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Universidad nacional del altiplano

Facultad del trabajo social


Escuela profesional de trabajo social

CURSO: Gestion Social Y Prestaciones Sociales


PRESENTADO POR :
 Apaza Chaucha Yessica Lisberth

DOCENTE: Victoria Quispe Arapa


SEMESTRE:IV
Puno-2017
Los conflictos son algo habitual en las relaciones interpersonales, pues cada
persona tiene su idea y visión del mundo. Esto pueda causar diferencias que van
más allá de las simples discrepancias.
La comunicación deficiente puede ser el origen del conflicto, por lo que éste es un
elemento necesario en la mediación y la correcta gestión del conflicto. En este
artículo revisamos los 11 tipos de conflictos y cómo solucionarlos.

Causas de los conflictos


La comunicación eficiente es una herramienta necesaria para entender a los otros y
los problemas que pueden llevar a conflictos, porque nos permite comprender
diferencias en valores culturales e ideológicos que pueden estar en la raíz del
problema y, además, puede evitar que el conflicto se vaya de las manos.
Las causas de los conflictos pueden ser distintos, puesto que existen diferentes
tipos de conflictos. Por ejemplo, puede haber conflictos por intereses económicos
entre dos empresas, conflictos emocionales en los conflictos internos en una
persona, conflictos políticos entre dos países, conflictos religiosos entre dos
comunidades o conflictos de competencias entre dos cuerpos policiales.
Aunque el conflicto se ve como algo negativo, en ocasiones, puede ser una
oportunidad para mejorar cosas que no van bien o no funcionan.

Tipos de conflictos
Como ves, las causas de los conflictos pueden variar: valores e ideologías, recursos,
expectativas dentro de las relaciones entre personas, choque de personalidades, la
protección del territorio, etc. Estas causas suelen ser más habituales en distintos tipo
de conflictos. Pero, ¿cómo se clasifican los conflictos? ¿Qué tipos de conflictos
hay?
Los conflictos pueden variar según su contenido, su veracidad o según los
participantes. A continuación puedes encontrar los distintos tipos de conflictos y sus
características.

Conflictos según su veracidad


Según su veracidad, los conflictos pueden ser:

1. Conflictos reales
Los conflictos reales son aquellos que en realidad existen, y que vienen
provocados por diversas causas, ya sean estructurales o del entorno (económicas,
legales, relacionales, etc.), entre otros.

 Por ejemplo: Pablo alquila su casa a Adrián con un coste mensual de 600 euros,
porque este último se ha mudado a la gran ciudad. Todo va bien hasta que Adrían
pierde su trabajo y, como consecuencia, deja de pagar el alquiler. Se crea un
conflicto económico que es real.

2. Conflictos imaginarios
Los conflictos imaginarios derivan de malos entendidos, interpretaciones o
percepciones. En este tipo de conflicto no existe voluntad por parte de las partes.

 Por ejemplo: María piensa que Juan, su pareja, ya no siente lo mismo por ella. Juan
se ha quedado sin batería y no ha podido llamarle como hace cada noche. En
realidad, Juan está preocupado por no poder llamarle, pero no tiene la posibilidad de
hacerlo en ese momento. No existe conflicto alguno, pero María piensa que el
motivo por el que Juan no le llama es porque está con otra mujer.

3. Conflictos inventados
Los conflictos inventados, igual que ocurre con los imaginarios, no son reales.
Ahora bien, a diferencia de éstos, existe una intención por parte de alguna de las
partes que, generalmente, quiere sacar algún beneficio. Esto hace que buena parte
de este fenómeno sea en realidad manipulación o gaslighting.

 Por ejemplo: una persona que simula un accidente para que el seguro le
pague la reparación de un golpe trasero que ocurrió porque él mismo le dio a
un poste de iluminación cuando daba marcha atrás.
Conflictos según los participantes
Según los actores que participen en el conflicto, éste puede ser:

4. Conflicto intrapersonal
Este conflicto ocurre de forma interna, en la mente del individuo. Esto significa
que tiene su origen está en los eventos privados: pensamientos, valores, principios,
emociones… Estos conflictos pueden tener distintos grados.

 Por ejemplo: desde un conflicto cotidiano sobre qué comer hoy, hasta un
una crisis existencial que le causa un gran sufrimiento a la persona que lo
padece. Los conflictos intrapersonales pueden ayudarnos a crecer como
personas si los resolvemos satisfactoriamente.

 Artículo relacionado: “Crisis existencial: cuando no encontramos sentido


a nuestra vida”

5. Conflicto interpersonal
Los conflictos interpersonales son aquellos que se producen en los procesos de
interacción entre personas. Normalmente aparecen de forma rápida, ya que solo
es necesario que una sola persona se sienta atacada para dar inicio a uno, lo cual
hace que pueda nacer a raíz de malentendidos. Pueden ser originados por
prácticamente cualquier motivo, desde celos a conflicto de intereses en relación al
uso de un tipo de recurso.

 Por ejemplo: entre dos amigos. El origen puede encontrarse en un choque de


personalidades, valores, opiniones o expectativas.

6.Conflicto intragrupal
Los conflictos intergrupales se dan entre miembros de un grupo o equipo, por
motivos varios: por diferencias interpersonales o porque algo de los participantes
del grupo no comparte las ideas de la organización, entre otros. Este tipo de
conflictos pueden desestabilizar la buena marcha de un equipo o grupo y afectar a
su eficacia y cohesión, ya que crean una preocupación extra o incluso llegan a
bloquear totalmente la capacidad de operar del colectivo, algo que a su vez puede
producir más conflictos en una reacción en cadena.

6. Conflicto intergrupal
El conflicto intergrupal es un conflicto entre grupos y puede llegar a ser muy
destructivo, pues, en casos extremos, la violencia derivada de este tipo de
conflictos tiene como finalidad el reforzamiento grupal y puede incluso
justificarse. Suele tener sus causas en ideologías, prejuicios o disputas
territoriales.
Por otro lado, a diferencia de lo que ocurre en los conflictos interpersonales, es más
difícil que se den a partir de malentendidos, ya que la presencia de otras personas
hace que el "efecto contagio" necesario para considerarse un conflicto intragrupal
demore la aparición de este. Además, un mayor número de observadores hace
menos probable que puedan aparecer malentendidos que se mantengan a lo largo
del tiempo.

 Por ejemplo: el conflicto entre dos empresas por motivos económicos, una
guerra entre pueblos por su religión o entre “hooligans” por su equipo de
fútbol.

 Si quieres saber más sobre el impacto negativo de los conflictos


intergrupales, puedes leer nuestro artículo: “Hooligans: la Psicología de los
gamberros del fútbol”

Según el contenido
Según el contenido, el conflicto puede ser:

7. Conflictos relacionales
Estos conflictos ocurren entre miembros de una familia, amigos o pareja.

 Por ejemplo: por la mala comunicación entre los dos miembros de un


matrimonio, se acaba discutiendo sobre cualquier nimiedad cotidiana.
8. Conflictos de intereses
Los conflictos de intereses tienen que ver con las motivaciones y las necesidades
de cada persona o grupo y con los recursos presentes en ese momento.

 Por ejemplo: cuando un trabajador quiere más dinero por la jornada que
realiza y la empresa no quiere pagarle más.

9. Conflictos de ético y de valores


Tienen que ver con la cultura y el entorno en el que ha crecido la persona. Son
frecuentes y complejos, pues no es fácil que una persona cambie los principios que
rigen su comportamiento. En el caso del del conflicto ético suele ocurrir cuando una
persona ha de tomar una decisión que no concuerda con sus valores más profundos.

10. Conflictos de liderazgo y poder


Los conflictos de liderazgo afectan principalmente a las organizaciones y
pueden afectar al rendimiento y a la salud de los trabajadores. Un fenómeno
característico de los conflictos tiene que ver con la lucha de poder, pues son muchos
los autores hablan de la relación entre el conflicto y el poder, al ser una de las
causas más habituales.

11. Conflictos de personalidad


La personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades estables que configuran la
manera de ser de una persona y nos hace únicos. La personalidad, al ser un
fenómeno poco flexible, puede ser la base de muchos conflictos intergrupales.

Cómo resolver los conflictos


Los conflictos, en muchas ocasiones, pueden propiciar cambios positivos. Para
ello es necesario que se gestionen correctamente. Es importante entender que hacer
un diagnóstico correcto del conflicto va a determinar el éxito en la resolución de las
distintas problemáticas. Si abordamos un conflicto de tipo intergrupal o
interindividual como si fuese un conflicto intraindividual, las posibilidades de éxito
pueden ser escasas.
Por ejemplo, podemos encontrarnos trabajando en una empresa en la que el
principal problema sean las malas prácticas del departamento de recursos humanos,
que están generando un conflicto de rol en los trabajadores. Éstos no saben
exactamente cuáles son sus funciones, y este conflicto genera estrés y malestar en
los empleados. Si abordamos esta situación como un problema del trabajador,
estaremos atacando al objetivo equivocado.
Quizás podamos reducir los síntomas momentáneamente, pero el problema seguirá
ahí, en la mala gestión organizacional. Por lo tanto, antes de tomar cualquier acción
para paliar los efectos del conflicto, es necesario saber cuál es la raíz o la base del
problema.
Ahora bien, existen algunos principios que debemos aplicar si queremos
resolver el conflicto:

 No hagas como que el problema no existe. Afróntalo e intenta resolverlo.


 Sé crítico y analiza tus fallos.
 Trata a la otra parte con respeto y educación.
 Explica tus opiniones y establece los puntos de unión.
 Sé empático con la otra parte y entiende su postura.
 Evita la confrontación.
 Mejora la comunicación: escucha activa, asertividad
1. Aceptar el problema
Lo primero es darse cuenta de que el problema existe y aceptarlo como tal. También es muy importante y esencial
el querer solucionarlo. Podemos aceptar que tenemos un problema, pero si realmente no estamos dispuestos a
solucionarlo… no hay nada que hacer.
2. Buscar una solución
Una vez aceptada la existencia del problema y estando ya dispuestos a proceder a su solución, es hora de buscar
una forma de resolverlo. Es importante dedicar tiempo y esfuerzo a investigar las causas y origen del problema.
Después, es necesario realizar una investigación a fondo de las posibles soluciones y escoger la que nos resulte
más adecuada.

Hoy en día es fácil encontrar información de utilidad usando Google, pero no hay que reducirse a esto: Debemos
movernos, consultar a amigos, conocidos, o cualquier organismo que nos pueda servir de ayuda. Para esto es
importante ser muy sociales y contactar con la gente que pueda ayudarnos. Sin embargo, aunque exista gente que
nos pueda ayudar, la última responsabilidad para solucionar el problema recae en nosotros mismos.
3. Aplicar solución: Esfuerzo
Cuando tenemos un problema y queremos salir de él no es fácil. Muchas veces queremos quitarnos viejas
costumbres a las que nos hemos habituado. Otras veces simplemente tenemos que manejar una situación puntual.
Es importante adoptar una visión más amplia de nuestro problema. Si es relacionado con un hábito, estamos
acostumbrados a ello, por lo que es muy importante estar dispuestos a modificar un aspecto de nuestra vida y que
sea diferente. Estamos “cómodos” con ese hábito, y salir de él cuesta, es extraño, desconocido. La fuerza de
voluntad tiene un papel muy importante en esto. Por ello, es importante dedicar un gran esfuerzo y fuerza de
voluntad para salir de ese hábito perjudicial.
Cuando se trata de un problema puntual, como una situación de la que queremos salir con éxito, hay que ser capaz
de ver muchas opciones, incluso considerar opciones que jamás habríamos pensado en un principio. Es preciso
tener una mente muy abierta.
Breves consejos:
- Para la solución de cualquier problema es muy importante la comunicación, el ser social, tener contactos y/o
conseguir nuevos.
- Una mentalidad positiva es de suma importancia. Nada conseguiremos si tenemos en nuestra cabeza
pensamientos negativos como “No lo conseguiré, no soy capaz”. Debemos creer en nosotros mismos y centrar
nuestros pensamientos en todos los aspectos positivos que encontremos.
- Adaptabilidad: La solución de un problema en muchas ocasiones implica cambios. Debemos ser capaces de
adaptarnos a nuevos cambios, estar dispuestos a cambiar parte de nosotros o de nuestra forma de vida.

Todos, en algún que otro momento de la vida hemos estado inmersos en un conflicto. A veces
llegamos al mismo sin percatarnos de cuáles fueron los pasos que nos condujeron a esta
situación. Por ello, analizar por qué surgen los conflictos no es una idea vana sino que nos ayuda
a resolverlos a partir de la comprensión de sus causas.
En primer lugar debe conocerse que el conflicto es un producto social y es una consecuencia
“natural” de la interacción humana. El conflicto es un sistema dinámico en el cual los eventos y
las comprensiones de las personas se reestructuran constantemente y se reinterpreta tanto el
pasado como el presente o el futuro.

El proceso del conflicto tiene tal nivel de fluidez y complejidad que la trayectoria de un
conflicto nunca queda absolutamente fijada desde el inicio. Pequeños e inesperados gestos, las
acciones... todo puede incidir en el resultado.

Filley, en el 1989, enumeró nueve condiciones que posibilitan la aparición del conflicto:
1. Jurisdicciones ambiguas. Cuando dos partes tienen responsabilidades relacionadas, sin que
aparezcan claramente delimitados los límites entre ambas, hay grandes posibilidades de que
aparezcan situaciones de conflicto.

2. Conflicto de interés. Esta situación está asociada a formas de evaluación y de proyectarse en


relación con asuntos comunes.

3. Barreras de la comunicación. Las barreras en la comunicación, y en general las dificultades


asociadas a ella, propician la creación de situaciones conflictivas entre las partes. El grado de
conocimiento que una parte tenga de la otra tiene que ver con la aparición de conflictos.

4. Dependencia. Cuando una parte depende de la otra es muy probable que aparezcan
situaciones de conflicto.

5. Diferenciación en la organización. Cuando el grado de diferenciación de una organización


aumenta, se incrementarán las posibilidades de emergencia de conflictos, ya que la diversidad
en los niveles de autoridad puede crear dificultades en la comunicación o disputas
jurisdiccionales.

6. Asociación de las partes. Cuando las partes deben tomar decisiones conjuntas, la posibilidad
de que surjan conflictos es mayor.

7. Necesidad de consenso. Si el consenso entre las partes es necesario, esto contribuirá a la


creación de una posible situación de conflicto.

8. Regulaciones comportamentales. Si los intereses de las partes chocan con el contenido de


las regulaciones, es muy probable que la presencia de estos procedimientos conduzca a
conflictos.

9. Conflictos previos no resueltos. Todo conflicto previo no resuelto resulta ser un conflicto
latente con el cual las partes enfrentan nuevas situaciones. Este hecho favorecerá la aparición
de conflictos.
El hecho de comprender qué está en la base del conflicto nos permite asumir una postura
privilegiada en el mismo ya que podremos guiar el proceso de resolución. Por ejemplo, ¿el
conflicto aparece como resultado de una problemática previa no resuelta? Entonces es necesario
trabajar en la misma y sacarla a la luz. Al contrario, ¿el conflicto surge porque la comunicación
entre las personas es escasa? La solución se encuentra en mejorar los canales de comunicación,
presentar nuestras ideas y escuchar pacientemente las de la otra persona. De hecho, en muchas
ocasiones puede darse el caso que ambos estén diciendo lo mismo pero están tan encerrados en
sus puntos de vista que no se percatan de las convergencias.

Finalmente, vale aclarar que el conflicto siempre se ha revestido de un halo negativo pero el
mismo también puede tener aspectos positivos. Todo dependerá de cómo se aborde y termine,
con posibilidades de ser conducido, transformado y superado por las mismas partes, con o sin
ayuda de terceros.

¿Qué son los conflictos?


Normalmente hablamos como si fueran sinónimos de problemas y conflictos, vamos a
describirlos muy brevemente para diferenciarlos:
 problema: estado de tensión o malestar que surge entre dos personas o más, porque tienen los
mismo o contrarios, intereses, a lo que no encuentran una solución compatible con igualdad entre
ellos.
 conflicto: una cuestión de difícil solución entre dos o más personas donde ambas tienen o creen
tener la razón.
Los conflictos surgen y nos acompañan a lo largo de toda la vida, no hay que
entenderlos siempre como algo negativo, ya que los conflictos pueden ser positivos.
Es muy importante identificarlos para poder solucionarlos.

¿Qué tipos de conflictos nos encontramos en el día a día?


Debemos tener en cuenta que existen diferentes tipos de conflictos dependiendo del
contexto o la forma en que se manifiestan.

 Conflictos latentes: son aquellos conflictos que existen pero las personas implicadas no son
conscientes de ellos.
 Conflictos explícitos o manifiestos: aquellos conflictos que son aparentes y reconocidos por las
personas implicadas.
También podemos encontrar:
 Conflictos intrapersonales: surgen en el interior de la persona, consigo misma, están
relacionados con los valores que posee o con cuestiones personales y/o íntimas.
 Conflictos interpersonales: aquellos que surgen entre dos personas por la intervención de una
tercera persona, una idea o por el interés en un bien que los dos aspiran, es decir, por algo que los
dos quieren.
 Conflictos intragrupales: se desarrollan enfrentamientos entre diferentes subgrupos dentro de
un grupo mayor.
 Conflictos intergrupales: nos referimos a aquellos que tienen lugar entre dos grupos definidos.
¿Cómo podemos solucionarlos?
El proceso para resolver cualquiera de estos tipos de conflictos es el mismo y se basa en
7 pasos que podemos seguir:
 definir el problema: buscar el origen o las causas que dan lugar a la situación que se están
viviendo, intentando responder a las siguientes preguntas ¿Qué va mal? ¿Qué ocurre?
 analizar las causas: tener presente el porqué del conflicto, todo lo que ocurre tiene una o varias
causas, saber analizarlas ayudará a resolver la situación.
 definir objetivos para actuar: antes de emprender cualquier acción se debe tener claro lo que
se quiere conseguir en esa situación o conflicto. ¿Queremos solucionarlo?
 generar alternativas: se deben buscar diferentes formas de resolución del conflicto y pensar qué
se puede hacer desde un punto de vista positivo. Aunque en el momento nos parezca imposible,
cada situación de conflicto tiene multitud de soluciones posibles, hay que pensar en todas ellas,
desde la más irracional a la más racional.
 elegir las alternativas apropiadas: siempre que se tomen decisiones se ha de preguntar qué se
debe hacer y cuál es la forma más adecuada de actuar. La clave para ello es poder prever las
posibles consecuencias que puede tener cada alternativa que se nos ha ocurrido, así podremos
valorar cuál es la más adecuada. Pensar antes de actuar.
 poner en práctica la solución elegida: una vez que se tiene claro de qué manera se puede
solucionar hay que llevarlo a la práctica eligiendo la manera más adecuada.
 evaluar los resultados: las consecuencias de las acciones llevadas a cabo dirán si la resolución
del conflicto ha sido positiva o no.

Cuando los conflictos se produzcan entre personas es decir, sean interpersonales,


tenemos también técnicas de resolución pacífica que se puedan aplicar: negociación,
conciliación, arbitraje y mediación. A cada una de ellas le dedicaremos un espacio propio.
¿Por qué hay conflictos?
16.06.11 | 10:46. Archivado en Posicionamiento, Personas

Lo de los indignados que nos están indignando aún más a los que
no escondemos en la “indignación” nuestra torpeza ni nuestras
frustraciones, tiene sustancia. Duele. Independientemente de la
manipulación, hay algo: un incendio, que no se sofoca con
helicópteros, sino con cortafuegos y asumiendo daños.
Me centro en las empresas. El conflicto surge cuando los
individuos o grupos no están consiguiendo lo que necesitan o
desean y están buscando su propio “auto-interés”. En ocasiones,
el individuo no es consciente de esa necesidad, pero
inconscientemente empieza a actuar. En otras, el individuo es
plenamente consciente de sus necesidades y trabaja activamente
para alcanzar su objetivo.
Por ejemplo, es posible que un empleado no termine la tarea
asignada con exactitud o en la fecha fijada, provocando así un
conflicto con su jefe. Quizás estaba molesto con su jefe porque le
asignó esa tarea en el último momento; por eso, no se dio
ninguna prisa para terminar el trabajo. En ese caso, teniendo en
cuenta que la fuente del conflicto está oculta, el empleado y el
jefe tendrán que esforzarse por descubrir la verdadera fuente del
conflicto antes de poder resolverlo.
Otro caso puede ser el de la empleada que reconoce su necesidad
de reajustar su horario laboral para acomodarlo al de la guardería
de su hijo. Es plenamente consciente de la posibilidad de conflicto;
conoce a su jefe lo suficiente como para saber que él desea que
todos sus empleados trabajen el mismo número de horas. Es
totalmente consciente de conflicto y de las expectativas de su
jefe. Es a ella a quien corresponde determinar la forma de
resolver este conflicto entre sus necesidades personales y las de la
organización.
No estoy hablando de justicia ni de equilibrio, sino de causas y
situaciones.
El conflicto se presenta de formas muy variadas: existen los
conflictos internos, dentro de uno mismo, los conflictos
interpersonales entre dos o más personas, y los conflictos
organizativos.
Los conflictos se resuelven de muy diferentes maneras, pero todas
ellas pasan por afrontarlos, listar las causas sin “fantasmas” y
ordenar las acciones en función de los valores y los principios
(comunmente aceptados y por la mayoría). Si la ordenación se
hace en función de los intereses: mal asunto. Ah, olvidaba que los
que se “indignan” suelen llamar prejuicios o trabas a lo que los
demás llamamos principios.
Força!

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