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SÍNTOMAS DEL PROLAPSO: SIGNOS DE

ALARMA QUE TODA MUJER DEBE CONOCER


Posted by María|viernes, 27 de marzo de 2015|In Prolapso|20 Comments

¿Sabes que se estima que la mitad, una de cada dos, de las mujeres que dan a luz
sufrirá un prolapso más adelante?
¿Que la mitad de las mujeres a partir de 55 años sufren problemas por uno o más
prolapsos?
¿Que a partir de ciertos grados la única solución para el prolapso es la cirugía?
¿Y que en muchos casos evitarlo o, al menos, ayudar a que no empeore está en gran
medida en tus manos?
Desafortunadamente, la información y la educación preventiva en salud pelviperineal
que estamos recibiendo hoy en día en muchos países es obviamente insuficiente,
con lo que conocer qué es un prolapso, identificar los hábitos y circunstancias que
pueden provocar su aparición o su agravamiento y saber reconocer sus síntomas es
todavía una asignatura pendiente para muchas de nosotras.
Al mismo tiempo, muchas de las personas a las que se les acaba de diagnosticar un
prolapso no se explican cómo ha podido aparecer este problema, cómo no se lo han
detectado cuando estaba en un grado más leve y les resulta muy chocante y frustrante
conocer que esta situación se podría haber evitado con unas simples pautas y el
entrenamiento de su musculatura del suelo pélvico y del core.

Qué es el prolapso
El prolapso, la llamada “epidemia silenciosa” de nuestro tiempo, es una patología callada
por millones de mujeres a las que la sociedad exige una recuperación inmediata tras el
parto, donde coger unos kilos de más durante el embarazo es motivo de desaprobación
colectiva y donde los absurdos cánones de “belleza” actual se imponen hasta en ese
momento vital de una mujer.
Básicamente, un prolapso, tal y como te explicaba mi compañera Laura Rojas en este
post, es el descenso, en mayor o menor grado, de uno o varios órganos de la cavidad
pélvica (vejiga, utero o recto) hacia el exterior, bien a través de la vagina, o bien a
través del recto o ano, lo cual genera un estado de shock y ansiedad importante en la
persona que lo padece deteriorando en gran medida su calidad de vida social y sexual.

Causas del prolapso


En general, la aparición de un prolapso es debida a la debilidad de los músculos del
suelo pélvico que fallan en su función de sostén.

Cuando esa debilidad tiene su origen en motivos fisiológicos, genéticos o patológicos:


carencia de estrógenos, factores neuromusculares, aparición de un tumor, tras una cirugía
abdominal o pélvica, etc. nuestra capacidad para modificar su evolución está
exclusivamente limitada a la prescripción médica.
Pero, en la mayoría de ocasiones las causas de un prolapso son otras más
circunstanciales:

 Un traumatismo obstétrico: parto instrumental, multiparidad, etc.


 Una hiperpresión ejercida sobre estos músculos de manera repetida y
continua: levantar peso habitualmente, realizar ejercicios hiperpresivos, practicar
deportes de impacto, estreñimiento crónico, tos crónica…
 El descenso en el nivel de estrógenos que se produce con la menopausia que
debilita la calidad de los tejidos y músculos del suelo pélvico.
En estos casos, la recuperación de la salud de nuestro suelo pélvico, con la ayuda de un
profesional experto en este tema, está en gran medida en nuestras manos.
Por una parte, tal y como te detallamos en este post, debemos aprender a mantener en
forma nuestros músculos del suelo pélvico y por otra parte y de igual importancia,
debemos evitar todos los hábitos perjudiciales, intentar protegernos cuando no se
pueden evitar y saber identificar cuál es el límite al que nuestro cuerpo puede llegar
que no debe superar.

Síntomas de prolapso
Debes saber que hay casos de prolapso leve en los que los síntomas son prácticamente
imperceptibles.
Y es que, como te decía al principio de este artículo, no recibimos suficiente información ni
educación en salud de nuestro suelo pélvico y hay prácticas tan inofensivas aparentemente
como cantar, tocar un instrumento de viento o transportar una tabla de surf que pueden
llegar a resultar nefastas si no se compensan por otro lado fortaleciendo los músculos del
suelo pélvico para minimizar el efecto de la hiperpresión que ejercen y que puede acabar
debilitando esa musculatura.
En este artículo te comentaba Laura por qué ella, una persona joven y nulípara, que en
principio no debería tener ningún problema de suelo pélvico, también debe entrenarlo y
prevenir malas prácticas.
Además, te recomendamos que aprendas a identificar las situaciones de riesgo y las evites
o te protejas cuando debas realizarlas. En este artículo te detallamos cuáles son las causas
principales de la debilidad del suelo pélvico.
Los síntomas que advierten de la presencia de un prolapso varían de una persona a otra y
dependen del tipo y del grado de prolapso que le afecta.
Como te decía, hay personas que prácticamente no advierten ningún síntoma de
padecer un prolapso, sobre todo en casos muy leves, mientras que otras pueden
sufrir uno o varios de los síntomas que vamos a describir.
Por otra parte, también debes saber que padecer uno de estos síntomas puede tener otras
causas médicas y no ser un indicador exclusivo de la presencia de un prolapso.
Por todo ello, siempre debes acudir a un profesional sanitario para que valore y
diagnostique el estado de salud en tu caso concreto.

Síntomas vaginales y pélvicos de prolapso


Estos síntomas a menudo empeoran cuando se está de pie durante un largo periodo de
tiempo, al finalizar el día o cuando al acudir al baño a defecar se hacen esfuerzos.

 Sensación de bulto en la vagina.


 Pesadez o presión dentro de la vagina.
 Sensación de bulto saliendo por la vagina.
 Bulto visible en la entrada de la vagina.
 Abertura vaginal dilatada, excesiva y ancha, asociada frecuentemente a
prolapso de útero.
 Dolor y/o malestar en la zona lumbar.
 Presión abdominal y/o dolor.
 Dificultad al insertar un tampón o tampón que se sale una vez introducido en
la vagina.
Síntomas en la vejiga urinaria de prolapso
 Orinar muy frecuentemente de día y/o de noche.
 Fuerte urgencia miccional asociada a escapes de orina.
 Incontinencia urinaria de urgencia.
 Chorro de orina irregular que puede ser muy lento, tardar excesivamente en
vaciar la vejiga, parar varias veces.
 Vaciado incompleto de la vejiga urinaria.
 Infecciones urinarias y síntomas asociados de repetida aparición.
 Chorro de orina que varía según la postura del cuerpo.
Síntomas intestinales de prolapso
 Dificultad de vaciado del intestino, necesidad de apretar en exceso y
sensación de no conseguir vaciar el recto.
 Estreñimiento que requiere apretar en exceso e incluso manipular con los
dedos para ayudar a la expulsión de las heces.
 Incontinencia fecal, especialmente asociada al prolapso rectal.
 Sensación constante de presión en el recto o necesidad de ir al baño.
 Dificultad de controlar los gases.
 Urgencia intestinal, necesidad urgente de acudir al baño a defecar.
 Sensación desagradable durante o después de defecar.
Síntomas sexuales de prolapso
 Dolor o sensación desagradable durante o después de las relaciones
sexuales con penetración.
 Dificultades en la penetración, sobre todo en los casos de prolapso más
elevados.
 Escapes de orina durante las relaciones sexuales.
 Sensación de orgasmo disminuida o inexistente.
 Excitación sexual disminuida.
 Desinterés sexual.

Aprendamos a mantener el buen tono, fuerza y elasticidad de los músculos de


nuestro suelo pélvico, a reconocer e intentar evitar los malos hábitos y prácticas
que perjudican y deterioran su salud, a protegernos cuando no podemos evitar
esas circunstancias y a acudir a un especialista ante la menor sospecha de que
algo no funciona de manera normal.
Habla con tu especialista, pregúntale cualquier duda que tengas, busca respuestas.
¡Acabemos con los tabús y paremos esta epidemia silenciosa!

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