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^ • o J A J k • • I ^% •' La tona» de Raque] Mcller es m u n d i a l ( e d l l o r l n l ) . - C R Ó N I C A DE l^ARfS: ¿Cu6l es el c i l o d o oclual de


# * * * ^ ^ ^ ^ ^ lo clncmnto(¡rofla franceja?. por Jcim Dcsj<,rdms .- CRÓNICA DE MADRID: La apueslo, por Sabelo-
todo. Poetas «le hoy: Emilio Corrérc, por Naíro Sanios. - EL RETADLO DE MAE5E PEDRO: Teatro clóslco c o m p a r a d o , por M^trlíricz ,/e
Uihcrn. ~ b l s c o l nos refiere su vida, - PAGINA MUSICAL; The Glrls, fox-trot. del maestro F. Esi:i>fei. - FRENTE A LA PANTALLA: Oplnionc»
de Rolond D o r g e l t s sobre el cine. Orqiiestoclón de las imófienf». Escenario y decoración, por E¡cctron. — \.K M O D A EN EL CINB: D e l a d a n i a d c
S a i o m t al charlest6n. pasando por las sevillanas, la jote y In s a r d a n a . - MUSEO E O T O G R A F I C O : Retrato (le Sanflago Ruslfiol. — PELE-MELE:
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Director musical : Maestro G. Faura Director: L u i s O ó m e z M e s a
iiiiiiiiiuiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiHMiiiiiiiiiiihiniiitiiiiitiiiiiiiiiiiii iiiiiiNiJiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiiiitiiJiiiiiiiiiMitiii iiruiiiiiiiiiiiiiiititiiiiiini ni iiiiiitiiiiiiiiiiiijuiniiiiiti iiiuiiiiriiiiiiii

La fama de Raquel Meller es m u n d i a l


Ninguna artista española, sin exceptuar a Tórtola Valencia, la mara-
villosa intérprete de la danza, ha conquistado juera de España un renombre
tan universal como Haquel Meller.

Ella y la inolvidable Fornarina han sido las tínicas artistas nacionales


que han dado categoría en el extranjero al cuplé español. Y hay que confesar
que el cuplé español, por lo que se refiere a la letra, no ha tenido nunca la
gracia ni la finura de la cánzoneta italiana, ni de la canción francesa. Es
ahora cuando empiezan a dedicarse al cuplé algunos de nuestros poetas de
segundo orden, que lo colocarán a la par de lo que se canta en los tablados
de Variedades en el extranjero.

A pesar de la exquisitez de su arte como cancionista, Raquel Meller no


habría uniVersalizado su fama a no dedicarse al cinematógrafo, c o m o (íes-
trella». N i n g ú n arte como el séptimo, o mudo, sirve tan bien de propaganda
a un nombre, porque ninguno tampoco puede presentar al n^ismo individuo
ante el público de mil lugares distintos del planeta.

A Raquel la presentó en la pantalla el umetteur en s c é n e » , francés,


Henry Roussell. Su interpretación c o m o protagonista de « Violetas Imperio- í
^
les)) fué un éxito.

Posteriormente Raquel Meller ha figurado en otras películas, que sub-


rayarán su personalidad como itestrella'*) de la pantalla. Su creación en
{(Carmen», dirigida por Jacques Feyder y filmada por cuenta de la Alhatros,
la coloca a la altura artística de una Norma Talmadge; de una Mary Pick.-
ford y de una Gloria Su)anson.
í^aquel Meller
Raquel ha estado unas horas en Barcelona, la ciudad de sus primeros
•n el ímido de las ojos itiquielunU's
''"i.iimáíüos y altivos triunfos. Pero antes de realizar este viaje fugaz, hizo en el Teatro Baltimore,
Coma en clos diamantes vivos de Los Angeles, dos exhibiciones como cancionista, logrando un éxito
Se persiguen los ca^nbiantes.
De lu eterna armonía sideral. rotundo.
Ni en la calma Para estas dos representaciones se pagaron las butacas a diez y quince
Nada tan emocional.
No ha logrado ver mj alma dólares. Asistieron a las exhibiciones de Raquel todas las uestrellasn y «meí-
Luz intensa, triste, inquieta teurs'en scéne)) de Hollywood, incluso Charles Chaplin, que hará el escenario
—Martirizante saeta.
Señora de 1Q emoción— y dirigirá una película de la itPamous Players Lasky^) de la que nuestra genial i¡
¡Cuántas veces asustado paisana será la protagonista.
La he sentido o la he soñado
Clavada en mi corazón ! El nombre de Raquel se ha extendido ya por todos los rincones del mun-
do, unido al de España, que si dio grandes aventureros, dio también en todas
MARTÍNEZ, DE RJliEEA
las épocas eminentes artistas.
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CRONICADE P A R Í S
cantadora dimzarina, la morena Dolly, a la
¿Cuá! es el estado actual de la cual logra arrebatar de las garras de un in-
dividuo poco recomendable, evitándola este
cinematografía francesa? molesto estorbo y castigando al miserable que
la deshonra. He aquí la.s aventuras que lle-
nan copiosamente los seis episodios, durante
¿Cómo se ha de orientar esía cinematografía y cómo se cuyo curso liilly Sullivan, el rey de Paddock,
h a n de modificar sus actuales métodos de trabajo? muestra su buen Iiumor, su comunicativa ale-
aría y su coraje a la par que todas aquellas
cualidades que son necesarias a los héroes de
Bajo estos epígrafes, uMon Ciiién yl>rc 1H audacia del norteamericano jiara em- esta clase de films.
una encuesta, cuyo espíritu (¡ucremos re- p]-endei- negocios y menos de la índole
coger en esta crónica, por el interés que del cinematográfico. Por otra parte, los El hábito hace al monje (Universal Film)
encierra paro todos los amantes del arte directores yankis — David Oriffith, Rex
mudo : Ingram, Cecil B. de Mille, etc. — tienen * Olí un escenario, ¡>or decirlo así, insigni-
Pien-e Dcsclaux, autor del artículo ini- una visión más am]ilia que los franceses ticante, he aquí una comedia de más de
para montar los escenarios. Acaso tenga- 2,00(1 metros, agradabilísima y a \'eces alegre
cial de esta cnqucic, hace en él varias V di\'ertida.
afií'niaciones inteli.tí"entes : A saber : Que mos nosotros mejores argumentistas,
lom Skinner, es cajero de la casa Clarke
desde algunos años después de la gran pero no meticurx en sccne. ni artistas de y Clarke. Su esposa le obliga a exigir un as-
guerra el séptimo arte se está desarrollan- cine que puedan siqierar a los norteame- censo, siendo desatendido en su petición.
do con una rapidez apenas prevista. ricanos. Toni no osa desengañar a su esposa, que
Que el cinematógrafo no ha salido aún Asegurar que Francia es superior a se llalla jícrsuadida de que fué bien acogida
de su infancia. nKs como un buen mu- todos los pue!)los en materia artística, es la petición' de su esposo. Esto trae conmigo
c h a c h o — dice Desclaux — que ha me- otra exageración, existiendo en el m u n - locos gastos de su esposa que son una tre-
nester de cuidados y al que nosotros (lo, como existen, R usia, Inglaterra, menda carga para Tom. Después de nuineru-
hemos desatendido un JÍOCO a causa de Alemania, Italia, España y Portugal, s;is y regocijantes aventuras, Tom trama co-
nücimienlo con un comanditario de la casa
la guerra». Cada pueblo tiene .sus artistas y escrito- Clark que viene de rescindir su contrato, in-
Que f)or este motivo, Norteamérica se res más o menos conocidos fuera de su terviniendo poderoso y titulándose amigo de
adelantó a realizar los progresos técni- l>atria — esto depende de causas diver- los directores de la casa, con lo cual consigue
cos que las ca.sa productoras francesas sas y no está en relación con su méri- que el millonario ie crea hombre avispado y
no podían acometer, ]Jor varias razones t o — ; pero tan buenos como cualesquie- úti! y se asocie con él. Reginald Deny tiene
de diversa índole, como son : durante la ras otros, dentro del ambiente en que la ocasión, en este film, de inastrar sus exce-
guerra, el estar sobre las armas los ar- desenvuelven su arte, que en no todos lentes cualidades y los progresos realizados
los países es tan propicio como en F r a n - i'n el arte de la jjanlalla.
tistas, los operadores y los ¡ucllcur.'^ cu
sccne franceses, y, firmado el armisticio, cia, y esto es sin duda lo que ha inspi-
la difícil situación económica creada a rado las palabras de Fierre Desclaux. Niíchevo (Paramount)
h'raucia por la epopéyica contienda y Y aún en esto se da el caso de (¡ue L'iK) de los films más completos de M. jac-
que la privó de los recursos materiales ninguno de los tres novelistas más fa- ques de Baroncelli, interesante "realisateuní
necesarios, colocándola a f^r'iori en ma- mosos del mundo — Wells, Kipling, que tantos éxitos cuenta en su activo, es el
nifiesto estado de inferioridad. lilascí) Iliáñez—, son franceses. i|iie lleva el nombre que encabeza estas líneas.
Que la cinematografía francesa está Pero no me propongo entablar una Kl mínente director escénico de la Para-
enferma de cuidado, pero no muerta, ¡folénu'ca, más inoportuna que nunca en niuLun es LUÍ enamorado del mar, y nos lo
las actuales circunstancias, sino tratar prueba una vez más con uNitchevon, drama
por lo (|ue no hay que desesperar de (imocionante, casi angustiosi; y pi-ofunda-
salvarla, disponiendo de los excelentes de inq)edir (|ue se alucinen nuestros ci- mente humano.
elementos de resistencia que Francia nematografistas con la creencia de que
conducta de su espusa no es nada irreproclia-
dispone. somos superiores en todo a los demás, y (ísposa y cree que le engaña, pues encuentra
Y que Francia es s[q)erior a todos los no atinen, por exceso de orgullo, a en- extraños los conciliábulos singulares que ce-
[luelilos en materia ai'tística. contrar el remedio que necesita para sal- lebra con Hervé de Kergoet, su segundo,
Hasta a(|uí los puntos fundamentales varse la cinematografía francesa. listos y otros hechos le hacen creer que la
en que Fierre Desclaux asienta su inte- ' Tengan esto en cuenta los que res- conducta de su esposa n oes nada irreprocha-
resante artículo de «Mon Cine». pondan a la diquele de «Mon Ciñen. ble. El drama es inminente. Una catástrofe
le pi'eci|)ita. "L'Atalantoj, el submarino del
Aunque amamos a Francia tanto como capitán Cartier es perseguido por un buque
JKAN DIÍSJARDI.N.S
cualquiera de sus hijos, no podemos apa- que .se dedica al contrabando de armas. Su
sionarnos hasta el punto de afirmar ca- .salvación es problemática. La tripulación .se
tegóricameiUe, como Fierre Desclaux lo pi'epara estoicamente a morir. El capitán
hace, que sin la guerra nuestra cinema- Cartier, en este minuto supremo, quiere saber
tografía sería actuahncnte superior a la Estrenos de la Semana si su esposa es digna de su último pensa-
de todos los demás países. miento, y como vio que una carta de Sonia
Kíd Billy, Rey de Paddock (Film Univers'ol) había sido remitida antes de partir, a Herví^
Al decir esto, jiarece ignorar el arti- de Kergoet, exige a su segundo que se ia
culista de «Mon Cine)) la existencia de nuieslre, e! cual no quiere revelar im secreto
Norteamérica y de Alemania, de la pri- Eslii sei"if en seis episodios apasiunaf;i ;i
i.|ite no le pertenece, afií-mando a su capitán
mera so!)re todo. lodos los amantes do la aventura. Es este
que Sonia es, anle lodo, digna de ser por él
lihn, tanlu (('unií-u (.•orno dramático, la historia querida y respetada. Después de numerosas
En Norteamérica la industria cinema- de Biily .Starke y de Jim Caspet durante su
tográfica ocupa el tercer lugar en ÍTU- horas di' angustia dL'.Atlante)» se salva y todo
fslíuicia en Part-a-Deux, donde la profesión termina a la americana, es decir, con satis-
jjortancia, cosa (¡ue en Francia, .sin la principal consiste en apostar en las carreras, facción general. La interpretación es de una
etapa de la guerra, uo podía ser poi" profesión que sin duda está llena de peligros sobriedad y de una homogeneidad que no
muchas razones. y vicísitude.s. lintre dos apuestas, Billy en- suele encontrarse en los films franceses.
Kl capital francés no ha tenido nunca cuentra el modo de enamorarse de una en-

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2
CRÓNICA DE HADHID
—Usted.

La apuesta —No, usted.


-—Bucjio, ]")uesyo. A p u n t e , amigo. Pri-
mera noticia : Josefina Diaz y Santiago
Artigas, encarnarán los principales pa-
—i E h ! i uSabelotodo!) !, ¿ dóiule se va —AcejJtado y encantado. Kn el supues- peles d e uj,¡l bandido d e la sierrait. .Se-
tan deprisa ? to de (.¡ue usted m e coge la palabra y gunda : María L u z Callejo, Hnu'lio Me-
—DÜIHIL- :i usted no le importa, estuve gana, ¿cómo demonios le pago la dunda ? sejo y Modesto Rivas, los secundarán.
poi" contestar al indiscreto amigo ; mas i Mil pesetas ! Pues no es nada (jue diga- Tercera : José Beltrán y Ángel del Río
como no es este mundo de los malhumo- luüs. i Mil pesetas ! se encargarán de la fotografía, y líusebio
rados, ni dL- los impulsivos, ni de los •—C'ani!)ie di.- disco, amigo, que m e ma- Fernández-Arda vín de la dirección.
sinceros, sino de los farsantes e hipócri- reo al üirlo. i Mil pesetas i ¡ ¡ Mil pe- Cuarta.,.
tas, adopté una actitud m u y amable, m e setas ! !.., —Protestí). Esas tres noticias es mía
sonreí niíis afablemente todavía y con sola.
insospechada llaneza, de la que se extra-
— ¡ L i l i ! ¿Qué dices, innovador del
ñó sobremanera mi rudeza n a t u r a l , dije :
POETAS DE HOY universo? ¿Qué tres es u n o ? ¡ M e n u d o
— ¿ D ó n d e quiere usted que se vaya, revuelo se armai-ía si se demostrase su
amigo? A refrescar, no puede ser a otro \'eracidad !
menester con este calor. Pero, ¿ h a visto m ílío C a r r é r e —Guardaos las bromas para otra oca-
usted que calor, o más propiamente, ha sión. Esas tres noticias se refieren a la
fíe toa hi'i'ibToa picndiihi. Jii IMSIÍZU pduciii
sentido usted más calor en su vida ? misma pelíctüa y eso no es admisilile.
ñiiHi bien con el liiihln rwnnc del soinbraro.
—Sí, en Sevilla el año pasado. ¡Mee recio iiKialaeho. l'aiTf.c un mosquolero Más variedad, más variedad de títulos.
Mi estómago enfermo me volvió a ten- 'iiic se iieoiiiti a vale siiilú ilel SOII/Í^/ ¡J In ¡nom. —Sea : Krna Becker, Faustino Bre-
tav y si las frases mole.stas — ¡ Se le ocu- Cómico lie hi leoim, ele ciudad i;u ciudad
iba iirdicndd siif farsiin. PUT Jiiliii, Cdlderún
taño y Javier Rivera, crearán la adapta-
rre a usted cada tontería, amigo ! ¿ A qué ción muda de la obra de Moliere, y arre-
— enceiulian >ÍI.-- IÍHÍIT'I^ oins li¡ tcntnciún —
citarme el Sur, cuando le consta q u e en huésped ¡ilt' en Ins mes'iíie!' de la rasuaUíliid. glada por nuestro Moratfu, «El médico a
esta asfixiante época es el Norte — San El dolor de ¡legar aliló s\i huiniirisino; palos». La mayoría de los exteriores de
Sebastián, Santander, Coruña — el lugar IJCUI Jinne ul frnaiso lii flor de su lirismo uLnis Candelasi) se ^rodaron)) en Guada-
indicado para descansar de lo.s trajines ti colma ron su vemo la com de Verlaine, rrama. La Cinematogi-áñca Raza filmará
cortesanos ?—, n o salieron del pensa- En el rrr'w senmittl a RI'.'IT l.nen inicia,
¡I niieniras lo conjiinan, en la hora proiñcia.
en breve la bella leyenda d e Espronccda
miento, fué debido, sin duda, a un enor- (¡El estudiante de Salaniancaji. U n a en-
el pájaro de l'iie le hunde el pico en la sien.
me esfuerzo de vohmtad. A veces, por tidad hispanoalemana llevará a la pan-
muy mal genio que se teríga, es preciso MATEO ¿iAA'Tníi
talla ((Los cuatro Robinsones)), de Muñoz
disimularlo : no conviene adquirir fama Seca y García Alvarcz. ((El pilluelo de
de cascarrabias, en especial si se es joven Madrid», que prepara Florián Rey, reu-
y crítico. ¡ Oh, sería espantoso para m í —¡ Mil pesetas ! nirá en su reparto a Elisa Ruiz, Pitusín,
sentar plaza de lo que no s o y ! ¿Qué —¡ Mil ¡tesetas ! Floria Rossini, Manuel Montenegro y
conceiíto formarían de mi seriedad, no — ¿ Q u é sucede, señores? ¿Se les con- Ricardo Nuez. Pronto comenzará Agus-
obstante el presuntuoso nombre con que tagió la locm^a del oro ? tín Carra.sco nEl tonto de Lagartera»..,
se m e bautizó en la república d e las —i I-Jola, chico ! ¿Qué ha^-?
letras, los maestros que me iniciaron en —Me declaro vencido. Reconozco que
—FÍ,so pregunto yo : que qué es eso de ui) sabía más noticias (jue esas, que
(J1 difícil arte de vivir sin luchar : dando las mil |>esetas.
la razón a todos y engañándose a u n o son casi del domino público, Pei'dí la
—Nada, sueños. aiiuesta.
mismo ?
—¡ Pobretes ! ¡ Kl dinei-o, siempre el —i H u y , huy ! El ((Sabelotodo» derro-
Mientras así cavilaba y o , mi amigo se dinero, como el señor Polichinela y Pan- tado por u n aficionado ignorantón. M e
sentó en cómoda butaca de mimbre y en- talón ! parece q u e va a tener usted que confir-
frentito de atrayente velador. L e imité —Calla o te tiro algo, marse : ese nombre no le cuaja.
]>or no ser menos, y tras procurar q u e —No te sulfures, ¡lonilirL-, me marcho. Los nervios se m e pusieron de nuevo
nos sirviesen lielado, m u r m u r é indife- ¡ Abur ! (le punta. Sin embargo, no m e di por
rente : —No, eso no ; (juédate, que nos haces aludido y me despedí cariñosísimo y ri-
— ¿ C o n q u e en Sevilla el año pasado? falta. Mira : este señor y yo nos hemos sueñísimo del triunfador y del arbitro.
¡ Ya, ya, ya ! Buen punto está usted apostado una cena — de la cual partici- Y es (¡ue ciertos días, p o r más que nos
hecho. Y C|ué, ¿se sudó m u c h o ? parás íú, claro es—, que pagará el q u e ereamus insoportables, resultamos m u y
•—Ni m e acuerdo. L o desagradable menos noticias cinematográficas co- tratables, muy simpáticos y muy asequi-
cuando antes se olvida, mejor. nozca... bles a fignrai" entre los mejores intér-
—i Bonita tforía ! Ahora que para rea- —Basta, ni una palabra más. Com]íren- pretes de la continua comedia lumiaiia.
lizarla es necesario sujetar la memoria. dido. Seré juez de esa contienda. ¿Quién
¡ H<imbre !, a propósito de memoria. empieza ? SABELOTODO
Usted que, por lo visto, presume de ser
el Menéndez Pelayo del cine (confieso
(|ue m e costó gran trabajo dominarme y
dejar t[ue mi impertinente interlocutor
acabara en [)az su mortificante discursito,
sin l)ruscas interrupciones por mi parte),
C A R T E L E S DE C I N E |
¿qué se apuesta a que yo sé m á s noticias MANUFACTURA GENERAL DE IMPRESOS - LITOGRAFÍA 1
cinéticas que usted? § REPRODUCCIONES DE PAPEL DE CARTAS-TAR- |
—Lo que guste. Mil pesetas, ¿vale? f ARTE-CATÁLOGOS lETAS y DEMÁS TRA- |
—¡ Caray ! ¿ L e tocó la lotería, ¡xjr ca- = CROMOS - FACTURAS BAIOS COMERCIALES =
sualidad ? Porque d e otro modo no me
explico cómo dispone usted de esa exor-
bitante cantidad. Pero, en fin, ya que es
usted tan valiente, juguémonos una cena.
! R. F O L C H V i l l a r r o e l , 223 - París, 130
BA RCELO NA i
|

¿ Aceptado ? • , .

AiirsrtAVLV^VVl.V-H^WVV"b%VVWVVbWW% •uw^u^^w•-%%wv•^^^••••^A•ww^íwwwL"
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El retablo de maese Pedro


T E A T R O CLÁSICO COMPARADO verdaderos tratados filosóficos. La filoso-
fía del segundo es la literatura. E l amor
a la verdad en aquél, es en éste amor a
Poesía castellana - Teatro poético clásico lo bello y a lo sublime, y el anhelo de
perfección del inglés, lo traduce el es-
mos observar el progreso de nuestro ]">añol por ansia infinita de sensaciones y
idioma, que florece purísimo y sonoro, deseo voraz de gozar lo sentido. E n
Podemos señalar, sin teiDor a equivo- haciendo resurgir las mil bellezas de la Shakespeare tiene más valor su pensa-
carnos, qinj los prinuTos hiilbnccos IMJL-- poesía clásica española que culmina en miento q u e su obra ; en Calderón vale
ticos de nuestro idioma, cunicn/aron a Tirso, Lope, Argensola, Góngora, San más la obra (jue el pensamiento. El uno
florecer a principios del siglo x i , no cris- Juan de la Cruz, para alcanzar su máxi- tenía m á s de pensador que de poeta ; el
talizando en formas poemáticas, hasta ma belleza al amparo del sublime inge- otro tenía m á s de poeta que de pensa-
final del x i i y principios del x m , en los nio de Calderón de la Barca. dor, lo cual es consecuencia lógica del
(lue se iirecisan aún indefinidos u n o de idioma de q u e se sirvieron para expre-
España, cine hasta entonces había vi-
los primeros autos sacramentales, uLos sar sus pensamientos.
vido en literatura como extravasada del
reyes magos» — debido al estro en cier- movimiento intelectual, no había produ- El idioma inglés es duro, poco eufó-
nes de u n trovador anónimo — y el poe- cido un verdadero filósofo ni un genio nico, y u n o de los idiomas europeos más
ma heroico castellano—Mío Cid—acha- de altura capaz de colocarse a la cabeza p o b r e s ; su gramática es menos comple-
cado « Aliad. de una escuela literaria ; pero era tan ja que la nuestra, y carece de una sinta-
Francia c Italia [orjaron sus idiomas, atrayente aquella generación de poetas, xis figurada tan amplia como la de la
de raíces menos heterogéneas, con ante- que bien se puede perdonar la falta de gramática española. N o podía, pues,
rioridad, dando vida, la primera, a los un genio por la calidad de los famoso.s más q u e sujetar sn inspiración al dique
libros de caballería feudal y a las traduc- ingenios que hicieron resurgir de las infranqueable de su pétrea fonética y a
ciones de las fábulas indias acomodadas a hoscas tinieblas de la E d a d Media la luz la pobreza de este idioma r u d o y gutu-
su latina percepción y creando sobre ellas esplendorosa que ilumina nuestra poe- ral ( I ) . E n cambio. Calderón tenía en
los cuentos ]3fcaros de alegría punzante y sía clásica, y que se traduce en vigorosos su abono la sonoridad de u n idioma,
subido salwr, que sus juglares propaga- versos, delicados dramas caballerescos y quizá el más rico de los de flexión, cuya
ron por todos los países latinos ; la se- profundos, q u e hoy enorgullecen nues- dulzura y perfección había llegado a la
gunda — Italia—, imbuida de las ideas tra literatura pasada, haciéndonos olvi- cumbre, y cuya flexibilidad le periuitc
francesas, las aceptó m u c h o antes que dar las escuelas extranjeras con las que pasar sin esfuerzo desde el lú-ismo paté-
Castilla y las fundió con la poesía griega se codearon en su día. tico a la brusca intensidad del momento
y latina, entonces en boga en toda la trágico. Además, es m u y lógico acliacar
Sólo un representante de la literatura
península italiana. N o podía España en stis opuestas personalidades — afines so-
clásica extranjera puede en algunos mo-
aquella época colocar a su idioma en lamente en algún momento dramático —
mentos elevarse sobre nuestros drama-
este paralelo, pues si bien su educación al contraste racial que infltiye en Sha-
turgos del siglo de o r o ; Shakespeare.
guerrera era m á s intensa, esto mismo kespeare con el peso plomo de u n cielo
N o anula, sin embargo, esta colosal fi-
fué causa de cjiíe su idioma no se hubie- gris, y en Calderón con el esplendor de
gura a todos los poetas españoles antes
se purificado y conservase la primitiva un sol todo lumbre y oro, y con el se-
citados, pues bien podemos parangonar
rudeza. dimento que en nuestros caracteres al-
su teatro con el de nuestro Calderón, en
macenaron siete siglos de orientalismo,
Las figuras de dicción y retóricas no el que si no viven ideas cumbres tan ex-
que nos hace más apto para el cultivo de
liabían aún intervenido con su mano se- traordinarias, alientan caracteres tan
las vagarosas musas que para la produc-
dosa, (jue más tarde haliía de labrar la fuertemente emotivos y viven formas
ción de las positivas artes.
flexibilidad de este idioma, si no el m á s más perfectas que aquellas ei^ que se
eufónico, por lo menos el m á s rico de traduce el estro poético del gran drama-
todos los europeos. N o tardó mucho, turgo inglés. F r e n t e a «Hamlet», "Ote- M A R T Í N E Z D E RIHERA
empero, nuestro idioma en limar su pecu- Ion, «Macbeth» y «El rey Lear», obras
liar dureza y adquirir completa madura- cumbres de la literatura inglesa, se le- (1) SliiikwíDnire emp]o{, eü todii su obrii 5,000 pa-
vantan majestuosas «La vida es stieño", labras; .Millón 1,000; (Jaldprón 8,000, y Corvantes
ción. Al c<imenzar el siglo XVi bien pode- 14,000.
«El mayor monstruo, los celos», «La
dama duende» y K E I alcalde de Zala-
mea», productos culminantes del teatro
poético castellano.
Shakespeare es el dramaturgo de la
idea amante de la verdad ; es el genio de
la literatura inglesa, puro y bien defini-
do por su obra eterna. Calderón de !a
liarca, sin llegar a la alta concreción es-
piritual de Shakespeare, posee, en cam-
liio, el genio de la inspiración. L a s obras
del primero son en algunos momentos

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SluibrsPciire foáráfíeas del mundo. Calderihi de \ÍI ¡iarca

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Lithinés
D : GusHn
La mejor agua de mesa

que la evolución tiende al teatro sintético.


Creo que la vida actual lleva a ¡a brevedad
en las producciones teatrales. Como es un
hecho real que aunque las gentes terininan
sus tareas m á s temprano que antes, van al
teatro m á s tarde que nunca, es preciso que \
no constituya un retraimiento el pensar que
habiendo perdido un acto ya no se e n t e r a r á n
del asunto o lo entenderán de modo deficiente.
I.a iiotahlr ariri:. .l/ur/d Vilo ijiie i r présenla Píln iinrli*
P a r a ello llegará día en que cada acto será K/ i'íuj/rr nflor l'U- Davi que dpliuln fsta nntlif en
u n a obra ; una acción que empiece y acabe, Eldorado
ICn el cine, aunque se llegue tarde o se esté
poco rato, siempre se ve el desarrollo de u n a Pero por si a sus admiradores no les con-
Temporada de t e a t r o acción. vence esta deducción, razonemos un poco,
c a t a l á n en Eldorado Además, podríamos decir que hoy día la li-
t e r a t u r a molesta. Muchísimos espectadores,
aunque sospechamos que será igualmente
inútil.
H o y comienza en Kldorado la temporada m á s que a las g a l a n u r a s literarias, atienden Con obras a medida y todo, O r t a s no luce
al desarrollo del asunto de una obra teatral, en escena como artista. Ni por el gesto, ni
fie teatro catalán.
y por lo tanto cuanto m á s concisa y sobria por el a d e m á n , ni por la m a n e r a de decir
María Víla y Pío Davi, figuran a la cabeza
sea ésta, mejor.» sus parlamentos, Casimiro O r t a s es un ac-
del cartel y esto ya es una sólida garantía de
que la c a m p a ñ a de Eldorado será beneíicíosT tor. Pero tampoco es un payaso como no
para el teatro catalán. sea de barracón de feria. Le falta vis cómica
para ello, gracia nativa.
La formación artística Vila-Daví, se pre-
.iienta con el e¡?treno de nMuntanyes del C a -
Las comedias hechas a me- Actores cómicos, y e n o r m e s , lo son Bona-
nigó)), de Alfonso Roure, que figura en prime- dida y la gracia de Ortas fé, Zorrilla, Simó Raso — éste también ¡o
ra Illa entre los jóvenes d r a m a t u r g o s de Ca- es dramático, y bueno —, Pepe Santpere,
taluña, Casimiro O r t a s nos ha dado a conocer, Pepe Alfonso y algunos m á s .
A e-ste estreno seguirán otros de P u i g y Fe- d u r a n t e su [jasada c a m p a ñ a en Eldorado, va- Entonces — se no'; preguntará — ¿qué es
rrater, Amichatis, Puig y Pagés y otros. rias a s t r a k a n a d a s . A esto sendo género tea- Casimiro O r t a s ?
Alentamos la legítima esperanza de que la tral no se le puede pedir m á s que una cosa : Pues Casimiro O r t a s — respondemos —
compañía Vila-Daví velará por el prestigio gracia gorda. Lo mismo hay que pedirles a es un homijre tan excesivamente grueso, que
del arte dramático catalán m á s escrupulosa- sus spudo intérpretes, ¿ La han tenido las su presencia en escena, bajo un traje muy
mente que se viene haciendo en las últimas a s t r a k a n a d a s de Eldorado y su seudo intér- ceñido y corto, provoca la risa en los e s -
temporadas del R o m e a . prete O r t a s ? Esto es lo que vamos a ver. pectadores ingenuos o de poco cacumen.
A Casimiro O r t a s , como a otros muchos y nada m á s que esto es Casimirín, con
actores españoles, le hacen las comedias permiso de sus admiradores.
a medida. Igual que los trajes. U n ironista
B e r n a r d S h a ^ e l o g i a al diría que O r t a s , tan voluminoso, no puede
usar trajes, ni representar obras m á s que
Gobierno alemán y censura hechas a medida. Los trajes hechos y las S a l o n c i l l o
al inglés obras hechas, sin tomarle a él la medida, no
pueden raerle bien. José .María G r a n a d a anda buscando otro
Con motivo, de su ctimpleaños, Bernard Con esto bastaría para deducir que Casi- niño de oro. Y no lo encuentra ni siquiera de
S h a w lia recibido m u c h a s felicitaciones de mirín — , qué modo de escarnecer los dimi- robre.
Alemania. E n t r e ellas figura una muy expre- n u t i v o s ! — no es elegante ni buen a r t i s t a . ' /\hora no hay más qtie (iSoleán... en los
siva y entusiasta de S t r e s e m a n n , ministro de teatros en que él estrena.
Negocios Extranjeros del Reich.
El g r a n d r a m a t u r g o inglés, h a correspon-
dido a estas m u e s t r a s de adhesión del puehlo
alemán, con estas palabras : Se asegura que don José María Folch y
" D e la única m a n e r a oficial que el Gobier- Torres se decide de veras a ser comediógrafo.
no inglés ha celebrado los setenta años de mi ¡ Ya era hora ! P o r q u e hasta este m o m e n t o
edad ha sido ordenando la interdicción de la no lo ha sido. A pesar de sus comedias.
transmisión por radio de las palabras que yo
hubiera dicho con motivo de mi aniversario.
El contraste entre la actitud del Gobierno in-
glés y In del alemán es patente. Yo debo a mi Nos informan de t|ue el gran Pedro Nimio
país ía reputación de individuo peligroso e in- está escribiendo u n a opereta a la que pondrá
digno ; a Alemania, el haber sido reconocido por título (iHa salido la luna». Y de que esta
en Europa como pensador y poeta d r a m á - obra se la saca de su calva cabeza.
tico." ^; H a b r á n querido hacer un chiste de mala
lev?

La e v o l u c i ó n del t e a t r o , Nuestro compañero de redacción iVIartfnez


de Ribera, ha comenzado a escribir un dra-
según Ignacio Iglesias ma romántico que se titulará «Roger de
Flor». Promete tenerlo listo a finales de año.
P r e g u n t a d o por un periodista el ilustre dra- No lo creemos. Martínez de Ribera acabará
m a t u r g o Ignacio Iglesias, qué opina de la su d r a m a por los días en que se terminen las
evolución del teatro, r e s p o n d i ó : obras de la Plaza de C a t a l u ñ a .
«—Que es una exigencia de los tiempos, y Ya lo verán ustedes si viven para entonces.

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^^.flrtrtA.^fl.p-vvu?^^^^rtin.ft/^Aftrt^A^i'^ívsrt.%'^nArt.«vv•- vww^JVW^Aí^APws^^v^tfW^^flA^.
El día que el cinematógrafo tenga I'ista es la causa de que yo haya estado
colocado sucesivamente en casa de J u a n
un Shakespeare, el teatro corre el Bautista Say y en la Escola E s t i e n n e .
riesgo de perecer. Así dice Max ríl fotograbado me decía menos que los
Reinhardt. sports, en los que milité activamente, for-
mando parte de la Sociedad Atlética Mon-
troug:e,
lin el ])eriódíco francés Cotmedia, Max
Reinhnrdt, indiscutible maestro de técnicos (.ic
es la revista cinematográfica y . N a d a para mí en aquella época tan in-
la mise en scene. en la líiiropa Central, e.nu- teresante como granar un premio en una
mera las cansas qne en su opinión atnonai'.an de teatros que por su esmerada carrera. Economizaba mi sueldo para ir a
al arte teatral. He aquí cómo las r a z o n a : tomar cerveza al Pabellón del P a r q u e , al
(tEl cinc ha hecho g r a n d e s estragos en presentación y por su calidad cual asistía, más que por tomar cerveza,
Viena. Desde hace varios años, el arte mudo por estar unos momentos al lado del cé-
acapara las mejores fuerzas artísticas, pagan- lebre R a g n e n e a u .
do primas que convierten en ilusorios todos literaria, debe ieer V. siempre. Admiraba también a los g-randes lucha-
los esfuerzos que realizan los directores de
teatro m á s famosos, por conservar intactas dores, y solire todo, a) bravo Vervet, que
sus compañías,)) más tarde había de alternar coimiigo en
Este desmembramiento de las compañías i(El rey del pedabí, y del cual decía yo,
leatrales, lleva aneja la imposibilidad de po- dirig-iéndome a mis compañeros :
ner en escena obras de gran especlácuin, por losa h e l a d a d e l o l v i d o . N o m e s u c e d e lo — ¿ O s habéis fijado qué bíceps tiene
falta de l<estrellas^) y de organizar largas /onr- Vervet ? T.os tiene como biscots.
m i s m o c o n los a ñ o s qiitr v i n i e r o n m á s t a r -
ti^es. Hsto, desde el punto de vista ti^cnico. Encontraron los cimipañeros bueno el
Pero Max R e i n h a r d t , tiene otro punto de d e , los c t i a l e s e s t á n bien g r a b a d o s e n m i
inemoria. Veréis. mote, y desde entonces, en la calle Hale
\ ista, más sciisible aún : el artístico.
Mi p a d r e m e h a e c h a d o e n m e d i o del no se me Ihmió más que Biscot, sobre-
c(Kn estos últimos tiempos—dice—la coin-
S e n a , en el p u e n t e B i n e a u . N o c o n la i n - nombre ([Ue he conservado al tratar de
cidencia entre el cine y el teatro, desde el
punto de vista artístico, es nula. Más he t e n c i ó n d e d e s e n d i a r a z a r s e , ni m u e l l í s i m o dedicai-me al cine,
aquí, que poco a poco, la industria rinemalo- m e n o s , s i n o p a r a q u e a p r e n d a a n a d a r , líl ¿Comprendéis \yov qué Biscot tiene
gráfica ha producido obras m a e s t r a s . En lo nadaba como un pez, y comprenderéis ([uince ailos menos que Geor,t>-es Bouzac ?
sucesivo, al arte de la p a n t a ü a , no le faltará — c u a n d o . o s d i g a q u e e s t a b a en s u t r e s - Este último se hacía viejo en su taller.
míis que un gran poeta. Si im día viniera al cientos salvamento — q u e no m e hubiese Los ácidos le coloreaban la nariz, como el
mundo un ShaUespeare del rinemati')grafo. el vino, pero más peligrosamente. El doctor
d e j a d o m o r i r e n m e d i o del o l e a j e . A l
teatro, en su forma actual, acaso feneciera.n
t e r m i n a r la s e i n a n a s a b í a n a d a r a d m i r a - me dijo : c H a h r á (¡ue dejar esto, amigo.^>
Estas palabras, dichas por un hombre de la No me hice de rogai", y busqué trabajo
blemente.
autoridad de Max R e i n h a r d l , merecen ser en la casa P a t h é para el tiraje de las pe-
retenidas v meditadas, porque plantean g r a - ríaI'>itábamos e n t o n c e s e n la isla O r a n -
d e f a t t e , d o n d e m i s p a d r e s teiu'au u n lículas.
ves problemas. Uno de ellos de orden mate-
rial, otro de orden aitístico. cy>mercio al l a d o d e l q u e s e e n c o n t r a b a el El contramaestre liajo cuyas órdenes
.Sin e m b a r g o . Max Reinhardt se muestra, d e l o s s e ñ o r e s P i n e l , cu>'a luja p r i m o . g c - me encontraba, no me veía fotogénico, y
a nuestro juicio, demasiado pesimista en esla n i t a , q u e n o c o n t a b a m á s (]\\c c o n t r e s o no se mostraba particularmente indulgen-
cuestión. El cinematógrafo no arruinará al c u a t r o p r i m a v e r a s , era u n a p r e c i o s a cria- te conmigo.
teatro ni como industria ni como arte. Pero t u r a , p o r la c u a l m e l a n z a b a y o a uti Tíntonces trabé conocimiento con el
es muv posible que lo transforme, en un sen- lirofesor Davignón, fundador-director del
estanque donde M. Espinel criaba pe-
tido de mejoramiento. Porque si el cine abar^
ces r o j o s , s e g u r o d e s u a d m i r a c i ó n sin- National Bioscope : cogí la ocasión por
ca m á s horizonte que el teatro y ofrece más
'amplias perspectivas, el teatro dispone del cera. A nosotros, este deporte nos inte- los cabellos, y le ofrecí mis servicios como
vehículo de oro de la palabra y [lucde aportar r e s a b a m u c i u ' s i m o ; p e r o sin d u d a al s e - operador de cine.
más emoción al espíritu y más ideas'al cere- ñ o r Es]"iiuel n o le g u s t a b a t a n t o , | ) u e s Hice mi debut, como operador, en
bro, que es su misión, diríamoíi que sagrada, s o b r a d a m e n t e se lo i^irobó su furor a m i s Kouen, y más tarde, con un papel de poca
;iunque no la cum|)le ni lleva t r a / a s de ha- po¡>res o r e j a s , d o l o r i d a s , l a s c u a l e s n o se importancia.
cerlo por ahora. p r e o c u p a b a n d e si e s p a n t a b a n o n o s u s
(Continuará)
p e c e s o d e sí m e h a b í a o l v i d a d o el t r a j e
de b a ñ o .
T e n í a diez a ñ o s c u a n d o m i s p a d r e s v i -
Biscot nos refiere su vida nieron a J í o n t r n u g e , y ajienas llegados a C ó m o m u r i ó M í c h a é l Floresco
esta p o b l a c i ó n , m e c o l o q u é en la i g l e s i a
líl iT, fie s e p t i e m b r e d e i S S q , a l a s n u e - como niño de coro. F u é entonces c u a n d o Muchos de los a m a n i e s del cinema eslán
ve d e líi m a i i a i í a , m i p a d r e s u p o d e l a b i o s yo utilicé a r t í s t i c a m e n t e p o r ¡irimera vez intrigados por contirer cómo ocurrió la muer-
d e a n a .sabia m u j e r d e M o n t r n n g e , (]iie e s t a v o z (jUe ha sitío mi f o r t u n a . . . en el te de Michaci [•"loresco, cl.primei" a r g u m e n -
iiera nÍi~io)). A c a b a b a y o d e h a c e r m i e n - cine. tista que en varios films de éxito supo hacerse
t r a d a en la e s c e n a del U n i v e r s o . C o n o c í a >-o e n t o n c e s el l a t í n b a s t a n t e a m a r de sus espectadores.
N o b u s q n ó i s — sería e n v a n o — e s t e b i e n , m a s m i p a d r e e s t i m a l i a (|ne esta Floresco era un e n a m o r a d o de la nataciiin
a d v e n i m i e n t o en los d i a r i o s , (|iie n o p o r c i e n c i a n o era s u f i c i e n t e p a r a l o g r a r v e n -
y cuando se hallaba a la orilla del m a r se
eso deja d e ser u n a r e a l i d a d d e s d e h a c e cer al p o r \ ' e n i r , p o r lo q u e iTie p u s o e n h
metía en el a g u a sin preocuparse para nada
t r e i n t a y siete a ñ o s . ¡ C ó m o jiasn el e s c u e l a d e /,i).s- flfniuuios, c a l l e d e l Mnii-
liii Vevi, p a r a j i a s a r m e , n o t a r d a n d o m u - de la temperatura.
tiempo !
vSi y o hnliie.se ( p i e r í d o r e j u v e n e c u r i n e , c h o , a la ] í s c u e l a RTunicipal. C o m o q u i e - Apenas se había bañado, se tendía sobre la
s o l a m e n t e o s h t d i i e r a e v o c a d o el n a c i - ra q u e en nii n u e v o cole.gio n'ie p e g a b a y arena de la playa, asegurando que nada era
m i e n t o d e Biscot ocin-rido allá p o r el c o m i í a t í a c o n m i s c o n d i . s c í p u l o s , en vista tan beneficioso para la salud.
Tgo4. d e e s t o , m e v o l v i e r o n a! coleg:io d e Los Encontrándose en N'enecra con ima com|)a-
Mi n o m b r e es Oeorgcs Baiizac q u e , Hermanos, los c u a l e s m e a p r o b a r o n s i n ñía cinematográfica, a pesar de que Ui tem-
c o m o o s d e c í a , v i o la Inz el I R S Q y , p o r e x i g i r m e ei c e i i ü i e a d o d e e s t u d i o s , ai^ro-
peratura era glacial, se lanzó al m a r , según
l a u t o , e s m u c h o m á s viejo (pie (íBiscoí)i. b a n d o m i s o l i c i t u d y c o l o c á n d o m e en el
su habilual costmnlire, y contrajo una afec-
Y o os i r é e x p l i c a n d o esto (¡ue a l i m e - Ittgar p r i n i c r o ríe la clase y d é c i m o del
distrito. ción co[iges1i\a indtnonar (.|ue le !le\'ó al se-
ra v i s t a p a r e c e u n lío ; p e r o (pie n o lo e s ,
¡lulcrü.
c o m o v e r é i s , si c o n t i n u á i s d a n d o s o b r e P o r esta c a n s a , m i biic-n i>:idre — m t u '
m i \-ida u n p a s e í t o r e t r o s p e c t i \ - o . g o z o s o , p o r c i e r t o •—• m e c o m p r ó un r e l o j C u a n d o estallan estudiando i<\Í\ guarfiián
No m e p r e g u n t é i . s lo ijue d m - a u l e los (pie a los q u i n c e d í a s e s t a b a r o t o , y p a p á del fuego», de (iastón Ravel, su compañero
-Seis p r i m e r o s a ñ o s d e m i e x i s t e n c i a m e m e dijo al v e r l o : Renné Navarrc le había pronosticado \'arias
o c u r r i ó : n o o s lo p o d r í a d e c i r , p o r q u e — N o t e liaré r e l o j e r o . E n s a y e m o s el \Tces que su imprudencia le jugaría una
y a c e n a q u e l l o s m i s p r i m e r o s a ñ o s bajo la fotograbado. mala pasada. .. , • ' ••

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F R N T AL /
Opiniones de Roland natura!, pues efectivamente imo todos saben
poner en una obra — sea del género que sea
Dorgelés sobre el cine — u n a significación o una emoción».

El simpático peludo autor de «Las cruces


de madera)), obra punzante, de agudo realis-
mo, pensada y escrita cuando este joven escri-
Augurios de una revista nor-
tor aún no Jiabía dejado dormir en el recuerdo teamericana sobre los artis-
sus impresiones del campo de batalla, tiene
u n a opinión del cine tan interesante, que no
tas favoritos d e l p ú b l i c o
queremos que nuestros lectores dejen de co- Según una revista norteamericana, los ar-
nocerla. tistas de cine que seguirán siendo los favo-
Lo mismo que dice del libro repite del film : ritos de! público, lo menos hasta el año 1930,
i(Amo — dice él — los libros que me emocio- s o n : N o r m a T a l m a d g e , Gloria S w a n s o n ,
nan, me instruyen y me divierten». Las mis- Mary Pickford, Douglas F á i r b a n k s , Jhon
m a s cualidades exige al film a pesar de que Gilbert y Lilliam Gish.
opina con Baroncelli que la primera condi- L a m i s m a revista predice que Pola Negri,
ción de toda obra, es ser h u m a n a . Roland T h o m a s Meighan, .Milton SÍlÍs y Monte
Dorgelés moldeó su espíritu en el fragoroso Biue, disminuirán en popularidad dentro de
estruendo de la gran guerra : todos los dolores breve plazo.
hicieron presa en su alma joven, y es muy ló-
No hace augurios sobre artistas tan nota-
gico que no quiera volver a percibir la hu-
bilísimos y populares como Lon Chaney,
manidad a través de lo tenebroso y doliente.
T o m Mix, Constanza T a l m a d g e , Charles
Además, es muy francés su modo de ver, y
nada de e x t r a ñ o tiene que .';eñale a la obra ("haplin, Buster Keaton, Mae Murray, Mary
lielíy Ci-iiil¡.si>ii. iinlt:s que esli 'rUii del cine, ¡ti¿ iiriu ¿'"I' Philbin, J h o n B a r r i m o r e y otros muchos.
una general cualidad «amuzante», por otra vúiliiii.
parte, m u y en consonancia con el gusto de
la época.
nwntalidad del tercero. Además, la descrip-
H a b l a Roland D o r g e l é s :
ción en la obra literaria no es como en el
Orquestación de las imágenes
nEl cine es el arte que conviene a nuestra
cine documento exacto que nos hace vivir la
época de telegrafía sin hilos, de velocidad, La música de la Kiz, llama Abel Gance al
realidad, sin ningiin cendal imaginativo que
de vértigo, de carteles inmensos, de jazz- cine. Y, en verdad, que tal imagen se ajusta
la trastoque.
band, de publicidad luminosa y de pájaros a la realidad. Esta afirmación, que es una
de acero. E s un maravilloso agente de apro- «No soy — continúa — adversario de la verdadera profesión de fe poética en el sép-
ximación de los pueblos, pues gracias a él filmación de las grandes novelas ; ciertas timo arte, formulada por tan resjietable opi-
tenemos un conocimiento más exacto de los adaptaciones tienen mucho valor. Pero creo nión, constituye un a r g u m e n t o elocuente en
pueblos limítrofes que, a pesar de su proxi- que un autor debe de experimentar algunos favor de la concepción de! cinema, y señala
midad, eran por nosotros desconocidos. L a s temores al solo pensamiento de que se pue- la profunda afinidad que existe entre éste y
m á s pequeñas islas de Australia que visité dan materializar sus héroes y d a r vida a los el arte musical.
d u r a n t e algunos meses, no se me presentaron fantasmas que él ha creado y no estima m á s
que como fantasmas. Los artistas que inter- Sobre los temas de «cinema sinfónico» y
como tierras desconocidas hostiles a la visla. «orquestación de las imágenes» h a n versado
Los documentos cinematográficos me han pretan los personajes imaginarios al ritmo
brutal del cinema, son de cualquier m a n e r a , algunas conferencias de M m e . G e r m a i n e
revelado, de un modo preciso y real, los as- Dulac y M. Robert de JarvUle, y varios ar-
pectos m á s diversos, las costumbres y los los usurpadores. l e c t o r , yo estimo m á s que
mi imaginación y mi fantasía creen los ros- tículos y ensayos de M. Emile Vuillermoi-
rostros de los habitantes, la flora lujuriante y el' doctor Paul R o m á n , los cuales definie-
y la fauna. Antes del cine, yo conocía lo que tros inventados por el e s c r i t o r ; los libros
ornados de grabados m e ofenden. El cine es ron, según su distinto modo de ver, estos
se habín escrito acerca de estas comarcas, temas abstractos que constituyen hoy por
sin saber gran cosa de m á s , pues el mismo el arte de escribir con las imágenes, de
bloquear los |)anoranias h u m a n o s , como el hoy problemas estéticos de sugestiva belleza,
paisaje visto por un Kipling, un Curwood pues va en ellos tácita una superabundancia
o un Loti, estaba deformado por !a ambi- boxeador bloquea a su adversario en el cua-
dro luminoso ; es el arte, gracias al cual artística m u y digna de ser tenida en cuenta,
ción y el orgullo del uno, el gusto de la (iado o! incremento que el arle mudo va
aventura y del espacio del otro y la senti- miles y miles de gentes que tenían las es-
paldas muy estrechas para vivir una vida tomando en nuestro siglo.
aventurera, se e m b o r r a c h a n de aventura y
de espacio.

)>EI que me parece que encarna mejor la


cinematografía, es el contundente Gance,
aparato de loma de vistas hecho hombre.
))Yo admiro las osadías, pero solamente
las osadías útiles ; los directores de escena
que constituyen u n a vanguardia provocante,
no me interesan. El cine no e s , como algunos
quieren hacer creer, la virtuosidad técnica o
la deformación visual recortadas y elegidas
al azar, no m e emocionan ni me enseñan
nada, y las bandas de todos esos «snobs» de
la «élite» me aburren.
>iEn la época actual se confunde de buena
gana ei ensayo con la obra, hi semilla con el
árbol. Todo el m u n d o puede procurarse la
semilla, pero todo el m u n d o no sabe hacerla
g e r m i n a r . Todo el mundo puede dar lugar a
un bello cuadro, pero son pocos los que pue-
den poner en é! u n a significación o u n a e m o -
ción.»
:<%*j
V Como veis, el joven escritor francés tiene
sobrado gusto y franqueza para exponerlo.
Jk.
Si nos fijamos un poco en sus opiniones, ve- Jacqiie Caldain, además de nctar de la pniilalla,
y lii giiilarra remos en ellas un fondo de a m a r g u r a , muy es un huPii fiauiíln

,^w^'wv^wuw«v%iWbrtr-wv^ vv^%VL^iV^^^rti%^^••\.n•vv^vvvvvvuvJ^.vvvvvvv?
*¿/^,
í^'TJw^^n.^jwwvw^.rjw .vvvvsftrtjvv%rvvv.vyvvvu%"

A N T A L L
(iravone fué el románticü guitarrista de
la calle, y tal emoción prestó a su pape!, que
¡lasta parecía vibrar acorde en el ambiente,
aquella su sentimental sonata, que hacía que
p.\ público sintiese sus efectos .sentimentale-í
como B¡ a su oído llegasen las notas tristes
de su guitarra callejera ; Severdi Mars e n la
décima Sinfonía, con la firme autoridad que
le prestaba su formidable temperamento ar-
tístico, evocaba de Beetlioven la sublime de-
licadeza, haciendo resaltar la colosal figura
V llevándola a un más alto grado de perfec-
ción en el espíritu del espectador no erudito,
y, por tanto, capaz de asimilar mejor las
formas que las ideas. El mismo Charlot ha
dado vida r^n tddilio en los camposn y
«Charlot violinista)) a dos personajes músi-
cos ; en ellos, a falta de ser un virtuoso, ha
procurado hacer un |)erfecta estudio de m a -
nipulación para dar, en la pantalla, la iki-.
sión m á s perfecta de un dominio cierto de
estos instrumentos que burle al melómano
espectador, aten!o solamente a los gestos de
los cómicos.

Así como la música necesita la perfecta


consonancia del ritmo y del sonido, el cine
precisa para que su orquestación emocione
nuestro espíritu, u n a consonancia n o m e n o r
de forma y ritmo, que sugestione por su ar-
mónico conjunto y su bella manifestación
de esteticismo. ¡ La música más luminosa se
diluye en los acordes silenciosos de las imá-
g e n e s ! ¡ C u á n t a s veces hay que en nuestro
cerebro vibran tan fuertemente las sensa-
ciones ópticas como las que a nuestro oído
acosan en el tercer acto de KEI ocaso de ios
dioses))!
La música es la colaboradora de todos los
bellos instantes en el film p u r a m e n t e artís-
tico. Algunos directores de escena — los más
interesantes desde el punto de vista artísti-
Clara Bnv en la ¡lellcida ni,'/ -.¡iinn co — en los grandes momentos de películas hilemxniile estena de rEt UÍIIDH
históricas, en las que se ha de m a n e j a r g r a n -
D e todos los personajes que LUíinos visto des m a s a s de comparsería, emplean la mú- Buen número de actores del arte mudo
nparecer sobre ol blanco lienzo, muchos eran sica para con ella acordar ios movimientos son verdaderos m ú s i c o s : Betty Compson,
m ú s i c o s : Ancir¿ Nox, en «El H o m b r e que del conjunto que únicamenle a este impulso estrella de p r i m e r orden en el cielo de la ci-
Üoraii, pulsó el teclado, prestando al momen- prestan un poco de alma a los m o m e n t o s nematografía, fué, antes de dedicarse a la
to patético toda su alma de artista, rumpene- en que h a n de intervenir sujetos a una for- pantalla, u n a gran violinista y pianista de
trado con el efecto a definir; tJabriel de ma armónica o a un ritmo preciso. excepcionales condiciones para la música ;

^ CAB CO.-
TRiNiTY 1234

Kiii'iiii lie ta ¡oyu Unit'i'rsaJ i-El vinon, eslrenadn la -hasadn stntaiia en loí siih'iicí l\ursaal y Ca!al<.ñn

'*'^^^^"rtrtrtAftrt^ftrtrtff^irtrtrtr.%n^jvwsAi^ArtJ^"WV%iív^ v^.^i"^Aívuw.rtAV
9
.><f-^7^f;?¿^7^g^ni,,,ÍWÍíffl^K^^ tik..,..^ ._. ji!.,.j —SI-

• - ' w ^ i % • • l ^ l A . % ^ . - - • - v ^ • ' W v ^ '. ^ A ^ w w * ^

William Collifr Jiinior, domina exrepcio- a los artistas que según sn parecer se LA ESCENA MUDA
nalmente la [iiandolina, la guitarra y el pia- adapten mejor a los personajes de la fá-
no ; JacL¡iie Calelain y I-^thel Clayton, son
íidmirable? pulsando el teclado, y, por últi-
bula. A su pericia se halla también en-
comendada la elección de las decoracio-
E s t r e n o de
mo, William S. l l a r t , ranta adniirablemen-
le con una \'oz llena, que es m.'iravilld.'^amente
nes, el estudio de los estilos latentes en "Sombras en la noche"
emotiva ruando resuena en el silencio de la la obra, y él se encarga, asimismo, de
rtSoinhras en la nocheu, estrenada en el
noehe en pleno l"ar-\Vest. la busca de los lugares en los cuales se
cine ((Cataluña)) y «Kursaab), es una pe-
Kn fin, se la ha dado a la música el poder han de tomar los «exteriores».
lícula que en su principio desorienta al
de amansar a las fieras ; es por otra parte Escena por escena son por él de ante- espectadoi- más ducho, pues el tenebroso
encanto aun de aquellos cuya fi\quisitez de mano preparadas, siendo el encargado ambiente en (|ue se desarrolla, hace ine-
espíritu rio está ni Ie\'emente definida. Si de repetir los papeles, rectificar las acti-
todo en ' la humana naruraleza se expresase \-itable este equívoco. Poco a poco va el
tudes, acomodar los gestos, estudiar las espectador dándose cuenta del alcance
romo ella, sujeta a un ritmo y una expre-
caracterizaciones, regular los movimien- (jue el argumentista dio a tal film y ve
sión que mirase a las almas, la perfección
no tardaría en llegar : no solamente a las tos y repetir sin descanso los cuadros de- uaccr de lo que creyó tragedia una di-
inanifesfaciones del «('•ptiiiio arle, sino que ficientes hasta encontrar los más correc- vertida trama, que en algunos momentos
tamhii^n se besaría en lodo lo scnsacional- tos movimientos, las expresiones m á s arranca una sonrisa—si'>lo una sonrisa—,
mfnle espiritual. justas y los conjuntos m á s armoniosos fnies si bien no tiene grandes trucos có-
para que la labor artística llegue al m á s micos, está hecha a base de nn fino hu-
alto grado de perfección. morismo, f|uc aunque no llega al ánimo
Para e^'itar las pérdidas de tiempo, se du! público hasta ya bastante avanzada
DIVULGACIONES CINEMATO GRÁFICAS agrupan y se ejecutan a la vez todas las la trama, no por eso deja de interesarle
escenas cuya realización precise el mis- menos.
mo decorado, con lo cual se evitan preci-
Escenario y decoración pitaciones y se mantiene en un todo la
La direcci(in escénica es irreprochable,
>• hace observar a lo largo del film una
armonía imprescindible que debe de exis- serie de detalles de buen gusto, destina-
Unrj He los iní'is intcresanfes factores
tir entre unas y otras, dos a llevar la atención del espectador
a señalar, entre los qnc intervienen en la
producción de mi (tfilmn, es el r|\ie pone T,as bandas de película pueden ser cor- poi" deri'otei'os que le desorienten y hagan
sobre el tapete la elección del escenario, ladas y coleccionadas para que el direc- más interesante el desarrollo de la pe-
por constituir éste, por sí solo, la recin tor de escena pueda aprovechar y filma* lícula.
armadura en que ha de ¡isentarse inda la todos los cuadros que juzgue necesarios :
La ]trolagonista de este film, Magde
exposición arpumental de la ohra a fil- puede, por lo tanto, comenzar filmando
liellamy, anncpie tiene un papel mu>'
mar, que mal puede ser llevada a cabo la dieciseisava escena de la segunda par-
poco interesante •—• es más hien labor de
si no existe la neccs;u-ia preparación de te y continuar por la quinta de la se-
conjunto la ([ue en este film impera—,
ambientes, luces, decorado, estilo, etcé- gunda si preciso fuera, pues es éste el
soíie poner en él tanta dulzura, C|ue llega
tera, etc. solo modo de no iierder tiempo alguno,
a convertir este insignificante ((rolen en
e-í'itando la repetición de viajes onerosos.
La eincmalofírafía moderna, que se lia algo di.gno de tener en cuenta por lo in-
Cuando todo está tomado y se ha dado tensamente que hace vilirar en él todo su
dado cuenta de lo interesante q u e es la
fin a la labor foto,gráfica, el operador temperamento femenino, lleno de exqui-
posesión de un buen estudio, ha procu-
invierte la manivela y se registra las siteces y delicadezas.
i-ado hacerse, aun a costa de muchos sa-
escenas, que a pesar de todo el cuidado Se destacan en este film poderosamen-
crificios económicos, de grandiosas ga-
con que fueron tomadas, a pesar de todas te la labor de Zazu- Pitts en su papel de
lerías cinematográficas, que en la actua-
las instrucciones del director y de las re- Celia, neurasténica, institrutiz de A n a
lidad son legión, pues segt'm modernas
peticiones que preceden a la toma de 1a Maynard, la protagonista, la cual des-
estadísticas nos lian demostrado, el nego-
vista, revelan el más intenso examen del empeña su difícil papel a la perfección,
cio cinematográfico ocupa el tercer lugar
film los defectos q u e necesitan importan- Hien puede decirse que este «role» es el
entre aquellos a los q u e se dedica mayor
tes enmiendas y que obligan a ser repe- más interesante de la obra y casi la base
suma de capitales.
tidos para su completa perfección. (le toda la jiarte C(Jmica de este film. L a
Existen en estas colosales galerías esce-
N o es, pues, de estrañar que un film encargada de darle vida, se supera a sí
narios cómicos, dramíiticos, religiosos,
cuya representación sea de T,Son a 2,000 misma. Muy fácil sería q u e cayese esta
filosóficos, etc., etc., en los cuales se
metros, exija 30,000 metros de película interpretación dentro de lo chabacano ;
producen las pequeñas y las grandes ma-
negativa, cuya mayor parte, al ser ob- ¡tero el talento de la artista hace que
nifestaciones cinematográficas, cuyos ar-
sei-\-ada, se encuentre estropeada inútil- siempre sea el tono normal aquel en el
gumentos, ora se encomiendan a escri-
mente, (]uc se halla colocada.
tores modei-nos, ora se les da vida apro-
vechándose de los q u e ofrecen todas las Repasemos, para terminar, algunas ci- Ya hemos dicho antes q u e la dirección
obras que en el teatro o en el libro ad- fras que nos demostrarán los progresos escénica era m u y interesante y lo vol-
quirieron fama y nonil)radía. realizados en el campo cinematográfico \-emos a repetir, I{! papel más difícil de
dui-ante los iMtimos treinta años. E n igoo una obra está encomendado al director
E n t r e todas estas admirables produc- el gran film cómico, de la época, L'Arro-
ciones a q u e nos referimos y que han de escena, y es a éste — en films como
seur arrosé, q u e fué el m á s interesante líSomiiras en la noche» — al que se debe
sido acogidas por el público con entu- de los producidos, medía 17 metros y du-
siasmo, merecen citarse uForfailure», el éxito que acompaña a esta producción
raba un minuto ; en 1920 los films co- de la Universal, pues toda la labor más
Le Lys brisé, L'Allautide, Le Conle nucos de Douglas y Charlot, cuyo me-
de Monte-Cristo, FA miracle des Loufis importante de¡)ende de sn modo de pre-
traje ascendía a 800 metros, se desen- parar las sijiuaciones, armonizar los con-
y otras de no menos nombre, en cuya vuelven en cuarenta y cinco minutos ; en
realización se empicaron verdaderas for- juntos y cuidar de los pequeños detalles,
este mismo año, ciertos films dramáticos, que son los que salvan a esta obra q.ue
tiuias. Por millones se cuentan que oca- como Krcnigsmark, midieron 3,Soo me-
sionó El ladrón de Bagdad, para el que entretiene y a g r a d a ' m e r c e d al intenso
tros, con una duración de tres h o r a s ; cuidado con que fué tratada por el di-
se llegó a construir una villa árabe com- f.e Veri ¡^alani, que se desarrolla, en
pleta con sus calles, sus soukhs y sus icctor y el cariño que pusieron en sus
verdad, en episodios, necesitó TO,OOO me- respectivos papeles Magde Bellamy.y la
palacios. tros de película. deliciosa ingenua Zazu Pitts.
rjna vez establecido el escenario inter-
Pie aquí, pues,, al.gnnos datos (pie in-
viene la parte más difícil : la elección de
dican el progreso alcanzado por el cine-
director de escena, al cual está encomen-
matógrafo, progreso a qne dio lugar el
dado el ])apel más importante de la ma-
perfeccionamiento de las ciencias anexas
Buster Keaton, artista predi-
nifestación artística, que es la translación
de la obra desde el campo imaginativo al
a este difícil arte, de cuya divulgación lecto del Presidente Coolidge
Poprr,/\!í FiL:\r ifá sucesivamente dando
terreno real. El Presidente áe la República Yanqui,
cuenta a sus lectores, • ';. '' •"
La primera obligación del director de mf.ster Coolidge, es un devoto del séptimo
escena consiste en distribuir los papeles ELECTRÓN arte.

10 Wi
••i^^^«w^rt^-"^vs^v\^«v- %%^^%sp^-^.%^A^v^.'^.'v^»^/^%v%^A^flAv"\.^%^-..vvvs^vvwvv-'v,
En la Casa Blanca de Váshington, donde dos resíituyen a la escena su movimiento
fn iqi5 Mr. ^\'iIson, entonces Presidente de normal. La c o l e c c i ó n d e c a r t a s
aquella República, inauguró una sala para Todo marcha a las mil maravillas. Al día amorosas de Ricardo Cortez
la proyección de ¡películas, Mr, Coolidge, con •íigiúente v una vez tirado el positivo, se
íu esposa, que también es u n a entusiasta del proyecta el episodio solare una pantalla. I,e- !•'! matrimonio de Ricardo Coríez y la es-
cine, pasa parte de sus horas de asueto vien- roy-Ciranville comprende su error a! inver- trella de la l'os, ;\lma Rubens, es bastante
do desfilar por el blanco lienzo las películas tir la escena. Se había previsto todo, excep- reciente a ú n .
que, al ser anunciadas por las casas produc- to una sola cosa : la escena era de im rea- Los j(')venes esposos se vieron imposibilita-
toras, h a n llamado m á s su atención. lismo perfecto, |)ero el h u m o , en lugar dr dos de continuar su \'iaje r!e novios por un
El Presidente no se priva de este espec- salir por la chimenea de la locomootra, en- telegrama del director de escena de Alma
táculo ni cuando viaja, pues a bordo de su traba. I-labían querido hacer una tragedia Rubens, t[ut' reclamaba a la "vedetten para
vate üMaynowem tiene m o n t a d a una com- ^a lo Griffith'í y habían perfectamente acer- la rcali/aci('in inmediata del principal papel
pletísima instalación para exhibir ufilmsi). tado una comedia da lo Buster Keatoni), Se de (iPélicanii.
C u a n d o el viaje lo realiza por ferrocarril, tuvo que comenzar.
Ricardo Corte;; y su esposa son lo bastante
míster Coolidge hace agregar al tren oficial buenos artistas, para no discutir una orden
un coche de i<cineniai>, en el que se pasa, de su director y se apresuraron a obedecerle
viendo películas, la mayor parte del viaje. inmediaíamonle.
El representante en Washington de P r o - Uno de lip^ más activos directores de escena Cuando llegaron a Hollywood se instalaron
ductores y Disiribuidores de películas ame- (le la vecina Francia, pretendió hacer vivir en i-n la encantadora y pequeña mansión de Cor-
ricanas, tiene el encargo de seleccionar las la pantalla a uno de los sabios m á s intere- íez, donde habrían de residir provisionalmen-
mejores para el Presidente de la República, santes del país vecino, logrando hacer un te, pues tienen la intención de construir una
que así las ve antes de que se hayan exhibido film maravilloso que olituvo la aprobación \illa rodeada de un gran jardín, en la que
anie el púlilico, (le las m á s altas personalidades intelectuales. harán nido que cobije sus amores.
I^ntre toilos los artistas de la pantalla, Llegó el día de pasar esta obra ante los Alnia Rubens, tuvo la ciu-iosÍdad dr hac'-r
míster Coolidge siente predilección por Bu.s- herederos del gran hombre, y se reimieron, el i n \ f n t a r i o de t"odo lo que su marido había
ler Keaton, dPaniplinas», cuya seriedad debe una m a ñ a n a , en la Sala Mnrivaux las dos coleccionado en sus habitaciones de soltero y
antojórsele a! Presidente m á s efectiva que hijas y el verno del sabio, un jieriodista muy descubrió, al hacerlo, un cajón lleno de car-
la de muchos políticos y financieros de su conocido y el director de escena antes cita- ias femeninas.
país. De esta predilección se deduce que do. Kl film se desenvuelve. .\\ Hpgar a una Estas misivas amorosas procedían de los
míster Coolidge prefiere las cintas de asun- í^scena en que el sabio aparece en m a n g a s cuatro pimíos del globo al Inlérprete de " M a -
to Inimorístico o cómico a las dramáticas y (!e camisa sobre su microscopio, suena un tadoni, nEscándalou y otras producciones no
sentimentales, pues en la admiración del grito que parece provenir de lui gato al que menos bellas que las señaladas.
Presidente figura uCharlotí) a seguida de hubieran pisado la cola. Es ima de las here- Ricardo Cortez, que es un hombre ordena-
uPamplinasi), una de cuyas producciones •— deras del hombre ilustre que clama irritada. do, las tenía clasificadas por países.
nEl na'.-egantei' —• la ha visto ya media do- —Ksto no es posible, señor. Usted no debe Alegróse m u c h o Alma Rubens de fan inte-
cena de veces. de presentar a nuestro abuelo en m a n g a s de resante descubrimiento y comenzó a leer las
Con esta afición no es e x t r a ñ o que míster camisa. Ksto sería un sacrilegio. declaraciones de amor enviadas a su esposo,
Coolidge sea uno de los m á s tenaces defen- —Pero señora, un sabio en su laboratorio el cual al regresar a su casa halló a su mii-
sores de la industria rinematográfira. no trabaja vestido de smoking. jercita muy ocupada, siendo el primero en
—No insistáis, esto no es posible : él debe reir la ocupación, felicitándola por tan origi-
aparecer en la película tal como aparece en nal descubrimiento.
«US e s t a t u a s . .\lma Rubens le dijo que en lo sucesivo se
—Señora, mi film está ternilnado y, sin- encargaría ella de responder a las admirado-
A n e c d O t a r i o tiéndolo mucho, no puedo cambiar nada. ras de Ricardo, el cual repuso a su ps(.)o^a.
— ¿ Q u e no puede carbiar n a d a ? ¡ Impo- con cariño, pero con energía :
Uno de los directores de escena m á s in- sible! Detened la proyección o colocadle su —Yo har(: igual con los tuyos.
trépidos de toda la América, Fred Leroy- \estido...
Oranville, tomaba, ha algunos años, u n a Entonces el periodista, (iisti'aído. se dirige
escena en la que se veía un niño correr de- al director dÍci(^ndole con mucha política.
lante de un tren, agitando .'íu pañuelo por
salvar a su madre desvanecida sobre la vía
—Mi querido amigo, ponedle un vestido.
Hacedlo por la señora, colocadle un cha-
La nueva quimera del oro
fí^rrea a una corta distancia del lugar por el (luet...
que el convoy cruza. F.l conductor apercibe El joven direi-tor de escena ha jurado que \"amos a vc^r en la pantalla u n a nuc\'a
a tiempo la señal y frenando la máquina se en adelante cuando trate de hacer algún ((Marcha hacia el orb», que no tendrá nada
coloca en la delantera del convoy logrando otro film conmemorativo, lomará las esce- de común con la que no.s presentó C h a r l e ;
atrapar al m u c h a c h o ni vuelo. nas cuatro o cinco veces, y en cada u n a de Chanlln debatii'ndose contra la adversidad en
Como es n a t u r a l , para lomar una escena lillas hará vestir al héroe del film con abri- los paisajps de n i e v e
tan peligrosa se han de efectuar los movi- go de pieles, en traje de baño, cnn equipo Nuestros lectores h a b r á n oído' halilar, se-
mientos a la inversa. La locomotora va re- de aviador o de ((gotfmann, de smoking y <^n g u r a m e n t e , del descubrimiento hecho hace
culando, el conductor deposita el niño sobre m a n g a s de camisa. unos meses, de un itnportante yacimiento óf
la vía el cual continúa corriendo de espaldas E s el único modo de tener cunlentos a los oro al Norte del Ontorio del C a n a d á .
y se dirige, reculando a su vez, ha.sta la cá- herederos exigentes. Así podrán vvv a su Se cuentan por centenares los amoricano-;
mara de conducción. I.os aparatos inverti- antecesor según su gusto... faltos de fortuna que se dirigen hacia el
nuevo Eldorado con la esperanza de hacerla
sin temor a los peligros y fatigas sin cuento
n ni a las crueles privaciones.
Son incontables los cadáveres que jalonan
la ruta que a traví^s de los campos de hielo

MARAVILLOSO conduce a la famosa rrgii'm del L a g o Rojo,


donde se h a encontrado el yacimiento.
L a villa m á s cercana al terreno de explota-
ción es H u d s o n , a siete jornadas de m a r c h a
Y PRODIGIOSO INVENTO pues el camino de hierro no se acerca más al
Lago Rojo.
Vna. firma americana ha querido hacer fil-
LOS CABbLLOS BLANCOS tomaren su primitivo color natural a LOS OCHO DÍAS
mar ¡a m a r c h a hacia el oro desde vm avión.
de usar el INSUSTITUIBLE ACEITE VEGETAL MEXICANO. PREMIADO GRAN PRIX, Cn operador salido de H u d s o n , a bordo de
CRUCES Y MEDALLAS. No nianchn absolutamente nada y por esto .se usa con las mismas un aeroplano, volando a poca altura, ha po-
manos, como cualquier BRILLANTINA. 11 uso de este ACREDITADÍSIMO articulo n o es dido lomar \ Í s t a s interesantísimas de las ca-
para teñir los cabellos de tal o cual color; es únicamente para devolver a los CABELLOS i-a\anas lamentables que se persiguen sin in-
BLANCOS su primitivo COLOR NATURAL, CON TODA GARANTÍA, hayan sido éstos ii'rrupción sobre la ruta n e \ a d a de Hudson al
RUBIOS, CASTAÑOS O NEGROS, sin que nadie pueda ni imaginarse que esién teñidos. L.-igo Rojo.
Se garantiza también que no se caen los cabellos con su uso. Concesionario: E. SARRA. Quizá en ci próximo número podamos ha-
íibu' m á s extensamente de este interesante
Se vende en todas las perfumerías de España. Precio, 6 y 10 ¡jeselos Con uno de los de
l'ilm que nos sirven como plato fuerte los
a tO pesetas hay canlidad suficiente para un año de uso. americanos.

"VVWi^fl^-^-
c^'q?^ 11
;- «rví a*, j ^ r ü . í i , , Wafl™. * ^••••^^'T'in^- r . ' ."• J - • '<-- ^ "!• ^ ^fr"-*!'-.^'- - -^ • JW-A-.f :•„'•. ,.J<nL- 'Jtí^lU . • •^f.
Jii3c;,mai^¿g^jissi. ;u,.íFr;;?^-£a;;r-i?flwr-::;:-,;i HXi

LA H O D A EN EL C I N
de los modistos vayan encaminadas a
De la danza de Salomé al charlesíón, pasando que la mujer enseñe parte de esas ar-
p o r las s e v i l l a n a s , la j o t a y la s a r d a n a moniosas columnas de su cuerpo, que
tanto se recataban antes a las miradas
de los demás.
La jota, para que tenga carácter, hay
que bailarla con m u c h o revuelo de sayas,
que caen poco m á s arriba de los tacones,
porque su belleza está en los quiebros de
la cintura y en los brazos.
En las sevillanas, la falda larga con
muchos faralaes, y los crótalos o casta-
ñuelas, prestan una gracia insospechada
a este baile tan español, tan nuestro, y
sería antiestético bailarlo con otra indu-
mentaria,
La sardana, tan ingenua y honesta,
que se baila formando corro, toma en
ciertos momentos prestigio de rito primi-
tivo, de adoración a la naturaleza, que es
su único escenario posible. Es u n baile
democrático, y en él se enlazan por las
manos !a dama de alcurnia, la menestra-
la, la burguesa, la niña bien, la obrera ;
el pueblo, con el distintivo azul del tra-
je de faena, y los-que representan al ca-
pital y a las profesiones liberales, con la
nítida pechera almidonada.
rista cualidad democrática de la sarda-
na hace que no requiera un traje especial
para bailarla, aunque le cuadra bien la
redecilla de las mozas catalanas de antaño
y las espardeñas del payés. Pero esto, en
la sardana, es sólo un detalle pintoresco y
colorista, no imprescindible.

. • ., Mrss Or.Anvs

/'•lia Goudíil. inlcrineln.i.ii: .Siil'i

N o sé si alguna de mis lectoras se habrá rets y que llaman citarlesiánl ¿O la! vez
liecho alguna vez esta pregunta, real- para poder bailar el charlestón, con sus
nientL- curiosa : contorsiones, regates y acrobacias, se ha
¿Influye el baile sol)re la moda del creado la moda de la falda corta, de vue-
vestido femenino, o es la moda la que lo de campana ? Dejemos esta investiga-
influye sobre el baile? ción, que nos llevaría m u y lejos inútil-
Si en una encuesta, o enquete, se me mente, para otro rato.
dirigiese esta pregunta y no pudiera ex- El hecho es que preceda la moda al
cusarme de contestarla, me guardaría baile o el baile a la moda, ambas cosas
m u y bien de hacerlo a rajatabla, me- definen la moral y las costumbres de una
diante una afirmación categórica. Creo época.
que me expondría menos a error dicien- Es innegable que, estéticamente al
do que ninguna de las dos cosas influye menos, los bailes del momento actual,
sistemáticamente sobre la otra, sino que son anteriores a los de ayer y a los de
unas veces el baile es consecuencia de la anteayer. .Salomé bailando desnuda y
moda y otras ocurre al revés, sin que en deslumbrante ante Antipas Herodes, tie-
uno ni otro caso pueda determinarse la ne mucha más plasticidad que una pareja
causa de una manera satisfactoria. de tango argentino, de shimmy, de fox
Porque al pretender íqiurar el tema o de charlestón. Claro que la hija de
habría que darle mucha más amplitud, y Hcrodiade y Filippe cobró demasiado
y-A no sería la relación entre el baile y la cara su danza. Se le antojó poca remu-
moda, sino entre estos, la mora] y las neración a su arte la ciudad de Tiberíades
costumbres de cada época. o las cien aldeas de Oenezareth y pidió
a Herodes la cabeza del Bautista.
E n el minué, de ritmo tan lento, de
tan señorial empaqtie, el pie de las da-
Kn la h o r a . p r e s e n t e , la moda de la mas adquiría tina importancia decisiva,
falda corta, plisada y de ritucho vuelo, mientras que en los bailes modernos esa
¿!ia infinido en ese baile que constituye importancia corresponde a las piernas.
la iiltima novedad en dancings y caba- De allí que ahora todas las invenciones Eíena D'AIgy bailatid" uuns sevillanas

^rtAAflJSrt/WVV^AAflifl-^Artrt^VVVVVV^AArtrtíV\An«VVVi.
12 Mpü£n^f^
í" wvv%iVvvvsArt/vvvsAiVS^-FvnAr»ftArtrtA^
Museo fotográfico de POPULAR FILM

D. SANTIAGO RUSIÑOL
con cuyo nombre se honró el día 8 a una calle de LUnás del Valles, villa en que veranea todos los
años el insigne dramaturgo

^JVVVVVVVVVVJVVJVJVJ'^^m'JvVVV-JVVVV^'J'^JV^ •WSA^WWV^'
Wi
_ .••.¡.•.n...-...^.L^-. » — .j^ — ^ , y - f-. «fíH.^aBhi -,frry.rh ai^,jpr-.;---r-,, . .if^-^^..-.-^' .--yr-^j^-. r..,. .^-..f ^^ -,»-:;«• jt.--»d.-n:jw:TiR

/wvvw^iñJVO^A^^.ft>LnJV^^/v^A^•%"^^••v-"•A.v-A^.-J^^•^

PE 1% E L
su gratitud al pueblo de Barcelona, que h a
£1 éxito de nuestro primer número trabajado por su liberación con el ahinco y
energía q u e pone s¡em¡jre en todas sus e m -
presas, cuando son tan generosas como ésta
/ I pesar del crecido tiraje que hicimos de nuestro primer número, ha sido tan bien de devolver a la sociedad a. uno de sus indivi-
duos m á s preclaros.
acogido por el público, que pocos días después de su aparición, nos vimos obligados a Las escenas vibrantes, cálidas y llenas de
romanticismo de tiSanta Isabel de Ceres»,
hacer un nueüo tiraje para servir los nueüos pedidos que nos han hecho nuestros corres-
conmovieron una vez m á s a los espectadores,
ponsales. i-eafirmando la personalidad y el prestigio del
inquieto e inquietante d r a m a t u r g o , que sabe
Por otra parle, son numerosas las felicitaciones recibidas en esta Fiedacciún, ¡o cual llevar a todas sus obras el a m o r y la gran-
deza de su alma. Vidal tuvo que salir al final
nos alienta a seguir por el camino emprendido sin decaimiento de ánimo. de cada acto a recoger las ovaciones.
La compañía que dirige el notable primer
actor Arturo Buxens, interpretó con caritio y
LA ESCENA MUDA Pathé Cinema de un modo excelente el hermoso d r a m a de
Vidal y P l a n a s .
En este coliseo se verificó el pasado lunes
la i-eposición de la interesantísima película
Estreno en los Salones Kur- KEI trono vacanten, cuya interpretación corre
a cargo de los simpáticos Alice Terry y Le- J Oy - J O y
saal y Cataluña de "El V i n o " wis Stone, los cuales pasan por ser los arti.s-
El sábado se estrenó en el Cómico cjoy-
las más aptos para la caracterización de esta
J o y i , que es u n a segunda versión de nYes-
clase de obras en las q u e han de intervenir
i'Kl \ini))i es(á adapladu a In piinlall;t de l;i personajes regios. Yes», el magnífico espectáculo que se acerca
novela de igual título de Williain Mac Har}^. ya a las trescientas representaciones.
("un <jst(.> queda dicho que el arjíumento tiene Es interesantísimo este filni v de un gusto
depurado y e.\quisÍlo. A pesar de tratarse de En (ijoy-joyii figuran los cuadros m á s vis-
Lin;i trabaz/in m á s hípica q u e en la mayoría
un reestreno, fué recibido como si del estreno tosos de «Yes-Yes», con otros nuevos que de>
lie las películas planeadas sin la base de u n a
de u n a superproducción se tratase. notan e! buen gusto artístico de iManolo Su-
no\'ela litei'aria y un desenlace perfedamenU;
El público que llenaba la sala, aplaudió grañes y de sus colaboradores Mario Agullar,
h u m a n o y realista.
complacidísinuí la lalioi' de estos sus dos ar- el i>oeta José María de S a g a r r a , el inquieto
ICn el contraste que ofrecen la familia do rej)orter Francisco Madrid y el agudo perio-
tistas fa\'oritos.
lanclüs ¡pergaminos, con todos sus prejuicios dista Braulio Solsona. L a música, preciosa,
de clase, ya arruinada, y el aventurero, rico es del maestro Ciará, el cu;d constituye, por
y plebeyo, que se dedica al contrabando de be- sí solo, un elogio. '
bidas alcohólicas y q u e explota varios caba-
rets, está el interés y el d r a m a t i s m o de esta Nuestra p o r t a d a
H a n intervenido en la confección del ves-
tuario, que es obra de Max Weldy y de ma-
comedia de la Universal- dame Jeanette, los dibujantes Gesrnar, Erté,
H a y en ella momentos patéticos y escenas I'igura en nuestra portada la excelente ac-
triz Mary Miles Minter, a la que pronto ten- Barlier, Zainora y Robert. El decorado, es-
muv movidas y llenas de color, en aitjunas de ¡jléndido, es de Juan Morales, Casteils y !*"er-
las cuales, junto a la vigorosa pincelada dra- dicmos ocasión de admirar en la película
¡'Redoble de timbales», que se estrenará en nández y Batlle y Atnigó.
mática, se pone la fina nota humorística.
el (.'oliseum. La compañía ha sido a u m e n t a d a con nue-
Esta producción ha sido dirigida por LOLIS vos artistas de \'alía, como la vedetlc inter-
(iasnier, cuya original m a n e r a de manejar nacional Rosita líodrigo, la pareja de bailes
los efectos dramáticos le h a n dado ya una modernos del Eniplre, de Londres, Yola and
gran nombradla en Norteamérica.
Clara Bow, c[iie desempeña el principal pa-
Gacetilla cinematográfíca
Paul ; el bailarín americano, Alfredo Herre-
ra ; Conchita Garzón, Salud Rodríguez,
pel femenino, es u n a deliciosa ingenua, m e - Amalia Palau, Pepita Fontdevlla, T h e Mau-
Don José Balart y don Ignacio .Simó, anti-
nuda y bonita, que se impondrá pronto por i'ys y otros.
guos empleados de la Procine, S. A., se esta-
su fuerte temperamento artístico. Su labor en Después de estas referencias y de estos
blecerán como alquiladores de películas, bajo
MEI vino», es admirable de veras. nombres, ¿ h a b r á cjue decir que njoy-joy» fué
el nombre de Comercial-Film.
Nos gustaron también mucho en sus res- un é.-íito clamoroso? El prodiicciir Manolo
Les deseamos un próspero negocio.
pecti\os papeles Fouest Stanley, Rtibcrl Ag- Sugrañes ha colocado el teatro de gran e s -
new, Myrtle Stedman y H u n t l y Gordon. pectáculo a la altura de los de P a r í s y Lon-
l,a fotografía muy clara y los distintos e s - dres. Y el público, que lo sabe, le correspon-
cenarlos puestos con mucho arle y magnifi- Don Santiago Barges, poseedor de la firma de llenand ola ¡jlatea del Cómico todas las
cencia. Maravilla Films, ha adquiridci en su reciente noches.
viaje a P a r í s , un selecto material para la ¡jró- ¿Se van dando ustedes cuenta de en qué
xima temporada. , consiste la crisis teatral ? . • •

Kursaal y Cataluña La segunda semana tie las grandes prue-


bas Verdaguer, que estaba anunciada para
El luni's se estrenó en Íos .'Jalones Kursaal
y f a i a l u ñ a ia interesante producción históri-
ca fiGuillermo Telln, basada en el famoso
este mes, queda aplazada ¡¡ara el próximo
mtís de septiembre. • > Con los Lithínés
lirama de Federico Schiller, que lleva el mis-
mo nombre.
Del ¡¡rincipal papel encomendado a Con-
Homenaje a Vidal y Planas del O." Gustin
se obtiene un agua mineral
rad Veidt, h a hecho este gran actor una ver- R e p o s i c i ó n de "Santa Isabel d e Ceres" económica, alcalina, litinada,
dadera creación. en el A p o l o deliciosa al paladar, contra
El jíLÍblico que llenaba las salas de estos las enfermedades de los Rí-
coliseos siguió con verdadero interés el des- Los días 7 y S de) actual se dlei'on en el ñones, Hígado, Vejiga y Estó-
arrollo de este film, cuya interesante presen- .Apolo las funciones de homenaje al popular
"l^B<>- DEPOSITARIOS;
tación fué del agrado del público en general dramatui-go .Alfonso Vidal y P l a n a s , con la
que, a pesar de las magníficas presentacio- reposición de su famosa y discutida obra, Establetimientos Dalmau Oliveies, S. A.
nes de ¡x'lículas hislói^icas que presenció, no uSanta Isabel de Ceres», Paseo de la Industria, 14 - Barcelona
se sintió desilusionado a ia vista de esta nue- Antes de alzarse el telón, Vidal y P l a n a s
va producción de la casa ííGaumuntu. dio u n a conferencia, en la que hizo resaltar

^rti"-v^vvv\An.r,.v%'u%.'v-^i^rt.''Uv%%vuvu^rtrt.^ArtHV%iV
14 vpítím/mri
¡Aró u m e n t o de la sema
Las €ó ice§
Exclusiva L. G a u m o n t ,
hijos
por Misíres Wall&ce Reíd
sensato y bien equilibrado, y de una esposa oliedicnlo naturaleza a un niñu, sobre lodo si ese niño es tan
T'iuii,orn)ii.Lu y honcsi'i cu sus gusles y costumbres, Imbiase en- travieso, díscolo y voluntarioso como nuestro pequeño
.M;tUri-s lii; lüilu til IIJIIILLIU : Os pri-SfiiU. I>IJI II1ÍI:I loiilrado con un hogar nada apacible y cálido, y con héroe?
.•iiiiiii [irüU'sl:! contra u! dcsoni^íii y el libi-rtiuíijr, ([uc una mujer frivola y casquivana, para quien las es- l'ero no se Conrormó Jorgitu con esta avciitura, SÍIKI
son hoy i:is i'/iL-ucIfrlstifiíH dp riiieíjt.ro siglo y UP imi*- Iridencias del "j;tz/.-baiuÍ" y los enloquecedores saltos que quiso completarla cmi una ideii diabólica. Se apo-
Ini i'ivili/iiriim. l'iL'U'iulfj uoii ellíi recurciyros que la y pirueta^ del nshinniiy", encerraba!) bastante más ileró de una botella de licor para seguir la juerga, y
U:\M- iji' l;i )i\v y ilf! onicii ticnon su ürifteii pii la más lioesia que las dulzuras y la paK del hogar. sirvió una copa a liosita, que hubo de apurarla ba-
grande di' la:' iuatitiiiiiiin'K aiudernas : EL IIOIÜAR. En todas las épocas el martirologio malriiiionial ha i'iendo muchos guiños y muecas. Como no enconiraroii
sido e\lcnso; pero en la nuestra, acaso por la libertad más que aquella coi>a, .lorgito bebió en la botella, ale-
lie las cosliiíiibres y por la educación do manga ancha, grándose un lloco más de lo regular.
por no aidicarh' un feo cpilelo, que so da a los liijoB, lintcrado Roberto de la nueva gracia de su hijo, lo
ese mariirologio suma una lista de nombres casi tan cot'ió de la mano, y casi en volanda, lo volvió de
grande ^•oml^ la de matrimonios. No siempre es la nuevo a su encierro, amoneslándohi severamente,
llobcrtn Halli^i PIÍI, en Icuria, viri acérriiiiii fliífcii- mujer la que roiciJe con la pa;í del hogar, la (pii' \terrada Marta ante la idea de que su espuso cas-
^iir di' las l(typs (¡lU' son las que rogulaii la vida siicíal destruye lo que debiera ser delicioso nido donde se tigara al muchacho con excesiva severidad — para
y las iiiii- iniíriitii a li>s i-iiidadunos de un país, HUS arrullan lii^ cs|iosos. .\! contrario, quien convierte este ciertas madrea la más leve reprimenda es un castigo
dcruiílnis y deberos, y land)i('ii la resiionpaliilidad en hogar, ¡I nido, cu iü\a verdadero infierno, es el hombre, demasiado duro que casi equivale, en su concepto, a
ilNi- ini-nrrcn caso de [altar a estos dübures de iMuda- no por ser de cualidad más maligna que la mujer, sino una pena de muerte—, abandonó moinenláneauíeiile
il.iiiiu, Teni lina eosa es la teoría, y otra muy distin- porque la sociedad no le afea tanto sus vicios como a la fiesla, licuando ;i tiempo para impedir con sus
ta la inártiea. V Roliertu irallcri, fiue i'onio teórico la ii.iijer, basla el punto de que muchos de estos los lágriaia.s una violenta represión, pues Roberto, des-
ii-siilii(h:i iircprochalilo, en la prái:tii:n se burlaba dfi convierte en gracias, o les da el nombre más suave y pués de amonestar al rapaz, y en vista de que éste
lii^ !cyi-s instituidas, siempre que se le presentaba lia.Hta simpático y atrayenle do calaverada, aventura, no daba señales de arrepentimiento, se disponía ¡i
rir.i^iiin para ello. gahiníeria y otros motes por el estilo con que so cubre darle una paliza, muy merecida por cierto.
F.i di.i do Nochebuena, después de extinsuirsi' hf el deshonor y la falla de vergüi'nza y dignidad. Poco acostumbrado a que se le contrariara en sus
ulliiiKis resplandores del erepiisculo, Boberto resresaba Un Ciiiidjlo. el más levp desliz fcznenino, adquiere caprichos, en cuanto sus p;ulreB se volvieron a la fiesta,
a su easa en autoini'ivil. llabfii dedicado casi toda la unas |»roporeÍotn;s alarmaiiies que lo convierten en gra- .Torgilo desató su estúpida cólera, y no encontraiidn
tarde a recorrer los ba/ares y c-imerdos de lujo de visima filia y que da motivo a divorcios, escándalos y oiro medio de proporcionar un dlsRusto a sus proge-
la eindiid. en busca de juRuetsK y chuirhcrlns para el)i.«iiiorreos. Rso de que el iiombre no atente a su nitores, para vengarse del castigo, .salió ai balcón a
.lorHltii, su liiju iirdro, ciin esa ilusión que ponen los [irepio honor cometiendo actos poco decorosos y que Se ri'ciliir el frió y la lluvia que caía copios;i y helada
pnilrcs ruando se trata de obsequiar a sus hijos, y coll^iderc aia[-,iiio en él porque su esposa, su nuidrp o aquella noclir, con el deliberado propósito de coger
i|iH' sijlo 03 comparable a la que sienten los hijos su lit'ni.aMa iiiitieía un pequeño desliz, es absurdo y una enterinrdid, coiíai HSÍ fué, en efecto, pues no
cuando reciben el refínlo. riiliculo en csirciao. impunemente si' desafia a la Naturaleza, que dispone
Acompañaiían a Tínbcrto Hallen en eslii pesíiuisa, de elementos que si snn bcnefirinsos para el que sabe
-u hijn y una pr-'cios:! amiKuifu de éste, que leiiia el .\nnqiio olía cosa se diga, en cuestiones que afectan encauzarlos, resultan asaz lu-ligrosos para bis que in-
pdclii'o y dclÍc;iilo nombre de liosita. Roberto, como a la moral, el aiujulo está bastante atrasado todavía. tiuitan burlarse de ello^ estúpidamente.
se les babia lii'i'lio tarde, llevaba el nulo a una voló- l'ero iie,iciitos estas disquisiciones, y volvamos a lo
que importa.
(•ida<| cxlreniada, contraviniendo abicrlarnenle las or-
Kn niieslra relato, ya lo liemos dicho, la victima, el
m
ilcmiu/.iis une reculan la marcha de toda clase de
veliimlus, drLilm de las eindades. .Toriíilo y Jíositii mártir, el erucificadn en la cruz dei matrimonio, era Cuando la fiesta que se eelebral)a en la señorial
iban liando I cndjos denlro del coclie, Duronle la ca- el hombre. iiiausión de los señores TTelt estaba en su apogeo, muy
rrera, un auenlc do tiíiTien intentó detener el aulo- Aurora, que asi se llamaba la frivola compañera curca del amanecer, y cuando los primeros res])lan-
móvil para iiaiJonerle uini nmlla n su ronduelor, por i\i\¡' ciipii en suerte a Kicardo llelt, había organizado dores de la auriuM comenzaban a infiltrar su rusic'er
exceso de velocidad ¡ pero Roberto, despiié-i de liacer riací aquella noche, una íjcsln en su quinta. A esta por entre las vidtiera.s. ¡'oiim curiosos que deseasen
varios virajes cojupronietidisimoH y pelii{rosoB por lo licKla. que prometía ser tan esplendorosa y costosa presenciar e) tina! de la tiesta, cada vez más loca,
rápidos, loifró despistar al auente de Iráficu, con gran como todas las que Aurora ideaba, fueron invitados pendró angustiada en el salón la doncella de Marta,
¡ilegriu de ilornit.o y Rosila, qin- palnndeiiron i-un Roberto y ¡\Ini-la, amigos dilerlos, además de veri- para darla cuenta del alarnianle estado de Jorgito,
erdüsia.-^aio la hazaña del padre del primero. nos, del malriiiionio Tlelt. el cual presa di- intensa fiebre, EC debatía calentu-
No es exlrañi) ipie con estos ejeinplos de desobe- Huelga decir que Jlarla y Roberto aeeiil:'ron la in- riento en su lecho.
diencia nuc le daba su ¡¡adre frecnentenienle, y con vitación, inics aparte ite que una excusa, por hábil que Abitiidonó jiresurosa Marta los salones en fiesta, y
la excesiva iudnlírencia de su nnulre, llegara .TorBÍto hiibira side. habría molestado a la organi-/-adora de la se traslado a la cabecera del enfermo, donde al com-
a la conclusión anárquica de que la mejor de las iH'stii, reciliiéndola cuino una ofensa, ol mairimonio le- prender su gravedad, prometía entre lágrimas silen-
leyes es la propia voluntad, el capricho de cada uno nta ganas de divertir.se y expansionarse nn poco aque <'iosas y plegarias sinceras, ser más dura para con
aiimjuc redLnnlo Í'I\ perjuicio de los otros. Ka noche. ,-.ii hijo en lo sucesivo, y evitar de este modo las
Aquella noche, solemne y tradicional, .lorjiito pro- No eran unos viejos, ni estaban tan aburridos de la consecncncia.-i de la pésima educación que le estaba
¡ioreiimó a su liiida ntnitruila la primera desilusión de vida que hubieran renunciado al holgorio, dentro de los dando, f'ero vino la convalecencia, y la madre, más
su vida. liniiles de la honestidaii, pnes hay que decir que Marta indulgente que antes, siguió alentando con su blandu-
—; Creces tíi en la exisfp,ncia de los Royes Magos P en aada se parcela a su amiga Aurora, sin que esto ra las iiilemperancias irresLílibles de .lorgito, hasta el
-- preiíunlú el travieso rapan a su amijínita y vecina. iüiplique lauípoco que ésta fuese desleal a su esposo i'Xtremo de dar lugar a que sus profesores se vieran
-ÑatDraluLentu que creo. Como que todos los años luKta el rumio de lierirlo en su honra._ Claro que era idiligados a despedirle del colegio por SUS travesuras
na- traen jniínete.s — replicó la niña, basianle el meterlo en los trotes que'lo lactia y en LIC niño mal educado.
líres una tonla, Rosita, hacerle gustar de largo en cosas haladles de his qiie se Marta padecía un error himentahle creyendo que el
-jl'or qnó'J pueden lu'c.'-riiiiiir muy bien sin que la sociedad se es- amor materno es af|uel que se traduce sólo en caricias
candalice. y halagos y que alienta o disculpa las travesuras de
Tues por(|nc eso de los Ucyes Magos es una papa-
rme ha. .lorgito. al enterar.tp de la ausencia de sus padres. los hijo.-. \. naturalmente, que ese no es el amor de
—;0b!, no dirás eso, .lorgito — protestó la chi- tío creyó oportuno permanecer en su encierro, mien- madre, simí aquel que junto a la caricia y al beso,
quilla. tras los aiilorps de sus dias se divertian y gozaban en i'uandü es oport i hacer aquélla y dar éste, sabe po-
—[Pero lU) seas lioba I l.os juguetes que Ui recibes la quinta de ios Ttclf. Conm era vivci de genio y tenia ner iiuu reprimenda o unos a>:oles, aunque éstos deben
por la lieatu de Reyes, no le los dejan los Magos, sino una imaginacjtin e.xnherante, ideó en seguida la ma- dar.si' crm mano blanda, pues no es el dolor físico lo
que Iris eouqiran tus papíis, y IUPRO le dicen, para iierit de evadirse de su prisión, que no era otra que que corrige, sino el convencimiento, en quien los reci-
que la ihisióu sea mayor, que es un obsequio de los su alcoba. Tara llevar a cabo su plan, ligó las sábanas be, de (|ue l.L acción que lia cometido merece un co-
Reyes df; Oriente — l:i informó el inuehaclm. de su lecho, ató luego una de las puntas de la im- rrectivo,.
—í V para qué quieres que im- engitñen )nis piipás' provisada cuerda a los hierros del halcón y se lieslizó l'ero .Marta, más que madre, madraza, ni re^^añaba
—iToma!, para que seas buena todo el año, I.o por elli a la i:a!le ron la agilidad de un mico o de a su hijo jamás, ni nunca le rozó la piel con sus nía*
udsuiü que a mi y que a lodos los niños; sólo qtie yo un itcróliata, Ifeclio esto, se coló furtivameule en la iio.s como no fuera para acariciarlo, V esto sí que era
no soy tan tonto que me lo crea. quinta en l.tisca de Rosita para dietrular juntos de lili d-iño miiclui m.iyor iiue ir! qui> le habría causado
liosita, no iilistanlo estas razonen de su amigo, se la llesla. No tanló en hallar a su ainiguita en una de una azotaina, porque .lorgito lomaba cada vez más alus
resiatía a deslridr en su imaKÍnaeión la i)ella leyenda las liabit;tcioues próximas al salón en que se celebra- y se volvía más travii'so, multiplicando sus diabluras,
Lie los tres Ueyíis Magos. La inocencia i. la testaru- lia el liaile, que estaba ya muy concurrido. que de ¡Hócenles podrían couverlir.se en graves y, quién
iltv. lie ]:i muchachil solivianüiron a Jorgito ([ue, ra- Los diis Miiicliaclios lomaron |)nsiciones para presen- salí.', si irrejiarables.
bioso !>„rque no aeabalra de dar Te a sus palabras, cinr- la hcsla sin ser vistos. I'cro el papel de mirón .Vqiiello era intolerable,, y Roberto creyó llegado el
eonicniío a dead-uir el Árbol de Navidad con una furia no h* pareció iiiiiy agradalilo a Jorgilo, que por au moiiieulo de domar al travieso muchacho, que de otro
de iKdi'utote. lemperaii culo era partidario de la acción, más que ,001 lo im lardarla mucho en darles alga 11 disgusto
Su padre, al ver !a acción de su primogénito, se de la vida contemplativa. Aunque con algún esfuerzo, serio, .Marta rogó, suplicó; pero viendo que sus lá-
inrlignii coliua csle, custicándolo con ¡rsc a la cama logró con vencer a la niñti, Kniida y candorosa, para grimaí^ •^' súplicas no hacían ceder al exaltado esposo,
sin cenar. Marta, su esposa, protestó- que se il¡sfra;í;ira con un traje' y con las joyas de su le arrebató el bastón con que éslc pretendía castigar
—iEi-rü douasiado duro con el nifio!,, ¡(.'asligarlo madre. Kl. por su parle, hizo otro tantii, potiiéinlose ;il chiquillo, y plantándose ante su maridti con la
en una tiesta lan solemne eomo la de Navidad! unos cni.riiiefj higiites postizos, en la creencia de que resuella aelitiid de la l.'ona que dehendc sus crhis, le
-J, l'ues qué, ipiieres que le dé un premio por su en isla guisa, nadie seria capaz do reconocerlos, creen- aneiiazi'. air.ula mn su propio bastón.
ha^añav -• inquirió irritado Rolierto. cia liarlo iiioecnti', pues la caracíerización, por más til primer impulso de Roberto fué lanzarse sobre su
-No, e.so l.ampncu. Comprendo que no eslú bien lo lierfecta que fuese, no poiila anmeniarles la estatura. esposa dispuesto a terminar de una vez con aquellas
'lue ha lieidni .lorgito; pero debieras perdonarlo en listo, aliarlo de f|ue el mostacho qijc se colocó Jorgilo debilidades suicidas,,, fíin embargo, reflcüionó un i lis-
ociisión como la presenie. no habría podido despistar a nadie, ni pasar por au- iante, y después de afear a Marta su proceder y
—¡A hi c.'iiuii lie dicho! — gritó Roberto a su liijo, léiiiico, aunque Ilubiera crecido dos palmos en aquel echarle cu cara su debilidad, salió de la estancia en-
ime esperaba la gracia del perdón... para poder dis- preciso y para el precioso momento. ciigiéndo.se de liomliros y prometiendo no volvt-r a im-
frutar de las innelias y variadas golosinas ~ dulces lín ciiardh a Rosita, apenas se lu veía metida en el purlunar al golhllo.
y t)aslt'les — que llenahiui la bien provisia nie:¡a. vestido de su madre, el cual le daba un aspecto de
I'ero hivo que obedecer la orden paterna, aunque enano disfrazado que daba grima. IV
prometiéndose a si mismo vengarse con uira travesura Sin emliargo, la iiiinginación de los dos rapaces !(*
mus grave que aquella por la cual se le castigaha, hacia verse convertidos, a ella en una dama verdadera, líeiidida por la emoción de aquel instaiile, y upe-
y a él eti ini perfecio getlemmiut, aea.so con los liigotes sidumbrada ai mismo tiempo i)or haberse mostrado tan
II demasiado largos y caldos, de chino o de foca, ahora ciuleiila con su e.spuso, aposentóse .Marta en el diván
que los hombres llevan el rostro completamente rasu- del salón, y ajxtyando su cabeza en el respaldo, cerró
líl padre de liosita. Ricardo llelt, era un verdade- •aiio. o i liando más se dejan una sombra de bigote que, los ojos y quedóse dormida.
ro mártir del matrimonio, lín lugar del nido plácido por lo minúsculo, parece más bien un lunar peludo, , lín sus manos tenia un zapato que aquel mismo día
acogedor, con ,|uc sueña al casarse todo bonibrt) j, T'ero quién es capaz de irle con reflexiones de esta • había comprado para Jorgilo. De vez en cuando, lu

i*vñ-vsrtrt.^v%.-y%-wvwwwsiw%^ VWVVVVVbVVWVWWVSi'
>'jiirii!i.ir>:.]i?5¿ri-ií;iiCTm\\¡^"<];''";ifii^f/;"i^'ít ir7;^:íUT5iifflBi¿^i^i: i: fT¡:mm.\mVr' %¡^r ^ 'r- ;:£¿-f*>Cf¡ ^ ' j j i , .,if**; •Stir.i:
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í iiiaiiu (ii; lii iiiiidre BU ilcEílinaba febril por la ¡jiul turan A.seguró en él que la culpa de sucesos como ol que
como BÍ en ella acarícijira la cara de sa hijo. habla conducido a su defendido al banquillo de los acu-
En alan del snefio la excitada imaginación de Marta sados, no era de! autor inconsciente del hecho, sino de
se remontó ni día en que su qncridn TorKilii linhria di' la sociedad que no vela por la moral pública y permite
cumplir dii'/ y ocho años. que funcionen de un mudo descarado dancings y caba-
Jlabia salido ya, de! coletíio, lifcho un liuinbrí'. peni rets. Dijo también que parto do la respon.sabiliiiad al-
mimado y consentido con cxctiso, getíuia simio el niño canzaiía a Ricardo llclt por haber separarlo víolenta-
mal educado, díscolo y rel>elde de antaño. menle a so íiija del novio de ésta, y no, por la persua-
Rosita Helt habíase convertido en una iidoral>!e iiiu- ción para no dar lugar a que al acusado lo cegara la
.¡erciía, cuyo.s ojos, profundamente azutes, eran para rabia.
Jorgito el compendio de tudas hiM bellezas liuiiianas y El informe del abogado defensor convenció bastante
divinas y ol faro de todos ,>ÍUS ensueños más oaroB. Ins- al público, que llenaba la sala, pero no a los jueces.
truitla por el ejemplo cié mi madre, tenia Rosita toda la i,a acn.-iación fiscal fué contundente, decisiva.
düscocadn di',sprcorü|)¡tción di' las mnrliaclias mudernas, —Nunca se han visto tantos jóvenes delincuentes
cuya dcscniíiacia educación las liace no deseables, por como hoy — decía e! representante de la ley—. Y es
lo menos, para el matrimonio. que en los hogares no se enseña ya a respetar las
Como reiralii de su cumpleaños, Mart.a, a espaldas lU- leyes... Pi los padres se dedicaran a enseñar a sus liijos
su espo$!i), liafíia comprado a Jorgito un precioso aulu* i-l respeto y acatamiento que se debe a la juslieia, las
móvil de dos asientos. puertas de las cárceles se enmohecerían, y en las ciu-
I Con qué ilnsii'm esperaba la madre pader efectuar !a dades no se alzaría nunca esa cosa siniestra que se
primera carrera llevada por su liijol A María no la llama patíbulo. Y' yo, señores jurados, en nombro de
cabia la menor duda de C\U(Í SU hijo desearía que fuwir la ley y de hi sociedad, os pido que castiguéis con todo
i'lhi, y no otra alffuna persona, la f|ue estrenase el auto. rigor a ese joven libertino, cuyo delito no es hijo de la
I l'obre mujer 1 (iiTi) a i i i i -
imprudencia, sino do la degeneración.
Ignoraba ifíic Ins sacrihcios i[ue se hacen por los •M lii riüico, en li) moral no Influido por estas palabras, el ,Iiirado dio veredicto
hijos de la eonti'.\tura moral do Joririto. de sus incli- iiiciU' luni'ccr.sc' iijidu. I Mi liijJi no rs ih ÍMH! de culpabilidad, y Jorgito fué condenado como culpable
naciones perverwis y de su mala ediic.arión — causa de asesinato en primer grado.
principal de aiiiiella falta di' moral escrupulosa, o por —i'.AIi!, -:1a ;ic<impaíia Jorge KiKiiiict's es lina coiii- Al oir la sentencia, Sfarta, loca de dolor, so acercó a
mejor decir, de disciplina moral y estas inclinaciones — eídencia más. Voy en seguida ; psi' iiiiiliiito "(¡ato Nc- los jurados, gritando :
pagan de mala iiianei;i los bi-iieficios cjiíe reciben. gro" a coitiprobarlo, ^ e ñ o r e ^ jurados: soy yo, qaieu con mi indulgencia
Si María hubiera peiiKado un momento en esto, de Ricardo se apartó del leiei'com lleno de inquietud y criminal lo ha traído aquí. Y'o le comiiré el auto, yo
seiíuro <ine BU excesiva üenevoleni-ia para su bijo, se de angustia. Habla intentado engañarse a si mismo, toleré que faltase ii la ley por primera vez, dándole asi
liahria convertido en severidad, sifi men^riia para BU pero no lo logró. Por el contrario, estaba convencido idas para que reincidiese. Soy yo, se&ores jurados, la
amor iie madre, porque no es mejor madre la que más de que aquella muchacha del «Gato Negro" era su hija, única culpable, y no puedo consentir que mi hijo pa-
rosas consiente a sus hijos, íino la que procura pacien- que resulta!>a la segunda edición de su madre, corre- gue las culpas que yo cometí.
temente corrcfrir sus defectos y despertar y encau/.ar sus gida y aumentada, pues Aurora no Se atrevió nunca a —UstcL' mi puede tomar sobre si el castigo impuesto
virtiuies, ])ues nativamente nadie es líiieno ni malo por llegar tan lejos como Rosita. a su hijo. Todas las madres Imrian lo mismo — habló
cojiiplelo, sino nue el ser humano tiene nti compuesto Ricardo se plantó en dos saltos en casa de sus ve- el presidente.
de buenas y malas paaíones. La cuestión eslá en domar cinos para enterarles de la gravo calaverada qiie es- Y la infeliz Marta, al ver fallidas lodas sus esperan-
las malas y en dar suelta a las buenas, [turincánilolas taban cometiendo Jnrgito y Rosita. Roberlo no se zas, agotadas sus fuerzas, rodó al suelo con el cora-
cada vcv. mus, encontraba en su casa en aquel mumento, pero sí Mar- zón dostrozadü-
(¡uando se ilispoiiía a salir en (•(jiiipafiía de su hijo, ta, su esposa, a la que enteró Ricardo tan rápidamente
lIcEÚ Tío.«i(a, y oí joven, olvidando el deseo de su buena como ¡as circunstancias lo retiina-ian. '' ' ' ' Í T I I
madre, ia invitó a dar un paseo en coche, lanuándoEO a —J Quiero usled sorprender al sinvergüenza de su
lodo fTíiR sin preocuparse del desencanto sufrido por su hijo cu el "Gato Negro" ? Un grito penetrante, lanzado desde la callo por unos
madre, que antes de retirar el pañuelo que aííitaiía —Por Dios, amigo Ricardo, un u\i>w cirmo es él, no vendedores ainlmlantes, hixo que Marta despertase de
dtwpidindo a los <iue so alejaban, no pudo ""por menos .se dcTiigra por ir a un dintciiig con sus amigos — re- su horrible pesadilla'.
que esconder en él alttunas láfrriinas de amarga (Íes- plicó Marta, siempre benévola al juzgar los actos ie Salió rápidamente a la ventana, y vio a la vendedora
ilusión. su vastago. ambulante, objeto de su sueño, acompañada de su viejo
I.ejoE ya del bullicio ciudadano, la umbría de un her- Ricardo concretó : esposo.
moso hosqiie aira.io a los ocupanti-s del auto, y olil. —Pero sí .se porta como un canalla cuando arrastra Aún no quería creer que fuese un sueño aquella pe-
entre los triniiK de los píi.iaros y el perfume do las en .sus .juergas im nombre tan respetable como el mío. sadilla que con tan brutal realidad había vivido en su
flores, Joriíito desli/ó ai ofdo de su compañera la con- —íQuó dice nstedP cerebro durante unos instates, que pesaban tanto como
feaión de un amor por ambos .sentido desde que eran —Que Jorgilii ba llevado .allí engañada a mi hija, una vida.
muy niños. que no me negará usted que hasta ahora ha sido una En aquel momento entraba en el salón su marido,
Música que encerrara todas las armonias le parecie- joven inocenlc y pura — afirmó Ricanlo. escuchando a Jorgito, que lo decía :
ron V. Rüsila aquellas primeras frases tic amor, que —¡No es posible i — e.Kclamó Marta mii.v. alarmada. —Mamá me ha dicho que ya nn volveré más a la
susurrantes y didces llamaron a las puertas de su co- escuela de párvulos.
razón para poner en él una va ira ilusión, Sahe Dios —Acompáñeme usted y lo verá. Lo decía jactancioso, como gozándose del triunfo ob-
lo que hubiese durado aquel idilio, si las sombras do la lín un momento se arregló Marta, y poco después tenido anteriormente sobre la voluntad paterna, au-
noche no hubiesen llegado a darlos cuenta dol tiempo .se presentaba en ni (himUia acompañada de Ricardo. xiliado por el cariño sin limites de su mamá.
transcurrido. El espectáculo «pie se ofreció a su vista los abochor- Por la mente aún impresionada de Marta, desfilando
Para ganar e! tiempo perdido, emprendió Jurgito loca nó. Ambos jóvenes, volada h> ranón por d alcohol, ha- fueron rápida y tenaziiiente l.'is dolorosas escenas de la
carrera con dirección a su lionar, .siendo detenido por bían perdido lodo recato y se abrazaimn y besaban pesadilla, como indicándola el porvenir negro que es-
e.l agente de franco, que le líiipasi) una mulla crecida, delante de todo.s los parroquianos del «Galo Ñi'gro", sin peraba a su hijo si ella continuaba, con su indulgencia,
recomendaniio al inisnio tiempo su arresto. pudor alguno. 'iponiéndose a que su padre le educase y lo hiciese ca-
Ricardo, rujo de vergiien/.a. se adelantó a la escan- minar por la senda de! bien y la honradez.
Cuando llegaron a su casa llosila y Jorgito, hacía dalosa parejíL, y tomando a su liija por ia mano, !a
tmirbo tiempo que le. esperaban .sus aniigotes, los cua- intimó a que se separara del joven, Pero ésto, que a Fué entonces cuando cogiendo otra vez el zapato que
les, al ver a la nincliaclia, comprendieron la cansa de la causa de su esleído de eniliriaguez no guardaba respeto contemplaba y acariciaba antes de dormirse, y cogiendo
lardannii, y felicitaron al muchacho. a nadie, se insolentó con el padre de su novia y hasta a su hijo y colocándole sobre ella, le propinó cun el
Tino de sus amigos le sacó del bolsillo la papeleta de ¡mentó agredirle, con gran a.sombro e indignación de mismo iapato una soberana paliza en lo más carnoso
mulla, y ello fué causa de que se desbordara el entu- cuantos presenciaban la escena. del aparato posferior-
siasiiui de los circunstantes, Iba Ricardo a castigar a! atrevido moy.albete, cuando Al oír los estridentes gritos (pie daba su hijo, y su-
lioberlo intervino con severidad para hacer saber a sus ojos tropezaron con la mirada supücaiile de .Marta, poniendo que alguna nueva barrabasada había cometido
su hijo que antes de dar un centavo, consentiría muy deteniendo su ¡mpelii. Ejutinjó a su hija hacia la caüe, el angelito, compareció en el salón de su esposa, Ro-
gustoso en verlo en hi cárcel, l'ero allí estaba su madre y cuando la uiucliaciía eshivo en el interior del auto- berto, que no acertaba a salir de su asombro al ver la
diepuesla a pagar cuanto fuera necesario para respon- móvil, subió el y puso en marcha el coche, seguido por soberana paliza que le estaba propinando Marta a su
der de las hicurns de su hijo. las maldiciones del furioso Jorgito, nue no .se resignaba ídolo, al par que lo decía enérgicamente :
a que le arrebatasen a su novia. —Hoy mismo volverás a la escuela de párvulos a pe-
Efectivaiiieiiíe, Jorgito intentó marchar en pos de ilir perdón a tus profesores, y en lo sucesivo no le
• Rosita, pero su madre lo contuvo. El entonces, lleno de perdonaré ninguna de tus estúpidas tontoriae...
coraje, la arrojó brutalmente a un lado, y subiendo de Aquellos sonoros azotes, tan de buena manera admi-
Dias más tarde, en el nCatn Negro», daiir.itio <le jnoda nistrados, reconciliarnn n los buenos esposos, que com-
al que acudía la juventud alocada y diaohita en busca im salto a su auto, que estaba a la puerta del dandiig.
lomó c¡ volante y partió veloK Iras e! coche en que iban prendiéndose más y mejor, serían en lo sucesivo es-
de diversiones escandalosas y orgiásticas, Rosita y pléndidamente felices, pues contaban en su abono con
Jorgito so entregalian a las delicias del baile exótico, ílicardo y su iiija. .sin hacer caso de las súplicas y
lágrimas de Marta, maltratada por él. un cariño cierto y verdadero, a la par que de una
a ba.se de movimientos epiléplieos y de piniorescas acro- envidiable posición que les tenía ii cubierto de todo
bacias, alternijndo íste con copiosas libaciones alco- En su loca r[irrera por las calles de la ciudad, .Torgi-
lo atropello a un carro de hortalizas, guiado por un irastorno económico, y les pormitia poner todos los pie-
hólicas. dlos para la más perfecta educación de su querido hijo.
Como se ve, en hiB imaginaciones de Harta, su hijo viejo, al que acompañaba su anciana esposa, que a cau-
-lorgito y Rosila, la encantadora amiga del inucbaclio, sa del \iolenlo choque quedó muerta en el acto.
rodaban vertiginosamente por la rampa del vicio, i'ero En un momento se arremolinó la gente que transita- lílMI.OiiO
.bigamos la pesadilla iie María, tia por la calle alrededor del protagonista y las víctimas
tjnoa amigos de Ricardo líelt, que estaban en el de aquel drama, .y la policía detuvo a Jorgito, que \qui termina la novela. Dejemos abura liablar a ia
"Gato Negco", reconocieron a Eíosita, telefoneando neto aún no se daba exacta cuenta del mal que habia can- madre que habló en un principio :
seguido a su padre para informarle de lo que ocurría. sado. —Madres de lodo el mundo. Ya veis que esto no ba
El poln'c niárlir del matrimonio, resistiéndose a creer Al enterarse Marta de la detención d e s u hijo, pem llegado a ser un drama... El niño de Marta es ol niño
que su adorada Rosita fuesp capaz do comportarse como no dol suceso, creyó que éste había sido arrestado por do hoy d í a ; de sus fallas somos respon.sables ante
una niujorzuela, decía por teléfono ; exceso de velocidad, y se trasladó ;i la comisaria dis- Dios... Que la semilla del ejemplo fructifique y se con-
^ i Pero estáis seguros de que es mi Iiija'r puesta a pagar la multa que lo hubieran impuesto. vierta en raudal do bienaventuranzas para vosotras y
Pero aquella vez el asunto era mucho más grave do lo liara vuestros hijos.
—Es que hay caras que se parecen de un modo ex- que la infeliz mujer había pensado. Su hijo, su ado-
Iraordinario. Yo no niego que la ríe esa joven que está rado hijo, a pesar do todo, era | un asesino!
FIN
Y Marta, acoquinada de improviso por la fatalidad,
cayó desmayada en brazos del juez.
Uo aquí el resultado ¡le la vida licenciosa y libertina
de Jorgito, y adonde lo condujo el alcohol,
VI
Durante varias semanas, que fueron para la infolin
Marta de mortal angustia, fuó substanciándoso el pro-
ceso seguido contra Jorge, hasta que por fin llegó el
día de la vista de la causa.
Jorgito llegó aplanado ante sus jueces. Su madre asis-
tió a la vista con el corazón rabosanto do angustia y
con el rostro pálido como el de una muerta.
El inrorme de! abogado defensor fuó brillantiaimo.

Este n ú m e r o ha sido
v i s a d o p o r la c e n s u r a

MpuB^íB^

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