 28; y más extensamente San b1en tomado bajo el mismo concepto es de algún modo ]Jasión o propiedad del
Agustín, tomo VI, libro De Haeres., herejía 46, y en innumerables opúsculos ente, I?o~que no sólo se convierte con él sino que le supone conceptualmente
en contra de los Maniqueos; y Santo Tomás, en I, q. 48 y 49, y en el III cont. y se d1stmgue de él en cierto modo, según la razón formal concebida y signifi-
Gent., c. 7 y 8; y León Papa en la Epístola 93 ad Thuribium, lo define espe- cad~. por nosotros. Y por ello dije que es de algún modo pasión, porque no es
cialmente en contra de los Priscilianistas. Lo mismo el I Concilio de Braga, c. 7 pas10~ con .aquel rigor en el que la pasión requiere alguna distinción real de
y 8; y puede fácilmente llegarse al convencimiento por la Sagrada Escritura, su su¡eto, smo sólo a la manera que se dice de cualquier atributo distinto con-
pues en el Génesis, 1, acerca de cada una de las obras divinas, dice: Y vio Dios cep!ualmente de aquello a que se atribuye, como antes se declaró al tratar de las
que era bueno; y de todas tomadas juntamente añade: Vio Dios todas las cosas paswnes.
que había hecho y eran muy buenas. Y el Ecclesiast., 3: Hizo todas las cosas 6. Todo e.nte es conveniente para otro.-Inducción en todos los grados de
buenas en su tiempo. Y en la I ad Timoth., 4: Toda criatura de Dios es buena. los t;ntes.- D~go en tercer lugar que todo ente es también bueno respecto de
La razón de la conclusión es que todo ente real tiene necesariamente alguna per- algwen, ~s decrr, es conveniente para alguien; por lo cual, también el bien to-
fección por la que queda constituído en su ser, la cual, en la realidad, no es otra ma~? ba¡o la razór: de conveniente se convierte con el ente y es un atributo o
cosa que la misma entidad por la que se perfecciona; pues la misma entidad de pa~wn suya. La prtmera part~ se prueba en primer lugar por inducción; pues
la cosa, o la forma, materia o naturaleza por las que la cosa queda constituída prtmeramente, todo ente accidental es bueno para alguna sustancia. Porque
en su ser, se llaman perfecciones de la cosa, porque por ellas queda perfeccio- aunque a veces no sea conveniente para algún sujeto, como el calor para el agua,
nada en su ser. Por consiguiente, igual que no puede entenderse un ente real con todo nut;ca pue~e el accidente. no decir rela~ión y aptitud para algún sujeto
que no conste de su entidad o quede constituído por ella, así tampoco puede al q~e modlfiqu~ b1en y convementemente ba¡o algún aspecto, sea propio o
entenderse sin la perfección real por la que se perfecciona; y la perfección y comun; pues as1 el calor, aunque no sea bueno para el agua, es con todo
la bondad por la que la cosa se dice buena en sí son lo mismo. bueno para el fuego, y aunque no sea bueno para el agua en cuanto tal, es,
5. Y esta perfección en las criaturas puede ser ya esencial o intrínseca con todo bueno para el agua en cuanto que es un ente natural o material. Y el
(bajo la cual dejo comprendido al mismo ser) ya accidental. La primera es in- ju~cio erróneo del entendimiento, aunque no sea conveniente para el entendi-
separable de cada ente si se conserva en su ser actual. La segunda, en cambio, n;lento en cuanto. ,que es errón~o, con todo, en cuanto que es un juicio o una
puede con frecuencia separarse. Por consiguiente, la denominación de bueno, que cierta representacwn de tal ob¡eto, es conveniente para el entendimiento en
conviene necesariamente a todo ente, es aquella que se toma de la perfección cuanto que está en potencia para el acto segundo y para la representación in-
intrínseca y esencial; pero en cuanto que puede tomarse de una perfección ac- telectual, y lo mismo ocurre acerca de los actos de la voluntad, por más que
cidental (incluyendo bajo este concepto a cuanto se distingue realmente de la muc~os de ellos parezcan ser intrín~ecamente malos. Por otra parte, las sus-
esencia de la cosa y de su entidad actual), en este sentido no es necesario que tanelas creadas compuestas de materta y forma se comportan de tal manera
todo ente creado sea bueno; es decir, afectado por toda la perfección que le sea qu~ no. sólo la materi~. es conveniente para la forma y la forma para la ma-
posible o debida. Y así sucede que el bien tomado en el primer sentido se con- terta, smo que la unwn de ambas es de modo semejante conveniente para
i
~- -----::!....,.-<rp¡
" Priscillianistarum error; illi enim dixerunt in suo esse constituitur, dicuntur perfec- num, nij:lilque esse vere bonum nisi quod tale est bonum alicui substantiae. Quia, li~~~t
esse quasdam creaturas ex se malas et a tiones reí, quía illis perficitur in suo esse. vere est. Sequitur deinde bonum sub eadem interdum alicui subiecto non sit conveniens,
quodam principio .summe malo procreatas, ut Sicut ergo intelligi non potest ens reale quod ratione sumptum esse aliquo modo passio- ut calor aquae, nunquam tamen potest acci-
late referunt Nicephorus, lib. VI Histor., sua entitate non constet seu constituatur, ita nem seu proprietatem entis, quia et cum illo dens non dicere habitudinem et aptitudio.em
c. 31; et Euseb., lib. VII, c. 28; et fusius intelligi non potest sine perfectione reali convertitur et secundum rationem illud sup- ad aliquod subiectum quod bene et conve-
Augustinus, tom. VI, lib. de Haeres., haere- qua perficitur; perfectio autem et bonitas ponit, et ab eo aliquo modo distinguitur se- nienter af~iciat secundum aliquam rationem,
si 46, et innumeris opusculis contra Mani- qua res in se bona dicitur, ídem sunt. cundum formalem rationem a nobis concep- ve! propnam vel communem; sic enim ca-
chaeos; et D. Thom., I, q. 48 et 49, et III 5. Potest autem haec perfectio in crea- tam et significatam. Et ideo dixi esse aliquo lor, quamvis non ~it bonus aquae, est ta-
con t. Gent., c. 7 et 8; et Leo Papa, epist. turis esse vel essentialis seu intrínseca (sub modo passionem quía non est passio in eo ri- men bonus igni et quamvis non sit bonus
93, ad Thuribium, specialiter contra Pris- qua ipsum esse comprehendo), ve! acciden- gore in quo passio requirit distinctionem ali- aquae, ut aqua est, est tamen bonus aquae ut
cillianistas definit. Idem Concil. Brachar. I, talis. Prior est inseparabilis ab unoquoque quam ex natura reí a suo subiecto, sed so- ens naturale ve! materiale est. Et iudicium
c. 7 et 8; et ex divina Scriptura facile con- ente, si in suo actuali es se conservetur. Pos- lum ut dicitur de quolibet attributo secun- erroneum intellectus, quamvis, ut erroneum
vinci potest; nam, Genes. 1, de singulis terior vero saepe potest separari. Denomi- dum rationem distincto ab eo cui attribuitur est, non sit conveniens intellectui, tamen ut
divinis operibus dicitur : Bt vidit Deus quod nado igitur boni quae omni enti necessario ut superius declaratum est tractando d~ est iudicium seu repraesentatio quaedam ta-
esset bonum; de omnibus vero simul sub- convenit, illa est quae a perfectione intrín- passionibus. lis obiecti, est conveniens intellectui ut est
iungitur: Vidit cuneta quae fecerat et erant seca et essentiali desumitur; prout vera su-
mi ·potest a perfeccione accidentali (sub hac 6. Omne ens alteri conveniens.- Induc- in potentia ad actuin secundum et ad intel-
valde bona. Ecclesiast., 3 : Cuneta fecit bona tio in omnibus gradibus entium.- Dico ter-
in tempore suo. I Timoth. 4: Omnis crea- ratione includendo quidquid ex natura rei lectualem repraesentationem, et ídem est de
tura Dei bona est. Ratio conclusionis est distingúitur ab essentia reí et entitate actua- tío: omne ens etiam est bonum respectu actibus voluntatis, quantumvis quidam eorum
quía omne ens reale necessario habet aliquam li), sic non est necesse omne ens creatum a1icuius, id est, alicui conveniens; quocirca intrinsece mali esse videantur. Rursus sub-
perfectionem, qua in suo esse constituitur, esse bonum, id est affectum omni perfec- etiam bonum sub ratione convenientis sump- stantiae creatae compositae ex materia et for-
quae in re nihil aliud est quam ipsamet en- twne sibi possibili aut debita. Atque ita fit turn cum ente convertitur et est attributum ma ita se habent ut et materia sit conveniens
titas qua perficitur; ipsa enim en titas reí bonum priori ratione sumptum convertí cum .seu p~ssio eius. _Prio: I?ars probatur primo formae et forma materiae, et unio earum si-
ve! forma, materia, aut natura quibus res ente; ostendimus enim omne ens es se bo- mducttone; nam 1mpnm1s omne ens acciden- militer sit utrique conveniens, et consequen-
260 Disputaciones metafísicas Disputación X;-Sección lll 261
una y otra y, por consiguiente, el todo mismo no es conveniente únicamente tituirlas como formalmente buenas. Ni tampoco las criaturas pueden ser o ?e~
para sí .sino también para cada una de las partes. Por lo cual, sucede que cual- cirse buenas por la sola denominación extrínseca tomada de la bond~d de D10s,
quier parte naturalmente apetece la conservación del todo más que la conserva- porque igual que tienen en sí su propio ser distinto del ser ?e D10s, aunque
ción de sí misma, como notó Santo Tomás en II-II, q. 26, a. l. Y este modo participado del mismo, igualmente tienen en sí mismas su prOJ:?l~ bondad y per-
de conveniencia puede extenderse a toda sustancia creada en cuanto que es de fección distinta de la bondad divina, pero que emana ~ part1c1pa de ;na. Por
alcrún modo compuesta, sea de naturaleza y algún modo o término sustancial, consiguiente, Dios es un bien conveniente a todas las cnaturas en el genero de
se~ de sí misma y sus accidentes, para los cuales ella es buena y conveniente. eficiente y de fin; pues de aquel bien depende y fluye toda la bo?dad de. la
7. Y en la sustancia simplicísima, que es Dios, no se encuentra propiamente criatura, y en la consecución o mayor o menor imitación de aquel b1en .consiste
dentro de ella este modo de conveniencia, que se concibe que es de una cosa la perfección de la criatura. Y de este modo dijo San Agustín en el hb: VIII
para con otra distinta realmente de algún modo, sino que por su misma identi- De Trinitate, c. 3, que Dios es el bien de todo bien. Y, por el contrano, las
dad y simplicidad suma es Dios conveniente para sí mismo y su naturaleza es criaturas no pueden decirse convenientes para con Dios del mismo modo como
conveniente a su persona y la personalidad a la misma naturaleza; pero esta El es conveniente para ellas, a saber, como un bien provechoso para ellas y que
conveniencia es más bien según aquella razón por la que en sí misma se hace !es comunica su bondad; pero, sin embargo, pueden decirse convenientes para
buena y perfecta que según aquella por la que se dice que es conveniente para Dios como obras dignas del mismo y conformes con su bondad y sabiduría;
alguien. Aunque podría dudar el teólogo de si supuesta en Dios la Trinidad de y de este modo decimos que los cielos son una obra digna ~e Dios y conve-
Personas con unidad en la esencia, podría, en verdad, una persona decirse que niente a El igual que decimos que una imagen pintada con acierto es una obra
es bien de la otra, o conveniente para otra, no tanto por razón de la esencia en digna de t~l artista. En este sentido puede explicarse aquello del Génesis: Vió
la que son simplicísimamente uno, sino también por razón de las propiedades Dios que era bueno, es decir, convenientemente dispuesto y fabricado, tal como
en que se distinguen. En efecto, no parece que haya obstáculo para conceder pedía la dignidad de tal artífice. . .
que una persona es una cosa conveniente para otra, no como perfección formal 9. Y de este modo puede fácilmente entenderse que una cosa o sustanc1a,
de la misma, sino como el principio puede decirse conveniente para lo princi- incluso distinta por el supuesto, sea un bien conveniente para otro, cosa que
piado, o el término para la relación, o la existencia de un ser relativo puede de- también puede verse en las criaturas; pues una criatura es conveniente para
cirse conveniente para otro correlativo, y la sociedad de muchas personas puede otra o bien porque de alguna forma contribuye al ser o a la perfección o her-
juzgarse conveniente para cada una de ellas; en todas las cuales cosas no se mosura de ella, o bien para comunicar su bondad que tiene participada de Dios,
advierte ninguna imperfección ni dependencia, sino sólo la necesaria coexistencia o para ejercer sus acciones. No puede, por consiguiente, pensarse un ente ver-
de las tres personas en una esencia. Pero esto dejémoslo a los teólogos. dadero y real que no sea de alguna manera conveniente para alguien. Por lo cual
8. En cambio, respecto de las criaturas, Dios es el sumo bien conveniente puede darse una razón general, que todo ser es de alguna manera bueno y per-
para ellas en grado máximo, no como su bondad formal. De este modo erraron fecto en sí; y todo lo bueno es conveniente no sólo para sí mismo sino también
algunos pensando que todas las cosas creadas son buenas con la bondad divina, para alguien, ya sea para comunicarse con él de alguna manera, ya al menos
lo cual es manifiestamente falso porque la divina bondad no puede ser una for- para ser· hecho por él y ordenarse al provecho de los demás o por lo menos
ma inherente en las criaturas, ni puede venir en composición con ellas para cons- a la hermosura y a una especie de complemento del universo. Y en este sentido no
cum eis in compositionem venire ut eas for- ginem recte depictam esse opus conveniens
ter totum ipsum non solum sibi ipsi conve- narum cum unitate in essentia possit vere maliter banas constituat. Neque etiam crea- tali artifici. Quo sensu posset exponi illud
niens sit, sed etiam singulis partibus. Unde una persona dici bonum alterius seu con- turae esse aut dici possunt bonae per solam Genes.: Vidit Deus quod esset bonum, id
fit ut quaelibet pars naturaliter appetat to- veniens alteri, non tantum ·ratione essentiae denominationem extrinsecam a bonitate Dei, est, convenienter dispositum et fabricatum
tius conservationem plus quam conservatio- in qua sunt simplicissime unum, sed etiam auia sicut in se habent proprium esse di~ prout talero opificem decebat.
nem suiipsius, ut notavit D. Thomas, II-II, ratione proprietatum in quibus distinguun- stincturi1 ab esse Dei, licet ab illo participa- 9. Atque ad hunc modum intelligi facile .
q. 26, a. 1.. Atque hic modus convenientiae tur. Non enim videtur inconveniens conce- tum, ita in se habent propriam bonitatem potest quod una res vel substantia, etiam
extendí potest ad omnem substantiam crea. dere unam personam esse rem convenientem et perfectionem distinctam a bonitate divina, supposito distincta, sit bonum alteri conve-
taro, quatenus est aliquo modo composita, alteri, non ut formalem perfectionem eius, ab illa vero manantem et participatam. Est niens, quod in creaturis etiam intueri licet;
vel ex natura et aliquo modo seu termino sed ut principium principiato vel ut termi- ergo Deus bonum convenierts omnibus crea- est enim una creatura conveniens alteri ve!
stibstantiali, vel ex ipsamet et suis acci- nus dici potest conveniens relationi vel exis- turis in genere efficientis et finis; nam ab quía aliquo modo confert ad esse vel ad
dentibus, quibus ipsa bona est et conveniens. tentia unius relativi potest dici conveniens illo bono omnis creaturae bonitas profluit perfectionem aut pulchritudinem eius, vel ad
7. In substantia autem simplicissima, alteri correlativo et societas plurium perso- ac pendet et in illius boni consecutione, vel communicandum bonitatem suam quam a
quae est Deus, non reperitur proprie intra narum potest existimari singulis conveniens, aliquali imitatione, summa perfectio creatu- Deo habet participatam, suasve actiones
ipsam hic modus convenientiae qui intelligi- in quibus omnibus nulla irnperfectio deno- rae consistit. Et hoc modo dixit Augustinus, exercendas. Non potest ergo excogitari ens
tur esse unius rei ad aliam aliquo modo in re tatur nec dependentia, sed solum necessaria VIII De Trinit., c. 3, Deum esse bonum aliquod verum et reale quod non sit aliquo
distinctam, sed per summam identitatem et coexistentia trium personarum in una essen- omnis boni. At vero e contrario, creaturae modo conveniens alicui. Unde ratio generalis
simplicitatem est Deus conveniens sibi ipsi tia. Sed hoc theologis relinquamus. non possunt dici convenientes Deo eo modo reddi potest, quía omne ens est in se alié¡uo
et natura eius est conveniens suae personae 8. Respectu vero creaturarum Deus est quo ipse est conveniens illis, scilicet tam- modo bonum et perfectum; omne autem bo-
et personalitas ipsi naturae; sed haec con- summum bonum maxime conveniens illis, quam bonum eis commodum et bonitatem num non solum sibi ipsi conveniens est, sed
venientia potius est secundum eam ratio- non ut bonitas formalis earum. Quomodo eis communicans; sed tamen dici possunt etiam est alicui conveniens vel ut sese illi
nem qua redditur in se bona et perfecta, quidam errarunt existimantes orones res convenientes Deo tamquam opera decentia communicet aliquo modo, vel saltero ut ab
quam secundum eam qua dicitur esse alicui crearas esse bonas bonitate divina, quod est ipsum et consentanea bonitati et sapientiae illo fiat et ad aliorum commodum vel saltem
conveniens. Quamquam dubitare posset theo- manifeste falsum, quía divina bonitas non eius; sic enim caelos dicimus esse opus Deo ad universi pulchritudinem et aliquale com-
logus, an supposita in Deo Trinitate perso- potest esse forma creaturis inhaerens, aut dignum eique conveniens, sicut dicimus ima- plementum ordinetur. Atque hac ratione
Disputación X.-Sección lll 263
262 Disputaciones metafísicas
que ha sido tomada de esta bondad, pues es en grado máximo intrínseca y uni-
hay ningún ente que no pueda entrar en el campo de la voluntad como conveniente versal; en cambio, la bondad útil propiamente dicha es más extrínseca y sola-
para alguien o para algún fin. Así, por consiguiente, consta que el bien incluso mente relativa; y la bondad deleitable no es tan común a todo ente, sino que pa-
cuando dice razón de conveniente, se convierte con el ente, porque most:amos ya rece ser particular si se habla de la delectación propiamente dicha y no metafó-
que todo aquello que es verdadera y positivamente conveniente es ente y por rica. Por consiguiente, de todo esto consta ya suficientemente la primera parte
e1 contrano,. que to do ente verdadero es de alguna manera conveniente. ' Y) de
de la conclusión. Y la segunda es facilísima, porque si se toma el bien en abs-
aquí finalmet?-te se concluye que el bien, incluso bajo esta razón, puede contarse tracto, cuando se dice de todo ente, no quiere decirse que toda la razón de bien,
entre las pasiones del ente en cuanto que es un cierto atributo general del ente a saber : el honesto, el útil y el deleitable se encuentre en cualquier ente. sino
que n? es enteramente sinónimo con él sino qué connota o incluye algo más que simplemente la razón de bien, lo cual será verdad si se encuentra en cada uno
la entidad de la cosa, como se declaró en la sección l. de los entes al menos una razón de bien. Por consiguiente, el bien trascenden-
10. La . bondad honesta natural constituye principalmente el bien trascen- tal tomado con esa abstracción puede asignarse como propiedad del ente, aunque
~ental.- D1go en cuarto lugar que el bien trascendental parece tomado prin- en particular haya de ser atribuída a cada ente según un modo propio y una
Clpalmente de la bondad honesta, no en el género de las costumbres sino de la determinada razón de bondad y conveniencia.
naturaleza, aunque pueda también decirse en abstracto y en general de la bon·-
dad .en cuanto que prescinde de todas estas cosas. Se explica porque si el ente
s~, d1ce bueno en. sí, tal denominación se toma de que tiene en sí una perfec- ¿Dice perfección la relación?
cwn que le conviene; y esta conveniencia pertenece a la honestidad natural en
11. Opinión de algunos.-Parecer de otros.- A la razón de duda propuesta
cu~nto que. todo bien de esta clase es apetecible por sí, al menos por aquél para
al principio se responde negando que el bien no se convierta con el ente. Pero
qmen es bien y perfección. De ello ha nacido aquel axioma: El bien es ama- a la primera parte de la prueba que trata del bien tomado absolutamente hay
ble, pero el propio para cada uno. Y es bastante verosímil que el bien trascen- que responder con pormenor. En la primera objeción se toca aquella dificul-
dental haya sido. tomado primariamente de la relación o denominación por la tad vulgar de la relación real, sobre si dice perfección, de lo cual suelen tratar
que cada ente tiene en sí alguna perfección conveniente para sí. Por consi- los teólogos con ocasión del misterio de la Trinidad, ya que si la relación como
guiente, de este modo la bondad de alguna manera honesta en el orden natural tal dice perfeéción, también la dirán las relaciones divinas; y por ello, sucederá
es una propiedad universal del ente de la que le nace al bie~ el ser llamado tras- que en una persona se encuentre una perfección que no se encuentra en otra, y
cendental. Pero si el ente se dice bueno en cuanto que es conveniente para otro, habrá más perfecciones en muchas personas que en una sola, y más en la Tri-
de este modo todo ente parece que es por sí conveniente para alguien con el nidad que en la esencia, todas las cuales cosas repugnan a la igualdad de las di-
cual tiene una proporción natural, sea como causa con el efecto, sea como efecto vinas personas. Por consiguiente, por este motivo niegan muchos que la relación,
con la causa o como la parte con el todo o el todo con la parte o de otro modo en cuanto que es relación, diga perfección o imperfección, y afirman que no dice
semejante; y así en todo ente puede encontrarse alguna conveniencia por causa ni una ni otra cosa. Así lo mantiene Cayetano, In de Ente et Essentia, c. 2, hacia
de. la cual sea por sí mismo apetecible con relación a alguien, conveniencia que la mitad, donde supone esto como comúnmente admitido en la escuela de Santo
ba¡o. aq~:l aspecto se reduce a _la honestidad de la naturaleza. Y por esto, la de-
nommacwn de bueno y convemente en cuanto que es común a todo ente parece
revocatur. Et ideo ab hac bonitate denomi- Relatio an dicat perfectionem
natio boni et convenientis, quatenus commu- 11. Quorumdam opmw.- Aliquorum
nullum est ens quod non possit sub obiectum sibi convenientem; haec autem convenientia nis est omni enti, sumpta videtur, nam est placitum.- Ad rationem dubitandi in prin-
voluntatis cadere tamquam conveniens alicui pertinet ad honestatem naturalem, quatenus maxime intrínseca et universalis; bonitas cipio posltam respondetur negando bonum
seu ad aliquem finem. Sic igitur constat omne huiusmodi bonum, est per se appetibi- autem utilis proprie sumpta est magis ex- non convertí cum ente. Ad probationem au-
bonum etiam ut dicit rationem convenientis le saltero ab eo cuius est bonum et perfectio. tem circa priorem partero de bono absolute
convertí cum ente, quía ostendimus omne Unde ortum est illud axioma: Amabile bo- trínseca et secundum quid tantum; bonitas
vero delectabilis non est ita communis omni dicto sigillatim dicendum est. In prima tan-
id quod vere ac positive conveniens est, esse num, unicuique autem proprium. Est autem gitur vulgaris difficultas de relatione reali,
ens et e contrario omne verum ens esse ali- satis verisimile bonum transcendens primario enti, sed particularis esse videtur, si proprie
et non metaphorice de delectatione sit sermo. an dicat perfectionem, quam solent dispu-
quo modo conveniens. Atque bine tandem sumptum esse ex habitudine seu denomina- tare theologi occasione mysterii Trinitatis,
concluditur bonum etiam sub hac ratione done qua unumquodque ens habet in se Ex his ergo satis constat prior pars conclu-
quoniam si relatio ut sic dicit perfectionem,
ínter passiones entis posse numerari quate- aliquam perfectionem sibi convenientem. sionis. Posterior vero facillima est, quia si etiam relationes divinae dicent illam;
nus est quoddam generale attributum entis, Sic igitur bonitas aliquo modo honesta in bonum abstracte sumatur, cum de omni ente quo fiet ut aliqua perfectio sit in una per-
quod non est omnino synonymum illi,. sed o_rdine naturae est universalis proprietas en- dicitur, non est sensus omnem rationem boni, sona quae non est in alía et piures perfec-
aliquid ultra reí entitatem connotans seu tls a qua bonum transcendens denominatum scilicet honesti, utilis et delectabilis in quo- tiones in multis personis quam in una, et
includens, ut sect. 1 declaratum est. est. Si vero ens dicatur bonum quatenus libet ente reperiri, sed simpliciter rationem in Trinitate quam in essentia, quae omnia
10. Bonitas honesta naturalis bonum est conveniens alteri, sic omne ens videtur boni; quod verum erit si aliqua saltero ra- repugnant aequalitati divinarum persona-
transcendens praecipue constituit.- Dico esse per se conveniens alicui cum quo habet tio boni in unoquoque ente inveniatur. Pot- rum. Propter hanc ergo causam multi · ne-
quarto : bonum transcendens potissime naturalem aliquam proportionem, vel ut est ergo bonum transcendens in ea abstrae- gant relationem, ut relatio est, dicere perfec-
sumptum videtur a bonitate honesta non causa cum effectu, vel ut effectus cum cau- done sumptum ut proprietas entis assignari, tionem vel imperfectionem, sed aiunt neutro
in genere morís sed naturae. Quamvis etiam sa, vel ut pars cum toto, aut totum cum quamvis in particulari unicuique enti secun- modo se habere. Ita tenet Caietan., In de
possit abstracte et generatim dici a bonitate, parte, aut alio simili modo, et ita in omni Ente et essent., c. 2, circa medium, ubi id
ente reperiri potest aliqua convenientia ob dum proprium modum et determinatam ra-
ut ab omnibus abstrahit. Declaratur, nam si supponit tamquam communiter receptum in
ens dicatur bonum in se, ea denominado quam sit per se appetibile respectu alicuius, tionem bonitatis et convenientiae tribuen-
da sit. schola D. Thomae et Scoti. Et favet qui-
ex eo sumitur quod in se habet perfectionem quae sub ea ratione ad honestatem naturae
264 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 265
Tomás y de Escoto. Y se inclina a ello Santo Tomás en I, q. 42, a. 4, ad 2, donde se divide en diez predicamentos; y éste es el sentido de todos los que mantie-
piensa que la perfección en cuanto tal dice algo absoluto. Sobre Escoto trataré des- nen que el bien trascendental es una pasión del ente, y que se convierte con
pués; lo mismo mantiene Cayetano en I, q. 28, a. 2, alrededor de ad 3; Capréolo, él; por consiguiente, aquello no es una limitación, sino la destrucción de la·
In I, dist. 1, q. 7, ad 3; Auréolo, cont. 1 conclus.; Durando, In III, dist. 1, q. 3, opinión admitida.
n. 12; y Marsilio, In 1, q. 32, a. 3. Y omitida la razón teológica, puede esta sen-
13. Además, el que el ente real diga alguna perfección no sólo le conviene
tencia fundarse en que del solo hecho de que alguien se haga blanco o negro o se
cambie de lugar parece increíble que yo adquiera o pierda alguna perfección a él porque es un ente absoluto, sino simplemente porque tiene verdadera en-
porque pierdo o adquiero una relación de semejanza, proximidad o parecidas. tidad que constituye al ente tal cual debe ser, y en esto consiste el que sea perfec-
Otros, en cambio, se valen de una distinción, porque la relación puede conside- ción suya; y por ello dijo San Agustín en el lib. LXXXIII Quaestionum, q. 24:
rarse en cuanto al ser que tiene en el sujeto, y como tal dicen que la relación Todo lo que es, en cuanto es, es bueno; y en el libro III Del Libre Arbitrio,
dice perfección, o en cuanto al ser que tiene para con el término, y en este c. 15, dijo: Cuanto es como debe ser, es bueno; y en el libro I De la Doctrina
sentido niegan que diga perfección, ya que el ser para -en cuanto que es para- Cristiana, c. 32, cuando dice que Dios es el que es sumamente, afirma: Y las
no pone nada en el sujeto; por lo cual de suyo es común con las relaciones de ra- demás cosas que son no pueden ser más que por El, y en tanto son buenas en
zón, y esto indicó Capréolo al decir que la relación en cuanto tal no dice per- cuanto recibieron el ser, y Boecio, en el libro De Hebdom., c. 2: Cuanto es
fección, porque como tal no pone nada en aquel a quien se atribuye. -dice- en aquello que es, es bueno; por consiguiente, la bondad no sigue a
12, Pero ya que se ha de tratar de la naturaleza de la relación más abajo, este o a aquel modo de entidad, sino a la entidad debida a la cosa; y se supone
en su propio lugar, ahora brevemente hay que suponer que esta cuestión se re- que la relación tiene su propia entidad, mediante la cual tiene el ser que debe
fiere a las relaciones verdaderas y reales, que sean verdaderas cosas o modos tener; luego también la bondad.
reales de los entes, no discutiendo por ahora qué relaciones sean éstas y cómo 14. Además, ¿cómo puede concebirse el ente real sin alguna perfección
lo sean, cosa que se hará en el referido lugar. Por consiguiente, supuesto esto, real?, pues cualquiera que fuese el motivo por el que alguien imaginase que ello·
no veo cómo puede responderse a la dificultad propuesta, siguiendo las opinio- puede concebirse en la entidad relativa, aunque no se encuentre en la absoluta,
nes precedentes, sino limitando la conclusión establecida anteriormente, a saber : podría alguno igualmente imaginar lo mismo en cualquier entidad accidental e
que el bien se convierte con el ente absoluto y no con el ente en cuanto es co- incluso en cualquier modo real que por supuesto no diga ninguna perfección
mún al absoluto y relativo; o ciertamente, que aunque todo ente en cuanto se aunque sea algo real; conceder lo cual, sin embargo, en general, de todos los
distingue del modo de la cosa diga perfección, con todo el modo de la cosa no accidentes o modos reales, es enteramente falso. Ni puede señalarse una razón
añade una especial bondad o perfección. Pero estas limitaciones ni pueden tener suficiente de la diferencia entre la relación y los otros modos si suponemos que
fundamento ni verdad. Y la primera, ciertamente, está en contradicción con lo la relación es una verdadera cosa o modo real; pues aunque la relación diga
que afirma Aristóteles en el libro I de la Etica, c. 6, donde dice que el bien orden al término, sin embargo, según todo lo que es, afecta al sujeto y se halla
se divide lo mismo que el ente y se difunde por todos los predicamentos; y ex- en él. Por lo cual, no ayuda nada aquella distinción de la relación según su ser
presamente dice : El bien se dice en la sustancia, y en la cualidad, y en la rela- en o según su ser para; pues si el ser para es verdadero y real, es necesario que
ción, etc., donde Santo Tomás afirma que el bien se convierte con el ente que afecte al sujeto al que refiere al término; por lo cual, como la relación, incluso

dem D. Thomas, I, q. 42, a. 4, ad 2, ubi 12. Sed quía de natura relationis infe- Thomas ait bonum converti cum ente quod nitur autem relatio habere propriam entita-
sentit perfectionem ut sic dicere aliquid rius in proprio loco disputandum est, nunc in decem praedicamenta dividitur; et hic tem, per quam tale esse habet quale habere
absolutum. De Scoto dicam inferius; idem breviter supponendum est quaestionem hanc est sensus omnium qui bonum transcendens debet; ergo et bonitatem.
tenet Caiet., I, q. 28, a. 2, circa ad 3; procedere de relationibus veris .ac rea!ibus, dicunt esse passionem entis et cum i!lo 14. Praeterea, quomodo intelligi potest
Capreolus, In I, dist. 1, q. 7, ad 3; Aureol. quae verae sint res aut modi reales entium, convertí; illa ergo non est limitado sed ens real e sine aliqua reali perfectione? nam,.
cont. 1 conclus.; Durandus, In III, dist. 1, non disputando modo quaenam relationes destructio receptae sententiae. · qua ratione aliquis finxerit posse hoc intelli-
q. 3, n. 12; et Marsil., In I, q. 32, a. 3. Et huiusmodi sint ve! quomodo sint, quod prae- 13. Praeterea, quod reale ens dicat ali- gi in entitate relativa, quamvis non invenia-
omissa theologica ratione, potest fundari haec dicto loco fiet. Hoc ergo supposito, non quam perfectionem, non tantum ei convenit . tur in absoluta, poterit aliquis idem fingere
sententia, quia incredibile videtur ex eo so- video quomodo possit iuxta superiores sen- quia absolutum ens est, sed simpliciter quia in qualibet entitate accidentali vel etiam in
lum quod alter fiat albus aut niger aut loco tentias difficultati propositae satisfieri, nisi veram entitatem habet, quae tale constituit quolibet modo reali, quod nimirum nullam
mutetur, me acquirere vel amittere perfec- limitando conclusionem superius positam, ens quale esse debet, et in hoc consistit quod dicat perfectionem, etiamsi aliquid reale sit,
tionem aliquam quia perdo vel acquiro re- quod, nimirum, bonum convertatur cum ente sit perfectio eius; et ideo dixit Aug., lib. quod tamen in universum concedere de om-
lationem similitudinis, propinquitatis et si- absoluto, non vero cum ente ut commune LXXXIII Quaestionum, q. 24: Omne quod nibus accidentibus aut modis realibus om-
miles: Alii vero distinctione utuntur, quia est absoluto et respectivo; vel certe, quod cst, in quantum est, bonum est; et lib. III De nino falsum est. Nec potest sufficiens ratio
relatio considerad potest quoad esse in sub- licet omne ens ut distinguitur a modo rei di- Lib. arb., c. 15, dixit: Quidquid est sicut esse differentiae assignari inter relationem et alias
iecto et ut sic aiunt relationem dicere per- cat perfectionem, tamen modus rei non addat debet, bonum est; et lib. I de Doct. Chris., modos, si supponamus relationem esse veram
fectionem, ve! secundum esse ad termi- specialem bonitatem seu perfectionem. At 1 c. 32, cum dixisset Deum esse qui summe rem seu realem modum; nam, !icet relatio
num, et quoad hoc negant dicere perfectio- vero hae hmitationes nec fundamentum ha- est, a\t: At caetera quae sunt, nisi ab illo, dicat ordinem ad terminum, tamen secun-
nem, quia esse ad, ut ad, nihil _ponit in sub- bere possunt nec veritatem. Et prior quidem esse non possunt et in tantum bona sunt, in dum totum id quod est, afficit subiectum et
iecto; un de ex se relationibus . rationis repugnat Aristoteli, I Ethic., c. 6, dicenti quantum acceperunt ut sint;. et Boetius, lib. inest illi. Unde nihil iuvat illa distinctio de
commune est, et hoc significavit Capreolus bonum aeque dividi ac ens, et per omnia De Hebdom., c. 2; Quid quid est (inquit) relatione secundum esse in, vel secundum
dicens relationem in quantum huiusmodi non praedicamenta vagari; et expresse dicit: in eo qund est, bonum est; ergo bonitas non esse ad; nam, si esse ad sit verum ac reale,
dicere perfectionem, quia ut sic nihil ponit Bonum el in substantia dicitur et in quali consequitur ad hunc vel illum entitatis mo- necesse est ut affiCiat subiectum quod refert
in eo cui attribuitur. et in eo quod est ad aliquid, etc., ubi D. dum sed ad entitatem rei debitam; suppo- ad terminum; unde, sicut relatio; etiam se-·
266 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección Ill 267
--~~-------------------------------------------
según su ser para, pone algo real en el sujeto, así también pone algo de bondad 16. Si las relaciones divinas dicen perfección por su propio concepto.-Se
o de perfección. Ni es verdad que la relación según su ser para prescinda del rechaza la opinión de algunos.- Y a la dificultad teológica responden algunos
ser en, igual que no prescinde del ser de ente o de accidente, porque aquel ser que aunque la relación creada diga perfección por su propio concepto y razón,
en trasciende a todos los accidentes, y el modo de ellos -como el mismo ser- sin embargo, la relación divina por su propio concepto no dice ninguna perfec-
a todos los entes y modos de entes. Ni tampoco es verdad que el ser para pres- ción. Esto lo dicen principalmente para evitar el inconveniente de que alguna
·cinda del ser real o de razón más que sólo de palabra, pues la relación de perfección esté en alguna persona sin estar en otra. Y dan la razón de la di-
razón, del mismo modo que no es verdadera relación, así tampoco tiene ser para, ferencia, porque la relación creada dice una perfección finita; y la relación in-
sino que se finge que lo tiene o se concibe como si lo tuviera. creada no puede decir perfección finita porque esto repugna a la perfección di~
15. La relación verdadera y real, en cuanto tal, incluye bondad y perfec- vina, ni tampoco por su propia razón puede decir una perfección infinita, porque
ción.- Hay que decir, por tanto, que la relación en cuanto relación, de la misma esta infinitud sólo puede convenir por razón de la esencia. Pero es extraño que
manera que dice propia entidad, así dice también propia bondad o perfección, juzguen que es una dificultad el que alguna cosa divina diga de suyo perfección
como bien enseñaron Ockam y Gabriel, In I, dist. 19, q. 1; y Gregorio, q. 1, a. :1; finita y no piensen que lo es el que la misma cosa divina no diga de suyo ninguna
y lo indica Durando, In ll, dist. 34, q. 1, ad 3; ni disiente Escoto en el referido perfección, ya que por su propio género es mejor· decir alguna perfección que
Quodl., 5, ya que en sus últimas palabras deja la cosa dudosa e indecisa, e In l, no ninguna. Añado que fácilmente puede entenderse que la relación por su pro-
dist. 1, q. 2, argum. 1, prueba, con el testimonio de Aristóteles del libro I de pio concepto es infinita en el género de la paternidad o de la filiación, etc., pero
la Etica aducido antes, que la relación tiene una bondad propia, y en la solución que no es infinita en el género de ente si no es por razón de la esencia que in-
concede que tiene bondad hablando en general, pero no la bondad perfecta que cluye.
·constituya una especial razón de objeto fruible, de lo cual trataremos en otra 17. Se rechaza la opinión de otros.- Otros dan razón de la diferencia por-
ocasión. Y ciertamente, si alguno considera los testimonios de la Escritura y de que la relación creada se distingue realmente de toda cosa y perfección absoluta,
los Santos con que hemos probado que todo ente creado es bueno, y la razón y por ello es preciso que lleve consigo su perfección. Y la relación divina no se
y modo con que declaramos que la bondad conviene adecuadamente al ente, distingue realmente de la perfección absoluta de la naturaleza divina, sino que
entenderá claramente que valen lo mismo de cualquier ente que tenga en sí al- la incluye en sí con perfecta identidad y simplicidad, y por ello no es menester
guna entidad, de tal modo que es preciso que tenga en sí otro tanto de per- que lleve consigo perfección; y esta respuesta indica Gregorio más arriba. Sin
fección y que sea en sí algún bien, prescindiendo de si es conveniente para al- embargo, tampoco me satisface aquella razón, pues aunque concluya rectamen-
gún otro además de para sí mismo o para lo que es constituído por él mismo te que la relación divina no puede decir perfección distinta realmente de la esen-
en cuanto es tal. Y se confirma y declara, pues a causa de las mismas locuciones cia, no con todo que no diga una perfección conceptualmente distinta, del mismo
generales y razones no puede exceptuarse la entidad del acto del pecado, ni al- modo evidentemente que dice entidad. Y en cuanto a esto no puede señalarse
gún modo real o diferencia suya de que, en cuanto es tal, no sólo sea hecha por ninguna razón suficiente de diferencia por la que pertenezca a la razón de la
Dios sino que sea buena; por consiguiente, lo mismo vale de cualqnier razón entidad creada decir alguna perfección según toda su razón positiva, y no con-
positiva de ente, por muy relativa que sea. venga esto mismo con mayor motivo a la entidad increada, ya que es por su

cundum esse ad, ponit in subiecto aliquid 1, q. 2, argum. 1, probat ex testimonio 16. Divinae telationes an ex proprio con- paternitatis aut filiationis, etc., non esse ta-
reale, ita etiam ponit aliquid bonitatis vel Arist., ex lib. I Ethic., supra adducto, rela- ceptu perfectionem dicant.- Quorumdam men infinitam in genere entis nisi ratione
perfectionis. Neque est verum relationem se- tionem habere propriam bonitatem, et in sententia reiicitur.- Ad difficultatem autem essentiae quam includit.
cundum esse ad praescindere ab esse in sicut solutione concedit habere bonitatem in com- theologicam respondent aliqui, quamvis re- 17. Aliorum placitum confutatur.- Alii
non praescindit ab esse entis vel accidentis, muni loquendo, non tamen bonitatem per- latio creara dicat perfectionem ex proprio reddunt rationem differentiae, quía relatio
quia illud esse in est transcendens ad omnia fectam quae constituat specialem rationem conceptu et ratione, nihilominus relationem creata distinguitur ex natura rei ab omni
accidentia et modos eorum, sicut jpsum esse obiecti fruibilis, de quo alias. Et sane, si divinam ex proprio conceptu nullam dicere re et perfectione absoluta, et ideo oportet
ad omnia entia et modos entium. Neque quis consideret testimonia Scripturae et perfectionem. Quod praecii;me dicunt ut evi- ut secum afferat suam perfectionem. Rela-
Sanctorum quibus probavimus omne ens tent illud inconveniens, quod aliqua perfectio tio autem divina non distinguitur ex na-
etiam est verum esse ad abstrahere a reali creatum esse bonum, et rationem ac modum
et rationis nisi voce tantum, nam relatio ra- sit in una persona quae non est in alia. Ra- tura rei a perfectione absoluta divi-
quo declaravimus bonitatem adaequate con- tionem vera differentiae reddunt, quia relatio nae naturae, sed cum perfecta identitate
tionis sicut vera relatio non est, ita nec ha- venire enti, plane intelliget aeque procedere
·bet esse ad, sed habere fingitur seu ita con- creata dicit perfectionem finitam; relatio a u·· et simplicitate illam in se inclu'dit, et ideo
de quolibet ente quod in se aliquam enti- tem increata non potest dicere finitam perfec- necesse non est ut secum afferat perfectio-
cipitur ac si haberet. tatem habeat, ita ut necesse sit tantumdem
15. Relatio vera et realis, ut sic, bonita- tionem, quia hoc repugnat divinae perfectioni, nem; et hanc responsionem indicat Grego-
perfectionis in se habere esseque in se ali- neque etiam ex propria ratione dicere potest rius supra. Verumtamen neque illa ratio mihi
tem includit ac perfectionem.- Dicendum quod · bonum, quidquid sit an alicui alteri infinitam per(ectionem, quía haec infinitas
ergo est relationem ut relatio est, sicut pro- satisfacit; quamvis enim recte concludat re-
sit conveniens, praeterquam sibi ipsi ve! solum potest convenire ratione essentiae. Sed lationem divinam non posse dicere perfec-
priam dicit entitatem seu entitatis modum, constituto per ipsum quatenus tale est. Con- mirum est quod inconveniens censeant rem tionem ex natura reí distinctam ab essentia,
ita etiam propriam dicere bonitatem seu per- firmatur ac declaratur, nam propter easdem aliquam divinam dicere ex se finitam per- non tamen qÚod non dicat perfectionem ra-
fectionem, ut bene docuerunt Ocham et generales locutiones et rationes excipi non fectionem et non reputent incommodum tione distinctam, eo, scilicet, modo quo
Gabriel, In I, dist. 19, q. 1; et Gregor., q. potest entitas actus peccati, neque aliquis eamdem rem divinam nullam ex se dicere dicit entitatem. Et quoad hoc nulla potest
1, a. 1; et significat Durandus, In II, dist. realis modus aut differentia eius quominus, perfectionem, cum tamen ex suo genere assignari sufficiens ratio differentiae, cur
34, q. 1, ad 3 ; n~c dissentit Scotus, dict. quatenus talis est, et a Deo fiat et bona sit; melius sit aliquam perfectionem dicere quam de ratione entitatis creatae sit ut secundum
Quodl. V, nam in ultimis eius verbis rem ergo idem est de quacumque alia ratione nullam. Addo intelligi facile posse relationem omneni suam 'rationem positivam dicat
.dubiam et indecisam relinquit, et In I, dist. positiva entis, quantumvis respectiva sit . ex proprio conceptu esse infinitam in genere aliquam perfectionem et non maiori ratione
268 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección IIl 269
género mejor, más aún, necesario por virtud del concepto común de ente real connotan la coexistencia del otro extremo con éstas o aquellas condiciones abso-
en cuanto tal. Por lo cual, la razón aducida de la convertibilidad entre el lutas, el que así -digo- opinase, dirá acertada y consecuentemente que tales
ente y el bien, urge igualmente en las relaciones divinas que en las creada~. relaciones no dicen ninguna perfección fuera de las absolutas con alguna deno-
Pues, como dijo Aristóteles, si el bien se divide igualmente que el ente, de la minación mutua. Pero nosotros no hablamos de estas relaciones o denominacio-
misma manera que existen en Dios el ente absoluto y el relativo, no realmente nes, sino de las verdaderas entidades o modos respectivos que verdadera e in-
sino conceptualmente distintos, así existirá la bondad y perfección absoluta y la trínsecamente están en algún sujeto o supuesto, diciendo relación a otro térmi-
relativa no real sino conceptualmente distintas; luego también la relación divina no; y esto por lo que toca a la primera dificultad.
por su propio concepto dirá perfección. Y se declara de este modo, pues si decir
relación al hijo por la relación creada es formalmente alguna perfección, ¿cómo
puede concebirse que en el Padre Eterno no sea ninguna perfección decir rela- Si los entes matemáticos como tales son perfectos
ción al Hijo? Y si formalmente es perfección, es necesario que sea relativa por- 19. La segunda dificultad, más breve, era acerca de los entes matemáticos,
que consiste en la relación a un término; luego aquélla, en cuanto tal, proviene que Aristóteles niega que sean buenos. Esta la soluciona Santo Tomás en I,
formalmente de la relación y no de la esencia en cuanto tal, aunque estas cosas q. ), a. 3, ad 4, y en la q. 21 De Veritate, a. 2, ad 4, donde afirma que los en-
no se distingan en la realidad. tes matemáticos tienen bondad en sí, pero que la ciencia matemática no los
18. Cómo son igualmente perfectas las divinas personas, siendo así que la considera en cuanto son buenos o convenientes, sino de modo precisivo y abs-
relación increada dice perfección.- Por consiguiente, juzgo que se ha de conce- tracto en cuanto tienen magnitud y gozan de determinadas propiedades de acuer-
der que toda relación real dice propia bondad o perfección. Ni resulta de aquí do con ella. Por consiguiente, Aristóteles, que afirma de los entes matemáticos
que las personas divinas sean desiguales en perfección, ni, hablando absoluta- que no tienen bondad, habla de ellos de modo formal y precisivo en cuanto caen
mente, que se encuentre en una de ellas una perfección que no esté en las otras1 bajo la abstracción y precisión matemática. Por lo cual, esto viene a ser como
porque en cada una de las personas existe la misma perfección infinita en el si dijera que el matemático no considera en la cantidad la razón de bueno o
género de ente que incluye formal o eminentemente toda la perfección de todos conveniente, pues la cantidad no tiene razón de bueno o conveniente más que
los entes, tanto absoluta como relativa, y tanto personal como esencial. Pero en cuanto existe o puede existir en las cosas reales o en la materia· sensible; y
de esto se trata más ampliamente en I, q. 28 y 42. Con relación a la otra razón, por ello prescinde también de la razón de bien y de la razón de fin y de apete-
que parece increíble que un hombre se haga más perfecto porque otro se haga cible, que es lo que allí quiere decir Aristóteles. Y aunque Aristóteles no diga
blanco, respondo que en tanto es esto increíble en cuanto es increíble que el que los entes matemáticos no sean buenos, sino que en las cosas inmóviles no se
hombre adquiera en sí algo de entidad o algún modo real distinto realmente de halla la naturaleza del bien, y de allí concluya que en las matemáticas no se
todos los que antes tenía, por el solo hecho de que alguien se haga blanco. Por demuestra nada por la causa final, con todo, por seres inmóviles entiende cua-
consiguiente, el que creyese esto acerca de la entidad, ¿por qué dice que es in- lesquiera cosas que queden separadas de todo movimiento y acción, como son
creíble acerca de la bondad o perfección? Y el que dijese que existen algunas los entes matemáticos.
denominaciones relativas, que fuera de todas las cosas absolutas que están en 20. Se proponen algunas objeciones.- Podrá objetarse que las magnitudes,
un único término o sujeto no le añaden nada intrínsecn y real, sino que sólo incluso en cuanto están bajo la abstracción matemática, son entes; pues no pres-

hoc ipsum conveniat entitati increatae, cum fectae.- Concedendum ergo censeo omnem connotant coexistentiam alterius extremi cum dum illam aliquas proprietates sortiuntur"
hoc ex suo genere me!ius sit, immo neces- relationem realem dicere propriam bonita- his vel Íllis conditionibus absolutis, qui sic Aristoteles ergo, qui de mathematicis ait non
sarium ex vi communis conceptus entis realis tem .seu perfectionem. Neque hinc fit per- (inquam) opina tus fuerit, recte et con se-· esse in eis bonitatem, formaliter ac praecise
ut sic. Unde ratio facta de convertibilitate sonas divinas esse inaequales in perfectione quenter dicet huiusmodi relationes nullam loquitur de illis ut sunt sub mathematica
ínter ens et bonum aeque urget in relationi- neque, absolute Joquendo, a!iquam perfec- dicere perfertionem praeter absolutas cum praecisione seu abstractione. Unde perinde
bus divinis ac in creatis. Nam, si, ut Arista- tionem esse in una quae non sit in aliis, quía mutua aliqua denominatione; Nos autem non est ac si diceret mathematicum non conside-
teJes dixit, bonum aeque dividitur ac ens, in singulis personis est eadem perfectio infi- de his relationibus seu denominationibus Jo- rare in quantitate rationem boni aut conve-
sicut in Deo sunt ens absolutum et respec- nita in genere entis formaliter vel eminenter quimur sed de veris entitatibus seu modis nientis, nam quantitas non habet rationem
tivum, quamvis non re sed ratione distincta, includens omnem perfectionem omnium, tam boni vel convenientis nisi prout existit
ita erit bonitas et perfectio absoluta et re- absolutam quam respectivam, tam personalem respectivis, qui vere et intrinsece sunt in
aliquo subiecto vel supposito respiciendo vel existere potest in rerum natura
spectíva, no'n re sed ratione distinctae; ergo quam essentialem. Sed de hoc latius, I, q. vel in materia sensibili; et ideo etiam
etiam relatio divina ex proprio conceptu 28 et 42. Ad aliam rationem, quod incredi- alium terminum; et haec de prima dif-
ficultate. praescindit a ratione boni et a ratione fi-
dicet perfectionem. Et declaratur in hunc bile videtur hominem reddi perfectiorem nis et appetibilis, quod ibi Aristoteles inten-
modum, nam, si respicere filium relatione quía alter fíat albus, respondeo in tantum dit. Et, quamvis Aristoteles non dicat ma-
creata est formaliter aliqua per~ectio, quo- hoc incredibile esse in quantum incredibile Mathematicae res ut sic an perfectae
thematicas res non esse banas, sed in immo-
modo intelligi potest in aeterno Patre nullam est hominem in se acquirere aliquid entitatis 19. Secunda et brevior difficultas erat de bilibus non reperiri boni naturam, et inde
esse perfectionem respicere Filium? Quod si vel aliquem realem modum ex natura rei rebus mathematicis, quas Aristoteles negat concludat in mathematicis nihil per causám
formaliter est perfectio, necesse est ut sit distinctum ab omnibus quae antea habebat, esse banas. Quam dissolvit D. Thomas, I, finalem demonstrari, tamen per immobilia
relativa, quia consistit in habitmfine ad ter- ex eo solum quod alter fíat albus. Qui ergo q, 5, a, 3, ad 4, et q, 21 de Veritate, a. 2, ad intelligit quaecumque abstrahuntur ab omni
minum; ergo illa ut sic provenit formaliter hoc crediderit de entitate, cur dicet esse 4, asserens res quidem mathematicas in se motu et actione, qualia sunt entia mathe-
a relatione et non ab essentia ut essentia, incredibile de bonitate vel perfectione? Qui bonitatem habere, per scientiam autem ma- matica.
quamvis haec in re non distinguantur. autem dixerit esse nonnullas denominatio- thematicam non considerad quatenus bonae 20. Obiectiones· aliquot proponuntur.-
18. Cum increata relatio perfectionem nes relativas quae praeter omnia absoluta vel convenientes sunt, sed praecise et abstrae- Sed obiicies : nam magnitudines , etiam, ut
dicat, qualiter divinae personae aeque per- quae sunt in uno termino vel subiecto, nihil te quatenus magnitudinem habent et secun- sunt sub abstractione mathematica, sunt en-
270 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 271
----------------------------------------
cinden del ser, ya que de lo contrario tratarían los matemáticos de entes de ra- 22. A lo segundo se responde que no existe la misma ni parecida razón
zón; luego también, en cuanto tales, es preciso que tengan bondad. Igualmente,. acerca de la abstracción de los universales : pues las matemáticas no se dice pre-
si la sola abstracción de la materia sensible fuese suficiente para que las cosas cisamente que prescindan de la bondad porque prescinden de los inferiores, ni
abstraídas de este modo no se dijesen buenas, tampoco, por consiguiente, serían porque abstraídos de este modo no puedan existir, sino porque quedan abstraídos
buenas las cosas universales que han sido abstraídas de las singulares. La con- de todo orden al movimiento o a la acción y, por consiguiente, de toda razón de
secuencia es clara, porque igual que los objetos matemáticos no subsisten abs- conveniencia o apetibilidad; y en cambio, las otras naturalezas universales, aunque
traídos de este modo, así tampoco las restantes cosas universales, y de este modo se las considere separadas de los singulares, sin embargo, se las considera con
sucedería que las cosas, en cuanto caen bajo el ámbito de la ciencia, no son el orden al movimiento o acción, que toma su primer origen del fin, como ates-
buenas. Igualmente si los entes matemáticos no son buenos, porque prescinden tigua Aristóteles. Por lo cual sucede que las cosas consideradas en las otras cien-
del movimiento, tampoco las cosas inmateriales y todas las que considera la me- cias tienen en los singulares todas las condiciones que pertenecen a la razón de
tafísica serían buenas en cuanto tales, puesto que prescinden mucho más del bien o a la razón de fin, las cuales, ciertamente, son consideradas por tales cien-
movimiento. cias, aunque no en singular sino en universal. En cambio, las matemáticas, ni
21. Se responde a las objeciones propuestas.- A lo primero responden al- en singular ni en universal consideran en las cosas que se les ofrecen esas con-
gunos que los entes matemáticos en cuanto tales, es decir, tal como son consi- diciones o relaciones que pertenecen a la razón de bien o de conveniente.
derados y abstraídos en dicha ciencia, no son verdaderos entes, porque en cuan- 23. A lo tercero se responde, en primer lugar, que aunque en otras cosas
to tales no pueden existir. Pero esto no es verdad, porque cuanto el matemático no se infiera rectamente de la abstracción del movimento físico la abstracción
considera es un ente verdadero y absoluto, y como tal es considerado. Ni es de la bondad, con todo en los entes matemáticos lo infirió así Aristóteles, porque
menester que pueda existir del mismo modo que es considerado, pues de lo con- al no ser estas cosas capaces de otro movimiento o acción, cuando quedan abs-
trario tampoco los universales serían verdaderos entes. Es suficiente, pues, que traídas de este movimiento quedan también abstraídas de toda acción y causa-
las cosas que son consideradas en abstracto puedan existir verdaderamente. Prin- lidad final y, por lo mismo, de la razón de bien. O puede decirse que las inte-
cipalmente, porque aunque naturalmente no pueda existir la cantidad más que ligencias y demás cosas que se consideran en metafísica, aun cuando prescindan
en la materia sensible, en absoluto no envuelve contradicción el que esté se- del movimiento físico y material, con todo no prescinden del movimento meta-
parada; por consiguiente, con aquella abstracción no se excluye la verdadera ra- fórico con que el fin mueve. Por lo cual más abajo, en el libro XII, c. 7, dijo
zón de ente ni de la cosa considerada en sí misma, ni en cuanto entra bajo tal Aristóteles que el primer motor mueve a las demás inteligencias como amado
consideración. En cambio, ocurre lo contrario con la razón de bien, pues aun- y deseado, cosa que pertenece a la razón de fin y de bien.
que ésta no quede excluída de las cosas mismas, con todo queda apartada de tal
ciencia o tal consideración bajo esta determinada abstracción. Por tanto, recta- Sobre si es buena la materia prima
mente responde Santo Tomás en forma negando la consecuencia, porque la
razón de ente es la primera de todas, y en cambio la razón de bien, del mismo 24. En qué sentido se dice que la materia prima no es absolutamente buena.-
modo que es distinta; es posterior, y por ello pueden las ciencias matemáticas, La tercera dificultad era acerca de la materia prima, sobre la cual los que pien-
aun cuando no abstraigan de la entidad, prescindir de la bondad. san que no tiene propio ser ni propia entidad actual, dirán, quiz?, que no tiene

tia; non enim abstrahunur ab esse, alias ma- consideratur, est verum et absolutum ens ct 22. Acl secundum respondetur non esse 23. Ad tertium respondetur primo, Iicet
tbematici agerent de entibus rationis; ergo ut tale consideratur. Neque oportet ut ea parem ve! similem rationem de abstractio- in rebus aliis ex abstractione a motu physico
etiam ut sic oportet ut habeant bonitatem. modo esse possit qua consideratur; alioqui ne universalium; mathematica enim non ideo non recte inferatur abstractio a bonitate, ta-
Item, si sola abstractio a materia sensibili neque universalia essent vera entia. Satis dicuntur abstrahere a bonitate quía abstra- men in rebus mathematicis id intulisse Aris-
satis esset ut res sic abstractae non diceren- ergo est ut res quae abstracte considerantur, huntur ab inferioribus, neque, quía sic abs- totelem, quía cum istae res non sint capaces
tur bonae, ergo e~iam res universales abs- vere esse possint. Praesertim quía, licet na- tracta esse non possunt, sed quia praescin- alterius motus vel actionis, dum ab hoc
tractae a singularibus non essent bonae. Pa- turaliter esse non possit quantitas nisi in duntur ab omni ordine ad motum ve! ac- motu abstrahuutur ab omni etiam actione
tet consequentia, quía sicut res mathematicae materia sensibili, absolute tamen non involvit tionem, et consequenter ab omni ratione et a causalitate finis atque adeo a ratione
non subsistunt sic. abstractae, ita nec caete- contradictionem quod separata sit; per illam convenientis ve! appetibilis; aliae vera uni- boni abstrahuntur. Ve! dici potest intelligen-
rae res universales, atque ita fiet ut omnes ergo abstractionem non excluditur vera ratio versales naturae, quamvis considerentur tias et res alias quae in metaphysica con-
res, quatenus sub scientiam cadunt, non sint entis neque a re considerata secundum se, abstractae a singularibus, nihilominus con- siderantur, licet abstrahantur a motu materia-
bonae. Item, si res mathematicae non sunt neque ut sub talem considerationem cadit. siderantur cum ordine ad motum ve! actio- ¡¡ et physico, non tamen a motione meta-
bonae quia abstrahuntur a motu, etiam res Secus vera est de ratioue boni, nam licet nem, quae primam originem sumit a fine, phorica, qua movet finis. Unde inferius, lib.
immateriales et omnes quae in metaphysica haec non excludatur ab ipsis rebus, praescin- teste Aristotele. Unde fit ut res consideratae XII, c. 7, dixit Aristoteles primum movens
considerantur, ut sic non essent bonae quía ditur tamen a tali scientia vel tali conside- in aliis scientiis, in singularibus habeant movere caeteras intelligentias, ut amatum et
multo magis abstrahuntur a motu. ratione sub tali abstractione. Recte igitur D. omnes conditiones quae ad rationem boni desideratum, quod pertinet ad rationem finis
21'. Obiectionibus propositis satisfit.- Thomas supra in forma respondet negando pertinent ve! ad rationem finis, quae qui- et boni.
Ad primum aliqui respondent res mathema- !iem a talibus scientiis considerantur, licet
consequentiam, quía ratio entis est prima non in singulari sed in universali. At vera Materia prima an bona
ticas ut sic, id est ut in ea scientia conside- omnium; ratio vero boni, eo modo quo est
rantur et abstrahuntur, non esse vera entia mathematicae, neque in universali, neque in 24. Materia qua sensu dicatur non bona
distincta, est posterior et ideo possunt scien- singulari cousiderant in rebus sibi obiectis simpliciter.- Tertia difficultas erat de ma-
quía ut sic esse non possunt. Sed hoc non tiae mathematicae, quamvis non abstrahant ab eas conditiones seu habitudines quae ad ra-
recte dicitur, quía, quidquid a mathematico teria prima, de qua qui sentiunt illam non
entitate, praescindere a bonitate. tionem boni seu convenientis spectant. habere proprium esse nec propriam entitatem,
------------------------------- -

Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 273


.272
·propia bondad, o al menos que no, la tiene ~~r sí sin~ por la forma, pu~s como to están en potencia antes de eXIstrr. En el primer sentido, es cierto que tales
el bien sigue al ser y se funda en el, como d1¡1mos arnba con San Agustm, San- esencias son buenas por su intrínseca y esencial bondad, lo cual es claro prin-
to Tomás y Boecio, si la materia no tiene el ser más que por la forma, tampoco cipalmente si por su entidad formal son entes actuales. Y los que distinguen
podrá tener la bondad, al menos en acto, sino a lo sumo en pot_encia; y así ha- en la realidad misma la entidad de la esencia también actual de la entidad de la
bla Santo Tomás en 1, q. 5, a. 3, ad 3, y en la q. 21 De Ventate, a. 2, ad 3. existencia, deben consecuentemente decir que también en la entidad de la esen-
Pero hay que decir que la materia de suyo y por su intrínseca razón tiene una cia se encuentra una propia bondad trascendental y perfección distinta del mismo
bondad y perfección propia, como también notó Santo Tomás en el libro III ser ?e la existe~cia y separable de ella, como opinan muchos acerca de la Hu-
cont. Gent., c. 20, porque tiene su propia entidad y naturaleza distinta de la mamdad de Cnsto, cosa de que trataremos más abajo. En el segundo sentido,
entidad de la forma. Asimismo, porque entre las materias primas una es más hablando de las esencias de las cosas aún no existentes, dicen algunos que aun-
perfecta que otra, pues la materia de las cosas celestes es más perfecta que la que sean entes, con todo no son buenos porque el bien se convierte con el ente
-de estas cosas inferiores; por consiguiente, existe alguna perfección en la ma- a:t~ml, no con el ente potencial. Esto lo expuso Santo Tomás en 1, q. 5, a. IJ
teria. Igualmente, porque la materia, naturalmente, apetece la forma como un dtctendo que bueno es lo mismo que perfecto; y es perfecta cada cosa en cuanto
complemento de su perfección, y la forma apetece también la materia; pero no está en acto porque el ser es la actualidad de toda cosa. Lo mismo tiene en el
se apetece sino el bien ni apetece el bien sino aquello que de algún modo es I cont. Gent., c. 38, donde el Ferrariense añade o declara que no sólo el ente
bueno. Finalmente, aunque la materia no tenga la existencia sino dependiente actualmente existente, sino también el que dice orden a la existencia es bueno,
de la forma, con todo tiene existencia propia e inseparable con orden intrínseco lo mismo que es apetecible.
y dependencia de la forma; por consiguiente, tiene también así su bondad, como 26. ~~s esencias creadas no existentes, como son entes sólo en potencia, así
enseñó Dionisio en el c. 4 De Divinis Nominibus. Pero porque la materia de sí son tambten buenas.- Hay que decir, por tanto, que en esto se equiparan y se
es absolutamente imperfecta en el género de ente y tiene el ser solamente por comportan con reciprocidad el ente y el bien, pues las esencias de las cosa~ no
modo_ de potencia receptiva de la forma, por esto, en comparación con los en- existentes, igual que no son entes en acto, así tampoco son actualmente buenas ·
tes absolutos, se dice que no es absolutamente buena sino en potencia, lo cual y lo mismo que están en potencia en cuanto que pueden recibir el ser así tam:
se ha de entender no como en potencia para cualquier bondad, incluso incom- bién son buenas en potencia en cuanto que pueden recibir la actual ~erfección
pleta y potencial (por así decirlo), sino acerca de la potencia para !a bondad y bondad. Pero en cuanto al uso de las palabras, suele llamarse ente también a
actual o completa que se da por medio de la forma; y esta potencialidad para lo que no existe, a causa de la capacidad objetiva de ser; y no suele llamarse ab-
la forma es en el ámbito del ente una actualidad, y así es también una bondad, solutamente bueno más que lo que existe en acto, y así también nada es ane-
aunque imperfecta. tecido más que en orden a la existencia actual, es decir, en cuanto que la ti~ne
o al menos en cuanto que espera que la tendrá, o se aprehende de algún modo
con ella, como se. toma de Santo Tomás, 1, q. 82, a. 3; y lo advirtió Cayetano
Si las esencias creadas son perfectas en 1, q. S, a. 3, al fin. Por lo cual también se dice que la divina voluntad ama
25. Las esencias creadas existentes son buenas.- La cuarta dificultad tra- propia~ente aquellas cr~atmas que quiere que existan alguna vez; · y a las criatu-
taba de las esencias de las criaturas, sobre las cuales podemos hablar de dos ma- ras postbles que decreto no producir nunca, no las ama propiamente porque no
neras. Primero, en cuanto existen actualmente en la realidad. Segundo, en cuan-
Secundo, prout sunt in potentia antequam habens ordinem ad existentiam, esse bonum
actualem, fortasse dicerent non habere pro- non habeat existentiam nisi dependentem a existant. Priori modo certum est huiusmodi sicut etiam est appetibile.
priam bonitatem vel saltero non habere illam forma, habet tamen propriam et inseparabi- essentias 'esse bonas sua intrínseca et essen- 26. Essentiae creatae non existentes ut
ex se, sed a forma; nam, cum bonum se- lem existentiam cum intrínseco ordine et de- tiali bonitate, quod praecipue clarum est si in potentia tantum entia sunt, ita et bo,;a.-
quatur esse et in eo fundetur, ut ex Augus- pendentia a forma; sic ergo suam etiam per suam formalem entitatem sunt actualia Dicendum ergo est in hoc etiam aequiparari
-tino, D. Thoma et Boetio supra diximus, si habet bonitatem, ut etiam Dionysius doctiit, entia. Qui vero distinguunt in re iosa enti- et reciprocari ens et bonum, nam essentiae
materia non habet esse nisi a forma, nec c. 4 De Divin. Nomin. Quia vero materia tatem essentiae etiam actualem ab- entitate rerum non existentium, sicut non sunt actu
-bonitatem habere poterit saltero in actu, sed ex se in genere entis simpliciter imperfecta existentiae, dicere consequenter debent etiam entia, ita neque sunt actu bona; et sicut sunt
ad summum in poten tia; et ita loquitur D. est et esse tantum habet per modum poten- in entitate essentlae reperiri propriam trans- in potentia quatenus possunt recipere esse
Thomas, I, q. 5, a. 3, ad 3, et q. 21 De Ve- tiae receptivae formae, ideo comparata ad en- cendentalem bonitatem et perfectionem di- ita etiam sunt bona in potentia quatenu~
-rit., a. 2, ad 3. Dicendum vero est matedam tia simpliciter, dicitur non esse simpliciter stinctam ab ipso esse existentiae et separabi- possunt recipere actualem perfectionem ac
ex se et intrínseca ratione sua habere pro- bona sed in potentia, quod intelligendum est lem ab illa, ut de Christi humanitate multi bonitatem. Quoad usuro autem vocum solet
non de potentia ad quamcumoue bonitatem vo~ari. ens etiam . quod non existit, propter
priam bonitatem et perfectionem, ut etiam opinantur, de qua re inferius dicturi sumus.
D. Thomas notavit, III cont. Gent., c. etiam incompletam et potentialem (ut sic di- Posteriori autem modo loquendo de essentiis ob1ecuvam capacltatem essendi • non solet
-20, quia suam habet propriam entitatem et caro), sed de potentia ad bonitatem actua- autem vocari simpliciter bonu~ nisi quod
rerum nondum existentibus, quidam dicunt actu existit, et ita etiam nihil appetitur nisi
naturam distinctam ab entitate formae. Itero lem seu completam, quae est per formam; quamvis sint entia, non tamen esse bona,
quia ínter materias primas una est perfectior haec vero potentialitas ad formam est in la- in ordine ad actualem existentiam, id est,
quía bonum convertitur cum ente in actu, quatenus illam habet vel saltero quatenus
alia; materia enim caelestium perfectior est titudine entis aliqua actualitas, et ita etiam non cum ente in potentia. Quod significavit
quam horum inferiorum; est ergo in materia aliqua bonitas, licet imperfecta. habiturum speratur vel aliquo modo cum
D. Thomas, I, q. 5, a. 1, dicens bonum illa apprehenditur, ut sumitur ex D. Thoma,
aliqua perfectio. Itero quia materia natura- ídem esse quod perfectum; perfectum autem
-Hter appetit formam tamquam complemen- Creatae essentiae num perfectae I, q. 82, a. 3; et notavit Caiet., I, q. 5, a.
esse unumquodque in quantum est actu, 3, in fine. Unde etiam divina voluntas eas
tum perfectionis suae, et forma etiam appetit 25. Essentiae creatae existentes, bonae.- quía esse est actualitas omnis reí. Idem habet
materiam; sed neque appetitur nisi bonum, Quarta difficultas erat de essentiis creatura- creaturas proprie dicitur amare quas vult ali-
I cont. Gent., c. 38, ubi Ferr. addit seu de- quando esse; creaturas autem possibiles
neque appetit bonum nisi id quod ex aliqua rum, de quibus dupliciter loqui possumus. clarar non solum ens actu existens, sed etiam
Primo, prout sunt actu in rerum hatura. quas decrevit nunquam producere, non pro-
·parte bonum est. Tandem, quamvis materia
18
274 Disputaciones metafísicas

les comunica ningún bien actual; pues aquel ~er en pot~ncia no es ahora en ellas
una bondad actual. y si de algún modo se dtce que D10s se complace en ellas,
esto sucede 0 bien según el ser que tiene~ en el. mismo .Dios o por el, hec?o de
que son denominadas posibles yor la o~mp_otencm de D10s,. lo c~al mas bten es
complacerse en su omnipotencia de qmen uenen el ser postbles mcluso aquellas
cosas que no existen.
Si son necesarios el modo, especie y orden en cada una de las clases de bien
27. La quinta dificultad ha sido solucionada con lo ~nterior, pues ~,emos
dicho que el bien en cuanto que se toma de la propta enudad y perfecc10n se DISPUTACION XI
convierte con el ente, y de este modo todo ente es bueno, pero con todo no en
cuanto que el bien se toma en las criaturas de una perfección accidental lObre-
añadida a la esencia. Así, por consiguiente, cuando se dice que el bien consiste EL MAL
en un modo, especie y orden, si se entiende esto acerca del modo, hermosu~a y
composición u orden accidental, entonces es verdad que no todo ente creado ttene
el debido modo, especie y orden; de lo cual sólo se sigue que no todo ente creado
es un bien absoluto, pero no que no sea bien de algún modo. Pero si aquellas
tres cosas se toman más intrínseca y esencialmente, no hay cosa que no tenga un. RESUMEN
modo connatural a sí, como, por ejemplo, ser sustancia o accidente, ni una es- En la presente disputación se pueden advertir cuatro partes, que correspon-
pecie, es decir, la forma o especie que le es debida, y o~denada al propio fin. den a sus cuatro secciones:
Y así también el bien que incluye estas tres cosas se convterte con el ente. Por
lo cual, a fin de que no se dé equivocidad en la palabra con que algo se designa l. Qué es el mal y de cuántas clases es (Sec. 1).
como bien absolutamente, es preciso advertir que aquel «absolutamente» puede to- ll. Divisiones del mal (Sec ll).
marse o como añadiendo algo al mismo bien trascendental, de tal manera que lll. Causas del mal (Sec. lll).
se llame bien absolutamente a aquél al que nada falta para la perfección total IV. Por qué no es atributo del ente (Sec. IV).
que le es debidl!, y en este sentido no es preciso que todo ente creado sea bien
absolutamente; o bien puede tomarse de otro modo aquella voz «absolutamente»
SECCIÓN I
para significar aquello que en absoluto y sin añadidura puede llamarse bien, y
en este sentido decimos que cada cosa es absolutamente buena del mismo modo Trata de investigar toda esta sección si el mal es algo real y cuántas son sus
que es absolutamente ente; y en la misma proporción tiene el modo, especie clases. Comienza primeramente con la afirmación de que es algo existente en las
y orden debido a su naturaleza, como extensamente declara Santo Tomás en la cosas; pero se busca precisamente qué es aquello por lo que las cosas se dicen
referida q. 5, a. 5. malas (1). Después de rechazar la opinión de los maniqueos (2), pasa a definir
prie amat, quía nullum bonum in actu eis simpliciter, non vero quod non sit aliquo el mal, confirmándolo con abundantes testimonios (3). A la anterior definición se
communicat; illud autem esse in potentia modo bonum. Si vero illa tria sumantur
non est nunc in eis aliqua actualis bonitas. magis intrinsece et essentialiter, nulla est res
pueden oponer algunas dificultades, como si el mal de culpa y de pena son algo
Quod si aliquo modo dicitur Deus in eis quae non habeat modum sibi connaturalem, positivo, y si el mal consiste formalmente en sola privación (4-5). La solución
complacere, id est, vel secundum esse quod ut verbi grat\a, quod sit substantia vel acci- que proponen algunos Santos de distinguir entre mal natural y mal moral, in-
habent in ipso Deo vel secundum quod ab · dens; et speciem, id est, formam vel spe- sistiendo en que este último es algo positivo, así como la distinción de Cayetano.
omnipotentia Dei denominantur possibiles, ciem sibi debitam, et ordinatam ad proprium del mal, en absoluto y moral, no le parece admisible a Suárez (6-7), v aduce otra
quod potius est complacere in sua omnipo- finem. Atque ita bonum etiam quod haec
tentia a qua habent ut sint possibilia etiam tria includit, cum ente convertitur. Quocir- división: mal en sí, que consiste en una privación, y mal para otro,· que es algo
ea quae non sunt. ca, ne sit aequivocatio in voce qua aliquid positivo que se opone al bien de modo no privativo sino contrario (8), pero éste
Modus, species et ordo an necessaria in appellatur bonum simpliciter, oportet ad- es un mal relativo y como "per accidens" (9); por tanto, después de hacer dis-
unaquaque ratione boni vertere illud simpliciter sumi posse vel tam- tingo~ a esta división afirma que ninguna sustancia completa o incompleta es
27. Quinta difficultas ex superioribus. ex- quam addens aliquid ipsi bono transcendenti propza y formalmente mala en sentido positivo (10), y que todo accidente es un
pedita est; diximus enim bonum quatenus ita ut bonum simpliciter dicatur illud cuí
nihil deest ad consummatam perfectionem bien en sí y lo es para algún sujeto (11); por tanto, no hay nada que sea malo
a propria entitate et perfectione sumitur,
convertí cum ente et hoc modo omne ens sibi debitam et hoc sensu non est necesse para ningún sujeto por algo positivo (12), aserción que confirma con ejem-
esse bonum, non tamen prout bonum su- omne ens creatum esse bonum simpliciter; plos (13). La cosa que es mala para otro lo es por alguna privación (15), tanto
mitur in creaturis a perfectione accidentali vel aliter sumí potest illa vox simpliciter ad en los seres naturales como morales (16), afirmación que explica pormenorizada~
superaddita essentiae. Sic igitur, cum bonum significandum id quod absolute et sine addito
potest vocari bonum, et hoc sensu dicimus
mente en su aplicación tanto al mal en sí como para otro. Para cerrar esta sec-
dicitur consistere in modo, specie et ordine,
si intelligatur de modo, pulchritudine et com- unumquodque ita esse simpliciter bonum ción recoge ahora las dificultades que planteó en el n. 4, y así mantiene que el
positione seu ordine accidentali, sic verum sicut est simpliciter ens ; et eadem propor- mal de culpa lo es por la privación de la rectitud debida en los actos (17), y
est non omne ens creatum habere debitum tione habere modum, speciem et ordinem e! mal de pena -el dolor- lo es por la privación de alg14na perfección necesa-
modum, speciem et ordinem; ex quo solum suae naturae debítum, ut latius declarat D. rza (18); por tanto, una misma cosa puede ser buena en cuanto positiva y mald.
sequitur non omne ens creatum esse bonum Thom., d. q. S, a. S.
en cuanto incluye una negación (19). Termina afirmando que el bien y el mal
DISPUTACION XII

LAS CAUSAS DEL ENTE EN GENERAL

RESUMEN
En esta Disputación podemos distinguir una introducción y tres secciones. La
introducción tiene por objeto justificar que sea el metafísico el que se ocupe del
tratado de las causas, a pesar de que también los físicos tratan de ellas; prueba
con tres razones que esta materia pertenece al metafísico, y divide la disputación
en tres secciones:
l. Se ocupa de varias cuestiones sobre la causación, que se centran en el
punto de la identidad entre principio y causa.
1I. Sobre si existe .una razón común de causa; cuál es y qué naturaleza
tiene.
1I1. La división de la causa.
SECCIÓN 1
Que la causa existe en la realidad es cosa manifiesta; pero se trata de conocer
su naturaleza, y para ello hay que conocer los conceptos limítrofes, el principal
de los cuales es el de principio. ¿Se identifican principio y causa? La duda se
plantea por el uso que hace de esos términos el mismo Aristóteles (1-2); y como
el mismo término "principio" es análogo, hay que recorrer sus significados (3),
clasificados de momento en principios de la cosa y principios del conocimiento (4),
los primeros de los cuales pueden todavía dividirse en principios de mero orden
o conexión extrínseca, o bien principios con conexión estricta, cuando entre la
cosa y su principio se da una relación esencial de procedencia (5); de aquí pasa
Suárez a recorrer en qué sentido se puede llamar principio a la privación (6), y
cómo a la materia y a la forma (7), deduciendo, por último, que la nota común
a todo principio es la prioridad (8). Se pueden presentar dos objeciones a la ge-
neralidad de dicha afirmación: una es el caso de la forma y otra el de las Di-
vinas Personas, en las que no se da prioridad y sí razón de principio; ambas
dificultades quedan solucionadas a continuación (9-10). Pone término a la des-
cripción del principio en común declarando qué conexión se requiere entre el
principio y lo principiado (11), para pasar a la definición que da Santo Tomás:
principio es aquello de donde algo es, o se hace o se conoce, definición que lleva
ya en sí una división de los principios, ya que todos los principios serán o bien
del hacerse, o del ser o del conocer (12). Por ello se ve también que en toda ra-
zón de principio hay un elemento común; es, pues, una razón análoga (13), con
21

I
"'-
322 Disputaciones metafísicas

analogía múltiple, puesto que a partir del significado originario la voz se aplicó
IJ muchos otros (14); y en cuanto a la cosa significada, la voz alude antes a los
principios esenciales que a los accidentales (15). Se plantea aquí el problema de
si el término principio es en Dios unívoco o análogo respecto de todas sus ope-
raciones; responden algunos que es análogo, con prioridad para las operaciones
ad extra (16), o para las ad intra según otros (17), mientras que hay un ter-
cer grupo que opina que es unívoco (18); para dar la solución distingue Suá-
rez primeramente la relación de principio, y en ella afirma que hay analogía (19);
la razón próxima de tal relación, que es análoga y se dice con prioridad de las DISPUTACION XII
operaciones ad intra (20-21); y finalmente, aquello que se denomina principio, y
que no puede ser análogo (22-23); en Dios, el principio es unívoco, considerado
LAS CAUSAS DEL ENTE EN GENERAL
como generan te y espiran te, y análogo, considerado como creador y operante (24).
Finalmente, en cuanto a la primera cuestión, resuelve que el principio tiene
más extensión que la causa (25), y seguidamente pasa a solucionar las dificultades Después que se ha tratado de la razón esencial y de las propiedades del ent~
que planteó sobre los textos de Aristóteles y los Padres (26-33). en cuanto es ente, antes de pasar a sus divisiones es preciso estudiar cuidadosa-
mente sus causas. Porque aunque el físico trate de las causas, con todo 10 hace
SECCIÓN 11 de modo excesivamente concreto e imperfecto, en cuanto la razón de causa Sé
Se pregunta en ella si existe una razón común de causa, entendida ésta for- ejerce en la materia física o con algún movimiento o mutación física; mas la
malmente (1), y para responder, después de rechazar dos definiciones por insu- razón de causa es más universal y abstracta, pues en sí misma prescinde de la
ficientes o tautológicas (2-3), pasa a exponet' la definición cot't'ecta de causa como materia, tanto sensible como inteligible, y por ello su consideración propia per~
principio que infunde esencialmente el ser en otro (4), definición que aparece tenece al metafísico. Primero, ciertamente en cuanto que la misma razón de causa
como suficiente en las causas naturales, pero no en el plano teológico, por lo cual o de causalidad -como la llaman- participa de algún grado de ente; y acerca
propone las cJificultades que surgen a propósito del misterio de la Trinidad (6), de éste es preciso explicar qué es y de qué modo. En segundo lugar, porque la
la noción propia de dependencia (7-8), su aplicabilidad al ser relativo (9) y la ne- misma causalidad es como una cierta propiedad del ente en cuanto tal, pues no
cesidad de dos seres esencialmente diversos para que se dé causa (10); e igual hay ente alguno que no participe de alguna razón de causa. En tercer lugar, por-
hace con las dificultades que origina el misterio de la Encarnación (11-12). Enun- que pertenece a la ciencia considerar las causas de su objeto. Y aunque no todo
cia finalmente la definición de causalidad como aquel influjo con que la causa ente comprendido bajo el objeto de esta ciencia tenga verdadera y propia causa,
infunde el ser en el efecto (13), al cual nombre de causa corresponde un concepto ya que Dios no tiene causa, sin embargo, todas las demás cosas fuera de Dios
objetivo único. tienen causa; y en ellas no sólo las razones de ente determinadas o particulares,
sino también la misma razón de ente es causada por sí y propiamente, de tal
SECCIÓN 111 modo que puede decirse con verdad que el ente en cuanto ente, especificativa-
Trata de la división de la causa y propone primeramente la división en los mente aunque no reduplicativamente, tiene causa. Y esto tanto más es así cuanto
cuatro géneros de causas tradicionalmente admitidos; a propósito de ella, plan- que pertenece a la misma ciencia tratar de la razón de causa y de la de efecto, y
tea seis cuestiones (1) que resuelve seguidamente: la primera, si todos los miem- no hay ente alguno que no sea· efecto o causa. Se agrega a esto el que aunque
bros quedan contenidos dentro de lo dividido: responde afirmativamente (2), re- Dios no tenga causa verdadera y real,· a pesar de todo algunas de sus razones
corriendo las causas en particular (3) y proponiendo y solucionando dos dificul-
tades históricas en contra de dicha división (4-5), la cual corrobora con los tes- DISPUTATIO XII ipsa cuasalitas est veluti proprietas quae-
timonios de Platón y los antiguos filósofos (6), pormenorizando ,la diferencia en- DE CAUSIS ENTIS IN GENERE
dam entis ut sic; nullum est enim ens quod
aliquam rationem causae non participet. Ter-
tre causa y condición (7) y la primacía de la causa final en los actos morales (8). Postquarn dictum est de essentiali ratione tio, quia ad scientiam pertinet considerare
Segunda: si estas cuatro causas se distinguen y oponen entre sí: se da la distin- et proprietatibus entis in quantum ens est, causas sui obiecti. Quamvis autem non omne
ción precisa y formal, aunque no siempre es menester que se dé la material o priusquarn ad divisiones eius descendamus, ens comprehensum sub obiecto huius scien-
real (9-11), sino en determinados efectos y condiciones que va recorriendo Suá- oporte! de causis eius exacte disputare. Nam tiae habeat veram ac propriam causa m, nam
liee! physicus de causis disputet, id tamen Deus causam non habet, tamen omnia alia
rez con pormenor (12-15). Tercera: si esta división abarca suficientemente al est nimis contracte et irnperfecte, quatenus praeter ipsum causam babent; et in eis non
todo dividido, y responde afirmativamente, fijándose sobre todo en las causas ins- ratio causae in physica materia vel cum ali- solum determinatae seu particulares rationes
trumentales, dispositivas y objetivas, así como en la causalidad del objeto res- quo motu aut physica mutatione exercetur; entis, sed etiam ipsa entis ratio per se ae
pecto de la potencia y el acto (16-18). Cuarta: si la citada división de las causas ratio autem causae universalior est et abs- proprie causatur, ita ut verum sit dicere ens
traetior; nam secundurn se abstrahit a ma- in quantum ens specificative, etsi non redu-
es inmediata, y a esto responde negativamente, ya que hay otra división que las teria tarri sensibili quam intelligibili; et ideo plicative, habere causam. Eo vel maxime
divide en internas y externas 'V es más inmediata (19). Quinta: esta división no pronr;a eius consideratio ad rnetaphysicum quod eiusdem doctrinae est rationem cau-
es ínfima o átoma, tal como se preguntaba, sino que tiene un valor intermedio pertinet. Primo quidem quatenus ipsamet ra- sae et effectus contemplari; nullum autem
tio causae seu causalitas Cut aiunt) aliquem est ens quod non sit ve! effectus ve! causa.
o doctrinal (20-21). Finalmente, la sexta responde afirmativamente a la duda de gradum entis participat; de quo oportet de- Accedit. quod, licet Deus non habeat veram
si tal división es análoga (22). clarare quid et quo modo sito Secundo quia et realem causam, quaedam tamen rationes.
Disputación XII.-Sección 1 325
324 Disputaciones metafísicas
cipio dice relación a lo principiado como la causa al efecto; y lo principiado pa-
son concebidas por parte nuestra como si fuesen causas de otras, para declarar rece que es lo mismo que el efecto.
mejor las cuales es útil también conocer de antemano las verdaderas razones de 2: Pero algunas veces parece indicar Aristóteles que la causa tiene mayor
la causación. Por tanto, por estos motivos pertenece al metafísico la considera- amplItud que el principio. Pues dice en el libro V De Generat. Animal.) c. 7,
ción de las causas. Sobre las cuales diremos primero, en general, unas cuantas que pertenece a la razón de principio ser él mismo causa de muchos, pero que
cosas acerca de la razón de causa y sus miembros; después, más extensamente, no haya una causa superior a él; sin embargo, a la razón de causa no pertenece
de cada una de ellas; por último, las compararemos de varios modos entre sí y el .qll:e .no tenga una causa superior; luego, según la opinión de Aristóteles, el
con sus efectos. prm~llil1O es algo. más restringido que la causa. Por lo cual, también en el 1 de
SECCION PRIMERA 1~ F;szca, C. 5, ~lce que pertenece a la razón de los principios el no proceder de
51 nt de otros, smo que otros procedan de ellos; sin embargo, a la razón de causa
¿SE DA ABSOLUTA IDENTIDAD ENTRE CAUSA Y PRINCIPIO?
~o I:crtenece el no proceder de principios y causas; por consiguiente, tiene mayor
1. La existencia de la causa es cosa muy conocida.- No preguntamos si se amblto la causa q1!e .el. principio. Finalmente, por otra parte, aparece manifies-
da la causa porque no hay nada más evidente por sí mismo; y para investigar tame~te .q~e el prInCIplO es algo más general que la causa, ya que toda causa
qué es, comenzamos cómodamente desde la razón de principio, ya que toda cau- es prmclplO, como referíamos tomándolo de Aristóteles; pero no todo principio
sa es principio y por él, como por su género o por lo que hace las veces de puede llamar~e causa, pues la privación, como atestigua Aristóteles, es principio
género, puede y debe definirse. Por consiguiente, la razón de dudar en la cues- de la gener~clón pero no causa, y la aurora es el principio del día y no su causa.
tión propuesta se toma de varias expresiones de Aristóteles, pues a veces indica y es doctrma sana y aceptada entre los teólogos que en las Divinas Personas
que la causa y el principio son enteramente 10 mismo y se dicen recíprocamente. una es principio de otra, pero no es su causa, como es evidente por Santo To-
Así, en el IV de la Metafíszca, c. 2, dice que la causa y el principio se comparan más, IJ q. 33, a. 1, ad 1.
entre sí del mismo modo que el ente y lo uno; ahora bien, el ente y lo uno se
convierten entre si, como arriba se dijo. Igualmente, en el V de la Metafísica, Varios modos de principios y su orden
c. 1, al enumerar varios modos de principio, al fin concluye así: Y de otros tan-
tos modos se dicen las causas, pues todas las causas son principios. Por otra parte, 3. Qué es principio complejo o de conocimiento.- Para explicar esta cues-
habiendo enumerado en el I de la Física la privación entre los principios del ente ti?n hay que comenzar p~r el nombre y razón de principio; pero porque, como
uatural, en el libro XII de la Metafísica, c. 2, le llama causa; piensa, por tanto, dice Damasceno en el Dzal. contra Manich., al comienzo, la palabra principio
que causa y principio son lo mismo; y favorece esta opinión la manera de hablar es equívoca, es decir, análoga, será mejor enumerar sus varias significaciones, las
de algunos Padres Griegos, que incluso tratándose de las Personas Divinas lla- c~Iales recoge allí Da.masceno,. y antes que él Aristóteles en el V de la Metafí-
man al Padre causa del Hijo por ser su principio; e igualmente al Padre y al st~a~c. ~. Pero para IrI.as .e~phcando con un plan determinado, primero podemos
Hijo causa del Espíritu Santo, lo cual indica que entre los griegos causa y prin- dlstmgmr un doble pnnclplO, uno de la cosa y otro del conocimiento o de la
cipio son una misma cosa. Y esto mismo hizo notar el Concilio Florentino en la ~iencia, y esto se suele' distinguir también de otro modo llamándolos principios
sesión última al exponer a dichos Padres. Y la razón puede estar en que el prin- mcomplejos y complejos, ya que el principio de la cosa es incomplejo y el del
conocimiento, complejo. Pues aunque los principios del conocimiento se tomen
eius concipiuntur a nobis ac si essent cau- dictis Aristotelis sumitur, nam intf'idum sig-
~ae aliarum, ad quas melius dec1arandas utile nificat causam et principium idem omnillO
etiam erit veras rationes causandi praeno- esse et reciproce dici. Nam in IV Metaph., Ratio vero esse potest quia principium re- tele, est principium generationis, non ta-
scere. Ob has ergo rationes ad metaphysicum c. 2, ait ita comparari ·inter se causam et prin- lationem dicit ad principiatum sieut causa men causa, et aurora est principium diei et
pertinet causarum consideratio. De quibus cipium, sicut ens et unum; ens autem et ad effectum; pdneipiatum autem idem esse non causa. Et apud theologos sana et re-
pauca prius in communi dicemus de ratione unum convertuntur inter se, ut supra dictum videtur quod effectum. cepta doctrina est in divinis personis unum
causae et membris eius; deinde fusius de esto Item V Metaph., C. 1, ubi varios mo- 2. Aliquando vero significare videtur esse principium alterius, non tamen causatn,
singulis; postremo eas inter se et cum effec- dos principii enumerat, in fine ita conc1udit: Aristoteles causam latius pátere quam prin- ut patet ex D. Thom., 1, q. 33, a. 1, ad. 1.
tibus varEs modis conferemus. Totidem autem modis et causae dicuntur, cipium; ait enim libro V de Gener. animaL,
omnes enim causae principia sunt. Rursus, C. 7, de ratione principii esse ut ipsum qui- Varii principiorum madi etillorum ordo.
SECTIO PRIMA cum 1 Phys. privationem inter principia rei dem causa sit multorum, sed ípsius nulla 3. Principium complexum seu cognitionis
naturalis numerasset, in XII Metaph., C. 2, sit superior causa; non est autem de ratione 9ui~.-:- Ad explicandam hanc quaestionem,
UTRUM CAUSA ET PRINCIPIUM IDEM
eam causam vocat; sentit ergo causam et causae ut non habeat superiorem eausam; l~c~prendum. est a nomine et ratione prin-
OMNINO SINT
principium es se idem; et huic sententiae fa- ergo, iuxta Aristotelis sententiam, principium ClpU; quon,am ve ro, ut Damasc. ait, Dial.
1. Causam esse est longe notissimum.- vet modus loquendi aliquorum Patrum Grae- quid contractius est quam causa. Unde etiam contra Manich., in initio, principii vacabu-
Non inquirimus an causa sit, quia nihil est corum, qui etiam in divinis personis Pa- 1 Phys., C. 5, de ratione principiorum ait lum aequivocum, id est, analogum est, me-
per se notius; ad investigandum autem quid trem vocant causa m Filii eo quod sit prin- es se ut non sint ex sese, nec ex aliís, sed lius el'it varias eius significationes enumera-
sit, commode a rarione principii inirium su- cipium eius; et similiter Patrem et Filium alia ex ipsis; de ratione autem causae non re qua s ibi recenset Damasc., et prius Aris-
mimus, quoniam omnis causa principium est causam Spiritus Sancti, quod est indicium est ut non sit ex principiis et causis; latius toteJes, V Metaph., C. 1. Ut ver o aliqua cer-
et per iUud tamquam per genus vel loco ge- apud Graecos idem esse causam quod prin- ergo patet causa quam principium. Denique ta methodo a nobis tradantur, primo distinT
neris definiri potest et debet. Ratio igitur cipíum l. Quod significavit illos Patres ex- aliunde apparet manifestum principium ge- guere possumus duplex principium, aliud rei
dubitandi in proposita quaestione ex variis ponen s Concilium Florentinum, sess. ult. neralius quid esse quam causam; nam am- aliud cognitionis seu scientiae; quod ali~
nis causa principium est, ut ex Aristotele modo solet distingui in principia incomple-
1 Ex modo loquendi Patrum Graecorum; Damasc., lib. I de Fide, C. 8 et 9, ac 11; retulimus; non tamen omne principium pot- xa et complexa; 1'lam principium rel incom-
Athanas., in Actis Nicenae Synodi; Nazian., Orat. 29, de dogmate et Constitutione Epis- est dici causa; privatio enim, teste Aristo- plexum est, congnitionis autem complexutn.
cop., et Orat. 35, quae est I de Filio et III de Theologia. .
326 Disputaciones metafísicas Disputación XIl.-Sección 1 327.

con frecuencia de los principios de la cosa, con todo próximamente. n~ ~on prin- -dice- es principio de aquellos a quienes manda, aunque esto pueda pertenecer
cipios de ciencia más que en cuanto que de eH.os se hacen los pnncIpIos com- a la causalidad, como indica Aristóteles. Finalmente, lo que se presupone para
plejos. Y en este sentido dice Aristóteles antenormente: Los s!'lpuestos de las otro puede decirse su principio, como el cimiento se dice principio de la casa
demostraciones se llaman principios; y en el II Elench:, c: ~lt, dIce que hay.que y la unidad principio del número. Y en toda cosa que tiene extensión o latitud,
insistir principalmente en el conocimiento de los prmClpl?S,. l:?0rque con.ocldos la primera parte o el primer extremo que se supone para los otros puede decirse
ellos es fácil conocer las cosas que siguen. Y de estos prmclplOs cOl;nplelos .no principio del todo o de las restantes partes. Por lo cual, esta acepción o deno-
tenemos nada más que decir, pues cuanto es necesario para e~ta doctrma ha sldo minación de principio es amplísima y puede multiplicarse de varios· modos, de
expuesto s:uficient~mente en la dis~,:tación 1 y nI; en camblO; la~, demás ~os~s tal forma que no puede reducirse a una razón científica y cierta porque es una
'Se refieren a los hbros de los Analztlcos Segundos. Y la .denommaclOn de pn11:~l­ denominación casi equívoca.
Dio que se les atribuye pertenece a un género de causahdad. o. a alguna relaClOn 5. Qué significa principio en su acepción más estricta.- En otro sentido,
de las que en seguida enumeraremos; pues porque ~l conocImlento es l~na cosa, por consiguiente, y más filosóficamente, se llama principio por razón de una re-
el principio de conocimiento se dice según una relaclón, en la que con\'lene con l:lción esencial entre él mismo y aquello de que es principio, de forma que de
:tos otros principios de las cosas. . , ' algún modo proceda de aquél esencialmente. Esto puede suceder de dos mane-
4. Por tanto, el principio de una cosa puede deCIrse o ~?lo. po~ razon del ras: primero, por el positivo influjo y comunicación de su ser; este modo, res-
Di'den o de cualquier conexión, o por razón de algun~ relaclOn mtrlI:seca. Del pecto de las cosas creadas, es siempre con dependencia y causalidad, como ex-
primer modo parece que lo ~ij~ !U'istóteles en la Poétl~a, poco ,despues del c~­ plicaremos; por lo cual, tal principio, hablando filosóficamente, siempre va re-
mienzo: Decimos que es prInCIpIO aquello que no esta necesarIamente despues vestido de la razón de causa. Solamente en las Divinas Personas se encuentra
de otro, y después de él mismo hay o es posible que algo se haga. ~ero esta un principio con verdadero influjo y comunicación del propio ser sin causalidad;
apelación bajo ese aspecto es múltiple. Pues primeramente en toda aCClOn o ne- por qué sucede esto así lo intentaremos explicar en la sección siguiente. Por lo
gocio aquello de donde se comi~nza se llan:a principio, el cual algunas v~ces es cual esta clase de principio, en cuanto que incluye la razón de causa, puede di-
arbitrario o casual; otras, es debIdo a la mlsma cosa o al meno~ es lo mas con- vidirse en tantos miembros como la causa. Pues hay algunos principios que cons-
forme para que sea hecha de un modo conveniente, ya sea temendo en cuenta tituyen intrínsecamente la cosa; otros, en cambio, son extrínsecos, que infunden
la natnraleza de la cosa que se hace, ya, a veces, con~ider.ada .la co~dición. d;l el ser en la cosa y permanecen fuera de ella, como el principio final y el eficiente,
operante. Y de este modo, en el orden de exponer la CienCIa dlCe arnba :I\n~t?­ de que trataremos después.
teles que aquello que es más conocido para ,nosotros I?ue~e llamars~ prmClplo 6. En qué sentido se llama a la privación principio de la cosa natural.- En
de doctrina, porque de allí puede tomar comIenzo la cler:CIa convemente:ne?t~. ~egundo lugar) puede una cosa surgir de otra esencialmente, como de su prin-
En segundo lugar, en la sucesión u orden temporal, se dlce la aurora prmclplo cipio) no por un influjo positivo, sino sólo por la necesaria y esencial relación a
del día, porque de allí co~ienza. el. d.ía. En tercer l:rgar en el .~rden local, el que otro. En este sentido, enumera Aristóteles entre los principios del ser natural a
se sienta el primero se dIce pnnClpIo de los demas, y tamblen aquel lugar de la privación, que parece tener un carácter intermedio entre los dos modos de
donde nace la fuente se suele llamar su principio. En cuarto lugar, Damasceno principios declarados. Pues aquel primero es amplísimo y sólo se funda en un
añade que también suele llamarse por el orden de dignidad, como: El rey cierto orden de prioridad, ni requiere una relación esencial, sino que puede ha-

Quamquam enim principi~ C?g.:lOsc~ndi fr~­ tudinis. Priori modo dixisse videtur Aristot. eorum quibus praeest; quamvis hoe possit quare huiusmodi principium, philosophice 10-
quenter desumantur ex pnnclplls, rel,' pro~l~ in Poetica, aliquantulum a principio: Prin- ad causálitatem pertinére, ut Aristoteles sig- quendo, semper induit· rationem causae. So-
me tamen non sunt principia sClentlae, mSl cipium illud esse dicimus c;Luod nO~l t;eces- nificat. Denique quid quid alteri praesuppo- lum in divinis personis invenitur principium
prout ex eis fiunt principia comple~~. Et hoc sario post aZiud est, et post tpsum altqurd e~" nitur potest dici principium eius, ut funda- cum vero influxu et communicatione proprii
modo ait Aristoteles supra: SUPpOS¡tlOnes de- se veZ fieri natum esto Haee autem appellatlc mentum dicitur principium domus et unitas es se sine causalitate; cur aUtem hoc ita Rit,
raonstrationum vocantu?' principia; et E, sub hac ratione multiplex esto Primo enim principium numeri. Et in omni re quae ex- sectione sequenti explicare tentabimus. Unde
Elench., c. ult., in principiis cognoscendis in omni actione aut negotio, illud unde in- tensionem habet vellatitudinem, prima pars hoc genus principii quatenus rationem cau-
ait praecipue insistendum esse, quía illis cog- ehoatur principium dicitur, quod aliquando aut primum extremum quod aliis supponi- sae includit in tot membra dividi potest quot
nitis faeile est eognoscere ea quae sequun- est arbitratium seu casuale, aliquando est de- tur, dici potest principium lotius vd reli- causa. Sunt enim quaedam principia intrin-
tur. De his autem principiis complexis ni- bitum ipsi rei vel saItem magis consenta- quarum partium. Unde haec acceptio ve! de- sece constituentia remó alia vero sunt extrin-
hil amplius nobis dicenduI? est, na!ll quae neum ut convenienter fiat, ve! spectata na- nominatio principii latissima est et variis mo- seca, qua e esse influunt in rem et extra illam
ad hane doctrinam neeessana sunt, dlsp. 1 et tura rei quae fit, vel interdum considerata dis potest multiplicad, ita ut non possit ad manent, ut finis et efficiens, de quibus post-
III sufficienter sunt tradita; reliqua vero conditione operantis. Atque hoc modo in or- eertam et scientificam rationem revocari, quia ea dicendum esto
ad libros Poster. spectant. Denominati? au- di.ne traditae scientiae ait supra Aristote!es, est fere aequivoca denominatio. 6. Prívatío qualiter dicatur principium rei
tem priricipii, quae his tribuitur, ad a~lquod id ouod est notius nobis appellari posse prin- 5. Strictius acceptum principium quid naturalis.- Secundo, potest aliquid ex alio
genus eausalitatis pertinet ve! ad ahquaI? ciDillm doctrinae, quia inde eonveniPTIter in- signíficet,- Alío igitur modo et magis phi- per se oriri, ut ex principio, non per positi-
habitudinem ex his quae statlm numerabl- chmtur scientia. Secundo in suecessione seu losophieo, dicitur principium ratione alicuius vum influxum, sed solum propter necessa-
mus; nam, quia cognitio res quaedaI? est, ordine temporis aurora dicitur principium habitudinis per se inter ipsum et id cuius riam et per se habitudinem ad aHud. Quo
principium cognitionis secundum a.hquam diei, quia in de inciDit dies. Tertio in ordine est principium, ita ut ex illo aliquo modo modo privatio inter pl,'incipia rei naturalis
habitudinem dicitur, in qua convemt cum lod, qui primus sedet dicitur principium cae- per se oriatur. Quod duobus modis accidere numeratur ab Aristote!e, quae mediam quam-
terorum, et Iocus etiam Ule ex quo fons ori- potest. Primo, per positivum influxum et dam rationem habere videtur inter duo s
aliis principiis rerum. modos principiorum declaratos. Nam ille
4. Principium igitur rei dici potest aut tur dici solet principium eius. Quarto addit communicationem sui es se ; qui modus re-
solum ratione ordinis et euiuscumque eonne- Damascen. etiam solere dici propter ordi- spectu rerum creatarum semper est cum de- prior latissimus est et solum fundatur in
Kionis, aut ratione alicuius intrinsecae habi- nem dignitatis, ut: Rex (ait) est principium pendentia et eausalitate, ut explieabimus; quolibet ordine prioritatis, nec requirit ha-
Disputación XIl.-Sección 1 329
328 Disputaciones metafísicas
en esta cosa natural influye la materia constituyendo a aquélla intrínsecamente
llarse en cualquier género de composlclOn o de sucesión; pero la privación se por sí misma; en cambio, en la generación no es así, sino sólo sustentando y
dice principio de la generación natural de un modo más perfecto e intrínseco. recibiendo la forma. Y todo esto queda dicho como aprovechando la ocasión acer-
En cambio, el otro modo de principio por influjo es demasiado perfecto para ca de esos principios, porque a ellos suele acomodarse como por ~ntonomasi~ el
que pueda convenir a la privación, porque la privación, al no ser una verdadera nombre de principios de la cosa natural. Finalmente, a esta última denom!na-
realidad, no puede tener un propio influjo en la cosa que se hace en su gene- ° ción de principio pueden reducirse algunos ejemplos puestos en la denomllla-
ración; y mucho menos puede componer intrínsecamente a la cosa engendrada. ción primera y general en cuanto que en ellos puede encontrase el orden nece-
Por consiguiente, se llama principio por causa de la intrínseca relación de la sario esencial e intrínsecamente; pues así el punto puede llamarse principio per se
generación a la misma, pues como la generación es esencialmente el tránsito del de la línea; y el primer grado, de toda la cualidad; y el cimiento, de la casa;
no ser al ser, por ello supone por sí la privación y se hace per se desde ella como aunque en éstos, tal modo de principio per se siempre queda reducido a algún
desde un término necesario; por tanto, por este motivo se dice que la privación
género de influjo o causalidad.
es principio de la cosa natural, no ciertamente de su constitución en su ser ya
hecho, sino de su generación.
7. La forma es, en un sentido, princtpw de la generacwn, y en otro, de la Cómo es común a todo principio tener prioridad
cosa engendrada.- De qué modo es la materia principio de la generación.- To- 8. De esta enumeración de los principios puede inferir se en primer lugar
davía más -para tratar esto solamente de paso-, también la forma, en cuanto que es común a todo principio ser de algún modo anterior al principiado; pues
que es principio de la generación, es principio en un sentido muy diferente que esto significa, ante todo, el mismo nombre de principio. Más aún, Aristóteles, en
cuando lo es de la cosa engendrada y de su constitución; pues de la cosa misma el citado libro V de la Metafísica, colige que es común a todo principio el ser
es principio por influjo y causalidad formal, como después explicaremos; y de primero, que es algo más que ser anterior, pues esto dice sólo anterioridad con
la generación no puede ser principio de este modo, porque la forma misma no pue- respecto al principiado, y aquello, en cambio, dice negación de anterior. Pero
de ser causa propia de aquella generación por la que ella se hace, de tal modo que hay que notar que se llama absolutamente principio en un género o bajo un as-
influya verdaderamente en ella, a no ser que se la reduzca a una causa final, pues pecto a aquello que de tal modo es principio que no es principiado bajo aquel
el fin de la generación es la introducción de la forma; o también a una causa for- aspecto; pues si ha sido principiado por otro en aquella serie no será principio
mal extrínseca, en cuanto que la generación toma la especie de la forma a la absolutamente en aquel orden sino sólo relativamente con respecto a alguien; por
que tiende; las cuales causalidades físicas son muy impropias respecto de tal ejemplo, el punto es propiamente principio de la línea cuando antes de él no hay
forma, como se verá claramente después. Y por ello, esta razón de principio por ningún punto, y consiguientemente tampoco precede otra parte de línea; pero. el
la que la forma se dice principio de la generación, propiamente pertenece a este punto que continúa las partes de la línea, sólo relativamente puede llamarse prin-
último modo; pues la generación por sí e intrínsecamente busca la forma, como cipio de las partes subsiguientes, ya que es término de las precedentes. Esto rue-
término formal al que tiende, lo cual basta para que sea llamada principio de de verse más claramente en el tiempo, porque absolutamente sólo es principio
la generación. En cambio, ocurre 10 contrario con la materia, porque ésta tiene del tiempo aquel instante antes del cual no ha precedido ningún tiempo, sino
también respecto de la generación algún influjo y causalidad, aunque diverso de que le sigue inmediatamente; y el instante intermedio no se llamaría absoluta-
aquella causalidad que tiene acerca de la constitución de la cosa natural; pues mente principio del tiempo, sino sólo relativamente o bajo alguna razón deter-

naturalem influit materia intrinseee eonsti- ut sit primum, quod aliquid maius est quam
bitudinem per se, sed in quolibet genere ut est principium rei genitae et constitutio- esse prius; nam hoe solum dicit antecessio-
compositionis aut successionis inveniri pot- nis eius; ipsius enim tei est principium per tuendo illam per seipsam; in generationem
vero non ita, sed solum sustentando et reci- nem ad principiatum, l11ud vero dici! nega-
est; privatio autem perfectiori modo et influxum et eausalitatem formalem, ut infra tionem prioris. Sed eonsiderandum es! prin-
magis intrinseco dicitur principium gene- deelarabimus; generationis autem non pot- piendo illam. Et haee sint per oecasionem
dicta de his principiis, quia illis solet per cipium simpliciter in aliquo genere vel sub
rationis naturalis. Alter vera modus prin- est esse principium hoe modo, quia ipsa aliqua ratione dici quod ita est principium
cipii per infiuxum perfectior est quam ut non potest esse causa propria eius genera- antonomasiam nomen principii rei naturalis
aeeommodari. Denique ad hanc ultimam ut non sit principiatum sub illa ratione;
possit privationi convenire, quia privatio, tionis per quam tit, ita ut ineam vere in- nam si sit principiatum ab alío in ea serie,
cum non sit vera res, non potest habere pro- fiuat, ni si forte reducatur ad causam tinalem, principii denominationem possunt reduci ali-
qua exempla posita in prima et generali de- non erit principium simpliciter in illo ordine,
prium influxum in rem quae fit seu in eius nam tinis generationis est forma e introduc- sed tantum secundum quid respectu alicuius;
generationem; et multo minus potest intrin- tio; vel etiam ad formalem extrinseeam in nominatione, quatenus in eis reperiri potest
ordo per se et ab intrínseco necessarius; sic verbi gratia, punctus tunc est proprie prin-
se ce eomponere rem genitam. Dicitur ergo quantum generatio speciem sumit a forma
principium propter intrinsecam habitudinem enim punctus dici potest per se principium cipium linea e quando ante illum nullus
ad quam tendit; quae causalitates physicae punctus et consequenter nec pars lineae an.
generationis ad ipsam; nam, quia generatio sunt valde impropriae respectu taTís formae, lineae; et primus gradus, totius qualitatis;
essentialiter est transitus de non esse ad es se, et fundamentl1m, domus; quamquam in his tecessit; punctus autem continuans partes
ut postea patebit. Et ideo haec ratio princi- linea e, tantum respective potest dici prin-
ideo per se supponit privationem et ex illa pii qua forma dicitur principium generatio- talis modus principii per se semper reducitur
ad aliquod genus infiuxus seu causalitatis. cipium subsequentium partium, cum sit ter-
tamQP3m ex necessario termino per se fit; nis, proprie pertinet ad hunc postremum mo-
minus praecedentium. Quod clarius in tem-
hae ergo ratione dicitur privatio es se princi- dum; nam generatio per se et intrinsece in- Esse prius, omni principio qualiter commune pore considerare !icet; absolute enim illud
pium rei naturalis, non quidem eonstitutio- tendit formam ut formalem terminum ad
;, 8. Ex hae principiorum enumeratione solum instans est principium temporis, ante
nis eius in facto esse, sed generationis. quem tendit, quod satis est ut dicatur gene- quod lostans nuJJl1m tempus praeeessit, sed
1 7. Forma aliter generationis, aliter rei rationis principium. Secus vero est de mate- colligi potest, primo, commune esse omni
1 principio ut sit aliquo modo prius princi- immediate subsequitur; instans autem in-
genitae principium.- Materia qualiter prin- ria, quia haee etiam respeetu generationis termedium non dicetur simpliciter princi-
·1; cipium generationis.- Immo (ut hoc ¿biter habet aliquem infiuxum et causalitatem !i- piato; hoc enim prae se fert ipsum principii
iI nomen. Immo Aristoteles, cit. loco V Me- pium temporis, ~ed tantum respective vel
ruca m ) ethm forma. ut est principium gene- cet diversum ab ea quam habet cirea c~ns­ sub aliqua determinata ratione, seilicet, prin-
i¡ rationis, longe aliter est principium qua m titutionem reí naturalis; in hane enim rem taph., eolligit commun.¿ omni principio esse
l
ii
·Ii¡l
li11
d

11
Ji
330 Disputaciones metafísicas Disputación XIl.-Sección 1 331
minada, a saber, principio del día o del año. Y a esta propiedad de las palabras forma para que ésta sea su principio, sea lo que fuere de la propia causalidad
parece que. aluden los Sa~tos cuando dicen que el Padre Eterno es principlO, acerca de ella. Podrá objetarse que, por consiguiente, el acto puede llamarse prin-
fuente y ongen de toda deIdad. Pues no hablan así porque el Padre sea el prin- cipio de la potencia, porque aun cuando sea posterior a la potencia en la gene-
cipio de toda la naturaleza divina, porque según la fe católica la naturaleza di- ración o en el tiempo, con todo es el término al que esencialmente tiende la po-
vma no tiene principio, ya que no procede de nadie, pues de 10 contrario se
tencia y del que toma su especie; por lo cual, la naturaleza es anterior en el
distinguiría de él; por 10 cual, como está condenada esta expresión: la esencia
orden de la intención. Se responde en primer lugar concediendo la consecuencia
engendra, así también ésta: la esencia es engendrada o procede. Por consiO"uiente
llaman al ~adre princi~i~ de la divinidad pOl'que en aquel grado u orde~ -po; en dicho género de principio especificativo; pues ¿qué inconveniente hay? Ade-
llamarlo aSI- de la~ d1Vmas pel'son~s. ~e tal manera es El solo principio de las más, existe una razón mucho mayor acerca de la forma respecto de la generación,
otras personas subs~ste~t~s en la ?I.vl~ldad, que no tiene ningún principio; y porque la forma es de tal modo extrínseca a la generación que inseparablemente
P?l'. e.llo se llama pr!nClplO ~~ la dlvlmdad, es decir, de toda comunicación de la e íntima y esencialmente la tiene unida, de tal manera que no puede concebirse
dlvlmdad: ~n. cambIO, e! .~lJO, por .tener principio, no puede absolutamente lla- la generación actual sin que allí intervenga la forma informando actualmente; en
marse P;I?CIPIO de la dIvmldad; mIentras que se le llama con verdad principio cambio, el acto es más extrínseco a la potencia.
d.e} Espmtu Sar;to, o de la comunicación de la divinidad por modo de espira- 10. La segunda parte de la dificultad pertenece más bien a los teólogos. En-
Clon, po;que bajo tal. ra~ó~ no tiene 'principio. Así, por consiguiente, pertenece tre ellos, la diversidad es más bien tal vez en el modo de hablar que en la rea-
a la razono de todo prmcIp~o ~e~ antenor a aquello de que es principio; y si ab- lidad. Así, pues, Santo Tomás, en I, q. 42, a. 3, in corp., aunque conceda que
soluta y SImplemente es pnnclplo en algún orden, será también primero en aquel en las divinas Personas hay orden de origen, niega con todo que absolutamente
orden. sea una anterior a la otra, porque en la Trinidad -dice- hay un orden de na-
9.. 1E.s la forma ante~ior a la generación?- Se podrá decir que la forma es turaleza sin prioridad. Y en la solución ad 2 explica que allí no hay ni prioridad
el prmcIplO de la generacIón del ser natural, y con todo de ningún modo es an- de naturaleza ni de entendimiento, porque aquellas personas no sólo son rela-
terIor a la g~~eración por ser su término formal. Igualmente objetará el teólogo tivas sino que subsisten en una misma naturaleza; por lo cual, ni de parte de
que en las dlvmas person~s no se. en~u.entra ninguna pr~oridad propia, a· pesar de la naturaleza pueden tener prioridad, ya que ésta es la misma, ni de parte de las
que en ellas se da la razon de prmcIpIo con toda propIedad. A la primera parte relaciones, puesto que los correlativos son simultáneos en la naturaleza y en el
hay que re~ponder que la forma es anterior a la generación en la razón de tér- entendimiento. Por ello, el mismo Santo Doctor, en la referida q. 33, a. 1, ad J
mmo esencial ?l qu~, se ordena la ge~eración, la cual se reduce a prioridad en responde de tal modo a la. dificultad de que ahora nos ocupamos que parece
e~ ,orden d.e la mtenClOn. Pero no faltara tampoco quien diga que la forma es tam- negar nuestra aserción. Dice, en efecto, que aunque el nombre del principio haya
bl~n anterIor a la naturaleza. ~n la ejecución y en el género de causa formal; pero sido tomado de la prioridad, con todo no significa prioridad, pues es frecuente
esto,. tratando de la gen.eraclOn, no es acertado, porque, como dije, no es la causa que en un nombre sea distinto aquello que significa y aquello de que se parte
propIa de ella; es suficIente, por tanto, la relación anterior de la generación a la para imponerle significación. Ni se contradice Santo Tomás cuando en I, q. 40,
a. 4, dice que la persona que produce es, según nuestro modo de concebir, an-
cipium diei vel anni. Et ad hane verborum rationis, quia sub ea ratione non habet prin- terior a la persona producida. Pues allí habla de nuestro modo de concebir im-
proprietatem videntur alludere Sancti 1 cirium. Sic. igit~r de ratione omnis princi-
e~m dicunt Patrem aeternum esse princi~ pll est .ut Slt pnus eo cuius est principium;
plUm, fontem et originem totius deitatis. Non quod SI absolute et simpliciter in aliquo or-
e~im !ta. loquuntur quia Pater sit princi- dine principium sit, erit etiam primum in habitudo. generationis ad formam ut haec
sit principium iIIius, quidquid sit de pro-
divinas personas esse ordinem ongmls, ne-
gat tamen simpliciter unam esse priorem
plUm lpSIUS naturae divina e, quia iuxta fi- ilIo ordine.
dem c8tholicam divina natura non habet pria causa lita te respectu iIIius. Dices: ergo alia, quia in Trinitate (inquit) est ordo na-
9. Forma an prior generatione.- Dices: turae sine priori tate. Et in solurione ad 2
principium, quia a nullo procedit, alias ab forma est principium generationis rei na- actus vocarÍ poterit principium potentiae,
eo distingueretur; unde sieur damnatur haec quia, !icet sit posterior generatione vel tem- declarat ibi nec prioritatem naturae esse nec
tura!is et tamen nullo modo est prior ge- intellectus, quia illae personae et relativae
locutio, essentia generat, ita et haec essentia pore quam potentia, tamen est terminus
neratione, cum sit formalis terminus eius. quem per se respicit potentia et a quo spe- sunt et in unamet natura subsistunt; unde
generatur, vel procedit. Vocant ergo Pa- Item obiiciet theologus in divinís personis
trem principium divinitatis, quia in illo ciem sumit; un de natura est prior ordine nec ex parte na turae habere poss Llnt prio-
nullam propriam prioritatem inveniri, cum intentionis. Respondetur primo concedendo ritatem cum iIIa eadem sit, nec ex parte
gradu seu ordine (ut ita die-am) divina- tamen in eis sit propriissima ratio principii
r~~ pers~narum solus ipse ita est prin- sequelam in eo genere principii specifican- relationum cum correlativa sint simul na-
Ad priorem partem respondetur formam ess~ tura et intellectu. Quapropter idem Doctor
CIplllm a]¡arum personarum in divinitate priorem generatione in ratione termini per tis; quod enim est inconveniens? Deinde
subsistentium ut nulium principium habeat· multo maior est ratio de forma respectu ge- sanctus, dicta q. 33, a. 1, ad 3, ita respon-
se, ad quem ordinatur generado, quae re-
et i~eo dicitur principium divinitatis, id es; vocatur ad prioritatem in ordine intentionis. nerationis, quia forma est ita extrínseca ge- det difficultati quam nunc tractamus ut ne-
omms communicationis divinitatis. Filius au~ Non deerit tamen qui dicat formam etiam nerationi, ut inseparabiliter et intime ac es- gare nostram assertionem videatur. Dicit
tem, quia principium habet, non potest ab- sentialiter habeat iIlam coniunctam, ita ut enim quamvis nomen principii sumptum sit
es se priorem natura in exsecutione et in ge- a prioritate, non tamen significare priorita-
solute vocari principium divínitatis; dicitur nere causae formalis; sed id non recte didtur non possit intelligi actualis generatio quin
aurem vere prindpíum Spiritus Sancti, seu ibi interveniat forma actu informans; actus temo Nam frequens est ut in nomine aliud
respectu generationis, quia, ut dixi non est sit quod significet, a!iud vera iIlud a quo
communicationis divinitatis per modum spi- vero est magis extrinsecus potentiae.
propria causa ilIius; satis ergo ~st prior ad significandum imponitur. Nec sibi est
10. Altera pars obiectionis ad theolo-
gos magis pertinet. Inter quos diversitas contrarius D. Thomas, cum I, q. 40, a. 4,
~ . Concil. Tolet. VI et XI, in princ.; pionys., .c. 1 de Caelest. Hierarch., et II de Divin. quaedam est fortasse potius in modo 10- inquit personam producentem esse nostro
nomu;lb.,. c. D~mnamus, de Summa TrmIt. et FIde cathol.; Nazianz., orat. 29; Athanas quendi quam in re. D. Thomas itaque, 1, q. modo intelligendi .priorem persona producta.
oral. !TI 1l1ud dlctum, Deus de Deo; Aug., IV de Trinit., e. 20. ., 42, a. 3, in corpore, !icet concedat inter Nam ibi loquitur de modo intelligendi nos·
- ----- --- --..---~

332 Disputaciones metafísicas


Disputación XIl.-Sección 1 333
perfecto y confuso; en cambio, en el otro lugar trata de la inteligencia perfecta
que se debe a las cosas mismas tales como son en sí. Y así lo entienden Caye- halla dicha locución, sea también porque la prioridad de origen no es de prio-
tano y los tomistas, y con ellos concuerda sustancialmente Durando, In 1, disto 9, ridad absoluta tal como se encuentra en las divinas personas, ya que la prioridad
q. 2, Y disto 20, q. 2. Y es ésta una sentencia bastante probable y aquel modo afirmada absolutamente y sin condiciones parece indicar una cierta imperfección
de hablar muy prudente y seguro; de acuerdo con esta opinión, puede limitarse en aquella cosa que se dice posterior. Igualmente, porque se llama absolutamen~e
nuestra aserción de modo que se entienda metafísicamente, no teológicamente; primero a aquello que puede existir o al menos ser entendido exacta?Iente 3m
es decir, acerca del principio que conoce la luz natural, no del que revela la fe ningún otro; pero una persona divina no se compara con otra de nmguno de
sola. A pesar de todo, Escoto, In 1, disto 12, q. 2, Y disto 28, q. uIt., a quien estos modos. Y lo que algunos añaden, que una persona divina es anterior a otra
sigue Gabriel, In 1, disto 9, q. 3, concede que, como en las divinas personas una en el orden de enumeración natural, a la manera como nombramos a una per-
es principio de la otra, así también es anterior no en duración, perfección o na- sona como primera, segunda, tercera, esto, digo, no es algo distinto de 10 prece-
turaleza. sino solamente en el origen. Pues esta prioridad no induye imperfec- dente, ya que este modo de enumerar no se funda sino en la prioridad de ori-
ción y queda necesariamente incluida en la misma razón de principio produ- gen, por 10 cual en realidad no indica otro género de prioridad; y este modo
cente. Una y otra cosa es dara porque sólo importa en la persona producente de enumeración explica muy bien que este modo de prioridad de origen, si se
que tenga el ser independientemente de tal origen, según el cual una persona explica con palabras apropiadas y sentido recto, no es enteramente ajeno al modo
procede de otra; como el Padre que tiene el ser sin generación y el Hijo sola- de hablar de la Iglesia y de los Doctores. Por lo cual, añadiéndole esto puede
mente por la generación; y uno y otro lo tienen sin espiración, y en cambio el :lceptarse y es suficiente para que, en general, sea verdad que todo principio es
Espíritu Santo lo tiene solamente por espiración. Este género de prioridad entre de alguna manera anterior a aquello de que es principio; aun cuando esto per-
cosas corr'elativas no puede ser hallado en los seres creados porque una cosa manezca siempre de un modo singular en la Trinidad, porque mientras la razón
relativa en cuanto tal no procede de otra; en cambio, en las personas divinas se de principio le conviene absoluta y simplemente a una persona respecto de otra,
encuentra la procesión de un correlativo respecto de otro, en cuanto son tales. por su parte la razón de anterior se le atribuye sólo con aditamentos y limita-
y según esta opinión, nuestra aserción es verdadera universalmente; pues si se ciones, ya que aquello, tomado absolutamente, no parece incluir ninguna im-
encuentra verdadera en las personas divinas, mucho más en las creadas. Y no es perfección en un extremo, y esto último, en cambio, incluye alguna. Por con-
de maravillar, porque como la razón de principio es singular en aquellas personas, ~iguiente, la prioridad de origen explicada al modo dicho es suficiente para que
así también el modo de prioridad ha de ser peculiar y de clase muy diferente de la verdadera razón de principio se encuentre en las cosas divinas; por lo cual,
todos los que se encuentran en las criaturas. Y este modo de hablar es también lo que dice Santo Tomás, que el nombre de principio ha sido tomado de la prio-
probable, y en la realidad (así me parece a mí) no contradice a Santo Tomás ridad pero que no significa ésta, si se entiende por prioridad la absoluta y po-
porque él no negó nunca expresamente este género de prioridad en las personas sitiva prioridad que designe una imperfección en el principiado, es verdadero;
divinas, sino otros que se encuentran en las criaturas. Sin embargo, se calló y con todo, si se habla de una anterioridad puramente cuasi negativa bajo aquella
no usó nunca aquella locución, sino que la llamó orden de origen y no de prio- misma razón en la que se dice principio, en este sentido no sólo se ha tomado
ridad. Y ciertamente no le faltó motivo para esto, sea porque en las cosas divi- el nombre de principio de la prioridad, sino que también la designa y requiere
nas se ha de imitar el modo de hablar de los Padres, entre los cuales nunca se con la debida proporción, como se declaró y consta por la definición de Aristó-
tro imperfecto et confuso. In altero autem t!onem; et uterque habet esse absque spira- teles y por todas las cosas aducidas.
loco agit de intelligentia perfecta quae re- !lOne, Sanctus vera Spiritus non nisi per
bus ipsis prout in se sunt, debetur. Et ita Illam. Quod genus prioritatis inter corre-
inteIligunt Caietanus et thomistae, et cum lativa non potest in creatis rebus inveniri, tum etiam quia pnontas originis non est es se aliquo modo prius eo cuius est prin-
eis in re concordat Durandus, In 1, disto 9, quia unum relativum ut tale est, non pro- absolutae prioritatis, prout in divinis personís cipium; quamvis hoc se.mper maneat singu-
q. 2, et disto 20, q. 2. Estque haee senten- cedit ab alio; in divinis autem reperitur reperitur, quia prioritas simpliciter et sine lare in Trinitate, quod cum ratio principii
tia satis proba bilis, modusque ille Joquendi processio unius correlativi ab alio, quatenus addito asserta imperfectionem alíquam in re absoJute et simplíciter conveniat uni perso-
cautus est et seeurus; iuxta quam opinio- talía sunt. Et iuxta hanc sententiam, asser- nae respectu alterius, ratio autem prioris so-
quae posterior dicitur indicare videtur. Item
nem assertio nostra limitari poterit ut me- tio nostra universaliter verum habet; nam quia illud dicitur absolute prius quod pot- lum cum addito et Iimitatione tribuatur;
taphysice intelligatur, non theoJogice, id est, si in divinis personis vera invenitur, multo nam ilIud absoJute dictum nullam imperfec-
de principio quod Jumen naturae cognoscit, est aut esse aut saltem exacte íntelligi sine
magis in creatis. Non est autem mirum quod alio; una vera persona divina neutro modo tionem in altero extremo, hoc vera aliquam
non quod sola fides revelat. Nihilominus sicut ratio princi,¡;ii in illis personis singu- indicare videtur. Prioritas ergo originis dicto
Scotus, In 1, disto 12, q. 2, et disto 28, q. ad aliam comparatur. Quod vera addunt
Jaris est, ita etiam modus prioritatis sit pe- aliqui, unam personam divinam es se prio- modo explicata, satis est ut vera ratio prin-
ultima, quem sequitur Gabriel, In 1, disto 9, culiaris et longe aIterius rationis ab omni- cipii in divinís inveniatur; unde quod D.
q. 3, concedit sicut in divinis personis una rem alia in ordine naturalís enumerationis,
bus qui in creaturis inveniantur. Estque hic quomodo primam, secundam et tertiam per- Thomas ait, nomen principii sumptum es se
est principium alterius, ita esse priorem non modus Joqueildi etiam probabilis et in re a prioritate, non vera significare illam, si
duratione, perfectione aut natura, sed origi- sonam numeramus, hoc (inquam) non est
~ut opinor) non contradicit D. Thomas, quia diversum a praecedenti, nam hic modus enu- per prioritatem intelligat absolutam et posi-
ne tantum. Nam haec prioritas imperfectio- Ipse nunquam expresse negavit hoc priori- tivam prioritatem quae imperfectionem con-
nem non ineludit, et in ipsa ratione princi- merandi non fundatur nisi in priori tate ori-
~atis genus ,in ~ivini~ personis, sed alía quae ginis, unde in re ipsa non indicat aliud notet in principiato, verum est; si tamen sit
pii producentis necessario ineluditur. Utrum- In creatul'lS Invemuntur. Tacuit tamen, sermo de pura antecessione quasi negativa,
que patet, quía soJum importat in persona prioritatis genus; declarat autem optime ille
nunquamque usus est ilIa locutione sed enumerandi modus hunc modum prioritatis sub ea ratione sub qua principium dicitur,
¡)
producenti quod habeat esse absque tali ordinem originis appeIlavit, non prioritatem. sic non solum nomen principii sumptum
origine, secundum quam alía persona ab ilIa originis, si congruis verbis et sano sensu de-
Et sane non sine causa, tum quia in rebus claretur, non esse omnino alienum a modo est a priori tate, sed etiam illam significat
11 procedit; ut Pater habet esse absque ge- divinis modus Joquendi Patrum imitandus et requirit cum proportione debita, ut de-
loquendi Ecelesiae et Doctorum. Unde cum
H
'1)
neratione, Filius vera non nisi per genera- est, apud quos illa ¡ocutio non re,¡;eritur; illo addito acceptari potest, sufficiensque est claratum est et constat ex definitione Aris-
ut in universum verum sit omne principium totelis et ex omnibus adductis.
334 Disputaciones metafísica!! Disputación XIl.-Sección 1 335
-----------------------------------------
lugar de Aristóteles, que dice que el princIpio es aquello de donde algo es. En
Se termina la descripción del principio en común efecto, parece que intencionadamente ha evitado usar ningún verbo que signi-
fique origen u otro modo de emanación, de tal manera que por medio de esa
11. Conexión requerida entre principio y principiado.- En segundo lugar, partícula de donde abraza todo modo de conjunción o consecución. Sin embar-
se infiere de lo dicho que para la razón de principio no basta con que sea ante- go, añade, para una explicación mayor, que el principio es aquello de donde algo
rior a otro, sino que es menester que entre aquellas cosas haya una cierta cone- es, o se hace o se conoce; de tal modo que juntamente con la descripción expli-
xión o resultancia de uno respecto del otro que se denomina principio. Esto se case una· cierta división de los principios, ya que a estos tres miembros ahora
ve claro por el modo común de pensar de los hombres y fácilmente se declara referidos pueden quedar reducidos todos los principios, sobre todo los que son
por la inducción. Pues el hombre que nació ayer no es principio del que nace esenciales, pues los que son accidentales difícilmente pueden ser reducidos a un
hoy, aunque sea anterior a él; Y en las personas divinas, si el Espíritu Santo cierto plan sino en la medida en que sean reductibles a los esenciales. Así, por
no procediera del Hijo, el Hijo no podría llamarse su principio, aun cuando de tanto, todos los principios, o bien son principios de la cosa en su hacerse, o son
alguna manera pudiera pensarse como anterior según la razón, a saber, a la ma- principios de la cosa en su ser, y a estos dos miembros se reducen todos los prin-
nera como el acto del entendimiento se dice anterior al de la voluntad. Es por cipios de las cosas, ya que en ellas no puede concebirse otro estado intermedio
tanto necesaria alguna conexión o consecución; y por ello, de acuerdo con los entre el hacerse y el ser, y no siempre el principio de la efección es el principio
diversos modos de tal consecución, es también diversa la denominación de prin- de la constitución de la cosa, como se ve claramente en la privación. Y bajo el
cipio; efectivamente, a veces surge del sitio, a veces de la sucesión intrínseca, principio de aquello que se hace queda comprendido todo principio de movi-
a veces de la dimanación, y así de otras cosas enumeradas anteriormente. Y todo miento o de operación en cuanto tal, o de cualquier ente sucesivo, pues todas
esto 10 indicó Aristóteles en el referido lugar del libro V de la Metafísica cuando estas cosas tienen su ser en proceso; y en cambio, bajo el principio de aquello
dijo que el principio es lo primero de donde algo es, etc., pues aquella palabra de que es quedan incluídos todos los principios de las cosas que de alguna forma
donde indica la referida conexión o consecución. Pero esto se ha de entender con tienen su ser -como suele decÍrse- ya realizado. Pero, porque también las
la debida proporción, pues puede ser principio en acto y en potencia, y de una cosas sucesivas y las mismas acciones de alguna manera son, por ello tomando
y otra forma requiere la relación a otro que le sigue a él, sea en acto o en po- con más generalidad el verbo es, suelen decir los teólogos que principio es aque-
tencia. llo de donde algo es. Y del mismo modo podría quedar comprendido en esas pa-
12. Una división del principio general.-Qué es principio intrínseco y qué labras el principio del conocimiento y queda realmente comprendido si se con-
extrínseco.- Y así se termina la descripción del principio tomado en común y sidera el conocimiento en cuanto que es una cierta realidad que se hace o
de modo confusÍsimo que trae Santo Tomás con estos términos en 1, q. 33, a. 1: es; sin embargo, con toda razón añadió Aristóteles un tercer miembro acer-
Principio es aquello de lo que algo procede de cualquie1' modo; en donde aque- ca de los principios del conocimiento para significar que no siempre el prin-
lla palabra procede no ha de ser tomada estrictamente como verdadero origen, cipio de conocimiento es principio de la cosa conocida, sino que con frecuencia
sino como cualquier clase de consecución o conexión, como hasta aquí hemos son diferentes los principios de la cosa en su ser conocido de los principios de
dicho; y para significar esto añade tal vez Santo Tomás aquella partícula de la cosa misma en su ser o en su hacerse. Y no añadió especialmente un princi-
cualquier modo. Y en este sentido ha sido tomada aquella definición del referido pio de amar, porque éste no es otro más que el principio del ser o del conocer.
y con esto consta suficientemnte no sólo la explicación sino también la división
Descl'iptio principii in cOlnmuni ratis. Atque hoc totum significsvil Aristo- sumpta est illa definitio ex praedicto loco principio autern eius quod fit, comprehen-
consummatur teles, dicto loco V Metaph., cum dixit prin- Aristotelis, dicentis principium esse id unde ditur omne principium rnotus vel operario-
cipium esse primum unde aliquid est, etc.; aliquid esto Consulto enim videtur abstinuis- nis ut sic, vel cuiuslibet rei successivae, nam
11. Inter prinelPlum et principiatum nam illa dictio unde praedictam connexio- se a peculiari verbo significanti originem
connexio requisita.- Secundo infertur ex ista onmia habent suum esse in fierí; sub
nem vel consecutionem indicat. Est autem ve! alipm modum emanationis, ut per illam principio yero eius quod es!, inc1uduntur
dictis ad rationem principii non satis esse ut hoc cum proportione intelligendum; nam particulam un de omnem modum coniunc- omnia principia rerum quae aliquo modo
sit prius alio, sed necessarium esse ut inter tionis seu consecutionis complecteretur. Ad- habent esse (ut aiunt) in facto esse. Quia
illa sit aliqua connexio vel consecutio unius esse potest principium in actu et in poten tia,
et utroque modo requirit habitudinem ad al- dit vero ad maiorem explicationem princi- vero etiam res successivae et actiones ipsae
ab alio quod principium denominatur. Roe pium esse id unde aliquid est, aut lit, aut
patet ex communi modo concipiendi ho- terum, quod ad illud consequitur vel actu aliquo modo SUDt, ideo generalius sumendo
vel potentia. cognoscitur, ut simul cum descríptione ge- verbum est dici solet at theologis principium
minum, et inductione facHe declaratur. Nam neralem quarndam divisionern principiorum
horno heri natus non est principium eius 12. Principii generalis quaedam divi- esse id unde aliquid esto Atque eodem modo
sio.- Intrinsecum p¡<incipium quod, quod explicaret; ad illa enim tria membra modo posset sub his verbis comprehendi princi-
qui hodie nascitur, !icet sit prior illo; et cornrnernorata possunt omnia principia revo-
in divinis, si Spiritus Sanctus non procede- vero extrinsecum.- Atque ita concluditur pium cognitionis, et revera comprehenditur,
descriptio principii in communi et confusis- cari, praesertim ea quae sunt per se; nam si cognitio consideretur quatenus quaedam
ret a Filio, Filius non posset dici principium quae sunt per accidens, vix possunt ad cer-
eius; etiamsi cogitari aliquo modo posset sime sumpti, quam sub his terminis D. res est quae fit vel est; merito tamen Aristo-
Thomas tradit, 1, q. 33, a. l: Principium tarn methodurn revocari, nisi quatenus re- teles tertiurn membrum adiunxit de princi-
ratione prior, eo, scilicet, modo quo actus ducuntur ed ea quae sunt per se. Sic igitur
intellectus dicitur prior actu voluntatis. Est est id a quo aUquid procedit quocumque piis cognitionis, ut significaret non semper
modo; ubi verbum illud procedit non est principia omnia aut sunt principia rei in principium cognitionis esse principium rei
ergo necessarÍa aliqua connexio vel conse- fierí, aut principia rei in es se, et ad haec
eutio; et ideo iuxta varios modos talis con- sumendum stricte pro vera origine, sed pro cognitae, sed saepe alia esse principia rei
duo membra reducuntur omnia principia in esse cognito a principiis eiusdem rei in
secutionis, varia etiam est denominatio prin- . quacumque consecutione vel connexione, ut rerurP, quia non po test intelligi in rebus
cipii; interdum enim oritur ex situ, inter- hactenus locuti sumus; et ad hoc significan- esse aut fieri. Non addidit autem in speciali
alius status ni si in fieri, vel in esse; et non principium aman di; quia hoc nullum est
dum ex successione intrinseca, aliquando ex dum addidh fortasse D. Thomas illam par- semper principium effectionis est principium
dimanatione, et sic de aliis superius enume- ticulam quocumque modo. Atque hoc ·sensu nisi vel principium essendi vel cognoscendi.
constitutionis reí, ut patet in privatione. Sub Atque ex his satis constat tum descriptio,
336 Disputaciones metafísicas Disputación XII.-Sección 1 337
dada por Aristóteles, división. ~digo- que es trimem?re: ~e~pu~s de ella añade sof~a. Igualn;ente a las relaciones reales y de razón. Y con lo dicho puede con-
Aristóteles otra bimembre, dIciendo que uno es el prznczpw zntnnseco y otro el clU1rs~ lo mIsmo acerca del tercer punto: en primer lugar, porque es tan grande
extrínseco que es la subdivisión de los primeros miembros, como él mismo in- la. vanedad en aquell~s razones o conexiones de los principiados con los princi-
dica bast:nte claramente. Y a aquella división trimembre reduce todas las acep- pIO.S que apenas conVIenen entre sí más que en el nombre y en alguna proporcio-
ciones de principio que había enumerado arriba y todas las otras que pueden nalIdad, En segundo lugar, porque cuando aquello que se denomina principio es
pensarse. Ni se preocupó de enumerar todas las significaciones de la misma pa- un ente solamente de ra~ón, el motivo de fundar la relación de principio no
labra, cosa que sería laboriosa e inútil, sino solamente aquellas que o bien eran puede ser real; en cambIO, en las otras cosas existe con frecuencia una verda-
las más usadas o por las cuales podían conocerse fácilmente las demás. Y por ello dera .dimanación ~ procesión real. Por otra parte, ésta, a veces, es creada; a ve-
juzgo inútil buscar escrupulosamente otro motivo de suficiencia de aquella enu- ces, mcreada; eXiste, por tanto, también en estas cosas la misma razón de ana-
meración. Y si alguien desea una disputación pormenorizada de este punto, lea logía. Finaln;~nte, porque los principios que se denominan así únicamente por
a Fonseca en el libro V Metaph., c. 1, a lo largo de siete cuestiones, y princi- a~guna suceSIOn tempo~al .u. orden 1.0cal y otra conexión accidental semejante,
palmente en la cuarta. dIstan n;uch? de los pr;ncIpIOs esenCIales y muchísimo más de los que son tales
por un. lll~~Jo y causalIdad verdadera. Ni se opone a esta analogía la unidad de
Se explica la analogía del principio la exphcacIOn dada, pues los términos de que ésta consta son de tal modo tras-
c~ndentales q7Ie enc~er~a~ en sí la analogía. Ni se opone tampoco el que casi
13. En tercer lugar, se infiere de lo dicho que el principio no se dice en SIempre .se . dIga prtnc.tpzo absolutamente y sin adiciones, acerca de cualquiera
sentido meramente equívoco de todos los miembros que están contenidos bajo de los sIgmfica~os ~rnba expuesto~; pues esto puede suceder o bien por causa
él y que han sido enumerados arriba, puesto que no solamente les es común de una proporcIonalIdad clara y eV1dente, o porque consta por la materia de que
el nombre sino también alguna razón expresada por el nombre. Pero suele du- se tr.ata e~ q,ué significad? ~e. toma la palabra, o ciertamente por alguna razón
darse de si ésta es unívoca o análoga. A esto hay que responder brevemente que propIa e llltrmseca de prlllCIplO, según lo que diremos después al tratar de la
no puede ser unívoca. Porque en un principio pueden considerarse tres cosas: analogía del ser.
una es la cosa misma que se denomina principio; otra, la relación propia según 14.. U!'l, mismo nombre. res~ecto de diversas cosas es análogo con analogía
el ser que se concibe entre el principio y h principiado; y la tercera es aquello de at1't~uc~o,! y de proporcwn~lzdad.-Orden de imposición de la voz principio
que se concibe como la razón próxima e}:; fundar tal relación, que es la conse- a sus ,Stg!1tf~cados.- Pr~gunta~a t~l vez alguien de qué clase es esta analogía y
cución o dimanación del principiado res,pecto del principio. Ahora bien, en nin- de que sIgmficados se dIce pnmanamente el principio. De este punto tratan ex-
guna de estas tres cosas convienen unívocamente todas aquellas cosas que se de- t~nsamente los comentarista~ en el referido libro V de la Metafísica, c. 1. Yo,
nominan principios. Lo primero es claro, porque se llama principio no sólo al sm embargo, b.revemen~e, pIenso que esta analogía no es una sino múltiple res-
ente increado sino al creado, ni sólo al ente real sino al de razón; pero estas co- pecto de los dIversos slgmficados: pues no hay contradicción en que el mismo
sas no convienen unívocamente en alguna razón propia e intrínseca; luego. Y la nombre que significa primariamente una cosa se transfiera a las demás' a unas
misma razón puedt! darse de lo segundo, pues también la relación de principio P?r atri~ució~, y a otras, e? cambio, por. proporcionalidad. Como sano: que Sl~~
es común a la creada y a la increada, aunque esta última la desconozca la fllo- mfica pnmanamente un ammal y por atnbución significa la medicina y por pro-

tum etiam divisio ab Aristotele tradita, divi- bris quae sub illo continentur superiusque Item ad relationes reales et rationis. Et ex que significato supra posito; nam hoc acci-
sio (inquam) dicta quae est trimembris. Post numerata sunt, quandoquidem non tantum his idem concludi po test de tertio: primo dere potest ve! propter proportionalitatem
illam vera subjungit Aristote!es aliam bi- nomen sed etiam aliqua ratio nominis est quidem, quia tanta est varietas in illis ratio- claram et notam, vel quia ex subiecta materia
membrem dicens aliud ""e principium in- illis communis. Dubitari vero solet an sit nibus seu connexionibus principiatorum cum constat in qua significatione sumatur vox
trinsecum, aliud extrinsecum, quae est sub- univoca vel analoga. Ad quod breviter di- principiis ut vix inter se conveniant nisi in vel certe propter aliquam propriam et intrin~
divisio priorum membrorum, ut ipsemet sa- cendum est non posse esse univocam. Tria nomine et proportionalitate aliqua. Secundo,
tis ciare indicat. Atque ad illam trimembrem quia quando id quod denominatur princi- secam rationem principii, iuxta ea qua e infe-
enim possunt in principio considerad: unum rius dicemus de ana logia entis.
divisionem revocat omnes acceptiones prin- est res ipsa quae denominatur principium' pium est ens rationis tantum, ratio fundandi
14. Idem respectu diversorum et attribu-
cipii, quas supra numeraverat, et omnes alias aliud propria relatio secundum esse, qua~ relationem principii non po test esse realis;
tionis et pl'oportionalitatis analogum.- Ordo
quae excogitari possunt. Non enim sollicitus I?rincipii ad principiatum concipitur; ter- in aliis vera rebus saepe est vera dimana-
fuit in enumerandís omnibus significationi- tio et processio realis. Rursus haec interdum impositionis vocis pril1cipium ad sua signifi-
tmm est id quod intelligitur tamquam pro- cc;ta.- Quaeret autem fortasse aliquis qualis
bus ipsius vocis, quod prolixum esset et mi- xima ratio ~un~andi illam relationem, quae est creata, interdum increata; est ergo in his
nime necessarium, sed eas quae vel erant eadem ratio analogiae. Tandem, quia princi- SIt haec analogia et de quibus significatis prin-
est ~on~e~utIO lIla seu dimanatio principiad cipium primario dicatur. De qua re multa
magis usitatae ve! ex quibus aliae facile a prInCIpIO. In nuIlo autem ex his con ve.. pia quae solum ob successionem temporis
poterant cognosci. Et ideo supervacaneum niunt univoce ea omnia quae principia di- aut ordinem situs, vel aliam similem acci- dicunt interpretes, dicto lib. V Metaph., C.
cens~o scrupulose inquirere aliam sufficien- dentalem connexionem sic denominantur, 1. Ego tamen' breviter censeo hanc analo-
cuntur. Primum patet, quia principium de-
tiam illius enumerationis. Ouod si quis co- longe distant a principiis per se et maxime giam non esse unam, sed multiplicem' re-
n<?minatur non tantum ens increatum, sed
piosam de illa re disputationem requirat, le~ etIam creatum, nec solum ens reale sed ab illis quae per verum influxum et causali. spectu diversorum significatorum: non enim
gat Fonsecam, lib. V Metaph., c. 1, per etiam rationis; sed haec non conveniunf uni- tatem taHa sunt. Neque huic analogiae ob- repugnat idem nomen primario significans
quaestiones septem, praesertim in quarta. voce in aliqua ratione propria et intrinseca; stat unitas descriptionis datae; nam termini rem aliquam, ad quasdam alias transferri per
ergo. Atque eadem ratio fieri potest de quibus illa constat adeo sunt transcenden- attributionem, ad alias vera per proportio-
Analogia principii declaratur secundo; nam etiam relatio principii com- tales ut analogiam in se involvant. Neque nalitatem. Ut sanum primario significans
13. Tertio ex dictis infertur principium munis est ad creatam et increatam ,quamvis etiam obstat quod fere semper absolute et animal, per attributionem signifieat medici-
non dici mere aequivoce de omnibus mem- hanc posteriorem philosophia non' agnoscat. sine addito pril1cipium dicatur de quocum- nam, per proportionalitatem vera pomum in-
22
----- -- -- - --- --~ .~""IlIII'II"------------------------------

338 Disputaciones metafísicas


Disputación XIl.-Sección 1 339
porcionalidad una manzana entera y sin pudrir. Esto, por consiguiente, es lo que de principio positivo y esencial con verdadero influjo y producción sin causali-
pienso que se ha de decir acerca del nombre de principio respecto de sus signi- dad, que es una clase de principio más elevada y admirable.
ficados. Pero hay que considerar que una cosa es hablar de la primera imposi-
16. Có.mo se dice el principio de Dios en cuanto que es principio de Dios
ción de esta voz, tal como ha sido hecha por los hombres, y otra de la cosa sig-
Y. de la~ c~z~turas.- Por 10 cual suelen investigar con todo derecho los teólogos
nificada por ella, como en un caso parecido distingue Santo Tomás, 1, q. 13, a. 6.
s~ ~l pnnclplO .en común, incluso dicho del mismo Dios en cuanto que es prin-
Del primer modo, pienso que esta voz ha sido impuesta para significar el prin-
cipio del movimiento o del tiempo, pues dado que los primeros filósofos no co- CIpIO ,de las cn~turas, o en cuar;to que una persona divina es principio de otra,
nocían más que las cosas corpóreas, en ellas distinguieron primeramente el prin- es .UD:1VOCO o analogo. A~gunos pIensan que es análogo y que se dice de Dios con
cipio, el medio y el fin; y esto parece que fue conocido primeramente partiendo pnondad er; las emanaClOnes ad extra que en las ad intra, porque la criatura pro-
del movimiento o de alguna acción; y por esto es verosímil que el nombre de cede .de DlOS no sólo según la persona, sino también según su naturaleza y
principio fuese impuesto primeramente para significar el principio del movi- esenCIa; '! por ello parece que hay mayor razón de principio en Dios respecto
miento o de la acción o la parte aquella de la magnitud por la que el movimiento de las cnaturas que en el Padre Eterno respecto del Hijo, cuya persona produce
empieza. Y quizá quería decir esto Aristóteles en primer término al enumerar pero ~o su naturaleza. Y se cor;firma porque la razón de principio respecto de
esta acepción. Partiendo de esto se derivó la voz por proporción o proporciona- las cnat.uras es absoluta y esencIal, y la otra, en cambio, es relativa y nocional;
~hora bIen, las cosas que son esenciales, por sus propios conceptos parecen más
lidad a los otros significados. lmportan~es y anteriores ~ las n~cionales. Se co~firma en segundo lugar porque
15. Qué significa principio primariamente y secundariamente.- Pero en
l~ potencIa absolut~ en DlOS se dIce de .la potencIa productiva ad extra con prio-
cambio, en cuanto a la cosa significada, esta voz significa preferentemente los
rIdad ~obre la ~d mtraj por 10 cual DlOS es absolutamente omnipotente por su
principios esenciales antes que los accidentales; y principalmente aquellos que
potenCia ope~at1va a.d extra, pero no ad intra, pues de 10 contrario el Espíritu
son principios por un influjo verdadero y real, porque en éstos es mucho más
Sant~ no sen~ ommpotent~ p.o~ no poder producir ad intra. Ahora bien, existe
verdadera y propia la dimanación de uno respecto del otro y el origen que el
la t;Ilsma razon pa~a el pnncIpIo que para la potencia, ya que es principio por
nombre de principio lleva en si. Y esta razón de principio está unida con la razon de la potenCIa. Y a~í piensa Durando, In 1, disto 29, q. 1.
causalidad respecto de las criaturas y conviene tanto a Dios como a las criaturas; 17. A otros, en camblO, les agrada más que sea análo!TQ pero con una .
y de este modo puede decirse de Dios y de las criaturas según la analogía de .d d d I ' .. d' <> , PrIO-
rI a ~ prmClplO a tn!ra sobre el ad extra, sea porque la relación de principio
atribución; por ejemplo, el ser principio eficiente se dice analógicamente de
a las cna~ur~s. es de razon y entre las personas divinas es real, sea también por-
Dios y de las criaturas, pero no sólo según una proporcionalidad sino por causa
que el pnnclplo es aque~~ de donde algo es; pero la criatura es analógicamente
de una verdadera y real conveniencia, que es, sin embargo, análoga y que incluye
respec~o de la persona dlvma procedente, porque ésta procede en su ser rncreado
la atribución, como explicaremos más abajo en general tratando de la analogía
y aquella en el creado; luego aquella procesión es mucho más noble in 1
del ente para Dios y las criaturas. y 10 mismo pnede decirse del principio final
V ejemplar. En cambio, cómo la razón de principio sea común al principio efi-
.según la anal ' ., po~ ~onslgU1ente,
. ogla .. tamb"len la razón de principio que 'responde
c uso
ciente, final y ejemplar, pertenece a la división de la causa en estos miembro:,: a ~11.~ se dIce con pnondad de la. emanación ad intra que ad extra. Y de esta
y en otros, acerca de 10 cual trataremos más abajo. Y en Dios solo, en las ope-
opmlon parece que es Santo Tomás en 1 q. 33 a. 1 ad 4 y a 3 P
h' d I " ' " . ero en ~-
A;
e os p asa1es no trata e nombre de principio sino del nombre de padre, acerca
raciones ad intra (de 10 cual no se ocupa la filosofía) se halla la verdadera razón
rem significatam principalius significat haec a.gt;0vit) . reperitur vera ratio principii posi- tia ~impliciter in Deo· prius dicitur de po-
tegrum et incorruptum. Sic igitur dicendum tlVI ac per se cum vera influxu seu pro-
censeo de principii nomine respectu suorum vox principia per :;e, quam per accidens; et tentm producendi ad extra quam ad intra'
significatorum. Est autem considerandum ea praesertim quae sunt principia per verum ductione absque causaJitate, quae est altior unde peus simpli~iter est omnipotens pe~
et realem influxum, quia in his est multo et mirabilior ratio principii. potentlan: operandl ad extra, non vero ad
aliud esse loqui de prima impositione huius • 1.6. De Deo, u,t Dei et creaturarum prin-
vocis prout ab hominibus facta est, aliud verior et proprior dimanatio unius ab alio I~tra; altas Spiritus Sanctus non esset om-
et origo quam nomen principii prae se fert. ClplUm est? qualzter dicatur principium.- mpo~ens, eo quod ad intra producere non
de re significata per illam, ut in simili di- U?d~ ?lent? solet a theologis inquiri an
stinguit D. Thomas, r, q. 13, a. 6. Priori Haec autem ratio principii cum causalitate pOSSIt. At vero. eadem est ratio de principio
coniuncta est respectu creaturarum, et con- prInClpmm In communi, etiam dictum de quae ~e potentta, ~um principium sit ratione
modo existimo hanc vocem impositam es se lpSO Deo ut est principium creaturarum, vel
ad significandum principium motus vel tem- venit tum Deo, tum etiam creaturis. Et P?tent¡ae. Atque Ita sentit Durandus In I
hac ratione potest de Deo et creaturis dici u~ una. persona divina est principium alterius, dlst. 29, q. 1. ' ,
poris, nam quia priores philosophi non co- Slt umvocum vel analogum. Quidam putant
gnoscebant nisi res corporales, in eis pri- secundum analogiam attributionis; verbi .17. ~¡¡is vera placet es se analogurn pe)'
gratia, esse principium efficiens analogice esse analogum et per prius dici de Deo se- prms dlctum ?e principio ad intra quam ad
mum distinxerant principium, medium et cundun; emanationes ad extra quam ad in-
finem; haec autem videntur primum cognita dicitur de Deo et creaturis, non secundum extra, t,ur:r: q~la relatio principii ad creaturas
proportionalitatem tantum, sed propter ve- tra, qUla creatura procedit a Deo non tan- est .ratlOms, It;ter personas vero divinas estr
ex motu seu actione aliqua; et ideo verisi- tum secundum personam, sed etiam secun-
mile est nomen principii primum fuisse im- ram et realem convenientiam, analogam ta- r~al!~, tum etmm quia principium est unde
men et includentem attributionem, ut in- dum naturam et essentiam' et ideo maior al 'Gl11.d ~~.t; sed creatura analogice est re-
positum ad significandum principium mo- ratio principii videtur esse 'in Deo respectu
tus vel actionis, vel partem illam magnitudi- ferius generaliter explicabimus in analogia spectu ?Iv~nae perso~ae procedentis, quia haec
entis ad Deum et creaturas. Et idem dici creaturarum quam s it in Patre apterno re- proce~lt In ess~ mcreato, ilIa in creato;
nis a qua incipit motus. Et fortasse hoc sig- spectu Filii, cuius personam producit, n,m
nificavit Aristoteles primo loco hanc accep- potest de principio finali vel exemplari. ergo 11Ia procesSlO est longe nobilior etiam
tionem enumerans. Hinc vera derivata est Quomodo vero ratio principii communis sit n.at~ram. Et confirmatur, quia ratio prin- s~c!-!ndum at;a!ogiam; ergo etiam rati~ prin-
principio efficienti, finali et exemplari, per- Clpll respectu creaturarum est absoluta et Clpll, qua e dI! respondet, per prius dicitur
haec vox per proportionem vel proportiona- essentialis, alia vero relativa et notionalis'
tinet ad divisionem de causa in haec et secundum emanationem ad intra quam ad'
litatem ad alia significata.
alia membra, de qua infra dicemus. In solo ea ver~ quae. sunt essentialia, ex proprii~ extra. Atque huius sententiae videtur esse
15. Quid primario, secundario quid sig- c.once!Jt1bus vldentur potiora et priora no-
l'Iifícet principium.- At vero quantum ad autem Deo ad intra (quod philoso¡;ihia non D. ~h.omas,. 1, q. 33, a. 1, ad 4, et a. 3.
tlOnahbus. Confirmatur secundo, quia poten- Sed 11IIs 10cIs non agit de nomine principii,
Disputación XII.-Secc~i~ón~1_ _ ._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 341
340 Disputaciones metafísicas
primero, no hay duda de que aquí hay analogía, porque la .r~lación de principio
del cual la cosa es muy diferente. Pero el nombre de princIplo lo afirma expre- de Dios para las criaturas es de razón, y la de la persona dIVIna pr~ducente a la
samente In 1, disto 29, q. 1, a. 2, donde Capréolo, Alberto y Ricardo piensan producida es real. Y este sentido lo declara expresamente Escoto, dlSt. 29, a. L
Más todavía, esta analogía o no es de atribución sino de propo~ción solamente ~
lo mismo.
< 18. La tercera opinión puede ser que este nombre principio es unívoco para o al menos, si es de atribución, no es según un concepto c.omun, ya que aqUl
aquellas dos razones, pues no hay contradicción en que el mismo nombre que es no hay ninguno para el ente de razón y el real.
análogo respecto de varios sea únívoco respecto de algunos, como es claro por 20. En cuanto a lo segundo, pienso también que es más probable que la
sí mismo, y diremos después más extensamente al tratar de la comunidad del razón de principio actual se diga analógicamente y más principalmente de Dios
ente y del accidente. Y que en el caso presente sea así en cuanto a la parte de según las procesiones ad intra que ad extra, a causa de las razones aducidas. Y
que ahora tratamos se prueba porque aquí no interviene la analogía de propor- ésta es una analogía de atribución y no sólo de proporción, igual que es la ana-
cionalidad ni de atribución. Se prueba la primera parte ya porque de 10 contra- logía del ente y de los otros atributos que se dicen propiamente de Dios y de
rio sólo se llamaría Dios principio de las criaturas metafóricamente y no propia- las criaturas, Pues esta analogía de principio se funda en la analogía que e:nste
mente; ya también porque Santo Tomás, más arriba, confiesa expresamente que entre la creación y las procesiones de las divinas personas en la razón de ongen
se da una razón común de origen de la procesión de las criaturas desde Dios, o o de diman tción. Porque si las producciones no convienen unívocamente en la
de una persona divina desde otra, la cual es ser algo desde algo, y que así se ~omún razón de producción, tampoco la razón de principio pue~e ser unívoca}
da también una razón común de principio; en cambio, en la analogía de propor- principalmente porque ser de este modo principio actual de las cnaturas no con-
cionalidad no hay ninguna razón común. Se prueba la segunda parte porque viene a Dios sino por denominación extrínseca tomada de la emanación de la
Dios, en cuanto que se dice primer principio de las criaturas, no queda referido criatura desde El mismo. En cuanto a que la razón de procesión sea análoga
a sí en cuanto principio de las personas; luego no debe haber allí ninguna ana- respecto de la creada y de la increada, y que se diga con prioridad de la J?roce-
logía de atribución. Igualmente porque de lo contrario el Espíritu Santo se diría sión increada, se prueba en primer lugar por la regla general de los atnbutos
principio de las criaturas por atribución al Padre o al Hijo, 10 cual parece bas- divinos, que propiamente y siempre se dicen con prioridad de D~os, c~mo más
tante absurdo. Igualmente porque aquí cesa la razón de analogía de atribución abajo probaremos. Y esto es verdadero no sólo en las cosas esencIales SInO tam-
que suele darse entre Dios y las criaturas, a saber: que todo el ser o toda per- bién en las personales; pues la persona se dice analógicamente de la cre~d.a y
fección de la criatura está primariamente en Dios y depende de El; Y en cam- de la increada; y Padre o Hijo se dicen analógicamente de las personas dlV1l1aS
\1io, aquí una razón de principio no es causada por otra, ni depende de ella; V de las humanas.
más aún, tampoco la emanación de las criaturas depende por sí de las dimana- . 21. En segundo lugar, porque también en esta razón es de algún modo ne-
ciones de las divinas personas, porque la multitud de las personas no era nece- cesaria la dependencia y la antecesión natural entre l~s orígene~ ad extra y a~
saria por sí para la producción ad extra; por consiguiente, en el caso presente cesa intra. Pues aunque la creación, por su parte, no reqUler~ esencIal;nente la Trl-
toda la razón de analogía de atribución.
nidad de personas, y consecuentemente tampoco las proceslOnes ad mtra, con todo
19. En este punto parece que hay que distinguir aquellas tres cosas que por parte de Dios las requiere esencial y necesariamente y depende de ellas a
distinguimos antes en todo principio, a saber: la relación de principio, la ra-
zón próxima de tal relación y aquello que se denomina principio. En cuanto a lo
tio talis reIationis et id quod principium muni ratione productionis, nec ratio prin-
nominatur. Quoad primum, non est dubium cipii potest esse univoca, praesertim cum
sed de nomine patl'is, de quo est longe analogia autern proportionalitatis non est una quin hié: sit analogia, quia re!atio principii esse hoc modo actuale principium creatum-
diversa ratio. Sed sub nomine principii id communis ratio. Secunda autem pars pro- Dei ad creaturas est rationis, personae au- rum non conveniat Deo nisi per denomina-
expresse affirmat In 1, disto 29, q. 1, a. 2, batur quia Deus, ut dicitur primum prin- tem divin'ae producentis ad productam est tionem extrinsecam ab emanatione crea tu-
ubi Capreo!., Alber., Richar. et alii idem cipiurn creaturarum, non refertur ad se ut realis. Et hunc sensum declarat expresse rae ab ipso. Quod autem ratio processionis
sentiunt. est principium personarum; ergo nuIla pot- Scotus, disto 29, q. 1. Immo haec analogia analoga sit respectu creatae et increatae,
18. Tertia vero sententia esse potest hoc est ibi es se analogia attributionis. Item, quia vel non est attributionis, sed proportionis quodque per prius dicatur de processione
nomen principium es se univocum ad illas alias S¡:;iritus Sanctus diceretur principium tantum, ve! saItem, si est attributionís, non increata probatur primo ex generali regula
duas rationes; non enim repugnat idem no- creaturarum per attributionem ad Patrem est secundum communem conceptum, quia
men quod est analogum respectu plurium divinorum attributorum, quae proprie sem-
vel ad Filium, quod videtur satis absurdum. hic nullus est ad ens rationis et reale. perque per prius de Deo dicuntur, ut infra
es se univocum respectu aliquorum, ut per Item quia hic cessat ratio analogiae attribu- 20. Quoad secundum etiam existimo pro-
Íle constat, et infra tractando de communi- probaturi sumus. Habet autem verum non
tionis qua.; esse solet inter Deum et creatu- babilius rationem principii actualis dici ana- tantum in essentialibus, sed etiam in perso-
tate entis et accidentis latius dicemus. Quod ras, nimirum quod omne esse seu omnis logice et principalius de De\.> secundum
autem ita sir in praesenti quoad hanc par- nalibus; nam persona analogice dicitur de
perfecio creaturae primario est in Deo et ab processiones ad intra quam ad extra, propter creata et increata; et Pater aut Filius di-
tem de qua agimus, probatur quia hic non illo pendet; hic autem una ratio principü rationes adductas. Est autem haee analogia cuntur analogice de divinis personis et hu-
intervenir ana logia proportionalitatis, nec non causatur ah alía neque ab iIla pendet; attributionis, et non solum ¡::roportionis, si- manis.
attributionis. Prior pars probatur, tum quia immo nec emana tia creaturarum per se cut est analogia entis et aliorum attributo-
alias solum per translationem diceretur Deus 21. Secundo, quia etiam in hae ratione
pendet ex dimanationibus divinarum persa- rum quae de Deo et creaturis proprie di- est aliguo modo necessaria dependentia et'
principium creaturarum, Don per proprieta- narum; quia multitudo personarum non erat cuntur. Nam haec analogia principii fun- antecessio natura lis inter origines ad extfl\
tem; tum etiam quia D. Thomas supra ex- per se necessaria ad productionem ad extra; datur in analogia quae est inter creationem
presse fatetur dari unam rationem cornrnu- et ad intra. Nam, licet creatio ex parte sua
cessat ergo in praesenti omnis ratio analogiae et processiones divinarum personarum in per se non requirat Trinitatem personarum
nern originis processionis creaturarurn a Deo, attributionis. ratione originis seu emanationis. Quia si et consequenter qee processiones ad intra, ex
vel unius personae divinae ab alia, qua e est 19. In hac re distinguen da videntur illa productiones non convenhmt univoce in com-
áliquid ab aliquo esse, et sic etiarn dari parte tamen Dei per se ac necessario illas
tria guae supra in omni principio. distin-
unam communern rationern principii; in ximus, scilicet, relatio principii, proxima 1'a-
342 Disputaciones metafísicas 343
Disputación XII. Sección 1
su manera. Además, porque toda eficiencia depende esencialmente de la persona omnipotencia; y la potencia de Dios en la razón. de I?otencia .act.iva¡ o ~rodtt~:~~o
agente; y en Dios no puede haber persona sin producción o procesión ad intra. es potencia analógicamente sino de modo pnmano y pnnclpa. or o d '
Además, también, porque la producción de las criaturas depende por sí de la la razón de principio en c~anto se toma precisamente de aquella no pue e ser
inteligencia y del amor; y no puede haber en Dios inteligencia sin el Verbo, ni
amor sin el Espíritu Santo. Y de acuerdo con esta consideración dijo Santo To- análoga. b' . , Se puede decir que por consiguiente, la
más, 1, q. 45, a. 6, que las procesiones de las personas son las razones de la pro- 23. Se responde a una o ¡ecwn.- . d ' de en endrar o
ducción de las criaturas; y en la respuesta ad primum añade que las procesiones potencia no se dice analógicamente de la potencla e crelar y . g tal cual
de las divinas personas son la causa de la creación. Y así queda solucionado el de esp irar' ahora bien el consiguiente parece falso, pues a potenclla es b' ,
es la acción" o la producción; es así que la pro ducclOn . , es ana'loga'; uego1 tamllen
'
fundamento que refiriendo la tercera opinión adujimos en contra de esta parte. . ¡ugar conc~ dI' endo que no eXIste ta ana
y el fundamento de Durando no es obstáculo; más aún, declara que las proce- la potencia. Respondo en pnmer d" ogla1
que se diga con posterioridad de la potencIa creadora; porque como lle,. a
siones de las divinas personas, al no tener ninguna dependencia ni imperfección,
Potencia eficiente de Dios no puede ser potencia analógicamente, ya ~ue por m~­
son de un grado tan elevado que no pueden convenir unívocamente con las pro- . , o atnbuclOn
. " se denomma .
cesiones creadas. Por consiguiente, el hecho de que en la persona producida la guna proporclOn aSl,' y porque es la pnmera, y .mas d d
perfecta potencia. Por 10 cual añado que o bien en cuanto ~ esto :ay .unlvoc~.a
esencia no sea producida sino sólo comunicada, no disminuye la verdad de la
() si existe alguna analogía, como tal vez la hay, la potencia pro uctlva se l~e
producción, sino que más bien es algo que pertenece a su infinita perfección. Del
con prioridad de la potencia creadora, etc., que de la ?e~eradora, etc: La razon
mismo modo que el hecho de que el Padre Eterno produzca al Hijo no sólo se-
de ello está en que la razón formal de potencia,. 9ue slgmfi~a acto pnmer~ p~ra
mejante en naturaleza específica, sino también de la misma naturaleza numérica, la roducción se halla en Dios con toda perfeccl,on y propIedad resp:cto e as
no disminuye la verdad de la generación, sino que pertenece a su infinita per- .p , cambio respecto de los orígenes mternos o de las dlvmas perso-
fección, como anotó muy bien Santo Tomás, 1, q. 41, a. 5, ad 1. cnaturas; y end ', 'gún nuestro modo de concebir que según la realidad.
22. Por 10 que toca a la tercera razón, es decir, a aquello que se denomina nas que proce en, es mas se '1 . t d la~
1 l 'dad no tanto' es acto primero cuanto u' timo
1 respec o ie'
Porque en a rea 1
t d e

principio, si se toma de modo -por decirlo asÍ- enteramente material, es evi- "
procesiones internas, como más ampliamente se vera despues tratar. e d a ~~n-
dente que no puede mediar analogía ni puede haber algo anterior a aquello que da voluntad y potencia de Dios. Y la razón está en que a potencIa . e. lOS
se denomina primer principio de las criaturas. Ni puede haber tampoco algo más re: ecto de las criaturas es para una emanac~ón transeúnte real~ente dlstmta y
perfecto que aquello que por parte del tal principio es la raíz y el origen de seme- no Pfluyente de modo necesario de tal potencIa; y por el~~, aquella es .con toda
jante denominación; pues es su infinita perfección. Más aún, incluso si no habla- ro iedad potencia y acto primero respecto de tal emanac~?n;. en camblO, la po-
mos de modo tan material acerca de aquel principio, sino formalmente, en cuanto p t: atriz o de espiración se da según una proceslOn mmane~te, que en
que es -por decirlo así- principio en potencia, en este sentido pienso también tenCla gener . ., to . m puede ser
que la razón de principio no puede decirse con menos propiedad o con posteriori- la realidad no puede existir sólo en poten~la smo slempre en ac , .
dad de Dios en cuanto que es principio de las criaturas; y esto lo persuaden algu- realmente distinta de aquello que concebImos nosotros por l~odo de potencIa:
nos argumentos expuestos en la primera y tercera opinión. Y principalmente porque m cuanto a su absoluta perfección, como se ve por Sant~ Tomas, 1, ~. 41, a. 5,'
esta denominación es absoluta, eterna y esencial; pues se toma del atributo de la ~ por ello, de acuerdo con la realidad y la verdad, se dIce la potencla con mas
requirit et ab eis suo modo pendet. Tum propiedad de la creadora que de la generadora, etc.
Filium non tantum similem in natura spe-
quia omnis effectio per se pendet a persona cifica, sed etiam eiusdem numero naturae,
agente; in Deo autem non potest esse per- non minuit veritatem generationis, sed per- ten tia autem Dei in ratione potenti~e acti- et perfectione reperitur in I?eo respectu cr.e~­
sona sine productione ve! processione ad in- tinet ad infinitam perfectionem eius, ut op- vae ve!· productiva e non e~t .ana~oglce p<;>- turarum; respectu autem lllternarum ong¡-
tra. Tum etiam quia creaturarum productio time annotavit D. Thomas, I, q. 41, a. 5, tentia, sed primario ac pnnclpa.liter. R,atlO num, ve! divinarum personarum procede~­
ex se pendet ex intelligentia et amore; non ad 1. ergo principii prout ab illa praecIse sumltur tium, magis est secundum modum conc;-
potest autem esse in Deo intelligentla sine 22. Quod vera ad tertiam attinet, id est, non potest es se analoga: . piendi nostrum quam secundum remo QUla
Verbo nec amor sine Spiritu Sancto. Et ad id quod principium denominatur, si omni- 23. Satisfit obiectiom.- ,DIces: ergo p<;>- in re non tam est actus primus quam ulti-
iuxta hanc considerationem dixit D. Tbo- no materialiter (ut ita dicam) sumatur, clarum tentia non dicitur ana!og¡c~ de. potentla mus respectu internarum processionu~, ~t
mas, I, q. 45, a. 6, processiones personarum est non posse intercedere ana!ogiam neque creandi et generandi ve! splrandl; ,:onse- !atius infra constabit tractando de SClentIa,
esse rationes productionis creaturarumj et es se ali.quid prius quam id quod primum quens autem videtur fa!sum, nam t.al!s est voluntate et potentia Dei. Ratio autem est,
in responsione ad primum addit quod pro- principium creaturarum denominatur. Neque potentia qualis est actio ve! productl?; sed quia potentia Dei respeetu crea.tuI:1ru~. est
ces5Íones divinarum personarum sunt causa etiam es se potest aliquid perfectius quam id productio est analoga; ergo et potentla. Re- ad emanationem transeuntem relpsa dl~tlllC­
creationis. Atque ita solutum manet funda- quod ex parte talis principii est radix et spondeo primum concedendo non es se talem tam et non necessario fluentem a tal! po-
mentum quod referendo tertiam sententiam origo talis denominationis; est enim infinita analogiam quae posterius dicatur. de pot~n­ tentia' et ideo illa est propriissime poten-
attulimus contra hanc partem. Fundamentum perfectio eius. Immo etiam si non adeo ma- tia creandi; quia, ut dixi, potentla ~ffectl\:a tia et' actus primus respectu t~lis ema;,-atio:
autem Durandi nil obstat, irnmo declarat terialiter de illo principio !oquamur, sed Dei non potest esse ana!ogice pote;1t1a~ qUla nis' at vera potentia generandl vel splrandl
processsiones divinarum personarum cum formaliter, quatenus est (ut sic dicam) prin- per nullam proportio;,-em auto attrlbutlOnem est' secundum processionem immanentem,
sint sine u11a dependentia ve! imperfectione cipium in potentia, sic etiam existimo ra- ita nominatur; et qUla est pnma ac perfec- quae in re non potest esse tantum in potel?'-
esse adeo eminentis rationis ut non possint tionem principii non posse did minus pro- tissima potentia. Unde ad~o ve! quoad hoc tia sed semper in actu, nec p<;>test es.se. III
cum creatis productionibus univoce conve- prie aut per posterius de Deo ut est prin- esse univocationem, ve! SI es~ al!qua apa- re distineta ab eo quod a nobls conclpltur
nire. Quod ergo in persona producta es sen- cipium creaturarum; et hoe persuadent logia ut fortasse est, per ,!JI1US pot~ntIam per modum potentiae, quantum ad absolutam
tia non producatur sed communicetur tan- nonnulla argumenta facta in prima et tertia productivam dici de potentla creandl, etc:, perfeetionem eius, ut constat ex D. Tboma,
tum, non minuit veritatem productionis sed opinione. Et maxime quod haec denomina- quam generandi, etc. Ratio esto qUla formal!s 1, q. 41, a. 5; et .i~eo secun~um rem. et
potius pertinet ad infinitam perfectionem tio est absoluta, aeterna et essentialis; su- ratio potentiae, quae actum prlll:;um ad. pro- veritatem propriu& dlcltur potentIa de creatIva
eius. Sicut quod Pater aeternus producat mitur enim ex attributo ononipotentiae; po- ducendum significat, cum omm propnetate quam de generativa, etc.
-- --~ -~~---------~-

344 Disputación XIl.-Sección 1


Disputaciones metafísicas 345
2~. Si e~ p.ri~cipio generativo y espirativo se dicen unívocamente.-Cómo cual hemos dicho tantas cosas sobre el princlplO, a saber: que el principio y la
se. dtce ~l prmct?to acerca de Dio~ creador y operante a partir de un sujeto.- causa no son enteramente lo mismo, ni se dicen recíprocamente, sino que el prin-
NI ha~ mconv:lllente en que el ongen o la producción sea análoga, ya porque la cipio es más general que la causa. Así piensa expresamente Santo Tomás en I,
poten.cla de DIOS ,n.o toma su .razón de una referencia a 10 exterior, sino de su q. 33, a. 1, ad 1, tomando de allí la razón de por qué una persona se dice prin-
esencIal y a~sol~t~sIma perfeccIón; ya también porque pertenece a la excelencia cipio de la otra y no causa. Lo mismo tiene In 1, disto 29, a. 1, in corp., y ad 2,
~e la po~encIa dlvma tomada absolutamente no estar unida a su acción Dor nece- y en el De Potentia, q. 10, a. 1, ad 9, y es el parecer general. Lo prueban acer-
sI~ad, III poder ten.er tampo~? una acción adecuada a sí o del mismo ~rden; y tadamente las razones de duda propuestas al principio en tercer lugar, y consta
aSI sucede. que la lmperfeccIon a la que incluye esencialmente la producción o manifiestamente por todo lo dicho acerca del principio. En efecto, principio se
dependen~Ia de l~ cnatura, no sólo no disminuye la perfección y propiedad de dice también de aquello que propiamente no influye en otro, y la causa, en cam-
l~ potencIa de PIO~ para obrar fuera de sí, sino que también es un indicio ma- bio, de ningún modo se dice así. Igualmente ocurre por esto que el principio
lll?esto ~e su mfi~l1t~ perfección .. Po~ el contrario, empero, la excelencia de los les conviene no sólo a los entes reales sino también a los entes de razón o a la
ongenes mtern~s IndIca suma e mfilllta perfección y propiedad de los actos in- privación; y la causa, en cambio, no así. Por consiguiente, esta conclusión es
manentes. de DIOS, y c.onsecuentemente disminuye de algún modo la propiedad de manifiesta comparando la causa con el principio en toda su generalidad; en cam-
la potenCIa en acto pnmero, tal como dijimos. Estas cosas queden dichas de paso bio, si se compara con un principio que verdadera y esencialmente infunde algo
pa;-a dec!a:ar exactamente la analogía del principio. En cambio, hay otra cosa de ser en aquello de que es principio, la conclusión es también verdadera, pero
mas teologIca, que suele pre~untarse, si la, acepción de principio aplicada en Dios con todo es tan difícil que no puede conocerse con la luz natural, pues en solo
como generante y como espIran te, es Ulllvoca o análoO"a' en lo cual pienso yo el misterio de la Trinidad se encuentra tal modo de principio, y por ello es di-
con Escot~ en e! lugar arriba citado, que es unívoca, °c~mo es la relación o la fícil asignar la diferencia y la razón, acerca de lo cual trataremos en la sección
p~rsona, 111 en 111n~una de. las cosas que se dicen con toda propiedad de las di- siguiente.
vmas personas entiendo 111nguna analogía o atribución ya que allí no hay nin-
guna depend~ncia o. i~p~rfección o prioridad de natur;leza. Por otra parte, suele Solución de las difi~ultades
preguntarse .SI el prmcIpIo tomado ad extra en Dios como creador y como ope-
rante a partIr ~e matena pres?puesta, es análogo; esto es lo que parecen pensar 26. ¿Tuvo Aristóteles por una misma cosa al prindpio y a la causa?- Examen
alg;llloS; yo, sm embarg~, pIenso que es unívoco, porque la efección se dice de varios pasajes de Aristóteles con este objeto.- Al primer testimonio de Aris-
u111voc~mente de I~ creaCIón y de la educción, principalmente la que es hecha tóteles puesto al comienzo responden muchos con aquella regla dialéctica de que
por DIOS como p:lmer agente; pero acerca de todo esto, es suficiente ya con en los ejemplos no se pide verdad, y en tal pasaje puso Aristóteles el principio
lo que llevamos dICho. y la causa como de paso y a modo de ejemplos. Pero esta es una interpreta-
ción ,forzada o mejor una modesta concesión de la equivocación de Aristóteles.
Resolución de la cuestión principal
Otros interpretan que el nombre de causa allí no se toma de modo propio sino
25. El principio !iene más extensión que la causa.- Por último, se infiere vulgar en cuanto que se aplica a cualquier ocasión o condición necesaria. Pero
de lo que llevamos dIcho la respuesta a la cuestión propuesta, por causa de la también esta explicación tiene una dificultad que abordaremos después, ya que
el nombre de causa, incluso tomado vulgarmente, no tiene nunca tanta ampli-
24. Principium generativum et spirati- di~ta . ~~opter deelarandam exacte anaJogiam I
vum an dicantur univoce.- Principium de prmcIpll. Illud vera magis theologicum est
Deo aeante et operante ex subiecto qualiter 9uod quaeri solet, an principium clictu~ multa de prinCIpIO diximus, scilicet, prin- difficilis ut non possit cognosci lumine na-
cipium 'et causam non esse omnino idem turae, quia in solo Trinitatis mysterio re-
dicatur.- Neque obstat quod origo vel pro- mtra Deum de generante et spirante sit uni- nec reciproce dici, sed principium commu-
ductio sit analoga, tum quia potentia Dei peritur talis principii modus et ideo difficile
Vocum vel analogum; in quo ego censeo nius esse quam causam. Ita docet expresse D. est discrimen et rationem assignare, de quo
non sumit rationem suam ex habitudine ad cum ~coto, Joco s.upra citato, esse univo-
extrinsecum sed ex sua essentiali et abolutis- Thomas, 1, q. 33, a. 1, ad 1, inde rationem dicemus sectione sequenti.
c';1m SICut est relatlo vel persona. neque in sumens cur in Deo una, persona dicatur
sima perfectione; tum etiam quia ad excel- Solvuntur argumenta
lentiam clivinae potentiae absolute sumptae h:s. q.uae cum. omni proprietate cÍicuntur de principium alterius et non causa. Idem ha-
pertinet ut neque ex necessitate sit con- dIV~DlS perSODlS intelljgo analogiam vel attri- bet In 1, disto 29, a. 1, in corp., et ad 2, 26. An principium et causam idem Aris-
iuncta suae actioni, nec etiam possit habere ?utIonem~ cum ibi nulla sit dependen tia, aut et de Potent., q. 10, a. 1, ad 9, et est toteles reputaverit.- Varii Aristotelis loei ad
Impe~fectIo, vel prioritas naturae. Rursus communis sen ten tia. Quam recte probant id expenduntur.- Ad prjmum testimonium
actionem sibi' adaequatam seu eiusdem or- quaen solet utrum principium ad extra clic-
dinis; atque ita fit ut imperfectio quam rationes dubitandi. positae in principio in Aristotelis initio positum multi respondent
essentialiter ineludit productio seu depen- tum de Deo Ut creante vel operante ex tertio loco et ex omnibus dictis de principio per illam regulam dialecticam, exemplorum
p~aes.upposi.ta m~teria sit analogum; quod manifeste constato Nam principium dicitur non requiri veritatem; in eo enim loco obi-
den tia creatUIde, non solum non diminuat ahquI sentIre vIdentur; ego vero censeo
perfectionem et proprietatem potentiae Dei es se univocum, quia effectio univoce' dicitur etiam de eo qui proprie non influit in alium, ter et gratia exempli posllÍt Aristoteles prin-
ad agendum extra se, sed etiam sit mani- causa ver o minime. Item hinc fit ut prin- cipium et causam. Sed haec dura interpre-
de creatione et eductione, praesertim quae cipium non tantum entibus realibus, sed tatio est vel modesta potius concessio Aris-
festum indicium infinitae perfectionis eius. a Deo fi~ ut a primo agente; sed de his haec
E contrario vero excellentia internarum ori- etiam entibus rationis seu privationi con- totelici lapsus. AHi exponunt nomen causae
sunt satIS. veniat; causa vero non item. Est ergo haec ibi non accipi proprie, sed vulgari modo,
ginum indicat summam et infinitam perfec-
tionem et proprietatem actuum immanen- conc1usio manifesta comparando causam ad prout de quacumque occasione ve) con di-
Principalis quaestionis resolutio principium in tota sua generaHtate; si vero tione necessaria dicitur. Sed haec etiam ex-
tium Dei et con sequen ter aliquo modo mi-
nuit proprietatem potentiae in actu primo,
25. P~incipium latius patet quam cau- comparetur ad principium vere ac per se po sitio habet difficultatem infra attingendam,
sa.- yltImo ex dictis colligitur responsio ad influens aliquod esse in eo cuius est prin- nam nomen causae etiam vulgariter sump-
ut deelaratum esto Atque haec sint obíter quaestIonem propositam, propter quam tam
cipium, est etiam vera conelusio, tamen ita tum nunquam tam late patet ,sicut prin-
-- ---- -- - - ~~- OIIII,.
q .......__"'"'"- - - - - -

346
Disputaciones metafísicas
Disputación Xll.-Sección 1 347
tnd como el de principio. Puede, por tanto, decirse que Aristóteles allí afirma dos
cosas sobre el ente y ~a unidad. La primera es que son la misma cosa. La se- dió Aristóteles como regla general, que el principio se dice también de todos los
gtmda es q,ue, s~ conVIerten entre sí; por consiguiente, cuando Aristóteles dice modos en que se dice la causa, aunque no solamente en aquéllos. Y de acuerdo
como el prznctpw y la causa, no las compara. en lo segundo sino en lo primero, con este sentido encaja perfectamente la razón de Aristóteles; sin embargo, pue-
ya que pretende exponer que el ente y la umdad son una misma cosa realmente de difícilmente acomodarse a las primeras palabras. Otra exposición indica Santo
pero no en el con~ep.to.; y para esto introduce un ejemplo diciendo que se com~ Tomás, a saber, que a las acepciones de principio allí enumeradas convienen
portan. como el pnnCIP!O y la causa, no como la túnica y el vestido; por lo cual, otras tantas causas, aunque no bajo el mismo concepto; pues de la causa co-
InmedIatamente despues. de aquellas 'p~labras principio y causa añade pero no mienza el movimiento, y así en otras cosas. Según esta exposición, la prueba
como las cosas que se dtcen ca,,! un umco concepto. Y si la comparación se hace de Aristóteles ha de ser inducida de otro modo, a saber: para confirmar desde
en una y ot.ra cos~ no es preCISO entenderla del principio y la causa universal- allí que dichas acepciones tienen lugar en el principio, porque tienen también
mente SI?O mdefimdamente, .en cuanto que a veces el principio y la causa, aun- lugar en la causa, ya que toda causa es principio; pero con todo, no se sigue de
que se SIga ,tInO del otro, dIfieren conceptualmente, por ejemplo el principio y allí que la causa y el principio se digan recíprocamente, ya que aunque las acep-
la causa efiCIente. ' ciones allí enumeradas puedan acomodarse a la causa según otras razones, sin
27. Al segu~~o te~timonio tomado del V libro de la Metafísica responden embargo, el principio tiene mayor amplitud, puesto que se dice de todos aquellos
algunos que tam?Ien alh se toma el nombre de causa en sentido amplio V vulgar, modos en que se dice la causa y según la razón propia de causa, y además se
~ero esto va abl~rta.m.ente en contra de la mente de Aristóteles, que ú:ata dis- dice también de otros modos, según la razón general de principio.
tlntam;nte del prmcIpIo. y la caus~, y expone el significado de uno y otro propia 29. Al tercer testimonio, tomado del libro XII de la Metafísica, donde Aris-
V filosoficamente. Ot:a mterpretacIón es la que dice que cuando Aristóteles afir- tóteles llama causa a ·la privación, la exposición común de todos y la necesaria,
ma que la ca~s.a se ~Ice de ta?tos modos como el principio, no hay que entenderlo es que allí usó el nombre de causa en sentido vulgar, en cuanto que se dice causa
de modo pOSItIVO, sm~ negatIv~; ~s. decir, que la causa no se dice de otros mo- todo 10 que se requiere de cualquier modo para otra cosa.
dos que los que se dIce el. pnncIpIo, aunque no sea necesario que se diga de 30. Pero podrá decir alguno que consiguientemente, si hablamos con ver-
todos aquellos modos. Y cIerta~ente, aunq~e la propiedad de aquella palabra, dad y guardando la proporción debida, hay que confesar que el principio y la
en tant?s, modos,_ parece que dIficulta esta mterpretación, sin embargo la razón causa se dicen recíprocamente, pues si uno y otro se toman en toda su amplitud
fue Artstoteles a~ad: parece que obliga a admitirla, pues agrega: Ya que todas y analogía y uso vulgar, se convierten; y si la causa se toma estrictamente y con
..as causas. son prtnctpws. De la cual razón absurdísimamente se infiere que la toda propiedad, también se convierte con el principio tomado del mismo modo .
causa se dIce de todos lo~ modos ~n q~e se dice el principio, pues esto sería ar- Pero si la causa se toma propiamente y el principio ampliamente y por eso se
gumel!tar d~sde 10 ~upenor a lo mfenor afirmativamente, de la misma manera . dice que el principio es más general que la causa, se hace una comparación im-
que SI algmen deduJese:. Toda sustancia es ente; luego la sustancia se dice de propia; y con la misma razón podría decirse que la causa tiene más amplitud
tantos modos como se dtce el ente. que el principio, ya que si la causa se toma ampliamente y el principio en sen-
28. .Otra exp.osi.ci?n indica Alejandro de Hales, a saber: que en tantos mo- tido propio, tendrá más amplitud. Se responde negando una y otra parte del aser-
dos se dIce el pnncIpIo en cU,antos se dice la causa, porque toda causa es prin- to, pues comparando el principio propio y esencial con la causa propia y esen-
cipio. De tal modo que despues de enumerar las significaciones de principio· aña- cial es más general el principio, como se ve teológicamente en el caso de las pro-

ci.pium, Dici ergo potest Aristotelem duo ibi


dícere de ente et uno. Primum est esse idem. proprie ~xponat. Alia expositio est cum Aris- quasi generalem regulam, quod principium 29. Ad tertium testimonium ex XII Me-
Secundum est convertí inter se; cum ergo t?t~les alt tot mod!s di~i causam quod prin- etiam didtur omnibus modis quibus dicitur taph., ubi Aristoteles privationem vocat cau-
ClPlUI?, n?n esse mtelhgendum positive sed causa, quamvis non illis solís. Et iuxta hunc sam, communis omnium et necessaria ex-
Aristoteles ait sicut principium et causa non po sitio est ibi fuisse usum nomine causae
n~gat¡ve, Id est, causam non dici aliis mo- sensum optime quadrat ratio Arist.; tamen
coml?arat, ea in secundo, sed in primo~ in-
tendIt emm docere ens et unum es se idem ~IS quam his quibus dieitur principium vix potest accommodari ad priora yerba. Alia vulgari modo, prout causa dicitur quid quid
re, non tamen ratione; et ad hoc inducit h~et non necesse sit díci omnibus illis mo~ expositio indicatur a D. Thoma, scilicet, prin- ad aliud quovis modo requiritur.
e~e!'Ilplum dicen s quod se habent sicut prin- dlS. Et ,quidem l~cet ,Proprietas illius vocis cipii acceptiones ibi numeratas tot conve- 30. Sed dicet alíquis: ergo si vere et
tot modts refragaIl hUIC expositioni videatur cum proportione loquamur, fatendum est
ClplUm et causa, non sicut tuniea et vestis' nire causae, quamvis non sub eadem ratio- principium et causam reciproce dici, nam
unde, immedi~te post Ula yerba principiu~ tamen ratio quam Aristoteles subiungit vi~ ne; nam ex causa incipit motus et sic de
de~ur cogere ~d illam admittendam; subdit si utrumque in tota sua amplitudine et ana-
el causa, subdlt sed non ut quae una ratione aliis. Iuxta quam expositionem probatio logia et vulgari usu sumatur, convertuntur;
dicuntur. Vel si in utroque fiat comparatio emm : Quontam omnes causae principia Aristotelis aliter est inducenda, scilicet, ut
sunt. Ex qua ratione ineptissime inferretur si autem striete et cum omni proprietate
n?n oportet universaHter intelligi de princi~ inde confirmet illas acceptiones habere 10- causa sumatur, etiam convertitur cum prin-
plO et causa, sed indefinite, quod aliquando ca~sa~, dici omnibus modís quibus dicitur cum in principio, quia etiam habent locum
I::rn::cI'plU,m; ~sset enim argumentari a supe- cipio eodem modo sumpto. Si yero causa
principi?m et ~ausa, licet mutuo consequan- in causa, quia omnis causa principium est; sumatur proprie et principium late et ideo
tur, ratlone dlfferant, verbi gratia, princi- ~Ion Id mfenu,s affirmative; ut si quis col- inde tamen non sequitur causam t"t prin-
hgeret: Omms substantia est ens' ergo dieatur principium generalius esse quam
pium et causa efficiens. cipium reciproce diei, quía, licet acC'~ptiones causa, impropria fit comparatio; et eadem
27, Ad secundum testimonium ex V
quot m,odis dicitur ens, totidem) dicitur
substantla. ibi numeratae secundum alias rationes pos- ratiGne dici posset causa latius patere quám
Metaph. respondent aliqui etiam ibi sumí sint causa e accommodari, tamen principium principium quia si causa large sumatur et
nomen causae lato et vulgari modo, Sed 28. Aliam ve~~ expositionem indicat Ale-
x,a~d. Alens., ,s~lhcet, tot modis diel prln- latius patet, quia dicitur omnibus illis modís principium proprie, latius patebit. Respon-
hoc aperte est contra mentem Aristote- quibus dicitur causa et secundum propriam deo negando utramque partem assumptionis;
lis, cum distincte tractet de principio et Clp1U~ q~~t dlcltur causa, quia omnis causa
e~t, pr~nclp!Um: I~a .. ut post enumeratas sig- rationem causae; et praeterea dicitur aliis nam comparando principium proprium ac per
causa et utriusque significata philosophiee et modis secundum generalem principii ratio- se ad propriam et per se causam, commu-
mÍlcatlOnes pnnClp!1 subiunxerit Aristoteles
nem. nius est principium, ut patet theologice in

,~
--~--

348
Disputaciones metafísicas Disputación Xll.-Sección II 349
cesiones divinas y fisicament l" ,
significación má~ amplia tam~i ~n ~ pnvacIOn. IY t?m~~do a uno y otro en su sino o bien del origen o de cualquier otro modo. Y en este sentido hay que
Pues aunque la causa así tomad en pIenso que e. pnnclpIO es algo más general. explicar a los griegos, que, como dice Santo Tomás, admiten que el Hijo sea
dadera y esencialmente causas ~o~o~~renda vanas cosas que no son propia, ver'" principiado por el Padre.
tenido bajo la general significa~ión de ~i:c~ ~~~prende na~a que n.o 9u.ede con- 33. Solución de las dificultades que prueban que la causa tiene más ampli-
algunas cosas que de ningún modo seP dicep ,y en c~m~)1o: el prInCIp10 abarca tud que el principio.- A las dificultades aducidas en segundo lugar, que prueban
ción vulgar, pues el primogénito se lla n. c~u~as'd mI slq~~era en la conversa- que la causa tiene mayor amplitud que el principio, hay que responder que Aris-
modo causa. ma prInCIpIO e os hIJOS, pero de ningún tóteles, en el primer testimonio, no habla en general del principio sino del primer
principio en un orden, que tenga influencia y causalidad. Y acerca de este prin-
31. Los Padres Griegos usaron el nombre d . "
En cuanto al modo de hablar de los Padre G' e ca~sa en lugar de prznczpw.- cipio había dicho en el mismo sitio que aunque sea pequeño por su magnitud eS
ron el nombre de causa con más amplitud sd flegos, ay que responder que usa- grande por su facultad. Y sobre este primer principio, niega que tenga una cau-
lín; pero que realmente no atrib J e ~ que se puede o debe usar en la- sa superior, a saber, en aquel orden. Pues únicamente el primer principio de
en sus operaciones ad' intra uyeron e nom re, de causa a las personas divinas modo absoluto y en toda la amplitud del ente no tiene causa alguna. Y en el
e indica con ello al . J e~ c~~nto ~ue p~opIamente dice relación al efecto mismo sentido, en el libro 1 de la Física, pone en la definición de los principios
uno respecto de otr;.una Imper ecclOn; S1110 solo en cuanto que dice origen de del ente natural que no sean de otros, a saber, del mismo modo que el ente na-
tural proviene de aquellos mismos, porque aquéllos son los primeros principios
32. Si algo es principiado 1 d' , en aquel orden. Sobre los cuales principios, en cuanto principios, y sobre su
principio.- A la razón d d . en a~ cosa: zvznas y qué es lo correlativo del definición propia se
ha de tratar en la Filosofía; pero en cuanto que algunos de
tivo del principio en las ~o:a n~?~n oSpteologos. q~e lo principiado sea correla- ellos son causas, se ha de tratar de ellos en 10 que sigue.
el Padre es principio d 1 H" s ~v111as. . or conSIgUIente, aun cuando digan que
por el Padre. Así Sant~ T~:::á:I;!a~, S111 embargo, que el Hijo sea pr~ncipiado
Según este modo de hablar será correlad~03Jet ~, ~d. 2, Y 0lltros comunmente.
otro. Este parecer ha sido a rob ' pr111cIplO aque o que procede de SECCION II
rencia al misterio de la Trfnida~do con raz0!1 por lo~, teólogos latinos por reve-
piado parece significar algo hecho !or!'~r:rge:~aer t?bCaSIOn de error; pu~~ I:rin~i­ SI EXISTE UNA RAZÓN COMÚN DE CAUSA; CUÁL ES Y QUÉ NATURALEZA TIENE
lo' . ..' , n a amos antes, o tambIen 111dlca
om~~~~ [:ere~~~e~~~; ~ ~~:~g%~~~:ente i~dica el comienzo. en el ser. Pero 1. Aristóteles no nos dejó ninguna definición de la causa en común; en cam-
si con el nombre de principiado . l
qu:~ando lo peyoratIvo del término,
principio, en este sentido se nie se slgm .ca. S? o aquello que es correlativo de
bio, los filósofos posteriores se esforzaron en formularla de la manera que mejor
se proceda para explicar las razones propias de cada una de las causas individua-
que efectuado, sino que significag~nl~:m~:~clplado sea lo mismo que causado o les a partir de la noción común, y que al mismo tiempo se declare cuál sea la
conveniencia de las causas entre sí. Pero hay que suponer que se trata de la
tiene principio no de duración (pues esta e;ui~~~~~;d 1~y p~~~e~~it~;lao~~~~i~)~ causa formalmente en acto en cuanto que es causa; pues como antes decíamos
acerca del principio, también en la causa pueden considerarse tres cosas, a saber:
pri~cipiis. di~inarum processionum et physi- la cosa que causa, la misma causación, por llamarla. así, y la relación que se sigue
ce In l?r1yatlOn:. ~~ sumendo utrumque in 32. p'rin,cifiatum an aliquid in divinis et
su~ ~a~IssIma sIgrufIcatione, etiam existimo quod p,rmczpn correlativum._ Ad rationem (haec enim aequivocatio etiam toIlenda est), sunt prima principia in illo ordine. De qui-
prInCIpIUm :sse quid cornmunius. Nam, !i- t.heolog1 negant principiatum es se correla~ sed veI originis veI cuiusvis alterius modi. bus principiis ut principia sunt et eorum
cet causa SIC sumpta plura comprehendat tlvum principii in divinis. Licet igitur dicant Atque in hoc sensu sunt explicandi Graeci, propria definitione in Philosopma disputan-
quae non sunt. I?roprie, vere ac per se cau-, P~~rem esse principium Filii, negant tamen qui, ut D. Thomas supra refert, admittunt dum est; ut vero aliqua eorum sune causae,
sae, ta~e~ ~:h¡J. comprehendit quod sub Flhum esse principiatum a Patre. Ita D. Filium principiari a Patre. de illis dicetur inferius.
genera~ s:gn:fI~atlOne principii non con ti- ~homas, I, q. 33, a. 1, ad 2, et alii commu- 33. Solvuntur quae probant causam prin-
neatur, prInCIplUm vera aliqua complectitur mt.er. Iuxta quem loquendi modum corre- ,cipio latiorem.- Ad argumenta secundo loco SECTIO II
qua e pullo modo dicuntur causae etiam IatIvum principii erit id quod est ~b alio facta, quibus probatur causam !atius patere
vulgar: s:r:none;,. primogenitus enidt Voca- Qu~e sell:te;:ltia merito approbata est a theo~ quam principium, respondetur Aristote!em UTRUM SIT ALIQUA COMMUNIS RATIa
tur pnnCIplum flhorum, non tamen causa IO~IS LatInlS ob reverentiam mysterii Trini. in primo testimonio non loqui generatim CAUSAE, ET QUAENAM ET QUALIS
ullo modo.
tatls et. a~ . tollendam occasionem erroris; de principio, sed de primo principio in ali- 1. Ex Aristotele nullam causae in com-
~1.. ~rae~i Patres causae nomine pro nam prInClpratum videtur significare aliquid quo ordine, quod habeat influentiam et cau- muni definitionem habemus; posteriores vera
prmclplo USI.~ Ad modum loquendi Patrum .fac~um, .ut supra argumentabamur, vel etlam salitatem. De quo principio ibidem dixerat philosophi in ea assignanda laborarunt, ut
Graecorur;t respon~etur usurpasse nomen mdl~at .lde~ .q,uod initiatum, et consequen_ ¡icet magnitudine parvum sit, facultate esse a cornmuni ad proprias rationes singularum
~ausae latlUS qua m In Latina proprietate pos- ter In~cat InltlUm essendi. Omisso vero illo magnum. Et de hoc primo principio negat causarum explicandas melius procedatursi-
Slt ~ut. debeat usurpari; re tamen ipsa non m~st:n? .et ablata vocis invidia, si nomine habere causam superiorem, scilicet in illo mulque declal'etur qualis sit convenientia
~ttflbUlsse nomen causa e . personis divinis ad prmclpl.atI solum significetur id quod est ordine. Nam solum primum principium ab- causarum inter se. Supponendum autem est
mtra, quaten,us pr?pri.e dicit relationem ad solute et in tota Iatitudine entis nullam ha- sermonem esse de causa in actu formaliter
~ffectum, et In eo Indlcat a!iquam imperfec- co~re~a~lvum principii, sic negatur idem es se
prmc~pIa.tum quod causatum vel effectum;
bet causam. Et eodem sensu in I Phys. ut causa est; sicut enim supra de principio
tlone~; sed soIum ut dicit originem unius ponit in definitione principiorum entis na- dicebamus, ita etiam in causa tria considerari
ad aha. sed slgnrficare tantum id quod ad alío est possunt, scilicet, res quae causat, causado
turalis quod non sint ex aliis, eo, sci:licet,
ve! quod habet principium, non durationis modo quo ens naturale est el' ipsis, quia illR ipsa (ut sic dicam), et reIatío quae ve! con-
350 Disputaciones metafísicas
Disputación XII. Sección 11 351
o que se concibe. De este tercer miembro no se ha de tratar nada en toda la
materia, pues tiene después su lugar propio en la materia de la relación. Pero mente, 10 que dijo Aristóteles en una disyunción, es, o. se ~ac~e~ ~o:o:s~~e, J~~~:
acerca de los otros dos tenemos que tratar; en primer lugar, sobre la causación abarcado bastante confusamente con ~?a pala?r;, S~cf~gu;~ ~ue de lo cont;ario la
misma por la que formalmente se constituye en acto la causa y por la que se nos no puede significarse la sola conseCUClOn por m ere 'infieren las causas' por
manifiesta la causa misma o la virtud causativa. definición convendría también a los efectos d~ que se l ' . , n ~ con-
2. Se rechaza una primera descripción de la causa.- Así, pues, la prime- n general se slgmfique cua qUler coneX1O
consiguiente, es menester que, e .. " . l' almente el argumento en
Iil definición de causa que se suele dar es ésta: Causa es aquello por lo que ., y d t isma exposlclon se toma prmc P
se satisface a la interrogación con que se pregunta por qué algo es o se hace. secuclodn. 1 ~ es ader:nición' pues dicha definición no es tanto de la causa cuan-
contra e a mIsma , ., 1 . . , ya que de ella se
Esto puede tomarse de Aristóteles, II de la Física, C. 7, donde prueba la suficien- to del principio por 10 cual conviene tamblen a a prlVaClOn, . h d
cia de las causas por aquello de que con ellas se satisface a todos los modos con . 1 mutaciÓn a no ser tal vez que se diga que ~l verbo, se. stgue a e, ~n-
que puede preguntarse por qué es una cosa; indica, por consiguiente, que la cau- s:~~er:e por infl~jo y dependencia; y en este senudo, sera CIertamente váhda
sa es aquello con que se satisface a la cuestión por qué. Por lo cual se ve que la definición, pero será muy oscura.
la locución por qué no se toma de aquel modo especial con que suele decirse
en la causa final, sino de un modo más general que comprende a todas. Pero esta Resolución de la cuestión
definición apenas declara en nada la cosa, pues es igualmente oscuro lo que sig-
nifica aquella palabra por qué; en efecto, si se toma rectamente sólo significa la Legítima y adecuada descripción de la causa. -La tercera definición 1e~
relación de la causa final, y aun a ésta no la explica suficientemente, como vere-
mos después. Y si se toma con más amplitud, comprende los varios modos que
la q~e princip~lmentetraen ,alg~mos
modernos \ Ca~~a s~s r:~~:~l:l d:o~~ed~~, r!~
a
depende esenczalmente. A mI, clert~men~e, ~C:pr~s~la así' Causa es un principio
con aquellas voces se significan, de qué, por medio de qué, por qué cosa es algo; parece bien' con todo, me parecerla mejor ' , . o ue
por lo cual sólo se impone un nombre común, pero no se explica la razón común. que infund; esencialmente el ser en otro. Pu~s en lluga~ ~~~vr:::r~ f~e~:finfdo

~~~ ::~:n::~!;;::m~!:~a¿:f::~~~:~~q: ~2~:a~~~:~~:,";~ !:


Añado que aquella voz, con tal generalidad, puede, quizá, comprender también
los principios que no son causas, como dijo Cristo, loan., 6: Yo vivo por causa
del Padre; donde no se señala una relación de causa sino sólo de principio.
3. Se rechaza la segunda definición de causa.- La segunda definición, muy cau~a; pues el ente y,a9 y por aq¿ella partícula'quef
u
eqUlvalente- es remOUSlmo.
infunde esencialmente,
i . f d
corriente, es: Causa es aquello a lo que algo sigue, la cual suele citarse tomán-
dola del lib. De Causis, en el que no se halla; y más bien parece tomada de la queda excluída la privación yp
toda
esencialmente el ser en otro. ero e
tav~r~oa~~f~:~~l, n~u:e n~a ~:
fi .
t~~a; :~r~~ta~
. ,
definición de principio explicada anteriormente partiendo de Aristóteles, V de la le atribuirse de un modo especial a la causa e clente, smo mas
Metafísica. En efecto, lo que Aristóteles puso como primero en lugar del género, mente, como sue to ue ~ uivale al verbo dar o comunicar el ser a otro.
en aquella definición de causa se pone mediante un término más trascendental,
a saber: aquello; en cambio, las restantes partículas, a saber: a lo que algo, equi-
;!:t ::be::~~ e~bj~~:~ alg~nos e~
. '
contra de esta pa:te que la cadusa lmatertal
1 d la formal' y entre las extrmsecas, no a e ser a
Fo~m~
valen manifiestamente a aquellas palabras de Aristóteles, de donde algo. Final- e~ ser! s~~i~~~. ~er~ aunque de un modo especial se atribu.ya a aque!las dos
~:U~asa dar el ser, a la forma en cuanto que completa el proplO y especIfico ser
sequitur vel cogitatur. De hoc tertio mem- cat habitudinem causae finalis et iIIam ip-
bro nihil in tota materia tractandum est; sam non satis declarat, ut postea videbimus.
habet enim inferius suum proprium locum Denique 'quod Aristoteles su!' disiu~ctione ad rem spectat, mihiprobatur; libent~us
Si yero sumatur fusius, comprehendit va- dixit, est, aul fit, aut c()gno~C!tur, satis co~­ tamen eam sic describerem: C:ausa. est przn-
in materia de relatione. De aliis vera duo- rios modos qui iIIis vocibus significantur, ex
bus dicturi sumus; primo autem de causa- fuse comprehenditur sub umco verb.o ~e9u¡-. c;t>ium per se influens esse In alzud .. ~am
quo, per quid, a quo aliquid est; unde so- tur' in hoc enim verbo non pote;;t sl~niflcarJ loco generis existimo convenie~tius. pom il.lud
tione ipsa per quam formaliter constituitur
causa in actu et ex qua nobis innotescit
lum imponitur nomen commune, non tamen sol~ consecutio per ilIation~Ill, ahoqul. con,:,e- nomen commune quod propmqmus et lm-
causa ipsa seu virtus causandi. explicatur communis ratio. Addo iIlam vocem niret definitio etiam eff"cubus ex qUlbus ~n­ mediatius convenit definito; hoc autem mo-
2. Prima causae descriptio reprobatur.- in ea generalitate etiam posse comprehen- feruntur causae; oportet ergo ut gen~raum do comparatur principium ad causam; nam
Prima igitur definitio haec tradi solet: Causa dere principia quae non sunt causae, sicut quamcumque connex¡one~ vel cons~c~t!Onem ens et ilIud relativum id, quod absolute po-
est id per quod satisfit interrogationi qua in- Christus dixit, loan., 6: Ego vivo propter significet. Atque ex hac Ipsa exposlttone ~u­ situm ¡¡li aequivalet, remotissimum esto Per
Patrem, ubi non habitudo causae sed prin-
quiritur propter quid aliquid sit seu fiat. Quae cipii mitur potissimum ar~me.ntum co?,~ra Ip- ilIam autem particulam, per se influens, e~­
tantum significatur. sam definitionem; qUla. ü!a .. defimt10 ?,on
sumi potest ex Aristot., Ir Phys., c. 7, ubi cluditur privatio, et omnis causa per. aCCl-
sufficientiam causarum probat ex eo quod 3. Secunda causae definitio refutatur.- tam est causae quam pnnc~pu; un~e ettam dens, quae per se non conferunt aut mflu-
Secunda definitío et valde communis est: convenit privationi, nam ex lila seC'Ult~r ~u­
per ilIas satisfit omnibus modis quibus quae- unt esse in aliud. Sumendum est au~en; ver-
Causa est id ad quod aliud sequitur, quae tatio nisi forte dicatur verbum s~"
ri soJet propter quid res sit; significat ergo 1ll- bum ilIud influit non stricte, ut attrtbUl spe-
causam esse id :per quod satisfit quaestioni
referri solet ex libro de Causis, ubi non re- telli~endum esse per influxum et depel'-:_:_ cialiter solet causae efficienti, s~d genera-
propter quid. Unde constat dictionem prop- peritur; et potius videtur sumpta ex defini- tiam; quo sensu constabit quidem defiruuo,
tione principii supra declarata ex Aristote- lius prout aequivalet. verb.? .dandI vel con;-
ter quid non sumi iIIo speciali modo quo erit tamen valde obscura. municandi es se alten. Obllcmnt autem qUl-
solet dici de causa finali, sed generalius ut le, V Metaph. Nam quod Aristoteles posuit
primum loco generis, in ilIa definitione cau- Quaestionis resolutio dam contra hanc partem, quo~ ca~sa m~­
comorehendat omnes. Haec vera definitio terialis non dat esse, sed formahs; mter ex-
nihU fere rem declarat; nam aeque obscu- sae ponitur per terminum magis transcen-
dentalem, sci!icet, id; reliquae vero particu- 4. Causae germana adaequataqu~ ~escrip­ trinsecas vero finalis non dat esse, sc;d effi-
rum est quid significet ilIud verbum propter tio.- Tertia definitio est quam pott;;slme af- ciens. Sed, licet speciali modo attnbuatur
quid; nam si recte sumatur, solum signifi- !ae, scilicet, ad quod aliud, manifieste aequi-
valent illis verbis Aristotelis, unde aliquid. ferunt aliqui moderni: Causa es.t ¡d a quo iIIis duabus causis dare esse, formae ut c?m-
a1iquid per se pendet. Quae qUldem, quod plenti proprium et specificum esse, efficlen-
-----....-_-----;---------~

352
Disputaciones metafísicas Disputación Xll. Sección 1I 353
y a la eficiente en cuanto influye realmente, con todo, en absoluto y bajo una numéricamente' pues las personas divinas son correlativas, a pesar de ser de la
razón común, también la materia en su género da el ser, porque de ella depende misma esencia.' Y si se dice que son de la misma esencia absoluta, p~ro que se
el ser del efecto y ella misma da su entidad, con la que se constituye el ser del distinguen en sus razones respectivas, y ello basta par.a la depende~cIa correla-
efecto; también la causa final en el mismo grado en que mueve influye también tiva, ¿por qué no bastará también para la dependencIa del .producIdo respecto
en el ser, como se declarará después. del producente? Pues no se produce en cuanto que es lo .mIsmo que ~l produ-
5. Pero para explicar más esta parte de la definición hay que advertir que cente sino en cuanto se distingue de él; Y en cuanto tal tiene una entIdad rela-
si tratásemos filosóficamente de solas las causas y principios naturales, o sea que tíva distinta recibida del otro; luego según aquélla depende verdaderamente
pueden conocerse con la luz natural, la causa aparecería suficientemente definida de él. Hay ~ue añadir que según la propia razón relativa tiene la persona pro-
con aquellas palabras y distinguida de todos los principios que no son verdade- ducida un ser personal y respectivo distinto del de la persona producen~e,. y no
ras causas; pero como nuestra física y metafísica debe servir a la teología, es puede tenerlo más que en cuanto que le ha sido dado p~r otro; por conslgmente,
preciso dar tal definición de causa que no convenga al Padre Eterno en cuanto en aquello depende verdaderamente del otro. ¿Pues que. es depender de otro .en
que es principio del Hijo, ni al Padre y al Hijo en cuanto que son único principio algún ser más que no tenerlo por sí sino dado y c?mu11lcado por otro, de qmen
del Espíritu Santo, y esto es lo que nos plantea el problema, ya que la persona siempre tiene que ser dado para que pueda ser te11ldo? .
que produce parece que es un principio que infunde el ser esencialmente en otra 7. Oué es propiamente depender de otro.- Las divinas person~s produc¡~?s
persona, y en este sentido parece que le conviene toda la definición de causa, a por qué -no dependen del producente.- Por consiguiente, para explIcar esto. dlJ.e
pesar de no ser causa, como consta por el parecer admitido de los teólogos. que la causa es la que infunde el ser en otro; pues con estas palabras se Slg11l-
Dificultad tomada del misterio de la Trinidad fica la misma realidad que se supone en el verb? depender; ya que con ella q~e­
da significado que para la causalidad es necesano que aquel ser qu~ la causa In-
6. Por tanto, para excluir tal principio que por sí comunica su ser sin cau- funde esencial y primariamente en el efecto, sea ~ausado por .la mlsm~ causa y,
salidad, se han valido los autores modernos de la palabra depender, porque una por consiguiente, que sea un ser distinto del pro~lO ser que tIene en SI la causa.
persona divina de tal modo recibe el ser de la otra que no depende de eI1a, ya Por 10 cual, depender en su ser de otro es propIamente esto, a saber: tener t;n
que aqUello que depende de otro es preciso que tenga la esencia, al menos numé- ser distinto de aquél y participado o que de algún modo fluye del ser de aquel.
ricamente diversa de aquello de quien depende. Pero, en primer lugar, es pre- y que este modo de dependencia se encuentra en todas las causas que nosotros
ciso explicar qué es propiamente depender uno de otro, o por qué para la de- experimentamos puede mostrarse brevemente en todo .género de caus.as. Pues la
pendencia se requiere la diversidad de esencias y no basta la distinción real que materia y la forma infunden el ser en el compuesto CIertamente medIante la co-
media necesariamente entre el ser producente y el ser producido; porque no municación de sí mismas y de sus entidades; sin emba:-go, el ser del compuesto
aparece la razón de por qué requiere una mayor distinción la palabra depender que surge de allí es distinto, tanto del. ser de la matena com~ ~el de la forma,
que la de producir. Igualmente, un ser relativo se dice propiamente que depende y por ello depende propiamente de aquéllas, porque para co~st1tmr1o aporta ca~a
de otro, porque puesto aquél se pone éste, y quitado desparece, y sin embargo una su propio ser, y de allí surge un ser distinto de cualqUIera de ~l~as, que sm
no es necesario para los seres relativos en cuanto tales tener la esencia distinta ellas no puede existir. Lo mismo consta en la causa efiCIente (omItIda de mo-
ti yero ut realitel' influen ti, tamen absolute
et sub communi Tatione, etiam materia in finitio causae, cum tamen causa non sit, ut
suo genere dat esse, quia ab illa dependet ex recepta sententia theologorum constato
nam personae divinae sun! correlativ~e, .cum dixi causam esse quae influir es se in aliud;
esse effectus, et ipsa dat suam entitatem Difficultas ex mysterio Trinitatis SU11lpta tamen sint eiusdem essentJae. Quod SI d.lc~n­ his enim verbis eadem res decIaratur quae
qua constituatur es se effectus; causa etiam tur esse eiusdem essentiae absolu~a~, d.lstm- importatur in verbo dependendij significa-
finalis, eo modo quo movet, influit etiam in 6. .Ad excIudendum ergo huiusmodi prin- gui tamen in rati0l?-ibus reSpeCtlVI~, ldque
cipium per sese dans esse sine causalitate, tur autem per ilIa ad causaIitatem necessu-
esse, ut postea decIarabitur. satis esse ad correlatlvam dependentJam, cur rium es se ut illud esse quod causa per se
5. Ad decIarandum yero amplius hanc usi sunt auctores moderni verbo dependendi, non idem sufficiet ad dependentiam produc-
quia una persona divina ita recipit esse ab primo influit in effectum sit causatum ab ip-
partem definitionis, advertendum est, si phi- tí a producente? Non enim producitur qua- sa causa et consequenter quod sit es se distin-
alia ut ab ilIa non pendeat, quia id quod
losophice ageremus de solis causis et prin-
ab aIio pendet, Oportet ut habeat essentiam
tenus est idem cum producente, sed quate- ctum a ~roprio esse quod causa in se habet.
cipiis naturalibus seu quae naturali Iumine nus ab eo distinguitur; ut sic autem habet Unde hoc est proprie pendere in SUD esse
cognosci possunt, sufficienter videri causam saItem numero diversam ab eo a quo pen- distinctam entitatem respectivam receptam
det. Sed imprimis explicare oportet quid sit ab aIio, habere, sdIicet, esse distinctum ab
definitam illis verbis et distinctam ab omni- ab aIio; ergo secundum illam vere. pendet illo et participatum seu aIiquo modo f1uens
bus principiis quae verae causae non sunt; proprie unum pendere ab alio, aut cur ad
ab aIio. Adde quod secundum propnam ra- ab es se illius. Hunc autem modum depen-
quia tamen nostra physica et metaphysica de- dependendum requiratur diversitas essentiae
et non sufficiat distinctio rerum quae neces- tionem respectivam habet persona p!oducta dentiae inveniri in omnibus causis quas nos
servire debet theologiae, talem oportet ca u- distinctum esse personale ac respectlvum a experimur, ostendi breviter J?otest in on:mi
sae definitionem tradere quae Patri aeterno, sario intercedit ínter rem producentem et
productam; quia non apparet ratio cur ma- persona producente; et illud hab~re ~on pot- causarum genere. Nam matena et forma lll-
ut est principium FiIii, ve! Patri et Filio, ut est nisi ab aIio datum; ergo m 1110 vere f1uunt esse composito, communicando q1,1i-
sunt unum principium Spiritus Sancti, non iorem distinctionem requirat verbum depen-
dendi quam producendi l. Item unum rela- pendet ab aIio. Quid est enim pend~re ab dem seipsas et suas entitates ¡ es~e. tamen
conveniat, et hoc est quod facessit nobis ne- aIio in aIiquo esse, nisi non habere IlIud a compositi, quod inde consurglt, dlstlllc~um
gotium, nam persona producens videtur prin- tivum proprie dicitur pendere ab alio, quia
ilIo po sito ponitur, et ablato auferllur; et se, sed datum et communicatum ab alio, ~ est ab es se tum materiae tum formae, et Ideo
cipium per se influens esse in aliam perso- quo semper dari debeat ut semper haben ab illis proprie pendet, quia ad illud consti-
nam, atque ita videtur illi convenire tota de- tamen non est de necessitate relativorum lit
possit? . tuendum unaquaeque confert suum esse, et
sic habere distinctam numero essentiam;
7. Quid sit proprie ab alío pendere.-DI- inde consurgit esse a qualibet earum dis-
1 Puede admitirse en absoluto la sustitución de la palabra producendi por pl'ocedendi vinae personae productae quare a pr~ducente tinctum quod sine mis es se non potest. Idem
tal como aparece en algunas ediciones (N. de los EE.). non pendeant.- Ad hoc ergo exphcandum constat 'in causa efficiente (omissa pro nUDe
23
354 Disputaciones metafísicas Disputación Xll.-Sección II
mento la final, que tiene un influjo más oscuro, del que trataremos después); ni dependiente ni causado, sino sólo comunicado por la persona producente, por
pues toda causa que infunde el ser en otro por modo de principio esencial y lo mismo dicha generación no es una efección ni una causación -por llamarla
extrínseco, exceptuando el misterio de la Trinidad, lo da por la efección del mis- así-, sino una producción de tipo muy superior. Se añade que el mismo ser
mo ser que comunica; y por ello siempre da un ser distinto del propio ser que relativo de aquellas personas es tal que esencialmente incluye todo el ser divino,
tiene él; y esto es propiamente causar y hacer. Y, por el contrario, entonces pro- el cual es esencialmente independiente y por ello tampoco el mismo ser relativo
piamente depende la cosa producida en dicho género de causa eficiente, cuando puede llamarse dependiente.
el mismo ser que tiene esencial y primariamente recibido de otro, emana del Ser 9. Un ser relativo, incluso creado, no depende propiamente de otro.- Pero
de otro y no puede existir sin tal influjo. Y en las procesiones de las divinas en las relaciones creadas se dice a veces que una relación depende de otra en
personas no sucede así, porque aquel ser que se comunica esencial y primaria- cuanto que sin ella no puede existir. Pero esta es una manera de hablar impro-
mente por aquellas producciones no es algo diferente del ser mismo de la per- pia y general, porque donde hay dependencia, tal como ahora hablamos propia-
sona producente, sino que es aquel mismo numéricamente que está en la persona mente, hay prioridad de naturaleza; y las relaciones mutuas son enteramente
producente, y esto es lo singular y admirable en aquellas procesiones divinas; semejantes, y se dirá menos impropiamente que la relación creada depende de
y por ello de tal modo procede una persona de otra, que a pesar de todo recibe su término si se supone que es algo absoluto, porque puesto el fundamento y
de ella un ser enteramente independiente, porque recibe el mismo ser numérico el término resulta la relación. Por lo cual sucede que en las cosas creadas mucho
gue existe en la persona producente. menos puede decirse que una relación influya en otra, ya que una no es causa,
8. Se sale al paso de una objeción.- Ni es obstáculo que las mismas rela- más aún, ni principio siquiera de la otra, sino que sólo tienen la necesaria simul-
ciones sean distintas y. tengan su propio ser relativo distinto, porque no es el ser taneidad o concomitancia. En cambio, en los seres divinos, aunque un ser rela-
relativo en cuanto tal, sino el ser absoluto y esencial el que se comunica esencial y tivo proceda de otro, sin embargo, no es por dependencia ni por influjo de un
primariamente mediante aquellas procesiones. Pues procede Dios de Dios, y el ser esencial diverso que se comunique esencial y primariamente por tal pro-
Padre al engendrar al Hijo le comunica primariamente su propia naturaleza' en ducción.
cambio, la relación se requiere como una propiedad necesaria para constituir la 10. Por consiguiente, para declarar esta propiedad de la causa dijimos que
persona distinta; lo cual viene a ser como el elemento material -por llamarlo es un principio que infunde el ser, porque es preciso que el mismo ser sea cau-
así-;- en toda producción. Como en la generación humana, 10 que esencial y pri- sado, y consecuentemente distinto esencialmente del ser de la misma causa. Para
manamente se pretende formalmente es la comunicación de la naturaleza hu- indicar 10 cual expresamente añadí la partícula en otro y no en alguno o en el
mana y del ser humano; y en cambio, como consecuencia, es requerida la per- otro, ya que otro absoluta y propiamente no se dice sino de lo que es esencial-
sonalidad. Por consiguiente, la razón de producción ha de ser valorada princi- mente diverso. Y en cuanto a que la causa incluya esta propiedad y requiera tal
palmente del ser formal comunicado esencial y primariamente. Por 10 cilal la modo de influjo, no puede probarse de otra manera que por la común noción
generación de Cristo en cuanto hombre fué verdaderamente humana a causa' del y uso de esta voz, principalmente entre los latinos. Igualmente por su correlativo,
verdadero ser de la naturaleza humana, aun cuando la personalidad fuese de otra que comúnmente se piensa que es el efecto, palabra que abiertamente indica im-
razón. Así, por consiguiente, porque la generación divina es tal que el ser que por perfección y dependencia tomada con el rigor que explicamos; por 10 cual, es
ella se comunica esencial y primariamente no es emanado de otro ser, y por ello, cierto que la persona divina producida no puede decirse efecto, pues de 10 con-

finali, quae obscuriorem habet influxum, de 8. Occurritur obiectioni.- Neque obstat et ideo nec pendens nec causatum, sed como cipium alterius, sed solum habent neceSS8-
quo infra videbimus); omnis enim res quae quod re1ationes ipsae distinctae sunt et ha- munícatum tantum a persona producente, riam simultatem seu concomitantiam. In di-
influit esse in aliud per modum principii per bent proprium esse relatívum distínctum ideo generatío illa non est effectio neque vinis yero licet unum relativum procedat ab
se et extrinseci, extra mysterium Trinitatis, quia non esse relativum ut sic, sed esse ab~ causatio (ut sic dicam), sed productio longe alio, non tamen per dependentiam nec per
dat illud efficiendo ipsummet esse quod com- solutum et essentiale per se primo commu- superioris rationis. Accedit quod ipsummet influxum diversi esse essentialis, quod per se
municat; et ideo semper dat esse dístinctum nicatur per ilIas processiones. Procedít enim lesse relativum illarum personarum tale est. ut primo per talem productionem communi-
ab es se proprio quod in se habet; et hoc Deus de Deo, et Pater generando Filium pri- essentialiter indudat totum esse divinum, cetur.
est proprie causare et efficere. Et e conver- mario communicat ipsi suam naturam; re1a- quod essentialiter est independens, et ideo 10. Ad declarandam ergo hanc proprieta-
so tune proprie res producta pendet in eo tio yero requiritur tamquam proprietas ne- neque ipsum esse relativum potest dici de- tem causae dLximus esse principium quod i¡¡-
genere efficientis causae, quando ipsum esse cessaria ad constituendam distinctam perso- pendens. fluit esse, quia oportet ut ipsummet esse sit
quod ab alio habet per se primo receptum, nam; quod est quasi materiale (ut sic di- 9. Unum relativum etiam creatum pro- causatum et consequenter essentialiter di-
manat ab esse alterius et sine tali influxu cam) in omni productione. Sicut in gene- pl'ie ab alío non pendet.- In relationibus stinctum ab es se ipsius causae. Ad quod etiam
esse non potest. In processíonibus autem ratione humana quod per se primo ac for- yero creatis dicitur interdum una relatio pen- indicandum, consulto addidi pardculam in
dívinarum personarum non ita contingit, maliter intenditur est communicatio huma- dere ab alia, quatenus sine illa esse non pot- aliud et non in aliquem vel in alium, nam
quia illud esse quod per se primo per illas nae naturae et humani es se ; consequenter esto Sed est impropria et lata locutio, quia aliud absolme et proprie non dicitur nisi de
productiones communicatur non est aliud yero est requisita personalitas. Ratio ergo ubi est dependentia prout nunc proprie 10- eo quod est in essentia diversum. Quod au-
ab ipso es se personae producentis, sed est productionis principaliter pensanda est ex quimur, est primitas naturae; relationes au- tem causa indudat hanc proprietatem etrc-
ipsummet numero quod est in persona pro- f~rmali esse per se primo communicato. tem mutuae sunt omnino similes, minusque quirat talem modum influxus, non aliter pro-
ducente; et hoc est singulare et admirabile Unde generado Christi ut hominis fuit verc improprie dicetur relatio creata pendere a suo bari potest quam ex communi notione et
in illis divinis processionibus; et ideo ita humana propter verum esse humanae na- termino, si supponatur esse aliquid absolu- usu huius vocis, maxime apud Latinos. Item
una persona procedit ab alia, ut tamen ab turae, etiamsi personalitas fuerit alterius ra- tum, quia, posito fundamento et termino, re- ex correlativo, quod communiter censetur esse
ilIa recipiat esse omnino independens, quia tionis. Sic igitur, quía generatio divina talis sultat relatio. Ex quo fit ut in creads multo effectus,quae vox. aperte indicat imperfec-
recipit ipsummet esse numero quod est in est ut es se quod per se primo per iIlam minus dici possit una relatio influere in aliam, tionem et dependentiam in eo rigore quem
persona producente. communicatur non sit manan s ab alio esse quoniam una non est causa, immo nec prin- declaravimus; quare certum est personam
356
Disputaciones metafísicas
Disputación XIl.-Sección II 357
trado se diría también hecha cosa que va en contra de 1 f
1 e d F' l ' a e, como consta por
{l re o. llla mente, P?rqu~ por la cosa misma tal como ha sido ex licada den. En cambio, aquello primero convence enteramente de que la definición de
~011sta que tal modo de lllfiuJo o de emanación que conviene a los efecto; crea- . causa se explica mejor mediante un principio que infunde esencialmente el ser
.~s con respecto a tod~~ sus causas, es de una clase muy distinta de la emana- en otro, que mediante la dependencia, si esta partícula no se explica por la an-
Clon de una persona. d1Vllla desde ot~a,. y que tiene aquel modo de dependencia terior. Por consiguiente, el Verbo, en cuanto término de la Humanidad, no es
que hemos declarado, luego puede slgmficarse con una palabra común que com- principio que infunda esencialmente el ser en ella, ni depende de este modo la
prenda las causas de las cosas creadas y no los principl'oS de 1as d"lV1nas personas' humanidad del Verbo como de principio que infunda el ser en ella, sino sólo en
y ta 1 es esta pa1abra causa y el concepto que a ella responde 1" la razón de término, que es Ulla cierta propiedad necesaria, sin la que la huma-
1 f 'd d fi ' " . , que exp lcamos
por a re1en a ' d e mClOn de causa. Así' por consiguiente, es ver dadero que per- nidad no puede existir.
tenece a a ra~on e causa ser esencialmente diversa de su efecto, y que el efecto
12. Cómo concurre el Verbo Divino con la humanidad para constituir a Cris-
dep~nde propIamente ~e la ca~sa; y una y otra cosa queda indicada en a uelh to.- Qué causalidad ejercen los modos terminantes respecto de los terminados.-
partícula tal como ha SIdo explIcada por nosotros y mediante ella qu d ql 'd·
de 1a razon ' de causa elprlllclplo
' ,. en las cosas divinas.
, e a exc U1 o Esta respuesta satisface plenamente en cuanto a la dependencia de la humanidad
respecto del Verbo; pero queda todavía la dificultad de la dependencia de Cristo
en cuanto que es una persona compuesta. Pues supongo, según la verdadera doc-
Dificultad procedente del misterio de la Encarnación trina de los teólogos, e incluso de los Concilios y los Padres, que del Verbo en
cuanto término de la humanidad y de la humanidad misma surge la persona una
11. Una nue~~ dificultad surge pro~e~ente de otro misterio de la fe, a saber:
per se y admirablemente compuesta de Cristo como Dios hombre. Por consiguien-
el de la EncarnaclOn;
d 'pues al Verbo DIVlllO, en cuanto que es t'ermlllO
de 1a h umam'ad,
.
persona1 te, aquel compuesto depende verdaderamente del Verbo como de un cierto prin-
conVIene toda aquella definición
. de causa'" y sl'n b
em argo, en
cuanto ta,1 de acuer do con la sana doctrllla no es causa ya . d cipio intrínseco de que consta; por lo cual, es necesario que infunda el ser en
causa f 1 . f ' , q u e m pue e ser El comunicándole su ser personal, del cual resulta con la humanidad esta persona
orma, pue,sto .que es lmper ecta, ni eficiente, pues de 10 contrario tendría
el ye.r~o una efiCIencIa ad extra no común al Padre y al Espíritu Santo. La 1'0- compuesta, que en cuanto tal se distingue de alguna manera del Verbo tomado
posIclOn .m.ayor se prueba porque, según el modo de hablar de los te '1 p 1 estrictamente. Pero a esto se ha de aplicar la misma respuesta, pues el Verbo no
Verbo D1VlllO constituye el término de la dependencia de la h 'd °dog~s, e concurre de otro modo para la constitución de aquel compuesto que terminando
el Verbo es aqu.ello de que depende aquella humanidad y si uma~~ a; uedgo la humanidad; por 10 cual, si en esto no ejerce algún género de causalidad, tam-
pende ciertamente de él como de término pero no co~o d . se Ice que. e- poco al constituir a aquella persona compuesta tiene razón alguna de causa res-
l 1 d'fi 1 d d ' e causa, en pnmer pecto de ella. Y el argumento propuesto no sólo vale en dicho misterio, sino que
ugar a 1 cu ta no que a resuelta; más aún, de allí más bien se conclu e ue
no todo aquello de que depende otro es causa, y además es muy oscuro y, q puede acomodarse a todos los extremos que integran cualquier compuesto, como
es depender de algo como de término Pero esto último no e d d ' que cosa es el punto respecto de la línea, y la subsistencia creada respecto del supuesto, etc.
. s e a mIrar, por-
que se trata de un punto muy sobrenatural que explican los teo'1ogos como pue- Acerca de todas las cuales cosas hay que decir que prueban rectamente que se
reduce ciertamente a algún género de causa intrínseca, es decir, formal o mate-
divinam productam non posse dici effectum
Difficultas ex mysterio Incarnationis
alioqui diceretur etiam facta, quod est con~
tra, fidem, ~t constat ex Symbolo. Tandem, ,11. Alia, ver o difficultas nobis oritur ex prius convincit plane definitionem causae unam ac mirabiliter compositam. IIlud ergo
qUla ex re lpsa, prout declarata est constat airo mysteno, tIdei, scilicet Incarnationis; melius explicari per principium influens compositum vere pendet a Verbo tamquam
nam V,erbo dlVlUO ut personaliter terminanti
ilIum modum infiuxus vel emanati~nis qui humamtatem convenit tota ilIa definitio cau-
per se esse in aliud quam per dependentiam, a quodam principio intrinseco ex quo con-
nisi haec particula per priorem dec1aretur. stat; unde necesse est ut in iIIud influat esse,
convenit effectibus creatis respectu omnium sae; et taI?en ut sic non est causa iuxta sa- Igitur Verbum, ut terminans humanitatem, communicando ilIi suum esse personaJe; ex
suarum causarum, esse longe diversae ratio- nam d?ctnn.a~, cum neque possit es se causa non est principium per se infiuens esse in quo cum humanitate resultat haee persona
nis ab emanatione unius persona e divinae for.malr~, qUla Imperfecta est, neque efficiens, ilIam, neque humanitas hoc modo pendet a composita, quae ut sic ¡¡liquo modo distingui-
ab alía et habere iIIum modum dependentiae qUla airas haberet Verbum efficientiam ad Verbo ut a principio infiuente esse in ilIam, tur a Verbo nude sumpto. Sed ad hoc ea-
quem nos declaravimus; ergo potest una extra n~n communem Patri et Spiritui Sanc- sed solum in ratione termini, qui est proprie- dem responsio applicanda est, nam Verbum
communi voce significari, quae comprehen- to. MalOr propositio probatur, quia iuxta tas quaedam necessaria, sine qua humanitas non aliter concurrit ad constituendum iIIud
d~t. causas rerum creatarum et non principia commune~ . modum l,oquendi theologorum, ilIa non potest existere. . compositum, quam terminando humanita-
dlvmarum personarum; huiusmodi autem Ver~u~ dlvmum termmat dependentiam hu- 12, Divinum Verbum cum humanitate tem ; unde si in hoc non exercet aliquod
est haec vox causa et conceptus qui ilIi re- mam~atls; ergo. Verbum est id a quo pen- qualiter ad Christi constitutionem concur- causalitatis genus, neque etiam constituendo
spondet, quem per dictam causae definitio- de~ lila hUI?amtas. Quod si dicas pendere rat,- Modi terminantes, quam respectu ter- ilIam personam compositam habet aliquam
nem explicamus. Sic igitur verum est de qUldeI? ab 1110 ut a termino, non ut a cau- minatorum causalitatem exerceant,- Quae rationem causa e respectu iIIius. Argumen-
ratione causae esse ut sit essentialiter diver- s.a, p:lmo non solvitur difficultas, immo po- responsio recte satisfacit quantum ad depen- tum autem factum non tantum proceditin
sa a suo effectu, et quod effectus proprie tl1;S mde concluditur non omn~ id a quo dentiam humanitatis a Verbo 1; adhuc ta- dicto rnysterio, sed accommodari potest ad
pendeat a causa; utrumque autem in iIIa alIUd pendet, esse causam, et deinde valde men manet difficultas de dependentia Chris- omnia extrema. componentia aliquod compo-
particula, prout a nobis declarata est, indi- ob.scurum est quid sit dependere ut a ter- ti, ut est persona composita. Suppono enim situm, ut est punctum respectu lineae, et
ml~o. Sed hoc posterius mirum non est, ex vera theologorum doctrina, immo et Con- subsistentia creata respectu suppositi, etc. De
~atu~ .e~ per i~lam excluditur principium
In dlVlUlS a ratIone causae.
ql;la res est v~lde supernaturalis, quam ex- ciliorum et Patrum, ex Verbo ut terminante quibus omnibus dicendum est recte probare'
phcant theologl prout POSSUnt l. IIIud vera humanitatem et humanitate ipsa consurgere reduci quidem ad aliquod genus causae ln-
1 Vide dicta in I tom., III part., disp. VIII, sect. 3. Christi ut Dei hominis personam per se trinsecae, id est, fermalis vel materialis; quo-

1 Lege quae diximus 1 tom., disp. VIII, sect. 1.


359
Disputación XlI.-Sección~l~ll~_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
358 Disputaciones metafísicas

dal; pero cómo o en qué se apartan algunas veces de la propiedad de tales cau- Concepto objetivo único de causa
sas, y principalmente en dicho misterio, depende de lo que se diga en particular
de tales causas. 14 En segundo lugar puede inferir se de 10 dicho que el nombre ?e causa
. , , 1 te el nombre smo tam-
no es meramente equívoco, ya que no es comun so amen . . a
bién alguna razón del nombre. Sin embargo, está puesto en contro,v~rsla taS1nto
Qué es causalidad , d'ICh a d efin'1Ci'on, un concepto unlCO
este nombre le corresponde, segun .
. . al e algunos pIensan que no co-
formal como obJetIVO de causa en gener , ya qu d d los efectos
13. De cuanto dijimos de la razón de causa en común se colige en primer rresponde tal concepto único, porque los modos en que. epe.n e~nte diversos
lugar qué es aquello por 10 que la causa en acto, actual y formalmente queda de las causas en los diversos géneros de causas son tan pl'lmord~alm. P to
constituida en su ser de causa, lo cual suele llamarse causación o causalidad en ue de ellos no puede abstraerse una razón común de depen enCla. ero. es.
q . ' "1 es de toda convemenCla
general; y esto no es otra cosa que el influjo aquel o el concurso con que una
causa en su género infunde actualmente el ser en el efecto; pero este concurso
ni lo prueban ellos nI me parece a mI muy verOSlml pu 1 '1 hay una
real puede abstraerse un concepto común; Y entre . as causas. t;0 so o _
necesariamente se requiere que sea algo distinto realmente o ex natura rei de la cierta proporcionalidad metafórica, pues de lo contrarlO no se dma la caus~ ac~:
relación de la misma causa, ya que aquella cosa que se denomina causa puede ca de todos aquellos con propiedad, sino que hay verdadera y rea l co~vemenc ,
permanecer en la realidad sin este influjo actual; y esto es una señal cierta de como uede también confirmarse por la definición dada y por su rmsma expo-
distinción ex natura rei, como se vió en 10 que antecede. Pero este influjo no .. .,.p muchas de las cosas que dijimos acerca del concepto de ente pueden
puede ser la única razón predicamental de la causa al efecto; pues ésta, cual- ~~~~~6nYaplicarse aquí. No hay, por consiguiente, ;-azón para ~egar un concehto
quiera que sea, resulta del mismo influjo de la causa en cuanto terminado en el , , . de causa En cambio el punto de SI en este mIsmo concepto ay
comun umco . ' , d 1 d'" , d
efecto, del mismo modo, evidentemente, en que suele decirse que puesto el fun- . 'd d o una cierta analogía constará mejor despues de al' a IVISlon e
damento y el término surge la relación; por consiguiente, aquel influjo es algo UnIVOCl a . d d
'car cada uno de los mIembros y mo os e causaClOn, ., . y por elloJ
causa y d e expll . '
anterior a la relación, y según él, también la causa será algo anterior por natura- .. hast"" que comparemos las causas mIsmas entre 81.
leza a su efecto, a pesar de que según la relación sean simultáneos por naturaleza. 1o omItiremOS
Por consiguiente, aquel influjo es algo intermedio entre la entidad y la relación
de causa; no podemos explicar aquí más claramente, hasta que lleguemos a la ex-
plicación de cada uno de los géneros de causas, qué es dicho influjo y si es algo SECCION nI
que está en la causa misma o en el efecto o si es algo distinto de aquéllos o DIVISIÓN DE LA CAUSA
únicamente una denominación tomada de ambos. Y lo. mismo sucede acerca de
algunas propiedades o condiciones que parecen acompañar a la razón común de 1 Es célebre la división de la causa en los cuatro géner?s deVcadusa'l a ~a~erf':
causa, y que se encuentran de modo diverso en las distintas causas, como ser . fi . fi 1 que da Aristóteles en el hbro e a e a t-
anterior en naturaleza, distinguirse realmente o esencialmente del efecto, etc. ~aterial, formal, ~ t~ent~lde ~~ 'Física, C. 3 y siguientes; la explicación de esta
stca, C. 2, y en e 1 ro . r . t d cada uno de los
d' . ., depende enteramente de la mte 1gencla exac a e 11
~r~~~~os, la cual procuraremos extensamente en todo este tratado; y por e 0,
modo autem et in quo aliquando deficiant a ratio praedicamentalis causae ad effectum;
propietate talium causarum et praesertim in nam haec, qualiscumque illa sir, resultat ex
dicto mysterio, pendet ex his qua e de his ipso influxu. causae ut terminata ad effec- data et expositione eius confirmari 7tia I?
Causae unicus obiectivus conceptus potest. et ex his quae de conceptu entls dl-
causis in particulari dicenda sunt. tum, ea, sicilicet, modo quo dici salet posi- ximus' multa hic applicari possunt. Non est
to fundamento et termino consurgere rela- 14. Secundo colligi potest e.x dictis no-
tionem; est ergo ille influxus aliquid prius men causae non es se mere aeqUlvo~um, cuJ? ergo ~ur negetur unus COmI!lUnis ~onceI?tus
C ausalitas quid non tantum nomen,. sed etiam ahq.ua ratI? causae. An vero secundum lllu.m sIt. UlllVO-
relatione; et secundum illum etiam causa
13. Ex his quae de ratione causa e in est prior natura suo effectu, cum tamen se- nominis communis sito An yero hUlC noml- catio ve! aliqua analogia constablt m~l1Us P?st
communi diximus, colligitur primo quid sit cundum relationem sint simul natura. Est ni secundum ilIam defin¡tione~ correspon- traditam divisionem causa e et eXI?hcata .SID-
id quo causa in actu formaliter et proxime· igitur iUe influxus aliquid medium inter en- deat unus conceptus tam f~rn:ahs quam ~?­ gula membra ac modos caUSa?dl; .et IdeO
constituitur in es se causae, quod solet vo- iectivus causae in comJ?um, In controver.lla illud omittemus donec causas lpsas mter se
titatem et relationem causa e ; quid autem
cari causatlo vel causalitas in communi; hoc illud sit et an sit aliquid in ípsa causa vel in est; nam quidam existlmant non cor!espon~ conferamus.
autem ni! aliud est quam ínfluxus me seu effectu et an sit aliquis modus distinctus ab dere huiusmodi conceptum UnUl?, .qUla. mO~1
concursus quo unaquaeque causa in suo ge- illis vel tantum denominatio ex utroque quibus effectus pendent a caUSlS m dlyersl~ SECTIO III
nere actu influit esse in effectum; hic vera desumpta, non potest hic distinctius expli- generibus causarum, ita sunt primo dlve~sl QUOTUPLEX SIT CAUSA
concursus necessario oportet ut sit aliquíd cari donec ad singula causarum genera de- ut ab eis una communis ratio depende~tla.e
abstrahi non possit. Sed hoc neque ab IpSIS 1. Celebris est illa divisio causae in 9,u~­
distinctum in re seu ex natura rei a relatione claranda veniamus. Et idem est de quibus- tuor causarum genera, scilicet, materralr~,
ipsius causae, cum possit res illa quae causa dam proprietatibus vel conditionibus quae probatur, neque mihi videtur ad~odu.m ve-
formaJis efficientis, et finalis, quam tradlt
denominatur in re manere sine hoc actuali communem rationem causae comitari viden- risimile, nam ex omni reali con,:,em~ntra pot-
Arist., V Metaph., C. 2, .et. }ib .. II Phy~.,
influxu; quod est certum signum dístinc- tur et in diversis causis diversimode repe- est abstrahi conceptus commums; m~er c~u- c 3 et sequent., cuius dlv~s!Oms expoSltlo
tionis ex natura rei, ut in superíoribus visum riuntur, ut esse prius natura, distinguí reali- as autem non solum est proportlona!ltas o~nino pendet ex singulorum membrorum
esto Non potest autem hic influxus esse sola ter, vel essentialiter ab effectu, etc. !liqua metaphorica, alioqui non de ommbus exacta íntelligentiá, quam .m toto ho,: tracta-
illis causa cum proprietate diceretur, se~. est tu late prosequemur; et Ideo nunc m com-
vera et realis convenientia, ut ex defimtlOne
360
Disputaciones metafísicas Disputación Xl1.-Sección~l...l1=--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _361
_
ahora en general sólo propondremos las cosas que pueden ofrecer dudas acerca Pero es preciso que la causa eficiente de tal sujeto introdu~c~ a~guna cosa, ya
de esta división, y las resolveremos brevemente. Lo primero es si todos aquellos que de lo contrario no haría nada nuevo, en contra de la hlpoteslS asentada. A
miembros quedan contenidos verdadera y propiamente dentro de lo dividido. Se- esto por lo tanto le llamamos forma, sea la que sea, de lo cual trataremos des-
gundo, si se distinguen y oponen entre sí. Tercero, si abarcan suficientemente pué~. Finalmente: como las causas que obran ese.ncialmente. no. obran de ~odo
el todo dividi~o. Cuarto, si la causa queda dividida próxima o inmediatamente fortuito ni por casualidad, como consta por la mIsma expenencIa de la reahdad
en aquell?~ .I?Iemb~os o pU,ede concebirse otra división intermedia. Quinto, si V principalmente en las acciones humanas, para que la cosa quede f,uera d:, toda
aquella dlVlSlon es mfima o atoma, o puede aún dividirse cada uno de los miem- ~ontroversia, es perciso que además de. aquellos tres ~le~entos se de tambIer: Ull
bros en otros. Sexto, si es unívoca o análoga.
fin por causa del cual obra la causa efic1ente. Por conslgmente, estos cuatro mIem-
bros se encuentran en las cosas, ya sea que todos e~losse hallet; en cada uno de
los efectos o que no, pues esto se habrá de aveng.tlUr postenormente, ya que
Cuatro géneros propios de causas para el caso presente nos basta con que en la generahdad de las cosas se encuen-
2. Se p~ueba la aserción con una experiencia.- Respecto a la primera duda tren estos elementos. .
3. La materia es verdaderamente causa.-La forma es proptamente causa.-
hay q?e decIr que todas aquellas cosas participan verdadera y propiamente de
La eficiente es causa verdadera.- Sobre si el fin es verdad~ra causa.- En lo que
la razon ~e causa, y que por ello con razón queda dividida la causa en aquellos
se refiere a que cualquiera de éstas se~ verdadera caus~, C1ertamente pue~e pro-
cuatro mIembros. Esta aserción, además· de contar con el asentimiento común de
barse con facilidad acerca de la materIal, formal y efiCIente, p~es cualqUIera .de
todos a partir de Aristóteles, se prueba así. Efectivamente, que aquellas cuatro ellas manifiestamente infunde algún ser. En efecto, la matena queda defimda
c~~sas se encuen~ren en las cosas o efectos que experimentamos puede declararse por Aristóteles como aquello de lo cual, intrínsecam:nte incorp?r~do, se hace
factlm~nte supomendo que sucede algo nuevo en la naturaleza real' 10 cual es algo' en 10 cual por la partícula de tomada con propIedad, se dIstmgue la ma~
tan eVlden.te por las continuas variaciones de las cosas, alteraciones, ~eneraciones ted; de las otr;s causas; y por la expresión intrínsecamente incorporado que~a
y co.rrupclOnes? que parece totalmente superfluo probarlo con argumentos. Por separada de la privación y queda declarado el influjo propio c~n que la matena
conslgmente, SI algo se hace de nuevo, es necesaria alguna otra cosa por la que y, en general, el sujeto se manifiesta, de tal modo que de el surja el ser del todo.
sea hecho, ya que ~na cosa no puede hacerse a sí misma; y a ésta es a la que De modo semejante se manifiesta la forma de manera que con ella venga a. quedar
llamamos causa eficIente. La cual, o bien produce su efecto de la nada o de al- como actualmente constituido el compuesto; más todavía, con frecuencIa suele
guna otra cosa que presuponga para su acción; 10 primero no puede decirse en definirse la forma como la causa intrínseca que da el ser. a la cosa; pues la ma-
general, pues consta experimentalmente que ni el artífice hace la estatua si no teria es como un cierto comienzo o fundamento del m1smo ser y la forma lo
es de la ma~era o el bro?ce, ni el fuego calienta si no se le pone previamente consuma y completa; por causa de ello es llamada por ~ristóteles, en los .'u~a:es
algo 5lue recIb;t el calo;, nt se hace el fuego sino de la madera, estopa u otra cosa citados) razón de la quididad. Igualmente se cuentan estos entre. l~s . prmclpl~s
semejante. Mas todavIa, este modo de obrar es tan propio de las causas natu- intrínsecos del ser natural, o más bien son sólo ellos dos los prmClplOS constI-
ra~es que los filósofos que atendieron sólo a ellas sacaron de allí aquel conocido tutivos del ser natural; y son principios per se porqu~ son er: sumo grado n~­
aXIoma: De la n~1a nada se hace. Por consiguiente, aquel sujeto que se presu- cesados y esenciales, y dan el ser del modo que ~a SIdo exph~~do; por conSl-
pone para la aCClon de la causa eficiente, es al que llamamos causa material. guiente, son causas propias. Acerca de la causa efiCIente es tamblen claro, porque

muni solum proponemus ea quae circa hanc


divisionem dubitari possunt et ea breviter ex-
do aliquid novum in rerum natura fieri' autem ~t causa efficiens tale subiectum ali- esse; materia enim ab Aristotele definitur
quod est tam evidens elj: perpetua rerum vi~ quam rem introducat; alias nihil novum esse id ex quo insito fit aliquid. Ubi per
pediemus. Primum est an omnia illa membra cissitudine, alteratione, generatione ac cor-
vere ac proprie sub diviso contineantur. Se- efficeret contra positam hypothesim. Illud particu!am ex cum proprietate sumptam di-
ruptione, ut illud argumentis :probare su- ergo vocamus formam, qualiscumque iIIa sit, stinguitur materia ab aliis causis; per parti-
cundum an inter se distinguantur et oppo- pervacaneum sit. Si ergo fit aliguid de novo,
nantur. Tertium an suffieienter comprehen- de quo postea videbimus. Tandem, cum cu!am autem insito separatur a privatlone et
necessaria est aliqua alía res a qua fiat, quía causa e per se agentes non temere et casu dec1aratur proprius influxus, quo materia et
dant totum divisum. Quartum an proxime
et immediate causa in illa membra divida- non potest idem facere seipsum, et han e vo- agant, ut ipso rerum experiment? constat, in universum sllbiectum exhibet se, ut ex
tur, vel possit aliqua divlsio media excogi- camus efficientem causam. Quae ve! produ- et praecipue in act.ionibus humams, ut res eo consurgat esse totius. Similiter forma seip-
tari. Quintum an ilIa divisio sit infima seu cit suum effectum ex nihilo, vel ex aligua sit extra controvcrslam, necesse est ut prae- sam exhibet ut illa tamquam actu composi-
atoma, an possint sin gula membra in alia re. quam ad suam actionem praesupponat; ter illa tria detur etiam finis propter quem tum constituatur; immo frequenter definiri
dividí. Sextum, an sit univoca vel analoga. pnmum non potest in universum dici nam causa efficiens operatur. Reperitintur ergo solet forma, quod sit causa intrinseca quae
experimento constat neque artificem 'facere haec quatuor membra in rebus, sive omnia dat esse rei; materia enim est quasi inchoatio
Quatuor propria causarum genera statuam nisi ex ligno aut aere, neque ignem iIla in singulis effectibus inveniantur, sive quaedam ve! fundamentum ipsius esse, for-
2. Ab experimento pl'Obatur assertio.- calefacere nisi aliquid ei supponatur quod ca- non, hoc enim postea erit i.nquirendum pam ma yero iIIud consummat et complet; prop-
Ad prima m dubitationem dlcendum est om- lorem suscipiat, neque efficere ignem nisi ex ad praesens sat est quod In rerum umver- ter quod ratio quidditatis appellatur ab Aris-
nia ilIa vere ac proprie rationem causae par- Iigno, stupa aut alía re simili. Immo hic mo- sitate haec inveniantur. totele citatis loeis. Item haec numerantur in-
ticipare; et ideo merito causam in ilIa qua- dus agendi tam est proprius naturalium cau- 3. Materia vere causa.-Forma est pro- ter principia intrinseca rei naturalis, ve! po-
tuor membra dividí. Haec assertio, praeter sarum, ur philosophi gui ad iIIas tantum at- prie causa.-Efficiens vere causa.-Finis an tius iIla duo tantum Sllnt principia consti-
communem omnium consensum po~t Aris- tenderunt inde sumpserint axioma iIlud: Ex vera causa.- Quod autem quaelibet ex his tuentia rem naturalem; sunt aurem principia
totelem, sic probatur. Nam quod iIIa qua- nihilo nihil fit. IlIud ergo subiectum quod per se,. cum sint ¡naxime necessaria et. essen-
vera sit causa, de materiali quidem, forma-
~uor ~n rebus s~u effectibus quos experimur ad a~tionem effieientis causae supponitur, li et efficiente, facile probari potest, nam tialia, et dant esse eo modo quo explIcatum
Illvemantur, facI!e declarari potest supponen- matenalem causa m vocamus. Necesse est qllaelibet ex his manifeste influit aliquod est; sunt ergo propriae causae. De efficien-
362 Disputaciones metafísicas Disputación XII-Sección III 363

con s?- acci~n


hace que la cosa tenga el ser que no tenía antes; y a esto tiende miento, etc., sin los cuales no se hace ningún efecto; por consiguiente, hay que
e~e~cIal y ~lrectamente su acción; luego la eficiente es como la fuente y el prin- detenerse .en la sola causa eficiente, mientras que las demás cosas son como ayudas
ClplO que mfunde esencialmente el ser en el efecto; el cual ser del efecto es o condiciones necesarias de esta causa. De otra forma, puede objetarse en sentido
distinto del ser del eficiente; por consiguiente, toda la definición de causa le con- totalmente opuesto que Sócrates, según Platón en el Fedón, mantiene que sólo
viene con toda propiedad a la eficiente. Acerca del fin, en cambio, puede haber el fin merece el nombre de causa, pues toda la causa de una cosa es aquello
alguna razón para dudar, porque no se presupone en él ningún ser real con el por lo que se hace; y todas las demás cosas no son sino condiciones requeridas
que pueda causar; pero porque de esto se ha de tratar más extensamente en para que la cosa se haga; por 10 cual, a la pregunta de por qué se hace o es una
un~ ~isputación 'prop~~, ahora se explica brevemente, ya que aunque el fin sea
cosa, sólo se responde satisfactoriamente con la causa final.
l? ultImo en la eJec~clOn, cor: t~d? es lo primero e~ la intención, y en ese aspecto
5. Se resuelve la primera objeción juntamente con un pasaje difícil de San
tIene verdadera razon de pl'1nClplO, pues es 10 pl'1mero que excita o mueve al
Agustín.- Respecto de la primera objeción, el pasaje de San Agustín es difícil,
agente a obrar; .Y es un principio no fingido sino verdadero y real, porque ver-
dader~m~nte eXCIta y mueve. Por lo cual, como tiene suficiente ser con que po-
pues niega allí que haya que investigar por qué ha querido Dios crear el
der ejerCItar tal razón de principio, igualmente lo tiene para la razón de causa' mundo, ya que esto es buscar la causa de la voluntad de Dios; y toda causa es
y aquel ser, aunque e~té. en la mente, no ,queda fuera del ámbito del ser real, y eficiente, la cual no puede tener cabida en la voluntad de Dios; en 10 que se
advierte claramente que San Agustín confunde la causa final con la eficiente;
po.r ~ll? puede ser .sunC1ente para tal razon de causa. Por otra parte, semejante
pnnCIpIo no es aCCIdental, sino esencial; más aún, de él toma la causalidad del pues quien busca por qué quiso Dios crear el mundo, no indaga la causa eficiente
sino la final. Sin embargo, hay que decir que el sentido de San Agustín es que
agent~ el tender esencial y ordenadamente al efecto; y por este motivo infunde
no hay que buscar la causa por la que quiso crear el mundo, de tal manera
esenCIalmente el ser en aquél; por consiguiente, también al fin le conviene ver-
que se juzgue que existe alguna causa propia de la misma voluntad de Dios,
dadera y propiamente la definición de causa. ya que si la divina voluntad tuviese alguna causa semejante, tendría causa efi-
4. .P~imera objeción.-Los estoicos sólo reconocieron como verdadera causa ciente; no porque el fin y la eficiente sean formalmente 10 mismo, sino por-
? la efzczen~e.-Segunda objeción.- Pero en contra de esta opinión puede ob- que nada puede tener causa propia extrínseca final sin que tenga eficiente,
Jetar cualqUlera lo que San Agustín afirma en el libro de las LXXXIII Cuestiones o porque el mismo fin no causa sin eficiencia, como muchos pretenden; o por-
en la. ~8: Toda causa es eficiente. Esta sentencia parece que la tomó de Platón: que el fin mueve próximamente al eficiente a obrar. Por consiguiente, cuando dice
del .dtalogo de la Belleza, que se titula Hippias Mayor, donde indica que causa y San Agustín que toda causa es eficiente, habla de causalidad extrínseca, la cual
efiCIente es lo mismo, y que el fin no puede llamarse causa; y 10 confirma, ya nunca se da sin la intervención de la causa eficiente; pero con todo no pretende
porq~e es efecto, 'ya porque no puede ser causa de la misma causa eficiente. Y
San Agustín excluir el que con aquella causa pueda unirse otro género de cau-
que. esta fue tambIén la opinión común de los estoicos, a saber, que sólo la causa ilación. Otros más brevemente responden que San Agustín habló estrictamente
efiCIente es causa verdadera, lo refiere Séneca en el libro VIII Epíst 66 en de la causa en cuanto dice relación al efecto tomado también estrictamente e
donde también é! ~ismo lo admite: 'porque si todas las cosas ~dice~ si; las infiriendo su denominación del verbo hacer. Pero esto apenas puede acomo-
que no puede eXtstzr el efecto, se hubzesen de contar en el número de las causas darse al razonamiento de San Agustín, pues quien busca por qué quiso Dios, etc.,
habría que enumerar muchas más; por ejemplo, el tiempo, el lugar, el movi:
no busca una cau.sa tomada tan estrictamente.
ti etiam patet, quia sua actione efficit ut res ~er se; immo ab illo habet causalitas agen-
habeat esse quod antea non habebat; et ad tls quod per se et ordinate tendat in effec- sam cur voluerit creare mundum, ita ut ip-
etc., sine quibus nullus fit effectus; in una
ho~ 'per se ac directe tendit actio eius; ergo tum; atque hac ratione per se infiuit esse sius voluntatis Dei propria aliqua causa esse
ergo causa efficienti ststendum est, reliqua
~fflclens est q~asi fons et principium per se in illum; ergo etiam fini vere ac proprie putetur, quia si divina voluntas aliquam cau-
vera sunt veluti adiumenta huius causae, aut
mfiuens esse m effectum; quod esse effec- convenit definitio causae. conditiones necessariae. Aliter obiici posset sam huiusmodi haberet, haberet causam ef-
tus distin~t~m est ab es se efficientis; ergo in alio extremo ex Socrate apud Platonem, ficientem; non quía finis et efficiens for-
tota defimtlO causae propriissime convenit 4. Prima obiectio.-Stoici solum efficiens
veram causam agnovere.-Secunda obiec- in Phaed., quod solus finis nomen causae maliter sint idem, sed quia nihil potest ha-
efficienti. De fine yero potest esse nonulla mereatur, nam tota causa reí est id propter bere propriam causam extrinsecam finalem
dubitandi ratio, quia nullum esse reale in tio.- Contra hanc yero sententiam obiicere
quis pot~st Aug~stin., lib. LXXXIII Quaes- quod fit; reliqua yero omnia solum sunt quin habeat efficientem, vel quia finis ipse
eo praesupponitur, quo causare possit· sed conditiones requisitae ut res fiat; unde in- non causatsine efficientia, ut multi volunt;
quia de hoc latius in propria dispu[ation~ tl.onum, m 28 dlcentem: Omnis causa effi-
terrogationi propter quid res est aut fit, sola ve! quia finis proxime movet efficiens ad
~icendu!ll e.st, nunc breviter decIaratur, quia czens esto Qua~ se~tentiam videtur sumpsis-
~e ex. r:latone, m. dIalogo de PuIchro, seu qui responsio per finalem causam satisfacit. efficiendum. Cum ergo dicit Augustinus
hcet fims Slt postremum in exsecutione, ta- 5. Prima obiectio cum Augustini loco dif-
men est primum in intentione et sub ea ra- mscrrbltur Hypplas maior, ubi significat cau- omnem causam esse efficientem, loquitur de
sam et efficientem idem esse et finem non ficili enodatur.- Ad priorem obiectionem 10- causalitate extrinseca, quae nunquam est
tione veram habet rationem principii' nam cus Augustini difficilis est; negat enim ibi
est primum quod excitat seu movet' agens posse dici causam; quod confil'mat tum quia sine interventu efficientis causae; non tamen
est effectus, tum quia ipsius caus~e efficien- quaerendum esse quare Deus voluerit crea- intendit Augustinus excludere quin cum illa
ad agendum; est autem principium non fic- re mundum, quia hoc est quaerere causam
tum, sed verum et reale, quia vere excitat et tis non potest esse causa. Eamdem fuisse causa possit coniungi aliud causan di genus.
voluntatis Dei; omnis autem causa efficiens Alii brevius respondent Augustinum 10cutulIÍ
mov~t. Unde sicut habet sufficiens esse quo communem sententiam Stoicorum scilicet est, quae in divina voluntate locum habere
P?SSlt tal~m rationem principii exercere, ita quod sola causa efficiens sit vera ca~sa refer~ non potest; ubi videtur plane Augustinus
esse stricte de causa, prout dicit relationem
etlam ratlonem causae; illud autem es se Seneca, lib. VIII, epist. 66, ubi etia:n ipse ad effectum stricte etiam sumptUm et deno-
quamvis in mente sit, non est extra latitudi~
nem entis realis, et ideo sufficiens es se pot-
eam probat: Quoniam si omnia (inquit) sine
quibu.s effectus fieri non potest, ponenda
I confundere causam finalem cum efficienti;
nam qui quaerit quare Deus voluerit creare minatum a verbo efficiendi. Sed hoc vix pot-
est accommodari discursui Augustim, nam
mundum non quaerit causam eÍÍicientem,
est ad talem rationem causae. Rursus huius-
modi principium non est per accidens sed
sunt m causarum numero, pIures essent nu-
merandae, nimirum tempus, locus, mQtus, l' sed finalem. Dicendum yero est sensum
Augustini esse, non esse quaerendam cau-
qui quaerit quare Deus voluit, etc., non
quaerit causam ita stricte sumptam:

I
364 Disputación XII. -Sección III 365
Disputaciones metafísicas
6. Platón admitió las mismas clases de causas que Aristóteles.-Sentido de o si se habla del donde intrínseco, éste no se presupone, sino que. se sigue en
los antiguos filósofos en esto.-Por qué la causa eficiente ostenta el nombre de el efecto como un cierto accidente suyo. Y 10 mismo ocurre co~ el t1empo; pues
causa por antonomasia.- Por 10 que se refiere a Platón, es cierto que admitió é'n cuanto que es una medida común es extrínseco; en cambIO, en cuanto que
todos los géneros de causas que puso Aristóteles, y quizá algunos más, como ve- Puede ser intrínseco sólo es la duración del mismo movimiento con que .se hace
. . ~ no es causa'. SInO que
, sucesivamente; y aque1 mOVlilllenLO
la cosa cuando se hace
remos después. Y en el pasaje citado no dice que causa y eficiente sean la mis-
ma cosa, como se le atribuye, sino que dice, por el contrario: La eficiente no es más bien el mismo influjo actual de la causa eficiente de modo suceslV.o, como
es otra cosa que causa. Esta proposición, como se ve, no puede convertirse después se explicará. En cambio, la materia, aunque sea algo. prerrequendo para
simplemente. Pero de alli no infiere que el fin no sea causa, sino que infiere la acción del agente sin embargo en el mismo instante o tIempo en que ?bra
que 10 que es hecho por la causa eficiente es distinto de ella, porque la causa el agente, también i~fluye per se la materia en el efecto; más aú~, en la mls~a
no puede hacerse a si misma. En cambio, sobre los otros filósofos pienso que acción del agente, si opera a partir de ella, como veremos ~espues. En cambIO~
se apartan. de Aristóteles más con las palabras que con los hechos; efectivamente, la forma, aunque sea efecto del agente o incluso de la materIa, con todo es caus
ellos no megan la necesidad y el concurso de la materia o de la forma o el fin de todo el compuesto al completar su esencia. Y a.unque s.ea parte del c?mpuesto~
sino 9ue difieren. en los nombres, pues llaman materia a algo prerrequerido; el~ sin embargo en su género es causa total del .ill1smo, 111 ~ay po: que llamar! e
cambIO, forma p1ensan que se ha de llamar más bien al efecto que a la causa, parte de la causa, ya que ni es parte del agente 111 ?e la materIa; Y SI se llama part
porque en ella queda terminada toda la causalidad, o a lo sumo la llaman parte de la causa respecto de toda la causalidad. necesa1'1a en todo genero para el efecto~
de la causa, como dice Séneca más arriba; y al fin le llaman causa de algún modo de este modo también la materia y la efiCIente pueden llamarse parte de la causa,
o más bien concausa junto con la eficiente, o sea que es algo que sobreviene al efi- pero la expresión es impropia porque todas aquéllas n.o componen. una causa,
ciente mediante el propósito o la intención del fin, para que pueda causar. Ade- sino el número de causas que se ha agregado o requendo. Y lo mIsmo sucede
más, la causa eficiente tiene una influencia más real, y en cierto modo más inme- proporcionalmente con el fin, pues aunque .esté requeri~~ por parte del. agente
diata al efecto mismo que el fin; y más conocida y en cierto modo más propia que para que su acción no se realice al a~ar, ~InO de proposIto" con ,todo t1~n~ un
la materia y la forma, y anterior también a ellas; y por ello el nombre de causa influjo propio y esencial y diverso del mfluJo del agente; cual es este y SI SIem-
suele tomarse a veces por el de causa eficiente, sea por antonomasia, sea tam- pre es necesario lo diremos después.
bién por razón de la primera imposición. Sin embargo, considerando la cosa mis- 8. El fin en los actos morales es. la. ,causa más ir:zporta~te.- Con lo cual se
ma físicamente, no hay duda de que cada una de las referidas causas tenga ver- responde a la segunda parte de la obJecIOll, que Platon y Socrates en aquel lugar
dadera y propia razón de causa, y total y enteramente diversa en su género, como más bien hablaron en sentido moral que físico. Pues en los actos morales el fin
diremos en el segundo punto, y por ello Aristóteles enumeró mucho mejor estas es en cierto modo toda la causa de las acciones o efectos, no porque se excluyan
cosas distintamente bajo la noción común de causa. . otras causas en cuanto que son físicamente necesarias, sino porque todas las otras
7. Por qué no son causas el lugar, el tiempo y semejantes.- Ni la razón .causas tom;n del fin como la primera razón de la causación. Por 10 cual el fin
tomada de Séneca se opone en nada, pues entre las causas no se enumeran todas suele llamarse en cierto modo causa sola, porque de tal manera es causa que no
las cosas sin las que no se hace el efecto, sino sólo aquellas que influyen esen- tiene una causa o razón anterior; y todas las otras son caU\sas de tal wanera que
cialmente en el efecto. Y esto no 10 tiene el lugar porque es algo extrínseco; tienen alguna causa anterior, o al menos alguna razón de causación anterior; y

6. Quot Aristoteles, tot causarum genera secum' vel si sit sermo de Ubi intrinseco, dici potest pars causae; est tamen impro-
admisit Plato.-Veterum philosophorum in causam seu potius concausam cum efficienti illud ~on praesupponitur sed consequitur in pria locutio, quia omnes illae non compo-
hoc sensus.-Causae nomen CUY efticiens per seu esse quid superveniens efficienti medio effectu· ut quoddam accidens eius. Et idem nunt unam causa m, sed aggregatum vel re-
antonomasiam usurpet.-· Ad Platonem, cer- prop.osito, seu intentioni finis, ut causare est de tempore; nam prout est commu- quisitum numerum causarum. Atque idem
tum est illum posuisse omnia genera causa- posslt. Praeterea causa efficiens habet influen- nis mensura, extrinsecum est; prout ve:o est proportionaHter de fine, nam, lieet requi-
rum quae Aristoteles posuit et fortasse plu- tiam et magis realem et quodammodo im- esse potest intrinsecum, solum est dur~tlo
z:¡ediatiorem ipsi effectui quam finis; et no- ratur ex parte agentis ut actio eius non te-
ra, ut postea videbimus. Et in citato loco ipsius motus quo fit res, quando succeSSlve mere fiat sed ex instituto, habet tamen in-
non dicit causam et efficiens idem esse, ut tIorem et 9uodammodo magis propriam fit· ille autem motus non est causa, sed est fluxum proprium ac per se et diversum ab
ei tribuitur, sed e contrario ait: Efficiens 9t;am ma.tena et forma et priorem etiam po~ius ipse aetualis i~fluxus causae. efficien-
nihil aliud est quam causa. Quae propositio 1111s; et I?eo causa~ nomen interdum per tis suceessive, ut mfra dec1arabltur. At influxu agentjs; qualis vera ille sit et an
ant<?~oTI?asIam vel etlam ratione primae im- vera materia, quamvis sit quid praerequisi- semper sit necessarius, infra dicemus.
non po test simpliciter converti, ut per se 8. Finis in moralibus causa praestan-
constato Inde autem non infert finem non pOSltlOllIS pro causa efficienti sumi solet tum ad actionem agentis, tamen in ipso
esse causam, sed ínfert id quod fit ab effi- ~ihilominus tamen rem ipsam physice con~ instan ti vel tempore quo agens agit, etiam tior.- Unde ad alteram partem obiectionis
cienti causa es se distinctum ab ipsa, quia s~de:ando J?-0n est dubium quin singulae ex materia per se influit in effectum, im- respondetur Platonem et Socratem illo loco
dlctlS caUS1S veram et propriam rationem mo et in ipsam actionem agentis, si ex illa moraliter potius quam physice loquí. In mo-
non potest causa effieere seipsam. De aliis
vera philosophis existimo verbis potius quam causae habeant, et in suo genere totalem ac operetur, ut postea vi?ebimus .. Forma v~ro, ralibus enim finís est quodammodo tota cau-
re ab Aristotele dissentire. Nam ipsi non ne- plane dh:ersam ut in secundo puncto dice- Hcet sit effectus agent1s vel etIam matenae, sa actionum seu effectuum, non quod aliac
gant necessitatem et eoncursum materiae, aut n:u~, et ¡deo muI!o melius AristoteJes haec est tamen causa totius compositi, complens causae exc1udantur quatenus physice neces~
formae, ve! finis; sed in nominibus diffe- dlstmcte numeravlt sub communi notione
eausae.
I essentiam eius. Et quamvis sit pars compo- sa~íae sunt, sed quod omnes aliae ex fin~
runt, nam materiam vocant quid praerequi- siti est tamen in SUD genere totalis causa sumant quasi primam rationerri causandl.
eiu~ nee est cur pars causa e appelletur, quia
situm; formam vero potius appellandam cen-
sent effectum quam causam, quia ad ipsam
tota causalitas terminatur, vel ad summum
7. Locus, tempus el similia, cur non
causae.- Nec ratio ex Seneea adducta quid.
qua m obstat, non enim in causis numeran_
I
. ¡.,
neq~e est pars agentis neque materia~. Quod
si appeIletur pars causae respectu totlUS cau-
Dnde finis potest quodammodo dici sola
causa, quía ita est causa ut non habeat pdo-
rem causam vel rationem; omnes autem
vocant partem causae, ut loquitur Seneea tur omnia sine quibus effectus non fit, sed salitatis necessariae in omni genere ad effec- aliae ita sunt causae ut habeant aliquam
supra; finem vero appellant aliquo modo ea tantum quae per se influunt in eff<:ctum. tum, hoc modo etiam materia et efficiens priorem causam ve! saltem priorem ratio-
Quod non habet locus, quia est quid extrin-
II
i
I
- - - - - - - - - - _ ".......
.. f'C.~-~~-~--------- -
I

366 Disputaciones metafísicas 367


Disputación Xll.-Sección III
esto 10 digo por la primera causa eficiente que es Dios, de 10 cual trataremos 10. Una misma cosa puede ejercer oficios de diversas causas respecto de efec-
despué~. Y si se h~ce hincapié en la expresión por qué, hay que decir que toma- tos diversos.- Y acerca de la distinción real o material de estas causas puede
da estrIctamente sol?, se acomoda al fin, pero que tomada con más amplitud se dudar se de si se da siempre o bien si puede suceder que una cosa enteramente
suele extender tamb1en a todas las causas. Más todavía, Aristóteles prueba ante- la misma tenga varias razones causativas de las enumerada.s. Y puede ~reguntarse
riormente, partiendo. de allí, los menci~l1aclos géneros de causas, porque mediante esto ya sea en orden a diversos efectos, ya en orden al mISm? Del p1'1l;ner modo
todos ellos suele sat1sfacers~ a la cues~lón «por qué»; pues decimos que el hom- hay que decir que no es necesaria la distinción real o matena! entre dIchas cau-
bre es mortal por la materIa, y que VIve por el alma, etc. sas, porque no repugna que una cosa enteramente la misma tenga ~n orden a
diversos efectos varias causalidades de diversas clases. En efecto, la mIsma forma
Distinción mutua de las cuatro causas es fin respecto, de .la generación o alteración por la que es hecha, y es forma ~~s­
9. Con esto es fácil solucionar el segundo punto acerca de la distinción de pecto de la materia y el compuesto, y es principio eficiente respecto de la aCClOn
estas causas. Pues puede tratarse de la distinción formal y predsivamente en la que termina en otro, y puede ser causa material de sus propiedades, como lo
razón de causa, o de la distinción cuasi material o real en el ser del ente. La ~s el alma racional en cuanto sujeto del entendimiento o de la voluntad. Pues
primera distinción es .la que ~e refiere a .nuestro propósito, la cual es cierto que e.stos influjos o causalidades, por más que sean de diversa clase respecto de !os
se encuentra entre dIchos mIembros. Pl'lmeramente, por el testimonio de Aris- diversos efectos, no tienen entre sí repugnancia, ni tampoco repugna que surjan
tóteles; porque de lo contrario la división sería defectuosa. En segundo lugar, por de una misma cosa; porque del mismo modo que una misma. cosa es capaz de
la razon, vorq~e la causa c~mo causa en a~to queda formalmente constituída por diversas relaciones en orden a diversas cosas, ya que es semejante a una y de-
~1 a~tual mfl~Jo sobre el erecto; ahora bIen, en aquellos cuatro miembros hay semejante a otra, principio de una y fin de otra, así puede~ en or?en a los
mfluJos de d1versas clases; luego. Se prueba la menor porque el influjo de la diversos efectos, participar de los diversos. respectos de causaCIÓn ..EXIS!e, final-
causa materi.al y formal es intrínseco por interna composición; y el influjo de mente, una razón a priori, porque una mIsma cosa creada puede mclurr en su
la causa eficlent~ y final es extrínseco. A su vez, el influjo de la materia es por entidad un acto mezclado de potencia, y por ello puede comportarse con una
modo de potencIa, y el de la forma, por modo de acto. Además, el influjo de la cosa a manera de acto formal y con otra a manera de sujeto; y el acto formal,
eficiente es por acción o mutación real; y el influjo del fin es por mutación in- por dar el ser a la cosa, suele ser al mismo tiempo el principio de hacer .otra
tencional o· metafórica; por consiguiente, todas estas causalidades son formal- cosa, porque la operación sigue al ser; y finalmente porque tal acto es ~n :lerto
mente distintas; por tanto, constituyen causas formalmente distintas en acto. bien, puede ser también principio de moción metafóri~a. Así, por co~slgU1ente,
Por lo cual también las razones o virtudes causativas de estas causas son dis- 110 repugna que todos estos géneros de causas se reunan en una mIsma cosa

tintas, pues la materia causa en cuanto que es potencia pasiva; la eficiente, respecto de seres diversos.
en cambio, en cuanto que tiene potencia activa sobre otro, y la formal, en 11. y si algunas veces no se reúnen en una misma cosa no. es por una re-
cuanto que tiene virtud para actuar por sí misma; en cambio, el fin, en pugnancia formal de tales causalid~des en orden a ~~versas cosas, sino por su
cuanto que. es bueno y por la bondad tiene virtud para atraer el efecto todas condición peculiar. Y a veces prOVIene de la. perfecclOn; otras, de la Imperfec-
las cuales .1cosas se expondrán más ampliamente en 10 que sigue, ni se' ofrece ción; por ejemplo, Dios puede ser causa efiCiente y final, pero 110 matena! res-
aquí tampoco una dificultad especial acerca de este punto.
10. Eadem res diversarum munera cau- prodeant; quia, sicut eadem res est capax
nem causandi; quod dico propter primam effectuffi; sed in quatuor HEs membris sunt sarum potest exercere respectu ettectuum di- diversorum respectuum in ordine ad diversa,
efficientem causam quae est Deus, quod influxus diversarum rationum; ergo. Probatur versorum.- Circa distinctionem autem rea- est enim uni similis et alteri dissimilis, prin-
f',
infenus declarabimus. Si autem vis fiat in minor, quia influxus causae materialis et for_ lem seu materialem narum causarum dubi·· cipium unius et finis aIterius, ita potest in
voce propter quid, dicendum est stricte malis est intrinsecus per internam composi- tari potest an semper intercedat, vel fieri pos- ordíne ad diversos effectus participare di-
sumptam solum accommodari fini, latius tionem, influxus autem causae efficientis et sit ut eadem omnino res habeat pIures ra- versos respectus causandi. Ratio denique a
vera solere etiam ad omnes causas extendi. finalis est extrinsecus. Rursus infiuxus ma- tiones causandi ex numeratís. Potest autem priori est, quia eadem res creata potest in
Immo Aristoteles supra inde probat prae- teriae est per modum poten tia e, formae hoc quaeri, vel in ordine ad diversos effec- sua entitate incIudere actum potentiae ud·
dicta causarum genera, quia per omnia illa autem per modum actus. Influxus item tus, vel ad eumdem. Priori modo dicendum mixtum, et ideo potest ad unam rem como
satisfieri solet quaestioni propter quid; dici- efficientis est per actionem seu muta- est non esse necessariam distinctionem rea- parari per modum actus formalis, ad aliam
mus enim hominem esse mortalem propter . tionem realem; influxus autem finis est lem seu materiaIem inter dictas causas, quía vera per modum subiecti; actus autem for-
materiam, et vivere propter animam, etc. per mutationem intentionalem aut meta- non repugnat eamdem omnino rem in ordí- malis cum det esse rei, símul es se solet prin-
phoricam; sunt ergo omnes hae causa- ne ad diversos effectus habere pIures cau- cipium agendi aliud, quia operado consequi-
Quatuor causarum mutua distinctio Iitates formaliter distinctae; constituunt tur esse; ac denique quia talis actus ali-
salitates diversarum rationum. Eadem enim
9. Ex his facile est expedire punctum se- igitur causas in actu formaliter distinctas. forma est finis respectu generationis seu al- quod bonum est, etiam potest esse princi-
cundum de distinctione harum causarum. Unde etiam rationes seu virtutes causan di terationis per quam fit, et est forma respec- pium metaphoricae motionis. Sic igitur non
Potest autem esse sermo de distinctione for- harum causarum distinctae sunt, nam mate- tu materiae et compositi, et est principium repugnat omnifl haec genera causarum in
maliter ac praecise in ratione causae vel de ria causat quatenus est passiva potentia; ef- efficiens respectu actionis in aliud, et POE- eamdem rem convenire respectu diversorum.
distinctione qua si materiali seu reali in esse ficiens vera quatenus habet potentiam acti- est esse materialis causa suarum pl'oprieta- 11. Quod si interdum in aliqua re non
entis. Prior distinctio est quae ad praesens vam in aIiud; forma vera quatenus vim ha- tum, ut est anima rationalis quatenus est coniunguntur, non est ex formali repugnan-
spectat, quam certum est inter haec mem- bet actuandi per seipsam; finis tamen, qUfl- subiectum inteIlectus vel voluntatis. Hi nam- tia talium causalitatum in ordine ad diver-
bra reperiri. Primo ex Aristotelis testimonio, tenus bonus est et per bonitatem habet vim que influxus seu causalitates, quantumvis di- sa sed ex peculiari conditione. Et interdum
quia alias esset vitiosa divisio. Secundo ra- alliciendi effectum, quae omnia in sequenti- versa e rationis sint respectu diversorum ef- p;ovenit . ex perfectione, interdum vera ex
tione, quia causa, ut causa in actu, formali- bus exponentur latius, neque hic occurrit spe- fectuum non habent inter se repugnantiam, imperfectione; verDi gratia, Deus potest esse
ter constituitur per actualem influxum in cialis difficultas circa hanc partem. . neque etiam repugnat quod ab eadem re causa efficiens et finalis, non tamen mate-
-------
r - - - - - - - - - - -......_"'"""!iIIIIIIIIl¡g;;¡;;_ _ _ _""""'_ _ _ _ _ ~~-c,-~

568 Disputaciones metafísicas


Disputación XII.-Sección III 369
pecto de algo, porque es acto puro y no tiene ninguna potencia pasiva; ni tam-
poco puede ejercer causalidad formal, porque ésta requiere la entidad incompleta de su causa material, y lo mismo ocurre en la form~ accidental que tenga enti-
e imperfecta. y por la misma razón, las sustancias angélicas no pueden ejercer dad propia. Perq porque existen algunas formas acc~deD:tales que son solamente
una causalidad formal; pero como no son actos puros, pueden de algún modo modos de la sustancia, como la presencia local o SI eXiste algun~ otra cosa d~
ejercer la material, al menos respecto de algunos accidentes; y porque no son esta clase, en ellas del mismo modo que la razón de forma es Imperfecta, as!
pura potencia pueden tener alguna razón de eficiencia y mucho más de fin. Por también basta la distinción modal. Con todo, siempre es necesario que la causa
el contrario, en cambio, la materia prima, aunque puede ejercer la causalidad formal y la material respecto del mismo compuesto se distingan realmente o
material, con todo por ser pura potencia no participa de la causalidad formal ni ex natura rei. Además, consta también que la causa formal y la eficiente no
propiamente de la eficiente; sin embargo, porque no es de tal modo pura po- pueden reunirse en una misma cosa respecto del mismo efecto; porque la forma
tencia que no tenga alguna entidad y actualidad, puede tener alguna causalidad ejerce causalidad formal en aquello en que está, y eficiente respecto de otra
final, por razón de la cual el alma apetece su cuerpo, y cualquier forma, la ma- forma o compuesto, y por ello la forma como informante o bien se supone para
teria. Sin embargo, la forma sustancial, aunque puede ejercer la causalidad formal, la acción como principio activo, o bien se sigue como efecto o término fo;mal
eficiente y final, no puede, sin embargo, ejercer la causalidad material sustancial de la acción; y por ello no puede suceder que la causalidad formal y la efiCIente
-por llamarla aSÍ- por no ser potencia pasiva en el género de la sustancia. En convengan a la misma forma respecto de una misma cosa, pues incluyen rela-
cambio, respecto de los accidentes, puede a veces ejercer esta causalidad, cosa ciones que están en repugnancia.
que propiamente conviene a la forma subsistente, pues aquella forma que no pue- 13. Si la forma puede coincidir con el fin en la misma entidad.- Por otra
de subsistir por sí a causa de su imperfección, tampoco puede por sí misma sus- parte, es también claro que la causalidad final y formal pueden convenir en cierto
tentar los accidentes. Y de este modo puede fácilmente discurrirse por las enti- modo en la misma forma respecto de una misma cosa~ y en cierto modo no pue-
dades accidentales, en cuanto que pueden participar de las referidas razones de den. Pues si se refieren al mismo sujeto o supuesto, pueden perfectamente reu-
causación.
nirse en una misma cosa; pues la misma forma no sólo es fin de la materia, sino
12. Una misma cosa no puede ejercer los oficios de materia y forma respecto que la informa, y la misma visión bienaventurada es la forma del en.tendimento y
de lo mismo.- La causa formal y la eficiente respecto de lo mismo no pueden m fin y felicidad. Y la razón está en que la misma forma, en cuanto mforma, y su
coincidir en una misma cosa.- Pero si estas causas se comparan con un mis- información, es el bien y la perfección del sujeto que informa; y por ello puede ~e­
mo efecto, se presenta alguna mayor dificultad. Y ciertamente en unos hay una lacionarse con él simultáneamente bajo la razón de forma y de fin. Pero en camblO,
clara repugnacia; en otros, en cambio, hay, por el contrario, posibilidad mani- si la comparación se hace con el mismo compuesto que es constituido por la for-
fiesta, y en algunos queda la cosa controvertida y dudosa. Así, pues, que la mis- ma, así no puede la misma ser forma y fin respecto de 10 mismo, porque la for-
ma cosa en orden a lo mismo sea al mismo tiempo causa material y formal, re- ma no es el fin del compuesto, sino que más bien la forma es por causa del com-
pugna abiertamente; porque estas causalidades requieren condiciones formal-
puesto como pOl: causa de su fin .. Y si se comparan con la acción o gen~ración,
mente opuestas, como son estar en potencia y en acto formal; por lo cual, si se
también respecto de ella es la mIsma la forma y el fin. En el cual sentido pa-
habla de la propia forma sustancial, siempre requiere una distinción real respecto
rece que dijo Aristóteles, como se citará después, que el fin y la forma coinciden
rialis respectu alicuius, quia est purus actus re substantiae. Respectu vero accidentium
en la misma realidad numérica; con todo, bajo aquel respecto, aunque la forma
et nullam habet potentiam passivam; ne- po test interdum exercere hanc causalitatem,
que etiam exercere po test causalitatem for- quod proprie convenit formae subsistenti,
malem, quia haec requirit entitatem incom- realem a sua causa materiali, et idem est in c1arum finalem et formalem causalitatem
nam illa forma quae ob imperfeetionem forma aecidentali quae suam propriam ha- quodammodo convenire posse in eamdem
pletam et imperfectam. Et ob eamden ra- suam ex se subsistere non potest, neque beat entitatem. Quia vero sunt aliquae ac- forma m respectu eiusdem, quodammodo au-
tionem angelicae substantiae non possunt etiam est potens per seipsam ad sustentan- tem non posse. Si enim comparentur ad
exercere causalitatem formalem; quia vero cidentales quae tantum sunt modi substan-
da accidentia. Et ad hune modum facile dis- tiae, ut praesentia !ocalis, ve! si quid aliud idem subiectum ve! suppositum, optime pos-
non sunt puri actus, possunt aliqua ex par- currí potest per entitates accidentales, qua- est huiusmodi, in illis, sicut ratio formae est sunt in eamdem rem convenire; eadem enim
te exercere materialem, saltem respectu ali- tenus praedictas causandi rationes participare imperfecta, ita sufficit dis,tinctio modalis. forma et est finis materiae et eam informat,
quorum accidentium; et quia non sunt pura possunt.
Semper tamen necesse es~ ut formalis .e! eademque visio beata est forma intellectus
porentia, possunt habere rationem aliquam 12. Respectu eiusdem eadem res formae materialis causa respectu elUsdem composl!! et finis ac heatitudo eius. Et ratio est quia
rfficiendi et multo magis finalizan di. E con- et materiae munera subire nequit.-Forma distinguantur realiter ve! ex natura rei. Deio- ipsamet forma, ut informan s, et informatio
trario vero materia prima, cum causalitatem et efficiens respectu eiusdem in idem coin- de etiam constat formalem et efficientem eius est bonum ac perfectio subiecti quod
materialem exercere possit, tamen, quia est cidere non possunt.- At ver o, si hae causa e causa m non posse in eadem re coniungi re- informat; et ideo potest ad illud comparari
pura potentia, nec causalitatem forma- comparentur ad unum et eumdem effectum, spectu eiusdem effectus; ~uia f?rma exer- simu! in ratione formae et finis. At vero, si
!em nec propríe effectivam participat; ta- nonnulla maior difficultas esto Et quidem cet causalitatem forma!em ID eo ID quo est, comparatio fiat ad ipsum compositum quod
men, quia non est ita pura potentia quin in quibusdam est clara repugnantia, in aIüs efficientem vero respectu alterius formae, per formam constituitur, sic non potest
aliquam entitatem et actualitatem habeat, vera e contrario est manifesta possibilitas, in ve! compositi, et ideo forma ut informans, ve! eadem es se . forma et finis respectu eiusdem,
aliguam causalitatem fina!em habere potest, quibusdam autem res est eontroversa et quia non est forma finis compositi, sed po-
dubia. ltaque eamdem rem in ordine ad supponitur ad actionem ut principium agen-
ratione cuius anima appetit corpus suum di ve! consequitur ut effectus seu terminus tius forma est propter compositum ut prop-
idem simul esse causam materialem et for-
et quaelibet forma materiam. At vera for-
malem plane repugnat, quia hae causali- fo~malis actionis' et ideo fierí non potest ter finem suum. Quod si comparentur ad
ma substantialis, cum causalitatem formalem, ut causalitas fo;malis et effectiva eidem actionem seu generationem, etiam respectu
tates requirunt conditiones formaliter oppo- illius eadem est forma et finis. Quo sensu
efficientem et finalem exercere possit, non sitas, qua!es sunt esse in potentia et in actu formae conveniant respectu eiusdem, nam
tamen materialem substantialem (Ut sic di- inc1udunt habitudines repugnantes. videtur dixisse Aristote!es, infra citandus,
formali; unde si sit sermo de propria forma finem et formam éoincidere in eamdem rem
cam), quia non est potentia passiva in gene- substantiali, semper requirit distinctionem 13. Forma cum fine an possit it; eam-
dem entitatem confluere.- Rurslus eham est numero; sub eo tamen respectu, licet forma
24
370 Disputaciones metafísicas Disputación Xll,-Sección JI] 371
------------------------------------------
propiamente sea el fin de la generaclOn, sin embargo no es propiamente su causa 15. Si la causa eficiente puede ser una misma cosa con la materia.- Sólo
formal, sino sólo su principio, como dije en la sección anterior. quedaba comparar la causa eficiente con la material, a ver si una y otra razón
14. Si se reúnen en una misma cosa la causa eficiente y el fin.- Si la ma- pueden unirse en la misma cosa respecto del mismo efecto. Y ciertamente, ha-
teria tolera en su entidad alguna razón de fin.- Además, casi en la misma pro- blando de la causa material de las sustancias naturales, es cierto que no pueden
porción hay que hablar del fin y de la causa eficiente; pues según una cierta la causa material y la eficiente reunirse en una misma cosa en orden a tal efecto,
razón de fin pueden convenir a la misma cosa, pero no según otra. Pues suele porque la materia no puede ser principio eficiente de la forma que se ha de
distinguirse, como veremos después, un doble fin, a saber: el fin por cuya caus~ educir de ella y, por consiguiente, tampoco de todo el compuesto. Pero, en cam-
se hace la acción o aquél para quien o en cuyo beneficio y provecho se hace; bío, hablando de la causa material de los accidentes, existe una duda mayor
como en el caso de la curación, el fin por cuya causa se hace es la salud; en sobre si la misma causa material puede ser eficiente de los mismos. Y puede
cambio, el fin para quien se hace es el mismo hombre cuya salud se procura. esta eficiencia entenderse doblemente: una, por el resultado natural, y hablando
Por consiguiente, el primer fin no puede ser una misma cosa con la causa efi- de ésta no hay duda de que tales causalidades pueden unirse, y así se suele de-
ciente, porque es su efecto; en cambio el fin posterior puede muy bien ser una mis- cir a veces que el alma, por ejemplo, tiene .una triple causalidad sobre sus po-
ma cosa con la causa eficiente, pues con frecuencia la causa eficiente opera por cau- tencias naturales, a saber, final, material y eficiente; y muchos piensan que este
sa de sí misma; y de este modo Dios es al mismo tiempo el primer eficiente y el género de actividad no le repugna a la materia prima para su propia pasión, que
último fin de sus obras. Y de acuerdo con esto se entiende fácilmente el dicho vul- es la cantidad. La otra eficiencia es per se y por la propia acción, y acerca de ésta
gar de Aristóteles, en el II de la Física, c. 7: El fin y la forma coinciden en la mis- existe una mayor dificultad; coincide, sin embargo, con aquella cuestión de si
ma cosa numérica; en cambio, el fin y la causa eficiente no coinciden en la misma todo cuanto se mueve es movido por otro, o -10 qUt': es 10 mismo- si el agente
cosa numérica, sino específica; pues habla del fin por cuya causa, o sea el que for- y el paciente se distinguen siempre, al menos según los principios próximos de
malmente mediante la acción se intenta y se hace; acerca del cual dijimos ya que acción y de recepción, cuestión de que nos ocuparemos después al tratar de la
se distingue del agente como efecto suyo, y que por ello no puede ser una mis- causa eficiente.
ma cosa numéricamente con él. En cambio, que sea una misma cosa en especie
sucede en los agentes unívocos, no en todos, como el mismo Aristóteles indicó. ¿Es adecuada la división de la causa en cuatro géneros?
Cómo pueden unirse en una misma cosa numérica la causa formal y la final se
ha declarado ya. Pero añado que también puede alguna razón de fin unirse con 16. Los instrumentos han de ser colocados bajo la causa eficiente, no bajo la
la causa material en la misma cosa numérica; pues el sujeto de los accidentes materia l.- Acerca del tercer punto, si estos cuatro géneros dividen suficientemente
no sólo es la causa material de los mismos, sino su fin; ya que, como decía, el a la causa, suelen proponerse varias dificultades sobre las causas instrumentales,
fin próximo de procurar la salud es el hombre, y entre otros fines, la forma es dispositivas y objetivas. Pero éstas y las semejantes no tienen dificultad, pues
inducida en la materia para conservar a la misma materia; pues, porque la ra- la causa instrumental es una cierta especie de causa eficiente, como después
zón de fin se funda en la bondad, que es trascendental y se halla parcialmente veremos. Ni puede reducirse a la causa material con algún fundamento, como
en toda entidad, por ello puede unirse alguna razón de fin con cualquier otra falsamente pensó Filógono, II Phys., texto 27, a no ser tal vez que estemos ha-
causa. blando de las disposiciones de la materia, que suelen también llamarse lnstru-

proprie sit finis generationis, non tamen Ir Phys., C. 7: Finis et forma coincidunt 15. Efficiens an idem esse possit cum est per se et per propriam actionem, et
proprie est causa formalis eius, sed tantum in idem numero; finis autem et efficiens in matel'ia.- Solum supererat comparanda cau- de hac est maíor difficultas; coincidit ta-
principium, ut sectione praecedenti dice- ídem non numero, sed specie; loquitur enim sa efficlens cum materiali, an possit utraque men cum íIla quaestione, an omne quod
ham. de fine cuíus gratía, seu qui per actíonem ratio coniungi in eadem re respectu eiusdem movetur. ab alio moveatur, seu (quod idem
14. An coniungantur in eodem efficiens formaliter intenditur et fit; de qua íam effectus. Et quidem loquendo de causa ma- est) an agens et patiens semper distinguan-
el finis.- An materia rationem aliquam fi- dixímus dístingui ab agente tamquam effec- teriali substantiarum naturalium, certum est tur, saltem secundum proxíma principia
nis in sua entitate patiatur.- Praeterea tum eius, et ideo non pos se esse ídem nu- non posse materialem et efficientem causam agendí et recipíendi, quam postea tractabi-
eadem fere proportione loquendum est de mero cum illo. Quod vero sit idem specíe, coniungi in eadem re in ordine ad talem mus disputando de causa efficienti.
fine et efficiente; nam secundum quamdam contingit in agentibus univocis, non in om- effectum, quia materia non po test esse prin-
rationem finis convenire possunt eidem rei, nibus, ut ipsemet Aristoteles indícavit. Quo- cipium efficiens formae ex illa educendae, Causa e in quatuor genera divisio an
non yero secundum aliam. Duplex ením modo autem causa formalis et finalis in et con sequen ter nec totius compositi. At vera adaequata
finis, ut infra videbimus, distingui solet, sci- eamdem rem numero coniungí possint, íam loquendo de causa materiali accidentium, 16. Instrumenta sub efficienti, non sub
!icet, finis cuius gratia actío fit, vel cui seu declaratum esto Addo vero etíam posse ali- maius dubium est an eadem causa materialis materiali causa collocanda.- Circa tertium
in cuíus gratiam et commodum fít; ut in quam rationem finís in eamdem numero possit es se efficiens eorumdem. Po test autem punctum, an haec quatuor genera suffícien-
cumtíone, finis cuíus gratia est sanitas; cuí rem cum causa materiali coniungi; nam sub- haec efficientia intelligi duplex: una, per ter dividant causam, solent variae difficul-
yero, est ipse horno cuí sanitas procuratur. iectum accidentium et est causa materialis naturalem resuItantiam, et de hac loquendo tates proponi de causís instrumentariis, dis-
Prior ergo flnís non potest esse eadem res eorum et finis; ut ením dícebam, finís pro- non est dubium quin possint illae causali· positivis et obiectivis. Sed haec et simílía
cum causa efficientí quía est effectus eius; ximus sanitatis procurandae est horno, et ¡.n- tates coniungi, et ita dici solet passim, difficultatem non habent, nam causa ins-
posterior autem finís optime potest esse ter alios fínes forma índucítur ín materíam animam, verbi gratia, habere triplícem cau- trumentalis quaedam specie,s est causae effi-
eadem res cum causa efficientí: nam saepe propter ípsam materiam conservandam; na m, salitatem in suas naturales potentias, nempe cientis, ut postea vídebimus. Nec potest
efficiens operatur propter seipsum; et hoc quia ratio finis fundatur in bonita te, quae finalem, materialem et efficjentem; et multí cum aliquo fundamento reduci ad materia-
modo Deus est simul prí~um efficiens. et transcendentalis est et in omni entitate ex censent hoc genus activitatis nec materiae lem causam, ut falso excogitavít Philogonm,
ultimus finis suorum operum. Et iuxta haec parte reperitur, ideo coniungi potest aliqua primae repugnare ín suam propriam passio- JI Phys., texto 27, nisi fortasse loquamur de
intelligitur facUe vulgare dictum Arístote!is, ratio finís cum qualibet alia causa. . nem, quae est quantitas. Altera efficientia dispositioníbus materíae, quae solent etiam
-- - ~- - -~T-¡--

Disputación XIl.-Sección III 373


372 Disputaciones metafísicas
flujo que le constituya como causa, sino por la sola relación del otro a sí mismo.
mentos; pero éstas, si no tienen eficiencia, en realidad no son instrumentos; 'Y Ni Aristóteles se acordó nunca de tal causa formal extrínseca, ni al término del
en cambio, si tienen eficiencia, en cuanto tales no son disposiciones, ni pertene~ movimiento le llamó causa del movimiento, aunque dijese que tomaba la especie
cen de ningún modo a la causa material, sino a la eficiente, a la cual o ayudan de él; y 10 mismo ocurre con un término relativo respecto del otro o del término
o sustituyen. En cambio, la causa dispositiva se reduce comúnmente a la ma- de la relación en cuanto tal. Ni habla de otra forma Santo Tomás, como puede
terial, porque prepara la materia para la forma. Pero esta denominación sólo verse en I-II, q. 1, a. 3. Pero éstas son cosas fáciles y casi nada más que modos
parece que se. da ~~r, una cierta. atribución; pues si hablamos con propiedad, de expresión.
la verdadera dlSposlclOn es una cIerta causa formal, ya que no dispone sino in- 18. Si la causa ejemplar es un género de causa distinto de los enumerados.~
formando al sujeto; pues el calor que está en el leño no dispone para la forma La principal dificultad en este punto está en la causa ejemplar, que añade Pla-
del fuego más que calentando formalmente al leño; y hablo de la verdadera y tón a las cuatro enumeradas por Aristóteles, como consta por el Timeo y el Fe-
propia disposición física y positiva, pues en sentido vulgar suele llamarse dis- dón, y lo refiere Séneca en la citada Epístola 66. Pero de este punto, dada su
posición cualquier remoción de impedimentos o cualquier condición necesaria, gravedad, nos ocuparemos en una disputación propia. Ahora, brevemente, conce-
como la aplicación a la acción o algo semejante; y en éstos no se da ninguna demos a Platón que el ejemplar ejerce una verdadera causalidad, cosa que no
verdadera causalidad sino sólo accidental. ignoró Aristóteles, pues aquí, al enumerar la forma, añade también el ejemplar,
y por ello quizá no es preciso aumentar por dicha causa el número, cosa que
17. Qué clase de causalidad ejerce el objeto sobre la potencia y el acto.-
examinaremos en el citado lugar.
Causa objetiva llamo al objeto respecto de la potencia y el acto. En el cual ob-
je~o puede c?nsiderase una doble relación: una, la de motor, y otra, la de tér- ¿Es inmediata la citada división d~ las causas?
mmo. La pnmera, respecto de la potencia cognoscitiva, es la causalidad eficien- 19. La división de la causa en interna y externa es más elevada que la pre-
te, ya se considere al objeto en cuanto mueve imprimiendo la especie, ya en cedente.- La división más inmediata de la causa es en estrictamente real e in ten-
cuanto que concurre al acto mediante la especie; en cambio, respecto de la po- cional.- Acerca de lo cuarto puede parecer aquella división inmediata por el he-
tencia apetitiva es la causalidad final, sea la propia y formal, como en el apetito cho de que Aristóteles dividiese la causa próximamente en aquellos cuatro miem-
racional, sea material e imperfecta, como en el sensitivo, 10 cual veremos des- bros. Pero a pesar de todo hay que decir que aquella división no es inmediata,
pués. Pero en el último sentido reducen algunos el objeto a causa final, porque pues pueden encontrarse fácilmente conveniencias entre algunos de dichos miem-
la potencia y el acto tienden a él como a su fin. Ni se opone el que esta rela- bros, por razón de las cuales se establezcan algunas divisiones de la causa an-
ción sea esencial, porque no hay repugnacia en que una cosa esté esencialmente teriores y en menor número de miembros. Así, por consiguiente, puede dividirse
ordenada a su fin. Otros la reducen a la causa formal, en cuanto que el objeto en primer lugar la causa en interna y externa; la interna, a su vez, en materia
da la especificación al acto; pues cuanto da especie, tiene razón de forma; 'Y y en· forma; acerca de las cuales no puede dudarse que convengan de modo pe-
dicen que no es una forma intrínseca sino extrínseca. Yo, con todo, negaría gus- culiar en el modo de causación; pues dan el ser al efecto confiriéndole su misma
tosamente que el objeto bajo esta razón ejerza algún verdadero género de cau~ entidad numérica y componiéndole internamente; en cambio, la causa eficiente
Ilalidad, sino de puro término especificativo, no mediante algún verdadero in- y la final causan de modo muy diferente, y convienen en esto, en que no com-
ponen intrínsecamente el efecto, y por ello se denominan comúnmente causas ex-
instrumenta appellari; sed illae nisi efficien- spectu potentiae vel actus. In quo obiecto du- constituat, sed per solam habitudinem alte. Divisio causa e praedicta sitne immediata
tiam babeant, revera non sunt instrumenta; plex potest babitudo considerari: una est rius ad. ipsum. Neque Aristoteles unquam 19. Causae in internam et externam di-
si vero efficientiam habent, ut sic non sunt moventis, altera terminantis. Prior respectu illius causae formalis extrinsecae meminit, visio altior quam praedicta.- Causae in
dispositiones neque ad causam materialem potentiae cognoscitivae est causalitas efficiens, nec terminum motus appellavit causa m mo- l'ealem rigide et intentionalem immediatis-
ullo modo pertinent, sed ad efficientem, sive consideretur obiectum quatenus movet tus, quamvis dixerit ab illo sumere speciem; sima divisio.- Circa quartum videri potest
quam ve! adiuvant ve! eius vicem gerunt. imprimendo speciem sive quatenus per spe- et idem est de uno relativo respectu alte- divisio illa immediata, eo quod Aristoteles
Dispositiva autem causa communiter redu- ciem concurrit ad actum; respectu vero po- rius seu de termino relationis ut sic. Nec proxime diviserit causam in quatuor illa
citur ad materialem, quia praeparat mate- tentiae appetitivae est causalitas finalis vel D. Thomas aliter loquitur, ut videre !icet membra. Sed nihiJominus dicendum est,
riam ad formam. Sed baec denominatio so- propria et formalis, ut in appetitu rationali, I-II, q. 1, a. 3. Sed haec facilia sUTIt, ac illam divisionem non es se immediatam;
lum esse videtur per quamdam attributio- ve! materialis et imperfecta, ut in sensitivo, fere de modo loquendi. possunt enim faeile convenientiae inter quae-
nem'; nam si loquamur cum proprietate, quod postea videbimus. Sub posteriori au- 18. Exemplar an distinctum causae ge- dam ex his membris excogitari, ratione qua-
vera dispositio quaedam causa formalis est, tem respectu, aliqui reducunt obiectum ad nus a numeratis.- Potissima difficultas est fum aliae priores divisiones callsae et in pau-
non enim disponit nisi informando subiec- causam finalem, quia potentia et actus in in hoc puncto de causa exemplari, quam. ciora membra constituantur. Sic ergo potest
tum; calor enim qui est in ligno non illud ut in finem tendunt. Neque obstat Plato addit quatuor ab Aristote!e numeratis, primo causa dividi in interna m et externam;
disponit ad formam ignis nisi formaliter ca- quod haec habitudo sit essentialis, quia non u~ constat ex Timaeo et Phaedone, et refert
interna rursus in materiam et formam; de
lefaciendo lignum: ¡oquor autem de vera repl'gnat quod aliqua res essentialiter sit Seneca, citata epistoI. 66. Sed de hac mate- quibus dubitari non potest quin pecu1iariter
ac propria dispositione physica et positiva; ordinata ad suum finem. AIíi ad forma!em ria propter gravitatem eius propriam dispu-
IJBm vulgarí modo solet dispositio vocarí tationem instituemus. Nunc breviter conce- conveniant in modo causandi; dant enim
causam revocant, quatenus obiectum dat spe- es se effectui conferendo illi suammet nume-
quaecumque remotio impedimenti, ve! quae- ciem actui; quid quid enim dat speciem, ha- dimus Platoni exemplar veram causalitatem
vis conditio necessaria, ut applicatio ad bet rationem formae; dicunt autem es se non el<ercere, quod Aristoteles non ignorav.it, ro entitatem et interne componendo illum;
agendum ve! quid simile; et in his nulla intrinsecam, sed extrinsecam formam. Ego I1am hic numerando formam addit et exem- efficiens autem et finis longe aliter causant,
est vera causalitas, sed tantum per accidens. pIar, et ideo fortasse non est necesse propter el in hoc conveniunt, quod non componunt
vera libentius negarem obiectum sub hac
17.· Obiectum cuius generis cí¡'ca poten- ratione exercere aliquod verum genus cau- eam causam augere numerum, quod dicto intrinsece effectum, et ideo causae extrinse-
tiám et actum eius exerceat causalitatem.- salitatis, sed puri termini specificantis, non loco examinabimus. cae communiter appellantur. Igitur in ra-
Oausam obiectivam appello obiectum re- per verum aliquem influxum qui caUsam
374 Disputaciones metafísicas Disputación XIl.-Sección III 375

trí?secas. Por. consiguiente, en la razón de causa puede abstraerse una razón co- primera puede llamarse causa material absolutamente, y la última, relativamente,
mun de matena y de f?r~a que no sea común a otras causas, y al contrario; por tomando dichas voces no de las entidades de tales causas, sino de la relación a
tanto, r~ctame~te se dIv1de. la causa inmediatamente en intrínseca y extrínseca, los efectos; pues en cuanto a la entidad, la causa material d: los accidentes p~e­
y despues aquella, en matenal y formal, y ésta, en eficiente y fill.al. También de . de ser el ente simplemente o sustancia íntegra; y en camblO, la causa matenal
otro modo podría encontrarse otra diyisi.ón más inmediata de la causa; pues la'3 de la sustancia sólo puede ser el ente relativo; con todo, en cuanto a la causa-
otras tres caus~s, except? la. final, cOlllclden en esto, en que contribuyen al ser ción o relación de la causa, ésta causa al ente simplemente; aquélla, relativa-
del efecto. mediante un 111fluJo real, y por ello requieren la existencia real para mente. Por su parte, la causa material de la sustancia se divide en materia ?e
sus .causalIdades, como veremos después; en cambio, la causa final influye in- las sustancias corruptibles o de las incorruptibles; en cambio, la causa matenal
tenclOnalmente y por ello puede causar antes de existir realmente en sí. Por de los accidentes puede dividirse o en corporal y espiritual, o ~n próxima. y re-
tanto, puede iecta~f1ente dividirse la causa inmediatamente en real e intencional mota, o en aquella que sea en sí accidente o que sea sustanCia, ya parcial, ya
tomando en el pnmer. miembro el término real en sentido estricto; pues si s~ íntegra, de todas las cuales cosas trataré en las próximas disputaciones. y de
toma en toda su amphtud y trascendencia también conviene a la causa final. Y modo proporcional puede dividirse la forma en sustancial y accidental, y ~o
por su, parte, la causa real ~e divide en intrínseca, que es la materia y la forma, y otro miembro se subdivide de varias formas, según la variedad de sustancIas
y e~trms.eca, que es. la efic~ente, y que puede llamarse de un modo peculiar y compuestas y de accidentes. Igualmente existen muchas divisiones de la ca,:sa
cuaSI por antonomaSIa, extnnseca; pues aunque la causa final comparada con la diciente y final que no pueden enumerase aquí brevemente, sino en sus propias
f?rmal y con 1~ material sea también extrínseca, con todo, comparada con la efi- disputaciones.
CIente es en Clerto modo intrínseca, ya que la relación al fin es más intrínseca 21. Por qué ni en los miembros superiores ni en los ínfimos se ha divi-
para cada cosa, y en algunas es incluso esencial. dido la causa con una división principal.- Podrá decirse: si la causa puede in-
mediatamente dividirse en menos miembros y remotamente en más, ¿por qué
Si los cuatro miembros de la causa son indivisibles propuso Aristóteles aquella división cuatrimembre con preferencia a otras? Se
20. Acerca del quinto punto pueden decirse en este lugar pocas cosas hasta responde que por lo mismo que aquella división es com? !r:~ermedia. entre a51u:-
';lue tratemos de c~~a. ?na de las ~a:lSas, y por ello hay que decir brevemente que !los extremos era la más apta para proponerse como dIVlslOn doctrlllal. Prlllcl-
esta no es un~ dlvlslOn en las ultimas razones de causa; pues bajo cualquiera palmente porque aquellos miembros tienen razones y modos de causación más
de . aquellos mIembros pueden darse varias divisiones. En efecto, la causa ma- distintos y conocidos. Agréguese a esto que Aristóteles no omitió por completo,
tenal, una es pura potencia, y otra, en cambio, potencia sólo relativamente Y esta sino que insinuó bastante tanto la conveniencia de estas causas entre sí cuanto
no es una divi.sión mer.~mente material -por llamarla asÍ- según la ·entidad la división de las mismas, como consta por los pasajes citados.
que es causa, SlllO tamblen formal en la razón de causa material. Pues pertenece
a la razón formal de la misma el ser potencia, y por ello, según la diversa razón De qué clase es la división dada
de potencia receptiva, será también diversa la razón de causa material· la cual
divers!dad puede tamb~én dedu~ir~e de los efectos, pues aquella primera' es causa 22. En el sexto punto todos los autores, suponiendo más que probando o
materIal de la sustancIa, y la ulttma, en cambio, de los accidentes. Por ello, la disputando, enseñan que aquella división de la causa es análoga, y por dicho
tione causae abstrahi po test ratio communis trinseca etiam sit, comparata tamen ad effi- efficientis et finalis quamplures sunt divisio-
materia e et formae qua e non sit communis cientem, est quodammodo intrinseca· nam terior yero aceidentium. Unde prior dici pot-
est causa. materialis simpliciter, posterior nes, quae non possunt hic breviter reeenseri,
aliis causis, et e converso; ergo recte divi- habitudo ad finem est magis intrinse~a uni- sed in propriis disputationibus.
ditur causa immediate in intrínsecam et ex- cuique rei et in quibusdam est etiam essen- vero seeundum quid, sumendo has voces
non ex entitatibus talium eausarum, sed ex 21. Cur nec in summa membra, nec in
trinsecam, et deinde illa in materialem et tialis. infima, sit causa principali divisione parti-
formaJem, haee vero in effieientem et fína- habitudine ad effectus; nam quoad entitatem
materialis causa aecidentium esse potest ens ta.- Dices: si causa potest immediate divi-
lem. Alio item modo posset alia divisio eau- Quatuor causae membra, an aloma di in paueiora membra et remote in plura,
sae immediatior exeogitari; nam. tres aliae simpliciter seu substantia integra; materialis
. ~O. De quinto puneto pauea hoe loco autem causa substantiae tantum esse potest eur Aristoteles potius quadrimembrem illam
eausae praeter finalem eonveniunt in hoe divisionem quam alias tradidit? Respondetur
quod conferunt ad esse effecrus per realem dlel possunt donee de singulis eausis traete- ens secundum quid; tamen quoad causatio-
mus, et ideo breviter dicendum est hane non nem seu habitudinem causae, haee causat hoc ipso quod illa divisio est media inter
influxum, ideoque requirunt existentiam rea- ílla extrema, fuisse aptiorem ad doctrina-
lem ad suas causalitates, ut postea videbi- esse divisionem in ultimas rationes eausae· ens simpliciter, illa secundum quid. Rursus
nam sub quoeumque illorum membroru~ materialis eausa substantiae dividitur in ma- ¡em divisionem tradendam. Maxime quia
mus; causa autem finalis influit intentiona- membra illa habent rationes et modos cau-
liter, ideo que causare potest antequam in dari possunt varia e divisiones. Causa enim teríam corruptibilium vel incorruptibilium
materialis quaedam est pura potentia, alia substantiarum; causa yero materialis acci- sandi magis distinctos et notiores. Adde
se realiter existat. Recte igitur dividi potest Aristotelem non omnino omisisse, sed insi-
causa immediate in realem et intentionalem, vero est tantum potentia seeundum quid. dentium dividi potest vel in corporalem et
nuasse satis, tam eonvenientias harum cau-
stricte sumendo in priori membro illum ter- 9 uae . non est divisio tantum materia lis (ut spiritualem, vel in proximam aut remotam,
vel in eam qua e in se sit aecidens, vel quae sarum inter se, quam divisiones earum, ut
minum realem; nam si sumatur in tota sua Ita dleam) seeundum entitatem quae est
latitudine et transcendentia, etiam causae causa, sed etiam est formalis in ratione eau- sit substantia, aut partialis aut integra, de ex citatis loeis constato
finali convenit. Et rursus causa realis divi- sae materialis. Nam de ratione formali ilJius quibus omnibus in proximis disputationibus Qualis sit data divisio
ditur in intrinsecam, quae in materiam et est ut sit potentia, et ideo secundum di ver- dicam. Atque proportionali modo dividi pot-
est forma in substantialem et aecidentalem 22. In sexto puncto auctores omnes,
formam, et extrinsecam, quae est efficiens, et sam rationem potentiae reeeptivae erit di- supponendo potius quam probando vel dis-
peeuliari ratione et quasi per antonomasiam versa ratio causae materialis· quae diversi- et utrumque membrum subdividitur in va-
putando, doeent illa¡n divisionem eausae esse
dici potest extrínseca; nam, licet finalis cau- tas attendi etiam potest ex ~ffeetibus· nam rias formas, iuxta varietatem substantiarum
analogam et propter eam causam dicunt non
sa comparata ad formalem et materialem ex- ilIa prior es! causa materialis substantia~,. pos- compositarum et aeeidentium. Causae item
376 Disputaciones metafísicas
motivo dicen que. no fue definida por Aristóteles la causa en común. Con todo,
no declaran sufiCIentemente el modo o la razón de dicha analogía, ni tampoco
la podemos declarar nosotros hasta que queden tratadas exactamente las razones
de cada una de las ca?sas. y por ello, ~upongamos ahora que aquel parecer es
verdadero por la autorIdad de la sentencIa común, y por esta razón general, que
aquello~ modos de causas son comunes a las causas de los accidentes y de las
sustancIas, las cuales no pueden ser causas unívocamente, porque no dan unívoca-
me~te el ser, por 10 cual. tampoco la razón· de efecto puede ser unívoca en el
aCCIdente y en la sustancIa; remito al referido lugar para una declaración más
exacta de esta analogía. DISPUTACION XIII

fuisse causam in communi ab Aristotele de- communes sunt causis accidentium et sub- LA CAUSA MATERIAL DE LA SUSTANCIA
finitam. Non tamen declarant satis modum stantiarum, quae non possunt es se univoce
aut rationem huius analogiae, neque a nobis causae, quia non dant univoce esse unde
declarari potest donec rationes singularum nec, ratio effectus un!voca esse po~est in
causarum exacte tractentur. Et ideo nunc aCCidente et substantla; exactiorem vero
supponamus sententiam ilIam veram esse ex huius analogiae declarationem in praedictUffi
communis sententiae auctoritate et ex hac Iocum remitto.
generali ratione, quod iUi modi causarum RESUMEN

Precede a esta Disputación una introducción en la que explica por qué al tra~
tar de la causa material toma la materia prima y no la causa material en común.
Su contenido se puede dividir en las siguientes partes:

l. Si existe la materia prima: Seco l.


11. Cuál es su entidad y su esencia: Seco 11, 111, IV.
111. Cuáles son sus propiedades: Seco V, VI.
IV. Cuál es su causalidad: Seco VII-XIV.

SECCIÓN 1

La pregunta con que se inicia esta sección es la siguiente: ¿Es evidente por
razón natural que se da en los entes una causa material de las sustancias a la
que llamamos· materia prima? Después de exponer varias divisiones de la ma-
teria (1-2) y de aclarar por qué se la llama prima (3), resueh'e la cuestión y de-
duce la existencia de la materia prima (prescindiendo de qué clase de sujeto es)
partiendo de las mutaciones que se dan en las cosas (4), del continuo cambio
de las cosas (5-7), e igualmente de algunas mutaciones especiales (8-9), por la
resolución hasta un primer sujeto (10). La consecuencia de las pruebas aduci-
das es que se da un primer sujeto; pero se desconoce que éste sea materia prima
hasta que se pruebe que dichas mutaciones son sustanciales (11-12).

SECCIÓN II

Probada la existencia de un primer sujeto o materia, se pregunta ahora si


éste es uno o múltiple para las sustancias generables y corruptibles. Las opiniones
falsas sable el primer principio material se comprenden en dos grupos: 1) .105
que ponen varios principios materiales; 2) los que ponen uno, pero yerran al asig-
narlo. Ponen varios principios en número infinito los atomistas en general, Leu-
cipo y Demócrito; sigue una refutación basada en los absurdos que resultan (2-5).
Establece varios principios en número finito Empédocles (6-7); sigue su refuta-
ción. Se deduce, por tanto, que el primer principio material es uno solo (8-9).
- - - - - - - - - ----------·- ----·~--

DISPUTACION XV

LA CAUSA FORMAL SUSTANCIAL

RESUMEN
A seis puntos podemos reducir este tratado sobre la causa forma! sustancia!:
l. Existencia de Zas formas (Sec. 1).
II. Su producción (Sec. 2-4).
Ill. Naturaleza y causalidad de la forma (Sec. S-6).
IV. Efectos de la forma (Sec. 7-9).
V. Unidad de forma sustancial (Sec. 10).
VI. La forma metafísica (Sec. 11).

SECCIÓN I
Después de un preámbulo en que precisa el tema, se plantea, mediante ex-
posición de dificultades, e! problema de la existencia de la forma (1-4), probán-
dola luego con argumentos de raigambre aristotélica (S): por semeianza con el
alma racional (6-7), por los indicios que de ella se descubren en las cosas (8-15)
y por el análisis de sus causas (16-19). Termina con la solución de los arguc
mentos (20).

SECCIÓN Ii
Expuesta la dificultad de la producción de la forma a partir de la materia (1)
y refutada la posición de los primeros filósofos (2), entra en la exposición de
las sentencias. La primera es la de quienes afirman la preexistencia en la mate-
ria de una entidad de la que se produce la forma (3-8); la segunda, la de los
que afirman la creación de todas las formas (9). La solución es que algunas
wn creadas (10-12) y otras educidas de la potencia de la materia (13-17).

SECCIÓN III
Discute la cuestión de la preexistencia temporal de la materia. Planteada en
su doble dimensión de la materia celeste y elemental (1-5), concluye Suárez
que mds que de distinguir momentos, se trata de distinguir acciones: la que
crea la materia y la que educe la forma (6-8). Precisa su actitud con la solución
de algunas obieciones y aclaración de otros detalles (9-11).
- ---~-- ......

630 Disputaciones metafísicaJ


Disputación XV.-Resumen 631
SECCIÓN IV formas acorde con los grados de realidad (16-27), y con los que defienden di-
versidad de formas sustanciales en las partes heterogéneas (28-40). Discute a
¿Se produce realmente la forma cuando se educe de la materia? Expuesto continuación la permanencia de las formas de los elementos en el mixto (41-52),
e! problema y las dos opiniones sobre él (1-2), las l'efuta (3), dando como so- para admitir con Aristóteles sólo la permanencia virtual (53-58). Pon fin, admitida
lución la existencia de una sola acción coproductiva y unitiva de los elementos la posibilidad sobrenatural de una doble información sustancial (59-60), con-
del compuesto (4-6). .cluye probando directamente la unidad de forma sustancial (61-69).

SECCIÓN V SECCIÓN XI

De la naturaleza de la forma como sustancia incompleta y acto (1-2), se de- Cierra esta larga disputación con un certero análisis de la forma metafísica,
ducirá todo lo referente a su causalidad (3). aplicando las nociones de materia y forma a cualquier composición (1-2). Ex-
.plicada la esencia de la forma metafísica (3-6), analiza su causalidad y uni-
SECCIÓN VI dad (7-11). Hace algo similar con la forma lógica (12-18), para concluir con el
problema del proceso al infinito en los predicados esenciales, cosa que niega, al
Respecto de la causalidad, ésta es la doctrina: igual que Aristóteles (19-28).
1) El principio de causación es la entidad misma de la forma (2).
2) Las condiciones para que se cause son: existencia actual (3), inmedia-
ción (4), acomodación de la materia (5).
3) En cuanto a la causación misma, ésta consiste en la unión de la forma
con la materia (6-11).

SECCIÓN VII

. Determina el efecto primario de la forma, que no es la umon misma ( 1 ),


szno e_l compuesto (2), al que produce con la misma acción con que se actúa la
materta (3-5). Lo que resta de la sección lo dedica a discutir la prioridad entr!
la forma y el compuesto, otorgándosela al compuesto, de acuerdo con Aristó-
teles (6-10).

SECCIÓN VIII

Sobre si la forma es causa de la materia, expuestas las posiciones antitéti-


cas (1-6), adopta una actitud negativa, probándola ampliamente y aclarando otra,
cuestiones conexas (7-16). Los números restantes (17-21) los dedica a estudiar la
doble dependencia que la materia tiene de la forma como de condición y como
de causa.

SECCIÓN IX

Profundiza en el estudio de la dependencia que tiene la materia respecto de


la forma. Después de determinar qué dependencia tiene la forma respecto de
l(l materia (1), analiza la que ésta tiene respecto de aquélla. Para unos, ni Dios
la puede conservar sin forma (2), mientras que para otros es esto factible (3-4),
opinión por la que se inclina el Eximio (5-16).

SECCIÓN X

Unidad de forma. Admitida la pluralidad de formas parciales (1) y bien de-


limitado el problema (2-3), refuta la pluralidad de formas sustanciales (4-6),
deteniéndose especialmente en rebatir la posición de Escoto sobre la forma de
corporeidad (7-15), haciendo lo mismo con los defensores de una pluralidad de
DISPUTACION XV
LA CAUSA FORMAL SUSTANCIAL

Dado que las causas material y formal guardan entre sí relación mutua, por·
eso, con el mismo método con que nos hemos ocupado de la materia, vamos-
a tratar primero de la forma sustancial y luego de la accidental, porque los
puntos que podrían hacerse necesarios sobre la forma en común, o han sido-
apuntados en la disputación sobre las causas en general, o se explicarán con
más claridad en cada uno de .los miembros, cuya conveniencia en dicha razón
común es sólo analógica. Sin embargo, tratando de la forma sustancial, com-
pletaremos los puntos que hemos dejado para este momento sobre la materia
prima, debido a la unión intrínseca que hay entre ella y la forma. Mas hay
que suponer que aquí no se habla de la forma extrinseca, a la que llaman ejem-
plar, de la que trataremos luego, porque en cuanto tal. más tiene razón de cau-
sa eficiente que de forma. Ni tampoco de la forma separada, como suele lla-
marse la naturaleza angélica o inmaterial, no por su causalidad, sino por su
actualidad o hermosura; sino que tratamos únicamente de la forma informante 0'
recibida en la materia, por ser ella la que posee propia y especial razón de
causa. Suele, además, dividirse la forma en física y metafísica; la primera es la
que ejerce la verdadera y real causalidad de la forma, teniendo, en consecuencia,.._
que hablar principalmente de ella. Pues aunque se la llame forma flsica, bien
por ser el principal constitutivo de la naturaleza de la cosa, bien por conocér-
sela preferentemente mediante el movimento físico y por ser sobre todo objeto
de consideración en la ciencia física, no cae, sin embargo, fuera de la conside-
ración metafísica, ya porque la razón de forma es común y abstracta, ya taro-

DISPUTATIO XV quam exemplarem vocant, de qua infra di-


cemus, quia ut sic magis habet rationem.
DE CAUSA FORMAL! SUBSTANTIALI efficientis quam formae. Neque etiam de
forma separata, ut solet natura angelica aut
Quoniam causa materlalis et formalis mu- immaterialis nominari, non propter causali-
tuam habitudinem inter se dlcunt, ideo ea~ tatem, sed propter actua1itatem seu pulchri-.
dem methodo qua de materia disseruimus, tudinem; sed agimus de sola forma infor-
dlcemus prius de forma substantiali, et pos- mante seu recepta in materia, quía illa est
tea de accidentali, nam quae de forma in quae propr.iam et specialem habet rationem
communi desiderari poterant, vel tacta sunt causae. Rursus vero dividí solet forma in
in dlsputatione de causis in communi, vel physicam et metaphysicam: prior est quae
explicabuntur distinctius jn singulis mem- veram et realem causalitatem formae exer-
bris, quae in illa racione communi solum cet, et ideo de illa principalius dicendum
analogice conveniunt. Tractando autem de est. Quamvis enim physica forma dicatur,
substantiali forma, complebimus ea quae de vel quía naturam rei principaliter constituit,
materia prima in hunc locum remisimus, vel quia per motum physicum principalius
\.) propter intrinsecam connexionem ínter ip- investigatur priusque in scientia physica con-
sam et formam. Supponendum est autem sideratur, non tamen est extra metaphysi--
hic non esse sermonem de forma extrínseca, cam considerationem, tum quía ratio forrnae·
63,4______________________:D=isputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección ~-----------------~---'6":3'."5
bién porque la forma constituye la esencia, ya -finalmente- porque es una ge?eración la forma sustancial, 'o algo de ella, o nada. N o puede afirmarse lo
de las causas principales. Qué es lo que se significa por forma metafísica y cómo pnmer_o, por9ue de lo .contrario preexist~ían en la materia infinitas formas y
participa de la naturaleza de causa, lo examinaremos al fin de esta disputación. no se produciría en: reahdad nada nuevo, smo que aparecería. Ni puede tampoco
afirmarse lo segundo, ya porque en la misma parte de la materia no puede ha-
ber a!go de forma sin que est~ la forma completa, puesto que es indivisible; ya
SECCION PRIMERA tamb1én porque, aunque preexiSta una parte de la forma y haya de introducirse
otra part~, esta p~rte se producirá de la nada, puesto que no puede producirse
¿SE DAN FORMAS SUSTANCIALES EN LAS COSAS MATERIALES?
de la prrmera; solo queda) pues, afirmar lo tercero, lo cual sin embargo es
l. Motivos de duda.- La razón de dudar está primeramente en que las contradictorio y supera las fuerzas de los agentes naturales. ' '
formas sustanciales no se conocen por experiencia alguna, ni son necesarias para 4: Los antiguos filósofos desconocieron las formas sustanciales.- En esta
todas las acciones y diferencias de las cosas que experimentamos; luego no han ~uest16n casi todos los filósofos antiguos desconocieron las formas sustanciales
·de admitirse sin causa. El antecedente es manifiesto, porque al fuego, por ejem- según se despren~e d~ lo que he~os dicho antes acerca de sus opiniones res~
plo, se le comprende perfectamente constituído en su ser con tal que conciba- pecto de la matena pnma o del prtmer sujeto de las transmutaciones naturales·
mos una sustancia que posea un calor perfecto y sumo unido con sequedad, pues. ~abiendo juzgado qt;e ese sujeto era un ser completo en acto, no pudiera~
por más que la sustancia sujeta a estos accidentes sea simple; y esto basta tam- admittr la form~ sustancial? puesto _que forma. sustancial y materia prima que
bién para todas las acciones del fuego que experimentamos y para la distin- ·sea pura potencia son cuasi correlativas. Tamb1én algunos de los filósofos pos-
ción entre el fuego y el agua y para el cambio del uno al otro, que parece con· teriores negaron las formas sustanciales, al menos en los elementos. Asf lo da
sistir en que la sustancia pasa del sumo frío al sumo calor y viceversa. Esto, ,a entender Alejandro de Afrodisia, lib. XII Metaph., com. 12, aunque allí pa-
pues! es bastante para la constitución, distinción y acción de los elementos; por rezca hablar sólo por vía de ejemplo y según proporción; y Filopón, II De
tanto, proporcionalmente bastará lo mismo para la composición de los mixtos, Gener., com. 7; y antes defendió la misma sentencia Galeno, lib. I De Iilement. ·
ya que éstos se forman de la mezcla de los ·elementos. Y ~on ant~rioridad opinó lo mismo Empédocles, quien no negó las formas de lo~
2. En segundo lugar, parece incurrirse en contradicción al decir forma in· ffilXtos, smo de los elementos, como lo hace constar Aristóteles, lib. I de la
formante y sustancial, porque o es una cosa subsistente y no necesita de sujeto Física, texto 51, y en el lib. II de la Física, texto 22.
alguno que la sustente, o necesita de él: si está en el primer caso, no puede ser
una forma informante, porque repugna que lo que es subsistente sea recibido Solución del problema
en otro. Si está en el segundo, es una forma inherente; luego es accidental;
por consiguiente, no hay forma sustancial. 5. Mas hay que afirmar que todas las cosas naturales o corpóreas, además
3. En tercer lugar, porque, admitidas las formas sustanciales, no puede de materia, constan de forma sustancial, como de principio intrínseco y causa
comprenderse cómo se realizan las transmutaciones y gener-aciones de las CO· formal. Esta es 1~ opinión de Aristóteles en innumerables pasajes, el cual cen-
sas, a no ser que algo se produzca de la nada, cosa que no es posible según los sura con frecuencia a los antiguos filósofos porque, prescindiendo prácticamente
principios naturales. La consecuencia es clara, porque o preexiste antes de la ·de la forma sustancial, dedicaban toda su investigación a la materia, según se
ve por todo el lib. I de la Física y por el libro segundo, c. 1, donde dice que
communis est et abstracta, tum etiam quía ad distinctionem inter ígnem et aquam et
forma constituit essentiam, tum denique ad transmutationem unius in aliud, quae in aut aliquid eius, vel nihil. Primum dici non correlativa sunt. Nonnulli etiam e posterio-
quia est una ex praecipuis causis. Quid au- hoc videtur consistere quod illa substancia potest, alias in:finítae formae praeexisterent ribus philosophis, saltem in elementis, nega-
tem per metaphysicam formam significetur a summo frigore transít in summum calo- in materia, et reipsa nihil de novo fieret, sed runt substantiales formas. Ita significat Ale-
et quomodo hanc rationem causae partid- rem, et e converso. Hoc ergo satis est ad Bpparerct. Neque etiam potest dici secun- xander Aphrodisaeus, XII Metaph., com. 12,
pet, in fine huius disputationis subücíemus. constitutionem, dil'itinctionem et actionem dum, tum quía in eadem parte materiae non quamquam ibi solum exempli causa et se-
elementorum; ídem ergo proportionaliter potest esse aliquid formae quin sit tota for- cundum prooortionem loqui videatur; et
SECTIO PRIMA sufficiet ad mixtorum compositionem, haec ma, cum indivisibilis sit; tum etiam quia, Philoponus, 11 de Gener ., com. 7; et prius
enim ex elementorum mixtione procreantur. etiamsi pars formae praesit et pars inducen- tenuit eamdem sententiam Galenus, lib. 1
AN DENTUR IN REBUS MATERIALIBUS da sit, haec pars fiet ex nihilo; non enim de Element.; et antea ídem sensit Empe-
SUBSTANTIALES FORMAE
2. Secundo involvi videtur repugnantia
cum dicitur forma informaos et substantia- potest ex priori p-arte fieri; restat ergo nt docles, qui mixtor-um formas non negavit,
l. Dubii rationes.- Ratio dubitandi est lis; nam vel est res subsistens et nullo in- dicatur :tertiom, quod tamen repugnat et ~ed elementorum, ut significat Aristoteles,
primo quía formae substantiales nullo ex- digens subíecto sustentante vel illo indiget: excedit vim natvralium agentium. I Phys., text. 51, et II Phys., text. 22.
perimento cognosci possunt, nec sunt ne- si primum habeat, non potest esse forma in- 4. Veteres philosophi formas substantia-
cessariae ad omnes acciones et dífferentias formans, quía repugnat id quod subsistem Jes nescivere.- In hac quaestione antiqni Quaestionis resolutio
rerum quas experimur; ergo non sunt sine est in alío recipi. Si secundum habeat, est philosophi fere omnes ignorarunt formas 5. Dicendum ve ro est omnes res natu-
causa introducendae. Antecedens patet, quia forma inhaerens; ergo accidentalis; non da- substantiales, ut constat ex his quae supra rales seu corporeas constare forma substan-
ignis, verbi gratia, sufficienter intelligitur in tur ergo substantialis forma. retulimus de eorum opinionibus circa ma- ~iali. (praeter materiam) tamquam principio
suo esse constitutus, si concipiamus quam- 3. Tertio, quia positis substantialibus teriam primam vel primum subiectum trans- mtrmseco et causa formali. Haec est senten-
dam substantiam habentem perfectum et formis, non potest intelligi quo modo fiant mutationum naturalium; cum enim existi. tia Aristo~elis innumeris in locis, qui saepe
summum calorem cum siccitate coniunctum, rerum transmutationes et generationes nisi maverint illud subiectum esse completum reprehend1t veteres philosophos quod, fere
etiam si substantia his accidentibus subiec- aliquid ex nihilo fiat, quod esse non potest ens actu, non potuerunt substantíalem for- praetermíssa substantiali forma, omnem m-
ta sit simplex; et hoc etiam satis est ad iuxta naturalia principia. Sequela patet, quia rnam agnoscere; nam forma substantialis et quísitionem circa materiam adhibuerint ut
.omnem actionem ignis quam experimur et vel forma substantialís praeexistit generationi, materia prima quae sit pura potentia quasi constat ex toto lib. 1 Phys., et lib. 11, ~- 1,
636 Disputaciones metafísica$
Disputación XV.-Sección 1 637
la forma es una naturaleza más perfecta que la materia. Tiene esto mismo en --~--------~--------~--~
el lib. I De partibus animal., c. 1, y en lib. VII de la Metafísica, c. 4, y en el prueba el antecedente, porque el alma racional es una sustancia y no un acci-
libro XII, c. 2, donde llama a la forma algo concreto, porque completa la sus- dente, como es manifiesto, puesto que permanece por si separada del cuerpo
tancia, la cual es algo concreto; y allí mismo, principalmente en el lib. VII de por ser inmortal; es, pues, subsistente de por sí e independiente del sujeto;
la Metafísica, llama a la forma lo que algo es; y da por razón que ella misma luego no es un accidente, sino una sustancia. Además el alma es verdaderamente
constituye y distingue las esencias de las cosas. Además, en el lib. II De Ani- forma del cuerpo, según enseña la fe y es evidente también por la luz natural;
ma, c. 1, divide la sustancia en materia, forma y compuesto, llamando a la no puede, pues, ser una sustancia asistente, o que mueva extrínsecamente al
forma EneAé.xetav, nombre del que Fonseca escribe muchas -Cosas eruditamente cuerpo; de lo contrario no lo vivificaría, ni las operaciones vitales dependerían
en el lib. I Metaph., al fin; sin embargo, los escritores enseñan comúnmente e-sencialmente de su presencia y unión; ni sería, finalmente, el hombre mismo
que la palabra «entelequia» es más general y que comprende más cosas que la el que entendiese, sino una sustancia distinta que le asiste. Así, pues, el hom-
forma sustancial; pues propiamente significa perfección o el acto perfectivo de bre consta del cuerpo como materia y del alma racional como forma; luego
una cosa. Mas suele atribuirse por antonomasia a la forma sustancial por ser esta alma es la forma sustancial; porque, según explicaremos luego, por el nom-
el acto principal y la perfección máxima de una cosa sustancial. Suele también bre de forma sustancial no se expresa más que una sustancia parcial que se
Aristóteles llamar a la forma sustancial con otros nombres, de que daremos cons- puede unir de tal manera con la materia, que componga con ella una sustancia
tancia más abajo al explicar su causalidad. Mas no fue Aristóteles quien des- íntegra y esencialmente una, cual es el hombre.
cubrió esta verdad, pues antes que él admitió la forma sustancial Platón, según 7. Se prueba, a su vez, la primera consecuencia suponiendo que se trata de
se desprende del Timeo, donde llama a las formas verdaderas imágenes de las cosas naturales generables y corruptibles, ya que éstas, por lo que a tal aspecto
cosas existentes, es decir, participaciones de las ideas, siendo así que él no ad- se refiere, son de la misma clase que el hombre, y entre ellas puede haber trans-
mite ideas más que de las sustancias. Y se cree que antes de Platón algunos mutación y cambio; a fortiori se concluye de aquí fácilmente que lo mismo se
de los filósofos llegaron a conocer las formas sustanciales, como se ve por Aris- ha de afirmar de los cuerpos incorruptibles, supuesta la sentencia antes expli-
tóteles, lib. I De partibus animal., c. 1, y en otros pasajes antes citados. Ahora cada sobre su materia. Así, pues, la composición de materia y forma sustancial
bien, hasta tal punto está aceptado este dogma en filosofía, que no es posi~le en el hombre demuestra que existe en las cosas naturales un sujeto sustancial,
negarlo sin gran ignorancia; y está tan acorde con la verdad de la fe crisü !na apto por su naturaleza para ser informado por un acto sustancial; luego dicho
que su certeza recibe de esto no poco incremento; por eso me es grato comen- sujeto es imperfecto e incompleto en el género de sustancia; luego exige siem-
zar la demostración de esta verdad por un principio cierto por fe y evidente por pre estar bajo algún acto sustancial. Y este sujeto no es exclusivo del hombre,
luz natural. sino que se encuentra también en las otras cosas naturales, como es de por sí
evidente; por eso se le presupone antes de la generación del hombre y para su
De la racional se llega a las otras formas sustanciales nutrición y permanece después de su corrupción; por consiguiente, todas las
cosas naturales que constan de dicho sujeto o materia constan también de una
6. Sea, pues, la primera razón, porque el hombre consta de una forma sus- forma sustancial actualizadora y perfectiva de ese sujeto. Además, de la misma
tancial como de causa intrínseca; luego también las otras cosas naturales. Se composición del hombre se deduce que la agregación de muchas facultades o
_, ~

ubi formam perfectiorem naturam dicit esse fuit Aristoteles huius veritatis inventor, riarn probatur, nam anima rationalis substantia ralibus generabilíbus et corruptibilibus, nam
quam materiam. Idem habet lib. I de Par- ame eurn substantialem formam agnovit hae sunt quoad hanc partero eiusdem ordi-
tibus animalium, c. 1, et VII Metaph., c. 4, est et non accidens, ut patet, quia per se
Plato, ut constat ex Timaeo, ubi formas.
et lib. XII, c. 2, ubi vocat formam hoc appellat vere existentium simulachra, id est, ' manet separata a corpore, cum sit immor- nis cum homine, et inter eas potest esse
transmutatio e:t vicissitudo; inde tamen fa-
aliquid, quia complet substantiam, quae est idearum participationes, cum tamen ipse talis ; est ergo per se subsistens et inde-
pendens a subiecto; non est ergo accidens, cile concludetur a fortiori ídem esse dicen-
hoc aliquid; et ibídem, praesertim lib. VII non ponat ideas nisi substantiarum. Et ante duro de incorrruptibilibus corporibus, sup-
Metaph., vocat formam quod quid est; et Platanero nonnulli e philosophis creduntur sed substancia. Rursus illa anima est vera
posita sententia quam supra tractavimus de
rationem reddit quia ipsa est quae constituit substantiales formas attigisse, ut constat ex forma corporis, ut docet fides et est etiam
materia eorum. Hominis ergo compositio ex
et distinguit rerum essentías. Praeterea, lib. Aristotele, I de Partibus animal., c. 1, eL evidens lumine naturali; non enim potest
materia et forma substantíali ostendit esse
II de Anima, c. 1, distinguit substantiam aliis lods supra citatis. lam vera est hoc esse substancia assistens aut extrinsece mo- in rebus naturalibus quoddam subiectum
in materiam, formam et compositum, et dogma ita receptum in philosophia ut sine vens corpus, alias non vivificaret illud, ne- substantiale natura sua aptum ut informetur
formam vocat ~ . .n:eH:z.etav, de quo nomine magna ignorancia id negari non po::.sit; est- que ex praesentia et coniunctíone eius es- actu aliquo substantiali; ergo tale subiectum
multa erudite scribit Fonseca, lib. 1 Me- que ita consentaneum veritati fi.dei christia- sentialiter penderent opera vitae; nec deni- imperfectum et incompletum est in genere
taph., in fine; communiter tamen docent nae ut eius certitudo non parum inde au- que esset ipse horno qui intelligeret, sed substantiae; petit ergo semper esse sub ali-
scriptores vocem entelechiae generaliorem geatur; quare placet huius veritatis proba- quaedam alia substantia illi assistens. Con- quo actu substantiali. Hoc autem subiectum
esse et plura comprehendere quam substan- tionem a quodam principio fide certo et stat ergo horno corpore ut materia et anima non est proprium hominis, sed in aliis etiam
tialem formam; significat enim ·proprie per- lumine naturali evidente inchoare; rationali ut forma; est ergo haec anima rebus naturalibus reperitur, ut per se no-
fectionem seu actum perficientem rem. Per substantialis forma; nam, ut infra decla- tum est; un de et ad generationem hominis
antonomasiam vero attribui solet formae rabimus, nomine substantialis formae nihil supponitur, et ad nutritionem, et post eius
substantiali quod sit praecipuus actus et ma- Ex rationali caeterae substantiales formac
colliguntur aliud significa.tur quam substantia quaedam corruptionem manet; ergo res orones natu-
xima perfectio reí substantialis. Aliis etiam partialis quae ita potest uniri materiae ut rales quae illo subiecto seu materia constant,
nominibus solet ab Aristotele forma sub- 6. Prima igitur ratio sit, nam horno con- cum illa componat substantiam integram ac constant etiam substantiali forma actuante et
stantialis nominari, quae inferius, explicando stat forma substantiali ut intrínseca causa; per se unam, qualis est horno. perficiente subiectum illud. Praeterea, ex ea-
eius causalitatem, adnotabimus. Non tamen ergo et res omnes naturales. Anteceden& 7. Prima vero consequentia probatur, dem hominis compositione colligitur aggre-
supponendo sermonem esse de rebus natu- gationem plurium facultatum vel formarum
638 Disputaciones metafisicas· Disputación XV.-Sección_:l'_____: _ _ _.____~--------~6::3-:.~
ddentes y operaciones de los entes natur~les, los ~uales indicios den~cian que
formas accidentales en un sujeto sustancial simple no basta para la constitución bajo ellos está latente una forma sustancial. El pruner? se descubre mcluso .en
de una cosa natural; puesto que en el hombre esas facultades Y formas acci- los elementos· porque si por ejemplo, el agua se cahenta y luego se le retrra
dentales son acaso más numerosas y más perfectas que en las otras cosas na- la causa agen~e, vuelve ; su primitiva fr~idez debido a una fuerza in;rínse~a,
turales, y no bastan, sin embargo, para la constitución de un ente natural com- según consta por experiencia; luego es sena! ~e qu~ hay en el, agua algun prm-
pleto, sino que además se requiere una forma que sea como la que preside a cipio más íntimo del que emana de nuevo la n;tensid_ad del ~no; ?na yez remo-
todas aquellas facultades y accidentes, y la fuente de todas las acciones y mo- vidos los imoedimentos extrínsecos; ahora bien, dicho prmciplO solo puede
vimientos naturales de dicho ente, y en la que tenga su razón y cierta unidad ser la forma .._sustancial· luego. Se prueba la primera consecuencia, porque no
toda esa variedad de accidentes y potencias; luego en los restantes seres natu- puede haber agente ex~rinseco alguno , de tal reducción, bi7n porque s~ dicha
rales es necesaria, por la misma razón, una forma sustancial distinta de los ac- reducción procediese de un agent; ex~rmseco, no seria esencia~ y necesa.rm} sino
cidentes, y más íntima y perfecta que ellos. En tercer lugar, se desprende del accidental, según se presentase rortmtamente el agente extrmseco; bien, asi-
mismo ejemplo que la generación y corrupción sustancial del hombre no con- mismo, porque, analizando los .-principios extrín~ecos que . ~e presentan. com~n­
siste en la adquisición o pérdida de algunos accidentes, sino en la unión o se- mente no hay ninguno de qmen pueda provemr esa accwn, ya que, mmedia-
paración del alma racional que informa sustancialmente el cuerpo humano, pan>: tamen'te sólo suele aparecer como tal el aire ambiente, el cual o no está natu~
la cual sirven de preparación ciertos accidentes, desaparecidos los cuales, el alma nilmente tan frío como el agua, o suele quedar accidentalmente tan cálido como
se separa y el hombre se corrompe; del mismo modo, por tanto, se ha de en- el agua misma; por eso también él, en cuan~o puede, se reduce a su prin:tivo
tender que se produce Ja corrupción y generación de los otros entes naturales. estado; y, a su vez, remotamente _sólo intervien.en las c~?sas celestes y ~ruver­
Porque, en cuanto puede inferirse de la experiencia, el modo de generación y sales, qne no están de suyo determmadas a semeJante acc~~n, como es mamfiesto.
corrupción en las otras cosas es el mismo que en el hombre, exceptuando la 9. Refutación de las diversas causas de tal reduccton.- ~e prueba, a su
diferencia en perfección y subsistencia de la forma humana, que no deduciría- vez, el segundo antecedente, a saber, que no puede pensarse mnguna otra ca~-
mos del modo de ·generación y corrupción si no nos fuese conocida por otro sa intrínseca de dicha acción fuera de la forma misma del agua, porque, ¿cua 1
capítulo. Por eso se dice en el Eclesiast., 3 : U na misma es la muerte del hom- va a ser? Afirman algunos que en ciertas partes del agua permanece siempre
bre y de las bestias e igual la condición de ambos; como muere el hombre, así frío intenso, y que, debido a la influencia de esas partes, se e:p.frfan las otras
mueren también ellas; etc. Finalmente, todos los indicios y signos de compo- que se han calentado, cosa que juzga probable Cayetano, I, q. 54, a. 3; Y se
sición sustancial que pueden pensarse en el hombre se dan en los otros seres le atribuye a Averroes, 11 De Anima, com. l. Pero esto carece. de fundamento
natUrales y principalmente en los animados, según se echará de ver por el ar... y está en contra de la experiencia; pues percibimos con el sentido que toda el
gumento siguiente. agua derramada en un vaso está muy caliente, sea cual sea la parte en que se
la toque· y si algunas partes estuvieran tan frias, o se las percibiría por el sen-
Diversos indicios de la forma sustancial tido, o ~or lo menos en alguna parte del agua t;mplarfa~ la sensación d,e ca-
lor- mas no sucede ninguna de ambas cosas. Esta, ademas, contra la razon fí-
8. Reducción del sujeto pasivo alterado a su estado primitivo."- Así, pues, si~, porque toda el agua en todas sus partes está uniformemente de doble roa-
la segunda razón principal se toma de los diversos indicios derivados de los ac-
et operationibus entium naturalium, qu~e in- reducit ad pristinum statum, quantum pot-
accidentaliurn in simplici subiecto substan- rumpitur; ergo eodem modo intelligendum dicant latere sub illis formam substanttalem. est; remate vero .solum interveniunt cau-
tiali non satis esse ad constitutionem rei est fieri corruptionem et generationem alio- Primum cernitur etiam in elementis; nam si sae caelestes et uruversales, quae ex se non
naturalis; nam in homine sunt illae facul- rum entium naturalium. Nam, quantum ex- aqua verbí gracia, calefiat, et postea remo- sunt determinatae ad huiusmodi actionem,
ta tes et formae accidentales piures fortasse periencia colligi potest, idem modus est ge- veat~ agens, ab intrinseco reducitur ad ut notum est.
ac perfectiores quam in aliis naturalibus nerationis et corruptionis in aliis rebus qui pristinam frigiditatem, ut experimento con- 9. Variae talis reductionis causae refel-
rebus, et tamen ·non sufficiunt ad constitu- est in homine, excepta differentia in per- stat; ergo signum est esse in aqua aliquod luntur.-,- Secnndum vero antecedens, scili-
tionem alicuius naturalis entis completij sed feccione et subsistencia formae humanae, intimius principium a quo iterum manat cet, nullam aliam causam intrinsecam illius
praeterea requiritur forma quae veluti prae- quarn ex modo generationis et corruptionis intensio frigoris, sublatis extrinsecis impe- actionis excogitari posse praeter ipsam aquae
sit omnibus illis facultatibus et accidentibus non colligeremus nisi aliunde nobis nota dimentis; illud autem principíum non pot- formam, probatur, nam quaenam erit illa?
et sit fans omnium actionum et naturaliurn esset. Et propterea dicitur Ecdesiat., 3 : est esse nisí forma substantialis; ergo. Pri- Dicunt aliqui in quibusdam partibus aquae
motuum talis entis, et in qua tata illa va- Unus interitus est hominis et iumentorum, ma consequentia probatur, qnia nullnm pot- semper manere intensum frigus, et ab illis
rieras accidentium et potentiarum radicern et aequa utriusque conditio, sicut moritur est esse extrínsecum principíum illius re- partibus alias quae calefactae fuerunt frige-
et quamdam unitatem habeat; ergo eadem hamo, ita et illa moriuntur, etc. Denique ductionis, tum quía, si illa reductio esset fieri, quod probabile censet Caietan., 1,
racione in reliquis entibus naturalibus ne- omnia indicia et signa substantialis compo- ab extrinseco, non esset per se ac necessa~ q. 54, a. 3; et tribuitur Averroi, II de
cessaria est aliqua forma substantialis di- sitionis quae in homíne cogitari possunt ria sed ex accidente, prout extrinsecum Anima, com. l. Sed hoc frívolum est et
stincta ah accidentibus et intimior ac per- sunt in aliis entibus naturalibus, et prae- ag~ns ca su occurreret; tum etiam quía, dis- contra experientiam; sensu enim percipí-
fectior illis. Tertio, eodem exemplo constat sertím in anímantibus, ut ex sequenti ra- currendo per omnía principia extrínseca mus totam aquam infusam vasi alicui, esse
generationcm et corruptionem hominis sub- tione constabit. quae communiter occurrunt, nullum est a valde calidam, quacumque ex parte attin-
stantialem non consistere in acquisitione vel quo possit illa actio provenire, quía proxime gatur; si autem essent alíquae partes adeo
amissione aliouorum accidcntium, sed in Substantialis formae indicia varia solum occurrere solet aer circumstans, qui frigidae, vel perciperentur sensu vel saltero
unione vel disiunctione animae rationalis vel naturaliter non est tam frígidus sicut te:mperarent in aliqua parte aquae caloris
substantiaiiter informantis corpus humanum, 8. Reductio alterati passi in pristinum aqua, vel ex accidente relinqui solet aeque sensum; neutrum autem fit. Est etiam con-
ad quam praeparant accidentia quaedam, statum.- Secunda ergo ratio principalis su- calidus ac ipsa aqua; unde ipse etiam se tra rationem physicam, nam tota aqua se-
quibus sublatis, anima recedit et horno cor- mítur ex variís indiciis ortis ex accidentibus
____ , ---------------------------~~,·-•;::::--

Disputación XV.-Sección 1 641


,640 Disputaciones metafísicas
interno anterior a la frialdad, el cual permanezca Integro, aunque la frialdad
nera aplicada al fuego que obra naturalmente; luego en todas sus partes recibe ,disminuya, y del cual se derive aquella reducción; sin embargo, niegan que tal
la influencia uniformemente del mismo modo; pues, ¿qué hay que pudiera im: principio sea la forma sustancial, puesto que de ella no podría provenir inme-
pedir esa acción o interrumpirla de tal manera que se realizase en unas partes diatamente la alteración, sino que afirman que es una cualidad de naturaleza
y en otras no? Además, o esas partes de que se afirma que retienen el frío pue~ superior, que contiene virtualmente las primeras cualidades sensibles. Cabe, no
den calentarse, o no; si no pueden, tampoco podrán -en consecuencia- co- obstante, entender esta sentencia de dos maneras : primero, sin negar la forma
rromperse; mas si pueden calentarse, consecuentemente, dado que toda el agua ·sustancial, sino poniendo esa cualidad virtual como intermedia entre la forma
·está suficientemente aplicada al fuego, también ellas se calentarán, o puede con sustancial y las primeras cualidades sensibles, y en este sentido no se opone a
certeza darse un estado en el que tal potencia se reduzca al acto, y una vez la verdad que intentamos probar; empero debilita el argumento que desarrolla-
puesto éste, todavía -removido el agente contrario- esa agua se volverá a su mos, debiendo rechazarse además como inútil e inventada gratuitamente, pues
frialdad primitiva, mientras no se llegue a la corrupción del agua. multiplica las cualidades sin fundamento o al margen de toda experiencia, pues-
10. Responden otros que esa acción no procede de principio alguno dis- to que la emanación de un accidente de la forma intrínseca no necesita de otro
tinto de la frialdad; porque siempre permanece la frialdad en algún grado, y accidente como intermediario, de lo contrario incurriríamos en un proceso al
ella misma, tan pronto como no es impedida, retorna a su primitivo estado. En infinito. Además, por ser contradictorio que se den en los elementos algunas
efecto, en la frialdad misma pueden distinguirse dos cosas, a saber: la esencia .cualidades anteriores a las primeras; ahora bien, según el testimonio de Aris-
y el modo de intensidad; y la esencia permanece siempre íntegra, poi más que tóteles, las primeras cualidades de los elementos son el calor formal, la frial-
la intensidad se disminuya; por eso el modo de intensidad puede dimanar de dad, etc. De donde, aunque acaso en los mixtos se dé a veces una cualidad
la esencia misma. Mas esta respuesta también es falsa. En primer lugar, porque que contenga virtualmente el calor o el frío, sin embargo, es posterior a la
de una cualidad remisa no puede proceder un grado más intenso; de lo con- mezcla proporcionada de cualidades primarias connatural en el mixto y no está
trario, también el aire se convertiría en sumamente cálido, y así pasaría con to- destinada a la emanación intrínseca de las cualidades primarias en el mismo
das las otras cosas. Segundo, porque acontece muchas veces que en el agua hay sujeto, sino a obrar con su acción propia en los sujetos externos. Puede enten-
más grados de calor que de frío; por consiguiente, incluso separado el agente derse de otro modo la respuesta, de suerte que su fin sea quitar de en medio
extrínseco~ la frialdad no podría vencer el calor intenso, porque no sería ayu- la forma sustancial y poner en su lugar la cualidad. Mas entendida en este sen-
dada por el sujeto de modo alguno, por ser la materia sola indiferente de suyo tido es fácilmente refutable, ya que esa cualidad no es percibida por los sen-
para ambos accidentes. Tercero, porque, en otro caso, el frío y el calor en gra.. tidos inmediatamente y por sí, sino que es conocida debido a· este efecto de
dos bajos no podrían permanecer nunca invariables- en el mismo sujeto, sino la emanación natural; ¿con qué fundamento, pues, se afirma que ese principio
que una de las cualidades expulsaría siempre a la otra, perfeccionándose hasta interno es una cualidad accidental y no la forma sustancial? Además, ese prin-
la última intensidad, porque por parte del sujeto -si se tratase sólo de la ma- cipio es el acto primero de la materia, que juntamente con ella completa este
teria prima- no habría impedimento alguno, y damos por supuesto que se han ser natural concreto al que llamamos agua; luego es un acto sustancial y no
suprimido todos los otros impedimentos extrínsecos. accidental. Además, la forma no es sólo raíz del frío, sino también de la hu-
11. En los elementos ninguna cualidad contiene virtualmente a las prime-
ras.- Finalmente, responden otros que sin duda es necesario otro principio spondent 1 necessarium quidem esse aliud primis; sunt autem, teste Aristotele, primae
principium internum prius frigiditate, quod qualitates elementorum formalis calor, fri-
cundum omnes suas partes est uniformiter sionis; et essentia semper roanet integra, integrum maneat, etiamsi frigiditas remitta- giditas, etc. U nde, licet fortasse in mixtis
difformiter applicata igni naturaliter agenti; etlamsi intensio minuatur, ideoque potest ab tur, a quo illa reductio derivetur; negant interdum detur qualitas virtute continens
ergo secundum omnes partes eodem modo eadem essentia modus intensionis manare. tamen illud principium esse forroaro sub- calorem aut frigus, illa tamen et est poste-
patitur uniformiter; quid enim est quod Sed haec responsio etiam est falsa. Primo; stantialem, nam ab illa non posset imme- rior temperamento primarum qualitatum
posset vel actionem illam impedire, vel ita quia non potest a qualitate remissa intensior diate provenire alterarlo, sed dicunt esse connaturali mixto et non est ad intrinse-
interrumpere ut in quibusdam partibus fieret gradus procedere, alioqui etiam aer sese effl- qualitatero quamdam superioris rationis, vir- cam dimanationem primarum qualitatum m
et non in aliis? ltem, vel illae partes quae tute continentem primas qualitates sensibi- eodem subiecto, sed ad efficiendum pro-
ceret summe calidum, et sic de omnibus allis pria accione in extrínseca subiecta. Aliter
frigus retinere dicuntur possunt calefieri, rebus. Secundo, quia saepe contingit plures les. Verumtamen haec sententia duobus mo-
vel non; si non, ergo neque corrumpi pot- dis intelligi potest: primo, non negando for- potest intelligi illa responsio, ita ut intendat
gradus caloris esse in aqua quam frigoris; e medio auferre formam substantialem et
erunt; si vero possunt calefieri, ergo si ergo, etiam remoto extrínseco agente, non mam substantialero, sed ponendo illam qua-
tota aqua est sufficienter applicata igni, litatero virtualem mediam ínter formam loco illius ponere qualitatem. In hoc autem
posset frigiditas vincere calorem intensum, substantialem et primas qualitates sensibi- sensu intellecta, facile refutatur, qtúa illa
etiam illae calefient, vel certe dari potest quia mUlo modo a subiecto iuvaretur, cum
status in quo illa po!entia reducatur in ac- les, et in hoc sensu non repugnat veritati qualitas immediate et per se non sentitur,
sola materia de se indifferens sit ad utrum- sed ex hoc effectu naturalis dimanationis
tum, et illo posito, adhuc illa aqua redu- quam probare intendimus; enervat tamen
que accidens. Tertio, quia alias nunquam rationem quam prosequimur, et praeterea dignoscitur; quo ergo fundamento dicitur
cetur ad pristinam frigiditatem remoto agen- frigus et calor in gradibus remissis possent reiicienda est tamquaro supervacanea et gra- illud internum principium esse qualitatem
te contrario, dummodo ad corruptionem quieta manere in eodem subiecto, sed sem- accidentalem et non formam substantialem?
tis conficta, multiplicat enim qualitates sine
aquae perventum non sit. per altera qualitas alteram expelleret, se Item illud principium est primus actus ma-
fundamento vel experientia ulla, naro ema-
10. Alii respondent illam actionem non perficiendo usque ad ultimam intensionem, natio accidentis ab intrinseca forma non in- teriae, complens cum illa hoc ens naturale
provenire ab aliquo principio distincto a fri- quía ex parte subiecti (si solum esset ma- diget alío accidente intermedio, alias proce- quod aquam appellamus; ergo est a~
giditate; semper enim manet .frigiditas in teria prima) nullum esset impedimentum, et deretur in infinituin. Itero, quía repugna! substantialis et non accidentalis. Itero, illa
aliquo gradu, et ipsamet statirrÍ ac non im- supponimus omnia alia extrínseca esse sub- dari in elementis aliquas qualitates priores forma non solum est radix frigoris, sed
peditur se revocat in pristinum statum. lata.
Possunt enim in ipsamet frigiditate duo 11. In elementis nullae qualitates virtua- J Iavel.., VIII Metaph., q.. 9.
distingui, scilicet, essentia et modus inten- liter primas continent.- AJ_ü tandem re- 41
~-------- ~-- ------ ----...----

642 Disputaciones metafísiéas


Disputación XV.-S:cc_i_ó_n_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___:6~4':'3
medad, de la densidad y de otras propiedades que exige el elemento agua; ya
q?e a propósito de todas ellas cabe hace~ el mismo argumento, de que si cam- en cambio, a veces lleva consigo una mutación mayor de la realidad. Y ésta sólo
btan del estado natural que el .agua reqmere debido a una acción contraria, tan puede consistir en que el mismo compuesto sustancial se destruye al separarse
pronto como e1 agente contrano
. se separa, tornan a su estado natural·, tienen , la forma sustancial; luego existen las formas sustanciales. Se prueba la última
por tanto, otra f orma antenor de la que se derivan, la cual permanece sin cam- proposición subsumida, porque si la sustancia total de la cosa permanece siem~
biar; por consiguiente, o a cada una de ellas responden sendas formas radi- pre igualmente íntegra, por más que avanzase la alteración, ella conservaría siem-
cales -por asi decirlo- o virtuales, cosa que está en contra de la naturaleza pre de por sí la misma relación con los accidentes; por consiguiente, o, en
y es cozr:pletamente, super~ na; o bien hay una forma única, en la que todas cuanto de ella depende, removido el agente contrario, permanecería siempre in-
e-sas propiedades estan radicadas y como reunidas, lo cual es rigurosamente ver- variable después de cualquier alteración bajo cualesquiera accidentes, o torna-
dadero; luego es.a forma no es accidenta~, sino de un orden superior. Es, pues, ría, sin duda, siempre a los mismos accidentes una vez apartados esos mismos
la f~rma sust~cml ct:
la que t~l reducctón proviene, según sostiene la opinión agentes.
13. Y se corrobora esta razón, puesto que vemos que algunos accidentes
comun de Avtcena, hb. I Suff•c., c. 5; de Soncinas, IX Metaph.; de Soto,
II Phys,, q. 1, y de otros. son hasta tal punto inseparables de algunos sujetos, que si se les priva de ellos
12. Y de aquí puede tomarse otro indicio que es una confirmación del pre- o son disminuídos en exceso, se produce una transformación completa en los
~ede-?te; pues consta por experiencia casi evidente que, incluso en estas cosas sujetos, de suerte que son incapaces de volver por impulso intrínseco a su pri-
mammadas y en los elementos, la corrupción sustancial es distinta de la alte- mitivo estado; luego esta inseparabilidad proviene de la unión de tales acci-
ració?-; me refi~ro_ en esl?ecial a las cosas inanimadas para que la inducción se dentes con algún principio interno de dichas cosas. El cual no puede ser la
convierta a fortwn en umversal; porque en los seres animados es cosa más evi- materia prima, o sea el sujeto primero que permanece bajo todo cambio, ya
dente, como se verá. Así, pues, conocemos por experiencia que la alteración, que respecto de él no hay accidente alguno inseparable, de los que pueden ad-
como por ejemplo, el calentamiento del agua o del· hierro es a veces tan vio- quirirse o perderse por alteración. Ni puede ser tampoco ese principio algún
lenta que se siente en ellos un calor intensísimo y, sin e~bargo, si cesa la ac- accidente, si nos referimos al principio primero y radical; porque, aunque un
ción del agente contrario, esas realidades permanecen o íntegras o casi íntecrras accidente sea inseparable respecto de otro, como el enrarecimiento respecto del
en su sustancia e incluso retornan con facilidad a su estado accidental· en c~m­ calor, y la blancura respecto de esta mezcla concreta de cualidades primarias,
bio, a veces avanza hasta tal punto la alteración que se produce un ca~bio com- sin embargo esa mezcla es inseparable de esa otra forma anterior de su natu-
pleto de l~s cosas, de suerte que, aunque sea removido el agente, el paciente raleza que ha permanecido; hay, pues, que detenerse necesariameqte en tma for-
no puede Jamás volver al estado primitivo, ni recobrar las acciones anteriores ma que sea la primera respecto de los accidentes inseparables; por tanto, es
u otros accidentes semejantes; a veces incluso se cambia en una sustancia sen- una forma sustancial y no accidental, puesto que constituye la esencia propia,
sible más vil, c~mo c~niza, escoria, etc.; y alguna vez se consume completa- en la que están las propiedades accidentales connatural e inseparablemente.
mente de modo msens1ble porque se transforma en otro cuerpo más sutil e im« 14. La subardinación de las propiedades entre sí es un indicio de la farma
perceptible por los sentidos; luego es- señal evidente de que la alteración a ve- sustancial.- Finalmente, arrancando de este indicio se puede elaborar otro ar-
ces es pura y permanece dentro del ámbito de la mutación accidental, y que" gumento, porque en un ente natural se unen muchas propiedades, las cuales
están a veces de tal manera subordinadas entre sí, que la una se origina de la
etiam humiditatis, densitatis et aliarum pro~ ruptionem substantialem esse distinctam ah et manere intra latitudinem mutationis ac- aliquo principio interno talium rerum. Quod
prietatum quas elementum aquae requirit; alteratione; loquor in specie de inanimatis, cidentalis, interdum vero habere coniunctam non potest esse materia prima seu illud
nam de illis potest fieri idem argumentum, ut a fortiori sit inductio universalis ; quo- maiorem rei mutationem. Hace autem non primum subiectum quod manet sub om.ni
quod si per actionem contrariam ab illo niam in rebus animatis est res evidentior, potest es se alia. nisi quia ipsum substantiale transmutatione, quia respectu illius nullum
naturali statu ·quem aqua postulat immu- ut patebit. Experimur itaque alterationem, compositum dissolvitur, recedente forma est accidens inseparabile ex bis quae pos-
tentur, statim ac contrarium recedit, ad na- ut, verbi gratia, calefactionem aquae aut substantiali; dantur ergo substantiales for~ sunt per alterationem acq uiri vel amitti.
turalem statum revertuntur; ergo habent ferri, interdum esse adeo vehementem ut m~ mae. Probatur ultima subsumptio, quia si N':'que etiam illud prlncipium potest esse
aliam priorem form~m a qua derivantur, tensissimus calor in eis sentiatur, et nihilo- tota substantia rei semper maneret aeque aliquod accidens, si sit sermo de primo et
qua e immutata maneat; ergo vel singulis nünus si actio contrarii agentis cesset, res integra, quantumcumque procederet altera- radicali princioio; nam, licet unum acci-
respondent singulae formae radicales (ut ita illae manent vel integrae vel fere integrae tic, ipsa de se semper haberet eamdem ha- dens sit inse:Parabile respectu alterius, ut
dicam) aut virtuales_, quod natura abhorret in substantia sua, et facile etiam ad acci- bitudinem ad accldentia; ergo vel semper raritas respectu caloris, vel albedo rcspec-
et est omnino superfluum, vel est una forma dentalem statum revertuntur; interdum ve- tu talis temperamenti primarum qualitatum,
post quamcumque alteracionem maneret
in qua omnes illae proprietates radicantur illud tamen temperamentum est inseparabile
et qua~i colligantur, quod est verissimum; ro adeo orocedit alteratio ut omnimoda quieta sub quibuscumque accidentibus,
transmutado rei fiat, ita ut quamvis remo- quantum esset ex se et remoto contrario ab alía priori forma naturae suae relicta;
ergo illa forma non est acci:dentalis, sed sistendum ergo necessario est in aliqua for-
superioris ordinis. Est ergo forma substan- veatur agens, nunquam possit passum illud agente, vel certe remotis eisdem agentibus
ad pristinum statum redire, neque priores semper rediret ad eadem accidentia. ma quae sit prima respectu accidentium
tialis, a qua talis reductio provenit, ut com- inseparabilium; illa ergo est forma substan-
munis habet sentencia Avicen., lib. 1 Suf- actiones aut similia accldentia recuperare; 13. Et confirmatur haec ratio, nam vi- t~alis et non accidentalis, cum constituat
fic., c. 5; Sondo., IX Metaph., q. 8; Soto, interdum etiam in viliorem substantiam sen- demus quaedam accidentia esse ita insepa- propriam essentiam cui proprietates acciden-
II Phys., q. 1, et aliorum. sibilem, ut cineres, scoriam, etc., mutatur; rabilia ab aliquibus subiectis ut si illa au- tales connaturaliter et inseparabiliter insunt.
12. Atque bine sumí potest aliud indi- nonnunquam vero omnino consumitur in- ferantur vel nimium diminuantur, omnimo- 14. Subordinatio proprietatum inter se
cium, quod est confirmatio praecedentis, sensibilíter, quia in aliud corous subtilius et da transmutarlo fiat in subiectis, ita ut non indicium fonnae substantialis.- Tandem
nam fere evidenti experimento constat etiam insensibile transformatur; ergo signum evi- possint per intrinsecam vim ad uristinum formad potest ex hoc indicio alía ratio, quia
in bis rebus inanimatis aut elementis cor~ dens est alterationem interdum esse puram statum redire; ergo illa inseparabilitas pro- in uno ente naturali multae proprietates
venit ex connexione talium accidentium cum coniunguntur, qua e interdum ita sunt intei~
644 Disputaciones metafisica• Disputación XV.-Sección 1 645
--------------------------~~~~~===
otra, como la voluntad del entendimiento; a veces, en cambio, no guardan su- resultante de cualidades contrarias precisivamente collsideradas no se deduce
bordinación entre sí, como el calor y la humedad en el aire, la blancura y la la forma sustancial. Mas se deduce muy bien por el hecho de que en semejante
dulzura en la leche o los diversos seritidos en el animal; por consiguiente, esta equilibrio las cualidades no sólo se consienten -valga la expresión- perma-
multitud y variedad de propiedades, sobre todo cuando se encuentran de la se- necer en tal grado, sino también porque están unidas en él de tal manera y lo
gunda manera, exige una forma en la que se unan todas; de lo contrario es- exigen hasta tal punto, que si una de ellas aumenta o disminuye por causa ex-
tarán reunidas en el mismo sujeto de modo meramente accidental, y en abso- trínseca, una vez removido el agente externo, vuelve inmediatamente al equi-
luto, suprimida una, no por eso desaparecería otra; mas es lo opuesto lo que librio acorde con la proporción anterior') cosa que se hace patente sobre todo
consta por experiencia; por tanto, es señal de que esos accidentes exigidos en en los animales; luego esto es señal evidente de que tal equilibrio es propio de
un determinado número, grado y medida en un sujeto y ente concreto, no tie- alguna forma, en la que se unen dichas cualidades. A su vez, esta señal coin-:-
nen esa unión sólo respecto del primer sujeto o materia prima, sino respecto cide con la de la reducción de una cosa a su estado natural.
de un compuesto que exige aquel determinado orden de los accidentes entre 15. El que una cosa, desarrollando una activz·dad determz·nada con intensi-
sí por razón de la forma. Suele confirmarse especialmente este argumento en dad disminuya en otras acciones es señal de la forma sustancial.- Se confir-
los cuerpos mixtos, en los que vemos conservarse en el mismo mixto a acci- ma, finalmente, este argumento con otro indicio, tomado de la acción de algu-
dentes contrarios reducidos a unos grados determinados; y esto no puede de- nas cosas naturales; en efecto, conocemos por experiencia que una cosa dotada
berse a las cualidades mismas, como es harto evidente de por sí, ya que más de muchas facultades de operar, mientras obra intensamente con una~ se ve
bien están en oposición por su naturaleza. Ni es tampoco resultado de una cau- impedida de poder obrar con otra, o de hacerlo con tanto esfuerzo; por tan~
sa extrínseca') ni de la materia') como se echa de ver fácilmente; luego es ne- to, es señal de que esas facultades están subordinadas a la misma forma') la cual
cesario que proceda de la forma. Esta confirmación, no obstante, o no tiene opera principalmente mediante ellas; porque si no guardasen subordinación
fuerza alguna, o no es un argumento distinto de los precedentes') porque las ninguna entre sí, ni respecto de algún principio común. cualquiera de ellas po-
cuatro cualidades primarias reducidas a ese equilibrio, en el que pueden existir seería su operación independientemente de la otra, y no habría razón alguna
simultáneamente en el mismo sujeto, no necesitan, para conservarse perpetua-· para que el esfuerzo de una impidiese el esfuerzo de otra con más derecho que
mente en él en el mismo estado, de otra causa interna o principio, sino única- si estuviesen en sujetos distintos; en cambio, desde el punto de vista de la
mente de la remoción del agente extrínseco destructor, ya que dichas cualida- subordinación a la misma forma, se da una magnífica razón') ya que, al tener
des constituidas en ese grado no son propiamente contrarias, ni pueden tener ella una capacidad finita, mientras se aplica intensamente a un~ operación, se
acción entre sí; más aún, si pudieran tenerla, la forma sustancial no podría im- retrae de otra, y cabe la posibilidad de que se entregue a una con tanto esfuer-
pedirla o reducirlas a armonía. Acontece por eso que en los vivientes, incluso zo que en ella quede agotada su capacidad. Algunos, para explicar el antece-
en el hombre, en que la forma posee la máxima unidad, no puede ímpedir la dente, se fijan en las cosas o agentes naturales') que mientras obran intensamen-
acción entre las partes heterogéneas, porque aunque en cada una de las partes te para vencer el contrario, no pueden defenderse a sí mismos en absoluto sin
tengan las cualidades tal tempero que coexistan armónicamente respecto del que por alguna parte sean vencidos o reciban detrimento de su contrario. Sin
propio sujeto, no disfrutan, sin embargo, de igual equilibrio respecto de las embargo, este hecho de experiencia de la repercusión pasiva de los agentes na-
cualidades de otra parte distinta. De la conservación, pues, de este equilibrio turales no nace de la subordinación de muchas facultades a una forma única,

se subordinatae ut una ab altera oriatur, ut natura sua pugnent. Neque etiam provenit Ex hac ergo conservatione temperamenti, ne cum tanto conatu; ergo est signum illas
voluntas ab intellectu; interdum vero inter a causa extrínseca neque a materia, ut fa- ex contrarus qualitatibus constante, prae- facultates esse subordinatas eidem formae,
se non habent subordinationem, ut calor et cile patet; ergo oportet ut proveniat a for- cise sumpta, non infertur forma substantia- quae per eas principaliter operatur; nam
humiditas in aere, albedo et dulcedo in lac- ma. Verumtamen haec confirmarlo vel nul- lis. lnfertur tamen optime ex eo quod in si nullam subordinationem inter se habe~
te, vel plures sensus in animali; ergo haec lam omnino habet vim, vel non est distincta. huiusmodi temperamento non solum per- rent neque cum aliquo communi principio,·
multitudo et varietas proprietatum, praeser- ratio a praecedentibus, nam quatuor quali- mittuntur (ut ita dicam) qualitates manere quaelibet earum haberet suam operationem
tim quando posteriori modo se habent, re- tates primae ad eam temperiem redactae, in in eo gradu, sed etiam in eo ita connectun- independenter ab alia, neque esset ulla ratio
quirit unam formam in qua omnes unian- qua possint simul esse in eodem subiecto, tur et ita illum requirunt ut si altera earum cur conatus unius impediret conatum alte-
tur; alioqui essent mere accidentaliter con- ut in eo perpetuo conserventur in eodem extrinsecus vel augeatur vel minuatur, re- rius magis quam si essent in diversis sub-
gregatae in eodem subiecto, et, una omnino statu, non indigent alia interna causa vel moto extrinseco agente, statim ad priorem iectis; at vero ex subordinatione ad eam~
sub lata, non propterea recederet alía; at op- principio, sed sola remotione extrinseci proportionem temperamentum redeat, quod dem formam redditur optima ratio, quía
positum constat experientia; ergo signum agentis corrumpentis, quia illae qualitates maxime cernitur in animalibus; hoc ergo est cum illa sit finitae virtutis, dum intense ap-
est taHa accidentia in tali numero, pondere in eo gradu constitutae nec sunt proprie signurn evidens esse tale temperamentum plicatur ad unam operationem, distrahitur
et mensma in tali subiecto et ente requisita, contrariae neque possunt ínter se habere alicuius formae in qua illae qualitates con- ab altera, et tanto conatu potest uní in-
non habere illam connexionem respectu so- actionem; immo, si eam habere possent, non nectuntur. Hoc autem signum coincidit cum cumbere ut ibi exhauriatur eius virtus. An-
lil.Ts nrimi subiecti seu materiae primae, sed posset forma :mbstantialis eam impedire illo de reductione rei ad naturalem statum. tecedens declaratur ab aliquibus in rebus
respectu alicuius compositi quod ratione aut conciliare. Quo fit ut in viventibus, 15. Quod res unum intense agens in seu agentibus naturalibus, quae dum inten...
forrnae illum accidentium ínter se ordinem etiam in homine, ubi forma est maxime aliorum actione remittatur, signum substan- se agunt ad vincendum contrarium sese non
requirit. Soletque haec ratio specialiter con- una, non possit impedire actionem inter tialis formae.- Ultimo confirmatur haec ra- possunt omnino tueri quin aliqua ex parte
firmad in corporibus miXtis, in quibus vi- partes heterogeneas, quía, licet in singulis tio alio indicio sumpto ex actione quarum- vincantur vel patiantur a contrario. Verum-
demus accidentia contraria ad certos gradus partibus qualitates sint ita temperatae ut dam rerum naturalium; experimur enim tamen haec experiencia de repassione agen-·
redacta in eodem mixto conservari; id au- ínter se consentiant respectu sui proprii rem aliquam habentem piures operandi fa- tium naturallum non provenit ex subordi-
tem non potest provenire ex ipsis qualita- subiecti, non vero sunt ita temperatae re-- cultates, dum intense per unam operatur, natione plurhim facultatum ad unam for-
tlbus, ut per se satis constat, cum potius spectu qualitatum alterius partis dissimilit. impedid ne per aliam operari possit, aut mam, sed ex eo quod res non est semper
646 Disputaciones metafísicas Disputación XV.---Sección 1 64i
sino de que las cosas no siempre son . tan poderosas para resistir como para
obrar. Por eso también un hierro al rojo vivo, mientras calienta el .agua, sufre Las causas de la forma sustancial la demuestran claramente
influencia de ella, por más que la forma de hierro en nada absolutamente con-
16. No es contradictoria la existencia de la forma sustancial.- Puede apor-
tribuya a dicha acción; más aún, en este caso no intervienen acciones de dis-
tarse una tercera razón principal a priori, por las causas propias de la forma
tintas facultades, sino la acción de una sola cualidad, concretamente del calor, sustancial, que son la final, eficiente y material, ya que no tiene causa formal
y una pasión que le eS contraria hasta cierto punto, y que proviene del hecho por ser ella misma forma, siendo por eso imposible tomar de ella razón posi-
de que el calor no es tan potente para resistir como para obrar. Por eso en las tiva alguna. No obstante, podemos suponer que por su parte no existe repug-
cos&s inanimadas me resulta dificil creer que pueda registrarse experiencia al nancia alguna en que tal género de ente o de sustancia incompleta se dé en la
guna por la que se pruebe dicho antecedente, porque en las acciones acciden- realidad; en efecto, ¿qué contradicción se puede fingir o imaginar en esto?
tales que no se deben a la vida no parece intervenir inmediatamente concurso Además, porque no repugna que se den en la naturaleza actos sustanciales de
alguno de la forma sustancial por razón del cual la acción de una facultad un orden supremo, que sean subsistentes y no informantes, como los ángeles,
disminuya en virtud del esfuerzo de otra. Empero en los vivientes, y princi- y un acto sustancial de orden intermedio, que sea al mismo tiempo subsistente
palmente en nosotros mismos, experimentamos manifiestamente semejante efec- y actualizante o informante, según se dijo del alma racional; no será, por tan-
to; a veces, efectivamente, el pensamiento interno atento impide que ni siquie- to, contradictorio que se den actos sustanciales de un orden ínfimo, es decir,
ra veamos las cosas presentes; es más, la reflexión prolongada suele incluso que sean actos actualizantes y no. completamente subsistentes, y a éstos llama-
impedir la acción de la parte nutritiva. Ni tiene nada que ver el que a alguno mos formas sustanciales. Por lo demás, dicho acto o repugnaría por ser acto o
se le ocurra decir que esto proviene del concurso de los espíritus vitales, los por ser sustancial, o por ser contradictorio que se junten ambas cosas en la
cuales son necesarios para las operaciones de estas facultades, y que, al con- misma realidad; mas ninguna de estas cosas puede afirmarse con probabilidad;
centrarse en una, abandonan otra; bien porque este mismo concurso de los Juego, cuanto está de su parte, tampoco hay contradicción en que exista la
espíritus vitales más en provecho de una facultad que de otra es señal de que forma sustancial. Pues si no hay contradicción por parte de ella, se probará
bay una sola forma que se sirve de los mismos espíritus y facultades para dos en seguida fácilmente por otras causas que o no hay contradicción, o incluso que
acciones, de lo contrario no habría razón ninguna de que los espíritus se con- .es necesaria. Las dos primeras partes del primer antecedente parecen de por si evi-
centrasen más en una facultad que en otra; bien, igualmente, porque la opera- dentes. La primera, por ser de suyo evidente que hay entidade~ en las cosas
que son actos y perfeciones de otras; efectivamente, de esta suerte la bJancura
ción intelectual no se hace mediante los espíritus y, sin embargo, el esfuerzo y
es acto de lo blanco, y la intelección lo es del inteligente. La segunda, a su
atención dedicado a ella impide las acciones inferiores. Ni cabe atribuir esto
vez, porque también es de suyo evidente que existen e~ las cosas entidades
a la cooperación de la fantasía, la cual exige el concurso de los espíritus, ya que sustanciales, ya que éstas son el fundamento de las ciernas. Queda, pues, por
la atención intelectual, sobre todo si es intensa y acerca de temas de orden su- probar la tercera parte, a. saber: que no. hay cot;Itradicción en que. estas dos
perior, atenúa mucho incluso la actividad misma de la fantasía; por consi- propiedades o razones se Junten en la llliSma entidad; y esto es evidente, no
r;uiente, no se debe a los espíritus, sino a la ocupación de la misma alma en sólo porque no puede señalarse nada en una de dichas razones que esté en con-
alguna operación. tradicción intrínseca con la otra, sino también porque la razón de acto de suyo

Formae substantialís causae ipsam clare vel repugnaret talis actus quia actus est, vel
aeque potens ad resistendum ac est ad agen- dire solet diuturna meditado. Neque refert ostendunt quia substantialis est, vel quia haec duo in-
dum. Unde etiam ferrum calidissimum, dum si quis dicat hoc provenire ex concursu spi- eadem re coniungi repugnat; nihil horum
calefacit aquam, ab ea repadtur, quamvis rituum vitalium, qui necessarii sunt ad ope- 16. Substantialem formam esse non re- potest cum probabilitate dici : ergo nec re-
forma ferri nihil prorsus ad illam actioncm raciones harum facultatum, et dum ad unam pu.gnat.- Tertia ratio principalis reddi pot- pugnat dari substantialem formam quantum
cOnferat; immo ibi non intercedunt opera~ confluunt, aliam destituunt; tum quía ip- est a priori ex propriis causis forrnae sub- est ex parte eius. Quod si ex parte eius non
tienes diversarum facultatum, sed acdo semet concursus spirituum vitalium ad unam stantialis, quae sunt finalis, efficiens et m~­ repugnat, statim facile probabitur ex aliis
unius qualitatis, scilicet caloris, et passio facultatem podus quam ad aliam est signum terialis; nam formalem non habet, cum s1t causis vel non repugnare, vel etiam esse ne-
eidem aliqua ex parte contraria, quae ex co tmius formae utentis iosis spiridbus et fa- ipsamet forma, unde ex ipsa nulla potest cessariam. Duae primae partes primi antece-
provenit quod calor non est tam potens ad cultadbus ad duas actiones, -alias nulla es- sumi positiva ratio. Possumus tamen suppo- dentis per se notae videntur. Prima quidem,
¡·esistendum sicut ad agendum. Quocirca in set ratio cur spiritus magis ad unam facul- nere ex parte eius nullam esse repugnan- quia per se notum est dari in rebus entitates
rebm inanimatis vix credo posse inveniri tatem confluerent quarn ad aliam; tum tiam quod tale genus entis vel substandae
quae sunt actus et perfectiones aliarum; sic
experimentum aliquod quo illud antecedens edam qnia intellectualis operado non fit me- incompletae detur in rerum natura; quae enim: candor est actus albi et intellectio intel-
probetur, quia in actionibus accidentalibus diis spirüibus, et tamen conatus et attentio enirn repugnantia in hoc fingí aut excogitari
potest? 1te m, quia non repugnat dari in re- 1igentis. Secunda vera, quía etiam est per se
quae a vita non procedunt non videtur pro- ad illam imoedit inferiores actiones. Nec notum dari in rebus entitates substanciales.
xime intercedere aliquis concursus formae potest hoc iribui cooperationi phantasiae, rum natura actus substanciales supremi or-
<linis qui sint subsistentes et non informan- cum hae sint aliarum omnium fundamen-
substantialis radone cuius remittatur actio quae requirit spirituum concursum; nam tum. Probanda ergo superest tercia pars,
unius facultatis ex conatu alterius. In vi- intellectualis attentio, praesertim si sit ve- tes ut angeli, et actum substantialem me-
dii' ordinis qui simul sit subsistens et ac- quod nimirum has duas proprietates seu ra-
ventibus autem, et praesertirn in nobis, ex- hemens et circa res superioris ordinis, etiam ciones in eadem entitate coniungi non repug-
tuans seu informans, ut de anima rationali
perimur manifeste huiusmodl effectum; in- ipsam phantasiae actionem valde minuit; net; hoc autem patet, tum quia nihil in
dictum est; ergo non repugnabit dari actus
terdum enim interior cogitatio attenta im- ergo non provenit ex spiritibus, sed ex oc- substanciales infimi ordinis, jd est, qui sint altera illarum rationum assignari potest quod
pedit ne res etiam praesentes videamus; cupatione eiusdem animae circa aliquam actus actuantes et non mtegre subsistentes, cum altera intrinsece repugnet, tum etiam
immo et actionem nutritivae partís impe~ operationem. .et hos vocavimus formas substantiales. Item, quia ratio actus ex se perfectionem dicit;

1
-~-- ~------------ ---.......,~---:------·------~------~

648 Disputaciones metafísicas. Disputación XV.-Sección 1 649


dice perfección; luego, si no está en contradicción con él unirse con un ser ac- lidad de la causa primera corresponde suplir también la función de las causas
cidental, ¿por qué va a ser contradictorio que se una con una entidad sustan- segondas, cosa que -hablando en rigor- sólo realiza en el alma racional res--
cial? También, finalmente, porque siendo en absoluto la perfección el fin de pecto de su producción; ya que en otras formas no repugoa, dado el modo·
toda entidad sustancial, parece implicar mayor repugnancia respecto de la razón como son producidas, que sean causadas por agentes naturales, puesto que son.
de potencialidad que respecto de la razón de actualidad; mas Jo primero no es hechas con el concurso de la materia, como explicaremos en seguida. Y si hay,_
contradictorio, según se echa de ver en la materia prima; luego tampoco lo será a su vez, en tales agentes capacidad suficiente, lo explicaremos al hablar de la.
lo segundo. Y de aqul brota un nuevo argumento; en efecto, la potencia y el causa eficiente.
acto están en relación de proporcionalidad dentro de cualquier género; ahora_ 18. El principal indicio de la forma es el fin propio de la misma.- Asi,.
oien, no hay repugnancia en que exista en las cosas naturales una potencia sus- pues, el argumento principal se ha de tomar del fin de la forma sustancial, que
tancial que sea en el género de la sustancia ente incompleto e imperfecto, se- es constituir y completar la esencia del ser natural, fin o efecto que es absolu-
gún se demostró antes y se manifiesta en la composición del hombre; luego no- tamente necesario en la naturaleza; de lo contrario, en las cosas naturales no·
habrá repugnancia en que se dé un acto proporcionado a esta potencia, por el habría nada completo y perfecto en su naturaleza sustancial; ni existiría la·
que pueda ser actualizada en cualquier cosa natural, y existir y conservarse multitud y variedad de especies sustanciales, en las que preferentemente con-
de un modo que le sea connatural. siste la admirable disposición y hermosura de este universo corpóreo. Para este
17. Demostración por la causa material y eficiente.- Y de aqul brota fá- fin, pues, es completamente necesaria la forma sustancial, puesto que, siendo la·
cilmente como conclusión un argumento tomado de la causa material; en efec- materia un ser muy imperfecto, no puede consistir en ella la esencia completa
to, por ser la materia potencia sustancial, contiene en su género y como en po- de cada cosa. Además, porque la materia, en cuanto es el primer sujeto, es una·
tencia receptiva todo acto que le sea proporcionado; luego tiene poder para: e idéntica en todas las cosas naturales; por consiguiente, la esencia de éstas no
causarlo en su género, si no hay repugnancia por otro concepto; luego la forma puede consistir en ella sola; de lo contrario, todas las cosas poseerían la misma
sustancial material tiene por esta parte causa suficiente para poder existir. A su esencia y sólo se diferenciarían accidentalmente, cosa que está en contradicción
vez, surge también como conclusión el argumento derivado de la causa eficien- con la magnificencia y belleza de todo el universo, la cual resulta sobre todo de
te; puesto que, si se trata de la causa primera, no puede faltarte poder median- la variedad de las especies. Esto es lo que parece significar el Génesis, 1, con
te el que pueda producir en el universo formas sustanciales actualizadoras de aquellas palabras: produciendo semilla de acuerdo con su género, o según su es-
la materia, ya dependiente, ya independientemente de ella, según los diversos·. pecie. Y muchas veces se repite aquello según sus especies y en su género, y
grados y perfecciones de dichas formas, supuesta la no repugnancia de ellas. se llega, por fin, a la conclusión: vio Dios todas las cosas que había hecho y
Luego, al ser necesarias en la realidad tales formas, por esta causa han sido estaban muy bien) porque concretamente toda la bondad del universo entero re-
producidas. Mas si se trata de la causa próxima, se verá luego cuál es la que sulta de esa variedad. Y la pregonan también abundantemente las diversas po-
puede intervenir respecto de cada forma. Baste decir por ahora que no puede tencialidades y operaciones de las cosas, y las mutuas generaciones y corrup-
faltar dicha causa, siendo tal efecto necesario para la constitución de las cosas ciones, según se explicó. Así, pues, además de la materia, algo hay que añadirle
a la esencia de cada cosa para que esté completa, y, siendo la materia potencia,~
naturales; por eso, si a veces en las causas creadas falta este poder, a la causa-

virtus deficiat, ad causalitatem primae cau- perfectum ens, no~ pot~st in illa sola con-
ergo si illi non repugnat coniungi cum esse c:um ~teria sit substantialis potentia, con- sae spectat ut munus etiam causae proxi- sistere jntegra umuscumsque rei essentia.
accidentali, cur repugna_t cum substantiali tmet m suo genere et in potencia recepti'fa mae supleat, quod, per se loquendo, solum Deinde, quia materia, quatenus est primum ·
copulari? Tum denique quia, cum ratio omnem actum sibi proportionatum; ergo facit in anima rationali quantum ad effec- subiectum, est una et eadem in omnibus
substantialis entitatis ad perfectionem sim- est potens ad causandum illum in Suo ge- tionem eius; aliis enim formis, ex modo rebus naturalibus ; ergo non potest in sola
pliciter spectet, magis videtur repugnare nere, si aliunde non repugnat; ergo ex hae quo fiunt, non repugnat fieri ab agentibus illa consistere earum essentia, alioqui omnia
cum ratione potentialitatis quam cum ra- parte habet substantialis forma materialis creatis, cum fiant cum concursu materiae esscnt unius essentiae solumque accidenta-
cione actualitatis; sed primum non repugnat, sufficientem causam ut esse posit. Rursus- ut statim explicabimus. An vero in talibu~ liter differrent, quod repugnat amplitudini et
ut in materia prima constat; ergo nec se- conduditur ratio ex causa efficienti; nam si agentibus sit sufficiens virtus, dicemus trae- pulchritudini totius universi, quae ex spe-
cundum repugnabit. Atque hinc nova ratio sit sermo de prima causa, non potest illi tanda de causa efficienti. cierum varietate maxime consurgit. Quod'
consurgit; nam potentia et actus in omni deesse virtus qua efficere potuerit in uni- significari videtur Genes., 1, in illis verbis:
genere sibi cum proporcione respondent; verso formas substantiales actuantes mate- 18. Praecipuus index for-mae finis ipsius Facientem semen iuxta genus suum, vel, se-·
sed non repugnat dari in rebus naturalibus riam, vel dependenter vel independenter ab est.- lgitur praecipua ratio sumenda est ex cundum speciem suam. Et saepe fit illa re-
substantialem potentiam quae in genere sub- il!a, iuxta varios grados et perfectiones ta- fine formae substantialis, qui est constituere petirlo, iuxta species suas et in genere suo,
stantiae sit incompletum et imperfectum ens, lium formarum, supposita non repugnanti~ et . complere essentiam entis naturalis, qui et tandem concluditur: Vidit Deus cuneta··
ut supra est ostensum et ex hominis com- earum; ergo cum tales forma e sint neces- fims seu effectus est absolute necessarius quae fecerat, et erant valde bona, quia ni-
positione est manifestum; ergo non repug- sariae in rerum natura, effectae sunt ab in rerum natura; alioqui nihil esset in re- mirum totius universi completa bonitas ex.
nabit dari actum proportionatum huic po- huiusmodi causa. Si autem sit sermo de bus corporeis in sua substantiali natura com- illa varietate consurgit. Quam etiam variae
tentiae quo possit in qualibet re naturali causa. proxima, pos tea videndum est quae- pletum et perfectum; neque esset multitudo rerum virtutes et operationes et mutuae ge-
actuari et modo sibi connaturali existere et nam mtercedere possit respecto uniuscuius- et varietas specierurn substantialium, in qua nerationes et corrupciones satis ostendunt,
conservad. que formae. Nunc sufficiat dicere non pos- maxime consistit huius universi corporei ut declaratum est. Aliquid ergo praeter ma-
17. Ex materiali causa et efficienti de- se talem causam deesse, si talis effectus ad mirabilis dispositio et pulchritudo. Ad hunc teriam est ipsi addendum quo essentia unius-
monstratur.- Atque hinc concluditur fa- rerum naturalium constitutionem est neces- ergo finem est omnino necessaria substan- cuiusque rei compleatur; cum autem ma-·
cile ra:tlo ex materiali causa desump~a; nam, sarius; unde si causis creaús in~erdum haec: tialis forma, quia cum materia sit valde im- teria sit potencia, id quod ej. additur a&
-----~

\
650 Disputaciones metafísicas Disputacíón XV.-Sección II 651
Jo que se le añada para completar la esencia será acto, puesto que la potencia sien® la forma la que confiere a la esencia el último grado y complemento.
implica ordenación esencial al acto. Por lo cual dijo con razón Aristóteles, lib. 1 de la Física, c. 6, que la sustancia
19. Mas el acto que se une a la materia para completar la esencia de una
cosa no puede ser un acto accidental. En primer lugar, porque de un acto y una
1 no se compone de no sustanciasj y consta, por otra parte, que las cosas natu-
rales y sus esencias son sustanciales y unas per se; luego es una afirmaCión fi-
potencia de diversos órdenes no se completa una esencia que sea verdadera y losófica certísima la referente a las formas sustanciales.
esencialmente una; y la esencia de una cosa natural debe ser verdadera y esen-
cialmente una; de lo contrario, no sería una sustancia; segundo, porque, por Solución de los argumentos
·ser la materia una potencia sustancial, no se completa mediante un acto ac-
cidental; luego no puede formar juntamente con él la esencia completa de una 20. De las razones de duda expuestas al principio, las dos primeras que-
cosa natural. Tercero, porque si ese acto es accidental, pregunto a quién le ad- dan resueltas con lo dicho. En efecto, por lo que se refiere a la primera, se nie-
viene. Porque o le adviene al compuesto de dicho acto y potencia en cuanto ga que falten en las cosas naturales indicios suficientes y efectos por los que
tal, y esto es contradictorio, porque no puede advenirle por constar intrínseca- se pueda llegar suficientemente al conocimiento de las formas sustanciales, y
mente dicho compuesto de esa forma; del mismo modo que la blancura no es se niega por ello que puedan quedar a salvo todas las acciones o trasmutacio-
accidente de lo blanco en cuanto es blanco, sino de un sujeto blanco. O le so- nes sin las formas sustanciales. En cuanto a la segunda, se niega que sea con-
breviene a la materia o sujeto sustancial, y en este caso pregunto de nuevo tradictorio el que una forma sea subsistente e informante, bien en diversos es-
por qué se dice que le sobreviene. Pues o es porque la materia puede existir tados, bien en el mismo, según explicaremos más ampliamente luego al tratar
con dicho acto, o también sin él; y esto no basta, ya que en otra hipótesis el de la subsistencia. Se niega también que haya contradicción en que una forma
alma racional sería también un accidente del cuerpo; por tanto, esto puede ser sea dependiente del sujeto y sea sustancial, según se dijo poco ha; en qué se
común ·tanto al acto sustancial como al accidental. O porque dicha forma de~ diferencia, por otra parte, esta dependencia de la inhesión del accidente, lo ex-
pende de la materia en su ser, y tampoco esto basta, porque también las par- plicaremos en la disputación siguiente. En cambio, en el tercer argumento se
tes de la sustancia pueden depender de las otras partes, y la materia misma de- pone sobre el tapete una dificultad especial, que es necesario tratar en la sec-
pende, a su modo, de la forma; pues hay diversos modos de dependencia, y no ción siguiente.
está en contradicción con una sustancia incompleta el que dependa de un su-
j;:to del mismo orden. O, finalmente, se le llama accidente, porque en su ser SECC!ON II
posee una entidad tan imperfecta y diminuta, que es de orden inferior a· todo
l CóMO PUEDE LA FORMA SUSTANCIAL HACERSE EN LA MATERIA Y DE LA MATERIA?
el ámbito de la sustancia. Mas esto se afirma gratuitamente y sin fundamento;
pues ¿por dónde consta que el acto de la materia al que ella misma se ordena l. Razón de la dificultad.- El motivo de duda se tocó en la sección pre-
esencial y primariamente, y que con ella completa la esencia de una cosa natu- cedente; en efecto, la forma sustancial es una realidad distinta de la materia;
ral, sea una entidad tan diminuta e incompleta? Contradice, finalmente, al fin luego, o esa realidad es algo antes de la generación o no es nada; si es algo,
de dicha forma, porque, según dije, de un sujeto sustancial y con forma acci- entonces es forma sustancial antes de ser producida, puesto que dicha realidad
dental no puede resultar compuesta una única esencia sustancial, sobre todo es indivisible y es esencialmente forma sustancial; por consiguiente, esa reali~
dad no puede ser nada antes de la generación, sin que sea forma sustancial;
complendam essentiam erit actus, quia po- materia esse cum tali actu, et etiam sine illo.
tentia dicit essentialem ordinem ad actum. Et hoc non est satis, alias etiam anima ra- maxime cum forma sit quae dat ultimum nare esse formam dependentem a subiecto
19. Non potet autem ille actus qui ad tlonalis esset accidens corporis ; hoc ergo gradum et complementum essentiae. Prop- et esse substantialem, ut paulo ante dictum
complendam rei essentiam adiungitur ma- commune esse potest tam substantiali actui tcr quod merito dixit Aristot., 1 Phys., c. 6, est; quomodo autem differat haec depen-
ter.iae esse actus accidentalis. Primo quidem quam accidentali. Vel est quia talis forma substantiam non componi ex non substan- dentia ab inhaerentia accidentis, dicemus
· quia ex actu et potentia diversorum ordinum pendet a materia in suo esse, et hoc etiam tiis,· constat autem res naturales earumque disputatione sequenti. In tertio vera argu-
non completur essentia vere ac per se una; non est satis, quia etiam partes substantiae essentias substantiales esse ac per se unas ; mento petitur specialis difficultas, quam
essentia autem rei naturalis et substantialis possunt pendere ah aliis partibus, et ma- est ergo certissimum dogma philosophicum oportet sequenti sectione tractare.
esse debet vere ac per se una; alias non teria ipsa pendet -suo modo a forma; sunt de substantialibus formis.
esset una substantia. Secundo, quia cum ma- itaque varii madi dependentiae, et non re- SECTIO Il
pugnat incompletae alicui substantiae quod Solvuntur argumenta
teria sit substantialis potencia, non expletur QuoMODO POSSIT FORMA SUBSTANTIALIS
per actum accidentalem; ergo cum illo non pendeat a subiecto eiusdem ordinis. Vel de- 20. Ex rationibus dubitandi in principio
nique dicitur accidens quia in suo esse ha- positis, duae primae ex dictis solutae relin- FIERI IN MATERIA ET EX MATERIA
potest complere veram essentiam rei natu- quuntur. Ad primam enim negatur deesse
ralis. Tertio, quia si talis actus est acciden- bet entitatem ita imperfectam et diminutam l. Difficultatis ratio.- Ratio dubitandi
ut sit inferioris ordinis quam tata latitudo in rebus naturalibus sufficientia indicia et
talis, interrogo cuinam accidat. Aut enim tacta est in praecedenti sectione; nam for-
substantiae. Et hoc imprimís est gratis et effectus, per quae sufficienter deveniri pos-
accidit composito ex illo actu et potencia, sit in cognitionem formarum substantialium, ma substantialis est res distincta a materia;
sine fundamento dictum; un de enim con- vel ergo illa res est aliquid ante genera-
ut tale est, et hoc repugnat, quia cum com- ~tat illum actum materiae, ad quem ipsa per negaturque subinde aut actiones omnes aut
positum illud intrinsece constet ex tali for- transmutatiohes salvari nosse sine formis tionem, vel nihil; si est aliquid, ergo est
se primo ?rdinat~ quiq~e cum ipsa com-
ma, non potest ei accidere; quofnodo etiam plet essenttam ret naturahs, esse tam dimi- substantialibus. Ad secuñdam, negatur re- forma substantialis antequam :fiat; nam illa
albedo non est accidens albi, ut album est, nutam et incompletam entitatem? Deinde pugnare quod aliqua forma sit subsistens et res est indivisibilis et essentialiter est forma
sed subiecti albi. Aut accidit materiae seu repugnat fini ~alis formae, quia, ut dixi, non informaos, vel in diversis statibus vel etiam substantialis ; non ergo potest illa res esse
subiecto substantiali, et sic interrogo rursus potest ex subtecto substantiali et forma ac- in eodem, ut latius declarabimus infra trae- aliquid ante generationem quin sit substan-
·.cur dicatur ei accidere. Vel enim quia potest cidentali componi una essentia substantialis, tanda de subsistencia. Negatur etiam repug- tialis forma; hoc autem est impossibile, tum
~ ~- --- ----- - ---

Disputación XV.-Sección li 653


652 Disputaciones metafísicas.
Tesultan compuestas todas las cosas; mas esta opinión quedó suficientemente
mas esto es imposible, no sólo porque, de lo contrario, no existiría generación refutada en las páginas anteriores.
sustancial alguna, sino también porque, en otro caso, existirían simultáneamente
en la materia formas contradictorias. Si, por el contrario, se elige la otra parte, Se propone !a primera opinión y se explica de diversas maneras
a saber, que la forma no es nada con anterioridad a la generación, se deduce
que la forma se hace de la nada, cosa que está en contradicción con el axioma 3. Se excluye a Alberto Magno de esta sentencia.- Dejando, pues, a un
de los filósofos: de !a nada nada se hace. Ni respondería satisfactoriamente lado a los filósofos antiguos; acerca de este punto hay diversas opiniones entre
quien dijese que no se hace la forma sino el compuesto; mas que el compuesto los posteriores. La primera es que todas las formas están actualmente en la ma-
se hace de la materia y que -consecuentemente- no existe nada que sea he- teria ciertamente no íntegras y perfectas, porque se dan cuenta de que esto
cho de la nada; esto -repito- no es satisfactorio, porque consiste más en elimina la verdadera generación y corrupción de las cosas e implica manifiesta
palabras y modo de expresarse que en la realidad; en efecto, la forma antes repugnancia, puesto que las formas mismas son. opuestas entre sí, y por ser
no existía realmente y luego existe, por consiguiente fue hecha. Además, por- aplicable también el argumento a las formas accidentales, que a veces son es-
que no se produce el compuesto, a no ser en cuanto se compone de materia y trictamente contrarias, por más que dicen que las formas están actualmente en
forma; y no hay composición si no es de entes ya hechos. Asimismo, porque, al Ja materia según ciertas incoaciones de las mismas. Soto, lib. I Phys., q. 7, atri-
corromperse el todo la forma cesa verdaderamente de existir y pasa a la nada; buye esta' opinión a San Alberto en el mi_smo pasaje, tratado III, c. 3; en ca~­
puesto que la que antes era algo, después no es nada; por consiguiente, cuando bio, Soncinas, lib. VII Metaph., q. 28, mega que San Alberto sea de esta opi-
el todo comienza a existir, también es hecha la forma. nión. En realidad, San Alberto dice sólo que en la materia, que es el sujeto de
2. Se refuta la opinión de unos filósofos antiguos.- A causa de esta difi- las formas, hay un hábito confuso de las mismas formas, y explica que este
cultad unos filósofos antiguos negaron las formas sustanciales y creyeron que hábito no es más que la potencia habitual, en virtud de la cual la materia en-
todas las cosas se realizaban debido sólo al cambio de accidentes. La sentencia cierra en sí las formas, y deja entender que este hábito confuso es algo distinto
de éstos está ya refutada con la demostración de la forma sustancial y de la de la naturaleza de la materia, por razón del cual se afirma que la forma pre-
generación y corrupción; por otra parte, ahora añadimos que, al negar las for- existe en la materia: No pretendo afirmar -dice- que una parte de la forma
mas sustanciales, no resuelven la dificultad, si no niegan también las acciden- proceda de dentro y una parte de fuera, sino que toda procede de dentro y toda
tales --que real y verdaderamente se producen de nuevo- y -en consecuen- procede de fuera. Y al explicar esto manifiesta que la forma procede de dent:o,
cia- afirman que no existe en las cosas cambio alguno a no ser acaso el local~ es decir, que preexiste en la materia según e.l ser de la esen~ia, y po~ ello .dice
pero que da la impresión de que las cosas cambian, porque las que estaban ma- que el agente no obra para producir la esencta de la forma, smo la exz.stencta de
nifiestas se ocultan y las que estaban ocultas se manifiestan; hasta qué ptmto la forma; y en este sentido había dicho q.ue toda !a forma procede de ~uera,
es esto absurdo, es evidente. La afirmación propuesta es clara, puesto que res- esto es, que es producida por la causa eficiente en cuanto al ser de la eXIsten-
pecto de la forma accidental puede oponerse la misma objeción, ya que tam- cia. Por más que todas estas cosas están dichas de un modo muy oscuro, pue-
bién esta forma, mientras existe, tiene su realidad y entidad. Pues bien, o an- den, sin embargo, interpretarse en un sentido legítimo, si por el ser de la esen-
tes de ser hecha era algo, o nada. Si algo, no es hecha; si nada, es hecha cia entendemos sólo el ser en potencia, el cual no se produce por el agente
de la nada. Por eso admitía Anaxágoras, según vimos antes, que todas las for- natural, sino que se lo supone en la materia. Por eso el mismo Alberto, V Me-
mas de las cosas estaban actualmente en los átomos, de cuya variada mezcla

quía alias nulla esset substantialis generatio; tiqui philosophi negarunt formas substancia~ vario omnia componebat; sed illud placitum quae est subiectum formarum, esse habitum
tum etiam quia alias essent simul in materia les, et omnia fieri per solam accidentium .satis est in superioribus refutatum. confusum earumdem formarum, hunc autem
formae repugnantes. Si vero eligatur altera mutationem existimarunt. Quorum sentencia habitum declarat nil esse aliud quam po-
pars, nimirum formam ante generationem irnprobata iam est ex demonstratione sub- Prima opinio proponitur et variis modis tentiam habitualem qua materia claudit in
nihil esse, sequitur formam ex nihilo fieri, stantialis formae et generationis ac corrup- explicatur se formas; significat autem illum habitum
quod repugnat philosophorum axiomati : tionis; nunc vero addimus eos non solvisse 3. .A.lbertus Magnus ab hac sententia confusum esse aliquid distinctum a natura
Ex nihilo nihil fit. Nec satisfacit qui respon- difficultatem negando substantiales formas .eruitur.- Omissis ergo antiquis philosophis, materiae, racione cuius forma dicitur praeexis-
derit formam non fieri~ sed compositum; nisi etiam accidentales negent, quae vere et inter posteriores sunt de hac re variae sen- tere in materia: Nec intendo (inquit) dicere
compositum autem fieri ex materia, et ideo tentiae. Prima est omnes formas actu esse quod formae pars sit ab intus et pars ab
realiter de novo fiant, et consequenter dicant
nihil esse quod ex nihilo fiat; hoc (inquam) in materiaj non quidem integras et perfectas, extra, sed tota est ab intus et tola est ab
nullam esse in rebus mutationem nisi for- extra. Quod declarans, significat formam esse
non satisfacit, quia magis consistit in verbis tasse localem, sed videri res transmutad quia vident hoc e medio tollere veram rerum
et modo loquendi quam in re : nam forma generationem et corruptionem et involvere ab intus, id est, praeexistere in materia se-
quia quae apparebant occultantur, et quae cundum esse essentiae, et ideo ait agens non
revera antea non erat et postea est; ergo manifestam repugnantiam, cum formae ip-
occultae erant apparent, quod quam sit ab- agere ad producendam essentiam formae,
facta est. Item, quia compositum non fit sae inter se pugnantes sint, et cum eadem
nisi quatenus ex materia et forma compo- surdum, perspicuum est. Assumptum patet, sed ad esse formae; et hoc sensu dixerat
quia de forma accidentali potest eadem dif- ·ratio sit de accidentalibus, quae interdum
nitur; non autem componitur nisi ex enti- sunt proprie contrariae. Sed dicunt esse for- formam totam esse ab extra, _id es.t fieri ab
bus factis. ltem, quia, cum totum corrum- ficultas obiici; nam etiam illa forma, cum efficienti quantum ad esse extstenttae. Quae
mas actu jn materia sccundum quasdam in-
pitur, forma vere desinit esse transitque in est, habet suam realitatem et entitatem. Aut choationes earum. Hanc opinionem Soto, omnia licet obscurissime dicta sint, possunt
nihilum; nam quae antea erat a1iquid, post- ergo illa, antequam fiat, erat aliquid, vel I Phy!., q. 7, tribuit Alberto, ibid., tract. ad rectum sensum trahi, si per esse essentiae
ea est nihil; ergo cum totum incipit esse, nihil. Si aliquid, ergo non fit; si nihil, ergo III, c. 3; Soncinas vero VII Metaph., solum intelligamus esse in potentia, quod
forma etiam flt. fit ex nihilo. Unde Anaxagoras, ut supra q. 28 negat Albertum esse huius sententiae. non fit ab agente naturali, sed supponitur
2. Reiicitur placitum antiquorum philo- vidirnus, omnes formas rerum concedebat Et r:vera Albertus solmn ait in materia, in materia. Unde ídem Albertus, V Metaph.,.
!ophorum.- Propter hanc difficultatem an- actu esse in atomis, ex quarum concursu
654 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección 11 655

taph., tratado II, c. 12, afirma que toda la forma procede de dentro, según el porque un accidente no es una incoación intrínseca de la forma sustancial, sino
ser potencial, y de fuera, según el ser actual; también en el lib. VIII Phys., c. 4, que a lo sumo puede ser una disposición, ya ta~bién porque por la preexis-
a la potencia para la forma la llama incoación de la forma. Con toda razón, tencia del accidente no se evita el que toda la reahdad de la forma se produzca
pues, entendemos por hábito confuso la potencialidad misma de la. materia, a de su propia nada, ya que el accidente no es_ algo de la forma :nisma. Si, P?r
la que el mismo Alberto llama potencia habitual. Unicamente parece establecer el contrario, se afirma lo segundo, hay que mdagar de nuevo si esa sustancia
distinción entre la potencia de la materia y la materia, cuestión que se refiere es materia, forma o el compuesto; no puede ser el compuesto, como es de t:or
a un problema antes tratado, y admitiría una explicación bastante probable sí evidente·' no es la materia, porque se, da por .supuesto que
. . es una cosa dis-
.,
entendiéndola de la distinción de razón y no de la real, ya que allí mismo dis- tinta de ella· ni es la forma, ya que esta corruenza a ex1st1r por generac10n.
tingue de igual modo en el género la naturaleza del género y la potencia que Se podrá de~ir acaso que es la forma con ser imperfecto. Mas se insiste toda-
contiene las diferencias. vía contra esto dando por supuesto que se trata del ser actual, por el que una
4.. D;rrando, /~ _IJ, dist. 18, q. 2, cita otra sentencia que afirmaba en la cosa es una v:rdadera entidad actual fuera de las causas; porque tendría muy
matena ciertas po~1bi11dades de las formas, las cuales, al producirse las formas, poco sentido hablar únicamente del ser posible, p'!e~to que según ese ser . no
no se conservan, smo que se transforman en ellas; y de esta suerte deja a salvo se afirma en la materia realidad alguna verdadera dtstmta de ella, la cual ex1sta
el que las formas no se producen de la nada, sino de esas posibilidades. Mas tuera de la nada y sea un forma con ser imperfecto.
Durando no cita ningún autor de esta sentencia, y por eso no podemos delimi.:.. 6. Refiriéndonos, pues, a este tipo de realidad que posee un verdadero ser
tar con certe~a su sentido; sin embargo, apenas resulta creíble que dichos au- actual atmque -imperfecto, pregunto cómo partiendo de esa realidad se produce
tores hayan mterpretado esa posibilidad como una verdadera realidad distinta la for~a en su ser perfecto, si por intensificación o por cambio de un ser e~
de la materia y la forma, sino únicamente como la esencia posible de la forma, otro. Ningún modo distinto puede pensarse fuera de ~stos; en efe~to~ e,n el pn-
que e~ lo que otros dicen «en potencia objetiva», aunque sí esto es lo único mer modo se conserva la entidad anterior, que era Imperfecta, ehmmandose la
que pretendió esta opinión, no añadió nada especial con que explicar que la imperfección mediante algo que se añade; en cambio, en el ~egundo modo se
forma n~ ~e. crea; p~esto que también las cosas que se crean se originan desde suprime aquella entidad imperfecta y le suc~de una perfecta, bten sea por tr~ns­
esta posibliidad. Propone, finalmente, Soto otra opinión de Auréolo In Il formación de una en otra, bien por cualqmer otro método; mas estos dos mo-
dist. 18, de que la forma preexiste en la materia según una parte, a ~artir d~ dos implican inmediata contradicción; por tanto, no puede excogitarse nin-
la cual es perfeccionada por la acción del agente, y por eso no es hecha de la gún otro que no se reduzca a alguno de ellos. El primer modo ~arece en abso-
nada; mas esta opinión ni Capréolo la aduce como de Auréolo, ni pude encon- luto de verosimilitud. Primero, porque, según demostraré luego, la forma sus-
trarla en otro autor. tancial no es capaz de intensión o remisión. Segundo, porque en otro caso pre-
5. Así, pues, sea cual sea eL sentido con que se afirma que en la ma- existirían actualmente en la materia todas las formas sustanciales que pueden
teria precede una realidad distinta de la materia misma, de suerte que de ella educirse de ella, en grado remiso ciertamente, pero según una verdad:ra .Y a~­
se produzc~ la forma, es improbable y no aporta utilidad alguna para desen- tual entidad existiendo de esta suerte simultáneamente en la materia mfinl..
tranar la dificultad en que nos encontramos. Lo primero está claro, porque no tas entidade~ actuales, dado que las formas pueden multiplicarse hast.a el. in-
puede comprenderse cuál o qué clase de entidad sea ésa; porque o es sustancia finito. Esto, empero, es completamente absurdo, ya a causa de la mfimdad
o accidente; esto segundo ni lo afirman dichos ·autores, ni puede afirmarse, ya
citur ab illis auctoribus, nec dici potest, tum inquiro quomodo ex illa re fiat forma in
tract. II, c. 12, ait totam formam esse ab quia accidens non est intrinseca inchoatio csse perfecto, an per intensionem, an per
tamen credi potest illos auctores per eam transmutacionem urtius in aliud. Nec praeter
intra secundum esse potentiale et ab extra possibilitatem intellexisse rem aliquam veram formae substantialis, sed ad summum esse
secundum esse actuale; in VIII etiam Phys., potest dispositio, tum etiam quia propter ac- hos modos pntest alius excogitari; nam in
distinctam a materia et a forma sed solam priori modo manet prior entitas, quae erat
c. 4, potentiam ad formam vocat inchoatio- essentiam formae possibilem, qu'am alü vo- cidens praeexistens non vitatur quin tata rea-
nem formae. Recte igitur oer illum habitum litas formae fiat ex nihilo ipsius, quía acci- imperfecta, remota imperfectione per aliquid
cant in potencia obiectiva; quamquam si
confusum intelligimus ips.lm potentialitatem dens non est aliquid ipsius formae. Si vera quod ei superadditur; in posteriori autem
hoc tantum voluit haec opinio, nihil pecu- modo tollitur illa imperfecta entitas et ei
materíae, quam ipsemet Albertus vocat ha- liare attulit quo explicaret formam non crea- dicatur secundum, inquiretur rursus an illa
bitualem potestatem. Solum videtur distin- substantia sit materia, vel forma, vel com- succedit perfecta, sive per conversionem
ri; na m etiam res qua e creantur fiunt ex unius in aliam, sive quacumque alia racione;
guere potentiam materiae a materia, quod huiusmodi possibilitate. Refert tandem Soto positum; non potest esse compositum, ut
ad alirun quaestionem supra tractatam spec- aliam opinionem_ Aureoli, In II, dist. 18, per se notum est; non materia, quia suppo- includunt ergo illi duo madi immediatam
tat, et posset satis probabiliter exponi de quod forma praeest in materia secundum nitur esse res distincta ab illa; nec forma, contradictionem; unde non potest excogitari
distinctione rationis et non rei; nam ibídem partem, ex qua perficitur per actionem agen- quia hace incipit esse per generationem. a lins qui ad alterum eorum non reducatur.
eodem modo distinguit in genere naturam tis, et ideo non fit ex nihilo; eam vera opi- Dicetur fortasse esse forma in esse imper- Primus autem modus nullam habet verisi:..
generis a potestate qua differentias continet. nionem nec Caprcolus refert ex Aureolo ne- fecto. Sed contra hoc urgetur ulterius, Sup- militudinem. Primo, quia forma substantialis
4. Alia sentencia refertur a Durando In que apud alium auctorem invenire potui. ponendo esse sermonem de esse actuali, quo non est intensibilis et remissibUis, ut infra
II, dist. 18, q. 2, quae ponebat in ma;eria res est vera entitas actualis extra causas suas ; ostendam. Secundo, quía alias praeexisterent
5. Quocumque igitur sensu asseratur
quasdam possibilitates formarum, quae non praecedere in materia rem aEquam distinc- nam esset valde frivolum loqui de esse pos- actu in materia omnes formae substantiales
manent quando producuntur formae, sed in sibili tantum, quía secundum illud esse non qua~ eX illa edüci possunt, in gradu quidem
tam ab ipsa materia ut ex illa prodticatur
eas convertnntur ~ atque ita salvabat non ponitur in materia aliqua vera res distincta remisso, tamen secundum aliquam veram et
forma, est imorobabilis nihilque deservit ad actualem entitatem, et ita essent simul in
fie:i formas ex nihilo, sed ex illis possibili- enodandam difficultatem in qua versamur. ab illa quae sit extra nihil et sit forma in
tattbus. Non refert autem Durandus aliquem Primum patet, quia intelligi non potest quae esse imperfecto. materia infinitae entitates actuales, nam for-
auctorem huius scntentiae, et ideo non pos- sit vel qualis illa entitas, quía vel 6st sub- 6. Loquendo igitur de huiusmodi re ha- mae in infinitum mulciplicari possunt. Hoc
sumus sensum illius certo affirmare; vlx stancia vel accidens; hoc posterius non di- bente verum esse actuale, licet imperfectum, autem est plane absurdum, tum propter
-.
,,
-~-----~ ·~--- ~--- ~-------··-·--

656 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección Il 657


de entidades, ya también porque la materia de suyo no tiene este tipo de una parte o un grado de la forma que se produce. Y si es necesario o si basta
formas congénitas, las cuales vienen a ser como si emanasen de su propia la relación a un término positivo a quo para que una cosa no se haga de la
entidad; ni existe agente alguno por el que hayan sido producidas, ni se de- nada, tampoco para esto es necesaria tal incoación, puesto que basta una forma
ben a la materia misma, de suerte que pensemos que Dios las infundió o creó contraría u opuesta, que es expulsada siempre que otra se introduce, ya que la
juntamente con ella. Tercero, porque, aun admitidas estas imperfectas entida- generación de una es la corrupción de otra. Puede inquirirse, en tercer lugar,
,,des, persiste la misma dificultad : cómo se produce ese grado o parte de entidad si la entidad imperfecta que se elimina y la forma perfecta que se introduce
que se añade a lo que le precedió: porque comienza en absoluto a existir, sien- son de la misma especie esencial, o de distinta. Porque, si son distintas, cada
do así que antes no era nada, puesto que en las formas que son objeto de in- una es -en consecuencia- perfecta en su especie; y si una elimina a la otra,
tensificación, el segundo grado no se hace propiamente del primero, si no es por serán opuestas entre sí; luego el admitir tales incoaciones no conduce más
ventura como de término a quo; y de este modo el segundo grado se hace más que a multiplicar las formas en la materia sin utilidad; porque para que del
·bien de la remisión o limitación del primero -que consiste en la privación de término opuesto se produzca una forma, basta una forma contraria o incom-
un grado ulterior- que de la misma entidad positiva del primer grado; por patible, la cual se da siempre por supuesta. Mas si esas entidades son de la mis-
.consiguiente, el que suponga un grado no evita que el segundo con anteriori- ma especie, ninguna razón puede darse de por qué una elimina a otra, o de
dad sea nada, hasta que reciba el ser mediante la acción del agente; por con- por qué se produce una en el sujeto en que preexistía actualmente otra.
siguiente, respecto de ese grado persiste la misma dificultad: cómo no es pr<>- 8. Qué diferencia estableció Aristóteles entre las materias de los diversos ob-
ducido de la nada. Finalmente, según esta sentencia, se suprime la verdadera jetos artificiales.- Se podrá poner como objeción al mismo Aristóteles, que
generación y corrupción sustancial, pues se reducirá únicamente a una inten- dice en el lib. VII de la Metafísica, texto 29, que en la materia existe una parte
.sificación o remisión de formas. de la cosa que se va a hacer, y hace consistir la diferencia entre los objetos ar-
7. Tampoco faltan razones de igual eficacia contra el segundo modo; en tificiales y naturales en esto, en que en los artificiales sólo se supone una ma-
. efecto, como consecuencia de él se sigue primeramente que hay que suponer teria apta para obedecer al artífice, mientras que en los naturales existe en la
en la materia infinitas entidades; pues no puede pensarse que una sola e idéntica materia algo de la forma que se va a introducir. Y se confirma porque, en otro
.entidad sea incoación de todas las formas; porque si, al producirse una forma, caso, no sería tanto generación natural de una sustancia completa_ cuanto pro-
se elimina y destruye su incoación, conservándose las otras, y el mismo proceso ducción de una cosa artificial en su materia. Se responde que Aristóteles a la
puede tener lugar a su vez y respectivamente en todas, es forzoso que todas aptitud misma de la materia para la forma la llama parte de la cosa que ha de
_esas entidades sean distintas entre sí. Segundo, porque si la forma perfecta ser hecha. Así lo explican Santo Tomás y Alejandro de Hales, y podría inter-
se produce de la incoada por cambio o transformación, se hace sólo -conse- pretarse de una parte que no fuera de la forma misma, sino de todo el com-
cuentemente- una de otra como de término a quo; luego se produce la entidad puesto. Empero, el sentido propio es que Aristóteles no llama parte a la mate-
, completa de la forma, la cual antes era actualmente nada; pues no puede de- ria misma, sino a cierta virtud activa que a veces está unida a la materia y
. cirse, a causa de la incoación preexistente, que haya existido previamente en coopera a la generación o producción de la cosa. En efecto, plantea allí Aristó-
acto, puesto que son realidades distintas, de las cuales perece la una cuando teles la duda de por qué las cosas que se hacen por procedimiento artificial, a
. comienza la otra; por tanto, esa entidad imperfecta es inútil para que la forma
no sea producida de la nada; porque tampoco esa incoación es algo, es decir,
aliqua pars vel aliquis gradus eius formae obiicies Aristotelem, VII Metaph., text. 29,
quae fit. Quod si habitudo ad terminum a dicentem in materia esse aliquam partero rei
infinitatem entitatum, tum etiam quía ma- litur vera generarlo et corruptio substantia- quo positivum est necessaria vel sufficit ut faciendae, et constituentem in hoc differen-
. teria ex se non habet congenitas huiusmodi lis, quia solum erit quaedam intensio vel re- res non fiat ex nihilo, etiam ad hoc non est tiam ínter artificialia et naturalia, quod in
formas quasi dimanantes a propria entitate; missio formarum. necessaria illa inchoatio, quía sufficit forma artificialibus solum supponitur materia apta
neque est aliquod agens a quo factae sint; 7. Nec desunt raciones aeque effícaces contraria seu repugnans, quae semper ex- obedire artifici, in naturalibus vero est in
neque sunt ipsi materiae debitae, ut finga- contra posteriorem modum; primo enim ex pellitur quando alia introducitur, quia ge- materia aliquid formae introducendae. Et
. mus Deum illas infudisse aut concreavisse. illo sequitur supponi in materia infinitas en- nerarlo unius est corruotio alterius. Tertio confirmatur, quía alias non magis esset na-
·Tertio, quia etiam positis illis imperfectis titates; nec ením potest fingi una et eadem inquirí potest an illa entitas imperfecta quae turalis generado substantiae completae quam
entitatibus, restat eadem difficultas, quemo- quae sít inchoatio omnium formarum; nam abiicitur, et forma perfecta quae introduci- effectio reí artificialis in sua materia. Re-
do fiat ille gradus vel pars entitatis quae ad- si quando fit una forma tollitur et destrui- tur, sint eiusdem speciei essentialis, vel di- spondetur Aristotelem ipsam aptitudinem
ditur praecedenti: quia omnino incipit esse, tur inchoatio eius, manentibus aliis, et ita stinctae. Nam si sunt distinctae, ergci una- materiae ad formam vacare partem rei effi-
._cum antea nihil esset; nam in formis quae in omnibus vicissim et mutuo fieri potest, quaeque est perfecta in sua specie; et · si cicndae. Ita exponunt D. Thomas et Alexan-
necesse est omnes illas entitates esse ínter una abiicit aliam, erunt ínter se repugnan- der Alensis, et posset intelligi de parte non
-intenduntur secundus gradus non fit proprie se distinctas. Secundo, quia si forma per- tes; ergo ponere illas inchoationes nihil
. ex primo, nisi fortasse ut ex termino a quo; ipsius formae, sed totius compositi. P.roprius
fecta fit ex inchoata per transmutationem vel aliud est quam multiplicare formas in ma- vero sensus est Aristotelem non vacare par-
quo modo potius fit posterior gradus ex re- conversionem, ergo tantum fit una ex alia teria sine utilitate; n3.m ut tma forma fiat
missione vel limitatione prioris, quae est tamquam ex termino a quo; ergo fit tota ex termino repugnante, sufficit una forma tero ipsam materiam, sed virtutem aliquam
-privarlo ulterioris gradus, quam ex ipsamet en titas formae, qua e antea nihil erat actu; contraria vel incompossibilis, quae semper activam, quae interdum est coniuncta mate-
. entitate positiva prioris grados; ergo quod nam propter praeexistentem inchoationem 'Supponitur. Si ve ro illae entitates sunt eius- riae, et cooperatur ad rei generationem vel
unus grados supponatur non tollit quin se- non potest dici actu praefuisse, cum sint dem speciei, milla potest ~eddi ratio cur effectionem. Dubitat enim ibi Aristoteles cur
.-cundus antea sit nihil donec per actionem res distinctae, quarum una perit quando alia una abiiciat aliam aut cur una fiat in sub- ea quae ah arte fiunt interdum fiant etiam
.-agentis recipiat esse; ergo de illo gradu re- incipít; ergo impertinens est illa entitas im- iecto in quo actu praeexistebat alia. casu et absque arte, ut sanitas, interdum
-Stat eadem difficultas, quomodo non fiat ex perfecta ut forma non fiat ex nihilo · nam 8. Quam differentiam inter artefactorum vero non contingat fieri sine arte, Ut do-
-~hilo. Tandem iuxta illam sententiam tol- etiam illa inchoatio ;non es~ aliquid, 'id est diversorum materias posuerit Aristot.- Sed mus; et respondet rationem esse quía in-
42
!

658 Disputaciones metafísicas: Disputación XV .-Sección 11 659


veces se producen también casualmente y sin intervención de medio artificial, formas ~ustanciales se produdaD: por creación. Cita esta opinión San Alberto,
¡_
como la salud, y, en cambio, sucede a veces que no se hacen sin que intervenga l'! 11, dtst. 18, a. 12, y se _la at~tbuyen algunos a Platón en el Fedón por haber
un medio artificial, una casa, por ejemplo; y responde que la razón está en que
a veces en la materia, a partir de la cual o sobre la cual opera el arte, precede
una parte que puede ser el principio del movimiento u operación sobre dicha
l
'1
d1c~10 que las ~armas son mducid.as en la materia por las ideas separadas, y a
Avtcena~ I Suffzc., c. 10, y ~n el hb. IX de su Metafísica, c. 4, quien afirmó que
estas mtsmas formas eran mducidas por una inteligencia separada de la que
materia, tal como precede en la salud el calor animal, que acontece que es ex- afirmaba que era la décima después de las nueve que rigen a los n~eve cuerpos
citado y ayudado por otros medios al margen de los artificiales y aun sin ellos, celestes~ Y q':e gobernaba al mundo sublunar. Mas ambos filósofos, aunque acaso
y en virtud de cierto proceso casual produce la salud. A veces, en cambio, en h~yan mcurndo en error respecto del principio efectivo de las formas sustan-
la materia propia del arte no existe parte alguna activa, como, por ejemplo, en ctales -del que, nos ocuparemos luego a propósito de la causa eficiente-.-, sin
las piedras y en la madera, y por eso con ellas no puede hacerse una casa sin
intervención del arte. No habla, pues, Aristóteles de la incoación de formas,
embargo, :10 e~ta, claro que, hayan errado respecto del modo de producir estas
~armas;. m. Ansto~eles at~co a Platón por este capitulo, sino por haber hecho
como hicieron notar muy bien Santo Tomás y Escoto, sino de la capacidad que rntervemr sm ffi"Jttvo J.as Ideas separadas, siendo así que estas "realidades pueden
hay a veces en· la materia para incoar la acción. Y esta misma es la explicación ser engen~radas por o:ras que les sean semejantes. Y este argumento cobra ma-
que dieron el Comentador y Alejandro de Afrodisia. Por eso es falso y está en yor e:fi.ca~1~ contra Avi~ena; porque Platón acaso no puso las ideas fuera de la
absoluto fuera de la letra de Aristóteles el que ah! se establezca diferencia en- mente dtvma, y ~fir~? qu: las formas eran introducidas por ellas, entendién~
tre las cosas artificiales y las naturales; pues se establece únicamente la de las dol~s como un pri?ctp.lO un~~ers.al, con lo que no excluYe los agentes próximos;
artificiales entre si, y alli, en el texto 31, más bien da a entender Aristóteles, Avice_na, en cambio, mcurno sm duda en error al atribuir a las inteligencias
como hizo notar Santo Tomás, que lo mismo acontece en las cosas naturales; s?periores la creación de las inferiores, y a la inteligencia más baja la introduc-
porque a veces el sujeto paciente del que se genera una cosa natural está sólo
CIÓn de las formas su~tanc~ales; no está claro, sin embargo, que haya afirmado
en potencia pasiva, y entonces no puede generarse de él nada a no ser por un
q.ue to~as las formas mfenores se producen por creación. Por eso piensa Son-
agente natural extrínseco; a Veces, empero, tiene unida una virtud activa se-
minal, que es como una parte de él, como se echa de ver en el semen o en el cmas, hb. VII Metaph., q. 29, que probablemente puede defenderse su opinión;
grano de trigo, y en estos casos acontece que el efecto se produce sin otro y de este asunto trataremos luego en el lugar aludido, sobre la causa eficiente, y
agente extrínseco. A la confirmación se responde que la generación es natural otra vez de~pués al oc~:t:arnos de las inteligencias creadas. Mas de quienquiera
por parte de la potencia pasiva natural y, consecuentemente, también por parte que haya sido esa . opmión, tomada universalmente, es improbable; pues res-
de la potencia activa natural, correlativa de la pasiva; mas para las cosas arti- pecto del alma racional es la verdadera y católica; mas respecto de las otras
ficiales en cuanto tales más que potencia pasiva natural hay potencia obedien- es falsa, porque, de lo contrario, todas las formas sustanciales serian subsis-
cid, a la cual no responde potencia activa natural, sino racional o ideal, punta- tentes e independientes de la materia en su producción y -consecuentemente-
que explicaremos un poco después. también en su ser, lo cual es completamente absurdo, ya que, en otro caso,
todas las ain:~s de lo~ brutos serían inmortales. La consecuencia está clara, por~
No se crean todas las formas sustanciales que 1~ creac1~n no solo ~s de cosas subsistentes, sino que no depende de causa
materxal, segun luego dtremos. En segundo lugar, contra .esta opinión cobra
9. Se disculpa de error a Platón y Avicena.- La segunda sentencia fue la
de aquellos que, abrumados por la dificultad expuesta, afirmaron que todas las
formas substanciales fieri per creationem. sali princtpto, quod agencia proxima non
terdum in materia ex qua vel circa quam ars nam interdum passum ex qua generatur res Quam opinionem refert Albertus, In II exdudit; Avicenna vera erravit quidem tri-
operatur, praecedit aliqua pars qua e potest naturalis est in sola potentia passiva, et tune dist. 18, a. 12, et aliqui eam tribuunt Pla~ buens intelligentüs superloribus creationem
esse principium movendi seu operandi circa non potest ex íllo generari aliquid nisi ab toni in Phaedone, ea quod dixerit formas inferiorum, et infimae introductionem for-
illam materiam, ut in sanitate praecedit ca- extrínseco agente naturali; interdum vero induci in materiam ab ideis separatis et marum substantialium: non tamen constat
lor anirnalis, quem contingit aliunde ex- habet adiunctam virtutem seminalem acti- Avicennae, I Sufficient., c. 10, et IX ;uae ipsum dixisse omnes inferiores formas fieri
citari aut iuvari praeter artero, atque ita sine vam, quae est quasi pars eius, ut patet in Metaph., c. 4, qui dixit easdem formas in- per creationem. Unde Soncin., VII Metaph.,
illa et casu quodam efficere sanitatem. Ali- semíne aut in grano tritici, et tune contingit duci ab intelligentia separata, quam deci~ q. 29, arbítratur eius opinionem probabiliter
quando vera in materia artis nulla est pars fieri effectum absque alio extrínseco agente. mam post novem quae praesunt novem cor- posse defendi; de qua dícemus loco cítato de
activa, ut in lapidibus et lignis, et ideo non Ad confumationem respondetur generatio- poribus caelestibus esse dicebat, et praeesse causa efficienti, et iterum inferius tractando
potest ex eis effici domus sine arte. Non nem esse naturalem ex parte potentiac passi- mundo sublunari. Sed hi duo philosophi, li~ de intelligentiis creatis. Cuiuscumque vero-
loquitur ergo Aristoteles de inchoatione for- vae naturalis, et consequenter etiam ex par- cet fortasse erraverint circa pdncipium ef-
te potentiae activae naturalis, quae passivae fuerit illa opinio, universaliter intellecta im-
marum, ut recte notarunt D. Thom. et Seo- fectivum substantialium formarum (de quo probabilis est; de anima namque rationali
tus, sed de virtute quae interdum est in respondet; ad artificialia vera ut sic non postea circa efficientem causam dicturi su~
tam esse potentiam passivam naturalem vera est et catholica, de aliis vero est falsa,
materia ad inchoandum actionem. Et hanc mus), tamen quod erraverint circa modum quia alías omnes formae substanciales essent
etiam expositionem tradiderunt Commen- quam obedientialem, cui non respondet po- eff~ciendi has for?las non constat; neque
tator et Alexander Aphrod. Unde falsum tentia activa naturalis, sed rationalis seu subsistentes et independentes a materia in
Anstoteles hoc utulo Platanero impugnat, fieri, et consequenter etiarn in esse, quod
est et omnino praeter litteram Aristotelis idealis, quod paulo inferius declarabimus. ~ed quod separatas ideas sine causa intro~
quod ibi constituatur differentia ínter arti- est absurdíssimum, alias omnes animae bru-
Non omnes formae substantiales creantur duxerit, cum huiusmodi res possint a sibi
:ficialia et naturalia; tantum enim constitui- similibus generari. Quae ratio magis urget torum essent immortales. Sequela patet, quia
tur inter artificialia inter se, et potius ibi, 9. Plato et Avicenna ab errore vendican- contra Avicennam; nam 'Plato fortasse non crearlo et est rerurn subsistentium et non
text. 31, significat Aristoteles idem contin- tur.- Secunda sententia fuit aliorum qui, posuit ideas extra mentem divinam, et ab pendet a materiali causa, ut infra dicemus.
gere in naturalibus, ut D. Thomas notavit; superati difficultate tacta, dixerunt orones. illi~ dixít introduci formas, ut ah univer- Secundo urget contra hanc opinionem ratiC>

i;

1
l'
'(
:~

660 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección Il 661


fuerza la razón que se insinuó antes, porque si las formas sustanciales se crean curso del sujeto o causa material. Digo, empero, que , es más claro hasta cierto
por la razón expuesta, es necesario que se creen ~ambién las accide!ltales, punto, porque ahora, mientras se espera la disposición del cuerpo para que sea
porque también la forma accidental se hace de su prop1a nada y no preeXIstente producida el alma, puede parecer que no se trata de creación con tanta pro-
actualmente en el sujeto ni según toda su entidad ni según parte. Y si esto se piedad, puesto que se produce con cierto concurso de la materia. No obstante,
concede, se deduce ulteriormente que del mismo modo que la inducción de las es verdadera creación, porque por parte del cuerpo no es un concurso esencial
formas sustanciales no se debe a agentes naturales, por ese motivo, igualmente y en el género de la causa material para el ser mismo o producción del alma
tampoco se deberá la producción de las accidentales. Y de esta suerte se sigue racional, sino que es a manera de una ocasión que exige la creación de aquel
finalmente que los agentes naturales no obran nada en absoluto, cosa que de- alma, sin la cual ocasión ni al alma se le debería el que fuese hecha, rii su
mostraremos luego que es completamente absurda. causa se determinaría a la producción de la misma. Y el hecho de que el cuer-
po o materia no influya esencialmente en la producción o en el ser del alma
Solución de la cuestión se desprende de que el alma racional, separada del cuerpo, conserva su ser;
no depende, por tanto, de un sujeto que le sustente en el ser; tampoco, con-
10. Afirmación primera relativa al alma racional.- Así, pues, la sentencia siguientemente, en el producirse; porque la producción de una cosa es tal cual
verdadera, que es la de la escuela peripatética, es que entre las formas sustan- es su ser; luego, en sentido contrario, el sujeto mismo o materia no posee esen-
ciales algunas bOU espirituales y sustanciales e independientes de la materia, por cialmente influjo en el ser o producción de dicha alma.; puesto que ambas co-
más que la informen verdaderamente; y que otras, en cambio, son materiales sas -la dependencia del efecto y el influjo de la causa- son correlativas, o me-
y que tienen su inhesión en la materia de tal suerte que dependen de ella en su jor, son lo mismo.
ser y en su producción. A la primera clase pertenecen sólo las almas humanas 11. Hay que delimitar el axioma «de la nada nada se produce».- Por lo
-pues únicamente tratamos de las formas informantes-, y respecto de ellas cual, aquel principio de que de la nada nada se hace, entendido universalmente
hay que admitir el consecuente a que se llegó por deducción en la dificultad de toda causa y de todo efecto, es falso y contra la razón natural, según se pa-
expuesta, es decir, que se hacen de la nada por verdadera creación, punt.o que tentiza en este mismo ejemplo del alma racional y también con el ejemplo de
se demostrará con más amplitud en su lugar propio. Por ahora baste decrr que la materia prima, según se insinuó antes, y aún aduciremos más ejemplos en
esto es consecuencia necesaria del principio sentado, dando por supuesto que las páginas siguientes. Mas entendido de la capacidad de un agente finito y na-
las almas no preexisten antes de su unión con el cuerpo, lo cual es cierto por fe tural, es verdad. Por eso, por lo que a esta forma se refiere, hay que conceder
y por el principio de que son verdaderas formas del cuerpo. Más aún, aunque que en los agentes próximos naturales no hay poder para producirla, sino que
preexistiesen, no podrían existir a no ser por creación, puesto que no son entes el agente próximo dispone la materia, y que la inteligencia separada produce
necesarios de suyo y que tengan ser en virtud de su propia quididad, según de- la forma, mas no ciertamente una inteligencia creada, según pensó Avicena, ni
mostraremos luego con sentido universal, parte en la disputación sobre la cau~a una idea separada y existente fuera de Dios, sino Dios mismo, del que demos-
eficiente) parte al demostrar que sólo existe un ente increado. Mas si el ~ma traremos luego que es el único hacedor de todas las cosas que se producen
racional no posee existencia si no es por la causación eficiente de otro y se ple~­ por creación.
sa que existe con anterioridad al cuerpo, es hasta cierto punto más claro y evi- 12. La materia prima es potencia natural. para el alma racional.- Se ob-
dente que posee el ser por creación, puesto que fue hecha de la nada y sin con- jetará que de esto resulta que la materia prima no está en potencia natural para
causae materialis. Dico autem esse quodam- 1 l. Ex nihilo nihil fitJ axioma limitan-
supra insinuata, quia si formae substantiales deant. Prioris ordinis sunt solae animae hu- modo clarius, quia nunc, durn expectatur dum.- Quocirca principium illud, ex nihila
creantur propter dictam causam, etiam ac- manae (agimus enim tantum de formis in- dispositio corporis ut anima fiat, videri pot- nihil fitJ universe intellectum de omni causa
cidentales creari necesse est, quia etiam for- formantibus), et de illis concedendum est est non esse taro propria creatio, quia fit et de omni effectu, falsum est et contra ra-
ma accidentalis fit ex nihilo sui et non prae- consequens illatum in difficultate tacta, ni- cum aliquali concursu materiae. Nihilomi-
mirum :fieri ex nihilo per veram creationem, tionem naturalem, ut hoc ipso exemplo ani-
existit actu in subiecto, neque secundum se nus tamen est vera creatio, quia ex parte mae rationalis ostenditur, et exemplo etiam
totam neque secundum partero. Quod si hoc quod in proprio loco latius est ostenden- corpods non est concursus per se et in ge-
dum; nunc satis sit dicere id necessario materiae primae, ut supra tactum est, et
concedatur, sequitur ulterlus quod, sicut in- nere causae materialis in ipsum esse vel
consequi ex principio posito, supposito quod fieri animae rationalis, sed est veluti quae- plura in sequentibus afferemus. lntellectum
troductio formarum substantialium ob eam autem de virtute agentis finiti et naturalis,
causam non est ab agentibus naturalibus, hae animae non praeexistunt antequam cor~ dam occasio exigens creationem illius ani-
poribus uniantur, quod certum est ex fide mae, sine qua occasione nec ipsi animae verum est. Unde quoad hanc formam, con-
ita neque effectio accidentalium. Atque ita
et ex illo principio quod sunt verae formae debetur ut fiat, nec causa eius ad illim cedendum est non esse in proximis agenti-
tandem sequitur agentia naturalia nihil om- corporis. Immo, licet praeexisterent, non pos- effectionem deterrninaretur. Quod autem cor- bus naturalibus virtutem ad efficiendam il-
nino agere, quod absurdissimum esse infra sent nisi per creationem existere, quia non pus seu materia non influat oer se in :fieri lam, sed proxlmum agens disponere matc-
ostendemus. sunt entia necessaria ex se et ex sua quld- vel esse animae, constat ex eO quod anima riam, intelligentiam vero separatam efficere
ditate habentia esse, ut universe demonstra- rationalis, separata a corpore, retinet suum formam, non quidem intelligentiam creatam,
Resolutio quaestionis bimus infra, partim in disputatione de cau- esse; ergo non pendet a subiecto sustentante ut putavit Avicenna, nec ideam separatam
10. Prior assertio de anima rationali.-- sa efficienti, partim demonstrando unum in suo es se; ergo neque in :fieri, quia tale
tantum esse ens increatum. Si autem ratio- et extra Deum existentem, sed Deum ipsum,
Vera igitur et peripatetica sententia est in- est fieri reí quale est esse; ergo et e con-
ter formas substantiales quasdam esse spi- nalis anima non habet esse nis:i. per effi- verso subiectum ipsum seu materia non hB.- quem solum esse effectorem rerum omnium
rituales, et substantiales, et independentes cientiam alterius, et fingitur esse ante cor- bet per se in:fluxl11-n in esse aut fieri talis quae p:;r creationem fiunt, infra ostendemus.
a materia, quamvis eam vere informent; pus, quodammodo clarius et evidentius est animae; nam haec duo correlativa sunt, vel 12. MateJ"ia prima naturalis potentia est
:alias vero esse materiales itaque materiae habere esse per creationem, quia facta est potius idem, dependentia effectus et influ- ad rationalem animam.- Dices hinc fieri ma-
inhaerentes ut ab ea in esse et fieri pen- ex nihllo et absqU:e concursu subiecti vel xus causae. teriam primam non esse in potentia natlll'ali
'·6~:"6':'2_ _c-_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___::Di~p_u_tacirmes metafísicas Disputación XV.~Sección II____________________ 663
.el alma raCional, lo cual parece un inconveniente. La consecuencia ~s mar;ifiesta, dbir la forma. Así, pues, la materia está en potencia natural para recibir el
puesto que a toda potencia pasiva natural. corresponde una potencia ac~va na- alma racional; sin embargo, no la contiene en potencia, puesto que no puede
tural; mas no existe potencia alguna activa natural que pu~da prod';lclr e~ta -causarla; y por eso el alma racional no se educe de la potencia de la materia;
forma en la materia; luego tampoco hay para ella en la matena potencia pas1va porque nada se educe a no ser de donde se contiene, y porque la educción
natural. Algunos conceden la consecuencia, ya por la razón expuesta, ya tam- denota causalidad de la materia en la forma, según diremos luego.
bién porque si la materia estuviese en poten~ia para el al~a racional, al hacer~e 13. Todas las formas sustanciales, excepto la racional, se hacen de un su-
esta alma, se diría que se educe de la potencta de la matena. Mas esta sentenc.ta jeto previamente supuesto.- Segundo, respecto de todas las otras formas sus-
no es de mi agrado; porque si la materia no estuviese en potencia natural para tanciales hay que afirmar que propiamente no se hacen de la nada, sino que se
el alma racional, la generación del hombre no seria natural, porque ni seria na- educen de la potencia de una materia previamente supuesta; por tanto, en la
tural por parte del principio activo ni por parte del pasivo. Además, porque producción de estas formas nada se realiza contra aquel axioma: de la nada
la materia está naturalmente en el último grado de disposición para recibir la nada se hace, con tal que se lo entienda rectamente. Esta afirmación se toma
forma racional, y, una vez así dispuesta, según el orden de la naturaleza se le de Aristóteles, lib. I de la Física, en todo él, y del lib. VII de la Metafísica, y
debe dicha forma; por consiguiente, está en potencia- natural para ella. Por asimismo de otros autores, a los que citaré en seguida. Y se explica brevemen-
tanto, a la dificultad se responde negando la consecuencia. Y por lo que se re- te, puesto que ser hecho de la nada expresa dos cosas: la una es ser hecho ab-
fiere a la primera razón, se responde que la potencia natural ha de ser consi- soluta y simplemente; otra es que esa producción sea de la nada. Lo primero
derada primaria y esencialmente en orden al acto connatural y proporcionado; se dice propiamente de una cosa subsistente, porque la producción pertenece
ahora bien, el alma racional es acto natural y proporcionado de la materia ~, a aquello mismo a que pertenece la existencia; y esto tiene lugar propiamente
por tanto, la materia es también potencia natural para dicho acto; por consi- en lo que es subsistente y posee la existencia; porque lo que inhiere en otro,
guiente, resulta de ambas un ser natural esencialmente uno, y la misma mate- más bien existe en cuanto existe el otro. Por esta parte, pues, las formas sus-
ria se conserva naturalmente bajo tal acto. Empero, por lo que se refiere a la tanciales materiales no se hacen de la nada, puesto que propiamente no se hacen.
potencia activa, puede, en pri?Ier lugar, existir una potencia activa nat~ral p:;ra Y ésta es la razón que da Santo Tomás, I, q. 45, a. 8, y q. 90, a. 2, y quedará
unir tal acto con tal potencia, y de esta suerte ya hay una potencia activa más explicada con lo que se va a decir. Entendiendo, pues, el hr:cerse con esta
natural que corresponde a la potencia natural pasiva. Además, aunque la f?r- propiedad y rigor, en este caso ser hecho de la nada es ser hecho según su to-
ma sólo pueda ser producida por Dios, en esta acción, sin embargo, D10s talidad; es decir, sin que se presuponga ninguna parte de que se haga. Por
opera de acuerdo con el modo y orden debido a las naturalezas de las co- este motivo, al ser hechas de nuevo las cosas naturales, no son hechas de la
-5as, y esto basta para que se diga que opera a modo de causa natural, y nadaj porque se hacen de una materia que se presupone y de la que se com-
para que a la potencia pasiva corresponda una virtud activa suficiente. A la ponen, y de esta suerte no son hechas según su totalidad, sino según una parte
segunda razón se responde que una cosa es que la materia contenga la for-
de ellas. En cambio, las formas de estas cosas, aunque reciban realmente toda
·ma en potencia, y otra distinta que esté en potencia para la forma; po~que

l
su entidad de nuevo, la cual no poseían antes, sin embargo, puesto que ellas
lo primero indica capacidad de causar la forma, ya que la causa contiene mismas no son hechas, según se dijo, por eso mismo tampoco son hechas de
al efecto ei.J. su género; lo segqndo, en cambio, indica sólo capacidad de re... la nada. No obstante, debido a que si se toma la palabra ser hecho en un sen-
¡

ad animam rationalem, quod videtur incon- connaturalem et proportionatum; anima au- ria ergo est in potentia naturali ad ratio- p.ropric dicitur de re subsistenti, quia eius
veniens. Sequela patet, quia omni potentiae tem rationalis est actus naturalis et propor- nalem animam recipiendam, non tamen il~ est fieri cuius est csse; .id autem proprie
passivae naturali correspondet potentia ac- tionatus materiae, et ideo etiam materia est
potentia naturalis ad illum actum; un de ex lam in potcntia sua continet, cum non pos- cst quod subsistit et habet esse; nam quod
tiva naturalis ; sed nulla est potentia activa
naturalis quae possit formam hanc in ma- utraque fit quoddam ens naturale per se sit causare illam; ideoque anima rationalis alteri adiacet, potius est qua aliud est. Ex
teria efficere; ergo ncque in materia est unum, et materia ipsa connaturaliter conser~ non educitur ex potentia materiae, quia nihil hac ergo parte, formae substanciales mate-
potentia passiva naturalis ad illam. Aliqui vatur sub tali actu. Quod vera attinet ad educitur ni si un de continetur, et quia educ- riales non fiunt ex nihilo, quia proprie non
concedunt sequelam, tum propter rationem potcntiam activam, imprimís dari potest po~ tio indicat causalitatem materiae in forma, fiunt. Atque hanc rationem reddit D. Tho-
factam, tum etiam quia, si materia esset in tentia B.ctiva naturalis ad uniendum talem ut iam dicemus. mas, 1, q. 45, a. 8, et q. 90, a. 2, et ex
potentia ad animam rationalem, cum fit haec actum tali potentiae, et hoc modo iam re- 13. Formae substantíales omnes, ratíonali dicendis magis explicabitur. Sumendo ergo
-anima, diceretur educi de potentia materiae. spondet potentia activa naturalis potentiae excepta, ex subiecto praeiacentc fiunt.- Se- ipsum fieri in hac proprietate et rigore, sic
Sed non placet haec sententia; nam si ma- naturali passivae. Deinde, quamvis h?.ec for- cundo, de omnibus aliis formis substantia- fieri ex nihilo est fieri secundum se totum,
teria non esset in potencia naturali ad ani- ma a solo Deo fieri possit, tamen Deus in libm dicendum est non fieri proprie ex ni- id est nulla sui parte praesupposita ex qua
mam rationalem, generatio hominis non es- ea actione operatur iuxta modum et ordinem hilo, sed ex potentia praeiacentis materiae fiat. Et hac racione res naturales dum de
set naturalis, quia neque ex principio activo naturis rerum debitum, et hoc satis est ut educi; ideoque in effectione harum forma-
dicatur operari per modum causae naturalis novo fiunt, non fiunt ex nihilo, quia fiunt
neque ex passivo esset naturalis. Item, quia rum nihil fieri contra illud axioma: ex ni-
materia naturaliter disponitur ultimate ad et ut potentiae passivae sufficiens virtus acti- ex praesupposita materia ex qua componun-
:recipiendam formam rationalem, et illi sic va respondeat. Ad alteram rationem respon- hilo nihil fit, si recte intelligatur. Haec as~ nrr, et ita non fiunt secundum se totae, sed
-dispositae iuxta naturae ordinem debetur ta- detur aliud esse materiam continere formam sertio sumitur ex Aristot., 1 Phys., per to- secundum aliquid sui. Formae autem harum
1is forma; est ergo in potentia naturali ad in potentia, et aliud esse in potentia ad for- tum, et lib. VII Metaph., et ex aliis aucto- rerum, quamvis revera totam suam entita-
illam. Ad difficultatem ergo respondetur ne- mam; nam primum indicat vim causandi ribus, quos statim referam. Et declaratur tem de novo accipiant, quam antea non ha-
·gando sequelam. Ad primam vera rationem formam, nam causa continet effectum in breviter; nam fieri ex nihilo duo dicit : bebant, quia vero ipsae non fiunt, ut dic-
respondetur naturalem potentiam primo et suo genere; secundum vera indicat solum unum est fieri absolute et simpliciter; aliud tum est, ideo neque ex nihllo fiunt Atta-
,per se esse attendendam in ordine ad actum capacitatem ad recipiendam formam. Mate- est quod talis effectio sit ex nihilo. Primum roen, quia latiori modo sumendo verbum
,.
·.:r>··T···
'.l.··
. •..
~

j~
664 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección Il 665
tido más amplio, no puede negarse que la forma haya sido hecha en el mismo en la potencia de la materia y siendo como sacadas fuera de dicha potencia me-
grado en que ahora existe y antes no existía, según prueba también el motivn diante la acción del agente, no porque tengan existencia fuera de la materia y
de duda planteado al principio de la sección, por ello hay que añadir que, no actúen su potencia o no estén adherentes en ella, sino porque estando antes·.
tomado ser hecho con esta amplitud, el ser hecho de la nada no sólo niega la contenidas en ella únicamente como en su potencia y causa, después existen en
relación a una causa material que entre en la composición intrínseca de aquello acto y fuera de la causa, y de esta suerte por virtud del agente que concurre
que se hace, sino también la relación de una causa material que sea esencial- con la materia son educidas desde el ser potencial de la materia al acto. Cabe
mente causa y sustente la forma que se hace, o que se hace conjuntamente. En objetar: luego con la misma razón habrá que decir que las cosas se educen de
efecto, hemos dicho antes que la materia no sólo es causa del compuesto, sino la potencia del ·agente, porque también en ella estaban contenidas virtual y po-
también de la forma que depende de ella; luego para afirmar que una cosa tencialmente, y de este ser en potencia son educidas al acto por la acción del mis-
es hecha de la nada, hay que negar ambos modos de causalidad, y en este mismo mo agente. Se responde negando en absoluto la consecuencia, puesto que esas
sentido hay que tomar dicho axioma para que sea verdadero: de la nada nada palabras en toda su propiedad significan la relación de causa material, y no la
se hace, a saber, por la potencia de un agente natural finito nada se hace, a no- de eficiente. Por eso puede decirse que tanto la causa eficiente como la materia
ser que se presuponga previamente un sujeto que concurra esencialmente tanto contienen el efecto, pero de manera distinta; porque el agente lo contiene emi~
al compuesto como a la forma, si es que ambas cosas son hechas a su modo nente o virtualmente; en cambio, la materia sólo en potencia receptiva o pa-
por el mismo agente. De esto, pues, se concluye legítimamente que las formas siva; así, pues, cuando se dice que la forma se educe de la potencia de la ma-
sustanciales materiales no se hacen de la nada, porque se hacen de la materia, teria, se señala especialmente esta relación de causa material; del agente, a su
la cual concurre esencialmente en su género e influye en el ser y en la produc- vez, se dice con propiedad que mediante su poder educe el efecto de la po-
ción de dichas formas, porque del mismo modo que no pueden existir si no tencia al acto.
están inherentes en la materia por la que son sustentadas en su ser, igualmente 15. Segundo.- Suele explicarse de otra manera en qué consiste que la for-
no pueden ser hechas si la misma materia no sirve de soporte a la producción ma sea educida de la potencia de la materia, a saber, es ser hecha en la ma-
y penetración de las mismas. Y ésta es la diferencia propia y esencial entre la teria con dependencia de ella en el ser y en el producirse, cosa que conviene
producción de la nada y la produccióu de algo, debido a la cual, como luego a todas las formas sustanciales, excepto la racional. Esta explicación se diferen-
diremos, el primer modo de causar supera la potencia finita de los agentes na- cia de la anterior sólo en las palabras, porque -según decía antes- el que la
turales, mas no el segundo. materia contenga algo en su potencia implica causalidad o fuerza de causar por
14. Se explica de varios modos en qué consiste la educción de la potencia de parte de la materia en su género; por tanto, el que la forma sea sacada o pues t.:!
la materia.- Primero. -De lo dicho se desprende también que de estas formas fuera de la potencia de la materia en que está contenida no es más que ser he-
se afirma con propiedad que no son creadas, sino educidas de la potencia de la cha actualmente en la materia, con el concurso de la materia misma en su gé-
materia, y queda claro en qué consiste ser educida de la potencia de la materia; nero por su potencia Ordenada a la producción y al ser de dicha forma; mas
muchos se esfuerzan en explicar esto, tanto en el lib. 1 de la Física como en el VII 1 esto es lo mismo que el que la forma se haga con dependencia de la materia
de la Metafísica. Mas Santo Tomás explica brevemente ambas cosas en I, q. 90, 1 en su producción y en su ser; únicamente es distinto el modo de explicarlo por
a. 2, ad 2; porque al no ser dichas formas hechas de la nada, no se crean, puesto ¡ la relación del efecto a la causa, o, al revés, por la relación de la causa al efecto.
¡
¡
que ser creado es ser hecho de la nada. Mas estando dichas formas contenidas

illud fieri negari non potest quin forma fac-


ta sit eo modo quo nunc est et antea .non
ria, quae in suo genere per se concurrit et
influit ad esse et fieri talium formarum, quia,
li rlae contineantur, et per actionem agentis
quasi extra illam potentiam fiant, non quod
extra materiam existant eiusque potentiam
habitudQ materialis causae; agens vero pro--
prie dicitur per virtutem suam educere ef-
fectum de potentia in actum.
erat, ut etiam probat ratio dubitandi posita sicut esse non possunt nisi affixae materiae- non actuent et illi adhaereant, sed quod, 15. Secundo.- Aliter etiam explicad so-
in principio sectionis, ideo addendum est,
sumpto {ieri in hac amplitudine, fieri ex
a qua sustententur in esse, ita nec fieri pos-
sunt nisí earum effectio et penetratio in
1
¡
cum antea tantum continerentur in potentia
et in causa, postea sunt actu et extra cau-
let quid sit educi formam de potentia ma-
terlae, nimirum. quod sit fieri in materia
nihilo non tantum negare habitudinem ma- eadem materia sustentetur. Et haec est pro- ! sam, et ita ex esse potentiali materiae, in cum dependencia ab illa in esse et fieri,
'terialis causae intrinsece componentis id pria et per se dlfferentia inter effectionem 4
il qua continebantur, in actum educuntur vir- quod convenit omnibus formis substantiali-
¡
quod fit, sed etiam habitudinem causae- ma- ex nihilo et ex aliquo, pro¡)ter quam, ut 0 tute agentis, concurrente eadem materia. Di- bus, excepta rationall. Quae explicatio solis
terialis per se causantís et sustentantis for- infra ostendemus, prior modus efficiendí S ces: ergo eadem racione dicentur res educi verbis differt a praecedenti; nam (ut su-
mam quae fit, seu con:fit. Diximus enim in-
superioribus materiam et esse causam com-
superat vim finitam naturalium agentium,
non ve ro posterior. 1 de potentia agentis, quia etiam in ea contl-
nebantur virtute et potestate, et ex hoc esse
pra dicebam) materiam continere in po-
tentia sua, causalitatem seu vim causandi
positi et formae dependentis ab illa; ut res 14. Quid sit educi de potentia materiae, in potentia educuntur in actum per actio- importat ex parte materiae in suo genere;
ergo dicatur ex nihilo fieri, uterque modus 11ariis modis explicatur . - Primo.- Ex his· nem ipsius agentis. Respondetur absolute formam ergo trahi aut fieri extra poten-
causalitatis negari debet, et eodem sensu ac- etiam constat proprie de his formis dici non negando sequelam, quia illa verba in omni tiam materiae ín qua continetur, nihil aliud
cipiendum est illud axioma, ut sit verum: creari, sed educi de potencia materiae, et proprietate significant habitudinem causae est quam fieri actu in materia, concurrente
ex nihilo nihil fít, scilicet virtute agentis na- quid sit educi de potentia materiae; in quo materialis et non efficientis. !taque, tam ef- materia ipsa in suo genere per potentiam
turalis et finiti nihil fieri nisi ex praesup- explicando multi laborant, tum in 1 Phys., ficiens quam materia potest dici continere suam ad fieri et esse talis formae; sed hoc
posito subiecto per se concurrente et ad tum in VII Metaph. Sed utrumque breviter effectum. diverso tamen modo; nam agens ipsum est fieri formam cum dependentia
compositum et ad formam, si utrumque suo declaravit D. Thomas, I, q. 90, a. 2, ad 2. continet eminenter seu virtualiter, materia materiae in fieri et in esse; solumque est
modo ab eodem agente fiat. Ex his ergo rec- Nam cum illae formae non fiant ex nihilo, vero solum in potentia receptiva seu pas- diversus modus explicandi per habitudinem
te concluditur formas substanciales materia- non creantur, quía creari est fieri ex nihilo. siva; cum ergo dicitur forma educi de po- effectus ad causam, vel e contrario per ha--
les non fieri ex nihilo, quia fiunt ex mate- Cum autem illae formae in potentja mate- tentia materiae, peculiariter denotatur haec bitudinem causae ad effectum. Alia item ex--

1!
1
!
666 Disputación XV.-Sección Ili 667
- - - -

Todavía se presenta otra explicación, la cual, aunque no tenga un contenido anteriores, as! parece que había que afirmarlo, ya qlie dichas formas dependen
.distinto de las anteriores, sin embargo, lo explica más, y es apta para resolver de la materia en su ser y en su producción; por tanto, se educen de su poten-
>algunas dificultades que se plantean. En consecuencia, ser educida la forma de cia; porque si dependen en su producción y en su ser, consecuentemente son
la potencia de la materia es ser hecha en la misma acción que es hecho el com- causadas por la materia; luego están contenidas en su potencia; luego, al ser
puesto de una materia anterior que no es producida en dicha acción; ésta pa- actualmente producidas, se educen de su potencia. Ni basta con responder que
rece ser la explicación que pretendió Santo Tomás cuando dijo que la forma no esas formas no son hechas sino coproducidas juntamente con los compuestos,
se creaba, sino que se educh, porque no es ella la que de suyo se produce, sino porque tampoco s: hacen las formas de las cosas generables, sino que son he-
el compuesto; la forma es coproducida de la materia presupuesta. Y consta por chas juntamente con, y, sin embargo, se dice que se educen debido a dicha
inducción que esto acontece en todas las formas que se educen de la potencia de dependencia y a· que están contenidas. Empero hay que afirmar, de acuerdo con
la materia. Puede darse como razón el que la educción consiste en esto, en ser la opinión común, que esas formas no son verdaderamente educidas, porque
una acción o mutación que depende por sí y esencialmente de la materia; por donde no hay generación de todo el compuesto, tampoco puede haber educción
esta acción es hecha la forma y unida a la materia al mismo tiempo; por eso de la forma. Y la razón a priori es porque, según antes se indicó, hay una sola
mediante ella es hecho esencial y primariamente el compuesto y es coproducida acción en la que el cielo es producido totalmente en si mismo, haciéndose no
tma forma determinada, y es sacada actualmente fuera de la potencia de la ma- sólo la forma, sino también la materia, y esta acción es una creación integra y
teria; luego la educción de la forma de la potencia de la materia se explica muy perfecta del todo y una creación conjunta de materia y forma, y, por tanto, en
bien mediante dicha acción. este caso, no hay educción de la potencia de la materia. Así, pues, cuando se
dice que se educe la forma que depende de la materia en su producción y en su
ser, se entiende que se trata del caso en que la propia producción y acción, que
Corolarios de la solución anterior presupone de tal manera la mat;:::da que ésta no es producida en ella, tiende a
16. El alma racional no se educe de la potencia de la materia.- De aqul la forma misma o al ser formal que se comunica mediante ella. Del mismo modo,
se llega, en primer lugar, a una mejor inteligencia de lo que antes decíamos, cuando se dice que la forma se educe de la potencia de la materia porque estaba
que la forma racional no se educe de la potencia de la materia, porque ni está contenida en su potencia, se da por supuesta una materia que existía en potencia
contenida en su potencia para que sea educida fuera de ella, ni se produce o para la forma antes de poseerla en acto; mas la materia del cielo, por más que
existe dependientemente de la materia, ni se hace en la misma acción en que sea potencia para su forma, exige por su naturaleza no estar en potencia para
se hace el compuesto o en la que ella misma se une a la materia; pues es hecha ella, ya que este estar en potencia incluye privación. ·
en sí misma con anterioridad, al menos de naturaleza, y recibe su ser inde-
pendiente de la materia, uniéndose luego en otra acción, en la que se genera
SECCION Ili
todo el compuesto.
17. ¿Se educen las formas celestes de la potencia de la materia?- En se- SI ES NECESARIO QUE EN LA EDUCCIÓN DE LA FORMA SUSTANCIAL LA MATERIA
gundo lugar, con lo dicho queda resuelta otra dificultad que se presentaba en TENGA PREEXISTENCIA TEMPORAL
este punto respecto de las formas celestes, a saber, si puede decirse que hayan
sido educidas de la potencia de la materia; porque, según las interpretaciones l. Esta dificultad se origina de la solución precedente y su conoc1m1ento es
necesario para comprender mejor el origen o educción de la forma. La dificul-

-plicatio occurrit, quae, licet rem diversam ergo cductio formae de potentia materiae
optlme per illam actionem declaratur. affirmandum; nam illae formae pendent in pendet in fieri et esse a materia, intelligitur
a praecedentibus non contineat, tamen eam fieri et esse a sua materia; ergo educuntur quando ad ipsam formam vel ad formale
magis declarat et apta est ad nonnullas dif- de potentia illius; nam si pendent in fieri csse quod per illam communicatur tendit
fi.cultates insurgentes explicandas. Formam Corollaria ex praecedenti resolutione et in esse, ergo causantur a materia; ergo proprium fieri ct propria actio, quae ita ma-
~rgo educi de potentia materiae cst fiel'i ea- 16. Rationalis anima non educirur de po- continentur in potentia eius; ergo, cum actu teriam praesupponit ut per eam materia non
dem actione qua fit compositum ex materia tentia materiae.- Atque hinc primo intel- fiunt, educuntur ex potentia eius. Nec satis fiat. Et similiter, cum dicitur educi forma
praecedenti qua e per illam actionern non :fit; Egitur amplius quod supra dicebamus, for- est respondere illas formas non fieri, sed de potencia materiae quia in potencia eius
quam expositionem videtur intendisse divus mam rationalem non educi de potencia ma- confieri cum compositis, quia etiam formae continebatur, supponitur materia prius exi-
Thomas cum dixit formam non creari, sed teriae, quía nec continetur in potencia illius, rerum generabilium non fiunt, sed confiunt, stens in potentia ad formam quam illam
educi, quia non est ipsa quae per se pro- nt extra ipsam educatur, neque fit aut existit et nihilominus dicuntur educi propter die- ~ctu habeat; materia autem caeli, licet sit
ducitur, sed compositum, forma vero com- dependenter a materia, neque fit eadem ac- taro dependentiam et continentiam. Dicen- 1::-otentia ad suam formam, postulat ex na-
tione qua fit compositum, seu qua ipsa uni- duro vero est cum communi sentencia illas tura sua ut non sit in potentia ad illam, quia
producitur ex praeiacente materia. Et induc-
tur materiae; prius enim, saltem natura, in formas vere non educi, quia ubi non est hoc esse in potentia includit privationem.
tione constat ita fieri in omnibus formis se fit et accipit esse suum independens a totius compositi generatio, · nec potest esse
quae educuntur ex potentia materiae. Ratio materia, et postea alia actione unitur qua formae eductio. Ratio autem a priori est SECTIO III
vera reddi potest, quia eductio in hoc con- totum compositum generatur. quia, ut supra tactum est, unica est actio
sistit quod sit actio vel mutatio per se et AN IN EDUCTIONE SUBSTANTIALIS FORMAR
17. Formaene caelestes educantur de po- qua caelum secundum se totum producitur,
OPORTEAT MATERIA TEMPORE ANTECEDAT
essentialiter pendens a materia; per hanc tentia materiae.- Secundo expeditur ex dic- et non solum forma, sed etiam materia fit,
autem actionem simul forma fit et unitur tis alia difficultas quae hic occurrebat de ,quae actio est integra et perfecta creatio to- l. Haec difficultas nascitur ex praece-
materiae; ideoque per eamdem fit per se formis caelestibus, an, scilicet, dici possint tius et concreatio materiae et formae, et denti resolutione, eiusque cognitio est ne-
primo compositum et comproducitur talis eductae de potentia materiae; nam iuxta ideo ibi non est eductio de potencia mate- cessaria ad comprehendendam amplius hu-
.forma, fitque actu extra potentiam materiae, priores interpretationes videbatur ita esse riae. Cum ergo dicitur forma educi quae iusmodi formae originem seu eductionem
668 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección III 669
----------------------------~---
tad se plantea con toda claridad en las formas de los elementos bajo las que lo contrario, habría que afirmar que también ahora se compone una sola 3CC10ll
fue creada la materia de las cosas generables al ser producida por primera vez; con la conservación de la materia y la educción de la forma o generación. Por
y respecto de ellas se cuestiona si fueron educidas de la potencia de la materia. que si ba sido una sola. acción compuesta aquella por la que fue creada esta
Algunos creen que se debe juzgar lo mismo respecto de estas formas y de las -parte de la tierra y luego se corrompe esta tierra concreta y se convierte en
formas celestes, porque tampoco entonces fueron engendrados los elementos, hierba, la acción cesa por lo que respecta a la parte_ debido a la que se con-
sino creados; luego sus formas no fueron educidas, sino concreadas. Además, servaba la forma de tierra en dicha materia, y en lugar de ella sucede otra,
por no haber estado nunca la materia en potencia para dichas formas, ya qtte porque se induce la forma de hierba en la misma materia; en cambio, la ac-
siempre estuvo en acto bajo ellas; luego no han sido educidas, puesto que, se- ción que tenía por término la entidad de la materia permanece siempre idén-
gún decíamos, la educción, entendiendo la palabra con propiedad, expresa rela- tica; luego si se trata de una acción de suyo parcial y que componga una
dón a un sujeto que estaba anteriormente en potencia. Igualmente, en el prin- sola acción completa con la acción inductiva o conservativa de la primera
cipio, con la misma acción con que fue creada la tierra fueron concreadas jun- forma, compondrá por la misma razón una sola acción con aquella por la que
tamente la materia y su forma; luego en ese caso no hay educción. En tercer se induce una segunda forma que sucede a la primera. Se prueba la conse-
lugar, al ser creado un ángel o un alma, sus potencias no se educen de la capa- cuencia, porque la razón, proporción, unión y aptitud que hay entre estas ac-
cidad del sujeto, porque son concreadas; luego mucho menos habría que decir ciones es completamente idéntica a la que hay entre aquéllas; además, por-
que se educen las formas sustanciales que son concreadas con cualquier materia. que, en otro caso, la acción conservadora de la materia sería de suyo parcial
Cuarto, al ser creado el ángel, no se educe la subsistencia o personalidad de y apta para componer una sola acción total, y, sin embargo, ahora siempre per-
la potencia de la naturaleza, aunque sea concreada; luego del mismo modo, etc. manecería incompleta y sin la composición debida. El consecuente también pa~
Y de esta suerte parece que con tales razones se llega a la conclusión de que para rece absolutamente falso, porque la acción por la que se produce la materia
la educción se requiere que la materia anteceda temporalmente a la forma. es una verdadera creación, y es, perseverando la misma, aquella por la que se
2. Por otra parte, parece ser completamente distinta la razón aplicada a las conserva; mas de creación y generación no se compone una acción única; lue-
formas de los elementos y a las de los cuerpos celestes; en efecto, éstas son de go se trata de dos acciones y no de dos partes de la misma acción; luego tam-
tal naturaleza que exigen esencialmente ser producidas con la misma acción con bién en el primer estado de las cosas tomaron parte estas dos acciones distintas
que es producida la materia; en cambio, aquéllas de ninguna manera, sino que entre sf, por más que estuvieran unidas en el tiempo. Así, pues, de acuerdo con
más bien suponen una materia creada por una acción propia y distinta~ siendo este razonamiento, se concluye claramente que para una verdadera educción no
inducidas en ella mediante otra acción, incluso en el estado primero de los mis- es necesario que la materia anteceda en el tiempo; pues de aqUellas dos accio-
mos elementos; luego la acción por la que se induce la forma no puede ser nes, la que es posterior por naturaleza tiene verdadera razón de educción) pues
más que una verdadera educción. Se prueba el antecedente, porque la acción por depende esencialmente de la materia, la cual no se produce por ella, sino que
la que fue creada la materia de los elementos es de tal naturaleza que persevera se la supone creada. Y se confirma, porque si pensamos que Dios comenzó por
idéntica hasta ahora, conservando esa misma materia; en cambio, la acción que producir aquella materia informe y después de algún tiempo le infundió la for-
tuvo por término la forma o el compuesto ha cesado al corromperse dicho com- ma, nadie negaría que se trató de una verdadera educción; ahora bien, aunque
puesto; luego es señal de que ambas acciones son realmente distintas. Ni pue-
de decirse que se trata de acciones parciales que integran una única acción; de etiam nunc componi unam actionem ex con- petuo maneret incompleta et sine debita.
servatione materiae et educcione formae seu compositione. Consequens etiam videtur
Explicaturque oprime difficultas in formh tencia aut personalitas de potencia naturae, generatione. Nam si fuit una actio campo- plane falsum, quía actio qua fit materia est
elementorum, sub quibus haec materia ge- licet concreetur; ergo simíliter, etc. Atque sita qua fuit creata haec pars terrae et post- vera crearlo, et eadem perseverans est qua
nerabilium creata est cum primum fuit pro- ita his racionibus videtur concludi ad educ- ea haec terra corrumpitur et convertitur conservatur; ex creatione autem et genera-
ducta, de quibus quaeritur an fuerint educ- tionem necessarium esse ut materia tempore in herbam, cessat actio quantum ad illam tiene non componitur una actio; sunt ergo
tae de potencia materiae. Quibusdam enim antecedat formam. partem per quam conservatur forma terrae i!Jae duae acciones et non duae partes eius-
videtur idem esse iudicium de his formis 2. Aliunde autem videtur esse valde dis- in illa materia, et loco illius succedit alía, d-;om actionis; ergo etiam in prima rerum
et de formis caelestibus, quia etiam elemen- par ratio de formis elementorum ac corpo- quia 1 inducitur forma herbae in eamdem condicione imtervenerunt hae actiones distinc~
ta tune non fuere genita, sed creata; ergo rum caelescium; nam hae tales sunt ut materiam; actio vero terminata ad entitatem tae· ínter se, quamvis tempore coniunctae.
formae eorum non fuere eductae, sed con- natura sua postulent :fierj eadem accione qua materiae semper manet eadem; ergo si illa Iuxta hunc ergo discursum plane concludi-
creatae. Item, quia materia nunquam fuit fit materia, illae vero minime, sed potius de se est partialis et componit unam actio- tur ad veram eductionem necessarium non
in potencia ad illas formas, quia semper supponunt materiam creatam per propriam nem completam cum accione inductiva vel es se ut materia tempore antecedat; nam ex
fuit actu sub illis; ergo non fuerunt educ- et distinctam actionem, et per aliam in eam conservatiVa primae formae, eadem racione illis duabus actionibus, illa quae posterior
tae, quia, ut dicebamus, eductio ex proprie- inducuntur, etiam in prima ipsorum condi- componit unam actionem curo illa per quam natura est habet veram rationem eductionis;
tate verbi dicit habitudinem ad subiectum cione; ergo illa actio qua inducitur íorma inducitur secunda forma quae priori succe- nam pendet essentialiter a materia, quae per
quod prius erat in potencia. Itero, in illo non potest esse nisi vera eductio. Antece- dit. Probatur consequentia, quia est omnino illam non fit, sed creata supponitur. Et con-
inicio per eamdem actionero qua fuit creata dens probatur, na m actio illa qua creata eadem ratio, proportio, coniunctio et aptitudo firmatur, nam si fingamus Deum produxisse
terra fuerunt simul concreatae materia et fuit materia elementaris talis est ut usque inter has acciones, sicut inter illas; tum etiam illam materiam prius informem et post ali-
forma eius; ergo ibi non est educcio. Ter- nunc eadem perseveret conservando ipsaih quía alias actio illa conservativa materiae es- quod tempus in eam induxisse formam, ne-
tia, cum creatur angelus vel anima, non materiam; accio vero terminata ad formam set de se parcialis et apta ad componendam ma negaret eam fuisse veram eductionem;
educuntur potentiae eius ex capacitate sub- vel compositum cessavit quando illud com- unam totalem actionem, et tamen nunc per- sed, licet haec posterior actio in eodem in-
iecti, quia concreantur; ergo mu1to roinus positum corruptum fuit; ergo signum est
dicentur educi forroae substanciales, quae illas acciones esse ex natura reí diversas.
concreantur curo qualibet materia. Quarto, Nec dici potest illas fuisse acciones parciales 1 La sustitución de «qUÍa» por «qua» de otras ediciones creemos que hace variar poco
cum creatur angelus, non educitur subsis- componentes unam; alias dicendum esset el sentido. (N. de los EE.)
r
Disputaciones metaflsicas Disputación XV.-Sección IIl 671
670 -----------------------~
ble, o absolutan:e?~~' o al menos_ realmente. Mas cuando la materia de suyo es-
esta segunda se una a la primera en el mismo instante, es de idéntica natura- ser:arable. por diVlSl_on de. cualq_mer forma, es posible que bajo una misma ma-
leza; luego es una verdadera educción. teria vanen las acciOnes 11,1ducuvas de formas; por tanto, la acción por la que
3. Se podrá objetar que con un argumento similar se probarla que la for- se produce y conserva tal materia es distinta y se la presupone por naturaleza
ma del cielo se educe de la potencia de la materia, porque si Dios hubiese crea- antes de cua~quier acción inductiva de la forma.
do dicha materia sin forma con anterioridad temporal, y le hubiese luego infun- 4. ~espuesta a las insistencias de la dificultad.- Todavía podrá decir al~
dido la forma, en este caso ya la educiría de la potencia de la materia. Se res- guno: hlen, concedamos esto; sin embargo, respecto de la primera forma con-
ponde negando la consecuencia, y por lo que a la prueba se refiere, se niega creada. con esta mater.ia inferior no puede afirmarse que haya sido educida de la
lo que da por supuesto, porque tampoco entonces podría decirse que el cielo potencia ~e la matena, po: no haber antecedido en el tiempo esa materia en
se había hecho por generación, ni su forma -consecuentemente- por educ- cuanto existente en potencia para tal forma concreta; pues no basta con que
ción, porque la acción en cuestión no supone, en virtud de su naturaleza, una anteceda en el orden de naturaleza, ya que también la materia del cielo ante-
materia hecha; y el que la suponga en ese caso milagroso, es accidental y no cede en o:_den de naturaleza a su forma en el género de causa material. Es más-:
cambia la naturaleza de la acción. Y acaso aquella acción por la que se hada
alg~~s anade.n q~e. para la educción de la forma es necesario que antecedan
o conservaba la materia sin forma o bajo otra forma distinta, no fuese de la
t~~bten las disposiCiones en la materia, cosa que no puede afirmarse en la crea-·
misma naturaleza que aquella por la que es producida con su propia forma.
cwn de los elementos. Mas esta referencia a las disposiciones parece que no-
Por tanto, en el caso referido, al ser infundida la forma del cielo en una ma-
hace al caso, puesto que l~s di.sposiciones . remotas suelen anteceder temporal~
teria preexistente, cesaría la primera acción por la que ':!ra conservada con pri- m~nte de una ma_nera cuast accidental debido a la eficacia del agente; mas si
vación de forma, y comenzada una nueva acción, debido a la cual todo .el cielo Dws en un solo mstant; transfo~ma el agua en vino, las disposiciones no pre-
recibiría la existencia desde ese momento, acción que en la realidad sería una ceden. ,temporalmente, dandose, sm embargo, verdadera generación y verdadera
creación verdadera y total, por más que acaso no recibiese tal denominación :duccwn.. Por su parte, la disposición última nunca precede temporalmente a la
a causa de la materia preexistente. Y si alguno pretende -lo cual es probable- U:?'oducc1ón de la forma; sin embargo, del mismo modo que en una genera-
que Dios conserva aquella materia con la misma acción con la que antes la cwn ?atural ant~~ede por orden de naturaleza, igualmente precedió también en
conservaba y que le infunde la forma de cielo mediante otra acción total abso- la pnmera creacwn de los elementos. Porque en realidad la unión de la forma
lutamente distinta, en este caso -si es que es posible- confesaremos que esa con la, ~ateria. que. s;, realizó entonces se llevó a ca~:lO con la misma dependencia
acción segunda es la educción de la forma del cielo, y que -en consecuencia- de la uluma .disposic.ton que ahora posee en cualqmer elemento; por consiguien-
el cielo es generable de un modo maravilloso y extraordinario; no obstante, te, se produJO también con .la misma causalidad por parte de la disposición, y
negamos que la forma del cielo sea hecha por tal acción en fuerza de su natu- conse~uentemente con el ID.lsmo orden de naturaleza, por derivarse éste de la
raleza, igual que es heCha la forma del elemento; el cielo, en este caso, fue caus~hdad. Y por lo que se refiere a la materia prima, lo que pretendemos es
hecho de un modo proporcionado a su naturaleza, no habiendo, por ello, semew prectsamente esto, .que no parece necesario que la materia con privación ante-
janza en la consecución. A su vez, la diferencia existente entre el cielo y un ceda en orden temporal para que la forma se eduzca de su potencia, sino que
elemento la inferimos de la incorruptibilidad de uno y de la corruptibilidad basta e~~ que preceda .en orden de naturaleza; y de este modo es evidente que·
del otro; ya que cuando la materia y la forma son inseparables por su na- la creac10n de la materm de los elementos fue anterior a la inducción de la for-
turaleza, exigen ser producidas mediante una sola acción de suyo índivisi-
vel omnino vel saltero ex natura reí. Quan- lent tempore antccedere quasi oer accidens.
stanti coniungatur pnon, est eiusdem ra- ex tune totum caelum acciperet esse, quae do vero materia ex se est separabilis a qua- propter inefficadam agentis; ai si Dcus in
tionis; ergo est vera eductio. in re esset vera et totalis creatio, quamvis Iibet forma divisive, sub eadem materia pos- uno instanti transmutar aquam in vinum
3. Dices: simili argumento probaretur forte non sic denominaretur propter praeexi- sunt variari actiones inductivae formarum illae dispositiones non praecedunt tempo~
formam caeli educi de potencia materiae, stentem materiam. Quod si quis contendat et ideo actio per quam talis materia fit e~ re, et nihilominLis illa vera generatio est et
quia si Deus prius tempore creasset illam (quod est probabile) Deum conservare illam conservatur distincta est et natura sua prae- vera eductio. Dispositio autem ultima nun-
materiam sine forma, et postea in cam in- materiam per eamdem actionem qua antea suppon;tur ad quamcumque actionem induc- quam antecedit tempere imroductionem for--
duceret formam, iam tune educeret illam de eam conservabat, et inducere formam caeli tivam formae. mae ; eo autem modo quo in generatione
potentia materiae. Respondetur negando se- per aliam totalem action~m omnino distinc- 4. lmrantiae satisfit.- Sed dlcet rursus naturali antecedit ordine naturae antecessit
quelam, et ad probationcm negatnr assump- tam, in eo casu (si possibilis est) fatebimur aliquis, esto haec vera sint, nihilominus pri- etiam in prima elementorum crea~ione. Nam
tum, quia etiam tune non posset dici caelum illam postcriorem actionem esse eductionem mam formam concreatam huic inferiori ma- revera illa unio formae <'l:d materiam quae
facturo per generationem, et consequenter formae caeli, et consequenter caelum esse teriae non po~se dici eductam de potentia tune. facta es~, fuit. fact.a. cum eadem depen-
nec fonDa eius facta per eductionem, quia generabile miraculoso ac extraordinario mo- materiae, quia non antecessit tempore ma- dentta ab ulttma dispostttone quam nunc ha-
:;:t.ctio illa ex natura sua non supponit ma- do; negamus tamen formam caeli ex natura teria illa ut existens in potentia ad talem bet in quocumque elemento; ergo cum ea-
teriam factam; quod vero in illo casu mi- sua per talero actionem fieri, sicut fit forma formam; neque enim satis est quod ordine dem causalitate ex parte dispositionis; ergo
raculoso illam supponat, est per accldens et elementi; caelum autem nunc facturo est naturae antecedat; nam etiam materia caeli cum eodem ordine naturae, nam hic ex cau~
non mutat naturam actionis. Et fortasse illa modo suae naturae proportionato, et ideo ordinc naturae antecedit suam formam in salitate sumitur. De ipsa vera materia prima,
actio qua fieret vel conservaretur materia non est similis consecutio. Illam vera diffe- genere causae materialis. Immo addunt ali- hoc est quod contendimus, nimirum, ut for--
sine forma vel sub alia forma distincta non rentiam ínter caelum et elementum colligi- qui ad eductionem forrnae necessarium esse ma educatur de potentia eius non videri ne-
esset eiusdem rationis cum ea qua fit sub ut dispositiones etiam in materia antecedant, cessarium materiam antecedere ordine tem-
mus ex incorruptibilitate unius et corrupti-
propria forma. Et ideo in praedicto casu, quod in creatione elementorum dici non poris sub privatione, sed satis esse quod an-
quando induceretur forma caeli in materiam bilitate alterius; nam quando materia et for- potest. Sed hoc de dispositionibus videtur tecedat ordine naturae; quo modo constar-
praeexistentem, cessaret prior actio qua con- ma sunt inseparabiles natura sua, postulant impertinens; nam disposiciones remotae so- fuisse priorem creationem rnateriae elemen~
servabatur nuda, et inciperet nova actio qua fieri per unam actionem ex se indivisibilem,
Disputaciones metafísicas
672 Disputación XV.-Sección lll 673
ma; puesto que, como dijimos, se trató de dos acéiones .hasta tal punto .s?bor-
dinadas, que la inducción de la forma presupone necesanamente la .creacwn de de privación, sino que se precisa otra acción distinta en la que se realice la
· d ¡ qu depende como de causa absolutamente necesana. información, acción que puede tener auténtico carácter de educción; en cam-
1amatena,ea e ldl l t p lquese bio, la materia del cielo recibe la forma en la misma acción con que es creada
5 Diferencia entre la materia del cielo y a e os e emen os . or. o
refie;e al concurso para la producción de sus formas.- La sufic:encta de este e informada, y aunque, según la razón propia de causa, se le llame anterior por
modo de antecesión cabe confirmarla de muchos m?dos. ~,n pnmer lugar, a naturaleza, sin embargo, en cuanto existente en potencia e investida en cierto
· · ¡ dicho· pues basta con ella para que la mduccwn de la forma sea modo de privación, no se le llama de manera alguna anterior por naturaleza;
prwnporo , , · d" no teniendo, por lo tanto, la prioridad de naturaleza que debe darse necesa-
una acción de la misma naturaleza que aquella que sen~ postenor en uracwn,
si Dios crease primero la materia sin .forma Y. lueg~ 1~, informa.se; pues la s~la riamente para la educción de la forma. Juzgo, por esto, lo más probable que
interrupción temporal no basta para mtroductr varmcwn esencial en .l~s accio- sean completamente distintas las caracteristicas de la información primera de la
nes; luego esa misma antecesión de naturaleza basta para la .. educ~wn de la materia de las cosas generables y la de las celestes.
forma. En segundo lugar, con un ejemplo; porque si en el tmsmo mstante e_n
que es creado el aire, es iluminado por el .sol, esa luz se e~uce . de .1~ potencm Solución de la cuestión
del aire, pues doy por supuesto que cualqmer otra clase de. ilummacwn se p~o­
duce por educción, punto que luego demostraré; mas el atre en este ca~o solo ó. La primera verdad para mí en este problema es que en la creación de
antecedería a la inducción de la luz en orden. de .natt.~.raleza, como es. ,evidente; una cosa corruptible, bien de un elemento, bien de otra cosa cualquiera, inter-
luego. La mayor es clara, puesto que e~a ilummación es una accw~ verd~­ vienen l?s dos acciones antes explicadas. Esto lo apuntó Enrique, Quodl. I,
dera y es esencialmente distinta de la creación. En tercer lugar, por la diferencia q. 10, c1tando a San Agustín, lib. XIII de las Confesiones, c. 33, quien dice
entre Ja materia del cielo y la materia de un elemento p_?r lo que se refie~e a la que la materia fue hecha de la nada absoluta y, en cambio, la disposición 'Tisi-
antecesión respecto de la forma; en efecto, hay q~e senalar una doble di~eren­ ble del mundo de una materia informe, aunque en ese pasaje San Agustín ~e
cia en estrecha relación con este problema. La prrmera es que la ma!erm del refiere indiferentemente a los cielos y a los elementos. Ni tiene por qué extra-
cielo tampoco en el orden de naturaleza antecede abs~lutamen~~ a la mtroduc- ñarnos esto, puesto que en la conservación del fuego o de otra cosa semejante
ción de la forma propia, puesto que está en necesana conexwn con ell~, de intervienen esas dos acciones, según da a entender sufi.cieqtemente la razón de
suerte que sin ella no puede ser creada de un modo natural; en cambio, la que, al cesar una, persevera la otra. Mas de acuerdo con la doctrina de Santo
materia del fuego precede absolutamente en orden de naturaleza por n? tener Tomás, la conservación, hablando con rigor, es la misma acción que la produc-
conexión intrínseca con la forma del fuego, sino por poder ser cr:ada baJo otras ción; luego. Más aún, en la conservación del hombre intervienen tres acciones,
distintas. La segunda diferencia, que explica la prece~ente, constste ~n que la a saber: la conservación de la materia, la conservación del alma y la conserva-
materia del fuego de tal manera es anterior, que en vtrtud de la acción por la ción de la unión o del todo, las cuales inferimos legítimamente que son distin-
que es creada podría existir con privación de la forma de fu~go. D~ esta su~rte, tas, del hecho de que al desaparecer esta última, permanecen las otras dos de·-
no sólo de la materia, sino de la materia en cuanto es pote~ct~) se dice qu~ ti~?e duciéndose también de aquí rectamente una prueba de que esas mismas' tres
-prioridad de naturaleza, no por tener realmente con anteriOridad una pnya~wn acciones intervienen en la producción del hombre; luego lo mismo proporcio-
adjunta, sino porque, en virtud de la acción por la que es creada, no esta hbre nalmente acaecerá en las demás cosas.
7. Además, tengo igualmente por cierto que la acción por la que recíbe la
forma la materia de las cosas generables en el primer instante de su creación es
torum inductione formae; nam illae fuerunt troductionem luminis, ut constat; ergo. M~­
ior patet, quia illa illuminatio. est prop~m
duae actiones ut declaravimus, ita subor- et per se actio distincta a creauon~. Tertlo,
dinatae, ut inductio formae essentialiter sup- non caret privatione, sed necessaria est alía omnino nihila, mundi autem speciem de
ponat creationem materiae, a qua pendet Ut ex differentia inter materiam caell et ma- actio qua informetur, quae potest habere ve- informi materia factam esse, quamquam ibi
teriam elementi quoad antecessionem ad for- ram rationem eductionis; matf.ria autem Augustinus indifferenter loquatur de caelis
a causa omnino necessaria. mam · est enim duplex differentia notanda
S. Discrimen inter materiam caeli e_t ele- caeli eadem actione qua creatur, informatur, et elementis. Neque est cur hoc mirum vi-
et q~ae maxime ad rem pertinet. Prior est et, licet secundum propriam rationem cau- deatur, quandoquidem jn conservarione ignis
mentarem quoad concursum ad effectzonem
suarum formarum.- Quod autem h~ec an- quod materia caeli etiam ordine naturae n~m sandi dicatur prior natura, tamen, ut exi- vel alterius rei similis duae acciones inter-
tecessío sufficíat potest roultis modts con· antecedit simpliciter introductionem proprme stens in potentia et aliquo modo sub priva- veniunt, ut satis declarar illa ratio quod una
firmari. Primo a priori ex dictis; nam illa formae, quia habet cum illa necessariam tione, nullo modo dicitur natura prior, et cessante, alia perseverat. Sed iuxta doctri-
connexíonem ita ut sine illa modo conna- ideo no habet eam prioritatem naturae quae nam D. Thomae, conservarlo, per se lo-
satis est ut ea inductio formae sit actio turali creari ~on possit; materia autem ignis
eiusdem rationis cum ea quae posterior es- ad eductionem formae necessaria existit. quendo, est eadem actio cum productione;
simpliciter antecedit ordine naturae, quia Quamobrem probabilissirnum existimo esse ergo. Immo, in conservatione hominis tres
set duratione si Deus prius materiam sine
non haber intrinsecam connexionem curo interveniunt actiones, scilicet, conservatio
forma crear~t et postea eam informa~e~. forma ignis, sed posset sub aliis creari. Pos-
longe disparem rationem de prima informa-
-Nam sola temporís interruptlo non suff1c1t tiene materiae rerum generabilium et cae- materiae, et conservarlo animae, et conser-
terior differentia, quae praecedentem decla- lestium. varlo uníonis seu totius, quas esse distinctas
variare actiones essentialiter; ergo eadem
rat, est quod materia ignis ita est prior ut inde recte colligitur quod hac cessante aliae
antecessio naturae sufficit ad eductionem ex vi actionis pl!r quam creatur posset es'ie Resolutio quaestionis
formae. Secundo a simili, quia si eodem in- duae manent, et inde etiam recte fit argu-
stand quo aer creatur, illumi?etur. a sale, sub privatione formae ignis. Et hoc modo 6. In hac re verum imprimís censeo in mentum easdem tres actiones in productione
lumen illud educitur de potentm aens; sup- non solum materia, sed materia ut in po- creatione reí corruptibilis, sive elementi sive hominis intervenire; ergo idem est propor~
pono enim alias illuminationes fierí per tentia, dicitur esse prior natura, non quia alterius cuiusvis, intervenire duas illas ac- tionaliter in alüs.
-eductionem, quod ínfra ostendam; sed aer in re orius habeat pri vationem annexam, cione!'- supra dedaratas. Quod indicavit Hen- 7. Deinde verum etiam censeo acrionem
tune solum ordine naturae antecedere~ in- sed quia ex vi actionís per quam creatur, ricus, Quodl. 1, q. 10, citans Augustin., illam per quam materia generabilíum in-
XIII Confes., c. 33, dicentem materiam de formatur in primo instanti suae creationis,
4>
·,?r"
'<:

Disputación XV.-Sección III 675


674 Disputaciones metafísicas
~---------------------------~ n?mbre de educción se significa únicamente la razón positiva de tal acción, me-
de la misma naturaleza que la accwn por la que sería informada por el mismo dmnt~ la cual se produce l~ forma con dependencia de la materia en su pro-
agente Dios, aunque hubiera precedido temporalmente la creación de la mate-· duccwn Y en su ser, matena que no se crea por dicha acción, sino que se la
ria. Está en apoyo de esto el argumento de que el espacio intermedio de tiempo supone. ya creada, entonces es realmente una educción, según demuestra el ra-
o la simultaneidad no tiene relación con la variación esencial de las acciones. z~nalllle?~o expuesto. Pero si con el nombre de educción, además de dicha ra-
Además, porque esas acciones convienen en su término formal o total, y en los zon pos1t1va Y re~l, se :onnota una negación o denominación extrínseca, a sa-
principios o causas de que dependen.; luego no existe razón ninguna para dis- be~, el que el SUJeto Illls.mo no sea producido juntamente con tal acción, por
tinguirlas esencialmente. De esto se concluye también que la acción con que esta mas g.~e sea creado medmnte otra acción, en este caso no se le podrá llamar
materia recibe la forma, incluso en el primer instante en que es creada, no es,. edu:cwn, como es de po~ sí evidente, sino que se le llama concreación en el
hablando en rigor, una creación, si dicha acción se considera precisivamente. sentldo q~,e vamos a exphcar en seguida. Y parece ciertamente que el nombre
Se prueba, porque si esa acción se produjese en un tiempo posterior, no seria- de educcton s~ toma con más frecuencia en esta segunda acepción debiendo
una creación, según el pareLer de todos; luego tampoco lo es realizada entonces, por t~t~, segmr a la mayoría en el modo de expresarse, y ponerse de ~cuerdo co~
puesto que es de la misma naturaleza. Y la razón a priori está en que esa ac- la 'dmmona
d en el modo.
d de entender y explicar el problema rm'sm 0 . E n conf or-
ción tiene por base una materia presupuesta en orden de naturaleza. Ni hay mr a con este mo o de hablar, es fácil reducir a acuerdo y hasta conceder los
obstáculo en que se afirme absolutamente que la tierra fue creada en el prin- argu.n;entos. prop~~stos en favor de la primera sentencia; no obstante, para que
cipio, ya porque también de los arbustos y animales se dice que fueron crea- no de . la rmpreswn de atentar contra la posición que hemos explicado ser'
dos, aunque sea cierto que las formas de esas cosas no fueron infundidas me- convemente exponer las soluciones de los mismos. ' a
diante una creación rigurosa; ya igualmente porque a la tierra se le llama crea-
da no por causa de esa unión precisivamente considerada, sino por cuanto está Soluciones de los argumentos
unida a la acción por la que fue creada la materia de la tierra; en efecto, por . , 9. El primero, .tomado de las formas celestes, ya quedó resuelto, estable-
haber sido hechas las dos acciones al mismo tiempo y como si se tratase de c~~ndose ~a. diferencia entre los cuerpos i?~orruptibles y los corruptibles. Taro-
una sola, debido a ellas se llama a la tierra creada. Por eso, aunque esté dich(} bren .admltlmos, a su vez, el segundo, ongmado de la propiedad de la palabra
en la misma frase que Dios creó el cielo y la tierra, no es preciso que sea idén- etj-~ctr, c~n tal que se. lo circunscriba a un modo de hablar y a una connota-
tico el modo de creación o de acción que interviene en la producción de cada cwn extrmseca; mas ~I se refiere a una cosa y acción positiva, ·entonces nega-
uno, a no ser respecto de lo que es común a ambos, concretamente, el ser he- mos que 1~ precedencia t.en:poral del sujeto sea de esencia de la educción, pues
chos de la nada; empero, en cuanto a lo demás, cada cosa es creada según el . basta sencillamente 1~ prmrtdad de naturaleza, tal como fue explicada por nos-
modo y capacidad de su naturaleza. otros. La tercera razon se fundaba en el término concreación respecto del cual
8. De aquí deduzco, en último lugar, que queda reducido a una cuestión hay que observar que se puede decir de dos maneras que un; cosa es concreada
de palabras el problema de si tiene lugar la educción de la forma de la potencia con otra; la un~, en cuanto es producida con la misma acción con que algo
de la materia, aunque la materia no preceda por duración, sino sólo por natu- ~e crea, de la mrsm~ suerte que la materia y la forma del cielo son concreados
raleza o, lo que es igual, si la primera producción de la forma de la tierra se Juntamente h condel. ,cielo, y ,en los casos
. en que la forma se correrea d eesama-
t
ha de calificar como educción de la potencia de la materia; porque si con el nera no ay e uccmn, segun se explicó respecto de la forma del cielo. En otro
nis soluro signi:ficetur positiva ratio illius
actionis per quam fit forma dependenter in Argumentorum solutiont:s
esse eiusdem rationis cum actione qua in- certum sit formas harum rerum non esse fieri et esse a materia quae per illam actio~
formaretur ab eodem agente Deo, eciamsi introductas per rigorosam creacicnem; tum nem non creatur, sed creata supponitur re~ 9. Et prima quidem, quae sumitur ex
etiam quia terra dicitur creatu, non propter
creatio materiae tempore praeccssisset. Hoc vera illa est eductio, ut di"cursus f~ctus formis cadestibus, iam expedita est et con-
persuadet illa ratio quod temporis intersti- illam unionem praecise surnptam, sed ut ostendit. Si vera nomine eductionis, praeter stituta differentia inter corpora in~orrupti­
tium vel concomitantia nihil refert ad va- coniunctam actioni qua crcata est materia dictam rationem positivaro et realero con- bilia. et corrupti~ilia. Secunda vera, quae
riandas essentialiter actiones. Item, quia illae terrae; nam quia illae duae actiones factae notetur negatio vel extrínseca denominado sumrtur ex propnetate verbi educere, etiam
sunt simul ac per modum unius, ab eis di-
actiones conveniunt in formali termino vel nimirum,. qua~ cum illa. actione non pro~ a nobis adroittitur, si tantum ad modum Jo-
totali et in principiis vel causis a quibus citur creata terra. Unde, quamvis eodem ducatur srmul 1psum sub1ectum, etiamsi per quendi et ad extrinsecam connotationem re-
pendent; ergo nulla est ratio distinguendi verbo dicatur creavit Deus caelum et terram, aliam actionem creetur, sic non poterit illa spici~t; si vera ad rem ct actionem positi-
illas esswtialiter. Ex quo ulterius conclu- non onortet ut modus creationis seu actionis
quae iÍ.1 utriusque productione intervenir sit vocari eductio, ut per se constat, sed dicitur vam, sic negarous de racione eductionis es-
ditur illam actionem qua informatur haec concreatio in sensu statim declarando. Et s~--- ut subiecturo prius tempere antecedat •
idem, nisi quantum ad id quod utrique com- 1
materia, etiam in primo instanti qua creatur,
mune est, nimirum fieri ex nihilo; quoad l
videtur sane nomen eductwnis frequentius sufficit eniro prioritas naturae, ut a nobi~
non esse creationem, in rigore loquendo et ~umi in hac posteriori significatione, et ideo
praecise illam actionem considerando. Pro- reliqua vera unumquodque creatur iuxta
modum et capacitatem naturae suae.
1 lta loquendum est cum multis, quamvis
declarata est. Tertia ratio nitebatur m no-
mine concreationis, in qua est observandum
batur, quia si illa actio posteriori tempore
fieret, non esset creatio ex omnium senten- 8. Atque bine ultimo elicio solum de 1 oporteat rem ipsam intelligere et explicare duobus modis dici aliquid concreari alteri :
curo paucis. Et iuxta hanc loquendi for-
tia; ergo ·neque tune facta, quia est eius- nomine manere quaestionem an eductio.
formae ex materia locum habeat, etiamsi
1 mam conciliantur facile et conceduntur ra-
uno modo, quía eadem accione qua aliquid
creatur ipsum fit, quomodo materia et for-
dem rationis. Et ratio a priori est quia illa
actio est ex materia ordine naturae praesup- materia duratione non antecedat, sed natura·
tantum, se u (quod ide m est) an illa prima
1
!
tiones factae pro priori sententia ; tamen
ne videantur procedere contra renl a nobi; ma caeli concreantur cum caelo, et quando
forma sic concreatur non educitur, ut in
posita. Neque obstat quod terra absolute di- declaratam, oportebit earum soluciones at~
catur in principio creata, tum quia etiam effectio formae terrae dicenda sit eductio de forma caeli declaratum est. l\lio modo di..
potentia roateriae; nam si nomine eductio- tingere.
virgulta et animalia dicuntur creata, quamvis
676 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección IIl 677

sentido, se afirma que se concrea aquello que .es hech~, juntamente c~n la cosa produce la generación mientras se produce el término mediante ella, del mismo
que es creada, aunque no sea hecho con kt~ misma accwn? as.í, por eJemplo, se modo es educida de la potencia de la materia, que hace respecto de ella oficio
dice que la gracia fue concreada con los ange.les y se dice Igualm~nte que la de causa material, tal como se explicó antes, y depende de ella esencialmente
forma de la tierra fue concreada con la rnaterta, y lo concreado asi puede ha- en su producción y en su ser, cosas ambas que se identifican en la generación.
cerse mediante una acción que sea en realidad de la misma naturaleza que la Lo mismo hay que juzgar, finalmente, de la unión de la forma con la materia,
educción, por más que no le sea aplicado este no~bre debi~o a ~a simulta~~i­ unión que de suyo no se educe, sino que la que se educe es la forma en cuanto
dad de la creación del sujeto. De aquí brota tambien con evidencm la solucwn unida con la materia, y en este sentido se coeduce también -por así decirlo-
del cuarto argumento, tomado de la concreación de las potencias en la s~stan~~a la unión misma. Esto ciertamente parece legítimo afirmarlo en las formas ma-
del alma o del ángel. En este último argumento se presenta una especial difi- teriales.
cultad, que cabría tratar aqui en cuarto lugar, sobre la educción de la fo~ma 11. Si la unión del alma racional se educe de la potencia de la materia o
sustancial de la potencia del sujeto; sin embargo, puesto que vamos a dedicar d~ _la potencia del alma misma.- Empero, en el alma racional reviste esto especial
a la forma accidental la disputación siguiente, allí. expondremos más oportuna- dificultad, porque, por una parte, parece que se educe la unión, puesto que es pro-
mente esta dificultad. ducida esencialmente, mediante verdadera acción, distinta de aquella con que se
10. Si los modos sustanciales se educen de la potencia de la materia.- A su 1 produce la forma; y digo que la unión es producida esencialmente, entendiéndola
vez, el quinto argumento plantea otra dificultad a propósito de lo~ modos ~us­ como término formal, ya que el término adecuado es el hombre; mas esto basta
tanciales, a saber: si se puede decir que se educen de la potencia del SUJeto, para una verdadera educción, porque, según diremos en seguida, la forma nun-
·como, por ejemplo, la subsistencia de la potencia o capaci~ad de la naturaleza, ca es esencialmente término de una acción, a no ser término formal e incom-
cuyo término es; y éste mismo es el caso del modo de untón de la forma res- 1 pleto; luego la unión del alma con el cuerpo se educe propia y esencialmente.
pecto de la potencia de la forma misma o del sujeto; y a~ respecto de _la ge-
·neración sustancial cabe preguntar si se educe de la potencm de la matena. ~e
! Además, en su producción y en su ser depende esencialmente del cuerpo como
de causa material; por consiguiente, tiene lugar una verdadera educción. Mas
todos estos casos hay que decir, en resumen, que en ellos se da una espec1e
1 en contra está el que dicha unión es un modo espiritual; luego no es posible
de modo o participación de la educción, pero que, sin embargo, no les conviene l afirmar de ella más que del alma misma que se educe de la potencia de la
con la misma propiedad que a la forma sustancial; en efecto, la subsistencia no l materia. La consecuencia es evidente, porque repugna que una cosa espiritUal
se hace mediante una verdadera acción; además, propiamente no informa, y esté contenida en la potencia de la materia. El antecedente, a su vez, no ofrece
-en consecuencia- no se compara con la naturaleza como con su sujeto y cau- duda, puesto que dicho modo afecta inmediatamente al alma misma a la qt:e
sn material propia, razón por la cual, desde este punto de vista, no se dice con une a la materia, debiendo serie, por tanto, proporcionado y -en consecw!n-
-propiedad que se educe; en cambio, imita a la educción en esto, en que en su cia- espiritual como lo es ella misma. Y se confirma, puesto que si la for ...
ser y en su producdón -sean cuales sean- depende en absoluto de la natu- ma no está contenida en la potencia de la materia, tampoco puede estar con-
raleza, a la que sirve esencialmente de término y a la que actualiz~ a s~ manera, tenida la unión, ya que la unión no es más que un modo de la forma· pOJ."
-según explicaremos más' ampliamente luego al tratar de la subsistencm. Igual- consiguiente, si la forma no se educe, tampoco puede educirse la unión. esto A
mente, por lo que a la generación sustancial se r:fiere, no tant~ es hecha ella, hay que responder que este modo de unión es como un medio o vínculo entre
cuanto es el proceso mediante el cual es producida la sustancia; por eso no la forma y la materia y que, por ello, alcanza a ambos y los modifica de algún
tanto se educe cuanto que es la educción misma; no obstante, al igual que se modo, y, por tanto, depende de las dos en su producción y en su ser. De donde
citur concreari quod simul fit cum re quae tentia seu capacitate naturae quam termi- generatio fit duro per eam fit terminus, et ut quo; illa ergo unio animae ad- corpus
creatur, quamvis non eadem actione fiat, ut nat; et ide m est de modo unionis forma e etiam ipsa educitur de potentia materiae a proprie ac per se educitur. ltem, essentia-
dicitur gratia concreata cum angelis, et sic respectu potentiae ipsius formae vel sub- qua materialiter causatur, ut supra dictum liter pendet in fieri et in esse a corpore ut
etiam d\citur forma terrae concreata mate~ iecti; itnmo et de generatione ipsa substan- est, et ab ipsa essentialiter pendet in fieri a materiali causa; ergo proprie educitur~
riae, et quod sic concreatur potest fieri per tiali quaeri potest an educatur de potentia et in esse, quae duo in generatione ídem In contrarium vero est quia illa unio est
act:o,,.m quae in re sit eiusdem rationis cum materiae. De quibus omnibus breviter di- sunt. Denique ídem iudidum est de unione modus quidam spiritualis; ergo non potest
educt\one, quamvis propter concomitantiam cendum est in illis esse quemdam modum formae ad materiam, quae tamen non per educi de potencia materiae magis quam ipsa
<:reationis subiecti eo nomine non appelletur. vel participationem eductionis, non tamen se educitur, sed educitur forma ut unita anima. Patet consequentia, quía repugnat
Et hinc etiam patet solutio ad quartam ra~ ita proprie illis convenire sicut formae sub- materiae, et sic etiam (ut ita dicam) coedu- rem spiritualem contineri in potentia ma-
tionem, quae su-mebatur ex concreatione po- stantiali; subsistentia enim non fit per pro- citur ipsa unio. Quod quidem recte dici teriae. Antecedens vero patet, quia ille mo-
tentiarum in substantia animae vel angeli. priam actionem, et praeterea non proprie videtur in materialibus formis. dus proxime afficit animam ipsam, quam
r~f":b,,. vera in illa ultima ratione specialis informat, et consequenter non comparatur 11. Unía rationalis animae an educatur unit materiae; est ergo illi proportionatus
difficultas. quae hic poterat quarto loco trac- ad naturam ut ad subiectum et propriam de potentia materiae, an ipsius animae.- et consequenter spiritualis, sicut ipsa est.
tBri ¿, edPctione formae accidentalis de po- materialem causam, quare ex hac parte non ln anima vero r8.tionali habet peculiarem Et confirmatur, quía, si forma non contine...
tentia subiecti; tamen, quia de forma ac- dicitur proprie educi; in hoc autem imita- difficultatem, quía ex una parte videtur tur in potentia materiae, neque unio conti-
cidentali sequentem disputationem institu- tur eductionem, quod in suo esse et fieri, educi illa unio, quia fit per se per propriam neri potest, quia unio non est nisi modus
turi sumus, ibi commodius difficultatem qualecumque illud sit, omnino pendet a na- formae: ergo, si forma non educitur, neque
tura quam per se terminat et suo modo actionem distinctam ab ea qua fit forma; unio educi potest. Ad hoc dicendum est
hanc exnlicabimus. dico autem unionem per se fieri ut forma~
10. Substantiales madi an educantur ex actuat, ut latius declarabimus infra tractando hunc modum unionis esse veluti mediu'm
de subsistencia. Generatio itero substantia- lem terminum, nam adaequatus est horno; quoddam seu vinculum inter formarn et ma-
potrnt1a materiae.- Quinta vero ratio petit id autem satis est ad propriam eductionem,
diffict1ltatem aliam de modis substantialibus, lis non taro fit quam est via :per quam fit teriam, et ideo utramque attingere et ali-
an, scilicet, dicendi sint educi de potcntia substancia; unde non taro educitur quam quia, ut statim dicemus, forma nunquam qualiter afficere, et ideo ab utraque pendei.'e
subiecti, ut, verbi gracia, subsistencia de po- est ipsa eductio; eo tamen modo quo ipsa est per se terminus actionis nísi formalis in fieri ct in esse. Quo fit ut hic modüs
Disputación XV.-Sección IV 679
678 Disputaciones metafísica.
Otros distinguen dos acciones incluso en la .producci<)n de las formas materi~­
~esulta que este modo del alma racional, por más que sea espiritual en su en- les. Una, por la que es hecha la forma, y otra, por la que se une; y de la pn·
tidad, participa, sin embargo, de las características de una cosa material, ya por- mera conceden que tiene esencial y primariamente por término a la forma, aun-
que depende en absoluto de la materia, ya por_que -a su manera- se coex- que la segunda tenga por término primario al compuesto. Esta opinión se toma
tiende con ella, aunque por parte del alma no tenga extensión. Así, pues, por de Durando, In ll, dist. 1, q. 4, hacia el fin.
este motivo, puede dicho modo educirse de la potencia de la materia, aunque
no se eduzca de sola ella, adecuada y primariamente, puesto que se educe tam-
bién de la potencia del alma misma, a la que esencial y primariamente modifica Solución de la cuestión
y une con la materia. 3. Sin embargo, ambas sentencias son falsas. De la segunda hablarem~s
ampliamente luego al explicar los diversos modos de causación de la causa .e~l­
SECCION IV ciente. Por ahora baste proponer contra ella un argumento que se deduce f~cil­
mente de lo que llevamos dicho hasta aqui: en efecto, las formas matenales
SI LA FORMA SE PRODUCE PROPIAMENTE AL EDUCIRSE DE LA MATERIA -ya que de ellas solas tratamos- no existen ni siquiera según la entidad que
les corresponde sin el concurso material del sujeto; ahora bien, el sujeto no
l. Esta dificultad es resultado de las anteriores y contribuye a una mayor influye en la forma, a no ser en cuanto ésta se le une, según se desprende de
explicación de las mismas. En efecto, como se dijo que la educción es una ac- lo que dijimos antes a propósito de la causa material; luego esa forma no _PUe-
ción por la que de tal modo se produce la forma en la materia con depen- de producirse mediante una acción que no sea unitiva de la forma al SUJeto;
dencia de ella, que la materia misma no se produce en esa acción, parece se- no cabe, por tanto, en este caso distinguir dos ~cciones según la reali~ad, su;o
guirse de aquí que mediante tal acción esencial y primariamente sólo es pro- sólo según la razón, o según nuestros conceptos madecuados, o, a lo mas, segun
ducida la forma, cosa que está en contradicción con Aristóteles, VII de la Meta- las diversas partes que se unen entre sí esencialmente, como explicaremos en el
física, text. 26 y 27, y lib. VIII, text. 4. La consecuencia es clara, porque me- lugar citado.
diante dicha acción es sólo la forma la que -según su totalidad- se educe del 4. Doble término de la acción.- La primera sentencia está en contradic-
no ser al ser; en cambio, el todo únicamente se hace en cuanto resulta de la ción con los lugares citados de Aristóteles, a quien sigue el Comentador en los
unión de partes ya hechas; luego la que primaria y más propiamente es hecha mismos pasajes, y en el lib. XII Metaph., com. 12 y 18, y ~~nto To':"ás en los
es la forma. Pri..-nariamente, porque para que el todo pueda componerse de sus mismos pasajes y en I, q. 45, a. 4 y 8, donde en la solucwn. al P.nmer ~rgu·
partes, hay que suponer forzosamente esas partes en posesión del ser. Y más mento añade que las formas no se producen esencmlmente, smo solo acciden-
propiamente, porque aquello que es educido del no ser al ser según su entidad talmente; lo cual se ha de entender con sentido recto, tomando la palabra acci-
es hecho con más propiedad que lo que únicamente se compone de partes ya dentalmente con amplitud, de suerte que equivalga a juntamente con otro; pues
existentes. es más propio decir que la forma se genera conjuntamente, según da a entender
2. En este problema, la primera sentencia admite, según parece probar el el mismo Santo Tomás en ese a. 4, y en q. 65, a. 4. Defiende expresamente
argumento expuesto, que es la forma la que se hace propia y esencialmente; esto mismo Escoto, VII Metaph., q. 10; Antonio Andrés, q. 9; Zimara, theo-
as! consta en San Alberto, II De anima, tratado I, c. 1 y 3, donde dice que de rem. 100; Soncinas, VII Metaph., q. 23. La razón es porque el hacerse corres-
estas tres cosas -materia, forma y compuesto-, propia y primariamente el ponde esencial y primariamente a quien corresponde la existencia, puesto que
ser es la forma, posición que defiende también ampliamente Zimara, theorem. 20.
nes etiam in effectione formarum materia- tum; non possunt ergo ibi duae actiones
animae rationslis, Iicet in sua entitate spi- actionem solam formam per se primo fieri, Jiu~. Unam, qua fit forma; aliam, qua uni- secundum rem distinguí, sed solum secun-
quod repugnat Aristot., VII Metaph., text. tur; et de priori concedunt per se primo dum rationem vel inadaequatos conceptus,
ritualis sit, conditiones tamen participet rei vel ad summum secundum partes quae es-
materialis, quia et a materia omnino pendet 26 ct 27, et lib. VIII, text. 4. Sequela patet, terminad ad formam, licet posterior termi-
et illi suo modo coextenditur, quarovi_s ex quia per illam actionern sola forma secun- netur primario ad compositum. Haec opinio scntialiter inter se coniunctae sint, ut dicto
parte animae extensionem non habeat. Prop- dum se totam educitur de non esse ad esse, sumitur ex Durando, In II, dist. 1, q. 4, loco declarabimus.
ter hanc ergo causam potest ille modus totum autem non fit nisi quatenus coalescit ad ultimum. 4. Duplex actionís terminus.- Prior
educi de potentia materiae, quamvis non ex partibus iam factis; ergo forma est quae vero sententia repugnat revera Aristoteli ci-
adaequate neque primario ex sola illa; nam fit, et prius et proprius. Prius quidem, quia, Quaestionis resolutfo tatis locis, quem sequuntur Commentator,
educitur etiam de potentia ipsiusmet ani- ut totum ex partibus componatur, oportet cisdem locis, et XII Metaph., com. 12 et
3. Uuaque tamen sententia falsa est. Et 18, ct D. Thom., ibid., ct 1, q. 45, a. 4
mae, quam per se primo afficit et unit ma- ut partes supponantur habentes esse. Pro- de hac quidem postcriori diccmus late infra,
teriae. prius vera, quia id quod secundum suam et 8, ubi solutione ad 1 addit formas non
explicando varios modos causandi efficientis fieri per se, sed per accidens tantum, quod
entitatem educitur de non esse ad esse pro- causae. Nunc sufficiat contra il.lam ratio,
SECTIO IV prius fit quam quod solum componitur ex est sano modo intelligendum, late utendo
qua e ex hactenus dictis facile colligi potest; verbo per accidens prout idem est quod
iam existentibus. nam formae materiales (de his enim tan-
AN FORMA, DUM TIX MATERIA EDUCITUR, 2. In hac re prior sententia admittit, cum alio; proprius vero dicitur forma haec
PER SE FIAT tum est sermo) non sunt etiam quoad en- congcnerari, ut idem D. Thomas significat
quod ratio facta probare videtur, formatl) titatem suam sine concursu materiali sub-
l. Haec difficultas oritur ex superiori- proprie ac per se fieri; ita sumitur ex Al- iecti; sed subiectum non influit in for- in illo a. 4, et q. 65, a. 4. Idem tenet expre<;-
bus et ad eas rnagis explicandas confert. berto, II de Anim., tract. I, c. 1 et 3, ubi mam nisi quatenus sibi unitur, ut constat se Scot., VII Metaph., q. 10; Anton. Andr.,
Nam, cum dictum sit eductionem esse ac- ait quod inter haec tria, materiam, formam ex dictis supra de materiali causa; ergo non q. 9; Zimar., Theorem. 100; Soncin., VII
tionem qua ita fit forma in materia depen- et compositum, forma proprie et primo est potest talis forma fieri per aliquam actio- Metaph., q. 23. Ratio autem est quia eius
denter ab illa ut per eam actionem non fia_t ens, quod etiam late defendit Zimara, nem quae non sit unitiva formae ad subiec- est per se primo fieri cuius est esse, cum
ipsa materia, inde sequi vjdetur per talero Theorem. 20. Alü distinguunt duas actio-
6c_c8_cO_____________________ ~D=is._p=utaciones m:~físicas, Disputación XV.-Sección IV 681
el hacerse tiene por fin la existencia; ahora bien, propiamente existe lo que sub- simple, pudiendo, por ta~to, tener por término una entidad parcial, si por
siste; luego esto es lo que propiamente se produce; mas no son las formas las su naturaleza es apta para ser producida de este mo'do; de este tipo es la crea-
que subsisten, sino los s~res que de ellas se componen; luego son los compues- ción del alma racional, y lo mismo hay que decir, a mi juicio, de la creación de
tos el término principal y propio de la acción. Se confirma, pues la acción) 1~ materia prima. En cambio, h~y otra acción meramente unitiva y no produc-
según damos por supuesto, es una sola; luego también el término adecuado es t~va ~e lo.s, componentes; por eJemplo, la generación del hombre, y ésta tiene,
único; mas éste no puede ser la forma, puesto que lo que se produce realmente sm. dtscuswn,, el compue~~o como término quod, y la unión como término quo.
es el compuesto, que no es una forma; luego. Por razón de mayor claridad E~ste, ~demas, otra .a~cwn en tal grado productiva de un compuesto, que al
suele distinguirse un doble término, el ut quod y el ut quo; es decir, aquel mtsmo ttempo es umttva y produce conjuntamente todos los componentes· tal
que se hace absolutamente y aquel con que se hace. Así, pues, el compuesto es 1~ cre.ación del cielo, de la que es evidente que tiene por término es:ncial
es el término qui o el ut quod, pues es lo que esencial y primariamente se hace; y prtmano al compuesto, y a la materia y forma por concomitancia. Finalmente,
en efecto, es lo que preferentemente se pretende con la generación, y constituye hay otra acción que es al mismo tiempo unitiva y productiva de una de las
el término último de la generación, lo cual es evidente por semejanza en los partes componentes por presuponerse la otra, y de esta clase es la acción educ-
seres artificiales; en efecto, la casa es lo que esencial y primariamente se edi- tiva de que ahora tratamos, no siendo esenciai, por tanto que su término ade-
fica, etc. En cambio, el término quo es la forma, ya que se produce en orden cuado sea producido de nuevo hasta tal punto que n; se presuponga parte
a la constitución del compuesto. Por eso, como la palabra educir propiamente alguna suya.
sólo indica relación a este término quo, sólo de la forma se dice propia y ab- 6. De aquí deducimos, de paso, que esta sentencia Úo sólo es verdadera
solutamente que se educe de la potencia de la materia, mas no del compuesto; en las forma~ sustan~iales, sino también en las a~cidentales, por más que Escoto·
en cambio, la palabra generarse o hacerse manifiesta principalmente relación con antes, Antomo Andres. y otros se hay~n pronunciado en sentido contrario por el
lo que existe o se hace, y por eso absolutamente se dice de la forma y no hecho de que del accJ~ente y del su¡~to resulta un uno per accidens, cosa que
de la materia. no I?arece posible medtante una accton y causahdad esencial. Empero, la sen-
5. Al argumento en contra se responde negando la consecuencia, porquf!t t:ncta propuesta es verdad~ra, pues Aristóteles habla universalmente y trae-
refiriéndose al orden del tiempo, la forma no se hace antes que el compuesto, eJemplos sobre todo de acctdentes. Y, por fin, defiende esto mismo expresa-
ni viceversa. En cambio, refiriéndose al orden de naturaleza, no sólo se hace mente y en concreto en el texto 32 respecto de las formas accidentales. En
antes el compuesto, sino que en rigor sólo él se hace mediante esta acción, efecto -como dice allí-, la razón es la misma, porque con mucho mayor mo-
mientras que la forma únicamente es coproducída. Y aunque concedamos que tivo no son propiamente los accidentes los que se hacen, a no ser en cuanto,
en algún género de causa la forma se educe con prioridad de naturaleza, en una unidos al sujeto y brotando de él. Ni hace al caso que sean erites per accidens
especie de orden de ejecución, sin embargo no se entiende una acción como y~ que ti.enen una co~po~ición real,_ verdadera y física, implicada de suyo e~
absolutamente terminada, ni como hecho aquello que esencial y primariamente dicha acctón; por consigmente, medtante ella se hace esencial y primariamente.
se pretende, hasta que exista todo el compuesto. Y carece de importancia el el compuesto accidental, puesto que también la acción misma es accidental.
que se dé por supuesta una parte del compuesto y no de la forma, puesto que
es preciso distinguir cuatro génerOs de acciones; pues hay una acción que es termin~i potcst ad entitatel!l partialem, si 6. Atque bine obiter coiligitur hanc sen--
meramente productiva y no unitiva, que tiene siempre por término una cosa nata s1t hoc modo produc1; et talis est tentiam non solum in substantialibus for~­
creatio animae rationalis, atque idem est de mis, sed etiam in accidentalibus veram es"
creatione materiae primae, ut opinor. Alia se, etiamsi Scotus supra, Anton. Andr. et
ficri tendat ad esse; sed id proprie est quod non autem compositum; verbum autem ge~ est actio unitiva tantum et non productiva alii oppositum significent, eo quod ex ac..
subsistit, ergo id proprie fit; sed hae for- nerari aut fieri dicit habitudinem princi- componentium, ut est generatio hominis, et cidente et subiecto fiat unum per accidens,
mae non subsistunt, sed composita ex ip- palem ad id quod est vel quod fit, et ideo haec sine controversia terminatur tantum ad quod non videtur posse fieri per actionem
sis; ergo ad composita proprie et princi- simpliciter dicitur de forma et non de ma- compositum ut quod et ad unionem ut quo. e~ causalitatem per se. Sed sententia propo-
paliter terminatur actio. Confirmatur, nam teria. Rursus, est alía actio ita productiva alicuius Sita vera est, nam Aristoteles universaliter
actio est una, ut supponimus; ergo et ter- 5. Ad argumentum in contrarium respon- compositi ut simul sit unitiva et comproduc- loquitur, et maxime adhibet exempla in ac..
minus adaequatus est unus; sed hic non detur negando sequelam, quia, loquendo de- tiva omnium componentium; et huiusmodi cidentibus. Ac tandem in text. 32, expresse
potest esse forma, quía compositum revera ordine temporis, non prius fit forma quam est creatio caeli, quam constat per se primo et in particulari hoc docet de formis acci-
fit, et non est forma; ergo. Maioris autem compositum, neque e converso. Loquend<> terminari ad compositum, concomitanter dentalibus. Nam (ut ibidem ait) ratio eadem
claritatis gratia distinguí solet duplex ter- autem de ordine naturae, compositum non vero ad materiam et formam. A1ia denique est, quia multo magis accidentia non per se
minus, scilicet, ut quod et ut quo, seu qui solum prius fit, sed etiam absolute illud est actio simul unitiva et comproductiva fiunt, sed ut unita subiectis et ex illis. Nec
absolute fit vel quo aliud fit. Compositum solum fit per harre actionem; forma vero alterius partis componentis ex praesupposi~ refert quod sint entia per accidens, nam
ergo est terminus qui seu ut quod, quía solum confit. Et quamvis demus in aliquo tione alterius; et huiusmodi est actio educ~ realero et veram ac physicam compositio-
illud per se primo fit; nam illud maxime genere causae formam prius natura educi tiva de qua nunc agimus, et ideo non est nem habent, quam per se includit illa ac-
intenditur per generationem et in id ulti~ quasi ordine exsecutionis, absolute tamen de eius ratione ut ipsius adaequatus termi- tio; et ideo per illam fit per se primo com-
mate terminatur generado, et a simili patet non intelligitur terminata actio nec factum nus ita fiat de novo ut nulla eius pars prae- positum accidentale, nam et actio ipsa ac-·
in artificialibus; nam domus est quae per id quod per se primo intenditur, donec sit &upponatur esse. cidentalis est.
se primo aedificatur, etc. Terminus autem totum compositum. Nec refert quod aliqua
qua est forma, quía fit u·t per eam campo~ pars compositi supponatur, et non formae;
situm constituatur. Unde, quía verbum educi oportet enim quatuor genera actionum di-
proprie tantum indicat habitudinem ad hunc stinguere: quaedam enim est actio produc-
terminum quo, ideo proprie ac simpliciter tiva tantum et non unitiva, et haec semper-
dicitur forma educi de potentia materiae, terminatur ad rem simplicem, et ideo ex se
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección V 683
debe entenderse, y afirmemos únicamente qne la forma es el acto del cuerpo
SECCION V físico, suprimiendo la parte restante que separa el alma de las formas de lps
seres inanimados. A su vez, por cuerpo físico podemos entender o la materia
CUÁL ES LA NATURALEZA PROPIA DE LA FORMA SUSTANCIAL
misma, en cuanto es una de las partes del compuesto natural, a la cual, para ser
Y SU CAUSALIDAD PROPIA EN SU ORDEN informada por la forma, se la supone siempre en el orden de naturaleza en
su género de causa modificada por la cantidad y algunas disposiciones próxi-
1. Descripción de la forma en general.- Por lo dicho sobre la existencia de mas, pudiendo por este motivo ser llamada cuerpo físico; o podemos entender
la forma sustancial y el modo cómo se produce, se comprende fácilmente qué es también por cuerpo físico el mismo ser natural compuesto de materia y forma,
y cuál es su modo de causar; podemos abarcar ambas cosas en esta breve des- respecto del cual se llama a la forma acto constitutivo· del mismo, tal como
cripción : forma es una sustancia simple e incompleta, la cual, como acto de la Aristóteles la definió diciendo que era acto del viviente, es decir, con que vivi-
materia, constituye con ella la esencia de la sustancia compuesta. En esta des- mos. Ambas relaciones quedan, pues, explicadas en la referida parte de nue~tra
cripción la sustancia se pone en el lugar del género, de acuerdo con el modo descripción; pues la forma sustancial es sustancia incompleta de tal suerte que
como era dividida por el Filósofo en materia, forma y compuesto. Y mediante es acto de la materia; es decir, un acto o actualmente informante o destinado
esa palabra se distingue esta forma de las accidentales) las cuales no son ·sus- por su naturaleza a informar la materia; porque, según suele decirse, en las
tancias; puede también distinguírsela de los modos sustanciales, porque aun- definiciones las palabras expresan la aptitud, siendo concebida así el alma ra-
que estos modos se reduzcan al predicamento de la sustancia, no son, sin em- donal, aunque esté separada del cuerpo. De aquí le viene consecuentemente el
bargo, sustancias con la misma propiedad; por eso, tampoco Aristóteles los que, juntamente con la materia, pueda componer la esencia de un ser natural,
enumeró en aquella división, puesto que propiamente no son entidades sustan- que es la sustancia compuesta; por lo cual, en el lib. II de la Física, c. 3, dice
ciales como lo es la forma, la cual se llama sustancia por este motivo. Y se Aristóteles que la forma constituye la razón de la esencia o quididad, es decir,
añade simple e incompleta, para distinguirla de la sustancia compuesta con la que es la que plenifica la esencia del compuesto natural, distinguiéndola de las
_primera palabra, y con la segunda de las sustancias separadas, a las cuales suele otras esencial y quiditativamente.
llamarse a veces formas asistentes, por ejemplo, las que mueven les cuerpos 3. Y con esto queda explicada también la causalidad de la forma; en efec-
celestes, las cuales en realidad no ejercen función de causa formal, sino cierta to, al ser la forma esencialmente un acto, implica intrínsecamente --en conse-
eficiencia; por eso no son formas sustanciales en el sentido en que ahora ]as en- cuencia- relación esencial a aquello cuyo acto es y a la actua_ción que sobre
tendemos. él ejerce; por eso la naturaleza de la forma resulta difícilmente explicable, si
2. En qué sentido se llama a la forma acto del cuerpo físico.- La parte no es por relación a su causalidad. Y en ésta podemos distinguir aquellas cuatro
restante de la definición establece la distinción entre la forma y la materia, ya cosas que consideramos en toda causa, a saber: el principio formal de causa-
que también ésta es sustancia simple e incompleta, pero en cuanto potencia, ción, las condiciones necesarias para causar, la causación misma y el efecto pro-
mientras que la forma lo es como acto primario de dicha potencia. Por eso ducido, cosas todas que explicaremos una a una, al igual que lo hicimos en la
Aristóteles, en el lib. II De Anima, definió el alma dicendo que es el acto del materia) aunque, una vez supuesto lo que entonces se dijo, podrán despachars""
cuerpo físico, etc. Esta definición es fácilmente acomodable a la forma en ge- aquí con más brevedad.
neral, con tal que con el nombre de acto entendamos el acto sustancial, como
intelligi debet, et solum dicamus formam rationalis, etiamsi a corpore separata sit. Et
SECTIO V prietate; unde neque ab Aristotele in ea esse actum corporis physici, reliquam par- bine consequenter habet ut cum materia
QUAE SIT PROPRIA RATIO FORMAE SUBSTAN-
partitione emunerantur, quia non sunt pro- tern auferendo quae animam secernit a for- componat essentiam entis naturalis, quod est
TIALIS PROPRIAQUE CAUSALITAS EIUS IN SUO
prie entitates substantiales, ut est forma, mis inanimatorum. Possumus autem per cor- substancia composita; et ideo Arist., II
GENERE
quae hac racione substantia didtur. Additur pus physicum intelligere, vel materiam ip- Phys., c. 3, ait /ormam esse essentiae seu
vera simplex et incompleta ut per priorem sam, quatenus est altera pars compositi na- quidditatis rationem, id est, quae compositi
particulam a composita substantia separetur, turalis, quac, ut forma informetur, semper naturalis essentiam complet et ab aliis es-
l. Descriptio formae in genere.- Ex dic- pel' posteriorem v:::ro a substantiis separa~ supponitur ordine naturae in suo genere sentialiter ac quidditativc eam distinguit.
tis de existentia formae substantialis, et de tis, quae interdum vocari solent formae as- causae quantitate et aliquibus proxirnis dis- 3. Atque hinc explicata etiam est can-
modo quo fit, facile intelligi potest quid sistentes, ut illae quae movent corpora cae- positionibus affecta, et ea ratione corpus salitas formae; nam quía forma essentialiter
ipsa sit et quem modum causandi habeat; lestia, quae revera non exercent munus cau- physicum appellari potest. Vel etiam pos- est acrus, ideo includit intrinsece habitudi-
utrumque autem hac brevi descriptione com- sae formalis, sed efficientiam aliquam; sumus per corpus physicum ens ipsum na- nem transcendentalem ad id cuius est actus,
prehendere possumus : forma est substancia quare non sunt formae substantiales prout turale intelligere quod ex materia et forma et ad actuationem quam in illud exercet;
quaedam simplex et incompleta, quae ut nunc de illis loquimur. constat, cuills actus dicitur forma tamquam ideoque vix potest ratio formae, nisi per
actus materiae cum ea constituit essentiam 2. F arma quomodo dicatu1· actus cor- constituens illud; quomodo etiam Aristotc- habitudinem ad eius causalitatem, declarari.
substantiae compositae. In qua descriptione poris physici.- Reliqua pars definitionis les definivit esse actum viventis seu qua
substantia ponitur loco generis, eo modo qua distinguit formam a materia, quae etiam est In qua possumus quatuor illa considerare
vivimus. Utramque igitur habitudinem in quae in omni causa spectamus, scilicet, for-
a Philosopho distinguitur in materiam, for- substantia simplex et incompleta, tamen ut dicta parte nostrae descriptionis explicui-
mam et compositum. Et per eam particulam potentia; forma vera ut primarius actus il- male principium causandi, conditionem ne-
mus · nam forma substantialis ita est sub- cessariam ad causandum, causationem ipsam
distinguitur haec forma ab accidentalibus, lius potentiae. Et ideo Arist., 11 de Anima, stan;ia incompleta ut sit actus materiae, ac-
quae substantiae non sunt; distingui etiam definivit animam esse actum corporis phy- tus (inquam) vel actu informaos vel na.tura et effectum qui causatur, quae omnia sigil-
potest a modis substantialibus; nam, licet sici, etc. Quae definitio potest facile ad for- sua institutus ad informandam matenam, latim explicanda sunt, sicut in materia fe-
hi ad praedlcamcntum substantiae revocen- mam in communi accommodari, si nomine nam verba (ut aiunt) in definition~bus di.c:unt cimus, licet, suppositis quae ibi diximus,
·:tur, non tamen sunt substantiae in ea pro- acrus substantialem actum intelligamus, ut aptitudinem, et ita comprehenditur amma brevius hic expedid possin~.

Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VI


1 685
principalmente Escoto, q. 1, y Durando, q. 2; por consiguiente, al igual que
SECCION VI en la materia no hay que idear una potencia distinta que sirva de medio entre
ella mis~a y la forma, de ig':ml suerte tampoco hay que imaginar en la forma
NATURALEZA DE LA CAUSACIÓN DE LA FORMA
una aptitud que se~ algo diStmto de la forma misma. Se objetará: ¿cómo pue-
1. Bajo este título podemos comprender tres cosas, a saber: el principio de la forma, que dista tanto por su naturaleza de la materia unírsele inmedia-
de causación, que es como el acto primero; las condiciones necesarias para cau- tamente por sí misma? E~t~ objeción puede parecer sobrem'anera difícil eu el
sar de esta manera concreta, y la causalidad misma en acto segundo. dma racwnal., que es esprrttnal. Comienzo por responder que la distancia no
2. En cuanto a la primera, hay que afirmar que el principio de causación es tan ~ande qw; no convengan en el mismo género. Además, la dist:::tncia
no es más que la entidad y naturaleza de la misma forma, la cual causa por si no constituye o~staculo alguno, si se da la debida proporción; pues, como dijo
misma y por su entidad, entregándose -por así decirlo- en su totalidad a la Platón en el Tzmeo, la mutua proporción es como un vinculo entre las cosas
materia y al compuesto. Y para esto no necesita de ninguna otra facultad o po- que se unen próxima y esencialmente; y esta proporción consiste en su natu-
tencia distinta de sí, sino que es por sí misma esencialmente apta para ejercer raleza de acto y potencia, en su aptitud natural y esencial y en la relación mu-
esta causalidad. Por eso, igual que decíamos antes que en la materia no se dis- tua que guardan entre sí.
tinguen el principio principal y el principio próximo de causar, puesto que la
potencia receptiva mediante la que causa no es su propiedad, sino que es esen-
Condiciones necesarias para que la forma ejerza su causalidad
cialmente ella misma, de igual manera cabe considerar en la forma una especie
de potencia o aptitud para causar formalmente, la cual se conserva, por ejem- 3. ~a. existencia a~tual.- En cuanto a la segunda, por lo que se refiere a
plo, en el alma separada, aunque no esté informando actualmente: y esta ap- las condiciOnes,... necesanas para ejercer esta causalidad, parece que son tres las
titud es el principio próximo de causar formalmente. Sin embargo, no es dis- que pueden senalarse. La primera es la existencia actual de la forma misma
tinto del principal, puesto que esa aptitud no es una propiedad sobreañadida respecto de la cual variarán los pareceres según las diversas sentencias sobr~
a la entidad de la forma, sino que es su razón y especificación formal; puesto la existen_cia de la .c:~atura y su distinción de la esencia. Por más que parece
que la forma es esencialmente acto actualizador, y a la esencia de semejante que en mnguna opm10n se afirma propiamente que la existencia sea una condi-
acto pertenece la aptitud para actualizar. Además, porque si de la materia y la c~ó~ necesaria para !a causalidad de la forma; porque si la existencia .es una cosa
forma resulta un uno per se, es porque no se unen por intervención de alguna distm:a de ~a es:ncm, no puede llamársele una condición de la forma para cau-
propiedad o accidente, sino inmediatamente por sí mismas, debido a la propor- sar, .smo mas bien un efecto, ya en el género de la causa formal, por cuanto
ción y aptitud mutua que guardan entre si por razón de sus entidades incom- s: dice que la forma da .el ser_; y~ en el género de la causa eficiente, por cuanto
pletas que pertenecen al mismo género, según se desprende de Aristóteles, dicen algunos que la extstencm dtmana de la esencia; ya, según quieren otros,
lib. VITI de la Metafísica, c. 6, y en el lib. II De Anima, c. 1, donde lo hace en el género de la causa material) en cuanto la forma completa la esencia la
notar el Comentador, com. 7, y otros escritores, lib. VIII de la Metafísica; Santo cual es el receptáculo próximo de la existencia. Mas si en realidad la existe~da
Tomás, II con t. Gent., c. 70, y I, q. 76, a. 7; y otros teólogos, In II, dist. 12, no se dis.tingm; de la esencia actual, entonces propiamente no puede decirse
que la extstencm de ,la. forma sea una condición necesari~ para causar; en efec4
quaedam vel aptitudo ad causandum formn- to, hablando con propiedad, una condición requerida se distingue de la razón
SECTIO VI liter, quae manet, verbi gracia, in anima se-
QUAE SIT RATIO CAUSANDI FORMAE
parata, etiamsi actu non informet: et illa
aptitudo est proximum prindpium causandi Scotm, q. 1; et Durand., q, 2; ergo sicut causalitatem exercendam, tres videntur pos-
l. Tria sub hoc titulo complecti possu~ formaliter. Non est tamen distinctum a in materia non est fingenda potencia <Íistinc- se conditiones assignari. Prima est actualh
mus, scilicet, principium causandi, quod sit principali, quía illa aptitudo non est pro- ta quae mediet inter ipsam et formam, ita existentia ipsius formae, de qua diversimode
veluti actus primus, conditiones necessarias prietas superaddita entitati formae, sed est neque in forma cogitanda est aptitudo quae sentiendum est iuxta diversas sententias de
ad sic causandum, et causalitatem illam in essentialis ratio et specificatio eius; nam for- sit aliquid distinctum ab ipsamet forma. Di- existencia creaturae et distinctione eius ab
actu secundo. ma cssentialiter est actus actuans; de essen- ces : quomodo potest forma, quae tantum essentia. Quamquam in nulla opinione vi-
2. Quoad primum dicendum est princi- tia autem huiusmodi actus est aptitudo ad distat in sua natura a materia, illi per seip- deatur existentia proprie dici conditio ne-
pium causandi non esse aliud quam encita- actuandum. Item, quía ex materia et forma sam immediate uniri? Quod maxime videri
cessaria ad causalitatem formae; nam si
tero et naturam ipsius formae, quae per ideo fit per se unum, quia non interventu potest difficile in anima rationali, quae spi-
ritualis est. Respondeo imprimís non esse existentia est res distincta ab essentia, nou
seipsam et entitatem suam causat, exhibendo alicuius proprietatis vel accidentis uniuntur,
(ut ita dicam) sese totam materiae seu com- tantam distantiam quin in eodem genere potest dici conditio formae ad causandum,
sed immediate per seipsas, propter propor- sed potius effectus, vel in genere causae
posito. Ad quod non indiget alia facultate tionem et mutua m aptitudinem quam ad .se conveniant. Deinde, distantiam nihil obstare,
vel potentia distincta a seipsa, sed per seip- si sit debita proportio; ut enim dixit Plato formaJis, prout dicitur forma dare esse, vel
habent per suasmet entitates incompletas ad in genere causae efficientis, prout dicunt
sam est essentialiter apta ad hanc causali- in Tímaeo, mutua proportio est quasi vin-
tatem exercendam. Unde, sicut supra dice- idem genus pertinentes, ut sumitur ex Aris- culum inter res quae proxime ac per se aliqui existentiam manare ab essentia, vel, ut
bamus in materia non distingui principale totele, VIII Mctaph., c. 6, et II de Anima, uniuntur; proportio autem haec consistit alii volunt, in genere causae materialis, qua~
et proxirnum principium. causandi, quia po- c. 1, ubi id adnotat Commentator, com. 7, in ratione actus et potentiae et in naturali tenus forma complet essentiam, quae est
tentia receptiva per quam causat non est et alii scriptores, VIII Metaph. l; D. Tho- et essentiali aptitudine e:t mutua habitudine proximum receptaculum existentiae. At vero,
proprietas eius, sed ipsamet essentialiter, ita mas, II cont. Gent., c. 70, et I, q. 76, a. 7; quam inter se habent. si existentia in re non distinguitur ab es-
in forma considerad potest quasi potencia et alii theologi, In II, dist. 12, praesertim sentía actuali, existentia formae non potest
Condítiones necessariae ut forma causet proprie dici conditio necessaria ad causan-
3. Actualis existentia.- Quoad secun- dum; conditio enim requisita, si proprie
Sane., q. 28; Iavell., q. 7; Scot., q. 4; Anton. And., q. 7. dum, de conditionibus necessarüs ad hanc loquamur, d.istinguitur ab ips·a iation"e· cau-

1
j
686 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VI 687
~--,-----------------~----

misma de causar- mas de acuerdo con esta opinión, la existencia ·no puede dis-- explicarse y corroborarse con lo que se dijo antes en el caso similar de la ma--
tinguirse así, pu~sto q~e la forma causa por su entidad actual, ya. que es inin.. teria, puesto que en lo que a esto se refiere tiene las mismas características que
teligible que cause actualment.e ~ no ser en cuanto posee. su ~nudad act~a~, y· la forma.
fuera de las causas; por cons1gmente, en cuanto posee extstencm. Esta opm10n 5. Las disposiciones connaturales a la forma.- La tercera condición que se
exige una mayor demostración; porque del mismo modo que la actualidad ¿,, puede señalar es una disposición proporcionada por parte de la materia, exigida
la forma no es una condición distinta de la razón de causar o de actuar, tam- necesariamente por la forma para poder conferir su efecto formal. Algunos juz-
poco lo es la existencia, que está íntimamente entrañada en la actualidad mis- gan que esta disposición es hasta tal punto necesaria que incluso por potencia_
ma. Y por lo que se refiere a la necesidad de existencia de la forma como algo absoluta de Dios la forma no puede informar una materia que carezca de toda
previo a su causalidad, hay que decir que no es necesario que le anteceda en disposición, sobre todo de la cantidad. Este es el caso de Enrique en el Quodl.
el orden de la duración, ya que este género de anterioridad nada tiene que ver VII, q. 17. Pero dejando a un lado si por parte de la materia o de la cantidad'
con esto; es más, ni es posible naturalmente, puesto que a la forma no se le hay contradicción en que aquélla se separe de ésta -tema que no podemos
debe la existencia hasta que un sujeto inmediatamente apto la exija, puesto el tratar hasta la disputación sobre la cantidad-, con todo, una vez supuesto que
cual, una vez que la forma existe, lo informa naturalmente. Además, tampoco la materia puede ser conservada por Dios sin cantidad, que es la opinión que
es necesario que la existencia de la forma de tal manera sea algo previo en el juzgamos más verdadera, no habrá contradicción en que una determinada ma-
orden de la naturaleza, que tenga que pensarse en algún signo o momento en teria sea también conservada por Dios en este estado concreto informada por
el que exista y no informe, porque ni se precisa esto para la prioridad de na- la forma sustancial, por no existir conexión alguna tan necesaria entre la forma
turaleZa, ni es inteligible en las formas que dependen de la materia, según se en cuanto ejerce su efecto formal intrínseco y estos accidentes, que no pueda
desprende de lo dicho en la sección precedente. La anterioridad de naturaleza ser conservada sin ellos por Dios. Así, pues, no tiene lugar esa necesidad tan
en algún género de causalidad puede tener lugar y hasta ser necesaria, puestn absoluta; pero que se trata de una condición necesaria de un modo natural
que la causalidad de la forma depende de su entidad y existencia; por eso es y físico, nos lo enseña la misma experiencia. Aquí radica el origen de la co-
necesario que entre la existencia y la causalidad de la forma se dé un orden de rrupción natural de una cosa, debido a la cual la forma se separa de la materia,
naturaleza del que se derive una prioridad -según dicen- a quo, no in qua. siendo el comienzo la pérdida o corrupción de las disposiciones; luego es señal
Sobre estas prioridades se tratarán muchos puntos en las páginas siguientes. de que estas disposiciones son, por lo menos, condiciones necesarias por natu-
4. Intima contigüidad de la forma con la materia.- Como segunda condi- raleza para que la forma informe a la materia. Si se trata de condiciones que
ción necesaria puede señalarse la presencia o contigüidad íntima de la entidad anteceden o siguen a la forma en el orden de la naturaleza, es cosa que se ha
de la forma con la entidad de la materia; esta condición se asigna con toda de decidir por lo dicho en la disputación anterior.
verdad y es necesaria hasta tal punto, que sin ella ni por potencia absoluta de
Dios puede la forma producir su efecto formal. ¿Pues quién es capaz de en- Explicación de la causalidad de la forma
tender que una forma sustancial locativamente distante del cuerpo va a com-
poner una sustancia con unidad per se? Así, pues, esta composición se realiza 6. En cuanto al tercer punto sobre la causalidad actual de la forma misma
mediante una unión íntima, la cual, aunque no consiste en la presencia local, -en qué consiste- no es fácil explicarlo; sin embargo, valiéndonos de lo di-
sino en algo distinto de ella, sin embargo, la exige necesariamente. Y esto puede cho acerca de la materia, podemos ir adelantando gradualmente en su explica-
ción. En primer lugar, parece cierto que esta causalidad es en la naturaleza
sandi; existentia autem non potest sic di- materia pendent intelligi potest, ut ex dic-
stingui iuxta illam opinionem, quia forma tis sectione praecedenti constat. Antecessio in simili de materia, declarad amplius ac centem suum intrinsecum effectum forma-
causat per suam entitatem actualem, quia autem naturae secundum aliquod genus cau- persuaderi potest; nam quoad hoc eadem lem, et haec accidentia, ut non pm:sit a Deo·
non potest intelligi actu causare nisi ut ha- salitatis· intervenire potest et necessaria est; est ratio de forma. sine illis conservad. Non inrercedit igitur
bens entitatem suam actualcm et extra cau- nam causalitas formae ab eius entitate et S. Dispositiones connaturales formae.- tam absoluta necessitas; quod vero haec
sas ; ergo ut habens existentiam. Atque haec existentia pendet; unde necesse est ut inter Tertia conditio assignari potest dispositio conditio modo naturali et physico necessaria
opinio magis probanda est; quia sicut ac- existentiam et causalitatem formae sit ordo accommodata ex parte materiae, quam ne- sit, experientia ipsa docet. Hinc enim pro-
tualitas formae non est conditio distincta a naturae ex quo sumitur prioritas (ut aiunt) cessario forma requirit ut suum effectum venit naturalis reí corruptio, per quam for-
ratione causandi seu actuandi, ita neque a quo, non in quo. De quibus prioritatibus formalem conferre possit. Quam dispositio- ma a :rrateria separatur, quae incipit per
existentirr, quae intime includitur in ipsa plura in sequentibus. nem aliqui existimant adeo csse necessa- abieccionem seu corruptionem dispositio-
actualitate. An vero necesse sit existentiaro 4. Intima propinquitas formae ad mate- riam ut ctiam per potentiam absolutam non num; ergo signum est esse huiusmodi dis-
formae esse praeviam ad causalitatem eius, riam.- Altera conditio necessaria assignari possit forma illformare materiam omni ca- positiones saltem conditiones necessarias ex
dicendum est non esse necessarium ut sit potest praesentia seu intima propinquitas rentero dispositione, praesertim quantitate. natura rei ut forma informet materiam. An
praevia ordine durationis, quía talis ante- entitatis formae cum entitate materiae; quae Ita Henric., Quodl. VII, q. 17. Verumtamen, vero sint conditiones praeviae vel conse-
cessio est impertinens ; immo naturaliter non conditio est verissime assignata adeoque ne- quidquid sit an ex parte materiae vel quan- quentes formam ordine naturae, petendum
est possibilis, quía formae non debetur esse cessaria ut sine illa, etiam de potencia Dei titatis repugnet illam ab hac separad, quod est ex dictis disputatione praecedenti.
donec illam postulet subiectum proxime ap- absoluta, non possit forma suum effectum tractare non possumus usque ad disputadoR
tum, quo posito, forma, simul ac est, natu- formalem praestare. Quis enim intelligat nem de quantitate, nihilominus, si semel Causalitas formae explicatur
raliter illud informat. Rursus, neque necesse formam substantialem loco distantem a cor- supponatur materiam posse conservad a 6. Quoad tertium de causalitate actuali
est existentiam formae ita esse praeviam or- pore componere substantiam per se unam?" Deo sine quantitate, quod verius existima- ipsius formae, quidnam :.it, non est facile
dine naturae ut intelligatur aliquod signum Haec ergo compositio per intimam unionem mus, non repugnabit conservari etiam d ad explicandum; tamen, ex his quae dic-
vel momentum in quo existat et non infor- fit, quae non est quidem localis praesentia, Deo talem materiam in eo statu informa- ta sunt de materia, procedere proportionate-
met, quia neque hoc est necessarium ad sed aliquid distinctum ab illa, necessario taro substantiali forma, quía nulla est tam possumus ad id declarandum. Et imprimís
prioritatem naturae neque in formis quae a tamen illam requirit. Quod ex dictis supr~ essentialis connexio inter formam, u~ exer- certum videtur huiusmodi causalitatem ali-
Disputación XV.-Sección VI 689
--------------------------~
'688 Disputaciones metafísicas
----------------------------~------~~ eso conviene advertir en esto una diferencia entre la umon, en la que hemos
algo realmente distinto de la entidad de la forma. Se prueba, porqne igual qne dicho que consiste la causalidad de la forma, y la acción, de la que diremos
el obrar es algo en la realidad, lo mismo pasa con el informar, puesto que ver- luego que es la causalidad del agente; porque la acción de tal manera es la
dadera, real y físicamente se trata de una causación. Además, eso, sea lo que causalidad del agente, que el agente, en cuanto es agente, permanece en abso-
sea, es en realidad separable de la forma, ya que de hecho se separa en el alma luto fuera de. su efecto; porque aunque se le comunique mediante la acción,
racional, y en cualquier forma sustancial podría separarse por potencia abso- no lo. }lace, sm emba~go, entregándose a sí mismo por sí mismo al efecto, sino
luta de Dios; en efecto, puede conservarse fuera de la materia, al igual que confinendole una entidad semejante; en cambio, la unión de tal manera es la
se conservó la cantidad, pues la razón es la misma o mayor; luego se distingue causalidad de la forma, que mediante ella se entrega a sí misma a la materia
¡·ealmente de ella. o _al compuesto; se tr~ta, en efecto, de una causa intrínseca que causa por sí
7. En la unión de la forma con la materia consiste la causalidad de la for- m1sma. Y en este senudo puede afirmarse también que la causalidad de la for-
.·ma.- Diferencia que ha de tenerse en cuenta entre la causalidad del agente y ma comprende en sí la entidad de la forma, es decir, que esta causalidad es la
la de la forma.- Hay que afirmar, además, que esta causalidad no puede con- forma misma, no considerada absolutamente, sino en cuanto unida. Mas con
sistir en nada distinto de la unión actual de la forma con la materia. Rn pri- este modo de hablar se confunde la causa con la causalidad, y la razón de cau-
mer lugar se prueba con una enumeración suficiente, puesto que ni es la ma.. s~~ cuasi en acto primero con la causación, que es como el acto segundo, di-
teria, ni la forma, ni el compuesto; luego es la unión que se explicó; ya que cJendose, por ello, más formalmente y con mayor precisión que esta causali-
fuera de estas cosas no puede pensarse ninguna otra; y el antecedente es evi- dad consiste en la unión misma.
dente de por sí respecto de cada una de sus partes. En efecto, por lo que se 8. Una pequeña duda.- Surge, ~mpero, una dificultad, puesto que esta
refiere a la forma, ya se demostró; respecto de la materia, lo prueba a fortiori tmton se realiza de dos modos en las diversas formas sustanciales. En efecto, en
el mismo argumento; por su parte, el compuesto es el efecto último de esta algunas es pura unión, es decir, sin inhesión o dependencia por parte de la
·causalidad, como se dirá en seguida. Y, por tanto, no es la causación misma. forma, por ejemplo, en las almas racionales; en cambio, en otras se da una
Igualmente el compuesto incluye la entidad de la materia y de la forma; en unión que es al mismo tiempo dependencia y una especie de inhesión de la
cambio, la causalidad de la forma, precisivamente considerada, no puede in- forma en la materia. Así, pues, la primera unión no puede ser la causalidad for-
cluir todas estas cosas. Además, puesta la unión y prescindiendo de cualquier mal del alma racional, por originarse de ella por via de eficiencia, y la causa-
,otro elemento fuera de los que ya se dijeron, la forma ejerce necesariamente lidad eficiente es muy distinta de la formal. El antecedente es manifiesto, por-
su causalidad; en cambio, puestas todas las otras cosas y suprimida la únión, que por el hecho de ser creada el alma por Dios en un cuerpo dispuesto, in-
rs imposible que la forma ejerza su causalidad; por consiguiente, esto denota mediatamente ella misma, como por impulso natural, se une a la materia pro-
que tal causalidad consiste en la unión. La mayor es evidente, porque si la for. . duciendo la unión; en efecto, estando dotada el alma de inclinación natural a
ma se une con la materia, necesariamente se le comunica a sí misma por sí esta unión, y teniendo en contigüidad al propio sujeto perfectible por ella
misma; es decir, no produciendo otra semejante, sino comunicándole su propia misma} no hay razó? para que, como por natural gravitación, no pueda unirse
perfección y entidad, y actuándola de este modo. De aquí brota también nece- al cuerpo, según opmó Eurique, Quodl. XI, q. 14; y Auréolo, citado por Ca-
sariamente la naturaleza sustancial compuesta esencialmente una; ahora bien, préolo, In IV, dist. 43, q. 2; lo juzga probable allí Ricardo, a. 3, q. 2. Tam-
en esto consiste la causalidad íntegra de la forma y su efecto total, el cual, su- poco la segunda clase de unión puede ser la causalidad formal por lo que res-
primida la unión, no puede conservarse, como es de por sí evidente; luego. Por
hoc est notanda differentia ínter unionem, diversis formis substantialibus. In quibus-
,quid esse in rerum natura distinctum ex na- quam diximus esse causalitatem formae, et dam enim est pura unio, id est, sine inhae-
fortiori probat de materia; compositum a u~ actionem, quam postea dicemus esse causa-
tura reí ab entitate formae. Probatur, quía tem est ultimus effectus huius causalitatis, sione vel dependentia formae, ut in anima-
sicut agere aliquid est in rerum natura, ita litatem efficientis, quod actio ita est causa- bus rationalibus; in aliis vero est unio quae
ut statim dicetur; non est ergo causarlo litas agentis ut agens, quatenus agens est,
et informare, quia vere est realiter ac phy- ipsa. Itero, compositum includit entitatem simul est dependentia et quasi inhaesio for-
·sice causare. Rursus illud, quidquid est, est omnino maneat extra effectum; quía, licet mae in materia. Prior ergo unio non potest
materiae et formae; causalitas autem formae per actionem communicet se, non tamen
in re ipsa separabile a forma; nam in ani- praecise sumpta non potest hace omnia in- esse causalitas formalis rationalis animae,
ma rationali de facto separatur et in quali- seipsum per seipsum dando effectui, sed quia est ab ea effective; cansalitas autem
cludere. Praeterea, posita unione et praeciso similem aliquam entitarem ei conferencio;
bet forma substantiali separad posset per quocumque alío, praeter ea quae dicta sunt, effectiva longe diversa est a formali. Ante-
potentiam Dei absolutam; na m potest extra unio vero ita est causalitas formae ut ea cedens patet, quía hoc ipso quod anima
forma necessario exercet suam causalitatem; mediante seipsam praebeat vel materiae vel
materiam conservad, sicut conservata est positis autem omnibus alüs et ablata unio- creatur a Deo in corpore disposito, statim
quantítas; est enim eadem vel maior ratio; composito; est enim causa intrinseca per ipsa quasi naturali impetu sese unit mate-
ne, impossibile est formam exercere suam seipsam causans. Quo sensu dici etiam pos-
ergo distinguitur ex natura rei ab illa. causalitatem; ergo signum est in unione riae efficiendo unionem; nam, cum anima
7. Unio formae ad materiam est formae set causalitatem formae complecti in se en- naturaliter sit propensa ad illam unionem
consistere talero causalitatem. Maior patet, titatcm formae, seu hanc ciusalitatem esse
causalitas.- Notandum inter causalitatem quia si forma unitur materiae, necessario et habeat applicatum proprium subiectum
efficientis et formae discrimen.- Deinde di- ipsam formam, non absohae sumptam, sed
communicat illi seipsam per seipsam, id est, unitam. Sed in hoc loquendi modo confun ~ perfectibile ab ipsa, non est cur non possit
cendum est hanc causalitatem nihil alíud ipsa quasi naturali pondere sese corpori co-
non efficiendo aliam similem sed suammet ditur causa cum causalitate et ratio causandi
esse posse praeter actualero unionem formae pulare, ut sensit Henric., Quodl. XI, q. 14;
ad materiam. Probatur primo a sufficienti perfectionem et entitatem illi communican- quasi in actu primo cum causatione, quae
do et hoc modo illam actuando. Et inde est quasi actus secundus, et ideo formalius et Aureol., apud Capreol., In IV, dist. 43,
enumeratione, quía neque est materia, ne- q. 2; et probabile existimat ibi Richard.,
que forma, neque compositrim; ergo est etiam necessario consurgit substantialis na- et_ magis praecise dicitur haec causalitas in
tura composita per se una; sed in hoc con- ipsa unione consistere. a. 3, q. 2. Posterior item unio non potest
dicta unio; nam praeter haec nihil aliud
sistit tora causalitas formae totusque effec- 3. Dubiolttm.- Sed occurrit difficultas, esse causalitas formalis respectu aliarum for-
excogitari potest; et antecedens quoad oro-
nes partes est per se evidens. Nam de for- tus eius, qui, ablata unione, permanere non nam haec unio duplici modo contingit in marum, quia illae formae per ipsam unio~
ma iam probatum est; ~;:t eadem ratio a potest, ut per s~;: notum est; ergo. Unde in 44
690 Disputaciones metafísicas Disputación XV.--Sección VI 691
------------------~
pecta a las otras formas, puesto que esas formas son causadas por la materia ni existe razón ~lguna suficiente para que se derive ·de ella, sobre todo presen-
mediante la unión misma y dependen de ella en su ser; por consiguiente, no tán~ose como mas probable en todas las otras formas que la unión no proviene
pueden las mismas formas ser causas de esa unión; luego la unión no puede eficientemente de !a forma. Segundo, aun admitida esa sentencia, hay que ne-
&er la causalidad de semejante forma; en efecto, la causalidad se origina de la g~ la consecuencia, P?rque aunque la unión con un cuerpo suficientemente
causa a quien pertenece la causalidad, al igual que la acción se origina del agen- ~spuesto provenga eficientemente del alma racional, con todo puede existir un
t~) y, por eso, presupone la existencia de dicha causa. Ni es comprensible que vmcul~ for~al por el q~e el alma se una con la materia como el acto con la
una misma realidad o modo sea la razón o como el proceso para que sea causada potencm: NI hay contradicción en que una misma unión proceda del alma en un
la forma y para que la forma ejerza su causalidad mediante él. Y se confirma, por- doble genero de ~ausa, a saber, de la eficiente y de la formal; es decir, que
que decíamos antes, en la disp. XII, sec. 1, que la forma no puede ser la causa sea en cuanto eficiente un efecto del alma, y que sea la razón de ·causar formal-
forma! de la generación, puesto que es producida y educida del no ser al ser mdien~~ el compuesto total, pues estas diversas relaciones no envuelven contra-
mediante la generación; luego, por el mismo motivo, no puede ser causa de la ccion alguna.
unión y -consecuentemente- tampoco la unión puede ser su causalidad. La 10. La ~nión que es. causalidad .1e la forma es causada por ésta y por la
consecuencia es evidente, tanto por la paridad de razón, como también porque materz~.- Dzv~;sas acepctones de umon.- A la segunda parte se responde que
la generación misma parece ser lo mismo que la unión, puesto que se dijo que urrda misma unwn ~s causada por la forma, por la materia y por el agente por
estas formas son hechas y se unen en una misma acción. ca a uno en su genero . de can . , sa, pues t o que d e to d os e11os depende; por' eso
9. Si, dispuesto el cuerpo, el alma racional se le une íntimamente.- A la no repugna q~e la n;xsma unwn, en cuanto proviene de la forma, sea como el
primera parte se responde que la sentencia de Enrique, de que allí se hace men- proceso o razon. mediante el cual la forma causa el compuesto total; y que sea
ción, es bastante dudosa, como puede verse en Escoto, In IV, dist. 43, q. 3~ en cuanto proviene ~e la materia, la razón mediante la cual la forma material
a. 3; y en Capréolo alli mismo, q. 2, a. 3. Porque acaso la unión del alma depende de _la materia en su ser. La unión es, efectivamente, un nexo de am-
racional y del cuerpo se realice, o bien por obra del mismo generante debido bas; es dectr, de la m~teria y la forma, y por eso, cuando la unión es de tal
a la fuerza del semen y de las disposiciones, o bien, si a él se le debe sólo dis- naru.raleza que se c.onvterte también en inhesión, puede ser al mismo tiempo
positivamente, eficientemente será producida sólo por Dios, por el cual es crea- cammo de la. matena a la forma y de la forma a la materia. y no import1 e1
da el alma. Empero el que la unión sea producida por el alma misma no se que la causahd~d de la forma deba derivarse de la forma y deba, por tanto, su-
demuestra con argumento alguno suficiente; en efecto, aunque la forma sea ponérsela anten.or. en ~rden de. naturaleza, porque, según dijimos antes, no se
por su naturaleza apta para unirse, y esté -en consecuencia- naturalmente tr~ta d~, una pnondad zn quo smo a quo; y no hay repugnanciá en que la mis-
inclinada a la unión, no se sigue de esto que tenga poder para unirse, ya que ma umon proceda, por una parte, de la forma en cuanto informa la materia
se trata de aptitudes o poderes diversos, de los que el uno no se infiere necesa- P?r otr~, sea un vínculo de tal naturaleza de la forma con la materia que :n!~
riamente del otro; es lo mismo que pasa también con la materia, que es apta di~~te el, la forma sea sustentada por la materia. Y de esta suerte la ~isma
para unirse y en su género está inclinada a la unión, y, sin embargo, no es umon en cuan~o procede de la forma es el medio o razón mediante la cual
capaz de unirse. Del mismo modo, pues, que la potencia receptiva y la ten- la forma act?ahza la materia y se integra en el compuesto, llamándosele de este
dencia radicada en ella son de naturaleza distinta de la potencia activa y de su modo ca.usahdad de la forma; mas, en cuanto por la unión la forma inhiere en
inclinación, igualmente la potencia (!lamérnosla así) o aptitud formal y la in- la matena Y es sustentada por ella, es la dependencia de la forma misma respecto
clinación que en ella se funda son de naturaleza distinta de la potencia activa;
est ulla sufficiens ratio cur ex illa inferatur quasi vía seu ratio qua mediante forma cau-
nem causantur a materia et ab ea pendent commenmoratur, satis incertam esse, ut vi- m~i~e c.um in on;tnibus aliis formis pro~ sat t~tum. compositum; et quatenus est a
in suo esse; ergo non uossunt eaedem for- dere licet in Scoto, In IV, dist. 43, q. 3, babllms v1deatur umonem non esse effective matena, Slt rauo qua mediante forma ma-
mae esse causae eiusde:rñ unionis; ergo non a. 3; et Capreol., ibi, q. 2, a. 3. Nam for- a ~arma. Secundo, etiamsi tila sententia ad-
te~iali~ in s~IO esse a materia pendet. Est
potest unio esse causalitas huiusroodi for- tasse unio animae rationalis et corporis fit, m:tta~, !1-eganda est consecutio; nam em?l tila umo nexus utriusque, scilicet, ma-
mae; causalitas enim est ah ea causa cuius vel virtute seminis et dispositionum ab ipso e:rmmst umo. ad corpus sufficienter dispo- tenae et formae, et ideo quando talis est
est causalltas, sicut actio est ab agente, et generante, vel si ab hoc tantum sit dispo- si.tu.m ~ffecttve manet ab anima rationali,
nihilommus esse potest formale vinculum unio ut .etiam .sit i~haerentia, simul es se pot-
ideo supponit csse talis causae. Nec potest sitive, fi.et effective a solo Deo, a qua anima est et vm (ut 1ta dtcam) materiae ad' formam
intelligi quod eadem res seu modus sit ra- creatur. Ouod vera ab ipsamet anima fi.at, qua, anim~ c:oniungitur materiae ut actus po- et ~ormae ad materiam. Nec refert quod cau:-
tio seu quasi via, ut causetur forma et per mUla sufiicienti ratione ostenditur; nam, t~ntlae. Nthtlque repugnat quod eadem unio
quam causet forma. Et confirmatur, nam licet forma natura sua sit apta uniri, ideo- Slt ab anima in duplici genere causae ef- sahtas formae debet esse a forma, et ideo
supra, disp. XII, sect. 1, dicebamus formam que sit naturaliter propensa ad unionem, fectivae s.cilicet et formalis, vel quod sÚ: ef- supponere debet eam esse priorem ordine
non posse esse causam formalem generatio- non inde sequitur esse potentem ad sese fectus a~umae, ut efficiens~ et quod sit ratio n~turae; nam~ ut supra attigimus, haec prio-
nis, quia per generationem fit et educitur uniendum; sunt enim hae diversae aptitu- causandt formaliter totum compositum · nul- ntas non est m qua, sed a qua; non repug-
de non esse ad esse; ergo eadem ratione dines seu potestates, quarum una non neces- Ia enim repugnantia in his diversis h~bitu­ nat autem quod eadem unio et sit a forma
non potest esse causa unionis, et consequen- sario infertur ex altera; sicut etiam materia diníbus involvítur. ut informante materiam, et sit talis nt:xus
ter neque unio ootest esse causalitas eius. est apta uniri et est in suo genere propensa 10. Unio qlfae est causalitas formae ab formae cum materia, ut illo mediante forma
Patet consequentiá., tum a paritate rationis, ad unionem, et tamen non est potens se hac et a materta causatur.- Unionis variae sustentetur a materia. Atque ita eademmet
ttnn etiam quia ipsa generatio videtur esse unire. Quemadmodum enim potentia re- acceptiones.- Ad posteriorem partero re- unio quatenus est a forma est medium seu
ídem quod unio, cum dictum sit has formas ceptiva et appetitus in illa fundatus est di- spondetur eamdem unionem causari et a ratio qua mediante forma actuar materiam
eadem accione fieri et uniri. versae rationis a potentia activa et propen- forma et. a materia et ab efficiente~ ab uno- et componit compositum, et hoc modo di-
9. Rationalis anima corpori disposito in- sione eius, ita potentia (ut sic dicam) seu quoque m suo genere causae, quía ab om- citu~ esse causalitas formae; quatenus vero
time num sese uniat.- Ad priorem partero aptitudo formalis et propensio in illa fun- nibus illis pendet; ideoque non repugnare per lllam forma materiae adhaeret et susten-
respondetur sententiam Henrici, quae ibi dara est distinctae rationis ab activa; nec 1 ut eadem unio, quatenus es:t a forma. sit tatur ab illa, est dependentia eiusdem for-
¡'
1
!
!
j
Disputación XV.-::-S_e_c_c_io_'n_V_Il_ _~----------------693
de la materia . Es' en efecto' tan íntima la conexión entre esta clase. de forma Y la
puede propiamente llamársele efecto, si no es por ventura del mismo modo que
unión, que por diversas razones se hallan en m~~ua dependen~1.a. A 1a con fir.-
la acción se llama efecto del agente, en cuanto de él proviene, aunque deba l!a-
mación se responde que a veces se t~Il_l~ la umon por la acc10?-, que -pata
mársele con más propiedad vía para el efecto.
evitar equívocos- suele llamarse «llil:Icmm>; a ~~ces, en cambm, co~ ma~?r
propiedad, se la toma por el modo m1smo ~e ~mon o de permanente mheswn
entre la materia y la forma en el ser constltmdo, y algunas veces se la toma Explicación del primer efecto de la forma
·incluso también por la relación consiguiente, tal como consta más ampliamente 2. El efecto primario de la forma es el compuesto.- Por lo que se refiere
en III, q. 2, a. 8. Así, pues, cuando decimos que la unión es la causalidad d~ al compuesto, está bastante claro por lo dicho que es el efecto propio y primario
la forma, no se trata, como es de por sí evidente, de la relación, puesto que st de la forma, puesto que intrínseca y esencialmente consta de ella y de ella re..
·ésta se toma como algo distinto de los demás elementos, o no es nada, o es algo cibe su especificación y -por así decirlo- su hermosura, por ser ella quien
posterior a ella. Ni se trata tampoco de la acción, a la que se refiere la con- completa la naturaleza esencial y su razón, según se _desprende de la definición
firmación referida; en efecto, admitimos que la forma, sobre todo la que se de Aristóteles antes expuesta. Además, la materia es causa del compuesto, según
educe de la potencia de la materia, no es propiamente causa formal de la acción se demo~tró antes; luego con mucho mayor razón la forma, porque contribuye
por la que se educe, según demostramos en el lugar citad~, puesto que es su más al ser del compuesto; por el contrario, también el mismo compuesto es
término; de donde esa acción se compara de algún modo actlvarnente con la for- efecto de la forma, ya que de ella depende en su ser en máximo grado.
ma misma, y no puede -en consecuencia- ser verdadera y propiamente cau- 3. La forma causa a la materia y al compuesto con una sola unión.-- Mas
-sada por ella. Tratamos, pues, del modo de uni?n, cuyas características s~n com- algunos presentan objeciones, porque si el compuesto es el efecto propio y pri-
pletamente distintas, porque no se compara actlvamente con la form~, smo que mario de la forma, la causalidad propia de la forma será -consecuentemente-
es como el nexo formal entre ella y la materia, y puede, por lo mtsmo, tener constituir el compuesto; ahora bien, esto no puede ser verdad, porque la forma.
dependencia de ambas, según se explicó. actúa la materia con prioridad de naturaleza sobre el compuesto; pues, al ser
11. Mas aquí surge inmediatamente una dificultad: por qué este modo de esencialmente acto de la materia, a la materia se ordena principalmente y, median-
unión se atribuye a la forma más bien que a la materia. Mas a es!o ya se dio te ella, al compuesto; luego el compuesto no es el efecto primario de la forma,
satisfacción en la disp. XIII, sec. 6. Y aqui no se ofrece nada que anadrr. sino la materh en cuanto actuada o en cuanto informada; y de este efecto se
sigue el compuesto como efecto posterior. Respondo que con estas palabras no
se trata de explicar dos causalidades como dos efectos formales de la forma,
SECCION VII sino solamente como uno bajo diversos respectos. Pues hay una sola unión de
la forma con la materia, y, una vez puesta, prescindiendo de toda otra realidad
CUÁL ES EL EFECTO DE LA CAUSA FORMAL y modo real, la materia queda informada por la forma y surge de ambas e\
l. Dos son únicamente los efectos que pueden atribuirse a la form~, a sa~ compuesto, por más que sea posible considerar en la misma forma diversas
ber: el compuesto y la materia; pues por lo que. respecta a la generación Y a relaciones respecto de la materia y del compuesto. Además, el que la materia
la «unición» ya se dijo que no podían ser prop1amente efecto de ella. Y en esté actuada por la forma no es un efecto realmente distinto del compuesto.,
cuanto a la ~ión misma, una vez constituida, es evidente por lo dicho que no puesto que por la materia en cuanto informada no entendemos la materia sola
tum, nisi fortasse eo modo quo actio dicitur rius effectus formae, ergo propria causalitas
mae a materia. Est enim tam intrínseca con- ratur ad ipsam formam, et ideo non potest effectus agentis, quatenus ab illo est, quam- formae erit constituere compositum; hoc
nexio ínter huiusmodi formam et unionem, vere ac proprle causari ab ipsa forma. Lo- vis proprius dicatur via ad effectum. autem verum esse non potest, quia forma
ut diversis rationibus mutuo inter se pen- quimur ergo de modo unionis, de quo est prius natura actuat materiam quam compo-
deant. Ad confirmationem respondetur unio- Ionge diversa ratio, quia non c?mpara~r Explicatur prior ef/ectus formae situm; nam curo essentialiter sit actus ma-
nem interdum accipi pro actione, quae ad 3 ctive ad formam, sed est quas1 formahs teriae, prius respícit materiam, et per illam
2. Primarius effectus formae compositum compositum; ergo compositum non est prl-
tollendam aequivocationem solet dici unitio; nexus ínter ipsam et materiam, et ideo pot· est.- Quoad compositum ergo satis clarum
interdum vera ac magis proprie sumi pro est habere dependentiam ab utraque, ut de- marius effectus formae, sed materia' ut ac-
est ex dictis illud esse proprium ac prima- tuata seu ut informata; ex quo effectu con-
ipso modo unionis vel inhaerentiae perma- claratum est. rium effectum formae; nam ex illa intrin-
nentis in facto esse inter materiam et for- 11. Hic vera occurrebat statím difficul- sequitur compositum ut posterior effectus.
sece et essentialiter constat, et ab illa habet Rcspondeo his vocibus non explicari dm1s
mam, et aliquando sumi etiam pro relatione tas, cur hic modus unionis magis attribuatur speciem et (ut ita dicam) pulchritudinem
consequenti, ut latius annotatur in III, q. 2, formae quam materiae. Sed huic s~tisfa~tu~ suam; nam ipsa complet essentialem natu-
causalitates ut duos effectus formae, sed
a. 8. Cum ergo dicimus unionem esse cau- est disp. XIII, sect. 6. Neque h1c ahqwd unum dumtaxat sub diversis habitudinibus.
ram et rationem eius, ut ex Aristotelis de- Unica est enim unio formae ad materiam,
salitatem formae, non est sermo de relatio- addendum occurrit. finitione supra tradita constat. Item materia
ne, ut per se notum est; nam haec si su- et illa posita et praecisa omni alia re vel
est causa compositi, ut supra ostensum est; modo reali, materia manet informata per
matur ut aliqutd dlstinctum ab aliis, vel SECTIO VII ergo multo magis forma, quia magís con-
nihil est vel quid posterius est. Neque etiam forrnam, et compositum ex utraque resultat,
QUIS SIT EFFECTUS CAUSAE FORMALIS fert ad esse compositi; ergo e converso ip- quamvis in ipsa forma possint diversae rela-
est sermo de actione, de qua procedit dicta ~mm compositum est effectus formae, nam in
confirma tia; fatemur enim formam, prae- l. Duo tantum effectus sunt qui formae tiones considerari respectu materiae vel com-
attribui possunt, scilicet, compositum et ma- suo esse ab illa maxime pendet. positi. Rursus materiam esse actuatam for-
sertim illam quae cduc\tur de potentia ma-
teria; nam d~ generatione vel unitione iam 3. Unica unione et materiam et compo- ma non est effectus ex natura rei distinctus
teriae, non esse proprie causam formalem
illius actionis oer quam educiwr, ut citato d~ctum est non posse esse proprie effectum sitttm causat forma.- Sed obiíciunt aliqui J, a composito, quia per materiam ut infor-
loco ostendimiís, quia est term\nus eius, eius. De unione vera ipsa in facto esse, con- nam si compositum cst proprius et prima- matam non intelligimus solam materiam cum
unde ill:a actlo aliquo modo active campa- stat ex dictis non posse dici proprie effec-
I Vide Fonsecam, V Metaph., c. 2, q. 1, sect. 3, et q. 2, sect. S.
Disputación XV.-Sección VII 695
694 Disputaciones metafísicat
unión y en nna mayor proporcmn de los elementos unibles y no en la adición
con una especie de denominación extrínseca; ya que este concepto o no existe, de nna tercera entidad inteligible, la cual, si es simple y se afirma que es una
o no es el concepto de efecto alguno real, sino de una denorrünación que puede per se considerada ella sola precisivamente, no será una por composición, y de
el entendimiento sacar de la concomitancia o de la relación a la forma en cuanto esta suerte ya no se tratará del compuesto constituido por la forma. Mas si esa
presente; mas por materia informada entendemos la materia en cuanto intrín- tercera entidad es una con inclusión intrínseca de materia, forma y unión de
secamente modificada por la forma. Así, pues, la materia en cuanto informada, éstas, nada se precisa añadir a estos elementos para que el compuesto sea per se
incluye la materia misma, la forma y la unión. Es así que el compuesto incluye uno; más aún, de ahi redundaría detrimento a esta unidad, ya que se agrega-
también estas tres cosas y nada más; luego no son realmente distintos· luego rían multitud de elementos en el compuesto sin necesidad alguna. Por tanto,
no son dos efectos, sino uno solo, que concebimos y explicamos de diversos conserva toda su fuerza el argumento expuesto, de que si son realmente lo mis-
modos. mo respecto de la forma accidental el" que el sujeto sea actuado y se constituya
4. Y se confirma y explica con nn ejemplo similar; porque en la forma nn con;puesto accidental, por ejemplo, blanco, también respecto de la forma
accidental no son cosas distintas el informar al sujeto y el intearar con él un sustancml el ser actuada la materia y constituirse el compuesto son lo mismo.
c~mpuesto acci?-ental; por ejemplo, respecto de la blancura, hacer blanca la Ni la unidad per se es obstáculo en esto, sino que lo exige con mayor razón.
meve y conve~tlr esto en blanco en cuanto tal son lo mismo; igual sucederá, por 5. Al argumento en contra hay que conceder la consecuencia, o sea, qm.:.
tanto, proporciOnalmente en la forma sustancial. Responden que no hay paridad la esencia sustancial compuesta es el efecto primario de la forma en su género
de razón, porque del sujeto y de la blancura resulta tm nno per accidens, que y que ---:-Consecuentemente- la principal causalidad de la forma es constituir ese
no es algo distinto de los extremos en cuanto se los considera simultáneamente mismo compuesto, no de cualquier manera, ya que esto dicho en absoluto es
y como unidos; en cambio, de la materia y de la forma resulta un uno per se, común a la materia, sino en el papel de perfectiva y completiva de la esencia;
el cual es preciso que consista en algo más que en los tres elementos, incluso pues la materia la inicia y la forma la completa. Mas cuando añaden que la
conjuntamente considerados, a fin de que pueda tener una mayor nnidad. Mas forma actúa la materia con prioridad de naturaleza antes que constituir el com-
esta respuesta supone una falsa teoría, puesto que es imposible que la sustancia puesto, se niega lo que se da por supuesto, ya que no se trata de dos cosas,
coml?uesta incluya en la realidad algo fuera de los tres elementos conjuntamente sino de una sola en realidad, no habiendo, por ta?to, causalidad entre ellas, y,
cons1derados, cosa que demostraré luego al tratar de la esencia de la sustancia consecuentemente, tampoco orden de naturaleza, smo que a lo sumo podrá ha-
material: Ni p~ede consistir en esto la diferencia entre el ente per se y el ente ber un orden de .razón según nuestros conceptos inadecuados. Ni hay obstáculo
per acczdens, smo en el hecho de que la propia unión y todos los elemení.u:) en que la forma sea esencialmente acto de la materia, porque también es esen-
que integran la unión son del mismo orden en el ente per se uno, mas no lo cialtmente parte del compuesto; es más, si hubiese de hacerse una comparación,
son en el ente per accidens. De donde resulta que en el ente uno per se la unión es más esencialmente parte del compuesto que acto de la materia) puesto que
es más e-strecha y nace de una mayor proporción de los elementos unibles en- la forma no es por causa de la materia, sino por causa del compuesto; no obs-
tre sí, y el que la diferencia consista únicamente en esto y no en otra cosa dis- tante, en realidad, no se trata de dos cosas en la misma forma, sino de una sola
tinta puede demostrarse, porque tanto el ente uno per se -en el sentido en que sirve de fundamento a dos relaciones. En consecuencia, lo que más bien
que ahora tratamos de él- como el ente uno per accidens, no son uno con uni- cabe es retorcerles el argumento; porque, al igual que la forma con una sola
dad de simplicidad, sino con unidad de composición o unión; por consiguiente e idéntica aptitud es parte del compuesto y acto de la materia, igualmente con
la unión mayor del ente esencialmente compuesto consiste en una más excelent~
positi consistit in nobiliori unione et maiori praecipuam causalitatem formae esse consti-
proporcione unibilium et non in additione tuere ídem compositum, non utcumque, nam
aliqua denominatione quasi extrinseca; nam aliquid distinctum ab extremis simul sump~ tertiae entitatis intelligibilis, quae, si sit sim- hoc absolute dictum commune est mareriae,
hic conceptus vel nullus est vel non est tis et uniti~ ; ex materia autem er forma plex et ipsa sola praecise sumpta dicatur sed ut perficientis et complentis e~sentiam;
conceptus alicuius effectus realis, sed deno- fit unum per se, quod oportet esse aliquid esse per se una, non erlt una compositione, materia enim inchoat illam, forma vero com-
minationis quam intellectus confingere pot- praeter illa tria, etiam simul sumpta, ut et ita non erit compositum illud quod per plet. Cum vero additur formam prius natura
est ex concomitantia vel habitudine ad for- possit esse magis unum. Sed hace res_ponsio formam constituitur. Si vero illud tertium nctuare materiam quam constituere composi~
mam ut praesenrem; sed per mareriam in- falsam doctrinam supponit; impossibile est sit unum intrinsece includens materiam et tum, negatur assumptum, quia illa non sunt
formaram intelligimus mareriam ur intrin- enim substantiam compositam in re aliquid formam et unionem earum, nihil his adiun- duo, sed unum in re, unde non est inter
sece affectam forma; includit ergo materia includere praeter illa tria simul sumpta. gere oportet ut illud sit per se un u m; immo ea causalitas et-- consequenter nec ordo na-
ur informara, er mareriam ipsam, et formam, Quod infra ostendam, disputando de essen~ inde potius minueretur hace unitas, nam turae, sed ad summum ootest esse ordo ra-
et unionem. Sed compositum haec tria in- tia substantiae materialis. Neque in eo con- plura aggregarentur in eo composito sine tionis secundum conc~ptus inadaequatos.
eludir et nihil aliud; ergo haec non sunr in sistere potest differentia inter ens per se ulla necessitate. Retinet ergo ratio facta viro Neque obstat quod forma essentialitcr sit
re distincta; ergo non sunt duo effectus, et per accidens, sed in hoc quod ipsamet suam, quod si in accidentali forma actuari actus materiae, nam aeque essentialiter est
sed unus diversimode a nobis conceptus et unio et extrema unionis omnia sunt eiusdem "Subiectum et constituí accidentale composi- pars compositi; immo, si ínter haee facienda
dectttratus. ordinis in ente per se uno, non vero in ente tum, verbi gratia, album, idem sunt in re,
per accidens. Unde etiam fit ut in ente pe!" esset comparatio, essentialius est pars com-
4. Et confirmatur ac explicatur a simili; etiam in substantiali forma actuari mate- positi quam actus materiae, quia forma non
nam in forma accidentali non est aliud in- se uno, unio sit intimior ec orta ex maiori riam et compositum constituí idem sunt.
proporcione unibilium inter se. Quod vcro est propter materiam, sed propter compo-
formare subicctum et componere curo illo Neque unitas per se hoc impcdit, sed maiori situm; re tamen vera haec non sunt duo
compositum accidenrale; ut in albedine deal- in hoc solum et non in alio sita sit difieren~ ratione id postulat.
tia demonstrari potest, quia tam ens per se in ipsa forma, sed unum fundans duas rela-
bare nivem et consti.tuere hoc album ur sic, S. Ad rationem ergo in contrarium, con~
ide m S'Unt; ergo ídem est proportionalirer unum, prout nunc de illo agimus, quam ens tiones. Ex quo potius rerorquetur argumen-
ccdenda esr sequela, nimirum, essentiam sub-
in forma subsrantiali. Responden! esse dis- unum per accidens non est unum unitate stantialem compositam esse primarium effec- tum; nam, sicut forma una et eadem apti-
parem rationem, quia ex subiecto et albe~ simplicitatis, sed unitate compositionis seu tum formae in suo genere, et consequenrer
tudine est pars compositi et actus materiae,,
dine fit unum per accidens, quod non cst unionis; ergo maior unitas entis per se com~
696 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VII 69 7
-·~----··---------------------

la misma entrega se da toda a la materia y al compuesto, a éste como al todo mayor excelencia que la materia o la forma, citándose también a Alejandro en
y a aquélla como a parte; luego también en el efecto es lo mismo y completa- apoyo de la misma sentencia. La defiende asimismo Simplicio en el lib. I Phys.,
mente simultánea la información de la materia por la forma y la constitución text. 70, y en el lib. II Phys., text. 4.
del compuesto; por consiguiente, el compuesto es el efecto propio y primario 7. Y la razón consiste en que el compuesto incluye todo lo que hay de
de la forma sustancial y acaso sea el único en el género de la causa formal; perfección eu la forma y añade algo; luego es más perfecto. Algunos prueban
mas de este último punto nos ocuparemos en la sección siguiente. el antecedente porque el compuesto implica la existencia, cosa que no implica
la forma. Pero esta razón no tiene fuerza ninguna, porque o la existencia se
Si la forma es más perfecta que el compuesto distingue realmente de la esencia actual, o no; si no se distingue, igual que la
esencia compuesta incluye su existencia adecuada, también la forma incluye su
6. Mas antes hay que resolver una objeción que se presenta; porque la propia existencia; empero, si se distingue, esa razón primeramente no tiene
causa debe ser más excelente que el efecto, según el testimonio del Comenta- lugar en el hombre, pnesto que la existencia conviene al alma antes que al hom-
dor, lib. II Phys., com. 4; mas la forma no es más excelente que el compuesto; bre. Además, para que la co'mparación sea legítima, debe hacerse entre la esencia
luego el compuesto no puede ser el efecto propio de la forma. A esta objeción de la forma y la esencia del compuesto tomada precisivarnente, y en este caso
responden algunos negando la menor; en efecto, Aristóteles, en el lib. VII de la carece de valor dicho argumento; o si se compara la forma con el compuesto,
Metafísica, textos 7 y 8, da la preferencia a la forma sobre el compuesto, diciendo en cuanto éste incluye la existencia, también la forma debe considerarse en
que tiene una entidad mayor y anterior a él. Así opina allí el Comentador, cuanto incluye a su manera la existencia; puesto que es a ella a quien se debe
y lo defiende en absoluto Zimara, theorem. 10, quien cita también al Linco- esencial y primariamente corno a raíz primera de la ey.Jstencia misma, por lo
niense. Y lo prueba, porque cuanto hay de perfección en el compuesto está en que también ella existe, por más que la denominación «existir» se aplique sim-
la forma sola, sin que la materia añada perfección alguna; y, por otra parte,, plemente al compuesto debido al modo de subsistir. As!, pues, se prueba el an-
toda esa perfección está en la forma como en su causa, siendo ella la que trae- tecedente, porque el compuesto incluye la perfección de la forma e incluye
consigo el ser, el cual no conviene al compuesto, si no es por razón de ella; además la perfección de la materia. Zirnara responde que de la materia no se
luego es ella más perfecta en absoluto. Empero esta respuesta estriba en un deriva perfección alguna, sino más bien toda imperfección. Mas se equivoca, por-
falso fundamento, ya que el compuesto es, sin duda, más perfecto que la forma. que, según se demostró antes, la materia tiene verdadera realidad y una esencia
Y esta es la opinión clara de Aristóteles; porque en el lib. II De Anima, al parcial; por tanto, es necesario que posea alguna perfección en el ámb1to del
principio, y dondequiera que divide la sustancia en materia, forma y compuesto, ser y una perfección mayor que los accidentes. Además, la subsistencia es nna
da la preferencia al compuesto sobre la forma, y a la forma sobre la materia; perfección, y la sustancia material la posee sobre todo por razón de la materia.
más aún, luego, al tratar de la sustancia, demostraremos que se predica de ellos Igualmente la materia lleva consigo su existencia parcial, puntos todos que que-
analógicamente; así lo explicó el Comentador en el lib. 11 De Anima) com. 3, darán patentes luego al tratar más ampliamente de la subsistencia y de la exis-
y por eso dijo Aristóteles en el predicamento de la sustancia que la sustancia en- tencia. Si el primer argumento se aplica en este sentido es eficaz, ya que er
grado máximo es la sustancia primera, donde, aunque comparaba la primera compuesto tiene una existencia completa, mientras que la exist-~ncia de la forma
con la segunda, daba también, sin embargo, la preferencia a la sustancia pri-
mera y completa sobre las partes y sustancias incompletas. Por eso dice tam- positum esse maioris nobilitatis quam sit includens suo modo esse; nam illi per se:
bién el Comentador en el lib. XII Metaph., com. 15, que el compuesto posee materia vel forma, et refertur Alexander in primo debetur ut primae radici ipsius esse;
eamdcm sententiam. Quam etiam tenet Sim- quae per illud etiam existit, quamvis de-
ita eadcm cxhibitione se totam dat materiae quid perfectionis est in composito est in plicius, in I Phys., text. 70, et II Phys .. nominatio existendi simpliciter tribuatur
et composito, huic ut toti, illi ut comparti; sola forma, et materia nullam addit perfec- text. 4. composito propter modum subsistcndi. Pro~
ergo etiam in effectu idem cst et omnino tionem; et aliunde tata illa perfectio est in 7. Ratio vero est quia compositum in- batur ergo antecedens, quia ccimpositum·
simul quod materia sit informata forma et forma tamquam in causa, et illa est quae cludit quidquid est perfectionis in forma, includit perfectionem formae et praete-
compositum constitutum; est ergo compo- secum affert esse, quod non convenit coro- et addit aliquid; ergo cst perfectius. Ante- rea includit perfectionem materiae. Respon~­
situm proprius et primarius effectus formae pasito nisi ratione illius; ergo illa est sim- cedens pTobatur ab aliquibus 1, quia com- det Zimara a materia nullam sumi per-
substantialis, et fortasse unicus in genere pliciter perfcctior. Sed haec responsio falso positum includit esse, quod non includit fectionem, sed omnem potius imperfectio--
causae formalis; sed de hoc postremo pune- fundamento nititur; nam sine dubio com- forma. Sed hace ratio nullius momenti est; nem. Fallitur tamen, quia, ut supra os--
te dicendum est in sectione sequenti. positum est perfectius sua forma. Quae est nam vel existentia distínguitur in re ab es- tensum est, máteria habet veram rcalitatem
aperta sententia Aristotelís; nam in II de sentía actuali vel non; si non distinguitur, et essentiam oartialem; unde necesse est tlt
An forma sic perfectior composito Anima, in principio, et ubicumque distinguit sicut essentia composita includit suum adae- habeat aliquá"m perfectionem in latítudinc
6. Prius vera solvencia est occurrens ob- substantiam in materiam, formam ct com- quatum csse, ita forma suum proprium es- entis, et maiorcm qnam accidentia. I te m·
iectio; nam causa esse debet nobilior effec- positum, praefert compositum formae et for- se; si vera distlnguitur, primum ratio illa subsistencia perfectio est; hanc autem ha-
tu, teste Commentatore, 1I Phys., coro. 4; mam materiae; immo infra, agentes de sub~ non habet locum in homine quía esse prius bet substantia materialis m-axime racione·
sed forma non est nobilior composito; ergo stantia, ostendemus analogice de iilis dici; convenit animae quam homini. Deinde, ut materiae. Itero materia secum affert suum·
non potest compositum esse propr.ius effec- et ita explicuit Commentator, 11 de Anima, recte fiat comoaratio, debct fieri ínter es- part:Jale essc, quae omnia constabunt infra,
tus formae. Ad hanc obiectionem respondent com. 3; et ideo dixit Aristoteles in praedi- sentiam formae- et essentiam compositi prae-· latius tractando de subsistentia et existencia.
aliqui negando minorem; nam Aristot., VII camento substantiae primam substantiam es- cise, et sic non procedit illa ratio; vel si Et hoc sensu applicata prior ratio est effi~·
Metaph., text. 7 et 8, praefert formam com- se maxime substantiam, ubi, licet comparet fiat comparado formae ad compositum ut cax; nam compositum habet esse comple--
posito, dicens esse magis ens et prius illo. primam ad secundam, tamen etiam praefert includit esse, etiam forma sumi debet ut tum, es se autem forma e est incompletum..
Atque ita sentit ibi Comment., et absolute primam et completam substantiam partibus
defendit Zimara, Theorem. 10, qui etiam et incompletis substantiis. Unde etiam Com-
refert Lynconiensem. Et probat quia quid- mentator, XII Metaph., com. 15, dicit com- Soncin., VII Mctaph., q. 28.
' --f* p

698 Disputaciones metaflsicas Disputación XV.-Sección VII 699


-------------------------------------
es incompleta. Finalmente, la unión de la forma con la materia es una per~ec­ entidad, sino sólo prioridad; por eso Iavello en este lugar, q. 4, afirma que la
·ción; ¿por qué, si no, iba a apetecerla naturalmente la forma? Y esta perfec- comparación entre la forma y la materia se hace en prioridad y perfección, mien-
ción la hJcluye el compuesto y no la forma. Responde de otra manera el autor tras que entre la forma y el compuesto se hace sólo en prioridad. Esto, empero,
citado: aunque el compuesto incluya formalmente alguna perfección además de 1 está en contra de la explicación de todos, ya que por el modo de concluir y argu-
la forma no se sigue que sea más perfecto que la forma, puesto que toda esa mentar de que se vale el Filósofo, consta que omitió esta partícula en e1 conse-
perfecció~ se deriva de la. forma y está virtualmente c~ntenida en ella; ~el mis- mente, o por causa de la brevedad -ya que se la comprende como implicita vir-
mo modo -dice- que D10s y el mundo no es algo mas perfecto que D10s solo. tualmente en el antecedente-, o que la prim;idad de perfección está, sin duda, in-
Mas en primer lugar, al menos será falso lo que afirma: que la forma es más cluida en la prioridad. La segunda explicación es que la forma tiene prioridad y
perf;cta que el compu~sto, del mis~o modo que Dios solo no es más pe.rfecto es más perfecta, no absoluta sino relativamente, de suerte que el Filósofo venga a
que Dios y el mundo ¡untos. !amb1en es falso que la forma conten?a em:nente concluir virtualmente: la forma tiene prioridad y es más perfecta que la m~teria
·O virtualmente toda la perfeccwn del compuesto; en efecto, no contiene VIrtual- por ser ella acto y ésta potencia; luego la forma es también más perfecta y tiene
mente la perfección de la materia, ni puede suplir de manera alguna su causa- prioridad sobre el compuesto, al menos en un punto, a saber: por ser la forma
lidad, sobre todo al depender ella misma de !a materia. Finalmente, la forma acto simple y no incluir potencialidad, mientras que el compuesto incluye la
existe por causa del compuesto como por causa de su fin propio y principal, potencialidad de la materia. Asi Santo Tomás y el Halense en ese pasaje, y
y este fin es algo más perfecto que aquello que se ordena al fin, lib. II de la Soncinas en VII Metaph., q. 28. Mas esta explicación tropieza con dos obstácu-
Física, text. 31. los: el uno es que por ser demasiado relativo el punto de vista no debería
Aristóteles haber afirmado y concluido esto de modo absoluto, sobre todo una
Exposición de un pasaje del lib. VII de la Metaflsica de Aristóteles vez planteada la cOmparación con carácter absoluto en el antecedente, ya que
la forma es simplemente más perfecta que la materia. El otro es que tampo-
8. Primera explicación.- Por lo que se refiere a Aristóteles en el lib. VII co, desde un punto de vista relativo, parece el compuesto menos perfecto que
.de la Metafísica, se responde qne ese pasaje se explica de diversos modos. La la forma: ya que el incluir la potencialidad de la materia no es una imperfec-
primera explicación es que Aristóteles no habla en ese text. 7 de la prioridad ción en el compuesto por comparación con la forma informante, sino sólo por
de perfección, sino de la prioridad de causalidad; efectivamente, el filósofo con- comparación con la sustancia inmaterial completa. Del mismo modo que el ser
cluye virtualmente así: la forma tiene prioridad sobre la materia; la materia, una cosa más simple no es siempre una perfección mayor, incluso relativamente,
sobre el compuesto; luego la forma tiene prioridad sobre el compuesto. Empe- cuando esa realidad está destinada a formar parte de la composición de 2.lgo ab-
ro, si se refiere a la prioridad de perfección, la menor sería falsa; luego se solutamente más perfecto.
refiere a la prioridad de causalidad. Asi lo explican Alberto Magno y Escoto y 9. Por tanto, opino que Aristóteles no otorga alli en modo alguno la pre-
lo sugiere Santo Tomás. Mas no me satisface tal explicación. Primero, por no ferencia a la forma sobre el compuesto, sino que o no establece comparación
ser un proceso formal de argumentación, ya que se cambia de géner? de ca.us~. alguna entre ellos, o da más bien la preferencia al compuesto sobre la forma,
Además, porque concluiría mejor y más brevemente que la forma tlene priDn- que es lo que hizo notar Simplicio en el pasaje citado, y se desprende de la ver-
dad sobre el compuesto por ser su causa. En tercer lugar, se prueba, porque sión de Argirópulo, en la que consta así: Si la forma tiene prioridad sobre la
Aristóteles no dice solamente que tiene prioridad, sino que también posee mayor materia y tiene más entidad, también aquello que consta de ambas .tendrá pri9-
entidad. Es verdad que Aristóteles no repite en la conclusión que posea mayor
Denique unia farmae ad materiam aliqua Exponitur Aristotelis locus ex VII Metaph. sit prior; et ideo Iavellus ibi, q. 4, dicit secundum quid non debuisset Aristoteles
perfectia est; alioqui cur forma illam na- comparationem inter formam et materiam simpliciter id affirmare et colligere, prae-
turaliter appeteret? Hanc autem perfectia- 8. Prima expositio.- Ad Aristotelem in fieri in prioritate et perfectione, inter for~ sertim cum in antecedente absoluta sit com-
nem includit compositum, non vero forma. VII Metaph., respondetur varie locum illum mam autem et compositum in prioritate parado, quia forma simpliciter est perfec-
Respondet aliter dictus auctor, quamvis exponi. Prima expositio est Aristotelem in tantum. Sed hoc cst praeter expositionern tiar materia. Aliud est quod etiam secun-
compositum formaliter includat aliquam per- eo text. 7 non Ioqui de prioritate perfectio- omnium; na m ex modo colligendi et ar- dum quid non videtur compositum minus
fectionem praeter formam, non sequi esse guendi qua utitur Philosophus constat aut perfectum quam forma : nam includere po-
nis, sed de prioritate causalitatis; sic enim
perfectius forma, quia omnis illa perfectio brevitatis causa fuisse in consequenti omis· tentialitatem materiae non est imperfectia in
est a forma et virtute in illa continetur. Sic- virtute colligit Philosophus: forma est prior sam illam l)articulam, quae ex virtute an- composito comparatione formae informantis,
ut (inquit) Deus et mundus non est quid materia et materia prior composito; ergo tecedentis ii2tclligebatur, vel certe sub prio- sed solum comparatione substantiae comple-
perfectius quam Deus salus. Sed imprimis, forma est prior compasito. At si loqueretur ritate comprehensam esse prioritatem per- tae immaterialis. Sicut rem esse simplicio-
ut minimum, falsum erit quod asserit for- de prioritate perfectionis, minar esset falsa; fectionis. Secunda expositio est formarn esse rem non est semper maior perfectia, etiam
mam esse perfectiarem camposito; sicut loquitur ergo de prioritate causalitatis. Ita priorem et perfectiorem non simpliciter, sed secundum quid, quando talis res ordinatur
Deus solum non est perfectior Deo et mun- Albertus Magnus et Scotus, et indicat D. secundum quid, ita ut Philosaphus virtute ad componendum unum aliquid simpliciter
do simul. Deinde falsum est formam conti- Tham. Sed non placet expositio. Primo, sic colligat: forma est prior et perfectior ma- perfectius.
nere eminenter aut virtute totam perfectio- quia ratio illa argurnentandi non esn forma- teria, quia illa est actus, haec potentia; ergo 9. Quocirca existimo Aristotelem nullo
nem compositi; non enim habet in virtute lis, cum mutetur genus causae. Deinde, quia forma est etiam perfectior et prior quam modo ibi praeferre formam composito, sed
perfectionem materiae nec causalit~tem. eius melius et brevius cancluderet farmam esse compositum, saltem secundum aliquid, sci· vel nullam ínter ea facere comparationem
ullo modo supplere potest, maxtme curo priorem composito quia est causa eius. Ter- licet, quia forma est actus simplex non in-
cludens potentialitatem; compositum autem vel potius praeferre compositum formae,
ipsa pendeat a materia. Tandem forma est tia probatur, quia Aristoteles non tantum
propter compositum tamquam propter finem includit potentialitatem materiae. Ita D. quod notavit Simplicius, citato loco, et con-
proprium ac praecipuum; huiusmodi autem dicit esse priarem, sed etiam esse magis ens. Thomas et Alensis ibi; et Soncin., VII stat ex versione Argyropoli, quae sic habet:
finis perfectius quid est eo quad ad finem Verum est Aristotelem in illatione non re- Metaph., q. 28. Duo vero obstant huic ex- Si forma prior materia est, et magis ens,
·Ordinatur, 11 Phys., text. 31. petere quod sit magis ens, sed solum quod positioni : unum est quad propter excessum illud quoque quod ex ambobus est, prim
700 DisputacilJnes__ met¡¡flsic~ Disputación
- --··--- XV.-Sección
._e___::_:_:_:.:.:..:.:_:_= 701
VIII _ _ _ _ _ _ _ _____'_"':.
-----------------------------
ridad por la misma razón. Por eso la vers1on antigua indujo a error a los expo--
sitores, porque en lugar del nominativo lo mismo, tiene el ablativo que lo mis- SECCION VIII
mo. Y por lo que se refiere al contexto, esta lección está también más de acuer-
SI LA FORMA SUSTANCIAL ES VERDADERA CAUSA DE LA MATERIA
do con la intención de Aristóteles, puesto que lo que principalmente pretende
Y LA MATERIA ES EFECTO DE ELLA
es demostrar contra los antiguos que la materia no es sustancia en el máximo-
grado, sino que es menos perfecta que las demás. Por eso después, en el tex ~ l. Razones que plantean la dificultad desde ambos puntos de vista.- Aqui
to 8, cita a los antiguos, que decían que la materia es sustancia en máximo no tratam?~ ya de la mat~ria en cuanto informada, pues de esto ya se habló
grado; mas él defiende que es imposible, y concluye: por lo cual la forma y lo en la seccwn precedente, smo de la materia en cuanto a su entidad o en cuanto
que de ambas resulta parece ser más sustancia que la materia. De ahí que, al a su se~. El motivo de duda es:á en que para la educción o para la introducción
concluir en la primera comparación que el compuesto tiene prioridad por la de la forma se supone la entidad total de la materia; luego esa entidad no
misma razón, formal e inmediatamente sólo parece comparar al compuesto con puede se~ causada por la forma, sobre todo porque la materia recibe el ser
!a materia, pero virtualmente le otorga también la preferencia sobre la forma, por creactón, a la cual la forma no puede cooperar concausando. Mas en contra
al concluir así: la forma tiene prioridad s9bre la materia; luego también d está el que no repugna que la forma sea causa de la materia, ya que las causas
compuesto por la misma razón -repito-, a saber, por incluir la forma misma; ~~n causas entre sí ~utuamente,. lib. II de la Física, text. 30, y V de la Metafí-
y, consecuentemente, también tiene prioridad en perfección y excelencia sobre la :¡.,ca, te1..1:: 2. f'-~emas, porque s1 .la forma no fuese causa de la materia, podría
forma misma, por compararse con ella como el todo con la parte. la matena extstrr naturalmente sm la forma, puesto que si no hay causalidad,
10. No toda causa es más excelente que su efecto.- A la objeción pro· no hay razón de que haya dependencia.
puesta al principio se responde negando en absoluto la mayor; en efecto, no
es preciso que toda causa sea más excelente que su efecto, sino que únicamente
es necesario en la causa eficiente y final; mas no en la material, como admiten Exposición de opiniones
todos, ni tampoco en la formal casi por el mismo motivo, a saber, porque esta<;; 2. Respe~to de es:a. cuestión son diversos los pareceres, según el diverso
causas intrínsecas de tal manera son causas, que son también partes, y ninguna modo d~ sentir a proposito del ser de la materia. En efecto, los que creen que
de suyo da al efecto toda la entidad y perfección de éste, sbo que lo constituye con- la materta no posee por sí entidad algtma existencial dicen que la forma es con
firiéndole lo que tiene de entidad; empero él, por ser resultado de muchos ele- propiedad ~ausa. de la materia, porque es causa de una cosa aquello que le con-
mentos, sale más perfecto que cada uno de ellos. Puede, por tanto, añadirse tam- fiere la extstencta..Esta parece ser la opinión de Santo Tomás, I, q. 66, a. 1,
bién que el efecto no supera la causa según aquello que recibe de ella, mientras y en el. De potentta, q. 4, a. 1; y la defienden todos los tomistas: Cnpréolo,
que puede superarla según lo que tiene de otra causa. De esto nos ocuparemos ln ~1, dist. 13.' q. 1; Cayetano, In De ente et essentia, c. 5, en la q. 9; el Fe-
más ampliamente luego, en la disp. XXVI, sec. l. lTarle~se, en hb. III cont. Gent., c. 4; Soncinas y Iavelio, lib. VIII Metaph., q. l.
Lo miS'!'o mantuvo Du:ando, In ll, dist. 12, q. 2, y Argentina, q. l. Y el modo
erit ob eamdem rationem. Unde antiqua ver- quenter est etiam pdus perfectione et uobi-
de e'!'Phca: esta causah?ad formal, segón la opinión que distingue realmente
sic decepit expositores, quia loco nominativi litate ipsa forma, cum ad illam ut totum la extste~cta de la esen~ta actual de 1~ criatura, tiene que ser aquí que la enti~
ipsurH habet ablativum ipso. Et quod ad ad partem comparetur. dad parcml de la esencia de la matena es de suyo incapaz de existencia hasta
10. Non omnis causa nobilior effe,ctu.-
contexmm attinet, haec etiam lectio est magis
Ad obiectionem autem in principio posi.tam que sea informada por la forma sustancial; y que la forma misma se une a la
consentanea intentioni Aristotelis; nam prae-
cipue intendit contra antiquos ostendr:.re ma- respondetur negando simpliciter mniorem;
teriam non esse maxime substandam, sed non enirn est necesse omnem causam esse SECTIO VIII Referuntur opiniones
esse mi.nus perfectam caeteris. Unde postea, nobiliorem effectu, sed solum in aliqua cau- 2. Circa hanc quaestionem variae sunt
UTRUM FORMA SUBSTANTIALIS SIT VERA CAU-
in text. 8, refert antiquos dicentes materiam sa efficienti ct finali; non vera in materiali, SA MATERIAE, ET MATERIA EFFECTUS EIUS sententiae, iuxm diversum maduro sentiendi
esse maxime substantiam; ipse vera docet ut omnes fatentur, neque etiam in formali, de esse materiae. Qui enim existimant rna-
es se impossibile, et concludit: propter quod fere propter eamdem causam, quía, nimirum, 1. Rationes utrinque difficultatem indu- teriam ex se nullum habere esse existentiae
forma et quod ex ambobus substantia vide- hae causae intrinsecae ita sunt causae ut sint centes.- Hic iam non agimus de materia dicunt formam~ proprie esse causam mate~
tur esse magis quam materia. Unde in priori etiam partes, et neutra per se dat effectui ut infmmata, de hoc enim dictum est sec- riae, quia illud est causa reí quod dat illi
comparatione, cnm concludit compositum totam entitatem aut perfectionem eius, sed tione praecedenti, sed de materia quantum esse. Haec opinio esse videtur D. Thom.,
esse vrius ob eamdem rationem, formaliter constituit illum dando ipsi id quod habet ad entitatem seu quantum ad esse eius. Et I, q. 66, a. 1, et de Potentia, q 4, a. 1,
quidem et immediate solum videtur compa- entitatis; ille vera, quía consurgit ex multis, ratio dubitandi est quia tata entitas materiae quam tenent orones thomistae, Capreolus,
rad compositum ad materiam, virtute tamen evadit perfectior singulis. Unde addi etiam supponitur ad eductionem vel introductio- In JI, dist. 13, q. 1; Caie;::'lntts, de Ente et
etiam illud praefert formae, dum sic colli~ potest effectum non superare causam secun- oem forma e; ergo non potest illa entitas essentia, c. S, sub q. 9; Ferrar., in lib. III
git: forma est prior materia; ergo etiam dum id quod ab ea recipit; posse autero su- causari a forma, maxime cum materia reci- cont. Gent., c. 4; Soncin. et Iavell., VIII
compo~ltum, eadem (inquam) ratione, scili- perare secundum id quod habet ab alia cau- piat esse per creationem, ad quam non pot- Metaph., q. l. Idem secutus est Durandus,
cet, quia includit ipsam formam; et canse- sa. De quo latius infra, disp. XXVI, ¡ect. L est forma coooerari concausando. In contra- In II, dist. 12~ q. 2; et Argentin., q. l.
; rium autem eSt quia non repugnat formam Modus autem explicandi hanc causalitatem
esse causam materiae, curo causae sint sibi
! invicem causae, II Phys., text. 30, et V
formalem iuxta opinionem distinguentem
realiter existentiam ab essentia actuali crea-
f Metaph., text. 2. Item, quía si forma non
esset causa materiae, materia posset natura- turae hic esse debet quod entitas partialis
liter esse sine forma; quia si non est cau- essentiae materiae de se est incapax exis-
gaJitas, non est cur sit dependentia. tentiae donec informetur forma substantiali;

\
702 Disputaciones metafísica~ Disputación XV.-Sección VIII 703

materia esencial y primariamente según la entidad de la esencia, componiendo es a una naturaleza completa y formal; luego se debe sólo a la forma o por
con ella una esencia íntegra, y que éste es el efecto formal primario de la forma. razón de la forma.
De aquí se sigue, además, que la forma comunica el ser de la _existencia qu_e 4. Mas añade Durando que, aunque se diga que la existencia no se distin-
trae consigo esencial y primariamente al compuesto y a la materia por part1C1- gue realmente de la esencia, sin embargo hay que afirmar que la forma es la
r
pación, bien sea que ese ser dimane ~e _la forma activament~ como consec~en­ causa formal de la existencia actual de la materia; porque aunque la esencia sea
su propia existencia, hay que entender esto con proporción; en efecto, la esen-
cia, bien sólo formalmente, lo cual umcamente puede cons1st1r en que a d1cha
forma o a la realidad informada por ella se debe tal ser por necesidad natural, cia en potencia será la existencia en potencia, y la esencia actual será la exis-
por más que le sea donado por la sola causa extrinseca por la que es producida tencia actual; por consiguiente, sólo la forma será la existencia actual en cuanto
la forma. Esta es la explicación que indicó Cayetano en el pasaje citado, y no esté formalmente en la materia. De esta opinión explicada de ambos modos se
parece que admita una exposición más acorde con los principios de dicha senten- sigue que la materia depende naturalmente de la forma en toda su entidad, de
cia; porque si la existencia es una entidad distinta de la forma, no puede ser suerte que no puede permanecer sin ella, puesto que no puede permanecer sin
el efecto primero de la forma el ser mismo de la existencia, sino el ser de la existencia; mas no posee la existencia si no es recibida de la forma y por la
esencia, el cual es distinto, ya que el primer efecto de la forma es esencial a forma, de la que depende la existencia misma; luego. De donde resulta que,
la cosa, porque la forma en cuanto forma pertenece a la esencia de la cosa; mas cambiada la forma, la materia cambia de existencia, aunque la esencia de la
la existencia está fuera de la esencia, según esta opinión; luego no pertenece al materia se conserve idéntica bajo la'3 diversas formas y existencias. Si esta de-
primer efecto formal. pendencia es tan grande que, sin la forma, ni por Dios puede ser suplida, Jo.
3. De donde, según los principios de esta ,sentencia, el alma racional en explicaremos en la sección siguiente.
Jesucristo hombre tiene su efecto formal propio y primario, pues si está infor- 5. La segunda opinión, absolutamente contraria, es que la forma no con-
mando actualmente no puede ser privada de él; y, sin embargo, según esta fiere la existencia a la materia, ni es causa propia de ella. Así lo defiende En-
opinión, no tiene su propia existencia creada; luego la forma sólo puede con- rique, Quodl. I, q. 14; en apoyo de esta sentencia se cita a Avicena, lib. VI
ferir formalmente la existencia de modo secundario, a saber, porque ella misma de la Metafísica; lo mismo mantiene Escoto, In ll, dist. 12, q. 2, hacia el fin;
y Gregario en ese pasaje q. 1, a. 2, al primer argumento de Auréolo, y en q. 2,
es la que constituye el receptáculo propio de la existencia sustancial, o -lo que
a. 3. El fundamento consiste en que la materia tiene su propia existencia, que
viene a ser lo mismo- porque es a la esencia completa por la forma a quien se no recibe formalmente de causa alguna, puesto que es una existencia simple y·
debe intrínsecamente la existencia sustancial, y no a otra cosa. Esta sentencia parcial, distinta de la existencia que da la forma, y la tiene recibida eficiente-
así explicada, en primer lugar se prueba porque la materia es pura potencia; mente de Dios solo, siendo, por eso, en el orden de naturaleza, la materia ab-
lllego no tiene el acto por sí misma, sino por la forma; luego, siendo la existen- soluta y simplemente un supuesto previo para la forma; luego esa existencia
cia un acto) no puede convenirle a la materia si no es por la forma. Segundo, no es causada de manera alguna por la forma, sino que la forma la completa
porque la existencia, si se la compara con la esencia, es un acto posterior; por y activa.
tanto, supone el acto esencial, y este acto es la forma. Tercero, porque el ser 6. Quiénes afirman que la materia puede existir sin la forma y modalidad
sustancial es el ser completo y perfecto; luego no se debe esencialmente si no de su aserto.- Y si, atacando esta sentencia, se llega a la conclusión de que la
- ~i :¡ materia puede existir sin la forma, puesto que la forma no es causa de ella,
ipsa vero forma secundum suam entitatem 3. Unde iuxta principia huius sententiae, '!! "i fl~.n:~
essentiae per se primo unitur materiae et anima rationalis in Christo homine habet ergo tantllm debetur formae vel racione for- 5. Secunda opinio omnino contraria est
ctm illa componit unam essentíam integram;
atque hic est primarius effectus formalis
formae. Ex qua ulterius sequitur quod forR
proprium et primarium effectum formalem;
illo enim privari non potest si actu informat,
et tamen iuxta hanc opinionem non haber
1 mae.
4. Addit vero Durandus etiamsi dicatur
existencia non distingui in re ab essentia,
formam non dare esse materiae neque esse
propriam causam eius. Ita tenet Henricus)
Quodl. I, q. 14; et in eam sentemiam ci-
ma communicet esse existentiae quod secum propriam existentiam creatam; ergo solum nihilominns asserendum esse formam esse tatur Avicen., lib. VI Metaph.; et eamdem
affert per se primo composito et per par- potest forma dare formaliter existentiam se- 1 causam formalem exist.,.ntiae actualis mate- tenet Scotus, In II, dist. 12, q. 2, in fine;
ticipationem materiae, sive illud esse manet cundario, quia, videlicet, ipsa est vel con- riae; nam, licet essentia sit sua existentia,
active a forma seu per resultantiam, sive id tamen intelligi debet cum proportione; et Gregorius ibi, q. 1, a. 2, ad 1 Aureoli,
stituir proprium susceptivum existentiae sub-
solum formaliter, quod in hoc solo consis- nam essentia in potenti.a erit existenúa in et q. 2, a. 3. Fundamentum est quia mate-
stantialis, vel (quod in idem fere redit) quia ria habet suum proprium esse, quod for-
tere potest quod tali formae vel rei infor- e::;sentiae completae per formam intrinsece potentia, et essentia actualis erit existentia
matae per illarn naturali necessitate debea- actualis ; ergo sola forma erit actualis exis- maliter a nulla causa recipit, cum sit esse
debetur esse substantiale, et non alteri. Sic simplex et partiale ac condistinctum ab es-
tur tale esse, etiam'3i a sola cau'3a extrinseca tentia, qua formaliter sit in materia. Atque
conferatur a qua fit forma. Et hanc expli- autem declarata haec sententia probatur pri- ex hac opinione utrovis modo explicata se- se quod dat forma, sed habet illud effecti ve
cationem indicavit Caietanus, dicto loco, nec mo quia materia est pura potentia; ergo quitur rnateriam naturaliter pendere a fmm:l a solo Deo et secundum illud esse suppo-
videtur posse convenicntius exponi in prin- ex se non habet actum, sed a forma; ergo in tota ,sua entitate, ita ut non possit sine nitur materia formae absolute et simpliciter
cipiis illius sententiae; nam si existent;ia est cum existentia sit actus quidam, non potest illa manere, quia non potest manere sine ordine naturae; ergo nullo modo illud esse
entitas distincta a forma, non potest 1psum materiae convenire nisi per formam. Secun- existen tia; sed non habet existentiam nisi a causatur a forma, sed completur vel actua-
esse existentiae esse primus efft!:'tuS formae, do, quia existentia est posterior actus, :IÍ forma et oer formam a qua ipsa existentia tur per formam.
sed es se essentiae, quod distinctum es t; comparetur ad essentiam; ergo supponit es- pendet: e""rgo. Quo etiam fit ut, mutata for- 6. Qui asserant, et quomodo, materiam
nam primus effectus formae est essentialis sentialem actum; hic autem actus est for- ma, mutet materia existentiam, quamvis sub
sine forma esse posse naturaliter.- Quod si
rei, quía forma ut forma est de essentia reí; diversis formis et existentiis eadem essentia
at vero existentia est extra essentiam iux:ta ma. Tertio, quía esse substantiale est esse materiae conservetur. An vero tanta sit haec contra hanc sententiam inferas materiam na-
hanc o_pinionem; non ergo pertinet ad pri- completum ac perfectum; ergo per se non dependentia ut a Deo suppleri non possit turaliter posse esse sine forma, quandoqui-
mum effectum formalem. debetur nisi naturae completae et formali; sine forma, dicemus sectione sequenti. dem forma non est causa eius, quidam re-

1
Disputación XV.-Sección VIII 705
704 Disputaciones me tajísicas
ü repugna que exista el vacío en un espacio local, con mucha más razón suce-
-algunos responden concediendo la consecuencia, que es lo que parece que opinó derá en la capacidad y potencia de la materia. Finalmetite, otros afirman que,
Marsilio, In 11, q. 9, a. 2, al afirmar que Dios en el principio creó la materia de incluso segúp. el carácter particular de su naturaleza, la materia no puede exis-
las cosas generables sin forma sustancial alguna, infundiéndole las formas des- tir sin forma, aunque la forma no sea causa propia de ella, a no ser que se
pués de algún tiempo. Este es también el parecer de Gabriel, In Il, dist. 12, llame causa a toda condición necesaria para existir. Y este modo de expresarse
q. 1 y 2; y parece que fue algún ~iempo el de San Ag:'stin, lib. I De Ger;es. parece estar más cerca de la verdad.
contra Manichaeos, c. 5 y 7, y en hb. XII de las Confeswnes, c. 8. Ahora b1en,
si Dios hizo esto en la creación del mundo, hay que pensar que no está fuera
Solución de la cuestión
de la naturaleza de las cosas, porque, como apunta San Agustín al principio de
la exposición del Génesis, Dios no se portó entonces como un fabricante de 7. Afirmoj pues, en primer lugar: la forma no es para la materia la causa
milagros, sino como autor de la naturaleza. Ni parece que Enrique, más arriba, propia que le confiera formalmente la existencia propia por la que existe la ma-
disienta de esta opinión, al decir que la materia, según el curso normal de la teria. Se prueba, porque la forma no da a la materia la entidad parcial esencial
naturaleza, no puede ser despojada de toda forma, porque no acaece la corrup- que posee en sí, según se demostró antes, y que conserva bajo cada una de·
dón de una cosa sin que se siga la generación de otra. Así, pues, si pudiera las formas; mas esa entidad incluye su existencia particular distinta de cual-
naturalmente tener lugar la corrupción sin generación de otra cosa, entonces, en quier existencia que proceda formalmente de la forma; luego. La mayor es
cuanto de la materia depende, podría permanecer naturalmente sin forma. Y esto evidente, no sólo porque esa entidad, en cuanto a la existencia propia parcial
es lo que de hecho, en In III, q. 3, a. 1, y q. 13, a. 1, defiende Marsilio qne de la esencia, es simple y distinta de la forma, sino también porque se la pre-
aconteció en la muerte de Cristo; y Enrique, en el Quodl. I, q. 4, lo juzga supone para la forma, y, respecto de esa existencia, permanece invariable bajo
probable, e incluso verdadero en cuanto al hecho de que allí se realizó la sepa- -cualquier forma; por esta razón incluso los autores de la primera sentencia
ración de una forma sin que fuese infundida otra, opinando, sin embargo, dicen que la forma constituye con la materia una esencia completa, pero que no
Quodl.. II, q. 2, ad 4, que esto tuvo lugar en Cristo de un modo particular le confiere a la materia su propio ser esencial, sino que más bien lo supone;
y preternatural. En cambio, Escoto piensa que esto es natural en cualquier luego la forma no puede ser la causa formal propia e intrínseca de la existencia
muerte de un hombre, sobre todo en la violenta, e incluso en la de los otros de la materia. Digo propia e intrínseca, porque extrínsecamente puede admitirse que
animales, según se puede ver en In IV, dist. 11, q. 3. Mas todos éstos no opi- a modo de término, esta existencia de la materia se toma de la forma, ya que
nan que en tal caso la materia permanece en absoluto sin forma, sino sin la la esencia de la materia consiste en la aptitud para la forma, por más que no se
forma específica y con una forma de corporeidad que ponen ellos. Otros, a su trata de una relación a la forma en cuanto actualmente informante; sino en cuan-
vez, se valen de distinciones : en efecto, una cosa puede ser natural o según la to tiene aptitud para informar. Por eso la materia conservaría la misma especi-
naturaleza particular o según la naturaleza universal; al agua, por ejemplo, se- ficación, aunque existiese sin forma. Se prueba la menor, porque el ser real de
gún su naturaleza concreta, no le es natural subir; sin embargo, sí le es natu- la esencia, si es actual, es decir, si está fuera de su causa eficiente, es intrínsecamen~
ral para llenar el vacío, de acuerdo con la inclinación de la naturaleza universal. te el ser de la existencia, según se probará ampliamente luego al tratar de la exis-·
Del mismo modo -dicen- a· la materia, según su naturaleza particular, no. le tencia y de la esencia; ahora bien, la materia en cuanto presupuesta para la forma,
.repugna conservarse sin forma, si es despojada de ella; sin embargo, teniendo dari vacuum in locali spatio, multo roagis tiae partiale, est simolex et condistincta a
en cuenta el debido orden de la naturaleza universal, esto es imposible, porque in capacitate et potencia materiae. Alii tan- forma; tum etiam qÚia supponitur ad for-
clero dicunt etiam secundum particularem mam, et invariata manet quoad illud esse,
spondent concedendo sequelam, quod vide- q. 3, a. 1, et q. 13, a. 1) et probabile existi- conditionem suae naturae non posse mate- sub quacumque forma; unde etiam auctores
tur sensisse Marsil.) In II, q. 9) a. 2, dum mat Henricus, Quodl. I, q. 4, immo et ve- riam esse sine forma, Iicet forma non ·sit primae sententiae aiunt formam constituere
asseverat in principio creasse Deuro mate- rum quantum ad hoc quod ibi facta est propria causa eius, nisi omnis conditio ne- cum materia unam essentiam completam,
riam rerum generabilium sine tUJa forma separatio unius form:::te sine introductione ccssaria ?.d existendum causa dicatur. Et hic non vera dare illi suum proprium esse es-
substantiali, et post aliquod tempus illam alterius; quod tamen fuisse in Christo sin- modus dicendi propinquius videtur ad ve- sentiale materiae, quod potius supponit;
formasse. Quod etiam placet Gabrieli, In II, guiare et praeternaturale sentit in Quodl. II, ritatem accedere. ergo non potest forma esse formalis causa
dist. 12, q. 1 et 2; et videtur aliquando q. 2, ad 4. At vero Scotus naturale esse propria et intrinseca illius esse materiae.
placuisse Augustino, lib. I de Genes. contra putat in qualibet morte hominis, praesertun Quaestionis resolutio Dico autem propria et intrínseca, quia ex-
Manichaeos, c. 5 et 7, et lib. XII Confess., violenta, immo ct aliorum animantium, ut trinsece per modum termini dici potest hoc
c. 8. Si autem id Deus fecit in creatione patet In IV, dist. 11, q. 3. Hi tamen non 7. Dico ergo primo : forma non est pro- esse materiae sumi a forma, quia essemia
mundi, existimandum est non esse praeter dicunt in eo casu manere materiam sine pria causa materiae, dans illi formaliter pro-
prium esse quo materia existit. Probatur materiae consistit in aptittidine ad formam,
naturas rerum, quia, ut Augustinus annotat forma absolute) sed sine forma specifica et sed hic respectus non est ad formam ut actu
in principio expositionis Genesis, Deus ttmc cum forma corporeitatis quam ipsi ponunt. qlJia forma non dat materiae illam partia- informantem, sed aptitudine. Unde eadem
non est operatus ut miraculorum opifex, sed Alii vero distinctione utuntur : dicitur enim lem entitatem essentialem quam in se habet,
specificatio maneret in materia, etiamsi es-
ut auctor naturae. Neque ab hac opinione naturale, vel secundum particularem vel se- ut supra ostensum est, quamque retinet sub set sine forma. Minar autem probatur, quia
videtur dissentire Henricus supra, dum alt cundum universalem naturam; aquae enim omnibus forrois; sed illa entitas includit esse reale essentiae, si actuale sit,. id est,
m:~teriam secundmn communem cursum na- secundum privataro conditionem non est na- suam particularem I existentiam distinctam extra causam suam cfficientem, intrinsece
tmae non oosse exooliari omni forma, quia turale ascendere; tamen ad replendum va- ab omni existentia proveniente formaliter a est esse existentiae) ut late infra probabitur
non fit unlus rei Corruptio quin sequatur cl,lum est hoc illi naturale secundum pro- forma; ergo. Maior patet, tum quia illa en- tractando de esse et essentia; sed materia,
generado alterius. Si ergo fieri posset corrup- p¡;-nsionem universalis naturae. Sic (inquiunt) titas materiae, quoad proprium esse essen- ut supponitur formae secundum proprium
tio naturaliter sine generatione alterius, quan- materiae secundum privatam naturam non
tum est ex parte materiae, naturaliter ma- repugnat conservad sine forma, si illa pri- l La edic. de B. Colosino en vez de «particularem» pone «partialem»; con Jo
neret sine forma. Quod de facto ita accidisse vetur; at vero ex de bita ordine naturae uni- que el concepto se precisa algo más. (N. de los E.)
in morte Christi tenet Marsilius, In III, versalis id fieri non potest, quia si repugn~
- -------------,

706 Disputaciones metafísica$ Disputación XV.-Sección VIII 707


~----------~---------------
según su propio ser -de esencia parcial, posee .un ~er actual en cuanto se. dis- 9. La materia depende de la forma y no puede existir naturalmente sin
tingue del ser potencial objetivo, puesto que sm d1cho ser no puede servll' de ella.- Digo en segundo lugar: con todo la materia en su ser depende en
sujeto real y verdadero del cambio y de la forma; luego. Y se confirma y ex- cierto modo de la forma, en cuanto no puede existir naturalmente sin ella, no
plica, pues Dios conserva la materia bajo todas las for~as que_ luego se suceden sólo debido al orden de la naturaleza universal, sino también por requerimiento
con la misma acción con que la creó y conservó baJO la prnnera forma; por y necesidad de la naturaleza propia y peculiar de la materia misma. La primera
consiguiente, esa acción divina tiene por término cierto ser ?,e la materia_ q~e parte está aceptada bastante comúnmente por los filósofos y teólogos, quienes
permanece idéntico bajo todas las f~rm~s; en efecto, !a creac10n y conservacwn afirman por este motivo que hay una conexión mutua y necesaria entre la ma-
correspondiente han de tener por termmo alguna enudad, y no puede una ac- teria y la forma material, según puede verse en los autores citados y en Avice-
ción permanecer la misma si el término no es el mismo; luego ese ser no es na, lib. JI de la Metafísica, c. 2 y 3; el Comentador, lib. I Phys., com. 56, y
conferido formalmente por la forma, ya que el ser que da la forma varía al lib. II, com. 13; Temistio, I Phys., digresión última; Plotino, Enéada III,
variar la forma; mas ese ser en cuestión es el ser . de la existencia, puesto que lib. VI, c. 14; Soncinas, lib. V Metaph., q. l. Y se prueba por razón, porque
es un ser temporal y actual fuera de la causa eficiente; luego. la entidad de la materia sería inútil en la naturaleza si permaneciese sin forma;
8. Por eso Durando no se expresa lógicamente cuando dice que, aunque en efecto, no podría ejercer operación alguna, y esto es contrario a la natura-
la existencia no se distinga de la esencia, la materia recibe la existencia de la, leza; luego está contra el orden de la naturaleza el que la materia exista sin
forma informante. Y se enreda en equívocos al decir que la materia sólo tiene la forma. De este argumento se valen muchos; sin embargo, no parece eficaz;
esencia en potencia, y que, por tanto, de suyo sólo posee existencia en potencia; porque aunque sea inútil en la naturaleza lo que no es apto para ejercer nin-
porque la materia tiene en sí en potencia la esencia de la forma o del com- guna tarea natural, no obstante no es inútil ni carece en absoluto de fin lo que
puesto; mas la esencia de la materia no la tiene en potencia, sino en acto,_ de suyo es apto para cumplir tma función a la que está naturalmente destinado,
Por el hecho mismo de haber sido creada; pues una cosa es 9.ue la mate~ia por más que a veces no la cumpla. De esta suerte, pues, aunque la materia
sea esencialmente potencia y otra que sea únicamente una esencm en potencia. permaneciese alguna vez sin la forma, no sería inútil en la naturaleza; porque
Lo primero es, efectivamente, verdad en absoluto, incluso respecto de la mate- sería de suyo apta para recibirla, con tal que interviniese un agente que la in-
ria que existe en acto, ya que con ello no se quiere decir más- que el que la fundiera; y sería accidental si le acontecía carecer de ella, debido acaso a que
materia es esencialmente sujeto, o sea potencia receptiva. Mientras que lo se- el agente que la preparaba para introducirla destruyó la disposición necesaria para
gundo es falso de la materia creada en acto, incluso pensada como algo previ<> la conservación de una antes de haber podido infundir la otra. Esto es lo que
a la forma; porque, aunqrie la esencia de la materia de suyo, es decir, sin la cree Escoto que sucede en la muerte del hombre o de otro animal; y esto no
la causa eficiente, sólo exista en potencia -cosa común a toda esencia crea- sería motivo de que el cadáver o la materia permaneciesen como algo inútil,
da-, sin embargo, mediante su creación, se convierte en esencia en acto, bien sobre todo porque puede ir disponiéndose poco a poco para recibir otra forma.
que parcial y potencial subjetivamente; luego, en cuanto tal, posee su ser pro- 10. Por eso tampoco parece eficaz el argumento que suele aducirse de la
sucesión continua de generación y corrupción; en primer lugar, porque no es
porcionado de existencia; luego no procede formalmente de la forma. Mas
cierto que a toda corrupción siga inmediatamente y en el mismo instante
respecto de este punto, es decir, de la existencia de la materia, se expondrán una generación, según se desprende claramente de la opinión de Escoto que se
más ideas posteriormente.
9. Materia pendet a forma nec potest non est tamen frustra nec simpliciter otio-
esse essentiae partialis, habet esse actuale, essentiam in potentia, et ideo ex se solum sine illa esse naturaliter.- Dico secundo: sum quod ex se aotum est ad exercendum
prout distinguitur ab esse potentiali obiec- habere esse in potentia; nam materia secun- nihilominus materia pendet in suo esse ali- aliquod munus ad -quod a natura est insti-
tivo, qula sine htúusmodi esse non posset dum se habet in potentia essentiam formae- quo modo a forma; quatenus naturaliter tutum, quamvis interdum illud non exse-
esse verum ac reale subiectum transmuta- vel compositi; essentiam autem materiae esse non potest sine illa, non solum ex or- quatur. Sic ergo, quamvis materia maneret
tionis et formae; ergo. Et confirmatur ac non habet in potencia, sed in actu, hoc ipso dine universalis naturae, sed etiam ex debito aliquando sine forma, non esset otiosa in
declaratur; nam Deus, eadem actione qua quod creata est; aliud est enim materiam et indigentia propriae et peculiaris naturac natura, quia de se esset apta ad recipien..
creavit ac conservavit materiam sub prima esse essentialiter potentiam, aliud esse tan- ipsius materiae. Prior pars recepta est fre- dam illam, si adesset agens qui illam intro..
forma, conservat illam sub omnibus formis, tum essentia in potentia. Primum namque quentius a philosophis et theologis, qui hac duceret, et oer accidens contingeret quod
quae postea succedunt; ergo illa actio Dei est in universum verum, etiam de materia ratione dicunt esse mutuam connexionem illa careret, quia fortasse agens qui dispo-
terminatur ad aliquod esse materiae quod actu existente, quia in eo nihil aliud signi- ac necessariam ínter materiam et formam nebat ad illam introducendam, prius abstulit
manet ídem sub omnibus formis; nam crea- ficatur quam materiam esse essentialiter sub- materialem, ut videre licet in auctoribus ci- dispositionem necessariam ad alterius con-
tia et conservatio illi respondens terminatur iectum vel potentiam receptivam. Secundum tatis, ct Avkenna, II Metaph., c. 2 et 3; servationem, quam potuerit alteram intro-
ad aliquod esse, et non potest actio perma- vero falsum est de materia actu creata, etiam· Comment., I Phys., com. 56, et lib. II, ducere. Sicut Scotus fieri putat in morte
nere eade m nisi terminus sit idem; ergo prout praeintelligitur formae; nam, licet es- com. 13; Themistio, I Phys., digres. ult.; hominis vel alterius animalis ; nec prop-
illud esse non datur formaliter a forma, sentía materiae ex se, id est, remota effi- Plotino, Ennead. III, lib. VI, c. 14; Son- terea manet otiosum cadaver, aut marieret
nam esse quod dat forma variatur variata cientia, solum sit in potentia, quod com- cin., V Metaph., q. l. Et probatur ratione, materia, praesertim quia paulatim iterum
forma; illud autem esse est .esse existentiae, rtmne est omni essentiae creatae, tamen per quia entitas materiae esset otiosa in rerum disponi poterit ut aliam formam recipiat.
quia est esse temporale et actuale extra cau- suarn creationem fit essentia in actu, Iicet natura, si maneret sine forma; nullam enim 10. Unde non videtur etiam efficax ra-
sam efficientem; ergo. partialis et potentialis subiective; ergo ut sic- operationem exercere nosset; hoc autem ab-
horret a natura; ergo est contra ordinem tio quae reddi solet ex continua successi<:me
8. Quocirca Durandus non loquitur cl;m- habet suum esse existentiae proportiona-- generationis et corruptionis, tum quía non
sequenter dum ait, etiamsi esse non distm- naturae ut materia sit sine forma. Hac ra-
tum; illud ergo non manat formaliter a·, cione utuntur multi; non tamen videtur ef- est certum ad omnem corruptionem imme-
guatur ab essentia, materiam habere esse
a forma informante. In aequivoco autem forma. Sed de hoc puncto, id est, de exis~ ficax, quia, licet frustra sit in natura quod diate et in eodem instanti sequi generatio...
laborat cum ait materiam tantum habere tentia mareriae, plura inferius. non est aptum ad aliquod munus narurae, nem, ut ex dicta opinione Seoti patet; nam,
Disputaciones metafísicas Disputación X_jl. _S_e_cci~n..v_III__________________-_7~0'C9
·708
explicó; porque aunque la n~turaleza no tienda esencialmente a la corrupción, tar la forma; ahora bien, hablando en general, no es de esencia de la potencia
existir siempre con su acto; ¿con qué razón, pues, se prueba que sea de esen-
sino a la generación, puede, sm embargo, acaece: que se cor_rot;npa una cosa an-
cia ~e esta p~tencia? En efecto, no puede deducU:se del hecho de que sea po-
tes de que puedan generarse otras. Por eso, lo dicho por Anst?teles: que ~a ge-
tencia sustancial, ya que de esto se mfiere más b1en que es una potencia sub-
neración del uno es corrupción del otro, acaso no sea convertible, o habra que
sistente, aunque sea de modo parcial e incompleto, pudiendo por ello existir
interpretarlo propiamente hablando, aunque accidentalmente pueda fallar.
11. Suele proponerse otro argumento, porque lo q':e. no _es _de por si apto por sl misma. aunque no ejerza actualmente su causalidad, de igual manera
para obrar sin otro, tampoco es de por sí apto para eXIstir sm el; ~as la ma- que permanece el alma racional por ser subsistente, aunque no esté informando
teria, por su naturaleza, nada. p:rede. obrar sm la for~a_; l~ego neces1ta por na- en acto.
13. Argumento demostrativo de que la materia no puede existir natural-
turaleza de la forma para extstrr, sm que pueda eXIstrr sm ella. Mas yo pre-
gunto si es que se trata de una operación ~ropiament:e tal, la cual exprese rehl- mente sin la forma.- Parece, pues, difícil encontrar un argumento convincente
ción a un principio eficiente, y en este sentido nada ttene que ver con el pro~le­ de 1~ dependencia natural de la materia respecto de la forma; por eso en nues-
ma, puesto que la materia ni con forma ni. ,sin forma. puede poseer OJ?eractón tro tiempo, sobre todo en Italia, muchos se deciden por que la materia en rea~
alguna. O si, con sentido amplio, la operac10n se entiende por cualqmer cau- lidad no se separe nunc~ de _la forma debido al orden necesario de los agentes
-salidad, y entonces la afirmación es falsa; en efecto,. muchas :re~es una _cosa naturales, tanto de los mfermres como de los celestes, que infunden siempre
necesita la unión de otra para causar, sin que la necesite para ex.Isttr, por eJem- una f.orma al separarse otra, mas no debido a la dependencia intrínseca de la
plo, el entendimiento agente necesita. la unión de la fantas~a para abstr~er !as materm, de !a que afirman que no se reducida a la nada, si, suprimida una for-
m~, no .le sucediese otra, sino que permanecería naturalmente con su entidad y
especies, y, sin embargo, permanece su1: la fantasía, Y. no se JUZga. ~ue este ociO-
so por más que en este estado no reahce s~s operacmnes. !amblen el alma ra- eXI.stencta. Con todo, no hay por qué apartarse de la sentencia antigua y c<r-
cional necesita la unión del cuerpo para ejercer la causahdad formal, mas no mun, la cual podemos explicar y confirmar de los modos siguientes: Primero
para existir, y a si en otros casos; en este sentido, pues, podrá la ~ateria nec; no es verosímil que esta materia inferior tenga respecto de la forma de 1~
sitar la unión de la forma para dar muestras de su causahdad ?'latertal, por mas cosa generable, considerada en general, una independencia mayor que cada una
que no la exija para existir. Y esto obedece a que 1~ causah~a.d expre~~ una ?e las materias del cielo tiene de su propia forma, por ser aquélla más
relación o referencia trascendental, y puede, por lo mtsmo, ex1grr la umon de tmperfecta; mas cada una de las materias del cielo depende naturalmente de
otra cosa· en cambio la realidad de donde dimana la causalidad puede ser su forma; luego. Segundo, no es verosímil que esta materia dependa más de
más absoluta y no exi~ir la compañia actual, sino sólo aptitudinal de otra cosa. l~s forma~ acc;identales que de la sustancia_l, puesto que es a ella a la que esen-
12. De aqui se infiere tambfén la inconsiste~ci~ de otro argumento co- cial y pnmanamente se ordena; ahora bten, de tal suerte depende la materia
rriente, al que se juzga como emmentemente a prwrt, a. saber, por ser la ma- de la. forma accidental que, naturalmente, no puede existir sin alguna, como
teria pura potencia, debiendo depender, por tanto, en vu~ud de su naturalez~, es evidente, al menos respecto de la cantidad.
del acto de la forma. Mas el que se le llame pura pot.encta no excluye la t;ntt- 14. San Agustín, en definitiva, afirmó que la materia informe no había
dad actual de la materia misma, sino que expresa sencillamente que esa ent1dad precedido con duración alguna real.- Tercero, es físicamente conjeturable con
es tal, que es esencialmente potencia, con destino exclusivo de recibir y susten- la máxima garantía 9-ue l.a materia ha sido instituída para existir siempre con
alguna forma sustanctal, sm separarse nunca de ella; luego es señal de que fue
et tamen manet sine phantasia et non
licet natura per se non intendat corruptio~ illa non succederet, sed naturaliter cum sua
censetur esse otiosus, etiamsi tune pro eo maro omnino instituta; non est autem de
nem, sed generationen:, fieri tamen potest statu non exerceat suam operationem. Ani- ratione potentiae, generatim loquendo, ut entitate et existencia fuisse permansuram.
ut res corrumpatur pnus quam altera ge- ma etiam rationalis indiget consortio cor- semper sir sub actu suo; unde ergo osten- Nihilominus recedendum non est ab antiqua
nerad possit. Quare quod Aristoteles dixit1
nempe: generatio unius ~st corruptio .alte- poris ad exercex;dam camalita~em for~ale~, ditur hoc es se de ratione huius potentiae? et communi sententia, quam his modis ex-
non vero ad extstendum, et stc de alus; s1c nam, ex eo quod sit potentia substantialis plicare et confirmare possumus. Primo, non
rius fortasse non converutur, vel mtelligen~ ergo materia poterit indigere consortio for- id colligi non potest, cum inde potius ha~ est verisimile materiam hanc irúeriorem esse
du~ erit per se loquendo, Iicet ex accidente
mae ad exhibendam causalitatem materialem, beatur esse potenúam subsistentem, quamvis magis independentem a forma rei genera-
possit deficere. . bilis indefinite sumpta quam sit unaquaeque
· 11. Alia ratio fieri solet, qm~ quod non etiamsi ad existendum eam non requirat. Et partialiter et incomplete, et ideo posse per
materia caeli a propria forma, curo sit illa
est aptum per se operad sin~ ali_o, neque ratio est quia causalitas dicit relationem vel se existere, etiamsi causalitatem suam actu
minus perfecta; sed unaquaeque materia
habitudinem transcendentalem, et ideo pos- non exerceat, sicut manet rationalis anima,
etiam est aptum per se esse sme tilo; ma- tulare potest consortium alterius ; res au- caeli pendet naturaliter a sua forma; ergo.
teria autem natura sua nihil operari potest tem a qua est causalitas potest esse magis quía subsistens est, licet actu non informet.
13. Ratio probans materiam naturaliter Secundo, non est verisimile materiam hanc
sine forma · ergo natura sua indiget forma magis pendere a formis accidentalibus quam
absoluta, et non actu, sed aptitudine tan- sine forma esse non posse.- Difficile er,.o
ut existat, ~ec potest esse sine !lla. Sed i~­ a substantiali, curo per se primo ac princi~
terrogo an sit sermo de operattone prl?pr~e tum, societatem alterius postulare. videtur . rationem reddere quae convin;at
12. Ex quo etiam infirma videtur alia hanc naturalem dependenúam materiae a paliter illam respiciat; sed ita pendet mate·
sumpta, quae dicit habitudinem ad pnnct~ ria haec ab accídentali forma .ut naturaliter
forma, propter quod hoc tempore mulús
pium efficiens; et hoc modo non est ad communis ratio, quae maxime a priori esse
rem; nam materia nec sub f?rma nec abs~ censetur, nimirum, quod materia est pura praesertim in Italia, placet materiam qui~ esse non possit sine omni illa, ut est evidens,
dem nunquam separari a forma propter ne- saltero de quantitate.
que forma potest habere ahquam opera- potentia, et ideo ab actu formae natura sua 14. Augustinus tandem asseruit materiam
i:ionem. Vel operario sumitur late pro qua- pendere debet. Quod enim dicitur pura po- cessarium ordinem flgentium naturalium,
tum inferiorum, tum caelestium, quae sem- nulla duratione reali informem praecessis-
cumque causalitate; et &ic falsa est assump~ tentia non excludit actualem entitatem ip-
tio; saepe enim indiget una res cons~r­ sius materiae, sed dicit solum talero esse 1 per introducunt unam formam recedente ali.a, se.- Tertio, physica coniectura oprima es~
quod haec materia ad hoc est instituta ut
tio alterius ad causandum et non ad exts;; illam entitatem ut essentialiter sit potencia
tendurri, ut intellecms agens indiget c~m­ et ad munus reclpiendi et sustentandi for-
i non vero propter intrinsecam deoendentiam
materiae, quam dicunt non fore ~in nihilum semper sit sub aliqua substantiali forma et
fiortio · phantasiae ad abstrahendas spect~s, k redigendam si, ablata una forma, altera in ab eis nunquam separetur; ergo signum est

1
1,,
r--------~-·--...,..--~-· ---
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VIII 711
710
existir. Se p~ueba la consecuencia, puesto que no háy contradicción en pensar
creada con tales características que exige por su naturaleza la unión de la forma que la materia es tal q~e posee esta indigencia, cosa que se prueba muy bien
para poder existir. El antecedente ~~ claro ¡;or. inducdón, ya que la mater!• con.cretame~te en atencwn a que es pura potencia, es decir, imperfecta en su
fue desde el principio de su creacwl! consutm?a baJO f~rmas. La se~te~c~a ,e~udadJ e ~ncompleta y potencial; ,efec:ivament~, con estas imperfecciones no
-opuesta no C"S verosímil, pues la Escritura no dtce que Dms en un p~mc1p1o solo no esta. en J?':gna, smo que mas bten enca¡a perfectamente esa indigencia
creó la materia, sino el cielo y la tierra, palabra~ de las que se demostro antes y dependencm. N1 unporta que sea parcialmente subsistente pues la subsistencia
que no pueden hacerse equivalentes a la matena. Y aunque parezca que San excluye la dependencia de sujeto, pero no de acto o for~a. Y en esto no se
Agustín, a veces, tuvo sus dudas sobre este p_unto, sin. e.r;tbargo, en el lib. XII puede comparar la materia con el alma subsistenteJ por ser ésta mucho más
de las Confesiones, c. 17 y 29, refuta la primera opmwn y concluye que la perfecta Y a.ctual, y absolutan:ente inn:aterial. As!, pues, este modo de depen-
materia antecedió a su información no temporalmente, sino sólo por natura- denci~. no solo . no rep~gna, smo qu~ mcluso está en máxima consonancia con
leza; por eso en el lib. XIII de las Confesiones, c. ?3, concluye .as!: S!endo una la enlidad de la materta y con su Imperfección y función; por tanto, es más
cosa la materia del cielo y de la tierra y otra dzsttnta su confz.guracwn vzsz.ble, aceptable que sea tal ,1~ naturaleza ~e la materia. Finalmente, es verosímil que
hiciste la materia de la nada absoluta, mientras que esta configuración visible la lo que en las cosas !Isicas sucede s1empre del mismo modo sin variación, sea
hiciste de la materia informej sin embargo, hiciste ambas cosas a la vez, de ~aturalmen~e necesano; mas el que la materia exista con alguna forma sucede
t uerte que la forma siguiese a la materia sin ninguna interrupción de tiempo. L?
siempre a~I naturalmente; luego sucede así por necesidad de naturaleza y no
rnismo tiene en el lib. I De Genes. ad titter., c. 19, y en el lib. IV, c. 22 Y SI- por. necesidad de 1~ forma, .puesto 11ue, al perecer una forma por falta de dis-
guientes, y en el lib. I De Civitate Dei, c. 7. Y después de esa primera crea- postctones, no ha~Ia necesidad alguna por parte de otra de introducir uua
ción jamás la materia careció de toda forma; y de tal suerte han stdo dlspues- nueva forma. De Igual modo tampoco puede atribuirse la necesidad solamente
tas por el autor de la naturaleza las causas naturales, que jamás puede . una al agente e~trinseco próximo, porqu~ muchas veces incluso no existe agente
forma abandonar la mat!:da sin que sea infundida otra. En efecto, el axtoma alguno. p~rttcu.lar. de! que proceda dicha forma; luego esa necesidad se ftmda
de Aristóteles en el lib. I De General., text. 18 -la generación de una cosa es en la mdigencm mtnnseca de la materia misma. Ni basta con decir que se trata
corrupción de otra-, es verdad en general, sin que pueda ser verdad afr:mar de la de un efecto nat_ural debi~o al orden del 1miverso, o a la naturaleza univers~l,
generación que la sigue siempre la.., co~rupción, si no es ':~rdad tambié~ que a o que. esa necesida_d prov1en~ de causas agentes universales) las cuales, si es
la corrupción de una cosa acampana s1empre una generacwn, porque s1 se co- que fallan las particulares, siempre están preparadas para infundir una nueva
rrompiese algo sin que se pro.dujese ninguna ~;neración, . podría luego de la f~rma,. puest~ que esta tendencia universal de la naturaleza se funda. en la in-
misma materia generarse algo sm nueva corrupcwn. Pues siendo verdad que no diget;cta propm de 1~ mf!.te~ia, ya que como el bien universal exigía que ninguna
existe en la materia forma alguna de corporeidad o genérica, según se demos- porción de, la materia pudtese faltar nunca o se redujese a la nada, por lo mis-
tró antes y volveremos a demostrar luego, es necesario que a una forma suceda mo proveyo la naturaleza que nunca pudiese verse privada de toda forma sino
siempre otra forma en la materia a no ser que queramos afirmar que de hecho que al s7parars~ una le sucediese siempre otra, por ser esto necesario par~ quv
la materia permanece muchas v;ces sin forma alguna sustancial con solas las la materm pudtese conservarse perpetuamente de modo natural. En otro caso
formas accidentales. Mas esto es absurdo y paradójico en filosofía. ¿por qué iba a ser tan próvida la naturaleza en esta sucesión de formas, sobr~
15. Fue hecha, pues, esta materia para estar siempre con la forma; luego
es verosímil que haya sido hecha con tal disposición que necesite la forma para
existendum. Probatur consequentia quia non ex defectu dispositionum, nulla erat neces-
repugnat intelligere materiam pri~am talero sitas ex parte ·alterius introducendi novam
atque ita sunt ab auctore naturae di.sposi-
talero etiam esse factam ut ex natura sua tae causae naturales ut nunquam poss1t una esse ut hanc habeat indigentiam, quod recte formam. Neque ítem tribui potest necessitas
postulet consortium formae ut esse possit. forma materiam deserere quin introducatur probat illa ratio, quia, sdlicet, est pura so!i extrínseco agenti proximo, quía saepe
Antecedens patet inductione, quia materia pot~ntia, id est, imperfecta in entitate sua, etlam nullum est privatum agens a quo sit
alia. Illud enim axioma Aristot., I de Ge~
a principio in sua creatione sub fo~mis c~n;.­ ner., text. 17: generatio unius est corruptio et mcompleta ac potentialis; cum his enim talis forma; ergo illa necessitas fundatur in
dita fuit. Neque sententia contraria vens1~ imperfcctionibus non pugnat, immo oprime indigentia intrínseca ipsius materiae. Nec
alterius, in unlversum verum est, nec potest quadrat illa indigcntia et dependentia. Nec
milis est; nam Scriptura non dicit Deum de generatione vcrum esse quod semper ad satis est dicere hunc effectum esse natura-
in principio creasse materiam, sed caelu~n eam scquatur corruptio, nisi etiam ad cor-
refert quod partialiter sit subsistens; nam lem ex ordine universi seu ex universali
et terram; quas voces non posse- de n;tatena ruptionem unius semper sequatur genera- subsistentia excludit dependentiam a subiec- natura, aut necessitatem illam oriri ex caÚ-
exponi supra ostensmn est. _Et quarnv1~ Au~ tia; nam si aliquid corrumperetur et nulla
to, non vera ab actu seu forma, Neque est sis agentibus universalibus, quae semper
gustinus interdum videatur m hoc dubltasse, fieret generatio, postea ex eadem materia pos- in hoc comparanda materia cum anima sub- sunt paratae ad introducendam aliquam for-
tamen XII Confess., c. 17 et 29, priorem sct aliquid gcnerari sine nova corruptione. sistente, quia hace longe est perfectior et mam, quando particulares deficiunt; nam
opinionem reprobat et concludit materiam Cumque verum sit in materia nullam esse actualior et simpliciter immaterialis. Igitur haec universalis institutio natun.' in proprla
non tempore, sed natura tantum anteces- formam corporeitatis vel genericam, ut in hic modus dependentiae non solum non indigentia materiae fundata est; nam quia
sisse formationem suam; unde XIII Con- superioribus ostensum est et inferius etiam repugnat, verum etiam est maxime cansen~ ad universale bonum pertinebat ut nulLa
ress., c. 33, ita concludit: Cum a.liud sit ostendemus, necessarlum est ut semper for- taneus entitati materiae et imperfectioni ac
muneri eius; ergo verisimilius est talero materiae portio unquam deficeret aut in
caeli et terrae materies, aliud specws, ma- mae forma succedat in materia, nisi dicere nihilum redigeretur, ideo natura providit ut
teriem quidem de. omnif!O "nihil'?, m~ndi au- velimus de facto saepe manere materiam esse naturam materiae. Denique in rebus
tem speciem de mfonm materta, s1mul ta- physicis, quod semper eodem modo evenit nunquam posset privad. oroni forma, sed
sine forma ulla substantiali cum solis acd- recedente una, semper succederet alia, quia
men utrumque fecisti ut materiam forma dentalibus. Quod absurdum et paradoxum et non aliter, verisimile est esse naturaliter
nulla morae intercapeditze sequeretur. ldem necessarium; sed materiam esse sub aliqua hoc necessarium erat ut materia posset per-
habet lib. I de Genes. ad litter., c. 19,. t;,t esset in philosophia. forma, naturaliter semper ita evenit; ergo petuo naturaliter conservari. Alioqui cur na-
15. Est ergo facta hace materia ut per- tura fuisset tam provida in huiusmodi for-
lib. IV, c. 22 et sequentibus, et I de Clyl- petuo sit sub forma; ergo verisimile est est ex necessitate naturae et non ex neces~
tate c. 7. Post illam vera primam creatlO- sitate formae, quia quando una forma perit marum successione, praesertim quando for-
talero esse factam ut forma indigeat ad
ne~ nunquam materia carui~ omni forma;
~7=12~----------------------------------------~L>~putaciones rnetafisicas
L>isputación XV.--Sección Vlll 713

todo cuando la forma que sucede no es esencialmente necesaria para eliminar la


otra que desaparece por falta de la disposición y organización necesaria? Qué clase de dependencia de la forma tiene la materia
16. Ni hay paridad en el ejemplo que se aducía de la elevación del agua 17. L>os modos de dependencia.-- Argumentos que prueban que la mate-
para llenar el vado; pues la naturaleza universal evita el vacío por causa de ria depende de la forma sólo como condición.- Mas queda por explicar de qué
la perfecta unidad e integridad del universo y por causa de la necesidad de la clase de dependencia se trata; pues cabe entenderla de dos maneras o como·
acción e influencia, mas no debido a las ventajas de un ente particular. Y el d.e su causa propia, o. co':llo de una condición hasta tal punto nece;aria, que
hecho de que la materia estuviese como vada sin forma alguna, si a pesar sm ella no puede tal realidad reclamar la existencia; estos dos modos de de-
de ello pudiese conservarse y servir de sujeto paciente y ser dispuesta para la pendencia los expliqué ampliamente en el tomo I de la III parte, disp. VIII,
generación y concurrir a ella en su género, no constituye inconveniente alguno sec. 1, y parece que los da a entender Fonseca, lib. V Metaph., c. 2, q. 3, sec. 1,
para la naturaleza universal. En consecuencia, no existe ninguna otra razón cuando dice que se puede entender que la materia depende de la forma o como,
universal más que la conservación de la materia. Confieso que todo este razo- de ca~,sa verdadera. o como de. algo concomitante; y en la sec. 3 parece hacer
namiento da por supuesto que la materia de hecho nunca permanece sin la for- mencton de los rmsmos al dectr que los accidentes conservan la sustancia no.
ma sustancial, y que de aquí se infiere que esto se debe a la necesidad de la a priori) .sino a posteriori. ~uede, pues, dudarse -de cuál de estos modos depende
materia, inferencia que juzgo ha quedado suficientemente probada; mas lo que la materia. de la forma. C!erta~e.nte el que se trate sólo de una dependencia
dudo es si el antecedente ha sido debidamente demostrado; en efecto, la forma a poste;l.or,t y como ~e una condición necesaria, parece que puede defenderse con.
sustancial no la experimentamos más que por los efectos o por los accidentes; probabilidad. En pnmer lugar, porque este modo de dependencia es posible
ahora bien, muchas veces no existe efecto alguno que demuestre con evidencia puesto que la forma sustancial o su unión con la materia, e incluso todo e!
la infusión de una nueva forma después de la separación de la anterior, por c?r;npuesto depe!lden así ,de algunas formas accidentales como de unas dispo-
i Slcwnes nec.esanas .por vm de conservación, como dicen; no porque sean las.
ejemplo, en la muerte del hombre. Por eso Escoto y otros niegan que sea in-
causas propms y directas de tal conservación, sino porque son disposiciones de
fundida entonces una nueva forma, por más que, para no admitir que perma-
tal modo connaturales que son también necesarias; luego con mucho mavot
nece la materia sin forma, pongan una forma de corporeidad o de composi-
r~~~n puede 1~ mater~a te.ner esa d,ependencia de la forma como de una dispo-
ción; mas, si se prescinde de ésta, nosotros no tenemos otra razón para con- stcto;t necesarta y pnmana. Ademas, de este modo depende la materia de la
vencernos de que en toda muerte o corrupción se infunde una nueva forma ca~udad; luego puede depender también de la forma. Este modo basta, asi-
más que porque, en otro caso, la materia se quedaría sin forma; y entonces mismo, para salvar todo lo que se ha dicho sobre la dependencia de la materia
parece que con estas demostraciones incurrimos en un círculo vicioso. Empero, resp.ecto de la forma, sin 9~e prueben más cuantos argumentos se han expuesto.
aunque sea verdad que por los efectos no se demuestra esto con evidencia, con Es Igualmente un modo facil y claro, ya que de acuerdo con él son fácilmente
todo hasta tal punto está ese axioma acorde con la naturaleza de las cosas y con conciliables las dos conclusiones sentadas. Se comprende también perfectamente
el fin, uso e imperfección de la materia, que ha sido aceptado como cierto e cómo a su vez depende la forma de la materia y la materia de la forma oues
indubitable por el consentimiento unánime de casi todos los filósofos antiguos la una se dice depender a priori y la otra a posteriori; la una depende co:U~ de·
y modernos, lo cual constituye fundamento suficiente para un argumento filo- verdadera causa; la otra, como de condición concomitante.
sófico.
Qualis sit dependentia materiae a forma nam forma substantialis vel eius unio ad
ma quae succedit per se non erat necessaria satis demonstratum sit; nam substantialem materiam, atque adeo totum compositum,
ad expellendam aliam, quae ob defectum formam non experimur nisi ex effectibus vel 17. Duplex dependentiae modus.- Ar- pendet hoc modo ab aliquibus formis ac--
dispositionis vel organisationis necessarlae accidentibus ; saepe autem nullus est effec- gumenta probantia materiam a forma solum cidentalibus tamquam a dispositionibus ne-
recedit? tus qui evidenter ostendat introductionem ut conditione dependere.- Sed explicandum cessariis vía conservationis, ut aiunt~ non
16. Neque est simile quod afferebatur de novae formae post recessum prioris, ut in superest qualis sit haec dependentia; duo- quia sint propriae et directae causae talis'
ascensu aquae ad replendum vacuum; nam morte hominis ; et ideo Scotus ct alii negant_ bus enim modis potest intelligi, scilicet, vel conservationis, sed quia sunt disposiciones
universalis natura evitat vacuum propter ibi introduci novam formam, quamquam, ne tamquam a propria .:ausa vel tamquam a ita connaturales ut sint etiam necessariae;
perfectam unitatem et integritatem universi fateantur manere materíam sine forma, po- conditione ita necessaria ut absque illa non ergo maiori ratione potest materia habcre-·
et propter necessitatem actionis et influen- nant formam corporeitatis vel mixtionis, qua debeatur esse tali rei, quos duos modos de- talem dependentiam a forma tamquam a
tiae, et non propter commo.:l11m alicuius seclusa nos non alia racione convincimus. pendentiae explicui late, in I tomo UI par- necessaria dispositíone et primaria. Item hoc.
privati entis. Quod yero materia csset quasi in omni morte vel corruptione introdt::cí no- tís, disp. VIII, sect. 1, et illos videtur signi- modo pendet materia a quantitate; ergo et
vacua omni forma, si nihilominus conserva- varo formam nisi quia 2lias materia maneret ficare Fonseca, V Metaph., c. 2, q. 3, sect. 1, potest pendere a forma. Deinde hic modus
d posset et pati ac disponi ad 2enerationem sine forma; et ita videmur in his proba- dum ait intelligi posse materiam pendere est !'.ufficiens ad salvandum omnia quae di-
et indubitatum sit receptum, quod satis est tionibus circulum committere. Sed, licer ve- a forma vel tamquam a vera causa vel tam- cuntur de dependentia materiae a forma, et
lum esset incommodum naturae universali. rum sit ex effectibus id non evidenter de- quam a _quodam concomitante; et sect. 3 omnes rationes factae non amplius probanL
Igitur universalís ratio nulla est alia nisj monstrari, nihilominus adeo est illud axio- videtur de eisdem facere mentionem, dum Est etiam modus facilis et clarus; nam iux-
materiae conservatto. Fateor totum hunc ma consentaneum naturis rerum et fini et ait accidentia conservare substantiam, non ta illum facile conciliantur duae conclusio-
discursum supponere de facto nunquam usui ac imperfectioni materiae, ut unanimi a priori, sed a posteriori. Dubitari ergo pot- nes positae. Recte etiam intelligitur quo-
manere materiam sine substantiali forma, e~ omnium fere anciquorum et recentiorum est quo ex: his modis pendeat materia a modo vicissim pendeat forma a materia er-
inde colligere hoc provenire ex indigentia yhilosophorum consensu tamquam certum forma. Et quidem, quod sit tantum depen- materia a forma: una enim dicetur pendere
materiae, quam collectionem ex:istimo satis et in suo genere ad illam concurrere, nul- dencia a posteriori et a conditione neces- a priori et altera a posteriori; una tamquam--
esse probatam; antecedens autem dubito an ad philosophicam rationem fundandam. saria, videtur probabiliter persuaderi. Primo, a vera causa, et alia ut a conditione con~
quia hic modus dependentiae possibilis est; comitante.
714 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Secció:cn_V:_I::I~I__________________'_7:':'15

18. En cambio, según el otro modo, resulta dificil comprender esta mutua que se crea el todo; luego la forma no puede conCurrir a su creación como
,-dependencia; pues debiendo la materia suponerse en absoluto para la forma, a verdadera causa.
fin de que pneda ésta ser educida de la potencia de aquélla, apenas se compren- 19. Por lo dicho se confirma y declara esto de la siguiente manera: la
de cómo puede la materia depender a priori de la ~orma. Y se .explica más Y creación de esta materia de las cosas generables y, la inducción de la forma son
aumenta la dificultad por el hecho de que la materia es producida por verda- acciones distintas, tanto ahora en la conservación -de la materia y en la genera-
,dera creación y conservada mediante esa misma acción permanente; luego en ción de las cosas, como en la primera producción de las realidades· sublunares·
su producción no depende de la fo~ma como de causa verd~~era, puesto que roas la acción inductiva de la forma no puede ser causa verdadera de la acció~
ninguna causa creada puede concurrir naturalmente a la creac10n. Algunos res- creadora de la materia; luego mucho menos podrá ser causa verdadera de la
ponden que esto es verdad respecto de la causa eficiente, pero no de los otros creación de la materia la forma inducida mediante dicha acción. La menor
géneros de causas, porque la criatura no puede ser causa eficiente de la crea- es evidente, en primer lugar, porque la inducción de la forma supone en abso-
ción, pero puede ser causa final, como es de por sí evidente; y por la misma luto la creación de la materia, es decir, una materia creada, no resultando com-
razón puede ser causa formal e incluso material; pues cuando se crea el todo, prensi~le el que la inducción o unión de una forma sea un presupuesto en
las partes concurren a su ser y producción en el género de la causa material. cualqmer género de causa para la creación de la materia, ya que la inducción
Mas, dejando a un lado la causa final, cuya causalidad tiene características pe- de la forma en cuanto tal expresa una relación trascendental a la materia ya
culiares debido a que no se ejercita mediante una moción real y propia distinta creada; por eso, al igual que la relación no puede suponerse anterior a su
de la acción de la causa eficiente, y no exige, por tanto, en la realidad previa- término en ningún género de causa, de igual manera tampoco la inducción de
mente un ser real que ejecute tal causalidad, por lo que se refiere a la causa la forma puede suponerse anterior a la creación de la materia. En segundo
material, su concurso parece estar en contradicción directa con la creación, en lugar, porque, en otro caso, la creación o conservación de la materia dependería
cuanto creación propia y verdadera; lo cual se evidencia fácilmente por lo di- esencialmente de la educción de la forma; luego dependería también del agente
cho antes sobre la educción de la forma de la potencia de la materia y se de- que educe la forma; y de esta suerte los agentes naturales conservarían la ma~
mostrará luego con más amplitud en la disputación propia sobre la creación. teria como verdaderas causas eficientes. De donde resultaría también que cuan-
Me refiero a la creación entendiéndola propiamente como creación; porque si tas veces se cambia la forma en una materia, otras tantas tendría que cambiar
se la entiende como concreación, puede tener dependencia de una causa mate- h acción con la que la materia es conservada por Dios, puesto que, cambiada
rial, tal como se declaró antes al tratar de la materia del cielo, ya que la con- la dependencia de una r:<:ción, se cambia la acción por consistir esencialmente
creación en cuanto tal presupone la creación en orden de naturaleza y puede en dependencia, según luego explicaremos. Ahora bien, el conseéuente es falso,
por lo mismo tener alguna dependencia. Por el mismo motivo, pues, la crea- porque la materia, en cuanto es sujeto primero de generación, es algo ingene·
rabie e incorruptible, ya que se presupone para la generación y corrupción;
ción en cuanto tal no puede tener dependencia de una causa formal, puesto
luego por el mismo motivo es algo inmutable respecto de la acción por la que
que la causa formal supone la material, aunque la concreación sí puede tener
se hace y conserva) por suponérsela hecha y conservada; de lo contrario, en
dependencia de una forma, según se explicó antes en el lugar citado. Ahora ~ualquier generación de un agente natural sería concreada la materia, o sería
bien, la materia de las cosas generables se crea verdadera y propiamente y no igual que si se concrease, puesto que comenzaría a ser conservada mediante una
se concrea propiamente, es decir, no se produce en la única e idéntica acción en nueva acción que tendria por término el todo, cosa que está en manifiesta con-
tradicción con la acción de un agente natural; en otro caso, se podría decir con
18. At vero iuxta alium modum difficile priam motionem distinctam ab actione cau~
intelligitur hace mutua dependcntia; nam sae efficientis, et ideo non pracrequirit reale totum; ergo ad creationem eius non potest penderet per se crearlO vel conservarlo ma-
cum materia simpliciter supponatur formae esse in re quae talero causalitatem exercet, forma concurrere ut vera causa. teriae ab eductione formae; ergo et ab agen-
ut haec ex illius potencia educi possit, vix de causa materiali videtur concursus eius 19. Quod in hunc modum declaratur et te educente formam; atque ita agentia na-
directe repugnare cum creatione, ut est pro- conJirmatur ex dictis ; nam creatio huius turalia ut verae causae effectivae conserva-
intell\gitur quomodo a priori possit materia rcnt materiam. Unde etiam fieret ut quoties
a forma dependere. Et explicatur amplius pria et vera creatio; quod facile patet ex materiae rerum generabilium et inductio for-
dictis supra de eductione formae de poten- mae sunt actiones distinctae, tam nunc in forma mutatur in materia, mutaretur actio
augeturque difficultas ex co quod materia materiae conservatione et rerum generatione, qua materia conservatur a Deo, quia mutata
fit per veram creationem et per eamdem ac- tla materiae, et latius ostendetur infra in-
propria disputatione de creatione Loquor quam in prima rerum sublunarium produc- dependentia actionis, mutatur actio, eo quod
tlonem permanentem conservatur; ergo non autem de creatione, ut proprie creatio est; tione; sed actio inductiva formae non potes~ ipsa sit essentialiter dependentia, ut infra
pendet in suo fieri a forma ut a vera causa, nam sub racione concreationis potest habere esse vera causa actionis creativae materiae; declarabimus. Consequens autem est falsum,
quía ad creationem nulla causa cr~ata con- dependentiam a causa materlali, ut supra ergo multo minus forma quae per illam ac- quía materia, ut est primum subicctum ge-
currere potest naturaliter. Respondent ali- declaratum est :tractando de materia caeli, tionem inducitur potest esse vera causa crea- nerationis, est quid ingenerabile ct incor-
qui hoc esse verum de causa efficienti, non quia concreatio ut sic ordine naturae sup- tionis materiae. Minar patet, tum quia in- ruptibile, quia supponitur generationi et cor-
vero de alii~ generibus causarum; na;m crea- ponit creationem, et ideo potest habere ali- dnctio formae supponit omnlno creationem ruptioni; ergo eadem ratione est quid im-
tora non potest esse causa efficiens creatio- quam dependentiam. Eadem ergo racione materiae seu materiam creatam, nec intelligi mutabile quoad actionem per quam fit et
nis; potest tamen esse causa finalis, ut per creatio ut sic non potest habere dep:!nden- potest quod formae inductio aut unio sup- conservatur, quía supponitur facta et con-
se constat; et eadem ratione potest esse tiam a causa formali, auia cauSa formalis ponatur in aliquo genere causae ad creatio- servata; alioqui per quamcumque genúa-
causa formalis, immo et materialis; nam supponit materialem, licet concreatio possit nem materiae, quía inductio formae ut sic tionem entis naturalis concrearetur materia,
cum creatur totum, partes concurrunt ad habere dependentiam a forma, ut supra loco dicit habitudinem transcendentalem ad ma- vel ita se haberet ac si concrearetur, quía
esse et fieri illius in genere causae ma- citato declaratum est. At vera materia rerum teriam iam creatam; un de, sicut relatio non per novam actionem terminatam ad totum
terialis. Sed, omissa causa finali, cuius gencrabilium vere a e proprie creatur) et non potest praesupponi ad terminum in aliquo ipsa inciperet conservad, quod plane re-
causalitas habet peculiarem rationem, prop- concreatur proprie, id est, non producitur genere causae, ita neque inductio formae ad pugnat actioni agentis naturalis; alias ea-
. terca quod non est per realem ac pro- per unam et eamdem actionem qua creatur c.reationem materiae. Tum etiam quía alias dem ratione dici posset per talem actionem
Disputación XV.-Sección IX 717
~7_1.:_6_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___.D::_isputaciones metafísicas --------------------~--~
esencial; luego también la materia de estos seres inferiores dependerá del mis-
el mismo motivo que mediante dicha acc10n se coproduce siempre una nueva mo modo de la forma generable, aunque sea indeterminada. La consecuencia es
materia. En consecuencia, la creación o conservación de la materia no depende clara, porque la materia del cielo es más perfecta; luego si ella depende, mu-
de la educción de la forma como de causa propia o de una acción que le sea cho más lo hará la otra.
esencial; luego mucho menos podrá depender de la forma como de causa ver- 21. Enjuiciamiento del problema y de las razones aducidas por ambas par-
dadera, por ser la forma en cualquier género de causa posterior a la acción me- tes.- Estos argumentos son, sin duda, probables, pudiendo de esta suerte de-
diante la cual se educe de la potencia de la materia; luego -en resumen:- fenderse por lo dicho ambas posiciones con probabilidad; sin embargo, a ml
tampoco la materia misma puede depender de la forma como de causa esencial, -a decir verdad- la primera me resulta más comprensible y fácil> y si se pe-
sino sólo como de causa o condición concomitante y que dispone debidamente san con atención los argumentos propuestos, los de la segunda se refutan con
y actualiza la materia misma. harta facilidad. Es tarea qne encargo al lector, por ser cuestión fácil, puesto
20. Argumentos que inducen a creer que la materia depende de la forma que después, al explicar cómo las causas pueden ser causas recíprocamente, se
como de causa propia.- No faltan, empero, argumentos por los que parece explicará exhaustivamente qué clase de prioridad mutua puede darse entre. dos
llegarse a la persuasión de que la materia puede depender de la forma como de cosas y cuál no puede darse, dependiendo de la comprensión de e6tO en gran
causa propia que -mediarite su información- la incorpora a su ser. Sobre parte la solución que ahora se adopte.
todo porque la forma sustancial material depende de la materia como de causa
propia y esencial en su género; luego la materia, a su vez, depende de la for-
ma como de verdadera causa, puesto que, aunque no la sustente como sujeto,
puede abrazarla como acto. Porque igual que el acto propio de la causa eficiente SECCION IX
contiene el efecto en su ser debido a su causalidad, del mismo modo el acto
informativo puede abrazar a su sujeto en el ser de un modo proporcionado; SI LA MATERIA DEPENDE DE LA FORMA EN TAL GRADO QUE SIN ELLA NO PUEDA
luego ésta es la relación en que se encuentra la forma sustancial con la materia~ CONSERVARSE NI SIQUIERA POR LA POTENCIA DIVINA, Y VICEVERSA
Se prueba la consecuencia, en primer lugar, porque la forma material es~ más
perfecta y actual que la materia; por consiguiente, depende más esencialmente l. La forma racional puede, naturalmente, conservarse separadaj las demás,
la materia de la forma que la forma de la materia. Segundo, porque no hay sobrenaturalmente.- En cuanto a la dependencia de la forma respecto de la
contradicción en esta clase de vínculo mutuo entre la materia y la forma, como materia, sólo cabe dudar por lo que se refiere a la forma mat~rial; porque la
entre causas que son redprocamente entre sí causas esenciales. Esto es evj- inmaterial es evidente que puede permanecer sin materia no sólo por virtud
dente, tanto por la razón general de que en los diversos géneros de causas no divina, sino también naturalmente. De las otras formas, acaso Aristóteles y los
repugna la prioridad mutua, como también porque parece que en el cielo existe filósofos hayan negado que pudiesen en modo alguno subsistir separadas de la
esta mutua conexión entre la materia y la forma; ya que, según se dijo antes, materia, por juzgar que les era esencial la dependencia e inhesión actual en
están en dependencia mutua y esencial tanto en su producción como en su ser, la materia. Empero, los católicos, que creemos que Dios conserva los accidentes
de suerte que la concreación de la una depende esencialmente de la concreación sin sujeto, no podemos dudar -por más que algunos modernos lo duden- que
de la otra, y viceversa. Y de este ejemplo se puede tomar un tercer argumento; Dios puede conservar también la forma sustancial material sin la materia, ya
en efecto, la materia del cielo depende de su forma determinada como de causa que es mayor la dependencia del accidente respecto del sujeto, en cuanto el ac-

comproduci semper novs.m materiam. lgitur effectivus tenet effectum in esse per ¡;uam 1 materia horum inferiorum pendebit eodem SECTIO IX
crearlo vel conservarlo materiae non pendet causalitatem, ita actus informativus potest modo a forma generabili, licet indefinita. UTRUM TANTA SIT DEPENDENTIA MATERIAE A
ab eductione formae tamquam a propria modo sibi proportionato continere suum Patet consequentia, quia perfectior est ma-
[
FORMA UT SINE ILLA NEC PER DIVINAM PO-
causa vel actione per !>e; ergo multo minus subiectum in esse ;· ergo ita comparatur for-
potest pendere a forma tamquam a vera ma substantialis ad materiam. Probatur con- teria caeli; ergo si illa pendet, multo magis TENTIAM CONSERVAR! POSSIT, ET E CONVERSO
causa, cum forma sit in omni genere cau- sequentia primo, quia forma materialis est alia. l. Rationalis forma naturaliter, caeterae
sae posterior actione per quam educitur de perfectior et actualior quam materia; ergo 21. Iudicium de quaestione et de ratio- supernaturaliter separatae possunt conserva-
potencia materiae; ergo de primo ad ulti- magis per se pendet materia a forma quam nibus utrinque propositis.- Sunt quidem ri.- Quoad dependentiam formae a mate~
mum, nec materia ipsa potest pendere a forma a materia. Secundo, quia non re- hae rationes probabiles, et ita potest utraque ria, solum potest dubitari de materiali for-
forma ut a causa per se, sed solum ut a pugnat huiusmodi mutuus nexus inter ma- ma; nam de immateriali constat non solum
pars ex dictis probabiliter sustineri; mihi virtute divina, sed etiam naturaliter posse
causa vel conditione concomitante et bene teriam et formam tamquam inter causas tamen (ut verum fatear) prior videtur in- manere sine materia. De reliquis autem for-
disponente ac actuante ipsam materiam. quae mutuo et vicissim sunt sibi per se
20. Rationes suadentes materiam a for- telligibilior et facilior, et si attente ponde- mis Aristoteles et philosophi fortasse ne-
causac. Quod patet tum illa generali ratione
ma pendere ut a propria causa.- Non de- renrur rationes factae, facilius possunt pos- garent posse ullo modo subsistere separatas
quod in diversis generibus causarum non
sunt tamen argumenta quibus suaderi vi- repugnat mutua prioritas, tum etiam quia teriores dlssolvi. Quod munus lectori re- a materia, quia existimarent dependentiam
deatur rnateriam posse dependere a forma linquo, quia res fa<ds videtur, quia infra, et inhaerentiam actualem in materia esse
in caelo videtur esse haec mutua connexio illis essentialem. Catholici autern, qui cre-
ut a propria causa quae per inforrnationem in ter materiam et formam; nam et in fieri explicando quomodu causae sint sibi invi-
suam continet illam in esse. Et praesertim cem causae, radicitus declarandum est quae- dimus Demn conservare accidens sine sub-
quía forma substantialis materialis pendet et in esse mutuo et per se pendent, ut su- iecto, dubitare non possumus (licet moderni
pra dictum est, ita ut concreatio unius per nam prioritas mutua possit ínter aliqua duo
a materia ut a propria et p~r se causa in quidam dubitent) quin possit etiam Deus
se pendeat a concreatione alterius, et e con- intercedere, et quae non possit, ex cuius substantialem formam materialem sine ma-
suo genere; ergo et e contrario materia
pendet a forma tamquam a vera causa, quia, verso. Ex quo exemplo potest sumi tertia intelligentia maxime pendet praes"ens reso- teria conservare, quia maior est dependencia
licet non sustente! illam ut subiectum, potest ratio, quia materia caeli pendet a sua de- lutio. accidentis a subiecto, quatenus accidens mi-
ut actus continere illam. Nam, sicut actus terminata forma, ut a causa per se; ergo et
----~---·-·-

~- 1

718 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección IX 719


cidente tiene menos entidad y actualidad que la forma sustancial. Por eso, todos siguiente, repugna que la materia exista sin acto, porque de lo contrario, esta-
los doctores que se citarán en seguida están de acuerdo en esto respecto de la ría al mismo tiempo en acto y sin acto; mas el acto de la materia es la forma;
forma sustancial, aunque disientan respecto de la materia. luego repugna que exista sin forma. En tercer lugar, aunque la materia tenga
cierta existencia parcial, la tiene con dependencia de la forma en el género de
Se expone la primera opinión acerca de la materia la causa formal; mas Dios no puede suplir por sí el efecto de la causa formal;
luego. En cuarto lugar, suele proponerse este argumento: si la materia se con-·
2. Así, pues, a propósito de la materia, la primera sentencia es la que nie- servase sin la forma, existiría en la naturaleza algún individuo que estaría en el
ga que pueda Dios conservarla sin la forma sustancial. La defiende Santo To- género de la sustancia y no estaría en especie alguna; en efecto, la materia es-
más en los lugares citados en la sección precedente, amén de otros seguidores taría en el género de cuerpo, por ejemplo, y no pertenecería a especie alguna
suyos allí referidos, y lo hace además en el Quodl. III, a. 1, y la da a entender del mismo. En quinto lugar, todo ser accidental procede de la forma accidental
el Maestro en el Lib. II, dist. 12, c. 15, donde dice únicamente que la materia y, por lo mismo, nada puede ser tal sin ella; luego todo ser sustancial procede
al principio de la creación no estuvo previamente privada de toda forma, pues- de la forma sustancial y no puede existir sin ella; mas la materia no posee ser
to que no ·puede existir ningún ser corpóreo tal que no posea forma alguna; alguno sustancial; luego no puede existir sin la forma sustancial. Suelen multi-
mas no dice si habla en el plano de la potencia absoluta o de acuerdo con las plicarse otros argumentos, pero no aportan ninguna nueva dificultad, por lo-
naturalezas de las cosas. Del mismo modo parece expresarse Hugo de S. Víc- cual creo que es inútil detenerse en ellos.
tor, lib. 1 De Sacramentis, parte I, c. 4. San Buenaventura habla con más cla-
ridad en dicha dist. 12, a. 1, q. 1; Herveo, Quodl. VI, q. 1; Egidio, al prin-
cipio de su Hexameron, c. 1 y 2; Janduno, lib. 1 Phys., q. 26; Zimara, .theo- Se explica la segunda sentencia y se la antepone a la primera
rem. 15. El principal fundamento de esta sentencia está en que la matena no 3. La sentencia contraria es bastante común. La defiende Enrique, en el
posee de por sí formalmente existencia, sino que formalmente la recibe de la Quodl. l, q. 10; Escoto, en In I, dist. 12, q. 2, y en ese pasaje Licheto, Mairón,
forma. Ahora bien, Dios no puede conferir el efecto formal sin la causa formal, Bassolis y otros escotistas; Ricardo, q. 4; Gregario, q. 1; Gabriel, q. 1; Mar-
ni puede tampoco conservar la materia sin la existencia, luego tampoco puede silio, In JI, q. 8; se inclina por ella Soto, lib. I Phys., q. 6. A mí me parece
conservarla sin la forma. Ni tiene importancia el que según esta opinión el ser- que esta sentencia es absolutamente verdadera, porque no sólo no encuentro una
de la existencia no sea el efecto formal primario de la forma; ya porque, aun- clara implicación de contradicción, sino también porque no hallo un argumento
que por este motivo pueda por potencia divina permanecer el efecto primario bastante probable que demuestre que la hay. En primer lugar,· aunque defen-
sin este secundario, no obstante, por el contrario, no puede darse el efecto se- diésemos que la existencia es una cosa distinta de la esencia, no podría darse
cundario sin el primario, por depender esencialmente de él; ya también porque razón alguna suficiente de por qué no iba a poder Dios poner ese acto en la
al efecto primario de la forma pertenece el ser o disponer el receptáculo próximo materia sola; porque, aunque según el orden connatural ese acto habría de
de la existencia, efecto que nunca se puede separar de ella, ya que también lo recibirse en la naturaleza completa o en el supuesto integro, puede, sin embar•
tiene en la humanidad de Cristo; y Dios, por su parte, no puede poner un go, por potencia divina, ser puesto en una sola parte, al igual que la existencia
acto fuera de sn receptáculo. En segundo lugar, toman del Comentador que accidental no puede ser recibida naturalmente si no es en el compuesto acci-
la materia es pura potencia; ahora bien, cuando existe, existe en acto; por con- dental o en el supuesto sustancial mediante una forma accidental; y, sin em--

nus habet entitatis et actualitatis quam for- Theorem. 15. Fundamentum praecipuum
ma substantialis. Unde omnes Doctores sta- huius sententiae est quod materia formalitel' sine actu, quía alias simt 1 esset in actu et Posterior sententia tractatur et priori
tirn citandi in hoc conveniunt de forma sub- ex se nullam habet existentiam, sed eam sine actu; actus autem m.lteriae est" forma; praefertm·
stantiali, quamvis de materia dissentiant. recipít formaliter a forma. Deus autem non ergo repugnat esse sine forma. Tertio, etiam- 3. Contraria sententia est satis commu-
potest dare effectum formalem sine causa sí materia habeat aliqualem existentiam par- nis. Eam tenet Henricus, Quodl. I, q. 10;
Tractatur prior opínio de materia formali, neque etiam potest conservare ma- tialem, habet illam pendentem a forma in Scotus, In- I, dist. 12, q. 2; et ibi Liche~
2. De materia igitur est prima sententia teriam sine existencia; ergo non potest con- genere causae formalis; sed non potest Deus tus, Maironis, Bassolis, et alii scotistae;
negans posse Deum conservare materiam servare 'materiam sine forma. Nec refert per se supplere effectum causae formalis; Richardus, q. 4; Gregorius, q. 1; Gabriel,
sine forma substantiali. Tenet D. Thomas, quod esse existentiae, iuxta hanc sententiam; ergo. Quarto, fieri solet haec ratio, quia si q. 1; Marsilius, In 11, q. 8; et in eam
locis citatis sectione praecedenti, cum aliis non sit primarius effectus formalis formae~ materia servaretur sine forma, esset in re- inclinat Soto, I Phys., q. 6; et mihi videtur
sectatoribus eius ibi citatis, et praeterea tum quía, licet ob hanc causam possit per rum natura aliquod individuum sub genere haec sententia omnino vera, quia non solum
Quodl. III, a. 1, indiC'!tque eam Magister, divinam potentiam manere effectus prima- substantiae et non sub aliqua specie; nam non invenio claram implícationem contra~
in 11, dist. 12, c. 5, ubi solum dicit mate- rius sine hoc secundario, tamen e converso materia esset in genere corporis, verbí gra.. dictionis, verum etiam nec rationem satis
riam in principio creationis non fuisse prius non potest secundarius dari sine primario, tia; et non pertineret ad aliquam eius spe- verisimilem quae eam persuadeat. Et im-
carentem omni forma, quia tale aliquid cor- nam ab eo essentialiter pendet; tum etiam ciem. Quinto, omne esse accidentale est a primís, quamvis tenerernus e:xistentiam esse-
poreum existere non uotest quod nullam quia ad primarium effectum formae pertínet forma accidental~ et ideo nihil habere pot- rem distinctam ab essentia, nulla reddi pos-
habeat formam; non tamen declarat an lo- esse vel constituere proximum susceptivum est tale esse sine illa; ergo omne esse sub- set sufficiens ratio cur non posset Deus
quatur de potentia absoluta, vel iuxta na- existentiae, qui effectus nunquam separatur stantiale est a forma substantiali, et non illum actum ponere in sola materia; quía,
turas rerum. Et eodem modo videtur loqui ab ipsa; nam etiam .in Christi humanitate potest es se sine illa; materia autem habet licet secundum connaturalem ordinem ille
Hugo Victori:p.us, I de Sacrament., part.. I, illum habet; non potest autem Deus con"" aliquod substantiale esse; ergo illud non actus recipiendus esset in tata natura vel·
c. 4. Apertius loquitur Bonavent., d1cta stituere actum extra proprium susceptivum. potest esse sine substantiali forma. Aliae integro supposito, tamen per divinam po-
dist. 12, a. 1, q. 1; Hervaeus, Quodl. VI, Secundo ex Commentatore, quía materia est rationes solent multiplicad, sed non inge- tentiam posset constituí in una pa:úe, sicut
q. 1; Aegid., in principio sui Hexa~eron, pura potentia; quidquid auten: existit, es~ runt novam difficultatem, et ideo inutile exisrentia accidentalis naturaliter recipi non
c. 1 et 2; Iandun., I Phys., q. 26; Z1mar ., in actu; ergo repugna.t matenam existere censeo in eis immorari. potest nisi in composito accidentali seu in
no _______________ Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección IX 721
bargo, Dios puede hacer que permanezca en d accidente solo o separado,, Y con de existencia distinto? Porque para que uoa cosa se dé en la realidad y fuera
mayor razón podria conservar el ser sustanc1~l en la sola f~rma sustancml ma- de las causas, basta, según ellos mismos, el ser de la esencia· y la materia de
. ' . . . '
terial; luego también podría en la sola esenc~a de la .materm poner el acto de suyo tlene por SI rmsma cierto ser esencml, aunque parcial y disminuído.
-la existencia, porque, a pesar _de ser . la maten~ potencia para la forma, no obs- 5. Demostración eficaz y «a priori)} de la conclusión.- Mas estas demos..
tante en realidad es una esencm parc1al sustancml; luego en cuanto es una esen- traciones que proponen como ad hominem arrancan de principios ajenos al
.cia ~odrá ser actuada por la existencia, puesto que la existencia es un acto de tema; emper~, la. razón a pr~ori de esta sentencia por sus principios propios es
la esencia. Ni existe argumento alguno que pruebe que e~e orden en~re la. forma que 1~ mater1a tiet?-e su. entidad parcial de existencia igual que la tiene de
sustancial y el acto de la existencia, o que ~a dependencia de la eXI~tencm res- esencta, pues la 7:x1ste?-cta de la. s':~tancia es tan compuesta como su esencia, y
pecto de la forma es hasta tal punto esencml, que no p~eda ~ambmrse o su- por eso pu~de Dms, st.n contradtccwn algtma o repugnancia, igual que conserva
plirse por Dios; la forma, en efecto, no es causa de la eXIstencia, de tal suerte la for.t;na sm la .materia, conservar la materia sin la forma. Porque, aunque el
que forme composición intrínseca con e~a, ya que se da por supuesto q:Ue son re~eptaculn propto -por llamarlo de alguna manera- de ]a existencia completa
entidades simples distintas; y esa causahdad de la forma que ~o _se reahza por e mtegra sea la naturaleza completa o el supuesto sustancial, sin embargo una
composición intrínseca, sino por dimanación o por otro ~rocednmento semeJan- parte de la naturaleza, es decir, una naturaleza parcial, es capaz de la existen-
te, puede ser suplida por Dios, como demostraré en segmda. . . cia pa~cial que, le sea pr?porcionada, _en la cual puede, por divina potencia,
4. Ni cabe decir que la materia que existe por el acto realmente dJstmto ~e subststrr por si sola parcialmente, al Igual que por potencia divina existe la
existencia ya posee la forma, puesto que todo acto es forma. En efecto, segun cantidad separada en su existencia proporcionada. En efecto, por parte de la
esta sentencia, este principio es falso, aun respecto del acto a~tuante; los par- existencia parcial de la materia no puede aducirse repugnancia alguna mayor
tidarios de dicha sentencia ponen en solo el supuesto sustancia! la forma sus- que por parte de la existencia parcial de la forma o de la existencia accideÚtal
tancial y el acto de la existencia realmente distinto, y no adm:ten dos form~s de la cantidad. Efectivamente, esta existencia parcial de la materia no dimana
sustanciales; luego la existencia sustancial . no es forma sustancml. P?r eso dt- intrínsecamente de la forma, sino sólo depende naturalmente de ella, o como
cen también que la existencia de la humamdad ~read~ puede ser suphda pm; la de condición, esto es, de disposición actual naturalmente exigida o, a lo más,
existencia increada del Verbo, por no ser la eXIstencia una forma? _luego SI la como de causa informante y que mediante su información concurre esencial-
materia fuese conservada con un acto de existencia realmente distmto de su mente y ayuda al ser de la materia; /, este modo de dependencia puede fácil-
.esencia sin otra forma, se conservaría verdaderamente sin form~, y. de esta s~er­ mente ser suplido por Dios sin contr 1dicción. Por lo que respecta al primero
te existiría en acto sin acto informativo, mas no sin acto terrmnatlvo. Se ana~e -al que tengo por más probable-, la cuestión es clara, porque ese modo de
.a esto que algunos de los autores ql!e ponen la existencia como .real~ente ~s­ dependencia es muy extrínseco y a posteriori, consistiendo sólo en que a una
tinta de la esencia conceden que Dios puede conservar la esencia sm la eXIs- realidad constituída en tal estado, o que carece de tal disposición o acto, no
tencia en la naturaleza y fuera de las causas. Y a_un9':e defiendan con esto una se le debe naturalmente la existencia. Mas Dios puede conferírsela, incluso al
contradicción, sin embargo, supuesto su fals~ _Prmcipl?, parecen habla~ conse- margen de las naturales exigencias o del orden natural, del mismo modo que
cuentemente. ¿Por qué, pues, no van a admitir tamb1én que la es~nc1a de la puede conservar la forma en la materia sin la natural disposición, y el alma
.materia puede conservarse en la naturaleza y fuera de las causas sm un acto en el cuerpo sin su natural organización.

supposito substantiali media accidentali for~ stinctum iam habere formam, quía omnis natura er extra causas sine actu existentiae existit. Nulla enim maior repugnancia affer-
ma et tamen Deus facere potest ut maneat actns est forma. Hoc enim axioma falsum distincto? Nam ut res sit in rerum natura ri potest in existencia partiali materiae, quam
in ~olo accidente separata, et maiori ratione est mxta illam sententiam, etiam de actu et extra causas, sufficit secundum ipsos es- in partiali existentia formae vel accidentali
posset conservare esse substantiale. in sola actuante · auctores ením illius sententiae se essentiae; materia autem ex se et per existentia quantitatis. Namque haec existen-
forma materiali substantiali; ergo euam pos~ ponunt 'in uno supposito substantiali for~ se ipsam formaliter aliquod esse essentiae tia partialis materiae non manat intrinsece
set in sola essentia materiae ponere actum mam substantialem et actum existentiae rea- habet, quamvis partiale ac diminutum. a forma, sed solum naturaliter pendet ab
existcntiae, quia, licet materia sit potencia liter distinctum, et non admittunt duas for- S. Germana a priorique conclusionis pro- illa, vel tamquam a conditione seu actuali
ad formam, tamen revera est quaedam par~ mas substanciales; ergo existentia substan~ bario.- Sed haec velnti ad hominem ex dispositione naturaliter debita, vel ad sum-
tialis essentia substantialis; quatenus ergo tialis non est forma substantialis. Et ideo alienis principiis procedunt; ex propriis au~ mum ut a causa informante et per infor-
aliqua essentia est, poterit per existenti.am etiam dicunt existentiam creatae humanita- tem ratio a priori huius sententiae est quia mationem suam oer se concurrente et iu-
actuari · nam existencia est actus essentme. tis posse suppleri per increatam existentiarn materia, sicut habet suam partialem entita- vante ad esse materiae; hic autem modus
Neque 'est ulla ratio quae p~obet illum or- Verbi, quía existencia non est forma;. ergo tem essentiae, ita et existentiae; existentia dependentiae facile potest a Deo suppleri
·dinem inter formam substanualem et actum si materia conservaretur curo actu existen~ enim substantiae ita composita est sicut es- sine repugnantia. Et de priori quidem, quí
existentiae, aut depemientiam illius existen~ tiae Iealiter distincto a sua essentia absque sentia substantiae, et ideo sine ulla impli~ nobis probabilior visus est, res est clara,
tiae a forma esse adeo essentialem ut a Deo alia forma, vere conservaretur sine forma, catione vel repugnantia potest Deus sicut quia ille modus dependentiae est valde ex-
--immutari a u~ suppleri non possit; nam for- et ita esset in actu sine actu informante, formam sine materia, ita et materiam sine trinsecus et a posteriori, et solum consistit
ma non est ita causa existentiae ut intrin- non vera sine actu terminante. Adde non- forma conservare. Quia, licet. proprium sus-
nullos ex auctoribus qui ponunt existentiam in hoc, quod rei in tali statu constitutae
sec:e componat illam, curo supponantur ~sse ceptivum (ut ita loquamur) completae et
realiter distinctam ab essentia concedere pos- vel carenti tali dispositione vel actu non
entitates simplices condistinctae; c~us~htas integrae existentiae sit completa natura vel
debetur naturaliter esse. Potest autem Deus
autem formae quae non est per mtnnse~ se Deum conservare essentiam in rerum na- substantiale suppositum, tamen pars natu~
.caro composiü'onem, sed vel per dimanado~ tura et extra causas sine existentia. In quo, rae seu natura partialis capax est partialis conferre esse, etiam praeter naturale debi-
nem aut aliam similem rationem, potest a licet apertam dicant contradictionem, tamen~ existentiae sibi proportionatae, in qua potest tum seu praeter ordinem naturalem, et ita
Deo suppleri, ut statim ostendam. . . suppos1to falso principio, consequenter loqm per divinam potentiam partialiter sola sub- potest conservare formam in materia sine
4. Nec vero dici potest matenam eXl~ videntur. Cur ergo non admittent etiam es- sistere, sicut quantitas in sua proportionata naturali dispositione et animam in corpore
-st:entem per actum existentiae realiter di~ sentiam mate.riae conservari posse in rerum .existentia per divinam potentiam separata sine naturali organizatione.
46
722
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección IX Tl3
6. Por lo que se refiere al •egundo modo de dependencia, se prueba lo mis- mente en acto entitativo o de existencia y en potencia para el acto formal en lo
mo, porque aunque según dicho modo la forma concurra de alguna manera cual no hay repugnancia o dificultad alguna, puesto que la potencia re~eptiva
como causa al ser de la materia, sin embargo no concurre como causa qu.e for- implica necesariamente alguna entidad y actualidad entitativa, según se explicó
me parte intrínseca en la composición de dicho s~r, o como sujeto prop1o ~el antes~

mismo sino sólo como causa informante o actuahzadora y como causa extnn- 7. Qué es lo que debe aportar Dios de nuevo para conservar la materia
seca e~ el sentido de que es completamente distinta del efecto mismo; y a esta sin la forma.- De aquí se infiere incidentalmente con qué acción puede Dios
causa puede suplirla Dios por vía de eficiencia, por más que ella cause P?r vía conservar la materia sin la forma, o qué es lo que El tiene que poner de nuevo
de información. Esto, en sentido contrario, se prueba de la causa :natenal,. la por su parte para conservarla; pues los modos de expresión han de variar igual
cual es intrínseca lo mismo que la formal, y por eso no puede D10s suphri_a que varían los modos de dependencia de la materia respecto de la forma arriba
respecto del efecto, en cuya composición entra intrínsecamente. En camb1o indicados. En efecto, si la materia sólo depende de la forma como de acto o
puede suplir su causalidad respecto del otro· componente, o sea de la forma, disposición consiguiente, no es necesaria acción alguna nueva por parte de Dios
aunque la materia influya esencialmente en su género y como ver~adera ca~sa para conservar la materia sin la forma; pero si desde el principio hubiese crea-
en el ser de la forma misma. De este modo suple Dios la dependencia del su¡eto do la materia sola sin forma, la acción serí~ "..ompletamente idéntica a aqueUa
respecto del accidente, aunque se trate del género de la caus~ materi~l, y dd por la que Dios creó en acto la materia bajo las formas, y el milagro u obra
mismo modo puede suplir la dependencia de la forma sustancial corporea res-
preternatural hubiese consistido sólo en esto, en que Dios producida aquella
pecto de la materia; porque, aunque sea verdadera~ente una causah?ad esen-
cial y material, sin embargo no es absolutamente mtrínseca, es dec1r, de .tal acción sin concomitancia de la otra por la que induciría la forma en tal ma..
naturaleza que la materia misma sea una parte intrínseca de ~i7ho efecto, smo teria. Igual que si Dios crease la sustancia del alma sin potencia intelectiva, la
que es una causalidad ejercida en una cosa completamente d1stmta por vía .de crearfa mediante la misma acción, y el milagro sería únicamente impedir el que
sustentación. Mas esta causalidad que la materia ofrece con su sustent~c16n la facultad dimanase naturalmente de la esencia; más aún, de hecho el alma de
puede Dios suplirla con la eficiencia; luego con i~al razón podrá suplir. la Cristo fue creada sin propia subsistencia, con acción idéntica a como son crea..
causalidad de la forma, no para con el compuesto, smo para con la m~tena; das las otras, siendo solamente impedida en ella la acción o dimanación de la
ni tampoco por información, sino por eficiencia. La cons~cuencia es 7v1dente~ propia subsistencia. De modo proporcional hay que expresarse en el caso de
ya que desaparece por igual cualquier razón de repugnancm, que cons1~te pre- que Dios quiera conservar la materia sin forma, una vez que ya la sometió 11
cisamente en que Dios no puede unirse a modo de forma con la matena, cosa ella; en efecto, al expulsar una forma y no concurrir a la introducción de ott~
que sería necesaria para conservar o componer el compuesto, pero no para con- sólo sería necesario que Dios continuase esa misma acción por la que ahora
servar una parte del compuesto sin otra. Y en esto militan iguales razones por conserva la materia, pues ella seria suficiente para conservar la entidad de la
la materia que por la forma, puesto que no pertenece al concepto d~ una par~e materia en la naturaleza y fuera de las causas; y el milagro se reducirla a que
esencial actualmente existente el ser forma o tener forma, porque m la esenc1a Dios proseguiría la acción conservativa de la materia en un estado en que a ésta
de dicha parte exige esto por consistir sólo en la aptitud para la forma y no no se le debería la existencia y sin las condiciones que son necesarias para el
en la unión actual· ni la existencia tampoco, al depender de la forma solo ex- modo natural de existir.
trínsecamente del 'modo ya explicado. En este caso la materia estaría cierta-

6. De posteriori autem modo dependen- est omnino intrinseca, id est, talis ut ipsa tivo seu existentiae et in potentia ad actum si Deus crearet substantiam animae sine
materia sit intrínseca pars talis effectus, sed formalem~ in qp.o nulla est repugnancia aut potentia intellectiva, per eamdem actionem
tiae idem probatur, quia, licet secundum
illum modum forma concurrat aliquo mo- est circa rem omnino condistinctam, susten- difficultas, cum potentia receptiva necessa- illam crearet, et miraculum solum esset im-
do ut causa ad esse materíae, non tamen ut tando illam. Hanc aurem causalitatem quam rio includat aliquam entitatem et actualita~ pedire naturalem dimanationem facultatis ab
causa intrinsece componens illud esse aut materia praebet sustentando potest Deus tem entitativam, ut supra declaraturn est. essentia; immo de facto anima Christi e-a-
proprium subiectum eius, sed ut causa tan- supplere efficiendo; ergo eadem ratione pot- 7. Deus sine forma materiam conservaR dem actione creata est sine propria subsl-
tum informaos vel actuans et ut t<i(trinseca, erit supplere causalitatem formae, non in turus quid novi debeat praestare.- Atque stentia ac aliae creantur, solumque in ifta
in hoc sensu quod est condistincta omnino compositum, sed in mareriam, neque infor- hinc obiter intelligitur per quam actionem impedlta fuit actio vel dimanatio propdae
ipsi effectui; huiusmodi autem causam Deus mando, sed efficiendo. Patet consequentia, possit Deus rnateriam sine forma conservare, subsistentiae. Et proportionali modo loque·n-
supplere potest efficiendo, etiamsi ipsa cau- quía aeque cessat tata ratio repugnantiae, aut quid novi oporteat ipsum exhibere ut dum est, si Deus velit conservare sine for-
set informando. Quod a contrario pobatur quae in hoc consistir quod Deus non potest illam conservet. Diversimode enirn loquen- ma materiam quae iam est sub illa; na·m
de causa materiali, quae est mtrinseca sicut unid per modum formae ad materlam, quod dum est iuxta diversos modos dependentiae expellendo unam formam et non concurren-
formalis, et ideo non potest Deus illam sup- necessarium esset ad conservandum vel com.- materiae a forma supra tactos. Si enim ma- do ad introductionem alterius solum esS:é,t
plere respectu illius effectus quem intrinsece ponendum compositum, non vera ad con- teria solum pendet a forma ut ab actu seu necessarium Deum continuare illammet ae--
componit. Potest tamen supplere cau~alita­ servandam unam partero compositi sine alia. dispositione conseque.D.ti, nulla nova actio tionem qua nunc conservar materiam, qula.
tem eius respectu alterius componenus seu In qua par es¡ ratio de materia ac de for- necessaria est ex parte Dei ad conservan~ per illam sufficienter conservare! entitate:m
formae etiamsi materia in suo genere in- ma, quia non est de ratione partís essentialis da m materiam sine forma; sed si a princi-
actu existentis quod sir forma vel habeat materiae in rerum natura et extra causas;
fl.uat p~r se et ut vera causa in es:-.e ipsius pio crearet materiam solam sine forma, ac-
miraculurnque solum m eo esset posittnn
formae. Et hoc modo supplet Deu-. depen- formam, quia neque essentia talis partís hoc tio eadem omnino esset cum illa qua Deus
postular, cum solum consistat in aptitudlne actu creavit materiam sub formis, solumque quod Deus continuare! actionem conservati-
dentiam accidentis a subiecto, etiamsi sit in vam materiae in eo statu in quo illi nnn
genere causae materialis; et eodem modo ad formam, non vera in actuali unione, ne- constitisset miraculum vel praeternaturale
que etiam existentia, cum solum extrmsece ·opus in hoc quod Deus faceret illam accio- deberetur esse et sine illis conditionibUs
potest supplere dependentiam sub,;tantialis
forma e corporeae a materia; quia, licet vere pendeat a forma modo iam explicato. Et ne m sine concomitantia alterius per quam quae ad naturalem modum existendi nece!-
si.t causalitas per se et materialis, tamen non tune materia esset quidem in actu entita- induceret formam in talem materiam. Sicut sariae sunt.
Disputaciones metafísicas
724 Disputaci6n XV.-Secci6n IX 725
8. Mas si la materia depende de la forma ~omo de ~ausa propia que inl~duyde .tiese ese orden natural entre la forma y la existencia, no resultaría de ahí que
.esencialmente en su ser, entonces será necesarm qu~, Dws sup1a e~a caus~ 1 a fuese inmutable por la omnipotencia de Dios. Al segundo responden Escoto y
de la forma con otro género de eficiencia y de accto?; porque ~~ ademas del otros que se incurre en equivocación con los términos de potencia y acto; en
común influjo con que Dios conserva ahora la matena es esenctal.O:::eD:te nece- efecto, se llama a la materia pura potencia subjetiva, y si es puramente tal, ca-
saria esa causalidad de la forma, la materia no podrá ser conservada umcamente rece de acto informante; mas cuando se dice que toda realidad existente está
con este influjo común de Dios sin la causalidad d~ la forma, a ?o ser que se en acto se entiende del acto entitativo, que no está en oposición con la potencia
supla 'la necesidad de ésta con. otro ~énero de causalidad. ~s lo mtsi?~ que pasa subjetiva, sino únicamente con la objetiva. Iavello y otros piensan que esta res-
'cuando Dios conserva la canudad sm el concurso matenal del suJeto,. ya q~e puesta queda expresamente rebatida impugnando la potencia objetiva; mas no
es necesario que supla con una eficiencia especial ese concurso ?el SUJeto, ~m hay por qué encerrarse en el término «potencia objetiva», acerca de la cual la
ei que la cantidad no puede existir naturalmente; y por eso ~e~tmos que Dms controversia acaso sea meramente de palabra, como el mismo Iavello cOnfiesa
·conserva la cantidad sin sujeto de un modo completamente distmto a como la y hemos de tratar más abajo; sino que debemos fijarnos en la realidad signi-
conservaba en el sujeto, según traté ampliament~ en el tom.~ III de la III parte. ficada, que es una cosa en su ser posible, bien se le llame posible por parte
Esto mismo pues sería necesario, con la debtda proporcmn, en el caso pre- de la potencia objetiva, bien por parte de la potencia activa del agente, pues
sente. De q~é cla~e sería esa nueva acción que e~plearia Dios para cm:servar esto, por el momento, no interesa. Ahora bien, a la realidad posible así consi-
la materia sin la forma, no es fácil de explicar; dectmos, 7mpero) 9ue sena una derada se opone la realidad en acto, y en este sentido es verdad que una cosa
~cción a modo de creación absoluta y por completo mdepen.dtente, Y 9-ue existente debe estar en acto; mas este estar en acto no se opone a la pura po.o
·se distinguiría de la acción por la que ahora conserva la materia en que esta tencia subjetiva. Y si a la materia ya creada se le llama pura potencia en este
es a modo de una concreación; se podría comprender perfectamente esto en ~a sentido, estamos en un falso supuesto. Respecto del tercero ya se explicó su-
materia·. celeste, si hubiese de ser conservada sin forma; mas el0 esta matena ficientemente cómo puede Dios suplir la dependencia natural que respecto de
concreta de las cosas generables es más difícil, puesto que la a~cl?n por la 9':e la forma tiene la materia en su existencia parcial.
es producida es realmente una creación absoluta, según se exphco e? las p~g~­ 10. La materia reclama una especie sustancial propia y estable.- Al cuarto
tias anteriores, y por eso respecto de esta materia siempre parece mas veros1mil se responde que el argumento no tiene más valor para la materia sin forma que
el primer modo de expresarse. para la materia informada. En efecto, la materia no tiene una especie sustancial
y esencial distinta por el hecho de estar bajo una forma, bajo ésta o bajo la otra.
Respuesta a los argumentos de la primera sentencia Y digo sustancial y esencial porque tratamos de la materia prima y no de la
9. Casi todos los argumentos de la sentenc.i~ opuesta quedan resueltos co;t materia próxima, la cual incluye las formas o disposiciones accidentales, por
lo dicho En efecto al primero ya se respondto que, por una parte, contema razón de las cuales se dice a veces que difiere específicamente; pero en este
un fá.lso · supuesto, ~ saber: que toda existencia provenía de la forma como ~e caso no se trata de diversidad en la diferencia sustancial de la materia, sino en
:su causa intrínseca y cuasi esencial -pues e~to es. verd~d resl'!ecto de la eXIs- los accidentes. Así, pues, la forma no confiere la diferencia específica a· la ma-
tencia sustancial completa, pero no de cualqmer ex1stencm parctal- y que, P.or teria, sino al compuesto. Por eso, al igual que la materia permanece numérica-
otra parte, la ilación no es necesaria, porque, aun dando por supuesto que e:xts- mente idéntica bajo diversas formas, también permanece idéntica específicamen~

illam fore actionem per modl:!m . abs~lu~ae


8. At vero si materia pendet a forma ~t et omnino independentis creauorus, distln- existentiam, non inde fieret esse immutabi~ Quod s1 m hoc sensu materia iam creata
a propria causa per se influente a~ esse il- guique ab accione qua nunc conservatur ~a­ lem per omnipotentiam Dei. Ad secundum dicatur pura potentia, falsa est assumptio.
lius sic necessarium erit Deurn aho genere respondent Scotus et alii committi aequivo~ Ad tertium satis iam declaratum est quoa.
teria, quia haec est I.'er modu.m concre~tto:
effi~ientiae et actionis supplere illai? causa- nis; quod quidem m matena c~ele.stt, ~~ cationem in nomine potentiae et actus; narn modo possit Deus supplere dependentiam
Iitatem formae; quia si illa causahtas for~ conservanda esset sine forma, facile l~t~lli­ materia dicitur pura potencia subiectiva, naturalem quam habet materia in sua exis-.
mae per se necessaria est praeter commu~ gi potest; in hac vero mat:ria generabihum quae si in sua puritate sit, careblt actu in- tentia partiali a forma.
nem influxum quo Deus nunc conservat formante; cum vero dicitur omnem rem lO. Materia substantialem propriam sta-
materiam, non poterit cum hoc solo, co~­ difficilius id est, nam acuo p~r qua~ ~t
revera est absoluta creatio, ut 1~ sup~non-: existentem esse in actu~ intelligitur de actu bilemque speciem sibi adscribit.- Ad quar-
muni influxu Dei materia conserv~n SH~e entitativo, quod non opponitur potentiae tum respondetur non magis procedere argu-
causalitate formae nisi huius n~cess1tas alto bus est declaratum, et ideo pnor d~cendi
modus quoad hanc materiam semper v1detur subiectivae, sed obiectivae tantum. Quam mentum illud in materia sine forma quam
genere causalitatis suppleatur. S1cut, qua~d~ responsionem lavellus et alii putant satis in materia fermata. Materia enim non habet
Deus conservat quantitatei? sine matenali verisimilior. excludi impugnando potentiam obiectivam: aliam speciem substantialem et essentialem
concursu subiecti, necessanum est ut. spe- sed non est quod haereamus in voce po- sibi, propterea quod sit sub forma vel
ciali efficientia suppleat concurs~ illum Satisfit rationibus prioris sententiae tentiae obiectivae, de qua fortasse est con- sub hac vel illa forma. DicO autem sub-
subiecti, sine quo quat;~t!tas naturahte~ esse 9. Raciones contrariae senten~iae omt;es troversia de nomine, ut etiam Iavellus fa- stantialem et essentialem, quia agimus de
:r;~.on posset, et ideo :hcrmus lo~ge dlVe~sa fere solutae sunt ex dictis. Ad pnmam emm tetur et inferius tractandum est; sed atten- materia prima, non de materia proxima,
rrttio...,e conservare Deum ~uantl~atem sme iam responsum est et falsum sumere, nem- dere debemus ad rem significatam, quae est quae includit formas seu dispositiones ac-
~ubiecto ab ea qua illam m sublecto con- pe omnem existe?tiam e.ssr: a forma ut .ab res in esse possibili, sive dicatur possibilis cidentales, ratione quarum dicitur inter~
servabat, ut late tractavi III tomo ,III par~ intrínseca et quas1 essent1ah causa (est ex;u~ a potentia obiectiva sive a potencia activa dum specie differre; sed illa revera non est
tis. Sic igitur necessa;ium esse1 m prae- id verum de existencia completa substanuali, agentis; nunc enim nil refert. Rei autem diversitas in substantiali differentia materiae,.
s'enti' servata proporuone. QuaenaJ??. vero non vero de quacumq~e parti~li), et ~atio­ possibili sic sumptae opponitur res in actu, sed in accidentibus. Forma igitur non dat
e's$et illa nova actio quam :J?eus aamberet nem non esse necessanam, qma, esto mter- et hoc sensu est verum rem existentem de- differentiam specificam materiae, sed com-
ad materiam. Conse¡-vandam s~e, forma, non cederet ille naturalis ordo inter formam et bere es se in actu; hoc autem es se in actu posito, Unde, sicut eadem materia numero•
.est facile ad explicandum; dlclmus autem non opponitur purae potentiae subiectivae. manet sub diversis formis, ita et eadem spe......
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 727
726
unicidad .o plur~lidad e.n el mismo efecto o compuesto, para llegar a compren-
te· por tanto si la materia existente sin forma fuese un indivi~uo de un der. ~1 rmsmo tlemp~ si dentro de este género de causa existe aignna suhordi-
gé~ero no co~tenido bajo especie alguna, tan;.bién lo es ahora; o ciertamente, nacton o dependencia de las causas respecto del mismo efecto. Ahora bien
si ahora no es tal individuo -como en realidad no lo es- tampoco lo seria puede entenderse de- diversos modos que existen varias formas en una sol;
entonces. Por eso hay que negar en absoluto la consecuencia, porque al con- sustancia, a saber, o en las diversas partes de la materia o en la misma materia
cepto de materia no corresponde el estar en .la espe~ie de hombre o d~ c~h~llo, A9uí no tratamos del primer modo, porque, aunque se den diversas formas en.
sino en la especie de materia; y esa matena estana en alguna espe~1e úluma diVersas partes de la materia, sin embargo, cada una de ellas tiene sólo un único
de materia bien celeste, bien elemental. Por lo cual una cosa es decrr que en efecto propio en su materia. Y si de todas esas sustancias sólo una resulta com-
este caso ;e da una materia que en su ámbito de esencia. incompleta no es~á p.uesta co~o de. partes integrantes, es necesario que esas formas no sean totales,
contenida bajo ninguna especie última que le sea proporcwnada, consecuen~la
smo parctales, mtegradas en una sola forma total. Y de esta suerte esa multi-
que es falsa; y otra decir que se da una materia d~ la que. no se compo?-e nm- tud de partes no impedirá el que de un solo efecto total se dé una sola causa
gún individuo completo contenido ac!ualmente . ~a¡o especie algu~a úlum~ de formal adecuada. Y ciertamente si estas formas parciales son de la misma na-
sustancia completa, y esta consecuencm la adm1ttmos; y no hay t!lconvemente tu_¡·aleza, ?o h.ay duda de que es posible entre las formas materiales el que, se-
alguno, sino que es nuestra propia afirmación, por no ser de esencta de la ma- gun la diversidad de las partes de la materia, se multipliquen y se unan para
teria componer actualmente tal individuo, sino el ser apta para componerlo. Al componer un~ sola su~tancia. Mas .el saber si formas de diversa naturaleza pue-
quinto se responde que existe di~erencia entre la sustancia y el a.ccidente, por- d~n ser parc~ales, y s1 pueden umrse entre sí para componer una sola sustan-
que el accidente y la forma accidental tomada en toda su amplitud son con- cia, y de que grado puede ser esa unión, a saber, si mediante una verdadera
vertibles, ya que todo accidente inhiere de algnna manera,. y por ello r~pugna continuidad matemática, o mediante alguna unión física menor, todas éstas son
que se dé un ser accidental sin forma accidental; en cambt~, la sustanc;a Y la cosas que no pertenecen al presente problema, sino al estudio del alma· pues
fOrma sustancial no son convertibles; pues se da algún suJeto sust~nctal que todas ellas suelen plantearse principalmente por causa de las partes he;erogé-
no es forma en modo alguno, dividiéndose, por lo mismo, la sustancta e_n ma- neas de los viv_ientes, y s~bre todo por causa de la sangre y otros humores exis-
teria forma y compuesto. Por eso no es necesario que todo ser sustanctal sea tentes en el ammal, matenas sobre las que toqué algunos puntos en el tomo 1 de
intrh.seca y formalmente forma, pues en el ámbito del .ser sustancial se da el la III parte, disp. XV, sec. 5, 6 y 7.
ser absoluto y completo; y éste se debe propia y esencialmente a la forma en 2. As~, pues, la cuestió~ pr~sente se r~fiere a la. causa for~al respecto de
su género-; y se da también el ser parcial, el cual no siempre se debe a la for- una maten~ ~ompletamente tdentlca, es decrr, a ver s1 en una sola materia pue-
ma si no es hablando en sentido lato, en cuanto de alguna manera depende de de h~ber un1camente una sola forma sustancial, estando involucradas en esta
ella: dependencia que Dios puede suplir, según se demostró. cuestión otras muchas, según la variedad de opiniones que vamos a analizar
SECCION X breve':'ente. De tres modos cabe pensar la pluralidad de formas en la misma
matena. Uno, con subordinación de por sí y esencial, al estilo de la que se da
SI A CADA SUSTANCIA CORRESPONDE SOLAMENTE UNA CAUSA FORMAL entre una forma superior. y ~tra inferior, la primera de las cuales, aunque sea
1 En un mismo compuesto se hallan muchas formas parciales homogé- acto respecto de la materta, sm embargo se la compara como potencia respecto
neas.:_ Una vez explicada la causalidad de la forma, se impone explicar su
tudine sumpta convertuntur, quía omne ac- tatem vel multitudinem in eodem effectu possint esse parciales et ínter se uniri ad
de; si ergo materia sine forma exist:ns es- cidens aliquo modo inhaeret, et ideo re- vel composito exponere, ·ut hinc simul con~ componendam unam substantiam, et quanta
s_et individuum generis sub nulla spec~e con- pugnat dari esse accidentale sine forma ac- stet an intra hoc genus caúsae sit aliqua possit esse illa unio, an, scilicet, per verarn
tentum, etiam nunc est; vel certe, Sl nunc cidentali · substantia vero et forma substan- subordinatio vel dependentia causarum re- continuati<;mern mathematicam vel per rni-
non est tale individuum (ut revera non est), tialis no~ convertuntur; datur enim sub- spectu eiusdem effectus. Duobus autem mo- norem ahquam coniunctionem physicam
neque etiam tune esse~. Unde . simpliciter iectum substantiale quod nullo modo est dis intelligi potest in una substancia esse haec omnia non pertinent ad praesente~
neganda est sequela, q':-m. ad ratt_onem J.?~­ forma, et ideo dividitur substantia in ma- piures formas, scilicet, vel in diversis par- materiam, sed ad scientiam de anima; nam
teriae non spectat ut stt m _spect~ hommts teriam, formam et compositum. Quapropter tibus materiae vel in eadem materia. De illa omnia potissimurn quaeri solent propter
vel equi, sed in sp;:de mate:me; .tila autem non est necesse ut omne esse substantiale priori modo hic non disputamus, quia etsi partes heterogeneas viventium, et maxime
materia esset in ahqua specte uluma mate- sit intrinsece et formaliter forma; nam in in divcrsis partibus materiae dentur div'ersae propter sanguinem et alias humores existen-
riae, vel caelestis vel elementa.ris. Q~are latitudine substantialis esse datur esse sim- formae, tamen unaquaeque earum unum tes in animali, de quibus nonnulla attigi
aliud est dicere in eo casu dan .matenam pliciter et completum, et hoc est a f01;ma tantum habet effectum proprium in sua ma- 1 tomo III partis, disp. XV, sect. 5, 6
quae in sua latitu~ine ~ssent~a7 rncomp~e­ proprie ac per se in suo genere; datur etmm teria. Quod si ex omnibus illis substantiis et 7.
tae sub nulla speCie ultrma s1b1 proporw;- esse partiale, quod non semper es~ a fo:ma, una componitur tamquam ex partibus in- 2. Quaestio ergo praesens versatur de
nata contineretur, et fals~ est . hoc seqm; nisi late loquendo, ouatenus ab tlla ahquo tegrantibus ipsam, necesse est ut formae causa formali respectu eiusdem omnino ma-
eliud vera est dicere dan matenam ex .qua modo pendct, quanl dependentium Deus illae non sint totales, sed partiales, unam teriae, an, scilicet, in una materia tantum
nullum individuum completum sub altqua supplere potest, ut ostensum est. totalem formam integrantes. Atque ita ea esse possit una forma substantia1is, in qua
s.pecie ultima substantiae completae conten- multitudo partium non impediet quominus quaestione piures involvuntur pro varietate
tum actu componeretur, et hoc fatemur se- SECTIO X unius effectus totalis una detur adaequata opinionum quae breviter attingendae sunt.
qui; nullum autem est inc~nveniens, sed est causa formalis. Et quidem si huimmodi par- Tribus autem modis excogitari possunt piu-
ipsamet assertio nostra, qum non est de ~s­ tJTRUM UNIUS SUBSTANTIAE UNA TANTUM tiales formae sint eiusdem rationis, non est res formae in eadem materia; uno modo
sentía materiae quod actu cC!ml?onat tale m- DETUR CAUSA FORMALIS dubium quin possint )n materialibus formis cum subordinatione per se et essentiali, pe;
dividuum, sed quod apta stt illud cOl;nP~­ l. Piures partiales formae homogeneae in pro diversitate partium materiae muitiplicari modum formae superioris et inferioris, qua-
nere. Ad quintum respondetur esse d1scr1- eodem composito inveniuntur.- Explicata et uniri ad componendam unam substan- rurn prior, lícet respectu materiae sit actus,
men inter substantiam et accidens, quod a~­ causalitate formae, necessarium est eius uní- tiam. An vera formae diversarum rationum respectu tamen ulterioris formae comparetur
cidens et forma accidentalis in tata sua lau-
r-------------~---- --~.---~~-------

728 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X

de una forma ulterior. Segundo, con una subordinación que no sea esencial, mún a los cuerpos celestes y a los inferiores, y el ser una realidad generable o
sino a modo de disposición para la forma que es el fin primordial. Tercero, de algo semejante. Finalmente, estos predicados que pueden abstraerse son mucbi-
modo meramente accidental, sin subordinación alguna entre ellas. A estos tres simos, según las diversas conveniencias de las cosas; luego es imposible que se
capítulos se reducen todas las opiniones que existen o pueden existir en esta r multipliquen realmente las formas según su número. Dejo a un lado los otros
materia; y en cada una de ellas hay variedad de sentencias. argumentos que hemos propuesto antes en la disp. XIII, sec. 3.
3. Al primer capítulo pertenece, efectivamente, la opinión antes tratada en 5. Que a las partes de la definición deben corresponder las partes de la
la disp. Xlll sobre la forma de corporeidad, como esencialmente necesaria para realidad.- Qué orden de inferencia guardan los predicados esenciales y las for-
Ja introducción de 1as últimas formas, opinión que no será necesario exponer mas sustanciales.- Se podrá objetar que Aristóteles, en el lib. VII de la Me-
y rebatir aquí de nuevo. tafísica, e: 10, afirma que a las partes de la defiuíción corresponden las partes
de la realidad; mas las partes de la definición son el género y la diferencia;
Refutación de la opinión de que las formas se multiplican según los predicados luego a estas partes corresponden partes realmente distintas en lo definido, las,
esenciales cuales no son la materia sola y la forma, puesto que, por ejemplo, animal no,
significa la materia sola, sino el compuesto de materia y alma sensitiva. Asi...
4. Allí mismo también se trató e impugnó reiteradamente la opm10n que mismo, el propio Aristóteles, en el lib. II de la Metafísica, c. 2, prueba que no
afirma que las formas sustanciales se multiplican realmente en el compuesto se da el proceso al infinito en las causas formales, porque no se da en los pre-
según la muítiplicidad de predicados esenciales, la cual se cita como de Avice- dicados quiditativos. Además, porque las propiedades que convienen según es-
brón en su libro Fans vitae; la defendió Juan de Gante, lib. II Metaph., tos predicados son distintas en la realidad misma, como, por ejemplo, el sentir,
q. 10, y lib. I De Anima, q. 8; igualmente Paulo Véneto, lib. VII Metaph. entender, moverse, etc.; luego también lo son las formas de que se toman tales
Empero esta sentencia está ya antic'lada y ha sido abandonada como absoluta- predicados. Al primer testimonio de Aristóteles se responde que, o no habla de
mente improbable; pues además de los argumentos generales que propondre- cualquier definición en general, sino de la que se propone de un modo físico
mos luego a favor de la unidad de la forma, contamos con éste que nos con- mediante las partes físicas, como cuando se dice que el hombre es un ser com-
vence de la falsedad de dicha opinión: que multiplica las formas sin fundamen- puesto de alma y cuerpo, o, si habla universalmente, no es necesario que se
to ni necesidad, ya que en las páginas anteriores se demostró que los univer- entienda de partes distintas en la realidad, sino de partes distintas real o racio--
sales no se distinguen realmente de los seres particulares, ni los géneros de las nalmente, según se toma de Santo Tomás en ese pasaje, y más claramente de
especies; por consiguiente, si estos predicados se multiplican sólo por abstrac- Alejandro de Hales, quien a las partes las llama reales o de razón. Al otro te;-
ción y precisión de nuestro entendimiento, es infundado creer que les corres- timonio se responde, a su vez, que de la negación de muchos o infinitos predi-
ponden en la realidad formas realmente distintas. En otro caso, también en las cados esenciales se infiere rectamente la negación de muchas o infinitas for-
sustancias separadas y en las formas accidentales habrían de multiplicarse las mas, puesto que de cada forma puede derivarse al menos un predicado qui--
formas realmente distintas y subordinadas entre sí de acuerdo con la multitud ditativo; si, pues, los predicados quiditativos no son infinitos) tampoco podrán
de predicados esenciales que distingue nuestro entendimiento incluso en estas ser infinitas las formas. Por el contrario, de una multitud de predicados quidita-
cosas. Más aún, también sería necesario que se distinguieran y multiplicaran tivos no puede inferirse una multitud de formas, porque de una misma forma
realmente las materias en las sustancias materiales, ya que cabe derivar de ellas
diversos predicados esenciales, como el ser una realidad material, lo cual es C{}<o materialem, quod commune est caelestibus cundum haec praedicata conveniunt sunt
et inferioribus corporibus, et esse rem ge- distinctae in re ipsa, ut, verbi gratia, sen-
per modum potentiae. Secundo, cum sub- q. 8; et Paulus Venet., VII Metaph. Ve- nerabilent aut aliquid simile. Denique haec tire, intelligere, moveri, etc. ; ergo et for-
ordinatione non quidem essentiali, sed per rumtamen haec sententia antiquata iam cst praedicata quamplurima abstrahi possunt, mae a quibus ea praedicata sumuntur. Ad
modum dispositionis ad formam principali- et ut omnino improbabilis reiecta; nam iuxta varias rerum convenientias; ergo im- primum testimonium Aristotelis respondctur,
ter intentam. Tertio, mere per accidens et praeter raciones generales quas inferius ef- possíbile est iuxta numerum eorum mul- vel non loqui generaliter de omni definitio-
sine ullo ordine ínter se. Et ad haec tria ficiemus pro unitate formae, haec ratlo con- tiplicari realiter formas. Oroitto alias ratio- ne, sed de illa quae datur modo _physico el
capita revocantur omnes opiniones quae in vincit falsitatis illam opinionem, quod mul- nes, quas supra, disp. XIII, sect. 3, feci- per partes physicas, ut cum dicitur horno
hac materia sunt vel esse possun~; et in tiplicet formas sine fundamento et necessi · tnus. esse ens compositum ex anima et corpore;
singulis est sententiarum varietas. tate, nam in superioribus ostensum est uni- 5. Parti'ous definitionis ut respondeant vel, si universaliter loquatur, non oportcre
3, Nam ad primum caput spectat opinio versalia non distingui realiter a particulari- partes rei.·- Praedicata essentialia et formae intelligi de partibus in re distinctis, sed re
supra tractata, disp. XIII, de forma corpo- bus, nec genera ab speciebus; ergo, curo substantiales quem ordinem illationis ser- vel ratione, ut sumitur ex D. Thoma ibi et
reitatis per se necessaria ad introductionem haec praedicata multipiicentur solum per vent.- Sed obiicies Aristotelem, VII Me- clarius ex Alexand. Alensi, qui vocat partes
ultimarum formarum, quam hic iterum re- abstractionem et praecisionem nostri intel- taph., c. 10, dicentem partibus definitionis reales aut rationis. Ad aliud vero testimo-
ferre et impugnare non oportebit. lectus, vanum est existimare illis correspon- correspondere partes rei; partes autem de- nium respondetur ex negatione plurium vd
dere in re formas realiter distinctas. Alioqui finitionis sunt genus et differentia; ergo his infinitorum praedicatorum essentialium recte
Reiicitur opinio de multiplicatione formarum etiam in substantiis separacis et in formis partibus correspondent in definito partes
iuxta praedicata essentialia realiter diversae, quae non sunt sola mate- colligi negationem plurium vel infinitarum
accidentalibus multiplicandae essent formae
ria et forma, nam animal, verbi gracia, non formarum, quia a qualibet forma ut mini..
4. Ibidem est etiam tractata et cursim im- realiter distinctae et ínter se subordinatae
iuxta mulcitudinem praedicatorum essentia- significat solam materiam, sed compositum mum· sumí potest unum praedicatum quid-
pugnata opinio quae affirmat formas sub-
stanciales realiter multiplicari in composito lium quae in bis etiam rebus nostra ratio ex materia et anima sensitiva. Itero ídem ditativum; si ergo non sunt infinita praediM
iuxta multitudinem praedicatorum essentia- distinguit. Immo etiam materias oporteret Aristoteles, I1 Metaph., c. 2, probat non cata quidditativa, nec infinitae formae esse
lium, quae refertur ex Avicebron, in lib. realiter distinguí et multiplicari in substan- dari processum in infinitum in causis for- poterunt. E contrario vero ex multitucline ·
Fontis vitae_; eamque tenuit Ioannes d~ tÜs materialibus, quía ab illis sumí possunt malibus, quia non datur in praedicatis quid- praedicatorum quidditativorum non potes~
Gandavo, 11 Metaph., q. 10, et 1 de Anima, praedicata diversa essentialia, u~ esse rem ditativis. Itero, quia proprietates quae se~ colligi multi_tudo formarum, quia ab eaderri ¡
730 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Sección X 731
------------------------~
pueden tomarse diversos predicados, de acuerdo con las diversas semejanzas y otra forma, por virtud de la cual se supone a la materia capaz de la organiza-
diferencias que tiene con otras formas. Por eso no es un caso similar el que se ción y disposición necesaria en orden al alma; empero en las cosas inanimadas
aduce de Aristóteles. desaparece esta necesidad. Puede confirmarse por el modo común de hablar;
6. De aquí se infiere con toda claridad que, al igual que de la unidad de en efecto, decimos que el viviente consta de cuerpo y alma, y no decimos, sin
forma no se deduce que no sean muchos los predicados quiditativos, sino -uno embargo, que el agua y el aire constan de cuerpo y de una determinada forma,
solo, tampoco se deduce que no sean infinitos, o que no pueda darse en ellos sino de materia y de esa forma determinada; luego es señal de que el cuerpo,
un proceso al infinito, porque, permaneciendo la unidad de la forma, pueden del que se dice que es una parte del compuesto en los vivientes, incluye, ade-
multiplicarse dichos predicados; la cuestión de si hay un límite por otro con- más de la materia, una forma sustancial intermedia entre la materia y el alma.
cepto en estos predicados y cómo lo probó Aristóteles, la explicaremos en la Respecto de este cuerpo resulta perfectamente inteligible aquella definición del
sección siguiente. Al último se responde negando la consecuencia, porque, igual alma : es el acto de un cuerpo físico, orgánico, que posee la vida en potencia.
que de una misma causa pueden proceder muchos efectos, también de una mis- En efecto, siendo el cuerpo que se distingue del alma una parte física, no in-
ma forma diversas facultades, como es evidente por experiencia, ya que a veces cluye al alma misma, ni siquiera en cuanto confiere un grado superior, porque}-
una pluralidad de facultades conviene a la misma cosa no sólo según la misma de lo contrario, no resultaría de ellos una composición física, sino metafísica;
forma física, sino también según la misma diferencia especifica, como el enten- ni expresa tampoco la materia sola, o desnuda de todo, ya que de este modo
dimiento, voluntad y risibilidad en el caso del hombre; a veces, en cambio, estas es común a todas las cosas naturales; o la materia con accidentes, puesto que
facultades provienen de la misma forma según sus diversos grados, los cuales éstos no pertenecen a la esencia de la sustancia; luego incluye una forma sus-
distinguimos nosotros con frecuencia por el orden a las facultades mismas o ac- tancial especial distinta del alma. En segundo lugar, se dejó mover, sobre todo,
ciones, por más que en la realidad los grados mismos no sean distintos en las Escoto por un argumento a posteriori, porque en la muerte del animal se se-
formas sustanciales, tema del que se dijo bastante al tratar de los universales. para el alma y no se introduce en seguida una nueva forma; mas no se debe
afirmar que la materia permanece sin forma; luego hay que afirmar que per-
manece con la forma de corporeidad que preexistía en el animal. Se prueba la
Refutación de la opinión de Escoto sobre la forma de corporeidad
mayor, porque si se introdujese una forma sería diversa según la diversidad de
7. En tercer lugar, a este capitulo atañe la opinión de Escoto y de Enrique, disposiciones; pero vemos que no es así, sino que en la muerte del hombre
aludida antes en la disp. XIII, los cuales ponen también una forma de corporei- permanece el mismo cadáver, bien se muera por exceso de calor, bien de frfo.
dad o del mixto como esencialmente necesaria entre la materia y algunas formas Se suma también el que con frecuencia no existe agente alguno ·por el que sea
sustanciales, aunque no del mismo modo; en efecto, Escoto piensa que se inter- cducida tal forma. Tercero, se vale Escoto de un argumento teológico, que es
pone entre la materia y toda alma, mas no entre la materia y las formas de los el que principalmente le hizo fuerza a Enrique; en efecto, no puede decirse
seres inanimados; Enrique, en cambio, sólo exige dicha forma en el hombre. El que el cuerpo de un hombre muerto sea siempre distinto específica o numéri-
fundamento de Escoto, si se lo explica a priori, parece haber sido el que el alma camente del cuerpo del vivo; luego es necesario admitir que permanece la mis-
es una forma que trasciende el grado común de corporeidad y exige en la ma- ma forma del cuerpo numéricamente sin nueva forma, ya que, al cambiar la
teria cierta disposición y variedad de los órganos que no exigen las otras formas; forma, cambia el individuo e incluso la especie. El antecedente es claro, porque,
luego el alma en cuanto tal no da el ser del cuerpo, sino que lo supone mediante
forma possunt plura praedicata sumi iuxta dus eius, qui a nobis saepe distinguuntur illud per aliam formam, ratione cuius sup- sentiam substantiae; ergo includit specialem
varias convenientias ac differentias quas ha- per ordinem ad ipsas facultates vel actiones, ponitur materia capax organizationis et dis- formam substantialem distinctam ab anima,
bet cum aliis formis. Quare non es:t simile quamvis in re gradus ipsi non sint distincti positionis necessariae ad animam; in rebus Secundo ac principaliter motus est Scotus
quod ex Aristotele adducitur. in substantialibus formis, de qua re satis autem inanimatis cessat haec necessitas. Et argumento a posteriori, quia in morte ani-
6. Hinc autem optime infertur quod, síc- dictum est tractando de universalibus. confirmari hoc potest ex communi modo lo- malis recedit anima et non statim introdu~
ut ex unitate formae non colligitur praedi- quendi; dicimus enim vivens constare cor- citur nova forma; non est autem dicenduro
cata quidditativa non esse plura, sed unum Opinio Scoti de forma corporeitatis reiicitur pore et anima, non tan1en dicimus aquam manere materiam sine forma; ergo dicen-
tantum, ita etiam non colligitur illa non esse vel aerem constare ex corpore et tali forma, duro est manere sub forma corporeitatis,
infinita aut non posse esse in eis processum 7. Tertio, ad hoc caput spectat opinio sed ex materia et tali forma; ergo signum quae praeerat in animali. Maior probatur,
in infinitum, quia stante unitate formae pos- Scoti et Henrici supra tacta, disp. XIII, qui est corpus, quod in viventibus dicitur esse quia, si introduceretur forma, illa esset di-
sunt haec praedicata multiplicad ; an vera ponunt etiam formam corporeitatis aut mix- altera pars compositi, praeter materiam in- versa pro diversitate dispositionum; vide-
.aiiunde sit terminus in his praedicatis, et ti ut per se necessariam ínter materiam et cludere quamdam substantialem formam mus autem non ita esse, sed in morte ho-
quomodo id probaverit Aristoteles,, dicemus formas quasdam substantiales, quamvis non intermediam inter materiam et animam. De minis idem cadaver manere sive ex re-
sectione sequenti. Ad ultimum respondetur eodem modo; Scotus enim putat intercedere quo corpore optime intelligitur definido illa dundantia caioris sive frigoris moriatur. Ac-
negando consequentiam, nam sicut ab ea- inter materiam et omnem animam, non vera animae : est actus corporis physici, organici, cedit etiam saepe nulluro esse agens a quo
dem causa piures effectus, ita ab eadem for- inter materiam et formas inanimatorum; potencia vitam habentis. Nam cum illud cor- talis forma educatur. Tertio, utitur Scotus
ma diversae facultates oriri possunt, ut _ex- Henricus vera solum in homine illam for- pus quod condistinguitur ab anima sit pars argumento theologico, quod maxime movit
perientia notum est, nam interdum conve- mam requirit. Fundamcntum Scoti, si a physica, non includit animam ipsam, etiam Henricum; nam dici non potest corpus ho-
niunt piures facultates eidem reí, non solum priori explicetur, fuisse videtur quia anima ut dantem superiorem gradum, quia alias minis mortui semper esse specie aut numero
sccundum eamdem formam physicam, sed est forma transcendens communem gradum non esset ex eis compositio physica, sed distinctum a corpore viventis; ergo necesse
-etiam secundum eamdem differentiam spe- corporis et requirit in materia dispositionero metaphysica; nec e ti aro dicit solam mate- est fateri manere eamdem numero formam
-d:ficam, ut homini intellectus, voluntas, ri- et varietatem quamdam organorum, quam riam aut nudam, quia hoc modo communis corporis sine nova forma, quia variata for-
sibilitas; aliquando vero oriuntur hae facul- aliae formae non requirunt; ergo anima ut est omnibus rebus naturalibus, aut cum ma, variatur individuum, immo et specie~.
'tates ab eadem forma secundum varios gra- sic non dat esse corporis sed pracsupponit accidentibus, quia haec non pertinent ad es- Antecedens patet, quía alias non fuisset in
Disputación XV.-Sec~io_'n_X_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _:_7:_:_33
732 Disputaciolle< metafísicas
bio, el cuerpo que consta de materia y de la sola forma de corporeidad es um-
en otro caso en el sepulcro no hubiese estado el mismo cuerpo que existió en camente urta sustancia incompleta y parcial por ser una parte de un compuesto
Cristo mien~as vivía. y si se hubiese consagrado una hostia antes de la ~uerte sustancial. Por eso, al igual que la materia puede estar reductivamente en el
de Cristo y se hubiese guardado aquellos tres días, no hubiese permanecidO en género de «cuerpo» sin estar bajo especie alguna, por tratarse de una parte, lo
ella el mismo cuerpo numéricamente, cosas todas que parecen estar en contra mismo acontece con ese cuerpo que es una parte del compuesto.
de las afirmaciones de los santos. . 10. Mas esta respuesta no es suficiente, en primer lugar, porque para que
8. Corroboración de dos principios de Aristóteles que se desmoronan admt- algún individuo quede contenido directamente bajo algUna especie, basta con
tida la forma de corporeidad.- Mas esta _opinión multiplica tan:bién las formas que contenga en acto toda la esencia actual de dicha especie, sin ser necesario
sin suficiente fundamento, pudiendo ser unpugnada con los mtsmos argumen- que contenga en acto todo lo que la especie contiene en potencia, como es evi-
tos de que nos valimos contra Avicena en la citada disp. XIII. Ad~~ás, Escot.o, dente; ahora bien, el cuerpo del predicamento de la sustancia es una especie
en su sentencia, da por supuestas dos cosas que están en contradtccwn con Art~­ subalterna contenida bajo el género de sustancia, a cuya esencia actual sólo per-
tóteles. La una es que a veces se verifica la corrupción sustancial sin la consi- ltenece el ser sustancia compuesta de materia y forma sustancial, o el ser sus-
guiente generación, lo que está en contra de Aristóteles en el lib. I De qene- tancia existente por sí y capaz de cantidad; mas toda esta esencia actual per-
nat., c. 3. La segunda es que se realiza la corrupción sustancial permaneciendo tenece a dicho individuo; luego. Segundo, porque, aunque una parte de la
completa la sustancia sensible compuesta de materia y forma, en contra . del sustancia pueda estar reductivamente en un género y no en una especie, sin
mismo Filósofo, en el lib. I De General., c. 4. A esto responden los escotistas embargo, si se le asignan directa y proporcionalmente los géneros y especies,
que las expresiones de Aristóteles se refieren a .los casos en los. que tiene lu?ar es imposible que esté bajo un género sin estar bajo alguna de sus especies,
la corrupción íntegra; mas cuando muere el ammal, no se realtza la corrupc:ón igual que decíamos antes que la materia, incluso conservada sin la forma por
íntegra hasta que el cambio de .la materia no lleg_ue. a .t;l grado que sea .t;mbién la potencia absoluta de Dios, no puede dejar de estar en alguna especie última
expulsada la forma de corporetdad. Mas esta ~tstmcton ~n:re corru~cwn sus- d.e materia. De este modo, pues, la forma que constituye ese cuerpo o cadáver
tancial íntegra o a medias es ajena a la doctrma de Artstoteles, qmen define no puede estar bajo el género común de forma sustancial, sin estar en alguna
siempre la generación y corrupción sustancial diciendo que es simplemente el especie última de forma sustancial; luego el compuesto de dicha forma y de
comienzo o cesación de toda la sustancia. Se seguida, además, en tercer lugar, materia estará también en alguna especie última de sustancia compuesta; luego
que existiría de hecho en la naturaleza un individuo genérico del predicamento no estará sólo reductivamente en el género de cuerpo. Este argumento, según
de sustancia sin constituirse en ninguna especie de cuerpo, cosa que no es me- decía antes, demuestra también que ese compuesto nO es capaz ·de una mayor
nos imposible que pensar un animal que no perteneciese en la naturaleza a nin- actuación mediante alguna diferencia sustancial ulterior, ni mediante una forma
guna especie de animales. . de la que se toma tal diferencia, y que, por tanto, no es parte ni potencia esen-
9. Puede responderse de parte de Escoto que ese compuesto de materia Y cialmente ordenada a un acto sustancial ulterior, sino que es una sustancia com-
de la forma de corporeidad no es un individuo contenido bajo el género «cuer- pleta constituída en acto último; en efecto, ninguna sustancia está completa en
po» del predicamento de la sustancia, según pensó Avicena, puesto que ese acto de este modo, a no ser porque tiene una forma sustancial constituída
individuo debe ser una sustancia completa que incluya realmente alguna form!l en alguna especie última de dicha forma.
específica a la que expresa confusamente. «cuerpm> del pred~cam7nto de la sus-
tancia, pudiendo predicarse, por ello, dtrectamente de los mfenores; en cam- inferioribus; illud autem corpus constans ex tur genera et species, impossibile est esse
materia et sola forma corporeitatis est tan- sub genere quin sit in aliqua specie eim,
tum incompleta substancia et panialis; nam sicut supra dicebamus materiam, etiam con-
sepulchro idem numero. corp_us, g.uod fuit integra corruptio donec tanta fiat tran~m~~ est pars cuiusdam compositi substantialis. servatam de potentia Dei absoluta sine for-
in Christo vivente. Et s~ hosua fmsset ante ratio in materia ut etiam forma corporettatls Unde, sicut materia, quia est pars, potest ma, non posse non :!SSe in aliqua ultima
Christi mortero consecrata et servata in tri- abiíciatur. Sed haec eadem distinctio intc- esse reductive sub genere corporis et non specie materiae. Ita ergo forma illa quae
duo, non mansisset in ea idem c~xpus nu- grae vel dimidiatae corruptionis substantir.- sub aliqua specie, ita corpus illud quod cst constituit illud corpus seu cadaver non pot-
mero, quae videntur esse contra dicta Sanc- lis est aliena a doctrina Aristotelis, qui ge- pars compositi. est esse sub communi genere formae sub-
torum. , nerationem et corruptionem substantialem 10. Sed haec responsio non satisfacit, stantialis quin sit in ·lliqua ultima specie
8 Roborantur duo Aristotelis principta semper definir esse inceptionem et desitio- ¡primo, quia ut aliquod individuum conti- substantialis formae; ergo compositum ex
qua"e destruuntur po~it.a for_ma corp~re~ta­ nem simpliciter totius substantiae. Et prae- neatur directe sub aliqua specie, satis est tali forma et materia erit etiam in aliqua
tis.- Haec vero opuuo euam mulupl~cat terea sequitur tertio manere de facto in r~­ quod contineat actu totam essentiam actuaM ultima specie substantiae compositae; ergo
formas sine sufficienti fundamento, et ll_l1- rum natura individuum generis de praedi · lem illius speciei, nec opus est quod conti- non tantum reductive in genere corporis. Et
pugnari potest eisdem rationibus quibus dJc- camento substantiae sub nulla specie cor- oeat actu quidquid species continet in po- haec ratio, ut supra dicebam, convincit etiam
ta disp. XIII contra Avicen. usi sumus. ~t poris constitutum, quod non est mi~us in;.. tencia, ut per se notum est; corpus autem illud compositum non esse amplius actuabile
praeterea supponit Scotus in sua sentenua possíbile quam intelligere aliquod ammal m de praedicamento substantiae est species sub- per ulteriorem differentiam substantialem,
duo quae Aristoteli repugnant. Un~ est rerum natura nullius speciei animalium. alterna CC'ntenta sub genere substantiae, de neque per formam a qua talis differentia
interdum fieri corruptionem substantt~em 9. Responderi potest ex Scoto illud com- cuius actuali racione solum est ut sit sub- sumatur, et ideo non esse partero nec poM
sine subsequenti generatione, contra Arlst., positum ex materia et illa forma corporei- stantia composita ex materia et forma sub- tentiam oer se ordinatam ad ulteriorem ac-
I de Gener., c. 3. Secundum est fieri corrup- tatis non esse indíviduum contentum sub stantiali vel ut sit substantia per se existens tum subStantialem, sed esse completam sub-
tionem substantialem manente completa sub- genere corporis de praedicamento substa~­ et capax quantitatis; sed tata haec ratio statiam in actu ultimo constitutam; nulla
stancia sensibili composíta ex materia et for- tia e, ut outavit A vicenna; nam illud indl- :actualis convenit illi individuo; ergo. Se- enim substantia est ita completa in actu nisi
ma, contra eumdem Philosophum, I de ,Ge- viduum esse debet substancia completa reip- cundo, quía, licet pars substantiae reductive quía habet aliquam formam substantialem
ner., c. 4. Ad quae respondent scotlstac sa includens aliquam specificam formam possit esse sub genere et non sub specie, ta- constitutam in aliqua specie ultima talis for-
Aristotelem loqui quando fit integra corrup- quam confuse dicit corpus de praedicamento men, si directe et proporcionare illi assignen. mae.
tio; quando autem moritur animal, non fit substantiae, et ideo in recto praedicatur de-
.-----------------~--

Disputaciones metafisi<:ai! Disputación XV.-Secciórt X 735


734
11. En tercer lugar está el argumento ad hominem contra Escoto: efecti' t<;ria del cadáver es. suficiente para expulsar esta forma. Ninguna habrá, por
vamente si no encuentra inconveniente en que permanezca este cuerpo, del que cterto, que pueda astgnarse razonablemente, si no es, por ventura, la resolución
dice qu~ es una parte de la sustancia, sin ur:a forma ulterio~, no hay razón de en los primeros elementos simples; porque esa forma parece estar indiferente
que encuentre inconvenien~e en que la. ~~ter1a pe~manezca sm la forma; 1?-ego para todas las otras disposiciones que resultan de la combinación de los ele-
para obviar este inconvemente no _debw mtroducll' ~sta forma ~e corp~re1dad. me?tos, ya q~e se dice. que permanece en la madera, en el hueso y en la carne,
El antecedente es claro, porque al tgual que la matena es poten~m esen:mlmen- etcetera. Y s1 se admlte este consecuente, con dificultad podrá señalarse una
te ordenada a la forma, de igual modo ese cuerpo es potencia esenctalmente diferencia razonable de por qué tal forma no existe en la materia con forma
ordenada al alma. Y del mismo modo que la materia tiene bajo dic~a form~ de de oro o de otro mixto homogéneo, etc. Por eso, si hubiera de admitirse la
corporeidad cierta actualidad, igualmente tiene por sf sola su propm actuahda~ for~a de corporeidad, se expresaría más consecuentemente quien la pusiese con
entitativa, que es suficiente para existir; luego no hay razón para que la en:l- Avicena en todos los entes naturales, que no poniéndola en algunos, como ha-
dad de la materia dependa más de esa forma de corporeidad que la for?'a. miS- cen otros. Estos ar~mentos ba~t~n también contra la opinión de Enrique, pues-
ma de corporeidad de una forma ulterior, esto :s, del alma; por.~ constgment~, to que lo que se d1¡o de los VlVlentes en general puede aplicarse fácilmente al
si la forma de corporeidad puede permanecer sm el alma, tamb1en la matena hombre solo.
podrá permanecer sin la forma de corporeidad. Luego tal forma caree: en ab- 13. Se resta fuerza a los argumentos en pro de la introducción de la forma
soluto de fundamento. En cuarto lugar, de la opinión de Escoto se s1gue que de corporeidad.- Se suma el que los argumentos de que se dejaron llevar es-
en la generación sustancial se introducen c~n frecuencia .do_s forma~ realmet;te tos autores para introducir dicha forma son muy débiles. Al primero se res·
distintas; por consiguiente, como las mutacwnes se m:Ut~phcan segun sus ter... ponde que, aunque el alma sea una forma superior a las formas de los seres
minos, habrá dos generaciones sustanciales para constltmr un solo compuesto inanimados y exija ell la materia organización de miembros, no por eso es ne-
sustancial. . , . cesaria la forma de corporeidad; pues ella basta de por si para actuar inmedia-
12. En quinto lugar, puede acaecer que un mlSmo cuerpo numenco, que tamente la materia y para conservarla en el ser, o para ser el término de su de-
consta de materia y forma numéricamente idénticas, viva ahora con vida de pende?-cia, y basta también, consecuentemente, para que el compuesto de tal
hombre y luego con vida de bruto, porque, cuando del ca?áver se genera ~ matena y forma sea capaz de las tres dimensiones, que es en lo que consiste
gusano, no hay razón, de q?e cam~ie 1~ !arma de corporeidad,. puesto 9-ue Sl un cuerpo del predicamento de la sustancia; basta, finalmente, para que dicha
permanece en el cadaver sm la~ dis¡~m.stcwnes ~el ,hombre, rr;eJor po~a ~er­ forma exija en las diversas partes de la materia diversas disposiciones acciden-
manecer bajo la forma de cualqmer vtvtente. Mas aun, de a9m parece mf7r1rse tales, mediante las que se completan los diversos órganos, bien ·porque el alma
ulteriormente que esta forma se limita sin motivo a los vi':tentes solos, stendo
o misma, si es divisible, tiene varias partes de naturalezas parciales diversas, a
así que al menos debía extenderse a todos los cuerpos mtxtos, mcluso a los las que dichas disposiciones responden, bien porque, si es indivisible el alma,
inanimados en efecto como dice el mismo Escoto, se trata de una forma de
o contiene virtualmente toda esa variedad en su entidad eminente y perfecta. En
composició~ que surg~ de la mezcla d~ lo~ ele?l~~tos; lt;ego, dondequiera qu~ lo referente a si esas disposiciones accidentales preceden en la materia con or-
exista esta mezcla, existirá en la materm dtspostcwn sufictente para esta forma, den de naturalza, o se siguen en absoluto del alma en cuanto a su grado pró-
por tanto, existirá en todos los mixtos inanimados; d~, lo co_ntrario, se hace ximo y último, milita la misma razón en pro de las disposiciones heterogéneas
necesario que explique Escoto qué clase de transmutac10n reahzada en la ma·
suffíciat ad expellendam hanc formam. Nulla rior forma quam formae inanimatorum et
mas realiter distinctas; curo ergo mutationes certe poterit rationabiliter assignari, nisi for- requirat in materia organizationem mem-
11. Tertio est argumentum ad hominem
multiplicentur ex terminis, erunt duae ge- tasse resaludo in prima simplicia elementa; brorum, non propterea esse necessariam cor-
contra Scotum, quia, si non existimat incon-
veniens manere hoc corpus, quod dicit esse
partero substantiae, sine ulteriori forma, non
est cur inconveniens iudicet materiam ma-
nerationes substanciales ad unum composi-
tum substantiale constituendum.
12. Quinto, accidere potest quod ídem
[ nam ad orones alias dispositiones quae con-
surgunt ex mixtione elementorum videtur es~
se indifferens talis forma, cum dicatur ma-
poreitatis formam; nam per se sufficit ad
actuandam immediate materiam et conser-
vandam illam in esse seu terminandam de-
nere sine forma; ergo ad vitandum hoc in~ numero corpus, ex eisdem num~ro ma~e~ia nere in ligno, osse et carne, etc. Quod si hoc pendentiam illius, et consequenter satis etiam
conveniens non debuit introducere hanc cor- et forma constans, nunc vivat vtta hommts, consequens admittatur, vix poterit assignari est ut compositum ex tali materia et forma
pos tea vita bruti; nam quando ex cadavere· rationabilis differentia, cur talis forma non sit capax trinae dimensionis, quod est esse
poreitatis formam. Antecedens patet, quía,
sicut materia est potencia per se ordinata ad generatur vermis, non est cur mutetu~ for- sit in materia cum forma auri vel alterius corpus de praedicamento substantiae; suf-
formam, ita corpus illud est potencia per se ma corporeitatis; nam si illa manet m ca- mixti homogenei, etc. Unde si ponencia esset ficit denique ut talis forma requirat in di..
davere sine dispositionibus hominis, poterit forma corporeitatis, magis consequenter lo- versis partibus materiae diversas dispositio~
ordinata ad animam. Et sicut materm sub
illa forma corporeitatis habet aliquam .ac- melius manere sub forma cuiuscumque vi- queretur qui eam poneret in omnibus enti- nes accidentale3, per quas diversa organa
tualitatem ita per se sola habet propnam ventis. Irmno inde videtur ulterius seqtú' bus naturalibus curo A vicenna quam in qui-~ complentur, sive quía anima ipsa, si divisi-
sine Causa limitari hanc formam ad sola vi- busdam, ut alii faciunt. Atque hae rationes bilis sit, varias habet partes diversarum ra~
actualitate~ entitativam, quae sufficit ad sufficiunt etiam contra opinionem Henrici; tionum partialium, quibus illae dispositione&
existendum; ergo non est cur magis pe~de~t ventia, sed ut mínimum extendí debere. ad
omnia mixta, etiam inanimata; na m, ut tpse nam quac dicta sunt de viventibus in com- respondent; sive quía, si anima sit indlvi·
entitas materiae ab illa forma corporeuatts
quam ipsa forma corporeitatis ab ulteriori etiam Scotus loquitur, illa est forma mix- muni, applicari facile possunt ad solum ho- sibilis, in sua emirtenti et perfecta entitate
forma id est, anima; si ergo forma cor- tionis consurgens ex mL'\:tione elementorum; rninem. totam illam varietatem virtute continet. An
poreit~tis potest manere sine anima, etiam ergo ubicumque fuerit haec mixtio, erit in 13. Enervantur argumenta pro corporci- vera dispositiones illae accidentales praece-
materia poterit manere sine forma corpo- materia dispositio sufficiens ad hanc for- tatis forma inducta.- Accedit rationes qui- dant in materia ordine naturae vel omnino
mam; erit ergo in omnibus mixtis inanima- bus hi auctores moti sunt ad introducendam consequantur animam quoad gradum pro-
reitatis. Est ergo impertinens illa forma.
Quarto, sequitur ex opinione Scoti in gene- tis; alioqui oportet ut S~otus de~laret qua:~ illam formam valde debiles esse. Ad primartl ximum et ultimum, eadem ratio est de dis-
nam transmutarlo facta m matena cadavens enim respondetur, quamvis anima sit supe- positionibus heterogeneis quae de homoge-
racione substantiali saepe introduci duas for-
736 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 737
-que de las homogéneas; por tanto, no hay motivo por esta razón para introdu- materia no permanezca sin forma. Sobre esta forma, , sobre su unidad o distin-
cir una forma particular en los vivientes, sino que en esto hay que razonar de d~n y. sobre la causa eficiente de la misma, no es éste el lugar de hablar y, ade-
acuerdo con lo dicho en la disputación anterior sobre la cantidad y los acci- mas, uen~ poco que ver con el problema que nos ocupa. Así, pues, es probable
dentes en la materia prima. que en v1v1entes específicamente diversos la forma de cadáver que se introduce
14. En qué sentido se dice que el vivz·ente está constituído de alma y cuer- en lug~r: del alma s~a específicamente distinta, según nos consta de las plantas
po.- Respecto de la confirmación por lo que atañe a nuestro asunto, cuando y tamb1en de los ammales. Respecto de si a la misma clase de vivientes sucede
se dice que el viviente consta de cuerpo y alma, si por cuerpo se entiende un::a. una forma d_e la misma especie, ambas cosas pueden defenderse con probabili-
parte física, nada incluye esencialmente fuera de la materia, puesto que, pres- dad, como d¡s¡;mta Cayetano contra Escoto en I, q. 76, a. 4. Por ]o que atañe
cindida la forma de corporeidad, ninguna otra realidad esencial puede perma- a ~a. causa eficiente, hay que afirmar que es producida por alguna combinación
necer en el cuerpo en cuanto es una parte física, según prueba debidamente proXillla con el concurso de alguna causa universal, igual que hay que afir-
el argumento allí expuesto. Por eso Aristóteles, en el lib. VII de la Metafísica, mar, en general, de las cosas que se generan accidentalmente por putrefac-
texto 39, dice: es manifiesto que el alma es, sin duda, la primera sustancia; el d.ón. Al tercero hay que responder que el cuerpo muerto es específicamente
cuerpo es la materia, y el hombre o el animal, lo que t'esulta de ambas. Y atmque d1verso, y, en consecuencia, también numéricamente distinto en cuanto a la
en tal materia se requieran las disposiciones orgánicas como disposiciones últi- forma sustancial. Ni tiene que ver lo que se aduce con motivo del cuerpo de
mas y como condiciones necesarias, sin embargo, no pertenecen a la composición ·Cristo, pues de él se dice que es o sensiblemente el mismo numéricamente muer-
sustancial y, por consiguiente, tampoco están esencialmente incluídas en una to y vivo, debido a la identidad de la materia, cantidad y accidentes sensibles
parte física esencial. No obstante, nada hay que nos obligue a entender por el o el mismo supositalmente a causa de la identidad de supuesto. De este tero~
nombre de cuerpo una parte física en su puridad como es la materh, sino en traté en el lugar citado del III tomo y con más amplitud en el tomo II dispu-
cuarito está bajo un determinado grado metafísico de la forma, o -lo que es tación XXXVIII, sec. 3, donde expliqué también si la forma de cadáver'que es-
igual- en cuanto expresa el compuesto de materia y alma, por ejemplo, no tuvo los tres dias en el cuerpo de Cristo ha estado unida hipostáticamente al
<en cuanto alma, sino en cuanto confiere el grado de corporeidad; pues para Verbo. Est~ punto lo tocó también Enrique .en el lugar arriba citado. No hay,
explicar la naturaleza propia del alma y del grado singular de perfección que p_u~s, nec~s1dad, ~or causa de algunas expreswnes teológicas que pueden tener
añade sobre el grado común de cuerpo~ distinguimos de modo peculiar en los facil sentido, de mventar en el hombre una nueva forma sin fundamento filo~
vivientes el alma del cuerpo~ y significamos el cuerpo a modo de una parte fí- sófico, y, lo que es más, en contra de la verdadera naturaleza de la composición
sica, no porque la forma incluída en él sea como una parte física comparada sustancial y esencial, según se demostró ya en parte y lo demostraremos más
con el alma, sino porque se la concibe y prescinde del mismo modo que si fuese .ampliamente en lo que sigue. Una razón física especial que puede derivarse en
una forma distinta. De esta materia podrían decirse muchas cosas que omito, el hombre del hecho de que su alma es espiritual se tratará en el punto si-
porque las dejé escritas en el tomo III de la III parte, disp. LI, sec. 4. guiente.
15. En la muerte de cualquier viviente es introducida la forma de cadáver
en la materia.- De qué especie es y por qué agente es producida.- Al segun- Se estudia la sentencia de la multiplicación de las formas según los grados
do se responde que es falso el supuesto aceptado; en efecto, en la muerte del de las realidades
hombre y de cualquier animal se introduce la forma de cadáver para que la 16. El último modo de expresarse en este primer capítulo puede ser e] que
en cada cosa las formas sustanciales esencialmente subordinadas son tantas por
neis ; et ideo necesse non est propter hanc cogat ut nomine corporis intt:lligamus pu-
causam particularem formam introducere ram partero physic~m, quae est materia, sed teria maneat sine forma. De qua forma et tatem materiae, quantitatis et sensibilium
in vivcntibus, sed philosophandum in hoc ut stat sub quodam gradu metaphysico for- de unitate aut distinctione eius et de causa accidentium, vel suppositaliter ídem propter
est iuxta dicta superiori disputatione de mae seu (quod .idem est) dicit compositum efficienti ipsius non est hic dicendi locus, identitatem suppositi. De qua re dixi in III
quantitate et accidentibus in materia prima. ex materia et anima, verbi gratia, non qua- et parum refert ad rem de qua agimus. Pro- tomo, loe. citato, et latius in II tomo, disp.
14. Vivens quo sensu dicatur corpore et tenus anima est, sed quatenus dat gradum habite ergo est in viventibus specie diversis XXXVIII, sect. 3, ubi etiam declaravi an
anima constitui.- Ad confirmationem, quod corporeitatis; ad declarandam enim pro- formam cadaveris quae loco animae intro- forma cadaveris, quae fuit in triduo in cor-
ad rem attinet, cum dicitur vivens constare priam rationem animae et singularem gra- ducitur, esse specie distinctam, ut constat de pore Christi, fuerit hypostatice Verbo unita.
corpore et anima, si per corpus pars physica dum perfectionis quem addit ultra commu- plantis atque etíam de animalibus. Utrum Quod etiam Henricus loco supra citato at-
intelligenda est, nihil essentialiter includere nem gradum corporis, distinguimus peculia- autem respectu eiusdem viventis succedat tigit. Non est ergo necesse propter locucio-
praeter materiam, quia, sedusa forma cor- riter in viventibus animam a corpore et forma eiusdem speciei, utrurnque potest nes theologicas, quae commodum sensum
poreitatis, nihil aliud essentiale potest ma- significamus corpus oer modum partis phy- probabiliter dici, ut Caietanus disputat con- habere possunt, fingere in homine novam
nere in corpore ut est pars physica, ut recte sicae, non quia forrrla in eo inclusa sit pars tra Scotum, 1, q. 76, a. 4. Quoad causam formam sine fundamento philosophico, im-
probat argumentum ibi factum. Unde Aris- physica comparata ad animam, sed quía ita vera cfficientem, dicendum est produci ab mo contra veram rationem substantialis et
tot., VIl Ivietaph., text. 39: Manifestum (in- concipitur ac praescinditur ac si esset forma aliquo temperamento proximo cum concursu essentialis compositionis, ut partim ostensum
quit) est quod-anima quidem substantia pri- distincta. De qua re plura did possent, quae alicuius causae universalis, sicut generaliter est et in sequentibus amplius ostendemus.
ma, corpus vera materia; hamo vera, vel omitto, quia ea scripsi in III tomo lll par- dicendum est de his quae per accidens ge- Specialis autem ratio physica, quae in ho-
animal, quad ex ambobus. Et quamvis in tis, disp. Ll, sect. 4. nerantur ex putrefactione. Ad tertmm dicen- mine sumi potest ex eo quod anima eius
tali materia requirantur disposiciones orga- 15. In cuiusvis viventis morte forma ca- duro est corpus mortuum esse specie diver- spiritualis est, in sequenti puncto tractabitur.
nicae ut dispositiones ultimae condiciones- daveris introducitur in materiam.- Cuius sum, et coL -..-:quenter quoad substantialem
que necessariae, tamen non pertinent ad sit speciei et a quo agente fiat.- Ad S"Cun- formam euam esse numero distinctum. Ne- Tractatur sententia de multiplicatione for-
compositionem substantialem; et consequen- dum respondetur esse falsum assumptum; que refert quod de corpore Christi affertur, marum iuxta gradus rerum
ter nec essentialiter includuntur in parte nam in morte hominis et cuiuscumque ani- oam illud dicitur esse vel sensibiliter ídem 16. Ultimus modus dicendi in hoc pri-
physica essentiali. Nihil tamen est quod nos malis forma cadaveris introducitur ne roa- numero mortuum et vivum propter identi- mo capite esse potest in unaquaque re tot
47
~7=c38::__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __::D::_:::isputaciones metafísicas Disputación XV.--Sección X
739
multiplicación cuantos son los grados de realidades naturales y según el número por estas !azones, pues, se requiere en el hombre además del ¡ ¡
ma material, ya sea una, ya múltiple. ' a ma, a guna for~
de grados participados por una sola e idéntica sustancia. Los grados de las sus-
tancias materiales son cuatro, a saber : cuerpos inanimados, cuerpos .vegetales, b 18.. Los mani1ueos defendían dos almas.- La otra causa es que en el hom
cuerpos sensibles y racionales. Además, algunos entes .naturales participan de y r:l e~~~~~tuo~~r:~~n;: ~~r~~~rias, porque ~a carne amb~ciona contra el espírit~
un solo grado, y en ellos únicamente existe una forma, y éstos son los cuerpos del mism . . . . ' y l~s ?I:eracwnes contranas no pueden proceder
inanimados; los vegetales, en cambio, participan de dos grados, estando, por tanto, . o pnnc1p10, smo de prmc1p1os contrarios Ockam u d fi d ¡
constituídos por dos formas; los animales, por tres; los hombres, por cuatro. sente~cm, se vale de este argumento en el Quodl ri q 10 .' q e 1 e 1ef ~ ~
Esta sentencia no la conozco expuesta de este modo en su totalidad; sin em- tambten que estas almas se distin uen de 1 f . ' . ' y ~n a a a e
tiempo que establece tambi, d"f g . a orma de corporeidad, al mismo
bargo, los autores que defendieron que en el hombre existen tres almas real- los brutos . . . en 1 erencta entre esta forma y el alma sensitiva en
mente distintas, si se expresan en consecuencia, por fuerza tienen que admitir tas en lo ' en cambt?, mega que el alma sensitiva y la vegetativa sean distin-
todo el razonamiento expuesto; porque por la misma razón que distinguen en si ~1 alma ;:edi;t%.g~t:r~o ~o /e exp~esa conse~uentemente, ni explica tampoco
:::~~i~~;o~ a~~ma~an quee h:bí~rX,~ afm~~r~~re:fa:o~~r~a~ ::t::~iJc~~bii~f~~~
1
el hombre tres almas, tienen también que distinguir dos en el bruto; y por la
misma razón que distinguen entre sí las almas, deben también distinguir el
grado de alma del grado común de forma corporal, ya que en todas estas cosas ritu contrario IO!s ~~~i'¡ yd ~tr'b~nimal,l que le es co~trar~a, procedente del espl-
hay la misma proporción. Ni puede darse otra razón de distinción si no es la ('Onstar San 'A u t' ' el . tos ma o que ellos tmagmaban, tal como hizo
subordinación y diferencia de grados. La opinión de la distinción de tres almas en el l"b X D g ~m en e hb. De duabus animabus contra Manich"eos y
la defienden Filopón, en el lib. I De Anima, texto 91, a quien sigue Janduno, d 1 • e enes. ad lttt., c. 13, Y en el lib. De vera religione 9:
en el capítulo sobre el alma, q. 12, y Paulo Véneto, en Summa de anima, c. 5. e _q_ue muchos . doctores católicos siguieron esta opinión sobre las dosc. al~a?
No voy a referir aquí sus fundamentos, porque prácticamente coinciden con ~~fam~~1 ~ ~~~~~' en el hombr~, nos da testimonio San Jerónimo en la epls~
~nfl'?:¡ I ad Th;s;~i., qs: ':~n~'!ft:~:~doez"'Df;;a~e P;:Z, e~a?~eq:~0~0 J~ ~~::~~~
los que se apuntaron al tratar de las opiniones de los otros.
17. Sólo en el hombre parece descubrirse una peculiar necesidad de varias
almas, al menos de dos, por dos causas principales exclusivas del hombre. La v:~::n~:'tov~~st~ alma Y c::-erpo se ~onserve sin merecer reprensión hasta el ad-
una, porque el alma racional es perfectamente espiritual e indivisible y distante . . b . uestro ~enor J~SJ.<ensto. A este testimonio unían aquel de Da-
en máximo grado de la imperfección de la materia; y parece, por ello, que en.. :~~ 1 Fllóne:~e~;dli~¡
3 SQenodr,destpzr.ttus y ~lma~ 4e.los iustos. Esto mismo lo sos-
tre extremos tan distantes no cabe unión inmediata; por consiguiente, es ne- . uo e enus pottort tnstdzetur.
cesaria una forma mediante la cual se unan. Esta opinión apoya especialmente ~9. Refutación 1e la sentencia aducida con sus explicaciones.- Esta se _
la sentencia de Enrique antes expuesta, ya que el alma racional, por ser incor- ~~cta, empero, no solo es poco probable por raciocinio filosófico sino que ta.r:
pórea, no puede conferir el ser corpóreo; luego tampoco puede ser la forma len es r~o segura d~ntro de nuestra fe en cuanto a aquella pa;te en que afir=
de corporeidad. Y por el mismo motivo no puede ser formalmente la forma ma e~ .e _om~re vartas almas. Y por lo que se refiere al ar umento ene 1
vegetativa o la sensitiva, puesto que estas formas son materiales y corruptibles; ~\ ~stmgmr diVersas formas sustanciales por los grados de ~s cosas gque:f
e 1 amente refutado a posteriori por el hecho de que de ese principi~ se si~

multiplicari formas substantiales per se sub- duum subordinatio et distinctio. Tenent au-
tem eam opinionem de trium animarum r~quiritur in homine aliqua forma materirt- contra Mar;ichaeos, et X Gen. ad litter !>
ordinaras, quot sunt gradus rerum natura~
lium et iuxta numerum graduum qui ab distinctione Philop,. 1 de Anima, text. 91 ; lts praeter animam sive illa sit una sive c. 13, et hb. de Vera religione, c. 9; et
quem sequitur Iandun., c. de Anima, q. 12; rnultiplex. ' piures pactares catholicos secutos esse hanc
una et eadem substantia participantur. Sunt
autem quatuor gradus substantiarum mate- et Paulus Venetus, in Sum. de Anima, c. 5. 18. Duas animas ponebant Manichaei.- se~t~ntt~m de duab~s animabus in homine,
Quorum fundamenta hoc loco non referam, AI~era causa es.t quia in homine sunt ope- spmtuah et sensuah, testatur Hicr epist
rialium, scilicet, inanimatorum corporum,
vegetabilium, sensibilium et rationalium. quia fere coincidunt curo bis quae in refe- rauones C?J?-tranae, na!ll caro concupiscit ad- ~5,0 ad Hedib., q. 12, tractans loe~ qu~
Rursus entia naturalia quaedam participant rendis aliorum opinionibus tacta sunt. versus sp1ruum, et spzritus adversus carnem · ~~ move?~ntur, 1 ad Thessal., 5: Deus pa-
unum solum gradum, et in eis tantum est 17. Solum in homine videtur inveniri non possunt . a~t~m contrariae operatione~ ClS sa!lctljtcet vos, ut mteger spiritus vester
una forma, et haee sunt corpora inanimata; peculiaris necessitas pluríum animarum, sal~ a~ eodem prmctpto prodire, sed a contra- et amma et corpus sine querela in adven·
vegetantia vero duos participant gradus, tem duarum, ob duas praecipuas causas ho~ rus. Q~o argumento utitur Ocham, qui hanc tun; Dornini. nostri. Iesu Christi servetur.
unde duabus formis constituuntur; animalia mini proprias. Una est, quía rationalis ani- sen~entta.m doc::et,. Quodl. II, q. 10, et in 11 ~~~ tesun:~mo c<?~tungebant illud Danie;I.)
tribus, homines quatuor. Quam sententiam ma est perfecte spiritualis et indivisibilis addtt e_na~ distt!lgui has animas a forma - . B.enedwue, spzrttus et animae iustorum.
hoc modo integre declaratam non invenio; maximeque distans ab imperfectione mate- corpore1tatts, et m brutis etiam distinctam Dommo. Idem tenuit Philo in libro Quód
tamen auctores qui docuerunt esse in ha- riae; et ideo extrema tam distantia non vi- fac1t ta1em ~ormam ab anima sensitiva eo- deterius potiori insidietur. '
mine tres animas realiter distinctas, si con- dentur posse imrnediate coniungi; est ergo rum. De amma vero sensitiva ct vegetativa ~9. bn.Pro_batur adducta senteruia cum
sequenter loquantur, necesse est ut totum necessaria aliqua forma qua mediante unianm negat esse distinctas. In quo certe non con~ suzs exphcattonibus.- Haec vero sententh
discursum facturo amplectantur; nam qua tur. Atque haec ratio peculiariter favet opi- ~equente: Io9~tur; neque etiam declarat an non..solum in philosophica ratione impro-
ratione in homine dlstinguunt tres, oportet nioni Henrici supra tractatae, nam anima m P.lan~1s dtsttnguatur anima a forma cor- babths est, sed etiam in nostra fide parum
in brutis duas etiam distinguere; et qua rationalis, cum sit incorporea, non potest poreltatls. Manichaei etiam duas in homine tuta,, quantum ad. eam partem qua ponit fn;
racione ipsas animas ínter se separant, opor- dare esse corporeum ; ergo nec potest esfe asserebant e~se . animas, unam spiritualem a hom.me piure~ ammas. Et quidem quantum
tet quod gradum etiam animae a communi forma corporeitatis. Et eadem racione non b_ono De? mditam, aliam vero animalem ad illam rat1onem generalero distinguendi
gradu forma e corporalis distinguant; nam potest esse forma vegetativa aut sensitiva et .<:ontrar~am, et a contrario principio, malo piures formas .su~stantiales ex gradibus re-
his omnibus eadem est proportio. Neque formaliter; nam huiusmodi formae sunt ma- scdtcet peo, quem illi fingebant, profectam, rum, a P?ster10:1 ~~ eo recte improbarur
alia ratio distinctionis dari potest nisi gra- teriales et corruptibiles; ergo propter haec. Ut retulit August., lib. de Duab. Animab. quod ex illo prmctpto sequitur necessariaa
Disputaciones metafísicas _D_ispu_ta_ción_X_V_.--S.ec_ci_ón__X______________.______________________~7~4~I
740
gue que son necesarias en el hombre almas realmente distintas, lo cual está en , luego es menester. afirm3.r lo segundo , a saber, que
especies últimas. distintas;
contra de la sana doctrina. Además, todas las razones con que hemos probado e1 a1ma vegeta uva,, segun . su razón genérica, se contrae en el alma del caballo
que el alma no se distingue de la forma de cuerpo en los vivientes, demues- por el grado espec1~co m1smo. De aquí se llega claramente a la conclusión de
tran a fortiori que la adición de un nuevo grado no basta para establecer la qne el alma . vegetativa en el caballo
. . no es realmente dist¡'nta de ¡a sensttlva,
··
pu~sto que. mnguna cosa. puede dtstmguirse realmente de la diferencia por la que
distinción real de formas. esta esencialmente constlttúda.
20. Más aún, las razones propuestas contra la primera sentencia, por las
que se demostró que las formas no se distinguen realmente a causa de los di- . 21. E~te argumento tiene la misma eficacia en el alma racional y se puede
versos predicados quiditativos subordinados entre sí, prueban lo mismo, aunque ~ph~r de Igual mam;r~; en efecto, si, por ejemplo, el alma sensitiva fuese en el
un predicado añada al otro algún grado nuevo, pues cuando esos dos grados o~ re re~l~ente dtstmta de la racional, tendría una contracción específica al
se unen en una sola e idéntica realidad, el uno se compara con el otro como la gra o ~enst~Ivo; por tanto, sería un alma irracional y propia de una bestia la
cn.a1, st se e separa el alma raci~nal, ya sea por la consideración del ente~di­
diferencia especifica con la genérica, y así resulta constituída de ambos una sola
especie sustancial, igual que de un universal y un particular; luego, en rea- mtento, JJ al menos, por potencia de Dios en la realidad misma constituiríá
~fn ~e~ a Eun br~to tan cabal y perfecto en la especie de anima{ como lo es
lidad, no se distinguen esos grados o diferencias en cuanto unidos en dicha es-
pecie; luego tampoco se distinguen realmente en tal sustancia las formas que el ~i~ a L~X;;.; mismo es el sentido en que, con razón, afirmó San Agustín en
son los principios de dichos grados o diferencias. Se explica esto, finalmente, al · . . 1~ Qfaest., q. 8, qne al decir Apolinar que el Verbo asumió el
aplicando proporcionalmente la razón antes expuesta, _porque si, por ejemplo, (!.a sens1:-a sm a racmnal, había dicho que en realidad asumió una bestia
en el caballo hay un alma vegetativa, es necesario que esté contraída por alguna frn~~adoo p~'; ~~·~~m~n r~~~~~t;to constituído por tal alma, ser ulteriorment~
diferencia específica, ya que el alma vegetativa en cuanto tal sólo expresa una
22. Existe, además nn argument fi •·
j~s l!o~u~~~~in~~i:,a~fi~~~.~~~n~i¿·~ral:~!!~f~~ ;;,u•;¡ ~~7~;e,"sy c~s~ú~o~a~~
razón genérica, la cual se distingue mediante diversas especies, como es de
sobra evidente en los árboles y en las plantas; ahora bien, no puede haber

~~r e~J~:~l~o~~ f:t~j~~~~~~iaa d:~ •:c~~~~' d~e at~~gc~~~~:es~a~~c~¿~d~~:;:~J,


en el caballo nn alma individual y real constituída bajo el género de alma ve-
getativa sin que al mismo tiempo esté en alguna especie de dicho género; luego
es menester que esté contraída y constituída por alguna diferencia específica. sentido, e incluso la nutrición. ., Impe a operación del
1I
Por tanto, o esa diferencia está contenida dentro del grado propio de lo vege- de la fantasía es movido el do ~z por la oper~cwn de una potencia, verbigracia
tativo, igual que permanece la diferencia de un árbol, por ejemplo el peral, Partiendo de 'esta ex . . r on y se excitan las otras facultades naturales
penencm probamo • 'b · ·
dentro del ámbito del grado vegetativo; o se trata de la diferencia propia que tanda! distinta de las facultades accid '¡.'fas ~rn a que extste. nna forma susc
eleva a esa alma al grado sensitivo. Lo primero no puede afirmarse, porque, de único en el que están radicadas tod en 1 esf el suerte que existe un principio
Jo contrario, esa alma, en cuanto tal, constituiría una especie última e infuna «simpatía» de las acciones. as as acu tades y del que se deriva esa:
de realidad vegetal, la cual no sería capaz de una diferencia superior y, con-
secuentemente, tampoco de un alma superior. Ni ese grado se compaiaría con 2.3. Podrían todavía acumularse aquí ¡0 ..
que se toma del Génesis 2. h'zo D' l hs arbgnmden¡tobs teolog!cos, como aquet
,el siguiente como el género con la especie, sino que se opondrían como dos , '· • .osa omre e arrod ¡ t' ·
11o en su frente un espíritu de vida' y el hombre se convtr. t., e un
zo en alma edotada
a terra tnsu-..
factam, nam s1 m equo, verbi gratia, est
esse in homine animas realiter distinctas, quam duae species ultimae condistinctae. lu~m. Quom?do ergo posset compositum tali
quod est a sana doctrina alienum. Deinde
anima vegetativa, necesse est ut per aliquam
specificam differentiam sit contracta, nam
er~o necesse est dicere secundum, nimir~ am!Da :onst1tutum ulterius informad anima
orones rationes quibus probavimus non di~ anima vegetativa ut sic solum dicit rationem
antmam v~getativam secundum suam ratio- rat1onah?
stingui in viventibus animam a forma cor· !1-em genencam contrahi in anima equi per ~2. Praet:rea est optima ratio communis
genericaro, quae distinguitur per varias spe-
poris, a fortiori probant additionem novi lpsumm~t grad~ specificum. Ex quo aperte q~dem om~ll;ms, sed quae evidentius in ho-
cies, ut in arboribus et plantls est eviden- concludttur ~n~am vegetativam in equo ~me consprc1tur sumiturque ex subordina~
gradus non sufficere ad formas realiter di- tissimuro; non potest autem esse in equo
non esse re ~t~tmc~am a sensitiva, quia nulla tl?~e et dependencia omnium humanarum
stinguendas. individua et realis anima constituta sub g~­ res potest d1~tt~gm realiter a differentía per Vlf'l~ a e fac_ultatum; nam ex attentione:
20. Immo rationes factae contra primam nere animae vegetativae et non sub aliqua
sententiam, quibus ostensum est non distin- quam essenttahter constituitur. mm~a ~d acuonem unius facultatis verbi
guí realiter formas propter diversa praedi-
specie illius generis; ergo necesse est ut
per aliquam specificam differentiam sit con- , 21.. Atqu~ haec ratio eamdem vim habet grat1~, mtellec~ivae, impeditur operario sen-
c¡:¡ta quidditativa inter se subordinata, idem m amma ratton.ali, et eodem modo apolicari su~, tmmo et !psa nutricio; et ex operatione
tracta et constituta. Aut ergo illa differenúa
pfobant, etiam si unum praedicatum addat continetur intra gradum ipsum vegetativum, 1-'!otest; n~m, s1 ~nima sensitiva, verb1 gra- umus potentme, verbi gratia, operatione
alteri novum gradum, nam quando illi duo ~18' esset m ho.mme re distincta a rationali, phantastae, movetur cor ct excitantur aliae
sicut difierentia specifica cuiusdam arboris,
gradus in una et eadem re coniunguntur, verbi gratia, piri, manet intra latitudinem illa .e.sset speclf'ice contracta intra gradum facultates ~aturales. _Ex qua experiencia su-
unus comparatur ad alium ut differentia se~slttvum; unde esset anima quaedam ir- p~a. probav1mus dan formam substantialem·
gradus vegetativi; vel est ipsamet differencia
specifica ad genericam, et ita ex utroque elevans illam animam ad gradum sensitivum. rattonalis. et belluina, quae, sed usa rationalí, d.tsunctam a facultatibus accidentalibus ut
una substantialis species constituitur tam- Primum dici non potest, quia alias illa ani- aut p~r mtell~ctum, aut reipsa saltero per Slt unu~ principium in quo omnes f;cul--
c¡uam ex universali et particulari; ergo in ma ut sic constitueret ultimam quamdam et potenttam D~t, vere constitueret quoddam tates. radtc~ntur et a quo proveniat illa sym~.
re. non distinguuntur illi gradus seu diffe- hyutu~ tam mtegrum et completum in spe. pathta acuonum.
infimam speciem rei vegetabilis, quae non
rentiae ut coniunctae in tali specie; ergo nec esset capax ulterioris differentiae et conse- Cle am!llalis sicut est equus; quo modo 23. Possen~ praeterea hic adiungi "argu-
formae, quae sunt principia talium graduum quenter neque ulterioris animae; neque recte mt ~ugust., lib. LXXXIII Quaest., mer:ta. theolo~tca, ut est illud quod sumitur
vel differentiarum, realiter distinguuntur in compararetur ille gradus ad subsequentem q. S, ~polhn~rem, dum asseruit Verbum as- ex 1~1s verb1s. Genes., 2: Formavit Deus
tali substantia. Quod tandem declaratur ap- ut genus ad speciem, sed opponerentur tam~ SU?JPSlss: ~mmaro sensitivam sine rationali, h9mme'!l de hmo terrae et inspiravit in fa-
pl_icando cum proporcione rationem supra retpsa dix1sse assumpsisse quamdam bel- ctem ems spiraculum vitae, et factus est
:742 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 743
--------------~----------~
de vida; efectivamente, ese espíritu que Dios le insufló fue el alma racional, y pliamente en el I tomo de la III parte, q. 6, en el com. del a. 2 y en la disp. XVII,
mediante ella quedó el hombre convertido en viviente y, consecuentemente, en sec. 4. Al alma en cuanto vivifica simplemente el cuerpo se le llama muchas
sensitivo. Otro está tomado del VIII Sinodo general, que es el IV de Constan- veces con el nombre de espfritu, como en el Bclesiast., 12: y el espíritu vuelve
tinopla, canon ll, que es como sigue: parece que algunos han llegado hasta tal al Señor, etc., espíritu que es llamado alma inmortal en otro pasaje, concreta..
grado de impiedad, que afirman dogmáticamente que el hombre tiene dos al- mente en San Mateo, 12: No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pue..
mas. Así, pues, dado que el Antiguo y Nuevo Testamento y todos los Padres den matar el alma. Y de Nuestro Señor Jesucristo se dice en el c. 27 de San
de la Iglesia afirman que el hombre posee un alma racional única, este santo y Mateo que exhaló el espíritu, o sea el alma. Por eso en Ciernen., Unic. de Sum.
universal Sínodo anatematiza a esos fautores de la impiedad. Por eso en el libro Trinit., se dice que Cristo asumi~ las dos partes unidas de nuestra naturaleza,
De Bccles. dogmat., c. 15, se· propone también esto como un dogma cierto; a saber: el cuerpo y el alma racmnal.
mas como Ockam dice que allí se trata de dos almas racionales, para que se 25. Aunque sea inextensa, el alma racional es la forma de la materia.~ Los
vea que esto es falso, voy a poner las palabras: Ni decimos que en un solo argumentos propuestos en contra tienen fácil solución. En efecto, al primero
hombre existen dos almas, tal como escribían Santiago y otros de los sirios, de se le niega la menor, porque, aunque el alma sea indivisible y espiritual, puede
suerte que una, mediante la cual queda animado el cuerpo, sea animal y esté unirse inmediatamente a la materia por ser esencialmen,te acto de ella. Efecti-
imbuída en la sangre, y la otra, la cual nos proporciona la razón, sea espiritual; vamente, no tiene importancia el que la materia y el alma racional tengan entre
sino que decimos que en el hombre el alma que vivifica el cuerpo con su unión sí una gran distancia en la perfección de la entidad, pues para la unión no se
.'Y la que se dispone a sí misma con la razón, es una sola e idéntica. San Agus- ha de atender a la distancia o proximidad en la perfección de la entidad, sino
tín tiene otros similares en De spririt. et anim., c. 3; el Damasceno, en el lib. 11 a la proporción y a la conveniencia que tienen en la relación mutua de acto y
De fide, c. 12. Se añade además el que, en otro caso, al morir el hombre, un potencia, proporción que se descubre como suficiente entre la materia y el
alma dejarla de existir; y el que Cristo, al morir, habría perdido en absoluto alma; más aún, acaso es mayor y más perfecta que entre la materia y cualquier
alguna sustancia unida con el Verbo; por eso Ockam, para evitar este inconve- otra forma. En otro caso, por más que se piense la materia como ya informada
niente, afirma que en Cristo el alma sensitiva se conservó o juntamente con la por cualquier forma o alma extensa y material, todavía el alma será despropor-
racional o juntamente con el cue1=po. Ahora bien, si entiende que permaneció cionada para unirse con ella; porque, por lo que atañe a la extensión, esa for-
unida con el cuerpo, es una herejía, porque, en otro caso, no hubiese perma- ma es igualmente extensa que la materia; por consiguiente, si la desproporción
necido muerto, sino dotado de vida sensitiva. Y si entiende que permaneció se origina de esto, no se la evita, sino que se la aumenta por ·un nuevo con-
separada, proclama el milagro inaudito de que una forma material haya sido cepto. En primer lugar, porque al ser dicha alma sensitiva un acto sustancial
conservada sin materia. También es igualmente inaudito en la Iglesia el que y específico, tal como se probó, está más distante del alma racional por lo que
las dos almas de Cristo hayan estado separadas durante los tres días. Por tanto, se refiere a la proporción requerida para la unión, que lo está el alma de la
es temerario afirmar esto, si es que no queremos llamarlo erróneo. materia, y de esta suerte más bien impide la unión que contribuye a ella. En
24. Por eso, cuando al espíritu y al alma del hombre se los llama con dis- segundo lugar, porque si se diese un alma sensitiva, la intelectiva sería un puro
tintos nombres en la Escritura, no se los distingue por la sustancia, sino por principio de intelección; y un principio puro de intelección no es apto para
su función y oficio, tal como dice antes San Jerónímo y hemos explicado am- informar un cuerpo, según demostraremos más ampliamente luego al tratar de

hamo in animam viventem; ille enim spiri- pus sua societate vivificet et semetipsam sua late declaravimus in I toro. III partís, q. 6, pinquitas in perfectíone entitatis, sed in pro-
tus quem Deus spiravit anima rationalis ratione disponat. Similia habet Augustinus, in Com. a. 2, et disp. XVII, sect. 4. Saepe portione et conveniencia in mutuo respectu
fuit, et per eamdem factus est horno vivens de Spirit. et anim., c. 3; Damascen., lib. II vera ipsa anima, prout absolute vívificat actus et potentiae, quae proportio sufficiens
et consequenter etiam sentiens. Aliud est ex de Fide, c. 12. Accedit quod alias mortuo corpus, nomine spiritus appellatur, ut Ec- reperitur inter materiam et animam; immo
VIII Synodo generali, quae est Constanti- homine aliqua anima desineret esse, et clesiast., 12: Et spiritus redit ad Dominum_. fortasse maior et perfectior quam inter ma-
nop. IV, can. 11, qui sic habet: Apparet Christus moriens aliquam substantiam Ver- etc.; qui spiritus immortalis alibí anima teriam et quamcumque alíam formam. Alio-
quosdam in tantum impietatis venisse, ut bo unitam simpliciter dimisisset. Unde vocatur, nempe Matthaei, 10: Nolite timerc qui etiamsi fingatur materia iam infor-
homines duas animas habere dogmatizent; Ocham, ut hoc incommodum evitet, dicit eos qui occidunt corpus, animam autem non mata quacumque forma vel anima extensa
tales igitur impietatis inventores et similes animam sensitivam Christi conservatam es- possunt occidere. Et de Christo Domino et materiali, adhuc erit anima improportio-
sapientes, cum vetus et novum Testamen- se in Christo, vel cum rationali vel cum didtur Matth., 27, quod emisit spiritum, id nata ut uniatur illi; quía quod ad exten-
tum ·omnesque Ecclesiae Patres unam ani- corpore. Sed si intelligat mansisse unitam est, animam. Unde in Clement., unic. de sionem attinet, tam extensa est illa forma
mam rationalem hominem habere asseve- corpori, est haeresis, alias corpus illud non · Sum. Trinit., didtur Christus assumpsisse sicut materia; ergo si inde oriebatur im-
rent, sancta et universalis Synodus anathe~ mansisset mortuum, sed sentirct. Si vera partes naturae nostrae unitas, corpus sci- proportio, non tollitur, immo augetur aliun-
matizat. Unde in lib. de Eccles. dogmat., intelligat mansisse separatam, dicit miracu- licet et animam rationalem. de. Primo, quia cum illa anima sensitiva
c. 15, hoc etiam traditur ut dogma certum; lum inauditum quod forma materialis con- 25. Rationalis anima, licet inextensa, ma- sit actus substantialis et specificus, ut pro-
quia vero Ocham dicit ibi esse sermonem de servata sit sine materia. Item inauditum est teriae forma est.- Nec rationes in contra- batum est, magis distat ab anima rationali
duabus animabus rationalibus, ut constet id in Ecclesia duas animas Christi esse sepa- ríum factae difficilem habent solutionem. quoad proportionem requisitam ad unionem
es se falsum, referam verba : N eque duas Ad primam enim negatur minar, nam, Iicet quam anima et materia, et ita potius im-
ratas in triduo. Quare temerarium esset, ne anima sit indivisibilis et spiritualis, potest
animas esse dicimus in uno homine, sicut pedit quam iuvat ad unionem. Secundo,
Iacobus et alii Syrorum scribunt~ unam ani- dicam erroneum, id asserere. immediate uniri materiae, quía essentialiter qtúa si intercederet anima sensitiva, intetlec-
malem, qua animetur corpus et immixta sit 24. Quocirca, cum spiritus et anima ho- est actus eius. Non enim refert quod in tiva esset purum princtpium intelligendi;
sanguini, et alteram spiritualem, quae ra- minis distincte nominantur in Scriptura, perfectione entis multum inter se distent purum autem intelligendi princípium non
tionem ministret; sed dicimus unam esse non distinguuntur substantia, sed munere materia et anima rationalis, nam ad unio- est aptum ad informandun corpus, ut la-
eamdemque animam in homine, quae et cor- et officio, ut Hieronymus supra indicat, et nem non est attendenda distantia vel pro- tius ostendemus infra, tractando de intelli-
744 Disputaciones metafísicas Disputación Xl'.~Sección X 745
~------------------------------- --------------------------~
las inteligencias separadas. Así, pues, para que el alma racional sea verdadera grados extremos sin contener estos intermedios. Sin embargo, es frecuente de--
forma del cuerpo, es menester que ella misma no sea solar_nente el princi~io de cir que el alma racional contiene estos grados virtual y eminentemente. Esto, ,
las intelecciones, sino que lo sea también de las operaciOnes que se eJercen empero, no les parece suficiente a otros para la causalidad formal, aunque sea
mediante el cuerpo; por consiguiente, lo ha de ser preferentemente de las ope- bastante para la eficiente. Y así, sin duda, lo que hay que afirmar es que, igual
raciones sensitivas, que son las que están más cerca de las acciones propias del que el con~epto de forma de corporeidad no exige formalmente que sea corpó·
entender. Hasta tal punto es esto necesario, que hao llegado algunos a dudar rea, del mismo m_odo al concepto ?e
alma vegetativa y sensitiva no pertenece
si el alma racional en cuanto intelectiva era forma del cuerpo. Empero no exis- el que seal! matenales y ext:nsas, smo el que sean principio formal del vegetar
te razón de su duda, ya que el alma racional es por esencia forma del cuerpo.'/ y del ~entir y el 9ue constituyan formalmente un viviente según estos grados
según su totalidad y según todos sus grados, los cuales, aunque sean objeto de determmados de vida, cosa que verdadera y formalmente posee el alma racio. . -
nuestra precisión mental, sin embargo se identifican en el alma. Por eso, aun- nal; mas se dice que los contiene eminentemente por comparación con las for-
que no dimanen de la esencia de esta alma potencias intelectivas que puedan ser mas de <!Jchos grados que no trascienden la perfección propia de ellos, ya que
recibidas en el cuerpo, con todo las mismas potencias sensitivas, e incluso la& ella contiene sus perfecciones de un modo más elevado. En consecuencia. ha..
vegetativas, se originan con una perfección peculiar exclusiva del alma racional blando en general, hay que negar que pertenezca al concepto de forma ve'geta-
y proporcionada para estar al servicio de las acciones de la mente. Esto cons- tiva o sensitiva el ser corr~ptible o educida de la potencia de la materia, sino
tituye también un argumento de que el alma sensitiva es la misma que la ra- que lo que habría que añadir sería que esto pertenece al concepto de alma ex--
cional en el hombre. clusivamente vegetativa o exclusivamente sensitiva; y en el hombre no existe-
26. En qué sentido el alma racional es forma de corporeidad.- Con esto forma alguna que sea únicamente vegetativa o sensitiva; por tanto, en el hom-
se llega a comprender también en qué sentido el alma racional, a pesar de ser bre no hay forma ninguna educida de la potencia de la materia. Ni esto cons-
incorpórea, puede ser forma de corporeidad; en efecto, el que sea acto o for- tituye obstáculo, como objetan algunos, para la generación natural del hombre,
ma de corporeidad no es lo mismo que el que sea corpórea o extensa, sino que ya que para ella no es menester que la forma se produzca por educción; de-
es una forma que juntamente con la materia constituye una sola sustancia com- lo c?ntrario, aunq~e en el ~ombre hubiese un alma sensitiva educida de la po-
puesta capaz de cantidad. Por eso, tal como dije en la disp. XIII, el ser forma tencia de la matena, no sena un hombre el que se engendraba, sino que sería'
de corporeidad es absolutamente lo mismo que ser forma sustancial de la ma- el animal irracional constituído por tal alma. Así, pues, para la generación na-
teria, pues precisamente porque es acto sustancial de la materia resulta cons- tural basta con que la unión del alma con el cuerpo se realice de un modo na-
tituída de ambas una sustancia íntegra material y corpórea. Por tanto, puestl> tural mediante la disposición y acción natural. ·
que el alma racional, a pesar de ser indivisible, es verdadera forma sustancial 27. Las operaciones contrarias en el hombre.- Al último argumento de
del cuerpo, posee cuanto es necesario para ser forma de corporeidad. Esto nos. Ockam se responde, en primer lugar, que la diversidad u oposición de opera-
lleva asimismo a la conclusión de que puede contener suficientemente también los ciones denuncia diversidad de facultades próximas, pero no de formas. tal como-
grados intermedios, concretamente el vegetativo y el sensitivo, de suerte que antes se dijo. Se afirma, además, que la existencia de operaciones contrarias en
pueda comunicarlos formalmente al compuesto, ya que no puede contener los. el hombre puede entenderse de dos maneras, a saber: o en simultaneidad o en
diversos tiempos. Esto segundo no sólo puede acaecer en la misma alma sino.
gentiis separatis. Ut ergo utionalis anima 26. Anima rationalis qualiter forma cor- también en la misma potencia, como es de por sí evidente; en cambio, 1~ pri-
sit vera forma- corporis, oportet ut ipsamet poreitatis.- Ex qua etiam ;nteJligitur qua-
sit principium non tantum intellectionum, modo anima rationalis, licet sit incorporea, mos gradus sine his mediis. Dici autem forma quae sit aut vegetativa aut sensitiva
sed etiam operationum quae exercentur per possit esse forma corporeitatis ; nam esse solet frequenter rationalem animam virtute tantum. Quare nulla est in homine forma,
corpus; ergo maxime operationum sensiti- actum aut formam corporeitatis, non est et eminenter continere hos gradus. Quod ta- educta de potentia materiae. Neque hoc.
varum, quae sunt actionibus intelligendi esse ipsam corpoream seu extensam, sed es- men aliis videtur non sufficere ad forma- obstat, ut alii obiiciunt, naturali generationi
propinquiores. Quod adeo necessarium est, se formam constituentem curo materia unam lem causam, licet ad efficientem satis sit. hominis, quia ad hanc non est necesse ut-
ut dubitaverint nonnulli an ipsamet anima substantiam compositam capacem quantita- Atque ita sine dubio dicendum est, sicut forma fiat per eductionem; alias etiamsi in
quatenus intellectiva informet corpus. Non tis. Unde, ut supra, disp. XIII, dicebam, de ratione formae corporeitatis non est ut homine esset anima sensitiva educta de po-
vera est quod dubitaverint, nam rationalis ídem omnino est esse formam corporeitatis sit corporea formaliter, ita de ratione ani- tentia materiae, non generaretur horno, sed
anima essentialiter est forma corporis secun- quod esse formam substantialem materiae, mae vegetativae et sensitivae non esse quod illud animal irrationale constitutum per ta-
dum se totam et secundum orones gradus, quia ex hoc praecise quod sit actus sub- sint materiales et extensae, sed quod sint lero animam. Ad generationem ergo natu~·
qui, licet a nobis ratione praescindantur, stantialis materiae, constituitur ex utraque principium formale vegetandi et sentiendi, ralem satis est quod tmio animae ad cor~
in re tamen ídem in anima sunt. U nde, Iicet substantia integra, materialis et corporea. et quod constituant formaliter vivens secun- pus naturali modo fiat per naturalem dispo-
ex essentia huius animae non dimanent po- Cum ergo rationalis anima, etiamsi sit indi- dum hos gradus vitae, quod vere ac forma- sítionem et actionem.
tentiae intellectivae quae in corpore reci- visibilis, vera forma sit substantialis corpo- liter habet anima rationalis; dicitur tamen 27. In homine contrariae operationes.-
piantur, tamen eaedemmet potentiae sensi- ris 1, habet quidquid necessarium est ut sit eminenter continere, comparatione facta ad Ad ultimam rationem Ochami respondetur
tivae, immO et vegetativae, manant cum sin- formas iliorum graduum quae perfectionem imprimís diversitatem vel oppositionem ope~­
forma corporeitatis. Ex qua etiam concludi eorum non transcendunt, quia altiori modo rationum indicare diversitatem facultatum
gulari quadam perfectione propria rationa-
lis animae et proportionata ad ministrandum potest continere etiam sufficienter gradus continet perfectiones earum. Unde, genera- proximarum, non vero formarum, ut supra-
actionibus mentis. Et hoc etiam est argu- intermedios, vegetativum, scilicet, et sensi- tiro loquendo, negandum est esse de ratíone dictum est. Deinde dicitur dupliciter intel-
mentum eamdem esse animam sensitivam tivum, ita ut eos formaliter conferre possit formae vegetativae aut sensitivae quod sit ligi pos1e esse in homine operationes con~
cum rationali in homine. composito, quia non potest continere extre- corruptibilis, aut educta de potentia mate- trarias, scilicet, vel simul vcl diversis tem-
riae, sed addendum esset illud esse de ra- poribus. Hoc posterius non solum in eadem.
1 Cene. Viennen., in Clement., unica, de Trinit. et fid. cath.; Conc. Lat., sub Leo-
tione animae vegetativae tantum aut sensi- anima, sed etiam in eadem potentia accidere
ne X, sess. 8, decreto quod incipit: Aposto lici regiminis sollicitudo. tivae tantum; in homine autem nulla est potest, ut per se constat; illud autem prius..
'~

r··.··.·. .·. ·. .

74=6-----------------------------------------~L>~is~p~u~ta~c~io~n_e~s__m_e_ta~f~ís~ic_a_s L>isputación XV.--Sección X 747


mero no es verdad, si se lo entiende referido a la contrariedad propia; pues corazón, la cabeza y otras partes semejantes se diferencian específicamente; y en
cuando la voluntad y el apetito se ven movidos simultáneamente por afectos con~ el lib. II Metaph., text. 17, dice que el animal y sus partes convienen en la forma
trarios, tienden a objetos (aprehendidos) bajo diversas razon~s Y. también de di- del todo y se diferencian por sus formas propias. De estas partes entienden al-
verso modo; puesto que si el afecto del uno es eficaz, es mef1caz el del otro, gunos lo que dice Aristóteles en el lib. II L>e General. animal., c. 3, qur el hom-
llevándonos este indicio más bien a la conclusión de que estos apetitos están bre vive primero con vida de planta, después, de animal, por fin con vida de
radicados en la misma alma por el hecho de que el movimiento del uno retarda hombre. Los argumentos consisten principalmente en que en estas partes existen
el movimento del otro con tal que se encuentren en cierto grado de oposición; disposiciones no sólo diversas, sino también contrarias, y en que de ellas se de-
_nllentras que si se da conveniencia entre ambos;) la realización es más fácil y rivan operaciones de diversa naturaleza; por consiguiente también deben tener
más pronta. Y baste esto acerca del primer capítulo y modo de imaginar plu- formas parciales de diversa naturaleza. Asimismo, porque una parte heterogénea
ralidad de formas sustanciales en la misma materia. amputada retiene la misma naturaleza de carne o de hueso, sin que, no obstante,
permanezca en ella la forma del todo; luego permanece la forma parcial. En
Las partes heterogéneas y sus formas tercer lugar, porque estas partes difieren específicamente, pues por esto mismo
se les llama partes heterogéneas o desemejantes; mas no se diferencian por la
28. El segundo modo de opinar sobre la pluralidad de formas puede ser que forma del todo; luego se diferencian por las formas parciales.
acontece que dos formas sustanciales permanecen en la misma materia o en una 30. Mas esta sentencia es rechazada con razón por todos los que niegan la
parte idéntica de la misma, cuando la una es imperfecta y, en comparación con pluralidad de las formas, a los que citaré luego, y especialmente la ataca Iavello,
la otra, se la considera como disposición preparativa de la materia y no como VII Metaph., q. 16. Además de los argumentos generales que prueban la unici-
forma genérica y específica. Existe en esto una gran diferencia entre este modo dad de la forma sustancial, se refuta de la siguiente manera. O bien nos referimos
y el precedente, ya que en el anterior ambas formas son esenciales al compuesto, a vivientes que poseen un alma ir1divisibleJ o divisible y coextensa con la roa~
y los predicados derivados de cada una de las formas se predican entre sí qui- teria. Si se trata de los segundos, puede concederse fácilmente que en las di-
,ditativa y esencialmente, por ejemplo, el hombre es animal, etc., cosa que sería versas partes heterogéneas existen diversas partes heterogéneas de la forma; ya
completamente contradictoria) si las formaS fuesen distintas. EmperoJ de acuerdo que, efectivamente, en el árbol no es de la misma naturaleza la parte de la for-
1!:
¡;'
.con este segundo procedimiento, la forma que constituye una disposición para ma que está en el ramaje que la que está en el fruto, etc.; con todo, se trata
1!
la otra no pertenece a la esencia de la sustancia compuesta de materia y de la de formas parciales aptas para unirse entre sí formando un continuo, compo-
otra forma, al igual que esa clase de disposiciones accidentales tampoco perte- niendo por ello una sola forma íntegra del todo. Por tanto, es falso imaginar
-necen a la esencia, sino que son causas en cierto modo extrínsecas. alguna otra forma total sobreañadida a estas formas parciales, la cual informe
29. Me encuentro con dos opiniones que pueden formar parte de este se- de nuevo todas esas partes; pues ¿cuál es el objeto de esa nueva forma o qué
gundo capítulo. La una es la que pone únicamente en los vivientes en cada una indicio probable nos sirve para demostrarla? Efectivamente, cuanto existe en el
de sus partes heterogéneas formas parciales específicamente distintas, ]as cuales todo y en cada una de sus partes, por lo que atañe a los accidentes y opera-
disponen pa.ra la forma íntegra, que es una sola, distinta realmente de todas esas ciones, queda suficientemente salvado sólo con solas las formas parciales unidas
formas parciales. Así lo defiende Antonio Andrés, lib. VII Metaph., q. 17; y Pan- entre sí o -lo que es lo mismo- solamente con forma íntegra compuesta de
lo Véneto en Sum. De Anim., c. S; Nifo, lib. I De Generat., text. 78; y suele dichas partes. Pregunto además si aquella forma total es indivisible o es ex-
atribuírsele al Comentador, porque dice en el lib. VI Phys., com. 59, que el tes specie differre: et II Metaph., text. 17) unitatem formae substantialis, impugnatur
ubi dlcit animal et partes eius convenire in hunc modum. Aut loquirour de viventibus
non est verum, intellectum de propria con- cedentem, quod in illo utraque forma est in forma totius et differre in formis pro.. habentibus indivisibilem aniroaro, aut divi-
trarietate ; nam quando voluntas et appetitus essentialis composito, et praedicata a singu- priis. Et de his partibus intelligunt aliqui sibilem et coextensam materíae. Si de pos-
simul moventur affectibus contrariis, ten- lis formis desumpta quidditative et essen- quod Aristoteles ait, li de Generar. animal., terioribus sit sermo, facile concedí potest
dunt in obiecta sub diversis rationibus ct tialiter in ter se praedicantur, ut hominem c. 3, hominem prius vivere vita plantae, post in diversis partibus heterogeneis esse diver-
diverso etiam modo; nam, si affectus unius esse animal, etc., quod plane repugnaret, si animalis, tandem vita hominis. Raciones sas partes formae heterogeneas; nam revera
est efficax, alterius est inefficax, ex quo formae essent distinctae. At vero iuxta hanc praecipue sunt quía in his partibus sunt in arbore non est eiusdem rationis illa pars
potius colligitur hos appetitus in eadem ani- secundam viam, forma quae est dlspositio dispositioncs, non solum diversae, sed etiaro formae quae est in fronde et quae est in
ma radicad, nam motus unius retardat mo- ad aliam non est de essentia substantiae contrariae, et ab eísdem sunt operationes fructu, etc.; sunt tamen partiales illae for-
tum alterius, si sit aliquo modo repugnans; compositae ex materia et alia forma, sicut diversarum rationum. Ergo habent etiam mae et aptae ut inter se uniantur et con-
si autem ínter se consentiant uterque, fa- tales dis¡:-ositiones accidentales non sunt de formas partiales diversarum rationum. Itero, tinuentur, et ideo componunt unam inte-
cilius et promptius fit. Atque haec de primo cssentia, sed causae aliquo modo cxtrinsecae. quía pars heterogenea abscissa retinet eam- gram formam totius. Quapropter falsum est
cvpite et modo fingendi piures formas sub- 29. Duas autem opiniones invenio quae dem naturam carnis aut ossis, et tamen in fingere aliam formam totalem superadditam
stantiales in eadem materia. ad hoc secundum caput pertinere videntur. ea non manet forma totius; ergo manet for- his formis partialibus et orones illas partes
Una est quae in solis viventibus ponit in ma partialis. Tertio, quia hae partes diffe- iterum inforroantem; ad quid enim est hu-
De partibus heterogeneis et earum formis singulis partibus dissimilaribus singulas for- runt specie; ideo enim partes heterogel?eae iusmodi forma, aut quo indicio probabili
28. Secundus modus opinandi de plura- mas partiales specie distinctas, disponentes seu dissimilares dícuntur; sed non diffe-
ostenditur? Quidquid enim est in toto et

lli i·!·
'
Iitate formarum esse potest, contingere duas
formas substanciales manere in eadem mate-
ria vel in eadem parte illius, quando una
·est imperfecta et comparatur ad aham ut
ad integram formam, quae est una realiter
distincta ab omnibus illis partialibus. Ita
tl·net Antonius Amir., VII Metaph., q. 17;
et Paulus Venetus, in Sum. de Anim., c. 5;
runt in forma totius; ergo differunt in for-
mis partialibus.
30. Haec vero sententia merito renc1tur
ab omnibus qui negant pluralitatem forma-
in singulis partibus, quantum ad accidentia
et operationes, salvatur sufficienter cum so-
lis illis formis partialibus ínter se unitis, seu
·dispositio praeparans marenam et non ut Niphus, I de Generat., text. 78; et soler rum, quos infra referam, et specialiter agit (quod idero est) cum sola forma integra
forma generica et specifica; in quo est mag- tribui Commentatori, eo quod VI Phys., contra illam Iavellus, VII Metaph., q. 16, composita ex illis partibus. Praeterea in-
'Da differentia ínter hunc modum et prae- com. 59, dicit cor, caput, et huiusroodi par- Et praeter rationes generales quae probant quiro an illa forma totalis jndivisibij.is sit vel

tl
r---~~-------""""'n''------~---- -
1
' ,,

'
,,
748 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Sección X 749
i' ~~-------------------------------------------
tensa. Lo primero no es afirmable respecto de estas formas materiales; y, si ver con el problema de que tratamos, ya que para ello basta con que el alma
se afirma de algunas, esto corresponde ya al segundo miembro propuesto antes. misma conste de partes heterogéneas y que resulte, en cuanto es un todo, de la
Luego esa forma será extensa y estará compuesta de partes; de nuevo pregunto unión inseparable de ellas mismas, de suerte que sea superfluo el inventar otras
sobre ella si las partes que corresponden a las diversas partes heterogéneas del formas parciales distintas en cada una de las partes, según lo prueba el argu-
cuerpo son absolutamente semejantes y de idéntica naturaleza entre sí o si son mento expuesto más arriba; ya que su valor es jgual, bien se trate de una forma
de algún modo diferentes o desemejantes. No cabe afirmar lo primero, sobre todo divisible, bien de una indivisible en el sentido dicho, como es de por si evi-
expresándose consecuentemente con dicha opinión, ya que en contra de ello están dente. En otro sentido, pues, se dice con propiedad y rigor de una forma que
los argumentos mismos en que ella se apoya, concretamente cómo la forma que es indivisible porque no consta de partes ningunas, y esta forma es menester
es en sí misma de idéntica naturaleza requiere en las diversas partes disposiu que esté toda en el todo y toda en cada una de sus partes, y en este sentido
clones diversas y contrarias, sobre todo por no estar toda en cada una de las par- opinamos que sólo es indivisible el alma racional, aunque los argumentos que se
tes, sino por estar según sus diversas partes, las cuales son completamente dife.- propondrán a propósito de ella son aplicables a cualquier otra forma, si es que
rentes entre sí. Igualmente, al explicar cómo dicha forma posee diversas acciones algnno juzga que es indivisible.
en las diversas partes; puesto que si esto se atribuye a disposiciones diversas, 32. En las partes heterogéneas del cuerpo humano existe una sola forma.-
bastarán en consecuencia disposiciones accidentales diversas para esa diversidad y el que dicha forma no exija en las partes heterogéneas de su cuerpo orgánico
de acciones, ya que las mismas acciones son también accidentales; por consi- diversas formas parciales, se prueba, en primer lugar, por la eminencia y per-
guiente, es superfluo imaginar en cada una de las partes una doble forma sus- fección de tal forma, la cual, siendo en sí un fiCto indivisible, mira esencial y
tancial, a saber, la parcial y la total, de las que una es disposición pata la otra. primariamente como a su receptáculo adecuado al todo que consta de dichas par-
Además, contra este modo de multiplicación de formas tienen valor a fortiori tes parcialmente dispuestas de diverso modo, a fin de que de ellas resulte una
todos los argumentos que propondremos en el miembro siguiente. disposición integra acorde con la perfección de dicha forma; por consiguiente
31. Las formas de todos los brutos son divisibles.- Parece, pues, que pue• también en dicho compuesto son superfluas esas formas parciales. 1 a consecuen-
de existir algún motivo mayor de duda en estos vivientes que tienen formas in- cia es evidente, ya porque esa misma forma indivisible es suficiente para actua-
divisibles, aunque a mí en verdad me parece que sólo tiene lugar en la composi- lizar con plenitud y perfección cualquier parte de la materia, por diversa que
ción del hombre; pues aunque haya sus discusiones a propósito de las almas de sea su disposición; ya también porque las formas parciales no evitan el que esa
los animales más perfectos, con todo yo doy por supuesto que es más probable misma forma indivisible mire todas esas partes diversamente dispuestas como
que ninguna forma material sea verdadera y propiamente indivisible. En efecto, componentes de su receptáculo adecuado; ni evitan que esa misma forma sea el
dos son los modos en que se puede decir de una forma que es indivisible: el principio radical y principal de todas las acciones ejercidas mediante los diversos
uno, en el sentido de que, aunque conste de partes, sin embargo o no pueden miembros, puesto que en este género ella es también principio suficiente de las
jj! mismas; luego son superfluas las formas parciales.
'i
separarse naturalmente, tal como pasa en las formas celestes, o no pueden se-
1 pararse de tal manera que se conserven separadas, sino que se corrompen tan 33. En segundo lugar, porque es contradictorio que una forma sustancial
pronto como están divididas. De este modo acaso sean indivisibles Ias almas sea disposición próxima y permanente para otra forma sustancial. Ciertamente
de los animales más perfectos; sin embargo, esti indivisibilidad nada tiene que que una forma puede ser disposición remota y transeúnte, por así decirlo; efec-
tivamente, la forma de la sangre en este sentido es disposición y como camino

extensa. Primum dici non potest de his for- fingere in singulis partibus duplicem for- qua agimus, quia satis est quod ipsamet ceptivum, totum illud constans ex omnibus
mis materialibus; et, si de aliquibus dica- mam substantialem, partialem, scilicet, et ani:rna conste.t ex partibus heterogeneis et illi~ partibus diversimode dispositis partia-
tur, id pertinet ad secundum membrum su- totalem, quarum una sit dispositio ad aliam. ex earum inseparabili unione tota consurgat, liter ut ex eis consurgat integra dispositio
pra propositum. Erit ergo forma illa extensa Et praeterea contra hunc modum multiplim ut supervacaneum sit alias parciales formas consentanea perfectioni talis formae; ergo
et composita ex partibus; de qua rursus candi formas procedent a fortiori quae in in singulis partibus confingere, ut ratio su- etiam in tali composito sunt superfluae tales
interrogo an partes eius, quae correspon- sequenti membro dicemus. perius facta probat; nam aeque procedit, formae pardales. Patet consequentia, turn
dent diversis partibus heterogeneis corporis 31. Brutorum omnium formae divisibi- sive illa Íorrna divisibilis sit sive indivisi~ quía ipsa indivisibilis forma est sufficiens
sint omnino similes et eiusdem rationis in~ les.- In his ergo viventibus quae habent bilis in dicto sensu, ut per se notum est. ad actuandam plene et perfecte quamlibet
ter se vel aliquo modo diversae et dissimi- indivisibiles formas, videri potest nonnulla Alio ergo· modo dicitur forma indivisibilis partero illius materiae, etiamsi varie dispo-
lares. Primum dici non potest, praesertim maior dubitandi ratio, quae revera solum proprie et in rigore, quía nullís partibus sita sit; tum etiam quía illae forma e par~
loquendo consequenter in illa sententia, nam habet _locun;t in compositione horninis; constat, quam necesse est et totam esse in tiales non tollunt quin ipsa indivisibi.lis
contra illud procedunt argumenta quibus qt;am~IS en~m de animabus perfectorum tato et totam in qualibet parte, et hoc modo forma respiciat omnes illas partes varie dis-
ipsa nititur, quomodo, scilicet, forma, quae ammahum slt nonnulla controversia, sup- solam animam rationalem existimamus esse positas ut componentes suum adaequatum
in se est eiusdem rationis, requirat in di- pono tamen esse probabilius nullam formam indivísibilem; quamquam rationes quae de susceptivum; neque tollunt quin illa eade m
versis partibus diversas et contrarias dispo- materialem esse vere ac proprie indivisibia illa fient possint applicari ad quamcumque forma sit principium radicale et principale
sitiones, maxime cum non sit tota in sin- lem. Duobus enim modis potest dici forma aliam, si quis ex.istimaverit esse indivisi- omnium actionum quae per illa varia mem~
gulis partibus, sed secundum diversas par- indivisibilis: uno modo, quia, licet constet bilem. bra exercentur; in qua genere illa etiam est
tes, quae ínter se sunt omnino símiles. Item, ex partibus, tamen vel separari naturaliter 32. In partibus humani corporis hetero- sufficiens prindpium earum; ergo superfiuae
quomodo habeat illa forma in diversis par- non possunt, ut in formis caelestibus vel geneis unica forma.- Quod ergo talis for- sunt illae formae parciales.
tibus diversas actiones; nam si hoc tribua- non possunt ita separari ut separatae 'conw ma non requirat iri partibus sui corporis 33. Secundo, quía repugnat unam for-
tur diversis dispositionibus, ergo sufficient serventur, sed statim ac dividuntur, corrum- ·organici diversas parciales formas, probatur mam substantialem esse dispositionem pro~
diversae dispositiones accidentales ad eam puntur. Et hoc fortasse modo sunt indivl- primo ex eminentia et perfectione talis for- ximam et permanentem ad aliam substan-
diversitatem actionum, cum actiones ipsae sibiles animae perfectorum animalium; haec mae, quae, cum in se sit indivisibilis actus, tialem formam. Potest quidem una forma
accidentales etiam sint; ergo superfluum ese tamen indivisibilitas nihiJ refert ad rem lii.e 'per se primo respicit, ut adaequatum sus- esse dispositio remota et transiens (ut sic:
750 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X 751'
-----------------------------------
para la forma de carne, pero es una disposición remota y transeúnte, puesto eficacia todos los argumentos aducidos antes en contra· de los que afirman d~s
que no permanecen simultáneamente, sino que de la sangre, como de la materia 0
tres almas en el hombre. Y poco tiene que ver que al_g~r~o se esfuerce en decrr
transeúnte, se hace la carne. De igual modo la forma de embrión es una dispo· que de estas formas parciales no se llega a la compos1c10n de una sola, puesto
sición para la forma de hombre, y este mismo es el sentido en que hay que que entonces el argumento valdrá igual aplicado a cada una de las formas par-
tomar la cita que antes poníamos de Aristóteles, a saber, que el hombre vive ciales considerada en sí misma, por ejemplo la de carne o la ~e hueso; puesto
primero con vida de planta, después con vida de animal, etc.; pues con esto que en realidad en esta consideración cada una de esas formas solo es par~ml. por
quiso significar el proceso de la generación que va de lo imperfecto a lo per- el nombre, ya que no es parte verdadera de for~a alguna total; por constgmente
fecto a través de las diversas disposiciones, hasta que se llega a la introducción será en sí una especie de forma íntegra, pudiendo plantearse respecto de ella
de la última forma; sin embargo, la forma más imperfecta desaparece siempre Ja pregunta de si es un alma o no, teniendo aplicación entonces el argumento
al llegar la forma más perfecta. En cambio no puede suceder en modo alguno i'
propuesto. . .
que una forma sustancial sea disposición última. para otra y permanezca junta-:-- 35. Puede cuestionarse de igual manera si estas formas parcmles, o la forc11a
mente con ella; puesto que cada forma sustancial confiere absolutamente el ser íntegra coinpuesta de ellas permanecen en. el cuerpo o pe~ecen al separarse el alma
y constituye una esencia completa en el género de la sustancia; por consiguiente racional. Si se afirma lo primero, cormenza por segmrse col? bastante lógica
una forma no puede ser tal clase de disposición en orden a otra. Ni tiene im- que dicho cuerpo permanece vivo cuando se separa el alma r?c1?nal, puesto que,
portancia lo que dicen algunos, que esto es verdad respecto de las formas toto- como dije, esas formas, o la que de ellas resulta, deben constltmr ~n alm~" pues
Ies, pero que no lo es respecto de las parciales, puesto que si en todas las partes en otro caso' de nada servirían para las operaciones vitales. Se sigue asimtsmo
del cuerpo humano existiesen, además del alma, semejantes formas, de todas esas que la materia amputada y la unida con el cuerpo hu.mano .so? unívocamer;.te
formas parciales resultaría una forma íntegra distinta del alma racional; porque, carne, o hueso, etc., lo cual está en contra de lo que d1ce Aristoteles en e~ hb.
al igual que todas las partes de la materia están unidas entre sí y componen un VII de la Metafísica, text. 56, y con más clarid~d en el lib. I De l[enerat. ammal.,
solo cuerpo íntegro, de igual modo todas esas formas parciales estarán unidas c. 19, y en el lib. I De Anima, c. l. Pero s1 t_ales formas parciales se separan
entre sí como lo están las partes de la materia a las que informan; por consi- en su totalidad cuando se separa el alma racwnal, en pnmer ~ugar no hay
guiente, compondrán una sola forma íntegra constituída dentro de su propio· indicio o necesidad alguna de andar imaginándola&, y además se siguen de aquf
género y especie; por consiguiente, no puede ser disposición para otra forma todos los inconvenientes teológicos que citábamos antes, a saber) que en la
total de la misma materia. muerte de Cristo el Verbo pierde alguna forma ~ustancial, o que é_sta permanece
34. Con esto llego al tercer argumento, porque o dicha forma compuesta separada juntamente con el alma racional.
de las formas parciales es un alma vegetativa, o sensitiva, o es una forma <te 36. En qué sentido afirmó Platón la pluralidad de formas en. el hombre; su
inanimado. Esto último no puede afirmarse consecuentemente, porque. en otro refutación.- Se puede añadir que Aristóteles en el lib. I De Anzm~, text. 91 Y
caso, estas formas parciales no servirían para las funciones vitales propias de cada :dguientes, ataca ex professo la opinión de Platón, q~ien ponía vanas almas. en
uno de los miembros, siendo así que este es el motivo principalísimo de que sean las diversas parte del cuerpo. El caso viene a ser el ;nt~n~o que el d: la multitud
establecidas. Además, contra este tipo de forma valen todos los argumentos que de formas parciales. Es verdad que Platón afirmo umcamente drversas almas
se expusieron antes a propósito de la forma de mezcla o de corporeidad. Igual- como parciales en las diversas parte.s, sin afirmar luego. una integra en el todo;
mente, si de dicha forma se afirma que es un alma, contra esta actitud tienen mas este modo de establecer plurahdad de almas no tlene que ver con 1~ pre-
sente disputación, ya que en realidad, según él, no se trata de afirmar drversas
dicam); sic enim forma sanguinis est dis- praeter animam sunt huiusmodi formae, ex
positio et quasi via ad formam carnis, re- omnibus illis formis partialibus consurget eam positionem procedunt omnia supra ad- est contra Arist., VII Metaph., text. 56, et
mota tamen et transiens, quia non manent una integra forma distincta ab anima ra • ducta in eos qui ponunt in homine duas clarius 1 de Generat. animal., c. 19, et 1 de
simul, sed ex sanguine fit caro ut ex tran- tionali; nam, sicut omnes partes materiae vel tres animas. Neque refert si quis con~ Anim., c. l. Si vera tales formae partiales
seunte materia. Similiter forma embrionis sunt inter se unitae et componunt unurn tendat ex illis partialibus non componi unam, omnes recedunt, recedente anima, primum
est dispositio ad formam hominis, et eodem integrum corpus, ita omnes i1lae formae par~ nam tune de unaquaque forma partiali per absque ullo indicio vel necessitate fingun-
sensu accipiendum est quod ex Aristotele tiales erunt inter se unitae, sicut partes ma- se surnpta, ut carnis aut ossis, eadem ratio tur. Et deinde sequuntur inconvenientia
supra referebamus, nempe hominem prius teriae quas informant; component ergo procedet; quia revera in hac conside!ation_e theologica quae supra inferebamus, scilicet
vivere vita plantae, post vita animalis, etc.; unam integram formam in suo proprio ge~ unaquaeque forma illarum solo nomme dt- in Christi morte aliquam substantialem for-
in hoc enim significavit processum genera- nere et specie constitutam; ergo non potest citur partialis, cum non sit vera pars alicuius mam dimissam esse a Verbo vel manere
tionis ab imperfecto ad perfectum per varia:; esse dispositio ad aliam formam totalem eim- totalis formae; in se ergo erit quaedam for- separatam simul cum anima rationali.
dispositiones, donec ad introductionem ul~ dem materiae. ma integra, de qua interrogari poterit an sit 36. Plato quomodo piures formas in ha-
timae formae perveniatur; semper tamen 34. Ex quo argumentar tertio, nam vel anima necne, et procedet ratio facta. mine posuerit, refutaturque.- Adde Aristo-
imperfectior forma recedit adveniente per- illa forma composita ex partialibus est ani- 35. Et sirrúliter poterit inquirí an hae telem, 1 de Anima, text. 91 et sequentib~s,
fectiori. Quod vera una forma substantialis ma vegetativa, aut sensitiva, vel est forma formae parciales seu integra ex illis campo- ex professo impugnare opinionern Platonts,
sit dispositio ultima ad aliam, simul perma- inanimati. Hoc posterius dici non potest sita maneat in corpore, recedente anima ra- ponentis piures animas in dive:sis partib~s
nens cum illa, fieri nullo modo potest; quia consequenter, alias non deservirent hae for-·
unaquaeque forma substancialis dat esse mae parciales ad propria munera vitalia sin-
tionali, vel pereat. Si primum dicatur, se- corporis. Est autem eadem ratto de mul~s
quitur primo satis consequente~ ma~ere. cor- formis partialibus. Verum est solum posms-
simpliciter et constituit essentiam comple- gulorum membrorum, cum tamen propter pus illud vivum, recedente rattonalt an~a_;
tam in genere substantiae; ergo non potest hanc potissimum causam poni dicantur. Et sc Platonem diversas animas quasi pardales
nam (ut dixi) formae illae, aut quae ex llhs in diversis partibus, non vera deinde unan~
una forma esse talis dispositio ad aliam. Nec praeterea contra huiusmodi formam proce- consurgit, anima esse debet, alias nihil de-
refert si quis dicat hoc esse verum de for- dunt omnia quae supra dicta sunt de forma integram in toto; sed hic modus ponendt
serviret ad operaciones vitae. ltem. seauitur
mis totalibus, non autem de partialibus, nam mixtionis aut corporeitatis. Et simili modo, partem abscissam et coniunctam corpori hu- plures non pertinet ad praesentem disputa·
si in omnibus partibus corporis humani si .talis forma dicatur esse anima, contra mano esse univoce carnem aut os, etc., quod tionem, quia revera iuxta illum non ponun-
752 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 753
formas en una misma parte de la materia. Sin embargo se ve con evidencia 38 .. Si una parte cortada se vuelve a unir rle nueVo, ¿tiene lugar una unión
que es absolutamente falso, ya que de él se sigue que el alma racional no infor- sustanczal?- .Al segundo se responde negando el antecedente, ya que en una
ma el cuerpo humano, sino alguna parte de él, y se sigue, consecuentemente, que parte heterogenea cortada no permanece la misma forma que antes había, y, por
no es el principio de todos los actos vitales del hombre, cosa que está en con- eso, una .mano cortada es equívocamente una mano, corno dijo Aristóteles. Mas
tradicción con la sana doctrina que define que el alma racional es verdadera s";lele lll'!prse contra esto, porqu.e si esta parte cortada dentro de un breve espa-
forma del cuerpo. También se demostró antes que por la conexión de estas ope- Cio de tiempo vuelve a ser unida de nuevo al todo acoplándola debidamente a
raciones se llega a inferir la radicación de las mismas en un solo principio. Fi- la parte de donde f':e ~ortada, se une verdadera y sustancialmente y vive igual
nalmente, está el argumento de Aristóteles, que es el que va más derechamente que antes; por constgmente conservó la misma forma· ya que de Jo contrario
al asunto, pues llega a esta conclusión: o esas almas que informan las diversas no. po~,ría esta~ ~formada de nuevo por ella, puesto que no hay regreso de 1~
partes se unen en una sola alma, o no. Si no se unen, no componen consecuen- pnvac1~n al habito. Empero esta réplica tiene la misma dificultad en cualquier
temente un uno per se. Mas si se unen en una sola alma o mediante una sola se11:tencrn, !?~esto que no puede nega~se que esa parte perdió por la división
que venga a ser común a todas están contenidas en un solo compuesto, no& basta J~ mformacwn de _la forma total, por eJemplo del alma racional; por consiguiente
con esta única alma, siendo falso y careciendo de fundamento el que se multi- st se vuelve a u~ur !?ego de, t;uevo y. a est~r informada por ella~ tie-ne lugar el
pliquen otras muchas. Este argumento vale por igual para cualesquiera formas regreso de la pnvacwn al habito. Y SI se mega que vuelva a ser informada de
parciales. nuevo por el alma racional, nosotros negaremos con la misma razón que se una
37. Con lo dicho queda clara la solución de los argumentos de la sentencia v_erdaderame~te de nuevo; por _eso Soncinas en el lib. VIII Metaph., q. 10, ad 7,
,contraria. Al primero se responde que esas diversas disposiciones de las partes tl~ne por mas probable el que Jamás vuelva a darse una unión física perfecta de
orgánicas completan una sola disposición íntegra propia de una sola forma total, d1c~ parte. Y a la experi_encia que se dice. que ~xiste de que esa parte recobra
'Y" sea divisible, ya indivisible, tal como se explicó. Y por lo que atañe a las Ja vt?a y el u.so del sentl~o, se respo~dera, segun esta sentencia, negando que
operaciones de estas partes, si se trata de operaciones meramente naturales y tran- s~ de la capact~ad de senttr en esa misma parte, sino que se da en !as inme-
-seúntes, por ejemplo, dar calor, enfriar, etc., éstas provienen inmediatamente de diatas; e.s, lo mtsmo que pasa en. l~s huesos o dientes, donde parece que se da
las cualidades primeras, de las que estas partes reciben diversas disposiciones la sensac1~~ ,de dolor por la pro~dad de otras partes. Y por lo que se refiere
y modificaciones. Mas si se trata de operaciones vitales, como son atraer, recha- a. la nutrtcwn y a la c?~servacton de la armonía temperamental, se dirá que
zar, tocar, ver, etc., éstas provienen inmediatamente de las diversas facultades tlene lugar por yuxtaposiCIÓn. Mas como todo esto es difícil de creer acaso lo
vitales, que existen a veces en una misma parte del cuerpo y a veces en partes má~ probable es q~e esa p~rte vuelve a estar informada de nuevo p~r el alma
diversas; mas el principio radical de todas es una única e idéntica forma, por ser raci~nal, Y no. hay mco~vemente en que se vuelva al hábito desde esa privación
el principio universal que contiene virtualmente todas estas cosas. Por eso no parcial y cuasi momentanea, puesto que la forma permaneció íntegra en sí mis-
·es necesario que se mÚltipliquen las formas parciales a causa de estas disposi- ma y las disposiciones que había en dicha parte en orden a aquella forma nu-
ciones u operaciones, sobre todo porque, aun admitidas ellas, es necesario con- méric~ se conservaron id~nticas, ;ufriendo apenas disminución en tan pequeño
ceder que una forma superior y total informa dichas partes, y exige en elJas esas espacio; por eso no hay mconvemente en que la misma forma vuelva en seguida
diversas disposiciones, y tiene capacidad de ejercer mediante ellas esas diversas a aquella parte de la materia.
·Operaciones. 39. Si las partes heterogéneas se diferencian en su especie sustancial.- Al
tercero se puede responder negando lo que se da por supuesto, a saber, que las
tur piures formae in eadem parte materiae. nicarum complere unam integram disposi-
Constat vera esse omnino falsmn, quia ex illo tionem unius formae totalis, vel divisibilis 38. Abscissa pars si iterum uniatur, an rum. fieri perfectam unionem physicam talis
sequitur animam rationalem non informare vel indivisibilis, ut explicatum est. Quod substantialiter id fiat.- Ad secundum re- P.artts. Ad experientiam vera, quae esse di-
-corpus humanum, sed aliquam partero eius, vero ad operationes harum partium attinet, spondetur negando antecedens, nam in parte Citur quod talis pars iterum vivit et sentit
ct consequenter sequitur non esse principium si sit sermo de actionibus mere naturalibus heterogenea abscissa non manet eadero for~ respondebitur iuxta hanc scntentiam negan~
omnium actuum vitalium homínis, quod ~e­ et transeuntibus, ut calefacere, frigefacere, m:t quae antea erat, et ideo manus abscissa do e.sse .sensu.m i~ ipsamet parte, sed in
pugnat sanae doctrinae, quae definit ani- etc., hae proxime proveniunt a primis qua- est aequivoce roanus, ut Aristot. dixit. Sed propmqms; s1cut m ossibus aut dentibus
mam rationalem esse veram formam corpo~ litatibus, quibus hae nartes diversimode dis- solet contra hoc instari, quia huiusmodi pars vi~etur esse .doloris sensus ex propinquitate
ris. Et supra etiam est ostensum ex con- ponuntur et afficiunillr. Si vera sit sermo abscissa, si intra breve tempus iterum con- aharum parttum. Quod ·vera attinet ad nu-
nexione harum operationum colligi radica- de operationibus vitalibus, ut sunt -attrahere, iungatur toti secundum eamdem partero un- trimentum et conservationem temperamenti
tionem illarum in uno principio. Denique expellere, tangere, videre, etc., hae prove- de abscissa est, vere ac substantialiter unitur dicetur fieri per iuxtapositionem. Sed qui~
ratio Aristotelis est quae ad rem maxime niunt proxime a diversis facultatibus vitali- et vivit sicut antea; ergo retinuit eamdem haec sunt creditu difficilia, probabilius for-
spectat; sic enim colligit: aut illae animae bus, quae interdum in eadem, interdum in formam, alioqui non posset iteruro ab ea tasse est illam partero iterum informad ani-
informantes diversas partes uniuntur in una diversis partibus corporis existunt; omnium informad, quia a privatione ad habitum non ~a, ~ationa~i, nec est inconveniens ex par-
anima, vel non. Si non uniuntur, ergo non est regressus. Sed haec replica eamdem dif- tzah illa pnvatione et quasi momentanea re-
vero radicale principium est una et eadem
componunt per se unum. Si autem uniuntur ficultatem habet in omni sententia, quia ne- dire ad habitum, quia forma in se integra
forma, quía est universale principium haec gari non potest quin pars illa per divisio~
in una anima, vel per unam quasi commu- omnia virtut~ continens. Et ideo propter has mansit, et dispositiones quae in tali parte
nem omnibus continentur in uno composito, nem amiserit informationem formae totalis, erant ad illam numero formam eaedem per-
dispositiones vel operationes non est necesse verbi gratia, animae rationalis; si ergo post··
illa una sufficit, et aliae piures falso ct m.anser"':ln~, et in ea parva mora parum
multiplicari partiales formas, praesertim ea iterum unitur et informatur ab illa, fit etmm dmunutae fuerunt, et ideo non est in~
superflue multiplicantur; haec vera ratio
aeque procedit de quibuscumque partialibus curo, illis positis, necesse sit fateri superio- regressus a privatione ad habitum Si au- conveniens quod eadem forma ad illam par-
formis. rem et totalem formam partes illas infor- tem negetur iterum informari rationali ani~ tero materiae statim revertatur.
· 37. Ad rationes contrariae sententiae pa- mare et requirere in illis illas varias dispo- ma, eadem ratione negabimus nos iterum 39. An partes heterogeneae differant sub-
tet solutio ex dictis. Ad primam responde- sitiones, et posse per illas exercere illas va~ vere unlri. Unde Soncin., VIII Metaph., stantiali specie.- Ad tertium responded
l.!Ur illas varias dispositiones partium orga~ rias operaciones. q. 10, ad 7, probabilius putat nunquam ite- potest pegando assumptum, scilicet hetera~
48
--- ...,~.~. --·--,

754 Disputaciones metafísicas- Disputación XV.-Sección X 755


partes heterogéneas se diferencian en su especie sustancial, ya que basta que se pnede verse en Tomás de Garvo, en la Sum. Medicin., lib. I, tratado l, q. 1 ;,
diferencien en la accidental, razón por la que se les llama desemejantes a causa de y sobre todo en Galeno, lib. II Method., c. 2, y en el lib. De substantia naturali,
la diversidad de disposiciones. Con todo, en los vivientes que poseen almas ex- hacia el fin; y de entre los teólogos la adoptó también Améolo, In Il, dist. 15,
tensas creo que lo más probable es que entre las partes mismas del alma que tal como lo refieren en ese pasaje Capréolo y Gregario.
informan las diversas partes orgánicas se da alguna diversidad mayor de la que 41. Se explica esta sentencia de diversos modos.- Esta opinión puede en-
hay entre las partes de una forma homogénea, y que, consecuentemente> en 1~ tenderse de diversas maneras. La primera, de suerte que las formas de los elemen-
misma sustancia existe cierta diversidad entre estas partes, a la que se llamara tos permanezcan en las diversas y menudísimas partículas de materia. Y éste es.
con razón parcialidad específica. En la forma humana existe una especial difi- el modo según el cual defendió Avicena que permaneclan tales formas en d
cultad en determinar cómo informa estas partes y cómo se une con ellas de di- mixto~ defendiendo acaso que la forma del mixto informaba todas esas partícu-
verso modo, de acuerdo con la naturaleza de las disposiciones. Esto, empero. las y las unía entre sí, ya que, de lo contrario, no podría salvar la mezcla sus-
pertenece a la ciencia del alma. tancial a no ser por yuxtaposición, como aparece de por sí evidente. En efecto,
cada una de dichas partículas, igual que se distinguen por la materia y la forma.?
Si las formas de los elementos permanecen en el mixto se distinguirían también por la cantidad; consecuentemente, también por el lu·-
40. La segunda sentencia, que pertenece también a este segundo capitulo, gar, ya que no pueden estar locativamente compenetradas; luego sólo podrí~
afirmarse que se mezclan por yuxtaposición, igual que pasa con el agua y el
es la de Avicena, del Comentador y de otros, quienes afirman que en todo mixto
permanecen las formas de los elementos; pues no parece creíble que se conser- vino, siendo asf que permanecen íntegros en su sustancia; empero cada una de
las partículas no poseería realmente la naturaleza del mixto y, en consecuencia')
ven con otro destino más que para servir de disposiciones a la forma del mixto.
tampoco el todo sería sustancialmente mixto, ni sería un uno per se, puesto que
Defiende esto Avicena en el lib. I Suffic., c. 10; y el Comentador, lib. I De
general., capítulo sobre la mezcla, y en el lib. III De caelo, texto 67. Se diferen- las partes no estarían esencialmente unidas; por tanto se separarí.an fácilmente
cian éstos, -porque aquél defiende las formas sustanciales de los elementos como, debido a su acción mutua o al movimiento local. Así, pues, se neces1ta una forma:
indivisibles, afirmando, por lo mismo, que permanecen íntegras y sustancialmente distinta propia del mixto, diferente de las formas de los elementos, como de-
mostraremos luego de nuevo contra Auréolo. Esto, empero, también es impo.;.
perfectas en el mixto; éste, en cambio, piensa que esas formas son susceptibles
de intensión y remisión, afirmando, en consecuencia, que en el mixto permane- sible. En primer lugar, porque la forma del mixto y la forma del elemento exi-
cen en estado de remisión según la proporción de sus cualidades. En efecto, gen disposiciones diversas e incompatibles, dejando ya a un lado los argumentos
piensa que las formas de los elementos son imperfectas hasta tal punto, que generales contra la pluralidad de formas. En segundo lugar, porque, teniendo
vienen a ser como algo intermedio entre las cualidades y las formas sustanciales todas las partes del mixto, sobre todo en las realidades homogéneas, la mism,;
perfectas; acaso por esto Platón en el Timeo las llama cualidades, y porque proporción armónica de cualidades primarias, no puede darse razón alguna por
imitan a las cualidades en su escala gradual, según la cual pueden intensificarse virtud de la cual en una parte del mixto exista la forma de fuego, la de agna
y remitirse, opinión que es seguida en este sentido por Nifo, lib. I De generat., en otra, etc. Y este argumento vale también para las realidades heterogéneas;
text. 118, y VIII Metaph., disp. IV, y XI Metaph., disp. última; por Zimara, puesto que cada parte heterogénea consta de partes homogéneas y es mixta.
theorem. 48. Muchos de los médicos han seguido también esta sentencia, según En tercer lugar, porque si en partes dispuestas de igual modo permanecen las
diversas formas de los elementos, es señal de que esa forma no constituye en tal
geneas partes differre specie substantiali, usum maneant quam ut sint dispositiones.
sed satis est quod accidentali differant, unde ad formam roixti. Hoc autem tenet Avicen., Thom. de Garvo_, in Sum. medicín., lib. 1, lae essent mixtae, et consequenter nec to.:
dissimilares dicuntur propter diversitatem 1 Sufficient., c. 10; et Comroent., 1 de Ge- tract. 1, q. 1; et praesertim Galen., in 11 tum esset substantialiter mixtum neque es-
dispositionum. Nihilorninus in viventibus ha- nerat., c. de Mixtione, et III de Caelo, Method., c. 2, et lib. de Substantia natu- set per se unum, quía partes non essent
bentibus animas extensas, probabilius ceo- text. 67. Qui differunt, na m ille ponit for- rali, ad finem ; et ex theologis ídem secutus per se connexae; unde facile dissiparentur·
seo inter ipsas partes animae quae diversas mas substantiales cleroentorum indivisibiles,_ est Aureol., In II, dist. 15, ut ibi referunt per mutuam actionem vel localem motio-
partes organicas informant esse aliquam ma- et ideo affirmat manere in mixto integras Capreol. et Gregor. nem. Necessaria ergo est alía forma propria,
iorem diversitatem quam sit ínter partes for- et perfectas substantialiter; hic vera putat 41. Variis modis explicatur sententia.- mixti, diversa a formis elementorum, ut
mae · homogeneae, ideoque in ipsamet sub- illas formas esse intensibiles et remissibiles, Variis autem modis intelligi potest hace opi- iterum infra contra Aureolum ostendemus.
stancia esse aliquam diversitatem ínter has et ideo ait manere in mixto remissas, iuxta nio. Primo, quod formae elementorum ma~ At hoc etiam est impossibile. Primo, quía-
partes, quae recte appellabitur specifica par- proportionem suarum qualitatum. Putat neant in diversis particulis materiae minu- forma mixti et forma elementi diversas re~
tialitas. In forma autern humana habet spe- enim has formas elementorum adeo esse tissimis. Et hoc modo posuit Avicenna ma~ quirunt dispositiones et incompossibiles, ut
cialem difficultatem quomodo informet has imperfectas ut sint veluti mediae inter qua~ nere in mixto huiusmodi formas, et fortas- omittam rationes generales contra pluralitam
partes, et pro ratione dispositionum diver- litates et substantiales formas perfectas ; se voluit formam mixti informare omnes tem formarum. Secunda, quia cum orones
simode uniatur illis. Sed haec res pertinet propter quod fortasse a Platone, in Timaeo,. illas partículas.- :Casque inter se unire, alio- partes mixti, praesertim in rebus homoge-
ad scientiam de anima. qualitates vocantur, ideoque imitantur qua- qui non posset salvare substantialem mix- neis, habeant idem temperamentum prima-
De formis elementorum, an maneant in litates in graduali latitudine, secundum quam tiollem, sed solum per iuxtapositionem, ut rum qualitatum, nulla potest ratio reddi ob
mixto possunt intendi et remitti, quam opinionem per se notum apparet. Singulae enim ex illis quam in una parte materiae mixti sit for-
síc expositam sequuntur Niphus, 1 de Ge- particulis, sicut materia et forma distingue- ma ignis, in alia aquae, etc. Quae ratio·
40. Secunda sententia, pertinens etiam rentur, ita et quantitate; ergo ct loco, non etiam procedit in rebus heterogeneis; nam
ad hoc secundum caput, est Avicennae, ner., text. 118, et VIII Metaph., disp. IV,
enim possent loco penetrari; ergo solum per quaelibet pars heterogenea ex homogeneis
Commentatoris et aliorum, qui dicunt in om~ et XI Metaph., disp. ult.; Zimara, Theo-
iuxtapositionem dicerentur misceri, sicm constat et mixta est. Tertio, quía si in par-
nibus mixtis manere formas elementorum; rem. 48. Multi etiam ex medicis eamdem aqua et vinum, dum in suis substantiis in- tibus eodem modo dispositis manent diver..;.
non enim videtur credi posse quod in alium sententiam secuti sunt, ut videre licet apud tegra manent; non tamen singulae particu- sae formae elementorum, signum est illanl\

L
756 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X~---------------------=7-=5-=7.
parte una disposición para la forma del mixto, puesto que en una parte seme~ hacerse contra la pluralidad de formas, por establecer en una misma parte de la
jante puede existir juntamente con la forma contraria del mixto sustancial; luego materia diversas formas especificas suficientes de por si para constituir un su-
también podrá existir con la misma- o con mayor facilidad, por más que en puesto que posea su propio ser absolutamente, y que requieren disposiciones
dicha parte de la materia no exista forma alguna de elemento, siempre que exista muy contrarias; en efecto, la forma de tierra exige la máxima densidad; en cam-
allí una mezcla armónica proporcionada de cualidades primarias, cosa que no bio la forma de fuego la máxima rarefacción; ésta reclama un calor intenso,
puede depender tampoco de la forma de tal elemento concreto, ya que de ella mientras que la forma de agua, un intenso frío. ¿De qué modo, pues, se podrá
se afirma que existe juntamente con otra forma contraria en una parte distinta conseguir que tales formas en su integridad y perfección informen simultánea-
y semejante. De aquí se llega también a la conclusión de que tal forma es inútil mente la¡ misma parte de la materia?
para cualquier acción ·Y conservación de la parte del mixto en la que se dice que 43. Las formas de los elementos son sustaru. -iales en grado perfectísimo.-
existe; por consiguiente no se puede llegar a deducir por ningún efecto o señal Puede, en tercer lugar, entenderse esta sentencia tal como la explicó el Comen-
natural que las formas de los elementos permanezcan de este modo en el mixto. tador, a saber, que todas las formas de los elementos están en toda la materia
42. Hay otro modo de entender esta sentencia, a saber, que- todas las formas del mixto y en todas sus partes, pero quebrantadas -como él dice- y en un
de los elementos informan simultáneamente cualquier parte de la materia del grado remiso, y que luego la materia total, modificada y dispuesta así con estas
mixto, y que luego sobreviene la forma del mixto, la cual informa también toda formas, recibe la información de la forma del mixto. Lo primero que suele ata-
la materia. Mas este modo contiene tal cantidad de absurdos que parece que carse en esta sentencia es lo que el Comentador da por supuesto, a saber, que
por eso mismo nadie lo afirmó; porque, en primer lugar) se sigue que las las formas de los elementoS' no son perfectamente sustanciales, sino que son algo
formas opuestas formalmente están al mismo tiempo con su ser íntegro y per- intermedio entre las accidentales y las sustanciales. Contra esto argumenta Santo
fecto en la misma parte de la materia, ya que las formas de los elementos se Tomás en el lib. I De general., text. 84, debido a que es imposible que se dé
oponen formalmente entre sí; puesto que, si las disposiciones de los mismos son un medio entre la sustancia y el accidente, ya porque no se da medio entre con-
.formalmente contrarias, ¿cómo no lo van a ser las formas mismas? De lo con- tradictorias, y la sustancia y el accidente se distinguen por contradicción inme-
trario, ¿de qué modo se podrá engendrar un elemento de otro? o ¿por qué la diata; ya también porque el medio tiene que estar entre extremos de un mistno
generación de uno va a ser la corrupción de otro, si sus formas no son opuestas género, y la sustancia y el accidente pertenecen a géneros diversos. Podemos
e:n la materia? En segundo lugar, si estas formas no tienen disposiciones propias añadir, además, que la forma sustancial del fuego y la de cualquier elemento
en un grado que les sea propio y, consecuentemente, tampoco poseen acciones es de por sí suficiente para actualizar la materia, de suerte que la constituya (}
propias, en nada pueden contribuir a la forma del mixto; por consiguiente no son conserve en el ser, y también para constituir con ella un solo supuesto, el cual sea
disposiciones para ella: Más aún, es imposible que una misma forma exija en sustancia en sentido propio y unívoco; por consiguiente, esa forma es sustan-
una misma parte de la materia disposiciones absolutamente repugnantes y en cial con tanta propiedad y univocidad como lo pueda ser cualquier otra. Esto
su ser perfecto, por ejemplo el calor en sumo grado y el frío en sumo grado; mismo es lo que quedó confirmado antes cuando demostramos que existían las
y las formas sustanciales de agua y de fuego no tienen entre sí un grado menor formas sustanciales.
de oposición, sobre todo cuando están en su ser perfecto. En tercer lugar, se 44. La intensificación en las formas sustancíales resulta contradictoria.- Y
enfrentan especialmente con esta sentencia los argumentos generale~ que suelen si por ventura el Comentador no niega esto, sino que las llama intermedias sólo
por el hecho de que poseen la mínima perfección entre las formas sustanciales,

formam in tall parte non esse dispositionem nam primo sequitur formas formaliter re- marum, quia ponit in eadem parte materiae argumentatur D. Thomas, 1 de Gener., text~
ad formam mixti, quandoquidem in simili pugnantes simul esse in eadem parte mate~ piures formas specificas per se sufficientes 84, quía impossibile est dari medium inter
parte esse potest cum contraria forma sub- riae in suo esse integro et perfecto; formae ad constituendum suppositum habens suum substantiam et accidens, tum quia inter con-
stantialis mixtí; ergo aeque bene aut me~ enim elementorum formaliter ínter se pug- proprium esse simpliciter et requirentes dis- tradictoria non datur medium, substantia
Uus esse poterit, etiamsi in tali parte ma- nant; nam, si dispositiones eorum sunt posiciones valde repugnantes; forma enim autem ct accidens distinguuntur per imme-
teriae mUla forma elementi existat, duro- formaliter repugnantes, quomodo ipsae for- terrae postulat maximam demitatem; at for~ diatam contradictionem, tum etiam quia me~·
modo ibi sít temperamentum proportiona- mae non erunt? Alioqui, qualiter unum ele- ma ignis raritatem maximam; hae e inten- dium est ínter extrema eiusdem generis,
tum primarum qualitatum, quod etiam pen- mentum generabitur ex alio? Aut cur ge- sum calorem, forma vero aquae, inteH- substantia autem et accidens sunt diverso-
dere non potest a forma talis elementi, cum neratio unius erit corruptio alterius, si for- sum frigus; qui ergo fieri potest ut tales mm generum. Deinde addere possumus for-
in alia parte simili dicatur esse curo forma mae eorum non sunt repugnantes in ma- formae integrae et perfectae eamdem par- mam substancialem ignis et cuiuscumque
contraria. Ex quo etiam concluditur talem teria? Secundo, si huiusmodi formae non tero materiae simul informent? elementi esse pcr se sufficientem ad actuan-
fOrmam esse impertinentem ad omnem ac- habent proprías disposiciones in gradu sibi 43. Elementorum formae perfectissime dam materiam, ita ut illam in esse consti-
tíonem et conservacionem illius partis mix~ proprio, et consequenter nec proprias actio~ substantiales.- Tercio modo intelligi pot~ tuat seu conservet, et ad constituendum cum
t4 in qua esse dicitur; atque adeo ex nullo nes, nihil conferre possunt ad formam mix~ est haec sententia prout Commentator earu illa unum suppositum quod sit proprie et
effectu aut signo naturali colligi posse for· ti; ergo non sunt disposiciones ad illam. exposuit, nempe, quod orones formae ele- univoce substantia; ergo talis forma tam
mas elementorum manere hoc modo in Immo, impossibile est quod eadem forma mentorum sint in tota materia mixti et in proprie et univoce substantialis est sicut
mixto. postulet in eadem parte materiae dispositio- omnibus partibus eius, refractae tamen (ut quaecumque alia. Et hoc ipsum confirma-
42. Alio modo potest intelligi illa sen- nes omnino repugnantes et in esse perfecto inquit) et in gradu remisso, et deinde tota tum est supra, cum ostenderemus dari for-
tentia, quod scilicet omnes formae elemen~ earum, ut summum calorem et summum materia sic affecta et disposita illis formts mas substantiales.
torum simul informent quamlibet partero frigus; at vero non minus repugnant inter informetur forma mixti. In qua sententia 44. Formis substantialibus repugnat in~
materiae mixti, et deinde superveniat forma se substanciales formae aquae et ignis, praeM primo impugnari solet quod Commentator tensio.- Quod si fortasse Commentator hoc
mixti informaos etiam totam illam mate~ sercim in suo esse perfecto. Tertio, facíunt supponit, formas scilicet elementorum non non neget, sed eas appellet medias solum
riam. Et hic modus tot concinet absurda maxime contra hanc sententiam argumenta esse perfecte substantiales, <>ed medias inter quia ínter substantiales formas habent mí-
ut ea de causa a nemine assertus videatur; generalia fieri solita contra pluralitatem for- accidentales et substanciales. Contra quod nimam perfectionem, unde fit ut in aliqui~
758 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X 759

de lo que se deriva el que posean semejanza con las formas accidentales en al- disposición, del mismo modo depende la intensidad de la forma de la intensidad
gunas propiedades, contra esto, dejando a un lado la discusión sobre el modo de la disposición; luego sería imposible que el agua se redujese luego a su
de expresarse, demuestro, en segundo lugar, que es falso atribuirles semejanza primitivo estado por su virtud intrínseca, puesto que una forma remisa no
con las formas accidentales en esta característica de la intensidad y de la remi- puede intensificarse a sí misma, ni tiene tampoco algún otro principio anterior
sión, por ser tal característica propia de los accidentes y cualidades en tanto del que dimane dicha intensificación. Por consiguiente, a fin de que el agua,
grado, que repugna directamente a la forma sustancial en cuanto es tal; por por más que haya sido calentada, pueda volver a su estado connatural en vir-
consiguiente, si las fornias de los elementos son verdadera y propiamente sus- tud de un principio intrinseco, una vez removidos los agentes extrínsecos, es
tanciales, tal como se demostró, no pueden asemejarse a los accidentes en esta menester que permanezca íntegra y perfecta en su naturaleza de agua y que,
condición. El antecedente se prueba, en primer lugar, por el Filósofo, en los consecuentemente, permanezca intacto -por así decirlo- el principio formal
Predicamentos, capítulo sobre la sustancia, quien dice que la sustancia no puede constituivo del agua mientras no se corrompa del todo. Este es el sentido en
tener grados; pues si la forma sustancial del agua se intensificase y remitiese, que afirmamos que pertenece al concepto de forma sustancial el ser invariable
al igual que el agua es realmente más o menos fría, sería también más o me- e inmutable en su entidad mientras permanece esencialmente idéntica y en la
nos ~gua. misma materia, puesto que es el principio radical de todas las propiedades y
45. En segundo lugar, argumenta Santo Tomás, I, q. 76, a. 4, ad 4, por constituye la esencia primera de la realidad.
el hecho de que el ser sustancial de cualquier realidad consiste en lo indivisible, 46. Y se confirma, porque este es el motivo, según testimonio del Filósofo
y toda adición o sustracción hace variar de especie, igual que pasa en los nú- en el lib. V de la Física y en el lib. I De general., de que la corrupción sustan-
meros, según se dice en el lib. VIII Metaph., text. 10. Mas este argumento pue- cial o la generación de los elementos no se realice de una manera sucesiva jun-
de ser susceptible de malas interpretaciones, porque se podría probar con un tamente con la alteración misma, sino en un instante al fin de la alteración,
argumento semejante que la cualidad no puede recibir intensión ni remisión., una vez que llega a su compleción la disposición suficiente, concretamente por-
puesto que también en las formas accidentales e~ verdad que sus esencias con- que la forma sustancial ni. se disminuye, ni se elimina por partes, sino toda de
sisten en lo indivisible y que sus especies son igual que los números, y que, una vez; mientras que, si fuera capaz de intensificación y remisión, no habría
.en consecuencia, cualquier sustracción o adición varía la especie; mas hay que duda de que se introduciría ~ucesivamente y sería expulsada de igual modo;
•entenderlo de la adición esencial y formal, no de la intensiva; por consiguiente más aún, siempre que el agua es calentada por el fuego, se introducirían en el
,esto mismo podrá responderse a propósito de las formas sustanciales. Sin embar- agua tantos grados de la forma de fuego cuantos son los grados de calor, lo
go, la respuesta es que la naturaleza de la forma sustancial y de la accidental son cual es increíble. Queda aún por añadir que, si las formas de los elementos
-distintas; en efecto, aquélla es la que primariamente y en absoluto constituye la pueden intensificarse y remitirse de este modo, ¿por qué no van a intensificarse
esencia de una cosa, siendo, por tanto, preciso que sea absolutamente indivisi- y remitirse también las formas de los mixtos de acuerdo con la intensificación
ble e invariable mientras permanece en la misma materia. A posteriori se explica y remisión de las formas simples, sobre todo afirmándose de éstas que se re-
esto partiendo del efecto de que nos valimos antes para concluir que existen las quieren como disposiciones necesarias en orden a aquéllas? Por ejemplo, si la
formas sustanciales, a saber, de la reducción del agua a su frigidez primitiva; forma de oro exige en su materia seis grados de la forma de fuego y dos de la
-porque si la forma sustancial del agua fuese remisible., sin duda sufrida remi- de agua a fin de existir en su estado connatural, si en virtud de una acción con-
~ión una vez disminuida la frigidez, ya que igual que la forma depende de la traria disminuyesen más en el oro esos grados de la forma de fuego y 9e inten-
sificase la forma del agua, ¿por qué no iba a ceder también la forma de oro
bus proprietatibus similitudinem habere pos- text. 10. Hace vero ratio calumniam pati
sint cum formis accidentalibus, contra hoc, potest, quía simili ratione probaretur qua- intensio formae ex intensione dispositionis; tio elementorum non fit successive cum ipsa
omissa controversia de modo loquendi, os- litatem non posse intendi et remitti, quo- ergo impossibile esset aquam postea ex in- alteratione, sed in momento in fine altera-
tendo secundo falso eis attribuere similitu-: niam etiam in accidentalibus formis verum trinseca virtute se reducere ad pristinum tionis> cum completur dispositjo sufficiens,
dinero cum formis accidentalibus in hac est quod essentiae earum consistunt in in- statum, quia forma remissa non potest seip- quia, scilicet, forma substantialis. non re-
-condicione intensionis et remissionis, quía divisibili et quod species earum sint sicut sam intendere; neque etiam habet aliud mittitur nec tollitur per partes, sed tota si-
haec conditio ita est propria accidentium numeri, ct consequenter quod quaelibet principium prius a quo illa intensio dima- mul; at si esset intensibilis et remissibilis,
seu qualitatum ut directe repugnet formae subtractio et additio varlat speciem; imelli- net. Ut ergo aqua, quantumvis calefacta, certe introduceretur successive, et simíliter
substantiali quatenus talis est; si ergo for- gE-n...-'!um vero est de additione essentiali et possit, remotis extrinsecis agentibus, ab in- expellerctur; inuno, quoties aqua calefit ab
·mae elementorum sunt vere ac proprie sub- formali, non de intensiva; ídem ergo re- trinseco se restituere in connaturalem sta- igne, tot gradus formae ignis introduceren-
stantiales, ut ostensum est, non possunt es- sponderi poterit de substantialibus formis. tum, necesse est ut in ratione aquae inte- tur in aquam, quot caloris, quod est incre-
se similes accidentibus in hac condicione. Respondetur tamen esse diversam rationem gra et perfecta maneat, et consequenter ut dibile. Adde quod si formae elementorum
Antecedens orobatur primo ex Philosopho, de forma substantiali et accidentali; nam ipsum formale principium constitutivum ita possunt intendi et remitti~ cur etiam for-
in Praedicarñent., c. de Substant., d1cente illa est quae primo constituit essentiam rei aquae intactum maneat (ut sic dicam) quam- mae mixtorum non intendentur et remitten-
substantiam non recipere magis et minus; simpliciter, et ideo oportet ut sit omnino diu non omnino corrumpitur. Et hoc sensu tur ad intensionem et remissionem forma-
-si autem forma substantialis aquae intende- indivisibilis et invariabilis, quamdiu manet dicimus de ratione formae substantialis es- rum simplicium? maxime cum hae dicantur
,¡-etur et remitteretur, revera, sicut aqua est se ut sit invariabilis et immutabilis in sua ad illas requiri u_t disposiciones necessariae.
in eadem materia. Quod declaratur a poste- entitate, quando essentialiter manet eadem
magis vel minus frígida, lta essct magis Verbi gratia, si forma auri requirit in sua
riori ex illo effectu ex quo supra· colligimus et in eadem materia, quía est radicale prin- materia sex gradus formae ignis et duos
vel minus aqua.
45. Secundo argumentatur D. Thomas, dari formas substantiales, nimirum ex reduc- cipium omnium proprietatum, et primam aquae, ut sit in connaturali statu, si per
I, q. 76, a. 4, ad 4, quia esse substantiale tione aquae ad pristinam frigiditatem; nam rei essentiam constituit. contrariam actionem illi gradus formae ignis
-cuiuscumque rei in indivisibili consistit, et si forma substantialis aquae rcmissibilis es- 46. Et confirmatur quia ob hanc cau- remittantur amplius in auro et intendatur
..omnis additio vel subtractio variat speciem, set, certe remitteretur, remissa frigiditate, sam, teste Philosopho, V Phys., et 1 de forma aquaej cur non recedet etiam forma
.sicut in numeris, ut dicitur VIII Metaph., quia sicut forma pendet ex dispositione, ita Gener., substantialis corruptio aut genera- auri a sua naturali perfectione et in suamet
-------------- ~-

760 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-:cS~ec:_:cccio:_:"n:_::X=--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _7_6_1


en su perfección natural y sufrir disminución en su entidad propia? Cierta- más perfecta que las propiedades y acciones de los elementos. En cambio) las
mente que no puede ofrecerse ningún argumento suficiente, ya que no basta el mismas propiedades y facultades de los mixtos denuncian con evidencia formas
de su mayor perfección, pues de aquí se sigue únicamente que los grados de su sustanciales propias de naturaleza más elevada que las formas de los elementos.
escala serían más perfectos. Por consiguiente, hay que afirmar que pertenece 49. De aquí se sigue también, si se retuercl! el argumento, la conclusión
al concepto de forma sustancial el poseer o constituir una esencia intensiva- de que esas formas de los elementos unidas simultáneamente en la misma ma-
mente indivisible y que, por tanto, esto conviene a las formas de los elementos teria y como supeditadas a la forma del mixto, son superfluas, aun concediendo
igual que a las otras. que por un imposible no hubiese contradicción por otro concepto, puesto que
47. Las formas de todos los elementos no pueden existir de ningún modo para el ser de la materia, y para el ser sustancial del compuesto, y para toda
en la misma materia.- En tercer lugar, hay que atacar principalmente esta acción física que de dicho compuesto nos resulta cognoscible por experiencia,
sentencia atendiendo al problema que ahora tratamos, puesto que es imposible basta la forma de mixto juntamente con las facultades que de ella dimanan y
que existan simultáneamente en la misma materia tantas formas sustanciales. con la debida proporción de las cualidades primarias, mediante la cual se ob-
Efectivamente, aunque se afirme que está en un grado remiso, con todo cada tiene la disposición de la materia, y aunque esta proporción no sea una cuali-
una de ellas, si es sustancial, confiere simplemente el ser y constituve una sus.. dad simple que contenga virtualmente las cualidades primarias, según pensó·
tanda verdadera y un supuesto sustancial, resultando ininteligible ciue un solo Avicena, sino que resulte formalmente compuesta de las primarias en su ser
supuesto esté al mismo tiempo en cuatro o cinco especies distintas, y que exis- remiso, según defiendé la sentencia común y verdadera que se expone amplia-
tan muchos individuos de diversas especies sustanciales que consten de la misma mente en el lib. 1 De generat., con todo no exige que existan formalmente allí
materia. Este argumento lo explicaremos luego más ampliamente. Queda todavía las formas sustanciales de los elementos, sino que basta la forma del mixto, la
contra Averroes que, si las formas de los elementos permanecen simultáneamente cual posee esta proporción armónica como connatural y tiene fuerza y eficacia
en la misma materia en sus grados remisos que saturan su capacidad, resul- para conservarla o recuperarla, siempre que se obvien los impedimentos extrín-
ta, en consecuencia, que la potencia de la materia está suficientemente actua- secos.
lizada mediante ellas y que la mezcla recibe también realización perfecta con 50. Por lo que a esto atañe, se dice con toda razón que los elementos
ella sola; por consiguiente no sólo es superfluo, sino también imposible que una permanecen virtualmente en la forma sustancial del mixto en cuanto a sus for-
nueva forma mixta se añada a todas esas formas. mas sustanciales, y formalmente en cuanto a las accidentales, por más que éstas
48. La forma del mixto es distinta de la forma de los elementos.- Por eso no permanezcan integras, sino atenuadas. Esto lo hizo notar bien Escoto, In 11,
dijo Auréolo, según refiere Gregario antes, que la forma del mixto no es una dist. 15, a quien siguen Gabriel y Gregario en el mismo pasaje; Egidio, lib. II
forma simple, sino que es únicamente la combinación o agregación de las for- De generat., y otros, siendo atacados sin razón por Cayetano) 1, q. 76, a. 4, al
mas de los elementos en su ser remiso. Hasta qué punto resulta absurda esta fin;- pues no está en contradicción con la doctrina de Santo Tomás; en efecto,.
opinión es de por si evidente; en efecto, de ella· se deduce que las sustancias no negó esto en parte alguna, sino que más bien lo da a entender en el mismo
mixtas no son verdaderas sustancias con unidad per se. Se sigue además que sentido que lo hemos explicado nosotros, en el opúsculo 33. Ni hay en esto
los animales, e incluso el hombre mismo, no poseen una sola forma simple. Se dificultad alguna, puesto que no se afirma que la forma del mixto contenga
sigue, finalmente, que todos los mixtos no difieren sustancial y esencialmente,. las formas de los elementos en el género de la causa formal, o según la totalidad'
sino sólo gradualmente, y que no poseen propiedades o acciones de naturaleza de su perfección contenida eminentemente, que es lo que parece que pensó,

entitate minuetur? Certe nulla ratio suffi- bimus latius. Accedit praeterea contra Aver-
ciens reddi potest; nam quod sit perfectiorj roem quod, si formae elemcntorum irr gra- nis quam sint qualitates et actiones elemen- substantiales formas elementorum formali-
non satis est; solum enim inde sequitur dibus remissis implentibus latitudinem ma- torum. lpsae ergo proprietates et facultares ter ibi existentes, sed sufficit forma mixti,_
quod gradus latitudinis eius erunt perfec- nent simul in eadem materia, ergo et po- mix.torum evidenter indicant proprias sub- cui connaturale est tale temperamentum et
tiores. Dicendum ergo est de ratione for- tentia materiae est per illas sufficienter ac- stantiales formas nobilioris rationis quam vim habet et efficaciam conservandi aut re-·
mae substantialis esse ut habeat vel consti- tuata et mixtio etiam ex illis solis est suf- sint formae elementorum. cuperandi illud, si ext:rinseca impedimenta
tuat essentiam indivisibilem intensive, et ideo ficienter peracta; ergo et superfluum est 49. Et hinc retorquendo argumentum tollantur.
boc aeque convenit formis elementorum ac et impossibile quod nova forma mixta ad- concluditur formas illas elementorum simul 50. Et quoad hoc recte dicuntur ele-
caeteris. datur illis omnibus formis. coniunctas in eadem materia et quasi sup- menta manere, quoad formas substantiales,
47. Elementorum omnium formae nullo 48. Mixti forma ab elementorum clistinc- positas formae mixti, superfluas esse, etiam virtualiter in forma substantiali mixti, quoad
modo esse queunt in eadem materia.- Ter- ta.·- Unde Aureolus (ut Gregor. supra re- si per impossibile alioqui non repugnarent, accidentales vera formaliter, licet non ma-
tío, principaliter impugnanda est haec sen- fert) dixit formam mixti non esse aliquam quía et ad esse materiae et ad esse sub~ neant integrae, sed remissae. Quod bene
tentia ex re quam nunc tractamus, quia im- formam simplicem, sed solarn illarn com- stantiale compositi, et ad omnem actionem declaravit Scot. In JI, dist. 15~ quem se-
possibile est tot formas substantiales simul mixtionem seu aggregationem ex formis ele- physicam quae de tali composito experi- quuntur Gabr. ac Gregor., ibi; Aegid., II
esse in eadem materia. Nam, lice.t dlcantur mentorum in esse remisso. Quam vera sit mento cognosci potest, sufficit fOl'ma mixti de Generat., et alii, ct immerito impugna-
esse remissae, nihilominus unaquaeque, si absurda haec sententia, per se notum est: cum facultatibus quae ab ea manant et tur a Caiet., I, q, 76, a. 4, in fine; non
substantialis est, dat esse simpliciter et con- nam ex ea seqtritur substantias mixtas non temperamento primarum qualitatum quo enim repugnat doctrinae D. Thomae; nul-
stituir veram substantiam ac substantiale esse veras substantias per se unas. Deinde materia disponitur. Quod quidem tempera- libi enim id negavit, quin potius id indicat_
suppositum; non potest autem intelligi sequitur animalia, etiam hominem ipsum, mentum, licet non sit aliqua qualitas sim- in sensu a nobis exposito, Opuse. 33. Neque
quod unum suppositum simul sit in qua- non habere unam formam simplicem. De- plex virtute continens primas, ut putavit in eo est ulla difficultas, quía non dicitur
tuor aut quinque speciebus distinctis, et nique sequitur mixta omnia non differre A vicenna, sed formaliter componatur ex forma mixti continere formas elementorum
quod sint multa individua diversarum spe- substantialiter et essentialiter, sed tantum primis in esse remisso, ut habet vera et in genere causae formalis aut secundum to--
cierum substantialium ex eadem materia secundum magis et minus, neque habere communis sententia, C':Uae late tractatur in tam perfectionem eminenter contentam, ut
constantium. Quam rationem infra declara- proprietates vel actiones perfectioris ratio~ I de Generat., nihilominus non requirit videtur Caietanus existimasse, sed solum,
762 Disputaciones metafísicas Disputación XV .-Sección X 763

Cayetano, sino sólo, según se explicó, de acuerdo con cierta participación y en ellos, lo cual es falso y está en contra de la experiencia; pues cuando se
semejanza. quema un madero nos damos cuenta por experiencia que salen de él humo, va-
51. Por consiguiente de esto se concluye con razón que de la mezcla de los por de agua, cenizas y fuego. Ni basta con decir que todas estas cosas están
elementos no se deduce la existencia en el mixto de muchas formas sustanciales, contenidas en el madero virtualmente o en potencia, ya que de lo contrario
ya que las formas de los elementos no permanecen formalmente en el mixto, también se podría decir que el agua es mixta, compuesta al menos de aire y
sino sólo virtualmente, sie~do ésta la opinión de Aristóteles, como demostraré de agua, ya porque posee en sí cierta cualidad propia del aire, ya también por-
luego, y la comúnmente aceptada,_ según puede verse por Alejandro, Filopón, que) al calentarse el agua, se exhala de ella vapor aéreo. Se confirma, porque
Santo Tomás, lib. I De general.; y por el mismo Santo Tomás, I, q. 76, a. 4, de la continencia virtual sólo se deduce que los elementos se pueden generar
ad. 4, y q. 5 De potentia, a. 7, y otros escolásticos, In ll, dist. 12, principal- del mixto; mas esto no basta, pues también el mixto puede generarse de cual-
mente Capréolo y Gregario en los lugares citados, y Escoto, q. 1; Herveo, en quier elemento, e igualmente un elemento de otro. Por eso dice Aristóteles en
el tratado De pluralit. formar., q. 15; Egidio, Quodl. IV, q. 11; Soncioas, lib. X el lib. V De caelo, c. 3, que en la madera y en la carne están contenidos los
Metaph., q. 27, y lib. XII, q. 68. Mas se trata de las formas sustanciales de elementos, ya que son separados de ellas manifiestamente; mientras que, por
-los elementos, puesto que las accidentales permanecen formalmente) aunque esto el contrario, la carne y la madera no están contenidas en el fuego, puesto que
nada tenga que ver con el presente problema. Por eso, los filósofos que nega- no pueden ser separadas de él. Así, pues, una co~a es ser separado y otra ser
.ron las formas sustanciales en los elementos eran consecuentes al afirmar que engendrado; por tanto, la separación exige la continencia formal. En tercer
los elementos permanecían formalmente en el mixto, siendo éste el camino que lugar, Aristóteles en el lib. I De caelo, c. 7, afirma que el mixto se mueve con
siguió Galeno, ya que, según vimos en la sección primera de esta disputación, el movimiento del elemento predominante; luego permanece en él. En cuarto
no admite en los elementos formas sustanciales sino sólo cualidades primarias. lugar, en el lib. III De caelo, text. 67, y en el lib. II De partib. anim., c. 1,
Por tanto, en lo que se refiere a la cuestión presente, no está en contradicción y en el IV Meteor.) c. 12, afirma que los elementos son la materia del mixto.
con nosotros, sino que más bien nos apoya; consúltese el lib. 1 Method., c. 2, 53. Según la opinión de Aristóteles, los elementos sólo permanecen vir-
y en el folleto De substant. natural. facult., un poco después del principio, y en tualmente en el mixto.- Se explica la definición de mezcla.- Se responde que
el lib. VIII De placit. Hippocr. Aristóteles en el lib. III De caelo, c. 3, afirma bajo disyunción que el elemento
52. Objeción.- Mas nos presentan como objeción a Aristóteles, que en permanece en el mixto en potencia o en acto; pues dice que todavía está en
·el lib. I De generat., c. 10, define la mezcla diciendo que es la unión de elemen- litigio de cuál de los dos modos tiene lugar; mas el problema que deja sin
tos miscibles alterados; por consiguiente, al mezclarse los elementos, no se co- resolver en ese pasaje lo resuelve en el lib. 1 De generat., c. 10, al afirmar ex-
rrompen, sino que únicamente se alteran; y de este modo en todo ese capítulo presamente que los elementos que son recibidos en una mezcla existen en cierto
-repite constantemente Aristóteles que los elementos miscibles no se corrompen, modo, y en cierto modo no existen; porque -dice- no existen actualmente,
ya que si alguno de ellos perece no puede mezclarse; puesto que los que no mas permanecen virtualmente o en potencia, haciendo consistir precisamente en
·Existen -dice- no pueden entrar en una mezcla. En segundo lugar, el q¡is- esto la diferencia entre la mezcla y otras mutaciones; y en el lib. 11 De parti...
mo Aristóteles en el lib. V de la Metafísica, c. 3, define el elemento diciendo bus animalium, c. 1, dice que la primera composición de los cuerpos es aque-
que es aquello de lo que se hace algo, de suerte que permanezca y sea <~quello lla que brota como 1'esultado de las sustancias originales, a las que algunos lla-
.en lo que últimamente se resuelve; por consiguiente, si los elementos no per- man elementos; me refiero a. la tierra, al agua, al aire y al fuego) aunque acaso
manecen en el mixto, ni son elementos ni podrá tampoco el mixto resolverse
secundum quamdam participationem et con~ modo processit Galen., nam, ut vidimus tum potent m illa resolví, quod est falsum tum motu elementi praedominantis; ergo
venientiam1 ut declaratum est. sect. 1 huius disputationis, ille non agnoscit et contra experientiam; nam, quando lig- manet in illo. Quarto, lib III de Caelo,
51. Ex bis erg-o satis concluditur non in elementis formas substanciales, sed tan- num comburitur, experimur et fumum, t.t text. 67, et II de Partib. anim., c. 1, et
sequí ex mixtione elementorum quod sint tum primas qualitates. Unde, quod ad rem aqueum humorem, et cineres, et ignem e.x IV Meteor., c. 12, ait elementa esse mate-
in mixto piures formae substanciales, qum praesentem attinet, nobis non contradicit, illo prodire. Nec satis est dicere illa omnia ríam mixti.
formae elementorum non manent in mixto sed potius favet. Vide illum lib. 1 Methodi, contineri in ligno virtute aut potentia, alio- 53. Aristotelis sententia, tantum virtute
formaliter, sed virtute tantum, quae est sen- c. 2, et libello de Substant. natural. facult., qui etiam aqua diceretur mixta, saltero ex manent elementa in mixto.- Elucidatur de-
-ten tia Adstotelis, ut infra ostendam, et aliquantulum a principio, et ljb. VIII de aere et aqua, tum quía in se habet quall- frnitio mixtionís.- Respondetur Aristot., III
communiter recepta, ut patet ex Alexandro, Placit. Hippocr. tatem quamdJ.m aeris, tum etiam quía quan- de Caelo, c. 3, sub disiunctione asserere ele-
-Philopono, Div. Thoma, in I de Gener.; 52. Obiectio.- Sed obiiciunt nobis Aris- do aqua caleflt, exhalatur ex illa aereus va- mentum inesse potencia aut actu in mixto;
et eodem D. Thoma, I, q. 76, a. 4, ad 4, totel.,- qui, I de Generat., c. 10, definit por. Et confirmatur; nam ex continentia hoc enim, inquit, utro modo se habeat, ad-
et q. 5 de Potent., a. 7, et aliis scholasti- mixtionem quod sit miscibilium alteratorum virtuali solum sequitur posse ex mixto ele- huc ambigitur; quaestionem autem quam
ds, In II, dist. 121 praese!tim Capreolo et unio; cum ergo elementa miscentur, non menta generari; at hoc non satis est, nam illo loco indecisam reliquit resolvit I de Ge-
Gregor., loe. cit.; et Scot., q. 1; Hervaeo, corrumpuntur, sed alterantur tantum; atque etiam potest mixmm ex quolibet elemento nerat., c. 10, dum expresse ait ea quae in
tract. de Pluralit. form., q. 15; Aegid., ita in tato illo capite saepe repetit Aristot. generad, et unum elementum ex alio. U nde mixtionem recipiuntur quodammodo esse et
Quodl. IV, q. 11; Soncin., X Metaph., miscibilia non corrumpi; quod si alterum Aristotel., III de Caelo, c. 3, ait in ligno quodammodo non esse; nam actu (inquít)
q. 27, et lib. XII, q. 68. Est autem sermo intederit, non posse misced; nam quae non et carne elementa contineri, quía ab íllis non sunt, virtute autem seu potestate re-
de formis substantialibus elementorum; sunt (inquit) in admixtionem non recipiun- manifeste segregantur; e contra vera car- manent, et in eo constituit differentiam in-
nam accidentales formaliter manent, sed id tur. Secundo ídem Ar,istot., V Mel;aph., nero et lignum non contineri in igne, quia ter mixtionem et alias mutationes ; et 11
nihil refert ad praesentem quaestionem. Un- e 3, definit elementum esse id ex quo ali- ab eo segregad non possunt. Aliud est ergo de Partibus animalium, c. 1, primam com-
de philosophi qui negarunt in elementis for- quid fit, ita ut insit et in quod ultimo fit segregari, aliud generad; ergo segregatio positionem corporum dicit eam esse quae
·mas substanciales, consequenter Wxerunt resolutio; ergo si elementa non manent in requirit formalem continentiam. Tercio, ait ex prtmordiis conficitur iis, quae nonnulli
·.dementa manere formaliter in mixto, et hoc mixto, non sunt elementa, neque etiam mix- Aristotel., I de Cae}o, c. 7, moveri mix- elementa appellant; terram dico, aquam, ae-
-~ -------...

764 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 765

sería mejor decir que resultan de las virtualidades de estos elementos; ya que la que perman.ezca, no convenga con propiedad a estos cuerpos, puesto que no son
humedad, la sequedad, el calor y la frialdad son la materia de los cuerpos com- propiamente elementos. En segundo lugar, para que no parezca que nos que-
puestos. Por tanto queda bastante claro lo que se refiere a la sentencia de Aris- damos apegados únicamente a las palabras, admitimos que el nombre y la de-
tóteles. Así, pues, cuando dice Aristóteles que la mezcla es la unión de ele- finición de elemento conviene con propiedad a estos cuerpos; es más, Santo
mentos miscibles alterados, les llama alterados más bien que corrompidos para Tomás, en el lib. V Metaph., lec. 4, quiere que éstos sean elementos con más
dar a entender que no perecen en absoluto, sino que se conservan virtualmente propiedad qne la materia y la forma, pues quiere que al concepto de elemento
y en cuanto a las cualidades. Y Aristóteles no negó en aquel capítulo que los pertenezca el estar directa y propiamente en una especie determinada. Empero
elementos que se mezclan en una verdadera mezcla lleguen a la corrupción; yo no veo la razón de que este pertenezca a la propiedad de dicha palabra
ni pudo negarlo tampoco, puesto que, al introducirse en virtud de la mezcla y de que no baste que el elemento sea algo parcial o incompleto dentro de su
una nueva forma sustancial propia del mixto, es menester que se realice la co- especie. Por tanto, elemento, según el valor de la palabra latina, parece que es
rrupción sustancial de los elementos miscibles, ya que la generación de una cosa lo mismo que principio de alguna cosa, el cual es en su orden lo primero en
es siempre la corrupción de otra. Afirmó, sin embargo, que no perecen en la composición y lo último en la resolución, perteneciendo también por eso al
absoluto, debido a que se conservan virtualmente. concepto de elemento el ser indivisible, no en ~bsoluto y de todos Jos modos,
54. Explicación de la descripción del elemento.- A lo segundo se puede sino dentro de su orden y de su ámbito. Del mismo modo no pertenece al
responder, en primer lugar, que aquella definición de elemento no conviene a concepto de elemento el conservarse siempre formalmente, ni siquiera siempre
los cuerpos simples a los que comúnmente se da el nombre de elementos, sino sólo virtualmente, sino del modo que se acomode a su composición. En este
a los primeros principios de que se compone una cosa natural. En faVor de esta sentido, pues, son cuatro los elementos que participan verdaderamente de la na-
opinión está Averroes en el lib. V Metaph., com. 4, cuando afirma que la ma- turaleza del elemento, puesto que en el género de composición mediante el cual
teria prima es elemento con propiedad, mientras que los cuerpos simples no puede un cuerpo resultar compuesto de muchos cuerpos) ellos son los primeros,
lo son más que según la opinión de los hombres; pues los antiguos filósofos por no constar de otros cuerpos y por constar de ellos los demás. Son igual-
por no haber conocido ninguna otra materia más que estos cuerpos simples, mente simples e indivisibles, por no ser resolubles en varios cuerpos. Final-
por eso les llamaron elementos. Y en este sentido Aristóteles, en el lib. II De mente, se conservan también según el modo que es necesario para el género
partibus animaliwn , c. 1, no les llama absolutamente elementos sino a los que de composición que se realiza mediante una mezcla. Y así Aristóteles en el
algunos llaman elementos; y del mismo modo se expresa en el lib II De gene- lib. III De caelo, c. 3, pone expresamente bajo disyunción en la descrip~ión del
rat., c. 1, y en otros pasajes. Esto puede confirmarse por aquella expresión de elemento el que permanece en potencia o en acto.
la definición de elemento, a saber, que son aquello de lo que primariamente se 55. El nombre de elemento conviene con ptopiedad a la materia prima.._
compone algo. Mas estos cuerpos no son aquellos de los que primariamente A 'lJeces se atribuye también a la forma.- Por tanto, no hay obstáculo en que
resulta algo compuesto, puesto que ellos mismos están compuestos de otros an- Ia n:,tateria prima sea anterior a estos cuerpos y en que se halle o permanezca
teriores. También dice Aristóteles en el mismo pasaje que el elemento debe ser f~~malmente en . su compuesto; efectivamente, de aquí sólo se sigue que tam-
algo indivisible, y estos cuerpos no son indivisibles, como es evidente. En con- bten a la materta se le pueda llamar verdadera y propiamente elemento, aun-
sonancia con esta sentencia, se responde fácilmente al argumento que no hay que sea por una razón distinta y acaso anterior, en cuanto la materia es an-
inconveniente en que aqnella expresión de la definición de elemento, a saber, t;.rior en la composición y es más simple, como lo hizo notar Santo Tomás,
hb. III De caelo, lec. 8, donde parece que se retracta de la opinión que había
rt-m et ignem, sed melius fortasse dici pot- quibus res naturalis componitur. Cui sen-· proprie convenire bis corporibus, quia non menti, quía in eo genere compositionís quo
est ex virtutis conficí elementorum; hu- tentiae favet Averroes, V Metaph., com. 4, sunt proprie elementa. Secundo, ne in voce unum corpus potest ex multis corporibus
miditas enim, et siccitas, caliditas, et frigi- dicens materiam primam esse proprie ele- tantum baerere videarnur, adrnittimus bis conflari, illa sunt prima, quia non constant
ditas, materia sunt corporum compositorum. mentum, corpora vera simplicia nonnisi hon corporibus proprie convenire nomen et de- ex aliis corporibus, et ex illis constant re-
Igitur de sententia Arist. satis constat. Cum minum opinione : nam quía antiqui philo- finitionem clernenti; imrno D. Thom., V liqua. Et similiter sunt simplicia et indivi-
ergo Arist. ait mixtionem esse miscibilium sophi non cognoverunt aliam mareriam, nisi Metaph., lect. 4, vult illa proprius esse ele- sibilia, quía non sunt in plura corpora re-
alteratorum unionem, alteratorum dixit po- haec simplicia corpora, ideo illa appellarunt menta quam materiam vel formam. Nam solubilia. Denique etiam insunt eo modo
tius quam corruptorum ut denotare! non cm- elementa. Atque ita Aristoteles, II lib. de vult de ratione elementi esse ut sit directe qui necessarius est ad illud genus cornpo-
pino perire, sed virtute et secundum quali- Partib. animal., c. 1, non vocat absolute et propde in aliqua specie. Quod tamen sitionis quae fit per rnixtionem. Et ita Aris-
tates manere. Neque Aristoteles in eo capite elementa, sed quae nonnulli elementa ap- non video cur ad proprietatem illius vocis toteles, III de Caelo, c. 3, expresse ponit
D.egavit in vera mixtione miscibilia corrum- pellant; et eodem modo loquinrr II de Ge- pertincat et non sufficiat elementum esse in sub disiunctione in descriptione elementi
pi; nec id negare potuit, nam cum per nerat., c. 1, et aliis locis. Et potest hoc sua specie partiale vel incompletum quid. quod insit potentia aut actu. '
mixtionem introducatur nova forma sub- confirmari ex illa partícula definitionis ele~ Itaque elementum latine idem videtur esse 55. Elementi nomen proprie convenir
stantialis mixti, necesse est fieri corruptio- menti, scilicet, esse id ex quo primo aliquid quod principium alicuius rei, quod in suo materiae primae.- Nonnunquam formae tri-
nem substantialem miscibilium, quia gene- componitur. At haec corpora non sunt ex ordine est primum in compositione et ulti- butum.- Unde non obstat quod materia
ratio. unius semper est corruptio alterius. quibus primo aliquid componitur, cum ipsa rnum in resolutione, et ideo etiam de ra- prima ::.it prior his corporibus et formaliter
Dixit tamen non omnino perire, quia vir- sint ex aliis prioribus composita. Item Aris- tione elementi est quod sit indivísibile, non insit seu maneat in suo composito; nam
tute manent. toteles, ibídem, ait elementum debere esse simpliciter et omni modo, sed in suo ordine inde solum fit materiam etiam vere ac pro-
54. Elementi descriptio explicatur.- Ad quid indivisibile; haec autem corpora non et latitudine. Et similiter de ratione elemen- prie dici posse elementum, alía tamen ra-
secundum responderi potest, primo, defini~ sunt indivisibilia, ut constat. Et iuxta hanc ti est ut insit non semper formaliter, nec tione et fortasse priori, quatenus materia est
tionem illam elementi non convenire his sententiam facile respondenrr ad argumen- semper virtute tantum, sed modo accom- prior in compositione et simplicior, ut no-
simplicibus corporibus quae communiter ele~ tum non esse ínconveniens íllam particulam modato suae compositioni. Sic igitur qua- tavit D. Thomas, III de Caelo, Iect. 8, ubi
menta dicuntur, sed primis principüs ex definitionis elementi, scilicet quod insit, non tuor elementa vere participant rationem ele- retractare videtur sententiam quam in V
--~- --"l!!f•a•z---
c+
'f
J
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 767
defendido en el lib. V Metaph., como señaló Soncinas, V Metaph., después de mez~l~~~ acci_dentalm_er:~e diversas sustancias a travéS de los poros o debido a
la q. 9, a propósito del texto 4 de Aristóteles, añadiendo también, en el lib. XII, la dlVISion e mterpostcwn de partes, sustancias que no tanto se engendran luego
q. 27, ad. 1, que a la forma se le puede llamar elemento, y que así la llama de nuevo. por la ac~ión de algún agente, cuanto se separan, como suct'de en la
Aristóteles en el lib. XII de la Metafísica, c. 4; y Santo Tomás en el pasaje fermentacwn del ~~o y en la corrupción de la sangre fuera de las venas, y
citado. Pues, aunque el nombre de elemento parezca aplicarse preferentemente acaso suceda tamb1~~ así en esa acción del fuego en la madera., por más que
al principio material, según se ve por el uso común y por la propiedad de p_ueda acaecer tambien que no se separen las mismas sustancias que allí había,
aquella expresión de la definición -de lo que se hace algo- con todo, hablan- s~n? otras, las cuales se generan con toda facilidad según sus diversas dispo-
do con sentido más amplio, se hace extensivo a cualquier parteJ igual que se SICIOnes. Mas esta mezcla de sustancias nada tiene que ver con el problema de
dice también que el todo está compuesto de sus. partes, tanto de la formal q~e nos ocup~mos., porque ~unque en este caso existan varias formas, están en
como de la material. Más aún, este es el motivo de que de cualesquiera par- diversas materia~ y causan dtversos compuestos, aunque estén localmente unidos.
tes, si se las considera en absoluto bajo la razón común de partes, se diga que 5_8. De que modo es movido el mixto por el elemento predominante.- Nf
tienen razón de materia respecto del todo. Por este motivo, pues, cualquier parte, se stgue, finalmente, de aquí la conclusión a qu:! se llegaba en dicho argumen-·
si es primera e indivisible en su orden, puede ser llamada elemento. to: que un elemento se re~uelve en otro o que consta de otro; porque, aunque
56. Se sigue de esto, para responder a la otra parte del argumento, que e~ agua con~enga. con el arre en la humedad, no la tiene, sin embargo_) parti-
no pertenece al concepto de elemento el que el compuesto o mixto pueda resol- Cipada del aire, smo que la tiene por sí misma y en virtud de su simple na~
verse en él de tal manera que el elemento pueda conservarse realmente sepa- tnraleza. Y, cuand~, a causa del cale':tamiento se exhala del agna vapor húme-
rado de aquello que ha estado integrado por los elementos, pnes de este modo do, no hay ~esol':l_ciolll del agua en mre, puesto que ese vapor no es aire, sino
no todo compuesto natnral puede resolverse en la materia y en la forma. Y por que es un mixto Imperfecto; y cuando acaece que el agua se transforma en aire
igual motivo no es necesario que el mixto sea resoluble en los mismos elemen- no se trata de un~ resolución en elementos miscibles, sino de una generació~
tos numéricos de los que acaso resultó compuesto el mixto, sino que basta con Y de una corrrupción. Por consiguiente, es muy distinto el modo de estar un
que se resuelva en otros semejantes, cosa que tendrá lugar a veces si existen elemento en el mixto que el de estar un elemento en otro; porque esto sólo
causas eficientes acomodadas e inmediatas en orden a realizar dicha resolución; puede ~ener lugar en una pote?-cia pasi-y:, mientras que aquello no sólo pue-
a veces, en cambio, no sucede así, sino que todo el mixto se convierte en un de _reahzarse de es!e m?do, srno tamb1en VIrtualmente y por cierta partici-
elemento determinado, sobre todo en tierra. Por tanto, aunque fuese verdad pación de la potencta acnva; en efecto, este es el modo como se ha de enten-
la experiencia que se aduce en el argumento, no implicada conclusión alguna, der a Ari.stóteles cuando dice que los elementos están en el niixto en acto 0
puesto que no es menester que los elementos que parecen producirse de la ma- en p~tencta. De esto resulta también evidente la solución al tercer testimonio.
dera cuando se quema hayan preexistido formalmente en ella, sino que basta Efectlva.mente, para que el mixto se mueva con el movimiento del elemento
con que hayan estado virtualmente y según alguna disposición no muy remota, :t:n;doJ:?mante, basta ~on que lo contenga virtualmente y tenga una mayor par-
en virtnd de la cual todos ellos son generados de nuevo; con todo, en realidad, ticipación de sus cualidades que de las de otro. De los elementos se dice final-
no se trata de elementos, sino de mh•.1:os imperfectos, porque ni el humo es ~ente, que son la mate~ia del J?lÍ~to, for:nalmente transeúnte y virtu;lmente
aire, ni la ceniza es tierra. Inmanente. Por eso el mtsmo Artstoteles, hb. 11 De general .., c. 5, niega que
57. En los cuerpos mixtos se hallan encerrados a veces otros corpúsculos- los elementos sean la materia de las cosas naturales: Porque -dice- si se
menores.- Queda todavía el que muchas veces en estos cuerpos mixtos se han
corporíbus mixtis saepe esse piures sub- sua simplici natura. Cum vera per calefac~
Metaph. tenuerat, ut notavit Soncin., V Me- sit conservabile separatum ab elementato; stantias accidentaliter permixtas per poros tionem vapor humidus exhalatur ab aqua
taph., post q. 9, circa text. 4 Aristot., qui hoc enim modo non potest omne composi- ~el per divisionem .et interpositionem par- non resolvitur aqua in aerem; nam ille va~
etiam lib. XII, q, 27, ad 1, addit formam tum naturale resolví in materiam et formam. tmm, quae substanuae postea per actionem por non est aer, sed quoddam mixtum im-
posse dici elementum, et ita eam nominat Et pari racione, non est necesse quod mix- alicuius agentis non tam generantur de novo perfectum '· _quando vera contingit aquam
Aristot., lib. XII Metaph., c. 4; et D. tum sit resolubile in eadem numero elemen- quam secernuntur, ut fit in concoctione vini transmutan m aerem, non est resolutio in
Thom., cit. loco. Nam, licet nomen elementi ta ex quibus fortasse mixtum fuit, sed satis et in co;ruptione sanguinis extra venas, et n_tiscibilia, sed quaed~m generatio et corrup-
praecipue videatur tribui principio mate- est quod in similia resolvatur; quod inter- !ort~sse tta etiam accidit in illa actíone ignis tm. Unde longe ahter sunt elementa in
riali, ut patet ex communi usu et ex pro- dum accidet, si causae efficientcs sint acd m lignum, quamvis accidere etiam possit mixto quam unum elementum in alio; nam
prietate illius particulae definitionis ex qua commodatae et propinquae ad eam reso- ut non eaedem substantiae quae ibi erant, !toe est verum solum in potentia passiva;
fit aliquU, tamen, latius loquendo, ad quam- lutionem faciendam; saepe ve ro non ita fit, secernantur, sed aliae quae ex illis facile 1~ud vera non ~a?tu~ hoc modo, sed etiam
cumque partem extenditur, sicut etiam di- sed mixtum totum convertitur in aliquod generantur iuxta diversas earum dispositio- vrrtute et partlclpattone quadam potentiae
citur totum componi ex suis partibus, tam elementum, praesertim in terram. Quocirca, nes. Haec autem substantiarum pcrmixtio activae; hoc enim modo intelligendus est
formali quam mater.iali. Immo hac ratione licet vera esset experiencia quae in argumen~ ~on ~e!er~ ad rem de qua agimus, quia, Aristoteles cum ait elementa esse in mixto
partes quaelibet, si absolute sub communi to affertur, nihil concluderet, quia non est hcet 1b1 smt piures formae, sunt tamen in actu vel potencia. Et hinc etiam patet solu~
racione partium considerentur, dicuntur ha- necesse ea quae videntur ex ligno ·fieri, cum diversis materiis et diversa composita con- tío ad tertium testimonium. Nam, ut mix-
bere rationem materiae respectu totius. Hac comburitur, in eo formaliter praecessissc, ficiunt, quamvis localiter coniuncta. tum moveatur motu elementi praedominan-
ergo ratione, quaelibet pars, si in suo ordi- sed virtute secundum aliquam minus remo- 58. Qualiter mixtum moveatur ab ele- tis, satis cst quod in virtute illud contineat
ne sit prima et indivisibilis, elementum did taro dispositionem, ratione cuius illa omnia- mento praedominante.- Nec denique hinc plusque de qualitatibus eius participet quam
potest. de novo generantur; re tamen vera illa non sequitur quod in ea argumento inferebatur, alterius. Denique elementa dicuntur materia
56.· Ex qua sequitur, ut ad aliam partem sunt elementa, sed mixta imperfecta, quia unum elementum resolvi in aliud aut con- mixti transiens formaliter, virtut:e autem ma-
argumenti respondeamus, non esse de ratio- nec fumus est aer nec cinis terra stare ex alío; nam, licet aqua conveniat nens. Unde idem Aristoteles, II de Gene-
De elementi ut compositum seu mixturo in 57. In mixtis corporibus imbibita inter-- cum aere in humiditate, non tamen habet rat., c. 5, negat elementa esse materiam
illud ita resolví possit ut reipsa elementum dum minora corpuscula.- Adde etiam in his·, illalll participatam ab aere, sed ex se et ex rerum naturalium: Nam si aer (inquit) re-
768 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X 769
conservase el aire, no tendría lugar una generación, sino, una alter~ción .. .Es por la forma de madera y de oro, sin embargo, la madera no seria oro, puesto
evidente, pues, que, debido al hecho de que una forma actua como dispoSI~Ión que la madera no es materia, ni el oro es materia. Y de esta suerte, aun admi-
para otra, no sucede nunca el que se den unidas muchas formas sustanciales tido este caso, no habría dos causas formales del mismo efecto, que es lo que
en la misma materia. nosotros ahora tratamos de investigar, sino que cada una constituiría su efecto,
.el cual tendría solamente una ímica causa formal.
Si dos formas no subordinadas pueden informar al mismo tiempo 60. Por qué no puede la misma materia estar actuada naturalmente al mis-
la misma materia mo tiempo por muchas formas sustanciales.- No obstante, con esto llegamos
59. Es posible que por intervención divina Una materi~ est~ informada por a comprender la natural repugnancia por la que tales formas no pueden infor-
,dos formas.- Nos faltaba por hablar del tercer modo de 1magmar dos formas mar simultáneamente dicha materia; puesto que el que una misma e idéntica
sustanciales en la misma materia sin relación alguna entre ~i o .respe~to de una materia componga sucesivamente esencias distintas incluso específicamente con
·tercera fol'ma para la cual disponen, sino sólo en concomttancm accidental, tal muchas formas no ofrece inconveniente, y hasta puede acaecer naturalmente,
como se encuentran la blancura y la dulzuia en el mismo sujeto. Pero no es puesto que es indiferente para cualquier forma y por cualquiera puede ser ac-
menester detenerse en refutar este modo; en primer lugar, porque no me en- tualizada. Mas el que una misma porción de materia componga simultánea-
cuentro con opinión alguna en este problema, puesto qu~ ningún .filósof? -que mente diversas esencias con diversas formas está en contradicción con la natu-
yo sepa- defendió hasta ahor~ que dos .formas sustanciales P?d1esen mformar raleza de las cosas por muchas causas. Primero, porque la potencia de la ma-
simultánea y naturalmente la m1sma materia de este modo. Y dtgo naturalr:ze~!e_, teria está suficientemente actualizada por una sola forma y su dependencia tie-
porque creo que por potencia absoluta de Dios no h~y en ello contradiccmn, ne un término suficiente. Segundo, porque formas diversas exigen disposiciones
ya se ponga dicha materia en diversos lugares con d1versas formas, cosa. que naturalmente incompatibles, lo cual es un indicio de que también los efectos
demostré en otra parte que era realizable; ya. tenga ambas. formas en. e~ ,mtsmo naturales de ellas son naturalmente incompatibles. Tercero, porque la materia
Jugar, pues la unidad de lugar no añade .mnguna .espe~,tal contradiccwn. ~n está al servicio de la forma en orden a sus movimientos y acciones naturales;
segundo término, porque de esas formas eXIstentes srmultaneam~nte ~n la ffilS- mas no puede una misma materia prestar sus servicios a formas distintas, que
-ma materia no resultaría realmente compuesta una sola esencia, m una sola tienen inclinaciones naturales diversas. Cuarto, porque, de lo contrario, si la ma-
sustancia, puesto que ni una forma pertenecería a la . e~enci~ del compuesto de teria pudiese de este modo estar bajo distintas formas, podría con el mismo
materia y de la otra forma, ni viceversa. Por eso, st Imagmamos que un~ es motivo estar bajo cualquier multitud de ellas hasta el infinito, puesto que las
·1a forma de oro, y la otra forma de. madera, ?i. la madera seria. oro, ru el cosas que son accidentales pueden multiplicarse hasta el infinito_. y no es po-
oro madera, puesto que formas esencialz;¡ente dtstmtas ?o se pr~dtcan mutua- sible señalar una mayor repugnancia en dos que en tres, y así en cualquier otro
mente entre sí ni incluso en concreto, st no es por razon del m1smo supuesto
número. Mas esto no sólo es muy absurdo de por sí, sino que también está
·en el que con~ienen; mas esas formas no convendrí~n en el mismo sul?uesto,
·sino solamente en la misma materia, con la que, al Igual que forman diversas en contradicción con el fin y ordenación de la materia, pues de esta suerte re-
naturalezas, formarían también diversos compuestos, presc~diendo ~e . otros ca- sultaría inepta para la generación y corrupción de las cosas. Por tanto, el mismo
~ sos milagrosos. Por eso, aunque pueda decirse de la matena que esta mformada hecho de que la generación de una cosa es la corrupción de otra declara sufi-
cientemente que la materia es incapaz de muchas formas por su naturaleza.
·maneret, non generatio, sed alteratio foret. autem naturaliter, quia de potencia absoluta
.Constat igitur, proptt!r dispositionem unius non exístimo implicare contradicttonem, sh:e
·forrnae ad aliarn, non contingere unquam illa materia in diversis locis cum dívers1s tamen lignum non esset aurum, quia lig- ter est terminata. Secundo, quia formae di-
formis ponatur, quod fieri posse alibí osten- num non est materia, neque aurum eJt versae requirunt disposiciones naturaliter in-
piures substantiales formas in eadem materia di 1 • sive in eodem loco utramque formam materia. Atque ita, etiam admisso illo casu, compatibiles, quod est signum etiam effec-
coniungi. hab~at · unitas enim loci non addit spe- non darentur duae causae formales unius ef- tus naturales earum esse naturaliter incom-
cialem 'repugnantiam. Secundo, quía ex illis fectus, quod nos nunc inquirimus, sed una- patibiles. Tertio, quia materia deservit for-
.An duae formae non subordinatae possint formis simul existentibus in eadem mate-
simul eamdem materiam mformare quaeque constitueret suum effectum, qui mae ad suos naturales motus et acciones;
ria, revera non componeretur una essentia tantum haberet unam causam formalem. non potest autem eadem materia simul mi-
59. Potest divinitus materia informari neque una substantia, quía n:que una fo~­ 60. Cur naturaliter non possit eadem nistrare formis distinctis, quae naturales ha-
duabus formis.- Supererat dicendum de ma esset de essentia composltl ex materm materia pluribus substantialibus formis ac- bent inclinationes diversas. Quarto, quía
tertio modo fingendi duas formas substan- et alía forma, neque e converso. Unde, si tuari simul.- Hinc tamen intelligitur natu- alias, si materia hoc modo posset esse sub
tiales in eadem materia sine ulla habitudine fingamus unam esse formam aur.i et aliam ralis repugnancia ob quam tales formae non distinctis formis, eadem ratione posset esse
ínter se aut respectu alicuius tertiae forrnae ligni, neque lignum esset aurum ~e9.ue a~­ possunt simul informare talero materiam; sub quacumque multitudíne earum in infi-
ad quam disponant, sed per solam conco- rum lignum, quía formae essenttahter dt- quod enim una et eadem materia successive nitum, quia quae sunt per accidens in in-
mitantiam accidentalem, ut se habent albedo vcrsae non praedicantur de se invicem, etiam componat essentias ;,;tiam specie distinctas finitum multiplicari possunt; nec potest ma-
et dulcedo in eodem subiecto. Sed in hoc in concreto, nisi ratione eiusdem suppositi cum multis formis, non est inconvcniens, ior repugnantia in tribus quam in duobus
modo impugnando immorari non est ne- in quo conveniant; illae autem formae non immo naturaliter accidit, quía ipsa est in- assignari, et sic de quocumque numero. Hoc
cesse; primo, quia nullam. inveni? in hac convenirent in eodem supposito, sed tantum differens ad quamcumque formam et per autem et per se est valde absurdum, et
re opinionem; nullus emm phtlosophus in eadem materia, cum qua sicut diversas quamcumque actuari potest. Quod vero ea- repugnat fini et institutioni materiae, sic
.(quod ego sciam) hactenus dixit pos se l~oc naturas ita et diversa composita confi.cerent; dem portio materiae simul componat diver- enim esset inepta ad rerum generaciones et
modo et naturaliter duas formas substantm- secludo' alía miracula. Unde, licet materia sas essentias cum diversis formis, multis de corruptíones. Unde hoc ipsum, quod gene-
les simul informare eamdem materiam. Dico posset dici informata forma ligni et auri, causis repugnat naturis rerum. Primo, quia ratio unius naturaliter est corruptio alterius,
potencia materiae sufficienter est actuata per satis declarat materiam esse paturaJ#er m..
1 III tom., III p., dísp. XLVIII, sect. 3. unam formam e~ dependencia eius sufficien- capacem plurium formarum.
49
----------

c7c_7~0_______________________cD::_:_:is._p~u~ta::.:cc_ciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 77¡


-------------------------~
mas ni siquiera puede admitirla. El antecedente es evidente por lo dicho; e¡¡
Sentencia verdadera y conclusión de toda la cuestión efecto, quedó probado que toda forma sustancial debe necesariamente estar cons-
61. Queda, pues, que la sentencia más verdadera es la que afirma que de tituida en alguna especie última de forma sustancial, perteneciendo, en con-
una sola sustancia compuesta no hay más que una _causa formal sola, y que en secuencia, a su concepto el conferir el ser absoluto y completo hasta la razón
un solo compuesto natural sólo se da una forma sustancial única. La defienden última en el género de sustancia. La consecuencia se prueba, a su vez, porquj!
Santo Tomás, I, q. 76, a. 4, y Cayetano y todos los tomistas en ese pasaje; o la segun~a forma .sobrevendría al compuesto en cuanto constituído por l.a
con toda amplitud Capréolo, In ll, dist. 15; el Ferrariense, II con t. Gent., forma antertor y realizando su actuación inmediata en él o sobrevendría a la
c. 58; Soncinas, VIII Metaph., q. 7. La mantiene igualmente Gregario, In ll, ma~eria misma _sin;~táneamente y por una especie de conc~mitancia. Lo primero
dist. 17, q. 2; Egidio, II De anima, q. 6, y en el tratado De pluralitate forma- esta en contradtccwn con la naturaleza de la forma sustancial, la cual se -ordena
rum; la trata también ampliamente Herveo en el tratado De pluralitate forma- esencialmente a una potencia sustancial; y la sustancia completa ya no está en
rum; Marsilio, lib. I De generat., q. 6. De Aristóteles, en cambio, no poseemos potencia sustancial, sino únicamente en la accidental; en efecto,. en ella se cumple
nada expreso respecto de este punto, aunque tal sentencia se deduce con claridad con máxima verdad lo que Aristóteles dijo antes, a saber, que lo que adviene
de sus principios; en efecto, nunca atribuye al compuesto natural más que una a un ente en acto, no le adviene esencialmente, sino accidentalffiente. Lo se.-
forma, y este es el sentido en el que señala como los tres principios de una gundo, a su vez, está en contradicción tanto con las mismas formas sustancia-
cosa natural a la materia, a la privación y a la forma; por esta razón, pues, les como con la capacidad de la materia; en efecto, aquéllas son opuestas entre
dice que siempre que se genera una cosa se corrompe otra, y viceversa. Afirma, sí po: r~zón de sus diferencias específicas; puesto que, por el hecho mismo de
además, que la forma sustancial es el acto propio, esencial e inmediato de la constttrur cada forma sustancial una naturaleza sustancial completa infunde tal
materia, siendo ésta la razón de que resulte de ellos un ser con la máxima uni- d~terminació?- a la materia que infor?Ja y realiza sobre eiia una esp~cie de atraer
dad per se, según se ve por el lib. II De anima, texto. 7, y por el lib. VII de ctón tal hacta su ser, que no permtte en ella otra forma sustancial o sea del
la Metafísica, text. 49. mis":'o orden. La materia tiene asimismo limitada la capacidad y l~ cuasi po-
62. Los argumentos es fácil tomarlos de lo dicho en la refutación de las tencta ?e ca~sar, de suerte que no puede sostener más que una sola forma
otras opiniones. El primero está tomado de la suficiente enumeración de las sustanctal, m puede concurrir más que a la composición de una sola esencia,
partes, puesto que en la materia no puede haber muchas formas esencialmente cosa que puede verse también en la materia celeste, siendo no menos necesario
subordinadas como acto y potencia, ni ordenadas como disposición y forma, ni en la materia in_ferior, la cual es principio de corrupción, por. cuanto de tal
tampoco por simple concomitancia sin ningún -orden entre sí; ahora bien, no m1nera se supedita a una forma que debe por necesidad desecharla, si recibe
es excogitable ningún modo fuera de éstos; luego no pueden concurrir al mis- otra.
mo efecto de modo alguno muchas causas formales. . 64. El tercer y principal _argn":'ento puede elaborarse con lo que hemos
63. El segundo argumento está tomado de la suficiencia de cualquier for- dtcho antes para probar la extstencta de las formas sustanciales en las cosas
ma sustancial; puesto que cualquier forma sustancial tiene por necesidad tal naturai~s; en efecto, las razones más eficaces con que se demuestra la forma
naturaleza, que se basta por sí sola para constituir un solo supuesto sustancial sustanctal se fundan en que para la constitución perfecta de un ente natural es
que sea completo dentro de alguna especie última de sustancia; por consiguien- necesario que todas las facultades y operaciones de ese mismo ente rstén radi-
te, no sólo no requiere otra forma que actúe como concausa en dicho efecto, cadas en un solo principio esencial, conexión y radicación que demuestran tam-

V era sententia et totius quaestionis conclusio stantialem esse proprium, per se ac imme~ que illam admittere potest. Antecedens con- tialis forma constituit substantialem naturam
diatum actum materiae, ideoque ex illis ma~ stat ex dictis; nam probatum est omnem completam, ita determinat sibi materiam
61. Relinquitur ergo verissimam esse xime fieri per se unum, ut sumitur ex II de formam substantialem necessario debere es- quam informat et quasi trahit illam ad stmm
sententiam asserentem umus substantiae Anim., text. 7, et VII Metaph., text. 49. se constitutam in aliqua soecie ulti1na sub- esse ut non admittat in illa formam aliam
compositae tantum esse unicam causam for- 62. Rationes autem facile sumi possunt stantialis formae, et consequenter esse de substantialem, seu eiusdem ordinis. Materia.
malem et in uno composito naturali unicam ex dictis in impugnatione aliarum opinio- ratione eius quod det esse simpliciter et item habet limitatam capacitatem et quasi
tantum esse formam substantialem. Quam num. Prima sumitur ex sufficienti partium completum usque ad racionero ultimam in vim causandi, ut simul non possit unam
tenet D. Thomas, I, q. 76, a. 4; et ibi enumeratione, quia in materia non possunt genere substantiae. Consequentia vero pro~ substantiaiem formam sustinere, nec concur~
Caietan. et omnes thomistae; latissime Ca- esse piures formae essentialiter subordinatae batur, quia vel secunda forma adveniret rere nis~ ad unam essentiam componendam,
préol., In II, dist. 15; et Ferrar., II cont. ut actus et potentia, neque ordinatae ut composito ut constituto priori forma et im~ quod et1am in materia caelesti videre Iicet ?'
Gent., c. 58; Soncin., VIII Metaph., q, 7. dispositio et forma, neque etiam omnino per mediate illud actuando, aut adveniret simul estque id non minus necessarium in hac in-
Item habet Gregor., In II, dist. 17, q. 2; concomitantiam sine ullo ordine inter se; et quasi concomitanter ipsi materiae. Pri- feriori materia, quae principium est cor-
Aegid., II de Anim., q. 6, et tract. de Plu~ sed praeter hos modos non potest excogitari mum repugnat rationi formae substantialis, ruptionis, quatenus ita subiacet uni formae
ralitate formarum; Herv. etiam late tractat alius; ergo nullo modo possunt piures cau- quae per se respicit potendam substantia- ut eam necessario deserat, si aliam recipiat.
de Pluralit. formar.; Marsil., I de Gener., sae formales substantiales ad eumdem effec- lem; substantia autem completa non est 64. Tertia ratio pr1ncipalis confici potest
q. 6. Ex Aristotele autem nihil de hac re tum concurrere. iam in potentia substantiali, sed accidentali ex his quae supra diximus ad probandum
expresse habemos; at vero ex principiis 63. Secunda ratio sumitur ex sufficien- tantum; nam de illa maxime verum est dari in rebus naturalibus substanciales for-
eius ciare colligitur hace sentencia; nun- tia cuiusvis formae substantialis; nam quae- quod Aristoteles supra dixit, scilicet id quod mas; potissimae enim raciones quibus os-
quam enim tribuit naturali composito nisi libet forma substantialis necessario talis est advenit enti in actu non advenire per se, sed tenditur substantialis forma in hoc nituntur
unam formam, et hoc sensu assignat tria ut per se sola sufficiat ad constituendum per accidens. Secundum autem repugnat quod ad perfectam constitutionem naturali3
principia rei naturalis, materiam scilicet, unum substantiale suppositum completum tam ipsís formis substantialibus quam ca- entis necessarium est facultares omnes et
privationem et formam; hac enim ratione in aliqua ultima specie substantiae; ergo pacitati materiae; illae enim secundum suas operationes eiusdem entis in uno essential'i
ait quoties generatur unurn corrompí aliud non solum non requirit aliam formam con- differentias specificas inter se repugnant; principio radicari, quam connexionem et
et e contrario; ait praeterea formam sub- causantem illum effectum, verum etiam ne- nam, hoc ipso quo~ unaquaeque substap.- ntdicationem ostendunt etiam ipsi naturales
---~---------- ·-~- -~~~~~~-~~~~~

"1'

Disputaciones metaflsicas Disputaci6n XV.~'iecci6n X 7T!f


772
no sólo no exigen formas distintas subordinadas de por. sí, sino que también es
bién, según dedujimos allí, los mismos efectos naturales.; por consiguiente la
pluralidad de formas está en completa oposició? ~o? la constitución de la na- imposible que respecto del mismo compuesto dichos predicados estén tomados
turaleza. Tampoco existe en toda la naturaleza m~Iclo alguno. para afirmarl~, ya más que de una sola e idéntica forma, de suerte que no sólo en virtud de la
que, como dijimos, la subordinación de los pred1cados esenciales no constituye naturaleza, sino también por potencia absoluta_ es imposible que se den causas-
indicio alguno; por eso dijo Aristóteles en el lib. II De anima, texto 31, que la formales subordinadas de por sí de este modo, ya que no puede existir una
forma poSterior contiene a las anteriores, puesto que el conferir las diferencias forma sustancial que no esté constituída en alguna especie última de tal forma_,_
superiores compete a quien confiere la última. A su vez, la multitud de accio- y que no incluya, consecuentemente, de modo esencial todos los grados supe-
nes, facultades u órganos no sólo no es un indicio, sino que más bien exige riores de tales formas. Ni tiene que ver que Aristóteles, lib. II de la Metaflsica,
en sumo grado la unicidad de la forma. Finalmente, las vicisitudes o sucesio- c. 2, haya probado la no existencia del proceso al infinito en estas formas pre-
nes de generación y corrupción demuestran y exigen esa misma unidad; por cisamente por no darse proceso al infinito en los predicados quiditativos, por-
consiguiente no hay razón alguna para dudar que basta una sola causa formal que, aunque de tal negación se siga con todo derecho ésta, sin embargo) de la
para cada uno de los efectos naturales. Ni se presentan contra esta verdad nue- afirmación opuesta no se sigue la opuesta afirmación, según se dijo antes. Ade-
was objeciones a las que sea preciso responder. más, en este género tampoco existen causas accidentales subordinadas, ya que
se demostró también que muchas formas, incluso de un modo completamente
De lo dicho se deduce que no hay proceso al infinito en las causas formales accidental, no pueden concurrir simultáneamente a la información de la misma
materia. Y si dice alguno que es posible el proceso al infinito en las formas
65. Con esto se llega obviamente a la solución del problema que suele contenidas en el mismo género o especie, y llama a éstas causas formales subor-
plantearse a propósito de la causa formal, a saber, si en este género de ca~sa dinadas accidentalmente, es necesario que tenga en cuenta que no se trata de
puede darse proceso al infinito. Porque, si nos referimos a la causa formal fístca
causas de un solo e idéntico efecto, sino que cada una tiene su efecto distinto;·
propia, es evidente por lo dicho que no hay lugar alguno para este problema;
y cuando se plantee el problema de la subordinación de las causas, hay que en-
en efecto, esto sólo puede plantearse cuando son muchas las causas que pueden
~oncurrir al mismo efecto; porque donde la causa es ·una sola, ¿qué clase ~e tenderla respecto. de un solo e idéntico efecto, de lo contrario no se trata de una
proceso puede haber? Mas se demostró que la causa formal no puede ser mas subordinación, sino de una multiplicación de cosas o de efectos. Por eso, aunque
-que una sola; por consiguiente en esta causa no tiene lugar el problema del por potencia absoluta de Dios se multiplicaran accidentalmente las formas en
·-proceso hasta el infinito. Además, este proceso suele da~se o entr~ causas por la misma materia, no se trataría en este caso de una subordinación de causas,.
sí y esencialmente subordinadas, o entre causas subordmadas acctdentalmente. puesto que, según dije, no constituirían un sólo e idéntico efecto, sino distin-
y se demostró que no hay formas sustanciales subordin.adas de por. sí. Por eso tos, y no tendrían además entre sí subordinación alguna, sino que se multipli':"
·¡0 s que las distinguen siguiendo el orden de los predicados esenciales pueden carían de un modo puramente accidental. Por consiguiente, en este género de
tropezar en esto con alguna difi<;ultad, pue~ acaso no repugne el q:'~ se. d~ el causa no existe ningún proceso de causas ni hasta el infinito, ni dentro de un
:proceso al infinito en estos predtcados, segun trataremos en la seccmn stgmen- número finito.
·te · mas dentro de nuestra sentencia esto nada tiene que ver, puesto que nuestra
'O~inión es que estos predicados, sea cual sea el número en que se multipliquen, tere formas distinctas per se subordinatas, per accidens, ad informandam eamdem ma~
verum etiam non posse talia praedicata re- teriam. Quod si quis dicat posse dari pro-
effectus, ut ibi deduximus; ergo pluralitas an, <;Cilicet, in huiusmodi genere causae pos- spectu eiusdem compositi sumi nisi ab una cessum in infinitum in formis sub eodem
'formarum est omnino aliena a constitutione sit dari processus in infinitum. Nam, lo- et eadem forma, ita ut non solum ex natura genere vel specie contentis, et eas vocet cau-
-nnturae. Neque est in tota natura aliquod quendo de propria causa formali physic~ .• rei, sed etiam de potencia absoluta non pos~ sas formales per accidcns subordinatas, ad-
·indicium ad eam asserendam; nam subor- constat ex dictis nullum dari locum hmc sint dari causae formales hoc modo per se vertat necesse est illas non esse causas unim
quaestioni; id enim solum potest quaeri subordinatae, quía non potest dari substan- et eiusdem effectus, sed unamquamque
rlinatio praedicatorum essentialium null~J?
est indicium, ut diximus; ideoque d1x1t quando piures causae ad eumdem effectum tialis forma quae non sit in aliqua ultima suum habere distinctum effectum; cum au-
Aristot., II de Anim., text. 31, posteriorem · concurrere oossunt; nam ubi est unica cau- specie talis formae constituta, et consequen- tem investigatur subordinatio causarum, re-
·formam continere priores, quia quae dat sa, quis processus esse potest? Ostensum ter quae non essentialíter includat orones spectu unius et eiusdem effectus intelligen-
..differentiam ultimam, dat etiam superiores. autem est causam formalem non posse esse superiores gradus talium formarum. Neque da est, alioqui non est subordinarlo, sed
Multitudo etiam actionum, facultatum aut nisi unicam; ergo in hac causa non habet refert quod Aristoteles, II Metaph., c. 2, multiplicatio rerum seu effectuum. Unde
organorum, non solum non est indiciun;, locum quaestio de processu in infinitum. ex eo probet non dari processum in infi- etiamsi per potentiam Dei absolutam in ea--
verum potius requirit maxime formae um- Deinde, hic processus esse solet aut inter nitum in his formis, quod non detur pro- dem materia multiplicarentur per accidens
tatem. Vicissitudo denique seu successio ge- causas per se et essentialiter subordinatas cessus in infinitum in praedicatis quiddita- formae1 non esset ibi subordinatio causarum,.
nerationis et corruptionis eamdem unitatem aut ínter subordinatas per accidens; oaten- tivis, quia, licet ex illa negatione oprime quía, ut supra dixi, non constituerent unum
indicat et requirit; ergo nihil est quod du- sum autem est nullas substantiales formas inferatur haec negatio, non tamen ex op- et eumdem effectum1 sed diversos, et praeQ
'bitemus unam causam formalem ad unum- esse per se subordlnatas. Unde, qui illas posita affirmatione opposita affirmatio, ut terea nullum haberent ,inter se ordinem, sed
quemque effectum naturalem sufficere. Ne~ distinr.;uunt iuxta ordinem praedicatorum es- supra dictum est. Rursus 1 neque in hoc ge- omnino per accidens multiplicarentur. In
que contra hanc veritatem novae obiectio- senüalium, nonnihil difficultatis in hoc pati nere dantur causae per accidens subordina- hoc ergo genere causae nullus est processus
nes occurrunt, quibus satisfacere necesse sit. possunt; nam fortasse in his praedicatis non tae, quía etiam est ostensum non posse piu- causarum1 neque in infinitum neque in ali-
repugnat dari processum in infinitum, ut res formas simul concurrere, etiam omnino quo numero finito.
'Non dari processum in infinitum in causis attingemus sectione sequenti; iuxta nostram
formalibus ex dictis concluditur vero sententiam id nihil refert, quia exis-
65. Atque ex his obiter resolvitur illa timamus hace praedicata, in quocumque nu-
quaestio quae de causa formali moveri solet, mero multiplicentur1 non solum non requi-
Disputación XV. Secci~n~X~~~~~~~~~~~~~~~~~~-7_75_
caso, no tendría limite final la información, ni la realidad quedaría constituida
Se elimina de la causa material el proceso al infinito en una especie concreta y determinada; por consiguiente no puede haber entre
ambos extremos una multitud infinita de formas, ya que respecto de cada una
66. Con esto se comprende, finalmente, qu~ mucho mer:os puedrd~ darsuie el tiene que haber necesariamente alguna inmediata que se le compare como po-
proceso al infinito en la materia, puesto que, '31 se diese, solo po Ia res ~~ tencia próxima y como acto. Dejo a un lado otros argumentos que propone Aris-
de la infinidad de formas; en efecto, según quedó demostra~o antes, ha . de tóteles en el lugar citado, por tratarse de una cosa tan clara que no necesita
haber por necesidad una mate:ia p:ima que no esté en ?tro SUJeto; ahora bien, demostración.
en cada compuesto esta matena pnma no puede ser mas que una" por no po- 68. Y si nos referimos a la materia próxima por razón de las diSposiciones
der ser recibida en ella otra materia, ya que esto está en. contr~ de la natur~leza accidentales, estos mismos argumentos prueban que no puede procederse hasta
de la materia prima; ni pueden tampoco vanas materias unttse en el ffilsmo el infinito en estas disposiciones, puesto que, si no están subordinadas entre $Í
compuesto y estar informadas por la misma forma, a no ser que la una e~té sino que se encuentran en relación de concomitancia, como pasa con las cuatro
unida con la otra de suerte que de la unión de ambas resulte una sola potencia, cualidades primarias, no puede darse en ellas dicho proceso, por el mero hecho
v esto es de todo punto ininteligible; por consiguiente no sólo no puede dar- de que no puede haber cualidades simultáneamente infinitas en acto en una multi-
;c el proceso al infinito en las materias sustanciales, sino que no puede darse tud, y mucho menos puede exigirlas una forma finita; y si las disposiciones
en absoluto proceso o pluralidad alguna. . se encuentran subordinadas entre sí como acto y potencia próxima, según pasa
67. Y si no se trata de la materia prima, sino de la próxima, o se entiende con la cantidad y la cualidad, entonces vale el argumento expuesto a propósito
ia materia próxima sustancialmente y .como potencia. que ,re.cibe la _forma inme- de las formas sustanciales, de que en ellas es menester que exista una primera
diatamente y por sí misma, o se entiende la materia prmama acctde~talment:, y una última, ya que, en otro caso, no se daría principio ni fin en esas dispo-
esto es, modificada por las disposiciones acomodadas a l~ forn;a. Segun el ~n­ siciones; ahora bien, entre extremos de este tipo no puede existir una multitud
mer modo, en realidad sólo la materia prima por su entidad simple es tamb~én infinita. Ni hay semejanza en el ejemplo que suele aducirse de los puntos in-
la materia próxima para cualquier forma, y así no se da proceso alg~o; s~lo finitos contenidos entre dos extremos, puesto que los puntos sólo son infinitos
cabría imaginarlo, si entre la materia prima y la última forma susta~ctal se m- en potencia, es decir, constituyen con las partes una sola cantidad continua
terpusiesen algunas formas sustanciales, de las que tma se comp~rana con~ otra finita, mientras que la multitud de formas sería actualmente infinita. Asimismo,
Como la potencia próxim~ con su acto; ma.s es~a~ formas no ~Xls~en, segun se porque un punto no es inmediato al otro, no pudiendo de este modo numerarse
demostró, y aunque existiesen no resultaría mtehgxble en ellas nmgun proc~so ~1 todos los puntos medios entre los dos extremos, mientras que · una forma, ya
infinito, ya porque la multitud infinita de formas no es menos .~ontraclictona sea sustancial, ya accidental, si se compara con otra como la potencia se com-
que una multitud infinita de cualesquiera entes en acto; _ya tambxe~ po~que es para con el acto, debe por necesidad estar en relación inmediata con ella; por
necesario que exista alguna forma. primera, esto es, q?e _mfori?e prtmanamente consiguiente no hay modo alguno de que pueda haber un proceso al infinito
la materia; pues, siendo la matena de por sí potencia mme~mta, es menester entre la materia y la forma.
que esté inmediatamente in:ormada P?r al¡¡una for~a determmada, ya que, de 69. Pueden, a su vez, tener aplicación los argumentos expuestos acerca de
io contrario no habría comienzo de dicha mformac10n. A su vez, por p1rte del la materia permanente, de la cual se hace una cosa de suerte que se encuentre
otro extrem~, es necesario que se dé también una forma última; porque en otro

Processus in infinitum a materiali causa immediate ac per se recipiens formam, aut informatio neque res esset constituta in certa facta de formis substantialibus, quod in eis
excluditur · intelligitur proxima accidentaliter, id est, ut aliqua et deterrninata specie; ergo ínter illa necesse est dare primam et u1timam, alias
affecta dispositionibus accommodatis ad for- duo extrema non posset intercedere infinita neque inchoaretur neque consummaretur
66. Ex quo tandem intelligitur multo mi- mam. Priori modo revera solum materia pri- multitudo formarum, quia unicuique neces- dispositio; ínter illa autem extrema non pot-
nus esse posse processum in infinitum in ma per suam simplicem entitatem est etiam sario debet esse aliqua immediata quae com- est esse multitudo infinita. Neque est si-
materia, quia si esset~ solum ex infinitate materia proxima ad quamcumque formam, paretur ut proxima potencia et actus. Omitto mile quod afferri potest de in:finitis punctis
formarum oriri posset; nam, ut supra de- et ita nullus est processus; solumque fingi alias rationes quas Aristoteles facit citato contentis ínter duo extrema, quía puncta
monstratum est, necessario danda est una posset, si ínter primam materiam et ulti- loco, quia res est clarior quam ut probatione solum sunt infinita in potentia, id est, con-
prima materia qtiae non sit in alio subiecto; mam substantialem formam intervenirent ali- indigeat. stituentia cum partibus unam finitam quan-
haec autem prima materia in unoquoque quae formae substantiales, quarum una com- 68. Quod si loquamur de materia pro- titatem continuam, formarum autem multi-
composito non potest esse nisi una, quia pararetur ad aliam ut potencia proxima ad xima ratione dispositionum accidentalium, tudo esset actu infinita. Itero, quía unum
non potest una materia recipi ~n illa,, curo suum actum; hae autem formae non dantur, eaedem raciones probant in illis dispositio- punctum non est immediatum alteri, et ita
hoc sit contra rationem matenae pr411ae; ut ostensum est, et quamvis darentur, non nibus non posse procedi in infinitum, quia non possunt numerari omnia puncta media
neque etiam possunt p~ures ~ateriae .con- esset intelligibilis in eis infinitus progressus, si inter se non sint subordinatae, sed con- inter duo extrema 1; una autem forma, sive
iungl in eodem compos1to et mfo~mar.1 ea- tum quia infinita multitudo formarum non comltanter se habentes, u_t quatuor primae substantialis sive accidentalis, si comparatur
dem forma, nisi una earum alten. untatur, minus repugnat quam infinita multitudo in qualitates, in eis non potest dar~ talis pro-
cessus, solum quia non possunt simul esse ad aliam ut potentia ad actum, necessario
ita ut ex utraque fiat una potentla, quod actu quorumvis entium; tum etiam quia debet eam proxime respicere; nullo ergo
intelligi nullo modo potest; ergo in sub- necesse est dari aliquam formam primam, qualitates actu infinitae in muititudine, et
id est, primo informantem materiam; nam, mu1to minus potest finita forma illas postu~ modo esse potest processus in infinitum
stantialibus materiis non solum non potest ínter materiam et formam.
esse processus in infinitum, sed nec omnino cum materia ex se sit immediata potentia, !are; si vero dispositiones sunt inter se
neccsse est ut immediate informetur per aJí- subordinatae ut actus et potentia proxima, 69. Procedunt autem rationes factae de
ullus processus aut pluralitas ulla esse pot- materia permanente, ex qua fit res, ita ut
quam determinatam formam, alias nunquam eicut quantitas et qualitas, procedit ratio
est. .
67. Quod si non sit serm o de mate na inciperet informarlo. Rursus ex parte alte-
prima, sed de proxima, aut intelligitur pr?- rius extremi necessarium est etiam dari ul- lavell., 1 Metaph., q. 6.
xima substantialiter et tamquam potenua timam formam; alias nunquam finiretur
-·-··--- -----

776 Disputaciones metafí~Q$ Disputación XV.-Secci6". __X_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___:_7c__77


---------------------------------
en ella; mas Aristóteles, en el lugar citado del lib. II de la Metafísica, habla cosas, ya que la generación de una es la corrupción de, otra, cabiendo fácilmente
también de la causa material transeúnte cuando niega que se dé el proceso al en esto la repetición en el plano específico, aunque no haya lugar en el plano
infinito en las causas materiales, porque si del agua se genera tierra, y de la individual. Con todo parece, siu embargo, más probable que, hablando natural-
tierra yerba, y de la yerba alguna otra cosa, no se da proceso al infinito, sino mente, hay un tope en las generaciones de las cosas según su especie, porque·
que se entra en un círculo. Sin embargo, ya se dé este proceso, ya no, nada las virtualidades de las causas naturales son finitas, y los modos o aspectos y
tiene que ver con la causalidad, puesto que ese proceso es meramente acciden~ el concurso mediante los que son aplicados son determinados y finitos; y por·
tal; por tanto, no constituye obstáculo alguno para la causalidad el que ten- eso, aunque en la potencia absoluta de la criatura estén contenidas infinitas co--
diese al infinito. Y si no tiende, es sólo porque no existen infinitas especies de sas, si en las realidades y en las causas creadas se realizan todas las condiciones.
cosas ·generables, ni proceso al infinito en las generaciones de dichas especies, y mezclas que son en absoluto realizables, siu embargo, de hecho, según el or-
sino que se produce siempre el círculo y la vuelta a la misma especie. Algunos. den del universo, sólo pueden realizarse de modos finitos, siendo, por tanto,,
piensan que esto se sigue necesariamente de que cada una de estas especies más veroslmil que también en este proceso se da un tope y un límite.
expresa una perfección limitada. Mas este argumento carece de valor, porque
al menos por virtud divina no hay contradicción en que las especies de mixtos SECCION XI
se multipliquen hasta el infinito, por más que cada una de las especies sea
finita, y se dé siempre de hecho una especie suprema y otra especie ínfima NATURALEZA DE LA FORMA METAFÍSICA; MATERIA QUE LE COMPETE Y CAUSALIDAD·
contenida bajo dicho género, aunque pueda caber la posibilidad de que exista QUE EJERCE
otra o más perfecta que todas las realizadas, o más imperfecta que todas. Afir- l. En cualquier composición hay un elemento que se comporta como mate-
man otros que la experiencia nos testimonia que no se procede hasta el infinito teria y un elemento que se comporta como forma.- Puesto que la división de
en la generación de una especie desde otra, sino que se produce siempre el re- la forma en física y metafísica es muy corriente, y todo lo que hemos dicho·
torno a la misma especie; mas a mí me entran muchas dudas acerca de que hasta ahora conviene a la forma física, parece tarea propia del metafísico decir
nos sea evidente esta experiencia; porque acaso hay muchas cosas que se gene- también algo sobre la forma metafísica, problema que podrá quedar fácilmente·
ran de nuevo por la virtud de los cielos y por el concurso de los elementos, resuelto, supuesto lo que ya hemos tratado, ya que a ésta se le llama forma sólo
las cuales nos pasan inadvertidas. Queda también que Santo Tomás, ITI, q. 10, por analogía y en virtud de cierta metáfora. Así, pues, por lo dicho antes hay
a. 3, afirma que en la potencia de la criatura están contenidas infinitas cosas. que advertir que, además de la composición física de materia y forma, hay otra-
Y se refiere a cosas sustanciales; puesto que es de ellas de las que había dicho· que la imita; mas como de suyo abstrae de la verdadera materia, se le llama·
qUe el alma de Cristo no podía verlas infinitas en acto. Por eso, al explicar en composición metafísica. Por lo que atañe a la cuestión presente, esta composi-·
ese lugar concreto dicho pasaje, hemos afirmado que se podría interpretar tan- ción es doble : una de naturaleza y supuesto, otra de género y diferencia, de-
to respecto de la infinitud de especies, como de la infinitud de individuos. jando a un lado la que resulta de existencia y esencia, por ser bastante oscura-
Por consiguiente, si en la potencia de la criatura están contenidas infinitas especies y porque, en cuanto se refiere al problema que nos ocupa, no se da en ella ra ~
de mixtos, no habrá repugnancia en que se proceda al infinito en las generaciones zón alguna especial de forma, según se echará de ver por lo que diremos. Ade-
de las mismas. Y acaso no hay oposición en el lugar citado de Aristóteles, pues más, en toda composición, a fin de que resulte un solo ente de muchos ele-
prueba únicamente que este proceso no es necesario para la causalidad de las mentos, hay que considerar que algo debe ser pensado siempre como materia
ad rerum causalitatem, quía generado unius tio formae in physicam et metaphysicam val-
insit illi; Aristoteles autem, dicto loco II genere contenta, licet de possibili fien pos- est corruptio alterius, et in hoc facile fit de communis est, et quae hactenus diximus
Metaph., etiam de causa materiali transeun- sit altera, vel perfectior omnibus factis vel reflexio secundum speciem, Iicet non fiat omnia in physicam formam conveniunt, vi-
te loquítur cum negat dari processum in imperfectior omníbus. Alii dicunt experien- secundum individuum. Nihilominus tamen detur metaphysici negotü esse nonnulla
infinitum in causis materialibus, quia si ex tia constare non procedi in infinitum in ge- probabilius videtur, naturaliter loquendo, etiam de mctaphysica forma dicere, quae,
aqua generatur terra et ex _terra herba, et neratione unius spedei ex alia, sed semper esse statum in generationibus rerúm secun- suppositis quae diximus, breviter poterunt
ex herba quippiam aliud, non proceditur fieri reditum ad .eamdem speciem : de qua •
1

dum speciem, quía virtutes causarum natu- expediri, quía haec solum per analogiam et
in infinitum, sed fit <;irculus. Verumtamen, experientia valde dubito an sit nobis evi- ralium finitae sunt et madi seu aspectus ·et quasi metaphoram quamdam forma nomi-
sive hic processus detur sive non, nihil dens; nam multa virtute caelorum et con· concursos quibus applicantur determinati natur. Est igitur advertendum ex dictis in.
refert ad causalitatem, quia ille processus est cursu elementorum generantur fortasse de sunt et finiti; et ideo, licet in absoluta po- superioribus, praeter compositionem physi~
mere per accidens, et ideo causalitati nihil novo, quae nos latcnt. Adde D. Thomam, tentia creaturae contineantur infinita, si in cam ex materia et forma, esse aliam quae
obstaret quod in infinitum tenderet. Quod si III, q. 10, a. 3, dicere in potentia creaturae rebus et causis creatis fiant omnes condi-
tiones et mixtiones quae absolute fieri poa- iUam imitatur; ex se tamen abstrahit a vera
non tendit, solum est quía non dantur infi- contineri infinita. Et loquitur de rebus sub-
nitae species rerum generabilium neque pro- sunt, tamen de facto secundum ordinem materia, et ideo metaphysica nominatur. Est ·
stantialibus; nam de his dixerat non videre autem haec duplex, quantum ad praesens .
cessus in infinitum in generationibus talium animam Christi infinita in actu. Unde ex- universi tantum fieri possunt finitis modis,
specierum, sed semper fit circulus et reditus et ideo etiam verisimilius est in hoc pro- spectat, altera ex natura et supposito, altera·
plicando ibi illum locum, diximus posse in~ ex genere et differentia; omitto eam quae ·
ad eamdem speciem. Quod aliqui putant telligi tam de infinitis speciebus quam de cessu dari statum ac terminum.
necessario consequí ex eo quod quaelibet ex est ex esse et essentia, quia obscurior est
his speciebus dicit limitatam perfectionem. infinitis individuis. Si ergo in potencia crea- SECTIO XI et, quantum ad praesens attinet, non ínter~
Sed hoc nullum argumentum est, quía sal- turae continentur infinitae species mixtorum, QUID SIT FORMA METAPHYSICA, ET QUAE MA- venit in ea specialis aljqua ratio formae, ut
tem divina virtute non repugnat species non repugnabit in infinitum procedí in ge- TERIA ll.LI RESPONDEAT, QUAMQUE CAUSALI- ex dicendis constabit. Deinde est conside-
mixtorum in infinitum multiplicari, etiamsi nerationibus earum. Et fortasse Aristoteles TATEM HABEAT randum in omni compositione, ut ex multis
quaelibet species finita sit: et de facto sem- dicto loco non repugnat; solum enim pro- l. In quavis compositione aliquid ut 1J1a- unum consurgere intelligatur, ahquid sem-
per detur summa et ínfima species sub illo bat hunc processum non esse necessarium teria, et aliquid ut forma.- Quoniam distinc- per considerari ut materiam et aliquid ut.
778 _____________Disputaciones
:_:_::_ ____,. metafísicas - -- Disputación XV.-Sección X_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _--.:._77'-"9
y algo como forma ya porque la composición de materia y forma es la primera que se distinguen sólo por razón, según se hizo ver anteriormente. Existe to-
composición real y' la más propia y esencial, siendo cualquier otra composición davía otra diferencia; que .en la primera composición uno de los extremos es
declarada como tal por analogía con ella; ya también porque la materia es algo la esencia total de la realidad, mientras que el otro no dice relación intrínseca
informe e imperfecto y una especie de incoación y como fundamento de la a la esencia, sino que es el término o modo de la esencia; en cambio en la
naturaleza mientras que la forma viene a ser como la hermosura, perfección otra composición ambos extremos son esenciales y ninguno de ellos expresa
y consum~ción de la naturaleza; ahora bien, en. toda .:omposición ~y algo que explícita o actualmente la esencia total de la realidad, por más que pueda in-
es como potencial, lo cnal es el fundamento e mcoacwn de tal reahdad, y algo cluirla toda confusamente. Resulta de aquí que a la primera suele llamársele
que es el término o consumación de la realidad, razón por la cual a un elemento también forma total, real y metafísica con toda propiedad, mientras que la
se le considera siempre como materia y a otro como forma. Hasta tal punto es segunda es más bien una forma según la consideración de la mente, y por eso
esto verdad, que incluso en la composición que resulta de las partes integrantes, no sólo pnede llamársele metafísica, sino también lógica.
que parece ser la más material, siempre hay una parte a la que se consider.a.
como materia y otra como forma, cosa que aparecerá más clara en las reah- Se explica la esencia de la forma metafísica
dades heterogéneas, como, por ejemplo, en el hombre, la cabeza es como la
forma de las demás partes; y en las realidades artificiales, verbigracia, el techo 3. La forma metafísica es la esencia total de una cosa.- Así, pues, hay
viene a ser como la forma del edificio; y de acuerdo con esta analogía distin- que afirmar, en primer lugar, que la forma propiamente metafísica, que es la
guen también los teólogos las materias y formas de los sacramentos. En las rea- forma del todo, no es otra cosa más que la esencia total de una realidad sus-
Jidades homogéneas, en las que no puede darse entre las partes esa distinción tancial, a la que llamamos también naturaleza íntegra de una cosa, y de la cual
de diversidad de relaciones a causa de su semejanza y uniformidad, se dice no afirmamos que sea forma por el hecho de qne ejerza de una manera especial
que todas las partes son la materia del todo, mientras que el compuesto se com- una causalidad propia de la forma, sino porque constituye por sí misma esen-
para como forma en relación con cada una de las partes. Y en todos estos ejem- cialmente la realidad. Explico y pruebo cada una de las afirmaciones : en efecto,
plos no tiene lugar ninguna causalidad especial, sino la unión sola con analogía se dice, por ejemplo en el hombre, que esta forma del todo es la humanidad.
y proporción a la materia y forma. la cual, por constar de la materia y forma de hombre, expresa la esencia total
2. Por lo dicho, pues, se comprende que se llama forma metafísica en ge- del hombre, pues lo que hombre añade a humanidad no pertenece a la esencia
neral a la que constituye esencialmente a la realidad misma en una composición del hombre, según diremos luego al tratar de la subsistencia y se .hace patente
-metafísica, o bien completa o actualiza la esencia de esa realidad; ni hay otra sin necesidad de explicaciones en el misterio de la Encarnación; en efecto, en
manera de describir esta forma entendida de este modo general. Mas hay una Cristo está la esencia de hombre completa, aunque no esté la subsistencia hu-
diferencia entre las dos composiciones metafísicas _arriba mencionadas, a sa- mana creada. Además esta forma del todo no sólo se encuentra en las cosas
ber, que la primera de naturaleza y supuesto es una composición real (nos refe- materiales, sino también en las espirituales; y lo que es más, no sólo en las
rimos a las criaturas), esto es, de elementos que se distinguen de algún modo cosas creadas, sino que también es considerada por nosotros en Dios mismo,
en la realidad misma, como son la naturaleza y la subsistencia, de que nos ya que concebimos la deidad como forma esencialmente constitutiva de Dios
ocuparemos luego extensamente; en cambio la segtmda es una composición de y de cualquier supuesto divino, en cuanto es este Dios concreto, por más que
razón, ya que sus extremos no se distinguen actualmente en la realidad, sino sea característico de ella no distinguirse en la realidad misma de aquello cuya
esencia constituye, punto en que se diferencia de la razón de forma que tiene
formam, tum quia compositio ex materia et neis, ubi inter partes non potes.~ distinguí
forma est prima compositio realis et maxi- illa diversa habitudo propter earum simili- ut in superioribus visum est. Est etiam alia causalitatem formae, sed quia rem essen~
me propria ac per se) et ideo per quamdam tudinem et uniformitatem, omnes partes di- dlfferentia, quod in priori compositione tif!liter constituit per seipsam. Declaro et
analogiam ad illam omnis alia compositio cuntur esse materia totius, compositum au- unum extremum est tata essentia reí, aliud probo singula; nam in homine, verbi gra-
. declaratur; .tum etiam quj_a materia est quid tem comparad ut forma ad singulas partes. vero non spectat intrinsece ad essentiam, sed tia, hace forma totius dicitur esse huma~
informe ct imperfectum et inchoatio quae- In quibus omnibus non intercedit specialis est terminus aut modus essentiae; in alia nitas, quae cum ex materia et forma hoH
dam et quasi fundamentum naturae; forma causalitas, sed sola unio cum analogía et vero compositione utrumque extremum est minh constet, totam essentiam hominis di-
vera est quasi pulchritudo et perfectio ac proportione ad materiam et formam. essentiale et neutrurn dicit totam essentiam cit; id enim quod horno addit humani-
consummatio naturae; in omni autem com- 2. Ex his ergo intelligitur formam me- rei expliciter seu actualiter, licet confuse to-
tati non est de essentia hominis, ut infra
positione est aliquid quasi potentiale, quod taphysicam in genere vocari quae in com- tam illam includere possit. Unde fit ut prior dicemus tractando de subsistentia et in mys-
est fundamentum et inchoatio rei, et aliquid positione metaphysica constituit essentia- dici etiam soleat forma totalis, realis ac pro-
tcrio lncarnationis breviter patet; nam in
quod est terminus vel consummatio rei, et liter rem ipam, vel complet aut actuar ptüssime metaphysica; posterior vero roa- Christo est tota essentia hominis, quam-
_ideo semper aliquid consideratur ut materia essentiam rei; nec potest aliter describi gis est forma secundum rationem, et ideo
non tantum metaphysica, sed etiam logica vis non sit humana subsistentia creata.
et alíquid ut forma. Quod adeo verum est haec forma ita in comrnuni sumpta. Est au- Praeterea, haec forma totius non .tantum in
ut etiam in compositione ex partibus inte- appellari potest.
tem discrimen inter duas compositiones me- rebus materialibus, sed etiam in spirituali-
grantibus, quae maxime materialis e"íse vi- taphysicas supra dictas, quod prior, scilicet,
detur, semper una pars consideretur ut ma- Formae metaphysicae essentia ostenditur bus reperitur; immo non solum in rebus
ex natura et supposito est compositio reí (in 3. Forma metaphysica est tota rei essen- · creatis, sed etiam in Deo ipso a nobis con-
teria et altera ut forma, quod darius ap-
parebit in rebus heterogeneis, ut in homine creaturis loquimur), id est, ex lis quae jn tia.- Dicendum est ergo primo formam sideratur; concipimus enim Deitatem ut
, caput est veluti forma aliarum parP.um; et re ipsa aliquo modo actu distinguuntur, Ut proprie metaphysicam, quae est forma to- formam essentialiter constituentem Deum et
in artificialibus tectum, verbi gratia, est sunt natura et subsistencia, de quibus dif- tius, nihil aliud esse quam totam rei sub- quodlibet suppositum divinum, quatenus hic
quasi forma aedificii; iuxta quam analogiam fuse infra tractabimus; posterior vero est stantialis essentiam, quam etiam integram Deus est; quamquam illi sit proprium in
··distinguunt etiam theologi materias et for- compositio rationis, quia eius extrema jn re naturam rei appellamus, quae non dicitur re ipsa non distinguí ab eo de cuius essen-
mas sacramentorum. Et in rebus homoge- non distinguuntur actu, sed ratione tantum, forma eo quod specialiter exerceat propriam tia est; in quo deficit ab e:~ ra_tione formae
···~

Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección XI 781


780
la esencia en las cosas creadas, ya que ésta no reclama absolutamente perfec~ no hace nada en vano, etc. Por eso dicen también los teólogos que las fa-
cwn, sino que incluye imperfección; luego esta forma en las cosas inmateriales cultades y las operaciones se multiplicau uua vez multiplicadas las natura-
no puede ser más que su esencia. En las cosas materiales, empero, esta forma lezas. Y el principio adecuado y principal de las operaciones eu cada cosa es
del todo se distingue de la forma física y parcial, segúu se evideucia por el uso su propia esencia, lo cual es manifiesto en las cosas inmateriales; mas en las
común de estas voces y por la distinción misma de la forma física respecto de cosas materiales parece que el priucipio del operar es la forma, ya que es el
la metafísica; mas no se diferencia a no ser porque la forma del todo expresa principio formal y activo; sin embargo, como también la materia concurre de
la naturaleza total compuesta de materia y forma, mientras que la forma física -algún modo en su género, sobre todo a los movimientos o actos naturales e
sólo expresa la parte formal; luego la forma metafísica incluso en estas cosas intrínsecos, por ello mismo dije que el principio primero adecuado y radical
expresa la esencia total de las mismas; porque, según demostraremos luego en es la esencia de cada cosa; por consiguiente, la esencia misma y la forma del
la disputación sobre la sustancia material, también la materia pertenece a la todo es lo mismo que la naturaleza de cada cosa.
esencia de esta sustancia, y así la naturaleza compuesta de materia y forma es 5. Etimología del nombre «naturaleza» y varios st'gnt'ft'cados del m{smo.~
Ya sé que Aristóteles, eu el lib. V de la Metafísica, c. 4, señala diversas siani-
la esencia total de la misma. De esta manera queda clara la primera parte de
ficaciones de este nombre naturaleza, poniendo en el último lugar de ellas aque-
la conclusión. lla por la que se indica la sustancia o esencia de la cosa, la cual dice que es
4. La forma metafísica es designada con el nombre de naturaleza.- En consecuencia de la aplicación traslaticia de otra significación, por la que la
primer lugar, consta por el uso que a esta forma metafísica suele con toda pro- naturaleza significa la forma, que es el término de la generación. En el lib. TI
piedad llamársela con el nombre de naturaleza; en efecto, en este sentido atri~ de la Física, c. 1, reduce el concepto de naturaleza únicamente al primer prin-
huimos también a Dios la naturaleza divina, la angélica a las inteligencias, a los cipio intrínseco del movimento, soliendo, por ello, darse el nombre de ente
hombres la humana, y así en las demás cosas. Además, éste es el modo de dis~ natural sólo a las sustancias materiales. Mas opino que esto debe entenderse
tinguir la naturaleza del supuesto, bien realmente) como pasa en las sustancias de la palabra naturaleza en cuanto a su imposición, pero no en cuanto a la
creadas, bien sólo por razón, como acaece en la divina; y de este modo de- realidad significada, ya que estas dos cosas suelen ser muy distintas en estos
cimos que en Dios no es la naturaleza la que genera sino el supuesto, y que nombres análogos, según hizo notar con razón Santo Tomás, I, q. 13, a. 6. Así,
el Verbo divino es el que asumió la naturaleza, y no la persona humana. Asi- pues, por lo que atañe a la imposición de la palabra, es verosímil que este vo-
mismo, cada cosa debe a su naturaleza el s·er tal y el distinguirse esencialmente cablo haya significado primitivamente otras cosas que alH enumera Aristóteles,
de las otras; por consiguiente la naturaleza de una cosa sustancial es adecua- como, por ejemplo, la generación natural y sobre todo el origen· o nacimiento
damente -por así decirlo- la misma forma total, por la que es esencialmente de los vivientes; pues se le llama naturaleza por algo así como si fuese a nacer,
tal. Finalmente, la naturaleza, según opinión común, dice relación a la opera- y de aquí pudo originarse la derivación de la palabra para significar los princi-
dón y éste es el único punto en que se diferencia de la esencia, ya que el pios intrínsecos de la realidad engendrada, a saber, la materia y la forma. O,
nombre de la esencia está tomado de la relación al ser, mientras que el nombre como dice Santo Tomás, I, q. 29, a. 1, ad 4, por derivarse el nacimiento de
de naturaleza está tomado de la relación a las operaciones; en efecto, se le los vivientes de un principio intrínseco, por ello mismo se aplicó esta palabra
dio el nombre de naturaleza como si hiciera nacer alguna cosa; por eso se para significar el primer principio intrínseco del movimiento, constituido por
dice que la naturaleza uo está ociosa y que es artífice de realidades, y que
tra, etc. Unde etiam theologi l dicunt fa~ mam, quae est terminus generationis. Et in
cultates et operationes multiplicari multipli- 11 Phys., c. 1, rationem naturae ad solum
catis naturis. Primum autero et adaequatum primum principium intrinsecum motus
quam essentia habet in rebus creatis, quía appellari, constat primo ex usu; sic enim principium principale operationum in una~ coarctat, et inde solet ens naturale de solis
illa non pertinet ad peifectionem simplíciter, tribuimus etiam Deo naturam divinam, in- quaque re est essentia eius ; quod in rebus substantiis materialibus dici. Existimo ta-
sed imperfectionem includit; ergo haec for~ telligentiis angelicam, hominibus humanam, immaterialibus manifestum est; in rebus au~ men haec esse intelligenda de hac voce na-
ma in rebus immaterialibus nihil aliud esse et sic de caeteris rebus. Deinde hoc modo tem materia~ibus videtur esse forma prin~ tura quantum ad eius impositionem, non
potest quam earum essentia. In materialibus dtstinguimus naturam a supposito, vel ex cipiurn operandi, quod est principium for- vero quantum ad rem significatam; haec
autem differt haec forma totius a forma natura rei, ut in substantiis creatis, vel ra~ male et activum; tamen, quia materia in enim valde distincta esse solent in his no~
physica et partiali, ut constat ex communi tione tantum, ut in divina; atque hoc modo suo genere aliquo etiam modo concurrit, minibus analogis, ut recte notavit D. Tho-
usu harum vocum, et ex ipsa distinctione dicimus naturam in Deo non generare, sed praesertim ad naturales et intrinsecos mo~ mas, 1, q. 13, a. 6. Quantum ergo ad vocis
forma e physicae a metaphysica; non differt suppositum, et Verbum divinum assumpsis- tus vel actus, ideo dixi adaequatum princi- impositionem, verisimile est hanc vocem
autem nisi quia forma totius dicit totam se naturam, non personam humanam. Items pium primum et radicale esse uniuscuiusque prius significasse alia quae Ari:-:toteles ibi
naturam compositam ex materia et forma, unaquaeque res per suam naturam habet rei essentiam; ergo ipsamet essentia et for- numerat, ut, verbi gratia, generationem na-
forma autem physica solum dicit partero quod talis sit et quod essentialiter distingua- ma totius idem est quod uniuscuiusque rei turalem et praesertim ortum seu nativitatem
formal ero; ergo haec forma metaphysica tur ab aliis; ergo natura rei substantialis natura. viventium; dicitur enim natura quasi nasci-
etiam in his rebus dicit totam essentiam adaequate (ut ita dicam) est ipsa totalis 5. Btymologia nominis «natura» et varia tura, et inde derivari potuit vox ad signi~
earum. Quía, ut infra ostenderous in dis- forma qua talis est essentialiter. Denique significata illius.- Scio Aristot., V Metaph., ficanda intrínseca principia rei genitae sci-
putatione de substantia materiali, etiam ma- natura, ut communiter censetur, dicit ordi~ c. 4, varias assignare significationes huius licet, materiam et formam. Vel, ut D. Tho-
teria est de essentia huius substantiae, et ita nem ad operationem, in quo solum diffcrt nominis natura et inter eas ultimo loco po- mas ait, I, q. 29, a. 1, ad 4, quia nativitas
natura composita ex materia et forma est ab essentia quod essentiae nomen sumptum nere eam qua signi:ficat rei substantiam vel viventium est a principio intrinseco, ideo
tota essentia eius; atque ita patet prima pars est ex ordine ad esse, nomen autem naturae essentiam, quam dicit esse translationem ab derivata est haec vox ad significandum pri-
conclusionis. sumptum est ex ordine ad operationem; alía signi:ficatione qua natura significat for~ mum principium intrinsecum motus, quod
4. Fmma metaphysica naturae nomine natura enim dicta est quasi aliquid nasci
ínsignitur.- Quod vero haec forma meta~ faciat; unde dicitur natura non esse otiosa
physica soleat naturae nomine propriissimc et esse rerum opifex, et nihil facere frus- I Vide Damasc., lib. 111 de Fid., c . .13, 14 et 15.
782 Disputaciones metafísic(l!, Disputación XV.-Se,_.c=c,_io:"'n-__:cX:::l_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _783
la materia y la forma. Y por recibir la esencia de una cosa su complemento propia. Y, si es legitimo valerse de argumentos teológic?s, la h~anidad de
mediante la forma, se aplicó, finalmente, la palabra para significar la esencia de Cristo es forma metafísica de este hombre concreto Cnsto, y, sm embargo,.
la cosa. Y por no conocer los antiguos filósofos que se dedicaban a estudiar no es verdadera forma del Verbo divino, que ejerza sobre él una verdadera
la naturaleza más sustancias que las materiales, por eso atribuían a ellas solas causalidad por razón de la cual se pueda decir que constituye formalmente
la naturaleza, y éste fue el motivo de que se les aplicara a ellas particularmente este hombre concreto. El argumento puede aplicarse a cualquier naturaleza·
el nombre de entes naturales. respecto del propio sujeto; en efecto, o la naturaleza se compara con _la su.b-
6. Mas si atendemos a la realidad significada, y nos referimos a esta pa- fistencia misma, o se compara con el compuesto de naturaleza y subststencm.
labra más bien en el nivel metafísico que en el físico, significa absoluta y prin- Respecto de la subsistencia, la naturaleza no tiene causalidad formal, sino más
cipalmente la esencia simple íntegra de cada cosa, según está significada a modo bien una causalidad cuasi material (prescindo de la activa, de que me ocuparé
de forma total. Y en las cosas inmateriales es simple; mas en las materiales luego), puesto qne la subsistencia propia no se compara con la naturaleza como
está compuesta de materia y forma, puesto que ni la materia ni la forma son su sujeto, sino como su término. De aquí resulta que la subsistencia es más
la naturaleza Últegra de la cosa, sino sólo parcial; en cambio la naturaleza de bien en cierto modo acto de la naturaleza que lo contrario. También, por ser
la cosa está compuesta de ambas, llamándosele, por lo mismo, con razón forma la subsistencia un modo de la naturaleza y por modificarla y actuaria, conse-
total en sentido metafísico. Mas por lo que se refiere a los accidentes, igual cuentemente, de alguna manera; por tanto, según esta rela~ión~ la. naturaleza
que en absoluto no poseen esencia, tampoco poseen naturaleza, si no es con no ejerce causalidad de forma. Por eso los teólogos en el m1steno citado de la
cierto aditamento, es decir, naturaleza accidental, y de ellos se dice con_ más Encarnación dicen que no sólo la humanidad no se compara con el Verbo como
propiedad que existen según naturaleza, o contra, o al margen de la naturaleza. forma, sino· que es más bien el Verbo el que. actúa como forma, en cuanto de
Por esto en los accidentes, como se verá luego, no tiene lugar, hablando con algún modo perfecciona y actualiza la humanidad, por más que no tenga lugar
propiedad, esta razón de forma total de que ahora nos ocupamos (hablo ajus- alli ninguna propia y verdadera causalidad.
tándome a la r~alidad, prescindiendo de nuestros posibles modos de concebir); 8. De aquí resulta además que tampoco respecto del compuesto total o
y la razón consiste en que el accidente es una forma cuasi parcial y física, de del supuesto se llama a la naturaleza integra forma total por causa de alguna
donde resulta que en si es una naturaleza incompleta y hasta tal punto im- verdadera y propia causalidad formal, ya que nunca tiene lugar esta causalidad
perfecta que no constituye con el sujeto un uno per seJ sino per accidens; y la respecto del compuesto, a no ser que primaria e inmediatamente se ejerza sobre
consecuencia es que no resulta de ambos una naturaleza íntegra que sea forma algún sujeto, siendo el compuesto un resultado de él y de la forma. Por con-
del todo, al igual que resulta de la materia y forma sustancial. siguiente, si la naturaleza total no ejerce causalidad formal sobre uno de los
7. Si la forma metaflsica ejerce alguna causalidad.- Finalmente, la última extremos de esta composición, tampoco podrá ejercerla sobre todo el compueSto.
parte de la. conclusión puede demostrarse con facilidad por todo lo dicho, por- Queda, pues, que a la naturaleza integra se le llame forma sólo por ser la qui-
que, en pnmer lugar, por incluir esta forma del todo la misma materia prima didad total, lá razón o esencia intrínsecamente constitutiva del supuesto en un
en las cosas materiales, no puede ejercer una causalidad formal propia, ya quo género o especie determinada. Esta constitución no se obtiene mediante una cau-
ésta· consiste en la actuación de algún sujeto. Del mismo modo en las cosas salidad distinta en algún modo de la naturaleza misma, sino que se obtiene me-
inmateriales, siendo simple la esencia total y abstrayendo de todo snjeto re- diante la actualidad intrínseca y la entidad de la misma naturaleza total. Y ésta
ceptivo, no puede ser calificada de forma, si se atiende a la causalidad formal es también la razón de que se le llame forma metafísica y no física.

est materia et forma. Et quia per formam contra aut praeter naturam. Quapropter in litatem formalem. Et, si ex theologla argu- tius Verbum se habere ut formam quatenus
completur essentia rei, tandem derivata est accidentibus, ut infra videbitur non habet mentad licet, humanitas Christi est forma aliquo modo perficit et actuat humanltatem,
ílla vox ad significandam reí essentiam. Et proprie locum haec ratio form~e totalis de metaphysíca huius hominis Christi et tamen quamvis nulla propria ac vera causalitas ibi
quia antiqui philosophi qui disputabant de qua nunc agimus (loquor secundum rem non est vera forma Verbi divini, habem interceda t.
natura non cognoscebant alias substancias quidquid sit de possibili modo concipiendi veram causalitatem in illum, ratione cuius 8. Atque bine ulterius fit, etiam respectu
nisi materiales, ideo illis solis trlbuebant nostro); et ratio est quia accidens est for- dicatur formaliter constituere hunc hominem. totius compositi seu suppositi, naturam in-
naturam et inde peculiariter obtinuerunt ma quasi partialis et physica, unde in se Et extendí potest argumentum ad quamlibet tegram non vocari formam totalem, propter
nomen entium naturalium. est natura incompleta et adeo imperfecta ut natura m respectu proprü suppositi; na m vel veram ac propriam causalitatem formae;
6. At vera, si rem significatam specte- non faciat unum per se, sed per accidens co;rnparatur natura ad subsistentiam ipsam quia nunquam est haec causalitas respectu
mus et de hac voce metaphysice potius cum suo subiecto; et inde fit ut ex utroque vel ad compositum ex natura et subsistentia. compositi, nisi primo et immediate exer-
quam physice loquamur, haec vo:11. absolute non resultet una integra natura et forma to~ Respectu subsistentiae natura non habet cau- ceatur circa aliquod subiectum, ex quo et
et principaliter significat essentiam simpli- tius, sicut ex materia et forma substantiali. salitatem formalem, sed potius quasi rnate- forma compositum resultat. Si ergo natura
citer et integram uniuscuiusque reí, prout 7. An forma metaphysica aliquam cau- rialem (omitto activam) de qua postea), quia totalis non exercet causalitatem formalem
per modum forma e totalis significatur. Et salitatem exerceat.- Ultima denique pars subsistentia propria non comparatur ad na- circa aliud extremum huius compositionis,
in rebus immaterialibus simplex est; in ma- turam ut subiectum eius~ sed ut terminus nec circa totum compositum potest illam
terialibus autem es_t composita ex materia conclusionis facile potest ex omrubus dictis exercere. Restat igitur ut natura integra di-
probari, nam imprimís, cum haec forma to"' ipsius. Unde potius subsistentia est aliquo
et forma, quia nec materia nec forma est modo actus naturae quam e converso. Item, catur forma solum quía est teta quidditas,
integra rei natura, sed partialis; integra v-ero tius in rebus materialibus includat ipsam quia subsistentia est modus naturae, unde ratio seu essentia intrinsece constituens sup~
rei natura est composita ex utraque; et ideo materiam primam, non potest propriam cau- afficit et aliqualiter actuat illam; secundum positum in tali genere vel specie. Quae con-
merito forma totalis metaphysice dicitur. Ac- salitatem formalem exercere, quae consistit hanc ergo comparationem non exercet na- stitutio non est per causalitatem ab ipsamet
cidentia vero, sicut non habent essentiam in actuando aliquo subiecto. ltem in rebus tura causalitatem formae. Unde in dicto natura aliquo modo distinctam, sed est per
simplicitcr, ita nec naturam nisi cum ad- immaterialibus, cum tata essentia sit sim- exemplo de mysterio lncarnationis dicunt intrinsecam actualitatem et entitatem ipsius
dito, scilicet naturam accidentalem, et pro- plex et abstrahens ab omni receptivo, non theologi humanitatem non solum non com- naturae totalis. Et propter hoc etiam dicitur
pdus dicuntur esse secundum naturam, vel po~est dicj forma propter propriam causa- parad ad Verbum ut formam eius, sed po- hace forma metaphysica et nop physica.
Disputación XV.-Sección XI 785
784 Disputaciones metafísicas
sino esta humanidad; luego es falso que esta forma sólo incluya la esencia total
9. Incidentalmente nos lleva también esto a comprender que a esta forma de la cosa. Se sigue, además, que en esta forma no queda incluida la existencia,
-no le corresponde ninguna mate~ia propia, puesto que, según se dijo~ no se le puesto que tampoco ella pertenece a la esencia. Mas el consiguiente aparece
llama forma porque informe suJeto alguno; mas, hablando en térmmos ge?e- como falso; porque, si no incluye la existencia, ¿cómo la constituye realmente?
·rales, el supuesto es lo único. que corresponde a esta naturale~a como esenctal- A esto hay que responder que esta forma ha de tomarse con proporción res..
,mente constituído por ella mtsma. Empero en las cosas matenales la naturaleza pecto de aquello que resulta constituido por ella, y que en este sentido expresa
íntegra, en cuanto forma total, puede compararse con las naturalez~s parciales siempre su naturaleza íntegra y sola y su esencia. Porque, si se la compara con
de que está compuesta; porque, aunque una de ellas sea la forma, sm embargo, ]a especie común considerada precisivamente, incluirá únicamente los principios
desde el momento que tanto la materia como la forma son parte incompleta específicos esenciales, y entonces la humanidad expresa la forma total de hom-
y de por sí imperfecta, pueden compararse como materia respecto de la natu- bre. Mas si se la compara con un individuo determinado, en este caso incluye
raleza total compuesta, comparándose ésta, en cuanto es algo total y completo, los principios esenciales individuales y particulares, los cuales, aunque hablando
.como forma respecto de las partes; pues, según testimonio de Aristóteles, lib. II en absoluto no pertenezcan a la esencia de la cosa, por estar implicada en esta
de la Física, text. 31, el todo se comporta como forma respecto de las partes, palabra cierta precisión de la mente, no obstante pertenecen a la esencia del
por más que allí se refiera preferentemente al todo integral respecto de sus individuo. en cuanto es individuo, según se explicó antes al tratar del principio
-partes. de individuación. Algo parecido hay que decir de la existencia; en efecto, aun-
10. En cada uno de los compuestos se da una sola forma metafísica.- que ésta no pertenezca en absoluto a la esencia de una cosa creada o creable,
:Se comprende, finalmente, por lo dicho que esta forma sólo puede ser una pertenece, sin embargo, a su esencia en cuanto es existente, o en cuanto está
·para una misma cosa; es evidente, ya que expresa la naturaleza total de una constituida en la condición de entidad actual; y por eso, aunque esta forma
cosa, y ésta en cada cosa no puede ser más que una. Ni tiene importancia el no incluya más que la esencia de la cosa, no obstante, para constituirla actual-
que según esta razón puedan distinguirse en la misma realidad la forma espe- mente incluye la existencia, no sólo en cuanto es una condición necesaria ex-
cífica del todo y la forma genérica, por ejemplo la humanidad, la animali- trínseca o concomitante, sino también en cuanto es intrínsecamente constitutiva
.dad, etc.; pues, tomadas estas cosas respecto de la misma realidad, no son real- de la entidad actual de la naturaleza misma, mediante la cual constituye formal-
mente muchas formas sino una sola e idéntica concebida de diversas maneras;
y en cuanto se la concibe como muchas según nuestra razón, tampoco se la J
l
mente una sustancia determinada o un individuo sustancial.
toma según la razón respecto de una sola realidad sino de muchas; en efecto, 1
la animalidad no es la forma total del hombre, sino del animal en cuanto tal;
de esta suerte, con la debida proporción, la forma del todo sólo puede ser una
¡ Concepto de forma lógica
12. Afirmo en segundo lugar: suele llamatse principalmente forma meta-
respecto de la misma realidad. física según la razón -y se le da también el nombre de lógica- a la dife-
11. Se sale al paso de una duda.- Sólo puede plantearse alguna duda rencia esencial; aunque, según cierta relación, se le atribuye también al género,
respecto de la conclusión propuesta; en efecto, si la forma total es la forma e incluso a la definición; por tanto, esta forma no tiene una causaHdad real
del supuesto, no sólo incluye los principios esenciales, sino también los princi- propia, sino sólo de razón, correspondiéndole una materia proporcional. Esta
pios individuantes, los cuales no pertenecen a !a esencia de la cosa, puesto que afirmación es clarísima en su totalidad y resulta evidente por el uso común de
la forma total y la naturaleza íntegra de Pedro no es únicamente la humanidad,
tum humanitas~ sed haec humanitas; ergo non sit absolute de essentia rei creatae seu
falsum est hanc formam solum includere creabilis, est tamen de essentia eius ut exis-
9.. Unde etiam obiter intelltgitur huic ex dictis hanc formam tantum esse posse totam rei essentiam. Deinde sequitur non tentis seu ut constitutae in ratione entita-
formae nullam propriam materiam respon- una m respecta eiusdem; patet, quía didt includi existentiam in hac forma, quia haec tis actualis; et ideo, licet haec forma non
dere, quia, ut Oictum est, non appellatur totam rei naturam; haec autem in una re etiam non est de essentia. Consequens au- includat nisi rei essentiam, tamen, ut eam
forma eo quod informet aliquod subiectum; non potest esse nisi una. Nec refert quod tem falsum apparet; nam, si non includit actualiter constituat, includit e:x:istentiam,
sed, si generatim loquamur, solum suppo- secundum rationem distinguí possint in eo- existentiam, quomodo realiter constituit? Ad non tantum ut necessariam conditionem ex·
situm correspondet huic naturae tamquam dem forma .totius specifica et generica, ut haec vero dicendum est hanc formam su- trinsecam aut concomitantem, sed etiam ut
essentialiter constitutum per ipsam. In re- humanitas, animalitas, etc.; narn si haec mendam esse cum proportione respectu il- intrinsece constituentem actualem entitatem
bus vera materialibus potest natura integra sumantur respectu eiusdem, non sunt in re Iius quod per illam constituitur, et sic sem- ipsius naturae, per quam formaliter consti-
-comparari, ut forma totalis, ad partiales na- piures formae, sed una et eadem diversimo- per dicit integram et solam naturam et es- tuit talem substantiam vel substantiale in-
turas ex quibus componitur; nam, licet al- de concepta; et quatenus illa concipitur ut sentiam eius. Nam si comparetur ad spe- dividuum.
tera earum sit forma, tamen, quatenus tam piures secundum rationem, non sumitur re.. ciem communem praecise sumptam, inclu-
materia quam forma est quaedam pars in- spectu unius, sed plurium, etiam secundum dit tantum principia essentialia specifica, et Quid sit forma logic;l
completa et ex se imperfecta, potest com- rationem; animalitas enim non est forma humanitas dicit formam totalem hominis. Si 12. Dico secundo : forma metaphysica
parari ut materia ad totam naturam com- totalis hominis, sed animalis ut sic; atque vero ad determinatum individuum compa- secundum rationem (quae logica etiam ap-
positam, et haec tamquam quid totum et ita, servata proporcione, forma totius una retur, sic includit principia essentialia indi- pellatur) praecipue dici solet de differentia
-eompletum comparatur ad partes tamquam tantum est respectu eiusdem. vidualia et particularia, quae, licet non sint cssentiali; tamen secundum aliquem respec~
forma; totum enim se habet ut forma re- 11. Ocurritur dubitationi.- Solum pot- de essentia reí, absolute loquendo, quia in twn attribuitur etiam generi, atque etiam
-spectu partium, teste Aristotele, 11 Phys., est dubitare aliquis circa conclusionem po- hac voce includitur quaedam praecisio men- definitioni; un de haec forma non habet
text. 31, quamvis ibi de tato integrali re- sitam; nam forma totalis, si est forma sup- tís, sunt tamen de essentia individui ut in- propriam causalitatem realem, sed rationis
spectu suarum partium potissimum loqua- po'iiti, non tantum includit essentialia prin- dividuum est, ut supra declaratum est trae- tantum, et proportionalis materia illi cor-
tur. cipia, sed etiam principia individuantia, tanda de principio individuatiorus. Similiter respondet. Tota haec assertio est clarissima
10. Metaphysicae formae in síngulis quae non sunt de essentia reí, quía forma dicendum est de existentia; nam, licet haec et constat ex communi usu loquendi, sup~
compositis singulae.- Tandem íntelligitur totaljs et natura in.tegra Petd non est tan-
50
786 Disputaciones metaflsica" Disputación XV.-Sección X~ 787.
hablar, si damos por supuesto lo que sobr~ este tema se ha dicho antes al ,tra- tampoco el género exige esencial y necesariamente una diferencia de modo de-
tar de los universales, donde hemos exphcado cómo se comparan entre s1 el terminado, por más que de modo confuso reclame necesariamente alguna, de
género y la diferencia y de dónde está?. tomados. Entre otras cosas, afirmamos ignal manera que la materia reclama la forma. Mas en esto hay que tener en
allí con Aristóteles lib. VII de la Metafmca, text. 42 y 43, que del genero y de cuenta una diferencia entre la materia y la forma por una parte, y el género y
la diferencia resul~aba un uno per se por compararse inmediatamente entre si la diferencia por otra, porque, aunque la materia no puede existir naturalmente
como potencia y acto del mismo género en mutua subordinación esenc~al; Y sin alguna fOrma, con todo no implica en absoluto contradicción el que se con-
decía en ese pasaje Santo Tomás, lec. 12, partic. 5, que el género y la diferen- serve de este modo, al ignal que la forma puede también a veces no depender
cia no se comparaban como potencia y acto realmente distintos, sino porque naturalmente de la materia, y la que así depende puede, sin embargo, conser-
expresaban la misma esencia como determinable o por modo de determinación varse sobrenaturalmente sin la materia; en cambio el género y la diferencia
de la misma. Se comprende por esto que la diferencia imita a la forma en su de tal manera se tmen esencialmente, que repugna en absoluto o que el género
condición de actuar, de ser término y de distinguir, siendo por lo mismo a ella subsista sin ninguna diferencia, o la diferencia fuera del género al que actua-
a quien primariamente conviene este concepto de form~ metafísica, mientras q:Ue liza. Y la razón es clara, porque el género y la diferencia no se distinguen en
el género tiene en relación con ella la razón de matena, por ser algo potenctal la realidad, sino que expresan la misma esencia en cuanto determinable y de-
actualizable e indiferente para muchas cosas, mientras no se lo piense como terminante y, por ello, nada tiene de sorprendente que no puedan separarse en
contraído y determinado por la diferencia; de donde resulta también que la la realidad del modo dicho. Además, porque en la realidad no puede existir
diferencia es de suyo más perfecta que el género, porque dentro de un mismo nada que no tenga una esencia determinada, constituída consecuentemente en
género es más perfecto aquello que se comporta como acto que lo que se com- alguna especie propia y última, en la que es forzoso que se incluyan tanto los
porta como potencia. Por eso dijimos también en el pasaje citado que la dife- predicados comunes o genéricos como los propios; por consiguiente no pueden
rencia se toma de un principio más noble; por tanto, también en esto existe subsistir de este modo precisivo y abstracto con que se los concibe.
proporción entre la forma y la diferencia, consistente en que igual que la for-
ma es más perfecta que la materia, también la diferencia lo es más que el género. ¡ 14. Cómo entendemos que se unen el género y la diferencia.- De aquí
llegamos a comprender también otra nueva diferenciación, a saber, que entre el
A su vez, igual que la materia y la forma se distinguen en la realidad, de género y la diferencia no tiene lugar una unión intermedia distinta de ellos
suerte que la una no sea la otra ni la incluya esencialmente, del mismo modo mismos, incluso según la verdadera razón con que los concebimos, del mismo
también el género y .la diferencia se dive1·sifican en sus conceptos, según los modo que decíamos antes que entre la materia y la forma mediaba nn modo
cuales se distinguen de tal manera, que ni la· diferencia se incluye ach1almente
de unión realmente distinto de ellas, ya que la unión actual entre éstas no pel!~
en el concepto del género, ni el género en el concepto de la diferencia, ya que,
de lo -contrario, ni tendría lugar una co"mposición metafísica propia, ni estarían tenece a su razón intrínseca; más aún, es separable de ellas, siendo1 por tanto,
preciso que les sirva de medio y se distinga de las mismas. Mas el género y
propiamente en relación de acto y potencia, ya que al concepto de éstos per-
tenece la no inclusión mutua; esto es lo que enseñó Aristóteles en el lib. VII la diferencia se unen esencialmente -o mejor, forman una sola cosa en ra
de la Metafísica, en el pasaje antes citado, y en el lib. III, texto. lO, y en el realidad) aunque se distingan por razón- de tal suerte que son absolutamente·
lib. VI de los Tópicos, c. 3. inseparables según la realidad y hasta en cierto modo según la razón; porque,
13. Acaece también por esto que, al igual que a la materia no le conviene aunque pueda la diferencia comprenderse sin el género en su concepto preci-
esencialmente y por necesidad el estar bajo ésta o aquella forma determinada,
hac vel illa determinata forma, ita genus sentiam et consequenter in aliqua propria
positis quac de re ipsa dicta sunt supra, quam genus, quia id quod intra idem ge- per se ac necessario non requirat determi- et ultima specie constitutam, in qua necesse
tractando de universalibus, ubi declaravimus nus se habet ut actus perfectius est quam nare aliquam ex differentiis, quamvis ali- est et communia seu generica praedicata et
qnomodo. genus et differentia inter se com- quod se habet ut potentia. Unde etiam loco quam in confuso necessario requirat, sicut propria includi; non possunt ergo haec ita
parentur et unde sumantur. Ubi ínter alia supra cítate diximus differentiam ex nobi- materia requirit formam. In hoc autem .::st praecise et abstracte subsistere, sicut conci~
dixirnus cum Aristotele; VII Metaph., tcxt. liori principio sumi; in hoc ergo etiam est advertencia differentia inter materiam et for- piuntur.
42 et 43, ex genere et differentia consur~ proportio ínter forrnam et differentiam, mam ex una parte, et genus et differentiam 14. Qualiter genus et dif/erentia uniri
gere unum per se, guia proxime inter se quod sicut forma est perfectior materia, ita ex alia, quod, licet materia naturaliter esse intelligantur.- Ex quo ulterius intelligitur
comparantur ut potentia et actus ciusdem differentia genere. Rursus, sicut materia et non possit sine aliqua forma, abso1utc tamen aliud discrimen, nimirurn ínter genus et dif~
generis et per se ordinata ínter scse, ubi forma reipsa distinguuntur, ita ut neque non irnplicat contradictionem ita conservad, ferentiam non intcrvenire unionem mediam
D. Thomas, lect. 12, partic. S, declarat non una sit alia neque intrinsece aliam includat, et similiter forma interdum pote..,;t non pcn- distinctam ab ipsis, etiam secundum veram
ccmparari genus et differentiam ut poten- sic etiam genus et differentia separantur dere a materia etiam naturaliter, et quae ita rationem concipiendi, sicut ínter materiam
tiam et actum re distincta, sed quía dicunt conceptibus, secundum quos ita distinguun- pendet, potest nihilominus supernaturaliter et formam supra dicebamus intercedere
eamdem esscntiam ut determinabilem vel tur ut neque in conceptu generis includatur sine materia conservad; at vero genus et modum unionis in re distinctunt ab eis, quia
per modum determinationis eius. Ex quo actu differentia, ncque in conceptu diffe~ differentia ita per se coniunguntur ut om~ actualis unio inter eas non est de intrinseca
intelli(J"itur differentía imitad formam in ra- rentiae, genus ; alioqui non esset propria nino repugnet aut genus sine omnibus dif- ratione earum, immo est separabilis ab ip-
tione "'actuandi, terminan di ac distinguendi, compositio metaphysica, neque compararen- ferentiis, aut differentiam extra genus quod sis, et ideo necesse est ut inter eas mediet
et ideo illam esse cui orimo convenit haec tur ut propdus ilctus et potentia, quia de actuat, subsistere. Et ratio est clara, quia et ab eis distinguatur. At vera genus et dif-
ratio formae metaphySicae; genus autem horum ratione est ut non se includant; at genus et differentia in re non distinguuntur, ferentia ita per se uniuntll!' (vel potius sunt
comoaratione eius habere rationem materiae, que hoc docuit Aristoteles, VII Metaph., sed dicunt eamdem essentiam ut determi- unum in re, licet distinguantur ration~) ut
qui3- est ootentiale quid actuabile et indif- ubi supm, lib. III, text. 10, et VI Topicor., nabílem et determinantem, et ideo mirum prorsus sint inseparabilia secundum ren'l: et
ferens ad-multa, donec per differentiam in- c. 3. . non est quod non possint in re dicto modo quodammodo secundum rationem; nam>
telligatur contrahi ac determinad; unde 13. Qua etiam :fit ut, sicut materiae per se-parad. Item, quía in re non potest esse licet conceptu praecisivo possit differentia
etiam :fit ut differentia ex se perfectior sit se ac necessario non convenit ut sit <sub aliquid quod non habeat determinatam es- intelligi sine genere, tamen non potest con--
:'788 Disputaciones metaflsica•
~--------------------------~-- DÚputaci6n XV.-Sección XI '789
sivo, con todo no puede ser concebida negativamente como existente sin el
·género, o sea sin actualizar al género. Y por eso, igual que de los modos rea- sino tiene materia o es material; por tanto, serán falsas expresiones como és.:;
les, que se distinguen sólo modalmente de las cosas a que modifican, afirmamos tas: el hombre es animalJ y otras semejantes. Esta objeción se plantea única..
que no se unen a esas mismas cosas mediante una unión distinta, sino por mente para declarar la segunda parte de la conclusión, en la que decíamos que
sí mismos, de igual manera, con mucho mayor razón se ha de concebir a la se suele llamar forma metafísica tanto al género respecto de las especies
diferencia como un modo esencial de la especie, que contrae y actualiza al gé- como a la definición respecto de lo definido. Así, pues, la distinción que suele
'llero por sí misma_ sin valerse de ninguna unión intermedia. usarse es que el género (y lo mismo acontece proporcionalmente cori la dife:..
15. La diferencia no ejerce causalidad real.- Por último, se desprende de renda) puede considerarse de un doble modo: o precisivamente en cuanto ex.:..
esto que la diferencia en cuanto es calificada como forma no tiene una causa- presa un grado determinado y está como limitado por sí mismo a él. V en este
lidad real propia, puesto que no se da causalidad real a no ser entre aquellos sentido es una parte y, en cuanto tal, tampoco se predica del todo, porque ten-
elementos que se distinguen en la realidad misma, o al menos es menester que dría este sentido: qne el hombre, por ejemplo, es animal considerado de una
intervenga algún influjo real y una causalidad realmente distinta de la causa o manera precisiva sin adiciones y abstractamente, o sea que no es más que ani..
-del efecto; y aquf no tiene lugar ninguna de estas cosas, ya que ni la diferen- mal, sentido que es completamente falso. Bajo esta consideración el género
da se distingue de la especie en la realidad, ni del género en cuanto está con- se compara con la diferencia como materia, y, al contrario, la diferencia se com...
·traldo por ella. Ni tiene lugar tampoco en este caso ninguna causalidad distinta para con el género como forma. Este es el sentido en que nos hemos expreSado
de la diferencia. Por tanto, se trata únicamente de una constitución debida a hasta ahora; de acuerdo con ese mismo sentido se concede a la objeción todO
nuestra razón y modo de concebir, a la que se llama forma o causalidad for- lo que en ella se propone, a saber, que el género- y la diferencia son partes
y que, como tales, no son predicables; y Aristóteles no sólo los llama partes;
mal sólo por analogía y proporción con la causa real. Lo mismo ha de pen-
sarse respecto del género eri cuanto se le atribuye la condición o causalidad sino también elementos, sobre todo a las diferencias y géneros supremos eri
de la materia. Ni tiene que ver que la realidad por ellos constitllida sea mu~ atención a la simplicidad de los mismos y a que en ellos termina la última
chas veces una esencia verdadera y real, por ejemplo, un hombre o un caballo; resolución en metafísica, como se ve por el lib. II de los Analíticos Segundos,
c. 14. Mas de otro modo se considera al género como un todo, al que se ca-
porque, aunque dicha esencia sea real en sí, sin embargo, en cuanto compuesta
lifica de potencial o confuso por expresar confusamente la quididad total de lo
de este modo determinado, no es un ente real, sino de razón, por se-r única-
mente de razón la composición misma. <specie, y de este modo se predica con toda razón de la especie o de lo de-
finido, puesto que ya no se predica como una parte, sino como el todo, y éste
16. Modalidad de predicación del género tespecto de la especie total.-
suele ser el sentido ordinario de tal locución; en efecto, cuando se dice: el
Mas se pueden plantear objeciones, porque si la diferencia se compara con
hombre es animal, no queda excluído nada de lo que pertenece al hombre, sino
_el género como forma, y el género como materia con la diferencia, resulta, en
que se afirma que el mismo supuesto que constituye al hombre es también
consecuencia, que ambas se comparan con la especie o con lo definido como
animal; o que el hombre es animal por la misma forma y esencia por la
la parte se compara con el todo; por consiguiente ninguna de ellas podrá pre-
que es hombre, cosas ambas que son verdad. Así, pues, del género en cuanto
dicarse absoluta y directamente de la especie, ya que, aunque la parte pneda pnede predicarse de la especi como algo suprior a la misma y que la con-
predicarse oblicua o denominativamente del todo, no obstante, no puede pre- tiene en cierto modo se afirma que posee de alguna manera la razón de forma
dicarse absoluta y directamente; en efecto, no decimos: el hombre es materia,
materialis; erunt ergo falsae hae locutiones: genus et differentiam esse partes, et ut sic
cipi negative ut existens sine genere, seu cundum rationem ac modum concipiend.i hamo est animal, et símiles. Haec obiectio non praedicari; nec solum partes, sed etiam
non actuando genus. Et ideo, sicut in mo- nostrum, quae solum per analogiam et pro- solum proposita est ad declarandam alteram elementa ab Aristotele appellantur 1, prae-·
dis realibus, qui solum modaliter distin- portionem ad realero causam fonna vel for- partero conclusionis, qua dicebamus et ge- sertim differentiae et genera summa, prop-
guuntur a rebus quas rnodificant, dicimus malis causalitas appellatur. Idemque de ge- nus respectu specierum et definitionem re- ter simplicitatem eorum, et quia in ea fit
non uniri ipsis rebus per unionem distinc- nere intelligendum est, quatenus ei ratio vel spectu definiti solere formam metaphysicam ultima resolutio in metaphysica, ut patet ex
tam, sed seipsis, ita multo maiori ratione causalitas materiae attribuitur. Nec refert appellari. Communis itaque distinctio est II Poster., c. 14. Alio vero modo conside-
differentia concipienda est tamquam modus quod res ex his constituta saepe sit vera genus (et idem est proportionaliter de dif- ratur genus ut totum, quod potentiale ap-
essentialis speciei et per seipsam contrahens ac realis essentia, m horno aut equus; nam, ferentia) duplidter posse considerari: aut pellant seu confusum, quia confuse dicit
et actuans genus absque alia unione media. licet tali3 essentia in se realis sit, tamen praecise, ut dicit talero gradum et in eo totam quidditatem speciei, et hoc modo op-
15. Differemia non causat realiter.- Ul- ut sic composita, non est ens rei, sed ra- quasi sistit ex se; atque hoc sensu esse time praedicatur de specie seu definito, quh
timo ex his intelligituÍ' differentiam, quate- tionis, cum compositio ipsa rationis tantum partero, et ut sic ctiam non praedicari de iam non praedlcatur ut pars, sed ut totum;
nus forma dicitur, non habere propriarn sir. toto, quia redderet hunc sensum, hominem, et hic est communis sensus huius locutio..
causalitatem realero, quia causalítas realis 16. Qualiter genus de tora specie prae- verbi gratia, esse animal praecise, ct soli- nis; cum enim dicitur hamo est animal,
non est nisi inter ea quae in re ipsa distin- dicetur.- Sed obiiciet aliquis: nam si dif- tarie, et abstracte sumptum, seu non plus nihil ab homine excluditur, sed affirmatur
guuntur, vel saltero necesse est ut interce- ferentia comparatur ad genus ut forma, et eSse quam animal, qui sensus es; plane fal- idem suppositum quod est horno esse etiam
dat aliquis realis influxus et causalitas di- genus ad differentiam ut materia, ergo otra- sus. Et genus sub hac consideratione com- animal; se u hominem, eadem forma et es-·
stincta ex natura rei ab ipsa causa vel ef- que comparatur ad spedem seu definitum paratur ut materia ad differentiam, et e sentía qua est horno, es se etiam animal;
fectu ; hic autem nihil horum intervenit, ut pars ad totum; ergo neutra poterit ab- converso differentia ut forma ad genus. Et utrumque autem horum verum est. Genus.
quia nec differentia est in re distincta a solute et in recto praedicari de specie, quia sic procedunt quae hactenus dicta sunt. At- ergo quatenus praedicari potest de specie,
specie, nec a genere, prout per illam con- pars, licet possit in obliquo aut denomi- que in eodem sensu ad obiectionem conce- ut quid superius ad ipsam et quasi confi...
ti'ahitur. Neoue etiam intervenit ibi aliqua native praedicari de toto, non tamen ab- ditur totum quod in ea infertur, nimirum nens ipsam, dicitur aliquo modo habere ra-
·causalitas ab ipsa differentia distincta. Est solute et in recto; non enim dicimus : homo
igitur haec solum constitutio quaedam se- est materia, sed habet materiam, vel est
1 III Metaph., c. 3, et lib. V, c. S.
1790 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección XI 791

-respecto de ella; y, por el contrario, los inferiores, en cuanto están supeditados por eso la multit':d de di!erencias ~sencia!es no es obstáculo para la unidad y
a los superiores y son en cierto modo soporte de ellos, tienen cierta razón de composición esencial de genero y diferencia.
materia. Y con igual o mayor motivo se compara la especie como forma res-
pecto de los individuos, mientras que a éstos se les compara como materia. ¿Se da proceso al infinito en los predicados esenciales?
17. Y éste es el sentido en que interpreto a Aristóteles, lib. V de la Me-
tafíSica, c. 2, cuando reduce ambas partes de la definición a la causa formal; 19. De esta diferencia surge inmediatamente una dificultad; efectivamente,
pues, por lo que se refiere al género, pienso que ha de interpretársele no for- de ella se sigue que se puede dar un proceso al infinito en estas causas meta-
malmente en cuanto es una parte, sino en cuanto es un todo, según expliqué. físicas formales y materiales, esto es, en los predicados quiditativos. Mas el con-
Y por lo que se refiere a toda la definición, dado que expresa la esencia total siguiente se opone a Aristóteles en el lib. II de la Metafísica, c. 1, donde juzgó
y es la razón propia de aquello mismo que se define, de lo cual se predica con ,que el que no se diese un proceso al infinito era más claro en las. partes de la
toda propiedad, puede, por lo mismo, llamarse también forma metafísica, aun- definición, que son el género y la diferencia, que en las ~~rmas ~1sm~s; y, p~t
que no sea compuesta. De este modo es fácil explicar todas las expresiones eso, prueba la negación de infinitas formas po~ la negacwn de mfi~tos predi-
parecidas que se fundan sólo en cierta analogía y sentido tropológico. cados. Se prueba la consecuencia, porque no ex1ste mayor repugnancia para que
18. Diferencia entre la forma metafísica y la física.- Sólo queda por ex- se den dos diferencias en una sola realidad que para que se den tres o cuatro,
plicar una pequeña duda que se origina de la diferencia que ha de hacerse no- pudiendo decirse lo mismo de cualquier otro número~ por consiguiente puede
tar entre la forma metafísica y la física por el hecho de que la forma física darse proceso al infinito en tal número, s~bre todo temendo .e~ cuenta que .. este
sustancial no se multiplica en el mismo compuesto, según dijimos antes: mien- número de predicados no resulta de reahdades o modos d1stmtos que ex~stan
tras que la metafísica puede multiplicarse, puesto que los géneros de una misma realmente en una sola e· idéntica sustancia, sino de nuestros conceptos con c1erto
cosa pueden ser múltiples, y de modo similar las diferencias; y lo que es más, fundamento en la realidad; mas nosotros podemos prescindir y abstraer de in-
,también la definición, por más que parezca contener y explicar la esencia total -finitos modos, dándose en la realidad fundamento para que lo hagamos a causa
de la cosa, sin embargo puede ser múltiple, según consta por el lib. I de los de las diversas conveniencias o semejanzas que puede una cosa tener con otras,
/fnalíticos Segundos, c. 7, y por el lib. II, c. 8 y 12, y por el lib. II De anima, por fundarse dichas abstracciones en estas conveniencias. La dificultad aprernfa,
IC. 7. La razón de la diferencia es fácil, ya que las formas físicas distintas real· sobre todo si a una especie no se la compara solamente con las otras espec1es
,mente están en tal relación, que cada una de ellas constituye una es!1ecie per- producidas, sino con todas las posibles, las cuales pueden multiplicarse hasta
fecta y consumada de sustancia debiendo ser real y física la composición a que d infinito y de infinitos modos. .
pertenezca, y siendo contradictorio, por tanto, el que se multipliquen en una mis-:' 20. Se refutan por ineficaces algunas razones que suelen aduczrse en pro
ma sustancia dotada de unidad propia y per se. Mas esta forma metafísica, a -de. la conclusión.- Sin embargo, hay que afirmar absolutamente con Aristóteles
saber, la diferencia, ni constituye composición real, ni se distingue de otra di- que tampoco se da proceso al infinito en e~tas ~ausas formales. Así lo defi~nden
ferencia, si no es por precisión y abstracción de nuestra mente; y nuestra mente todos los intérpretes, los cuales aducen d1vers1dad de argumentos El pnmero
puede prescindir y abstraer nna misma realidad de diversos modos, pudiendo, consiste en que, en otro caso, la realidad constituída sería infinitamente per-
por lo mismo, concebir en ella muchos predicados de género y de diferencia; fecta, puesto que todo predicado le añade alguna perfec~!ón. !\_'las acaso se ne-
gará la consecuencia por el hecho de que una perfeccwn finita puede ser el

tionem formae respectu eius; et e converso taphysicam et physicam, quod forma phy- pere; quare multitudo diff~rentiarum e~~en: parte rei in una e:t eadem substancia, sed
inferiora, quatenus superioribus subiiciuntur sica substantialis non multiplicatur in eo- tialium non obstat unitatl et composltlom ex conceptibus nostris cum aliquo funda-
il et ea quodammodo in se sustinent, habent dem composito, ut supra diximus; haec per se ex genere et differentia. mento in re; sed nos possumus infinitis
-A quamdam rationem materiae. Et simili vel autem forma multiplicad potest; nam et modis praescindere et abstrahert;, et in re·
maiori ratione comparatur species ut forma genera eiusdem rei possunt esse plura, et Deturne processus in infinitum in praedi- bus est fundamentum ut id a nobis fiat
ad individua, haec vero ut materia. differentiae similiter; immo et definitio, catis essentialibus propter varias convenientias et dissimilitu-
17. Atque hoc sensu intelligo Aristote- quamvis totam rei essentiam continere et 19. Ex hoc vero discrimine oritur sta- dines quas una res habet curo aliis, in qui-
.Jem, V Metaph., c. 2, cum utramque par- explicare videatur, nihilominus multiplex es~ tiro difficultas; nam sequitur dari pos se pro- bus convenientiis hae abstractiones fundan~
tem definitionis revocat ad causam forma- se potest, ut constat ex 1 Poster., c. 7, et ·cessum in in:finitum in his causis formalibus tur. Et maxime urget difficultas, si una spe-
lem; nam, quantum ad genus spectat, id lib. 11, e: 8 et 12, et 11 de Anim., c. 7. ac materialibus metaphysicis, hoc est, in cies non tantum comparetur ad alias spe-
Úitelligendum puto non formaliter ut pars Ratio autem differentiae facilis est, quia praedicatis quidditativis. Consequens aute~ cies factm., sed ad omnes possibiles, quae
est, sed ut totum quoddam est, ut explicui. formae physicae realiter distinctae ita com- est contra Aristot., 11 Metaph., c. 1, ub1 in infinitum et infinitis modis multiplicari
At vero tota definitio, quia totam essentiam parantur ut quaelibet constituat perfectam notius existimavit non posse dari proces- ¡:ossunt.
dcclarat et propria ratio est ipsius definiti et consummatam speciem substantiac, et ea- sum in infinitum in partibus_ definitionis, 20. Aliquot rationes quae pro conclusio-
et de illo propriissime pra~dicatur, ideo for- rum compositio esse df'beret realis et phy- quae sunt genus et differen~a, q~am ~ for- ne afferri solent, inefficacia redarguuntur.-
ma etiam metaphysica dici potest, quamvis sica, et ideo repugnant in eadem substantia mis ipsis; et ideo ex neg~t1one ~nfin~torum Nihilominus absolute dicendum est cum
non sit composita. Atque ita facile est om- proprie ac per se una. At vero haec forma praedicatorum probat negatlonem mfimtaru?1 Aristotele, etiam in his causis formalibus
nes simlles locutiones explicare, quae solum metaphysica, nempe differentia, nec facit formarum. Sequela autem probatur, qma non dari processum in infinitum. Ita docenl:
in analogía quadam et translatione consi:>· realem compositionem nec distinguitur ab non magis repugnat dari duas differ.entias omnes interpretes, qui varias afferunt ra-
tunt. alia differentia nisi per mentís praecisionem in una re quam tres vel quatuor, et Ita de tiones. Prima est, quia alias res constituta
18. Dzscrimen ínter metaphysicam for· et abstractionem; potest autem mens nos- quolibet numero; ergo potest in hoc nu~ esset infinite perfecta, quia quodlibet prae-
mam et physicam.- Solum superest breve dicatum addit aliquam perfectionem. Sed
1 dubium expediendum, quod oritur ex no-
tra eamdem rem variis modis praescindere
et abstrahere, et ideo potest in eadem plu-
mero in infinitum procedi. Praesertim quia
l1ic numerus praedicatorum non consurgit forte negabitur consequentia, quia una fini-
¡8 f,anda differentia ínter hanc formam me- ra praedicata generis et differentiae conci- -ex rebus aut modis distinctis qui sip.t a ta perfectio potest esse fundamentum infi-
!
1

J
792 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Sección X' 793
----------------------------------~-- --------~-----------------------------

fundamento de infinitos conceptos, los cuales, aunque expresen perfecciones esencia determinada ni distinta de las otras especies concretas; y la última es-
racionalmente di~tintas, no aumentan en la realidad su perfección. El segundo pecie debe estar constituída por alguna diferencia última. Ni trato ahora de
argumento es porque si estas diferencias son infinitas, también serán infinitas discutir si esta diferencia última es simple, o si resulta de la reunión de mu-
las propiedades que se siguen de ellas. Mas se puede responder que de la di- chas, cada una. de las cuales es común, según parece haberlo dado a entender
ferencia genérica y especifica no se sigu~n siempre propiedades realmente dis~ Porfirio en el capítulo sobre la diferencia, y parece apoyarlo en gran manera
tintas, como se puede ver en estos predicados, sustancia, espiritual, de Gabriel, Aristóteles en el lib. 1 de los Tópicos, c. 3, y en el lib. VI de los Tópicos, c. 3
etc.; sino que es suficiente con que las mismas propiedades correspondan tam- y 4, y en el lib. 11 de los Analíticos Segundos, c. 14; en efecto, esto nada tiene
bién de modo proporcionado según razones universales o particulares, tal como que ver con el problema presente, ya que habría que detenerse necesariamente
se dejó indicado en las páginas anteriores. en diferencias que no estuvieran actualizadas por otras, aunque tuvieran acaso
21. Verdadera razón de la conclusión.- El tercer argumento y el más pro- que juntarse dos o tres de ellas para constituir la última especie, puesto que
bable es porque es menester que se dé un género supremo que sea como la ahora nuestro argumento se refiere únicamente a las diferencias subordinadas.
materia primera de tal composición, y una diferencia específica ínfima que sea Por su parte, la primera consecuencia parece de por sí evidente, ya que entre
como la última forma; por consiguiente, también tienen que darse por necesi- los extremos primero y último no pueden darse infinitos medios, según hemos
dad en número finito y determinado las formas intermedias. Prueba la mayor dicho antes a propósito de las formas, puesto que la razón allí expuesta vale
Aristóteles, porque en estos predicados quiditativos hay siempre uno que es igualmente aquí.
anterior a otro, es decir, que es más universal y se extiende a más cosas; ahora- 22. Objeciones contra el argumento antes propuesto.- Empero este argu-
bien, no es anterior más que por estar más cerca de aquel que es el primero; mento puede ser atacado de dos modos; primero, diciendo que, aunque los pre...
luego es necesario que exista también un género supremo. Esto, además, es dicados esencialmente subordinados en una línea a modo de acto y potencia
evidente por experiencia llevando nuestra reflexión a todos los predicamentos sean finitos, pueden, con todo, los no subordinados o los que están en diversas
¡
y sobre todo a la sustancia, la cual, en cuanto significa inmediatamente la líneas multiplicarse hasta el infinito, igual que podría alguien decir que se dan
sustancia completa, es un género supremo, ya que no puede concebirse nin- muchos géneros supremos, o que para la constitución de la última especie se
guno más universal respecto de las sustancias; y doy por supuesto que et reúnen muchas diferencias no subordinadas entre sí, y que éstas pueden mul-
ente no es un género, por más que, aunque fuese género, no constituirla tipliCarse hasta el infinito; o que un solo e idéntico género, ya sea próximo, ya re-
obstáculo alguno, ya que sería el género supremo, teniendo de este modo lo moto, puede estar contraído al mismo tiempo por muchas diferencias que ni
que pretendemos. Y así tampoco se origina impedimento si alguno se empe- sean completamente opuestas entre sí, ni estén mutuamente subordinadas; así,
ña en que esta resolución debe llevarse hasta los predicados trascendentales, por ejemplo, animal, según los filósofos antiguos, está contraído por racionar-
porque, aunque esto fuese verdad, llegaríamos a alguno que fuese último. Y I<t y por mortal, diferencias que convienen en el hombre y están separadas en
razón ·es porque en todas las cosas o sustancias se da alguna conveniencia esen- otras cosas; y la sustancia podría estar inmediatamente dividida por viviente
cial primera o mínima, según la cual puede abstraerse bien algún predicado y por corpóreo, que convienen en algunas sustancias y están separadas en otras.
trascendente, bien algún género supremo. Se prueba la menor por la constitu- De aquí parece inferirse también que se da entre las diferencias mismas algún
ción misma de la especie última, puesto que no puede existir cosa alguna que círculo vicioso, y que se comparan alternativa y mutuamente como potencia y·
no esté constituida en alguna especie última; de lo contrario no tendría una- acto; porque, si la sustancia se divide inmediatamente en viviente y no vivien-

nitorum conceptuum, qui, licet dicant per- prius nisi quía magis accedit ad id quod determinatam essentiam, nec cliversam ab dicata per se subordinara in una linea per
fecciones ratione distinctas, non augent in est primum; ergo necesse est dari etiam- su- aliis determinatis speciebus; ultima autem modum actus et potentiae, finita sint, nihi-
re perfectionem. Secunda ratio est, quia si premum aliquod genus. Deinde id patet species per aliquam differentiam ultimam lominus non subordinata seu in diversis li-
hae differentiae sunt infinitae, etiam pro- experientia, discurrendo per omnia praedi- constituí debet. Nec disputo nunc an haec neis possunt in infinitum multiplicari, ut
prietates quae ad illas consequuntur erunt camenta, et praecipue in substantia, quae, differentia ultima sit simplex an coalescens si quis diceret dari plura genera suprema;
infinitae. Sed respondebitur ex differentia :ut immediate signi:ficat substantiam comple- ex multis, quarum singulae communes sint, vel ad constitutionem ultimae speciei con-
generica et specifica non <;emper consequi tam, est supremum genus; nullum enim ut significasse videtur Porphyríus, in c. de venire piures differentias ínter se non sub-
proprietates re distinctas, ut patet in his potest universalius respectu substantiarum Differentia; et non parum favet Aristote- ordinata<;, et has posse in infinitum multi-
praedicatis: substantia, spiritualis, Gabrie- · cogitari; suppono autem ens non esse ge- les, I Topic., c. 3, et lib. VI Topic., c. 3 plicad; vel unum et idem genus, sive pro~
lis, etc.; sed satis esse ut ipsae etiam pro- nus, quamquam Iicet esset genus, nihil ob- et 4, et lib. II Poster., c. 14; hoc enim ad ximum sive remotum, posse simul contrahi
prietates secundum universales vel specia- staret, nam illud esset supremum; et ita praesens nihil refert, quia sistendum neces- pluribus differentiis, quae non omnino in-
les rationes proportionate correspondeant, ut habemus quod intendimus. Atque ita etiam sario est in differentiis quae per alias non ter se repugnent nec sint inter se subordi-
in superioribus etiam tactum esr. nil impediet, si quis contendat hanc reso- actuantur, licet fortasse duae vel tres ex natae; ut, verbi gratia, animal iuxta anti-
21. Vera ratio conclusionis.- Tertia ra- lutionem debere fieri usque ad praedicata his ad constituendam ultimam speciem con- quos philosophos contrahitur per rationale
tio et maxime probabilis est quia necesse transcendentia, quía, quamvis id esset ve- veniant; nunc enim solum de differentiis
est dari supremum genus quod sit quasi et per mortale, quae in homine conveniunt,
rum, sisteretur in aliquo ultimo. Et ratio· subordinatis procedit ratio facta. Prima au-
prima materia huius compositionis et diffe- est quia in omnibus rebus vel substantiis in aliís separantur; et substantia posset im-
tem com;equentia videtur per se nota, quia
rentia specifica et infima quae sit quasi datur aliqua prima seu mínima convenien- mediate dividí per vivens et per corporeum,
inter extrema primum et ultimum non pos-
ultima forma; ergo etiam formae interme- tia essentialis, secundum quam abstrahi pot- sunt dari infinita media, sicut supra de for- quae in aliquibus substantiis conveniunt, in·
diae necessario sunt in numero finito ct est vel praedicatum transcendens vel supre- mis diximus; ratio enim ibi facta aeque aliis separantur. Ex quo etiam consequi vi-
determinato. Maior probatur ab Aristotele mum genus. Minor autem probatur ex ipsa· hic procedit. detur ut ínter ipsas differentias sit quidam
quía in his praedicatis quidditativis sem- constitutione speciei ultimae, quia non pot- 22. Obiectiones contra praedictam ratio- circulus, et vicissim et mutuo comparentur
per unum est prius alio, id est, universa- esr esse ulla res quae non sit in aliqua nem.- Sed haec ratio duobus modis ener- ut potencia et actus; nam si sul:-stantia im-
lius et ad plura se extendens; sed non est ultima specie constituta; alias non habereV vari potest; primo dicendo quod, licet prae- mediate dividatur in viventem et non vi-·

J
794 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Secci6n XI 795
-te, podrá, a su vez, la sustancia viviente dividirse en corpórea e incorpórea; y se toma de la forma, y toda forma específicamente diversa de otra posee un
si, por el contrario, la sustancia se divide en corpórea e incorpórea, la corpórea determinado grado esencial que le es propio y no común a las dem~s; de él
se dividirá en viviente y no viviente. Y si no hay inconveniente en esto por puede, por consiguiente, tomarse una diferencia completamente propia ~ 9ue
tratarse de reflexiones del entendimiento, tampoco será absurda por e1 mismo no sea común a ninguna otra. En segundo lugar, porque no puede constltmrse
motivo aquella multiplicación de los predicados hasta el infinito. Cabe posibi- una especie última por la mera unión de dos diferencias comunes,. ya que cada
lidad de una segunda evasiva, porque, aunque se dé un género supremo y una una de esas diferencias constituye una especie subalterna y genénca; y la es-
ínfima diferencia, no hay contradicción en que mediante el entendimiento pue- pecie última no es un agregado de dos especies subalternas, ya que, de lo con-
dan prescindirse o distinguirse entre ellos multirnd de predicados intermedios trario, no seria tampoco una sola esencia propia y especial, .ni seria; un sol?
hasta el infinito, igual que se dan infinitas partes o puntos entre los puntos compuesto metafísico constituído de acto propio y de potencia propia. Verb~­
extremos de una línea; en efecto, igual que éstos son infinitos en potencia, pue- gracia, en aquel ejemplo del hombre, si racional y mortal se tomasen como di-
de también de aquellos predicados, tal como existen en la realidad, decirse que ferencias subalternas y comunes, nunca quedaría constituído el hombre por la
son muchos únicamente en potencia, ya que en la realidad no son muchos en &gregación de ellas; sino que hay que tomar a racional tal como es propio del
acto, si no se los distingue por el entendimiento; y por eso, aunque el enten- hombre, esto es, en cuanto incluye el raciocinio o la aptitud pa~a él; y de este
dimiento pueda distinguir más y más hasta el infinito, no se sigue que sean modo, racional será una diferencia simple propia del hombre, m1entras que mor-
infinitos en la realidad, sino en potencia. Resulta también de aqul que los pre- tal es de suyo una diferencia subalterna y común, no ciertamente a los otros
dicados que nosotros distinguimos actualmente son siempre finitos, ya porque seres que tienen uso de razón, ya que ninguno es racional o intelectual mortal
nosotros no podemos formar de las cosas más que conceptos finitos; ya tam- fuera del hombre, sino a los otros seres sensitivos o vivientes. Otro tanto su-
bién porque las semejanzas y diferencias de cualquier especie con las otras cede, pues, en todas las especies de cosas. Y esto es lo que dijo Aristóteles, lib.
que han sido producidas existen en un número limitado y determinado, por VII d~ la Metafísica, texto 43, que habla que proceder en la división de las
más que acaso puedan multiplicarse hasta el infinito respecto de las cosas po- diferencias cQmunes hasta que se llegase a realidades indiferenciadas, esto es,
sibles. Y ésta seria la manera como podría interpretarse a Aristóteles en la cues- a diferencias últimas y absolutamente propias, según explican Santo Tomás y
tión de las diferencias o predicados esenciales que se abstraen de hecho o pue- todos los expositores; y entonces -dice AristóteleE- habrá tantas especies, cuan-
den ser abstraídos mediante el discurso o el conocimiento humano. tas sean las diferencias. Pues cualquier diferencia individual -añade Santo To-
23. Soluci6n.- Se explica la afirmaci6n de Arist6teles.- Sin embargo pien- más-, constituirá una especie especialísima.
so que el argumento propuesto es eficaz y que no puede suceder bajo ningún 24. Las diferencias intermedias se limitan a un número finito.- Sentado,
concepto que se multipliquen los predicados hasta el infinito. Y en primer lu- pues, el principio de que las diferencias intermedias sólo pueden existir en nú-
gar, comienzo por sentar que respecto de cada cosa se da un único género o mero finito, se explica de esta manera. Primeroj si los grados diferenciales
predicado supremo y una sola diferencia última. La primera parte ha quedado fuesen distintos en la realidad misma, es evidente que no podrían ser más que
suficientemente probada bien por la razón, bien por el uso o experiencia; por finitos por ser actualmente muchos; por consiguiente, sean finitos o infinitos,
lo que se refiere a la posterior, se han planteado dudas por parte de algnnos, mas en una realidad finita no puede haber infinitos grados de perfecciones dis-
aunque a mí me parece igualmente cierta. En primer lugar, porque la diferencia tintas; luego serán finitos. Sobre todo porque a esos grados no se les conceptóa

forma; omnis autem forma specie diversa nullum est enim rationale aut intellectuale
ventem, rursus substancia vivens dividi pot- per sint finita, tum quia nos non possumus ab alia habet aliquem gradum essentialem mortale praeter hominem, sed aliis sentien-
erit in incorpoream et corpoream; si au- nisi finitos conceptus de rebus formare, sibi proprium et non communem aliis; ergo tibus aut viventibus. Sic ergo in omnibus
tem e contrario substantia dividatur in cor- tmn etiam quia omnes convenientiae et dif- ab illo sumí potest differentia omnino pro- speciebus rerum contingit. Et hoc est quod
poream et incorpoream, corporea dividetur ferentiae cuiuslibet speciei ad alias quae pria et nulli alteri communis. Secundo, quia Aristoteles dixit, VII Metaph., text. 43, pro-
in viventem et non viventem. Quod si hoc factae sunt, in certo ac determínate sunt non potest species ultima constitui sola con- cedendum esse in divisione differentiarum
non est inconveniens, quia sunt reflexiones numero, etiamsi respectu rerum possibilium iunctione duarum differentiarum commu- communium, donec ad indifferentia deve-
intellectm, propter eamdem causam non erit possint fortasse jn infinitum multiplicari. nium, quia quaelibet earum differentiarum niatur, id est, ad ultimas et omnino pro-
-absurda multiplicatio illa praedicatorum in Atque ita posset quis interpretad Aristote- ccnstituit speciem subalternam et generi- prias differentias, ut D. Thomas et omnes
infinitum. Altera evasio esse potest, quia, lem de differentüs seu praedicatis essentia- cam; species autem ultima non est aggre- exponunt; et tune (inquit Aristoteles) tot
1icet detur supremum genus et infima dif- libus, quae de facto abstrahuntur seu ab- gatum duarum specierum subalternarum, erunt species quot differemiae. Quaelibet
strahi possunt per discursum vel cognitio- alioqui neque esset una propria et specialis enim individualis differentia (addit D. Tho-
ferentia, non repugna:t inter ea posse per nem humanam.
intellectum praescindi aut distinguí plura essentia, neque esset unum cornpositum me- mas) constituet unam speciem specialissi-
23. Solvuntur.- Aristotelis dtctum ex- taphysicum ex proprio actu et propria po- mam.
praedicata intermedia in infinitum, sicut in- plicatur.- Sed nihilominus existimo ratio-
tet· extrema puncta lineae dantur infinitae tentia constitutum. Ut, verbi gratia, in illo 24. lntermediae differentiae finito nume-
nem factam esse efficacem et simpliciter fie- exemplo de homine, si rationale et mortale ro clauduntur.- Hoc autem principio po-
partes vel puncta; nam, sicut haec sunt ri non posse ut praedicata in infinitum mul- sumerentur ut differentiae subalternae et sito, quod differentiae intermediae tantum
infinita in potentia, ita illa praedicata, pro~t tiplicentur. Et imprimis sumo respectu cu- communes, nunquam ex aggregatione illa-
ii~ re sunt, dici possunt esse plura tantum m
esse possint in numero finito, declaratur in
iuslibet rei dari tantum unum genus vel rum constitueretur horno; sed sumendum hunc modum. Et primo, si c!ifferentiales
potentia, quia in ~e ~on sunt actu ~mlta, ~si praedicatum supremum et unam differen- est mtionale ut est proprium hominis, id gradus essent in re ipsa distincti, evidens
per intellectum. dtstmguantur; e.t l?eo, .hcet tiam ultimam. Et prior quidem pars satis est, ut includit discursum seu aptitudinem est non posse esse nisi finitos, quia essent
intellectus posslt plura et plura m mfimtum probata est et racione et usu seu experien- ad illum; hoc autem modo rationale erit actu piures; ergo finiti vel infiniti, in re
distinguere, non sequitur in r.e esse infinita tia; de posteriori vero ab aliquibus dubita- simplex differentia propria hominis, mortale autem finita non possunt esse infiniti gradus
-nisi in potentia. Ex quo ettam fit ut ea tum est, mihi tamen aeque certa videtur. vero est de se differentia subalterna et com- perfectionum distinctarum; erunt ergo finiti.
-praedicat.a quae pos ac:tu dis.tinguimus sem- Primo quidem, quia differentia sumitur a munis, non quidem alüs racione utentibus, Eo vel maxime quod illi gradus non 'intel.:.
796 Disputaciones metafísicart D~~~p~u~ta~c~io~'n~X~V~.~~S~ec~c~w~'n~X~I~__________________________________7,97
como si estuvieran comunicados entre sí igual que partes proporcionales, sino nitos grados que no se comuniquen entre sí y aumenten la perfección o canti-
como absolutamente distintos e indivisibles; ni se comparan tampoco con la Oad de esa realidad. Por eso, si se conciben y distinguen de una sola vez racio-
realidad como se comparan los puntos con la línea, los cuales de tal manera nalmente todas las diferencias que pueden fundarse en la esencia de una cosa,
son indivisibles que no aumentan la cantidad de la línea; sino que cada dife- su número no podrá aumentarse ni respecto de las cosas existentes, ni respecto
rencia aíiade un cierto grado y una como determinada parte de perfección, re... de las posibles, ya que por ellas se asemeja o se diferencia de todas, tanto de las
sultando de la unión de estas partes una perfección íntegra específica, la cual, que existen, como de las que pueden existir.
al ser. finita, no puede constar más que de sus cuasi partes finitas. Por eso, al 26. Con esto queda también fácilmente esquivada la primera objeción, pues-
1
igual que en la gradación intensiva de una cualidad finita no pueden distinguirse to que, sea cual sea el concepto bajo el cual se multipliquen las diferencias, y
más que grados finitos que no se comunican entre sí, de cuya unión resulta la
'
ya estén subordinadas entre sí, ya no, no pueden darse más que en número
inteosidad finita total de la cualidad, del mismo modo hay que razonar propor- finito por la causa dicha; concretamente, porque ni siquiera con la mente l?uede
cionalmente en los grados diferenciales. Pues aunque estos grados, según la sen- dividirse una perfección finita en muchas cuasi partes que no se comumquen
tencia más verdadera, no se distingan actualmente en la realidad, con todo el entre sí, a no ser únicamente en número finito. Empero es más pro~able que
Iaciocinio expuesto tiene la misma eficacia en orden a la distinción y concep- todas las diferencias que pertenecen a la constitución de una esencia estén subor-
ción de nuestra mente, ya que también, en cuanto racionalmente distintos, se dinadas entre sí de algún modo como potencia y acto; de lo contrario no po-
les concibe como si no tuvieran comunicación entre sí, con tal que se les con- drían constituir un uno per se. Ni es tampoco verosímil que se incurra con
.sidere precisiva y formalmente, como deben considerarse .dichos grados. En esto en círculo vicioso, dado el grado de oposición que mantienen entre sí las
efecto, una diferencia subalterna no incluye a otra, porque ni la inferior per.. :relaciones de acto y potencia.
tenece al concepto de la superior ni viceversa; por consiguiente los grados di-
ferenciales intermedios son absolutamente distintos y no se comunican entre si;· 27. Por eso, aunque un mismo género sea dividido por nosotros de diver-
luego, desde este punto de vista, su distinción, aunque sea según la razón, no sos modos, con todo no sieinpre se divide por diferencias propias e inme-
puede prolongarse hasta el infinito, ni puede compararse con la división de las diatas por las que quede inmediatamente contraído y actualizado; y por eso
partes del continuo. Por otra parte, . cualquiera de dichos grados es indivisible puede suceder alguna vez que dos diferencias se comparen entre sí como po-
según el concepto; puesto que cualquier diferencia, bien sea genérica, bien es- tencia y acto. Verbigracia, en el ejemplo propuesto, aunque la sustancia pueda
pecifica, es indivisible, y de tal suerte es indivisible que aumenta esencialmente dividirse en corpórea e incorpórea, viviente y no vivente, la ·primera división
la perfección de la realidad en orden al concepto de la mente; luego tampoco es siempre la inmediata y próxima, de lo cual tenemos un indicio en que aquélla
en orden al concepto de nuestra mente puede una esencia finita dividirse o cons- está tomada como de los principios intrínsecos y de la entidad absoluta de la
tituirse por semejantes diferencias a no ser en número finito, puesto que, al ser realidad, mientras que a ésta se la considera en orden a la operación; por eso
indivisibles, no es posible llevar su división hasta el infinito. la diferencia «viviente», tal como está en las cosas corpóreas, s·e compara siem-
25. Y de este modo conserva su eficacia la consecuencia propuesta en el pre como acto y no como potencia con el grado «corpóreo». Y aunque tal di-
tercer argumento, y desaparece la objeción que se insinuaba en la segunda eva- ferencia se encuentre también en las cosas incorpóreas, se encuentra, sin em-
sión, por no poder contenerse en una realidad finita, incluso potencialmente, infi.. bargo, de un modo completamente distinto, ya que la sustancia incorpórea es
-por asi decirlo- totalmente viviente, esto es, vive por razón de su sustancia
liguntur esse inter se communicantes, sicut Nam una differentía subalterna non includit
partes proporcionales, sed omnino condi- aliam, quia neque inferior est de conceptu
stincti et indivisibiles; neque etiam ita com- superioris neque e converso; sunt ergo dif- infinita inter se non communicantia et au- lum, cum habitudines actus et potentiae
parantur ad rem sicut puncta ad lineam, ferentiales gradus intermedii omnino condi- gentia perfectionem seu quantitatem reí. adeo sint ínter se oppositae.
quae ita sunt indivisibilia ut noil augeant stincti et non communicantes inter se; ergo Quare, si semel concipiantur et ratione di- 27. Quocirca, quamvis id em genus varüs
quantitatem lineae; sed unaquaeque diffe- ex hac parte distínctio illorum, etiamsi sit stinguantur orones differentiae quae in es- modis a nobis dividatur, non tamen semper
rentia addit certum gradum ac quasi deter- secundum rationem, non potest procedere sentia rei fundari possunt, earum numerus dividitur per proprias et immediatas diffe-
minatam partem perfectionis, ex quarum in infinitum nec comparad potest .cum di- augeri non poterit, sive respectu rerum exis- rentias quibus proxime contrahitur et ac-
partium coniunctione consurgit integra per- visione partium continui. Aliunde vero qni- tentium sive possibilium; per illas enim tuatur; et ideo fieri aliquando potest ut
fectio spcciei, quae, cum finita sit, non pot- libet illorum graduum indivisibilis est se~ convenit aut differt ab omnibus, .tam quae duae differentiae inter se comparentur ut
est nisi ex finitis quasi partibus consurgere. sunt quam quae esse possunt. actus et potencia. Ut in exemplo pasito, licet
cundum conceptum; na m quaelibet diffe-
Unde, sicut in latitudine intensiva qualita- 26. Et inde etiam facile cxcluditur prior substantia dividí possit per corpoream et
tis finitae non possunt distingtú nisi finiti rentia, sive generica sive specifica, indivisl...
bilis est, estque taliter indivisibilis ut au~ obiectio, nam quacumque ratione multipli- incorpoream, viventem et non viventem,
gradus ínter se non communicantes, ex quo- centur differentiae, et sive subordinatae sint semper prior divisio est immediata et pro-
rum coniunctione consurgat tota qualitatís geat essentialiter rei perfectionem in ordine
ad conceptum mentís; ergo ctiam in ordine inter se sive non, non possunt esse nisi in xima; cuius signum est quod illa sumitur
intens·io finita, ad eumdem modum est in numero finito propter dictam causam; quia, quasi ex intrinsecis principi.is et absoluta
gradibus differentialibus proportionate phi- ad mentís conceptum non potest essentia
finita dividí vel constituí per huiusmodi dif- scilicet, finita perfectio non potest etiam entitate rei, haec vero sumitur in ordine ad
Iosophandum. Quamvis autem hi gradus mente dividí in piures quasi partes ínter ')e operationem; et ideo differentia viventis,
iuxta veriorem sententiam in re non distin- ferentias nisi numero finitas, quae cum in- non communicantes, nisi solum in numero prout est in rebus corporeis, semper com-
guantur actu, tamen discursus factus eam- divisibiles sint, non poterit ín earum divi- finito. Probabilius autem est differentias om- paratur ut actus et non ut potencia ad gra-
dem vim habet in ordine ad distínctionem sione procedí in infinitum. nes quac ad unius essentiae constitutionem dum corporeum. Et quamvis illa differentia
et conceptionem mentís nostrae, quia etiam 25. Et ita manet efficax consequentia ·conveniunt esse aliquo modo inter se sub- reperiatur etiam in rebus incorporeis, tamen
ut ratione distinctí, concipiuntur ut inter se facta in tertia racione; et cessat obiectio in- ·ordinatas ut potentiam et actum; alias non reperitur Ionge diverso modo, quia substan-
non cornmunicantes, si gradus ipsi praecise sinuata in secunda evasione, quía in re finita possent unum per se constituere. Neque cia incorporea est (ut ita dicam) totaliter
ac formaliter sumantur, ut sumí debent. non possunt contíneri, etiam in potentia~ oetiam est verisimile in hoc committi circu- vivens, id est, vivit ratione totius substan-
798 Disputaciones metafísicas
total, mientras que la corpórea por razón de una parte; y éste parece que es
el modo especial en que se la toma cuando se establece como diferencia. de
cuerpo. Y aunque concedamos que puede haber una diferencia común de vi-
viente que abstraiga de los dos modos dichos, de aquí puede suceder a lo más
que algunos géneros que no están en subalternación tengan una diferencia co-
mún, cosa que acaso no constituye un inconveniente, pues así lo juzgó Aristóte-
les en el lib. VI de los Tópicos, de lo cual nos ocuparemos en otra parte.
28. Otro argumento de Aristóteles en favor de la conclusión.- Queda, pues,
de esta forma suficientemente explicado y confirmado el tercer argumento, re-
cibiendo también del raciocinio anterior corroboración el primero. A su vez, el
se.gundo, si no se lo aplica a las propiedades en rigor en cuanto expresan las INDICE DE LAS DISPUTACIONES CONTENIDAS
facultades operativas o alguna otra realidad distinta de la sustancia, sino que se
aplica a cualquier modo de ser o de operar, puede defenderse, puesto que nos- EN ESTE TOMO II
otros distinguimos estos géneros y diferencias preferentemente en orden a al-
guna propiedad de este tipo. Añade, por fin, Aristóteles otro argumento, a sa-
ber, porque si se diese proceso al infinito en estas diferencias, jamás podríamos
llegar a conocer o definir con bastante distinción una cosa, puesto que el co- Págs.
nocimiento o definición absolutamente distinta comienza por el género supremo
y llega mediante la adición de todas las diferencias hasta la última, lo cual no 7
DISPUTACIÓN VIL-Diversos géneros de distinción ...
podría realizarse si fuesen éstas infinitas. Esto acaece sobre todo en el conoci-
miento humano, que avanza paso a paso de una cosa a otra, del mismo modo VIII.-La verdad o lo verdadero, pasión del ente 69
' 167
que es imposible llegar hasta el infinito a través de una enumeración sucesiva) " IX.-La falsedad o lo falso . .. ... ... .. . . ..
según consta por el lib. III de la Física, c. 7, y es harto evidente de por sí. X.-El bien o la bondad trascendental 209
"
XI.-El mal 275
tiae ·suae, corporea vero ratione partis; quo do essendi vel operandi intelligatur, defendi " 321
spcciali modo surni v.idetur cum ponitur potest, quia haec genera et differentiae ma- » XII.-Las causas del ente en general
differentia corporis. Et quamvis demus possc xime distinguuntur a nobis per ord.inem ad » XIII.-La causa material de la sustancia 377
dari communem differentiam viventis abs- aliquam proprietatem huiusmodi. Ultimo
trahentem ab illis duobus modis, inde ad addit Aristoteles aliam rationem, nempe, » XIV .-La causa material de los accidentes 539
summum fit aliqua genera non subalterna- quia si in bis differentiis esset processus in XV.-La causa formal sustancial 629
tiro posita habere differentiam communem, infinitum, nunquam posset res a nobis satis
quod fortasse non est inconveniens; ita distincte cognosci aut definid, quia cognitio
enim censuit Aristoteles, VI lib. Tapie., de seu definitio omnino distincta incipit a su-
quo alias. premo genere, et per adiectionem omnium
28. Alía pro conclusione ratio Aristote- differentiarum pervenit usque ad ultimam;
lis.- Sic igitur satis declarara et confirmata quod fieri non posset si illae essent infinitae.
manet tertia ratio; et prima etiam ex prae- Quod maxime habet locum in cognitione
dicto discursu robur accipit. Secunda vero, humana, quae paulatirn procedit ab una :.td
si non de proprietatibus in rigore, ut dicunt aliam, quomodo impossibile est in infinitum
facultates operandi aut aliquam aliam rem a pertransiri successive numerando, ut constat
substancia distinctam, sed de quolibet mo- ex III Phys., c. 7, e.t satis est per se notum.

\f
DISPUTACION XVI
LA CAUSA FORMAL ACCIDENTAL

Muchas de las cosas explicadas a propósito de las formas sustanciales son


aplicables a las accidentales; en efecto, convienen de algún modo en el con-
cepto general y tienen segÓll él muchas cosas comunes que no es menester
repetir aquí. En definitiva, pues, explicaremos cómo conviene esta causalidad a
los accidentes y si tienen, según dicha razón, algo peculiar.

SECCION PRIMERA.
SI TODOS LOS ACCIDENTES EJERCEN UNA VERDADERA CAUSALIDAD FORMAL,
Y SOBRE QUÉ EFECTO
1. El motivo de duda está en que el accidente ni es causa forma! de su
sujeto ni del compuesto; por consiguiente no posee efecto alguno; luego tam-
poco posee una causalidad verdadera y esencial. Esta última consecuencia es
evidente, puesto que la causa y el efecto son correlativos; la primera, a su vez,
está clara por la suficiente enumeración de las partes; el antecedente en cuanto
a su primera parte se prueba por ser la sustancia el sujeto del accidente y por-
que el accidente nópuede ser la causa formal de la sustancia. Y en cuanto a
su segunda parte se prueba, porque si el accidente fuese la causa formal del
compuesto, dicho compuesto sería un uno per se, porque de una causa propia
y esencial resulta un efecto propio y esencial; mas el compuesto' de accidente
y sujeto no es un uno per se; luego.
DISPUTATIO XVI'~/ posru; ergo nullum effectum habet; ergo
DE FORMAL! CAUSA ACCIDENTALI neque veram ae per se causalitatem. Haee
Multa quae de substantialibus formis dic- ultima consequentia est 'evidens, quia causa
ta sunt, accidentalibus applicari possunt; et effectus correlativa sunt; prima vero con-
conveniuot enim a.liquo modo in ea com- stat a sufficienti partium enumeratione; an-
muní ratione et secundum ~am multa. ha-
bent cornmunia, quae hic repetere non opor- tecedens autem quoad' priorem partem pro-
tebit. Tandem ergo explicabimus quomodo batur, quia subiectum accidentis est sub-
haee causalitas accidentibus conveniat, et aD stantia; non potes~ autem accídens esse cau-
secundum eam rationem aliquid ~abeant sa formalis substantiae. Quoad posteriorem
singulare.
vera partem probatur, quia si accidens esset
SECTIO PRIMA
formalis causa compositi, tale compositum
UTRUM OMNIA ACCIDENTIA VERAM EXERCEANT
CAUSALITATEM FORMALEM, ET CIReA QUEM esset per se unum} quia ex causa propria
EFFECTUM et per se consurgit proprius ac per se ef-
1. ,Ratio dubitandi est quía accidens ne- fectus; sed compositum 'ex accidente et sub-
que est causa formalis sui subiecti nec com- ieeto non est per se unum; ergo.
10 Disputaciones metafísicas
Disputación XVI.-Sección 1 11
2. Refutación de la opinión de Auréolo.-;- Respecto de. este proble~a pue-
de traerse a colación la opinión de Auréolo citada por Caprealo, !n
11, dlst. 18, enseña la fe que se da en la Eucaristía. Por otra parte, si los argumentos que
allí cita Capréolo fuesen de algím peso, probarian lo mismo respecto de la for-
<l. 1, quien afirma que ningún accidente po.see la. entidad propia de l~ for~a
mediante la cual modifica formalmente al sUJeto., SIDO que es la actuaclOn mIS- ma sustancial y de su información; efectivamente, todos insisten principalmente
ma. Mas apenas puede entenderse qué es lo que quiso decir, a no ~e~ que, por en esto~ en averiguar en qué consiste dicha información, si es que es algo disq
ventura, haya entendido que ningún accidente es algo realmente dlstmto ~e la tinto del acidente, a ver si es algo relativo o absoluto y otras cosas semejantes,
entidad de la sustancia, sino que es únicamente un modo, cosa que esta en cuestiones corrientes en la información sustancial y en cualquier otra unión.
contradicción y disonancia con las verdades de la fe por muchos conceptos. 3. Múltiple división de los accidentes.- Así, pues, para dar solución al
¿Pues quién sería capaz de comprender que los accidentes. estén separados en problema planteado, hay que distinguir diversas clases de accidentes. En efecto.
la Eucaristía y qne permanezcan sin la enudad de ~a sustancia, y que. no. po~ean hay unos accidentes que modifican propia e intrínsecamente la realidad a la que
entidad alguna propia, realmente distinta de la entidad d~ la sustanCIa? i Como, se dice que advienen; otros que son sólo denominación extrínseca, cOmo la ac-
igualmente, puede entenderse debidamente toda la doct~ma que d~fiend~ la fe ción respecto del agente y el hábito o el traje respecto del hombre vestido.
sobre las cualidades infusas si éstas no tienen sus entldades propms) dlstmtas A su vez, de la primera clase de accidentes hay algunos que tienen entidad
de la entidad natural de 1;
sustancia? Además, esa opinión está en contra de propia y realidad distinta tanto de la sustancia como de las otras entidades ac-
Úl experiencia cuanto puede estarlo una realidad ffsica; pu~s ¿quién hay que cidentales. Otros, en cambio, son únicamente ciertos modos unidos a otras en-
viendo que el aire está ahora iluminado y desp;,és q,:e~a pnvado de la I;,z no tidades, los cuales a veces se identifican realmente con la sustancia, como por
perciba casi con los ojos que la luz es una entidad dlstmta de la susrancla del ejemplo la presencia local; mientras que a veces se identifican con otros acci-
aire? Y no quiero hablar de otros puntos que hemos de exponer en sus lu?a~~s dentes, como le sucede a la figura respecto de la cantidad y a la relación de se-
propios acerca de la cantidad, de la cualidad, etc. Por otra parte, esa opmlOll mejanza -si es que se trata de un modo distinto- con la blancura.
en tal sentido no se apoya en argumento alguno probable, pues ¿porqu~ va
a estar en contradicción con la naturaleza del accidente el poseer una entidad Las entidades accidentales tienen verdadera causación formal
propia distinta de la sustancia y naturalmente dependiente de ella? No ~bstan­
te, acaso no haya sido ésta la intención de dicho autor, fimo que el. a.ccldente, 4. Así, pues, afirmo en primer lugar: los accidentes qUe"" tienen entidad
bien se trate de una realidad distinta del sujeto, bien no, no se dlstmgue en propia dístinta de la sustancia ejercen una causalidad formal propia y verda-
realidad de la actuación o de la inhesión en el sujeto; en efecto, todos los ar- dera. No es que afirme que este concepto les conviene unívocamente, pues en
gumentos que cita Capréolo en aquel pasaje parec~ que se dirigen a esto. esto tendrán características idénticas a las que tiene la razón de ser o la de
De acuerdo con este sentido no se excluye. que el accIdente pueda ser verdadera existencia misma; en efecto, siendo la forma la que confiere el ser, si el ser
y propiamente una forma; sin embargo no explica bien la causalidad formal de que di~ha forma confiere no es ser unívocamente, esa forma no será unívoca-
la misma. También en este sentido es peligrosa tal sentencia, según lo hace no- mente causa formal. Sin embargo, igual que el accidente, aunque sea ente por
tar allí Capréolo; en efecto, si la información o -10 que es lo mismo- la in- analogía, con todo es ente con verdad y propiedad y no metafóricamente, po-
hesión del accidente no es en la realidad· distinta de él, no es posible compren- seyendo un ser real verdadero y propio, del mismo modo el 9..ccidente que con-
der cómo se pueda conservar el accidente sin su actual inhesión) cosa, ~ue nos fiere tal ser es verdadera y propiamente causa formal, aunque no lo sea unívo~
camente. Además la sustancia está verdaderamente en potencia pasiva y recep-
·0'·1

2.. Aureoli opinio reiicitur.- Cirea hane lis lumen esse entitatem quamdam distinc-
quaestionem referri potest opinio Aureoli tam a substantia aeris? Omitto alia quae de servetur, quod tamen in Eucbaristia fieri realiter sunt ídem cum substantia, ut verbí
apud Capreolum, In I1, disto 18, q. 1, di- quantitate, qualitate, etc., suis loeis dicemus. docet fides. Praeterea, si argumenta quae gratia, praesentia Iocalis, interdum vero sunt
centis nullum aceidens habere propriam en~ Praeterea, illa sententia in eo sensu nulla ibi refert Capreolus essent alicuius momenti, ídem cum aliis accidentibus, ut figura curo
titatem formae, per quam formaliter afficiat rationi probabili nícitur; cur enim repugnat ídem probarent in forma substantiali ~t in- quantitate, et relario similitudinis (si est mo-
subiectum, sed esse ipsam aetuationem. rationi accidentis quod babeat entitatem formatione eíus; omnes enim in hbc potis- dus distinetus) cum albedine.
Quod víx intelligitur quid signifieet, nísi fo~.. propriam distinctam a substantia et natura- sime insistunt, ut inquirant quid sit illa
tasse intellexit nullum accidens esse rem dl- informatio, si est aliquid distinetum ab ac- Accidentales entitates vere causant formaliter
liter pendentem ab illa? Fortasse tamen non
stinctam realiter ab entitate substantiae, sed cidente, an sit respectivum vel absolutum, 4. Dico ergo primo:. accidentia quae pro~
fuit híc sensus illius auctotis, sed quod et aIia huiusmodi quae in sub'3tantiali infor-
modum tantum, quod multis modís repug- accidens, sive sit res distincta a subiecto sive priam habent entitatem distinetam a sub~
nat et dissonat veritatibus fidei. Quis enim matione et in quaIibet unione vulgaria, sunt. stantia, propriam ac verarn exercent causa-
non) in re non distinguatur ab actuatione 3. Multiplex accidentium divisio.- Ut
intelligat accidentia in Eueharistia separar!, seu inhaerentia in subieeto; omnia enim ar- litatem formalem. Non assero hanc ratÍonem
et manere sine entitate substantiae, et quod ergo quaestionem propositam expediamus, eis univoce convenire; in hoc enim eadem
non habeant propriam aliquam entitatem di·· gumenta quae íbi refert Capreolus ad hoc distinguenda sunt varia genera aecidentium. ratio erit quae de ratione entis aut de ipso
stinetam realiter ab entitate substantiae? tendere videntur. Iuxta quem sensurn non Quaedam enim sunt quae proprie et intrin- esse; nam, eum forma sit quae dat esse,
Item quomodo potest recte intelligi tata excludit quin accidens esse possit vere ac seee afficiunt rem cui accidere rlicuntur; si esse quod dat talis forma nOD est uni-
doer:ina quam fides docet de qualitatibus proprie forma, male tamen explicat ~orma­ alia) quae solum extrinseee denominant, ut voee esse, talis forma non erit univoee cau-
infusis) si illae non babent proprias encita- lem causalitatem dus. Estque etiam III hoc actio respectu agentis et habitus. seu vesti- sa formalis. Tamen, sieut accidens, quamvis
tes distinetas ab entitate naturali substan- sensu periculosa sententia,. ut ibí notat Ca- mentum respectu hominis vestid. Priora rur- analogice sit ens, nihilominus vere ae pro-
tiae? Est praeterea illa sententia contra ex- preoIus; nam si informatio ve! (q~od ideI;ll sus accidencla, quaedam sunt habentia pro- prie est ens et. non metaphoriee, verumque
perientiam quantum res physica esse potest; est) inhaerentia accidentis non est 1fl re dl~ priam entitatem et realitatem rustinctam tarn ac proprium esse reale habet, itt! accidens
quis enim videns aerem illuminari nune et stincta ab illo, intelligi non potest quomodo a substantia quam ab aliis entítatibus acci~ quod dat tale esse est vere ac proprie causa
postea amittere lurnen, non fere videat ocu- aecidens sine sua actuali inhaerentia .con~ dentalibus. Alia vera sunt tantum quidam formalis, etsi non sit univ.oee talis. Praeter-
modi affixi aliís entitatibus, qui interdum ea, substantia vere est in potentia passiva
MM

12 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección 1 13


tiva respecto de dichos accidentes; por tanto, en sentido I.::ontrario, los acci~ sea próximamente causa de modificación, o sea la razón proXlilla de modificar,
dentes mismos son los propios actos que actualizan y que vienen a llenar esa si no es porque está intrmsecamente ordenada a ello por su naturaleza; mas
capacidad receptiva estando inherentes en ella y siendo sustentados por ella; est~ mismo es lo que con toda verdad se afirma respecto de la propia entidad
luego son formas con propiedad y tienen una causalidad formal propia. Este es accIdental; luego en ella hemos de detenernos y afirmar que ella misma por sí
el sentido de todos los filósofos y teólogos, quienes llaman a estos accidentes es apta para ejercer esta causalidad. Por 10 que atañe a la condición asimismo
causas formales. En apoyo de ello está también la divina teología al llamar a necesaria para causar, nada peculiar se ofrece que decir aquí fuera de lo que
la justicia inherente causa formal de nuestra justificación. Finalmente, estos ac. . ya se dijo a propósito de la forma sustancial; efectivamente, sólo pueds'>, reque-
ddentes son causa de sus propios efectos; y no son extrínsecos, sino que son rirse como condición necesaria la. proximidad e indistancia, pues la existencia no
intrínsecos, puesto que por sí mismos constituyen intrínsecamente sus efectos. es propiamente una condición, según se' explicó allí mismo.
Por tanto no puede suceder ni por divloa potencia que tales efectos se pro-
duzcan sin semejantes causas, como por ejemplo el que 10 blanco se produzca Explicación de dicha causalidad
sin la blancura. Así, pues, siendo evidente que estos accidentes no son causas
materiales, es menester que sean causas formales, ya que fuera de estas dos no 6. Por lo que a la causalidad se refiere, hay que filosofar igualmente del
existe ningún otro género de causa intrinseca. mismo- modo; en efecto, nO puede negarse que se trata de algo realmente dis-
5. De aquí cabe inferir que aquellos cuatro elementos que se explicaron tloto de la forma y del sujeto, puesto que Dios puede conservar la entidad total
antes en la causa formal sustancial se encuentran también proporcionalmente de la forma accidental y del sujeto slo que el accidente ejerza su causalidad for-
en esta causa formal accidental, a saber, el prlocipio formal y próximo de cau- mal sobre el sujeto; y esto resulta absolutamente incomprensible si la causali-
sación, la condición necesaria, la causalidad y el efecto. En este género el prin- dad actual no es algo distloto de la forma que la causa y del sujeto que la
cipio tanto principal como próximo es la entidad misma de dicha forma, apta recibe, ya que la separación en la realidad es señal evidente de distinción real,
por su naturaleza para informar de tal suerte; la cual aptitud no consiste en según antes se demostró. Me queda por añadir todavia que tal causalidad no
algo realmente distinto de la entidad de dicha forma, sloo que es su diferencia es algo distloto de la unión o inbesión actual del accidente en su sujeto, según
intrínseca y. esencial, puesto que a ello está esencial y primariam~nte ordenada se afirmó respecto de la forma sustancial, pues existe la misma razón propor-
por su naturaleza, al igual que se dijo de la forma sustancial. Igualmente, por cional.
ser esa aptitud absolutamente inseparable de dicha entidad locluso por poten- 7. Solución a los argumentos de Auréolo.- Mas se impone agul responder
cia divina, 10 cual constituye un indicio de que no se trata de un modo real- brevemente a los argumentos de Auréolo. Es el primero que o esa información
mente distloto. Además, porque si la aptitud para loformar fuese una especie es algo absoluto o relativo; si es absoluto, será., en consecuencia~ separable de
de potencia realmente distinta de la forma accidental, se trataría de un acci- la forma por la potencia absoluta de Dios, de tal suerte que eso absoluto per-
dente, respecto del cual habría que preguntarse de nuevo a ver si modifica por m~mezca .en el sujeto sin la forma, puesto que Dios puede separar cualqúier
sí mismo, cosa que no podría negarse si no queremos incurrir en un proceso absoluto de otra cosa. Empero si es relativo, el eEtar informado, como por ejem-
al lofinito; ni. puede encontrarse otra razón alguna de por qué dicha aptitud plo el estar blanco, será, consecuentemente, algo relativo. Segundo, porque si
es algo distinto de la forma, ¿a qué predicamento pertenece? Pertenecerá sobre
todo al predicamento de la acción; mas esto no puede afirmarse, porque, de
et receptiva talium accídentium; ergo e con- sunt, eadem proportione reperiri in hac for-
verso accidentía ipsa sunt proprH actus ac- maIi causa accidentali, nimirum, formale
tuantes et quasi repIentes illam capacitatem principium ac proximum causandi, condi-
reeeptivam eique inhaerent et ab ea su::,- tionem necessariam, causalitatem et effec- afficiat ,vel sit proxima ratio afficiendi, nisi modo potest nisi actualis causaIitas sit ali-
tentantur; ergo sunt proprie formae pro- tumo Principium, tam principale quam pro- quia ad .hoc est intrinsece ex natura sua quid distinctmn a forma causante et sub-
priamquc eausalitatem formalem exereent. ximum, in hoc genere, est ipsa entitas talis instituta; sed hoc ipsum verissime dicitur iecto recipiente, nam separado in re est;
Atque ita sentiunt omnes pbilosopbi et formae natura sua aota ad sic informan- de ipsa entitate accidentali; ergo in ilIa si- signum evidens distinctíonis m re, ut supra
theologi, qui haee accidentia causas forma- stendum est et dicenduni ipsam per seip- ostensum esto Addo vero uIterius huiusmodi
dum, quae aptitudo ñon est aliquid in re
les vocant. Favetque divina theologia, dum distinctum ab encitate talís formae, sed est sam ésse aptam ad hanc camalitatem prae- causalitatem non esse aliud ab actuali unio-
iustitiam inhaerentem vocat causam forma- intrinseca et essentialis differentia eius, nam standam. De conditione item necessaria ad ne vel .1nhaerentia accidentis in subiecto, sic-
lem nostrae iustificationis l. Denique haec eausandum nihil peculiare hic dicendum oc- ut dictum est de forma substantiali; est
ad hoc est per se primo ex natura sua in.. currit, praeter ea quae dicta sunt de forma
accidentia sunt eausae suorum propriorum stituta, sicut de forma substantiali dictum enim eadem ratio proportionalis.
effectuum, et non extrinsecae, sed intrinse- f',.St. Item, quia illa aptitudo omnino est in- substantiali; sola enim propinquitas et in- 7. Aureoli argumenta enodantur.- Opor-
cae, quia per se ipsa intrinsece constituunt distantia requiri potest ut conditio necessa- tet tamen hic breviter satisfacere argumen..
separabilis a taIi entitate, etiam per divinam rial existentia enim proprie non est eondi-
suos effectus. Dnde fieri non potest per di- potentiam, quod est signum non esse mo- tis Aureoli. Primum est, quia vel- illa infor-
vinam potentiam ut tales effectus fiant sine tio, ut ibídem declaratum esto matio est quid absolutum ve! re&pectivum;
dum ex natura rei distinctum. Praeterea,
talibus causis, ut album, verbi gratia, sine quia si aptitudo ad informandtlm esset qua- si absolutum, ergo separabile a forma per
albedine. Cum ergo constet haec accidentia Explicatur dicta causalitas potentiam Dei absolutam, ita ut tale abso-
si potentía quaedam ex natura rei distincta
non esse causas materiales, necesse est ut a forma accidentali, i11a esset quoddam ac- 6. De causalitate ítem eodem modo phi- Iutum maneat in subiecto sine forma, quia
sint causae formales; nullum enim est aliud cidens; de quo rursus interrogandum est an losophandum est; negad enim non potest Deus potest separare quodcumque absolu-
genus causae intrinsecae praeter haec duo. per se afficiat; quod negari non poterit nisi quin sit aliquid ex natura reí distinctum a tum ab alio. Si vera relativum, ergo esse
S. Hinc colligere Hcet quatuor illa quae velimus in infinitum procedere; nec potedt forma et a subiecto, quandoquidem' potest informátum, ut, verbi graria, esse album, est
in causa formali substantiali supra decJarata reddi alia ratio, cur illa aptitudo proxime Deus conservare totam entitatem formae ac- re!ativum. Secundo, nam si est quid distinc-
cidentalis et subiecti absque eo quod ac- tum a forma', cuiusnam praedicamenti est?
cidens ,exerceat suam causalitatem forma- Maxime enim erit de praedicamento aetio-
1 Conc. Trid., sess. 6, C. 7. !em clrea subiectum; quod intelligi millo nis; hoc autem dici non potest, quia alias
Disputaciones metafísicas Disputación XVI,-Sección 1 15
14
10 contrario, la causalidad de la forma no sería ~al1:salidad formal, sino eficien~e. está privada de su acción y no 10 está de su existencia.. Por consiguiente estos
Tercero, si la actuación de la forma es algo dlst1?to, dad~ q:re ella actu.ahza argumentos han de resolverse prescindiendo de la cuestión de la distinción en-
principalmente al sujeto, pregunto a ver si 10 ac.tu~hza por S1 m1sma o med1ante tre la esencia y la existencia.
una cosa distinta; si lo hace mediante algo dlstmto, entramos. en un proceso 9, Así, pues, por lo que se refiere al primero hay que decir que esta infor-
al infinito; si 10 hace por sí misma, sería mejor, en consecuencta, detener~e en mación o actuación es algo absoluto que incluye esencialmente una relación
la forma misma. A estos argumentos se reducen todos los que pone alh C;a- trascendental. Mas es algo absoluto no como una entidad realmente distinta de
préolo con toda amplitnd, excepción hecha ~e los que corresponden a la dIS- la entidad de la forma, sino ,como un modo realmente distinto, implicando con-
tinción de la cantidad respecto de la sustanCia, de los que nos ocuparemos en tradicción desde este punto de vista el que tal modo se conserve sin la forma
misma, aunque no suceda 10 contrario. Incluye además dicho modo la relación
su debido lugar. 1 d' , " trascendental de la unión actual con el sujeto, implicando contradicción por este
8, A ellos, empero, responde Capréolo dando por sup~.esta a IstmclOn
real entre la esencia y la existencia y afirmando que la actua~lOn de ~a .forma. es capítulo la permanencia de dicho, modo en la realidad sin que permanezca ese
algo distinto de la forma; pero que no se trata de un .acc1dente dlSt1?to, smo sujeto modificado e informado por tal accidente, Ni es algo nuevo o raro el que
que es el ser de la forma misma, el cual queda redUCIdo a la especI':' de la un modo absoluto incluya esencialmente una relación trascendental, sino que es
forma, de la que dimana, Empero lo que da por supuesto no es, nec,esano en el algo muy frecnente y común a muchas entidades, sobre todo si son imperfectas
problema presente, ni puede resultar satisfactorio en su sentencIa). ,81 se expresa e incompletas, Ni se sigue tampoco de aquí que las denominaciones derivadas
consecuentemente, ya que implica contradicción el que la actuaclOfl es~é sel?a- de las formas absolutas sean relativas, como blanco, o estar blanco y otras se-
rada de la forma informante; ahora bien, de acuerdo con su s.enten~13, DlOS mejantes; en efecto, estas denominaciones no se' toman -por así decirlo- de
en la hnmanidad de Cristo separa de la forma informant,:, su eXlst~nCla, y c:>ll las uniones, sino de las formas que están unidas, y las formas son absolutas.
l'
la misma razón podría hacer otro tanto en la form~ aCCIdental. NI es conVlll- Al segundo argumento se responde debidamente diciendo que este modo de in-
¡ cente la respuesta que alli insinúa, a saber, qne DIOS no, pue~e s~p~rar de la formación queda reducido al predicamento de la forma accidental, por ser un
forma su existencia propia si no la suple medIante una eXIstenCia d1stlllta. Con- modo en cierta manera completivo de su ser, al igual que la subsistencia es a
f cedamos que esto sea as!; con todo, esa existencia distinta, mediante la cual su manera completiva del ser de la sustancia, Si alguno dijese que estas cau-
f'
i¡ suple Dios la existencia propia de la forma, n0.es un :fecto formal de l~ forma. salidades se redncen a los predicamentos de la acción o de la pasión, no en
li
[! Además, aun separada e impedida esa existenCia propm, permanece la 1nform~­ cuánto acciones, sino en cuanto causalidades específicamente distintas acaso no
, '
,1
ción propia; luego es algo distinto de la existencia. ~?nsecuentemente, habna se eqUlvocarfa mucho; mas esto 10. examinaremos al tratar del número sufi-
" que afirmar sin duda en dicha sentenci~ que esa aCClOn no pertenece al ser ciente de predicamentos. Al tercer argumento respondo que la actuación no
j de la existencia, sino al ser de la esencia del compuesto total, y que es ~lgo actúa propiamente al sujeto, sino que une la forma al sujeto, y mediante esta
anterior al ser mismo de la existencia~ según se e<:ha ~e ver. e~ la humamd~d forma es actuado el sujeto; al igual que tampoco es la acción la que propia-
de Cristo, en la cual, de acuerdo con esta sentencla,. ~olo e~st1o el ser proplO mente obra, sino que une la causa. agente al efecto en su género. Por tanto
de la esencia y, no obstante, se dio en ella la ~ctuacI?n p'Opl~ del alma, de I.a del mismo modo que la acción en el grado en que procede del agente no s~
que se vio privada el alma en la muerte, de CrIsto, sIendo. as! que no fue J?r~­ realiza mediante otra acción, sino por sí misma, igualmente esa actuación en el
vada nuevamente de ser alguno de la existencia. y la cantidad en la Eucanstla grado en que actúa o modifica al sujeto, no lo modifica mediante otra realidad,

sua existentia., l11a ergo argumenta solvenda ut album aut esse aIbuni et similes; nam
parat esse a forma info~mante in C~risti hu~ sunt' abstrahendo ah illa quaestione de di- hae denominationes non sumuntur ab unio-
causalitas formae non esset formalis, sed ef- manitate et eadem raUone posset ldem fa- stinctitme essentiae 'et existentiae. nibus (ut sie dicam), sed a formis unitis:
ficiens. Tertio, quía si actuatio formae est eere in forma aecidentali. Nec satisfacit re- 9.,: ,,;Ad primum ergo dicenduro est hanc formae autem absolute sunt. Ad secundum,
quid distinctum, curo ipsamet maxime ~c­ sponsio quarn ibi insinuat, scilieet, Deuro irtfotm'aticínem vel aetiJationem esse quid recte dicitur, hune modum informationis re-
tuet subiectum, inquiro en aetuet per S~lp­ non posse separare esse ,proprium a !orma, absólutum, includens. essentialiter transcen~ dud ad praedieamentum formae accidenta~
sam ve1 per aliquid aliud; si per aIlud, nisi illud suppleat per ahquod esse abenum. ~éñta1em, respettulit: Est autero quid ab- lis; quia est modus compIens quodammodo
procedetur in infinitum; si per seipsam, Esto enim hoc ita sit, nihilominus illud esse sQlutum 'non ut entitas realiter distineta
ergo satíus fuedt stere in ipsa forma. Et esse cius, sieut subsistentia suo modo cam~
alienum, per quod Deus supplet. esse pro- ~,áb,' entitate formae, sed ut modus ex natura pIet esse substantiae. Si quis vera dkeret
ad haee argumenta reducuntur amnia quae prium, non est effeetus. formahs form~e. réi. distinctlls, et' ex hac parte implicat con~
ibi latissime Capreolus refert, praeter ,e,a has causalitates revocari ad praedicamenta
Item, separata et imp~dlto esse pro.pn?, tradielionem conservari talem modum sine actlonis vel pass"ionis, non ut acciones, sed
quae pertinent ad distinctionem quantitatls manet informatio propna; ergo est ahqUld ipsa forma, Heet non e converso. Itieludit
a substantia, quae suo loco tractabimus. ut causalitates specie distinctas, fortasse non
distinetum ab esse. Et ita esset sine dubio praeterea modus j11e' transcendentalem re- admodum erraret; id vero examinabimus
8. Ad haee autero respondet Capreolus dieendum eonsequenter in illa sentencia, ae- spectum actualis unionis 'ad subiectum, et
supponendo rustinctionem realero ínter esse tractando de sufficientia praedicamentorum.
tionero illaro non pertinere ad esse existen: ex hae parte implicat contradictionem ma-
ét essentiam et dicendo actuationem formae Ad tertium respondeo actuationem proprie
tiae, sed ad esse essentiae totius e?mpo~itl, nere in rerum natura modum illl1m, quin
esse aliquid distinctum a forma; i~lu~ antero esseque aliquid prius ipso esSe eXlsteI?-uae, subiectum maneat affectuQl et informatum non actuare subiectum, sed unire formam'
non esse aliud accidens, sed esse lpSlUS for- ut patet in Christi humanit~te, in qua, l~ta tali accidente. Neque est novum .aut singu- subieeto, per quam formam subiectum ae-
mee, quod reducitur ad speciem. forroae, a illaro sententiam solUIn fUIt esse essenuae lare modum absolutum indudere essentia- tuatur; sieut aetio proprie non agit, sed
qua fluit. Sed id quod suppomt n.on est proprium, et ta~en in. illa fuit. prop.ria a7- liter trancendentalem respeetum, sed est coniungit causam agentem effectui in suo
neeessarium in praesenti, neque sausfacere tuatía animae qua pnvata fUlt amma In valde frequens et commune multis entitati- genere. Unde, sieut accio, eo modo quo est
potest in eius sententia, si eonsequenter lo~ Christi morte ' cum tamen non fuerit privata bus, praesertim imperfeetis et incompletis. ab agente, non est pér aliam actionem, sed
quatUI' . nam implicat contradietionem se~ denuo aIiquo' esse existentiae. Et quantitas Neque inde etiam sequitur denominationes per seipsam, ita illa actuatio, ea modo quo
parari ~ctuationem illam a forma informan~ in Eucharistia privatur sua actione' et non sumptas a formis absolutis esse respectivas, actuat ve! attingit subieetum, non per aliud~
te; at vera iuxta illius sententiam Deus se~
Disputación XVI.-Sección 1 17
16 Disputaciones metafísicas ------------------~

11. Solución del motivo de duda.- Ni constituye un obstáculo el motivo


sino por si misma. Ni .por lo que a esto se refiere, son iguales las características de d,:,da expuesto al principio; en efecto, hay equivocidad en aquel término
de la forma, puesto que la forma en su entidad precisiva no incluye esencial- esenczalmente cuando se le aplica al efecto en cuanto es efecto o en cuanto es
mente la relación trascendental de la unión actual, a la que sin embargo in- un solo compuesto; pues aunque el compuesto accidental no sea esencialmente
cluye dicha actuación. U?o en la razón de ser, sino sólo accidentalmente, en la razón de efecto es esen-
CIalmente efecto de la forma accidental; efectivamente se trata de relaciones y
Explicación del efecto de esta forma razones formales diversas, y por eso no hay inconveniente alguno en que aquel
10. Por lo que atañe al cuarto, al efecto concretamente, hay que afirmar compuesto que no es uno. esencial sino accidentalmente en cuanto tal sea un
que el efecto propio de esta forma es sól.o el compuesto accidental, por ser él efecto es~ncial ~e la forma. accidental; ya que tal compuesto, sea cual s~a, exige
lo que primaria e inmediatamente resulta del accidente en cuanto informa al d.e por SI esenCIalmente dicha forma, en cuanto es tal compuesto determinado,
sujeto, y ser él solo lo que intrínsecamente y a su modo depende esencialmente sIendo. por tanto causado esencialmente por ella en su género.
de dicha forma; por tanto éste es el efecto propio y único de tal forma. Ade-
más, el efecto de esta forma no puede ser el sujeto mismo, por ser una sustan- Por qué no resulta un uno «per se)) del accidente y del sujeto
cia, la cual de suyo es anterior al accidente; por consiguiente, es menester que
sea el compuesto, ya que no hay ninguna otra cosa que pueda serlo. Se podrá 12. Se refuta el argumento de algunos.- Mas, a fin de desentrañar esto
decir que hay un medio entre estas cosas, a saber, el que el sujeto sea modi- desde sus raíces, puede preguntarse por qué no resulta un ente uno per se de la
ficado por la forma accidental, por ejemplo, que el efecto de la blancura sea forma accidental y del sujeto, dado que dicha forma se une con tal sujeto ver-
ponerse blanco el sujeto, por así decirlo, o estar blanco, que es 10 mismo; y dadera y ::ealmente por sí misma. Piensan muchos que la razón está en que la
esto es algo distinto del compuesto total de sujeto y blancura, ya que expresa forma aCCIdental supone en el sujeto algún ser de existencia, y que ella con-
únicamente el efecto que se da en el sujeto como consecuencia de la blancura; fiere. también su ser de existencia propio y peculiar; y de un doble~ ser de exis-
~~tenCta no puede resultar compuesto un uno per se, sino únicamente per acéidens.
por consiguiente este es el efecto formal de la forma accidental, y no todo el
compuesto. Respondo que el que la blancura convierta al sujeto en blanco y el Así opin~ Soncin~s, lib. yn
Metaph., q. 5; Y lo indica Enrique, Quodl. X, q. 8,
constituir juntamente con él un compuesto accidental determinado son absolu- don.de dl~e que -SI el accId.ente no P?seyera en el sujeto su propio ser, sino que
tuv~era sol? el ser del sUJeto, de nmgún modo compondrían un ente uno per
tamente lo mismo, sin que haya más diferencia que el modo de significación,
acctdensJ SIDO per se. Esta es· la razón~ según refiere allí mismo, de que algunos
según es claro por los términos mismos y por 10 que se dijo anteriormente res-
pecto de la forma sustancial. Sólo hay que advertir que el compuesto acciden- de los que defendían muchas formas sustanciales esencialmente ordenadas en el
n:~stno .compuesto,. para dejar a salvo el que de ellas resultaba un uno per se,
tal, aunque en el género de la causa formal sea efecto de la sola forma acci-
dental, con todo, en absoluto no resulta de la forma sola, sino al mismo tiempo ,dIJeran .que las prImeras formas no conferfan el ser al estar actualmente unidas
~on la última forma. Mas aún, también Capréolo, In lIl, disto 17, q. 1, concl. 2,
y principalmente del sujeto mismo. Acaece por eso que dicho efecto puede ser·
Juzg~ probable que puede acontecer naturalmente alguna vez que la forma sus-
significado o bien precisivamente en cuanto es causado por la forma, y en este
tan~l~1 confie~a el. ser de la esencia, sin dar el ser de la existencia, apoyándose.
sentido decimos que el efecto de la blancura es hacer blanco al sujeto; o bien
absolutamente, en cuanto de ese sujeto determinado y de esa forma resulta esto en CIerto testlmomo de Santo Tomas en el opúsculo De natura materiae, c. 8)
blanco, y de esta suerte se dice que el compuesto accidental es un efecto de 11. Solvitur ratio dubitandi.- Nee ratio tur talí subieeto. Multi existimant rationem
la forma accidental. dubitahdi in principio posita aliquid obstat; esse quia forma accidentalis supponit in
est enim, aequivocatio in termino illo per se. subieeto aliquod esse existentiae' et prae-
sed per seipsaro attingit. Neque quoad hoc caro, seu esse alburn, quod idem est; hoc dum ad effeetum ut est effectus vel ut est ter~a ipsa canfert suum propriu'm ac pe-
est eadero ratio de ipsa forma, quía forma autero quid distinctum est a toto composito umml cúmpositum applicatur; ipsum enim cuhare esse existentiae; ex duplici autem
in sua praecisa entitate non ineludit essen- ex subiecto et albedine, nam dicit tantum accidentale compositum, licet in ratione en- esse existentiae non potest unum per se
tialiter transcendentalem respectum actuaJis effectum relictum ab albedine in subiectp; tis non sit per se unum, sed. per aecidens, componi, sed tantum per aecidens. Ita
unionis, quem tarnen ineludit il1e. actuatio. hic ergo est effectus formalis formae acci.. in ratione effeetus est' ver se effectrts formae Sonc.. VII Metaph., q. 5; et indicat Hen-
dentalis, et non totum compositum. Respon- accidentalis; sunt enim hae diversae habi- rie., Quodl. X, Q. 8, uhi ait Ql10d si acci-
Declaratur effectus huius formae deo albedinero reddere subieetum album et tudines et rariones formales, et ideo nil den.s non haberet suum proprium esse in
10. De quarto, scilieet, de effeetu, dieen- cum illo constituere tale eompositum aeci- veta! illud compositum quod non est per subleeto, sed solum esse subiecti, nullo mo-
dum est proprium effectum huius formae dentale, idem omnino esse solumque in" se unum, 81!d per accidens, ql.lMenus tale do eomponeret unum ens per accidens sed
esse solum eompositum aecidentale, narn il- modo significandi differre, ut eonstat ex ip- est, esse effectum per se aecidentalis for- per se. Unde, ut ibídem refert, no~nulli
lud est quod primo et ímmediate consurgit sis terminis et ex superius dictis de forma mae; nam i1liJd eomoositum, qualeeumque etiam ex his quí ponehant oIures formas
ex accidente informante subiectum, et illud substantiali. Sotum est advertendum aeci- sit, per se et essentialiter. requirit illam for- substanciales per se ordinatas in eodem
soluro est quod intrinsece et suo modo es- dentale compositum, Heet in genere causae mam, quatenus tale compositum est, unde composito, ut salvarent ex illis consurgere
sentialiter pendet a talí forma; ergo hic est formalis sit effectus solius formae aeciden- ab i1la per se causatur In suo geI1:ere. unum per se, dicebant priores formas non
proprius et unit.-us effeetus talis formae. talis, absolute tamen non eonsurgere ex sola dare esse quando actu sunt conillnctae lllti-
forma, sed simul et maxime ex ipso subi~c­ Ex, accidente et subiecto cur non fiat unum ~ae formae. Immo e!Íam Canieo!., In JII,
Deinde effeetus huius formae non potest es- per se
se subiectum iPSUffi, curo sÍ! substantia, too Quo fit ut ille effeetus significad possit dlst: l~, q. 1, conel. 2, exhtimat probabile
quae ex se est prior accidente; ergo oportet ve! praecise ut causatur a forma, et sic di- 12. Ratio, aliquorum improbatur.- Sed, fien altquando posse naturaliter ut forma
ut sit compositum, quía nihil est aliud quod cimus effectum albedinis esse reddere album ut hoc radicitus explieetur, quaeri potest substantialis det esse essel"lti::Je et non det es-
esse possit. Dicetur fortasse ínter haee dari subieetum; vel absolute, ut ex tali subiecto enr ex forma accidentali et subieeto non se existentiae, propter. quoddam testimonium
medium, scilicet subiectum esse affeetum et forma consurgit hoc album, et hoe modo consurgat ens per se unum, quandoquídem D. Thomae, in Opusculo De natura mate-
accidentali forma, ut, verbi gratia, effectum dicitur compositum uccidentale esse effec- talis forma per seipsam vere ac realiter. uni- riae, C. 8, cum tamen probabilius s'it illud
albedinis esse subieetum albere, u~ sic di- tus forrnae accidentalis.
2
-..------------------
1""" -----

18 ____ ___ __._ _______________ ~sputacion~ me~afisica~ Disputación XV/.-Sección 1 19


siendo así que es más probable que dicho opúsculo no sea de Santo Tomás_ solo orden y predicamen t o. Y por este motIVO. . .
no puede constltmrse un uno
Cabe añadir que no han faltado tomistas que juzgaron probable que los acci- per se .CaD. la materia y la cantidad, porque, aunque la materia posea un ser
dentes no poseyeran una existencia propia distinta de la existencÍa de la sustancia, sustantIaI Incompleto, con todo no está ordenada a la cantidad como al acto
y según la sentencia de éstos -si es verdadero el principio admitido- se sigue con e que haya de completarse dicho ser. Y de igual manera no resulta un
que del accidente y la sustancia resulta un uno per se, pues de las realidades que 1 se con el alma y sus po t enelaS,
uno per . .
smo .
un uno per acczdens porque aun-
tienen una existencia absolutamente y per se una se afirma con razón que poseen ~ue e .al~a posea tambi~n un ser incompleto, sin embargo no 'está ordenada
unidad per se, ya que la unidad sigue al ente y el ente recibe el nombre del ser. No ~ t0-?stltu~r un ser complero con sus propiedades, las cuales son de un orden
obstante, todas estas afirmaciones están fundadas y dan por supuesta la distin- :n~~~or, Silla. que se ordena esencial y primariamente a la materia, como po-
ción real entre la existencia y la esencia, la cual nosotros juzgamos que es im-
posible refiriéndose a la esencia actual; y aunque fuese posible o verdadera,
b.d t el mISmo orden. Por tanto, igual que decíamos antes que la razón de-
loa a ~ual de la ~ateria y de la forma resulta un uno per se no es otra sino
sin embargo no es necesaria para resolver la cuestión presente; En efecto, cual l~ proporcIón y relaCIón mutua que guardan dentro del mismo género asi por
sea la esencia, tal es también la existencia; por tanto, igual que la esencia puede
ser una, bien por entidad simple, bien por composición, otro tanto pasa con
e cont:-ano, la raz.ón debido a la cual no se constituye un uno per' se 1a de
sustanCla y ~el. aCCidente no es otra más que el no tener dicha proporción sino
la existencia misma. Así, pues, si se afirma que sólo constituyen un uno per se o.tra m y dlstmta, ya que, por más que la sustancia sea capaz del accidente
aquellas cosas que tienen una existencia simple y no compuesta, el principio es
falso y se ha aceptado sin fundamento. Mas si se trata de un ser con unidad
b
sm ~I? argo ?O está esencIalmex;te orden~da a dicho acto, según se explic6
tarntlen antes, y, por el contrarIo, el aCCIdente mismo es un acto de tal na-
de composición, en este caso, aunque sea verdad que la forma accidental con- rura. eza, que no se ordena a completar la sustancia en su género sino a per-
fiere su propio ser, continúa el mismo problema de por qué de ese ser concreto f ecclOnarla en otro género. '
y del ser del sujeto no resulta compuesto un ser único que sea verdadera y 14. Por esto se llega también ~ comprender que esta unidad Y su natura-
propiamente un uno per se. leza han de tenerse en cuenta no solo por lo que respecta al ser d 1 .
13. Argumento eficaz de la conclusión.- Cabe responder en otro sentidO hda' sino también
.. '1 dI" e .a eXlsten-
a ser e a esenCIa, sea cualquiera la clase de distinció
que la forma accidental presupone un ser sustancial completo y perfecto y que, aya entre ellos? má~ aún, primariamente se encuentran ~~n la esencia e ~ que
por tanto, del ser de dicha forma y del ser del sujeto no puede componerse tal, y en la :xlstenCIa P?f razón de ell~. Efectivamente, con la mate~i~t.mn~~
un ser uno per se. Este argumento es de gran valor por lo que se refiere a los f?rma sustanCIal se constItuye una esenCIa verdaderamente una po di h Y
accidentes que tienen por sujeto una sustancia completa. Sin embargo, puesto ~yo, y pOf e;o el ser la misma es uno verdadera y esenda1men~e; ~n c:~~
?e o
que opinamos que la cantidad inhiere en la materia prima con la que no cons~ 10, ~on, .a. arma aCCIdental y con el sujeto sustancial no se constitu
tituye un uno per se, sino per accidens, hay que añadir, en consecuencia, que; ,~sencIa umea Y', consecuentemente, tampoco resulta de ellos un sel uno ~:r ~a
la forma .ccidental, por el hecho mismo de ordenarse a un sujeto dotado de mpero, por ma.s que se afirme que la forma accidental compone únicamen~
un ser de distinto orden o predicamento y no ordenarse a constituir o com- un uno per acctdens, con todo 10 compone mediante una u:nió d d
pletar dicho ser en ese orden o' predicamento, no constituye con él un uno< física, ya que tratamos de la forma accidental propia l. cual in~. ver .a e;a y
'per se, sino per accidens, puesto que 10 que es, un uno per se debe ser de un ::rente en su .su;,eto; y, por lo mismo, según decia~os antes a11~~:~~S~~
, . dad, esta umdad, aunque en comparación con la unl·dad per se sea unidad
opusculum non esse D. Thomae. Adde non sermo sit de uno esse per compositionem~ orrunis e! praedicarn.enti. Atque hac ratione
sic quarnvis verum sit formam accidentalem ver~o, accidens ipsum est talis actus ut non
defuisse thomistas qui probabil~ putaverint ex ma~ena. et quantl!ate non fit unum per ordmetur ad complendam substantiam in
accidentia non habere propriutIJ. esse distinc- dare suurn proprium esse, eadem quaestio se, qUla) hcet matena babeat incompletum
manet, cur ex tali esse et esse subiecti nol'¡l suo genere, sed ad perficiendam iliam in alio
turo ab esse substantiae, iuxta quorum sen- esse ~ubstantiale, non tarnen ordinatur ad genere.
tentiam (si verurn est principium positum) componatur unurn esse quod vere ac pro- ql1ant~,tatem ut ad actum quo illud esse
prie sit per se unum. 14. Ex q.u0 etiam intelligitur hane uni-
sequitur ex accidente et substantia fieri cpmpI:?dum. esto Et similitel' ex anima et ta~em e.t ratlOnem eius non soIum in es se
unum per se, nam quae habent ídem esse 13. Ratio efficax conclusionis.- Alitex potent11S su~s non r~sultat unum per se,
ergo responderi potest form3m accidenta- e.X1stenuae, sed etiam in. esse essentiae (qua~
omnino ac per se unum, merito dicentur se~, :per acc~dens, qUla, licet anima habeat htercumque .haec distinguantur) consideran_
habere unitatem per se, cum unum sequa- lem supponere completum ac perfectum es- etlam esse ll'l.completum, non tamen ordi-
se substantiale, et ideo ex esse taHs for.. d.am esse;. lmmo,. pe~ prius in essentia ut
tur ens et ens ab esse dicatur. Verurntamen na~ur' ~d complendum unum esse cum pro~
rnae et subiecti non componi unum esse SIC, et r~uone eIUS 'ln existentia re.p erin
haec omnia fundantur et supponunt distinc- pnetatlbus suis, quae sunt inferioris ordinis Ex materIa e~m et forma substancial ver~
tionem realem inter esse et essentiam, quam per se. Quae ratio est optima, quantum sed per se primo ordinatur ad materiam'
ad accidentia quae subiectantur in substane. ~t una essent13 propter dictam causam et
nos existimamus non esse possibilem. 10- u.t ad potenti.am eiusdem ordinis. Itaque: Ideo esse illius est vere ac per se un~'
quendo de essentia actuali; et quamvis es- tia completa. Tamen, quia opinarour quan- SlCUt su~ra dlcebamus rationem ob quam
titatem inhaerere in materia prima, cum ex .forma autem accidentaIi et substantiaU
set possibilis aut vera, non est tamen ne- ex mat7na et. ~orma fit per se unum non sublecto non fit una e.ssentia, et ideo neque
cessaria ad' praesentem quaestionem defi- qua non facit unum per se, sed per ac.- esse. al~am nrSl, mutuam propor'tion-em et
cidens, ideo ~ddendum est formam acci~ unum esse per se ex illis resultat. Quam-:
niendam. Nam, qualis est essentia, tale est habltu~lDem quam intra ídem genus ba-
dentalem, hoc ipso quod natura sua respic~t quam vera forma accidentalis dicatur com~
etiam esse; unde sicut essentia potest esse ben.t. Ita) e contrario, ratio oh quam ex p~nere unum tantum per accidens, nihilo-
una, ve! oer entitatem simpllcem vel per subiectum habens esse altenus ordinis el aCCIdente et substantia non fit per se unum
praedicamenti et' non ordinatur ad consti- mmus per ,:eram ac physicam unioncm iJ-
compositioñem, ita etiam ipsum esse. Si non es~ aBa nisi quia non habent illam Iud compon~t; agimus enim de accidentati
ergo dicantur i11a tantum constituere unum tuendum vel complendum illud esse in illo pr?po~tl0nem, se~ a.liam Ionge. diversam,
ordine et praedicamento, non eonstituere ~o~ma p:opna! quae intrinsece SUD subiecto,
per se. quae habent unum esse simplex et qUIa, bcet substantta Slt capax aecldentis non lD .aeret, .et Jdeo, ut supra disputando de
non compositum, falsum est illud princi- curo illo unum per se, sed per accidens,,- tamen, est per se ordinata ad talem actum
quía quod est per se unum deb~t esse unim unrta!e dlce~a~us, haee unitas, licet com-
pium et sine fundamento sumptum. Si vero ut supra etiam dec1aratum est; et, e con: paratione unrtatls per se analogice sh uni-
20 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección 1 21
analógicamente, no obstante no es unidad sólo por metáfora, sino porque ver-
dadera e intrínsecamente participa algo de la naturaleza de la unidad, en lo el concurso de tal potencia, precisamente porque en ello interviene una caus?~
lidad formal a la que Dios no puede suplir.
que supera en gran manera a los entes per accidens, a los que se Hama tales
sólo en atención a la agregación o coordinación, ya que no todo compuesto . 16. A la objeción principal se responde que, en general y hablando con
per accidens tiene el mismo grado de unidad, según dijimos allí mismo. De esta rIgor, no ,es necesario que el sujeto dependa de semejante forma accidental, se-
suerte se ha dado satisfacción completa al motivo de duda propuesto; porque, gún se echa de ver en Ja luz respecto del aire y en otros casos semejantes
aunque esta forma constituya un uno per accidens, sin embargo, por ser ll,.'1 derivados de algo extrínseco. Por tanto, aunque tratándose de algunas formas
uno tal que implica alguna unidad física y real, puede, por lo mismo, compo- se dé cierta dependencia del sujeto respecto de ellas, con todo, hablando con
nerlo mediante causalidad formal propia y esencial, proporcionada a tal com- propiedad, la forma accidental en cuanto tal no incluye en sn causalidad la
puesto. dependencia del sujeto respecto de ella misma. Queda aún por añadir qne el
sujeto no depende jamás del accidente como de su propia causa formal, punto
Análisis de otros efectos de esta forma accidental en que parecen estar de acuerdo todos los autores; porque, si el compuesto
sustancial depende de sus accidentes propios, casi todos reducen esa dependen-
15. Empero queda en pie otra objeción contra la parte exclusiva de la c~a al género de la causa material, a la que llaman causalidad dispositiva, te-
conclusión por el hecho de que no es sólo el compuesto, sino también el su- menda lugar esto sobre todo en la disposición que prepara y adapta al sujeto.
jeto mismo del accidente el que parece ser efecto del accldente que le informa Porque aquella que es concomitante y como conservadora del sujeto no puede
y) consecuentemente, parece que este efecto procede de la causalidad formal tener razón de causa dispositiva, ni mucho menos de formal, puesto que su-
de la forma accidental. Se prueba la afirmación, porque el sujeto de un acci- poneen absolnto el ser del sujeto y dimana de él o se justifica por razón de
dente depende del _accidente mismo en el ser; ahora bien) no depende más que él; y por eso se dice con razón que estos accidentes conservan el ser del su-
en el género de la causa formal; luego. La mayor es evidente en el compuesto, jeto no como causas a, prioriJ sino a posteriori como propiedades concomitantes
el cual depende de la disposición última, y es más clara aún en la materia, la de tal sujeto,' cosa que puede afirmarse con verdad de todos los accidentes in-
cual no puede existir sin su cantidad, y en el alma, que no puede existir sin trínsecos. Efectivamente, las características son casi idénticas en todos ellos, exis-
sus potencias. Además) amén de estos efectos positivos, puede esta forma tener tiendo únicamente diferencias en esto, en que algunos son en absoluto conse-
un efecto formal privativo que consiste en la eliminación de la forma contra- cuencia del sujeto, mientras que otros se presuponen en orden de naturaleza,
ria pues el calor formalmente expulsa al frío, y así en otros casos. Asimismo) no porque tengan alguna causalidad especial además de su información, sino
un' accidente parece que puede ser causa formal de otro accidente, como por por estar exigidos por parte de la materia y decirse de ellos, por esto mismo,
ej~mplo se dice que la cantidad es la razón de existir en un lugar, siendo así que se reducen según dicha razón a la causa material.
que existir en un lugar es un accidente distinto de la cantidad misma; y del 17.. Cómo un .accidente elimina del sujeto a otro accidente.- Por 10 que
mismo modo se dice, por ejemplo) que el objeto) bien por sí mismo, bien me- atañe a la primera, confirmación, opinan algunos que un accidente elimina efi-
di'ante la especie, es la causa formal del acto de visión; es más, de la misma cientemente de un sujeto a su contrario, mas no formalmente. Empero, aunque
pótencia visiva se dice que en cierto modo es la causa formal de su visión, esto sea verdad respecto de la forma accidental que está en el agente, en rela-
pl,les Dios no puede producir la visión o un vidente sin potencia visiva o sin ción' con la expulsión de la forma- contraria que habia en el paciente, con todo.,'

tas, non tamen est unitas solum per meta- tate formalí formae accidentalis. Assumptum potentia~, .quia intervenit ibi eausalitas for- dispositivae, nedum formalis, cum absolute
phoram, sed quia vere et intrinsece parti- probatur, quía subiectum accidentis pendet malis qttam Deus supplere non potest.
cipat aliquam rationem unitatis, in quo mul- in esse ab ipsomet accidente, et nonnisi supponat esse subiecti et ab ipso -manet vel
16. :Ad principalem obiectionem respon- ratione illius debeatur; et ideo haee acci-
tum excedít entia per aecidens, quae per in genere causae formalis; ergo. Major pa- detur non esse in universum 'ac per se 10-
solam aggregationem aut coordinationem ta- tet in composito, quod pendet ab ultima dis- dentia merito dicllntur conservare esse sub-
quendo .,necessariru::n ut subiectum ab huius iecti, non a priori ut causae, sed a poste-
lia dicuntur; non enim omne compositum positione; et cIarius in materia, quae non mO,di forma accidentaJi pendeat, ut con-
per accidens aeque llnum est, lIt ibidem di- potest esse sine sua quantitate; et in anima, riori ut proprietates concomitantes tale sub~
sta~' in, lÍJ.mine respectú aeris, et similibus iecturn, quod de intrinsecis omnibus acci-
ximus. Atque ita amnino satisfactum est quae esse non potest sine suis potentiis. quae ab,· extl'Ínseco veniunt. Quapropter,
rationi dubitandi propositae; naro, Heet haec Praeterea, ultra hos effectus positivos ha- dentibus vere dici. potest. Est enim fere
etiamsi respectu aliquarum formarum inter- eadem ratio in omnibus illis, solumque pot-
forma constituat unuro oer accidens, tamen bere potest haec forma effectum formalem venÍat aliqua dependentia subiecti ab ipsis,
quia illud tale est ut alitluam unitatem phy-, privativum, qui consistit in abiectione for- est esse differentia in hoc, quod quaedam
nihilominus, per se loquende, forma acciden- simpliciter consequuntur, alía ordine natu-
sicam el: realem ineludat, ideo potest illud mae contrariae; calor enim formaliter ex~ talis ut sic in sua eausalitate nop' ineludit
componere per causalitatem formalero 17[0- pellit fngus, et sic de aHis. Demde, unum rae :mpponuntur, non quia specialem cau-
dependentiam subiecti ab ipsa. Addo dein- salitatem habeant praeter suam informatio-
priam ac per se, tali composito proportio- accidens videtur posse es se causa formalis de subiectum nunquam pendere ab acciden-
natam. alterius accidentis, ut quantitas dicitur esse nem, sed quía ex parte materiae requiruntur
te ut a propría causa formalí, in que om- et ideo secundum eam rationem dicunt~
ratio essendi in loco, cum tamen es se in loco nes auctores convénire videntur'; nam si
Examinantur alii effectus huius formae sÍ! accidens distinctum ab lpsa <¡uantitate; ad materialem causam revocari.
eompositum substantiale dependet a. propriis 17. Accidens quomodo a subiecto expel-
accidentalis et similiter obiectum ve! per seipsum ve1 aecidentibus, fere omnes revocant illam de-
15. Sed superest altera obieet!o contra per speciem dicitur esse causa formalis ac- lat accidens.- Ad primam confirmationem
pendentiam ad genus causae materialis, quidam opinantur accidens effective expela
exclusívaro partero conelusicnis, quia non tus visionis, verbi gratia; immo ipsa po- quam vocant causalitatem dispositivam; et
soluro eompositllro, sed etiam ipsum sub- tentia visiva dicitur aliquo modo esse cau- lere a subiecto suum contrarium et non for-
maxime hoc habet locum in dispositione maliter. Sed, -¡icet hoc sit verum de forma
iecturo accidentis videtur esse effectus ac- sa formalis suae visionis; ideo enim non praeparante et aptante subieetum. Nam illa
cidentis informantis ipsum, et consequenter potest Deus facere visionem aut videntem accidentali: quae est 'in agente, l'espectu ex-
quae est concomitans quasi conservan~ sub- pulsionis formae contrariae quaf' , erat in
etia~ hunc effectum provenire ex causali- sine potencia visiva aut sine eoncursu talis iectuÍn, non potest habere rationem éausae passo, tarnen de forma quae recipitur in
22 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Secci6n 1 23
- - -

esto no puede ser verdad respecto de la forma que se recibe en el paciente ni, rcorpórea el ser capaz de tal modo de estar en lugar, sIno que también de
en general, respecto de las formas contrarias, en ~uanto en relación al mismo ella se deriva naturalmente e! estar en algún lugar del modo dicho. Y e~ ob-
sujeto una está por sí misma en repugnada con otra y la expulsa, ya que nin- jeto, si se compara con la potencia, en cuant;0 influy.e en ella. ~~ espec1e, o
guna forma expulsa eficientemente a otra realizando la expulsión directamente -en cuanto concurre al acto mediante la espeCIe, no tIene condlCIOn d~ causa
y por sí misma, puesto que, como dicen, ningún agente obra teniendo por fin formal) sino de causa eficiente, como es manifiesto de por sí; mas 81 se lo
un mal; ni hay acción alguna que tenga por fin esencialmente la corrupción, considera en cuanto es término y en cuanto especifica al acto, entonces no
sino que esencialmente produce alguna realidad positiva, de la que se sigue la ejerce ninguna causalidad propia, sin9 la simple condición de término) la que
privación de otra. Mas la forma accidental que está en el paciente no se causa algunos reducen a la causa formal y la califican de extrinseca, punto d: que
eficientemente a sí misma ni a ninguna otra forma mediante la cual expulse a ya nos ocupamos antes; ahora, empero, sólo tratamos de la causa propIa 10-
su contraria; por consiguiente no ejerce eficiencia alguna en orden a dicha eXR formante. Finalmente, la potencia vital no es en modo alguno causa !orrp,al
pulsión, sino que expulsa la forma contraria sólo mediante la información del de su acto, sino. que es causa activa y receptiva; mas en orden a la constltUClOn
sujeto, por el hecho de que tienen entre sí repugnancia formal natural respecto del sujeto y la razón de viviente actual, es decir, de. sujeto cognoscente o amante,
del mismo sujeto. Así, pues, respecto del argumento, concedo que la expulsión o algo similar, puede afirmarse que en cierto modo concurr~, formalmente, I?ues-
de una forma contraria pertenece al efecto formal de la forma accidental, mas to' que, aunque semejante vida actual tenga su consumaClOn formal medmnte
no de cualquiera, sino de la que tiene contrario. Y esto na está en contradic- el ácto segundo, con todo incluye también al primero" al que el seg;mdo .su-
ción con la conclusión propuesta, 'no sólo porque debe entendérsela aplicada pone de suyo y esend?lmente; y acaso ésta sea la. raz.o? de qu:' sea lmposlble
al efecto positivo y propio que es causado por la forma esencial y primaria- el que alguno vea sin la potencia visiva y sin su eJerCICIO, cuestión de que nos
mente, sino también porque la expresión exclusiva no excluye los hechos con- ocupamos en otra parte. ,
comitantes; y esta expulsión de una forma contraria de tal manera acompaña 19. De un solo accidente sólo se da un efecto formal.- Por que puede
al efecto positivo de tal forma) que se sigue con necesidad natural en virtud haber varias formas accidentales en un mismo sujeto, y no sólo varias formas
de esa misma causalidad formal por la que la forma modifica al sujeto y entra en sustanciales.- De todo esto se infiere, finalmente, que el efecto formal de esta
la composición de! compuesto. forma accidental sólo puede ser uno; y se infiere también, por el contrario, que
18. Un accidente, no causa formalmente ningún otro accidente distinto de a este efecto formal sólo puede concurrir una sola causa formal. Y en esto ,hay
sí.- A la segunda confirmación se responde que, con propiedad, ninguna for- cierta semejanza entre la - forma accidental y la sustancial, y hay también al-
ma accidental causa formalmente otro accidente distinto de sí y de su unión con guna diferencia o desemejanza. En efecto, se diferencian ·~n que las formas sus-
el sujeto, puesto que una forma no causa formalmente otra forma. Por eso, si tanciales no pueden unirse esencial ni accidentalmente en el mismo sujeto, mien-
un accidente está intrínsecamente unido a otro, o será debido a la natural re- 'tras que varias formas accidentales pueden unirse de ambos modos en el mismo
sultancia del uno respecto del otro, cosa que pertenece a la eficiencia, o a la sujeto; puesto que, al no constituir un uno per se ni conferir el ser en abso-
subordinación necesaria, por la cual el uno es razón de recibir al otro, cosa que luto, sino sólo de un modo relativo, no hay contradicción en que esta clase de
pertenece al género de la causa material. De esta suerte, pues, se dice de la seres se multipliquen en el mismo sujeto, bien de una manera completamente
cantidad que es la razón de estar circunscriptivamente en un lugar de los
accidental, es decir, sin ninguna relación entre sí, como cuando algo blanco se
dos modos dichos, porque no sólo es la razón a la que debe la sustancia

passo, et in uruversum de formis contrarfis et proprio, qui per se primo causatur a for- porea est cápax talis modi essendi in loco~ tione non' potest fieri ut videat quis sine
quatenus respectu e.iüsdem subiecti una per ma; tum etiarn quia dictio exclusiva non et ad illam naturaliter consequitur esse ali~ potentia visiva et usu eius, de qua alias.
seipsam repugnat alteri et expellit ilb.m, exc1udit concomitamia; hat~c amem expul- cubi dicto modo. Obiectunl autem, si com- 19. Unius accidentis unicus tantum ef-
illud non potest esse verum, quia nulla for- sio formae contrariae ita comitatur positi- pan~tur ad potentiám, quatenus in eam in~ fectus formalis.- Cur pIures accidentales
ma expellit effective aliarn, directe et per vum cffectum talis formae ut naturali neces- fluit speciem vd quatenus mediante specie formae possint esse in eodem subiecto, non
se efficiendo expulsionem, _luia (ut aiunt) sitate consequatur ex vi eiusdem camalitatis concurnt ad actum, non habet rationem autem pIures substantiales.- Ex quibus om-
nullum agens intendens ad malum opera- formalis qua forma afficit subiectum et ,(atísae formalis, sed 'effecíÍvae, ut per se nibus tandero infertur effectum forrnalem
tur; neque est olla actio quae pel' se ten- componit compositurn. constat; si vero consideretur ut terminat et huiusmodi accidentalis formae unicum tan-
dat ad corruptionem, sed per se facit aliquid 18. Accidens nullum aliud accidens a se- specificat actum, sic npllam propriam cau- tum esse, atque etiam ,e converso ad huius-
positivurn ex quo sequitur privatio alterius. distinctum causat fornwliter.- Ad alteram salitatem exercet, sed puram rationem ter~ madi effectllm formaIcm unicam formalem
At vero forma accidentalis 'guae est in pas- confirmationem respondetur nullam formam mini, quam aUqui revoeatlt ad causal11 for- causam posse concurrere. In quo est simi-
so non causat effectÍve seipsam negue ali- accidentalem proprie causare formaliter aliud maJem, et extrinseeam 'eam vacant, 'de quo litudo aliqua inter formam accidentalem et
quam aliam formam per quam suum con- accidens distinctum a se et a sua unione iam supra diximus j nune vera solum agi- substantialem et aliqua differentia aut dissi-
trarium expellat; nullam ergo efficientiam cum subiecto, quia una forma non causat mus de propria eau'sa' informante. Denique miIitudo. Differunt enim quia substantia-
exel'cet ad illam expulsionem, sed solurn in- formalitcr a1i2m formam. Unde, si unum patentia vitalis nulla modo est, qmsa for- les formae nec per se nec per acc1dens
formando subiectum expellit contrariam for- accidens es! intrinsece connexum alteri, erit maIis suÍ actus, sed activa et receptiva; ad coniungi possunt naturaliter in eodem sub-'
rnam, ea quod inter se habent forrnalem aut propter naturaIem resultantiam unius constituendum aurem subieetum in ratiotle iecto, pIures vero formae accidentales 'utro-
repugnaníÍarn naturalem respectu eiusdem ab alio, quae ad efficientiam pertinet¡ aut actualiter vjventis, id est, cognoscentis vel que, modo possunt símul esse in eodem
subiecti. Ad argum~ntum ergo concedo ex- propter subordinationem necessariam qua amantis, aut quid simile, dici potest con~ subiecto; quia cum non ·constituant per se
pulsionem forrnae contrariae pertinere ad unum est ratio recipiendi aliud, quod per- currere aJiqua ex parte formaliter, quia licet unum nec dent esse simpliciter sed secun-
effectum formalem formae accidentalis, non tinet ad genus causae materialis Sic ergo huiusmodi actualis vita consummetur for- dum quid, non repugnat huiusmodi es se
omnis, sed eius quae habet contrarium, Ne- quantitas dicitur esse ratio essendi in loco maliter per actum secundum, tamen etiam multiplicari in eodem subiecto¡ ve! omnino
que hoc repugnat conclusioni positae, tum circumscriptive, utroque ex dicti~ modis; ¡neludÍ! primum, quem seeundus per se ae per accidens, id est, sine ulla habitudine
quia illa intelligenda est de effectu positivo nam et est ratIO per quam substantia eor-' essentialiter supponit; et fortasse hac ra- ¡nter se, ut cum album fit musjcum, vel
Disputación XVI.-Sección 1 2S
24 Disputaciones me tafísicas

convierte en mUSICO, o bien en cierto modo de manera esencial, puesto que el de dichas formas entre sí, y cual sea esta umon, tal será dicha unidad; y baj0
uno se subordina al otro, como lo hace la potencia al acto, o el acto primero este concepto esa forma pertenece únicamente a una especie total, por más que
al segundo, y de este modo 10 cuanto \!s colorado y el ojo es vidente. Resulta resulte de la fusión de muchas formas parciales. Todavía cabría investigar aquí
con est.o que, según ,el primer modo, pueden multiplicarse en un mismo sujeto si pueden dos formas sustanciales de la misma especie colaborar en la produc-
los accIdentes que dIfieran al menos especifica o genéricamente, llegando hasta ción de un mismo efecto formal; pero esta cuestión ya se trató con anteriori-
un ~úm7ro que no posee límite alguno determinado; pues,- aunque no puedan dad en sentido general al estudiar el principio de individuación. y añadimos
ser mfimtos por la razón general de que es contradictorio que exista un infinito todavía que, aunque tales formas se encontrasen unidas en el mismo sujeto,
actual, y aunque quizá tampoco por defecto de los agentes naturales puedan estas no concurrirían al mismo efecto formal, sino que cada una conferiría su efecto
formas multiplicarse más allá de un limite determinado, tanto en un mismo su- íntegro distinto del de la otra, según se desprende fácilmente de lo dicho.
jeto como en sujetos distintos, sin embargo, en cuanto depende del sujeto y de
las mismas formas accidentales, no puede señalarse en esto límite alguno, ni hay Si los modos accidentales poseen actividad causal y de qué clase
""""J
mayor repugnancia en una multiplicación mayor de estas formas que en una 21. En segundo lugar, hay que afirmar que los accidentes que no poseen
menor, puesto que en estas entidades que se hallan en relación accidental, esta una entidad propia distinta de los otros ejercen ciertamente una causalidad for-
circunstancia nada tiene que ver con su repugnancia, a no ser que interven- mal, aunque de un modo distinto del de las otras formas accidentales. La pri-
g~ alguna contrariedad u oposición especial por otro concepto. Lo contra~
mera parte se prueba, en primer lugar, por inducción, pues la figura es la for-
no acaece en las que se subordinan esencialmente,'! puesto que, por el hecho ma de la realidad figurada, siendo éste el sentido en el que Aristóteles, bajo
mismo de guardar entre sí subordinación, es esencialmente necesario que exista distinción, a la cuarta especie de cualidad la llama forma o figura J y sin ern~
en e?as una. entidad primera y una última y, consecuentemente, si hay algu- bargo, la figura no es una realidad, sino úniCamente un modo distinto. Asimis-
nas mtermedias, es menester que tengan mi número determinado, por la mis- mo el sitio y el donde, o sea la presencia local, modifican formalmente al su-
ma razón por la que lo probamos antes respecto de los predicados esenciales. jeto, razón por la cual confieren al hombre, por ejemplo, la denominación de
. 20. La semejanza entre la forma accidental y la sustancial consiste en que, sedente, .o estante, o presente; sin embargo, se trata también de modos y no
Igual que el compuesto sustancial se constituye con una forma única de la mis- de entidades distintas. Otro tanto cabría decir de la mutación pasiva de una
ma manera también el compuesto accidental, en cuanto es uno a su ~odo y per- ~osa. Además, podría darse como razón el que estos accidentes modifican por sí
tenece a una sola especie, se constituye únicamente por una sola forma acci- mismos verdadera y realmente a los sujetos en los que están y con los que
dental, puesto que mediante la subordinación de género y diferencia no se rea- componen un solo compuesto accidental, el cual, en cuanto dotado de tales ca-
liza la multiplicación de formas, ni siquiera en las accidentales; y de muchas racterísticas, depende intrínsecamente de ellos como de acto propio constitutivo,
formas accidentales de diversas especies no se constituye propia e inmediata- mientras que los accidentes mismos dependen de sus sujetos como de causas
mente un ser único, sino sólo atendiendo a la unidad del sujeto, el cual cons- materiales; ,por consiguiente ejercen sobre sus sujetos causalidad formal.
tituye múltiples composiciones con las dbrzrsas formas. Cabe objetar: a veces 22. Se prueba la segunda parte de la afirmación por el hecho de que, al
una sola forma. resulta de la unión y proporción de muchas, por ejemplo una no ser realidades distintas, sino únicamente modos, estos accidentes no modi-
mezcla proporcIOnada, la salud, la hermosura, y acaso un, hábito único. Mi fican sus sujetos mediante algún modo de unión realmente distinto de ellos mis-
respuesta es que o estas unidades no son propias, o resultan de cierta unión
lium formarum inter se, <!t qualis fueót Uta!Ís sub distinctione nominat formem seu
aliquo modo per se, quia unum subordina- ces se, est dari iI?- eis primum et ultimum, et: haee unio, talis erit illa unitas; et sub ea figuram, et tamen figura non est res, sed
tur alteri, ut potencia ,ad actum, vel actus consequenter, S1 quae sunt media, necesse ratione iIla forma tantum est unius speciei modus tantum distinctus. Itero, situs et Ubi
primus ad secundum, guomodo quantum est est ut sint in certo numero cadem ratione totalis, etiamsi ex pluribus partialibus coales- seu praesentia localis form~liter afficiunt
coloratum et oculus videns. Quo fit ut priori qua id supra probatum est de praedicatis cato Inquiri e!Íam hic posset an ad eum- subiectum, unde hominem, verbi grada, de-
modo possint accidentia saltem specíe aut essentialibus. ' clem effectum formalem possint convenire nominant sedentem, aut stantem, vel prae-
genere differentia in eodem subiecto mu1- 20. Similitudo autem ínter accidentalem sentem; tamen sunt etiam modi et non en-
et substantÍalem formam consistit in hoc simul,duae formae accidentales eiusdem spe-
tiplicari in quovis numero sine ullo certo titates distinctae. Idem did potest de pas-
termino: quamvis enim infinita esse non quod, sÍCllt substantiale compositum 'LlOica dei; sed haec quaesdo disputata est supra
in, cornmum tractando de principio indivia siva rei mutatione. Deinde reddi potest ra-
possint ex generali ratione quod repugnat forma cOllstituitur, ita etiam accidentale tio, quia haec accidentia per sese afficiunt
infinitum in actu dari, et !icet fortasse etiam compositum, quatenus suo modo unum est duationis. Et deinde addimus quod, licet tales
ex defectu agentium naturalium non possint et uníus speciei, per unlcam tantum formam forrnae' coniungercntur in eodem subiecto, vere et in re ipsa subiecta in quibns sunt
accidentalem constituitur, quia per subor- non concurrerent ad eumdem effectum for- et cum eis componunt unum accidentale
hae formae ultra certum aliquem terminum malero, sed unaquaeque conferret suum in-
multiplicari, tam in eodem quam io diver~ dinationem generis et differentiae non fit compositum; quod quatenus tale est, intrin-
multiplicado formarum, etiam in acciden- tegrum effectum c1istinctum ab alia, ut ex sece pendet ab eis ut a proprio actu con-
sis subiectis, tamen, quantum est ex parte
subiecti et ex parte ipsarum formarum ac- talibus; ex multis autem formís acciden- dictis facile constato stituente; ipsaque accidentÍa pendent a suis
cidentalium, nulIus potest in hoc assignari talibus diversarum specierum non fit unum . Accidentales madi an et qualiter causent subiectis ut a materíalibus causis; ergo ipsa
terminm, neque est maior repugnantia in proprie ac immediate, sed tantum ratioI,le exercent causalitatem formal~m circa sua
unius subieeti, quod cum variis formis mul- 21. Secundo dicendum est accidentia quae
ma.iori multitudine harum formarum quam non habent propriam entitatem distinctam subiecta.
in minori, quía in his quae per accidens tiplicem facit compositionem. Dices: inter- 22. Secunda pars a&sertionis d~clara:tur,
dum una forma consurgit ex coniunctione ah aliis exercere quidem causalitatem for-
se habent, oihil hoc refert ad repugnantiam malem, diverso tamen modo quam aliae for- nam haec accidentia, cum non sint res di-
eorurn, nisi aliunde specialis contrarietas aut et I?roportione. plurium, ut temperamentum, stinctae, sed modi tantum, non afficiunt
samtas, pulchntudo et fortasse uous habitus. mae accidentales. Prior pars probatur primo
oppositio intercedat. Secus vero est in rus inductione, nam figura forma est rei figura- subiecta mediante aliquo modo Qnionis ab
quae per se ordinata sunt, nam hoc ipso R~spondeo has unitates vel nQn esse pro- ipsis distincto ex natura rei per quem eis
prtas vel consurgere ex aliqua unione ta- rae} et ita Aristoteles quartam specle'm qua-
quod habent inter se ordinem, per se ne-
26 ______I?isputaciones metafísic~ Disputaci_ón_~\TI.,---S--:e=c",c=io,,'n':..-'=l_________--__________2-,~
mos y mediante el cual se unan) sino que se unen inmediatamente por sí mis- que se ordenan a efectos distintos; por lo cual nada tiene de absurdo el que en
mos, según la doctrina expuesta a propósito de la distinción modal y de la na- ona misma realidad se multipliquen y el que un mismo modo, que es medio
turaleza del modo. Resulta de aquí que en estas formas modales la misma causa en orden a un fin, sea forma imperfecta respecto del SUJeto, o que e~ mismo
formal no se distingue de su causalidad actual, puesto que la causalidad de la modo de información, que, en cuanto derivado de la forma,. constituye la
forma, como dije muchas veces, no es algo distinto de la unión actual de la causalidad de ésta en cnanto la nne y la modifica, sea nna especIe de forma de
forma con el sujeto; luego donde no se distingue la unión de la forma, tam- la misma. Y toda~ía añado, para expresarnos mejor y c?n más prol?iedad, gue
poco se podrá distinguir la causalidad. Un indicio de esto lo tenemos también en el ámbito del ser hay algunos modos que no constItuyen especies propias,
en que estas formas modales ni por potencia absoluta de Dios pueden perma- sino que se reducen a las especies o predicamentos de las otras realidades o
necer en la realidad si no causan actualmente sus efectos; pues la sesión formas ya que son únicamente como condiciones exigidas, o causalidades in-
no puede permanecer sin constituir 'a"'~ alguien en sedente, etc.; y esto quedó ttínsec~s de ellas; estos modos no poseen la naturaleza propia de forma, sino
demostrado respecto de los modos con un sentido general en las páginas an- que conservan la razón propia de modos sustanciales y accidentales. Por este
teriores, a saber, que no pueden conservarse separados de las realidades a las motivo tampoco se puede decir de la unión del alma racional, por ejemplo, que
que modifican; y no pneden estar unidos con ellas si no las modifican formal- sea una forma, puesto que no puede calificársela de sustancial ni de accidental.
mente; por consiguiente no pueden existir actualmente si no ejercen su cau- Igualmente tampoco se puede decir que es forma la unión de la humanidad con
salidad actualmente; así, pues, esto es señal de que su causalidad actual no es el Verbo ni la subsistencia propia, según demostraremos luego. Así pues, en este
distinta de ellos mismos, sino que está intrínseca y esencialmente incluída en sentido tampoco se puede decir de la inhesión accidental que sea una forma ni~
sus naturalezas. Por -tanto, en esto está la diferencia entre dichos modos y las hablando con rigor, un accidente distinto, sino un modo del accidente. Por con-
otras formas propias, mientras que en las restantes características tienen una siguiente la conclusión propuesta ha de aplicarse a los primeros accidentes;
semejanza proporcional. efectivamente ellos son los únicos, propia y absolutamente hablando, que me-
23. Objeción contra las afirmaciones. anteri01'8S.- Solución.- Respecto de recen llamarse accidentes o formas accidentales. Finalmente puede afirmarse que
estos modos sólo puede plantearse una duda, que consiste en que de la afirma- mediante dicho argumento queda debidamente probado que estos modos, ha-
ción anterior se deduce que el modo de unión o de inhesión de la entidad blando en general, participan de la causalidad formal imperfecta y poseen otro
accidental es una forma realmente distinta de la forma inherente, por ejemplo modo peculiar de modificar, que pertenece a la causa formal.
de la blancura; empero esto parece ·absurdo, ya que, de 10 contrario, cuantas
veces se trate de una forma que sea una realidad distinta de la materia, será Las formas extrínsecamente adyacentes o denominantes no causan nada
menester hacer intervenir dos formas y que se unan, a fin de que pueda brotar
el efecto formal. Se sigue además que la generación es una forma de la materia 24., Afirmo en tercer lugar: los accidentes impropios, los cuales únicamen-
distinta realmente de la forma que es introducida por la generación; y otro te confieren una denominación extrínseca °
son adyacentes, no ejercen una
tanto sucederá en la alteración y en cualquier mutación, guardada la proporción verdadera causalidad formal, sino que participan sólo del nombre de ésta según
debida. Se responde, en primer lugar, que aunque se conceda todo esto, en cierta proporción. Se prueba por inducción, puesto que la acción no es una
la realidad no existe absurdo alguno, con tal que se evite la equivocidad en forma del agente, ya que ni 10 modifica ni le confiere ser alguno, ni compone
las palabras; puesto que estas formas no sólo son de' distinta naturaleza, sino con él algo verdaderamente uno. Otro tanto acontece con la visión, por ejem-

num et ad 'diversos effectus ordinantur; forma neque accidens distinctum, si pro-


uniantur, sed seipsis immediate coniungun~ tionibus ineludí. In hoc ergo est differentia quare nihil est absurdi quod in eadem re prie loquamur, sed modus aecídentis. Con-
tur) iuxta doctrinam supra traditam de di- inter hos modos et alias propl'ias formas, multiplicentur et quod idem modus qui est dusio ergo posita intelligenda est de prio-
stinctionc modali et de natura modi. Unde in reliquis vero omnibus proportionaliter via ad terminum sit forma imperfecta re·· ribus aecidentibus; ala enim tantum, pro-
tit in his formis modalibus eamaro ipsam conveniunt. spectu' subiecti, vel quod ídem modus in- prie et absolute loquendo, accidentia seu fOl'-
formalero non distingui a sua causalitate 23. Obiectio contra supra dicta.- Dis- formationis, qui, ut est a forma, est causa- mae accidentales dicenda sunt. Denique did
actuali, quia causalitas farroae, ut saepe dixi, solvitur.- Solum potest circa hos modos Ii(as eius, ut illam unit et affidt, sit aliqua- potest argumento illo recte ~stendi hos mo-
non est aliud ab unione actuali farmae ad dubitari, quia ex praedicta as~ertione sequi- lis forma eius. Addo vero deinde, ut melius dos, in universum loquendo, imperfectam
subiectum; ergo ubi non distinguitur uDio tur modum unionis seu inhaerentiae entita- et' proprius loquamur, quosd:lm esse modos causalitatem formalem participare, habere-
a forma, nec causalitas distingui potedt. tis aecidentalis esse formam ex natura reí "lui in latitudine entis non constituunt suas que aliurn peculiarem', afficiendi modum, ad
Cuius etiam signum est ,quia huiusmodi distinctam a forma inhaerente, verbi gra- proprias specíes~ sed reducUllLur ad species causam formalem pertinentem.
farmae modales non possunt manere in re- tia, ab albedine; hoc autem videtur absur- vel praedicamenta aliarum rerum ve! forma-
rum natura nisi actu causantes suos effce- durn, alias, quotiescumque forma est res di- rum, qUla soluro sunt tamquam conditíones Extrinsecus adiacentes formae aut denomi-
tus, etiam per potentiam Dei absolutam; stineta a materia, erit necessarium ut duae requisitae vel causalitates earum intrinseeae:, nantes nil causant
non enim potest manere sessio nisi consti- formae interveníant et coniungantur ut ef- et hi modi, non habent propriam rationem
tuat sedentem, etc.; quod in umversum de feetus f('lrmalis possit eonsurgere. Deinde formae, ,sed retínent propdam rati:onem mo- 24. Dico tertio: accidemia impropria,
modis e~t in superioribus demonstratum, sequitur generationem esse formatr matel'iac dorum substantialium et aeeidentalium. Et quae solum ~xtrinsecus denominant aut nd-
scilicet, conservad non posse separatos a ex natura rei distinetam a forma quae per hac ratione neque unio animae rationalis, iaeent, non exereent veram causalitatem for-
cebus quas modificant; non possunt autem generationem introducitur; et idem erit de verbi grada, dici potest -forma, quia nec malem, sed solum seeundum quamdam pro-
eis esse coniuncti quin eas afficiant forma- alteratione et qua vis mutatione, servata pro- 3ubstantialis neque aecidentalis did posset. portionem_ denominationem eiLls participant.
liter; non possunt ergo actu esse quin actu portione. Respondetur imprimís, quamvis Item neque unio humanitatis ad Verbum Probatur inductione, nam aetio non est for-
causent; signum est igitur actualem causa- hace omnia coneedantur, in re níhíl' esse nee propria subsistentía vere did potest for- ma agentis, quia non afficit illud nec dat
litatem eorum non esse distinctam ab ipsis, absurdi, si voeum aequivoeatio tollatur; ma, ,ut infra ostendemus. Sic ergo neque ilH aliquod esse, neque cum lilo componit
sed intrinsece et essentialiter in eorum ra- nam hae formae et sunt diversarum ratio- finhaerentia aceidentalis formae dicj .potest aliquid vere unum. Idem est de visione,
28 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección 1I 29
pIo, respecto del objeto al que denomina visto; ¿quién, en efecto se atrevería su disputación propia en qué sentido .melen fundarse en estas denominaciones
a decir que la visión es una forma de !a realidad vista? Lo mism~ sucede con algunos entes de razón; por tanto, no queda ya ninguna dificultad que tratar aquí
la ropa respecto del h~mbre vestido, y con. la superficie circundante y continen- respecto de este punto.
te respecto de la realIdad contemda, y aSI en todos los casos semejantes. La SECCION II
razón de todos ellos está en que no confieren ser real alguno a las realidades
SI TODA FORMA ACCIDENTAL ES EDUCIDA DE LA POTENCIA DEL SUJETO
que reciben de ahí denominación extrínseca; por tanto, no se trata de verdade-
ras formas re~les, puesto que la forma es la que da el ser. Además porque to- 1. De todas las cuestiones que hemos tratado sobre la forma sustancial,
dos estos accIdentes no poseen. verdadera y real unión con las realidades a las sólo nos queda ésta referente a la forma accidental, la cual exige un tratamiento
que denominan, mientras que la forma no causa si no es mediante la unión~ especial; en efecto, si se considera atentamente 10 que hemos dicho en la sec~
bien sea distinta de la forma, bien no 10 sea; pues si no se da unión física, n~ ción anterior, allí hemos dejado inc1uído todo 10 que pertenece al concepto de
h~y compuesto verdaderamente uno; y donde no existe una composición pro- forma física, mientras que lo que pertenece al concepto de forma metafísica pue-
PIa, de la que resulte un compuesto que sea uno con cierta unidad física, no de tomarse de la sección última de la disputación precedente, ya que en su
puede haber una causalidad formal verdadera y física. Finalmente, la causalidad última parte hemos demostrado que los géneros y diferencias se dan en los ac·
formal y la material son cuasi correlativas, ya que se corresponden mutuamente' cidentes con la misma razón y proporción.
ahora bien, en las realidades que reciben extrínsecamente denominación de otra~ Se, explica el sentido de la cuestión, separando los puntos ciertos de los inciertos
no tiene lugar una verdadera causalidad material, ni puede tampoco decirse del
agente que sea causa material de la acción, pasando 10 mismo con los otros ele- 2. Las denominaciones extrínsecas no se educen de la potencia del sujeto.-
mentas; po.r c~t;siguiente tampoco las realidades que confieren extrínsecamente Así, pues, para separar los ptmtos ciertos de los inciertos en el problema pre-
?Da. ?enOmmaclOfl de esta suerte son verdaderas formas. Tenemos también un sente, hay que recordar aquella división trimembre propuesta en la sección pre-
md!~lO de est~. en que Dios es denominad3 agente o creador en virtud de un. cedente, entidad propia de la forma accidental, modo accidental y accidente que
acclO~ o relaclOn que se da en la criatura, y, sin embargo, nadie se atrevería consiste únicamente en una denominación extrínseca. Por 10 que respecta a este
a decll' que tal aCCIón se compara con Dios como una forma verdadera de éste tercer miembro, nad!! es menester decir, ya que es cierto que todos estos predi-
y si a estas realidades se las priva de una verdadera y física causalidad formal; cados que son denominación extrínseca de otras realidades no se educen de
nada puede quedar en ellas por 10 que puedan llamarse de algún modo formas la potencia de las realidades que reciben de ellos la denominación extrínseca
extrínsec~s... si no e.s cierta proporción que consiste en que tales realidades ex- puesto que no existen en ellas tomo ~n su sujeto ni dependen de ellas en ab~
presan clert?S relaclOnes a aquellas otras realidades a las que denominan, en las soluto, como pasa con el vestido, respecto del hombre y la superficie continente
cuales relaclOues se portan a modo de término o acto último pareciendo por respecto de la realidad contenida; o, si dependen, no es ciertamente en el gé-
10. mismo. . que. confieren su den?minación al modo de formas.' Y así qued~ ex- nero ,de la, causa material, sino o en el de la eficiente, como es el caso de la
~]¡cada y .confltmada la. conclUSIón respecto de sus dos miembros. En qué sen-- acción respecto del ag'ente, o' en el de la causa objetiva, com.o pasa con la visión
tld~ se dIce que constltuyen verdaderamente algunos de los predicamentos de respecto del óbjeto. Hay, pues, que advertir que la realidad que sirve de deno-
min~ción extrí~seca a otra, tiene q~e estar siempre intrínsecamente en alguna otra
aCCIdentes o algunas de sus especies habrá de explicarse luego, cuando nos ocu-
pemos de cada una. de las razones predicamentales; igualmente explicaremos en realIdad, ya que, o es una sustancIa, y entonces está en sí, o es una entidad o
tionis .fundad in proprüi disputatione dice- praesenti dubitatione separemus eerta ab
verbi gratia, respectu obiecti quod visum agens dici potest causa materiaEs actionis, mus; et ideo nulla superest circa hoc dif- ince"rtisi supponenda est trimembris illa di-
denominat; quis enirn dicat visionem esse et sic de aliís; ergo neque res sic denomi- fícultas hoc loco tractanda. visio praecedenti sectiane praposita de en~
farmam reí visae? Idem est de indumento nantes extrinsece sunt verae formae. Cuius SECTIO II titate propria forrnae accidenta1is, de modo
respectu hominis vestiti, et de superficie cir~ etiam signum est CJuod Deus denominatur accidentali et de accidente soluro extrinse(!us
curndante ac continente respectu reí con~ agens vel creator ab actione ve] relatione VTRUM OMNi:S FORMA ACClDENTALIS
EPUCATUR O1r POTENTIA SUBIECTI denominante. Et de hoc quidem tertio mem-
tentae, et de omnibus similibus. Quorum quae est in creatura, et tamen nemo dixerit
omnium ratio est quia haee amnia nullum . talem actionem comparari ad Deum ut ve- 1~:,:, E~, ,::(;b:t,~~US "",quaestiOi'ubus quas de bro nihil dicere oportet, nam certum est
esse reale conferunt illis rehus quas extrin- ram formnm elus. Seclusa autem ab his forma -substantiali traetavimus, 801a haec su~ haec omnia praedicata quae extrinsecus alía
sece denominant; ergo non SUDt verae for- rebus causalirate formali vera ac physica petest ',circa, accidentalem formam, quae pe- denominánt non educi de potentia earum
rnae reales, cum forma sit quae dat esse. nihil in eis relinqui potest ob quod vocen~ culiarem <leclarationetn reqmrat; nam, si rerum quae ab eis denominantur extrinse-
Item, quía haee amnia non habent veram tur aliquo modo extrinsecae formae rusí attehte considerantur quae in superiori sec- cus, cum in illis non sint' ut in subiecto
et realem uDianem ad 1'es quas denominant, proportio aliqua, quae in hoc consistit' quod tione dicta sunt" ibi eomprehendimus am- et ab eis ve! simpliciter non pendeant, ut
forma autem non causat nisí media unione, huiusmodi res dicunt aliquas habitudines nia quae ad rationem physicae formae spec-
tanÍ'; quae vera pertinerit ad' rauonem for- indumentum ab homine et superficies con-
sive sit distincta a forma sive non: sec1usa ad alias res quas denominant, in quibus se
enim unione physica, non est composi1:um gerunt ad madum uItimí termini vel actus mae methaphysícae~ ex sectione ultima prae- tinens a re contenta; ve! ~:lÍ pendent, non
vere unum; ubi autern non est propria com- et ideo denominare videntur ad madum for- cedentis disputationis sumí possunt. Nam est in genere causae materialis, sed vel ef-
positio ex qua resultet compositum quod sit marum. Atque ita explicata manet et con- in ultima eius parte ostendimus genera et ficientis, ut aetio ab agente, vel obiectivae,
unum aliqua physica unitate, non potest in- firmata eonclusio quoad utrl1mque partem.' differentias eadem ratione el: propartione in ut visio ab obiecto. Est igirur advertendum
tercedere vera et physica causalitas formalis. Quomado autem haee vere dicantur consti- accidentibus reperiri. ' sempcr eam rem quae ~xtrinseeus aliam de-
Tandem causalitas formalis et materialis tuere aliqua praedicamenta aecidentium vel Sensus quaestionis explicatur" certa ab nominat esse~ intrinsece in aliqua alia re,
sunt quasi correlativae, nam sibi invicem aliquas species eorum, declarandum erit in- incertis .~eparando nam vel est substantia aliqua, et illa est in
correspondent; sed in his rebus quae ex- fra, cum de singulis rationibus praedicamen~
trin.sece denominantur ab nliís, non inter- talibus disseramus; quamado irem in his
2. Denominationes extnnsecae non edu- se, yel est entitas aut modus accidentalis,
cedlt vera causalitas materialis; 'neque enim denominationibus soleant quaedam entia ra- cuntur de patentia subiecti.- Igitur;· ut in et SIC necesse est esse intrinsece in aliquo
p

Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección II 31


30
modo accidental, y en este caso es fuerza que esté intrinsecamente en algún sisten en alguna figura; puesto que la capacidad eficiente hnmana, que puede
sujeto por el cual sea sustentada. Por eso, cuando se produce de nuevo algunru ser regida o dirigida por el arte, -no se puede extender más allá, punto cuya
realidad que sirve de denominación extrínseca a otra, su modo de producción. justificación veremos luego; y cualquier clase de figura es sólo un modo deter-
o de educción no ha de ser considerado por respecto de la realidad que resulta minado de una cosa cuanta, como es de por si evidente.
extrínsecamente denominada, sino por respecto de aquella realidad o sujeto dd 4. Los accidentes naturales que se producen por transmutación se educen
que se deriva la denominación. Por tanto, si esa realidad es una sustancia, en de la potencia del sujeto.- Así, pues, de todo esto deducimos una sola cosa
ella tendrá lugar la producción del todo y la educción de la forma, al igual cierta, a saber, que las formas accidentales de orden natural que se producen
que sucede en las otras sustancias; mas si se trata de una forma o modo acci- mediante una acción propia y mediante una transmutación propia del sujeto,
dental, tendrá las mismas característiCas que tienen los otros accidentes. se educen de la potencia del sujeto, ya que en ellas concurren manifiestamente
3. Diversos modos de producción de las formas accidentales.- Conviene~ todos los elementos que, pueden ser necesarios para la educción de la potencia
a su vez, distinguir dos modos según [os cuales suelen producirse los acciden- de la materia, cosa que se demostrará a fortiori por lo que vamos a decir. En
tes, a saber; o esencialm~nte mediante una acción pr~pia, o por resultancia. cambio, otros muchos puntos que iremos recorriendo uno a uno y resolviendo
Además, entre las formas accidentales hay algunas que son de orden natural, con brevedad, son dudosos e inciertos.
mientras que otras son de orden sobrenatural, como la gracia, el «lumen gloriae»~
y otras semejantes. La misma distinción puede aplicarse a los modos acciden- Duda a propósito de las cualidades intencionales
tales, ya que algunos son naturales, como la figura de la tierra o el «donde)); 5. Sentencia de algunos.- Se duda, en primer lugar, si algunas cualidades,
otros son sobrenaturales, como el modo de existir del cuerpo de Cristo en la las cuales son naturales; en' cuanto natural se contrapone a -sobrenatural, ma8
Eucaristía. Y podemos añadir aquí un tercer miembro, ya que de algunos mo- . se las llama intencionales, soliendo distinguirlas por esta razón de las cualidades
dos se dice que no son naturales ni sobrenaturales, sino artificiales, el cual miem- absóltitamente naturales y físicas, como es el caso de las especies intencionales
bro no tiene propiamente lugar entre las formas o entidades accidentales, puesto y casos parecidos" se duda -repito- si semejantes cualidades se educen de la
que no bay ninguna que sea hecha propiamente mediante el arte, si no es por potencia del sujeto. ,En efecto, algunos lo niegan, como Soncinas, lib. VIl
ventura en cuanto el arte ayuda a la naturaleza, como sucede con la salud, o Metaph., q. 8, opinión que siguen Egidio, In 1I Sen t., disto 13, q. 2; Tomás
en cuanto los agentes activos son aplicados mediante el arte a los sujetos pasi- de Argentina, a, 8; el Cartujano, q. 1, quien aplica esto mismo a la luz que se
vos, como, por ejemplo, si el oro es producido por arte de alquimia, modo según p~oduce en el aire o en otro cuerpo diáfano, que es lo mismo que enseñó tam-
el cual son producidos otros mixtos, por ejemplo los licores, etc. Y todas esta. bién 01 Halense, lib. VII Metaph., texto, 13. El fundamento de éstos consiste
formas no son propiamente artificiale$, si no es acaso por cierta denominación en ,que tales formas se producen instantáneamente y sin resistencia y por la eli-
extrínseca; pues intrínsecamente son formas físicas y naturales, no sólo acciden- ,minació.9 de: su' 'contrario, y, consecueritemente, sin transmutación <;le la materia;
tales; sino que a veces pueden ser también sustanciales y de la misma naturaleza 'se ,les' llama, por eso; }ormas 'inmater~ales; luego no se educen de la potencÍ?
que las que se producen naturalmente. Por tanto, el que la aplicación de los de la materia. Se confirma, por producirse estas cualidades no sólo en los cuer-
agentes y de los sujetos pasivos se realice mediante p-rocedimiento artificial no po~ elementales;, sino también en los c~lestes; mas de la potencia del cielo no
constituye obstáculo para que sean prodúcidas por verdadera educción. Por con- puedeeducirseJorma alguna, porque de 1" contrario el cielo serla mudable y
siguiente las formas artificiales propias son únicamente modos, ya que todas con· l:ecibiría' ,impresiones ,que le son ,extrañas. .
:ngu.rfl"",'aliqua" consis'tunt; quía virtu~ ef- distinguitur (vocantur autero intentionalea,
subiecto a quo susterite.tur. Unde quando Eucharistia. Et addere hic possumus tertium ,~~,fJ,~y~>;~uma,na,:< quae, arte regi aut dirigi et ea ratione a qualitatibus omníno natura-
de novo fit quaelibet res quae aliam extrin- membrum, nam quidam modi dicuntur esse '<~~1?:~,te~~i'>,:nc:J~,:"" o/lt~,~( atnplius extendi, cuius libus et physicis distingui solent, ut sunt
sece denominat, modus pr.:lductionis aut non naturales nec supernaturales, sed arti~ ':t!lt~~n.~I1l::",':;~,~.f.t;a,', "vldebimus; figura autem species intentionales et similes), dubium (in-
eductionis eius non est comiderandus re- ficiales, quod membrum non habet locum ,9B~~~~,R,e:!:,;,~,?!,Bp1,:,~~?t, mo~us quidam, rei quan- quam) est an huiusmodi qualitates educan-
in propriis formis seu entitatibm: acciden- ,:',''':ta,e'<'',llf'''B:~,t,?$':;.:'cons,tat; , ,,,' . tur de potenda subiecti. Aliqui enim hoc
spectu rei extrinsecus denominatae, sed re-
spectu illius rei vel subiecti a quo est de- talibus, quia milla est quae per artern pro-.- ',",;~:'::{1¿:,,'J4p~i4eti~f,~:',\natut'aJia qua6 per trans~ negant, ut Soncin., VII Metaph., q. 8;
nominado. Dnde, si illa res sit substanda, prie' fiat, nisi fortasse vel quatenus ars ~d­ '}n1:':,!~~i,?,1Í~~,,,,\t~'UilJt-~, 'ex,: súbiecli potentia edu- quam opinionem sequuntur, In II Sent.,
in ea erit productio totius et eductio for- iuvat naturam, ut jn sanitate, ve! quatenu$ , ,~,':!J~r',"''',>,,\Hx,:-:J1'is<;~ergo, pmnibus unum taIi- Aegid., dist., 13, q. 2; Thomas de Argent.,
mae, sicut in aliis substantüs; si autem fue- per artem applicantur activa passivis, ut si tu!l1:-,-, :c~rt,~m", pi~irtlm, "accidentales formas a. 8; Carthus., q. ], qui hoc extendit ad
rit forma aut modus accidentalis, erit eadem :"D,¡tturalir, ,orcliniso 'qttae,,:' per propriatn actio- lurnen quod in aere vel alio corpore día..
aurum flt per artem alchiroiae, et hoc modo n'em, j;>ropriamque 'wbiecti" transmuta~ionem phano ab extrínseco producitur; quod etiam
ratio de his quae de caeteris accidentibus. fiunt alia mixta, ut liquores, ctc. Quae for- ,fiunt, educi de potentia; subiecti; nam in his docuit Alens., VII Metaph., text. 13. Fun-
3. Varii madi quibus fiunt accidentales mae omnes non sunt artificiales proprie, manifeste concurruIit ,ómnia quae. ad educ- damentum eorum est' quia hae formae fiunt
formae.- Rursus distinguere oportet dupli- nisi fortasse per quamdam denominationem tionem de potentia materiae necessaria esse 'in instanti et sine resistentia et abiectione
cem maduro quo accidentia fieri Bolent, sci~ extrinsecam; intrinsece eniro sunt formae possunt, quod a rortiori ex dicendis con- contrarii, et consequenter sine transmuta-
!icet aut per se per propriam actionem, aut physicae ac naturales, non solum accidenta- stabit. Alía vero multa dubia sunt et incerta, tione materiae; et ideo appellantur formae
per resultantiam. Item, inter formas acci- les, sed interdum etiam substantiales essc quae sigillatim attingemus el: breviter expe~ sine materia; ergo non educuntur de poten-
dentales, quaedam sunt naturalis ordi~s, possunt et eiusdem rationis curo iis quáe diemus. tia materiae. Et confirmatur, quia hae qua-
quaedam vera sunt ordinis supernaturahs, n~turaliter fiunt. Unde, quod applicatic litates non, solum ,fiunt in corporibus ele-
ut gratia, lumen gloriae et símiles. Et ea- agentium et patientium per artem fiat, ni»: Pubium de qualitatibus intentionalibm mentaribus, sed etiam in caelestibus; at 'Vero
dem distinctio adhiberi potest de modis ac- obstat quorninus per veram eductionem S. Sententia aliquorum.- Primum du- nulla form~ educi potest de potentia caeli,
cidentalibus, nam quidam sunt naturales, ut fiant. Propriae ergo artificiales formae tan-. bium est an qualitates quaedam quae na- alias caelum esset alterabile et reciperet pe-
figura terrae vel Ubi; aIii sunt eupernatu-
tum :mnt quidem modi, om~es enim iJ:¡¡ turales SUDt, prout naturale a superna,turali regrinas impressionee. .
rales, ut modus existendi corporis Christi in
$...21

32 Disputaciones metafísicas
Disputación XVI.-Sección 1I 33
------------------------~
6. Solución de la duda.- Sin embargo, esta sentencia no se apoya en nin·· mente de la potencia del sujeto, y el mismo argumento vale respecto de las otras
guna razón sólida, y por eso hay que afirmar que todos estos accidentes se cualidades intencionales.
edncen de la potencia de los sujetos en que se recibeu. Así lo defiende Ricar- . 7 .. Finalmente" ;uando se. dice que estas cualidades se producen en el su-
do, lr¡ ll, disto 13, a. 2, q. 1; Y Herveo, disto 18, q. 1, a. 2, y en el Quodl. VII, Jeto sm transmuta:lOn del sUJe~o, cabe ,~ntender esto de dos maneras. La pri-
q. 20. Y se prueba, porque estas cualidades son producidas por agentes natura- mera, absoh~t: y SImplemente Slll mutaclOn alguna real, y este sentido es falso;
les; luego no se producen de la nada; luego no se producen de un sujeto pre- pues al r~C1blr realn;ente algo y reducirse de la potencia al acto, es preciso
supuesto que concurre mediante su fuerza natural en el género de causa ma- que cambIen de algun modo realmente, esto es, que pasen de la carencia de
terial al ser y a la producción de dichas formas; luego son verdaderamente algún ser a su posesión. Hay otro modo de entenderlo aplicando la transmu-
educidas de la potencia de! sujeto, pues todas las otras condiciones que se re- taci~n c~r~~ptiva, ? sea aquella en que se da la pérdida de alguna perfección
quieren para la educción han sido 'inventadas libremente sin razón alguna. En o dlSposlclon propIa y connatural; y' en este sentido se dice con verdad de
efecto, . ¿por qué va a impedir la edncción e! que la forma accidental se pro- estas formas que se producen en el sujeto sin transmutación de éste, Ahora bien
duzca mstantáneamente? Pues también la forma sustancial se produce instantá- tal r;ansmutación ,na?a ~~ene que ver con la educción, cuyo concepto s610 s~
neamente; de aquí, por tanto, s610 se sigue que puede darse educción instantá~ rel~clOna coI?-, la ehmmacI~n .de otra forJ?a cuando yen, cuanto es necesaria para
nea y sucesiva, igual que pasa con la mutación, Ni tiene nada que ver el que la mtrodUCClon de una dlstmta. Mas SI se puede realIzar la inducción de una
para la educci.ón de la forma sustancial preceda una alteración sucesiva previa, forma sin corrupción o eliminación de otra, para la educción no será necesaria
ya que, según demostré antes, la naturaleza de la educci6n no consiste en una tal transmutación, sino que bastará una mutación perfectiva. Y se explica de
relación a la alteración precedente, sino en el modo intrínseco y en la causali- esta manera, porque en estos casos se da verdadera inducción de la forma en
dad propía de tal acción. Por tanto, por lo que a este punto atañe, es accidental el sujeto, mas no inducción .de una forma que sobrevenga de fuera -por va-
que preceda una alteración previa en orden a eliminar la forma contraria. Ade- lerme de las palabras de Arlstóteles-, esto es, no se trata de la mera unión
más, se afirma también gratuitamente que sea necesario para la educción el de una forma preexistente; por consiguiente se da verdadera educción de una
que la forma tenga contrario, puesto que esto no se requiere para una acción f9r~a, la cual estaba contenida en la potencia natural de! sujeto y no podía pro-
real y para una mutación de un sujeto presupuesto, lá cual mutación concurra dUCIrse de otra manera.
al ser y producción de la cualidad misma en el género de causa material. Se 8. Qué mutación está en contradicción con el cielo, y cuál no,- Con esto
explica también en la luz, la cual no tiene contrario, puesto que la iluminación queda respond!?o al f,:ndamento de la sentencia contraria. Por lo que respecta
e~ una acción de tal natur~leza q,ue t;0r ella no se produce esencial y prima- a la confirmaclOn, se mega que estas formas no puedan edudrse de la potencia
rIamente l~ fqrma de luz, SinO 10 dummado; por tanto es una especie de gene- del cielo, ya que en la potencia de éste están contenidas tanto ellas como las
raclOI?, aC:l~en~al, puesto que en este, caso conc~ren los tres principios de ge- n~~t~ciones mediante las cuales son producidas naturalmente. Ni está en contra-
neraClOn ldenucos en todos los predIcamentos, SI se guarda la debida propor- diCCIón' c~n el cielo cu~lquier mutación perfectiva o productiva, sino sólo aque-
ción, según testimonio de Aristóteles en e! lib. XII de la Metafísica. Ahora bien dIspone de algun modo para la corrupción, o la que desencaia una rea-
toda generación mediante la cual se hace o se coproduce una forma, es educció~ estado connatural que le es debido. Y sí el nombre de aiteración se
de esa misma forma, ya que, en otro caso, no sería posible señalar ningún con- : ••~~;¡i~;ida la mut~ción i?-stantánea y perfectiva, entonces no repugna que se dé
cepto determinado de educción; por consiguiente la luz se educe verdadera~ •.• en el Cielo. Sm embargo, de acuerdo con el uso habitual de hablar ,

vere educltur de poten~ ~ufficiet mutado perfectiva. Quod dec1aratur


6. Dubii enodatio.- Sed haee sententia tio eductionis non consistit in habitudine ad ratio de aliís qualita-
praecedentem alterationem, sed in intrínseco In hunc modum, nam ibi est vera inductio
Dulla firma ratione nititur, et ideo dicendum formae in subiectum et non est inductio for-
est huiusmodi accidentia emnia educi de po- modo et causalitate talis actionis. Dnde mae advenientis de foris (ut Aristotelis ver-
tentia subiectorum in quibus recipiuntur. quoad hoc per accidens est quod praevia
alteratio praecedat propter abiiciendam for- bis utar), id est, non est mera unio nraeexi-
Ita tenet Richard., In II, (list. 13, a. 2, stentis formae ~ erg-o est vera eductio for-
q. 1; et Hervaeus., dist 18, q. 1, a. 2, et mam eontrariam, Deinde gratis etiam dici· mae quae in naturali potentia 'subieeti con-
Quodl. VII, q. 20. Et probatur, quia hae tur esse necessarium ad eductionem quod tinf'batur et aliter fieri non poterat.
qualitates fiunt ab agentibus naturalibus; forma habeat eontrarium, eum hoc neces~ 8. Quae mutatio caelo repugnet, quae
ergo non fiunt ex nihilo; ergo nor. finnt ex sarium non sit ad realem actionem et mu-
tationem ex praesupposito subieeto, quae in non.- Atque ex his responsum est ad fun-
praesupposito subiecto concurrente per suarn damentum contrariae sentendae. Ad eonfir-
naturalem viro in genere eausae materialis genere eausae materialis concurrat ad esse
et fieri ipsius qualit1tis. Et declaratur prae- mationem autero negatur non posse has for-
ad esse et fieri taHum formaflJm; ergo vere
terea in lumine, quod contrarium non habet, mas educi de potentía caeli, nam in poten-
educuntur de potencia subiecti. Orones enirn
aUae conditiones quae ad eductionem requi- nam illuminatio talis est actio ut per earn t~a eius eontinentur tam ipsae, quam muta-
runtur sant voluntarie confictae ahsque ulla non per se primo fiat forma luminis, sed tlOnes per quas naturaliter fiunt. Nec caelo
ratione. Nam, quod forma accidentalis in illuminaturnj unde illa est _quaedam acci- repu~nat om~is mutatio perfectiva aut pro-
instanti fiat, quid impedit eductionem? Nam dentalis generatio, nam ibi concurrunt' tria d:,cttv~, sed 11Ia tantum quae aliquo modo
generationis principia quae in omnibus es'
etiam substantialis forma in ínstanti fit; so- cuius ratio non dJspontt ad corruptionem seu quae extrahit
lum ergo inde sequitur dari posse eductio· praedicamentis eadem sunt, proportione ser- clus ,formae. nisi quando neces- r;:m a connatur~l! s.tatu sibi debito. Quod
nem instantaneam et sueeessivam, sieut et vata, teste Aristotele, XII Meta?h. Omnis. Baria _est ad inductÍonem Si autem SI nomen alteratloms ad instantaneam et
mutationem. Nec refert quod ad eductionem autem generatio per quam fit seu compro- póssit fieri inductio rormae sine corruptio- perfectivam mutationem extendatut, sic non
substantialis formae praecedat successiva dllcitur forma est eductio eiusdem formae, ne:, ,vel' abiectione aIterius, non erit neces- repugnat caelum alterari; usitato tamen mo-
alteratio praevia, nam, ut supra ostendi, ra- alioqui nulla certa ratio ,eductionis assignari saria- talis transmutatio ád eductionem, sed re loquendi alteratio non dícitur nisi suo--

3
_--------------~-------~'f"I"I'""--------------

34 Disputaciones metafísicas
-------
Disputación· XVI.-Secc_io_'n_Il____________________3_5
no se da el nombre de alteración si no es a la mutación sucesiva que tiende a sea verdad que la producción de estas cualidades no es una educción natural, se-
una cualidad partiendo de su contraria, y en este sentido se dice que el cielo gún demuestran los argumentos expuestos, con todo juzgo que no rebasa los lími-
es inalterable; mas entendido así el nombre de alteración, la educción de una tes de la educción de la forma de la potencia del sujeto, sino que más bien,
cualidad tiene mayor extensión que la alteración. Y lo que es más aún, añado igual que hay unas cualidades de orden natural y otras de orden sobrenau"al
que no sólo estas cualidades corporales, sino también las espirituales que se y ambas son verdaderas cualidades, del mismo modo en la educción de la for-
producen mediante una acción propia de modo natural, se educen de la poten- ma accidental, hay algunos casos que son del orden natural y otros del sobre-
cia del sujeto, en el cual y del cual se hacen. Esto, en efecto, es lo que pasa natural, pero en unos y otros se trata de verdadera educción.
con el entendimien'to agente, que no crea las especies inteligibles, sino que las 10. Explicación de la duda.- Por tanto, hay que afirmar simplemente que
educe de la potencia del entendimiento posible, en cuya potencia natural están estas cualidades se producen por educción de la potencia del sujeto, y as! se
contenidas, y de la que dependen en su producción y en su ser; por tanto, son expresan comúnmente los teólo&,?s, sobre todo los más m?der~lOS, cuando tra-
educidas de ella al acto mediante el poder del entendimiento agente. Y por el tan de la gracia y de la producclOn de los sacramentos, segun hlce notar en el 1
mismo motivo los actos vitales, tanto del entendimiento como de la voluntad, y !II tomo de la III parte. Y se prueba con todos los argumentos propuestos
no sólo en los hombres sino también en los ángeles, se producen 'por educción, en la primera duda, ya que en estas formas tienen lugar todas las condiciones
ya que antes estaban contenidos no sólo en la potencia activa, sino también reqneridas para I.~ educciMl y c,:,alquie~ cla~e. de dependencia, de ~ausalidad y
en la receptiva de sus potencias propias, de las que dependen naturalmente en modo de realizaclOn. La dtferencIa cons1ste unlcamente en que el sUJeto no con-
su producción y en su ser. Estos son, pues, los únicos elementos que pertenecen curre a estas formas mediante su potencia natural, que es una condición que
al conc'epto de la educción, según explicaremos más ampliamente j!n la duda si- requieren 'dichos autores en el sujeto para que se pueda decir que la forma se
guiente. edtlce de la potencia de él, cosa, sin embargo, que no prueban; en consecuen-
'da" -parece que añadieron esa condición únicamente en orden a excluir estas
Duda a propósito de las cualidades sobrenaturales formas, igual que puede cualquiera inventar o añadir otra condición distinta
9. Parecer de algunos y su fundamento.- Puede dudarse, en segundo lu- 'pJU"a excluir otras formas, y no habrá manera de establecer nada en firme, si
gar, si también las formas sobrenaturales, de las que dicen los teólogos que no se determina un concepto de educción basado en una razón general y sóli-
son esencialmente infusas, se educen de la potencia del sujeto en el que son pro- da. Así, pues, aunque aquella condición sea necesaria para la educción natural,
ducidas. Algunos lo niegan en absoluto, puesto que para estas formas no existe ho lo es, sin embargo, para la educción entendida en absoluto, bajo la cual
en el sujeto potencia natural; por tanto; tio pueden educirse de él. Y se cOn- queda comprendida la educción sobrenatural, para la que no se requiere por
firma, puesfo que nada se educe sino de donde está contenido; mas el alma, del sujeto potencia natural receptiva, sino que basta la potencia obedien-
por ejemplo, no contiene en modo alguno. la gracia en su sustancia; luego no En. efecto, ¿por qué, igual que se dan cualidades naturales y sobrenatura-
puede ser educida de ella. Y esta misma razón vale para todas las cualidade, intelecciones naturales y sobrenaturales, producciones naturales y sobrena-
semejantes. Finalmente, éste es el motivo de que algunos teólogos afirmen que no se va a dar también una educción sobrenatural de un sujeto presu-
la gracia y formas semejantes son creadas; otros, que son concreadas; y todos ;, [:' Il;i'¡;~~si~q!~u:e sea distinta de la natural, tanto por parte del principio activo como
están de acuerdo al menos en afirmar que son infundidas, de suerte que se dé a ~~t aunque coincidan en el modo general de educción? Se prueba, fi-
~~:¡~!¡te;.;J)or esta razón, porque la educción de la forma se distingue inme-
entender que advienen extrínsecamente, pero no son educidas. Empero, aunque

cessiva mutatio quae ad unam qualitatem eductionis, ut amplius in sequenti dubita_ ;CE;;<li,~t.¡';~;~~l,qualitatum
~> ut argumenta
non ess<!
facta.
in subiecto ut forma dicatur de illius poten-
tia educi; quod tamen non probant; undc
tendit ex contraria, et hoc modo dicitur cae- tione confirmabimus. latitu .. solum videtur iila conditio adiecta ad ha~
lum inalrerabile; sic autem sumpto altera-
.~~~t~l~~~;~~~~ s,ubiecti,
Dubium de qualúatibus supernaturalibus formas exc1udendas, quomodo pptest unm-
tionis nomine, latius patet eductio qualitatis quisque aliam conditionem excogitare et ad-
quam alteratio. Quin potius .'lddo non sotum 9. Aliquorum, placitum et eol'Um. funda~ ~~ est na-
iungere ut alias formas excludat; et ita nihil
has qualitates corporales, sed etlam spiri- mentum.- Secundo, dubitari potest an for- erit firmum nisi aliqua ratio eductionis ex
tuales quae per propriam Bctionem fiunt mae 'etiam supernaturales, quae a theologis generali aliqua et firma ratione stabiliatur.'
modo naturali educi de potelltia subiecti in dicuntur per se infusae, educantur de po- IHa ergo conditio, quamvis sit necessaria ad
quo et ex quo fiunt. Sic en~m intellectus tentia subiecti in quo fiunt. Quidam abso- eductionem naturalem, non vero ad educ~
agens non creat species íntelligibiles, sed edu- lute negant 1, quia ad has formas non est tionem simpliciter, sub qua eductio supel'-
cit eas de potentia intellectus possibilis, in in subiecto oaturalis potemia, ergo non pos- naturaIis continettU') ad quam non requirj-
cuius naturali potentia continc:ntur et ab ea sunt iode educi. Et confirmatur, nam nihH
pendent in fieri et in es se ; unde ex ea edu- educitur nisi unde continetur; anima autem, tm ex parte subiecti potencia ,naturalis re-
cuntur in actum per virtutem intellect~s exempli causa, nullo modo continet gra- ceptiva, sed obedientalis sufficit. Cur eniro,'
agentis. Et eadem ratione actus vitales tam tiam in sua substantia j ergo non potest inde sicut datur qualitas naturalis et super-.
intellectus quam voluntatis, et in hominibm educi. Et eadem ratio est de omnibus qua- naturalis, et intellectio naturalis et super-
et in angelis, fiunt per eductionem; nam litatibus similibus. Tandem hac rarione ali- naturalis, et effectio naturalis et superna-
antea continebantur in potentia non tantum quí theologi dicunt gratiam et similes for- turalis, ex praesupposito subiecto non da-
activa, sed etiam receptiva suarum potentia- mas cread, a1ií concreari; omnes vero dicunt " ác,' modus bitur etiam eductio supernaturalis distinc-
rum, a quibus naturaliter pendent in fieri et saltem infundL Ut t;-xtrinsecus advenire, non
vero educi significent. Sed quamvis 'verum sit
rus
effectionis in' reperiuntur. Solun'l. ta a naturali, tam ex parte principii activi
in esse; haec autem solum sunt de ratione ésf disctimen. quía ad has' formas non 'con-. quam passivi, licet. in generaii modo educ-
cur.rit subiectum pe! naturalem po~entiam, tionis conveníant? Et declaratur tandem hac
1 Fonseca, lib. V Metaph., c. 1, q. 4; Conimbricens., lib. 1 Phys.,· c. 9, q. 12. :quam conditionem dicti auctores réquirunt ratione, nam eductio formae iromediate el
..
,.----------------,----------

36 Disputaciones metafísicas Disputación XVI~.~S~e~c~cc:io~'n~Il=-______________


diata y adecuadameute de la creaClOn de la forma en las cosas que se prod ucen cuencia, tampoco aquella acción, en cuanto por ella es copl'oducida la gracia,
mediante una acción propia, ya que los filósofos llegaron al conocimiento de puede tener razón de creación; y éste es el motivo de que no se cree ninguna
la. educción de la forma precisamente por esto, porque se dieron cuenta de que forma que dependa del sujeto en su producción, puesto que no es producida
las formas no eran producidas por creación; luego dan por supuesto que toda esencial y primariamente, sino que es coproducida sin creación mediante la ac
forma que se produce mediante una acción propia y no es creada se educe de ción con que se produce el sujeto. Finalmente, se explica esto desde un punto
la potencia del sujeto. Y tienen razón, puesto que lo que se crea, se hace de de vista opuesto, ya que, cuando tal forma deja de ser, no se aniquila, puesto
la nada, esto es, sin sujeto alguno y sin concurso de causa material, mientras que sólo cesa conjuntamente -por así decirlo- con la cesación del compuesto,
que ser educido no consiste más que en ser producido de un sujeto con el re- el cual no es reducido a la nada.
ferido concurso y dependencia en la producción y en el ser. 12. Los accidentes sobrenaturales no son creados ni concreados.- Se ex-
U. Pueden responder que la creación exige que se haga sin ningún suje- plica una afirmación de San Agustín.- Así, pues, con esto queda suficiente~
to,. o al menos sin ninguna potencia natural del sujeto, pero que no va contra mente demostrado, según mi opinión, que no se da creación de estas cuaIidá-
el concepto de creación en cuanto tal el que la producción o realización de la des sobrenaturales, si se producen con dependencia del sujeto, aunque ésta tenw
forma se haga a partir de un sujeto sólo según la potencia obediencia!' Em- ga lugar mediante una potencia receptiva obediencial; y de aquí se concluye
pero esto contradice al concepto de creación tal como 10 conciben y explican todavía con más claridad que no se puede decir que sean concreadas, hablando
todos los doctores, a saber, que sea una producción de un ente de la nada; con rigor, en virtud de tal acción. En efecto, aunque a veces se produzcan jun-
ya que la forma que de cualquier manera se produce de un sujeto presupuesto tamente con la creación del sujeto y se afirme de ellas entonces que son cou-
no puede decirse con verdad que se haga de la nada. Por eso Santo Tomás y creadas, esto, sin embargo, les es accidental y les conviene sólo por denoinina-
todos los otros llegan a la conclusión de que la creación propia tiene siempre ción extrínseca; hablando, empero, en rigor y en virtud de la propia acción
por término una realidad subsistente, puesto que la forma inherente, por de- mediante !a cual son producidas en el sujeto, no pueden ser concreadas, puesto
pender de un sujeto en su producción y en su ser, no puede ser término de que se dlc~ de una forma que .es coucreada cuando. ,el compuesto total que
Q'eación. Además, la acción mediante la cual se produce esa forma -bien sea consta de dIcha forma es creado Juntamente por la aCClOn por la que es prodú-
educida de la potencia natural, bien de la potencia obediencial del sujeto- no cida ella misma; mas el compuesto que consta de semejante forma no es crea-
tiene por término esencial y primariamente a la forma misma en sí, sino al com- do mediante tal acción, puesto que no es producido absoluta y simplemente en
puesto, o sea a 10 que está informado por tal forma eu cuanto tal; por consI- cuanto ente, sino sólo en cuanto es tal compuesto concreto; luego no es pro-
guiente, igual que 10 que esencial y primariamente se produce por la acción con d;tcido de la nada, sino de un sujeto presupuesto; luego tampoco puede de-
la que se produce el calor no es el calor mismo sino 10 caliente, mientras que Cll'se de estas cualIdades que sean concreadas, a no ser que en sentido l5.tü se
el calor es producido conjuntamente o coproducido, del mismo modo lo q\le ,t~:ne el nombre' ~e creació~ como sir;ónimo d~ cualquier realización o produc-
esencial y primariamente se produce por la acción con la que se produce la ClOn ASl, pues, SI estos aCCIdentes ID son creados,' ni son concreados.
gracia no es- la gracia sino lo agraciado; y esa acción, en cuanto tiene por tér- que sean educidos, porque, como dije, la educción está en oposició'n
mino lo dotado de gracia, no puede ser creación, ya que la creación es la pro- con la creación de la forma y constituye con ella una división ade-
ducción de la entidad total que existe en el término primario de tal acción; y Ni hace a! caso el que a la producción de estas formas se le llame infu-
mediante dicha acción no se produce la entidad total del compuesto dotado ";,<...,.,,.... s6lo se· le llama de esta suerte para dar a entender que 'provienen
de gracia, sino que solamente es completado en el ser de agraciado; en conse- extrínseca y superior y que no se adquieren mediante una virtud
adaequate condisdnguitur a creatione formae iecto quacumque ratione non potest vere gratia, potét ha-
in his quae per propriam actionem fiunt; priae actionis per quam fiunt in subiecto.
did fiel'Í ex nihilo. Dnde D. Thomas et hac enim de cau.. non possunt concreari; quia tune forma
inde namque philosophi in cognitionem omnes colligunt creationem proJ:'riam sem- subiecto in fieri ~oncreari dicitur. quando per aetionem qua
eductionis formae pervenerunt, quia intel- pel' terminari ad rem subsistentem, quia n'ID,'n,'" " fit, sed lpsa comproducltur creatur totum compo..:
lexerunt formas non fieri per creationem; forma inhaerens, cum ex subiecto pendeat compo- situm quod ex tali forma constat; sed coro-:.
ergo supponunt omnem formam quae per in fieri tt in esse, non potest terminare crea- a positum quod ex huiusrnodi forma constat
propriam actionem fit et non creatur, educi tionem. Praeterea, aetio per quam fit talis for- non' creatur per illam actionem, quia non
de potentia subiecti. Et quidem merito, nam forma (sive educatur ex pot~ntla naturali, lit absolute et simpIiciter in Ql'1antum ens'
quod creatur fit ex nihilo, id est, ex nullo sive obedientiali subiecti) non terminatur sed solum in quanrum tale composirum:
subiecto et absque eoncursu causaf: materia- per se primo ad ipsam formam in se, sed und.e n()!J, fit ex nihilo, sed ex praesuppositd
lis; edu::i autem nihil aliud est quam fieri ad compositum seu informau.rn talí forma sublecto; ergo neque huiusrnodi quaIitates
ex subiecto cum praedicto concursu et de- ut sic; ergo sieut quod pe! se primo fit possunt' dici concreari, nisi late súrnarur no.:
pendentia in fieri et in esse. per aetionem qua fit calor non est ipse ca- men creationis pro quacumque effectioni!
11. Sed respondere possunt creatíonem lor, sed calidum, calor aute,,n confit seu super- seu temporali productione. Si ergo 'haec ac.:
cequirere ut sit ex nu110 subiecto, vel saltem comproducitur, ita quod per se primo fit subiec~ ddemia, ,nec creantur nec concreantur restat
ex nulla potentía naturalis subleeti, non vero per actionem qua fit grada non est gratia, receptivam ut educantut r nam (ut dixi) eductio' proxi":
esse contra racionem creadonis, ut sic, pro- sed gratum; illa autem aetio) prout termi- conCluditpr me opponitur creationi formae et adaequat~
ductio aut effectio formae ex subiecto seeun- natur ad gratum, non potest esse creado, se loquendo et con~a ilIam dividi~r. Nec refert quod pro-
dum potentiam tantum obedientialem. Sed quía creatio est productio totius entitatis licet" interduni ductlO ,harum quahtatum vocetur infusio'
hoc repugnat rationi creatioms prout ab quae est in termino primario tali~ actionis; flant sim111 CUm' áeatione subiectí 'et tune
coocreari dicantur,-' tamen ,id' est per acci.;. soIum Fn1Jl1 ita vo,c::tt~ est ad significandl,.l~
omnibus doetoribus condpitur et exponitur, per illam autem act10nem non fit tota eo- provemre ab extrmseca et superiori causa
nimirum quod sit produetio entis ex nihilo; titas compositi grati) sed solum completur deos ,et soIum per extrinsec<tm 'denomina- et non acquiri per intrinsecam virtutem ei
nam forma quae tit ex praesupposito sub- io esse grati; ergo neque lila 'actio, proul. 'tionem; loquendo tamen per se et ex vi' pro-
actionem, sicut solent aequisiti habitus com,;.'
Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección Il 39
38
caballo 'o de un león, puesto que dicha aCClOn se realizaría también mediante
y acción intrínseca, tal como suele llegarse a la posesión de los hábitos adqui-
ridos. Mas esa infusión no se realiza sin dependencia del sujeto en su produc- educción, como se prueba' por el mismo argumento.
14. Se infiere, en segundo lugar, de 10 dicho que toda forma accidental
ción y en su ser, ni ha de concebírsela tampoco como la infusión del agua en
propia, si se hace mediante una acción propia y de modo connatural atendien-
un vaso, sino como la infusión de la luz en el aire, no quedando, consecuente-
do a su término, se educe siempre de la potencia del sujeto. Esto es evidente
mente, tal infusión fuera del ámbito de la educción. De esta suerte se ha dado por lo dicho. En primer lugar, por inducción, puesto que así se realiza tanto
respuesta satisfactoria a los motivos de la sentencia contraria y se ha explicado
la forma sobrenatural como la natural; por tanto así se realiza cualquier forma.
el modo de hablar de los teólogos. Ni hay obstáculo en conceder que la gracia
En segundo lugar por la razón, puesto que toda forma accidental por su na-
está contenida en la potencia obediencial del alma, ya que estar contenido en turaleza depende del sujeto como de causa material en su producción y en su
una potencia obediencial no es más que 10 que dijo San Agustín: poder tener
ser, y est? es .10 único que se requiere para la educción, según se demostró.
la fe es propio de la naturaleza de los hombres. Por eso se dice también con
toda razón que la gracia se educe de la potencia obediencia! del alma, puesto t:0r :so dIJe s~ se hace d~ modo natural atendiendo a su término; puesto que
SI DIOS prodUjese un accIdente fuera de todo sujeto (y 10 puede hacer igual
que no es apta por su naturaleza para ser producida por sí, sino con depen-
que J?uede conservarlo), ese accidente no sería producido por educción~ sino por
dencia del alma o de otra naturaleza que posea una capacidad semejante. creaCIón, pues serla producido a modo de realidad subsistente sin dependencia
de caus~ ~ material, siendo así producido de la nada; sin embargo, ese modo de
Corolarios de la doctrina anterior producclOn no puede ser connatuul a una forma accidental, igual que no puede
serIe connatural existir fuera de su sujeto.
13. Por lo dicho se comprende, en primer lugar, que una forma accidental 15. D~je también si se hace mediante una .acción propia, para excluir' las
producida en un sujeto sobrenaturalmente sólo en cuanto al modo, mas no en formas aCCIdentales que se concrean o generan Juntamente con sus sujetos, las
cuanto al término, con mucha más razón es producida por educción que no cuales, bien atendiendo a la realidad misma, bien al menos al modo de hablar
por creación. Tenemos ejemplos en la potencia visiva restituida a un ciego por merecen especial consideración. En efecto, de dos modos puede suceder qu~
intervención divina, y en la salud que se obtiene milagrosamente sin orden o una forma accidental sea coproducida mediante la produccióu del sujeto. El
disposición de las causas naturales. En efecto, aunque el modo de realizar.se sea primero es por la sola: concomitancia en la duraci6n~ mas por una acción com-
sobrenatural, sin embargo la forma que se produce es natural, y se reclbe en pletamente distinta de la acción por la que se produce el sujeto, sin que la
el sujeto según su potencia y capacidad natural, dependiendo de él en su ser una resulte naturalmente de la otra, del modo que se dice que la gracia fue con~
y en su producción, incluso atendiendo al modo concreto como se produce; crea?a con los ángeles o la luz con el aire, si es que recibe la luz en el mismo
en efecto, esa acción, aunque sea milagrosa en cuanto a los otros elementos, instant~ en que es creado; ,en estos casos la acción productiva de la forma ac-
atendiendo a la dependencia del sujeto se produce de un modo natural y es por cidenta~ en .cuantó, a .ta,' 'realidad misma es una verda~era educción completa-
Jo mismo ,una verdadera educción. Por tanto, puede aplicarse esto a la educción mente ldéntlca por naturaleza con aquella que se reahza posteriormente en el
de la forma sustancial cuando sucede que por parte del agente se realiza de un ,tiempo, según a fortiorí es evidente por lo dicho antes sobre la educción de la
modo milagroso mediante una transmutación súbita y extraordinaria, como cuan- ~?rrn,a- ,-sustancial~,'" A-, SU'- vez, en cuanto al modo de hablar, recibe otra deno-
do Cristo convirtió el agua en vino; efectivamente, aquel modo milagroso no -rninaci6n extrmseca ,a causa de la concomitancia de las acciones, según se ex-
excluyó la verdadera razón de educción por la causa dicha. Lo mismo habría
que decir de la acción por la que Dios resucitase y diese vida .1 cadáver de un cidentali, sicut non potest illi esse connatu-
rale esse extra subiectum.
15. Dixi etiam si per propriam act10nem
terminum, multo magis fieri Der eductionem fiat, ut excluderem formas accidentales quae
parari. Non fit· autem illa infusio sine de- et non per creationem. Exempla sunt de
pendentia a subiecto in fieri et in esse; ne- concreantur ve! congeoerantur cum suis sub-
potenda visiva quae caeeo divinitus restitui- lectis, de quibus, vel quoad rem ipsam ve!
que eni'l1 cogitanda est sicut infusia aquae tm, et de sanitate qUle miraculose fit abs-
in vas, &.ed sicut infusia luminis in aerero; saltem quoad modum loquendi, peculiaris
que ordine vel dispositione naturalium cau- e~t ratio. Duobus enim modís contingit ac-
et ideo talis infusio non est extra latitudi-
sarurn. In his enim, Hcet modus agendi sit cldentalem formam comproduci Der súbiecti
nero eductionis. Atque ita sath:factum est supernaturalis, tam~n forma quae fit natu-
motivis contrariae sententiae et explicatus productionem. Primus est per solam conco-
ralis est et in subiecto recipi~ur seeundum mitantiam in duratione, tamen per propdam
modus loquendi theologorum. Nec est in- potentiam et capacitatem naturalem et ab
conveniens concedere gratiam contineri in actione~ omni~o diversam ab actione qml

~1~~~;~:¿~1~~~~~~l~~lt]antum
illo pendet in esse et in fieri, etiam prout producltUr sublectum, absque naturali re-
potentía obedientiali animae; narn contineri tali modo tit, nam illa aedo, etiamsi quoad
in obedientiali potentía nihil atiuu est quam sultantia unius ab alia, quo modo dicitur
alia sit miraculosa, quoad dependentiam conereata gratia angelis, vel lumen aeri si
quod Augustinus dixit: Posse habere fidem,
naturae est hominum. Et ideo optime eti8m
vero a subiecto flt modo connaturalL et ideo in eodem instan~i in que creatur, il1umine--
vera est eductio. Unde hoc fxtendi potest tur, et tunc actlo productiva formae acci-
dicitul' gratia ex patentia obedientiali animae
extra omne s~l:~:~~:r;
ad eductionem formae substantiaJis, quando de-ntalis "quoad rem ipsam vera est eductio
educi, quía non est nata per se fieri, sed ex parte agentis eontingit iieri miraculoso
dependenter ab anima ve! al~a natura ha- facere sicut I omnin? eiusdem rationis cum iHa quae fit
modo per subitam et extraOrdlOariam trans- rion fier~t per eductionem; P?s~enus tempore, ut a fortiori constat ex
bente similem capacitatem. mutationem, ut cum Chri3tus convertit nem ~ fleret enim ad m'odum reí- subsisten':" dlCtlS supra. de eductione formae substan-
Corollaria e supenori doctrina aquam in vinum; nam ille modus miracu- tia, sine denendentia a materia1i causa, atque tia1is., Ouoad modt¡m autem loqtlendi acci-
losus non exc1usit veram rationem eductio- it,q .ex nihilo; tamen ille modus' productio- pit aliam denominationem extrinsecam
13. Ex dictis intelligitur, primo, formam
accidentalem supernaturaliter factam in sub-
nis, propter causam dic~am. Idemque esset rus 'non potest esse connatutaEs formae ác- propter coricomitantiam actionl1m, 'lit dec1a~
de actione qua Deus excitaret et vivificaret
ieeto quoad modum tantum et non quoad
-~....--------- - - ----

40 Disputaciones metafísicas DisputaciÓn XVl.-Sección 1::1____________________..:::41


"_.. _-"---"--
plicó. El seguudo modo de coproducción de la forma accidental en un sujeto agente natural, se realiza por modo de educción, ya que es producido de un
se debe a la resultancia natural, cnal es la que existe entre una propiedad in- sujeto presupuesto y con dependencia intrínseca de él; mas hemos dicho antes
trínseca y la forma sustancial o la esencia. Y en este caso se dice con más oro- que estos modos participau imperfectamente de la uaturaleza de la forma, y,
pi<;dad que la forma accidental es coproducida con la producción de su sujeto; por tanto, también participan imperfectamente de la naturaleza de la educción,
e Igual que aquella copróducción no se realiza sin cierta actividad de la esen- no ciertamente desde e! puuto de vista de la dependencia de la materia, la cual
cia sobre su propiedad, del mismo modo no se produce sin que se dé cier- más bien es la mayor que puede darse, sino por parte de la realidad educida,
t~ educción de. esa misma propiedad de la potencia del sujeto en que se re- la cual es una forma imperfecta. De aquí se puede iuferir que de aquellos m~
cIbe, ya que dlcha actividad, considerada precisivamente como distinta de la dos que no poseen la razón propia de forma no se dice, si no es muy impro--
producción de la sustancia misma, depende esencialmente del sujeto en e! gé- piamente, que pueden ser educidos; por ejemplo, no será tan propio afirmar
nero de causa material. Mas, igual que a esa actividad no se la juzga como una dd movimiento local que se educe de la potencia de! sujeto, como afirmarlo de
acción propia y esencial por ser por su naturaleza una consecuencia y resultado su ,tétmino",ya que el movimiento no es, propiamente una forma del sujeto, sino
del término de la otra acción, siendo éste e! modo propio y connatural de tal el camino para la forma. Por eso propiamente no es educido, sino que es l.
actividad, del mismo modo no se juzga que se trate de una educción propia, educción. misma,; iDas de igual manera que no se produce propiamente la ac-
puesto que por educción considerada en absoluto entendemos una acción que ción, tampoc~ se .educe Ja educción, a no ser que se diga hablando en sentido
se ordena esencial y primariamente a producir algo de un sujeto presupuesto; lato que. se educe. por sÍ. misma, al igual que se dice que la acción se produce
y esta diferencia tiene más que ver con el modo de hablar que con la realidad! poisÍ.misma.Y ést.e es el juicio que se ha de dar de los modos accidentales,
misma, según constará más manifiestamente por lo que luego se dirá sobre los;éualesnosonproducidosde por sí, sino. que resultan una vez puestos otros;
la causa eficiente. de .estetipo son la. relaciones que resultan una vez establecidos el fundamento
16. Cualquier modo accidental de cualquier clase es educido de la potencta ,y' ",~r','tétm,in0" si. "es", que suponemos, que tales relaciones son modos realmente
del sujeto.- En tercer lugar, se deduce de lo dicho que todo modo accidental, ~~,$~ij·W?S ,de su,' ft:md~niento; .efectivamente, del mismo modo que son pro-
ya sea natural, ya sobrenatural, de igual modo que participa de la naturaleza de d~ddas,.: $e p~oducy.n eón dependencia de! sujeto, y eu este sentido son educ;"
la forma, de la misma manera debe producirse por educción, sobre todo si se !las·q~)a,.pote9pi~-deé~te; sin embargo, por no ser hechas mediante una ac-
hace mediante una acción propiamente tal. Esto, hablando en general, es evi- ?itsn:,p,ropiaj sino'<l'0r' -ser, ,únicamente un resultado, por eso propiamente no se
dente, ya que dicho modo depende esencialmente de! sujeto en su producción tratad" una educ¡:ión, sino que valiéndose de su nombre propio, debe llamár-
y en su ser, hasta tal punto que ni por potencia absoluta de Dios puede pr~ .se!etesultaucia,.
ducirsefuera del sujeto, dato en que rebasa los límites de la entidad acciden-
tal, según se demostró antes, de lo que resulta que nunca puede producirse la duda a propósito de las formas artificiales
mediante una creación propia; por tanto, si es producido por sí, es menester

~
que sea producido a modo de educción. Esto es manifiesto sobre todo en el
predicamento «donde), el cual consiste en un modo accidental y al que se or- ~r~~~~~~j~~~ii~:,~~s~e: a vera sila sesolución
llega educen de
de la
unapotencia del sujeto.a
duda corriente
en absoluto, puesto que el sujeto de estas forma.
dena esencialmente e! movimiento local, según se desprende de la doctrina co-
mún en el lib. r de la Física; mas como ese movimiento es producido por un >'ij~ {~~!: para ellas, sino en potencia obediencial respecto del
argumento apenas es óbice, puesto que ya se de-
-educe verdaderamente de la potencia obediencial. En
ratum esto Secundus modus comproduetio<. differentia magis ad modum loquendi quam
rus formae accidentalis subieeto est propter ad rem spectat, ut apertius constabit ex in':'
naturalem resultantiam, qualis est ínter pro- fra dicendis de causa efficienti. non per se 'fillOt. . sed resultant positis aliis;
prietatem intrinseeam et substantialem for- 16. Quivis modus accide1".talü cuiusvis quales sunt relationes resultantes positis fun-
mam seu essentiam. Et tune proprius dici- conditionis educitur de poremia 'subiecri.- damento et terminO', si, supponamus huius-
tur forma accidentalis eomproduci ad pro- Tertio colligitur ex dictis Omnem modum modi reiationes esse modos ex natura rei
ductionem suí subiecti; sicut autero illa accidentalem, sive naturalem sive superna~ distinctos a suo fundamento; nam eo modo
comproductio non fit sine aliquali activitate turalem, sicut participat rationem formae, qua fiunt, dependenter ,a. subiecto fiunt, at-
essentiae in proprietatem suaro, ita non fit ita fieri per eductionem, maxime si per pro- que ita edueuntur de, potencia eius; tamen,
sine aliquali eductione eiusdem proprietatis priam actionem fiat. Hoc patet in genere quia han' per, propríam actionem fiunt, sed
a potentia subiectí in quo recipitur, quia illa loquendo, quia talis modus essentialiter pen- soluro resultant, ideO' non ~st illa proprie
activitas praecise considerata ut condistinc- det in ncri et in esse a subif!cto, adeo ut eductio; sed proprio nomine appellatur re-
ta a productione ipsius substantiae, essen-. nec per potentiam Dei absolutam possit sultantla.
tialiter pendet a subiecto in genere causae extra subiectum fieri, in quo excedít acci- Expedítur dubíum de formís artífícíalibm
materialis. At vero, sicut illa acuvitas non dentalem entitatem, ut supra ostensum es!,
censetur propria et per se aetio, quia na- quo fit ut nunquam possit fieri per pro- 17. ,DeDique hine expeditur frequens du-
tura sua consequitur et result'l.t a termino priam creationem; quare, si per se fit, per bium de formis artificialibus, an educantur
alterius actionis, et hic est iIlodu5 proprius modum eductiorus fieri necesse est. Et hoc de potentia subiecti." Quidam enim absolute
et connaturalis talis activitatis, ita illa' non maxime patet in praedicamenro Ubi, quod negant, quia subiectum harum formarum
censetur propria eductio, quia per eductjo~ consistit in modo quodam accidt.ntali, et ad non est in potentia, naturali ad illas, sed
nem absolute dictam intelligimus actionem illud est per se motus locatis, ut constat obedientiali respectu artis humanae. Haec
quae per se primo tendit ad agendum aH· ex cornmuru doctrina in 1 Ph'{<;.; illa autem tamen. ratio parl,lrn obstat, quta iam osten-
quid ex praesupposito subiecto; quae etiam motio, cum ab agente ~atura1i fiat. per m~ sum est vere educi formam .de potentia
42 Disputaciones metafísicas 43
Disputación XVI.-Sección II
segundo lugar, porque esa potencia obediencia! no rebasa los límites de la
Mas deduzco de aqul que esto no es característico de dichas formas por el he-
potencia natural, esto es, de la que puede ser reducida al acto por un agente
cho de ser producidas por arte, sino que es común a todas las. figuras, aunque
de orden natural, ya se trate de un acto naturalmente debido a dicha potencia,
sean producidas por una acción meramente natural· en efecto, SIempre son pro-
ducidas por sola resultancia o de la producción, ~ del enrarecimiento, o de la
ya no. Por eso, cuando el hombre realiza una forma de este tipo, la produce
realmente mediante su virtud motiva natural, aunque no la mueva por su VO~
Juntad y la dirija por arte. Por" eso acontece que a veces una forma o figura condensación y situación de la cantidad.
semejante SO~ producidas casualmente o en virtud del concurso de muchas cau- sed commune est omnibus figurls, etiamsi
sas por un agente natural. Tercero, porque, en otro caso, en el movimiento de tom situro earurn, et ideo in effectiane ha- per actionem mere naturalem effician~ur;
rum formarum nori est propria educcio, sed semper enim fiunt per solam resultanttam,
una piedra arrojada por el hombre hacia arriba, el «donde) que tiene por tér- qualis in naturali resultancia esse po~est.
mino no se educiría de la potencia del sujeto, ya que también de la piedra. se vel ad praductionem vel ad rarefactionem,
Hinc vero colligo hoc non esse propnum
harum formarum ea quod per ar~em fiant, densationem aut situationem quantita:tis.
puede decir que está únicamente en potencia obediencial respecto de dicho mo-
vimiento; más aún, en cierto modo se trata de una potencia menor, por ser
violento dicho movimento; empero el consiguiente es falso, puesto que el en-
friamiento del agua, aunque sea violento, se realiza por educción; así_, pues, aun-
que esté en contradicción con la forma, hay capacidad natural por parte de la
materia; y esto es 10 que sucede en la piedra respecto del movimiento· hacia
arriba. Y el que tal movimiento le sea impreso por un agente libre o natural,
nada tiene que ver con la educción.
18. Por eso otros defienden en absoluto que las formas artificiales se edu-
cen de la potencia del sujeto por las razones dichas. Mi opinión, en cambio,
es que de estas formas se debe dar el mismo juicio que se ha dado de los otros
modos que se producen por resultancia. En efecto, estas formas artificiales sólo
son ciertos modos accidentales, según antes se dijo, y no hay una acción física
que se ordene esencialmente' a ellas; pues aunque la intención del artífice las
tenga por fin esencial y dirija, por esto, de tal modo su acción mediante el
arte que llegue a infundir la forma pretendida, con todo, la acción misma me-
diante la cual realiza su intención no tiene a dicha· forma por término esencial
e inmediato, sino algún otro modo del que dicha forma resulta. En efecto,· es-
tas formas se producen siempre mediante movimiento local, el cual tiene por
término próximo un "donde», y d~ él resultan las diversas figuras de los oh-
j,etos artificiales, bien por corte y división de partes, bien por composición y
disposición ordenada de ellas, y por eso en la realización de estas formas no se
da educción propia, sino sólo la que pnede haber en una resultancia natural.

obedieotiali. Secundo, quia illa potentia obe~ respectu motus sursum. Quod autem ille
dientialis non est extra latítudmem poten- matus imprimatur ab agente libero vel na-
ciae naturalis, id est, quae ab agente ordinis turali nil refert ad eductianem.
naturalis reduci potest in actum, sive taEs 18. Quapropter alii absolute doeent for-
actus sit naturaliter debitus tali potentiae mas artificiales educi de poteotía subieeti
sive non. Unde, quando horno efficit talem propter rationes dictas, Ego vero censeo
farmam, revera efficit mam per virtutem mo- idem esse iudicium de his farmis quad de
tivam oaturalem, quaínvis eam maveat per aEis modís quí per resultanti·{1J1 fiunt; oarn
voluntatem et dirigat per artem. Quare in- hae formae artificiales salum ')unt modi qui-
terdum contingit similem farm'lm ve! figu- dam accidentales, ut supra dictum est, et
raro ab agente naturali fieri cas'u seu ex ad illas non est per se aedo physica; quam-
concursu plurium causarum. Tertio, quia vis enim ¡ntentio artificis qd illas per se
alias in motu lapidis sursum proiecti ab tendat, et ideo tali modo dirigat per - artem
homine, Ubi ad quad terminatur non edu- actianem suam, ut farmam intentarn indu-
ceretur de potentia subiecti, q uia etiam la- cat, tamen actio ipsa, per qU·{ffi exsequitur
pis dici potest esse tantum in patentía obe- intentionem suam, non terminamr per se et
diendali respeetu talis motus; ¡mmo quo- irnmediate ad talem formam, sed .ad ali-
. dammado est minar ina potentía, quia mo- quem alium modum ex qua talis forma re-
tus ille violentus est; consequzns autem est sultat. Semper enim hae forrnac fiunt per
falsum, quia frigefaetio aquae, etiamsi sit motionem loealem, quae proxime terminatur
violenta, fit per eduetionem; quamvis enim ad Ubi, et inde resultant vari.1e ñgurae ar-
repugnet formae, ex parte materiae est na- tefactorum, vel per incisionem et divísionem-
turalis capacitas; sic autero est in lapide partium, vel per compashionem et ordina"
DISPUTACION XVII
LA CAUSA EFICIENTE EN GENERAL

RESUMEN
Comienza con una introducción que encuadra la disputación en el tratado
general de las causas y propone las dos partes que abarcará el desarrollo de la
misma:
l. Concepto de causa eficiente (Sec. 1).
11. Clases de causa eficiente (Sec. 2).

SECCIÓN 1

Propuesta y explicada la definición de Aristóteles (1), limita su sentido a
la causa eficiente (2), excluyendo con, especial cuidado la causa final (3). Expone
cómo conviene dicha definición a la causa primera yola segunda (4), y cierra
la sección rechazando la acusación de los que censuran dicha definición por
creer que con ella se incurre en el defecto de incluir lo definido en la defini-
ción (5-6) ,

SECCIÓN II

Dada la multitud de causas a las que aplicamos el calificativo de eficientes,


se impone la división de éstas (1). La primera es en causa esencial -de la que
depende verdaderamente el .tecto----, y causa accidental, ya por parte de la causa
misma, ya por parte del efecto (2). Resuelta una duda sobre la atribución de la
causalidad al supuesto (3), considera en especial la causa accidental por parte
del efecto (4), Y discute si las condiciones pueden considerarse como causas ac-
cidentales (5). La segunda división es en causa física y causa moral (6). La
cuarta división, extensamente expuesta, es en causa principal y causa instrumen-
tal, de las que nos ofrece hasta cuatro definiciones y explicaciones (7-15), para
acabar proponiendo su propia doctrina sobre los dos miembros de esta divi.,
sión (15-18), y concretam'ente sobre el sentido en que se afirma que el instru-
mento obra en virtud del agente principal (19). Añade aún otras dos divisiones
de la causa eficiente: en primera y segunda (20), y en unívoca y equívoca (21).
Termina la disputación considerando las dos clases de instrumento que pue-
den darse: unido y separado (22).'
I
i'

DISPUTACION XVII
LA CAUSA EFICIENTE EN GENERAL

Después del estudio de las causas material y formal, que son intrínsecas,
corresponde hablar de las causas extrínsecas, que son la final y la eficiente;
y aunque entre éstas se tenga a la final por primera y más noble, sin embargo
la causalidad de la causa eficiente no es más conocida, y por ello se comen-
zará por el estudio de ésta. Empero no es necesario preguntarse si existe esta
causa, ya porque esto quedó suficientemente probado antes al tratar del número
de las causas; ya también porque no hay nada más evidente y notorio por la
'experiencia; en. efecto, las transmutaciones y generaciones de que tenemos ex-
periencia no pueden realizarse si no es por obra de algún eficiente que sea
i la causa de la transmutación y del efecto; pues nada puede hacerse pasar a sí
mismo del no ser al ser. Así, pues, dando por supuesto que existe en la rea-
I lidad este género. de causa, hay que ver cuál .es su concepto y en qué consiste
su causalidad, y cuáles son los requisitos para que pueda causar. Mas, puesto
que en este género hay muchas especies y modos de causas, por ello comen-
zaremos por explicar en general en qué consiste esta causa y cuántos miembros
se contienen bajo ella, y qué es 10 que todos tienen de común. Luego nos ocu-
I paremos de cada una de las especies de causas eficientes y de cada uno de los
diversos modos de causar -propios de Jas mismas, en' la medida en que veamos
que es conveniente para una explicación completa de esta materia.
I
DISPUTATlO XVII quod sit causa et transmutatiorus et effec-
iI DE CAUSA EFFICIENTI IN COMMUNI
tus; nihil enirn potest seipsum de non esse
ad es se transferrc. Supposito igitur in rerum
I Post considerationem materifllis et forma-
lis causae, quac intrinsecae sum, dicendum
natura hoc genere causae, videndum est
quid sit et in qua consistat causalitas eius,
sequitor de causis extrinsecis, quae sunt fi- et quid requirat ut causare valp.at. Quia vero
I nalis et efficiens; inter quas, licet finalis
censeatur prior et nobilior, tameri efficientis
in hoc genere multae sunt causarurn species
ae modi, ideo prius in communi declarabi~
causalitas est nobis nodor, ~t ideo de illa mus quid sit haee causa et qUOl. membra
dicendum prius esto Non est autem neces-
sarium quaerere an haec causa sit, tum quia sub se cantineat, quidque omnibus i1lis com~
hoc satis probatum est supra, tractando de mune sito Pastea vero de singulis causarum
numero causarum, turo edam quia nihil est eHicientium speciebus et varEs earuro cau-
evidentius et notlUS experientia; naro trans- sandi modis sigillatim disseremus, quantum
mutationes et generationes quas experimur pro huius materiae complemento' expedire
fieri non p08sunt nisi ab aliquo efficienti, censebimus.
Disputación XVII.-Sección 1 49
~--------

Disputaciones metafísicas
48 cosa engendrada- sin embargo, la causa material no queda excluída por esa
partícula, puesto que en su género concurre con la misma primacía a la mu-
tación juntamente con la causa eficiente, y, por tanto, también ella es princi-
SECCION PRIMERA pio esencial de donde primariamente se origina la mutación. Acaso dirá alguno
NOCIÓN DE CAUSA EFICIENTE que, aunque respecto de alguna producción la materia ejerza su causalidad en
una mutación al mismo tiempo que la causa eficiente, no obstante, comparando
. , e '1 1 género en ella.- Aristóteles en
1. Definición de 1~tstoteles.- e~a etSIi~ II de la Física, c. 3, define la en absoluto la causa material con la causa eficiente, disfruta ésta de prioridad,
el lib. V .de la Metaf",ca, ~'. 2, Y ue es .. ueIlo de donde proviene el .~!.¡ .. puesto que es necesario que la materia misma sea producida antes de que cause.
causa eficIente en gener~l dlclento q. t d E;ta definición necesita de proh¡as Mas esto nada tiene que ver con la cuestión presente, ya que esa precedencia
mer principio del cambt? o de a a~w ~e' neda reducirse a su v.erdadero sen- es remota y se refiere a otra acción de la que Aristóteles no hizo mención, ni
interpretaciones Y aclaraclOnes a fin lq. P .usa eficiente y explique la cau- nos consta suficientemente si la conoció; por tanto viene a resultar algo como ac-
rido, de manera que co~prenda a cuae~U1e~i~er lugar, parece que en ella no cidental respecto del concurso de la materia y de la causa eficiente para una
salidad propia de la mIsma. Porque 1 ,p o ya que esa partieul. de donde, mutación natural. Así, pues, esto no basta para excluir la causalidad de la ma-
d
hay nada que se ponga en e~ l,;,gar e ge~er;e usa impropiamente en el lugar teria, porque, en otro caso, también quedaría excluída la causa eficiente segun-
que es la única que pone. Anstoteles, no, so o. pues también del tiempo y del lu- da por no ser absolutamente la primera respecto de la producción, ya que es
del género, sino que también es muy e2U1~OC¿e proviene el movimento. Por. eso, necesario que ella misma sea producida primero. Pueden, pues, afirmarse dos
gar se puede. afirmar que es a,quelloh e on obreentender principio esencwl; y cosas: la una es que, aunque según la realidad la mutación natural proceda al
parece que en el lugar ~el ?~nero ay i~ec:usa eficiente es un principio esen- mismo tiempo de la causa eficiente y de la material, no obstante, según la ra-
para no incurrir en falacIa ~lclendo. q~e. d 1 movimiento habrá que decir que zón, es anterior el influjo de la causa eficiente que el de la material; de donde,
dal de donde procede el pn~e~' 'prmcIP1~al edel ue~ pri~ariamente proviene o si nos expresamos según las razones precisas y formales, la pasión procede de
la causa eficiente es un prmcIpl.o :senc de esta ;uerte resulta que la descrip- la acción y no al revés, siendo, por 10 mismo, verdadera y propia esta expresi6n
por el que se produce ~a mut.acI6~, y te género mediante el cual puede causal: porque obra el agente, recibe la materia. En cambio, no seria propio
ción de Aristóteles contiene vrrtua mente es afirmar lo contrario: que obra el agente porque recibe la materia. De esta suer-
definirse la causa eficiente. . . . . Mas entonces surge una segun- te, pues, se dice que el eficiente es primero en la razón de causar comparán-
2. Modo de adaptarla a lo ~~ftn¡do, soloiic.da conviene igualmente a otras
dolo con la materia. Se dice~ además, que la materia queda excluida por aque-
da dificultad, ya que esta defin~C16n aSI e::;:cipio esencial del movimiento y de lla partícula de donde. En efecto, en rigor significa una relación a un principio
causas, pues la materia en su gen~ro es P eda exc1uída mediante aquella par- extrínseco; pues la materia es causa de la mutación porque la recibe intrtnse-
la quietud. Ni basta con que se dIga qued':lu te e'a partieula pudiera excluirse ·camente en sí misma y en sí la sustenta; en cambio el agente es principio de
. . te porque aunque me tan - . . la acción o mutación sólo porque de él se origina y porque a él dice esencial
dcn1a prtmartamen , , r d d é t no es principio primero del mOVlmlen- relación como a principio extrínseco del que depende; y esta razón y relación
la causa formal -pues en reaél a. s a , por la que decíamos en las páginas propia queda explicada mediante aquella partícula de donde, la cual es equl-
. más bien su t rmmo, razon . . d 1
to, smo que es . ente causa de la generacIón, SIDO e a valente a la partícula por el que, que se atribuye con propiedad a la causa efi-
. anteriores que la forma no es proplam
ciente, puesto que el principio material es más bien aquel del que. Por eso, en
virtute contineat hoe g~n?s per quod pot- orden a una mayor claridad, se podría decir que la causa eficiente es un prin-
SECTIO PRIMA
est causa efficiens defimn. .. cipio esenCial extrínseco por el que se realiza primariamente la mutación.
QUID CAUSA EFFICIENS SIT • 2. Qualiter ad solum deftmtum. ~dapte­
secunda dlfftculta~,
1 Definitio Aristotelica.- Quod tn ea tur. _ Sed tune oritur . . ' emt nihil ad praesens refert, quía illa antecessio contrario vero non proprie dicetur ageos
gen'us.- Aristote1es, V ~e.taph., ~. 2, et quia definitio sic exposlta ellam conv
est remota et respectu alterius actionis, cuius
II Phys., c. 3, caU3am eff:clentem m .com- aliís causis, nam materi~ iI?- suo g~n~re est agere quia materia recipit. Sic igitur dicitur
principium per se mutat1~ms e~ qmetls. ~ee Aristoteles non meminit, nec satis constat efficiens esse primum in ratiane causandi
muní definit dicens ess~ Id unde pnmum an illam cognoverit. Unde est quasi per ac-
rincipium est mutationis aut qUtetls. ,quae satis est si dicatur excludl p~r lHam p~rtlcu­ comparatione materiae. Deinde dicitur ma-
~efinitio multa interpretatione et addltlO~e lam primo, quía, Hcet per l~am partleulam cidens respectu concursus materiae et effi-
cientis ad naturalem mutationcm, Non ergo
teriam excludi per illam particulam unde.
N am in rigore significat habitudinem ad
. d' t ut ad verurn sensurn reducatur, Ita possit excludi causa f~rm.al~s (nam r~ve!a
~ l~~.mem causam efficientem comprehen- '11 non est primum prmclpmm mutauoms, id satis est ad excludendam causalitatem principiurn extrinseeum; materia ením est
dat et eius propriam causalitate?1 declaret. ~ed potius est terminus dus, propter quod materiae, alias etiam causa secunda efficiens causa mutationis quia illam in se intrín~
dicebamus in superioribus formam n?n es~e e~cluderetur, quia non est prima simpliciter sece recipit et in se sustentat; agens vero
Nam imprimis nihil in ea esse ~T1detur <;luod
loco generis constitUiltur, nam lHa. partl~ula proprie causam generationis, sed rel g~m­ respectu effectionis, cum neco!sse sit illam est principium actionis seu mutationis 50-
unde quam solam Aristoteles pomt, et 1l~­ tae), tamen causa materia~is ?-on excludltur· prius effici. Duo ergo dici possunt: unum 1um quia ab illo manat et ad illud dícit
per illam partieulam, qUla m ~uo genere essentialem habitudinem, ut ad principium
prop;ie ponitur loco generis Jet va~~e. aei~l~ ue primo concurrít ad mutatlonem c';1m
est quod, Hcet secundum rem naturalis mu~
extrinsecum a quo pendet; et haec propria
tatio simul sit a causa efficienti et materiali)
vaca est.· nam et tempus et ocus lCl po . :'>
esse id 'unde incipit motus. 9uar~ s.u~m- ~~~sa efficienti, et ideo etiam i~l~ est pn!1-' tamen secundum rationem prior est influxus ratio et habitudo declaratur per illam par-
cipium per se unde ptimo 1.~Clplt mutatH? ticulam unde, quae aequivalet particulae a
lli endum videtur loco generts .p~mctptuf!' Causae efficientis quam rnaterialis, unde, se-
teer gsc; ne autem videatur commlttl. n';1g~tlo Dicet fortasse aliquis J 9ua~vls respectu ah- cundum praecisas rationes formales loquen-
quo, quae proprie trih4itur efficlenti; nam
materiale principium potius est ex quo. Un-
~icendo causam efficientem .ess.e .pnnclpmm cuius effectionis matena slmul causet m~ta­
tionem cum efficienti, tarnen, absol';lt~ com- do, passio est ab actione et non e converso, de, maioris c1aritatis gratía, dici posset ca~­
er se unde est primum pnnclpmm mot~s, ideoque vera est ac propria haec causalis sa efficiens esse principium per se extrin-
~'cendum erit causam efficientt!m esse prm~ parando ca"sam materialem . et efflclentem,
' locutio, quia agens agit, materia recipit. E secum a quo primo est mutatio.
! . "'r se a qua primo est aut fit mut~­ hanc esse priorem, qUla opportel ut lpsa
ri~;ur:tJu~ ita fit ut descriptio Aristotel1s materia prius fiat quam causet. Sed hoc
4
Disputacion~s metafísicas Disputación XVIl.-Sección 1
5"O~_____ ~________~--.~---:~::~ 51
~.
-------_ - -- ._-
..
----
. Mas entonces se presenta una tercerSl
3 . Modo de excluir de ella el ftn. l' d ma's bien conviene a la causa en un género de causa, Por eso se dice que la causa segunda es prinCIpIO pri-
d fi '" así explca a ,
dificultad, puesto 9ue la e nlClOfl 1 fin es un principio es~ncial y extnn~eco, mero de donde procede e! movimiento, porque en el género de causa próxima
final ue a la eficiente; en. efecto, e r' or ue el efiCIente no obra SI no de ella se origina primariamente el movimiento, y en este sentido pone Aris-
V conq prioridad sobre el e,fiClente en el ca~:~~r~e ¡
la causa final pri;mera entre tóteles el ejemplo del padre respecto del hijo. Algunos, empero, juzgan con Ale-
~s movido por el fin, sohendo, por eso, el influjo de la causa final, sobre Jandro de Afrodisia que por esa partícula quedan excIuídas las causas instru-
todas las causas. Mas, p0:-, ser, ~uy oSeca~ro or eso se -afirma en poca~ palabras mentales, porque no son causas propiamente. Mas, puesto que Aristóteles se
todo respecto de la mutaclOD flslc.a y r er: d
orden de la intención, 8m embar- vale de! ejemplo de una causa consiliante, la cual parece todavía más impropia
y llega a la conclusión universal de que la definición conviene a todo eficiente
ue, aunque la causa final sea prImera eficiente; más aún, que ella sola es
qo, en la ejecución la causa' pnmera ,es la mente en realidad, Y éste es el modo o a todo el que causa una transmutación, parece que más bien hay que afirmar
ra que influye o mueve esencial y ~~t,rmseca dicha cosa que explica suficiente- qne quedan comprendidos todos los modos de causas eficientes, según lo hizo
como se ha de entender la definlCIon an~:.s Pues 'el fin es un principi?, o ur:a notar Escoto, y que cada causa tiene en su orden la razón de principio del que
l
mente la partícula de donde o p~: e q la cual se ordena una mutaclOn; SI? primariamente se origina una acción, bien como de principio principal, bien
causa por razón de la cual se rea ~za, o a inci io or el que, o de donde pn- como de instrumental, bien como de perfectivo y ejecutivo, bien como de per-
embargo no se le llama co~. prol?,edadu!~sto Pse ~firma con toda propiedad de suasivo o colaborador. Por tanto, esa partícula primariamente sólo se añadió
madamente procede una acclOU, smo q o para excluir las causas completamente accidentales que no influyen en modo
alguno con propiedad en la acción, o para expresar el modo de causar propio
la causa eficiente.... , ' rimera causa Y a la segunda.- .~?S
4. Si esa deftn'ClOn conviene. ~ la p or el hecho de que esa de~m~lO!, de la cansa eficiente y para distinguirla de la material y formal, las cnales no
surge inmediatamente la cuart~ dIficultad p or una parte parece convemr unt- son primeras de! mismo modo que la eficiente, según se explicó antes. Respecto
no abarca todas las causas efiCIentes. p~es 1p , nica de donde primariamente se de la segunda parte, si nos fijamos en e! pensamiento de Aristóteles, parece cier-
camente a la causa primera, por serIe a m~ ~ la causa principal, pero no a la tamente que sólo definió la causa eficiente natural, la cual obra siempre me-
origina toda mutación, o conVIene a, o ~u principio próximo de acción, ya que diante el movimiento o mutación; en efecto, en el lib. II de la FísicaJ Aristó-
instrumental o a la fact;ltad, que eSid~ es decir, en virtud de un agente ar:- teles trataba únicamente de las causas naturales, y, sin embargo, en el lib. V
de la Metafísica no añadió absolutamente nada a la definición o a la doctrina
el instrumento no obra SI no ~s mov '1 instrumento es aquello de donde pr~­
terior, y por eso no puede d.ec~rse qu~:s or otra parte parece qt;e esa defi?l- sobre la causa eficiente. Empero en ambos lugares dejó entender que, guardada
madamente procede un ~ovlmlento. eficienie según su eficiencia pnmera. y prm- la debida proporción, la definición podía extenderse a toda cansa eficiente. Por
ción no conviene a la prtmera c~,?sa , la creación por no ser la creaClOn una eso, al poner ejemplos, dijo: Verbi gracia el que da un consejo, y el padre
ci alisima, que es ~a que se rea Iza por res onder' que la expresión. de don.de- respecto del hijo, y, en una palabra, aquello que produce respecto de lo que
m~tación. A la pru:r',:ra parte ~a\:;t~e no hay que entenderla del l?runer pnn- 'es producido, y aquello que inmuta respecto de lo que es inmutado. Si, pues,
primariamente se angtna el movzmz , . io completamente independiente Y qu~ en lugar de la palabra mutación o quietud, ponemos la palabra acción, la de-
cipio en absoluto, esto es, de ~n prmclp e de 10 contrario, según concluye e finición comprenderá todas las causas eficientes, incluso la primera en cuanto
~o tenga nU;g~.ma causa anterIOr;, ~~ d.~finición al motor o eficiente p!imero; creadora, porque, según veremos luego, también la creación es una acción, aun-
que no sea una mutación.
argumento, umcamente con;engr;a imer principio en un orden determlllado O'
. o que hay que entender a e pr .
sm 4 Primae causae et secund1s an, tIla ~e- ti definido· conveniret; sed intelligendam
esse de primo principio in tali ordine aut
in actionem, vel ad denotandum proprium
d ab illa finis excludatur.- finÚio conveniat,- At vera occurr:t, staum modum causandi efficientis causal;'! et distin-
3d, Quo:~u~rit tertia difficultas,. quia de~ uarta difficultas, quia illa defin~u,o nOD gen~re causandi. Dnde causa secunda diei~
guendam illam a materiali et formali, quae
Se tunc , O'l'US conventt causae q l' mnero causam efflclentem. tur primum principium unde est motus, non ita sunt primae sicut efficíens, ut supra
finitio sic declarata p 'fin'ls prinR comp ectltur o '1' ae pri- quia in genere causae proximae ab illa pri- dec1aratum est, Ad posteriorem partem, si
11" ti·· est entm " R i c enim videtur convemre su 1 ~aus. " ,
finali
. . quam e IClen '.
r se et extrlOsecum et es " t prius roae qUla . sola l'lla est unde pnmo lOClp~
rut
m.o oritur motus, et ita Aristoteles ponit Aristotelis mentem inspiciamus, videtur qui..:
clplUrn pe lf'cl'ens' nam efftclens '. . vel ad summum conve eiemp,lurn in patre respectu fild, Aliqui Vero dem solum definivisse causam efficientem
in causando quam e 1 fine' e' ideo causa amms m~ta~lOJ. imtrumentali vel ,exi,s,timant curo Alexandro Aphrodisaeo per naturalem, quae semper agit per motum vel
, ,. motum a , eausae pt mClpah, non ver~ rincipiurn illam particulam excludi causas instrumenta~
non ag1t ruS!,. ' ínter omnes causas. facultati, quae, est proXlmmu~onP agit nisi .les, quia non sunt proprie eausae. Sed, eum
mutationem; in II enim Phys. tantum de
finalis solet dlCI pnma finalis vaIde obs- a<Tendi nam mstrumentu ',' 'd o causis naturalibus Aris!oteles disputabat, et
Sed quia influ:ms causa~ll physicae et rea R n';otu~ seu in virtute prioris 8,geous"det 1 ~e Aristoteles ponat exemplum in causa consi- tamen in V Metaph, nihil omoino addidit
es t maXlme respe . r d' .. "'urnentum ess, 1 un liante quae videtur magis· impropria, et
~ .'
j

curus viter dicitur etsl o - non potest lCl lOS . idetur illa aut definitioni aut doctrinae de causa effi.
lis routatlo~llS! Ideo brfioalis pIÍor sit, tamen primo est motus. Alu!:nde ri~~~ c:usae effi-
universaliter condudat omni efficienti ve! cienti. Utroque tamen loco insinuavit, ser-
transmutanti c'onvenire definitionem, potius
dine inkn:lOOls cfaf.u~an,em ca1!<;arn esse pri- definido non eonve~lre p . ' am ef- dicendum videtur omnes modos eausarum
vata proportione,. posse definitionem exten-
. ecutlOne e 1Cle r se ., d m nrlmam ac potlsslm di ad omnem efficientem eausam, U nde,
10 exs·immolams '111m oa esse quae pe Et clentl " secun u ~
'squaeesp. Ad , e r c"eadonero, efficientium eomprehendisse, ut Scotus nota~ ponens exempla, dixit: Ut is qui consulit
mam, " fluit <leu movet. ficlenuam em, priorem vit, et unaínquamque eausam in SUD ordine
et extrinsec,e r~l~l1te~ mest pr-nedicta defin~~ quia cred~tio dnuornn eess,t iFta~a~~~~ticulam undo
j

et pater fiUi, et uno nomine id quod efficit,


habere rationem principíi a quo primum est
h oc modo lOte 19~n a d vel a quo satis partero lcen ~ 11' d m eius quod jit, et quod immutat, eius quod
aetio, ve! 'Qt a principali principio, vel ut
tia, quod illa p~rucfinis 1 un e
princrpium vel cau~ prlmo
. 'el'p,', motuS non
in . esse iute
r' 'd 1gen
est orn-a
ah instrumentali vel ut' a perficiente et
immutatur. Si ergo Joco illius vocis muta-
1 'o qu~m tendit mu- de primo priocip~o Slmp lCáte~u~am habet tionis ve! quietis ponamus vocem actionis,
j

declarat. Est emmfi' exsequente, ve! ut a cOIisulente aut adiuvan~


sa propter quam t ve ,1 dicitur prindpium níno independenu :t a~o ut argumemum te. llia ergo partícula primo solum addira
comprehendet definitio omnem efficientem
tat}-o, non tanrndeen ;r~~n~anat actio, se? hoc priorem causam, al.lOqu, tori seu efficien~ est, vel ad, exdudendas causas amomo per eausam, etiam primarn u.t creantem, quia, Ut
a quo" v~l u di .iur de causa efficienu. eoncludit, tantum pnmo mo . infra videbimus, etiam creatio actlO est,
.nccidens, quae nuIlo modo proprie influunt quamvis non sit mutatio,
proprllsS1me Cl
=5~2_ _ _ _ _ _ _ _.._______________D_is...p_u_ta_ciones metajísica~ Disputación XVIl.-Sección II 53
5. Cómo no está incluido en ella lo dejinido.- Surge, empero, de aquí e~ cuanto es fin, ,sólo causa mediante una moción metafórica; en cambio el
otra dificultad, porque parece que de este modo lo defioido se incluye de algún Clente causa medlante una acción propia que d él d efi-
modo en 'la definición; pues causa eficiente será, según la explicación dada, un t~mbién incluido el que esta causa no confiere ~ efe~~':u e. y en ~sto queda
principio esencial por el que primariamente se origina una acción;' mas es SillO otro que emana de él mediante la acción en lo c ' 1 ser s.ropno,. formal,
igualmente oscuro en qué consiste la acción; más aún, es casi lo mismo y ne- caus~ formal y material por causar éstas su efecto dánd~~e se ifere?cJa ~e la
cesita la misma explicación, ya que acción y producción son lo mismo; por llaman~oselas, por lo mismo, causas intrínsecas; en cambio s~a P':°Pla e~t~dad,
eso la denominación de eficiente o de agente se atribuye por causa de la acción; ~s d~xt~mstca~ es decir, no comunica al efecto su ser propio y '_po~a~:t d~c~~~
por tanto, definir el eficiente por la acción es explicar 10 mismo por lo mismo, ID ~Vl ua, smo o~ro que brota y emana realmente de dicha causa median
o una cosa oscura por otra más oscura. Añádase también que la causa ha de ~~IÓ~. ~uedan, pues, su.ficiente?,ente claras, por lo dicho, tanto la definici' te da
definirse por el efecto, puesto que son correlativos, mas la acción no es el efec- nstote ~s con;o .la reahdad mIsma, a saber, en qué consiste la causa efi~~nt~
to de la causa eficiente, sino, como luego diré, la razón de causar. Sin em- y en q~e se ,dIstmgue de los otros ,géneros de causa, cosas todas ue se com-
bargo, hay que afirmar que, comparándose la acción con el agente a modo de prenderan mas exactamente
.d d al exphcar cada uno de ¡os reqUlSltOS
.. q que conen
una forma, no es ilegítima la explicación de la naturaleza del agente por el or- rren en esta causaI1 a y son necesarios para ella. -
den a la acción; mas Aristóteles se valió de la palabra mutación, porque nos
es más conocida, para que mediante ella lleguemos a comprender en cualquier
realidad. la emanación o dependencia respecto de aquel priucipio del que recibe SECCION JI
el ser. Por eso, aunque la razón propia de la acción y su distinción respecto CLASES DE CAUSA EFICIENTE
del agente y del efecto sea, como luego veremos, más oscura, sin embargo,
por el momento basta entender por acción la emanación o dependencia del efec- b .1. Por se~ tan amplio el ámbito del nombre de causa eficiente y por atri-
to respecto de su causa extrínseca, de la que recibe el ser; en efecto, expresán- . Ulrse a muc. as cosas con suma impropiedad y en virtud de ci;rta analo ía
dose de este modo en sentido confuso y general, es clarísimo que en el efecto u;'perfe~ta, nlIent~as que a otras, aunque se atribuya con propiedad, se ha~e
se da una dependencia o emanación respecto de su principio, sea cual sea el s~ em argo, se~un dIversos modos de causar, por todo ello, antes de avanz '
concepto de esa dependencia o emanación. . mas, ~n ~eces~no dar d,e antemano las diversas divisiones de esta causa a~
6. Por tanto, aunque la acción no sea un efecto del agente, sin embargo, cuya mteh?"encIa. es preCISO tener ante los ojos la definición dada anterior~e p .
por ser vía hacia el efecto, o dependencia del efecto respecto del agente, queda pues la diferenCIa en las causas surgirá del diverso modo en qu t. ?te,
de ella. e par IClpen
suficientemente comprendido o explicado el efecto en la acción misma. Pues
lo mismo da decir que la causa eficiente es el principio primero de donde pro-
cede una acción, que decir que es de donde procede el efecto mediante la Causa eficiente esencial y accidental
acción, o sea que es un principio del que brota o depende el efecto mediante la 2.. Diver~o:. modos de causas (lccidentales.- Así, pues, puede establecerse
la acción. En esto se deja entender también perfectamente la diferencia entre la prrmera dIVISIón de la causa eficiente eu esencial y accidental la cu ¡ f
esta causa y las otras, pues la materia y la forma, hablando en rigor, no causan expued,ta por. Adstóteles en los lugares citados. Causa esencial es ~que¡¡a ade ~:
mediante la acción, sino mediante la unión formal e intrínseca; el fin, a su vez, que epende dIrectamente el efecto según el ser propio que tie
e. efecto
. ' der m·Ismo mo do que d·.IJO Anstóteles
. que el estatuario ne
era encausa
cuanto
de
5. Qualiter in illa non sit inclusum de- nís et distinctio eius ah agente et ab effectu
finitum.- Nascitur vero inde alia difficuI- obseurior sit, ut pmtea videbimus) in prae- tionem, quatenus flnis est; at efficiens eau- SECTIO II
tas, quia videtur hoc modo definitum poní sentí tamen satis est per aetionem int!!lli- sat per propriam actioncm ab illo dima-
gere emanationem ae depenrientiam effee- QUOTUPLEX SIT CAUSA EFF1CIENS
quodammodo in definitione; e~ it enim cau- nantem. Et in hoc etiam induditur hane
sa efficiens, iuxta expositionem datam, prin- tus a sua causa extrinseca a qua esse reci.. ~ .. Quoniarn hoc nomen causae efficientis
pit: nam hoc modo, confuse et generatim causarn non dare effectui 'suum ac proprium
'Cipium per se a quo primo est aetio; aeque tatlSSlme patet et impropriissime ac per im~
loquendo, notissimum est dad in effectu formale esse, sed aliud ab eo manans media
autem obseurum est quid sit aetio; immo p~rfe;tam q~amdam analogiam multis rebus
dependentiam seu emanationem a suo prin- actione, in quo differt haec e::..us3, a formali trlbmtur, a111s vero, lieet tribLlatur proprie
fere est ídem et eadem expositione indiget,
nam actio et effectio ídem sunt; unde effi-
cipio, quidquid illa dependentia vel emana- et materiali, quod hae eausant suum effee- ~~men secundum varios eausandi modoS:
dens vel agens ah accione dicitur; definire tio sito ~m dando illi suam pl'opriam entitatem et lOeo, pIl~squa~ ulterius procedamus, nece~­
6. Quocirea, quamvis aecio non sit effec- se est vanas hUlUS eausae divisiones praemit·
ergo efficiens per aetionem est ídem per Ideo causae intrinsecae appellantur; c:usa
tus agentis, tamen, quia est via ad effeetum tere,. ad quas int~l.ligendas opus est prae
idem vel obseurum Der obseurlus declarare. seu dependentia effectus ab agente, satis in vero eff~ciens est extrinseca, id est, non
Adde eausam per effectum dcfiniendam es- o~uhs habere defimuonem datam; nam iuxta
ipsa actione comprehenditur ve1 indicatur com~uDl~ans effectui suum proprium et
se, eum sint correlativa; actionern autem d~versu~ I?odum participandi .i1lam erit
effectus. Perinde enim est dicere efficientem (ut .Ha dlcam) individuum esse, sed aliud dlfferent13 In eausis.
non esse effectum eausae efficientis, sed ra- causam esse primum principium unde est
tionem eausandi, ut infra dica".Il. Dicendum reahter profiuens et manans' a tari causa
acdo ae dicere unde .:!st effeet'Js) media QC- media aetione. Ex his ergo satis eonstat tum Causa per se efficiens et per accidens
tamen est, eurn aetio eomparetur ad agens
per modum formae, non male rationem
tione, seu esse principium a que effectU3 de~nitio Aristotelis, tum res ipsa, quid, viw ? Varti modi caUSQ)"um per accidens-
agentis per ordinem ad actiouem declarad;
profiuit seu pendet per aetionem. In quo
dellee:, causa efficiens sit, et in quo ab aliis P~1t~a ergo divisio causae efficientis c~n­
at Aristoteles mus est nomine mutationis, reCte etiam signifieatur differentia inter hane Stlt~l potes.t in per .se ~t p.er accidens, quam
causaro et alias, nam materia et forma, per g~nenbus. ca~saru~ distinguatur; quae om-
Quia nobis est notior, ut per il1aro intelli- ma exaetlUs 10telhgentur declarando singula tradldlt. Anstotel.es 10 cltatls locis. Causa per
se loquendo, non causant media actione, sed se est 11l~ a qua di~ecte pendet effcetus se-
gamus in unaquaque re emanationem seu per formalem et intrinsecam unionem; finis quae ad hanc eausalitatem coneurrunt ac
dependentiam ab illo principiO a quo esse cundum lllud propIlum esse quod habet in
vero 'sotum causat per metaphoricam mo- nece¡;saria sunt. quantum effeetlls est, quo modo (ait Aris~
recipit, Unde, quamvis propria ratio aetio-
Disputaciones metafísicas Disputación XVll.-Sec:.:c=io,"'n"--",1l~_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _5_5
~-- ", --,:-- ropiamen;; en ~~s~~~~
a ella sola lienta esencialmente y no el agua. Además añado todavía que la aCClOn es atri-
la estatua; y por ser esta ~a umc~ cau.s P En cambio la causa accidental, buida accidentalmente al supuesto cuando la capacidad de obrar está también
estará dedicada toda la dlsI::utaclón ;l~:~~te~sí debido a cierta relación, seme- accidentalmente en él, como en el ejemplo dicho, ya que en este caso en el
al no ser verdadera causa, SIDO ser; definida con facilidad en una sola supuesto mismo despojado de todo no se contiene en modo alguno la capa-
janza o unión con l~ causa, no pU~, e dserd diversos modos. En efecto, a ve- cidad de obrar, hasta tal punto que la acción se une con él completamente per
descripción común, smo q~e es exp ~ca a~te ede la causa, mientras que a veces accidens. Mas si la capacidad de obrar está esencialmente en el supuesto, aun-
ces se habla de causa aCCIdental por P t de la causa se dice que causa que se considere al supuesto mismo desprovisto de todo, no será llamado causa
se habla de ella por parte del ef;:cto. '~~~tiJ::;;e:te unido al principio esencial accidental de la acción, sino esencial, y de esta suerte juzgo que se trata de
accidentalmente aquello que esta aCCI 1 ujeto mismo de la forma, la cual causas esenciales en estos casos: el sol ilumina, el fuego calienta, de acuerdo
de causación, cosa que 1?uede ser a veces. de s dice del agua que calienta acci- con el cuarto modo de predicación esencial, tomado del lib. 1 de los Analíticos
es el principio de la aCCIón; en este sentl o l.se te y en consecuencia, calentar. Segundos, c. 4, por contener el fuego radical y virtualmente la razón propia de
dentalmente por a~aecerl~ ~l agua ;s~~~le~~ l:~ la c~usa de la estatua, A v~ces, dar calor. Se objetará: luego también es esencial: el hombre hace la estatua,
De este modo -dIce ArIst,ot~les- . o cidentalmente con otra en el mIsmo cosa que está en contra de Aristóteles. Algunos responden que ésa no es una
empero, hay otra forma d!Stmta umda ac fi a la capacidad de obrar, pres- proposición esencial, porque no es necesaria, sino contingente. Pero esto nada
,¡ sujeto, digo accidentalmente por lo q?e se re ere otro concepto. En este sentido tiene que ver con la causalidad esencial, 0, 10 que es lo mismo, con el cuarto
dndiendo de si están. unidas necesan~m~~te PO~alienta etc. Y añade Aristóteles modo de predicación esencial, puesto que tampoco estas proposiciones son ne-
el músico escribe accldentalme~te,. y o , oan~o sea roá; remoto que el primero, cesarias: el músico canta, lo cálido calienta, y, sin embargo, son esenciales se-
que este segundo modo ~s mas lmprop~b~ e absolutamente nada al efecto de gún el cuarto modo. Por tanto, en 10 que a la causalidad atañe, yo juzgo 9ue
ya que la forma concomlt~nte no contn Y ostener al menos en sí la for- son esenciales éstas: el animal se mueve, el hombre razona, habla, etc.; mlen-
a
la otra; mientras que el su¡et? de la forF , ~: ~e además que pueden seña-
roa misma, parece que contrIbuye en a go ..
larse estas causas accidentales t~nto len parttlc
u1:
c~mo en ~eneral, es decir, en
ca o lo blanco caliente. Igual-
tras que creo que aquella otra: el hombre hace una estatua es más bien acci-
dental, porque aunque ese arte no pueda estar más que en el hombre (pres . .
cindo de las inteligencias), sin embargo, es absolutamente accidental al hombre,
.
1a espeCIe 1 'nero por e¡empo: eso blan , , . 1 1 de donde resulta que el hombre considerado en absoluto no incluye tal arte, a
o en e ge . ' ido sim le o compuesto, por eJeffip o: e
mente pueden ser exph~adas enl"
nt st d"f P Mas estas cosas pertenecen más no ser en una potencia muy remota.
músico edifica, o el n;USt.c,o Po te e{pde t a~:~ción y por ser accidentales, pue- 4. Cuál es la causa accidental por parte del efecto.- Suelen también se-
bien al modo de predlcaclo.n fiq,;,e a ~ Clos div;rs;s modos de concebir y de ñalarse a veces causas accidentales por parte del efecto, esto es, por parte de
den multiplicarse hasta el m ruto segun aquello que adviene al efecto esencial, y de este modo la misma causa esencial
hablar.. d d S '10 podda dudar alguien, dado que las de algún efecto es causa accidental de aquello que está unido con el efecto esen-
3. Se responde a u,!a u a.- o
acciones pertenecen esencI~lmenlte a los :u p
uestos por qué dice Aristóteles que
uest~ de la forma, Comienzo por
la acción se atribuye aCCIdenta mente a , sluP nte del supuesto en cuanto está
cial, de la manera que el movimiento es causa del calor, corno lo cálido causa
de lo negro, En este sentido se dice también que las cosas que suceden por
azar o fortuitamente tienen causa accidental, como el que uno que está cavando
. d
respon er que a ac
1 ción proviene . esenCIa d me
o que no procede necesartamente . encuentre un- tesoro. Mas en este género de causas accidentales hay que adver-
modificado por una forma. determma a,
de él considerado en si mIsmo, y q~e en,
P:: 10
te sentido es caliente quien ca-
'd ns scribit et album calefa-
tir, en primer lugar, que se le llama accidental al efecto algunas veces respecto
lIleeess~no secundum se, et ita calidum per tamen sunt per se quarto modo. Dnde quod
tu,a,e ·) et qUla
toteles) statuarius est. causa .stapllc1ter
SlCUS per aCCl e
't
,
Addit vero Aristoteles
haec sola est propne et Slm , causa' ' C1t,, eroc. moduro esse mag1s ,hunc
' poste-
.lmpropnum seu
se calefadt, non vero aqua, Aldo vero dein- ad causalitatem attinet, ego censeo has es se
de tune actionem per acddens tribui sup- per se: animal se movet, homo ratiocinatur,
fere de sola illa futura est ~ot~ dlsputaUo non: remotum quam priorem, quia forma posito quando vis agendi per accidens etiam loquitur, etc,; illa vero: horno facit statuam
sequens. Causa autero per accldens, c~r;n m~~~mitanS nihil omnino coniert ad effec- illí inest, ut in exemplo dicto, quia tunc in magis est per accidens, quia etsi ars illa non
non, sit vera ca~s~'. se~ per quamdaI? ~~~i~= ~~m alterius, subiectut? autem !ormae" cu~ ipso supposito nude sumpto nullo modo possit esse nisi in bomine (íntelligentias
tudrnem vel slmlhtudmero aut comu It m ipsam formam 1D se smtmeat, ahquId continetur vis agendi, et ita omnino per ac- omitto), tamen simpliciter 8ccidit homini,
nem curo causa sic ap:penetur~ ~on Pd~~i~ ~~n~erre videtur. Addit praeter~a po~se has cidens illi coniungitur actio, At vera si V13 unde horno simpliciter dictus I}on includtt
commode una commum ?e.scnpt1o~e d causas per accidens, tam in paruculan quam agendi per se insit supposito, etiam si sup- artem illam nisi in potentia valde remora.
niri sed variis modis d1c1tor. Ahquan o , muni id est in spede seu genere, poshum ipsum nude proferatur, non dice- 4. Causa per accidens ex parte effectus,
eni:n dicitur causa per acddens ex parte caEu- In .com, ut'hoc alb~m aut album calefacit. tUr causa per acddens sed per se actionis, quae,- Solet etiam interdum assignari cau-
sae aliquando vera ex par e , t effectus ' x aSSHman,
1 osse simplidter ' vel composlte
'1 exp'1- sa per accidens ex Darte dfcctus, id est,
C> et ita cense~ has esse per se: sol illuminat,
pa;te causae id dicitur per ·.Kcldens c,au~a~~ c~eri! musicus aedificat, vel polycletus mu~ ignis. calefacit, iuxta quartum modum di- respectu eius quod accidit eftectui per se,
quod pe!.' accidens coniunctum est pn?Clpl .' dificat Se'd haec magis pertinent ad cendi per se, ex I Poster" c, 4, quia ignis arque hoc modo ipsamet cama per se ali~
per se causand1,' quod 1'nterdum est. lpsum " oclum praedicandi quam causand'1, et cum
SICUS a e ,
radicalíter et virtute includit. propriam ra- cuius effectus est causa per accldens eluB
subiectum formae, quae es;. 'pr~n~it~~~ ~nt per acddens, in infinitum POS~U?t ~ul­ tionem calefaciendi. Dices: (rgo haec est quod coniungitur effectui per se, quomodo
agendi; et hoc modo. aqu~ ?lCltU uod ti licari iuxta varios modos conclpupdl et per se: horno facit statuam, quod est contra motus est causa caloris aut ('alidum causa
cere per acddens qma accldlt aquae q p d' . Aristorelem. Respondent aliqui illam propo- nigri, Hoc etiam modo ea quae casu vel
sit calida et con~equenter quod calefada.t!. loq3uenDl~bio satisfit.- Soluro potest quis sitionem non esse per se, quia non est ne- fortuito eveniunt dicuntur habere causam
. A' tot)
Et hoc 1110d o (alt . ! l S . pQlycletus
- r -f
e s ,
d bitare cum actlones. 'po'li-
per se smt sup cessaria,- sed contingens, At hoc nihil refert per accid~ns, ut quod fodiens quls inveniat
causa statuae, Int~rdun; vero ,est a laro o;~~ t~um, 'cm dicat Aristoteles actionem per ad causalitatem per "e seu (qL..od idem est) thesaurum. Est autern in hoc genere cau-
per accidens :'lIten ,:onmncta m dod~tinet ad acddens tribuí supposito formae, Respond,eo ,ad quartum modum dicendi per se; nam sarum per acddens advertendum primo,
lecto, per accldens (mqua~) quo / ti e primum actionem per se. esse a supposlto etiam hae propositiones non sunt necessa- interdum effectum appellari per accidens
yim effidendi" quidqUld Slt 1m a la .Ia ~~_ quatenus affectum est taU forma, non vero Musicus canit, calidum calefacit, et respectu concUl'SUS aliquarum causarum,
necessario comungantur, Et hoc moao
Disputaciones metafísioas Disputación XVIl.-Sección II 57
56
. ' ue supuesto dicho concurso, ese efec- tipo, o consisten más bien en una figura de predicación qne en un tipo de cau-
del concurso de Clertas causas, por mas q , " l o el que al caer una salidad, como cuando se dice: el médico sana al músico, clase a la que perte-
. 'aI d t 1 causa' como por ejemp , , necen casi todos los ejemplos aducidos en el primer miembro; o se reducen
to se slga esenCl mente e a, ' ll' es' accidental' sin embargo, supuesto
piedra, suceda que Pedro camme !or a 1 su fuerza y' le produzca una herida ciertamente a la casualidad y al azar, de que nos ocuparemos luego.
ese concurso, el que la piedra le l~ra cO~sencialmente de la fuerza activa con.. 5. Si son causas accidentales las condiciones requeridas para obrar.- Ade.
determinada, ~s ya W1 efecto que dl~:aen este caso que la piedra es causa ac- más de estos dos modos suelen contarse también entre las causas accidentales
creta de la p,edra, y por e~o no se 1 es ecto de aquel. concurso o incluso ciertas condiciones necesarias para obrar, las cuales no influyen esencialmente en
cidental de dicho efecto, smo .que o .~s ¡" \edra Mas de los efectos accideo- el efecto o acción; asi por ejemplo, la contigüidad del agente Con el paciente,
respecto de la intención de qmen movl a op más . extensamente al tratar de la la supresión de algún impedimento, y cualquier otra semejante, la cual suele
tales en este senudo nos ocuparemos. lueg , ue cuando se llama accidental llamarse condición sine qua non. Sin embargo, aunque ésta sea accidental res..
casualidad y del azar. Hay que advert;~o a~e~~s efecto esencial, puede llamársele pecto de la causalidad propia y directa, no obstante, en cuanto a la necesidad
a un efecto por el hecho df estar
accidental de dos maneras. a una, so o . ,
m:;
por relación a la intención del agente;
. ma con la conexión de un
física y en cuanto puede ser objeto de ciencia, es en cierto modo esencial, 'Y
por eso se ha de tratar especialmente más abajo de estas condiciones necesa-
la otra, por relación tambié~ c~n la ~CCl~uem~ ef~cto no sólo cae fuera de riamente exigidas. Advierto únicamente que, puesto que esta condición sine qua
efecto con otro. Acontec~, e ectlvamen e, " culada en modo alguno a su non conviene con el principio esencial de la acción en que es necesariamente
. " d 1 g te smo que tampoco esta vm exigida, a veces no es fácil discernir de cuál de los dos modos concurre a la
la 1l1tenClOn e a ~n, 1 está cavando la tierra encuentre un
acción, como por ejemplo, e que unO t~~: propiedad de causas Y efectos acci- acción una disposición o propie~ad, a saber, si como principio esencial o s610
tesoro. y en estos casos s~.trata co~ to está por su naturaleza vinculado con como condición sine qua non. Por eso a veces puede esto conocerse acudiendo
dentales. A vec~s, en cam lOí ~ e e~ del agente, como por ejemplo, la co- a una razón general o al modo de tal propiedad, igual que nos damos cuenta
otro, aunque calga fuera, de a m~encl n ida en virtud de la naturaleza con fácilmente de que la contigüidad es solamente una condición por consistir única-
rrupción de una cosa esta necesar.lamen~ un fuera de la intención del agente mente en una relación o modo de presencia, cosas que no son activas en virtud
g
la generación de otra, e~tando'l s~ e: s: e( efecto accidental, aunque no tan de su género, y del mismo modo concluimos que la figura o la densidad no son
natural, y por esta razon sue e am 1 casa anterior ya que, en cuanto está principios esenciales de las acciones, sino que son a 10 más condiciones exigi-
propiamente Y en absoluto co~o en e d es esencial' La señal de esto la te- das para algunas acciones o para la rapidez y modalidad de las mismas. A ve-
necesariamente vinculad¿ e~ c~r~~ :;s~ ciencia y d~mostración. Más aúo, por ces, empero, esto es' más oscuro y hay que averiguarlo acudiendo a alguna ra-
nemas en que respecto e e p e . . e a ser como un medio nece- . ron especial de aquella realidad que está en litigio, según acaece en la vulgar
. 'ó d forma contrarla Vlen ,cuestión de si el conocimiento del 'objeto es sólo condición necesaria para que
cuanto la pnvacl n e un~ .. , la introducción de otra forma, puede
sario en el género de la dlSpoSlclOn para f de la m·tención del .gen- el apetito produzca su movimiento, o si es también principio esencial copro-
.
deCIrse . ho efecto no est'a completamente
que dlc d uera
' ml'smo cae sin embargo en ductor; pues resulta difícil decidirse por motivos ciertos en favor de cualquiera
se lo preten a en Sl , de ambas partes, debiendo valernos, por tanto, de conjeturas especiales tomadas
t~; puesto que, aunque O? . ehido al fin rincipal, y, por tanto, en 10
CIerto modo dentro de la 1I;lten:Ión d .antes electos no los contamos entre de la propia materia. No obstante, hay que hacer aquí dos observaciones ge-
que a la cuestión presente atane, a'dsern~J P eso todos los que- son de este
los que provienen de una causa aCCl ent . or , ved. consístunt magis in figura praedícatio_ esse faciJe ad discernenduro utro modo ali-
nis quam' in causalitate, ut cum dicitur: qua dispositio seu proprietas rei concurrat
medicus Sanat musicum, cuiusrnodi fere sunt ad actionem, an, scilicet, ut principium per
est propriíssime causa et effeC1US per acci- oronia extmpla posita in priori membro, ve! se, an solum ut conditio sine qúa non, Et
quamvis supposito illo concursll, talis ef: dens. Interdum vero Jnus effe,tu~ ex, natura certe reducuntur ad casum et fortunam, de ideo aliquando id cognosci potest ex generali
fectus p'er se manet a taU causa;. ut, verbl rei est connexUS curo aEo, quan~vls S1,t prae- quibus intra.
gratia quod cadente lapide c~ntmgat Pe- ter intentionem agentis, ut veól grat~a, cor-
ratione 6.ut modo talis proprietatis, ut facile
trUID 'illac incedere, accidentru lUID es~; tl"-
5. Conditiones requisitae' ad agendum, intelligimus propinquitatem esse tantum
ruptio unius ex natura rei nece~sano con
ri

men supposito illo concursu, quod lapls sua an sint causae per accidens.~- Praeter hos conditionem, quia sOlum est aut relatio au!
iuncta es! curo generatione alte:1Us, est t:a- duos modos solent etiam inter causas per modus praesentiae, quae ex ,<;uo genere non
vi percutíat et tale vulnu~ e~fici~t, effe~t~s men praeter intentionero ag,et;ttls naturahs,
est per se proveniens a tah Vl ~cuva lapldlS, accidens numerari conditiones quaedam ne- sunt activa, et eodem modo ratiocinainur
et hac ratione solet etiam dtCl, effect1.~s p~r cessariae ad agendum, quae per se non in- figuram aut densitarem non E;sse principia
et ideo tune non dicetur !alJ1S causa. ~er accidens non tamen ita propne et slmpli-
accidens illius effectus, nisi. respe~tu. llhus citer sic~t prior; nam, quatenus est neces-
Buunt in effectum ve! actio1J.em, ut est per se actionum, sed ad summum esse con-
CODcursus ve1 etiam reilpectu lDtentlOms 000- propinquitas agentis ad passum, ablatio ali- ditiones requisitas ad aliquas actiones vel
sario connexuS, est aliquo ,modo per se. cuius impedimenti et quaelibet alia similis, ad velocitatem et modum earum, Aliquando
ventis. Sed de his effectibus hoc modo per Cuius signum est quod de 1110 esse potest
quae vocari solet conditio sme qua non. vera id est obscurius et ex speciali aliqua
accidens dicemus inferius plura, tractando scientia et demonstratio, I~lUO, quatenutI Verumtamen haec, licet sit per accidens ratione eius rei de qua est quaestio id ve-
de casu et fortuna. Rursus est adv~rtendum, in genere dispositionis privatlo, forro,ae co n
quando effectus dicitur per accldens? ea trariae (;st quasi roedium m.cess,a~lum a d respectu .propriae et directae ('Busalitatis, ta-
men quoad physicam necessitatem et qua-
nandum est, ut accidit in illa vulgari quaes-
tione an cognitio obiecti sit solum conditlo
quod coniungitur effectui per se, duphclter introducendam alia~ formam, dlCl ~otest tenus sub scientiam cadere potesl, est quo- necessan3 ut appetitus efficiat suum motum,
did posse per accidens. Un? mad?, respec- ille effectus non esse o~nino prae,ter mten-
tu solius intentionis agenus; abo m?d~,
dammodo per se, et ideo de his conditio- ve! sit etiam principium per se coefficiens;
tionem agentis; quia, heet non Slt ,propter nibus necessario requisitis peculiariter infe- vix enim potest ex, certa tatlone alterutra.
etiam l'espectu ipsius actionis et ~on,nexlOt.lls se intentus, est tamen aliquo :nodo lntentus rius dicendum erit. Solum adverto, quoniam pars definid, -et ideo peeuliadbl.1s coniecturis
unius effectus curo aEo, CnntlDglt e~ro propter principalem finem, et Ideo, q~od ad hqiusmodi conditio sine qua non curo prin- ex propria materia' :;umptis utendum esto
unuro effectum non soluro esse praeter 1~­ praesens attinet, non eomputa'Ilus hUlUsmo- cipio p~r se actionis in eo convenit quod Duo tarnen hic generatim advertenda occurD
tendonero agentis, sed ,etiam, nullo mo od di effectus ínter eOs qui sunt, a ,eau~a pe!. Cllt ex 11ecessitate requisita, interdum non runt. Unwn est, quandocwnque experimen~
esse connexuro curo actlone e1US, ut qu accidens. Unde omnes qui hUlmmod1 sun~
fodlens terrarn inveniat thesamum. Et tune
Disputación XVIlo-Seceión II 59
Disputaciones metaflsieas -----'---
58
nerales. La una es que, siempre que nOS consta por experiencia que una pro-
e':t~ndida en su acepción general, t:; I~;~~ completamente. de la causa física
este sentido la causa moral no se d' f
dIstmgue de la causa flosloca que obra natural lay hemos explIcado, o sinoo que se
piedad es necesaria para la acción y no puede explicarse por otrO concepto la cuando la voluntad ama lib e t necesarIamente; efectIvamente
razón suficiente de esa necesidad, si nO es acudiendo a la causalidad propia y de su amor, al que sin em~a~geon ee' en este slentid.o es causa verdadera V física
esencial, en este caso no hay que acudir a la condición sine qua non, sino que en¡"lend I'
e a causa , ausa morad" o hbrement
moral corno absolut e, E n otro" sentIdo se
esto es indicio suficiente de una causalidad eficiente esencial; y hay nn ejemplo aquella causa que no produce de su ~men~e d lstlnta de la física, y se llama así
te de tal manera qu~ le es imputabl~ et:~e~t:~a~ente, mas se pana moralmen-
magnífico de esto en la necesidad de la especie impresa para ver, necesidad
que no se descubre en modo alguno como suficiente si no se da por supuesta moral al que aconseJa al que l' ' e este modo se leO llama causa
la eficiencia esencial, y, por tanto, no se afirmará legítimamente que se trata 0d N , S u p lea, o al que pudie d d b
PI e. osotros tomamos la causa IDO al ' n o y. .e lendo, no im-
de una condición sine qua non. Empero en los casoS en que sin eficiencia esen- se llame causa física a la .que produ~e en ;s~e segundo sentido, de suerte que
cial se puede dar razón suficiente de la necesidad de tal condición, se llegará
a comprender con facilidad que se trata únicamente de una condición sine qua
duce sólo imputativamente De aquí vfr a eramente, y moral a la que pro-
no físico o metafísico e ~ d"" resu ta que, ~onsiderando esto en un -pla~
non, sobre todo si se descubre por otro concepto en la causa una fuerza dis- dO 0d' 1 ' s a IVISlün queda redUCida a 1 o
.IVl la a causa en esencial y accid n t 1 P a pnmera en que se
tinta suficientemente proporcionada para que se la pueda pensar como suficien- verdad físicamente sólo puede ser fa a. uesto 9.~e la causa que produce en
te para influir en la acción, y acaso esto es lo que sucede en el referido ejem- produce sólo moral o imputativamente causa .~sencta; en cambio la causa que
plo de! conocimiento reqnerido para el apetito elícito, del que noS ocuparemo, que causa accidental, puesto que no i~fl~onsl erad.a 1de modo físico, no es más
en otra parte. Baste con esto acerca de la primera división. se trata siempre o de una caus ye . eSe?C18 y verdaderamente. Por eso
cerIo, o de una causa 'que aplica ~a qcnaeu no Imp!dle, aunque pueda y deba O ha-
Obo sa esenCla o que la estO 1 b
La causa física y la causa moral el c?nsejo, len con ruegos, bien a modo d ',. , lmu a, len con
medIante el movimiento local com d e mento~ e mcluso algunas veces
60 Qué se entiende por el nombre de causa físicao- De qué causa moral ~?rqueo' aunque sea la causa 'física °es~~~~alo d~no al~hca el fuego a nna casao
tratamos aquí.- Doble modo de obrar de la causa física o- En segundo lugar, tI.on, SIn embargo, es sólo causa accidental aque movlml~nto de combus-
puede dividirse la causa eficiente én física y moral. Por causa física no se en- cIdental en el plano físico, se la reputa . Mas a. esta causalIdad, que es ac-
tiende en este lugar la cansa corporal o natnral qne obra mediante el movi- putativo. Así, pues, respecto de la como elsenclal en el plano moral e im-
. causa mora entendida de d
miento corpóreo y material, sino que se la entiende más universalmente como nos qued a que deCIr, porque en cua t f' . . este mo o, nada:
de ciencia; y en cuanto es' esenciat o es¡ lsramente aCCIdental, no es objeto
la cansa que influye verdadera y realmente en e! efecto; porque, igual que de-
damos más arriba que '<<naturaleza)) quiere significar a veces cualquier esencia, 'rresponde a la ciencia moral, noaa 1 meta
en elSlea
, .p ano moral, su consideración ca..
A su vez la fO o
f
de! mismo modo se le llama alguna vez influjo físico a aqne! que se produce a era puede tener un doble modo d
des ddecir., necesaria o contingentemente e da~c~o¿ " . causa ISIca y ver-
mediante nna verdadera causalidad real, propia y esencial, y de este modo tam- ~ saber, natural ~,libremente,
bién Dios al crear es causa física, y el ángel mientras produce un movimiento~, paremo~ luego, puesto que pertenece~ Ysobre s:o~ os modos ~e ~~C1on nos ocu-
bien en el cielo, bien también en sí mismo, y el entendimiento mientras pro
R
perfeCCIOnes y naturalezas de las diversas causas, ya o atambién
la expheaclOn
de la serieya ydecane-
las
duce la intelección, Y la voluntad la volición, y asi en los demás casos o A su
vez, se puede llamar a la causa moralmente eficiente de dos maneras: pues se qu~a libere· efficit, et hoc modo causa mo- ~er acgd~ts, curo per se ac vere non in-
llama algnnas veces causa moral sólo por e! hecho de obrar libremente, y en rahs n~n omnino condistinguitur a physica ua~. n e semper est aut causa non iro
gener~u!D sumpta, ut a nobis explicara est pedl~ns, cum passit ae debeat, aut caus;
Causa physica et moralis sed d:sunguetUl' a physica naturaliter ac ne~ appltcans causam per se vel inducens i11am
to constat aliquam proprietatem esse neces- ~~ssano agente; sic enim voluntas dum li~ SlVe per con~i~iu~) sive per preces, sive pe:
sariam ad actionem et aliunde non potest 6. Quid hic nomine causae physicae.- re ,amat, vera et physica· causa est sui madum mentl, Slve interdum etiam per 10-
sufficiens ratio. illius necessitatis reddi, nisi. Causa moralis quae in provosito.- Duvlex a;ro;ls'AQ¡yem tamen moraliter seu libere dulem. motum, ut curo quis applicat ignem
ex propria et per se causalitate, tune non modus agendl causae physicae.- Secundo, e !Clt. l? :vera. modo sumitur causa mo- 'lfmU1; nam, licet sit causa rer se physica
esse confugiendum ad conditionem sine qua dividí potest causa efficiens in physicam et ~~h.s ut dlstmgUltur omnino a physica et 1 tuS motus combustionis, tamen solum est
non, sed illud esse sufficiens signum ali~ moralem. Causa physica hoc lo<;c non su- ¡F-It;rr de illa causa quae per se non ~ere causa per, accidens. Haec vero causalitas
cuius efficientiae per se; cuius optimum roitur pro causa corporali seu naturali agen~ e IClt, moraliter tamen ita se gerit ut ei 9-uae p~yslce est per accidcns, moraliter e;
exemplum est in necessitate speciei impres- te per motum corporeum et materialem, sed effectus ; quomodo causa can- lmput~tl\.'e reputatur rer se. De causa ergo
sae ad videndum, quae nuna sufficiens in~ universalius sumitur pro causa vere ae rea- rogans, . a?t non impediens cum ~o~a~. hd~ ~odo sumpta, nihil ampliu",
te11igi potest nisi posita efficientia per se, liter influente in eHectum; nnm, sicut di- debe~t, . d1cltur causa moralis, At- o 1S. Icen um est, quia, quatenus est
et ideo r.on recte dicetur illa esse conditio cebamus superius naturam interdum signi- posten~n modo nunc sumimus mo- ~er accldens physice, non cadit sub scien
sine que non. At yero, qua·.",do sine effi- ficare quamcumque essentiam, ita influxus ut causa phy:;ica dicatur twm) quatenus vero est per se in gener~
cientia per se reddi potest sufficiens ratio physicus aliauando vocatur ille qui fit per moralis, quae tantum ¡m- mon.~ ad. scientiam moralem spectat eius
necessitatis talis conditionis, facHe intelligi veram causalitatem realero, propriam ac per , ut, physice !leu metaphy- conSl erauo,. non ad metaphyslcam. Causa
poterit illaro tantum esse conditionem sine se, et hoc modo et Deus est causa physica c~nslderando, divisio haec revo- autero phY~lCa ac vera duplicem potest ha-
qua non, maxime si aliunde est in causa duro creat, et angelus duro efficit moturn, pnorem de causa J:er se et per bere .agend1 modum, scilicet, vel naturaliter
r
aUa virt1Js satis proportionata ut intelligaw vel in caelo vel etiam in seip<;o, et intellec- causa vere efficiens physice vel hber7, seu necessario ve1 contimienter
e~e sufficiens ad influendam actionem, et tus dum efficit intellectionem, e! voluntas causa per se; causa- autem ~t, d.e 1118 •duobus . modis a¡:!;'~ndi dfcemu;
fortasse ita contingit in dicto exemplo de voEti.onem, et sic de caeteris. Causa Vf't'O p~~~~~,:e~( ta?tum seu imputative cau- mfenus, qUla maxime pertinent ad explican-
cognitione ad appetitnm elicitum requisitá, moraliter efficiens dupliclter dici potest. Ali- consIderata, tantnm est causa da3tumpf" .
er ectlOnes et naturas diversarum
de quo alias; et hactenus de prima divi- quando eniro dicitur causa moralis solum
sione. l·.rffl
Disputación XVIl.-Sección 1I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _-"-61
Disputaciones metafísicas
60 Por eso, aunque sea la tierra la que germina yerba verdegueante, sin embargo
. diodo de influir o de concurrir la causa se atribuye a Dios el producir heno para las bestias y yerba para la servidum-
lUon de los efectos del Ulliverso Y e f
atañe a la moralidad propia de bre del hombre, y el formar el feto en el útero y, finalmente, el realizar
primera con las causas segunda~'1 por o ~~~dio no corresponde a la presente todas nuestras obras, según expondremos luego más ampliamente. Luego el que
los actos libres en cua~to son 1 1 res, .su a la teología divina. las denominaciones de ver, etc., no se atribuyan a Dios, es porque no están
ciencia, sino a la filosofm mora, o mejor tomadas de la pura eficiencia, sino más bien de la información y recepción del
movimiento o acto realizado. Efectivamente, no se dice que ve el que de cual-
Primera explicación sobre la causa principal e instrumental . quier manera produce la visión, sino el que de tal suerte la produce, que que-
.a causa eficiente se divide en pno- da informado por ella; más aún, esta denominación se toma principalmente de
7 En tercer lugar, la verdadera Y propl b mn ambiguo Y equivoCO, esta segunda relación, hasta tal punto que si pudiese permanecer sin la eficien-
cipal' e instrumental, siendo el us~ de e~~a~n~:~e~~! su ~ignificaci6n. Suele Ua- cia, o al menos sin la eficiencia principal, habria bastante para tal denominación.
razón por la cual habrá que explicar d g pia y absolutamente se atribuye En consecuencia, no hay duda de que a toda causa principal que opera «ut quod»
marse causa principal a .aq~~lla a a lf~: s~~~ientemente el concepto; en pri- puede atribuirsele con verdad y propiedad el efecto atendiendo únicamente a la
la acción. Mas esta descnpclOn no exp 1 alma por ejemplo, es on
1 forma de una cosa, como e , . d' . pura eficiencia.
mer 1ugar, porque a . l o e s evidente' luego S1 esta lVl- 8. Si la denominación absoluta de agente es atribuible al instrumento.-
cierto modo causa, Y no es l~strumenta, coro rinci al ,si~ embrago, la acción
t
sión es adecuada, está contel';lda en la causa 1m! ;eiún dijo Aristóteles, pro-
no se le atribuye con propiedad? ~~rque e o:vien~ a toda causa principal. Hay,
Mayor dificultad se ofrece por el hecho de no parecer que esto sea propio de
la causa principal, ya que a veces se atribuye a la instrumental, como se ve en
los ejemplos teológicos. En efecto, se dice que el hombre consagra, absuelve, etc.,
píamente no hila; luego esa descnpclOD na e a causa principal que opera, Y otra aunque sólo haga esto instrumentalmente; y en las cosas físicas se dice del se-
pues, según explica el argumento expuest~~ un las ue suele llamarse causa prin~ men que dispone propiamente la materia y que mediante esa disposición pro-
que es el principio principal de la ~pe~~clO:, ~a co~viene a lo más a la primera duce la generación. El motivo parece estar en que tal denominación se atri-
cipal ut quod y ut quo; Y la delscnpclOn OO's cabe ob)'etar todavia que la des- buye propiamente al supuesto que opera, y, por tanto, si acaece que el instru-
causa, pero no a 1a segunda
. . y o que es ma t ,uod sino que conVlene . so'1o a la mento es un supuesto que opera por s! de algún modo, puede también atri-
cripción hecha no Co~vlene a toda caus\ u u:tiver;al y primera. pues, como se bu!rsele la acción. En efecto, si se dice del agua propia y absolutamente que
causa próxima y partlcular, m~. na a r:ncipal se divide en primera Y segunda; produce calor, aunque sea sólo como causa per accidens, sólo por el hecho de
echará de ver lue?o, la ca~sa e Clente p dos son causa principal; mejor, es. más ser el supuesto que sustenta el principio productor de calor, ¿qué tiene de ex-
es decir, en prÓXima Y umversal, y las. mbargo el efecto no se le atribuye traño el que se atribuya la acción al hombre o a otro supuesto, por más que
rincipal la primera que la seg,;nda, y .'lll e la segunda' pues cuando el hom- posea únicamente capacidad instrumental de operación? Mas a esto cabe decir
P . te a la pnmera
absoluta Y proptamen. d" smo aDios camina, ve o entlen . de, aunque
que esta denominación nunca se atribuye a la causa, a l!0 ser en virtud de al-
bre camina, ve, o e?t1.ende, no se. ;cen¿~e más principal que el hombre. Pero guna principalidad -valga la expresión- que posea en tal operación; por ejem-
tenga en esoS movumentos una m ue . t arque en realidad los efectos plo, se atribuye al hombre el consagrar o el absolver, etc., porque en la reali-
esta objeción no nos pone en m':l~h? apn~ao'pJmera con verdad y propiedad, zación de las acciones externas mediante las cuales se obtienen esos efectos, ope-
de las causas segundas pueden at;l lUlrse a. ga stnO Dios, que da el incremento.
ya que ni el que planta es algo, n< e que ne , tUl' instrumentali, ut patet exemplis theo-
descriptio non convenit óI?n~ ca,usae pri~~ dat, Deus·. Unde, licet terra germinet her-
logicis; horno enim dicitur consecrare, ab-
tiam seriero et connexionem ci ali. Haec enim, causa pnnclpahs ut rat~o
J bam virentem J Deo tamen tdbuitur quod
€RUsar um, rom e solvere, etc., quamvis solum instrumenta1i~
. fl
effectuum universi et moduro 1D uen 1 d~e,:
d' f!cta declarat, alta est q~ae, operatur, a~? producat faenum iumentis et herbam servi-
ter hoc fadat; et in physicis semen dicitur
. . causae curo secun IS, e est prindpium prmclpale operan 1, tuti hominum, et quod formet faetum in
concurren d1 pnmae . rb' proprie disponere materiam ~t mediante illa
de moralitate autem quae acUbus 1 ens ~~:e solent did causa principalis Uf qU 9d eJ utera, ae denique quod omnia opera nostra
dispositione generationem efficere. Et ratio
convenit quatenus liberi sunt,. n0:J? spectadt Uf uo' descriptio autem data convemt. a. operetur, ut inferius latius dieemus. Quod
~~~ priori causae, non vero posteno n . ergo illae denominatiónes videndi, etc., non esse videtur quia illa denommatio proprie
. '. d entero sClenttaID. se tribuitur supposito operanti, et ideo, si con~
conslderatlo a praes . ' d di- lmmo ulterius obiid potest quod non. oy?- tribuantur Deo, ideo est quia non sunt de-
ad moralero philosophlam ve1 pouus a tingat instrumentum esse suppositum ali-
n; causae ut quod conveníat \Ua, desc:lptlO, sumptae ex pura effidentia, sed magis ex
vinam theologiam, quo modo per se operans, illi etiam potest
sed soli causae proximae et tJart1~ula,nf n_on informatione et receptione motus aut actuS
De causa principali et .i!'lstrumentali prima ~ero universali et primae. l!t ~D1I? l~ ern~8 effecti. Non enim dicitur videre qui utcum~ attribui actio. Etenim, si nqua proprie et
simpliciter didtur calefacere, etiamsi tantum
expoStt10 constabit causa efficiens prmclpahs m. pr1~ que fadt visionem, sed qui ita fadt ut ea
sit causa per atcidens, solum quía est sup-
7 Tertio dividitur causa e~ficiens vera mam et 'secundam seu proximam et umv~r­ inIormetur; immo ab hac posteriori habi-
positum sustentans principium calefaciendi¡
ac propria in prindpalem et lnstrumen~r salero dividitur, et utraque est c~usa prm- tudine praedpue sumitur illa denominatio,
quid mirum quod homini ve1 alteri suppa-
lem quorum verborum usus ~ole~. esse va e cipalis' immo principiallor est pnma quam a,deo ut si illa manere posset sme efficientia,
sito tribuatur actio, etiamsi solam vim in-
ambiguus et aequivocus, quare dlllgenter :x~ secunda, et tamen sim~lidter et proprie :o~ ve! saltem sine efficientia prindpali, ad i1~
strumentalem operandi habeat? Sed ad noc
plicanda est eorum sig~ificati<) .. Causa. pnrr= attribuimr effecms pnmae, ¿;ed s~cun .a:, lam denominationem sufficeret. Igitur non
did potest hanc denominationem nunquam
'm horno ambulat, videt aut llltelhglt, est dubium quin effectus quo!.!.d puram ef-
cipalis did salet ea CUt pro pr¡le et dSlmt:,p cum em ' 1 'd ut in- ficientiam omni prindpali causae operanti attribui causa,e nisi ratione I'llicuius prind-
.'
citer attnbmtul' acUo, er
. V uro laec eser -
. 'd ro dicitur Deus am'ou are, VI ~r: a palitatis (ut sic dicam) quam jn tali opera..
tio non satis rem declarat; pr1~O ql;H e t' ~e~rrgere quamvis principalius effl~lat. motus ut quod vere ac proprie attribui possit.
tione haber; ut homini attribuitur quod
. 'm ve·A;)1' grat ta es 'U 'm horno Sed haec oblecUO non ·8. Agentis _absoluta denommatio an in-
q uia for. roa rel, ut anl a , : ' l'
"t non mstrumenta 1S, ~~~tu:aurget na~ revera possunt effectL~s strUmento tribuatur.- Maiorero difficulta- consecret vel absolvat, etc., quia in exer-
aliquo modo causa, ,~,. .
ut constat; ergo, si dlVl~10 ,1Ua, est a q
dae uata
mi causarum sec~ndarum propri~ et vere att?- ~em ingerít quia non videtur hoc proprium cendis actionibus externis per quas HU ef-
feetus fiunt operatur ut causa principalis et
continetur sub causa pnnclpah, .et taI?en ut bui primae, quía neque qui r.l~ntat est a loO
.causae-, principalis, naro interduro attribui-
propne. non tn'b' Ultur, actiO quta amma, ·u qut'd, neque qui rigat , sed qua incrementum
Aristote1es dixit, proprie non net; ergo 1 a
Disputación XVIl.-Sección Il 63
Disputaciones metafísicos
------'- ral I?ara la introducción de la forma sust .
62 propia e mtrinseca para tal accI·o.n . t ancIal del fuego, posee una virtud
. . ms rumental E f .
ra como causa principal Y por realizarlas como dueño de sus acciones. Del se- sm capaCIdad proporcionada ' ni la posee como algo . n e tecto,
' m, puede obrar
. .
men, en cambio, no se dice que genere propiamente, ni tampoco que organice llego a posee como innata y . YSI' se dIce . ex rmseco o adventlclO'
.d
1 propIa.
Icapac! ad, pero que es ,instrumental . '
o disponga propiamente la materia, a na ser en cuanto mediante. su propia vir- . que posee Ciertamente la
est
tud puede realizar algo previo, en lo que se porta como agente principal. Final- mos, a saber, qué es lo que le falta o es 1 precl~amente 10 que investiga-
mente, del agua no se dice que calienta esencialmente, sino accidentalmente, dado. que se demostró que operaba por ;~:ud a raz~n. de principio principal,
no teniendo, por tanto, nada que ver con la cuestión, ya que aqu! tratamos de cesarlO 10 que se añadía en segundo 1 propl~, y tampoco parece ne-
la atribución esencial. Y esa misma denominación accidental tiene su funda- te. Primeramente, porque igual que eygar 1a prorósIto de la virtud suficien-
mento en el hecho de que el agua se porta como operante principal en la ra- la forma de fuego, del mismo modo t ca or - so; no basta para introducir
zón de subsistente Y de sustentante del principio productor de calor. Así, pues, lor; luego, por la misma razón la form ampoco, as~a J~ sola forma sin ca-
hablando en absoluto, es propio de la causa principal el que se le atribuya la porque la causa principal ha d~ ser ult~r~~n::r: PJ~n~!'Jo suficiente. Además,
acción y el efecto. Esto podda acomodarse proporcionalmente al agente «quod" y. ambas se. distinguen de la instrumental. masnI e IVI 1 a e~ total y parcial,
y al principio de obrar «qua», a aquél en cuanto operante, a éste en cuanto vrrtud suficIente; luego no es legítimo' ~ ~ausa parCIal no opera con
razón principal del operar, Puede añadirse todav!a que se denomina en abso- esto. . Asimismo, cuando se dice que IacapaCla
que s':dlad dlstmga
de la cade la instrumental por
su ~,ente, o se entiende la suficiencia en cual ui. ' usa pnnClpa debe ser
··1
luto causa principal a la causa operante {<lit quod», mientras que al principia-
se le denomina sólo reductiva Y relativamente. Basta, por lo mismo, que se le fi
efiClente, y esto es falso' de 10 cont . . q el genero u orden de causa
aplique también de igual modo la descripción. En este sentido, pues, es defen- porque ~Iinguna es _absol~tamente sufi~~~~~e ~I~~na . causa tegunda se.ría principal,
dible aquella definición, aunque en ella no se explica la razón propia en virtud concurnese con la segunda obraría co o' as au.n,.01 a causa pnmera cuando
de la cual se le atribuye el efecto absolutamente a la causa principal, siendo asi no opera como suficiente por sí sola :;: c~usa. prmclp~l, ya que en estos casos
que en esto parece consistir precisamente la razón propia de la causa principal. género determinado también la . ,:"pelo SI se entIende la suficiencia en su
luego la razón pr~pia de causa ca~:cim;ltrumental es suficiente en su orden;
por esto. Finalmente lo que se añ~de p n? queda sufiCIentemente explicada
Segundo modo contribuye a la explicación, ya porqu: r.ro!:;lt?d ~l ~~ncurso debido, en nada
a toda causa principal, sino sólo a la se gunda .eSI a e .• concurso no conviene
9. En otro sentido suele llamarse causa principal a la que influye en el !la se debe únicamente a la causa princi 1 .' ya ta:?len por.que el concurso
efecto con su virtud propia; o de otra mauera, a la que influye con virtud efecto, al calo.r se le debe el concurso pa, smo tam len a la mstrumental; en
suficiente, es decir, a la que es suficiente con el concurso debido para producir es que el calor es suficiente. por copa~a ~alentar y para producir el fuego, si
el efecto. Sin embargo, no parece que quede explicada suficientemente de nin- por ninguno de estos modos 'la razón ~,gUlente no J¡>arece explicarse bastante
guno de estos modos la razón propia y adecuada de esta causa. Porque el instrumental. e causa prmclpal, ni distinguirse de la
influir con virtud propia en el efecto no sólo conviene a la causa principal, sino
también a la instrumental, sobre todo en los instrumentos naturales, dejando
aparte los otroS. Pues el calor natural, que es el iustrumento para convertir el
alimento en sustancia del que se alimenta, tiene fuerza natural e innata para hu~stantia~ . aliti, paturalem et innatam viro c~"';lsae prin~ipali.s. dicitur debere esse suf-
• a .et a~ l11am acrionem, et simiEter calor fl~lens, aut mtelhgltur de sufficientía in om-
esa acción, Y de igual manera el calor del fuego, si es el instrumento natu-
19ruS, . SI est naturale instrumentum ad in~ m genere auí ordine causae efficientis et
trodu~endam formarn substantiaiePl igrus hoc est. f~lsuI?' alias nulla causa secdnda
illi eodero modo accomroodetur descriptio. propnam ~t insitam virtutem habet ad illa~ es~et pfl?Clpahs, quia nulla est absolute suf~
quia ma eadero operatur ut dominus suarum In hune ergo moduro sustineri potest illa a~uonero lOstrumentariam. Neque enim sine ficlens; lmmo nec causa pdma, quando con-
actionum. Semen autern non dicitur propde definitio, quarnvis in ea non explicetur pro- :tute proportio~ata agere potest, neque
pria ratio ob quaro causae principali sim- c?,rre.ret cu.m secunda, ageret ut causa prin-
generare, nec etiam proprie organízare aut aro . babet extnnsecam aut adventitiam' clpahs, qu~a tune non operatur ut per se
disponere materiam nisi in qUllntum propria pUciter tribuitur effectus, curn tamen in ea hrr lOna~am et propriam. Quod si dicatu'r so~a s~ff~clens. Si vero intelligatur de suf-
virtute potest aliquid praevium efficere, in consistere videatur propda ratio causae prin-- a ere .quldem virtutem, esse tamen instruR ficlenu~ m St;t0 genere, etiam causa instru-
qua se gerit ut agens principale. Denique eipalis. m~nta:l~m, ~oc est quod inquirimus, nempe mentahs est m suo ordine sufficíens' ergo
aqua non didtur per se calefr~'.::ere, sed per
acddens, et ideo non est ad rem, quia hic Secundus modus q~l1~ 1111 deslt ad rationem principalís prin-
per hoc ~on. sa~is declaratur propri~ ratio
ClP~l: curo ostet;Isum sit propria virtute ope-
ag imus de attributione per se. Et illa eadem causae prmclpahs. Denique, quod additur
9. Aliter ergo did solet .causa principa- rarI, 3eque entro necessarium videtur quod de concursu de?ito, nihil amplius rem de-
denominado per accidens fundamentum ha- lis illa quae propria virtute influit in effec- .S~CU!l o loco adiiciebatur de virtute suffi
bet in ca quod aqua in ratione subsistentis Clenu Primo dq t;tl'dem, qUla
., - calor- clarat, .tum q~la necessitas concursus non
tum; vel aliter, quae sufficienti virtute in- non ;uff' <¡lcut solus convemt omm causae principali, sed tan-
et sustentarís principium calefaciendi se fluit, seu quae curo concursu Sibi debito-' 't. IClt a lOtroducendam formam ignis
gerit ut principale operans. Sic igirur, sim- sufficiens est ad producendum effectuiQ.. ~ a neq~e sola forma sine calore; ergo ea~ tum secundae, tum eriam quia concursus
n?n t~ntum debetur causae pdncipali sed
pliciter loquendo, proprium ~st pdncipalis Null0 tamen ex his modis videtur sufficien- fi~r¡ rat1on~ forma non erit pdncipium suf- euam mstrumentariae; calod enim debetur
causae quod ei tribuantur acÜo et effectus. ter declarad propda et adaeq uata ratio hu- den:s, Demde,. qui:'l causa principalís divi-
mo concursu~ et a~ ~al~faciendum et ad produ-
Et posset hoc cum proportione accom - ius causae. Nam propria virtute infiuere in est ultenus tu totalem et partialem
cendum 19nero, SI Slt sufficiens calor' Dullo
dari agenti quod et principio ag endi qua, utraque distinguitur ab instrumentali .'
illi ut operanti, huic ut principali rationi
effecturo non soluro principali causae' con-'
venit, sed etiam instrumentali, praesertiro in -;_i;;_.ufii;~i.;;a~Udt_em
partialis non operatur virtute
er~o ex bis modís' videtur satis d~clarari
operandi. Et addi etiam potest caUSa..TIl prin- ergo recte i.n hoc separa- r~u? cal!sae principalis et ab instrumentada
naturalíbus instrumentis, quidquid sit de·
cipalern absolute dici de causa operante ut aliis. Calor enim naturalis, qui est instru- Praeterea, euro virtus dlsungm.
quod, de principia autem nonnisi reductive mentum ad convertendum alimentum in.
et secundum quid; ideoque satis esse ut
Disputación XVIl.-=Sección II 65
Disputacicmes metafísicas ------

64 mo, no ·le
respecto de corresponde el influir'
la cual es instrume .
t mm:dIatamente en la inducción de la forma
Tercer modo rarla por vía de eficienci'" C J?- o,. smo que le corresponde únicamente prepa·
ID uye mmedtatamcnte en la f .~
. fl .. onsllSUlentemente or e1 contrarIO,. toda causa que
10. Por esto puede haber otro modo de expresarse: que la causa princi· orma sera, causa ' pp.
<l.

. 1 .
pa! es aquella que próximamente Y por propio influjo influye en el efecto o en · 11 . Los instrumentos influyen en la orm nnclpa. y no mstrumental.
la forma constitutiva del efecto. Esta sentencia se explica mejor poniendo al e,pal.- Empero esta sentencia no d f .. bal pretendtda por el agente prin·
mismo tiempo el concepto de causa instrumental Y la diferencia entre ambas. fa! l. es a mlS1 e porqu . I
· so que a causa mstrumental en cu t ' ' e, en pnmer ugar, es
Efectivamente, causa instrumental será aquella que mediante su acción no aC~ diatamente y en sí misma la for an m~trumental no alcance nunca inme-
°
túa inmediatamente en e! efecto o forma, sino en algo previo, de 10 que dieha que se hace evidente en prl.merm,a pretendl~a por el agente principal, plmto
n e ec~?, en las cosas sobrenaturales l~s s
E f ' - ugar partlendo d . d .
forma resulta sin que sea afectada próximamente Y en si por el instrumento. e una. m UCClón contraria.
De aquí resulta qne toda causa instrumental es principal respecto de algún producclon de la gracia actuando· d' acramentos son mstrumentos para la
efecto, a saber, de aque! en que influye próximamente Y por si; en cambio es
. . ' mme latamente en 11 di·
esucnsto, medIante las acciones de h . e a, y e mIsmo modo
instrumenta! respecto de aquel otrO que de él resulta. Se explica con ejemplos, Jobras sobrenaturales, sobre las que ses~ b~,mamd~.d, producía inmediatamente
primeramente en las cosas artificiales, pues una sierra, por ejemplo, es instru, III parte. Asimismo, en las cosas natural:S o amp lamente en el 1 tomo de la
mento para realizar un determinado objeto artificial, y este instrumento sólo rea- tengan acción inmediata en la eduCClOneaorma . , d eS mfas probable t ·que
l los accidentes
.
l
liza próximamente la operación de cortar, impulsando Y removiendo de su lu· mento~ de i a sustancia. Igualmente es rob . ~~s anCla, como mstru~
gar las partes intermedias, Y respecto de este efecto está más bien en relación actúa mstrumentalmente
. en la prodUCCln .Pó dablel la opmlOn deI··bl
e aesp·· aue el fantasma-
de causa principal; de aqul, empero, brota la forma artificial, respecto de la argo, no aoltca su acción a algo previ . . ¿.ecle mte Igl e, y, sin em-
cual se le compara como causa instrumental, porque no actúa inmediatamente ma en sí. Finalmente parece ue 1 o, smo mme latamente a la especie mis~
b
a orma
con su propia acción en ella, sino que resulta del primer efecto. Además, en mente por la forma del instru!ento ai del efecto es. alcanzada inmediata·
las cosas naturales el calor del fuego es instrumento para la forma de fuego, como cuando mediante un sello . ~nas veces en los Instrumentos de arte
se ImprIme una f i ' '
porque actúa inmediatamente en el calor respecto del cual se porta como causa en una moneda, por más que en estos gura semeJante en la cera o
principal; de aqul a su vez surge la forma sustancial, sobre la que no actúa una fiRura, sino un «donde}) di a lo casos .en realidad no se produce de suyo
inmediatamente, según la sentencia probable de Escoto Y de otroS. Finalmente, As!, ¡;ues, con un sentido ~ás ggellera'}ues2~~::' Escoto, ue .al que luego citaremos.
en las cosas sobrenaturales, de. acuerdo con la opinión del Paludano, Capréolo estos mstrumentos no alcanzan de s ' a 9 SIn duda es verdad que
.I . uyo con su aCC1ón 1 fi
y otros, se llama a los sacramentos instrumentos de la gracia porque no e\ercen Cla ; . Sin embargo, esto no se debe a ue .a a gura o forma arti·
su influencia en ella, sino en algo previo para la misma. Por esO este modo de fique dIcha forma no es productibl d q concurran Instrumentalmente, sino a
expresarse se puede atribuir nO sin razón a los autores citados en los eiemplos 'principal la produce de otra man~r e otra suerte. Por eso tampoco el agente
segundo y tercero, a los que parece apoyar bastante Santo Tomás, I, q. 45, a. 5, término local de movimento el cu la, ya quedde suyo produce únicamente un
· ~ a es un {( ande}) y d .
a! decir que la cansa segunda instrumental no participa de la acción de la can· mIento con un modo y orden determinado b ,por pro nC.lr ese movi-
sa superior, a no ser en cuanto, mediante algo que le es propio, opera dispo- figura concreta; luego en esa acción el a ,rota. co;n0 cOi;seCUencla de él una
sitivamente en orden al efecto del agente principal. y puede darse como raz6n den distinguirse por la aplicación med· tgent~ prmd~lpal e mstrumental no pue-
el que el concurso del instrumento siempre es. imperfecto, Y que, por lo mis- e'" laa o mme tata de s " Y
s mas, SI nos fiJamos en el término que se pro duce de suyo, u aCClon.
el cual lo
es que
un
lis; inde vero resultat forma artHieíalis,
Tertius modus ad quam comparatur ut instrúmentalis ·cau-,
sum
f .ut immedi at e attmgat
. .
mdnctionem eius ~~. attingere productionem 'Ipeciei intelligi
et dta:nen ~on attingit aliquid prae=
S¡\ quia illam non attingit immediate propria
10. Propter haec potest eS3e alius dicen- ormae ad Quam est instrumentum sed so : ISJ
actione, sed solum resultat ·ex priori effectU. ¡euro ut .."d iosa lClendo praeparet.
- tI? eff·· ' Unde• vmn;, se. lI?medlate ipsam speciem in se
di modus, causam principalcm eam esse
quae proxime et per propriurn influxum in-
Deinde in naturalibus catar. ,gnis egt ingtru-
mentum ad formam ignis, quta immediate tincinverso omnt~ ca~sa. quae immediate at- ~ee~lqUe m mstrum;ntis artis aliquando vi~
me~:ali~~mam ent pnnclpalis et non instru- t' .r ler formam mstrumenti proxime at-
fluit in effectum 'Jeu in formam constituen- attingit calorem respectu cuius se hahet ut ~r;'fl orma effectus, ut cum sigillo impri-
tem effectum. Quae sententia melius dec1a- causa principalis; inde vero resultat forma 1 VI • cerae au~ monetae similis fig ura
11. Instrumenta attingunt form .
ratur adiungendo simul rationem instrUmen-
talis causae et utriusque differentiam. Cau-
substantialis, quam immediate non attimdt,
iuxta probabilem sententiam Scoti et alio-
ram ab agente
tenti
•.. .am tnten-
b ' pnnctpalt.- Haec vero sen- ~uamvls tunc etlam l'evera non per se fia!
sa enim instrumentalis erit illa quae sua rumo Denique in supernatu"alibus, iuxta falsu::n ~ro art no~ potest, quia imprimís ta~~~' s~d ~bi, quidquid Scotus infra ci-
actione non attingit immediate effectum Paludani, Capreoli et aliorum opinionem, mental st causam mstrumentalem ut instru- veru~ qSl?cr1 cet. Igitur generalius dieítur
seu formam, sed aliquid praeviurn ex quo
taHs forma resultat quam proxime et in se
sacramenta dicuntur instrumenta gratiae
quia non ipsaro, sed aliquid praevium e.d
iri se f:m~un~uam attingere immediate et
quod' patet m. mtentam ~ ~rincipali agente,
~: ~tti~~e~; fi:~.:e~e~n}:,:~:'::t~rf;~~i~~
instrumentum non attingit. Unde fit ut om- ipsam attingunt. Unde non. immerito hic :in__ prImo contrana mductione Nam con~ur~~~~ ~~dnqon. eS~llqufia instruroentalitel
.•·;.'.m.'e~~:e:datuffr.aI.ibuds sacramenta sunt instru-
, ura 1 a arma non est r
nís causa instrumentalis sit principalís re- modus dicendí tribui potest his auctoribus e IClen am gratiam' . ter per se producibilis Unde ne u . a 1~
spectu alicuius effectuS, illi,lS, nimirum, in secundo et tertio exemplo citatis, quibuS ~ !\ttingendo. et . T . ' lpsam m se agens principale illam' aIiter ind~c~ .1P~~~.
quem proxime et per se attingit; instrum'en- non parum favere videtur D. Thomas, 1, 'spae hurnanitatl~ml t~~er Cbhn~tus pe! actiones f-er . se so!uro fac~t terminum locale~ mo-
taHs vero sit respectu alterius, qui inde re- .q. 45, a. 5, dicens quod causa secunda ,uper~~~u~.¡i;;: a 10ge at lmmedlate opera lOn:s, qm e~t. alIquod Ubi, et quia illaro
sultat. Exemplis declaratur primo in arti- instrumentalis non participat actlOoem cau~ T tom 'I~~ quib?s dicturn est late in
rob b·.¡' partls. Rursus in natura- motlonem efflclt certo modo et ordine . d
ficialibus, nam serra, verbi gratia, est in- sae superioris nisi in quantum per aliquid resultat talis figura' ergo in .' m e
strumentum ad tale artificium faciendum, sibi proprium díspositive operatur ad ef~ P ba 1 tU.S est accidentia ut instru~ possunt .' ea actlOne non
. ~gens . pr10cipale et instrumental
quod instrumentum proxime soluro effi- fectuID principalis agentis. Et ratio reddi Z~~Wb~í~il¡s~u;~stantlarum
i',i
attin&"ere immediate
f<;r!llae substanttalis. Est etiam
d"
lstmgUl ID attmgendo mediate vel i rnme d' e
cit incisionem, impellendo et loco moven- potest quia concursus instrumenti semper OplDIO phantasm,a instrumentali~ te. Iromo, si consideremus terminum per ta- se
do partes intermedias, et ad hunc effec- est imperfectuS, et ideo non pertinet ad ip-
tum potius coroparatur ut. causa principa- 5
Disputaciones metafísicas Di,putación X VIl.-Sección-
,
II - - - - -
- " , , '

cióll: algo que puede realizar el in ' _67


real1Za como instrumento. Em ero ::umento como ~fecto propio y algo ne
"donde», parece que el instrumento lo afecta con más inmediateidad, puesto
que el pintor no mueve el color si nO es mediante el pincel, y así en otros casOS. fl asu~;o presente se refiere, que ~n ~¡"s.
cosas conVIenen en esto, por lo ~ue
La última forma, a su vez, o la figura no se produce de suyo mediante otra e~ :~ec~~n dqule como instrumento ejerce
. o e agente principal en "
I:t~~entod~n
cuanto tal y mediante
mme latamente y por si sobre
acción, sino que es un resultado del primer término. esencIalmente capaz de ser p;OduC~~n~ este .es sus~:p.tible de dicha acción o
man ra ~~ concepto de instrumento n~tur~l reahdad dlfIclh;nente se salva de otra
12. Se explica, además, por razón, puesto que puede entenderse que el ins-
trumento concurre de tres maneras al efecto de! agente principal, a saber, o
sólo remotamente, produciendo en concreto algo previo, o sólo próximamente, ~l~:::nt:%':' ex~mseca,
7 según luego explic;r:
len seoto, In IV, disto 1, q. 1 . '
~n s;~
cond Impropiedad y por de-
vor e esta sentencia se in-
es decir, actuando inmediatamente en la forma pretendida por e! agente prin-
cipal, o de ambos modos a la vez; ahora bien, la razón de instrumento nO se Cuarta explicaci6n de la causa principal . t
limita al primer modo, ann concediendo que pueda concurrir asi; luego no es 13. El cuarto modo de expresión d e ms rumental
legitimo distinguir, atendiendo a dicho modo de actuar, e! agente instrumental .qu~lla que obra únicamente en cuant pue e. ~er que la causa instrumental es
de! principal. La menor quedó bastante explicada con los ejemplos aducidos. trano es causa principal la que tiene de o mov! ,a po~ otra; y que por el con-
Puede darse como razón el que, aunque e! concurso instrumental sea de orden de lotro: Esta explicación parece tomad;oJe s~ fuerza para operar sin la moción
inferior, sin embargo, puesto que e! instrumento no puede realizar su acción en o~ mstrumentos del arte; en ef t o que nos enseña la experiencia
por si solo, sino ayudado Y confortado por e! agente principal, por lo mismo no eXiste otro modo de operar. Por ~~oo, estos nos ~son. más concidos y en ellos
no existe repuguancia alguna en que e! instrumento alcance inmediatamente con en el argumento cuarto afirma que l' Santo Tomas, hb. II cont. Gent c 21
su acción al efecto del agente principal. Por eso Santo Tomás, IIl, q. 77, a. 3, sar algo a no ser por vía de movim' e mstrumento no se emp1ea nunca para . ,cau~
.,
ad 3, Y en q. 79, a. 2, ad 3, dice: ningún obstáculo hay en que la causa ins- pertene~e ser algo que mueve siendo ~~~d:.a que al concepto de instrumento
trumental produzca un efecto mejor Y superior a su especie. Con este argu- que el mstrumento es un medio entre la ,y. en. el argumento quinto afirma
mento queda refutado e! fundamento de la sentencia contraria; ni en otros pa- dU~ !a eficacia de! agente principal lleg~~us~/tr1nctpa~ y el efec~o, de tal suerte
sajes está Santo Tomás en contradicción con nosotros, sino que más bien pres- e mstr~mento. De esto infieren alg un . s a e e ecto medIante la moción
ta apoyo a esta sentencia; en efecto, nO afirma que e! instrumento concurra sólo modo. amba explicado- que cuando co~s -:-extr.emamente opuestos al tercer
dispositivamente al efecto del agente principal, sino que dice que no participa y la mstrumental, el efecto sufre más in c~:ren Juntamente la causa principal
la acción de! agente principal a no ser mediante su propia acción. Por esO los l~~trumental q~e de la principal (entiend~eellata:ne~te la. influencia de la causa
tomistas concluyen que todo instrumento tiene dos acciones: una, mediante clOn. -como dlcen- de supuesto a mas mme.dIatamente con inmedia-
la cual realiza algo que le es propio, en la que no ejercita plenamente su oficio :nedlal.'te el instrumento); se dice' i
que ~l agente pnncipal no obra si no es
de instrumento; otra, propiamente instrumental, por la que influye inmediata- l'.'medlatamente con inmediación de n t~m;lO, que el agente priocipal obra más
mente en e! efectO de! agente principal. El Ferrariense defiende que estas ac- 81 no es por virtud de él. Por esto v ~ u , puesto q~e el instrumento no obra
puesto q~e 7 instrumento en cuan'to ta~onfirm~ rac~onalmente dicha sentencia,
S
ciones son siempre realmente distintas, en Il cont. Gent., c. 21. En cambio Caye- 1
fano, l, q. 45, a. 5, afirma con más razón que esto no es necesario, ya que a agente prmclpal; mas el instrumento no no o ra .81. no es por virtud de un
veces sólo hay una acción única en la que distinguimos por razón o acomoda- de la vrrtud del agente principal si no puede 'drec!blr fuerzas en su operación
es mOVl o por ella' 1
~str~mentum
. l
ex propriis otest . ' uego e concepto
attingat effeetum principalis agentis. Unde ahqmd quod attingit ut in~tru attmgere, et operandi modus Unde D
productum, qui est Ubi~ immediatius vide~ D. Thomas, IU, q. 77, a. 3, ad 3, et q. 79, bo autem conveniunt in hoc rnentum. Am- Gent., c. 21, ¡atione . Thomas, II cont.
a~tione~e ~nstrumen~um
tur instrumentum illum attingere, quia pic- a. 2, ad 3, dicit: Nihil prohibet caUsam praesentem spectat nem .' quod ad rem nunquam adhiberi d 4, al! mstrumentum
tor non movet colorem rusi medio penicíllo, instrumentalem producere po'tiorem effec- tale est et Der ut nisi per viam motua causadndum. aliquid
tum et ultra suam speciem. Ex qua ratione mentum exercet' . uam ut mstru- strurnenti e s, nam e ratIone m-
,fug~~ilf:u~t ~~~c~~Wsg~~e~d~~~~:~~u~ ~~: ~~e;;,n~n~Ui~:a q~f,d i~~~l'::'':;:~~~mm~;~~ ;m:~
et sic de aliis. Ultima vera forma seu figu-
ra non alia actione per se attingitur, sed ex solutum manet fundamentum contrariae sen-
tentiae; neque D. Thomas in eliQ loco no~
priori termino resultat.
12. Praeterea dec1aratur ratione, quia tri- bis repugnat, sed potius huic sententiae
~:1i~:X n':;\ter}~~;:~:el'~f~~~~:~~~~~~¡ ~~= ~~ ~fie~;~~~~~S~rin~f~~fi~a~~~t¡: ~f:~~~~;
f~1a~~t1;~~~~~~~:~~~ei~f~ri~~r 1,cl~:;:~~~tiE; ~~~io in!~~~t 7:li~~im~~:~~~:n~fs~ld~~~~s E~
bus modis intelligi potest instrumentum favet; non enim ait instrumentum tantum
coneurrere ad effectum principalisendo agentis , dispositive concurrere ad effectum 'principa-
lis agentis, sed non participare actionem upra
scilicet, vel tantum remate, etting
licet aliquid praevium, vel tantum proxime,
sci-
principalis agentis, nisi media aetione pro~ IV, disto 1 q 1
, . . mc mat etmm Seot., In concurrun( cau ~ra~tato, quanclo simu1
talis, irnmediatiussa prrnCl
atti ~al·1sff et lDstrumen~
.
nempe attingendo imroediate formam inten- pria. U ncle thomistae e01ligunt omne instru- strumentali quam a ~gl. e '~et;tm ab io-
mentu m duas habere aetione, ~ unam, qua
tam a principali agente, vel simul utroque
agit aliquid proprium, in qua non complete Quarta expo;itio causae principalis (in9uam? immediatio:en~?:r' l)mmediat~u.s
.modo; sed ratio instrumenti non limitatur et mstrumentalis qUla prmcipale agens non ;mt . ~uppos~t1,
ad priorem maduro, estO interdum ita pos~ exereet officium instrumenti; aliam proprie strumenturn'
sit eoncurrere; ergo non recte in eo modo instrumentalem, qua immediate influit in 13. Quartus ca
.lDstrumentalem ruod us d·leend"1 esse potest . . ' immed"mtlOneaglt nlSl per
autero . lO-.
ens effectum principalis agentis. Quas aétiones dlettur agens principale' d'· vutuus
attingendi distinguitur instrumentale ag lum ut mot usam. eam es se quae 50- q.uia instrumentum non ~~~e .1~tl.US ~gere,
a prineipali. Minor satis dec1ar:lta est exem~ semper esse realiter distinetas contendít Fer-
pIi'l adduetis. Et ratio reddi potest, quia etsi rarien., iI cont. Gent., c. 21. Caietanus vera, ....••.
.::;, i.; ;:f!~:ci:;,~~~; eausat?
a ab a11o; e (ontrado vero
ess~ qU'le per se et
ems. Atque- hine confir 1 ruS!.1O VIrtute
sententia:. atorut ra~lOne
instrumentalis concursus sit inferioris ratio- 1, q. 45, a. 5, rectius dieit hoc non esse altenus VIro habet op d' . .. . nam instrumenmtum SIC non
haee.
nis, tamen, quia instrumentum non attingit necessarium, nam interdum est unica tan-
tum aetio, in qua seeundum n.!Íonem vel
>:: .l~~~;:,,;::'i~:~~:\~ su~pta VI'd etar ex hiseran
quae1.
'artls experirnllf' illa . .
OlSl 10. vlrtute principalis a enti· .
potest mstrumentum ... g s, sed non
aglt
per se soluro, sed ut adiutum et conforta-
accommodationem distinguimus aliquid quod sunt et'm elS . non' aliusemmest te principalis agentis,mt~ ~n operando virtu~
ruS! qUla ab illa mo-
tum a principali agente, ideo nulla est re-
pugnantia quod instrumentum immediate
68 Disputación XVIl.-Sección Il
----. ---- 69
- qu·e····d· ·a·- debl'damen~explicado p.or. el hech,o de obrax en_
--
ne causa instrumental 1 1 que no ne gún dijo Aristóteles, lib. IV De Partibus animal., c. 10, sin embargo, en rea-
-l.'11anto movida por otro, y, en consecuencia, causa prmclpa sera a lidad es un agente principal, pues tiene en sí una virtud parcial para trans-
cesita la moción de otra para .operar. ., por parte de la causa principal,- portar, o impulsar, o levantar. Por eso, en estos casos muchas veces la moción
14. Si el instrumento e,xzge altruna ~~~::nte el concepto, ni resulta satis- de una cosa es sólo una condición necesaria para llevar o impulsar a otra, lo
Pero tampoco esta sentenCia exphc~ P I ' trumento obra en cuanto mo- cual no basta para privarla de la esencia de agente principal y para conferirle
factoría. Efectivamente, cuando se dlCed!U~~ne:~. La una, respecto del m~yi­ la esencia propia del instrumento. Es más, también el cielo -según pretenden
vida por otro, ~~be entend.er. esto del' tr ento mismo y previa a su aCClOn, muchos- no mueve si no es movido, y sin embargo no mueve como instru-
miento o mutaclOU real recIbIda en e m~. ~m 1 Ferrariense en el lib. TI cant, mento, punto del que nos ocuparemos luego. Por tanto, la razón o condición
y en este senti~o entiende dicha propo~lcl ?
e ro osición no puede ser univer- de mover siendo movido mediante una mutación real en sí recibida, no basta
Gent., c. 21. Sm embargo, en este senu~o adaPder~ a no ser en los instrumen- para distinguir debidamente a la causa instrumental de la principal, porque no
' s aún apenas sera v e r , . .
salmenre verdadera, ma '. d la operación mediante un mOV1m1ento todos los instrumentos son, movidos de esta suerte para obrar y porque acaece
tos del arte, los cuales son aphca os a ales no 10 será en modo alguno; que algunas causas principales son movidas aproximadamente del mismo modo
local; en cambio, en los instr?mentos natu~ 'acción recibe en si antes de con que sucede que se mueven algunos instrumentos. Tenemos un indicio de
porque SI. e1 f antasma . es un mstrumento'..t que 1';) Esto empero es algo fi cUClO
' , esto en que los instrumentos del arte necesitan de algún movimiento incluso
obrar? ¿Recibe acaso en s~ alguna luz e~p1f1tuaa;erial 'Igualme~te, el calor del para realizar aquello que pueden hacer por su propia virtud, consiguiéndose
y en contradicción palmana con un su¡etod m fueg¿ y el calor vital o la po- s6lo mediante el arte el que dicho movimiento se realice de una manera or-
fuego es el instrumento de éste p~ra engen. r~~ument~s en los cuales no puede denada.
tenda nutritiva- 10 es para produ.cIT carne, dn:te Del mis:no modo se dice que 15. Si las criaturas pueden ser llamadas instrumentos de Dios.- Así, pues,
pensarse ninguna verdadera moc;ón antece e el' cual una vez desprendido, no puede decirse que el instrumento obra en cuanto movido por otro en un sen-
el semen es un instrumeIl:to de generant e,. . 1 Dejo a un lado los instru- tido distinto, es decir, en cuanto subordinado a otro, o en cuanto hace sus ve-
recibe ninguna nueva mocIón del agente pr.rt:;,aa;"ente en la JI! parte, q. 13 ces, o también en cuanto ayudado por el agente principal, según los diversos
mentos sobrenaturales; de los que Fe ocup que gmueven siendo movidas actúan géneros de instrumentos que se explicarán luego. Ciertamente que en este sen~
y 62. Todavía añado que no todas .as cosas tos sino que algunas actúan como tido es verdad que todo instrumento obra en cuanto movido por otro -si es
. n rigor- como mstrumen , 1 'ó
-propiamente y e .1 E fecto algunas no causan a teraCl n que es licito expresarse así-, sin embargo esto no es algo característico del
agentes principales, al m~nos rarc~ es. n ~jempio la pimienta no da calor si instrumento entendido estrictamente, tal como ahora tratamos de él y 10 dis-
si previamente no han SIdo a tera as, .por bargo no calie:nta sólo mediante la ,tinguimos de la causa principal, sino que más bien es algo común a todo prin-
no ha sid~ !,revia~ente c:'~ntat:biJ~ ~mlae~uya propia e innata, que es virtud cipio inferior de obrar y a toda causa fuera de la primera. Porque, en primer
virtud reclb1da, sm? tam len • or tanto se porta en esto como agente lugar, todas las causas segundas obran movidas por la primera, esto es, co'n el
eminentemente destmada a calentar, p 1 bastón si no es moviendo la mano. concurso y auxilio de la primera, como explicaremos luego, y, sin embargo,
. . 1 1 al e te el hombre 110 mueve e . .
prmclpa. gu~ ID n , 1 11" mars" a la mano mstrumento, o mejor, no son propiamente instrumentos, sino que son causas principales en su género.
y aunque bajo este concepto sue a. a ~to anterior a los instrumentos, se- Ya sé que algunos entre los autores antiguos llamaban a veces a las causas se-
instrumento de los itlstrumentos o mstrume
gundas instrumentos, de la primera, como pued~ verse en Santo Tomás, q. 3,
est instrumentum eius ad g~neran~~ De Potentz'a, a. 7, donde llega a la siguiente conclusión: por consiguiente Dios
vetur' ergo ratio instrumentalis causae rec-
te e~~licatur per hoc quod est agere ut .m~­ em et calor vitalis vel potentla nutnt1va
19n ,
ad producendam carnero, m 'b u s Dulla
. <;tUl,
tam ab alio, ct consequenter c~us~ prmCl- anim., c. 10, tamen revera est partiale mo- 15. CY'eaturaene dicendae De¡, instrumen-
palis erit q~ae ad agendum non mdlget mo- vera motio antecedens excogltan potest. vens principale, nam in se habet partialem ta.- Alio ergo sensu potest dici instrumenD
tione altenus. . 'b' Item semen dicitur instrumentum generan- virtutem trahendi, aut impellendi, aut sub- tum agel'e ut motum ab aEo, id est, ut sub-
14. An aliquam motionem vendtcet S~ t tis, ~uod, postquam deci~u~ est, nullam .TI?- levandi. U ncle in his saepe mOtÍo unius rei ordinatum alteri vel ut habens vicem ilD
instrumentum a principali cau;a.- Sed ne- vam motionem a orincIpah agente rec~plt. solum est eonditio necessaria ad trahendum
lius, vel etiam ut adiutum a püncipali agen-
que haee sententia ple~e. remo declarat aut Omitto supernaturalia instrumenta, de q~b: ve! impellenclum aliam, quod non satÍs est te, iuxta varia genera instrumentorum infe-
satisfacit. Cum enim dicltur mstrurnJ.nu;m late dixi in III, q, 13, et 62, Addo del~ ad tollendam rationem principalis agentis et rius decIaranda. Et in hoc sensu est quidem
agere ut moturo ab alio, duob.ls mo 18 m- on omnia quae movent mota agere ut tn- inducendam propriam l'ationem instrumenti.
verum omne instrumentum agere ut motum
telligi potest. Uno modo, de ,motu vel mu- ~tl'umenta; proprie et in rig?r~, sed ut agen- Immo et caelum (ut rnulti qol~Jnt) non mo- ab alío ~si tamen ita loqui HC;!L), tamen hoc
tatione reali recepta in ipso ~nstrumedto. et tia principalia, saltem parualu. Na~ quae- vet nisi moturn, et tamen non movet ut in~ non est proprium instrumenti stricte :mmp-
raevia ad acclonem eius, et noc mo o m- dam non alterant oisi alterata, ut plper non strumentum, de quo inferius. Itaque ex ra- ti, prout nune de ilIo agimus et a principali
felligit illam propositionem Ferr3;r., II eont. calefacit ni3i calefactum, et tamen non ca- tione vel conditione moventis moti per rea- causa illud distinguimus; quin potius coma
Gent., c, 21. Non .tameD: potest. m. eo ~e~si~ tefadt solum per virtutem l'eceptam, sed lem mutationem in se receptam, non recte mune est omni inferiori principio agencli '
propositio esse umversabter vera, l~m . distinguitur instrumentalis causa a princi~ omnique causae praeter prim<l.'TI, Nam im~
eriam per propriam et innatam, quae e~t, paJi, quia neque omnia instrumenta ita mo-
invenitur vera nisi in instrum~nt1s aru
uae per moturo localem apphcantur a d virtus eminens ad calefaciendum; unde Ul
ea se gerit ut principale agens, Itero, non
ventur ad agendum, f"t fere eo modo quo
primis omnes eausae seeundae agunt motae
a prima, id est, cum concursu et auxilio
¿perandum; in instrumentis autet;n naturae, contingit aliqua instrumenta moveri contin~
movet horno baculum n1si mo.,~ndo d~~num. git etiam maveri aliquas causas principales.
primae, ut infra_ decIarabimus, et tamen non
niinime; naro si phantasma e~t lllstr,ul!leo- sunt proprie instrumenta, sed causae prin-
Quamvis autem hac ration~ "f~ eat ICI ma- Cuius signum est quod instrumenta anís,
tum quam actionem in se ptl~S re:lplt. ~t nus instrumentum, vel potlU3 mstrumen~ cipales in suo genere. Scio n01lDul1os ex an-
a at? Numquid recipit in se Buquoa spm- etiam ad id agendum quod ex propda _vil'- tiquis auctoribus vacare aliquando causas-
t~ale turnen? At id fictitium est eta1sub~ect? instrumentorum seu instru.~entt1m ante l,n-
strumenta, ut Aristote1es dlXlt, IV de Parnb.
tute possunt, indigent aliquo motu, et per secundas instrumenta primae, ut patet apud
materiali plane repugnans. Itero, e or 19roS Irtem solum fit ut ílle motus ordinate fiat. D. Tbomam, q. 3 de Potent" a. 7, ubi ita
Disputación XVIl.-Sección 1.=-1_ __ 71
Disputaciones metafísicas
77'O~
" ____------------------~~~~~
. (do en el que todo agente es instru-
Cuál es el verdadero concepto de la causa instrumental y de la principal
es causa de toda acezan en el m1.Smo s;: ~ismo se toma de 1, q. 105, a. 5. y 16. Diversas acepciones de instrumento.- Puesto que la dificultad de este
mento de la divina virtud operante. Es Physica c 9 donde afirma problema parece depender en gran parte del uso de los términos, por eso, para
a el Damasceno en su ,., .
del mismo mod o se expres . que hay que anteponerlo a Ans- no enredarnos en algún equívoco, es menester distinguir las significaciones de
que éste es un dogma de PI~tón, ~~eq~~~~:~~o, lib. 1 Phys., texto 29. Por es? éstos. Y comenzando por el instrumento, o por la causa instrumental, hay una
tóteles en este punto. Lo m1smo t' m ergo afirma que se puede decrr manera de distinguirla de la causa principal por antonomasia, esto es, de la
d' t 1 q 1 § Ad quaes I O n e , . . 1 . que obra con absoluta independencia, tal cómo afirmó Escoto; en este sentido
Escoto, 1n IV , 18. , . , • • 1 d dos maneras' de modo prrnclpa pn-
que una causa obra de modo prmclpa e tido la~ causas segundas no son es fácil distinguir en general estos miembros; mas ahora no los entiendo en
. d dientemente Y en este sen d' este sentido, porque creo que es una manera impropia de expresarse.. En se-
mario, esto es, ID epen ' d " ncipal secundario, esto es, me lan- gundo lugar, se puede llamar causa instrumental a toda causa o virtud que se
principales, sino in~trun:ent~les. De ~~ ~st~r~odo dice que las causas segundas da a alguien a fin de que obre mediante ella; en este sentido- también la forma
te una forma _propm e mtrmseca, Y r suficientemente la noción de causa puede llamarse instrumento del supuesto, aunque esto no sea una manera co-
son principales. Aunque .con est~ nO 1e:~r'!~; que las causas segundas son prin- rriente de hablar, ya que la forma es un constitutivo esencial del supuesto mis-
principal, sin embargo uene raz~n ,a b duda de que asi hay que Ua- mo; empero sí se le llama a toda otra virtud sobreañadida al supuesto; más
cipales, y en la doctrina de ~t1stotel~ l~o F~~ic: y del lib. V de la Metajísica, aún, a veces incluso se da este nombre a las partes integrantes, sobre todo a las
marlas, según se deduce del hb. II d I ' dad misma de la palabra, es orgánicas, como es el caso de la mano y el brazo; en este sentido los teólogos
en los lugares citados. y ~tendiendo a .a ~ror:nte que independientemente; llaman a la humanidad de Cristo instrumento unido con el Verbo, cosa que se
. afirma con más propiedad en orden a ¡as acciones milagrosas y sobrenaturales
eVIdente que no es 10 m1smo obrar prrnC1pa . . m1 no es precIso . que sea abso-
que en orden a las acciones connaturales a la humanidad. Entendido el instrumen-
por 10 tanto, para que una causa sea pr~nclPla 'que una causa sea dependiente
. depend'lente.Y, por el .contrano, to de este segundo modo, se da este nombre a cualquier virtud o principio de
lutamente ID b e .
que sea una causa mstru~ operación conferido a un supuesto operante a fin de que obre mediante él, aun
y necesite del auxilio de otra supenor no 1 ~sta para múnmenP un instrumento, en el caso de que tal virtud sea suficiente e igualmente perfecta, o que incluso
mental. Además, al entendimiento nO se e lJuZg~ic~aropoco ; la voluntad Y a sea más excelente que el efecto. En cambio, causa principal en cuanto distinta
. ., . ' al de sus actos natura es, . d de la instrumental entendida de esta suerte, será el supuesto mismo operante
sino prrnclplo prrnclp , el obrar estén subordma as a sus
otras facultades semejantes, por mas fqu~ e~ e incluso a todos los accidentes, en cuanto tiene virtud de obrar por sí mismo, o por su sustancia, o por su for-
formas. Es verdad que a todas estas ac ta, eS'ciertamente si por el nombre de ma. Todavía se entiende por instrumento en otro sentido aquello que sustituye
les llaman algunos instrumentos, Y con razon, . , 'el cual no existe por .a otra cosa en la ejecución de una acción, aunque puede suceder que rucho
. d d principio quo d e operaclOn, . instrumento supere en excelencia a la acción o efecto a que se destina, y de esta
instrumento enuen en to o 1· d '\ algán supuesto' no, empero, S1
' en f suerte se suele decir que la gravedad es' un instrumento del generante, y que
causa de SI" m1smo, smo
. 'para que se vaga
. e etal y de la acción; e' ecto, en
hablamos con todo rigor de la ca~sa 111strumen. strumento para producir calor, el ímpetu es un instrumento del que arroja algo, y en este caso la causa prin-
. 1 l ' o es proplOmente un ro cipal como relativamente opuesta a este instrumento será aquella cuyas veces hace
este senudo e ca Ot n f . , del principio o de la causa.
puesto que el efecto no supera la per eCClOn Vera rano ínstrumentalis et principalis htunanitatem Christi coniunctum Verbi in-
causae quae strumentum, quod proprius dicitur in ordine
ad actiones miraculosas et supernaturales
'dem principaliter et independenter operad; 16. Instrumenti acceptiones variae.- quam in ord.1ne ad actiones connaturales
concludit. Sic ergo Deus est causa .omnis ~t ergo causa sit prindpalis, non oportet Quoniam ergo huius reí difficultas magna humanitati. Atque hoc secundo modo sump-
actionis prout quodlibet agens. est tnstrU- ut sit omnino independens. Et. e .converso, ex parte pendere videtur ex usu termino~ tum instrumentum didtur quaelibet virtus
mentu~ divinae virtutis operanus' ldero sduo- uod causa sit dependens et l?dlgenS a~­ rum, ideo, ne in aequivoco laboremus, opor- aut principium agendi data suppasito ope-
. demmo ~lio alterius superioris, non ~at1s .est ut Slt tet significationes horum distinguere. Et in-
mltur ex 1105
,q. , a .5. Eteo . c 9 ranti ut per eam operetur, ethmsi talís vir-
loquitur Damascen., jn sua Ph.YSlca, . i~ causa ínstrumentalls. P7aeter~a, mtellectus cipiendo ab instrumento seu causa instru- tus sit sufficiens et aeque perfecta, ve! etiam
ubi ait illud esse dogma Platoms, q':lemtej'
m psse Ansto 1. on censetur commumter mstrumentum , mentali, uno modo distinguí patest a causa nobilior quam effectus. Causa vero princi~
n . .. uorum actuum principali per antonomasiam 'leU omnino in-
hoc censet praeIerendu - 9 U de sed principale pnnclplUlll s r símiles palis divisa contra instrumentalem hoc modo
ldem Simplicdi~S, 1 Ph¡S,§, ~J\l:ae~tio:em
1 dependenter operante, lit Scotus dlxit; et
naturalium neque voluntas et ~ lae . 'Sic facilis est horum membrorum in com-
sumptam, erit ipsummet suppositum ope-
Seot In IV, 1St. ,q. , . facultates 'quamvis in agenda smt subordl- rans, quatenus per seipsum vel per suam
- ., ait du liciter dici posse causam. pnn- s muni distinctio; sed non ita nunc loquor,
~g~Íiter op:rari. Primo principaliter, 1d e~~ natae suis formís. Verum. est h3: omne~ quía existimo improprium esse sermonem. substantiam aut per suam formam vim ha-
facultates immo et accidentla omnla, ,:~can bet operandi. Alio item modo dicitur in-
ildependenter, et sic. causas ~~~~~d~ec~n_ ab aliquibus instrumenta, ~t recte qUl e;n,
Secundo dici potest causa instrumentalis
strumentum id quod loco alterius substitui-
esse principales, sed lnstrume a . ro 'omnis causa vel virtus quae alicui datur ut
do principaliter, id est, per fordman:t cPau- si nomine instrumenti intelhgant omne pn;n~ per eam operetur~ quomodo etiam forma tur ut actionem exsequatur, etiamsi cantingat;
. ' ethocmo oa1 - cipium quo operandi, quad non est propter potest dici instrumentum suppositi, quam~ tale instrumentum esse nobilius actione vel
priam et mtrmsecam,. -.
sas secundas esse prmc1pales. In qua,. .
licet se sed ut aliquod suppositum e~ utatur, ll0r-
v;ro si rigorose loquamur de Instrumenta 1
vis id non sit in usu, quia fOl'ma constituit effectu ad quem destinatur, quo modo gra-
vitas dici solet instrumentum generantis et
non satis explicet rationem causae dPnnc~= :e,ssentialiter' ipsum suppositum; dlcitur ta-
. tamen didt causas secun as e causa et actione; sic enirn calor non es~ de omni alia virtute superaddita sup- impetus instrumentum proiicientis, et sic cau-
pal1s,. v~re 1 s et in doctrina Aristotelis cer- rie instrumentum ad calorem pro~ucen­ sa principalis respective opposita huic in-
i~~~~~~t7:n etiam de partibus
~~~r~~~lf~ ee~se appell~nd~s, ~t ex I\!hY . ~~, cum non excedat effectus perfectlonem •.~¡~~á,~ti~~:~IJtf,r;
et V Metaph., in lOC1S c1taU." sum1 .
Et principií seu causae. "1 organicis, ut de
quomodo 1;heologi vocant
strumento erit illa cuius vicem instrumentum
gerit. Et in moralibus est frequentius usita-
ex ipsa vocis proprietate constat non esse
Disputación XV/l.-Sección II 73
Disputaciones metafísicas
------------~
- - - - -

72 en, c~nsecuencia, ambas principales aun ue .


prmClpal se afirma con razón 'b q parCIales. De esta clase de causa
el instrumento. En las acciones morales se bace uso más frecuente de este gé- esa virtud de operar como inqt,:e o ra ~or propia virtud, no sólo porque tiene
nero de causa instrumental o ministerial. cialmente proporclOnada
' al efectonnseca e mnata' ,sino tam b·len , por tenerla eseu-
i 7 Finalmente Y en el sentido más propio, se llama causa instrumental a
o
que a veces reclame el concurso YdPor no neceSItar de elevación alguna; y aun-
aquella que concurre o es elevada en orden a producir un efecto más noble que neral de ser ente participado n e una causa superior debido a la ra·zón ge-
ella misma, esto es, que supera la medida de su propia perfección y acción, despr.6oporcI n en relación con ' elo oefb stante
t
esto no se d eb e a mnguna
. especial
como el calor en cuanto concurre a la producción de la carne y, en genera1, el que se le debe por razón de su perf~~ ~ ~ por tanto sólo requiere el concurso
accidente en cuanto concurre a la producción de la sustancia. Muchos tienen 19 E ' . ClOno
n que senttdo se dice que l ' t
dudas acerca de esta clase de instrumentos, no sólo en las cosas naturales, sino principal:- A su vez la causa instr:m~ns rumento opera 'p~r virtud del agente
o

también en las sobrenaturales, refiriéndonos, como de hecho nos referimos, a ins- así conSIderada, será aquella que influ e n~al er cuanto dlStmta de la principal
trumentos verdaderamente eficientes y que influyen físicamente en los efectOS naturaleza o perfección inferior se ' y : e e~ecto medIante una virtud de
mismos de orden superior, tal como puede verse en Escoto y en otros, In IV, plos anteriores. Se dice de és;a gun que o exph~ado en el concepto y ejem-
disto 1, y 10 expondremos más ampliamente en la disp. siguiente al tratar de porque. no . necesite de alguna vir[:~ ~~~:a por VIrtud de! .agente principal no
la causa eficiente de las sustancias. Nosotros, empero, damos por supuesto que su accIón. Instrumental, bien se trate de mseca" esto ~s, eXIste.t;te en ella, para
pueden existir semejantes instrumentos en cualquier orden de realidades, según a su reahdad, ya sea permanente y d ~na VIrtud mnata, bIen sobreañadida
mostraremos respecto de las naturales en e! lugar citado y segúu dijimos de
las sobrenaturales en la tercera parte, y según 10 admiten todos respecto de
--.-como dicen- fluyente y consistente :a
era, ~u~ cuando cese la acción, ya
:'iversa manera según las diversas clases del .movImIento; pues puede existir de
las cosas artificiales, por más que en ellas, como dije, la forma principalmente Instrumental es necesaria or ue en . e mstrumentos, aunque alguna fuerza
pretendida por el artífice no reciba esencial e inmediatamente la influencia del brot~l' ninguna acción, s:gln ~iz~ nota~tIO ~aso, de ~a realidad tal no podría
instrumento, sino que brota como un resultado. Mas sea cual sea su modo de exphcado en e! I tomo de la In ddebIdamente Escoto antes y según dejé
producción, supera en cierta manera la fuerza del instrumento considerado en estos h,strumentos operan por vfr~~~' d~fP. XXXI, ~ec .. 6. Se dice, pues, que
si mismo y es producida por él en cuanto es dirigido y movido con arte. As!, que eXlste en ellos es desproporcionada .age~t,: prmcIpal, porque la fuerza
pues, cuando distinguimos el instrumento de la causa principal, 10 tomamos en lativa según la medida de la virtud y el 1118';', CIente y sólo posee fuerza ope-
éste sentido propio y riguroso. no se le debe propiamente y por sí ': evaclO.n del agente principal. Por eso
que s.e debe únicamente al agente rin:l:~~ dIcho c?ncurs~ o elevación} sino
18. De esta suerte causa principal será aquella que influye en la acción
mediante la cual se produce el efecto con la virtud principal, esto es, más ex-
celente o al menos de igual excelencia que el efecto. De este modo no sólo
es~a lll,terpretación cesan todas lasP dijic~ltad por razon de el. De acuerdo COn
mas aun, muchas cosas de las e es expuestas en los otros modos'
la causa primera, sino tamb~én la segunda, tanto la unívoca como la equívoca,
quedan comprendidas bajo el nombre y concepto de causa principal. y este con-
modo, pueden reducirse a un sen~~e~~~pt~~le~llos,excepción hecha del terce;
cepto no conviene sólo a la causa total, sino también a la parcial, con tal que
Causa primera y segunda
obre con virtud similar, ya que la causa parcial propiamente dicha dice relación
20. Con esto resultan fácilmente com 'bl
a una causa coparcial de la misma naturaleza y del mismo orden, de suerte que sas eficientes, las cuales son subd' . . ~rensl es otras divisiones de las cau
ninguna de ellas se subordine a la otra, sino que de ambas resulte una causa total tiali'er es' ex 'alibus causis 'et id IVISlOnes e los miembros expuestos. Se divide-
principal del mismo orden, parcialmente compuesta de dichas causas, siendo~ est r ,lcet
causprinci.pa.1s, 1" ,e
partialis. Eto utraque fIu
huiusmodi nensn et( dur,a b115
T cessante actione, sive sit)
cipue intenta ab artífice non attingatur per . a 'pnnc1palls recte dicitur operari pro- ~,s ,~t a~unt) et in motu consistens' in
prm vrrtute, non solum quía habe i ' varus emm mstrum<Jntis vario mod '. ,
tum hoc genus causae instrumentalis seu
ministerialis,
17, Ultimo ac propriissimo modo dicitur
se et immediate ab instrumento, sed resul-
tet; quocumque tamen modo fiat, excedít !ti':: ~~i~n~~~~ lli:
tam f f '
m virtutem ag~nd~tr~~d ~~;::;;a a~i~uaall:~~n
m per se proportlona- ac!' d"
vis instrumen~a~i~e~~
on posset a taIt re ulla
aliquo modo viffi instrumenti secundum se
causa instrumentalis illa quae concurrit seu considerati et fit ab illo prout ab arte diri- ;atio~e;~~',U\ice;, ~~~r~~%gi~~~:a~lic~';,~~':; ~ \~,~r~e~r=~a~¡ ¡~cie :o~~aIiic~~:ti~O~i~it,
elevatur ad efficiendum nobiliorem se seu gitur et roovetur, Hoe igitur proprio et ri- ~perlO~ls, ca"';1sae ob generalem raclonem en- XXI, sect, !J., Di~untur ergo haec lnstr p~
ultra mensuram propriae perfcctionis et ac-
tionis, ut calor, quatenus concurrit ad pro-
garoso modo instrumentum sumimus cum
illud a causa prindpali distinguimus, ~:o~~;~~:ie~' non 'amen ob. specialem im- ~~i~'~ll~pefa" m 7 ':"e pri~éipalis agentr.,
1ft

ducendam carnem, et in universum acciden,>


quatenus concurrit ad producendam sub-
18. Atque ita causa principalis eTÍt illa
quae per virtutem principalem, id est, ve1 ;:::~i~v;oncurs".:'~bif:~~¡~~e
e ltO.
~~a~q~~r¡e~;: est J!l. ins:¡fi¿~~s
ra~
'~t e:~l~:'; ~~~~~pv~io~;~~
lU~ta
mensuram virtutis et elevati .
stantiam; Et de hoc genere instrumentorum
multi dubitant, non soluro in naturalibus,
nobiliorem vel saltero aeque nobilero curo
effectu, influit in actionem per quam ta1is
,19. Instrumentum ut dica '1.tr opera"
mrtute pri '1' "..
pnnclpahs agentis. Unde neque el'
vel pro t 1"
o~s
propfle
!r~ill~'~~Ce~~~!!~g;!~~~~~¡~· s::;~:a~: ~~~e:~ia~!d i;lf~~~:~~~~tK1~~~alil:;~~~
rt tn
sed etiam in supernaturalibus, loquendo, ut effectus producitur. Quomodo non soluro
loquimur, de instrumenús vere efficientibus causa prima, sed etiam secunda, tam uni-
ac physice attingentibus ipsos superiores ef-
fcctus; ut videre lieet apud Scotum et alios,
voca quam aequivoca, sub nonúne et ratio-
ne causae principaHs comprehenditur. Nec ;~on~f~iO~~ ra'f0nis seu P,,~,¿J~n~:rt~~ ~l~~e:o~i:~"'lt omnes ldifficulta,e;ni=~¡::'f;;
In IV, dist, 1, et latius attín~emus dispu-
tatione sequenti, tractando de causa efficien-
solum causae totaE, sed etiam partiali con-
venit illa ratio, si virtute sínlili opereror, ~;e~ti~c ~~~,~t7¿;':~3ri~~aVir~~~~ar;~fn~iP~:¡; :~:;, e:~J~~n:'':l~ ~~d~~ ida~o:r~:,,;;i~::
ti substantiarum, Nos autem supponimus in
omni ordine rerum dari pone huiusmodi
quia partialis causa proprie d Jcta didt ha- intrins~ca, id es~ ~on m 19~at aliqua virtute .
bitudinem ad compartialem eiusdem ratio- actionem l'ns,rum'emale
,n ea eX1.stente,
'H ad suam Causa p.
rima. et secunda
instrumenta, ut de naturalibus ostendemus nis et ordinis, ita ut neutra alteri. subordi-
citato loco, et de supernaturaJibus diximus innata nive superaddl·'a m"
rel, slve.l
et SlVeaSltyirtus sit
perma- 20 A tque ex his facite inteHiguntur
d"" . aliae
netur, sed ex utraque coalescat una causa lVlS10nes causarum efficientium, quae sunt
in III p., et de arúficialibus onilles admit- totalis prindpalis eiusdem ordinis, quae par-
tunt, quamvis in illis, ut dixi, forma prae-
Disputación XVIl.-Sección 11 75
Disputaciones metafísicas
74 ~f:~au~~t~~'ct~f es? .mismo di::ha división se aplica con sentido más propio
,'j
[ pues, en cuarto lugar, la causa eficiente en primera y segunda . división que, si 1 . P P prOlnma. Efectivamente, hay causas que producen el efecto de
se entiende en sentido lato, puede dividir a la causa eficiente en general, puesto a ~Il1sma naturaleza, y se les llama unívocas, por- ejem lo el fue!Yo cuando
p~~J:je ~ue~f"g~neral, la causa que al operar por ~irtud de ~u propia f~~=
[
I que toda causa dependiente de otra, bien sea principal, bien sea instrumental, ::a
í puede ~amarse causa segunda; mas, hablando en sentido más estricto, la 'que ~, . . c o semejante, es una causa unívoca y p in i 1 d
como hace notar con razón Santo Tomás· III 67 1 r ~ pa en su or en,
sas que producen un efecto de naturale;a ¿isd.~ta"'" a. . as hay otr~s cau..
allí se subdivide es la cansa principal; en efecto, hay una causa que es com-
' las. cuales :8 pre~lS? que
pletamente independiente en su operación, y a ésta se le llama primera; en
sean más excelentes que su efecto, a ue de lo
sino instrumentales, y a éstas se I~s tarna caus~~ntrar;o no serIan prlllclpale~,
cambio, hay otra que es dependiente, por más que opere con virtud 'principal
y proporcionada, Y a ésta se le llama causa segunda. Que ambas cIases de causa
existen en la naturaleza es de todo punto evidente. Pues, o bien existe en formalmente con el efecto en la misma forma sin~qUlVo~as, po~ no conyemr
temente. Puede, además, dividirse también la c~usa r~u~ a contIenen emmen-
libe~tadCI~I. ~e o~)f.a
la realidad una causa principal que depende de otra en su operación, y de este
P?r necesidad de naturaleza y la que obra con e'.' causa
muiaci~~msmo.
miembro se infiere necesariamente el otro, ya que no puede procederse basta
dIr.se en aquella que obra mediante movimiento o pue e dlVl-
sUJ~to movim),'~~~le~do .~n
el infinito en las causas dependientes, siendo preciso, por tanto, detenerse en
alguna independiente, que es lo que demostraremos más ampliamente luego al pr.evlamente supuesto, y en aquella que obra sin de
probar la existencia de Dios. A su vez, admitida la causa independiente, se. \sm sUJeto. Mas ~stas
divis.iones están contenidas en las anteriores y m~~aclOn
infiere con necesidad el otrO miembro, ya que no todas las causas pueden ser pIcan unas determmadas aCCIOnes o modos de operar propios d di h so o ex-
independientes; más aún~ esa causa no puede ser más que una sola, según de- de todos los cuales se hablará en concreto más abajo. e c as causas,
mostraremos más extensamente después cuando tratemos de las acciones de la
cansa primera, y luego al estudiar la unidad de Dios. Por eso no decimos más Instrumento unido y separado
respecto de esta división, puesto que de estos dos miembros se ha de ocupar
casi en su totalidad nuestra disputación sobre la causa eficiente. me~~i oE~ ¡'"?'to lugar, hay qu~ hacer constar la división de la causa instru-
e mst:um~nto e? umdo y separado, términos en los ue suele ha-
b~runa gran eqmvocldad, SIendo necesario, por lo mismo advert~
con dilig
Causa unívoca y equívoca
21. La causa instrumental na es causa equívoca.- En quinto lugar, se
~gl~niue l?ue~e
1entenderse de. dos maneras que el instr~mento
está unido e~i
~~~~t~e=e~ts~: ;\0' :u:a~~:al~ú~g:d~ ~~~á ~~f!F:I~ ~a~:iI:~:d~ Ú::~
e prmclpa -ya que al mstrumento se le llama .d d'
divide la causa en univoca y equívoca, división en la que puede dividirse tam-

clert~ prelsencla o po~ cualquier unión real con el agente ::~c~;~ta~~l ':n~~~
bién a la causa en general, con tal que llamemos equivoca a la causa instru-
mental. Esto, empero, se afirma con impropiedad Y está fuera del uso común,

oJ¡)U~sto a éste, será e! que no está en ~odo" al;,~a~n:~~ ~:ar:l ';;ge':e C~~?t~
según hizo notar Santo Tomás, In IV, disto 1, q. 1, a. 4, q. 1, ad. 4, tomándolo que a p urna es un lOstrumento unido etc' b' d '
de Alejandro Y de! Comentador, XI Metaph., como 24. As!, pues, la que se

de nnión o separación puede haber gradación' y v::i~:d ~~ el~~~so:ér:~~~~


divide alli es la causa principal, pudiendo dertamente hacerse la división con elp , como es el semen una vez desprendido y , 1 d' n
sentido general, ya que la causa primera es también equívoca. Mas por supo-
nerse a la causa primera no sólo equivoca, sino también de un orden completa-
1 Il~~ ac~oI?m~date !lia divisio dat:.tr de causa nibus in particulari est inferius disputan-
immo talís causa non potest ;;:sse nisi uniea, pn~~lpah proxlm~. Quaedam enim est quae dum.
subdivisiones dictorum membrorum. Quar- ut latius demonstrabimus infra tractando
to enim dividitur causa effidens in primam de actionibus primae causae, et inferius dis- e!,flclt e~fectum emsdero rationis, et haee di- Instrumentum coniunctum et separatum
et secundam, ubi, si late loquamur, dividi putando de unitate Dei. Et ideo de hac di- atar uruvoca, ut ignis dum generat ignem'
potest causa efficiens in commuui, quia om~ visione nihil amplius dicemm, quia cirea e~ universaliter causa quae operando pe; . 22. Sexto, annotanda est divisia eausae
mstrumentalis seu instrumenti in coruunc-
nis causa ab aUa pendens, sive sit principa- haec duo membra futura est fere tota nos~ vrrtutem suae formae siniílein reddit effec- tum et separatum, in quibus terminis solet
lis sive instrumentalis, potest dici secunda; tra disputa.tio de causa efficienti. t~.lm .est causa univoca et in suo ordioe prin- esse magna aequivoeatio et ideo diligenter
strietius ~amen loquendo, subdividitur ibi Clpalls, ~t recte notat D. Thamas, UI, q. 62, ad,:ertendum est duobus modís intelligi pos~
causa principalis; uam quaedam est omnino a.!.. Alta v.ero est causa producens effectum se m~trumentum esse coniunctum principali
independens in operando, et haec didtur Causa univoca et aequivoca alterms rauonis, quam oportet esse nabilio- agentl. (respectu erum illius dicitur coniunc-
prima; alía vera est dependens, etiarosi per 21. Instrumentalis non ap.Quivoce cau- rem . effectu, alioqui principalis non esset, tum mstrumentum aut separatum) sdlicet
virtutero principalero et proportionataro sa.'-:- Quinto, dividitur causa ·-in univocam sed ~nstrumen~alis, ct haec appellatur causa aut secund~ esse, aut secundum' causali~
operetur, et haee voeatur causa secunda. et aequivocam, in qua partitione dividí etiam aeqUlvo:a; qUla non convenit forrnaliter cum tatem. COnI~mctum secundum egse appello
Quod autero utrumque genus eausae in re- potest causa ;in cornmuni, si camaro instru- effe~tu m eadem forma, sed eminenter illam quod est umtum ~liquo modo, ve! per con-
rum natura demr, ,evidentissimum esto Aut roentalem aequivoearo appellemlls. Quod ta- co~tn:~et.. R~rsus dividí potest causa erlam ta~tum, vel per ahquam praesentiam, ve! per
eniro datur in rebus aliqua ca'..lsa principalis men improprie dicitur et pra-eter commu- prmclpahs m. earo quae ex neeessitate natu- ahquam umonem realem, agenti principali
dependens ab alia in operando, et ex hoc nem usum, ut notavit D. Thomas, In IV, rae, vel curo IIbertate. Item, in earo quae agit quomodo calamus est instrumentum coníun¿
membro necessario infertur alterum, quia disto 1, q. 1, a. 4, q. 1, ad 4, ex Alexandro per .moturo vel routationem ex praesupposito tu~, etc.; separatum autem, huic oppositum
non potest in infinitum procedí in causis et Cemment., XI Metaph., como 24. Divi- sÜ~)lecto et earo quae agit sine motu et mu- en~ ~uo~ nullo modo conillngitur agenrl
dependentibus, et ideo in aliqua indepen- ditur ergo ibi causa principalis, et quidem tatlo~e et absc;Iu~ subiecto. Sed hae divisio- pnnc1J?ah, ut est semen iam decisum, et iux-
denti sistendum est, quod latius proseque- dividí potest in cororouni, quia causa prima nes m supenonbus conrlnentur solumque t~ vanos modos c~niunctionis et separatio-
mur infra, demonstrando Deuro esse. Ad- etiam est aequivoca. Sed qUla causa prima declaran.t ~eterminatas actiones aut modos rus J?o~est esse lautudo et var¡(!tas in his
missa autero causa independenti, necessario non soluro aequivoca, sed etiam omoino al- operandl dlctarum causarum, de quibus om- termmlS. Secundum causalitatem coniunctum
etiam infertur alterum membrum, quia non terius ordinis esse supponitur, ideo magis
possunt orones causae esse independentes;
a'
Disputaciones metafísicas
76 •• - •. _ •• - • _ _ _ _•• ---, --- -- _ _ o'" _ _ _ _ • _ _ _

l.!amo unido según la causalidad al instrumento que necesita del influjo ac-
tual y propio y de la causalidad del agente principal para causar, modo se-
gún el cual también la pluma es un instnunento unido; de donde, por el
contrario, instrumento separado será .el que en su acción no requiere el in-
flujo especial y la causalidad del agente principal. En este sentido, si se llama
al calor instrumento del fuego para calentar, aunque esté unido según el ser,
puede decirse que está separado según la causalidad por no necesitar para ca-
lentar ningún otro influjo más que su propia virtud; por eso acontece que al-
gunas veces el instrumento puede estar unido de un modo y separado de otro, DISPUTf\CION XVIII
como se echa de ver en el ejemplo propuesto. Por el contrario, a los sacramen-
tos se les llama instrumentos separados de la humanidad de Cristo que existe
en el cielo, esto es, separados según el ser, aunque acaso según la causalidad LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE
estén unidos, puesto que nada pueden realizar si no influye actualmente con NECESITA PARA CAUSAR
ellos Jesucristo mediante su humanidad. A veces el instrumento puede estar
unido de ambos modos, como la vista o la especie impresa; a veces, separado
de ambos mados, como la gravedad de lo engendrado respecto de lo generante.
Todas estas cosas están claras con tal que se entiendan los términos. Sólo queda RESUMEN
en este problema un punto dificil: cómo puede existir un instrumento separado
según la causalidad, hablando con propiedad y rigor del instrumento según el
El contenido de esta disputación puede distribuirse en los siguientes apar-
último modo que se explicó antes. Porque si se lo entiende en un sentido más tados:
amplio por la virtnd de suyo suficiente para el efecta, la cual hace las veces
l. Existencia de la causalidad eficiente propiamente dicha· en el orden crea-
de la causa que la aplicó, entonces la cuestión- está clara, por ejemplo en el
do (Sec. 1).
Úllpetu de los objetos arrojados, en la gravedad, etc. Sin embargo, en el ins-
!l. Principios de causación, tanto para las sustancias como para los acciden-
trumento propio, el cual debe ser elevado para producir un efecto superior,
tes (Sec. 2-4)
como es el semen, por ejemplo, esto es muy dificil de entender. Mas la acla-
ración de ello exige la explicación previa de muchas cosas que serán expuestas llJ. Existencia y naturale.•a de la causalidad eficiente en los accidentes (Sec.
5-6).
en las disputaciones siguientes. IV. Condi;iones. que la caus~ eficiente exige para obrar (Sec. 7-9).
V. En. que cons,ste. l~ causaltdad de la causa eficiente (Sec. 10).
appello illud instrumentum quod ad cau~ lpS1S Christo per humanitatem suam. Ali-
quando potest esse instrume·\tum utroque VI. Sz la causa e/tctente, al obrar, corrompe o destruye algo, y en qué
sandum indiget actuali et proprio influxu
et causalítate principalis agentis, quomodo modo coniunctum, ut visus vel species im- sentido (Sec. 11).
etiam calamus est instrumenturn coniunc~ pressa; aliquando utroque modo separatum,
tum; unde e contrario separatum instru- ut gravitas geniti respectu generantis. Quae SECCIÓN 1
menturn erit quod in sua actione non re~ omnia clara sunt, si termini intelligantur.
quirit specialem infiuxuro et causalítatem Unum sotum manet in re difficile, quomado Expuestas tres opiniones con sus respectivos fundamentos (1-4), Suárez con-
principalis agentis. Et hoc !r.odo, si calor possit dad instrumentum separatum secun~ creta su doctrma en tres afirmaciones:
duro causalitatem, proprie et in rígore 10-
vocetur instrumentum ignis ad calefacien-
quendo de instrumento iuxta ultimum roo- A) Lo~ al[e?'tes creados son causas eficientes propiamente dichas (5). Se de-
duro, liCft sit coniunctus secundum esse, muestra:. ftlosof,came?'t~, por experiencia y "ad absurdum" (6-7), "a priori" (8)
potest dici separatum secundum causa1ita~ duro supra declaratum; nam si latius su-
tem, quia non indiget alío influxu ad cale- matul' pro virtute per se sufficienti ad effec- Y¡ resolvtendo las ob¡ecwnes (9 cll); teológicamente, por principios sobrenatura-
faciendum, praeter propriam virtutem suam. tum, quae vÍGem supplet illius causae quae es (12-13).
Unde fit aliquando posse ins¡l'umentum es-, illaro impressit, sic res 'est clara, ut in im-
petu prOlectorUm, gravitate, cte. Tamen in B) No sólo las sustancias incorpóreas sino también las corpóreas, son ver-
se coniunctum uno modo et separatum alio, daderas causas eficientes (14). '
ut patet in dicto exemplo. Et e converso, instrumento proprio, quad elev~ri debet ad
sacramenta dicuntur instrumenta separata agendum superiorem effectum, ut est semen, sí ~) Las causas cr~adas no. pueden produci:- sustancias en su totalidad.-- peto
humanitatis Christi existentis in caelo, ni- verbi gratia, illud est intellectu difficillimum. i gl nefrar una sustar:cza a parhr de una matena sustancial presupuesta educien-
mirllm secundllrn esse, et taml:!n secundum Sed huius rei expositio multa prius expli-
(O a arma sustancral (15-18). '
causalitatem fortasse sunt coniuncta, quía canda postulat, quae in sequtntibus dispu-
nihil possunt efficere rusí actu influente curo tationil:Jl,.¡s tradentur.
SECCIÓN 11
. Sentadas unas nociones previas sobre el principio de eficiencia (1-4), y exa-
7!~nadas detentdamente. y r~chaza:Ias dos opiniones (5-14), para resolver la cues-

l,ond~f~ eSltablecen vanas af<Tmac,ones, que son demostradas y defendidas contra


as t zcu tades: '
A) Los accidentes, como instrumentos de la producción de la sustancia lls
gan próxima y esencialmente a la educción de la forma sustancial· (15-21).' -
76
c¡ l.lamo uuido según la causalidad al instrumento que necesita del influjo ac-
tual y propio y de la causalidad del agente principal para causar, modo se-
!~ún el cual también la pluma es un instrumento unido; de donde, por el
contrario, instrumento separado será el que en su acción no requiere el in-
flujo especial y la causalidad del agente principal. En este sentido, si se llama
al calor instrumento del fuego para calentar, aunque esté unido según el ser,
puede decirse que está separado según la causalidad por no necesitar para ca-
lentar ningún otro influjo más que su propia virtud; por eso acontece que al-
gunas veces el instrumento puede estar unido de un modo y separado de otro, DISPUTACION XVIII
como se echa de ver en el ejemplo propuesto. Por el contrario, a los sacramen-
tos se les llama instrumentos separados de la humanidad de Cristo que existe LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE
en el cielo, esto es, separados según el ser, aunque acaso según la causalidad NECESITA PARA CAUSAR
estén unidos, puesto que nada pueden realizar si no influye actualmente con
ellos Jesucristo mediante su humanidad. A veces el instrumento puede estar
unido de ambos modos, como la vista o la especie impresa; a veces, separado
de ambos modos, como la gravedad de lo engendrado respecto de lo generante.
Todas estas cosas están claras con tal que se entiendan los términos. Sólo queda RESUMEN
en este problema un punto difícil: cómo puede existir un instrumento separado
según la causalidad, hablando con propiedad y rigor del instrumento según el El contenido de esta disput acton
liados: . , pued e d·tstn·b·
mrse en los siguientes apar-
último modo que se explicó antes. Porque si se lo entiende en un sentido más
amplio por la virtud de suyo suficiente para el efecto, la cual hace las veces d (IS· Exi)stencia de la causalidad eficiente propiamente dicha en el orden crea-
de la causa que la aplicó, entonces la cuestión- está clara, por ejemplo en el o eco 1 .
ímpetu de los objetos arrojados, en la gravedad, etc. Sin embargo, en el ins- II p. .. .,
tes (Sec. ~~)zPws de causaczon, tanto para las sustancias como para los acciden-
trumento propio, el cual debe ser elevado para producir un efecto superior,
como es el semen, por ejemplo, esto es muy difícil de entender. Mas la acla- 5_6{1l. Exi;tencia y naturaleza de la causalidad eficiente en los accidentes (Sec.
ración de ello exige la explicación previa de muchas cosas que serán expuestas
en las disputaciones siguientes. g'. Condil;iones. que la caus~ eficiente exige para obrar (Sec. 7-9).
. En. que conmte la causaltdad de la causa eficiente (Sec 10)
lpS1S Christo per humanitatero suam. Ali- VI. S, la causa eficiente, al obrar, corrompe o destruy'- algo' y
appello illud instrumentum quod ad cau- quando potest esse instruroe~itum utroque
sandum indiget actuali et proprio influxu sentido (Sec. 11). ' en qué
modo coruunctum, ut visus ve! species im-
et causalitate principalis agentis, quomodo pressa; aliquando utroque modo separatum,
etiam calamus est lnstrumentum coniunc- ut gravitas geniti respectu generantis. Quae SECCIÓN 1
turo; unde e contrario separatum instrU- omnia dara sunt, si termini intelligantur.
mentum erit quod in sua actione non re- U num solum manet in re difficile, quomodo Expuestas tres opiniones con sus respectivos fundamentos (1-4) S '
quidt specialem influxum et causalitatem possit dari instromentum separatum secun- creta su doctrma en tres afirmaciones: ' uarez con-
principalis agentis. Et hoc !I'.odo~ si calor duro causalitatem, proprie et in rígore 10- A) Lo~ age;,tes creados son causas eficientes propiamente dichas (5) S d
vocetur instrumentum ignis ad calefacien-
dum, licet sit coniunctus secundum esse,
quendo de instrumento iuxta ultimum mo-
duro supra declaratum; nam si lacius su-
muestra~ ftlosófzcame?Zt~, por experiencia y "ad absurdum" (6-7), "a pri.ori~' (~)
potest dici separatum secundum causalíta- matur pro virtute per se sufficienti ad effec- ~e;e(f~~~e;)~o las ob¡ecwnes (9-11); teológicamente, por principios sobrenatura-
tem, quia non indiget alio influxu ad cale- tum, quae vicem supplet illius causae quae
faciendum, praeter propriam vir1.utem suam. illam impressit, sic res est cl8.Ta, ut in im-
Unde fit aliquando posse ins~rumentum es-, ten Ias corporeas,
R) No sólo las sustancias ,·ncorpo'reas' s,·no tam b·' ' son ver-
petu prOlectorum, gravitate, ..:tc. Tamen in
se coruunctum uno modo et separatum alio, instrumento proprio, quod elevnri debet ad d aderas causas eficientes (14).
ut patet in dicto exemplo. Et e conversO, agendum superiorem effectum, ut est semen, s" C) Las causas creadas no pueden producir sustancias en su totalidad pero
sacramenta dicuntur instrumenta separata
humanitatis Christi existenus in caelo, ni-
verbi gratia, illud est intellectu difficillimurn. ~ generar
do I f una sustancia
. a partir d e una ma terta
. . presupuesta educien-
sustanczal ~
Sed huius rei expositio multa prius expli- a arma sustanctal (15-18). '
mirum secundum esse, et tamen secundu;}} canda postulat, quae in seqm ntibus dispu-
causalitatem fortasse sunt coniuncta, quia
nihil possunt efficere rusi actu influente curo tationibLs tradentur. SECCIÓN II
min~:nta~a: u.~as nociones previas sobre el principi~ de eficiencia (1-4) y exa-
Jión s:s e e enz ament~ y r~chaza:!as
dos opiniones (5-14), para resolver la cues-
las, dificu:::~!~~en vanas aflrmacwnes, que son demostradas y defendidas contra
an A)r' 1:0S accident~sJ_ como instrumentos de la producción' de la sustancia lle-
g. p ox,ma y esenctalmente a la educción de la forma sustancial, (15-21).'
Disputaciones metafísicas Disputación XVIll.-Resumen 79
continua de su acción, desde lo próximo a lo distante (20-23) L -~-t-'---­
78
B) La forma' instrumental, para obrar, debe estar unida a una causa prin~ tada perm,te dar cumplida .respue t i ' . a oc nna sen-
cipal (22-26). jicientemente las experiencias que sle~ ~i:::na~~u~:s:t(~4~~r.artos y explicar su-
C)Los accidentes pueden ejercer toda su actividad sobre la sustancia, aun.
estando separados de la forma sustancial (27). SECCIÓN IX
D) Si los accidentes están separados de su forma sustancial, el influjo de
ésta debe ser suplido por alguna causa superior corpórea o por la Causa Pri- Expuestos cuatro poderosos motivos de d d (1-4) f" •
cuestión (5-6), ésta se resuelve afirmando qu u a t 1 Y ,¡oda el senltdo de la
mera (28-33). Se responde ampliamente a una objeción (34-42). haber desemejanza de forma y semejanza de :':7e::a é/;J,¡en¡; y pa~ente debe
;:f
algunos corolarios (9-13) y las respuestas a los argumento; (1~_~~).se esprenden
SECCIÓN 111
¡ndicados los motivos de duda (1), se distinguen dos modos de producci6n
SECCIÓN X
de los accidentes: por acción propia y por resultancia natural (2). Se estudian
Después de precisar el sentido del tema ( 1 ) ' . . .
TI;ntes (2-4), se afirma resueltamente que la caus1zi;~;s:fen~; d:s oPf,,?wnes d'fe-
detenidamente ambos modos: primero, la resultancia natural (3-4), aquilatando
su esencia (5-6) y su doble modalidad (7-9), extrayendo los oportunos corola-
rtOS (10-13) y respondiendo a las objeciones (14); después, la eficiencia por ac-
s'tste en la acción (5), cosa que se demuestra c ' . c usa e tczente con-
defiende contra las razones opuestas (8-12). on VOrlOS argumentos (6-7) y se
ción propia, examinando los diferentes casos que presenta (15-24).

SECCIÓN IV SECCIÓN XI
Planteada la duda que motiva esta seccwn (1), y sentado que un accidente 1 1"
se concreta en dos principios' 1 La e repa:~n a so UCto1}-, de la cuestión, que
Unas consideraciones previas (1-2) p P
puede emanar naturalmente de otro (2), se afirma que sólo la cualidad puede d . ..
Q
orru cton Q aestruccton de una
ser principio de verdadera producción de los accidentes (3) y se demuestra por se Pro uce por ef¡ciencia positiva y propia (3-4) 2 o L d t ., cosa nunca
experiencia, examinando uno por uno todos los accidentes, en especial la cua- pretendida directamente se realiza or care .' . .a. e~ ruccton de una cosa,
precisa y aplica a caso,' especiales p d' t nCla de. ef¡c¡enCla (5). La doctrina se
lidad (4-10). rran la sección (6-10). me zan e unos zmportantes corolarios que cie-
SECCIÓN V
Sin el concurso de la sustancia, los accidentes no pueden realizar funciones
vitales (1-3), pero sí pueden producir acciones no vitales (4-5).

SECCIÓN VI
Mediando entre dos opiniones opuestas (1-2), Suárez establece que. en las
acciones. vitales, los accidentes son instrumentos de la forma (3), mientras que
en las no vitales son principios principales de acción (4).

SECCIÓN VII
Después de enumerar las condiciones que la acción exige en el agente y en
el paciente (1), omitiendo otras innecesarias (2-3), se exponen la dificultad de
la cuestión y las diversas opiniones (4-5). Unos presupuestos previos (6-8) dis-
ponen a la solución de la cuestión, que se fija en las siguientes afirmaciones:
A) En la resultancia natural, el agente es distinto del paciente (9-10).
B) En la acción física, también (11-20). Se plantean y resuelven varias di-
ficultades (21-40).
C) En los seres espirituales, el agente no siempre se distingue realmente
del paciente (41-44).
D) En los actos inmanentes, no es preciso que el agente y el paciente se
distingan siempre realmente como principios "quod" y "quo" (45-51).
La sección se cierra exponiendo los corolarios que se desprenden de la doc~
trina anterior y resolviendo las objeciones que a ella se oponen (52-55).

SECCIÓN VIII
Precisado el alcance de la cuestión (1), se exponen dos op,mones, aduciendo
las razones y las experiencias en que se apoyan (2-12). Después de señalar los
diferentes modos de distancia e indistancia entre el agente y el paciente (13), y
de preparar la solución examinando diversos casos (14-19), se concluye que el
natural modo de obrar de la causa eficiente se despliega, como por· una línea
------------..,..,--_ .._ - - - - - ; - - - - - - - - - ---------

DISPUT ACION XVIII

LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE


NECESITA PARA CAUSAR

En la disputación anterior casi nos hemos limitado a explicar la definición


nominal de causa eficiente y de sus varias especies y modos; conviene ahora
tratar distintamente todo lo concerniente a esta causa, con arreglo a aquellos ca-
pitulas o miembros que hemos estudiado en otras causas, a saber, cuál es la
cosa que causa, qué efecto produce, mediante qué o por qué principio causa,
qué condiciones requiere para causar y, finalmente, en qué consiste la causalidad
actual de esta causa. Todas estas cuestiones pueden tratarse., ciertamente, en
común de la causa eficiente; sin embargo, para mayor claridad, parece que se
debe investigar en primer lugar todo esto en las causas creadas, que son más
conocidas para nosotros, después tratar de la causa primera e increada Y'J final-
mente, estudiar la dependencia de las demás causas con respecto a ésta. Pero
no distinguimos el tratamiento sobre la causa eficiente de la sustancia y de los
accidentes, porque, -según veremos, están U1~idas de tal manera que la producción
de las sustancias no se efectúa sino mediante los accidentes. Y por la misma
razón no establecemos separación en la disputación de la causa principal e ins-
trumental, puesto que al tratar de la causa próxima eficiente, a la cual se atri-
buye esencial y propiamente la acción, se ha de ver también qué principios o
qué instrumentos usa para obrar.

DISPUTATIO XVIII ficienti in communi tractari; tamen, maioris


DE CAUSA PROXIMA EFFICIENTI EIUSQUE CAU- c1aritatis gratia, visum est haee omnia prius
SALITATE, ET OMNIBUS QUAE AD CAUSANDUM in causis creatis, quae nobis notiores sunt,
REQUIRIT inquirere, postea vero disserere de causa
prima et inereata, ae tandem de dependencia
In superiori disputatione fere tantum de- caeterarum ab ipsa. Non distinguimus autem
claravimus quid nominis causae efficientis, tractationem de causa efficienti substantia-
et plurium specierum ae modorum eius; rum et accidentium, quoniarn, ut videbimus,
nune oportet distincte traetare omnia quae haee ita eoniuncta sunt ut substantiarum
ad hane causam pertinent, per ea capita seu productio non nisi mediis accidentibus fiat.
membra quse in aliis causis attigimus, sci- Et eadem ratione non separamus disputa-
Hcet, quae res causet, quid causet, per quid tionem de causa principali et instrumentali,
seu quo principio causet, quas conditiones quoniam tractando de causa proxima effi-
ad causandum requirat, ac denique in quo cienti, cui per se et proprie actio tribuitur,
actuaIls causalitas huius causae consistat. símul videndum est quibus principiis qui-
Quae omnia possent quidem de causa ef- busve instrumentis ad efficiendum utatur.
6
Disputaciones metafísicas Disputación XVIll.-Sección 1 83
82
nIon,2. fundamento
Razones dealguno ue t anterí.or.- N o, encuentro, en favor de esta opi-
la sentencia
SECCION PRIMERA rece haber sido que cuant~ se :t~r: llnportanc:a.. Si~ embargo, el principal pa-
se quita a la divina potencia del cr~r~o:' la eflclencl~ de la criatura, otro tanto
Sr LAS COSAS CREADAS PRODUCEN ALGO VERDADERAMENTE no; esto último atenta contra 1 f "p~..les, o DIOs obra todas las cosas, o
1. Diferentes opiniones.- Pedro de Ailly no participa de la opinión ante- adelante que es absolutamente f:ls~ Ica~a ,dIvina, por I~ qu~ mostraremos más
Mor.- En esta materia hubo una antigua sentencia, según la cual las cosas crea- y no depende de Dios. En cambio y. ~?neoh ya que ImplIca que algo existe
das no obran nada. sino que Dios 10 produce todo en presencia de ellas, aunque pregunto si 10 hace de manera inm~df~ta lOS o ac~. todas la~ cosas, nuevamente
se atribuye acción al fuego, al agua, etc., por apariencia y porque Dios deter- tamente y por virtud insuficiente L y d
r VlItud sufiCIente, o sólo media-
minó, como por un pacto, no producir tales efectos sino en presencia de tales Por el contrario, si lo primero ~s c~el~t~gu~ ~ se opone a la perfección divina.
cosas. Exponen esta opinión Averroes, IX Metaph., comm. 7, Y en el lib. XII, puesto que una causa suficiente' y eficaz b' tes ta superflua toda otra eficiencia,
comm. 18; Alberto, II Phys., trato JI, c. 3; Santo Tomás, III cont. Gent., c. 69; de que la naturaleza no hace uada asta para un .efecto. Y así, habida cuenta
y 1, q. 105, a. 5; In Il, disto 1, q. 1, a. 4; sin embargo no citan a ningún antor a las cosas creadas. Lo confirmo' cuenl v~no, no confrrió ningú:'1 poder de obrar
. t . a qmer cosa que se sup .
cierto como defensor de la misma, si bien parece que se inclina a ella Filón, Jun amente con una causa segunda pod 'h 1 onga que DIOS hace
erte . fi . , r a acer a por si solo pue 1
lib. JI Allegar., cuando dice que Dios es la única causa eficiente, y lib. De Che- P nece a su m mta virtud, según se p t . " ' s a menos esto
rubo et Ilam. glad., al afirmar que obrar es propio de Dios y, en cambio, pade- cho, obra de esta manera. La consecuenci a entIzara ~as adelante; luego, de he-
cer es propio de la criatura. Mas estas cosas pueden entenderse fácilmente por conviene más a la divina virtud y fi .a re.sulta eVIdente, no sólo porque esto
ce .. e cacIa, smo sobre todo
antonomasia, como también otras expresiones de los filósofos, que expondremos sallO para que se haga la criatura. Y 10 rU;bo ) p.orque pa~ece ne-
después al tratar de la acción de Dios. También suele atribuirse esta opinión a t.~ra depende esencialmente de solo Dios p d. del modo SIgme,:te: la cria-
alendo serlo sin cualquier otro. 1 ' no pu lendo ser hecha SIn El Y pu-
Pedro de Ailly, In IV, disto 1, a. 1, al final; sin embargo, en ese lugar declara
abiertamente que las causas segundas obran verdadera Y propiamente por su dependencia que la vincula únic~m uetgo llti·
puede ser cnatura sin esta esencial
propia virtud y según su naturaleza, y no por la sola voluntad de Dios, si bien llas ~osas que le son esenciales; ;~re t:nt~OS, ~a qu~ no pue~e e~istir sin aque-
añade que, al mismo tiempo, es cierto que la criatura no hace nada sino por dencla con respecto a solo Dios' . . ' to a cr1atu~a eXIste por su depen-
voluntad de Dios, y obrando también 'El mismo; más aún, haciendo que la cria- solo Dios, ya que 'eficiencia y d'e condslgu~entemente, eXIste por la eficiencia de
lue" pen enCIa o son idéntica .
tura obre y, consiguientemente, haciendo también Dios más de lo que haría solo, go mnguna cnatura tiene eficiencia sobre ' s o. son correlatIvas;
todo lo cual corresponde a la necesidad del concurso divino y puede tener sen- guna causa segunda que obre algo. otra y, pOI lo mismo, no hay nm-
lido verdadero y falso, como después veremos en su propia disputación. En cam- 3.Segun~a opinión.- La segunda senten' .
fI.l~O • ~ ?Ieba ~l. poder de m'oducir
Cla (J"

bio, se inclina más a esta opinión Gabriel, In IV, dist. 1, q. 1, a. 3, club. 3, las cnaturas corporales, pero lo concede
donde considera esta sentencia como probable y aduce en su favor aquellas pa- OpInlOn Santo Tomás en los lu are 't d a as espIrItuales. Expone esta
labras de 1 Cor., 13: Dios obra todo en todas Zas cosas, y de lICor., 3: No que Fans vitae, el cual d~cia que í1i~g~ ~~:r O~' toma~a de. Avicebrón, en el libro
por nosotros mismos tengamos la capacidad suficente de pensar algo como pro- tud de la sustancia espiritual íntimam t P ~s actIvo, SInO que una cierta vir-
veniente de nosotros, sino que nuestra suficiencia 'iJierw de Dios. A pesar de todo, das aquellas acciones que p~ecen reali~~de eX1ste~te en los cuerpos, efectúa to-
as por os cuerpos. Se funda, al pare-
él no se atreve a afirmar dicha opinión.
F 2'd Rati"cmes praecedentis sententiae.- cet .
divinam
. virtutem et eff·ICaCtam,
.. tum
phorum locutiones, quas postea referemus, un amentum pro hac sententia nullum vi :;:~x:me ~U1aQhoc ,videtur necessarium ut
SECTIO PRIMA agentes de actione Dei. Solet etiam haee ~eo quod .~it a1i~uius mementi; praecipuu~ a ura ato uod Ita probo, nam creatura
UrnUM RES CREATAE ALIQUID VERE EFFICIANT opinío tribui Petro Aliacensi, In IV, disto 1, ~me? f~sse. vldetur, quia quantum effí- a solo peo. habet essentialem dependentiam
a. 1, in fine; ibi tamen aperte fatetur cau- ~~~tlae tnbllitt;r creaturae, ta,otum adimitur cum SIne 1PO fie~i non possit et sine quo~
1. Variae opiniones.- Aliacensis a prae- sas secundas vere ac proprie agere vírtute lvmae pot('~t1ae creatoris; nam vel Deus cumque al10 ~en possit; ergo non otest
cedenti sententia alienus.- In hac re fuit propria et ex natura reí, ac non sola volun~ operatur: ?mma, vel non; hoc posterius de- esse creatura SIne hac essentiali depemkntia
vetus sententia asserens res creatas nihil tate Dei; ~'(ddit tamen simul verum esse crea~ ~ogat d1Vmae e~ficaciae; unde iofra osten- q~am. a s?lo Deo habet, quia non potes~
operari, sed Deum ad praesentiam earum turam nihil facere nisi ex voluntate Dei, et , emrs esse.on;nIno falsum et erroneum, quia e~se sme hlS quae essentialia sunt· ergo om
omnia efficere, tribui autem actionem igni, ipso etiam faciente, immo et faciente ut ipsa l~p lcat alrqmd es se et non pendere a Deo D1S creatura est per dependenti~m a sol~
aquae, etc., propter apparentiam, et quia faciat, et consequenter plus etiam Deo fa- ~~s autell? Deus. omnia efficit, interrogo rur~ Deo; e!~o ~st per efficientiam solius Dei
Deus veluti pepigit non efficere tales effec- dente quam si solus faceret, quae pertinent .an lmmedlate et sufficienti virtute an nalm efflclenua e~ dependentia ve! sunt idem'
tus nisi ad talium rerum praesentiam. Hanc ad necessitatem diviní concursus et possunt medla~e tantum et iosufficienti virtute 'Hoc ~~t su~~ ~or~elauva; ergo nulla creatura ha~
opinionem referunt Averroes, IX Metaph.,
comm. 7, et lib. XII, comm. 18; et Alber-
verum et falsum sensum habere, ut postea postent;s derogat divinae perfectioni. in au- e lClentlam in aliam, et consequentel'
in propria disputatione videbimus; magís te~ pr~~um verum est, superflua est omnis oulla est causa secpnd~ quae aliquid efficiat.
tus, 11 Phys., tracto II, c. 3; et D. Thom., autem favet huic opinioni Gabr., In IV, a}~~ efflCleI?-tia, quia una causa sufficiens et . 3. Secunda sententta.- Secunda senten-
III cont. Gent., C. 69, et 1, q. 105, a. 5, disto 1, q. 1, a. 3, dub. 3, ubi hanc senten- e lcax s~t~s est ad effectum. Unde cum tIa negat. creaturas corporales posse quid_
et In I1, disto 1, q; 1, a. 4; nullum tamen natura 1}zhzl fa9iat frustra, nullam vi;tutem
tiam reputat probabilem et in favorem eius q~.m efflcere, sed de spiritualibus id COD-
certum auctorem pro ea referunt; in eam affert illa verba ICor., 13: Deus operatur ~~erand.1 c0I?-tuht rebus creatis. Et confirmo
vero inclinare videtur Philo, lib. II Allegor .• ee lt.. Hanc re~ert. D. Thomas citatis locis
omnia in omnibus; et II Cor., 3: Non quod m qll1dqUld ponatur Deus facere cum cau' t,x AVl¡cebroo1 ID hb. Fonti~ vitae, quí dice_
dum ait Deum esse unicam causam efficien- simus, sufficientes cogitare aliquid ex nobis, sa 1secunda, poterit facere se solo nam ho~ at nu .1um corpus ~sse actlvum s d
tem; et lib. de Cherub. et flam. glad., dum quasi ex nobis, sed sufficientia nostra ex ~~ t~~ spectat. ad infinitam virt~tem eius, da~ VlItutem spiritualis substa~ti:e ~t~~~
ait proprium esse Dei effieere, ereaturae au- Deo esto Ipse tamen non audet illam sen- Pat t ra pateb1t ~ ergo de facto ita facit. eXlstentem in corporibus eff·lcere omnes ac
tem patio Sed haec facile possent per an~ ti
tentiam asserere. e consequentla, tum. quía hoc magís de- ones quae per corpora fieri videntur. F un~-
tonomasiam intelligi, sicut et _atiae philoso-
.2"

Disputación XVIlI.-Sección 1 85
Disputaciones metafísicas -------------------
---,--,--,,- ---- - --- - - -
concurran suficientemente las disposiciones accidentales· luego esa virtud es la
cer, en que el agente debe estar íntimamente presente al paciente; mas los cuer- que produce todas las generaciones sustanciales. '
pos no pueden tener entre sí tal presencia, pues la cantidad impide esa íntima
penetración de una cosa en otra que la acción requiere. Por eso deCían que la Primera afirmación sobre la eficiencia de las causas creadas
cantidad no sólo no es activa, sino que incluso impide la acción. Se confirma,
porque la sustancia corpórea es la más inferior de todas y la más desemejante 5. Sin embargo, de~e decirse, en primer lugar, que los agentes creados pro-
del primer agente, por lo cual no tiene bajo sí ninguna sustancia que le esté ducen ,verdadera y propIamente efectos que les son connaturales y proporciona-
sometida y sobre la cual pueda obrar, ni puede tampoco tener semejanza con dos; Pl~nso que. esta ve,rdad no sólo es evidentísima por los sentidos y por la
Dios en la operación. De aquí que San Agustín, en el lib. V De Civitate Dei, rTazon~ sma tad'?dblénl ce~tlsuna según la ~octrina .católica. Por eso, así como Santo
c. 9, diga expresamente: las causas corporales no deben irzcluirse entre las efi- ?mas, aten 1 o. e pnmer punto de VIsta, calIficó de necia la opinión opuesta,
aSI nosotros, temendo .en cuenta el se.gundo, podemos llamarla temeraria y erró-
r:ientes. nea. Como consecuen~Ia, de elh~, t?dos los fil~sofos y teólogos la rechazan justa-
4. Tercera opinión.- Según la tercera opinión, las cosas corporales pueden
producir accidentes, pero no sustancias, mientras que las sustancias creadas es- mente ..En efecto, ~1'1stote1es, SI bIen nunca CItó ni refutó de manera expresa la
sentenCIa opuesta, SIempre supone como cosa evidentísima que las causas nat _
:es produ.cen algo. M~s. aún, todos los filósofos 2ntiguos, cuyas opiniones re::e
pirituales pueden producir algunas sustancias inferiores. La refiere en el mismo
lugar Santo Tomás, tomándola de Avicena, lib. 1 Sufficient., c. 10, y lib. IX de
su Metafísica, c. 4 y 5, el cual, según parece, cometió dos errores en este punto. el en el ]¡b. 1 de la Ptstca, en el 1 de la Metafísica, y en otros lugares, suponen
Uno, que una sustancia creada espiritual puede crear otra, ya que la primera cau- frecuent?mente ,que las ca~sas naturales producen algo, por 10 cual se esforzaron
sa increada produce inmediatamente una sola inteligencia, y la produce perfec- en exp]¡car que y de que pueden producir, ya que de la nada nada se hace
tísima; 'ésta, a su vez, crea una segunda, la segunda una ter~era, y así hasta Tambi~n Platón, a quien ~ité en la disputación antel'Íor tomándolo del Damas~ ,
llegar a la ínfima. El otro error sostiene que esta sustancia espiritual ínfima in- ce:lO, hama -en .este sel;udo- a las cosas naturales instrumentos de la causa
pr~mera, po.rque .llenen v.~tud ?perativa derivada y dependiente de ella. En el
funde las formas sustanciales en la materia dispuesta por los agentes corporales
próximos, que no bastan para producir formas sustanciales. En cuanto a la pri- mIsmo se~~I~O dIJO tamb:en Tnsmeglsto que el mundo es instrumento de Dios
~ que reclblO de El ,omdlas para producirlo todo. De igual modo Filón. en ,1
mera parte, se" fundaba en que de 10 uno no procede, de manera próxima e in-
mediata, más que 10 uno. En cuanto a la segunda parte, que se relaciona más llb .. De C;ongress. quaerendae eruditionis causa, afirmó que Dios permitió' a este
con la cuestión presente, se apoya en que estos agentes corporales no obran nada mf1mo genero de cosas sembrar y engendrar. Tales filósofos fueron seguidos por
a no ser mediante los accidentes, los cuales son principios insuficientes para la el COffi.entador y otros posteriores. De entre los Padres, San Agustín, en el lib. lIT
producción de formas sustanciales. Y confirma esto porque consta por experien- De Trtmtate, c. 7, 8 Y 9, parece haber imitado el modo de hablar de dichos
cia que se generan muchas sustancias cuyas causas próximas no son suficientes filósofos cuando sostiene que -!Jios ha introducido en los elementos y en otras
c~usas :re~d~s las :azones sen:males de las cosas. Esas razones seminales no son
para introducir tales formas, como sucede cuando se generan animales por pu-
Silla p:mclplOs ~~t1VOS y paSIVOS de las generaciones y movimientos naturales,
trefacción, a causa de unas disposiciones accidentales que concurren casual o
fortuitamente; ello es, pues, indicio de que se encuentra como preparada alguna que DlOS depOSIto en las cosas creadas, como elegantemente expuso Santo To-
virtud espiritual superior para introducir las formas sustanciales, siempre que nes accidentales sufficientel' concurrunt· er- laborarun! in explicando quid et ex quo fa-
go ab illa virtute fiunt omnes generationes cere possmt, cum ex nihilo nihil fiat. Plato
damentum dus fuisse videtur quia agens iDereata solam unam intelligenciam earoque substantiales. edam, quem superiori disputatione ex Da~
csse debet intime praesens passo; corpora perfectissimam immediate efficit, illa vero rnasceno citavi, hoc sensu vocat causas na-
autem non possunt ita sibi esse praesentia, creat secundam, et secunda tertiam, et sic Prima assertio de efficientia causarum
creataru,n turales instrumenta primae causae, quia vir-
nam quantitas impedit illum intimum illap- usque ad infimam. Alter error asserit hanc tutem habent agendi ab illa deIÍvatam et
sum unius rei in aliam, quem actio requirit. infimarn substantiam spiritualem infundere 5. Dicendum tamen est primo agentia dependentem. Qua sensu dixit etiam Tris-
Vnde aiebat quantitatem non solum non substantiales formas in materiam dispositam creata vere ac proprie efficere effectus sibi megistus 1 mundum esse instrumentum Dei
esse activam, verum etlam actionem impe- a proximis agcntibus corporalibus, quae sub- connaturales et proportionatos. Quam veIÍ- et ab eo semina accepisse ut omnia produ-
dire; et confirmatur, quia substancia corpo- stantiales formas efficere non sufficiunt. tatem non tantum sensu et racione exístimo
cat. Et eodem modo Philo, lib. de Congress.
rea est ínfima omnium et dissimillima pd-. Fundamentum eius quoad priorem partem esse evidentissimam, sed etiam iuxta doc-
mo agenti, et ideo nec inferiorem habet sub- trinam. Catholicam certissimam. Unde, sicut quaerendae eruditionis causa, dixit Deum
fuit quia ab uno non est nísi unurn pro- huic ínfimo generí rerum permisisse semi-
stantiam sibi subiectam, in quam possit age- xime et immediate. Quoad posteríorem vera, ob pnorem causam oppositam sententiam
re, nec similitudinem potest habere ad D(eum D. Thomas stultam appellavit, ob posterio- nare atque gignere. Quos philosophos secuti
quae ad rem praesentem magís speetat, quia sunt Commentator et alii posteriores. Ex
in agendo. Quare August., V de Civitat., haec agenda corporalia nihil agunt nisi me- rem vacare possumus temerariam et erro-
c. 9, exptesse dicit corporales causas non neam; ideoque merito rciicitul' ab omnib1.ls Patribus vero, Augustinus, lib. III de Tri-
diis aecidentibus, quae sunt insufficiencia nit., c. 7, 8 et 9, videtur in modo loquendi
esse inter causas efficientes numerandas. philos~phis et theologis; Aristoteles enim,
principia ad efficíendas formas substantiales. dictas philosophos imitatus dum ait indi-
4. Tertia sententia.- Tertia sententia quarnVlS nunquarn oppositam sententiam ex~
Et confirmat hoc quia experimento constat disse Deum elementis et aliis causis creatis
fuit res corporeas posse efficere accidentia, presse rctulerit aut refmaverit, tarnen ubique
multas substantias generad, quae non habent, ut evidentissimum supponit naturales causas seminales rerum rationes. Quae nihil aliud
non tamen substancias, spirituales autem
proximas causas sufficientes ad introducen- aliC;luid facere. Immo omnes antiqui philoso- sunt . quam principia activa et passíva ge-
substantias creatas posse efficere aliquás in- das tales formas, ut cum generantur anima-
feriores substantias. Hanc refert ibidem D. phI, quorum opiniones ipse refert I Phys. neratlonum. e~ motuum naturalium, quae
Thomas, ex Avicenna, lib. 1 Sufficient., lia ex putrefaccione ob dispositiones acci- et 1 Metaph., et alibi, sacpe supponunt Deus pOSUlt In rebus creatis, ut eleganter
c. 10, ,et lib. IX suae Metaph., c. 4 et 5, dentales, quae casu seu fortuito concurrunt; causas naturales aliquid efficere; et ideo exposUlt D. Tho.tp.as, 1, q. 115, a. 2, et In
qui in ea re videtur duos errores habuisse. ergo signum est esse quasi paratam aliquam
Vnus est quod una substantia creata spiri- spiritualem virtutem superiorem ad inducen- 1 In dial. IX, et in Pimand., c. 16, in fin.
tualis potest creare aliam, nam prima causa das formas substantiales, quoties disposido-
Disputaciones metafísicas Disputación XVIlI.-Sección 1 87
86 "-------~

más, 1, q. 115, a. 2" e In 11, disto 18, q. 1, a. 2; en el mismo lugar, Durando, que el agua sea cálida; luego tampoco ahora podemos inferir que sea fría, o
Herveo, Egidio y otros; Capréolo, In 1, disto 42, a. 3. También el mismo San qne el fnego sea cálido.
Agustín, lib. VII De Civitate Dei, c. 30, hablando de Dios, dice: Administra 7. Alguno puede objetar que aquel pacto no fue totalmente arbitrario, sin.o
todas las cosas que creó de tal manera que también él mismo las deja ejercer y fundado de alguna manera en las naturalezas de las cosas, no porque sean acti-
producir sus propios -movimientos. Esta sentencia es confirmada y alabada por vas, sino porque poseen cualidades semejantes a las que se han de producir, y
todos los escolásticos, siempre que tratan de la efIciencia de las causas o de la así colegimos que el fuego es cálido por el hecho de que Dios calienta en. su
'1 presencia, ya que este pacto se fundó en tal cualidad del fuego. Ahora bIen,
libertad humana, los cuales pueden consultarse en los lugares citados e in 11,
i"

l disto 1, y en ese pasaje sobre todo Durando, q. 5.


esto no puede mantenerse filosóficamente. De una parte, porque, por igual ra-
zón, con arreglo a las naturalezas de las cosas, Dios hubiera debido producir
6. Se prueba la afirmación por experiencia.- Absurdos a que lleva la con- la blancura en presencia de la blancura, ya que no siendo, de suyo, el calor una
clusión opuesta.- Se demuestra, en primer lugar, por experiencia; en efecto, cualidad más activa que la blancura, tampoco aquel pacto le es debido por na-
¿hay algo más patente al sentide que el hecho de qne el sol ilumina, el fuego turaléza al calor más bien que a la blancura. Idéntico argumento puede hacerse
calienta, el agua refrigera? Y si obje.tan que nosotros experimentamos que esos a propósito de toda otra cualidad, e incluso de la cantidad, y de la sustancia, y
efectos se realizan en presencia de tales cosas, pero sin ser producidos por ellas, de cualquier otra realidad. De otra parte, porque aquello no se verifica en las
destruyen por completo toda la fuerza de la argumentación filosófica, ya que no causas equívocas, en las que la forma o cualidad no es semejante, ni tampoco
tenemos otros procedimientos para experimentar que los efectos proceden de sus es necesariamente más eminente, si nada han de hacer aquéllas. Además l segÚll
causas o para colegir las causas a partir de los efectos. Corroboran esta expe- esta. sentencia, result~n superfluas las disposiciones de la tierra, las lluvias, las
riencia el consentimiento común y las declaraciones de todos, que piensan así oraciones, lbs movimientos de los cielos, etc., si todas estas cosas nada produ-
sobre estas co~as. cen; bastaría, por el contrario, que hubiese trigo para que en su presencia Dios
engendrase trigo, y 10 mismo sucedería con las demás cosas. También se- elabo-
En s,egundo lugar, razono bas,~.hdome en las dificultades, pues según dicha
ra un argumento semejante a base de los diferentes órganos e instrumentos con
opinión no es posible distinguir los vivientes de los no vivientes, porque unas que Dios compuso los cuerpos, en especial los vivientes; pues así como algunos
cosas no tendrían el principio· de sus acciones en mayor medida que otras. Ade- se muestran, por su misma disposición, aptos para recibir, así otros 10 son para
más, en vano' habría dado la naturaleza a las diversas cosas las diferentes cua- obrar, todo 10 cual sería superfluo si estas cosas no hiciesen nada. Finalmente,
lidades y virtudes que en ellas comprobamos. Más aún, no nos sería posible por este motivo dijo muy bien Aristóteles, TI De Cae/o, c. 3, y 1 de la Elica, C. 7,
colegir, basándonos en la acción) tal variedad de cualidades en los elementos y, que todas las cosas están ordenadas a su operación, por 10 que no hay nada
por consiguiente, tampoco en las demás cosas. Efectivamente, si no es el fuego más opuesto a la disposición y al fin de las cosas qne carecer de toda eficiencia.
quien calienta, sino Dios en presencia del fuego, de manera igualmente natural Por otra parte, si las cosas creadas nada obrasen entre sí, todas serían por
l'odria calentar en presencia del agua, por 10 que de esa acción no podemos naturaleza igualmente incorruptibles, ya que no podrían padecer nada de un agen-
llegar a la conclusión de que el fuego sea cálido más bien que a la de que lo te creado; consiguientemente, Dios habría ordenado en vano tantos movimientos
sea el agua. Porque si Dios pudo comprometerse, de modo igualmente conforme de los cielos y tan gran multitud de causas a fin de que estas especies de cosas
con las naturalezas de las cosas, a calentar en presencia del agl;la -supongamos
que lo hizo-, entonces no sería legítimo colegir, partiendo del calentamiento, lefactione colligere aquam esse calidam; er.. rae. Praeterea, iuxta illam sententiam su-
,
1,
go nec nunc possumus inferre esse frigidam perfluae sunt terrae dispositiones, pluviae,
I aut ignem calidum. orationes, caelorurn motus, etc., si haec om-
,
I
JI, disto 18, q. 1, a. 2; ubi Durandus, Her- aut ex effr:-ctibus causas colligere. Et huic 7. Dieere potest aliquis pactum :il1ud nia nihil agunt; sed sufficeret adesse triti-
I vaeus, Aegid. et alH; et Capreo!., In. 1, disto experlentiae attestatur communis consensus non fuisse omnino arbitrarium, sed funda- curn, ut Deus ad praesentiam eius triticum
42, a. 3. Fursus idem Augustinus, VII de et vox omnium, qui ita de rebus his sen- tum aliquo modo in naturis rerum, non quía generaret, et sic de rebus aliis. Praeterea fit
I Civ., C. 30, de Deo loquens, ait: Sic omnia, tiunt. Secundo, argumentor ab incommodis, illae activae sint, sed quia habent qualitates simile argumentum ex variis organis et in-
iji quae creavit, administrat ut etiam ipse pro- nam iuxta illam sententiam non possunt vi- similes producendis; et ita colligimus ignem
esse calidum, eo quod Deus calefacit ad
strurnentis quibus Deus composuit carpora,
l' ' ,prios exercere et agere motus sinat. Quam
sententiam confirmant et _celebrant scholas-
tici omnes, ubicumque vel de causarum ef-
ventia a non viventibus distingui, quia non
magis haberent res quaedam principium sua-
rum actionum quam aliae. Deinde frustra
praesentiam eius, quia hoc pactum funda-
tum fuit in tali qualitate ignis. Sed hoc non
praesertim viventia; nam, sieut quaedam ex
ipsa dispositione apparent apta ad recipien-
!: dum, ita etiam alia sunt ad agendum, quae
ficientia vel de hominis libertate disputant, natura dedisset diversis rebus varias 'quali- potest philosophice dici, tum quia eadem ra- omnia essent superflua, si hae res nihil age-
1;; qui videri possunt citatis loeis, et In II, tates et virtutes quas in eis experimur. Im- tione iuxta naturas rerum debuisset Deus rento Denique hac de causa optime dixit
disto 1, ubi praesertim Durand., q. 5. mo neque ex actione possemus huiusmodí producere albedinem ad praesentiam albedi- Aristoteles, II de Caelo, c. 3, et I Ethie.,
6. Experimento probatur assertio.- Ab- qualitatum varietatem in elementis colligere, nis, quia si ex se non est magis activa qua- C. 7, omnia esse propter suam operationem,
surda ex opposita conclusione.- Et proba- et consequenter neque in a1iis rebus. Nam, litas calor quam albedo, ergo ex natura reí
quare nihil magis repugnat institutioni re-,
1', tur primo experientía; quid enim sensu no- si ignis non calefadt, sed Deus ad praesen- non est magis debitum pactum illud calod rum et flní earum quam omni efficientia
rius quarn quod sol .¡numinet, ignis calefa- tiam ignis, aeque naturaliter posset calefa- 'quam albedini. Et idem argumentum fieri
potest de quacumque alia qualitate, immo carere. Praeterea, si res ereatae nihil agerent
1, dat, aqua refrigeret? Quod si dicant expe- cere ad praesentiam aquae; ergo ex illa ac- inter se, ex natura rei orones essent aeque
riri quidem nos fieri hos effectus praesenti- tione non possumus magis colligere ignem et de quantitate, et de substantia, et de qua-
cumque re. Tum etiam quía illud non habet incorruptibiles,_ quía ab agente creato nihil
bus his rebus, non tarnen fieri ab illis, pIane esse calidum quam aquam. Si enim Deus pati possent; frustra< ergo Deus tot motus
destruunt ornnem vim philosophicae argu- aeque consentanee ad rerum naturas potuit loeum in causis aequivocis, in quibus non
paclsci de calefaciendo ad praesentiam aquae, est similis forma ve! qualitas, neque est ne- caelorum tantamque causarum multil;Udinem
mentationis, quia nos non possumus aliter ordinasset ut hae rerum inferíorum species
I experiri dlmanationem effectuum ex caush. ponamus id fecisse, tunc non liceret ex ca- cessario eminentíor, si illae nihil sunt actu-
88 Disputaciones metafísicas 89
i'lferiores se conservasen durante largo tiempo mediante una sucesión de gene- cacia o autoridad divina, que más bien la apoya y explica en grado sumo. Efec-
raciones y corrupciones; pues con mayor facilidad permanecerían siempre las tivamente -como argumenta Santo Tomás en el lugar arriba citado-, Dios co-
mismas cosas creadas desde el principio si Dios mismo nada destruyese, ya que municó su bondad a las cosas creadas de tal manera que les dio también una
las cosas, por su parte, no lucharían entre sí ni se corromperían. Se puede pen- inclinación y un poder para comunicar a otras lo que participan de la bondad
sar en muchos inconvenientes parecidos, a base de los cuales se comprende que del mismo Dios, repartiendo. a cada una según su capacidad. Porque, como dijo
1
todo. el orden natural está en pugna con aquella sentencia. a este prop6sito Platón, en el diálogo Sobre la naturaleza, Dios es bueno 'v no
8. Razón "a priori" de la conclusión.- En tercer lugar, se da lÍna razón I es atacado por los celos, ni envidia a nadie; por eso hizo todas las cosas bue-
a priori: el poseer. facultad operativa no repugna a las cosas creadas, sino que nas y semejantes a sí en la tendencia a comunicarse según su capacidad. De
más bien conviene en grado sumo a su perfección; luego, puesto que Dios hizo aquí que algunas se comuniquen materialmente y otras formalmente; no hay)
a cada una de las cosas perfecta en su naturaleza, no debe negarse que las creó pues) contr~dicci6n en que también se comuniquen eficientemente.
de tal modo que posean una connatural facultad operativa. Se prueba el antece- 10. Si Dios, obrando con las causas segundas, hace más que si obrara solo.-
dente porque no toda facultad operativa exige nna perfección infinita; bastará, Así, pnes, lo que decía más arriba Pedro de Ailiy -que Dios, al obrar con las
pues, la virtud finita de la criatura para que pueda tener alguna eficiencia. El causas segundas, hace más que si produjera todas las cosas por sí solo- es cierto
antecedente es manifiesto, ya que no hay ninguna razón probable que persuada presupositivarÍlente (por así decirlo), pero formalmente es falso. Es decir, si la
de la necesidad de nna perfección infinita para cualquier acción. Antes al con- causa segunda produce algo, se supone que Dios, además de haber producido
trario -lo veremos después-, los teólogos se esforzaron mucho por encontrar a la causa segunda y de haberle comlmicado la perfección de la actividad -con
una razón probativa de que para crear se requiere un poder infinito; por tanto, lo que muestra en mayor grado su poder-, hace luego con la causa seg~l1da
para las demás acciones y transformaciones no se precisa tal poder, sobre todo todo 10 que ésta realiza; y, en tal sentido, presupositivamente hace más. En
cuando se trata de agentes que no obran sin depender de uno superior. cambio} mediante la misma acción por la que obra con la causa segunda no hace
9. Se sale al paso de una objeción.- Dirá alguien que implica contradicción más, ni siquiera igual, que si obrara por sí solo, ya que no aplica toda la efi-
esto mismo, a saber, el ser agente y dependt!r, en el obrar, de un agente supe- cacia neeesaria para obrar solo. Por eso, con tal modo de obrar, si bien obra
rior, por lo cual en todo agente se eXige un poder infinito, pues si obra, obra con virtud suficiel1te en cuanto causa primera, empero no obra con virtud su-
por sn sola virtud y sin depender de otro. Tal objeción toca el fnndamento de ficiente en todo género. Esto no implica imperfección en Dios, ya que no lo
la sentencia contraria, del que nos ocuparemos ampliamente después al tratar hace por indigencia o impotencia, sino por voluntaria y prudentísima aplicación
de la necesidad del concurso divino; ahora respondemos brevemente negando el de su poder. Desde este punto de vista, también es cierto lo que decía Pedro
supuesto; pues, así como no es contrarlictorio existir y existir en dependencia de AilIy, a saber, que las causas segundas no hacen nada sino por voluntad de
de otro, tampoco hay contradicción en obrar y obrar dependiendo de otro. ¿Por Dios; pues requieren -como diremos posteriormente- el conCUrso de Dios,
qué habría de haberla? ¿Acaso porque la hay en que una misma acción proceda concurso que El presta no por necesidad, sino yoluntariamente; sin embargo, tal
simultáneamente de vadas causas totales? Pero esto es falso, si tales causas per- voluntad no es por completo absoluta (excluídos los milagros), sino que se adap-
tenecen a órdenes diversos y están subordinadas esencialmente. Por ello) esta ta a las naturalezas de las cosas y procede como de un cierto débito de justa
eficiencia de las causas segnndas se encuentra tan lejos de atentar contra la cfj- distribución; por eso, este voluntario no impide que semejante e.ficiencia sea
rum deroget divinae efficacitati vel auctori- fectionem activam, in quo suaro potentiam
per generationum et corruptionum successio- theologi ut rationem invenirent quae probet tati ut potius illam maxime commendet et magis ostendit, et deinde agit curo causa se-
nem diu conservarentur; facilius enim per- ad creandum requiri infinitam virtutem; ad declaret. Nam, ut D. Thoroas supra argu- cunda quidquid ipsa agit; et ita praesup-
manerent perpetuo eaedem res a principio alias ergo actiones et mutationes ;non requi~ mentatur, ita communícavit Deus suam crea- positive plus agito At yero per ipsammet
creatae si Deus ipse nihil corrumperet, quia ritur talis virtus, praesertim in his agentibus tis rebus bonitatem ut eis etiam dederit in- actionern, qua curn ipsa causa secunda agit,
res ipsae ínter se non secum pugnarent nec quae non agunt absque dependentia a su- clinationem et vim ad communicandum aEis non plus neque aequaliter agit quam si se
se corrumperent. Similia multa incommoda periori. id quod de bonitate ipsius. Dei participant, solo ageret, quia non applicat totam effica-
possunt facile excogitari, ex quibus intelli- 9. Occurritur obiectioni.- Dices in hoc unicuique impertiendo iuxta capacitatem ciam necessariam lit solu3 agat. Dnde in taU
gltur totum naturae ordinem contra illaro ipso reperiri repugnantiam, scilicet, quod sit suam. Quia, ut ad hoc propositum dixit modo agendi, quamvis agat sufficienti vir-
sententiam pugnare. agens et dependens in agendo a superiori Plato, in dialogo de Natur.) bonus est Deus tute in ratione causae primae, non tamen
8. Ratio a priori conclusionis.- Tertio agente, et ideo requiri infinitam virtutem in el livore non tangitur neque ulli invidet; et sufficienti in omni genere. Nequc hoc est
est ratio a priori, quia habere vim agendi omni agente, quía, si agit, sola sua virtute ideo omnia fecit bona sibique similia in ap- imperfectionis in Deo, quia non est ex in-
nOn repugnat rebus creatis, sed potius est agit et absque dependentia ab alio. Quae petitu se communicandi iuxta captum suum. digentia aut impotentia eius, sed ex volun~
maxime consentaneum perfectioni earum; obiectio tangit fundamentum contrariae sen- Dnde quaedam se materialiter communicant, taria et prudentissima applicatione virtutis
ergo, cum Deus condiderit unamquamque tentiae, de quo dicendum est late infra trac- alia formaliter; non ergo repugnat quod suae. Quo sensu verum est etiam quod Alia-
rem in natura sua perfectam, negandum non t~ndo de necessitate divini concursus; nune etiam efficienter se communícent. cus aiebat, nempe causas secundas nihil age-
est tales creasse res quat' habeant conna- respondetur breviter negando assumptum; 10. An Deus plus agat efficiens cum re nisi ex voluntate Dei; requirunt enim,
turalem virtutem agendi. Antecedens proba- sicut enim non repugnat esse et ,dependcnter causis secundis quam si solus.- IgÍtur, quod ut infra dicemus, concursum Dei, quem
tur, quia non omnis virtus agendi requirit ab alio esse, ita non repugnat agere et de- Aliacus supra dlcebat, plus, scilicet, agere Deus non nt:cessitate, sed voluntate praebet;
perfectionem infinitam; ergo sufficiet virtus pendenter ah alío agere. Cur enim? An quia Deum efficiendo cum causis secundis quam illa tarnen vol untas non est omnino absoluta
finita creaturae ut efficacitatem aliquam ha- repugnat eamdem actionem símul esse a plu- si se solo omnia efficeret, praesuppositive (seclusis miraculis), sed est accornmodata
bere possit. Antecedens patet, quia nulla pro- ribus causis totalibus? At hoc falsum est, si (ut ita dícaro) verum est, formaliter autem naturis rerum et quasi ex quodam dcbito
babilis ratio persuadet necessÍ!atem infinitae illae causae sint diversorum ordinum et es- falsum; id est, si causa secunda aliquid ef- iustae dis1±ibutionls; et ideo hoc volunta-
perfectionis ad omnem actionem. Quin po- sentialiter subordinatae. Quocirca, tantum ficit, supponitur Deus et effecisse ipsam riurn non impedit quominus huiusmodi ef-
tius, ut infra videbimus, multum laborarunt abest ut haec efficientia causarum secunda- causam secundam et cornmunicasse illi per- ficientia sit simpliciter naturalis 'rebus crea-
90 ... _ --
Disputaciones
..
metafísicas Disputación XVIlI.-Sección 1 91
--~ --_.~._

------
ahsolutamente natural a las cosas creadas. Como también por voluntad de Dios de San Basilio señala -Homil. IX- que, en virtud de estas palabras, y de otras
tienen las cosas la facultad operativa misma, mas no por una voluntad totalmente parecidas, las cosas naturales recibieron eficacia para producir continuamente. ge-
sobreañadida y como unida de modo meramente gnituito a aquella voluntad por neraciones y corrupciones de otras cosas; y desarrolla más por extenso la mlsm~
la que quiere que existan tales criaturas, sino que estas voluntades guardan co- materia. San Ambrosio, lib. III Hexam., desde el c. 8, y lib. V Y VI, en caSI
nexión, en conformidad con el débito naturs! V la conexión de las cosas mismas. todo su contenido. Por eso dice Jesucristo, Me., 4: Una cayó en tierra buena y
Por consiguiente, ~1 hecho de querer Diós qtie el fuego caliente y que el agua producía fruto) etc.; y más abajo: La tierra fructifica espontáneamente" primero
refrigere no es meramente voluntario, sino a su manera debido, en el supuesto la hierba, después la espiga y por último el trigo granado; y en Lc., 21: Como
de que quisiera crear tales cosas. Nos referimos a la facultad operativa conna- quiera que los árboles producen fruto por sí mismos, etc.; y en Sap., 16, se
tural, pues la sobrenatural e infusa tiene una razón distinta, que no nos incumbe. considera milagroso que el fuego, olvidando su virtud, no consumiera a los jus-
Con lo dicho queda simultáneamente probada la conclusión establecida y re- tos ni sus vestidos; y en ese mismo lugar se atribuye al agua el poder de ex-
suelto e! fundamento de la primera opinión. tinguirlo todo) y a los dragones el poseer dientes envenenados para m~tar, y si
11. Sobre la dependencia esencial, a la que se alude en la confirmación, alguna vez se ven impedidos de ejercer tales acciones, se atribuye a la divina
trataremos ex professo después, en la disputación de la creación; por ahora me llOtencia.
limito a decir que se comete equivocación en la proposición «la criatura depende Además, hay otras verdades de fe que no pueden mantenerse sin este prin-
esencialmente de solo Dios», ya que dicha proposición puede entenderse positiva cipio. La primera y principal es la verdad del libre albedrío, que no puede con-
y negativamente; entendida positivamente ofrece el siguiente sentido: la crian sistir en otra cosa que en la facultad y modo de obrar, según mostraremos más
tUfa tiene una exigencia esencial a depender de solo Dios; y esto no es cierto, adelante. De aquí que el Concilio Tridentino, ses. VI, can. 4, condene a quienes
hablando en general, aunque pueda verificarse, quizá, de alguna acción o de al- afirman que el libre albedrío creado no produce nada en absoluto y se comporta
guna cosa, atendiendo a una condición especial, lo cual pertenece a las cuestiones de manera meramente pasiva. En virtud de esa definición condena plenamente
pElrticuIares sobre la creación, la gracia, etc. En cambio, si se entiende negativa- la primera opinión antes referida y define nuestra conclusión, Es más, el Con-
mente su sentido es que la razón de criatura, en cuanto tal, no exige esencial~ cilio quiere (lo cual confirma a f01"tiori esta verdad) que la voluntad humana
mente dependencia si no es de Dios, lo cual es cierto porque en virtud de esta posea eficiencia, no sólo en las operaciones naturales, sino también en las sobre-
afirmación no se excluye el que, de hecho o según algún modo de producción, naturales n obras libres de la gracia. Sobre esta base se comprenden en ,eguida
pueda tener dependencia de Dios y de alguna criatura, como es evidente de suyo. los testimonios que Gabriel aducía en contra, y en los que se trataba especial-
mente de las obras de la gracia, las cuales se atribuyen a Dios como causa pri-
Se trata la misma afirmación pO'r principtos sobrenaturales mera de tal modo que no quede excluída nuestra cooperación. Pues en el mismo
pasaje dice San Pablo que nosotros nO somos suficientes por nosotros mismos y
12. Hasta ahora nos hemos ocupado filosóficamente de la conclusión estable- que nuestra suficiencia proviene de Dios. Y el que en un lugar afirma que Dios
cida; mas, como dijimos que también es cierta según la doctrina revelada. es obra en nosotros, en otros sostiene que coopera con nosotros y que nosotros so,:,
preciso añadir unas breves consideraciones a este respecto. Pues bien, tal certeza mas colaboradores de la gracia divina.
se desprende, en primer lugar, de! modo de hablar de la Sagrada Escritura, 13. No tiene menor eficacia la razón que se apoya en la eficiencia del acto
Gen., 1: Germine la tierra hierba verde y Produzca 12 tierra seres vivient.e$~ don- pecaminoso; pues 'si no es la causa segunda quien obra, sino Dios en presencia
cat terra animam viventem; ubi BasiL, ho.- sess. VI, can. 4, damnat dicentes liberurn
tis, Sicut etiam ex voluntate Dei habent ip- tialiter postulat pendere a solo Deo; et hoc mil. 9, annotat ex vi horum et similium arbitrium creatum nihil omnino agere, me-
sam virtutem agendi, non tamen ex volun- non est verum, in universum loquendo licet
j
verborum accepisse res naturales efficadam reque passive se habere. Qua definitione
tate omnino superaddita et quasi mere gra- fortasse de aliqua actione vel de aliqua re -continuo erficiendi rerum generationes et cor.. pIane damnat primam sententiam supra re-
tis adiuncta illi voluntad qua vult tales crea- ob specialem conditionem id possit verificari, ruptiones; quod latius prosequi!ur. Ambros.) latam et nostram conclusionem definit. Et
turas esse, sed sunt connexae hae voluntates quod spectat ad speciales quaestiones de lib. III Hexam" a C. 8, et lib. V et VI, (quod a fortiori rem convindt) non sa1um
iuxta naturale debitum et connexionem ip- creatione, vel de gratia, etc. Negative autem fere per tatos. Unde, Marci 4, ait Christus: in naturalibus operationibus, sed etiam in
sarum rerum. Dnde, quod voluerit Deus ig- intellecta, sensus illius est quod ratio crea- Aliud cecidit in terram bonam, et dabat fruc- supernaturalibus, seu gratiae operibus libe-
nem calefacere et aquam frigefacere non est turae, ut sic, non postulat essentialiter de- tum, etc.; et infra: Ultra terra fructificat, ris, vult Concilium habere efficientiam hu-
mere volumarium, sed suo modo debitum, pendentiam nisi a Deo, Et hoc est verum, primum herbam, deinde spicam, deinde ple- manam voluntatem. Ex qua obiter intelli-
ex suppositione quod voluerit tales res crea- quia ex vi huius non excluditur quin de fac- num frumentum; et Lucae 21: Arbores cum guntur illa testimonia quae Gabriel in con-
re. Loquimur aurem de vi agendi connatu- to vd secundum aliquem modum productio- producunt iam ex se fructum, etc.; et Sapo trarium afferebat, in quibus specialiter ser-
ra1i, nam de supernaturali et infusa aUa est nis possit habere dependentiam a Deo et 16 miraculo tribuitur quod ignis, suae vir- mo est de operibus gratiae, quae ita tribuun-
ratio, quae ad nos non spectat. Atque ita ab aliqua creatura, ut per se constato tutis oblitus, iustos et indumenta eorum non tur Deo ut primariae causae, ut non exclu-
simul probata est conclusio posita et solu- consumpserit; et ibi tribuitur aquae quod datur cooperario nostra. N am in eodem loco
tum fundamentum prioris sententiae. Ex principiis supernaturau'bus eadem asser-
tia tractatur omnia extinguat, et draconibus quod vene- ait Paulus, et nos non es se sufficientes ex
11. Quod vero in confirmatione tangitur natos habeant dentes ad ocddendum, et di- nobis et sufficientiam nostram ex Deo esse.'
j
de essentiali dependentia infra in disputatio- 12. Hactenus tractata est philosophice vinae potestad tribuitur, si interdum ab his Et qui in uno loco ait Deum operari in
ne de crcatione ex profe~H:c tractandum est; conclusio posita:; quia vera diximus etiam actionibus impediuntur. Praeterea- sunt aliae nobis, in aliis ait cooperari nobiscum et nos
nunc solum dico committi aequivocationem habere certitudinem iuxta fidei doctrinam, veritates fidel quae sine hoc principio sub- esse cooperatores gratiae Dei.
in iIla propositione: creatura essentialiter pauca de hac parte adiungere necesse esto sistere non possunt. Prima ac praedpua est 13. Nec minorem efficaciam habet ratio
pendet a solo Deo; potest enim intelligi illa Colligitur ergo haec certitudo primo ex mo-
j
veritas liberI arbitrii, quod nonnisi in vi et quae ex efficientia actus peccati desumitur;
propositio positive et negative; positive in- do loquendi divinae Sc:ripturae Gen., 1:
j modo agendi consistere potest, ut infra os- nam si causa secunda non efficit, sed Deus
te1lecta reddit hunc sensum: creatura essen- Germinet terra herbam virentem; et produ- tendemus. Unde Concilium Tridentinum, ad praesentiam eius, nos non facimus voli-
92 ______________"__---.:D=!sput~ciones metafísicas Disputación XVIlI.-Sección 1 93
de ella, nosotros no realizamos voliciones malas, sino que Dios solo es quien nos mos después con mayor amplitud. Por eso, aunque la cantidad no sea activa,
las infunde en presencia de los objetos; pero esto es blasfemo y erróneo, no no impide totalmente la acción, de igual modo que la materia, si bien no es
s610 porque entonces no pecaríamos libremente, sino también porque en tal caso activa, tampoco impide la acción de la forma; pues, según parece, la. cantidad
e1 pecado no procedería de nosotros, sino de Dios. Además) proporcionan una se compara con las cualidades de igual manera que 1. materia con la forma.
excelente razón teológica las definiciones conciliares sobre el misterio -de la En- De aquí que ni una ni otra sea impedimento para la acción, sino que más bien
carnación. En ellas se enseña que en Cristo hay dos operaciones y dos princi- contribuye, a su modo, a ella, si no obrando, al menos sustentando y aplicando de
pios de operación o virtudes operativas; a este respecto puede consultarse el manera connatural el principio activo.
Damasceno, lib. !II De fide, c. 15. Ahora bien, todas estas cosas V otras seme- A la confirmación se responde que la sustancia corpórea, según su totalidad,
jan~es no pueden ser ciertas si en la naturaleza creada no existe nÍnguna virtud no se halla en el ínfimo orden ni a gran distancia de Dios, sino sólo según la
activa. materia prima, por lo cual reCOnocemos que ésta no posee ninguna facultad ope-
Finalmente, la creación del alma racional da origen a un argumento de gran rativa J?;opia; en. cambio, se~ún la forma, los cuerpos están dotados de mayor
valor; porque, según la opinión contraria, tan cierto es que el hombre gene- perfecclOn y semejanza con DlOS, y de aquí que, según ella, puedan tener virtud
l'a?te crea ~l alma racional come que el. fuego engendra fuego; efectivamente,. operativa. Abora bien, San Agustín habla, en el texto citado, de las c,usas efi-
aSl como DlOS produce fuego en presencIa del fuego, y la acción se atribuye al cientes que se actúan a si mismas en cierto modo, o sea, que tienen dominio
fuego sólo porque es una condición sine qua non) puesta la cual Dios obra de de sus acciones y pueden aplicarse a la acción. Efectivamente, se expresa de esta
man~r~ , infalible~ así. también Dios, en presencia del semen humano, y no sin esa manera: Las causas corporales) que son hechas en mayor grado que hacen" no
condiclOn crea mfahblemente el alma. Pero el consiguiente es un error en la fe.
j deben contarse entre las causas eficientes, ya que pueden lo que de ellas hacen
las voluntades de los espíritus.
Segunda afirmación
14. Qué eficiencia niega San Agustín a los cuerpos.- Digo en segundo lu- Tercera afirmación
gar: no sól~ las. sustancias incorpóreas, sino también las corpóreas pueden po- 15. Afirmo en tercer lugar: aunque las causas creadas no puedan producir
see: una efiCle?Cla física y ve:~adera. Esta afirmación se sigue de la precedente, una sustancia en su totalidad o de manera esencial y primaria, sí que pueden ge-
caSI por la mIsma demostraclOn y certeza, ya que las experiencias, las razones nerar una sustancia a partir de una materia sustancial presupuesta, educiendo la
y los testimonios aducidos tienen validez tanto para las causas naturales y mate- ~orma sustancial. Y semejante eficiencia debe atribuirse a las causas corporales
riales como para las inmateriales. Más aún ~ si se trata de la eficiencia mediante más bien que a los espíritus creados. La primera parte de esta afirmación es cer-
una acción transeúnte, el hecho de que los cuerpos realizan operaciones nos re- tísima, ya que las causas creadas no pueden crear nada, como pondremos de
~ulta ~ás conocido y evidente que el hecho de que las realízan las sustancias manifiesto al tratar de la creación; ahora bien, una sustancia no puede ser hecha
lilcorporeas. Por ello nada hay que añadir en confirmación de esta conclusión. esencial y primariamente y en su totalidad sino por creación; en efecto, no pue-
En cuanto al fundamento de la opinión contraria, no tiene ningún valor; pues de ser hecha de nn sujeto presupnesto, porque la tot.lidad de la sustancia, sien..
para que un cuerpo obre en otro no es preciso que se encuentre simultáneamente do un ente esencialmente completo, no supone ningún sujeto; luego necesaria-
con él, d~ manera E~n~trativa, e~ un mismo lugar, antes bien basta que entre mente ha de ser hecha de la nada y, en consecuencia, por creación. De aquí
ellos se de una prOXImIdad sufiCIente, como muestra la experiencia y explicare-
tendit et inferius latius declarandum esto fiunt quam faciunt, non sunt inter causas
tiones malas, sed Deus solus eas nobis in- sine illa eonditione. Consequens autero est Quocirca, quamvis quantitas non sit activa, efficientes numerandae, quoniam hoc pos-
fundit ad praesentiam obieetorum, quod est error in fideo non tamen omnino impedit actionem, sicut sunt quod ex ipsis facíunt spirituum vo-
blasphemum et erroneum, non solum quia materia etiam non est activa, non tamen im- luntates.
tune non libere peeearemus, sed etiam quia Secunda aS$ertio
pedit actionem formae. Ita enim videtur
tune non a nobis, sed a Deo peeeatemus. 14. Augustinus quam efficientiam neget quantitas ad qualitates comparari, sieut ma- Tertia assertio
Praeterea sumitur optima ratio theologiea corporibus.- Dico secundo: non soluro sub- teri!l ad formam. Unde neutra impedit~ sed 15. Dico tertio: quamvis causae ereatae
ex definitionibus Coneiliorum cirea Inearna~ stantiae ineorporeae, sed etiam eorporeae pOtlUS confert suo modo ad actionem, si non non possint efficere substantiam secundum
tioms mysterium, quibus doeent esse in habere possunt physicam et veram efficien~ agendo, sal1.em sustentando et eonnaturali se totaro seu per se primo, possunt tamen
Christo duas operaciones duaque aperandi tiam. Haee sequitur ex praecedenti, eadem modo applieando principium agendi. Ad con- ex subst~ntiali materia praesupposita sub ..
principia seu apera trices virtutes, de quibus fere demonstratione et certitudine; nam ex- firmationem autem respondetur substantiam stantiam generare educendo substantialem
legi potest Damascen., III lib. de Fid., e. 15. perientiae, rationes et testimonia adducta corpoream s'eeundum se totam non esse in formam. Haee autem efficacitas eorporali~
Quae amnia et similia _vera esse non pos~ tam de causis naturalibus et materialibus; infimo ordine neque summe distare a Deo, bus potius causis quam spiritibus ereatis tri~
sunt, si in natura creata nulla vis est agendi. quam de immaterialibus proeedunt. Immo. ~ed soIu.m -secundum materiam prÍlnam, et buenda esto Prima pars huius assertionis est
Tandem ex creatiane animae rationalis nas- si de efficientia per actionem transeuntem l~eo de 111~ fatemur nullam habere propriam certissima, quia eausae creatae non possunt'
citur optimum argumentum, quia iuxtl'). con- sermo sit, notius et evidentius nobis est cor- vnn agendl; at vero secundum formam ha~ aliquid creare, ut agentes de creatione os-
trariam apinionem non minus veruro est ho- para agere quam incorporeas substantias. bent eorpora maiorem perfectiom;m et simi- tendemus; substantia autem per se primo
minero generantem creare animam rationa- Quare nihil in huius conclusiorus eonfirma- litudinem ad Deum;, et ideo secundum illam ac secundum se totaro, non potest fieri nisi
Iem quam ignem generare ignem; quia, sieut tionem addere oportet. Neque fundamentum habere possunt vim effidendi. Augustinus per creationem; non enim potest fieri ex
Deus ad praesentiam ignis facit ignem et e0J?-trariae sententiae ullius est momenti, autem in citatis verbis loquitur de causis praesupposito subiectb, quia toti substantiae
actio tribuitur igni solum quia est eonditio qUIa, ut unum eor~us agat in aliud, non est efficientibus quae se aliquo modo agupt id nullum subicctum supponitur, curo· sit ens
sine qua non, et qua posita Deus infallibi- neeesse ut penetratlve sit simul cúm illo in est, quae dominium habent suarum ac'tio~ per se completum; ergo necessario fieri de-
liter fadt, ita Deus ad praesentiam humani eodem loco, sed satis est quod sint suffi- nuro et sese possunt. applicare ad agendum. bet ex nihilo, atque adeo per creationem.
semirus ereat animam infallibiliter, et non denter propinqua, ut ipsa experientia os- Sic enim ait: Corporales causae, quae magis Et mnc est quod substantia spiritualis crea-
~ -

94_~_ __ ~~~~~~~~~~~~~~~~=D.:::'isputaciones metafísicas Disputación XVIlI.~Sección JI 95


resulta que la sustancia espiritual creada no puede crear otra que le sea seme- que una sea más perfecta para que pueda producir otra menos perfecta; a no
jante en especie- o en grado, ya que dicha sustancia, por ser simple en su esen- ser que conste por otra parte que aquélla contiene a ésta de manera emmente;
cia, sólo puede hacerse por creación. Por' igual razón una sustancia material no en cambio, los espíritus creados, si bien son más perfectos que los cuerpos, como
puede ser producida, en cuanto a la materia, por una causa creada, ya sea in- están limitados a su propio orden y cada mio constreñido a significar sus pro-
corpórea o corpórea; y en este sentido afirmamos que la sustancia en su totalidad pias perfecciones, no contienen eminentemente las cosas corpóreas; y como no
y de manera esencial y primaria, es decir, en toda su entidad y sin suponer nada son formas en la materia, sino totalmente separadas, resultan desproporcionadas
sustancial, no puede ser producida por una causa creada. Pero de este punto se para introducir las formas en la materia; también de esto diremos bastante des-
han de hacer abundantes consideraciones en 10 que sigue. pués, al tratar de las inteligencias creadas, donde mostraremos que no pueden
16. Las formas sustanciales son producidas por supuestos corpól'eos.- Mas producir en los cuerpos ni formas sustanciales ni cualidades, ya que tampoco
la segunda parte de la conclusión acerca de la educción de la forma sustancial pueden alterar los cuerpos al arbitrio de su voluntad. Y si no pueden esto, mu-
por la propia eficiencia de las causas segundas no es tan evidente y cierta como cho menos podrán introducir la forma sustancial en la materia, pues quien no
lils anteriores refer.entes a la eficiencia en absoluto, porque la producción de esta tiene la facultad de disponer la materia mucho menos puede tener la virtud de
forma es menos sensible y, por tanto, nos resulta menos conocida que la eficien- informarla. Por el contrario, los agentes corporales, por tener posibilidad de al-
da de los accidentes, y porque la explicación de dicha eficiencia encierra una terar y disponer la materia, resultan más proporcionados para poder informarla,
dificultad no pequeña, como veremos en Ja sección siguiente. No obstante, esta ya educiendo de ella la forma sustancial, ya introduciéndola en ella, según la ca-
parte es más probable, sobre todo considerada en general y sin descender a los pacidad y cualidad de la forma.
modos particulares de explicar tal eficiencia. Y se demuestra, en primer lugar, 18. En consecuencia, respondemos al fundamento de Avicena, por lo que
porque, de igual manera que vemos que el fuego calienta, así también vemos re-specta a su primer error, negando que de la primera causa sólo pudiera proce-
que el fuego genera, y que el sol produce minerales, y que la tierra, también der una inteligencia o un efecto, pues dicha causa no obra por necesidad natural
con la acción del sol, germina hierba, etc. En segundo término, porque, como para encontrarse determinada a un solo efecto, sino que es un agente intelectual
estas cosas no se hacen por creación, sino por generación, no se requiere -ni que posee las ideas eje-mplares de infinitas cosas, cuya producción decide a su
por parte de la cosa hecha ni por el modo según el cual se hace~ un poder arbitrio y voluntad. Por lo que hace al fundamento del segundo error, entraña
infinito para su producción; luego ese poder no supera la capacidad de las cau- una dificultad que pertenece a la sección siguiente.
sas creadas; consiguientemente, les ha sido comunicado por la primera causa y
es connatural a ellas. Mas de esto se tratará ampliamente en la sección siguiente,
ya que no puede probarse con exactitud y defenderse si antes no se ha explicado
el modo de dicha eficiencia. SECCION II
17. Las sustancias espirituales no pueden producir formas sustanciales.- En
cuanto a la tercera parte de la conclusión ~ue esta eficiencia no debe atri- CuAL ES EL PRINCIPIO EN CUYA VIRTUD UNA SUSTANCIA CREADA PRODUCE A OTRA
buirse a los espíritus creados~, se pone de manij¡esto por el hecho de que no
son proporcionados para semejante acción, mientras que las causas corporales son 1. La materia no es principio "qua" de ninguna acción.- Nos preguntamos
más proporcionadas y acomodadas. Ahora bien, .entre las cosas creadas no basta a un mismo tiempo por el principio principal y por el próximo o instrumental,
toda vez que uno no puede explicarse suficientemente sin el otro. Ahora bien,
ta non potest aliam sibi similem, ve! in spe- descendendo ad particulares modos explican-
cie vel in gradu, procreare, quia talis sub- di hanc efficientiam. Et prohatur primo,
stancia, cum sit simplex in essentia, non pot.. quia, sicut videmus ignem calefacere, ita et quo'd aliqua sit magis perfecta ut possit ef- ea ve! in eam introducendo substantialem
est nisi per creationem fieri. Et eadem ra~ ficere minus perfectam, nisi aliunde constet formam, iuxta formae capacitatem et quali-
generare ignem, et solem producere minera- eam eminenter continere; spiritus autem tatem.
tione materialis substancia quoad materiam lia, et terram actione etiam solís germinare
non potest effici a causa creata, sive incor- herbam, etc. Secundo, quia cum hae res non cread, !icet sint perfectiores quam corpora, 18. Ad fundamentum ergo Avicennae
parea sive corporea; et hoc sensu dicimus tamen cum sint limitati ad' proprium gra- quoad priorem negamus a prima causa so~
fiant per creationem, sed per generationem, dum et singuli ad proprias significandas per- lam unam intelligentiam vel unum effectum
substantiam secundum se totam se per se neque ex parte rei factae neque ex modo
primo, id est, quoad totam entitatem et nihil fectiones, non continent eminenter res cor- potuisse prodire, quia prima causa non agít
quo fit requiritur virtus infinita ad earum poreas, et cum non sint formae in materia, naturae nece-ssitate lit ad unum effectum sit
substantiae supponendo, non posse effici a effectiónem; ergo talis virtus non excedit
causa creata; sed de hac re plura in sequen- capacitatem causarum creatarum; ergo est sed omnino abstractae, improportionatae determinata, sed est intellectuale agens, ha-
tibus dicenda sunt. sunt ad formas in materiam inducendas; de bens in se infinitarum rerum exemplaria,
illis communicata a prima causa estque illis qua item re dicemus plura infra, tractando quarum effectionem sua voluntate et arbitrio
16. Formae substantiales a corporeis sup- connaturalis. Sed de hac parte plura in sec- de intelligentiis creatis, ubi ostendemus eas definit. Fundamentum autem secundi erroris
positis fiunt.- Secunda vero pars condu- tione sequenti; non enim potest exacte pro- nec substantiales formas, nec qualitates pos- postulat difficultatem ad sequentern sectio~
sionis de eductione formae substantialis per bari et defendi nisi prius modus -huius effi- se in corporibus efficere; neque enim pos- nem pertinentem.
propriam efficientiaro causarum secundarum . cientiae dedaretur. sunt ad nutum suae voluntatis 'corpora al-
non est tam evidens et certa sicut sunt, su- 17. Spirituales substantiae formas sub- terare. Quod si hoc non possunt, multo mi- SECTIO Ir
periores de efficientia absolute, quia effectio stantiales efficere nequeunt.- Tertia vero nus poterunt in 'materiam formam substan-
huius formae minus sensibilis est, ideoque pars conclusionis, nimirum, quod haec effi- tialem inducere; nam qui virtutem non ha- QUODNAM SIT PRINCIPIUM QUo SUBSTANTIA
rninus nota nobis quam ftfficientia acciden- cientia non sit spiritibus creatis tribuenda, bet disponendi materiam, multo minus ha- CREATA EFFICIT ALlAM
tiuro, et quia in hac efficientia explicanda ex eo patet quod sunt improportionati ad bere potest vim eam informandi. Agenda 1. Materia nullius actionis principium
non parva est difficultas, ut seccione sequenti huiusmodi actionem; causae autem corpo- 'vero corporalia, cum possint materiam al- quo.- Simul quaetimus de principio prin m

videbimus. Nihilominus est haec pars pro- rales sunt magis proportionatae et accommo- terare ac disponere, magis proportionata sunt cipali et proximo' seu instrumentali, quía
babilior, praesertiro absolute sumpta et non datae. lnter res autem creatas non s'atis est ut eam possint informare, ve! educendo ex unum sine altero satis explicari non potest*
il
[i
·'
i
308 Disputaciones metafísicas
"
cualquier disposición semejante), aunque excluya sólo formalmente a la forma
accidental que se le opone de manera directa, corrompe d.ispositivamente la
sustancia misma, porque de este modo causa la introducción de la forma opues-
ta y, según queda dicho, una forma concurre al no ser de un término en el
mismo orden causal en el que concurre al ser del término opuesto. Por ello,
como el accidente tiene, por su propia razón y virtud, facultad de disponer para
la forma sustancial que le es connatural y de expulsar formalmente la disposi-
ción contraria, por eso puede decirse que, en este orden, corrompe la sustancia
por su propia virtud. Y si aquellos accidentes y disposiciones del paciente con- DISPUTACION XIX
curren también efectivamente a la educción de su forma, en el mismo orden
de eficiencia concurren a la corrupción de otra; o, si no tienen eficiencia para
lo primero, tampoco la tienen para lo segundo. En este sentido es universal-
mente cierto que únicamente son principios eficientes de corrupción los que CAUSAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE Y CAUSAS QUE OBRAN LIBRE
O CONTJNGENTEMENTE. EL HADO, LA FORTUNA Y EL AZAR
producen la generaciónJ cuando la corrupción se lleva a cabo por eficiencia; pues
cuando sobreviene sólo por carencia de eficiencia no necesita un principio ac-
tivo propioJ sino solamente es preciso que lo que era principio activo o con-
servativo de la cosa deje de obrar.

omni simili dispositione), licet accidentalem


formam directe oppositam excludat tantum
formaliter, substantiam vero ipsam corrum-
pit dispositive, quia hoc modo causat intro-
ducúonem oppositae formae, et, ut dictum
est, in eo genere causae una forma concur-
nes passi effective etiam concurrunt ad educ-
tionem suae formae, eodem efficientiae ge-
nere concurrunt ad corruptionem alterius;
vel si ad illud prius non habent efficientiam,
neque etiam ad hoc posterius. Atque ita in
universum verwn est illa tantum esse prin-
T ·
1

~'.·1·'..•
RESUMEN

La prese"!t~ .disputaciónJ que estudia el modo de obrar de las causas eficien-


tes, puede dzvzd~rse en tres partesJ claramente señaladas en la introducción:
l. Causas que obran necesariamente (Sec. 1).
rit ad non esse unius termini in quo con- ·cipia efficientia corruptionem quae efficiunt Il. Causas que obran con libertad (Sec. 2-9).
currit ad esse oppositi termini. Unde, quia generationem quando corruptio per efficien-
accidens ex propria ratione et virtute sua Ill. Causas contingentes. El hado, la fortuna y el azar (Sec. 10-12).
tiam fit; nam quando accidit per sola m
habet disponere ad formam substantialem carentiam efficientiae non indiget proprio
sibi 'COnnaturalem et formaliter expellere SECCIÓN I
principio agendi, sed solwn necesse est ut
coritrariam dispositionem, ideo dici potest in
.Qoc genere propria vi corrumpere substan- illud quod erat principium agendi vel con-
se-rvandi rem ab agenda cesset. La sección. se abre afirmando q~e en el orden creado hay muchas causas que
tiam. Quod si acddentia illa et dispositio-
obran necesarzam~nte (1). Se explzcan los ocho requisitos necesarios para ello
(2-11) Y· se termzna declarando que las causas que obran de esta manera son
las carentes de razón (12-14).

SECCIÓN II

~e inicia en ~sta seccz~n el e~tu~io de una cuestión , gravísima y extensísi-


... ma' J que ocupara las secczones szguzentes, hasta la 9 inclusive: la libertad. Ex-
puestos los ar~mentos de la parte nega~ivaJ con sus razones (1-7), y sentadas
un.as observaczones para exponer el sentido de la cuestión (8-9), se señala un
1

pnmer error n.egador de la libertad (10-11) y, contra él, se demuestra que ei

J. hombre obra Ztbremente muchas veces (12-17) y que en él existe alguna facul-
tad lzbre (18-23 ).

SECCIÓN. III

Apl?z~ndo para otro lugar la cuestión de la libertad divina (1), se exponen


dos opznzones parczalment~ verdaderas (2-4). El problema de la libertad en las
ca~as cre~das es susceptzble de tres sentidos distintos, que determinarán so-
luczon~s ~iferentes: a) Si la Causa Primera no fuese libre al obrar, tampoco
lo ser?a nznguna causa segunda (S-6). b) Si Dios obrase por necesidad natural,
la c'!atu.ra, aun. foseyendo ~na facultad libre, obraría necesarz"amente (7-14),
e) s, Dzos confznese necesanamente a las causas libres el concurso que ahora
les presta, ellas seguirían siendo libres (15-21).
11
¡;''
li
310 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Resumen
1

311
SECCIÓN IV
afirma y demuestra que la voluntad ejerce propísimamente la libertad en el ins-
Señalados los dos modos de proponer la dificultad que motiva esta sección (1 ), tante en que obra (3-6), con lo cual queda refutado el fundamento de la sen-
se expone una primera interpretación de .z~ _n;isma (2-3), _refután,~ola amplia-
mente (4-7). Se explica y demuestra la definzc!On de_ causa hbre - aquella que,
puestas todas las condiciones exigidas para la operaczón, puede .o?rar o abstener-
T tencia opuesta (7-8).

SECCIÓN X
se de hacerlo"- (8-12), resolviendo, de acuerdo con ella, las dtftcultades (13-16) ¡_
Fijado el doble sentido del término "contingencia" (1) y el alcance de la cues-
SECCIÓN V tión (2), ésta se resuelve afirmando que, con respecto a las causas próximas que
obran por necesidad natural, no hay ningún efecto contingente (3-4); que, con
·- Para aclarar unos motivos de duda antes consignados, se establecen las si-
respecto a toda la colección de las causas necesarias, tampoco hay efectos con-
f(Uientes afirmaciones: tingentes (5-7) y que, de cualquier modo que intervenga la causa libre en la
A) Todo agente racional, y sólo él, es capaz de libertad (1).
serie de las causas naturales, el efecto puede ser contingente (8-9). Tras unas
B) La sustancia espiritual es el principio radical de la acción libre (2).
breves consideraciones sobre los futuros contingentes (10-11), la sección se clau-
C) El principio próximo de la acción libre es siempre una potencia espi- sura resolviendo unas dificultades (12-13).
ritual (3).
D) El libre albedrío no consiste en un acto ni en un hábito, sino en una
SECCIÓN XI
potencia (4-8).
E) El libre albedrío no es una potencia distinta del entendimiento y de la Se exponen, censuran y refutan tres errores sobre el hado (1-8), se deter-
voluntad (9-10). mina el sentido en que puede admitirse como realidad (9-10) y se preoisa la
F) La libertad formal no radica en el entendimiento, sino en la voluntad significación verdadera y el empleo que debe hacerse del nombre "hado" (11-12).
sola (11-25 ).
SECCIÓN XII
SECCIÓN VI
Determinado el alcance de la cuestión (1), se explica el sentido de los tér-
Tras la exposición de optnzones (1-6)., se resuelve la cuestión, afirmando que minos ''azar'' y "fortuna" (2-4) y se afirma que el azar es una causa "per ac-
para la libertad de la voluntad no es necesario que preceda en el entendimiento cidens" (S-8), lo mismo que la fortuna (9), estando los efectos de ambas some-
un juicio práctico que la determine totalmente (7-9). Se responde a los funda- tidos a la voluntad divina (10).
mentos contrarios (10-11) y a una objeción (12-14).

SECCIÓN VII

Según dos opiniones muy semejantes, al defecto de la voluntad precede un


error en el entendimiento (1-8). La cuestión se resuelve negando que el juicio
erróneo deba preceder necesariamente (9-10), aunque, moralmente hablando, siem-
pre se_ dé en el entendimiento algún defecto (11), y admitiendo como probable
un juicio práctico erróneo subsiguiente al acto libre (12-13).
.-
SECCIÓN VIII

Determinado el alcance de la cuestión (1) y rechazado el parecer de Escoto,


para quien la voluntad sólo puede obrar libremente (2-3), Suárez afirma que la
misma 'l'9ltmtad pucdf! amar unas 'o.&a.S---de-mane-r...a-lib-re-y-otras-necesariamen-
te (4-6). Después de explicar una opinión dudosa (7-8), se establece: que la 1

voluntad no tiene ningún acto absolutamente necesario en cuanto al ejercicio 1

(9-14); que es movida necesariamente, en cuanto a la especificación, por el b~en · ·•, t.>
universal (15-18) y que la libertad se ejerce mós perfectamente en la elecctón
de los medios (19-20). La sección se cierra con las respuestas a las razones r
aducidas al principio (21). , ,,

SECCIÓN IX
Señalada la última dificultad, sobre si la causa libre posee libertad cuando
obra o antes de obrar (1), contra el parecer de Ockam, Gabriel y otros (2), se
T
DISPUTACION XIX

CAUSAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE Y CAUSAS QUE OBRAN LIBRE


O CONTINGENTEMENTE. EL HADO, LA FORTUNA Y EL AZAR

Además de todo lo dicho en la disputación anterior sobre las causas eficien-


tes creadas, queda por estudiar el modo de obrar de tales causas; y lo hemos
reservado para esta disputación . porque entraña una dificultad especial y por-
que de él ·depende la famosa distinción de efectos necesarios y contingentes, y
el conocimiento de muchas causas. Así, pues, hablaremos en primer lugar de
las causas que obran necesariamente; después, de las libres, y por último de las
contingentes, con lo cual quedará claro qué son, entre las causas naturales, el
hado, la fortuna y el azar.

SECCION PRIMERA
Sr ENTRE LAS €AUSAS EFICIENTES CREADAS HAY ALGUNAS QUE OBRAN
NECESARIAMENTE; NATURALEZA DE ESA NECESIDAD

l. Existen causas que obran necesariamente, si se dan los requisitos para


obrar.- Cuáles son es~os requisitos.- La presente cuestión es fácil, y por ello
debe decirse brevemente, en primer lugar, que entre las causas creadas hay mu-
chas que obran de manera necesaria, si se aplican todos los requisitos que ne-
cesitan para obrar. Esto es claro por la experiencia y por una inducción fácil;
en efecto, el sol ilumina necesariamente, el fuego calienta, y así en otros casos.

DISPUTATIO XIX bit quid sint in naturalibus causis fatum,


fortuna et casus.
DE CAUSIS NECESSARIO ET LIBERE SEU CON-
TINGENTER AGENTIBUS; UBI ETIAM DE FATO,
FORTUNA E1' CASU
SECTIO PRIMA
UTRUM IN CAUSIS EFFICIENTIBUS CREATIS
SJNT ALIQUAE NECESSARIO AGENTES, ET QUA-
Praeter omnia quae de causis efficienti- LIS SIT ILLA NECESSITAS
bus creatis in superiori disputatione diera
sunt, superest disputandum de modo agen- l. Dantur causae necessario agentes, st
dí talium causarum; quod ín hanc dispu- requisita ad agendum adsint.- Quae sint
tatioriem reservavimus, quia peculiarem ha- ideo breviter dicendum est primo dari in
bet difficultatem, et quia ex eo pendet ce- ista requisita.- Haec; quaestio est facilis, et
lebris illa distinctio de effectibus necessariis causis creatis plures quae necessario ope-
et contingentibus, et plurium causarum cog- rantur, si omnia quibus ad óperandum in-
nitio. Dicemus ergo imprimis de causis ne- digent adhibeantur. Hoc constat experien-
cessario agentibus, deinde de Iiberis, ac tan- tia et inductione facili; nam sol necessario
dem de contingentibus; ex quibus consta- illuminat, ignis calefacit, et sic de aliis. Ra-
314 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.- Sección 1 315

La razón debe tomarse de la intrínseca condición y determinación de la natu- y, para que obre de manera necesaria, debe suponerse simple y absolutamente
raleza, como explicaremos en la afirmación siguiente. Pero se añade la condi- potente; mas no es absolutamente potente sin potencia suficiente. La segunda
ción si se dan todos los requisitos, porque debe ~uponerse una causa suficiente, es que tenga un paciente capaz y suficientemente aproximado, ya que los agen-
próximamente apta y con todas las condiciones requeridas para obrar. Pues si tes creados no pueden obrar nada sino a base de un sujeto presupuesto; y,
falta alguna de estas cosas no se seguirá la acción, y no ciertamente por indi- por ser finitos, lo exigen dentro de una esfera proporcionada, fuera de la cual
ferencia o indeterminación de la causa, sino por defecto de alguna concausa o no tienen capacidad de obrar. La tercera -que se sigue de aquí- es que el
por falta de virtud o de una condición necesaria para la operación. Ahora bien, medio, si existe alguno entre el agente y el paciente, sea expedito y capaz de
entre los requisitos necesarios para obrar no debe incluirse la acción misma, la acción. del. agente; porque suponemos que los agentes no pueden obrar nada
como es evidente de suyo, ya que de lo contrario no se diría nada especial acerca a. distancia sr no es a través del medio. La cuarta, que no haya nada de igual
de estos agentes, sino lo que es común a todos -no sólo a los agentes, sino v~tud para resistir que impida la acción; porque nada puede superar obrando
también a las cosas-, a saber, que si poseen la forma por la que se consti- st ~o tiene virtud activa superior, por lo cual se demostró arriba que para la
tuyen en tal ser o razón, necesariamente r~sulta la consecuencia de que sean acc~ón se necesita una proporción de desigualdad mayor. La quinta es que el
tales. Porque, de igual modo que si alguien posee la blancura es por necesidad paciente no s: encuentre ya en el término o tenga toda la forma que el agente
blanco, así también, si ejerce la acción, necesariamente obra; y esa necesidad puede productt. Pues por esta sola causa la gravedad no mueve a la tierra si-
es sólo de consecuencia (como suele decirse) o condicionada, no de consecuente tuada en el centro; la presente condición se halla contenida en la segunda ya
o absoluta, la cual es ajena al caso propuesto, ya que por ella no pueden dis- que p~~a la acción se requie:e el pac~ent~ en aquel estado en el que es c~paz
tinguirse las causas. Por tanto, para referirnos a la verdadera y propia necesi- de accmn; y una vez que esta en el termmo, ya no es capaz de acción. Por úl-
dad, no debe incluirse la acción misma cuando se dice que la causa obra nece- timo, esta condición coincide con aquella otra,_ señalada anteriormente, de que
sariamente si se emplean todos los requisitos. De ahí se sigue, a fortiori, que el agente y el paciente deben ser, al principio, de alguna manera desemejantes.
tampoco debe contarse entre éstos todo aquello que es posterior a la acción y 3. s.e~to.- Se aplica una sexta condición, a saber, que si alguna acción
consecuencia de ella, como resulta evidente por sí mismo. Más aún: hablando es preeng1da naturalmente, se presuponga ya; así, el apetito del bruto aun
con propiedad, lo que es tal no puede decirse necesario para -la acción, sino cuan~o opere na~almente, no ~iempre es activo, porque preexige de modo ne-
más bien necesario en virtud de la acción. cesariO, una. condictón que no ~1empre se. da. Y, de manera semejante, la vista
no actúa SI no precede la acctón del ob¡eto sobre ella. Esta condición se en-
2. Primero y segundo requisitos para obrar.- Tercero.- Cuarto.- Quin-
cuentra contenida virtualmente en las anteriores, pues cuando. una acción es
to.- Consiguientemente, bajo aquella condición deben incluirse todos y solos
r·equisito previ? para otra, o ell? se debe a que mediante aquélla se completa
aquellos requisitos que son previos para la acción. Y de éstoS enumeran mu-
la facultad activa, co~o en el e¡e~plo de la .vista, la cual debe primeramente
chos los autores, como puede verse en Escoto, IX Metaph., q. 14, ad 2; An-
ser afecta~a por ~1 obJeto, ya que sm la especie no tiene su virtud activa com-
tonio Andrés, q. 1, ad 2; Zimara, theor. 112, quienes señalan seis condiciones.
pleta .. E tgual ptens~n muchos acerca del conocimiento del objeto que es ne-
La primera es que la causa posea íntegra y suficiente virtud activa; y resulta
cesariO para el apetito, o sea, que completa su facultad activa. Pero es más
evidente de suyo, puesto que la acción debe suponer una potencia suficiente;
tem.; et, ut necessario agat, supponi debet continetur h~~ conditio in secunda, nam
simplicter et absolute potens; at non est passum reqmr1tur ad actionem in eo statu
tio autem sum'enda est ex intrinseca condi- pertinens ad propositum, quia in ea non absolute potens sine potentia sufficienti. Se- in quo sit capax actionis; potsquam autem
cione et determinatione naturae, ut in '3e- possunt causae distingui. Ut ergo sit sermo ctmda ut I;tabeat passum capax et sufficien-
ter approx1matum, quia agencia creata nihil
est0 termino, iarn non est capax accionis.
quenti assertione declarabimus. Additur vero de vera ac propria necessitate, non 'est in- Deruque haec conditio coincidit cum illa
illa conditio si omnia necessaria adsint, quia cludenda ipsa actio cum dicitur causa ne- possum agere nisi ex praesupposito subiec- supra tractata, quod agens et passum debent
supponenda est causa sufficiens et proxime cessario agere, si omnia requi$ita adhibean- to; et quia sunt finita, requirunt illud in~ in principio esse aliquo modo dissimilia.
apta et cum omnibus conditionibus ad agen- tur. Ex quo a fortiori sequitur non debere tea proportionai:am sphaeram, extra quam 3. Sextum.- Sexta conditio adhibetur
dum requisitis. Nam, si aliquid horum desit, etiarn in bis annumerari quidquid est pos- non !J.abent virn agendi. Tertia~ quae bine 1 ~t s~ aliqua actio naturaliter praerequiritur:
non sequetur actio, non quidem ex indiffe- terius actione et ad illam consequens, ut sequnur, est ut medium, si quod interiectum ~a .Jam pra~suppo~atur; ut apetitus bruci,
rentia vel indeterminatione causae, sed ex per se clarum est. Immo, proprie loquendo, est inter agens et passum, sit expeditum et hc'?t naturaliter operetur, non semper agir
defectu alicuius concausae, vel ex defectu quod est huiusmodi non potest dici necessa-
capax accionis agencis; supponimus enim quta necessario praerequirit conditione~
virtutis aut conditionis necessariae ad ope- rium ad actionem, sed potius- neCeSSarium agencia nihil posse efficere in distans nisi quae non semper adest. Et similiter visus
randum. lnter haec autem necessaria ad per medium. Quarta, ut nihil sit impediens non agit nisi praecedat actio obiecti in ip-
ex actione.
agendum non debet numerari ipsa actio, ut 2. Primum et secundum requisitum ad actionem, aequalis virtutis ad resistendum · sl!m· Et h~ec conditio in praecedentibus
per se notum est, quia alias nihil speciall! quia nihil potest vincere agenda nisi in vir: Vlrtute contmetur, nam quando una actio
agendum.- Tertium.- Quartum.- Quin-
de bis agentibus diceretur, sed id quod com- tum.- lgitur sub ea conditione includi de- tute activa excedat, et ideo supra ostensum ?J aliarn praerequiritur, vel id est quia per
mune est omnibus, non solum agentibus, sed est ad actionem necessariam esse proportio- t~am. compl~tur vis agendi, ut in exemplo
bent omnia et sola illa quae sunt praevia ad
etiarn rebus, nimirum, si habeant formam actionem. Haec autem plura numerantur ab nem maioris inaequalitatis. Quinta, ut pas- de. Vls~, qm J?Iius debet pati ah obiecto,
qua in tali esse seu ratione constituuntur, sum non sit iarn in termino seu habeat qma sme specte non habet vitutem agendi
auctoribus, ut videre licet apud Scotum, In
necessario fieri conseQuens ut sint tales. Si- IX Metaph., q. 14, ad 2; Antonium An- totam iformam quam agens potest efficere. completarn. Et idem ~nsent multi de no-
<."Ut enim, si albedinem quis habet, neces- Proptl?'.r hanc enim solam causam gravitas ti~ia. obiecti necess~ia ad appetitum, quod
dream, q. 1, ad 2; Zimaram, theorem. 112,
sario est albus, ita si actionem exercet, qui sex ponunt conditiones. Prima est uc non movet terram existentem in centro; et rum1rum complet vrm agendi illius. Rectius
necessario efficit, quae est tanrum necessitas causa habeat integram ac sufficientem vir~
consequentiae (ut aiunt) seu conditionata, tutem agendi, quae est per se nota, quia . ~ ~~unas edici'::mes, hinc está sustituido por hanc, con lo cual se introduce una
non consequentis seu absoluta; quae est im- acrio supponere debet potentiarn sufficien- ligera vanac10n del mauz, pero no del sentido de la frase. (N. de los EE.)
Disputación XIX.--Sección 1 317
316 Disputaciones metafísicas
íntegra o, si se dice íntegra y total en su género, necesita la unión de toda otra
acertado afirmar que le aplica el objeto de una manera suficiente y proporcio- causa necesaria en cualquier género o razón de causación. Por eso, bajo aquella
nada. Pues lo que dijimos en la segunda condición -que se requiere un pa- condición queda comprendido todo concurso de la causa superior a la que esté
ciente suficientemente próximo- debe extenderse, por lo que atañe a los ac- esencialmente subordinada la inferior, ya se dé esta subordinación de causas
tos inmanentes, al objeto que se comporta como .mate~ia sobre 1~ cual versan eficientes únicamente entre las causas creadas y la increada, ya también recí-
tales actos. Y en general, siempre que una causa efic1ente necesita otras con- procamente entre las causas creadas, cosa que después veremos.
causas -aun~ue sean .de diverso género- para obrar, no podrá iniciar la ac-
ción a no ser que todas las concausas necesarias se encuentren dispuestas de 5. Si hay algunos agentes naturales indiferentes a varios efectos.- Puede
tal modo que puedan concurrir en su género; pues el paciente_ es neces~rio pre-
añadirse una novena condición: que la causa natural no sea igualmente indi-
cisamente porque la acción de un agente creado no puede eJercerse sm causa ferente entre varios efectos, pues entonces, precisamente porque la causa no es
material. En consecuencia, puesto que el objeto conocido o el conocimiento del líbre, sino natural, no realizará necesariamente uno y, en consecuencia, no hará
ninguno, puesto que no hay mayor razón para uno que para otro; y, por no
objeto es una concausa necesaria para la apeti_ción vital, ya concurra por modo
ser libre, no podrá estar determinada a uno más que a otro, a no ser que se
de causa eficiente, ya por modo de causa final, ya por modo de causa formal
extrínseca, ya por modo de materia sobre la cual (porque de todos estos modos
elimine la indiferencia por otro medio. Suelen aducirse muchos ejemplos, pero
sólo citaremos los suficientes para explicar la raíz de esta indiferencia. Es el
caben opiniones, que nada interesan al presente), el conocimento del objeto es
por necesidad una acción previa a la eficiencia del apetito. primero el del fuego que existe en el centro de la tierra con figura circulat, el
cual se encontraría, en todas sus partes, a igual distancia del lugar más elevado;
4. Séptimo.- Octavo.- Se añade una séptima condición: que la causa no
sea libre; pero esta condición no nos es necesaria, pues es precisamente lo que
porque dicho fuego no se moverla hacia una parte más bien que hacia otra,
ya que no hay ninguna razón o causa determinante. TampoCo se movería ha-
sostenemos en la afirmación, a saber, que algunas causas no son libres en su
cia todas partes, pues de lo contrario se dividida en todas sus partes. El se-
obrar, sino que, puestos los requisitos, obran por necesidad. También puede
agregarse una octava condición: que la causa tenga el necesario concurso de la
gundo es el del vidrio perfectamente plano superpuesto a una piedra perfecta-
causa primera. Pero de este concurso se ha de tratar ex professo más adelante. mente plana, y sobre el cual cae otra piedra perfectamente plana, pues no
Por lo que concierne a la cuestión presente, esta condición, o no pertenece a
lo romperá, ya que o lo dividirá en todas sus pattes -lo ,cual es impo-
sible-, o no hay mayor razón para que divida unas partes más bien que
los requisitos previos o está contenida en las anteriores, tal como las hemos
otras. El tercero, bastante conocido, es el del bruto que tiene al mismo tiem-
explicado. Porque si se trata del concurso actual, éste no se distingue de la
po dos objetos igualmente apetecibles, y que no se movería hacia ninguno
acción misma; por ello, así como la acción no está incluida en las condiciones
de ellos. El cuarto es el de las causas superiores que pueden producir con-
preexigidas para obrar, tampoco lo estará el concurso actual. En cambio, si se
trarios, las cuales no pueden determinarse por sí a uno de ellos, si se apli-
alude al concurso aptitudinal (por llamatlo así), o a la suficiente aplicación y can a la operación con aquella indiferencia. El quinto y más difícil es el de
unión de la primera causa para concurrir, en este sentido es ciertamente nece-
toda causa natural que, aun cuando esté determinada a producir la forma en
saria dicha condición; se halla, empero, contenida en lo ya dicho, que 'es'
una especie, no obstante es indiferente a varios individuos de dicha especie.
necesaria una causa que posea su virtud íntegra y todas las concausas; porque
la virtud de la causa segunda, desprovista de la virtud de la primera, o no es
dae sine virtute primae, vel non est integra, in centro terrae in figura circu1ari, qui se-
vero dicitur quod applicat illi obiectum 4. Septimum.- Octavum.- Septima vel si dicatur integra et totalis in suo ge- cundum omnem suam partem aeque distet
mfficienú et proportionato modo. Quod condicio additur, ut causa libera non sit; nere, indiget coniunctiene omnis alterius a supremo loco; ille enim non moveretur
enim in seqmda condicione diximus, neces~ sed haec conditio non est nobis necessaria, causae necessariae in quocumque genere vel in unam partem potius quam ir!. aliam, quia
sarium esse passum sufficienter propinquum, quia hoc est quod in assertione asserimus,. ratione causandi. Quocirca sub ea condi- nulla est ratio vel causa determinaos. Neque
quoad actus immanentes extendendum est nimirum, aliquas causas non esse in ope~ cione comprehenditur omnis concursos su- etiam moveretur versus omnem partem,
ad obiectum quod se habet ut materia circ..a randa liberas, sed positis requisitis ex ne.. perioris causae. cui inferior sit essentialiter quia alias divideretur in omnem suam par-
quam tales actus versantur. Et in univer~ cessitate agere. Octava item conditio addi subordinata, sive haec subordinarlo in ef- tero. Secundum est de vitro perfecte plano
sum quotiescumque aliqua causa efficiens potest) ut causa habeat nec_essarium concur- ficientibus solum sit inter creatas causas et superposito lapidi perfecte plano, supra quod
indiget aliis concausis, . etiam diversorum sum primae causae. Sed de hoc concursu increatam, sive etiam inter crestas causas cadat · aliud saxum perfecte planum; non
generum, ad efficiendum, non poterit in~ inferius ex professo agendum est. Quod inter se; quod infra videbimus. enim franget illud, quia vel dividet in om~
choore actionem nisi omnes concausae ne- vero ad praesens spectat, haec condicio aut 5. An sint aliqua naturalia a!{entia ad nem suam partem, quod impossibile est;
----'o"'~';c'"o'~~~~~~~;-~~~~..::~-flnea ex nraereAui-sitis,-au.t---ia-superieribus, plures indifferentia effectus.- Nona condi-
cessar1ae smt 1ta d1spos1tae ut possmt m .t' .,.,
vel non est maior ratio cur quasdam partes
prout a nobis explicatae sunt, concinetur. tio addi potest, ut causa naturalis non sit
suo genere concurrere; ideo enim neces- Nam si sit sermo de actuali concursu, hic aeque indifferens inter piures effectus, nam potius quam alias dividat. Tertium vulgare
sarium' est passum, quia actio agentis crea ti non distinguitur ab lpsa _accione; et ideo,. tune, hoc ipso quod causa non est libera, est de bruto habente simul duo obiecta ae~
fieri non potest sine causa materiali. Sic sicut actio non comprehenditur in condi- sed mtturalis, non faciet ex necessitate al~ que amabilia, quod ad neutrum mov~retur.
igitur, quia obiectum cognitum vel cognitio tionibus praerequisicis ad agendum, ita ne- terum, et consequenter neutrum faciet, quia Quartum de causis superioribus valentibus
obiecti est concausa necessaria ad appeti.tio- que actualis concursus. Si vera sit sermo non est maior ratio de uno quam de alio; efficere contraria, quae ex se non possunt
nem vitalem) sive concurrat per modum ef- de aptitudinali concurso (ut ita dicam), seu et quía ]ibera non est, non poterit ad unum ad alterum determinari, si cum ea indiffe~
ficientis, sive per modum finis, sive per mo- de sufficienti applicatione et coniunctíone determinari magis quam ad alium, nisi ali~ rentia ad agendum appliceritur. Quintum et
dum formac extrinsecae, sive per modum primae causae ad concurrendum, sic quidem unde indifferentia tollatur. Exempla solentJ difficilius est de omni causa naturali, quae
materiae circa quam (de bis enim omnibus necessaria est-illa conditio; continetur ta- adhiberi multa, afferemus tamen ea quae licet definita sit ad formam efficiendam in
possunt esse opiniones quae ad praesens men in eo quod diximus necessariam esse sufficiant ad radicem huius indifferentiae una specie, est tamen indifferens ad varia
nihil referunt), noticia pbiecti est actio ex causam habentem integram virtutern et om- explicandam. Primum est de igne existente individua illius speciei.
necessitate praevia ad efficientiam appetitus. nem concausam; nam virtus causae secun-
318 Disputaciones metafísicas 1 =D~i~sp~u~t~aa~·~ón~X~l=X~-~~S~ec~c~io='n~l----------------------------------~319
miento local; consiguientemente, por el mismo hecho de no poder moverse, taro-

l
6. Hacia dónde tendería el fuego orbicular existente en el centro de la
. poco pueden separarse.
tierra.- A pesar de todo, parece que hay que decir que esta condición debe
reducirse más bien a alguna de las anteriormente establecidas o al defecto de 7. Por qué debe romperse un vidrio perfectamente plano al chocar contra
alguna. Porque esta condición de la indiferencia, considerada en sí misma, es una piedra totalmente plana.- El segundo ejemplo, en primer lugar, no puede
en cierto modo incompatible con la propia determinación de los agentes natu- acaecer naturalmente, ya que una cosa perfectamente plana no puede caer na-
rales, ya que es propio de éstos el encontrarse determinados a una sola cosa; turalmente por igual sobre un plano en el primer momento, así como un plano
entonces, ¿cómo pueden tener de suyo indiferencia? Y no basta con decir que no puede separarse por igual de otro plano, porque sería preciso o que se diese
e-stán determinados a una sola cosa según una razón común;J porque en este el vacío o que el aire llenase en un instante todo aquel lugar. Pues en este
sentido también el agente libre se halla determinado a una sola cosa, que es el sentido se sigue, por el contrario, que si un plano cae por igual sobre otro
bien en general. Mas si se dice que el agente natural está determinado a una plano, o una parte del aire sale al mismo tiempo en un instante -de modo
sola cosa en especie, pero no en individuo~ en primer lugar de ahí se sigue que recorra tan pronto el espacio remoto como el próximo--, o permanece allf
que, a lo swno, en estos agentes se da la indiferencia indicada en el último penetrativamente, o con seguridad, si queda aire intermedio, aquellos dos pla-
ejemplo, pero no la expresada en los otros. E incluso cabe objetar contra aqué- nos no se tocan. Es, por tanto, necesario que el plano que cae establezca con-
lla que esto mismo da la impresión de ser ajeno a la constitución conveniente tacto en una parte antes que en otra; aunque sobre esto pueda surgir la misma
de 1~ naturaleza, a saber, que' tales agentes hayan sido creados con alguna in- dificultad, a saber, por qué cae y establece contacto en una parte antes que en
diferencia y que, por su parte, no puedan determinar~e a sí mismos; porque otra si el plano es igual y tiene el mismo peso en todas sus partes. Por esta
de esta manera serían de suyo totalmente ineptos para obrar. Además, en los razón, o hay que buscar una causa extrínseca de esta desigualdad -pu~stos
cuatro primeros ejemplos -en cuanto contienen alguna verdad- no parece tales cuerpos y tal movimiento-, a saber, que el medio no es igualmente di-
que la carencia de acción proceda de indiferencia, sino de algún impedimento visible en todas sus partes, o algo por el estilo; o ciertamente, si nada de esto
o de la falta de alguna de las condiciones necesarias sentadas arriba. Así, en el ocurre, debe decirse que el plano que cae por igual no puede desalojar todo
primer ejemplo, considero muy probable que el fuego, en ese caso, no hubiera el aire intermedio y por esta causa no toca al vidrio ni lo rompe. Mas la razón
de _ser ~ovido ab intrinseco. Y la razón deriva de la igualdad de actividad y es que, incluso la más pequeña partícula de aire, al no poder ser penetrada al
resistencia en todas las partes; pero entre las condiciones exigidas para obrar mismo tiempo ni recorrer un espacio, resiste a cualquier grave que cae para no
necesariamente una era que una virtud igual no ofrezca resistencia a la acción; ser arrojada de allí; como también, inversamente, ninguna fuerza, por muy
ahora bien, en aquel caso todas las partes del fuego inclinan por igual a un grande que sea, puede separar simultáneamente a dos planos en todas sus par-
movimiento ascendente rectilíneo con respecto a cada una, y de esta manera tes, porque no puede entrar simultáneamente el aire para llenar el vacío. Por
consiguiente, en ese caso no se sigue el efecto porque se da un medio suficiente
tienen entre sí igual actividad y resistencia, de donde resulta que ninguna se
mueve. Mas no se separan totalmente entre sí por esas propensiones cuasi con- para impedirlo.
trarias. En primer lugar, porque tienden más a su conservación que a su lugar. 8. Y si, urgiendo la dificultad, concedemos que el aire sale simultánea-
En segundo término, porque la división misma debería realizarse por moví- mente o que aquella caída se realiza a rravés del vacío, pueden decirse dos cosas

6. Ignis orbicularis in centro terrae exis- determinare; nam hoc modo essent ex se ipso quod moveri non possunt, nec dividi secundum omnem partero. Propter quod vel
tens quorsum tenderet.- Sed nihilominus ineptissima ad agendum. Praeterea, in pri- possunt. aliqua extrinseca causa huius inaequalitatiS
dicendum videtur hanc conditionem redu- mis quatuor exemplis, quatenus veritatem 7. Vitrum perfecte planum plane pla· quaerenda est, positis talibus corporibus et
cendam potius esse ad aliquam ex superius aliquam continent, non videtur carentia ac- num saxum concutiens, quare confringen- tali motu, scilicet, quod medium non est
positis seu ad defectum alicuius. Nam haec tionis oriri ex indifferentia, sed ex aliquo dum.- Secundum exemplum imprimis non aeque divisibile secundum omnem partem,
conditio indifferentiae, per se considerata~ impedimento vel defectu alicuius conditionis potest naturaliter accidere, quia non potest vel aliquid huiusmodi. Aut certe si nihil
est quodammodo repugnans cum propria necessariae ex supra positis. Verbi gratia, naturaliter perfecte planum aeque primo ca- horum intercedat, dicendum est illud pla-
determinatione naturalium agentium, nam il- in primo exemplo, valde probabile mihi est dere super planllm~ sicut non potest planum num quod aeque cadit non posse excludere
lis proprium est esse determinata ad unum; ignem in eo casu non fore ab intrinseco ~eque separari a plano, quia oporteret vel omnem aerem intermedium atque oh hanc
quomodo ergo possunt ex se habere indif·- movendum. Ratio autem oritur ex aequali dari vacuum vel aerem in ins[anti replere causam non contingere vitrum nec confrin..
ferentiam? Neque enim satis est si dicatur · · totum illum locum. Sic enim e contrario gere illud. Ratio vero est quia vel minima
es se determinata ad unum secundum com.. acUVltate et resistencia omnium partium;
munem aliqnam rationem. hoc enim modo inter condiciones autem requisitas ad agen- sequitur, si planum aeque cadat super pla- particula aeris, dum non potest penetrari
------'~==_a¡J.ql:tai~raillli!<ll[l;_J!J>O_-<r!l!rU!!QJ;!ll._fdi>tlnr.~l~cx----neeessitate,-una---erat-ut-virtus -ae ... num, aut aliquam partem aeris in instanti nec simul pertransire aliquod spatium, re-
etiam agens liberum est determinatum ad si~ul egredi, ita ut tam cito pertranseat sistit cuicumque gravi cadenti, ne illuc ex-
lJilUm, scilicet ad bonum in communi. Si qua lis non resistat actioni; in illo autem
vera dicatur agens naturale esse determina- casu omnes partes ignis aeque inclinant ad remotwn spatium sicut propinquum, aut pellatur, sicut e contrario nulla vis quan..
tum ad unum in specie, non tamen in in- motum sursum per lineam rectam respectu rnanere ibi penetrative, aut certe, si aer ma- tumvis magna potest slmul secundum om-
dividuo, primo hinc fit ad summum repe- uniuscuiusque, et ita inter se aequalem ha- net medius, illa duo plana non se contin- nem partem separare duo plana, quia non
riri in his agentibus indifferentiam in ulti- bent activitatem et resistentiam, et inde fit gere. Necesse est ergo ut planum cadens, potest sirnul ingredi aer ad replendum va-
mo exemplo indicatam~ non vero quae in ul nulla moveatur. Nec vero per illas qua~ prius secundum unam partero contingat cuum. !taque in eo casu non sequitur ef-
alüs significatur. Et adhuc contra illam si contrarias propensiones omnino dividuo~ quam secundum aliam; quamquam circa fectus, quia datur medium sufficiens ad im-
hoc ipsum possit eadem difficultas suboriri, pediendum.
obiici potest, quia hoc ipsum videtur prae- tur inter se. Primo quidem, quia magis in- cur, scilicet, prius secundum unam partem 8. Quod si urgendo difficultatem demus
ter conveniens institutum naturae, nimirum, clinantur ad suam conservationem quatn ad
quod haec agentia condita sint cum aliqua suum locum. Secundo, quia ipsa divisio de-
indlfferentia et quod ipsa 1100 possint ses e beret fieri per motum localem; unde~ hoc ....
1 cadat et contingat quam secundum aliam,
si planum est aequale et aequalis ponderis
aut aerem simul egredi aut casum illum fie-
ri per vacuum, duo dici possunt verisimilia
320 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección 1 321
verosímiles. La primera es que la piedra obraría naturalmente cuanto pudiese,
Y asi no partirla el vidrio, sino que lo comprimirla de tal modo que lo corrom-. Finalmente, si admitimos una aprehensión igual en todas las circunstancias,
pería y le haría cambiar de naturaleza, como veremos que sucede con el trigo tanto respecto de la apetición como de la ejecución, parece que debe conce-
triturado en el molino; pero el cuerpo que de allí surgiera podría ser continuo derse que el apetito del bruto no tiene facultad de determinarse a uno más
pues si se dividiese en partículas, como la harina, apenas sería posible dar un~ bien que al otro, por carecer de libertad. Consiguientemente, aquella indeter-
razón natural de por qué se separaban unas partes más bien que otras a no minación no proviene de indiferencia, sino más bien de la natural necesidad
ser reduciendo aquella variedad o desigualdad en el efecto a alguna desi~ldad Y determinación en el modo de obrar y de la falta de una condición necesaria
en el contacto y en la alteración resultante de él por razón de los poros de para obrar así; y ese defecto tiene su origen en causas que son iguales en su
los cuerpos mismos o por algunas otras causas que allí concurren. O cierta- género y se resisten mutuamente. Porque, según dijimos, el apetito sensitivo
mente, si aquel contacto no bastara para que de allí resultase una alteración no puede obrar sino con una suficiente proposición y moción del objeto, la
suficiente pafa corromper el vidrio, no es inconveniente, sino necesario, afirmar cual falta en el caso citado, ya que ninguno de aquellos objetos es aprehendido
que no habría de romperse. La razón es que, cuando un cuerpo cae sobre otro en absoluto como digno de que se le ame y de que se tienda a él, según es
no lo rompe sino por causa de· algún· movimiento local producido desigual~ preciso para que el efecto del apetito se siga por necesidad. Y la razón por la
mente en las partes del cuerpo roto; porque la rotura se produce cuando una que aquella aprehensión o juicio no se da, en el caso propuesto, estriba en que
de sus partes es oprimida antes que otra, que no puede resistir por falta de dichos objetos se impiden mutuamente, al mover y resistir por igual en su
virtud ni ceder o flexionarse por causa de la dureza; mas en el caso citado el modo de causación. De esta manera, también en aquel caso faltan las condicio-
vidrio no podría moverse localmente, porque es tocado e impulsado por igual nes arriba enumeradas.
en todas sus partes y también recibe simultáneamente y por igual en todas 10. Por qué un agente natural equívoco produce un efecto más bien que
sus partes la resistencia del cuerpo colocado bajo él. Por eso, si aquél no otro.- En el cuarto ejemplo podemos negar, en primer lugar, que haya alguna
fuese igualmente plano o igualmente sólido y cediese con mayor facilidad causa natoral que por si misma sea igualmente indiferente para producir efec-
en alguna parte, por ésa se rompería el vidrio. Y de este modo, en el ejemplo tos contrarios; antes bien, Aristóteles -según veremos más adelante- esta-
propuesto, la acción nunca cesa por indiferencia, sino a causa de un impedi- blece como diferencia entre las potencias libres y las natorales el hecho de
mento que resiste por igual. que aquéllas son potencias para cosas opuestas o contrarias, mientras que és-
9. Hacia cuál de dos objetos iguales igualmente propuestos debe moverse tas no, sino únicamente· para uno de los opuestos. Debe entenderse esto en
un bruto.- En el tercer ejemplo cabe tarobién negar fácilmente que aquella absoluto y siempre que permanezcan igual todas las demás circunstancias, pues
desigualdad pueda darse de manera natural en todos los casos, ya que los in- nccidentalmente ocurre que del efecto · de un mismo agente natural se siguen
dicados objetos no pueden conSiderarse y oponerse por igual al mismo tienipo; efectos contrarios, según explicamos arriba en el caso de la antiperístasis. Tam-
o, aun cuando concedamos que se representan a la vez como igualmente ama- bién por la diversa disposición de la materia sucede que un mismo sol reblan-
bles, diremos que también son amados simultáneamente, pero que se mueve dece la cera y endurece el barro; y por la diferente concurrencia de causas
hacia la consecución de uno antes que a la del otro porque el movimiento se acontece asimismo que el sol concurre para efectos diversos o contrarios; mas
aprehende como más fácil hacia aquella parte debido a alguna circuostancia. .siempre obra con natural necesidad y determinación, supuestas todas las causas

Primum est quod saxum naturaliter ageret resistere potest propter defectum virtutis
quantum posset, et ita non divideret vitrUm, nec cedere aut flecti propter duritiem, fit prehenditur. Denique, si adrnittamus aequa- in eo casu desunt conditiones supra enu-
&ed ita comprimeret ut corrumperet et in confractio; in dicto autem casu non posset lem apprehensionem in omnibus circumstan- meratae.
aliam naturam commutaret, sicut videmu~ vitrum moveri localiter, quia et secundum tiis, tam respecto appetitionis quam exse 4
10. Aequivocum agens naturale, cu.,.
accidere in tritico mola contrito; illud a u- omnem partero aeque contingitur et impel- cutionis, concedendum videtur non esse in hunc potius quam illum effectum efficiat.-
tem corpus quod inde consurgeret posset litur, et a carpore supposito etiam simul et appetitu bruti facultatem ut se determinet In quarto exemplo negare possumus im-
es se continuum; nam si esset in particulas aeque resistitur secundum omnem partero. ad unum potius quam ad aliud, ob caren- primis esse aliquam naturalem causam quae
divisum, sicut est farina, vix posset reddi Unde si illud non esset aeque planum vel tiam libertatis: Unde illa indeterminatio non per se sit aeque indifferens ad efficiendos
naturalis ratio cur quaedam partes potius aeque solidum et secundum aliquam par- provenit ex indifferentia, sed potius ex na- effectuS contrarios; quin potius Aristoteles,
quam aliae dividerentur, nisi reducendo il- tem facilius cederet, secundum illam con- turali necessitate ac determinatione in modo ut infra videbimus, in hoc constituir diffe-
lam varietatem vel inaequalitatem in effectu fringeretur vitrum. Atque ita in illo exem- operandi, et defecto conditionis necessariae rentiam inter potencias liberas et naturale<:!,
ad aliquam inaequalitatem in contactu et plo nunquam cessat. actio ob indifferentiam, ad sic operandum; qui defectos ex causis quod illae sunt potentiae ad opposita vel
----ilaiiTtecerfiaiinilojinf.:e.='¡m¡¡di.ie¡;:=cicoi>intiJsrrurill!geetrrriTte,-'-,pJI•C<JO'llpO!lte"r...:.;p:Jlun,C<Jocss-..;sree,ddr-:oob--impcdimentum.---aequaliter--resistens. in suo genere aequalibus et invicem sibi contraria, hae autem minime, sed ad alte-
ipsorum corporum vel propter aliquas alias 9. Ad quod e duobus aequalibus aeque resistentibus provenit. Nam, ut diximus, rum tantum oppositorum. Quod intelligen-
causas ibi concurrentes. Vel certe si con- propositis obiecris movendum brutum.- In non potest appetitus sensitivos operari nisi: dum est per se, et caeteris omnibus eodem
tactus ille non esset satis ut inde resultare! tertio exemplo negari etiam facile potest il- cum sufficienti propositione et motione oh~ modo se habentibus, nam per accldens con-
alteratio sufficiens ad corrumpendurn vi- lam aequalitatem posse naturaliter accidere iecti; haec autem deest in illo casu, quia tingit ex effectu eiusdem naturalis agentis
trum, non est inconveniens, sed necessa- in omnibus, quia non possunt illa obiecta neutrum illorum obiectorum apprehenditur sequi effectus contrarios, ut supra in anti-
rium dicere non fore confringendurn. Ratio simul aeque considerari et obiici; vel etiam- absolute ut amandum et prosequendwn, peristasi declaravimus. Ex diversa itero dis-
est quia dum unum corpus super aliud ca- si demus simul repraesentari aeque amabi- prout necessarium est ut effectus appetittls positione materiae contingit ut idem sol
dit non frangit illud nisi propter aliquem lia, dicemus simul etiam amari, prius tamen necessario sequatur. Ratio autem ob quam molliorem .reddat ceram et lutum obduret;
motum localem inaequaliter facnun in par- ad unum quam ad alterum assequendum illa apprehensio seu iudicium in eo casu et ex vano causarum concursu contingit
tibus corporis confracti; nam dum una pars moveri, eo quod motos versus illam partero non habetur est quia illa obiecta mutuo se etiam ut sol ad varios vei repugnantes ef-
eius prius deprimitur quam alia, quae nec ob aliquam circumstantiam ut facilior ap- impediunt dum in suo modo causandi ae- fectus concurrat; semper _tamen agit cum
qualiter movent ac resistunt. Atque ita etiam naturali necessitate ac ~eterminatione, sup-
21
322 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección 1 323
que concurren a la vez. Es más, en lo que de él depende siempre iocoa la
a~ión. ~~ igual m~do, ilumioando y cal~ntando; y después, con arreglo a la agentes naturales no puedan determinarse a sí mismos para efectos iodividuales
dxsposJcton del paCJente ~ la conc~rencia de otras causas, se sigue el efecto a no ser que la determinación comience en la causa primera, sino que es una
proporcionado con la rmsma necesidad. En este sentido dijo Aristóteles, II natural imperfección e iodigencia de tales agentes y una cierta subordioación
De Generat., texto 18, que un mismo agente natural que se comporta siempre que tienen con respecto a la causa primera, en razón de la cual son considera-
de igual modo (esto es, en sí y con respecto a lo demás) está naturalmente ordena- dos como instrumentos de dicha causa; por eso, así como dependen de ella
do a hacer siempre lo mismo. Consiguientemente, por razón del poder. de obrar en el obrar, igualmente dependen en la determioación para producir este m-
cosas contrarias tampoco hay indiferencia alguna en las causas naturales, ya que dividuo más bieu que aquél. Más aún, por este efecto entendemos rectamente
nunca pueden producir cosas contrarias por sí solas, sino en unión con otras, que la obra de la naturaleza es obra de una inteligencia; y que el efecto, por
puestas las cuales neCesariamente producen un efecto u otro. muy necesario que sea con respecto a la causa particular, es libre con regpecto
11. Por qué cualquier causa eficiente produce un efecto singular más bien a la universal. Consiguientemente, rJe todo esto resulta claro que en las causas
que otro dentro de la misma especie.- En el quioto ejemplo existe alguna naturales no hay ninguna indiferencia propia, que esté en contradicción con
mayor ambigüedad sobre la iodiferencia o determioación de cualquier causa na-
la necesidad de obrar, para que tal causa, una vez puestas todas las demás con-
tural para efectos iodividuales o singulares. A este respecto se da la opinión
no improbable de que, aun cuando la virtud de la causa natural, considerada causas y condiciones exigidas para la operación, no obre por necesidad sin nin-
absolutamente, sea indiferente a muchos individuos por modo de causa sup_e- guna iodiferencia en absoluto.
rior y suficiente para todos ellos, no obstante, aplicada en particular a este pa-.
ciente con estas circunstancias, se halla naturalmente determinada a producir
·tal forma individual; mas cuando decirnos que la causa obra necesariamente Cuáles son las causas que obran necesariamente
cumplidos todos los requisitos, nos referimos a todo lo requerido en particular f
para la acción. Sin embargo, es más probable -segón iodiqué arriba- que 1 12. En segundo lugar, debe afirmarse que todas las causas que obran sio
esta determioación a un efecto iodividual provenga del concurso y de la de- uso de razón, en cuanto tales, obran con la indicada necesidad. Se toma esto .
terminación de la primera causa; y, puesto éste, debe afirmarse que también de Aristóteles, lib. IX de la Metafísica, c. 2, donde establece esta diferencia
esta condición se encuentra contenida en los requisitos previos para obrar, en entre las potencias racionales y las irracionales : las irracionales están determi-
conformidad con lo que hemos explicado. Porque la causa segunda necesita
el concurso de la primera determioado a un efecto particular y, ofrecido ese J nadas a una sola cosa, mientras que las racionales son indiferente~ a cosas opues-
tas. Qué entiende por potencias racionales, y si conviene a todas ese modo de
roncurso en acto primero y aplicados todos los demás requisitos, esa causa que- obrar, lo veremos después; ahora nos limitamos a afirmar que todas las facul-
da determinada necesariamente a tal efecto en particular. Y así también, según tades que carecen por completo de uso de razón ejercen sus operaciones por
el modo indicado, en este caso no se da indiferencia alguna que esté en con-
necesidad natural. Esto puede confirmarse también por inducción, pues asf cons-
tradicción con la necesidad natural de obrar. Ni esta última indiferencia atenta
ta experimentalmente en todos los órdenes de cosas hasta los animales irra-
--<:Omo se objetaba- contra la debida ordenación de la naturaleza, de que los
cionales.
pcsitis omnibus causis simul ooncurrentibus. per modum causae superioris et sufficientis 13. Si el apetito sensitivo del hombre opera libre o necesariamente....;.... Sólo
Immo semper, quantum est ex se, eodem ad omnia illa, tamen in particulari appli- podría haber duda acerca del apetito sensitivo del hombre, al que algunos atri-
modo inchoat actionem illuminando et ca- cata ad hoc passum cum his circumstantiis,
lefaciendo; ac deinde iuxta passi dispositio- est naturaliter determinata ad talero formam
nem vel concursum aliarum causarum, ea- in individuo efficiendam; cum autem dici-
quod naturalia agentia non possint sese de- Quae sint causae necessario agentes
dem necessitate proportionatus sequitur ef- mus causarn necessario agere adhibitis om-
fectus. Et hoc sensu dixit Aristot., 11 de. nibus requisitis, sermo est de omnibus i"n terminare ad individuos effectus nisi deter-
minatio incipiat .a prima causa. Sed haec est 12. Secundo dicendum est omnes cau-
Gener., text. 18, naturale agens idem eodem particulari quae ad actionem requiruntur. naturalis imperfectio et indigencia talium sas quae opetan!ur absque usu rationis, qua-
modo se habens (nimirum in se et respectu Probabilius vero est, u:t supra attigi, hanc agentium et quaedam subordinarlo quam ad tenus tales sunt, ooerari cum praedicta ne-
aliorum) natum esse semper facere idem. determinationem ad individuum effecnun primam causam habent, propter quam veluti cessitate. Hoc sumftur ex Aristotele, lib. IX
Igitur ob virtutem agendi contraria milla provenire ex concurso et definitione primae instrumenta quaedam eius censentur; et Metaph., c. 2, ubi hoc discrimen constituit
etiam est indifferentia in causis naturalibus,
quia nunquam possunt per se solas efficere causae; qua pasito, dicendum est hanc con-
-----~c~on~tr~a~n;';a'!',":,;';:e~a;'-;;,!ia~111~0",';c~n:Osc';;aJTI11':o8~,"q;;:w;;.;<b:OuO;s-'"-;;p;;o~si[;'o"·,~-dditionem etiam wntineri jn praerequisitis- aa----
..-1"-. ideo, sicut ab ea pendent in operari, ita et in
determinatione ad operandum hoc indivi-
inter potencias rationales et irrati.onales,
quod potentiae irracionales sunt determina-
ex necessitate faciunt unurn vel alterum ef- agendum, iuxta ea quae a nobis explicata duum potius quam aliud. Immo, ex hoc ef- tae ad unum, racionales vera sunt indiffe-
fectum. sunt. Indiget enim causa secunda concursu fecru recte intelligimus opus naturae esst>- rentes ad opposita. Quid vero intelligat ¡)er
11. Quodvis efficiens unde hunc potius prirnae determinato ad particularem effec- opus intelligentiae; et effectum, quamtum- potencias racionales, et an omnibus conve-
singularem effectum quam illum in eadem tum~ quo concurso exhibito in actu primo, ris necessarium respecto causae particula- niat ille operandi modus, infra videbimus;
specie efficiat . - In quinto exemplo nonnulla et alüs omnibus requisitis adiunctis, talis ü;, esse liberum respecto universalis. Con- nunc solum asserimus facultates omnes quae
maior est ambiguitas circa indifferentiam vel causa necessario determinatur ad talem ef- stat igitur ex bis omnibus in naturalibus rationis usu omnino carent naturali neces-
determinationem cuiuscumque causae natu- ff'ctum in particulari. Et ita etiam hoc modo causis nuUam esse propriam indifferentiam, sitate suas operaciones exercere. Quod etiam
ralis ad individuos vel singulares effectus. nulla hic intervenit indifferentia quae re- quae necessitati agendi repugnet, quominus inductione confirmari potest; ita enim ex-
In qua est opinio non improbabilis, quod, pugnet naturali necessitati agendi. Neque 1 talis causa, posicis omnibus alüs concausis,
et conditionibus requisitis ad operandum,
perimento constat in omnibus rerum gradi-
bus usque ad bruta animalia.
licet virtus causae naturalis, absolute con- haec ultima indifferentia, ut obiiciebatur,
ex necessitate absque omni prorsus indiffe· 13. Appetitus sensitivus hominis, libere-

i
siderata, sit indifferens ad multa individua est contra debitam naturae institutionem,
rentia operetur. ne an necessario agat.- Solum posset de
324 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 1 3:
buyen no sé qué vestigiO de libertad; e incluso hay quienes lo extienden al dera atentamente el asunto, parece que ni siquiera Dios puede hacer que, «en
apetito de los brutos, como diremos nuevamente más abajo. Pero en esta cues- sentido compuesto» (como suele decirse), una causa que por su naturaleza obra
tión, que se trata con mayor amplitud en Teología, la verdad es que sí hay necesariamente, deje de obrar si se ponen todos los requisitos para la acción;
alguna participación de libertad en el apetito sensitivo humano, la hay en tanto sino que sólo puede apartar alguno de los requisitos, con lo que simplemente,
en cuanto existe una participación de la razón en la cogitativa del hombre.
o «en sentido dividido», puede hacer que tal causa no opere; así, en el ejem-
Y si en ésta no se da verdadero razonamiento, como ciertamente ocurre, tam..
poco habrá en aquél -considerado en absoluto- auténtica libertad que ex- plo citado, Dios impidió la acción del fuego negando a éste su concurso, o sea,
cluya la necesidad de obrar, una vez puestos todos los requisitos. Y así con no aplicando su virtud a obrar con el fuego; pero esto es uno de los requisitos
este ejemplo más bien se confirma y viene como a consumarse la ind~cción previos para que el fuego pueda obrar. Consiguientemente, no hizo Dios que el
hecha. Su razón estriba en que la raíz adecuada de la libertad es el uso de fuego no obrase habiéndose puesto todos los requisitos, sino que apartó uno
razón, segón veremos después, por lo cual 13. carencia de uso de razóri es tam- de éstos. Porque si Dios hubiese determinado prestar su concurso en lo que
bién la causa adecuada de la carencia de libertad y, consecuentemente, de ne- de El depende y dejar integras las demás condiciones exigidas, no podría im-
cesidad en la operación. Mas si tratamos de encontrar la raíz intrínseca y cuasi pedir aquella acción, ya que ello implica la eliminación de lo que es natural
positiva de esta manera de obrar, no es otra que la misma naturaleza de tales
sin ninguna eficiencia contraria o, al menos, sin denegación del auxilio o de
cosas o facultades, que por su naturaleza poseen esta determinación en el modo
la eficiencia necesaria por parte de Dios. Pues, ¿cómo es posible que se impida
de obrar, por el hecho de no ser tan perfectas que puedan participar del domi-
nio de sus operaciones. Además, porque la indiferencia en el obrar nace in- una a,cción natural si no se pone ningún impedimento? O ¿en qué otro impe-
trinseca y adecuadamente de la amplitud de la facultad racional, como expli- ,dimento puede pensarse, si no interviene ninguno de los antes indicados? Así,
caremos más adelante; pero, así como la afirmación es causa de la afirmación, pues, si se realiza la suposición dicha, según queda explicada, la acción se si-
igualmente la negación lo es de la negación. gue con tanta necesidad que no puede ser impedida como no sea eliminando
. 14. De aquí cabe inferir, por último, que esta necesidad es tan grande que la suposición en alguna de sus partes. Ahora bien, la diferencia entre Dios y
no puede ser eliminada ni impedida de pasar al acto, no sólo por la virtud in- los Qemás agentes creados consiste en que, puestas todas las coridiciones que
trínseca de la facultad misma, sino ni siquiera por otras causas naturales, sean se requiereri, fuera de Dios, para las acciones de los agentes naturales, El pue-
las que fueren. Porque, según dijimos, las causas naturales pueden impedirse de impedir la acción por su sola voluntad, negando lo que es necesario por
por resistencia o por acción contraria; y de esta manera pueden elimiilar todos los parte de El; en cambio, las cosas creadas no pueden hacer esto, sino única-
requisitos para obrar; mas, una vez aplicados éstos, no pueden detener la ac- mente por una acción o una resistencia opuesta, o ciertamente porque, me-
dón del agente necesario, ya que no tienen poder para cambiar las naturalezas diante alguna moción local, pueden poner algún impedimento o apartar la ma-
de las cosas ni para hacer desaparecer propiedades totalmente intrínsecas. Dios teria u otra condición necesaria. De esta manera, queda suficientemente claro
es el único que parece tener este poder; ·pues por él hizo que el fuego no de qué clase y cuán grande sea esta necesidad.
quemase a los tres jóvenes, y otras cosas Semejantes; ahora bien, si se consi-

et similia; tamen, si res attente ponderetur, cientiae necessariae ex parte Dei. Quomodo
a:r;petitu sensitivo hominis dubitari, cui ali- in modo operandi, eo quod non sint adeo etiam Deus ipse non videtur posse facere enim potest naturalis actio impedid nullo
qni tribuunt nescio quod libertatis vesti- perfectae ut participare possint dominium ut in sensu (ut vocant) composito, causa posito impedimento? Aut quod aliud impe-
gium. Imrno sunt qui id extendant ad ap- suarum operationum. ltem, quia indifferen- quae natura sua necessario agit, ab agendo dimentum intelligi potest, si nullum ex
petitum brutorum, ut inferius iterum attin- tia in operando inttinsece et adaequate ori- cesset positis omnibus requisitis ad actio- praedictis intervenit? !taque dicta supposi-
gemus. Sed in ea re, quae in theologia la-
tius disputatur, veritas est, si quod est par-
tur ex amplitudine rationalis facultatis, , ut
infra declarabimus; sicut autem affirmatio
,, nem; sed solum potest auferre aliquod ex
requisitis, et ita sirnpliciter seu in sensu di-
tione facta, ut declarata est, tanta necessi-
tate suboritur actio ut impediri non possit
ticipium Iibertatis in appetitu sensitivo ho- est causa affirmationis, ita negarlo nega- viso potest facere ut talis causa non opere- nisi tollendo aliqua ex parte suppositionem.
minis, in tantum esse in quantum est par- tionis. tur; ut in dicto exemplo Deus impedivit
ticipium rationis in cogitativa hominis. Quod Differentia autem inter Deum et alia agen-
14. Ex quo tandem inferre licet huius- actionem ignis negando igni concursum cia creata in hoc est quod, positis omnibus
si in hac non est vera ratiocinatio, ut revera modi necessitatem tantam esse, ut non so- suum, id est, non applicando virtutem suam
non est, neque in illo per se sumpto est quae extra Deum requiruntur ad acciones
lum per intrinsecam virtutem ipsius facu}- ad operandum cum igne; hoc autem est
vera tibe:rtas quae excludat necessicatem unum ex praerequisitis ut ignis agere pos- naturalium agentium, potest ipse sola sua
taUs, verum etiam per quasclliD.que 3Iia-s-
operandi, positis omnibus requisitis. Et ita sic. Non ergo fecit Deus ut ignis non vcluntate i.mpedire actionem, negando id
naturales causas auferri non possit, aut im-
hoc exetnplo potius confirmatur et quasi ageret positis omnibus requisitis, sed a1i- quod ex parte sua necessarium est; aliae
pediri quominus in actum prodeat. Possunt
consummatur inductio facta. Ratio autem quidem, ut diximus, naturales causae se quod ex eis abstulit. Nam si Deus statuis- vero res creatae hoc non possunt, sed solum
eius est quia adaequata radix libertatis est impedire per resistentiam vel contrariam set dare concursum quantum est ex se per actionem vel resistentiam opposimm,
usus rationis, ut infra videbimus, et ideo actionem; atque ita possunt etiam auferre et alias condiciones requisitas integras re- aut certe quía per aliquam motionem lo-
carentia usus rationis est etiam adaequata omnia ad operandum requisita; tamen, bis linquere, non posset illam actionem im- calem possunt aliquod impedim.entum po-
causa carentiae libertatis, et consequenter positis, continere actionem necessarii' agen- pedire, quia implicat tollere id quod natu- nere vel materiam aut aliam conditionem
necessitatis in operando. Quod si intrinse- tis non possunt, quia rerum naturas immu- rale est absque ulla contraria efficientia, vel necessariam auferre. Atque ita satis constat
cam ec quasi positivam radicem huius modi tare non valent, nec proprietates omnino saltem absque denegatione auxilü seu effi- qualis et quanta sic haec necessitas. ·
operandi inquiramos, nulla est alia nisi ipsa intrinsecas auferre. Solus Deus videtur ha..
natura talium rerum vel facultatum, quae bere hanc potestatem.; per illam enim ef-
ex natura sua habent hanc determinationem fecit ut ignis non combureret tres pueros~
326
Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.--Sección II 327

SECCION 11 mueve siendo movida obra por necesidad, pues el hecho de que se mueva no
depende de ella, sino del motor, cuya moción no puede ella poner ni impedir;
81 ENTRE LAS CAUSAS EFICIENTES EXISTEN ALGUNAS QUE OBRAN SIN NECESIDAD y el que siendo movida obre tiene una consecuencia necesaria, como razoná-
Y CON LIBERTAD bamos antes.
3. Tercero.- La tercera razón es que en la sección anterior hemos de-
. L Argum,e"!tos de la parte negativa.- -Primero.- Esta cuestión es graví- mostrado que toda causa que obra privada de razón obra por necesidad; con-
~a y extenslSlma, y . depende en gran parte de las dificultades teológicas ori- siguientemente, si alguna causa produce algo sin necesidad, será o el hombr~
g:znadas por los ml~te.nos sobrenaturales de la gracia y la predestinación divina; o una inteligencia creada (por no aludir ya a la causa primera, puesto que aqm
mas e~~: e~te. lugar untcamente debe tratarse en la medida en que puede definirse nos referimos principalmente a las creadas); pero de ninguna de estas causas
por prmc1p1os naturales. Pues bien, si atendemos a la razón natural, parece de- puede afirmarse esto, según la razón natural. Se prueba, en primer lugar, acerca
f?Ostrarse. con _muchos argumentos que no puede haber ninguna causa eficiente· de las inteligencias, porque por razón natural sólo se conocen como motoras
sm necestdad mtrlnseca de obrar. En primer lugar, porque la causa primera, de las esferas celestes; pero en tal acción no pueden considerarse como causas
de la ~ue proceden todas las demás, obra por necesidad de su naturaleza; y que obran libremente, pues de lo contrario esos movimientos no serian nece-
por razon natural no puede entenderse otra cosa; luego mucho más todas las cau- sarios ni inevitables y las inteligencias creadas podrían invertir el orden del
sas que obran bajo _ella. El antecedente se da por supuesto comúnmente, según universo a su arbitrio. Por eso, en atención a esta ca1,1sa han sido puestas por
e~ p~ecer de Artstoteles y otros filósofos; y se patentiza por la razón, pues los filósofos las inteligencias segundas igualmente inmutables que la primera;
Sl Dios no, obrase P?r necesidad de s? ·naturaleza no sería inmutable, ya que luego, puesto que existe la misma razón para este efecto y para los demás,
ahora podna conducrrse de manera distinta que antes. Se demuestra la pri- d~be pensarse que las inteligencias son causas que obran necesariamente en to-
m:ra consecuenc~a por9ue la causa segunda no obra si no es movida por la dos los casos, en la medida en que pueden conocerse por razón n~tural. Con
prnnera; luego st la prrmera ~nueve necesariamente. a la segunda para que obre, esto se prueba a fortiori la segunda parte acerca del. hombre; en pnmer lugar,
la segunda .se mu~ve necesariamente; luego también .obra necesariamente, por- porque el obrar de manera no necesaria implica perfección o imperfección; si
que la _moctón acuy~ D? puede subsistir sin la pasiva, ni la moción actual· para perfección, ¿c<?mo la atribuiremos a los hombres, siendo así que no participan
obrm; sm ~a operac~on actual, no sólo porque no puede darse una moción sin su de ella las inteligencias? Si imperfección, ¿por qué la atribuiremos a los hom-
término, smo tambtén porque no puede frustrarse la moción divina. bres más bien que a los brutos? En segundo término, porque el hombre está
2. Segundo.- De aquí se elabora la segUnda razón, que tiene validez aun sometido a las influencias celestes, igual que las demás cosas inferiores; pero
cuando no supongamos que la causa primera obra por necesidad, sino libre- las causas inferiores tienen, por influencia celeste, cierta necesidad en sus efec-
~ente, pues aunque de aquí se siga rectamente que .los efectos no son necesa- tos· luego en virtud de la misma influencia, participan de esa necesidad las
nos con respecto a la causa primera, no obstante parece inferirse con igual acciones y 'costumbres humanas; la experiencia misma y las predicciones de los
e~cacia que bajo la caus~ primera no hay ninguna otra que no obre por nece- astrólogos parecen persuadir esto suficientemente.
Sidad, ya que. no hay nmguna que obre si no es movida por ella· en efecto 4. Cuarto.- La cuarta razón consiste en que, si alguna causa obra sin
toda causa segunda necesita ser movida por la primera; pero tod~ causa qu~ necesidad, es preciso que posea alguna facultad o potencia dotada del poder de
SECTIO II quia nisi Deus ex necessitate naturae ope- m a;. sed onmis causa moveos mota ex ne- philosophis intelligentiae secundae aeque im-
UTRUM INTER EFFICffiNTES CAUSAS SINT ALI- raretur, non esset immutabilis, nam posset cessitate operatur, quia quod. moveatur non mutabiles ac prima; ergo cum eadem sit
QUAE ABSQUE NECESSITATE ET CUM LIBERTATB nunc aliter se habere quam prius. Prima est in potestate eius, sed moventis, cuius ratio de hoc effectu et de alüs, censendae
OPERANTES vero consequentia probatur quia secunda motionem nec ipsa oonere potest nec im- sunt intelligentiae causae in omnibus n:e-
causa non agit nisi mota a prima; ergo si" pedire; quod autem- mota operetur neces- cessario agentes, quantum racione naturali
l. Partis negativae argumenta.- Pri- prima necessario movet secundam ad ope- sariam habet consecutionem, ut prius argu- cognosci possunt. Et hinc a fortiori proba-
mum.- Haec quaestio est gravissima et la- randum, se~nda necessario movetur; ergo mentabamur. tur altera pars de homine; primo quidem,
tissima et magna ex parte pendet ex diffi- et nece~sano. ope~atur, quia nec stare pot- 3. Tertium.- Tertia ratio sit quia su- quia vel agere absque necessitate pertinet
cultaubus theologicis quae oriuntur ex su- est mono acnva sme passiv~ neque actualis periori sectione ostensum est omnem cau- ad perfectionem vel ad imperfectionem; .si
pernaturalibus mysterüs gratiae et praedes- mocio a~ operandum sine actuali operatione, sam operantem absque ratione ex necessitate ad. perfectionem, cum intelligentiae illarn
timtion:3 di inse; OOG vgro loco sol u m est
i
tJJm qma non potest esse mocio sine suo agere; si ergo aliqua causa quidpiam effi- non participent, quomodo ea m .tribuemus ho-
ttactanda quantum ex naturalibus princi- termino, tum etiam quia non potesi:- frUs.:. cit absque necessitate, erit aut horno aut in- minibus? Si ad imperfectionem, cur pocius
püs definiri potest. Si ergo naturalem ra- trari divina motio. telligentia creata (ut iam primam causam illam tribuemus . hominibu~ quam brutis?
tionem spectemus, videtur multis rationi- 2. Secundum.- Atque hinc fit secunda omittam, quia hic de creatis potissime ser- Secundo, quia horno subiectus est influen-
bus probari nullam esse posse causam ef- ratio, quae procedit etiamsi non suppona- roo esi); sed de neutra causa ex his dici tiis caelestibus sicut aliae res inferiores; se(!
ficientem absque intrinseca necessitate agen- mus pnmam causam agere ex necessitate id potest, sequendo rationem naturalem. inferiores causae habent ex influentia cae-
di. Primo quidem, quia prima causa, a qua sed libere, quia, licet hinc recte sequaru: Quod primo de intelligentiis probatur, quia 1esci necessitatem quamdam in effectibus
omnes aliae manant, ex necessitate naturae respecto primae causae effectus non esse ratione naturali solum cognoscuntur ut mo- suis; ergo ex eadem participant necessita-
operatur, neque aliud potest ratione naturali necessarios, tamen eadem efficacia videtur trices orbium caelestium; sed in ea actione tem humanae actiones et mores; quod ex-
intelligi; ergo multo magis omnes causae inferri sub prima causa nullam esse aliam non possunt existimari causae libere agentes, periencia ipsa et astrologorum praedictiones
qua~ sub illa operantur. Antecedens sup- alias motus illi non essent necessarü neque satis persuadere videntur.
quae non ex necessitate operetur, quia nulla
pomtur communiter ex sententia Aristotelis est quae operetur non mota ab illa; omnis inevitabiles possentque intelligentiae creatae 4. Quartum.- Quarta ratio sit, nam si
et aliorum philosophorum; e:t patet racione, enim causa secunda indiget moveri a pri- suo arbitrio invertere ordinem universi. Un- aliqua causa absque necessitate operatur,
de propter hanc causam positae sunt a necesse est habere aliquam facultatem seu
328 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 11 329

detener sn operación, incluso habiéndose cumplido todos Jos requisitos para un único modo de obrar, sino también porque o el obrar por necesidad es me-
obrar; pero en las cosas creadas no existe ninguna potencia que sea tal; luego jor que obrar sin ella, o no. Si es mejor, entonces, si la voluntad. alcanza ese-
tampoco existe libertad o carencia de necesidad en el obrar. La mayor es ma- modo de obrar en los actos perfectísimos, lo alcanzará en todos. SI no es me-
nifiesta a contrario- por lo dicho en la sección anterior; porque la causa segunda jor, entonces, por la misma razón por la que la voluntad no pose.e ese modo
no obra nada a no ser mediante alguna facultad suya; pero es principio de una más perfecto de obrar en todos sus actos, y en los que le son propiOs en grado
operación necesaria aquella facultad que la ejerce necesariamente, una vez pues- sumo, no lo poseerá en los demás.
tos todos los requisitos; luego, para que alguna acción no sea necesaria, es 7. Se confirma, en segundo lugar, porque si la voluntad es libre en alguna
preciso que alguna potencia posea la manera opuesta de obrar. La menor se de sus operaciones, o tiene esa libertad en el instante en que o~ra o antes de
prueba porque, si hubiese alguna potencia de esa clase, sería o el entendi- obrar; no en el mismo instante, porque entonces ya obra necesanamente; pues;,
miento o la voluntad, ya que hemos dicho que en todas las cosas inferiores así como cuando una cosa existe, existe necesariamente, igualmente cua?-do ob~a,_
no hay ninguna que sea tal; pero esto no puede atribuirse al entendimiento, obra necesariamente. Tampoco antes de obrar, ya que entonces no eJerce nm-
ya que, conocida suficientemente la verdad, necesariamente presta su asentimien- guna acción no necesaria. Además, porque incluso entonces necesariamente 0()1
to, como sabemos por experiencia; luego el entendimiento es, de suyo, una po- obra.
tencia determinada a una sola cosa. Y si alguna vez no queda bastante deter-
minado, ello ocurre únicamente por insuficiente aplicación del objeto o porque Observaciones con las que se expone el sentido de la cuestión
las razones propuestas pug:D.an entre sí y vienen como a resistirse mutuamente; 8. «Libre» y «necesario» se toman en muchos ~entidos.- Aunque esta
pero esto no basta para la indiferencia en el obrar, como hemos explicado arri- cuestión general versa sobre todas las causas creadas, e mcluso puede extenderse-
ba, guardando la debida proporción, en el caso de las potencias inferiores. también a la increada, no obstante, la trataremos en especial con ref~rencia a
5. Tampoco la voluntad parece poseer ese modo de obrar, ya que el en- ]as acciones humanas, no sólo porque nos son más conocidas y se disputa de·
tendimiento es una potencia más perfecta que la voluntad; por tanto, si él no ellas con mayor frecuencia, sino también por.que, a propósito de todos los ag~n­
participa de esta manera de obrar, tampoco la voluntad. Además, porque la tes inferiores, suponemos qu: e~ ellos no tiene .l~gar otr? modo de obrar smO'
voluntad no obra si no es movida y determinada eficazmente por el entendimiento; por necesidad como se ha mdicado en la seccmn anteriOr; y de los agentes-
porque la voluntad es una potencia ciega, que no puede pasar al acto si no superiores sól~ podemos filosofar según ci~rt~ proporción con nuestras cosas,. en
es conducida por el intelecto, ni puede resistir a éste si mueve e impera con cuanto coincidimos con ellos en el entendmuento y en la vol~tad. Ahora bien,.
eficacia, pues de lo contrario podrá haber un defecto en la voluntad aunque el para que quede claro el sentido d~ las palabras, d~be advertirse que l~s tér-
entendimiento haga cuanto pueda para dirigirla, cosa que no admiten los tra-· minos «necesidad» y «libertad», «libre». y «necesarto», pueden ~ener. diferen-
tadistas de filosofía moral. tes acepciones. En efecto, hab!ando. propiamente y a la I_Danera '!i~l~ctlca, «ne-
6. Se confirma esta razón, en prinier lugar, porque la voluntad (y lo mis- cesario» se opone tanto a lo Imp?sible com? a lo que tl~ne poSibilidad de 00·
mo ocurre con el entendimiento) obra necesariamente en sus actos más impor- existir, de igual manera que se ~ce nec~sana aque~ acci?n .qu~ no puede no-
tantes, como el amor del bien en cuanto tal y la tendencia al último fin; lueg<> existir o producirse, sobreentendien~o. siempre la hipótesis mdicada? a saber~
en todos. La consecuencia es manifiesta, no sólo porque cada facultad tiene que se hayan puesto todos los requiSitos para obrar; de esta necesidad de la
operandi modus~ tum etia.m quia vel ope: ralis sit de omnibus c"ausis creatis, immo-
potentiam quae vim habet continendi suam invicem; quod non satis est ad indifferen· rari ex necessitate melius est quam operan extendi etiam possit ad increatam, specia-
operationem, etiam positis omnibus requisitis tiam in operando, ut in ;inferioribus poten-· sine illa_, vel non. Sí est melius, ergo si vo- liter tamen illam tractabimus de hwnanis
ad operandum; sed nulla est in rebus creat;is tiis, proportione servata, supra declaravi~ luntas assequitur illum modum operandi in actionibus, tum quia et nobis notiores sunt
talis·potentia; ergo nec libertas seu carentla mus. perfectissimis actibus,. assequetur in o~­ et de illis frequentius disputatur, tum etiam
necessitatis in agenda .. Maior constat a con- S. Neque etiam voluntas videtur habere bus. Si non .est mehus, ergo qua ratiOne quia de omnibus inferioribus agentibus sup-
trario ex dictis sectione praecedenti; nam illum operandi modwn, nam intellectus esr non habet voluntas perfectiorem operandi ponimus non habere in eis Iocum alium
causa secunda nihil operatur nisi per aliquam perfectior potencia_ quam voluntas; ergo si modum in omnibus actibus suis_, et maxime modum agendi nisi ex necessitate, ut sec-
facultatem suam; illa autem·facultas est prin- ille non participat hunc modum operandi, sibi propriis, non habebit in reliquis.
cipium necessariae operationis quae illam ne- neque eciam. voluntas. Deinde, quia voluntas. 7. Confirmatur secundo, quia si voluntas tione praecedenti tactwn est; de superio-
cessario exercet, positis omnibus requisitis; non operatur nisi mota et determinata J!f- est libera in aliqua operatione sua, vel eam ribus vero non possumus nos philosophari
@rge u-t aliqYa aai>e nen sit Jl&o!!S~atia-epe»:Ft"'"'~-.tf:í<ie"'aeiter---ab--intReetu-;-nam-voluntas-est po- libertatem habet in instanti quo operatur vel nisi secundum quamdam proportionem ad
ut aliqua potencia habeat oppositum operandi tentia caeca, quae non potest exire in ac- priusquam operetur; non. in eodem instan~i, res nostras, quatenus cum eis intellectu et"
modum. Probatur autem minor, nam si quae tum nisi ducatur ab intellectu, nec potest quia iam tune necessariO oper~tur; q~a voluntate convenimus. Ut autem de vocibus.
esset huiusmodi potencia, esset aut intellec- ei resistere, si efficadter moveat et imperet, sicut res quando est, necessano est, Ita constet, advertendum est has voces -necessi-
tus aut voluntas, nam in inferioribus om- sJias poterit esse defecws in voluntate, etiam-- quando operatur, necessario opera~. Ne- tatis et Iibertatis, et liberi ac necessacü. va-
nibus diximus nullam esse huiusmodi; sed si íntellectus quantum in se est faciat ad- que etiam prius quam operetur, qwa tune riis modis accipi posse. Proprie enim et·
intellectui non potest hoc at~ibui, quía ex dirígendam illam, quod philosophi morales. rmllam exercet actionem non necessariam. dialectico more loquendo, necessarium op-
necessitate praebet assensum, cognita suffi · non admittunt. Et praeterea_, quía etiam nmc ex necessitat:! ponitur .tam impossibili quam possibili non
cienter veritate, ut experíentia notum est) 6. Et confirmatur primo haec ratio, nam non operatur. esse, quo modo necessaría actio dicitur quae
est ergo intellectus de se potencia term:inata voluntas (et ídem est de intellectu) in po-
ad unum. Quod si interdum. non satis de- tissimis actibus suis ex necessítate operatur,. Notationes quibus sensus quaestionis non potest non esse aut fieri, subintelligendo-
tcrminatur, id solwn est ex insufficienti ap- ut in d.ilectione boni ut sic et in intentione exponitur semper illam hypothesim, scilicet, positi.s-
plicatione obiecti vel ob raciones propositas ultimi finis; ergo in omnibus. Patet canse- 8. Liberum et necessarium multipliciter omnibus requisitis ad agendum, et de hac
ínter se pugnantes et quasi resistentes sibi quentia, tum quia unius facultatis unus est sumuntur.- Quamvis haec quaestio gene- necessitate actionis diximus sectione praece-
330 Disputación XIX.-Sección 11
Disputaciones metafísicas 331
acción nos hemos ocupado en la seccmn que precede. En otro sentido, suele las que son honestas y únicamente se realizan por deliberación y apetito de la
tomarse «ne~sario» en cuanto s~ opone a voluntario; según esta acepCión, para rectitud y de la justicia. En este sentido se toma a veces «libre», en cuanto
que ~a acaon .se llame necesaria no b~sta que no pueda no ejercerse, sino que excluye .n,o sólo la necesidad propia, sino también la servidumbre, como, en
tamb1en es prec1so que no sea voluntaria, lo cual puede ocurrir de dos modos · la Sagrada Escritura, los santificados por la gracia o la gloria se dicen peculiar-
negativamente o contrariamente; del primer modo se dicen necesarias todas la~ mente libres, a saber, de la servidumbre del pecado. En otro sentido se dice
acciones de las cosas carentes de conocimiento, aun cuando sean máximamente acción libre la que no es coaccionada, sino voluntaria; y esta libertad no exduye
naturales; pues, aunque metafóricamente puedan llamarse espontáneas, en cuan- la primera necesidad, que consiste en la determinación a una sola cosa con im-
to están conformes con el apetito natural y metafórico, sin embargo no son vo- potencia de suspender la acción, sino que sólo excluye la violencia y 1~ coac-
luntarias en sentido propio, ya que no proceden del conocimiento sin el cual ción; de esta manera es evidentísimo que se dan acciones no necesarias, no
no puede h~ber voluntario, según consta por el lib. III de la Etica, 'c. 1, y trata sólo en los. hombres, sino también en los brutos, aunque dichas acciones sean
Santo Tomas en I-II, q. 6, a. 1 y 2. Del segundo modo se dice necesario lo en los hombres tanto más perfectas cuanto más perfecta es en ellos la razón
que es violento y coaccio~.ado, pu_esto que va contra el propio apetito elícito, ya de voluntario. De aquí tomaron ocasión algunos, especialmente los herejes, para
sea perfe_cto, como el ractonal, o Imperfecto, como el sensitivo. Y de este modo decir que las acciones del hombre no son libres por otra razón sino porque son
la acción del bruto, si procede del mero apetito, aun cuando sea necesaria en perfectamente voluntarias, de suerte ·que «libre» sea derivado, no del verbo «li-
e~ primer sentido, no 1~ es según estos modos posteriores, por no ser violenta brar», sino del verbo libet (agrada). En un Ultimo sentido, y propísimo, se
m puramente natural, smo espontánea; mas de este modo será necesaria la ac- llama acción libre la que es verdaderamente libre de aquella necesidad que en
ción si el bruto se ve obligad~ a hacer algo en contra de su propio apetito; su obrar tienen las cosas naturales e irracionales, como se ha explicado en la
y, a este respecto, ocurre lo nnsmo con las acciones humanas. En este sentido sección anterior. Y de esta libertad o no-necesidad tratamos propiamente en
se dice en II Cor., 9: No por tristeza o por necesidad, etc.; aunque las accio- la presente cuestión; y en este sentido fue tratada siempre por los filósofos an-
nes humanas pueden decirse también necesarias de otras maneras aun cuando tiguos, pues nunca dudó ninguno, ni pudo dudar, de si los hombres, en mu-
sean volu!ltarias, e incluso aun cuando sean iibres, a saber, por~ue se hacen chas de sus acciones, obran espontáneamente y · moviéndose y aplicándose a la
por necestdad de precepto, acerca de la cual se dice en I Cor., 7: No teniendo obra por propia voluntad, previo el conocimiento, sino que lo sometido a con-
n_ecesidad, s~no. poseyen~o el dominio de su voluntad. O porque se hacen por troversia fue si en este mismo voluntario se mezcla la necesidad y la determi-
cterto sometmuento servil, a la manera como se dicen necesarias las acciones nación a una sola cosa.
de un siervo, principalmente si las realiza por temor.
9. Mas porque <dibre» se opone a «necesario», se dice de casi tantos mo- Primer error que niega la libertad
d~s como «necesario» mismo. Pues si se cree que «libre» es derivado del verbo 10. Pues bien, en esta cuestión hubo un antiguo error de algunos filóso-
«librar», de modo que se diga acción libre aquella que está libre de toda ne-
fos, los cuales afirmaron que todos los efectos y acciones de las causas del uni-
cesidad, ser~ libre en !odas los sentidos aquella acción que no tenga ninguna
verso, incluso de las voluntades humanas, provenían de cierta necesidad fatal,
de las antedtchas necestdades, cosa que apenas se encontrará fuera de la acción
nacida de la conexión de todas las causas y del influjo de los cielos y de las
divina; aunque se dé también, a su manera, en algunas humanas, sobre todo en
modo inveniatur, in eis maxime quae ho- ac propriissimo modo dicitur actio libera
nestae sunt et tantum ex consilio et appe- quae vere libera est ab ea necessitate quam
den ti. Alio ver o modo surni solet necessa- tanea; erit autem hoc modo necessaria ac- titu rectitudinis ac iustitia.e fiunt. Atque ita in agenda habent res naturales et irratio-
rium prout opponitur voluntario, quo modo ti? s! brutum contra proprium appetitum sumitur interdum liberum ut excludit non nales, ut superiori sectione declaranun est.
ut actio necessaria dicatur non satis est ut ahqmd agere cogatur, et quoad hoc idem tantum necessitatem propri_am, sed etiam Et de hac libertare seu non necessitate dis-
non possit non exerceri, sed etiam oportet est de humana actione. Qua modo dicitur servitutem, qua modo, in Scriptura 1, sanc- putamus proprie in praesenti quaestione;
ut voluntaria non sitJ quod potest dupliciter II ad Corinth., 9: Non ex tristitia aut ex tificati per gratiam vel gloriam dicuntur et in hoc sensu disputata fuit semper etiam
accidere, scilicet vel negative vel contrarie: necessitate~ etc.; quamquam humanae ac- peculiariter liberi, utique a servitute peccati. ab antiquis philosophis; nullus enim un-
priori modo dicuntur necessariae omnes ac- tiones aliis etiam modis dici possint neces- Aliter dicitur actio libera quae coacta non quam dubitavit, vel dubitare potuit, an ope-
tiones rerum carencium cognitione, etiamsi sariae, etiamsi voluntariaeJ irnmo quamvis estJ sed voluntaria; qua e libertas non exclu- rentur hornines in multis actionibus suis
max.ime naturales sint; nam, Iicet metapho- liberae sint, nirnirum, quia ex necessitate dit necessitatem prirnam, quae consistit in spontanee et propria voluntate sese moven-
rice dici possint spontaneae, quatenus sunt praecepti fiuntJ de qua dicitur I ad Corinth., determinatione ad unum cum impotentia tes et applicantes ad opus praevia cogni-
----~c;;o;;n.;:fo;¡;r;:m:¡e;;s;,¡;•~P¡¡P;eti"'"¡;<w¡,:·,n--;¡at"ur~al"'i..:eJ:t~mc_;e:;t~ap~ho=o,r;;icO;o:o;·:----:z:':~N""':o"/'n~btzaa'ben.s____necessitaU?-m--,-------petestatem suspendendi. actionem, sed excludit tantum tione, sed an in hoc ipso voluntario mis-
tamen propne non sunt voluntariae, cum autem habens suae volumatis. Vel quia fiunt violentiam et coactionem; qua modo evi- ceatur necessitas et determinatio ad unum,
non sint ex cognitione, sine qua volunta- ex subiectione quadam servili, quomodo di- dentissimum est dari acciones non necessa- hoc est quod in controversiam vocatum est.
rium esse non potest, ut constat ex III cuntur necessariae actiones serviJ praesertim rias, non solum in horninibus, sed etiam in
Ethic., c. 1, et tractat D. Thom., I-II, si eas faciat ex timare. brutis, quamvis eo perfectiores sint in ho- Primus error libertatem negans
q. 6, a. 1 et 2. Posteriori modo dicitur 9. Curn autem Iiberum necessario oppo- minibus illae actiones quo ratio voluntarü 10. In hac ergo re fuit antiquus quo-
ne~essarium quod est violentum et coactum, natur, tot fere modis dicitur quot neces- in eis perfectior invenitur. Ex qua aliqui, rumdam philosophorum error, qui dixerunt
qula est contra proprium appetitum elici- sarium ipsum. Si enirn Ziberum dicnun cre- praesertim haereticiJ sumpserunt occasionem omnes effectus et acciones causarum uni-
tu.m, vel perfectum, ut est rationalis, vel d&tur a verbo libero, ita ut actio libera di- dicendi hominis acciones non alia ratione versi, etiam hurnanarurn voluntatum, nece~­
inlperfecturnJ ut est sensitivos. Et hoc modo catur quae_ ah omni necessitate libera esr, esse liberas nisi quia sunt perfecte volun- sitate quadam fatali provenire, arta ex con-
actio bruti, si ex mero appetitu procedat, illa actio erit ornnibus modis libera quae tariaeJ ita ut liberum non a verbo liberoJ nexione causarum omniurn et caelorurn ac
quamvis sit necessaria primo modo, non nullam habet ex praedictis necessitatibus,. sed a verbo libet~ dicturn sit. Ultimo tam.en stellarum influxu. Ita refert Augustin., IV
tamen bis posterioribus modis, quia non quod vix reperietur nisi in divina actione;
est violenta nec mere naturalis, sed spon- quamquam etiam in aliquibus humanis suo 1 Rom., 6 et 8; 11 Cor., 3.
332 Disputaciones mete¡jísicas Disputación XIX.-Sección II 333

estrellas. Así lo refiere S. Agustln, en el lib. IV de las Confesiones, c. 3, y en .que no son causas naturales, sino meramente extrínsecas y preternat~ales o
el V De Civitate Dei, c. 1, donde Luis Vives cita a Demócrito Empédocles Sobrenaturales, porque el tratamiento y refutación d~ esos. , errores no mcun;a.b_e
y Heráclito en favor de esta sentencia, que suele también atrib~.irse -común- .al metafísico, sino al teólogo, toda vez que la consJderacwn del pecado ortgJ-
mente a los estoicos, aunque sin razón, como diré después.· Posteriormente si- ·nal y de la gracia," y de otras causas semejantes, excede la r~ón natural. Asf,
guieron este error muchos herejes, como Simón Mago, Bardesanes, Prisciliano, .pues, contra estos errores debemos demostrar dos cosas. Pn~era, que en el
Manes y otros, según consta por San Agustín y otros escritores antiguos. m hombre existe alguna facultad activa que de suyo y por su mtrinseca Y par-
mismo error han suscitado en la actualidad los herejes, como refieren por ex- ticular naturaleza no está determinad3. solamente a una cosa, sino que de suyo
tenso los doctores modernos, que disputaron sapientísimamente contra ellos. es indiferente a obrar esto o aquello, y a obrar o no obrar, una vez puestos
Pero no han enseñado este error de igual rriodo ni bajo los mismos principios,. todos los requisitos para la operación. En segundo lugar, debe demostrarse que
según creo, pues algunos atribuyeron esta necesidad a influencia de los astros,. ninguna causa extrínseca impide siempre este modo de obrar. Con ello que-
otros al concurso o a la moción divina, o bien a la eficacia de la divina volun- dará probado que entre las causas eficientes creadas hay algunas que pueden
tad, o a la gracia. Por otra parte, algunos negaron la libertad absolutamente .,brar, no por necesidad natural, sino por libertad, y que de hecho obran as!
y en todos los actos, tanto internos como externos, tanto buenos como malos,. frecuentemente.
mientras que otros únicamente en las acciones morales u honestas, pero no en
las civiles o indiferentes.
11. Ahora bien, casi ninguno de los citados filósofos o herejes declaró su- Se demuestra que el hombre obra muchas veces libremente
ficientemente si esta necesidad que atribuyen a las acciones humanas procede
de la intrinseca naturaleza del hombre o sólo de la acción de alguna causa ex- 12. Afirmo, pues, en primer lugar, que es evidente por la razón natural
trínseca, pues únicamente de este segundo modo explican esta necesidad. NO> y por la misma experiencia de las . cosas _que el hombre, en mu_chos de sus
obstante, si se expresaron consecuentemente, es preciso que hayan pensado que actos, no se deja llevar por la necesidad, smo por su voluntad y hbertad. Esta
esta necesidad se funda también en la intrínseca naturaleza del hombre, porque en
.conciusión se demuestra, primeramente, por el consentimiento común de los
él no existe facultad alguna que por su naturaleza sea indiferente en sus ac- 'filósofos. En efecto as! opinan acerca de la libertad humana Aristóteles y los
ciones. En efecto, si las cosas no se mueven violentamente, sino de acuerdo
con la exigencia de su naturaleza, cada cosa se mueve según la aptitud natural peripatéticos, segrn; consta por Arist?teles, .lib. IX de la _Met?física, c. 1 Y si-
que. de suyo tiene para moverse; consiguientemente, puesto que el influjo de- guientes, donde distingue las potencJas raciOnales de las rrrac10nales. y concede
los cielos y el concurso de Dios no es violento, sino natural, si el hombre- únicamente a las primeras el poder intrínseco de obrar po~ si miSmas co~as
obra siempre necesariamente en virtud de tales causas, es indicio de que, por contrarias, a saber, por libertad interna; y en ID de la Etzca, ?esde el prm-
su naturaleza, exige ese modo de obrar. Paso por alto las opiniones de aque- cipio, establece esta libertad como fundamento de toda la doctrm~ moral. La
llos que atribuyeron esta necesidad a la gracia divina o al pecado original, misma libertad reconoció Platón, según resulta claro por el Gorgzas y por el
último libro de la República; asimismo los estoicos excluían las voluntades
humanas de la necesidad del hado que afirmaban en las demás cosas, como
lib. Confess., c. 3, et lib. V de Civitat., 11. Nullus autem fere ex prae:dictis phi- atestigua San Agustln, lib. V De Civitate Dei, c. 10, donde Vives, apoyán_dose
c. IJ ubi Ludovicus Vives signat Democri- losophis aut haereticis declaravit satis ID en Plutarco -lib. I De Placitis-, refiere que los estoicos pensaban de la hber-
tum, Empedoclem et Heraclitum pro hac haec necessitas quam humanis actionibus
sententia, quae solet etiam communiter stoi- attribuunt oriatur ex intrinseca hominis na-
cis ttibui, sed immerito, ut inferius dicam. tura an vera solum ex actione alicuius ex- quae non sunt causae naturales, sed mere Hominem saepe operari libere demonstratuT
Hunc errorem postea secuti sunt multi hae- trinsecae causae; hoc enim tantum poste- extrinsecae et praeter vel supra naturam;
retici, ut Simon Magos, Bardesanes, Pris- riori modo hanc necessitatem declarant. Ve-. nam horum errorum pertractatio ac confu- 12. Dico ergo primo. evidens esse na-
cillianus, Manichaeus et alii, ut constat ex rumtamen, si consequenter locuti sun:t, ne- tatio non ad metaphysicum., sed ad theo- turali ratione et ipso rerum experimento
Augustino et aliis antiquis scriptoribus l, cesse est ut senserint necessitatem hanc logum pertinet, quoniam considerarlo de hominem in multis actibus suis non ferri
Eumdemque erroreiÍl excitarunt his tempo~ fundari etiam in intrinseca hominis natura, ·peccato orignali et gratia, et aliis similibus ex necessitate, sed ex voluntate sua et liber-
<:ausis, naturalem ratic;>nem excedit. Contra tare. Haec conclusio probaur primo ex
ribus haeretici, ut late referunt moderni quia nimirum nulla est in eo facultas natura communi consenso philosophorum. Ita enim
Doctores, qui contra illos sapientissime dis- sua indifferens in actionibus suis. Quia si hos ergo errores duo a nobis ostendenda
de libertate hominis sentit Aristoteles et
--------~p~u~tarun~~·~·~V~e~runl~~ta~rn~e~n~n~o~n<_~eo~d~e~rn~~tn~o~d~o---
nec sub eisdem principiis, ut existimo, hunc res---nen-vielenter,-sed-iux-ta-natur-a~uae----------- =~:__~-- -sunt. Primum, esse in homine facultatem peripatetici, m constat ex Aristot., lib. IX
aliquam activam. quae ex se et ex sua in-
errorem docuere, nam quidam astrorum in- debitum moveantur, ita unaquaeque res m~ Metaph., c. 1 et sequent., ubi distinguit
ttinseca ac particulari natura non est de- potentias rationales ab irrationalibus, et
fluentiae necessitatem hanc tribuerunt, alii vetur sicut ex se apta nata est moveri; cum
t:erminata ad unum tantum, sed indifferens prioribus tantum concedit intrinsecam vim
divino concursui seu motioni, vel efficaciae ergo in:fluxus caelorum ac concursos Dei
divinae voluntatis, vel gratiae. Rursus qui- non sit violentos, sed naturalis, si ex huius- ex se ad hoc vel illud operandum, et ad per se operandi contraria, nimirum ex in-
dam omnino et in omnibus actibus, tam modi causis horno semper necessario ope- -Qperandum et non operandum, positis om- tema libertate; et 111 Ethic., a principio,
internis quam externis, tam bonis quam ma- ratur, signum. est natura sua postulare nibus requisitis ad agendum. Deinde osten- libertatem hanc statuit ut totius moralis
lis, alii vero solum in moralibus seu ho- huiusmodi operandi modum. Omino eorwn .dendwn est nullam extrinsecam causam im- doctrinae fundamentum. Eamdem agnovit
nestis actionibus, non vero in civilibus seu sententias qui hanc necessiratem ~ibuerunt _pedire semper hunc operandi modum. Ita Plato, ut constat ex Gorgia et ex lib. ult.
indifferentibus Iibertatem negarunt. aut divinae gratiae aut peccato origínali, enim ostensum erit dari inter causas agen- de Republica; stoici etiam a necessitate fati,
tes creatas nonnullas quae non ex necessi- quam in aliis rebus asserebant, voluntates
I Aug., lib. de Haeres., c. 35, 46 et 70; Clemens, lib. 111 Recog.; Roffensis, a. 36; tate naturae, sed ex Iibertate operari pos~int, humanas excipiebant, ut testis est August.,
Richar., a. 7; Bellarm., late, lib. 111 de Grat. et lib. arbit., et sequentib. er saepe de facto ita operentur. lib. V de Civit., c. 10, ubi Vives ex Plu-
334 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección II 335

tad humana igual que Platón. También Cicerón, en el libro De Divinatione 13. Se demuestra la afirmación por experiencia.- En segundo lugar, po-
y en el De natura deorum, para defender la libertad humana negó la prescien- demos argumentar apoyándonos en la experiencia; porque experimentamos evi-
cia divina, por pensar que ésta era contradictoria con la libertad humana, la dentemente que cae bajo nuestra potestad el hacer u omitir algo, y para ello
cual creyó que era evidente hasta por la misma experiencia de las cosas. De nos valemos de la razón, del discurso y de la deliberación, a fin de inclinarnos
esta manera --como dice San Agustín arriba-, para hacer libres a los hom- más a una parte que a otra; consiguientemente, la elección depende de nues-
bres los hizo sacrílegos. Consiguientemente, es señal de que esta verdad re- tro arbitrio; de no ser así, en vano se nos hubiera -concedido esta facultad de
sulta bastante manifiesta por la luz natural, ya que ha sido admitida de co- deliberar y consultar, como acertadamente dijo Damasceno en el lugar antes
mún acuerdo por los filósofos más sabios y por sus escuelas. ·También defien- citado. A esto se añade el modo corriente de obrar y de gobernar las acciones
den con toda constancia esta verdad los Padres de la Iglesia, todos los esco- humanas por medio de consejos, leyes y preceptos, exhortaciones y reprensio ..
lásticos y los filósofos católicos; no es preciso citarlos ahora a todos, sino úni- nesJ promesas de premios y amenazas de castigos, todo lo cual seria superfluo
camente a los que trataron esta verdad apoyándose en los filósofos y en prin- si el hombre obrase por necesidad natural y no por su libertad.
cipios filosóficos, como Eusebio, lib. VI De praeparat. Evang., en todo él; Gre-
gorio Niseno, en los cuatro últimos libros De Philosoph. que se le atribuyen 14. Objeción que quita fuerza a la experiencia.- Dirá alguno que con to-
dos estos indicios y experiencias sólo se prueba evidentemente que el hombre,
y que se encuentran en Nemesio, lib. De natura hominis, donde, desde el c. 32
hasta el 42, se ocupa de esta cuestión; Damasceno, lib. II De fide, c. 25; y e-n sus operaciones, es dirigido y movido por la razón, mas no que Jas ejerce
S. Agustin, en el tomo I, en los tres libros De libero arbitrio; y en el tomo VII, libremente. Porque todas esas cosas que se proponen en el argumento -a sa-
discutiendo contra Pelagio y defendiendo el libre albedrío y conciliándolo ber, castigos y premios, exhortaciones, deliberaciones, etc.- únicamente pa-
con la gracia, procediendo por principios teológicos, supone cierta esta verdad recen contribuir a que las acciones mismas o sus objetos sean aprehendidos y
natural y demuestra que la gracia no destruye la naturaleza, sino que la per- juzgados como dignos de que se tienda a ellos o de que se huya de ellos, pero
fecciona. Aproximadamente de igual manera proceden Próspero, S. Anselmo, no a que sean_ elegidos con libertad. Por eso, quien se mantuviese con pertina-
S. Bernardo y otros Padres que escribieron sobre la concordia del libre albe- cia en la opinión contraria diría consecuentemente que, puesta la aprehensión
drío con la gracia y la presciencia. De aquí resulta claro incidentalmente que, que nace de todas aquellas causas y circunstancias, el hombre es determinado
cuando éstos y otros autores antiguos defienden el libre albedrío, no tratan de necesariamente a obrar esto o aquello; pero la aprehensión misma o· el juicio
!a libertad únicamente en cuanto se opone a la coacción, sino también en son necesarios una vez aplicadas tales causas; y la aplicación de dichas causas
cuanto' excluye la necesidad de obrar; de lo contrario, no se esforzarfan por muchas veces procede de fuera, y entonces tampoco puede s~r libre, sino ne-
conciliar la gracia, la providencia o la predestinación con la libertad, puesto cesaria para el hombre; aunque hay ocasiones en que procede de la voluntad
que es evidentísimo que nosotros no realizamos por coacción, sino espontánea- propia, como cuando el hombre voluntariamente consulta o inquiere para ele-
mente, las cosas que hacemos por voluntad. Pero la dificultad sólo podía ver- gir; en tal caso, de esa misma voluntad se dirá que nace necesariamente- de
Mr sobre la indiferencia en la operación; consiguientemente, ponen su empeño otra aprehensión o juicio; y, de esta manera, siempre habrá que detenerse en
en defender esta indiferencia y en armonizada con la gracia y con la .nlpción alguna primera aprehensión o juicio proveniente de las causas eternas. Puede
divina. confirmarse esta evasiva, porque también tenemos experiencia de que algunos

tarcho, lib. 1 de Placitis, refert stoicos de tat; et Darnasc., lib. 11 de Fid., c. 25;
Iibertate humana ídem cum Platone sen- et August., tom. 1, tribus libris de Libero 13. Experimento probatur assertio.- Se- mirum poenae et praemia, exhortaciones,
sisse. Cicero etiam, in libro de Divinatione, arbitrio; in torno autem VII, disputaos con- cundo argumentari possumus ab experien- consultationes, etc., solurn ad hoc conferre
et de Natur. Deor., ut hominis libertatem tra Pelagium et liberum arbitrium defen- tia; experimur enirn evidenter situm esse videntur ut actiones ipsae vel obiecta ea-
deos ac cum gratia conciliaos, ex theolo- in nostra potestate aliquid agere vel omit- rum ut appetibilia vel ut fugienda appre-
defenderet, divinam praescientiam negavit,
quod putaret hanc pugnare cum libertate gicisque principiis procedens, hanc natura- tere, et ad hoc utirnur racione et discursu hendantur ac iudicentur, non vera ut libere
lem veritatem ut certam supponit et osten- ac consultatio'ne ut in unam partem potius eligantur. Unde consequenter d.icet qui in
humana, quam vel ipso rerum experimento quam in aliam inclinemur; est ergo electio contraria sentencia fuerit pertinax, posita
credidit esse evidentem. Atque ita, ut Au- dit gratiam non destruere naturam, sed per-
posita in nostro arbitrio; alioqui, ut recte apprehensione quae ex omnibus illis causis
gustinus supra dicit, ut homines faceret li- ficere. Atque eodem fere modo procedunt dixit Damascenus supra, fuisset nobis data et cixcumstantiis enascitur, hominem neces-
beros, fecit sacrilegos. Signum ergo est ve- Prosper, Anselrn., Bernard. et alii Patres superflue haec deliberandi et consultandi sario determinari ad hoc vel illud operan-
ritatem hanc satis esse lumine naturali per- qui de concordia liberi arbitrii cum gratia vis. _Hu e accedit usitatus modus operandi et duro; apprehensionem autern ipsam vel iu-
sptcuam, cum a saptenttonbus philosopfus et prae1>ctenna scnpserunt. Unde obJter con- gubernandi humanas actiones per consilia, dicium necessaria esse applicatis talibus cau-
eorumque scholis communi consenso recepta stat has et alias antiquos auctores, cum li- per leges et praecepta, per exhortationes ac sis; talium autem causarum applicatio sae-
sit. Patres etiam Ecclesiae et scholastici om- berum arbitrium defendunt, non agere de reprehensiones, per ·promissiones praemio- pe est ab extrinseco, et tune etiam non pot-
nes et philosophi catholici veritatem hanc libertare prout solum opponitur coactioni, rum et comminationes poenarum, quae om- es:: esse libera, sed necessaria ipsi homini;
constantissime defendunt, quos omnes nunc sed etiam ut excludit necessitatem in ope- nia supervacanea essent si horno necessitate aliquando vero est a propria voluntate, ut
referre non est necesse, sed eos tantum rando; alias non laborassent in concilianda naturae et non libertate su a operaretur. cum !'omo voluntarie consulta! aut inquirir
qui ex pbilosophis et philosophiae princi- gracia, providentia aut praedestinatione cum 14. Obiectio experimentum enervans.- u:: ehgat; et tune de illamet voluntate di-
püs hanc veritatem tractarunt, ut Euseb., libertare, cum sit evidentissimum nos quae Dicet aliquis bis omnibus indicüs et expe- cetur ab alia apprehensione vel iudicio ne-
lib. VI de Praeparat. Evang., per totum; voluntate agimus, non coacte, sed sponta- rientüs solum probari evidenter hominem cessario oriri; atque ita sistendum semper
Greg. Nyssen., in quatuor ultimis libris de nee agere. Difficultas vera solum esse pot- ratione duci et rnoveri in suis operationibus, esse in aliqua prima apprehensione vel in-
Philosoph., qui ei attribuuntur, et reperiun- erat de indifferentia in operando; in hac non vero eas libere exercere. Nam ea om- dicio ab aeternis causis prefecto. Et con-
tur apud Nemes., libr. de Natura hominis, igitur defendenda et cum divina gratia et nia quae in argumento proponuntur, ni- firrnari potest haec evasioJ nam etiam in alí-
ubi a c. 32 usque ad 42 de hac re dispu- rnotione componenda Iaborant.
336 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección II 337
~brutos son refrenados, para no hacer algo, por los castigos que se les imponen, sino en la libertad o indiferencia. Además, experímentamos que, incluso des-
de suerte que la memoria del castigo anterior basta muchas veces para esto. pués de conocer la amenaza del castigo o la promesa del premio, cae bajo nues-
Y, de manera semejante, son inducidos con beneficios y con algunos signos o tra potestad el dejarnos o no dejarnos mover por aquella razón; y lo mismo
palabras por modo de exhortación o de estímulo, todo lo cual, y otras cosas ocurre con los ruegos, las exhortaciones y otras incitacio?es pa~ecidas. Fina}-
análogas no se emplean con los brutos porque ellos tengan potestad de obrar mente tras la deliberación sobre los medios, con frecuenc1a elegunos uno mas
e no obrar, sino porque se mueven diversamente según las diversas aprehen- bien ~ue otro sólo porque queremos. Y con esto resulta claro también que no
·siones, en verdad espontáneamente, pero por necesidad, de acuerdo con la exi- hay semejanza con lo que se aducía acerca de los brutos. ~ cuant~ a la con-
gencia de la aprehensión; luego de este modo puede uno tratar de mover al firmación sobre la potestad divina de inferir necesidad,. decunos pr~eramente
hombre a obrar valiéndose de exhortaciones, consejos, etc., y desde luego con que esta evidencia natural excluye los milagros o las _acciOnes extraordmartas de
mayor perfección en lo que concierne al discurso de la mente y a la captación Dios. Por eso basta que, apoyándonos en los efectos, demostremos que en nues~
de todas las razones que pueden determinar al apetito o a la voluntad, pero no tra facultad intrínseca se da este modo de obrar y, consecuentemente, que no
en lo que atañe a la indiferencia o carencia de necesidad. Puede confirmarse, le es connatural, o congruente con las naturalezas de las cosas, el ser extrínse-
en segundo lugar, porque, si suponemos que Dios obliga alguna vez a la va- camente movido por Dios de otra manera; y que eso no puede afirmarse de
Juntad del hombre dotado de razón (ya que damos por supuest<> que Dios pue- alguna obra nuestra, y mucho menos de todas, a no ser que conste por reve-
de hacerlo), en tal caso el hombre creería obrar por su propio arbitrio y liber- lación.
tad, tal como ahora obra, ya que experimentaría que era movido por su razón 16. En segundo lugar, podemos añadir un experimento tomado de las ac-
y su voluntad y no dispondría de ningún principio para conocer la necesidad ciones humanas moralmente malas, que no pueden atribuirse a una moción di-
que Dios le habría inferido extrínsecamente; así, pues, de la sola experiencia vina que imprima necesidad sin manifiesta impiedad contraria a la misma luz
no puede colegi:rse suficientemente la existencia de operaciones libres en el natural; consiguientemente, las acciones malas proceden de nuestra libre de-
hombre. terminación. Tanto más cuanto que Dios no sólo prohibe, sino también castiga
15. Se refuta la obieción.- Se responde: estos argumentos concluyen que gravísimamente estas acciones; pero esto sería injustísimo si impusiese necesi-
esta experiencia no es tan manifiesta y evidente que no deje a un hombre pro- dad en orden a ellas. Con ello queda también claro que el castigo y el premio
tervo alguna posibilidad de tergiversarla; de lo contrario, no hubiera podido no ae- confieren al hombre únicamente por causa· de las acciones subsiguientes,
darse entre los hombres diversidad de opiniones o de errores acerca de esta -a-._.aber" para estimularlo a ellas o retraerlo de ellas, sino también! precisa y esen-
cuestión. A pesar de todo, si queremos considerar plenamente nuestro modo de ci!llmente, por razón del bien o del mal que en ellas ha realizado. Y por la
obrar, con facilidad saldremos al paso de las objeciones antedichas. Así, pues,
tenemos experiencia de que, no sólo cuando cambia el conocimiento o la apre-
Jl11ma OIUIIfi el hombre es considerado digno de alabanza y de honor en aten-
ción a sus acciones, cosas todas que resultarían ininteligibles sin la libertad.
hensión del objeto, sino también cuando permanece la misma, depende de nues- Twnbién se confirma por ello que éste es el común modo de pensar de todos
tra voluntad sentarnos o estar de pie, marchar por este camino o por aquél, y los hombres acerca de las acciones humanas. Porque todos juzgan que son dig-
«ras cosas semejantes. Luego es señal de que este diverso modo de obrar no nos de castigo aquellos que obran mal, por el hecho de que obrar así depende
-consiste formal o próximamente en el discurso y en la aprehensión de la razón, de su voluntad y potestad, por lo cual llevan a mal la injuria inferida por un

.quibus brutis experimur per inflictas poe- luntate sicut nunc operatur, quia ratione et
nas coerceri ne aliquid faciant, adeo ut vol untate sua se moveri experiretur et nul-. bertate vel indifferentia. Praeterea experi~ liter pravis, quae tribuí non possunt divinae
memoria praecedentis poenae ad hoc saepe lum haberet principium ad cognoscendam mur etiam post cognitlllD comminati.onem motioni inferenti necessitatem absque ma-
sufficiat. Et similiter inducuntur beneficüs necessitatem extrínsecos a Deo illatam; ergo poenae aut promissionem praemii situm es- nifesta impietate ipsi lumini naturae con-
et aliquiboS signis aut verbis per modum non potest ex sola experientia satis colligi se in potestate nostra ea ratione moveri aut traria; prodeunt ergo malae actiones ex li-
exhortationis aut excitationis, quae omnia e~se in hominibus liberas operationes. non moveri; idemque est de precibus, ex- bera determinatione nostra. Eo vel maxime
et similia non ideo circa bruta fiunt quia 15. Dissolvitur obiectio.- Respondetur hortationibus et similibus excitationibos. De- quod Deos non solum prohibet, sed etiam
in potestate eorum sit agere vel non agere, haec argumenta concludere experimentum nique post consultationem mediorum sa.epe gravissime punit has actiones; at hoc inius-
sed quía iuxta diversas apprehensiones di- hoc non esse ita perspicuum ac per se no- eligimus unum prae alio, solum quia volu- tissimum esset si ad easdem necessitatem
mus. Atque ita etiam constat non esse Ri- inferret. Unde etiam constat poenam et

¡---
-verso modo moventur, spontanee quidem, tum quin homini protervo relinquatur aH-
ex necessitate tamen, iuxta exigentiam ap- mile illud quod de brutis afferebatur. Ad praemium non conferri homini solum prop-
-• quis tergiversandi locos; alioqui nulla po-
1 -:~~~~2::¡~~~v~e~ir~o~iude
------------~P~·~·~h~•nn~si~ornnwis~;~·~·~g~o~aKd~h~'nJnru<~!DDK"~"~u~!lln_ocornn~-c--.~;..~~~ ter subsequentes actiones, scilicet ot ad illas
tendere quis potest moveri hominem ad tUlsset esse aenacre-inter-¡p·sos homines imprimis
divina dicimos
potestatehanc
in- vel alliciatur vel ab eis retrahatur, sed etiam
.operandum per exhortaciones, consilia, etc., opinionum aut errorum diversitas. Verum- excludere mirap.l)_a praecise ac per se propter bonum vel malum
cum maiori quidem perfeccione quantum ad tarnen, si modum nostrum operandi plene aut Dei. Unde satis quod in eis operatus est. Et propter eam-
discursum mentis et perceptionem rationum considerare velimus, facile praedictis obiec- est si ex effectibus ostendamus esse in in- dem causam censetur horno dignos laude et
omnium quae determinare possunt appeti- tionibus occurremus. !taque non solum ex- trínseca facultate nostra hunc operandi mo- honore ob actiones suas, quae omnia sine
tum aut voluntatem, non tamen quantum perimur, mutara cognitione vel apprehen- dum, et consequenter non _esse illi connato- libertate intelligi non possunt. Et bine etiam
'ad indifferentiam vel necessitatis carentiam. sione obiecti, sed etiam stante eadem, situm rale, aut rerum naturis consentaneum, quod confirmatur hunc esse communem modum
Confirmari secundo potest, nam, si ponarnus esse in voluntate nostra sedere aut stare, extrinsecus a Deo aliter moveatur; neqoe id sentiendi omnium hominum de humanis ac-
Deum aliquando necessitare voluntatem ho- hac vel ~lla via incedere, et similia. Signum affirmari posse de aliquo opere nostro, ne- tionibus. Omnes enim iudicant esse dignos
minis utentis racione (supponimus enim ergo esr hunc varium operandi modum for- dum de omnibus, nisi ex revelatione constet. poena eos qui male operantur, eo qood sic
Deum id facere posse), in eo caso videre- malirer seu proxime non consistere in dis~ 16. Deinde addere possumus experimen- operari in eorum voluntate et potestate po-
tur homini ita operari proprio arbitrio et vo- curso et apprehensione ra.tionis, sed in li- tum sumptum ab actionibus humanis mora- situm _ sit> et ideo indigne ferunt iniuriam
22
338 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 11 339
hombre que tiene uso de razón, pero no la inferida por un demente o por uno quiere libremente los bienes que no le son necesar~os; luego tam?ié-?- las cri~­
que no la advierte; es más, no consideran injuria el daño inferido por éstos. turas que participan del grado intelectual y, en cterto modo, comcrden en él
En consecuencia --como acertadamente señala Eusebio arriba-, incluso aque~ con Dios, participao asimismo del modo libre de obrar. El antecedente se pro-
llos que niegan el libre albedrío, al llevar a mal las injurias que les causan otros bará después al tratar de las perfecciones de Dios. Se demuestra la consecuen-
nombres y tratar de vengarlas, están confesando, quiéranlo o no, que les han cia, no sólo porque Ja libertad perfectísima sigue, ,según nm~s~o ~odo de :n-
sido inferidas libremente; porque si aquéllos no hubieran tenido potestad de tender, a la intelectualidad perfectfsima; luego segun la par~Ic!pacton_ ,de la m-
no causar tales daños, en ese caso no habría ningún motivo de injuria ni de telectualidad será también la participación de la libertad; smo tambteo porque
justa ira o venganza. Por eso también Damasceno, lib. 11 De fide, c. 7, dice 6e da la misma razón proporcional, a saber, que la criatura int.electual pu~de
que no hay virtud ni vicio en aquello que se hace por necesidad, cosa que tam- percibir algún bien como necesario o como indiferente, ~s de~Ir, como. bten
bién enseñó con graves razones Dionisia, c. 4 De divinis nominibus; y S. Agus- absolutamente o sólo relativamente, esto es, que lleva aneJo algun mal, mcon-
tín, lib. De vera relig., c. 13 y 14, y en la Carta XLVI, diciendo que, eliminado veniente o dificultad; así, pues, la criatura que participa del grado intelectual
el libre albedrío, queda eliminado el jnicio y el castigo justo, e incluso la participa también de la libertad.
reprensión; y Crisóstomo, en la Homil. LX in Matth. y en los sermones sobre
la providencia; y Clemente Alejaodrino, lib. 1 Strornaton, y otros muchos. Se demuestra que en el hombre existe alguna facultad libre
17. Por último, podemos argumentar con una razón a priori, que debe
tomarse del modo y perf~cción cognoscitiva de la naturaleza del entendimiento; 18. De esta primera conclusión se sigue una segunda no menos evidente:
porque la libertad nace de la inteligencia, ya que el apetito vital sigue al co- existe en el hombre alguna potencia activa que es libre por su poder y natura-
nocimiento, por lo cual un conocimiento más perfecto va acompañado de un leza intrínseca, o sea, que tiene tal dominio de su acción que goza del poder
apetito más perfecto; luego también el conocimiento universal e indiferente de ejercerla o no ejercerla y, consiguientemente, de realizar una acción u otra,·
a su modo va seguido asimismo de un apetito universal e indiferente; pero el o sea, la opuesta. Todas las partes de esta afirmación se encuentran de tal ~~­
conocimiento intel<;ctual es de tal maoera universal y perfecto que percibe la nera conexas que una es consecuencia de la otra. Así, pues, en la afirmacmn
razón propia del fin y de los medios y puede considerar en cada uno la bondad que precede hemos probado el uso de. la lib~rtad que experimentamos en _nos-
o malicia, la utilidad o desventaja que tiene; también qué medio es necesario otros mismos; y de este uso se colige evidentemente alguna facultad hbre,
para el fin, y cuál es indiferente, por haber posibilidad de emplear otros; lueg<> c:ómo_dcl acto se infiere la potencia. Mas añadimos que esta facultad, en cuanto
el apetito que sigue a este conocimiento tiene esta indiferencia o perfecta po- · ti''UI:\re, no puede ser sino activa o, inversamente, que la facultad no puede
testad en la apetición, de suerte que no apetezca necesariamente todo bien o todo iQr· Ifbre si no es activa y en cuanto es activa. Esta parte debe tenerse muy en
medio, sino cada uno según la razón de bien que ba juzgado en él; luego el cUcntá a fin de explicar correctamente y defender la libertad de albedrío. Y se
bien que no se juzga necesario, sino indiferente, no se ama necesariamente. sino demúeotra 88Í: la pasión en cuaoto pasión no puede ser libre para el paciente
libremente; y en este sentido -como dedamos antes- a la deliberación ra- como tal, sino sólo en la medida en que la acción de la que proviene tal pa-
cional sigue la elección libre. Se confirma, pues Dios es un agente libre porque sión es libre para él; luego la libertad no se da formal y precisivamente en
una potencia paciente en cuanto tal, sino en una potencia agente. La conse-
illatam ab homine ratione utente, non vero quia libertas ex intelligentia nascitur, nam cessaria; ergo et creaturae quae partici- licet, esse in homine aliquam potentiam ac-
illatam ab amente aut non advertente, im- appetitus vitalis sequitur cognitionem,. et pant intellecrualem gradum et in eo aliquo tivam ex sua vi et intrinseca natura libe-
mo damnum ab his illatum inter iniurias ideo perfectiorem cognitionem comitatur modo cu.m Deo conveniunt, participant raro, id es4 habentem tale dominium suae
non reputant. Unde, ut recte supra advertir perfectior appetitus; ergo et cognitionem etiam liberum operand.i modum. Antecedens actionis ut in eius potestate sit eam exer-
Eusebius, ipsi etiam qui liberum arbitriwn universalem et suo modo indifferentem se- infra probabitur inter disputandum de per- cere et non exercere, et consequenter unam
negant, dum graviter ferunt iniurias sibi ab quitur etiam appetitus universalis et indif- fectionibus Dei. Consequentia vero proba- vel aliam seu oppositam actionem elicere.
alüs hominibus illatas et eas vindicare co- ferens; cognitio autem intellectualis ita est tw, tu m quia perfectissima libertas conse- Omnes partes huius assertionis sum ita
nantur, velint, nolint, eas libere illatas con- universalis et perfecta ut propriam rationem quitur nostro modo intelligendi pedectissi- connexae ut una ad alteram consequatur.
fitC"ntur; quia si non fuisset in aliorum po- finis et mediorum percipiat, et in unoquo- mam intellectualitatem; ergo iuxta partici- !taque in praecedenti assertione probavimus
testate talia nocumenta non inferre, nulla ibi que expendere possit quid habeat bonitatis pationem intellectualitatis erit etiam partid- usum libertatis quem in nobis experimur;
esset ratio iniuriae aut iustae ira e vel vin- ve! malitiae, utilitatis aut incommodi; item patio libertatis; tum etiam quia intercedit ex hoc autem usu evidenter colligitur fa-
dictae. Et hinc etiam Damascenus, lib. ,11 quod medium sir necessarium ad finem, eadem proportionalis ratio, nimirum, quod cultas aliqua libera, sicut ex actu infertur
de Fid., c. 7, dicit neque virtutem neque quod vero indifferens, eo quod alia adhiberi creatura intellectualis potest percipere bo- potentia. Addimus vero hanc facultatem~
--------iv;¡i;,n,;um.;¡-:Ce,.,s.isi>e-"im,-':e¡;jo;¡:=,qffiiuoffidiFia--iini;ecBeeisiisiiu'aattienn\ir;;;-~p,;oO:s<Ssfirumt; ergo appeutus qm lianc c-ogriitionem D.Uiii-aiiejuod Ut necessarium vel ut indiffe- quatenus libera est, non posse esse nisi ac-
quod etiaffi. graviter docuit Dionys., c. 4, sequitur habet hanc indifferentiam seu per- rens, seu ut bonu.m simpliciter aut tantum tivam, seu e converso facultatem non posse
de Divin. nominib.; et August., lib. de Vera fectam potestatem in appetendo, ut non om- secundum quid seu habens adiunctum ali- esse liberam nisi sit activa et quatenus ac-
relig., c. 13 et 14, et epist. XLVI, dicens ne bonum aut omne medium necessario ap- quid mali, incommodi aut difficultatis; igi- tiva est. Quae oars est valde notanda ad
ablato libero arbitrio auferri iudicium ct petar, sed unumquodque iuxta rationem tur creatura quae participat intellectualem recte explicanda:rñ et tuendam arbitrü liber-
iusram poenam, vel etiam obiurgationem; boni in eo iudicatam; . ergo illud bonum gradum participar etiam libertatem. tatem. ·Probatur autem sicJ nam passio ut
ec Chrysost., homil. LX in Matth., et in quod non iudicatur necessarium, sed indif- _ra~sio non potest esse libera patíenti ut sic,
orationibus de providentia; et Clemens Ale- ferens, non amatur necessario, sed libere; Dari in homine aliquam facultatem liberam sed solum quatenus actio a qua talis passio
xand., lib. 1 Stromaton, et plerlque alü. atque hac ratione, ut supra dicebam, ad demonstratur
provenit illi est libera; ergo libertas for-
17. Ultimo possumus argumemari ratio- rationalem consultationem sequitur electio 18. Ex hac prima conclusione sequitur maliter ac praecise non est in potentia pa-
ne a priori, quae sumenda est ex modo et libera. Et confirmarur, nam Deus est agens secunda, quae non est minus evidens, sci~ riente ut sic, sed in potentia agente. Con-
perfectione cognoscendi naturae intellectus ; liberum quia libere vult bona sibi non ne-
---
340 Disputaciones metafísicas
341
Disputación XIX.-Sección li
c.uencia es manifiesta, ya que a la potencia pasiva en cuanto tal únicamente res-
ponde la pasión, como a la activa la acción; luego si la pasión es libre única~ siva en cuanto tal no puede cambiar su disposición natural; pues, ~demás de
mente por denominación tomada de la acción libre, la facultad o dominio de la causa material, se requiere la eficiente, precisamente porque el pactente ~como
la libertad no puede existir en una potencia pasiva en cuanto tal, sino en una tal no puede transformarse a st mismo; lueg? tampoco puede_ un~, potenci~ep~~
activa. Se prueba el antecedente porque la acción, si procede del sujeto -en siva, ea cuanto pasiva, tener la facultad de m~oar su. ?etermmact?n,_ ya q
el sentido en que hablamos de ella ahora-, infiere necesariamente una pasión determinación no se lleva a cabo sin alguna mmutacwn y, consigUientemente,
y, de manera inversa, la pasión ni puede existir sino en cuanto es inferida me- tampoco sin alguna efectuación. . . t
diante la acción ni puede no existir si la acción emana del agente; así, pues, 20. Se refuta una objeción.- Se opondrá: la potenaa P~Slva en. cuan °
toda la libertad e indiferencia versa sobre la acción en cuanto acción, y sobre tal puede resistir o no resistir a la acción; luego por esta razon I?odra enten-
la pasión únicamente en cuanto se infiere de la acción; luego la potencia libre derse la libertad en una potencia pasiva como tal, concretament~ st s_uponemos
debe ser una potencia activa en cuanto activa, y no en cuanto pasiva. que depende de su poder el resistir o no resistir al_ agente. As_t, qwenes afu~
19. La potencia pasiva en cuanto tal no es libre.- Se dirá: la potencia roan que el a~or no es producido por ~a _volunta~, smo_ 9-ue es Impreso en :~
pasiva en cuanto pasiva puede ser de suyo indiferente para diversos actos o roo- por el objeto conocido o por el conoclDllento mismo, drrán, empero, que
suyo indiferente para la blancura o la negrura; luego por la misma razón puede cÚando el objeto o el conocimiento, en cuanto de ellos depende, obren n:ce-
dos contrario~, como es evidente en la materia prima y en una superficie de sariamente, no obstante, el amor es libre con respecto. a la ~olunta.~ porque esta
ser facultad libre una potencia pasiva en cuanto tal. Se responde negando la tiene poder para resistir o no resistir a tal efectuación o ~presw~ del ai?or ·
consecuencia, ya que para la libertad no basta la indiferencia para varios actos Se responde, en primer lugar,. que, como _1~ voluntad, ~~nsiderada mdeterm~­
y la carencia de ellos, sino que es necesario un poder interno por el que dicha damente, es de suyo indiferente para. rectbrr o n~ recibir el a~or, r_esulta _m-
facultad pueda determinar esa indiferencia a una de las partes; mas este poder comprensible que por sf misma y por su J?Ura ~nu~ad y potencia pasiva resista
no puede darse en la facultad pasiva en cuanto tal, sino en la activa. La razón 8 la impresión del amor; porque la resistencia solo . puede proceder formal-
consiste en que, si la facultad es indiferente sin un poder interno de determi- mente de algo contrario o incompatibte, mas no del SUJet~ c~paz en cuapto tal.
narse, en lo que de ella depende siempre y necesariamente permanecerá en la Además, de aqul resulta que tal resi~tencia n? .~uede ser m~l~';rente Y hbre,. ya
misma disposición e indiferencia o carencia de todo acto, hasta que sea deter- Qt!C únicamente nace de la formal mcompat1b1hdad u opos1c1on de las entlda-
minada por otra. Y esto, en verdad, podrá ser libre con respecto a la otra cau- ~; por ello, si la voluntad, por ejemplo, . a. v,ec~s resiste formaii?ente por su
sa que realice la determinación, pero no con respecto a la que la reciba. Así, si .mlsma. entidad a la impresión del amor~ ~e.sistlra siempre y _nec_esana~ente, por-
[)Uponemos que el cielo es indiferente, de modo meramente pasivo, para el mo- p a,icmpre lendrá la misma incompatibilidad ~ormal; y. SI no la. tiene, n~nca
vimiento y la quietud, no es posible entender que el movimiento o la quietud ,resistid., a nó ser que se añada algo en cuya vrrtud. se~, mcompauble. y ~;ststa,
sean libres con relación al cielo, ya que éste no tiene el poder de determinar y . ent~es podrá distinguirse la libe~tad e?. la reahzacwn . o no real1zac10n d_e
una de estas dos cosas, sino que ese movimiento podrá denominarse libre con eso. Asl, en el ejemplo. propuesto, s1 ad~tlmos en el ob¡eto o en el conoci-
respecto a otro agente, si procede de una voluntad libre. Y lo mismo ocurre, miento la existencia de un poder productivo del amor, la voluntad s~lo podrá
en general, con toda potencia pasiva en cuanto pasiva; porque la potencia pa- resistir a esa actividad de uno de estos dos modos : o apartando el obJeto o su
consideración, cosa que no puede realizar sino obrando o queriendo algo, o no
sequentia est manifesta, quia potentiae pas- cultas libera. Respondetur negando conse-
siVae ut sic solum respondet passio, sicut quentiam, nam ad libertatem non sufficit passiva ut sic non potest. suam naturalem indifferens ad recipiendum vel non recipien-
activae actio; ergo, si passio non est libera indifferentia ad varios actus et carentiam dispositionem immutare; ideo enlm ultra dum amorem, intelligi non posse quod per
nisi per denominationem ab accione libera, eorum, sed necessaria est interna vis qua marerialem causam requiritur efficiens, quia seipsam suamque puram entitatern et po-
facultas seu dominium libertatis non potest talis facultas possit eam indifferentiam ad passum ut sic non potest seipsum transmu- tenti.an passivam resistat impressioni amo-
esse in potentia passiva ut sic, sed in ac- alterutram partem determinare; haec autem tare; ergo neque etiam potest potencia pas- ris · nam resistentia formaliter solu.m esse
tiva. Antecedens autem probatur, quía actio vis non potest esse in facultate passiva ut siva, quatenus passiva est, habere vlm in- po:est ab aliquo contrario vel repugnante,
si sit ex subiecto, ut nunc de illa loqui- sic, sed in activa. Ratio est, quia si facul- choandi suam determinationem, quia deter- non ab ipso subiecto capad ut sic. Deinde,
mur, necessario infert passionem, et e con- tas sit indifferens sine interna vi se deter.. minarlo non fit sine aliqua immutatione_, et bine fit ut talis resistencia non possit essc
verso passio neque esse potest nisi quatenus minandi, quantum est ex se semper ac ne- indifferens et libera, quia solum oritur ex
per actionem infertur, neque esse -non pot- cessario manebit in eadem dispositione et • ______ :=:~:~:::i~~~i~~,::n~eque
sine aliquaDices:.
dissolvizur.- effectione.
poten- formali repugnantia vel oppositione entita-
esr si actio ah agente manet; igiut'JIJr:...Jt:on<JtaL_--'jnnda>,.mfferentia __seu_carentia_omnis-actus, do~ - uf sic potest resistere actioni vel tum; et ideo,. si voluntas, verbi gracia, per
libertas et indifferentia est circa actionem nec ab alia determinetur. Quod poterit qui- non resistere; ergo hac racione intelligi pot- suammet entitatem formaliter resistit inter-
ut actio est, non vera circa passionem nisi dem esse liberum alteri causae efficienti erit libertas in potencia passiva ut sic, ni- dum impressioni amoris, semper ac neces-
quatenus ex accione infertur; ergo potentia determinationem, non vera recipienti. Ut si mirum si fingamus in potestate eius situm sario resistet, quía semper habebit eamdem
libera esse debet potentia activa ut activa, ponamus caelum esse mere passive indiffe- esse resistere agenti vel non resistere. Ut formalem repugnantiam; quod si hanc non
et non ut passiva. rens ad motum et quietem, intelligi non qui dicunt amorem non elici a voluntate, habet, nunquam resistet, nisi aliquid aliud
19. Passiva potentia ut sic non est h- potest quod motus vel quies, sint libera sed illi imprimi ab obiecto cogniro vel a adiungatur qua repugnet et resistat, et tune
bera.- Dices: potentia passiva ut passiva ipsi caelo, quia ipsum non habet vim alter- cognitione ípsa, dicent nihilominus, quam- in eo efficiendo vel non efficiendo poterit
potest esse ex se indifferens ad varios actus utrum horum de:fi.niendi, sed respecto alte- vis obiectum vel cognitio quantum est ex cerní libertas. Ut in exemplo pasito, si ad-
vel modos contrarios, ut patet in materia rius agentis poterit ille motus denominari se necessario efficiant, nihilominus amorem mittamus in obiecto vel cognitione esse Vim
priina et in superficie ex se indifferente ad Iiber, si a volunrate libera pro:fi.ciscatur. Et esse liberum voluntati, quia in potestate eius activam amoris, solum poterit voluntas illi
alóedinem et nigredinem; ergo eadem ra- idem est in universum de omni potentia esr resistere vel non resistere tali effectioni activitati resistere alterutro e duobus modis,
tiene potest potencia passiva ut sic esse fa- passiva quatenus passiva est; quia potencia seu impressioni amoris. Respondetur pr~­ scilicet, vel removendo obiectum sen con-
mo, cum voluntas nude sumpta ex se :nt siderationem eius, quod non potest prae-
...

342 343
Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 11
colabo~ando con el mismo objeto o conocimiento, lo cual supone que la volun- modo de acto primero. Y, con referencia a los mismos, decimos que esta ta-
tad. ~sma e~ causa efi~iente, al menos parcial, de ese amor, y de esta manera cultad tiene libertad en cuanto es efectiva de dichos actos, y no formalmente
la mdiferencta de la hbertad queda siempre reducida a la facultad de hacer en cuanto es receptiva, ya de esos mismos actos, ya de otra cosa ordenada a
algo en cuanto tal.
~- ~ d
21. De qué clase es la libertad divina.- En qué radica la libertad creada.- 22. De acuerdo con la opinión de los filósofos.- y,
en este sent1 o, to os
Se dirá, por último, que en Dios hay libertad perfectisima, a pesar de no con- los filósofos en especial Aristóteles, explican nuestra hbertad por el poder de
SIStir formalmente ~n ~a. facultad de obrar. Y _se demuestra esto, no sólo por- obrar y no' obrar, o de obrar lo opuesto; así, en el lib. I de Magn. Moral.,
que la facultad activa umcamente se da en Dms con respecto a las acciones c. 9, dice que está en nuestro arbitrio el hacer cosas buenas Y malas, Y lo. des-
ad e~tra~. mientras ~ue ~a libertad consiste formalmente, y de manera esencial arrolla ampliamente en m de la Etica, sobre todo. en el c. S; pero. los bienes
y pnmana, en el ~smo ac~o de amor, que es inmanente en Dios, para hablar y los males morales de que se trata alli, consisten formal Y propiamente · en
a ~uestro n:todo, smo tamb1én porque -como diremos después- la potencia los actos de la mis~a voluntad. Por eso concuerdan también con es.ta verdad
activa en Dm~ es conceptualmente distinta de la voluntad; pero sólo la volun- expresiones semejantes de la Sagrada Escritura: Quien pudo prevancar ~ no
tad es potenc~a formalm~nte libre, según diremos poco más abajo. Se responde prevaricó, hacer el mal y no lo hizo, Eccles .. 31; y aquélla: O haced el arbol
que nos referrmos a la hbertad creada, que se ejerce próxima y primariamente bueno y su fruto bueno, o haced el ~rbol malo y su fruto m~lo, Mt., 12. _Sa~
sobre los actos de la misma facultad libre. Pues -como rectamente observó Agustín, exponiendo estas palabras, hb. C~ntra Ad•mant. Mamch., c. 26, dice.
Escoto, In 1, dist. 39, § Quantum ad primum dico quod voluntas- la libertad Cae bajo el poder de la voluntad el cambiarse de tal "'!anera que pueda ,obrar
pue<:Je entenderse o en orden a los diversos ·actos inmanentes en la misma po- el bien. Y Metodio, lib. De libero arbitrio, explica la libert~d por la razo':' de
tencia, o en orden a los diversos objetos, o en orden a. los diversos efectos ex- que se ha conferido al hombre el poder de ~acer lo que qu~era; algo se.me¡ante
trínse~os. Esta última relación o indiferencia es posterior y cuasi consiguiente se lee en Basilio, homilla Quod Deus non s'l.t auctor malorum; en Nacmnce??,
a la libertad, en cuanto la potencia que quiere libremente es también eficiente orat. 1, y en otros que se han de citar más adelante. Por '?!timo, el Concilio
de aquello que quiere, o puede aplicar una potencia que lo efectúe. En cambio, de Trento, sesión VI, c. 4, cán. 4 y S, para defender la hbertad de nuestra
la ~egunda ~el~ción. es. form~mente requerida y por sí misma suficiente para puntad, . enseña que ést~ no ~e compor~a _en sus actos de modo mer~ente
la libertad, si tiene mdiferencia; no obstante, el tener esta indiferencia en el mis- Jlllli.yo, sin<> que los realiZa activamente, msmuando que el uso d~ la hbertad
mo acto inmediatamente con respecto a los objetos sin ninguna adición o in- .~ en ]a acción, y la facultad de la libertad en alguna potencia_ en cuanto
mutación es propio de solo Dios, como demostraremos más abajo al ocuparnos Ctf.va, Con eato queda demostrado también que entre. las causas _efi_crente~ c~ea­
de El, y por ello la libertad de la voluntad divina no existe formalmente en daJ: .Jaay algunas que obran libremente, lo cual constituye el ob¡etivo prmcipal
una facultad activa, ni tampoco en una facultad receptiva, sino sólo en cierta de la. presente disput~ción.
eminencia del mismo acto purísimo. La libertad de la criatura, por el- contra- 23. Ahm" se ofrecla ocasión de explicar cuál sea esta facultad qne goza
rio, no puede determinarse a los objetos sino por mediación de algunos actos de tal libertad en su operación. Además, cuál sea su indiferencia, Y en qué
segundos añadidos a la facultad libre, respecto de los cuales sea indiferente por resida. Pero estas cuestiones se tratarán al resolver los argumentos, pues cada
una de ellas acarrea graves dificultades en virtud de los argumentos propuestos.

stare nisi aliquid agenda seu volendo, vel tas intelligi potest aut in ordine ad diversos eorumdem dicimus libertatem inesse huius- operari. Et Methodius, lib. de Libero ar-
non cooperando ipsi obiecto vel cognitioni, actus immanentes in ipsa potentia, aut in modi facultati quatenus est activa talium bitrio, per hoc libertatem declarat, quod
quod supponit voluntatem ipsam esse cau- ordine ad diversa obiecta, aut in ordine ad actuum, et non formaliter quatenus recep- homini data est potestas faciendi quae ve-
sam efficientem saltem partialem ipsius diversos effectus extrinsscos. Haec ultima tiva est vel ipsorum actuum vel alterius rei lit,· et similia leguntur apud Basilium, ha-
amoris, atque ita semper indifferentia liber- habitudo seu indifferentia est posterior et qua e ad ipsos ordinetur. mil. Quod Deus non sit auctor malorum;
tatis reducitur ad facultatem aliquid agendi, quasi consequens Iibertatem_, quatenus po- 22. Secundum philosophorum senten~ Nazianz., orat. 1 ~ et alias infra referendos.
quatenus talis est. tentia libere voleos est etiam efficax eorum tiarn.- Atque ita philosophi omnes, prae- Ac denique Conc. Tridentinum, sess. VI,
21. Libertas divina qualis.- Libertas quae vult, seu applicare potest potentiam sertim Aristoteles, nostram libertatem de- c. 4, et can. 4 et 5, ut nostrae voluntatis.
creata in qua sita.- Dices tandem in Deo quae illa efficiat. Secundus autem respectus clarant per potestatem agendi et non agendi, libertatem tueatur, docet eam in suis acti-
esse perfectissimam libertatem, cum tamen est formaliter requisitus et per se sufficiens vel oppositum agendi, ut lib. 1 Magn. Mo- bus non mere passive se habere, sed active
______,.il!,.a,_~~o?',rm~a.,l,.it"er¡:_"'n'"o~nc_oc"o"n"s"'is"t"at<_!!iDL.!Jfaª'c;¡ul¡¡tilautJ>e_ _.ad-J.-ib@l'-t-atem,------si--in-eo----sit-indiffe:rentia ;- ta- ·.1!!---- _¡-~,~9,__ ait_ in nostro arbitrio esse bond illos operari, insinuans usum Iibertatis con-
agendi. Quod probatur, tum quia facultas malaque facere, quod late prosequitur 111 sistere in actione, facultatem autem liberta~
:f~~tr~~ ~b~r:~u:n:~ r;~¡~~~e~c~~n~~ ~: f:e:~a~=~~s~~~!e~~~!~:u: !f::~~~ Ethic., praesertim c. 5; bona autem et ma-
la moralia, de quibus ibi est sermo, for-
tis in potencia aliqua quatenus activa est.
Atque ita simul probatum relinquitur inter
se- pruno est in ipso actu amoris, qui est ditione vel iriunutatione ulla, est proprium maliter ac proprie consistu.nt in actibus ip- -
immanens in Deo, ut nostro more loqua- solius Dei, ut infra ostendemus de ipso dis- causas efficientes cteatas aliquas esse libere
sius voluntatis. Unde etiam huic veritati agentes, quod in praesenti disputatione prin-
mur; tum etiam quia, ut infra dicemus, putantes, et ideo libertas divinae voluntatis consonant similes Scripturae locütiones : Qui
potencia activa in Deo est racione distincta non est formaliter in facultate agendi, neque potuit transgredí et non est transgressus _, cipaliter intendimus.
a voluntate; sola autem voluntas est poten- etiam est in facultate recipiendi, sed in sola facere mala et non fecit, Eccles. 31; et ill.a: 23. lam vero occurrebat declarandum
tia formaliter libera, ut paulo post dicemus. eminentia quadam ipsius purissimi actus. Aut facite arborem bonam et fructum eius quaenam sit haec facultas sic libera in agen-
Respondetur nos Ioqui de libertate creata, At vero libenas creaturae non potest deter- bonum, aut facite arborem malam et fruc- da. ltem qualis sit indifferentia eius, et in
quae proxime ac primario exercetur cixca minari ad obiecta nisi intercedentibus ali- zum eius malum, Matth. 12. Quae verba trac- quo posita sit. Sed haec inter solvenda ar-
actus ipsiusmet facultatis liberae. Ut enim quibus actibus secundis qui addantur ipsf tans' Augustinus_, lib. contra Adimant. Ma- gumenta tractabuntur; singula enim ex ar-
recte notavit Scotus, In 1, dist. 39, § Quan- facultati liberae, respectu quorum sit indif- nich., c. 26: In vol~ntatis potestate (inquit) gumentis propositis graves postulant diffi-
tum ad primum dico quod voluntas, liber- ferens per modum actus primi. Et respectu positum est ita mutari t~t bonum possit cultaÚ~:s.
344 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 111 345
¡
1
3. En cambio, otros más antiguos estiman que, de la hipótesis de que
SECCION 111 Dios oh_re por necesidad natural, no se sigue que toda causa segunda obre por
.~ SI ENTRE LAS CAUSAS EFICIENTES PUEDE HABER ALGUNA QUE OBRE LIBREMENTE,
necesidad, sino que el efecto puede ser contingente por razón de la causa pró-
xima, aun cuando la primera influya por necesidad natural. El fundamento está
SI LA PRIMERA CAUSA OBRA POR NECESIDAD; Y, EN GENERAL, SI LA LIBERTAD
en que, cuando el efecto depende de varias causas, puede tener una peculiar
DE LA ACCIÓN EXIGE QUE SEAN LIBRES TODAS LAS CAUSAS QUE EN ELLA INFLU-
condición o defecto por razón de una causa, y no por razón de otra. Así, por
YEN, O BASTA CON QUE LO SEA UNA
ejemplo, Q.e dos asentimientos a las premisas, uno cierto y otro incierto, resulta
l. Así, pues, el primer argumento plantea ante todo la cuestión de si la un asentimiento incierto a la conclusión; y de una causa primera perfecta y una
causa primera obra libremente o por necesidad natural; pero esto debe tra- segunda defectuosa se sigue un efecto imperfecto; porque, como suele decirse,
tarse después, en una disputación peculiar sobre las perfecciones divinas; aquí lo bueno es bueno por su causa íntegra, y lo malo lo es por cualquier defecto.
suponemos que realiza de manera no necesaria, sino libre, todo lo que obra pro- Asl, pues, para que el efecto sea libre o contingente puede bastar la libertad
piamente fuera de si, lo cual no es sólo cierto por la fe, sino que también de la causa segunda, aunque la primera obre necesariamente. Porque, depen-
,,
1
creemos que se puede demostrar suficientemente por la razóD. natural, como pon- diendo el ·efecto de ambas causas, se requiere el influjo de una y otra para
¡: dremos de relieve en el lugar citado. Con esto queda resuelto aquel primer que se siga el efecto; en cambio, para que no se siga es suficiente con que
argumento, negando el antecedente. falte una de las dos causas; y, por igual razón, para que el efecto se siga ne-
¡r 2. Opinión y fundamento de Escoto.- Todavía queda, empero, una cues- cesariamente, es .preciso que ambas causas influyan de manera necesaria; mas
,j tión hipotética en torno al mismo argumento: aunque Dios obrase por nece- para que sea libre o contingente basta con que una de las dos pueda no in-
sidad natural, ¿seguirla siendo inteligible que la causa creada obrase libre- fluir. De esta manera, poco más o menos, lo sostienen Cayetano, 1, q. 14, a. 13,
mente? Porque esta cuestión es controvertida entre Escoto y los principales se- a propósito de ad 1, y q. 19, a. 8; el Ferrariense, 11 cont. Gent., c. 67, a pro-
1
guidores de Santo Tomás. En efecto, aquél niega absolutamente la posibilidad pósito de la razón 5; y Capréolo, In I, dist. 38, quienes atribuyen esta opinión
de que una causa segunda obre libremente si la primera obra por necesidad natu- a Santo Tomás, porque en los lugares citados afirma que, si bien la ciencia de
ral; y piensa que Aristóteles, o cualquier otro filósofo que enseñó simultánea- Dios es causa necesaria, de ella provienen efectos contingentes, ya que su in-
mente estas dos cosas -que Dios obra por necesidad, y el hombre con liber- flujo queda modificado en la causa segunda; y cosas semejantes mauifiesta el
tad-, mantuvo extremos contradictorios. El fundamento de Escoto se ha in- mismo Santo Tomás en De Veritate, q. 2, a. 14, ad 5, y q. 5, a. 9, ad 10.
dicado arriba en el primer argumento, y estriba en que la causa segunda no Igual opinión defiende Gabriel, In I, dist. 38, q. única, a. 1, en su 2.• parte;
obra si no es movida por la primera; por tanto, si la primera obra y mueve y Palacios, disp. 2.
necesariamente, es preciso que la segunda se mueva y obre con la misma ne- 4. De estas dos opiniones, una y otra encierran parte de verdad, pero nin-
cesidad. Asl lo expone Escoto, In I, dist. 1, q. 1; dist. 4, q. 4; dist. 38, ad 1; guna explicó ni fundamentó exactamente el problema; pues aquella cuestión
dist. 39, § Quantum ad primum; e In 11, dist. 1, q. 3; lo mismo opinan los condicional o hipotética es susceptible de diferentes sentidos, que conviene dis-
partidarios de Escoto, según puede verse en Córdoba, lib. 1, q. 55, duda 4; tinguir porque, en conformidad con ellos, la cuestión habrá de definirse de
siguen igual sentencia algunos de los modernos comentadores de Santo To- diferentes modos.
más, en 1, q. 19, a. 8.
3. A1ii vero antiquiores ex1st1mant ex sequatur, necesse est uttamque causam ex
SECTIO III gi posset causa creata libere efficiens; haec illa hypothesi quod Deus ex necessitate na- necessitate influere; ut autem sit liber vel
UTRUM IN CAUSIS EFFICIENTIBUS POSSIT enim quaestio controversa est inter Scotum turae operetur, non sequi omnem causam contingens, satis est ut altera possit non
ESSE ALIQUA LIBERE AGENS, SI PRIMA CAUSA et praecipuos sectatores D. Thom. lile enim secundam ex necessitate operari~ sed posse influere. Ita fere Caietanus, I, q. 14, a. 13,
EX NECESSITATE OPERETUR; ET IN UNIVER- absolute negat fieri posse ut causa secunda esse effectum contingentem ratione causae circa ad 1, et q. 19, a. 8; et Ferrar., 11
SUM AN LIBERTAS ACTIONIS REQUIRAT LI- libere efficiat, si prima agit ex necessitate proximae, quamvis prima naturali necessj- cont. Gent., c. 67, circa rationern S; et
BERTATEM IN OMNIBUS CAUSIS IN ILLAM IN- naturae; putatque Aristotelern, vel quern- tate influat. Fundamentum est quia quan- Capreol., In 1, dist. 38; qui hanc senten-
FLUENTIBUS, VEL IN UNA SUFFICIAT cumque alium philosophum qui illa duo do effectus pendet a pluribus causis, potest tiam tribuunt D. Thom., eo quod praedictis
simul docuit, scilicet, Deum necessario et habere peculiarem cond.iüonem aut defectum
l. Primum igitur argumentum petit im- ratione unius causae et non ratione alterius. locis dicat quamvis scientia Dei sit causa
hominem libere operari. contradictoria _do- necessaria, ab ea prodire effectus contingen-
primis an prima causa libere operetm vel Sic enim ex· duobus assensibus praemissa-
cuisse. Fundarnenturn Scoti est supra tac- tes, quia influxus eius modificatur in causa
ex necessitate naturae; sed hoc tractandum rum, altero certo et altero incerto, efficitur
est infra in propria disputatione de divinis turn in primo argumento, scilicet, quia causa assensLJs conclusionis incertus, et ex cause. secunda; et similia habet idem D. Thom.,
perfectionibus; hic supponimus non neces- secunda non agit nisi mota a prima; un de prima perfecta et secunda defectuosa, sequi- q. 2 de Veritate, a. 14, ad S, et q. 5, a. 9,
sario, sed libere efficere quidquid proprie si prima necessario agit et movet, secundam tur effectus imperfectos; quía, u_t dicitur, ad 10. Earndem opinionem tenet Gabriel,
extra se efficit, quod non solum fide cer- eadem necessitate moveri et agere necesse bonum ex integra causa et malum ex quo- In 1, dist. 38, q. unica, a. 1, part. 2 illius;
tum est, sed etiam naturali ratione suffi- es t. Ita habet Scotus, In I, dist. 1, q . .1; cumque defectu. Sic igitur, ut effectus sit et Palados, disp. 2.
cienter probad posse credimus, ut dicto loco dist. 4, q. 4; dist. 38, ad 1; dist. 39, liber aut contingens, sufficere potest libertas 4. Utraque ex his sententiis aliquid ve-
ostendemus. Atque ita solutum manet illud § Quantum ad primum; et In 11, dist. 1, causae secundae, quamvis causa prima ne- rum continet~ neutra tamen exacte rem de-
primum argumentum, negando anteceden<>. q. 3; et idem sentiunt sectatores Scoti, ut cessario operetur. Nam, cum effectus pen- claravit aut confirmavic; illa enim condi-
2. Scoti sententia et fundamentum.- videre licet apud Cordubam, in I lib., q. 55, deat ah utraque causa, utriusque influxus tionalis seu hypothetica quaestio piures pot-
Adbuc tamen manet circa idem argumen- dubio 4; et eamdem sententiam sequuntur requiritur ut sequatur effectus; ut autem est habere sensus, quos oportet distinguere;
tum hypothetica quaestio, utrurn, licet Deus nonnulli ex modernis commentatoribus D. non sequatur, satis est quod altera causa nam iuxta illos diversis modis quaestio de"
ageret ex necessitate naturae, adhuc intelli- Thomae, I, q. 19, a. 8. desit; et pari ratione~ ut effectus necessario finienda est.
346 Disputaciones metafísicas 347
Disputación XIX.-Sección III
6. De qué clase de perfección es la libertad.- Se objetará: la libertad
Primer sentido de la cuestión y de su resolución requiere una perfección mezclada de alguna imperfección, a sabe~, la poten-
5. Así, pues, el primer sentido es: si en la primera ·causa no hubiese li- cialidad o .la mutabilidad, y por este capítulo puede no resultar ev1d~nte aque-
bertad al obrar, ¿podría haberla en alguna causa segnnda? En este sentido debe lla consecuencia. Por eso, también nosotros reconocemos que en la criatura hay
negarse en absoluto que alguna causa segunda pueda ser libre si la primera libertad con indiferencia para varios actos, pero no en Dios. Se responde ne-
no lo es. En tal ,sentido es cierta la afirmación de Escoto de que estaban alu- gando el antecedente, porque la libertad, considerada preci~~ y absol?ta?lente_,
cinados los filósofos que dijeron que Dios obra por necesidad natural, v los no iocluye imperfección algnna, ya que puede salvarse admiuen~o _la mdiferen-
hombres libremente; a pesar de que ni Escoto pretende dar este sentido ·ni la da para Jos objetos o efectos sin ninguna co~posición. ~ pot~nc1al1dad re.specto
razón que esgrime lo demuestra, según veremos. Consiguientemente, la primera de los diversos actos, y únicamente expresa cierto domm10 e mdepen~enc1a con
razón es que, si Dios no posee libertad, la criatura no pUede participar de relación a tales cosas u objetos. Y de este modo hay libertad en Dws, puesto
ella. Se dirá: de igual modo podría argumentar alguno que, como Dios no que es la libertad por esencia; en _cambio; en la c~~atura e~ste única~en~e por
tiene sentidos, tampoco puede la criatura participar de ellos. Respondo que participación, por lo que lleva aneJa esa rmperfecc10n que mc_luye la mdiferen-
.cia para actos .diversos, en la cual todo lo que hay ~e poten":'~lidad y ~e co~­

r
no hay semejanza, ya que la libertad en cuanto tal pertenece a la perfec-
ción absoluta, y si ésta no se encuentra en Dios formalmente, tampoco puede posición implica imperfección; per?, supuesta :sta 1mpe~eccmn, la rmsma !?-
,, darse en la criatura. Por ello, seria más .semejante el argumento de que, si en diferencia y dominio sobre el prop1? acto e~trana ~erfeccwn_; .Y esta perfecc~~n
1' Dios no hubiese conocimiento, tampoco podría haberlo en Ja criatura y, con- no podria ser participada por la cnatur~ s1 en ~10s no e:x1st1~se la ~erfeccwn
!
secuentemente, no P.odría haber entendimiento ni sentidos. La segunda razón misma de la libertad pura y exenta de 1mperfeccwnes. Y no ttene vahdez con-
está en que, si alguna causa segunda es capaz de libertad, lo será en grado sumo tra este sentido la razón de la segunda sentencia; porque esa razón supone que,
la criatura intelectual; pero, si ~n Dios no hay libertad de obrar, tampoco pue- manteniéndose la necesidad de Dios al obrar, hay causas segundas libres, y ya
de haberla en la criatura intelectual; luego. La menor se demuestra porque demostrarnos que de la antedicha hipótesis se signe lo contrario de esto.
Dios es intelectual por esencia, mientras que la criatura lo es por participación;
luego cuanta perfección pueda excogitarse en el grado iotelectual, de donde naz- Segundo sentido de la cuestión y su resolución
ca la libertad, se encuentra de manera más excelente en Dios. Así, por ejemplo,
la perfección intelectiva, el conocimiento universal de todos los bienes, la inma- 7. El segnndo sentido de la cuestión es : si sucediese, por un imposible,
terialidad de las potencias, la no necesaria conexión con los bienes extrínsecos que Dios obrase por necesidad natural y la criatura tuviese nna facultad ope-
o independ~ncia de las cosas externas, o si hay alguna otra cosa parecida que rativa libre por su naturaleza, ¿impediría Dios, por razón de su natural modo
pueda ser razón de la libertad, ya por parte del objeto, ya por parte del sujeto de obrar el uso de la libertad en la criatnra hasta el punto de que, de hecho,
,, o de la propia naturaleza, todo lo que es de este tenor -repito- se encuentra no tuvie~e una acción libre, aunque poseyese una potencia libre? Ciertamente,
en Dios de modo más excelente.- Consiguientemente, si todas estas cosas no parece que la parte negativa se sigue . ~on _evidencia de . la opinión d~ algunos
pueden ser suficientes en Dios para que sea libre en su obrar_, tampoco serán tomistas, que estiman que para la acc10n hbre de la crtatura es suficiente q~e
suficientes en Ja criatura. obre mediante una facultad de suyo libre y que no sea arrastrada necesaria-

Primus quaestionis sensus eiusque resolutio 6. Libertas cuiw. generis perfectio.- actum, perfectionis est, quae perfectio non
turar esse non posset, et consequenter neque Obiicies: libertas requirit perfectionem ad- posset participari a creatura nisi in Deo
intellectus neque sensus. Secunda ratio est, mixtam alicui imperfectioni, nimirum po- esset iosa perfectio libertatis pura et sine
5. Primas igitur sensus est, si in pri- quia si aliqua causa secunda est capax li- tentialitati vel mutabilitati, et ex hoc capite imperfectionibus. Neque contra hunc sen-
ma causa non esset libertas in agenda, an bertatis, maxime intellectualis creatura; sed potest non esse evidens illa consecutio. sum procedlt ratio secundae sententiae; nam
posset esse in aliqua causa secunda. Et in si in Deo non est libertas in agendo, neque Unde nos etiam fatemur in creatura esse illa supponit quidem, stante necessita~e Dei
hoc sensu negandum omnino est pos se ul- in creatura intellectuali es se potest; ergo. libertatem CUJO indifferentia ad varios ac- in agenda, esse causas secundas hberas,
lam causam secundam esse Jiberam si pri- Probatur minar, nam Deus est intellectualis tus, non tamen in Deo.. Responde~ ne- cuius oppositum ostendimus sequi ex prae-
ma non sit. Quo sensu verum est quod Seo- per essentiam, creatura per participationem; gando assumptum; nam libertas praeClse et dicta hypothesi.
tus ait hallucinatos fuisse philosophos di- ergo quidquid perfectionis in gradu intellec- absolute sumpta nullam includit imperfec-
~------"ce"""''""'"'__¡:n)(e"numR-:aag&•'"'""'-'""'X'-"R,.e<>S@O!S;sscilitEaai!<te,_,a,.a>tn""""""'""'--ttuuaallii--ecxxcoooggitarl-potest, unde uriatul'--liber- tionerii, quia salvad potest cum indifferen- Secundus quaestionis sensus eiusque
homines vero libere; quamquam nec Scotus tas, excellentiori modo est in Deo. Ut, verbl tia ad obiecta vel effectus absque ulla com- resolutio
hunc sensum intendat nec ratio eius illum gratia, perfectio lntelligendi, universalis co- positione vel potentialitate respectu diver- 7. Secundus sensus quaestionis est, si
probet, ut videbimus. Ratio ergo prima est, gnitio bonorum omnium, immaterialitas po- sorum actuum, solumque dicit domin~um per impossibile contingeret Deum agere ex
quia si Deus non habet libertatem, non est tentiarum, non necessaria connexio cum ex- quoddam et independentiam respectu tahum necessitate naturae, creaturam autem habere
unde creatura illam participe!. Dices: eo- trinsecis bonis seu independencia ab exter- rerum seu obiectorum. AtQue hoc modo est facultatem agendi ex natura sua liberam, an
dem modo argumentad quis posset, quia nis rebus, vel si quid aliud eiusmodi est, libertas in Deo, quia est libertas per essen- Deus, propter suum naturalem modum agen-
Deus non habet sensum, non esse unde quod vel ex parte obiecti vel ex parte sub- tiam · in creatura vera est tantum per par- di, impediret in creatura usum _Iibertati~,
creatura illum participe!. Respondeo non es~ iecti seu proprlae naturae e:sse possit ratio ticip~tionem, et ideo habet illam imperfec- ita quod de facto non haberet actmnem li-
se simile, quia libertas ut sic pertinet ad Ilbertatis, quidquid (inquam) huiusmodi est, tionem adiunctam quam includit indifferen- beram, etiamsi haberet potentiam liberam.
perfecrionem simpliciter, quae si in Deo excellentiori modo in Deo invenitur. Si ergo tia ad diversos actus, in qua quidquid est Et quidem pars negativa videtur rnanifeste
non sit formaliter, neque in creatura esse haec omnia in Deo satis esse non possunt potentialitatis et compositionis, imperfectio- sequi ex quorumdam thomistarum opinione,
potest. Unde similius argumentum est quod ut sir in agenda liber, neque in creatura nis est; supposita vero .hac ~perfecti?ne, qui existimant ad liberam actionem creatu-
si in Deo non esset cognitio, etiam in crea~ satis erunt.
ipsa indifferentia et dommatus m propnum rae satis esse quod per facultatem ex se li-
Disputación XIX.-Seccion lil 349
348 Disputaciones metafísicas
y el objeto indiferente de suyo, es decir, que por sí mismo no sea suficiente para
mente o determinada a una sola cosa por el objeto. Pero Dios no eliminaría imprimir necesidad a la faculta<!. Efectivamente, esta opinión supone que nin-
estas dos condicionesa aun cuando, por necesidad natural, obrase con todo su guna otra causa puede inferir necesidad a la voluntad si no es el objeto o me-
poder en la voluntad y con la voluntad creada; luego, no obstante ese modo de diante el objeto, lo cual es falso; porque también Dios puede imprimir nece-
úbrar de Dios, la criatura seguiría obrando libremente. sidad a la voluntad, no como objeto, sino como agente de potencia infinita. Más
8. Ahora bien, este fundamento es falso y ofrece una grave ocasión de aún: si la voluntad únicamente pudiese recibir necesidad del objeto, nunca po-
errar en la presente materia. Porque, en primer lugar, no distingue suficiente- dría apartarse de su modo connatural de obrar o moverse necesariamente, a no
mente entre estos dos extremos : poseer una facultad libre y tener exoedito el ser cuando ella misma, por su naturaleza y por su impulso intrínseco, es lle-
libre uso de tal facultad, . siendo así ~ue son .muy distintos; pues e( primero vada de manera necesaria. Porque el objeto, en cuanto objeto, no mueve a la
pertenece a la sola potenc1a o acto pr1mero, m1entras que este último pertenece voluntad de modo preternatural, sino máximamente connatural e intrínseco, y
al acto segundo. Pero, aun cuando no pueda darse un acto libre sin facultad por ello el objeto, en su orden, no mueve necesariamente a Ja potencia que, por
li?re, porque el acto segundo y vital supone esenciaJmente el primero, en cam- lo demás, es libre, sino cuando ella misma no es libre con respecto a tal objeto;
biO puede darse una facultad libre sin uso de la libertad no sólo cuando no luego si la voluntad sólo puede ser movida necesariamente por medio del ob-
obra, sino que también al obrar es impedida de tener sob;e su acto el dominio jeto, en realidad no es movida necesariamente acerca de aquello para lo cual
que por su naturaleza podría tener. Porque este dominio consiste en el poder era libre de suyo, de igual modo que en el cielo la voluntad es atraída nece-
de n~ hacer aquello que uno está haciendo, o de hacer otra cosa. Mas puede sariamente por Dios en cuanto objeto visto con claridad, porque ella misma
ocurnr que un agente que, por lo demás, es de suyo indiferente, sea de tal ma- no es libre, de suyo, con respecto a tal acto.
nera arrastrado o determinado a obrar por otro agente superior que con res- 10. Así resulta que, de aéuerdo con aquella opinión1 Dios nunca puede
pecto a esa acción_ o modo de ob~ar, no tenga potestad de no obrar: y enton- mover necesariamente la voluntad a un acto para el cual ella es libre por si
ces, conservando libre la facultad Innata, puede verse privado del uso de la li- misma; pues, o Dios propone un objeto que de suyo es suficiente para mover
b_ertad. ~e confirma, porque todos los teólogos enseñan que Dios puede infe- necesariamente a la voluntad, y entonces la voluntad no es realmente libre de
rrr neces~dad a nuest~a .voluntad; pero en ese caso no quitaría la facultad libre, suyo para tal acto, con lo cual no sufre ninguna necesidad extrínseca, o pro-
~a que esta no ~e, distmgue d~ Ja vol~nt~d misma, sino que impediría su uso pone un objeto que, en su género, no puede mover necesariamente a la volun-
libre Y lo co?vertlrm en necesano. Constgrnentemente, deben distinguirse esas dos tad, y en virtud de ese objeto nunca se moverá necesariamente la voluntad, a
cos~s; y ~lOS puede hac~r que una facultad, siendo libre de suyo y perma- no ser que Dios imprima necesidad por otra parte. Se dirá: puede proponerse
~ectendo hbr~ en acto pnmero acerca de algún objeto, no sea llevada hacia él un objeto de suyo insuficiente para mover necesariamente, pero· de tal modo o
hbremente, smo por alguna moción necesaria que impida el uso de la libertad. bajo tal juicio que infiera necesidad a la voluntad. Respondo: en primer lugar,
Paree; que en esto concuerdan los teólogos, In II, dist. 15, y lo supone Santo eso no puede ocurrir sin un juicio falso, a saber, juzgando que es el sumo bien
Tomas, I-II, q. 6, a. 4; y lo defiende Escoto, In IV, dist. 49, q. 6, § Duo ergo. o el bien necesario lo que no es tal, y Dios no puede infundir ese juicio. Ade-
más, aun admitiéndolo, la voluntad no se movería entonces como potencia libre
9. De aqu.f se sigue, adem.ás, que es falso lo que aquella sentencia supone
de suyo, sino como potencia determinada a una sola cosa; pues, así como por
de que para el uso y el acto hbre basta con que la facultad sea libre de suyo
liberam et obiectum ex se indifferens seu 10. Arque ita fit ut iuxta illam senten-
beram operetur et quod ab obiecto non ne- vel aliud agendi. Fieri autem potest ut quod per se non sufficiat ad inferendam tiam Deus nunquam possit necessitare vo-
cessario trahatur, seu ad unum determine- agens alioqui ex se indifferens ita feratur necessitatem facultati. Nam haec sententia luntatem ad actum ad quem ipsa ex se est
tur. Haec autem duo non auferret Deus, v.el _determinetur ad agendum ab alio supe- supponit nullam aliam causam posse infer- libera; narn vel Deus proponit obiectwn ex
etiarnsi ex necessitate naturae tota sua po- rtori agente ut respectu talis actionis seu re necessitatem voluntau nisi obiectum vel se sufficiens ad movendum necessario vo-
testnte in voluntate et cum voluntate creata modi agendi non habeat potestatem non mediante obiecto, quod falsum est; nam luntatem, et tune revera voluntas non est
ageret; ergo, non obstante illo modo agen- agendi, et sic retinendo innatarn facultatem etiam Deus potest inferre necessitatem vo- ex se libera ad talem actum, et ita nullam
di Dei, adhuc creatura libere ageret. liberam potest privad usu libertatis. Con- luntati, non ut obiectum, sed ut agens in- patitur extrinsecam necessitatem; vel pro-
8. Hoc vero fundamentum falsum est et firmatur, nam omnes theologi docent posse finitae potentiae. Immo, si voluntas solum ponit obiectum quod in suo genere non est
magnam praebet occasionem errandi in hac Deum inferre necessitatem voluntati nos- ab obiecto necessitatem pati posset, nun- pateos necessario movere voluntatem, et ex
materia. Imprimís enim non satis distinguit trae; tune autem non auferret facultatem quam posset extrahi a suo connaturali ope- vi ralis obiecti nunquam voluntas necessa-
inter haec duo, scilicet, habere facultatem liberarn, quia haec non distinguitur a vo- randi modo, aut necessario moveri, nisi rio rnovebitur nisi aliunde Deus inferat ne-
-'-------lililllleerrlaJ!fmn-e.,tHh"""'b"'er"e>-<e"'X"'I'"eWdit"ttlemm--l!;tib'"e"·"""n.,.,-t""'""""n">--rnluntate ipsa, sed impedhet libemm usum quando ipsa ex natura sua et intrinseco im- cCssitatem. Dices: potest proponi obiectum
talis facultatis, cum tamen valde distincta eius et in necessarium commutaret. Sunt petu necessario fertur. Narn obiecturn, ut
de se insufficiens ad necessario movendum,
sint; nam illud prius ad sola m potentiam ergo illa duo distinguenda; potestque facere obiectum, non movet voluntatem praeterna-
turali modo, sed maxime connaturali et in- eo tamen modo vel sub tali iudicio ut ne-
seu actum primum pertinet, hoc vero pos- Deus ut facultas, ex se libera et rnanens Ji..; cessitatem inferat voluntati. Respondeo, pri-
terius ad actum secundum. Quamvis autem bera in actu primo circa aliquod obiectum, trinseco, et ideo obiectum in suo genere
non movet necessario potentiam alioqui li- mum, id fieri non posse absque iudicio fal-
actus liber esse non possit absque facultate non libere feratur in illud, sed ex necessa- so, nirnirum, iudicando esse summum bo-
libera, quia actos secundus et vitalis essen- ria aliqua motione quae usum libertatis im- beram, nisi quando ipsa respecto talis ob-
iecti non est libera; ergo si vol untas solum num vel bonum necessarium quod tale non
tialiter supponit prirnum, at vero facultas pediat. In quo videntur convenire theologi est, quod iudicium Deus immittere non
libera potest esse absque usu libenatis, non In 11, dist. 15, idque supponit D. Thomas: potesr necessitari medio obiecto, revera non
necessitatur circa id ad quod de se erat potest. Deinde, etiam illo pasito, voluntas
solum quando non operatur, sed etiam dum 1-11, q. 6, a. 4; et tenet Scot., In IV,
operatur impeditur ne illud dorninium ha- dist. 49, q. 6, § Duo ergo. libera, ut in patria voluntas necessitatur a tune non move.retur ut potentia ex se li-
beat in suum actum, quod ex natura sua 9. Ex quo ulterius sequitur falsum esse Deo ut obiecto ciare viso, quia ipsa de se bera, sed ut potentia determinata ad unum,
habere posset. Consistit enim hoc dominium quod illa sententia supponit : ad usum et respectu talis actos non est libera. quia sicut natura sua fertur non tantum
in potestate non agendi id quod quis agit, actum liberwn satis esse facultatem ex se
350 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.--Sección 11I 351
su naturaleza tiende no sólo al verdadero bien, sino incluso al bien aparente, es legítima la consecuencia de que en tal caso no habría en la voluntad creada
igualmente por su naturaleza tiene aptirud para ser movida necesariamente ha- ningún uso o acto libre.
cia el bien en apariencia necesario. Y de este modo nunca se salva el que la 12. Si Dios obrase por n~cesidad natural, no se daría en las causas ningún
voluntad pueda ser movida necesariamente por Dios a un acto que realizaría. ejercicio de la libertad.- En este sentido, parece que debe decirse que, dada aque-
libremente por sí misma. Pcro esto es, en verdad, falso y contrario a la opinión lla hipótesis, no queda ningún uso de la libertad eu el agente creado. Y también en
t:omún, y niega la omnipotencia de Dios. Porque, siendo El autor y dueño de este sentido dice con verdad Escoto que erraron los filósofos que sostuvieron
la voluntad, puede moverla e impulsarla como quiera para que obre necesaria- que Dios obra por necesidad natural y admitieron efectos libres y contingentes
mente, o impedirle en absoluto obrar. Se confirma, ya que el poder que la vo- procedentes de las causas segundas. Mas la razón de Escoto no tiene validez
luntad creada tiene para querer o no querer no goza de eficacia infinita, puesto- en este sentido, ni me resulta aceptable, como diré más adelante. Consiguiente-
que es proporcionado a la virtud finita de tal potencia; lue~o en ambas puede mente, la razón propia debe tomarse de lo dicho poco antes, ya que Dios pue-
ser vencida y superada por un agente extrínseco de virtud infinita, como es de mover la voluntad, por su potencia infinita, de tal manera que le imprima
Dios; consiguientemente, la voluntad creada puede ser movida de tal manera necesidad, según se ha demostrado, y lo mismo podría ocurrir también si ob,rase
por Dios a querer un objeto que por lo demás sea de suyo indiferente, que por necesidad natural, ya que no se afirma que en tal caso tenga menor poten-
la voluntad así movida quede totalmente impotente para resistir o para usar el cia, sino sólo menor indiferencia o libertad; mas si Dios obrase por necesidad
poder que tiene de no querer tal objeto. Es más: que esto pertenece a la om- natural, al actuar sobre la voluntad creada obraría con toda la eficacia que pu-
nipotencia divina parece enseñarlo en alguna ocasión San Agustín, y no sin diese; luego siempre obraría imprimiéndole necesidad y, de esta manera, nunca
razón, puesto que aquel efecto o moción no implica contradicción alguna. Así,. habría uso de la libertad en el agente creado. La menor es evidente, porque
pues, en tal caso, aunque la voluntad sea libre de suyo y no sea movida ne- es condición del agente natural el obrar todo cuanto puede, ya que no tiene
cesariamente por el objeto, no obstante, el uso mismo y el acto no es libre facultad de moderar su acción, es decir, de aplicarla más o menos, puesto que
para la voluntad, ya que un agente superior no le permite hacer uso de su fa- eso únicamente se lleva il cabo mediante una potencia libre.
cultad libre; ni ella puede tener potestad, con respecto al agente superior, para 13. Se responde a una objeción.- Pero quizá dirían los filósofos que Dios,
resistirle cuando emplea su potestad absoluta. al obrar por necesidad natural, no siempre obra todo lo que absolutamente pue-
11. Por tanto, para el acto o uso libre de la voluntad no es suficiente de, sino cuanto exige la naturaleza de las causas segundas, por las que es de~
una facultad de suyo libre junto con la indiferencia del objeto o del juicio, Lerminado a obrar más o menos y de este o de aquel modo. Ahora bien, en pri..
a no ser que, al propio tiempo, una causa superior no infiera ninguna fuerza mer lugar, sólo hablamos en la hipótesis de que la potencia divina tenga ab-
o eficacia preternatural, sino que deje a la voluntad obrar según su modo con- soluta necesidad en su obrar. En segundo término, añadimos ,que, cualquiera
natural, como. afirman también los Padres de la Iglesia que voy a citar en se- que sea la razón por la que se afirme que Dios obra por necesidad natural y
guida. En consecuencia, no es sólido el fundamento de aquella opinión. Por lo no por libertad, no puede tener una determinación de su acción en virtud de
.. cual falta ahora examinar si, sentada la hipótesis de que Dios obrase por ne-
cesidad natural y el hombre tuviese una facultad libre de suyo, no obstante
la capacidad natural de la causa segunda; porque la potencia de Dios no se
refiere adecuadamente a aquella capacidad, sino a una mayor; luego no puede
ser determinado por ella. Pues ¿por qué habría de ser limitado por ella de tal
in verum bonum, sed etiam in bonum ap- ad nolendum tale obiectum. Immo hoc per- sitate naturae, et quod in homine esset fa- tatem illi inferendo, atque ita nunquam esset
parens, ita natura sua nata est necessario tinere ad divinam omnipotentiam aliquando cultas ex se libera, nihilominus recte sequa- in agente creato libertatis usus. Minar patet,
ferri in bonum apparens necessarium. At- docere videtur Augustinus 1, et non imme- tur nullum fore tune in ·voluntate cceata quia haec est conditio naturalis agentis ut
que üa nunquam salvatur quod voluntas rito, cum in illo effectu vel motione nulla usum seu actum liberum. agat quantum potest, quia non habet facul-
possit necessitari a Deo ad actum quem ex involvatur repugnan tia. Tune igitur, quam- 12. Si Deus ageret ex necessitate naturae, tatem temperandi suam actionem, seu magis
se libere eliceret. Quod sane falsum est et vis voluntas ex se libera sit et ab obiecto nullum in causis esset libertatis exercitium.- vel minus illam applicandi, quia hoc non
contra communem sententiam, derogatque non moveatur ex necessitate, nihilominus Bt in hoc sensu dicendum videtur, data fit nisi per potentiam liberam.
omnipotentiae Dei. Nam, cum ipse sit vo- usus ipse et actos non est liber ipsi volun- illa hypothesi, nullum relinqui usum Jiber- 13. Obiectioni satisfit.- Sed dicerent
luntatis auctor et dominus, potest quomodo tati, quia non perrnittitur a superiori agente tatis in agente creato. Atque in hoc etiam fortasse philosophi Deum, agenda ex ne-
voluerit ipsam movere ac impellere ut ne- uti sua libera facultate; nequé: ipsa habet sensu vere dicitur ab Scoto errasse philoso- cessitate naturae, non semper agere quan-
potestatem respectu superioris agentis ad phos ponentes Deum agere ex necessitate tum absolute posset, sed quantum natura
cessario agat, vel impedire ut omnino non resistendum illi sua absoluta potestate utenti. naturae et admittentes effectus liberas et causarum secundarum exigir, a quibus de-
- ______,"g;;ahtn.rtaEot-crc-eonfir:mrmmabtu"rr,-..:nl-a-.m'Dllp;,orrt!tenstarrsvelqt-u"Ia"'m;=----:ccill:'l"c.=:'Il<""itur~::-"a~d~a"ctlUum______seu_USJl.[l)_liher_um
volantas creata habtt ad voiendum vel no- voluntatis non satis est facultas ex se libera
contingentes a causis secundis. Ratio vera terminatur ut magis vel minus et ut hoc
Scoti nec procedit in hoc sensu nec mihi vel illo modo agat. Sed imprimis nos non
lendum non est infinitae efficaciae, cum sit cum indifferentia obiecti seu iudicii, nisi probatur, ut infra dicam. Propria ergo ratio loquimur nisi ex hypothesi, quod divina po-
commensurata finitae virtuti talis poten- etiam superior causa nullam vim seu prae- sumenda est ex paulo antea dictis, quia Deus tencia habeat absolutam necessitatem in
tiae; ergo in utraque potest vinci et su- ternaturalem efficaciam inferat, sed volun- potest per infinitam suam potentiam ita mo- agenda. Deinde addimus quacumque ra-
perari ab cxtrinseco agente infinitae virtu- tatem ipsam sinat suo connaturali modo vere voluntatem ut necessitatem iili inferat, tione dicatur Deus agere ex necessitate na-
tis, ut est Deus; potest ergo a Deo ita operari, ut Patres etiam Ecclesiae ,loquun- ut probatum est, idemque posset etiam si turae et non ex libertare, non posse deter-
moveri creara voluntas ad volendum ob- tur, quos statim indicabo. Non est ergo ex necessitate naturae ageret, quia tune non minationem actionis suae habere ex capa-
iectum alioqui de se indifferens, ut volun- solidum illius sententiae fundamentum. Qua- ponitur esse minoris potentiae, sed solum citare naturali causae secundae; nam po-
ras sic mota impotens omnino sit ad resis- propter videndum nunc superest an, posita minoris indifferentiae seu libertatis; sed si tentia Dei non respicit adaequate illam ca-
tendum vel utendum pote~tate quam haber illa hypothesi quod Deus ageret ex neces- Deus ageret ex necessitate naturae, dum in pacitatem, sed ampliorem; ergo non potest
voluntatem ageret creatam, ageret quanta ef- ah illa determinari. Cur enim ah ea ita li-
1 In Enchir. :ficacia posset; ergo sem"per ageret necessi- mitaretur ut nunquam posset plus agere,
352 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección 1I1 353
modo que nunca pudiese hacer más, siendo así que tiene una potencia mayor?
Reconozco que de aquella hipótesis y de la infinitud de la potencia divina se cede, ¿eliminaría en ese caso la contingencia de la acción e impediría el uso
siguen muchos imposibles; a pesar de todo, sentada dicha hipótesis, sólo se de la libertad? Este sentido es profundamente diverso de los anteriores y se
sigue por referencia extrínseca que Dios, por su potencia, siempre mueve la sigue de varias suposiciones, como consta de manera suficiente. Por eso, en la
voluntad creada de tal modo que le infiere necesidad. Y por eso los Santos afirmación inmediatamente anterior hemos dicho que, de la necesidad de la ac-
Padres atribuyen a la sabiduría divina y a la providencia libre el que, al obrar ción de Dios, habría de seguirse un impedimento del uso de la libertad, ya que
y mover la voluntad creada, se acomoda a ella de tal modo que no le imprime la moción de Dios sería mayor de lo que ahora es, concurriendo Dios libremen-
necesidad, sino que la deja moverse a su manera. Así puede verse en San Agus- te; mas al presente nos preguntamos si, suponiendo que la moción no es ma-
tín, De Praedestinatione et gratia, c. 15; Próspero, Ad obiect. Gallor., c. l yor ni diversa en magnitud (por as! decirlo), sino sólo en el modo de confe-
y ll; Cirilo, lib. IV In loan., c. 7; Damasceno, lib. II De Pide, c. 30. rirla -a saber, porque la misma que se da ahora libremente, en aquel caso se
14. Y contra esta solución de la cuestión en el sentido indicado no tiene concedería por necesidad natural-~ se seguiría de esto precisamente que que-
validez el fundamento de la segunda opinión; porque para la libertad del acto dase impedido el uso de la libertad y eliminada la contingencia de las cosas.
o la contingencia del efecto no es suficiente que la causa segunda sea en sí En este sentido parecen tener validez la opinión y la razón de Escoto.
misma libre o contingente, sino que se precisa que se le deje ejercer su acción 16. Ahora bien, estimo que debe afirmarse que, aun cuando la causa pri-
en cuanto es tal, ya que de lo contrario sólo es libre materialmente (por así mera obrase por necesidad natural de aquel modo, no impedirla el uso de la
decirlo), pero no obra como libre; ahora bien, la acción no recibe su razón libertad ni eliminaría toda la contingencia de los efectos de las causas segun-
y denominación de la causa considerada materialmente, sino en cuanto influye das. Y a este respecto apruebo la segunda opinión antes aducida, porque, aun-
en acto. Pero aquella razón no demuestra que la necesidad de Dios en su obrar que concurran varias causas a un solo acto, para que éste sea libre basta con
no impida el libre uso de la facultad creada. Tampoco contradice a esto Santo que lo sea la causa próxima y con que no sea apartada de su natural modo de
Tomás, allí citado, en este sentido o en el anterior, ya que no trata de la ab- obrar por la cooperación de otra causa; pero en el caso indicado sucededa
soluta necesidad de Dios en su obrar, sino de la necesidad de inmutabilidad, así; luego: La mayor se demuestra suficientemente con el fundamento de la se-
que no excluye la absoluta libertad, como explicaremos después en la dispu- gunda opinión; pues, aunque concurran varias causas y todas ellas, excepto
tación sobre Dios. una, obren necesariamente en cuanto de ellas depende, si una puede no reali~
zar el acto en virtud de su sola libertad, eso basta para que el efecto sea libre
Tercer sentido de la cuestión y su resolución o contingente; porque absolutamente puede no existir, y el modo necesario de
obrar de las demás causas no impide el uso de esta potestad por parte de la
15. Si Dios confiriese necesariamente a las causas libres este concurso que otra causa, segón se supone por la hipótesis señalada. Se explica fácilmente
ahora les presta, ellas seguirían siendo libres.- El tercer sentido de la cues- ·probando la menor, ya que Dios, en tal caso, no movería la voluntad creada
tión es: si Dios obrase por necesidad natural, y no hiciese más ni prestase a más fuerte o vehementemente que ahora; pero ahora la moción de Dios no aparta
la libre voluntad creada otro concurso o moción fuera del que ahora le con- a la voluntad creada de su modo connatural de obrar; luego tampoco entonces
la: inmutada; porque el hecho de que esa moción o concurso se dé, por parte
cum rnaiorem habeat potentiarn? Fateor qui- talis est suam actionem exercere sinatur,
dem ex illa hYPothesi, et ex infinitate po- quia alias solum materialiter (ut ita dicarn) tati Jiberae creatae quam modo praebet, tuum causarum secundarum. Et quoad hoc
ten tia e Dei, sequi multa impossibilia; nihi- est libera, non vera agit ut libera; actio an tune tolleret contingentiam actionis et approbo secundam sententiam supra adduc-
lominus tamen, illa posita, per locum ex- autem non sumit suam rationem et deno- impediret usum libertatis.. Qui sensus est tam, quia, licet piures causae concurrant ad
trinsecum 1 sequitur Deum per potentiam minationem a causa materialiter sumpta, sed valde diversus a praecedentibus, et ex plu~ unum actum, ut ille sit liber satis est quod
suam semper ita movere voluntatem crea- prout actu influente. Illa autem ratio non ribus suppositionibus procedit, ut satis con- causa proxima libera sit et quod per coo-
tam ut ei necessitatem inferat. ldeoque Sane- probat necessitatern Dei in agenda non im- stat. Unde in proxima assertione praece~ perationem alterius causae non extrahatur
ti Patres divinae !>apientiae et liberae pro- pedire liberum usurn facultatis creatae. Ne- denti diximus ex necessitate actionis Dei a suo naturali operandi modo; ita vera con-
videntiae tribuunt ut in agenda et movendo que etiam D. Thomas, ibi citatus, et in fore impedimentum 1 usus libertatis, quia tingeret in eo caso; ergo. Maior sufficienter
voluntatem creatam ita sese accommodet ut hoc vel in priori sensu contradicit, quía non motio Dei esset maior quarn nunc sit, Deo probatur fundamento secundae sententiae;
ei vim non inferat, sed eam suo modo se agit de absoluta Dei necessitate in agenda, libere concurrente; nunc autem inquirimos, nam, licet pJures causae concurrant, et om-
movere sinat. Ut videre licet apud Augus- sed de necessitate immutabilitatis, quae non si supponamus motionem non esse rnaiorem nes praeter unam, quantum est ex se, ne~
tinum, de Praedestinatione et gratia, c. 15; excludit absolutam libertatem, ut infra de- neque diversarn in magnitudine (ut sic di- cessario operentur, si una potest ex sola sua
f-C~~~~~~;.P,;r~os-;¡p~e=.r;::um'"";"C2"d--,_;;0;-b~ie~c_,t".~G~all~o'"'""''-'¡c¡-.~l"'ee't=l.c'\'-;~-'c,Iar_,.,a..,b"im..,.u"'s--'"in"-'di""'·sputatione de Deo. cam), sed solum in modo dandi illam, quia libertate non elicere actum, id satis est ut
yr um, 1 . m oann., c. 7; Damas- effectus sit liber seu contingens; quia sim-
cen., lib. 11 de Pide, c. 30. Tertius quaestionis sensus eiusque resolutio nimirum eadem quae nunc libere daturl
tune ex necessitate naturae daretur, et an pliciter potest non esse, neque necessarius
14. Neque contra hanc decisionem quaes~ 15. Si hunc. quem nunc praebet Deus modus agendi caeterarum causarurn impedí~
tionis in hoc sensu procedit fundamentum. concursum causis liberis necessario daretJ ex hoc praecise sequatur impediri usurn li-
bertatis et tolli contingentiam rerum. Et in usum huius potestatis in altera causa, ut
secundae sententiae; quia ad Iibertatern ac- ipsae liberae manerent.- Tertius quaestio- supponitur ex dicta hypothesi. Et declara~
tus vel contingentiam effectus non satis est nis sensus est, si Deus ageret ex necessi~ hóe sensu videtur procedere sententia et tur facile probando minorem, quia Deus in
quod causa secunda sit secundum se libera tate naturae, et non plus ageret neque alium ratio Scoti.
eo casu non moveret fortius aut vehernen~
seu contingens, sed oportet ut quatenus concursum aut motionem praeberet volun- 16. Dicendum vera censeo, etiam si pri- tius voluntatem creatam quarn nunc rnovet;
ma causa ageret ex necessitate naturae illo sed nunc motio Dei non extrahit voiunta~
l Algunas ediciones sustituyen el vocablo extrinsecum por intrinsecum. No es pre- modo, non impedituram usum libertatis ne- tem a suo connaturali operandi modo; ergo
ciso advertir la profunda modificación que semejante cambio introduce en el sentido de que ablaturam omnem contingentiam effec- neque tune immutaret; narn, quod illa mo-
la frase. (N. de los EE.)
1
En otras ediciones: fore impediendum usum libertatis. (N. de Ios EE.)
23
-
354 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección Ill 355

de Dios libre o necesariamente nada importa para el efecto que produce ad Dios da por necesidad natural, quitase la libertad al acto de la voluntad hu-
extra si ' dicho concurso o moción no es mayor en SI' mtsmo.
. mana, también ahora la quita, ya que precede por igual. O ciertamente, si ahora
I'l. De aquí argumento, en segundo lugar, que de lo contrario se seguiría no la quita -porque, aun cuando preceda bajo alguna razón, sin embargo, en
que el acto de nuestra volun~ad . ahora no es libre sino porque Dios co~curre absoluto se confiere con dependencia de la misma voluntad creada, como ex-
libremente a él; pero el constgmente es ~also, no sólo porque, f~rmal e ~e­ plicaremos luego-, por la misma razón no la quitaría en el caso indicado, ya
diatamente, yo no tengo dominio sobre m.1, acto por razon de la hbertad r:by~a, que, si bien se daría necesariamente por parte de Dios, a pesar de eso se da-
sino por razón de mi libertad, sino tambten porque, de no s~r así, la apet~cton rla también con dependencia del libre albedrío creado.
del caballo o la del león sería libre por el hecho de que Dtos concurre hbre- 19. Y no resulta satisfactoria la respuesta de Escoto, que si Dios obrase
mente a ella; consiguientemente, es acto libre con respecto a una causa aquel por necesidad natural, su moción sería absolutamente necesaria, y así elimina-
que es realizado por ésta de tal manera que ella tenga P':der y facultad de no rla toda la contingencia del efecto, pero ahora es libre y por eso no la elimina.
realizarlo, sin que obsten otras causas concurrentes al mismo ~cto, ya concu- Esto -repito- no satisface, ya porque explica, a lo sumo, que actualmen~e
rran en cuanto de ellas depende, naturalmente, ya concurran hbremente; mas se salva la contingencia o la libertad del efecto con respecto a la voluntad di-
]a :oluntad creada se comportada así en el caso citado, como queda demos- vina, mas no con respecto a las causas segundas, ya también porque si eritiende
trado; luego. que, dada aquella hipótesis, la moción de Dios sería absolutamente necesaria,
18. En tercer lugar, puede probarse lo mismo no sólo dando cumplida es decir, que habría de realizarse necesariamente, supone una cosa falsa; efec-
respuesta al fundamento de Escoto, sino también retorciéndolo; pues, si tu- tivamente sólo sería necesaria en lo que dependiera de Dios; mas, como al
viese algún valor, demostraría que también ahora se elimina la contingencia de mismo ti~mpo dependería de la voluntad creada y no podría realizarse sin ella,
{os efectos y el uso de la libertad en todo acto de la causa segunda, en cuanto por esto no sería absolutamente necesaria. Así, pues, en tal caso se diría que
procede de ella, y que no hay nada Iib_re a no ser por ~elación, a la Iibert~d Dios obraba por necesidad natural por el hecho de que estaría determinado,
de la causa primera. Ahora bien, el cons1gmente es contrariO no solo a la razcn por su intrínseca naturaleza y por sí mismo, a concurrir con la voluntad; sin
natural, sino también a la fe, pues de no ser así no se nos podrían imputar embargo, como ese concurso no se pone _en la realidad si no coopera a la vez
,'i los actos libres. Se demuestra la consecuencia porque tampoco ahora la causa la voluntad misma, por eso no se realizaría con absoluta necesidad, sino de
segunda obra si no es movida por la prim~r~ o si no c~m~urre la primera, acuerdo con la exigencia de la cooperación de la voluntad libre.
y ahora la causa primera influye o mueve asmusmo con prwndad natural, con 20. Se infiere de aquí una regla general que confirma la opinión propues-
igual prioridad que movería si obrase por necesidad natural. Además, esta mo- ta, a saber: en nada se opone a la libertad o contingencia del . acto o efecto el
ción de Dios es ahora igualmente eficaz, según se supone, y puede demostrarse hecho de que alguna causa concurra a él por necesidad natural, con tal de que
incluso con el mismo argumento de Escoto, ya que no es compatible que Dios alguna obre con indiferencia, respecto de la cual el efecto se denomine libre. La
mueva y que la criatura no se mueva; por consiguiente, puesta la moción de razón de esto se ha declarado suficientemente al explicar el fundamento de la
Dios, la voluntad creada se mueve necesariamente; luego si tal moción, que sr:gunda sentencia, pero puede ilustrarse más con algunos ejemplos. Uno es
-según una opinión probable- que el conocimiento o el objeto conocido con-
tio ve.l concursus,. ex parte Dei libere aut 18. Tertio probari idem potest non so- curre eficientemente al acto de la voluntad; porque ese concurso, en cuanto
necessario detur, nihil refert ad effectum Juro satisfaciendo fundamento Scoti, sed
quem ad extra producit, sj ipse concursos etia m retorquendo illud; nam, si esset ali- talis motio, data a Deo ex necessitate natu- quia tamen simul penderet a voluntate creata
cuius momenti probaret etiam nunc tolli rae, tolleret libertatem in actu voluntatis nec posset in re poni sine illa, ideo non esset
vel motio in se non est maior.
contingentiam effectuwn et usum libertatis humanae, etiam nunc tollit, quia aeque an~ absolute necessaria. !taque diceretur tune
17. Unde argumentar secundo, quia alias Deus agere ex necessitate naturae, quia esset
ab omni actu causae secundae, quatenus ah tecedit. Vel ce.rte si I1unc non tollit, quia
sequeretur actum voluntatis nostrae nunc illa est, nihilque esse liberum nisi per re- Iicet aliqua ratione antecedat, tamen abso- ah intrinseca natura et ex se determinatus ad
non esse Iiberum 1 nisi quia Deus ad illum spectum ad libertatem primae causae. Con- lute datur dependenter ab ipsa voluntate concurrendum cum voluntate; tamen quia
libere concurrit; consequens autem est fal- sequens autem non solum est contra ratio- creata, ut rnox explicabimus, eadem ratione ille concursus non ponitur in re nisi coope-
sum, tum quia formaliter et immediate ego nem naturalem, sed etiam contra fidem, in praedicto casu non tolleret, quia, licet rante sirnul ipsa voluntate, ideo non pone-
non babeo dominiuin in meurll actum oh quia alias non possent actus liberi nobis im· daretur necesaario ex parte Dei, nihilominus retur in re curo absoluta necessitate, sed
libertatero Dei, sed ob libertatero meam; putari. Sequela vero probatur, quia etiam daretur etiam dependenter a libero arbitrio iuxta exigentiam cooperationis liberae vo-
tum etiam quia alias appetitio equi vel leo- nunc causa secunda non agit nisi mota a creato. lumatis.
nis esset libera, quia Deus ad illam libere prima seu concurrente prima, et nunc _etiaJ?l 19. Nec satisfacit responsio Scoti, sci~ 20. Atque hinc colligitur generalis re-
concurnt; est ergo actus líber respectu alí- causa prima priú.s natura influit seu movet, licet, quod si Deus ageret ex necessitate gula quae sententiam propositam confir-
cuius causae qui ita fi.t ah illa ut sit in ea eadem prioritate qua moveret si ex neces- naturae, motio eius esset simpliciter neces- mat, scilicet, nihil obstare libertad vel con-
potentia et facultas ad non efficiendum illum, sitate naturae ageret. Est etiam haec motio saria, et ita tolleret omnern contingentiam tingentiae actus seu effectus quod aliqua
non obstantibus allis causis ad eumdem Dei nunc aeque efficax, ut supponitur, et effectus; nunc autem est libera, et ideo non causa naturali necessitate ad illum concur-
actwn concurrentibus, sive illae quantum probad etiam potest ipso argumento Scoti, tollit illam. Hoc (inquam) non satisfacit, rat, dummodo aliqua cum indifferentia ef-
est ex se naturaliter sive libere concurrant; quia non stat Deum movere et creaturam tum quia ad summum declarat salvari nunc ficiat, respectu cuius effectus denominetur
ita vero se gereret voluntas creata in prae- non moveri; ergo, pos ita Dei motione, ne- contingentiam vel libertatem effectus respec- liber. Ratio huius satis declarata est expli-
dicto casu, ut ostensum est; ergo. cessario movetur voluntas creata; ergo si tu divinae voluntatis, non vero respectu cau- cando fundamentum secundae sententiae,
sarum secundarum; tum e tia m quia si in- amplius vero illustrari potest nonnullis
I Este párrafo ofrece diversas redacciones en varias de las ediciones que hemos con- telligar, data illa hypothesi, motionem Dei exemplis. Unum est, iuxta probabilem sen-
sultado. Por ejemplo, la de B. Colosino: Acrum voluntatis nos trae nunc es se nobis libe- fore absolute necessariam, id est, necessario tentiam, quod cognitio seu obiectum co-
rum, quia Deus ad illum libere concurrit ... ; la Balleoniana: Actum voluntatis nostrae ponenda m in re, falsum sumit; solum enim gnitum concurrit effective ad actum volun~
nunc non esse liberum, quia Deus ad illum libere concurrit. (N, de los EE.) esset necessaria quantum esset ex parte Dei; tatis; nam ille concursos, ut est a cogni-
356 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Seccián IV 357
procede del conocumento, es natural y sin libertad, y sin embargo el acto es ben tomarse con referencia a lo mismo. En cambio_, si «necesario» se entiende
simplemente libre por la indiferencia de la voluntad. Por eso, aunque el co- no sólo relativamente, sino absolutamente como aquello que simplemente no
nocimiento, en lo que de él depende, influya por necesidad natural, no obs- puede no ser, en tal sentido es verdad que resulta contradictorio que un efecto
tante, porque su influjo actual no adquiere realidad sin el actual influjo de la sea necesario y tenga contingencia por parte de alguna causa; ahora bien, en
voluntad, en consecuencia no es absolutamente necesario. Algo semejante cabe este sentido no es cierto que sea necesario aquel efecto al cual concurre alguna
decir del influjo del hábito que concurre con la potencia libre: porque el há- causa que obra necesariamente, pues basta con que, relativamente y en lo que
bito no tiene, de suyo, indiferencia o propia libertad, sino que obra por nece- depende de la virtud de esa causa, se haga de manera necesaria, con lo cual
sidad natural cuando obra su potencia. El otro ejemplo es de los efectos de es compatible el que, por otra razón o con referencia a otra causa, pueda tener
,:,,¡ los agentes naturales, en cuanto proceden de éstos y de Dios; porque esa ac- contingencia o libertad.
ción, si bien procede del agente próximo por necesidad natural, es libre con
1
·i! respecto a la causa pri~era, puesto que· -según la doctrina cierta- Dios presta
libremente su concurso. Por ello, atendiendo el poder de Dios, dicha acción SECCION IV
puede en absoluto existir o no existir, aunque tal poder no se dé en el agente POSIBILIDAD DE ARMONIZAR LA LIBERTAD O CONTINGENCIA DE ACCIÓN DE LA
próximo. Sin embargo_, de hecho esa acción se denomina simplemente natural, CAUSA SEGUNDA, SIN QUE OBSTE EL CONCURSO DE LA PRIMERA; Y, CONSIGUIEN-
ya porque, así como recibe del agente próximo su determinación y especifica- TEMENTE, EN QUÉ SENTIDO ES VERDAD QUE CAUSA LIBRE ES AQUELLA QUE, PUES-
ción, igualmente recibe estas denominaciones, ya también porque, en virtud de TAS TODAS LAS CONDICIONES EXIGIDAS PARA LA OPERACIÓN, PUEDE OBRAR O
cierta ley general y de una voluntad definida_, Dios concurre ya a estas acciones ABSTENERSE DE HACERLO
de acuerdo con la exigencia de la naturaleza o causa segunda. En este sentido
debe entenderse lo que suele decirse de que el influjo de la causa primera es l. Se apunta a esta dificultad en el segundo argumento consignado al prin-
! ¡ cipio de la sección 2_, y la toca también Escoto en el argumento de que la cau-
modificado en la segunda o por la segunda. Así, pues, dada la hipótesis en
.1 sa segunda o la voluntad creada no puede obrar nada si no es movida por la
que nos movemos, la acción sería libre por referencia a la causa segunda, aun-
primera; pero cuando es movida por Dios_, ella se mueve necesariamente; !uego
que la primera prestase su concurso por necesidad natural.
su movimiento, con respecto a ella misma, nunca es libre y contingente. La
21. Si una misma acción puede ser libre para uno y necesaria para otro.-
mayor es_, en sus términos, de Santo Tomás, 1, q. lOS, a. 1, ad 3, y a. 4 y 5;
Por eso, lo que Escoto supone arriba --que una misma acción no puede ser
y ~e demostrará más adelante_, al tratar de la dependencia de las causas segun-
necesaria con respecto a una causa y libre con respecto a otra, porque lo ne-
das con respecto a la primera. La menor es del mismo Santo Tomás, 1-ll,
cesario y lo contingente se oponen contradictoriamente- o no es cierto o, en
q. 10, a. 4, ad 3, donde dice: Es imposible que Dios mueva a la voluntad y
el sentido en que puede serlo, no hace al caso. Pues se ha demostrado que dos
que la floluntad no se müeva. Y puede defenderse fácilmente, no sólo por la
causas pueden influir en un mismo acto, una libremente y otra por impulso eficacia y perfección de la moción divina, sino también por la mutua relación
natural de su naturaleza; por tanto, en este sentido no es contradictorio que entre el mover y el ser movido. Se propone de otro modo la misma dificultad :
un mismo efecto sea contingente y necesario con respecto a causas diversas; causa libre es aquella que, puestos todos los requisitos para la operación, pue-
pues, por la misma razón_, no hay contradicción, ya que los contradictorios de- de obrar y no obrar; pero uno de los requisitos para que la causa segunda
tione, naturalis est et sine libertate, et ni- etiam quia ex generali quadam lege et de- obre es la moción de Dios, puesta la cual no puede obrar y no obrar, sino que
hilominus actus est simpliciter liber prop- finita voluntate, iam Deus concurrit ad has
ter indifferentiam voluntatis. U nde licet actiones iuxta exigentiam naturae seu cau- contradictoria sumi debearic respectu eius- cundae, illamque etiam attingit Scotus illo
,, sae secundae. Quo sensu accipiendum est dem. Si aurem neces~arium sumatur non argumento quod causa secunda seu volun-
cognitio, quantum est ex se, ex necessitate
; naturae in:Buat_, tamen, quia eius in:fluxus quod dici solet, influxum causae primae tanrum respective, sed absolute pro eo quod tas creata non potest quidquam agere nisi
actualis in re non ponitur sine actuali in- modificari in secunda vel ex secunda. Sic simpliciter non potest non esse, sic verum mota a prima; sed cum movetur a Deo,
1: fluxu voluntatis, ideo absolute non est ne- igitur, data hypothesi in qua versamur, ac- ese repugnare _effectum esse necessarium et necessario ipsa se movet; ergo morus illius
cessarius. Simile quid dici potest de in:fluxu rio esset libera ex habitudine ad causam habere contlngentiarn ab aliqua causa; ta-
men in hoc sensu non est verum esse ne- respectu eiusdeln nunquam est liber et con-
habitus concurrentis cum potentia libera; secundarn, quamvis prima ex necessitate na- tingens. Maior in terminis est D. Thomae,
habitus enim ex se non habet indiHeren- turae praeberet concursum suum. cessarium illuin effectum ad quem concur-
rit aliqua causa necessario agens, quia satis 1, q. 105, a. 1, ad 3, et a. 4 et 5, et pro-
tiam aut propriam libertatem, sed ex neces- 21. Una et eadem actio an possit alteri babitur infra, dum agemus de' dependentia
sitate naturae o eratur o erante sua poten- esse libera, alteri vero necessaria.- Qua- est quod respective et quantum ex vi illius
causae- -necessario fiat, cum quo stat ut ex secundarum causarum a prima. Minor au~
¡'! tia. Aliud exemplum est de effecubus agen.. cuca, quo Scotus supra sumu, non posse
alio capite, seu respectu alterius, habere rem est eiusdem D. Thomae, 1-11, q. 10,
1• tii..Im naturalium, prout sunt ab ipsis et a eamdem actionem esse necessariam respectu
·. ' ~ '

Deo; illa enim actío, quamvis a proximo unius causae et liberarn respectu alterius, possit contingentiam seu libertatem. a 4, ad 3, ubi dicit: Impossibile est Deum
1
1

; ' agente sit ex necessitate naturae, respecto quia necessarium et contingens contradic- movere voluntatem et voluntatem non mo-
SECTIO IV veri. Et facile suaderi potest, tum ex effi-
primae causae est libera, quia iuxta veram torie opponuntur, vel non est verum vel in
quo sensu verum esse potest non est ad QUOMODO STET LIBERTAS VEL CONTINGENTIA cacia et perfeccione divinae motionis, tum
docttinam Deus libere praebet concursum
IN ACTIONE CAUSAE SECUNDAE, NON OBSTAN- ex mutua relatione ínter movere et moved.
suum. Unde ex potestate Dei absolute pot- rem. Quod enim duae causae possint in
TE CONCURSU PRIMAE, ET CONSEQUENTER QUO Alio modo proponitur eadem difficultas;
est illa actio esse et non esse_, quamvis haec eumdem actum influere, altera libere et al-
SENSU VERUM SIT CAUSAM LIDERAM ESSE nam causa libera est quae, positis omnibus
potestas non sit in proximo agente. De facto tera ex naturalf impetu naturaeJ demonstra-
tamen illa actio denominatur simpliciter na- tum est; in hoc ergo sensu non repugnat QUAE, POSITIS OMNIBUS REQUISITIS AD AGEN-
requisitis ad agendum, potest agere et non
turalis_, tum quía sicut ab agente proximo eumdem effectum esse contingentem et ne- DUM, POTEST AGERE ET NON AGERE
agere; sed unum ex requisitis ut causa se.:.
accipit suam determinationem et specifica- cessarium respectu diversorum; na m ob l. Haec difficultas petitur in secundo ar- cunda agat est motio Dei, qua posita non
tiOnem, ita et has denominaciones; tum eamdem causam non est contradictio, cum gumento posito in principio sectionis se- potest agere et non agere, sed necessario
358 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 359

obra necesariamente, de igual manera que, no puesta aquélla, necesariamente porque toda la libertad de la voluntad nace del juicio de la razón; luego el
~o obra; luego esa definición repugna a toda causa segunda y, en este sentido, acto libre se define de manera excelente y suficiente por el orden a tal juicio
no hay ninguna contingencia o libertad con respecto a ella, sino sólo con res- o, lo que es igual, por el orden a todos los requisitos por parte del intelecto
pecto a la primera. y de la voluntad. En seguudo término, porque para la libertad basta la indi-
ferencia del objeto y no se requiere la indiferencia de la potencia, como resulta
claro en la voluntad divina, que de suyo siempre está determinada a una sola
Se expone la primera formulación cosa;. no obstante, siéndole indiferentes los objetos creados, esto basta para que
los quiera libremente; luego también bastará lo mismo para el acto libre de
2. Esta dificultad es una de las principales de la presente materia, y ofrece la voluntad.
1 ocasión de explicar más ampliamente qué es la causa libre o qué condiciones
¡:' requiere y, al mismo tiempo, exponer la definición comúnmente admitida de Refutación de la opinión indicada
:r
. :1 causa libre. Pues bien, los autores -arriba citados- que ponen toda la razón
1'1 de la libertad en la indiferencia objetiva (por así decirlo), resolverán fácilmente 4. Toda esta doctrina arranca de un fundamento falso, según he demos-
la presente dificultad diciendo que es potencia libre aquella que, puestos todos trado en la sección inmediatamente anterior; y parece que la ocasión de error
;¡ estuvo en no haber establecido la suficiente distinción entre la raíz de la liber-
los requisitos por parte de ella, todavía permanece indiferente o no determi-
!li tad y la libertad formal de la potencia y del acto. En efecto, la indiferencia
,,
nada a una sola cosa en virtud del objeto, y por ello en nada obsta al uso de
la libertad el hecho de que, puesta la moción de la causa primera, la voluntad del juicio es raíz de la libertad -como quedó señalado arriba y opinan común-
'i
il ya quede determinada a una sola cosa, de suerte que no pueda no realizar el mente los teólogos-, pero no es la misma libertad formal, ya que el juicio no
r!.Cto para el que es movida. En este sentido, para resolver la primera dificultad es libre en sí ni procede próximamente de una potencia formalmente libre,
:;¡ como diré después, sino que se dice indiferente objetivamente o por parte del
:;-e aplica la conocida distinción entre necesidad en sentido compuesto y en sen-
,il
tido dividido; pues, el que la voluntad movida por Dios obre necesariamente, objeto, pues propone un objeto de tal modo indiferente que no arrastra por
~ 'i
sólo es necesidad en sentido compuesto, por lo cual ao es incompatible con la necesidad a la voluntad. Y de aqui resulta que el juicio indiferente indica su-
::¡
libertad del acto necesario de esa manera. A la segunda dificultad responderán ficientemente, en una naturaleza tal que puede juzgar así, alguna facultad for-
restringiendo la mayor y la definición común de facultad libre entendida como malmente libre y, en consecuencia, también un uso o acto libre, si a dicha
aquella que puede obrar y no obrar, puestos todos los requisitos, concretamente facultad se le deja obrar del modo que le es propio y no se le impone ninguna
i por parte del entendimiento y de la misma voluntad, pero no por parte de fuerza extrínseca por la que sea obligada o, hablando con mayor propiedad,
!' Dios. Antes que estos autores modernos indicó esa modificación Almain, en movida necesariamente a tender a un objeto que, por lo demás, sea indiferente
sus Moralibus; y, si bien no la aprueba, tampoco la impugna suficientemente. de suyo. Pues que esto es posible lo hemos demostrado arriba, y de ello hemos
3. Por eso los teólogos modernos antes citados han elaborado otra defini- inferido legítimamente que, en absoluto y sin la restricción indicada, para el
ción de acto libre: es el movimiento de la voluntad realizado en virtud de un uso libre no basta el juicio indiferente y la facultad libre por sí misma.
juicio de la razón tal que por sí mismo, o por el objeto que propone, no baste 5. Primera inferencia.- De ~ colegimos, además, que no es correcto
para determinar la voluntad a una sola cosa. La confirman, en primer lugar, restringir la descripción común de facultad libre: Aquella que, puestos todos

agit, sicut illa non posita, necessario non ad solvendam prio.rem difficultatem appli- voluntatis oritur ex iudicio rationis; ergo ipsum iudicium non est liberum in se ne-
agit; ergo repugnat illa definitio omni cau- catirr cornmunis illa distinctio de, necessi- -oprime et sufficienter definitur actus liber que est proxime a potentia formaliter li-
' !
sae secundae, atque ita respecto illius nulla tate in sensu composito et in sensu diviso; per ordinem ad ta1e iudiciwn seu, quod bera, ut dicam infra, sed dicitur indiffe-
est contingentia vel libertas, sed tantum nam, quod voluntas mota a Deo necessario idem est, per ordinem ad omnia requisita rens obiective seu ex parte obiecti, quia;
ope.retur, solum est necessitas in sensu com- · ex parte intellectus et voluntatis. Secundo, proponit obiectum ita indifferens ut non
.respecto primae.
posito, et ideo non repugnat libertati actus quia ad libertatem sufflcit indifferentia ob- trahat ex necessitate voluntatem. Atque bino
Prior dicendi modus proponitur sic necessarii. Ad posteriorem autem diffi- iecti et non .requiritur indifferentia poten- fit ut iudiciwn indifferens sufficenter in-
2. Haec difficultas est una ex praecipuis cultatem respondebunt limitando maiorem tiae, ut patet in volumate divina, quae de dicet ·in tali natura quae sic iudicare pot-
huius materlae, et occasionem praebet am- et cornmunem definitionem liberae faculta- ·se semper est determinata ad unum; tamen, est facultatem aliquam formaliter liberam,
plios declar~ndi quid sit causa .libera, seu tis, quod, · sít illa potest agere quia obiecta creata sunt illi indifferentia, et consequenter etiam usum seu actum li-
. . ni- id sa_tis est ut libere ea velit; idem ergo sa- berum, si talis facultas modo sibi proprio
netur · ac recepta definitio causae mirum, ex parte intellectus et tis erit ad liberwn actum voluntatis. operari sinatur nullamque extrinsecam vini
liberae. ergo quos supra retuli, · tatis, non vero ex parte Dei. patiatur qua cogatur, vel, proprius toquen-
·.¡' ponentes totam rationem libertatis in indif- ficationem ante hos modernos auctores in- Refutatur dicta sententia do, necessitetur ut in obiectum tendat alio-
ferenti.a obiecti.va (ut sic dicam), facile ex- dicaverat Almainus in suis Moralibus, quam qui de se indifferens. Hoc enim esse pos-
4. Tota haec doctrina procedit ex falso
1

pedient praesentem difficultatem dicentes tamen non approbat, licet non satis eam. sibile supra probatum est, ex quo merito
liberam potentiam esse illam quae, positis impugnet. fundamento, ut in proxima sectione prae- intulimus absolute et absque praedicta limi-
! .
omnibus requisiti.s ex parte ipsius, adhuc 3. Unde praedicti. novi theologi aliam ·cedenti probavi; et occasio errandi fuisse tatione non satis esse ad usum liberwn iu-
manet indifferens seu non determinata ad commentati sunt definitionem actus liberi, videtur quia non distinguitur satis inter ra- dicium indifferens et facultatem ex se li-
unwn ex vi obiecti, et ideo nihil obstare scilicet, esse motwn voluntatis factum ex ·dicem libertatis et formalem libertatem po- beram.
usui libertatis quod, posita motione primae tali iudicio rationis quod per se, vel per tentiae et actus. lndifferentia enim iudicii 5. Prima illatio.- Ex quo ulterius col-
causae, iam voluntas manet ad unUm dete.r- obiecturn quod proponit, sufficiens non sit est radix libertatis, ut supra tactum es1¡ ligimus non recte limitari receptam descrip-
mfuata, ita u.t non possit non exercere ac- ad determinandam voluntatem ad unum. ·et est communis theologorum sententia; tionem facultatis liberae, scilicet: Quae, po-
tum ad quem movetur. Atque in hoc sensu Quam confumant primo quia tota libertas non est tamen ipsa formalis libertas, quia sitis omnibus requisitis ad agendum.. porest
~---------------

360 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 361

los requisitos para la operación, puede obrar y no obrar; no es correcto -re- t"S posible; consiguientemente, es necesario añadir algo para que aquella dis-
pito- restringirla a los requisitos por parte del jnicio y de la voluntad, ya que, tinción sea satisfactoria. Por otra parte, la conocida restricción de la definición
aun cuando concurran todos los requisitos por parte del jnicio y la facultad de libertad, ~on la que se da solución a la segunda dificultad, ya ha quedado
m.Isiml sea libre de suyo, puede no ser libre en el uso o, lo que es igual, el rechazada,_ aparte de que es arbitraria y ofrece ocasión de introducir cualquier
acto puede no ser libre; consiguientemente, para que aquella definición abar- otra semeJante, _por capricho, en esta materia. En efecto, por igual razón po-
que no sólo la facultad libre en sí misma (por así decirlo) o en acto primero, dría ~guno dectr 9-ue, puesta cierta influencia del cielo o aplicada una moción
sino también el uso o acto libre, no bastan aquellos requisitos. Por eso los especial del demomo, nuestra voluntad no puede dejar de obrar siguiéndola y,
herejes contemporáneos, aunque ven que nosotros obramos siguiendo el juici9 sin embargo, e!l~o~ces obraría libremente, ya que, puestos todos los requisitos
y la advertencia de la razón, y que no somos arrastrados o determinados nece- por p~te del JlllCIO y de ~a facultad intrínseca, aquella operación no se sigue
sariamente por los objetos, no obstante dicen que no obramos libremente, ya necesarmmente, aunque se s1gue necesariamente en virtud de otros supuestos.
que se nos impone necesidad de parte de Dios mismo. Pero en esto yerran al . 7. Tercera inferencia.- Finalmente, por lo dicho queda claro que se ha
afirmar que, de hecho, Dios siempre obra de esa manera en nosotros, lo cual ·~ventado falsamente la expr~sada definición de acto libre -aquel que es rea-
es contrario a la fe, a la Sagrada Escritura y a la recta razón; mas no cometen lizado por la . voluntad en vtrtud de un juicio de la razón no necesitante-,
error at inferir que, si Dios imprime necesidad extrínseca al acto, éste no es .porque es P?Sible que el acto, por otra.s causas, sea necesario con necesidad que
libre de hecho; ni tampoco lo cometerían si se limitasen a decir o que este ~pida el, libre uso, como se ha _explicado; luego esa definición puede conve-
modo de obrar de Dios es posible, o que, puesto dicho modo, la indiferencia nir a al~un acto 9'?-e sea. necesario en absoluto. La primera razón- en que se
del juicio no bastaría para el uso libre. apoya ~cha definición úmcamente prueba que el juicio indiferente es la raíz
6. Segunda inferencia.- Todavía se infiere, además, que con las respues- de la libertad; mas de aquí no resulta que la definición de acto libre se com-
tas de aquella opinión no se contesta satisfactoriamente a las dificultades ex- plete añadiendo que proceda de tal juicio, sino que debe añadirse que proceda
puestas. Porque aquella distinción entre sentido compuesto y dividido, por la de la facultad acorde con el juicio, no impedida ni sometida a necesidad ex-
que se resuelve la , primera dificultad, aunque rectamente explicada s~a satis- trinseca, lo cua! _se explica en la definición común mediante. las palabras puestos
factoria, como después veremos, no obstante, tomada con esa generalidad no todos los requtstios, puede obrar y no obrar. En la segunda demostración se
puede bastar; en efecto, demostraremos que una necesidad, incluso en sentido supone una cosa falsa cuando se dice que, para el acto libre la indiferencia
compuesto, repugua al uso de la libertad y lo destruye. Y se patentiza fácil- del objeto es de tal manera suficiente que no resulta necesari~ la indiferencia
mente por lo dicho, ya que Dios, mediante alguna moción y actividad suya, de la poten~ia; pues, ¿cómo va a ser li~re el acto si la potenci:,~. no es indife-
puede inferir necesidad a la voluntad, en cuyo caso el acto no ser~a ?ecesario rente para e¡ercerlo? O también, ¿por qué se dice indiferente el objeto en ra-
en sentido dividido, puesto que la voluntad podría, de suyo y prescmdiendo de zón ~e ~bj:to, a no ser porque no _imprime necesidad a la potencia, sino que
aquella moción, no ejercer dicho acto; en cambio, sería necesario en sentido la de¡a mdiferente? En cuanto al e¡emplo de la voluntad divina, o utiliza un
compuesto, porque, puesta aquella moción, no puede no realizarse; a pesar de supuesto falso o está fuera de la cuestión, ya que se aduce en un caso deseme-
eso, aquella nec~sidad en sentido compuesto e!iminaría el uso libre, pues su- jante. Efectivamente, la voluntad divina, aunque de una manera más elevada
ponemos que Dms, en tal caso, mueve necesar18mente a la voluntad cuanto le y perfecta, con todo, es verdaderamente indiferente de suyo para querer los

agere et non agere, non recte (inquam) li- di Dei esse possibilem vel, illo pasito, non· dere oportet ut: illa distinctio satisfaciat. fundatur illa definitio solum probar iudicium
mitari ad requisita ex parte iudicii et ip- sufficere ad usuro liberum indifferentiam Rursus limitatio illa communis de:finitionis indifferens esse radicem libertatis; non ta-
sius voluntatis, quia, concurrentibUs omni- iudicii. libertatis, qua solvitur posterior difficultas, men inde fit definitionem actus 1iberi com-
bus requisitis ex parte iudicii, et existente 6. Secunda illatio.- Vel ulterius infer- improbara iam est, praeterquam quod est pleri ex hoc quod procedat a tali iudicio,
ipsa facultare de se libera, potest in ipso tur non satisfieri difficultatibus positis per voluntaria et occasionem praebet introdu- sed addendum est quod procedat a facul-
usu non esse libera, seu, quod idem est, responsiones illius sententiae. Nam distinc- cendi quemcumque similem pro libito in tare consentanea iudicio non impedita nec
potest actus non esse liber; ergo, ut illa tio illa sensus compositi et divisi, qua prior hac materia. Nam pari ratione posset quis extrinsecam necessitatem pariente, quod
'!; expeditur difficultas, licet recte explicara dicere, posita quadam influentia caeli vel
definitio comprehendat non solum faculta- communis definitio illis verbis explicuit ut
tem liberam in seipsa (ut sic dicam) seu in satisfaciat, u:t infra videbimus, tamen ita adhibita Jpeciali daemonis motione, non positis omnibus requisitis, possú ager~ er
actu primo, sed etiam usum seu actum li- generatim sumpta satis esse non potest; poss~ voluntatem nostram non operad se- non agere. In secunda vero probatione fal-
hernm non st1fficiunt illa requisita. Unde nam ostendemus necessitatem aliquam, quendo illam, et nihilominus tune libere surn assumitur cum dictur ad actum libe-
huius -temporis haeretici, cum videant nos etiam m sensu compos1to, repugnare--·usui operaturam, quia, positis omnibus requisitis rum ita sufficere indifferentiam obiecti ut
operari ex iudicio et advertencia rationis, libertatis eumque destruere. Et patet facile ex parte iudicü et intrinsecae facultatis, non non sir nec:ssaria indifferentia potentiae;
et ab ipsis obiectis non feni aut determi- ex dictis; nam Deus aliqua motione et ac- necessario sequitur illa operario, etiamsi ex quomodo emm erit liber actus, si potentia
nari ex necessitate, nihilominus aiunt nos tivitate sua potest inferre necessitatem vo- aJia suppositione necessario sequatur. non sit indifferens ad exercendum illurn?
non libere operari, eo quod ab ipso Deo luntati, et tune actus non esset necessarius 7. Tertia illatio.- Tandem constar ex Aut cur obiectum in ratione obiecti dicitur
necessitatem patiamur. In que quidem er- in sensu diviso, quia voluntas, de se et se- dictis falso excogitatam esse novam illam indifferens, nisi quia non infert necessita-
rant, asserentes ita Deum de facto in nobis clusa illa motione, posset non exercere il- definitionem actus liberi, nimirum, esse il- tem potentiae, sed eam indifferentem relin-
semper operari, quod repugnar fidei et di- lum actum; esset autem necessarius in sen- Ium qui fit a voluntate ex iudicio rationis quit? Exemplum autem de vol unta te divina
vinis Scripturis ac rectae rationi; non er- su composito, quia, posita illa motione, non· non necessitante, quia potest actus aliunde aut falsum sumir aut non est ad rem, quia
rant tamen in illatione, nimirum, quod si potest non exerceri; et tamen il1a necessitas esse necessarius necessitate impediente li- affertur in eo quod non est simile. Volun-
Deus infert extrinsecam necessitatem actui, in sensu composito tolleret usum Iiberum, berum usum, ut declaratum est; ergo illa tas enim divina, quamvis altiori et perfec-
non est de facto liber; nec etiam errarent quia supponimus Deum tune necessitare vo-- definitio potest convenire alicui actui ah- tiori modo, vere tamen est indifferens de se
si solum dicerent vel hunc modum operan- luntatem quantum potest; aliquid ergo ad-· salute necessario. Ratio autem prima qua ad volendum creara obiecta; non est enim
362 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 363
objetos creados, pues no está naturalmente determinada a ello; de lo ~ontra­ siderado precisivamente no incluye el acto, sino la carencia de acto, la cual,
rio, ¿cómo seria libre? Y, aunque se baya det~rmi?_ado desde la etermdad y si se da con perfecta advertencia de la razón y plena potestad de querer, será
siempre persevere necesariamente en esa determm~cwn, no obstante,. la deter- libre. Pero digo «si nos referimos al poder absoluto» porque, moralmente o de
minación misma (sea lo que fuere) procede de la h?er.tad y su n~ce~1da.d no ~s ordinario~ esa carencia de apetición no se ejerce sin un acto positivo que sea
'¡ de naturaleza sino de inmutabilidad, la cual no ehmma la propia mdiferen~a o una nolición -por la que se rechaza el objeto propuesto u otro acto acerca
que de suyo 'posee la cosa libre. Siu e~bargo, ~o~~ue en la v~luntad de J?•os
'

de él~ por ejemplo~ el amor o la tendencia al mismo-, o bien una conversión


00 se da realización de su propio acto 01 composlclon de _potencta y acto, d1cha a otro objeto contrario o diverso~ como consta suficientemente por la experien-
il
':·1
indiferencia no está en potencia con respecto al acto, smo en acto puro . co!l cia; porque es muy difícil que, habiendo una advertencia perfecta y práctica
respecto a los objetos; por ello, en ~s~e aspecto no debe compararse la Indi- de la razón, se suspenda todo acto de la voluntad.
1 ferencia de la libertad creada con la divma, 9. Con ello se comprende al mismo tiempo que esta indiferencia de la
.,¡ facultad. libre se salva suficientemente~ de manera primaria y precisiva~ por la
~ l!
Explicación de la definición de libertad referencia al acto o a la carencia de acto, que suele llamarse libertad de ejer-
•!, cicio porque en virtud de ella resulta indiferente el mismo ejercicio del acto.
8. Así, pues, para responder cumplidamente a. l~s, dificultades pr~puestas, Ahora bien, como esta facultad libre es vital y de tal manera perfecta y espi-
ante todo debe retenerse y explicarse aquella descnpc10n de !acult~d hbre, en rítual que puede volver sobre sí misma y sobre sus actos, siempre que puede
la que se postulan dos cosas. Una, que la facultad sea po~encia activa que, por no ejercer librem:nte algún acto, puede también~ mediante otro acto positivo,
sí misma y por su capacidad interna, tenga poder para eJercer y para suspen- querer esa carencia o no querer realizar tal acto. Y de esta manera nunca se
der su acción. Otra~ que esa facultad, cuando re~iza el acto, se encuentre en da libertad de ejercicio sin alguna libertad de especificación, pues siempre que
tal disposición y preparación próxima (por así decrrlo) para la obra. que, pues- la voluntad puede libremente no amar, puede asimismo realizar algún acto que
tos todos los requisitos para obrar, pueda obra~ y no ob~ar. La pr1mer~ p~te Eegún su razón y especie, sea incompatible con el amor, con lo cual, en es~
de esta sentencia no encierra dificultad~ y cas1 no neces1ta nuev~ exphcac1~n,. caso se da alguna indiferencia en cuanto a la especificación del acto. Además
supuesto lo dicho en la sección 2, donde. hemos probado qu~ la hbertad _radi~a de ésta~ puede haber otra en orden a actos contrarios con respecto a un mismo
en una facultad activa en cuanto tal; porque de esto se s1gue con ev1denc1a objeto, en cuanto tiene posibilidad, ya de amar libremente, ya también de odiar.
que la libertad requiere una facultad activa indiferente para obrar . Y para no Y esta doble potestad está incluida también en la facultad libre tomada en sí
obrar. Por ello, para mayor claridad, podemos separar en la potencia hbre dos misma y absolutamente, aunque no sea preciso que la posea. acerca de todos
potencias 0 como dos partes de una sola potencia: una, ordenada a querer o y cada uno de los objetos, pues no es necesario que sea igualmente libre acerca
!1
ejercer el acto; otra, ordenada a no querer o susp~nder la acci_~n. Por_q~e esta de_ todos ellos, como diremos _más adelante. Esto es suficiente a propósito de la
11 última parte de esta potencia, aunque e~ sí sea ciert.a perfeccwn pos1nv_a, no pr1mera parte de esta s~ntencm.
obstante en el uso únicamente puede eJercerse medmnte la sola negac1ón o
~
i·' carencia' de acto de tal facultad, si nos referimos a su poder absolu~o, según .se
10. En la segunda parte de la sentencia propuesta se explica no sólo la
razón de facultad libre, sino también lo que es necesario para el uso de la
:¡, toma de Santo Tomás, 1-II, q. 6, a. 3, y de otros teólogos en el m1smo pasaJe, libertad o acto libre; pues todo esto está comprendido en la antedicha defini-
!:;
,, puesto que el no querer~ en cuanto tal, puede ser libre, pero el no querer con-
l!i: non includit a~m, sed carentian actus, qure
.... ad hoc naturaliter determinata, alias quo- illa facultas, dum exercet actum, ita sit dis- si sit cum perfecta advertencia rationis et
rentiam seu nolle exercete talem actum. At-
que isto modo nunquam est libertas quoad
,,'
¡, modo esset libera? Et, licet ab aeterno se posita et proxime (ut ita dicam) prreparata plena potestate volendi, libera erit. Dico au- exercitium sine aliqua libertate quoad speci-
determinaverit e:t in ea determinatione ne- ad opus ut, positis omnibus requisitis a~ tem si de absoluta potestate loquamur, quia ficationem, nam quotiescumque potest vo-
cesario semper perseveret, tamen illamet de- agendum, possit agere et non agere_. ~n pn- morallter seu ordinarie huiusmodi carentia luntas libere non amare, potest eciam elicere
terminatio (quidquid ipsa slt) est ex liber- ma huius sententire parte non est difficultas, appetltionis non exercetur absque positivo aliquem actum, secundum suam rationem et
·
tate; eiusque necess1tas non e~t natu~ae, nec fere est necessaria nova explicarlo, sup- actu qui sit vel nolitio qua refutatur obiec- speciem repugnantem amori, et ita est ibi aH-
sed immutabilitatis, quae non tolh:t propnam positis qure in sectione 2 ?icta s~nt~ ubi os- tum propositum aut alius acrus circa illud, qua indifferentia quoad specificationem ac-
indifferentiam quam ex se habet res libera. tend.imus Iibertatem conststere m facultate verbi gracia, amor vel intentio eius, vel sit tus. Prreter qllam potest alia intercedere in
Tamen, quia in voluntate Dei non e~t. effi- activa ut sic; ex hoc enim manifeste s:qui- conversio ad aliud obiecrum repugnans aut ordine ad contrarios actus respectu eiusdem
cientia proprii actus neque composttlo ex tur libertatem requirere facultatem acttvam diversum, ut experientia satis constat; quia obiecti, quatenus potest vel libere amari
"·;i¡;;:_ _ _ _ _ _ _~p¡>oDJ•t<eecDn!lotiia•__eetU•llc:tnu'~-_¡jdaee<nLJiWlilll•-_uinwd;¡¡jiLff"e~re<:Jnl]]t:''.ª"::'n:'o~nc-_m;-'!:d;'i¡;ff~e';re:¡n~t;¡em~;;ª"d;;;"agendum et non agendum. difficillimum esset, existente perfecta et prac- vel etiam odio haberi. Quam duplicem po-
est in potentia respectu actus, sed m puro Unde claritatis gratia, possumus in potentia tica advertencia rationis, omnem actum vo- testatem includit etiam facultas libera, se~
actu. respectu obiectorum~ et ideo in hoc libera' duas potentias · prrescindere, seu quasi luntatis suspendere. cundum se et absolute sumpta, quamvis ne-
non est comparanda indifferentia libertatis duas partes unius potentire. Una e~t ad vo- 9. Ex quo obiter intelligitur hanc indif- cesse non sit ut illam habeat circa omnia et
creatae cum divina. lendum seu exercerdum actum; aha ad no- ferenciam facultatis liberre primo ac prrecise singula obiecta, quia non oportet ut sit reque
lendum seu suspendendam actio~em.. H~c satis salvari per habitudinem ad actum vel libera circa illa omnia, ut inferius attinge-
Definitio libertatis 'explicatur enim posterior pars huius P?tes~atis, hcet ~n carentiam actus, qure solet dici libertas quoad mus. Et haec de priori parte huius semen-
8. Ut ergo difficultatibus propositis sa- se positiva quredam p_erfectio stt~ tamen_ m exercitium, quía per eam ipsum exercitium tire.
tisfaciamus retinenda irnprimis et explican- usu per solam negatlonem seu carenttam actus indifferens est. Cum tamen haec fa- 10. In secunda parte sententire proposi-
da est iiJ.3' descriptiO facultatis liberae, in actus talis facultatis exerceri potest, si rle cultas libera vitalis sit atque ita perfecta tae declaratur non solum ratio facultatis li-
qua duo postulanrur. Unum est qm?d illa absoluta eius potestate loquamur, ut sumitur et spiritualis ut in seipsam et in suos motus berre, sed eriam id quod necessarium est
sit potentia activa~ ex se et ex sua mtema ex S. Thoma, 1-11, q. 6, a. 3, et aliis theo- reflectere possit, quotiescumque potest non ad usum libertatis seu actus liberi; hoc
facultate habens vim ad exercendam et sus- Ioids ibi, quia non velle, ut sic! potest esse exercere libere aliquem actum, potest etiam enim totum comprehendit prredicta defini~
pendendam actionem suam. Aliud est quod Iiberum, non velle autem prrectse sumptum per alium positivum actum velle illam ca- tio libertatis, et merito, quia tata difficultas
364 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 365
cton de libertad, y con razón, ya que toda la dificultad y utilidad de la liber- o querer de esa manera, y por ello tal carencia no puede ser libre. Consiguien-
tad estriba en el uso· y ejercicio de la m1sma. Debe tenerse en cuenta que hay temente, para que la facultad tenga libre uso, es necesario que, puestas todas
dos maneras de decir que algo se requiere para un acto: una, como requisito las condiciones preexigidas antecedentemente o en acto primero, pueda obrar
previo para la acción; otra, como intrínseca o esencialmente incluido en la y no obrar por su interna virtud y facultad. Y (para salir al paso de las obje-
acción misma. Lo primero suele denominarse prerrequisito en sentido antece- ciones) cuando decimos «por su interna virtud y facultad» no excluimos el con-
dente o por parte del acto primero, prescindiendo de que tal prerrequisito sea curso divino o un auxilio mayor necesario según la cualidad de los actos; pero
el principio propio de la acción o una condición previamente exigida para ella dejamos esto a los teólogos.
de cualquier modo o en cualquier género de causa. Lo segundo suele llamarse 12. Se demuestra que la indicada definición no debe entenderse de los
requisito en sentido concomitante o en acto segundo, por no distinguirse de requisitos en -sentido concomitante: según dijimos, esos requisitos están in-
la acción libre misma, que es el acto segundo de la facultad libre. Consiguien- d_uidos en la acción; pues, así como la acción se requiere para obrar, así tam-
temente, cuando se dice que es libre aquello que, puestos todos los requisitos btén puede llamarse requisito todo lo que está incluido en la acción. Ahora
para obrar, puede obrar y no obrar, debe entenderse de los prerrequisitos en bien, ~a acción se . requiere en c~anto es aquello por lo que, formalmente, la
sentido antecedente y en acto primero, no de los otros. Esto mismo queda apun- pote~cm se determina y . s~ consutuye como agente en acto; por eso no puede
tado en la sentencia anterior al decir que la facultad libre debe estar dispuesta mclmrse en aquellas cond1c10nes con las cuales la potencia debe ser indiferente para
y próximamente preparada para la operación de tal suerte que, con esa dis- obrar y para no obrar, ya que eso implica una contradicción palmaria; luegO
posición, pueda obrar y no obrar; porque en dicha preparación se incluyen to- tampoco debe incluirse en aquellos requisitos todo lo que pertenece a la razón
'1
'1 dos aquellos prerrequisitos en acto primero para obrar. intrí~seca de ~cción o está incluido en ella de manera esencial, puesto que existe
11. Y, en verdad, fácilmente puede demostrarse que, para el uso libre, es la mrsma razon para todos aquéllos quf" para la acción. Esta interpretación de
r{ecesario que, junto con todos aquellos prerrequisitos, permanezca íntegra la aquella definición se desprende de la opinión común de los teólogos, In 1, dist. 38
expresada indiferencia y aquella como doble potestad. En primer lugar, por- y 39! e In 11, dist. 24, y de la doctrina de San Anselmo que explicaremos en
que, de lo contrario, el cesar de obrar, por ejemplo, no pocedería de la vir- segu1da.
' '
tud y facultad intrlnseca, sino del defecto de alguna condición exigida; pero
esto no contribuye en nada a la libertad, ya que no hay ninguna potencia na- Se resuelve la primera dificultad
tural que obre de manera tan necesaria que no pueda dejar de obrar en alguna
ocasión por defecto de una condición requerida, como la proximidad del pa- 13.' Doble moción de nuestra voluntad por la divina.- Con esta interpre-
ciente u otra semejante. Más aún: si se considera con atención, eso no es po- tación se revuelven fácilmente las dos dificultades señaladas al principio. A la
der no obrar, sino más bien impotencia de obrar o no poder obrar con tal de~ primera se responde que puede entenderse de dos maneras la moción de Dios
fecto; pero la indiferencia de la libertad no se funda en la impotencia de obrar, con respecto a nuestra voluntad. Una, antecedente al -actual concufso con el
sino en la potencia de no obrar. Por eso, cuando la misma voluntad carece de acto de la vol"U?-tad; otra, c~~sistente en .el concurso actual mismo. La primera
algón acto por causa de una natural inadvertencia de la razón, esa carencia de . es poco ~onocrda en metafisrca, es decrr, por los solos principios naturales;
acto no procede de la potencia de no obrar, sino de la impotencia de obrar pero es cierta en teología y, sea la que fuere, está contenida en las condiciones
que se requieren para el acto antecedentemente, esto es, por modo de principio 0
Iibertatis et utilitas eius in ipso usu et exer- tione includ~ntur omnia illa prrerequisita 1n
citio libertatis posita est. Est autem conside- actu primo ad operandum. tia non potest esse libera. Ut ergo facultas tum id quod est de intrinseca racione ac~
randum dupliciter posse dici aliquid requi- 11. Et quidem quod ad usum liberum liberum usum habeat, necesse. est ut, positis cionis seu in illa essentialiter includitur; nam
ri ad actum: uno modo, tamquam praere- sit necessarium cum illis omnibus dictam omnibus condicionibus prrerequisitis antece~ ea~em est de illis omnibus ratio qua: de ipsa
1·1 quisitum ad actionem; alio modo, ~amquam indifferentiam et quasi duplicem potesta- denter seu in actu primo, ex interna vi ct acuone. Atque hrec interpretacio illius defi~
intrinsece vel essentialiter inclusum in ipsa tem integram manere, facile ostendi potest. facultate sua possit agere et non agere. Cum nicionis colligitur ex communi sentencia
actione. Illud prius dici solet prrerequisitum Primo, quia alias cessatio, verbi gratia, ab autem dicimus ex interna vi et facultate (ut theologorum, In I, dist. 38 et 39, et In 11
antecedenter vel ex parte actos primi, sive opere non esset ex intrinseca v"i et facultate, obiectionibus occurramus), non excludimus dist. 24, et ex doctrina Anselmi, qu~
illud sit proprium principium actionis sive sed ex defectu alicuius conditionis requisi~ divinum concursum, vel maius auxilium ne- statim explicabimus.
conditio pra:requisita ad illam quocumque tre; hoc autem nil confert ad libertatem, cessarium pro actuum qualitate, sed id theo~
1
mgdo ue.J in qumris genere C8Jl8fe Hoc au- nuiJa ese enim naturalis potentia ~Il neces~ logis relinquimus. Expeditur prior difficultas
tern posterius dici potest requisitum conco- sario agens qure non possit interdum non 12. Quod autem dicta definitio intelli~ .1~. Duplex motio nostrae voluntatis per
mitanter seu in ipso actu secundo, quia non agere ex defectu conditionis requisitre, ut genda non sit de requisicis concomitanter, dtvmam.- Atque ex hac interpretatione fa~
distinguitur ah ipsa accione libera, qua: est approximationis passi vel alterius similis. probatur, quia bree, ut diximus, includuntur cile expediunru:r duae difficultates in prin~
actos secundus facultatis liberae. Cum ergo Immo, si quis recte perpendat, illud non est iJ?- ipsa accione; nam, sicut accio est requi~ cipio tactre. Ad primam enim respondetur
i. dicitur liberum esse quod, positis omnibus posse non agere, sed est potius impotentia stta ad agendum, ita quidquid in accione in~ duplicem intelligi posse motionem Dei re~
1
requisitis ad agendum, potest agere et non agendi seu non posse agere cum tali defec~ clud.itur potest dici requisitum. Est autem spectu voluntatis nostrae. Una est antecedens
' agere, intelligendum est de praerequisitis ru:; libertatis autem indifferentia non funda- accio requisita ut id quo formaliter deter~ actualem concursum ad actum voluntatis ·
antecedenter et in actu primo, non de alüs. nzr in impotentia agendi, sed in potentia miJ?-atllr potentia et constituitur actu agens, alia consistens in ipso actuali concursu. Prio~
Et hoc ipsum ins.inuatur in prredicta sen~ non agendi. Unde, quando ipsamet voluntas et tdeo non potest includi in his conditioni~ parum nota est in metaphysica seu ex solis
tentia cum dicinzr debere facultatem libe~ caret aliquo actu. propter naturalem inadver~ bus cum quibus potentia debet esse indif- principiis natura:; tamen in theologia esr
ram ita esse dispositam et prox1me prrepara~ tentiam rationis, illa carentia actus non est ferens ad agendum et non agendum, quia certa, et qurecumque illa sit, concinetur sub
tam ad opus ut cum ea dispositione poss.it ex potentia non agendi~ sed ex impotentia involvinzr manifesta repugnan tia; ergo ne- conditionibus requisitis ad actum anteceden~
agere et non agere; in ·illa enim prrepara~ sic operandi seu volendi, et ideo talis caren- que etiam includ.i debet in illis requisitis to-- ter seu per modum principü aut actus pri-
366 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 367
de acto primero. Pues, aunque esta moción se lleve a cabo mediante un acto vital puede dejar de sentir la moción, pero puede no consentir; mas esta cuestión
-que es acto segundo con respecto a la potencia en que radica-, no obstante, presenta una difícil y prolija discusión en Teología, de la que nos abstenemos
con referencia al otro acto en orden al cual se confiere dicha moción, se com- intencionadamente, y, prescindiendo de todas las opiniones, nos contentamos
para por modo de principio, y por ese motivo se dice que es por modo de con la respuesta que todos admiten bajo las palabras consignadas, si bien no
acto primero; dsí, el juicio «hay que obrar el bien» es principio del acto de hay unanimidad sobre su sentido, acerca del ·cual no nos pronunciamos ahora.
la voluntad por el que se ama tal bien; por eso, aunque en el entendimiento 15. La dificultad que estamos tratando afecta propiamente a la segunda
sea un acto segundo, con respecto a la voluntad se considera como primero; moción, pues es aquella en virtud de la cual la acción de la causa segunda de-
y lo mismo ocurre con otros semejantes. La segunda moción es más conocida pende por sí y esencialmente de la primera; y, como. ya he dicho, no consiste
por la luz natural, ya que físicamente es necesaria, de modo más intrínseco, en otra cosa que en el mismo concurso de Dios. Por qué se llama a éste mo-
para la acción de la criatura; y se cuenta esa moción entre los requisitos para ción, 1o explicaremos más abajo y al estudiar la dependencia de la causa segun-
el acto en sentido concomitante, puesto que el concurso de Dios está esencial- da en su obrar con respecto a la primera. Así, pues, de esta moción es cierto
mente incluido en la acción de la criatura. que, una vez puesta, la voluntad no puede no moverse; sin embargo, negamos
14. Así, pues, acerca de la primera moción debe decirse que, una vez que esto sea contrario al uso de la libertad, ya que dicha moción no es una de
puesta, todavía tiene la voluntad posibilidad de no realizar el acto en orden las condiciones previamente requeridas para el acto, sino que está esencial-
al cual se da tal moción, pues, siendo dicha moción una de las condiciones mente incluida e~ la acción misma de la voluntad. De qué clase es este con-
preexigidas para el acto libre, si no dejase expedita a la potencia, quitarla el curso o moción de Dios, cómo existe juntamente con el influjo de la voluntad
libre uso porque la determinaría a una sola cosa. Entonces, ¿qué libertad o creada, y si puede decirse de alguna manera anterior sin lesión de la libertad,
elección habria, si sólo se concediese una parte?, como dijo con razón Evodio y, finalmente, de qué manera cae bajo la potestad del hombre el tener o no
a Constancia, según consta por Turriano, lib. IV Pro epistolis Pontific., c. 2. tener esta moción de Dios (porque esto también es cierto y necesario para la
Por eso el Concilio de Trento, ses. VI, c. 4, acerca de esta moción previa, libertad), lo trataremos en el lugar que hemos citado poco antes.
incluso en las obras de la gracia, define que, puesta ella, todavía tiene la vo-
luntad potestad de no consentir. Y esto no atenta contra la eficacia de la mo-
ción divina, ya porque no ocurre por impotencia, sino por sabiduría, providen- Se responde a la segunda dificultad
cia y voluntad del primer motor, ya también porque, cuando El quiere, hace 16. Por . último, la segunda dificultad ya queda resuelta en virtud de lo
asimismo, de manera eficaz, que la voluntad consienta infaliblemente, aunque dicho; efectivamente, pasando por alto la primera moción -que no hace a
pueda no consentir. Ahora bien, esencial y absolutamente no es contradictorio
1

11 nuestro caso ni se habla de ella en el argumento-, acerca de la segunda o con-


que, existiendo esta moción, la voluntad no se mueva con aquel acto o mo- curso de Dios se niega que sea uno de los prerrequisitos antecedentes de los
vimiento libre en orden al cual se da dicha moción, ni hay correlación, a este que se trata en la definición de libertad, según hemos explicado, y por ello
respecto, entre el mover y el ser movida, cuando una moción se compara con declaramos que, puesta dicha moción, la voluntad no puede dejar de moverse
[il otro acto como principio de éste y no sólo como vía hacia el término. Del modo porque ya se supone constituida bajo su acción, inas no sin su determinación
como dijo San Agnstin en otro lugar que quien es movido de esta manera no libre. Y en este sentido se responde· también perfectamente mediante la dis-
¡i
tinción entre sentido compuesto y dividido; porque, establecida esta mocióri en
1

,:1
•. 11·1·1
1

mi. Narn, Iicet hrec motio fiat per actum naret potentiam ad unum. Qua: autem esset
vitalem, qui est actus secundus reSpectu po- libertas aut electio ubi una tantum pars tionem~ posse autem non consentire; sed ipsiusmet voluntatis creatre, et an possit di-
tentire in qua inest, tamen respecto alte- fuisset concessa? ut recte dixit Evodius ad haec res habet in theologia gravem et pro- ci aliquo modo prior absque laesione liber-
rius actus propter quem datur illa motio, Constantium, apud Turrianum, lib. IV pro lixam disputationem, a qua nos consulto abs- tatis, ac denique quemado sit in potestatc
comparatur per modum principii, et ea ra- Epistolis Pontific., c. 2. Et ideo Conc. Tri- tinemus, et ah omnibus opinionibus a.bstra- hominis habere vel non habere hanc Dei
tione dicitur es se per modum actus primi; dentinum, sess. VI, c. 4, de huiusmodi mo- hentes ea responsione contenti sumus quam motionem (hoc enim etiam verum est et ad
ur iudicium de bono agenda est principium tione pra:via etiam in operibus gratia: de- omnes sub pra:dictis ver bis amplectuntur, libertatem necessarium), dicemus in loco
actus voluntatis quo tale bonum amatur; un- finit, illa posita, adhuc esse in potestate vo- licet in eorum sensu sit dissensio, de quo paulo ante citato.
', ¡ de, licet in intellectu sit actus secundus, ta- nunc iudicium non ferimus.
luntatis non consentire. Neque hoc est con-
1 men respecto voluntatis comparatur ut pri- tra efficaciam divina: motionis, tum quia id 15. De altera vera motione procedit pro- Respondetur ad posteriorem difficultatem
1;'
1 mos; et idem est de alüs similibus. Pos- non provenit ex impotentia. sed ex _sapien- prie difficultas quam tractamus; nam illa 16. Denique secunda difficultas iam ex
terlOr motlo est mag1s nota lunune Iiaturali, cia, providentia et voluntate ipsius primi mo- est qua 'per se et essentialitex pendet actio dictis expedita est; omissa enim priori mo-
li'
1;;
quia physice est magis inttinsece necessa-
ria ad actionem creatune, cornputatur autem
toris, tum etiam quia, quando ipse vult,
etiam facit efficaciter ut voluntas infallibili-
causae secunda e a prima; et, ut dixi, non
est aliud quam ipse concursus Dei, de quo
tione, qme neque ad nos spectat nec de illa
in argumento est sexmo, de posteriori seu
illa motio inter requisita ad actum concomi- ter consentiat, quam.vis possit non cansen- cur motio dicatur, dicemus inferius et trae- concursu Dei negatur esse ex prrerequisitis
', i tanter, quia concursos Dei essentialiter in- tire. At vera per se et absolute non repug- tanda de dependentia causa: secunda: a pri- antecedenter, de quibus loquirur definiti.o li-
cluditur in actione creaturre. ma in operando. De hac ergo motione ve- bertatis, ut explicuimus, et ideo fatemur, illa
!: 14. De priori igitur motione dicendum
nar, stante hac motione, non moveri volun-
tatem illo actu seu motu libero propter rum est, illa posita, non posse voluntatem posita, non posse voluntatem non moveri,
est quod, illa posita, adhuc potest voluntas quem talis motio datur, nec quoad hoc sunr non moveri; nega:mus tamen id repugnare quia iam supponitur constituta sub actione
non opexari illum actum propter quem da- correlativa movere et moveri, quando una usui libertatis, quia illa motio non est ex con- sua, non tamen sine determinatione sua
tur talis motio, quia cum illa motio sit ex motio comparatur ad alium actum ut prin- ditionibus pra:requisitis ad actum, sed essen- libera. Atque in hoc sensu optime etiam re-
conditionibus pra:requisitis ad actum libe- cipium eius et non tantum u:t via ad termi- tialiter includitur in iosamet actione volun- spondetur pex distinctionem illam de sensu
rum, nisi relinqueret illam potestatem expe- num. Quomodo alias dixit Augustinus eum tatis. Qualis autem sit hic concursus seu mo- composito et diviso; posita enim hac mo-
ditam, tolleret usum liberum, nam determi- qui sic movetur non posse non sentire mo- tio Dei, et quomodo sit simul cum influxu tione in sensu composito, non potest vo-

------~---- - --
368 Disputaciones metafísicas Disputación XIX .-Sección V 369
sentido compuesto, la voluotad no puede no obrar, por suponerse que ya _está efecto, hemos demostrado que todas las cosas carentes de razón carecen tam-
obrando; de aquí que eso no repugne a la libertad, puesto que en la misma bién de libertad, a causa de su imperfección. De aquí resulta que, inversamente,
suposición se incluye y ya se supone el uso de la libertad, acerca del cual, como todos los agentes racionales o intelectuales son también agentes libres, pues
de cualquier otra cosa, se dice con verdad que cuando existe, existe necesaria- ªquella negación de uso de razón es la causa adecuada y suficiente de la ca-
mente, auoque absoluta y simplemente (y esto se afirma en sentido dividido) rencia de lib~rtad; luego la afirmació-!1 opuesta es asimismo la razón adecuada
pudiera no existir. Esto mismo es lo que afirmó San Anselmo, lib. De concor- de la afirmación opuesta. Se confirma, porque se ha probado en particular que
dia praesc., desde el principio, y lib. 11 Cur Deus horno, c. 17 y 18: que la el hombre es uo agente libre, auoque es inferior a todos los del orden intelec-
necesidad que procede de una suposición antecedente elimina la libertad, pero tual; luego a fortiori debe decirse que todos los agentes creados que poseen
no la que procede de una suposición consiguiente. En efecto, llama suposición entendimiento poseen también libertad. Esto lo repetiremos en particular acerca
antecedente a todo aquello que riosotros denominamos prerrequisito en sentido de las inteligencias creadas, cuando nos ocupemos de ellas más adelante. Y no
antecedente, o por parte del acto primero, para el acto libre; por eso llama él se opone a ello el argumento basado en los movimientos o influencias celestes.
a esta suposición antecedente causa de la cosa, de donde, si en virtud de t~l Pues, por lo que se refiere a las inteligencias que ·mueven los cielos, aunque
suposición se sigue necesariamente el acto, queda anulada la libertad, a cuya sean libres en otras cosas, al mover los cielos pueden ser llevadas por alguna
razón pertenece el que la potencia, con todos aquellos prerrequü;itos, perma- necesidad, ya en virtud de la moción e imperio de un agente superior, ya en vir-
nezca íntegra para obrar y no obrar, incluso en sentido compuesto con relación rod de uo fin preconcebido, al que aman y al cual tienden de manera inmuta-
a tales condiciones antecedentes, como se ha explicado. En cambio, llama su- ble. En cuanto a la influencia de los cielos, debe afirmarse que dicha influencia
posición consiguiente a toda aquella que incluye la acción misma de la cn.ia- no se extiende directa y esencialmente a las cosas espirituales y materiales, no
tura, porque esa ya supone el uso libre, según queda declarado. Por tanto, la sólo porque únicamente influyen mediante el movimiento físico, del que es in-
necesidad que procede de ella no puede eliminar el uso libre, ya que no es capaz la realidad espiritual, ~ino también porque la realidad espiritual es de
tma necesidad real, sino sólo de inferencia, como dijo Santo Tomás, De Veri- orden superior y, por tanto, la realidad material no tiene posibilidad de obrar
tate, q. 24, a. 1, ad 13, quien confirma esta doctrina en el lib. 11 de la Física, direCtamente sobre ella. En cambio, las almas humanas son inmateriales en sí
lect. 15, al principio; la apoya también San Agustín, De Civitate Dei, lib. V, y tienen libertad en cuanto son inmateriales y obran mediante una potencia
c. 10. inmaterial; por lo que la influencia de los cielos no puede impedir a los hom-
bres el uso de la libertad, auoque indirectamente, por medio del cuerpo y de
SECCION V sus afecciones, pueda inclinarlos más o menos a una u otra parte; pero el hom-
bre puede, con sU libertad, vencer esa inclinación y dominar a los astros.
¿EN QUÉ FACULTAD RADICA FORMALMENTE LA LIBERTAD DE LA CAUSA CREADA? 2. La sustancia espiritual es el principio radical de la acción libre.- De
l. Todo agente racional, y sólo él, es capaz de libertad.- En el tercero y aqul resulta claro, además, que el principio principal quo de la acción libre siem-
cuarto motivos de duda propuestos en la sección 2 se pide que expliquemos pre es alguna sustancia o forma sustancial espiritual. Se demuestra porque se-
más claramente cuáles son las causas creadas que en su obrar no están sujetas mejante principio es o el alma racional o alguna sustancia superior; pero el
a necesidad, y por qué facultad poseen este dominio. A propósito de las cau- alma racional es inmaterial, y mucho más lo es cualquier sustancia superior;
sas principales o que operan ut quod, la solución es fácil por lo ya dicho; en tio ex dictis; ostendimus enim res omnes extendí directe ac per se ad res spirituales
racione carentes carere etiam libertate ob ec immateriales, tum quia solum influunt
!untas non operari, quia iam supponitur ope- declaratum est. Suppositionem autem conse- irnperfecrionem suam. Qua fit ut e contrario per physicum motum, cuius res spiritualis
raos; unde id non repugnat libertati, quia in quentem vocat omnem illam quae includit omnia agentia rationalia seu intelleccualia incapax est; tu m etia m quia res spiritualis
ipsamet suppositione includitur et iam sup- ipsammet actionem creaturre, quia iam illa sint etiam agencia libera; nam illa negatio est ordinis superioris, et ideo in eam direc-
ponitur usus libenatis, de qua, sicut de supponit usum liberum, ut declaratum est. usus rationis est sufficiens et adaequata ra- t~ agere non ootest res rnaterialis. Animi
qualibet alia re, vere dicitur, quando est, Unde necessitas ex illa non potest ipsum li- tio carentiae libertatis; ergo opposita affix- autern hominuln in se immateriales sunc
necessario esse, licet simplidter et absolute berum usum auferre, quia non esc necessitas matio est etiam adaequata ratio oppositae et •Iibertatem habent quatenus immateriales
(quod dicitur in sensu diviso) posset non rei, sed illationis tantum, ut D. Thomas di- affirrnationis. Et confurnatur; nam osten- sunt et per immateriakm potentiam ope-
esse. Et hoc ipstml est quod dixit Anselm., xit, q. 24 de Verit., a. 1, ad 13, qui hanc sum est in particulari hominern esse agens rantur, et ideo in:ftuentia caelorum non pot-
lib. de Concordia praesc., a principio, et lib. doctrinam confirmat lib. 11 Phys., lect. 15, liberum, licet in gradu intellectuali sit in- est libertatis usum horninibus impedire,
II Cur Deus horno, c. 17 et 18, necessita- in principio; favet etiam D. Agust., V de fimum omnium; ergo a fortiori dicendum etiamsi indirecce medio corpore et affec-
tun ex supposítione antecedente coHere H- Chit., c. 101,.---------- esc omnia agentia creata quae intellectum tibus eius possit illos in alterutram par-
1' bertatem, non vero ex suppositione conse- habent habere eciam libertatem. Quod ite- tem rnagis aut minus inclinare, quam incli-
1 quente. Suppositionem enim antecedentem SECTIO V
rum de intelligentiis creatis in particulari nacionem potesc horno sua libertate supera-
vocat omne id quod nos dixirnus esse prae- QUAENAM SIT FACULTAS IN QUA FORMALITER dicemus infra de eis disputantes. Neque re et astris dominad.
1

requisitum antecedenter seu ex parte actus RESIDET LmERTAS CAUSAE CREATAE contra hoc obstat argumentum sumptum ex 2. Spiritualis substantia liberae actionis
primi ad actum liberum; unde hanc sup- l. Omne et solum rationale agens est motibus aut influentüs crelorum. Nam quod radicale principium.- Ex quo ulterius con-
!
positionem antecedentern ipse vocat causam libertatis capax.- In tertia et quarta racio- attinet ad intelligentias motrices crelorum, stat principiurn principale qua liberae ac-
rei, et ideo, si ex tali suppositione neces- ne dubitandi, sect. 2 propositis, petitur ut etsi in alíis rebus liberre sint, possunt in tionis semper esse substantiam aliquam seu
sario sequitur actus, tollitur libertas, de cuius distinctius declaremus qurenam sinc causre movendis crelis necessitate aliqua duci, vel ex substantialem formam spiritualem. Probatur
racione est ut cum omnibus illis prrerequisi- creatre qure in agenda non subduntur neces- motione et imperio superioris agencis vel ex quia huiusmodi principium vel est anima
tis rnaneat potencia integra ad agendum et sitati, et per quam facultatem hoc dominium fine prreconcepto, quem immutabiliter dili- rationalis vel aliqua superior substancia; sed
non agendum, etiam in sensu composito re- habeant. Et quidem de causis principalibus gunt atque intendunt. Quod vero ad influen- anima racionalis eSt imrnaterialis, et multo
spectu talium conditionum antecedentium, ut seu operantibus ut quod, facilis est resolu- tiam caelorum attinet, dicendum est illam non magis ornnis superior substancia; ergo. Et
24
370 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 371

luego. Se confirma, porque toda forma material, en cuanto tal, obra desprovista recibe de una potencia superior mediante su acto; consiguient~mente, aq'?-ella
de inteligencia y razón, y, consiguientemente, obra de modo meramente natu- potencia que es principio próximo del acto esencial e inmediatamente hbre,
ral; luego la forma que es principio de la acción libre deoe ser espiritual. debe ser espiritual y esencialmente perteneciente al orden intelectual, en cuanto tal.
3. El principio próximo de la acción libre siempre es una potencia espiri-
tual.- El acto libre es elícito o imperado.- En tercer lugar, también resulta El libre albedrío no consiste en un acto o en un hábito, sino en una potencia
,i claro por esto que el principio próximo de la acción libre es alguna potencia 4. De aquí concluimos, en cuarto lugar, que el libre albedrío creado con-
'! ¡ de la sustancia espiritual en cuanto es espiritual o intelectual. Y añado esto siste directa y formalmente en una potencia tal que tiene el indicado pod~r
por razón del alma humana, la cual, aunque tiene muchas facultades, varias de y dominio sobre su propio acto. N o es necesario detenerse en refutar las opi-
1.:. 1

ellas son materiales porque no le convienen en cuanto es intelectual, y por ello niones de quienes dijeron que el libre albedrío consiste en algún acto, o e~
1' . no son principio próximo de la acción libre. La razón de esta afirmación es un hábito, o en una potencia en cuanto modificada por un hábito. De esas opi-
1·1
que el principio próximo debe ser proporcionado al principal. Además, porque niones, sostuvo la primera Herveo, Quodl. 1, q. 1; la segunda) San Buenaven-
'1, '
una cosa no tiene dominio de sus actos sino en cuanto es intelectual; luego tura, In Il, dist. 25, a. 1, q. 4; la tercera, San Alberto, In 11, dist. 24, a. S.
11
:· únicamente posee este dominio en virtud de una facultad perteneciente al orden Ahora bien, dichas opiniones o no son probables o emplean los términos en
btelectual; pero este orden es inmaterial en sí mismo y en todas las potencias sentido diferente. Porque el hombre posee libre albedrío incluso cuando nada
próximas a él; luego. Sólo debe advertirse que una acción puede denominarse obrase; de lo contrario, perdería el libre albedrío por el solo hecho de dejar de
libre en doble sentido, a saber: como acto elícito, es decir, próximamente, en obrar, cosa que es absurda; consiguientemente, el libré albedrío no puede con-
orden a la potencia que realiza la acción -así, el querer es libre-, o bien sistir en un acto. Además, el hombre tiene libre albedrío porque puede obrar
como acto imperado, o sea, remotamente, en orden a la potencia que mueve o y no obrar, una vez puestos todos los requisitos para la operación; pero es pró-
aplica una facultad inferior a la operación; de esta manera es libre el andar. ximamente capaz de obrar por alguna potencia; luego posee próximamente la
Pues bien, cuando tratamos del principio próximo de la acción libre, deb~ en- libertad por alguna potencia del alma; luego tal potencia será el libre albedrío.
tenderse de una acción propiamente libre en orden a su principio 1 inmediato, Además, si la libertad de albedrío consiste en algún acto, pregunto si ese acto
y en este sentido decirnos que el principio -próximo de la acción libre es una es realizado por la potencia libre o no. Si se afirma lo primero, la libertad ya
facultad espiritual; porque el principio próximo de la acción que sólo es libre precede a tal acto y, por tanto, se da en la potencia misma con anterioridad
imperativamente puede ser a veces una facultad material en cuanto es una al acto. Si se afirma lo segundo, ese acto es necesario; entonces, ¿cómo puede
potencia locomotriz que reside en los miembros del cuerpo, ya que esa poten- consistir en él la libertad de albedrío?
cia puede estar subordinada a una sustancia espiritual superior, en la cual existe 5. Se responde a una obieción.- Quizá se digá que aquel acto, aun sien-
la auténtica facultad que tiene dominio sobre su acto y, mediante él, sobre la do necesario, puede ser principio de una elección o deliberación libre; pues así
potencia inferior y su acción. Por eso, cabe decir también que, aWl cuando la parece que razona Herveo. Considera, en efecto, que la potencia no es. apta
1,'¡¡ acción ·imperativamente libre se realice próximamente --de manera física y. en para realizar un acto libre si no precede un acto necesario que sea principio
1" cuanto a su entidad- por otra potencia, la denominación de libertad sólo la de aquél; porque la deliberación -dice- precede al acto libre, y a la delibe-
"
::1 ración precede la voluntad de deliberar. Pero esto puede entenderse del acto
!i¡'
¡·: confirmatur, nam omnis forma materlalis, nem aliquam denominari liberam, scilicet,
1'1 quatenus talis est, operatur absque intelli- ut actum elicitum seu proxime in ordine illa ergo potentia quae principium proxi- consistere. ltem horno est liberi arbit::rij,
·;,¡ gentia et ratione, et ideo operatur modo me- ad potentiam efficientem actionem, quemo- mum est actus per se ac immediate Iiberi quia potest operari et non operari, positis
re naturali; ergo forma quae est principium do ipsum velle libertim est, vel ut actum im- spiritualis esse debet ac per se spectans omnibus requisitis ad agendum; est autem
liberre actionis esse debet spirirualis. peratum seu remate in ordine ad potenti.am ad intellectualem gradum, quatenus talis est. pateos proxime ad operandum per aliquam
:·,
···.1
3. Proximum principium liberae actionis moventem seu applicantem inferiorem fa- potentiam; ergo libertatem habet proxime
semper est potentia spiritualis.- Liber ac- cultatem ad agendum, quomodo ambulare Liberum arbitrium non in actu vel habituJ per aliquam potentiam animae; talis ergo
:r: tus, vel elicitus vel imperatus.- Tertio, bine est liberum. Cum ergo agirnus de proxirno sed in potentia aliqua consistere potentia erit liberum arbitrium. Deinde, :si
etiam constat principium · actio- principio actionis liberre, intelligendum est 4. Atque bine quarto concludimus libe- libertas arbittü consistit in aliquo actu, in-
1 ¡ nis liberae esse potentiam substan- de actione proprie libera in ordine ad suum rum arbitrium creatum directe et formaliter quito an ille actus sit elicirus a potentia
tire spiritualis quatenus s¡>iritm>!is immediatum principiumJ et hoc modo dici~ consisrere in huiusmodi potencia qure prre~ libera, necne. Si primum dicatur, iam liber-
tellectualis est. Quod mus principium · liberre dictam vim et dominium haber in suum pro- tas antecedit illum actum; est ergo in ipsa
'1
¡:· facultatem actum. Neque oportet immorari in potentia ante actum. Si vera dicatur secun-
earum refutandis eorum opinionibus qui dixerunt dum, ille actus necessarius est; quomod.o
quia non conveniunt illi quatenus intellec- est interdum esse potest ma 4
liberum arbitrium consistere in aliquo actu, ergo in illo potest consistere arbitrii liber-
tualis est, et ideo non sunt principium pro- terialis ut est potencia motiva secundum lo- vel in habito, vel in potentia prout aliquo ha- tas?
·¡, xirnum liberre actionis. Ratio huius assertio- cum residens in membris corporisJ quía illa bitu affecta. Ex quibus opinionibus primam 5. Obiectioni respondetur.- Dicetur for-
1: nis est quía principium proximU.m debet esse potest subordinata superiori substan- tenuit Hervaeus, Quodl. I, q. I; secundam tasse illum actum, etsi necessarius sit, posse
1 ~ es se accommc:xiatum principali. 1tem, quia tire spirituali, in qua est propria vis domi- Bonav., In 11, dist. 25, a. 1, q. 4; tertiam esse principium liberae electionis aut deli~
res non habet dominium sui actos nisi qua- nativa in suum acnun, et mediante illo in Albertus, In 11, dist. 24, a. 5. Verum hae berationis; ita enim visus est philosophati
tenus intellectualis est; ergo non habet hoc inferiorem potenti.am et actionem eius. Unde opiniones aut probabiles non sunt aut aliter Hervaeus. Existimat enim potentiam non
dominium nisi per facultatem pertinentem gd etiam dici potest quod, licet actio impera- vocibus utuntur. Horno enim liberum arbi- esse aptam ad eliciendum actum liberum
gradum intellectualem; hic autem grados tive libera, physice et secundum suam en- trium habet, etiam quando nihil operaretur; nisi praecedat actus' necessarius qui sit prin-
immaterialis est secundum se et secundum ti.tatem, proxime fiat ab alia potencia, de- alias amitteret liberum arbittium per solam cipium eius; nam liberum acrum (inquij:)
omnes potencias sibi proximas; ergo. ·so 4
nominationem autem libertatis non habet cessationem ab actu, quod absurdum est; praecedit deliberatio, et deliberationem pr:re-
Ium est animadvertendum dupliciter actio- nisi a superiori potencia medio actu eius; non ergo potest liberum arbitrium jn actu cedit voluntas deliberandi. Sed hoc intelliti
Disputación XIX.-Sección V 373
372 Disputaciones metafísicas
0
infusión de otro, puede en seguida libremente querer o no querer tal objeto.
del. entendimiento o del acto de la voluntad. Pues bien, es cierto que, con an-
Además, aun cuando en el hombre muchas veces preceda esa voluntad de de-
terioridad al primer acto realizado libremente, debe Preceder de manera nece-
liberar, o de investigar o considerar algo ·más acerca del objeto en cuestión,
saria un acto del entendimiento, no libre, ni propiamente voluntario, sino na-
incluso esa voluntad de deliberar no es natural, sino libre, puesto que no hay
~al; porque, como no s~ ~uede querer nada que no se haya conocido pre-
nada que mueva necesariamente a tenerla; luego esa voluntad de deliberar tam..
vtamente, antes de cuaiqwer volición debe darse algún juicio; por tanto, ese
juicio que precede a la primera volición no puede proceder de la voluntad y, poco precede siempre al otro acto libre acerca de cualquier objeto ni, cuando
precede) es siempre natural y necesaria. La razón está en que, para que la vo-
consecuentemente, tampoco puede ser libre. Ahora bien, sería del todo impro-
luntad quiera un objeto, no se precisa que haya querido antes la consideración
pio y falso afirmar que tal juicio es el Iib~albedrlo mismo por el hecho de
qu~ puede ser, en su género, fundamento y origen del uso libre, puesto que
del objeto, sino que basta con que posea esa consideración por la naturaleza,
s?lo .es una condición requerida y una aplicación del objeto para que la poten- o por la voluntad, o por otro medio. Porque lo único necesario con respecto
na hbre pueda usar de su facultad. Y, aunque concediéramos que dicho juicio al objeto que se ha de querer es que sea conocido previamente; en cambio,
concurre activamente al acto realizado libremente por la voluntad, a pesar de que ese conocimiento tenga su origen aquí o allí es accidental. Y por la mis-
todo la libertad no consistiría en él; porque, más bien, él influye de suyo na- ma razón -aunque rimchas. veces la deliberación e investigación intelectual es
turalmente, aunque está esperando (por así decirlo) el consentimiento o influjo directamente voluntaria- no es necesario que proceda de alguna volición na-
de la voluntad, de cuyo poder depende el prestarlo o suspenderlo; consiguien- tural o necesaria, sino que puede proceder de una volición libre; es más, mo-
temente, no es legítimo atribuir la libertad a ese juicio o acto del entendimiento ralmente sucede asi) y por ello con frecuencia es culpable la inadvertencia, ya
como a principio en el que radica de manera próxima. que podia haberse tenido la advertencia por la voluntad libre. Consiguiente-
6. En cambio, si eso se entiende del acto de la voluntad:) no es universal- mente, por este capítulo no es necesario que ningún acto natural de la voluntad
mente cierto que, con anterioridad a todo acto libre de la voluntad, deba pre- preceda al acto libre.
ceder al~ acto na~urai que sea principio del acto libre; pues ¿cuál es ese 7. Si toda intención del fin es necesaria.- Desde otro punto de vista, pue-
acto, o cu~ la necesidad de que deba preceder? Se responderá que es la volun- de objetarse que la intención del fin precede siempre a la elección de los me-
tad de. dehbera.r. Mas no es así; porque, en primer lugar, en Dios hay per- dios; pero la intención del fin es necesaria, puesto que la libertad -según
fecta hbertad sm tal voluntad, preexistiendo en su entendimento (según nues- piensan Aristóteles y Santo Tomás- sólo se da en la elección de los medios;
tra manera de entender) una perfecta ciencia de las cosas, meramente natural luego, por est~ causa, al acto libre precede siempre algún acto necesario que
y necesaria. Asimismo el ángel, en su primer instante, realizó un acto libre de es el principio próximo y la razón de la elección libre; luego en él debe po-
su voluntad sin voluntad previa de deliberar mediante el entendimiento, sino nerse primariamente la libertad de albedrío. Respondo que se súpone una cosa
únicaJ:?ente suponi~~do aig,ún ~onocimiento actual del entendimiento, que po- falsa y que la inferencia es mala. Efectivamente, no toda intención del fin es
seyó mnato y recibido mas bien que adquirido por su propia voluntad. De necesaria, porque hay muchos fines particulares a Jos que- tendemos con liber-
tad, no sólo de ejercicio, sino también de especificación; solamente amamos
~e~a semeJan~e, el . ~ombre, s~ tiene en su entendimiento una suficiente pro-
posiCIÓn y cons1derac10n del ob¡eto, aunque no la tenga por aplicación de la por necesidad el fin último o supremo, y eso únicamente en cuanto a la espe-
voluntad, sino por excitación del objeto que se le presenta, o por manifestación cificación, no en cuanto al ejercicio, al menos en el presente estado de vida,
Como diremos poco más adelante, donde explicaremos en qué sentido se dice
potest de actu intellectus vel de actu volun- intellecms ut principio in quo prox.ime re- mediate libere velle aut non velle tale ob- ideo saepe inconsideratio est colpabilis, quia
tatis. Verum ergo est ante primum actum sidet. iectum. Ac deinde, licet in homine saepe consideratio poterat per liberam voluntatem
libere elicitum debere necessario praecedere 6. Si vero id intelligatur de acto volun- antecedat illa voluntas deliberan.di seo ali- haberi. Ex hoc ergo capite non est necesse
acrum intellectus, non liberum nec proprie tatis, non est in universum verum ante om- quid amplios inquirendi vel considerandi de ut aliquis actus naturalis volontatis prae-
voluntarium, sed naturalem; quia cum ni- nem actum liberum voluntatis praecedere tali obiecto, etiam ill.a voluntas deJiberandi cedat liberum.
hil possit esse volitum quin sic praecogni- aliquem actum naturalem qui sit principium non est natoralis, sed libera, quia nihil est 7. An omnis intentio finis necessaria.-
tum, ante omnem volitionem antecedere de- actos liberi ~ quis enim est talis actus, aut quod necessitet ad illam habendam; ergo Aliter obiici potest, quia intentio :fi.nis sem-
bet iudicium aliquod; illud ergo iudicium quae necessltas cur antecedere debeat? Re- neque illa voluntas deliberandi sempei an- per praecedit electionem mediorum; inten-·
quod antecedit primam volitionem non pot- spondebitur illum esse voluntatem deliberan- tecedit alium actum liberum circa omne tio autem :finis necessaria est; nam libertas,
est esse ex volontate profectum, e~ Conse- di. Sed contra; nam imprimis in Deo est obiectum, neque, com antecedit, semper ut Aristot. et D. Thomas sentiunt, solum
quenter neqoe liberum. lmproprlissime ao- perfecta libertas sine tali voluntate prae- est naturalis ac necessaria. Et ratio est est in electione mediorum; ergo ex hoc
tem ac falso dicetur illud iodicium esse existente in intellectu (modo nostro 'intelli- ·-"!'-- - _quia, ut. vol untas velit obiectum non est capite ante actum liberum antecedit sem-
ipsum liberum arbitrium eo quod in suo gendi) perfecta rerum scientia mere natu- necesse ut prius voluerit considerationem
genere possit esse fundamentum et origo ~ali ac. necess~ria. Angelus· etiam in primo per aliquis actos necessarius, qui est p.rin-
obiecti, sed satis est quod talem conside- cipium proxinrum et ratio electionis libe-
liberi usos, quia solum est conditio requi- mstanu habmt actum liberum voluntatis rationem habeat, sive illam considerationem
'¡ sita et applicatio obiecti ot potencia libera absqoe praevia voluntate deliberandi per rae; ergo in eo ponenda est primo libertas
habeat a natura, sive a voluntate, sive aliun- arbittii. Respondeo et falsum assomi et
.1 possit sua facultate uti. Et qoamvis dare- intellectum, sed supposita tantum aliqua dc. De necessitate enim obiecti volendi so-
mos iudicium illud concurrere active ad actuali cognitione intellectu.s, quam habuit male colligi. Non enim omnis intentio :finis
' Iom est quod sit praecognitum; quod vero
actum libere elicitum a voluntate, nihilo- co~creatam et recep?m potius quam pro~ illa cognitio hinc vel inde proveniat, acci- necessaria est; sunt enim multi fines par-
minus non in illo consisteret libertas; nam pna voluntate acqms1tam. Et similiter horno dcntarium est. Et eadem racione, etiamsi ticulares quos non solum quoad exercitium,
potius ipsum de se naturaliter influit, ex- s~ in intellectu .habet sufficientem proposi- saepe accidat consultationem et inquisicio- sed etiam quoad specificationem libere vo-
pectat tamen (ut sic dicam) consensionem !tonem et constderationem obiecti, etiamsi nem intellectus esse directe voluntariam~ lum.us, solumque finem ultimom aut sum-
seu infiuxum voluntatis, in cuius potestate · ~am non habeat ex applicatione volunta- non oportet ut sit ab aliqua volitione na- mum necessario amamus, idque quoad spe-
est illum tribuere aut suspendere; non ergo ns, sed ex obiecti oblati excitatione vel ex turali seo necessaria, sed potest esse a vo- cificationem tantum, non quoad exerciti.um;
recte triboitur libertas illi iudlcio seo actui locutione aot infusione alterius, potest im- litione libera, immo moraliter ita accidit, e~ saltem pro statu huius vitae, u~ paulo in-
,,,, 375
374 Dtsputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V
,,li
l¡ que la libertad versa sobre la elección. Además, cuando precede la intención ser principio de un acto libre en cuanto podemos valernos de él cuando que-
del fin, la libertad que se da en la elección de los medios no debe atribuirse remos; por consiguiente, el hábito no da la libertad, sino que más bien la re-

L 11¡'
a dicha intención como a su prindpio propio, sino a la facultad de la que
proceden la intención misma y la elección, ya porque aún permanece incierto
si la intención es el principio propio y per se de que se realice la elección, Q
cibe (por así decirlo) de la potencia en que reside, en cuanto la potencia es la
o
que utiliza el hábito y está en su poder el emplearlo no emplearlo. La tercera
razón puede ser que el hábito no confiere el poder obrar, sino que da facilidad
1

'!il ~ólo una disposición previa o condición necesaria para ella, ya también, y so- en el obrar; por eso, la voluntad afectada por un hábito no puede realizar nin-
bre todo, porque, aun cuando la intención concurra activamente con la poten- gún acto de orden natural que no pueda llevar a cabo, en absoluto, sin ese
¡l¡
¡¡ cia a la elección, sin embargo la determinación de elegir este medio con pre- hábito; mas el libre albedrío no exige necesariamente esta facilidad en el obrar,
ferencia a otros no procede de la intención, sino del poder de la voluntad sino la absoluta potestad de obrar y de no obrar, una vez puestos todos los
misma, gracias a cuyo influjo la elección es intrínsecamente voluntaria y, por requisitos; por esó, el hombre que tiene uso de razón es libre desde el prin-
tanto, determinada a este me_dio más bien que a otro. En consecuencia, no cipio, antes de adquirir dicha facilidad; la libertad, pues, no consiste en un
puede entenderse por ninguna razón que la facultad de la libertad resida pro- hábito ni en la potencia juntamente con el hábito, toda vez que ella tiene por
piamente en algún acto, sino en una potencia, de la que próximamente nace sí misma potestad .absoluta. Sólo en los hábitos esencialmente infusos puede
el acto libre. parecer eso probable, en cuanto estos hábitos no se limitan a conferir facilidad,
8. Fácilmente puede demostrarse con argumentos parecidos que el libre sino también el mismo poder. Puede, por tanto, concederse que estos hábitos
albedrío no es un hábito. En primer lugar, porque o ese hábito sería natural completan en esta parte la libert3.d intrínseca respecto de los aétos sobrenatu-
y congénito con la potencia, o sería adquirido mediante actos (omito los há- rales. Aunque también sin ellos pueda decirse que la potencia -si tiene por
bitos infusos porque ahora sólo hablamos de la libertad natural y de los actos otro medio un auxilio proporcionado-- es simplemente libre para tales actos,
de orden natural); no puede afirmarse lo primero, ya que, según la verdadera ya que es snficiente de suyo para no realizarlos, y para llevarlos a cabo puede
doctrina, no hay ningún hábito natural que se haya infundido naturalmente a ser completada, no sólo mediante los hábitos, sino también mediante otras ayu-
la voluntad, si nos referimos al hábito en sentido propio, considerándolo como das. Y en esta doctrina no se presenta dificultad, ni San Buenaventura o San
una cualidad distinta de la potencia y que le confiere una facilidad o inclina- Alberto oponen ningún argumento que necesite nuestra respuesta.
ción; porque ésta no la da la naturaleza, sino el uso. Ni la experiencia ni la
razón enseñan nada distinto; porque la inclinación o virtud qrie la naturaleza El libre albedrío no es una potencia distinta del entendimiento y de la voluntad
infundió a la potencia no es algo distinto de Ia misma potencia. Por eso, si tal
vez San Buenaventura o San Alberto entienden con el nombre de hábito una 9. Se rechaza la opinión del Halense.- Así, pues, suponiendo que la fa-
habilidad o capacidad connatural de tal potencia, sólo difieren de nosotros en cultad libre radica próximamente en alguna potencia del alma o de la sustan-
. '
la terminología. Tampoco puede afirmarse lo segundo, ya que los hábitos de cia intelectual, queda por investigar cuál sea esa potencia. Y, en primer lugar,
'1
la facultad libre se adquieren mediante actos libres; por tanto, el uso del libre no faltaron quienes afirmasen que es una potencia distinta del entendimiento y
lj,1 1 albedrío precede a ese hábito; luego el libre albedrío mismo no puede con- de la voluntad. Así lo sostiene Alejandro de Hales, II p., q. 72, miemb. 2, a. 1,
! 1
sistir en tal hábito. Hay, además, una razón general: en tanto puede el hábito § 3, donde dice que el libre albedrío, considerado propia y especialmente, es
:¡, pium actus liberl in quantum possumus eo parte intrinsecam libertatem respecto su-
fe.rius attingemus, et ibi declarabimus qua- bitus esset naturalis et congenitus cum po-
• 1

modo libenas dicatur versari circa electio- tentia, ve1 acquisitus per actus (omitto ha- uti cum volumus; non ergo dat ipse habi- pernaturalium actuum. Quamvis eciam sine
'·j '.
i nem. Deinde etiam, quando intentio :finls bitus infusos, quia nunc de naturali liber- tus libertatem, sed potius (ut ita dicam) illis possit potentia, si alias habeat auxilium
illam accipit a potencia in qua residet, qua- proportionatum, dici simpliciter ·libera ad
''
11: antecedit, libertas quae est in electione me- tate et de actibus ordinis naturalis loqui-
tenus potencia est quae habitu utitur, et in tales actos, quía ad non eliciendos illos per
diorum non est ei attribuenda ut proprio mur); primum dici non potest, quia,. iuxta
,,!1 principio, sed facultati a qua est ipsa inw veram doctrinam, nullus est naturalis ha- eius facultate positum est illo uti vel non se sufficit; ad eliciendos autem, non tan-
,,,, uti. Tercia ratio sit quia habitus non dat tum per habitus, sed etiam per auxilia com-
tentio et electio, tum quia adhuc incertum bitus naturaliter inditus voluntati, si pro-
i est an intentio sit proprium ac per se prin- prie loquamur d<:! habito prout est qualitas posse operari, sed dat facilitatem in ope- pleri potest. Neque in hac doctrina occur-
cipium efficiendl electlonem, vel tantum dis- distincta a potentia, addens illi facilitatem rando; unde nullum actum naturalis ordi- rit difficultas, nec D. Bonaventura aut Al-
positio praevia seu conditio necessaria ad vel inclinationem; hanc enim non dat na- nis potest voluntas efficere affecta habito, bertus argumentum aliquod obüciunt quod
illam, tum maxime quia, etsi intentio con- tura, sed usus. Neque aliud docet experien- quem absolute non possit absque habito; nostra responsione indigeat.
currat acuve cum potentm a e ecnonem, ua ve rano; nam me ma 10 aut virtus- liberum autem arbitrium non necessario re~
quirit hanc facilitatem in operando, sed ab- Liberum arbitrium non esse potentiam ab
tamen determinarlo ad eligendum hoc me- quam natura indidit potentiae non est aliud intellectu et voluntate distinctam
dium prae alüs non est ah intentione, sed ab ipsa potentia. Unde si fortasse D.' Bo- solutam potestatem agendi et non agendi,
ex virtute ipsius voluntatis, ex cuius in:Buxu naventura aut Albertus nomine habitus in- positis omnibus requisitis; unde horno ra- 9. Sententia Alensis improbatur.- Sup-
est intrinsece voluntaria ipsa- electio; et con- tdligunt habilitatem seu vim connaturalem cione utens a principio Iil:ier est antequam posito ergo facultatem liberam proxime po-
sequenter determinata ad hoc medium po- talis potentiae, solum in nomine a nobis illam facilitatem acquirat; non ergo con- sitam esse in aliqua potencia animae seu
tiús quam ad aliud. Nulla ergo racione in- differunt. Secundum etiam dici non potest, siscit libertas in aliquo habitu neque in po- substanciae intellectualis, inquirendum su-
telligi potest quod facultas Iibertatis proprie quia habitus f3.cultatis liberae per actus li- tencia simul cum habito, cum ipsa per se perest quaenam potentia illa sit. Et impri-
resideat in aliquo actu, sed in potentia, a beras acquiruntur; antecedit ergo Usus li- habeat absolutam potestatem. Solum in ha- mís non defuerunt qui dicerent esse po-
qua proxime est actus liber. beri arbittii huiusmodi habitum; ergo non bicibus per se infusis id videri potest pro- tentiam discinctam ab intellectu et voluntate,
8". Et similibus argumencis facile ostend.i potest ipsum liberum arbitrium consistere babile, quatenus hi habitus non tantum dan.t Ita tenet Alex., Alens., 11 p., q. 72, memb.
potest liberum arbitrium non esse aliquem in tali habito. Praeterea est generalis ratio, facilitatem, sed ipsum etiam posse. Unde 2, a. 1, § 3, ubi ait liberum arbitrium,
liabitum. Primo quidemJ quia vel talis ha- quia habitus in tantum potest esse princi- concedí potest hos habitus complere ex hac proprie et specialiter sumptum, esse poten-
376 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 377
cierta potencia motriz distinta del entendimiento y de la voluntad. Pero esta plica suficientemente la función del libre albedrío; porque no consiste adecua-
opinión es indemostrable e ininteligible. En efecto, o se trata de una potencia damente en la moción de otras potencias, sino también en la volición de cual•
1
que mueve localmente, o de una potencia que mueve a otras potencias en orden quier objeto con potestad de no quererlo. Téngase, pues, por evidente y cierto
'-- a sus actos. Acerca de la primera es probable que en el a1ma, o también en que esta facultad .en la que radica próximamente la libertad formal, no es dis-
11 la8 inteligencias, sea distinta. del entendimiento y de la voluntad, ya para mo- tinta del entendimiento y de la voluntad. Cuál de estas potencias sea, queda por
1 verse a si misma, ya para mover otras cosas, como se ha indicado arriba y se explicar.
1 dirá también más adelante al tratar de las inteligencias creadas. Sin embargo,
1: Ja libertad no puede estar colocada formalmente en esta potencia. Primer~ La lib~rtad formal no radica en el entendimiento, sino en la voluntad sola
" porque esa potencia no realiza propiamente un acto inmanente, sino una acción
transeúnte, por lo cual es más imperfecta de lo que se requiere para ser capaz ll. La libertad no está compuesta formalmente por la razón y la voluntad.-
de libertad formal. Segundo, porque dicha potencia no pasa al acto si no es En este punto pueden darse tres interpretaciones. La primera es que el enten-
aplicada por la voluntad; pues un ángel o un hombre se mueve a si mismo, dimiento y la voluntad integran, simultánea y formalmente, la libertad de albe-
o mueve otras cosas:~ cuando quiere; más aún: en general,., el principio del mo- drío, de suerte que una y otra de _estas potencias es formalmente libre en sus
vimiento en los vivientes más perfectos es el apetito; luego esa potencia no es actos, y de la libertad de ambas resulta la perfecta libertad del hombre con sus
libre de manera activa (por así decirlo) o elicitiva, sino de modo pasivo o im- actos humanos. Sostuvo esta interpretación Durando, In ll, dist. 24, q. 3, donde
perativo; por tanto, no es una potencia libre en si misma, sino sometida a una dice primero que el entendimiento simultáneamente con la voluntad es una po-
potencia libre. En consecuencia, su acto únicamente es voluntario por denomi- tencia formalmente libre; y piensa que es opinión de Aristóteles, en IX de la
nación del acto de oira potencia, no intrínsecamente por sí mism~, lo cual es Metafísica, c. 3, lugar en que dice indistintamente que las potencias naturales
necesario para la potencia formalmente libre, como expondré poco después. Si son libres. Después, añade Durando que el entendimiento es libre con prioridad
se trata, en cambio, de una potencia que mueve a otras, tal potencia, en la y mayor perfección, ya que, siendo la libertad una propiedad de la potencia ra-
criatura intelectual,· no es distinta de la voluntad y el entendimiento; porque, cional, aquella que sea más perf~ctamente racional será más perfectamente libre;
hablando de la moción objetiva, en ese sentido el entendimiento mueve a la pero el entendimiento es una potencia racional más perfecta, e incluso él solo es
voluntad; si nos referimos a la moción efectiva o que aplica a la operación, propia y cuasi esencialmente racional, mientras que la voluntad únicamente lo
en tal sentido es la voluntad la que mueve, no sólo a si misma, sino también a es por cierta participación o subordinación, en cuanto tiene aptitud para ser di-
las otras potencias; pues no nos apl~camos a obrar libremente sino porque que-
1 remos; consiguientemente, es superflUo e ininteligible imaginar otra potencia, ya
rigida por la razón; luego el entendimiento es también primariamente libre. Se
confirma porque el entendimiento no sólo es libre, sino que además es rafz de
que no nos inclinamos y aplicamos a la operación sino apeteciendo y queriendo. la libertad de la voluntad; porque de la indiferencia del juicio, que incumbe
10. Si acaso Alejandro de Hales no establece una distinción real, sino con- al intelecto, nace la indiferencia de la elección, que corresponde a la voluntad;
ceptual, entre esta potencia que mueve a otras po~enc~as. y la voluntad, y dice consiguientemente,- la libertad es anterior y más perfecta en el entendimiento,
en este sentido que el libre albedrío es una potenaa distmta de la voluntad, en pues aquello por causa de lo que una cosa es tal, lo es a su vez en mayor me-
:1 primer lugar sólo difiere de nosotros en los términos. En segundo lugar, no ex- dida. Por último, de ahí parece concluir implícitamente Durando que el libre
imperative; non est ergo in se potentia li-
albedrlo está como compuesto formalmente del entendimiento y la voluntad.
!1 tiam quamdam motricem distinctam ab in-
1 1 tellectu et voluntate. Verumtamen haec sen- bera, sed subiicitur potentiae liberae. Unde
'·.¡· tencia neque probari neque íñ:telligi potest. eius actus solum est voluntarius per deno- liberi arbitrii; non enim adaequate consi- taph., c. 3, ubi indistincte ait potentias na-
1

Aut enim est sermo de potentia motrice minationem ab aCtu alterius potentiae, non stit in motione aliarum potentiarum, sed turales esse liberas. Deinde subillníit Du-
! ~
secundum locum aut de. potentiá. motrice intrinsece per seipsam, quod necessarium etiam in volendo quovis obiecto, cum po- randus intellectum esse prius et perfectius
aliarum potentiarum ad actus suos. De prio- est ad potentiam formaliter liberam, ut pau- testate non volendi illud. Sit ergo constans liberum, qiria, cum proprium sit potentiae
ri probabile est esse in anima, vel etiam in Io infra exponam. Si autem sermo sit de et certum facultatem hanc in qua proxime rationalis esse liberam, quae perfectius fue-
intelligenilis, distinctam ab intellectu et vo- potentia motrice aliarum potentiarum, talis est formalis libertas non esse aliam ab intel- rit rationalis erit perfectius libera; intellec-
luntate, sive ad movendum se sive ad mQ-o potencia in creatura intellectuali non est lectu et voluntate. Quae autem harum po- tus autem est perfectior rationalis potentia;
vendas res alias, ut supra tacturn est, et alia a vol un tate et intellectu; nam, loqueo- tentiarum sit, explicandum superest. immo ille solus est proprie et quasi essen-
dicetur etiam infra tractando de intelligen- do de motione obiectiva, sic intellecrus mo- tialiter rationalis; vol untas autem solu m
vet voluntatem; si autem de motione effec- Libertatem formalem non esse in intellectu, participatione seu subordinatione quadam,
tiis creatis Vernmtamen non potest liber- sed in sola voluntate
tas in hac potentia formaliter constitui. Pri- nva seu applícatíva ad opus, sic voluntas quatenus apta est ratione dirigí; ergo in-
mo, quia illa potentia proprie non elicit est quae movet et se et alias potentias; non ll. Libertas non coalescit formalitei- ex tellectus est etiam primario Iiber. Et con-
actum immanentem, sed actionem transeun- enim applicamur ad operandum libere nisi ratione et voluntate.- In qua re tres modi firmatur, nam intellectus non solum est li-
tem; et ideo imperfectior est quam oportet quia volumus; fingere ergo aliam poten- dicendi esse possunt. Primus est intellectum ber, sed etiam est radix libertatis volunta-
tiam et superVacaneum est et inintelligibile, et voluntatem simul_ ac formaliter complere tis; nam ex indifferentia iudicii, quod ad
ut sit capax forrnalis libertatis. Secundo,
quia illa potentia non exit in actum nisi quia non nisi appetendo et volendo incli- libertatem arbitríi, ita ut utraque ex his intellectum spectat, oritur indifferentia elec-
namur et applicamur ad operandum. potentüs formaliter libera sit in suis actibus tionis, quae pertinet ad voluntatem; ergo
a¡::plicata per voluntatem; movet enim an- 10. Quod si fortasse Alensis non re, sed libertas prior et perfectior est in intellectu,
er ex uttiusque libertate consistat perfecta
gelus vel horno se aut alia, quando vult; racione distinguit potentiam hanc motricem libertas hominis cum suis humanis actibus. nam propter quod unumquodque tale, et
immo, in universum, princlplum motus in potentiarum a volunrate, et hoc sensu vocat Hunc tenuit Durand., In 11, dist. 24, q. 3, illud magis. Tandem bine tacite concludere
viventibus perfectiOribus est appetitus; er- liberum arbitrium distinctam potenriarn a ubi primum ait intellectum simul cum vo- videtur Durandus liberum arbitrium forma-
go illa potentia non est libera active (ut voluntate, primum solum -in ver bis a nobis luntate esse potentiam forma1iter liberam; liter quasi coalescere ex intellectu et volun-
sic dicam) seu elicitive, sed passive seu differet. Deinde non satis declarat munús putatque esse sententiam Aristot., IX Me- tate. Unde e.t a Magistro ibi, et a D. Tho-
378 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 379

Por eso el Maestro, en el lugar citado, y Santo ·Tomás, en I-II, q. 1, a. 1, la potestad de emitir juicio y de no emitirlo, pues de lo contrario no habrá
definen el libre albedrío como la facultad de la voluntad y la razón, pues la libertad formal en ningún lugar. Y puede también confirmarse esta parte con
conjunción y no debe tomarse en sentido copulativo, sino colectivo. Por consi- 1os argUmentos de Durando. .
guiente, la función del libre albedrío no radica en el juicio solo ni en la sola 13. La libertad reside formalmente en la voluntad sola.- La tercera mter-
elección, sino en uno y otra simultáneamente. pretación es que la libertad radica formalmente en la voluntad y no en el en-
12. La libertad no radica fonnalmente en el entendimiento solo.- La se- tendimiento. La sostienen Santo Tomás, 1, q. 83, a. 3; y 1-II, q. 13, a. 1, com-
gunda interpretación puede ser que la libertad se da formalmente en el entendi- pletado con el 6, e In ll, dist. 24, q. 1, lugares en que defienden lo mis~o Ca~
miento solo, y no en la voluntad. Esta interpretación no la encuentro en nin- yetano, Capr~olo, Conrado y otros tomistas; también están de acuerdo. Ricardo,
'
1
gún autor, mas parece que puede fundamentarse con bastante probabilidad en en la citada dist. 24; ·y Escoto, dist. 25, y Enrique, Quodl. 1, q. 16. P1enso que
cierta sentencia admitida por muchos, a saber, que la voluntad es determinada esta opinión es certísima, y quedará suficientemente probada en contra de las
absolutamente a la elección por el juicio del entendimiento, de tal manera que anteriOres si demostramos que en el entendimiento no se da libertad formal, por
ni puede determinarse a elegir algo sin dicho juicio ni, puesto éste, tiene posi- no quedar, fuera de la voluntad, niuguna otra potencia en la que pueda ~arse.
bilidad de discrepar de él o no adecuarse a él. Porque de este principio se Y esto puede demostrarse del siguiente modo : el entendimient~,__ en sí _J!l1~~Q2
sigue abiertamente, en primer lugar, que la potencia de la voluntad no es for- no es libre_I!i_en cuanto a la especificación ni e_!!_ Ct!_anto_~--~j_~cig_Q de __ ª-_U_--ª~to;
malmente libre. Primero, porque nunca deper¡de de su poder el obrar y no es
. luego no es Iibl-e de ñiri.i\ffi~(Jil~~ra,:_p~es~_tio _P9Ji~l~ _pens~__2!!o mod~ dj_st!P:!o
obrar, una vez puestos todos los requisitos antecedentes, según se explicó antes. de libertaq.
En efecto, uno de esos requisitos es el juicio de la razón, puesto el cual la vo- -- 14. Se demuestra la primera parte porque el entendimiento está determi-
luntad no tiene poder para no obrar, si se ha juzgado que debe obrar, o para nado, por su naturaleza, a asentir a la verdad y disentir de }a .falsedad; y si no
obrar, si se ha juzgado que no debe obrar. En segundo lugar, porque la volun- hay en el objeto ninguna de estas dos razones, o el ente.ndim~ento no la. ~apta,
tad, en su determinación, se comporta de una manera pasiva más bien que ac- no puede realizar ningún acto porque no puede obrar sm ob¡eto. Se drra que
tiva, ya que sigue por cierta necesidad la moción de otra facultad; pero la liber- entre estos miembros cabe un medio, a saber: que el entendimiento no vea
tad formal no puede darse en una potencia en' cuanto movida, sino en cuanto claramente en el objeto la verdad o la falsedad, pero que se le presente de alguna
se mueve a si misma, como se ha demostrado. En tercer lugar, se aclara con el manera por razones probables o por testimonio de alguien. Por tanto, en ese
ejemplo de la potencia ejecutiva o locomotriz; porque ésta puede mover y cesar caso podrá el entendimiento ser libre en cu~t? a la especificación d~ su acto.
en el movimiento, y puede también realizar este movimiento o su contrario, a Se responde, en primer lugar, que el entendimiento no puede. detenmnar~~ por
pesar de lo cual no es formalmente libre, ya que no puede hacer eso como mo- si mismo a la especie del acto, a no ser ~ue pueda deter~narse ~am~~en al
viéndose o determinándose a sí misma, sino en cuanto es movida y sigue nece- ejercicio, porque una potencia no se determma a tal acto si. no es _e¡erc.Iendolo
¡,. sariamente la moción de la voluntad; luego igual habrá que decir de la volun- y porque, según dijimos arriba, ]~ li?ertad ~e descubre esencial y _pnmanamente
tad, puesto que obedece al juicio del entendimiento con la misma necesidad. Y de en el ejercicio del acto; por cons1gmente, s1 demostramos que el mtelecto no es
esta parte, demostrada del modo indicado, se sigue necesariamente la segunda : por si mismo libre en cuanto al ejercicio de su acto, con ello resultará también
que la libertad radica formalmente en el entendimiento por lo que respecta a claro que, con respecto a tales objetos, no tiene libertad formal de especificación.

' lectu quantum ad potestatem ferendi iudi- ergo nullo modo est Iibe.r; neque enim alius
.i' ma, 1-11, q_ 1, a. 1, definitur liberum ar- enim ex his requisitis est iudicium rationis, cium et non ferendi iudicium, quia alias modus Iibertalis excogitari potest.
14. Prior pars probatur, quia intellectus
bitrium esse facultatem voluntatis et ratio- quo posito non est in potestate voluntatis nullibi relinquetur fo.rmalis libertas. Et pot-
est etiam haec pars confirmari argumentis ex natura sua determinaros est ut assenrlat
nis; illa enim particula et non copulative, aut non agere, si iudicatum est esse agen- vera et dissentiat falso; quod si neutra ha-
sed collective sumenda est. Unde munus li- dum, aut agere, si iudicatum est non esse Durandi. rum rationum in obiecto sit, aut eam ipse
beri arbitrü non in solo iudicio vel sola agendum_ Secundo, qp.ia voluntas in sua de- 13. Libertas in -sola voluntate formaliter non percipiat, neutrum actum elicere potest,
electione, sed in utroque simul consistit. terminatione magis passive quam active se residet.- Tertius modus dicendi est liber- quia non potest absque obiecto operari.
12. Libertas non est in solo intellectu ge.rit, cum necessitate quadam sequatur mo- tatem esse formaliter in voluntate et non Dices inter haec membra dari posse me-
formaliter.- Secundus modus dicendi esse tionem alterius facultatis; at formalis li- dium, nimirum, quod in obiecto intellectus
potest Iibertatem esse formaliter in solo in- in intellectu. Haec est D. Tñomae, 1, q. 83,
benas non potest esse in potentia ut mota, a. 3, et I-11, q_ 13, a. 1, adiuncto 6, et non ciare videat veritatem aut falsitatem,
tellectu, et non in voluntate. Hunc non in- appareat tamen aliquo modo rationibus pro-
venia apnd gljq_Jtem anctorem- videtur an- sed ut se movente, sicut ostensum est. Ter- In 11, dist. 24, q_ 1, quibus locis idem te-
cio, declaratur exemplo potentíae exse-cuti- nent Caietan., Capreol., Conrad. et alü tho- babilibus vel testimonio alicuius. Tune ergo
tem posse satis probabiliter fundari in qua- poterit intellectus esse liber quoad specifi-
dam sententia a multis recepta, nimirum, vae se u motivae secundum locum; illa enim mistae; consentiunt etiam Richard., dicta
et movere potest et cessare a motu, et hunc cationem actus. Respondetur, imprimís, non
voluntatem omnino determinad ad electio- dist. 24; et Scotus, dist. 25; et Henric.,
motum efficere vel contrarium, et tamen posse intellectum ex se determinari ad spe-
nem a iudicio intellectus, ita ut nec sine QuodL 1, q. 16. Et hanc sententiam censeo ciem actos nisi etiam possit se determinare
illo possit determinari ad aliquid eligendum, non est formaliter libera, quia id non pot- esse verissimam, quae satis probata erit con-
est quasi se moveos seu determinaos, sed ad exercitium, quia poten tia non se dete.r-·
neque illo pasito possit ab illo discrepare tra p.raecedentes si ostenderimus non esse minat ad talem actum nisi exercendo illum,
seu non conformari illL Nam ex hoc prin- tamquam mota et necessario sequens mo- in intellectu formalem libenatem, quia nul- et quia, -ut supra diximus, libertas primo
cipio aperte sequitur, primo,- potenriam vo- tionem voluntatis; ergo idem dicendum erit Ja potentia praeter voluntatem relinquitur, et per se cernitur in exercitio actus; si ergo
luntad~ non esse formaliter liberam. Primo, dr;: voluntate, cum pari necessitate obsequa- in qua esse possit. Id autem in hunc mo- ostenderimus intellectum non. esse ex se Ii-
quia nunquam est in potestate eius agere et tur iudicio intellectus. Ex hac autem parte dum demonstrari potest, quía intellectus se- berum quoad exercitium actus, constabit
non agere, positis omnibus requisitis ante- sic probata_ necessario concluditur altera, ni- cundum se neque est Iiber quoad specifica- etiam circa talia obíecta non habere forma-
cedenter, ut superius declaratum est. Unum mirum libertatem formalite.r esse in intel- tionem sui actos neque quoad exercitium; lem libertatem quoad specificatiorlem.
380 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 381
15. Además, puede explicarse y demostrarse a priori porque, acerca de ta- 17. La segunda parte acerca de la necesidad de ejercicio se demuestra por-
les objetos, así propuestos, el entendimiento permanece por sí mismo como suspen- que ninguna potencia cuyo acto no sea intrínsecamente volUntario puede ser
so e indeterminado, no precisamente porque tenga poder y dominio intrínseco de formalmente libre en cuanto al ejercicio; pero el acto intelectual no es intrín-·
su acto, sino tan sólo porque el objeto no está aplicado de manera suficiente para secamente voluntario; luego el entendimiento no es una potencia formalmente
que, en virtud del impulso natural por el que se inclina a la verdad, sea arras- libre. Para que se entienda el antecedente, supongo que un acto puede ser vo- .
trado hacia él necesariaiÍ:Iente. En esto se descubre la gran diferencia existente luntario en doble sentido:- primero, extrínsecamente, por denominación recibida
entre la voluntad y el entendimiento; porque el entendimiento no puede estar del acto de una potencia distinta que mueve o aplica a otra potencia en orden
de alguna manera indeterminado acerca de su acto a no ser por causa de una a la operación; así, el andar es voluntario cuando uno se mueve espontánea-
imperfecta proposición del objeto. En cambio, la voluntad, incluso acerca de mente. En un segundo sentido, un acto es voluntario intrínsecamente y por sí
un objeto que se le propone exactamente, puede quedar indiferente según la mismo, a la manera como es voluntario el acto de amor; en efecto, ¿hay algo
J¡ 1 capacidad del objeto. Por esta razón, en el entendimiento divino no hay, pro- más espontáneo que amar? No obstante, hablando en absoluto, no es vo-
piam.ente.' nin_guna indiferencia en cuanto al juicio, ya que siempre es un acto luntario por denominación de otro acto, sino por sí mismo. Porque no es
il de ctencta evtdente y con perfecta manifestación del objeto, mientras que en la
voluntad hay indiferencia con respecto a los objetos, aun cuando se le propon-
preciso que quien ama quiera, con un acto anterior y distinto, amar; y, aun-
que a veces alguien pueda hacer eso según su libertad, sin embargo es ac-
:1
,, gan de manera perfectísima. cidental para el amor voluntario, porque uno puede realizar, inmediatamente
y sin un acto anterior, el amor; y el mismo amar es, intrínsecamente, que-
i" 16. Y una razón más a priori puede tomarse de la diversidad entre los objetos
rer el amor. Pero hay una diferencia consistente en que, en la primera mo-
'i'l '
del entendimiento y los de la voluntad; porque el objeto formal del entendi-
miento es la verdad; ahora bien, en un mismo objeto no puede haber verdad dalidad de voluntario, el acto que se dice voluntario por denominación de
Y falsedad, ya que la verdad es esencialmente indivisible, según se ha tratado otro es objeto y efecto del mismo; objeto, ciertamente, porque a él tiende el
arriba, por lo cual el entendimiento, esencialmente ·y en cuanto depende de los acto anterior i efecto, en cambio, porque dicho acto no sólo es qUerido en
méritos del objeto, siempre está determinado a una sola cosa en lo concerniente calidad de objeto, sino también causado, al menos mediatamente, en cuanto,
a la especie del acto; por tanto, si alguna vez no es determinado suficientemente en virtud del acto de la vo)untad o del apetito, se aplica la potencia inferior
sólo se debe a que el objeto no se le propone o aparece de manera suficientC: a la operación. Por el contrario, el acto que por sí mismo es intrínsecamente
pero no al interno poder y dominio del mismo entendimiento sobre su acto. En voluntario, no se compara como objeto propio o efecto con aquel otro acto
cambio, el objeto de la voluntad es el bien; y un mismo objeto puede ser a la por el que es voluntario, ya que es voluntario por sí mismo y, propiamente,
vez bueno y malo, es decir, conveniente o inconveniente en orden a cosas diver- no es objeto o efecto de sí mismo; consiguientemente, tiene un objeto dis-
sas o bajo diversas razones, por lo cual, aun cuando se dé una perfecta propo- tinto al que tender directamente y es efecto de la potencia que lo realiza,
~ici?n o un perfecto conocimiento del objeto, la potencia apetitiva puede quedar y sólo es voluntario por cierta reflexión virtual que incluye en sí mismo; pOi
mdiferente, en cuanto a la especificación, para tender hacia ese objeto o recha- eso suele decirse que es querido por modo de acto, no por modo de objeto.
zarlo; por consiguiente, la indiferencia de especificación no se halla formal y 18. El acto voluntario en sí siempre es realizado por el apetito.- Con
esencialmente en el entendimiento~ sino en la voluntad. ello se entiende que no puede ser voluntario intrínsecamente y por sí mismo

15. Praeterea, potest a priori declarari 17. Altera pars de necessitate quoad exer- quis amorem elicere, et ipsummet amare,
luntatis; nam formale obiectum intellectus citium probatur quia nulla potentia cuius intrinsece est vefle amorem. Sed est diffe-
et probari, quia intellectus circa talia ob- esr veritas; in eodem autem obiecto non
iecta, sic proposita, non ideo manet ex se actus non sit intrinsece volunt:irius potest rentia, quod in priori modo voluntarü, ac-
possunt esse veritas. et falsitas, quia veritas esse formaliter libera quoad exercitiurn; sed tus c¡ui denominatur voluntarios ab alio est
quasi suspensos et indeterminatus quia ha- consistit in indivisibili, ut supra tractatum
bet intrinsecam vim et dominium sui actus, actus intellectus non est intrinsece volunta- obiectum et effectus eius; obiectum quidem,
est, et ideo per se, et qilantum est ex me-- rios; ergo intellectus non est potentia for- quia in ipsum tendit prior actus; effectus
sed solum quia obiectum non est satis ap-
plicatum ut naturali impetu, quo inclinatur ritis obiecti, intellectus semper est deter- maliter libera. Ut intelligatur antecedens, autem, quia talis actus non solum est voli-
ad verum, ex necessitate in illud feratur. minatus ad unum quoad speciem actus; suppono duobm modis posse ac.tum esse vo- tll$ ut obiectum, sed etiam causatus, saltero
In quo cernitur magna differentia inter vo- unde, si interdum non satis determinatur, luntarium: primo extrinsece, per denomina- media te, quatenus ex vi actus ,voluntatis vel
luntatem et intellectum, nam intellectus non solum est quia obiectum non satis propo- tionem ab actu alterius potentiae moventis appetitus applicatur inferior potentia ad ope-
· de indeterntinatus cit- nitur sen ap.pare~ non vern_ex......interna vi seu applicantis aliam potentiam ad opus, randum. At vera actos qui per seipsum est
ca suum actum nisi ob imperfectam pro- et dominio ipsius intellectus supra actum quornodo deambulatio est voluntaria quando intrinsece voluntarios non comparatur ut
positionem obiecti. At vero voluntas etiam suum. Voluntatis autem obiectum est bo~ quis sponte sua se movet. Secundo modo, proprium obiectum vel effectus ad illum
circa obiectum exacte propositum potest es- num; potest autem ídem obiectum esse si- est aliquis actus voluntarios intrinsece et actum quo est voluntarios, quia est volun-
se indifferens iuxta capacitatem obiecti. Et mul bonum et malum, seu conveniens vel per seipsum, ut actus amoris voluntarios tarios seipso, et non est proprie obiectum
·hae ratione in intellectu divino nulla est disconveniens in ordine ad diversa seu sub est; quid enim magis spontaneum quam vel effectus sui ipsius; habet ergo aliud ob-
proprie indifferentia quoad iudicium, quia diversis rationibus, et ideo, stante perfecta amare? Et tamen, per se loquendo, non est iectum in quod directe tendat, et est effec-
semper est actus scientiae evidens et cum obiecti propositi.one seu cognitione, potest voluntarios per denominationem ab alio ac- tus potentiae a qua elicitur, et solum per
perfecta manifestatione obiecti; in volun- esse potentia appetitiva indifferens quoad tu, sed per seipsum. Non enim est necesse quamdam virtualem reflexionem, quam in
tate autem est indifferentia respectu obiec- specificationem ad prosequendum vel refu- ut qui amat priori et distincto actu velit se includit, est voluntarios; unde dici solet
torum, etiamsi perfectissime proponantur. tandum tale obiectum; indifferentia ergo amare; et quamvis interdum aliquis pro li- volitus per modum actus, non per modum
16. Et ratio magis a priori sumi potest bertate sua id facere possit, tamen est ac- obiecti:
quoad specificationem per se ac formaliter cidentarium ad voluntarium amorem; im-
ex diversitate obiectorum intellectus. et vo- 18. Actus in se voluntarius semper est
non reperitur in intellectu, sed in voluntate. mediate enim et absque priori actu potest elicitus ab appetitu.- Ex quo intelligitur
382 Disputaciones metafísic_as Disputación XIX.-Sección V 383

ningún ,acto sino aquel que es realizado por la potencia apetitiva. Se de- tencia sea formalmente libre en cuanto al ejerciCIO, es decir, capaz de determi-
muestra, porque el voluntario en sentido propio, en cuanto se distingue del narse a si misma a ejercer un acto libre, es necesario que sea una potencia que
connatural, proviene formalmente de algún acto elícito del apetito vital; y así,. obre voluntariamente de manera intrínseca mediatlte su acto; luego, no siendo
en la primera modalidad de voluntario, el acto que se dice voluntario extrinse- d entendimiento una potencia de esa clase, como es evidente de · suyo, se con-
camente recibe esa denominación de algún acto realizado por algún apetito VItal, cluye legítimamente que no es una potencia formalmente libre en el ejercicio
que lo impera; luego, como el acto que es voluntario por sí mismo no redbe de su acto.
" esta denominación de otro acto realizado por el apetito, necesariamente debe ser 20. Esto puede confirmarse, en primer lugar, por el común modo de pen-
i¡' llevado a cabo por el apetito vital. Y puede explicarse por la misma razón y sar y de hablar de todos los hombres; pues, como el hombre puede considerar
l:¡ modo de tal acto; pues el acto realizado por la voluntad se despliega a manera esta cosa o la otra, si a alguno se le pregunta por qué se dedica a la considera-
jll
!! de tendencia intrínseca y espontánea y de inclinación al objeto, por lo cual esa ción de esta cosa más bien que a la de otra, contestará que lo hace porque quie-
tendencia es también espontánea por sí misma; pero este modo de tendencia es re; más aún : el que cree lo que no ve claramente, lo cree porque quiere, con
propio de la potencia apetitiva; luego también es propio de ella el que su acto voluntad dirigida por la razón si cree prudentemente; por eso dicen los teólogos
sea intrínsecamente voluntario por si mismo; consiguientemente, como el enten- que creer es meritorio y depende de un afecto piadoso de la voluntad; luego
dimiento no es una potencia apetitiva, es claro que su acto no es intrínseca- es indicio de que el entendimiento nunca se determina libremente a una de las
mente voluntario por sí mismo; y ésta era la segunda parte del antecedente que dos partes sino mediante la voluntad; luego él no es formalmente libre en si
se asumió. mismo. Se confirma, por último, p,ues cuando el acto o ejercicio del acto inte-
19. Con respecto a la primera parte --que sólo puede ser libre en cuanto lectual no se realiza por necesidad natural, el hombre no puede adoptarlo o pre-
al ejercicio aquella potencia cuyo acto es intrínsecamente voluntario--, se ex- ferirlo a· la carencia de tal acto o ejercicio si no es mediante cierta elección, en
plica como sigue: el ejercicio del acto, o (lo que es igual) la determinación de la virtud de la cual esto se prefiere a aquello; pero la elección es un acto de la
.¡: potencia a obrar, debe ser o natural por el solo impulso de la naturaleza o vo- voluntad; luego la determinación de la potencia en orden al ejercicio del acto
.,
•• 1

luntaria por la inclinación elícita del operante. Y no es posible entender otra siempre tiene lugar en virtud del imperio o moción de la voluntad que elige,
,11 razón por la que una causa pase a la operación sino porque tiene tal naturaleza y así toda la libertad de dicho acto procede formalmente de la voluntad y no
determinada por si misma a esa operación, o porque quiere y apetece dicha ope- del entendimiento. Y lo mismo se concluye, con mayor razón, cuando la elección
ración. Pero la potencia libre en cuanto al ejercicio no es determinada a la ope- no versa únicamente sobre el ejercicio del acto intelectual~ sino también sobre su
ración por el solo impulso natural; luego ha de ser determinada voluntariamen- especie, como cuando alguien elige creer firmemente más bien que no creer o
te; por tanto, o es determinada extrínsecamente por el voluntario que realiza otra dudar; porque es preciso que esto se lleve a cabo por la voluntad que deter-
potencia, y entonces no será una potencia libre formalmente, sino imperativa- mina al entendimiento, como dijo acertadamente Santo Tomás en 11-II, q. 2,
mente, ya que no se mueve a si misma en cuanto al ejercicio, sino que es mo- a. 1, ad 3.
vida y determinada por otro; o es determinada por el voluntario intrínseco, y 21. El uso de razón es la raíz de la libertad.- Así, pues, con la demostra-
en ese caso es preciso que dicha potencia sea apetitiva; luego, para que una po- ción de esta parte queda, en primer lugar, suficientemente refutada la opinión
de Durando; en efecto, si el entendimiento no es formalmente libre, el libre
nullum actum posse esse intrinsece et per tarium, quae erat posterior pars anteceden-
albedrío no puede consistir formalmente en el conjunto o agregado de ambas
seipsum voluntarium, nisi ille qui est eJi~ tis assumpti.
citus a potencia appetitiva. Probatur, quia 19. Prior vero pars, scilicet solam illam libera quoad exercitium, id est, potens seip- dem, nam quando actus seu exercitium ac-
pwpriurn vOluntarium, ut distinguitur a con- potentiam esse posse Jiberam quoad exer- sam determinare ad exercendum actum li- tus intellectus non habetur ex necessitate
natura1i, formaliter provenit ab aliquo actu· citium cuius ac.tus est intrinsece volunta- berum, necesse est ut sit potencia intrinsece naturae, non potest ab homine assumi seu
elicito ah appetitu vi.tali, et ita in priori rios, declaratur in hunc modum, quia exer- voluntarie operaos per-suum actwn; cum praeferri carentiae talis actus seu exerciti.i
modo voluntarü actos ille qui extrinsece citium actus, seu (quod ídem est) determi- ergo intellectus non sit talis potentia, ut nisi per quamdarn electionem qua hoc prae-
d.icitur voluntarios eam denominationem re- natio potentiae ad operandum, esse debet per se constar, recte concluditur ipsurn non fertur alteri; sed electio est actus volunta..
cipit ab aliquo acto elicito ab aliquo appe- aut naturalis ex solo impetu naturae aut esse potentiam formaliter liberam in exerci- ris; ergo determinarlo potentiae ad exerci-
titu v:itali, a qua irnperatur; ergo actus qui vol!lntaria ex inclinatione elicita operantis. tiO sui actus. tium actus semper est per imperium seu
i
per seiPsum est voluntarios, cum non reci- Neque enim intelligi potest alia ratio ob 20. Quod quidem confirmari potest pri- motionem voluntatis eligentis, atque ita tota
1
püit hanc denorninationem ab alio actu eli- quam causa aligua exeat in aliguod opus, mo ex communi modo sentiendi et loquendi libertas talis actus est formaliter ex volun-
cito ab appetitu, necessario debet esse eli- nisi vel quia est talis naturae ex se deter- omnium hominum; cum enim possit horno tate et non ex intellectu. ldemque maiori
citus ab appetitu vitali. Et ex ipsa ratione minatae ad illud opus vel quia vul~ et ap- de hac re vel illa considerare, si quis in- ratione conduditur quando electio non so-
1
et modo talis actos potest etiam reddi ra- petit talem operationem. Sed potencia libera terrogetur cur potius in huius rei conside- lurn est de exercitio actus intellectus, sed
i
tio; nam actos elicitus a voluntate est per quoad exercitium non determinatur ad opus ratione qua m alterlus occupetur, respondebit etiam de specie eius, ut_ cum quis eligit cre-
¡·' modum intrinsecae et spontaneae tenden-
tiae et inclinationis in obiectwn, et ideo ta-
ex solo .impetu naturae; ergo est determi-
nanda voluntarie; ergo aut extrinsece per
id facere quia vult; immo et qui credit ea dere firmiter potius quam discredere vel du-
bitare; illud enim necesse est fieri per vo-
quae non manifeste videt, credit quia vult
1
lis tendentia seipsa etiam est spontanea; voluntarium elicitum ab alia potencia, et voluntate ratione regulata, si prudenter cre- luntatem determinantem intellectum, ut rec-
hic autem modus tendentiae est proprius sic non erit potencia formaliter libera, sed dit; et ideo dicunt :theologi credere es se te dixit D. Thom., 11-11, q. 2, a. 1, ad 3.
1
appetitivae potentiae; ergo est ePam illius imperative, quia ipsa non se movet quoad meritoriurn et pendr!re ex pia affectione vo- 21. Rationis usus radix est libertatis.-
proprium quod actus eius sit per seipswn exercitium, sed movetur et determinatur ab luntatis; ergo signum est intellectum nun- Ex probatione igitur huius partis relinqui-
intrinsece voluntarios; cum ergo intellectus alio. Vel per voluntarium intrinsecum, et quam libere 'determinad ad alterutram par- tur imprimis satis improbata opinio Duran-
1

non sit potencia appetens, constat actum. sic necesse est ut talis potencia sit appeti- tem nisi per voluntatem; ergo non est ipse di; nam, si intellectus non ese formaliter
eius non esse per seipsum intrinsece volun- tiva; ergo, ut potentia aliqua sit forrnaliter in se formaliter liber. Et con:firmatur tan- liber, non potesc liberum arbitrium forma-
384 Disputación XIX.-Sección V 385
Disputaciones metafísicas

potencias -entendimiento y voluntad-. Y digo formalmente porque, radicalmen- formal o poder para una u otra cosa, mientras que en su acto significa la inme-
te, el entendimiento o razón pertenece al libre albedrío. Y en este sentido se ha diata relación a la potencia que realiza el acto, con potestad próxima para su
dicho que el libre albedrío es la facultad de la voluntad y la razón. Porque es opuesto. Por eso, si se afirma en el mismo sentido que la indiferencia del acto
de la voluntad formalmente, y de la razón presupositiva o radicalmente. Y no es de la voluntad procede de la indiferencia del juicio, la sentencia no es cierta,
necesario discutir con Escoto, Enrique y otros, que niegan que deba llamarse porque en el juicio, en cuanto precede a la voluntad, no puede darse esta indi-
i a la razón raíz de la libertad, sino sólo condición necesaria para la libertad; por- ferencia formal, según se ha demostrado. Consiguientemente, debe tomarse en
1

que par7ce que estos autores se preocupan de la manera de hablar más que de sentido distinto la indiferencia que se atribuye al juicio como raiz de la libertad,
!:1 la doctr!~~· Pues, com? _el conocimiento es sólo una condición necesaria, previa y puede llamarse indiferencia no formal, sino objetiva; pues, como el juicio de
,,1 la razón, a causa de su perfección y amplitud, propone en el objeto varias razo-
"1 a la vohcJOn, por eso umcamente quieren dar al modo del conocimiento el nom-
bre de condición necesªria para el modo de la volición, que consiste en la liber- nes de conveniencia o disconveniencia y, de· manera semejante, no siempre pro-
11'
tad. Pero puede decirse muy bien que la raíz de la libertad es el uso de la ra- pone un med,io como necesario, sino como indiferente, ya que, además de dis-
zón .o. intel~gencia; porque, si hablamos de Jas potencias mismas, las potencias cernir su grado de utilidad y dificultad, al mismo tiempo descubre o propone
:.'i• 1
apetitivas stguen a las cognoscitivas, de manera que, aun cuando' la raíz de éstas otros medios, por eso es fundamento de la elección libre de la voluntad. Pero
i1•·li sea ~1 alma, sin embarg~~ inmediatamente es raíz de la potencia cognoscitiva, y que en el juicio no se da otra indiferencia o libertad necesaria resulta suficien-
,¡ ~ediante ella de la apeuuva; de esta manera, el apetito más perfecto radica pró- temente claro por lo dicho arriba contra la opinión de Herveo. Y se patentiza
x~z;namente en la po!encia cognoscitiva más perfecta; luego también esta perfec- fácilmente en la libertad divina; porque, presupuesta la sola ciencia natural de
il,,'
cwn formal de la hbertad procede de la perfección de entender o de razonar. todos los objetos posibles, la voluntad divina quiere libremente este o aquel ob-
Por tanto, así como una pasión es raíz de otra, así también se dirá que la líber~ jeto fuera de sí por la sola indiferencia o no necesidad de los objetos, indiferen-
Lad de la voluntad radica en la inteligencia de la razón. Y la misma proporción cia o no necesidad que entiende clarísima y necesariamente en virtud de su
;¡: se da entre los actos, puesto que, así como hay un orden esencial entre las po- ciencia natural .
.• ,!
•1 tencia~, igualmente lo hay entre sus .actos; y porque moralmente aquélla es una 23. Así se ha dado cumplida respuesta a todos los fundamentos de Duran-
il cansahda~ _Per s~, p_ero el _fundamento de todo el orden moral es la libertad, por do; porque ser potencia formalmente libre no es lo mismo que ser potencia ra-
eso t~bten la mdif~rencta e~ los actos de la voluntad proviene del juicio de cional, ni es algo que acompañe necesariamente a aquello, sino que única:tnente
la razon, como. ensena co~ aci~rto Santo T~más, en 1, q. 83, a. 1, y en otros acompaña a la potencia apetitiva racional; por lo que hace a la potencia racional
l~gares antes citados, a qmen siguen los tomistas en los mismos pasajes; y Son- en cuanto tal, sólo es consecuencia de ella el ser libre formal P, radicalmente. Y
cmas, Iavello y otros, en IX Metaph. en este sentido hay que entender a Aristóteles en IX de la Metafísica, donde ha-
22. Unicamente conviene observar que los autores aludidos dicen muchas bla indistintamente de las potencias racionales a manera de una sola cosa, y úni-
veces que la indiferencia del acto voluntario nace de la indiferencia del juicio de camente pretende enseñar que en la parte racional que denominamos mente hay
'i· 1~ razón; y en ~sa. expresión debe evitarse la equivocidad del término indiferen- indiferencia en el obrar; pero cómo concurra a esta indiferencia cada una de
" cta; porque, atnbmdo a la voluntad, en la potencia misma significa la libertad las potencias de esa parte superior, no lo trata, pero lo hemos explicado nos-
otros.
liter consistere in collectione seu aggregato perfe.ctior appetitus radicatur proxime in na_t~ali scientia obiectorum omnium possi-
utriusque potentiae, intellectus et voluntatis. perfectiori potentia cognoscente; ergo etiam vero eius significar immediatam babitudinem
ad potentiam elicientem actum, cum prox.i- bilium, voluntas divina libere vult hoc vel
Dico autem formaliter, nam radicaliter per- haec perfectio formalis libertatis oritur ex ma potestate ad oppositum. Unde, si in eo- illud extra se, propter solam indifferentiam
Bnet intellectus seu ratio ad liberum arbi- ·
trium. Quo sensu d.ictwn est liberum ar- perfeccione intelligendi seu ratiocinandi. Sic- dem sensu dicatur indifferentia actus vo- vel non necessitatem obiectorum, quam per
bitrium esse facultatem voluntatis et ratio- ~t ergo una passio est radix alterius, ita luntatis oriri ex indifferentia iudicii, non est naturalem scientiam clarissime et necessario
nis. Est enim voluntatis formaliter, rationis libertas voluntatis dicetur radicari in intel- vera sententia, quia in iudicio, ut antecedit intelligit.
autem praesuppositive seu radicaliter. Ne- ligentia rationis. Et eadem est proportio in- voluntatem, non potest esse haec formalis 23. Atque ita satisfactum est omnibus
que oportet cum Scoto, Henrico, et aliis ter actus, quia, sicut est ordo per se ínter indifferentia, ut demonstratum est. Aliter fundamentis Durandi; na m es se potentiam
disputare, qui negant rationem es se dicen- poten~ias, _ita inter actus earum; et quia ergo sumenda est indifferentia attributa iu- formaliter liberam non est idem quod esse
dam radicem libertatis, sed solum conditio- moraliter illa est causalitas per se, funda- dicio ut radici libertatis, et potest dici in- potentiam rationfl).em, nec necessario illud
nem necessariam ad libertatem; nam hi mentum autem totius esse mora lis est li- differentia non formalis sed obiectiva; nam concomitans, sed solum comitatur potentiam
--------'a~u:;:c:;;t:OoO:re~s:=;Vl;d;e;;.n;;t~ur~~d";e"-m~o~d;::o~lo~q:;:u~e"n~dí~~m~a~g~18~--"bertas,igiwr--etiam-indifferenti:r·.in actibus quia · iudicium rationis propter suam per- appetitivam rationalem; ad potentiam autem
quam de re contendere. Nam, quia cognitio voluntatis provenir ex indicio rationis, ut fectionem et amplitudinem proponit in oh· rationalem ut sic solum consequitur quod
solum est necessaria conditio praevia ad recte docet D. Thornas, 1, q. 83, a. 1, et iecto varias raciones convenientiae vel dis- sit libera formaliter aut radicaliter. Et hoc
volitionem, ideo modum cognitionis solum aliis locis supra citatis, quem thomistae eis- convenientiae, et similiter proponi~ medium modo intelligendus est Aristoteles, IX Me-
appellare vohwt conditionem necessariam dem Iocis sequuntur; et Sonc., Iavell., et non semper ut neceMarium, sed W indif- taph., ubi indistincte loquitur de potentiis
ad modum volitionis, qui in libertare con- alii, IX Metapb. ferens, quia ·et discernit gradum utilitatis rationalibus per modum unius, solumque
sistit. Oprime tamen dici potest radicem 22. Solum oportet observare dictas auc- et difficultatis eius, et simul invenit vel pro-
intendit docere in parte rationali quam men-
libertatis esse rationjs seu intelligentiae tores saepe dicere indifferentiam actus vo- ponit alia media, ideo fundamentum est Ii-
berae electionis voluntatis. Quod autem in tem appellamus esse indifferentiam in ope-
usum; nam, si de potentüs ipsis loquamur, Juntatis oriri ex indifferentia iudicii rationis rando; quomodo autem ad hanc indifferen-
potentiae appetitivae sequuntur cognosciti- in 9-11!1 l?cution.e cavenda est aequivocati~ indicio non sit alia indifferentia vel libertas
necessaria, satis constat ex dictis supra con- tiam concurrant singulae potentiae illius
vas, ita ut, licet radix earwn sit anima voc1s sndif/erentzae; nam attributa voluntati partís superioris non ttactat, a nobis autem
immediate tamen est radix potentiae cogno: in ipsa potencia significar formalem líber~ tra opinionem Hervaei. Et patet facile in
declaratum est.
scitivae, et mediante illa appetitivae; et ita tatem seu potentiam ad utnunlibet; in actu libertate divina; nam, praesupposita sola
25
386 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.--Sección VI 387

24. En segundo término, por la demostración de la misma parte queda re- la razón. Y en el caso de que, manteniéndose aquel juicio, todavía no consin-
chazada la segunda opinión, que negaba la libertad formal en la voluntad; pues tiese la voluntad, con todo, el hombre sería digno de reprensión por razón de
si la libertad formal no se da en elentenlíuiúento, segiln ha pi:<ib:iiiO, pre- se es tal juicio, no por razón de alguna voluntad anterior, formal o virtual, sino pre-
ciso que esté en la voluntad, ya que de lo contrario no eSfai:fá en ningún sitio. Ade- cisamente a causa .de la libertad del entendimiento. Y por la misma razón la
más, dicha sentencia es por sí misma muy improbable y ajena a cualquier opinión inconsideración o el error podria ser culpable desde el punto de vista del en-
·¡. humana, porque todos piensan que el hombre es libre por el hecho de que, si tendimiento solo sin intervención de la voluntad, cosas todas que son absurdas,
! quiere, obra, y si quiere, deja de obrar. Por eso, también la Sagrada Escritura pues no hay nada más contradictorio que la existencia del pecado sin lo volunta-
1

i'! atribuye esta potestad de indiferencia en grado máximo a la voluntad, I Cor., 7: rio. Consiguientemente, así como en el hombre no se da otra bondad o malicia
.¡', No teniendo necesi4ad, sino dominio de su voluntad, e igualmente por eso toda moral de carácter formal, a no ser la que procede de la voluntad, así tampoco
'1'¡'
bondad y malicia, y toda razón de premio o castigo se considera que está en la se da otra potencia formalmente libre fuera de la voluntad. Y esto no atenta
.1
1
voluntad, como enseñan con mayor amplitud los teólogos. Y con toda claridad contra la perfección del entendimiento, ya que en absoluto constituye mayor·

!:¡
el Concilio de Trento, ses. VI, c. 5, habiendo enseñado que cae bajo el poder perfección el ser regla de la voluntad, y es incompatible con esa perfección la
del hombre el cooperar con la gracia o resistir a ella, declara expresamente que libertad radica_da formalmente en la misma potencia, no sólo porque la regla debe
'¡,11' el hombre hace eso por su voluntad libre, ya sola, si resiste, ya ayudada por la ser cierta y de suyo inmutable, sino también porque aquella operación que es
' gracia de Dios, si coopera. Y, finalmente, por esta razón los Padres antiguos lla- regla no lo es por una inclinación y tendencia a la cosa regulada, sino por cierta
'· man muchas veces al libre albedrío voluntad libre, segón puede verse en San adecuación a ella, adecuación que no es _indiferente, sino cierta y determinada;
!'~ Agustin, lib. TII De lib. arb., c. 1 y ss.; y en Damasceno, lib. II De fide, c. 25; pero la voluntad, que es como ciega, necesita la regla o dirección del entendi-
y hay también ocasiones en que lo llaman libre albedrío de la voluntad, como miento; ahora bien, como tiende a su objeto por una inclinación voluntaria per-
es patente en San Agustin, De Civitate Dei, lib. V, c. 9, y en San Ambrosio, , fecta, es capaz de libertad; y en esto puede aventajar relativamente al entendi-
lib. II De fide, c. 3. miento, aunque absolutamente sea inferior en perfección.
25. Y con esta parte -que la voluntad es formalmente libre- puede con-
firmarse la otra, a saber, que el entendimento no es formalmente libre, ya que
no dében establecerse en el hombre actos realizados por dos potencias que sean SECCION VI
libres por sí mismos únicamente en virtud de laS relaciones a sus potencias, pues MODALIDAD DE LA DETERMINACIÓN DE LA CAUSA LIBRE POR EL JUICIO DE LA RAZÓN
i¡: de lo contrario se darla un doble desorden moral en tales actos del entendimiento
y de la voluntad. Efectivamente, en seguida que el entendimiento juzgase que l. Primera opinión.- Sin embargo, todavía nos falta responder a la dificul-
este objeto malo podía elegirse, en este acto considerado precisivamente y con ante- tad propuesta en favor de la segunda opinión, que está exigiendo una cuestión
rioridad a otro consentimiento de la voluntad habría malicia, porque de suyo es distinta, a saber, de qué modo es determinada la voluntad por la razón cuando
opuesto a la razón y, por otra parte, es formalmente libre. Además, en la elec- quiere libremente. A este respecto, los discípulos de Santo Tomás antes citados,
ción de tal objeto habría una nueva malicia, ya que dicha elección es un nuevo y otros más modernos, mantienen con toda decisión que la voluntad no puedt:
acto libre que el hombre podría evitar y que versa sobre un objeto contrario a ser determinada al acto libre si no precede en el entendimiento un juicm prác-
tico definido o, según dicen otros, un imperio en virtud del cual, aquí y ahora,
24. Secundo ex probatione eiusdem par- arbitrium saepe nomínant liberam volunta-
tis improbata relinquitur secunda sententia, lem3 ut videre est in August., lib. 111 de iudicio, adhuc voluntas non consentiret, ni- est indifferens, sed certa et determinata;
quae formalem libertatem in voluntate ne- Lib. arb., c. 1 e.t seq.; et in Damas., lib. II hilominus horno dignus esset reprehensione voluntas autem, qui11 est quasi caeca, indi-
gabat; nam, si formalis libertas non est in de Pide, c. 25; interdum vero vocant libe- ratione talis iudicii, non ratione alicuius vo- get regula au:r. directione intellectus; qliia
intellectu, ut ostensum est, necesse est ut rum voluntatis arbitrium, ut patet apud Au- luntatis prioris, formalis aut virtualis, sed vero tendit in suum obiectum per voJu,nta-
sit in voluntate, alias nullibi esset. Deinde gust., lib. V de Civit., c. -9; et Ambr., praecise oh libertatem intellectus. Eadem- riam inclinationem perfectam, capax est li-
est per sese valde improbabilis illa senten- lib. 11 de Pide, c. 3. que ratione inconsideratio aut error pos- benatis; et in hoc potest secundum quid
tia et aliena ab ornni hominum sensu; om- 25. Atque ex hac parte, quod voluntas set esse culpabilis racione solios intellectus excedere intellectum, quamvis simpliciter sit
nes enim censent hominem esse liberum, sir formaliter libera, potest confirmari alte- absque interventu voluntatis, quae omnia in perfectione inferior.
quia si vult, operatur, et si vult, cessat. ra_, quod, scilicet, intellectus non sit for- sunt absurda, cum nihil magis repugnet
Unde etiam Scriptura sacra banc potesta- maliter Iiber, quia non sunt ponendi in ho- quam esse peccatum absque voluntario. Sicut SECTIO VI
.c__ _ _ _ _~te;.;m~:,.m.;diiuifrier,.,e..inC..te>im,;:-cmiru,!IX1=.,m"e"'a"t"tt41rb'iiwm't:.,v"'o.tlun=-~-roffitcjjno¡e,--,a«"cntu"s~elirn·c:r;nri-ca.--dduabus potentüs- per se ergo non est in homine alia formalis bonitas
QUOMODO CAUSA LIDERA DETERMINETUR
tati 1 ad Cor. 7: Non habens necessitatem, liberi ex solis habitudinibus ad suas poten- vel malitia moralis nisi quae a voluntate pro-
A IUDICIO RATIONIS
sed potestatem habens suae voluntatis, et tias, alias duplex inordinatio moralis esset venit, ita neque est alia potencia formaliter
ideo etiam omnis bonitas et ma1itia, omnis- in huiusmodi actibus intellectus et volun- libera praeter voluntatem. Neque hoc est l. Prima sententia.- Superest tamen
que ratio praemii aut poenae in voluntate tatis. !taque, statim ac intellectus iudicaret contra perfectionem intellectus, quia simpli·· respondeamus ad difficultatem in {avorem
esse censetur, ut Iatius theologi tradunt. hoc obiectum pravum esse eligibile, in hoc citer maior perfectio est esse regulam volun~ secundae sententiae propositam, quae aliam
Ac diserte Concilium Tridentinum, sess. VI, acto praecise sumpto et an:te alium censen- tatis, cui perfectioni repugnat libertas forma~ quaestionem postulat, quomodo, scilicet, vo-
c. 5, cum docuisset esse in potestate ho- sum voluntatis esset malitia, quia de se est liter in eadem potencia, tum quia regula luntas, duro libere vult, a ratione determi..:
minis libere cooperari vel resistere gratiac, rationi dissonus,. . . et alioqui est formaliter debet esse certa et de se immutabilis, tum netur. In qua discipuli D. Thomae supra
expresse declarat id facere horninem liPera líber. Rursus in electione talis obiecti es- etiam quia iila operario quae est regula non citati, et alü recentiores, omnino contendunt
sua voluntate, vel sola, si resistat, vel ad- set nova malitia, quia ille est novus actos est per inclinationern et tendentiam in rem non posse voluntatem determinad ad libe-
iuta Dei gratia, si cooperetur. Ac denique liber, quem horno vitare posset, et de ob- regulatam, sed per quamdam commensura- mm actwn nisi praecedat in intellectu de-
antiqui Patres hac ratione liberum ipsurn iecto rationi contrario. Quod si, stante illó tionem ad illam, quae commensuratio non finitum iudicium practicum vel, ut alii lo-
388 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 389

ponderadas todas las circunstancias, profiera una senteÍlcia definida de que el sión; dice que, existiendo un imperio eficaz por parte del entendimiento, no que-
hombre debe elegir esto, o lleve a cabo un impulso que se exprese con la fór- da a la voluntad ninguna libertad para contradecirlo. Y añade que el imperio
mula haz esto. El fundamento puede estar en que la voluntad no tiene posibi- no recibe esta eficacia de la indicada voluntad, hablando en absoluto, porque,
lidad de ser atraída sino hacia un objeto conocido y propuesto por la razón, no pudiendo darse un proceso al infinito, necesariamente se ha de llegar a un
puesto que es un apetito racional, como consta por el lib. III de la Etica, c. 2; imperio del entendimiento que preceda a toda acción de la voluntad y que arras-
consiguientemente, mientras la razón no juzgue de manera determinada lo que tre eficazmente consigo a la voluntad. Y Belarmino, que defiende esa opinión,
:¡¡., debe elegirse, la voluntad no puede elegir; de lo contrario, tendería a un objeto dice, en el lib. 11 De grat. et libero arbit., c. 8, que, as! como la voluntad de
"r:: desconocido, ya que no se da conocimiento .verdadero sin juicio; pues mediante los bienaventurados está determinada a amar a Dios, una vez puesta la visión
'li la simple aprehensión todavía no se conoce si una cosa es tal o no lo es; luego, de Dios, igualmente, en la elección de cualquier cosa particular, la voluntad está
1¡ inversamente, cuando se da el juicio definido «esto· debe elegirse», la voluntad determinada a nna sola cosa en cuanto a la especificación y en cuanto al ejer-
.1
:¡_¡ no puede dejar de elegir, pues de no ser así también entonces se dejaría llevar cicio y, en realidad, elegirá necesariamente cuando esté presente un juicio prác-
'!·¡ sin razón, y formalmente, b al menos virtualmente, sería arrastrada a lo desco- tico particular que dicte de manera absoluta, aquí y ahora, después de considerar
nocido porque, al no elegir, rechaza ese objeto con un acto formal o virtual, o todas las circnnstancias, que esto debe elegirse. ·
!¡¡
1,1 bíen no quiere adoptar tal medio sin ninguna razón o juicio; por consiguiente, 3. · .Pero entonces pregunto de nuevo si es~ juicio es absoluta y simplemente
... es contradictorio que la voluntad obre así. Quizá por eso dijo San Bernardo, necesario, de suerte que sea proferido por el entendimiento en virtud del solo
lib. De grat. et libero arbit., que la voluntad está siempre emparentada con la objeto y medio evidente, o merced a otra causa que rp.ueve necesariamente al
razón, pues, aunque no siempre se mueva por la razón) nunca) empero, se mue- entendimiento en orden a tal juicio, o si, por el contrario, es un acto simple-
ve sin ella. mente libre. Si se afirma lo primero, es evidente que se destruye el uso de la
2. Segunda opinión.- Pero esta opinión no agrada a Enrique, ni a Escoto libertad, ya que tal uso no se distingue ni en la realización del juicio mismo ni
y sus disdpulos, como resulta claro por los lugares citados y por Antonio An- en el acto de la voluntad que es consecuencia neCesaria de él. Tampoco sirve _de
d[és, IX Metaph., q. 2. Y en verdad, la razón insinuada en la sección_ anterior, nada aquí el sentido compuesto, porque aquella suposición con la que se integra
a1 exponer la segunda sentencia, es irrebatible, a mi juicio; porque, si aquel jui- necesariamente el acto es de suyo simplemente necesaria y no libre, y es ante-
cio de la razón se preexige de tal manera para obrar que, en su género, es causa cedente como causa que obliga al acto subsiguiente, y ese modo de composición
necesaria para el acto libre de la voluntad, y puesto tal juicio la voluntad no se encuentra en el amor beatífico, sin que pueda el acto de la voluntad ser m~ce­
puede dejar de consentir en él, entonces la voluntad D.o es una potencia tal que, sario de otra manera. En cambio, si se afirma que aquel juicio. es libre (como
puestos absolutamente todos los prerrequisitos para la operación, pueda querer y termina concediendo, después de inútiles y oscuras dis.tinciones, Iavello, IX Me-
no querer; luego no es una potencia libre. Toda la deducción parece evidente taph., q. 4), pregunto también si dicho juicio es libre elicitivamente en virtud
de acuerdo con los principios antes demostrados. Y se explica más aún : puesto del entendimiento o imperativamente en virtud de la voluntad. Lo primero no
el juicio, la voluntad quiere necesariamente en sentido compuesto (como suele . puede afirmarse -según la opinión, con la que estamos de acuerdo quienes discu-
llamarse), y esto lo conceden fácilmente los autores de aquella opinión, hasta timos este punto, de que el entendimiento no es una potencia formalmente libre.
el punto de que Medina, 1-11, q. 9, a. 1, dub. 2, después de la segunda conclu- Mas si se dice lo segundo, o se procede hasta el infinito o se destruye por com-

quuntur, imperium quo hic et nunc, pen~ habere semper voluntatem cognatam ratio- post secundam conclusionem, dicat, stante solios obiecti et medü evidentis, aut alte-
sati:s omnibus, de:finitam sententiam proferat nem, quia, licet non semper ex ratione, imperio efficaci ex parte intellectus, nullam rius causae necessitantis intellectum ad tale
hoc esse homini eligendum, vel impulsum nunquam tamen absque racione movetur. restare libertatem in voluntate ad contra- iudicium, an vero sit actos simpliciter liber.
quí hac voce explicatur, fac hoc, efficiat. 2. Secunda sententia.- Haec vero sen- dicendum. Et subdit non habere imperium Si primum dicatur~ evidemer destruitur
Ratio esse potest quia voluntas non potest tentia non placet Henrico, neque etiam Seo~ hanc efficaciam ab ista voluntate, per se usus libertatis, quia talis usus neque cer-
1
ferri nisi in obiectum cognitum et per ra~ to et discipulis- eius, ut patet ex Iocis cita- loquendo, quia, cum non sit abitio in in~ nitur in ferendo ipso indicio neque in actu
tionem propositum, cum sit apperitus ra~ ti5 et ex Antonio And., IX Metaph., q. 2. finitum, necessario deveniendum est ad voluntatis qui ad illud necessario consequi-
tionalis, 111 Ethic., c. 2; ergo, donec ratio Et sane ratio insinuata in superiori sectio- unum imperium intellectus antevertens om~ tur. Neque hic iuvat quidquam sensus com-
1
•¡ determinate iudicet quid eligendum sit, non _ne, referendo secundam sententiam, apud nem actionem voluntatis, quod securn ef- positus, quia illa suppositio cum qua _ac~
:ficaciter rapiat voluntatem. Et Bellarminus, tus necessario componitur est in se simpli-
.i
'11
potest voluntas eligere; alias tenderet in
objectum jncognitum guia cognitio vera
me est irrefragabilis; narn si illud iudicium
rationis est ita praereguisitum ad o:p_eran- qui illam tenet sententiam, lib. JI de Grat. citer necessaria et non libera et est antece-
non est sine indicio; per puram enim ap- dum ut in suo genere sit causa necessaria et libero arbit., c. 8, dicit quod, sicut va~ dens tamquam causa necessitans ad subse-
prehensionem nondum cognoscitur an res ad actum liberum voluntatis, et illo indicio !untas beatorum est determinata ad aman- quentem acnun, qui modus compositionis in
sit talis vel non sit; ergo et e converso, posito voluntas non potest non consentire dum Deum posita visione Dei, ita in qua- amore beatifico reperitur, nec potest actos
stante illo definito iudicio: hoc est eligen~ illi, ergo voluntas non est talis potentia cumque re particulari eligenda voluntas est voluntatis alio modo esse necessarius. Si
dum, non potest voluntas non eligere, quia quae, positis omnibus absolute praerequi- determinara ad unum quoad specificationem vero dicatur iudicium · illud esse libernm
i alías etiam tune sine ratione duceretur, et sitis ad operandum, possit velle et non vel- et quoad exercitium, et reipsa necessario (ut tandem post inutiles et obscuras distinc-
i'
formaliter, vel virtualiter saltem, ferretur in le; ergo non est potencia libera. Tata col- eliget quando aderit praesens iudicium prac~ riones concedit Iavell., IX Metaph., q. 4),
incognitum, quia non eligendo, vel formali lecrio videtur evidens iuxta principia su- ticum particulare dictans hic et nunc ah- interrogo rursus an illud iudicium sit libe-
vel virtuali actu refutat illud obiectum, vel perius demonstrata. Et declaratur amplios; salute omnibus consideratis hoc esse eli~ rum elicitive ex vi intellectus vel impen-
vult non amplecti tale medium sine ulla nam posito indicio, voluntas ex necessitate gendum. tive a voluntate. Primum dici non potest ln
rarlone vel iudicio; repugnat ergo volun- vult in sensu (ut aiunt) composito; quo.d 3. Sed nmc interrogo rursus an illud sententia cum qua convenimus qui de hoc
tatem sic operari. Propter quod fortasse facile concedent auctores illius sententiae, iudicium sit absolute et simpliciter neces- puncto disputamus, quod intellectus non est
dixit Bernard., lib. de Grat. et libero arbit., adeo ut Medio., 1-11, q. 9, a. 1, dub. 2, sarium, ita ut feratur ab intellectu ex vi potentia formaliter libera. Si vero dica.tur
390 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 391
pleto aquella opinión, pues, con referencia a ese acto de la voluntad que deter- tivo y práctico, porque no es el especulativo, sino el práctico, el que determina
mina al entendimiento a tal juicio, pregunto si es determinado por otro juicio a la voluntad. Y dicen que éste es libre, aunque el especulativo sea natural.
del entendimiento, y a propósito de él se planteará la misma cuestión, y as! se Pero esto no quita fuerza a la dificultad propuesta; porque si, puesto todo
procederá al infinito. Si, por el contrario, aquel acto libre de la voluntad no el juicio especulativo sobre la conveniencia, utilidad, honestidad o torpeza del
procede de la determinación de un juicio semejante anterior, se extraen dos con- objeto, y sobre otras razones o circunstancias, el juicio práctico de que se debe
clUsiones opuestas a dicha opinión. Primera, que la voluntad no es determinada amar o elegir tal cosa es ~libre, se repite a propósito de él todo el argumento
en todos sus actos libres por el juicio del entendimiento; segunda, que nunca h~cho, a ver po~ quién es determinado el entendimiento en orden a tal juicio.
es determinada de ese modo sino en virtud de alguna volición libre anterior, SI ~?r el ente~dimiento, entonces el entendinúento es libre; si por la voluntad,
,,
1
gracias a la cual se siguen las demás cosas y de la cual participan su libertad. ¿ q~~ ~etermma a ésta? Y de esta manera se concluye que la primera determi-
4. Quizá diga alguno que, dándose dicho juicio, es imposible que la volun- naciOn hbre. de la voluntad se realiza sin tal juicio, y que no hay ningún juicio
1' tad no consienta, pero que la voluntad puede eliminar ese juicio, y por ello sq: que determme completamente a la voluntad a algún acto a no ser en virtud de
acto es libre y no necesario. Mas esta respuesta no satisface al argumento pro- una volición anterior libre. '
puesto, sino que admite, tácita e implícitamente, que dicho juicio es libre; de Jo ?· T erce:a opinión.- Finalmente, dicen algunos que aquel juicio práctico
contrario, la voluntad no podrla suprimirlo; pero no explica en virtud de qué es hhre en vtrtud de la voluntad que ama dicho objeto, y que la voluntad por
voluntad es libre desde el principio. Pues no basta con decir que es libre indi- su parte, ama dicho objeto en virtud de tal juicio; y que esos dos actos son 'cada
rectamente porque la voluntad no lo impidió; ya porque la voluntad pudo rea- uno con respecto al otro, _causa en div~rs? orden de caus~idad; porque, p;r una
lizar, al menos, una volición libre con la que impidiese dicho juicio, y acerca de parte, la voluntad determma al entendimiento para que ¡uzgue prácticamente de
esa volición se repite el mismo argumento, ya también porque, aun cuando para esa manera y, por otra, ~1 e~tendimiento determina a la voluntad a que quiera
la negación del acto pueda quizá bastar el voluntario indirecto, sin embargo, · t~l cosa. Y no es contradictorio -afirman- que esas dos cosas se precedan y se
para el ejercicio positivo del acto libre e imperado no basta, sino que se precisa sigan una a otra, ya que ello ocurre en órdenes diversos de causalidad. Porque
un acto formalmente libre, q!Je impere y determine a la potencia. Además, otra la. v_oluntad dete;mina al entendimiento eficientemente, núentras que el enten-
evasiva que puede tomarse de Iavello en el lugar antes citado, no debilita la dumento determma a la voluntad finalmente. Pero esta doctrina no me resulta
fuerza del argumento; dice, en efecto, que aquel juicio es libre radicalmente, lo aceptable; primeramente, porque no se apoya en ninguna razón, ni es neCesaria
cual le viene del entendimiento y no de la voluntad; pero esto no es responder al para. nada; y, por otra parte, apenas puede entenderse esa mutua prioridad y
dilema establecido, sino evitarlo, porque ser libre radicalmente no es otra cosa moción entre aquellos dos actos. En segundo lugar, demuestro que es imposible:
que ser ralz de la libertad, que se da en la voluntad; y no se pregunta por eso, en todo acto vital, la suficiente ~plicación del objeto necesario para el acto, pre-
sino por la libertad formal; porque el mismo acto del entendimiento que es cede absolutament.e y en ~ual9-_mer arde?- de causalidad a. tal acto, y no puede
ralz del acto de la voluntad es verdadera y formalmente realizado por su po- suceder que la nusma aphcac10n del ob¡eto provenga eficientemente del acto al
tencia, y acerca de él se pregunta si es realizado por la potencia de manera ne- cual se ordena; pero el juicio de la razón se requiere para el acto de la volun-
cesaria o con indiferencia. Otros contestan .distinguiendo eritre juicio especula- tad en cuanto aplica el objeto; luego es imposible que el juicio de la razón
necesariO para el acto de la voluntad provenga eficientemente de ese mismo acto.
secundum, vel p.roceditur in in:finitum vel Neque enim satis est si dicatur esse liberum
omnino destruitur illa sentencia, nam de illo indirecte quia voluntas non impedivit illud:
acru voluntatis qui determinat intellectum ad tum quia saltem potuit voluntas habere va... speculativum, sed pracricum determ.inat vo- sarum, quia et voluntas determinat intellec-
tale iudicium inquiro an dete.rminetur ex litionem liberam qua impediret illud iudi~ luntatem. Et hoc aiunt esse liberum, etiam- tum ut ita practice iudicet, et intellectus
alio iudicio intellectus, et de illo redibit cium, de qua redit idem argumentum ~ tum si contingat speculativum esse naturale. Sed determinat voluntatem ut velit talem ·rem.
idem argumentum, et sic procedetur in in- etiam quia, licet ad negationem actus for- hoc non enervat difficultatem propositam; Neque repugnat (inquiunt) illa duo mutuo
finitu.m.. Si vero ille actus liber voluntatis tasse possit sufficere voluntarium indirec- nam si, pasito teto iudíclo speculativo de se antecedere et subsequi, quia id fit in d.i-
Don est ex detenninatione similis i.udicií tum, tamen ad exercitium positivum actus obiecti convenientia, utilitate, honestate aut versis generibus causaru.m.. Voluntas enim
prio.ris, inferuntur duo illi sententiae con- liberi et imperati non sufficit, sed neces- turpitudine, et aliis rationibus aut circum- determinat intellectum efficienter, intellec-
traria. Primum est voluntatem non deter- sarius est actus formaliter liber, imperans stantiis, iudicium practicum de tali re aman-
tus autem voluntatem finaliter. Sed haec
liberis et determinaos potentiam. Alia p.raeterea da seu eligenda .liberum est, de illo red.it docttina mihi non probatur; prim~ enim
evasio quae ex lavello sumi totum argumentum factum, a quo nimirum
nulla ratione fundatur, neque ad aliquid est
iu- ___ ~ ~~ ;d:~eterminetur intellectus ad tale iudicium. Si necessaria; et aliunde vix potest mente con-
radicaliter, quod" intellectu, ergo intellectus est Jiber; si a
voluntate, quid determinat illam? Atque ita cipi illa mutua prioritas et motio inter illos
consequuntur et ab ea participant habet ab intellectu et non a voluntate; sed
concluditur primam determinationem libe- duos actus. Et praeterea ostendo esse im-
tem. hoc non est respondere ad dilemma factum,
possibilem, nam in omni ac.tu vitali suffi-
4. Dicet fortasse aliquis, stante illo iu- sed illud eludere, quia esse liberum radi- raro voluntatis fieri sine tali iud.icio, nul-
lumque esse iudicium omnino determinaos ciens applicatio obiecti necessarii ad actum,
dicio impossibile esse voJuntatem non con- caliter non est aliud quam esse radicem li-
sentire, posse tamen voluntatem tollere iu- bertatis, quae est in voluntate, de quo non voluntatem ad aliquem acnun, nisi in vir- simpliciter et in omni genere causae, ante-
dicium illud, et propterea actum elus esse inquiritur, sed de libertate fonnali; narn tute prioris volitionis liberae. cedit talem actum nec fieri potest ut ipsa-
liberum et non necessariu.m.; sed haec re- illemet actus intellectus qui est radix actus 5. Tertia opinio.- Dicunt tandem aliqui met obiecti applicatio effective proveniat ab
sponsio non satisfacit argumento proposito, voluntatis est vere ac formalite.r elicitus a illud iud.iciwn practicum esse liberu.m. ex actu ad quem ordinatur; sed iud.icium ra-
\led tacite et implicite admittit illud iud.i- sua potencia, et de illo inquiritur an ex vi voluntatis amantis illud obiectum, et vo- tionis requiritur ad actum voluntatis u:t ap-
cium es se liberum; alía9 non posset volun- necessitate vel cum indifferentia elicitus si.t luntatem ipsam amare illud obiectum ex vi plicans obiectum; ergo impossibile est ut
tas auferre illud; non declarat autem per a potentia. Alü .respondent distingu~tntes de talis iud.icü, atque illos duos actus esse sibi iudicium rationis necessarium ad actum vo-
quam voluntatem sit a principio liberum. indicio speculativo vel practico, quia non invicem causas in diversis generibus cau- luntatis effective proveniat ab eodem acru.
392 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 393
il

l
La mayor puede probarse por inducción en todos los demás actos vitales. dis; en virtud de la moción de la voluntad y, no obstante, en su género, es causa de
tintos de aquel de que tratamos. Y puede tomarse un argumento proporcmnal ese mismo acto de la voluntad en virtud del cual él es, por su parte, voluntario.
de los actos naturales, porque es imposible que un agente que necesita un pa- y si- esto resulta imposible en el primer acto, como ciertamente resulta, no se
' ciente para obrar no suponga absolutamente y en todo orden de causalidaQ. la debe a que es simplemente primero, sino a que es causa del acto de la voluntad
aplicación del paciente a tal acción, o que se aplique el paciente mediante de tal modo que, simplemente y en todo orden de causalidad, se supone con an-
esa misma acción. Y puede darse como razón que el agente es impotente para terioridad a él; pero esta razón es válida a propósito de cualquier otro acto;
obrar si no es sobre una materia aplicada; luego es imposible que mediante esa consiguientemente, nunca puede ocurrir que el juicio del entendimiento sea libre
misma acción realice la ap~cación, sino que debe suponerla de manera absoluta. en virtud de un acto de la 'voluntad que sigue a dicho juicio. O, de otra manera,
Además, porque de Jo contrario tal acción, en cuanto es aplicativa del paciente, no puede suceder que la voluntad sea determinada a un acto libre por el jnicio
no versaría sobre el paciente en cuanto aplicado, sino en cuanto distante, cosa que nace_ del mismo acto libre. Y, en este sentido, lo que acontece es, o que es
que vamos a explicar más ampliamente en seguida a propósito de la cuestión . determinada por un juicio totalmente necesario, lo cual repugna a la 'libertad,
de que tratamos. o que la determinación libre no procede de tal juicio, y esto es lo que se pre-
6. La menor del primer silogismo es cierta en virtud del principio de que tendia.
no se quiere nada que no se haya conocido previamente. Y si alguno pretenqe
que el juicio de la razón no es sólo una condición y aplicación del objeto, sino Solución de la cuestión
también un principio que realiza juntamente con la voluntad su acto, no ami-
nora, sino que aumenta la fuerza del argumento; porque será más contradicto- 7. Así, pues, por razón de estas dificultades, estimo que para la determina-
rio que ese juicio proceda eficientemente de la moción del acto de la voluntad ción libre de la voluntad no resulta necesario tal juicio práctico que la determine
por el hecho de que se dice que ese mismo juicio es principio eficiente de tal totalmente. Además del razonamiento hecho (que parece ser a posteriori y por los
acto de la voluntad. Y se confirma además, en primer lugar, porque la voluntad inconvenientes), puede esto explicarse a priori y por la realidad misma, ya que.
no aplica ninguna potencia a su acto sino queriendo dicho acto; luego, si la vo- el jnicio del entenditpieuto no mueve a la voluntad si no es mediante el objeto
luntad aplica directamente el entendimiento a ese juicio, lo hará mediante un que propone; pero el objeto propuesto no siempre infiere necesidad a la volun-
acto con el que quiere que el entendimiento juzgue aquello; por tanto, ¿qué es tad o la determina a una sola cosa, ni es esto necesario para que la voluntad pue-
111, lo que mueve a la voluntad a querer esto? ¿Otro juicio anterior, o el mismo da tender al 9pjeto; luego tampoco es necesaria por parte del juicio, y ni siquie-
que se va a querer? Si es otro, entonces la voluntad no .es determinada a ese· ra es posible, tal determinación. Se demuestra la mayor porque, o el juicio mue-
1[1 acto por el juicio que quiere, sino por el anterior. Si es ese mismo, entonces ve únicamente en razón de objeto, o él mismo, por su propia r'azón, tiene una
11 dicho juicio mueve a la voluntad por modo de objeto, antes de que sobre él se peculiar eficaCia para determinar a la voluntad. Esto último no puede afirmarse,
,,
j,i
haya juzgado de niuguna manera. Se confirma, en seguudo lugar, porque de lo ya porque tal eficacia estaría en contradicción con la libertad de la voluntad,
,1,, contrario el primer acto del entendimiento podría proceder de la voluntad mis- según se ha dicho, ya también porque tal manera de mover es ajena a la fun-
ma, lo cual se opone a la opinión general, fundada en el principio no se quiere ción del entendimiento, función que consiste en iluminar y dirigir y regular las
nada que no se haya conocido antes. Y se demuestra la consecuencia porque tam- operaciones de la voluntad, ya, finalmente, porque dicha manera de mover es
bién podría decirse del primer acto del entendimiento que es libre y voluntario propia de la voluntad, que ha sido dada especialmente para este fin, a saber,
Maior inductione ostendi potest in omnibus eius, non enervat, sed auget vi m argurnenti; set esse liberum e~ voluntarium ex me- non esse necessarium tale iudicium practi-
alüs actibus vitalibus extra illum de quo nam ex eo magis repugnabit illud iudicium tiene voluntatis, et nihilominus in suo ge- cum omnino determinaos ipsam. Quod prae-
agimus. Et ex naturalibus potest·' sumi ar· esse effective ex motione actus voluntatis, nere esse causam eiusdem actus volunta- ter discursurn facturo (qui videtur esse a
gumentum proportionale, quia impossibile quod ipsummet iudicium dicitur esse prin. tis quo ipse est voluntarios. Quod si ·in posteriori et ab iriconvenienti) potest_ a priori
est ut agens quod passo indiget ut agat, cipium efficiens talero actum voluntatis. Et primo actu hoc est impossibile, ut reve- er ex re ipsa declarari, quia iudicium in-
non supponat absolute et in omni genet;"e confirmatur praeterea, primo, quia voluntas ra est, non est quía est simpliciter pri- tellectus non movet voluntatem nisi medio
causae applicationem passi ad talero actio- non applicat aliquam potentiam ad actum mus, sed quia tali modo est causa actus obiecto quod proponit; sed obiectum pro-
nem, aut quod per ipsammet actionem sibi suum nisi volendo illum actum; ergo, si vo- voluntatis ut ad illum simpliciter et in cm- positum non semper infert necessitatem vo-
applicet passum. Et ratio reddi potest, quia luntas directe applicat intellectum ad illud ni genere causae praesupponatur; haec au- luntati aut determinat illam ad unum, ne-
agens est impotens ad agendum nisi circa iudicium, id faciet per actum quo vult- ut tem ratio procedit in omni alio actu; nun- que hoc est necessarium ut voluntas possit
~:------jm~a'fite~riita~mif-iap~pjill16ca~tiia~m.f;¡;e~r~g~o;::¡1 ~;;,.~·ibiJ·.;=~t-~·~~~tus id iudicet; quid ergo movet vo- quam ergo fieri potest ut iudicium intellec- in obiectum tendere; ergo nec est neces-
quod per illam actionem ipsammet appli- luntatem ut hoc velit? Num aliud prius tus sit liberum per acrum voluntatis subse- saria ex parte iudicü, immo nec possibilis
cationem efficiat, sed omnino debet suppo- iudicium, an ipsum quod est volendum? quentis. ipsrun. V el aliter fieri non potest ut
Si aliud, ergo non determinatur voluntas ad talis determinatio. Maior probatur, quia vel
nere illam. ltem, quia alias talis actio, ut voluntas determinetur ad actum liberum per iudicium movet tantum ratione obiecti vel
illum actum a iudicio quod vult, sed quod iudicium quod ex eodem actu libero na-
applicativa passi, non versaretur clrca illud praecedit. Si illud idem, ergo illud iudicium ipsummet ratione sui haber peculiarem ef-
ut applicarum, sed distans, quod statim de- per modurn obiecti movet voluntatem prius- scirur. Atque ita fit ut vel determinetur per
iudicium omnino necessarium, quod re- ficaciam ad determinandam voluntatem. Hoc
clarabitur magis in re de qua_ agimus. quam de illo sit iudicarum ullo modo. Et posterius dici non potest, tum quia talis ef-
6. Minor autem primi syllogismi certa confirmatur secundo, nain alias primus ac- pugnat libertati, vel quod determinarlo li-
bera non oriatur ex tali iudicio, quod est ficacia repugnaret libertati voluntatis, ut dic-
est ex illo principio quod nihil est volitum tus intellectus posset esse a voluntate ipsa, intentum. tum est, tum etiam quia talis movendi mo-
quin praecognitum. Quod si quis contendat quod est contra omnium sententiam, fun- dus est alienus a munere. intellectus, qui est
iudicium rationis non tantum esse condi- datam in illo principio: Nihil volitum quin Quaestionis resolutio illuminare et dirigere ac regulare voluntatis
tionem et applicationem obiecti, sed etiam praecognitum. Et sequela probatur, quia 7. Propter has ergo difficultates, extsu- operationes, tum denique quia ille movendi
pr.incipium effiCiens cum voluntate actum etiam de primo actu intellectus dici pos- mo ad libcram determinationem voluntatis modus est proprius voluntatis, quae in hunc
'
,.
i

394 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 395

l
.

para mover eficientemente a las. d~más potencias en cuanto al ejercicio; luego ese poder impulsivo eficaz, pues de lp contrario destruirla la libertad de la vo-
no puede suceder que el entendimtento, el cual es movido eficientemente por la luntad, y la alabanza o la reprensión no deberla atribuirse a la voluntad, sino al
. voluntad, mueva por su parte a la voluntad de igual mauera. As! lo enseña ex- entendimiento. Esto es lo que admite en último término Medina, por la autori-
presamente Santo Tomás en 1-II, q. 9, a. 1 y 3. dad de Santo Tomás, 1-II, q. 17, a. 5.
1'
¡1 8. Mas algunos oponen que el entendimiento mueve eficazmente a la volun- 9. Queda por demostrar la segunda parte, a saber, que la voluntad no siem-
,1,.
'i• ta~ e~ orden a la ope~ación por ~1 imperio práctico. Se responde que el imperio pre es determinada a una sola cosa por el objeto propuesto; esta parte es cierta
pra,cttc.o del entendumento, en vrrtud del cual se entiende que uno se impera y la admiten todos; la prueba ex professo Sauto Tomás, 1-II, q. 10, a. 2. En
a st mtsmo o a su. voluntad, no es algo distinto del juicio perfectamente práctico efecto, tanto da decir que la voluntad no es movida necesariamente por otra cosa
Y totalme.nt:: defimdo con tod~s las circunstancias. Y no es posible entender en como decir que no es determinada a una sola cosa por ella, según demuestran
el entendumento un a~to que m;tpulse a la voluntad si no es por modo de juicio; los argumentos arriba aducidos; pero es cierto que no es movida necesariamente
C??JO tam:po~o se entiende el Imperio sobre otros si no es por modo de loca- por todos los objetos; luego tampoco es determinada a una sola cosa; consiguien-
. cton que .m:une lo que deba hacerse; y cualquier otra cosa que se imagine en temente, sólo en el cielo será determinada a una sola cosa, en cuanto al ejercicio,
e! entendt~Ie~to, se afirmará gratuitamente, no podrá explicarse en qué con~ por la inlioita bondad de Dios claramente intuido, según la doctrina común; en
srste, Y sera aJena ~ la razón de entendimiento, el cual es, esencial y adecuada~ cambio, por lo que hace a la especificación, es determinada por el bien en gene-
mente,, una potencra cognoscitiva y judicativa; por eso no puede realizar un ral o por otros objetos seffiejantes, como diremos después; pero no por todos,
~cto ~mo por modo de aprehensión o de juicio. Consiguientemente, como este ya que no en todos aparece alguna razón necesaria de bondad, o no aparece
ImperiO de 9ue tratamos no es una mera aprehensión, según es evidente de suyo una bondad tal que no lleve aneja alguna malicia o desventaja, o algún defecto.
no J?Uede s~r más que un juicio práctico. Y Aristóteles o Santo Tomás nunc~ Pero aunque el objeto no determine de esa mauera a la voluntad, puede ser de
e~phcan raciOnalmente el imperio sino por modo de juicio completamente prác- tal modo ~ulicien~e para ~xcitarla y es~mularla '\ue ella misma, por su libertad, l
nco, como se trata por. extenso en 1-11, q. 17. Así, pues, este juicio únicamente se determme o tienda a el, ya que, SI en el objeto se representa alguna razón
mue~e, de suyo, en calidad de objeto, como se ha explicado. Y si a veces parece de bondad, ésta es de suyo suficiente para mover la voluntad; luego esa deter-
que Impulsa eficazmente, sólo es en virrud de algún acto eficaz de la misma vo- minación no. es necesaria para que la voluntad se mueva.
l~tad, ~ue se di~ anteriormente; porque, si la voluntad se propuso eficazmente
o mtento co~seg~ este fin, o escogió emplear tal medio, ·el entendimiento, lle- Respuesta a los fundamentos contrarios
gada la ocas1ón, ¡uzga aqui y ahora que absolutamente debe hacerse esto su-
pues~a la voluntad anterior. Y entonces la voluntad queda completament; de- 10. Con esto no sólo queda probada nuestra opinión, sino que también se
ternunad~, no tanto por el juicio como por sí misma. Señal de ello es que no ha dado respuesta a los fundamentos de la opinión contraria. Efectivamente, del
se determma de mane~a absoluta, sino cuasi condicional, a saber, siempre que quie- hecho de que la voluntad no puede ser movida hacia lo desconocido sólo resulta
ra perseverar en la mtención o elección hecha. Por eso, si la voluntad quiere que es necesario el juicio del entendimiento para que la voluntad pueda elegir,
antes retroceder, puede hacerlo e impedir ese imperio. En cambio, cuando no pero no se sigue la necesidad de que ese juicio determine a la voluntad a una
precede tal voluntad eficaz, es imposible que el imperio del entendimiento tenga sola cosa. Esto lo dijo elegantemente Sau Bernardo, lib. De grat. et lib. arb., con

finem peculiariter data est, ut ·alias potentias praecedit, 4Dpossibile est ut imperium in- saria .ratio boni, vel non appare_t talis bo-
Cum ergo hoc imperium de quo agimus nori teilectus habeat illam vim impulsivam effi~
efficienter moveat quoad exercitium; ergo sit mere apprehensio, ut per se constar, non nitas quae non habeat admixtam vel mali-
non potest :fieci ut intellectus, qui a volun~ cacem, alias destrueret voluntatis liberta- tiam vel incommodum aliquod aut defec~
po~est esse nisi iudicium practicum. Neque
tate efficienter movetur, · vicissim eodem tero, et laus aut reprehensio non esset vo~ tum. Quamvis autem obiectum non sic de-
Ar1stoteles aut D. Thomas imperium ratio-
modo illam moveat. Atque hoc docet ex~ luntati, sed intellectui attribuenda. Atque termine! voluntatem, potest esse ita suffi-
naliter unquam declarant quam per modum
presse D. Thomas, 1~11, q. 9, a. 1 et 3. iudicii omnino practici, ut latius in 1~11, hoc tandem fatetur Medina, propter D. ciens ad excitandam et alliciendam -illam ut
8. Sed obüciunt aliqui quia intellectus Thom. auctoritatem, 1~11, q. 17, a. 5. ipsa sua libertate determinetur aut feratur
q. 17, tractatur. Hoc igitur iudicium ex se
per impe.rium p.racticum efficaciter movet 9. Superest probanda altera pars, scili- in illud, quia si in obiecto repraesentatur
solum movet ex parte obiecti, ut declaratum cet, quod voluntas ab obiecto proposito non
voluntatem Respondetur impe.rium est. si interdum videtur efficaciter aliqua ratio boni, illa est de se sufficiens
i' quo intelligitur est in virtute alicuius ac~
semper determinetur ad unum, quae certa ad movendam voluntatem; ergo i11a de ter~
!'· est et recepta ah omnibus, eamque ex pro- minatio necessaria non est ut voluntas mo-
perfecte cessit; nam si vol untas propo~
fesso ·probat D. Thomas, 1~11, q. 10, a. 2. veatur.
omnino definito cum omnibus sui[ vel intendit consequi hunc finem aut Nam perinde est dicere voluntatem non ne-
tiis. Neque intelligi potest in intellectu ac~ cessitari ah alio quod non determinari ad Responsio ad contraria fundamenta
eiegit adhibere tale medium, intellectus 'nac~
!JlS. i_~p~sivus voluntatis nisi per modum ta occasione, hic et nunc iudicat o~ino unum ab illo, ut probant argumenta supe- 10. Ex quo non solum probata est nos-
mdicu; s1cut respecto aliorum non intelli~ esse hoc fadendum, supposita priori vo~ rius facta; sed est certum non necessitari" tra sententia, sed etiam responsum est ad
gitur imperium nisi per modum locutionis ab omnibus obiectis; ergo nec determinari fundamentum oppositae sententiae. Ex eo
luntate. Et tune voluntas omnino determi~
in?ma?ti~ quid agend~ sit; et ·quidquid ad unum; igitur quoad exercitium solum enim quod voluntas non potest ferri in in~
natur, non tam a indicio quam a· se. Cuius
ahud m m[ellectu fing¡tur, et gratis asseri~ in patria ab infinita' bonitate Dei ciare visi cognitum, solum habetur necessarium esse
sign~ est quia n~:m absolute, sed quasi
tur et explicari non potest quid sit et est condtllonate determmatur, scilicet si velit determinatur ad unum, iuxta receptam doc- iudicium intellectus ut voluntas possit eli-
extra rationem intellectus, qui esse~uialiter in intentione seu electione facta ~ersistere. trinam; quoad specificationem vero, a bono gere, non vera sequitur oportere ut illud
et adaequate est potentia cognoscitiva et iu~ Unde si a priori voluntate velit retrocedere in communi aut alüs similibus obiectis, ut iudicium determine! voluntatem ad unum.
d~c~tiva; et ideo non potest habere actum potest, et impedire huiusmodi imperium~ infra attingemus; non vera ab omnibus, Quod eleganter dixit Bernard., lib. de Grat.
rus1 per modum apprehensionis vel iudicii. Quando autem talis voluntas efficax non quia non in omnibus apparet aliqua neces~ et lib. arb., his verbis : Est ratio data vo-
1
396 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 397
'

l las siguientes palabras: La razón ha sido dada a la voluntad para que la instruya,
no para que la destruya; pero la destruiría si le impusiese alguna necesidad pará
que se desenvolviese a su antojo. Por eso, cuando en el argumento se dice que
es necesario que el entendimiento juzgue primero lo que se debe elegir, la pro-
posición puede ser ambigua; porque, si el sentido es que debe juzgar primera-
mente la bondad, la utilidad o la conveniencia que tiene el medio que se va a
la voluntad sólo necesita el conocimiento de aquel objeto hacia el cual tiende;
pero el desconocimiento o la no consideración de otro objeto no le incumbe, ab-
solutamente hablando; luego, si el entendimiento juzga que este medio es útil
o elegible, aun juzgando al mismo tier!.po que otro es útil, la voluntad puede
elegir uno, y no es necesario que el entendimiento juzgue antes determinada-
mente, a propósito de uno de ellos, que debe ser elgido, ni siquiera que es más
elegir y la elección misma, la proposición es verdadera; mas, si el sentido es digno de elección que el otro.
)1: que primeramente debe juzgarse en absoluto, y que debe elegirse esto absolu- 12. Se responde a una objeción.- Se dirá: si el juicio del entendimiento
:,¡ ij
tamente, es falsa. Porque significa que, ponderadas y consideradas todas las cir- es indeterminado, ¿cómo puede ser determinada la elección de la voluntad? Se
.111 , cunstancias, aquí y ahora resulta ya necesario por alguna razón elegir esto, por responde : no puede decirse que el juicio es indeterminado cuando mediante él
,¡¡
,,

1
· lo cual debe elegirse absolutamente; pero no hay uingima razón por la que tal se juzga de qué clase es el objeto, y qué conveniencia o amabilidad posee; pero
1'1
juicio sea necesario con anterioridad a toda elección; es más: esto repugna a la puede decirse o que el juicio es múltiple, cuando acerca de varios objetos se
f:¡ libertad de la elección, según se ha demostrado. Luego es suficiente el juicio juzga cómo son, o cabe decir también que es un juicio determinado acerca de
¡:: por el que un medio se juzga útil y, examinadas todas las circunstancias, apto un objeto indiferente, o sea, que no tiene una unión necesaria con la voluntad,
para poder ser elegido; y lo mismo ocurre con cualquier objeto bueno que se aunque posea alguna bondad o conveniencia; y esta determinación del juicio,
i 1

juzgue suficientemente bueno para poder ser amado. En efecto, así como, para ~moque no basta para imponer necesidad a la voluntad, es, empero, suficiente
; ~ ¡· 1 que la vista pueda moverse hacia un objeto, no es preciso que se aplique en para que ella, según su libertad, pueda determinarse y seguir dicho juicio.
.
. '' cuanto visto o en cuanto que se debe ver, sino en cuanto visible, de igual ma- 13. Pero se insistirá: si sólo hay un juicio, la voluntad lo seguirá absoluta-
!P mente, ya que no tiene otro al cual dirigirse .. En cambio, si hay varios juicios_,
, nera, para que la voluntad sea movida por un objeto, basta con que se le pro-
~1
'. ¡
ponga como amable, aunque no se juzgue que deba elegirse absolutamente. necesariamente seguirá aquel que verse sobre el medio más útil o sobre el ob-
l,_ljl
11. Se aclafa esto, en primer lugar, acerca de la voluntad y el entendimiento jeto mejor, y de esta manera siempre será determinada por el juicio. Se res-
1,1:1'111 de Dios; pues, para que Dios, en su eternidad, quiera libre y determinadamente ponde, en primer lugar, que pueden darse juicios acerca de medios iguales, .y
::'f,'ii' a]go fuera de sí, no es preciso que con anterioridad a toda determinación libre entonces la voluntad no podrá ser determinada por el juicio ni quedará necesa-
111 preceda en el entendimien_to divino, según nuestro modo de entender, este juicio: riamente en suspenso, sino. que su libertad consiste precisamente en poder ele-
<c. Yo tengo que amar o elegir absolutamente esto», pues tal juicio sería temera- gir uno y omitir el otro. Y si no puede hacer esto, no veo de qué modo pueda
rio, infundado y, en rigor, falso, por implicar que tal objeto fuera de Dios es, decirse que es libre; pero en realidad puede hacerlo, ya que es libre para po-
,,,,
11
con respecto a El, de alguna manera necesario; consiguientemente, sólo precede der querer lo que es bueno y no querer lo que no es necesario. Un excelente
1•:1 el juicio de que tal objeto es conveniente o elegible; luego lo mismo debe en- ejemplo de esta libertad lo proporciona la voluntad divina, la cual, entre esta
tenderse acerca de la voluntad creada. En segnndo lugar, se confirma y explica materia y otra totalmente igual y semejante, y entre estos cielos y otros com- \'
11
porque, para que la voluntad elija un medio, no es preciso que el entendimiento pletamente iguales (y así con respecto a las demás cosas), eligió crear éstos más
1 juzgue sobre él de tal manera que no posea juicio sobre ningún otro, ya que bien que otros, lo cual no puede atribuirse a un juicio desigual, ya que ni por
'1'!
1 voluntas solum eget cogmtione eius obiecti sufficit tamen ut ipsa pro libertate sua pos-
luntati ut instruat illam, non ut destruat; Na.m sicut, ut visos ferri possit in obiectum, in quod fertur; ignoratio vera vel inconsi-
¡: sit se determinare et sequi illud iudiciurn.
destrueret autem si necessitatem ullam im- non est necesse quod applicetur ut visum deratio aiterius obiecti est illi impertinens,
¡!" poneret, quominus pro arbitrio suo sese vol- vel ut videndum, sed ut visibile, ita, ut vo- 13. Sed urgebis: nam si unum tantum
per se loquendo; ergo, si iudi.cet intellec- adest iudidum, illud omnino sequetur vo-
veret. Unde, cum in argumento sumitur !untas moveatur ah obiecto, satis est quod tus hoc medium esse otile vel eligibile,
necessarium esse ut intellectus prius iudicet proponatur ut diligibile, quamvis non iudi- Iuntas, quía non habet aliud . ad quod se
etiamsi simul iudicet aliud esse utile, potest vertiu. ~i vera adsunt plura, necessario se-
quid eligendum sit, ambigua esse potest cetur omnino eligendum. voluntas unum eligere, neque est necesse
propositio; nam si sit sensus prius indicare 11. Quod declaratur primo in divina quetur illud quod est ·de utiliori medio aut
m intellectus .prius de altero determinate meliori obiecto, atque ita semper determi-
quid bonitatis, utilitatis aut convenientiae voluntate et intellectu; na m ut Deos in iudicet esse eligendum, immo neque esse
habeat medium eligendum et ipsa electio, aeternitate sua aliquid extra se determinate nabitur a iudicio. Respondetur, iÍnprimis,
eJigibilius alio.
vera est propositio; si vera sit sensus prius ac Iibére ·velit, non oportet ut ante omnem 12. Obiectioni respondetur.- Dices: si posse esse iudicia de rnediis aequalibus, et
~-------:'eO'ss"'e'ii:iu":dooi"íc;';an"d::'um'T.;..;o"b~so;;;IC'u;;te;;;;e:;;t-oo;;;m~run_,·;<o~h:;:o::;co.:e;;s;----:d'"e~t;er;;rnm,-:;';;;ationem liberam praecedat nostro tune voluntas nec poterit determinari a iu-
. iudicium intellectus est indeterminatum,
·'· se eligendum, falsa est propos1t10. Nam red- modo mte:IIlgeDcli m mtellectu dtvino hoc quomodo voluntatis electio esse potest de- dicio nec necessario erit suspensa sed haec
.!; dit hunc sensum, quod, pensatis et consi- iudicium: Hoc mihi omnino amandum est ter.minata? Respondetur non posse dlci iu- est eius libertas ut unum possit 'eligere et
. ,;:. deratis omnibus, iam hic et nunc est sub aut eligendum; esset enim ~le iudicium te- dicium indeterminatum quando per illud aliud omittere. Quod si hoc non potest non
1
aliqua ratione necessariurn hoc eligere, et ' merariurn ac sine fundamento et in rigore iudkatur quale sit obiectum, et quam con- video quomodo possit dici libera; sed re-
.,1 ideo esse omnino eligeodum; nulla est au- falsum; nam includit quod tale obiectum venientiam vel amabilitatem habeat; sed vera id potest,· quia ad hoc est libera ut
tem ratio oh quam tale iudicium sit neces- extra Deum sit ipsi aliquo modo necessa- dici potest vel multiplex iudicium, quando possit velle quod bOnum est et non velle
:· sarium ante omnem electionem; immo re- rium; solum ergo antecedic iudicium quod de pluribus obiectis iudic3tu.r qualia sint, quod necessarium non est. Estque illustre
1 pugnat hoc libertati electionis, ut ostensum tale obiectum sit convenieos aut eligibile; vel potest dici deterrninatum iudiciurn de exemplar huius libertatis voluntas divina,
1 est. Sufficit ergo illud iudicium quo me- ergo idem intelligendum est in voluntate obiecto indifferenti, id est, non habente ne- quae inter hanc materiam et aliam omnino
dium hoc iudicatur utile et, pensatis ornni- creata. Secundo confirmatur ac declaratur; cessariam coniunctionem cwn voluntate, licet aequalem et similem, et inter hos caelos et
.i bus, aptum ut eligi possit; et idem est de nam, ut voluntas e¡·tgat unum medium, non aliquam bonitatem vel convenientiam ha- alias ornniD.o aequales (et sic de allis rebus),
quolibet obiecto bono, quod, scilicet, iudi- est necesse quod ita de illo iudicet intellec- beat, et talis determinatio iudicii licet non hos elegit creare prae aliis, quod non potest
cetur sufficienter bonum ut amari possit. tus ut de nullo alio iudicium habeat, quia sufficiat imponere necessitatem voluntati, referri in iudicium inaequale, quía neque
398 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VII 399
parte de ellos ni por parte de Dios hay razón alguna en la que pueda fuodarse en dicho objeto, o ,aplicarlo a que investigue con mayor diligencia, a propósito
un juicio semejante que sea verdadero; consiguientemente, esa elección previa de ~que! ob¡eto, ~uanta sea su bondad, y si lleva aneja algllDa malicia o discon·
sólo nace de la libre determinación de la voluotad divina. Además, incluso cuan- veruencJa por razon de la cual pueda no sólo no amarlo sino incluso odiarlo. Con-
1 do los objetos o los medios se juzgan desiguales, considero más prob~ble (aun- siguientemente, el juicio en cuanto tal nunca determina de manera absoluta a
que menos cierto) que la voluntad no se determina necesariamente a lo que es la voluntad, a. no ser qu.e, por otra parte, el objeto tenga ese poder por razón
mejor en virtud del juicio. Se demuestra porque, por el solo hecho de que nin- de la excelencia de su bondad, cosa que trataremos más abajo. Asl, pues, de este
' 1guna de las dos cosas se propone como necesaria, la voluntad puede no amar. modo se resuelve perfectamente toda la dificultad propuesta y se hace una ex-
1 ';
\a ninguna; luego también puede amar indiferentemente a una de ellas, prescin- celente defensa de nuestra libertad, además de entenderse con toda claridad d
idiendo de la otra. Y, en opinión de muchos, esto es necesario en la voluntad di- qué manera se da formalmente en la voluntad y cómo actúa el entendimiento
'1
1,.1 en orden a ella y a su uso.
)vina, ya que pudo hacer cosas mejores que las que hizo, y, sin embargo, no
'11,, 1,
¡quiso hacerlas. Por eso enseñan todos los teólogos que la Encarnación de Dios
¡:11
'fue el mejor medio de redimir a los hombres, y que Dios juzgó necesariamente
¡~s~o. con _su razón antes de quererlo, ~ pe~ar de lo cual, .Y ?Janteniéndose ?i~~o SECCION V 11
"
h JUICIO, Dms pudo no querer ese medio, smo· otro. Cons1gu1entemente, el JUlClO

:¡ 1acerca de un medio mejor o más útil no determina a la voluntad a quererlo. CUÁL ES LA RAÍZ Y EL ORIGEN DEL DEFECTO DE LA CAUSA LIBRE
J Pero he dicho «en virtud del juicio» porque, en virtud de un acto o de uoa
1:
i intención anterior de la voluntad puede ocurrir que se determine absolutamente l. Pero todavía quedan por resolver tres dificultades señaladas en la cuar-
' i a elegir el medio más útil, si esa mayor utilidad es necesaria para conseguir el t~ razón propuesta en la sección segunda, y en sus confirmaciones. La primera es :
!l fin, tal como se intentaba; porque en ese caso ya no es solamente más útil, sino SI !a vol';ffitad pu.ede, a su ant~jo,, ~uerer algo contra el juicio de la razón, (en
necesario para realizar dicha intención. En cambio, si esta mayor utilidad no es que sentido es c~erto aquel prmc1p10 de muchos filósofos y teólogos, segón el
1: 1
J necesaria para la intención del fin, el juicio acerca de ella .no determin'ará a la c:ual no puede haber un defecto en la voluntad si no precede en el juicio, por
1
,1:
' 1' voluntad a que quiera absolutamente ese medio. eJe.m~l~, qu~ s~a erróneo, o al menos imprudente y precipitado? Estableció este
·1'!1 14. Con esto, finalmente, resulta claro qué deba decirse cuando sólo hay prmc1p10 Artstoteles, e~. la E~ica, lib. III, c. 1, 3 ~ 5; lib. VI, c. 12 y 13; lib.
un juicio; porque, aunque el entendimiento piense únicamente en un solo ob- VII, c. 3; y en De Amma, hb. III, texto 58, pasa¡es de donde se ha tomado el
i'
li; jeto, y juzgue que dicho objeto es conveniente y diguo de ser apetecido, y ex- siguiente ~oma: Todo el que peca es ignorante. Parece que t~mbién enseñó
horte prácticamente a la voluntad, en cuanto le es posible, a que lo. apetezca, esto el Sabto, Proverb., 14, al decir: Yerran los que obran el mal. Puede con-
todavla puede la voluntad, segón su libertad, no amarlo, puesto que, para no ~marse porque, de lo contrario, cabr~a !a posibilidad de que el hombre siempre
ejercer el acto precisamente no necesita otro juicio, sino que basta con que, por JUZgase prudentemente con el entendlintento y, no obstante, fuese vicioso en Ja
medio de aquel que el hombre posee actualmente, no juzgue que este bien voluntad, ~o cual est~ ,en contra de to~a la filosofla moral y de la experiencia.
!debe ser amado necesariamente por él aquí y ahora. Por eso, en tal caso la vo- 2. . Pnmera opznwn.- En esta dlficultad, Escoto y otros autores no ven in-
!Juntad puede o suspender el acto o apartar al entendimiento para que no piense converuente en conceder que pueda darse un defecto moral en la voluntad sin
que preexista ningón defecto en el entendimiento, porque para faltar moralmente
ex parte ipsorum nec ex parte Dei est ali- pnons actm aut intentionis voluntatis fieri
qua ratio qua possit fundari tale iudicium potest ut omnino determinetur ad eligen- cogitet, vel applicare íllum ut de tali obiecto possit velle aliquid contra iudicium ratio-
quod vel;'Um sit; est ergo illa praeelectio dum utilius medium, si illa maior utilitas diligentius inquira~ quanta sit eius bonitas, nis, quomodo verum sit dogma illud phi-
solum ex deterrninatione libera divinae vo- necessaria sit ad consequendum finem prout et an habeat conmctam aliquam malitiam losophorum et theologorum plu.rium, non
luntatis. Rursus etiam quando obiecta vel fuerat intentos; nam tune iam non est tan- vel disconvenientiam, ob quam possit non posse ~ss~ d~~cnun in voluntate nisi prae-
media iudicantur inaequalia, censeo proba- tum utilius, sed necessarium ad talem in- solum non amare illud, sed etiam odisse. cedat m mdic10, ut quod erroneum sit, vel
bilius (licet minos cenum) non determinari tentionem explendam. At si illa maior uti- Nunquam ergo iudidum ut sic determinar saltem imprudens et inconsideratwn. Quod
voluntatem necessario ad id quod est me- litas non sit nece~saria ad intentionem finis, omnino voluntatem nisi alioqui obiecnun ob principium tradidit Aristoteles, lib. 111
lius ex vi iudicü. Probatur, quia, hoc ipso iudicium de illa non determinabit volunta· exceUentiam bonitatis eam vim habeat, quod Ethi~., c. 1, 3 et 5, et lib. VI, c. 12 et 13,
quod neutrum proponitur u:t necessarium, tem ut omnino tale velit medium. inferius attingemus. In hunc ergo modum et hb. VII, c. 3, et lib. 111 de Anima
otest voluntas utrumque non amare; ergo 14. Ex quo tandem constat quid dicen- optime solvitur tota difficultas proposita text. 58, ex quibus locis sumptum est illud
etiam potest indifferenter amare quo et um stt quan o unum tantum a eSt iudi- nos traque libertas egregie defenditur; et di- axioma: Omnis peccans est ignorans. Quod
illorum, praetermisso :dio. Et in divina vo- cium; nam, etsi intellectus de uno tantum lucide intelligitur quomodo in voluntate for- etiam Sapiens docuisse videtur, Proverb. 14,
luntate multis videtur hoc necessarium, quia obiecto cogitet, et illud iudicet esse conve- maliter sit, et quomodo ad illam. et ad usum dicens : Errant qui operantur malum. Et
potuit meliora facere quam fecit, et tamen niens et dígnum ut appetatur, et quantum eius operetur intellectus. confirmari potest, nam alias contingere pos-
noluit. Unde omnes theologi docent Dei potest practice invitet voluntatem ut illud ~et hominem semper prudenter iudicare per
Incarnationem fuisse optimum medium ad appetat, adhuc potest voluntas pro sua li- SECTIO VII mtellectum, et tamen esse vitiosum in vo-
redimendos homines, idque necessario iu- bertare illud non amare, quia ad non exer- QUAE SIT RADIX ET ORIGO DEFECTUS CAUSAE luntate, quod est contra omnem moralem
dicasse Deum ocios ratione quam illud vel- cendum actum praecise non indiget alio iu- LIBERAR philosophiam et experientiam.
let, et nihilomi.nus stante illo iudicio, po- dicio, sed satis est ut per illud quod horno 2. Prima opinio.- In hac difficultate
tuisse Deum id non velle, sed aliud. Iudl- nunc habet non iudicet hoc bonum hic et l. Sed adhuc supersunt solvendae tres Scotus et alii auctores non reputant incon:
cium itaque de meliori vel utiliori medio nunc esse sibi necessario diligendum. Unde dif~icultatestactae in quarta ratione propo- veniens concedere posse esse moralem de-
non determinar voluntatem ad illud volen- potest tune voluntas vel suspendere actum sita in sectione secunda, et confirmatio_ni- fectum in voluntate, nullo praeexistente de-
dum. Dixi autem ex vi iudicii quia ex vi vel divertere intellectum ne de illo obiecto bus eius. Prima est, si voluntas pro libito fecto in intellectu, quia ad deficiendum mo-
400 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección VII 401
basta la libertad de la voluntad creada, haga el int~Iecto lo que .haga, ~egún
consta con claridad por Escoto, en los lugares antes cna~os, con qmen ~stan de incluso no elícito, alguien juzga que debe tender hacia este bi~n deleitable. Y,
acuerdo Gabriel y los nominalistas en general, In Ill, dist. 36; y Almam, trat. en este sentido, antes de cualquier acto moralmente malo, y antes del primer
III Moralium c. De prudentia. . . . a]ecto desordenado, precede siempre aquel juicio práctico por el que un objeto
3. Sigue' aproximadamen~e esta opinión. Adriano, Quodl. _1~; per? l.a luru- menos bueno se propone simplemente como digno de ser amado, elegido, o in-
ta 0 expone diciendo que, qwen obra mal, siempre posee un JUICIO practico por cluso preferido a otro bien mayor, juicio que se dice prácticamente falso por no
~er conforme al apetito rectO.
el que juzga simplemente, en cortgruencia con s.u afecto, que él debe hacer esto,_ o
que es necesario que él haga esto, supuesto dich~ ~f~cto, aunque por otra ~arte 6. Pero aún persiste la dificultad, porque nunca se demuestra suficientemente
no tenga ninguna ignorancia o error acerca del JUICIO sobre toda la honestJ.dad que sea necesario este juicio tan absoluto para que Ja voluntad se mueva -cosa
y malicia del objeto o de la operació'.'. . . .• . _ . que expresé antes diciendo que no se precisa un juicio de que se debe amar un
4. Parece, sin embargo, que la citada hm1tacwn m se ha. anad1do de manera objeto} sino de que se puede amar, ni de que se debe elegir, sino de que se puede
consecuente ni es plenamente satisfactoria, ya gu~ .no e~ ~re~1so que todo _afecto elegir-, y que ~o ¿ie:rp.pre sc_necesira un .juicio _ COOJ.parati~Jlanunlo_Jl_sj),
desordenado de la voluntad proceda de aquel ¡mcm pract1co con el que simJ?le- por ejemEio, _gl!e_ esto_es~digna-<k_.seLekgi¡Jg__C()t!_.JJ~eJ_erei1cia .. lLQ.l!:'lL~_sas. _sino
mente se juzga que algo debe hacerse en consecuen~ia. ~on ~n _afecto ant~nor. que· baga_IIIJ!Lahsnluto,_a__:¡ªber,_qye_estQ pu_<;de_J;sr elegido Q_gli~_Y.til. O bien,
Porque, o bien ese afecto o apetito que precede a tal ''?~cm practico e_s realtzado si es éomparativo, puede ser de igualdad o de superioridad, no absolutamente,
por la voluntad, o bien significa solamente una propensmn natural~ o mcluso ha- sino en una determinada razón de bien, como deleitable, etc.; por ejemplo, si,
bitual, de la voluntad. Pero de ninguno de esos .modos es neces?r10 que pr~ceda movido por la intención de obtener la salud, alguien delibera acerca de dos me-
tal afecto o el juicio práctico congruente con el. Porque constdero _la pnmera dios, y juzga que ambos son aptos y útiles, pero que éste es más honesto y aquél
voluntad desordenada que se da en el hombre o en el ~ng~l q~e primeramente más deleitable, y al mismo tiempo juzga en acto que, segón la razón o la ley
se encuentra bien afectado y dispuesto, incluso con una mclmacmn n~tural o ~a­ de la virtud, debe preferirse aquél, mientras que, de acuerdo con la inclinación
corporal o sensible, debe anteponerse éste, parece que no se requiere ningún otro
¡~:
bitual: en él no precede un juicio práctico nacido de alguoa afección antenor
mala o que incline al maL . . .. juicio práctico a fin de que la voluotad elija, a su arbitrio, uno de esos dos me-
5. Cabe responder que también en ese caso precede alguna mclinacwn na- dios; porque no puede explicarse la necesidad de otro juicio; en efecto, con las
1'
1' tural o elfcita, y aunque ésta no sea mala en sí, no obstante, ~om~ el hom~re se consideraciones indicadas ya queda suficientemente propuesto el objeto, y el juicio
deja llevar por ella de tal modo que juzga -no con pru~en.cm, s~? con mcon- sólo se requiere para que proponga el objeto, como hemos dicho arriba siguiendo
sideración- que él debe hacer o a~ar .algo? _pued~ cons~ttnr ocas1on de p~car. la opiuión de Santo Tomás, expresada también en I-II, q. 82, a. 4, y de manera
Así, por ejemplo, en el símil que Adr1ano utihza, SI un~ uene el a~ecto de hbrar excelente en De Veritate, q. 22, a. 11, ad 5, y a. 12.
a un hombre de la muerte, y después comprende que ~~lo puede librarlo a costa 7. Esto puede explicarse todavía más; porque el juicio absoluto «esto ha
de mentir, aun cuando aquel primer afecto a~tual y ehctto no sea malo, ~1 hom- de hacerse» es susceptible de tres sentidos (como advierte Adriano arriba y con-
bre puede juzgar absolutamente, en confornudad con aquel afecto; que el debe viene tener muy en cuenta para entender todo lo dicho). El primero consiste
mentir. De manera semejante, movido por un natural amor prop1o no malo, o en indicar solamente la futurición del acto, como cuando decimos que Pedro ha
de ser elegido para el episcopado; este sentido es improcedente con respecto a
raliter sufficit libertas- voluntatis creatae, bitualem voluntatis. Neutro autem modo
quidquid intellectus oper~tur, yt patet. ex necessarium est quod praecedat talis affec- num delectabile sibi esse prosequendum. bus mediis, et iudicet utrurnque esse ap-
Scoto in locis supra cttaus, CUl consennunt tus vel iudicium practicum illi conforme. Atque in hunc modurn ante omnem actum tum et utile, hoc vera esse honestius, illud
Gabriel et nominales communiter, In 111, Sumo enim primam voluntatem pravam, malum moraliter et ante prirnum affectum autem delectabilius, simulque actu. iudicet
dist. 36; et Almain., ttactatu 111 Moralium, quae est in homine vel angeJo prius bene pravum praecedit semper illud iudicium secundum rationem aut legem virtutis illud
c. de Prudent. affecto et disposito etiam in naturali vel h~­ practicum qua aliquod obiecrum minus bo- esse praeferendum, iuxta inclinationem au-
3 Et hanc fere sententiam sequitur bituali inclinatione .: in eo non praecedtt num simpliciter proponitur ut amandum, tem corporis aut sensus hoc esse antepo-
Ad~ian., Quodl. IV; eam vera Iimitat vel iudicium practicum ex aliqua priori affec- eligendum aut praefereridum etiam alteri
nendum, nullum aliud iudicium practicum
exponit dicens eum qui m~e operatur . se~­ tione vel mala vel ad rn-alum inclinante. rnaiori bono, quod iudicium dicitur prac-
tice falsum quia non est conforme appe- requiri videtur ut voluntas suo arbitrio eli-
per habere iudicium practtcurn qua stmph- 5. Responderi potest etiam tune praece- gat aliquod illorum; nulla enim necessitas
citer iudicat, consentanee ad suum affectum, dere aliquam inclinationem naturalem vel titui recto.
6. Sed adhuc superest difficultas, quia a lterius iudicii explicari potest; nam per
hoc sibi esse faciendum seu hoc oportere elicitam, quae licet in se mala non illa quae diximus iam est sufficienter pro-
a se fieri, suppostto ta a. ecu~, ~c~t a as men qma amo ex 1 a na se üuci -,;,,;tut -- ;':---- ~::~,~~:l~iu:;satis probatur esse necessarium
nihil i~oret neque erret cuca mdtctum de non 'prudenter sed inconsiderate iudicet ali- i hoc ita absolutum ut voluntas mo- positum obiecturn, et iudiciurn solum requi-
ritur ut proponat obiectum, ut supra dictum
omni hÓnestate et malitia obiecti seu operi~. quid sibi esse faciendum vel amandum, p~t­ veatur, quod sUpra dieebam non esse neces-
sarium iudicium de obiecto amando, sed de est ex sententia D. Thomae, quam etiam
4 Verumtamen haec limitatio nec Vl- est esse occasio peccandi. Ut, verbi gratla,
det~ consequenter addita nec plene satis- amabili, nec de eligendo, sed de eligibili, habet I-11, q. 82, a- 4, et oprime q. 22 de
in exemplo quo Adrianus utitur, si quis Verit., a. 11, ad 5, et a. 12.
facere, qufa non es t necesse ut o~s p:a- habet affectum liberandi hominem a morte, nec semper esse J?.eCessarium iudicium com-
vus affectus voluntatis procedat ex Illo m- et deinde intelligat non posse illum liberare parativum (ut sic dicam), scilicet, hoc es- 7. Et potest hoc amplius declarari; nam
dicio practico qua aliquid simpliciter . iudi- nisi mentiendo, etiamsi ille prior affectus se eligibile prae aliis, sed sufficere absolu- hoc iudicium absolutum : Hoc est facien-
catur faciendum consequenter ad pnorem actualis et elicitus non sit malus} potest tum, scilicet, hoc esse eligibile aut utile. dum (ut advertit Adrianus supra, et est val-
affectum. Aut enim ille affectus seu appe- horno indicare absolute, consentanee ad il- Vel si sit comparativum, potes:t esse cum de notandum ad intelligenda omnia quae
titus qui praecedit tale iudiciu!D practicum lum affectum, sibi esse mentiendum. Siml- aequalitate, vel cum excessu non simplici- diximus), tres potest habere sensus. Primus
est elicitus a voluntate, aut stgnificat tan- liter ex naturali amare sui non malo, vel ter, sed in tali ratione boni, puta detecta- est ut solum dicat futuritionem actus, ut
tum propensionem naturalem aut etiam ha- etiam non elicito, iudicat aliquis hoc bo- bilis, etc.; verbi gracia, si ex intentione sa- cum dicimus Petrum esse eligenduffi. ad
nitatis consequendae quis consulat de duo-
episcopatu'U~~~~rJ~\r,t i¡n'"rtiM!'l\ V ARRA

B!llLIOTKA D~ HU.,~.~-.JID1\DES
402 Disputaciones metafísicas Disputación XIX ....,..Sección VII 403
1. las acciones morales como resulta claro por sf mismo. El segundo consiste en
significar un débito 'de ley y de honestidad; también este sentido es improce- Solución de la cuestión
dente en el caso presente, pues es claro que no se pr~cisa que todo el que obra
libremente juzgue de ese modo, ya que, de lo contrariO, par~ obrar el mal sería 9. Por eso, en la dificultad propuesta, estimo que debe afirmaroe que podemos
preciso poseer un juicio herético, cual sería J~gar, a p~op?sito de tal acto, q.~e hablar del juicio, la disposición o el defecto del entendimiento que antecede .a
debía hacerse en aquel senti~o. El tercero consiste _en stgru~.car una consecucto~ la deliberación libre de la voluntad, o bien del que la sigue, al menos en orden
necesaria de una cosa a partir de otra, o la necesaria coneXIon 'de la obra subsi- de naturaleza. Ignalmente puede hablarse, ya de una necesidad física y absolura
guiente con el propósito o intención anterior. Así, quie?, de!erminó vengarse de para que la voluntad pueda obrar, ya de una necesidad moral en conformidad con
un enemigo, inmediatamente. que se le presenta la ocasmn JUZga que debe m~­ lo que, moralmente hablando, ocurre siempre.
tarlo. Este sentido pertenece más a la cuestión; sin embargo, también parece evi- 10. Así, pues, en primer lugar, no considero absolutamente necesario para
dente que tal juicio no siem~re es neces~io para obrar· el bien o. el mal, porque obrar el mal voluntariamente. que preceda un defecto de error en el juicio del
no siempre se da esa coneXIÓn necesana entre la obra que se JUZga que debe entendimiento, ya especulativo, ya práctico. Según creo, prueban esto suficien-
hacerse y algún afecto antecedente, según demuestran con suficiencia los argu- temente los argumentos aducidos; y afirmamos que esto se sigue del principio
mentos aducidos. de que ningún juicio del entendimiento basta de suyo para determinar a la
1'
! 8. Podemos, además, añadir un cuarto sentido, a saber, que signifique la re- voluntad. Ni puede apoyarse lo contrario en las palabras de Aristóteles, toda vez
solución absoluta (por así decirlo) del hombre en orden a realizar tal obra o a que él no habla del error, sino de la ignorancia. Tampoco en las palabras del
querer tal objeto. Y este acto, si se examina atentamente la cuestión, no puede Sabio, no sólo porque no se refiere al error que antecede a la voluntad, sino que
anteceder al decreto libre de la voluntad, sino que debe seguirlo, no sólo porque puede entenderse del que la sigue, como diré en seguida, ya también porque
aquel juicio, en el sentido indicado, no puede inferirse, en virtud de la delib.era- Adriano expone esas palabras -y no desacertadamente- aplicándolas al error
ción, de algunas premisas -ya que éstas sólo demuestran, por parte del obJeto,. de las costumbres, no al de la inteligencia, de ignal manera que se dice qne
su bondad o utilidad, pero no la decisión del hombre-; sino también porque yerra quien se aparta deJ camino recto, aun cuando no tenga un juicio falso
dicha resolución es libre y en la realidad no es algo distinto de la elección o en su entendimiento.
la ejecución libre, pues no cabe entender ningún otro objeto de aquel juicio en 11. Algún defecto del entendimiento precede moralmente al defecto de la
el sentido expuesto, y el hombre no podría juzgar con verdad acere.• .d.e tal re- voluntad.- En segundo lugar afirmo que, moralmente hablando, la voluntad nun-
solución libre si no la tuviese ya; y, finalmente, porque, como tal JUlCIO es en ca falla si no precede en el entendimiento algún defecto, al menos cierta incon-
absoluto libre, es preciso que nazca de alguna voluntad libre; ahora bien, no · sideración de varias razones o motivos que pueden retraer a la voluntad de aquel
hay ninguna otra voluntad libre de la que pueda nacer, sino aquella por la que afecto en el que peca. Esto lo prueba de manera suficiente la experiencia, y acer-
el hombre determina hacer lo que así juzga que debe hacer; luego en uingún
ca de dicha inconsideración puede entenderse lo del Filósofo; porque se dice
sentido es verdad que aquel juicio prácticamente falso anteceda de manera nece-
que esta inconsideración es cierta ignorancia práctica. Más aún : con referencia
saria a cualquier deliberación desordenada de la voluntad.
a ella interpreta Santo Tomás las palabras del Sabio, en 1-Il, q. 78, a. 1, ad 1;
porque el juicio sobre lo que se debe hacer o apetecer, proferido absolutamente
ad actiones morales, ut per se constat. Se- (ut i.ta dicam) hominis resolutionem de talí
cundus est ut significet debitum legis et opere exsequendo aut obiecto volendo. Et Qu.aestionis resolutio pientis, tum quia non loquimr de errore
honestatis. Et hic sensus etiam est imper- hic actus, si attente res consideretur, non antecedente voluntatem, sed potest intelligi
tinens in praesenti, quia clarum est non es- potest antecedere decretum liberum volun- 9. Quocirca in proposita difficultate di- de subsequente, ut iam dicam; tum etiam
se necesse ut omnis qui libere operatur sic tatis, sed subsequi, :tum quia illud iudicium cendum censeo posse nos loqui de iudicio, quia Adrianus illa verba exponit, et non
iudicet, alias Oporteret ad operandum malum in eo sensu ex vi consultationis non potest dispositione aut defec_tu intelle.ctus qui an- male, de errore morum, non intelligentiae,
habere iudicium haereticum, quale esset in- inferri ex aliquibus praemissis, quae solwn tecedit deliberationem liberam voluntatis, sicut errare dicitur qui discedit a recta via,
dicare de tali actu esse faciendum in illo ostendunt ex parte obiecti bonitatem aut vel qui subsequitur saltem ordine naturae. etiamsi in intellectu non habeat iudicium
sensu. Tertius est ut significet necessaria~ utilitatem, non hominis resolutionem. Tum Item) sermonem esse posse aut de necessi- falsum.
consecutionem unius ex alio seu necessariam etiam quia illa resolutio libera, et in tate physica et absoluta ut voluntas operari ll. Aliquis defectus intellectus moraliter
non est aliud vel exsecutio· possit, vel de necessitate morali secundum praecedit defectum voluntatis.- Secundo
illius ea qua e~- moraliter loquendo, semper acci- assero, moraliter loquendo, nunquam volllD-
inimico, oblata in eo sensu intelligi potest; non pos- dunt. tatem labi quin praecedat in intellectu ali-
occasione statim iudicat esse occidendum. ser autem horno vere indicare de tali reso- 10. Primo ergo non existimo absolute quis defectus, saltem inconsideratio aliqua
Et hic sensus magis ad rem spectat; tamen lutione libera nisi iam illam haberet. Tum necessarium, ad operandum malum per vo- plurium rationum vel motivorum quae pos-
etiam videtur evidens tale iudicium non deDique quia, cum illud iudicium absolute luntatem, ut praecedat defectus erroris in sunt voluntatem continere ab eo affectu in
semper esse necessarium ad operandum vel Iiberum sit, oportet ut ex aliqua voluntate indicio intellectus, vel speculativo vel prac- quo peccat. Hoc satis probar experientia,
bonurn vel malum, quia non semper inter- libera oriatur; non est autem alia voluntas tico~ Quod mihi satis probant argumenta et de hac inconsideratione intelligi potest
cedit iUa necessaria connexio inter opus libera unde oriri possit, nisi illa qua hornO' facta; et hoc fatemur sequi ex illo princi- Philosophus; nam haec inconsider3tio did~
quod faciendum iudicatur et aliquem ante- decemit facere id quod sic iudicat sibi es- pio, quod nullum iudicium intellectÍJ.s per tur quaedam ignorantia practica. Immo de
cedentem affectum, ut argumenta facta satis se faciendum; ergo in nullo sensu verum . &e sufficit ad determinandam voluntatem. illa interpretatur D. Thom. verba Sapientis,
probant est iudicium illud practice falsum neces- Neque oppositum fundad potest in verbis 1-11, q. 78, a. 1, ad 1; quia iudicium de
8. Addere ulterius possumus quartum sario antecedere quamcumque pravam de- Aristotelis, cum ipse non de errare, sed de agendis vel appetendis absolute prolatum
sensum, nimirum, u:t significet absolutam liberationem voluntatis. ignorantia loquatur. Neque in verbis Sa- cum tali inconsideratione quidam error prac-
404 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VIl 405
con tal inconsideración, es un error práctico por ser un acto imprudente y, de manera alguna al consentimiento libre, entonces no se pone para que represente
suyo, disconforme con el apetito recto. Ahora bien, no comprendo que sea ne- al objeto ante la voluntad ni para que induzca a ésta al consentimiento; en ese
cesario incluso moralmente y según los acontecimientos ordinarios, que ese jui- caso, ¿para qué es necesario tal acto? Se responde que parece necesario, en
. con
cio, o 'sea formalmente comparativo, en el sentido de que esto debe elegirse primer lugar, por la natural simpatía y armonía de estas potencias, que_ fue
preferencia a lo otro, o verse formalmente sobre un objeto en cuanto debe amar- necesaria para que el hombre pueda realizar mejor lo que determina hacer. Ade-
se o hacerse, de manera absoluta, en alguno de los sentidos arriba establecidos; más, porque, con anterioridad temporal o natural a su consentimiento, el hom-
porque contra esto tienen suficiente validez los argumentos antes sentados; e:d bre no sabe que va a consentir, y por ello es preciso que, inmediatamente que
cambio, entiendo que moral y ordinariamente interviene un juicio con el que se consiente, sepa y se notifique a si mismo (por decirlo de este modo) o promul-
juzga de manera absoluta que este objeto o esta obra es aqui y ahora conve- gue su consentimiento; pero esto se lleva a cabo mediante aquel juicio.
niente por deleite u honor, o por otra razón semejante, y digno o suficiente para
ser apetecido aqul y ahora. Efectivamente, este juicio basta para que la voluntad 13. Y de aquí resulta, además, que, sí aquel consentimiento libre versa so-
pueda moverse, como se ha demostrado con amplitud y expondré más abajo bre alguna cosa que ha de hacerse y, por tanto, debe ponerse en práctica me-
en la disputación de la causa final. Pero frecuentemente se tiene tal juicio de diante alguna acción, en seguida el entendimiento juzga de manera totalmente
ese modo absoluto y simple; porque, de ordinario, no se tienen al mismo tiem- práctica que eso debe hacerse; éste es el imperio que Santo Tomás pone en el
po varios juicios, ni se comparan varios objetos entre sí ni varias razones de entendimiento después ·de la elección eficaz de la voluntad. En cambio, si el
bondad y de maldad pertenecientes a un mismo objeto; es más, aun cuando consentimiento de la voluntad procede por simple amor o deleite sin ordenarse
en alguna ocasión anteceda esta comparación, en el momento en que el hombre a la realización de otra acción, entonces no se sigue en. el entendimiento un
quiere libremente un objeto malo, por lo regular aparta los ojos de su mente juicio de que deba hacerse alguna cosa, el cual sirva como para impulsar a la
de otras razones y atiende a aquella que mueve su voluntad a tal acto, y de operación, aunque se sigue un juicio acerca de tal consentimiento en cuanto
ese modo concibe el juicio antedicho. Y esto es suficiente para que tal juicio prestado ya, y puede llamarse como una cierta ciencia de aprobación por la
se considere prácticamente erróneo, ya que incluye virtualmente la comparación que el hombre, en virtud del libre consentimiento malo, como aprobando ese
y preferencia de aquel objeto con respecto a otros y, por consiguiente, incluye consentimiento, juzga prácticamente que él debe amar aquello. Por eso no pue-
una disconformidad con el apetito recto. de llamarse imperio con respecto a tal consentimiento de la voluntad, porque
12. El juicio práctico sigue al acto libre de la voluntad.- Pero añado, en el imperio en cuanto tal se refiere al acto subsiguiente; en efecto, no se im-
tercer lugar, que es probable que del consentimiento libre de la voluntad acerca pera lo que ya se ha hecho, sino lo que debe hacerse, como observa con acierto
de las cosas que hay que hacer se siga necesariamente en el entendimiento aquel Santo Tomás en 1-II, q. 17, a. 3. Lo dicho parece suficiente acerca de aquella
juicio práctico sobre esas mismas cosas, por el que se juzga en absoluto que primera dificultad, según requiere la presente ocasión. (Consúltese Santo Tomás,
esto debe hacerse en los sentidos tercero y cuarto arriba explicados. Y si esto II cont. Gent., c. 48, y en el mismo lugar el Ferrariense, a propósito de la ter-
es cierto, por razón de tal juicio puede decirse con verdad que yerran siempre, cera razón.)
l! incluso intelectualmente, quienes obran el mal, mas no con un error especula-
tivo, sino práctico, ni tampoco con un eror que anteceda al consentimiento libre
li de la voluntad, sino que se siga de él. Se objetará: si· tal juicio no antecede en sum antecedat, sed qui ex illo sequatur. post efficacem electionem voluntatis. Si au-
Dices : si tale iudidom nullO modo ante- tem consensos voluntatis sit per simpJ.lcem
cedit consensum liberum, ergo non ponitur amorem vel delectationem sine ordine ad
'¡'.
'
ricus est, nam est actus imprudens et de se mali eiusdem obiecti; immo, licet haec col- ut repraesentet voluntati obiectom, neque - aliam actionem exsequendam, tune in in-
difformis appetitui recto. Non intelligo au- lacio aliquando antecedat, in eo momento ut inducat illam ad consensum; ad quid tellectu non sequitur iudicium de aliqua re
tem esse necessarium etiam moraliter et se- quo horno libere vult obiectum pravum, re- ergo est necessarius talis actus? Respondetur agenda quod sit quasi impulsivum ad opus,
cundum id quod regulariter accidit ut iu- gulariter avertit aculas mentis ab aliis ra- videri necessariom primo ex naturali sym-
dicium hoc sit vel formaliter comparativum, sequitur tamen iudicium de tali consens11
tionibus, et ad illam attendit q1me moveat pathia et consensione harum potentiarum,
scilicet, hoc esse eligendum prae alio, vel ut voluntatem ad talero acturn, et ita concipit quae necessaria fuit ut h.omo possit melios ut iam exhibito, et dici potest quasi quae-
formaliter sit de obiecto ut omnino dili- praedictum iudiciurn. Et hoc satis est ut exsequi quod faciendum decernit. Deinde, dam scientia approbationis qua horno ex vi
gencio vel faciendo in aliquo sensu ex su- illud censeatur practice erroneum; nam vii- quia prius tempore vel natura quam horno pravi consensos IiberiJ quasi approbando il-
pra · contra hoc enim sufficienter tute includit et praelatio- consentiat, non scit se consensurum; et lum consensom, practice iudicat id sibi esse
ideo _n~cessarium est ut, statim ac con sen~ diligendom. Illud tamen non potest dici
ae rectum. tit, sciat et (ur ita dicam) sibimet notificet imperium respecto talis consensos volunta-
qua absolute boc obiec- 12. Iudicium practicum actum liberum seu promulget suum consensum; hoc au- tis qoia imperium, ut sic~ respicit ac.tum
tum vel boc opus bic et nunc esse conve- voluntatis sequitur.- Addo vera tertio pro- tem fit per illud iudicium. :::obsequentem; non enim imperatur quod
niens ob deleCtationern vel bonorem, vel habite esse, ex consenso libero voluntatis 13. Et bine fit ulterius ut si ille liber iam factum est, sed quod faciendum est,
aliam similem rationem, et dignum vel suf- circa res agendas, ex necessitate sequi in consensos sit de aliqua re agenda, et ideo ut tecte notat D. ThomasJ 1-11, q. 17, a. 3.
ficiens ut bic et non e expetatur. Hoc enim intellecto iudiciom illud practicum de eis- per aliquam actionem sit exsecutioni man- Atque baec videntur satis de illa prima dif-
iudicium sufficit ut voluntas moveri possit, dem rebus qua simpliciter iudicatur hoc es- dandus, statim intellectus omnino practice ficultate pro huios loci opporttlnitate. (Vide
ut late probatum est et infra dicam in dis- se agendum, in tertio et quarto sensu supra iudicet id esse agendum; et boc est impe~ D. Tbom., II cont. Gent., c. 48, et ibi Fer-
putatione de causa tinali. Freqoenter autem declarato. Quod si boc verum est, ratione rium quod D. Thomas ponit jn intellectu rar.J circa rationem tertiam.)
habetur tale iudicium illo modo absoluto talis iudicii merito dici possont errare sem-
e;t simplici; nam regulariter non babeo~ per, etiam secundum intellecturn, qui ope-
simul plura iudicia, nec comparantur vana rantur- malum,_ non errare speculativo, sed
obiecta inter se nec piures rationes boni ct practico, neque errare qui liberum cansen-
406 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V111 407
tario perfecto, que sigue al conocimiento intelectual, y sin discusión a veces ad-
SECCION V 111 mite necesidad; por nuestra parte, de buen grado concedemos a Escoto que esta
acepción de la palabra libre no es del todo inusitada, pues también la emplea
PARA QUÉ ACTOS EXISTE INDIFEEENCIA EN LA CAUSA LIBEE en algunas ocasiones Santo Tomás, como es evidente por la cuestión 10 De
Potentia, a. 2, ad 5, cu~do dice que Dios se ama libremente. Nosotros, empero
1. La segunda dificultad señalada más arriba era cómo_ se. llama a la vo-
-según observamos en la Sección 2-, no entendemos «libre» en este sentido,
luntad potencia formalmente libre, siendo as! que en sus prmcrpales actos apa-
rece no libre. En esta dificultad se insinúan dos cuestiones. Una: si la voluntad sino en cuanto añade algo a «voluntario», ya que el Filósofo lo distingue de esto
puede realizar unos actos libremente ~ otro~ por necesida~. Otra : si p~ede en ID de la Etica, c.· 4 y 5; pero no se distingue con respecto a la voluntad
alnbas cosas, cuáles son los actos que eJerce libremente y cuáles los que eJerce humana, a no ser que lo libre excluya la necesidad de obrar, como enseñaron los
necesariamente. demás teólogos, In 11, dist. 24 y 25; y Alejandro de Hales, 11 p., q. 72, miem-
bro 3, a. 5; y Santo Tomás, q. 6 De Malo; y consta suficientemente por los
''i
Primer punto sobre el doble modo de obrar de la voluntad argnmentos con que hemos demostrado que estarnos libres de la necesidad de
obrar.
,.1 2. · Sobre la primera parte puede aducirse aqui la opinión de Escoto, In 1,
' 4. La misma voluntad puede amar unas cosas libremente y otras de ma-
i dist. 2, q. 7, y dist. 10, q. 1, y en Quodl., q. 16, lugares en los que afirma que nera necesaria.- Asf, pues, suponiendo este sentido verdadero, en el caso pre-
una potencia sólo puede tener un modo de obrar; por eso, como la voluntad sente debe decirse que no hay contradicción en que una misma voluntad quiera
es, por naturaleza, libre en su obrar, no puede tener otro modo de operar en
unas cosas libremente y otras de manera no libre, sino necesaria. Se patentiza
sus actos· y así concluye que la voluntad realiza libremente todos sus actos;
por inducción, ya que la voluntad divina ama al mismO Dios necesariamente
hasta el PW1tO de sostener que incluso Dios se ama a _sí mism~ librement~,. Y
que el Padre y el Hijo producen libremente (por la nnsma razon) al Espmtu y a las demás cosas no por necesidad, sino con libertad; e igual sucede, guar-
Santo. Pero en esto no puede haber discusión entre los católicos, a no ser qu_e dando la debida proporción, en la voluntad creada. Y la razón a priori -que,
se dé equivocidad en el término «libertad». Por tanto, Es~oto,. en el lugar CI- al mismo tiempo, desvirtóa el fund~mento de Escoto, si se aplica contra él-
tado, no entiende lo «libre» en cuanto se opone a lo necesano, smo en cuanto se consiste en que esas dos cosas no entrañan oposición, ya que no están referidas
opone a «coaccionado» o «no voluntario». Porque all~ declara exp~esamente (y a lo mismo. Pues el que un mismo acto sea, a la vez y bajo el mismo respecto,
no hubiera podido negarlo sin herejía) que la proceSión del Esplntu Santo es libre y necesario implica una contradicción palmaria; pero no hay contradicción
totalmente necesaria, de suerte que implica contradicción el que no se dé, o el alguna en que, tratándose de actos diversos y sobre objetos diversos o por di-
que Dios no se ame; pretende, empero, que la necesidad no contradice a la versos medios, uno proceda libremente y el otro necesariamente de una misma
libertad sino que más bien la consolida y perfecciona; y, a la inversa, que el potencia. Y no es preciso que el otro modo de obrar sea adecuado a tal poten-
modo de obrar naturalmente repugna a la voluntad, ya que lo libre y lo nanrral cia, ya que puede ser una potencia superior y más universal; asimismo puede
son modos de obrar no sólo diversos, sino también opuestos. tener sobre un acto una doble potestad, a saber, la de obrar y la de no obrar,
3. Sin embargo, todo el razonamiento de Escoto se funda en una equivo- y, en cambio, sobre otro, sólo una: la de obrar. Por último; esta diferencia
cidad de términos, porque claramente entiende lo «libre» en sentido de Jo volun-

SECTIO VIII actibus habere; atque ita concludit volun- nam liberwn ciare sumit pro voluntario non repugnare eamdem voluntatem quas-
1' tatem libere exercere omnes actus suos; perfecto, quod sequitur ad intellectualem dam res libere amare, alias vero non libere,
An QUOS ACTUS SIT INDIFFERENTIA cognitionem, et absque controversia inter-
:1 IN CAUSA LIBERA
adeo ut asserat Deum etiam seipsum libere sed necessario. Patet inductione, quía vo-
diligere, et Patrem ac Filium (eadem ra- dum admit#-t necessitatem; et nos gratis luntas divina necessario diligit ipsum Deum,
l. Secunda difficultas superius tacta erat tione) libere producere Spiritum Sanctum. concedimus Scoto hanc acceptionem vocis alia vero non necessario, sed libere; et idem
quomodo voluntas dicatur potencia forma- Sed in hoc non potest esse controversia in- liberum non es se prorsus inusitatam; nam invenitur, servata proportione, in voluntate
liter libera_, cum in praecipuis actibus suis ter catholicos, si non sit aequivocatio in illa etiam D. Thomas interdum utitur ut creata. Ratio vera a priori est, quae simul
inveniatur non libera. In qua difficultate voce libertatis. Scotus ergo in citato loco patet ex quaestione 10 de Potent., a. 2, ad 5, dissolvit fundamentum Scoti, si contra hoc
duae quaestiones insinuantur. Una est an liberum prout opponitur neces- dum d.icit Deum libere se amare. Nos vera, applicetu.r, nam illa duo non includunt op-
n_pJ;I __!Jt___i!!__~_f_tione 2 annotavimus, non sumimus positionem, quía non sunt respectu eiusdem.
vero ex necessitate elicere. Alia est, si utrum- voluntario. enim ibi fatew.r (neque liberum hoc modo, sed ut aliquid addit su- Quod enim idem actus sirnul et secundum
que potest, quosnam actus libere, quosve id potuisset haeresi negare) processio- pra voluntarium; ab illo enim distinJnritttr idem sit liber et necessarius, plane involvit
necessario exerceat. nem Spiritus Sancti esse omnino necessa- a Philosopho, 111 Ethic._, c. 4 et 5 ; non contrad.ictionem; tamen, quod actus diversi,
riam, ita ut implicet contradictionem illam distinguitu.r autem respectu voluntatis hu- et circa diversa obiecta, vel per diversa me-
Prior punctus de duplici modo operandi non esse, aut Deum non se amare; con- manae, nisi liberum excludat necessitatem in dia, unus procedat libere et alter necessa-
voluntatis tendit tamen necessitatem non · repugnare operando, ut caeteri theologi docuerunt, In rio -ab eadem potentia, nulla est repugnan-
2. Circa priorem partero referri potest Iibertati, sed potius firmare ac perficere il- 11, dist. 24 et 25; et Alens., 11, q. 72, tia. Neque necesse est ut alter modus ope-
hic opinio Scoti, In 1, dist. 2, q. 7, et lam; et e converso modum operandi na- membr. 3, a. S; et D. Thomas, q. 6 de randi sit adaequatus tali potentiae, nam pot-
dist. 10, q. 1, et in Quodl., q. 16, quibus turaliter repugnare voluntati, quia liberum Malo; et satis constat ex üs quibus pro- est esse potencia superior et universalior;
Iocis asserit unius potentiae tantum esse et naturale sunt madi operandi non tantum bavimu¡; nos esse liberas a necessitate agendi. item potest circa unum actum habere du-
posse unum operandi modum; et ideo, cum diversi, sed etiam oppositi. 4. Libere quaedam, alía necessario ama- plicem potestatem, agendi scilicet et non
voluntas natura sua libera sit in operando, 3. Verumtamen totus discursus Scoti re potest eadem voluntas.- Hoc ergo vera agendi, clrca alium vera alteram tantum,
non posse alium operandi modum ín suis fundaw.s est in nominwn aequivocatione; sensu supposito, dicendum in- proposito est scilicet agendi. Denique in obiectis ipsis pot-
408 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VIII 409
puede fundamentarse en los objetos mismos, y de aW se toma la razón a priori, ferencia o poder de no obrar. También puede explicarse mejor esta razón por
como se explicará en seguida, en la segunda parte prop~esta de esta sección. los ob¡etos; efectivamente, el objeto . adecuado de la voluntad es el bien, que
5. Con esto se comprende lo que debe decirse de esta misma cuestión bajo necesari~ment~ . ~ebe suponerse conoctdo, ya que la voluntad es esencialmente
los términos libremente y naturalmentej pues también este segnndo vocablo pre- un apetito ehctttvo;. por . eso, necesariamente obra con un conocimiento previo
i·! senta equivocidad en Escoto, en el lugar antes citado. En efecto, nnas veces se y l'or modo de apenc1ón; y esto es obrar voluntariamente. Ahora bien, bajo este
dice que obra naturalmente lo que opera no sólo por impulso de la naturaleza, CJbJeto adec~ado puede?, en~ontrarse varios objetos muy diferentes en bondad,
sino también sin conocimiento previo y, consiguientemente, sin apetito elícito; y, por lo mismo,. tambie? diferentemente amables en lo que respecta a la liber-
este «natural» excluye no sólo a «libre», sino también a «voluntario», a la ma~ tad o. a la ~eceSldad. Fmalmente; . que el acto realizado por el apetito sea vo-
nera como decimos que la tierra se mueve naturalmente, el fuego calienta, etc.; luntario .c~nsiste en un modo positivo de ese acto, de tal manera intrínseco que
v en este sentido es verdad lo que Escoto dice de que la voluntad no pu!'de no se .dlstn_:gue del acto, P?r 1? que es inseparable de él; pero la libertad del
1 obrar libre y naturalmente, incluso en actos distintos, ya que es preciso que a~to solo anade ~u::~.a denommación tomada de la potencia, en cuanto tiene capa-
opere con un conocimiento previo y de manera voluntaria. Mas en otro ~en_~do, cidad de. no reahzarlo o de suspenderlo, y esa denominación· puede no convenir
11 no menos empleado, se llama operación natural la que procede de una mclma- al acto S1 la voluntad no tiene tal potestad sobre él. .
ción de la naturaleza en cuanto absolutamente determinada a una sola cosa, aun
cuando al mismo tiempo proceda de un conocimiento previo y del apetito vital $egundo punto: a qué objetos es mOvida necesariamente la voluntad
y, por último, voluntariamente, a la manera como se dice que los brutos se mue-
ven naturalmente o apetecen algo; y en este sentido sostiene muy bien Santo 7. A propósito de la segunda parte podrían tratarse varias cuestiones so-
Tomás, en 1, q. 41, a. 2, y q. 8, a. 1 y 2, que no hay contradicción en que bre los actos n:cesario_s de la voluntad, ya en la vida presente, ya en la futura.
la misma potencia de la voluntad que ejerce varios actos libremente, realice Pero esas cuestton~s tienen sus lugares ¡;ropios, bien en la psicología, bien en
algunos de manera natural, ya que la misma voluntad tiene su propia natura- la teología; aquí _solo se rozan en la medida en que son necesarias para explicar
leza, por la cual puede ser determinada a algún acto, aunque no sea determinada e? gen:ral los diferentes modos de las causas eficientes y la necesidad o con-
a todos por razón de la diferencia de objetos, como después veremos. tmgencm de los efectos del universo, y para resolver las dificultades que se
6. Por qué la voluntad no puede moverse sino voluntariamente.- Mas pue- presentan ~ce:ca de esto, ya 9ue a eso tiende toda la presente disputación. y de
de preguntar alguno: puesto que la voluntad obra voluntariamente y libremen- manera pr,m~Ipal debe es.tud~arse cierta opinión de muchos que afirman que la
te, ¿por qué le repugna poseer otro modo de obrar que no sea el voluntario volu?,tad umcament_e es hb!e. ,en la elección de los medios, no en el amor 0 in-
y, en cambio, no le repugna poseer otro modo de obrar que no sea el libre? te~cwn del fin. D1cha op1ruon puede fundamentarse en Aristóieles III de la
Se responde que ello ocurre porque el primer modo es adecuado a la voluntad Et.ca, c. 2 Y 3, donde dice que la deliberación no versa sobre el ¡¡,', sioo sólo
y el segundo no; en efecto, la voluntad es adecuadamente voluntad, pero no sobre los medio?. De. ~W puede elaborarse un argumento: todo lo lJbre puede
es adecuadamente libre albedrío, ya que éste es cuasi inferior o más limitado, some~erse a dehberacmn; pero no puede someterse a deliberación más que la
porque el libre albedrío iocluye necesariamente la voluntad o principio del acto e!ecaón; luego só!o :s libr: la elección. La mayor es clara, ya que en toda cosa
voluntario, según hemos explicado arriba, y añade la libertad, o sea, la iodi- hbre hay alguna mdiferencm y razón de tender o no tender; luego puede so-
potestatem non operandi. Deinde ex obiectis cessariis voluntatis, vel in praesenti vita vel
est haec differentia fundari, et inde sumi- aliquid appetere; et hoc modo dicit oprime , potest magis explicari haec ratio; nam etiam in futura. Sed illae quaestiones pro-
tur ratio a priori, u:t statim in alia parte D. Thom., 1, q. 41, a. 2, et q. 8, a. 1 et 2, adaequ.atum o~iectum voluntatis est bonum, pria habent loca, vel in scientia de anima
proposita huius sectionis declarabitur. non repugnare eamdem potentiam volunta· qu?d necessano supponi debet cognitum,
qu1a voluntas essentialiter est appetitus eli- vel in theologia; hic vera solum attingun~
S. Ex quibus intelligitur quid -dicendum tis quae piures actus libere exercet aliquos
citivus ; et ideo necessario operatur praevia tur __ quatenus necessariae sunt ad explican-
sit de hac eadem re sub illis terminis liber~ naturaliter elicere, quia ipsa voluntas suam
et naturaliter; nam etiam in hac posteriori cognitione et per modum appetitionis; et duro in generali varios modos efficientium
propriam habet naturam, a qua potest de~
vece est aequivocatio apud Scotum supra. terminai'i ad aliquem actum, quamVis non hoc est operari voluntarie. Sub hoc. autem causarum et necessitatem vel contingentiam
Interdum enim dicitur naturaliter operari determinetur ad omnes propter differentiam obiecto adaequato possunt esse vari~ oblec- effectuum universi, et ad solvendas diffi~
quod non solum ex naturae impetu, sed Úl multum in bonitate differentia et ideo cultates drca hoc occurrentes, huc enim tota
obiectorum, m mox videbimus.
etiam absque praevia cognitione, et conse- etiam diversimode amabilia quoad liberta~ haec disputarlo tendit. Praecipue vero est
6. Cur voluntas non nisi voluntarie mo~
quenter absque appetitu elicito operatur; tem ve~ necessitatem. Denique actum elici- tractanda quaedam sententia multorum di-
veri possit.- Sed quaeret aliquis, cum vo--
naturale excludit non solum ll- ab appetitu esse voluntarium consistit Centium voluntatem so!um esse Jiberam in
repugnet ei habere alium modum operandi
¡--in,- >•ositi1r~ modo talis actus, ita intrinseco electione mediorum, non vero in amare vel
terram naturaliter distinguantur, et ideo est ab intentione finis. Quae sententia potest ha·
quam voluntarium, non repugnet autem ha-
Iefacere, etc.; et in boc sensu verum est bere alium modum operandi quam liberum. ¡~~~;:~.~~:~~; liberum autem in actu so~ bere fundamentum in Aristot., 111 Ethic.,
quod S~otus ait non posse voluntatem libere 1 denominationem a potenl:ia,
Respondetur id contingere quia prior modus quatenus potens est ad non eliciendum seu c. 2 et 3, ubi dicit consultationem non esse
et naturaliter operari, etiam in diversis ac- est adaequatus voluntati, non autem poste- de fine, sed tantum de mediis. Ex quo pot-
tibus, quia necesse est ut praevia cogni~ suspendendum illum, quae denominatio pot~
rior; nam voluntas adaequate est voluntas, est non convenire actui, si voluntas non est confici argumentum; nam omne liberum
tiene et voluntarie operetur. Alio tamen
modo non minus usitato dicitur operario non est autem adaequate liberum arbitrium; habeat talem potestatem in actum. potest in consultat!,onem cadere; sed non
naturalis quae est ex inclinatione naturae nam hoc est quasi inferius seu magis limi- potest cadere in consultationem nisi electio;
ur omnino determinatae ad unum, etiamsi tatum; nam liberum arbitrium necessario Posterior punctus, ad quae obiecta ergo non est libera nisi electio. Maior patet,
simul sit ex cognitione praevia et ex appe~ includit voluntatem seu principium volun- necessitetur voluntas nam -in omni libero est aliqua indifferentia
titu vitali, ac denique volun_tarie, qua modo tarii actus, ut supra declaratum est, et ad- 7. Circa posteriorem partem variae et ratio tendendi aut non .tendendi; ergo pot~
dicuntur bruta naturaliter se movere aut dit Iibertatem, id est, indifferentiam seu quaestiones tractari possent de actibus ne- est cadere in consultationem an tale obiec-
i 1

410 Disputacioms metafísicas XIX.-Sección Vlll 411


meterse a deliberación si tal objeto o tal acto es conveniente o no. Y se con- Ferrariense, m cont. Gent., c. 62, y otros comúnmente; nosotros suponemos
firma, en primer lugar, porque la voluntad y el libre albedrío se compatan de más verdadera esta opinión, aunque aquí sólo tratamos de la voluntad que obra
igual manera que el entendimiento y la razón; pero el entendimiento, en cuanto según su naturaleza, y especialmente en el presente estado de vida.
razón, no versa sobre los principios, sino sobre lo que colige de los principios; 9. Y en este sentido afirmamos, en primer lugar, que la voluntad no tiene
luego la voluntad, en cuanto libre albedrío, no versa sobre el fin, sino sobre lo ningún acto absol~tamente necesario en cuanto al ejercicio, ya verse sobre el fin,
que elige por razón del fin; en efecto, según dijo Aristóteles, lib. VI de la Eti- ya sobre los mediOs. Así lo defiende Santo Tomás en el lugar citado, I, y en
ca, c. 2, de igual modo que se relacionan los principios a lo especulable, así ,se 1-II, q. 10, a. 2, y comúnmente los tomistas. Santo Tomás lo demuestra porque
relacionan los fines a lo operable. En~ segundo lugar, se confirma porque es pre- la voluntad en esta vida puede siempre apartar el pensamiento de cualquier
ciso que todo lo variable y móvil se fundamente en algo invariable e inmóvil; bien que se le presente. Parece que esta razón no es universal o universalmente
pero la elección libre es de ~suyo variable; luego debe fundamentarse en algo verdadera y) por lo tanto) que tampoco prueba suficientemente la afirmación·
invariable; ahora bien, se fundamenta en la intención del fin; luego ésta debe porque el primer pensamiento del hombre es meramente natural, y el hombr~
ser invariable y no libre. no puede apartarlo; luego no siempre depende de la voluntad del hombre apar-
8. De qué manera es necesaria la intención del fin.- Pero esta opinión tar el pensamiento. Señaló esta dificultad Cayetano en aquel artículo, y concede
; '
'! ¡ necesita ser entendida con moderación y explicada. Supongamos, pues, en pri- que el primer pensamiento no está sometido al poder de la voluntad; y, de ma-
'1 mer lugar, la conocida distinción de una doble necesidad y libertad, a saber, nera s~me)ant~, concede que el primer amor o el primer acto de la voluntad es
i' en cuanto al ejercicio del aCto y en cuanto a la especificación, la exposición de necesario en cuanto al ejercicio, como enseñó en 1-ll, q. 9, a.· 4. Y no piensa
cuyos términos queda suficientemente clara por lo anterior. Supongamos, ade- que esto vaya en contra de Santo Tomás en el primer pasaje, porque Santo To-
iL .
i(, más, la distinción de un doble fin: próximo o particular y último o universal; más -dice- no niega absolutamente que la voluntad tenga algún acto nece-
"'i de esta división se ha de tratar ex professo después, en la disputación de la
causa final; por ahora, sucintamente, se llama fin particular cualquier bien
~arío en cuanto al ejercicio, sino que niega que la voluntad sufra esa necesidad
de parte del objeto, lo cual es cierto porque sólo proviene de la natural con-
'(
,¡ privado que es amado por sí mismo, como la s~lud o la ciencia; en cambio, se dición y propensión de la misma voluntad. Y de modo parecido afirma que la
llama fin último la misma felicidad del hombre, ya se ponga ésta en alguna volunta~; en cuanto depende ~e . la fuerza del objeto, puede apartar cualquier
!'¡: cosa determinada, ya se considere en general bajo la razón formal de bienaven- pensamtento, y que esto es lo un1co que afirma Santo Tomás, a lo cual no con-
''1' turanza en absoluto o bajo la razón más universal de bien en general. Además, tradice el que alguna vez, por una determinada disposición o por otra causa
!.! omitamos por ahora el estado de la vida futura y, en especial, de la felicidad no pueda apartar tal pensamiento. '
sobrenatural ya conseguida) cuya corisideración no incumbe al metafísico. Pero lU. Pero yo considero, en primer lugar, que esa interpreta~ión es contraria
los teólogos discuten prolijamente si en tal estado la voluntad es determinada a Santo Tomás y a la verdad. Lo primero es evidente, porque Santo Tomás,
necesariamente, incluso en cuanto al ejercicio, al amor de Dios; porque Escoto,
1

en I, q. 82, a. 2, niega absolutamente la necesidad de nuestra voluntad en cuan-


In 1, dist. 1, q. 4, niega que incluso en dicho estado tenga lugar esta nece- to al ejercicio fuera de la visión beatífica, y no habla sólo por parte del objeto,
,'',li sidad en algún acto de la voluntad; enseña la opinión contraria Santo Tomás) sino en absoluto de la voluntad misma. Lo segundo es claro porque, así como
1, q. 82, a. 2; Capréolo, In I, dist. 1, q. 3; Cayetano, en el citado a. 2; el
1:1. Capreol., In 1, dist. 1, q. 3; Caietan., dict. seu primum voluntatis actum esse necessa-
1~ i tum vel talis actus expediat necne. Et con- rum terminorum expos1tto satis ex superio- a. 2; Ferrar., 111 cont. Gent., ~. 62, et rium quoad exercitium, sicut docuit 1-11,
1

firmatur primo, nam ita comparatur volun- ribus constat. Rursus supponatur distinctio alii cominuniter_, quam sententiam nos ut q. 9~ a. 4. Neque putat hoc esse contra D.
tas ad liberum arbittium, sicut intellectus duplicis finis, scilicet, proxirni seu particu- veriorem supponimus; hic tamen solum Thomam in priori loco~ quia D. Thomas
ad rationem; sed intellectus, m est ratio, laris et ultimi seu universalis; de qua par- agimus de voluntate secundum naturam (ait) non simpliciter negat habere volunta-
non versatur circa principia, sed circa ea titione ex professo dicendum est infra in suam operante, et praesertim pro statu huius tem aliquem actum necessarium quoad exer-
quae colligit ex principiis; ergo volunta"i, disputatione de causa finali; nunc breviter, vitae.
9. Atque in hoc sensu dicimus, primo, citium, sed negat pati voluntatem illam ne-
ut liberum arbitrium, non versatur circa fi- particularis finis dicitur quodlibet privatum cessitatem ah obiecto, quod verum est quia
nem, sed circa ea quae eligit propter finem; bonurn quod propter se amatur, ut sanitas 'Voluntatem nullum habere actum simplici-
ter necessarium quoad exercitium, sive circa provenit solum a naturali condicione et pro-
ut Aristoteles dixit, lib. VI Ethic., vel scientia. Ultimus vera dicitur ipsa fe- pensione ipsius voluntatis. Et similiter ait
habent ad specula.- licitas constituatur in ali- finem sive circa media. Ita D. Thomas,
dicto loco, 1, et 1-11, q. 10, a. 2, et tho- voluntatem, quantum est ex vi obiecti, pos-
communiter. Probatur autem a D. se avertere omnem cogitarionem, et hoc so-
Thoma quia voluntas in hac vita potest lum asserere D. Thom., cui non repugnat
sub universaliori racione boni in quod interdum ex tali dispositione aut alia
rnobili; sed electio est de se varia- Praeterea, omittamus nunc Sta- avertere semper cogitationem cuiuscumque
tum vitae futurae et praesertim supernatu- . boni sibi propositi. Quae ratio non videtur causa non possit avertere talem cogitatio-
bilis; ergo debet fundad in aliquo invaria- nem.
bili; fundatur autem in intentione finis; ralis felicitatis iam obtentae, de quo non universalis seu in universum vera, atque ita
ergo haec debet esse lnvariabilis et non li- pertinet ad metaphysicum considerare. Theo-- neque Satis probare assertionem; nam pri- 10. Ego vero imprimis existimo inter..
bera. logi vera fuse disputant an in eo statu vo- ma cogitatio hominis est mere naturalis, pretationem illam esse contrariam D. Tho-
8. Quomodo intentio finis necessaria luntas ex necessitate determinetur etiam quam horno avertere non potest; ergo non mae et veritati. Primum patet, nam D. Tho-
sit.- Sed haec sentencia moderatione indi- quoad exercitium ad dilectionem Dei; nam .semper est in voluntate hominis cogitatio- mas, 1, q, 82, a. 2, absolute negat necessi-
get et declaratione. Supponamus ergo irn- Scorus, In 1, dist. 1, q. 4, etiam in eo statu nern avertere. Quam difficultatem attigit tatem quoad exercitium in nostra voluntate
primis vulgarem distinctionem duplicis ne- negat habere 'locum hanc necessitatem in Caietanus in eo articulo, et concedit primam extra visionem beatam, et non loquitur ~an­
cessitatis et libertatis, scilicet, quoad exer- aliquo actu voluntatis; conttariam vero sen- cogitationem non esse in potestate volun- tum ex parte obiecti, sed absolute de ipsa
citium actus vel qU.oad speci.ficationem, quo- tentiam docet D. Thomas, 1, q. 82, a. 2; tatis; et similiter concedi_t primum amorem voluntate. Secundum patet, quia, sicut vo-
412 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección VIII 413
la voluntad no tiene ningún acto sin que concurra el objeto en su orden, asl
tampoco sufre ninguna necesidad en su acto (me refiero a una necesidad intrín-
seca y connatural) que no sea causada por el objeto en su orden, a saber, en
-
eficiente. Y de manera semejante es falso que sea absolutamente necesario como
.
ensenaron con _acierto. Escoto, en su Quodl., q. 21, y Enrique, Quodl.' XII,
q._ 26; y lo mismo p1ensa Conrado, 1-li, q. 9, a. 4, y otros expositores en el
razón de causa final que la invita y mueve metafóricamente. Por eso, también
nusmo lugar. Se demuestra porque la voluntad nunca es movida necesariamente
en el estado de bienaventuranza, Dios visto claramente mueve la voluntad de
en cuanto al ejercicio, a no ser que el objeto mismo en su orden concurra de
tal manera que la determina necesariamente a una sola cosa en razón de ob-
mane~a suficiente a esa necesidad y someta enteramente a sí la voluntad; pero
jeto y de último fin; porque también esa necesidad es intrínseca y connatural
,,,, a la voluntad en cuanto informada por Ja caridad. Y eso no está en contradic- el obJeto que se p;opo?e en el primer pensamiento no es de esa clase, pues mu-
ción con Santo Tomás en otro lugar, 1-li, q. 10, a. 2, puesto que allí habla chas ~eces es ~??D bien, particular. y de_?.ciente; luego. Además, de no ser así,
de la voluntad del hombre itinerante que tiende a la bienaventuranza; antes la p~un:era volicmn del angel hubiera sido necesaria en cuanto al ejercido y,
bien, esta doctrina está tomada del mismo Santo Tomás, en 1, q. 8Z, a. 2, arg. 2, consiguten!emente,, no ~ubiera habido en ella ningún mérito, lo cual es ajeno
con su solución; porque el argumento era que el objeto se compara a la vo- a la doctrma com~ de los teólogos, sobre todo en la escuela de Santo Tomás.
luntad como el motor af móvil; pero el movimiento se sigue necesariamente Por otra parte, s1 el fundamento de Cayetano o del Ferrariense fuese sólido,
en el móvil a partir del motor. Y responde que el motor causa necesaria- no solamente sería necesario en cuanto al ejercicio el primer acto voluntario de
¡,' menté el movimiento en el móvil cuando el poder del motor excede al móvilJ toda la vida, siuo tam?ién el. primero. de cada dia, o de cada vez que el hom-
de tal manera que toda su posibilidad queda sometida al motor; ahora bien, bre comienza a advertrr mediante el mtelecto y a consentir mediante la volun-
!''11 tad. Pero ~1 consiguiente es abiertamente falso y contrario a la experiencia. La
1 como la posibilidad de la voluntad se refiere al bien universal y perfecto, toda
su posibilidad no se subordina a ningún bien particularJ por lo cual no es mo- consecuencia es patente, porque también el primer pensamiento de cada día es
vida necesariamente por él. Luego Santo Tomás piensa claramente que toda n~tur.al, Y el primer acto de. la voluntad procede de ella sola, que por su efica-
:i la posibilidad de la voluntad está sometida al bien universal y perfecto, de don- cia tiende al objet.o. Pero nmguna de las dos . razones tiene valor alguno, pues,
de resulta que es movida necesariamente por él. Por eso, siempre que Santo To- aunq'?e el pensamiento sea natural, puede aphc:Ir un objeto que no mueva ne-
más da razón de algún acto de la voluntad intrínsecamente necesario, siempre ~esarmmente; y, aunque la .volunta~ sola produzca ese acto·, puede realizarlo
la señala por parte del objeto, según puede verse en los lugares citados. hbre~ente, ya que por .su ~Is~a entidad posee cierta virtud eminente para ejer-
11. El primer acto de la voluntad en quien tiene uso de razón no es nece- cer dicho acto .y una mclmacwn natural a él, y al mismo tiempo tiene potes-
Mrto en cuanto al ejercicio.- Por esto considero, además, que es falso lo que tad para refrenarlo y suspenderlo.
Cayetaoo dice de que el primer acto de la voluntad en el hombre que ya tiene . 12. El primer ac~o de la volunlad del hombre que usa de la razón por vez
uso de razón es necesario en cuanto al ejercicio; aunque opinen lo mismo a este pnmera no e~ necesan.o en c;tanto a la especificación.- Por eso añado, ademásJ
propósito otros tomistas, como el Ferrariense, lib. 1 cont. Gent., c. 23, y más ~ue . aquel pnmer acto no sol?. no .•es necesario en cuanto al ejercicioJ sino ni
claramente en el lib. lii, c. 89; y Capréolo, In 11, dist. 24, q. 1, ad 7, el cual siqmera en cuanto a la especificaci~n.· Se ¡;trueba por una razón proporcional;
i
1
i
añade también que ese acto no ·procede activamente de la voluntad, sino sólO puede, en ~fect~, suced~r qu~ el obJeto aphcado por el primer pensamiento no
pasivamente, lo cual es improbable, según indicamos arriba tratando de la causa baste pa~a inferrr necesidad, ~.el uso en cu~nto a la especificación; porque pue-
de ocurnr que no sea la fehc1dad o el b1en en general, siuo algún bien par-

luntas nullum actum habet nisi concurrente tota eius possibilitas moventi subdatur; cum attigimus dispUtando de causa efficienti. et _con~a exp~rientiam. Sequela vera patet,
obiecto in suo genere, ita nullam necessi- aurem possibilitas voluntatis sit respectu Et similiter falsum est quod sit simpliciter qwa etJam pnma cogitatio in singulis die-
J tatem patitur in suo actu (loquor de :in- boni universalis et perfecti, non subiicitUT Decessarius, ut recte docuerunt Scotus, in bus est naturalis, et primus actus voluntatis
'' trinseca et connaturali necessitate) quae non eius possibilitas tota alicui particulari bono; Quodl., q. 21, et Henricus, Quodl. XII, est a sola illa, sua eficacia tendente in ob-
i·¡ causetur ab obiecto in suo genere, scilicet, et ideo non ex necessitate movetur ab illo. q. 26; et idem serttit Conrad., 1-11, q. 9,
a.. 4~ et alii expositores ibi. Et probatur,
iectum. Neutra vera ratio est ullius momeo~
'1 in ratione causae finalis allicientis et mo- Ergo ciare sentit D. Thomas totam possi- tiJ quia lice~ cogitatio sit naturalis, potest
¡: ventis metaphorice. Unde etiam in statu bilitatem voluntatis subüci bono universali qma voluntas nunquam movetur necessario applicare ob1ectum non necessitans; et licet
beatitudinis Deus ciare visus ita movet vo- et perfecto; et ideo ex necessitate moveri quoad exercitium nisi obiectum ipsum in ':oluntas .sola ~ff~ciat illum actum, pOtest
luntatem ut in ratione obiecti et ultimi finis , ab illo. Unde quoties rationem reddit D. suo genere sufficienter concurrat ad illam hbere eff1cere, qwa per suammet entitatem
illam ex necessitate determinet ad unum; Thomas alicuius actus voluntatis necessari ab necessitatem et omnino sibi subiiciat vo- habet eminentem quamdam vim ad facien-
nam etiam illa necessitas est intrinseca et int:rinseco, illam luntate~; sed obie~tum quod per primam dum illum actum et naturalem inclinatio-
. proporutur non est huiusmodi, nem in illum, et simul etiam habet poiesta~
tae. Quod non repugnat D. Thomae in alio actus in urente ra- saepe est quoddam particulare bonum tem qua possit cohibere et suspendere illum.
loco, I-11, q. 10, a. 2, quia ibi loquitur tíone non est quoad exercitium necessarius . - ac deficiens; ergo. ltem alias prima volitio 12. Pr~mus f!Oluntatis actus hominis pri-
de voluntate viatoris tendentis in beatitu- Et hinc ulterius existimo, falsum esse quod angeli fuisset necessaria quoad exercitium, mo utentzs rattone non necessarius quoad
dinem; quin potius haec doctrina sumitur Caietanus ait, nempe primum actum vo- et consequenter nullum in ea fuisset meri~ specificationem.- Ex quo praeterea addo
ex eodem D. Thom., 1, q. 82, a. 2, ar- luntatis in homine iam utente ratione esse tum, quod est alienum a communi doctrina illum primum actum non solum non esse
gum. 2, cum solutione; erat enim argu- necessarium quoad exercitium; quamvis alii theologorum, praesertim schola D. Thom. necessarium quoad exercitium, verum etiam
mentum, obiectum comparad ad voluntatem thomistae idem circa hoc sentiant, ut Fer- ltem, si fundamentum Caietani aut Ferra- nec . quo~d specificati?nem. Probatur pro-
ut movens ad mobile; motum autem ne- rariensis, lib. 1 cont. Gent., c. 23, et cl:i- rii solidum esset, non solum primus actus portJonah r~IJ.one, qma fieri potest ut ob-
cessario consequi in mobile ex movente. ri_us lib. 111, c. 89; et Capreolus, In 11, voluntatis totius vitae esset necessarius tectum apphcatum per primam cogitationem
Respondet autem quod movens tune ex dJst. 24, · q. 1, ad 7, qui etiam addit illum quoad exercitium, sed etiam primus in sin- non sit sufficiens ad inferendam necessita-
necessitate causat motum in mobili, auando actum non esse active a voluntate, sed pas- ~ulis diebus, vel quoties honio incipit per tem, erl:am quoad specificationem; nam pot~
potestas moventis excedit mobile, ita quod sive tanturn, quod improbabile est, ut supra mtellectum advertere et per vol'untatem con~ est acctdere ut non sit beatitudo nec bo-
sentire. Consequens autem est plane falsum num in communi, sed aliquod bonum par-
1

j
'
:!
414 Disputacionse metafísicas Disputación XIX.-Sección VIII 415

ticular más próximo a los sentidos, como la salud o algún placer. Por eso de- . y · ahora como un bien absolutamente necesario, de suerte que la carencia de
mostraremos después, al tratar de la causa final, que no es preciso que el pri- ese acto no pueda aprehenderse bajo ninguna razón de bien; pero esto nunca
mer acto de la voluntad humana verse sobre el fin último absolutamente. Y se ·ocmre_, en la presente vida, acerca de ningún acto de la voluntad, como sabe-
confirma, porque este primer acto de la voluntad humana puede ser moral- : mos por experiencia, y porque no hay ninguna razón u ocasión de tal necesidad.
mente bueno o malo, ya que el primer objeto propuesto puede ser malo, y la Y si alguien imagina que alguno, por error, tiene aquí y ahora un juicio deter-
voluntad puede, bien rechazarlo, bien abrazarlo, y por ello obrar bien, o mal. minado sobre algún objeto y sobre el ejercicio del acto acerca de él, fácilmente
Si ocurre lo mismo, a este respecto, con la voluntad angélica, es objeto de una concederé que, por hipótesis, ese hombre ha de obrar necesariamente; afirmo,
¡.·.· investigación distinta. empero, que la suposición es, según el modo humano, imposible en un hombre
1
,, 13. Así, pues, a la objeción aducida contra la razón de Santo Tomás "' no insensato o que no carezca suficientemente del uso de razón.
!, :· responde que, aun cuando el primer pensamiento del hombre sea natural y, por 15. Segunda afirmación.- En segundo lugar debe decirse que, aunque acer-
tanto, no dependa del poder del hombre el no tenerlo en aquel instante en que ca del fin propuesto bajo la razón de bien uuiversal, la voluntad se mueva ne-
lo recibe naturalmente, sin embargo, está en su poder el apartarlo en seguida cesariamente en cuanto a la especificación, no obstante, cuando ama o tiende a
que lo advierte de manera suficiente; y esto basta para que la voluntad no otr~s fines particulares, s~, mueve libremente incluso en cuanto a la especificación.
sea movida necesariamente en cuanto al ejercicio, puesto que tiene libertad para EstiiD.o que esta afirmac10n es congruente con la doctrina de Santo Tomás en
consentir en él p no consentir, sino apartarlo. Además, aunque el primer pen- los lugare~ citados. Por lo que respecta a la primera parte, se explica y demues-
saruiento sea natural, el juicio de que hay que amar o no amar ese objeto puede tra, en pnmer lugar, porque, una vez propuesto el bien general, aunque la vo-
no ser totalmente natural, ya que, permaneciendo aquel pensamiento naturalt luntad no sea forzada a amarlo en acto, no puede, empero, odiarlo, ya que no
la voluntad puede aplicar el entendiruiento a que considere e investigue más la encuentra en él ninguna razón de mal; por eso, si quiere realizar un acto es
cosa para emitir el juicio. Y si el entendimiento aún no lo advierte con tal su- preciso que sea de amor y no de odio. Y ésta es la necesidad en cuanto ~ Ja
ficiencia que esto dependa del poder de la voluntad, todavía no hay suficiente especificación. Lo mismo ocu.rre con. la felicidad en común, ya que, según dice
uso acrual de razón, por lo cual tampoco hay plena libertad; y de ahí se siguen ~an Agustín _en muchas ocasiOnes, s1 se pregunta a un hombre si quiere ser fe-
"' los movimientos que los teólogos llaman indeliberados. liz, no hay nmguno, que respon~a o pueda responder que no quiere, sino que, 0
14. Finalmente añado que, aun cuando el pensamiento pleno .Y perfecto fue- callará, o contes.tara que lo qwere en sumo grado; pero ésta es necesidad en
se totalmente natural, si no propusiese el objeto como bien absolutamente ne- cuanto a la esp~cificación. Y la razón es que en éstos y otros objetos semejantes
1
cesario --es más, no sólo el objeto, sino también el acto mismo--, no por ell() n_o apar_ece razo~ alguna de mal; pero suponemos que no puede odiarse nada
se movería la voluntad de manera necesaria. Y estimo que ésta es la razón a smo baJO la razon de mal, como tampoco puede amarse sino bajo la razón de
''1
priori de la conclusión establecida. Porque, cuando la voluntad es arrastrada ha- bien.
1
cia el objeto, no sólo quiere el objeto, sino que también quiere virtualmente el . 16. En ~uanto. a la segunda parte, la conclusión se pone fácilmente de ma-
ejercicio de su acto, ya que es intrínsecamente voluntario, sBgún se ha expli- rufie.sto _POr mducc16n y por la razón; efectivamente, quien pretende conseguir
'1 cado arriba; por eso, para que la voluntad sea movida necesariamente en cuan- la ctencra, la salud, u otros bienes semejantes, no los ama de tal manera que no
'1 to al ejercicio, es preciso que el hombre aprehenda y juzgue tal ejercicio aqul
:i
'1 ticulare sensibus propinquius, ut sanitas aut cium tamen de obiecto diligendo vel non iudicet tale exercitium hic et nunc ut bo- locis, et quoad priorem partem declaratur
1 ::
voluptas aliqua. l!nd.e infra, tractando de cau- diligendo potest non esse omnino naturale, num simpliciter necessarium, ita ut careo- et probatur primo, nam proposito bono in
sa finali, ostendemus non esse necessarium quia, stante illa naturali cogitatione, potest tia talis actus sub nulla ratione boni appre- communi, licet non cogatur voluntas illud
ut primus actus voluntatis humanae sit cir- hendi possit; hoc autem in ha e vita nun- actu amare, non tamen potest illud odisse
voluntas applicare intellectum, u:t ad iudi- quam accidit circa aliquem actum volunta-
ca finem ultimum simpliciter. Et confir- cium ferendum magis rem considere! et in- quia nullam rationem mali in eo invenit?
matur, nam hic primus actus in humana quirat. Quod si intellectus nondum ita suf-
tis, ut experiencia notum est, et quia nulla et ideo si actum exercere vult, oportet ~t
voluntate potest esse et bonus et malus est ratio vel occasio talis necessitatis. Quod sit · amoris, et non odii. Et haec est neces-
ficienter advertit ut hoc sit in potestate vo- si quis finga.t aliquem ex errare habere hic
moraliter; nam primum obiectum proposi- luntatis, nondum est sufficiens rationis usu& sitas quoad specificationem. ldem est de fe-
tum potest esse pravurn, quod potest vo- et nunc tale iudicium de aliquo obiecto, et licitate in communi, nam, ut Augustinus
actualis; et ideo etiam non est plena liber- exercitio actus circa illud, concedam facile
Iuntas vel refutare vel amplecti, atque ita saepe ait 1, si horno interrogetur an velit
tas; indeque sequuntur motus quos theologi ex hypothesi talem hominem necessario ope-
bene vel maJe An vero idem quoad esse beatus, nullus est qui respondeat aut
vocant indeliberatos. raturwn; dico tamen suppositionem huma- respondere possit se id nolle, sed aut tace-
-moao-esse impossibilem in homine non bit, aut respondebit se id maxime velle;
si stupido, aut qui non careat Sufficienter ra- haec autem est necessitas quoad specifica-
¡' 13. Ad obiectionem ergo factam contra tionis usu.
rationem D. Thomae respondetur quod, li- obiectum ut bonum omni- tionem. Ratio autem est, quia in bis et si-
cel prima cogitatio hominis sit naturalis, et no necessarmm, immo non solum obiectum,. 15. Secunda assertio.- Secundo dicen- milibus obiectis nulla apparet ratio .mali;
ideo non sit in potestate hominis non ha- sed ipsum actum, non ideo moveretur yo- dum est, licet circa finem sub universalis supponimus autem nihil posse. odio haberi
bere illam pro eo instanti in quo illam na- lumas ex necessitate. Et hanc existimo esse boni ratione propositum voluntas feratur nisi sub ratione mali, sicut nec amari nisi
turaliter recipit; esi: tamen in eius potes- rationem a priori conclusionis positae. Nam necessario quoad specificationem, tamen, sub ratione boni.
tate, statim ac sufficienter advertit, illam voluntas quando fertur in obiectum, non dum amat vel intendit alias fines particu- 16. Quoad alteram partem constat etiam
tollere; et hoc est sufficiens ut voluntas solum vult obiectum, sed etiam virtute vult lares, libere fieri etiam quoad specificatio- facile conclusio inductione et ratione; nam
non necessiteiur quoad exercitium, cum. li- exercitium sui actus, quia es:t intrinsece vo- Hanc assertionem existimo esse con- qui intendit consequi scientiam, sanitatem,
berum ilii sit vel consentire vel non c~m­ luntarius, ut supra declaratum est; et ideo, ,~~~~~d~o~ctr~inae D. Thomae in citatis aut similia bona, non ita ea diligit, quin
sentire, sed divertere cogitationem. Deinde, ut voluntas necessitetur quoad exercitium, 1
etiamsi prima cogi_tatio sit naturalis, iudi- necessarium es:t ut horno apprehendat el Aug., XIII de Trio., c. 4, et in lib. de Lib. arb., saepe.
¡
t
XIX.-Sección VIII 417
1 416 Disputaciones metafísicO;s
cuanto a la especificación en el apetito elícito de estos bienes; por-
1 pueda asimismo odiarlos o rechazarlos; porque en estos bienes particulares se que, según .decía arriba, la ~oluntad tiene. poder, ya para susl?ender el acto al
encuentra a veces algún defecto o alguna incomodidad o dificultad por razón de que se inclma, ya para reallZar el contrarm, cuando en el obJeto puede haber
la cual pueden desagradar a la voluntad. Más todavia, desde este pimto de vista · alguoa razón distinta en la que pueda fundamentarse tal acto. Que éste es el
es también libre el amor del mismo Dios, no sólo en cuanto al ejercicio, sino pensamiento de Santo Tomás consta por la solución ad 3, donde, no ~bstante
incluso en cuanto a la especificación, ya que, aun cuando Dios en sf mismo sea esa natural moción o propensión, añade que la voluntad no es determmada a
el bien universal, sin embargo, puede aprehenderse por modo de algún bien ningún bien particular, sino únicamente al bien en general. En ese pasaje habla
particular, y puede aprehenderse en él alguna razón de mal o inconveniencia, de hi determinación en cuanto a la especificación; porque_, comO explica en
al menos en orden a sus efectos; y mucho más puede descubrirse esta incomo- seguida, en el a. 3, tampoco en orden al bien en general es determinada la vo-
didad o dificultad en la intención o amor del mismo Dios, por Jo cual fácilmente luntad en cuarito al ejercicio, sino únicamente en cuanto a la especificación.
puede ser rechazado por la voluntad, y alguna vez hasta puede ser odiado el Pero puede áñadirse además que, con respecto a estos bienes, cabe admitir al-
mismo Dios. guna necesidad en cuanto a la especificación, a saber: o hablando en absoluto
17. Objeción tomada de Santo Tomás.- Pero objetará alguno apoyándose y prescindiendo de las razones extrínsecas; porque algunos de estos bienes son
en Santo Tomás, 1-II, q. 10, a. 1, el cual dice que el hombre apetece natural- tan congruentes con la naturaleza que muy difícilmente o en manera alguna pue-
mente por su voluntad algunos bienes particulares, como el conocimiento de la den odiarse, a no ser de modo muy accidental y por razones muy extrínsecas.
verdad, el existir, el vivir, y otros semejantes; mas la apetición natural implica Más aún, incluso por éstas, rarísimas veces se odian tales bienes en sf mismos,
necesidad, al menos en cuanto a la especificación. Por eso, en el mismo pasaje, sino que su investigación y búsqueda desagrada por su dificultad, o porque im-
ad 1, declara que, en semejante apetición, la voluntad obra por modo de ·na- pide otras ventajas sensibles. O también pueden amarse necesariamente estas
turaleza; pero cuando la voluntad obra como naturaleza tiende con alguna deter- cosas si se aprehenden como absolutamente necesarias para la felicidad; aunque
minación a una sola cosa, ya que éste es el modo de obrar de la naturaleza. en tal caso, más que como fines se aman cómo medios o partes del fin necesario
18. Solución y explicación de Santo Tomás.- Se responde primeramente y universal.
que Santo Tomás, en el lugar citado, no habla de necesidad alguna, ni siquiera 19. En tercer Jugar, debe afirmarse que la libertad de la voluntad se ejerce
i
1
en cuanto a la especificación, sino del modo de obrar naturalmente, según ctmsta de manera más evidente y perfecta en la ·elección de los medios, hasta el pun-
por el título del articulo, y el término naturalmente no tiene, en el lugar in- to de que todo acto libre, en cuanto tál, participa en alguna _medida de la razón
dicado, la misma significación que necesariamente; porque Santo Tomás diS- de elección, y bajo esa razón puede someterse a deliberación. Abonan esta con-
-tingue de manera clara estas dos palabras en dicho artículo, así como en e1 se- clusión las razones aducidas al principio de esta duda. Y se explica brevemente
gundo. Por consiguiente, allí moverse naturalmente significa lo mismo que mo- porque para la intención del fin es movida la voluntad sólo por alguna inclina-
verse por una propensión de la naturaleza; porque en ese pasaje Santo Tomás ción natural, aunque se mueva libremente; en cambio, para la elección de Jos
pretende enseñar que la voluntad posee una propensión natural, no sólo a sus medios es movida en virtud de la apetición del fin, apetición que la voluntad
intereses particulares, sino también a Jos bienes propios de otras potencias o fa- se apropió sobre la inclinación natural; por eso se dice de modo más especial
cultades de todo el hombre. Y en este sentido dice que apetece naturalmente la y con mayor propiedad que la voluntad se mueve a sf misma en la elección de
.i ciencia, la vida, etc. Sin embargo, con esta inclinación natural es compatible la
appetitu elicito horum . bonorum; quia, ut haec bona in seipsis odio habentur, sed
possit etiam odio habere vel refutare; nam Unde ibidem, ad 1, declarat in huiusmodi supra dicebam, voluntas habet vim vel sus- eorum inquisitio et procuratio displicet prop-
in his particularibus bonis interdum inve- appetirione voluntatem operari per modum pendendi actum. ad quem inclinatur vel ter suam difficultatem, vel quia impedit alia
nitur aliquis defectos vel aliqua incommo-- naturae; quando autem voluntas ut natura etiam ellciendi contrarium, quando in ob- sensibilia commoda. Vel etiam possunt haec
d.itas aut difficultas, racione cuius displicere operatur tendit cum aliqua determinatione iecto es_se potest aliqua alia ratio in qua necessario amari si apprehendantur ut sim-
possunt voluntati. Quin potius sub hac ra- ad unum, nam hic est modus operandi na- huiusmodi actus fundari possit. Et hanc es- pliciter nccessaria ad felicitatem; quamvis
tione etiam ipsius Dei amor liber est, non turae. se mentem D. Thomae cOnstar ex solutione tune non tam ut fines quam ut media vel
solum qnoad exercitium, sed etiam quoad 18. Solutio et explicatio D. Thomae.- ad 3, -ubi, non obstante illa naturali mo- partes necessarü et universalis finis amentur.
specificationem, quia, licet Deus secundum Respondetur primo D. Thomam ibi non tione vel propensione, addit :voluntatem ad 19. Tertio dicendurn est libertatem vo-
se sit universale bonum, apprehendi tamen qui de necessitate ulla etiam quoad nullum particulare bonum determinad, sed luntatis evidentius et perfectius exerceri in
modum cuit~sdam particularis ficationem, sed de modo operandi ad bonum in communi. Ubi loquitur electione mediorum, adeo ut omnis actus
liber, quatenus talis est, participet aliquo
~~m~t.~¡r~~~~~·¡o~;cl~q:~u:~oad
·
specificationem;
a. 3, etiam ad bo- modo rationem electionis, et sub ea ratione
1 magis potest quod necessarioj nam aperte distinguir D. num in communi non determinatur volun- possit sub consultationem cadere. Hanc con-
i vel difficultas in Thomas has duas voces in illo auiCulo, et tas quoad exercitium, sed tantum quoad clusionem suadent cationes a principio
intentione vel amare ipsius Dei, et ideo fa- in secundo. Significat ergo ibi naturaliter specificationem. Sed potest ulterius addi huius dubitationis factae. Et declaratur bre-
cile potest a voluntate refutad, et interdum moveri idem quod moveri ex propensione respecto horum bonorum admhti posse ali- viter, quia ad intentionem finis ferntr vo-
1! etiam Deus ipse odio haberi. naturae; intendit enim ibi docere D. Tho~ quam necessitatem quoad specificationem, l untas ex sola aliaua inclinatione naturali,
1
17. Obiectio ex D. Thoma desumpta.- mas voluntatem non tantum habere natu- scilicet, vel oer se loquendo et seclusis ex- quamvis libere fera-tur; ad ·electionem vero
Sed obüciet aliquis D. Thomam, 1-11, q. 10, ralem propensionem ad privara commoda, trinsecis ratiOnibus; sunt enim quaedam ex mediorum fertur ex vi appetitionis finis,
a. 1, dicentem hominem naturaliter per vo- sed etiam ad bona propria aliarum poten- bis bonis ita consentanea naturae ut vix quam ipsa voluntas ultra inclinationem na-
luntatem appetere quaedam particularia ha- tiarum vel partium totius hominis. Et hoc sur nullo modo nossint odio haberi. nhi turalem sibi adiunxit; et ideo specialiori
na, ut cognitionem veri, esse, et vivere, et modo ait naturaliter appetere scientiam, vi- va1de oer accidens- et ob raciones valde ex- modo magisque ex propriis dicitur voluntas
similia; natura lis autem appetitio includit tsm, etc. Cum hac tamen naturali propen- trinsec3s.· immo etiam propter has rarissime movere se in electione mediorum quam in
necessitatem saltem quoad specificationem. sione stat libertas quoad specificationem in
TI
.1

418 Disputaáones metafísicas


Disputación XIX.-Sección VIII 419
los medios que en la intención del fin; porque obra de manera más perfecta-
mente libre cuando se mueve a sí misma con mayor perfección; luego. Además, prefiere a su carencia o cesación, es una elección virtual por la que tal acto se
se explica la segunda parte porque la libertad de cualquier acto proviene de las elige aquí y ahora como. medio para incoar u obtener la felicidad. Por esta razón
diferentes razones que hay en el objeto o en el mismo acto, y de la comparación suele decirse que toda intención de un fin particular es una elección virtual de
formal o al menos virtual de dichas razones. Porque, si hay libertad en cuanto ta felicidad, a la cual no es siempre necesario que preceda la intención elícita
a la especificación, es preciso que en el objeto exista alguna razón de bie'n, aten- de la, misma felicidad, sino que basta la inclinación natural y necesaria. En este
dida la cual pueda ser amado, y algún defecto o alguna razón de mal, atendida sentido, pues, toda deliberación versa, de manera proporcional, sobre la elección,
la cual pueda ser odiado; en cambio, si hay libertad sólo en cuanto al eje.rcicio, y toda acción libre participa de alguna razón de elección; y por eso se estima
es necesario que en el objeto, o al menos en el mismo acto, haya algún defecto que la misma elección formal y propia, que procede de la propia y elícita in-
o carencia de bondad, atendida la cual pueda ser aprehendido como inconveniente
tención del fin, es una acción máximamente libre; y de este modo se dice que
1: o al menos no necesario aquí y ahora; y de esta manera, siempre que el acto v
1

su omisión es libre, se realiza cierta comparación explícita o implícita entre es:


e1 libre albedrío versa, .cuasi por antonomasia, sobre la elección, aunque tenga
otros muchos actos libres, según se ha explicado.
tas razones, y de este modo también se lleva a cabo cierta elección de un acto
con preferencia a otro, o de un acto con preferencia a su omisión, o bien al 21. Si es más perfecto obrar libremente o necesariamente.- Con esto se ha
contrario. dado respuesta suficiente a las razones sentadas al principio de esta duda. Por
20. Pero en esta elección de un acto con preferencia a otro, es preciso que lo que hace a la dificultad que desde la sección 2 aplazamos hasta aquí, con
1¡ la comparación se haga en orden a algún tercero o a alguna razón común, a la ocasión de la cual hemos elaborado la presente sección, ya queda explicado de
1
cual esté inclinada de algún modo la voluntad formal o virtualmente, para que qué manera una misma voluntad es capaz de obrar de ambos modos, libre y ne-
pueda tener algún principio o fundamento de la elección que ha de hacer, se- cesariamente. Mas cuando se pregunta si el modo de obrar libremente es más
f gún se ha propuesto en los argumentos aducidos al principio y resulta claro perfecto que el modo de obrar necesariamente, por qué la voluntad consigue
por la cuestión misma. Efectivamente, quien elige entre e

Vous aimerez peut-être aussi