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PODER POLITICO EN EL PERÚ

La población del Perú, cuya denominación oficial es República del Perú, está
organizada bajo un Estado, conformado con base en la Constitución política del
Perú aprobada en 1993 mediante referéndum, promulgada a finales de ese
mismo año y vigente desde el 1 de enero de 1994.
Las directrices dictadas por la Constitución permiten un amplio espectro de
posibilidades y posturas políticas. Si bien el artículo 58° de la Constitución señala
que el Perú se rige bajo una economía social de mercado, donde la iniciativa
privada es libre y el Estado asume un rol regulador, las prácticas políticas
dependen de la iniciativa del gobierno de turno.
REPÚBLICA
El Estado Peruano es la organización representativa de todos los peruanos. Es
unitario, con separación de Poderes.
Ejerce los tres Poderes (gobierno nacional): ejecutivo, legislativo y judicial. La
constitución, además, establece Organismos autónomos para labores
específicas. Además, el país cuenta con gobiernos regionales.
Un gobierno basado en el consentimiento de los gobernados.
ACEPTACIÓN DEL MODELO POLÍTICO
El nivel de apoyo al sistema democrático es más tenue que en otros países (45%
según Latinobarómetro 2004). El porcentaje que prefiere un modelo autoritario
es también bajo (20% Latinobarómetro 2004). Para el 23% no existe diferencia
significativa entre un sistema democrático y uno autoritario. Sin embargo, un 43%
apoyaría un gobierno militar si las cosas se tornaran difíciles. La satisfacción con
el desempeño de la democracia se sitúa en 7%(2004), a pesar de que la
economía ha figurado entre las de mayor crecimiento entre la región.
Dado el origen controvertido de la actual constitución, se ha puesto en duda su
legitimidad y se ha pedido su reforma. Entre las reformas están la vuelta al
sistema bicameral, la renovación por tercios, un mayor aumento en el congreso,
la introducción de un umbral político y la disminución de los requisitos legales
para votar.
La falta de progreso en: reforma política, reducción de la pobreza y la creación
de empleos, parecen contribuir a la mala imagen de los políticos y las
instituciones democráticas así como de los partidos y el Congreso.
ACEPTACIÓN DE LAS REGLAS DE JUEGO
Las formas como los grupos expresan sus desacuerdos se han ajustado a las
reglas democráticas. En 2003, la mayoría de las marchas fueron pacíficas
aunque en algunas protestas hubo brotes de violencia. El número, nivel e
intensidad de las protestas ha ido aumentado desde el 2004, los grupos políticos
y sociales regionales realizan protestas masivas y actividades que alteran el
orden público, llegando a bloquear carreteras o a ocupar instalaciones
gubernamentales. Esto muestra la escasa cultura de legalidad que existe en las
áreas más remotas del país. Las acciones subversivas están menos que los que
existían en los años ochentas.viva miel
La mayoría de los peruanos opina que el acceso y el reparto del poder debe
hacerse mediante elecciones. Sin embargo, no existe un pleno consenso sobre
las reglas vigentes.
Inclusión e intensidad de la participación política.
APERTURA DEL PROCESO ELECTORAL
ONPE y JNE han recobrado rápidamente su credibilidad desde las elecciones
de 2001. El proceso fue justo y los votantes pudieron ejercer su derecho sin la
intervención del Estado u otros actores, y los mercados de información de los
partidos se mantuvieron libres de las distorsiones de la inyección de dinero del
Estado al partido de gobierno.
El voto se considera obligatorio: el no recurrir a votar se paga con una multa de
unos $35. Sin embargo, las grandes distancias que deben recorrer la población
rural para ir a los centros de votación limita la igualdad en participación electoral,
a pesar de que la ONPE está trabajando en ese problema. La población en edad
de votar y empadronada ha sido la más alta de la región.
El Perú cuenta con un sistema eficiente y completo de inscripción electoral
ciudadana. El proceso de inscripción electoral es automático pues el registro
electoral proviene del RENIEC (Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil). Esto permite que esté constantemente actualizado y que se excluya a los
fallecidos o los que han cambiado de lugar de residencia. A pesar de eso, se
estima que el Registo Civil excluye entre 800 000 y 1 000 000 personas (3 a
3,5% de la población): lo más probable es que los pobres del campo y los
indígenas constituyan una alta proporción de quienes no tienen DNI (Documento
Nacional de Identificación) por la lejanía, el costo y la falta de partidas de
nacimiento. A pesar de eso, se considera que el sistema de inscripción electoral
es bastante completo y preciso, y no genera desigualdades en materias de
población electoral.
Desde la transición a la democracia en 1980, no ha existido obstáculos
significativos para la creación y preservación de los partidos políticos. Con el fin
de inscribirse, un partido debe obtener un número de firmas equivalentes al 1%
del total de votos depositados en las últimas elecciones. Para conservar esa
inscripción, se ha solicitado a los partidos que mantengan al menos un escaño
en el Congreso, cosa que los partidos han logrado mediante la configuración de
alianzas. Perú cuenta con distritos electorales múltiples, siendo Lima el más
grande (35 diputados elegidos en Lima). Los pocos requisitos para inscribir
partidos, y los votos requeridos para obtener un escaño en el Congreso han
contribuido a la volatilidad y la fragmentación del sistema partidista peruano. La
volatilidad ha limitado los incentivos para forjar coaliciones intrapartidista, y han
acentuado la importancia de las personalidades individuales. La fragmentación
también se ha originado por factores no institucionales, como la incapacidad de
los partidos tradicionales de gobernar de manera efectiva desde los ochenta, y
la falta de progreso en cuanto a mejorar la calidad de vida y reducir la pobreza,
y la retórica y acciones del gobierno fujimorista contra los partidos. En 2001, el
índico efectivo de partidos en el congreso fue de 4,5 colocándose entre los seis
primeros países de la región alta fragmentación en el sistema de partidos.
La ley de partidos apunta a promover un menor número de colectividades con
cobertura nacional mediante la imposición de requerimientos adicionales de
inscripción. Aparte de obtener las firmas equivalente al 1% obtenidos en las
últimas elecciones, debe acreditar comités con un mínimo de 50 miembros en
por lo menos dos tercios de los departamentos (17) y en un tercio de las
provincias (65), que sería como movilizar 3 200 ciudadanos. Esto se aplica
únicamente a la inscripción inicial de un partido. Dado que la ley no ha sido muy
efectiva en sus propósitos, algunos observadores han cuestionado si JNE está
verificando plenamente el cumplimiento de la ley en cuanto número de firmas
necesarios y la formación de comités provinciales.
La membresía en los partidos políticos es muy baja en el país, así como hay una
falta de representatividad geográfica. APRA ha sido tradicionalmente el partido
que ha exhibido la organización más fuerte, pese a esto, la participación de la
ciudadanía en decisiones trascendentales tales como la elección de los
candidatos, dirigentes, y la plataforma política en todos los partidos es muy
limitada. La falta de apertura y representatividad ha contribuido a la falta de
confianza de la población. La tendencia centrista de los partidos provoca el
descuido de las necesidades que están fuera del área de la región metropolitana.
Esto ha originado movimientos políticos independientes en el ámbito
subnacional.
Para algunos analistas, la opción de votar entre dos individuos en lista de su
partido -voto preferente- y así influir ssobre cuál de las listas de candidatos
termina logrando el poder, es una manera de que los ciudadanos contrarresten
la falta de apertura de las colectividades. Sin embargo, ha tenido un efecto
negativo pues promueve la competición internta y la falta de unidad, lo cual ha
debilitado a los partidos y favorecido a los candidatos con más recursos o
aquellos conectados con grupos de interés financieramente fuertes. Esto es
acentuado pues los partidos por lo general no suministran fondos a sus
candidatos sino que los reciben de ellos a cambio de una ubicación favorable en
sus listas. Si bien la ley de partidos intenta instituir procesos democráticos
internos para la dirigencia y los candidatos, la ley también permite: que se eliga
directamente a los dirigentes y candidatos en primera vuelta, también que
nominen candidatos indirectamente a través de un comité que debe ser elegido
por la membresía. Además, los dirigentes pueden elegir 24 de 120 candidatos -
una quinta parte- para candidatos al Congreso, y la misma proporción de
candidatos a los consejos regionales y municipales sin acudir a ningún
procedimiento democrático. No se especifica tampoco ninguna restricción en
cuanto a la ubicación designados en la lista de partidos: la ley no garantiza en sí
misma que surjan partidos más democráticos y representativos.
La constitución de 1993 abrió vías de participación ciudadana, entre las que
figuran la reforma constitucional, la introducción de leyes en los ámbitos regional
y local, y la realización de referendos. Además, se introdujeron mecanismos para
la revocatoria o remoción de funcionarios tanto elegidos como designados. Si
bien es cierto que los instrumentos relacionados con la formulación de las leyes
se han empleado poco, los que tienen que ver con el control ciudadano se han
utilizado con frecuencia. Se han llevado a cabo revocatorias en 200 localidades,
especialmente en distritos pequeño y en provincias poco pobladas, mientras que
han sido limitada en jurisdicciones con mayor población, dado que la ley exige el
25% de los votantes inscritos.
CAPACIDAD DE PARTICIPACIÓN DE LA CIUDADANÍA EN FUNCIÓN DE
SUS NIVELES DE EDUCACIÓN
EL bajo porcentaje de secundaria y la deficiente calidad de la enseñanza han
contribuido a la naturaleza elitista de la representación política y al hecho que no
se tenga una buena información sobre política. Esto es agravado con la
naturaleza no pragmática de las colectividades y al carácter fragmentario del
sistema de partidos. Así, los ciudadanos no se encuentran bien informados sobre
las preferencias de los candidatos en cuanto a políticas públicas, el papel de
partidos y funcionarios en la toma de decisiones relativas a esas políticas, y la
influencia sociales y económicas de tales decisiones. Esto limita la efectividad
de lso procesos y mecanismos por el cual los electores pueden manifestar sus
preferencias en materia de políticas públicas, pedir cuentas a su partido y a los
funcionarios elegidos por su desempeño y la capacidad de atender las
preferencias ciudadanas. Existe un énfasis sensacionalista de los medios de
comunicación, y deficiencias en el ejercicio de un escutrinio público bien
informado sobre decisiones de política pública y sobre la conducta de la
administración. Las desigualdades en materia de ingreso y logro educativo
también contribuyen a las desigualdades de representación política, lo cual a su
vez puede acentuar la falta de equidad en el suministro de servicios públicos.
NÚMERO Y FUERZA DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL
Perú cuenta con uno de los niveles más elevados de actividad asociativa de
carácter voluntaria de la región: en 1 995, existían 110 000 organizaciones sin
fines de lucro legalmente construidas, de las cuales 65 000 eran organizaciones
de base.
En las últimas décadas ha surgido una tendencia a abrir canales de participación
en la toma de decisiones sobre políticas públicas, planificación y vigilancia
ciudadana. Algunos de estos espacios se han institucionalizado como el Acuerdo
Nacional, los Comités de Vaso de Leche, las rondas
campesinas, FONCODES (Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social),
CLAS (Comités Locales de Administración Compartida de Salud), MCLCP (Mesa
de Concertación de Lucha Contra la Pobreza). En los ámbitos regional y local,
existen espacios como los Consejos Consultivos Regionales, los Consejos
Consultivos Locales, los Consejos de Coordinación Regional.
Las organizaciones de la sociedad vicil que se dedican al cabildeo en torno a las
políticas públicas o a vigilar el desempeño de las instituciones gubernamentales
carecen de una estructura sólida, se encuentran fragmentadas y no están
fuertemente conectadas con la ciudadanía: su capacidad para articular y
defender de manera efectiva los intereses sociales más amplios es limitada. La
debilidad del sistema de partidos en lo que se refiere a organizar y a representar
a amplios sectores sociales contribuye a acentuar la incapacidad de la sociedad
civil para articular y defender efectivamente sus aspiraciones. La escasa
confianza en las instituciones democráticas acentúa los altos niveles de apatía y
la falta de interés por participar en política, lo que limita la rendición de cuentas
de las instituciones públicas para con la ciudadanía.
La fuerza de las organizaciones sindicales ha decaído considerablemente, dado
a un período prolongado de recesión económica durante los ochentas y
comienzos de los noventas, de las reformas de ajuste estructural de los años
noventa, y el colapso de los partidos políticos de izquierda ligados a las
organizaciones de trabajadores. Además una parte significativa de la fuerza
laboral se ha desplazado hacia el sector informal. La membresía en los
sindicatos se encuentra cerca del 7% en el año 2000.
Los intereses empresariales han estado representados por la Sociedad Nacional
de Industrias y CONFIEP (Confederación Nacional de Instituciones
Empresariales Privadas), sus gremios: SNMPE (Sociedad Nacional de Minería,
Petróleo y Energía), la Sociedad Nacional de Industrias, la Sociedad Nacional de
Pesquerías, las asociaciones de exportadores -ADEX y COMEX-, así como la
banca, la industria aseguradora, la farmaceútica, la pequeña y mediana
empresa, las agremaciones agrícolas y los sectores de radio y televisión. Estos
gremios han conservado una influencia significativa, por ejemplo,
la CONFIEP apoyó el programa de estabilización económica de 1990 a 1992 y
la primera generación de reformas orientadas a la apertura económica.
REGULARIDAD, IMPARCIALIDAD Y CREDIBILIDAD DE LOS
PROCEDIMIENTOS ELECTORALES
Las elecciones del 2 001 fueron consideradas libres e imparciales por los equipos
de observadores internacionales y domésticos; el gobierno de turno permitió a
las autoridades electorales cumplir sus funciones sin interferencias., y un
porcentaje mayoritario de los funcionarios fue reemplazado. En marzo del 2 001,
un 78% aprobaba el trabajo de ONPE y de JNE. Existe confianza en la
imparcialidad de las elecciones. Lo que limita el funcionamiento eficiente es la
deficiencia de coordinación institucional entre JNE y ONPE -sus límites no se
encuentran claramente definidos por ley-, además que sus presupuesto no
concuerdan con sus atribuciones. Esto conduce a que compitan entre sí y crean
deficiencias, que se podría resolver con una gestión y coordinación más
efectivas.
LIBERTAD DE PRENSA
La libertad de prensa se encuentra ampliada desde el 2 000. El gobierno respeta
la libertad de prensa, y los medios de comunicación reflejan un amplio espectro
de opiniones desde apoyo hasta la oposición de la administración de turno. Perú
ocupó el puesto 75 (2 004) en un total de 192 países, colocándonse por encima
del promedio de los países de América Latina, pero por debajo de las economías
desarrolladas. El respeto por los estándares periodísticos profesionales es
deficientes. Hay en la prensa una tendencia hacia el sensacionalismo y a
concentrarse en escándalos y actos criminales. Después del período de Fujimori,
muchos medio trataron de demostrar su independencia del gobierno
vehementemente, lo cual hizo que se prestara poca atención a los méritos de la
administración de Toledo. A algunos medios se les critica por su dependencia de
ciertos grupos económicos y por sus sesgos en la cobertura noticiosa. Los
medios cumplen un papel predominante en la definición de la agenda pública. La
calumnia se considera delito, y a aquellos periodistas que investigan casos de
corrupción se les amenaza con demandas judiciales. En 2 003, se había
registrado una disminución de casos concretos de intimidación y violencia contra
periodistas, aunque seguía siendo un problema en las provincias. Según ANP -
Asociación Nacional de Periodistas- hubo 42 casos de persecución a periodistas
frente a 78 en 2 002. En su mayoría se trató de amenazas de violencia o de
emprender acciones judiciales, o acusaciones de calumnia por parte de políticos
locales, autoridades policiales o militares, o empresarios. La corrupción en los
medios no ha sido superado por completo.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y ASOCIACIÓN
Perú es clasificado como país "libre" (Freedom House 2 004), por encima del
promedio de América Latina, lo que sugiere que los derechos de expresión y
asociación están garantizados. El derecho a asociarse de manera pacífica ha
sido respetado. A veces, se ha usado una fuerza excesiva para dispersar a los
manisfestantes.
IGUALDAD DE ACCESO A FINANCIACIÓN Y PUBLICIDAD PARA LAS
CAMPAÑAS ELECTORALES
Imparcialidad y efectividad de la representación.
EL PODER EFECTIVO DE LAS AUTORIDADES ELEGIDAS
Durante el gobierno de Fujimori, el poder efectivo de las autoridades se vio
comprometido por la concentración del poder en la presidencia, el Servicio de
Inteligencia Nacional y a los militares, y la extensa red de corrupción realizada
por los funcionarios del Ejecutivo que involucró congresistas, jueces y dueños de
medios de comunicación, entre otros. Después de la caída del régimen de
Fujimori, y del reemplazo de una buena parte de la cúpula militar y la elección
del nuevo Presidente y Congreso en 2001, los funcionarios elegidos recuperaron
su plena autoridad en todo el territorio nacional y en la mayor parte de los
dominios de la política.
SISTEMAS ELECTORALES Y DE PARTIDOS QUE FACILITEN EXIGIR
CUENTAS A SUS ELEGIDOS
Los ciudadanos no pueden lograr una rendición de cuentas efectivas de las
autoridades elegidas. Las elecciones no desempeñan de manera efectiva que
los ciudadanos seleccionen a candidatos y a partidos, y que llamen a cuentas
sobre políticas públicas; además, los costos para supervisar la conducta de cada
legislador es excesiva. Una de las causas es la debilidad e los partidos políticos
y la fragmentación partidaria. Los partidos políticos han sido relativamente
débiles en la historia peruana: la adopción tardía del sufragio universal y la
dominación de la oligarquía sobre los partidos hizo que el surgimiento del
sistema de partidos democrático sólo ocurriera en la transcición de la democracia
-los ochentas-.
Los partidos políticos en los ochentas, contaban con numerosos seguidores,
además de una presencia organizacional. Sin embargo, la dirigencia era
altamente personalizada, poca democracia interna, visiones y prácticas
excluyentes y antagónicas, y un enfoque patrimonialista en la conformación y el
mantenimiento de las bases de apoyo social. Los partidos políticos vieron
desaparecer su respaldo político, por los fracasos de gobernabilidad de los
gobiernos de Belaúnde y García, la crisis económica, la hiperinflación, el conflicto
con Sendero Luminoso, y las políticas antipolíitca y antidemocráticas de Fujimori.
Entonces, los partidos fueron sustituidos por movimientos electorales más
personalistas y débiles. El índice de volatilidad electoral de 1980 a 2000 fue de
51,8, el más alto de la región. El sistema de partidos se encuentra muy
fragmentado y el apoyo partidista es efímero. Los partidos no son lo
sufiencientemente ideológicos ni lo suficientemente organizados para presentar
visiones nacionales de política y asegurar que aquellos elegidos por el partido lo
sigan. Es posible que por eso, y por la incapacidad de hacer políticas creíbles, y
la existencia de una ciudadanía poco informados, los electorales eligan a los
ciudadanos de acuerdo a los atractivos de la personalidad del personaje de turno
o en promesas de producir beneficios particularistas -obras públicas-.
Los actores tienen pocos incentivos para buscar reformas de interés general,
pues los costos y los obstáculos son grandes en comparación con los potenciales
beneficios. Se percibe que es mejor los costos concentrados y de corto plazo,
que los costos de las reformas de largo plazo inciertos y difusos. La falta de un
entorno institucional fuerte acorta el horizonte temporal de los actores políticos,
impide la posibilidad de lograr acuerdos entre la legislatura, y reduce la
posibilidad de que los partidos o actores políticos sean recompensados por la
implementación de políticas de interés general. La fragmentación impide la
rendición de cuentas, pues es difícil reconocer el mérito o culpar a los partidos
por ciertos resultados de política. Hay una inadecuada organización del debate
parlamentario; además de eso, los políticos son bastante personalistas, y buscan
resultados más tangibles como son la fama, el patronazgo y otro beneficios para
intereses especiales y propios. El voto preferencial hace que los legisladores
atiendan demandas más locales que nacionales haciendo promesas sobra la
creación de obras públicas, pese a que el Congreso no tiene iniciativa de Gasto.
La incapacidad de que los partidos puedan imponer disciplina ha sido acentuado
por el sistema del voto preferente. Este sistema hace que las elecciones se
conviertan en una batalla de personalidades en la misma lista de partidos como
entre las distintas colectividades. Esto refuerza la naturaleza personalista de la
justa electoral, agudiza las divisiones intrapartidistas, y disminuye la influencia
de los dirigentes en el Legislativo. La popularidad de los partidos tienden a
asociarse a un sólo dirigente, lo que hace que los ciudadanos tengan pocos
vínculos o intereses creados en las decisiones políticos; la credibilidad de los
partidos tiende a asociarse del desempeño del gobierno de turno, lo cual no ha
favorecido a los partidos en los últimos tiempos.
La representación proporcional y la segunda vuelta mayoritaria tienden a
fomentar la fragmentación de los partidos. En 2001, se redujo la proporcionalidad
aumentando el número de congresistas de 80 a 120. El gran tamaño del distrito
de Lima sigue fomentando la fragmentación de los partidos y a una débil
conexión entre los electores y sus representantes, aunados a los pocos
requisitos para obtener y mantener la personería jurídica.
El poco prestigio de las colectividades políticas y del Congreso conduce a un
círculo vicioso en que los ciudadanos no participen en los partidos o en la
supervisión del Congreso, lo que provoca que se exijan un menor financiamiento
del Congreso, en vez de inversiones para mejorar su capacidad.
SISTEMA DE FINANCIACIÓN POLÍTICA QUE LÍMITE EL TRÁFICO DE
INFLUENCIAS Y LA DISTORSIÓN EN LA EQUIDAD DE REPRESENTACIÓN
La financiación de los partidos ha sido generalmente privada, carecía de límites,
no estaba regulada, y ha sido a espaldas de la opinión pública. Las
contribuciones ha sido de grandes donaciones dado por financiadores
adinerados o grandes corporaciones. Esas donaciones por lo general se daban
en especie (automóviles, tiempo en los medios de comunicación, espacios
publicitarios pero el político o el partido tenía obligaciones hacia ellos. Esto ha
contribuido a la corrupción (contribuciones financieras a cambio de tratamiento
privilegiado en la contratación oficial o en el cumplimiento de las normas)y al
favoritismo en las decisiones relacionadas con políticas públicas, pero no ha
provocado grandes escándalo sobre fondos provenientes del narcotráfico u
organizaciones criminales.
PROPORCIONALIDAD ENTRE LOS VOTOS ADQUIRIDOS Y LOS
ESCAÑOS LEGISLATIVOS
Los sistemas electores del Perú han favorecido que los partidos minoritarios
tengan representación, cosa que ha contribuido más a la prominencia de los
pequeños movimientos personalistas. Existe una gran relación entre la
proporción de votos y escaños obtenidos. Sin embargo, la ley actual de Partidos,
tiende a no permitir la entrada y supervivencia de los partidos minoritarios.
EQUIDAD DE REPRESENTACIÓN GEOGRÁFICA
Dado que antes existía el sistema de distrito nacional, existe la costumbre de
concentrar los esfuerzos en las regiones más pobladas pues en estas zonas la
inversión de recursos políticos, el patronazgo y los recursos de campaña
rendirán mayores retornos en votos. Sin embargo, el sistema actual no es
excesivamente desigual en términos de representación geográfica.
EQUIDAD EN LA REPRESENTACIÓN DE GÉNERO Y GRUPOS ÉTNICOS
Las mujeres han logrado avances a estar representadas y tener presencias en
las listas del congreso. El porcentaje de mujeres en el Congreso está por encima
de la media. La actual Ley de Partidos Políticos exige que haya de un 25 a 30%
de mujeres a las posiciones de dirigencia política dentro del partidos. Las
minorías indígenes están subrepresentadas. La representación efectiva de los
grupos particulares como las mujeres, los indígenes o los grupos religiosos, son
socavados por los valores culturales prevalecientes, las barreras del lenguaje, la
discriminación social y los obstáculos a la participación.
Capacidad para agregar las preferencias ciudadanas y buscar consenso
EFECTIVIDAD DEL CONGRESO COMO FORO PARA LA FORMULACIÓN
DE POLÍTICAS NACIONALES
Hay debilidades para diseñar políticas de largo plazo, una incapacidad para
poner límites a las decisiones arbitrarias del Ejecutivo, y la existencia de la
naturaleza vólatil e impredecible de las políticas. Existe una falta de competencia
de los legisladores -aunque existe unos pocos legisladores capaces y
experimentados-, deficiencias en la organización y procedimientos de la
legislatura, una inadecuada capacidad técnica y de investigación - que genera
una incapacidad para analizar la factibilidad, costes e impactos económicos y
sociales de las leyes-, poca transparencia y apertura a la sociedad civil. La
naturaleza personalista de las comisiones legislativa, por lo general no tienen un
respaldo de los partidos, impiden un funcionamiento eficiente del Congreso y
debilitan la capacidad de los partidos para actuar como bancada. No existe
canales de comunicación entre los grupos de la sociedad civil y las comisiones.
La información que se da a la sociedad civil acusa deficiencias, y el contenido de
las leyes no se difunde hasta que ésta sea aprobada. Pese a que existe un
registro electrónico y en línea de las votaciones, su alcance en la ciudadanía es
limitado.
RENDICIÓN DE CUENTAS
Control político al ejercicio de autoridad entre las diferentes ramas y
agencias del gobierno
La constitución del Perú le da poderes al Legislativo para que controle las
acciones y conducta del Poder Ejecutivo. También tiene otras funciones
inherentes al sistema parlamentario como la capacidad de emitir censura a los
ministros del gabinete y la de dar el voto de confianza. Además, tiene derecho a
interpelar ministros, a solicitar datos e informes a los ministerios y otras agencias
gubernamentales, a crear comisiones de investigación, a ejercer control sobre el
presupuesto, a revisar y aceptar o rechazar acciones legislativas del Ejecutivo,
a realizar antejuicios y juicios políticos y acusaciones constitucionales. A pesar
de eso, el Legislativo no ha sido muy eficiente en la vigilancia y control del
Ejectivo. Las razones son que las constituciones han dotado al Ejecutivo de
amplios poderes, la existencia de mayorías partidistas en el Congreso favorables
al Ejecutivo, y a incentivos que limitan las capacidades de control de Legislativo.
Últimamente el Legislativo viene desarrollando sus poderes de control, aunque
irresponsablemente. La naturaleza personalista de los políticos tiende a buscar
beneficios concretos. Ya que los congresistas no tienen poder de iniciativa de
gasto, estos dependen del Ejecutivo. El poder judicial no desempeña
efectivamente la capacidad de garantizar la constitucionalidad de las leyes y los
abusos del poder Ejecutivo.

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