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COSMOVISIÓN DE LA MUERTE EN MÉXICO

3 Pilar Turu, (2014), Cultura Colectiva


Consultado el 12 de octubre de 2018 en:
culturacolectiva.com/historia/cosmovision-de-la-muerte-en-mexico
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La muerte para el mexicano es un tema de gran importancia dentro de su cotidianidad, ya que


9 pocos países como éste la abrazan y se ríen de ella, la aceptan y conviven con lo que deja atrás y
con el recuerdo de los que terrenalmente ya no están. A diferencia por ejemplo de los países
Occidentales, la visión en México frente a la muerte es positiva e idealizada y refleja la unión de
12 las tradiciones indígenas junto con sus mentalidades prehispánicas, y las ideas traídas de
Occidente.

15 Esta visión se creó con base en una serie de construcciones sociales y culturales, que hoy en día se
han heredado a forma de tradición, fiesta y adoración. Un autor encargado de difundir la
concepción de la muerte en México es el mexicano Octavio Paz (1914-1988). Gracias a sus escritos
18 e investigaciones podemos comprender parte de la concepción de la muerte para el mexicano; como,
por ejemplo, en El laberinto de la soledad señala que en el mundo indígena la vida no tenía función
más alta que desembocar en la muerte; su contrario y complemento. “El mexicano la frecuenta, la
21 burla, la acaricia, duerme con ella, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente”.1

Como la cultura mexica fue el grupo dominante a la llegada de los españoles y es de los más
24 documentados, hay referencias en tanto a sus creencias y costumbres frente a la muerte, que
podemos observar se han heredado, como sus ideologías, siendo estas extremadamente
influyentes en el resto de las culturas del México prehispánico. “La sociedad mexica integró la
27 muerte en su ciclo cosmogónico como una circunstancia más del devenir: al morir se renace; ésta fue la idea
básica y de ella se desprendió la concepción de permanencia, porque la muerte no marca un fin, al contrario,
fue el eterno embrión, sin miedo a la fe y sin miedo a la muerte.”2
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Por otra parte, existe en el México prehispánico, una idea muy importante con respecto a la vida:
la dualidad. Ya que, igual que se cree en el día y la noche, es igual de importante ver de esta
33 manera a la muerte y la vida. A partir de esta idea, se creó el culto a deidades que representan la
vida, y la muerte, que no es más que la continuación de la vida, pero de manera inmortal y en otros
mundos. De una eterna permanencia, después de cumplir con la estancia en la Tierra. Es por esto,
36 que realizaban también ritos y sacrificios, para tener o una mejor vida en el más allá, o
simplemente para venerar a los dioses, para agradecerles del tiempo vivido en la tierra.

39 Esta es una postura que desafía a la muerte, sin embargo, ya que no está bien generalizar, se
tendría que mencionar en esta parte, que no todo mexicano no le teme a la muerte. No hay que
olvidar que la cristiandad impuesta por los españoles tras la Conquista introdujo poco a poco y
42 con fuerza en la cultura indígena, un concepto de la vida después de la muerte, con un cielo y un
infierno. El infierno, proclamado como el peor destino para el creyente más fiel por traer
consigo el eterno castigo, fue poco a poco gestando miedo, mientras que el cielo es la
45 recompensa, el lugar divino al que se accede con buenos actos y oración. Se genera en este
momento un primer miedo ante la muerte, dando resultado así, las dos partes: la que la espera y
festeja, y la que la teme y la llora. Se vuelve así el día de muertos, o el día de los santos
48 difuntos, una herencia o resultado del mestizaje.

El Día de Muertos es la contraparte, fiesta popular mexicana celebrada cada dos de noviembre.
51 Es una festividad llena de colores, de fiestas, de alegría, de risas, de arte y de aceptación que
simboliza toda esta cosmovisión. Esta fiesta pone al mexicano en sintonía con una de las
realidades más tangibles de la vida: la muerte. El mexicano se familiariza con ella, recuerda a sus
54 antepasados y a sus seres queridos. Los recibe en este día con la creencia de que los muertos
vuelven del más allá por lo que les esperan altares, música, y fiestas: “La peculiaridad del culto
mexicano de la muerte, se hace evidente cuando se comprende que lo que está en juego no es la sublimación
57 de la muerte estoica (aunque ésta también existe en México), sino la nacionalización de la familiaridad
juguetona y la cercanía con la muerte”.3

60 México, es un país que definitivamente ha hecho suyo el tema de la muerte, lo ha acercado


tanto a su vida cotidiana y a sus costumbres que podría considerarse como característica
nacional, pues pocos países como México reflejan una ideología tan positiva y la enfrentan tan
63 fuertemente como ellos. Ya que, por ejemplo, contrasta la idea ante la muerte que se tiene hoy en
día en España; siendo irónico este punto ya que fue España quien, colonizando este país dejó una
herencia de la muerte que como todo, se volvió en mestizaje.
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Tan cercana la siente que la ha hecho culto, religión y adoración: La Santa Muerte. La muerte
tiene figura y forma en México. Conocida como la flaca, la santísima, la chiquita, la señora o
69 dama blanca, la niña, la dientuda o la calaca, entre muchos otros, compite con los santos más
arraigados a la cultura. ¿En qué otro lugar del mundo se le rendiría tributo a una esquelética
escultura de 22 metros junto a la carretera, visible y recordadora para todos? Desde hace ya
72 varias décadas, el culto se extendió a Estados Unidos, debido a la fuerte migración mexicana, y
a otras partes de Sudamérica.

75 El tema ha sido de interés por investigadores desde hace tiempo; y aunque se creía que el
nacimiento de esta devoción fue a mediados del siglo XX, la historia del culto se remonta
mucho tiempo atrás. “De acuerdo con documentos oficiales de la Iglesia católica, existen registros que
78 hablan de unas ceremonias en las que los indígenas de San Luis de Paz, Guanajuato, adoraban a una figura
similar mediante ritos dedicados a un esqueleto al que, desde 1797 ya llamaban Santa Muerte.” 4

81 Por mucho tiempo la devoción estuvo condenada por la Iglesia, por ello los más fieles debían
rendirle oración a escondidas así cómo tener los altares en rincones poco accesibles, pero a
pesar de ello el fervor siempre ha sido tal que se ha logrado mantener viva la devoción. De este
84 modo la Santa Muerte se fue haciendo parte de las creencias más íntimas del indígena y el mestizo
hasta que puedo salir a la calle tras la Revolución, volviéndose en todo un símbolo nacional.

87 No se sabe dónde nació la creencia ni cuál es su origen preciso; no representa un milagro ni a una
persona, pero lo que está claro es que representa parte de las creencias populares de México y
que es un producto de la cultura y la historia del país; de sus mestizajes, de su identidad, de su
90 cosmovisión.

Referencias:
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[1] Rafael Angulo, http://www.lavanguardia.com/lectores-corresponsales/20090819/53769180854/muerte-en-mexico.html
[2] Rodríguez Álvarez, Ma. De los Ángeles. Usos y costumbres funerarias en la Nueva España. México: El colegio de Michoacán, A.C., 2001.p21
96 [3] Lomnitz, Claudio. Idea de la muerte en México. México: Fondo de cultura económica, 2006. p34
[4] Gil Olmos, José. La santa muerte: La virgen de los olvidados.

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