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LA RESISTENCIA A LA NUEVA

GENERACIÓN DE PLURICULTURAL

Por Stephanie Fernández Magaña

Como todos los sábados a partir de las 10:00 de la mañana, los puestos del
Tianguis Cultural del Chopo comienzan a mostrar sus extravagantes productos para
ser vendidos a una comunidad pluricultural. Con formas de vestir y pensar diferente,
se dan cita punketos, darketos, eskatos, cholos, rastas, roqueros y últimamente los
chicos denominados fresas, con el único motivo de enriquecer sus ideas,
intercambiar productos, escuchar grupos de música no muy conocidos en el
mercado u observar artistas que dan a conocer sus obras literarias y plásticas.
Desde que se inauguró el Tianguis
Cultural del Chopo hace más de 25 años,
específicamente el cuatro de octubre de
1980. El cual estaba programado sólo para
cuatro semanas, extendidas hasta dos años,
dentro del museo del Chopo. En este tiempo
hubo un audiorama, donde todos probaban
sus discos, uno a uno. Luego el tianguis
“salió” a la calle, dice el cerebro creador del Chopo, Jorge Pantoja, la “autonomía de
la UNAM dentro de la UNAM, y un bastión de lo que ahora llamamos contracultura,
cultura alternativa, pero para muchos todo eso eran sólo puras mariguanadas”.(en el
articulo, Reporte Funk, por Raúl Torttoledo)
Actualmente, se puede encontrar desde un disco de acetato de The Doors
hasta el último sencillo de Panda en disco compacto y personas como Juan “El
mono”, caminan con una caja de discos para mostrar títulos antaños y
contemporáneos. Comenta, “hace tiempo que estoy en este lugar, he visto pasar a
mucha banda y pues creo que se ha perdido parte de la esencia que formó el
tianguis, el trueque y la contracultura se está dejando a un lado para darle paso a
mercancías más comerciales”- en eso muestra un disco de Allison, grupo que
últimamente se escucha en las estaciones de radio.
En ese mismo momento que “El mono” cuenta lo que piensa del tianguis, se
acerca un señor de edad madura, vestido de negro, tatuajes cubriéndole los dos
brazos, sin dejar ningún espacio en blanco, con chaleco de cuero y lleno de
estoperoles, dice: “Monito me trajiste lo que te pedí, yo te traje lo que habíamos
quedado, me urge…lo he estado buscando como loco”, en eso “El mono” saca de su
morral un disco en acetato, con la caja totalmente negra y comenta “Y es original he“
el señor, sonríe y le pone su mano en el hombro y le dice “que bueno, estos también
son originales. Ten. Así con esa actitud si dan ganas de hacer negocios contigo” el
señor le da tres CD’s, se despiden chocando las palmas de sus manos y haciendo
gesticulaciones raras.
Cuando se retira el señor, “El mono” comenta “por eso digo, se está perdiendo
un poco la esencia, porque aún hay personas que vienen e intercambian discos por
otros, pero hay conciertos como el de ahora que no son muy agradables porque
vienen Las Ultrasónicas y esas están bien locas”, hace un gesto de desagrado y se
va caminando, con la caja de discos y ofreciéndolos a todos los que pasan a su lado.
Más adelante se
pueden observar puestos
de ropa, faldas con
olanes negros y rosas,
blusas con seguros muy
grandes, que unen las
mangas con la otra parte
de la blusa, cinturones de
estoperoles, vestidos
negros desgarrados y de
diferentes telas, camisas
camuflajeadas de todos colores, azul, rosa, morado y el típico verde militar.
Claro, pero tampoco pueden faltar los puestos de perforaciones y tatuajes
permanentes o de henna, con vendedores muy peculiares, llenos de tatuajes y
perforaciones hasta en las mejillas, hablando de una forma muy tranquila. “amiga
aquí hay higiene y son muy baratos, te veras muy linda con una de estas en la ceja
“señalando un pircing de una flor rosa, “…y puedes preguntar sin compromiso“
Los que también hacen sugerencias para que cambies de look o agregues un
aditamento a tu imagen son los chicos de las rastas, ofreciendo una gran variedad
de trencitas o rastas de diferentes tamaños, tal y como lo menciona Hugo “mira
amiga les sugerimos que se hagan trencitas porque se ven chidas, pero al menos yo
prefiero hacer trencitas que hacer rastas…no es que sean más fáciles sino que
muchas personas se hacen rastas sin saber realmente el por qué de éstas“
señalando su gran cabellera llena de rastas gruesas y delgadas y mostrando una
actitud de interés por contar su significado real de dicha expresión de este grupo
denominado los rastas.

“Mira el motivo del por qué nos ponemos rastas es porque así lo marca
nuestra religión, es una forma de expresión, de estar en contra de lo convencional,
pero también soy de las personas que piensan que no hace falta ser vegetariano, ni
fumar marihuana, ni escuchar reggae, ni ser rastafari para hacerse unos dreads, sólo
basta con tener ganas, por eso hacemos en este puestesito rastas, pero no dejo a un
lado cierta inconformidad, y entonces amiga…te hago unas-“ riendo y llamando a
otras personas a acercarse a su puesto.

Hay un puesto que llama sumamente la atención del que pasa por ahí, se
muestran máscaras con picos y una variedad de estoperoles, conrsets y látigos,
gorras, cinturones y pulseras. El maniquí que se observa a lo lejos, está vestido con
una red, pulseras de cuero, corset lleno de cadenas y una gorra de cuero. “le
decimos la pelona, menciona la dueña del puesto“haciendo referencia al maniquí,
“todo lo que ves, lo hacemos mi esposo y yo a mano, es uno de los pocos puestos
que hacen su propia mercancía” de pronto sale gente de muchas partes e
interrumpen la conversación, pero no sin antes de que me diga la señora “vuelve
pronto y aquí estamos para servirte”

Adentrándonos más al tianguis se puede percibir un olor a marihuana,


combinado con el olor que despiden las quesadillas que venden a un costado del
escenario. Éste último invadido de una gran euforia que hacía retumbar el suelo a
causa de todas las emociones expresadas ahí, tanto por el público como por las
intérpretes.
¡Ultrasónicas…huuuu!, ¡Canten la de Grosero! ¡No avienten, dejen disfrutar
banda!, gritaba el público y chiflaban sin cesar, para poder disfrutar la presentación
del grupo. Hasta que habló Jenny, una integrante del grupo, “no sean ojestes, dejen
de aventar a la banda que llego temprano, porque ya están casi encima de nosotros
y no podemos tocar chido…y ahora por groseros les va ésta rola“las personas
citadas en ese lugar comenzaron a saltar y a corear la canción, se escuchaba muy
bien a tal grado que me puso la piel chinita.

Cantando “que grosero, que bruto y que grosero, te perdono por que se que
eres un pobre pordiosero, que grosero, que bruto y que grosero, eso tengo por
llevarme con bandidos como tú…” de pronto a lo lejos se observa que lanzan al aire
a un chico, después a una joven, invadidos por la emoción que producían aquellos
gritos, chiflidos, cantos y la música que se escuchaba a todo lo que daba en ese
lugar.

Cantando escasas cinco canciones, las Ultrasónicas se despidieron y los ahí


presentes fueron retirándose poco a poco, dejando a tras las emociones
experimentadas, y una grata experiencia, como lo comenta Lily Márquez “estuvo
bien chido, corto pero chido, cada vez que vienen al Chopo soy la primera en
ponerme frente al escenario“.

Dejando a atrás las diferentes formas de pensar, los chicos caminan hacia el
metro Buenavista, abandonando una parte de ellos en ese lugar, satisfechos de
haber escuchado al grupo que les agrada, comprar productos que les interesa o
simplemente observar la cantidad de cosas que puedes encontrar en el Tianguis
Cultural del Chopo.

Se puede observar la gran variedad de personas que han pasado por esta
calle a lo largo de 25 años, la aceptación por parte de algunos de los comerciantes
por el constante cambio en las ideologías y que no todo va hacer como antes. Las
distintas formas de expresión por una identificación ideológica, han hecho de éste
lugar un de los espacios a visitar por turistas extranjeros o nacionales, convirtiéndose
así, en una zona importante para ciertos grupos no muy aceptados por la sociedad.
DESDE LA VOZ INDEPENDIENTE DE LA MÚSICA:
ENCUENTRO CON EL METAL MEXICANO
Por Yazmin Bustamante Rodríguez

El deseo de la juventud por tener espacios


en los que la libre expresión sea
comunicada, nos invita a seguir creando
propuestas alternas que nos recuerden que
no sólo los “grandes” pueden hacer cosas, y
que en nosotros está que más puertas se
abran y se garantice la entrada de nuevas e
inteligentes propuestas culturales.
Alejandro Hernández es el vocalista,
guitarrista, productor y director musical de
Capricornus. Una banda independiente de metal mexicano que se presenta en el
concierto de Radio Chopo, tan emblemática institución como lo es el Tianguis
Cultural en sí.
De un metro setenta y algo de estatura, tez y ojos claros, cabello largo, chino,
castaño claro y con una amplia sonrisa es como se le ve a este músico. Entre tanto,
la perspectiva de la música independiente comienza su defensa.

Un músico debe tener un corazón enorme, un amor inmenso a esto,


luchar, luchar, luchar...

Actualmente tengo alrededor de 20 años tocando y es difícil sobrevivir. Hemos


tenido que tocar en bandas de otro tipo de música para tratar de conseguir algo de
dinero y adquirir los instrumentos musicales, pero lo importante es no perder la fe.

Debes creer ciegamente en lo que haces, defenderlo a capa y espada, que te


guste, que lo disfrutes, que no tengas pretensiones muy grandes porque he conocido
personas que quieren comerse al mundo, pasan cuatro o cinco años y ya no están.

En ocasiones he puesto en tela de juicio la cuestión de ser músico y tratar de


dedicarme a otra cosa, pero se me rompe el corazón; ¡caray, me he dedicado toda la
vida a la música, por qué quiero dejarlo, por qué! Entonces no te queda otro camino
más que seguir luchando; tratar de conseguir el apoyo de la gente que te rodea.

Si alguien quiere seguir la ruta de ser músico, debe tener un corazón enorme,
un amor inmenso a esto, luchar, luchar, luchar y yo sí pienso seguir luchando hasta
el final del final.

El valor de la música en el Chopo

Ahora Alejandro Hernández se ubica frente a más de cien jóvenes con un


pedestal frente a él y con el resto del grupo dan sentido a Capricornus. Entre
guitarras distorsionadas y la fusión del progresivo con el metal industrial dan paso a
nuevos sonidos que provocan emoción entre el público, más de cinco ya bailan,
otros más vuelan. El metal se ha presentado.

-Las veces que vengo al Chopo, una o dos veces al mes a paso a saludar a
mis amigos, comprar discos, DVD´s y todo eso, soy cliente, soy fan todavía-. Tras el
eufórico ejercicio, la mesa de ventas de discos es cubierta por varios jóvenes.

Sólo hay cuatro discos de Capricornus en la superficie y en menos de dos


minutos han desaparecido uno a uno a cambio de cincuenta pesos por mano. –
¿Traes más de Capricornus? –Sí– contesta el baterista de la banda al encargado de
las ventas. -¿Ya se acabaron?- pregunta interesado un joven que decide esperar que
un disco más sea puesto en la mesa...

-Yo entré al mundo de la música a la edad de 14 años, un jovencito cargando


aparatos y afinando guitarras. Entonces venía al chopo y adquiría partituras,
cassettes y toda esa información la absorbí y aprendí a tocar con los videos, soy
autodidacta 100%, no tuve ninguna formación, ninguna clase de educación musical.

Que la verdad no tenemos dinero, no tenemos el apoyo de nada ni de nadie.


Hacemos lo que podemos, pero siempre estamos viendo hacia el futuro. Hay que ser
muy centrado, muy serio, tomártelo con calma, divertirte y con los pies en la tierra.
Soy una persona. Nada más soy eso, un músico de rock que le gusta tocar.
A causa de las modas impuestas de la radio y la televisión, no hay una cultura
de rock, al menos no en la Ciudad de México. He hecho viajes al interior de la
República Mexicana y he encontrado bandas de black metal, punk hard y radicales.

Una vez fuimos a tocar a Chihuahua y vi un canal de videos de heavy metal y


dije: ¡en México no existe! No hay canales de metal, no hay nada. Me voy a
Chihuahua y en un canal de TV abierta, un montón de bandas favoritas y yo
disfrutando como loco mientras todos dormían y yo encantado –¡ay, este video y este
y este otro!– como niño chiquito porque así soy yo, soy un niño todavía.

Lo que queremos es tocar

Al hacer Capricornus decía: caray, voy a seguir grabando la música aunque


nadie me pele. Le demostré a mi hermano que la música tenía algo que decir, sin
tantas pretensiones. No es mi deseo primordial ser famosos o tener mucho dinero,
no. Solamente deseamos tocar, sobre todo buscar los espacios.

La escena de los foros de música independiente es un pobre, pero estamos


abiertos a ir a tocar donde nos llamen: sur, norte, poniente, oriente y espero que eso
suceda porque es lo que queremos hacer. Capricornus es: Alejandro Hernández,
Guitarra y voz; Chema, Batería e Ivan, Bajo.

Contamos con una gran cantidad de material. De hecho estamos


promocionando una producción llamada The cosmic inner circle, es un álbum doble.
Al mismo tiempo estamos trabajando en nuevos temas para editar un álbum,
independiente, por supuesto, con los recursos posibles.

Es así como Capricornus representa la escena alternativa, libre y autónoma. Y


como decía Piotr Ilich Tchaikovski: “En verdad, si no fuera por la música, habría más
razones para volverse loco”. La música es el lenguaje más sublime del ser humano.
Y replanteando a Nietzsche; sin música independiente la vida sería un error.
El Chopo y la resistencia cultural
Por Martha Jimena Villa López
Son las once de la mañana y alrededor es como un sueño. El Tianguis
Cultural del Chopo es un espacio de la ciudad en el que convergen muchas
expresiones culturales y formas de vida de una manera libre y sin prejuicios.
Y es que al Chopo viene todo tipo de gente, desde los niños que son
conducidos de la mano por sus padres o hermanos; hasta los “veteranos”, esos
hombres robustos de cabelleras largas y semblante serio que se jactan de que “sin
nuestro trabajo, ustedes no estarían aquí”.
Hoy es un sábado común. Aquí están los visitantes asiduos y también los que
comienzan a involucrarse en este mundo alterno. A lo lejos se ven los vendedores
con sus prendas, discos o libros en las manos dialogando con los compradores y con
cualquiera que desee hablar.
Así es aquí, la gente desea platicar y lo hace. Desea bailar y puede hacerlo,
incluso puede bajar del escenario al músico que no haya satisfecho sus pulsiones
melódicas. En el Chopo hay libertad pero también exigencia, la razón es que se debe
celar el espacio conseguido con tanto esfuerzo.
Sin embargo, todo aquél que llega aquí a buscar respuestas puede
encontrarlas pues las tendencias buscan difusión y ese medio resulta eficaz en el
objetivo. Hoy la pregunta es el rastafarismo y su concepción actual en la sociedad.
Los seguidores de esta corriente del pensamiento expresan como uno de sus
principios fundamentales aquél que reza que “No todo dread es rasta y no todo rasta
es dread”; es decir que, el hecho de usar dreadlocks (nombre correcto de las
llamadas “rastas”) no identifica a un rastafari y viceversa.
Y es que se ha generalizado la idea de que todo el que use dreadlocks es
rastafari. Sin embargo, la razón de usarlos tiene, en la actualidad, fundamentos que
van más allá de las primicias básicas del rastafarismo como doctrina religiosa.
De aspecto muy “natural”, de acuerdo con algunos de los principios de su
filosofía, Mauricio usa dreadlocks en el cabello y confiesa que su motivo “es más
bien político, como una forma de resistencia cultural”.
Entre una ola de gente que ha decidido terminar su jornada de tianguis
sabatina, Mauricio responde y sus palabras denotan el pleno conocimiento y
justificación de su estilo. “Soy estudiante de Ciencias Sociales: Antropología y
Sociología, además tengo raíces afroamericanas”.
Caminando con rumbo al metro y justo antes de enfrentar a los perseverantes
vendedores de jugo o inciensos se encuentra Miguel, él se dedica a vender golos--
ese pasatiempo de tres palos largos que se mueven con equilibrio para no dejar caer
ninguno—y, diestramente, se entretiene jugando para captar clientes.
Para él, “el cabello y el peinado son un medio de expresión de ti mismo, si
usas dreads expresas una cosa, tal y como si usaras una cola de caballo”. Sin
embargo, y aquí hay un punto que identifican ambos, la apariencia es “más bien un
acto de rebeldía”--en palabras de Miguel--, es decir, es una “resistencia frente a la
cultura dominante y el sistema”--de acuerdo con Mauricio—
Y es que hoy, esta forma de vida ya no obedece de manera ortodoxa los
principios que le dieron vida. “Todos tenemos el mismo camino pero con diferente
visión” platea convencido Miguel, quien ve en su atuendo el camino para expresarse.
En el entorno, un mosaico de personalidad camina en la calle que hoy sirve de
escenario para el diálogo. Las entrevistas son algo común en el Chopo así que no
sorprende encontrar a alguien con una cámara o una grabadora; todo se sucede
como un día cualquiera: hay propaganda, ropa, comida, música en vivo y grabada; la
gente con sed de identificación se pasea buscándolo todo y nada a la vez.
La mayoría de las tendencias ideológico-culturales modernas tienen afinidad
con otras expresiones tales como el arte o la música. De acuerdo con esto, mucho
se dice respecto al rastafarismo y su relación con el reggae.
Ritmo surgido en la Jamaica de los años 60 como una combinación entre
ritmos afro-antillanos y el Rhythm & Blues norteamericano, el reggae fue, por mucho
tiempo, el único medio por el cual se expresaba el rastafarismo. Sin embargo, hoy ya
no caminan de la mano pues el ritmo ha sufrido diversas modificaciones que
obedecen a su internacionalización y, en ocasiones, comercialización.
No obstante, muchos de los seguidores de la doctrina continúan consumiendo
este género: consideran que “el reggae es una manifestación política pues expresa
cultura y raíz”.
Hoy en día, la realidad del rastafarismo (o acaso sus seguidores) es que se
han ido modificando sus preceptos iniciales para dar pie a otras manifestaciones que
se acercan, en este caso, más a las tendencias políticas que a las religiosas.
En la hora de partir, otras expresiones culturales aparecen en el camino y la
sensación de que cada una tiene su historia y filosofía propia, es enriquecedor pues
se entiende la protesta y comunicación que cada persona intenta transmitir con su
atuendo.

EL ROCK EN NUESTROS TIEMPOS


Por Susana De la Cruz González

Alejandro Gómez Fierro es estudiante de posgrado de la Facultad de


Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y forma parte de
una banda de rock: Mictlán, grupo que busca transgredir las fronteras entre los
públicos que gustan de este género, creando un estilo diferente al emplear en sus
composiciones instrumentos prehispánicos.
Desde los 18 años Alejandro Gómez Fierro forma parte del movimiento
rockero, tribu suburbana que ha adquirido un papel muy importante en nuestra
sociedad. “Siempre me gusto el rock, pues mis influencias desde niño fueron grupos
como los Beatles y los Doors, lo que dirigió mi camino para llegar a formar un grupo
de rock” dice.
“Tlamacazqui es un término azteca que significa ofrendador, algo así como un
sacerdote” comenta Alejandro Gómez Fierro quien utiliza ese sobrenombre para
identificarse como integrante de su banda. Mictlán lleva casi ocho años de existir,
“varias ocasiones la banda ha asistido al Tianguis Cultural del Chopo a dar sus
conciertos”.

El rock como movimiento contracultural


Desde 1950 existe el rock y es en Estados Unidos donde tiene su comienzo,
aunque los ingleses tienen en su haber los mayores exponentes. “El origen más
antiguo del rock es el blues que fue un movimiento de los esclavos negros en
Norteamérica, y las canciones hablaban de la opresión que ellos vivían”.
Ésta contracultura fue una resistencia a la opresión y con ella surge el
movimiento rockero que poco a poco se fue transformando, “pasando por el Blues,
Rythm and blues, Soul, etc. hasta llegar al Rock & Roll” menciona Alejandro.
En México, el rock empieza a importarse desde los años cincuenta, pero sólo
eran covers que se traducían al español y es “en la década de los sesenta cuando
surgen grupos nacionales que hacen sus propias canciones como Dugs Dugs,
Peace and Love, y por supuesto el Tri”.
La esencia o propósito con el que surgió el movimiento rockero fue el rechazo
al sistema capitalista, sin embargo, en la actualidad el rock ha caducado en lo que
respecta a su ideología, pues “el sistema lo ha logrado incorporar y le ha quitado esa
punta revolucionaria con la que nació” dice Alejandro.
El fin de esta tribu suburbana en el mundo contemporáneo se ha determinado
por el sistema que nos rige “la mayoría de los grupos ya no tienen esa característica
inicial porque se han vuelto comerciales, y se dedican a buscar beneficios
económicos”

Los jóvenes y el rock


El movimiento del rock en la cultura de la sociedad mexicana ha representado
principalmente a la población juvenil y en menor medida a los contestatarios, “como
decía el Che Guevara: `Los jóvenes son rebeldes por naturaleza`, y en teoría el rock
debe representar ese instinto básico de la juventud” menciona Alejandro.
Además de conformarse por jóvenes de 18 hasta 32 años de edad lo que
define a las tribus de rockeros, es su ideología y su atuendo. Las características
principales de un rockero son: “el espíritu de rebeldía, la contestación a lo que no le
parece mediante la música y el no conformismo con el sistema capitalista” dice.
“El atuendo es mas bien la identificación con la tribu suburbana a la que se
pertenece”. Los rockeros usan un tupé y botas afiladas, tejanos con hebillas de
metal, en cuanto a las mujeres su vestimenta se caracteriza por faldas ajustadas a la
cintura y con vuelo, además de usar zapatos de tacón fino.
“La vestimenta, el cabello largo, el color negro, los estoperoles, etc. son solo
características que la tribu exige, porque la sociedad ha determinado ciertos
comportamientos similares dentro de los círculos sociales dados”, comenta éste
rockero.

El rock en la sociedad mexicana


La sociedad mexicana ha tenido una forma peculiar de percibir este
movimiento, según Alejandro las bandas de rock como tribus suburbanas son
consideradas por la sociedad como un movimiento no contestatario que tiene
características negativas y positivas.
“De manera negativa, la población de México ha asociado el rock con drogas,
delincuencia, robo, violencia, etc. y de manera positiva el rock ha sido una manera
en que muchas personas hemos podido expresar nuestro rechazo a muchas cosas
que tienen que ver con el sistema del mundo actual”.
Aunque, lo cierto es que el movimiento rockero está en gran medida formando
parte del sistema capitalista, las bandas de rock se han convertido en grupos
comerciales manejados por las principales empresas, “ahora hasta Belinda se dice
rockera, y Televisa maneja a las principales bandas nacionales como el Tri, Caifanes,
Maná, etc.”

Mitos y realidades del rock


Alrededor del rock se han suscitado diversos mitos que se han quedado sólo
en eso y otros que terminan siendo realidad. Alejandro comenta algunos de ellos que
tienen que ver con la religión, la violencia, el sexo y las motos.
“Para los rockeros la religión es el `Opio de la sociedad ` -como decía Lenin-,
es lo que nos mantiene dopados”, es así como la visión de este movimiento hacia la
religión es de rechazo total.
La violencia y agresividad han sido elementos generalmente relacionados con
este movimiento, sin embargo, “algunos rockeros rechazan todo tipo de violencia y
para otros es el tema principal de sus canciones”.
Elvis Presley fue el principal ídolo de todos los rockeros y desde ese entonces
el sexo se ha venido ligando con el rock, lo cierto es que “el auge del sexo con el
rock se dio en el metal“.
Se dice que las motos de gran cilindrada y estilo clásico han sido elemento
característico de un rockero, “a mi me fascinan, pero es mas bien solo un objeto
fetiche” resalta Alejandro.

El futuro del movimiento rockero


El rock se ha venido estructurando de acuerdo al sistema capitalista, lo que
provoca una pérdida en su propósito inicial; pues al surgir como un movimiento
contracultural tenia como fin rechazar el sistema y ahora se encuentra adherido al
capitalismo que busca promover el rock con fines comerciales para obtener réditos
económicos.
“En la actualidad el género rock aglomera un sin fin de gustos, es decir, rock
es desde Café Tacuba hasta Belinda pasando por los Rolling Stones”. Existen
muchos estilos, pues se ha experimentado con diversos sonidos y tendencias,
incluso –como dice Alejandro- “se utilizan instrumentos muy propios de México, en
mi banda tocamos con instrumentos prehispánicos”.
A pesar de estas circunstancias por las que atraviesa el rock, algunas bandas
han logrado mantenerse, generar composiciones propias, y sobretodo han intentado
permanecer en el gusto de gran parte de la sociedad, sobretodo juvenil.
“Tanto el rock, como las otras tribus suburbanas, ska, heavi, dark, punk etc.
son importantísimas, pues es lo que sostiene a los movimientos contraculturales de
la música y considero que es necesario enfatizar en el objetivo de cada una de ellas
buscando la manera de reavivar su esencia”, comenta Alejandro.

El Tianguis Cultural del Chopo como espacio del rockero


El Tianguis Cultural del Chopo se ha definido por ser un espacio cultural en
donde convergen distintas tribus desde hace 28 años, sin embargo el propósito de
este lugar ha cambiado y se ha visto afectado. Alejandro comenta que “en un
principio el Chopo era un espacio cultural muy importante, pero ahora sólo es vender
y punto”.
Además, “el ambiente en el Tianguis del Chopo ya no es como antes, ahora
asisten chicas gueritas y chicos de secundaria, antes iban verdaderos punks,
metaleros y demás banda urbana” dice.
Para Alejandro es necesario “reestructurar por completo, quitar a los puestos
fijos y bodegas, aunque sería difícil, pues hay demasiados intereses económicos por
parte de los comerciantes”
Sin embargo, el Tianguis Cultural del Chopo aún sigue fomentado los
conciertos de diferentes bandas, incluso hasta presenta exposiciones fotográficas.
Alejandro y su banda Mictlán se presentará el próximo 19 de mayo en el
Tianguis Cultural del Chopo, para dar uno más de sus conciertos de rock que se
caracterizan por utilizar instrumentos prehispánicos.

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