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ECONOMÍA POLÍTICA.

TRABAJO AUTÓNOMO #1

LOS LLAMADOS METALES RAROS. UBICACIÓN GEOGRÁFICA.


IMPORTANCIA. LA LUCHA POR SU POSESIÓN: HACIA UN NUEVO
“REPARTO DEL MUNDO”

1.- METALES RAROS.

Hace más de medio siglo la economía mundial dependía de la madera, barro, hierro,
cobre, oro, plata y varios tipos de plástico, de los que se fabricaban las cosas más
importantes. Actualmente la situación ha cambiado: las innovaciones tecnológicas son
imposibles sin el uso de docenas de diferentes metales y sus aleaciones.

Los investigadores de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. analizaron 62


elementos químicos ampliamente utilizados y descubrieron que para, al menos, diez de
ellos no existe ningún tipo de reemplazo o, bien, no está disponible. Un equivalente 'ideal'
no fue encontrado para ninguno de los 62 materiales, lo que significa que la falta de
cualquiera de estas materias puede llevar a grandes problemas para la rama de la industria
dependiente de su abastecimiento, señalaron los expertos. .

Con el fin de determinar el grado de capacidad de los metales para ser reemplazados los
expertos determinaron los ámbitos esenciales del uso de 62 elementos y encontraron todas
las aleaciones viables para su producción. Por ejemplo, de una de estas aleaciones únicas
se fabrican aspas de turbina de aviones, y si al menos uno de los elementos de la aleación
se excluye, esto afectará gravemente la calidad de los artículos. .

A continuación, los científicos estudiaron la posibilidad de reemplazar cada uno de


los metales. Así, el 54% de las reservas mundiales del paladio se utiliza como catalizador
para el control de las emisiones nocivas, pero, en el caso extremo, este elemento se puede
sustituir por el platino. También, cerca del 88% del titanio en el planeta se utiliza para
crear el pigmento blanco para pinturas, plásticos y papel y podría ser sustituido por talco.
No obstante, se reveló que no existe ningún elemento como alternativa del rodio, que se
utiliza como catalizador para controlar el contenido de óxidos de nitrógeno en el escape
de los automóviles.
2.- UBICACIÓN GEOGRÁFICA.

China es uno de los principales exportadores de minerales raros, y el precio de los mismos
se eleva en relación con su demanda. El gigante asiático obtiene los metales de forma más
barata debido a sus relajadas políticas ecológicas y de seguridad laboral, así como el
menor coste salarial, al tiempo que restringe el volumen de sus exportaciones con lo que
controla el precio de mercado.

China tiene un 43% de las reservas naturales de estos preciados materiales y produce un
95% del consumo mundial.

Además de China y EE.UU., estos elementos se hallan en abundancia en países como


Canadá, Brasil, Kenia, Sudáfrica, Australia o Vietnam, aunque desde el CMI se aspira a
poder dar con sucedáneos de estos metales que cumplan las mismas funciones y
garanticen la independencia de yacimientos fuera de EE.UU.

3.- IMPORTANCIA

Aunque puedan sonar a nombres arcaicos de pueblo, disprosio, europio, itrio, neodimio
y terbio guardan en su rareza el secreto del futuro tecnológico así como el éxito de las
energías limpias, y mantienen en jaque a las naciones más poderosas del mundo.

El acceso a estos elementos químicos es una prioridad para la estrategia energética de EU


que ve cómo China controla el 95 por ciento de la producción de los llamados metales
raros o tierras raras (17 en total) que han pasado de ser actores secundarios y olvidados
en la tabla periódica a los grandes protagonistas.

Los imanes de los modernos altavoces y discos duros de ordenador, los teléfonos móviles
más inteligentes, las turbinas eólicas, las bombillas de bajo consumo, paneles solares o
las baterías de los coches eléctricos e híbridos alimentan su eficiencia a base de estos
componentes cuyo suministro no está garantizado.

Paradójicamente, los desechos de una era pueden ser el tesoro de otra. Los llamados
“metales raros”, una serie de minerales sumamente plegables que contienen los elementos
para producir metales valiosos, fundamentales para la fabricación de celulares,
computadoras, vehículos, televisores, máquinas de resonancia magnética y hasta sistemas
de armas, podrían encontrarse en tierras desechadas hace siglos, hasta ahora considerada
tóxica y dañina al ambiente.

En relación a las exploraciones de oro, plata y cobre realizadas cientos de años atrás en
el lejano oeste de Estados Unidos, Larry Meinert, director del programa de minerales del
Instituto Geológico de Estados Unidos en Reston, Virginia, declaró que “esos desechos
nunca fueron examinados para otra cosa que los minerales que en ese entonces buscaban”.
Durante los últimos 10 años, ha crecido exponencialmente la demanda de los 15
elementos denominados minerales raros, dado el mayor nivel de sofisticación y menor
tamaño de los artefactos tecnológicos modernos. Entre estos elementos se encuentran el
lanthanum 57 y el lutetium 71, que en realidad no son tan raros sino difíciles de extraer,
porque aparecen en cantidades ínfimas y suelen estar uno pegado al otro.

A diferencia de otros metales (como el oro y la plata), no hay una manera fácil de filtrar
los minerales raros sin destruirlos, por eso es tan difícil su minería y extracción.

En la Universidad de Nevada en Reno y en la Escuela de Mineralogía de Colorado, los


científicos usan rayos láser para examinar muestras de rocas y minerales recolectadas en
el oeste de Estados Unidos durante la era de explotación del oro. “Sería bueno si
pudiésemos reciclar toda esta tierra, que era considerada desecho hace años, y que hoy en
día no es para desechar”, expresó Alan Koenig, científico del Instituto Geológico de
Estados Unidos a cargo del proyecto.

En una zona cerca de Sparks, Nevada, han descubierto minerales raros como el indium,
un ingrediente de paneles fotovoltaicos, que también fue hallado en otra mina de cobre,
hoy inactiva, cerca del poblado artístico de Bisbee, en el sur de Arizona. Koenig y otros
científicos están investigando la composición de todos los depósitos minerales del país
del norte que han sido examinados en los últimos 150 años, recabando datos de 2,500
muestras que podrían contener valiosos ingredientes, con el objetivo de entender mejor si
es posible predecir dónde se hallan los metales raros, basado en la presencia de otros
elementos.

La particularidad de metales raros no es tanto su escasez, ya que "abundan más que el oro
en la Tierra", si no la complejidad de su extracción, que implica químicos, gasto
energético y puede resultar muy contaminante.
4.- LA LUCHA POR SU POSESIÓN.

El problema que tienen los metales raros es que apenas hay yacimientos de estas
repartidos por el mundo. Aunque se las llame raras, esto no es cierto. En un puñado de
tierra que cojamos al azar en el campo habrá varias partes por millón de estos elementos
repartidas en su composición.

El problema es que no puedes ir recogiendo átomo a átomo el Lantano por ejemplo.


Necesitas yacimientos con altas concentraciones para que sea barato de explotar. Pues
bien, casi la mitad de las reservas mundiales de tierras raras están en China.

También hay más reservas de estos materiales en otros países pero están guardándolas
para cuando vengan mal dadas en el futuro, estos son. Estados Unidos y Canadá tienen
también un 13 % de reservas. Como China es la fábrica del mundo, pues más de la mitad
de las tierras que se extraen ya van para satisfacer su industria.

De momento monopoliza la producción mundial de estas materias con un 97 % de cuota


de mercado, pero en cualquier momento puede cerrar el grifo y paralizar la industria
mundial que requiera de estas sustancias para producir.

China produce el 95% de los elementos químicos llamados tierras raras, vitales en las
nuevas tecnologías medioambientales y electrónicas. Las compañías, por tanto, han salido
en busca de estos imanes ante los avisos de China de restringir la producción y
exportación.

Para evitar la dependencia de China, la automovilística Toyota, por ejemplo, ha adquirido


una mina en Vietnam de la que únicamente ella puede extraer los metales magnéticos
para las baterías de sus coches.

Las compañías occidentales, andan, por tanto, en busca de nuevas oportunidades de


explotación de los REE. En Australia se han localizado dos grandes depósitos, y las
empresas están comenzando a buscar nuevas reservas en California, Suráfrica, Canadá,
Groenlandia y Suecia. La idea es liberarse del yugo de los chinos que, según reconocen
los expertos, se merecen al menos un reconocimiento por su excelente visión de negocio.

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