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“El mito cuenta una historia sagrada, relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo

primordial, el tiempo fabuloso de los “comienzos”. Dicho de otro modo, el mito cuenta cómo,
gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea ésta la
realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un
comportamiento humano, una institución. Es pues, siempre el relato de una “creación”: se narra
cómo algo ha sido producido, ha comenzado a ser”

En el párrafo anterior se puede definir de forma textual lo que es el mito según Mircea Eliade.
Eliade explica que el mito debe cumplir una serie de características fundamentales para que se lo
considere como tal. En primer lugar, el mito cuenta la historia de los actos de seres sobrenaturales,
es decir, cuenta una historia que se la considera sagrada por no carecer de importancia y mucho
menos de protagonistas irrelevantes. Una segunda característica, es la historia verdadera que
cuentan estos mitos, porque hace referencia a realidades que podemos comprobar con facilidad, ya
que se encuentran a nuestro alrededor, constituyendo o explicando todo aquello que nos rodea,
como por ejemplo la vida y la muerte. Otra característica sumamente importante para este autor, es
que el mito siempre refiere a una creación, es decir, cuenta cómo algo se ha producido, o cómo algo
ha llegado a ser. Esta última característica permite al hombre primitivo a manipular o manejar las
creaciones de alguna manera, ya que sabe cómo dominarlas al conocer su origen. Finalmente, la
cuarta característica del mito ofrece al hombre primitivo la posibilidad de reactualizar aquello que
los Dioses, Héroes o Antepasados hicieron, otorgando la posibilidad de asistir a las obras creadoras
de los Seres Sobrenaturales.

El mito mantiene su esencia a pesar de ir modificando su significado y enfrentarse a los avances que
la modernidad y sobre todo que la ciencia presenta ante este. Esto parece ser válido para Levi
Strauss ya que afirma que aquellas culturas que se denominan primitivas, comparten la misma
necesidad por ordenar el mundo que el resto de los occidentales. A Strauss le interesa
particularmente la cognición de estas culturas, como se aproximan íntimamente a la naturaleza para
clasificarla, y lograr un conocimiento objetivo, ya que cada civilización tiende a sobreestimar la
orientación objetiva de su pensamiento, y no se da cuenta que la otra civilización considera que sus
métodos cognitivos son superiores a la primera; dicho autor define esto como “pensamiento
salvaje” y este no refiere al pensamiento propio de las “sociedades salvajes”, sino cualquier
pensamiento a partir del momento en que se establecen los objetivos de la domesticación.

Finalmente, poniendo en relación el pensamiento mítico con las relaciones de poder social (en este
caso el poder científico) se llega a la conclusión de que estas formas de pensamientos (mítico –
científico) son formas de poner en estructura el mundo en donde ninguno de los dos tendría
preeminencia sobre el otro. De una forma más clara, se podría decir que el “pensamiento salvaje”
crea estructura a través de acontecimientos, mientras que el “pensamiento científico” es todo lo
inverso.

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