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LA ESCLAVITUD en el IMPERIO ROMANO

Y LA RELACIÓN AMO-ESCLAVO
SEGÚN el PENSAMIENTO PAULINO

Nombre: Pablo González Castillo


Profesora: Juanny Hernández
Asignatura: Epístolas Paulinas II
Fecha: 24-10-2018

INSTITUTO BIBLICO NACIONAL


Breve historia de la esclavitud romana
Evidentemente no es lo mismo la situación de los esclavos en el imperio romano, que en
otros imperios y culturas de la Antigüedad. Ni el papel y la consideración que tenían los
esclavos en el siglo II o I a.C., coincidiendo con la época de las sublevaciones y guerras de
los esclavos sobre todo la de Espartaco, y la actitud muy distinta de las gentes del imperio
romano a lo largo del siglo I a.C., que constituyen nuestro tema.

Desde el año 71 a.C. en que concluyó la guerra de Espartaco, el cambio de la actitud frente
a los eslavos se dejó sentir en forma progresiva en toda Italia. Un conocido especialista en la
época romana, tan poco sospechoso en la consideración de estos temas como el marista ruso
Kovaliov, llega a decir: “Italia perdió 100.000 esclavos…, los propietarios aterrorizaos
comenzaron a evitar la compra de esclavos, prefiriendo los nacidos en casa, creció el número
de los libertos. Aumento la cantidad de tierras dadas en arriendo. El movimiento de Espartaco
fue una de las causas principales de la crisis agrícola que estallo en Italia a finales de la
Republica y que, en lo fundamental, no se logró superar”.1

Introducción a la esclavitud romana.

Como toda otra ley sobre la esclavitud, la ley romana tenía que tratar el doble estado de
los esclavos: por naturaleza ellos eran personas, pero desde un punto de vista económico eran
considerados una propiedad. Un jefe de familia podía legalmente ejecutar a sus esclavos, y
todos eran ejecutados si el jefe de la casa era asesinado. En algunas partes del imperio (p.ej.,
Italia), los esclavos constituían una parte significativa de la fuerza laboran en la agricultura
y competían con los campesinos libres por el mismo trabajo. Los esclavos trabajaban en las
minas sufrían las peores condiciones de vida y morían rápidamente bajo las duras condiciones
de las minas.2

El esclavo no era para la ley una persona, sino un bien que debía estimarse y cuidarse,
como se aprecia a un animal de compañía o a un objeto de valor, incluso una joya, pero no
una persona, a pesar de que algunos filósofos insistían ya entonces en que los esclavos debían
considerarse como seres humanos. [A diferencia de] la tradición humanitaria hacia los

1
Joaquín González Echegaray, los esclavos en la palestina de Jesús, pp. 89-90
2
Craig S. Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia. Nuevo Testamento (El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2003) p. 636

1
esclavos por parte de los judíos. Ello, por lo que se refiere a esta época, se ve claramente
reflejado en la Misná, donde constantemente el esclavo es equiparado a los miembros más
bajos de la sociedad, pero indudablemente dotados de categoría humana, como las mujeres y
los niños.3

A los esclavos, especialmente a los varones educados o con alguna habilidad, a menudo
se les encomendaba diligencias o se les confiaba como agentes con las propiedades de sus
amos. Tales esclavos a veces podían ganar suficiente dinero extra para comprar su libertad
(aunque sus ingresos legalmente pertenecían a sus amos, por lo general se les permitía
controlar su propio dinero); aun así, algunos aprovechaban la oportunidad de alguna
diligencia para escaparse. Ya que un escape seguro requería que la persona se fuera lo más
lejos posible de donde vivía su amo, a veces se llevaban con ellos algo del dinero del amo.
Desde el punto de vista de los dueños de esclavos de antaño, el tiempo perdido de un esclavo
que se escapaba era dinero perdido y legalmente se veía como propiedad robada, y de lo cual
era responsable el que le brindara albergue. Pero más importante, los esclavos no eran
baratos, y Filemón quizá ya había comprado otro esclavo para reemplazarlo. El ser capturado
por lo general implicaba severos castigos.4

En lo concerniente a la situación jurídica del esclavo judío, hay que decir que el servicio
de esclavo no era considerado como deshonroso, y el dueño debía evitar al esclavo judío
deshonrosos trabajos de esclavo. El esclavo judío, jurídicamente igual al hijo mayor de la
familia, tenía derecho al mismo trato que su dueño: buenos alimentos, buen vestido, buen
lecho en la mesa y para la noche. A diferencia del esclavo pagano, podía adquirir bienes
mediante hallazgo o regalo y pagar para abreviar su tiempo de servicio. A diferencias del
esclavo pagano igualmente, su dueño no podía consagrarlo mediante interdicto; si estaba
casado, su dueño estaba obligado a sostener a la mujer y a los hijos. En una palabra: la
situación jurídica del esclavo judío estaba regulada conforme a la prescripción del AT: debe
estar en tu casa “como jornalero”.5

3
Echegaray, pp. 91-92
4
Keener, p. 637
5
Joachim Jeremías, Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social del mundo del Nuevo
Testamento (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1980), pp. 324-326

2
Condición social de un esclavo

De cualquier manera, sociológicamente era mucho más importante ser un esclavo


distinguido de una familia de la alta sociedad, que ser un hombre libre pero pobre y mediocre,
incluso aunque este tuviera el título de ciudadano romano… Desde luego, el esclavo
normalmente era bien tratado y considerado por su dueño, sobre todo si aquel era una persona
valiosa. Las vejaciones y desprecios que en otro tiempo habían sufrido los esclavos habían
pasado a la historia, al menos en la mayoría de los casos.6

Los esclavos se encontraban en todas las profesiones y por lo general tenían más
oportunidad de avanzar socialmente que los obreros libres. A diferencia de la gran mayoría
de los esclavos que hubo en los Estados Unidos de América y el Caribe, ellos podían trabajar
para alcanzar su libertad, y algunos esclavos libres llegaron a ser independientemente
adinerados. Esta movilidad social se aplicaba especialmente a los esclavos en las casas, la
única clase de esclavos mencionada en los escritos de Pablo. Económica y socialmente, y en
cuanto a la libertad para determinar su futuro, estos esclavos estaban en mejores condiciones
que la mayoría de las personas en el imperio romano. La mayor parte de las personas libres
eran campesinos que trabajaban para los agricultores que arrendaban los vastos terrenos de
los ricos terratenientes.7

A mediados de este último siglo [el primero], en tiempos del emperador Claudio (41-54
d.C.), los esclavos manumitidos, es decir, los libertos, llegaron a tener en sus manos los
puestos claves en la administración del imperio, y precisamente uno de los gobernadores de
Judea, Antonio Félix (52-62 d.C.), era un liberto. Por otra parte, resulta muy conocido el caso
del filósofo Epicteto, que, habiendo nacido esclavo a mediados del siglo I d.C., se convirtió
no solo en uno de los personajes más relevantes de la cultura de su época, sino en consejero
de grandes personalidades de entonces, incluso emperadores.8

Tipos de esclavo (palestina)

Existían dos clases de esclavos: los que Vivian en el campo cultivan la tierra o guardando
los ganados, y quienes servían en las casas de los señores ricos, como criados domésticos.

6
Echegaray, p. 92
7
Keener, p. 636
8
Echegaray, p. 91

3
Los primeros llevaban una vida más humilde y penosa, pero normalmente se hallaban a las
órdenes de otros también esclavos, que ostentaban el cargo de capataces y administradores
de las fincas. Esta es la figura clásica del villicus. Por el contrario, los esclavos domésticos
podían vivir en condiciones muy favorables y ser estimados socialmente si se trataba de
criados de las grandes familias. En ellas no solo podían tener a su cargo los menesteres de
servicio, sino también el ostentar el honorable cargo de maestros o profesores de los hijos de
los señores y otras funciones importantes de carácter administrativo dentro de la estructura
familiar. Además, podían reunir sus propios ahorros (peculium), que les permitieran en un
futuro comprar su libertad.

Desde luego, había también en el imperio los llamados esclavos del estado, cuyo origen
derivaba normalmente del hecho de haber sido condenados a cadena perpetua por sus
crímenes. Trabajaban como remeros en las galeras de la armada o en explotaciones mineras,
y su condición era extremadamente penosa.9

Razones por las que se caía en esclavitud (palestina también)

Uno podía convertirse en esclavo de tres formas:

1. Podía caer en esclavitud ex furto, lo que parece haber sido la forma más corriente Se
trata del caso en que un ladrón no estaba en condiciones de restituir el equivalente del
robo. La venta, a la que solo estaban sometidos los israelitas adultos de sexo
masculino, solamente podía hacerse a judíos. Sin embargo, para liberar al país de toda
clase de gente sin escrúpulos decidió Herodes, en desacuerdo con el derecho vigente,
que los ladrones debían ser vendidos también para el extranjero y a no israelitas.
2. Un judío podía también convertirse en esclavo ex consensu, vendiéndose el mismo
voluntariamente. Sin embargo, solo los israelitas adultos, y únicamente en caso de
externa pobreza, tenían derecho a venderse a sí mismos. Era posible la venta a no
judíos, pero eso imponía a los parientes el deber de rescate. La mayoría de las veces
se trataba de un gesto desesperado de un hombre endeudado, que había perdido toda
esperanza.
3. Se podía vender también las muchachas israelitas, pero únicamente las menores y solo
hasta la edad de doce años. En la práctica, la venta de una hija menor significaba la

9
Echegaray, pp. 91-92

4
mayoría de las veces que estaba destinada a convertirse más tarde en mujer del
comprador o de su hijo.10

Tiempo de esclavitud de un judío

El estado de esclavitud con un dueño judío duraba seis años completos y nada más, a
menos que el esclavo varón (las mujeres esclavas no tenían este derecho) renunciase
libremente a su liberación y transformase su servicio de seis años en servicio perpetuo que
no terminaba más que con la muerte de su propietario.

Los datos del Talmud sobre el precio del esclavo judío se refieren a condiciones concretas.
Este precio era de 1 a 2 minas y, según otro dato, de 5 a 10 minas; el esclavo pagano, por el
contrario, valía hasta 100 minas. El menor precio del esclavo judío se debe a las
circunstancias; se explica por el hecho de que su tiempo de servicio no duraba más de seis
años, a diferencia de la servidumbre perpetua del esclavo pagano. 11

Cuestiones sobre la esclavitud

La ley del AT demandaba acoger a los esclavos que se escapaban, pero la ley romana
requería que Pablo regresara a Onésimo a su amo, con serias multas si no lo hacía.12

Los esclavos domésticos se daban tanto en una como en otra población, y había esclavos
tanto judíos, como, sobre todo, gentiles o paganos. Bien es cierto que, como hemos dicho, la
esclavitud entre los judíos revestía ciertos caracteres de benignidad por consideraciones de
carácter religioso y patriótico, lo que se desprende de las normas bíblicas al respecto y se
refleja bien en las numerosas referencias que aparecen en la Misná. Digamos finalmente que
era más común la presencia de esclavos judíos en familias de su misma etnia, y muy rara en
familias gentiles, mientras que los esclavos paganos, frecuentes en las casas de los gentiles,
no debían faltar del todo entre los dueños judíos.13

La relación amo-esclavo según el pensamiento paulino

10
Jeremías
11
Ibíd.,
12
Keener, p. 637
13
Echegaray, p. 96

5
Gálatas 3:28 ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer;
porque todos vosotros sois uno en cristo Jesús.

Filemón 1:16 no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado,
mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el señor.

1 Corintios 12:13 porque por un solo espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean
judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

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