Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El Contratiempo
El contratiempo en música es un efecto rítmico por el cual una nota es escrita y
tocada en la parte débil de un tiempo o cuando no se ejecuta sobre el tiempo,
sino a mitad de éste. Por lo general en los tiempos débiles de la música o fuera de
los tiempos fuertes. Esto le imprime a la música un tono apresurado. El
contratiempo en el baile, por el contrario, no es “pisar” en el tiempo débil, es
decir, no pisar en los acentos, como lo sería según la definición de contratiempo
en música, sino variar el ritmo respecto de pisar regularmente en los acentos del
compás. Bailar a tiempo con la música sería bailar pisando en el acento fuerte del
compás, ya sea 1.3 o 2.4, de acuerdo a la interpretación que se realice.
A veces se habla de contratiempo cuando se duplican la cantidad de pasos
respecto de cuando se baila a tiempo. En otras oportunidades se habla de
contratiempo cuando en los dos tiempos fuertes del compás, en lugar de hacer
dos pasos se agrega algún otro. De allí que también se denomine traspiés a esos
pasos que se harían en contratiempo. Cuando la música es más rápida, se acortan
los pasos para ganar en agilidad y pasos a dar. Es por eso que tanto en la milonga
como en los tangos más picados, aquellos donde predomina un impulso rítmico
de staccato, se usa el contratiempo, pues agiliza el baile y permite interpretar de
una manera más rítmica, en consonancia con la música. Esto también se produce
en la milonga, llamada con traspiés, pues incorpora esta agilización en el tiempo
del baile. El tejido rítmico de algunas piezas imponen cierta velocidad a la
interpretación. Las figuras pueden ser hechas en diferentes tiempos de acuerdo a
la personal interpretación que se haga de la música.
Lo canyengue en el tango
Se denomina canyengue una forma de baile, cuando en verdad el problema está
en definir qué es lo canyengue.
Por un lado se dice de un modo de tocar el contrabajo, que le dio al tango cierta
cadencia rítmica. Por otro lado es esta forma cadenciosa la que se halla en la letra
para El Choclo que compuso Discepolo: “luna en el charco, canyengue en las
caderas”. No se trata de pasos sino de una forma de moverse. Lo canyengue es
una manera. Oscar Aleman, el genial guitarrista de Jazz, ha dicho que canyengue
sería la palabra equivalente de swing en castellano argentino. Se puede
comprender a ese canyengue como “un modo de”. Así como se puede decir del
swing que es la tensión rítmica y melódica del Jazz se podría decir del canyengue:
tensión rítmica y melódica del tango. Esto significa que se trata de una cualidad
casi inefable, eso que se encuentra en cada música, que la hace especial y
diferente a las otras y que no es sencillo de explicar. Como el swing en el jazz o el
duende en el flamenco.
El canyengue no alcanzaría a ser un estilo de baile, sino un modo de recreación
que puede estar tanto en la manera de bailarlo como en la música que se baila.
No es que Firpo sea más canyengue que Di Sarli, de acuerdo a esta forma de
pensar lo canyengue. Hasta Piazzolla puede ser canyengue.
En el tango, “la síncopa tiene el efecto de un accidente rítmico producido en
medio de valores uniformes”v. Esta idea se puede representar en el baile con una
cierta suspensión del movimiento, que se ve enlentecido, frenado, para luego
pisar con firmeza el suelo cuando el
acento de la música lo reclama. La potencia del pie en el suelo se multiplica por el
efecto de ese enlentecimiento previo, de esa espera para pesar allí, para pisar con
firmeza y precisión, cuando parecía que iba a quedar fuera de tiempo. Cuando se
bailan tangos picados como un cierto D‟ Arienzo, Canaro o Troilo-Fiorentino, los
pasos pueden ser cortos, precisos, que arriban como arrastrándose, para
frenarse. Cuando el pie pisa lo hace firmemente. El bailarín ya no duda, solo
parecía un amague de paso, para engañar al espíritu que espera todo siempre en
el mismo lugar.
Las virtudes del baile del tango no solamente provienen de su carácter de baile de
pareja en abrazo estrecho, de su compleja coreografía o de su carácter
improvisado sino también de cierto modo de interpretar la música. No se ha
resaltado suficientemente aún este aspecto de su valor como baile popular. La
variedad estilística de la música de tango proviene de diversos recursos musicales
como el “arrastre”, el uso del staccato, la síncopa, el tempo rubato, aquello que
hace a esa “mugre”, a esa manera en su ejecución. Este carácter debe estar
presente en el baile. El canyengue que aportan estos matices no son accesorios
sino que hacen a la sustancia misma de la música y de su baile.
Estaba presente en los primeros intérpretes cuando sonaban el pizzicatto y
también en los que evolucionaron su música. De Caro, Orlando Goñi, Troilo,
Piazzolla. Todos, con un estilo absolutamente personal conservaron esta matriz
del género. Pareciera que en la música se perfila ese aspecto irreverente,
improvisado, temperamental del porteño. Esa cadencia que acelera, se detiene y
se prepara balbuceante para partir vibrante, que se arrastra y pone su duende.
Un bailarín talentoso seguramente bailará lo que la pieza reclama ser
interpretado, lo que los músicos le transmiten, sus sugerencias, su sensibilidad.
Un bailarín será un fiel intérprete cuando logre transmitir ese clima y será mejor
cuando además adicione su propia creación al espíritu de la pieza.
Fragmento del libro “El baile del tango y sus secretos”, de Lidia Ferrari. Buenos
Aires, Corregidor, 2014.
NOTAS
i Carpentier, Alejo. Ob. Cit.
ii Pompeyo Camps “Tango y Ragtime. Un paralelo en el tiempo y a la distancia”, Buenos
Aires, Servicio Cultural e Informativo de los E.E.U.U., 1976.
iii Salgán, Horacio. Curso de Tango. Argentina, Edición de Autor, 2001.
iv Pelinski, Ramón. “Astor Piazzolla : entre tango y fuga, en busca de una identidad
estilística”. http://www.pelinski.name
v Ibídem
vi “The most important thing about the Tango is its tempo. You must, before you can
dance at all, understand and appreciate the music, and the best way to learn this is to
walk (with or without a partner) in time to it. By doing this you impress upon yourself
that it is a slow dance, and that it should be simple, and not full of jerky and complicated
steps.” Modern dancing by Mr. and Mrs. Vernon Castle. Traducción: Estela Inés
Fernández. Revista Club de Tango. Nro.48, Buenos Aires, Mayo-Junio 2001
vii Salgán, Horacio. Ob. Cit.