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Culto Cristiano

01/02/2017
La adoración no puede ser sin sacrificio. Estar delante de
la presencia de Dios sólo es posible mediante Jesús. Lo
que sostiene es estar delante del Señor. (Adoración
africana, he decidido seguir a Cristo, adoración
multitudinaria, adoración en países árabe)
La adoración actual está centrada en emocionar y tocar el
corazón del hombre y no el de Dios. Esto debe ser
cambiado mediante la predicación de la palabra y
profundizar en ella. No se debe buscar que es lo que
agrada al hombre, sino a Dios. Sin conocer la Biblia no
puedes saber quién es Dios verdaderamente. No se puede
adorar si no se conoce al objeto de la adoración.
Adorar hace parte de un todo. No se puede separar la
adoración del adorador.
Concepto hebraico de adoración.
- Culto es el conjunto de actos sensibles que la
comunidad o el individuo realizan, para
exteriorizar su vida religiosa y entrar en relación
con Dios.
- Siendo Dios el primero a establecer relaciones;
entonces Culto, es la respuesta de la criatura a su
Creador.
- Culto, es entrega. Jamás debe estar pensado para
nosotros. (Abraham a Isaac)
- Los términos hebraicos que significan adoración,
describen una acción o respuesta al Santo.
- El Antiguo Testamento llama a Dios de “el Santo
de Israel” y afirma que Él está “con” o “en medio
de” su pueblo.
- SANTO (Kadosh), destaca que Dios es “otro”,
trascendente, inaccesible, misterioso e intangible.
- Estar en la presencia del Señor era una experiencia
aterradora que despertaba:
o Conciencia de pecado (Isaías 6:5). Esta
conciencia de pecado la hemos perdido y
perdemos el temor de Dios.
o Deseo de santidad (Levítico 19:2). Al ver la
santidad de Dios uno debe querer llegar a ser
como Él.
- La adoración es una respuesta ordenada a la
manifestación del Santo, en la vida de individuos o
grupos.
- La palabra “abad” (trabajar como esclavo)
o Su énfasis no es tanto en la condición servil
del adorador, como en la función de ejecutar
la voluntad de su Señor. (Que se haga tu
voluntad en la tierra como en el cielo. En el
cielo la voluntad de Dios se hace sin
cuestionamientos.)
o La palabra se refiere a la condición humilde y
al desarrollo fiel del trabajo que se confía al
adorador. La gloria de Dios debería de verse
en todo lo que hacemos, en cada uno de
nuestros poros.
o Éxodo 25:9. Dios es el que dirige y nos guía.
- En hebreo, el culto es normalmente llamado
“abodah” es un “servicio” servir al rey. Servir a
Dios, es sobre todo rendirlo un culto.
o Josué 22:27.
o Nunca la adoración es ejercer poder sobre
Dios, o afectarlo, o influenciarlo por medio
del Culto.
- “Sahah” inclinarse o postrarse.
o Es algo independiente de nuestros
sentimientos.
o Éxodo 34:8.
o Puede que las formas exteriores de este
servicio sean semejantes a otras religiones o
incluso a veces prestadas de ellas, pero lo
importante es el sentido que reciben de
acuerdo a la palabra de Dios.
o Isaías 45:23.
Lo que caracterizaba al culto israelita:
- Este es el culto a un Dios único. Sólo a Dios, no a
los hombres.
o Éxodo 20:3.
o Deuteronomio 6:13.
o Deuteronomio 6:4-6.
o Esto excluye la existencia de una divinidad
femenina.
- Culto a un Dios personal que actúa en la historia.
o Yahvé el Dios de la Alianza.
o El culto conmemora, refuerza la alianza de
Yahvé con su pueblo en la historia.
o El culto israelita sustituye los mitos extra-
temporales, por una historia de salvación, esto
es original de Israel.
o Éxodo 19:3-6
- Culto sin imagen.
o Éxodo 20:4
o Deuteronomio 5:8
o Yahvé es un Dios que no se puede ver con los
ojos físico y consecuentemente no puede ser
representado.
o Nunca hubo imagen de Yahvé.
o Deuteronomio 4:15-18
- Malaquías 1:6-2:2. ¿Qué estamos ofreciendo a
Dios?
08/02/2017
Adorar es tener claro que EL SANTO está entre nosotros.
Nadie sale de un encuentro con Dios de la misma manera
de la que entró
¿Qué es lo que Dios desea cuando vamos a adorar?
No podemos esconder nada a Dios, siempre conoce lo que
hay en el corazón de los hombres. David dijo que había
que buscar a Dios con un corazón contrito y humillado.
Por eso Dios eligió a David por encima de sus hermanos
que eran guerreros. (1º Samuel)
2º Corintios 4.
Es cierto que pasamos horas sentados en los bancos de los
templos, pero ¿Estamos realmente dando culto?
¿Cuál es el objetivo principal de las reuniones de la
iglesia?
¿Adorar o evangelizar y aprender?
Muchos creen que todo lo que pasa en los cultos es adorar,
y de este modo, no hay la necesidad de que nos
preocupemos de la adoración. Pero Dios no quiere esto Jn.
4:23.
¿Quiénes son estos adoradores?
Fil. 3:3. Pablo dice que la verdadera adoración es aquella
que se ofrece a Dios por el Espíritu, no confiando en la
carne más gloriándose en Cristo Jesús.
Ambas afirmaciones contrastan la verdadera adoración
con el culto judaico o samaritano, que envolvían
sacrificios y ritos religiosos tradicionales.
“Adorar a Dios se requiere que aquel que se aproxima al
Señor para adorarle, debe guardarse de una vida de
pecados, y de indiferencia a Sus mandamientos; sino será
una adoración sin sentido, falsa, aunque los actos sean
perfectos.”
Si Dios quiere verdaderos adoradores, Él solo se alegrará
con aquellos que correspondan a sus exigencias. Es Dios
quien pone las normas y las reglas, no el hombre, la media
es la Palabra de Dios o Jesús mismo.
Él rechaza la liturgia de los “ancianos”, o de la
denominación si esta no fuere realmente bíblica.
Al igual que a los Romanos, si el vientre es nuestro Dios
(Fp. 3:19), el culto que ofrecemos será la abominación e
insulto a Dios, tres veces Santo. Además, debemos
recordar siemrpe que el contacto real y permanente con
Dios tiene reflejos en la vida de aquel que le adora.
En nuestro contexto evangélico, llenos de reuniones y
actividades, se debería de esperar que los cristianos
meditasen más sobre cuál es el efecto que estas
actividades tienen en las vidas caracterizadas por la
santidad.
No obstante, cuando nos miramos, podemos encontrar lo
que G. Verwer llamó “esquizofrenia espiritual).

Dividimos nuestras vidas en dos partes:


1. Que involucra nuestras actividades religiosas,
ejemplificadas en nuestro cantar, orar, hablar y
testificar.
2. La otra, la que envuelve todas nuestras actividades no
religiosas. Nuestras conversaciones, lo social, el
trabajo, el ocio, la mesa y los programas de televisión
Una dicotomía notable caracteriza la vida de aquellos que
reivindican comunión con Dios, y afirman ser residencia
del su Espíritu.
Cuando hay una espiritualidad genuina y agradable a Dios,
la máscara de hipocresía es arrancada.
La adoración en espíritu y verdad exige de nosotros el
temor de Dios, el cual se hace acompañar de una
religiosidad externa. (2º Cor. 7:1, Sal. 111:10)
La sabiduría y la santidad de vida se unen en la carta de
Santiago, donde afirma que la sabiduría tiene origen en lo
“alto”, alto esto es en la persona de Dios (Santiago)
Si un culto realizado no tiene el objetivo fundamental de
acercar la realidad de Dios y de hacer con que esta sea
personal, entonces se suele incluir muchas cosas que no
edifican los participantes y tampoco exaltan al Señor.
Como una iglesia adora, refleja la teología de la
comunidad.
Los teólogos de Westminster (s. XVII) creían que la
principal meta del hombre era glorificar a Dios y alegrarse
en Él eternamente. Para esta finalidad fuimos nosotros
fuimos creados. Por esto Jesús murió y resucitó.
A medidas que el culto se concentra en el hombre, en
lugar de Dios se crea la falsa noción de que Dios es un
simple espectador que acompaña nuestra actividad como
un abuelo que se entretiene con los juegos de sus nietos.
La verdad es muy diferente: Dios es perfecto en santidad
(Mt. 5:48). Creador y Juez del universo (Stg. 4:12). Le
debemos todo lo que exacta su Santidad.
Si la adoración no lleva a los miembros de la iglesia
cristiana a reconocer la dignidad de Dios y del Cordero
(Ap. 5:9-12); podemos decir que hemos fallado en
principio.
Expresiones de adoración
Definir el término “dar culto” o “adorar”, es un desafío
para todos los que se preocupan con la verdadera
adoración.
a) Por un lado, en el sentido más estricto, el término
significa una atribución de honra y gloria a quien, o
que, el adorador considera el valor supremo. Sería
veneración o devoción expresada a Dios en público o
personalmente.
b) Del otro lado, se piensa que popularmente, que
adoración, requiere una expresión visible, la práctica
de ritos religiosos que identifican a su forma. Dios
salva a las personas integralmente.
Formas variadas de culto:
1) Culto carismático: Se caracteriza por
manifestaciones emocionales, sonoras, visibles que
muestran la actitud de los adoradores en relación con
Dios. Esta forma de Culto se manifiesta a través del
levantar los brazos, de gritos de “aleluya”,
movimientos corporales y cánticos espirituales,
donde se manifiesta entusiasmo en la manera de
glorificar a Dios. La comunicación cognitiva tiene
menos importancia que la libre participación de
aquellos que están dando culto.
2) El culto didáctico y pedagógico: Concentra la
atención de los participantes en la Palabra de Dios. A
través de la predicación, la enseñanza y la
exhortación. Se espera que los asistentes oigan la voz
de Dios por recado recibido, y que sean convencidos
de que deben dar a Dios, como Señor todo lo que Él
exige y merece. Las iglesias bautistas y presbiterianas
son ejemplos muchas veces de esta forma.
3) Culto Koinoniático: (Del griego koinonía,
“comunión”, “participación”). Esta procura la
participación mutua de todos. “Cuerpo vivo”; Se
concentra en la comunión unos con los otros. Como
el cuerpo humano necesitad dar y recibir la
contribución de sus diversas partes m muchas iglesias
están recuperando el énfasis primitivo presentado en
el N.T. sobre la mutualidad.
4) Culto diakonal: Aquí Dios es visto a través de los
hermanos necesitados, sin que nos preocupemos si él
es realmente miembro de la familia del Señor. Se
basa en las palabras de Jesús “…Venid benditos de
mi Padre… Porque tuve hambre y me disteis de
comer…Entonces preguntarán los justos: Señor
cuando fue que te vimos…” (Mt. 25:24-40). Así las
buenas obras, caridad, manifestaciones de compasión
en favor de los que sufren y de los oprimidos, pasan a
ser expresiones del culto al Señor. Característicos de
los adeptos a la “Teología de la liberación”.
Expresiones de adoración como las que fueron
mencionadas caracterizan las formas de dar culto, y no
miden la realidad o grado de espiritualidad del adorador.
Cualquiera que sea la expresión de culto o rito como
vehículo de adoración, su forma es externa, más la actitud
del corazón es interna, muchas veces oculta de la propia
percepción del adorador.
La preocupación de Dios es mucho más con que corazón
que con la forma, aunque las Escritura no permitan una
dicotomía entre el cuerpo y el espíritu.
La templanza (fruto del espíritu) tiene que ver con el
equilibrio.
15/02/2017
Expresiones de adoración
Definir el término “dar culto” o “adorar”, es un desafío
para todos los que se preocupan con la verdadera
adoración.
a) Por un lado, en el sentido más estricto, el término
significa una atribución de honra y gloria a quien, o
que, el adorador considera el valor supremo. Sería
veneración o devoción expresada a Dios en público o
personalmente.
b) Del otro lado, se piensa popularmente, que adoración,
requiere una expresión visible, la práctica de ritos
religiosos que identifican a su forma.
“Este pueblo ha aprendido a imitar a los cristianos, pero
no se han convertido”
Expresiones de adoración como las que fueron
mencionadas caracterizan las formas de dar culto, y no
miden la realidad o grado de espiritualidad del adorador.
Cualquiera que sea la expresión de culto o rito como
vehículo de adoración, su forma es externa, más la actitud
del corazón es interna, muchas veces oculta de la propia
percepción del adorador.
La preocupación de Dios es mucho más con el corazón
que con la forma, aunque las Escrituras no permitan una
dicotomía entre el cuerpo y el espíritu.
Es el propio Dios quien toma la iniciativa en la búsqueda
de verdaderos adoradores.
• Él dio a su propio hijo para revelarse (Jn 1:18).
• Para sacrificarlo en la ofrenda expiatoria, y así
romper el velo que separa el Lugar Santo del lugar
Santísimo. (Mt. 27:52; Mc 15:38; Lc. 23:45)
• Jesús dejó libre el camino para que los pecadores se
acercasen al Padre Santísimo (Jn 14;6)
• Dios cumplió la promesa proclamada por los
profetas, de derramar Su Espíritu sobre sus hijos.

La forma correcta de la adoración no garantiza que


estemos adorando “por el Espíritu”.
Así Dios tiene que revelarse en el Hijo, perdonar los
pecados que nos separan de Él y también darnos el
Espíritu para que, por su ayuda, podemos ser capaces de
responderle.
Dios se aproxima a nosotros a través del Hijo, y nosotros
nos aproximamos a Él por medio de su Espíritu.
Ninguna de estas realidades se puede demostrar por medio
de una expresión externa de culto. (1ºCor. 13:1-3) No es
mi amor, es el amor que Dios ha derramado en mí. Aún en
los momentos malos Dios sigue siendo Dios y merece la
adoración.
Dos grandes peligros han amenazado el culto cristiano
desde el principio.
1) Un formalismo que sacramente el modo de adorar a
Dios, porque anula el poder de un contacto vital con
Dios. (2º Tim. 3:5)
2) Una espontaneidad que anima al desprendimiento y
libertad, despreciando toda y cualquier forma, pero
da lugar a la confusión al desorden. (Salmo 41:6-7, 1º
Cor. 14:15)
Ambas formas de culto son condenadas por falta de amor.
• El formalismo acérrimo, busca el amor por el Padre
Celeste, a través de la apariencia. Ap. 2:2-5.
• La espontaneidad desmesurada, desvalorizada los
hijos de la Familia de Dios. (1ºCor. 14:29-30). El
orden Dignifica al Señor.
Debe haber un aspecto equilibrado, la iglesia no es un
show o un carnaval, pero tampoco es una serie de normas
inquebrantables donde no exista ninguna forma de
espontaneidad.
El mayor instrumento de adoración somos nosotros
cuando nosotros reflejamos. Nosotros debemos ser una luz
donde quiera que estemos, pero no podemos serlo si no
somos el templo de Dios.
La significación de la forma contextualizada.
La forma de culto debe ser el vehículo más adecuado para
conducir al adorador a un encuentro real con Dios.
Según la cultura y la naturaleza de las personas, algunas
formas pueden que no sean tan positivas para una iglesia
en comparación con otra. Todos debemos descubrir cómo
podemos adorar a Dios.
¿Qué significa adorar?
Adorar y dar Culto, juntamente con palabras como fe y
amor, pertenecen a los niveles más profundos de la verdad
cristiana no se puede definir realmente.
El salmista se aproxima al cierne de la adoración genuina
(Salmo 16:2)
Quien se sienta en un banco de la iglesia y aparenta ser
adorador muchas veces no lo es.
Fundamentalmente la adoración es la respuesta de
celebración a todo lo que Dios ha hecho, está haciendo, y
promete hacer.
Para el verdadero adorar, la persona de Dios es tan
preciosa como un vaso de agua fresca y pura en un día de
calor. Adorar significa discernir nuestros valores.
¿Comunión con dios es o no nuestra meta?
Dar culto es poner en orden bíblico nuestras prioridades.
Buscamos conocer a Dios, y le conoceremos cada vez
mejor, para exaltarle. (Sal. 34:1-3)
22/02/2017
Vocabulario bíblico de adoración.
Para alcanzar una visión de adoración en el contexto del
Nuevo Testamento, debemos examinar cuidadosamente
los términos utilizados por los escritores bíblicos.
No hay nada que a Dios se le escape.
Adorar significa rendirse. En el NT la palabra adorar es
“prosluneoo”, aparece c58 veces.

Originalmente esta palabra significa besar, postrarse.


Con este término, Jesús anuló la validez del culto
tradicional de la mujer de Sicar y de sus paisanos los
samaritanos. Tanto el local, como la preocupación con el
tiempo no tenían importancia. Mientras la mujer
argumentada que era en el monte Gerezín, Jesús declaró
que solamente “en espíritu y en verdad los verdaderos
adoradores adorarán al Padre” Juan. 4:23
Es más que inútil el culto cuando se desconoce a aquél a
quién debemos sumisión y lealtad.
El grado de belleza del culto, el número de personas, su
antigüedad, no tienen importancia si el adorador no
estuviere en contacto vital con el Dios único.
De acuerdo con la revelación de Juan en el Apocalipsis,
podemos ver que los 24 ancianos se postraban delante de
Dios y rendían sus coronas ante Él.
El deseo de Satanás, fue que Jesús le adorase en el desierto
de Judea (Mateo 4:9). Él cambiaría todos los reinos del
mundo y la gloria de los mismos, por un simple acto de
adoración hecho por Jesús. Pero, para el Señor, un gesto
de culto era imposible de separarse de la propia adoración.
Él no acepta la idea de que un acto externo podría no ser
también un acto interno, una actitud de entrega total.
Fue por esta razón que su repuesta fue “Al Señor tu Dios
adorarás y sólo a Él darás culto” Mateo 4:10 y de esta
manera Él cerró definitivamente esta cuestión para
siempre. Adorar al enemigo de nuestras almas o a uno de
sus representantes significa rendirse a él. Dios exige
exclusividad.
Adorar significa servir:
El culto implica también en servir (latreia, de aquí deriva
idolatría),, Este término fue usado por Jesús para
responder al diablo (Mt. 4:10)
El significado central de este término surge de latrón
(ordenado).

Solamente por la misericordia divina es que podemos


ofrecer una adoración que agrade a Dios. La vida corporal
representa toda la potencialidad y la capacidad del
hombre, incluso su inteligencia y energía, experiencia y
dedicación. Una vez que ofrezcamos integralmente, el
cuerpo santificado como sacrificio a Dios, este acto será
aceptado como culto a Dios.
Fueron los israelitas rebeldes que habían dado culto a las
huestes celestiales (hc 7:42)
Espíritus rebeldes (demonios) son los que dan realidad a
los cultos a ídolos, en sí mismo, nada son. (1Cor 10:19-20)
Nunca debemos olvidarnos de la exclusividad porque
Jesús dio que sólo a Dios daremos culto.
Los actos y ritos que expresan adoración deben ser
exclusivamente dirigidos hacia Dios. Es inadmisible para
el “Señor de la Gloria” un culto ofrecido a los ídolos por
un cristiano, mismo que este afirme, que en su corazón
está adorando al único Dios.

Adorar significa actos de reverencia


En el NT “sebein”. El terror del Señor lleva al pecador a
alejarse, con temor, de la majestad divina.
Sebazonai y latreuoo son empleados paralelamente para
indicar la religiosidad de los paganos ”adorando y
sirviendo a la criatura en lugar de Dios”
Adoración requiere una reverente preocupación con lo que
agrada a Dios. Vivir para el diablo, despreocupado si
nuestro Padre acepta o no nuestro comportamiento, no
puede ser la actitud del verdadero adorador.
Por eso, asebeia (impiedad, irreligiosidad) es puesto al
lado de con la injusticia (Rm 1:18). Impiedad se refiere a
la falta de reconocimiento de Dios.
En contrapartida los que quieren vivir una vida de piedad
en Cristo Jesús serán perseguidos (2Tim 3:12)
Consecuentemente, debemos reconocer que la vida de
temor a Dios no puede ser aislada de una piedad (Eusebia)
verdadera en el seguir a Cristo.
Como ningún culto es válido cuando está separado del
sacrificio del Hijo, así también el temor verdadero solo es
aceptado en el Señor Jesús.
Adoración y religión
Es incompresible que Santiago con su preocupación con la
integridad de la vida religiosa, no aceptará cualquier
división entre la adoración (threskeia) en las reuniones de
la iglesia y en el culto.
Quien tiene uno de los ojos desvendado para contemplar la
grandeza de Dios, tendrá el otro lleno de lágrimas por los
que sufren y están desesperados. La religión verdadera, no
difiere de la adoración verdadera.
Adorar es realizar un servicio sacerdotal. El término
Leitourgeoo, proviene de laos (pueblo) ergon (obra,
trabajo)

Los cristianos también ejercen una liturgia cuando sirven a


los hermanos, motivados por el amor a Dios. Quien sirve a
Dios, sirve a la iglesia, y quien sirve a la iglesia sirve a
Dios.
01/03/2017
La esencia del culto en la Biblia.
Jesús reafirmó lo que Moisés, en el AT, dejó claro. El
primer mandamiento exige un amor a Dios, sin límites.
(Dt. 6:4,5)
Adorar es amar a Dios en una relación tan profunda que Él
nos cambia. Esta respuesta de su amor a nosotros, el
corresponderle es fundamental para esa relación.
SEn el texto original de de Deuteronomio, tenemos la
palabra fuerza, en lugar de entendimiento. En Marcos dice
en entendimiento y fuerza.
El cristiano, cuya mente y corazón dirigidos para el
Creador y Padre Eterno.
Sin el incentivo del amor por Dios, el culto no es más que
paja, pura corteza, sin ningún valor.
Una adoración que se realiza sin el objetivo de expresar y
aumentar nuestro amor por aquel “de quien, y a través de
quien y para quien son todas las cosas” (Rom. 11:16), falla
completamente.
Deja de ser culto a Dios, pues carece de su esencia, que es
el amor.
Ese tipo de amor es el que debe dominar nuestra
adoración, porque fue Él el que nos amó primero.
Proverbios 29:26; 4:23; Jeremías 17:9-10; Lucas; 6:45;
Salmo 24:4; Mateo 5:8.
Cuando en hebreo hace referencia al corazón se hace sobre
el centro de la vida. Todo su ser tenía que amar a Dios y
Él debería ser el centro de la vida.
Porque el corazón es esencialmente espiritual, y mantiene
lo que resta de la imagen de Dios en el hombre caído, es
que se hace posible amar a aquél que no tiene cuerpo
físico y no está al alcance de nuestros cinco sentidos.
Evidentemente, para que amemos a Dios, necesitamos
creer que Él se reveló a través de palabras que fueron
inspiradas por Él (2º Timoteo 3:16)
Mientras Dios se revela a sí mismo en el íntimo del
corazón por la Palabra leída y recibida, por
reconocimiento de su acción en el mundo y por la
comunicación personal del Espíritu que vive en nosttros,
nosotros debemos responderle en adoración a Él que
declara y profundiza a nuestro amor.
El nuevo adorador comienza con un sentimiento de
obligación al servir a Dios en el culto; a medida que
aprende a amar al Señor desarrolla su sentimiento, hasta
que en su progreso todo su corazón se concentra.
Agustín de Hipona, afirmó que: “El hombre se mantiene
agitado hasta que encuentra su descanso en Dios”.
Concluyendo, Dios nos quiere como sus verdaderos
adoradores, porque nos ama profundamente (1 Jn, 4:8-16)
Participar en todo y en cualquier culto requiere
primeramente, una mejor aproximación en amor.
La adoración de la iglesia cumplirá su objetivo si:
-La alabanza vocaliza su divinidad, la belleza de su
persona y la perfección de su carácter. Y aún debe invitar
a que todo hombre de gloria al Padre maravilloso. (Sal.
46:10)
- La confesión del pecado que cometemos, externa el
reconocimiento de nuestra falta de dignidad y declara
nuestro arrepentimiento por la rebelión contra la voluntad
de Dios. También, no deja de ser un estímulo fuerte de
amor, el confiar en su inmediato e inmerecido perdón. (1
Jn. 1:9)
-Nuestra oración busca asimilar sus pensamientos y
expresan peticiones de acuerdo a sus deseos ya conocidos.
El amor genuino funde los deseos de los que buscan el
Reino de con la voluntad única de Dios.
-El mensaje, escuchando lo leído, produce pensamientos
de gratitud y ánimo. Estos serán vehículos de
transformación de enemigos en amigos que querrán
agradar a Dios. (Jn. 15:14.15)
-La música nos lleva el corazón hace la belleza de Dios
revelada en la creación, en la redención y en la
regeneración, reflejando así la armonía del universo,
creado por Él.
Cuando adoramos, sólo debemos estar satisfechos si
hemos expresado el verdadero amor si nuestro culto revela
toda la preciosidad del Señor.
El verdadero culto también requiere amor integral de
la mente.
1 Corintios 14:15.
El primer mandamiento va mucho más allá del amor que
debe ocupar el corazón y el alma. Este añade al amor del
corazón también el ejercicio de la mente: (diánoia) en
griego significa la capacidad de pensar y meditar, de
reflexionar.
La adoración debe ocupar la mente, de manera que
abarque la meditación y la conciencia del hombre.
Los valores que incluimos o excluimos en nuestra mente,
debe concordar con los valores divinos. El amor a menudo
lleva al individuo a preocuparse con los beneficio y
reconocimientos del mundo. “No améis el mundo, ni las
cosas que está en el mundo. Si alguno ama el mundo, el
amor del Padre no está en él” (1 Jn. 2:15)
Dos elementos que motivan la participación en el culto:
1-El que atrae a millones de personas a la iglesia, para
obtener la satisfacción de haber estado delante de Dios
(como empleado que ficha su tarjeta de entra en la
fábrica).
2- Otra es satisfacer tu necesidad personal.
08/03/2017
En el primer mandamiento dice que amarás al Señor tu
Dios con todo nuestro esfuerzo
El verdadero amor a Dios:
Requiere toda la fuerza del adorador. (Mc. 12:30; Lc
10:27; Dt 6:7)
El termino “fuerza” () implica:
El desarrollo de la capacidad del cuerpo físico, su talento,
su fuerza en la acción.
El desafío para gastar las energías físicas en hechos de
amor por Dios.

La adoración no es un hecho separado del cuerpo de la


persona.
¿Qué rogó Pablo a los romanos? (Ro. 12:1)
Que presentase a Dios sus cuerpos como un acto de
adoración en “sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”
Esto representaba un culto racional, espiritual y genuino
donde se involucran “todas las fuerzas”.
En contraposición, el ejemplo del joven rico:
Los que aman a Dios con todas sus fuerzas no son
como él (Mc. 10:18-20)ç
El joven preguntó: “¿Maestro, que haré para heredar la
vida eterna?”
Jesús le dirigió a los mandamientos de la “segunda tabla”.
El amor al prójimo, a los padres, a la esposa y al enemigo.
El joven afirmó que los había guardado todos ellos desde
su niñez,
Entonces Jesús apuntó directamente a su fallo: No
consagraba a Dios toda su fuerza.
Le hizo recordar que sus riquezas no eran exactamente
suyas.
Dejar “todo lo que tienes”, apuntaba específicamente
al cuerpo.
Las riquezas son adquiridas por la fuerza
Sirven prácticamente para satisfacer los deseos y las
necesidades del cuerpo.
Jesús hizo una pregunta desconcertante.
¿Estaría después el rico a amar a Dios con toda su fuerza?
Lo que impidió a aquel joven a convertirse en discípulo de
Jesús no fue, básicamente, las riquezas en si, sino su amor
al dinero. Tal amor excluye el amor a Dios. (1 Jn. 2:15-17)
Cuando la iglesia típica, moderna, se reúne para
adorar, ¿qué mensaje es recibido en el subconsciente?
- Vamos a cantar, a celebrar. Pocos tienen en mente
que están adorando con sus fuerzas.
¿Puede ser que nuestros propios dioses, (dinero, sexo,
materialismo, éxito, poder) nos están exigiendo la mayor
parte de nuestra fuerza y nuestro amor?
-Si no nos damos cuenta que adoramos con nuestras
fuerzas es posibles que tengamos otras prioridades.
Es raro descubrir un corazón que, con sencillez y
sinceridad, busque la meta, la adoración, con toda su
fuerza.
Somos salvados por medio del conocimiento de Dios,
a través de la fe en Jesucristo(Jn.17:3), pero, cuando
adoramos de acuerdo con el deseo de Dios, cumplimos el
motivo divino que le llevó a elegirnos y a salvarnos (Ef.
2:8-10).
Jesús decía:
“Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre…” (Lc.
14:26)
Quizás la preocupación de tener muchos seguidores
que no entendieran lo que era esencia en la adoración,
llevó a Jesús a descubrir el alto precio pagado por un
discípulo.
Construir una torre o pretender la lucha contra un invasor
con un gran ejército sin, primeramente, hacer los cálculos
es necedad. (Lc. 14:28-32)
Esta frase es una de la más conocidas; pero su
práctica es una de las más raras.

Hoy actuamos diferente:


Edificamos templos, algunos gigantescos y lleno de
lujo: buscamos adeptos; bautizamos las personas que
aceptan nuestra invitación; pero el precio del seguimiento
a Jesús no es discutido.
El Señor nos hizo administradores, mayordomos.
22/03/2017
La adoración y los sentidos.
Contacto con el mundo concreto por medio de los
sentidos:
- Con los ojos vemos todo lo que refleja luz.
- Con los oídos, percibimos las vibraciones audibles
del aire.
- Con el paladar degustamos lo que comemos y lo
clasificamos como agradable o no.
- Con el olfato distinguimos entre un aroma
agradable y otro desagradable.
- Con el tacto discernimos lo que tocamos.
La naturaleza del mundo material se revele a nosotros
parcialmente por medio de los sentidos con los cuales
“conocemos” su realidad.
Los sentidos tienen una importancia innegable en la
adoración.
Adorar a Dios en espíritu no quiere decir que nuestro culto
se quedará totalmente separado de toda materia y que los
sentidos no estarán presentes.
Las manifestaciones externas de la adoración no deben de
establecer formas exclusivas o estándares de “ver a Dios”.
Los autores sagrados recuerdan que “nadie” ha visto jamás
a Dios. (Ex. 33:20; Jn. 1:18)
Es importante no crear ídolos, para “facilitar” la visión de
Dios. No hay cristianismo sin religión, si entendemos por
el término religión, los actos externos que ayudan y
conducen nuestras almas hasta el trono de Dios.
Ver a Dios
“Nadia ha visto jamás a Dios” vs “Vi al Señor”
Los que vieron a Dios:
Isaías: Isaías 6:1
Jacob (Gen. 32:30)
Moisés, Aarón, Abiú y Nadab (Ex. 24:10-11)
Manoa y su mujer: Jueces 13:22
Job: Job 42:5
David: Salmos 141:8
Algunos pidieron ver a Dios o lo buscaron ardientemente:
Moisés: Pidió (Ex. 33:18) y fue respondida (Ex. 33:22-23)
David: Buscó al Señor y lo contempló en el Santuario
(Salmo 63:2)
Felipe: Le pide a Jesús una revelación directa (Jn. 14:9)
El verbo (el Hijo unigénito del Padre) revela la persona de
Dios por medio de su encarnación (Jn. 1:18)
Fe afirmada en Jesús -> ver al Padre a través del Hijo.
Buscar la propia gloria -> La visión de Dios nunca le será
concedida.
Ver a Dios por la fe (Jn. 5:44): “Vimos su gloria” (1:14)
Dios manifestó su presencia de múltiples maneras de
forma que los sentidos human os pudieran detectar.
Trasmutaciones de Dios en forma angelical (Gn. 18:1-33),
o revelación por medio de una zarza ardiente (Ex 3:2-6).
La presencia de Dios (en el AT llamada de su “faz”) se
comunica solamente con los que se someten a Él.
Quien le busca sin duda lo encontrará. (Is. 55:6).
Los que le desprecian, serán impedidos de la visión santa.
“Yo esconderé, pues mi rostro en aquél día, por todo el
mal que ellos me habrán hecho, por haberse vuelto a
dioses ajenos” (Dt. 31:18)
El salmista tiene temor de que en el día de la angustia,
Dios oculte su rostro (Salmo 102:2)

Esta “faz de Dios”, solo puede ser vista con los ojos
abiertos por el Espíritu.
Pablo pida a Dios que los efesios puedan recibir una
iluminación de los “ojos del corazón” para que vean las
realidades invisibles. (Efesios 1:18)
El Espíritu, dice Pablo, hace posible esta visión a los
cristianos que desean contemplar la gloria del Señor. El
privilegio de ver (“como por espejo”), lo que los ojos de
ningún pecador jamás han podido ver, no es alcanzado por
medio de la imaginación especulativa. Pero si es posible a
través de la vida histórica de Jesús. (Jn. 1:9-10) agilizada
por el Espíritu Santo en nosotros.
Adorar, es comparable al proceso de ver.
A través de la fe y del conocimiento de la persona de Dios,
demostrados en la carne de Jesús, podemos ver la faz de
Dios. Esta “visión de fe” debo tener prioridad en los cultos
de las iglesias porque tiene poder transformador. Forma la
imagen de Cristo en el adorador y le hace semejante a
Jesús. (2 Corintios 3:18; Colosenses 3:10; Efesios 4:15)

Hay distintos niveles de adoración.


1) El nivel estético inspira por medio de la naturaleza,
una hermosura agradable. Dios no es su creación. “Su
eterno poder como también su propia divinidad se
reconocen claramente… siendo percibidos por
medios de las cosas que fueron creadas” (Rm. 1:20)
2) El nivel de la consciencia de Dios. Con el que Dios
ha dotado a todos. En Él encaramos nuestros deberes
y faltas. Este nivel puede llevar a la compresión
reverente de la importancia de la vida humana y a la
decisión respetuosa y protectora con la relación a
ella. Pero una consciencia educa para valorar al ser
humano no se identifica con el conocimiento de Dios.
3) El nivel de la revelación de Dios, por la cual el ser
humano confrontado, ofrece su respuesta en la
adoración verdadera.
Escuchando a Dios.
La comunicación, a través de la lengua y el oído, es la
llave de las relaciones humanas.
En la adoración se presupone que Dios se comunica y
que los hombres son capacitados para “oír” la voz que
no emana de ningún ser creado.
“Quien tiene oídos, oiga lo que el espíritu dice a las
iglesias” (Ap. 2:7,11, 29; 3:6.13,22)
29/03/2017
Dios hablando con los seres humanos:
• Adán y Eva en el paraíso, hasta Juan en la isla de
Patmos.
• Los hombres escogidos oyeron la voz de Dios:
o ¿Cómo andaría Encon con el Señor si no le
oyera?
o Noé hizo conforme Dios le había ordenado. (Gn.
6:22)
o Abraham cuando iba a sacrificar a Isaac (Gn.
22:2)
o El Señor habla con Moisés, cara a cara. Éxodo
33:11.
• El oído humano tuvo consciencia de escuchar la voz
de Dios:
o Pedro fue rependido porque debía oír a Jesús
(Mc. 9:5-7; Jn, 12:28-29)
o Jesús reivindicó su identificación con el Padre
(Jn. 8:26-28,27)
Jesús declaró que el Padre busca verdaderos
adoradores que disciernan y escuchen Su voz. Hablamos
por medio de la oración con aquél que nos amó primero
(1ºJn.4:19), porque Él desea nuestra comunión. Así que,
no somos como los que adoran imágenes mudas, que les
hablan pero ellas no les contestan.
En la adoración mis oídos deben estar hábiles para
discernir la “voz” que habla, aunque solamente “el que
tiene oídos para oír, oirá los que el Espíritu dice” (Ap.
2:7,11,17). Cuando adoramos debemos esperar oír la voz
de Dios, que se hace audible al oído del hombre interior.
Dios comunica directamente a los corazones de
aquellos que son sensibles al Comunicador de la “Nueva
Alianza”. “El propio Espíritu testifica a nuestro espíritu de
que somos hijos de Dios” (Rm. 8:16)
Jesús, antes de sufrir en la cruz, garantizó a sus
discípulos que “el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el
Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las
cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Jn.
14:26).
Es imposible adorar sin el Espíritu. No se escucha la
voz de Dios sin Él, el cual glorifica a Jesús Cristo y
anuncia Su palabra. (Jn. 16:15).
Una expresión no común precede este versículo (Juan
16:15): “…porque no hablará por su propia cuenta sino
que hablará todo lo que oyere” (v.13).
Esta afirmación sugiere una comunicación íntima y
continua entre el Espíritu que habita en el creyente y el
Cristo gloriosos, vivo.
Adorar en el Espíritu implica estar en la expectativa
de ser receptor de la comunicación de Dios.
El endurecimiento de los corazones en la incredulidad
incapacita para percibir y entender lo que Dios hablaba:
“Con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado los ojos”
(Mt. 13:15 refiriéndose a Is. 6:9,10).
A través de la obra de conversión operada por el
Espíritu Santo en la persona es que se produce el milagro
que abre los oídos de los fieles.
La adoración debe facilitar condiciones para que se
oiga la voz del Señor en lo íntimo (He. 4:12). Lo que no se
concibe en la era del Espíritu es adorar al Dios vivo sin
percibir que Él se manifiesta y habla.
La sordera espiritual no es un mal de origen reciente.
“He aquí que estoy a la puerta (de la iglesia reunida,
celebrando la Cena) y llamo, si alguien oye mi voz y abre
la puerta, entrará en su casa y cenaré con él y él conmigo”
(Ap. 3:20)
El principal deseo de aquellos que se reúnen para
adorar a Dios, debe ser el reconocimiento de que, de
hecho, Él está en medio nuestro y habla a través de la
alabanza, la enseñanza, la doctrina expuesta…
La adoración y el llenarse del Espíritu Santo:
Todos deben ser llenos por el Espíritu, mensajero
divino de la Palabra viva de Dios (Ef. 5:18)
En colosenses, Pablo dice. “Habite ricamente en
vosotros la palabra de Cristo” (Col 3:16), dando a entender
que la plenitud del Espíritu significa oír y recibir
profundamente el mensaje que Cristo está dando a su
iglesia.
Resultado de la Comunicación con el Señor por
medio del Espíritu Santo:
• “Hablando entre vosotros con salmos”. Por medio de
la música y la Palabra inspirada se destacan las partes
del culto para animar a los hermanos (Ef. 5:19).
o Una experiencia mística, particular, no es lo
ideal, ni sería la evidencia de alguien que ha
recibido la plenitud del Espíritu Santo. Cuando
se está lleno del Espíritu Santo se demuestra a
través de una relación de verdadero amor que
ocurre entre los hermanos en la comunidad.
o En colosenses se nos llama atención al hecho de
que “salmos, himnos y cánticos espirituales” son
los medios de alabanza a Dios. (3:16). Sin duda,
todo cuanto glorifica al Señor, edifica a los que
se reúnen debidamente preparados para escuchar
a Cristo Jesús.
05/04/2017
La preparación para la adoración.
Dar culto también exige de nosotros preparación.
La preparación de todos los que participan en el culto.
No para agradar a los participantes, sino para conducirlos
en la dirección de una adoración aceptable por Dios.
La condición de un verdadero adorador, sólo será
alcanzada si los participantes se prepararen
conscientemente.
La preparación:
1. Búsqueda
• La mujer de Samaria, que vino a buscar agua en el
pozo, fue preparada por el Señor para buscar el agua
viva. (Jn 4:15)
• La adoración del Dios vivo, el Dios que se reveló a
los escritores bíblicos, siempre ha presentado el
desafío de ser Dios Absconditus (un Dios que se
encubre)
• El salmista le encontró porque le buscó. (Sal. 34:4)
• El poeta bíblico revela su ansiedad por alcanzar el
privilegio de tener contacto consciente con Dios.
(Sal. 63:1; 27:8; 84:2)
• La necesidad de buscar el rostro del Señor no es algo
solamente de nuestro materialista y moderno. Isaías
55:6, describe la carencia de la relación del hombre
con Dios.
• En todos los tiempos ha sido necesario, recordar que
Dios, aunque omnipresente debe ser buscado
voluntariamente.
• Jesús estimuló a sus oyentes a que pensarán en el
hambre y la sed de justicia (Mt. 5:6), como fuente de
la verdadera felicidad, porque los que busca ese
atributo de Dios serán satisfechos.
• También les mandó buscar para poder encontrar (Mt.
7:7), sin indicar, todavía el objetivo de esta búsqueda.
• La fe asegura a aquellos que buscan al Señor, su
presencia, aunque no haya señales visibles. (Jn. 4:24)
•  Notamos que el sentimiento de insatisfacción
provocado por la separación de Dios es el mismo que
nos empuja en dirección a la verdadera adoración. 
2. Auto evaluación (que nos lleva al arrepentimiento)
• Por regla general, podemos suponer que la conciencia
cristiana acusa al que anda por el mal camino.
• Pero hay incontables excepciones:
o Incapacidad de percibir su realidad espiritual,
desde el punto de vista divino (1º Sam. 15:13)
o Insensibilidad ante el rechazo del Señor por el
pecado. (2º Sam. 12:7-10)
• Reconocimiento del pecado:
o En el Salmo 51, David reconoce su pecado. (v.
4, 11)
o La restauración solo es posible hay perdón. (v.
14-15)
• La adoración sin arrepentimiento no agrada a Dios.
Pero Él agrada de un culto que le es ofrecido por un
espíritu quebrantado y un corazón contrito. Ofrendas
y holocausto sin un auto examen no tiene provecho.
(Sal. 51: 14-17)
• Cuando el profeta Isaías fue llamado por Dios, él se
vio dirigido a una auto evaluación, que le trajo la
revelación del estado de su corazón. (Is. 6:5)
• Pedro, consternado por su propio pecado frente la
santidad de Jesús, dijo solemnemente: “Señor,
apártate de mí, porque soy pecador” (Lc. 5:8)
• La oración enseñada por Jesús a los discípulos nos
instruye a pedir perdón a Dios por pecados que
cometemos. (Mt. 6:12)
• La muerte instantánea de Ananías y Safira, revela la
seriedad con que Dios encara el pecado escondido en
los corazones de los adoradores hipócritas. (Hch. 5:1-
11)
• (Metanoia), “Transformación de la mente”: El
verdadero arrepentimiento bíblico es más que sentir
pesar por haber resbalado moralmente. Se trata de un
cambio de actitud.
• Pecamos porque cuando se yerra juzgamos que
tenemos la razón. Pensamos que estamos en lo cierto
y que Dios y el prójimo nos justificarían si tuvieran la
capacidad de ver desde nuestro punto de vista.
• Después que el Espíritu Santo, a la luz de las
Escrituras, nos convence de que nos hemos
equivocado, nos arrepentimos, pues reconocemos que
Dios tiene la razón. Por esto, si no nos resistimos, a
causa de la soberbia de nuestro corazón, confesamos
pecados (1 Jn. 1:9).
• (Homologeoo) (“confieso”) quiere decir “estoy de
acuerdo y declarar públicamente”, esto es, Dios está
acertado y yo equivocado.
• “Confesad unos a otros vuestros pecados y orar por
los otros” (Stg. 5:16)
• Muchas veces descubrimos a alguien que, a pesar de
que haya abiertamente admitido su caída moral o
espiritual delante de Dios, permanece abatido, por la
carga.
• Una de las explicaciones más coherentes para la
frialdad y para la aridez en muchos cultos estás en
que existe pecado en los corazones de los miembros
de la iglesia.
• Conscientemente o no, optamos por el comodísimo
de la iniquidad de no confesar, en vez de la alegría
del Señor. Acán (y su familia), no tuvo el coraje de
admitir que él había conturbado Israel y provocado la
derrota (Josué 7:25). Las consecuencias fueron
terribles.
3. Meditación.
• Después de la evaluación y la confesión del pecado,
podemos avanzar hacia la disciplina de la meditación.
• Para meditar necesitamos tiempo y espacio donde
podemos estar quietos para conocer a Dios. (Sal.
46:10)
• Lejos de las distracciones, esperamos en el Dios de
David. (Sal. 62:1,5)
• Si meditamos voluntariamente, elevaremos nuestra
alma al Señor y no seremos avergonzados (Sal. 25: 1-
3)
• Rememorar las experiencias personales con el Señor.
Entramos más fácilmente en la meditación por la
puerta de nuestra imaginación y del recuerdo de las
experiencias de comunión vividas anteriormente.
• Por medio de la fe, podemos vivir las experiencias de
los eventos bíblicos, y el Dios de Moisés nos revelará
Su Santidad, como también lo hizo con su siervo, en
cuanto hablaba desde el medio de la zarza ardiente.
(Ex. 3:2-6)
• Memorización de sus mandamientos. Dios no solo
quiso que Josué limitara su meditación en el Libro de
la Ley, muchas otras cosas deberían ocupar la mente
del líder de la nación ( Josué 1:8)
• Volver a los principios de la creación. Dios invitó a
Job (Job. 38:4-14). Amplia la apreciación de la
soberana majestad de Dios.
• Figuras y parábolas. Jesús agudizó la imaginación
cuando las usó para traspasar los límites de la razón
humana.
o Mt. 6:28-30
o Lc. 15:19
• Si queremos encontra al Dios de la Biblia, debemos
concentrar nuestra imaginación en su revelación, en
los encuentros que tuvo con hombres y mujeres como
nosotros.
• Aquel que medita, aprenderá a diferenciar los valores
proritarios de la vida
• Lo que Dios aprecia tendrá cada una vez más
importancia y los valores seculares, disminuirán en
importancia.
• ¿tendremos nosotros, cristianos actuales la capacidad
de meditar tan profunda y radicalmente?
• Col. 1:18
4. Expectación.
• Una expectación anticipada-
• El adorador que alimente la esperanza de
experimentar un encuentro con aquel que si alma
tanto ama, con certeza no se quedará decepcionado.
Sal 33:18-22
• Para el Apóstol Pablo la gloria incoparable de la
futura comunión que esperaba, le hacía no dar
importancia a las tribulaciones de esta vida. 2º Cor.
4:16, 18
• 1ªPedro 1:18 Nos habla de una expectativa de gozo
muy grande en la presencia de Dios a pesar de que
todavía no le vemos. Si el culto no nos causa
expectativa, quizás estamos equivocándonos.
• La adoración debe ser doxológica, repletqa de
sentimientos de gratitud y alabanza. Efesios 1:3; 2º
Sam. 6:14; 24 :24
• El culto público anuncia a los vecinos incrédulos lo
que los creyenres piensan realmente de Dios y sí
mismo. La fisonomía triste o alegre, seria o
simpática, pesada o exuberante, que adorna los
rostros de los hermanos que salen de los cultos,
comunica la realidad de nuestro estado interior.
26/04/2017
Las oraciones.
El judío del primer siglo difícilmente podía pensar en
un culto sin oraciones. Era natural que los primeros
cristianos siguieran haciendo esta práctica. Aunque
hubiera ciertas modificaciones.
“Lugar de oración”, Hechos 16:13. En Filipos,
posiblemente, no había los diez hombres necesarios para
formar una sinagoga, pero había un lugar de oraciones,
donde las mujeres se reunían.
Jesús había enseñado que la oración debe ser
particular (Mt. 6:6), y personal (Lc. 11:5-13). Él no habló
mucho sobre la oración comunitaria entre hermanos,
apenas menciona la famosa frase “si dos de vosotros…”
(Mt. 18:19), que está relacionada con el contexto de la
disciplina en la iglesia. Él mismo solía orar solo (Lc.
6:12;9;18,29; 22:41).
La oración se distingue de la adoración por la
preocupación del que suplica por sus necesidades. Las
oraciones bíblicas dan valor a la comunión con Dios. El
egoísmo, la soberbia y la murmuración aniquilan la
comunión. Orar de verdad quiere decir abandonar la
rebelión y aceptar la reconciliación. En la oración, Dios
desea nuestra comunión. Él nos ama más de lo que un
padre humano pueda ser capaz. (Lc. 11:11-13). Él quiere
escuchar nuestras necesidades y suplirlas (Mt. 7:7-11).
La oración, aun cuando hecha en privado, no puede
estar aislada del contexto social. Dios es nuestro Padre, no
mí Padre. En la oración dejamos nuestra independencia
para interceder y nos aproximamos al trono de la gracia
con los hermanos y con la iglesia. Las oraciones públicas
en las reuniones de la iglesia deben de tener el mismo
significado. El que ora. Conduce toda la congregación a
los pies del Señor, esto, es en la medida que los miembros
oran. No es repetir las palabras del que ora, pero si elevar
el corazón en acciones de gracia y peticiones por todos los
miembros da la comunidad (1ªJn. 4:21).
En Hechos 4:24-31, podemos notar en la experiencia
de oración los siguientes principios:
• El principio de dependencia: La iglesia
perseguida sintió la verdad de que sin Jesús no
podía hacer nada. (Jn. 15:5)
• El principio de unión: Se puso a orar en
unanimidad. (Mt. 18:19)
• El principio de comunión: “Levantaron la voz”
(Hch. 4:24), no oraron en silencio. Reforzaron
las oraciones juntas.
• El principio de reconocimiento de la grandeza
de Dios: Esta era la base para sus oraciones. El
Dios único Soberano. Las amenazas que nos
atemorizan no existen fuera del control de Dios.
(Is. 37:15-20).
• El principio de paralelismo en las Escrituras:
Las verdades reveladas por el Espíritu Santo a
David en el Salmo 2, no eran válidas solamente
para la situación que vivió originalmente. (1ª
Cor. 10:11). La consolación de la Palabra de
Dios (Rm. 15:5) no debe ser ignorada en las
oraciones. (Hb. 4:16).
• El principio de prioridades: La iglesia colocó
la evangelización en primer lugar. Muy al
contrario de las iglesias actuales. La amenaza de
los enemigos era verdaderamente peligrosa si
cerrara la boca de los siervos de Dios. Ni la cura,
ni los prodigios tenían importancia si esos
milagros se apoyasen la proclamación del
evangelio. (1ª Cor. 3:9).
La oración que busca la voluntad de Dios en la
elección de un obrero para le ministerio. (Hch. 1:24-25).
No era democracia eclesiástica, sino el deseo que Dios
mostrara su voluntad. El énfasis recae en la autoridad de
Dios en su omnisciencia. Jesús fue nuestro Maestro por
excelencia con respecto a la oración. Él dio a la oración el
lugar central que esta ese merece en la adoración. Oramos
o desmayamos, (Lc. 18:1) No hay otra alternativa. El
propósito de toda la fe es conducirnos a un contacto
directo, personal y vital con Dios. La oración verdadera es
el reconocimiento tanto de nuestra carencia como la de la
suficiencia divina. Para Jesús la oración era tan necesaria
como el acto de respirar para mantenerse vivo. Aunque
Dios conoce todas nuestras necesidades. Cuando oramos
sobre ellas, nuestra actitud de murmuración es
transformada en alabanza, y somos capaces de participar
de los planes personales que Dios tiene para nuestra vida.
Cuando los discípulos pidieron a Jesús que les enseñaran a
orar, querían aprender que elemento componen la oración
y cuál debe ser el patrón a alcanzar (Mt. 6:9-13) Esta
oración no eran palabras para que las repitiéramos
solamente.
03/05/2017
El cántico en el Nuevo Testamento.
Aunque las referencias a la música sean escasas en el
N.T., es probable que la alabanza a Dios haya destacado
en los cultos de la “Iglesia primitiva”.
• Jesús cantó un himno, después de la celebración de la
Pascua. (Mt. 26:30; Mc. 14:26)
• Pablo y Silas cantaban alabanzas a Dios en la prisión
de Filipos. (Hch. 16:25)
• El autor de Hebreos cita el Salmo 22:22, en Hebreo
2:12.
• Pablo cita el Salmo 18:49 en Romanos 15:9.
• “Cánticos Espirituales” (Co. 3:16) surgieron
inspirados por el Espíritu Santo. En Apocalípsis
varias veces se hacen menciones de los cánticos de
los adoradores celestiales. (Ap. 5:9-10;14:3;15:3-4)
• “Los salmos”, probablemente son los mismo del AT
amados por nosotros y leídos en nuestro cultos.
• “Los Himnos” Referencias a los himnos de alabanza
a Dios y a Cristo que eran compuestos por los
cristianos.
• Estas tres palabras, tomadas juntas, nos describen de
modo general el ámbito de la adoración expresada
por la música estimulada por el Espíritu.

Cuando la iglesia alaba al Señor por medio de la música


cantada, se está instruyendo y aconsejando de igual
manera los unos a los otros. A Dios se le ofrece la
alabanza y la gratitud, y a los miembros de la iglesia se
estimula al ánimo. La música sostiene, da ánimo a los que
se sienten aislados o alienados.

En la iglesia primitiva podemos notar:


• Los cánticos sacramentales: Ef. 5:14.
• Temas teológicos: Ef. 1:9-14; Rom. 8:31-39-; 1ªCor.
13
• Himnos confesionales: 2ª Tim. 2:11-13.
• Himnos cristológicos: 1ªTim. 3:16; 1ªPed. 3:18-22;
Fil. 2:6-11.

La música envuelve los sentidos, el cuerpo y la


creatividad de los adoradores. Tanto en revelación como
en respuesta, la adoración debe abarcar toda la
personalidad del ser humano, el cuerpo y sus sentidos,
pensamientos y palabras, movimientos y acción, como
también el escuchar y el entender.
Es en el entusiasmo del cántico y del sacrificio de la
alabanza, que los adoradores pueden expresar con todo su
corazón (Ef. 5:19) lo que sienten para con el Redentor de
sus almas.
Si el amor se ha enfriado hace tiempo (Mt. 21:12), si
la tradición y el enfado han corroído la frescura alegre de
los adoradores entonces el mensaje del profeta Amós
puede ser aplicado a nosotros. (Amós 5:21,23). Vemos
una vez más aquí confrontado el hecho de que Dios
condena la expresión externa del culto, si no hay un
respaldo de amor y una íntima aproximación de Dios.
La música debe desafiar la congregación que canta a
esforzarse diligentemente por preservar la unidad del
Espíritu (Ef. 4:3). La armonía musical nos atrae porque las
vibraciones sonoras no están en choques contradictorios,
sino que se complementan y despiertan nuestra
admiración. Las leyes que rigen la combinación de tonos y
compases del ritmo nos dan una figura de
complementación en la diversidad de los miembros de la
iglesia que se unen para adorar. (1ª Cor. 12:13-26).
Adoración y los Dones Espirituales.

Los dones del Espíritu deben ser entendidos como


una expresión de culto a Dios. La ofrenda de nuestros
cuerpos a Dios es un acto de adoración espiritual: Ro.
12:1-8, sujetos a la Cabeza, para servir, profetizar, enseñar
exhortar, contribuir, presidir y ejercer misericordia.
Ocasión para el crecimiento y para el servicio a Dios
dentro y fuera de las reuniones. (Ef. 4:12,16). Voces
alabando y enseñando juntas, con corazones sedientos,
aprendiendo y aplicando la Palabra, y cooperando para la
edificación del cuerpo en amor. Por el ejercicio de los
dones, el culto es transformado en una experiencia alegre
y que responde al Dios viviente. La adoración puede ser
un testimonio poderoso al mundo.
Dios creó los dones, los dio para Su iglesia, para que
esta sea edificada, pero el ejercer los dones debe ser
siempre subordinado al amor. Solamente el amor edifica.
Hemos heredado algunos rígidos moldes de la iglesia
Católica Romana que deforman la imagen del buen
funcionamiento de una iglesia. Esto es la jerarquía. (1ª
Cor. 12:11). La enseñanza inspirada sobre los dones nos
fue dada para continuamente volver a la verdadera
adoración que agrada a Dios. Como Padre, Dios valora la
contribución de todos sus hijos. Por eso ser miembros
unos de los otros (Rom. 12:59), requiere el servicio a
Dios, con los hermanos sirviéndonos y sirviéndoles
mutuamente.

Efectos de la adoración.

• Seguridad.
• Comunión y reconocimientos mutuos.
• Santificación.
• Visión transformada.
• Evangelización.
• Buscar la satisfacción de Dios.
Seguridad íntima que la verdadera adoración trae para el
adorador frente a la inseguridad de la vida (Salmos 42-43).
La adoración real es la solución para la inseguridad de un
futuro desconocido. La adoración edifica la fe sobre la
Roca divina que opera en todos los acontecimientos según
el propósito de su voluntad. (Ef. 1:1) (Mr. 9:18,19, 22 y
24). La adoración nos levanta y nos hace andar confiados
y esperanzados (Salmo 37:5; Prov. 3:5, 6; Salmo 121:1,
2). El adorador que invierte tiempo y esfuerzo para dorar,
recibe un retorno multiplicado en forma de íntima
confianza (Fil. 4:7).
Comunión mutua con la familia de Dios: Cuando se
elimina la distancia entre el alma y el Creador, las
personas se aproximan más unas a otras.
Conocer a Cristo implica reconocer a los que a Él le
pertenecen: Adorar al Padre estimula el amor por sus
“hijos”. Si este no es la consecuencia del culto que
ofrecemos a Dios en la iglesia, podemos concluir que este
culto no es verdadero.
Santificación.
La búsqueda de la santificación resulta del contacto con
Dios: Los deslices morales y los fallos espirituales nos
incomodan en la presencia del Santo Dios. (Is. 6:5; Jn.
4:39; Stg. 1:23,24). El deseo ardiente de estar limpio, y la
búsqueda de la santidad son consecuencias de una
aproximación a Dios, en el Espíritu. (Jn. 13:9-10).
El que tiene valor de colocarse de rodillas delante del
Señor lo hace porque ha sentido la libertad, o el alivio de
escuchar de Jesús que sus pecados están perdonados. (Lc.
7:47)

Visión transformada.
La visión cambia desde el prisma divino: “La capacidad
de sopesar todas las cosas en la balanza de Dios y dar a
ellas el mismo valor que les da Dios es la marca de una
vida llena del Espíritu” (A.W. Tozer)
El resultado de una íntima comunión con Dios, crea
el deseo de colocar la honra de Dios por encima de la
propia seguridad física: “La verdadera visión nos lleva a
desear más ser santos, que ser felices.” – Tozer.

Creciente deseo del adorador de ser testigo de Jesucristo.


El mestro invitó a sus discípulos que le siguieran, pero les
envió sin obligarles a ir- (Mt. 4:19)
El propósito de Jesús para aquellos hombres se realizó.

Deseo de agradar a Dios.

Dios busca verdaderos adoradores que le glorifiquen. Si le


adoramos de acuerdo con sus normas, el se alegra. (Col.
1:10; Lucas 15:32; Rom. 11:36)
¿Cómo saber si Dios se agrada en el culto que le
ofrecemos? Conociéndolo bien (Jn. 8:29, 55). ¿Cómo lo
conocemos bien? Si nos apegamos a la verdad para vivir
en su Palabra (Jn. 8:31)
“La santificación es viva, sino crece es porque no vive”
Thomas Watson.)

10/05/2017
Obstáculos para la Adoración.

• Incoherencia.
➢ Actitud de envidia y amargura: Génesis 4:15. Está
motivada por una relación o acción incorrecta
delante de Dios.
➢ Actitud de enemistad y disensión: Gálatas 5:10.
➢ Actitud de resentimiento y venganza: Mateo 18:20-
35.
➢ Actitud de incredulidad o burla: Salmo 51:8.
• Exterioridades y Tradicionalismos.
➢ Apego a lo exterior, a los modos. Peligro de caer en
hipocresía y deshonestidad. (Marcos 7:6-7; Mateo
15:1-20; Marcos 7:8)
➢ La tradición produce modos exteriores. Cuidado,
pueden corromper cualquier práctica bien
intencionada (Lucas 18:12; Mateo 23:23; Mateo 6:5;
palmas, arrodillarse, levantar brazos, sentarse, leer
la Palabra, orar…)
➢ Dios no puede ser burlado. Imposible engañar a
Aquel que nos conoce (Gálatas 6:7). Los humildes
son los aceptados (Mateo 11:25 ss). La iniquidad
interviene en los momentos más sagrados (Mateo
16;15-23).
• Rutina.
Hábitos que regulan la vida de la iglesia y no se presta
atención a la necesidad de aprender, renovarse.
Si el culto se hace monótono, una repetición cansina, será
un obstáculo terrible para la verdadera adoración. Isaías
1:14. Examinemos 20:7-11. El adorador necesita estar
dispuestos a pensar, cambiar los hábitos estériles, y
revitalizar lo que está a punto de morir (Apocalípisis 3:2).
Cuando la reunión semanal de la iglesia, en el culto, no
proporciona animación, podemos detectar un signo de
Dios no es bien conocido. Nos preocupamos con nosotros
mismo, con nuestras necesidades e intereses, pero no
con lo que el Padre espera, una comunión verdadera
consigo y con Su hijo.
• Mundanalidad.
➢ En su sentido más amplio, todos lo que compone la
vida independiente de Dios; los placeras, personas,
cosas, lugares, planes, deseos y pensamientos, hacen
parte del mundo que Dios nos prohíbe amar, porque
resulta en un amor incomparable al “amor del
Padre” (1 Juan 2:15-16). El mundo estimula el deseo
de poseer, dominar e impresionar.
➢ En el mundo pero no del mundo: Juan 17:11, 14, 16.
El compromiso del discípulo con la persona de Cristo
y sus mandamientos aparta del peligro de la
mundanalidad. La vanidad humana no debe ser el
centro de la vida. Ejemplos: Ananías y Safira. (Hechos
5:11; Mateo6:24) Demas (2ª Timoteo 4:10)
➢ La mundanalidad con frecuencia es invisible a los
ojos pero mortífera para la relación con Dios. Si uno
se da cuenta que está amando cualquier placer más
que la oración, cualquier libro más que la Biblia,
cualquier casa más que la casa de Dios, cualquier
mesa más que la mesa del Señor, cualquier persona
mas que a Cristo, cualquier indulgencia más que la
esperanza del cielo, esto es una señal de que está en
peligro. Sea la mundanalidad del pensamiento o de
la práctica, automáticamente creará un
impedimento impasable para la adoración, a menos
que nos acerquemos a Dios conscientes de este
error. Arrepentidos de la mundanalidad, que nos
asedia, aproximémonos a Dios como sedientos y
bebamos (Juan 7:37-39),
➢ Las apariencias engañan. La soberbia y la adoración
son tan contrarias entre si como el Espíritu y la carne
(Gálatas 5:17). Cuantas iglesias de mármoles y
granito deben presuntamente conducir a los
adoradores para las cosas que vienen de arriba
(Colosenses 3:1) y de hecho solamente claman para
la carne, de aquí abajo…
➢ La sutileza, característica de la soberbia penetra
muchas veces en el rebaño de Dios. Enorgullecerse
de nuestras voces, del mensaje, del predicador, es
un sentimiento indigno de todo culto ofreciendo a
Dios. Todo lo que llama la atención hacia sí mismo
dentro de la iglesia, exhala un olor fuerte de
mundanalidad y crea un verdadero obstáculo para la
adoración en Espíritu y en verdad. (Mateo 23:27).
➢ “Es con nuestros pecados que nos acerquemos a
Dios, pues no podremos presentarnos a Él con
cualquier otra cosa que sea realmente nuestra… sin
aprender esta lección, no podremos dar un solo paso
correcto en la vida religiosa”
• Pecado no confesado.
➢ Pecado no confesado: Todo el culto cristiano
siempre tiene que ser direccionado para la
santificación de nuestra vida, Salmo 66:18. Pecado
consciente, cultivado y defendido en lo profundo del
corazón. La santidad de Dios y el apego obstinado a
alaguna impureza, por parte de alguno de sus hijos,
hacen que sea imposible la adoración real.
➢ Cada pecado necesita: Ser específicamente
apuntado y puesto en el altar de Dios (Isaías 6:5). Ser
extirpado, el simple reconocimiento de que somos
pecadores tiene muy poco valor. Proverbios 28:13.
➢ Todo depende de: Que estemos en Cristo, “si
nuestra vida con Cristo está correcta, todo
finalmente se convertirá en correcto… Lo esencial es
tener vida plena en Cristo, en otras palabras, tener a
Cristo en nosotros, operando por medio de
nosotros” (Andrey Murray) Juan 15:5. Que estemos
en un proceso continuo de renovación siendo
conscientes que la inmundicia se nos pega y se
acumula y debemos deshacernos de ella. Juan 15:3;
Hebreos 4:16. El camino de n.la adoración pasa por
la fuente, por el altar (Éxodo 30:17-21; 27:1-8), y por
el reconocimiento del pecado a través de estar al pie
de la cruz. El Espíritu de Dios va en pos de aquel que
está dispuesto a arrepentirse y tristemente se aparta
de la presencia de aquel que ama su pecado, nadie le
engaña.
• Desinterés e ingratitud.
En la época actual hay cambios muy rápidos. Estamos
cautivados por los medios de comunicación, por el
entretenimiento y la diversión.
➢ Tiempo desperdiciado. Comprometidos con las
noticias que nada ofrecen para el bienestar del ser
humano.
➢ Esclavitud de la mente. Que queda obcecada por el
enredo de novelas, películas, hechos extraños e
inútiles, información que no nos llevan a ningún
lugar.
➢ La violencia, las intrigas, asaltos, críticas a los líderes,
guerras. Que nos hacen disfrutar de un cierto morbo,
y alimentar la crueldad, el desprecio, el orgullo y la
insensibilidad ante los sentimientos de los demás.
➢ Nos llenamos de basura y de conversaciones que
nada tienen que ver con el amor de Dios.
➢ Cuando los cristianos quieren pagar con la moneda
del desinterés las bendiciones de los valores eternos,
se llenan de preocupaciones, intereses, atracciones y
de todo lo que preocupa el pensamiento; dejando a
un lado los elementos básicos que componen la
verdadera adoración: Alabanza, comunión con Dios,
gratitud y búsqueda del Reino de Dios por medio de
la oración. (Lucas 12:17-21)
➢ El hombre que atesora para sí y no es rico para con
Dios, se descalifica a sí mismo como adorador.
➢ Debemos concienciarnos del horrible obstáculo que
las fuentes de comunicación levantan contra la
adoración real. Es necesario concentrarse en los
valores eternos. (1ª Timoteo 4:1-5; Filipenses 4:8).
• Pereza y Negligencia.
La más común de las barreras a la adoración es la pereza.
Eclesiastés 12:1.
➢ No hay garantía de inmunidad contra la pereza para
el joven que se envuelve en las actividades y
prácticas de la iglesia. La energía se diluye poco a
poco. (Isaías 40:30).
➢ El perezoso no tiene dificultad para justificar su
error en la comunión con Dios (Proverbios 22:13;
26:14-15).
➢ El que no tiene celo (cuidado), no tiene el amor de
Dios. La vida no consiste en esperar a la última
trompeta o a morirse de hambre espiritual.
➢ La negligencia en el culto que debemos ofrecer no
solo damnifica la comunión para el perezoso o el
ocioso, afecta negativamente a todos.
➢ Los jóvenes en la fe aprenden de los más viejos a
llegar tarde a dejar el culto de oración, a escarpase
a la hora del culto (Hebreos 10:25)
Motivos que crean pereza:
➢ El sueño. Muchos trasnochan el sábado, no duermen
bien y descubren que no pueden concentrarse para
orar, o entender la lectura de la Palabra y menos
para escuchar la exposición de la misma.
➢ Se aprende a ser negligente de la misma forma que
aprendemos a tener celo. “Nadie es una isla en sí
mismo, todos somos parte de un continente” John
Donne.
➢ Si metes a un nuevo convertido en la nevera, no te
sorprendas con la frialdad y la tolerancia al pecado
que él va a demostrar (2º Reyes 4:39; 1ª
Tesalonicenses 5:14)

17/05/2017

Contraste entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.

• La manera de adorar y la libertad.


o Formalismo vs. Espontaneidad.
o No es lo más importante: ni la forma correcta ni
la libertad de expresión.
o Adorar conforme a los mandamientos de Dios.
o Marcos 7:6-7; 1ª Corintios 14:40.
• La adoración y el tiempo.
o Antiguo Testamento: diario, semanal, anual,
generacional.
o Recuerdo de la salvación de Dios con el pueblo.
o Responsabilidad de adorar a Dios.
o Éxodo 20:11; Levítico 24:8; Número 28:9-10.
o Nuevo Testamento: Lucas 4:16.
o Nueva Alianza: La adoración por el Espíritu,
rompe con el concepto de “tiempos
designados” para la adoración. Juan 5:17; 2ª
Corintios 5:17.
o Jesús el Señor del Sábado, la visión cristiana
santificó todos los tiempos. Lucas 24:53.
• El templo.
o Antiguo Testamento: espacios sagrados.
Génesis 28:17; Éxodo 3:1.
o El tabernáculo y el templo extensiones del
encuentro con Dios.
o Nuevo Testamento: Jesús mostró gran respeto
por el templo. Juan 2:16.
o La resurrección crearía un templo de un orden
distinto para sustituir al anterior. Juan 2:19-22;
Juan 1:13ss.
o La adoración colectiva un preludio de la
asamblea celestial de la iglesia. Hebrea 12:22-
24.
o Las facciones niegan la santidad del templo. 1ª
Corintios 3:16.
o La comunidad transformándose en templo
santo. Efesios 2:21ss.
o 1ª Corintios 1:10-13.
• El sacrificio en la Iglesia.
o Sacrificio  restauración de la comunión y el
acceso a la presencia de Dios por medio de los
sacerdotes.
o Ofrendas:
▪ Quemada. Levítico 6:8-13.
▪ Manjares. Levítico 6:14-18.
▪ Pacífica. Levítico 7:11-14.
▪ Por el pecado y la culpa (exigida). Levítico
4:1-6.
o Sacrificio animal  muerte expiatoria de Cristo
Hebreos 10:1 (Sombra realidad)
o Romanos 5:1; Hebreos 10:19.
o Dios desea obediencia no sacrificios animales.
Marcos 8:34; Gálatas 2:19;
o Romanos 12:1. Sacrificios vivos ofrecidos =
adoración espiritual.
• El sacerdocio de los creyentes.
o Antiguo Testamento:
▪ Sacerdote + Templo + Sacrificio = Pueblo
adoraba a Dios.
▪ La nación de un reino de sacerdotes. Éxodo
19:6.
o Nueva Alianza: Cristo reúne todo el sacerdocio
como único representante de Dios = mediador.
Hebreo 5:1-10; 7:1-28.
o Sacerdocio extendido. Hebreos 2:11, 17.
o Adoración: todo lo que la Iglesia hace para
cumplir su misión. Efesios 4:12; Marcos 10:45.

24/05/2017

La influencia de la cultura postmoderna y el culto.


(Éxodo 3:18)

La sociedad postmoderna:
• La postmodernidad es una corriente cultural
caracterizada por la muerte de todos los ideales que
mantenían la dignidad y la esperanza de la
humanidad.
• Una pérdida de horizontes y referencias en todos los
órdenes de la vida.
• Un vacío existencial que provoca cuatro
características principales en la sociedad
postmoderna:
o Hedonismo- El pacer.
o Individualismo- Yo me basto.
o Narcisismo- Yo soy el centro del mundo.
o Relativismo- Todo vale, no hay verdades
absolutas.
Elementos a tener en cuenta.
• En lo religioso hay una simbiosis entre el secularismo
y las necesidades de nuevos ídolos e ideologías, que
no se asemejen a las religiones tradicionales.
• Hay un crecimiento de las filosofías orientales y una
apatía total acompañado de una negación de las
creencias tradicionales y del cristianismo histórico.
• Por causa del vacío, hay un renacimiento de
filosofías y religiones orientales, de la Nueva Era y un
interés por usar la falsa espiritualidad esotérica.
• Crece el ocultismo y los cultos satánicos.
• La familia nuclear tradicional está desapareciendo
como institución básica de la sociedad.

El ser humano postmoderno:


• Puede que niegue o ignore conscientemente la
existencia de Dios, pero el vacío existencial que
pretende ignorar a golpe de placer y de
superficialidad, no anula la realidad del mismo.
• El ser humano actual agoniza por algo auténtico,
inmerso como está entre tanta banalidad,
individualismo y superficialidad.
• Su seguridad parece estar en su exterior. Así el
cuerpo es considerado el todo de la persona, la
figura humana se eleva a la categoría de mito. Se
sustituye la ética por la estética.
• ¿Podemos esperar de este “modelo” de hombre,
instintivo y egocéntrico, que se tome el tiempo y el
esfuerzo de comunicar y profundizar en su relación
consigo mismo, con su familia y con su iglesia?

El culto cristiano. Todo ser humano tiene tres


necesidades básicas, que no le vienen dadas ni por su
condición social ni por su posicionamiento filosófico,
sino por su naturaleza de ser humano:
• Identidad: Necesita saberse igual a otros y conocer
las grandes preguntas de la vida: ¿Quién soy? ¿Qué
soy? ¿Para qué estoy aquí? La identidad da
seguridad, sentido de pertenencia, arraigo y valía.
• Trascendencia: Hay en nosotros un sentido del más
allá, una parte de nuestro ser anhela lo sublime y la
altura espiritual. No podemos vivir sin llenar este
vacío existencial y profundo que hay en nuestro ser.
• Sociabilidad: El ser humano no puede negar haber
sido hecho conforma a la imagen de Dios, y por
tanto tiene necesidad de vivir en sociedad, rodeado
de iguales que le confieran seguridad y protección.
o El gran problema es que el postmodernismo ha
destruido y menoscabado esos cimientos y el
edificio se derrumba.
o Incluso entre los cristianos se está perdiendo el
sentido de colectividad, de comunidad, todo
está enfocado hacia el individualismo.
o El concepto de autoridad ya no existe el
individuo se vuelve cada vez más pesimista,
egocéntrico que busca la inmediata satisfacción
de los sentidos.
El cristianismo y postmodernidad:
• El cristianismo en la cultura postmoderna se vive en
muchos casos desde una perspectiva funcional y
acomodada. Surge la fe emocional promovida por la
importancia del sentimiento, la herencia
individualista, insolidaria y superficial de nuestra
sociedad.
• Muchos cultos evangélicos se suceden desde una
dimensión festiva irreal, se busca la experiencia
mística, estática, se buscan cultos triunfalistas, pero
libre de compromiso directo, en ocasiones como
auténticos espectáculos donde sólo se persigue
estimular los sentidos y crear un ambiente de
euforia, que en muchos casos no se corresponde con
la vida diaria de sus miembros, y a veces con un mal
testimonio personal y familiar.
• Muchos cristianos acuden al templo no por
convicción o deber cristiano, sino por conveniencia.
Casi parecen hacer un favor a Dios asistiendo al
culto.
• Aunque debe haber alegría y fiesta delante de Dios,
no debe faltar una realidad interior de vida y de
conocimientos de la palabra de Dios.
• Debemos adaptar las formas de expresión cultica a
los tiempos modernos y debemos ser también
sagaces a fin de saber presentar en nuestros cultos
el vino nuevo pero en odres nuevos sin trastocar el
mensaje y predicando todo el consejo.

Siete características que afectan a nuestro culto:


1. Una cultura individualista y la falta de comunicación.
2. La destrucción de la familia tradicional.
3. El menoscabo del concepto de autoridad.
4. La falta de identidad, de arraigo en un mundo del
que no nos sentimos parte.
5. La sacralización de lo profano dentro de la
secularización tradicional.
6. La secularización del culto privándolo de su sentir
trascendente.
7. Los prejuicios denominacionales y fragmentación de
los elementos de culto.
Formas actuales de comunicación: ¿Cómo comunicar en
nuestros cultos las verdades de siempre al hombre de
hoy?

• El estilo de culto debe ir en paralelo a los nuevos


medios de comunicación dados en cada etapa de la
historia.
• La modernidad en el s. XVIII guiado por la razón, creó
un culto con énfasis más racional, lógico, dirigido por
una mente. Un culto pedagógico, donde se
eliminaba las supersticiones antiguas, prejuicios y
creencias religiosas, que no tenían base en la lógica y
la razón.
• También, la influencia del romanticismo del s. XIX,
dio origen a un culto más idealista, más
evangelístico, dirigido al pecado y en donde la
ministración a las necesidades personales y la
invitación al altar

Propuestas para el culto hoy:


El culto es un encuentro con Dios y su pueblo. Dios busca
al hombre para restaurarle y éste busca a Dios para ser
restaurado. El culto debe ser una relación cultica, una
búsqueda de comunión profunda y natural.

El estilo:
• Debe adecuarse en cada caso a la cultura y tradición
de cada pueblo o congregación. Tan válido es un
culto en una iglesia tradicional que en otra más
abierta, siempre que mantengan la estructura
fundamentada en la Biblia.
Culto contemporáneo.
• La base del culto es la Palabra de Dios y la Santa
Cena.
• El contenido es trinitario y especialmente
cristológicos.
• La estructura debe estar basada en los cuatro puntos
dichos. (Reunión, Palabra, Acción de Gracias y
Despedida).
• El estilo debe acomodarse a las formas de
comunicación usadas en la postmodernidad.
• Quizás sea importante combinar en unidad y
equilibrio un culto que sea a la vez didáctico e
introspectivo.

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