Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
FILOSOFIA MODERNA
CURSO:
FILOSOFIA
DOCENTE:
ALUMNOS:
AYACUCHO – PERÚ
2017
A nuestros padres, hermanos y
profesores que a pesar que no
siempre están a nuestro lado
sabemos que podemos contar
con ellos para nuestra formación
ética y profesional académica.
INTRODUCCIÓN
Las diferentes etapas en las que es costumbre dividir la historia de la filosofía –que,
por otra parte, se ajustan a la división de la historia en general–, plantean la cuestión
de la especificidad característica de cada una de ellas, en el seno del denominador
común que es la filosofía en su historia o la historia de la filosofía. No se trata aquí
de volver sobre el dilema de la continuidad o discontinuidad en la historia de la
filosofía, sino más bien de poner de relieve las líneas de fuerza que vertebran la
especulación de un período determinado y permiten señalar unos rasgos distintivos
y peculiares que la diferencian y le proporcionan un perfil propio. Porque, por
encima de los matices y acentos –en ocasiones muy marcados– que perfilan el
filosofar de una época o periodo, es evidente que hay una clara unidad, que lleva
consigo un talante de fondo también común. Se puede hablar, por tanto, con mayor
motivo si nos limitamos al pensamiento occidental, de una continuidad fundamental,
que no es continuismo, definida por el deseo de saber que se concreta y manifiesta
en el preguntarse como actitud propiamente filosófica. Con independencia de que
la formulación de las preguntas adquiera tonalidades muy variadas, de acuerdo con
las circunstancias de cada lugar y momento histórico, hay una comunidad de fondo
en los temas que son objeto de la indagación filosófica, pues responden a
cuestiones intemporales que afectan a la esencia humana misma y trascienden
todo particularismo histórico.
FILOSOFIA MODERNA
La Filosofía Moderna corresponde a ese período que llamamos Edad Moderna en
la Historia Universal y que comienza en el Renacimiento y la Reforma Protestante.
Es verdaderamente una época nueva con un espíritu nuevo, tan distinto del espíritu
escolástico, que se le puede considerar como una revolución anti-escolástica.
RACIONALISMO Y EMPIRISMO
Para Hume hay que estudiar el alcance y validez del conocimiento humano,
analizando la naturaleza de las ideas que empleamos, a través del método
experimental; sólo la experiencia y la experimentación son válidas para el
entendimiento: “no podemos ir más allá de la experiencia”.
Crítica a la idea de mundo. Hume critica a la idea de mundo porque cree que aún
dado el hecho de que nosotros recibimos una serie de impresiones, eso no puede
probar de manera absoluta que exista un mundo exterior que sea el que las
produzca en nosotros.
Crítica a la idea de yo: Hume no acepta la idea del yo o del alma. Según él, no
existe un yo único, este es solo un conjunto de impresiones que se extienden en el
tiempo guardadas en nuestra memoria que nosotros unimos de manera artificial
para formar lo que llamamos yo.
Además el yo no es una impresión por sí misma, es un referente dentro del conjunto
de nuestras impresiones que nos hemos habituado a encontrar allí.
Crítica a la idea de Dios. Hume critica la idea de Dios porque no existe nada en la
naturaleza de lo que podamos haber obtenido una verdadera impresión de la
omnisciencia, de lo absoluto, de lo infinito… También descarta el razonamiento de
filósofos como Aristóteles o St. Tomás de Aquino de Dios como causa primera,
puesto que rechaza el principio de causalidad. Esto llevará a Hume a declararse
agnóstico y a afirmar que no podemos tener un conocimiento de Él.
Por lo tanto: la realidad es puramente fenoménica: sólo existe lo que aparece: el
fenómeno, y no sabemos nada más.
No todo el pensamiento de esta época parte de una visión negativa y egoísta del
ser humano como la que nos proponía Thomas Hobbes en su obra Leviatán: la
necesidad de un pacto social que compense los abusos cometidos por el hombre
en un hipotético estado de naturaleza.
En sus obras sobre el Gobierno Civil, Locke nos expone una visión distinta del ser
humano y de la sociedad más próxima a los ideales de la Ilustración. Locke
desarrolla, como Hobbes, la ficción de un estado previo a la sociedad, pero, a
diferencia de Hobbes, nos presenta a un individuo dotado de razón y de conciencia,
y no una simple máquina dominada por sus pasiones. El ser humano, para Locke,
está dirigido por sus pasiones y deseos, pero es capaz por medio de la ley natural
(moral) de establecer por sí mismo pautas de convivencia con los demás.
En el estado de naturaleza los hombres pueden vivir y trabajar usando los bienes
naturales, pero esta situación no es fácil de mantener. El estado natural no permite
el progreso humano, porque los derechos de los individuos y sus posesiones no
tienen la estabilidad necesaria. La necesidad de imponer las instituciones de
propiedad que permitan el progreso humano hace que los hombres decidan
libremente unirse en sociedad.
Teoría de la propiedad.
Locke entiende que la base del progreso humano está en la propiedad, porque sólo
el interés en preservar y aumentar esa propiedad hace que los hombres trabajen
para conseguirlo.
La teoría de la propiedad de Locke se basa en una teoría contraria a la de la Edad
Media. En un mundo dominado por el poder religioso el individuo no tenía más
derechos que los que Dios le concedía: Dios dejó en manos de los seres humanos
(en común) la tierra y sus bienes; esa propiedad común deslegitimaba el afán de
posesión de propiedades que es la base del capitalismo. El surgimiento del
mercantilismo y del capitalismo precisaba fundamentarse en una teoría de la
propiedad distinta: Locke toma el mismo punto de partida, considerando que la tierra
y sus bienes son otorgados por Dios a los seres humanos, pero sus conclusiones
van a ser distintas. Comienza por afirmar que la primera propiedad de una persona
es la propiedad de sí misma y, por lo tanto, de su propio trabajo. Nadie fuera de uno
mismo tiene derecho sobre él, sobre el trabajo de su cuerpo y sobre las obras que
ese trabajo produce. Este trabajo se realiza sobre la base común de los bienes
terrenales, de manera que los individuos se apropian de parte de lo que es común,
con las únicas limitaciones de dejar alguna parte de estos bienes para los demás
(ya que todos los individuos tienen derecho a su conservación), y de no
desaprovechar ninguno den estos bienes. La aparición del dinero produce que ese
desaprovechamiento que limitaba la apropiaciónnque los individuos pudiesen hacer
de los bienes naturales no tenga límites. En condiciones premercantiles la persona,
según Locke, no tiene deseos de apropiarse de más bienes que los necesarios para
sobrevivir, pero, tras la aparición del dinero, ese deseo de aprovisionarse de todo lo
necesario se amplía con la previsión de las necesidades futuras, de forma que los
hombres comenzaron a acaparar bienes. El objeto del dinero no es sólo facilitar el
intercambio de productos, sino que su objetivo fundamental es servir de capital.
La postura de Locke inaugura la forma de pensar capitalista: un individuo es libre
de usar sus propiedades, incluso su trabajo, como quiera, incluso puede venderlas
o cambiarlas. El derecho sobre la propiedad reside en el esfuerzo que se puso al
conseguirla, y en la posibilidad de disponer de ella libremente. De esta manera, el
individuo es responsable en exclusiva de su calidad de vida, sin que pueda pedir a
otros (ni al Estado) ninguna responsabilidad a este respecto. Este es el principio del
modo de vida capitalista: el derecho a alienar el propio trabajo.
El liberalismo político.
Locke entiende, al contrario que Hobbes, que el individuo no renuncia a todos sus
derechos individuales al pasar a formar parte de la sociedad. Mientras que para
Hobbes los derechos sólo existían como concesiones del Estado, para Locke el
fundamento del Estado está en el conjunto de la sociedad, y esta puede, cuando no
cumple con su misión de proteger los derechos naturales del individuo, retirarle el
poder, incluso por la fuerza.
La finalidad principal que tienen los individuos para situarse bajo la autoridad de un
gobierno es la conservación de sus propiedades. La visión que tiene Locke del
Estado es similar a la de una sociedad anónima: todos los socios deben
considerarse propietarios. Locke considera que todos los individuos son miembros
de una sociedad, pero sólo aquellos que tienen propiedades son miembros de pleno
derecho. En este sentido, respecto a los individuos que sólo poseen su fuerza de
trabajo, dice que están sometidos por la ley, pero la representación del poder político
recaerá sobre unos órganos de representación formados por individuos
propietarios, sin los cuales la sociedad no podría subsistir. Estos representantes son
elegidos por los demás propietarios por el sistema de la mayoría. Ante la voluntad
de la mayoría deben de desaparecer los intereses individuales y también los de
aquellos que no intervinieron en la decisión (los no propietarios). Locke propone una
teoría de la democracia representativa como modelo de gobierno.
Pero es una democracia restringida sólo a un sector de la sociedad, mientras que
el resto únicamente será objeto de derechos y nunca sujeto activo de los mismos.
Una de las razones que llevan a Locke a proponer esta democracia restringida es
la sospecha de que si todos los miembros de una sociedad participaran en el poder
político, no habría garantías de que se mantuvieran las instituciones de propiedad
existentes.
Por supuesto, Locke fue el primero en asumir que un Estado dedicado a proteger a
sus miembros de esta manera tiene un coste elevado, y que todos los miembros
deberían ayudar a sufragarlo contribuyendo en proporción a sus propiedades.
Las teorías políticas de Hobbes y de Locke, y su formulación del contrato social, del
liberalismo y del individualismo, van a conformar el pensamiento político de los
siglos siguientes y tendrán mucha influencia no sólo en pensadores posteriores
como los ilustrados franceses (Rousseau, Diderot) o en los utilitaristas (Mill), sino
también en los cambios sociales como la Revolución Francesa o la constitución de
los Estados Unidos de América. Muchos de los principios que diseñaron acerca de
cómo deberían de comportarse las instituciones políticas y cómo se definían y
garantizaban los derechos individuales y colectivos, están presentes en la
actualidad en nuestras teorías políticas.
I. Racionalismo de Descartes
(como los de sustancia, atributo, verdad, etc.) para asentar las verdades indudables
a partir de las cuales construir el edificio del conocimiento humano. La primera de
esas verdades, y con la cual Descartes hubo de cambiar el rumbo de la metafísica,
había de ser la afirmación del “Cogito”. Así, Descartes hacía pasar el pensamiento
metafísico del objetivismo medieval al subjetivismo moderno: lo importante, ahora,
no es el conocimiento del objeto, sino su conocimiento a través del conocimiento
del sujeto. Ahora bien, la filosofía cartesiana pone mucho cuidado en no caer en un
subjetivismo propiciado por la exaltación de los sentidos o de la imaginación, sino
que es una afirmación racional de la subjetividad. Es la confianza en la razón,
una razón trazada matemáticamente, la que nos permite dar cuenta de la radicalidad
del cogito: puedo dudar de todo, menos de que dudo; por tanto, si no puedo dudar
de que dudo, no podré dudar de que estoy pensando y de que en dicho acto me
constituyo como ser humano. Repetimos: pienso, luego existo.
Por otro lado, la metafísica cartesiana es la expresión de una nueva teoría de las
ideas y una nueva concepción general del universo dominada por el mecanicismo.
Descartes: por un lado, en la Grecia Antigua, tanto Pitágoras como Platón eran
partidarios del saber matemático; en el caso de Platón, el pensamiento matemático
(dianoia) servía para conocer los objetos matemáticos, antesala de las ideas. Por
otro lado, los contemporáneos de Descartes, también confiaban plenamente en
el poder de la racionalidad matemática para conocer la realidad; entre ellos,
Galileo, quien aseguraba que la naturaleza estaba escrita en el lenguaje de las
matemáticas, Leibniz, quien hubo de elaborar toda una filosofía de la matemática
que ha llegado hasta nuestro días y, también, Spinoza, quien pretendía ordenar
geométricamente la razón ética.
“En tanto que rechazamos de esta forma todo aquello de lo que podemos dudar e
incluso llegamos a fingir que es falso, fácilmente suponemos que no hay Dios, ni
cielo, ni tierra... y que no tenemos cuerpo; pero no podríamos suponer de igual
forma que no somos mientras estamos dudando de la verdad de todas estas cosas,
pues es tal la repugnancia que advertimos al concebir que lo que piensa no es
verdaderamente al mismo tiempo que piensa, que, a pesar de las más
extravagantes suposiciones, no podríamos impedirnos creer que esta conclusión
YO PIENSO, LUEGO SOY, sea verdadera y, en consecuencia, la primera y la
más cierta que se presenta ante quien conduce sus pensamientos por orden”. (René
DESCARTES: Los principios de la filosofía I, 7)
Por tanto, el “pienso, luego existo” es el esfuerzo cartesiano por construir toda la
explicación de la realidad a partir de la única evidencia de mi propia existencia como
ser pensante. Definitivamente, pues, la filosofía del método es una filosofía de la
subjetividad.
Para Descartes la sustancia existe de tal manera que no tiene necesidad de otra
cosa para existir. Pero, según esta definición, sólo Dios podría ser considerado
como sustancia; en cambio, Descartes afirma la existencia de tres sustancias: la
sustancia finita pensante (cogito), la sustancia extensa (mundo) y el propio Dios, en
tanto que sustancia infinita pensante. Son tres sustancias, pero sólo dos modos de
ser sustancia: el pensamiento y la extensión o materia.
¿Qué es, pues, la idea para Descartes? Una representación del mundo o de un
objeto del mundo. En realidad, dirá Descartes, el conocimiento humano no conoce
las cosas en sí mismas, sino las ideas de las cosas, es decir, el modo en que éstas
se ofrecen a la mente.
V. Mecanicismo
ISAAC NEWTON
Isaac Newton (1643–1727) fue uno de los más grandes científicos de todos los
tiempos. De hecho para algunos, como es el caso de Isaac Asimov, el más grande.
Newton representó, no solo la culminación científica de los siglos XVI y XVII, sino la
transformación intelectual que creó la ciencia moderna y que ha llegado a configurar
incluso la vida del mundo tal y como la concebimos hoy día. Científico, físico,
filósofo, alquimista y matemático, y autor, entre otras obras, de los Philosophiae
Naturalis Principia Mathematica, donde describió la ley de la gravitación universal y
estableció las bases de la Mecánica Clásica mediante las leyes que llevan su
nombre.
FILOSOFÍA NATURAL
Sin embargo, no se puede llegar a pensar que Newton podía entender en ese
momento la Ciencia separada del estudio de Dios. Por el contrario, él pensaba en
la unidad, desarrollando entonces un sistema de trabajo, en donde sus distintos
aspectos, simplemente constituían diferentes formas de abordar un mismo
conocimiento. De esta forma, las distintas facetas que tenía su trabajo, es decir,
científico, alquímico o teológico, eran caras de la misma intención clara de estudiar
a Dios y el cómo este ser se relacionaba directamente con su creación.
TEOLOGÍA NATURAL
2-LEY DE GRAVITACIÓN
Newton usó esta fórmula para explicar las trayectorias de los cometas, las mareas,
la precesión de los equinoccios y otros fenómenos astrofísicos.
Además eliminó por completo el modelo heliocéntrico que sostenía que el sol estaba
en el centro del Universo.
Además de las leyes y principios que ya mencioné, el libro fue fundamental para el
surgimiento de la Revolución Industrial.
Se considera no sólo como la obra más importante de Newton sino también como
el trabajo fundamental para toda la ciencia moderna.
El cálculo es en extremo útil para esto, ya que produce información sobre las cosas
que están cambiando continuamente, por ejemplo la velocidad de un objeto que
cae.
5- LA VERDADERA FORMA DE LA TIERRA
El físico inglés también predijo que la Tierra estaba formada como una esfera que
experimentó aplanamiento en los polos. Esta teoría, como se sabe, fue más tarde
verificada por distintas mediciones.
En 1668, Newton inventó el primer telescopio reflector, que ahora se conoce como
el telescopio newtoniano.
Hasta ese momento, los telescopios eran grandes y molestos, pero el genio de
Newton utilizó espejos en vez de lentes. Los espejos son instrumentos más
poderosos y diez veces más pequeños que un telescopio tradicional.
Sir Isaac Newton tenía sobre su mesa un montón de papeles en los que escribía
cálculos que le habían llevado veinte hacer. Una noche, salió de la habitación por
unos minutos, y cuando volvió encontró que su perrito “Diamond” había derrumbado
una vela y prendido fuego a los papeles, de los que no quedaba más que un montón
de cenizas. Fue entonces cuando exclamó: “¡Oh Diamond, Diamond, poco sabes
qué mal has hecho!” Historia publicada en la vida de sir Isaac Newton por David
Brewster (1833)
De esta manera, Newton fue capaz de contrarrestar a los que creían que la luz era
simple y homogénea. A partir de entonces, la heterogeneidad de la luz se convirtió
en la base de la óptica física.
Además de todo esto, Newton también formuló una ley empírica sobre el
enfriamiento, estudió la velocidad del sonido e introdujo la noción de “fluido
newtoniano”.
Más allá de su trabajo en matemáticas, óptica y física, Newton también dedicó una
cantidad significativa de tiempo estudiando la cronología bíblica y la alquimia, pero
la mayor parte de su trabajo en estas áreas permaneció inédita hasta mucho
después de su muerte.
Como líder de la Real Casa de la Moneda, Newton utilizó su poder para castigar a
los falsificadores y en 1717, con la “Ley de la Reina Ana”, movió la libra esterlina del
patrón de plata al patrón oro.
En 1705, Newton fue nombrado caballero por la reina Ana. De ese modo, Sir Isaac
Newton fue el segundo científico que fue nombrado caballero, después de Sir
Francis Bacon.
Galileo Galilei, Newton, Einstein y Hawking son posiblemente los tres científicos
más destacados de la historia y la inspiración de muchos otros no tan conocidos
pero que se han esforzado y dado su vida por la ciencia.
La base teórica que permitió a newton establecer sus leyes están también precisada
en sus philosophiae naturalis principia mathematica.