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rosswaters Ecolodge, China: Ubicado en la reserva de la montaña Nankun

en la provincia de Guangong, la mayoría de la arquitectura del lodge fue llevada


a cabo con bambú de los bosques aledaños y materiales reusados y reciclados.
Entre 170 y 800 dólares por noche.
CrossWaters Ecolodge China

El Crosswaters Ecolodge & Spa es el primer hotel en China diseñado con


materiales biodegradables.

se encuentra uno de los hoteles emblema a nivel mundial en aspectos


ambientales, sociales, económicos y espirituales, cuya estructura celebra el
bambú, uno de los materiales más significativos de la tradición china.
La reserva Nankun Shan Mountain, donde fue construido el hotel, tiene el
objetivo de preservar el bosque subtropical de la zona que, según los líderes del
proyecto, posee más de 1 300 tipos de plantas que prosperan entre los 30
kilómetros cuadrados de bambú que crece libremente. Coexisten en este oasis
más de 74 especies de aves, 176 de mariposas (cuatro de ellas consideradas
amenazadas) y al menos 5 mil personas, quienes tienen como actividad
económica principal, el corte y la cosecha del bambú para uso en el andamiaje
de construcciones ubicadas en Guangzhou y Hong Kong.

El objetivo del equipo constructor del Crosswaters Ecolodge & Spa era proteger
la diversidad del bosque y respetar el espíritu del lugar a través de una
planeación y diseño compatibles con las características del ambiente.

Todo esto se logró con un previo estudio exploratorio, muy detallado, del
entorno y sus habitantes, y conformando un equipo interdisciplinario que
provenía de distintas partes del mundo en el que se contaban no sólo estudiosos
del feng shui (en el sur de China las creencias en el tema son muy importantes),
sino también expertos arquitectos conocedores de innovadoras técnicas en el
manejo de materiales vegetales

Esta obra de arquitectura ecológica se creó utilizando una innovadora


técnica descubierta y perfeccionada por el arquitecto Simón Vélez, con la cual
lleva trabajando más de 25 años. El método consiste en inyectar concreto dentro
de las cañas del bambú, donde se dan las uniones, con lo cual se logra erigir
estructuras tan colosales como las que un ingeniero puede fabricar en acero. Esa
idea no se le había ocurrido, según comenta este arquitecto, “ni a los chinos, ni a
los japoneses, ni a los hindúes”, que tradicionalmente han usado ese material, y
el hallazgo ha permitido armar grandes estructuras de puentes e iglesias.

La idea de los empresarios chinos, a quienes les había sido entregado el


manejo de la reserva mediante una concesión, era reflejar y realzar el contexto
en el cual se encontraría el hotel y eso implicaba usar para la creación del
alojamiento el bambú que crece allí por todas partes y que los pobladores
utilizan lo mismo en la cocina que en la fabricación de muebles, papel,
instrumentos musicales, pequeñas embarcaciones y, por supuesto, casas.

La mayoría de los materiales que se usaron en la construcción y


decoración de este hotel con vistas increíbles de la reserva, son biodegradables,
como el bambú, la madera y algunos textiles locales. También se reutilizaron
insumos, como es el caso de las tejas de barro que, según relata Vélez, provenían
de edificios demolidos en los poblados cercanos.

El proyecto ofrece 50 habitaciones, una boutique, un spa y un museo de


bambú, además del centro de convenciones y unos amplios salones de
reuniones que pueden usar los empresarios de la región.

El hotel también tuvo en cuenta en su planeación la rica historia de jardines que


existe en China, por eso se utilizaron plantas nativas y se diseñó un jardín
botánico que muestra las especies de bambú que crecen en el país. También hay
un jardín de lotos, uno con esculturas hechas en bambú y otro en el que crecen
arroz y vegetales orgánicos.

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