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Vale la pena recalcar que los organismos describen trayectorias vitales durante las
cuales sufren transformaciones. Estas trayectorias tienen: a) Una fase inicial, que
puede ser el momento de la fertiliza'ción del óvulo por el espermio (por ejemplo en un
mamífero) o el momento de bipartición (en el caso de bacterias); b) ,Una fase de
crecimiento y reproducción, generalmente acompatíada - de diferenciación o
diversificación de componentes morfológicos; y c) Una fase en que se produce la
muerte del organismo.
Esta descripción es muy general, y para los fines de esta presentación resultará
útil. Cabe hacer un par de comentarios a propósito de las trayectorias vitales:
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Hábitat y nicho
Llegados a este punto y puesto que los organismos están inmersos en distintos
"ambientes", es preciso analizar dos conceptos que usan comúnmente los ecólogos
para referirse al "ambiente", es decir hábitat y nicho ecológico.
El nicho ecológlco está constituido por las variables que explican diferencias
de distribución y abundancia de un tipo de organismo. Más adelante describiremos
con más detalle cómo se llega a conocer el nicho ecológico de una especie dada. Por
el momento sólo interesa serialar que es un concepto distinto de hábitat. El hábitat
nos sirve para contarle a alguien dónde encontrar los organismos, en tanto que el
nicho nos describe qué variables se asocian con la distribución y abundancia de un
tipo de organismo dado. Imaginemos que el hábitat de una especie de lagartija es un
bosque de robles a más de 700 metros sobre el nivel del mar y a 37 grados de latitud
sur. Es posible que para esa especie de lagartija los factores que realmente afectan
su abundancia -las dimensiones de su nicho- sean la densidad de depredadores
conjuntamente con las distribuciones anuales de temperaturas y de insectos de más
de tres milímetros de largo. Así, para la abundancia de esa especie de lagartija, la
especie misma de los árboles, la altitud y la latitud pueden no ser importantes en sr,
aunque sean los elementos que nos permiten describir su hábitat. Pero ¡cuidado!, si
se trata de un insecto especialista en hojas de roble, la mención a la especie de roble
puede aparecer tanto en la descripción de hábitat como de nicho.
Tipos de organismos
Volvamos ahora a la definición de ecología propuesta inicialmente. Esta definición
habla de organismos, sin referirse a una calidad taxonómica particular. En realidad, los
organismos investigados por el ecólogo pueden agruparse de distintas maneras,
según cuál sea la pregunta que se hace en un momento dado. Veamos algunos
ejemplos de "tipos" o "clases" de organismos:
a) Los pulgones de una especie particular -por ejemplo, Sitobium avenae- que
atacan los campos de trigo de Chile central. En este caso, el criterio de clasificación
es taxonómico a nivel específico, interesa una especie biológica particular en un área
geográfica determinada.
c) Un grupo de especies con alguna característica común, como por ejemplo los
mamíferos marsupiales del Cono Sur de América, o los moluscos intermareales
comestibles de las costas del Pacífico Sur.
d) Los organismos que exhiben algún atributo fenotípico particular. Por ejemplo,
los pulgones (áfidos) que sólo se reproducen sexualmente, o bien las aves que son
estrictamente insectívoras.
Distribución y abundancia
Volviendo a la definición de ecología, nos referiremos ahora en forma más precisa a
los conceptos de distribución y de abundancia. La distribución se refiere al "dónde" y
la abundancia al "cuántos". Ambas descripciones pueden hacerse en términos
cualitativos o semicuantitativos pero, por lo general, lo que se busca es una
indicación cuantitativa. La razón es que la cuantificación permite un mejor contraste
de hipótesis explicativas y deja menos ambigOedad ante los interlocutores -
recuérdese que la ciencia es un fenómeno social. Por ejemplo, el dónde puede ser ,
descrito como los lugares geográficos con una configuración particular de !
temperaturas, humedades y radiación. Pero, como ya imagina el lector, estas,'
descripciones de dónde están los organismos tienen relación con el conocimiento
que se tenga de los nichos ecológicos respectivos. De modo que otros instrumentos
usados para describir la distribución incluyen gráficos de presencia o ausencia del
organismo como función. de alguna variable de nicho, como por ejemplo,
concentración de nitrógeno, humedad del suelo o del aire, cantidad de polinizadores,
densidad de insectos o porcentaje de superficie cubierta por rocas.
Resumiendo, a los ecólogos les interesa explicar cuántos hay, y dónde y cuánto
producen los distintos tipos de organismos. Dicho así parece sencillo, pero la
aplicación del método científico a los problemas de ecología tiene algunas
dificultades.
Tal vez descubriremos que en ambas listas anotamos algunos organismos que
precisan comer plantas (herbrvoros), otros atrapar presas móviles (carnrvoros) o
bien comer restos en descomposición (descomponedores). Los herbívoros,
carnívoros y descomponedores se conocen como consumidores, heterótrofos
o productores secundarios puesto que adquieren la energía necesaria y sus
nutrientes de otros organismos, ya sean vivos o muertos. En cambio a las plantas, que
no tienen que ingerir otros organismos, se las conoce como autótrofos o
productores primarios. Esta es por lo tanto una clasificación amplia que ordena a
los organismos según el origen de la energía y los materiales que permiten la
existencia. ¿Dónde ubicarfa usted a los hongos?
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Ahora podemos pregunt~rnos por el nicho quP. ocupan algunos de estos
organismos, por ejemplo, un productor primario como el quillay (Quillaja saponaria).
Queremos conocer factores o dimensiones del nicho del quillay, es decir variables
cuyo cambio conlleva alteraciones en la distribución y abundancia del quillay. Una
lista inicial e hipotética podría incluir factores abióticos como bióticos. Por ejemplo
- Radiación
- Herbívoros: Todos los animales que comen tejidos de quillay. Hay distintos tipos
y especies que comen flores, frutos, semillas, hojas, troncos o raíces. Pueden afectar
de distintos modos la distribución y abundancia del quillay.
~ Epífitos y parásitos: Plantas u hongos que usan el quillay como substrato, como
lugar donde vivir, y a veces como fuente de nutrientes. Pueden perjudicar la
absorción de luz por parte del quillay y comprometer su sobrevivencia en algunos
sitios.
Esta es sólo una lista de posibles variables de nicho para el quillay. No se puede
afirmar que ellas sean componentes de nicho sin antes exponerlas a una prueba
empírica. Antes de discutir este punto, vale la pena destacar que, tal como se hizo
para el quillay podría también generarse una lista preliminar de posibles variables de
nicho para otras especies de plantas, de animales o de hongos, Sería de esperar que,
de acuerdo al organismo escogido, algunas de estas variables difieran de las del
quillay.
Puesto que la ecología trata sobre la distribución y abundancia, sólo interesan las
variables que explican el intercambio de información, materia y energía que se
correlacionan con la abundancia de la especie en un área dada. Así, variables como la
concentración de oxígeno atmosférico, que son muy importantes para la
sobrevivencia del quillay pero no pueden explicar diferencias de distribución y
abundanCia, no constituyen dimensiones de su nicho ecológico. Esto por supuesto
no excluye que, para un fisiólogo, algunas de estas variables sean justamente las más
importantes, puesto que son condición sine qua non para el fenómeno que a él
interesa.
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disponible, etcétera) no siempre es posible el manejo directo de los organismos y es
frecuente que se aprovechen los gradientes naturales. Vale decir, se usan
situaciones existentes en la naturaleza, que pueden interpretarse como
"experimentos naturales" para los propósitos del descarte de hipótesis. Hay ejemplos
de gradientes naturales que sirven para examinar este tipo de hipótesis: cambios de
altitud o latitud, diferencias que se'producen a distancias crecientes de un lago, un río
o una poza. El inconveniente de estos "experimentos naturales" consiste en que no
siempre los demás atributos permanecen realmente constantes, cambiando
únicamente la variable que nos interesa evaluar. En general, en cualquiera de los
gradientes mencionados hay muchas variables que cambian simultáneamente. Por
ejemplo, en el gradiente altitudinal de una montaf'la cavarían la radiación, la humedad,
la presión atmosférica, la extensión del período seco, las temperaturas máximas y
mínimas, etcétera. Afortunadamente, existen procedimientos estadísticos
multivariados que ayudan a separar factores y ponderar su importancia relativa para
explicar la abundancia de una especie determinada. Sólo queremos destacar aquí las
estadísticas multivariadas como herramientas que permiten examinar este tipo de
problemas, pero su discusión no cabe dentro del marco de este texto.
Volvamos a la Figura 4-1. Puede verse en la parte inferior (Figura 4-1b) que, tal
como se graficó la abundancia de quillay, se puede estudiar y graficar la de otras
especies, como por ejemplo el canelo (Drimys winterii) y un cactus (Trichocereus
chilensis). (Nuevamente, no conocemos las curvas exactas para el canelo ni para el
cactus, pero las usamos como ejemplos hipotéticos de especies con mayores y
menores requerimientos hídricos). Luego pueden compararse los nichos de las tres
especies, al menos en lo que respecta al componente "agua disponible a 50 cm de
profundidad en el mes de marzo".
En el ejemplo hipotético de la Figura 4-1b, los nichos de las tres especies usadas
difieren con respecto a:
a) Nivel de agua requerido. En la Figura 4-1b este nivel es mínimo para el cactus,
intermedio para el quillay y máximo para el canelo.
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% AGUA EN EL SUELO
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Los seis parám~tros anteriormente mencionados son los que se usan
comúnmente para indicar diferencias de nicho entre especies. Como el lector puede
ya imaginar, dado que tanto el programa genético de las especies como sus
trayectorias vitales son diferentes, sería trivial afirmar que todas las especies tienen
nichos diferentes. El problema realmente interesante es ver si las diferencias de
nichos o las similitudes de algunos de' ellos muestran regularidades. Un modo de
comparar diferencias (o similitudes) es a través de la sobreposición de los nichos.
Como se ve en la Figura 4-1b, las curvas de abundancia de las especies pueden
sobreponerse al menos en algunos puntos del gradiente y el grado de similitud entre
las especies está relacionado con esta sobreposición. Más adelante habrá ocasión
para volver a este. tema de las similitudes de especies que coexisten en una
comunidad.
Retornemos ahora al problema del nicho ecológico del quillay. Tal como se puede
determinar el papel de la variable "contenido de agua en el suelo", podrían plantearse
simultáneamente otras preguntas que tal vez sean pertinentes. Por ejemplo, ¿qué
sucede si hay agua en el suelo, pero no suficiente temperatura? Es de esperar que
en aquellos lugares con suficiente agua pero sin un nivel mín.imO de temperaturas, el
quillay no pueda sobrevivir. Generalizando un poco, necesitamos una descripción
multivariada de su nicho, que incorpore el mínimo de dimensiones necesarias para
entender su distribución y abundancia en el área de estudio. Esta descripción se
logra incluyendo progresivamente factores que son demostradamente importantes
para la distribución y abundancia del organismo en estudio en un área determinada.
Por limitación de la capacidad humana, se suele trabajar con a lo más tres variables
simultáneamente.
Requerimientos y tolerancias
De los estudios multidimensionales de nicho puede concluirse que todas las
especies tienen un conjunto de requerimientos mínimos: un mínimo de agua, de
temperatura, de profundidad del suelo, etcétera. Este conjunto mínimo de
"umbrales" necesarios para la presencia de un organismo en un área dada (bordes
inferiores del nicho) corresponde a la llamada ley de L1ebig. Esta ley dice que un
organismo dado estará ausente de todos los lugares en que cualquiera de dichos
factores esté por debajo del umbral mínimo necesario para ese organismo. Es decir,
donde no se dan todas las condiciones mínimas la abundancia es necesariamente
nula. '
Así como el nicho tiene "bordes inferiores", también tiene "bordes superiores".
,Vale decir, los organismos toleran hasta un máximo de agua en el suelo, un máximo
de temperatura, de nitrógeno, etcétera. Ese rango de situaCiones entre el máximo
tolerable y el mínimo necesario define la ley de Shelford. Esta ley dice que un
organismo dado sobrevive y se reproduce sólo dentro de un rango limitado de valores r
para cada una de sus dimensiones de nicho. Si en sitio determinado cualquiera de los .
factores toma valores que caen fuera de ese rango, la especie en cuestión estará ('
necesariamente ausente. ' ,
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deben identificar y luego variar artificialmente, ya sea las condiciones mínimas
requeridas para la presencia de la especie en el lugar, o factores que tienen valores
cercanos al nivel máximo de tolerancia de la especie.
En este punto conviene definir lo que constituye recurso para una especie en un
momento y lugar dados. Para una especie particular, cualquier factor que al aumentar
o disminuir produce concomitantemente aumentos o reducciones de distribución y
abundancia constituye un recurso. Está implícito aquí que las especies "reconocen"
distintos recursos en distintos momentos y lugares, y además que las distintas
especies pueden reconocer distintos recursos aunque vivan en un mismo lugar. En
general, entonces, los recursos se comportan como tales sólo dentro de un rango de
valores y para organismos de una especie bien definida en un ambiente bien
delimitado. Dicho en estos términos, las dimensiones del nicho ecológico son
variables que constituyen recurso para la o las especies en estudio.
El paso de materiales desde los productores primarios a los herbívoros forma parte
de lo que se llama flujo de materia y de energía. El flujo de materia corresponde a
la transferencia d~ tejidos y moléculas. Si se habla de un flujo de energfa es
porque algunas de las moléculas ingeridas por los herbfvoros son oxidadas hasta agua
y dióxido de carbono y de esta oxidación se obtiene la energía para el trabajo
metabólico y la actividad general de los consumidores. Pero, en realidad, lo que se
transfiere son siempre materiales y se habla de flujo de energía sólo en sentido
figurado.
Una parte de los materiales que conforman el cuerpo de los herbívoros pasa a los
animales que comen herbívoros, los carnfvoros primarios. Nuevamente se
produce un flujo de energía y de materiales desde los herbívoros a los carnívoros
primarios.
Eh general, esta secuencia podría expandirse hacia los ca rn ívo ros
secundarios, terciarios, .... y los descomponedores. Se genera así un flujo de
materiales y energía que, proveniente en última instancia del aire, del suelo y del sol,
es parcialmente captado por los productores primarios y luego pasa por uno o más
niveles de heterótrofos. Vale decir, se produce lo que se llama una cadena tróflca
constituida por los organismos ubicables en distintos niveles (eslabones) tróficos.
Obsérvese que al hablar de cadena tróficá sólo estamos haciendo una descripción
estadística de transferencias y no afirmando que los organismos "deben" pertenecer a
niveles tróficos nítidamente definidos. Es frecuente encontrarse con omnívoros que
como tales no pueden adscribirse a un nivel trófico único. En casos así esta·
descripción debe usarse con cautela.
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Por lo general, en un sitio cualquiera no sólo habrá una especie de productores
primarios, una de herbrvoros, una de carnrvoros primarios y una de secundarios, sino
muchas especies de cada una de estas categorfas. Además, frecuentemente las
distintas especies de un mismo nivel trófico consumen distintas especies de presas y,
por el juego de estas posibilidades en los distintos niveles, se genera una red
tróflca, es decir, un conjunto de cadenas tróficas entrelazadas. Este es el patrón
que más comúnmente se obseNa en la naturaleza.
Ecosistemas .
En principio, se puede definir una primera red trófica directamente ligada a los
productores primarios y una segunda red que consume los desechos y materia
muerta principalmente originad.os ~n la primera red. Ambas redes tienen
generalmente sus propias cadenas de parásitos' e hiperparásitos. La segunda red es
fundamental para explicar el reciclaje de los materi~les producidos inicialmente por los
autótrofos y luego transformados en las dos redes. De modo que la energra que
mantiene las dos redes tróficas tiene un origen único en las plantas verdes, y esta
energía va siendo progresivamente transferida y disipada por los distintos grupos de
heterótrofos, hasta que finalmente es totalmente perdida en forma de calor. de
respiración. La Figura 4-2 muestra una versión esquematizada, con grandes
compartimientos multiespecíficos en vez de especies, de los actores y los procesos
que estamos considerando.
LM'EII secundarios
Carnívoros
I(M,El
Primarios ~o I(M,;11
Carnívoros ¡jJ
Herbívoros iz fl
Productores (M,E)
primarios
(M,E)
Descomponedores
(M)
(saprófagos, coprófagos, necrófagos)
calor (E)
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Usando esta terminología recién introducida, podemos recapitular y decir que la
energía que aprehenden los autótrofos por unidad de tiempo (productividad primaria)
limita la cantidad de energía que puede fluir a los eslabones tróflcos superiores de la
comunidad. Podemos decir también que el ecosistema se comporta como un
acumulador biológico de energía ya que, luego de ser atrapada por los autótrofos,
ésta se disipa lentamente en forma de calor mientras fluye a través de la comunidad.
Entre tanto los materiales pueden ciclar. Se dice que sólo pueden y no que deben
ciclar puesto que, por lo general, en un área hay entradas y salidas netas de
elementos. Son pocos los casos de áreas totalmente "cerradas" al flujo de materiales.
La energía, sin embargo, nunca cicla. Como ya se dijo, las razones últimas para ello
están contenidas en el segundo principio de la termodinámica.
Por muy atractivo que este concepto de ecosistema pueda parecer, es preciso
advertir que su utilidad es restringida y más bien de valor heurístico. Luego se tratará
este problema con más detalle.
En los capítulos que siguen examinaremos cómo las variables de nicho, una vez
identificadas, pueden afectar la distribución y abundancia de organismos. En forma
muy especial nos interesará examinar qué variables pueden tener efectos
reguladores.
El ámbito de expresión de los
fenómenos ecológicos
Escalas espacio-tiempo
"espacio" que los caracteriza. Así por ejemplo, el "espacio" de variables que .
Todos losunfenómenos
definen fenómeno se expresan,
como es decir,
la pesquería son tales.es
de anchovetas sólo en un
distinto de ámbito o ,
aquel de
la subsistencia humana o de una plaga agrícola. Cuando de fenómenos ecológicos
se trata, son fundamentales las dimensiones de tiempo, espacio físico y abundancia.
Es evidente que todos los organismos necesitan un área mínima para poder existir.
Según de qué organismo se trate esta área va desde fracciones de milímetro hasta
algunas decenas de metros cuadrados. Entre los organismos que se ubican en la
parte inferior del rango mencionado están los unicelulares, en tanto que los intervalos
del extremo superior lo ocupan algunas ballenas y árboles. Por otra parte, la
expresión de la trayectoria vital de los organismos transcurre en intervalos de tiempo
que van desde minutos hasta siglos o milenios, como en el ca.sode algunas especies
de coníferas. La mayoría oe los organismos tienen trayectorias vitales que se
expresan en "áreas" intermedias en este plano definido por los ejes de espacio y
tiempo. El hombre, por ejemplo, sólo necesita pequeflOs "rectángulos" de
aproximadamente un metro cuadrado (abscisa) y en su dimensión temporal
(ordenada) ocupa desde meses a setenta aflos o más.
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dimensión, se habla de hipervolúmenes. Estas otras dimensiones son, Hplcamente,
las del nicho.
En contraste con el caso individual, los fenómenos de distribución y de cambios de
abundancia se expresan en rectángulos de espacio-tiempo muchísimo mayores. Así,
la distribución y sus cambios pueden necesitar desde algunos milímetros hasta miles
de kilómetros cuadrados. En tanto que las variaciones en el rango de distribución
ocurren en tiempos que fluctúan entre minutos (bacterias) y miles de at10s (grandes
cambios florísticos).
Analicemos estos fenómenos con más detalle. Se sabe que las variables abióticas
-temperaturas máximas y mínimas, distribución estacional y monto anual de
precipitaciones, radiación solar- cambian a lo largo del tiempo (véase la Figura 5-1).
Reconocemos fácilmente ciertos cambios que ocurren en lapsos breves -días,
meses, o pocos at'1os-pero no así cuando éstos se desarrollan.,en tiempOs mayores,
desde diez hasta miles o millones de af'los. A los cambios climáticos se suman los
accidentes geomorfológicos que afectan a los organismos en distintos puntos del
globo terrestre. Las erupciones volcánicas, derrumbes y terremotos pueden provocar
cambios muy dramáticos en corto tiempo. 'pero, por lo general, los cambios son lentos
en relación a la trayectoria vital de los organismos. La aparición de un lago, el cambio
de curso de un río o un levantamiento de terreno, son ejemplos de este último tipo.
Los cambios que acarrean estas variaciones geográficas pueden ser enormes. El
levantamiento de una cadena montat'1osaconlleva importantes modificaciones en la
distribución ·de los organismos, ya que genera gradientes altitudinales además de
alteraciones en toda el área que circunda a la cadena. Así, 'una vertiente de esta
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cadena puede ser húmeda y la opuesta muy seca; esto puede extenderse y afectar
áreas circundantes que sobrepasan en gran medida el territorio ocupado por la
montafía misma. Piénsese, por ejemplo, en los efectos climáticos de biombo que
produce la presencia de la Cordillera de los Andes, no sólo por la generación de un
mosaico y gradientes de hábitats en la propia cadena, sino además por lo que significa
para la circulación de aire y humedad en enormes extensiones a través de todo el
continente.
Vemos pues que, por una u otra razón y en forma esporádica o más o menos
continua, se están produciendo cambios en los biótopos que pueden afectar la
distribución y abundancia de los organismos en forma significativa. A esto se suman
otros fenómenos, que veremos más adelante, producidos por algunos organismos,
y que afectan la distribución y abundancia de otros organismos. En otras palabras,
por lo que sabemos, desde antes de la aparición de la vida, la faz de la tierra y los
ecosistemas han sido cambiantes. '
Figura 5-1. Inconstancia de la blósfera. a) Temperaturas medias entre los 40 y 900 latitud norte
(ordenada) durante los últimos 500.000.000 años (abscisa) (Fuente: A. Boughey, 1971, Man and the
Environmenl. Mac Millan Co. N.Y.). b) Precipitaciones en Chile central durante los últimos 900 años. Los
valores de precipitación (ordenada) fueron calculados por el Dr. Valmore Lamarche a partir de una regresión
entre el ancho relativo de los anillos de crecimiento del ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis) y los
datos meteorológicos registrados en la estación Quinta Normal durante los últimos 100 años. (Fuente: H. A.
Mooney,1977, Convergent Evolution in Chile and California. Dowden, Hutchinson and Ross. Stroudsburg.
Pennsylvania. c) Cantidad total de insectos (ordenada) asociados a Ouillaja saponaria en distintos meses
del año (abscisa) en un sitio cercano a Santiago. Se invita al lector a mirar además las Figuras 7-1 y 7-2, 8-2
Y 9-3. En los nueve casos hay variación en el tiempo y las escalas de variación son distintas entre sr.
Además, lo que varia a una escala puede hacerlo a todas las demás. Estos ejemplos fueron seleccionados
entre los muchlsimos existentes que muestran la gran inconstancia que caracteriza a la biósfera y todos
sus componentes. La comprensión de parte de esta variabilidad y sus implicaciones para los organismos
es parte central de la ecologla.
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Respuestas ante cambios del ambiente
Sin embargo, no todas las variaciones del biótopo conllevan cambios en la
distribución y abundancia de los organismos. Además de que sólo algunas variables
afectan a un organismo dado, hay que tener en cuenta la frecuencia de las
oscilaciones. Las fluctuaciones que ocurren muy frecuentemente en la vida del
organismo sólo alteran las condiciones promedio de su existencia y, por lo tanto, no
se manifiestan en oscilaciones de distribución o abundancia. Pero, si existen
fluctuaciones comparables con la trayectoria vital de una o varias generaciones de un
organismo particular, es posible que se observen cambios ecológicos. Los distintos
organismos de una comunidad difieren en sus programas genéticos y tiempos
generacionaies y, por ende, responden de forma diferente a una misma frecuencia
de oscilaciones abióticas. Por ejemplo, la abundancia de guanacos no se altera •
debido a fluctuaciones de la temperatura atmosférica que pueden ocurrir en el lapso
de horas o de algunos días, en tanto que organismos como la mosca de la fruta
pueden experimentar, en esas mismas circunstancias, cambios de abundancia
mensurables. Una fluctuación de temperatura tan corta como la descrita tal vez pueda
expresarse en los guanacos a través de conductas apropiadas o alteraciones
fisiológicas, pero no como aumentos o disminuciones de la cantidad total de animales.
De tal modo que' debe destacarse, por una parte, el que distintos organismos
pueden mostrar la misma respuesta -ya sea conductual, fisiológica o demográfica- ante
distintas frecuencias de un estímulo; por otra parte un mismo organismo puede
responder en formas diferentes a distintas frecuencias del mismo estímulo. Así, un
felino puede dar sólo respuestas conductuales ante cambios ambientales de alta
frecuencia (minutos) y con frecuencias menores (horas), estas respuestas pueden
llegar a ser fisiológicas. Sólo si las frecuencias son muy bajas (semanas o meses) sus
respuestas pueden llegar a ser numéricas. Vemos pues cómo la frecuencia de las
oscilaciones es también parte del nicho de las especies y una dimensión importante
del ámbito de expresión de los fenómenos ecológicos.