Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Mesianismo y política
colección Humanidades: La Colección Humanidades de la Universidad Nacional de
AUTORES
General Sarmiento reúne la producción relacionada con las
Vida y tiempo de la república. temáticas de historia y filosofía, enmarcadas en las líneas de José Pablo Martín
Mesianismo y política
UNGS – CONICET
Contingencia y conflicto investigación de la Universidad, siempre en vinculación con el
en Maquiavelo desarrollo de nuestra oferta académica y con nuestro trabajo Horacio Lona
Sebastián Torres
con la comunidad. Facultad de Teología de Benediktbeuern.
Ruptura ideológica del El libro reúne textos de seis especialistas que formaron parte de un Miguel Ángel Rossi
catolicismo argentino. panel en el Segundo Simposio Internacional Helenismo-Cristianismo, UBA - CONICET
36 entrevistas entre 1988 y 1992
José Pablo Martín
que se celebró en la Universidad Nacional de General Sarmiento bajo Eduardo Rinesi
el título convocante de “Mesianismo y política”. En aquellas exposi- UNGS
Merleau-Ponty, filósofo ciones se encuentra el origen de los presentes trabajos y la concep- Lucas Fragasso
de lo político ción de esta obra. José Pablo Martín se refiere a las esperanzas UNGS
Leonardo Eiff político-escatológicas en el judaísmo helenizado, y Horacio Lona, a
Sergio Morresi
¿Política y catolicismo
las ideas mesiánicas en el Nuevo Testamento y en los tres primeros UNGS – CONICET
o catolicismos políticos? siglos. Miguel Ángel Rossi, por su parte, expone las ideas sobre
Miradas y perspectivas sobre escatología y política en el pensamiento de San Agustín, mientras que Marta Alesso
UNLPam - AADEC
Colección Humanidades
(compilador) coordinó la mesa del simposio y rubrica el prólogo de la presente
publicación.
La imaginación romántica.
Antecedentes filosóficos.
Resonancias artísticas
Marta Alesso y José Pablo Martín
Juan Lázaro Rearte y (coordinadores)
María Jimena Solé
(coordinadores)
Colección Humanidades
Mesianismo y política
Marta Alesso y José Pablo Martín
(coordinadores)
Mesianismo y política
Mesianismo y política /
José Pablo Martín ... [et.al.] ; coordinado por Alesso Marta y José Pablo
Martín. - 1a ed. - Los Polvorines : Universidad Nacional de General Sarmiento, 2015.
136 p. ; 21x15 cm. - (Humanidades; 30)
ISBN 978-987-630-213-5
1. Religión. 2. Ciencia Política. I. Martín, José Pablo II. Marta, Alesso, coord. III.
Martín, José Pablo, coord.
CDD 261.7
107
Sergio Morresi
108
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
109
Sergio Morresi
socialismo. Sin embargo, unos pocos años más tarde, en el mismo momento en
que buena parte de la juventud parecía girar hacia la izquierda radical, Nozick se
encontró con las ideas de Murray Rothbard, un impulsor del anarcocapitalismo,
y eso cambió su vida (y la de buena parte de la derecha) para siempre. En 1974,
en buena medida como respuesta a la publicación de la Teoría de la Justicia de
Rawls, Nozick, por entonces un joven profesor de Harvard, publicó Anarquía,
Estado y Utopía. El objetivo (político) del libro de Nozick es demostrar que el
tándem liberalismo político y capitalismo económico no es apenas una propuesta
de sociedad entre otras, sino la única moralmente aceptable. Mientras que en
otros autores neoliberales, como Milton Friedman o Friedrich Hayek, la elección
del modelo liberalismo-capitalismo es una cuestión de conveniencia económica
o política, para Nozick es una cuestión moral que puede ser justificada teórica-
mente recurriendo a las ideas lockeanas sobre la política.
El regreso a Locke que propone Nozick contiene apenas cuatro pasos:
mostrar que los seres humanos tienen derechos inviolables, que el ejercicio de
esos derechos produce la aparición de un Estado mínimo, que si se continúan
respetando esos derechos ningún Estado mayor al mínimo es moralmente acep-
table y que ese Estado mínimo no solo es legítimo sino también estimulante,
pues puede servir de marco a cualesquiera formas de vida que los hombres
quieran darse a sí mismos.
Como es sabido, Locke parte de la idea de que el hombre tiene derechos
porque es un ser racional y que, por lo tanto, puede entender la Ley Natural
y actuar moralmente. Nozick, en cambio, parece simplemente afirmar que los
hombres tienen derechos porque están separados los unos de los otros. En su
primer libro, el carácter de sujeto de derecho del hombre es presentado como
un axioma, pero en textos posteriores el filósofo norteamericano busca dar
sustento a la deducción de los derechos del hecho estético de la vida separada a
través de la introducción de los conceptos de valor y sentido. Nozick comienza
su recorrido afirmando que se puede considerar valioso a aquello que consi-
gue conciliar la diversidad en una totalidad sin descaracterizar cada uno de
los elementos constituyentes. El ser humano es valioso porque su humanidad
no reside simplemente en la suma de los átomos que lo componen, sino en la
armonización única e irrepetible que él es. Esta armonización adquiere sentido
al vincularse como una contribución a una entidad aún más amplia: la sociedad
como suma de individuos. O sea, el hombre, en la medida en que es un ser
valioso y dispone de libre arbitrio, puede darle sentido a su vida contribuyendo
a la formación de una entidad más amplia y así originar valor. En este sentido,
110
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
nos dice Nozick, somos personas responsables de nuestro valor y por ello me-
recemos respeto. Dado que merece respeto, continúa el argumento, debemos
estar protegidos por una coraza de restricciones morales indirectas que impidan
las acciones irrespetuosas de terceros. Estas restricciones deben ser naturales
(comunes a todos), negativas (conformar una esfera de no interferencia), no
positivables (no pueden expresarse como deberes o reivindicaciones, ya que
su única forma legítima es la de impedir actuar) y exhaustivas (no se pueden
presentar conflictos entre ellas).
El problema de la visión de Nozick no está en su afirmación de que el
hombre es valioso y merece respeto, sino en las conclusiones que de ello deriva.
Sería posible aceptar la visión de que el hombre es un ser valioso y la idea de que
merece respeto, pero no la conclusión de que ello implique un derecho o una
restricción. Incluso si aceptásemos que se puede extraer un contenido deontoló-
gico de la idea de vida valiosa y significativa, no tendríamos que aceptar que esos
derechos sean absolutos y se presenten como restricciones morales indirectas.
Para el liberalismo clásico, el hombre era definido como un ser libre, enten-
diendo la libertad ya en el sentido de ausencia de restricciones a su voluntad, ya
en el sentido de independencia. Así, los derechos naturales (independientes de la
voluntad de un agente) del liberalismo clásico aparecen delimitados de dos mane-
ras: la de Kant y la de Locke. En el primer caso, es claro que la naturaleza humana
implica derechos que serán positivados en la instancia estatal, que incluye dentro
de sí a los ciudadanos, a los hombres libres. En el segundo caso, en el de Locke,
ya desde el comienzo, desde el mismo Estado de Naturaleza, nos encontramos
con derechos positivos. Pero Nozick no toma ninguno de estos dos caminos. Para
él, los derechos de los demás determinan las restricciones de nuestras acciones,
no nos dicen lo que debemos hacer sino aquello que no debemos hacer. Así, en
tanto que la Ley de Naturaleza de Locke me interpela a actuar en mi defensa y
en la de mis hermanos, la prudencia nozickiana me lleva a actuar como mejor
me parezca en cada caso, siempre que respete las restricciones morales indirectas.
De acuerdo con Locke, uno no puede asistir impávido a un intento de asesinato;
en cambio, de acuerdo con Nozick, sí puede hacerlo y a veces, incluso, debería
hacerlo; para ser moral basta con que uno mismo no sea el asesino; nuestro deber
no es impedir los asesinatos o castigarlos, sino abstenernos de cometerlos.
De la lectura de Anarquía, Estado y Utopía puede deducirse que existen
varios derechos (de propiedad, de libertad de conciencia, de libre tránsito, de
libre comercio). Sin embargo, como afirman algunos comentadores, para Nozick
todos estos derechos son “derivados” del derecho pleno a la auto-propiedad.
111
Sergio Morresi
112
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
113
Sergio Morresi
senta una visión autoritaria del capitalismo liberal. Pero aunque los defensores
de Nozick estuvieran en lo cierto, lo interesante no es que Nozick acepte la
democracia, sino que lo hace a costa de rechazar la política.
Nozick rechaza la política en al menos cuatro sentidos. Primero, cuando
hace surgir a su Estado no del conflicto político sino como un emergente de una
situación ideal de mercado. Segundo, cuando sostiene que el rol del Estado no
es crear derechos o procurar el Bien Público, sino proteger derechos previamente
definidos. Tercero, cuando no abre ninguna vía para que los sujetos puedan
entrar en conflicto entre sí o con el Gobierno. Cuarto, cuando niega que pudiera
existir un momento extraordinario (al estilo del derecho de resistencia lockeano)
en que el Estado mismo podría ser puesto en cuestionamiento. En resumen, la
sociedad nozickiana es una suma de individuos, no un conjunto de ciudadanos.
Puede ser sociedad democrática, pero se trataría de una democracia sin política.
Hay que reconocer que Nozick no es el inventor de una sociedad sin
conflicto político; la idea está presente en muchos otros pensadores liberales,
clásicos y modernos. Pero autores como Locke y Kant (por no mencionar a
Hegel o Stuart Mill) no proponen eliminar la política, sino obturarla, limitarla,
sustraerla del escrutinio de las pasiones populares. Nozick, en cambio, no deja
ni un resquicio por (o en) el cual la política pueda expresarse. En este sentido,
hay que admitir que su aporte tiene la enorme virtud de la claridad.
114
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
sentido de que no consideraba que todo cambio fuese para mejor y que, además,
era un férreo defensor de la democracia liberal. A partir de esta misiva se abrieron
las puertas para que varios estudiosos cercanos a Strauss ensayaran defensas de su
maestro en una línea similar: para ellos, Strauss criticaba la democracia porque,
como los buenos amigos, señalaba sus falencias para fortalecerla.
En estas páginas se trata de mostrar que Strauss no es un demiurgo del
imperialismo estadounidense, pero tampoco es un “simple conservador” en
el sentido inocente que sus defensores interpretan. El objetivo es mostrar que
Strauss ofrece una aproximación a la política interesantísima, pero incompati-
ble con (y no apenas alejada de) los postulados democráticos de las sociedades
contemporáneas, que implican de modo necesario tanto la apuesta por un
pluralismo de valores como la aceptación de la legitimidad del demos en un
sentido clásico. Para comprender esta incompatibilidad hay que referirse, antes
que nada, al problema de la “crisis de Occidente”.
Para Strauss y sus seguidores, en el siglo xx Occidente vivió una crisis
existencial porque su supervivencia se vio amenazada por el Este, es decir, por
el comunismo. El comunismo no es solo la expresión práctica de una teoría
occidental, sino –sobre todo– la expresión contemporánea del “despotismo
oriental”. Pero sería erróneo suponer que el comunismo es la fuente del mal; la
amenaza oriental es el síntoma externo de una profunda enfermedad interna:
la falta de confianza de Occidente en su propósito y en su superioridad. Esta
falta de confianza tiene sus raíces en el deterioro en que la filosofía política
viene sumergiéndose desde los albores de la Modernidad. Es decir: la crisis de
Occidente es el síntoma de una crisis de la filosofía. Para entender esta crisis
del pensamiento, es necesario revisitar la cuestión teológico-política.
En sus primeros escritos, Strauss se refiere al problema teológico-político
con relación a Spinoza. Según Strauss, al relegar la religión al ámbito privado
y suponer a la sociedad unida por una moralidad universal distinta a la norma
divina, Spinoza se adelantaba al liberalismo y ponía en cuestión la validez de
la ley religiosa en el mundo contemporáneo. Con esta idea, Spinoza se tornó
fuente de inspiración para el sionismo secular, pues el judaísmo religioso podría
volver a florecer a partir de la restauración del judaísmo político. Pero el sionis-
mo religioso rechaza esta solución porque implica la sumisión de la revelación
a la razón. Para el joven Strauss, la elección planteada por Spinoza es simple: o
bien seguir en el camino ilustrado y abrazar al Estado liberal o bien inclinarse
por el sionismo religioso y sostener que no era cierto que Spinoza haya logrado
refutar a la revelación.
115
Sergio Morresi
116
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
117
Sergio Morresi
118
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
3. Coda
Para Robert Nozick, el individuo rodeado de derechos naturales que ponen
freno a las utopías modernas es meramente un dato sobre el que no vale la
119
Sergio Morresi
120
Capítulo VI. Democracia y política en el pensamiento neoliberal y neoconservador
121
Bibliografía
Abelardo, P. (2002). Ética o Conócete a ti mismo. Madrid: Técnos.
Adams, J. D. (1971). The populus of Agustine and Jerome: A Study in the Patristic
Sense of community. New Haven-London: Yale University Press.
Agamben, G. (2007). Il Regno e la Gloria. Per una genealogia teologica dell’econo-
mia e del goberno. Vicenza: Neri Pozza.
Arendt, H. (2010a). La vida del espíritu. Buenos Aires: Paidós.
Arendt, H. (2010b). La condición humana. Buenos Aires: Paidós.
Bader, R. M. (2010). Robert Nozick. New York: Continuum.
Barth, K. (21922 [11919]). Der Römerbrief. München: Kaiser.
Beaufret, J. (1965). “Hölderlin et Sophocle”. Prólogo a Hölderlin, Remarques
sur Œdipe. Remarques sur Antigone. Paris: Union Générale d’Éditions
10/18; 9-63.
Berti, E. (2009). En el principio era la maravilla. Las grandes preguntas de la
filosofía antigua. Madrid: Gredos.
Betz, O. (1987). Jesús, der Messias Israels. Aufsätze zur biblischen Theolo-
gie. Tübingen: Mohr.
Bloom, A. D. (1987). The Closing of the American Mind. How Higher Education
Has Failed Democracy and Impoverished the Souls of Today’s Students.
New York: Simon & Schuster.
Buchanan, J. M. (1975). The limits of liberty between anarchy and Leviathan.
Chicago: University of Chicago Press.
Borret, Marcel (1967-1969). Origène. Contre Celse, 4 vols. Sources Chrétiennes
132, 136, 147, 150. Paris: Cerf.
Cacciari, M.; Forte, B. y Vitiello, V. (1996). “Sobre el comienzo y el fin de la
historia”. Trad. A. R. Montbrun. En Azzurra, Revista Informativa del
Istituto Italiano di Cultura Cordoba, IV/ 7, 8 y 9.
123
Bibliografía
124
Mesianismo y política
125
Bibliografía
126
Mesianismo y política
127
Bibliografía
128
Mesianismo y política
Targarona Borrás, J. (ed. y trad.) (1987). Maimónides. Carta a los judíos del
Yemen. Carta a los judíos de Montpellier. Barcelona: Riopiedras.
Tatián, D. (2001). La cautela del salvaje. Pasiones y política en Spinoza. Buenos
Aires: Adriana Hidalgo.
Tatián, D. (2009). Spinoza. Una introducción. Buenos Aires: Quadrata y Bi-
blioteca Nacional.
Taub, E. (2011). “Universalidad y mesianismo. Para una teología política desde
el pensamiento de Hermann Cohen”. En Pléyade 8; 85-102.
Taubes, J. (2010). Escatología occidental. Ed. por Fabián Ludueña Romandini
[1.a ed. en alemán, Abendländische Eschatologie, 1947]. Buenos Aires:
Miño y Dávila.
Thrupp, S. L. (ed.) (1962 [11962]). Millennial Dreams in Action: Essays in
Comparative Study. New York Schocken.
Torallas Tovar S. (2009). “Embajada a Gayo”. En J. P. Martín (ed.). Filón
de Alejandría. Obras completas. Vol. V. Madrid: Editorial Trotta;
233-302.
Truyol y Serra, A. (1944). “El derecho y el Estado en San Agustín”. Madrid:
Revista de Derecho Privado.
Ubieta, J. A. (dir.) (2006 [11976]). Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de
Brouwer.
Ullmann, W. (1992 [11984]). Historia del pensamiento político en la Edad Media.
Barcelona: Ariel.
Zizek, S. (1995). “Hegel avec Lacan”. En Franco, D. et ál. (eds.). Hegel aujourd’
hui. Anales de L’institut de Philosophie de lúniversité de Bruxelles.
Paris: Vrin.
Waldron, J. (2002). God, Locke and Equality. Christian Foundations in Locke’s
Political Thourght. Nueva York: Cambridge University Press.
Wallis, W. D. (1943). Messiahs: Their Role in Civilization. Washington: American
Council on Public Affairs.
Wolin, S. (2004 [11973]). Política y perspectiva. Buenos Aires: Amorrortu.
Wolff, J. (1991). Robert Nozick: Property, Justice and the Minimal State. Stanford:
Stanford University Press.
129
Bibliografía
Xenos, N. (2008). Cloaked in virtue: unveiling Leo Strauss and the rhetoric of
American foreign policy. New York: Routledge.
Zuckert, C. H. y Zuckert, M. P. (2006). The truth about Leo Strauss: political
philosophy and American democracy. Chicago: University of Chicago
Press.
130