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“UNIVERSIDAD PRIVADA

ANTENOR ORREGO”
FACULTAD MEDICINA HUMANA
ESCUELA PROFESIONAL PSICOLOGÍA
ASIGNATURA PSICOLOGÍA EDUCATIVA

“MODELO COGNITIVO CONDUCTUAL”

Integrantes:
Cabanillas Arroyo, Stefanie
Dávila Sánchez, Ariana
Guillen Esquivel, Reynold
Negreiros Gutiérrez, Milagros
Sarabia Moreno, Ángel

Docente:
Santisteban Moscoso, Juan

TRUJILLO - 2018
INDICE

1. Introducción……………………………………………………………………

2. Modelo cognitivo conductual………………………………………………….

2.1 Definición……………………………………………………………...

2.2 Bases teóricas………………………………………………………….

2.3 Principios de la terapia cognitivo conductual………………………….

2.4 Representantes…………………………………………………………

2.5 Postulados……………………………………………………………..

2.6 Explicación del desarrollo de la personalidad según

el modelo cognitivo conductual……………………………………….

3. Conclusiones…………………………………………………………………..

4. Referencias bibliográficas……………………………………………………..

5. Anexos…………………………………………………………………………
INTRODUCCIÓN

Este trabajo pretende plantear de manera breve información acerca de la Terapia Cognitivo-

Conductual, debido a que esta ha construido un recorrido amplio del estudio de la conducta,

llegando a considerarse como un resultado de la interacción que existe entre las cogniciones, el

aprendizaje y las experiencias pasadas con el medio ambiente o contexto donde se desarrolle el

sujeto; pretende también explicar sus bases y fundamentos teóricos así como dar un pequeño

margen de cómo está estructurada en sus preceptos básicos.

El modelo cognitivo-conductual representa el enfoque científico teórico-práctico que

predomina en la psicología actual gracias a la multitud de evidencias, que demuestran la

efectividad del mismo a la hora de abordar desórdenes como ansiedad, depresión, trastornos de

personalidad, relaciones de pareja, etc. Ya que posee las cualidades pertinentes como las de

atender las diferentes formas disfuncionales de pensar y las emociones derivadas de éstas,

promover una colaboración activa para que terapeuta y cliente trabajen juntos en la resolución

de los problemas concretos que se acuerden centrándose en el presente y estableciendo metas

claras y alcanzables, facilitar la adquisición de conocimientos y técnicas que le permitan a la

persona reorganizar más saludablemente su vida y desarrollarse en un tiempo limitado

aplicándose de manera estructurada, es decir, analizando cada estado emocional, revisando las

tareas asignadas y programando otras nuevas, identificando, evaluando y rebatiendo ideas y

creencias desadaptadas, haciendo partícipe al cliente de cada paso del proceso. La principal

habilidad que pretende desarrollar o fortalecer el enfoque cognitivo conductual es que la

persona sea capaz de conocer con el nivel de detalle y exactitud necesarios todo aquello que

sucede en su propia mente en momentos determinados, para poderlo evaluar y reformular.

Hay que tener presente que el enfoque cognitivo conductual parte de la premisa de que los seres

humanos construimos, a lo largo de la vida y sobre todo a partir de las experiencias de la


infancia-adolescencia, periodo durante el cual nuestra mente se desarrolla, el significado que

asignamos al mundo, a nosotros mismos y a los demás. Interesa, por todo ello, conocer y

comprender cómo cada uno de nosotros ha llegado a pensar de la forma en la que lo hacemos

en determinadas circunstancias, ya que será a partir de tal conocimiento lo que nos permita

reprogramar dicha manera de entender y entendernos.

Este núcleo temático busca que el estudiante de Psicología de la Universidad Privada Antenor

Orrego conozca de forma general el modelo cognitivo – conductual, haga interpretaciones del

comportamiento basándose en las teorías que presenta y además diferenciarlo de las demás

aproximaciones conceptuales de la Psicología, reconociendo de forma profesional sus alcances

y limitaciones.
MODELO COGNITIVO CONDUCTUAL

1. DEFINICIÓN

La literatura que aborda los trastornos de la personalidad se ha centrado principalmente

en la modificación de conductas problemáticas específicas. Técnicas como el

entrenamiento en relajación, procedimientos que utilizan la imaginación, el modelado,

la economía de fichas o el entrenamiento en habilidades sociales parecen haber resultado

eficaces para el tratamiento de los trastornos de la personalidad (Piper y Joyce, 2001),

aunque, en general, no se respira mucho optimismo a la hora de modificar estos patrones

de comportamiento (Caballo, 1998; Echeburúa y De Corral, 1999). Sin embargo, este

tipo de técnicas han abordado más bien síntomas concretos que comportamientos

globales. La modificación de éstos requiere de programas más amplios y complejos, de

los que las técnicas anteriores pueden ser componentes importantes. Los objetivos

generales de tratamiento de estos programas podrían especificarse en cuatro niveles

(Sperry, 1999)

1º nivel: Disminuir los síntomas 2º nivel: Modular la dimensión temperamental de la

personalidad 3º nivel: Reducir el deterioro en el funcionamiento social y laboral 4º nivel:

Modificar el carácter o los esquemas de la personalidad

El autor señala que los niveles 2 y 4 implican modificación y no reestructuración radical

y que la intervención en los niveles 1 y 3 es más fácil que en los otros dos. La

modulación del temperamento (o normalización de la respuesta afectiva, cognitiva o

conductual que es insuficiente o excesiva) tiene que producirse antes que la

modificación de la estructura del carácter o los esquemas. Algunas estrategias a utilizar

para la regulación o modulación del temperamento de la personalidad se pueden ver en


a Tabla 1. Seguidamente nos detendremos en los diferentes trastornos de la personalidad

y describiremos brevemente algunos de los procedimientos conductuales o cognitivo

conductuales que se han empleado en su tratamiento. Seguiremos el mismo orden

expuesto en el primer artículo de este monográfico y nos remitimos a este mismo

artículo para la descripción de cada trastorno. En el presente artículo sólo nos

centraremos en las distintas técnicas de tratamiento (véase Caballo, 1998, para una

mayor información).

“En los estudios realizados por Carl Rogers se encontró que la psicoterapia es un proceso

de comunicación entre un psicoterapeuta (es decir, una persona entrenada para evaluar

y generar cambios) y una persona que acude a consultarlo («paciente» o «cliente») que

seda con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través de un

cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o afectos. Según Rogers,

existen diversos enfoques de psicoterapia, entre las cuales se encuentra la terapia

cognitivo conductual”(Docstoc, 2010)

Según Rogers La terapia cognitivo conductual observa al ser humano y su

comportamiento, partiendo del pensamiento desde una perspectiva científica y

asimismo maneja el interior del ser humano para hacer más completo su análisis,

objetivo y su planteamiento. Dicha terapia lleva al paciente a descubrir otras

posibilidades de solución, siendo esta un trabajo terapéutico directivo, ya que amplia

un mundo de perspectivas a partir de las cuales puede enfocar aquello que provoca

conflicto, llevando al paciente a encontrar por él mismo lo que los teóricos denominan

pensamientos irracionales, realizando así una reestructuración cognitiva, lo que

promoverá en el paciente una mejor adaptación a su ambiente. Es precisamente el

pensamiento irracional o distorsionado el que lleva de alguna manera a la actuación del

mismo.
Orígenes del modelo

Los enfoques mediacionales abrieron el conductismo radical a procesos intermediarios

entre el estímulo y la respuesta, dando lugar a un movimiento conductual – cognitivo

cuyo interés era el estudio de los procesos encubiertos, especialmente de orden cognitivo

(aquello que siente o piensa un individuo). Pese a todo, hay que señalar que en la práctica

lo cognitivo quedaba reducido a lo expresado verbalmente por cualquier persona.

Autores representantes de esta concepción son: Ellis, (1962); Mahoney, (1974); Beck,

(1976); Meinchenbaum, (1976) y; Bandura (1977).

Presupuestos teórico – conceptuales básicos. El núcleo conceptual básico se centra en

la importancia dada a los procesos cognitivos en el desarrollo, mantenimiento y

modificación de conducta, admitiéndose una interacción recíproca entre las variables

del ambiente, las de organismo y la propia conducta. El ambiente quedará relativizado,

adoptando una doble dimensión: una como ambiente real y otra como ambiente

percibido. Las principales concepciones de esta perspectiva son:

a) Las personas desarrollan conductas (adaptativas y desadaptativas) y patrones

afectivos a través de los procesos cognitivos.

b) La evaluación se centra en el análisis de los procesos cognitivos desadaptados y

en la facilitación de experiencias de aprendizaje que puedan alterar las

cogniciones y los patrones de conducta a ellos vinculados.

Objetivos de Evaluación y Unidades de Análisis.

Los objetivos de evaluación se centran en identificar los pensamientos irracionales, a

peculiar interpretación del medio que realiza un individuo, la escasez de expectativas,


autoverbalizaciones y autoinstrucciones o, el tipo de estrategias que posee para

enfrentarse a situaciones problemáticas.

En síntesis, se trata de analizar qué variable de tipo interno – subjetiva está controlando

la conducta del sujeto. Se consideran como unidades de análisis las variables de

respuesta, las variables del ambiente y las variables del organismo. Respecto a las

variables conductuales se atenderá tanto a conductas motoras, como a las cognitivas y

las fisiológicas.

Es el análisis de estas variables internas de tipo cognitivo (pensamientos, motivaciones,

expectativas,….), lo que diferencia la evaluación conductual – cognitiva de la

conductual más radical. Asimismo, se contemplarán los consecuentes de dicha

conducta, ya que pueden ser los factores que la están manteniendo. Por lo que se refiere

a las variables del ambiente, se atenderá tanto a los estímulos del ambiente real como

percibido.

Finalmente, se tomarán como unidades de análisis las variables procedentes del

organismo, ya que pueden contribuir a la elicitación y mantenimiento de la conducta –

problema. Estas variables se refieren tanto a aspectos biológicos como a la historia de

los aprendizajes. En último término, como señalan Forn y cols. (1990), las unidades de

análisis específicas se centran en las producciones verbales del sujeto. En efecto:

(a) todas sus terapias se basas en que los procesos cognitivos operacionalizados como

autolenguaje juegan un papel crítico en el mantenimiento de la conducta anormal; (b)

tales verbalizaciones incluyen interpretaciones distorsionadas o inadecuadas sobre los

acontecimientos externos actuales; (c) se puede concienciar al sujeto de la asociación

entre sus problemas y sus verbalizaciones no adecuadas y; (d) si se aprende a examinar


tales expresiones y a dudar de ellas, los pensamientos más adecuados sustituirán a los

primeros, lográndose una conducta más adaptativa y racional.

Aspectos Metodológicos y Técnicas Empleadas

La observación directa de la conducta en su medio natural sigue siendo la técnica

metodológica por excelencia. Pero, además, se han creado diversas técnicas evaluativos

para analizar los pensamientos internos (autoinformes y técnicas de autorregistro).

Algunos autores han considerado negativo la mezcla de técnicas. Frente al uso de

técnicas más o menos propias del enfoque conductual (entrevistas estructuradas,

registros psicofisiológicos, registros conductuales, etc.), ampliadas a la evaluación de

conductas cognitivas (técnicas de pensamientos en voz alta, escalas de apreciación,…),

también es posible encontrar otras técnicas utilizadas por la evaluación tradicional –

psicométrica (inventarios de personalidad, y otros tests psicométricos tradicionales).

Sin embargo, para Fernández – Ballesteros (1994), la cuestión no estriba en la dispersión

de técnicas, sino en cómo son usadas y en qué interpretaciones se hacen a partir de ellas.

Posteriormente, planteará diversos argumentos en pro de la aceptación de las técnicas

tradicionales por parte de la evaluación conductual.

Ámbitos de Aplicación.

Su campo de aplicación prioritario fue el clínico. No obstante, también tiene

aplicabilidad en otros como el escolar, industrial o la evaluación de ambientes.


Debate en Torno al Modelo.

Las críticas que se han formulado son tanto conceptuales como metodológicas. Una

crítica de tipo conceptual se basa en el concepto de cognición, donde no se llega a

especificar qué se entiende por eventos cognitivos, ni el proceso por el cual se adquieren.

Por otra parte, no puede concederse al pensamiento la autonomía que le confieren los

modelos conductuales – cognitivos. Según el autor es un error creer que el cambio de la

conducta humana ocurre mediante la intervención del pensamiento. Cuando una persona

está decidiendo su futura conducta está condicionada por su biología, por su historia de

condicionamientos previos, y por múltiples estímulos internos y externos que actúan en

un determinado momento.

En los aspectos metodológicos se ha planteado la endeblez metodológica a la hora de

evaluar los constructos internos. Pero, pese a todas estas críticas, este modelo se ha

considerado óptimo para el campo clínico, donde se ha demostrado que los

procedimientos de terapia de conducta aumentan su eficacia cuando se introducen

variables de entrenamiento cognitivo.

2. BASES TEÓRICAS

El Análisis Experimental de la Conducta, cuyo exponente principal fue B.F. Skinner,

representó para la psicología un bito crucial. El objetivo principal de esta rama de la

ciencia era el de descubrir los principios y las leyes del aprendizaje animal.

Posteriormente, y como una consecuencia lógica, los psicólogos derivaron estos

principios y los generalizaron al comportamiento humano dando origen a una tecnología

de amplio consenso denominada Modificación del Comportamiento. El rango de

aplicación de dicha tecnología abarca las conductas desviadas de los patrones de


normalidad y sobre todo aquéllas tipificadas como patológicas. Durante varías dé-

cadas, las técnicas de Modificación de Comportamiento se aplicaron en estado puro. Es

decir, siguiendo los parámetros restrictivos del modelo conductista radical planteados

por Skinner. En la década de los sesenta se produce en la psicología anglosajona una

movida con signo cognitivo que pasmó en buen medida los ímpetus conductistas y dio

origen a una nueva perspectiva integradora en el ámbito aplicado. Nos referimos al

enfoque cognitívo-conductual. Para algunos puristas de ambas orillas esto es una

síntesis envenenada que lo único que trae a la psicología es confusión. Los puristas

sostienen que es imposible conciliar dos perspectivas con orí- genes y destinos

claramente contradictorios. Dentro de esta postura se enmarca el reconocido psicólogo

mexicano Emilio Ribes Iñesta, un conductista de viejo cuño. Al margen de las diatribas

teóricas muy frecuentes en las ciencias sociales, y muy particularmente en psicología,

existe un amplio grupo de psicólogos profesionales que prefieren pasar de puntillas

sobre esos espinosos asuntos y orientar su actividad siguiendo criterios pragmáticos y

ecológicos. Se trata de un enfoque de compromiso muy característico de los entornos

clínicos y terapéuticos. Cuando los psicólogos acuñan la denominación cognitivo-

conductual se habla de todo lo posible y se trata de toda la actividad humana. En el

prólogo del libro Cyríl M. Franks resume una de mis preocupaciones: “Y cualquiera que

sea el futuro de la SC (terapia conductual) y de la TCC, nuestros principales objetivos

son el progreso del conocimiento clínico, la disminución del sufrimiento humano y la

mejora de la sociedad a gran escala. Estas preocupaciones deben tener preferencia sobre

la ideología y el “ser diferente para mejor” es lo que realmente importa”.

El Manual para el Tratamiento Cognitivo-Conductual de los Trastornos Psicológicos se

compone de dos volúmenes. El primero fue publicado el año 1997 y desarrolla

principalmente los trastornos por ansiedad, sexuales, afectivos y psicótícos. Consta


dicho volumen de 23 capítulos de carácter muy práctico, de innegable utilidad para los

profesionales clínicos. Un aspecto que distingue a este manual de otros clásicos es la

inclusión de trastornos escasamente documentados hasta recientemente, como la

hipocondría, el trastorno dismórfico corporal, el trastorno disociativo de identidad, el

juego patológico, la tricotilomanía, los trastorno bipolares o las demencias. El segundo

volumen es de reciente aparición y representa una continuación temática del volumen

primero con énfasis en la formulación clínica, medicina conductual y trastornos de

relación. Un aspecto que merece destacarse es la amplía representación de los

participantes, tanto en número como en centros de investigación y desarrollo nacionales

e internacionales, y la significación científica y clínica de la mayoría de los autores. La

estructura del segundo volumen se organiza en los siguientes temas: análisis de los

trastornos psicológicos, trastornos asociados con las adicciones y las necesidades

biológicas (alcoholismo, tabaquismo, heroína, cocaína, alimentación, obesidad, sueño>,

trastornos asociados a problemas físicos (estrés, patrón de conducta tipo A, dolor e

hipnosis, cefaleas, VIH/SIDA, síndrome premenstrual), trastornos de personalidad y

problemas de comunicación social

3. PRINCIPIOS DE LA TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL

De acuerdo a J.L. González, la Terapia Cognitivo Conductual persigue la comprensión

delos procesos cognitivos mediacionales que ocurren en el individuo dentro del curso

de cambio conductual. Las actitudes, creencias, expectativas, atribuciones, constructos

y esquemas cognitivos son tratados como formas de conducta sujetas a las leyes de

aprendizaje. En algunos casos, estas cogniciones son consideradas como respuestas a

reforzar, mientras que en otros se consideran determinantes causales de reacciones


autonómicas y comportamentales. Los principios esenciales del modelo cognitivo

conductual pueden resumirse en (Revista Psiquis , 2010):

Las cogniciones son productos de carácter básicamente verbal, la sistematización del

cambio cognitivo conductual requiere la reformulación o reestructuración semántica de

los constructos cognitivos.

4. REPRESENTANTES

Vicente E. Caballo es doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y,

en la actualidad, catedrático de Psicopatología en la Facultad de Psicología de la

Universidad de Granada. Asimismo, es director del Manual de técnicas de terapia y

modificación de conducta, del Manual de psicopatología y trastornos psiquiátricos’ (2

vols.), del Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos

psicológicos’ (2 vols.), y autor del Manual de evaluación y entrenamiento de las

habilidades sociales’ , todos ellos publicados en esta casa. Otros títulos en colaboración

suyos publicados son ‘ Teoría y práctica de la terapia racional emotivo-conductal (con

Leonor Lega y Albert Ellis), el Manual de evaluación en psicología clínica y de la salud

y el Manual de psicopatología y trastornos psiquiátricos (2 vols.). Es fundador y director

de la revista Psicología Conductual, y fundador y presidente de la Asociación

Psicológica Iberoamericana de Clínica y Salud (APICSA). Sus intereses actuales se

centran en los trastornos de personalidad, las relaciones interpersonales y las técnicas

de terapia de conducta.
5. POSTULADOS

6. EXPLICACIÓN DEL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD SEGÚN EL

MODELO COGNITIVO CONDUCTUAL

La corriente psicoterapeuta de la década de los 50 se incorpora fundamentos de la

psicología cognitiva. Considera que nacemos con una herencia ideológica y un

temperamento, estas comienzan a interactuar con su entorno aprendiendo pautas de

comportamiento.

Bandura y sus estudios eran de tipo experimental, desde el punto de vista conductista,

afirma que nuestro comportamiento se origina a partir del entorno y que de igual

manera el comportamiento influye en el ambiente, a lo que llamo "determinismo

reciproco"; donde se tienen en cuenta tres variables: el ambiente, el comportamiento y

los procesos psicológicos del individuo, los cuales intervienen en el desarrollo de la

personalidad.

Bandura aporta con las siguientes teorías:

La Autorregulación: consiste en regular nuestro propio comportamiento, es la otra

piedra angular de la personalidad humana. Bandura sugiere tres pasos de

autorregulación:

Auto-respuesta: si hemos salido bien en la comparación con nuestro estándar nos

damos respuestas de recompensa a nosotros mismos, si no salimos bien parados nos

damos auto-respuestas de castigo; la auto-respuesta, es básicamente las respuestas

propias que permiten reforzar o castigar la conducta emitida, es decir es la aplicación

del auto refuerzo y el auto castigo.


Auto-observación: en esta nos vemos a nosotros mismos, nuestro comportamiento, es

observar nuestra conducta, el paso inicial de la autorregulación.

Juicio: aquí comparamos lo que hacemos con estándares o etiquetas, o podemos

competir con otros o con nosotros mismos, al compararnos estamos tomando en

cuenta a la crítica de sociedad ya que es ella la que nos etiqueta y muchas veces

cambiamos nuestra personalidad o simplemente no somos como en realidad queremos

ser por miedo a ser sometidos a juicio es decir, criticados por los demás, pero que en

últimas depende de que tanto aceptamos el juicio externo, para luego hacerlo propio y

así comenzar a juzgar nuestro comportamiento.

El auto-concepto: que es muy bien entendido con la autorregulación, este mejor

conocido como autoestima, su estado depende de cómo hagamos las cosas, si hacemos

todo muy bien tendremos un autoestima alta, pero en cambio si las cosas no salen

como queremos, salen mal tendremos un autoestima baja, todo depende de cómo nos

salgan las cosas, y de ello depende nuestra personalidad.

Aprendizaje Por Observación O Modelado: esta teoría nos indica que podemos

aprender comportamientos a través de observar la conducta de otros, siendo el modelo

la conducta observada y seria la cual luego se realizará por parte del observador.

Para este proceso se requiere que haya una atención por parte del observador, quien

estará atento a la conducta a modelar, la cual reproducirá y de la misma manera una

retención de lo observado atentamente, pues no podremos reproducir algo que no

podemos retener.

También juega un papel importante la motivación en el proceso de modelado, ya que

puede haber retenido, pero no estar motivado a reproducir la conducta, jugando un

papel determinante la cognición, pues se pueden tener motivos positivos que nos

llevan a realizar la reproducción y negativos que nos impiden la reproducción.


Bandura ve tres resultados posibles del excesivo auto-castigo, ellos son:

La compensación: que consiste en un complejo de superioridad y delirios de

grandeza, el sujeto trata de compensarse por el castigo provocado y creer que puede

hacer lo que se proponga, porque es mejor que todos y cae en el error de compensar

toda conducta que merece el autocastigo.

La inactividad: es la apatía, aburrimiento, depresión es cuando el castigo hace que

baje la autoestima de la persona y se quede estancada, pues la persona no quiere tener

ni compensaciones ni castigos y menos autoimpuestos.

Escape: drogas, alcohol, fantasías televisivas, o incluso el escape más radical, el

suicidio es al igual que los dos anteriores es provocado por el auto-castigo excesivo es

signo de cobardía, no soportó su mismo castigo, no puede cargar con remordimientos,

o sentimiento de culpa. Las conductas de escape solo pretenden desaparecer el

autocastigo con una excesiva compensación por lo general en actividades de ocio.


CONCLUCIONES

Gracias a Beck, Ellis y AUMENTAN EL NOMBRE (SI ENCUENTRAN OTRO

REPRESENTANTE IGUAL DE IMPORTANTE), los precursores de la terapia cognitivo

conductual, se divulgo el uso de las terapias más eficaces y rápidas. Actualmente el paciente

que busca la ayuda psicológica espera obtener resultados en el menor tiempo posible, esto se

debe, en gran parte al ritmo de vida que se lleva y a la urgencia con la que los pacientes tienen

de mejorar su situación personal. Desde la perspectiva cognitivista, se observa al ser humano y

su conducta, partiendo del pensamiento, por lo que es más científico y al mismo tiempo maneja

el interior abstracto del ser humano, haciendo más completo su análisis y objetivo. En cuanto a

la parte práctica, es directiva ya que lleva al paciente a descubrir otras posibilidades de solución

y le amplia un mundo de perspectivas a partir de las cuales puede enfocar aquello que le provoca

conflicto, llevándolo a encontrar por él mismo lo que los teóricos denominan pensamientos
irracionales, trayendo por ende una reestructuración cognitiva, lo que promoverá en él una

mejor adaptación a su ambiente. Es precisamente el pensamiento irracional o distorsionado el

que lleva de alguna manera a la actuación del paciente a realizar conductas disfuncionales para

el mismo, su grupo familiar y su grupo donde se desenvuelve.

La Terapia Cognitivo-Conductual es, quizás, el tipo de intervención psicológica que más

aplicaciones tiene hoy en día. Numerosos trastornos se están tratando actualmente con esta clase

de terapia y el campo de aplicación se va ampliando progresivamente conforme aparecen

nuevas investigaciones. (Lega, Caballo & Ellis, 2002). Sin embargo, a pesar de su buena

posición actual, no siempre fue así, como ya se vio, esta paso por un proceso muy largo de

contrastaciones en psicoterapia y de nuevos hallazgos, así como retrocesos en la historia para

poder entender sus preceptos teóricos, pero también se avanzó progresivamente en el campo de

la Psicoterapia al generar nuevas visiones y actitudes hacia las personas y sus problemas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Caro, I. (2002). Manual de Psicoterapias Cognitivas. España: Paidós.

 Beck, J. (2001). Terapia Cognitiva: Conceptos Básicos y Profundización. España:

Gedisa

 Camacho, J. (2003). El ABC de la Terapia Cognitiva. Buenos Aires.

 Hernández, N & Sánchez, J. (2007). Manual de psicoterapia cognitivo-conductual para

trastornos de la salud. México: Libros en Red.

 Vicente E. Caballo (2001). Psicología conductual: Tratamientos cognitivos

conductuales para los trastornos de la personalidad. Universidad de Granada (España).

Recuperado de:

https://www.trastornolimite.com/images/stories/pdf/Caballo%20Tratamiento%20TTP

P.pdf
 Vicente E. Caballo. Libros: Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los

trastornos psicológicos. Cuadernos de trabajo social. Recuperado de:

(https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/viewFile/CUTS9898110308A/8279

ANEXOS

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