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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACION

CIENCIA Y TECNOLOGIA “UMECIT”

MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN Y PLANIFICACIÓN EDUCATIVA

CIUDAD DE PANAMÁ - PANAMA

MATERIA: ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DE CENTROS EDUCATIVOS

ENSAYO: HACIA LA ADOPCIÓN DE UN ENFOQUE DE SISTEMAS Y LA TEORÍA DE


LA ORGANIZACIÓN EN LA EDUCACIÓN PRESENTE

Estudiante: EDGARDO YEPES MOLINA

Cedula de Identidad: 73.169.037

Profesor: Dr. Gabriel Polo Plazas

Cuatrimestre: III

Cartagena de Indias, Julio de 20106


Introducción

La Universidad del siglo XXI debe estar socialmente comprometida revelando y liderando las

respuestas a los retos de futuro de una sociedad global, digital y del conocimiento.

La sociedad actual visiona estudiantes universitarios bien formados con la capacidad de ser

emprendedores, que puedan cambiar muchas veces de trabajo y/o empresa y reinventarse

personalmente en actitudes y aptitudes. Que puedan desarrollar su actividad profesional

pensando globalmente. Con la capacidad de integrar conocimientos especializados de materias

científicas diversas.

¿Cómo debe responder la Universidad a esto? El primer paso casi que obligado, es que se

salga de la zona de confort en la que ha permanecido por muchas décadas. La realidad es que

actualmente se vive un periodo de cambios disruptivos y es necesaria una estrategia inteligente

para afrontarlos. Por lo cual, la exigencia es el mejoramiento permanente en cada uno de los

procesos, tratando de que las debilidades y amenazas de hoy se consoliden como oportunidades y

fortalezas para el mañana.

La comprensión del enfoque sistémico, abanderado por muchos autores en el ámbito de la

administración y que generalmente ha sido aceptado por la comunidad y la adecuación e

incorporación a las estructuras organizativas de las instituciones de educación, son el insumo del

presente apartado que permite de fondo hacer una reflexión del camino que algunas

universidades ha empezado y en qué medida basados en las distintas tendencias se han logrado

los objetivos misionales.


Hacia la adopción de un enfoque de sistemas y la teoría de la organización en la educación

presente

Ante el interrogante planteado : ¿Qué tan importante es para un gerente educativo el enfoque

de los sistemas? “La educación es uno de los sistemas en que debería aplicarse a gran escala el

enfoque científico-sistémico para hacerla más efectiva, más humana y más sociable”1?

(Lizarraga, 1978. Pag 90) Por su parte esto se complementa en que “el análisis de sistemas se

convierte en un instrumento para la planificación y gerencia de sistemas de acción educativa2”.

(Kaufman, 1977. Pag 21)

Es necesario hacer unas precisiones teóricas y terminológicas para tener mayor claridad del

interrogante anterior, y en primera instancia tener absoluta información de lo que representa lo

que antecede. En principio será cuestionar: ¿Qué es un sistema? En el diccionario de la Real

Academia Española, Sistema es el conjunto de reglas o principios sobre una materia

racionalmente enlazados entre sí, o el conjunto de cosas que ordenadamente relacionadas entre sí

contribuyen a determinado objeto.

En el mundo académico, una de las definiciones más comunes establece que un sistema es

"un conjunto de elementos en interacción" de manera tal que un ser vivo, una célula, incluso una

ciudad o el motor de un automóvil pueden pensarse como sistemas. Sin embargo, sigue siendo

una definición demasiado general, sobre todo cuando trabajamos con sistemas complejos como,

sin duda, lo son los ecosistemas.

Por lo que en la actualidad se ha definido sistema como un todo estructurado de

elementos, interrelacionados entre sí, organizados por la especie humana con el fin de lograr

1
LIZARRAGA, L.M.1978 Enfoque Sistemático y Análisis de Sistemas. Curriculum, Año 3, nº 5, Julio.
2
KAUFMAN, R.A.1977 Planificación de Sistemas Educativos. México. Trillas.
unos objetivos. De allí que los sistemas en los que interviene la especie humana como elemento

constitutivo, sociedad, educación, comunicación, etc., suelen considerarse sistemas abiertos. Son

sistemas cerrados aquellos en los que fundamentalmente los elementos son mecánicos,

electrónicos o cibernéticos.

Ahora bien, ¿Qué es enfoque sistémico? “.. el enfoque sistemático como proceso lógico

aplicado para resolver problemas debe comprender diferentes etapas: La primera va encaminada

a la identificación del problema, luego debe determinar alternativas de solución y seleccionar la

alternativa que sea más pertinente a la solución del fenómeno para que esta sea puesta en

práctica, culminando con el proceso de determinar la eficiencia de la realización de los pasos

antes descrito revisando cuando sea necesario cualquiera de las etapas del proceso..3”.

(Kaufman, 1977. Pag 68)

Otros autores nos hablan del Enfoque Sistémico de Cambio (ESC) como una forma de

ver el mundo, de pensar, y no una metodología o una técnica.

Ante lo anterior descrito, se puede entonces sintetizar que el enfoque de sistema, también

denominado enfoque sistémico, significa que el modo de abordar los objetos y fenómenos no

puede ser aislado, sino que tienen que verse como parte de un todo. A diferencia del analítico,

que desagrega las partes del objeto de estudio, este enfoque contempla la totalidad de los

componentes de un sistema, centrándose fundamentalmente en las entradas y salidas de materia,

en los flujos de energía y en las interacciones entre sus componentes.

Así por ejemplo, un sistema de información es un conjunto de elementos estructurado

bajo un enfoque sistémico (equipo computacional, recursos humanos, actividades básicas:

3
KAUFMAN, R.A.1977. Planificación de Sistemas Educativos. México. Trillas.
entrada, almacenamiento, procesamiento y salida de información) que interactúan entre sí con el

fin de apoyar las actividades de una empresa o negocio.

En el ámbito educativo por tanto, se hace necesario precisar que el enfoque sistémico se

establece en el proceso docente-educativo con un criterio lógico y pedagógico cuyo propósito es

lograr la máxima efectividad en la asimilación de los conocimientos, el desarrollo de habilidades

y la formación de convicciones por parte de los alumnos, con la firme intención de capacitarlos

para que puedan cumplir exitosamente sus funciones sociales, de prepararlos para la vida y el

trabajo.

Se debe tener presente que para la organización del proceso docente-educativo el apoyo

de las leyes didácticas es fundamental, por cuanto con ellas se expresan las relaciones de este

proceso con el contexto social y las interacciones entre sus componentes (objetivo, contenido,

método, medio, forma y evaluación).

Es indiscutiblemente en la integración de todos estos componentes que se conforma un

sistema (del proceso docente-educativo), constituido por varios subsistemas que representan

distintos niveles o unidades organizativas (carrera, disciplina, asignatura, tema y tareas

docentes). Por consiguiente, en cada uno de estos subsistemas o unidades organizativas están

presentes todos los componentes que lo caracterizan.

En la imagen No 1 se puede observar una cartografía conceptual de este concepto:


Cabe precisar también, que algunos autores relacionaron esta corriente con los soportes

teóricos del neopositivismo y con la teoría conductista del aprendizaje y denunciaron que este

enfoque reducía la conducta humana a lo observable, las aspiraciones a lo definible, la educación

a lo tangible, la técnica pedagógica a una sucesión mecánica de pasos que rechaza la

ambigüedad, lo imprevisible y lo no mensurable.

Kaufman (1978) manifestó su oposición a esas aseveraciones y aclaró que en la

evolución experimentada en este tipo de tecnología de la educación se fueron incorporando los

aportes de paradigmas cognitivos (Bruner, Ausubel) y psicoevolutivos (Piaget) que, obviamente,

superan ampliamente los esquemas mecanicistas del conductismo.


Finalizando la década de los 80, se ha afirmado que “... Las dudas están superadas. Y,

sin negar el carácter de búsqueda de la eficacia y la eficiencia en este paradigma, estas serán

negativas si con ellas se pretende potenciar la instrucción reproductora de situaciones sociales

injustas; pero si por el contrario, se persigue la igualdad de oportunidades y la promoción

cultural de los pueblos, pocas críticas se pueden hacer al modelo”. (Sarramona . 1989.Pag 52)

Lo anterior muestra que en la actualidad, hay el convencimiento de que el enfoque de

sistemas no es ajeno a la educación y que su concepción no remite a sistemas mecánicos pues el

secreto de su eficacia está en la interacción con el medio, por la cual los sistemas abiertos se

adaptan a las circunstancias del entorno, sin dejar por ello de constituir un todo organizado.

Esto explicaría en parte porque muchos tratadistas del tema, consideran que el enfoque

sistémico ha dado origen a la filosofía y estrategias de la llamada calidad total y a la gestión

estratégica, que cada día cobran mayor importancia.

Para que todo lo anteriormente dicho sea posible, se requiere que los sistemas educativos

nacionales, estén estructurados bajo concepciones sistémica y gerenciales, y que como punto de

partida sea la consolidación de un proyecto educativo Nacional como insumo principal que

garantice un desarrollo educativo sistémico, coherente, duradero y trascendente, que es el

reclamo que desde hace mucho tiempo hace la comunidad educativa y académica de los países

en vías de desarrollo. Este proyecto debe resultar del consenso de todos los agentes sociales

(grupos políticos) comprometidos con la educación, de largo alcance, paradigmático, que

contenga los grandes lineamientos básicos sobre los cuáles enrumbar la educación nacional.

Si a nivel macro existe la necesidad de un proyecto educativo nacional, a nivel micro el

Proyecto educativo institucional debe derivarse de manera coherente de este, para que oriente el

desarrollo del centro educativo en un plazo no cortoplacista. Es en esta dinámica, en la que


empieza a integrarse y apoyarse, sin desvanecerse, a elementos del enfoque gerencial que se

generan por la búsqueda del desarrollo armónico y trascendental que requieren de la

planificación de las actividades académicas.

Este proceso es reconocido como planeación estratégica. Recordemos que este tipo de

planeación se concibe como un proceso racional y a la vez una actitud intencional para observar

y proyectarse en el futuro deseable de la institución, mantener una concordancia permanente

entre los propósitos y metas (filosofía), las capacidades de la organización y las oportunidades

que siempre son cambiantes.

En el contexto educativo, el proceso administrativo trata de elaborar un modelo o

herramienta de trabajo institucional, de largo plazo, integrado por la visión, misión, objetivos y

estrategias claras, enunciados de tal forma que definan el perfil de la organización que se desea.

Esta premisa es la denominada por Hax y Majluf (1990) y por Himmel (1992) estrategia

corporativa de unidades de planificación y funcional, cuyo nivel más general, en el caso de la

Universidad, es la misión de la institución y el conjunto de valores que sustenta su acción y su

presencia en el medio y que se expresan en su filosofía.

Aquí es donde subyace la importancia del enfoque sistémico en la que compete a los

gerentes educativos, apoyarse de la gestión estratégica para conducir a una institución al logro de

las finalidades de su proyecto educativo. La gestión no es un asunto sólo técnico, sino

fundamentalmente político. Por ello, gestión y proyecto institucional son inseparables. Sin un

proyecto institucional no es posible hacer gestión. Y en cuanto instrumento de gestión, el

proyecto institucional resulta ser una forma sistematizada de hacer viable la visión y misión de

la institución y consiste, a su vez, en el diseño y la ordenación (programación de una estrategia)

de una serie de procesos operacionales, coherentes y exigentes de recursos variados (gestión de


recursos), mediante los cuales determinados insumos son transformados en productos específicos

con un alto grado de calidad (calidad de procesos).

Pero hallar coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace no ha sido fácil.

Principalmente porque ha sido un trabajo condicionado por la cultura imperante en las

organizaciones educativas: la mercantilización.

Ha sido más sencillo mirar las instituciones de educación a través de la óptica de empresa

productora de renta, sostenible financieramente y con un lucro incesante para las elites que la

controlan. Los verdaderos principios rectores que sustentan sus proyectos educativos, distan de

una realidad en la que priman intereses corporativos y no los que dan origen a su razón de ser de

escenarios de desarrollo colectivo, en función de la sociedad que los instituye y les da su

verdadera autonomía.

Aquí pierde la esencia el sistema, para convertirse solo, en un nutrido discurso,

divorciado de la realidad, normativo y falaz, cuando de entrada, hay poco intereses para

cambiarlo.

La responsabilidad indiscutiblemente es del Estado. En países como Finlandia o suiza,

existe un solo tipo de educación, no hay condicionamiento para acceder a ella. Tanto ricos como

pobres tienen acceso a un solo tipo de educación, se rompieron las barreras de que la educación

estaba ofertada a las clases sociales.

Este enfoque sistémico, pierde su esencia, en países como Colombia, donde la educación

es un negocio rentable, y de salida se infiere que aunque se proclame que se visiona al país más

educado en América latina en un par de años, sería interesante esperar comprobarlo, cuando las
políticas de estado a nivel educativo están marcadas por una estructura normativa, conductista y

reduccionista que deja poco para el desarrollo de la creatividad y que solo te muestra los limites

en que es posible dejar avanzar al estudiantado. Allí un sistema ultra cerrado.

¿Cómo se visualiza? La importación de modelos educativos, de pasajes disimiles. La

copia de la copia. Una educación sin contexto que te prepara mecánicamente. Que te traza un

panorama de aceptación a lo poco, que trunca el talento, que pide calidad en la miseria.

Mientras tanto, la culpa de la descomposición del tejido social, recae sobre la escuela y la

institución de la familia, escondiendo así, la inoperancia de las políticas gubernamentales

atiborradas de corrupción.

¿Qué se debe hacer entonces? Lamentarse no es la mejor opción. Pero ha sido lo que más

predomina. Esto realmente termina cuando recuperemos la esencia de la escuela. Teniendo claro

que escuela no son cuatro paredes. La escuela debe ser un instrumento de poder, de movilización

de saberes concretos. No un lugar para recibir instrucción parcelada y desconfigurada. La escuela

debe ser un sistema armónico, unificado, cambiante, social, inclusivo y crítico, sin barreras de

ninguna índole.

Conclusiones

Ante lo anteriormente expuesto es preciso concretar un aspecto de suma importancia: un

enfoque de sistemas tendrá mayor asentamiento en una estructura organizativa abierta, producto

de las interacciones en micro y macro ambientes. No será posible su desarrollo si no se tienen en

cuenta las variables que la conforman o que condicionan los planes estratégicos de gestión.
Las necesidades educativas de las regiones, están marcadas por las particularidades y

características demográficas. Los sistemas abiertos deben contemplar los desafíos que tiene la

región como punto de reorden y establecer alternativas adecuadas para intervenir en situaciones

de crisis.

La escuela será necesariamente un sistema abierto, cuando deje de fragmentar,

condicionar, y establecer muros que impidan el recorrido de la creatividad, la objetividad, la

pertinencia, lo significativo, lo complejo.

La única alternativa para que se den cambios importantes, es la recuperación de la

institucionalidad y su esencia innata: instrumento de poder. De dejar de plasmar en el papel lo

que nunca hará en la realidad. De hacer en la realidad, más allá de lo que se plasma en el papel.

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