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ARQUIDIÓCESIS DE LA SANTÍSIMA ASUNCIÓN DE MARÍA

PARROQUIA SALESIANA SAN VICENTE DE PAÚL


Sacramento de la Confirmación.
Monitor 1: Pedimos a todos favor de apagar o poner en silencio sus celulares.
Además, hacer silencio reflexivo después de la homilía y de la comunión. A los que
toman fotografías les pedimos el respeto que se merece la Santa Misa. Gracias.
* Pausa de silencio

Monitor 2: Hermanos y hermanas, estamos reunidos por un motivo de especial


alegría. Un grupo de jóvenes y adultos de nuestra parroquia recibirán el
sacramento de la Confirmación de manos de Monseñor Edmundo Valenzuela,
Arzobispo de la Santísima Asunción.
Es un motivo de alegría porque darán un paso importante en su vida cristiana:
el mismo Espíritu que descendió por primera vez sobre los apóstoles hoy llega
con su fuerza vivificadora a confirmar el don que recibieron en el bautismo.
El sacramento de la confirmación es la madurez cristiana. Quien se confirma
elige responsablemente seguir a Jesucristo, participar de la vida de la comunidad
y realizar acciones en favor de los hermanos.

Monitor 1: Queridos hermanos: estamos terminando el año cristiano, el próximo


domingo celebraremos la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Con esta alegría comenzamos nuestra celebración. Nos ponemos en pie y
recibimos al Cirio pascual símbolo de Cristo resucitado; al Libro de la Palabra de
Dios; al Santo Crisma con el que serán ungidos los que se confirman. También
recibimos a los confirmandos y a sus padrinos, a nuestro párroco y al celebrante
Monseñor Edmundo Valenzuela.
Acompañamos la procesión de entrada, cantando.

CANTO (…..)

(La misa se inicia y desarrolla en su forma habitual)


RITOS INICIALES
Rito de recepción del Celebrante

Rito de entrada
Celebrante: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Celebrante: La paz esté con ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu.

Acto penitencial
Celebrante: Antes de celebrar los sagrados misterios de la pasión, muerte y
resurrección del Señor, reconozcamos humildemente nuestros pecados.

Se canta…
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

Celebrante: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros


pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.

V./ Señor, ten piedad.


R./ Señor, ten piedad.
V./ Cristo, ten piedad.
R./ Cristo, ten piedad.
V./ Señor, ten piedad.
R./ Señor, ten piedad.

Celebrante: Glorifiquemos a Dios con el canto.

CANTO (Gloria)

Oración colecta
Señor y Dios nuestro,
concédenos vivir siempre con alegría bajo tu mirada,
ya que la felicidad plena y duradera
consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

El Celebrante se sienta en la sede.

LITURGIA DE LA PALABRA
Monitor 2: El año litúrgico está próximo a su fin y las lecturas bíblicas nos
recuerdan que, desde la muerte y resurrección de Cristo, los últimos tiempos ya
han comenzado. El pasaje del libro de Daniel expresa, en lenguaje apocalíptico,
una esperanza: el mal no tiene la última palabra y quienes están inscritos en el
libro de Dios alcanzarán la vida. Ésta es la misma certeza que ofrece el evangelio
de Marcos, pero claramente centrada en el misterio pascual de Cristo. Porque,
como dice la carta a los hebreos, él ya ha vencido, está sentado a la derecha de
Dios y espera el tiempo en que su victoria se vuelva evidente y definitiva para el
mundo.

Escuchemos con atención las lecturas.

PRESENTACIÓN DE LOS CANDIDATOS


Monitor 1: El Reverendo Padre José Zanardini, Salesiano de Don Bosco, Párroco de
esta Iglesia, presenta al Obispo, Monseñor Edmundo Valenzuela los candidatos a
la Confirmación.

P. Zanardini: Queridísimo Padre; en nombre de la Comunidad Cristiana de nuestra


parroquia salesiana san Vicente de Paúl, presento a estos jóvenes y adultos, que
por mi intermedio piden a la Iglesia el Sacramento de la Confirmación.

C. ¿Tienes seguridad de que están preparados y son dignos de recibir este


sacramento?

P. Zanardini: Estoy conforme con la preparación que han recibido, han


profundizado el Evangelio de Jesucristo y las enseñanzas de la Iglesia; han
aprendido a conocer más de cerca lo que significa vivir como comunidad cristiana,
decidiéndose a aceptar el compromiso de testimoniar a Cristo. Por estas razones,
creo que son dignos de recibir el Sacramento de la Confirmación.
DIÁLOGO ENTRE EL CELEBRANTE Y LOS
CANDIDATOS
Monitor 2: En este momento el diálogo será entre el Celebrante y los candidatos.

C. Queridos jóvenes, ¿saben lo que van a recibir?

R. Recibiremos el Espíritu Santo que Jesús nos prometió.

C. ¿Por qué quieren recibir el Espíritu Santo?

R. Porque nos sentimos llamados a vivir y testimoniar nuestra Fe.

C. ¿Y saben lo que hará en ustedes el Espíritu Santo?

R. El Espíritu Santo nos alegrará, nos iluminará con la luz de la fe, nos encenderá
con el fuego de su amor, nos confirmará para dar testimonio de Jesús.

C. En el Nombre del Señor los acepto para la celebración de este Sacramento


admirable, que los confirma con la fuerza del Espíritu Santo.

HOMILÍA
PAUSA DE SILENCIO

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS


BAUTISMALES
Monitor 1: En este momento se ponen en pie solo los candidatos a la
Confirmación.

Monitor 2: Los mismos encenderán sus velas del Cirio Pascual, signo de Cristo
Resucitado.

C. Queridos jóvenes ¿están dispuestos a luchar contra el pecado que se manifiesta


entre otras cosas, en el egoísmo, la envidia, la venganza, la mentira, la corrupción,
la injusticia, las pasiones desordenadas y en la indiferencia hacia los demás,
especialmente hacia los que sufren?

R. Sí, estoy dispuesto.


C. ¿Están dispuestos a perdonar a quienes los ofenden; amar incluso a los que no
los quieren bien; ayudar a los que los necesiten, sin acepción de personas; a
luchar por la paz, la hermandad, la justicia, ¿para construir con sus vidas la
civilización del Amor?

R. Sí, estoy dispuesto.

Monitor 1: En este momento toda la asamblea se pone en pie para la renovación


de nuestra fe.

C. ¿Creen en Dios que nos ama, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra?

R. Sí, creo

C. ¿Creen en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que nació de Santa María
Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos, y vive entre nosotros?

R. Sí, creo.

C. ¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy les será
comunicado de un modo singular por el sacramento de la confirmación, como fue
dado a los apóstoles el día de Pentecostés?

R. Sí, creo.

C. ¿Creen en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos, en el perdón


de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

R. Sí, creo.

C. ¿Quieren vivir como Jesucristo vivió: haciendo la voluntad del Padre y


anunciando con sus vidas que el Reino de Dios está presente hoy?

R. Sí, quiero.

C. ¿Y ustedes padres y padrinos están dispuestos a ayudar a sus hijos e hijas;


ahijados y ahijadas, a que sean fieles a Jesucristo y la Iglesia Católica?

R. Estamos dispuestos.

C. Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en


Cristo Jesús, Nuestro Señor.
R. Amén

Monitor 2: Pueden apagar sus velas.

Monición general al Rito de la Confirmación


Monitor 1: Llega el momento importante para los que serán confirmados. Después
de renovar las promesas bautismales que un día sus padres y padrinos hicieron
por ellos, ahora nuestro Obispo, Monseñor Edmundo Valenzuela les impondrá las
manos al igual que hacían los Apóstoles. Imponer las manos es uno de los gestos
para conferir el don del Espíritu Santo y nos indica la transmisión de un poder, de
una fuerza para ellos.

Seguido a este gesto y a la oración, Monseñor Edmundo crismará a los


confirmandos imponiéndoles la mano y marcándoles con la señal de la cruz. Ser
crismado es lo mismo que ser Cristo, ser mesías, ser ungido. A partir de este
momento tendrán la misión de dar testimonio de la verdad y ser fermento de
santidad en el mundo.

Participamos todos de este rito orando por los que van a ser confirmados.

Imposición de las manos.


El Celebrante, de pie, con las manos juntas y de cara al pueblo dice:

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que derrame el


Espíritu Santo sobre estos hijos de adopción que renacieron ya a la vida eterna en
el Bautismo, para que los fortalezca con la abundancia de sus dones, los consagre
con su unción espiritual y haga de ellos imagen perfecta de Jesucristo.

Todos oran en silencio unos instantes.


Después el Celebrante impone las manos sobre todos los confirmandos.
Mientras tanto el Celebrante dice:

DIOS TODOPODEROSO,
PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
QUE REGENERASTE, POR EL AGUA Y EL ESPÍRITU SANTO,
A ESTOS SIERVOS TUYOS Y LOS LIBRASTE DEL PECADO,
ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN Y ENVÍA SOBRE ELLOS
EL ESPÍRITU SANTO DEFENSOR;
LLÉNALOS DE ESPÍRITU DE SABIDURÍA Y DE INTELIGENCIA,
DE ESPÍRITU DE CONSEJO Y DE FORTALEZA,
DE ESPÍRITU DE CIENCIA Y DE PIEDAD,
Y CÓLMALOS DEL ESPÍRITU DE TU SANTO TEMOR.
POR JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR.
R./ Amén.

Crismación
Monitor 2: Un presbítero o diácono presenta el santo crisma al Celebrante.
Se acercan al Celebrante los confirmandos.
Los padrinos que presentan al confirmando colocan la mano derecha sobre el
hombro de éste y dice al Celebrante el nombre del Confirmando.
El Celebrante moja el dedo pulgar de su mano derecha en el santo Crisma y hace
con él la señal de la cruz sobre la frente del confirmando diciendo:

Canto…

El Celebrante dice:
N.N., recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo.

Y el confirmado responde:
Amén.

El Celebrante añade:
La paz sea contigo.

El confirmado responde:
Y con tu Espíritu.

Terminada la unción el Celebrante va a la sede, se lava las manos e introduce la


oración de los fieles.

ORACIÓN UNIVERSAL

En esta gozosa espera de la venida del Señor, imploremos con insistencia su


misericordia, para que, así como vino a dar la Buena Noticia a los pobres y a curar
los corazones afligidos, conceda la salvación a todos los que necesitan.
Se canta el responsorio: Te rogamos, óyenos.

1. Pidamos por la Iglesia, para que todos sus miembros sepamos transmitir
fielmente el mensaje del evangelio a todos los hombres y mujeres de
nuestro tiempo. Oremos.
2. Pidamos por nuestro Arzobispo Edmundo Valenzuela, que preside esta
celebración, y por toda su Diócesis, para que sean buenos pastores y sepan
animar a nuestras comunidades. Oremos
3. Pidamos al Señor que dirija, según su Voluntad, los pensamientos de
nuestros gobernantes para que pongan sus esfuerzos en la promoción de
los más desfavorecidos. Oremos.
4. Pidamos al Señor por los que están desempleados, los enfermos, los que
carecen de cultura y formación, los que viven solos, los que no tienen un
hogar digno, que han tenido que migrar, para que encuentren en nosotros
compresión, consuelo y ayuda. Oremos.
5. Pidamos al Señor que mantenga en su camino a estos nuevos confirmados,
para que con los dones recibidos del Espíritu Santo puedan anunciar a
Cristo sin temor. Oremos.
6. Pidamos al Señor que nos encuentre, a todos los que celebramos esta
Eucaristía, atentos y vigilantes el día de su venida. Oremos.

Dios todopoderoso y eterno que has venido para salvar a todos los hombres y no
quieres que nadie se pierda; escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos que
el mundo camine por sendas de paz y la Iglesia se llene de alegría en tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Monitor 1: Ofrecemos Pan y Vino para el sacrificio del Altar, que serán el Cuerpo y
la Sangre de Cristo, signo de todas nuestras esperanzas en la venida del Salvador.
Monitor 2: Traemos flores al altar como regalo por todo lo aprendido en estos dos
años de catequesis.
Monitor 1: Ofrecemos recuerdos de piedad, que serán bendecidos por quien
preside. Serán entregados a los confirmandos como regalo.
Monitor 2: Ofrecemos productos no perecederos, fruto del trabajo de los hombres
para compartir con aquellos que más lo necesitan.

Se canta el Ofertorio.
Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la
tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y
ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
R. Bendito seas por siempre, Señor.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de
quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y
del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
R. Bendito seas por siempre Señor.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde;


que este sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu
presencia, Señor, Dios Nuestro.
El Celebrante inciensa las ofrendas, el altar y el crucifijo.

Oremos, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.

R. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su


nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre Santo, las ofrendas de tu familia,


para que, quienes acaban de recibir el don del Espíritu Santo,
conserven siempre lo que han recibido
y alcancen un día los premios eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor.

PLEGARIA EUCARÍSTICA
PREFACIO DE LA CONFIRMACIÓN
V./ El Señor esté con ustedes.
R./ Y con tu Espíritu.
V./ Levantemos el corazón.
R./ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V./ Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R./ Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,


es bueno cantar tu gloria,
Padre santo,
fuente y origen de todo bien.
Tú, en el bautismo das nueva vida a los creyentes
y los haces partícipes
del misterio pascual de tu Hijo.
Tú los confirmas con el sello del Espíritu,
mediante la imposición de manos
y la unción del crisma.
Así, renovados a imagen de Cristo,
el ungido por el Espíritu Santo
y enviado para anunciar la buena nueva de la salvación,
los haces tus comensales en el banquete eucarístico
y testigos de la fe en la Iglesia y en el mundo.

Por eso, nosotros,


reunidos en esta asamblea festiva
para celebrar los prodigios de un renovado Pentecostés,
y unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:

Se canta el Santo.

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del universo.


Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

El Celebrante, con las manos extendidas, dice:

Santo eres en verdad, Padre,


y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:


Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean


Cuerpo y + Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,

Junta las manos.

que nos mandó celebrar estos misterios.

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo
requiere la naturaleza de éstas.

Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

Tomen y coman todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por ustedes.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión.

Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

Toman y beban todos de él,


porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes
y por todos los hombres para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:

Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

Después el Celebrante, con las manos extendidas, dice:

Así, pues, Padre,


al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

Concelebrante Que él nos transforme en ofrenda permanente,


para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los mártires,
san Juan Bosco, San Vicente de Paúl
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.

Concelebrante Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación


traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia,
peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco, a nuestro obispo Edmundo,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.

Ayuda a tus hijos,


(Se nombra a los confirmados)

que hoy has confirmado, marcándolos con el sello


del Espíritu Santo; custodia en ellos en don de tu amor.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia


que has congregado en tu presencia.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,


a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos


y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,

Junta las manos.

por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.

Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

Por Cristo, con él y en él,


a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:
Amén.
CP. El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el
Espíritu Santo que se nos ha dado; movidos por ese Espíritu digamos
con fe y esperanza, cantando:

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

Se canta el Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

El Celebrante, con las manos extendidas, prosigue él solo:

L íbranos de todos los males, Señor,

y concédenos la paz en nuestros días,


para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.

El pueblo concluye la oración, aclamando:


R. Tuyo es el Reino,
tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Señor.
Después el Celebrante, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia y,
conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amén.

El Celebrante, extendiendo y juntando las manos, añade:


La paz del Señor esté siempre con ustedes.

El pueblo responde:
Y con tu Espíritu

El Celebrante añade (si hay diácono lo dice él) :


Démonos fraternalmente la paz.

Se canta el Cordero de Dios

Este es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

El pueblo responde:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

COMUNIÓN
Monitor 1: Hermanos: Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida que nos ayuda
a participar de los sentimientos de Cristo y a ser sus testigos.
Monitor 2: En clima de respeto y reflexión nos acercamos a comulgar.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Derrama, Señor, sobre nosotros
tu espíritu de caridad,
para que vivamos siempre unidos en tu amor
los que hemos participado
de un mismo sacramento pascual.
Por Jesucristo nuestro Señor.
RITO DE CONCLUSIÓN
El Celebrante, extiende las manos hacia el pueblo y dice:

El Señor esté con ustedes.

El pueblo responde:
Y con tu espíritu

Bendición solemne
Dios Padre todopoderoso,
que los adoptó como hijos,
haciéndolos renacer del agua y del Espíritu Santo,
los bendiga y los haga siempre dignos de su amor.

R. Amén.

El Hijo unigénito de Dios,


que prometió que el Espíritu de verdad
estaría siempre en la Iglesia,
los bendiga y los fortalezca
en la confesión de la fe verdadera.

R. Amén.

El Espíritu Santo,
que encendió en el corazón de los discípulos
el fuego del amor, los bendiga y,
congregándolos en la unidad,
los conduzca a los gozos del reino eterno.

R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda
sobre ustedes.

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