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Las condiciones
La competencia pura y perfecta es un modelo de la teoría económica de la escuela
neoclásica que describe una estructura de mercado hipotética en la cual ningún
productor ni consumidor dispone de poder para fijar los precios ni sobre las decisiones
de los demás agentes, y además todos tienen el mismo acceso a la información, lo que
supone una igualdad de las posiciones de origen en la relación mercantil. El precio es
entonces fijado por el afrontamiento y la negociación de todos con todos, sin generar renta
de monopolio. La competencia pura y perfecta representa uno de los dos casos extremos de
estructuras de mercado estudiadas por los economistas neoclásicos, el segundo es el caso del
monopolio. Se supone que la competencia perfecta permite el equilibrio sobre todos los
mercados bajo unas condiciones suficientes muy particulares. Cada mercado debe cumplir
las tres condiciones siguientes:
Las consecuencias de estas tres hipótesis son que, por una parte, el precio es la única
motivación para intercambiar o renunciar a intercambiar en el mercado (y no la calidad, por
ejemplo) y, por otra parte, el precio es fijado por el mercado y se impone a todos los
protagonistas; no existe entonces más que un sólo precio por un solo bien, cualquiera que sea
el lugar de la compraventa.
Hay que añadir dos hipótesis que unen los mercados entre sí:
La libre entrada y salida del mercado: no debe haber ningún obstáculo tarifario
(proteccionismo), administrativo (numerus clausus) o técnico a la entrada de un ofertante o
de un demandante suplementario.
La libre circulación de los factores de producción (el capital y el trabajo): la mano de
obra y los capitales se dirigen espontáneamente hacia los mercados donde la demanda es
fuerte (con respecto a la oferta). No hay plazos ni costes de su reconversión.
Estas dos últimas hipótesis permiten una convergencia a largo plazo de las tasas de salario y
de beneficio entre los diferentes sectores económicos y los diferentes países.
Oligopolio
En el oligopolio, las empresas competidoras tienen poder de mercado, pero a un nivel inferior
que en caso del monopolio. Ya que, en vez de haber solo un oferente, existe un pequeño grupo
de empresas. Esto significa que si bien cada una de las empresas tiene influencia sobre el
precio y cantidad de mercado (no lo toman como dado), la libertad para elegir el nivel de dichas
variables se ve limitado por la existencia de otras empresas competidoras. Un caso especial de
oligopilio es el duopolio, donde existen solamente dos oferentes en un mercado.
Los oligopolistas enfrentan lo que se llama interdependencia estratégica. Es decir, saben que
las acciones de unas afectan los resultados de las otras. Así, por ejemplo, si mi competidora
decide aumentar su producción, probablemente el precio de mercado caerá y eso afectará
negativamente a mis utilidades. Por el contrario, si mi competidora reduce su producción, esto
podría tener un efecto positivo en mis utilidades.
La interdependencia estratégica hace que las decisiones que tome cada una de las empresas
afectarán a las restantes y el resultado final del mercado.
La elección óptima de las variables precio y cantidad dependerá de las características del
mercado y sobre cuáles variables compiten las empresas.
Líder-seguidor: en este caso tenemos que una empresa (generalmente la más grande o más
antigua) elige primero la variable clave (precio o cantidad) y luego la otra u otras empresas hace
su elección. Así por ejemplo, en el mercado tecnológico podemos observar que IBM es una
empresa líder y que sus decisiones marcan la pauta para las decisiones de producción y precio
de las empresas competidoras más pequeñas.
Elección simultánea de cantidades: también conocido como modelo de Cournot, acá las
empresas deciden al mismo tiempo la cantidad a producir sin que exista un valor dado. En este
caso, las empresas maximizan sus beneficios dadas las expectativas o pronósticos que tengan
de las decisiones de producción de las otras.
Elección simultánea de precios: también se conoce como el modelo Bertrand. En este caso, las
empresas también eligen de manera simultánea y el resultado final se acerca a competencia
perfecta cuando las empresas venden productos muy similares (homogéneos).
En cualquier caso, la colusión es una conducta ilegal, que es perseguida y sancionada por la
gran mayoría de los países que cuentan con leyes de competencia. El organismo encargado de
investigar y sancionar este tipo de conductas anticompetitivas es la Agencia de Competencia.
El hecho de que existan pocas empresas en un mercado puede explicarse por la existencia de
barreras a la entrada. En general, una de las más relevantes suele ser las economías de escala
que hacen que la entrada de una empresa sólo sea viable cuando puede alcanzar una
proporción significativa del mercado.
Esta diferenciación de productos hace que estas empresas gocen de cierto poder de mercado
en relación con sus productos, tengan cierto margen de maniobra a la hora de fijar sus precios
y no sean meramente “precio-aceptantes”.
Las empresas consideran dados los precios de los demás. La diferencia se halla en que en la
competencia perfecta los productos son idénticos, mientras que en la competencia
monopolística están diferenciados.
En donde las empresas no tienen el poder de mercado del monopolio pero sí tienen cierto poder
de mercado. En los mercados de competencia imperfecta una o más empresas pueden influir
sobre el precio en mayor o menor medida debido a que ofertan productos diferenciados y/o
limitan el suministro, de tal forma que cuanto menor sea el número de empresas existentes,
mayor será su capacidad para influir sobre el precio. Por este motivo, los distintos modelos de
mercado de competencia imperfecta se clasifican en función del número de empresas que
participan en él.
Muchos vendedores (empresas) que compiten ofreciendo productos similares pero no idénticos,
y Muchos compradores que perciben las diferencias existentes entre los productos (en cuanto
a calidad, diseño, prestaciones, servicios) por lo que están dispuestos a pagar diferentes precios
por ellos. En consecuencia, cada empresa influye en cierta medida en el precio de su producto
o ejerce un cierto control sobre él, y hace uso de las herramientas de mercadotecnia (como la
publicidad, la marca y la venta personal) para diferenciar sus ofertas.
Existen muchos vendedores (empresas) que compiten por el mismo grupo de clientes
y cuya cuota de mercado es relativamente pequeña.
Existe diferenciación del producto. Es decir, que cada empresa ofrece un producto que
es al menos algo diferente al de otras, pero sin ser un sustituto perfecto.
Hay libertad de entrada y salida. Por tanto, las empresas pueden entrar en el mercado
(o salir de él) sin restricción alguna. Por ello, el número de empresas que hay en el
mercado se ajusta hasta que los beneficios económicos son cero.
Existen diferencias en los precios. La diferenciación del producto les da a las empresas
una cierta libertad para subir o bajar los precios, más que en un mercado perfectamente
competitivo.
Los compradores (que son muchos) perciben las diferencias existentes en los
productos, por tanto, están dispuestos a pagar precios diferentes por ellos.
Existen actividades de mercadotecnia. Las empresas que participan en este mercado,
dedican tiempo a planificar estrategias de mercadotecnia y a implementar sus diferentes
actividades, como la investigación de mercados, el desarrollo de nuevos productos, la
fijación de precios y la ejecución de programas de promoción (publicidad, venta
personal).
Cada empresa que participa en este tipo de mercado es, en muchos aspectos, como un
monopolio. Como su producto es diferente del que ofrecen otros, se enfrenta a una curva
de demanda de pendiente negativa. Por lo tanto, la empresa monopolísticamente
competitiva sigue la regla del monopolista para maximizar los beneficios: Elije la
cantidad con la que el ingreso marginal es igual al coste marginal y utiliza a continuación
su curva de demanda para hallar el precio coherente con esa cantidad.