Vous êtes sur la page 1sur 9

LA INDUSTRIA DE LA ALFARERIA EN MÁLAGA.

UN ESTADO DE LA CUESTIÓN

Sonia López Chamizo.


Conchi Marfil Lopera.
Antonio Pérez Narváez.
Alberto Cumpián Rodríguez.
Pedro J. Sánchez Bandera.

A lo largo del presente artículo pretendemos hacer un recorrido por la investigación


arqueológica en relación con la alfarería en Málaga, a partir de los datos obtenidos en cada uno de
los centros de producción; a saber:

-Arrabal de Fontanella. Localizado al norte de la ciudad, se tiene constancia de su


existencia desde el siglo XI-XII, aunque los indicios de actividad alfarera en la zona se
enmarcan entre la época romana y el siglo XVIII. Con posterioridad esta actividad se
desplazará más al norte, al extrarradio de la ciudad, por mor de la presión urbanística.

-Arrabal de Al-Tabbanim. Se localiza al oeste del río Guadalmedina, con un


entramado urbano que se remontan al siglo X. Aquí se han localizado dos enclaves alfareros,
además de indicios no definitorios que remitirían a un tercero. El primer enclave se localiza
al sur, en el entorno de la actual Iglesia del Carmen, con desarrollo entre los siglos IX y XII.
Cuatrocientos años después, entre los siglos XVI al XVIII, resurge esta actividad al norte, en
el sector de la calle Trinidad.

-También en el espacio que ocupará la medina se han localizado indicios puntuales


que avalan estas prácticas. Contamos en este sentido con testares de época emiral en un
inmueble de la calle Especerías, así como un horno del siglo XVIII descubierto en la calle
Pasillo de Santa Isabel, posiblemente vinculado a un uso privado.

Antecedentes.

Sin pretender abordar una evolución pormenorizada de la alfarería desde época antigua, sí
habría que hacer mención al hallazgo de cinco hornos premedievales en el espacio que ocuparán los
arrabales musulmanes, por cuanto ilustran unos antecedentes que no pueden ser obviados. 1 Se
trataría de producciones subsidiarias, vinculadas en muchos casos a las factorías de salazones que
jalonan el litoral malagueño.

Para los prolegómenos de la ocupación musulmana, los vestigios que avalan la existencia de
producciones locales de cerámica son hasta ahora indirectos. Conocemos algunos de los lugares en
los que se arrojaron los deshechos, resultando ineludible la mención a los hallazgos en los números
16-18 de la calle Especería, donde se documentó un vertido de formas cerámicas defectuosas en el
interior de una pileta de salazón tardorromana. Asimismo, en un inmueble sito en la confluencia de
la Plaza de la Merced con la calle San Juan de Letrán, se descubrieron dos depósitos repletos de

1
Se trata de cinco hornos con rasgos morfológicos coincidentes. Dos han sido hallados en la confluencia de la calle
Carreterías con Álamos, uno en la Ollerías y dos al oeste del río, en la calle Cerrojo, posiblemente asociado a una
factoría de salazones.
material cerámico defectuoso, junto a numerosos restos de atifles, morillos e incluso partes de un
posible horno destruido; en ambos casos, los rasgos morfológicos de las cerámicas remiten a
prototipos precalifales. 2

Para estos momentos, los datos sugieren la existencia de un asentamiento escasamente


estructurado e integrado por un número indeterminado de núcleos de población más o menos
dispersos.

El desarrollo de la alfarería en el marco de la ciudad califal.

Con la reforma territorial impulsada por la dinastía Omeya, Málaga adquiere un status
geopolítico preponderante. Esta circunstancia marca el inicio de una nueva etapa, en la que la
ciudad se dota de una estructura urbana bien definida, dentro del patrón que caracteriza los enclaves
andalusíes. En este escenario se desarrolla un tejido industrial pujante y bien organizado, que por lo
que respecta a la alfarería coincide con un incremento significativo del número de hallazgos
arqueológicos.

Los hallazgos se localizan fundamentalmente en dos zonas y revisten la suficiente entidad


como para determinar la existencia de complejos alfareros, enclaves especializados en los que
estarían concentradas las diferentes actividades que integran el proceso de producción de cerámica,
con una proyección que superaría el ámbito meramente local. 3

Complejo alfarero del Carmen. Arrabal de Al-Tabbanin.

Diversas intervenciones arqueológicas han puesto de manifiesto la existencia de una


incipiente ocupación durante el periodo emiral en la margen occidental del Guadalmedina. No
obstante, los primeros datos que avalan la existencia de un entramado urbano relativamente
organizado remiten al siglo X, lo cual se viene considerando el inicio de un proceso que culminará
con la configuración definitiva del arrabal doscientos años después, con la construcción de la cerca.

Localizado en el extremo sur del antiguo arrabal, asentado sobre terrenos formados por la
deposición de arenas entre el delta del río Guadalmedina y la línea de costa, para estos momentos
iniciales del barrio se tiene constancia de la fundación de un complejo alfarero que estará en uso
hasta el siglo XI.

El estado de conservación de los restos no permite determinar con facilidad las dimensiones
máximas del complejo, aunque el espacio ocupado por la zona de los hornos y otras infraestructuras
alcanza los 900 m2. Hacia el suroeste, este espacio estaba acotado por una edificación que se podría
vincular al complejo a partir de criterios de sincronía y proximidad, aunque no se han hallado
indicios suficientes para determinar los usos de cada dependencia.

Por el contrario, en zonas cercanas a los hornos sí se han podido documentar elementos
directamente relacionados con la fabricación de cerámicas e infraestructuras dependientes, como

2
Recientemente se ha detectado un lote de piezas emirales con fallos de cocción y desechos de morillos y atifles,
depositados sobre estructuras tardorromanas en las cercanías a calle Beatas. Información oral trasmitida por sus
excavadores (Arqueólogos de la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas).
3
Del mismo modo, pudimos excavar depósitos procedentes de complejos alfareros colmatando la primera fase de la
necrópolis musulmana del Arrabal de Al-Tabbanim, con una cronología de los siglos IX-X.
piletas de decantación de arcillas, vasijas cerámicas encajadas en las arenas, un complejo sistema
hidráulico (canalizaciones, pozos y alberca) y testares.

Se han documentado seis hornos, todos ellos insertos en las arenas para hacerlos más
resistentes y de mayor porte calórico. Están construidos con adobe y arcilla y cuentan con cámara
circular y praefurnium de tendencia troncocónica. En ningún caso se tiene constancia de la cubierta,
aunque tres de ellos conservaban evidencias de distintos sistemas de sustentación de la parrilla,
consistente en dos de ellos en una estructura radial de morillos sustentada en un pequeño resalte,
frente a un único horno en cuya
cámara de combustión se
conserva una arcada de ladrillos.

Tres de ellos guardan una


clara alineación entre sí, mientras
que el resto se disponen de
manera aparentemente aleatoria.

El complejo alfarero
estaría amortizado a finales del
siglo XI o inicios del XII,
coincidiendo con la construcción
de la cerca del arrabal y el
desarrollo de un tejido urbano
ortogonal que parece
imposibilitar la coexistencia
entre zonas industriales y
residencias. 4

Barrio alfarero de Fontanella.

Vinculado a prácticas alfareras desde época romana, es durante la edad media cuando esta
actividad alcanza su máximo desarrollo, dentro de un área exclusiva que comprende la ladera media
– baja de la colina de El Ejido. Esta ubicación no es casual, sino que vendría dada por la
confluencia de una serie de factores indispensables para la práctica de la alfarería:

- La existencia de un sustrato geológico compuesto por arcillas pliocénicas, muy


depuradas y superficiales, lo que facilitaría la captación de materia prima.
- Facilidad para el aprovisionamiento de agua, mediante a la construcción de pozos
de captación o la traída desde alguno de los cursos fluviales próximos.
- La existencia de bosque próximos que garantizarían el aprovisionamiento de
material de combustión para los hornos.

Los orígenes del complejo alfarero en este sector se remontarían al siglo XI, si nos atenemos
a los datos que aporta la arqueología.

4
Parece ser que durante la primera fase de ejecución de las obras del metro, se han excavado hornos similares a los
descritos, con una adscripción cronológica del Siglo XII. Su localización sería relativamente cercana a este complejo
alfarero aunque al exterior de la cerca del arrabal.
La fabricación de cerámica se llevaría a cabo en el interior de edificios con una distribución
espacial muy característica, en la que el patio (central o lateral) desempeña un papel rector en la
organización del espacio. Es precisamente este espacio, el patio, el que alojaba las piletas de
decantación de arcillas, así como los pozos de captación de agua.

Como en el caso anterior, tampoco se ha detectado los fosos para las mesas de torno.

Los hornos documentados responden a características formales relativamente uniformes, se


trata en su mayoría de estructuras de planta circular o elíptica, precedidas de un praefurnium
troncocónico. Sin excepción se localizan inserto en el sustrato geológico mediante un hoyo o fosa
adaptada, cuyas paredes se revisten con una estructura de adobe y ladrillo recubiertos de una gruesa
capa de arcilla. No se han conservado las cubiertas, aunque sí restos del soporte de la parrilla que
responde a los tipos anteriormente descritos. El suelo del praefurnium suele estar recrecido un
escalón con respecto al cenicero en la cámara de combustión. Al margen de esta tendencia, se tiene
constancia de un horno de planta cuadrada, hecho con mampostería, del que no se conserva la
parrilla aunque sí el praefurnium.

Estas estructuras pueden disponerse de manera ordenada, habiéndose documentado cuatro


de ellos alineados en batería.

Los testares se dispusieron en fosas exclusivas de formas regulares, planta de tendencia


circular y sección hemiesférica. Asimismo se aprovecharon grietas y oquedades naturales y antiguas
fosas para la captación de materia prima.

INTERVENCIONES HALLAZGOS
C/ALTA, 44 Batería de 4 hornos. Coexistencia de la parrilla apoyada sobre
arcos con la parrilla apoyada en escalón y morillos. Testares.
C/DOS ACERAS 17 ESQ. Horno circular con praefurnio troncocónico. Parrilla doble
C/GUERRERO 2 apoyada en escalón y morillos.
C/OLLERÍAS-PARRAS Complejo alfarero con 4 dependencias, pasillo y otras 2
dependencias más.
C/CHINCHILLA 3-9 Complejo alfarero diversas estancias y pila de decantación.
C/ALTA-PARRA UA 6 Horno de planta cuadrada, elaborada en mamapostería con cámara
de combustión
C/ALTA33-39 C/PARRAS Horno circular con cámara de combustión y praefurnio. Testares
24-30
C/PARRAS 22 Testares
C/PARRAS 2-8 Testares

Siglos XII-XIII

Durante esta etapa se mantienen vigentes muchas de las instalaciones anteriores, aunque se
aprecian remodelaciones que afectarían puntualmente a la organización del espacio. Al mismo
tiempo surgen nuevos establecimientos que parecen reproducir el esquema de los precedentes. A
priori, las nuevas instalaciones requieren mayor superficie y encerrarían un número mayor de
hornos.

Tampoco destacan variaciones significativas en la morfología de los hornos, aunque se


aprecian novedades como la presencia de una estructura externa que encierra el horno a modo de
refuerzos exterior o cámaras de dilatación. En algunos casos, destacan las dimensiones de
determinadas piroestructuras (hasta 5,60 m de diámetro la cámara de cocción, poyete doble y muro
perimetral de refuerzo).

Se han documentado hornos de planta cuadrada, de los que uno conserva la parrilla,
sustentada por una arquería doble.

INTERVENCIONES HALLAZGOS
C/DOS ACERAS 17 ESQ. Complejo alfarero con horno incluido
C/GUERRERO 2
C/OLLERÍAS-PARRAS Reestructuración del alfar anterior. Horno de planta cuadrada
sustentada en arquería doble y muro perimetral de refuerzo.
C/CHINCHILLA 3-9 Horno circular, poyete doble, muro perimetral de refuerzo.
Diámetro de la cámara: 5.60 m. Muy buen estado de conservación.
UA 6 Praefurnio de horno muy alterado.
C/PARRAS 2-7 Horno circular y prefurnio con muro perimetral.
C/PARRAS 2-8 Horno circular de 2 m. diámetro. Reparación de otro cuadrado.
C/PARRAS 20 Complejo alfarero con horno incluido
C/CHINCHILLA 2-8- Complejo alfarero con dependencias y horno.

Siglos XIII-XIV

Con respecto a la etapa anterior, llama la atención el hecho de que los hornos adquieren
cierta complejidad, a la vez que se ajustan a un tamaño más homogéneo. Suelen ser estructuras de
cámara circular (Ø 1.80-2.00 m) y praefurnium troncocónico (unos 2.00 m largo y 0.80 m de
ancho). Pueden presentar dos y tres resaltes para sustentar varias parrillas, así como hornacinas
laterales para producciones específicas.

INTERVENCIONES HALLAZGOS
C/ALTA- PARRAS UA 6 Presencia de 3 hornos circulares y fosas de extracción de arcillas.
C/ALTA 33-39 Presencia de 3 hornos circulares, dos de pequeñas dimensiones.
Uno con parrilla triple de morillos.
C/ PARRAS 24-30
C/CHINCHILLA 2-8 Complejo alfarero de grandes dimensiones, se reconocen 2
habitaciones abiertas a un patio en el que se encuentra pila de
decantación y horno de grandes dimensiones y complejidad: doble
hilada de orificios para morillos y hornacinas laterales.
C/SARGENTO 7 Complejo alfarero con habitación, pozo y horno de 0.50 m. de
diámetro.
C/PARRA 2-8 Complejo alfarero con habitaciones, patio con pozo y pila de
decantación. Al exterior, 3 hornos circulares con praefurnio
trapezoidal. Uno de mediano tamaño, los otros dos son
remodelaciones de hornos anteriores y posteriormente sufren
reparaciones. Presencia de testares.
Siglo XIV-XV.

El carácter superficial de estos vestigios los hace muy vulnerables a distintas afecciones, por
lo que los datos son muy parciales. No obstante, parece evidente la continuidad de algunos de los
alfares anteriores, salvo por algunas reformas o reparaciones. En cuanto a los hornos, responden las
características morfológicas de los anteriores.

Desde un punto de vista cuantitativo adquieren gran relevancia el número de testares, así
como sus dimensiones que en algunos casos alcanzan los 6,00 m de diámetro máximo.

INTERVENCIONES HALLAZGOS
DOS ACERAS 17 ESQ. Arrasamiento de la fase anterior y construcción de un alfar y
C/GUERRERO 2 horno. Muy alterados posteriormente.
C/CHINCHILLA 2-8 Continuidad del complejo alfarero.
C/PARRAS 20 Presencia de restos nazaríes muy arrasados para su
caracterización.
C/PARRAS 2-8 Batería de 3 hornos. Planta circular uno de ellos conserva los
orificios rectangulares para la parrilla. Con reformas posteriores de
los paramentos. Gran importancia de los testares por su tamaño y
el material cerámico.
C/PARRAS 1 Gran canalización de mampostería y ladrillos revestida de
mortero hidrófugo. Presencia de testares.
C/MONTAÑO 20 Fosas de extracción de arcillas, algunas reutilizadas como
testares.
C/PARRAS 22 Testares
C/DOS ACERAS 13-15 Grandes fosas con paredes rubefactadas rellenas de material
ESQ. GUERRERO cerámico.

Edad Moderna

Tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se inicia una ruptura con respecto a
invariable medieval que apunta en una doble dirección: por un lado desde el Concejo se insta a una
recuperación de la actividad alfarera y por otro lado se va generando una presión urbanística que
hará que parte de la industria se traslade al otro lado del río y a cotas cada vez más altas de la colina
de El Ejido.

Simultáneamente se aprecia una convivencia entre espacio industrial y espacio doméstico e


incluso comercial ya que las familias artesanas viven y venden sus productos en las propias zonas
de producción. 5

Formalmente los hornos no presentan grandes variaciones, más allá de las meramente
necesarias para la producción de las formas específicas. Así, se construyen hornos de grandes

5
Se tiene constancia a partir delos censos de la continuidad profesional dentro de una misma familia.
dimensiones para un alto número de piezas, a la vez que hornos para producciones muy limitadas e
incluso para una sola pieza.

En los alfares se han hallado piletas de decantación de arcilla de diversos tamaños, pozos
para el aprovisionamiento de agua, etc. Como anécdota, en algún caso se ha podido recuperar algún
plato del torno con la firma del alfarero

A lo partir del siglo XVIII se va produciendo un paulatino traslado de algunos alfares


mientras que la mayoría van desapareciendo, debido, sobretodo, a las producciones en serie
sustentadas en técnicas de alfarería industrial. Así, durante el siglo XIX surgen complejos como el
de La Colonia de Santa Inés o en las cercanías de Cortijo Jurado, ambos sustentados en la facilidad
para aprovisionarse de materia prima, gracias a los afloramiento de arcillas pliocénicas. Aún así
hasta finales del XIX se tiene constancia de la existencia de un tejero en El Ejido.

INTERVENCIONES HALLAZGOS
C/OLLERÍAS Restos de tres hornos. uno con parilla apoyada en arcada triple y otro
con marca de los morillos
C/OLLERÍAS 8-10 Restos de un horno muy alterado.
C/OLLERÍAS 19 Horno circular
C/REFINO 11-13 Horno circular
C/SARGENTO 7 2 complejos alfareros con diversas dependencias cada uno y varios
hornos
C/PARRAS 10 Horno de grandes dimensiones sobretodo el praefurnio
EJIDO 6 hornos correspondientes a dos fases

Conclusiones

La alfarería ha debido tener un peso específico entre las actividades económicas locales,
entre los siglos X y XV, si nos atenemos a la gran extensión de las zonas de producción, así como a
la continuidad en el tiempo (en algunos casos varias centurias) de determinados complejos
alfareros. Es el caso de la colina de El Ejido, en el ámbito acotado por el arrabal medieval de
Fontanella, donde el espacio destinado a alfares rondaría los 75.000 m2 para el periodo nazarí.

Este gran desarrollo de la actividad llevaría implícito la necesidad de una ordenación


normativa, de la que nada se sabe hasta la Edad Moderna. Para estos momentos se redactan las
ordenanzas del gremio de alfareros, siendo el Concejo el que hace las veces de arrendador y veedor.

En esta línea es revelador el dato de que en los mismos repartimientos de la ciudad se


entreguen alfares ya existentes a no profesionales de la alfarería, a la vez que se determinen las
nuevas zonas de producción, fijando incluso la medida que debían tener las ollerías.

Del mismo modo las zonas de extracción de arcillas eran gestionadas por el Cabildo que
llega a marcar los barreros y los caminos de acceso, así como la obligación de cegar los hoyos para
evitar accidentes; en algunos casos, estos hoyos son reaprovechados para alojar deshechos, como se
ha expuesto.

Los nuevos alfares eran sacados a subasta pública, pasando más tarde a convertirse en
enfitéuticos. Del mantenimiento y las reparaciones también se debe encargar el Concejo quien
además debe designar a un veedor que controle la apertura de los hornos y el pago de los diezmos
correspondientes a la producción.
Cabría pensar que, salvando las distancias, las líneas elementales en el funcionamiento
práctico de los centros no serían muy distintas en un momento que en otro.

En segundo lugar el volumen de la producción debió superar las necesidades locales, lo que
tendría un reflejo nítido en el aumento de la producción que se evidencia para la Baja Edad Media.
El dato que con más fortuna ha trascendido es el que atañe a la celebérrima loza dorada malagueña,
objeto de un extenso comercio, aunque todavía no se han reconocido vestigios relacionados con
estas producciones.

Este auge tendría un punto de inflexión a partir del siglo XV. Paradójicamente, para estos
momentos el puerto de Málaga deviene en uno de los principales centros de distribución de
mercancías en el Mediterráneo. Así, a lo largo del siglo XVI servía de escala a las naves que se
movían a través de tres rutas: la de Poniente (costas atlánticas peninsulares, Francia, Flandes e
Inglaterra), la del Occidente Mediterráneo (Levante español, costa francesa, Estados Pontificios,
Florencia, Saboya y Génova) 6 y los puertos y presidios del Norte de África. Sin embargo, entre las
mercancías que se citan en las cartas de flete no se hacen mención específica de vajillas,
posiblemente recogidas bajo referencias genéricas a otras mercancías, a diferencia de lo que
sucedía con las producciones sevillanas con destino a América.

Para terminar cabría señalar que en estos momentos la investigación adolece de estudios más
profundos que trasciendan los meramente arqueográficos. Las posibilidades en este campo con las
técnicas de análisis científico son enormes y se podrían resolver gran cantidad de lagunas no solo en
relación a las técnicas productivas sino también en relación a las adcripciones cronoculturales de las
vajillas, circuitos de distribución.

Bibliografía

ACIEN, M. et alii, 1990. “Informe preliminar de la intervención arqueológica efectuada en la calle


Ollerías de Málaga” A.A.A. 1987, pp 439 y ss. Sevilla.

ARAGÓN, M. 2004 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Sargento Nº


7 Informe administrativo de ARQUEOSUR.

BEJARANO, M., 2006., “Excavación arqueológica en C/ Alta-Parras. San Felipe UA6” AAA.
2003. T. 1. Sumario. Sevilla.

DÍAZ, M.J. 2005 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en Calle Eslava 18-
Callejones del Perchel 19-21” Informe administrativo ARQUEOSUR.

ESTALAYO, M.A., 2009 “Informe preliminar intervención arqueológica en calle Parras 7-9”.
Informe administrativo inédito.

FERRANDO M., 2005. ”Excavación arqueológica realizada en calle Chinchilla 3-9”

GARCÍA, J.D. 2009 “Excavación arqueológica de urgencia En calle Sargento, nº 7, (málaga)”


A.A.A. 2004 PG. 2655, Sevilla.

6
siendo este caso el más interesante ya que se beneficiaron de una situación privilegiada desde la edad media en la que
mantenían una base fija en la ciudad conocida como el Castil de los Genoveses
GESTOSO, D., 2006., “Excavación arqueológica en C/Alta 33-39-C/Parras 24-30. UA-6 Edif. Gota
de Leche” AAA. 2003. T. 1. Sumario. Sevilla.

IÑÍGUEZ, C., MAYORGA J. 1992. “Informe sobre el sondeo arqueológico de urgencia efectuado
en C/Especerías” Málaga. A.A.A. 1990, pp 355 y ss. Sevilla.

IÑÍGUEZ, C., 2008 “Informe preliminar intervención arqueológica en calle Dos Aceras 13-15
esquina Calle Guerrero”. Informe administrativo inédito.

IÑÍGUEZ, C., 2008 “Informe preliminar intervención arqueológica en calle Dos Aceras 42-48”.
Informe administrativo inédito.

LÓPEZ, B., 2009 “Memoria definitiva de la excavación arqueológica preventiva en calle Parras 20,
Casco histórico de Málaga. A.A.A. 2004 PG. 2706, Sevilla.

LLAMAS, H., 2005 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Parra 2-8”
Informe administrativo de ARQUEOSUR.

MAYORGA, J., RAMBLA, J.A., 1994. “Memoria del sondeo arqueológico realizado en el Ejido.
Málaga”. A.A.A. T.III, pp 315 y ss. Sevilla.

MARFIL C., 2007 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Parra 1”
Informe administrativo de ARQUEOSUR.

PERAL, C. Et alii, 1992. “Excavación arqueológica de urgencia en C/Ollerías nº 8-10” Málaga.


A.A.A. 1990, pp 361 y ss. Sevilla.

PÉREZ, A., 2008 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Parra 10”
Informe administrativo de ARQUEOSUR.

RAMÍREZ, P., 2004 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en Callejones del
Perchel” Informe administrativo de ARQUEOSUR.

SALADO, J.B., ARANCIBIA, A., 1999 “Intervención arqueológica de urgencia en C/ Dos Aceras,
esquina Guerrero. Málaga. A.A.A.T.III-2, pp 320 y ss. Sevilla.

SALADO, J.B.., 2006., “Excavación arqueológica en C/ Chinchilla 2-8” AAA. 2003. T. 1. Sumario.
Sevilla

SÁNCHEZ BANDERA, P., ET ALII., 2009 “Control de movimiento de tierras en Calle Alta, 44.
Málaga”A.A.A. 2004 PG.2621, Sevilla.

SÁNCHEZ BANDERA, P., 2008 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en


Calle La Serna” Informe administrativo de ARQUEOSUR.

VILCHEZ, D., 2007 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Montaño
20” Informe administrativo de ARQUEOSUR.

Vous aimerez peut-être aussi