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Jan Bazant Desamortizacién y nacior de log bienes de la Iglesia ~ Exe su LUCHA contra Ja Iglesia, Jos Hbesales comprendiceon pila privarla de-su_poder, debian quiarie ox Bienes su base eeondmica. A mediados del siglo xx, la oxganizactin de Je Is ¥y sus siquezas en México eran como sigue: el clere sculae Apsbsla aproximademente de 3 300 sacerdotes y el regular dde mis de mil hombres en 144 monssterios de las seis Sniencs siguientes: agustinos, catmelitas, dominicos, mex franciseanos y dieguinos. Se dividien en provinciss y independientes de las miteas. En cambio, os 38 conventas con 1300 monjes, 100 novicis y 300 shuninas interaas ce rrimecos.redondos, estabar sujetos en [a mayor peste de Jes cases & los obispados. ‘La economia de ambos sectores de is Iglesia ec ferente. Los obispos y Jos canéniges vivian peinci de las diezrnos, las primicias y los “anivertarios", fiestas para conmemorar a Ies mictites; los’ cutas de Jos derechos parroquiales y mises. Los saculass.tenlan_selativement:* po- os, inmucbles; las fins de las catedralcs y USs_parroqules nos. pastos lasmados de “Tibrice™ para. ef cto. Los ‘dependlanprincipalmente de fos biencs ‘alais y os eapitales investidos en’ préstasnos hhipotecerios; én. perth ular los franciscasos poseian’poces inmuebles, pero en cim bio considerables capitales. Los monasterios recibian (am~ 135 bige cantidades vaciablos por concepto de limosnas y obven ciones. Peso cl ingreso por este concepto ere oucho menor gue el proveniente de fos inmucbles.risticos, iamuebles ur- banes y los préstamos. Las monjas.tenien, por fo regular, Sinicumete fincas urbanas y los convents’ de riujeres esta, ban ubicados, a diferencia de fos monasteries, exclusivamente cn dss ciudades, Los conventos eran, mis ricos que los mo- , aun considerendo que teniaa que sostener apro- ximadamonte dos veces mis personas que étos; muchas veces el contento era un refugio pata hijas de las familiasaco- modids. La mayoria de las menjas aportaban al convento. vuns dote de tres a cinco mil pesos en forma de una renta pespetea,, comprada a} convento en gran parte de los cases por sus padzes mediante la hipoteca de un inmucble. AI morit las moajas, sas dotes quedabin incorporadas a los bienes del convento. Una exeepeién, de.esta regla formabin -las -capur-~ chinas, que no tenfap ni Bienes rafces ni capitals y vivian exclusivamente de IaScaridad, Por ejemplo, en 1856, fos re- gulares de ambos sexos tenian en Ia capital de la Repablica fincas valuadis en mis de once millones de pesos; 105 secu lafes, iamauebles por poco mis de 1.3 millén. En'In cinda de México e} sector regular de Ja Iglesiz, aun aiando més (© mencs igualmente numeroso, era por lo menos ocho veces | * mis rico en bicnes rafees que el seculae. Alas cifras sobre el monto de esta riqueza no informa so- bre Is funcién de la Iglesin ca la economia mexicana, Tanto Lusbanos como nist iso saseadidos. La Igiesia.se limitaba a cobrar ho-entas y ho tenfa nada que ver con la economia de sus haciendas. Las hhacicndss, propiedad de ia Iglesia, no se diferenciaban, ‘ef su estructura. econdmica y social, de las pasticulares. Los actenditarios solian ser oomerciantes © profesionistas, peso m0, que no practicaron’ en las tierris ultura de subsistencia sino, hasta donde. eclesisstias una agri 156 lo permitiers"Ja proximidad de los meccados y ins communica. sions, una ageioltun Inifundie, Lele ta Hig, H grso de hr riquets ceestistics se hallsbe en ha udades; las haciendss celeststicas formaban sito una pe-| quella minorta del nimero total de elas. En segundo logas, Jz Intesia tenia _en_sus_juzsados de capellanias_un_bagco hipotecaso, que press & los terate come fisticos, al 7 y Goede interés «aaah, Se prestabe sobre todo a los hacendados, pace « los [pequetios agricultores.y rancheros; se_acostumbisbs sengsar Jos préstamos indefinidamente, sin exigic el_pago eal prin Sigg) Par Ios laces Tedvo gue paps > dob pagar In Iglesia —a hipoteca se hackt pocas veces cfec tiva en casos.de. le falta.de pago--, era un gasto fijo coimo} fa renta para los arrendatarios. AI hacer un préstamo, los juzgados de capellanias no solfan pedir que los fondos se invstieran en la producci6n’ Eas, Wi Yeleis ers un ce in, em act mis wulaenble herent re reed : Exionst'de carga repcsetada, por cll No oy inperle ‘que precisamente este sistema tradicional de ciGdito hipote- catia, muy Benigno pare con les tersatenientes, hubiera sido Ia mfz de, ta poca eficiencia de la agcicultura latifunciste ante de-la Reforma, pues las pérdidas que los jazgados de capellanfes safeian ‘en sus préstamos, Jas ten’a que. pagae cobriamente el pico, “Muchas veces se ha tratado de clcular 2 los bicnes “eclesiisticos antes de Tentes autores hay enormes discrepincas. La,sstimaciin més -conocida es-1a de José Maria Luis Mora, segin el cual fa riqueza.total de la Iglesia ascendia a fines de 1832 casi 2 ciento ochenta millones de pesos, cantidad cxagerada. Ea primer Inger More capitalico —al 566 segjin In costumn- 17

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