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6. Conclusión
Se señala por ello que “el Código de Ética del Abogado, es el fiel reflejo
del trabajo de varios años de docentes y estudiantes de Derecho de las
universidades del país y el aporte de los decanos miembros de la Junta
de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú y los estudios de
abogados del país”. Cfr.: Documento “Fuentes para la redacción del
Código de Ética del abogado” de la Comisión Encargada de la Redacción
del Código de Ética del Abogado de 24 de febrero de 2012.
Así, por ejemplo, cuando el Artículo 6 del Código de Ética señala como
deber fundamental del abogado “actuar con sujeción a los principios de
lealtad, probidad, veracidad, honradez, eficacia y buena fe; así como del
honor y dignidad propios de la Profesión” más que recoger una “regla”
estaría estableciendo una serie de “principios”. Cabe recordar que, a
diferencia de las reglas, los principios pueden cumplirse progresivamente
y no como las reglas que pueden se acatan o no, además tienen una
dimensión de peso o ponderación y se valoran en casos concretos en
relación con otros principios. Cfr.: Cárdenas Gracia, Jaime. Introducción
al estudio del derecho. Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Universidad Autónoma de México. México. 2009, p. 110.
Por su parte el Artículo 109 del Código de Ética señala que “Las
sanciones deberán ser estrictamente acatadas por los abogados. Su no
acatamiento constituye falta grave que dará lugar a la imposición de la
sanción más severa y, de ser el caso, la denuncia penal
correspondiente”.
Nótese que de acuerdo con lo señalado en los Artículos 103 y 104, las
sanciones de amonestación, suspensión por 2 años o separación por 2
años se aplicarán teniendo en consideración la gravedad del hecho y el
perjuicio causado, mientras que la sanción de expulsión se aplicará: (i)
en los casos en que se incurra o promuevan violaciones de los
derechos y libertades fundamentales, sea cual fuere el cargo que
desempeñe el abogado; y, (ii) en los casos de hechos ilícitos o
delictivos.
Según viene siendo interpretado por el TC, las sanciones impuestas por
los colegios de abogados a sus agremiados por el incumplimiento de las
normas que regulan su conducta están sujetas al control de la
jurisdicción contencioso administrativa, así como al de la jurisdicción
constitucional ante la cual cabe recurrir ante la vulneración de derechos
o principios constitucionales con motivo de la actuación de los colegios
de abogados (como, por ejemplo, la adecuada motivación de las
resoluciones) más no así para cuestionar el fondo de una controversia.
Cfr.: las sentencias del TC recaídas en los Expedientes No. 5691-2008-
AA/TC; 3285-2010-PA/TC; y, 3954-2006-PA/TC.
[37]
Luján, Alexis. Op. Cit. Loc. Cit.
[38]
Nótese que el origen de estas normas en una persona jurídica no
estatal pone a prueba la clásica distinción entre Ley y reglamento.
Reconocemos que esta cuestión exige un análisis más extenso, sin
embargo, parecería razonable categorizarlos como reglamentos extra
legem. El TC ha señalado sobre los denominados reglamentos extra
legem, independientes, organizativos o normativos son “los que se
encuentran destinados a reafirmar, mediante la autodisposición, la
autonomía e independencia que la ley o la propia Constitución asignan a
determinados entes de la Administración, o, incluso, a normar dentro los
alcances que el ordenamiento legal les concede, pero sin que ello
suponga desarrollar directamente una ley”. Cfr. Fundamento 15 de la
Sentencia recaída en los Expedientes Acumulados No. 0001/0003-2003-
AI/TC.