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No olvidemos que lo simbólico y lo imaginario van de la mano, aunque para ser más
exactos lo imaginario debe utilizar lo simbólico para expresarse y existir. Todo
imaginario social en su afán de crear imágenes, les da a estas, representaciones de otra
cosa, y su función en ellas es puramente simbólica. Primero, nos dirige a la percepción
sensible de algún objeto, acción o hecho, luego sugiere interpretar lo que esa imagen o
inscripción nos remite.
Por lo tanto es importante destacar que en cada sociedad y en cada cultura existen
distintos imaginarios sociales que regulan el comportamiento social de cada uno de sus
individuos, y dentro de estos imaginarios también se encuentran los imaginarios
radicales, que vendrían a ser las significaciones centrales, para entenderlo mejor se
debe resaltar por ejemplo en religiones monoteístas el amor y perdón de Dios, de estos
se desligan distintos imaginarios, un objeto un icono, un acto, etc todos ellos con función
racional.
Otro punto resaltante dentro del concepto de imaginario social es su capacidad para
transformarse y estar en constante cambio, dado que el hombre como ser social es
quien crea estos imaginario sociales, para este caso es necesario recordar las palabras
de Simmel, quien nos dice que el individuo social, es el ser que crea limites, pero para
sobrepasarlos. Entonces en su convivencia social, la persona es quien a menudo crea
nuevos imaginarios con el cual pretende darse orden y alinearse al colectivo.
Ahora bien, una vez determinado el concepto de imaginario social, resaltare como es su
función dentro de la sociedad; comenzando por definir que la sociedad es creación y
producción de sí misma, ¿cómo se da esto? Pues toda sociedad tiene la capacidad de
transformarse, de hacerse a sí misma, a través de su relación con el entorno. El orden
social que en un tiempo es aceptado por el colectivo no es inmutable, cambia con el
tiempo y gracias a sus relaciones sociales exteriores, y ni la religión, ni el gobierno, ni la
política dan garante de seguridad y estabilidad.
Como conclusiones rápidas y sujetas a cambios considero que los imaginarios sociales
tienen la capacidad de intervenir en las diversas estructuras sociales, incluso tienen el
impulso para unificar una sociedad, gracias al mundo simbólico. Se concluye también
que los imaginarios sociales no pueden existir de manera separada, sino que deben estar
en una constante correlación, ajustes y transformaciones que se adecúan al momento
social e histórico por el que se atraviesa. Entonces, instituciones como la iglesia o el
capitalismo, traen consigo múltiples imaginarios sociales que brindan un orden, aunque
no necesariamente sea correcto para algunos.