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POLITICO
MARGINAL
7 +
LAS FORMAS DE REPRESENTACION
f i
DE UNA IDEOLOGIA DE DISIDENCIA
181 .P B , (1966-1970)
Idarted
I n s t i t u t o D is t r i t o ! d e io s A r r e s
Idortel
In s t it u t o D is t r it o ! d e (o s O rte s
A l c a l d ía Mayor de B o g o tá Esta publicación no puede ser reproduci
Gustavo Petro Urrego da, almacenada en sistema recuperable o
A lcalde Mayod de B ogotá transmitida en medio magnético, electróni
Clarisa R u iz Correa
co. mecánico, fotocopia, grabación u otros
S ecretaria de C ultura R ecreació n sin el previo permiso de los editores.
y D epo rte
C o lecció n de ensayos
SOBRE ARTE COLOMBIANO
CINE POLITICO
MARGINAL
COLOMBIANO
LAS FORMAS DE REPRESENTACIÓN
DE UNA IDEOLOGÌA DE DISIDENCIA
(1966-1976)
C o l e c c ió n d e e n s a y o s s o b r e a r t e c o l o m b ia n o
Tabla de contenido
13 Presentación IDARTES
19 Prólogo
25 Referencias
27 Agradecimientos
31 Introducción
35 A ntecedentes
Documentación y metodología
Capítulo 1
Convergencias y configuraciones: El surgimiento de una
postura ideológica en el Cine Político Marginal colombiano
En un inicio fue la censura
Capítulo 2
Nociones para la configuración de un proyecto cinematográfico
Capítulo 3
Codificación audiovisual de la perspectiva ideológica
El elogio a la precariedad y la
representación de la violencia
La musicalización como
expresión de identidad
Capítulo 4
La expresión temática y formal de una ideología
La penetración norteamericana
a través de los programas de
asistencia
Am érica Latina
200 Un Estado servil
La reivindicación de una
identidad marginal
3 O7 LA FO R M A LIZA C IO N DE UN ID E O LO G IA
DE D ISID EN CIA
Anexos
3 13 Selección temática
314 Fichas técnicas
315 C h ircales
316 A sa lto
3 1 6 Un día yo pregu n té
323 C am pesinos
Bibliografía
Filmografia
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Presentación IDÁRTES
p
■ ara la historiografía del arte colombiano, la publicación de un
nuevo título de la colección Ensayos sobre arte colom biano
resulta im portante en la medida en que robustece y complejiza
las miradas sobre la producción de las artes plásticas del país.
Aunque en los últimos años ha surgido una nueva generación
de intelectuales que indaga sobre el devenir de la plástica en
Colombia, todavía es notable la baja producción en esta materia
y la ausencia de publicaciones especializadas que concentren el
producto de estas investigaciones: la mayoría de escritos sobre
artes plásticas circulan como artículos en revistas o capítulos
de libros.
Y es aún más escasa la mirada interdisciplinar a la producción
intelectual enfocada en m antener nuestra m em oria cultural. En este
sentido, el presente escrito de Gloria Pineda Moneada, Cine político
marginal. Las form as de representación de una ideología de disidencia
(1996 - 1976) es un título especial de la Colección de Ensayos sobre el
cam po del arte colombiano, puesto que la autora, que proviene del
campo del Diseño Gráfico, propone a los lectores afines a las artes
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Lozano, se propone corno un espacio en donde personas de diferentes
disciplinas, saberes y experiencias se reúnen para reflexionar en torno
a las prácticas artísticas que acontecen en el territorio.
Con este nuevo título de la colección de Ensayos sobre el cam po
del arte colom biano reafirm am os nuestro com prom iso con los inves
tigadores en artes plásticas y visuales y entregam os un trabajo que
aporta al estudio interdiciplinario de las diversas m anifestaciones
artísticas del país.
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A Ml MAESTRO
J uan C amilo B uitrago y
J osé Mauricio V elazco
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Pròlogo
M iradas elípticas
contem plar los cim ientos sobre los que construye su identidad»1
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durante el Frente Nacional era una vana ilusión; se constataba cada vez,
con mayor claridad, que esta form a de gobierno era un m ecanism o de
repartición burocrática que consolidaba lo que Adrián Górelik llam a
reformismo conservador (Górelik 2005],
Como si eso fuera poco, el desfile de varios asesores extranjeros
por las instituciones nacionales (directa o indirectamente relacionados
con el gobierno de Estados Unidos) tendió un manto de sospecha y
desconfianza sobre el Estado colombiano. Esta situación condujo a
que toda una generación -in teresad a en los ideales de la autonomía,
la equidad y el d esarro llo - creyera cada vez menos en el gobierno,
principal artífice de exclusión y prom otor de la dependencia técnica,
económ ica y cultural de Estados Unidos.
Así, durante la década de 1960 y 1970 en el país se conformó una
comunidad crítica que se oponía fuertemente al modo en que funcionaba
el Estado. No aceptaba la sensación de exclusión del proyecto social,
ni el reform ism o conservador, ni la dependencia cultural de Estados
Unidos. Concebir a Colombia y Latinoamérica como un simple reflej o de
las políticas norteam ericanas (Arantes 2001) era una idea insoportable
para aquellos hijos de la clase media que soñaban con un proceso de
desarrollo que incluyera a toda la sociedad colombiana.
Las expresiones de esa oposición fueron registradas en múltiples
formatos y medios, a través de los cuales podemos realizar una mirada
elíptica de nuestra historia: las publicaciones independientes, el cómic,
la recepción de la música pop, las concepciones del arte conceptual en
la ilustración, la escultura, el performance, la crítica a la arquitectura y
a la forma en que concebía el porvenir, la fundación del diseño gráfico
e industrial y, por supuesto, la producción audiovisual.
El presente libro es el resultado de un proceso de investigación
que tuve la fortuna de conocer de cerca. La crítica lo confirm ará, lo
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estudio de Gloria perm ite o b serv ar en las piezas estudiadas no solo
ciertos elem entos que habían sido ignorados en an álisis an terio res,
sino que ofrece de form a com plem entaria una m irada elíptica sobre
la sociedad colom biana, es decir, desde un ángulo distinto. Aquel que
posiblem ente nos perm ite desentrañar el mundo de las convicciones y
las creen cias de la época y, así, explicarnos las relaciones que existen
entre la cultura y el universo mental; esto por medio del estudio de los
objetos que los seres hum anos producen, con un sentido sociológico,
tal como lo defienden, en tre otros, Lubar y Kingery (1996).
Este proceso de perturbación tuvo que ser padecido en un escena
rio que, de no haber sido modificado, no habría permitido que este trabajo
se aprobara administrativamente. Aquel que se interrogue qué hace una
diseñadora gráfica como Gloria preguntándose lo que se pregunta, de la
manera como lo hace, sobre las piezas que cuestiona, debe comprender de
primera mano que su talento fue el principal catalizador de tal herejía.3
Sin embargo, el inquieto indagador también debe considerar que fue
necesario el cambio de varios paradigmas para que fuera aceptado
un proyecto de grado como este en una universidad como en la que
se aprobó. Desde hace unos años al interior de Nobus, el hasta ahora
grupo de investigación más prolifico del Departamento de Diseño de la
Universidad del Valle, se establecieron varios debates sobre los enfoques
disciplinares del diseño. Empapados de los problemas conceptuales que
ya vivíamos los integrantes del grupo4 era inevitable que apareciera
la necesidad de comprender el diseño -gráfico e industrial- como una
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Referencias
Arantes, Otilia. 2001. Urbanismo em Firn de Linha. De C ristóbal C olón a "Blade R unner” (I492-
E O utros Estu d o s So b re o Colapso da Mo- 2019). México: Fondo de Cultura Económica
dernizaçâo Arquitetônica. Säo Paulo: Edusp. Lubar, Steven, y David Kingery. 1996. «Historia a
Gay, Peter. 2007. M odernidad. La atracción d e la partir das coisas: tendencias recentes nos
herejía d e Baudelaire a B eckett. Barcelona: estudos de cultura material.» Anais do Mu-
Ediciones Paidós. seu Paulista (4 ): 265-282.
Ginzburg, Carlo. 2005 . «Conversar com Orion.» Mills, Wrigth. 1994. La Imaginación Sociológica.
Revista Esb o ço s, 12 (I4), 163-170. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Górelik, Adrián. 2005- Das Vanguardas a Brasilia. Svensson, Lennart. 2003. «Introducción.» En S o
Cultura Urbana e A rquitetura na Am érica ciología de las P rofesio n es: Pasado, P re se n
Latina. Belo Horizonte: UFMG. te y Futuro, eds. Mariano Sánchez y Juan
Gruzinski, Serge. 2010. La guerra d e las imágenes. Sáez. Murcia: Diego Marín.
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Agradecimientos
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Finalm ente, quiero ag rad ecer en fáticam en te a Juan Camilo
Buitrago por el conocimiento transmitido, no solo durante la realización
de este proyecto, sino durante el tiempo en que tuve la oportunidad
de tra b a ja r a su lado. A él debo el interés por el trabajo académ ico y la
certeza de que este solo se conquista con pasión, modestia académica y
dedicación Con esas premisas fue abordado el proyecto de investigación
y este es su informe final.
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Introducción
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con sid erò a los gob iern os, colom bian o y estad o u n id en se, com o
adversarios. Ante e sta situación, destinaron esfuerzos program áticos
para co n stru ir un m ecanism o capaz de denunciar la inoperancia del
sistem a, persuadir a las m asas inconform es a la revolución y restitu ir
la identidad nacional.
La adopción de una ideología de disidencia por parte de los
críticos y realizad ores de cine fren te al gobierno finalm ente pudo
consolidarse en un proyecto cinem atográfico independiente del apoyo
estatal y los circuitos com erciales de distribución y exhibición. Así,
con el propósito de estru ctu ra r una imagen de contrainform ación
política, libre e independiente de las instituciones de censura apareció
el denominado Cine Político Marginal. Los productos audiovisuales
realizad os bajo esta tend encia ideológica se erig iero n como una
rep resen tación de la oposición al gobierno y al sistem a, lo que se
m anifiesta en los tem as referenciados y las form as de configuración
audiovisual. En estos, la realidad histórica se convirtió en el sustento
de la representación, expresada principalmente en las particularidades
tem áticas que conform an la superficie significante de la ideología.
Sin embargo, en la estru ctu ra que subyace, es decir, en el lenguaje
cinem atográfico empleado para configurar el discurso, ¿puede acaso
revelarse la transcodificación de los enunciados de ideología en las
formas de representación empleadas?
El capítulo tre s pretende responder a este interrogante por
medio de un análisis de los elem entos del lenguaje cinem atográfico
que sugieren una expresión de la ideología: las d istintas voces que
constituyen el docum ental podrían estab lecer una relación con los
postulados de objetividad, empleados para autentificar una perspectiva
sobre el mundo y convencer al espectador sobre la veracidad de lo
enunciado. Además de esto, la imagen es empleada como soporte de
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Á n te ced e n te s
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medio del uso de d iferen tes fu en tes, e n tre ellas,
artícu los de rev ista y p ren sa-, las descripciones de
los d istin to s fragm en tos referen ciad os se cen tran
en el a s p e c to te m á tic o , sin h a ce r re fe re n c ia al
lenguaje cin em atog ráfico.
Además de estas revisiones, tam bién se en
cuentran los textos de crítica cinematográfica escritos
durante la década de los sesenta y setenta en Colombia. Aunque esta se
desarrolló como una fructífera línea que sirvió para precisar el deber ser
del cine nacional, no dej a de parecer exigua la información contenida en
tales documentos, en especial,porque en ellos se manifiesta la existencia
de una ideología subyacente.
En estos se insiste enfáticam ente en la necesidad de configurar
un m aterial audiovisual de intervención política directa, centrado en
la restitución de la identidad nacional y en la búsqueda de un lenguaje
cinematográfico. Dichos postulados se configuran en los documentos de
crítica como pivotes fundam entales para evaluar los filmes realizados
durante la época y juzgar la correspondencia del producto film ico
con aquello que se consideraba debía ser el cine nacional. En estos
docum entos es reiterativ a la inclusión de observaciones de orden
metodológico, relacionadas con el abordaje de los tem as; así, en algunos
casos se sugiere la construcción de un discurso contraargum entativo
para denunciar la situación política del país. Sin embargo, la mayor parte
de las revisiones críticas desarrolladas durante la época realizan tan
solo un análisis sistemático del argumento, con algunas aproximaciones
narratológicas, dejando de lado las formas en que fueron representados
dichos tem as en el filme.
El tra b a jo de Carlos Á lvarez -com p ilad o en el libro Sobre cine
colom biano y latin oam erican o (1 9 8 9 ) - puede d efin irse d en tro de
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caracterizació n con las particularid ades del contexto, ni se recu rre
a un análisis de un segm ento o sintagm a e s p e c ífic o .7
Estas estrategias de análisis omitidas perm itirían corroborar las
generalidades encontradas y funcionarían como referentes estilísticos
vinculados a un contexto de producción particular. Esto exige que
el resultado de la interpretación obedezca a un estudio que aborde
d irectam ente el contexto de representación, en correspondencia con
la forma como se expresa el contenido. Por otro lado, recursos tan
característicos como los movimientos de cám ara o lente perm iten no
solo la denotación de una situación ocurrida en la realidad histórica,
sino que tam bién pueden develar otros sentidos en el plano de la
connotación. Estos significados dan, en la particularidad del segmento,
la especificidad de aquello que desea sugerir la toma y la singularidad
del contexto ideológico que la anida.
De acuerdo con lo anterior, una generalización como la propuesta
por Vaiverde debería al menos comprender u na exposición sistemática de
los casos en que es recurrente el uso de estos recursos, relacionándolos
con las situaciones sociales que los motivaron. Pero, ¿es lo suficientemente
distintivo el uso de la voz en o ffen la producción de Marta Rodríguez y
Jorge Silva para definir un estilo cinem atográfico, cuando este es en sí
mismo un recurso expresivo tradicional en el género documental? Según
Bill Nichols, «el documental se basa considerablemente en la palabra
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más precisa para comprender detalladamente las dimensiones del plano
experimental en el filme. Otro aspecto que resulta incierto en este análisis
es la definición del documental como un cine de verdad’ debido a la omisión
del texto narrado, o más precisamente de un voice-over. La presencia u
omisión de este elemento no puede ser tomada como un indicador de
objetividad, como se verá más adelante [véase capítulo 3). Sin embargo,
dicha apreciación emerge como un paradigma ideológico reproducido
por sus mismos intérpretes, con lo cual se comprenden las limitantes de
un análisis supeditado a una ideología subyacente.
En la revista Ojo al cine, este mismo documental fue analizado por
Andrés Caicedo [2009} con una metodología que emplea elementos de
análisis del lenguaje cinematográfico, contrario a los textos reseñados
anteriorm ente. Aquí, la comprensión del contexto de producción del
documental se evidencia a través del conocimiento de la programación del
rodaje y de los procedimientos de montaje llevados a cabo. Esto se explica
por la cercanía de Andrés Caicedo con los realizadores del filme. Gracias a
este texto se pueden determ inar las motivaciones de los directores en la
realización de la película. Además de la reseña de estos aspectos, Caicedo
reconstruye el argumento del filme por medio de una segmentación
tem ática: las competencias deportivas en orden de aparición. Dicha
segmentación no limita las referencias al lenguaje cinematográfico que,
en un sentido interpretativo, tienden a vincular el aspecto formal con el
contextual e ideológico, para construir y exponer ciertas conclusiones:
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modernidad filmica [2013]. Este documento es importante debido a su ri
gor académico, la magnitud de la investigacióny la mirada sociológica con
la que fue abordado el tema. El autor pretende desm itificar la existencia
de un movimiento cinem atográfico durante los años sesenta y setenta
en el continente latinoamericano, al señalar las divergencias ideológicas
y formales desarrolladas en los diferentes países involucrados. El autor
establece que «la heterogeneidad de [las] prácticas [de los directores
latinoamericanos], las inmensas divergencias entre sus postulados y
lastodavía mayores distancias entre sus resultados de m edianoylargo
plazo» [León 2013, 20) obligan a hacer una revisión exhaustiva de la
producción realizada en Latinoamérica entre 1965 y 1975, con el objetivo
de cuestionar la emergencia de un presunto movimiento cinematográfico.
A pesar de la verosim ilitud de los argum entos empleados a lo
largo del libro y del notable conocim iento que dem uestra el autor en
sus afirm aciones, los planteam ientos parecen ign orarla subjetividad
que implica la creación artística y las particularidades del contexto
de cada país en las que em ergieron las propuestas. En oposición a lo
planteado por León, se puede afirm ar que estas producciones, a pesar
de su divergencia, construyeron un discurso que daba respuesta a
los lincam ientos ideológicos generales del movimiento: intervenir en
política, explorar la identidad latinoam ericana y consolidar un lenguaje
cinematográfico. Así, aunque en el libro el autor desarrolla ampliamente
un discurso en torno a las particularidades del contexto de cada país
y a la forma como se acercaron los d irectores a los postulados del
movimiento, estas finalm ente no son empleadas como argum entos
para ju stificar los ineludibles m atices de un movimiento continental.
Además, en este libro los capítulos dedicados a las producciones
colom bianas, sujetas a esta ideología, parecen diluirse en las dim en
siones continentales adjudicadas a la investigación. Cuando el autor se
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a e s to , el t r a b a jo de C a rlo s Á lv a re z com o
d o cu m en ta lista fue m ás p ro lifico y copioso con
docu m entales de m ediana duración -c e r c a de los
45 m inu tos- que con propuestas de cuatro minutos
y de rápida factu ra, como lo demandado por el cine
de urgencia. Además, al d efin irse las restriccio n es
que im plicaban la elab oración de este tipo de cine,
el autor del libro em ite algunos ju icios de v a lo r10 cen trad os en la
baja calidad de los film es, sin que ex ista claridad sobre e ste asp ecto
en el docum ento.
A p esar de lo m encionado an terio rm en te, el tra b a jo de Isaac
León Frías es un p reced en te im portan te para el an álisis sociológico
de e ste tipo de producciones audiovisuales, debido a que en e ste
prim an los vínculos en tre el contexto y la producción m aterial de una
época esp ecífica. Así las cosas, tan to el tra b a jo de A ndrés Caicedo
como el de Isaac León Frías pueden co n sid erarse como precedentes
para un tipo de an álisis cen trad o en el lenguaje cin em atog ráfico y
el co n tex to del que em ergen las producciones fílm icas.
Por co n sig u ie n te , se puede a fir m a r que au nqu e e x is te n
docum entos que abordan la e sté tic a cin em atográfica -válid os como
in ic ia tiv a - e sto s son b a s ta n te lim itad o s en cu an to al an á lisis de
los asp ecto s form ales que con figu ran la im agen. De m an era que la
com prensión de e ste asp ecto en las producciones cin em atog ráficas
co lo m b ian as v in cu lad as al Nuevo Cine L a tin o a m erica n o queda
por d efin irse.
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aspectos de narratología evidentes en la construcción del argumento,
los p ersonajes y la puesta en escena. En e ste an álisis, la d escrip ción
d etallad a de las e sce n a s y las se cu e n cia s es un p ro ced im ie n to
im p o rta n te p ara la co n stru cc ió n d iscu rsiv a del a n á lisis y de la
in terp reta ció n final. Estos resu ltad os descrip tivos se som eten a un
esquem a com parativo, en el que son equiparados con obras lite r a
rias y o tro s prod uctos fílm icos d esarrollad os en o fu era de Cuba.
Además, esta s d escrip cion es son co n textu alizad as con el objetivo
de e s ta b le ce r co rrela to s que ten gan en cuenta: las m otivaciones y
preferencias del d ir e c to r io s acontecim ientos cu ltu rales, políticos y
económ icos de la realidad h istórica, así como la ideología profesada
por los cin eastas. Estos dos esqu em as com p arativos, de estilo y de
con textu alización , p erm iten al autor e sta b le ce r una in terp retació n
sobre las v irtu d es de la imagen.
Stephen M. H art rea liz a un p ro ceso sim ila r en el libro A
Companion to Latin Am erican Film (2 0 0 4 ), al h acer una revisió n
a n a lític a de los tem a s, arg u m en to s y té c n ic a s im p lem en tad as
por el cine latin oam erican o. Las fichas técn ica s de los film es se
co m p lem en tan con in fo rm ació n c o rre s p o n d ie n te al co n ten id o
tem ático, e sté tic o y co n tex tu a l de las p rop u estas audiovisuales.
En este trab ajo , al igual que en o tro s, se re ite ra la au sen cia de un
crite rio p ara seleccio n ar los film es que se analizan , lo que da por
sentad a su relevan cia h istórica.
Asimismo, en Third Cinema in the Third World (1982), Teshome
Gabriel elab ora un an álisis de las producciones cin em atog ráficas
p erten ecien tes al Tercer Cine, aquel producido en el continente la
tinoam ericano, africano y asiático. En este documento la prioridad
es establecer puntos de encuentro, en tre la ideología y la expresión
cinem atográfica, teniendo en cuenta el plano tem ático y formal; para
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fuentes prim arias algunos fragm entos d élas en trevistas hechas a los
cineastas colombianos, así como extractos de los documentos escritos
por otros realizadores latinoam ericanos, con el propósito de establecer
la correspondencia en tre tales planteam ientos. Posteriorm ente se
define el argum ento del filme, en el cual se presta p articu lar atención
a la d escrip ción de los d iferen tes segm entos que lo conform an. A
p a rtir de estas se constru yen in terp retacion es generales sobre el
contexto colombiano. Sin embargo, lo más in teresan te del texto es la
lectura de la ideología presente en el filme, en la que se detallan los
segm entos en que se m aterializan las prem isas ideológicas basadas
en la contraargum entación y en la metodología de aproxim ación a la
realidad histórica. De esta form a, el documento reproduce un análisis
centrado en la ideología y en las form as de representación tem ática.
Aun así, los lím ites interpuestos al proyecto impiden un análisis más
amplio del movimiento en Colombia.
Ante una ap aren te au sen cia de estu d io s co n creto s sob re
el lenguaje cin em ato g ráfico en Colombia y, esp ecialm en te, sob re
el Cine Político M arginal, in scrito en la propuesta del Nuevo Cine
Latinoam ericano, la revisión de esta últim a categoría de documentos
comprende la exposición de trabajos realizados sobre la producción fil
mica latinoamericana. Este tipo de documentos abordan una dimensión
formal centrada en diferentes aspectos: m ontaje, narración, lenguaje
y la relación de estos con la ideología. Si bien es posible encontrar
revisiones de este tipo para el Cine Político Marginal, estas distan
de considerarse como análisis complejos que puedan comprender el
fenómeno desde múltiples ópticas y con un claro conocim iento del
contexto. Por consiguiente, las formas de representación del movimiento
en Colombia quedan por ser esclarecidas, a la luz de los planteam ientos
ideológicos que estru ctu raron el deber ser de este tipo de cine.
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las revistas: Guiones, Cinemes, Cinesi, Cuadro, Ojo al Cine, Ukumau, Primer
Plano de la Asociación de Cinematografistas Colombianos [ACCO], Cámara
Libre del Sindicato Colombiano de Trabajadores del Cine (Sicoltracine] Junto
con los artículos y libros escritos por Carlos Álvarez. En cuanto al contexto
latinoamericano se examinaron las revistas: Hablemos de Cine de Perú,
Nueva Sociedad de Venezuela, junto con las revistas cubanas Cine Cubano
y Revolución y Cultura. Estas publicaciones conforman la documentación
que sirvió para identificar las principales ideas constituidas en torno al
deber ser del cine en Colombia y Latinoamérica. Deforma complementaria,
se revisaron los manifiestos escritos por Julio García Espinosa de Cuba,
Glauber Rocha de Brasil y los argentinos Fernando Birri, Raymundo
Gleyzer, Fernando Solanas y Octavio Getino.
Con estas fuentes de información se construyeron fichas de citas,
en donde cada fragm ento se clasificó en una categoría tem ática prove
niente de una serie de ideología. Con este térm ino se alude al conjunto de
ideas que aparecen de forma recurrente en los documentos analizados
y que conforman un discurso centrado en dos tem as: de un lado, las
discusiones sobre política, sociedad y economía; y del otro, el interés por
constituir un proyecto cinem atográfico nacional. En estas dos grandes
categorías tem áticas se desarrollan otros subtemas, dentro de los cuales
fueron clasificadas las citas obtenidas de los textos. En el plano político,
económico y social se incluyeron los temas: la dependencia de Colombia
respecto a Estados Unidos, las denuncias sobre las consecuencias sociales
de la implementación de un sistem a económico capitalista, la liberación
nacional y la reivindicación cultural. En el plano cinem atográfico: la
importancia del cine documental para la representación objetiva de la
realidad, la limitación técnica como particularidad estética, la creación
colectiva y los estilos cinem atográficos internacionales influyentes.
Posteriormente, se sintetizó la información por medio de una lectura
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que fue asumido el proceso de creación documental. De acuerdo con lo
anterior, los documentales seleccionados para realizar el análisis fueron:
1966
Camilo Torres Restrepo
Dirección: Diego León Giraldo.
Productor: Concejo Superior Estudiantil de la Universidad Nacional.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
16 minutos
1966 -1971
Dirección: M arta Rodríguez y Jorge Silva.
Productor: M arta Rodríguez y Jorge Silva.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
41 minutos
1968
Asalto
Dirección: Carlos Álvarez.
Productor: Cine Popular Colombiano.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
9 minutos
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
1971
Colombia 70
Dirección: Carlos Álvarez.
Productor: Carlos Álvarez.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
5 minutos
1971
¿Q ué es la democracia?
Dirección: Carlos Álvarez.
Productor: AV Asociados.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
4 0 minutos
54
55
1971
Oiga vea
Dirección: Luis Ospina y Carlos Mayolo.
Productor: Producciones Ciudad Solar.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
27 minutos
1 9 7 2
Planas, testimonio de un etnocidio
Dirección: M arta Rodríguez y Jorge Silva.
Productor: Fundación Cine Documental.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
37 minutos
1975
Los hijos del subdesarrollo
Dirección: Carlos Álvarez.
Productor: AV Asociados.
Documental
Película blanco y negro de 16 mm.
45 minutos
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Posteriorm ente se definió la relación de la imagen con el co
m entario verbal en cada segm ento, categorizándola en ilustración,
contrapunto audiovisual y yuxtaposición retórica. También se clasificó
el tipo de imagen empleada en cada plano: intertítu lo gráfico, imagen
fotográfica, imagen cinem atográfica, esquema, anim ación gráfica o
inserto de prensa.
Los resultados obtenidos se sin tetizaro n de acuerdo con cada
categoría de análisis form al y después se clasificaron los segm entos
de acuerd o con las ideas y los tem as tra ta d o s en cada uno. Del
cruce de estos dos últim os procesos, se obtuvieron conclusiones que
perm itieron co n sta ta rla transcod ificación de la ideología al lenguaje
audiovisual, para d efinir con ello, la existen cia de un m ovim iento
cinem atográfico nacional.
Por ultimo, se realizaron en trevistas a dos realizadores que
trabajaron durante la época (Carlos Álvarez y Jorge Mora, del grupo
Crítica 33] con el propósito de corroborar algunos datos técnicos de
producción, así como escuchar de sus propias voces las experiencias
vividas en estos años.
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EL CINE POLITICO
MARGINAL
COLOM BIANO
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«La vanidad hizo la revolución,
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pero al negarse a em itir una resolución, el dictam en pasaba a manos
del Comité de Revisión que actuaba de form a definitiva. Debido a que
estos comités estaban compuestos por representantes de instituciones
políticas y sociales,1 fueron definidos por la crítica cinem atográfica a
p artir de 1961, como organismos que actuaban a favor de la p reserva
ción del orden político, la moral, la decencia y las buenas costum bres
(Abril 1 9 6 5 ,1 9 ). Durante la época, cualquier cuestionam iento al statu
quo era considerado corno una situación que podría qu ebrantar los
proyectos de m odernización emprendidos por el Estado durante el
Frente Nacional. Este fenómeno era una consecuencia d irecta de la
existencia de un Comité de Clasificación, conformado por individuos
que no poseían ninguna form ación en asuntos de cinem atografía y
que, por el contrario, representaban los valores m orales promovidos
por las instituciones de control social en Colombia.
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totalitarismo. (Aguirre 1 9 7 0 , 1 2 )
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tem as relacionados con la libertad de pensam iento,
sexualidad, religión, género y sobre aquellas rep re
sentaciones que exhibían el d eterioro institucional
del gobierno, la Iglesia y la fam ilia.
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Configuración ideológica y definición de
un adversario
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el país bajo estas circunstancias permitió comprender
que esta situación actuaba en detrimento de la cultura
y de la producción de cine en Colombia.
La m asiva exposición del público colombiano
a los film es estad ou n id en ses revelaba la in stau
ración de un m onopolio eco n óm ico -e m e rg e n te
desde 1930 con la ap arición del cine sonoro y de la
com pañía Cine Colombia (Valverde 1 9 7 8 ]- centrado en la exhibición
y d istrib u ció n de film es; con esto se o b stacu lizab a el d esarro llo
in d u strial del cine nacional, al tiem po que cond icionaba, a trav és
de su exhibición, el gusto del público. Para el caso del cin e m exi
cano, e ste fue consid erad o como una subd ivisión del m onopolio
estad o u n id en se, dado que el d esarro llo c a p ita lista iniciado por
M éxico dependía, «[...] en no pocos asp ecto s s u sta n c ia le s, de la
econom ía im p erialista estad ou n id en se, situ ación que se refleja b a
en su in d u stria cin e m a to g rá fica » (F ern án d ez 1 9 6 5 , 10] y en su
in jeren cia com ercial en p aíses como Colombia.
De acuerdo con lo anterior, la censura fue definida por la crítica
cinem atográfica como una consecuencia de la dependencia política
y económ ica de Estados Unidos, ya que e sta actu aba a favor del
rendimiento económico de extranjeros y en detrimento de la producción
nacional decine. Además, la incisiva exposicióndel público a contenidos
foráneos reproducía, inevitablemente, una dependencia cultural que se
manifestaba en las prácticas sociales de la población. De esta manera, el
reconocimiento de estos tres tipos de dependencia -política, económica
y cultural-, yuxtapuestos a la nueva plataforma ideológica de izquierda
sobre la cual su sten tó la crítica de cine su discurso, su scitaron la
eclosión del fervor nacionalista y el impulso a las reflexiones sobre la
produccióny la identidad en el cine colombiano.
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mamente dilatorias: nadie sabe qué papel falta para que sea
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comprendió como una evidencia más del colonialismo estadounidense.
A p artir de ese momento, se empieza a advertir la existencia de un
discurso que relacionaba, a través de la ideología, la dependencia
económ ica y el m enoscabo de la producción de cine nacional. De esta
manera, la ideología se transform ó en una perspectiva de observación
que condicionaba la com prensión y la interpretación de la realidad
histórica, lo que perm itía dotarla de un nuevo sentido, acorde con su
estricta mirada.
Además de esto, la censura de producciones nacionales com
plementó las discusiones en torno al deber ser del cine en el país. La
prohibición de la exhibición de los filmes Raíces de piedra (1961] y Pasado
el meridiano (1965], del d irector español radicado en Colombia José
María Arzuaga,5fue utilizada como pretexto para abogar, en definitiva,
por un cine independiente y de corte social.
Ambos filmes fueron definidos por la crítica cinem atográfica
como «películas com bate» (Cinemateca D istrital 1982] y «caballitos
de batalla» (Álvarez [1967] 1989b], para actu ar contra la coerción
estatal. Además se convirtieron en un paradigm a para la producción
de cine nacional, debido a los tem as abordados en ellos. Sin embargo,
las cualidades argum éntales que eran exaltadas por la crítica de cine,
al mismo tiempo eran condenadas por los organismos estatales. El
hecho de que estos filmes se interesaran por referir tem áticam ente
las problem áticas sociales causadas por la rápida implementación del
capitalism o en el país, las hacía censurables.
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Nacional. Aunque finalmente el Comité de Revisión aprobó la exhibición
de estas dos películas, la renuente disposición de los teatros nacionales
entorpeció su proyeccióny, por consiguiente, la oportunidad de llegar
a un público más amplio.
Ha sido muy difícil vencer todas las murallas que se han impuesto
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nuestros valores culturales, o de nuestra realidad geográfica;
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ima industria del cine en el país, esta se ha limi
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[...] por una parte, Viña del Mar permitió estudiar y aquila
Cubano 1 9 6 7 ,1 ,3 )
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Los filmes exhibidos en Viña del Mar evidenciaron la existencia
de una producción audiovisual com ún en el contin en te, situ ación
que m aterializaba las ideas que se habían estado desarrolland o en
varios festivales europeos «[...] como los de Santa M argherita [...]
S e stri Levante en Italia» [I. León 2013, 41] y el Festival Católico de
Cine L atinoam ericano organizado en Génova, Italia [1 9 6 5 ] por el
padre A rpa.8 En Viña del Mar fueron exhibidos film es docum entales
de Jorge Sanjinés de Bolivia, de la Escuela de Santa Fe de A rgentina
-d irigid a por Fernando B irri- y del Cinema Novo de Brasil. Aunque los
docum entales revelaban una tá cita posición política, las reflexiones
estab an centrad as en la configuración de un cine de corte social,
producido con la tecnología disponible en cada país y con el objetivo
de que se convirtiera en una herram ienta audiovisual para concienciar
a las masas.
A p esa r de que Colombia no p articip ó en e ste festival, los
su ceso s a llí vividos lle g a ro n al p aís por m edio de las re se ñ a s
publicadas en rev istas internacionales de cine, tal como Cine Cubano
[1 9 6 7 ]. Así las cosas, la ex p erien cia de Viña del Mar se tran sfo rm ó
en un modelo de prod ucción cin em a to g rá fica para el país, pues
m ostraba a Colombia la posibilidad de h acer un cine independiente,
de contenid o social y acord e con las condiciones económ icas de su
contexto. No o b stan te, solo h asta 1 9 6 8 Colombia p articip ó en el
Festival de P esaro en Italia exhibiendo producciones fílm icas de
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la cual Colombia se integrò durante la I Muestra de Cine Documentai
Latinoam ericano de Mérida (Venezuela], realizada entre el 21 y el 29
de septiem bre de 1968, en la que se exhibieron los prim eros trabajos
docum entales de realizadores colombianos. En estos se seguían las
tendencias tem áticas exhibidas en los festivales anteriores: Asalto de
Carlos Álvarez, Bolívar, ¿dónde estás que no te veo? de A lberto Mejía
y Chircales 68 de M arta Rodríguez y Jorge Silva.10 De igual form a se
exhibieron film es de Santiago Álvarez de Cuba, Jorge Sanjinés de
Bolivia y de los argentinos Octavio Getino y Femando Solanas con
el em blem ático documental La hora de los hornos. En este festival se
develaba ya, a nivel latinoamericano, la cía ra adopción de u na pos tu ra de
oposición política, radicalizada gracias a la alineación con una ideología
de izquierda. «Aquí se esboza de manera más clara la idea de un cine
de apoyo a los procesos de cuestionam iento del orden existente y la
opción de las salidas revolucionarias» (I. León 2013, 41-42).
En esto s film es se c o n sta ta b a no solo la alin eación de los
cin ea sta s con una p ersp ectiv a ideológica contin en tal sino que se
retom aba la asp iración colectiv a por un cin e nuevo, inspirado en
estilos europeos renovadores, en especial, en el neorrealism o italiano.
Ahora bien, no es fortu ito que varios de los cin eastas in scritos al
m ovim iento en Colombia hayan estudiado cine en escu elas eu ro
peas donde se vieron fu ertem en te influenciados por las tendencias
cin em atográficas del momento. M arta Rodríguez se form ó con Jean
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asignados durante la época: la dim ensión política y la marginalidad
de su circulación y distribución.
De esta manera, a p artir de 1968 se inició en Colombia una
producción más prolifica de cine m arginal e independiente, motivada
por las exp erien cias recogidas en los festivales latin oam ericanos
y la paulatina m anifestación de una posición política de izquierda.
No obstante, el Cine Político Marginal tam bién fue moldeado por las
situaciones del contexto político, económ ico y social del país durante
la época.
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doce años de existencia- pudieron promover el debate en ciertos grupos
sociales, lo que generó un mayor interés por la vida política del país.
A esto se sumó la pretensión del gobierno de crear una imagen de
identidad nacional, para que los ciudadanos recuperaran su sentido de
pertenencia y se sintieran orgullosos de su nacionalidad. Sin embargo,
como ya se mencionó, la identidad propuesta por los gobiernos del
Frente Nacional pretend ía con figu rar la im agen de una Colombia
moderna y en proceso de desarrollo.
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fuerza durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo
(1966-1970), cuyo programa político buscaba fomentar
el desarrollo industrial del país a través de la inversión
de capital en los sectores deprimidos.
Para conseguir tal objetivo se crearon fondos
de promoción impulsados por el Instituto de Fomento
Industrial (IFI), lo que produjo un gran descontento
entre los industriales del país, quienes consideraban esta medida como
una política que ampliaba la competencia y restringía la libertad de
inversión. Además de esto, el incremento de los aranceles y la restricción
de las importaciones incrementaron el escepticismo frente a la política
de Lleras. Por otro lado, a pesar de que la reforma agraria alcanzó un
importante desarrollo a finales de los años sesenta, la lenta ejecución
de las transformaciones y la paulatina modernización del campo incre
mentaron las migraciones campesinas a las ciudades. Al mismo tiempo,
los terratenientes expresaron su inconformismo con la reforma agraria,
pues consideraban que era la causa de que los campesinos invadieran las
tierras como una forma de reclamar su propiedad sobre ellas.
En las ciudades, la supresión de las garantías alos sindicatos obreros,
la disposición de las cesantías de los trabajadores al Fondo Nacional de
Ahorro-creado por el gobierno para iniciarlos proyectos de urbanización-y
el aumento del costo de vida, fueronhechos que propiciaron el surgimiento
de manifestaciones en contra del gobierno. Asimismo, el índice de desempleo
incrementó debido alas migraciones campesinas y ala incapacidad de las
industrias para captarla mano de obra disponible.
Durante este periodo, volvió a darse una crisis en el bipartidismo
causada por la Reforma Constitucional de 1968. Por medio de esta
se con firió mayor poder al p residente, para que em prendiera las
reform as de modernización. Esto llevó a que se rompieran las bases
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sámente en conflictivas zonas guerrilleras y organizaban asocia
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(Álvarez 1982, 35-36). Al ser este un filme producto del sobreprecio,
fue considerado como una crítica patriótica, la misma «[...] que podía
hacer un presidente liberal, por ejemplo, para que los norteam ericanos
no se llevaran nuestro oro, o no se destruyera la ecología» (46-47).
De esta forma, el estatuto minero y el documental producido por Luis
Alfredo Sánchez fueron definidos en algunos documentos de crítica
cinem atográfica como estrategias sutiles de oposición a la dependencia
que no buscaban una incidencia real sobre sus causas, para evitar una
confrontación con el gobierno. Así, a p a rtir de 1970 se advirtió un
profundo arraigo ideológico que se visibilizó en los documentales que
siguieron a este año y que tuvieron como principales representantes a
Carlos Álvarez y al dúo de Marta Rodríguez y Jorge Silva.12
Así, la ideología que adoptó este movimiento cinem atográfico
frente a las situaciones políticas coyunturales terminó ampliándose a otros
campos de incidencia, hasta consolidar un proyecto de intervención social.
Por tanto, el Cine Político Marginal estuvo comprometido con la libertad
de expresión, la función social del arte, la acción política y cultural.13
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PROYECTO . ¿ V . .V
I • • «
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«Las posibilidades reales de construir un mundo
mejor han hecho surgir múltiples opciones y
criterios diversos. Es estimulante que existan tantos
y tan variados. Es un síntoma innegable de que es la
revolución lo que marca el signo de la época»
Julio García Espinosa
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expresión y constru ir lincine con identidad, estrecham ente vinculado
a los movimientos sociales em ergentes en el país.
A su vez, la necesidad de una transform ación social implicó una
amplia discusión en torno a la idea de identidad nacional, emprendida
por ambos frentes en disputa. La identidad fue entendida por el Estado
como sustento para promover al país en los mercados internacionales y
captar capital de inversionistas extranjeros para la industria nacional. La
imagen de identidad configurada para tales objetivos debía ser altamente
persuasiva, por medio de la exaltación de las cualidades geográficas, cul
turales, económicas y políticas del país, de modo que se lograra moldear
un paisaje audiovisual promisorio y atrayente. Esta manera de concebir
la identidad nacional apareció recurrentem ente en los proyectos de ley
para el fomento industrial d éla actividad cinem atográfica en Colombia,
los cuales fueron finalmente repudiados por distintas agremiaciones
nacionales de directores y trabajadores de cine.
En principio, tales proyectos de ley alentaron a ciertos reali
zadores a considerar posible la existencia de una industria de cine
subvencionada por el Estado. Estos veían en el apoyo gubernam ental
una oportunidad de producción en la que la constante búsqueda de
capital y los acuerdos de exhibición con los tea tro s nacionales no
frenaran su actividad creativa. Sin embargo, las reflexiones sobre la
identidad del cine nacional entabladas por este grupo de realizadores
distaban de la perspectiva propagandística promovida por el gobierno.
Para esta comunidad de cinem atografistas, la consolidación de una
identidad para el cine colombiano perm itiría diferenciar los filmes
nacionales de los internacionales exhibidos en el país, de modo que
lograran ser competitivos en un mercado desigual. Así, las producciones
que intentaron alinearse con la perspectiva industrial y publicitaria
prom ovida por el gobierno fueron consideradas por d irecto re s y
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lOO
ÍO I
y dar forma a una industria de cine competente, la
comunidad de cin em atografistas pensaba que era
prioritario concretar una revolución social para de
rrocar el sistem a capitalista. Solo así, se podría llegar
a reconocer e in teriorizar librem ente la identidad
nacional y del cine. Estas ideas estaban inspiradas en
las posturas asumidas en Cuba por el Instituto Cubano
del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC), cuya
producción estaba enmarcada en las tradiciones, la cultura y los objetivos
políticos y sociales perseguidos por la Revolución cubana. Esto perm ite
identificar el grado de incidencia del paradigm a revolucionario en
Colombia y en América Latina, tal como lo expresa Carlos Álvarez en su
libro Sobre cine colombiano y latinoamericano :
con sus fallas, errores y dudas. [...] Para las burguesías siervas
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reajuste turbulento en el que las fronteras políticas y
culturales cam biaban de acuerdo a las exigencias del
momento (Gellner 1983].
Así, la resistencia al proyecto de m oderniza
ción impulsado por el Frente Nacional y el rechazo a
la imposición de elem entos culturales foráneos perm itió exacerbar la
idea de una revolución social con una tendencia nacionalista. En ese
sentido, la idea de nación promovida por el movimiento cinematográfico
integró las reflexiones desarrolladas en torno a la revolución, la libertad
y la identidad, al mismo tiempo que marcó distancia con la perspectiva
de transform ación social propuesta por el gobierno.
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a los filmes clasificados como excepcionales,
perm itieron que m ediante el Decreto 879 de
19714y la Resolución 315 de 19725se empezara
a im plem entar el com únm ente denominado
sistem a de cine de sobreprecio.
A través de estos d ecretos se estab leció un
gravam en de taq u illa p ara los film es nacionales
-larg o m etrajes o co rto m etra je s- exhibidos en los teatro s, asignando
un p orcentaje del recaudo a su productor, distribuidor y exhibidor.
Las m edidas legislativas subsan aban en gran p a rte las m últiples
peripecias que debía a fro n tar el cine colom biano en asuntos de p ro
ducción y exhibición. A través de estas se logró obtener capital para la
financiación de los filmes y oportunidades de exhibición en los teatros
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la tend encia del gobierno a fav o recer con altos p o rcen tajes a los
exhibidores y distribuidores principalm ente de cortom etrajes.
Los porcentajes establecidos inicialm ente en la Resolución 315
de 1972 fueron modificados a través de la Resolución 017 de 1974,
pasando de un 50% a un 40% para el productor, de un 3S% a un 4 0 %
para el exhibidor, y de un 15% a un 20%o para el distribuidor, durante
el año de mayor producción de cortom etrajes. De esta manera, los
p orcen tajes del productor y el exhibidor fueron igualados, lo que
implicaba la priorización de la actividad de la exhibición de acuerdo al
incremento de la producción de filmes en el mercado. Aunque el impacto
de estas m odificaciones fue atenuado con el increm ento de la cuota de
pantalla (de tres a cinco filmes) y con una ampliación de los tiem pos
de vigencia de la autorización para el cobro de la subvención (de un
año a 18 meses), la reducción del porcentaje otorgado al productor
dem ostraba, según Carlos Álvarez, «[...] [que] la producción quedaba
en desventaja» (1982, 49).
Además, la Resolución 017 de 1974 presentaba otras disposicio
nes problem áticas para el grupo de críticos y cineastas: el dictam en
estab lecía la creación de una Junta A sesora de Calidad, organism o
adjunto al Comité de Clasificación, encargado de aprobar o denegar
la subvención por sobrep recio a los film es postulados, además de
clasificarlos según la calidad y el formato de producción con un precio
estándar de taquilla en cada categoría. El surgimiento de dicha junta fue
el resultado de lo que se consideraba como el aumento de producciones
de baja calidad realizadas con intereses com erciales.
Una vez más, las solicitudes de la ACCO y del real izad or Guillermo
Angulo propiciaron la creación de la Junta Asesora de Calidad para obs
taculizar la reproduccióndeunaperspectiva estrictam ente comercial de
la medida. Durante la época, las denuncias respecto a la disminución de
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emitidas por el Estado. Este fenómeno fue definido por los mismos
realizadores de cine como autocensura. Un ejemplo de ello fue el co rto
m etraje Padre,¿dónde está Dios?(1972) del colectivo Crítica 33/ al cual
se le tuvieron que hacer algunos ajustes de contenido para que pudiera
aspirar a la subvención oficial, jorge Mora8 recuerda que tuvieron que
elim inar algunos planos de la Embajada norteam ericana de Bogotá por
recomendación del Comité de Clasificación que los consideraba inapro
piados, debido al contraste que generaba el recurso sonoro sobrepuesto
a la imagen (jorge Mora, comunicación personal, 23 de mayo de 2011).9
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
1982, 4 0 -4 1 ]
no
in
dentro délos tres eslabones productivos de la indus
tria cinem atográfica y absorbió la totalidad de las
regalías concedidas por cobro de sobreprecio. Según
Carlos Álvarez [1982], la producción del noticiero Cine
Noticias: el mundo a todo color, la instalación de un
laboratorio en territo rio nacional para el procesa
miento de película de celuloide y el copiado de filmes
internacionales distribuidos en Latinoam érica, junto con la estrech a
relación sostenida con los teatros de Cine Colombia, perm itieron a
Bolivariana Films producir, distribuir y exhibir recibiendo la totalidad
del gravamen de taquilla. Asimismo, la exención del Impuesto Nacional
de Espectáculos y del impuesto a Coldeportes, instaurados para la
exhibición cinem atográfica, amplió las dim ensiones en que se podía
ejercer el usufructo del sobreprecio. Finalmente, el tráfico de influencias
para m odificarla clasificación impuesta por la Junta Asesora de Calidad
se convirtió en otra de las anom alías evidenciadas por Álvarez.
Las denuncias realizadas por los directores alineados en el Cine
Político Marginal consideraban que esta medida solo buscabaia mercan
til izaciónde laproducción cinematográfica, lo queera aún más evidente
en la procedencia de los decretos y resoluciones, los cuales habían sido
emitidos por el M inisterio de Fomento y Desarrollo Económico.
De tal form a, las p rácticas de producción p a recían prever
una p rio rizació n de los in tercam bios económ icos, subordinando
las consideraciones referentes a la consolidación de una imagen de
identidad para el cine nacional. Los fenómenos acaecidos durante el
desarrollo del sobreprecio pudieron exacerbar el fervor nacionalista
y la oposición al gobierno, su legislación y su sistem a de desarrollo. En
consecuencia, la actividad cinem atográfica marginal quedó reducida a
un estrech o circuito de acción, dado que el sobreprecio representaba
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N ociones de configuración práctica
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El carácter colectivo de este tipo de cine, m anifiesto en las ideas
de revolución, liberación y nacionalism o, llevó a que los cin eastas
se preguntaran sobre el tipo de lenguaje que debían em plear para
persuadir a sus espectadores. Este debería ser un lenguaje accesible y
con el que se pudiera codificar la idea de una acción política colectiva:
blo, con las masas. Yo no tengo nada que decirles. Son ellos
los que tienen que decir todo y este es el filme que yo quiero
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niar la sociedad en que vive, para hacer una obra que sea válida
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En conclusión, la adopción de una postura radicai de oposición al
gobierno perm itió definir un proyecto cinem atográfico que pretendía
intervenir en la realidad social y política del país. La estrategia más
frecuente de e sta iniciativa fue la creación de productos cinem atográ
ficos que contrainform aban respecto a los supuestos avances de las
políticas de desarrollo y modernidad emprendidas por el Estado. Por
medio de un discurso persuasivo se pretendía hacer un llamado a la
revolución y a la acción co le ctiv a p a ra d e rro ca r el sistem a imperante,
restitu ir las libertades suprimidas y configurar una identidad para
el cine nacional. De esta m anera, la revolución prom ovida por el
movimiento pudo definirse como «[...] una categoría de la liberación
para [los cineastas] y el país» (Cinesi 1970, 3],
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f i l CION AU-
sV AV A’
«
«
DIOVISUAL
DE LA
PERSPEC-
*é
•• •* *• *
120
121
«Entender el universo de imágenes de una
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122
123
y cultural que subyugaba a los pueblos. Ante esta, la solución que se
sugería era la realización de una revolución social, de modo que se
pudiera frenar el avance del sistem a reaccionario y erigir, a futuro, una
verdadera transform ación social. Entre estos dos puntos estructurales
perm anecía latente la idea de encontrar la identidad nacional, como
resultado de una descripción detallada de las prácticas sociales y los
im aginarios colectivos que reproducían una particular forma de ver
el mundo.
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I24
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No ob stan te, el agente expositivo no es el único in terlocu tor
que interviene verbalm ente en la ficción retórica ,5 Sus com entarios
son respaldados con la selección e inclusión de testim onios de actores
so ciales en b en eficio de la arg u m en tación . En algu n as de e sta s
producciones, las declaraciones de los individuos, p erten ecien tes
a las com unidades reg istrad as, son enunciados que dan pie a la
subsiguiente interpretación del agente expositivo, tal como sucede en
Chircales (M arta Rodríguez y Jorge Silva 1972). En Campesinos (M arta
Rodríguez y Jorge Silva 1976) y Planas , testim onio de un etnocidio
(M arta Rodríguez y Jorge Silva 1972) la selección de los testim onios
parece ser el resultado de un proceso de decantaciónexhaustivo, que
incluye en el d iscurso audiovisual solo las d eclaraciones de actores
sociales con una conciencia ideológica alineada con la persp ectiva
del ex p o sito r p rin cip al; en esp ecia l, cuando se re p re sen ta a las
com unidades indígenas y cam p esin as en virtu d de las luchas de
resistencia iniciadas respecto al sistem a opresor. Este procedim iento
de selección sugiere el acondicionam iento del discurso, la existen cia
de un segm ento poblacional con una postu ra ideológica de oposición
y, por consiguiente, la configuración de una imagen audiovisual que
registra el surgim iento de una disidencia política que va más allá de la
de sus mismos realizadores. Este recurso es empleado, principal mente,
en los docum entales ya m encionados de M arta Rodríguez y Jorge
Silva, en los que se incluyen en trev istas en cu b iertas6 a los acto res
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
126
127
medio de entrevistas dirigidas, se configuran como una parte esencial
para la tran sferen cia de una inform ación deliberada. Luis Ospina
aparece en varios planos interrogando a personas sobre diferentes
aspectos de la realidad; sus preguntas conducen de form a inadvertida
la argum entación del filme, al delim itar el margen tem ático en que
el en trev istad o puede desenvolverse. Con esto se evid enciaba la
jerarquía de control ejercida por el entrevistad or al orientar y dirigir
el intercam bio, reconociendo en el entrevistado una fuente prim aria
de inform ación que se constituiría, posteriorm ente, en un argumento.
Aunque la presencia del entrevistad or devela su injerencia en
el desarrollo de la en trevista, el hecho de que el espectador pueda
verlo en algunos planos perm ite atestigu ar su presencia en el lugar
de registro. Entonces, su visualización en pantalla se convierte en el
indicio de un «estar-allí»,10 que refuerza el realism o del documental y
aporta una significativa impresión de objetividad en la transm isión de
inform ación (Im agen 1). Aun así, la visualización del entrevistador en
algunos fragmentos del documental no es el único elemento que perm ite
connotar la existencia de una perspectiva discursiva. La selección
de un segm ento poblacional que reproduce su visión del mundo en
los com entarios, junto a la estructu ración de la inform ación ex post
fa c to durante el proceso de m ontaje revelan la presencia de un agente
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128
129
«Cuando las entrevistas contribuyen a una modalidad expositiva
de representación, p o rlo general sirven como prueba de la argum en
tación del realizador o del texto» [Nichols 1997, 84) y la inclusión o
exclusión de la visualización del entrevistad or durante el proceso de
registro se considera una estrateg ia discursiva que responde a una
presunción de objetividad, fundam entada en la connotación de un
distanciamiento o en la certificación de una presencia, según sea el caso.
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
go
131
ta. Porque muestra las cosas como son, irrefutablemente, y no
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133
esclarecer, en cierta medida, las razones que perm itiéronla eleccióndel
cine documental como modalidad para la pretendida representación
objetiva de la realidad. Sin embargo, el proceso del montaje evidencia
la equivocación que constituye esa pretensión.
El m ontaje exhibe los más fuertes indicios de la intervención
del realizador sobre la realidad registrada, puesto que yuxtapone
pruebas y comentarios de los actores sociales como argumentos para la
exposición de un discurso fundamentado en una perspectiva ideológica
específica. En la actitud discursiva propuesta por la representación,
la presunción de objetividad se resq u ebraja puesto que exhibe el
entram ado de estrateg ias retó ricas empleadas para re ctific a r una
postura y desplegar un efecto persuasivo en su interlocutor:
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
134
135
al interlocutor de la veracidad del enunciado. Por ejemplo, las pruebas
emocionales que exhiben atrocidades o turbaciones anímicas en algunos
actores sociales registrados, codificadas en su expresión facial y corporal,
emergencomo estrategias retóricas para generar enei espectador empatia
con las víctimas y rechazo a las prácticas del agente opresor denunciado
en el texto. La subjetividad con que se seleccionan los individuos, aquellos
con mayor profundidad emocional para la representación, consolida la
premisa de una objetividad aparente, cuya ilusión se desvanece cuando se
identifica la forma en que la perspectiva opera para construir el discurso.
Las exploraciones de subjetividad pueden encontrarse en docu
mentales como Chircales, en el que se articulan primeros planos de los
rostros de los obreros para señalar sus expresiones de agotamiento ante
las extenuantes jornadas de trabajo [Imagen 3] o en el segmento en el que
se representa un estado de ensoñación [Imagen 4]. La subjetividad también
se desarrolla en Camilo Torres Restrepo [1966] de Diego León Giraldo12, al
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137
Imagen 4. Alfredo Castañeda duerme. Esta imagen, articulada tanto al
inicio, como al final de la secuencia, funciona como un indicio del sentido
que debe atribuirse a las imágenes. El alto contraste en la iluminación
de las imágenes siguientes y el efecto de movimiento interpuesto
a los planos demarcan la existencia de un montaje expresivo que
pretende generar una representación de los sueños del sujeto. Aquí, las
actividades ejecutadas durante el día vuelven a hacer presencia, con lo
que se señala el impacto que tenía el trabajo y el sistema de producción
en la vida del obrero. La subjetividad hace su aparición al emplearse un
segmento que representa un estado de ensoñación, vinculado a la parte
emotiva del individuo (Fotogramas del documental C h irca les de Marta
Rodríguez y Jorge Silva, 197l).
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La imagen como prueba y com entario
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
Im a g e n 6 . Estas imágenes
son empleadas para detallar
el espacio interior y exterior
de una vivienda marginal.
En las tres primeras puede
observarse la diversidad de
materiales empleados para su
construcción y su ubicación
en entornos desprovistos de
infraestructura. Las imágenes
siguientes hacen parte de un
movimiento panorámico que
registra sin cortes una misma
habitación en la que confluyen
varios servicios domésticos.
Los objetos dispuestos en
el lugar determinan también
la importancia de la religión
en la vida de los inquilinos
(Fotogramas del documental
Lo s hijos d e l subdesarrollo de
Carlos Alvarez, 1975).
MO
MI
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
M2
143
De derecha a
Im a g e n 8 .
izquierda, John F. Kennedy,
A lberto Lieras Camargo y
Jacqueline Kennedy, durante
la entrega de Ciudad Techo
en Bogota. Las dos prim eras
imágenes hacen parte de un
movimiento panorámico que
detalla, de forma segmentada,
el registro fotográfico. No
obstante, la detención del
movimiento, en el fragmento
donde se muestran las manos
de Jacq ueline Kennedy,
advierte una intención
com unicativa, cuyos lím ites de
significación son dem arcados
por la enunciación verbal. La
última imagen sitúa la acción
en contexto (Fotogramas
del docum ental ¿Q u é es
la d em o cracia? d e C arlo s
Alvarez, 197l).
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
144
145
de form a independiente a los enunciados verbales con la intención de
contradecirlos. Allí, el presidente Carlos Lleras Restrepo afirm a que
en Colombia no existe la oligarquía ni la desigualdad social. Mientras
se reprodúcela declaración, las imágenes se encargan se reb atir dicha
apreciación al señalarlos miembros déla clase dirigente y la riqueza que
ostentan (Im agen 10). Así, ambos elem entos del lenguaje audiovisual
definen un discurso en paralelo configurado a p artir del contraste y
la oposición retórica de unidades expresivas. Este tipo de segm entos
se construyen con el objetivo de estab lecer una com paración entre
informaciones disímiles para finalm ente contraargum entar o ironizar
cualquier perspectiva con la que no se estuviera de acuerdo.
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I46
147
La imagen también puede ser empleada para representar con
ceptos o premisas ideológicas por medio de estrategias retóricas. En
algunas fotogra fías, caricati! ras e ilust rae iones gráficas articuladas en los
documentales analizados se exhiben modalidades de representación ba
sadas en la metáfora, la sinécdoque, la hipérbole y la personificación, con
el propósito de aclarary acentuar visualmente u nap ostu rasin recu rrir
necesariamente al lenguaje verbal. En ¿Qué es la democracia?, el respaldo
político del bipartidismo al general Gustavo Rojas Pinilla se consolida a
través del registro fotográfico que exhibe a varios m ilitares rodeando
con sus manos un fusil (Imagen 11). Esta imagen puede considerarse
una representación metafórica que alude a la dictadura militar. En Asalto
(Carlos Álvarez 1968) se recurre a la sinécdoque para representar la
derrota de los estudiantes
de la Universidad Nacional
de B o g o tá, d u ran te los
e n fre n ta m ie n to s con el
ejército y la ocupación mi
litar del campus en 1967. En
la imagen se disponen dos
objetos que representan a
los grupos en disputa: unas
botas m ilitares se confron
tan en el espacio con unos
mocasines; al final perm a
nece en pie el prim er tipo
Im a g e n 11. La cámara realiza un acercamiento de calzado, mientras que el
para resaltar la acción ejecutada por los
individuos dentro del plano: tres de ellos segundo aparece disperso
sujetan con su mano un fusil que aparece
en el centro de la imagen (Fotogramas del en el área (Imagen 12). En
documental ¿Q u é es la dem ocracia?d e Carlos
Álvarez, 197l). Los hijos del subdesarrollo, el
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149
para sintetizar la información. Por ejemplo, para incluir inform ación
estad ística referente a los porcentajes de abstención electoral, oferta
educativa, ingresos económ icos de la población o para re sa lta r la
presencia de monopolios estadounidenses en América Latina se emplean
este tipo de gráficos (Im agen 15]. El uso de la retórica y de diagram as
eran form as de representación cuya finalidad consistía en elaborar
segm entos didácticos que facilitaran al espectador la com prensión
de los contenidos.
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
ISO
151
La distancia, el m ovim iento y el ángulo
como m aterialidad ideológica
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grupo. En Campesinos se presentan este tipo de encuadres, principal mente
para distinguir el surgimiento de organizaciones campesinas disidentes
del gobierno (Imagen 17). Asimismo, en ¿Qué es la democracia? los planos
de conjunto perm iten definir a la clase dirigente al señalar el encuentro
entre sus distintos miembros: políticos, industriales, com erciantes,
terratenientes, militares y representantes de la Iglesia (Imagen 18].
Gracias al encuadre se pueden entender los prim eros planos
como art ifie ios para près id ir la lectura del texto, y los pía nos de conjunto
como evidencia de la conform ación de grupos sociales, comúnm ente
distinguidos por el texto cinem atográfico como clases sociales. Aun
así, los planos de conjunto admiten otra función dentro del discurso
audiovisual, destinada a d estacarla im portancia de la accióncolectiva
para la revolución.
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Los grupos sociales favorecidos ideológicam ente por el Cine
Político Marginal -cam p esinos, indígenas, estudiantes y o b rero s- son
presentados como colectividades que participan en reuniones y mani
festaciones en defensa de sus derechos con una actitud con testataria
(Imagen 19]. El uso de planos de conjunto, para la representación de
estos grupos, refuerza la prem isa ideológica que dem arca la necesidad
de una coalición ciudadana para hacer frente al gobierno y a su sistem a
de adm inistración. A p artir de estas prem isas es posible d iscern ir la
consolidación de una forma de representación que emplea el lenguaje
cinematográfico, particularm ente de planos de conjunto, para enfatizar
los d iscu rsos ideológicos que corresp on d en a la prom oción de la
revolución desde la dimensión de lo colectivo.
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Im a g e n 2 0 . A través del uso del zoom , la cámara
logra acercarse para detallar el equipo militar: fusiles,
dispositivos de telecom unicaciones y municiones
(Fotogramas del documental C h irca les de Marta
Rodríguez y Jorge Silva, 1Ç71).
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Por el contrario, en Oiga vea de Carlos Mayolo y Luis Ospina
y Colombia 70 de Carlos Álvarez se da una aproxim ación contraria,
basada en el registro a distancia. En una secuencia de Oiga vea d esti
nada a rep resen tar la hospitalidad de los caleños con los deportistas
internacionales hospedados en la Villa Panam ericana,19 las mujeres
m iran repetitivam ente a la cám ara o al gran ojo que husmea desde la
distancia con el zoom (Imagen 22). De igual forma, en Colombia 70 se
registra a una mujer indigente que m ira continuam ente a la cám ara
pese a la disminución de la distancia física durante la filmación.
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[...] partimos de ima comprensión de lo objetivo. Si la situa
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espacio, pues la eventualidad del registro impedía,
en ocasiones, prever el ángulo de encuadre preciso
para configurar un plano capaz de reproducir una
significación adjunta. Las imágenes empleadas para
rep resen ta r las m an ifestacion es estu d ian tiles en
Camilo Torres R estrepo pueden ejem p lificar e s ta
prem isa, pues son planos que develan, a través de las
angulaciones,la inmediatez del registro (Imagen 25]. Por el contrario,
cuando las condiciones perm itían al d irector acercarse a la realidad de
una forma distendida, aparecen ciertas angulaciones en el encuadre
que connotan sentidos anexos o refuerzan los com entarios de acuerdo
con los intereses argum entativos de la producción. Por ejemplo, los
planos contrapicados aum entan la sensación de pesadez de la carga
de ladrillos que tran sp o rtan los obreros en Chircales (Im agen 26},
m ientras que el mismo ángulo puede con n otarla honorabilidad délos
campesinos alzados en arm as en defensa de su derecho a la explotación
de la tierra (Im agen 27).
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La yu xtap osición de im ágenes encuadradas con d iferentes
ángulos tam bién puede generar una situación discursiva más compleja.
En Chircales, un plano picado del pueblo m anifestándose en las calles,
seguido de un plano contrapicado de un hombre en zancos con una capa
que lleva el símbolo del partido conservador, durante las elecciones
p resid en ciales de 1 9 7 0 (Im agen 28) im prim en una sensación de
opresión, al connotarse por medio del encuadre y la alternancia de la
imágenes durante el montaje, la inferioridad y el poderío del prim er
y segundo grupo, respectivam ente. Por su parte, los planos en ángulo
normal son la estrategia más usada, m ientras que el ángulo cenital y
contrapicado se emplean para rep resen tar un conjunto de objetos o
individuos, haciendo énfasis en la cantidad (Imagen 29).
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Im a g e n 3 0 . 1. Cuadro del Sagrado Corazón de Jesús; 2. Conjunto
de imágenes religiosas de Jesucristo, la Virgen María y otros santos;
3. Fotografía del papa Juan X X III; 4. Plano de conjunto con las
imágenes anteriorm ente descritas; 5. Alcira Castañeda enciende
una vela en el altar construido a Fray Damián (Fotogramas del
documental C hircales de Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1971)-
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D isc u rso s so b re id e n tid a d n acio n al y
cin e m a to g rá fica
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Imagen 3I. Luis Ospina inserta la cinta en la
grabadora, mientras es observado por un grupo
de niños (Fotograma del documental Oiga vea de
Luis Ospina y C arlo s Mayolo, 1971).
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De esta form a, las seleccion es técn ica s de
producción y la violencia como concepto de repre
sentación perm iten clarificar la existencia de una
tendencia expresiva, que traduce la situación social,
económ ica y política del país al plano audiovisual
con un objetivo preciso: hacer del cine un arm a, es
dec ir, un meca nismo p arala cont raargu mentac ión,20
en la que la imagen adquiriría particularidades form ales acordes a la
producción al margen y que, por consiguiente, definirían su identidad.
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a la particularidad tem ática de su letra al aludir de
forma deliberada a la vida y m uerte del sacerdote
colombiano: Donde cayó Camilo nació una cruz/ pero
no de madera sino de luz / Lo mataron cuando iba por
su fusil / Camilo Torres muere para vivir.
Preguntitas sobre Dios (1969], del también can
tautor argentino Atahualpa Yupanqui, sincronizada
en la totalidad del discurso de Un día y o pregunté (Julia de Álvarez,
1970], se emplea para em itir enunciados verbales en torno a la Iglesia
católica, reconociendo su estrech a relación co n ia clase dirigente del
país : ¿Que Dios vela por los pobres? / Tal vez sí, y tal vez no /P e r o es seguro
que almuerza / en la mesa del patrón / Pero es seguro que almuerza /
en la m esa del patrón.
Finalm ente, en Los hijos del subdesarrollo, la canción El niño
latino, compuesta por Francisco Orozco e interpretada por Son Latino,
se erige como una pieza musical con un contenido lírico de denuncia
sobre la situación de opresión de los pueblos latinoamericanos, haciendo
énfasis en las condiciones de vida de la población infantil: El niño latino
es serio / porque el ham bre lo calló / El niño latino es serio / tiene bravo
el corazón [...] / Hambre almuerza / com e viento / y desayuna dolor.
No o b stan te, en docum entales como Campesinos, Oiga vea,
Camilo Torres Restrepo y Los hijos del subdesarrollo tam bién se emplea
un tipo de musicalización que destaca la identidad de las comunidades
representadas en virtud de la im portancia de estas piezas musicales
en sus prácticas culturales. De esta manera, en Campesinos, el grupo de
investigación sobre m úsica tradicional de las comunidades indígenas
y cam pesinas, Yaki Kandrú -cre a d o en la Universidad Nacional y
conformado por los antropólogos Jorge López Palacios y Benjam ín
Yépez- reconstru ye una canción popular basada en las tradiciones
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más próxim a a la norteam ericana. En el m ontaje se in sertan algunos
fragm entos de m úsica rock, para estab lecer un d iscurso sobre las
clases adineradas del país. Por ejemplo, en ¿Qué es la dem ocracia? se
usa este tipo de m úsica para d esarro llar tem as relacionados con el
proceso electoral, y en Los hijos del subdesarrollo para complementar el
segm ento que explica los hábitos alim enticios de los niños de est ratos
altos. E ste género m u sical, definido com o un elem ento cu ltu ral
foráneo, subraya la diferencia de clases, la p enetración im p erialista
y la dependencia cultural.
De igual forma, algunas m archas como Washington Post (1889)
de John Philip Sousa o el himno nacional de Estados Unidos The
Star-Spangled Banner se em plean para introducir o acom pañar los
segm entos en los que se declara una posición ideológica en contra del
adversario. En Un d íayo pregunté, por ejemplo, se incorpora el himno
estadounidense durante la secuencia que exhibeuna procesión religiosa
en la que participan algunas personas adineradas, con el posible objetivo
de señ alarlos vínculos existentes entre las instituciones religiosas, la
clase dirigente y el país norteam ericano.
No obstante, aunque la selección de este tipo de elementos se
emplea de form a consistente en la mayor parte de los docum entales,
se presenta una situación paradójica en el filme de Diego León Giraldo
Camilo Torres Restrepo. En este, el discurso es musicalizado con la
canción A Saucerful o f Secrets de Pink Floyd, lo que marca un precedente
con los parám etros compositivos del resto del corpus documentai.
Además, esta musicalización posee una inconsistencia. Al cotejar el año
de producción de la canción y del filme se encuentra la incongruencia,
pues el filme es anterior al lanzam iento del álbum en el que estaba
incluida la canción de la banda británica. La inform ación obtenida
desde la Fundación Patrim onio Filmico, las referencias encontradas
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C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
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EXPRESION
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182
183
«Representations provide the material
with which ideology propose an imaginary
relationship to the real conditions of existence.
But these representations are [just]
a product of the real condition of existence»
Bill Nichols
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La penetración norteam ericana a través
de program as de asistencia
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De forma paralela, los comentarios construidos
en los documentales tienden a señalar la gravedad de
la incidencia extranjera, al evidenciarlas consecuen
cias de esto en el presente y futuro del país. En ¿Qué es
la dem ocracia?se incluye un contrapunto audiovisual
para com entar la equivocación que implicaban los
acuerdos establecidos por Colombia con el gobierno
de Estados Unidos. En una rueda de prensa, desarrollada durante las
campañas presidenciales para las elecciones de 1970, Gustavo Rojas
Pinilla declaró que el presidente de Estados Unidos Richard Nixon
«se encuentra interesado en asistir a Colombia con los problem as del
subdesarrollo». Posteriorm ente, la intervención verbal del candidato
se repite, pero su p resencia dentro del plano es reem plazada por
una sucesión de imágenes que m uestran a soldados estadounidenses
agrediendo físicam ente a sus prisioneros de guerra hasta m atarlos
(Imagen 33], Esta estrategia del lenguaje cinem atográfico perm ite a la
imagen cuestionar lo que había afirm ado el candidato a la presidencia,
al añadir un com entario visual que postula las consecu encias del
mencionado auxilio.
Este tipo de estrategia es aún más tangible en el documental
Los hijos del subdesarrollo, en el que se aborda el tem a del control de
la natalidad. En este docum ental, los program as diseñados para el
control poblacional son definidos como una invención de Estados
Unidos promovida en territorio latinoam ericano, lo que constituía una
prueba fehaciente de los alcances de la intervención estadounidense
en la política de los países del Tercer Mundo y de los cuestionables
intereses perseguidos con la aplicación de este tipo de proyectos.
En este docum ental de Carlos Álvarez, el agente expositivo
reproduce en su propia voz algunos segmentos de las declaraciones del
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desearían tener.
188
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Imagen 34 - Conjunto de documentos empleados e n e \ d e S e iim a S C a r a m ie ilt O
para apoyar la información expuesta sobre los
programas de control poblacional (Fotogramas d e la S p r á c t i c a s d e l O p r e S O r ,
del documental Lo s hijos d e l subdesarrollo de
Carlos Álvarez, 1975)- para ir descubriendo «[...] las
m entiras de los gobiernos
burgueses y proimperialis
tas, [desnudando] las falacias
de las ayudas norteamerica
nas» (Arenas 1968, 4).
La e x is te n c ia de
program as para el control
p o b lacio n al del país es
arg u m en tad a con la ex
hibición de un compilado
de pru ebas que incluyen
d a to s del C o n se jo de
P o b lació n , el C o n g reso
Mundial de Esterilización,
la P opulation R eferen ce
B u rea u , la A s o c ia c ió n
Colombiana para el
Estudio de la Población y
la Federación Panam ericana de Facultades de Medicina (Imagen 34],
lo que da credibilidad y autenticidad al discurso. La cám ara encuadra
algunos fragm entos de estas publicaciones, m ientras la voice-over del
agente expositivo enfatiza su contenido y define a Colombia como
un país piloto para la prom oción de program as de esterilización en
América Latina. De acuerdo con el documental, esto se podía tam bién
co n stataren el pensum de la ed u cación secu n d ariaylosp rogram as de
planificación fam iliar ofrecidos por varios hospitales del país.
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191
El M inisterio de Educación y Profainilia son definidos como
catalizadores de las políticas foráneas. Además de este señalam iento,
en el documental se describen las estrategias retóricas empleadas para
persuadir a la población colombiana sobre los beneficios de la planifica
ción familiar. Se configura una secuencia de imágenes que registran el
stand de Profamilia en la Feria Industrial de Bogotá. En este segm ento
es evidente la intención de incorporar en el discurso algunas pruebas
relacionadas con la información d ispuesta en el stand, para de señalar las
estrategias de persuasión ideadas por estas instituciones: distribución
de anticonceptivos, creación de estereotipos y textos que invitan a la
reflexión (Im agen 35). La selección y el ordenam iento de este tipo de
pruebas se hace con un mismo propósito: m ostrarlos mecanismos que
perm iten la incidencia estadounidense, las instituciones nacionales
usadas para su difusión y los medios de com unicación empleados
para impulsar los planes y proyectos de este país. De acuerdo con lo
anterior, en el documental se desarrolla una actitud contrainform ativa
que configura los argum entos en torno a tres prem isas discursivas:
la denotación del fenómeno a p artir de las pruebas, la enunciación de
un com entario que cuestiona las consideraciones institucionales y la
descripción, por medio de la imagen, de los m ecanism os ideados para
salvaguard arla medida.
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Im agen 37. Segmentos
de prensa que apoyan la
información enunciada por
el agente expositivo. En
estas imágenes se verifica
la inversión extranjera para
la extracción de petróleo
en territo rio nacional
(Fotogram as del docum ental
Planas, testim onio d e un
etn o cid io de M arta Rodríguez
y Jorge Silva, 1971).
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
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tem áticas: los program as de asistencia para estim ular el progreso
económico en la región y la instauración de monopolios com erciales
extran jeros para la explotación de recursos naturales en territo rio
nacional. Por medio de la exposición de pruebas que confirm an la
intervención, y a través de la disposición de com entarios visuales y
verbales, se denuncia la penetración im perialista, la dependencia y el
som etim iento de los pueblos.
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Im a g e n 3 9 . Bandera de Cuba instalada en la
camioneta del Icaic. Esta imagen antecede
la entrevista realizada por Luis Ospina a la
delegación cubana (Fotograma del documental
Oiga vea de Luis Ospina y C a rlo s Mayolo, 197l)-
Por o tro lado, en Oiga vea las com p eten cias deportivas de
los VI Juegos Panam ericanos se convierten en el principal referen te
para d e fin ire i antagonism o existen te entre Estados Unidos y Cuba.
Durante los juegos, Cuba vence a Estados Unidos en la com petencia
de béisbol, dejándolos en el segundo lugar del podio. Un actor social
es en trevistad o a las afueras del estad io Pascual Guerrero, el cual se
expresa enérgicam ente sobre lo sucedido: «Cuba tiene que ganar a la
A m érica porque Cuba es el prim er te rrito rio libre de A m érica, ¡Viva
Cuba so cialista!» A e sta imagen se yuxtapone un plano contrapicado
de un b an d erín [Im agen 39], in stalad o sob re la cam ion eta en la
que se tran sp o rtab an los m iem bros del In stitu to Cubano del A rte
e Industria C inem atográficos [Icaic], quienes se en con traban en el
país realizando el docum ental VI Juegos Panam ericanos [1971]. Este
segm ento p erm ite a sus d ire c to re s exp on er el co n flicto p olítico
existen te durante la Guerra Fría, así com o su g erir o esb o zar una
posición ideológica.
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198
199
de v arias costillas». La independencia con la que
aparecen las imágenes y el enunciado verbal en el
segm ento com ponen un contrapunto audiovisual
que podría llegar a concebirse como un com entario
sobre la causa de la m u erte del d ep o rtista, cuya
defunción fue «[...] de form a tan m isteriosa que más
bien pareció [ser] arrojado» (Caicedo 2009, 4 3 3 ).
Aunque autónomas, la repetición del plano inserto parece sugerir la
existencia de un culpable. Esta interpretación surge al excederse el nivel
m aterial de la prueba -c a ja de carg as- y ad entrarse en la procedencia
del objeto. De tal forma, el segm ento define tan to la víctim a como el
victim ario, a p artir de una tácita inclinación ideológica.
Los segm entos aquí descritos señalaban la existencia de un
conflicto político mundial. La definición de un oponente y un aliado
en el discurso de los docum entales m arca la incidencia del conflicto
en los países latinoam ericanos, frente al cual la comunidad de cin e
m atografistas colombianos asumió una posición ideológica evidente
en su trabajo.
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Im a g e n 4 1 . 1. Enrique Olaya H errera y Franklin Delano Roosevelt
en la ciudad de Cartagena; 2. Nelson Rockefeller y Alfonso
López M ichelsen; 3. Dwight D. Eisenhower y Alberto Lieras
Camargo; 4. C arlo s Lieras Restrepo y Richard Nixon en Estados
Unidos; 5 y ó. Registro fotográfico fragmentado de John F.
Kennedy y Alberto Lleras Camargo (Fotogramas del documental
¿Q u é e s ¡a dem ocracia? d e Carlo s Alvarez, 1971).
Im a g e n 4 2 . La cámara, inmersa
entre la multitud durante una
m anifestación, encuadra la
fachada del First National C ity
Bank (Fotograma del documental
¿Q u é es la dem o cracia? d e C arlo s
Á lvarez, 1971).
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2O3
colom biano, que usualm ente es empleado en los actos inaugurales
de certám en es deportivos, es rem plazado deliberadam ente por una
pieza musical que alude a una cultu ra foránea. En la su stitu ción y
la sim ultaneidad de la aparición se codifica el vínculo del gobierno
con Estados Unidos.
Las d isc u sio n e s s o b re e s te a su n to no p od ían elu d ir el
tra ta m ie n to tem ático de sus propios fund am entos. Las accion es
c o n te s ta ta ria s em prendidas por el grem io de cin e m a to g ra fista s
para d efen d er la p rod u cción , d istrib u ció n y ex h ib ició n de cin e
nacional no podían d esv in cu larse de la rep resen tación audiovisual,
sobre todo al d efin irse la relación en tre el gobierno colom biano
y estad ou n id en se. En Oiga vea el llam ado cine oficial prom ueve
m últiples in terro g an tes resp ecto a la p rá ctica cin em ato g ráfica en
el país. Cuando los d ire cto re s de e ste film e llegaron a r e g is tr a r las
com petencias, se les exigió una acred itación del Comité Organizador
para film ar, puesto que ya había sido seleccion ad o por el gobierno
un equipo para g rab ar los juegos. Cali, ciudad de América [19 7 2 ] fue
la producción oficial del certam en , dirigida por Diego León Giraldo
y realizad a en 35 mm y a color.
«Al quedar excluidos de los sitios oficiales, los cin eastas se
encontraron con que: 1. No eran los únicos excluidos. Allí tam bién
había pueblo, que se hacinaba a n te la s 2. Rejas; se prendían y metían
las narices y ojeaban lo que ocurría dentro» (Caicedo 2009, 433). La
marginal idad con la que se desarrolló la filmación del docum ental
encontró su correlato en la situación del público en el certam en, con
lo que se advierte una ampliación de la perspectiva ideológica, capaz
de exceder el plano de la actividad cinem atográfica para incursionar
en el registro de fenómenos sociales más amplios.
En Oiga vea se establece que la relación entre Estados Unidos y el
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205
La Iglesia c a tó lic a : una in stitu ció n de
co n tro l id eológ ico
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207
dirigente. En Campesinos, la voice-over declara que la religion es el
principal m ecanism o de control ideológico: «[...] a través de la religion
se le hace creer [al pueblo] que toda autoridad es de origen d ivino», lo
que perm ite su explotación.
Para reafirm ar las consideraciones del agente expositivo, se
adecúa un fragm ento de la declaración del obispo Miguel Ángel Builes
en la que se alude al vínculo en tre la autoridad política y divina: «La
autoridad civil es de origen divino, es decir, viene de Dios. De su erte
que quienes re siste n a la autoridad, re sis te n a la d isp osición de
Dios. Quienes la resisten se atraen sobre sí la condenación eterna».
Las im ágenes que acom pañan la d eclaración del obispo sugieren los
efectos ideológicos de la difusión de la doctrina. La altern an cia de
dos planos configura una
posible representación de
la dom inación. Se y u x ta
ponen dos im ágenes que
ev o ca n al o p re so r y al
oprimido: en prim er lugar,
una ilustración del arcá n
gel M iguel -d efen so r de la
Iglesia y sím bolo de la ju s
ticia d iv in a- empuñando
una espada y, en segundo
lugar, el reg istro cin em a
tográfico d élos pies de un
Im a g e n 4 5 . Imágenes yuxtapuestas por acción del C a m p e s in o in m o v iliz a d o
montaje, para señalar la opresión ideológica ejercida
por la Iglesia católica. Entre la imagen del arcángel en el Cepo (Im agen 4 5 ]. El
Miguel y los pies del campesino en el cepo se genera
una continuidad narrativa a la cual podría atribuirse
este sentido (Fotogramas del documental Cam pesinos
de Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1976).
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gélica. Dejad que os recordemos que no solo de pan vive el
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Desigualdad social: d iferencia y
lucha de clases
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213
Im a g e n 4 6 . 1 y
2. Alberto Lleras Camargo; 3 y 4.
Laureano Góm ez y Alberto Lleras Camargo; 5.
Guillerm o León Valencia y Misael Pastrana Borrero; 6.
Alfonso López Pumarejo; 7. Guillerm o León Valencia; 8.
Roberto Urdaneta Arbeláez acompañado de su esposa
Clem encia Holguin (Fotogramas del documental ¿Q u é
es la dem ocracia? de C arlo s Alvarez, 197l).
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se opone a la son risa del Imagen 4 6 . 1. La cantidad de ingresos del primer
grupo es representada con una mujer que intenta
candidato presidencial al abordar un bus del sistema de transporte público;
2. Los ingresos del segundo grupo les permite
a cerca rse a una persona adquirir un vehículo de bajo costo (Renault 4); 3.
Los altos ingresos de un segmento reducido de
del público que reacciona la población les permite comprar un vehículo de
mayor costo (Fotogramas del documental Lo s hijos
efusivamente (Imagen 47). d e l subdesarrollo de Carlos Alvarez, 1975).
De igu al fo rm a ,
los lujos que exhiben las
imágenes empleadas para
c a r a c te r iz a r a la cla se
d irig en te son tenidos en
cuenta como evidencia de
la disparidad en la d istri
bución de la riqueza. Los
inform es estad ísticos del
DANE presentados por el
agente expositivo en Los
hijos del su bdesarrollo se
insertan en el discurso con
el propósito de dem ostrar
la d e sig u a ld a d s o c ia l:
« 5 .3 3 0 .0 0 0 p erson as re
ciben ingresos mensuales
m enores de 1 .5 0 0 pesos;
un millón de personas reciben ingresos en tre 1.500 y 1 5 .0 0 0 pesos al
mes y unas 2 0 .5 0 0 personas obtienen entradas muy por encima de los
15.000 pesos». Para representa restos inform es,las imágenes muestran
los medios de tran sp orte a los que tienen acceso estos grupos según
sus ingresos mensuales. El prim ero hace uso del sistem a de tran sp orte
público, el segundo puede com prar un automóvil de bajo costo y el
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Imagen 49. El trabajo campesino se contrasta con algunas
imágenes de un grupo de personas adineradas en un
banquete. Por medio del montaje en paralelo, se ilustran
los enunciados verbales de la musicalización y se establece
un comentario que denuncia la explotación del campesino
(Fotogramas del documental C am pesinos de Marta
Rodríguez y Jorge Silva, 197ó).
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
Imagen 50.1. Edificio Banco de Bogotá; 2. De izquierda a derecha: torre sur de la Ciudadela
San Martín, edificio Bavaria y torre B de las residencias del Conjunto Bavaria; 3. Edificio
Avianca; 7. De izquierda a derecha: Hotel Tequendama, Torres del Parque y edificio Seguros
Tequendama (Fotogramas del documental ¿Q u é e s la dem ocracia?d e Carlos Alvarez, 1971); 4.
Edificio Seguros Tequendama; 5. Edificio Aseguradora del Valle; ó. Edificio Fonade; 8. Torres
del Parque (Fotogramas del documental Los hijos d e l subdesarrollo de Carlos Alvarez, 1975).
21 »
219
rantesus cuatro periodos presidenciales, los gobiernos frentena-
cionalistas intentaron modernizar el Estado y la infraestructura
del país. En tal marco, el fomento industrial y el crecim iento de
las ciudades fueron dos de los grandes paradigmas del desarrollo
capitalista; estas iniciativas fueron representadas en los docu
mentales a través de imágenes que exhibían la transform ación
de las ciudades. En algunos segmentos de ¿Qué es la democracia?,
Los hijos del subdesarrollo y en la secuencia de títulos de Chircales
aparecen registros cinematográficos y fotográficos de los nuevos
edificios construidos en Bogotá entre 1960 y 1975, entre ellos:
el Hotel Tequendama (1953), el edificio Banco de Bogotá (1960),
el edificio Bavaria (1963), las torres residenciales del Conjunto
Bavaria (1965), el edificio Avianca (1969), el edificio Seguros
Tequendama (1970), las Torres del Parque (1970), el edificio
Aseguradora del Valle (1972), el edificio Fonade (1974) y la torre
sur de la Ciudad ela San Martín (1970) (Imagen 50).
Los planos contrap icad os que configu ran las im ágenes de
estas construcciones connotan la imponencia de la modernidad en
las urbes, al tiempo que precisan las transform aciones producidas
por el impulso capitalista. Estas pruebas evidencian la necesidad de
establecer centros administrativos, ampliar la infraestructura hotelera
e increm entarla oferta de zonas residenciales. Estas transform aciones
estab an relacionadas con el crecim ien to industrial y la expansión
urbana, ocasionada en gran parte por las m igraciones cam pesinas
y la pretendida captación de mano de obra por las industrias en el
perím etro urbano.
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
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Afuera, unos m etros más abajo, sobre la ladera de
una montaña, situada en la cercan ía del edificio de
apartam entos, se encuentra una vivienda marginal
que difiere sustancialm ente del espacio que antecede
la tom a (Im agen 51]. Seguidam ente, la voice-over
interfiere para p recisar las imágenes: «De esta casa
a esta otra hay un abismo. Un mundo de decenas de
años queson apenas unas cuantas cuadras». El contraste producido por
el movimiento de la cám ara tiene una función contrainform ativa, pues
señala la existencia de sectores m arginales omitidos frecuentem ente
p o rla propaganda institucional, como en el caso del documental Y se
llamaría Colombia [1970] de Francisco Norden, tal como lo señaló la
crítica cinem atográfica del momento:
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cula tiene una falla, la mayor entre otra docena: al film, como a
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223
En Los hijos del subdesarrollo aparece otro plano descriptivo que
desarrolla una mirada crítica sobre la desigualdad de vivienda en el
país. La cám ara re g ístra la s inmediaciones del Centro Internacional
de Bogotá por medio del uso del zoom. En la misma toma, se genera un
movimiento óptico de zoom out al interior del plano para encuadrar el
espacio desde donde se realiza el registro. En este instante, se observa
el interior de una casa ubicada en las m ontañas, donde se distingue a
contraluz la silueta de un hombre sentado sosteniendo a un niño sobre
sus piernas (Imagen 52). La voice-over recurre a la imagen para precisar
las diferencias entre ambos espacios, la marginalidad existente en los
centros urbanos y la limitada inversión del gobierno en los program as
de vivienda de interés social.
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224
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Aunque existentes, los planes de desarrollo urbano referencia-
dos en el docum ental no generaron una cobertu ra óptima. La cám ara
encuadra en prim er plano una valla publicitaria situada en una zona
rural al borde de una carretera. El m ensaje lingü ístico que p orta la
pieza pu blicitaria hace referen cia al program a de vivienda ideado
por el Estado en 1932, para auxiliar a la población en el proceso de
adquisición del inmueble, por medio de la em isión de cédulas del
Banco Central H ipotecario: «Las cédulas sólidas. Hoy más sólidas
que nunca. BCH. Banco Central H ipotecario». Luego, cuando realiza
un m ovim iento óptico de zoom out, para incluir los elem entos que
perm anecían por fuera de campo, junto a la valla aparece una vivienda
m arginal (Im agen 54). El co n traste que se crea al in terior del plano
cuestiona la publicidad in stitucional, al evidenciar la p ersisten cia
de la m arginal idad en asuntos de vivienda. Asimismo, la oposición
de estos dos elem entos ironiza la publicidad esta ta l que p arece no
coincidir con los hechos m ostrados.
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dichos contrastes persisten a pesar de los proyectos impulsados por el
alcalde Carlos Holguin Sardi, para la creación de infraestructura deportiva
en el marco de los VI Juegos Panamericanos:
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Im a g e n 5 8 . Piezas informativas del certamen que ofrecen información sobre
el precio de entrada a las diferentes competencias, incluidos los actos de
inauguración y clausura. Estas son empleadas para verificar los altos costos
denunciados por la comunidad (Fotogramas del documental Oiga vea de Luis
Ospina y Carlos Mayolo, 1971)-
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Por ejem plo, en uno de los segm entos, la cám ara encuadra,
haciendo uso del zoom , el in sta n te en que un clav ad ista se dispone
a e je c u ta r su salto en lo alto de un tram polín. Cuando el ejercicio
se inicia, un m ovim iento óptico de zoom out am plia el encu ad re
y devela el co n tex to en que fue realizada la tom a. U bicada en las
afu eras de las p iscin as p an am erican as, la cám ara no logra incluir
en el plano el m om ento en que el clavad ista en tra al agua, ya que se
en cu en tra fren te a un muro (Im agen 59). Tanto la cám ara, como los
esp ectad o res que la acom pañan en el e x te rio r del recin to, pierden
gran p a rte del cam po de v isió n que les p e rm itiría o b s e rv a r el
m ovim iento final del d ep ortista.
Im a g e n 6 0 . La cámara se va
acercando lentamente, haciendo
uso del zoom, al lugar en donde
se llevan a cabo las competencias
de golf. No obstante, la distancia
limita la visibilidad de la cámara y le
impide captar el final del lanzamiento
(Fotogramas del documental Oiga vea
de Luis Ospina y Carlos Mayolo, 1971).
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de la República, Misael P astran a B orrero, el cual es superpuesto a la
secuencia; este co n tra ste com prueba una vez más la in con sisten cia
de las ap reciacion es g u b ern am en tales:
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R e g ís t r e s e
anice del 21 de Man« /
VOTE
V O T E p o r su P a r tid o , o
NO DEJE QUE OTROS V O T E e n C o n cie n cia , o
DECIDAN POR USTED
V O T E e n B la n c o , p e r o
] EL T IE M P O hi
Presidente le Pide al Pais que
LiUau Kiwi ■» $0 4 haw ùmwm m («N
•l#-CloraI r « void
EU,
Lo m as O r
Grove es no
>'io»I Pv«ud*nU«n A 1.1.1CK1
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
236
237
la voice-over se yuxtapone el Imagen 63. Planos que se articulan en el
segmento dedicado al desarrollo de las
testimonio de un actor social, elecciones presidenciales en 1970 y que
funcionan como una sugerencia emitida por
pasando del comentario a la el realizador del documental (Fotogramas del
documental ¿Q u é es la dem ocracia?d e Carlos
ejemplificación: «El doctor Alvarez, 1971).
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Imagen 65. El segmento
se inicia con primerísimos
primeros planos que describen
gradualmente la imagen
fotográfica. Finalmente,
se revela la totalidad de la
imagen. Esta es usada como
una evidencia de las muertes
acaecidas durante la Violencia
(Fotogramas del documental
Cam pesinos de Marta
Rodríguez y Jorge Silva, 1976).
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En la secuencia de títu los de Camilo Torres
Restrepo se incluye un plano que m uestra la obra Los
d esastres de la gu erra del a rtis ta español Francisco
de Goya [Im agen 6 6 ]. E sta im agen en ta b la una
relación d iscu rsiva con las im ágenes del periodo
de la Violencia que preceden el segm ento, lo que re
fuerza la representación. También, en Campesinos se
desarrolla un discurso sobre el mismo periodo histórico de Colombia:
algunos miembros del partido liberal y com unista fueron perseguidos
debido a que se opusieron al envío de trop as colom bianas a la Guerra
de Corea d u ran te el gobierno de L aureano Gómez. Las regiones
cam pesinas que ofrecieron apoyo a los disidentes fueron atacadas
m ilitarm en te en tre 1953 y 1957. «Un vasto te rrito rio fue declarado
“zona de guerra" y se emprendieron operaciones m ilitares con aviones
y miles de soldados, contra los cam pesinos de Cunday, V illarrica y
otros» [Tirado 1987,181]. En el documental se representa este hecho,
empleando el reg istro fotográfico de un niño m uerto [Im agen 65].
La cám ara encuadra la im agen a p a rtir de prim erísim os prim eros
planos, exhibiendo pequeños fragm entos de esta. Progresivam ente
se in crem en ta la d istan cia del encuadre, h a sta llegar a un plano
general que perm ite el reconocim iento total de la imagen. M ientras
esto sucede, la voice-over del agente expositivo se sobrep one a la
fo to g rafía, reproduciendo el testim o n io de una cam p esin a de la
población de V illarrica:
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El Frente Nacional: un sistem a de
represión ideológica
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con la yuxtaposición de una serie de fotografías que m uestran a Camilo
Torres reunido con algunos militares. El énfasis que realiza el encuadre
sobre uno de los personajes que participan en la reunión perm ite
recon ocer una intención discursiva de señalam iento que pretende
asignar un nombre al culpable [Imagen 68]. El coronel Álvaro Valencia
Tovar, comandante d éla Quinta Brigada de Bucaramanga, quien dirigió
la operación m ilitar del 15 de febrero de 1966 en la que murió Camilo
Torres, es el personaje sobre el cual se realiza el acento, identificándolo
como el responsable. Las fotografías que corresponden a un encuentro
en la ESAP, donde Torres se desempeñaba como decano del Instituto de
Adm inistración Social, term inan por dar forma al enunciado verbal, al
ser este el momento en el que se realizó la exposición de las propuestas
políticas del Frente Unido. A la luz de esto, la sutileza de la expresión
verbal, vinculada al contexto reproducido por la imagen, perm ite
señalar al culpable y declararlo «el enemigo del pueblo». De esta forma,
se develan los m ecanismos empleados para reprim ir ideológicamente
a los grupos disidentes en beneficio de la hegemonía bipartidista.
El. E5PECTADOR
""in n i ><*»**«■* m
rojas;r.m.mPAsmNMwm
| YV' rjtnm rm nun u .... . . . , „ ¡f
EL ESPICTADÍ
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: P A S T R A N A ' U 6 8 .9 8 I -ROJAS U 6 6 , Jí|
. . ¡,i , .
n mvrtnuluaüm
Im agen 69. Prim eras planas del
diario E l E s p e c ta d o r em pleadas
para v e rific a r el fraude electo ral
(Fotogram as del docum ental Mittet ti m otu
ot m n o tm u í
¿ Q u é e s la d e m o cra cia ? d e C a rlo s
A lvarez, 197l).
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246
247
y lo define como una estrategia para
g u arn ecer el dominio b ip a rtid ista e
impedir la aparición de candidatos y
partidos políticos capaces de captar el
descontento de las masas.
Ahora bien, la incertidumbre que
rodeó la jornada electoral debido a la
in terven ción del gobierno para «[...]
[prohibir] la difusión de datos hasta que
la Registraduría [pudiera] com unicar
resultados debidam ente controlados»
(Pécaut 1 9 8 8 ,1 1 8 ] precipitó la movili
zación del electorado anapista. En el documental, el segmento dedicado
a la representación de estos hechos m uestra cómo las m anifestaciones
fueron reprim idas por la acción m ilitar (Im agen 70] y concluye con
la declaración del presidente Carlos Lleras Restrepo resp ecto a la
alteración del orden publico en las calles: «El juego dem ocrático tiene
sus consecuencias. Cuando se entra en el juego democrático se tiene que
esta r resuelto a acatar el resultado de las urnas». El tono enérgico y el
énfasis conferido a la palabra «acatar» son prueba del autoritarism o
del gobierno consolidado a través de la acción militar.
Por otro lado, la represión ideológica sugerida por estas im á
genes encuentra su homólogo en las condiciones de producción del
cine nacional denunciadas en Oiga vea. La com isión de cine oficial,
única delegación autorizada por el gobierno para el registro de las
com petencias deportivas, puede aludir tam bién al fenómeno de la
represión ideológica. Así, el caso p articu lar de Ospina y Mayolo al
film ar de forma marginal el docum ental, se convierte en un sinónim o
de la censura estatal y de la represión de las libertades individuales.
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La reiterada presencia de las fuerzas militares
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25O
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es idéntica a la de los an teriores gobiernos». El ultimo de los registros
fotográficos del segm ento consiste en una imagen de Gustavo Rojas
Pinilla emitiendo un discurso (Imagen 72). Un movimiento panorámico
reg istra de form a fragm entad a la imagen, partiendo del ro stro y
finalizando en el torso. Al final, el movimiento de la cám ara se detiene
para encuadrar la funda del revólver que pende de su cintura. Así, con
esta imagen se ilustra la interpretación emitida por el agente expositivo.
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los planos de un conjunto de m ilitares en formación, ubicados en una
zona rural, se intercalan dinám icam ente con prim eros planos de los
rostros de niños indígenas (Imagen 73]. Con la posible intención de
provocar una identificación em pática del espectador con la imagen,
basada en la presunción moral que rechaza los actos violentos en
contra de la población infantil, se define un victim ario y se persuade
a adoptar una posición frente a los hechos expuestos.
La incursión de las fuerzas m ilitares en territorio indígena es
definida porla voice-over; como una acción orientada a concederla propiedad
de la tierra a colonos y terratenientes: «aparece, entonces, el ejército para
defender los intereses del colono, [...] para [propiciar] por la fuerza la ex
plotación del indígena». Esa referencia al sometimiento de las comunidades
indígenas se complementa con la exposición de los métodos empleados para
su sujeción (Imagen 74], Los testimonios de varios indígenas de la región
aparecen en el segmento para señalar el uso de la violencia como mecanis mo
de represión. Definidos como víctimas del ejército, los indígenas establecen
que fueron obligados a trabajar bajo amenaza de muerte, castigados sin
justificación, perseguidos y torturados por participar en una cooperativa
agropecuaria organizada por Rafael Jaramillo Ulloa, cuyo único objetivo
era mejorar el comercio de los productos indígenas:
ejército dice que no han matado, que no han hecho nada, pues
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De acuerdo con lo anterior, se puede decir que
los hechos descritos tienden a establecer com enta
rios en contra de las fuerzas arm adas, las cuales
fueron consideradas como agentes de la represión
promovida por el gobierno. Así, las representaciones
de las fuerzas m ilitares hacen énfasis en el uso de la
violencia lo que persuade al espectador a que adopte
una posición al respecto.
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Imagen 77.1, 2 y 3. Grafitis que acusan al
ministro de defensa Gabriel Rebeiz y al
general Alvaro Valencia Tovar de ser los
responsables de la muerte de Camilo
Torres; 4. Manifestaciones estudiantiles en
las calles de la capital; 5. Entierro simbòlico
en el Cementerio Central de Bogotá;
ó. Misa y manifestación a las afueras de
la iglesia de San Diego (Fotogramas del
documental Camilo Torres R estrepo de
Diego León Giraldo, 1Ç06 ).
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A n un ci o
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Cerrada la
4 A4 » M IM n
étudiantes de lo Nocional
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450 Re
Se /?cab/ira h [jnhtrúátiC
258
259
La represión de las manifestaciones estudiantiles es uno de los
momentos registrados en ¿Qué es la democracia?, Asalto y Camilo Torres
Restrepo. Estos documentales exponen tres episodios del enfrentamiento
entre el ejércitoyel cuerpo estudia nt il,aunquecon variaciones enlaçant idad
de segmentos destinados a su tratamiento. Un conjunto de fotografías que
exponen el momento en que el BatallónColombia disparó alos estudiantes
de la Universidad Nacional de Colombia, durante las manifestaciones del 9 de
junio de 1954 (I magen 76), aparecen en ¿Qué es la democracia?, pa ra señala r el
autoritarismo de Gustavo Rojas Pin illa. La muerte de Camilo Torres en 1966,
junto con las manifestaciones de los estudiantes de la Universidad Nacional
que siguieron a su deceso son presentadas enei documental Camilo Torres
Restrepo de Diego León Giraldo. En este filme, el agente expositivo define a
los estudiantes como «el vehículo de la conciencia pública», ya que fueron
ellos quienes por medio de diferentes formas de expresión rechazaron la
muerte del sacerdote: grafitis que reclamaban sanciones para los militares
que dirigiéronlas operaciones; misas y entierros simbólicos en la iglesia de
San Diego y el Cementerio Central del Bogotá; protestas publicas por las
calles capitalinas (Imagen 77). Además, la voice-over establece que «a pesar
de la represión militar, volvieron a florecer en cada esquina [...] las formas
más audaces de la resistencia urbana», para demostrar la fortaleza de los
movimientos estudiantiles.
Por otro lado, la ocupación m ilitar de la U niversidad Nacional de
Bogotá en 1967 es el tem a central del docum ental Asalto. Desprovisto
de una voice-over, los titulares de prensa articulados en el filme dirigen
la lectura de las fotografías insertadas, al postular las causas y las
consecuencias del allanam iento de la Ciudad Blanca. Se sugiere que el
alza de los precios del transporte fue el detonante de las manifestaciones
estudiantiles. Estas fueron reprim idas m ilitarm ente, lo que dejó a
centenares de universitarios detenidos y heridos (Imagen 78).
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Imagen 80. Yuxtaposición de
planos que contrasta el equipo
de defensa empleado por
militares y estudiantes. Los
primeros llevan caretas antigás,
mientras que los segundos
utilizan simples pañuelos para
cubrir su nariz (Fotogramas del
documental A salto óe Carlos
Álvarez, 1968).
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representa la derrota de los estudiantes durante los enfrentam ientos
con el ejército en 1967.
En otro de los segm entos de Asalto se usa la personificación
para c ritic a r el com p ortam iento de las fu erzas m ilitares durante
las m anifestaciones estudiantiles: el cuerpo de un policía se fusiona
con los rodam ientos de un tanque m ilitar y a su espalda se incorpora
un d ispositivo m ecánico para dar cuerda (ver Im agen 14]. Dicha
representación sugiere que las fuerzas militares actúan como máquinas
program adas para defender los intereses de un agente superior al
mando. En el mismo nivel de significación, la secuencia inicial animada
de ¿Qué es la dem ocracia? personifica a los policías como un grupo de
simios que generan una situación de caos en la ciudad (ver Imagen 14).
En ambos casos, la policía se define como una organización arm ada
que cumple los m andatos de un superior sin cuestionarlo.
A través de los distintos casos expuestos se define un adversario
y un agente rep resor d entro del con texto de las m an ifestaciones
estudiantiles. El ejército fue el instrumento empleado por el Estado para
refrenar las acciones contestatarias y c o a rta rla libertad de expresión
de los grupos universitarios que m anifestaban su inconformismo. De
esta manera, el gremio de cin eastas encontró en los estudiantes un
homólogo a su compromiso social, representándolos en varios docu
mentales. Esta situación discursiva evidencia además la confianza en ei
surgimiento de una nueva generación revolucionaria. Así, la distinción
de las organizaciones obreras, cam pesinas e indígenas referenciadas
en otros docum entales constituyen una clara representación de los
grupos sociales a los cuales la perspectiva ideológica del Cine Político
Marginal se alineó para hacer frente al adversario común y promover
la revolución.
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
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La desocupación de las tierras y las migraciones
campesinas e indígenas
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
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entrevistados en los documentales. En Chircales, un obrero afirma que
debido a la improductividad durante los meses de invierno «el doctor Pardo
le dijo al compadre Germán que no nos diera más trabajo. Llegó el compadre
Germán y nos dijo: [...] hágame el favor de desocuparme [...] necesitodeque
se vayan toda esta partida de hijueputas». Del mismo modo, en Campesinos
otro hombre menciona que al resistirse a asumirlas obligaciones del contrato,
el dueño de la hacienda los amenazó diciendo: «¡ Es que se van, me desocupan
la hacienda, la casa, me desocupan el terreno! ¡Es que tienen que largarse
si no están allá listos a pagar la obligación!».
En Planas, testimonio de un etnocidio el agente expositivo afirm a
que los terraten ien tes y colonos recu rrían a la violencia y a las intim i
daciones para asegu rar el control del territorio: «El terro r se instala.
El colono Carlos Alvarado incendia el caserío de Abaribá. [...] el colono
norteam ericano Jaime Siemens amenaza a la población indígena: “si
vuelven a los pueblos abandonados, los saco a bala"». Las imágenes
que aparecen en este segm ento confirm an el com entario, al señalar
las estrategias usadas para desalojar a los indígenas de sus tierras.
Las imágenes m uestran un caserío conformado por varias viviendas
que han sido incendiadas y abandonadas, en las cuales se encuentran
algunas pertenencias de los antiguos inquilinos [Imagen 83]. Como
complemento, los sonidos aleatorios, ejecutados posiblem ente por un
waterphone, acentúan la sensación de terro r referida p orla voice-over.
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268
269
Con el propòsito de defender el derecho de las comunidades
cam pesinas e indígenas a la propiedad de la tierra, los docum entales
configuran algunos segm entos para denunciar el problema, definir sus
causas y representar sus consecuencias. En tal ejercicio discursivo,
se recu rre al testim onio de los actores sociales para corrob orar el
fenómeno y a las imágenes para ilustrar lo relatado. De igual forma,
se generan algunos segm entos que usan la profundidad em ocional de
los actores sociales y las cualidades evocativas del sonido y la imagen
para rep resen tar un estado psicológico que pueda ser comprendido
y experim entado em otivam ente por el espectador. En esta últim a
estrateg ia se percibe una dim ensión subjetiva en el discurso para
promover la «[...] identificación e implicación em pática por parte del
espectador» (Nichols 1 9 9 7 ,1 6 5 ].
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
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271
En Chircales, varias délas secuencias empleadas
para representarel proceso de producción de ladrillos
generan un com entario que excede la descripción.
En estas secuencias son registrados varios niños de
diferentes edades mientras trabajan en la producción
de ladrillos: los niños participan en la extracción de
arcilla empleando picas de gran tamaño, transportan
los ladrillos al horno y luego al lugar de almacenamiento (Imagen 86).
Desprovistas de un comentario verbal audible o de musicalizaciónalgu na,
las imágenes perm anecen en silencio, lo que perm ite al espectador
centrarsi! atención en lo mostrado. Posteriormente, el agente expositivo
interviene para definir el sentido délas imágenes: «la infancia no es una
etapa protegida. Los niños asumen, prematuramente, la responsabilidad
del adulto».
Por su parte, la voice-over en Los hijos del subdesarrollo relaciona
el fenómeno de la explotación infantil con la deserción escolar y los
define como consecuencias de la im plem entación de un sistem a de
producción capitalista. Su intervención m anifiesta que las necesidades
básicas insatisfechas obligan a los niños a trab ajar y a dejar de lado
su form ación escolar:
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Imagen 8 8 . 1y 2. Peleas callejeras y desocupación; 3 y 4. Registro del robo de un
reloj de pulso en las calles; 5. Imagen empleada para evocar el robo de automóviles
(Fotogramas del documental Los hijos d e l subdesarrollo de Carlos Alvarez, 1975).
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Imagen 89. Imagen que
representa, de manera
simbólica, la desnutrición
infantil (Fotograma del
documental L o s hijos d e l
subdesarrollo de Carlos
Alvarez, 1975).
sobrevivir y crecer.
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Im ag en 9 I. l. El edema del hambre se caracteriza por la hinchazón corporal; 2 y 3. Otros casos de
desnutrición presentados por el realizador; 4-7. Raúl, niño encontrado en el hospital de Bucaramanga
(Fotogramas del documental Los hijos del subdesarrollo de Carlos Alvarez, 1975).
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Yo me siento muy mal otra vez, así como el otro día. La fatiga y
asiáticas y todo eso, las saca uno del barro muy temprano.
27»
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Después, el agente
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toda la fam ilia, seis o diez personas». Las im ágenes co n sta ta n la
declaración de la voice-over por medio del reconocim iento detallado
del espacio ex terio r e interior de las viviendas, en las que es evidente
la precariedad: casas de espacio reducido ubicadas en la periferia de
la ciudad, desprovistas de servicios públicos e infraestru ctura urbana
(ver Imagen 6), construidas con múltiples m ateriales y en las que todos
los servicios se concentran en una sola habitación.
Por ejemplo, la descripción del dorm itorio de los miembros
de la fam ilia C astañeda en Chircales pretende h acer énfasis en el
hacinamiento: en una misma habitación duermen los once integrantes
de la familia, com partiendo unas cuantas camas (ver Imagen 36], La
posterior inclusión de una cuña radial que publicita los alcances de los
proyectos gubernam entales en m ateria de vivienda de interés social
construye una ironía en el discurso. La propaganda afirm a que un
gran número de ciudadanos «han sido beneficiados por el Instituto
de Crédito Territorial (ICT) en menos de veinte meses de gobierno del
Frente Social» impulsado por Misael Pastrana Borrero. Los logros del
proyecto, que tuvo por objetivo fom entar desde 1939 la construcción
de viviendas en las áreas rural y urbana, son cuestionados al ser
confrontados con la inform ación dispuesta en el documental.
El discurso argum entativo desarrollado en torno a las con
diciones lab orales, sa n ita ria s y h abitacion ales tien e por objetivo
develar las inconsistencias de la propaganda institucional. En térm inos
generales, las imágenes y los com entarios empleados para denunciar
las consecuencias sociales del subdesarrollo dotan al docum ental de
verosimilitud, lo cual fue útil para que los directores argum entaran de
manera convincente su forma particular de ver e interpretar el mundo.
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La lucha arm ada es lucha revolucionaria
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Los planos incluidos en el segm ento sirven para ilu strar los
prim eros versos de la m usicalización empleada. Un prim er plano de
los pies de un hom bre sujetados al cepo y un plano de conjunto que
m uestra a varios campesinos formados frente a otro sujeto que parece
tener una posición laboral superior [Im agen 93) son imágenes que
ilustran los conceptos de violencia, injusticia y esclavitud enunciados
de forma verbal. Así, las imágenes se convierten en una representación
de los castigos in terp u estos por el terra ten ien te ante la sum isión
del campesinado. A continuación, los planos que se articu lan para
ilustrar los dos últimos versos de la composición musical em iten otro
com entario que complem enta el sentido total del segmento. Prim eros
planos de varias manos cam pesinas afilando sus h erram ien tas de
trabajo [Im agen 94), seguidos de un plano que detalla en prim er lugar
el azadón y el m achete portados por un campesino, que es finalm ente
284
285
registrado con un ángulo contrapicado para exaltar la expresión de
orgullo en su rostro [ver Imagen 27).
E stas im ágenes su g ieren un tip o de lucha e sp e cífica en el
que se em plean arm as p ara a rre m e te r co n tra el op resor y re s titu ir
así el dom inio de los cam p esin os so b re las tie rra s. Aquí, el plano
contrap icad o exalta la honorabilidad de ta le s acciones. Después, se
y u xtap on e un plano de conjunto que exh ib e a un grupo de cam p e
sinos reunidos, m ientras
e s c u c h a n a uno de sus
m ie m b ro s, q u ien a c tú a
com o el p o rtav o z de las
d e c is io n e s to m a d a s de
fo rm a c o le c tiv a : «N os
vam os a luchar, esa es la
p ro p u esta, p or no p ag ar
más esas obligaciones, por
el libre cultivo de café, por
la tom a de la tie rra » [ver
Im agen 17). La inclusión
de este testim onio, al igual
que los dem ás elem entos
exp resiv os em pleados en
las d escrip cio n es p r e c e
dentes, perm ite reconocer
la existen cia de una situ a
Imagen 9 5 . 1 . Plano sobre el cual se inscribe el
título del documental. Un grupo de campesinos que ción de inconformidad que
levantan sus herramientas de trabajo son registrados
con un ángulo contrapicado; 2 y 3. A través de m otiva a las com unidades
primeros planos, se realiza una descripción del actor
social, centrando la atención en el machete que cam p esin as a la o rg an iza
sostiene con su mano (Fotogramas del documental
C am pesinos de Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1976). ción y a la lucha arm ada.
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287
Imagen 97. Intertítulo gráfico que da cierre al de imágenes fotográficas
documental Chircales. El enunciado lingüístico
aparece como una sugerencia encaminada a la acción q u e m u e s t r a n la s m a n if o s -
revolucionaria (Fotograma del documental Chircates
de Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1971). taCÍOIieS estudiantiles de
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Distinción de las organizaciones obreras,
cam pesinas e indígenas
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los problemas y buscar soluciones de form a colectiva. Finalm ente, el
último plano incluido en la escena consiste en un indígena aplaudiendo
cuando finaliza la intervención del agente expositivo (Im agen 99}.
Este representa la aprobación de la comunidad a la constitución de
la cooperativa.
ASHOSPITAL SAKláímjüj
PfESEHTC
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SUMOME/! I %
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292
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Los artífices de la revolución
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295
estratégico de la eliminación de la explotación del hombre
narios al poderi
ha servido?
la organización.
esa tarea?
Actor social: Ave María purísima, se quitó esa casta que tenían
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
296
297
Los planos que se articu lan en el segm ento m uestran a un
conjunto de hombres campesinos de diferentes edades usando mache
tes y hachas para d erru m bar unos árboles (Im agen 103], Se pueden
in terpretar estas imágenes como una representación sim bólica de los
logros obtenidos por las organizaciones cam pesinas al en fren tarse a
los arren d atarios: el d errocam iento de su poder. Por lo tanto, la tala
de árboles podría in terp retarse como una rep resen tación de la lucha
cam pesina ante las form as de opresión institucionales.
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299
La identidad subsiste, aun
inmersa en la
dependencia cultural
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300
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Reconstrucción de la celebración de la
Im a g e n 1 0 5 .
primera comunión de Leonor (Fotogramas del documental
C hircales de Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1971).
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Im a g e n 1 0 6 . 1. Rayado de la yuca
brava; 2. Preparación del sebucán;
3. Extracción del veneno líquido; 4.
M aceración de la base; 5 y ó. Tostado
y secado del casabe (Fotogramas del
documental Planas, testim onio d e un
etnocidio de Marta Rodríguez y Jorge
Silva, 1971).
3O2
3 O3
Ahora bien, en el plano laboral, el do
cum ental Planas, testim onio de un etnocidio
presenta un segm ento en el que se reconoce la
cientificidad del proceso de producción de la
yuca brava en la comunidad indígena guahibo.
La secuencia se inicia con una contraargum en
tación que parte del enunciado reproducido por
la voice-over para dem ostrar lo contrario: «Al
indígena se le llama irracional». Para refu tar
esta apreciación, se acondicionan una serie de
imágenes que ilustran el proceso de producción
del casabe. Se visualiza el rayado de la yuca brava, la preparación del
sebucán, la extracción del veneno líquido, la m aceración de la base,
el tostado y secado del producto; se aprecian tam bién los diversos
instrum entos empleados durante el proceso de preparación (Imagen
106]. Al p resen tar esta inform ación, el agente expositivo pretende
resaltar la complejidad de la producción del casabe y así o b jetar la
apreciación inicial:
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304
305
nosotros conseguía una cacería, pues comíamos, no había problema».
Las imágenes articuladas al com entario ilustran el enunciado, pues
m uestran una escena en la que se preparan los alimentos para toda
la comunidad [Im agen 107]. De esta manera, se destaca el trab ajo
colectivo y se caracteriza cultural mente a la población indígena.
Por otro lado, en Oiga vea dos segm entos se cen tran en las
actividades de esparcim iento y en la personalidad de los habitantes de
Cali. La representación de los paseos al río Pance puede evidenciar una
actitud discursiva encam inada al reconocim iento de las actividades
trad icionales. La in tegración fam iliar en las orillas de los ríos, la
preparación y el consumo de alimentos, los bailes, los deportes acuáticos
y el bronceado de los cuerpos son un testim on io de las p rácticas
sociales desarrolladas por los habitantes de la región [Imagen 108). A
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La formalización de una
ideología de disidencia
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Entonces, se hace referencia a un proceso de registro
concertado o circu n stan cial, que se m anifiesta en
la form a como fue empleada la cám ara para captar
las acciones de los actores sociales representados.
Además, los planos de conjunto parecen relacionarse
con el planteam iento ideológico que promueve la
acción colectiva para la revolución, al rep resen tar
las organizaciones obreras, cam pesinas, indígenas
y estudiantiles durante las m anifestaciones populares. Igualmente, la
identidad nacional se expresa a través de la m usicalización, m ientras
que la precariedad técnica y la exaltación de la violencia construyen
la singularidad estética de los productos audiovisuales.
Por consiguiente, las ideas construidas p orla comunidad de ci
nem atografistas, en torno a la realidad histórica colombiana, encuentra
en los temas seleccionados y en el lenguaje cinem atográfico una form a
de representación particular, que se repite sintom áticam ente en los
productos fílmicos analizados. Así, las tendencias tem áticas y formales,
enunciadas a lo largo del texto, definen la existencia de un movimiento
cinematográfico, en el que las reflexiones sobre cine y nación estuvieron
mediadas por una perspectiva ideológica de disidencia, originada en
un contexto social y político marcado por profundas transform aciones.
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Id e o lo g ía
Selección tem ática
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1966
Camilo Torres Restrepo
Blanco y negro
16 mm.
16 minutos
314
3 15
al conocerse la noticia de su muerte el 15 de febrero de 1966, acaecida
luego de un combate entre el ejército y la unidad del ELN a la que se había
unido meses atrás. La película muestra las reacciones del movimiento
estudiantil universitario (m anifestaciones, enfrentam ientos con la
policía, entierro simbólico), imágenes de los lugares en donde Camilo
Torres se desarrolló como agente social. También se incluyen tomas de
los registros periodísticos sobre su muerte “en algún lugar de Santander”.
1966 -1971
Chircales
Blanco y negro
16 mm.
41 minutos
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
1968
Asalto
Blanco y negro
16 mm.
9 minutos
316
317
Música: Víctor Jara.
Colaboradores: Julia Sabogal, Diego León Giraldo, Manuel Vargas, Olga
Quiñonez, Isaías González y Antonio Jiménez Caro.
Fotos de los periódicos: El Siglo, El Espectador, El Espacio, El Tiempo.
Productor: Cine Popular Colombiano.
Sinopsis: Imágenes en movimiento y fotografías fijas de protestas por alzas
en el transporte público; imágenes de la incursión de la fuerza pública en
los predios de la Universidad Nacional de Colombia y la correspondiente
reacción del estudiantado; imágenes de protestas y m anifestaciones
estudiantiles realizadas en París, Tokio y otros lugares del mundo, todas
ligadas por la canción del chileno Víctor Jara "No puedes volver atrás".
Premios: Mención de honor, Tercera Sem ana del Cine Iberoam ericano
y Semana Internacional del Cine en Color, Barcelona, España, 1969.
1970
Colombia 70
Blanco y negro
16 mm.
5 minutos
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
197?
Un día yo pregunté
Blanco y negro
16 mm.
9 minutos
318
319
Cinematográfica (Fipresci), Festival Internacional de Cine Documental,
Oberhausen, Alemania, 1971.
1971
¿Q ué es la democracia?
Blanco y negro
16 mm.
40 minutos
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
1971
Oiga vea
Blanco y negro
16 mm.
27 minutos
320
321
preguntan insistentem ente a la gente si sabe ¿qué es cine oficial?, en
alusión a otro equipo de filmación que registra la versión oficial del
certam en y puede ingresar a cualquier sitio.
1971
Planas, testimonio de
un etnocidio
Blanco y negro
16 mm.
37 minutos
C IN E P O L ÍT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
1975
Los hijos del subdesarrollo
Blanco y negro
16 m m .
45 minutos
322
323
Sinopsis: Describe las condiciones de vida imperantes en la clase colom
biana más pobre: campesinos y trabajadores urbanos. Presenta la precaria
situación de alimentación, salud, vivienda y educación, como resultado
de injustas relaciones económicas. Cuestiona la política im perialista
del control natal frente a la pobreza y propone que solo la lucha de los
pueblos puede conducirá la libertad. Refiere la condición marginal en
la que perm anece gran parte de la población infantil, en contraste con
los niños que hacen parte de la reducida clase alta colombiana.
Premios: Paloma de plata, Festival de Leipzig, Alemania, 1975 / Premio
especial del jurado, Festival de Grenoble, Francia, 1975.
Blanco y negro
16 mm.
51 minutos
C IN E P O L IT IC O M A R G IN A L C O L O M B IA N O
324
325
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