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YACIMIENTOS MINERALES

Ing. Wilson Lenin Rivera Pedroza

César Steven Garzón

Fundación Universitaria del Área Andina

Facultad de Ingeniería

Programa Ingeniería de Minas

Bogotá D.C.

29 de septiembre del 2018


PROCESOS MINERALIZADORES

Los depósitos minerales metálicos constituyen concentraciones anómalas de un elemento (u


elementos) en la corteza terrestre. Ahora bien, para que un determinado elemento llegue a
constituir un yacimiento explotable económicamente el metal debe estar concentrado muy por
encima de su abundancia media en la corteza terrestre, el grado de enriquecimiento varía para
cada elemento dependiendo del valor de cada metal, esto se ilustra en la tabla a continuación

La tabla 1 muestra que para que se forme un yacimiento de cobre se requiere que este metal se
concentre al menos 80 veces por encima del contenido normal en rocas de este elemento; en los
grandes yacimientos cupríferos chilenos que se explotan con leyes de ~1% Cu y más la razón de
concentración es >200 veces que el contenido normal de Cu en roca.

Además, hay metales que requieren concentraciones varios miles de veces más altas que el
contenido normal en rocas corticales (Ej. el Pb) para ser de interés económico.
Consecuentemente deben existir procesos naturales que permiten la concentración anómala de
elementos en ciertas partes de la corteza terrestre y aquí se presenta una revisión de dichos
procesos mineralizadores.

Cabe señalar, que si bien existe consenso respecto a los distintos procesos que pueden originar
depósitos o yacimientos minerales metálicos, el origen de un tipo específico de yacimientos es en
muchos casos controvertido y distintos autores tienen diferentes interpretaciones genéticas.
Tal como se resume en la tabla 2 existen procesos endógenos y exógenos que pueden concentrar
metales para formar yacimientos explotables económicamente.

Procesos ortomagmáticos

1 Procesos Magmáticos: Las masas silicatadas fundidas (magmas) que, una vez cristalizadas, llegan
a constituir cuerpos intrusivos y/o rocas volcánicas pueden, en ciertas condiciones, concentrar
algunos minerales de interés económico por procesos como:
1.1. Cristalización magmática: Los procesos normales de cristalización de magmas producen rocas
volcánicas e intrusivas, algunas de las cuales pueden ser explotadas directamente, como por
ejemplo como rocas ornamentales o como áridos para la construcción. Otras pueden contener
minerales de importancia económica, Ej. Diamantes como fenocristales en kimberlitas, feldespato
o cuarzo en pegmatitas.

1.2. Segregación magmática: los términos segregación magmática o depósito ortomagmático se


utilizan para depósitos que han cristalizado directamente desde un magma. Los que se forman por
cristalización fraccionada se encuentran comúnmente en rocas ígneas plutónicas. Aquellos
producidos por segregación de líquidos inmiscibles pueden encontrarse tanto asociados a rocas
plutónicas como volcánicas.

Los procesos de segregación magmática pueden llegar a formar capas dentro o debajo de la masa
de roca ígnea (Ej. Capas de cromita, sulfuros de Cu-Ni).

a) Cristalización fraccionada:

Esta incluye cualquier proceso por el cual cristales formados tempranamente no pueden quedar
dispersos en el magma en el que crecieron. Durante el período de cristalización monomineral los
cristales pueden hundirse en la cámara magmática para formar una capa de un solo mineral. Estos
precipitados se denominan acumulados y ellos comúnmente alternan con capas de otros
minerales formando capas o bandeamiento rítmico en rocas ígneas. Las cromitas (FeCr2O4) y las
ilmenitas (FeTiO3) pueden acumularse de esta forma. Las cromitas en rocas ultrabásicas y las
ilmenitas en anortositas y gabros anortosíticos (rocas máficas). La asociación de estos acumulados
minerales exclusivamente con rocas ígneas son la evidencia de su origen magmático directo.

b) Líquidos inmiscibles:

De la misma manera que el agua y el aceite no se mezclan, sino que forman glóbulos inmiscibles de
uno dentro del otro, una mezcla de magma (mezcla silicatada fundida) con contenido de sulfuros
metálicos formará dos líquidos que tenderán a segregarse.

Se separan gotas de sulfuros y coalescen para formar glóbulos, los cuales al ser más densos que el
magma se hunden para acumularse en la base de una intrusión o flujo de lava.

El principal constituyente de esas gotas es el sulfuro de hierro (pirita Fe2S), el cual se asocia a rocas
básicas o ultrabásicas debido a que el azufre y hierro son más abundantes en estas que en rocas
ácidas o intermedias.

Los elementos calcófilos (con afinidad con el azufre; Ej. Cu) también son incorporados o se rompen
en los glóbulos de sulfuros y a veces metales del grupo del platino.

Los magmas básicos o ultrabásicos se forman por fusión parcial en el manto y ellos pueden
adquirir su contenido de azufre tanto del manto, como subsecuentemente por asimilación de rocas
de la corteza. Para que se produzca la segregación de sulfuros el magma debe estar saturado en
sulfuros. Si se llegan a formar glóbulos de sulfuros inmiscibles gran parte del Cu y Ni serán
removidos del magma (particionados dentro de la fase sulfurada).
La acumulación de Fe-Ni-Cu en gotas debajo de la fracción silicatada puede producir cuerpos de
sulfuros macizos, los cuales estarán sobreyacidos por una zona de enrejado de sulfuros, a veces
denominada mena diseminada o en red.

Esta zona a su vez grada hacia arriba a una zona débilmente mineralizada que grada a una
peridotita, gabro o komatiita, dependiendo de la composición de la fracción silicatada asociada.

Procesos Hidrotermales

Fases Hidrotermales Hidrotermalismo avanzado Fluidos Hidrotermales

La formación de muchos depósitos minerales metálicos involucra la participación de soluciones


acuosas calientes; por Ej. vetas, stockworks de varios tipos, depósitos exhalativos volcanogénicos,
pórfidos cupríferos, etc.

La mayor parte de los depósitos metálicos de la Cordillera de Los Andes son de origen hidrotermal,
por lo que estos procesos son muy relevantes para comprender la formación de los depósitos
andinos en particular.

Los fluidos participantes en estos procesos se denominan soluciones hidrotermales y existen


distintas evidencias que indican su importancia como mineralizadores, particularmente las que
provienen de inclusiones fluidas dentro de minerales precipitados a partir de soluciones
hidrotermales y alteración hidrotermal de las rocas encajadoras (las que serán discutidas más
adelante).

La homogenización de inclusiones fluidas en minerales de depósitos hidrotermales ha mostrado


que el rango de depositación de minerales de mena y ganga para todo tipo de depósitos
hidrotermales es de aproximadamente 50° a 650°C. Los análisis de los fluidos muestran que el
agua es la fase más común y el contenido salino es frecuentemente más alto que en el agua de
mar.

Las soluciones hidrotermales tienen evidentemente la capacidad de transportar una amplia


variedad de materiales y depositarlos en minerales tan diversos como el oro o la sericita
(hidromuscovita), lo que muestra que la fisico-química de tales soluciones es compleja y difícil de
duplicar en laboratorios.

El conocimiento de las propiedades y comportamiento de las soluciones hidrotermales todavía no


está totalmente aclarado, existiendo muchas ideas sobre el origen de tales soluciones y los
materiales que ellas transportan.

Los problemas principales son la fuente y naturaleza de las soluciones acuosas, la fuente de los
metales y el azufre transportados por ellas, la fuerza que mueve las soluciones a través de la
corteza, la forma de transporte de los componentes en solución y los mecanismos de depositación.

Fuente de fluidos hidrotermales y su contenido.


Existen evidencias (sobre todo de inclusiones fluidas) que las soluciones hidrotermales salinas
están ampliamente distribuidas en la corteza. En algunos sistemas geotermales activos se puede
observar como afloran aguas calientes en superficie.

Los sistemas geotermales son objeto de estudios para comprender la circulación de soluciones
hidrotermales. ¿De dónde provienen las soluciones? Los datos provenientes de fuentes termales,
aguas de minas, túneles, sondajes, inclusiones fluidas de minerales y rocas indican que hay cinco
fuentes de aguas hidrotermales:

1.- Aguas meteóricas: incluye aguas superficiales y subterráneas (acuíferos o aguas subterráneas).

2.- Aguas marinas: agua de los océanos.

3.- Aguas connatas o de formación: aguas que quedan atrapadas en los intersticios o poros de
secuencias de rocas y aguas meteóricas de penetración profunda.

4.- Aguas metamórficas: aguas liberadas por cambios mineralógicos de minerales hidratados a
minerales anhidros.

5.- Aguas magmáticas: aguas primarias derivadas de procesos ígneos que dan origen a rocas
intrusivas y volcánicas.

Existen evidencias que distintos tipos de aguas pueden formar depósitos similares y que aguas de
dos o más tipos han jugado roles importantes en la formación de algunos depósitos minerales.

Ahora bien, ¿De donde viene el contenido de materiales disueltos? Los datos que poseemos
provienen de inclusiones fluidas, sistemas geotermales modernos, fuentes termales y aguas
encontradas en perforaciones profundas en campos petrolíferos.

Los constituyentes mayores son Na, K, Ca y Cl. En cantidades menores (<1000 ppm) se presentan
Mg, B, SO4 -2, Fe, Zn, Cu, He, Pb, Sr. La fuente de estos componentes en sentido estricto se
desconoce, pero en el caso del He, Pb y Sr los estudios entregan indicios de su fuente.

Los pocos estudios de He indican un origen en el manto (magmático).

Los estudios de Pb de yacimientos hidrotermales más numerosos sugieren que el Pb puede


derivarse, al menos en parte, de sedimentos subyacentes, de rocas metamórficas del basamento,
de rocas ígneas asociadas o directamente del manto.

Sin embargo, los otros componentes metálicos en un depósito mineral no necesariamente pueden
tener el mismo origen que el Pb.

Existen menos trabajos em Sr en depósitos minerales, los cuales tienden a realizarse en las rocas
de caja alteradas de los depósitos.
Resultados de los depósitos de sulfuros masivos de cobre de Chipre concuerdan con que estos
depósitos exhalativos volcanogénicos se formaron a partir de aguas marinas Cretácicas calentadas
y recirculadas.

Por otra parte, mineralización de molibdeno cerca de Central City, Colorado, EEUU se indica una
derivación magmática de los fluidos mineralizadores.

El conocimiento actual indica que la mayoría de las rocas pueden constituir fuentes de elementos
geoquímicamente escasos como los metales (normalmente son elementos trazas en las rocas), los
cuales pueden ser lixiviados (extraídos) bajo condiciones adecuadas por soluciones hidrotermales.

Por ejemplo, experimentos de laboratorio han mostrado que los metales pesados presentes en una
arenisca se fraccionan hacia el agua de mar o una salmuera natural a 350°C. Esto significa que las
rocas de caja de una región podrían constituir la fuente de los metales concentrados en los
depósitos existentes en ella, si por las rocas de la región circularon aguas calientes.

Existe una relación espacial entre muchos depósitos hidrotermales y rocas ígneas, por lo existe una
fuerte escuela de pensamiento que sostiene que los magmas en consolidación son la fuente de
muchas, sino de todas, las soluciones o fluidos hidrotermales.

Lo seguro es que una masa ígnea constituye la fuente de calor para establecer sistemas
hidrotermales, pero el agua o su contenido metálico puede venir del mismo magma o de otras
fuentes.

Las soluciones hidrotermales de derivación magmática se consideran fluidos residuales que


quedan luego de la cristalización de la masa ígnea fundida y que contienen metales base y otros
elementos incompatibles que no pueden acomodarse en los minerales que cristalizan dentro de un
magma.

El magma tiene varios roles posibles en sistemas hidrotermales; puede ser la fuente del agua, de
los metales y otros componentes en solución y provee el calor que hace circular los fluidos en
celdas convectivas en torno a la masa ígnea caliente.

La concentración de agua en magmas félsicos parece variar desde 2,5 a 6,5% H2O en peso con una
media de 3% H2O en peso (el contenido es mayor si se considera en proporción de volumen, dada
la relativamente baja densidad del agua).

La solubilidad de agua en magmas es dependiente principalmente de la presión y a profundidades


mayores de 3 – 5 Km. el agua permanece en solución debido a la alta presión confinante, pero al
ascender el magma la presión decrece progresivamente y se produce la saturación del agua
resultando en la exsolución de una fase volátil del magma.

Además, al cristalizar los magmas se producen principalmente minerales anhidros, lo cual redunda
en que puede liberarse un enorme volumen de agua a partir de un magma en enfriamiento.

1 km3 de magma félsico con 3% en peso de agua puede liberar aproximadamente 100 millones de
toneladas (1011 litros) de agua.
Pero el agua no es el único componente volátil del magma, este contiene también H2S, HCl, HF,
CO2 y H2. El H2S y HCl pueden ser de particular importancia y son componentes que se fraccionan
o particionan fuertemente en la fase acuosa en exsolución del magma.

Todos los metales base y muchos otros pueden ser extraídos eficientemente de una fase silicatada
fundida (magma) hacia una fase acuosa, siempre que exista suficiente agua para ser liberada.

En teoría con un 3% en peso de agua en una fase silicatada fundida, podría ser extraído
aproximadamente un 95% del Cu contenido en un magma félsico.

En Diciembre de 1986 el volcán Monte Erebus en la Antártica se descargó cerca de 0,1 kg de Au y


0,2 kg Cu, lo que extrapolando a 10.000 años equivaldría a 360 ton de Au. Esta evidencia, así como
otros volcanes, demuestra la capacidad de los magmas de generar volátiles con contenidos
metálicos.

Existen depósitos metalíferos asociados a cuencas sedimentarias. Sin embargo, en muchos campos
petrolíferos (asociados a cuencas sedimentarias) no existen intrusiones que puedan ser fuentes de
menas.

Algunos autores han postulado origen en fuentes magmáticas más remotas, tal como la corteza
inferior o, más frecuentemente, procesos magmáticos profundos en el manto, mientras que otros
han favorecido la depositación de menas a partir de soluciones de formación (aguas connatas).

Esto es agua que fue atrapada en sedimentos durante la depositación y que ha sido movilizada por
el aumento de temperatura y presión causado por el enterramiento profundo.

Este enterramiento puede ocurrir en cuencas sedimentarias y las soluciones de este tipo se
denominan salmueras de cuenca ("basinal brines").

Un gradiente geotérmico normal de 1°C/30m implica que a los 9 Km. de profundidad hay
temperaturas de ~300°C. Las soluciones calientes de esta fuente pueden lixiviar metales, pero no
necesariamente azufre de las rocas a través de las cuales circulan, para precipitarlos cerca de la
superficie en los borde de las cuencas y lejos de intrusivos o rocas ígneas.

El modelo anterior es el que corrientemente de utiliza para explicar la formación de depósitos de


baja temperatura de Pb-Zn-fluorita-baritina hospedados en rocas carbonatadas (calizas-dolomitas)
conocidos como "Missisipi Valley-Type" (MVT) existentes en Norteamérica.

Hay otros autores que objetan que el volumen de aguas de formación sea suficiente para
transportar la cantidad de metal presente en esos depósitos y algunos sugieren la circulación de
agua bajo gradiente hidrostático (como los pozos artesianos) a través de una cuenca sedimentaria
para producir el fluido mineralizador.

Sistemas Geotermales

Los sistemas geotermales en los que circulan aguas calientes por rocas y frecuentemente afloran
como fuentes termales o geysers, pueden ser generadores de depósitos minerales.
Estos sistemas se forman donde existe una fuente de calor (usualmente magmática) a pocos Km.
de profundidad que genera la circulación de aguas subterráneas profundas (celda hidrotermal
convectiva).

Esta agua es generalmente de origen meteórico, pero en algunos sistemas pueden estar presentes
aguas de otras fuentes (de formación, de salares) y puede haber adición de agua magmática desde
la fuente de calor. Los componentes disueltos pueden originarse desde la fuente magmática en
profundidad, así como de las rocas por las que circula el fluido caliente.

En el sistema geotérmico de Broadlands, en Nueva Zelandia, las aguas calientes depositan un


precipitado amorfo de sulfuros de Sb-As-Hg-Tl con leyes de oro y plata; asimismo en el cercano el
sistema geotermal de Rotokawa precipitan metales base acompañados de acantita (sulfuro de
plata).

Desde la formación de un cráter de explosión hidrotermal (explosión que se produce por


sobrepresión de agua a alta temperatura, la que al descomprimirse se transforma violentamente
en vapor) hace 6060 años atrás, donde se ubica el lago de aguas termales de Rotokawa en la
actualidad pueden haber sido transportadas 360 ton de oro en las rocas debajo del cráter.

Medios de transporte de metales

Los sulfuros y otros minerales metalíferos tienen muy baja solubilidad en agua, de modo que debe
existir otra forma de transporte de metales en fluidos hidrotermales.

Sabemos que muchos elementos precipitan como sulfuros a partir de fuentes hidrotermales (los
campos geotérmicos son un ejemplo y otro son las fuentes termales submarinas "black smokers"),
pero si los metales son insolubles como iones simples debe haber otro modo de transporte y este
es como complejos o iones complejos en los cuales los cationes metálicos se unen a grupos
complejos (ligantes).

Los ligantes más importantes son HS- o H2S, Cl- y OH-. Para que los complejos sulfurados sean
estables se requieren altas concentraciones de H2S y HS- (Ej. PbS(HS)-). Muchos autores favorecen
el transporte de metales como complejos clorurados tales como AgCl2 - y PbCl3-.

En la práctica ambos tipos de iones complejos juegan un rol en el transporte de metales (así como
otros complejos menos relevantes); los datos experimentales indican que los complejos clorurados
son estables a altas temperaturas en fluidos hidrotermales, pero se descomponen al bajar la
temperatura, mientras que los complejos sulfurados son estables hasta temperaturas más bajas
siempre y cuando exista una alta actividad de H2S y HS-.

Para ilustrar como los iones complejos pueden transportar metales, cabe mencionar que el
proceso industrial más utilizado en la recuperación del oro es la lixiviación con cianuro.

Este proceso (cianuración) aprovecha el hecho que el oro forma un complejo estable a
temperatura ambiente que es el dicianato de oro: Au(CN)2 -. Este anión es altamente soluble y
permite extraer el oro de una pila o de mineral pulverizado a una solución de la cual luego se
precipita el oro, ya sea incorporando zinc en polvo o haciendo pasar la solución por carbón
activado.

Fuente del azufre:

La fuente del azufre que permite la precipitación de sulfuros metálicos en yacimientos


hidrotermales es un problema aparte.

En algunos casos de mineralización (Ej. vetas de sulfuros profundas en granitos y cuarcitas) es


obvio que el azufre debió ser transportado en solución al igual que los componentes metálicos.

El azufre es un componente notable en erupciones volcánicas (aporte magmático) y es el principal


componente de solfataras en los volcanes (fumarolas azufrosas).

La evidencia de sistemas geotermales modernos, fuentes termales submarinas y datos de


inclusiones fluidas muestra que las soluciones hidrotermales pueden tener concentraciones
relativamente altas de metales y de azufre.

Consecuentemente, para muchos depósitos hidrotermales se favorece que tanto el azufre y los
metales son transportados por el fluido mineralizador. Si los metales de mena han sido
transportados por complejos bisulfurados, sin duda debe haber existido abundante azufre para la
precipitación de sulfuros en el lugar de depositación.

En los casos en que los metales fueron transportados por complejos clorurados, que es la hipótesis
más favorecida por los estudios de depósitos Pb-Zn hospedados en carbonatos, se plantea el
problema en lo que se refiere al aporte de azufre ya que los complejos clorurados a temperaturas
inferiores a 150ºC no pueden transportar suficiente Pb y H2S para formar yacimientos.

Existen tres alternativas para este problema:

a) El azufre se agrega desde otra solución en el sitio de depositación (modelo de mezcla). El azufre
derivaría de la reducción de sulfatos por materia orgánica en el sitio de depositación.

b) Un solo fluido: metal transportados en complejos orgánicos, lo que permitiría que el azufre
fuera transportado junto con los metales como H2S.

c) Transporte de metales con azufre como sulfato, el cual sería reducido por reacción con
compuestos orgánicos para precipitar como sulfuros metálicos.

Precipitación de sulfuros:

Este es un campo complejo de debate.

El ascenso de soluciones hidrotermales hacia zonas saturadas con aguas subterráneas va a


producir precipitación por dilución de los materiales disueltos y por cambios en el estado de
oxidación o pH de la solución.
La ebullición del fluido al acercarse a la superficie redunda en la liberación de H2S y aumento del
pH de la solución con la consecuente precipitación de los materiales en solución.

Por lo que la ebullición se plantea como un medio eficiente de precipitación en algunos tipos de
depósitos. El descenso de la temperatura del fluido también reduce drásticamente las
solubilidades, asimismo cambios en el fluido tales como el aumento de especies sulfuradas
reducidas, aumento de la concentración de metales, descenso de la concentración de ligantes,
oxidación o reducción son fenómenos que producen precipitación.

Hay autores que asignan un rol fundamental a la mezcla de fluidos hidrotermales con aguas
oxidantes superficiales o con aguas sulfatadas ácidas, mientras que otros favorecen la ebullición
para depósitos formados a profundidades someras.

En síntesis, cambios físico-químicos de las soluciones hidrotermales producen la precipitación de


los materiales transportados en solución. La precipitación de sulfuros metálicos en el sector donde
ocurren cambios físicos o químicos de la solución ("trampa de mena") a medida que continúa la
circulación de fluido hidrotermal redunda en la concentración local de elementos metálicos
precipitados que puede dar origen a yacimientos hidrotermales.

3. Procesos Metamórficos.

El metamorfismo de muchas rocas puede producir materiales que tienen uso industrial directo.

Un ejemplo obvio son los mármoles, producidos por metamorfismo de contacto o regional de
calizas y dolomitas.

Otro caso son las pizarras muy utilizadas para techos desde tiempos antiguos, sobre todo en
Europa.

Otros minerales industriales de origen metamórfico son: asbestos, corindón, granate, algunas
gemas, grafito, magnesita, pirofilita, sillimanita, talco y wollastonita.

El metamorfismo puede estar acompañado de metasomatismo y puede conducir a la formación de


depósitos metalíferos tipo skarn que pueden ser de alta ley.

Metamorfismo: ajuste mineralógico, químico y estructural de rocas sólidas sometidas a


condiciones físicas y químicas impuestas a profundidad, debajo de las zonas de meteorización y
cementación, las cuales difieren de las condiciones en las que las rocas se originaron.

Metasomatismo:

proceso de solución capilar y depositación prácticamente simultánea (metamorfismo aloquímico),


por el cual un nuevo mineral puede crecer en el cuerpo de un mineral pre-existente o agregado
mineral.
La presencia de líquidos de poro químicamente activos o gases dentro de la roca o introducidos de
una fuente externa son esenciales para el proceso, el cual a menudo (pero no necesariamente)
ocurre a volumen constante, con escasa perturbación de características texturales.

Nota: los procesos de metamorfismo, metasomatismo y alteración hidrotermal involucran cambios


mineralógicos de rocas pre-existentes, aunque los procesos difieren substancialmente entre sí los
límites entre ellos son difusos.

Los cambios metamórficos que involucran recristalización o redistribución de materiales por


difusión iónica en estado sólido o a través de medios volátiles, especialmente agua, pueden
resultar en el transporte de constituyentes de mena móviles a sitios de menor presión, tales como
zonas de cizalles, fracturas o charnelas de pliegues.

Esta es la manera que se han formado vetas de cuarzo-calcopirita-pirita en anfibolitas y muchas


vetas (mesotermales) con oro en fajas de rocas verdes (facies metamórfica de esquistos verdes).

Estudios recientes de cambios que ocurren en rocas acompañando el desarrollo de foliación y que
consideran balance de masas, han mostrado que los terrenos metamórficos regionales son grandes
sistemas hidrotermales análogos a los sistemas a menor escala en corteza oceánica joven.

Estos sistemas tienen la capacidad de lixiviar una amplia gama de componentes, incluyendo
minerales de mena, desde un gran volumen de rocas de la corteza. Para que exista flujo en estos
sistemas debe desarrollarse una permeabilidad regional. Las zonas de cizalle mayores pueden
proveer tales conductos y este mecanismo permite explicar la existencia de numerosos depósitos
de oro en zonas de cizalle.

4. Procesos exhalativos superficiales:

Existe un grupo de depósitos minerales llamados exhalativos que incluyen a los sulfuros masivos
volcanogénicos (VMS), los que están asociados a secuencias volcánicas submarinas y a depósitos
de sulfuros en secuencias sedimentarias (SEDEX; sedimentarios exhalativos). Actualmente existe
consenso que estos depósitos se forman por efluentes hidrotermales submarinos, aunque no hay
consenso si las soluciones que precipitan los sulfuros en los fondos marinos corresponden a fluidos
de derivación magmática o de agua marina en circulación.

Las fuentes termales submarinas conocidas como "black smokers", porque parecen humos negros
en las profundidades oceánicas, se descubrieron en los años 70s durante las investigaciones de los
fondos marinos utilizando submarinos que alcanzan grandes profundidades.

Estas son fuentes de fluidos a alta temperatura que son expulsados en el fondo marino
(típicamente a 300 – 350ºC) en chimeneas de sulfuros – anhidrita conectadas con fracturas en el
fondo oceánico. Los efluentes a alta temperatura forman nubes negras o blancas en las frías aguas
de las profundidades oceánicas; el color negro se debe a la precipitación de partículas de sulfuros y
el blanco a la precipitación de sulfatos de calcio (anhidrita–yeso) y de bario (baritina).

Al observarse en detalle la emisión de efluentes hidrotermales en el fondo marino se observa que


el fluido caliente es transparente, el color negro o blanco lo adquiere al mezclarse con las aguas
frías del mar y el enfriamiento y disolución resulta en la precipitación de sulfuros y sulfatos, los que
pueden acumularse y formar depósitos minerales. Este es uno de los pocos lugares donde puede
observarse directamente la formación de depósitos de sulfuros metálicos a partir de un fluido
hidrotermal.

La acción marina sobre los depósitos de sulfuros de los fondos oceánicos produce la rápida
oxidación y destrucción de los cuerpos de sulfuros, excepto cuando son cubiertos rápidamente por
rocas volcánicas o volcanoclásticas o sedimentarias que los preservan de la oxidación.

Los procesos tectónicos de acreción hacen que los depósitos de este tipo sean incorporados a
cadena s montañosas y formen yacimientos de interés económico en áreas continentales. Aquellos
depósitos modernos y actuales de los fondos oceánicos no son económicos con la tecnología
actual.

5. Procesos Sedimentarios:

Los procesos sedimentarios pueden dar origen a concentraciones de ciertos componentes de


interés económico. Esto puede ocurrir como una concentración mecánica en sedimentos clásticos
(sedimentos alóctonos) o por la precipitación química de ciertos componentes (sedimentos
autóctonos).

Sedimentos alóctonos:

Estos son aquellos depósitos que han sido transportados al ambiente donde han sido depositados
e incluyen a los depósitos clásticos y piroclásticos.

Los depósitos terrestres de arcillas, arenas y gravas acumulados por acción aluvial pueden ser de
uso industrial como materiales de construcción. Sin embargo, el tipo de depósitos alóctonos más
importante son los placeres.

Estos son depósitos terrígenos formados por los procesos sedimentarios normales que concentran
minerales pesados. Generalmente esta es una separación gravimétrica que se produce en agua en
movimiento, aunque la concentración en medios sólidos y gaseosos también puede ocurrir. Para
poder ser concentrados los minerales pesados primero deben ser liberados de las rocas que los
contienen y deben poseer una alta densidad, resistencia química a la meteorización y durabilidad
mecánica.

Aunque los placeres de oro son los más conocidos de este tipo de depósitos, los minerales de
placeres que cumplen en mayor o menor medida con las propiedades expuestas incluyen:
casiterita, cromita, columbita, cobre, diamante, granate, ilmenita, magnetita, monazita, platino,
rubí, rutilo, zafiro, xenotima y circón.

Los sulfuros se descomponen fácilmente al oxidarse en ambiente supérgeno, consecuentemente es


raro encontrarlos en depósitos de placeres. Sin embargo, existen excepciones en secuencias
precámbricas, probablemente debido a la existencia de una atmósfera sin oxígeno en el
Precámbrico y existen raros ejemplos recientes de concentración de sulfuros en placeres.
Sedimentos autóctonos:

Las rocas formadas por precipitación química de carbonatos pueden ser de interés económico
como minerales industriales (Ej. calizas y dolomitas): Sin embargo, para los efectos de este curso es
más relevante la formación de depósitos metálicos por precipitación química tales como las
formaciones de hierro bandeado (BIF: "banded iron formations") del Precámbrico, los depósitos de
hierro oolítico fanerozoicos y los depósitos sedimentarios de manganeso.

Las formaciones de hierro bandeado se presentan en forma de secuencias que alcanzan centenas
de metros de potencia y cientos a miles de kilómetros de corrida. Constituyendo enormes
depósitos de óxidos de hierro que fueron depositados entre 2.500 y 1900 Ma atrás.

El mineral consiste en finas bandas, de 0,5 a 3 cm de potencia, las cuales a su vez están laminadas
a la escala de milímetro o fracción de milímetro. Se alternan bandas silíceas con bandas de
minerales de hierro (hematita, magnetita). El hierro habría precipitado en condiciones
subacuáticas por efectos químicos o bioquímicos, lo cual habría sido favorecido por las condiciones
anóxicas (sin oxígeno) de la atmósfera terrestre en el Precámbrico.

Los depósitos sedimentarios de hierro fanerozoicos son de tipo oolítico,(sedimentos oolíticos de


hematita-chamosita-siderita o de siderita-chamosita), de los cuales existen dos tipos (Clinton y
Minette), pero que actualmente tienen poca importancia económica, por sus bajas leyes y
dificultad de beneficio debido a su mineralogía silicatada.

Los depósitos sedimentarios de manganeso son la fuente del grueso de la producción de


manganeso en el mundo. Aparentemente, el manganeso se disuelve en aguas marinas profundas
anóxicas y precipita en cuencas intracratónicas durante la transgresión debido a las condiciones
oxidantes de la zona somera de la plataforma como óxidos de manganeso. Este sería el caso de los
depósitos de manganeso presentes en secuencias marinas.

Existen también depósitos de cobre asociados a rocas sedimentarias, entre ellos los ejemplos más
notables son los del Kupferschiefer de Europa y la Faja Cuprífera de Zambia.

Sin embargo, aunque la precipitación directa de minerales cupríferos es una posibilidad, la mayor
parte de los autores sugieren que estos depósitos tienen un origen post-sedimentario, relacionado
a la diagénesis de las rocas sedimentarias que contienen estos depósitos cupríferos.

6. Procesos supérgenos:

La acción de la meteorización y de las aguas subterráneas puede producir depósitos minerales de


valor económico, ya sea por efectos sobre rocas o por modificación de mineralización hipógena
preexistente.

Depósitos residuales:

La acción de la meteorización y circulación de aguas subterráneas puede dar origen a depósitos


residuales mediante la lixiviación de ciertos componentes de las rocas o minerales y dejando un
residuo de interés económico. Para que se formen este tipo de depósitos se requiere que exista
una intensa meteorización química, tal como ocurre en climas tropicales con altas tasas de
precipitaciones.

En zonas tropicales, muchas rocas se meteorizan originando suelos de los cuales todos los
materiales solubles han sido disueltos y este tipo de suelos se denominan lateritas. Los hidróxidos
de hierro y aluminio son algunas de las sustancias naturales más insolubles y las lateritas están
constituidas principalmente por estos compuestos, los que si están mezclados no tienen valor. Sin
embargo, si las lateritas tienen un solo metal concentrado, como el aluminio, pueden constituir
depósitos económicos, excepto en las lateritas de Fe que son muy pobres como para ser de interés
económico.

Cuando una laterita está constituida de casi puro hidróxido de Al se denomina bauxita y es la
principal mena de aluminio.

Otros depósitos residuales de interés económico son los de níquel, los que se forman por
meteorización intensa en climas tropicales de rocas ricas en Ni, tales como peridotitas y
serpentinitas que tienen alrededor de 0.25% Ni. Durante la lateritización de tales rocas se libera el
Ni, pero este rápidamente precipita ya sea con óxidos de Fe o en filosilicatos niquelíferos en la roca
meteorizada debajo de la laterita. El cobalto también puede ser concentrado de la misma manera,
pero generalmente es fijado en óxidos de Mn.

Depósitos supérgenos:

Las aguas superficiales que percolan a través de cuerpos mineralizados de sulfuros hipógenos
producen su oxidación y liberan solventes que disuelven otros minerales. La pirita es uno de los
sulfuros más comunes y se descompone en hidróxidos de Fe y ácido sulfúrico. Las soluciones
supérgenas pueden lixiviar cobre, zinc y plata, redepositandolos como sulfuros supérgenos
(secundarios) inmediatamente debajo del nivel de aguas subterráneas; esto puede producir
enriquecimiento del contenido metálico del mineral pre-existente. Tanto la zona superior oxidada,
como la enriquecida por los procesos supérgenos de los depósitos tienen importancia económica:
la primera porque en general los óxidos son más baratos de beneficiar y la segunda porque el
mineral sulfurado con enriquecimiento supérgeno tiene mejores leyes que el mineral primario.

Depósitos exóticos:

La migración lateral de soluciones supérgenas a partir de depósitos cupríferos mayores, tales como
los pórfidos cupríferos chilenos, puede transportar su contenido metálico a través de sistemas de
paleodrenaje hasta distancias de 8 km del depósito fuente y producir mineralización cuprífera
oxidada dentro de sedimentos o rocas del sustrato. Ej. Depósitos Mina Sur de Chuquicamata
(Exótica), Damiana, El Tesoro, Sagasca, Hiquintipa.

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