Entrevista I Rafael Fernández Rubio.

A escasos días para que venza

el plazo para que la Autoridad
Nacional del Agua (ANA) establezca
los criterios técnicos para la
identificación y delimitación de las
denominadas “cabeceras de cuenca”,
dialogamos con el Dr. Ing. de Minas
Prof. Rafael Fernández Rubio, el más
reconocido experto en hidrogeología
minera y ambiental del mundo,
quien en base a su conocimiento y
experiencia, señala que más allá de
pretender tal definición, en nuestro
país se debe realizar una enmienda
técnica a la totalidad de Ley de
Recursos Hídricos para que esté
acorde con el rigor científico que un
tema tan sensible amerita.

Más allá de intentar identificar y delimitar las cabeceras de cuenca

Se debe realizar una

enmienda técnica a la totalidad
de la Ley de Recursos Hídricos

L
a ANA, en Perú, ha sido
encargada para establecer
los criterios técnicos
para la identificación
y delimitación de las
denominadas “cabeceras de
cuenca”, donde la ley establece
que nacen las aguas. En base a
su experiencia ¿considera que es
posible arribar a tal definición?
Una ley no puede establecer donde
tienen que “nacer” las aguas; eso es una
falacia intencional, que se dejaron “colar”
los políticos, sin buscar un asesoramiento
técnico fundamentado, y todo ello a través
de un razonamiento engañoso, con preten-
siones de querer ser convincente. En argot
futbolístico: “se dejaron meter un gol en
fuera de juego”… y luego “pasaron el ma-
rrón” a la Autoridad Nacional del Agua.
La intencionalidad antiminera era evi-
dente, ya que, por condicionantes geo-
lógicos, muchos yacimientos minerales se
localizan en los entornos de cabeceras de
cuenca, donde afloran rocas fracturadas
consolidadas por fluidos epitermales, que
las hicieron más resistentes frente a la ero-
sión hídrica.
Por otra parte, cuando se habla de in-
tangibilidad de las cabeceras de cuenca
¿Serían también excluidas en ellas las ac-
tividades agropecuarias, por su indudable
afectación a los ecosistemas que alber-
gan? ¿Se obligaría a desterrar la gana-
dería y el pastoreo de las cabeceras? ¿Se
prohibirían cultivos como el choclo porque
los endemismos vegetales son “malas hier-

20 MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490 www.mineriaonline.com.pe

bas” que hay que eliminar? ¿Se podrían
captar aguas alterando los equilibrios y
desequilibrios naturales? Las incoherencias
son muchas y sus consecuencias serán la-
mentables. Es lo que conlleva caer en la
trampa de una falacia.
Entonces´, ¿dónde puede decirse
que “nacen” las aguas?
Las aguas “nacen” mayoritariamente
donde se producen las precipitaciones at-
mosféricas, cuyos máximos, en el caso de
los Andes, en general no se corresponden
precisamente con las cabeceras de cuen-
ca. Es un tema que he estudiado con mis
colaboradores a escala mundial, y por su-
puesto en los Andes peruanos. Merecería
la pena que el IIMP realizase un estudio
a fondo, con todo el rigor, que pusiese
en evidencia la falsedad de tamaño dis-
late. Quiero pensar que los políticos son
conscientes de que la verdad absoluta no
es inherente a su poder legislativo, y quie-
ro pensar que, en honor a su honestidad,
estarían dispuestos a proclamar un “mea
culpa” por el error… pero tal vez soy de-
masiado optimista.
¿Existe alguna identificación y
delimitación similar en otro país
del mundo?
No conozco restricción semejante en
otros países, con fundamentación científi-
ca y técnica, lo que no quiere decir que
no exista.
¿Qué sugiere en este caso?
En realidad poco puedo sugerir. En-
tiendo lo que podría ser un posicionamien-
to veraz, pero desconozco si jurídicamente
cabe aún una enmienda técnica a la totali-
dad. Deseo mucha suerte a la ANA en la
tarea encomendada y, como el “más viejo
de la tribu”, me pongo a su disposición si
en algo pudiera ser útil.
¿Qué medidas son las más
recurrentes a nivel mundial para
la protección de los recursos
hídricos en general?
El agua, sin lugar a duda, es el recur-
so natural más valioso para el ser huma-
no, para todos los organismos vivientes,
y para la biota en general… Tan es así,
que se puede hacer huelga de hambre du-
rante meses, pero no de agua: se moriría
por deshidratación en apenas tres a cinco
días.
Sentada esta verdad trascendente hay
que manifestar que los radicalismos, en la
MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero
Los recursos hídricos requieren, sí o sí, de una
gestión global integrada, y ese debe ser el
enfoque de los EIA.
“protección del agua”, no se apoyan en ra-
ciocinios veraces y sensatos; no se susten-
tan en el acervo científico ni tecnológico;
se plantean como sofismas embaucadores
con los que engañar a personas de buena
fe. Así pasó con el caso Conga para ver-
güenza propia y ajena.
Entiendo que los recursos hídricos
requieren, sí o sí, de una gestión global
integrada, y ese debe ser el enfoque de
los Estudios de Impacto Ambiental –EIA–,
en cuanto al agua se refiere, y esto por
supuesto en el caso de la minería, pero
también de cualquier otra actividad hu-
mana.
Es así que los EIA, en su faceta hi-
drológica, tienen que ser dirigidos por
profesionales de mucha experiencia, sin
duda, pero, sobre todo, de demostrada
moralidad, integridad y honradez. Ex-
pertos para los que el mayor activo sea
precisamente su probidad, y que busquen
MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
y defiendan las mejores actuaciones en
relación con el recurso hídrico, en cuanto
a su calidad y mejor uso. Y, permítame
que añada, que tecnología y experien-
cias positivas existen.
¿Qué avances tenemos en el uso
y tratamiento del agua utilizada
en las operaciones mineras?
Teniendo a las espaldas una muy lar-
ga vida, con más de cincuenta años de
experiencia académica y consultora, en el
mundo del agua y el medio ambiente en
minería, he visto evoluciones y progresos
muy notorios y a veces impensables. En
este quehacer el gran impulso lo viene
dando la International Mine Water Asso-
ciation –IMWA–, de la que fui fundador,
en Granada (España), en 1979, y que fue
gestada en la cátedra de Hidrogeología
de la Universidad de Granada dos años
antes.
En primer lugar, hay que afirmar que
cada mina se presenta en un contexto hi-
drológico singular, y no existe un catálogo
de modelos estereotipados a seguir para
su gestión óptima, aunque sin duda la ex-
periencia de buenas prácticas es el mejor
punto de partida.
El problema número uno, en cuanto
a su extensión y afección, lo presentan
las aguas ácidas de drenaje minero. Las
soluciones tienen que ser en primer lugar
preventivas (“más vale prevenir que cu-
rar”) y esta es una regla de oro, a la que
coadyuva el denominado “drenaje pre-
ventivo en avance”, pero también la ex-
clusión del oxígeno (ambiente anóxico),
la construcción de barreras protectoras,
y muchas otras tecnologías complemen-
tarias.
Los tratamientos activos pueden ser
simples o hasta muy complejos, depen-
diendo de la acidez, el cotejo de iones di-
sueltos, el uso posterior de esas aguas…,
estos pueden ir desde tratamientos quími-
21
cos o fisicoquímicos, más o menos comple-
jos, hasta el empleo de la ósmosis inversa,
que permite obtener aguas de excelente
calidad, pero que sin duda es costosa.
Los tratamientos pasivos tienen la ven-
taja de su bajo costo, ser prácticamente
autosustentables, producir óxidos metáli-
cos no reactivos y constituir biotopos de
gran interés ambiental. En este contexto,
han sido sorprendentes los avances en los
últimos años, aunque queda camino por
andar. Una asignatura pendiente, en Perú,
es la investigación de la totora en su po-
sible papel de productor de microorganis-
mos acuáticos para estos tratamientos pa-
sivos de bioremediación, tendríamos así el
“método Titicaca”.
La Universidad Politécnica de Madrid
ha conseguido una innovación muy valio-
sa en la fitodepuración, mediante humeda-
les artificiales con macrofitas flotantes, en
estos tratamientos, que hemos puesto en
práctica no solo en España sino también
en Portugal, Brasil y Honduras.
Para los cierres de mina ¿Cuál
es la tendencia mundial? Por sus
características, ¿cuál considera
que sería la mejor alternativa
para el caso de las unidades
mineras de Perú?
Las actuaciones de rehabilitación de
entornos mineros cubren hoy la más am-
plia gama que se podría imaginar, y des-
de aquí quisiera convocar a los responsa-
bles de las empresas mineras peruanas,
a formar un grupo de trabajo, bajo el pa-
raguas del IIMP, para dar a conocer esta
realidad a nivel del país.
En España me ha cabido el honor de
hacer esta recopilación, bajo los auspicios
de la Asociación Nacional de Ingenieros
de Minas (con motivo de su 50 aniversa-
rio), lo que ha dado lugar a una mono-
grafía (“Activos Ambientales de la Minería
Española”), muy difundida, con muchos
cientos de fotografías, de la que podría-
mos tener una idea de su enjundia con
decir que pesa casi tres kilogramos, ha co-
laborado un elenco de casi 80 profesiona-
les, y de casi 30 instituciones y empresas.
En este sentido, podría destacar que
se trata de actuaciones que se diseñan
por equipos pluridisciplinares, en los que
tienen cabida todas las especialidades
de la ingeniería, las ciencias, las artes, la
abogacía, la economía, etcetéra.
22 MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
Sin pretender ser exhaustivo podría de-
cir que esta restauración puede ser: natu-
ralística, forestal y/o agropecuaria; cultural
o turística; recreativa o deportiva; urbanís-
tica o residencial; industrial o de servicios;
y puede referirse a la mina sensu estricto,
sea a tajo abierto o subterránea, pero tam-
bién a las escombreras, balsas de relaves,
instalaciones industriales, entre otros.
Es este un mundo apasionante, en el que
la imaginación no tiene fronteras. Las nuevas
generaciones tienen tarea por delante.
¿Qué últimas investigaciones
se han desarrollado para un
cada vez mejor tratamiento
de los pasivos ambientales, en
especial, los que generan aguas
ácidas?
En parte ya he hecho referencia en
preguntas anteriores, pero por añadir solo
una pincelada voy a mencionar un ejem-
plo español.
El río Tinto, en las minas de Riotinto (An-
dalucía, España), con más de 5,000 años
de explotación minera, tiene un pH de 2.3,
y una gran cantidad de metales en disolu-
ción. Aquí la NASA junto al Centro de As-
trobiología español (Consejo Superior de
Investigaciones Científicas + Instituto Nacio-
nal de Técnicas Aeroespaciales), están rea-
lizando investigaciones que han confirmado
la posibilidad de que determinados organis-
mos puedan sobrevivir en el planeta Marte.
Pero, al mismo, aguas tratadas de esta Faja
Pirítica Ibérica, con pH original entre 2.75 y
3.65, riegan centenares de hectáreas plan-
tadas por Cítricos Tharsis S.A.
Y si nos referimos a los tratamientos
pasivos de aguas ácidas, en humedales
artificiales (“wetlands” en la nomenclatura
inglesa), la bibliografía hoy disponible,
en tratados y artículos científicos (bastan-
tes accesibles en Internet), es realmente
sorprendente. Lamentablemente muchas
experiencias permanecen inéditas, por
considerarse un valioso “know how”, por
las empresas, y por obligarnos compromi-
sos de confidencialidad a la no difusión
pública de estos “saberes”.
Hace años trabajo en un “Tratado
Iberoamericano de Rehabilitación de
Espacios Mineros”, que quisiera poder
difundir pronto, de manera desinteresa-
da, para que otros puedan seguir en el
empeño de incluir más y más experien-
cias relevantes. Realmente creo que es
necesaria esta obra, para el mejor hacer
de la minería en los países hermanos. El
apoyo del IIMP entiendo que permitiría su
culminación.
¿Qué medidas deberían tomarse
en Perú para resolver este
problema, por ejemplo se ha
planteado la remediación por
impuestos, similar al mecanismo
de obras por impuestos?
Sigo con todo interés esos movimien-
tos de remediación (rehabilitación creo
que sería más adecuado) por impuestos
en Perú: realmente puede ser algo muy
positivo, porque va a ayudar a dar una
segunda vida a espacios mineros.
Un ejemplo que considero emblemáti-
co, en España, es el “Parque de la Natu-
www.mineriaonline.com.pe

Sobre el
entrevistado
El Profesor Fernández Rubio ha sido
el primer catedrático de hidrogeología
de la universidad española, centrando
su actividad en la hidrogeología minera
y ambiental. Actualmente es Catedráti-
co Emérito de la Escuela de Ingenieros
de Minas y Energía de la Universidad
Politécnica de Madrid.
Es Dr. Honoris Causa por la Universi-
dad de Lisboa y, en próximas fechas, será
investido de Dr. Honoris Causa por la Uni-
versidad Nacional de Ingeniería de Lima.
Ha recibido el Premio Rey Jaime I
a la Protección del Medio Ambiente,
de manos de la Reina Sofía de Espa-
ña, considerado el máximo galardón
individual, por su contribución en la
resolución de problemas hidrológicos y
ambientales en la minería.
Es Miembro de Honor de la Asocia-
ción Nacional de Ingenieros de Minas
de España; Millenium Hydrogeologist
por la Asociación Internacional de Hi-
drogeólogos; Magna Dedicatio Recog-
nitia Est por el Instituto de la Ingeniería
de España; Fundador, Past-President y
Honorary President de la International
Mine Water Association; Fundador, Se-
cretario General y Presidente Vitalicio
de la Asociación Iberoamericana de
Enseñanza Superior de Minería, entre
otros.
24 MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
raleza” realizado en las minas de hierro
de Cabárceno (Cantabria), explotadas
durante más de 2,000 años, que se ha
convertido en uno de los mayores atracti-
vos turísticos del norte de España; aquí la
mina cedió sus propiedades al gobierno
regional que, a cambio, se hizo cargo de
una rehabilitación modélica.
En todo caso, la tónica más frecuente
es la de rehabilitación por la propia em-
presa minera, liberando así paulatinamen-
te los avales bancarios depositados con
este objeto.
¿Cuál es el impacto real que la
exploración minera tiene en
los recursos hídricos y el medio
ambiente?
He repetido en diferentes foros que
la minería es, en muchos casos, la única
empresa productora de agua, sin entrar
este objetivo en su finalidad económica y
social. Pero más importante es, sin duda,
que la investigación minera aporta, nor-
malmente, una muy valiosa información
sobre las aguas superficiales y subte-
rráneas, y unas infraestructuras hídricas
que pueden permitir la explotación de
este valioso recurso hídrico, en la etapa
post-mina.
Para hacer posibles esas sinergias se
requiere, sin duda, una relación armoniosa
y recíproca entre la mina y los potenciales
usuarios futuros, y se requiere prever anti-
cipadamente ese aprovechamiento, para
que este pueda ser sustentable y beneficie
a la actividad post-mina.
En España, y en muchos países con
larga tradición minera, es esta una prác-
tica frecuente y, en este sentido, puede
ser significativo que las galerías de cap-
tación de aguas se denominan “minas”,
denominación arto frecuente en esas
captaciones, que se corresponde con
los qanats de Irán y las foggaras de Ma-
rruecos.
En muchos emprendimientos mineros,
con los que hemos colaborado, con ex-
plotación simultánea de recursos hídricos,
siempre se ha buscado acondicionar la
captación de agua a la demanda, inten-
sificando las extracciones en los periodos
de sequía, para tratar de reducirla en los
de excedentes de agua.
Por otra parte, al final de la operación
minera, es obligado planificar una explota-
ción de aguas subterráneas que permita la
recuperación gradual del almacenamiento
de agua en el sistema acuífero subterrá-
neo, compatibilizando el régimen de ex-
tracciones con un balance positivo de los
recursos hídricos almacenados, hasta llegar
finalmente a un modelo de gestión a largo
plazo que aproveche las innegables venta-
jas de la capacidad de almacenamiento
de los acuíferos. Esto es lo que hemos pla-
nificado, por ejemplo, para la explotación
de hierro a tajo abierto de Capão Xavier,
en Minas Gerais (Brasil), operada por Vale,
que es un ejemplo modélico de compatibili-
dad de explotación minera e hídrica.
¿Considera pertinente solicitar
estudios ambientales para las
actividades de exploración
minera?
Sin entrar en detalles, diría que es
prácticamente habitual en los países de la
Unión Europea, y parece que es un requi-
sito que se impone en más partes del mun-
do, si bien el alcance de estos estudios
tiene exigencias mucho menores que los
realizados para una explotación minera.
Desarrollar buenas prácticas ambien-
tales, desde el inicio de la investigación,
facilita luego, el hacerlo durante la eta-
pa de explotación y de post-mina. Sin
duda es un sobrecosto, pero tiene que
ser asumible, y garantiza evitar afecta-
ciones ambientales de mayor calado,
que pueden ser muy perjudiciales frente
a las obligadas buenas prácticas, que
se exigen a la minería más que a cual-
quier otra actividad industrial, agrícola
o urbana.
¿Qué opina del silencio
administrativo negativo?
Opino, sinceramente, que es una muy
mala e injustificable práctica, extendida
a muchos países. Desafortunadamente
puede ser achacable a la indolencia de
los funcionarios; otras veces puede ser
atribuible a escasez de recursos humanos
y técnicos en las correspondientes admi-
nistraciones; otras puede deberse a la
inadecuada formación técnica en los fun-
cionarios responsables de dar respuesta;
sin ignorar otras causas que responden a
motivos espurios, que podríamos conside-
rar maliciosos o inconfesables.
Esos silencios son culpables de gas-
tos financieros muy importantes para las
empresas, pero también de la pérdida de
oportunidad en el negocio minero y, con
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todo ello, de efectos negativos a la crea-
ción de puestos de trabajo.
Con un horizonte de futuro,
actualmente se plantea la
posibilidad de desarrollar la
denominado “minería seca”
¿considera que ello es posible?
Entiendo que el agua, en la minería, es
un “input” imprescindible, aunque también
puedo destacar que cada día son más y
más los esfuerzos que se realizan para
reducir los consumos de agua, y en ellos
entran los tratamientos de mineral en seco.
Lo que también es cada día más práctica
extendida es el “vertido cero”, de manera ge-
neral y, desde luego, de manera absoluta en
lo referente a aguas afectadas en su calidad
para los usos habituales en el entorno de la
actividad minera, aguas abajo del vertido.
Con relación al cambio climático,
¿cree que se debe a la actividad
humana de los últimos tiempos o
es parte de las manifestaciones
cíclicas del planeta?
Los que tenemos formación geológica
MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero
sabemos que los cambios climáticos son
de ayer, de hoy y de siempre; toda la
historia geológica muestra ejemplos per-
fectamente documentados de esas varia-
ciones en la Paleoclimatología.
Sin ir más lejos, en el Cuaternario
se registran una serie de glaciaciones
seguidas de periodos interglaciares, a
lo largo de los últimos 2.58 millones
de años, con todos los efectos de cam-
bios en el nivel del mar, cobertura de
grandes extensiones de hielo y fusión
del mismo, variaciones térmicas muy im-
portantes.
El interglacial en el que nos ha corres-
pondido vivir comenzó hace entre 10,000
y 15,000 años, y en él se registró, por
ejemplo, la “Pequeña Edad de Hielo”, que
duró desde final de la Edad Media hasta
bien entrado el siglo XIX.
¿Me pide que me posesione? Aunque
sea “políticamente incorrecto”, pienso que
son mucho más impactantes los efectos na-
turales que los causados por la actividad
humana, lo cual no puede significar que
MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
dejemos de combatir a todos los efectos
perniciosos para el clima y, especialmen-
te, para la salud.
Tenemos la obligación de dejar la me-
jor herencia a nuestros hijos y a los hijos
de nuestros hijos, y eso está en un esfuerzo
colectivo y consciente… ¡Ojalá las nuevas
generaciones sean más responsables que
lo que han sido sus padres!
¿Algo más que quisiera
agregar?
Doy gracias a Dios de haberme permi-
tido trabajar con todas mis fuerzas por la
minería sostenible.
Confieso que mi gran pasión es ganar
amigos, y regalar todo lo que pueda ser
útil de mis conocimientos.
Declaro, decididamente, ser un ena-
morado del Perú, de sus gentes y de su
entorno.
Y, solo me resta añadir, a cuantos
sienten estos quereres, mi ofrecimiento de:
¡Amigos para siempre!!!
25
Coyuntura
Cabeceras de cuenca
¿Perú país minero y antiminero a la vez?
Por:
Ing. Amado Yataco Medina.
Exministro de Energía y Minas.
Reconocido en el mundo, el Perú es,
definitivamente, un país minero.
Un estudio realizado en septiembre
de 2017 por Ipsos Apoyo en el ámbito
urbano del país, muestra que “el 87%
de encuestados señala que la minería es
una de las actividades económicas más
importantes del país”. Igualmente “el 79%
considera que es conveniente que se desa-
rrollen grandes proyectos mineros”.
Diversas encuestas anteriores señalan,
por ejemplo que, considerando Lima y to-
das las regiones del país, el 64% está a
favor de la minería y el 28% en contra.
La posición de Lima es de 76% como la
más alta y el norte 48% a favor vs 44% en
contra. El 76% considera que las empresas
mineras sigan invirtiendo en el Perú.
A la luz de las encuestas, nuestro país
en su mayoría no es antiminero, pero las
evidencias demuestran que existen secto-
res antimineros en diferentes grados, nive-
les de la economía, sectores de la política,
autoridades, ONGs, en fin.
Los actos antimineros no solo se ex-
presan en violencia, muchas veces son
realizados en un marco de impunidad
consentida por los gobiernos de turno
sino, sutilmente, disposiciones legales
principalmente a nivel de leyes. Entonces
¿qué hace que el Poder Ejecutivo y Poder
Legislativo elegidos por el pueblo, que en
su conjunto no es antiminero, se pongan
40 MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
de acuerdo para dictar leyes antimineras?
Veamos.
Durante el gobierno de Alejandro To-
ledo, so pretexto de las “sobreutilidades
mineras”, se promulgó la Ley de Regalías
Mineras dada por el Congreso, con una
tasa de 1 a 3% del valor del concen-
trado. Es decir una carga fiscal ciega.
Toledo terminó su gobierno con una des-
aprobación de 55% y el Congreso con
82%.
En el Gobierno de Alan García, se
promulgó la Ley de Recursos Hídricos
29338, cuyo Artículo 75° remata con lo
siguiente:
“El Estado reconoce como zonas am-
bientalmente vulnerables las cabeceras
de cuenca donde se originan las aguas.
La Autoridad Nacional, con opinión del
Ministerio del Ambiente, puede declarar
zonas intangibles en las que no se otor-
ga ningún derecho para uso, disposición
o vertimiento de agua”. Es decir un con-
cepto totalmente errado -aunque adopta-
do y querido por los antimineros- de que
las aguas se originan en las cabeceras de
cuenca y que son ambientalmente vulne-
rables según pregonaban los antimineros
durante las manifestaciones violentas que
paralizaron el proyecto Quilish en Ca-
jamarca en 2004. También propicia la
declaración de intangibilidad de las ca-
beceras evidentemente para frenar a la
minería.
El tema quedó ahí latente y la antimine-
ría utilizó nuevamente el concepto de ca-
becera de cuenca para, más tarde, traerse
abajo el proyecto Conga en Cajamarca
en 2012. El gobierno de Alan García ter-
minó con una desaprobación en mayoría
de 46%. La desaprobación del Congreso
fue de 78%.
Durante el gobierno de Ollanta Hu-
mala se promulgaron las leyes dadas por
el Congreso sobre aporte por regulación,
nueva regalía minera, impuesto especial a
la minería y gravamen especial a la mine-
ría. Nunca peor tratada nuestra principal
actividad económica. La carga fiscal anti-
minera constituida por las dos regalías, el
impuesto especial y el gravamen especial
desde el 2011 hasta mayo del presente
año ha mermado la liquidez de las empre-
sas mineras en 10,402 millones de soles,
afectando gravemente sus exploraciones
e inversiones para mantener el negocio o
efectuar algunas ampliaciones. También
promulgó la Ley de Consulta Previa que
alienta la posibilidad de que las comuni-
dades campesinas sean calificadas como
indígenas para afectar a la actividad mi-
nera.
No puede obviarse el caso del pro-
yecto Conga que se paralizó con la pasi-
vidad del gobierno y demás poderes del
Estado frente a los graves actos de violen-
cia propiciados por los antimineros de Ca-
jamarca encabezados por su presidente
regional Gregorio Santos so pretexto de la
cabecera de cuenca y las lagunas natural-
mente contaminadas. Actor señalado por
la prensa fue también el hoy congresista
Marco Arana, líder del Frente Amplio.
Este hecho gravísimo llevó a la querida
región Cajamarca a los peores lugares en
crecimiento, desarrollo y pobreza. Humala
terminó su gobierno con una desaproba-
ción de 73% y el Congreso con 70%.
En las elecciones generales de 2016
la región Cajamarca (seis curules) eligió a
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cuatro congresistas de Fuerza Popular, uno
de Alianza para el Progreso y solo uno del
Frente Amplio, justamente a su líder Marco
Arana. Visto así, Cajamarca no quiere a
los antimineros, pero tampoco se la juega
por la minería. En las presidenciales Gre-
gorio Santos alcanzó el sexto lugar con
3.27% de los votos. El Perú lo conoce muy
bien.
El 16 de agosto de 2016, apenas
llegado al poder, Pedro Pablo Kuczynski
promulgó la modificación del Artículo 75°
de la Ley de Recursos Hídricos, adicionan-
do en la parte final lo siguiente: “Asimismo
(la Autoridad Nacional) debe elaborar un
Marco Metodológico de Criterios Técnicos
para la Identificación, Delimitación y Zoni-
ficación de las Cabeceras de Cuenca de
las Vertientes Hidrográficas del Pacífico,
Atlántico y Lago Titicaca”.
Es decir, volvió a poner en discusión
el tema de la cabecera de cuenca, dispo-
niendo lo que es más grave, la elabora-
ción de un marco metodológico para la
identificación, delimitación y zonificación
de la cabecera de cuenca, lejos de ha-
cerlo para las subcuencas, microcuencas
hídricas y quebradas que conforman la
cuenca. PPK renunció a la presidencia de
la República ante la amenaza de vacan-
cia.
Una encuesta de Datum de julio de
2018 otorga al Congreso 6.2 de nota so-
bre una base de 20. Marco Arana 12%
de aprobación y 63% de desaprobación.
¿Tanto poder tiene la antiminería?
Como se ha visto, la gran mayoría
de peruanos acepta/quiere a la minería
y desaprueba a la antiminería. Pero la
presencia antiminera no requiere masa,
le basta la violencia, la impunidad y la
pasividad de los gobiernos de turno, tam-
bién la sutileza para sembrar el caos en
esta ocasión so pretexto de la cabecera
de cuenca.
En política a veces, o muchas veces,
tiene vigencia el dicho “piensa mal y acer-
tarás”. Veremos.
La Ley de Recursos Hídricos
La Ley de Recursos Hídricos 29338
contiene 125 artículos, 11 principios bá-
sicos (Título Preliminar), 12 disposiciones
complementarias finales y dos disposicio-
nes complementarias transitorias.
En los 11 principios (1. Principio de va-
loración del agua y de gestión integrada
del agua; 2. Principio de prioridad en el
acceso al agua; 3. Principio de participa-
ción de la población y cultura del agua; 4.
Principio de seguridad jurídica; 5. Principio
de respeto de los usos del agua por las
comunidades campesinas y comunidades
nativas; 6. Principio de sostenibilidad; 7.
Principio de descentralización de la ges-
tión pública del agua y de autoridad úni-
ca; 8. Principio precautorio; 9. Principio de
eficiencia; 10. Principio de gestión integra-
da participativa por cuenca hidrográfica; y
11. Principio de tutela jurídica) no se men-
ciona, en absoluto, cualquier aspecto rela-
tivo a cabecera de cuenca; en cambio se
refiere a la inversión en los siguientes térmi-
nos: “4. Principio de Seguridad Jurídica.- El
Estado consagra un régimen de derechos
para el uso de agua. Promueve y vela por
el respeto de las condiciones que otorgan
seguridad jurídica a la inversión relaciona-
das con su uso, sea pública o privada o en
coparticipación”.
Destaco también el Principio Precauto-
rio. “8. Principio precautorio.- La ausencia
de certeza absoluta sobre el peligro de
daño grave o irreversible que amenace las
fuentes de agua no constituye impedimen-
to para adoptar medidas que impidan su
degradación o extinción”. Este principio se
aplica a toda la cuenca incluida su cabe-
cera aunque no se le menciona.
Ninguna de las 14 disposiciones com-
plementarias se refiere, en absoluto, a
tema alguno sobre la cabecera de cuen-
ca.
El Artículo 3° sobre declaratoria de
interés nacional y necesidad pública dis-
pone: “Declárase de interés nacional y
necesidad pública la gestión integrada
de los recursos hídricos con el propósito
de lograr eficiencia y sostenibilidad en
el manejo de las cuencas hidrográficas
y los acuíferos para la conservación e
incremento del agua, así como asegurar
su calidad fomentando una nueva cultura
del agua, para garantizar la satisfacción
de la demanda de las actuales y futuras
generaciones”. Nada sobre cabecera de
cuenca.
El Artículo 6° establece 16 Bienes
Asociados al Agua, entre ellos: “h. la ve-
getación ribereña y de las cabeceras de
cuenca”. Tomar en cuenta que se refiere a
la vegetación en las cabeceras, es decir
cabeceras ubicadas en altitudes donde
es posible la vegetación. El ichu de las
punas por encima de los 3,000 msnm no
es ejemplo de vegetación, al menos apro-

Cuadro 1. Promedios y Rangos Térmicos Anuales de la Temperatura Media en la Cuenca del Río Mantaro (°C)

msnm Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic

- de 1000 23.72 24.00 23.90 23.46 22.20 21.04 20.64 21.32 22.06 22.24 23.36 23.62

1000 - 2000 20.83 21.13 20.90 20.77 19.77 18.63 18.40 19.23 19.97 19.97 21.20 21.07

2000 - 3000 16.34 16.61 16.36 16.35 15.73 14.74 14.66 15.59 16.41 16.33 17.46 16.91

3000 - 4000 9.84 9.93 9.81 9.68 9.20 8.38 8.13 8.79 9.52 9.81 10.41 10.18

+ de 4000 4.91 4.90 4.93 4.66 4.22 3.51 3.05 3.51 4.16 4.79 4.96 4.98

MÍNIMOS

3000 - 4000 3.96 4.11 3.57 2.55 1.13 -0.87 -1.14 -0.06 1.89 2.55 3.21 3.35

+ de 4000 -1.12 -1.07 -1.47 -2.67 -4.17 -6.13 -6.56 -5.66 -3.71 -2.73 -2.54 -2.07

Fuente: ANA. Adecuación por el autor.

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490 41
vechable. No se refiere específicamente a
la cabecera sino a la vegetación.
El Artículo 15° establece las 16 funcio-
nes de la ANA, entre las cuales se tiene:
“14. Reforzar las acciones para una ges-
tión integrada del agua en las cuencas
menos favorecidas y la preservación del
recurso en las cabeceras de cuencas”.
Nada nuevo porque la preservación del
recurso agua es de aplicación general
para toda la cuenca, incluida la cabe-
cera. Considerada genéricamente en los
Principios 6, 9 y 11 del Título Preliminar
de la Ley.
No hay referencia específica a la ca-
becera de cuenca hasta llegar al Artículo
75°, cuyo texto original fue el siguiente.
“Artículo 75.- Protección del agua
La Autoridad Nacional, con opinión
del Consejo de Cuenca, debe velar por
la protección del agua, que incluye la con-
servación y protección de sus fuentes, de
los ecosistemas y de los bienes naturales
asociados a ésta en el marco de la Ley y
demás normas aplicables. Para dicho fin,
puede coordinar con las instituciones públi-
cas competentes y los diferentes usuarios.
La Autoridad Nacional, a través del
Consejo de Cuenca correspondiente, ejer-
ce funciones de vigilancia y fiscalización
con el fin de prevenir y combatir los efec-
tos de la contaminación del mar, ríos y la-
gos en lo que le corresponda. Puede coor-
dinar, para tal efecto, con los sectores de
la administración pública, los gobiernos
regionales y los gobiernos locales (Hasta
aquí todo bien).
El Estado reconoce como zo-
nas ambientalmente vulnerables
las cabeceras de cuenca donde
se originan las aguas. La Auto-
ridad Nacional, con opinión del
Ministerio del Ambiente, puede
declarar zonas intangibles en las
que no se otorga ningún dere-
cho para uso, disposición o verti-
miento de agua”.
Como se aprecia, el primer párrafo cu-
bre todo lo concerniente a la protección y
conservación de las fuentes de agua sea
la cuenca misma, su cabecera, subcuen-
cas, microcuencas, quebrada y río.
Sin embargo, el párrafo final cae de
improviso como colita de télex o as bajo
42 MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
la manga de un mago inspirado en la vio-
lencia antiminera que en 2004 paralizó la
exploración del yacimiento aurífero Quilish
en Cajamarca.
Si revisamos el reglamento de esta
ley, aprobado por DS 001-2010-AG (12
títulos, 287 artículos y 19 disposiciones
complementarias) no encontramos un títu-
lo, capítulo, sub capítulo, disposición com-
plementaria o párrafo específico alguno
sobre cabecera de cuenca.
En cuanto a protección del agua como
es la denominación del Artículo 75° de la
Ley, el reglamento determina en el Artículo
103° - Protección del Agua lo siguiente:
“Artículo 103.- Protección del agua.
103.1 La protección del agua tiene
por finalidad prevenir el deterioro de su
calidad; proteger y mejorar el estado de
sus fuentes naturales y los ecosistemas
acuáticos; establecer medidas específicas
para eliminar o reducir progresivamente
los factores que generan su contaminación
y degradación.
103.2 La Autoridad Nacional del
Agua, en coordinación con el Ministerio
del Ambiente, Ministerio de Salud y demás
sectores cuando corresponda, emite dispo-
siciones, directivas y normas complementa-
rias al Reglamento, para la conservación
y protección de la calidad de las aguas”.
Como se aprecia, el artículo se refiere
a la cuenca incluyendo subcuencas, mi-
crocuencas y obviamente cabecera. No
se cae en el juego de mencionar espe-
cíficamente a la cabecera como un caso
excepcional. Es razonable asumir que el
presidente García se percató del cuento
político que le vendieron sobre la cabece-
ra de cuenca. Tratándose de un decreto
supremo, su aprobación corresponde ex-
clusivamente al Poder Ejecutivo, esto es
sin participación del Congreso, en donde
anidan algunos antimineros a cielo abierto
y otros como topos. No tocó el tema de la
cabecera de cuenca.
En cuanto a zona de protección de los
recursos hídricos se tiene el Artículo 127°
Zonas de Protección de los Recursos Hí-
dricos, cuyos numerales 1 y 2 establecen
lo siguiente: “127.1 Las zonas de protec-
ción del agua son áreas específicas de las
cuencas hidrográficas o acuíferos cuyas
características naturales requieren ser pre-
servadas, para proteger o restaurar el eco-
sistema, y para preservar fuentes y cuerpos
de agua, así como sus bienes asociados.
127.2 La Autoridad Nacional del
Agua, en coordinación con la autoridad
ambiental y las autoridades sectoriales co-
rrespondientes, podrá declarar zonas de
protección de los recursos hídricos en las
que se prohíba, limite o restrinja cualquier
actividad que afecte la calidad del agua
o sus bienes asociados. Dicha medida po-
drá adoptarse en aplicación del principio
precautorio”.
El principio precautorio es el número
8 que he destacado líneas arriba. Como
se aprecia, las disposiciones del Artículo
127° del Reglamento son aplicables a
toda la cuenca, incluida su cabecera aun-
que no se mencione a ésta ni mucho me-
nos a su supuesta trascendencia.
Finalmente, el Artículo 194° sobre De-
marcación de las Unidades o Cuencas
Hidrográficas establece que “194.1. La
cuenca hidrográfica constituye el ámbito
territorial básico para la planificación de
la gestión del agua”. No hace diferencia-
ción antojadiza alguna sobre la cabecera
como sí lo hace, extrañamente, el Artículo
75° de la Ley.
Queda claro entonces que el tema de
la cabecera de cuenca referido en la par-
te final del Artículo 75° de la Ley termina
siendo un instrumento de política antimine-
ra completamente ajeno a la realidad.
La Ley 30640 amplía la parte final del
Artículo 75° de la Ley 29338, quedando
así el párrafo final que se refiere a la ca-
becera de cuenca: “El Estado reconoce
como zonas ambientalmente vulnerables
las cabeceras de cuenca donde se origi-
nan los cursos de agua de una red hidro-
gráfica. La Autoridad Nacional, con opi-
nión del Ministerio del Ambiente, puede
declarar zonas intangibles en las que no
se otorga ningún derecho para uso, dispo-
sición o vertimiento de agua. Asimismo,
debe elaborar un Marco Metodo-
lógico de Criterios Técnicos para
la Identificación, Delimitación y
Zonificación de las Cabeceras de
Cuenca de las Vertientes Hidro-
gráficas del Pacífico, Atlántico y
Lago Titicaca”. He resaltado lo que
agrega la Ley 30640.
Esta ley fue promulgada el 16 de
agosto de 2016 a solo 19 días de ha-
www.mineriaonline.com.pe
berse instalado el expresidente Kuczynski
y el Congreso. Parte activa fue el Frente
Amplio seguramente inspirado en la para-
lización del proyecto Conga en Cajamar-
ca gracias a los violentos ataques de la
antiminería so pretexto de la cabecera de
cuenca.
El agregado (resaltado) de la Ley
30640 se ha reglamentado mediante DS
016-2017-MINAGRI.
Este reglamento amplía el Artículo
103° del reglamento antiguo con la in-
corporación de tres nuevos parágrafos
relativos exclusivamente a la cabecera de
cuenca: “103.3 Los criterios para la identi-
ficación, delimitación y zonificación de las
cabeceras de cuenca, se establecen en el
Marco Metodológico que elabora la Auto-
ridad Nacional del Agua en coordinación
con los sectores competentes.
103.4 El Marco Metodológico es
aprobado por Decreto Supremo con el
voto aprobatorio del Consejo de Minis-
tros.
103.5 La graduación de la vulnerabi-
lidad ambiental de cabeceras de cuenca
se establece de acuerdo a los criterios se-
ñalados en el Marco Metodológico a que
se refiere el numeral 103.4”.
El expresidente manifestó, según El
Comercio, que “Delimitar las cuencas no
es un pecado", asimilando así, sin duda
ni murmuraciones, la verborragia de la
antiminería. El marco metodológico debe
quedar listo en septiembre próximo según
la nueva ley.
Cuencas hidrológicas y
operaciones mineras
Las cuencas hidrológicas comprenden
la cabecera como elemento inicial y más
elevado con una cantidad de agua que
dependerá del nivel de las precipitaciones
lluviosas; subcuencas y microcuencas cap-
tadoras de agua también en proporción
al área y la intensidad de las precipita-
ciones; la quebrada y el río que lleva las
aguas a su destino final. En consecuencia,
las aguas no se originan sólo en la cabe-
cera sino en cualquier lugar de la cuenca
y fuera ella en donde ocurran precipitacio-
nes como en la quebrada y río.
La cabecera de cuenca, por ser la
más elevada se ubica en la parte de cota
mayor de las zonas altoandinas muy por
encima de los 3,000 msnm, es decir en
la puna. En tales áreas de gran altitud,
frío intenso y falta de agua, desaparece
todo tipo de vegetación, pero prevalece
un pasto o hierba, como el ichu, planta
que soporta ambientes negativos para
otras especies. Existe una mala práctica
de algunos pobladores que queman este
forraje con la idea equivocada de que así
abonan la tierra. ¿Esto la hace “ambien-
talmente vulnerable”? No ¿Esto hace que
se le declare “zona intangible”? Tampoco.
Disculpando el término, debe ser -de he-
cho es- idea de los “cabecillas de cuenca”.
La Cuenca del río Santa por ejemplo,
con una extensión de 11,596 km2 y con
una altitud máxima de 6.768 msnm en que
se ubica el Nevado Huascarán, no podría
ser ni es el origen de grandes corrientes
de agua. Los mayores volúmenes se origi-
nan en las subcuencas y microcuencas y
recolección de la quebrada.
Las operaciones mineras se realizan
mayoritariamente en la zona altoandina
con altitudes muchas veces por encima de
los 3 mil msnm, esto en la llamada región
ecológica puna. Es razonable pensar que
este es el motivo por el que la antimine-
ría invoca la cabecera de cuenca para
atentar contra la actividad económica más
importante del país como es la minería.
Extensiones de algunas cuencas: Río Rí-
mac (3,700 km2 y 5,509 msnm), Río Santa
(11,596 km2 y 6,768 msnm), Río Chancay
(2,402 km2 y 3,800 msnm), Río Llaucano
(2,407 km2). La huella de las operaciones
mineras varía entre 5 y 20 km2, es decir
porcentajes pequeñísimos con respecto al
área de la cuenca. Las operaciones mine-
ras se desarrollan en una parte pequeña
de una subcuenca o microcuenca.
Las operaciones mineras de La zanja
y Tantahuatay en la cuenca del Chancay
ocupan unas 1,500 has (15 km2), es de-
cir 0.6% del área de la cuenca. La parte
de Tantahuatay en la cuenca del Llaucano
ocupa 600 has (6 km2) es decir 0.25%.
Conga está en cuatro microcuencas de
la intercuenca Alto Marañón IV, ocupando
apenas el 0.12%; y una microcuenca en la
cuenca Crisnejas ocupando solo el 0.04%

Cuadro 2. Cuenca del Mantaro - Precipitación Media Mensual (mm/mes) vs Altitud (msnm)

msnm Jul Ago Set Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun

553 - 1000 39 51 81 112 116 155 181 163 154 97 57 39

1000 - 1500 43 56 91 120 121 165 195 172 170 107 67 44

1500 - 2000 23 30 57 74 77 112 138 123 123 66 35 19

2000 - 2500 17 21 44 60 64 94 125 118 112 51 26 13

2500 - 3000 21 25 53 66 71 104 131 128 126 57 30 14

3000 - 3500 14 23 43 60 65 91 127 136 132 49 23 10

3500 - 4000 13 24 46 70 74 105 132 146 140 62 28 11

4000 - 4500 11 20 44 68 72 108 133 148 140 66 25 9

4500 - 4985 9 15 40 64 71 110 144 154 144 71 23 7

Fuente: ANA. Adaptación del autor.

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490 43
del área. En estas zonas las precipitacio-
nes son mayores que en las partes altas
de las cuencas.
Es importante señalar que la actividad
minera de hoy es diferente a las anteriores
a 1990, en cuya década se creó los Pro-
gramas de Adecuación y Manejo Ambien-
tal (PAMA) para poner al día casi todas
las operaciones mineras. Para el efecto,
60 empresas invirtieron más de mil millo-
nes de dólares. De otra parte, han queda-
do pasivos ambientales abandonados que
el Estado está atendiendo.
Igualmente, en un marco de lideraz-
go ambiental el Ministerio de Energía y
Minas en aquel entonces dispuso la ela-
boración y aprobación de Estudios de
Impacto Ambiental – EIA como condición
previa al inicio de una actividad minera.
Este instrumento de gestión debe contener
además rigurosos estudios hidrológicos e
hidrogeológicos a ser monitoreados duran-
te la construcción y operación. Esto en un
marco de gran adelanto tecnológico para
afrontar las condiciones subestándares de
toda clase y magnitud.
Cuenca del Mantaro – algunos
parámetros
Según el estudio elaborado por de-
pendencias de la Autoridad Nacional
del Agua (ANA), denominado Evaluación
de Recursos Hídricos Superficiales en la
Cuenca del Río Mantaro, esta tiene un
área de 34,400 km2, abarcando los de-
partamentos de Pasco, Junín, Huancaveli-
ca y Ayacucho, incluyendo las provincias
de Pasco, Junín, Yauli, Jauja, Concepción,
Huancayo, Tayacaja, Huancavelica, Aco-
bamba, Angaraes, Huanta y Huamanga.
La cuenca contiene 23 subcuencas
que abarcan 24,586 km2 y un gran núme-
ro de microcuencas con un total de 9,814
km2. Lo esencial del estudio se concentra
en la subcuencas y, en el ámbito de la
gestión de cuenca, da prioridad a las sub-
cuencas, recursos hídricos, agrarios y pe-
cuarios. No se menciona a la cabecera ni
mucho menos a su presunta trascendencia.
Según lo indicado en el referido es-
tudio, el mismo se ha realizado de con-
formidad con la Ley de Recursos Hídricos
29338 y su reglamento, sin hacer referen-
cia alguna al Artículo 75° de la ley que
contempla la imaginaria vulnerabilidad de
la cabecera de cuenca y su eventual de-
claratoria de intangibilidad.
44 MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490
Destaca que la zona altoandina de
mayor altitud (donde se ubica la cabecera
de cuenca) está descubierta en parte y, en
otros áreas, cubierta por césped de puna
o ichu.
Temperatura
En el Cuadro 1, se presenta la varia-
ción mensual según altitud de la tempera-
tura media en la cuenca del Mantaro; y,
a modo de comparación, se coloca las
temperaturas mínimas correspondientes a
las cotas 3,000-4,000 msnm y más de
4,000 msnm, que comprende a la cabe-
cera de la cuenca.
Como se aprecia, la temperatura dis-
minuye a medida que la altitud es mayor,
alcanzando las más bajas entre los 3,000
y más de 4,000 msnm. A estas altitudes,
las temperaturas mínimas alcanzan niveles
gélidos, todo por debajo de cero grados
centígrados. Como se ha mencionado, a
partir de los 3,000 msnm se encuentra la
puna en donde la vegetación no existe o
se presenta como césped de puna e ichu.
En el tema de cobertura vegetal, el
estudio señala 1,474 km2 sin vegetación,
15,188 km2 con césped de puna y pajo-
nal de puna en las partes altas, que co-
rrespondería a la cabecera de la cuenca
Mantaro. Además 10,455 km2 entre culti-
vos agropecuarios principalmente y mato-
rrales en los pisos termoandinos.
Así, la zona de cabecera de cuenca
correspondería a un terreno escarpado,
de difícil acceso, sin vegetación o con cés-
ped de puna e ichu. Es decir, nada que
la convierta en ambientalmente vulnerable.
Precipitación
Según el estudio de la ANA, las pre-
cipitaciones como promedio, se inician
para toda la cuenca en el mes de julio y
se incrementan gradualmente en los meses
de agosto y septiembre, haciéndose más
significativas a partir de octubre hasta al-
canzar valores máximos en febrero.
En el cuadro 2, se muestra los niveles
de precipitación a distintas altitudes duran-
te los 12 meses del año. Para mejor visua-
lización el autor no presenta los decimales
de las cifras de precipitación y ha iniciado
el año en el mes de julio en que, según
indica el estudio, se inicia la temporada
de lluvia. Igualmente se ha diferenciado el
color de las altitudes inferiores y superiores
a 3,000 msnm.
Como se aprecia, las mayores precipi-
taciones no ocurren en las altitudes supe-
riores a 3,500 msnm sino en las inferiores
a 2,000 msnm. Obviamente los volúme-
nes originados por las precipitaciones
dependerán del área sobre las que se
depositan.
El Gráfico 1 permite una mejor visua-
lización mostrando las altitudes inferiores
a 1,500 msnm y las superiores a 4,000
msnm en las que debe estar la cabecera
de la cuenca.
Se aprecia que las precipitaciones en
la altitudes menores son claramente más
elevadas que en las altitudes mayores, en
las que se sitúa la cabecera de la cuenca.
Conclusiones y recomendaciones
Conclusiones
1. No se ha dado en el mundo una defini-
ción concreta de lo que es una cabece-
ra de cuenca y su nivel de trascendencia
en relación con los otros componentes
de la cuenca como las subcuencas, mi-
crocuencas, quebrada y río.
2. Si se tratara de ensayar una definición,
el autor sostendría lo siguiente:
Zona altoandina sobre los 3,000 msnm:
“la cabecera es el área más alta de la
cuenca, de difícil acceso, generalmente
escarpada, de clima frío a gélido, sin
vegetación o a veces cubierta de cés-
ped de puna, con fauna de magnitud
ínfima que incluye auquénidos, en don-
de se inicia la corriente de aguas abajo
y se incrementa con el aporte de lluvias
que precipitan en las altitudes menores
y el tributo de las subcuencas y micro-
cuencas así como el acopio de la que-
brada”.
En regiones termoandinas, costa y
amazonía: “es la zona más alta de la
cuenca, de clima cálido, parcialmente
cubierta de vegetación con fauna varia-
da, en donde se inicia la corriente de
aguas abajo, etcétera”.
Ambas definiciones forzadas e innece-
sarias. Bastaría con decir que es la par-
te más alta de la cuenca.
3. La intrascendencia de la cabecera de
cuenca con respecto a los otros elemen-
tos de la cuenca queda en evidencia en
el texto de la Ley de Recursos Hídricos
29338 que no la menciona con la in-
www.mineriaonline.com.pe
 tensidad y frecuencia que otorga a los
otros componentes de la cuenca. Solo
se le menciona en el pequeño hilo que
aparece en la parte final del Artículo
75°, sin preámbulo alguno.
4.
El estudio sobre la cuenca Mantaro
realizado por especialistas de la Auto-
ridad Nacional del Agua tampoco se
interesa por la cabecera de cuenca,
pues no la menciona ni considera en
ninguna parte de su índice ni a lo largo
de su contenido. El autor del presente
artículo no puede asegurar que la pa-
labra “cabecera” se encuentre siquiera
en alguna de las 147 páginas del estu-
dio referido.
5. El hecho de que la aparente “vulne-
rabilidad ambiental” haya aparecido
después de los hechos violentos ocu-
rridos en Cajamarca que fueron pro-
movidos con éxito por los antimineros
violentistas para detener la explora-
ción en Quilish en 2004, dando pos-
teriormente lugar a la introducción del
párrafo sobre la cabecera de cuenca
en el Artículo 75° de la Ley de Recur-
sos Hídricos 29338, y que se replica-
ron en 2012 con la participación del
hoy presidente del Frente Amplio, se-
gún publicaciones en aquel entonces,
que paralizaron el proyecto Conga,
demuestra la naturaleza política de
tal mención a la cabecera de cuenca.
Esto se confirma por el papel decisivo
que tuvo el Frente Amplio en la dación
de la Ley 30640 que reaviva el tema
de la cabecera de cuenca, disponien-
do la elaboración del marco metodo-
lógico por la Autoridad Nacional del
Agua para la “identificación, evalua-
ción y zonificación de las cabeceras
de cuenca”.
6.
Como referencia respecto al consu-
mo de agua en nuestro país, se tiene
lo siguiente: el 80% del agua fresca lo
consume la agricultura, el 12% la pobla-
ción, el 6% la industria y apenas el 2%
la minería, con alto grado de recupe-
ración para reciclaje, con vertimiento
cero.
7. En resumen, resulta inaudito implemen-
tar prioritariamente, a costos y esfuerzos
incalculables e inútiles, las medidas dis-
puestas para las cabeceras de cuenca
altoandinas que resultan ser las partes
menos trascendentes del conjunto cuen-
ca, cabecera, subcuencas, microcuen-
MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero
G1. Cuenca del Mantaro - Precipitación (mm/mes) vs Altitud (msnm)
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Jul Ago Set Oct Nov
553 - 1000 1000 - 1500
cas, quebrada y río. La mayor parte del
agua, flora y fauna está y/o proviene
de las subcuencas, microcuencas y que-
brada. Esto es lo que la Ley de Recursos
Hídricos 29338, en su conjunto, manda
proteger.
8. Finalmente, la disposición sobre cabe-
cera de cuenca a que alude la parte
final del Artículo 75° de la Ley de Re-
cursos Hídricos se contrapone al pro-
pio cuerpo de dicha ley cuyo Principio
4 del Título Preliminar sobre Seguridad
Jurídica, establece que: “El Estado con-
sagra un régimen de derechos para el
uso del agua. Promueve y vela por el
respeto de las condiciones que otor-
gan seguridad jurídica a la inversión
relacionada con su uso, sea pública o
privada o en coparticipación”.
9. Lo que está ocurriendo con la falsedad
del tema de la cabecera de cuenca es
que afecta la seguridad jurídica y el in-
terés de los inversionistas mineros para
apostar por nuevos emprendimientos,
por lo menos hasta que se defina el
tema posiblemente en septiembre próxi-
mo para tomar su decisión.
Dic Ene Feb Mar Abr May Jun
4000 - 4500 4500 - 4985
Recomendaciones
1. A unque sumamente difícil por las im-
plicancias de orden político, la Au-
toridad Nacional del Agua, en su
calidad de ente rector y máxima au-
toridad técnico-normativa del Sistema
Nacional de Gestión de los Recursos
Hídricos, de conformidad con las fun-
ciones y facultades que le otorga el
Artículo 15° de la Ley de Recursos
Hídricos 29338, debería proceder al
sinceramiento del tema controversial
sobre la cabecera de cuenca y plan-
tear su reevaluación porque atenta
contra el contenido de la propia ley
toda vez que resulta ajeno a la reali-
dad y opaca el marco jurídico para
invertir en minería.
2.
Todo esto antes del vencimiento del
plazo otorgado por la Ley 30640; o,
en su caso, formular como alternativa la
realización de un estudio de vulnerabi-
lidad de todos los componentes de las
cuencas, concentrándose en los más im-
portantes para la protección del agua,
la vegetación, la fauna y, sobre todo,
las poblaciones respecto de aludes, alu-
viones y huaicos.
MINERÍA / JULIO 2018 / EDICIÓN 490 45