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con el artículo 724 del mismo código, no se puede desconocer el hecho que
cuenta con un justo título traslaticio de dominio, cual es el contrato de
compraventa, lo que la constituye, a lo menos, en una poseedora irregular.
Esta idea se refuerza, dicen, con la circunstancia que la compraventa se
suscribió en una fecha muy anterior a la de inicio de la gestión preparatoria
de la vía ejecutiva e incluso la de emisión de los cheques que dieron vida a
la causa principal.
Añaden los jueces que en materia de inscripción de títulos no existe
mandato legal que imponga un plazo perentorio para proceder a la
inscripción de los mismos, y si bien podría estimarse que la actitud de la
incidentista fue poco diligente, no es posible desconocer que el mentado
instrumento público fue suscrito con antelación al presente juicio.
Por último, después de reconocer que el contrato antes reseñado
constituye un título traslaticio de dominio y dado que por su naturaleza es
apto para atribuir la propiedad, concluyen que reviste el carácter de justo
título en virtud del cual la tercerista adquirió la posesión de los bienes que
le fueron vendidos;
CUARTO: Que, la tercería de posesión es la intervención de un
tercero en el juicio ejecutivo por la vía incidental, a fin de obtener que se
alce el embargo y se respete su posesión, porque al momento del embargo
los bienes en que recayó la traba se encontraba en su poder, debiendo
presumirse de su dominio (C. Santiago, 26 agosto 1982. R., t. 79, sec 2ª. p.
39).
Su fundamento radica en el reconocimiento de la posesión que el
tercero tendría de los bienes embargados y por lo tanto, la presunción de su
dominio sobre dichos bienes, ello a fin de que sean excluidos del embargo y
se restituyan aquellos bienes materia de esta medida al poseedor y presunto
dueño.
El embargo deberá recaer sobre los bienes del deudor. Por ello es que
si la traba del embargo ha recaído sobre bienes que no pertenecen al
dominio o posesión del ejecutado, es evidente que ello no puede perjudicar
al tercero dueño o poseedor de esos bienes, el cual no ha sido parte de la
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tradición del dominio de los bienes raíces y de los demás derechos reales
constituidos en ellos, excepción hecha de las servidumbres y del derecho
real de herencia; 2°. Dar una amplia publicidad a la situación de la
propiedad inmobiliaria, con sus gravámenes, cargas y limitaciones; y 3°. La
inscripción es requisito, prueba y garantía de la posesión de los bienes
raíces.
Además, la inscripción juega también, en ciertos casos, el papel de
solemnidad de determinados actos jurídicos, de tal manera que su omisión
acarrearía, según algunos, la inexistencia de dicho acto o su nulidad, según
otros. Así ocurre, entre otros, con el usufructo sobre inmuebles (art. 767):
con el fideicomiso sobre la misma clase de bienes (art. 735), con la hipoteca
(art. 2410), con la donación entre vivos de bienes raíces (art. 1400), etc.
(Jorge Herrera Silva. “Nuestro Sistema Posesorio Inscrito”. Edit.
Nascimento, 1936, p. 16)
El propio Mensaje del Código Civil lo señala claramente, al decir que
“La transferencia y transmisión de dominio, la constitución de todo derecho
real, exceptuadas, como se ha dicho, las servidumbres, exige una tradición,
y la única forma de tradición que para estos actos corresponde es la
inscripción en el Registro Conservatorio. Mientras ésta no se verifique, un
contrato puede ser perfecto, puede producir obligaciones y derechos entre
las partes, pero no transfiere el dominio, no transfiere ningún derecho real,
ni tiene respecto de terceros existencia alguna”
Asimismo, junto con reconocer el Código esta función fundamental
de la inscripción, desarrolla también la teoría de la posesión inscrita, esto
es, el conjunto de principios y preceptos del Código, que se refieren a la
adquisición, conservación y pérdida de la posesión de los inmuebles, de que
tratan los artículos 686, 696, 702, 724, 728, 730, 924, 925, 2505 y 2510.
Se advierte que alguno de dichos textos son aplicables no sólo a los
inmuebles inscritos sino también a los no inscritos. En lo que interesa al
recurso, solo nos referiremos a los primeros, esto es, a la posesión de los
inmuebles inscritos.
De acuerdo con el artículo 686, la tradición del dominio de los bienes
raíces y de los demás derechos reales constituidos en ellos, se efectúa
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dispositivo del fallo, pues se acogió una incidencia que debió ser
desestimada, por lo que corresponde hacer lugar a la casación en el fondo
interpuesta;
Y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los
artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se acoge,
sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido en lo principal de
fojas 86, por don Steven Mackay Paslack, en representación de la
ejecutante, en contra de la sentencia de ocho de noviembre de año recién
pasado, rolante a fojas 84, la que se invalida y se remplaza por la que se
dicta acto continuo, sin nueva vista, pero separadamente.
Regístrese.
Redacción del abogado integrante don Jorge Lagos G.
Rol 16.722-2013
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Nibaldo Segura P.,
Patricio Valdés A., Sra. Rosa Maggi D., Sr. Juan Fuentes B. y Abogado Integrante Sr. Jorge
Lagos G.
No firma el Abogado Integrante Sr. Lagos, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y
acuerdo del fallo, por estar ausente.
En Santiago, a veinticinco de junio de dos mil catorce, notifiqué en Secretaría por el Estado
Diario la resolución precedente.