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‘‘Año del diálogo y reconciliación Nacional ’’

UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

ALUMNOS:
Aguilar León, Lesly Isabel
Atoche Otoya, Diego Aldair
Chang Albán, Angie Susliamy
Cornejo Chávez, Nora Elizabetha
Gonzales Gallardo, Gianella Lucia
Huaman Peña, Aracely
Masgo Agurto, Nadia Alexandra
Poicón Martínez, Benys Gabriela
Serquen Portero, Karen Isabel
Vasconcelos Chaves, Maria Alaiza

DOCENTES:
SILUPU GARCIA, CARMEN
CHAVEZ MEZONES, JORGE

MATERIA: INMUNOLOGIA
CELULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO:
1. Fagocitos
Origen:
Se desarrollan a partir de células madre en la médula ósea. Habiendo madurado, emigran a
todos los tejidos del cuerpo, pero son especialmente prominentes en el torrente sanguíneo,
bazo, hígado, ganglios linfáticos y pulmones.
Función:
Los fagocitos son células especializadas del sistema inmune cuya principal función es la de
ingerir y destruir microorganismos. Cumplen un número de funciones críticas en la defensa
del cuerpo contra infecciones. Tienen la habilidad de dejar el torrente sanguíneo y moverse
dentro de los tejidos hacia el lugar de la infección. Una vez que se encuentran en el lugar
de la infección, ingieren al microorganismo invasor. La ingestión del microorganismo por las
células facocíticas se vuelve más fácil cuando los microorganismos se encuentran cubiertos
ya sea por el anticuerpo, por el complemento o por ambos. Habiendo ingerido al
microorganismo, el fagocito inicia una serie de reacciones químicas dentro de la célula, lo
cual resulta en la muerte del microorganismo.
Clases:
Hay diversos tipos de fagocitos.

 Leucocitos polimorfonucleares (neutrófilos): encontrados en el torrente sanguíneo


y pueden emigrar a sitios de infección en cuestión de minutos. Son estas células
fagocíticas las que aumentan en número en el torrente sanguíneo durante una
infección y son en gran parte responsables por un recuento elevado de glóbulos
blancos en la sangre cuando existe una infección. Son también los fagocitos los que
dejan el torrente sanguíneo y se acumulan en los tejidos durante las primeras horas
de la infección, y son responsables por la formación de “pus”.
 Monocitos: se encuentran también circulando en el torrente sanguíneo. Estos
también forran las paredes de los vasos sanguíneos en órganos como el hígado y
bazo. Aquí capturan microorganismos mientras pasan por la sangre. Cuando los
monocitos dejan el torrente sanguíneo y entran a los tejidos, estos cambian en
forma y tamaño y se convierten en macrófagos.

2. Neutrófilos
Estructura:
Los neutrófilos poseen núcleos multilobulados y además tienen dos tipos principales de
gránulos. Los gránulos primarios (azurófilos) son lisosomas que contienen hidrolasas ácidas,
mieloperoxidasa y lisozima. Los gránulos secundarios o específicos contienen lactoferrina
además de lisozima y fosfatasa alcalina.

Clases:

 Neutrófilo segmentado: Se trata de los neutrófilos en plena etapa de madurez, los


cuales poseen un núcleo segmentado por al menos dos lóbulos diferentes. Estas
células viajan a lo largo y ancho de los tejidos para combatir a los gérmenes y
bacterias, y reaccionar ante los estímulos inflamatorios, y constituyen entre el 40 y
el 50% de los glóbulos blancos periféricos. Por lo general, se recomienda tener no
menos de 1.500 y no más de 8.000 células por microlitro de sangre para garantizar
la salud del paciente.
 Neutrofilos abastonados: Son los neutrófilos inmaduros que se identifican por la
ausencia de lóbulos en su núcleo. Este tipo de neutrófilos posee un núcleo en forma
de banda, dispuesto en torno a la periferia de la célula, y no presenta lóbulos ni
filamentos nucleares visibles.
El conteo normal de los neutrófilos banda se emplea para calcular la inflamación, y
los valores referenciales de estas células en la sangre suelen ubicarse entre el 3 y el
5% de las células blancas de la sangre.
Función:
Los neutrófilos forman la primera línea de defensa que acude a los sitios de inflamación
aguda, en respuesta a estímulos quiomiotácticos como CXCL8, producido por las células de
los tejidos afectados y los macrófagos residentes.
Para eliminar a los microbios invasores, utilizan la fagocitosis o la liberación de factores
antimicrobianos contenidos en gránulos especializados. La fagocitosis es un proceso activo
dependiente de receptores mediante el cual un patógeno es internalizado en una vacuola
especializada llamada fagosoma.
La interacción con el patógeno puede ser directa, a través del reconocimiento de patrones
moleculares asociados a patógeno (PAMPs) por parte de los receptores que reconocen
patrones (PRRs) presentes en los neutrófilos; o indirecta, a través del reconocimiento
de microbios opsonizados por los receptores de inmunoglobulinas (FcR) o
de complemento.

3. Mononucleares
Origen:
Tienen su origen en las células progenitoras indiferenciadas de la médula ósea (stem cells),
las cuales se diferencian dentro de la misma y luego pasan a la sangre periférica como
Monocitos, estos permanecerán en la circulación durante cierto tiempo (semanas) y luego
se distribuyen en los diferentes tejidos en donde van a diferenciarse en Macrófagos. Estas
células se encuentran distribuidas en diferentes tejidos y órganos así como también
asociadas a los vasos sanguíneos y al endotelio vascular. El Sistema Fagocítico Mononuclear
incluye a los monocitos de la sangre y a los macrófagos residentes en los diversos tejidos
tales como: Células de Kuppfer en el hígado, Células Mesangiales Intraglomerulares en el
glomérulo renal, Macrófagos Alveolares en el pulmón, macrófagos de membrana serosas
(peritoneales). Los macrófagos que colonizan el sistema nervioso reciben el nombre de
Microglia y los de los huesos Osteoclastos.
Estructura:
Por lo general son células grandes que contienen un núcleo prominente y citoplasma
abundante con granulaciones.
Clases:

 Monocitos: Son células circulantes con diámetro de 10 a 15 micrometros, poseen


nucleos en forma de riñon y un citoplasma finamente granular que contienes
lisosomas, vacuolas fagociticas y filamentos de citoesqueleto. Entre los múltiples
subtipos de monocitos sanguíneos, los 2 principales pueden identificarse en función
de los antígenos de superficie: CD14++ CD16, denominados originalmente
“monocitos clásicos” porque constituyen el 90-95% de todos los monocitos, y los
monocitos “proinflamatorios” CD14+ CD16+ más maduros, que producen más factor
de necrosis tumoral a (TNF-a) y menos interleucina 10 (IL-10) inmunosupresora en
respuesta a la inflamación localizada o, aparentemente, de forma aleatoria sin
inflamación.
 Mácrofagos: Son células residentes en los tejidos. Los macrófagos pueden adquirir
capacidades funcionales especiales dependiendo de los tipos de estímulos
activadores a los que se exponga, el mejor ejemplo es la respuesta de linfocitos al
ser expuestos a diferentes citocinas producidas por subgrupos de linfocitos T,
algunas de estas citocinas activan a los macrófagos, que matan a los microbios, es
llamada ACTIVACIÓN CLÁSICA. Otras citocinas activan a los macrófagos para que
promuevan la reestructuración y reparación tisulares, lo que es llamado
ACTIVACIÓN ALTERNATIVA.
Función:
Las funciones que desempeñan estas células dentro del sistema inmune se basan en
capturar y destruir a los patógenos mediante fagocitosis, y esto es lo que hacen los fagocitos
precisamente. Cuando un fagocito se encuentra con un patógeno puede hacer lo que puede
suceder es:

 Lo fagocita y digiere
 Avisa mediante factores solubles a otras células para que le ayuden a combatir la
infección y para reparar el posible daño que el patógeno haya ocasionado. De este
modo los fagocitos profesionales pueden "procesar y presentar" a los antígenos
para dar inicio a respuestas inmunitarias específicas.
Además de destruir patógenos, los macrófagos ingieren células muertas del anfitrión,
incluidas las células que mueren en los tejidos debido a traumatismos o interrupciones del
aporte sanguíneo.
Los macrófagos activados secretan gran cantidad de citoquinas que actúan sobre las células
endoteliales que recubren los vasos sanguíneos para potenciar el reclutamiento de más
monocitos y otros leucocitos de la sangre hacia las zonas de infecciones, lo que amplifica su
respuesta protectora ante microbios .
Actúan como refuerzo o supresión de la respuesta inmunitaria mediante la liberación de
diferentes factores similares a hormonas que se denominan citocinas. En la zona de
inflamación los monocitos y macrófagos pueden fusionarse para formar células gigantes
multinucleadas; estas células mantienen las funciones antimicrobianas de los macrófagos.

4. Mastocitos
Origen:
Los mastocitos son células derivadas de la médula ósea, se encuentran en la piel y epitelios
mucosos.
El mastocito sale de la médula ósea como una célula inmadura. Circulando por la sangre y
migra al tejido conjuntivo, madura y realiza su función.
Los mastocitos se encuentran normalmente en tejidos, junto a vasos sanguíneos pequeños
y nervios.
Estructura:
Forma: Ovoide
Diámetro: 8-20 µm
Núcleo: Central
Citoplasma: Contiene numerosos gránulos rodeados de membrana llenos de
proteoglucanos ácidos que se unen a pigmentos básicos.
Membrana: Poseen receptores de alta afinidad para el anticuerpo IgE.
Función:
Cuando los anticuerpos están en la superficie del mastocito, se unen al antígeno se induce
transmisión de señales para la liberación del contenido del gránulo citoplasmático, su
contenido junto con histamina promueven inflamación en los vasos sanguíneos.
Los mastocitos actúan como centinelas en los tejidos, reconocen los productos microbianos
y responden produciendo citocinas junto con factores de inflamación.
Proporcionan defensa ante los helmintos y otros microbios.
Responsables de los síntomas de enfermedades alérgicas.

5. Basófilos
Origen:
Derivan de progenitores de la médula ósea, maduran en ella y circulan en la sangre y
constituyen menos del 1% de leucocitos sanguíneos.
No se encuentran regularmente en tejidos, ya que pueden ser reclutados en áreas
inflamatorias.
Estructura:
Contiene gránulos que se unen a pigmentos básicos.
Expresan receptores para la IgE, ligan IgE y pueden activarse por la unión del antígeno a la
IgE.
Función:
Combaten las infecciones, como las infecciones parasitarias.
Suelen encontrarse en los tejidos donde se producen reacciones alérgicas para contribuir a
estas reacciones.
Defensa y reacciones alérgicas inciertas.

6. Eosinófilos
Origen:
Derivan de la médula ósea.
Las citosinas GMF-CSF, IL-3 e IL-5 promueven la maduración del eosinófilo a partir de
precursores mielocíticos.
Estructura:
Son granulocitos sanguíneos que expresan granulocitos citoplasmáticos con enzimas lesivas
para las paredes celulares de los parásitos.
Pueden dañar los tejidos del anfitrión.
Los gránulos de lo eosinófilos poseen proteínas que ligan pigmentos ácidos (eosina).
Presentes en los tejidos periféricos, como la mucosa del aparato respiratorio, digestivo y
genitourinario.
Función:
Son reclutados en sangre, lo que produce un incremento en su número, en el marco de la
inflamación.
CÉLULAS PRESENTADORAS DE AGLUTINOGENOS

Las células presentadoras de antígeno profesionales (APC) representan un conjunto celular,


perteneciente a nuestro sistema inmune innato, especializado en fagocitar o pinocitar
microorganismos, hidrolizarlos en pequeños fragmentos moleculares e incorporarlos a sus
correspondientes moléculas presentadoras de antígenos. Este conjunto de APC está
compuesto principalmente por precursores en la médula ósea, células epiteliales del timo,
monocitos circulantes en la sangre periférica, macrófagos en los tejidos, linfocitos B, células
dendríticas y células de Langerhans en prácticamente todos los tejidos de nuestro
organismo. Cada uno de estos tipos celulares está especializado en capturar, procesar y
presentar antígenos de diferente naturaleza. Mediante moléculas de histocompatibilidad
de clase II son capaces de presentar pequeños fragmentos peptídicos a los linfocitos T
convencionales, mientras que mediante moléculas presentadoras como el CD1 son capaces
de presentar pequeños fragmentos lipídicos a los linfocitos NKT. (Auffray, 2009)

También existen algunos tipos celulares que habitualmente no expresan moléculas de


histocompatibilidad de clase II, pero en ciertas condiciones inflamatorias o de estrés celular
sí son capaces de expresarlas, a este grupo pertenecen las células endoteliales, linfocitos T,
células NK (natural killer), astrocitos, queratinocitos, melanocitos y fibroblastos.
(Hume,2008)

1. Monocitos

Los monocitos nacen en la médula ósea y son liberados al torrente circulatorio donde
permanecen poco tiempo, desde unas pocas horas hasta un máximo de tres días.
Representan entre el 5 y el 10% de las células mononucleares de sangre periférica, y son las
principales células del sistema inmune innato implicadas en la inflamación y la respuesta
ante los patógenos. (Auffray,2009)

Se le atribuyen funciones de regulación de la homeostasis celular debido a su capacidad de


diferenciación.

Su función principal es la eliminación de los microorganismos, pero también son células


especializadas en la presentación antigénica mediante moléculas de histocompatibilidad de
clase II. Morfológicamente, los monocitos son heterogéneos en tamaño y forma, y difíciles
de diferenciar de las células dendríticas inmaduras (iDC) o linfocitos activados o células NK.
Se caracterizan por la expresión del receptor Csf-1, el cual está formado por el M-CSFR y el
CD115, y el quimiorreceptor CX3CR1 y la selectina CD62L. Los monocitos son células
incapaces de replicarse en la sangre periférica o en ausencia de inflamación.
(Geissmann,2003)
Sin embargo, y al cabo de un tiempo recirculando, los monocitos se extravasan a los tejidos,
donde pueden proceder a diferenciarse en distintos tipos celulares, dependiendo del tejido
y del ambiente molecular en el que se encuentren. De esta manera, se pueden diferenciar
tipos celulares morfológicamente diferentes y con funciones claramente distintas, como
por ejemplo macrófagos tisulares, macrófagos alveolares, macrófagos deciduales, células
de Kupffer y células dendríticas, entre otras. (Xu,2013)

Los monocitos y macrófagos actúan in situ en los tejidos, presentan en su superficie una
gran cantidad de receptores capaces de detectar microorganismos, lípidos e incluso restos
de células muertas. Una vez activados, su vida media es muy corta, pero son capaces de
producir inmediatamente grandes cantidades de especies oxidantes (ROS), prostaglandinas
y citoquinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), IL-1β, IL-6,
CXCL8, IL-10 o vEGF. (Gordon,2008)

En la actualidad, se definen tres subpoblaciones sanguíneas funcionalmente diferentes


acordes con la expresión de CD14 (receptor de lipopolisacárido bacteriano) y del CD16
(receptor de baja afinidad para la IgG, FcγRIII)1 . Estas tres subpoblaciones son los
monocitos CD14+CD16-, los CD14+CD16+ y los CD14-/ low CD16+. (Auffray,2009)

2. Macrófagos

Morfológicamente, son más grandes que los monocitos, debido a la presencia de un retículo
endoplasmático rugoso muy desarrollado, y la presencia de un alto número de
mitocondrias, además se caracterizan por una vida media larga en los diferentes tejidos que
los contienen (conectivos, pulmonares, hepáticos, etc.). En estado inactivo, se encuentran
“patrullando” por los tejidos no inflamados en busca de patógenos y restos celulares,
conservando en todo momento una alta capacidad fagocítica; sin embargo, su capacidad de
procesar antígenos permanece inactiva. Mediante sus receptores de superficie,
principalmente receptores de tipo toll (TLR), reconocen patrones moleculares asociados a
los patógenos (PAMP). (Gordon,2008)

Después de reconocer los patógenos mediante estos receptores de superficie, los


macrófagos se activan liberando grandes cantidades de citoquinas como el TNFα y la IL1β o
quimioquinas como la IL-8, imprescindibles para iniciar la inflamación y el reclutamiento
celular. La activación de los macrófagos también tiene como principal objetivo destruir a los
microorganismos patogénicos. Mediante una fagocitosis mediada por receptor, internaliza
los patógenos en compartimentos vesiculares intracelulares donde serán destruidos e
hidrolizados en fragmentos compuestos por unos pocos aminoácidos que serán
posteriormente incorporados a las moléculas de histocompatibilidad de clase II.
(Huang,2007)
3. Células dendríticas

Son células cuya función principal consiste en servir de enlace entre el sistema inmune
innato y el sistema inmune adaptativo. A diferencia de los monocitos, son células
encargadas de detectar patógenos, procesarlos y trasladarse a los órganos linfoides
secundarios más cercanos para presentar los antígenos. Aquí se encargarán de activar a los
linfocitos T y dirigirles en su diferenciación hacia la respuesta defensiva más adecuada.
(Hespel,2012)

Uno de los descubrimientos que más ha sorprendido en estas células ha sido la función
inmunorreguladora que eran capaces de exhibir. Estas células, no solo activan al sistema
inmune sino que de manera opuesta están implicadas en el establecimiento de los procesos
de tolerancia central y periférica, regulando de esta forma la autoinmunidad. Otro de los
hallazgos más relevantes aconteció cuando en 1998 se observó in vitro la posibilidad que
tenían los monocitos sanguíneos de diferenciarse de células dendríticas. (Castiello,2011)

Tipos de células dendríticas en función de la histología

En función del tejido donde se encuentran, distinguimos los siguientes tipos de células
dendríticas. (Castiello,2011)

Las presentes en el tejido linfoide, médula ósea, timo y zona marginal del bazo se
denominan células interdigitantes.

 Las que se encuentran fuera de los órganos linfoides, en la epidermis y en las


mucosas se conocen como células de Langerhans.
 Las que están fuera de los órganos linfoides y presentes en tejidos como riñón,
corazón y pulmón se denominan células intersticiales.
 Las presentes en las vías aferentes linfáticas dirigidas hacia los órganos linfoides
secundarios se denominan células veladas.
 Las que se hallan en la sangre se conocen como células dendríticas sanguíneas.

Tipos de células dendríticas en función de su estado de activación

Las células dendríticas son sintetizadas y liberadas a los tejidos donde permanecen en un
estado estacionario o inactivo, y son denominadas iDC. Esta terminología incluye todas las
células dendríticas antes mencionadas. Funcionalmente, son células muy eficientes en la
incorporación (sea por fagocitosis o pinocitosis) y el procesamiento de patógenos, expresan
un número bajo de moléculas de histocompatibilidad de clase II, de moléculas implicadas
en la coestimulación (CD40, CD54, CD58, CD80 y CD86) y son capaces de mantener la
tolerancia presentando continuamente antígenos propios a los linfocitos T. La activación de
las células dendríticas, ya sea mediante sus receptores de superficie (TLR) o mediante
señales intracelulares derivadas del procesamiento de los patógenos (se hace referencia a
ellos en profundidad en el artículo de respuestas innatas y adaptativas de esta Unidad
Temática) produce su diferenciación a células dendríticas maduras (mDC).
Morfológicamente, se diferencian adquiriendo dendritas, aumentan mucho la expresión de
moléculas de histocompatibilidad de clase I y II, aumenta la expresión de moléculas de
coestimulación (CD40, CD54/ICAM-1, CD58/LFA-3, CD80 y CD86), aumenta el CD83
(marcador de activación de células dendríticas) y son capaces de producir grandes
cantidades de citoquinas como la IL-12, IFNα e incluso IL-10. (Jaitley,2012)

Tipos de células dendríticas en función de su origen

Actualmente, todos los autores están de acuerdo en que las células dendríticas tienen un
origen común en la médula ósea. Este origen es la célula madre pluripotencial CD34+ de la
que deriva, prácticamente, todo el sistema inmune. Las células dendríticas se caracterizan
por expresar el marcador CD209 (DC-SIGN) y ser negativas o expresar débilmente el CD14,
el antígeno de superficie característico de los monocitos. Sin embargo, no todas las células
dendríticas proceden directamente de la médula ósea. Desde el año 1998 se conoce la
propiedad que tienen los monocitos circulantes de diferenciarse a células dendríticas o a
células de Langerhans, lo que implica una diferenciación secundaria o indirecta. El estudio
de las células de Langerhans ha sido intenso hasta reconocer que se trata de un tipo de
célula dendrítica que se origina en la médula ósea, migra a la epidermis situándose en el
epitelio escamoso donde reconocerá antígenos y se los presentará en moléculas de
histocompatibilidad de clase II a los linfocitos T. (Moser,2012)

4. Célula dendrítica folicular

Por otro lado, existe un tipo celular denominado célula dendrítica folicular, esta se
encuentra en los órganos linfoides secundarios; sin embargo, no son células dendríticas, ya
que no tienen el mismo origen, es estromal o mesenquimal, y no son capaces de procesar
antígenos y presentarlos en moléculas de clase II, por lo que no son células presentadoras
de antígeno profesionales. Sin embargo, son capaces de retener inmunocomplejos
mediante receptores Fc que presentan en su superficie. (Van,2012)

Por último, se han diferenciado distintas subpoblaciones sanguíneas de células dendríticas


procedentes de la medula ósea en función del precursor que las ha generado. De esta
manera, las células dendríticas se diferencian en dos grandes grupos: las de origen mieloide
(MDC) y las de origen linfoide (PDC). Ambos tipos celulares representan menos del 0,5% de
las células mononucleares de sangre periférica.

Las MDC son células que derivan de la estirpe mieloide y se caracterizan por expresar el
CD33 en alta intensidad. Se localizan en la sangre, tejidos y órganos linfoides secundarios
expresando CD11c en alta intensidad y no expresando el CD123. Presentan una vida media
corta, y se renuevan muy rápidamente. Las MDC secretan IL-12, pero no IFNα, por esto se
les asigna la función de enlace entre la respuesta innata y la respuesta adaptativa. Además,
dentro de las MDC se han caracterizado dos subpoblaciones celulares: las MDC de tipo I
(MDC1) y las MDC de tipo II (MDC2). Las MDC1 son las menos abundantes, se diferencian
de las MDC2 porque son capaces de expresar el CD1c y el CD1a. El CD1 representa una
molécula de histocompatibilidad no clásica encargada de la presentación de antígenos
lipídicos. Producen IL-12, y bajos niveles de IL-6 e IL-8, induciendo respuestas del tipo Th1.
Al activarse y diferenciarse a célula dendrítica madura no pierden la secreción de IL-12. En
cambio, las MDC2 son más abundantes que las MDC1, no expresan el CD1, producen IL-12,
IL6 e IL8 en grandes cantidades, y cuando se activan pueden perder la secreción de la IL-12,
adquiriendo la capacidad de sintetizar IL-10. Funcionalmente, colaboran en la
diferenciación hacia respuestas linfocitarias tipo TH2 y regulando la presentación de
antígenos propios. Las PDC, a diferencia de las MDC, derivan de la estirpe linfoide, y no
expresan, o lo hacen levemente, el antígeno de superficie CD33. Se localizan en sangre o
tejidos y expresan el antígeno de superficie CD123 pero no el CD11c. Son células dendríticas
con una vida media larga y, por lo tanto, se renuevan lentamente. Las PDC producen altas
cantidades de IFNα, y por esto se les atribuye la función antivírica. Otra de las características
que diferencia a las PDC de las MDC se establece en que las PDC se extravasan tanto a
tejidos residentes como recirculan a través de las vénulas endoteliales altas por los órganos
linfoides secundarios, mientras que las MDC se extravasarían a los tejidos y, de ahí,
mediante vías aferentes a los órganos linfoides secundarios. (Dzionek,2000)

LINFOCITOS

Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos de la sangre que tienen un papel muy
importante en la defensa inmunitaria del organismo contra la agresión por agentes
microbianos externos. Se producen en la médula ósea y circulan por la sangre y los vasos
linfáticos. Hay varios tipos de linfocitos pero hay dos que son los más importantes.

También podemos decir que son las células más características de la inmunidad adaptativa
y además son las únicas células del cuerpo que expresan receptores para el antígeno
distribuidos de forma clonal, cada uno específico frente a un determinante antigénico
diferente.
El número total de linfocitos en un adulto sano es de 5 X10. De ellos, ~ 2 % están en la
sangre, ~ 4 en la piel, ~1 0% en la médula ósea, ~ 1 5 % en los tejidos linfáticos mucosos de
las vías digestiva y respiratoria y ~ 6 5 % en los órganos linfáticos (sobre todo, en el bazo y
los ganglios linfáticos).

Origen

Las células sanguíneas comienzan sus vidas en la medula ósea a partir de un solo tipo de
celula, la celula precursora hematopoyética pluripotencial de la cual derivan todas las
células de la sangre. Se reproducen, pero una pequeña parte de estas permanece igual que
las originales y se queda en la medula ósea, para mantener el aporte, aunque su cantidad
disminuye con la edad. En un estadio intermedio, reciben el nombre de células precursoras
comprometidas, cuando estas crecen en cultivos producen colonias de tipos especiales de
células, por ejemplo, la CFU-E (colonia formadora de eritrocitos) o la CFU-GM (colonia
formadora de granulocitos y monocitos).

El crecimiento y reproducción de los diferentes tipos es controlado por multiples proteínas


llamados inductores de crecimiento, como por ejemplo la interleucina 3 que favorece el
crecimiento de casi todos los tipos, mientras que otros son mas específicos. Sin embargo
también tendremos factores de diferenciación que se encargaran de diferenciar las células
hasta el final.

Los linfocitos se originaran de las células precursoras comprometidas de la línea linfocítica,


sin embargo no llegan como linfocitos en si, si no que requieren de un preprocesamiento.

Los linfocitos T después de originarse en la medula, migran al timo y se dividen rápidamente


y formar una diversidad extrema de capacidad de reacción con antígenos específicos. Estos
linfocitos preprocesados, dejaran el timo y se diseminaran por todo el cuerpo para alojarse
en el tejido linfático.

El timo también asegurara que estos linfocitos liberados no actúen contra antígenos
presentes en el propio tejido, lo hace seleccionándolos, es decir mezclándolos con
autoantígenos, si es que el linfocito reacciona no será liberado, ya que eso podría llegar a
ser mortal.

Respecto a los linfocitos B, estos se preprocesan en el hígado durante la etapa intermedia


de la vida fetal y en la medula durante la ultima etapa de la misma y tras el nacimiento. Los
linfocitos B secretaran activamente anticuerpos y además presentaran mucha mas variedad
que los linfocitos T y se almacenaran cerca de estos.

Estructura

Los linfocitos son células pequeñas y redondas, de 7-15µm de diámetro y con un núcleo
grande. Tienen pocas mitocondrias y un aparato de Golgi pequeño. Su superficie es lisa, sin
embargo, algunos pueden mostrar proyecciones pequeñas. Las células NK son más grandes
que los B o T y tienen gránulos citoplasmáticos evidentes.

Tipos Y Función

Linfocitos T

Su nombre provione en relación a su origen en el timo. Hay multiples tipos de este, están
ligados con la inmunidad celular o inmunidad del linfocito T, pero se clasifican en 3 tipos
principales: Linfocitos T colaboradores, Linfocitos T citotóxicos y linfocitos T supresores.

Los linfocitos T colaboradores, son los mas numerosos, colaboran en las funciones del
sistema inmunitario y lo hacen de diversas formas, forman mediadores proteicos
(linfocinas) las cuales actúan sobre otras células del sistema inmunitario. Como linfocinas
mas importantes podemos encontrar las siguientes: Interleucinas 2,4,5 y 6, además del
factor estimulador de colonias GM.

Sin la existencia de estas linfocinas el sistema inmune queda paralizado.

Sin los linfocitos T colaboradores los linfocitos T citotóxicos y supresores se activarían


débilmente con los antígenos, por lo que la Interleucina 2, produce un efecto estimulador.
También actúan como factores de crecimiento para los linfocitos B ya que sin estas su
formación y producción de anticuerpos también seria mínima (interleucina 4,5 y 6).

Los linfocitos T citotóxicos son de ataque directo, ya que pueden matar microorganismos y
células propias. Las proteínas que hay en su superficie les permite unirse fuertemente a los
microorganismos o células que contengan el antígeno adecuado. Entonces la lisan y luego
secreta perforinas que van a agujerear la célula atacada. Pueden seguir matando mas
células después de eso, de hecho algunos persisten en el tejido hasta meses.

Los linfocitos T supresores, son capaces de suprimir las funciones de los linfocitos T
citotóxicos y colaboradores. Pertenecen a los linfocitos T reguladores junto con los linfocitos
T colaboradores
Linfocitos B

Estos permanecen latentes en el tejido linfático, al entrar el antígeno extraño los


macrófagos fagocitan al antígeno y lo presentan a los linfocitos B adyacentes.

Los linfocitos B son responsables de la inmunidad humoral. Su función principal es la


defensa del huésped contra gérmenes por medio de la secreción de anticuerpos que
reconocen las moléculas antigénicas de los patógenos. También tienen otras funciones
como la presentación de antígenos a los linfocitos T, la regulación negativa de las respuestas
inflamatorias y la regulación de las respuestas frente a autoantígenos. Las células B
producen anticuerpos de distintos isotipos que se distribuyen y localizan en distintos
compartimentos de nuestro organismo y desencadenan distintas funciones efectoras como
la activación del complemento, y diversas respuestas celulares mediadas por receptores
para anticuerpos, como la fagocitosis de microorganismos e inmunocomplejos y la
exocitosis de mediadores y citotoxinas.

Con respecto a la producción de anticuerpos Los anticuerpos, también denominados


inmunoglobulinas, son los BCR. Por medio de los BCR, las células B reconocen un antígeno,
y generan señales intracelulares que determinarán el destino funcional de la célula B. Las
señales generadas por el BCR deciden que las células B inmaduras autorreactivas inicien
procesos de suicidio celular, o bien, que las células B maduras se activen e inicien su
proliferación y diferenciación en células plasmáticas y células B memoria. Cuando las células
B se transforman en células plasmáticas secretoras de anticuerpos, producen estos en
forma de moléculas solubles, con capacidad para neutralizar el antígeno que reconocen
específicamente y de dirigir otras células del sistema inmune contra el antígeno.

ORGANOS LINFOIDES

En la respuesta inmune participan células y moléculas distribuidas por todo el organismo,


tanto en la circulación como en los diversos tejidos del organismo. Sin embargo, grupos de
células inmunocompetentes conforman tejidos especializados del sistema inmune, los que
a su vez se integran como órganos linfoides.

1. Órganos linfoides primarios

Son aquéllos en los que los linfocitos se originan y maduran, a través del mecanismo de
linfopoyesis y/o la adquisición de las características que los capacitan a responder ante un
antígeno extraño. Como órganos primarios tenemos al timo, donde maduran los linfocitos
T, y la médula ósea, sitio de linfopoyesis y maduración de los linfocitos B.

- Médula ósea
En este órgano se generan las células troncales hematopoyéticas (stem cells) o células
madre, origen de todas las células sanguíneas. En la vida fetal emergen inicialmente del
saco embrionario y posteriormente del hígado y del bazo; al nacimiento, la médula ósea se
convierte en el principal centro hematopoyético. Si la demanda de células es muy grande o
hay daño medular, se perfilan como auxiliares en la hematopoyesis, el hígado y el bazo.

Localización

La médula ósea se encuentra en el interior del hueso como una estructura reticular inmersa
entre grandes trabéculas, en cuyos espacios se encuentran adipocitos, fibroblastos del
estroma y precursores de las células sanguíneas. En los procesos de crecimiento y
diferenciación de las células progenitoras, participan una variedad de factores
estimuladores.

Función

En la diferenciación del linfocito B participan activamente las células del estroma con la
liberación de citocinas y factores de crecimiento; en esta etapa, las células B que muestran
autorreactividad son disminuidas por apoptosis, lo que sucede aproximadamente en 50%.
Finalmente, el linfocito B maduro emerge de la médula y a través de la circulación, se dirige
a los órganos linfoides secundarios para ejercer su función efectora. El linfocito T que
también se origina en la médula, sale de ella inmaduro (timocito). A continuación, el
timocito guiado por señales quimioatractantes generadas por quimiocinas en el timo,
ingresa a este órgano para completar su desarrollo y adquirir las características de madurez
que lo facultan para responder a un antígeno.

- Timo

Es un órgano localizado en el tórax, por encima del corazón.

Origen

Su origen embrionario es endodérmico, de la tercera y cuarta bolsa faríngea en donde las


células epiteliales crecen adentrándose en el mesénquima y formando cordones sólidos que
pierden sus conexiones con sus lugares de origen

Estructura

Dos lóbulos conforman el timo, rodeados ambos por una delgada cápsula de tejido
conjuntivo que emite tabiques hacia el interior del mismo, los cuales forman trabéculas que
a su vez dividen los lóbulos, en múltiples lobulillos incompletos, constituyendo una parte
del estroma del órgano. Estos lobulillo están llenos de células linfoides denominadas
timocitos, distribuidas en una corteza de gran densidad celular y una médula de menor
densidad celular. Existe un gradiente de maduración de estas células tímicas que van desde
las más inmadura en la corteza hasta las que se encuentran en una etapa de maduración
más tardía en la médula.

- células no linfoides que constituyen el estroma tímico

Tanto en la corteza como la en la médula se encuentra una red de células no linfoides que
constituyen el estroma tímico, y que consta de varios tipos celulares:

a. De seis tipos de células reticuloepiteliales:


- En la corteza más externa, las células nodriza (tipo I y II)
- En la corteza, células corticales epiteliales (tipo III y IV)
- En la médula, células medulares epiteliales (tipo V y VI).
b. Células dendríticas interdigitantes sobre todo en el límite cortico-medular.
c. Macrófagos, con una localización similar a las dendríticas.
 barrera hemotímica

Esta estructura cobra un gran importancia en este órgano debido a la minuciosa selección
que se lleva a cabo en el mismo, para la cual se requiere un estricto control de que los
componentes que viajan por el torrente sanguíneo no pasen a los compartimentos internos
del timo y modifiquen la maduración de los linfocitos T vírgenes y que van a realizar su
función en lugares distantes cuando son estimulados por un antígeno específico. Por estas
razones la barrera está formada por estos elementos fundamentales:

1. Endotelio continuo, zonas ocluyentes del capilar.

2. Lámina basal gruesa y pericitos.

3. Espacio pericapilar con macrófagos.

4. Células reticulares epiteliales tipo I y su lámina basal.

Con estos elementos es difícil de que exista la posibilidad de que un antígeno que viaje en
la sangre, pueda atravesar esta barrera para ponerse en contacto con los timocitos que
están llevando a cabo la transformación necesaria para convertirse en una célula
inmunológicamente competente.

2. Órganos linfoides Secundarios:


Reciben los linfocitos procedentes de los órganos primarios. Crean el microambiente en el
cual los linfocitos pueden interactuar con los antígenos y otros componentes celulares, es
decir que aquí ya son capaces de realizar las funciones inmunes. Su extirpación no
compromete la respuesta del sistema inmunitario.

En los mamíferos son los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido linfoide asociado a las
mucosas. Se comunican entre sí mediante vasos sanguíneos y linfáticos

 Ganglios linfáticos:

Tienen una forma parecida al riñón, pero de menor tamaño. En condiciones normales su
tamaño es menor de 1 a 0,5 cm. Localizan la infección e impiden su avance. Cuando
responden a la respuesta inmune su tamaño aumenta. Se distribuyen por todo el
organismo, formando cadenas que actúan como lugares de estacionamiento de células
inmunitarias.

Funciones:

- Capturar fluido procedente de los tejidos y reingresarlo en la sangre. El plasma se


extravasa desde los capilares a los tejidos, generando el líquido intersticial. Parte de
éste retorna a la sangre a través de las membranas capilares, pero el resto, llamado
linfa, fluye desde los tejidos conectivos a una red de finos capilares linfáticos
abiertos, y de allí va pasando a vasos cada vez mayores (vasos linfáticos).
Finalmente, la linfa llega al mayor vaso linfático, denominado conducto torácico,
que descarga a la circulación sanguínea a nivel de la subclavia izquierda (cerca del
corazón).

- Capturar antígenos de los líquidos intersticiales de los tejidos y llevarlos a algunos


de los órganos linfoides secundarios, donde quedarán retenidos para su interacción
con las células del sistema inmune. El antígeno queda retenido en alguno de los
ganglios interpuestos a lo largo del sistema de vasos, pero en el caso de que “pase
de largo” entrará en circulación sanguínea y tendrá la oportunidad de ser captado
por el bazo. (A los ganglios y al bazo se les califica como órganos linfoides
secundarios sistémicos).

Estructura:

Forman parte del entramado corporal que filtra los Ags de los tejidos y la linfa durante su
paso de la periferia hacia el conducto torácico. Los ganglios humanos suelen medir entre 2
y 10 mm de diámetro, y tienen forma de judía, con una parte cóncava denominada hilio, a
donde entra una arteria que se ramifica a arteriolas, a vénulas postcapilares a vena que sale
por el hilio.

En los ganglios linfáticos se pueden distinguir distintas zonas de la periferia al centro:

a) Seno Subcapsular: Zona que contiene macrófagos que captan Ags y los elimina. Pueden
funcionar como CPA.

b) Corteza (Área De Células B): Contiene folículos primarios y secundarios similares a los de
las PALS. Hay CPA, macrófagos, LB y LTh.

c) Paracorteza (Área De Células T):Contiene LT, células interdigitadas en gran número (CPA
de LT) que expresan niveles elevados de MHC-II, macrófagos, etc.

d) Médula: Contiene la mayoría de las células plasmáticas (forman los cordones medulares)
que hay en el ganglio linfático. También hay macrófagos, LT, LB. Los macrófagos son células
fagocíticas basureras dispuestas en torno a los senos linfático, que limpian la limpian la
médula de partículas.

Aparte de estos órganos sistémicos existen folículos linfoides difusos. Son agregados de
células linfoides rodeados de capilares linfáticos que drenan al folículo. Existen miles de
tales folículos dispersos por casi todos los órganos y tejidos, siendo especialmente
abundantes a lo largo del tracto gastrointestinal, bronquios, tracto respiratorio superior y
tracto genital.

 Bazo:

Es un órgano linfoide secundario grande (150 g en humanos adultos), de forma ovoide,


situado en el cuadrante superior izquierdo del abdomen. Está especializado en capturar
antígenos transportados por la sangre (p. ej., en las situaciones de infecciones sistémicas).

Es donde se eliminan los hematíes envejecidos (pulpa roja), pero además es un órgano
linfoide secundario (pulpa blanca). Contiene áreas tanto de linfocitos T como B, pero son
mayoritarios los linfocitos B.

Posee una cápsula de tejido conectivo, de la que salen hacia el interior numerosas
trabéculas que delimitan compartimentos. En cada compartimento se distinguen dos tipos
principales de tejidos:
– Pulpa roja (función hematológica). La pulpa roja es una red de sinusoides venosos que
continen macrófagos residentes especializados (macrófagos de los senos esplénicos), que
se encargan de destruir eritrocitos y plaquetas viejos (proceso de hematocatéresis

– Pulpa blanca (función inmune). La pulpa blanca se dispone alrededor de las arteriola
central, formando el manguito linfático periarterial (PALS). En este manguito hay dos áreas:

- Área de células T: alrededor de la arteriola central. Es la primera en desarrollarse en


la pulpa blanca del embrión. Las primeras células en instalarse son los LT,
macrófagos, CPA, y alguna célula plasmática.

- Área de células B: en la periferia del manguito, que contiene, además, CPA,


macrófagos y células B que recirculan lentamente. Se forma 1 semana después que
la zona T.

La arteria esplénica se ramifica en numerosas arteriolas, que descargan a los sinusoides


esplénicos; de allí arrancan las vénulas, que finalmente se unen en una sola vena esplénica
que sale del órgano. La arteria central se divide y forma las arterias peniciladas que están
rodeadas por las vainas peniciladas (macrófagos que captan Ags). Hay capilares que
atraviesan la pulpa blanca y continúan en la pulpa roja o terminan en la zona marginal (zona
de captación de Ags) que separa la pulpa blanca de la roja. El Ag llega a través de la arteria
esplénica, que entra al órgano por el hilio. La arteria se divide en arteriolas, que a su vez
conducen a capilares, que se abren y vacían su contenido en la zona marginal de la pulpa
blanca.

Las células B pueden formar folículos primarios (no estimulados) o secundarios


(estimulados), también llamados centros germinales.

a) Folículos Primarios (se forman en la periferia de las vainas del PALS). Están constituidos
por un estroma de fibras reticulares que contiene células reticulares mesenquimatosas,
células dendríticas foliculares (CPA) y LB (centrocitos). Tienen un aspecto homogéneo. Los
linfocitos B vírgenes recirculantes son IgM+/IgD+.

b) Folículos Secundarios (se forman a partir de los folículos primarios, después de ser
estimulados por Ags). Se distinguen dos zonas:

- Zona central o germinal (es la zona de proliferación de LB y producción de Ac): contiene


LB (90%), linfoblastos, células plasmáticas, macrófagos de cuerpos tingibles (fagocitan a las
células muertas), LTh que cooperan con los LB. Los LB activados son IgD- e IgM+/IgA+/IgG+,
pero 5-10 veces menos que en LB vírgenes. Durante la proliferación de los LB activados, hay
células que evolucionan a LB de memoria (respuesta secundaria) que se caracterizan por
ser IgD-, pequeño tamaño e Ig de membrana de mayor afinidad (maduración de la
respuesta).

- Casquete, corona o manto: contiene linfocitos B pequeños en estado de reposo, y menos


CPA que en la zona central. Los LB de esta zona son IgD+/IgM+ (VIRGENES).

La actividad proliferativa varía según la edad; en individuos jóvenes hay muchos


centroblastos (células del centro folicular), y en adultos hay pocos centroblastos y más
centrocitos (células de memoria). En ausencia de estímulo, la zona marginal posee folículos
linfoides primarios, parecidos a los de los ganglios, ricos en células B vírgenes.

SISTEMAS INMUNITARIOS REGIONALES

Conforman un tejido linfoide especializado de las mucosas conocido como Tejido linfoide
asociado a la mucosa (MALT) que en el intestino se denomina GALT, tejido linfoide asociado
al intestino (gut), otro asociado al árbol bronquial (BALT) y otro a la nasofaringe, NALT. Este
tejido se presenta en dos formas: infiltrados linfocitarios difusos y agregados de L que, en
el intestino, reciben el nombre de placas de Peyer (PP). (CUADRO 1) p.132

(Rojas, 2012)

1. GALT: es el mayor órgano linfoide. A él pertenecen más de la mitad de todas las


células linfoides del organismo. Una de sus estructuras principales la constituyen las
PP, que tienen similitud estructural con los ganglios linfáticos y albergan, dentro de
una red de células reticulares, todo lo necesario para una respuesta inmune
específica, incluyendo células presentadoras de antígenos como Mø y DC. Las PP
están separadas de la luz intestinal por unas células especiales que hacen parte del
endotelio intestinal, conocidas como M, y encargadas de captar microorganismos
de la luz intestinal.

En las PP hay L tanto T como B, con predominio de estos últimos, que se agrupan en los
centros germinales o zonas B. Están programados para producir Ac de una clase conocida
como IgA. La zona B está rodeada por tejido linfoide difuso, constituido principalmente por
LT de tipo ayudador o Th. Esta zona periférica, zona T, es rica en capilares venosos de células
cuboides que permiten la entrada a las PP de L provenientes de la circulación, destinados a
radicarse en ellas. Durante su contacto con Ag en los ganglios, los L adquieren en la
membrana proteínas especiales, conocidas como adresinas, que les permiten, después de
circular por los ganglios linfáticos y por la sangre, regresar al mismo lugar de origen. Este
proceso de ubicación (boming en inglés) está facilitado por receptores especiales presentes
en las células cuboides del endotelio de los capilares identificados como moléculas CD44.

Los microorganismos que entran por vía oral establecen contacto con este tejido linfoide
por medio de las células M. Éstas se activan al hacer contacto con un Ag y migran hacia los
ganglios mesentéricos. Al llegar a los ganglios linfáticos para presentarlos a los LT. Estos
hacen contacto con los LB que se transforman en células plasmáticas algunas de las cuales
regresan a localizarse en la lámina propia de la mucosa intestinal, glándulas salivares y
glándulas mamarias, lugares en donde inician la síntesis y secreción de Ac de la clase IgA.
Esta clase de inmunoglobulina protege contra gérmenes que lleguen por vía oral.

2. BALT: Su estructura y función son similares a las del GALT. El tejido linfoide
nasofaríngeo o NALT, conocido también como anillo de Waldeyer, incluye las
amígdalas, las adenoides y gran número de acúmulos linfoides. Son ricos en LT. En
dicho tejido los LB producen IgA. p.133. (Rojas, 2012)

3. Tejido linfoide asociado a mucosas (MALT):

Son agrupaciones linfoides no capsuladas situadas en áreas submucosas (cuadro 1).


Las células de cada sitio tienen distintos fenotipos y características funcionales. La mayoría
de los linfocitos intraepiteliales son T con predominio del tipo CD8; en humanos
aproximadamente el 10% corresponde a linfocitos intraepiteliales.

Caracterizados por su capacidad para responder directamente ante cualquier antígeno. Al


igual que en el resto de los órganos descritos, hay tejido linfoide organizado en folículos
primarios con abundantes linfocitos B y centros germinales o folículos secundarios. La
inmunidad generada en estos sitios se enriquece con la actividad desplegada por la gran
cantidad de anticuerpos (IgA), que se encuentran inmersos en las mucosas. Entre los
órganos linfoides secundarios, existen variaciones tanto en la estructura como en la forma
de llegada de un antígeno, así al ganglio llega principalmente por la linfa, en el bazo por la
sangre y en algunos tejidos asociados a mucosas a través de células. Sin embargo, el proceso
desencadenado por la interacción antígenos-células linfoides, en los folículos primarios,
descrito en la sección correspondiente al ganglio, se realiza de manera similar en los
diferentes órganos secundarios. Los linfocitos generados en la médula ósea y el timo
recirculan por todo el organismo, a través de la sangre y la linfa, para finalmente ingresar a
los órganos linfáticos secundarios y establecer contacto con el antígeno correspondiente.
Muchos linfocitos ya activados o de memoria, salen de los órganos linfoides y se ubican en
el sitio de entrada del antígeno con el que interaccionaron o migran a sitios de inflamación
e infección. Otros, principalmente los de tipo T permanecen en la circulación, adheridos a
las paredes de los vasos sanguíneos o dispersos en los tejidos linfoides asociados a mucosas,
en compañía de los B, que se localizan principalmente en los órganos linfoides. Esta
distribución estratégica muestra la amplia cobertura del sistema linfoide, para establecer
una óptima vigilancia y protección específica a través de todo el organismo. (Abbas , 2007)

TIPO CELULAR

LIinfocitos B

Son células especializadas del sistema inmune que juegan un papel importante en la
respuesta humoral, el principal mecanismo de defensa contra patógenos que se replican
fuera de la célula del huésped (patógenos extracelulares).

La principal función de los linfocitos B es el reconocimiento de moléculas extrañas al


organismo, llamadas antígenos, y la producción de anticuerpos específicos para
neutralizarlas. Las células B son las únicas capaces de sintetizar anticuerpos o
inmunoglobulinas. (1)

Desarrollo Linfocitario:

Tanto los linfocitos T como B se originan en médula ósea a partir de un progenitor linfoide
común. Los linfocitos B prosiguen su maduración en la médula, que les proporciona un
microambiente apropiado para su desarrollo. Las células del estroma establecen contactos
con las células B a través de moléculas de adhesión (VLA-4 interacciona con VCAM-1), y
producen factores de crecimiento como el factor de células stem (CSF) e IL-7. Generan el
anticuerpo de membrana y sufren un proceso de selección para eliminar a las células B
potencialmente dañinas para el organismo, permitiendo así la tolerancia al propio
organismo. (4)

Origen Y Morfología:

Los linfocitos T y B se originan a partir de un progenitor linfoide común derivado de la


diferenciación de una célula madre “stem cell” hematopoyética en la médula ósea. Sin
embargo, los linfocitos B se desarrollan en la médula ósea, y los T lo hacen en el timo. Ambos
linfocitos presentan un tamaño y morfología muy similares, siendo células redondeadas
con poco citoplasma y escasos gránulos de 6-10 micras, lo que hace necesario utilizar
técnicas especiales para diferenciarlos, como por ejemplo el estudio de los marcadores de
membrana CD2 y CD3 para células T y el CD19 para células B. (1)
Clasificación:

Los linfocitos B se clasifican en dos tipos:

1. Linfocitos B-1. Son células que se originan muy temprano en la ontogenia. Se


localizan preferentemente en peritoneo y pleura y presentan diferencias en
marcadores y en capacidad funcional con los linfocitos B mayoritarios o B-2.
Existe un gran debate sobre si ambos se originan de un progenitor linfoide
común o si los B-1 proceden de una célula progenitora diferente con alta
capacidad de autorrenovación.

Las células B-1 producen anticuerpos IgM en respuesta sobre todo a carbohidratos y no
requieren de la ayuda de los linfocitos T para producir anticuerpos (son timo-
independientes), por lo que se cree que participan en la primera línea de defensa frente a
infecciones, defendiendo sobre todo las cavidades peritoneal y pleural del organismo, de
forma semejante a como lo hacen las células T en epitelio y pulmón. (1)

Originalmente fueron descritas como células B que presentan un marcador característico


de linfocito T, el CD5, que se utiliza para estudiar la expansión tumoral de estas células B-1
CD5+ en la leucemia linfocítica crónica. (1)

En base a la expresión de este marcador, se subdividen a su vez en B-1a y B-1b.

2. Linfocitos B-2. Son los linfocitos B convencionales, que se originan y maduran


en médula ósea. Su receptor específico o BCR (del inglés “B cell receptor”), que
es una inmunoglobulina de membrana, será capaz de reconocer antígenos tanto
solubles como en la superficie de estructuras (virus, bacterias, parásitos..), y
requieren generalmente de la cooperación de los linfocitos T para convertirse en
células efectoras. Además del anticuerpo, los linfocitos B expresan otras
moléculas diferenciales de los linfocitos T, como son los marcadores CD19, CD20
y CD21. Además, dependiendo de su estado de reposo, activación o grado de
maduración, los linfocitos B se diferencian también por la expresión diferencial
de moléculas de membrana.

TAabla 1. Clasificación de los linfocitos B.


Clasificación División CD5 Intensidad de Marcador Respuesta
expresión de Ac CD45RA

B1 B1-a CD5+ IgM++ IgD+ CD45RA+ Timo


independiente
B1-b CD5- IgM++ IgD+ CD45RA+

B2 CD5- IgM++ IgD++ CD45RA+++ Timo


dependiente

Receptores:

Tanto los linfocitos T como B se caracterizan por presentar un receptor específico de


membrana. Estos receptores tienen una distribución clonal, y por tanto existe una enorme
variedad de receptores capaces de reconocer a una amplia variedad de estímulos.(2)

Receptor Del Linfocito B:

El receptor del linfocito B es una inmunoglobulina o anticuerpo de Membrana constituido


por dos cadenas pesadas idénticas (H) y dos cadenas ligeras (L) también idénticas, que se
encuentran unidas entre sí por puentes disulfuro, dando lugar a una estructura muy estable
con forma de Y. (2).

CÉLULAS T EFECTORAS

1. LINFOCITOS TH: “HELPER” (CD4+) Constituyen el 65-70% de los linfocitos T de


sangre periférica. Su función es cooperar con otras células del sistema inmune,
tanto secretando hormonas (citocinas), como interactuando directamente con
otras células. Se denominan también linfocitos CD4+, ya que presentan ese
marcador distintivo en su membrana. A través de su receptor específico TCR
reconocen péptidos del patógeno en la superficie de macrófagos, células
dendríticas o linfocitos B (se denominan células presentadoras de antígeno). Los
péptidos no se presentan solos, sino asociados a moléculas de clase II del
Complejo Principal de Histocompatibilidad o HLA. De esta forma, los linfocitos
TH sólo pueden ver péptidos en el contexto de HLA de clase II en la superficie de
células propias del organismo. (2)

DEPENDIENDO DE LAS CITOCINAS QUE PRODUCEN LOS LINFOCITOS TH SE SUBDIVIDEN EN


TH1 O TH2

Función Clasificación Citocinas producidas

TH1 IL-2 e interferón , TNF

Linfocitos T helper TH2 IL-4, IL-5, IL-6, IL-10, IL-13 TGF

CD4+

TC1 Similar patrón a TH1. Sobre todo


interferón TNF y
Linfocitos T
Citotóxicos TC2 Similar patrón a TH2. Sobre todo TGF

CD8+

Linfocitos T T reguladores IL10, TGF


reguladores

CD4+ CD25+

2. Linfocitos TH1

Secretan interleuquina-2 (IL-2), interferón (INF y factor de necrosis tumoral (TNF y


participan fundamentalmente en respuestas de tipo celular frente a patógenos
intracelulares, ayudando a macrófagos, células dendríticas y a otros linfocitos. También
ayudan al reclutamiento y activación de los neutrófilos a las zonas afectadas. (2)

3. Linfocitos TH2

Cooperan en la respuesta humoral ayudando a los linfocitos B a secretar anticuerpos, con


las citocinas IL-4, IL-5, IL-6, IL-10 y factor de crecimiento transformante beta (TGF ). El que
se delimite una respuesta hacia TH1 o TH2 no es del todo conocido, pero depende de un
conjunto de factores, como son: el tipo de patógeno (virus y bacterias intracelulares
favorece a los TH1, mientras que parásitos y bacterias extracelulares lo hacen hacia TH2), las
citocinas presentes (la IL-12 secretada por macrófagos favorece la diferenciación a TH1,
mientras que la IL-4 favorece la diferenciación a TH2), la densidad del antígeno (alta
densidad favorece la diferenciación hacia TH1, mientras que baja densidad lo hace hacia
TH2), pero sobre todo la célula presentadora del antígeno.

Los tres tipos de células T efectoras (TH1, TH2 y Tc) tienen propiedades muy diferentes con
respecto a las células TH y TC vírgenes. Para su activación, y a diferencia de las células
vírgenes, las células efectoras no necesitan señal co-estimuladora. En cuanto a la expresión
de moléculas de adhesión y en comparación con las T vírgenes, las células T efectoras
expresan altos niveles de algunas moléculas de adhesión que median el contacto inicial
débil con su célula diana, permitiendo a la célula T “rastrear” a la célula presentadora o
célula infectada, en busca de un HLA/péptido específico. (2)

Linfocitos T Citotóxicos (TC) O Linfocitos CD8+

Su función es la eliminación de células infectadas por virus o tumorales y expresan CD8 en


su membrana. Ya que matan a células propias del organismo, su función debe ser altamente
controlada por el sistema inmune. Constituyen el 30-35% de los linfocitos T en sangre
periférica, manteniéndose una proporción entre linfocitos CD4+/CD8+ por encima de 2 en
condiciones normales. Los linfocitos Tc reconocen a través de su TCR a péptidos extraños
procedentes del interior celular (producidos en el citosol) presentados por moléculas
propias de Clase I del HLA en cualquier célula nucleada del organismo (todas excepto los
hematíes) (Tabla 5). En los últimos años se ha visto que también producen citocinas, aunque
en baja cantidad, y se subdividen en linfocitos TC1 y TC2, manteniendo un patrón de
secreción semejante al descrito para los linfocitos T helper. (3)

Respuesta Citotóxica Mediada Por Linfocitos T Citolíticos

El sistema inmune específico elimina los patógenos intracelulares que se replican en el


citosol y las células propias alteradas (tumorales), a través de reacciones mediadas por
linfocitos T citotóxicos efectores (Tc) que llevan finalmente a la muerte de la célula
reconocida. (3)

Los linfocitos Tc se originan a partir de la diferenciación de células T CD8+ que reciben dos
señales de activación: una específica, reconociendo a través de su TCR un péptido
presentado por moléculas de clase I del HLA , y otra co-estimuladora entre la molécula CD28
del linfocito y CD80/CD86 de la célula presentadora. Los antígenos proteicos pueden
proceder de un virus que infecta a cualquier célula nucleada o ser proteínas de
microorganismos fagocitados (por ej., de bacterias) que entran en el citosol de los
macrófagos, o incluso ser productos de antígenos tumorales. (3)

La lisis que realizan los Tc requiere de contacto celular y es específica de antígeno,


llevándose a cabo en varias etapas. En primer lugar, se produce una interacción inicial débil
(mediada por moléculas de adhesión) inespecífica entre el Tc y su diana. Si a continuación
se produce una interacción específica a través del TCR y el HLA-I, se induce un cambio
conformacional en las moléculas de adhesión que establecen una unión más fuerte entre
ambas células. El reconocimiento del HLA/péptido específico sobre la célula diana provoca
un agrupamiento de receptores en el linfocito Tc induciendo su activación (sin necesidad ya
de señal co-estimuladora). (3)

El Linfocito Tc secreta de forma localizada gránulos líticos cargados de perforinas y


granzimas, que matan a la célula diana. Además, los linfocitos Tc pueden inducir
simultáneamente la muerte celular programada o apoptosis de la célula diana, induciendo
la activación de caspasas y la fragmentación del ADN. Esto lo realiza a través de la
interacción de la proteína de membrana FasL en el linfocito Tc con su receptor (Fas) en la
célula diana. Una vez liberado el contenido de los gránulos líticos e iniciado el proceso
apoptótico en la célula diana, el linfocito Tc se separa de su diana, para ir a buscar a otra
célula infectada. Los linfocitos Tc también liberan citocinas, aunque en mucha menor
cantidad que los linfocitos TH, que contribuyen también a combatir la infección. (3)

Linfocitos Ts (supresores)

Los linfocitos Ts son mediadores fundamentales de la respuesta inmune cuya función es la


de inhibir la fase de activación de la respuesta inmunitaria. Cuentan con una serie de
mecanismos supresores que les permite controlar tanto clonas autorreactivas como
linfocitos T convencionales. Si bien esta población corresponde únicamente al 5-10% de las
células CD4^+, su ausencia se ha relacionado con el desarrollo de patologías autoinmunes,
condiciones proinflamatorias e incluso abortos. Los linfocitos Ts suprimen activamente las
respuestas inmunes patológicas y fisiológicas y, por lo tanto, contribuyen para el
mantenimiento de la homeostasis. (4)

Las células Ts pueden originarse tanto en el timo como en la periferia, sin embargo, aquellas
originadas en el timo se caracterizan por su fenotipo estable y por su capacidad de
reconocer autoantígenos. (4)
El timo es el órgano linfoide primario donde se lleva a cabo la maduración y diferenciación
de los linfocitos T. Al igual que la medula ósea, los procesos de maduración en el timo,
permiten, por un lado, que salgan a la circulación linfocitos inmunocompetentes, y por el
otro, que se elimine la mayor parte de las clonas autorreactivas. (4)

El timo se encuentra localizado en el mediastino superior y anterior, formado por lóbulos


poblados de linfocitos T en diferentes estadios de maduración, células as las que se les
conoce como timocitos. (4)

Los timocitos se encuentran expuestos a diversos microambientes que proveen las señales
necesarias para su desarrollo desde el momento en que ingresan al timo y a lo largo de su
desplazamiento desde la corteza hasta la medula tímica. En la corteza tímica se dan los
arreglos de los segmentos génicos que contienen la información que darán lugar al receptor
para antígeno del linfocito T (TcR), ya sea del tipo Yδ o del tipo αβ. (4)

Los linfocitos migran para órganos linfoides secundarios, en donde esperan que les sea
presentado su Ag. Aquellos que no han establecido contacto con un Ag se conocen como Ls
“vírgenes”. Cuando son activados por el estímulo antigénico, proliferan y se diferencia en
varias subpoblaciones con funciones especializadas. Si expresan la molécula CD4, se
subdividen en varias subpoblaciones con distintos fenotipos y funciones. Si expresan la
molécula CD8 se convierten en células efectoras citotóxicas.

La subpoblación LTs inhibe la activación de otros LsTDC4 para lograr una tolerancia a lo
propio y evitar el desarrollo de afecciones autoinmunes. Ayuda a frenar las respuestas
inmunes que, de prolongarse más allá de lo necesario, producirían daño tisular. También
son esenciales en la inducción de la tolerancia a trasplantes alogénicos, y hacia el feto
durante el embarazo. (5)

Estas células inhiben la activación, proliferación y funciones efectoras de un amplio rango


de células, entre las que se encuentran CD4 y CD8, que escapan a la selección negativa en
el timo, NK, NKT, LB y APC. Pueden, también, inhibir respuestas antitumorales, lo cual
favorece el desarrollo de algunos tumores. (5)

Las células Ts poseen las siguientes propiedades:

 Se inducen por las mismas condiciones de inmunización que inducen la


anergia clonal de los linfocitos, como altas concentraciones de un antígeno
proteico

 Los efectos inhibitorios de las células T, están mediadas por proteínas


secretadas.
Es posible que las células Ts no representen una población única de células, sino que
realmente estén formadas por linfocitos que pueden inhibir la respuesta inmunitaria de
diferentes formas. Estas células son capaces de reconocer antígenos de forma específica y
pueden actuar a través de diferentes mecanismos efectores no específicos. El mecanismo
de acción mejor demostrado es la producción de un exceso de citoquinas con función
inhibitoria, por ejemplo, el Factor Transformador de Crecimiento (TGF), potente inhibidor
de la proliferación de células B y T. (5)

En otras situaciones, diferentes citoquinas pueden inhibir tipos distintos de respuesta


inmunitaria, por ejemplo, la IL-4, IL 10 y IL13 producidas por el Ly Th2, que inhiben la
activación de macrófagos. Por lo tanto, el Ly Th2 puede inhibir la inmunidad mediada por
células y la hipersensibilidad de tipo retardada.

Las células Th 1 productoras de INF pueden actuar como supresoras en la producción de


IgE. Además, pueden llevar a cabo sus efectos destruyendo otras células implicadas en la
respuesta inmunitaria. (5)

La interleucina-4 (IL-4) es producida principalmente por linfocitos TCD4+, pero también por
mastocitos activados. Inhibe la diferenciación de linfocitos TCD4+ a la subpoblación helper
tipo 1. Su función fisiológica principal es su participación en reacciones alérgicas.

La interleucina-10 (IL-10), también conocida como factor de la síntesis de citocinas es una


citocina con propiedades antiinflamatorias capaz de inhibir la síntesis de citocinas
proinflamatorias por los linfocitos T y los macrófagos. (5)

La interleucina-13 (IL-13) modula la producción de IL-1, TNF, IL-8 de la proteína inflamatoria


del macrófago. Estimula el crecimiento y la diferenciación de las células B, e inhibe las
células Th1, así como la producción de citocinas inflamatorias. (5)

La conclusión importante es que varias poblaciones de células T son capaces de suprimir


diferentes respuestas inmunitarias y puede no existir una única población de células
supresoras. Sin esta supresión, es sistema inmunológico seguiría trabajando después de la
infección.

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