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LA SEMÁNTICA – PIERRE GUIRAUD

La semántica obliga a todo investigador a estudiar el lenguaje desde una triple


perspectiva que incluye: Una línea psicológica por medio de la cual se
establece " Por qué y cómo nos comunicamos ", una línea lógica que determina
"las relaciones del signo con la realidad " y una línea estrictamente lingüística
que" estudia las palabras en el seno del lenguaje " (Guiraud, 1975). Esta última
perspectiva, abre la posibilidad de existencia a una semántica lingüística

Pierre nos dice que la semántica lingüística “se trata de un proceso complejo
que implica la imagen mental de las cosas, la formación de los sonidos, su
disposición en un orden determinado, la audición, la formación de la imagen en
la mente del oyente.”

La semántica es el estudio del sentido de las palabras: el lenguaje es un medio


de comunicación; la lengua es el instrumento de que nos valemos para trasmitir
nuestras ideas; toda una serie de problemas que le interesan a la lingüística y a
otras ciencias. En este último plano es posible descomponer la cadena hablada
en tres elementos: sonidos, palabras, construcciones sintácticas, que se
definen a la vez por su forma y por su función.

La semántica lingüística parte de analizar la relación dicotómica del signo;


aunque reconociendo la importancia que posee para el proceso de significación
el referente o cosa nombrada. De esta manera, la perspectiva de la semántica
lingüística, vincula el significado de las cosas a un referente que es capaz de
evocar las imágenes mentales o nociones del objeto en mención.

Esquemáticamente, esta relación puede verse de la siguiente manera:


Pierre Guiraud, establece su punto de vista conciliador entre estructuralismo
lingüístico y el punto de vista psicológico respecto a la semántica. Para él, la
semántica es el estudio de la función de las palabras, la cual es transmitir un
sentido. De aquí surgen dos problemas: el de la significación, referido al cómo
las palabras adquieren sentido, y el de la semántica propiamente tal, que
consiste en el cómo las palabras transmiten sentido. La significación lo
considera propio de la psicología, y la semántica propia de la lingüística; no
obstante, no se puede estudiar la semántica sin apelar a la significación. La
significación es, entonces, “el proceso que asocia un objeto, un ser, una
noción, un acontecimiento, a un signo susceptible de evocarlos” (Guiraud,
1976). El signo, por su parte, es presentado como un estímulo asociado a otro
estímulo, del cual surge una imagen mental –un concepto, un significado–, en
el que cada estímulo se conserva en la memoria, de tal manera que un
estímulo idéntico o asociado pueda evocarlo (Guiraud, 1976).

La comunicación, lugar en el cual se da la transmisión de sentido, es


presentada de la siguiente manera: existe un locutor, un oyente, una cosa que
se quiere transmitir, y signos lingüísticos. De modo que, existe un objeto real,
que evoca en el locutor la imágen mental de ese objeto; luego el locutor se
produce la imagen acústica de la forma fónica de tal objeto, seguido de la
proferencia de tal forma fónica. Esta forma fónica (o bien gráfica), vendría
siendo la palabra, la cual es percibida por el oyente, produciendo en él una
imagen de la forma fónica que evoca, finalmente, la imagen mental del objeto
en el oyente (Guiraud, 1976)

En la captación del sentido de una palabra es donde surge la diferencia entre la


psicología y la lingüística respecto a la semántica, y también donde surge la
posición conciliadora del autor. Según él, la diferencia radica en el lugar del
significado en la transmisión de sentido: para la psicología, la imagen mental
del significado o concepto está contenida en la palabra misma; en cambio para
el estructuralismo, el significado de una palabra está dado no por la palabra
sola, sino que en su relación con otras palabras y con el contexto oracional,
dependiendo todo esto de la estructura lingüística a la cual se adscribe la
palabra. Guiraud plantea que, en efecto, el sentido de la palabra solo puede
estudiarse en relación con otras palabras y en su relación con el contexto; no
obstante, en la medida en que el uso de una palabra con un mismo sentido se
vuelve reiterado, entonces ya se puede otorgarles a lo psicólogos que el
significado sea inherente a la palabra.

Guiraud, combinando el enfoque semántico con el estilístico, también distingue


semánticamente comparación de metáfora, y esta distinción la enmarca dentro
de la evolución semántica en el deslizamiento del sentido y la ejemplifica con la
expresión francesa tête. Según este autor, primero hay comparación, es decir
una asociación de dos imágenes autónomas, la cabeza a un lado del tiesto, un
chef que parece un tiesto (téte). Luego hay metáfora o superposición de dos
imágenes, se inscribe la cabeza en el tiesto y resulta un chef que es un tiesto.
Después hay valor estilístico; la imagen del tiesto se borra y no queda más que
una asociación vaga con alguna cosa cómica y burda, una cabeza redonda y
tosca. Finalmente la palabra se semantiza, fija su significado; el reflejo
expresivo se oscurece; la palabra téte designa ahora un concepto puro y
reemplaza a chef. Esta última palabra sobrevive, sin embargo, con un valor
socio contextual; es un arcaísmo, una palabra noble: chef viene siendo una
cabeza “encanecida en el oficio”. Y a la izquierda de la téte (cabeza)
semantizada, lexicalizada, surgen ya las equivalentes de coco, melón,
calabaza, etc., que quizás terminarán algún día por desplazar a su vez a téte.
Por consiguiente, se ve que hay un desplazamiento en el ámbito de las
asociaciones significantes; téte pasó del casillero “valor expresivo” al casillero
“sentido de base”; chef pasó de “sentido de base” a “valor socio-contextual”.

LA FORMA SEMÁNTICA DE LOS CAMBIOS DE SENTIDO

El análisis semántico propone nuevos caracteres del proceso semántico:


Bipolaridad del significante y del significado; la naturaleza psicoasociativa de
sus relaciones, bajo su doble forma, similitud y contigüidad. A principios del
siglo, Wundt y Saussure encontraron una teoría de los cambios de sentido
basada en los criterios semiológicos. Wundt pone el acento en la naturaleza
psicoasociativa del proceso y las dos grandes tipos de asociación. Saussure
dice: Por principios de cuentas, no nos equivocamos respecto al sentido
atribuido a la palabra alteración, que supuestamente se trata de cambios
fonéticos sufridos por el significante.
Lengua y estructura:

Una lengua es un todo, pues cada elemento está enlazado, por eso se
menciona que no solo se enlaza con su naturaleza ni con su forma propia, sino
también con el lugar y las relaciones que se proyectan en su conjunto.
(Guiraud, 1975)

Cada elemento integra estructuras es por eso que cada elemento depende de
cada uno de ellos. Saussure menciona en su obra e Curso la “interinanimación”
es ahí que comprende que cada palabra es un centro de una constelación de
asociaciones.

Dentro de los campos de la estructura según Piere van a intervenir las


motivaciones internas como las externa. Los cambios de sentido se deben a
una motivación externa, pues el sentido es una analogía de cosas concebidas
fuera de una realidad; en el aspecto de estos cambios tienen su origen el
idioma (conflictos homonímicos, contaminación, etimología popular).

En los campos lingüísticos de Trier; menciona que todo en los límites de un


concepto acarrea modificaciones en conceptos vecinos; por eso en las
palabras como: Wisheit, “sabiduría”, Kunst, “arte”; y List, “maña”; después de
un siglo fueron cambiados por Wisheit, Kunst y Wissen.
renovándose tanto en el plano de la estructura, como también en el campo
etimológico, antes las tres palabras expresaban un campo similar, pero ahora
cada concepto refleja y se orientan a diferentes situaciones y visión del mundo
particular.

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