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Frederich H. Kanfer
Lawrence C. Grimm
Universidad de Illinois (1977)
I. DÉFICIT DE CONDUCTA
A. Información
B. Interacción interpersonal
C. Habilidades ce autodirección
D. Autorreforzamiento
E. Automonitoreo
F. Autocontrol
G. Déficits en el rango de reforzadores
H. Habilidades
A. Base inadecuada de conocimiento para guiar la conducta
A veces parece que el cliente tiene un repertorio afectivo para enfrentarse a las demandas de
la vida diaria. No obstante, reporta incertidumbre al considerar lo apropiado de su conducta o la
ignorancia de la conducta requerida para llevar a cabo una meta específica. A menudo ha encontrado
o está cerca de asumir un nuevo rol social y ocupación. Él puede carecer de información concerniente
a expectativas o normas sociales, fuentes disponibles de satisfacción o estándares conductuales
apropiados para su ambiente. Frecuentemente se nota que no aprovecha la validación de un grupo de
referencia para sus percepciones, actitudes o conductas públicas o información acerca de ambientes
que sancionen o estén en desacuerdo con las actividades que el disfruta. Ejemplos comunes de
problemas en esta área incluyen déficit en información con respecto al control de la natalidad,
oportunidades vacacionales, normas de desarrollo para los niños, estándares apropiados de interacción
con el sexo opuesto, y normas sociales de subculturas específicas.
Métodos de cambio: los déficit en información pueden ser más eficazmente remediados
dándole al cliente información directa o remitiéndolo con otras personas quienes poseen la información
necesaria. Los asesores legales, clérigos, médicos o amigos pueden servir para esta función.
H. Déficit en conductas cognitivas y/o motoras necesarias para enfrentarse a las demandas de la vida
diaria
Los clientes a varios niveles de funcionamiento intelectual o social pueden revelar "paquetes"
de déficits en conductas de autocuidado, habilidades físicas u otras conductas motoras que pueden ser
esenciales para un adecuado funcionamiento. Ejemplos extremos son vistos con retardos o residentes
crónicos institucionales quienes son incapaces de vestirse y comer por sí mismos. No obstante, con un
más alto funcionamiento individual, déficits en habilidades relativamente simples tales como conducir
un auto, el uso de cosméticos, cocinar, hábitos de higiene personal pueden tener un efecto sustancial
en la vida de la persona. El cliente puede presentar la queja como un déficit en habilidades, o mostrar
dificultades las cuales pueden ser vistas como resultado de esas deficiencias.
Los déficits en habilidades se distinguen de los déficits en información en que los primeros
requieren adquisición de nuevos repertorios disponibles que se pueden usar.
Métodos de cambio: técnicas operantes tales como instigación, moldeamiento, modelamiento,
encadenamiento, aprendizaje por discriminación y ensayo conductual pueden ser usadas cada una por
separado o en combinación para facilitar el desarrollo de nuevas conductas y son ampliamente
ilustradas en la literatura de modificación de conducta.
A. Ansiedad
B. Automonitoreo
A. Respuestas afectivas a estímulos (objetos o eventos) que llevan a peligros subjetivos o a conductas
inaceptables
A veces el cliente exhibe consistentemente respuestas emocionales que son objetables para sí
mismo o para la sociedad. Excitación sexual o señales de violencia, reacciones aversivas a personas con
impedimentos físicos o a características raciales específicas y fracaso para responder a las señales de
otros, constituyen ejemplos dentro de esta categoría. Tales problemas pueden clasificarse desde ser
meramente inconvenientes para el cliente hasta involucrar conductas socialmente destructivas.
En contraste con problemas de ansiedad condicionada excesiva (véase II - A), esta categoría
incluye respuestas efectivas positivas o negativas, más que ansiedad, ya que viola las normas personales
o culturales del cliente.
Métodos de cambio: el enfoque de cambio se refiere a alterar la función del estímulo, a través
de eliminar o establecer consecuencias para las respuestas. Los métodos de condicionamiento clásico
para cambiar el valor de los estímulos (valor emocional) incluye condicionamiento aversivo,
sensibilización cubierta, alivio de la aversión, recondicionamiento orgásmico, reforzamiento y extinción
cubierta y métodos de contracondicionamiento, en resumen, nuevas conductas instrumentales pueden
ser establecidas a través de los métodos discutidos en otras categorías.
C. Fallas para enfrentar las demandas o responsabilidades ambientales que surgen de la organización
ineficiente del tiempo
Un conjunto de problemas puede surgir como un resultado de la programación ineficiente de
actividades. El cliente que tiene esta dificultad puede quejarse de reacciones de estrés, insatisfacción,
o críticas considerables de otras personas significativas para él. El ama de casa cuyo día está lleno de
obligaciones y responsabilidades puede fracasar para cumplir con responsabilidades importantes.
Ejemplos adicionales son, el estudiante quien aparentemente no tiene presiones de deberes
extracurriculares y aun así falla en la organización de su tiempo para estudiar, o el profesor que es
incapaz de acomodar su tiempo para completar su trabajo antes de que termine el plazo fijado.
Métodos de cambio: un requisito para el cambio relaciona el automonitoreo (véase I - E) y un
análisis de la tarea que involucra qué es lo que ordinariamente hace y qué es lo que debe de ser logrado.
El establecimiento de prioridades para varias actividades, lugares donde pueden ser mejor
ejecutadas, duración que se debe emplear en ellas, y especificación de las consecuencias de respuesta
que pueden ser desarrolladas dentro de un programa escrito para ayudar al paciente en la organización
de su ambiente. Si el cliente está ocupándose en conductas de evitación, los métodos de cambio en
otras categorías relacionadas con el autocontrol (J - F) o ansiedad (I - A) pueden ser útiles.
A. Autorrotulación
B. Conductas cubiertas
C. Discriminación de estímulos internos
A. Autodescripciones que funcionan como consecuencia de la conducta que llevan a resultados
negativos
Las autodescripciones inadecuadas de las propias capacidades o habilidades puede llevar al
cliente a que emplee conductas que tienen consecuencias desastrosas. Por ejemplo: el cliente que se
clasifica así mismo como un hombre astuto de negocios puede como resultado de su autoclasificación
arreglar un contrato (negocio) que lo lleve a un desastre financiero. El cliente que se ve a sí mismo
como un pobre esposo puede responder a su rotulación de una manera autosatisfactoria.
Adicionalmente el cliente que se describe así mismo como inseguro, tímido o inferior a otros, puede
evitar oportunidades que negarían su autodescripción.
Métodos de cambio: el reacondicionamiento de las autoactitudes por medio del ensayo de
autoafirmaciones, el entrenamiento para observar las relaciones entre la conducta y sus consecuencias
y transferir el control de la conducta de las autorrotulaciones a las demandas situacionales, son algunos
de los procedimientos que pueden ser usados para combatir este problema.
RESUMEN
Este artículo presenta un trabajo heurístico para organizar la información presentada por un
cliente. Las subcategorías fueron generadas sobre una base pragmática por medio de integrar las quejas
más frecuentemente presentadas, con las técnicas de intervención comúnmente usadas. Deberá ser
enfatizado que el artículo no propone una tipología de conducta anormal. Más bien, se intenta que las
categorías sirvan al clínico como una estructura rudimentaria para guiar su análisis de las variables
controladoras y repertorios de conducta deficientes los cuales reducen la adaptabilidad del cliente. Más
aún, no es suficiente simplemente designar un problema como parte de una categoría. El clínico debe
realizar un detallado análisis conductual concerniente a las conductas categorizadas para determinar la
gravedad del problema. Por ejemplo; déficits en las relaciones interpersonales (I-B) pueden ser
específicas con las figuras de autoridad o con miembros del sexo opuesto.
El clínico debe diferenciar los reportes verbales del cliente considerando su problema desde su
ejecución actual. Los clientes frecuentemente ofrecen evaluaciones de sus dificultades y reportarán la
angustia que experimentan. De hecho, el cliente puede tergiversar sus dificultades o habilidades, las
cuales no puede demostrar. Mientras estos reportes verbales son informativos, el clínico orientado
conductualmente necesitará un análisis de las ejecuciones actuales en situaciones particulares antes
de proceder con un programa de cambio de las conductas-meta categorizadas.
El terapeuta es ayudado no solamente por el conocimiento de los métodos de cambio
disponibles, sino también debe ser sensible clínicamente a las situaciones de problemas críticos y a los
procesos de conducta defectuosos que están detrás del funcionamiento del cliente.
Esas habilidades involucran juicios clínicos de conductas deseadas en un contexto dado, y se
originan en el conocimiento del terapeuta en teoría de investigación así como en propia experiencia
personal y profesional.
Esperamos que éste artículo sirva para estimular más esfuerzos hacia una guía conceptual para
el clínico que intenta identificar los objetivos meta y técnicas de tratamiento adecuadas.