Vous êtes sur la page 1sur 168

UNIVERSIDAD DE CHILE

DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

LA FRONDA MILITAR: EL 11
DE SEPTIEMBRE

INTRODUCCIÓN

La pugna entre el elemento civil y el militar por alcanzar el dominio del Estado se
ha transformado en un tema de importancia para la Ciencia Política en particular
y las Ciencias Sociales en general. Prueba de ello han sido los innumerables
estudios que desde diferentes perspectivas de análisis han intentado comprender
y explicar el problema.1

En este último sentido sostenemos que una parte importante de las “relaciones
cívico-militares” en Chile se ha sustentado en la pugna por el dominio del Estado
como recurso a partir del cual ambos sectores han pretendido asegurar su rol
protagónico en el quehacer nacional. Es así como es posible explicar la
implementación de múltiples fórmulas o estrategias a través de las cuales los
protagonistas de esta lid han buscado mantener y/o maximizar los beneficios
corporativos que les reporta desempeñar un rol dominante en el Estado2.

El supuesto teórico en el que descansa este conflicto de intereses considera a los


competidores como actores políticos, cuyas acciones se fundan en aspiraciones
comunes de las diversas instancias- tanto colectivas e individuales- que los
conforman; sin desconocer con ello la posibilidad de que existan diferentes
interpretaciones sobre las mismas al interior de cada uno de estos grupos.

(*) Magíster en Ciencia Política, Universidad de Chile, Instituto de Asuntos Públicos.

1 Por nombrar los estudios más emblemáticos que han estudiado el tema podemos mencionar: Stepan; Alfred: The military in
politics, Princeton University Press, 1974. Huntington; Samuel: El soldado y el estado. Teoría y Política de las Relaciones Cívico-
Militares. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires 1995, Varas; Augusto: Chile, democracia y fuerzas armadas. FLACSO,
Santiago 1980.
2 Al respecto, interesantes han sido los aportes que ha realizado el marxismo analítico, y más específicamente, el individualismo

metodológico para explicar el comportamiento de los actores en un contexto determinado. Antecedentes de esta perspectiva de
análisis en: Dobry; Michel. Sociología de las crisis políticas, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid. S/f.

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Desde la perspectiva antes descrita y considerando la experiencia histórica, es


factible reconocer dos grandes expresiones en torno a las cuales se han
establecido las relaciones entre los elementos civiles y militares bajo un Estado de
Derecho. Es así como podemos reconocer modelos que expresan un claro
predominio del poder civil por sobre el militar, y también, patrones en donde dicha
relación se establece a partir del desempeño de un protagónico rol del aparato
militar. Respecto a ambas expresiones podemos precisar que su implementación
puede dar origen a múltiples fórmulas, siendo comunes las que a continuación se
enuncian.

En relación a las expresiones de relación civil-militar en donde los primeros someten


a los segundos, la experiencia política e histórica nos muestra dos grandes
manifestaciones. En efecto, dicha relación se ha implementado a partir de una
exclusión total o parcial del aparato militar de las instancias decisionales del
Estado, o a través de modalidades en donde la supremacía civil se alcanza
mediante una política de defensa que busca la maximización del profesionalismo
castrense con miras a hacer de éstos verdaderos instrumentos del orden vigente
controlado por la civilidad.
En relación a la segunda expresión de relación civil-militar, en donde el aparato
castrense somete a la comunidad civil, la experiencia política e histórica también
nos muestra dos grandes manifestaciones. Una de ellas es la instauración de un
“régimen del terror” que anula parcial o totalmente los canales de expresión de la
comunidad civil; mientras que la otra, materializa el predominio militar a partir de
la auto-asignación de un rol nuclear en el Estado por parte de los uniformados.

A modo de sustentar lo hasta aquí expuesto podemos señalar que las cuatro
modalidades de relación civil-militar enunciadas en los párrafos anteriores, han
tenido expresiones a lo largo de nuestra historia continental y nacional. Es así como
en la primera parte del siglo XIX, y específicamente aquel período
inmediatamente posterior a la independencia de las colonias americanas del
imperio español, el modelo de relación civil-militar predominante, y que tuvo
heterogéneas proyecciones temporales, fue aquel donde el aparato castrense
aparece sometiendo a la comunidad civil.3 Sin embargo, finalizada esta
experiencia, la civilidad latinoamericana logró imponer un modelo de relación
cívico-militar, que con diferentes grados e intensidades, sometió a las Fuerzas
Armadas.
En efecto, el intervencionismo castrense en América Latina reaparecerá luciendo
nuevas características durante la segunda mitad del siglo XX. Las incursiones en el
campo político que realizaron los militares se sustentaron esta vez en argumentos
que se desprenden de la llamada Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) que
Estados Unidos irradió en el continente en el contexto de Guerra Fría. Es así como

3 Para algunos autores la debilidad que demostró la comunidad civil latinoamericana durante el llamado proceso de independencia se
debió a la ausencia de “…una estructura de clases hegemónicas, carentes de riqueza y profundidad de la vida civil e intelectual, casi
como meras proyecciones de la decisión administrativa borbónica y del alcance de la capacidad de un caudillo para disciplinar a una
sumatoria de burguesías locales poco integradas entre sí…” Ejemplos de esta realidad fueron la Argentina de Rosas; Bolivia
como creación de Bolívar y Sucre; México con Santa Ana; Ecuador con Flores; Chile con O´Higgins, etc. En: Varas; Augusto. Op cit.
Pág 10.

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

la participación política de los militares fue justificada a partir de argumentos


contingentes que superaban las fronteras nacionales.
Respecto a la validación del intervencionismo castrense latinoamericano a partir
de preceptos que se desprenden de la mencionada doctrina, es importante
consignar que dicha justificación se fundó en la sobre-valoración de uno de sus
conceptos , como lo es la llamada “guerra contra-subversiva”, que por si mismo
no logra representar la propuesta global contenida en la DSN. Desde esta
perspectiva es posible sostener que la tendencia reduccionista y coyuntural que se
hizo de la mencionada doctrina debilitó el impacto que pudo haber tenido ésta
al interior de las Fuerzas Armadas latinoamericanas.

En efecto, la propuesta ideológica que conforma dicho cuerpo doctrinario es


compleja, dando de esta manera cabida a diversas interpretaciones acerca del
“deber ser” de las Fuerzas Armadas bajo un Estado de Derecho. En este sentido, la
identificación que hizo expreso el intervencionismo castrense latinoamericano
hacia la DSN, fue una de las tantas interpretaciones que surgieron de ella, la que
antes de materializarse en un proyecto sedicioso sorteo una lucha intestina con las
restantes visiones que se habían elaborado en torno a la seguridad nacional.4
La superposición que logró el proyecto intervencionista por sobre las restantes
interpretaciones del “deber ser” de las Fuerzas Armadas en América Latina, no sólo
es posible explicarlo a partir de la contingencia político-social que se vivió en
nuestro continente durante los años sesenta y setenta, sino también, a partir del
rescate de constructos ideológicos decimonónicos que hicieron algunos aparatos
militares. Desde esta perspectiva, la heterogeneidad que presentó el proyecto
intervencionista al sintetizar la concepción original de las Fuerzas Armadas con la
interpretación contra-subversiva emanada la DSN, es posible explicarlo a partir de
una contingencia particular que se vivió al interior del aparato castrense local. Es
decir, la irrupción de la doctrina coincidió con un proceso de crisis institucional
cuyo origen fue la ausencia de un perfil militar que les permitiera insertar y
proyectar el aporte de las Fuerzas Armadas en el quehacer nacional.

El proceso de redefinición del perfil profesional que experimentaron ciertos


cuerpos castrenses latinoamericanos, estuvo acompañado por la apertura nuevos
horizontes de acción que les brindó la DSN. Desde la perspectiva de esta última,
las Fuerzas Armadas latinoamericanas pasaron a constituirse en piezas claves en el
equilibrio del escenario político internacional, explicándose a partir de ello la
reedición y presencia de antiguas nociones mesiánicas en sus perfiles
institucionales que justificaron la auto-asignación de su rol tutelar en el Estado.

Esta sucinta exposición de lo que han sido las relaciones cívico-militares en nuestro
continente, no escapa mayormente a lo vivido en Chile a lo largo de su historia
republicana. La fase caudillista con la que se iniciaron dichas relaciones en

4 Respecto a las implicancias de la DSN y sus diferentes perspectivas, véase: Arraigada, Genaro: El pensamiento político de los
militares. Impresor Salesianos, Santiago, 1985. Barahona, Pablo, Domic; Jurak, Garrido; José, Ibáñez; Gonzalo, Mac-Hale;
Tomás, Miranda; Sergio, Barahona, P. (Et. Al). Riesle; Héctor: Fuerzas Armadas y seguridad nacional. Ediciones Portada,
Santiago, 1973. Varas; Augusto, Aguero; Felipe: El proyecto político militar. FLACSO, Santiago, 1984. Valdivia; Verónica: La
historia que fue: el proyecto social de los oficiales del golpe. Universidad de Santiago, Santiago, 2002.

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Latinoamérica no tuvo una larga prolongación en nuestro país. En efecto, tras su


fracaso, el poder fue rápidamente controlado por la civilidad que ejerció su
predominio a través del fortalecimiento de sus instituciones representativas que
marginó de dichas funciones al aparato militar.

Iniciado el siglo XX la política excluyente que se venía aplicando a las Fuerzas


Armadas se mantuvo vigente. Los argumentos en los que descansó dicha
marginación se relacionan con la concepción de orden profesional que buscaba
hacer de éstos verdaderos instrumentos del Estado.
El protagonismo político que en la actualidad ejercen los militares en Chile es una
condición sin precedentes en nuestra historia nacional. En efecto, tras el 11 de
septiembre de 1973 los uniformados junto con derrocar al Presidente constitucional
asumieron un control total del aparato estatal sustentado en un “régimen del
terror”, que al poco andar se expresa en la institucionalización de la supremacía
militar al promulgarse la Constitución de 1980.
Los orígenes de la cosmovisión en la que descansa este último modelo de relación
civil-militar, se vinculan a un complejo proceso institucional que experimentaron las
Fuerzas Armadas chilenas en la segunda mitad del siglo XX y que se circunscribió
en un polarizado contexto nacional e internacional.
Es así como podemos señalar que tras el estallido de la Guerra Fría en la segunda
mitad del siglo XX, las Fuerzas Armadas chilenas se incorporaron a la ola
modernizadora que inició Estados Unidos en los ejércitos de la región, y que en sus
líneas centrales les significaba formar parte del aparataje de seguridad regional
diseñado por la súper-potencia, para lo cual era necesario adoptar el cuerpo
doctrinal que posesionaba el aporte del aparato militar en el Estado.

Este proceso “modernizador” al que se adscribieron los militares chilenos se registró


en un contexto de crisis institucional motivado por la ausencia de un perfil
profesional que les permitiera reconocer su rol en el Estado. Desde esta
perspectiva, la incorporación al sistema de seguridad continental se constituyó en
un fenómeno revitalizador que les proporcionó herramientas ideológicas a partir
de las cuales lograron redefinir su perfil profesional.
En efecto, detrás de esta crisis institucional nos encontramos, al decir del
sociólogo, Augusto Varas, con una incoherencia del discurso profesionalista con el
que la civilidad mantenía y justificaba el aislacionismo castrense de las tareas del
Estado. Para este autor dicha política careció de acciones concretas que
mantuvieran a las Fuerzas Armadas abocadas a sus labores eminentemente
profesionales. Bajo este contexto, el mundo militar inició un proceso de
enclaustramiento que tuvo, entre otras manifestaciones, fallidos intentos por definir
dicho perfil institucional a partir de elementos doctrinarios que formaron parte de
la concepción castrense decimonónica, así como también, variados actos de
protesta e intentos de sedición que protagonizaron algunos uniformados durante
el siglo XX.
Es así como podemos comprender que entre las antiguas nociones militares que
algunos círculos castrenses reeditaron en este contexto de crisis, y que desde su
perspectiva justificaba su postura intervencionista encontremos la concepción
mesiánica las Fuerzas Armadas. Si bien es cierto que esta última solo tuvo fallidas y

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

marginales expresiones durante gran parte del siglo XX, la irrupción de la DSN en
los cuarteles allanó el camino para su materialización.
Desde esta perspectiva podemos señalar que la cosmovisión militar resultante al
finalizar el proceso de enclaustramiento fue una concepción híbrida que
consideró los principios generales que emanan de la DSN y los fundamentos
teóricos en los que descansó la profesionalización primaria de estas instituciones.

La implementación de las definiciones ideológicas a las que había llegado el


mundo militar a fines de los años sesenta, requería modificar el rol al que estaban
confinadas bajo el modelo de relación civil-militar entonces vigente. Si bien es
cierto que al interior de las instituciones castrenses existió acuerdo en torno a la
necesidad de cambiar dicho patrón, no deja de ser menos cierto que al interior de
éstas no existieron criterios unívocos en torno a la estrategia que implementara la
nueva cosmovisión militar.
A partir de esta última realidad, a fines de los años sesenta, surgieron en el seno de
las Fuerzas Armadas diferentes fórmulas a partir de las cuales se buscó materializar
dicha cosmovisión militar, las que iban desde el respeto a los cánones
institucionales entonces vigentes hasta las que buscaron materializar el proyecto
castrense a partir de la ruptura con dicho orden.
La identificación mayoritaria que finalmente expresaron las instituciones de la
defensa con esta última fórmula el 11 de Septiembre de 1973, se alcanzó tras una
senda lucha ideológica que enfrentó a las corrientes de pensamiento más
representativas en torno al “deber ser” de las Fuerzas Armadas frente al escenario
político contingente.

Profundizar en los orígenes y características de este proceso se constituye en el


problema a acotar en la presente investigación. En este sentido sostenemos el
discurso y acción rectificadora que los uniformados manifestaron el 11 de
septiembre, se articuló no sólo en los principios ideológicos que emanan de la
DSN, sino también, en un antiguo sentimiento supraclasista, que se expresa en
actitud mesiánica con la que los militares interpretan la sublevación. Desde un
punto de vista teórico la intervención o rectificación, sea civil o militar, ha
motivado el interés de diferentes disciplinas y corrientes de pensamiento que
convergen en las llamadas Ciencias Sociales. Una de ellas, y que para efectos de
esta investigación sólo cobra importancia interpretativa, la encontramos en las
ideas expresadas por el filósofo alemán, Oswald Spengler, que en su libro “Años de
Decisión” en el que busca evidenciar la debacle que significó para occidente la
instauración del orden político moderno.5
Para Spengler, el origen de dicha decadencia se haya en la adhesión que
hicieron las elites europeas a los principios liberales de la ilustración, que se expresó
en la destrucción del antiguo orden y el inicio de una fase de caótica,
caracterizada por el estallido revolucionario y el sistemático desconocimiento a los
principios sobre los que se fundo occidente.

5 Spengler; Oswald: Años de decisión. Editorial Ercilla, Santiago, 1937.

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Es así como para el citado autor la fuente en la que se sustentó la estabilidad y


proyección de la cultura occidental, radicó en el arraigado sentimiento de
pertenencia y de exclusividad que la elite tuvo hacia el poder.
Desde la perspectiva spengleriana, la decadencia de occidente se hubiera
evitado si la elite no hubiese desvalorado el sustentó espiritual con el que gobernó
durante siglos, reaccionando frente al movimiento ilustrado a través de un
movimiento de “fronda”, cuya acción subterránea y espiritual hubiera tenido la
capacidad de movilizar al colectivo dominante a rectificar el orden material
existente en pro de la estabilidad y proyección del Estado que se encontraba en
sus manos.6
Tras el establecimiento del orden moderno, Spengler, reconoce a las Fuerzas
Armadas como las únicas herederas de los principios que fundaron occidente, y
por lo tanto, con capacidad para ejercer contrapeso frente al caos reinante y
constituirse en el medio que logre superar la crisis.
Desde este punto de vista, la noción de superioridad con que Spengler concibe a
las Fuerzas Armadas y el derecho rectificador que les reconoce a éstas, se
constituyen en los supuestos teóricos que adoptamos de su visión a fin de
interpretar el intervencionismo castrense del último tercio del siglo XX, y que se
constituye en el origen del modelo de relación cívico-militar actualmente vigente.

Con la finalidad de corroborar los supuestos teóricos ya mencionados,


concebimos una investigación de carácter explicativo-interpretativo que
consideró la utilización de fuentes escritas y orales como recursos a partir de cuales
intentaremos alcanzar los objetivos propuestos.

Desde una perspectiva general, la metodología que empleamos para el trabajo


con fuentes, consideró una fase primaria de carácter exploratorio que buscó
conocer la realidad institucional de las Fuerzas Armadas durante la temporalidad
que abarca este estudio, con la finalidad de establecer los indicadores sobre los
cuales iniciar un estudio más profundo. A partir de éstos últimos iniciamos una
segunda etapa en la describimos aquellos aspectos de la realidad institucional
que forman parte de esta investigación, lo que nos permitió establecer las
variables constitutivas de los ámbitos estudiados. Por último, realizamos una revisión
de las fuentes con fines explicativos e interpretativos a partir del enfoque de la
investigación.

A partir de lo anterior, nuestro trabajo con fuentes escritas estuvo guiado a partir
de la clasificación que tradicionalmente se hace de ellas. Es así como entre las
fuentes primarias consultadas consideramos los periódicos, revistas o diarios,
representativos de distintas corrientes de opinión que circularon durante el período
en estudio, así como también, las relaciones o escritos inéditos que nos
proporcionaron algunos protagonistas de los hechos que aquí se estudian.

6Este concepto fue tomado por el historiador chileno Alberto Edwards, quien en su libro “La Fronda Aristocrática” buscó interpretar
estas características.

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

En este mismo orden se incluyen las fuentes orales o testimonios que fueron
recogidos a partir de entrevistas en profundidad. En relación a ellas cabe señalar
que no existió un diseño metodológico previo a partir del cual nos fuera posible
seleccionar los testimonios que forman de la investigación. Las razones que
justificaron este último proceder se relacionan con las características herméticas
que presenta el mundo castrense, las escasas posibilidades de encontrar fuentes
orales debido a la distancia temporal del tema, y el desinterés y/o “temor” de
constituirse en fuentes que manifestaron algunas personas. Desde esta
perspectiva, las posibilidades objetivas que tuvimos para realizar un acucioso
proceso de selección de entrevistas, quedaron reducidas a las oportunidades y la
disposición que expresaron los testigos.

En relación a las fuentes de orden secundario empleadas en este estudio, tenemos


que partir señalando que la revisión de ellas tuvo una clara tendencia teórica que
buscó sustentar el enfoque interpretativo y conceptual sobre el que se estructura
este estudio.

Es así como la selección de tales fuentes quedo determinada por el tema de


estudio y la interpretación, lo que nos permitió consultar una amplia gama de
investigaciones, que directa o indirectamente han trabajado el tema y el marco
conceptual que aquí consideramos.

A modo de complementar la exposición metodológica antes realizada, creemos


necesario explicar las razones que nos llevaron a emplear fuentes orales en este
trabajo.
Desde una perspectiva general, la inclusión de testimonios orales se debió a la
necesidad de corroborar los componentes subjetivos que subyacen en nuestro
enfoque teórico-interpretativo. En efecto, el sentido de superioridad mesiánica
con el que asociamos una buena parte del intervencionismo y posterior
protagonismo militar, no se encuentra precisamente registrado en las
“tradicionales” fuentes de consulta, sino más bien, en la memoria, el trayecto
biográfico y la interpretación de los procesos sociales de los uniformados, para
cuyo rastreo la entrevista en profundidad nos pareció el instrumento más
adecuado.
Por otro lado, consideramos que el reconocimiento de dichas variables implicaba
una rigurosa pesquisa de nuestra parte, que se expresó en la necesidad de
trabajar con un máximo de testimonios no interpretados previamente por terceros.
Es así como también dichas entrevistas arrojaron innumerables detalles no
considerados por otras investigaciones y que hemos incluido con el ánimo de
contribuir a la necesaria verdad histórica de nuestro país.
A partir de lo ya señalado creemos estar en condiciones de presentar la estructura
general de la presente investigación, que se hilvana en torno a seis capítulos,
cinco de los cuales dan cuenta del movimiento “frondista” en las Fuerzas Armadas
a partir del análisis de proyectos sediciosos que tuvieron lugar en los años sesenta y
setenta.
Desde esta perspectiva, en el capítulo primero, la exposición histórica de lo que
fue el desarrollo profesional y doctrinario de las Fuerzas Armadas durante el siglo

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

XIX y buena parte del siglo XX, busca introducirnos en la compleja cosmovisión
militar.

A partir del capítulo segundo, analizamos la problemática militar de los años


sesenta, y que desde nuestra perspectiva, gatilló la “fronda militar” que culminó el
11 de septiembre, reconociendo al “tacnazo” de octubre de 1969 como el
movimiento militar que sintetizó y expresó dicha realidad institucional.
En el capítulo tercero, profundizamos en la evolución que experimentó el
intervencionismo castrense en el período inmediatamente posterior al “tacnazo”,
que en sus líneas centrales comenzó a expresar una abierta crítica al Estado,
siendo el fallido complot el 25 de marzo de 1970 el movimiento que sintetizó dicho
escenario.
En el capítulo cuarto, junto con diagnosticar el estado de avance del proyecto
intervencionista, intentamos graficar las diversas sensibilidades que coexistieron al
interior de las Fuerzas Armadas en torno a la materialización del perfil institucional,
resultando, el complot de octubre de 1970 una pieza clave para comprender
dicha problemática.
En el capítulo quinto, explicamos como las relaciones que estableció la UP con las
Fuerzas Armadas amainaron las posibilidades de materializar el proyecto
intervencionista antes de 1973, así como también, damos cuenta del permanente
llamado a la intervención que expresó un sector de la civilidad.
Finalmente, en el sexto capítulo, abordamos la última fase de la llamada “fronda
militar”, que como ya señalamos, se expresó en la implementación y
materialización del golpe militar.

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Capítulo Primero: “Las Fuerzas Armadas: Orígenes, Profesionalización y


Participación Política. 1810-1955.”

El presente capítulo pretende introducir al lector en la desconocida y a


veces compleja temática de las Fuerzas Armadas. Para ello hemos considerado
pertinente centrar este análisis preliminar en tres aspectos que nos parecen
relevantes tener en cuenta a la hora de adentrarnos en los orígenes mismos de la
fronda militar del 11 de septiembre. Nos referimos a la génesis de cada una de las
ramas de las Fuerzas Armadas, su desarrollo profesional y doctrinario y por último, a
los intentos de protagonismo político que han desempeñado éstas a lo largo del
período histórico que comprende este capítulo.

Cada uno de estos temas será expuesto y analizado sucintamente, profundizando


sólo en aquellos aspectos que nos parezcan relevantes a la luz de la presente
investigación. Esta determinación, quizás arbitraria para el lector, se debe a que la
temporalidad de este capítulo escapa al marco histórico de la presente
investigación y no forma parte, en muchos casos, del tema de investigación que
aquí pretendemos abordar, teniendo sólo una utilidad introductoria a nuestro
tema de estudio.
En efecto, conocer y comprender la problemática y cosmovisión militar resultan
para esta investigación elemental, en el entendido de que a través de ellos
podemos alcanzar los objetivos planteados en el presente trabajo.
Con el fin de lograr una exposición clara y ordenada de los antecedentes ya
mencionados, procedimos a dividir el siglo y medio que comprende este capítulo
en tres períodos. Esta división fue realizada a la luz de los grandes hitos que se
registraron al interior de las Fuerzas Armadas. El primero de ellos abarca los años
1810 a 1914 y enfatiza la profesionalización primaria a la que tuvo acceso el
mundo militar. En el segundo período que comprende los años 1914-1932 se
exponen las características que adoptaron las Fuerzas Armadas frente a la crisis de
la República Parlamentaria y el protagonismo político que desempeñaron más
tarde. El tercer y último subperíodo nos introduce en la evolución que
experimentaron las Instituciones de la Defensa Nacional bajo un importante
período histórico en el que estuvo vigente el marco de la constitución de 1925,
quedando desde nuestra perspectiva abierto el espacio para analizar en
profundidad los distintos antecedentes que se sucedieron en la década del
sesenta y parte del setenta al interior de las Fuerzas Armadas, y que sin lugar a
dudas constituyen la antesala del 11 de septiembre de 1973.

A.- La Profesionalización de las Fuerzas Armadas Chilenas: (1810-1914)

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La acepción de Fuerzas Armadas como cuerpo colegiado de distintas instituciones


de carácter militar, que posee directrices institucionales y profesionales comunes,
es sin lugar a dudas un término moderno. Durante el siglo XIX el factor militar en
Chile estuvo constituido por el Ejército y la Marina, cada uno con sus respectivas
direcciones y tareas, las cuales eran uniformadas ocasionalmente en caso de
conflicto bélico tras la figura del Ministro de Guerra y Marina. 7 La ausencia de un
organismo castrense de características globalizadoras permanentes, como lo es
hoy en día el Estado Mayor de la Defensa Nacional (E.M.D.N.), determinaron en
gran medida el carácter improvisado que presentaron las instituciones de defensa
decimonónicas.

Hacia el siglo XX surgieron los otros dos componentes con que hoy cuenta las
Fuerzas Armadas en nuestro país. El primero de ellos fue Carabineros, que a fines
de la década del veinte surgió como una forma de alivianar las tareas de orden
interno que venían recayendo sobre el Ejército y estructurar bajo un mando las
tareas de orden y seguridad interna en el país.8 Hacia los años treinta, el
desarrollo experimentado por la tecnología aérea hizo imprescindible separar del
Ejército y la Armada aquellos elementos que se venían dedicando a profundizar y
estructurar la defensa por aire de Chile, surgiendo así la Fuerza Aérea de Chile,
FACH.
Como ya lo señaláramos, el monopolio de la fuerza se materializó en Chile con la
fundación de Ministerio de Guerra y Marina bajo el gobierno de O´Higgins y la
posterior redefinición que sufrió esta cartera bajo el llamado Estado Portaliano. La
evolución y complejización que experimentó la guerra y las instituciones que
tienen por misión evitarla, así como también su ligazón con el Estado,
determinaron que durante los años treinta surgiera en Chile el Ministerio de
Defensa Nacional (M.D.N.)9.
Por último, hacia la década del cuarenta surgió otro importante órgano para este
estudio, nos referimos al E.M.D.N, tras el cual los militares persiguieron una
uniformidad político-estratégica de las Instituciones de la Defensa en materia de

7 Hasta 1898 las Subsecretarías de Guerra y Marina permanecieron normalmente refundidas en un sólo ministerio, pero con dos
líneas paralelas de mando: una sobre los Cuerpos del Ejército y otra sobre la Marina de Guerra. Cada una de estas líneas de mando
estaban regidas por ordenanzas diferentes que fueron heredadas por Chile desde la Colonia. En caso de conflicto bélico la
conducción político-estratégica permanecía bajo el control del Ejecutivo, a través del Ministerio de Guerra y Marina. Terminados los
conflictos, los mandos en jefe y sus estados mayores se disolvían, reintegrándose los cuerpos de línea a las respectivas áreas
jurisdiccionales de los intendentes y gobernadores. Toledo Leal, G. “Continuidad histórica y orgánica de la infantería de marina en la
Armada de Chile”, En Revista de Marina Nº 6, 1999. Pag. 523. Desde este punto de vista es sostenible afirmar que la creación del
Ministerio de Guerra y Marina bajo el gobierno de O`Higgins buscó expresar una de las cualidades de todo Estado moderno, como lo
es el monopolio de la fuerza.
8 Si bien es cierto que técnicamente Carabineros no pertenece al Ministerio de Defensa ni a las Fuerzas Armadas, para efecto de este

trabajo lo consideraremos como si perteneciera debido a su participación en el movimiento militar de septiembre de 1973 y el posterior
Régimen Militar.

9 El Ministerio de Defensa Nacional fue fundado por el Presidente Juan Esteban Montero el 4 de marzo de 1932, y fue producto de la
fusión de los Ministerios de Guerra y Marina y la Subsecretaría de Aviación, dependiente del Ministerio del Interior, con el fin de
modernizar aquella cartera que mantiene ligadas administrativamente a las Fuerzas Armadas al poder civil.

10

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

seguridad externa e interna del país, que pusiera a las Fuerzas Armadas en el
centro del desarrollo político-social. 10

A continuación nos adentraremos en el estudio de los orígenes y características


con que surgió cada una de las ramas que hoy forman parte de las Fuerzas
Armadas. 11
En este sentido tenemos que partir por señalar que el Ejército de Chile fue la
primera institución de carácter militar que tuvo nuestro país. Sus orígenes los
hallamos en el Decreto del 2 de diciembre de 1810 que dictó la Primera Junta
Nacional de Gobierno. Tras este acto es quizá posible evidenciar el primer
contacto del mundo militar chileno con el poder político, en el entendido de que
un número no despreciable de miembros de la Junta fueron oficiales-criollos del
aparato militar colonial que adhirieron al “movimiento juntista”
hispanoaméricano.12
El carácter caudillista con que surgió esta institución, y cuya mayor expresión lo
constituyeron durante la gesta emancipadora O´Higgins, Carrera y Freire, fue
cediendo lentamente a la estructura de un Ejército formal.13 En efecto, tras el
triunfo de los conservadores en la “Batalla de Lircay” y el inicio del llamado Estado
Portaliano en los años treinta del siglo XIX, el Ejército fue sometido al poder civil
poniéndose fin temporalmente a las continuas intervenciones en la arena política
que se habían registrado durante la segunda década de ese siglo.14

10 Esta moderna noción de Fuerzas Armadas, vinculada no sólo a la seguridad externa sino también interna, y el rol nuclear que se
auto asignan en ella los uniformados en el desarrollo del país, fue uno de los grandes aportes teóricos que provino desde las
Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, cuyos lazos se iniciaron después de la Segunda Guerra Mundial. Al respecto Samuel
Huntington señala que luego de la Segunda Guerra Mundial el protagonismo militar en el quehacer político norteamericano fue mayor
como una manera de garantizar que la seguridad militar de los EE.UU. no fuera descuidada por los encargados de tomar decisiones
políticas. Mayores antecedentes acerca de este fenómeno en: Huntington, Samuel: El soldado y el estado: teoría y política de las
relaciones cívico-militares. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1995. Capítulo 13. Págs. 345-369.
11 Por cronología, el desarrollo institucional de Carabineros y la Fuerzas Aérea será expuesto en la segunda parte de este capítulo.
12 En torno al temprano protagonismo político desempeñado por los militares chilenos existen hoy distintas posturas. Mientras algunas

califican a ésta como una estrategia de la clase dominante por contar con fuerzas funcionales a sus intereses de grupo; otros
reafirman a través de ella el rol fundacional y nuclear que desempeñan los uniformados en el desarrollo político del país. Al respecto
ver: Ramírez Necochea, Hernán: Fuerzas Armadas y Política en Chile (1810-1970). Casa de las Américas. La Habana, Cuba 1984;
Molina Jonson, Carlos: Chile: Los Militares y la Política. Editorial Andrés Bello. Santiago, Chile 1989.
13 Dicho caudillismo se ejerció fundamentalmente desde Concepción y sus alrededores, zonas que concentraron gran parte de las

fuerzas militares hasta la primera mitad del siglo XIX. Esta concentración de fuerzas militares en el centro sur de Chile fue una de las
características heredadas por nuestro país desde el período colonial, en donde la Guerra de Arauco determinó la presencia de un
fuerte contingente militar en las cercanías del Río Bio Bio.
14 Tras la renuncia de Bernardo O´Higgins al cargo de Director Supremo en 1823, el intervencionismo militar se expresó a partir de

diferentes caudillos. La Junta Gubernativa que sucedió a O´Higgins y que estuvo dirigida por Agustín Eyzaguirre, Fernando Errázuriz
y José Miguel Infante, fue rápidamente desconocida por el general Ramón Freire, entonces jefe militar en Concepción. En octubre de
1825 el general Freire, entonces Director Supremo, fue depuesto momentáneamente del poder por el coronel José Santiago Sánchez.
Durante el ensayo de las leyes federales en 1826, esta situación empeoró y se expresó en motines y los cuartelazos, en la
impotencia de las autoridades, y la falta de fondos fiscales, que mantenían impaga a la administración pública-y al propio Ejército-
durante meses. Hacia 1829 esta realidad se expresó en el desconocimiento de las asambleas provinciales de Concepción, Chillán y
Maule (en donde los militares tenían gran presencia) al procedimiento constitucional para elegir Presidente y Vice Presidente de la
República, que originó un enfrentamiento entre un Ejército constitucional, al mando del general Freire, y el del sur al mando del
general Joaquín Prieto. Mayores antecedentes acerca de este proceso en: Molina Jonson, Carlos. Op cit. Vial Correa; Gonzalo:
Historia de Chile. Editorial Santillana 1994.-
Si bien es cierto que las intervenciones de los uniformados en el campo político se siguieron registrando una vez iniciado el orden
partaliano, éstas fueron legitimadas por la sociedad. En efecto, después de 1830 fueron elegidos Presidente de la República los
generales Joaquín Prieto y Manuel Bulnes, quienes ejercieron el poder hasta 1851 donde se produjo la primera elección de un
Presidente civil, como lo fue, Manuel Montt.

11

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

El caso de la Armada no es tan distinto al que hemos descrito aquí en relación al


Ejército. La institución naval fue fundada bajo el gobierno de Bernardo O´Higgins
en 1818 con el nombre de Escuadra Nacional.15 Al igual que su homólogo
terrestre, la incipiente marina chilena se caracterizó por contar con una modesta
dotación de barcos y hombres, todos ellos sin experiencia y asimilados a través de
un “...sistema de enganche voluntario, dado que las escuelas de clases aún no
existían.” 16 Sin embargo, a diferencia del Ejército, en la institución militar naval el
caudillismo al parecer estuvo ausente durante su fase de gestación. El liderazgo y
disciplina británica que impuso desde sus orígenes Lord Thomas Cocharne al
mando de la Escuadra, otorgaron a esta rama un carácter aparentemente más
formal que el Ejército.
En relación al monopolio del poder militar por parte del Estado, éste logró
materializarse, sin mucho éxito, bajo el gobierno de O´Higgins tras la creación del
Ministerio de Guerra y Marina, siendo Diego Portales quien logró imponer una
dirección política centralizada a las fuerzas militares. En efecto, hacia este
mencionado período se produjo un proceso de reordenamiento y sometimiento
de los uniformados al poder civil, el que se caracterizó por marginar al estamento
militar de las grandes decisiones del Estado. Con este fin se creó un cuerpo militar
paralelo que fue conocido como Guardia Cívica, que tuvo por finalidad
resguardar el nuevo orden ante cualquier intento de subversión por parte del
Ejército y la Escuadra, también se redujo el presupuesto del Ministerio de Guerra y
Marina y se expulsó de las filas a aquellos uniformados que disentían del orden
conservador y que habían creado un Ejército que apoyó a los liberales en la
Guerra Civil.17

Desde esta perspectiva, el rol asignado a las Fuerzas Armadas fue limitado. En el
caso del Ejército, éste se orientó a cumplir labores de policía interna, “que
limpiaba los campos de montoneros y cuatreros, consolidaba la frontera sur y
llevaba una lánguida guerra fronteriza contra los mapuches.” 18 En la Armada en
tanto, la situación no varió sustancialmente a la de años anteriores: su reducido
personal continuó velando por la soberanía de Chile en el Pacífico, orientando
con mayor intensidad estos esfuerzos hacia el sur austral de nuestro país.
Como se desprende de los párrafos anteriores, durante gran parte del siglo XIX las
Fuerzas Armadas carecieron de criterios unívocos de acción que surgieran desde
sus propias direcciones. El sometimiento al poder civil se explica por la ausencia de
una doctrina y perfil militar que les permitiera realizar un cuestionamiento de fondo
al Estado. Estos elementos llegaron a ambas instituciones desde el exterior y se

15 Durante gran parte del siglo XIX la Marina fue conocida con el nombre de Escuadra Nacional. El cambio de nombre se registró tras
la llamada “Guerra contra España” entre los años 1865-66, pasándose a llamar Armada Nacional.
16 Según testimonios recogidos, gran parte de los primeros marineros asimilados por la Escuadra fueron hombres “arrancados” de las

cantinas, bares y calles de los principales puertos y puestos al servicio del país luego de una rápida familiarización con el manejo
esencial de los buques. ENTREVISTA: Capitán de fragata Hugo Ponce. 04/05/99.-
17 Mayores antecedentes acerca de este proceso en: Varas, Augusto; Agüero, Felipe; Bustamante, Fernando: CHILE,

DEMOCRACIA Y FUERZAS ARMADAS. FLACSO 1980


18 Ibid. Pág. 12.

12

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

constituirán en los fundamentos que hoy sustentan a las Instituciones de la Defensa


en Chile. 19

En efecto, las características enunciadas en el párrafo anterior se mantuvieron casi


inalterables en las Fuerzas Armadas hasta la Guerra del Pacífico (1879-1883),
conflicto que a pesar de la victoria que obtuvo Chile, dejó en evidencia un
conjunto de debilidades que afectaban a las Fuerzas Armadas, entre los que cabe
mencionar el carácter voluntarista de la función militar que impidió contar con
elementos capaces y aptos para la desempeñarse en dichas funciones, así como
también, la falta de equipamiento y de modernización de los pertrechos militares.

Esta situación, sumada a la necesidad de defensa de los enclaves mineros


conquistados tras la mencionada guerra, a los problemas limítrofes con Argentina
y el sometimiento de la Araucanía, reafirmaron ante el Estado la necesidad de
modernización de las Fuerzas Armadas, tarea que fue encomendada a misiones
militares extranjeras en ritmos desiguales.
El Ejército fue la primera institución que modernizó el Estado. La profesionalización
prusianiana que caracteriza hasta hoy a esta institución se inició bajo la
administración de Domingo Santa María. A grandes rasgos ésta consistió en la
adopción de la doctrina y organización militar alemana.20 Según estudios que
han profundizado en este proceso, se pueden distinguir tres fases en esta
modernización del Ejército. La primera se inició con la llegada de las primeras
misiones militares prusianas encabezadas por Emil Körner. Durante esta fase los
estudios señalan que la modernización institucional apuntó a crear una nueva
cosmovisión al interior de Ejército, que se funda en la adhesión a dos grandes
ideas. La primera de ellas se vincula con el “mito del vencedor”, tesis que postula
que la valentía y éxitos bélicos chilenos fueron “producto de la fusión hispano
americana a través de la mezcla entre varones españoles y mujeres indias.” La
segunda idea se relaciona con el rol educativo del Ejército, en donde se enseñan
valores tales como el respeto a la propiedad privada, la puntualidad, la limpieza,
la disciplina, la honradez y la higiene21, entre otras.
Desde el punto de vista estructural y operativo, las mismas fuentes señalan que
durante este período la profesionalización del Ejército se vio afianzada con la
fundación de la Academia de Guerra, organismo eminentemente planificador
que vino a otorgar un carácter más racional a la función defensiva que cumple
esta institución.
La segunda fase o período de profesionalización se inició con la llamada Guerra
Civil de 1891 que puso fin a la República Liberal. Durante este conflicto intestino el
Ejército nuevamente se dividió.22 Mientras el grueso de las filas militares liderados

19 Nos referimos a los procesos de profesionalización a los que fue sometido el Ejército y la Armada hacia fines del siglo XIX, así
como también, a la influencia que ejerció Estados Unidos a través de la Doctrina de Seguridad Nacional.
20 Para tener una idea más acabada del proceso profesionalización del Ejército VER: Quiroga, Patricio; Maldonado, Carlos: El

prusianismo en las Fuerzas Armadas chilenas. Ediciones Documentas 1989.


21 Quiroga; Patricio, (et al). Op cit. Pág. 47.
22 Una primera división significativa que se registró al interior del Ejército durante el siglo XIX fue la que se produjo en torno a la

llamada “Revolución de 1829” que terminó con el predominio del sector conservador en dicha institución en particular y cuya
expresión política fue la llamada República Autoritaria.

13

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

por el general Manuel Baquedano apoyó al Presidente Balmaceda, un sector


minoritario encabezado por Emil Körner se alió con el bando congresista, opositor
al Presidente. Las razones que al parecer estuvieron detrás de esta división de la
principal Rama de las Fuerzas Armadas, se pueden sintetizar en dos ideas. La
primera se relaciona con la tesis de que Körner creyó que sumándose al bando
congresista llevaría de mucho mejor forma su proyecto de reorganización
castrense.23 Mientras que otros estudios señalan que la inclinación de Körner se
explica porque el oficial germano provenía y respondía a los intereses de la clase
dominante alemana (los Junker), al apoyar al Congreso no hacía otra cosa más
que sustentar la expansión alemana y sus intereses en los enclaves salitreros.24
Tras el triunfo del bando congresista, los estudios referidos al tema dan por iniciada
la tercera y última fase de este proceso de modernización prusiana en el Ejército.
Este período se inició por un proceso de purga de las filas de la institución de todos
aquellos oficiales contrarios al modelo salitrero exportador inaugurado por el
parlamentarismo. Según las fuentes consultadas, durante este período la
reorganización del Ejército adquirió rasgos claramente compulsivos, que van
desde la adopción por parte del Estado Mayor del Ejército chileno de la misma
estructura del Estado Mayor del Ejército alemán, a la imitación del mismo uniforme
del Ejército germano.25
Según las palabras del general Carlos Sáez, este proceso se caracterizó por “...un
afán de imitar...no sólo...reglamentos, métodos de instrucción y costumbres
militares del Ejército germano, sino (que en) transformar a nuestros soldados, que
nada tienen de alemanes, en militares prusianos de nuevo cuño.” 26
Desde el punto de vista ideológico esta fase vino a consagrar la misión educativa
antes esbozada a través de la introducción del Servicio Militar Obligatorio (SMO).
A través de ella el Ejército tuvo la oportunidad de inculcar masivamente valores
militares en las nuevas generaciones del país, así como también servir al desarrollo
nacional a través de la estricta enseñanza cívica y moral a la que eran sometidos
los reclutas. De esta manera la institución se autoasignaba el rol de “la gran
escuela educadora de nuestro pueblo y la verdadera base de la democracia
ordenada, obediente y limpia.” 27

Por otro lado, hacia este mismo período es posible distinguir los primeros indicios de
rechazo por parte del Ejército hacia aquellas ideologías que cuestionaban el
orden oligárquico-parlamentario. En efecto, tanto el marxismo como el
anarquismo en boga con el naciente movimiento obrero chileno, no pasaron
desapercibidos por los militares, quienes vieron en ellos un peligro permanente al
cuestionar éstos la existencia misma de las instituciones armadas. Ante esto, los
uniformados reafirmaban la defensa de la guerra como “un mal necesario...cien

23Arriagada, Genaro. El pensamiento político de los militares. Impresor Salesianos, 1985. Pág. 73
24Quiroga, Patricio; Maldonado, Carlos. Op.cit. Pág. 60-63.
25 Sáez, Carlos: Recuerdos de un soldado. el ejército y la política. Tomo I. Ercilla 1934. Pág. 22 La necesidad de expulsar de las filas

del Ejército aquellos oficiales “balmacedistas” se explica fundamentalmente porque a través de ella se buscó eliminar cualquier
posible cuestionamiento al modelo militar germano, cuyos representantes en Chile habían terminado por oponerse al proyecto del
Presidente Balmaceda.
26 Idid. Pág. 28.
27 Aylwin, Mariana; Alamos, Ignacia: “Los Militares en la Época de Don Arturo Alessandri Palma.” EN Orrego Vicuña, Claudio: Siete

ensayos sobre Arturo Alessanri Palma. ICHEH, 1979. Pág. 310-314.

14

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

veces preferible al que pueda acarrearnos esas teorías mal sanas que algunos
pregonan contra la defensa nacional.”28

Es así como el carácter anti-izquierdista del Ejército chileno en particular y de las


Fuerzas Armadas en general es posible reconocerlo desde los tiempos del influjo
prusiano que, a pesar de su alejamiento y posterior decadencia, se mantuvo
vigente al interior de los cuarteles.
El alejamiento de las misiones militares germanas de nuestro país coincidió con el
estallido de la Primera Guerra Mundial, tras la cual los instructores militares
alemanes debieron regresar a su país para asumir responsabilidades en el
desarrollo del conflicto.
La derrota que sufrió el Ejército germano en la “Gran Guerra” no produjo un
profundo cuestionamiento al interior del Ejército chileno acerca de las virtudes del
modelo militar adoptado. El desarrollo que experimentó el Ejército luego del
alejamiento de las misiones militares estuvo supeditada a la crisis del modelo
salitrero exportador, que se manifestó en críticas de orden económico, social,
profesional y político hacia el orden oligárquico-parlamentario que aparecía
como ineficiente para enfrentar los grandes problemas institucionales y nacionales.
En relación a la profesionalización de la Armada esta se inició bajo el gobierno de
Manuel Balmaceda 29 y consistió en la adopción del modelo británico de fuerza
naval. Si bien es cierto que esta institución desde sus orígenes mostró una cierta
orientación inglesa, no fue hasta fines del siglo XIX cuando dicha influencia se hizo
más evidente.
Dentro del proceso modernizador de la marina nacional es posible advertir dos
etapas. La primera de ella consistió en un crecimiento agresivo de esta arma bajo
el gobierno de Balmaceda. En efecto, dentro de las prioridades de la política
internacional que mostró nuestro país en este período, estuvo el fortaleciendo de
su fuerza naval debido al protagonismo comercial que había venido adquiriendo
Chile a través del puerto de Valparaíso. En este sentido la adquisición de buques y
material de guerra a Inglaterra y el crecimiento de efectivos fueron las principales
características que adoptó esta etapa.30
El segundo período y el más significativo en este proceso modernizador de la
Armada se inició bajo el gobierno del almirante Manuel Montt, bajo la llamada
República Parlamentaria. En efecto, bajo dicha administración el crecimiento en
infraestructura y material que se venía registrando con anterioridad se acentuó

28 Capitán F. Galdamez. El ejército y la civilización. Memorial del Ejército de Chile 1909. EN: Arriagada, Genaro. Op. cit. Pág. 94.
Ante los ataques del cual fue objeto el aparato militar por parte de las ideologías anti-militaristas, juicios como el siguiente primaron en
la visión de la oficialidad: “La dedicación entera al servicio por parte del superior, la preocupación constante por el bienestar de la
tropa contribuirá a combatir los avances del socialismo que puede invadirnos en un futuro no lejano”. Capitán Alberto Muñoz. “El
problema de nuestra educación militar”. Santiago, 1914. Pág. 45. EN: Quiroga; Patricio. Maldonado; Carlos. Op.cit. Pág. 82. En
este mismo sentido, el tenor de algunos escritos publicados en la prensa contra las instituciones armadas queda reflejado en las
siguientes ideas: “Hoy es el día en que debemos según la ley acudir al cuartel, a esos centros de corrupción, a instruirnos en las
armas para que cuando llegue el caso de defender los intereses de los ricos, nos convirtamos en asesinos de nuestros compañeros...”
EN: Arriagada; Genaro. Op cit. Pág. 88.
29 Contradictoria fue, sin embargo, la actitud que expresó la Armada hacia el gobierno del Presidente Balmaceda. La
institución naval prefirió profundizar sus relaciones con Inglaterra y su armada apoyando al bando congresista que respaldaba los
intereses salitreros británicos.
30 Varas, Augusto; Aguero, Felipe; Bustamante, Fernando. Op cit. Pág. 23.

15

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

aún más, llegando a ubicar a nuestra Armada entre las diez más poderosas del
mundo 31
Desde el punto de vista organizativo y doctrinario, se produjeron importantes
cambios al formalizarse los contactos técnicos que se venían registrando con la
marina británica. Al igual que en el Ejército, este proceso se caracterizó por una
estrecha cercanía entre ambas fuerzas navales que se expresó en que más de un
centenar de oficiales chilenos profundizaran sus conocimientos en Inglaterra, así
como también los cambios de orden organizativo que ejerció el modelo inglés al
fundarse en Chile la Academia de Guerra Naval, dirigida en sus orígenes por
instructores británicos, que se expresó, entre otras cosas, en una reestructuración
general de la Armada al crearse la Dirección General de esta arma y en los
cambios que sufrió la malla de estudios de la Escuela Naval al incorporarse nuevas
asignaturas, servicios y especialidades. Todo este complejo proceso de
crecimiento institucional estuvo acompañado, naturalmente, de un número de
efectivos que hicieran frente a las nuevas características adoptadas por la
institución. 32
Desde el punto de vista doctrinario, la influencia externa en la Armada chilena se
expresó, al igual que el Ejército, en la configuración del perfil profesional a partir
de la noción de universalidad o de síntesis de la nacionalidad que representan los
marinos, recurriendo para ello a elementos tales como raza, espíritu de servicio,
abnegación y valentía. “…condiciones que posee todo marino y que entrega
voluntaria y amorosamente a su patria.” 33

Las similitudes entre ambos perfiles doctrinarios se debe fundamentalmente a que


el fin que persiguen ambas instituciones es el mismo,34 siendo distinto sólo el área
en donde se desempeñan las funciones profesionales. Las diferencias entre ambas
concepciones las encontramos, sin embargo, en los énfasis que cada una de las
ramas militares otorga a los elementos constitutivos de la chilenidad.35 En efecto,
para la Armada es mucho más relevante la abnegación, valentía, esfuerzo y la
formación católica que la noción de raza mestiza que rescata el Ejército.36

31 Ibid. Pág. 24.


32 Idib. Pág. 24
33ENTREVISTA Capitán de Fragata Hugo Ponce 04/05/99.-
34 En el entendido de que la defensa de la soberanía nacional es el principal objetivo de cada una de las ramas de las Fuerzas

Armadas
35 La chilenidad es entendida por las Fuerzas Armadas como un estilo de vida que se caracteriza por la vivencia permanente de los

valores fundadores del país, así como también, la defensa de los intereses nacionales y símbolos patrios.
36 A partir de diferentes conversaciones con los uniformados y lectura de algunos de sus libros es factible llegar a esta conclusión. En

este sentido el almirante José Toribio Merino en sus Memorias nos aporta algunos elementos cuando especifica las diferencias que
existen entre los marinos y los hombres que siguen otras profesiones y disciplinas. En las páginas que dedica a explicar estas
diferencias, Merino se explaya sobre dos puntos: la alta exigencia académica a la que están sometidos los marinos, que demanda
una alta dedicación y esfuerzo por parte de los jóvenes aspirantes y la firme formación católica familiar, propia de nuestra cultura
chilena. EN: Merino; José Toribio: Bitácora de un Almirante. Memorias. Editorial Andrés Bello, Santiago 1998. Págs. 291-303 En
este mismo sentido el general Julio Canessa Robert señala que “La lejanía y el relativo aislamiento del país contribuyeron a formar
una raza homogénea, merced a la fusión permanente de la sangre europea, predominantemente española, y la indígena. El Ejército,
principalmente, y después las otras instituciones encargadas de la defensa...contribuyeron a formar la matriz de la que se fue forjando
y desplegando la nacionalidad.” EN: Canessa; Julio: Quiebre y recuperación del orden institucional en Chile. El Factor Militar 1924-
1973. Emérida Ediciones 1995. Pág. 255

16

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Quizá una de las razones de fondo que sustente estos distintos énfasis se relacione,
para el caso de la Armada, con una búsqueda de ésta por contar dentro de sus
filas a los “mejores chilenos”, noción que no sólo se funda en principios y valores
que debe poseer el aspirante a oficial, sino también en condiciones económico-
sociales concretas que permitan, al igual que sus homólogos ingleses que sirven a
la Real Armada Británica, recibir una estricta educación que los transforme en
modelos para las otras instituciones y el país en general.37

El proceso de profesionalización de la Armada estuvo supeditado, al igual que el


del Ejército, a los vaivenes de la política internacional europea. El estallido de la
guerra recién entrado el siglo XX determinó el alejamiento temporal de las misiones
militares británicas, con las cuales se mantuvo un estrecho contacto técnico-
profesional, que sin lugar a dudas incidió en la posterior evolución doctrinaria de
la Armada Nacional.38

B) Ensayos Político-Militares: (1914-1932)

El alejamiento de las misiones militares extranjeras durante los primeros años


de la pasada centuria, no se tradujo en un desconocimiento del legado
ideológico y organizativo heredado de las misiones militares foráneas. En efecto, el
desarrollo institucional experimentado por dichas instituciones armadas durante el
período “de entre guerras” demostró que no hubo modificaciones en estas
materias.
El desarrollo institucional que siguieron las Fuerzas Armadas durante los
primeros lustros del siglo XX, parece indicar que éste estuvo vinculado al
fortalecimiento al desarrollo institucional alcanzado con el aporte de las misiones
militares extranjeras. En este sentido tendríamos que señalar que los uniformados
comenzaron a identificar los vaivenes de su desarrollo, con la existencia de la crisis
política, económica y social que manifestó el modelo económico basado en la
exportación salitrera que hizo suyo el Estado Parlamentario.39
En efecto, hasta septiembre de 1924, los institutos castrenses incubaron una
serie de críticas en torno a cómo la oligarquía parlamentaria enfrentaba la crisis
salitrera, que en definitiva se tradujo en un cuestionamiento de fondo al régimen

37 Las características elitistas de la Real Armada Británica fueron imitadas en Chile. A partir de ello es factible comprender el carácter
“aristocrático” que presenta esta arma, que se expresa para cualquier interesado en pertenecer a ella en los altos costos económicos
que significa entrar a la Escuela Naval, así como también, la severa educación británica a la que son sometidos los aspirantes a la
oficialidad.
38 A pesar de la cercanía de la Armada Nacional con su homólogo norteamericano desde la Guerra Fría, los contactos y asesoría

técnica, derivada de las compras de material de guerra a la Real Armada Británica, se mantienen hasta nuestros días, no existiendo
por otro lado diferencias de orden ideológico entre las armadas anglosajonas, sino más bien un mutuo complemento que ha sido
recogido por la Marina Nacional.
39 El modelo de desarrollo monoexportador del “Parlamentarismo chileno” (1891-1925) se transformó en un escollo para el desarrollo

profesional de los uniformados. La dependencia de la economía chilena del precio del salitre, y más tarde, la caída de éste en los
mercados internacionales, mantuvo a las Fuerzas Armadas sumidas en su crisis económica y logística de proporciones. Por otro lado,
el desorden callejero derivado del malestar popular y el permanente uso de las Fuerzas Armadas por parte de los sucesivos gobiernos
parlamentarios para reprimir las huelgas, tomas y protestas, comenzaron a incubar en los uniformados un “sentimiento
antiparlamentario” que se expresó en 1924 con una intervención militar en el campo político. EN: Canessa; Julio. Op cit. Págs. 38-45

17

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

oligárquico parlamentario, que versó en aspectos económicos, sociales,


profesionales y políticos.40
Desde el punto de vista económico, el modelo abierto al exterior que venía
aplicando el Estado Parlamentario se proyectó hacia el mundo militar. La
dependencia de los mercados internacionales por parte de las Fuerzas Armadas
en lo que a material bélico se refiere, hizo crisis al estallar la Primera Guerra Mundial
y reducir el Estado chileno el gasto destinado a Defensa, comenzando una etapa
de obsolencia de material de guerra como de sus instalaciones.
A partir de lo anterior se comenzó a desarrollar al interior de los cuarteles
una postura más bien industrialista que buscó terminar con la dependencia del
extranjero y el fortalecer la industria nacional. Para el entonces capitán Luis Urrutia
“...era necesario independizarnos de la industria extranjera pues sólo así seremos
financieramente grandes, ya que los intereses de nuestros capitales quedarán en
el país... y no correríamos peligro de vernos desprovistos de cuanto necesitemos en
caso de guerra.” 41
Esta postura industrialista que surgió en el seno de las Fuerzas Armadas por
una coyuntura específica, no tardó en transformarse en un proyecto de desarrollo
nacional, que los uniformados pusieron en ejecución cuando se toman el poder a
mediados de los años veinte.
En el aspecto social, las Fuerzas Armadas criticaron el modelo oligárquico
por su incapacidad para resolver los problemas del naciente proletariado del
norte grande de nuestro país. En este sentido creemos conveniente distinguir dos
matices que sustentaron la actitud cuestionadora que hicieron manifiesta los
uniformados.
En primer lugar, existió por parte de las Fuerzas Armadas una cierta
sensibilidad hacia la llamada “cuestión social”. Si bien es cierto que los
uniformados miraron con desprecio las doctrinas anarquistas y marxistas que
abrazó el naciente proletariado, no dejaron por ello de preocuparse
paternalistamente de los innumerables problemas que afectaron a los obreros. Así
por ejemplo para el teniente René Montero, “los conceptos de solidaridad
humana y de justicia social alcanzan (...) una amplia y generosa significación y
siento por los desamparados y los débiles una honda simpatía que arranca desde
lo más delicado de mi ser.” 42

40 Las críticas del mundo castrense hacia el orden parlamentario se dieron a conocer a través de artículos publicados en sus
respectivas revistas institucionales o deliberaciones. En relación a las primeras nos referimos al Memorial del Ejército de Chile y la
Revista de Marina. En relación a la primera veáse: Capitán Luis, Urrutia: Las industrias nacionales. MECH año XII, Tomo 2, 1917.
Pág. 817; Capitán Marcial; Urrutia. Nacionalización y movilización de industrias militares. MECH, Tomo II 1918. Mayor Ambrosio
Viaux: La política y la guerra. MECH año XVI, I Semestre, 1921. Pág. 278. Entre otros. En relación a la Revista de Marina véase:
Nauta: La construcción naval de chile. Esfuerzos de la Dirección General de la Armada. RM, Valparaíso, mayo 1901, nº 179. Pág.
456. Capitán de Corbeta B. Barros Merino. Reconstruyamos en el país nuestros destructores y vipers. RM. Tomo LXV, Marzo-abril
1920, nº 376, Pág. 235. Entre otras. Una reseña interesante de las deliberaciones registradas en 1907, 1912, 1917, 1919 y 1924 EN:
Charlín; Carlos. Del avión rojo a la republica socialista. Editorial Quimantú 1972.-
41Capitán Luis Urrutia: Las industrias nacionales. Memorial del Ejército de Chile año XII, 2 semestre 1917. EN: Varas, Augusto;

Agüero, Felipe. El proyecto político militar. FLACSO 1984 Pág. 55


42 Teniente René Montero Moreno. Orígenes del problema social en chile. Memorial del Ejército de Chile 1921. en: Aylwin, Mariana;

Alamos Ignacia. Op cit EN: Orrego Vicuña, Claudio. Op cit. Págs. 317-318. En este sentido interesante resulta el rescate de la
problemática obrera que realizó el movimiento de la oficialidad joven de 1924. Al respecto el Comité Militar Rebelde, liderado por
Carlos Ibáñez, Bartolomé Blanche y Marmaduque Grove señala que “...es necesario establecer contacto con los gremios obreros u
otras instituciones similares, a fin de orientarlos sobre los propósitos del nuevo Gobierno. Oficiales idóneos podrán desarrollar labor

18

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Por otro lado, los militares cuestionaron al Estado parlamentario la


instrumentalización represiva que hicieron con ellos en contra del movimiento
obrero, no existiendo por parte del grupo en el poder una verdadera voluntad por
solucionar el conflicto social.43
Desde el punto de vista profesional, la principal crítica de los militares hacia
el régimen oligárquico consistió en su constante intromisión en materias
consideradas como netamente profesionales. Quizá el mejor ejemplo para
graficar este malestar uniformado fue la llamada Ley de Ascensos, en donde la
participación y consulta al Congreso estaba estipulada por las leyes entonces
vigentes. Esta atribución fue vista como una amenaza que atentaba contra la
disciplina y espíritu de trabajo que primaba al interior de las instituciones de la
defensa.44
En síntesis, la oficialidad visualizaba al poder político como ineficaz, no sólo
por atentar contra su desarrollo institucional, sino que además por incapacidad
para manejar los problemas propios del país. Para el general Carlos Sáez, el
sistema parlamentario era sinónimo de “anarquía en vez de orden; licencia en vez
de libertad; peculados en vez de buena administración, favoritismo y no justicia;
arrebatos inconsiderados y no ponderación; ambiciones antes que patriotismo.”45
Esta crítica que el mundo militar comenzó a incubar y que se tradujo en la
intervención militar de 1924, tuvo manifestaciones concretas entre los años 1907,
1912 y 1919. Es decir, la oligarquía parlamentaria conoció expresiones de malestar
institucional con anterioridad al golpe militar, no esforzándose por apaciguar la
efervescencia militar.46
Las elecciones presidenciales de 1920 abrieron para el país en general y
para las Fuerzas Armadas en particular, la posibilidad de introducir cambios en el
sistema político chileno. El triunfo del liberal Arturo Alessandri Palma representó este
anhelo. En efecto, Alessandri llegó al poder prometiendo una serie de cambios de
orden político-social que fueron compartidos por los militares, sin embargo, “(el
Presidente) no consiguió realizar ninguna de las grandes reformas prometidas...los
proyectos siguieron trabajosamente los trámites constitucionales...todo hacía
presumir que el Congreso no daría al gobierno mayores facilidades.” 47 La férrea
oposición de la oligarquía llevó a Alessandri a iniciar una gira electoral en 1924, en
búsqueda de la ansiada mayoría parlamentaría que le permitiría materializar sus
proyectos.
Si bien es cierto que en las elecciones parlamentarias de marzo de 1924
ganó la alianza política que apoyó a Alessandri, ésta no se preocupó durante los

múltiple en este elemento, el convencimiento de que se persigue una obra de regeneración que será fecunda y de beneficiosos
resultados para el país.” EN: Charlín; Carlos. Op.cit. Pág. 47
43 Varas, Augusto et al. Op cit. Pág. 318.
44 En relación a la Ley de Ascensos el general Carlos Sáez anota en sus Memorias que “...una buena recomendación bastaba para

anular la mejor hoja de servicios. Los oficiales que pertenecían a la alta sociedad tenían asegurada su carrera.” EN: Sáez, Carlos:
Op.cit. Pág. 34.
45 Ibid. Pág. 37.
46 Los antecedentes sediciosos que comenzó a expresar el mundo uniformado fueron múltiples. Los más recordados fueron aquellos

ocurridos en 1907, cuando un grupo de oficiales se reunió en el Cerro Santa Lucía a fin de discutir la demora en el congreso de la Ley
de Ascensos; la formación de la “Liga Militar” de 1912 con miras a derrocar al gobierno y el complot militar de 1919 liderado por el
general Amstrong.
47 Sáez, Carlos. Op cit. Pág. 58.

19

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

meses inmediatos a su elección de aprobar los proyectos sociales que reposaban


en el congreso desde hacía años, así como tampoco, de responder
satisfactoriamente a las demandas militares. 48
La crítica militar hizo crisis cuando los congresistas discutieron un aumento
de su dieta parlamentaria, no existiendo para ellos pobreza fiscal o recursos que
impidieran su materialización. Así, el 2 de marzo de 1924, mientras se desarrollaba
esta discusión en el Senado, concurrieron al hemiciclo, a modo de protesta,
oficiales de Ejército pertenecientes a la guarnición de Santiago, con la intención
de solicitar la rápida aprobación de los proyectos reformistas de Alessandri
referidos a un nuevo Código Laboral y un mejor pago a los militares.49 Ante la
exigencia de desalojo de la sala, los uniformados acataron esta petición, pero al
momento de retirarse arrastraron sus sables por las escaleras, dando origen al
célebre “ruido de sables”.50
El malestar expresado por los uniformados intentó ser capitalizado por el
Presidente Alessandri tras un acuerdo de éste con los militares, el que se expresó
en la elaboración de un pliego de reivindicaciones que fueron aprobadas por el
Congreso ante la presión ejercida por el movimiento castrense.51 El Presidente no
contó, sin embargo, que al interior del Ejército surgía un movimiento, encabezado
por la oficialidad joven, representada por Marmaduque Grove y Carlos Ibáñez,
quienes comenzaron a hablar de un movimiento de regeneración y restauración
nacional, provocando un conflicto con el ejecutivo que se resolvió el 24 de
septiembre de 1924 con la caída de Alessandri y el inicio de un largo período de
intervencionismo castrense.52
El protagonismo político de las Fuerzas Armadas no estuvo ajeno de
conflictos internos. En este sentido tenemos que señalar que éstas presentaron en
sus inicios una división de carácter horizontal en lo que a soluciones políticas se
refiere. En efecto, la oficialidad de la Armada y los oficiales de alta graduación del
Ejército fueron proclives a una restauración del orden en crisis a través de leves
reformas y la promulgación de las leyes de carácter social e institucional que no
habían sido aprobadas por el congreso.53 Otro sector, en el que estuvieron
representados oficiales de menor graduación y la suboficialidad, fueron partidarios
de una “regeneración nacional” que se expresó en lo político en la creación de
una nueva institucionalidad y en lo económico, en la modernización del modelo

48 Las demandas más urgentes de los uniformados se vinculaban al aumento del presupuesto de defensa y de reajuste en sus
salarios.
49 Los militares hacen suyo el proyecto de legislación social que el congreso mantiene sin aprobar. EN: Drake, Paúl. Socialismo y

populismo. chile 1936-1973. Instituto de Historia Universidad Católica de Valparaíso 1992. Pág. 39.
50 Con el fin de conocer los pormenores de esta protesta castrense VER: Sáez, Carlos. Op. cit. Pág. 74.
51 Los principales puntos contenidos en este acuerdo consignaron una Reforma a la Constitución Política; despacho inmediato de la

Ley de Código del Trabajo; Aprobación de Leyes Sociales; Reforma a Ley Orgánica del Ejército; aumento de sueldo de los miembros
de las Fuerzas Armadas, exclusión absoluta de los miembros del Ejército y la Marina de las luchas electorales o cualquier acto de
índole política. En: Aylwin, Mariana; Alamos, Ignacia. Op.cit. Pág. 341.
52 Cuando hablamos de oficialidad joven hacemos referencia a aquella oficialidad que va desde subteniente a mayor para el caso del

Ejército, FACH y Carabineros; subteniente a capitán de fragata para el caso de la Armada.


53 Según estudios abocados a este conflicto intestino la familiaridad de la alta oficialidad con los sectores oligárquicos determinó la

postura reformista de este sector. EN: Joxe, Alain: Las fuerzas armadas en el sistema político chileno. Editorial Universitaria, 1970.
Pág. 61.

20

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

capitalista a través de la noción de Estado benefactor e industrialista. Como es


sabido, fue esta última concepción la que se impuso en los cuarteles.54
El gobierno de Carlos Ibáñez (1927-1931) fue sin lugar a dudas el más
representativo de este período de intervenciones militares. La profundidad de los
cambios que propició, el tiempo que se mantuvo en el cargo y la adhesión que
produjo su imagen al interior de las Fuerzas Armadas, no fueron, sin embargo,
suficientes para sustentar su permanencia en el poder. En efecto, la incontrolable
crisis económica de los años treinta que generó un malestar social de
envergadura terminó con el proyecto ibañista e inició el retorno de los civiles a la
arena política a través del fugaz gobierno de Juan Esteban Montero.55
Tras la caída de Ibáñez en julio de 1931, las Fuerzas Armadas iniciaron un
profundo proceso de fraccionalismo interno. Según los estudios realizados en
relación a esta problemática, las tendencias castrenses oscilaron entre “el
nacionalismo corporativo de tendencia fascista...el ibañismo sin duda el sector
más significativo en las filas, el socialismo y el constitucionalismo.”56
Bajo este ambiente de búsqueda de un proyecto político que identificara a
las Fuerzas Armadas y que se expresó en un divisionismo interno, es posible
comprender la sublevación de la marinería el 5 de septiembre de 1931 y la
instauración de la fugaz República Socialista en 1932, y por último, los frustrados
intentos por reinstaurar el modelo ibañista a través de los efímeros gobiernos de los
generales Carlos Dávila y Bartolomé Blanche.
De todos los proyectos militares ensayados tras la caída de Ibáñez, el que
merece nuestra atención es el que dio origen a la República Socialista.57 En este
sentido tenemos que precisar que este movimiento no contó con una
identificación masiva al interior de los cuarteles, a partir de lo que es posible
comprender su derrocamiento, así como también, que su proyecto difiere de la
estricta formación anticomunista en la que fueron educados sus defensores por
los instructores alemanes. En este sentido creemos posible señalar, a modo de
hipótesis interpretativa que en este contexto de búsqueda de un proyecto político
institucional que identificara a las Fuerzas Armadas, los sectores con mayor
sensibilidad social creyeron posible concatenar los anhelos de justicia social de los
grupos obreros con un bosquejo populista y nacionalista, no existiendo desde
nuestro punto de vista, una adhesión hacia el modelo socialista soviético por parte
de sus líderes al interior de los cuarteles.58

54 El triunfo de esta última corriente se selló con el golpe de estado del 23 de enero de 1925 tras el cual se iniciaron las
transformaciones que el país necesitaba desde la perspectiva castrense que había logrado imponerse.
55 Si bien es cierto que tras el gobierno Montero los uniformados continuaron aventurándose en la arena política, esta gestión marcó el

inicio de la “reacción” civil contra el intervencionismo castrense.


56 Maldonado, Carlos. Entre reacción civilista y constitucionalismo formal: las fuerzas armadas chilenas en el periodo 1931-1938.

FLACSO Nº 55 1988. Pág. 15; Valdivia, Verónica. Las milicias republicanas: los civiles en armas 1932-1936. Centro de Investigación
Barros Arana. Biblioteca Nacional, 1992. Pág. 16.
57 Nos referimos a la fugaces Juntas de Gobierno que proclamaron la República Socialista en Chile entre el 04 de junio de 1932 y el

30 del mismo mes.-


58En un Boletín Confidencial que enviara a sus compañeros de armas el comodoro Marmaduque Grove Vallejo, entonces Ministro de

Defensa de la Junta de Gobierno que proclamó la controvertida República Socialista, explicaba la participación suya y de la institución
aérea en el movimiento señalando que con ella “...las Fuerzas Armadas avanzan muchos lustros en el camino de la humanidad...”
agregando que “...la República Socialista ha destruido intereses demasiados arraigados. La reacción acudirá a todos los medios y
ardiles para tratar de destruirnos... En nuestra unión descansan los destinos de la República Socialista y la vida de nuestras propias
Instituciones.” A través de las ideas de Grove es factible concluir la identificación de algunos sectores al interior de las Fuerzas

21

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La crisis y divisionismo institucional que afectó a las Fuerzas Armadas hacia


fines de 1932, allanó el camino para el retorno de los civiles al quehacer político.
Este último fenómeno se caracterizó básicamente por el sometimiento de los
uniformados al orden civil a través de fórmulas que van a resultar marcadoras para
el mundo militar. Nos referimos al proceso de purga interna que afectó a todos
aquellos elementos que habían expresado su compromiso con los gobiernos de
facto; a la reducción del presupuesto de defensa; a la creación de la Guardia
Cívica-verdadero cuerpo militar paralelo a través del cual se intentó sofocar
cualquier intento golpista-; y por último, la constante marginación de los militares
de las tareas del Estado. A todas estas estrategias implementadas por los civiles en
el poder se les conoce como “reacción civilista”.59
Antes de pasar a revisar los aspectos que presentaron las Fuerzas Armadas
bajo la llamada República Presidencial, resulta conveniente completar nuestro
recuento de los orígenes de las instituciones de la defensa. En efecto, hacia el
período analizado en esta sección surgieron dos de los restantes organismos
castrenses, siendo Carabineros la primera institución al crearse en 1927 y la Fuerza
Aérea de Chile en 1930.
En relación a los orígenes de Carabineros de Chile tenemos que partir por
señalar que la fundación de la policía uniformada correspondió a una fusión de la
Policía Fiscal y Municipal con el Cuerpo de Carabineros.60 La dirección
centralizada de estos órganos buscó responder satisfactoriamente a la
inestabilidad político-social que caracterizó al período de intervencionismo
castrense, así como también, alivianar al Ejército de las tareas de orden interno
que circunstancialmente venía asumiendo, lo que significó el traspaso de miles de
hombres a funciones de orden y seguridad pública.61
Durante sus primeros años de vida, Carabineros mantuvo una dependencia
con el Ejército que se tradujo no sólo en el mantenimiento de la dotación de su
personal, sino también, en la dirección misma de la institución que fue
encomendada a un general de Ejército.62
El regreso de los uniformados a sus cuarteles y el inicio de la llamada
República Presidencial abrió paso para el desarrollo institucional. Desde el punto
de vista organizativo, Carabineros asumió una estructura interna de carácter líneal
o militar dependiente del Estado a través del Ministerio del Interior.63 En este

Armadas con un modelo populista como medio válido para zanjar la crisis institucional que venía afectando a las Fuerzas Armadas, no
existiendo detrás de ello una adhesión hacia de carácter ideológico a los principios del socialismo internacional. EN: Martínez;
Rodolfo. Historia de la fuerza aérea de chile. Imprenta Fuerza Aérea de Chile, s/f Tomo I Pág. 171.
59 Una interesante relación de este proceso en Maldonado; Carlos. Op cit.
60 El cuerpo de Carabineros que adhirió a la fundación de Carabineros de Chile en 1927, estaba conformado por el antiguo escuadrón

de caballería del Ejército, que cumplía funciones policiales, y el Cuerpo de Gendarmes para Colonias.
61 La necesidad del Estado chileno de centralizar y especializar las tareas de orden y seguridad, lo llevaron a traspasar miles de

hombres a las funciones policiales. Los desequilibrios que originó la implementación del modelo industrialista propiciado por los
uniformados requirió contar con un aparato militar con fines represivos para soportar los intereses contradictorios que confluían en el
programa industrial. EN: Varas; Augusto et al. Op cit. Pág. 68. En este mismo sentido, el general Julio Canessa R. señala que el
Ejército traspasó 3.964 hombres a Carabineros tras su fundación. En: Canessa; Julio. Op cit. Pág 65.
62 Desde su fundación hasta 1931 Carabineros estuvo dirigida por un general de Ejército. El último de ellos fue el general Ambrosio

Viaux Aguilar, padre del controvertido general Roberto Viaux Marambio al que nos referiremos en el próximo capítulo.
63 El carácter militar con que surgió Carabineros buscaba terminar, entre otras cosas, con los abusos y corrupciones en que habían

caído las instituciones policiales anteriores. Entre las ventajas del modelo lineal de organización figura la facilidad de control,
mantención de disciplina y una clara división entre autoridad y responsabilidad. Toda esta estructura estuvo ligada en sus orígenes al
Estado a través del Ministerio del Interior, para pasar en 1980 a formar parte del Ministerio de Defensa. Mayores antecedentes acerca

22

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

mismo sentido, la fundación de la Escuela de Carabineros, Escuela de Suboficiales


y las distintas instancias de especialización profesional vinieron a estructurar y
definir en parte su ambiguo perfil institucional. Al respecto es importante señalar
que históricamente Carabineros viene asumiendo funciones múltiples, que sin lugar
a dudas han hecho más trabajosa y confusas sus funciones policiales.64
Desde el punto de vista doctrinario, es factible concluir que por los orígenes
de Carabineros, hay una significativa semejanza con el Ejército, sin embargo, la
lenta acotación de la función policial comenzó a configurar un perfil propio que
sin lugar a dudas no olvidó elementos de la doctrina militar.
En este sentido Carabineros se autodefine como una institución de “...orden
público y de seguridad pública que existe para dar fuerza al derecho a través de
su acción preventiva, educativa e integradora de la comunidad.”65 Expresando
con ello su sometimiento hacia la constitución y las leyes y el gobierno
legítimamente constituido.
Con el fin de cumplir los roles antes señalados, la doctrina institucional de
Carabineros subraya la noción de profesionalismo con que deben ser cumplida las
funciones policiales. En este sentido la disciplina, veracidad, serenidad, rectitud y
honradez se transforman los principios que deben guiar la acción de todo
Carabinero.66
Por el carácter de servicio público- y por lo tanto de mayor exposición a la
crítica- que conlleva la acción policial ejercida por Carabineros, esta institución
construye gran parte de su perfil doctrinario apelando a valores compartidos por
la sociedad, los cuales no sólo se deben reflejar en los procedimientos policiales
sino que también en el comportamiento privado de cada Carabinero.67
A partir de lo antes expuesto es factible entonces, señalar que en la
doctrina de Carabineros, al igual que en las restantes instituciones de defensa, hay
un fuerte componente supraclasista que apela al ejercicio de los mejores valores y
principios sociales e individuales como medios sustentadores del prestigio
institucional, y a través de ellos, del país.68
La agitada coyuntura político-social que caracterizó a los años sesenta, tras
el cual los sectores populares buscaron integrarse al modelo,69 significó para

de la estructura de Carabineros en Morales; Mario: Administración policial “principios de autoridad y responsabilidad en Carabineros
de Chile.” Universidad de Chile. 1993.
64 Nos referimos a las funciones de Policía Forestal, de Menores, cumplimiento de mandatos de citación, arresto y notificación, labor

de ayuda sanitaria con puestos de socorro, etc.


65 Según la Ley Orgánica Constitucional que rige a Carabineros esta institución policial es de carácter técnico y militar...su finalidad es

garantizar y mantener el orden público y seguridad pública interior en todo el territorio de la República a través de actividades
tendientes a fortalecer su rol de policía preventiva.” EN: Ley Orgánica de Carabineros de Chile, Artículos 1 y 3, Pág. 1.
66 Pellegrini; Luis. “La imagen del carabinero en la comunidad y su incidencia institucional.” EN: Revista de Carabineros s/nº. Pág.

27.
67 El traspaso a la órbita de “lo privado”en que cae la doctrina institucional se expresa en que para Carabineros resulta fundamental

que sus miembros “...mantengan una vida honesta y digna, procurando el logro de una auténtica integración con los componentes de
su grupo familiar, asegurando así su prestigio personal y de la institución toda.” Pellegrini; Luis. Op cit. Pág. 29.-
68 Según el modelo integracionista heredado por los militares chilenos de las misiones militares europeas del siglo XIX las Fuerzas

Armadas y sus miembros son una síntesis de los mejores valores y principios patrios, que los hace superiores a los civiles. Este
principio se alcanza a través de una férrea disciplina y convencimiento de que cada acción emprendida por alguno de sus miembros
contribuye al desarrollo de la Nación, autopercibiéndose ellos como una verdadera síntesis de los más sentidos valores patrios.-
69 El movimiento popular que caracterizó a Chile en los años sesenta no fue sólo exclusivo de nuestro país, sino que también, de toda

América Latina. Los proyectos de reforma agraria y sindicalización campesina fueron demandas continentales que movilizaron a estos
sectores.

23

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Carabineros un profundo proceso modernizador que se expresó en la fundación


del llamado “Grupo Móvil”, hoy Fuerzas Especiales, y en la creación de un
aparato de inteligencia que buscaba facilitar las tareas de seguridad
encomendadas a esta institución.70
Los cambios antes señalados repercutieron en el ámbito ideológico a través
de un refuerzo de la noción anti-izquierdista heredada de los militares. La
concordancia de éstos con el emergente movimiento popular de los sesenta
terminaron por asociar al interior de las unidades policiales el desorden y el caos
con los grupos progresistas.71
En relación a la Fuerza Aérea de Chile tenemos que señalar que ésta
institución surgió como una necesidad de modernizar la defensa de nuestro país y
terminar, en gran medida, con las disputas y rivalidades surgidas entre las restantes
instituciones castrenses en torno a la dirección de la aviación militar.72
Los orígenes de la aviación en Chile se remontan a 1913 tras la fundación
de la Escuela de Aeronáutica Militar dependiente del Ejército. Esta ligazón se
explica por que en sus inicios la aviación fue considerada como una especialidad
militar y no como una institución castrense paralela a las ya existentes. Así lo
entendió también la Armada, quien comenzó a enviar oficiales y suboficiales a
instruirse en la mencionada academia aérea en 1916.73
La instrucción eminentemente técnica entregada por esta academia, tuvo
en sus orígenes una clara influencia francesa, la que varió en 1919 hacia la
escuela inglesa y en 1924 hacia el modelo alemán.74 Las razones que estuvieron
detrás de estas zigzagueantes políticas de instrucción aérea estuvieron vinculadas
a los mercados proveedores de material aéreo a los que tuvo acceso la aviación
chilena, no lográndose evidenciar en cada una ellas un aporte doctrinario
sustantivo que identifique posteriormente a la FACH.75

70 Preocupados por los desbordes sociales los gobiernos de turno modernizaron los aparatos represivos. Al respecto EE.UU.
ostentaba hacia este período modernas técnicas represivas que fueron imitadas en Latinoamérica, tales como el Grupo Móvil, una
brigada antimotines que contaba con personal preparado y armas disuasivas. En relación a las tareas de inteligencia, estas
prácticamente no existían en Carabineros, y eran más bien exclusivas de la Policía de Investigaciones de Chile. Los años sesenta
abrieron esta área a Carabineros con el fin de garantizar con mejores herramientas la seguridad pública.-
71 En Chile el movimiento popular fue prácticamente privativo de los Partidos de Centro, tales como la Democracia Cristiana, y de la

izquierda, agrupada primitivamente en FRAP y más tarde en la Unidad Popular. Este hecho hizo necesariamente gatillar con la
asociación de que tales grupos eran “promotores del desorden.” ENTREVISTA Coronel Lionel Acuña F. 01/10/97.-
72 Desde la fundación de la aviación militar en Chile, tanto el Ejército como la Armada se disputaron el monopolio de ella.

Antecedentes de estas disputas En: Martínez; Rodolfo. Op cit.


73 Desde esa fecha la Armada envió alumnos suyos a recibir instrucción en la mencionada academia. Las intenciones de la Armada

era contar con una dotación de pilotos para fundar la Dirección de Aeronáutica Militar.-
74 En efecto, entre los años 1913-1919 la Aviación Militar mostró una clara orientación francesa que se expresó en el envió de los

capitanes Manuel Avalos Prado y Eduardo Molina Larraín a recibir instrucción en Francia. Hacia el año 1918, a través de la Armada,
la escuela inglesa comenzó a influir en materias de aviación en Chile. El regalo de algunos ejemplares de aviones a la Armada
trajeron al país a los instructores ingleses, que iniciaron un profundo proceso modernizador en la aviación que se tradujo en una
reorganización de la misma y en el traspaso de los adelantos técnicos y experiencia de la Primera Guerra Mundial. Hacia 1925 la
escuela alemana acaparó la atención de la aviación militar chilena. Los cursos de paracaidistas y la adquisición de aviones de
transporte y de bombardeo Junkers cautivaron la atención de la FACH hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando el modelo alemán
dejo en evidencia su fracaso. EN: Martínez; Rodolfo. Op.cit.
75 En efecto, las misiones extranjeras intentaron por todos los medios incidir en este aspecto. En este sentido los esfuerzos que

realizaron las misiones Huston, Spot y Travers por fundar la Academia de Guerra de la Aviación y lograr con este paso su
independencia de las “instituciones madres” a fin de acotar el perfil doctrinario de las mismas fracaso en reiteradas oportunidades. En
este sentido para las instituciones que se disputaban el monopolio de la Aviación resultaba impensable este paso, así como también
para el Estado, que no estaba en condiciones de financiar una tercera rama de las Fuerzas Armadas. La misión alemana tampoco

24

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

A pesar de la cambiante política proveedora de material de guerra de la


Fuerza Aérea, esta institución alcanzó rápidamente una estructura organizativa
moderna. Hacia 1937 se fundó la Academia de Guerra Aérea a fin de proveerse
de oficiales en Estado Mayor y comenzar a definir su perfil institucional. Hacia 1939
se creó la Escuela de Especialidades, destinada a la instrucción de la suboficilidad
y la tropa. Y por último, en 1942, se fundó la Escuela de Cadetes en donde se
formaba la oficialidad de esta institución.
Desde el punto de vista doctrinario la Fuerza Aérea definió su concepción
castrense tras el estallido de la Guerra Fría y la consiguiente tensión en las
relaciones internacionales. En este contexto las Fuerzas Armadas chilenas entraron
a formar parte, primero, del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca
(T.I.A.R) y más tarde, del Programa de Ayuda Militar (P.A.M.) tras los cuales
Estados Unidos comenzó a uniformar el perfil ideológico de los militares
latinoamericanos, cuya expresión máxima lo constituyó la llamada Doctrina de
Seguridad Nacional en la década del sesenta.76
La Fuerza Aérea no estuvo ajena a este tipo de influencias. Es más, su
reciente fundación; la ausencia de un modelo o patrón significativo en cual
proyectarse77; así como también, la durabilidad con que se presentó la asistencia
militar norteamericana y la dependencia de la FACH en lo que a pertrechos
militares se refiere, se constituyeron en elementos sustanciales a partir de los cuales
es factible comprender la influencia que ejerció la escuela norteamericana en la
aviación militar chilena.
Los contactos, que hasta nuestros días mantienen ambas fuerzas aéreas, se
formalizaron hacia 1940 cuando el gobierno chileno autorizó al embajador de
Chile en EE.UU contratar los servicios de tres técnicos del entonces Cuerpo Aéreo
del Ejército Norteamericano, para que prestaran sus servicios en la FACH en
calidad de instructores.78 Por otro lado, hacia 1944 los primeros oficiales
graduados en la recién fundada Escuela de Cadetes, iniciaron su instrucción de
vuelo en las bases norteamericanas, instancia que con el tiempo fue obligatoria
en la formación de todo oficial de la Fuerza Aérea.79
La influencia norteamericana se expresó en la FACH en la estructura
orgánica de esta arma y en una definición de su perfil doctrinario. En relación al
primer aspecto es importante consignar la fundación del Grupo de Defensa

logró grandes avances en materia doctrinaria, sólo admiración por un modelo que demostró su fracaso luego de la II Guerra Mundial.
EN: Martínez; Rodolfo. Op cit.
76 El TIAR se firmó en Río de Janeiro el 02 de septiembre de 1947 y consistió en un acuerdo de no agresión mutua entre las

Repúblicas de América y de reacción conjunta en caso de algún ataque foráneo. Este acuerdo se perfeccionó hacia 1949 con la firma
del PAM, con el que se transfirió equipos y capacitación bélica a los países firmantes a fin de enfrentar los principales problemas de
la defensa hemisférica. Estos acuerdos entre las Fuerzas Armadas abrieron paso para una lenta difusión de elementos doctrinarios de
Seguridad Nacional que se formalizaron a partir de 1960 tras la fundación de la Junta Interamericana de Comandante en Jefes.
Antecedentes acerca de este proceso EN: Prats; Carlos. Memorias. Testimonio de un Soldado. Editorial Pehuén 1985; Varas;
Augusto. Op.cit.
77 Como lo señaláramos más arriba, ninguna escuela extranjera logró imponer un perfil doctrinario a la Aviación chilena. Si bien es

cierto que existían en ella elementos derivados de las “instituciones madres”, éstos resultaban insuficientes para acotar una línea de
acción independiente.
78 Los instructores norteamericanos fueron el Teniente Coronel Omer Niergarth, Capitán Robert Burns y el teniente Primero Joe Kelly.

Mayores detalles en torno a este proceso EN: Martínez; Rodolfo. Op cit. Pág. 212.
79 A través de este hecho es factible concluir la intención de la FACH por querer asimilar rápidamente el modelo norteamericano. El

primer grupo de oficiales cadetes que se graduó en 1944 fue enviado a EEUU, lo que abrió una tradición al interior de la FACH.-

25

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Antiaérea, la creación del Departamento de Búsqueda y Salvamento, el


perfeccionamiento de la Medicina de Aviación, el traspaso de la Oficina
Meteorológica de Chile a la FACH, entre otros.
Desde el punto de vista doctrinario, es posible señalar que la escuela
norteamericana concatenó la “sensibilidad social” presente en la Fuerza Aérea
desde su fundación con una nueva concepción en torno a la institución y a la
guerra.80
Bajo los preceptos de la D.S.N., las Fuerzas Armadas en general y la FACH en
particular, desempeñan un rol nuclear en la sociedad. Estas instituciones además
de poseer el monopolio de la fuerza, se transforman bajo esta doctrina en
verdaderos planificadores de la vida nacional a fin de orientar todos los esfuerzos y
energías de la sociedad en pro de los objetivos o intereses nacionales, todo ello
coordinado a partir de su activa participación en las diferentes áreas del
quehacer del Estado.81
En relación a la guerra, la mencionada doctrina enfatiza en un concepto
de enemigo ideológico que no sólo está representado por una nación sino por
personas o grupos que adhieren a dichas ideas, y que perfectamente se pueden
encontrar al interior del país. En este sentido las clases de contrainteligencia militar
estuvieron orientadas a la detección de este enemigo dentro de las fronteras.
Esta especificación del enemigo fue acompañada de modernas
concepciones en torno a la carrera espacial, que resultaron a la larga, fuente de
conflictos al interior de la FACH, abriendo un debate en torno a las bondades del
modelo norteamericano.82

C.- Camino al Golpe. (1932-1955)

El retorno de los civiles al poder se materializó tras la entrega de éste al


entonces Presidente de la Corte Suprema, Abraham Oyanedel, quien llamó a
elecciones generales, resultando electo en ellas, por segunda vez, Arturo
Alessandri Palma.83

80 Esta afirmación arranca de una opinión generalizada en todos los oficiales de la FACH entrevistados para realizar este trabajo. En
este sentido para los mencionados oficiales la Fuerza Aérea desde sus orígenes presenta un profundo sentimiento de justicia social
que muchos han confundido con socialismo. A partir de esta concepción es factible concluir la participación de la República Socialista
de Marmaduque Grove en los años treinta. Esta concepción no fue considerada peligrosa por los instructores norteamericanos, sino
que sobre ella se concatenaron las ideas de seguridad nacional. ENTREVISTA Coronel Carlos Castro S. 13/07/96.
81 En este sentido la FACH se identifica con la mencionada doctrina al permitir ésta una mayor participación de los uniformados en la

administración del Estado y con ello poder materializar la sensibilidad social presente en la institución. La noción de Estado a la que
adhiere la mencionada doctrina visualiza al Estado como un supraorganismo compuesto por múltiples células. La supervivencia de
éste se encuentra determinada por la coordinación del trabajo de cada una de estas células, labor en donde las Fuerzas Armadas
juegan un rol nuclear. Mayores antecedentes acerca de la noción organicista del Estado presente en la D.S.N. EN: Varas; Augusto et
al: Op cit. Toro Dávila; Agustín. La seguridad nacional. Universidad de Chile. Documento nº 2. s/f.
82 En este sentido los oficiales de la FACH entrevistados concuerdan en señalar que la interpretación de la seguridad nacional a

partir de la presencia sólo de un enemigo interno fue nefasta para la Fuerza Aérea. “Es imposible que nosotros empleemos nuestra
arma, que es aérea, contra un enemigo interno llamado marxismo”. En este mismo sentido las mismas fuentes señalan que hubo un
proceso de discusión interna en torno a la validez para la FACH de esta variable interna, discusión que concluyó tras el 11 de
septiembre. ENTREVISTAS. Coroneles de la Fach Carlos Castro S. 13/07/96. Pedro Guerrero 24/01/97.
83 El gobierno temporal de Oyanedel terminó con la dictadura del general Bartolomé Blanche, iniciándose una transición a la

democracia que se vio coronada a fines del año 1932 con la elección por segunda vez de Arturo Alessandri Palma.

26

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Desde el punto estrictamente castrense, la segunda administración de


Alessandri se caracterizó por poner a las Fuerzas Armadas en una relación
funcional al nuevo marco institucional, reduciendo la posibilidad de los
uniformados de tener injerencia en los asuntos de decisión del Estado. De esta
manera se comenzó a configurar lo que algunos estudios han denominado
“constitucionalismo formal” de los institutos armados, que no es más que un
sometimiento circunstancial al poder civil que careció de argumentos ideológicos
sustentadores que reforzaran esta actitud al interior de los cuarteles.84
La permanente marginación del quehacer del Estado que practicaron en
distintos grados los gobiernos civiles del período 1932-1973, se expresó al interior de
los cuarteles en una constante búsqueda de un perfil institucional que satisfaciera
sus aspiraciones corporativas. En este contexto de búsqueda permanente es
posible comprender la sucesión de conatos militares durante el periodo
mencionado, que terminaron por allanar el camino al 11 de septiembre.85
Esta política de sometimiento que persiguió la civilidad en torno a las Fuerzas
Armadas, fue materializada entre otras medidas a través de la clausura del
Ministerio de Guerra y Marina y la creación del Ministerio de Defensa Nacional, a
cargo de un civil que buscó fundamentalmente sentar el predominio de este
sector sobre el uniformado; en la reorganización de la Policía de Investigaciones,
con el fin de obtener la “vigilancia de las actividades militares en las diferentes
guarniciones del país”86, la reducción del presupuesto de defensa que afectó el
reclutamiento, la infraestructura militar y los sueldos de los uniformados, el simbólico
cambio de juramento a la Bandera que enfatizaba en el respeto y sometimiento
de los uniformados a las leyes vigentes, el carácter apolítico de las Fuerzas
Armadas y su carácter estrictamente profesional . Y por último, no podemos dejar
de mencionar la creación de las Milicias Republicanas, como un cuerpo
paramilitar que buscó proteger y mantener el acceso de los civiles al poder 87
La adopción de las reglas del juego provenientes de la civilidad por parte
de los uniformados se debió, fundamentalmente, a una necesidad de
supervivencia ante un estado de descomposición y caos institucional. Desde este
punto de vista los uniformados adhirieron al constitucionalismo civil con el fin de
insertarse en la sociedad y recuperar el espíritu de cuerpo, no existiendo tras este
acto una adhesión sentida hacia los valores democráticos. En este mismo sentido,
consideramos pertinente añadir que de parte del mundo civil, no se elaboró un
discurso y una línea de acción que reafirmara con elementos teóricos el carácter
constitucionalista que se esperaba de las Fuerzas Armadas.

84 El sociólogo Augusto Varas fue quien acuñó este concepto. Desde el punto de vista de Varas el retorno a sus cuarteles de los
uniformados no fue un acto que respondió a una concepción madurada y sentida en los cuarteles, sino a una contingencia de
supervivencia que afectó a las Fuerzas Armadas luego del largo período de intervenciones militares en donde las divisiones internas
amenazaban con destruirlas. en Varas, A. Op cit.
85 En el texto citado de Varas se señala además que así como el sometimiento que expresaron los militares no fue un acto sentido, la

civilidad durante los años 1932-1973 no entregó a los uniformados ningún elemento que afirmara al interior de los cuarteles el
apoliticismo de las Fuerzas Armadas, sino que por el contrario las marginó, aisló y debilitó.
86 Valdivia, V. Op. Cit. Pág. 65.
87 Todas estas medidas reciben el nombre de “Reacción Civilista”. Mayores antecedente acerca de éstas y las reacciones que

originaron al interior de los cuarteles en el ya citado texto de Maldonado;. En relación al interesante tema de las Milicias Republicanas
véase: Valdivia; Verónica: Las Milicias Republicanas: Los Civiles en Armas 1932-1936. Centro de Investigaciones Barros Arana,
Biblioteca Nacional, Santiago, 1992.

27

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

A partir de lo anterior, en este ambiente de mutuo desconocimiento entre


mundo militar y el civil, se comenzaron a registrar una serie de intentos de golpes
de estado que buscaron llamar la atención de la civilidad y modificar el escaso
protagonismo al cual parecían condenadas las Fuerzas Armadas.
En este sentido el primer antecedente sedicioso que hicieron manifiesto un
grupo de oficiales de Ejército y que la prensa de la época lo bautizara como “El
Ariostazo”, estalló en mayo de 1939. 88 Para comprender la implicancias de este
fenómeno, creemos necesario señalar que el malestar que hicieron público un
grupo de uniformados en este frustrado movimiento, guarda directa relación con
la tensión que se produjo al interior de los cuarteles tras la llegada al poder de la
coalición de centro izquierda; del Frente Popular. En efecto, como lo señaláramos
en la segunda parte de este capítulo, el fraccionalismo que afectó a las Fuerzas
Armadas hacia la década del treinta hizo posible la existencia de un grupo de
militares que, identificados con las ideas del fascismo italiano entonces en boga,
crearan un movimiento militar que buscó reaccionar ante el gobierno del Frente
Popular.89
Si bien no es posible aseverar que este movimiento identificó a la mayoría
de los uniformados, resulta sintomático su existencia y su discurso que buscó
modificar el entonces rol secundario que ocupaban los militares en el quehacer
del Estado. En sus líneas centrales las ideas que giraron en torno a este movimiento
militar buscaron reeditar al interior de los cuarteles el sentido anticomunista de su
formación prusiana y de la herencia Ibañista de los años veinte, a través del
discurso fascista de pre-guerra. Dentro de la crítica vertida contra el mundo civil,
cabe mencionar además la reivindicación económica de las Fuerzas Armadas y el
descontento que generaba en algunos círculos castrenses las características del
sometimiento a la sociedad civil90.
El complot estalló el 25 de agosto de 1939 cuando el general Ariosto Herrera
en compañía de Carlos Ibáñez, se acuartelaron en el Regimiento de Artillería
“Tacna”, para intentar un conato de sublevación contra el gobierno frentista. Sin
embargo, el Coronel Luco, Comandante de dicho regimiento, avisado
previamente de las intenciones de los conjurados, procedió a detener a Herrera y
expulsar del regimiento a Ibáñez.

88 Así fue bautizado por la prensa de época el acuartelamiento del Regimiento de Artillería Nº 1 Tacna, que protagonizó el general
Ariosto Herrera, luego de ser llamado a retiro por el gobierno del Presidente Pedro Aguirre Cerda por expresar ideas abiertamente
fascistas las que atentaban contra la coalición centroizquierdista que gobernaba por ese entonces nuestro país.
89 La adhesión a las ideas fascistas por parte del general Herrera se explican, entre otras cosas, por su estadía en Italia como

agregado militar bajo el gobierno de Mussolini. En relación a la personalidad del general Herrera la Revista Ercilla publicó una edición
extraordinaria que tituló “El general que Fracasó” En ella se señala que detrás del escritorio particular de Herrera “...sobre una vitrina,
aparecen tres figurillas. Son estatuas en greda de Hitler, Mussolini y Hindenburg. El general faccioso es de ideas fascistas. Confiesa
su admiración por los regímenes dictatoriales...” En: Revista Ercilla. 26/08/39 Pág. 6.
90 Como una forma de contar con un perfil profesional y doctrinario, un grupo de uniformados intentó reeditar el proyecto ibañista de

los años veinte. Esta mirada al pasado arrancaba de un grave deterioro logístico y de infraestructura que afectó a las instituciones de
la defensa. Todo ello acompañado de bajos sueldos que afectaban el diario vivir de los uniformados. Por otro lado, el modelo de
relación civil-militar inaugurado tras el retorno de los civiles al poder en 1932, ponía énfasis en la prescindencia del aparato militar en
la administración del Estado. Esta realidad quedó graficada en el cambio de la fórmula del Juramento de la Bandera que se registró
bajo el gobierno de Aguirre Cerda. Mientras la antigua fórmula enfatizaba el sometimiento castrense en los conceptos de Patria y
Dios, la nueva modalidad ponía hincapié en el sometimiento castrense al poder civil a través de nociones como Constitución,
Autoridades de la República, Democracia, entre otras. EN: Alvarez; Rolando, Cruces; María Angélica, López; Eduardo, Pérez;
David, Santibáñez; Filomena, Villalobos; Daysi , Vergara; Verónica: De Ariosto Herrera al general Viaux: un estudio de los
complots militares en chile, 1939-1969. Universidad Católica Blas Cañas, 1995.

28

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

El sumario que afectó a treinta seis oficiales de Ejército a raíz del llamado
“Ariostazo” y la expulsión y condena de muchos de ellos no fue, sin embargo,
suficiente para terminar con la búsqueda de un perfil institucional que satisfaciera
a los uniformados.91
En efecto, hacia el año 1948 estalló el segundo movimiento de carácter
sedicioso relacionado con esta problemática y que a pesar del escaso eco que
encontró al interior de los cuarteles, dejó entrever la inquietud del mundo militar
por ocupar un sitial más destacado en el vertiginoso panorama político nacional e
internacional.
El complot de “Las Patitas de Chancho”,92 nombre con el que fue
conocido públicamente este movimiento, respondió a factores relacionados con
la coyuntura que se desarrolló a nivel regional. Durante estos años algunos países
sudamericanos consolidaron regímenes nacional-populistas, a partir de lo cual
grupos nacionalistas del país, aprovechando un momento de relativo auge,
intentaron a través de las Fuerzas Armadas, implementar un gobierno que
respondiera a dichas características. La evidente conexión argentina93 y la
existencia de un gobierno cuya ideología no se constituía en una real amenaza
para las Fuerzas Armadas,94 fueron elementos que determinaron la corta vida de
este proyecto sedicioso al interior de los cuarteles.
La oportunidad del crítico discurso que un no despreciable grupo de
uniformados venía dando cuenta desde el retorno de los civiles al poder, tuvo la
oportunidad de materializarse tras el triunfo del caudillo castrense, Carlos Ibáñez,
en las elecciones presidenciales de 1952.95 El carácter abiertamente antipartidista
y de reestructuración nacional e institucional con que Ibáñez llegó a La Moneda,
logró identificar a un amplio grupo de uniformados que vieron en el anciano
“conspirador” “la esperanza” de ver construidos sus anhelos.
Para comprender la existencia de este movimiento es conveniente señalar
que la gestión gubernamental de Ibáñez tuvo serias diferencias con importantes
aparatos del Estado, tales como, la Contraloría General de la República y el
Parlamento, que entorpecieron en parte el proyecto Ibañista.96 Frente a estas
dificultades la alternativa del auto golpe apareció como vía atractiva en la
mentalidad conspirativa del Presidente, quien no tuvo mayores obstáculos para
agrupar en torno a su figura a un importante número de oficiales admiradores.

91 Entre los oficiales de Ejército que fueron expulsados de las filas de la institución y que cumplieron penas de reclusión y
extrañamiento figuran Carlos Zúñiga, Carlos Arriagada, Eduardo Moreno, Alfonso Cuevas, Manuel Hormazábal, entre otros. EN:
Alvarez; Rolando et al. Op cit.
92 Este particular nombre se debe a que los conspiradores fueron descubiertos comiendo “patitas de chancho” en San Bernardo
93 La conexión entre este movimiento y el peronismo quedaron demostradas en la investigación sumaria que se siguió contra los

conspiradores. Una visión más profunda de este movimiento en: Magnet; Alejandro: Nuestros vecinos justicialistas. Editorial Pacífico,
1953.
94 En efecto, el gobierno del radical Gabriel González Videla no se constituía en una amenaza ideológica para los grupos nacionalistas

que sustentaron el movimiento. Recuérdese la promulgación de la Ley de Defensa de la Democracia en 1948 que puso en la
ilegalidad al Partido Comunista. EN: Alvarez; Rolando et al. Op cit.
95 Desde su fracaso en 1931 Ibáñez venía intentando volver al poder. En este proceso no importaron los medios. Luego de una fugaz

campaña presidencial en 1938 que terminó con el sangriento conato del 05 de septiembre, vino el Ariostazo y el Complot de las
Patitas de Chancho.
96 Como lo hemos establecido en los párrafos anteriores, desde los años treinta giraban en torno al General Ibáñez un grupo de

uniformados que buscaban reeditar el proyecto ibañista. En este sentido G.O.S. (Grupo de Oficiales Selectos) en los años cuarenta y
P.U.M.A. (Por un Mañana Auspicioso) en los cincuenta se constituyeron en la plataforma militar del caudillo con el que se fundó Línea
Recta en 1955 y tras el cual intentó dar un autogolpe. EN: Alvarez; Rolando, et al Op cit

29

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Este movimiento militar en el que participaron no sólo miembros del Ejército


sino también oficiales de la Fuerza Aérea, fracasó ante las notorias diferencias que
se produjeron entre sus líderes y los mandos de ambas ramas de las Fuerzas
Armadas involucradas.97 En efecto, el poder de intervenir en las direcciones del
Ejército y la FACH por parte de los “rectistas”, provocó hondas diferencias entre
las partes que se tradujeron en el abandono de las filas de importantes oficiales,
tales como el entonces Comandante en Jefe del Ejército, general Enrique Franco y
del general de la FACH, Fernando Ortega.
La publicitada salida de los mencionados oficiales generales determinó que
el Presidente comenzara a descartar el putsch. En efecto, el rechazo político que
provocó esta fórmula, así como también, el deterioro de la imagen del gobierno
se constituyeron en poderosos elementos que sustentaron tal decisión.98
A partir de lo antes mencionado, las características que presentaron los tres
complots militares que estallaron luego del regreso de los civiles al poder, se
caracterizaron en sus líneas centrales por presentar una recurrente crítica al
mundo civil por la deteriorada situación económica que afectaba a las Fuerzas
Armadas. Ante esta situación, los militares veían fuertemente afectados sus
intereses corporativos, ya que la defensa nacional era una área secundaria al
momento de definir prioridades nacionales, en circunstancias que su auto
percepción veía en ellas un rol fundamental en la vida y desarrollo nacional.99
La alusión permanente en cada uno de los complots a la problemática
económica, generó en los militares la percepción de que el modelo no respondía
adecuadamente a las necesidades del país. De esta manera, fue fácil que, con el
transcurso del tiempo, estas críticas abarcaran al conjunto del sistema, dando
paso a una propuesta propia de las Fuerzas Armadas, acerca de cómo el país
debía enfrentar el problema del modelo de desarrollo.100
En la generación de una propuesta propia del mundo militar, jugaron un rol
fundamental los aportes doctrinarios que provenían de la derecha y la Doctrina de
Seguridad Nacional.
En relación al primero de ellos, hacia fines de la década del cuarenta un
grupo nacionalista liderado por Jorge Prat fundó la “Revista Estanquero”, corriente

97 En efecto, con la fundación de Línea Recta se buscaba impedir el llamado a retiro de decenas de oficiales ibañistas que los
respectivos mandos institucionales habían dado de baja, situación que fue interpretada como un castigo hacia los oficiales ibañistas.
EN: Revista El Debate. 17/03/55 Pág. 1.
98 Los oficiales generales que abandonaron sus funciones reafirmaron públicamente su postura constitucionalista en sendas cartas

publicadas en la prensa de la época. En este mismo sentido la reacción ciudadana no se hizo esperar y se expresó en la publicación
del “Manifiesto Ciudadano”, que condenaba cualquiera dictadura, franca o embozada, implantada en nombre de uno u otro halagüeño
principio.” VER: Revista El Debate 01/04/55 Pág. 1; El Diario El Ilustrado 25/03/55 Pág. 1.
99 Esta demanda es sin lugar a dudas la que gatilló la seguidilla de protestas y conspiraciones militares hasta aquí vista. La civilidad al

regresar al poder en los años treinta redujo el presupuesto de defensa lo que empobreció a las Fuerzas Armadas a niveles alarmantes
y que evidentemente atentaban contra su rol profesional. Al respecto las diferentes Memorias de uniformados consultadas, así como
también, en las entrevistas sostenidas con ellos, se hace alusión a la problemática económica, que afectó la operatividad de las
instituciones armadas al no contar éstas con los suficientes recursos para realizar instrucción militar. La infraestructura militar y social
también se vio afectada. Al respecto los oficiales recuerdan que los cuarteles no contaban con las comodidades mínimas, así como
también ,las “casas fiscales” que habitaban por la falta de mantención. En este mismo sentido los oficiales hacen alusión a sus
remuneraciones, que a duras penas les permitían alcanzar los bienes básicos. EN: Alvarez; Rolando et al. Op cit.
100 Al igual que en los años veinte, cuando los uniformados ven que el modelo exportador salitrero no responde coherentemente a sus

demandas corporativas y adhieren al proyecto industrialista, los militares comenzaron a pensar en un modelo que garantizará estas
demandas. Importantes artículos que se refieren a esta necesidad se encuentran recopilados en el interesante trabajo de Varas;
Augusto et al. Op cit.

30

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de opinión a través de la que se desarrolló una ácida crítica al sistema político del
´25, que fue calificado de “...servil a la clase política de turno en desmedro de los
grandes intereses nacionales”; señalando a las Fuerzas Armadas, como el único
estamento de la sociedad, que no se encontraba contaminado con la lógica de
intereses particularistas.”101
El cuestionamiento que realizó “Estanquero” al sistema democrático y el
rescate de las instituciones castrenses, no caló como proyecto político al interior
de la derecha en los años inmediatamente posteriores a su elaboración,102 sin
embargo, al interior de las Fuerzas Armadas, la figura de Jorge Prat y las ideas de
“Estanquero” fueron recibidas como “...sabias concepciones de un sector político
del país...”103 con el cual se estrecharon vínculos que permitieron decantar, junto
a otros aportes, el perfil institucional que las Fuerzas Armadas venían buscando.
El segundo elemento a partir del cual el mundo uniformado comenzó a
cristalizar el proyecto institucional con el cual hoy le conocemos, provino desde las
Fuerzas Armadas norteamericanas y se conoce como Doctrina de Seguridad
Nacional (D.S.N.)
Como ya lo señaláramos en la segunda parte de este capítulo, iniciada la
bipolaridad en el mundo de post Guerra, Estados Unidos propició una política
uniformadora hacia América Latina con miras a defender su “área de
influencia.”104 Dentro de este contexto se inscribieron los pactos y tratados de
ayuda militar en los años cuarenta y cincuenta, que modernizaron táctica y
tecnológicamente a las Fuerzas Armadas, introduciendo a través de estas
innovaciones, conceptos acerca del sentido e importancia de las instituciones de
la defensa, a la luz de la coyuntura internacional y nacional de cada país
miembro de la región.
Así la llamada D.S.N. comenzó a ser asimilada lentamente y en ritmos
desiguales por las Fuerzas Armadas y sus miembros,105 este proceso se hizo
intensivo a partir de 1960 con el triunfo de la Revolución Cubana y la amenaza
que significó para EE.UU. este hecho106 En efecto, a partir de ese año, el general

101Varas; Augusto et al. Op cit. Pág. 154. Un interesante análisis de este movimiento y de otros de carácter nacionalista durante los
años cuarenta y cincuenta EN: Valdivia; Verónica. El nacionalismo chileno en los años del frente popular (1938-1952). Serie de
Investigaciones Universidad Católica Blas Cañas Nº 3 Santiago 1995.
102 En efecto, el rescate de las Fuerzas Armadas que realiza Estanquero fue reeditado por la derecha tras la fundación del Partido

Nacional en 1966.
103ENTREVISTA General Roberto Viaux M. 18/11/94.
104Dentro de este contexto se inscribieron el TIAR ,PAM , la fundación de la Junta Interamericana de Defensa (JID) en 1942 que

surgió como una instancia con capacidad de recomendar medidas militares contra la agresión del EJE, el Consejo Superior de la
Defensa (CSD) que tuvo por objetivo facilitar recursos para la defensa nacional, entre otras, vinieron a allanar el camino para la
transferencia ideológica que masivamente se practicó durante la década del sesenta.
105 Cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas recibió las nociones norteamericanas a medida que mandó a instruir a parte de su

personal en los centros especializados de los Estados Unidos. De esta forma la primera en familiarizarse con estas nuevas ideas fue
la FACH, más tarde la Armada y casi a la par el Ejército. En relación a Carabineros ésta fue la última entidad uniformada en ser
incorporada a este proceso.-
106 En efecto, el triunfo de la Revolución Cubana se transformó en un antecedente que venía a comprobar la validez de la doctrina de

seguridad nacional. Desde el punto de vista militar, a partir de 1960 se creó la Conferencia de Comandantes en Jefes de Ejércitos
Americanos; así como también, se hizo más masivo el “perfeccionamiento” de oficiales latinoamericanos en los centros de formación
militar de los EEUU, lo que incluyó los periódicos encuentros o ejercicios en conjunto. En definitiva a partir de este período se hizo
más explícita la noción de seguridad continental y nacional propiciada por EE.UU. En lo político esta noción encontró su
materialización a través de la llamada Alianza para el Progreso, que consistió en la entrega de fondos para sustentar proyectos
sociales sin producir cambios estructurales que amagaran cualquier atisbo revolucionario en la región.

31

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Carlos Prats anota en sus “Memorias” que las Fuerzas Armadas norteamericanas
tomaron la iniciativa de invitar anualmente a los Comandantes en Jefe de los
Ejércitos latinoamericanos a una reunión de acercamiento, cuyos acuerdos
tuvieron la intención de ser recomendaciones de seguridad a los gobiernos,
quienes debían evaluarlas soberanamente.107
La extensión de este tipo de encuentros hacia otras ramas de las Fuerzas
Armadas y la incorporación de los mandos institucionales a estas sesiones de
seguridad continental, se constituyeron en la diligente reacción con que EE.UU
que buscó frenar el avance de movimientos revolucionarios de corte marxista en
el continente.108
En efecto, a partir del mencionado período, el general Prats señala que en
estos encuentros de jefes militares se comenzó a imponer el concepto de
“Fronteras Ideológicas” que distinguía como único adversario de la seguridad
continental e interna de cada nación al comunismo.109
Por otro lado, los entrenamientos y asesorías técnicas que se venían
realizando entre las Fuerzas Armadas de Latinoamérica con sus homólogos
norteamericanos, se intensificaron, y versaron sobre temas de política contingente.
En este sentido es importante señalar que los conocimientos adquiridos por los
uniformados que recibieron entrenamiento en las bases militares estadounidenses,
fueron rápidamente transmitidos en sus respectivos países. A grandes rasgos la
preparación norteamericana tuvo por finalidad adentrar a los uniformados
latinoamericanos en la “...lucha contra el comunismo guerrillero.”110 En efecto,
oficiales que recibieron este tipo de entrenamiento recuerdan que a partir de la
década del sesenta las tradicionales prácticas de tiro fueron modificado por la
decidora frase “mato al comunista”, y las clases de inteligencia militar estuvieron
orientadas a enseñar al joven militar a chequear y contra chequear a las
organizaciones políticas y sociales.111

107 En relación a esta afirmación hecha por el General Prats la pregunta que surge es ¿Cómo iba a evaluar el gobierno estos acuerdos
si prácticamente las relaciones entre mundo civil y militar estaban rotas,? La civilidad no se interesaba por los temas militares. El
abandono en el que se encontraban les permitió evaluar ellos estos acuerdos y comenzar de esta forma a estructurar un nuevo perfil
profesional y doctrinario. Mayores antecedentes acerca de estas asambleas de Comandantes en Jefe EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág.
98-99.
108 La instrucción bajo los nuevos conceptos de seguridad continental y nacional fueron entregados casi en su mayoría a la oficialidad

joven. Con el fin de incorporar a los mandos a estas nuevas ideas y provocar una rápida implementación de ellas en los países
latinoamericanos, el Pentágono evaluó la conveniencia de incorporar a los jefes militares en la discusión de algunos temas, en este
sentido el general Carlos Prats en sus citadas Memorias hace alusión a la Junta Interamericana de Comandantes en Jefe.
109 El General Prats anota que a partir de la V Conferencia de Comandantes en Jefes de los Ejércitos Americanos de 1964 estos

“...encuentros comenzaron a tener un claro alcance práctico, cuando el general argentino Onganía, formuló el planteamiento de las
“Fronteras Ideológicas”, que distinguía como único adversario continental al comunismo, transformándose estas reuniones en
verdaderos foros políticos donde se alinearon criterios y posiciones acerca de la seguridad continental...” Otra posición que se debatió
al interior de estas asambleas, y que fue derrotada por la ya mencionada, fue la que en materia de seguridad no sólo distinguía al
comunismo como principal adversario, sino a cualquier agresión imperialista, sea esta ideológica o económica. Esta discusión
también se vivió al interior de nuestras Fuerzas Armadas y sobre ello nos detendremos más adelante.- Mayores antecedentes acerca
de estas conferencias EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 134.
110 Los oficiales entrevistados que recibieron este tipo de instrucción en Panamá o Kansas recuerdan que la instrucción militar incluía

clases de Comando, Inteligencia y Contrainteligencia, distinguiendo en cada uno de los ejercicios prácticos y teóricos al Comunismo
en su versión de guerrilla como el enemigo con el que se debían enfrentar en sus respectivos países.-
111 Tradicionalmente la frase que se gritaba en las prácticas de tiro con reclutas y clases era “Viva Chile”. En este mismo sentido las

organizaciones civiles, como partidos políticos, sindicatos o movimientos político-sociales, no formaban parte de las preocupaciones
de los servicios de inteligencia.

32

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Esta preparación eminentemente operativa estuvo respaldada de aportes


ideológicos de carácter político-militar que terminaron por definir el perfil
institucional de las Fuerzas Armadas. En efecto, los conceptos e ideas introducidas
por los militares norteamericanos reafirmaron y respaldaron ideológicamente la
auto percepción supraclasista de los uniformados chilenos. Según esta percepción
las Fuerzas Armadas son una síntesis de valores patrios y morales, por lo que sus
miembros son un ejemplo de rectitud, honradez y chilenidad que los hace
superiores o mejores que el resto de la ciudadanía.112
El modelo norteamericano reforzó estas ideas a través de la asignación de
un rol destacado de las Fuerzas Armadas en asuntos de Estado. Desde este punto
de vista, las Instituciones de la Defensa pasan a desempeñar un rol nuclear en la
administración del Estado, al ampliarse sus funciones defensivas permitiendo ésta
que las Fuerzas Armadas tengan una destacada injerencia en materias de
gobernabilidad.113
Este sustantivo papel que pasaron a desempeñar las Fuerzas Armadas
chilenas, fue introducido a través de conceptos geopolíticos tales como unidad
nacional, poder nacional y guerra contra los subversivos, que se constituyen en los
fundamentos en los que descansó D.S.N. Al respecto es importante consignar que
cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas que recibió estas nociones, otorgó
a cada una de las ideas constitutivas de esta doctrina una interpretación
particular, manteniéndose en torno a ellas, sin embargo, algunas ideas ejes
compartidas por cada una de estas instituciones y que son las que revisaremos
sucintamente a continuación.114
La geopolítica es una disciplina militar que centra su análisis en el Estado a
partir de una concepción organicista. Es decir, analiza a éste como si se tratara de
un “ser supraindividual” o “suprapersona”, de cuyas características se deducen
pretendidas leyes científicas y reglas prácticas acerca de su conducción
política.115
A partir de esta concepción es factible identificar objetivos nacionales que
aseguran la supervivencia de este supraorganismo. Con el fin de alcanzar estas
metas resulta necesario eliminar cualquier obstáculo que se interponga a ellas,
para lo cual es preciso mantener la hegemonía política interna, a fin de alcanzar
la unidad nacional en torno a dichos objetivos vitales. El papel que desempeñan

112 A través de esta idea es posible evidenciar la mezcla que se produjo al interior de las Fuerzas Armadas entre los elementos
integracionistas del siglo XIX y los conceptos de seguridad nacional. Bajo estos últimos preceptos los militares ocupan un rol
destacado en las tareas del Estado porque son la máxima garantía de seguridad de que se alcanzarán los objetivos nacionales. Son
ellos, y no otros, por que las Fuerzas Armadas son una síntesis nacional y sus miembros los mejores representantes de los valores y
principios de dicha sociedad. Al respecto VER: Mayor Luis Valenzuela Reyes. Misión de las fuerzas armadas y su participación en el
desenvolvimiento normal de nuestra vida democrática. MECH Mayo-Junio, 1958. Teniente Coronel: Richard Neeb Gevert. Ensayo
sobre una definición del pensamiento político del oficial del ejército de chile. MECH Enero-Abril, 1977. EN. Varas; Augusto et al. Op
cit.
113 Un buen ejemplo de ello fue la fundación del Consejo Superior de Seguridad Nacional (CONSUPSENA) en los años sesenta y las

amplias atribuciones que hoy tiene este renovado Consejo de Seguridad Nacional bajo los actuales marcos legales.-
114 Como lo señaláramos en la II parte de este capítulo cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas interpretó o enfatizó de

manera particular cada uno de los aspectos que forman parte de lo que llamamos DSN. Desde este punto de vista hablar de doctrina
es un tanto errado al existir en torno a ellas múltiples interpretaciones. Lo que llamamos doctrina son una serie de conceptos que en
su generalidad son compartidos por las instituciones armadas, existiendo en torno a ellos distintos énfasis. Mayores antecedentes en
torno a estas problemática en: Varas; Augusto, et al. Op cit.
115 Mayores antecedentes en torno al desglose de las nociones que forman parte de la seguridad nacional que veremos a

continuación EN: Varas Augusto (et al). Op cit.

33

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

las Fuerzas Armadas en este aspecto resulta trascendental, en el entendido de


que son ellas las llamadas a mantener un ambiente propicio para el desarrollo
nacional.
La unidad de todos los componentes del Estado en torno a los objetivos por
alcanzar, nos introduce en el segundo concepto clave; el poder nacional. Este es
entendido como la fuerza organizadora de la sociedad que es capaz de movilizar
una serie de recursos a fin de alcanzar las metas trazadas.
Por último, la guerra contra subersiva, aparece como el tercer elemento
clave para comprender la nueva cosmovisión castrense adoptada a partir de los
años sesenta. Según ésta, el enemigo más temible del desarrollo del Estado es el
comunismo, frente al cual no puede haber diálogo sino sólo cabe su eliminación a
fin de asegurar los “grandes objetivos nacionales”, tarea en la que a las Fuerzas
Armadas, como agentes especializados del Estado, les corresponde un rol vital.
A partir de esta visión de Estado, en donde las Fuerzas Armadas
desempeñan un rol nuclear en el mantenimiento de las condiciones que aseguren
interna y externamente el desarrollo y proyección de éste, los uniformados
comenzaron a cuestionar el orden político y la institucionalidad entonces vigente.
Desde la perspectiva castrense el desarrollo nacional hacia fines de los sesenta se
encontraba subordinado a las “mezquindades” partidistas de cada gobierno,
entorpeciéndose de esta manera los grandes objetivos del país. Por otro lado, los
militares vieron en la apertura del sistema de partidos, claros peligros para el
desarrollo de la nación, al surgir movimientos revolucionarios de corte marxista que
saboteaban el orden.116
En síntesis, las innovaciones profesionales a las que fueron sometidas las
Fuerzas Armadas hacia la década del cuarenta y cincuenta por efectos de la
coyuntura internacional, así como también, el abandono material e ideológico
con que el mundo político pretendió mantener sometidos a los uniformados al
poder civil, incidió en la creación de un nuevo perfil institucional que buscó poner
a las Fuerzas Armadas en un sitial más protagónico en el quehacer del Estado.
Los frustrados intentos de materialización por parte de los uniformados de
esta nueva concepción castrense hacia la década del sesenta, abrieron la
crítica, la protesta y la intervención militar en el campo político. Los detalles de
este proceso los analizaremos en el siguiente capítulo.
Ahora bien, si hacemos un recuento de lo que fue la relación cívico-militar
durante los casi ciento treinta años que acabamos de revisar, tendríamos que
señalar que ésta se caracterizó por alcanzar el sometimiento castrense a través de
la marginación de los uniformados de las tareas del Estado.
En este sentido la historia nos muestra dos grandes modalidades a partir de
las cuales se llevó a cabo el control civil en nuestro país. La primera, en donde los
sectores civiles coparon las instancias de decisión del Estado, pero incorporando a
los uniformados en aquel orden. Tal es el caso de los gobiernos de Prieto y Bulnes
bajo la llamada República Autoritaria y el gobierno de Jorge Montt bajo la

116 El antipartidismo ha estado presente en el seno de las Fuerzas Armadas desde su profesionalización en el siglo XIX y a partir de
ello arranca el supraclasismo con el cual se auto perciben. Hacia los años sesenta esta visión de la realidad cobró sentido ante la
apertura del sistema y el surgimiento de grupos abiertamente anti-sistémicos, tales como el MIR, y el movimiento social que
reclamaba por la sindicalización campesina y la reforma agraria. El evidente desequilibrio que provocaron estos cambios fue
interpretado por los uniformados con los nuevas categorías analíticas de la seguridad nacional.

34

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

República Parlamentaria, los que no pueden ser interpretados como una


supremacía del aparato militar sobre el civil. El segundo período se inauguró el año
1932 luego de una larga fase de intervencionismo militar en el campo político.
Durante este período la marginación castrense se alcanzó a través de un
abandono por parte de la comunidad civil que posibilitó que los uniformados
actuaran con cierta independencia en su ámbito profesional, situación que ha
sido interpretada como un enclaustramiento del estamento militar que, sin
embargo, jamás perdió de vista lo que acontecía en el quehacer político. En este
mismo sentido dicho ensimismamiento castrense, permitió que dichos institutos
iniciaran un proceso de búsqueda de un perfil profesional que garantizara su
desarrollo, abriéndose de esta forma al influjo norteamericano post Segunda
Guerra Mundial, que vino a reforzar las nociones supraclasistas subyacentes en el
perfil doctrinario de las Fuerzas Armadas chilenas y que terminaron por configurar
el espíritu frondista que se expresó en las décadas del sesenta y setenta.

35

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Capítulo Segundo: “El Tacnazo: Conato Frustrado del Gremialismo Militar.”

Como lo estableciéramos en el capítulo anterior las Fuerzas Armadas se


vieron sumidas en una profunda crisis institucional bajo la llamada República
Presidencial. El modelo de relación civil-militar que se impuso, se caracterizó, entre
otras cosas, porque el sometimiento de los uniformados al poder político se
alcanzó mediante su aislamiento. El desconocimiento de las demandas
profesionales y el nulo aporte doctrinario para sustentar el apoliticismo de las
Fuerzas Armadas en el tiempo, comenzó a ser sistemáticamente desconocido por
los militares a partir de la década del sesenta.
En efecto, tras la incorporación de las Fuerzas Armadas chilenas al modelo
de seguridad nacional, éstas vieron interpretadas sus demandas en el nuevo
esquema. La evidente disfuncionalidad que se produjo entre el modelo de
relación civil-militar implementado por la clase política y el protagónico rol que les
asignaba a los uniformados el nuevo esquema militar, fue en definitiva la causal de
la efervescencia castrense y de los actos de protesta militar que se comenzaron a
registrar a partir de 1967.
En el presente capítulo revisaremos los diferentes actos de protesta y las
primeras conspiraciones que se registraron a la luz de los aspectos antes descritos.
En este sentido nos parece relevante conocer los orígenes y características que
adoptó cada movimiento, así como también, diagnosticar en ellos los principales
puntos de quiebre con el modelo civil a fin de conocer a través de este análisis el
proceso de adoctrinamiento de las Fuerzas Armadas bajo los nuevos preceptos
militares de la seguridad nacional.
Por otro lado, consideramos pertinente referirnos al proceso de “validación”
ante la comunidad civil del esquema de seguridad nacional por parte de los
uniformados. En este sentido la posterior sistematización de estas ideas al modelo
de relación civil-militar pasó necesariamente por la aprobación, si no de toda la
comunidad civil, por lo menos de una parte de ella. En este sentido creemos
importante conocer los orígenes de este proceso que concluyó el 11 de
septiembre. Los diferentes actos de protesta y conspiraciones que en este capítulo
desarrollaremos nos permiten adentrarnos en esta problemática.
La hipótesis que guiará nuestro trabajo en el presente capítulo sostiene
que la polarización que afectó a nuestra sociedad hacia la década del sesenta,
la encontramos presente al interior de las Fuerzas Armadas a través de una pugna
ideológica en torno al “deber ser” de las instituciones castrenses, cuya máxima
expresión lo constituyó el “Tacnazo” de octubre de 1969. En este mismo sentido
sostenemos que durante la década del sesenta las Fuerzas Armadas estuvieron
abiertas a cualquier organización político-social, menos la comunista; a través de
ellas buscaron un apoyo político para hacer realidad sus demandas corporativas.
En este contexto la derecha fue el único sector político que presentó un proyecto
coherente que determinó la cercanía que hasta el día de hoy mantienen.

a) Los Antecedentes:

36

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La incorporación de las Fuerzas Armadas chilenas al plan de defensa


hemisférico liderado por los EE.UU. a fines de los años cuarenta, se expresó, como
lo señaláramos en el capítulo anterior, en una lenta asimilación de elementos
doctrinarios derivados del plan de seguridad continental a través del fluido
contacto entre las partes.
La difusión ideológica que llevaron acabo las Fuerzas Armadas
Norteamericanas, estuvo acompañada de innovadoras técnicas militares que
buscaron responder coherentemente a los fines que perseguían las Fuerzas
Armadas latinoamericanas. Desde este punto de vista los uniformados chilenos se
familiarizaron con cursos de comando, paracaidistas, contrainteligencia, etc, que
modernizaron la instrucción militar que hasta ese entonces se practicaba en los
cuarteles.
El teniente Raúl Munizaga Neumann recuerda que estos cambios
permitieron a los uniformados ya no sólo “... estudiar materias relacionadas con la
teoría y disciplina, sino en el manejo de armas y nuevas técnicas de ataque.”117
En este mismo sentido el coronel Carlos Ossandón Sánchez sostiene que en la
Academia de Guerra, con el fin de otorgar visiones militares provenientes desde
los EE.UU., se incorporaron materias que antiguamente estaban vedadas al plan
de estudios de un profesional de las armas, como Economía, Fundamentos del
Derecho Constitucional, Política, Comercio Exterior, entre otras.118
Las innovaciones profesionales hasta aquí descritas, no sólo fueron
exclusivas del Ejército, sino también, la Fuerza Aérea, la Armada y Carabineros,
quienes en diferentes ritmos e intensidades, también se vieron trastocados con la
modernización tecnológica y renovación ideológica que afectó a las instituciones
de la defensa. Al respecto el coronel de la FACH, Carlos Castro Suritaín, recuerda
que la adquisición por parte de la Fuerza Aérea de los Hawker Hunter en 1967 y los
cursos de comando y contrainteligencia a los que tuvo acceso esta arma fueron
recibidas con entusiasmo por la institución.119 En la Armada los periódicos
encuentros con la infantería norteamericana a través de la llamada “Operación
Unitas”, así como también, los modernos conceptos de guerra contra subversiva a
través de una modernización de sus aparatos de inteligencia vinieron a oxigenar
un ambiente cargado de escepticismo desde hacía décadas.120 En Carabineros,
la formación del Grupo Móvil y la extensión de las tareas de inteligencia a esta
institución también incorporó a la policía a los nuevos conceptos de seguridad
imperantes.121
La modernización que iniciaron las Fuerzas Armadas durante este período si
bien es cierto que respondió satisfactoriamente a sus necesidades corporativas, en
el entendido de que a través de ella los uniformados lograron definir su papel en la

117 ENTREVISTA Teniente Raúl Munizaga N. 30/03/95.- El mencionado oficial añade que en el Ejército, bajo la dirección del general
Bernardino Parada Moreno, se introdujeron importantes cambios, vinculados fundamentalmente en la modalidad de instrucción. El
general Parada estuvo al mando del Ejército durante el año 1967 y sorpresivamente dejo la institución debido a diferencias con el
gobierno. En relación al retiro del general Parada del Ejército VER: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 102.-
118 ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.-
119 ENTREVISTA Coronel Carlos Castro S. 13/07/95.-
120 ENTREVISTA Contralmirante Sergio Huidobro J. 08/10/96.
121 ENTREVISTA Coronel Lionel Acuña F. 01/10/97.-

37

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

sociedad, su implementación tuvo serias dificultades financieras. En efecto, hacia


la década del sesenta las relaciones Fuerzas Armadas-clase política entraron en
una fase crítica al no producirse una identificación del mundo político con las
necesidades corporativas de los uniformados. El presupuesto de defensa,
aprobado anualmente en el Congreso, no aumentó y en algunos casos se
redujeron las cantidades esperadas por los militares para introducir los cambios
que la cosmovisión de seguridad nacional requería.122
El proyecto modernizador que las Fuerzas Armadas propiciaron hacia este
período apuntó a cuatro áreas específicas. En primer lugar, desde el punto de
vista logístico, las instituciones de la defensa presentaban serias dificultades hacia
los años sesenta. La no renovación sistemática del material de guerra durante
largos años había dejado obsoleta gran parte de la defensa militar de nuestro
país. Sólo pequeñas innovaciones se habían introducido en estas materias y se
derivaban de la ayuda proveniente desde los EEUU.123
De las tres instituciones de defensa, el Ejército presentó los niveles más
críticos de falta de material de guerra. En este sentido los artilleros de esta arma
recuerdan que “...no tenían municiones y los ejercicios de combate eran
simulados para producir economía de combustible y material. Las unidades se
tenían que mantener con lo que se denomina economías generales, derivadas de
los permisos que se otorgaban a los conscriptos...”124 En la FACH en tanto, la
situación no dejó de ser diferente a la antes descrita. La escasez de material de
guerra se transformó en un obstáculo “...para contar con una cantidad suficiente
de pilotos de combate...los ejercicios de vuelo (por falta de medios) eran bastante
modestos, la posibilidad de disparar un rocket era prácticamente nula debido a su
elevado costo.”125 En la Armada, por otro lado, la situación también fue crítica.
Los recursos existentes “...a duras penas alcanzaban para la adquisición de
municiones y petróleo, así como también, para mantener en buenas condiciones
un buque.”126

122 En este sentido las cifras del presupuesto de defensa durante la década del sesenta oscilaron “...entre las tres instituciones era-
desde hacía diez años- un promedio del 44,1% para la Armada, un 34,1% para el Ejército y un 21,8% para la FACH...” Así lo
establece el general Prats. EN: Prats, Carlos. Op cit. Pág. 193.-
123 Los oficiales entrevistados y los testimonios escritos que se han dejado son concordantes en señalar en que la situación logística

de las Fuerzas Armadas hacia la década del sesenta era desastrosa. En el caso del Ejército, el general Sergio Castillo Aránguiz,
Comandante en Jefe del Ejército durante 1968-1969, recuerda que esta realidad se debía fundamentalmente al bajo presupuesto que
afectaba a la institución, obligaba a convertir parte del presupuesto en moneda extranjera a moneda nacional, para hacer frente a
necesidades imperiosas de vivienda e infraestructura, renunciando con ello a la adquisición de material de guerra.” ENTREVISTA
General Sergio Castillo A. 16/02/ 95.- En relación a la ayuda norteamericana emanada a través del PAM, el general Prats señala
que ésta fue más bien marginal en el caso de Ejército y poco relevante en la situación general de las Fuerzas Armadas chilenas.
Añadiendo que hacia 1967 “...EE.UU. obtiene la dictación de la Ley sobre Foreign Military Sales (FMS), que elimina la donación o
préstamos de material de guerra, reduciendo la “ayuda militar” al ámbito de entrenamiento y asesoría técnica” EN: Prats; Carlos. Op
cit. Pág. 100.-
124 ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95. La misma fuente añade que a “...los cuarteles, dentro del cuidado y

limpieza que se logra gracias al esfuerzo cotidiano que realizan las Fuerzas Armadas, y a su estricto régimen interno, no se les podía,
sin embargo, renovar su infraestructura.”
125 ENTREVISTA Coronel Carlos Castro S. 13/07/95.-
126 ENTREVISTA Contralmirante Sergio Huidobro J. 08/10/96. El mencionado oficial recuerda que la gravedad de la crisis

presupuestaria hizo popular entre los marinos la frase de “que no había plata ni para huaipe”. En relación a Carabineros, la policía
uniformada no fue la que se vio menos afectada con la crisis logística que afectó a las instituciones de la defensa. El agitado período
político-social determinó que esta institución mantuviera relativamente estable esta área. ENTREVISTA General Arturo Yovane Z.
24/11/96.-

38

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

En segundo lugar, la modernización de las Fuerzas Armadas pasaba por un


mejoramiento en la infraestructura militar. Esta área, al igual que la anterior,
presentó serias falencias que entorpecían las tareas de los uniformados. En el
Ejército esta situación se expresó en la lentitud con que fue aplicado el plan de
redistribución de fuerzas en el centro-sur del país,127 los deficientes índices de
conscripción militar,128 así como también, en el deterioro de las instalaciones de la
institución. En el “Regimiento Tacna”, por ejemplo, los oficiales Carlos Ossandón y
Víctor Mora Valladares concuerdan en señalar que hacia dicho período la unidad
de artillería más importante del país, como lo fue el “Tacna”, “...carecía de baños
y duchas en buen estado...(y junto a ello) de una adecuada dotación de oficiales
y cuadro permanente.”129 En la FACH esta situación se vinculó a la falta de una
adecuada infraestructura terrestre para realizar operaciones básicas, tales como
aeropuertos, torres de control, hangares, etc., así como también en falta de
algunas comodidades básicas en las Bases.130 En la Armada la situación pasaba
por el mantenimiento de la infraestructura existente “...la que a duras penas
alcanzaba un nivel básico.”131
Un tercer aspecto que buscó mejorar el proyecto modernizador de las
Fuerzas Armadas se vinculó con las remuneraciones que percibía su personal, que
al igual que en los rubros antes vistos, presentaba características preocupantes
que obstaculizaban las tareas castrenses. En este último sentido es importante
consignar el permanente éxodo de oficiales y suboficiales hacia el mundo civil,
debido fundamentalmente a los bajos sueldos y jubilaciones que percibían los
uniformados.132 Esta realidad que afectó a las tres ramas de las Fuerzas Armadas
y a las policías en distintas intensidades,133 adquirió características críticas en los
rangos inferiores de la oficialidad y suboficialidad, así por ejemplo, un “oficial
joven”134 presentaba serias dificultades para mantener los gastos de habitación,
vestuario y educación para sus hijos. Ello obligó a las esposas de subtenientes,
capitanes y mayores, sin recursos independientes, a trabajar para incrementar el

127 Así lo relata el general Carlos Prats cuando señala que una de los grandes anhelos de la institución pasaba por la redistribución de
los reducidos medios. Al respecto añade que la concentración de éstos en las guarniciones del centro del país impide un adecuado
desarrollo institucional.- EN Prats; Carlos. Op cit. Pág. 102.
128 El mismo general Prats anota que en el caso del Ejército la conscripción desciende hacia 1967 a un 50% del nivel mínimo

indispensable. Mayores antecedentes en torno a este tema EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 104.
129 ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95. ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.-
130 Los coroneles de la FACH Carlos Castro y Pedro Guerrero concuerdan en esta apreciación. El último de ellos recuerda por

ejemplo que en Puerto Montt, donde comandó una unidad hacia este período, los suboficiales no tenían un casino donde pasar sus
momentos de descanso, estando obligados a salir de la base en las horas de franco. La institución no les podía brindar un espacio a
sus hombres, por falta de medios. ENTREVISTA Coronel Pedro Guerrero. 24/01/97.-
131 ENTREVISTA Capitán de Fragata Hugo Ponce. 04/05/99.-
132 En este sentido el general Sergio Castillo recuerda que fue la problemática económica que afectó al Ejército gravitaba en el

aspecto moral y se expresaba en un considerable éxodo de oficiales y personal de planta, que abandonaba su carrera en busca de
mejores expectativas. Al respecto añade que fue habitual “...que un alto porcentaje de cadetes que terminaban sus estudios
humanísticos, renunciaba a ser promovido al curso militar y preferían integrarse a la vida civil.” ENTREVISTA General Sergio
Castillo A. 16/02/95.-
133 Según los testimonios del general Prats el Ejército fue la institución en donde los problemas fueron más acentuados. Esta misma

apreciación es también compartida por el general Castillo quien señala que “...la mayor diferencia se producía con la Fuerza Aérea,
que desde su creación y por razones de riesgo, percibía importantes gratificaciones que eran permanentes incluso en el retiro.”
ENTREVISTA General Sergio Castillo A. 16/02/95.- En relación a Carabineros esta realidad igual se expresó con crudeza en la
policía uniformada así lo recuerda el general Yovane y el coronel Acuña.-
134 Este apelativo lo usaremos intensamente en este capítulo y en el próximo. Para entender a que llamamos Oficialidad Joven VER

pie de página hoja número cuarenta y tres del capítulo primero.

39

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

ingreso familiar.” A menudo esposas empleadas como secretarias, ganaban más


que sus maridos oficiales...”135 generando ello frustración, y en algunos casos, el
retiro de muchos jóvenes que permanecieron en las filas institucionales, quienes
llegaron a recurrir al “pluriempleo”, conduciendo taxis o haciendo clases
particulares en las horas de franco.
La situación de la oficialidad de alta graduación,136 no dejaba de ser muy
diferente a la de sus subalternos. La hija del general Mahn recuerda que “...vivían
con modestia rayana en la pobreza...escondíamos y paliábamos (nuestras
necesidades) pasando los fines de semana en clubes militares; veraneando en
casa de huéspedes o recintos militares, atendiendo nuestros problemas de salud o
dentales con especialistas uniformados.”137
Por último, las Fuerzas Armadas buscaron desempeñar un rol más
destacado en la sociedad a través de una participación más protagónica en el
Estado. Como lo explicáramos en el capítulo anterior la DSN jugó un rol importante
en este sentido, al propiciar una participación más activa de las instituciones de la
defensa en las diferentes áreas de la sociedad.138 Desde esta perspectiva,
dentro de las demandas castrenses de los años sesenta, hubo la intención de
terminar con el carácter secundario a los que el modelo civil-militar los confinaba.
En este sentido, uno de los elementos que más molestó a los militares fue el
permanente desconocimiento que les hizo extensivo la clase política en temas de
seguridad. Al respecto esta crítica hacia el mundo civil quedó graficada a través
de dos hechos. La creación de la Dirección de Fronteras y Límites en donde fue
ignorado el aporte especializado de los uniformados, así como también, el
sistemático desconocimiento que afectó a los estudios de apreciación de la
situación interna que preparaba periódicamente el EMDN.139
El desprecio con que fueron tratadas las demandas y el aporte de los
uniformados por parte de la clase política, obedeció a razones de orden histórico,
ideológico y social. En relación al primero de ellos tenemos que señalar el
desprestigio en el que quedaron los militares luego de los frustrados ensayos en la
arena política en los años veinte, lo que determinó la “reacción civilista” y en gran
parte las pautas cívico-militares que caracterizaron a la república del ´25.140
En segundo lugar, desde el punto de vista ideológico, la existencia de
sectores pacifistas, como la Democracia Cristiana y otros, en el espectro político
nacional nos permite explicarnos este “abandono” que afectó a las Fuerzas

135 North; Liisa: Los militares en la política chilena Universidad de York s/f. Pág. 16.
136 Término con el que nos familiarizaremos en las siguientes páginas. Entenderemos por oficialidad de alta graduación aquella que
para el caso del Ejército, Carabineros y Fuerza Aérea esta sobre el grado de coronel y ha realizado el curso de Estado Mayor,
imprescindible para seguir ascendiendo. En el caso de la Armada esta categoría se encuentra representada por aquellos grados de
capitán de navío hacia arriba.-
137 Marras; Sergio: Confesiones. Editorial del Ornitorrinco 1988. Pág. 125.-
138 Todos los uniformados entrevistados concuerdan en señalar que hacia este período la civilidad sólo se acordaba de los militares

durante el mes de la Patria por el tradicional desfile, extendiéndose la sensación de que eran para la civilidad un mal necesario.-
139 Así lo deja entrever el general Prats en su obra cuando se refiere a este período, resaltando en ella el profesionalismo y exactitud

con que los militares pueden abordar temas políticos. Al respecto ver los comentarios de Prats cuando le recuerda a Frei la precisión
con que el EMDN vaticinó el triunfo de Allende.- EN Prats; Carlos. Op cit. Págs. 140-141.-
140 En efecto, los teóricos de la problemática militar sostienen que la única forma de mantener el modelo de relación civil-militar

existente en Chile entre 1932-1973 era a través de una reducción de presupuesto de la defensa. Así lo confirma Augusto Varas y
Samuel Huntington en sus sendas obras. VER: Varas: Augusto et al. Op cit. Mayores antecedentes en torno a este modelo en los
EE.UU. EN: Huntington; Samuel. Op cit. Veáse Capítulo 11. Págs. 289-310.

40

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Armadas. En efecto, estos grupos veían innecesario un aumento en el gasto de


defensa, mirando con reticencia la intervención política que llevaban los militares
brasileños y argentinos. En la izquierda, en tanto, el antimilitarismo se justificaba a
partir de una visión estratégica que sustentaba la opción revolucionaria del
pueblo, concepción que cobraba fuerza ante el surgimiento de dictaduras
militares en Latinoamérica.141
Desde el punto de vista social, las fuentes consultadas concuerdan en
señalar que el estrato del cual provenían los uniformados se constituía en un
elemento a partir de cual también es posible explicar el desprecio civil hacia el
mundo militar. Al respecto, el ex senador democratacristiano, Rafael Agustín
Gumucio, añade que “...para un coronel cualquiera su mayor aspiración era
casarse con la hija de un hacendado rico de provincia. Esta actitud
menoscabada, humillada, trascendió en la DC en el sentido de que no se formó
un grupo que apoyara a los militares en sus demandas.”142 En este mismo sentido
el ex senador de derecha Francisco Bulnes Sanfuentes, reconoce que en su sector
existían amplios grupos que miraban con desprecio al mundo militar, explicando a
partir de ello en parte la despreocupación que manifestó este sector hacia las
demandas de los uniformados.143
Si bien es cierto que esta situación de abandono que venía afectando a los
uniformados, fue uno de los aspectos característicos de las relaciones cívico-
militares bajo la llamada república del ´25, la situación que afectaba a las Fuerzas
Armadas cobró síntomas de gravedad cuando la desatención civil atentó contra
el proyecto institucional de los uniformados y puso en peligro desde el punto de
vista militar la soberanía nacional.144
En efecto, el rearme continental, el fortalecimiento y protagonismo que sus
homólogos vecinos, quienes a través de golpes militares o la modernización de las
estructuras de sus respectivos Estados, habían cobrado mayor importancia en sus
respectivas sociedades. Junto a ello la eventual amenaza de un conflicto bélico-
para lo cual se requería de fuerzas militares lo suficientemente dotadas- con
Bolivia, por el accidentado curso del Río Lauca en 1962, y con Argentina, por la
discutida soberanía de Laguna del Desierto en 1966, se transformaron en fuertes
antecedentes a partir de los cuales los requerimientos castrenses cobraron más
fuerza, así como también, su frustración al no recepcionar la comunidad política
dichas demandas.145
Bajo este contexto o coyuntura político-militar se comenzó a expresar en
algunos círculos castrenses la reedición del discurso antipartidista y corporativo
que llevó en dos oportunidades al general Ibáñez al poder, siendo el Ejército la

141 Si bien es cierto que la desatención que afectó a los uniformados fue practicada por los diferentes grupos políticos sin distingo, en
el centro y la izquierda esta postura estuvo determinada por elementos ideológicos.- Las primeras dictaduras militares de seguridad
nacional en América Latina fueron la de Brasil en 1964 y la de Argentina en 1966.-
142 ENTREVISTA Ex Senador Rafael Agustín Gumucio. 09/05/96.-
143 Aunque la derecha se transformó hacia fines de la década del sesenta en la principal defensora y promotora de los uniformados en

el congreso. ENTREVISTA Ex Senador Francisco Bulnes S. 30/09/96.-


144 Nos referimos a la necesaria inversión que requería la adopción del modelo de seguridad nacional al cual los uniformados adhieren
145 Al respecto el general Prats anota en relación al llamado a retiro del general Parada y la paralización de los cambios que se

pensaban materializar que “...se genera un peligroso y oculto sentimiento de desaliento, al observar que en los países vecinos el
Ejército adquiere preeminencia orgánica entre las instituciones de la defensa, mientras que en el propio bordea el precipicio de la
decadencia.” EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 102.-

41

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

institución en donde la efervescencia castrense se presentó con mayor nitidez, y


desde donde la “rebeldía militar” hacia el mundo civil fue más manifiesta.
En sus líneas centrales el malestar que los uniformados comenzaron hacer
público a partir de 1967 versó fundamentalmente en la incapacidad, que desde
la perspectiva militar, tenía la clase política de turno al no reconocer el nuevo
escenario mundial y otorgar a las Fuerzas Armadas un rol más destacado en el
Estado y la sociedad. Este reconocimiento pasaba necesariamente por un
aumento del presupuesto de la defensa y una mayor injerencia de los uniformados
en las diferentes tareas del país.
A partir de lo anterior, es factible comprender que los primeros actos de
protesta militar a través de los cuales se comenzó a expresar el sentimiento de
fronda militar, hayan presentado un fuerte contenido “gremialista” que
veladamente dejó entrever una concepción antipartidista y corporativa del
Estado. Junto a este componente se expresó un segundo tópico interesante de
analizar, nos referimos al reacomodo que se produjo al interior de las Fuerzas
Armadas tras la lenta adopción del modelo de seguridad nacional, el que se
expresó en una división generacional en torno a la visión de las instituciones
castrenses.

b) Las Primeras Deliberaciones:

Si bien es cierto que las condiciones que desembocaron en las diferentes


acciones de protesta y complot militares en la década del sesenta se venían
presentando con bastante anterioridad en el seno de las Fuerzas Armadas, éstas,
como en todo orden de cosas, requerían de una causal precipitante para poder
expresarse.146
En este sentido, la “conciliadora postura”, como calificaron los uniformados
las diversas acciones que desarrolló el gobierno en torno al confuso incidente de
“Laguna del Desierto” en 1966, se transformó en el antecedente tras el cual
surgieron las primeras “células militares rebeldes” al interior de los cuarteles.147
La estructuración tanto orgánica como del propio “discurso” de este tipo
de grupos fue un efecto del tiempo en que éstos estuvieron vigentes. En sus
orígenes se trató de cerrados círculos sin contactos entre sí y con demandas
inmediatistas como un aumento presupuestario o de remuneraciones. Más tarde
es posible evidenciar una coordinación intra y extrainstitucional, así como también,
la elaboración de una propuesta mucho más global como lo veremos en las
siguientes páginas.
El primer movimiento de protesta que se registró en las Fuerzas Armadas y
que se inscribió dentro del ambiente de inquietud hasta aquí descrito, estalló en la

146 Como lo estableciéramos en el capítulo anterior la crisis presupuestaria era una situación que se arrastraba desde hacía décadas
en las Fuerzas Armadas. Los años sesenta presentaron la coyuntura favorable para que el malestar de los uniformados, originado a
raíz de esta problemática, estallara.-
147 Los uniformados entrevistados califican de “entreguista “ la postura del gobierno DC en materias de conflictos limítrofes con

naciones vecinas. En este sentido el general Carlos Prats comenta que el año 1967 se creó “...la Dirección de Fronteras y Límites del
Estado, en la que se omite considerar la validez de la opinión y presencia técnica de las Fuerzas Armadas en materias que
comprometan la soberanía nacional y el sagaz Ministro de Relaciones Exteriores, Gabriel Valdés, expresa que “Chile está dispuesto a
considerar la concesión de un corredor para Bolivia al norte de Chile.” EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 99.-

42

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Armada en mayo de 1967. La oficialidad joven de la mencionada arma redactó


una carta que fue entregada a su alto mando y a las autoridades políticas en las
que se daba cuenta de “...la urgente necesidad de mejores medios técnicos y de
alza en sus sueldos.”148 La controvertida misiva, denominada por la prensa de la
época como el “Manifiesto de los Tenientes”, respondió a una inquietud surgida
entre la oficialidad joven de la Escuadra Nacional, que sentía una falta de
compromiso de sus mandos con la situación que las afectaba, así como también,
de la clase política que desconocía su necesidades corporativas.149
En agosto del mencionado año miembros de las Fuerzas Armadas dieron a
conocer un segundo llamado de atención a la opinión pública, la clase política y
el alto mando militar. En efecto, hacia el mes ya mencionado apareció en el diario
“El Mercurio” una carta supuestamente escrita por un Comandante de Unidad
que resumía su pensamiento señalando que ”... los militares no tenemos derecho a
deliberar en política; pero no somos tarados mentales.” 150 En su carta el coronel
NN, exigía además remuneraciones dignas para los uniformados y un aumento en
el presupuesto destinado a defensa.
Casi a la par con los hechos anteriormente descritos, se reunieron en el Club
Militar, más de un centenar de oficiales jóvenes del Ejército. En el encuentro que
fue conocido como la “Reunión de la Pilsener”, los uniformados deliberaron
acerca de la situación económica que afectaba a su institución y la actitud poco
comprometida que venía manifestando el alto mando frente a esta situación.151
A través de las diferentes acciones de protesta militar ocurridos durante
1967, la oficialidad joven buscó comprometer al alto mando institucional con el
sentimiento de frustración profesional y personal que los venía afectando,
obteniendo de paso una rectificación por parte del gobierno en torno a su postura
hacia el mundo militar.
La nula receptividad con que fueron recibidas las demandas de la
oficialidad joven por los altos mandos institucionales y el gobierno, acentuó la
frustración profesional en los uniformados comprometidos en los movimientos de
protesta hasta aquí descritos, así como también, las diferencias en materia de
cosmovisión militar que se comenzaron a registrar entre la oficialidad.
En efecto, una de las consecuencias de la DSN en las Fuerzas Armadas
chilenas estuvo vinculada a la generación de una brecha generacional en torno a
las características del “deber ser” de las instituciones castrenses, la que terminó por
desencadenar una silenciosa lid entre estas dos cosmovisiones que concluyó el
mismo 11 de septiembre de 1973.

148 Diario El Ilustrado 30/10/69. Pág. 2.


149 Tras la carta se inició en la II Zona Naval un sumario administrativo para sancionar a los autores de la mencionada misiva
proveniente desde la oficialidad de baja graduación de la Escuadra Nacional. Finalmente fueron sancionados dos uniformados,
quienes declararon ante el fiscal ser los creadores e instigadores del movimiento, lo que determinó el cierre del sumario. El
Contralmirante Huidobro recuerda que su sobrino fue uno de los que se culpó y que fue llamado a retiro para proteger a sus
compañeros. ENTREVISTA Contraalmirante Sergio Huidobro J. 08/10/96.-
150 Diario El Mercurio. 09/07/67. Pág. 2.
151 La prensa de la época bautizó con ese apelativo a este encuentro por los uniformados se reunieron a discutir estos temas

compartiendo una cerveza. El grado de organización que tuvo este movimiento quedó demostrado con los contactos que tuvo con la
prensa de la época. Uno de los oficiales que dirigió esta reunión recuerda que ellos solicitaron a unos conocidos de un influyente
diario de la época, como lo era el diario El Ilustrado, que enviara a sus periodistas a cubrir la noticia a fin de que la reunión no pasara
desapercibida en la opinión pública. Luego de esta reunión no hubo sumarios por el carácter público de la acción y por no figurar
ningún cabecilla dirigiéndola. ENTREVISTA Coronel Edgardo Fuenzalida V. 12/01/96.

43

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Para la oficialidad joven, instruida bajo los preceptos ideológicos de la DSN,


resultaba insostenible seguir manteniendo la relación de marginalidad a la que la
clase política los condenaba, por el evidente desequilibrio armamentista frente a
los países vecinos y el surgimiento de movimientos guerrilleros. Frente a ello se
hacia imprescindible que los altos mandos institucionales actuaran diligentemente,
y si era necesario por la fuerza, para mejorar la situación de las Fuerzas Armadas.
Por otro lado, la visión de la oficialidad de alta graduación no difería
aparentemente de la que expresaban sus subordinados; ellos reconocían la crisis
de infraestructura y económica que afectaba a los uniformados, así como
también, la necesidad de un mayor protagonismo castrense en materias de
Estado, difiriendo con la oficialidad joven en los caminos a seguir para alcanzar los
objetivos esperados. Estas diferencias, de carácter más bien estratégico, se
profundizaron y llegaron a temas más de fondo al prolongarse la crisis que
afectaba a las Fuerzas Armadas.152
Volviendo al tema que aquí nos ocupa, la reacción que manifestó la
oficialidad comprometida en los actos de protesta, ante los magros resultados
obtenidos,153 se expresó a través del Ejército en el mes de mayo de 1968 cuando
los oficiales alumnos de las diferentes academias de la institución presentaron sus
“renuncias” simultáneas a la carrera militar.
Esta nueva acción de protesta, la más grave que había estallado hasta ese
momento, fue gatillada por el estancamiento en el Congreso del proyecto
relacionado con el aumento de las remuneraciones del personal de las Fuerzas
Armadas, teniendo éstos como antecedente la rapidez con que se había
aprobado el reajuste de la dieta de los congresistas días antes de estallar el
conflicto.
La rebeldía militar estalló el 1º de mayo en la Academia de Guerra del
Ejército, cuando los oficiales alumnos pertenecientes al curso regular y al de
informaciones, a través de sus profesores jefes, presentaron individualmente su
renuncia a la institución.
Esta actitud, de acuerdo a las propias palabras del general Horacio Toro
Iturra, involucrado en el movimiento de protesta, se transformó en una verdadera
“bomba de neutrones”, puesto que comenzó a ser imitada en las restantes
Academias de las Fuerzas Armadas.154

152 En efecto, durante los primeros años en que se expresaron estas diferencias (1967-1968) la oficialidad en general tuvo el mismo
sentimiento. Sin embargo, las diferencias generacionales se expresaron cuando el estamento joven pretendió alcanzar sus objetivos
por la fuerza, provocando esto “roces” con el alto mando que van a terminar profundizando las diferencias. El estamento de mayor
graduación, por una formación doctrinaria diferente era más respetuoso de la autoridad y por lo tanto de la constitucionalidad. Esta
situación la podemos ver graficada en las “Memorias” del general Prats. El mencionado oficial aparece identificándose con el malestar
pero a la vez apegado a un procedimiento que fue mañosamente mal interpretado por la oficialidad que quería modificar las pautas de
relación civil militar entonces vigentes.
153 Las diferentes acciones de protesta castrense ocurridas en 1967 no lograron sensibilizar al gobierno. Al terminar el año el Ministro

de Hacienda, Sergio Molina, hizo pública la noticia de que no habría reajuste presupuestario para las Fuerzas Armadas el próximo
año, añadiendo que en los primeros meses de 1968, el gobierno enviaría al congreso un proyecto especial que aumentaría las
remuneraciones del personal de las Fuerzas Armadas.
154 El general Horacio Toro añade que las “renuncias” respondieron a “...una necesidad de expresar públicamente nuestro malestar,

de manera que pudiera ser percibido por el alto mando y el gobierno. “ EN: Marras; Sergio: Palabra de soldado Editorial del
Ornitorrinco, 1989. Pág. 101. Acerca de la adhesión que tuvo este movimiento los oficiales entrevistados concuerdan en señalar el
profundo impacto y masividad del movimiento. La prensa de la época señaló que el total de “renuncias” alcanzó a unos 152
renunciados en la capital. VER: Revista Ercilla 08-12/04/68. Págs. 8-13.

44

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La evidente critica al alto mando y a las autoridades de gobierno que llevó


consigo este movimiento de protesta, se tradujo en el llamado a retiro de cuatro
generales de Ejército y una reestructuración en aquellas carteras ministeriales
claves para resolver la crisis militar.155
La actitud poco comprometida con que la oficialidad joven evaluó más
tarde las acciones emprendidas por el recién nominado Comandante en Jefe del
Ejército, general Sergio Castillo Aránguiz, y el nuevo Ministro de Defensa, general (r)
Tulio Marambio Marchant, determinó la formalización y coordinación de los
improvisados grupos de deliberación que habían programado los actos de
protesta ocurridos entre los años ´67 y ´68, quienes a través de orgánicas y
proyectos más acabados buscaron alcanzar sus objetivos corporativos.

c) De Golpe de Estado a Huelga Militar:

Las acciones de protesta militar hasta aquí descritas, dieron como resultado
la implementación de dos estrategias a través de las cuales los uniformados
buscaron mejorar la delicada situación que los afectaba. Una de ellas, que
definiremos como “legalista”, representó a los altos mandos institucionales y fue
liderada por sus respectivos Comandos en Jefe. La segunda de ellas la
calificaremos como “rupturista”, e identificó los anhelos de un importante e
influyente número de oficiales y suboficiales, que en orden de participación
decreciente representó a uniformados del Ejército, FACH, Carabineros y Armada.
En el Ejército, institución donde el número de oficiales que participó fue alto,
el liderazgo de esta estrategia no fue unívoco. La descoordinación existente entre
los uniformados determinó que se expresaran dos grandes vertientes que se
diferenciaron por los contactos de sus respectivos líderes. Así fue como hubo un
movimiento con el que se identificaron oficiales de infantería y blindados, y otro
que agrupó a los artilleros y oficiales de caballería. El liderazgo del primero de ellos
recayó en el mayor Arturo Marshall Marchesse, y el del segundo, en el general
Roberto Viaux Marambio. Siendo la intervención militar el medio a través del cual
ambas agrupaciones pretendieron materializar sus concepciones.
A continuación pasaremos a revisar cada una de ellas de acuerdo al orden
con que fueron presentadas más arriba, centrando la descripción de cada una de
ellas en el Ejército, institución indiscutidamente nuclear a la hora de analizar la
problemática militar, y del cual se poseen mayores antecedentes que nos
permiten reconstruir este conflicto.
Una de las primeras gestiones a las que se dedicaron los Comandantes en
Jefe de las Fuerzas Armadas luego de las sorpresivas “renuncias”, fue la de
acercarse a sus respectivas unidades con la finalidad de informar a sus subalternos
las respectivas diligencias -institucionales y gubernamentales- que se estaban
llevando acabo para mejorar la situación de las instituciones de la defensa, y así
prever otra manifestación de descontento militar.156

155 La crítica al alto mando que llevó consigo las “renuncias” significó para el entonces Comandante en Jefe del Ejército, general Luis
Miqueles Caridi ser llamado a retiro junto a los generales Jorge Quiroga Mardones, René Cabrera Soto y Rodolfo Abé Ortiz. En el
Ministerio de Defensa fue reemplazado Juan de Dios Carmona y en Hacienda Sergio Molina fue reemplazado por Andrés Zaldívar.
156 ENTREVISTA General Sergio Castillo A. 16/02/95.-

45

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Visitas similares realizó el recién nominado Ministro de Defensa quien,


valiéndose de su condición de miembro de las Fuerzas Armadas y conocedor del
descontento castrense, realizó una ácida crítica a los movimientos de protesta
ocurridos, apelando a la ética profesional de las instituciones militares.157
La tarea más ardua para tranquilizar el exacerbado ánimo de la oficialidad
joven fue desarrollado en el Ejército, la institución castrense que presentaba el
déficit más alto en materia de infraestructura, armas y remuneraciones, y donde
los síntomas de insubordinación, luego de las “renuncias”, se hacían más
evidentes. Con la finalidad de oxigenar el tenso ambiente que se respiraba al
interior de los cuarteles del Ejército, el general Castillo recuerda haber “...ordenado
al Estado Mayor institucional, elaborar un informe acucioso de la realidad
económica del Ejército y su incidencia en el desempeño profesional.”158
El mencionado informe, añade el general Castillo, fue presentado al
Presidente Frei y discutido más tarde con el Ministro de Hacienda, Andrés Zaldívar
Larraín y el Subsecretario de Guerra, General ® Carlos Gardeweg Costa.
Los frutos de estas discusiones se materializaron con la aprobación del
ejecutivo de un Plan Extraordinario de Adquisiciones de Material de Guerra,
información que fue comunicada a las distintas reparticiones de la institución a
través de sus respectivos Comandantes, a fin de disminuir los niveles de
efervescencia al interior de los cuarteles.159
A pesar de las acciones y esfuerzos que realizó el alto mando de las Fuerzas
Armadas para mantener a sus miembros dentro de los cánones constitucionales,
éstos resultaron infructuosos. El anuncio de las nuevas adquisiciones en el Ejército,
Armada y Fuerza Aérea, fueron interpretadas por la oficialidad joven como
“medidas parches” que tendían a mantener en el tiempo una crítica situación que
se arrastraba desde hacía décadas, responsabilizando a sus respectivos altos
mandos en la agudización de esta crisis, al no expresar éstos una actitud más
resuelta ante el ejecutivo para reclamar las demandas corporativas.
El escepticismo con que evaluó la oficialidad joven las diligencias de sus
altos mandos, obedeció a la existencia al interior de los cuarteles de una
estrategia paralela a partir de la cual se buscó solucionar los problemas militares, y
que se expresó en la formación de “células militares rebeldes” que buscaron
implementar una estrategia sediciosa.
Como ya lo enunciáramos en los párrafos anteriores, el liderazgo de ésta en
sus inicios no estuvo centralizado, expresándose en dos movimientos que
terminaron por aunar fuerzas. El primero en expresarse públicamente, fue el que
encabezó el segundo Comandante del “Regimiento Yungay”, mayor Arturo
Marshall el 19 de septiembre de 1969.
En relación a este movimiento, fuentes cercanas a él recuerdan que el
complot comenzó a tomar cuerpo en el mes de agosto del mencionado año, en
los ensayos de la Parada Militar en el Parque Cousiño, hoy Parque O´Higgins. En
dichos encuentros preparativos, que congregaban a un importante contingente

157 En el encuentro que tuvo con la oficialidad de la guarnición de Santiago el Ministro Marambio señaló “...que de no encontrarse una
solución en seis meses al conflicto él renunciaría al cargo.” VER: El Diario El Ilustrado 06/05/ 68. Pág. 8.
158Castillo Aránguiz; Sergio, Comandante En Jefe del Ejército, 03/05/68 y 27/10/69. Documento inédito

Pág. 1.
159 Esta modalidad para enfrentar esta problemática fue imitada por las restantes instituciones de la defensa.

46

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de la guarnición de Santiago, el mayor Marshall capitalizó el descontento de


algunos uniformados llamándolos a reuniones clandestinas.160
De las dieciocho unidades de Ejército que se plegaron al movimiento a
través de sus respectivos oficiales, es necesario añadir algunos contactos con otras
ramas de las Fuerzas Armadas que existieron en sus inicios. En este sentido, el
capitán Fernando Nieerad comprometido en el movimiento recuerda
conversaciones con un grupo de aviadores de la Base Aérea El Bosque, liderados
por el capitán de escuadrilla Carlos Castro, con un sector de la Armada a través
de un capitán de corbeta, y con el Comandante del Grupo Móvil de Carabineros,
coronel Nilo. Estos encuentros conspirativos entre miembros de las Fuerzas Armadas
no llegaron a buen término, la personalidad “alocada” de Marshall determinó que
se alejaran de éste en búsqueda de nuevos aliados en el Ejército.161
La intención de expresarse a través de un golpe de estado llevó a Marshall y
a sus seguidores a fundar una Junta Militar compuesta por seis oficiales, en sus
inicios jóvenes, quienes debían ir retirándose de ella en la medida que oficiales de
mayor graduación se integraran al movimiento, con la finalidad de robustecerlo e
ir ampliando su representatividad.162
En sus líneas centrales la operación militar que ideó el Movimiento 19 de
Septiembre, como más tarde se pasó a denominar, fue “...que una vez terminada
la Parada Militar que conmemora el Día de las Glorias del Ejército, las dieciocho
unidades de la institución debían acuartelarse y proceder a entregar munición y
armamento de combate a sus conscriptos. Mientras estos ocurriría las tropas de los
Regimientos “Yungay” y “Guardia Vieja” debían rodear el Club Militar pasadas las
23:00 horas, a fin de entregar al Presidente de la República, presente en la
tradicional celebración institucional una carta en la que se exigía la renuncia del
gabinete, del alto mando de las Fuerzas Armadas y el reconocimiento de la Junta
Militar. Paralelo a esta acción, el Blindado Nº 2 y la Escuela de Suboficiales debían
tomarse los Arsenales de Guerra con el que cuenta el Ejército en Santiago,
quedando de esta forma el gobierno sin capacidad de reacción inmediata.” 163
Las actividades conspirativas antes descritas quedaron al descubierto el 17
de septiembre tras la confesión de tres capitanes de infantería ante su superior. La
delación en la que incurrieron estos oficiales determinó que Marshall decidiera, en
primera instancia, no asistir a rendir honores al Presidente de la República cuando
éste se dirigía al tradicional Te Deum de Fiestas Patrias, llegando con su unidad de
formación con evidente retraso.164

160 El mayor Arturo Marshall venía, sin embargo, desde hacía mucho tiempo trabajando en una eventual conspiración. Los
preparativos de la Parada Militar sólo le brindaron la posibilidad de aunar algunas fuerzas a esta aventura. A través de ellas es
posible señalar que los uniformados no modernizaban sus técnicas para elaborar un golpe de estado. En el sentido que tales
acciones hacen recordar las que tuvo el general Ibáñez de la década del veinte bajo condiciones muy diferentes.
161 En efecto, los oficiales entrevistados que conspiraron con Marshall lo recuerdan como un voluntarista y soñador. No era una

persona que proyectara confianza por ser muy impulsivo. Así lo recuerda el coronel Castro y los capitanes Mora y Catalán.
162 La junta fue bautizada como José Miguel Carrera. ENTREVISTA Capitán Fernando Nieerad. 17/10/96.-
163 ENTREVISTA Capitán Fernando Nieerad. 17/10/96. La insistente postura de los líderes del movimiento de sumar a las demás

ramas de las Fuerzas Armadas, encuentra su respuesta en su planificación. El hecho de que el Ejército tomara presos a los jefes
militares de las restantes ramas ponía en peligro la acción militar, puesto que éstas podían reaccionar contra los amotinados.
164 El mayor Marshall debía asistir en la mañana del 18 de septiembre con su unidad de presentación a rendir honores al paso de la

comitiva presidencial. Al enterarse de que sus intenciones fueron descubiertas decidió en primera instancia no ir, pero sus subalternos
lo convencieron, llegando con evidente retraso a cumplir con sus funciones. La prensa de la época interpretó esta acción como un
desaire al primer mandatario, pero al parecer no fue así. ENTREVISTA Capitán Víctor Catalán Polanco 23/12/96.-

47

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Mientras la Parada Militar se desarrolló con aparente normalidad,165 la


oficialidad comprometida en la acción procedió a ocupar sus puestos según la
planificación acordada. Sin embargo, sus intenciones fracasaron al enterarse de la
detención de Marshall y de los capitanes Nieraad y Hantke por efectivos del
Servicio de Inteligencia Militar (SIM) apostados en los Arsenales de Guerra de la
institución.166
En relación al movimiento que lideró el general Roberto Viaux, este fue sin
lugar a dudas el que contó con una mayor fuerza y estructurada planificación. Los
orígenes de esta conspiración los encontramos a partir de septiembre de 1968,
cuando el entonces coronel Viaux se desempeñaba como Director de la Escuela
de Artillería, en la ciudad de Linares.
En ese período, las actividades del cuestionado oficial se limitaron a
diagnosticar en la oficialidad joven que dirigía, el grado de inquietud y malestar en
torno a la situación económica que afectaba a la institución, para luego elegir a
algunos oficiales que lo acompañarían en la asonada, llegando a utilizar, en
algunos casos, todas sus influencias para cambiar las destinaciones de sus
“elegidos” 167
La alternativa liderada por Viaux fue presentada a un pequeño grupo de
oficiales en la capital,168 oportunidad en la que el caudillo militar aprovechó de
adelantar a su audiencia su eventual ascenso a general y su destino a la Primera
División de Ejército con asiento en Antofagasta. En relación al plan de intervención
militar presentado por Viaux, el capitán Víctor Mora recuerda que éste consistía
“...en acuartelar a la totalidad de las unidades de la Primera División que él
dirigiría, desconocer el gobierno e impedir que los buques cargados de cobre, que
tenían por destino los EEUU, zarparan del país. La ciudad de Santiago, en tanto,
debía reaccionar apresuradamente y acuartelar el máximo de unidades a las
afueras de la capital, con la finalidad de dejar sin reacción inmediata al gobierno.
Los puntos elegidos para acuartelarse en Santiago eran Batuco y la Base Aérea El
Bosque.”169
Mientras en los cuarteles capitalinos se comenzó a conocer la existencia de
un movimiento militar líderado por Viaux, el caudillo fue informado periódicamente

165 Mientras se desarrollaba el desfile, las unidades de los Regimientos “Yungay” y “Guardia Vieja” lo hicieron luciendo munición de
combate. Situación inusual, puesto que para tales ocasiones los uniformados lo hacen con proyectiles a fogueo. Al respecto Nieraad
justifica la medida señalando que ella se debió a que ambas unidades eran las encargadas de rodear el Club Militar. La distancia
geográfica entre Santiago y Los Andes-San Felipe, era un obstáculo que impedía que las unidades desfilaran con munición a fogueo,
para luego retornar a las unidades y reaprovisionarse con munición de guerra. ENTREVISTA Capitán Fernando Nieerad. 17/10/96.-
166 Esta va a ser una situación normal en todos los complots militares que veremos en este capítulo. Los conspiradores no han

dimensionado la capacidad de los organismos de inteligencia. Creen que aún se encuentran en los años veinte donde reunirse con
fines sediciosos era sólo un asunto de querer hacerlo.
167 El capitán Mora que más tarde levantó el Tacna donde se refugio Viaux el 21 de octubre, fue subalterno de éste en Linares. En

primera instancia, su destino fue la ciudad de Punta Arenas, la que fue cambiada por Viaux al Regimiento Tacna, donde le fue útil
meses más tarde.- ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
168 Los compañeros de Viaux en estas reuniones recuerdan que el punto habitual para estos encuentros fue el Centro Chilote ubicado

en la calle Londres.
169 En esa oportunidad el capitán Mora recibió de Viaux la orden de levantar contra el gobierno el Tacna e iniciar los contactos con el

Regimiento Buin y la Escuela Militar. Con el primero de ellos se comunicó a través de su Comandante, el coronel Daniel Ponce. En la
Escuela Militar convenció a los oficiales Ricardo Gaete y Jaime Nuñez. Con la finalidad de afianzar la tarea de enlace con otras
reparticiones, el capitán Mora delegó parte de su función conspirativa en el “Tacna” en los oficiales Víctor Manuel Vergara y Gustavo
Sanhueza. Estos últimos, añade, comenzaron a conversar con la suboficialidad y la tropa, con el fin de convencerlos y “aleonarlos”
para que participaran en el movimiento. ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-

48

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de los pasos que se estaban dando en Santiago. Este fluido contacto incluyó
innumerables viajes de Mora y otros oficiales a la ciudad de Linares. Una vez que
Viaux fue notificado de su ascenso a general y Comandante de la Primera División
de Ejército, los viajes y mensajes cambiaron de destino, esta vez iban rumbo al
norte, lo que indicaba que la planificación se desarrollaba a pasos agigantados.
De las actividades con fines sediciosos que desarrolló Viaux en el norte del
país, cabe señalar las vinculaciones que el propio conspirador recuerda haber
tenido con el entonces Comandante en Jefe de la VI División de Ejército, con
asiento en la ciudad de Iquique, general Augusto Pinochet Ugarte, y con otros
oficiales de la mencionada zona militar.170
En relación a la participación de Pinochet y sus subalternos en el
movimiento de Viaux, el coronel José Domingo Ramos recuerda que “... en más de
una oportunidad Viaux se reunió con oficiales de la Sexta División, incluidos en ellos
Pinochet...”171 Si bien es cierto que el coronel Ramos nunca conoció los temas
tratados en esos encuentros, la actitud de algunos de éstos al producirse el
“Tacnazo”, permite concluir que en la planificación ideada por Viaux también se
incluyó a la oficialidad de la Sexta División.172
En relación a los argumentos a los que recurrió Viaux para convencer a
quienes lo acompañaron en el movimiento, éstos consistieron en hacer manifiesta
la despreocupación del gobierno y el alto mando hacia la institución. En este
sentido Viaux no dio a conocer, en su jurisdicción, los adelantos que desde el
Estado Mayor del Ejército se estaban llevando acabo. La tardanza con que se
materializaron tales logros (sólo después del Tacnazo se aceleraron) se
“confabuló” con el discurso “gremialista” con que Viaux cautivó a sus
seguidores.173
La labor conspirativa que desarrolló el general Viaux en el norte quedó al
descubierto a mediados de 1969, cuando el Comandante en Jefe del Ejército
realizó una visita de rutina a la División que comandaba Viaux. Los resultados de la
visita desde el punto de vista logístico dejaron preocupado al general Castillo,
quien evidenció que “...la Primera División no contaba con un Plan de
Operaciones...y los esfuerzos de su Comandante estaban apuntados más bien
hacia el ámbito social de ésta...”174

170 El general Viaux señala que Pinochet estaba enterado de sus intenciones y las compartía. ENTREVISTA General Roberto Viaux
M. 18/11/94.-
171 El coronel Ramos fue Comandante del Regimiento Dolores de la Sexta División de Ejército que estaba a cargo de Pinochet hacia

este período. El oficial recuerda que los encuentros entre ambos generales eran periódicos durante este período. ENTREVISTA
Coronel José Domingo Ramos. 17/11/96.-
172 El día del “Tacnazo” Pinochet estaba aún en Santiago a raíz de la reunión anual de la Junta Calificadora de Oficiales. El oficial Jefe

de Estado Mayor de Pinochet mantuvo una actitud extraña junto al oficial de la marina de esta zona de apellido Arenst. En este
ambiente de confusión provocado por el jefe interino de la división, el coronel Ramos recibió un llamado telefónico desde Arica, donde
se encontraba el coronel Agustín Toro Dávila, quien trato de indagar la postura de Ramos respecto al “Tacnazo”. ENTREVISTA
Coronel José Domingo Ramos. 17/11/96.-
173 En cada Consejo de Generales y también por correspondencia se mantenía al tanto a los Comandantes de Divisiones de los

adelantos que se estaban realizando en materia económica a fin de tranquilizar los ánimos. El general Viaux no comunicó esta
información a sus Comandante de Unidades para que estos la entregaran a sus subalternos. ENTREVISTA General Manuel Torres
de la Cruz. 23/03/95.-
174 Así lo revela el general Manuel Torres de la Cruz, entonces coronel y ayudante del general Castillo que acompañó a éste a la visita

de rutina donde se evidenció que Viaux no era la persona más idónea para el cargo que desempeñaba. ENTREVISTA General
Manuel Torres de la Cruz.23/03/95.-

49

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Las dudas de que algo fuera de lo normal estaba tomando cuerpo en los
cuarteles del norte del país, fueron corroboradas por el Ministro de Hacienda,
Andrés Zaldívar175 y por las confesiones que hiciera el Comandante del
Regimiento Calama, coronel José Pérez Luco, ante el general Castillo y el
Presidente Frei.
El descubrimiento de las actividades conspirativas de Viaux, por las
autoridades del país y del Ejército, motivó su llamado a la capital una semana
antes de realizarse la Junta Anual Calificadora de Oficiales. Ante este sorpresivo
llamado Viaux reunió y alertó a sus subalternos a quienes les señaló “...que se
estaba tramando algo en su contra, en forma traidora y deleznable,” recibiendo
expresiones de lealtad de parte de los uniformados. 176
Tras su llegada a Santiago el 2 de octubre, el general Viaux, sin el
consentimiento del Comandante en Jefe, realizó frustrados intentos por
comunicarse con el Presidente de la República. Luego de haber solicitado en tres
oportunidades una entrevista, Viaux fue notificado de que “el Presidente no
recibiría a ningún general antes de que se reúna la Junta Calificadora...”177 Los
frustrados intentos por comunicarse con el Presidente Frei se tradujeron finalmente
en el envío de una carta al Palacio de Gobierno en la que se detallaba la realidad
institucional y le solicitaba el retiro del alto mando del Ejército.178
Mientras Viaux realizó frustrados intentos por comunicarse con Frei, la Junta
Calificadora de oficiales comenzó a sesionar y el 16 de octubre se constituyó en
Consejo. En este encuentro el general Pablo Schaffhauser procedió a dar lectura a
la investigación sumaria por los actos de insubordinación ocurridos durante las
últimas Fiestas Patrias,179 y más tarde el general Castillo procedió a llamar a retiro
a tres generales, entre ellos Viaux, quien se negó a cursar su expediente de
retiro.180
Con esta negativa actitud, Viaux buscó ejecutar su plan de golpe de
estado. En este contexto se explica su súbito abandono de la capital el mismo 16
de octubre y su posterior arribo a la ciudad de La Serena, en donde buscó plegar
sin éxito al Regimiento Arica.181 Una vez en Antofagasta, reunió a sus oficiales y les
comunicó su llamado a retiro y su negativa de entregar el cargo.
Las muestras de adhesión de algunos oficiales se vieron desvanecidas al
tomar la palabra el teniente coronel Nilo Floody, quien se dirigió a Viaux señalando

175 El Secretario de Estado obtuvo la información a través de Guillermo Carey Tagle, abogado adinerado y cercano a la DC. Este
último conoció las intenciones de Viaux luego de entrevistarse con Mora en un ágape militar que reunió a la generación del 59, en
donde Mora y Carey resultaron ser compañeros de curso. ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
176 Viaux fue llamado antes para entregar el plan de operaciones que nunca ideó para su división. ENTREVISTA General Manuel

Torres de la Cruz. 23/03/95.-


177 El Presidente por costumbre no recibe a ningún General mientras está en ejercicio la Junta Calificadora de Oficiales para no

entorpecer la labor de la Junta encargada de los ascensos o bajas que más tarde firma el Presidente.
178 La carta fue enviada por Viaux a través de su hermana. Esta acción, según la apreciación del general Manuel Torres, fue la más

dañina de todas las que realizó Viaux, la autoría intelectual del estudio que él hizo suyo corresponde al Consejo de Generales que en
reuniones anteriores venía estudiando la situación del Ejército. Viaux lo único que hizo fue firmar estos estudios como propios y
añadir la solicitud de retiro del alto mando. ENTREVISTA General Manuel Torres de la Cruz. 23/03/95.-
179 Detalles en torno a este informe EN: Canessa; Julio. Op cit. Pág. 125.-
180 Junto a Viaux fueron llamados a retiro los generales Florián Silva y Manuel Pinochet.
181 Al general Viaux se le había ofrecido un cupo en el avión que llevaría al general interventor y al relevo de Viaux a la ciudad de

Antofagasta el día 17, pero éste no aceptó. Viajó por tierra a La Serena donde fracasó en su objetivo. ENTREVISTA General Ramón
Valdés M 26/09/95.-

50

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

“...francamente nosotros estamos...pero tenemos que obedecer la verticalidad del


mando. Si el Comandante en Jefe está en esto, nosotros vamos...” 182
Tras este fallido intento Viaux realizó un último esfuerzo al día siguiente de
haberse producido el traspaso del mando.183 En efecto, en la tarde del 18 de
octubre Viaux invitó a su domicilio a los segundos Comandantes de las Unidades
de la Primera División. La finalidad de la reunión fue incitarlos a apoderarse del
mando de las Unidades tomando presos a sus Comandantes.184
Mientras en el norte Viaux realizó frustrados intentos por convencer a sus ex
subalternos a rebelarse, la oficialidad que lo seguía en la capital se encontraba
profundamente desorientada.185 Tras las señales que finalmente envió desde el
norte, los oficiales que lo seguían en la capital comenzaron a preparar su
bienvenida, haciendo llegar al Presidente de la República una carta firmada por
una gran cantidad de uniformados, en la que se solicitaba el reintegro del general
a sus funciones.186
Tras el arribo de Viaux a Santiago187 la oficialidad rebelde de Ejército se
citó a una reunión extraordinaria en el “Centro Chilote”, mientras que la oficialidad
de la FACH lo hizo en las “Torres de Tajamar”. Los exacerbados ánimos
intervencionistas y la presencia en Santiago del líder natural para conducirlo,
hicieron decidir a ambos grupos a enviar emisarios a la casa del destituido
general.
La pasiva actitud con que recibió Viaux a las delegaciones de uniformados
sorprendió a los conjurados, quienes luego de conversar entre ellos acordaron
exigir a Viaux poner en marcha la acción de fuerza que se había planificado.188
Los ácidos argumentos esgrimidos por los oficiales no fueron suficientes para
despertar en el controvertido oficial la idea de protagonizar un golpe de estado,
decidiendo éste pasada la medianoche del 20 de octubre dirigirse al Regimiento
Tacna a liderar un movimiento de protesta y malestar institucional.189

182 Nilo Floody era un oficial con mucho liderazgo en la I División y no se encontraba dentro del grupo de oficiales con que Viaux
venía preparando el movimiento.
183 El traspaso del mando al general Galvarino Mandujano López, sirviendo como interventor el general Ramón Valdés, se realizó en

la más absoluta normalidad. ENTREVISTA General Ramón Valdés M. 26/09/95.-


184 Así lo recuerda el general Ramón Valdés quien debía traer a Viaux de regreso a Santiago. Ibid.
185 El capitán Mora recuerda que no sabían qué iba a suceder. Por ello viajaron al norte, por tierra, los oficiales Piedra Arangua y

Sansani a recibir órdenes de Viaux. Las señales fueron de “...que el 20 de octubre a las 18:30 horas lo estuvieran esperando la
máxima cantidad de oficiales en el aeropuerto de Los Cerrillos.” ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
186 Esta carta apareció en el diario La Segunda y una similar circuló en el diario Estrella del Norte de Antofagasta el día del cambio de

mando. Esto motivó el acuartelamiento de la guarnición de Santiago para impedir la bienvenida que le tenían preparada los oficiales a
Viaux en el aeropuerto. ENTREVISTA General Manuel Torres de la Cruz. 23/03/95.
187 Viaux debía concurrir al despacho del general Castillo pero no lo hizo. Una vez en su casa recibió al general Alfredo Carvajal quien

le comunicó que el general Castillo lo esperaba en su despacho al día siguiente y que tuviera el buen cuidado de no salir de su casa.
En pocas palabras Viaux estaba arrestado en su domicilio. ENTREVISTA General Manuel Torres de la Cruz. 23/03/95.-
188 Tanto Mora como Castro recuerdan que el general Viaux llegó muy desanimado desde el norte. El capitán Mora recuerda haber

increpado a Viaux con estas palabras: “Si usted no sale, la suboficialidad y la tropa van hacer quizá qué embarrada. La “aleonamos”,
la entrenamos, le dimos esperanza, y ahora usted no quiere ir...Si es así tendremos que salir solos con el Tacna.” ENTREVISTA
Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
189 Esto motivó el abandono de la FACH del movimiento. El coronel Carlos Castro señala que ellos no se habían preparado para

protagonizar una protesta sino un golpe de estado. ENTREVISTA Coronel Carlos S. 13/07/95.-

51

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

El ingreso de Viaux al Regimiento Tacna se produjo a las siete de la


mañana.190 A su llegada el Regimiento, ya se encontraba en armas junto a la
Escuela de Suboficiales. En este último lugar, el teniente Munizaga se dirigió a la
tropa diciendo “estamos revolucionados, el general Viaux manda el Ejército y
obedecemos sus órdenes.”191 En la Escuela Militar el movimiento también tuvo sus
repercusiones. El coronel Carlos Ossandón recuerda “que todos sin excepción
observamos con simpatía lo que estaba sucediendo...hubo algunos oficiales que
pretendieron salir en su apoyo, pero sus impulsos fueron controlados. Mas tarde,
cuando el general Emilio Cheyre, a cargo de las tropas que debían sofocar el
movimiento, solicitó nuestra ayuda, una amplia mayoría se negó a salir de la
Escuela en muestra de adhesión al general Viaux.”192
En relación a la actitud de las ramas de la Defensa Nacional y Carabineros
en el movimiento, los amotinados recuerdan haber recibido a delegaciones de
solidaridad de la Armada, Carabineros y la Fuerza Aérea.193
Mientras el alto mando reaccionó aceleradamente con miras a sofocar el
movimiento194 el general Viaux llamó a la prensa para aclarar que el movimiento
“...que se ha generado en el Ejército es absolutamente profesional, motivado por
la crítica situación económica que afectaba a las Fuerzas Armadas,” añadiendo
su acatamiento al Presidente de la República y a los poderes legítimamente
constituidos.195
El unánime respaldo que encontró en las Fuerzas Armadas el discurso
“gremialista” adoptado por los rebeldes, significó para el gobierno acatar las
condiciones exigidas por Viaux y que se encuentran resumidas en la discutida
“Acta del Tacna”.196
Como consecuencia del “Tacnazo” se llamó a retiro al entonces
Comandante en Jefe, Sergio Castillo y a seis oficiales generales. Igual suerte tuvo
el Ministro de Defensa Nacional, general ® Tulio Marambio. En relación a las
remuneraciones y el equipamiento militar fuentes pertenecientes a la institución
reconocen una mejoría. 197

190 Las fuertes medidas de seguridad de Viaux obligaron a disfrazarlo de anciano y sacarlo a las tres de la mañana de su domicilio.
Como todo auto era rastreado, se fue a San Bernardo, a la parcela de un oficial y allí espero la hora para regresar a Santiago y
tomarse el Tacna. ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
191 ENTREVISTA Teniente Raúl Munizaga N. 30/03/95.-
192 Al momento de producirse el “Tacnazo” Ossandón era el Subdirector de la Escuela Militar.-
193 Los amotinados recuerdan que recibieron delegaciones de solidaridad de la Armada, Carabineros a través de su general Director,

Vicente Huerta Celis, quien telefoneó al Regimiento y solidarizó con Viaux. Además de la activa participación del Grupo Móvil de la
institución en las inmediaciones del Regimiento. A pesar del retiro de la FACH, la mencionada institución se negó a bombardear el
Tacna cuando se le solicitó estudiar esa posibilidad, argumentando que volarían las manzanas vecinas. Este argumento que demostró
ser falso el 11 de septiembre. Por lo demás a través de estas actitudes de solidaridad es posible además encontrar las primeras
acciones monolíticas de las Fuerzas Armadas. ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
194 El general Cheyre estuvo a cargo de sofocar el movimiento. Un detalle de este hecho EN: Canessa; Julio. Op cit. Pág. 133
195 El carácter de “protesta” militar que le otorgó Viaux al movimiento durante las conferencias de prensa sorprendió a muchos

amotinados, quienes creían que el ingreso de Viaux al Tacna estaban protagonizando una intervención militar.
196 Un detalle de esta Acta EN: Varas; Florencia. Conversaciones con Viaux. Impresores Eire, Santiago 1972. Canessa; Julio. Op

cit.
197 Junto al general Castillo fueron llamados a retiro los generales Ramón Valdés, René Sagredo, Emilio Cheyre, Alfredo Carvajal,

Alfredo Manh y Jorge Rodríguez. En relación a las remuneraciones los oficiales consultados concuerdan en reconocer un aumento.
“...muchos oficiales al recibir su sueldo no podían creer el cambio.” En relación al equipamiento los trámites continuaron su curso
normal en el Congreso. ENTREVISTA Teniente Raúl Munizaga N 30/03/95.-

52

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Una vez que se dio por concluida, en la Justicia Militar, la investigación del
“Tacnazo”,198 surgió en la opinión pública la interrogante acerca de las
verdaderas razones que tuvo el general Viaux al acuartelarse en el “Tacna”. Si
hacemos un análisis del hecho, en forma aislada, la respuesta lógica sería decir
que éste no fue más que un acto de protesta militar, producida por la deficitaria
situación económica, que afectaba a las instituciones castrenses hacia fines de la
década del sesenta. El discurso gremial-corporativo que barajó Viaux durante el
acuartelamiento, y el respeto que declaró en las cuatro conferencias de prensa, al
gobierno y los poderes constituidos, nos permiten hacer esta aseveración.
Sin embargo, si analizamos las actividades desarrolladas por Viaux antes del
“Tacnazo” en la ciudad de Linares, Santiago y Antofagasta, nos topamos
necesariamente con intenciones abiertamente sediciosas abrigadas por el
general. ¿Por qué no se impuso el golpismo el 21 de octubre? ¿Por qué Viaux
cambió de parecer, si tres días antes del “Tacnazo” había intentado
infructuosamente levantar la Primera División de Ejército? El repentino cambio de
actitud se debió a que la supuesta acción de fuerza, que se daría en Santiago ese
21 de octubre, no se encontraba bien acabada. Prueba de ello lo constituyó la
división de las tropas que se produjo al interior del Ejército. De esta manera, Viaux
optó por modificar su táctica y no perderse como líder, presidiendo un movimiento
militar “aventurero”, sino que por el contrario, decidió mantenerse vigente ante sus
compañeros de armas encabezando un movimiento gremialista, que vino a
legitimarlo como líder indiscutido al interior de las Fuerzas Armadas.
El hecho de que el general Viaux no haya conducido una acción de fuerza
el 21 de octubre, no quiere decir que en él se hayan diluido su carácter
conspirativo. Su activa participación en el frustrado “putsch”, que terminó con la
vida del general Schneider, un año después del “Tacnazo” no indica lo contrario.
El hecho concreto es que si había de materializarse una acción de fuerza en Chile,
en octubre de 1969, el escenario propicio debía haber sido el norte de nuestro
país, pues allí se encontraba el motor de la planificación rebelde que Viaux había
implementado.
De esta manera es posible afirmar que el acuartelamiento del
“Tacna” fue la última acción- de muchas que se habían venido sucediendo desde
1967 que terminó por quebrar la disciplina institucional. Fue, en definitiva, un
escalofriante augurio para la ingrata tarea que debieron enfrentar los generales
René Schneider y Carlos Prats en la dirección del Ejército.
Por otro lado cabe aquí puntualizar que el quiebre institucional que se venía
gestando hacía meses en el Ejército y la FACH, fue acompañado de una ácida
crítica hacia el desempeño de los Comandos en Jefe de las Fuerzas Armadas
frente al gobierno. La “sumisa” postura del alto mando, denunciada por los
“rebeldes”, más que relacionarse con la personalidad de los oficiales, que
detentaron tales cargos, encuentra su respuesta en que ya a fines de la década
del sesenta, los uniformados estaban cuestionando en forma tácita la
institucionalidad del ´25, que no revestía de poderes extraordinarios y de suficiente

198 El Juez Militar, general Orlando Urbina condenó a 300 días de reclusión al general Viaux bajo el cargo de incumplimiento de
deberes militares. Esta pena se conmutó por la firma diaria en el Patronato de Reos. El capitán Víctor Mora recibió 200 días de
reclusión, la que finalmente fue remitida junto a la del mayor Orlando Orellana, los capitanes Julio Sarria, Edgardo Leiva y los
tenientes Jorge Morales y Raúl Munizaga. Todos ellos sentenciados a 61 días.-

53

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

independencia a los Jefes de las Fuerzas Armadas, frente a las decisiones


gubernamentales.
Por otro lado, detrás del discurso gremial-corporativo de Viaux y sus
seguidores, subsistió una crítica a la civilidad y, con ello, a la Carta Constitucional
que establecía que ella debía detentar el poder. El abandono y desprecio del que
fueron objeto las instituciones castrenses, al entrar en vigencia el período
presidencialista se agudizó bajo el gobierno de Frei. La pacifista postura con que
manejó la mencionada administración las relaciones exteriores, no ameritaron que
el gasto de defensa y la participación de los militares en las tareas del Estado
fueran mayores, acentuándose, de esta manera, la brecha que dividía al mundo
civil del militar.199
El fortalecimiento de los partidos izquierda, fue otro elemento que hizo crisis
para los uniformados a fines de los sesenta. La difusión de la DSN se transformó en
un fundamento ideológico sustantivo que los militares comenzaron a incorporar a
su crítico discurso contra el Estado. Por otro lado, su utilización cada vez más
frecuente para desbaratar conflictos sociales y políticos por parte del gobierno, se
transformó en el antecedente que comenzó a corroer, desde sus cimientos, la
postura constitucionalista que los sucesivos gobiernos desde el ´32 al ´69 les venían
obligando a adoptar, haciéndose imprescindible, de esta manera, para los
militares, participar activamente en las decisiones del quehacer nacional.
La crítica de orden político que subsistió detrás del aparente “gremialismo
uniformado” que inspiró al “Tacnazo” fue develada por los uniformados meses más
tarde. Las elecciones presidenciales de septiembre de 1970 así lo ameritaron.
Sobre este punto volveremos en el próximo capítulo.

d) El Discurso Legitimador de la Derecha:

Como lo estableciéramos en la introducción a este capítulo, los uniformados


interesados en modificar el “status quo” al cual estaban sometidas las Fuerzas
Armadas, entablaron relaciones con grupos civiles a fin de encontrar alguna
resonancia con sus ideas que les permitiera proyectar con éxito su alternativa
intervencionista.200

199 Bajo el gobierno de la DC, a iniciativa del ejecutivo, se crearon sólo cuatro proyectos referidos a las Fuerzas Armadas,
curiosamente dos de ellos promulgados luego del “Tacnazo”. La Ley que puso en marcha la Comisión Chilena de Energía Núclear
(1965); Departamento de Policía de Menores (1966); Entrega a la Subsecretaría de Guerra, la tutela de la Dirección General de
Deportes y Recreación (1970) y la Comisión Chilena Antártica, donde tenía participación el Jefe de Estado Mayor de la defensa
Nacional (1970) VER: Fruhling; Hugo, Portales; Carlos, Varas; Augusto: Estado y fuerzas armadas. FLACSO 1982. Pág. 74.-
200 En este mismo sentido es factible sostener que grupos civiles, interesados en aprovechar la crítica coyuntura que afectaba a los

uniformados, se acercaron a los representantes de las “células rebeldes”. La verdad parece indicar que se trató de un fenómeno en el
que convergieron intereses mutuos, pero que por razones metodológicas analizaremos en este trabajo sólo la perspectiva militar.

54

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Este contacto entre las partes es posible rastrearlo desde la “Reunión de la


Pilsener”, tras la que se pueden reconocer los primeros pasos de acercamiento
hacia algunos grupos civiles que se mostraron interesados en “conocer” las
inquietudes de los uniformados.201 En sus orígenes esta estrategia de “validación”
de la propuesta castrense hacia la civilidad no tuvo una orientación política
definida, iniciándose conversaciones con diversos grupos políticos, resultando el
Partido Nacional la agrupación política que logró “sintonizar” con las nociones de
país que comenzaron a encubarse al interior de los cuarteles.202
Al respecto tendríamos que partir aseverando que el PN y los uniformados
coincidieron en su análisis de cambiar el orden constitucional entonces vigente.
Esta intención en la mencionada agrupación partidaria, fue acompañada de un
coherente discurso político que rescató a los uniformados como elementos
imprescindibles del nuevo orden que llevaría a Chile al progreso.203 En este
sentido la importancia que otorga al S.M.O el mencionado partido y la similitud de
su propuesta con ideas provenientes de la emergente DSN, fueron elementos
que terminaron por sellar la unidad entre la “oficialidad rebelde” y este sector
político.204
Con el fin de comprender, a partir de sus orígenes, las características que
presentó este proceso de acercamiento, tenemos que necesariamente retroceder
algunos años para conocer la evolución que afectó a la derecha.
En efecto, el discurso y acción intervencionista que apareció liderando este
sector el 11 de septiembre, se comenzó a gestar décadas antes de asumirse como
un proyecto que identificó a la totalidad de la derecha. Si bien es cierto que éste
surgió en el seno de grupos marginales, como lo fueron las propuestas de grupos
nacionalistas de los años cuarenta y cincuenta, la adversa coyuntura política de
la década del sesenta terminó por identificar a gran parte de este sector con estas
ideas.205
En este sentido el grupo nacionalista liderado por Jorge Prat Echaurren,
parece ser el hilo conductor que nos permite recrear los orígenes del discurso
golpista que se impuso en 1973. En efecto, Prat fundó en la década del cuarenta

201 En efecto, uno de los líderes de esta reunión, el coronel Edgardo Fuerzalida Verdugo, recuerda que con el fin de dar publicidad al
encuentro se gestionó “...con un diario amigo la posibilidad de cubrir esta noticia...” El mencionado medio fue “El Diario Ilustrado”.
ENTREVISTA Coronel Edgardo Fuenzalida Verdugo 12/01/96.-
202 En efecto, los uniformados que participaron en estas reuniones reconocen que en sus orígenes se conversó con agrupaciones

políticas de izquierda, como el MIR y el Partido Socialista. Las distancias ideológicas entre los uniformados y la izquierda aún no eran
radicales al momento de producirse estos encuentros. En las páginas 73 y 74, pertenecientes al próximo capítulo, entregamos
mayores antecedentes acerca de estas conversaciones.
203 Estas ideas se encuentran presentes en el punto número diecisiete de los fundamentos doctrinarios y programáticos del

mencionado partido. Esta idea de Fuerzas Armadas como elementos importantes de la nueva sociedad, cedió, bajo la administración
de Allende, a la de salvadores y gestores del cambio que Chile requería. Todo parece indicar que el Triunfo de la Izquierda en 1970
transforma a los uniformados en piezas claves para la derecha. EN: Fundamentos doctrinarios y programáticos del Partido Nacional.
Santiago, 1968.-
204 Al respecto, el ya citado documento de los fundamentos doctrinarios y programáticos del PN, hace mención al SMO como una

verdadera escuela para la juventud chilena en la que se adquieren los más sentidos valores y principios. En este mismo sentido
Sergio Onofre Jarpa, dirigente del PN, realiza una larga exposición en torno a la seguridad nacional. Llama la atención la facilidad de
este estadista en el manejo de estos conceptos, que para el común de los miembros de la clase política de los setenta, eran
prácticamente desconocidos. EN: Jarpa; Sergio: Creo en chile. Sociedad Impresora de Chile, 1973.-
205 En efecto, esta propuesta surgió en el seno de la derecha marginal, como lo fueron los grupos nacionalistas en los cuarenta y

cincuenta. Nos referimos al Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista y el Grupo Estanquero. Un estudio interesante acerca de
estas dos agrupaciones EN: Valdivia; Verónica. Op cit.

55

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

la Revista Estanquero, medio de comunicación a través del cual se desarrolló una


ácida crítica al sistema político del ´25, que fue calificado de “servil a la clase
política de turno en desmedro de los grandes intereses nacionales, señalando a las
Fuerzas Armadas, como el único estamento de la sociedad, que no se encontraba
contaminado con la lógica de intereses particularistas.”206
El cuestionamiento que realizó Estanquero al sistema democrático y el
rescate de las instituciones castrenses, aparece valorado por la derecha en un
contexto de crisis interna en los años sesenta que se expresó en la fundación del
Partido Nacional en 1966.207
En efecto, la crisis que afectó a Conservadores, Liberales y Nacionales hacia
la década del sesenta y cuya máxima expresión fue la derrota electoral en las
elecciones parlamentarias de 1965,208 más que vincularse con la crisis en la que
terminó el gobierno de Jorge Alessandri, obedeció a la incapacidad de la
derecha de generar un discurso atrayente. En efecto, el fortalecimiento de los
proyectos políticos progresistas, dejaron a este sector sin un proyecto político que
cautivara al electorado, resultando fundamental aunar fuerzas al interior del sector
fin de mantener vigente a la derecha como alternativa política.209
La unidad del sector no fue tarea fácil. Podríamos señalar que en un primer
momento se mantuvo por una necesidad estratégica que buscó fortalecer la
imagen de la derecha ante la opinión pública. Más adelante, hacia fines del
gobierno del Presidente Frei Montalva, es posible evidenciar la fuerza que adquirió
el proyecto Estanquero al interior del PN al lograr unidad en torno a la necesidad
de un cambio institucional que garantizara la proyección de la derecha en el
tiempo, no logrando, sin embargo, aunar fuerzas en torno al modelo de desarrollo
que proyectase mejor al capitalismo y las características que tendría el nuevo
orden político.210
El divorcio que emprendió este sector contra el orden constitucional no fue
un fenómeno realizado en forma drástica. Hacia fines de la década del sesenta es
posible evidenciar la presencia de un discurso contestatario frente a los cambios
sociales que la administración democratacristiana implementaba, realizando en
ella una crítica tangencial al sistema democrático del ´25.211 El velado discurso

206 Varas; Augusto. Op cit. Pág. 154.-


207 En el PN confluyeron el Partido Conservador, Liberal y el grupo nacionalista de Jorge Prat conocido como Acción Nacional.
208 En la elección parlamentaria de 1965, la derecha sufrió una de sus peores derrotas. Sólo lograron elegir a 9 diputados y ningún

senador. La votación de los liberales conservadores y nacionales sumó un 13% de los sufragios. Mayores antecedentes acerca de
este proceso EN: Moulián; Tomás: La forja de ilusiones. El Sistema de Partidos 1932-1973. ARCIS-FLACSO 1993.
209 La reforma agraria, la sindicalización campesina, la nacionalización del cobre, entre otras, eran temáticas altamente sensibles en el

electorado chileno. La oportunidad de hacerlos realidad, luego de los frustrados intentos radicales, terminaron por orientar al
electorado hacia aquellas propuestas políticas que apostaban al cambio, quedando de esta forma la derecha sin un discurso lo
suficientemente atrayente. En este contexto se inscribe la debacle electoral del ´65 y el atrincheramiento de las derechas en un sólo
partido en 1966.-
210 Por lo menos así lo recuerda el ex senador Francisco Bulnes Sanfuentes, quien señala que no fue fácil poner de acuerdo a

sensibilidades tan diferentes, como liberales, conservadores y nacionalistas. De todas las corrientes la que contaba con un proyecto
más acabado hacia este período correspondió a Acción Nacional, es decir, los herederos del grupo nacionalista Estanquero. Esto se
reflejó en que sus dirigentes asumieron el liderazgo del nuevo partido. Figuras como Jorge Prat, Sergio Onofre Jarpa, Mario Arnello,
entre otros, fueron los nuevos rostros de la derecha. Así como también su proyecto político terminó por ser adoptado por el partido. Al
respecto, el ex senador Bulnes se refiere a Jorge Prat como un “político visionario”. ENTREVISTA Ex Senador Francisco Bulnes S.
30/09/96.-
211 La adhesión al discurso Estanquero no fue brusco. Los sectores de derecha que convergieron en el PN lentamente se comenzaron

a dar cuenta que el modelo democrático del ´25 no les reportaba garantías para el futuro. El triunfo de la izquierda más adelante

56

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

que llevó acabo el PN contra al orden vigente, fue necesario a fin de ser
consecuentes con el apoyo a la candidatura del independiente Jorge Alessandri
en las elecciones de 1970, que se inscribía dentro de los cánones legales
rechazados por la derecha.212
Por otro lado, la adopción de la derecha de la propuesta política de
Estanquero se expresó en un acercamiento hacia las Fuerzas Armadas. En efecto,
la indiferencia o el desprecio con que muchos conservadores y liberales venían
tratando a los temas castrenses, cedió a una preocupación por las demandas
corporativas de los uniformados al fundarse el PN.213 En este sentido el Congreso y
los medios de comunicación manejados por este sector se transformaron en
verdaderos voceros de las demandas que la oficialidad joven comenzó a hacer
pública a partir de 1967. Este abierto apoyo político fue acompañado de
actividades secretas en las que se alentaron los actos sediciosos que se
comenzaron a implementar por los “rebeldes”.214
La postura defensiva que caracterizó al PN frente a las demandas de los
uniformados en el congreso, quedó graficada cuando éste, discutió el reajuste
extraordinario de remuneraciones del personal de las instituciones de la defensa
en 1968. En esa oportunidad los representantes del PN fueron los primeros en
hacer indicaciones al proyecto original enviado por el Presidente Frei.215 En este
mismo sentido, tras los sucesos del “Tacna”, este sector declaró en el hemiciclo del
Senado que la pasada “protesta militar” fue “la culminación de una tendencia
hacia la anarquía y la subversión desarrollada progresivamente en el curso del
actual gobierno...él ha hecho grave abandono de las más delicadas funciones
que le son propias...” Con estas últimas declaraciones el PN culpó al gobierno
democratacristiano de la crisis militar, justificando de esta manera la actitud de los
“rebeldes” al tomarse el “Tacna”.216
En relación a la identificación que expresó el PN hacia las demandas de los
uniformados en sus medios de prensa, “El Mercurio” fue el menos consultado para

terminó por convencer a muchos indecisos. Una situación similar ocurrirá bajo el gobierno de la UP en torno a la intervención de las
Fuerzas Armadas. Esta salida comenzó a ganar lentamente adeptos al interior del partido hasta que fue mayoritaria el 11 de
septiembre.
212 En este sentido tendríamos que señalar que el apoyo a una candidatura presidencial bajo cánones legales no compartidos por la

derecha obedecía a razones de imagen. El PN no pretendió transformarse rápidamente en una agrupación anti-sistémica. Para estos
fines la derecha fundó Patria y Libertad más adelante. Por otro lado, el propio senador Francisco Bulnes recuerda que Jorge
Alessandri pensó en llamar a los militares si no lo dejaban gobernar en su eventual gobierno, lo que demuestra el endeble
compromiso con los marcos constitucionales que tenía la derecha.
213 En relación a la postura que tuvieron algunos políticos de derecha antes de fundarse el PN revisar página 37 del capítulo primero.
214 Entre los principales órganos de difusión a través de los cuales la oficialidad rebelde dio a conocer sus demandas podemos

mencionar el ya citado El Diario El Ilustrado; Tribuna y los pertenecientes a la cadena periodística de El Mercurio, tales como, La
Segunda, Estrella del Norte y el propio Mercurio de Santiago. Al respecto VER: El Diario Ilustrado 27/04/68 Pág 6;01/05/68 pág 5;
03/05/68 Pág. 2; 14/09/69 Pág. 6; 21/10/69 Portada y Pág. 2; 30/10/69 Pág. 2. El Mercurio 09/07/67 Pág. 2; Revista Tacna Nº 1
septiembre-octubre 1970. Entre otras ediciones.
215 En relación a este proyecto enviado por el gobierno a raíz de las “renuncias” el PN argumentaba que la problemática de

remuneraciones del personal de las Fuerzas Armadas, no pasaba por la aprobación de un “bono recompensatorio”, sino que en la
fijación de los sueldos bases, que correspondían a cada grado del escalafón. La derecha denunciaba al mismo tiempo que con la
asignación de los suplementos salariales, el gobierno perjudicaba las jubilaciones de los uniformados, puesto que los mencionados
bonos no son considerados en la previsión de los militares. Con este último argumento la derecha tocaba un punto sensible para los
uniformados que se encontraban en retiro y que sin lugar a dudas resultaban ser una opinión influyente dentro de las Fuerzas
Armadas. Hacia 1968 el personal pasivo de las FF.AA era de alrededor de 53.000 hombres. EN : Alvarez; Rolando, et al. Op cit. Pág.
202.
216 EN: Alvarez; Rolando. et al. Op cit. Pág. 203.

57

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

estos fines, no dejando de ser decidor su ya citada página editorial del 09 de julio
de 1967, en donde el Coronel NN además de referirse a la crítica situación
castrense e irónicamente cuestionar el constitucionalismo que regía a los
uniformados, vertió una ácida crítica hacia los dirigentes del FRAP que se
presentaban “como los campeones del mejoramiento económico de los cuadros
de la Defensa Nacional”, utilización política que el alto oficial aprovechaba de
denunciar a través de las páginas de “El Mercurio”.
El vespertino “La Segunda”, perteneciente a la empresa periodística de “El
Mercurio”, tuvo una actitud más comprometida con la problemática militar. En
este sentido la publicación, en primera plana, de la carta de apoyo de oficiales al
general Viaux, es posible interpretarla como un verdadero llamado a la solidaridad
con el destituido oficial.217
En relación a identificación que caracterizó a “El Diario Ilustrado” con las
demandas castrenses, ésta alcanzó su punto más significativo el mismo día del
“Tacnazo” cuando, por “casualidad”, en su primera plana apareció un cuadro
comparativo de los sueldos que percibían los empleados fiscales, quedando en
evidencia la deficitaria situación económica por la que atravesaban las familias
militares.
La “sensibilidad” del PN frente a la crisis militar también se vio acompañada
de acciones encubiertas, que alentaban las tentativas intervencionistas que se
implementaban en los cuarteles. En este contexto se inscriben las reuniones
clandestinas, que sostuvieron líderes de derecha, con los dos movimientos militares
que estallaron en 1969. Si bien es cierto que no es posible señalar el número de
ellas y los personajes que participaron,218 resulta ilustrativa la actitud de Sergio
Onofre Jarpa, Miguel Angel Salazar, Mario Arnello, Engelberto Frías, Raúl Zillaruelo y
Pío Cifuentes, en arrastrar al Grupo 7 de la FACH al movimiento del “Tacna” el 21
de octubre.219
Frente a las acusaciones de sedición que pesaron contra el PN luego del
“Tacnazo”, su presidente declaró que el movimiento militar “no tuvo intenciones
de derrocar al gobierno, que a su partido se le intentó comprometer a través de
una serie de informaciones falsas y hechos distorsionados,” declarando finalmente
sentirse ajeno a cualquier intento de subvertir el orden institucional. 220
La complicidad que se desprende en estas declaraciones con la “causa de
la oficialidad rebelde”, al no reconocer el atentado al orden establecido que
subsistió detrás del “Tacnazo”, terminó acercar a ambos sectores. Sólo el tiempo y
la polarizada coyuntura política de los años posteriores terminaron por masificar

217 Una actitud similar tuvo el diario Estrella del Norte y El Mercurio de Antofagasta pertenecientes a la misma empresa periodística
con una carta de apoyo de la oficialidad de norte al general Viaux. Ver ediciones de ambos diarios del 16/10/69.
218 Los oficiales entrevistados que admiten estas reuniones reservándose nombres y puntos de encuentros.
219 En efecto, el entonces Comandante del Grupo 7 de la FACH detuvo el 21 de octubre de 1969 a los mencionados personajes por

pretender arrastrar a esta unidad al movimiento del Regimiento Tacna. al respecto VER: Diario La Nación. 25/10/69. en donde se
señala que dichos personajes fueron detenidos cuando intentaban convencer, mediante arengas, a los aviadores del grupo 7 de
apoyar el movimiento que se había originado en el Ejército Al respecto, anecdótico debió haber sido para Fernando Matthei, entonces
Comandante del grupo 7, encontrarse años más tarde con Jarpa en el gobierno militar.
220 Cuando el entonces presidente del PN se refería a informaciones falsas y distorsionadas, aludía a la denuncia del coronel Matthei

y las que hiciera el general Prats desde la III División de Ejército.

58

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

esta unión, que hacia fines de la década del sesenta se encontraba representada
por la inquieta oficialidad joven y la dirección del Partido Nacional.

Capítulo Tercero: “El Ultimo Intento de la Oficialidad Joven”.

La crisis institucional que venía afectando a las Fuerzas Armadas y cuya


mayor expresión en la década del sesenta fue el “Tacnazo”, se mantuvo vigente
al interior de los cuarteles luego del 21 de octubre de 1969.
El carácter de reivindicación económica que adquirió el movimiento del
“Tacna”, no logró abarcar la totalidad de la problemática militar, quedando fuera
de éste otros aspectos como el fortalecimiento de la izquierda, el surgimiento de
grupos antisistémicos como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), y la
sostenida política de marginación castrense de las tareas del Estado que se había
profundizado bajo el gobierno democratacristiano.
Estas dos últimas temáticas se constituyeron, como lo veremos en el
presente capítulo, en las principales banderas de lucha de la oficialidad rebelde

59

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

en el año setenta, que reforzados por la contingencia político-social pre


eleccionaria, encontraron su validación en algunos sectores de la comunidad civil.
En este contexto de reedición de la problemática castrense a partir de un
discurso abiertamente político, es importante analizar la compleja personalidad
del general (r) Roberto Viaux, que había fortalecido su imagen de líder y
conductor del malestar de las Fuerzas Armadas. Analizar su pensamiento político y
sus acciones resultan fundamentales para comprender los pasos que siguió la
alternativa intervencionista luego del “Tacnazo”, que como veremos en las
siguientes páginas, implementó dos frustrados “putsch” en 1970. La complejidad
que guarda cada uno de ellos amerita que sean expuestos en capítulos diferentes,
por lo que en el presente capítulo profundizaremos sólo en el primero de ellos.
Nos parece relevante también, conocer las estrategias que paralelamente
implementaron los respectivos mandos de las Fuerzas Armadas para recuperar la
disciplina, verticalidad del mando y apoliticismo de las instituciones de la defensa.
A través de este análisis podremos profundizar nuestros conocimientos entorno a la
lid intestina que se venía librando en los cuarteles en relación al “deber ser” de las
Fuerzas Armadas.221
La hipótesis que guía el presente capítulo se relaciona con que los
uniformados como actores políticos-sociales, con demandas e intereses propios,
vieron en el modelo democrático del ´25 y las relaciones cívico-militares a las que
dicho modelo las confinaba, un obstáculo para su desarrollo y misión profesional.

a) Pensamiento Político: “ Viaux el Ultimo Resabio Ibañista.”

Las diferentes estrategias a través de las cuales el general Viaux buscó


materializar un golpe de estado, no respondieron sólo a las circunstancias
coyunturales que le correspondió vivir al controvertido oficial, sino que también a
una arraigada cosmovisión militar de marcado tinte ibañista.222
Los primeros indicios de esta influencia que ejerció el general Ibáñez en el
accionar de Roberto Viaux se remontan a 1955, cuando un importante número de
oficiales de Ejército y de la Fuerza Aérea dieron vida al movimiento de “Línea
Recta”.223 La trascendencia que tuvo este movimiento, en el discurso que
adoptó Viaux quince años más tarde amerita que nos detengamos en él. En

221 Si bien es cierto que después del “Tacnazo” las Fuerzas Armadas sintieron la necesidad de revisar el modelo de relación civil-
militar, no deja de ser menos cierto sostener que no hubo acuerdo en el seno de las mismas en torno a las características del nuevo
modelo a seguir. Mientras unos fueron partidarios de realizar modificaciones al entonces vigente, con la finalidad de lograr una

mayor independencia en lo que administración de las mismas, otros, apelaban a la destrucción del modelo entonces imperante con el
fin de construir una relación civil-militar en donde los uniformados desempeñaran un rol más protagónico en las tareas del Estado.
222 El “ibañismo” de Viaux lo encontramos en el seno de su familia y por lo tanto en su educación. El padre de Viaux, también general

de Ejército, fue el último General Director de Carabineros que salió de las filas del Ejército. Ambrosio Viaux Aguilar, se le recuerda
como uno de los servidores cercanos a Ibáñez en su primera administración de gobierno (1927-1931) Fue llamado a retiro, junto a
otros oficiales “ibañistas”, bajo el segundo gobierno de Arturo Alessandri. EN: Maldonado; Carlos. Op. cit. Pág. 95.
223 En su segunda administración ( 1952-1958), Ibáñez, debió enfrentar una aguda crisis económica, social y política, que lo llevó a

volver sus ojos hacia la institución que lo había acompañado durante todo su primer gobierno, con la finalidad de imponer un gobierno
autoritario y fuerte, que le permitiese terminar con la tenaz oposición del congreso y la Contraloría General de la República. Este
movimiento militar se conoció como “Línea Recta”. Mayores antecedentes acerca de este proceso EN: Olavarría; Arturo:
Confesiones políticas. Editorial Zig Zag 1958. Pág. 304; Alvarez; Rolando. Op cit. Capítulo V. Págs. 148-183

60

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

efecto, si leemos atentamente el “Manifiesto de los Rectistas”, la regeneración


nacional que proponen es de corte nacionalista, antipartidista y corporativa,
conceptos que engloban sin mayores dificultades el discurso y accionar “viauxista”
de los años setenta.
El carácter nacionalista del “rectismo” se desprende de la formación militar
de sus miembros. En efecto, para esta agrupación la única organización que
sintetiza mejor los más sentidos valores y tradiciones patrias son las Fuerzas
Armadas. Esto se refleja, según el rectismo, en su “...conciencia vigilante y
limpia...decididos a sacrificarse por la Patria, dotados de reconocida capacidad
técnica, dueños de una irreprochable conducta pública y privada...”224
Esta concepción eminentemente supraclasista, que pone a las instituciones
de la defensa nacional, por sobre las divisiones y conflictos políticos presentes en la
comunidad civil, aparece como uno de los ejes fundamentales en los que
descansó el discurso del general Viaux.225 Frente a la crisis político-social que
afectó a nuestro país hacia la década del sesenta, Viaux señalaba que resultaba
fundamental imponer un “nuevo régimen, que debía estar al servicio de los
grandes intereses nacionales...”226 Este nuevo orden nacional, añadía, debía ser
conducido por un gobierno fuerte, similar al que lideró Ibáñez en los años veinte,
“cuya tendencia ideológica no puede ser otra que la de todos, es decir, la
Nación.”227
En relación al corporativismo, Línea Recta postulaba a “un Chile mejor,
forjado por los mejores chilenos para que todos los chilenos vivan mejor.”228 En
relación a este planteamiento, Viaux señalaba que el proceso de “regeneración
nacional” no podía ser liderado “...por los elementos comprometidos e implicados
en la corrupción política-moral...”229 que afectaba al país. Añadiendo por último
que “si alguna vez me cupiera alguna responsabilidad, en la conducción del
Estado, mi línea moral no podría ser otra que la del interés comunitario...”230
El carácter corporativo de ambos discursos, está acompañado de una
profunda crítica a los partidos políticos. En efecto, el antipartidismo de Línea Recta
se expresaba en que las organizaciones políticas “...han hecho del país una tierra
de conquista, dividiendo a los chilenos...minimizando los altos objetivos de la
política para transformarlos en reparto de privilegios...y abusando del poder.”231
En este mismo sentido, Viaux llamaba a una “revolución contra la demagogia y
contra la minoría depredadora y parasitaria...(contra) el canibalismo político y
social, alimentado paradojalmente, por quienes llevan siempre la palabra
“democracia” entre los labios.”232

224 Olavarría; Arturo. Op cit. Pág. 309-310.


225 El general Viaux bosquejó su pensamiento político en dos discursos públicos en 1970 que fueron publicados por la Revista
Nacionalista Tizona. El Primero de ellos corresponde al “Discurso del Circulo Español” del 07 de febrero de 1970, titulado El ejercito y
el destino nacional”. El segundo de ellos corresponde al “Discurso de la Quinta de Rosedal” en junio del mismo año, titulado El
pensamiento político del general Viaux”
226 Viaux; Roberto. “El pensamiento político.” Revista Tizona Nº 13 Julio de 1970 Pág. 4 y 5.
227 Viaux; Roberto. Op. Cit. Pág. 2 y 3
228 Olavarría; Arturo. Op cit. Pág. 310.
229 Viaux; Roberto. Op cit. Pág. 3.
230 Viaux; Roberto. Op cit Pág. 5
231 Olavarría; Arturo. Op cit Pág. 308.-
232 Viaux; Roberto. Op cit. Pág. 5

61

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La simetría existente entre ambos discursos es perfecta, no dejando lugar a


las dudas de que el general Viaux, además de encontrarse profundamente
influenciado por el pensamiento nacionalista del ibañismo, pretendió imitar su
maniobrar político para alcanzar sus objetivos. Dentro de este último aspecto
cabe mencionar el caudillismo político-militar de ambos uniformados, su
sentimiento de predestinación mesiánica para resolver los problemas nacionales y
el carácter velado de su liderazgo en los diferentes movimientos militares.
El caudillismo que caracterizó al general Ibáñez se manifestó a través “de
rasgos carismáticos y populistas por sobre los elementos proyectuales y de
organización”,233 que lo mantuvieron vigente en el escenario político durante
treinta años. Este desenvolvimiento, en la arena político-social, intentó ser
reeditado por Viaux luego del Tacnazo, obteniendo con ellos, sin embargo,
magros resultados.234
El discurso mesiánico que particularizó al general Ibáñez como actor
político, se basó en ideas “...más bien emotivas que buscaban despertar
sensibilidades latentes, a punto de aflorar dado el contexto socio-político-
económico existente. Su referencia a nociones como raza, alma colectiva, destino
de la Nación, buscaban responder al enfoque racionalista de sus opositores y
movilizar a la sociedad en torno a valores “trascendentes” e inmutables...La
salvación de la Patria, por tanto, requería a la nación entera movilizada tras el
caudillo.”235
En este mismo sentido el general Viaux señalaba en febrero de 1970 que la
“acción depuradora” de la Nación debía realizarse con el empuje del pueblo;
“desde el minero al campesino; del empleado al pescador; del obrero, al
intelectual y al soldado...todos ellos constituyen la palanca generosa de la
acción.” Rescatando como elemento eje de esta “renovación nacional” el aporte
de la juventud “...que no tiene complicidad con el pasado y están libres de
prejuicios paralizantes...que no necesitan programas dogmáticos que marquen un
fin, sino ideales que señalen el camino.”236
En el citado discurso de 1970, Viaux especificaba la necesidad de un nuevo
marco institucional para el país. En esta materia el “caudillo” de los setenta
evocaba “el impulso patriótico de la oficialidad joven en 1925, que hizo entrar a
Chile en un nuevo camino de progreso, hoy erosionado y entorpecido por el
renacimiento de las tendencias, hábitos y vicios políticos, que trató de proscribir la
Carta Constitucional”.237 Para Viaux, la nueva Carta Fundamental que debía

233 Valdivia; Verónica: Nacionalismo e ibañismo. Serie de Investigaciones Universidad Católica Blas Cañas. Nº 8 1995. Pág 34.-
234 En efecto, luego del “Tacnazo” el general Viaux lideró dos frustrados “putsch”. El primero correspondió a un proyecto sedicioso en
el que participó la oficialidad joven que lo había acompañado durante el “Tacnazo” y que en el presente capítulo será desarrollado. El
segundo se relaciona con el intento de secuestro con resultado de muerte del general Schneider.
235 Valdivia; Verónica. Op cit. Pág. 36.
236 Viaux; Roberto. Op cit. Pág. 2. Con este último argumento, el general Viaux rescataba, además, parte del emotivo discurso

nacionalsindicalista de los años cincuenta, que establecía que “era deber de los jóvenes endurecerse para derrotar a los enemigos de
Chile...puesto que el cambio radical no podía provenir de las masas dominadas por el sistema, sino por aquellos aún incontaminados,
capaces de actos y vidas trascendentes” que le permitiesen contar con una plataforma de apoyo político social para su
“protagonismo” futuro. EN: Valdivia; Verónica. Op cit. Pág. 29.
237 Dentro de la “imitación” que realizó el general Viaux respecto a Ibáñez, se inscribe la adopción del discurso “gremial-corporativo”

como una forma de ganar la simpatía de la oficialidad joven. El poderoso respaldo que significó para el caudillo de la primera mitad de
siglo, el apoyo de la oficialidad joven, fue la herramienta con la que pretendió Viaux instalarse en el poder. A partir de lo anterior, es
posible comprender que, incluso dentro del grupo dirigente que acompañó a Viaux, en su aventura en el “Tacna”, el oficial que lo

62

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

poner fin a la “politiquería y la corrupción”, comprendía sustancialmente dos


aspectos. En primer lugar, la organización política del país, perfeccionando
radicalmente el sistema de gobierno, lo que involucra realizar una reforma política
amplia y profunda, llamada a producir, entre otros efectos, una drástica
depuración de vicios e inconvenientes actuales. El segundo elemento de la
reforma comprendía el área económica. En este sentido señalaba la necesidad
de garantizar la justicia económico-social, sobre la base del integral
desenvolvimiento de la personalidad humana.”238
En relación al primer punto, Viaux profundiza sus ideas señalando la
excesiva burocratización que afectaba al sistema político del ´25, señalando,
como principales responsables de este “estancamiento”, a “los partidos políticos
que anteponen a los intereses nacionales los particulares y de grupo.”239 En
materia económica, el general Viaux señala que el sistema mixto era el único que
permitía al Estado “asegurar a cada chileno un mínimo necesario, que garantice
su subsistencia y desarrollo...” 240
La escasa fundamentación con que Viaux entrega los lineamientos
generales de esta nueva institucionalidad, que debe regir los destinos del país, no
permiten un análisis más profundo de ellos. Los mecanismos a través de los cuales
se iba a llevar acabo esta “depuración política y justicia económica” no son
desarrollados por Viaux.
Si bien es cierto que el tiempo que ha transcurrido, desde que fueron
lanzadas estas ideas hasta nuestros días, se transforman en un “obstáculo” para
un análisis profundo, creemos que la ambigüedad e inconsistencia con fueron
planteadas, más que relacionarse con una característica personal del caudillo, se
vinculan a una falencia que afectó a la oficialidad de las Fuerzas Armadas del
período. Como ya lo hemos señalado sólo después de 1962 los uniformados
tuvieron acceso a una serie de conocimientos que antiguamente estaban
“vedados” para un profesional de las armas. Si bien es cierto que tanto Ibáñez
como Viaux han gozado de la formación necesaria para plantear los “grandes
problemas nacionales”, no es menos cierto que a la hora de proponer soluciones
concretas y aplicables a los escollos que denuncian, topan con serias dificultades,
siendo ellas vacíos de formación o ausencia de un criterio militar homogéneo. 241
Finalmente la estrecha relación de Viaux con el ibañismo, se manifestó en el
“modus operandi” que intentó reeditar el controvertido oficial luego del
“Tacnazo”. En los dos movimientos militares que estallaron en 1970, la figura de
Viaux-líder resultó fundamental para implementar e intentar arrastrar a un
considerable número de uniformados a la acción sediciosa, actuando éste como

seguía en antigüedad haya sido un teniente-coronel. Así como también, que la orientación de su discurso pretendiera despertar las
sensibilidades y “espíritu de rebeldía” en el estamento joven de la oficialidad, no descartándose con ello la adhesión que pudiese
encontrar en las altas esferas castrenses.
238 Viaux; Roberto. Op cit. Pág. 3.
239 ENTREVISTA General Roberto Viaux M. 18/01/95.
240 ENTREVISTA General Roberto Viaux M. 18/01/95.-
241 Junto a los vacíos de formación ya señalados, en algunas oportunidades los militares también han demostrado no tener criterios

uniformes para enfrentar los problemas. Un buen ejemplo de ello fueron las disputas que se libraron al interior de la junta de gobierno
en 1977-78 por las directrices económico-sociales adoptadas por el gobierno militar y que terminaron con la salida del general
Gustavo Leigh del gobierno. Mayores antecedentes de este hecho EN: Varas; Florencia. Leigh el General disidente. Editorial
Aconcagua año 1979.

63

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

un verdadero “imán-garantizador” que, a través de terceros, intentó alcanzar sus


objetivos.
Esta estrategia de estar detrás de los movimientos militares, como garantía
y, por lo tanto, como elemento atrayente, fue la que utilizó el propio Ibáñez
durante la primera mitad del siglo XX, y que le permitió, en reiteradas
oportunidades, pasar invicto ante los Tribunales de Justicia.242 En este sentido
Viaux careció del olfato político que distinguió a Ibáñez en este tipo de aventuras.
Sólo en el movimiento de febrero de 1970 logró eludir responsabilidades,
demostrando inexperiencia meses más tarde.243
Por otro lado, resulta necesario añadir que, en este aspecto de evocación
del “glorioso ibañismo”, se manifestó además una suerte de “apego” al período
histórico, en el que actuó el otrora caudillo militar. En este sentido es importante
señalar que la primitiva operación militar que pretendió liderar Viaux en la ciudad
de Antofagasta, se asemeja bastante al que llevó a cabo el general Pedro
Vignola en la misma ciudad el 14 de septiembre de 1931, difiriendo solamente en
el objetivo que se pretendió alcanzar. Mientras el primero pretendió derrocar al
gobierno de la Democracia Cristiana e imponer un régimen fuerte, el segundo, a
través de un movimiento militar, con fines civilistas, intentó terminar con la
injerencia de Ibáñez y de las Fuerzas Armadas en la arena política.244
Entre las similitudes operativas de Viaux con Ibáñez, se inscribe además la
fundación del movimiento “pro-viauxista” que se denominó Alianza Nacionalista. A
este grupo confluyeron uniformados en retiro-y veladamente personal activo- que
se sintió identificado con el discurso del caudillo. El objetivo de este movimiento
fue el de “...crear y otorgar un respaldo popular al general Viaux...que le
permitiese proyectar su imagen en el tiempo.”245 De esta manera, la ya
conocida estrategia ibañista de ampararse en organizaciones de carácter
político, como la Alianza Libertadora de fines de los años treinta y las conocidas
simpatías que siempre mantuvo en el grupo Estanquero y el Movimiento
Revolucionario Nacional Sindicalista (M.R.N.S) de los años cincuenta, fue la línea
de acción que intentó seguir Viaux, en los años setenta.246
Habiendo tratado de dejar establecidas las semejanzas entre Viaux e
Ibáñez, queda por revisar los entretelones de uno de los complots militares que
estalló en 1970. Con el fin de comprender las características de éste,
consideramos pertinente primero conocer las líneas de acción que siguieron las
respectivas comandancias en jefe luego del Tacnazo.

242 Tal es el caso del “Ariostazo” en 1939 y “Línea Recta” en 1955, donde Ibáñez logró eludir los tribunales de justicia gracias a la
utilización de una estrategia de usar a terceros en las acciones claves.
243 En efecto, como lo veremos en este capítulo Viaux logró eludir su responsabilidad ante la justicia en marzo de 1970. El general

Gamboa aparecerá como el líder de un movimiento militar. En octubre del mismo año, sin embargo, las circunstancias fueron
distintas. El “chivo expiatorio” no cumplió las expectativas.
244 Mayores antecedentes acerca del plan del General Vignola EN: Molina; Jonson. Op cit. Pág 121.
245 Según uno de los dirigentes de este grupo, en la fundación de la Alianza Nacionalista pro-viocista confluyeron diecinueve

organizaciones de este tipo, siendo su presidente el Teniente (r) Víctor Catalán y su centro de operaciones el “Centro Chilote”.
ENTREVISTA Capitán Fernando Nieerad. 17/10/96.-
246 En este mismo sentido es importante señalar la “cercanía” de Viaux con el Frente Nacionalista Patria y Libertad. La mencionada

organización lo tuvo como una de sus “estrellas” el día de la fundación del Frente Cívico en septiembre de 1970. Más tarde en prisión
Viaux gozó de una gran cobertura de prensa en el medio periodístico de esta agrupación, así como también de un fluido contacto que
incluía ayuda solidaria que era entregada personalmente por el militante Juan Serrano. ENTREVISTA Juan Serrano. 04/02/98.-

64

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

b) El Discurso de los Nuevos Mandos:

Como lo estableciéramos en la introducción a este capítulo, luego del


“Tacnazo” el déficit remunerativo y de infraestructura que afectaba a las Fuerzas
Armadas fue sustantivamente mejorado, sin embargo, el “espíritu de rebeldía”
permaneció en los cuarteles.
El quiebre de la disciplina institucional, que había significado para el Ejército,
en particular, y para las Fuerzas Armadas, en general, el acuartelamiento del
“Tacna”, se transformó en una barrera infranqueable que debieron sortear los
futuros Comandantes en Jefes de las Fuerzas Armadas.
La búsqueda de un perfil institucional que asignase un rol protagónico a los
uniformados, surgió como una necesidad imperativa, que ya sin excusas o
adjetivos de carácter “gremial”, trató de incorporar al “movimiento rebelde” de la
oficialidad joven, a los uniformados que ostentaban altos cargos dentro de las
respectivas instituciones.
Desde el punto de vista de la oficialidad joven, el desprestigio en el que
había caído el sistema democrático del ´25, ameritaba la intervención mediadora
de las Fuerzas Armadas en la arena política. El permisismo del sistema de partidos,
que se había expresado en el fortalecimiento de la izquierda, el surgimiento de
movimientos de corte revolucionario, la excesiva burocratización de los aparatos
del Estado y el número cada vez más creciente de huelgas y movilizaciones
sociales, fueron percibidas por un importante número de uniformados, como un
caos generalizado del que la clase política y el orden constitucional entonces
vigente, eran incapaces de contener.247
En este contexto de efervescencia castrense, es posible marcar otro hito en
esta disputa ideológica que libraron las dos concepciones de seguridad nacional
presentes al interior de las Fuerzas Armadas en 1970. Con el fin de conocer los
detalles de este proceso creemos necesario adentrarnos en los episodios que se
sucedieron al interior de los cuarteles una vez que asumió la dirección del Ejército
el general René Schneider Cherau.248
La misión que cumplió el general Schneider como Comandante en Jefe del
Ejército fue delicada. Si intentamos definirla en pocas palabras, tendríamos que
decir que ella fue un fracasado intento profesionalizador de su institución y de las

247 Así los sostienen los oficiales entrevistados que vincularon a estas “células rebeldes” al interior de sus propias instituciones. Al
respecto el coronel de la FACH Carlos Castro señala que”...nos sentíamos manoseados. No sólo por el gobierno, sino por todo el
sistema político de la época. Estimábamos que en el país no se daban soluciones a los problemas, dándole cabida al caos y el
desorden...” El capitán Mora recuerda las continuas huelgas, las revueltas callejeras y el aumento de las actividades terroristas eran
aspectos que preocupaban a la oficialidad de la época.” El teniente Víctor Catalán sostiene que “... hacia ese período nos dábamos
cuenta de que todo lo que estaba ocurriendo en Chile nos conducía a un desastre. No creíamos en la democracia...”
248 El general René Schneider asumió la Comandancia en Jefe del Ejército el 27 de octubre de 1969. Era la quinta antigüedad en el

Ejército cuando éste era dirigido por el general Castillo. Al estallar el “Tacnazo” se encontraba cumpliendo sus funciones profesionales
en la V División de Ejercito con asiento en Punta Arenas. Las razones de su nominación por el Presidente Frei nunca fueron muy
claras, dando ello pie a una serie de especulaciones y resentimientos en algunos oficiales que se creían seguros de ser los sucesores
de Castillo. Uno de los sentidos en este aspecto resultó ser el general Alfredo Mahn, quien luego de haber gestionado la discutida
acta del Tacna que terminó con el movimiento de Viaux, se creyó merecedor de la confianza del Presidente para ser nombrado
Comandante en Jefe de su institución. Si bien es cierto que no nos fue posible conocer las razones que tuvo Frei para nominar a
Schneider como jefe del Ejército, lo que sí logramos conocer fue que el Presidente Frei y Schneider trabaron una amistad tras una
visita que hiciera Frei a la región austral, donde Schneider cautivó a los asistentes con sus dotes de buen anfitrión. ENTREVISTA
Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.

65

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Fuerzas Armadas, frente a la aguda crisis que provocó el “Tacnazo” y la


efervescencia política que afectó a nuestro país en 1970.
La “ingrata” tarea en la que se embarcó el nuevo Comandante en Jefe del
Ejército, estuvo acompañada de un discurso militar apegado al Estado de
Derecho, que indistintamente puso énfasis en dos importantes componentes al
quehacer de los uniformados. En un primer momento, estuvo orientada a servir
como un elemento “descongestionador” de los efectos que se produjeron al
interior de los cuarteles luego del “Tacnazo”; y más adelante, como un “discurso
de coyuntura” que intentó unificar criterios acerca de cómo debían enfrentar las
Fuerzas Armadas, el polarizado ambiente político pre-eleccionario.
La descripción y análisis de las dos áreas en las que puso atención el
“discurso constitucionalista” de Schneider- la primera relacionada estrechamente
con la realidad institucional y la segunda con el ámbito político-constitucional-
serán desarrolladas en capítulos distintos. La razón de esta arbitraria división se
debe fundamentalmente a que la segunda de ellas gatilló la implementación de
una de las más oscuras conspiraciones, que debido a sus implicancias, merece ser
analizada con detención en un capítulo aparte.249
A partir de lo anterior tendríamos que partir señalando que desde el punto
de vista institucional la actitud que caracterizó a Schneider, al asumir sus funciones
como Comandante en Jefe del Ejército, fue lo suficientemente diligente para
impedir que el brote sedicioso “sembrado” por Viaux “cosechara” frutos en la
oficialidad y suboficialidad postergada por años en sus necesidades profesionales
e individuales.
En este sentido apenas asumida la Comandancia en Jefe, el general
Schneider se reunió en compañía del Jefe de Estado Mayor de la Defensa
Nacional, general Carlos Prats, con el entonces Ministro de Defensa, Sergio Ossa
Pretot, con la finalidad de lograr una pronta y satisfactoria solución a la
problemática de remuneraciones e infraestructura que afectaba a los
uniformados.
En el citado encuentro, se delineó el plan de adquisiciones que se discutió
con el Consejo de Seguridad Nacional y el Ministerio de Hacienda, durante el mes
de noviembre de 1969, así como también, el proyecto que aumentaba las
remuneraciones de los uniformados y que la mencionada cartera debía estudiar
cómo financiarlo.250
La insistencia que caracterizó el accionar de la nueva Comandaría en Jefe
del Ejército por lograr una rápida solución a los problemas económicos y de
infraestructura que la venía afectando. En efecto, si se quería urgentemente
“descontaminar” a la institución del discurso “gremialista” de Viaux, era necesario
implementar medidas para cubrir las postergadas necesidades militares. Esta
situación que se hizo extensiva a las demás ramas de las Fuerzas Armadas y la
policía civil y uniformada.

249 Nos referimos al fracasado plan de golpe de estado que se iniciaba con el secuestro del general Schneider en octubre de 1970 y
que tenían por objetivo impedir que el Congreso Pleno nominase a Salvador Allende como Presidente de la República.
250 Una interesante exposición de este hecho EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 134. Luego de reiterados “tira y afloja” entre las partes,

el general Prats anota en sus citadas “Memorias”, que el 19 de noviembre se logró aprobar el llamado “Plan Schneider” de
adquisiciones de material de guerra, así como también, el proyecto de ley de nuevas remuneraciones para el personal de las Fuerzas
Armadas, Carabineros e Investigaciones, fijando las escalas de reajuste, aumento que osciló entre el 68 y 106% de aumento.

66

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

A la par con los trámites para solucionar la problemática económica, el


general Schneider se abocó a la tarea de recorrer las unidades militares con la
finalidad de fortalecer el espíritu de cuerpo institucional. En todas las visitas
realizadas, Schneider además de ser insistente en señalar que “la solución a la
problemática de remuneraciones y equipamiento institucional estaba en
marcha”,251 fue enfático en criticar las actividades sediciosas en que se habían
involucrado destacados uniformados de las principales unidades militares del país.
En este sentido la actitud que adoptó la Comandancia en Jefe del Ejército
y los restantes comandos de las Fuerzas Armadas y de orden consistió en reforzar
nociones profesionales en torno al comportamiento de los uniformados bajo un
estado de derecho.
Al respecto, las características que hasta ahora hemos asociado al general
Schneider fueron la actitud, que bajo intensidades distintas, fueron asumidas por
los otros mandos de la Fuerzas Armadas. El almirante Porta hizo “tímidamente” lo
suyo en la Armada y el general Errázuriz, con más consistencia, dirigió por los
mismos lineamientos a la FACH. En relación a Carabineros, la cercanía manifiesta
del general Huerta con Viaux no nos permiten vincularlo con este accionar de los
Comandantes en Jefe. En sus líneas centrales “...el ideario constitucionalista
señalaba que la confianza depositada por el Estado, al entregar el poder de las
armas a las Fuerzas Armadas para defender la soberanía nacional, no puede ser
vulnerada para utilizarla contra el poder civil indefenso y confiado en el
profesionalismo de las mismas, apelando con ello además, al tradicional
sometimiento que las Fuerzas Armadas chilenas venían demostrando al poder civil,
por más de treinta cinco años.252
En el Ejército este proceso se expresó en la creación de la Comisión de Ética
Profesional Militar, que tuvo la misión de culminar el texto de Ética Profesional
Militar que se venía trabajando en la Academia de Guerra desde 1962, así como
también, la selección de contenidos que serían abordados en el curso obligatorio
de Ética Militar.253
El coronel Carlos Ossandón recuerda que a partir de 1970 se comenzó a
dictar, en los niveles básico (tropa); medio (oficialidad joven) y superior (
oficialidad de estado mayor), la asignatura de Ética Profesional que contó con sus
respectivos textos guías para cada uno de los niveles. El grado de compromiso
que expresó Schneider con esta tarea quedó demostrado en que él fue el profesor
titular de la mencionada cátedra, en el último año que cursaban los oficiales de
estado mayor en la Academia de Guerra. Junto a ello también es importante
consignar los esfuerzos que realizó para que las restantes ramas de las Fuerzas
Armadas también acentuaran los conceptos éticos en sus respectivas instituciones.
La maratónica carrera que decidió emprender el general Schneider contra
la concepción autoritaria presente en las Fuerzas Armadas, cuya cabeza visible

251 ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.-


252 ENTREVISTA General Ervaldo Rodríguez 06/11/96.
253 El año 1962 es considerado como una fecha clave en lo que a conocimientos se refiere para el Ejército. En este sentido las

profundas transformaciones que sufrió la malla curricular de los militares, determinaron la creación de la cátedra de ética militar con el
fin de usar correctamente los conocimientos adquiridos. Lamentablemente ésta estuvo orientada en sus orígenes sólo a oficiales que
alcanzaban estudios de Estado Mayor, no llegando a la oficialidad joven, estamento, que como hemos analizado hasta aquí, era el
que más necesidad presentó de ella. ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.-

67

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

hasta ese entonces era el general (r) Roberto Viaux, no fue suficiente para
imponerse al “espíritu de rebeldía” que había despertado el “Tacnazo” en un
importante número de uniformados. El obstáculo que se impuso a su objetivo, y
que sin lugar a dudas sólo la perspectiva del tiempo nos permite develarlo, fueron
los conceptos de seguridad nacional difundidos en los diferentes niveles con los
que cuenta la carrera militar y que mañosamente eran interpretados por los
uniformados comprometidos con la sedición.254
En efecto, la contingencia política pre-eleccionaria de 1970, en la que se
vaticinaba un probable triunfo del abanderado de la izquierda, vino a
contextualizar algunas nociones de seguridad nacional. Expresándose
tempranamente esta inquietud en la “oficialidad rebelde” que implementó la
primera tentativa para impedir el triunfo de Salvador Allende.255 A continuación
profundizaremos en este nuevo proyecto sedicioso.

c) Un Golpe que no se Terminó de Planificar:

Como lo señaláramos en las páginas anteriores, la figura del general Viaux


luego del “Tacnazo” cobró mayor popularidad al interior de las filas castrenses,
transformándose desde este punto de vista en un líder natural, capaz de canalizar
las inquietudes que afloraban al interior de las unidades militares, que como ya lo
apuntáramos, iban más allá de lo económico, y se vinculaban con las nociones de
seguridad entonces en boga.
En este sentido es posible señalar que mientras el alto mando del Ejército en
particular y de las Fuerzas Armadas en general realizaban frustrados intentos por
imponer la disciplina al interior de los cuarteles, los sectores “rebeldes” que no
fueron llamados a retiro por los sucesos del “Tacna” continuaban reuniéndose en
las unidades y casinos militares.
La reorganización del movimiento de la “oficialidad rebelde” se comenzó a
producir en los días inmediatamente posteriores al “Tacnazo”. Un punto de
encuentro, que resultó fundamental para este fin fue el propio Hospital Militar,

254 La postura que caracterizó al general Schneider ante la llamada DSN quedó graficada en la VII Conferencia de Comandantes en
Jefes de los Ejércitos Americanos, celebrada en Buenos Aires en 1966. En esa oportunidad, a Schneider le correspondió asesorar al
entonces Comandante en Jefe, general Bernardino Parada. Al respecto el general Carlos Prats anota en sus “Memorias” que el
entonces coronel Schneider y el general Parada se identificaban con la tesis “...eliminar la especificación del comunismo internacional
como “el único adversario” y señalaban que el desarrollo y la seguridad de las naciones del continente es amagada por cualquier tipo
de agresión imperialista, ya sea ésta ideológica o económica o por la subversión de cualquier procedencia.” EN: Prats; Carlos. Op cit
Pág. 99.
255 El grupo que hasta ese entonces estaba más estructurado para llevar acabo un proyecto sedicioso era el de la “oficialidad rebelde”.

Sin embargo, no fueron los únicos. Mientras los días se acercaban al día de la elección presidencial, los ánimos al interior de las
Fuerzas Armadas y de los propios mandos se fueron tensionando. Prueba de ello las entrega el propio General Prats en sus
“Memorias”, cuando recuerda que en una de las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional el almirante Porta dió a conocer el
temor de sus subalternos ante un eventual triunfo de Allende. En este sentido, el mismo Plan de Directiva Presidencial elaborado por
el EMDN dirigido en ese entonces por Prats, deja entrever estos temores. A partir de lo anterior podemos señalar que el eventual
triunfo de la UP tensionó a importantes sectores de las Fuerzas Armadas. Muchos de ellos, a pesar de no haber sido educados bajo
los conceptos de seguridad nacional, adhieren a éstos como una forma de impedir el triunfo de la izquierda y ser coherentes con la
formación anticomunista heredada de su formación profesional. Antecedentes de esta tensión EN: Prats; Carlos. Op cit; Merino;
José Toribio. Op cit; Huidobro; Sergio. Decisión naval. Editorial de la Armada, 1989.Entre otros.

68

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

centro asistencial donde estuvo internado Viaux luego del acuartelamiento del 21
de octubre. Desde allí se restituyeron y nacieron los nuevos enlaces y células
“rebeldes” que asistieron a un “secreto encuentro” en la calle Gay en el antiguo
barrio República de Santiago.256
En tal encuentro, donde participaron más de un centenar de oficiales de la
guarnición de Santiago, los asistentes deliberaron acerca del acontecer político
pre-eleccionario en virtud de un mensaje grabado que había enviado el general
Viaux a los asistentes.257 El discurso que dirigió el caudillo en esta oportunidad fue
una “...emotiva arenga en la que se recordaba los sucesos del 21 de octubre,
incitando a través de mesiánicas frases continuar la “causa-militar” e impedir las
elecciones presidenciales de 1970, que descansaban en una corrompida e
ineficiente institucionalidad, no garantizando ninguno de los candidatos el orden y
progreso de la Nación.”258
El abierto llamado a realizar un golpe de estado para impedir las elecciones
de septiembre que envió Viaux a la oficialidad que le seguía, se expresó en una
rápida implementación de una propuesta sediciosa. Para graficar el “modus
operandi” del caudillo en estas lides, tendríamos que señalar que ésta se llevó a
cabo a través de terceros con el fin de disipar las dudas que el Servicio de
Inteligencia Militar tenía acerca de las actividades desarrolladas por Viaux.259
En este sentido las relaciones con la oficialidad “rebelde” se mantuvieron a
través de uniformados en retiro, tales como el coronel Raúl Igualt, suegro de Viaux,
y el general Horacio Gamboa. Las relaciones con los mandos de provincia, piezas
decisivas a la hora de materializar el golpe, fueron llevadas directamente por
Viaux a fin de responder con el requisito de jerarquía que existe en toda relación
militar.260
Las acciones que desarrolló la oficialidad “rebelde” con miras a materializar
este acto de fuerza, se pueden sintetizar en dos misiones.
En primer lugar, a fin de conocer y ejercer algún control en el escenario
político que justificara ante la opinión pública la intervención militar, oficiales en

256 Las visitas que recibió el general Viaux en el centro asistencial fueron fotografiada y rastreadas por personal del SIM. Esta
información sirvió para infiltrar al movimiento y enterarse de la reunión del 03 de diciembre en la calle Gay 2496 en la casa de los
padres de los oficiales Alvarez Clark. Para dirigir este encuentro Viaux designó a su suegro Raúl Igualt como interlocutor válido entre
él y sus seguidores, cumpliéndose de esta forma esta característica tan propia del ibañismo que es la de actuar a través de terceros
para eludir responsabilidades ante la justicia y la opinión pública. ENTREVISTA General Mario Sepúlveda Squella. 08/02/95.
257 El capitán Víctor Mora llevó a la reunión la cinta en la que Viaux llamaba a sus seguidores a impedir las elecciones presidenciales.

Este recuerda que en el patio de la casa había más de un centenar de oficiales de la guarnición militar y aérea, así como también
muchos oficiales de inteligencia militar, quienes con la ayuda de la policía uniformada detuvieron a muchos de los asistentes. Así lo
recuerdan quienes asistieron a ese encuentro entre los que cabe destacar a Víctor Mora, Raúl Munizaga, Fernando Nieerad, Edgardo
Fuenzalida, entre otros.
258 ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
259 En efecto, por medidas de seguridad, luego del fracaso de la reunión de la calle Gay, Viaux cambió su interlocutor con sus

seguidores. El general (r) Horacio Gamboa fue quien asumió esta tarea como “cabecilla” de este movimiento militar. La amistad entre
Gamboa y Viaux era antigua y se remonta a la década del cincuenta cuando Ibáñez era por segunda vez Presidente de la República.
El conocido ibañismo de Gamboa quedó demostrado el 02 de abril de 1957, cuando el entonces Comandante de la II División,
general Horacio Gamboa, reprimió ferozmente una manifestación de la población capitalina. Por otro lado, Gamboa había actuado
como Juez Militar en el caso de “Línea Recta”, donde terminó por absolver de todas sus culpabilidades a los oficiales involucrados,
entre los que se encontraba el entonces Mayor Roberto Viaux. EN: Alvarez; Rolando et al. Op cit. Veáse Capítulo V. Págs. 148-183.
260 En efecto, por razones jerárquicas de la carrera militar, resulta imposible que la oficialidad en su conjunto conspirase. Las

conversaciones se realizan entre pares y Viaux no contaba con nadie de su confianza aún activo para realizar esta tarea. Por otro
lado, el persistente seguimiento que mantenía el SIM hacia su persona impedía realizar esta labor más de cerca. Por ello recurrió a la
ayuda de civiles o militares en retiro que vivían en provincia para enviar mensajes en torno a la conspiración.

69

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

retiro vinculados al movimiento, procedieron a infiltrar a organizaciones políticas


de izquierda. La cercanía que habían expresado algunas de ellas hacia las
demandas “gremialistas” de los “rebeldes” en el “Tacna” posibilitaron estos
encuentros.261
En este sentido, oficiales que desempeñaron estas funciones de
contrainteligencia recuerdan que la cercanía y sensibilidad demostrada por el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el Partido Socialista hacia el movimiento
del “Tacna” facilitaron los contactos.262
Con el MIR las conversaciones versaron en compartir impresiones y
proyecciones acerca de la realidad nacional y la constante problemática de
aislamiento que venía afectando durante décadas a las Fuerzas Armadas. Los
oficiales añaden que los contactos con este movimiento se cancelaron, luego
que se detectara un intento por parte de esta organización de utilizar la inquietud
de la oficialidad para sus fines políticos.263
A través del PS la oficialidad rebelde conoció algunos puntos del programa
de la Unidad Popular y los alcances de la “vía chilena al socialismo”. La
mencionada organización partidaria llegó a ofrecer la reincorporación al Ejército
de los oficiales que habían sido exonerados por los sucesos del “Tacna”, a cambio
de su apoyo a Salvador Allende en las próximas elecciones.264
Junto con la labor de contrainteligencia llevada acabo por los uniformados
comprometidos en la sedición, se desarrolló una segunda tarea vinculada con la
agudización el escenario político a través de una propaganda intervencionista. Al

261 Según los militares involucrados en el “Tacnazo” fueron varias las organizaciones de izquierda que pretendieron capitalizar el
malestar de los uniformados en el Tacna. Entre las agrupaciones cabe mencionar al PS que envío emisarios a solidarizar con los
amotinados del “Tacna”. Al respecto el teniente Raúl Munizaga señala que “...Oscar Squella, Fernando Munizaga (mi padre) y
Guillermo Munizaga (mi hermano) fueron al “Tacna” a entregarle a Viaux la solidaridad del Senador Salvador Allende. El general
agradeció el gesto y les comentó que en esos momentos estaba discutiendo el acta para entregar el Regimiento. Acto seguido los
emisarios de Allende se fueron a la casa del senador, quien al enterarse de lo que sucedía señaló “que movimiento tan grande para
un objetivo tan chico” ENTREVISTA Teniente Raúl Munizaga N 30/03/95. En este mismo sentido el mayor Patricio Cabezas
Gacitúa, presente en el regimiento también recuerda haber visto a la delegación del Partido Socialista llegar al “Tacna”. ENTREVISTA
Mayor Patricio Cabezas G . 26/06/95.
262 El PS, que vivía una etapa de radicalización, no fustigó la actitud de los uniformados, que se habían acuartelado en el “Tacna”. En

su declaración pública llamó “...a los trabajadores, no a defender la institucionalidad burguesa, sino a movilizarse para imponer sus
reivindicaciones sociales y políticas, amenazadas por las fuerzas reaccionarias, que pretenden utilizar el movimiento reivindicativo
militar...el vacío de poder debe ser llenado por las fuerzas del pueblo...”, lo que equivalía a plantear la convivencia de aprovechar la
coyuntura para la toma inmediata del poder. Para tener una idea más acabada de la declaración del PS, VER: Diario Las Noticias de
Ultima Hora. 22/10/69. Para el MIR el “Tacnazo”, fue una expresión reivindicativa que estaba indicando la crisis del sistema político
imperante. Para este movimiento “los militares eran esencialmente trabajadores que, como el resto de ellos, necesita un tratamiento
económico adecuado.” VER: Revista Punto Final. 28/10/69.-
263 La cercanía del MIR con algunos círculos de oficiales activos es graficada por el capitán Mora cuando señala que tras su

detención en el Regimiento Buin, luego del “Tacnazo”, fue visitado una noche por Florencio Fuentealba Aguayo, el hermanastro de
éste, Luciano Cruz, líder del MIR y el Subteniente Melo. La intención de ellos fue rescatar a Mora porque un oficial comando y
paracaidista como lo era Mora no podía ser objeto de ese trato. Esta decisión había sido adoptada por una célula de suboficiales
miristas que funcionaba en la Escuela de Paracaidista, bajo la dirección de los oficiales Fuentealba y Melo junto a Luciano Cruz, quien
dormía habitualmente en el “Buin”. ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95. Al respecto el general Carlos Prats anota en sus
Memorias que el 7 de julio de 1970 “El Director de la Escuela de Paracaidistas da cuenta de que dos oficiales y 14 clases, trabajaban
clandestinamente como instructores del MIR y esperaban la oportunidad para fugarse del cuartel de Peldehue, llevándose
armamento, munición y equipo. Se comprueba al subteniente Melo el robo de granadas de mano.” EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág.
154.
264 En las reuniones que sostuvo el PS con los uniformados, luego del “Tacnazo”, participaron conocidos dirigentes del mencionado

conglomerado político. Entre ellos, Aniceto Rodríguez, Raúl Ampuero y María Elena Carrera. Los contactos con esta última, añaden
los militares, fueron fluidos y facilitados por su propio hermano, perteneciente a las filas del Ejército, y activo protagonista de las
células rebeldes de la oficialidad joven. ENTREVISTA Mayor Patricio Cabezas G. 26/06/95.

70

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

respecto, la cercanía manifestada por el Partido Nacional a la “causa militar”


resultó útil para que los “rebeldes” aprovecharan los medios de difusión de la
derecha. En este sentido la página editorial del “diario Tribuna”, fue ocupada en
reiteradas oportunidades para dar a conocer el inminente peligro por el que
atravesaba el país si triunfaba el candidato de la Unidad Popular.265
La necesidad de difundir un clima que favoreciera a un golpe de estado se
hizo extensiva, además, al interior de los propios cuarteles. Para ello, el teniente
Víctor Catalán, recuerda que “...la difusión de boletines y panfletos con
información sediciosa, se concentró en la capital, en los casinos de oficiales y
suboficiales de las principales unidades de la guarnición de Santiago, tales como
los Regimientos Buin, Tacna, Yungay, Andino y Escuela de Suboficiales. Así como
también, en las bases aéreas de Colina y El Bosque.”266
En relación a los mandos a los que tuvo acceso Viaux para implementar
este “putsch”, el controvertido general insiste en señalar que la adhesión de los
jefes de plaza fue masiva ocultando celosamente la identidad de dichos
uniformados.267 Si bien es cierto que no nos fue posible conocer la identidad de
los altos oficiales involucrados, así como también, comprobar la masividad de este
movimiento, sí estamos en condiciones de entregar nociones aclaratorias en torno
algunos de los mecanismos usados por Viaux para acercarse a los oficiales-jefes
de las guarniciones del país. En este sentido el capitán Víctor Mora, recuerda que
en febrero de 1970 respondiendo a una inquietud de Roberto Viaux envío a
Santiago la información del escalafón de las plantas de oficialidad de la III División
de Ejército con asiento en Concepción. Esta información, deduce Mora, pudo
haber sido solicitada con el fin de elaborar los supuestos cuadros de mando que
capitanearían la sedición en el centro-sur del país.268
A través de este tipo de mecanismos Viaux se familiarizó con la oficialidad
de las divisiones que no había explorado en sus conspiraciones anteriores y buscó
en ellas aquellos uniformados que podrían ser útiles a la hora de la asonada. Si
atendemos a las características centralistas que tuvo la frustrada operación militar
podremos concluir que la misión de estos oficiales se reduciría a no reaccionar

265 El teniente Víctor Catalán, fue uno de los encargados de utilizar los medios del PN. Llegó a este partido desempeñando funciones
de guardaespaldas de Sergio Onofre Jarpa y Jefe de una brigada muralista alessandrista. En forma paralela redactó varias páginas
editoriales para el diario Tribuna que fueron firmadas bajo el seudónimo de “Rusti y Rasti” o “Semáforo”. ENTREVISTA Teniente
Víctor Catalán P. 23/12/96.- A partir de este hecho es factible señalar que la corriente Nacional-Estanquera, anidada en el PN, no
perdió la oportunidad que le brindó la cercanía al segmento joven del Ejército, para insistir con su discurso sedicioso, frente a la
incierta situación política del país.
266 El teniente Catalán, además, señala que los mencionados panfletos eran llevados por la suboficialidad comprometida hacia las

reparticiones militares. En ellos, recuerda el oficial, se hacia hincapié en la necesidad de intervenir. ENTREVISTA Teniente Víctor
Catalán P 23/12/96.
267 En relación al concepto de jefe de plaza, tenemos que señalar que en caso de emergencia, sitio o guerra, el país se divide en

guarniciones militares. El jefe de ella, que se llama jefe de plaza, toma el control de la zona de su jurisdicción, quedando cualquier otra
autoridad sometida a éste. En relación a la identidad de estos Comandantes, los oficiales involucrados insisten en señalar que era
Viaux quien mantenía los contactos con las diferentes divisiones que se sumarían al movimiento. El general Viaux al ser consultado
por la identidad de estos oficiales aún es receloso de darla a conocer. A pesar de esta dificultad, en las páginas de siguientes algunos
de nuestros oficiales entrevistados nos dieron algunas pistas a partir de las cuales es factible reconstituir parte del tejido sedicioso que
logró elaborar el general Viaux.
268 El capitán Mora además recuerda que el general Viaux le dijo: “Víctor, usted es mi hombre de confianza, el general Gamboa esta

preparando un movimiento con toda mi gente, así que vaya cortándose el pelo porque en unos meses tomaremos once en Morandé
80.” ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V 12/04/95.-

71

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

apoyando al gobierno derrocado y a reprimir cualquier intento que pretendiera


oponerse al movimiento militar.
En efecto, el plan intervencionista que alcanzó a diseñar este movimiento
concentraba sus esfuerzos operativos en la capital. Se trataba del secuestro de las
más altas autoridades del país por grupos comandos, tales como, el Presidente de
la República, el Presidente Senado, el Presidente de la Cámara de Diputados y el
Presidente de la Corte Suprema, los Ministros de Estado y el alto mando de las
Fuerzas Armadas que no se encontraba comprometido con la sedición. Mientras
los plagios ocurrirían, las unidades militares se apoderarían de los puntos
neurálgicos del quehacer nacional, como el Palacio de Gobierno, los Tribunales
de Justicia, el edificio del Poder Legislativo, las radioemisoras y el aeropuerto.
El descubrimiento de la conspiración por el gobierno, tuvo como principal
protagonista a un detective que recibió la orden del entonces Director de
Investigaciones, Gaspard de Fonseca, de infiltrar los grupos “rebeldes” de los
uniformados, luego que los efectivos del SIM- que habían logrado frustrar el
encuentro conspirativo de la calle Gay- comenzaran a ser reconocidos por sus
compañeros de armas.
Las fuentes consultadas recuerdan que el mes de febrero de 1970 el
detective Marambio ofreció a una célula de oficiales “rebeldes”, que se
encontraban en retiro, su departamento para una de las reuniones.269 La
información que en ella se vertió fue grabada, sin que los asistentes se
percatacen, constituyéndose ésta en la mayor evidencia para proceder a
desbaratar este movimiento militar.270
En efecto, la detención de los “cabecillas” de este complot se produjo el 25
de marzo de 1970, es decir, un mes después de conocerse la existencia de una
conspiración.271 Este hecho, además de frustrar por segunda vez un “putsch”
preparado por el Movimiento de la Oficialidad Joven, se constituyó en el
alejamiento de este grupo de su entonces caudillo.
Si bien es cierto que la contingencia política de los meses posteriores al
desbaratamiento del complot, fue propicia para que la oficialidad joven
levantara una nueva propuesta sediciosa, ésta, prefirió disolver sus “células

269 En dicha reunión participaron Horacio Gamboa, Fernando Nieraad, Raúl Munizaga, entre otros. ENTREVISTA Teniente Raúl
Munizaga N. 30/03/95.
270 En el mencionado encuentro se bosquejaban los puestos de mandos que ocuparían a la hora de la asonada. Esta información que

quedó grabada junto a un proyecto de primer bando incautado desde el domicilio del general Gamboa se constituyeron en las
contundentes pruebas para que los oficiales detenidos confesaran sus intenciones, ocultando, sin embargo, la identidad del instigador
de la operación, el general Roberto Viaux. EN: Prats; Carlos. Op cit. Págs. 146-147.-
271 En torno a esta tardanza con que la opinión pública conoció la existencia del complot, Benjamín Prado, entonces Presidente de la

DC, no descarta que ella halla buscado manipular el hecho para fines políticos. En efecto, a la par con el descubrimiento del complot
en febrero de 1970 el entonces Ministro de Defensa, Sergio Ossa Pretot, fue acusado ante el Congreso por el personal de las Fuerzas
Armadas en retiro por considerar que habían sido privados de sus derechos previsionales, al no cancelarse, en una sola cuota la
diferencia que les concedía la Ley de Reajuste de Remuneraciones del Personal de las Fuerzas Armadas y Carabineros
recientemente aprobada.
Si nos detenemos en la fecha en que fue interpuesta la acusación y el día en que se procedió a publicar el descubrimiento del
complot, éstas coinciden casi matemáticamente con la fecha que compareció el Ministro Ossa ante el Poder Legislativo.
Bajo esta lógica, el gobierno DC, que había sido objeto de un intento de subversión meses atrás guardaba celosamente el enorme
respaldo popular y político a su gestión. Los hábiles estadistas de la DC, supieron manejar este complot para su propio beneficio,
puesto que ante la publicación de una nueva amenaza de golpe de estado, la reacción del espectro político no podía ser otra que la
del apoyo irrestricto al gobierno y sus representantes. De esta forma se entiende que la acusación contra Ossa fuera rechazada por
mayoría en el congreso.

72

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

rebeldes” y esperar un nuevo líder que canalizara sus inquietudes. La razón de esta
determinación se halla en la desilusión que provocó la figura de Roberto Viaux en
los “oficiales rebeldes”. La cercanía que tuvo éste hacia sectores “despreciados”
por la oficialidad joven, con el fin de implementar un nuevo intento de golpe de
estado en septiembre u octubre de 1970, fueron determinantes en esta
decisión.272
En este mismo sentido el general Viaux comprendió que las estrategias
“ibañistas” no se adecuaban para implementar con éxito una intervención militar
en 1970. El complot era necesario concretarlo “desde arriba”, desde una altura
suficiente que impidiese a los efectivos del SIM y la Policía de Investigaciones
percatarse de su existencia. Por otro lado, además, la plataforma que hasta ahora
había utilizado Viaux se encontraba chequeada por los organismos de
inteligencia. Cualquier otro intento de querer subvertir el orden constitucional
desde la oficialidad joven, estaba destinado a fracasar.
Así como la “oficialidad rebelde” quedó sin un líder o conductor, el caudillo
quedó sin seguidores militares. Los grupos civiles con los que se hizo acompañar
Viaux y los oficiales generales que lo apoyaron más tarde demostraron falta de
experiencia y lealtad. El movimiento rebelde de los oficiales jóvenes prefirió
disolverse, sin diluirse con ello el espíritu de fronda al interior de los cuarteles.

Capítulo Cuarto: “ La Manifiesta Sedición del Alto Mando: El Caso Schneider”.-

El descubrimiento del movimiento militar que aparentemente dirigió el


general (r) Horacio Gamboa, no diluyó las actitudes conspirativas en Roberto
Viaux. Su velada participación en los hechos detallados en el capítulo anterior y la
efervescencia político-social, que vivió nuestro país en los meses siguientes,
posibilitaron, una vez más, su reedición como caudillo militar para encabezar un
golpe de fuerza en el mes de octubre de 1970.
En efecto, el triunfo relativo que obtuvo la izquierda en las elecciones
generales de 1970 vino acentuar el ya incierto escenario político. Marxismo o
democracia, progresismo o conservantismo, fueron la síntesis de un largo proceso
de polarización del quehacer político nacional. En este contexto la alternativa
intervencionista volvió a presentarse como una salida posible para aquellos
sectores civiles y militares que buscaban impedir el acceso de la izquierda al
gobierno, y el general (r) Roberto Viaux, como un personaje capaz de conducir un
movimiento de esta naturaleza en las Fuerzas Armadas.

272 Según los testimonios de los oficiales entrevistados y la investigación sumaria a raíz del Caso Schneider, no hubo participación de
la oficialidad joven en el movimiento de octubre de 1970. La razón de fondo se halla en que los “oficiales rebeldes” no podían
comprender cómo su líder conspiraba con aquellos sectores civiles responsables de la debacle institucional que había terminado con
la expulsión de muchos de ellos de las filas del Ejército. No comprendían la cercanía de Viaux a los democratacristianos, a quienes
por lo demás habían pretendido derrocar en dos oportunidades y por quienes sentían un profundo desprecio. Al respecto, el teniente
Raúl Munizaga señala “...la verdad es que le teníamos mala a los políticos, y en especial a los democratacristianos. Su concepción de
vida es tan diferente a la de un militar. Nosotros estamos acostumbrados a ciertos parámetros de veracidad, hombría y las cosas
claras, con ellos ocurre lo contrario. Para los democratacristianos las cosas son siempre matizadas.” ENTREVISTA Teniente Raúl
Munizaga N 30/03/95.-

73

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

El notorio apoyo político que tuvo la fronda militar en esta oportunidad, no


fue suficiente para imponerse e impedir el acceso de la Unidad Popular al
gobierno. Sin embargo, logró importantes avances en materia de deslegitimación
en el modelo de relación civil-militar, como lo fue, el tercer quebrantamiento a la
verticalidad del mando al interior de las Fuerzas Armadas en dos años, la
participación de oficiales de las Fuerzas Armadas y Carabineros en frustrados
conatos, y por último, el desconocimiento del marco legal que hiciera un
importante sector de la clase política, terminó por validar el cuestionamiento
hacia el modelo del ´25 que venían efectuando algunos círculos militares.
En este capítulo nos adentraremos en uno de los acontecimientos histórico-
político más relevantes de nuestra historia reciente. A través del estudio en
profundidad de los pormenores que se vinculan a este hecho, podremos
dimensionar la “sensibilidad” a temas políticos que habían alcanzado las Fuerzas
Armadas hacia fines de la década del sesenta. En este mismo sentido, creemos
importante someter a una reevaluación el “discurso” que se venía barajando al
interior de los círculos conspiradores de las Fuerzas Armadas, a fin de conocer si
hubo nuevos elementos que sustentaran la crítica de éstos hacia el marco legal
entonces vigente.
Las hipótesis que guiará el presente capítulo se relacionan con que la
noción autoritaria de las Fuerzas Armadas logró imponerse, aunque no triunfar en
1970, siendo el asesinato del general Schneider el principal obstáculo con el que
tocó esta cosmovisión militar para imponerse.
En este capítulo desarrollaremos tres aspectos que nos parecen
fundamentales. El primero vinculado a la obra político- coyuntural que realizó el
general Schneider, El segundo, que buscó profundizar en las alternativas de índole
político que surgieron tras el triunfo de la UP, para pasar en último termino a
conocer los entretelones del complot cívico-militar de octubre de 1970.

a) La Llamada Doctrina Schneider

Antes de detallar las estrategias y el complot que terminó con la vida del
Comandante en Jefe del Ejército, creemos conveniente comenzar nuestro
recuento de los hechos adentrándonos en la postura coyuntural que caracterizó el
accionar del Alto Mando de las Fuerzas Armadas en el período previo a la
elección presidencial de 1970.273
A partir de este análisis lograremos comprender el grado de recepción y
vulnerabilidad política al que habían llegado las Fuerzas Armadas durante este
período, así como también, podemos graficar, la pugna interna que venían
librando las dos concepciones de la seguridad presentes al interior de las Fuerzas
Armadas. Lucha en la que la influencia de destacados y gravitantes sectores
políticos determinaron un importante avance de la visión autoritaria de las Fuerzas
Armadas en 1970.274

273 Recordemos que en el capítulo anterior revisamos la postura institucional que caracterizó el accionar del general René Schneider.
274 La monolítica postura que expresaron las Fuerzas Armadas en 1970, obedeció fundamentalmente al compromiso que tuvieron
altos jefes uniformados con la sedición. Este antecedente nos permite señalar que tres años antes de la intervención militar definitiva,
la visión autoritaria ya había alcanzado importantes triunfos al interior de las instituciones de la defensa. La participación de altos
oficiales en la conspiración fue posible además por la voluntad que existía en algunos sectores económicos y políticos de impedir la

74

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Como ya lo señaláramos, en el ámbito interno la postura que caracterizó el


accionar de los Comandos en Jefe de las instituciones de la defensa luego del
“Tacnazo”, fue la de eliminar cualquier resabio conspirativo que se hubiese
anidado en los cuarteles.
En este mismo sentido, en el plano ideológico-valórico el general Schneider
promovió al interior del alto mando de las Fuerzas Armadas una sistematización de
los valores éticos que debían caracterizar el accionar de los cuerpos uniformados,
los que, a grandes rasgos, debían ser obedientes, jerarquizados y no
deliberantes.275
En el ámbito público y coyuntural es importante destacar los planes
operativos de seguridad interna, que las Fuerzas Armadas, en coordinación con el
EMDN, habían comenzado a perfeccionar.276 En este sentido el desconocido Plan
Septiembre, fue un aporte concreto del alto mando para lograr mantener la
institucionalidad entonces vigente.
En este mismo sentido la reafirmación pública que hiciera la “concepción
democrática” de las Fuerzas Armadas de mantener su accionar acorde con las
pautas constitucionales, no tuvo más objetivo que hacer entender a aquellos
sectores civiles interesados en una intervención militar, que el Ejército en particular
y las Fuerzas Armadas en general no se saldrían de los cánones legales.
A través de declaraciones de prensa y entrevistas concedidas, el general
Schneider pretendió dar a conocer a los civiles, que habían demostrado interés
por los pasados brotes de sedición, la línea de acción que desde el alto mando
hasta el último conscripto demostrarían frente a la incierta contingencia política
pre-electoral. Al respecto Schneider puntualizaba que “...las Fuerzas Armadas van
a llegar a la elección manteniendo el tradicional respaldo a las decisiones del
gobierno constitucional de la República, que va a garantizar el proceso
eleccionario y a dar seguridad que asuma el poder ejecutivo quien resulte
electo...que en caso de no haber mayoría absoluta...el Congreso Pleno es dueño
y soberano de elegir...y es misión nuestra que sea respetado en su decisión.”277
Si bien es cierto que tanto en el ámbito institucional como en el público el
constitucionalismo había logrado importantes logros, como lo fueron, la reducción

asunción al mando de Salvador Allende. Tanto los sectores conservadores como el gobierno de los EE.UU. fueron los grandes
sustentos de la alternativa golpista en Chile. En relación a la presión de los “sectores conservadores” (derecha y el freísmo de la DC)
véase Prats; Carlos. Op cit. Págs. 169, 171, 172, 173, 174, 175, 178, entre otras. Merino; José Toribio. Op cit. Pág. 74; Pinochet;
Augusto: El día decisivo. 11 de Septiembre de 1973. Empresa Periodística La Nación, Santiago, 1984. Pág. 49. La presión que
ejerció EE.UU. en miembros de las Fuerzas Armadas es posible encontrarla detalladamente EN: Opazo; Cristian: Frei, Allende y la
mano de la CIA. Ediciones del Ornitorrinco; Uribe; Armando: El libro negro de la intervención norteamericana en Chile. Siglo XXI
Editores, Buenos Aires, 1974; Documentos secretos de la ITT, Editorial Quimantú, 1972.
275 Por otro lado, este aspecto se expresó también en los intentos de “saneamiento institucional” que llevó acabo el SIM y la Policía

de Investigaciones, tras el seguimiento al que se sometió el movimiento de la oficialidad rebelde que terminó por identificar a los
instigadores en sus respectivas unidades y expulsarlos de las filas del Ejército. Un número cercano a cuarenta oficiales fueron
expulsados entre octubre de 1969 y marzo de 1970 de las filas institucionales por haberse determinado su vinculación con las
“células rebeldes”. EN: Prats; Carlos. Op cit. En la FACH, institución que presentó igual movimiento de la oficialidad joven, no hubo
expulsiones, sino sólo, cambio de destinaciones. ENTREVISTA Coronel Carlos Castro S. 13/07/95.-
276 Desde la promulgación de la llamada Ley de Defensa de la Democracia en 1947, los gobiernos de turno, a través de Ministerio de

Interior, comenzaron a encomendar a las Fuerzas Armadas, a través del EMDN, la elaboración de planes de seguridad interna.
Estos, según oficiales de esta repartición, son actualizados anualmente a fin de responder coherentemente a las cambiantes
características de nuestra coyuntura política-económica y social. ENTREVISTA Coronel Uros Domic 15/09/96.
277 Esta visión de las Fuerzas Armadas, absolutamente apegadas al derecho, es lo que los medios de prensa de la época bautizaron

como Doctrina Schneider. Para tener una idea más acabada de ella VER: Diario El Mercurio 08/05/70.-

75

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de los niveles de efervescencia militar luego de las visitas del alto mando a los
regimientos y la elaboración de los planes de seguridad interna a fin de asegurar el
veredicto popular, debemos señalar que éstos fueron insuficientes para imponerse
en los momentos político-sociales decisivos. 278 Entre los principales distractores
podemos mencionar la ya citada DSN, que afectó el accionar interno o
institucional que desarrolló la corriente constitucionalista, mientras que en lo
público o coyuntural, fue el desconocimiento que hizo la civilidad hacia la política
no intervencionista de esta cosmovisión militar.
Antes de profundizar en estas últimas ideas, creemos necesario conocer los
detalles en los que se expresó la gestión coyuntural o pública del
constitucionalismo. En este sentido, junto a las declaraciones públicas en las que se
buscaba rearfirmar la vocación democrática de las Fuerzas Armadas, hubo
acciones concretas, que no fueron publicitadas, pero que formaron parte de este
ámbito. Nos referimos al llamado Plan Septiembre.
Como es sabido, desde la promulgación de la Ley sobre Seguridad Interior
del Estado en 1958, se les delegó a las Fuerzas Armadas, como cuerpos
jerarquizados, obedientes y no deliberantes, la facultad de fiscalizar los procesos
eleccionarios con la finalidad de terminar con una serie de vicios electorales
registrados en períodos anteriores.279
A partir de esta misión asignada, las instituciones de la defensa cumplieron
con ella a través de la periódica elaboración y aplicación de planes
tridimensionales,280 que salían tras sendos estudios coyunturales desde el
EMDN.281 Esta información de la realidad nacional, en la que además se incluían
dos o tres posibles escenarios, era enviada a los respectivas jefaturas de plaza en
las que se encuentra dividido el país, a fin de que ellas reactualizarán sus
respectivos planes de seguridad interna.

278 La actitud que hasta ahora hemos asociado al general Schneider fue una línea de acción que en apariencia compartieron todos los
oficiales-generales de las Fuerzas Armadas y Carabineros de este período. Todos ellos realizaron reuniones con sus subalternos
luego del “Tacnazo” a fin de eliminar la efervescencia que se vivió al interior de los cuarteles, así como también, todos ellos
compartieron la elaboración de planes de seguridad interna a fin de asegurar el veredicto popular. Sin embargo, cuando éste último no
concordó con sus intereses e ideas, su adhesión a las nociones constitucionalistas demostraron ser endebles, siendo fácilmente
arrastradas por la ola civil que reaccionó contra el triunfo relativo de la UP.
279 Esta medida buscaba terminar con el cohecho, el robo de urnas, y con todas aquellas conductas que empañaban la transparencia

del proceso electoral. Para enfrentar esta contingencia las Fuerzas Armadas asumían el control del país durante el tiempo que duraba
la elección. El control se realizaba mediante la división del territorio nacional en guarniciones militares, dirigidas por un jefe de plaza,
quien ideaba un plan a través del cual se distribuían las fuerzas militares en los diferentes puntos de votación y zonas de cierta
sensibilidad que debían ser custodiadas por los uniformados a fin de garantizar la limpieza del proceso. Mayores detalles de este rol
de las Fuerzas Armadas, veáse : Miranda; Sergio: “Las fuerzas armadas en el ordenamiento jurídico chileno.” EN: Barahona; Pablo;
Cox Ricardo; Domic; Jurak; Garrido; José, Ibáñez; Gonzalo, Mac-Hale; Tomás, Miranda; Sergio, Riesle; Héctor: Las fuerzas
armadas y seguridad nacional Ediciones Portada 1973.-
280 Tanto el EMDN como las guarniciones militares elaboraron planes tridimensionales, es decir, donde participan simultáneamente las

tres ramas de las Fuerzas Armadas. La diferencia está en que los primeros casi siempre son de orden más bien general, señalándose
en ellos sólo los objetivos a alcanzar y no especificándose los medios y las estrategias a partir de cuales se materializará. Sólo en
situaciones claves o extremadamente peligrosas pueden aparecer planes puntuales desde el EMDN. Es tarea de cada guarnición
militar elaborar sus planes tridimensionales de seguridad interna, los que a su vez responden a las directrices provenientes de una
planificación general emanada desde el EMDN. ENTREVISTA Coronel Pedro Guerrero 24/01/97.-
281 Hasta ahora hemos señalado que el EMDN es un organismo planificador, que a partir de un estudio de factibilidades es capaz de

estructurar líneas de acción. Para realizar este trabajo, este organismo cuenta con cuatro departamentos especializados en la
recolección, tratamiento y planificación a partir de lo estudiado, cada uno de ellos con su respectiva jefatura que son operaciones,
logística, inteligencia y servicios. En la planeación de un plan de seguridad, en lo primero que trabajan estos departamentos es en
realizar un diagnóstico de la situación nacional, para más tarde elaborar los supuestos o interrogantes a partir e los cuales se definirá
su línea de acción. ENTREVISTA Coronel Uros Domic. 15/09/96.

76

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Hacia el mes de agosto de 1969 las Fuerzas Armadas, a través del EMDN,
comenzó a prepararse para cumplir su misión garantizadora de los comicios que
se avecinaban. El estudio y diagnóstico previo a la reactualización de los planes
de seguridad, que es conocido como “Síntesis de la Situación Nacional”, fue
entregado al entonces Ministro de Defensa, Sergio Ossa, el 28 de diciembre.282
La apreciación militar que se desprendía del mencionado documento,
resultaba ser lo suficientemente certera como para adelantar al gobierno en
nueve meses, la estrechez de las cifras que sacarían cada uno de los candidatos,
lo que se expresaría en una mayoría relativa que tendría que ser reafirmada por el
Congreso Pleno para poder gobernar, siendo la izquierda el sector con mayores
posibilidades de alcanzar ésta en las elecciones. Esta situación se manifestaría,
según los análisis castrenses, en una agudización del enfrentamiento entre bandos
opuestos que pondría en peligro la seguridad interna del país.283
A partir de estos estudios, el EMDN aprobó el llamado Plan de Directiva
Presidencial, que no es más que la orden de reactualizar los planes zonales a partir
de los supuestos que se desprendían del análisis de coyuntura.284 Según el coronel
Carlos Ossandón el mencionado plan además “...detallaba la actuación de las
Fuerzas Armadas durante el proceso electoral, poniendo énfasis en una acción
enérgica para disuadir todo intento de alteración del orden público.”285 En este
contexto la guarnición de Santiago, como era tradicional, encargó a la Academia
de Guerra del Ejército la reelaboración del plan tridimensional de seguridad
interna de la capital, que se puso en práctica en la madrugada del 3 de
septiembre.286
El triunfo relativo de la UP en las elecciones vino a corroborar las
conclusiones a las que había arribado meses atrás el EMDN. Sobre este nuevo
escenario, ya no virtual sino real, en el que el Congreso Pleno debía dirimir entre las
dos primeras mayorías, los expertos de la Academia de Guerra debieron
reelaborar el plan de seguridad interna capitalino, que bautizaron como Plan
Septiembre.287
El coronel Carlos Ossandón recuerda que frente a las dos posibilidades que
se presentaban, los oficiales de la Academia de Guerra siempre trabajaron con la

282 Hacia fines de 1969 el General Carlos Prats se desempeñaba como jefe del EMDN. En sus citadas “Memorias” recuerda que el
“...el lunes 29 se reúnen los Comandantes en Jefe con la asistencia mía, para coordinar su política interna institucional frente a la
campaña presidencial, ya que se vislumbra será enconada frente al previsible equilibrio de fuerzas en las tres candidaturas.” Prats;
Carlos. Op cit. Pág. 139.
283 El análisis al que hace alusión el general Prats concluía que Jorge Alessandri obtendría un 35%, Radomiro Tomic un 27% y el

candidato de la UP un 38%. La semejanza con los datos reales que se conocieron más tarde es sorprendente. EN: Prats; Carlos. Op
cit. Pág. 141.
284 Este es el plan tridimensional preparado por el EMDN al cual hacíamos alusión en la cita nº 8 de este capítulo.
285 Estas ideas se vinculan al objetivo que deben cumplir las Fuerzas Armadas con la ejecución de los planes.
286 Las guarniciones militares surgían siguiendo la división político administrativa del país. Hacia estos años Chile presentaba una

organización estructural de provincias las que se subdividían en departamentos, sumando un total de 25 provincias, es decir, hubo un
número similar de guarniciones militares. Es importante consignar que en una provincia o departamento pueden estar presente todas
las ramas de las Fuerzas Armadas, dos de ellas o sólo una. El liderazgo o jefatura de plaza para efectos de coordinación de las
fuerzas en los dos primeros casos corresponde a aquella rama que presente la más alta dotación. A ella corresponde además afinar
los detalles de la operación, delegando funciones en ella a las ramas menores.
287 En efecto, ese año eleccionario se aplicaron dos planes en las diferentes guarniciones militares. El primero correspondió al que

buscó garantizar la limpieza de la elección, mientras que el segundo, respondía a una realidad, aunque anticipada por estudios
anteriores, en la que el Congreso Pleno debía dirimir entre las dos candidaturas más votadas. Este último, en la Provincia de
Santiago, fue bautizado como Plan Septiembre.

77

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

hipótesis más peligrosa o atentatoria de la seguridad interna, es decir, con la


posibilidad de que el Congreso Pleno eligiera a Jorge Alessandri como Presidente
de la República. A partir de ella el mencionado oficial recuerda que se volvio a
idear todo el sistema de seguridad de la capital.288
En este sentido, la ciudad de Santiago fue dividida en círculos concéntricos
o anillos de influencia, delegando, a cada una de las ramas de las Fuerzas
Armadas y Carabineros, una posición dentro de ella.289 La ubicación de las
fuerzas y el establecimiento mismo de los anillos, se fundó en un acabada
investigación que logró detectar aquellas zonas que pondrían resistencia a la
voluntad del Congreso Pleno- que hipotéticamente se iba a inclinar por el
abanderado de la derecha- y que los uniformados debían controlar no
autorizando su ingreso al centro de la ciudad a provocar desórdenes y
enfrentamientos con el alessandrismo.290
Este plan de seguridad interna, añade el coronel Ossandón, se caracterizó
por ser una planificación libre, que podía invertir su objetivo a la hora en que el
Congreso Pleno designara a Allende como Primer Mandatario. De ser así las tropas
apostadas en los puntos de conflicto debían permitir el ingreso de los sectores
populares al centro de la ciudad, e impedir que desde el sector oriente bajaran
elementos de derecha a provocar disturbios.
Este ordenamiento de las fuerzas militares en la capital, además de impedir
encuentros violentos entre grupos abiertamente contrarios, era capaz de sofocar
cualquier intento de subversión armada en la que se pudiese aventurar cualquiera
de los bandos que se disputaban el poder, cumpliéndose de esta manera,
eficientemente, con la misión última de defender la Institucionalidad vigente.291
La elaboración de un plan operativo por las Fuerzas Armadas que
asegurase el respeto por la decisión popular, fue un intento demostrativo del
sometimiento de éstas a las reglas del juego democrático del ´25.292 Para el
general Schneider su elaboración debió haber significado un importante triunfo
ante la visión autoritaria de las Fuerzas Armadas, sin conocer las verdaderas
intenciones de algunos de sus camaradas, que desde hacía tiempo, como ya lo

288 Los organismos planificadores de las Fuerzas Armadas, una vez que han realizado la apreciación de la situación distinguen los
cursos de acción posible a partir de la coyuntura y las posibilidades del adversario. De ellas se trabaja y elige para idear el plan la más
peligrosa y no la más probable. La alternativa Alessandri se consideraba peligrosa para la seguridad interna por la reacción en la que
se podía aventurar la izquierda. ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.-
289 El barrio cívico, la Plaza de Armas y sus inmediaciones se constituía en el último anillo. Este estaría al resguardo de Carabineros.

Más hacia la periferia se instalaron las Fuerzas Armadas. El sector norte estuvo vigilado por efectivos de Regimiento Buin, el sur por
la Fuerza Aérea, el sector oriente por la Escuela Militar, Blindados, Escuela de Telecomunicaciones, entre otros, y el poniente por el
Regimiento Tacna. Cada uno de estos frentes contaba con sus respectivos elementos adelantados hacia la periferia capitalina. Estos
últimos se organizaron siguiendo a aquellas posibles poblaciones que opondrían mayor resistencia al supuesto que inspiraba al plan.
ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S 20/04/95.-
290 ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/95.-
291 El Plan Septiembre, en Santiago, así como los demás planes operativos de seguridad interna creados por las diferentes

guarniciones militares, entraron en vigencia en la madrugada del 24 de septiembre, ocasión en que el Congreso Pleno dirimió entre
las dos candidaturas más votadas en las pasadas elecciones.
292 En efecto, la coyuntura que le correspondió vivir a Schneider como jefe del Ejército fue altamente sensible al tema del

sometimiento de los uniformados al orden político. En este sentido, la vertiente autoritaria en las Fuerzas Armadas como el
anticomunismo de algunos círculos civiles, se confabularon para forzar a las instituciones de defensa a tomar partido.

78

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

hemos venido anotando, intentaban materializar una intervención militar en


nuestro país. 293
La aceptación por parte de las demás jefaturas de las Fuerzas Armadas de
la postura no intervencionista de Schneider y, en definitiva, la elaboración misma
del plan, resultan difíciles de comprender una vez que se supo de la activa
participación de uniformados de alta graduación, en el frustrado intento de golpe
de estado que terminó con la vida del entonces Comandante en jefe del Ejército.
Nos referimos específicamente al Comandante en Jefe de la Armada, almirante
Hugo Tirado Barrios, al general Camilo Valenzuela Godoy, quinta antigüedad del
Ejército y jefe de plaza de la poderosa guarnición de Santiago, a la segunda
antigüedad de la FACH, general Joaquín García Suárez y el general Director de
Carabineros, Vicente Huerta Celis. Todos ellos conocieron y compartieron
públicamente la postura constitucionalista encabezada por Schneider, mientras
soterradamente conspiraron e intentaron derribar el orden político entonces
vigente.294
Al tratar de explicarnos la “vulnerable” actitud que caracterizó a estos
uniformados, nos topamos, necesariamente de nuevo, con la DSN; pero esta vez
no como un elemento que se haya encontrado arraigado y que formase parte de
la concepción militar que los animaba, sino, más bien, como un “argumento” que
pretendió validar, ante sí mismo y sus pares, su vacilante actitud. El anticomunismo
al que adherían por formación militar encontró en esta doctrina una justificación
“valedera” para implementar la sedición al interior de las Fuerzas Armadas. De
paso esta doctrina además, logró quebrar, definitivamente, la verticalidad de
mando en algunas ramas de la Fuerzas Armadas y derrotar la concepción no
intervencionista del deber ser de las instituciones de la defensa.
Si bien es cierto que los uniformados anteriormente aludidos fueron llamados
a retiro una vez que se conoció su participación en los hechos que terminaron con
la vida de Schneider, resultaría iluso pensar que, con su destitución, se acabaría
cualquier peligro contra el orden democrático del ´25. La ejecución del golpe de
fuerza de octubre de 1970 no se hubiese materializado sólo con la decisión de los
militares antes mencionados, sino que además para ello resultaba necesario
contar con la venia de los mandos intermedios, los que no fueron llamados a retiro
en 1970 para no provocar un descabezamiento de las respectivas instituciones.295
Otro elemento que, junto al anterior, se sumó para posibilitar el triunfo de la
concepción autoritaria de las Fuerzas Armadas en 1970, fue el desconocimiento
que hiciera un importante e influyente sector de la clase política hacia la postura
no intervencionista de las instituciones de la defensa. Nos referimos

293 Oficiales que estuvieron cerca del general René Schneider recuerdan que éste expresaba optimismo en relación a la actitud
legalista de los uniformados. Había realizado todos los esfuerzos posibles para erradicar desde su institución, en particular, y desde
las Fuerzas Armadas en general, las conductas sediciosas que se habían venido expresando profusamente en la década del sesenta.
294 De todos ellos, la actitud menos comprensible, señalan algunos oficiales, fue la que demostró el general Valenzuela, “...quinta

antigüedad del Ejército y amigo de Schneider... Compañero de almuerzo de Prats y Schneider los días martes.” ENTREVISTA
Coronel Carlos Ossandón S 20/04/95.-
295 La permanencia de estos últimos fue determinante en el hostigamiento institucional del cual fueron objeto el general Prats en el

Ejército y al almirante Montero en la Armada, bajo el gobierno de la Unidad Popular. En este mismo sentido Joan Garcés confiesa que
la estrategia de la UP hacia el mundo militar consistió en evitar un descabezamiento de las Fuerzas Armadas a fin de poder provocar
otros cambios más urgentes que pudiesen sustentar el futuro estado socialista. EN: Garcés; Joan: Allende y la experiencia chilena.
Las Armas de la Política. Ediciones BAT, Santiago 1990. Pág. 134.-

79

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

específicamente al rol jugado por algunos personeros del PN y de la DC en este


frustrado “putsch”. Los oficiales implicados en la Operación Alfa, como se le llamó
al plan que desencadenaría la acción militar, insisten en nombrar a destacadas
figuras civiles en este movimiento. Viaux por ejemplo involucra, hasta nuestros días,
al entonces Presidente Eduardo Frei Montalva, con quien tomó contacto a través
de terceros, como el sacerdote Alfredo Ruiz Tagle y Nicolás Díaz Pacheco. Así
como también algunos miembros del gabinete de la época, como el Ministro
Sergio Ossa y Patricio Rojas. Por la derecha se insiste en involucrar a Sergio Onofre
Jarpa, Mario Armello, Engelberto Frías, entre otros. 296
El abierto desconocimiento que hiciera este grupo de civiles hacia el orden
democrático entonces vigente, una vez que se conocieron los resultados de la
contienda electoral, se transformó en un verdadero “factor combustible” para
encender en un importante número de uniformados el arraigado espíritu
anticomunista de su formación militar.297
El conservantismo chileno, que llevó en definitiva a un importante sector de
las instituciones de la defensa a materializar un golpe de estado, recurrió a la ya
mencionada “visión supraclasista” de las Fuerzas Armadas para que éstas entraran
en el juego político de 1970.
El rescate que realizan de este argumento, que tan sólo en octubre de 1969
había sido repudiado por los mismos sectores que ahora lo “resucitaban”, luego
de las ácidas críticas vertidas en su contra, viene a demostrar la frivolidad con que
fueron tratadas las instituciones de la defensa por la clase política.
La inconsecuencia y poca seriedad con que fue tratado el “apoliticismo”
de las Fuerzas Armadas, en 1970, vino a legitimar el discurso antipartidista de la
vertiente “viauxista” en las Fuerzas Armadas.298 Si bien es cierto, que no le
correspondió a Viaux y a sus seguidores encabezar la intervención definitiva, la
acomodaticia postura de los sectores políticos interesados en implementar una
estrategia de esta naturaleza, se encargó de llevar y “buscar” en los cuarteles a
los uniformados que la concretarían.
Mucho se ha especulado a lo largo de estos años acerca de la verdadera
participación de algunos personeros de la DC en el movimiento sedicioso. Si bien
es cierto, que ésta resulta difícil de precisar, el transcurso de los años se ha
encargado de entregar algunas hebras a partir de las cuales es posible reconstituir
parte del tejido sedicioso, que estuvo detrás de los uniformados ya mencionados.

b) Democracia v/s Marxismo.

El triunfo relativo obtenido por la Unidad Popular en septiembre de 1970 vino


a contextualizar la disyuntiva política planteada y hábilmente manejada por la
Democracia Cristiana en la campaña presidencial de 1964. El ya conocido slogan

296 ENTREVISTA General Roberto Viaux 18/01/95.-


297 La historia de Chile en este sentido nos permite concluir que el espíritu de fronda militar siempre se ha presentado cuando han
tenido un “referente” civil que avala su postura intervencionista. Hacia 1970 los grupos civiles interesados eran influyentes, lo que
auguraba un eventual triunfo de la intervención militar. En este sentido los uniformados recuerdan que civiles preguntaban “cuál sería
la postura de las Fuerzas Armadas ante un gobierno marxista, haciéndoles notar la actitud “entreguista” de los militares si aceptaban
someterse a un gobierno de ese tipo.”
298 Para tener una visión más aclara al respecto VER: Primera parte del capítulo Tercero.

80

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de “vote por la DC y alejará al marxismo de Chile” con el cual Eduardo Frei llegó a
la primera magistratura, fue esta vez reeditado por los sectores conservadores del
país con la finalidad de influir en la decisión parlamentaria que tenía que designar
al futuro Presidente de la República entre las dos candidaturas más votadas.299
El discurso y propaganda política con los que el conservantismo pretendió
impedir la nominación de Salvador Allende como Presidente de Chile, tendió a
dejar por establecido un ambiente de “caos irreparable” dentro del juego
democrático del ´25, resultando como única alternativa el golpe, sea éste civilista
o militar.300
En este sentido la izquierda atrincherada en la Unidad Popular, contribuyó a
crear un ambiente de “libre albedrío” con que el conservantismo pretendía
alcanzar su objetivo. Frases como “nadie arrebatará la victoria popular” o
“paralizaremos al país si fuese necesario”301 fueron suficientes para agregar una
importante dosis de “psicosis colectiva” al incierto destino político de Chile.
Como en todo orden de cosas, el factor discursivo estuvo orientado a
causar un efecto social, que en este caso fue desestructurar el modelo político del
´25. Lo cierto es que tanto para algunos sectores conservadores como para un
sector de la izquierda, se hacía necesario crear las condiciones para el cambio del
orden entonces vigente.302
Si bien es cierto que este factor discursivo-desestructurador al que hemos
hecho mención, se manifestó claramente bajo el gobierno de Allende, no deja de
ser menos cierto que las diferentes estrategias que se utilizaron para llevar a cabo
cada una de las finalidades comenzaron a implementarse a partir del triunfo de la
UP.
Para el sociólogo Tomás Moulian, la desconfianza que había provocado el
modelo al posibilitar el triunfo electoral de una coalición política donde habían
grupos marxistas, se tradujo en la implementación de estrategias que escapaban

299 En la elección de 1970 Salvador Allende obtuvo un triunfo electoral relativo al no superar el 50% de los sufragios. En términos
porcentuales en la mencionada elección el candidato de la UP alcanzó el 36%, la derecha un 34% y la del centro político un 27% de
los votos. En tales eventualidades la Constitución Política, en sus artículos 64 y 65 señalaba “que si ninguno de los candidatos
obtenía la mayoría absoluta, el Congreso Pleno era soberano para elegir entre las dos primeras mayorías relativas.” Durante la
llamada República Presidencial (1932-1973) en sólo dos oportunidades la Primera Magistratura fue alcanzada con más del 50% de
los votos, siendo tradicional que la contienda electoral se zanjara mediante la mayoría relativa, que con Congreso Pleno (diputados y
senadores reunidos en cámara común) ratificaba.
300 El discurso de estos sectores se caracterizó por estrechar aún más el abanico de posibilidades. Era la Democracia o el Marxismo

lo que se instalaba en Chile. Este fue el discurso del Movimiento Cívico Patria y Libertad (MCPL), del Partido Nacional y
soterradamente de un sector de la DC, quienes a través de una campaña del terror pretendieron crear incertidumbre frente al futuro
del país. La prensa fue, sin lugar a dudas, el medio predilecto a través del cual se vertió esta incertidumbre: democracia o marxismo,
orden o caos. Al respecto véase las páginas editoriales de El Mercurio; “Huelga del Poder Judicial” 01/12/69, “El Camino a la
Insatisfacción”, 03/12/69, “Ley y Orden. Violencia Revolucionaria” 01/03/70, “La Legalidad sobrepasada y Tribunales y paredones”
14/03/70, “Violencia Organizada” 22/03/70, “Milicias Marginales” 31/03/70, “Nuevo asalto a un banco” 03/06/70, “Violencia y UP”
28/06/70. EN: Sunkel; Guillermo: El Mercurio: 10 años de educación político-ideológica 1969-1979. Estudios Ilet, 1983. Pág 81.
301 Estas frases corresponden a Salvador Allende en el marco de la campaña electoral de 1970. Ellas denotan la incertidumbre que se

vivió también en la izquierda en torno al proceso eleccionario y la desconfianza que ya provocaban las prácticas políticas de sus
adversarios y el marco legal entonces vigente en este sector político.
302 En este sentido hacemos nuestra la tesis del sociólogo Tomás Moulian que señala que la crisis política del sesenta que

desembocó en el 11 de septiembre de 1973, se debió en gran medida a una pérdida del consenso y confianza política entre los
actores que terminaron de romper el “Estado de Compromiso” que había fundado la legalidad entonces vigente. Desde este punto de
vista el modelo dejó de ser eficiente ante la presencia de discursos globalizadores y excluyentes que entraron en una fase de pugna
por posesionarse del poder, resultando necesario para estos sectores crear un nuevo orden legal. Moulián; Tomás: FASES DEL
DESARROLLO POLITICO CHILENO ENTRE 1973-1978. FLACSO 1980.

81

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

del tradicional juego democrático. En primer lugar se buscó romper con una
tradición política como lo era ratificar la candidatura más votada, si bien es cierto
que la legalidad lo permitía, existía una práctica política y un consenso político
anterior que no había hecho uso de este recurso. En segundo lugar, la
implementación del complot militar que terminó con la vida del General
Schneider, es otra prueba de que desde antes que asumiera Allende las prácticas
políticas dejaron de usar los recursos tradicionales y muchas veces legales.303
Sobre este punto conviene detenernos ahora. Y específicamente en
aquella que utilizó el conservantismo inmediatamente después del triunfo de la
izquierda, la que fluctuó entre las dos vertientes del autoritarismo, la civil y militar,
no logrando ninguna de ellas que Salvador Allende no ocupara la Primera
Magistratura del país.
El golpe civilista o la alternativa política de Alessandri, comenzó a cobrar
vida casi a la par con la estrategia militarista que analizaremos más adelante. En
relación a la primera, ésta buscó subvertir la tradicional costumbre del Congreso
Pleno de ratificar como triunfador a la primera mayoría electoral, que en este
caso, correspondía al abanderado de la UP.304
Los orígenes de esta estrategia no son fáciles de recrear. A fin de ordenar las
circunstancias que se vinculan a este hecho, comenzaremos señalando que la
campaña de Jorge Alessandri en 1970 estuvo liderada por sectores de derecha
que se encontraban fuera del único referente político que los podía interpretar. El
rol secundario que tuvo el PN, buscaba reforzar la imagen independiente de
Alessandri y lograr identificar a la “...inmensa mayoría no marxista chilena...” con
la cruzada anti-izquierdista.305
La organización que se encargó de aglutinar y estructurar la tarea de los
independientes fue el Movimiento Independiente Alessandrista, MIA.306 “Tras él
confluyó una masa heterógenea de personas y grupos que esperaban de la figura
apolítica del candidato, de su austeridad y de su plataforma, el éxito
electoral.”307 El nacionalismo chileno, que había cobrado fuerzas luego del
“Tacnazo” de Viaux, vio en este espacio la oportunidad para rearticularse y

303 Moulian; Tomás, Vergara; Pilar: Estado, ideología y políticas económicas en Chile 1973-1978. Estudios Cieplan nº 3, 1980.
304 Si bien es cierto que con esta estrategia no hubo un intento expreso por subvertir la normativa legal entonces vigente, no deja de
ser menos cierto que el consenso político o la práctica política de considerar como ganadora a la candidatura más votada intentó ser
alterada por los sectores conservadores.
305 En efecto, el interés de la derecha en 1970 fue abrir la candidatura de Alessandri hacia otros sectores a fin de fortalecer su

respaldo electoral. Coherente con esta estrategia fue necesario entonces que el PN no tuviera una participación tan gravitante dentro
de la campaña. En este mismo sentido Alessandri siempre gustó mantener su independencia política y la campaña del ´70 no fue la
excepción. En tal oportunidad se hizo asesorar por gente de derecha e independiente como Benjamín Matte, Ernesto Pinto Lagarrige,
entre otros. ENTREVISTA Ex Senador Francisco Bulnes S. 30/09/96.-
306 Las organizaciones que se dieron cita en el MIA fueron múltiples. Estas iban desde orgánicas poblacionales, gremiales,

nacionalistas, empresariales y grupos políticos descolgados de los tradicionales partidos. Todas ellas unidas por un fuerte
anticomunismo representado por Jorge Alessandri. Entre los grupos descolgados de partidos tradicionales podemos mencionar a uno
proveniente del radicalismo que se llamó “Movimiento Recuperación Radical”, más tarde conocido como Democracia Radical, su líder
era Angel Faivovich. Otro grupo de ex militantes de partidos políticos que perteneció al MIA fue el que se agrupó bajo la sigla “Legión
Alessandrista”, agrupación de ex conservadores y liberales que no se fueron al PN, entre ellos cabe mencionar Armando Jaramillo,
Francisco Iturriaga, Enrique Prieto Urzúa.
307 Valdivia; Verónica. Camino al golpe: el nacionalismo chileno a la caza de las fuerzas armadas. Serie Investigaciones nº 11

Universidad Católica Blas Cañas. Santiago 1996. Pág. 47

82

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

difundir la necesidad de un nuevo marco político que pusiera atajo al avance de


las ideas socializantes.308
Las ideas centrales de la proposición a la que llegó la derecha tras la
derrota de su abanderado, se comenzó a configurar el sábado 5 septiembre tras
una reunión evaluatoria que realizaron los máximos líderes del Partido Nacional.309
En ella Francisco Bulnes, Sergio Onofre Jarpa, Enrique Ortúzar, entre otros, afinaron
las ideas que presentarían a Arturo Matte, Eduardo Boettsh y Ernesto Pinto
Lagarrigue el domingo 6 en una reunión evaluatoria de la campaña
alessandrista.310 Tras esta última hubo consenso en retrasar el reconocimiento del
triunfo de Allende que pensaba realizar Jorge Alessandri el lunes 7 y apelar a la
voluntad del Congreso Pleno con la siguiente propuesta. “Si el Congreso se
inclinara a nominar Presidente de la República a Jorge Alessandri, éste renunciaría
y se llamaría a una nueva elección donde no se volvería a presentar como
candidato.” 311
Esta sustantiva propuesta que veladamente transmitía a la DC la posibilidad
de volver a gobernar con apoyo de la derecha,312 estuvo acompañada por el
surgimiento de un movimiento que resultó clave en los acontecimientos que se
desataron más tarde. Nos referimos al Movimiento Cívico Patria y Libertad, MCPL,

308 Miembros del MIA recuerdan que las orgánicas nacionalistas que adhieren a este movimiento de independientes fueron variadas.
Añadiendo que múltiples siglas de organizaciones nacionalistas que allí se dieron cita fueron más bien de fantasía y respondían a una
de las características más notables del nacionalismo chileno, el caudillismo. Entre las orgánicas de carácter nacionalista que adhieren
al MIA fuentes cercanas a este movimiento recuerdan al grupo Gremialista de Jaime Guzmán; Movimiento Alessandrista Democrático
MAD de Luciano Murgado, un grupo de jóvenes “aventureros” de la juventud nacional liderados por Widow Poli que tras el triunfo de
Allende se pasaron a llamar Junta Ofensiva Nacionalista; El grupo TIZONA encabezados por Juan Antonio Widow, entre otros.
ENTREVISTA Juan Serrano Chavarría 04/02/98.-
309 El ex senador Francisco Bulnes recuerda que “el 04 de septiembre se encontraba en Concepción, provincia que representaba en el

Senado, cuando recibió el llamado de su hermano Manuel desde Santiago, quien le comunicó la intención del comando alessandrista
de reconocer el triunfo de Allende. El ex senador recuerda que su hermano le comunicó que había conversado con Sergio Onofre
Jarpa, y que éste estaría en desacuerdo con reconocer un triunfo que aún no reconoce el Congreso Pleno.” ENTREVISTA Ex
Senador Francisco Bulnes S. 30/09/96. Estas ideas coinciden con las reveladas por la el teniente Víctor Catalán cuando señala que
él fue testigo presencial de una conversación telefónica de Sergio Onofre Jarpa con Jorge Alessandri en la que Jarpa señalaba la
inconveniencia de reconocer el triunfo de Allende sin antes realizar una propuesta que cautivara a los parlamentarios de votar por
Alessandri en el Congreso Pleno. ENTREVISTA Teniente Víctor Catalán P. 23/12/96.-
310 Francisco Bulnes recuerda que el PN, y él en lo personal, como Senador y representante de una circunscripción tuvo serios

problemas con la dirección de la campaña alessandrista liderada “por gente bien intencionada pero ignorante en materias de
campañas políticas” Al respecto recuerda que “...luchó mucho al interior del alessandrismo para cambiar la forma como se estaba
llevando la campaña. Por ejemplo en mi zona (Concepción) llegaban allá unos señores que no conocían el lugar a buscar
independientes, y resulta que reclutaban y entregaban cargos de dirección a personas que habían sido expulsadas de tres
partidos...Esta mala asesoría se expresó también en el debate televisivo Decisión ´70 oportunidad en que las ideas de Alessandri
fueron anotadas en papel blanco y las luces de la TV de aquella época eran tan fuertes que no le dejaron leer bien y apareció
tiritando ante las cámaras, dando con ello una imagen de debilidad” ENTREVISTA Ex Senador Francisco Bulnes S. 30/09/96.-
311En entrevista con el ex senador Francisco Bulnes éste reconoció que en el seno del Partido Nacional surgió esta propuesta.

Existían, añade Bulnes, molestias al interior el Partido con la dirección de la campaña que habían hecho los independientes, por ello
fuimos enfáticos en señalarles tras la derrota electoral que seríamos nosotros (Partido Nacional) quienes conduciríamos el proceso a
partir de ahora (refiriéndose al período pos-elección y pronunciamiento del Congreso Pleno). Al respecto el teniente Víctor Catalán
confirma que la llamada Alternativa Alessandri surgió de Sergio Onofre Jarpa la misma noche del 04 de septiembre cuando por los
diferentes medios de comunicación se daban a conocer los resultados de los comicios. Quizá los dirigentes del PN tenían pensada
con anticipación su postura ante eventuales resultados adversos.
312 Esta propuesta si bien es cierto que no aparece expresa en la Alternativa Alessandri, se verbalizó en reiteradas conversaciones

que sostuvieron representantes del PN con dirigentes de la DC y el propio Presidente Eduardo Frei. El propio Francisco Bulnes
recuerda encuentros para tratar estos temas con Patricio Rojas, Carlos Figueroa y Sergio Ossa.

83

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

que tuvo como finalidad servir de apoyo propagandístico a la llamada alternativa


alessandri.313
Para materializar con éxito la opción Alessandri, la derecha necesitaba
contar con el apoyo de la DC en el Congreso Pleno.314 La representación
parlamentaría del PN no alcanzaba a superar el tercio de los escaños, por lo que
contar con la votación del centro político, era la única manera de impedir la
ratificación de Allende dentro de las cánones establecidos por la Ley.315
En este sentido, líderes de derecha recuerdan que existía conocimiento de
que un sector de la DC-y específicamente el grupo cercano al Presidente Frei-
sentía malestar por el triunfo del abanderado marxista. La frustración que sentía
este sector fue sondeado por la derecha a fin de conocer si había ánimo para
impedir la voluntad que se había expresado en las urnas.316
En efecto, el senador Francisco Bulnes recuerda haber recibido tras la
reunión evaluatoria del comando alessandrista, la misión de entrevistarse con el
Presidente Frei y exponer los acuerdos del alessandrismo. Dicho encuentro se llevó
acabo el lunes 7 de septiembre, y en éste, Bulnes recuerda que el Presidente
estuvo de acuerdo con el peligro que significaba la UP para el país y en la
necesidad de hacer lo posible por evitar la ratificación de Allende en el Congreso.
En la citada reunión Bulnes no olvidó hacer explícito el mensaje que se desprendía
de la llamada propuesta Alessandri, y que se relacionaba con el apoyo de la
derecha a un DC en la posible nueva elección si se desconocía a la primera
mayoría alcanzada por la UP.317
En relación a las circunstancias que se vivieron al interior de la DC luego del
triunfo de Allende, fuentes cercanas a este partido señalan que a un importante
sector de la DC les complicó el triunfo de la izquierda. El arraigado espíritu
antimarxista que se expresaba desde los propios orígenes del partido, se
contraponía con los principios democráticos que identificaban a la colectividad
Al respecto uno de sus fundadores señala que “...la educación conservadora en la
que se formaron los jóvenes líderes falangistas que más tarde dirigieron la DC fue

313 Así lo recuerda uno de los fundadores del Patria y Libertad. Originalmente este movimiento civil buscó crear una corriente de
opinión que se opusiera a la nominación de Salvador Allende y fortaleciera ente el Congreso Pleno la alternativa presentada por
Alessandri el 09 de septiembre. Los dirigentes y militantes de este movimiento cívico fueron los mismos que habían dado origen al
MIA meses antes. ENTREVISTA Juan Eduardo Hurtado Larraín 29/11/95.
314 De los 197 cargos parlamentarios que formaban parte del Congreso de 1970 y que tenían que decidir entre las dos primeras

mayorías, 75, es decir, un 32,5% eran democratacristianos.


315 Otro de los apoyos que se hizo indispensable en este sentido fue el que proporcionó la Central de Inteligencia Norteamericana

CIA. Al respecto los informes desclasificados de este organismo en relación a operaciones encubiertas en nuestro país, señalan que
entre los días 08 y 14 de septiembre “el comité de los 40 discutió la situación chilena, aprobando 250 mil dólares para que el
embajador Korry influya en la votación del 24 de octubre en el Congreso.” Para tener una idea más acabada de esta intervención
VER: Opaso; Cristián. Op cit. Uribe; Armando. Op cit.
316 Así lo recuerda Francisco Bulnes. A través de conversaciones entre líderes políticos de derecha con algunos personeros de la DC

fue posible conocer los entretelones de lo que sucedía en el partido de gobierno.


317 El ex senador Francisco Bulnes recuerda que en esa ocasión el Presidente Frei estaba aproblemado con el triunfo de la UP. El

costo político que significaba ser él quien le entregaría el poder a un marxista era lo que más complicaba a Frei. En este mismo
sentido, uno de los fundadores de la DC y presidente de ese partido, Rafael Agustín Gumucio, recuerda que desde 1967 Frei venía
sufriendo cuando el movimiento FIDUCIA lo bautizó como el “Kerenski chileno”, lo que denota una personalidad influenciable a este
tipo de comentarios. ENTREVISTA Ex Senador Rafael Agustín Gumucio 09/05/96.-

84

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

un factor que gravitó siempre al interior del partido a la hora de tomar decisiones
trascendentales...” 318
Para el entonces senador y presidente la DC, Benjamín Prado, existían dos
posturas claramente diferenciables en relación al triunfo de de la izquierda al
interior del PDC. “Para el sector cercano a Radomiro Tomic el triunfo de la UP
produjo una desilusión esperada pero no una tragedia. Se creía entonces que la
unidad del pueblo en la base que se buscó en la campaña aun era posible
llevarla a cabo si Allende reaccionaba hacia el “tercerismo” del partido. Mientras
que para la corriente conservadora, el triunfo de la UP se transformó en una noche
negra y temida, creían firmemente que con ello se instalaba el comunismo en
Chile.”319
La impulsividad antimarxista con la que podían haber actuado algunos
círculos de la DC, topaba, con el liderazgo y perfil democrático que gozaba el
partido democratacristiano y su líder, Eduardo Frei, en la esfera nacional e
internacional. El costo político hacia un abierto compromiso con el golpismo
civilista y militar no estaban dispuesto aceptarlo estos sectores en 1970. Velándose,
desde esta perspectiva su participación en los hechos relacionados con ambas
estrategias anti-izquierdistas.320
La presencia de estas dos cosmovisiones al interior de la DC, y que
aparentemente se encontraban congeladas desde el retiro del “sector rebelde”
que dio origen al MAPU en 1968,321 se profundizaron tras la elección presidencial.
En este sentido, los acuerdos de la Junta Nacional del PDC para decidir a qué
candidato apoyar en el Congreso Pleno, nos permite dimensionar el impacto con
que se hizo sentir la coyuntura post-electoral al interior del partido de gobierno.322

318 El antimarxismo era algo vivo al interior de algunos sectores del PDC. Nos autodefiníamos como pacifistas, antimarxistas y
anticapitalistas. ENTREVISTA Ex Senador Rafael Agustín Gumucio 09/05/96. Así también lo confiesa Benjamín Prado, quien
añade que hacia 1970 existían, sin embargo, sectores al interior del PDC abiertos a propiciar una alianza con los sectores de la
izquierda marxista. Así como también, sectores reticentes a cualquier entendimiento con estos grupos. ENTREVISTA Ex Senador
Benjamín Prado. 29/01/97.-
319 A través de estas ideas el ex presidente del PDC nos grafica a grandes rasgos las corrientes internas que había dentro de la DC

hacia 1970. Una vinculada fuertemente a Radomiro Tomic y sus propuestas de crear “Unidad Popular” para provocar los cambios que
Chile necesitaba y la otra que giraba en torno al entonces Presidente de la República, Eduardo Frei, que era más bien moderada en
sus planteamientos. Para la primera corriente, añade Prado, no hubo derrota el ´70. Se logró el objetivo de derrotar la soberbia de la
derecha. Es por ello que nuestra juventud bailó con la gente de la UP esa noche en la Alameda, añade Prado. Para la corriente
conservadora en cambio el pánico se apoderó de ella. Creían que el proceso sería similar al cubano. ENTREVISTA Ex Senador
Benjamín Prado 29/01/97.-
320 Esta tendencia a actuar más bien encubiertos también funcionó al interior del PDC. Al respecto Benjamín Prado recuerda que en

la Junta Nacional donde se discutió la postura de la DC ante el Congreso Pleno el grupo reacio a apoyar a Salvador Allende no se
atrevió a presentar a Alessandri como una alternativa válida a apoyar por todo lo que significaba la derecha y cómo se había
comportado ésta ante la reforma agraria. En este mismo sentido, Francisco Bulnes recuerda que Frei y su gente no estuvo dispuesto
a liderar el movimiento que pararía a Allende. Con el fin de graficar esta idea, Bulnes añade que en la noche del mismo lunes en que
conversó con Frei, lo llamó su hermano Manuel pidiéndole que vaya a su casa donde lo esperaba Patricio Rojas con un recado de
Frei. Este recado era que Alessandri debía señalar a través de la prensa la opción para poder comenzar hacer algo al interior del
Partido. Es decir, él no era capaz de tomar la opción. Esta actitud vacilante de Frei se tradujo en una visita que Francisco Bulnes,
Eduardo Boetsch y Julio Durán hicieron a Frei para pedirle que presionara a su partido y tomara una actitud más resuelta.
ENTREVISTA Ex Senador Francisco Bulnes S. 30/09/96.
321 Hacia 1968 se produjo el primer quiebre de la DC. Entre sus protagonistas podemos mencionar a los entonces senadores Rafael

Agustín Gumucio y Alberto Jerez, entre otros. El retiro de este sector, conocido internamente como “rebelde”, significó que al interior
de la DC permanecieran dos grandes corrientes. El tercerismo o ala progresista del PDC y el freísmo o grupo más bien conservador
de la Democracia Cristiana.
322 Prado recuerda que “...en la Junta Nacional que decidió a qué candidatura apoyar en el Congreso Pleno, las posturas internas del

partido democratacristiano quedaron reflejadas en los dos votos que se sometieron a votación. El grupo cercano al Presidente Frei,

85

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La decisión de apoyar a Salvador Allende a la que finalmente llegó la DC,


previa firma de nueve condiciones o garantías, terminó por sepultar la alternativa
política que había ideado el conservantismo para desconocer la voluntad
popular expresada en las urnas.323 Potenciándose de esta
forma la opción militarista en los cálculos de los sectores interesados en impedir la
nominación del abanderado de la izquierda.

c) La Operación ALFA:

La incapacidad de los sectores conservadores de impedir la nominación de


Salvador Allende en el Congreso Pleno, abrió paso para que la fórmula golpista
encabezada por el general Viaux cobrara importancia en algunos círculos
políticos y económicos.324
Si bien es cierto que el conservantismo tenía conocimiento de la inquietud
que se había generado al interior de algunos círculos castrenses luego de
conocerse los resultados, necesitaba imperativamente encauzar dicha
efervescencia para lograr un pronunciamiento claro de las Fuerzas Armadas.325

representados por los senadores Patricio Aylwin y Juan de Dios Carmona, postulaban a la creación de una comisión mixta entre
miembros del PDC y la UP para fijar las condiciones del apoyo. La opción que respaldó la Mesa Directiva, y que representaba al
tercerismo democratacristiano, apuntaba a obtener un voto de confianza de la asamblea para que fuera la mesa la que fijara las
condiciones del apoyo del PDC. Con esta última propuesta, añade Prado, se buscaba evitar la estéril discusión que se podría dar
entre las partes si se aprobaba la propuesta de los sectores vinculados a la Moneda. En este mismo sentido, añade Prado, la
intención de dialogar con la UP por parte de este grupo, sólo buscaba reafirmar ante la opinión pública la imagen demócrata del PDC,
pero en ningún caso, la intención de llegar a un acuerdo político con la izquierda, avalando de esta forma un eventual apoyo al
abanderado de la derecha. ENTREVISTA Ex Senador Benjamín Prado 29/01/97.- Al respecto Francisco Bulnes recuerda que el
curso que siguió esta propuesta que representó veladamente al alessandrismo dentro de la Junta Nacional extraordinaria de la DC,
fue seguida por él junto a Frei. Esta cercanía no hace más que demostrar los lazos a los que habían llegado ambos sectores
políticos. ENTREVISTA Ex Senador Francisco Bulnes S 20/09/96.-
323 El apoyo que recibió la mesa directiva del PDC en la Junta Nacional logró detener la estrategia que buscó desconocer el triunfo de

Salvador Allende. En este sentido el progresismo del partido de gobierno venía haciendo desde hacía tiempo lo posible por evitar que
el veredicto popular fuera desconocido. En este sentido Benjamín Prado recuerda que con el fin de evitar desórdenes y malos
entendidos ante los resultados, se acordó con el comando de la UP que si a las 20:00 horas del 04 de septiembre uno de los dos
candidatos iba perdiendo por un 5% de los votos de las mesas debía reconocer el triunfo del otro. En este contexto se inscribe el
saludo de Tomic a Allende, el que buscó además, añade Prado, impedir que la DC se involucrará en un intento por desconocer el
triunfo de la izquierda. ENTREVISTA Ex Sanador Benjamín Prado 29/01/97.-
324 La derecha política y económica, los sectores conservadores del partido de gobierno y el gobierno de los Estados Unidos,

interesados en impedir que Allende asumiera el poder, demostraron un especial interés en el éxito de la fórmula Alessandri. Las
razones para haber preferido la opción menos violenta se explican fundamentalmente porque estos sectores no creían que Viaux
fuera capaz de arrastrar a las Fuerzas Armadas a un golpe de estado. Por otro lado, las Fuerzas Armadas ya habían sido sondeadas
por estos grupos, y si bien es cierto que en algunos estamentos, como la oficialidad de alta graduación, era posible diagnosticar una
preocupación, no deja de ser menos cierto que un importante número de uniformados tenía claridad de que el problema debía
zanjarse en el ámbito de lo político. Si las fuerzas de Frei y Alessandri, que eran mayoría, acordaban no apoyar a Allende las Fuerzas
Armadas los hubieran respaldado. Al respecto, Francisco Bulnes recuerda que habló en una oportunidad este tema con Prats, quien
le señaló que el Presidente Frei le había insinuado a Schneider realizar una “Operación Reina Isabel” (que significaba nombrar un
gabinete compuesto por uniformados) , pero que Schneider le respondió “Los militares no somos tontos y no queremos pasar a la
Historia como los grandes gorilas de América, aquí debe haber una actitud resuelta de usted (Frei) y Alessandri. A partir de estas
ideas es comprensible que los gravitantes sectores antes nombrados no se hayan esforzado desde un comienzo en fortalecer la
alternativa militar.
325 Para los Estados Unidos fundamentalmente Viaux no daba garantías de éxito. Por ello se buscó dentro de las filas castrenses a

nuevas figuras que fueron reclutadas por el coronel norteamericano Paul Wimert. Estos oficiales debían incorporar a Viaux al
movimiento aprovechando su imagen atractiva al interior de algunos circulos castrenses. Entre este grupo de oficiales captados por
este agente norteamericano figuran el general Camilo Valenzuela Godoy, el Director general de Carabineros Vicente Huerta Celis, el

86

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Lo cierto es que al interior de éstas se venía estudiando la posibilidad de una


intervención militar con bastante anterioridad. Prueba de ello fueron las inusitadas
reuniones conspirativas en el centro sur del país relatadas por el general Prats en
sus Memorias y que acusan fecha de descubrimiento el 14 de septiembre de 1970.
La estrecha relación de este movimiento con el general Viaux, resultó ser el indicio
a partir de la cual la civilidad dispuesta a respaldar un golpe de fuerza comenzó a
implementar la maquinaria sediciosa.326
Así como el MIA dio vida al MCPL con el fin de respaldar la opción
Alessandri, miembros de esta misma organización alessandrista en compañía con
otras organizaciones anticomunistas, todas las cuales contaban con “grupos de
choque”, fundaron el Frente Republicano Independiente (FRI), que surgió como
una organización de apoyo a la opción golpista implementada por algunos
uniformados.327
En efecto, a la improvisada estructura del FRI contempló una doble
militancia entre los activistas del MCPL y el FRI. Entre las organizaciones que
formaron parte de esta última cabe mencionar a un grupo de choque del MIA,
liderado por Luis Hurtado Arnés; el grupo Casa de la Victoria, encabezado por Luis
Gallardo; un grupo de choque de la Juventud Nacional que llamó Ofensiva
Nacionalista, liderado por Guido Poli; el grupo nacionalsindicalista TACNA,
representado por Juan Diego Dávila y por último el grupo de choque de FIDUCIA,
que no formó parte de MCPL y de la campaña alessandrista, representado por
Juan Luis Bulnes, Julio y Diego Izquierdo Menéndez.
Los activistas del FRI recuerdan al general (r) Héctor Martínez Amaro como
la persona que articuló el movimiento. El mencionado oficial era un reconocido
nacionalista que en 1970 fundó en compañía de Franz Pfeiffer, el Partido
Nacional Popular (PANAPO), que trató de reagrupar a la vertiente nazi del
nacionalismo y a los oficiales en retiro de las Fuerzas Armadas. La relación entre
Martínez y Viaux se remonta al rectismo de los años cincuenta. A través de este
oficial nacionalista, Viaux pretendió crear una nueva plataforma que sustentara su
imagen de caudillo tras el alejamiento de la oficialidad joven.
Al respecto uno de los dirigentes del FRI recuerda que las diferentes
organizaciones que se dieron cita en este movimiento, recibieron de Martínez la
misión de ponerse a las ordenes del general Viaux, “...quien tenía especial interés

almirante Hugo Tirado Barros y el general Joaquín García Suárez. Todos ellos, junto Viaux, debían hilvanar el golpe militar. EN:
Documentos Secretos de la I.T.T. Editorial Quimantú, Santiago, 1972. Op cit. Pág. 14.
326 Aquí es importante recordar que tras el descubrimiento del complot que aparentemente dirigió el general (r) Horacio Gamboa en

marzo de 1970 se produjo un distanciamiento entre la oficialidad que seguía a Viaux y el caudillo. Sin embargo, un grupo de oficiales
encabezados por Edgardo Fuenzalida Verdugo aún permanecía ligado a éste. Estos oficiales retirados fueron los que comenzaron a
gestar un movimiento en el centro-sur del país, zona que conocían bastante por haber desempeñado funciones profesionales en esa
zona. Al respecto el general Prats anota en sus Memorias que “...se ha descubierto la realización de reuniones clandestinas de
oficiales subalternos en Temuco y Lautaro, en las que participarían oficiales de la III D.E. y División de Caballería.” Prats; Carlos. Op
cit. Pág. 171.
327 Al FRI adhieren los grupos de choque de las organizaciones nacionalistas y gremiales que habían dado vida al MCPL y de otras

que se habían marginado de la campaña de Alessandri, como FIDUCIA Esta organización no participó en la campaña de Alessandri
por las diferencias que habían surgido con éste tras la aplicación de la Reforma Agraria bajo su gobierno. El PANAPO proviene de del
Partido Nacional Socialista (PNSO), que tras el atentado a la sinagoga de la calle Tarapacá en 1969 y la posterior detención de sus
líderes, entró en crisis y desapareció. ENTREVISTA Juan Serrano. 04/02/98.-

87

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

por trabajar con un grupo de civiles para impedir el acceso de Allende al


poder.”328
A través de las sucesivas reuniones que tuvo el FRI con Viaux, el
nacionalismo conoció la decisión de un grupo de uniformados de materializar una
intervención militar, así como también, el rol que jugaba el FRI en los cálculos de
los militares.329 Al respecto, Luis Gallardo, recuerda que resultaba fundamental
para los líderes de la conspiración crear las condiciones de alarma pública que
justificara la acción militar, siendo necesario realizar acciones de carácter terrorista
en la capital.
A partir de este momento surgió en el seno del FRI la fantasmal Brigada
Obrero Campesina (BOC), que a través acciones terroristas y de panfletos con
mensajes supuestamente izquierdistas, pretendió cumplir con una de las primeras
condiciones para el golpe requeridas por los uniformados involucrados y que se
relacionaba con crear vínculos entre el terror y la izquierda que se avecinaba al
poder.330
Mientras la capital fue víctima de un inusual estallido de la actividad
terrorista,331 el entonces Ministro de Hacienda, Andrés Zaldívar, dio a conocer a la
opinión pública un escalofriante análisis de la economía nacional, derivado de la
masiva fuga de capitales realizado por importantes multinacionales
norteamericanas a la luz de los resultados de la reciente elección presidencial.
Estas declaraciones de Zaldívar respondían, sin saberlo quizá el ex Ministro de
Hacienda, a una segunda condición exigida por la dirigencia del movimiento para
materializar con éxito la operación militar. En efecto, no bastaba con sembrar el
terror a través de atentados y bombazos, sino que también se hacía necesario

328 Por otro lado, para el nacionalismo resultaba importante posesionarse públicamente de una imagen que podía atraer militancia y a
los medios de comunicación. ENTREVISTA Juan Serrano Ch. 04/02/98.-
329 Luis Gallardo fue uno de los líderes del FRI y atrajo a este movimiento a la agrupación Casa de la Victoria que él dirigía. Esta

organización estaba compuesta por pobladores y pequeños comerciantes que apoyaron a Alessandri. Tras la derrota electoral y con
la finalidad de mantener el grupo cohesionado, sus miembros fueron llevados por Gallardo en pequeños grupos a la casa de Viaux,
donde éste les levantara el ánimo señalándoles que las “Fuerzas Armadas eran anticomunistas y que harían lo posible por evitar el
acceso de Allende al poder.” Así como Gallardo, las restantes orgánicas hicieron lo suyo para mantener operativa a su gente y
señalarles que no estaba todo perdido. Si bien es cierto que la palabra golpe no se pronunciaba se daba por entendido. La
participación de estas organizaciones en los cálculos del golpismo, se vinculaban a la designación de tareas de ayuda para
implementar la operación militar. Las acciones que debían desarrollar en esta materia, fueron conocidos por los jefes de cada una de
las organizaciones que dieron vida al FRI, los que a su vez los compartían con su selecto grupo de choque. ENTREVISTA Luis
Gallardo Gallardo. 23/07/96.-
330 En la BOC participaron todas los cuadros de choque del FRI. Para operar se delegó a Enrique Lautaro Arancibia Clavel la tarea de

producir los atentados terroristas. En efecto, Arancibia proporcionaba las dinamitas, estudiaba los lugares donde se realizarían los
atentados y coordinaba las personas que participaban en ellos. Enrique Arancibia Clavel era un ex alumno de la Escuela Militar y
miembro de una familia de uniformados. Es un nacionalista, que como muchos de ellos, aparece militando y colaborando con
diferentes agrupaciones lo que hace difícil una apreciación más definida. Según el militante de Patria y Libertad, Juan Serrano,
Arancibia proviene ideológicamente del grupo TIZONA, agrupación viñamarina que se vincula a la Armada y que dirigió Juan Antonio
Widow. En forma paralela militaba en la Juventud Nacional y se vinculaba al grupo que lideraba Guido Poli con quien fundó Ofensiva
Nacionalista. Otro personaje que colaboró con estos atentados fue el agente de la CIA Nicolás Díaz Pacheco, quien en reiteradas
oportunidades entregó dinamita y armas. Los principales atentados realizados por este grupo fueron a Radio Magallanes, Antena de
Canal 9 de TV, las torres de alta tensión del Aeropuerto, atentado al supermercado ALMAC, entre otros. Junto con vincular estas
actividades a grupos supuestamente izquierdistas, la idea era también provocar en aquellos sectores indecisos de las Fuerzas
Armadas una actitud más resuelta. ENTREVISTA Juan Serrano Chavarría. 04/02/98.-
331 Entre los días 18 de septiembre y 11 de octubre se registraron 14 atentados dinamiteros en el país. EN: Revista Desfile. 30/1070.

Pág. 6.

88

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

crear un ambiente de incertidumbre económica que movilizara a la población en


la defensa de sus intereses.332
Según los recuerdos de quienes desempeñaron importante funciones en la
implentación de este movimiento militar, hacia fines del mes de septiembre la
conspiración había dado importantes pasos. En efecto, habían logrado el
desconcierto en amplios sectores civiles, así como también, identificar a
importantes oficiales de las Fuerzas Armadas. En este último sentido el apoyo de
algunas autoridades de gobierno resultó vital, así lo revela el almirante Fernando
Porta Angulo, entonces Comandante de la Armada, cuando señala en su
Testamento que su sorpresivo llamado a retiro de la institución el 13 de octubre de
1970 “...fue una maniobra para...llevar a la Comandancia en Jefe al almirante
Tirado que junto con el general Viaux y el General Valenzuela, Comandante de la
guarnición de Santiago, más otros uniformados y oficiales en retiro, estaban
comprometidos con políticos para producir el auto golpe.” 333
A partir del relato del almirante Porta es sostenible afirmar que hacia
octubre de 1970 el movimiento sedicioso había logrado importantes avances al
interior del gobierno y de las Fuerzas Armadas. De estas últimas, sin embargo, la
dirección del Ejército, merecía dudas al no haber dado señas de querer
comprometerse con la conspiración.334
En este sentido cabe señalar las reiteradas declaraciones de carácter
constitucionalistas formuladas por el Comandante en Jefe del Ejército, tanto a los
medios de prensa, así como al interior de las filas institucionales.335 Por otro lado la

332 Si bien es cierto que las declaraciones que formuló el entonces Ministro Zaldívar el 23 de septiembre de 1970, en relación al
resentimiento de nuestra economía por la fuga de capitales nacionales y extranjeros se basaban en un hecho real, éstas no hicieron
más que agudizar la incertidumbre acerca del futuro del país. Según las declaraciones formuladas por los detenidos en el llamado
Caso Schneider y más tarde ratificadas en entrevistas sostenidas con ellos, autoridades de gobierno colaboraron con el movimiento
creando condiciones necesarias para poder materializar el golpe. En relación a este hecho puntual el general Roberto Viaux insiste en
señalar que Frei a través de terceros”... les dio luz verde para realizar la acción, pero que tuviéramos cuidado porque en caso de que
falláramos, él con todo el peso de la ley se vendría contra nosotros...él siempre dio sus instrucciones en general, sin aparecer como
cabecilla. Incluso nosotros le mandábamos a decir: Presidente, necesitamos que un Ministro del área económica haga una
presentación por radio y TV a todo el país de la catastrófica situación económica que se vive por el hecho de haber triunfado el señor
Allende. Bien, a los tres o cuatro días después había cadena nacional.” ENTREVISTA General Roberto Viaux 18/11/94. Este
contacto con el Presidente Frei que aduce haber tenido el General Viaux debió haberse llevado a cabo a través de las figuras civiles
ya nombradas.
333 El argumento que utilizó el gobierno de Frei para dejar el camino libre al almirante Tirado fue que el encuentro que sostuvo el

Presidente Electo Salvador Allende con los Almirantes Montero y Merino no había sido consultado al gobierno y que en ella la Armada
había aprovechado la oportunidad de pedir a Allende la compra de un portaaviones con aviones necesarios, lo que había originado
malestar en las restantes instituciones castrenses. El almirante Porta añade en su Testamento que en dicho encuentro los oficiales
que representaron a la institución ante el Presidente Electo no hicieron más que informar a Allende que la Armada deseaba que Chile
continuara a efecto a nuestros tratados, que tenían gran importancia para la seguridad nacional. Mayores antecedentes acerca de
este hecho EN: Merino; José Toribio. Op cit. Págs. 104-120.
334 En efecto, hacia fines de 1970, el golpismo contaba con el apoyo de decisivas figuras del mundo castrense, entre ellas el general

Director de Carabineros, Vicente Huerta Celis; el general de la FACH Joaquín García Suáez; el recién nominado Comandante en Jefe
de la Armada, almirante Hugo Tirado Barros, quien ocupó la dirección de la marina tras el oscuro abandono de sus funciones del
Almirante Porta. En el Ejército la conspiración había logrado involucrar al general Camilo Valenzuela Godoy, quinta antigüedad del
Ejército y Comandante de la II División de Ejército con asiento en Santiago. Los oficiales que antecedían en antiguedad a Valenzuela
eran Augusto Pinochet, Pablo Schaffhauser, Carlos Prats y René Schneider. Todos ellos fueron sondeados y, en algunos casos,
presionados para reaccionar en favor de la intervención. El general Prats, que ha dejado testimonio escrito sobre estas materias,
anota en sus Memorias visitas de civiles y militares en retiro con estas intenciones. Para tener una idea más acabada sobre estas
presiones VER: Prats; Carlos. Op cit. Págs. 169-184.
335 Con el fin de fortalecer el irrestricto sometiendo de las Fuerzas Armadas a la Constitución, Schneider dio conferencias de prensa,

dictó charlas que tituló “Las Fuerzas Armadas no son alternativa de poder”, en fin, una serie de acciones que fueron, sin embargo,
sobrepasadas por las circunstancias. Al respecto ver primera parte de este capítulo.

89

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

decidida actitud legalista demostrada por el general Prats y la diligente


investigación que dirigió el general Pablo Schaffhauser contra la sedición
descubierta en el centro-sur del país, eran pruebas suficientes para que los
dirigentes del “putsch” sintieran que no contaban con estas figuras.
A partir de esta realidad surgió la tercera y última condición para el golpe.
La necesaria unidad que debían demostrar las Fuerzas Armadas en el movimiento,
pasaba por neutralizar la reacción que pudiesen adoptar los cuatro oficiales que
se encontraban cumpliendo funciones sobre el general Camilo Valenzuela, quinta
antigüedad del Ejército, y uno de los líderes de la intervención militar.
Para ello se ideó un plan de secuestro simultáneo de estas cuatro figuras.
Originalmente esta planificación de “neutralización” se denominó Alfa, Beta,
Gama y Delta, correspondiéndole-según el grado de jerarquía- a cada uno de los
uniformados una letra del abecedario griego.
La misión de secuestro simultáneo fue encomendada a los cuadros
operativos del FRI, designando Viaux como coordinador de la operación a Juan
Diego Dávila Basterrica. Según los recuerdos de este último, “...el plan presentado
por Viaux a comienzos de octubre era un tanto descabellado...resultaba imposible
secuestrar en el mismo instante a cuatro altos oficiales sin que los servicios de
inteligencia no se percatasen...” Es por ello- puntualiza Dávila- solicitó a Viaux un
tiempo para modificar el plan presentado.336
Juan Diego Dávila, que ya en 1970 poseía un prontuario sedicioso bastante
extenso,337 se abocó a la tarea de indagar a través de sus contactos al interior
del Ejército, la veracidad de las aprensiones de la dirección del movimiento hacia
las cuatro primeras antigüedades del Ejército.338 El estudio realizado por Dávila
reducía a dos el número de oficiales que se opondrían al golpe. Según este análisis
presentado a Viaux “...el general Schaffhauser mantendría una actitud funcional
frente al movimiento que realizara la mayoría de la institución...” En cuanto al
general Augusto Pinochet, Dávila aseguraba “...que fuentes muy cercanas le
habían confidenciado que (el oficial en cuestión) tenía un arraigado espíritu
anticomunista ante lo que no había motivos de preocupación.”339
De esta manera el plan de secuestro quedó reducido a las claves de Alfa y
Beta, facilitándose de esta manera la planeación y ejecución misma del plagio.
Sobre la base de la información proporcionada por los contactos al interior del
Ejército, se elaboró un primitivo plan que consistió en detener a los generales
Schneider y Prats en sus respectivas oficinas. Para ello contaban con la
participación de personal que se desempeñaba como ayudantes de ambos
oficiales generales. Esta acción, añade nuestra fuente “...aseguraba el éxito de la
operación, puesto que sería realizada por personas idóneas que por lo demás no

336 ENTREVISTA Juan Diego Dávila. 06/03/95.-


337 Juan Diego Dávila es un conocido y experimentado nacionalista que saltó a la fama por haber sido el cerebro intelectual y
operativo de la fuga de Kelly, nacionalista trasandino en los años cincuenta. Oficial de reserva de Caballería, militante del Movimiento
Revolucionario Nacional Sindicalista, miembros del grupo Tacna, comandante de tropa de asalto de la Brigada Zebra de la Acción
Chilena Anticomunista (ACHA). Poseía condiciones suficientes para coordinar acciones de esta naturaleza.
338 Dávila señala que sus buenos contactos con el Ejército, específicamente con el arma de caballería le permitió indagar en torno al

pensamiento político de sus objetivos y las posibilidades de que éstos se involucraran con la acción.
339 ENTREVISTA Juan Diego Dávila. 06/03/95.-

90

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

maltratarían a los secuestrados.”340 Este plan fue finalmente descartado por


Viaux, quien prefirió, según recuerda Dávila, trabajar con el grupo de activistas
civiles en la operación de secuestro.
Antes de pasar a detallar los planes que se barajaron para desatar el
movimiento militar en octubre de 1970, conviene señalar que una de las
características del grupo de civiles que participó en la misión de secuestro fue la
heterogeneidad de sus componentes. En efecto, a partir de las declaraciones
formuladas por los miembros que pertenecieron a esta improvisada agrupación
operativa, es posible distinguir a seis sub-grupos dentro del grupo de activistas,
siendo la cohesión y la disciplina los aspectos más difíciles de moldear, y desde
donde se cometieron los errores claves que costaron la vida del general
Schneider.341
Los estudios realizados por el grupo de activistas arrojaron cuatro
improvisados planes de secuestro que se idearon en no más de dos semanas. De
ellos, sólo dos se aplicaron, fracasando todos en su intento por secuestrar a los
generales Schneider y Prats, así como también, en provocar a las Fuerzas Armadas
a pronunciarse ante la incertidumbre que reinó en Chile luego de la elección de
septiembre.342
El primer intento de secuestro que se aplicó debió efectuarse en la noche
de 19 de octubre, luego de una cena que los generales de Ejército habían
preparado a su Comandante en Jefe por motivo de cumplir un año al mando de

340 Dávila señala que los oficiales que se desempeñaban como ayudantes en la Comandancia en Jefe del Ejército y que se habían
comprometido con la acción pretendían detener en sus respectivas oficinas a ambos generales. El mismo Dávila recuerda que este
planteamiento fue desechado por Viaux quien le señaló que por razones de jerarquía, lealtad y respeto militar le parecía dudoso que
el plan se llevara a cabo. A partir de ese momento, Dávila se vio obligado a trabajar con el grupo de activistas del FRI.
341 A todos los grupos que participaron en esta acción los unía el anticomunismo. A los ya mencionados grupos de choque que dieron

vida al FRI hay que añadir a un grupo de hombres adinerados, que no es orgánico, sino que participó a título personal prestando
recursos para la acción, tales como, dinero, autos, casas, etc. Se vincularon al movimiento a través del suegro de Viaux, el coronel ®
Raúl Igualt. Cada grupo mantenía sus identidades internas, lo que dificultaba el trabajo puesto que las decisiones debían ser
conversadas con los respectivos jefes de cada núcleo y no siempre había unidad de criterio, siendo habitual que las cosas no se
hicieran como se habían pensado. EN: El caso Schneider Editorial Quimantú, Santiago 1972. Págs. 75-76.
342 En relación a los planes operativos que no se llevaron acabo, tenemos que señalar que tras el fracaso del primer intento de

secuestro el 19 de octubre, Dávila declara ante el fiscal Lyon que le hizo ver a Viaux que “...con esa gente (refiriéndose al grupo de
activistas) nada resultaría.” Proponiéndole de inmediato un plan que se asemeja bastante al primero que había ideado y que fuera
descartado por Viaux. Dávila añade en la entrevista sostenida para este trabajo que “...yo había hablado con tres oficiales y con ellos
habíamos acordado secuestrar a los generales Prats y Schneider en sus respectivas casas. Para ello necesitábamos reducir al
máximo el número de la guardia de Carabineros presentes en cada una de las residencias. En este sentido la operación sería más
simple si contábamos con la ayuda de Vicente Huerta, entonces General Director de Carabineros. La idea era entrar a las casas
usando uniforme de Carabineros y llevarnos a ambos generales a la casa de seguridad que se había implementado.” El otro plan que
confesaron ante la justicia, y que nunca se aplicó, consistió en secuestrar a ambos generales rumbo a sus domicilios al caer la tarde.
Para ello se siguió en reiteradas oportunidades a los blancos y se confeccionó una hoja de ruta. Sin embargo, el tráfico capitalino a
esa hora hizo que desistieran de la idea. EN: El caso Schaider. Op cit. Pág. 140. ENTREVISTA Luis Gallardo G 23/07/96

91

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

la institución.343 El plan se comenzaría a ejecutar una vez terminado el ágape y


cuando los objetivos se retiraban a sus respectivos domicilios.344
A pesar del amplio despliege operativo y del apoyo de importantes
oficiales generales que participaban de la cena de honor al Schneider, la acción
de secuestro resultó un fracaso. La desinteligencia con que se planeó el plagio no
permitieron cubrir todas los posibles caminos de acción.345
El fracaso del primer intento profundizó las diferencias existentes entre los
líderes de los grupos operativos del FRI. En efecto, Juan Diego Dávila y Luis
Gallardo venían desde hacía tiempo disputando el liderazgo de la acción,
proponiendo y aplicando cada uno de ellos planes, siendo el General Viaux el
árbitro de estas discusiones.346
El segundo, y fatal intento de secuestro se realizó en la mañana del 22 de
octubre. El plan consistía en raptar al General Schneider en la intersección de las
calles Américo Vespucio y Martín de Zamora, cuando éste se dirigía a su oficina.
Desde este punto, el general sería llevado a una parcela en la comuna de San
Bernardo, mientras la oficialidad comprometida en la conspiración reaccionaba
airada contra esta afrenta al Ejército y las Fuerzas Armadas a través de una
intervención militar.347
Esta planificación, sin embargo, adoleció de profundas y fatales
desinteligencias. En efecto, sus ideadores parece que jamás pensaron en una
posible reacción o defensa de parte del general Schneider con su arma. Según los
estudios que realizaron los abogados que llevaron la causa ante la justicia, ésta
puede haber sido una de las motivaciones que gatillaron las armas que se
descargaron contra el general.348 Otra de las posibles respuestas del fracaso de

343 El general Carlos Prats anota en sus Memorias que el General Schneider cumplía un año como Jefe del Ejército el día 27 de
octubre, pero que la celebración se había anticipado porque el 24 correspondía la Sesión del Congreso Pleno, estimándose que esos
días serían muy agitados como para que todos los generales se reunieran con tranquilidad. La ceremonia sería de civil en la casa
oficial del Comandante en Jefe que Schneider usaba sólo para actos oficiales, pues vivía en su casa particular. EN: Prats; Carlos. Op
cit. Pág. 183. Este evento fue conocido por el equipo operativo del FRI a través de Viaux, quien a su vez había obtenido la información
por intermedio de Camilo Valenzuela. Este último se comprometió a distraer a sus camaradas cuando los dos objetivos a secuestrar
se retiraran a sus respectivas casas. En este sentido es costumbre militar retirarse de eventos oficiales siguiendo el grado de
antigüedad, correspondiéndole primero a Schneider y luego a Prats retirarse del ágape. EN: El caso Schaider. Op cit. Pág. 19.
344 Dávila y Gallardo recuerdan que con la finalidad de conocer el momento en que se retiraban Schneider y Prats a sus casas, se

instaló frente a la residencia oficial del Comandante en Jefe una pareja de pololos con radios portátiles quienes les avisarían. En la
calle del Inca sería detenido el automóvil del general Schneider por un grupo de activistas que lo cercarían con sus vehículos. El
General Prats sería interceptado por la misma calle Crescente Errázuriz donde se aplicaría la misma estrategia antes descrita.
345 La declaración de los reos ante el Fiscal Lyon sostiene que el fracaso de la operación se produjo porque ambos generales

asistieron en sus autos particulares, lo que provocó una cierta confusión en el grupo. Esta, sin embargo, no parece ser la razón
fundamental a partir del cual se explica el fracaso de la acción. Dávila comenta que la pareja instalada en las afueras de la casa
alcanzó a precisar la información, el problema estuvo en la persona que debía cruzar su automóvil e impedir que Schneider siguiera
su camino. Al respecto Dávila puntualiza que Rafael Fernández, ex oficial de Ejército, no se atrevió a ejecutar su tarea. Habiendo
perdido a Schneider no tenía sentido raptar a Prats, por lo que se dio la orden de dejarlo pasar al grupo que debía interceptarlo en la
calle Crescente Errázuriz.
346 Tanto Dávila como Gallardo reconocen estas diferencias, originadas fundamentalmente por rivalidades con Gallardo.
347 El general Schneider sería trasladado a San Bernardo a una propiedad que se había conseguido con la oficina de corredores de

propiedades Ossandón, quienes a su vez también habían prestado otra de sus propiedades en la comuna de Ñuñoa que funcionaría
como cortina de humo. La reacción de las Fuerzas Armadas era tomarse el poder porque la situación política había llegado a niveles
de violencia y desorden que sólo los militares podían solucionar. Según Viaux la operación militar duraría unos dos años y sería
dirigida por el Almirante Tirado. ENTREVISTA Juan Diego Dávila 06/03/95. ENTREVISTA General Roberto Viaux 18/01/95-
348El general Viaux señala que la reacción defensiva de Schneider había sido considerada en todo momento. Para ello se había traído

desde los EE.UU. (utilizando agentes de la CIA) unos combos para romper los vidrios del automóvil y un spray para adormecer al
general. Estas herramientas las portaban, según consta en la reconstitución de los hechos realizada por la Justicia, Juan Luis Bulnes

92

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

la operación Alfa, se pueden hallar en la composición del grupo de activistas que


intentó ejecutar el plagio. Todos ellos respondían a dirigencias diversas lo que
pudo haber posibilitado la filtración de la información y el aprovechamiento de
esta oportunidad para otros fines. En este sentido, las investigaciones realizadas
por los peritos de la policía, señalaron que las balas que asesinaron a Schneider
provinieron desde el lugar donde actuaron Juan Luis Bulnes, Julio Izquierdo
Menéndez y Carlos Silva Donoso. Los dos primeros militantes activos de la ultra
derechista FIDUCIA. Suponiendo que estas personas y los grupos a los cuales
pertenecían hubieran tenido razones para disparar contra Schneider, éstas son
aún desconocidas.349
Lo cierto es que el asesinato de Schneider provocó un enorme impacto en
las Fuerzas Armadas 350 y en los oficiales generales involucrados en la
conspiración. Estos últimos, que tuvieron la oportunidad para aplicar su plan y
culpar a la izquierda de los hechos como se tenía pensado, abortaron la
operación superados por el fatal desenlace.351
La investigación dirigida por el general (r) Emilio Cheyre352 logró reconstituir
en gran parte el tejido sedicioso que estuvo detrás de esta operación, quedando,
sin embargo, velada la identidad de los poderosos instigadores. En relación a las
penas a las que fueron sometidos los activistas que lograron ser detenidos, éstas
fueron conmutadas bajo el gobierno militar, alegando todos ellos que lo hicieron
por “amor a la patria”.
Tratando de realizar una evaluación global en torno a las repercusiones de
este hecho en la relación comunidad civil-Fuerzas Armadas tendríamos que
señalar que éstas se vieron resentidas a raíz de esta conspiración. En efecto, la
civilidad interesada en el éxito de la operación anti-izquierdista no hizo más que
validar ante los uniformados las prácticas desleales y el desconocimiento hacia el
marco legal entonces vigente. Poco o nada pudieron hacer, el general Prats, el
almirante Montero y el general Sepúlveda Galindo, en materias de respeto a la

y Julio Izquierdo. Junto a ellos estaba además Carlos Silva con un chaquetón azul que cubriría el rostro del General al sacarlo de su
auto. Los tres portaban sus respectivas armas. Si seguimos la tesis de los abogados, éstas podían haberse gatillado ante el
nerviosismo de gente “novata” en estas lides que al ver la actitud resuelta de defenderse de Schneider olvido el combo y el spray y
defendió su vida con sus armas. Sin embargo, ¿ por qué gatillar todas las balas de los revólveres o pistolas usados?
349 Aquí encontramos la tesis de la izquierda que culpa a FIDUCIA del asesinato de Schneider. ¿Qué motivos tendría este grupo?.

Carlos Silva Donoso pertenecía al grupo de Gallardo, es culpado por Dávila y Viaux como el responsable de la muerte de Schneider.
¿Cuáles serían sus razones?
350 Tras el asesinato del general Schneider la edición del Memorial del Ejército de Chile fue dedicada en exclusivo al ex Comandante

en Jefe, en ella es posible conocer la posición del Ejército en relación a este trágico hecho, que esta muy bien sintetizada en las
siguiente circular: “ a) Protestar por tan vil y cobarde crimen y condenar enérgicamente a los autores, cómplices y encubridores de
este alevoso asesinato. b) Solicitar al Ejecutivo que ordene la más amplia y exhaustiva investigación que conduzca al pronto
esclarecimiento de los hechos y la aplicación de las más severas sanciones a quienes resulten culpables...” EN: Memorial del Ejército
de Chile Nº 358 Noviembre-Diciembre de 1970. Pág. 138.
351 Siempre se pensó en culpar al MIR del secuestro del general Schneider, sin embargo, el sorpresivo asesinato de éste desorientó a

los líderes de la operación militar, quienes prefirieron abortar el plan. En la entrevista sostenida con el coronel Carlos Ossandón, éste
me sugirió revisar fotografías del funeral del general Schneider “...a fin de conocer los rostros de arrepentimiento de aquellos
oficiales y civiles que estuvieron detrás del complot.”
352 El general Emilio Cheyre salió a retiro del Ejército luego del Tacnazo. La nominación de Schneider como jefe institucional significó

el retiro automático de los cuatro oficiales generales más antiguos que él. Tras el asesinato de Schneider fue nombrado Director de
Investigaciones desde donde dirigió vitales diligencias a raíz de este caso.

93

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Constitución en sus respectivas instituciones, si la propia clase política ya les había


indicado a los uniformados la vulnerabilidad de las leyes y del orden vigente.353
Este último, que venía siendo cuestionado por sectores vinculados a la
oficialidad joven a la luz de los aportes ideológicos de la DSN, quedó de esta
forma mayormente expuesto a las críticas que surgieron desde el seno de las
Fuerzas Armadas bajo el gobierno de la Unidad Popular y que terminaron en el 11
de septiembre de 1973. En este sentido creemos importante acotar que el discurso
antipartidista, corporativo y nacionalista con que el general Viaux había
levantado una propuesta al interior de los cuarteles, se valida en estamentos
uniformados a los cuales el caudillo militar no había tenido acceso anteriormente,
dejando de ser una perspectiva que identificaba sólo a oficiales jóvenes para
pasar a ser lentamente una postura que se institucionalizó bajo el gobierno de la
UP.
Junto a lo ya señalado nos parece importante añadir que la explosión
político-social que provocó el triunfo de Allende y más tarde su gobierno, gatilló en
sectores de las Fuerzas Armadas una reacción de “alerta” que se expresó en
conductas deliberativas que abrieron paso, en algunos casos, a la conspiración,
en la que los elementos ideológicos del “discurso viauxista” fueron recreados a
partir de concepciones provenientes de la DSN.
La reaparición de actitudes abiertamente cuestionadoras al modelo del
´25 a través de una crítica al gobierno de la UP, no fue un hecho instantáneo tras
el asesinato de Schneider. La trágica muerte del Comandante en Jefe del Ejército
vino más bien a retrasar el resurgimiento de la conspiración al interior de los
cuarteles. Esta última, que se había quedado sin líder luego del desprecio
institucional que se dejó caer sobre Viaux, se retrasó en reaparecer ante la
profunda crisis institucional que afectó a las Fuerzas Armadas y que se expresó en
un rechazo hacia cualquier fórmula que las sacara de sus tareas eminentemente
profesionales. Frente a esta realidad los sectores políticos y económicos
interesados en promover una actitud más confrontacional entre los uniformados y
el gobierno, debieron esperar a que la relación civil-militar se tornarán más crítica
para que comenzaran aparecer en su seno nuevas voces y rostros que reactivaran
el espíritu de fronda.

353No citamos al general César Ruiz Danyou por que el compromiso de éste con las nociones constitucionalistas demostraron ser
endebles. El consentimiento de éste para que algunos de sus oficiales asistieran a encuentros conspirativos a partir de marzo de 1973
no permite incluirlo en el grupo de oficiales-generales ya mencionados.

94

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

95

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

96

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

97

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

98

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Capítulo Quinto: “El Tancazo: La Ultra Derecha se Adelanta”.

El asesinato del general Schneider abrió un breve período de


“enclaustramiento” de las Fuerzas Armadas, que se expresó en un rechazo a
cualquier fórmula que buscara sacarla de sus tareas eminentemente profesionales.
En este mismo sentido, los grupos políticos que habían buscado impedir el acceso
de Salvador Allende al gobierno, también entraron en una fase de “letargo” que
favoreció el desarrollo de fórmulas violentistas a través del nacionalismo.
En relación a las Fuerzas Armadas creemos importante añadir que la fase de
letargo en la que entró es espíritu frondista durante el primer año del gobierno de
la UP, se debió en gran medida a dos circunstancias. En primer lugar tenemos
que señalar la falta de puntos de quiebre o discrepancias con el gobierno de la
izquierda en lo que se refiere a las Fuerzas Armadas y administración del Estado. En
efecto, la política militar que diseñó el gobierno de Salvador Allende buscó
satisfacer sentidas aspiraciones castrenses, que silenciaron durante largo tiempo
aquellas voces disidentes que pretendieron crear un ambiente de crisis institucional
proclive a la formación de un movimiento militar. En este mismo sentido el
Presidente Allende trató de ser cauto en el respeto a la estructura legal en la que
descansaba el Estado, diluyendo las primitivas aprensiones de los uniformados en
torno a la eventual destrucción de las Fuerzas Armadas y del Estado que
sucederían bajo el gobierno de la izquierda.
La coincidencia entre la política militar de la UP y los intereses corporativos
de los uniformados no fue un fenómeno fortuito. Detrás de ella hubo una poderosa
razón de gobernabilidad que la izquierda no podía despreciar. En efecto, las
transformaciones estructurales que pretendía realizar Salvador Allende requerían
de un respaldo popular que no ostentaba al momento de asumir el gobierno. Bajo
este contexto, en donde el centro y la derecha se opondrían a los cambios que
formaban parte de su programa de gobierno, la eventualidad de que ocurriera
una intervención militar era una posibilidad casi segura, por lo que se hacía
imprescindible mantener la lealtad de las Fuerzas Armadas.
A pesar de los esfuerzos que realizó el gobierno de la UP por mantener su
accionar político dentro de los cánones legales y de brindar amplias garantías de
respeto al profesionalismo de las Fuerzas Armadas, éstas terminaron conspirando y
siendo funcionales a los intereses “putschistas” de un importante grupo de la
civilidad. ¿Qué razones desencadenaron este hecho? Hacia este período,
después de haber sido protagonista y testigo de múltiples conspiraciones, ¿hasta
qué punto eran constitucionalistas las Fuerzas Armadas? El eje central del capítulo
esta puesto en el fallido conato del 29 de junio de 1973, más conocido como el
“Tancazo”, que se constituyó en una prueba flagrante de la derrota de la UP y del
constitucionalismo en los cuarteles.
La hipótesis que orientará nuestra investigación en el presente capítulo se
vincula a la idea de que si bien es cierto que la participación política que han
tenido las Fuerzas Armadas chilenas no deja de sorprender a la hora de hacer un
balance, creemos que no por ello es posible afirmar que éstas tienen una
“vocación golpista”. El intervencionismo castrense que es la expresión de la

99

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

“fronda” es representativo y monolítico una vez que la civilidad expresa esta


voluntad.

a) El Rayado de Cancha: Las Reglas que caracterizaron la nueva Comandancia


en Jefe.-

La labor que desempeñaron los nuevos Comandantes en Jefes de las


Fuerzas Armadas y Carabineros nombrados por Salvador Allende, debió ser más
intensa que la que desarrollaron luego del “Tacnazo” y en el período pre-electoral
de 1970 los respectivos Comandos en Jefe Institucionales. La efervescencia política
que provocó al interior de los cuarteles el asesinato del general Schneider y el
acceso al gobierno de una coalición de partidos con clara predominancia
marxista, fueron los elementos que gatillaron un cuestionamiento institucional, que,
con períodos de altos y bajos, se prolongó hasta el 11 de septiembre de 1973.354
En sus líneas centrales, el cuestionamiento militar con que se inició el
gobierno de la UP se explicaba por la presencia de organizaciones abiertamente
marxistas en la coalición gobernante o por la manifiesta cercanía de la UP hacia
grupos anti-sistémicos que pregonaban la destrucción del Estado y de las Fuerzas
Armadas. Desde el punto de vista castrense, la coyuntura política de 1970 era
contraria a su cosmivisión militar, pero a la que por su formación profesional
debían someterse por tratarse de un gobierno legítimamente constituido.355
Desde la perspectiva anterior, la labor que desempeñaron los Comandos
en Jefes de las Fuerzas Armadas durante los primeros meses del gobierno de
Salvador Allende, lo podríamos entender como “un rayado de cancha” que
buscó aquietar los ánimos al interior de las respectivas instituciones y delimitar ante
el gobierno los grados de sometimiento castrense ante el poder civil representado
por un gobierno lejano a sus cosmovisiones militares.356
Para ejecutar el primero de ellos se recurrió como herramienta el tradicional
discurso constitucionalista que guiaba a las instituciones de la defensa desde 1932,
que en sus líneas centrales señalaba que las Fuerzas Armadas eran cuerpos
jerarquizados, obedientes, apolíticos y no deliberantes.357

354 El cuestionamiento institucional al que se hace alusión adquirió distintas intensidades en las diferentes ramas de las Fuerzas
Armadas. En la Armada y el Ejército dicho malestar se hizo más evidente y desde donde se comenzaron a planificar distintas fórmulas
intervencionistas durante el gobierno de la UP.
355 La formación doctrinaria anticomunista de las Fuerzas Armadas se constituyó en un muro de contención que impidió una relación

fluida entre la UP y las instituciones castrenses. Desde la perspectiva del sociólogo Pierre Bourdieu, la realidad es el resultado de una
relación dialéctica entre la acción y la estructura, entre el habitus, que son las estructuras mentales de cada individuo, y el campo, que
son las relaciones que se dan dentro de una estructura en la que los ocupantes emplean sus energías en salvaguardar o mejorar sus
posiciones. Desde este punto de vista es posible señalar que el habitus de la oficialidad era anti-izquierdista, sin embargo, éste estaba
condicionado por lógicas de subsistencia del campo militar que recientemente se había visto afectado por el asesinato del general
Schneider, así como también, por intereses individuales de los oficiales por querer llegar a la cumbre de sus carreras. Mayores
antecedentes acerca del trabajo de Pierre Bourdieu EN: Bourdieu; Pierre: La distinción Criterios y Bases Sociales del Gusto. Editorial
Taurus, Madrid. Capítulo 8 “Cultura y Política”.
356 El carácter exigente y distante que adoptaron los Jefes Castrenses con el gobierno, más que vincularse a una exigencia de las

Fuerzas Armadas para someterse respondió a una coyuntura provechosa que las instituciones armadas no despreciaron y que se
relacionaba con debilidades de la UP.
357 Estos elementos no formaron parte del “habitus” de las Fuerzas Armadas. Investigaciones realizadas por el sociólogo Augusto

Varas concluyen que a las Fuerzas Armadas se les impuso este discurso tras su retorno a los cuarteles en 1932, pero no formó parte
de una cosmovisión que surgiera en el seno de las mismas y por lo tanto de sus estructuras mentales. Estos principios forman parte
de lo que Bourdieu llama campo, que condiciona el habitus y la acción individual y colectiva de los uniformados.

100

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

El segundo aspecto vinculado a las relaciones con la Unidad Popular, fue


manejado por los jefes militares a partir del rescate de dos importantes lecciones
que van a modificar el perfil que hasta ese entonces venían expresando los
sucesivos Comandantes en Jefes de las Fuerzas Armadas y Carabineros, y que
condicionó en parte la política con que la UP se relacionó con los uniformados. En
efecto, los jefes militares expresaron una postura respetuosa pero distante del
gobierno, que les permitió exigir mejoras presupuestarias para cada institución, así
como también, gozar de cierta libertad en lo que ascensos y retiros se refiere.
Desde esta perspectiva se modificaron las tradicionales prácticas a partir de las
cuales se llevaban a cabo las relaciones civil-militares desde 1932.358
Ambos ejes orientadores del accionar de los Comandos en Jefes
institucionales fueron aplicados con énfasis diferentes en cada rama de las
Fuerzas Armadas, por lo que resulta conveniente revisar su aplicación por
separado.
En el ámbito interno el proceso de reordenamiento que se produjo en el
Ejército y que buscó el sometimiento de dicha institución al poder civil, se
encuentra resumido en el documento titulado como “Definición Doctrinaria
Institucional”, a través del cual el general Prats desarrolló las directrices
fundamentales que debían inspirar el trabajo profesional de esta rama de las
Fuerzas Armadas.
En los siete puntos de esta circular, Prats y sus colaboradores enfatizaban en
la “misión permanente de la institución de garantizar la soberanía nacional ante
amenazas externas e internas...que en conformidad al artículo 22 de la
Constitución Política del Estado, el Ejército es parte constitutiva de la fuerza
pública. Por lo tanto asegurará leal y firmemente la estabilidad del gobierno
institucional...estando vedado deliberar frente a las alternativas políticas
nacionales. Por último este documento señalaba que...la disciplina y cohesión
institucional son el factor fundamental para que el Ejército cumpla su rol
superior.”359
El documento esbozado en sus ideas centrales en el párrafo anterior, fue
acompañado de repetidas reuniones que sostuvo el general Prats con el cuerpo
de generales, así como también, de un completo itinerario de visitas a las
unidades e instalaciones del Ejército ubicadas a lo largo y ancho del territorio
nacional, en las que se buscó mejorar la cohesión espiritual y el adoctrinamiento
de los cuadros permanentes y la tropa en función de las ideas
constitucionalistas.360

358 En su teoría Bourdieu admite que en determinadas circunstancias el “habitus” y el “campo” se vean influenciados por otros
campos, que en ese momento son predominantes en la realidad. Desde esta perspectiva las prácticas u acciones de los actores son
modificadas. En este sentido, hacia 1970 se produjo una super posición del campo político por sobre los demás campos que
constituyen la realidad, el campo militar no estuvo ajeno a ello y recibió toda la presión lo que determinó que estuviera alerta para
mantener la supervivencia de su campo. De allí se explica el cambio de postura de los uniformados.
359 Este argumento a partir de la cual el Ejército asumió el sometimiento al poder civil, fue reinterpretado por algunos uniformados a la

luz de los aportes ideológicos provenientes desde la DSN, y que dicen relación con la superioridad de la seguridad nacional por sobre
el orden político, así como también, el rol de guardianes, y por lo tanto evaluadores de dicho orden, a fin de mantener la seguridad
del país. Esta nueva lectura de la doctrina constitucionalista es la que defendieron los militares anti-UP para justificar su actitud.
Prats; Carlos. Op cit. Págs. 195-196.
360 Estos encuentros también incorporaron a líderes de la UP, quienes en compañía del alto mando institucional, explicaron a los

uniformados la política militar de su gobierno, que se inspiraba en el respeto del perfil institucional de las instituciones de defensa y en

101

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Esta tarea fue concluida en su primera parte en el mes de abril de 1971, y


se mantuvo vigente en la agenda del Comandante en Jefe hasta días antes de su
renuncia a la jefatura del Ejército.361 La energía desplegada por Prats en torno a
estas ideas fue, sin embargo, sobrepasada por la coyuntura político-económica
que vivió nuestro país meses más tarde. En este sentido el discurso sedicioso logró
finalmente quebrar el espíritu de cuerpo en el Ejército, que se manifestó en un
hostigamiento intrainstitucional a la gestión de Prats. En este mismo sentido, la
extrema izquierda hizo lo suyo en este esquema de asedio a las Fuerzas Armadas,
al lograr arrastrar a su causa a un pequeño sector de la suboficialidad y la tropa.
362
En la Armada la situación que se vivió al iniciarse el gobierno de la Unidad
Popular fue mucho más confusa que en el Ejército. El necesario proceso de purga
de la oficialidad comprometida con el golpe de fuerza de octubre de 1970,
involucró a su propio Comandante en Jefe, el almirante Hugo Tirado Barrios, quien
junto a otros oficiales pasaron a retiro para dejar el paso libre al almirante Raúl
Montero Cornejo, quien asumió la jefatura de la marinería.363
La confusión al interior de la Armada se acentuaba aun más al haber
detectado el servicio de inteligencia institucional, claras muestras de adhesión y
alegría en algunas unidades por el triunfo de la izquierda en los pasados
comicios.364
La verdad es que al alto mando de la Armada no le dejaba de incomodar
esta última realidad. Bajo la perspectiva castrense en general y de la marinería en
particular la manifiesta simpatía que adoptaron algunos suboficiales con el triunfo

la importancia de las Fuerzas Armadas en el desarrollo nacional. Al respecto el general Prats anota en sus “Memorias” algunos
encuentros de esta naturaleza en las que participó el propio Presidente Allende. Prats; Carlos. Op cit. Pág. 205.
361 El general Carlos Prats renunció al Ejército el 22 de agosto de 1973, luego de una campaña de hostigamiento intra y extra

institucional de los sectores que propiciaban la intervención militar. Mayores antecedentes de estos hechos en las ya citadas
“Memorias”.
362 Agrupaciones de extrema izquierda como el MIR, el Movimiento de Liberación Nacional “Elenos”, entre otros, así como las

estructuras militares de algunos partidos de la UP como el PS y el MAPU, realizaron una infiltración horizontal hacia las Fuerzas
Armadas, con la que se buscó crear “conciencia de clase” en la suboficialidad que creara las condiciones para una rebelión de éstas
contra el abuso y los intereses de los grupos patronales representados por la oficialidad. Para llevar acabo este tipo de misiones
miembros pertenecientes a este tipo de organizaciones recuerdan que hacia este período fue orden de partido hacer el Servicio Militar
y tratar de utilizar este espacio para los fines antes expuestos. Al respecto interesantes son las visiones que circularon en algunos
órganos de prensa cercanos a estas ideas, tales como Punto Final y Chile Hoy. En una de las ediciones Punto Final señalaba que
“para la clase obrera, las Fuerzas Armadas son un aliado potencial cuya colaboración hay que buscar sistemáticamente.” Revista
Punto Final. Edición nº 187 del martes 3 de julio de 1973. Pág. 5. En este mismo sentido el semanario Chile Hoy publica una serie de
artículos en los cuales se analizaba la problemática militar. En una de ellas Marta Harnecker entrevista a un soldado del Ejército
titulada “ Los Soldados son también Explotados”. Revista Chile Hoy Nº 58, semana del 20 al 26 de julio de 1973. Pág. 32.
363 El conocimiento de Allende y la UP del almirante Montero eran casi nulas. Sólo tenían vagos conocimientos de su persona a raíz

de una entrevista que sostuvo Salvador Allende y la dirección de UP días posteriores a la elección presidencial con representantes de
las Fuerzas Armadas, entre los que se encontraba Raúl Montero. El Contralmirante Sergio Huidobro sindica al almirante Montero
como un hombre de ideas moderadas. Jamás cercano a las ideas de la UP y con un alto sentido de profesionalismo.
En relación a la figura del almirante Montero, hubiera resultado interesante para la presente investigación haber conocido su punto de
vista de los hechos y circunstancias que él conoció mientras se desempeñó como jefe de la Armada. Sin embargo, infructuosos fueron
los intentos por lograr una entrevista.
364 El servicio de inteligencia naval detectó en Valparaíso expresiones de júbilo en algunas reparticiones tras el triunfo de la UP. El

entonces Jefe del Departamento de Inteligencia de la Primera Zona Naval, Erwin Conn, transmitió esta información al Jefe de la
Primera Zona Naval, almirante José Toribio Merino. EN: Huidobro; Sergio. Op cit. Pág 20. Al respecto, el almirante Merino anota en
sus Memorias que al enterarse del triunfo relativo de Salvador Allende en la elección presidencial de 1970 redactó su renuncia a la
institución para no “...servir a las órdenes de un Presidente que en nada representaba lo que para mí era lo más respetable y sagrado,
como lo son el amor a Dios, a la Patria y a la Familia.” Esta iniciativa, añade más adelante Merino, fue descartada por el almirante al
conocer las manifestaciones de júbilo que había detectado inteligencia. EN Merino; José Toribio. Op cit. Pág 72-73.

102

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de la UP fue interpretada como una estrategia del marxismo que sólo buscaba
“...la demolición de la máquina burocrática-militar del Estado como condición
previa a toda verdadera revolución popular...” Desde esta perspectiva para la
Armada la destrucción de las Fuerzas Armadas era una condición ineludible del
marxismo previa conquista del poder total 365
Frente a este análisis de la realidad institucional el Consejo Naval optó por
una línea mucho más expresa que el Ejército.366 Desde su perspectiva, el
sometimiento de dicha institución al gobierno pasaba por evitar una guerra civil
que podría derivar en un quiebre de las Fuerzas Armadas... Se pretendía que el
gobierno desarrollara su política y el pueblo constatara su realidad... Para ello
resultaba fundamental contar con unas Fuerzas Armadas cohesionadas que
facilitarían la libertad de reacción nacional si el pueblo rechazaba la nueva
política y respaldarían su actitud en votaciones democráticas para imponer su
voluntad soberana.367
Al igual que el Ejército esta determinación de apegarse a las reglas
constitucionales por parte de la Armada fueron comunicadas a sus subalternos. El
entonces Contraalmirante Sergio Huidobro Justiniano recuerda que inspeccionó
diferentes unidades de infantería de marina que estaban a su cargo. En los
diferentes encuentros expresó el sentir del alto mando del cual formaba parte,
apelando ante todo a la fidelidad de los mandos y a la institución.368
A diferencia de sus homólogos terrestres y marinos, la Fuerza Aérea no
adoptó posturas defensivas ante el gobierno de izquierda. Oficiales consultados
concuerdan en señalar que por sus orígenes institucionales existía “... un
sentimiento generalizado de profundo optimismo en relación a la nueva
administración...” El discurso de equidad social de la coalición triunfante
interpretaba el sentir de esta institución de las Fuerzas Armadas.369
A pesar de no existir un cuestionamiento hacia la propuesta de país que
encarnó el proyecto de la UP, la distancia que adoptó la FACH frente a la nueva
administración estuvo determinada por la cercanía de algunos grupos anti-
sistémicos a la coalición de gobierno, situación que fue interpretada por la FACH

365 Mayores antecedentes acerca de este análisis de la Armada EN: Huidobro; Sergio. Op cit. Pág 57.
366 Mientras el general Prats logró el sometimiento del Ejército a partir del rescate de nociones tradicionales, como el
Constitucionalismo, y modernas, como las nociones de seguridad nacional; el almirante Montero logró el sometimiento de la Armada a
través de principios provenientes desde la DSN. Según estos lineamientos el gobierno de la UP buscaría la división de las Fuerzas
Armadas para su posterior destrucción, por lo que se hacía necesario la unidad de éstas para en un futuro no lejano destruir los
planes del marxismo.
367 Huidobro; Sergio. Op cit. Pág 24-25. En este sentido el Contralmirante Huidobro señala que la Armada partía de la base de que el

proyecto de la UP generaría resistencia en un importante número de chilenos, cuyos anhelos se verían concretados con la ayuda de
unas Fuerzas Armadas vigorosas y conscientes de su rol. ENTREVISTA Contralmirante Sergio Huidobro J 08/10/96.-
368 El Contraalmirante Huidobro era Comandante General del Cuerpo de Infantería de Marina. En esta calidad estaba al mando de

todas las reparticiones de esta naturaleza existentes en el país, tales como, los destacamentos Lynch en Iquique, Miller en
Valparaíso, Cochrane en Punta Arenas y la Escuela de Infantería de Marina, Sargento Aldea, en Talcahuano. En todas las visitas
realizadas, Huidobro recuerda que siempre dejó entrever a sus subalternos que el alto mando no permitiría la destrucción institucional
y que la fortaleza de ellos era fundamental para los lineamientos que desarrollara el alto mando. ENTREVISTA Contralmirante
Sergio Huidobro J. 08/10/96.-
369 Oficiales de la Fuerza Aérea entrevistados para este trabajo concuerdan en esta visión. Al respecto el coronel Carlos Castro señala

que los principios socialistas de Marmaduque Grove calaron profundo en la institución. Si bien es cierto que por ello no es factible
calificar a la FACH como una institución marxista, sí es posible señalar que fue más receptiva a los discursos populistas y sociales.
Desde este punto de vista los anhelos de igualdad de la UP de una u otra manera eran compartidos por la institución. ENTREVISTA
Coronel Carlos Castro S. 13/07/96.

103

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

como potenciales fuerzas desvirtuadoras de las reformas estructurales que


pretendía implementar la UP.370
Bajo este ambiente, en general favorable hacia los cambios que figuraban
en el programa de gobierno de la UP, la tarea que le correspondió desempeñar al
general César Ruiz Danyau fue mucho menos intensa que la sus homólogos del
Ejército y la Armada. El apego a las reglas constitucionales por parte de la FACH
no fue una tarea difícil de materializar y mantener durante el primer año de
gobierno de la UP.371
Para Carabineros la nueva administración no se constituyó en un fenómeno
cuestionable desde el punto de vista ideológico y programático. Sin embargo,
veían con preocupación el futuro del orden público. El notorio fortalecimiento de
las organizaciones de extrema izquierda y la manifiesta articulación de grupos de
extrema derecha a partir de 1970, no dejaban de preocupar a la policía
uniformada. 372 Todo este complejo cuadro se vio “...agudizado con un profundo
sentimiento de frustración profesional cuando el Presidente no acepto la
protección policial y formó un selecto grupo con civiles miristas como su propia
guardia personal.” 373
En Carabineros el sometimiento al gobierno fue mucho más fácil de obtener
y mantener en el tiempo que en las restantes instituciones de la defensa nacional.
La directa dependencia de éstos del Ministerio de Interior se expresaba en una

370 Más que la presencia de agrupaciones marxistas en el seno de la UP, lo que complicaba a los aviadores era la cercanía de esta
coalición y del Presidente Allende con el MIR, que pregonaba la destrucción del Estado y las Fuerzas Armadas. En relación a éstas,
la UP propició una política respetuosa del profesionalismo de los uniformados, que en ningún caso atentaba contra las instituciones de
defensa. En relación a la postura que tuvo el MIR hacia el mundo militar, los uniformados veían con preocupación los llamados de
este grupo a “la defensa del pueblo” a través de la organización de cordones industriales, la formación de cuadros paramilitares y la
infiltración que realizaran en algunas unidades castrenses, atentando todas ellas contra la existencia misma de las Fuerzas Armadas,
como lo es el monopolio de la fuerza y prescindencia de ideas políticas como medida que garantiza el profesionalismo de las mismas.
Desde la perspectiva del MIR era necesario un acercamiento con las Fuerzas Armadas a fin de obtener un apoyo de ésta en el
proceso revolucionario. En este sentido el MIR proponía democratizar las Fuerzas a fin de “...terminar con las discriminaciones que
aún persisten en ellas, como la restricción de los derechos ciudadanos de los suboficiales, clases y soldados...(en este mismo sentido
el MIR estimaba necesario)...resolver los problemas de ingreso de los miembros de las Fuerzas Armadas, especialmente de los
suboficiales, clases y soldados, a costa de las ganancias de las clases patronales” EN: Revista Chile Hoy nº 59 semana del 27 de julio
al 2 de agosto de 1973 Pág 29. Entrevista a Miguel Enríquez, Secretario General del MIR. La intención del MIR de quebrar a las
Fuerzas Armadas a través de un “discurso” clasista que buscaba crear una brecha entre la oficialidad y la suboficialidad fue otro
aspecto que no dejó de molestar a los uniformados.
371 La Fuerza Aérea más que preocuparse de elaborar un acabado discurso que justificara el sometimiento de esta arma al gobierno,

debido a la ausencia de manifestaciones masivas de descontento, se abocó a la tarea de profundizar su plan de desarrollo
profesional, generando ello dificultades con el Ejército. Al respecto el general Carlos Prats nos aporta “algunas luces” en torno a estas
disputas, señalando los sobresueldos o asignaciones por desempeño riesgoso, los programas de desarrollo científico del Ejército
vinculados a la Comisión Chilena de Energía Nuclear y la estructuración de la aviación militar, como los aspectos en los que parece
haber versado estas diferencias. Al respecto VER: Prats; Carlos. Op cit. Págs. 207, 213, 243, 256, 265 y 268.
372 Desde este punto de vista es sostenible señalar que la preocupación por el triunfo de la UP en Carabineros era velada. La

coyuntura creada tras el triunfo de la izquierda dificultaba la misión institucional de garantizar el orden público, por lo que la principal
expresión de esta preocupación fue exigir una mejor infraestructura policial que garantizara un adecuado trabajo. En este sentido en
1971 se llevó a cabo una reestructuración territorial en Carabineros que buscó responder eficientemente a esta nueva realidad. En
este mismo sentido cabe mencionar la adquisición de material disuasivo para el Grupo Móvil.
373 El Presidente Salvador Allende cometió el grave error de menospreciar la seguridad que brindaba Carabineros a los Jefes de

Estado. La formación de los GAP fue un aspecto que despertó las primeras animosidades con el gobierno de la izquierda. La UP no
tuvo con Carabineros la actitud cuidadosa que expresó con las FFAA. Hacia este período la institución policial no era considerado
como una rama de las instituciones de defensa, y además existía la visión de que era una institución funcional a cualquier gobierno,
por su dependencia con el Ministerio del Interior, por lo que no era necesario realizar mayores concesiones. ENTREVISTA Coronel
Lionel Acuña F. 01/10/97.-

104

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

actitud aparentemente no cuestionadora de los cambios de administración


gubernamental.374
Como se desprende de lo anterior, el acceso de la UP al gobierno generó
en las Fuerzas Armadas un malestar que fue canalizado por sus respectivos
Comandos en Jefes a partir de una actitud defensiva hacia las nuevas
autoridades. Es decir, el sometimiento que logró el general Prats en el Ejército, el
almirante Montero en la Armada, y con menor intensidad, el general Ruiz en la
FACH y el general José Sepúlveda Galindo en Carabineros, se obtuvo mediante
un compromiso de los nuevos mandos con sus subalternos. El detalle de este
compromiso forma parte de las líneas orientadoras con las que se llevaron acabo
las relaciones con la UP.375
En relación a las directrices que inspiraron las relaciones Fuerzas Armadas-
gobierno, tendríamos que señalar que éstas versaron en una exigente política
presupuestaría que buscó asegurar el buen funcionamiento de las instituciones de
la defensa, así como también, en una mayor independencia en la administración
institucional.376
En relación al carácter más diligente que adoptaron los Comandantes en
Jefes ante el gobierno, es sostenible señalar que esta estrategia respondió a una
postura defensiva de las Fuerzas Armadas que buscó garantizar su existencia y la
protección del Estado ante cualquier intento de destrucción de las mismas por
parte del marxismo. Consecuente con esta visión, se pidió un aumento en el gasto
en defensa y una mayor libertad de los jefes militares en lo que se refiere a la
administración de sus respectivas instituciones.377
La independencia que gozaron los Comandante en Jefe Institucionales en
relación a la administración de sus respectivas armas, obedeció también al mismo
temor de una eventual destrucción de las Fuerzas Armadas bajo un gobierno de
izquierda. En este sentido resultaba vital para los uniformados manejar sus
instituciones con criterios profesionales y no políticos, no importando si éstos eran
coincidentes con la clase política.378
Al respecto, innumerables son los episodios a partir de los cuales las
respectivas jefaturas militares hicieron uso de esta independencia administrativa.
Con el fin de ilustrar los casos más notables en esta materia, podemos mencionar
por ejemplo la negativa actitud del general Prats por incluir en nómina de retiros a
los oficiales anti-UP y la misma actitud que demostró el almirante Montero al no

374 Esta visión utilitarista y funcional de Carabineros que tuvo la UP no le permitió visualizar a tiempo la existencia de inquietudes en
las filas. Por otro lado, la tendencia a ver a Carabineros como una institución poco relevante ante un eventual golpe de estado fue otro
elemento que jugó en su contra. ENTREVISTA General Arturo Yovane Z. 24/11/95.-
375 En efecto si analizamos las medidas adoptadas por cada una de las armas en relación al gobierno de la UP es factible concluir que

todas ellas se expresaron en una exigente política presupuestaría que asegurara su existencia o desempeño institucional.
376 La relación de estas medidas con el presupuesto de las Fuerzas Armadas y las adquisiciones de material de guerra determinan en

gran parte el celo de los uniformados a entregar este tipo de información. Desde este punto de vista la exposición de estas ideas será
de orden más general, debido a que no nos fue posible acceder a la información de cómo cada rama de las Fuerzas Armadas llevó a
cabo esta política.
377 Desde este punto de vista el sometimiento que obtuvo la UP estuvo condicionado por los militares, quienes veían en la coalición de

gobierno a un potencial enemigo con el que tarde o temprano se iban a enfrentar y para lo cual debían estar preparados.
378 En este sentido el Ejército rescató el ejemplo del general Schneider quien siempre se apegó a los criterios profesionales no

importando si éstos acomodaban o no al gobierno. A partir de este distanciamiento se pretendía ser consecuente con los intereses
corporativos de la institución, que tanto critico el “viauxismo” a fines de los sesenta.

105

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

expulsar de sus filas al contralmirante José Toribio Merino por delitos de sedición.
379
En materia presupuestaria iniciado el gobierno de la UP, cada una de las
ramas de las Fuerzas Armadas, a través de los Estados Mayores institucionales y el
Ministerio de Defensa, expusieron ante las nuevas autoridades sus respectivos
planes orgánicos con el fin de acrecentar la capacidad operativa a través de un
complejo programa de adquisiciones.
La tarea que cumplieron los respectivos Estado Mayores institucionales fue
relevante durante este proceso. El carácter eminentemente planificador de este
organismo permitió a las Fuerzas Armadas presentar sus aspiraciones al Consejo
Superior de Seguridad Nacional (CONSUSENA) en el mes de abril de 1971. La
factibilidad económica de los respectivos planes reguladores de la orgánica
institucional, fueron estudiados por una comisión interministerial quienes dieron una
respuesta satisfactoria a las demandas de los uniformados en julio del mencionado
año, a pesar que ella no pudo ser materializada en su totalidad debido a la crisis
económica en la que terminó el gobierno de la UP.380
La preocupación que manifestó la UP por atender las necesidades de los
uniformados quedó expresada en un aumento sustantivo del presupuesto de
defensa. En efecto, bajo el gobierno de Eduardo Frei el porcentaje del
presupuesto nacional destinado al gasto militar cayó al 5,3%; sin embargo,
durante el gobierno de Allende éste aumentó al 9,2%.381
Para el caso específico del Ejército, institución de la que se poseen datos
confiables, y que nos permiten extrapolar en sus líneas centrales las aspiraciones
de las restantes ramas de la defensa nacional, tendríamos que señalar que éstas
buscaban “...acrecentar la capacidad operativa de la institución durante el
período 1971-1976, dotándola de un equipamiento moderno...y un significativo
aumento de los cuadros oficiales y suboficiales y un incremento anual de la
conscripción, así como la expansión de la red de infraestructura militar...y social de
la institución”382 Es decir, se buscaba alcanzar un desarrollo global de la
institución luego de años de abandono.
La actitud defensiva con que los uniformados reaccionaron ante el
gobierno de la UP, vino a condicionar la postura que adoptó la civilidad,
representada por el gobierno de turno, ante las Fuerzas Armadas. En efecto, el
respaldo popular de que gozó Salvador Allende y la UP al iniciar su gestión no
alcanzaba a constituir mayoría nacional, por lo que el gobierno de la izquierda
quedó supeditado a acuerdos con otros partidos y a concesiones a grupos de
presión. En este último sentido las Fuerzas Armadas se constituyeron en una de las
piezas claves a partir de las cuales la UP pretendió materializar su programa de
gobierno. La neutralidad y más tarde el apoyo del aparato militar del Estado a las

379 Detalles acerca de estos hechos en Prats; Carlos. Op cit. Huerta; Ismael. Op cit. Entre los oficiales de Ejército más cuestionados
por la UP figuraron el general Alfredo Canales, el coronel Alberto Labbé, el comandante Felipe Geiger, entre otros.
380 Es natural que al iniciarse un nuevo gobierno las Fuerzas Armadas expongan ante las autoridades sus aspiraciones. Lo que no era

normal en este período era que el gobierno estuviera dispuesto a aprobar en su totalidad las demandas militares. En realidad, como lo
veremos más adelante, la UP no tenía otra salida que diseñar una política castrense acorde a los intereses de los uniformados.
381 Valenzuela; Arturo. El quiebre de la democracia en chile. FLACSO, 1989. Pág. 78.
382 Prats; Carlos. Op cit. Pág 205. Por infraestructura social los uniformados entienden casinos, viviendas fiscales, lugares de

recreación veraniega, establecimientos asistenciales. Por infraestructura militar se entiende cuarteles, instalaciones y polvorines.

106

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

políticas de la izquierda, fueron la base a partir de la cual la UP conformó una


política militar que vino a alterar las tradicionales pautas de relaciones civil-
militares.

b) Relaciones Unidad Popular y Fuerzas Armadas.

Si para un importante sector de la civilidad no fue fácil aceptar el triunfo de


la UP y frente a sus temores antepusieron la firma de “garantías” para validar el
triunfo de Salvador Allende, para las Fuerzas Armadas tampoco fue una situación
que resultó fácil de entender y aceptar. Si bien es cierto que éstas a través del
EMDN habían sido capaces de anticipar el triunfo de la coalición de izquierda,383
y contaron con el tiempo suficiente de reacción si hubiesen determinado impedir
su acceso al poder, la actitud legalista de gravitantes sectores de ellas
determinaron que la propuesta sediciosa no lograra identificar a la totalidad de
las instituciones de defensa, apareciendo como una alternativa más bien marginal
que no logró arrastrar a la totalidad del alto mando de las Fuerzas Armadas.
La izquierda, conocedora en parte de las aprensiones que guardaba el
mundo castrense hacia su gobierno, buscó disipar las dudas a través de variadas
entrevistas con miembros de las instituciones de la defensa nacional. A través de
un sector de la oficialidad en retiro cercano a la coalición, se produjeron los
enlaces con los que Salvador Allende pudo conocer de cerca la realidad de las
Fuerzas Armadas, intentado de paso hacer entender a los militares que su
gobierno no atentaría contra el desarrollo profesional de las mismas.384
Detrás de todos estos encuentros subsistió un discurso legalista por parte de
la UP, que buscó directamente tranquilizar a las Fuerzas Armadas e
indirectamente debilitar las voces que pedían un levantamiento militar para
impedir su acceso al gobierno.385
El interés de la izquierda por tranquilizar a las Fuerzas Armadas se explica a
partir de que la materialización de las transformaciones estructurales del
programa de la UP, pasaba por el sometimiento de las Fuerzas Armadas al poder
civil. En este sentido la administración de Salvador Allende debía evitar una
contraposición con ellas, así como también, no alimentar revanchismos internos
que pusieran en peligro el proceso político. 386 Con este fin el gobierno de la
izquierda elaboró una coherente política militar que eludió la confrontación
directa con los sectores medios, predominantes dentro de los cuarteles, así como

383 Nos referimos a los estudios electorales realizados por el EMDN bajo la dirección del general Prats, que fueron conocidos por el
gobierno de Frei nueve meses antes de la elección. Mayores antecedentes acerca de estos estudios EN: Prats; Carlos. Op cit. Págs
139-141.
384 A través de oficiales en retiro de la FACH y del Ejército, Allende pudo tomar contacto con oficiales de las Fuerzas Armadas. En

ellas participaba por la UP el Presidente electo, Jaime Tohá, Luis Corvalán, Volodia Teitelboim, Luis Guastavino y Osvaldo Puccio y
dos oficiales generales de una de las ramas de las Fuerzas Armadas.
385 Recuérdese las innumerables presiones que se ejercieron sobre las Fuerzas Armadas para arrastrarlas a una intervención militar

en el período pre-electoral y post-electoral de 1970 que fueron expuestas en el capítulo cuarto de este trabajo. Una visión sintetizada
de este fenómeno EN: Prats Carlos. Op cit. Págs. 165-184.
386 El interés que demostró la UP hacia las Fuerzas Armadas se hizo expreso a través de la intención de querer responder

eficientemente a las demandas de los uniformados. Este fenómeno positivo para las Fuerzas Armadas originó, sin embargo, una
competencia entre las instituciones de defensa por querer acaparar una mayor atención por parte de la clase política, que no fue
explotada por la UP.

107

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

también, con la estructura legal del Estado, en la que descansaba la


sobordinación del aparato militar.
En efecto, la vía pacífica al socialismo que proponía Salvador Allende
pasaba por la no destrucción del modelo entonces vigente, lo que incluía a las
Fuerzas Armadas como aparato coercitivo del Estado. El carácter no rupturista del
programa de la izquierda se explica fundamentalmente por la ausencia de
controles populares para realizar las transformaciones que incluía el proyecto de la
UP, las que se realizarían utilizando el marco legal entonces vigente, y en este
sentido, con el respaldo disuasivo del aparato militar del Estado, que permitiesen
crear paulatinamente el poder popular que provocaría los cambios radicales en
una etapa posterior.387
Ambas realidades, la coyuntural pre-eleccionaria y la ausencia de controles
populares, configuraron la política militar de la UP. En sus líneas centrales, las
directrices que adoptó la izquierda para relacionarse con los militares versó en
estos dos aspectos.
En primer lugar, la UP buscó eliminar en las Fuerzas Armadas el temor de una
eventual destrucción de éstas por el gobierno de la izquierda y alejarlas de esta
forma de cualquier proyecto sedicioso. Para ello se esforzó por garantizar el
desarrollo profesional de dichas instituciones. En este sentido, el gobierno debió
respetar la jerarquía militar para efectos de ascensos y nombramientos
institucionales, así como también, garantizar el equipamiento profesional de las
mismas.
En relación al respeto de la jerarquía militar, el gobierno de la UP realizó un
primer gesto que buscó aquietar los ánimos castrenses nominando como jefes
institucionales a las líneas de mando que seguían a las salientes. El pensamiento
político personal de estos uniformados estaba cercano a la oposición tanto DC
como de derecha, pero en ningún caso, cercanos a la UP; sin embargo, su
formación profesional y apego a las normas constitucionales garantizaban al
Presidente una conducción coherente con la normativa vigente.388
Con el fin de reforzar la conducta profesional de estos jefes militares y evitar
posibles acusaciones de intervencionismo por parte de la oposición, Allende se
comprometió a no intervenir en los nombramientos y retiros del personal de las
instituciones militares, con la condición de garantizar el mantenimiento de la línea
profesional en ellas. En este sentido, la UP buscó hacer realidad una de las
demandas más sentidas de los uniformados, y que se vinculaba a la visión “servil”

387 En otras palabras, el hecho de que UP no lograra constituirse en mayoría nacional, carecía de un respaldo necesario y suficiente
para realizar los cambios que contemplaba su programa de gobierno. Desde este punto vista, la estrategia de la izquierda debió haber
consistido en introducir tales transformaciones gradual y cuidadosamente. Sin pasar a llevar la legalidad vigente, respetando aquellas
instituciones que formaban parte de ella, a fin de crear las condiciones que permitieran el surgimiento del “poder popular” con el cual
pasar a una etapa superior en la construcción del socialismo. EN Garcés; Joan. Op cit. Págs. 169-170.
388 Según los oficiales entrevistados ninguno de los cuatro generales que desempeñaron sus funciones como jefes institucionales bajo

el gobierno de la UP era de izquierda. El General Carlos Prats era más bien un hombre de derecha que votó por Alessandri en la
elección presidencial de 1970, El almirante Montero estaba más bien cercano ideas de centro representadas por el sector
conservador de la DC, El general César Ruiz y el general José Sepúlveda igualmente se sentían representado por ideas de centro
vinculadas a la DC.

108

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

de los jefes militares, que el movimiento de la oficialidad joven a través de Viaux


denunció en 1969.389
Otro tema sensible en lo que a profesionalismo castrense se refiere se
relacionaba con el equipamiento militar. En este sentido el gobierno la UP realizó
esfuerzos por responder a esta problemática y eliminar cualquier sospecha de
debilitamiento del aparato militar del Estado para su posterior apropiación. Sin
embargo, la crisis económica que comenzó afectar al país a mediados de 1972 y
las amenazas de cierre del suministro de pertrechos militares por parte de los EE.UU,
llevaron al gobierno a ofrecer a las Fuerzas Armadas la alternativa de comprar
armamento en Europa occidental y oriental, registrando este hecho resistencia al
interior de los cuarteles.390
En materia de equipamiento debemos mencionar también los proyectos de
aumento de la conscripción militar y las mejorías en infraestructura social, como
viviendas, casinos y establecimientos asistenciales, que no se alcanzaron a
concluir.391
El respeto del profesionalismo castrense que formaba parte de la política
militar de la UP, se complementaba con una marginación de éstas de aquellas
áreas de decisión eminentemente política, así como también, por evitar un
enfrentamiento directo con los sectores medios, de los cuales provenía el grueso
de la oficialidad.392

389 Los cargos de Comandante en Jefe de alguna rama de las Fuerzas Armadas o de General Director, eran nombramientos de
confianza del Presidente de la República, por lo que un descabezamiento del alto mando para nombrar al oficial que el Presidente
necesitaba era una realidad probable. Esta situación molestaba a los uniformados, quienes luego de casi cuarenta años de carrera
profesional se veían privados de ocupar el cargo de dirigir su institución por razones subjetivas. En este mismo sentido, la oficialidad
se sentía incómoda con la participación de la clase política en los ascensos y retiros del personal de las Fuerzas Armadas. En efecto,
anualmente el Comandante en Jefe y el Ministro de Defensa debían concurrir a la Comisión de Defensa del Senado con la lista de
oficiales acordada por la Junta Calificadora, para que los congresistas la confirmaran, siendo habitual que algunos uniformados fueran
objetados por los políticos, sin una razón de orden profesional que justificara la medida. A partir de esta realidad fue común que
muchos uniformados que aspiraban a los altos cargos se congraciaran con políticos a fin de obtener su apoyo en los momentos
decisivos.
390 Dentro del boicot norteamericano contra el gobierno de Allende las Fuerzas Armadas no estuvieron ausentes. Con el fin de

introducir animosidades entre los militares y el gobierno de la UP, EEUU no aceptó la inclusión de las deudas militares en la
renegociación de la Deuda Externa del año 72. En efecto, las Fuerzas Armadas chilenas adeudaban cuotas provenientes de créditos
del Foreing Military Sales. La estrategia del gobierno norteamericano consistió en inducir a Allende a ofrecer a los uniformados un
cambio de dependencia en lo que a pertrechos se refiere, conociendo éste de antemano las resistencias que originaría esta propuesta
en los cuarteles. En las citadas “Memorias” del general Prats éste señala que las Fuerzas Armadas terminaron rechazando esta
proposición apelando a que el mercado europeo no garantizaba el suministro de repuestos y municiones, existiendo detrás de ella
temores de orden ideológico de pasar a depender de la órbita socialista. EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 218, 250, 265 y 267.
391 Así lo apunta el general Carlos Prats en sus “Memorias” cuando señala que “...los estudios realizados por los ministerios de

Interior, Economía, Hacienda y Defensa, resolvían satisfactoriamente las aspiraciones institucionales, especialmente las del Ejército...
(que comprendían un exigente plan regulador) destinado a acrecentar la capacidad operativa del Ejército...(que pasaba) por una
significativo aumento de los cuadros oficiales y suboficiales y un incremento anual de la conscripción.” La expansión de Famae, la
construcción el complejo químico de Talagante y el desarrollo del proyecto de energía nuclear a través del parque “lo Aguirre”,
también son rescatados por Prats como importantes avances. Desde el punto de vista social la misma fuente rescata la construcción
del Hospital Militar, la construcción de la primera población fiscal para oficiales en Colón con Tomás Moro.
392 Un interesante estudio de reclutamiento social de la oficialidad es la que realizó el sociólogo Norteamericano Roy Allen Hansen en

1967. Según éste la composición social de las Fuerzas Armadas chilenas es de clase media. En una entrevista a 37 Generales
retirados entre 1952 y 1964, Hansen pudo establecer que el 20% de los padres de tales oficiales eran comerciantes o empresarios, un
26% profesionales o gerentes, otro 26% oficiales militares, un 20% agricultores y un 9% empleados de oficina. Junto a ello Hansen
indagó en el parentesco de dichos oficiales una vez casados y pudo establecer que el patrón social se mantenía, al establecer éstos
vínculos con familias de clase media y alta provinciana. EN: North; Liisa. Op cit. Págs. 68-69. En este sentido interesante resultan los
estudios que revelan la existencia de endogamia en las Fuerzas Armadas. En la llamada “familia militar” es posible encontrar apellidos
que se repiten, tales como, Ewing, Cheyre, Izurieta, entre otros. Con el fin e profundizar en este aspecto VER: Diario El Mercurio.
25/06/00 Cuerpo D. Según investigaciones posteriores, el estudio de Hansen formó parte del Proyecto Camelot que consistió en

109

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

En relación al primer aspecto, el gobierno de Salvador Allende apelaba a la


intervención militar en el conflicto político, sólo cuando las circunstancias pusieran
en peligro la estabilidad del gobierno legalmente constituido. El hecho de que
bajo su gobierno se registraran importantes convulsiones sociales, explica en parte
la visión utilitarista con que se asocia la política militar de la UP. En este sentido
tendríamos que precisar que el apoliticismo de los militares fue vulnerado por la
difícil coyuntura político-social que caracterizó al gobierno de Salvador Allende. En
el período 72-73 los uniformados debieron intervenir en reiteradas oportunidades
en el campo político como mediadores de huelgas o como Ministros de Estado.
Esta situación generó resistencias en las filas institucionales, al aparecer las Fuerzas
Armadas colaborando con un gobierno alejado de sus cosmovisiones militares.393
Por otro lado, los sectores medios no formaban parte de la reestructuración
socio-económica que buscaba llevar acabo la UP. La incorporación de éstos al
conflicto político en 1972 se debió en gran medida a coyunturas que escapaban
del programa de la UP y que en definitiva crearon el ambiente propicio para el
resurgimiento del golpismo al interior de los cuarteles.394
El segundo aspecto que formó parte de la política militar de la UP, se
vinculaba más bien a una estrategia indirecta que buscaba identificar
paulatinamente a los uniformados con el gobierno. Para la izquierda resultaba
fundamental contar con el apoyo, aunque sea parcial, de las Fuerzas Armadas.
Existía conciencia en el gobierno de que iba a llegar un momento de definiciones
en el que la sociedad debía decidir si profundizar en las transformaciones
impulsadas por la UP o prefería mantener el modelo entonces vigente. Ante esta
eminentemente pugna, la UP necesitaba contar con apoyo de un aparato militar,
que provendría desde una parte de las Fuerzas Armadas y desde grupos
paramilitares de izquierda.395
Con el fin de que este objetivo no apareciera evidente y entorpeciera la
marginación política de las Fuerzas Armadas que formaba parte del primer
aspecto de la política militar de la UP, el Presidente Allende buscó incorporar a su
gobierno a la oficialidad a través de cargos públicos en el área social, a fin de
que éstos conocieran en profundidad los alcances equitativos de su programa de
gobierno y terminaran identificándose con las iniciativas del ejecutivo.396
Esta estrategia que buscó crear un sustento pro-UP dentro de las Fuerzas
Armadas estuvo vigente durante todo el gobierno de Salvador Allende. A pesar
de que no se tienen datos exactos del número de oficiales que formaron parte de

estudiar toda la sociedad de un país para deducir su capacidad política revolucionaria, calcular su instinto de agresión social y medir
sus fuerzas de represión. Detalles de este proyecto EN: Uribe; Armando. Op cit. Pág. 32.
393 Una detallada exposición de las repetidas oportunidades en que fueron llamados a ocupar cargos de gobierno o mediadores y la

resistencia que se generó en las filas EN: Prats; Carlos. Op cit. Págs. 246-403. Huerta; Ismael. Op cit Tomo II. Págs. 30-106.
394 Allende siempre evitó enfrentarse directamente con la clase media. Su objetivo político mediato fueron los grandes capitales

representados por las transnacionales. La incorporación de los grupos medios al conflicto fue gradual y comenzó a ser evidente tras la
ruptura con la DC a mediados de 1971 y el desabastecimiento que se comenzó a registrar hacia el año 72. La familiaridad de la
oficialidad con este sector social fortaleció la alternativa sediciosa al interior de los cuarteles.
395 Desde este punto de vista, la estrategia de la UP de crear poder popular para propiciar las transformaciones profundas, también

se hizo extensiva a las Fuerzas Armadas. EN: Garcés; Joan. Op cit. Pág. 172.
396 Fue habitual que durante el gobierno de la UP oficiales generales fueran requeridos por el gobierno para ocupar cargos en donde

tomaran contacto con la población y conocieran en terreno las transformaciones que la UP propiciaba. La presencia de uniformados
como directores o consejeros en las empresas o instituciones del área social fue preferentemente ocupada por generales del Ejército
y la FACH.

110

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

esta estrategia, sí se sabe que la mayoría de ellos formaron parte de la oficialidad


de alta graduación que no demostró, salvo contadas excepciones, una
identificación con el proyecto de la izquierda el 11 de septiembre.397
Si bien es cierto que no forma parte de los objetivos de este trabajo hacer
una evaluación de la política militar de la UP, creemos conveniente hacer unas
reflexiones en torno a esta problemática que nos permitan comprender el
comportamiento de las Fuerzas Armadas bajo el gobierno de Salvador Allende.
En primer lugar tendríamos que partir señalando que la izquierda no estaba
en condiciones de seguir aplicando la política de marginación y empobrecimiento
que las sucesivas administraciones, con altos y bajos, venían aplicando desde
1932. El proyecto de gobierno de la UP necesitaba de la neutralidad del aparato
militar expresada en un sometimiento de ellas a las normas constitucionales. Sólo
con unas Fuerzas Armadas funcionales al orden político-constitucional vigente, la
izquierda podría acallar los llamados a la intervención militar provenientes de un
sector de la civilidad, así como también, lograría materializar sus propuestas con la
ayuda del poder disuasivo que representan las instituciones de la defensa.
La dependencia de la UP hacia las Fuerzas Armadas nos permite
explicarnos la existencia de una política militar acorde a los intereses de los
uniformados. En efecto, si comparamos las demandas provenientes desde los
cuarteles con las políticas de defensa de la UP podemos notar la simetría entre
ellas, a pesar de que la bancarrota en la terminó el gobierno de la UP no permitió
materializar muchos proyectos.
A partir de lo anterior es factible sostener que la desfavorable coyuntura en
la que asumió el gobierno Salvador Allende, determinó que su gestión tuviera que
incorporar a las Fuerzas Armadas como uno de los sustentos o plataforma de
apoyo de su programa de gobierno. Este fenómeno se tradujo en una
modificación de las tradicionales pautas de relación civil-militar que formalizaron
sentidas aspiraciones del mundo castrense.398
Si bien es cierto que la política militar de la UP, en sus líneas formales, no
hacía más que reafirmar el sometimiento de las Fuerzas Armadas al poder civil, en
la práctica formalizaba demandas corporativas surgidas a la luz de los procesos
modernizadores que venían afectando a las instituciones de la defensa desde la
década del sesenta. En efecto, la figura de un Comandante en Jefe preocupado
de las demandas institucionales y con fuerza para hacer sentir estas necesidades
al interior del gobierno, era una de las aspiraciones que el movimiento de la
oficialidad joven, a través de Viaux, habían exigido en los años sesenta. Esta

397 He aquí uno de los vacíos de la estrategia militar de la UP. La oficialidad de graduación media y baja no fue considerada en este
“reclutamiento” que realizó el gobierno de izquierda. De este estamento provino el malestar que condujo a las Fuerzas Armadas al
movimiento militar de Septiembre de 1973. La oficialidad que participó de estos programas no demostró un arraigado sentimiento por
el proyecto de la UP. Sólo contadas excepciones en la FACH, Carabineros, Ejército y en menor medida en la Armada, respondieron a
esta estrategia.
398 Las relación civil-militar vigente hasta 1970 se basaba en un sometimiento mecánico de las Fuerzas Armadas al poder civil, sin

existir de parte de éstos una política que integrara a las instituciones castrenses al desarrollo nacional. Por otro lado la frustrada
experiencia intervencionista de los militares en años veinte y las divisiones que surgieron en el seno de las Fuerzas Armadas
atentaron contra su supervivencia, lo que determinó su alejamiento de la arena política. Desde esta perspectiva no existía relación
civil-militar, sino sólo una política de enclaustramiento por parte de los militares y de desprecio por parte de la civilidad. Este modelo
que había funcionado con altos y bajos hasta 1970 fue modificado por la UP al propiciar una incorporación de las Fuerzas Armadas al
desarrollo del país y aumentar el gasto en Defensa.

111

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

característica de jefe militar se comenzó a visualizar, por lo menos en el Ejército, a


partir de la dirección que ejerciera el general René Schneider, transformándose en
una realidad en las restantes instituciones castrenses al iniciarse el gobierno de
Salvador Allende.399
En este sentido tendríamos que añadir que el carácter diligente que
comenzó a adquirir la dirección de las instituciones castrenses, estuvo
acompañada de una nueva interpretación del sometimiento que las Fuerzas
Armadas venían expresando al poder civil desde 1932. En efecto, a partir de la
administración del general Schneider es posible visualizar un sometimiento a las
leyes vigentes pero no a los intereses del gobierno, lo que es coincidente con el
carácter más resuelto del jefe militar en exigir mejoras profesionales a la clase
política.
Estas dos grandes transformaciones que sufrió el modelo de relación civil-
militar a partir de 1970, se profundizaron cuando Salvador Allende asumió el
gobierno otorgando mayor independencia a los jefes militares en la administración
de sus instituciones. De esta manera se hizo realidad otra de las grandes
demandas de los uniformados y que se relacionaba con la excesiva injerencia de
la clase política en los ascensos y retiros de los uniformados. A partir de esta
modificación, ya no fue necesario que los uniformados que aspiraran a un ascenso
tuvieran que congraciarse con altos dirigentes del gobierno y de la Comisión de
Defensa del Senado para lograr sus aspiraciones. Bastaba con ser un militar
profesionalmente brillante para llegar a los cargos más altos de la carrera de las
armas.400
La necesidad de las Fuerzas Armadas de introducir estos cambios obedecía
a razones profesionales que arrancaban de la modernización institucional que las
venía afectando desde la Guerra Fría. En efecto, las nociones de seguridad
hemisférica en boga desde fines de los cuarenta, la cooperación material y de
adiestramiento que realizaron las Fuerzas Armadas norteamericanas en los años
cincuenta y sesenta, se expresaron en la necesidad de reactualizar el patrón de
relaciones civil-militar creando uno más acorde a la nueva realidad que estaban
viviendo los uniformados.401
Las demandas que hasta los años sesenta habían hecho pública los
uniformados a través de diversos movimientos, trataron de materializarse bajo el
gobierno de la UP. En efecto, bajo dicha administración a los uniformados se les
aprobó proyectos que cubrían sentidas necesidades profesionales básicas,
ejerciendo además una cierta independencia en lo que administración
institucional se refiere y en sus relaciones con el gobierno.

399 Como lo apuntáramos en los párrafos de más arriba, los militares anhelaban la figura de un jefe militar independiente del poder
político. Esta concepción continuó evolucionando hasta llegar a modernas concepciones sintetizadas en la inamovilidad de los altos
cargos castrenses.
400 En este sentido un buen ejemplo lo constituyó la insistencia que siempre demostró el general Prats para lograr que la Comisión

de Defensa el Senado aprobara la totalidad de la nómina de ascensos de oficiales por él propuesta. En este sentido Prats anota en
sus Memorias las diligencias que debió realizar para lograr el ascenso a general de Hermán Brady.
401 El rol protagónico del Comandante en Jefe pasaba por entablar un diálogo con el poder civil. Era necesario que éste conociera las

demandas de los uniformados y dentro de las posibilidades las satisfaciera. Otro elemento que modificó las pautas vigentes fue la
mayor participación de las Fuerzas Armadas en las tareas del Estado, produciéndose en este punto una similitud, al menos formal,
con la UP, quien necesitaba incorporar a los uniformados en su proyecto.

112

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Estas necesidades cubiertas por la UP, abrieron paso a otras, que surgieron
bajo el nuevo esquema de relaciones civil-militar y en una coyuntura político-social
diferente. En este sentido el agitado contexto político que caracterizó el último
año del gobierno de la UP posibilitó una participación más activa de los
uniformados como mediadores o garantizadores del proceso político, abriéndose
de esta forma la deliberación entre la oficialidad que desempeñó tales cargos, así
como también, en la oficialidad media y baja que interpretaba la acción de sus
mandos como un compromiso con el “gobierno marxista”.402
Esta nueva realidad hizo emerger demandas que se encontraban latentes
al interior de las Fuerzas Armadas, tales como, un rol más decisivo en las tareas del
Estado, que fue decantando a una abierta intervención militar en el campo
político en el año 1973. Si bien es cierto que el carácter intervencionista de las
Fuerzas Armadas chilenas es antiguo, es posible señalar que desde que ellas
adhieren a los criterios de seguridad nacional existen argumentos teóricos
coherentes a partir de los cuales se comenzaron a sustentar dichas intervenciones.
En este sentido, la crisis de Estado que comenzó afectar a Chile bajo el gobierno
de Salvador Allende, se constituyó en una validación de los supuestos teóricos de
seguridad interna a los que las Fuerzas Armadas habían asumido.
En este último término, decisiva resultó ser la presión que ejerció la
oficialidad media y baja en arrastrar a sus jefes a la intervención militar. Este
estamento se constituyó en uno de los sustentos de la fórmula “putschista” que
triunfó el 11 de septiembre. En efecto, este grupo de oficiales estaba conformado
mayoritariamente por uniformados provenientes de sectores medios, que en el
transcurso del gobierno de la UP fueron adoptando una postura cada vez más
crítica a la gestión de la izquierda, llegando a “golpear las puertas de los
cuarteles” y exigir una intervención militar a sus parientes uniformados.403
Desde este estamento conviene adentrarnos en el estudio del frustrado
conato que protagonizó el Comandante Roberto Souper el 29 de junio de 1973,
pues es un buen ejemplo a partir del cual graficaremos la participación de la
oficialidad media y baja en la gestación del movimiento militar de septiembre.

c) El Complot del 29 de Junio.

A pesar de que el acceso de la UP al gobierno generó malestar al interior


de las instituciones de la defensa, éste fue bien conducido por el gobierno y los
respectivos jefes castrenses a fin de evitar una intervención militar. La aparición de

402 El asedio del cual fue objeto el general Prats en el Ejército y el almirante Montero en la Armada, provino de la oficialidad media
quien interpretaba como una actitud “entreguista” o abiertamente marxista la postura de tales oficiales. En este sentido podemos
mencionar la “rebeldía” que expresaron los coroneles Labbé y Geigger con el general Prats, así como también la manifestación de
las esposas de oficiales de Ejército frente a la residencia del Comandante en Jefe el 21 de agosto de 1973, y en la que no estuvieron
ausentes algunos oficiales en servicio activo, como los mayores Claudio Lobos y Francisco Ramírez. En relación al asedio que afectó
al almirante Montero decidor resulta el estudio que realizó la oficialidad de graduación media y que circuló profusamente en la
Armada criticaba la actitud de los mandos en relación al gobierno, calificándola de irresoluta y poco definida. Mayores antecedentes
acerca de esta circular EN: Huerta; Ismael. Op cit. Págs. 61-62.
403 Todos los uniformados que formaron parte de la llamada oficialidad media y baja durante el gobierno de Allende recuerdan que sus

parientes permanentemente los incitaban a la intervención. Estos encuentros familiares se transformaban en verdaderos foros
políticos que más tarde eran reproducidos por estos uniformados con sus amigos militares en sus respectivas unidades. Fue habitual
también que los familiares los contactaran con militantes de partidos y movimientos de oposición, como Patria y Libertad, el Partido
Nacional y la Democracia Cristiana, quienes elaboraron un discurso para arrastrar a las Fuerzas Armadas a un pronunciamiento.

113

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

movimientos de carácter conspirativo al interior de las Fuerzas Armadas durante el


gobierno de Salvador Allende, no fue inmediata, apareciendo más bien cuando
ésta presentó los primeros síntomas de crisis hacia 1972.
Entre las razones que podemos enumerar para comprender la ausencia de
proyectos sediciosos durante el primer año de gestión de la izquierda, cabe
mencionar el impacto que provocó en los uniformados el asesinato del general
Schneider a manos de activistas que pretendían desencadenar una intervención
militar. Este antecedente, aunque parezca a simple vista débil, generó en el seno
de las Fuerzas Armadas una suerte de animadversión hacia cualquier fórmula que
las sacara de su rol profesional. El sentimiento de culpa que debió haber
embargado a aquellos oficiales comprometidos con la acción militar y los “costos
insospechados” que subsisten detrás de una acción, se constituyeron en
poderosos silenciadores de las voces pro-golpistas con que algunos grupos civiles
trataron de hacer reaccionar a las Fuerzas Armadas.404
En este mismo sentido, la coherente política militar que aplicó la UP en lo
que a aspiraciones corporativas se refiere, fue otro obstáculo que debieron sortear
aquellos sectores interesados en arrastrar a las Fuerzas Armadas a una intervención
militar. En efecto, la materialización de sentidas aspiraciones institucionales bajo el
nuevo esquema de relación civil-militar, dejó a los sectores interesados en
implementar un movimiento castrense sin espacio de crítica o puntos de quiebre a
partir de los cuales ir introduciendo la propuesta sediciosa al interior de los
cuarteles.405
Según los informes de la CIA, los primeros contactos con oficiales de las
Fuerzas Armadas se lograron concretar en el mes de septiembre de 1971, es decir,
a casi un año de gobierno de la UP. Estos enlaces alcanzaron a los tres niveles en
que se encuentra dividida la oficialidad, concentrándose preferentemente en los
estamentos altos y medios.406
La infiltración a las Fuerzas Armadas que llevó acabo la CIA fue
complementada con acciones similares materializadas por las agrupaciones
nacionalistas existentes, entre ellas, Patria Libertad, cuya finalidad fue coordinar un
movimiento militar en el año 1972.
El primer intento de golpe de estado que se planeó bajo el gobierno de
Salvador Allende y que respondió a la estrategia antes descrita, debió haber
estallado el 25 de marzo de 1972. En este movimiento la participación masiva de
personal activo no pudo ser comprobada por las investigaciones judiciales

404 Los oficiales entrevistados para esta investigación y que fueron opositores al gobierno de Allende, reconocen que el asesinato de
Schneider generó un profundo malestar en las filas, siendo el Ejército la institución más afectada.
405 A partir de los complot militares que hasta ahora hemos revisado, es sostenible señalar que la participación de militares en

fórmulas sediciosas siempre ha sido justificada a partir de demandas “gremiales”. Desde este punto de vista la realidad que vivieron
los uniformados bajo el gobierno de la UP impidió que este discurso se constituyera en la “cortina de humo” de los conspiradores. Por
otro lado, las razones de seguridad nacional con que los uniformados terminaron justificando su acción militar surgió más tarde, bajo
una coyuntura diferente.
406 Ante el llamado a retiro de los oficiales que habían servido de enlace con la CIA para el golpe de octubre de 1970, los agentes

norteamericanos debieron reconstituir una nueva red de contactos. VER: Covert Action in Chile 1963-1973, Pág 37. EN: Garcés;
Joan. Op cit. Pág. 159. Según información confidencial entre los oficiales que reclutó la CIA más tarde, debemos mencionar al
almirante Patricio Carvajal Prado y los generales Washington Carrasco, Herman Brady del Ejército y Francisco Herrera Latoja de la
FACH.

114

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

realizadas con posterioridad.407 Sólo fue posible establecer una coordinación


entre el mayor (r) Arturo Marshall y algunos ex-uniformados cercanos al general
Viaux, quienes dirigidos aparentemente por el general (r) Alberto Green
Baquedano pretendieron materializar una acción militar.408
Los ex-uniformados involucrados en esta conspiración, además de tener
algunos de ellos un reconocido pasado sedicioso, eran líderes de organizaciones
nacionalistas que reunían a ex militares y que realizaban una permanente
propaganda antimarxista en los cuarteles que buscaba quebrar la obediencia del
mundo militar a las normas legales y obtener un pronunciamiento de éstas. 409
Según los recuerdos de uniformados que giraron cerca de este movimiento
militar, el general Alfredo Canales Márquez, que hasta ese entonces se
desempeñaba como Director de Instrucción del Ejército, fue uno de los grandes
líderes ocultos de esta operación militar. Junto a él, las mismas fuentes recuerdan
la participación el teniente-coronel Horacio Toro, Comandante del Regimiento
Guías de Concepción y del coronel Felipe Geiger, Comandante del Regimiento
Buin.410
Todos estos oficiales activos junto al ya retirado coronel Alberto Labbé
fueron la plataforma original que tuvo la CIA y la derecha para iniciar una serie de
incursiones abiertamente sediciosas durante 1972. A este grupo de oficiales es
importante añadir el sector de uniformados que comenzó a girar en torno a la
Democracia Cristiana y que primitivamente se caracterizó por mantener una
actitud más cauta y menos evidente en materia de conspiraciones. Este último
grupo estuvo liderado por los generales Oscar Bonilla, Sergio Arellano Stark y
Héctor Bravo Muñoz.411
La coordinación civil que hubo detrás de estas incursiones conspirativas
quedó en evidencia en el segundo “putsch” que conoció la UP en 1972. En efecto,
hacia el mes de octubre se puso en marcha el llamado “Plan Septiembre”
encabezado por el recién destituido general Alfredo Canales.412 En sus líneas

407 La investigación que llevó acabo el SIM sólo pudo establecer la participación del capitán Bernales, del Batallón Blindado Nº 2. EN:
Prats; Carlos. Op cit. Pág 266.
408 En sus líneas centrales el plan consistía en capturar el Palacio de Gobierno y asesinar al Presidente Allende y liberar al general

Viaux que se encontraba cumpliendo pena en la cárcel. Las operaciones se iniciarían el viernes 24 de marzo, una vez finalizada la
“Marcha de la Libertad” en donde Patria y Libertad provocaría desórdenes que dejarían a muchas mujeres heridas y muertas. De esta
forma se levantaría una ola de repudio contra el gobierno que justificaría la operación militar. ENTREVISTA Juan Serrano. 04/02/98.-
409 El general Green es el único al que no se le conoce participación conspirativa. Sin embargo, en 1971 era un reconocido líder

nacionalista y opositor a la UP a través de la Unión Cívica Democrática. El ex Comandante Marshall mantenía fuertes contactos con
Patria y Libertad y a su vez dirigía una organización nacionalista denominada Alianza Nacionalista. Junto a ellos el general Viaux
mantenía a un grupo de oficiales leales a su persona que habían fundado el Movimiento Viauxista. ENTREVISTA Capitán Fernando
Nieerad. 29/10/96.-
410 ENTREVISTA Capitán Fernando Nieerad. 29/10/96
411 La infiltración y la elaboración de un discurso que arrastrara a las Fuerzas Armadas a actuar fue realizada por los diferentes

partidos y movimientos anti UP. El PN tuvo acceso a la Armada, siendo los almirantes Merino, Huidobro y Carvajal los más cercanos,
junto a ellos los generales Washington Carrasco y Manuel Torres de la Cruz. Patria y Libertad tuvo acceso más bien a oficiales
medios, aunque el general Francisco Herrera de la FACH y el general Javier Palacios del Ejército fueron la excepción. La DC tuvo
acceso a un número mayor de oficiales generales, quienes se sentían identificados con la figura del Presidente Frei. Junto a los ya
nombrados podemos mencionar a los generales Arturo Yovane de Carabineros, Arturo y Mario Viveros Avila, del Ejército y la FACH
respectivamente, Sergio Arellano Stark, Oscar Bonilla y Héctor Bravo Muñoz. EN: Revista Proceso Nº 97, Ciudad de México 1978 Pág
17.
412 El general Alfredo Canales fue el primer oficial general que comenzó a plantear la desobediencia de los uniformados al gobierno.

Desde este punto vista fue uno de los oficiales que más problemas originó al general Prats en su gestión. La UP en reiteradas
oportunidades solicitó a Prats su retiro, pero éste se negó a cursarlo por que consideraba que no existían razones fundadas para su

115

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

centrales la idea era lograr una masiva movilización social que pusiera en la calle
a los diferentes sectores que estaban descontentos con el gobierno, generando
con ello una crisis multisectorial que terminara con la renuncia del Presidente.413
Dentro de esta planificación también se esperaba que las Fuerzas Armadas
se movilizaran contra el gobierno. Para ello la oficialidad comprometida en la
operación militar y los medios de comunicación afines a este objetivo explotaron
profusamente el llamado a retiro del general Alfredo Canales, intentando movilizar
a raíz de este hecho a los uniformados anti-UP y convencer a los indecisos militares
de que la política del gobierno de la izquierda sólo buscaba la destrucción de las
Fuerzas Armadas, dejando en sus filas aquellos oficiales leales a las políticas de la
UP.414
A pesar del fracaso del Plan Septiembre la oficialidad comprometida en él
logró importantes avances luego de las experiencias anteriores. En efecto, la
ejecución de ambas conspiraciones permitió a los uniformados comprometidos
tomaran contacto entre ellos, cuyo conocimiento fue vital para los planes que se
sucederían posteriormente. Por otro lado, la plataforma de militares
comprometidos con la sedición creció tras ambos intentos. Las debilidades que
manifestó la UP en el manejo de la crisis de octubre, así como también, las
primeras manifestaciones de fracaso de la política económica de la UP que se
registraron hacia este período, fueron otro elemento que determinó la
incorporación de nuevos rostros a la conspiración militar. En este último sentido la
incitación de la familia de los oficiales fue decisiva a empujarlos a la intervención.
La clase media vio afectado su estándar de vida, la inseguridad y violencia se
hicieron cotidianas y los ánimos de querer un gobierno que ordenara al país se
hicieron cada vez más intensos. Muchos oficiales recuerdan haber sido increpados
por sus parientes y a otros se les arrojó maíz. 415
La contingencia política pre-electoral que vivió nuestro país con
posterioridad al Paro de Octubre de 1972, determinó un receso en materia
conspirativa, pero una acentuación de la deliberación al interior de las cuarteles.
En efecto, el cambio de escenario a través del cual se buscó zanjar la derrota de

expulsión. El hecho que finalmente gatilló su llamado a retiro fue una intriga que ideó para justificar su actitud de rebeldía. Mayores
antecedentes acerca de este hecho EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 289.
413 Otro teórico de la sociología es Michel Dobry quien ha estudiado las movilizaciones multisectoriales intentando analizar la lógica

propia de las crisis. Este autor señala que dichas movilizaciones se caracterizan, en primer lugar, por cuestionar la legitimidad de los
poderes establecidos; en segundo lugar, por tener un ritmo desigual de participación de los diferentes grupos; y en tercer lugar, por
que en ella las prácticas tradicionales pierden eficacia, produciéndose una alteración del habitus al reducirse la autonomía de cada
campo y erosionarse el funcionamiento de éstos. La pérdida de los antiguos mecanismos regulatorios, otorgan a estos movimientos
una sensación de incertidumbre. En el caso que estamos analizando aquí a el movimiento de camioneros se incorporaron lentamente
otros gremios, incluso la Corte Suprema declaró que el gobierno era ilegal al no hacer cumplir las sentencias judiciales, cuyas
demandas propias se pierden o confunden con otras, produciéndose conjuntamente una irrupción de otros campos y de nuevas
tácticas. Veáse: Dobry; Michel: Sociología de las crisis políticas. Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid. Capítulos III-IV y
VII.
414 Una visión interesante de este hecho en las Revistas SEPA, PEC y Patria y Libertad. Las que no olvidaron culpar al general Prats

de este hecho iniciando una campaña en su contra que no terminó hasta su renuncia a la institución. La expulsión del general Canales
generó malestar en algunos oficiales, quienes a través del general Oscar Bonilla expusieron a Prats la necesidad de especificar el rol
del Ejército y “...no sólo velar por el respeto de la Constitución sino hacerla respetar”. EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 290.
415 Al respecto los generales Mario Sepúlveda y Ervaldo Rodríguez recuerdan haber encontrado en varias oportunidades puñados de

maíz en sus respectivos jardines. En este mismo sentido el capitán de Fragata Hugo Ponce señala que en reuniones familiares fue
común tocar temas de contingencia llegándose siempre a la pregunta de si se iba a hacer algo. Un recuerdo similar tiene el coronel de
la FACH Pedro Guerrero en el sentido de que la familia y los amigos civiles siempre estaban indicándoles el camino a seguir.

116

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

la UP, a pesar de ser ajeno al mundo militar, incorporó a las Fuerzas Armadas a
dicho proceso.416
La participación de las instituciones de la defensa en las elecciones
parlamentarias de marzo de 1973, fue requerida por la comunidad civil como una
garantía de transparencia de dicho proceso eleccionario. Las Fuerzas Armadas
como cuerpos jerarquizados, obedientes, apolíticos y no deliberantes fueron los
llamados a sostener la desprestigiada institucionalidad democrática del ´25, cuyo
costo fue la formalización de los debates políticos al interior de las unidades
militares que profundizaron la indisciplina profesional.417
La derrota que obtuvo la oposición en dichas elecciones al no lograr los dos
tercios del Senado, potenció la fórmula golpista para derrocar al gobierno
Salvador Allende.418 Bajo este contexto, el 27 de junio debió estallar un tercer
intento de golpe de estado, que al igual que los anteriores no se materializó, pero
cuyo descubrimiento y acciones posteriores de sus líderes provocaron un impacto
a nivel nacional.
Antes de pasar a detallar los entretelones del “Tancazo”, como se
denominó más tarde a la reacción que tuvieron los líderes del movimiento militar
de junio de 1973, creemos conveniente analizar algunas características de Patria
y Libertad, que como grupo anti-UP jugó un importante rol en este complot.
Como lo señaláramos en el capítulo cuarto, Patria y Libertad surgió
primitivamente como movimiento cívico que buscó llamar la atención de los
congresistas para que votaran por Alessandri en la elección del Congreso Pleno. El
fracaso de esta opción determinó su disolución en octubre de 1970 para
reaparecer en escena como Frente Nacionalista el 1º de abril de 1971.419
Según fuentes cercanas al MCPL y más tarde al FNPL, recuerdan que los
contactos entre los líderes y la militancia comprometida jamás se perdieron
durante estos meses de disolución, sino más bien entraron en una etapa de
“sumergimiento” que buscó estudiar la nueva coyuntura que vivió nuestro país. En

416 La cercanía de una próxima elección parlamentaria originó que los esfuerzos por derrotar a la UP cambiaran de escenario. La
oposición creía que podía obtener una aplastante victoria en marzo de 1973 que se traduciría en una mayoría parlamentaria que
declararía ilegal al Presidente Allende, llamando a nuevas elecciones Presidenciales. De esta forma la salida al gobierno de la UP a
través de una intervención militar quedó congelada. Incluso los propios uniformados que desde el retiro venían efectuando la
campaña sediciosa, adhirieron a partidos políticos de oposición o se presentaron como candidatos a la elección de Marzo, tal fue el
caso del general Canales y el coronel Labbé.
417 Si bien es cierto que las Fuerzas Armadas bajo la institucionalidad entonces vigente cumplían un rol tutelar de la transparencia de

los procesos eleccionarios, la crisis político-social desatada tras el Paro de Octubre terminó por romper los lazos de confianza entre
los diferentes sectores políticos y en los cuales descansaba la institucionalidad del ´25. Esta situación determinó que las Fuerzas
Armadas fueran consideradas como árbitros en esta pugna política. Para la UP, la participación de los militares en el gobierno
significaba un respiro luego de meses de paros, huelgas y desórdenes, y por otro lado, para la oposición, las Fuerzas Armadas eran
las únicas capaces de garantizar que el gobierno no se aventuraría en acciones fraudulentas para ganar la elección. Los ministros
militares fueron el general Carlos Prats en el Ministerio del Interior, el almirante Ismael Huerta en el Ministerio de Obras Públicas y
Transportes y el general de Brigada Aérea Claudio Sepúlveda en el Ministerio de Minería. Los ministros militares estuvieron en estos
cargos desde el 02 de noviembre de 1972 hasta el 27 de marzo de 1973. En relación a los debates políticos que se libraron al interior
de los cuarteles, es importante anotar que éstos se produjeron a raíz de la resistencia que originó en los uniformados ver a miembros
del alto mando comprometidos en funciones gubernamentales. Este hecho venía a confirmar la tesis de la oposición que decía
relación con la utilización política que realizaba la UP de las Fuerzas Armadas.
418 En dicha elección la Federación de la UP obtuvo un 43,3% de los votos mientras que la oposición unida en la Confederación

Democrática CODE alcanzo un 54,7%. A pesar de que la oposición obtuvo la mayoría en dicha elección, con estos resultados no
alcanzaba a los dos tercios en el Senado para inhabilitar al Presidente Allende.
419 Al acto de fundación del Frente Nacionalista Patria y Libertad asistió el general Roberto Viaux, que hasta ese minuto aun no

cumplía su pena de cárcel.

117

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

efecto, tras el juramento de Allende como Presidente de la República se generó


un desconcierto en la derecha en general. Para el MCPL el Partido Nacional tuvo
una actitud demasiado cauta y prudente en este proceso. Por otro lado, las
Fuerzas Armadas no reaccionaron ante el nuevo gobierno, y por último, la
Democracia Cristiana validó la elección en el Congreso Pleno.
Estos antecedentes se constituyeron en la base para que la gente que
había fundado el Movimiento Cívico fundara el Frente Nacionalista a fin de
boicotear el gobierno de la izquierda. Para Juan Eduardo Hurtado, uno de los
fundadores de Patria y Libertad, esta agrupación “...surgió como alternativa a la
derecha tradicional, que aun continuaba creyendo en mecanismos legales para
derribar al gobierno marxista y a la institucionalidad que lo amparaba. No se
daban cuenta que a un gobierno que responde con la fuerza a través de sus
organizaciones terroristas se les debe responder de la misma manera...”420
El boicot que se propuso realizar Patria y Libertad no tuvo una orientación
definida, sino que toda acción que lograra desprestigiar y destruir al gobierno de
la izquierda fue considerada positiva. En este sentido la alternativa de un golpe
militar siempre estuvo presente como una salida válida, iniciándose de esta forma
un sondeo e infiltración hacia las Fuerzas Armadas.421
Si bien es cierto que Patria y Libertad jamás contó con una estructura o
“aparato militar” definido para realizar los contactos con las Fuerzas Armadas, lo
cierto es que “...había una orden de hacer llegar a todos los recintos militares y
policiales a los que tuviera acceso un militante la revista del Frente Nacionalista.
Comentarlo con los uniformados receptivos al discurso anti-UP e invitarlo a
colaborar con el Frente Nacionalista a través del “frente invisible”422
En los cálculos de Patria y Libertad, un eventual alzamiento de las Fuerzas
Armadas estaría precedido de una violenta guerra civil que se expresaría en una
división de las instituciones de la defensa. Para ello, “...era necesario contar con un
grupo de civiles preparados paramilitarmente a fin de colaborar con aquellos
militares dispuestos a derrocar la UP.”423

420 ENTREVISTA Juan Eduardo Hurtado Larraín. 29/11/95. Otro dirigente de Patria y Libertad añade que durante este período los
sectores nazis, que estaban presentes en Patria y Libertad desde la fundación del movimiento, pierden el liderazgo ideológico el que
fue asumido por dirigentes Nacional Sindicalistas quienes levantaron el modelo Corporativista de José Antonio Primo de Ribera como
proyecto político del Frente. ENTREVISTA Juan Serrano. 04/02/98.-
421 En efecto, Patria y Libertad mas que un grupo nacionalista hay que entenderlo como un grupo anti-UP que buscó por todas las

vías derrocar a Allende. Desde este punto de vista las tareas no sólo fueron terroristas sino que también se tradujeron en un trabajo
de base.
422 La estructura de Patria y Libertad fue bastante simple. De la Secretaria General Ejecutiva encabezada por Roberto Thieme se

desprendían cuatro frentes o áreas de acción. El Adulto, dirigido por Manuel García Ballesteros y María Eugenia Campos. El
Femenino, encabezado por María Oliva Monckberg, María de la Luz Zañartu Cerda y Elda Thieme. El Juvenil, dirigido por María
Pellegrini, Ernesto Miller y Eduardo Díaz. Y por último el Frente Invisible, dirigido por Patricio Arpa Díaz de Valdés, que tenía por
misión reclutar a todas aquellas personas que por diferentes razones no podían aparecer firmando la cartilla de adhesión al Frente y
participar públicamente en sus manifestaciones. En este frente participaron militantes del PN, DC, Democracia Radical y Miembros de
las FFAA.
En relación a la ayudistas que formaron parte del frente invisible Juan Serrano recuerda que en Puente Alto, comuna en que
desarrolló parte de su trabajo, la colaboración de personas de partidos de oposición era clave. “Por ejemplo realizábamos junto a la 10
militantes del frente una acción de tomarnos un colegio, pero aparecían muchos más, a los que les estregábamos brazaletes del
frente para que apareciéramos como cientos.” En este mismo sentido el teniente Raúl Munizaga y el Capitán Víctor Mora confiesan
sus vínculos con grupos de choque de derecha. El primero como instructor de defensa personal y el último desempeñando labores de
contrainteligencia junto a Patria y Libertad.
423 Interesante resulta que Patria y Libertad haya tenido el mismo análisis que la UP. Para este fin el Frente Nacionalista inició

contactos con grupos nacionalistas argentinos para introducir clandestinamente armas a Chile. El dinero provino de la CIA y la misión

118

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La penetración que realizó Patria y Libertad hacia las Fuerzas Armadas


abarcó todo el abanico de posibilidades, concentrándose preferentemente en
oficiales que desempeñaban cargos medios o bajos al interior de sus respectivas
unidades. En este sentido tendríamos que señalar que no sólo Patria y Libertad
infiltró a las Fuerzas Armadas, sino que también lo hicieron otras organizaciones
nacionalistas que por diversas razones no entraron al Frente Nacionalista, pero
que tenían la misma finalidad.424 En este sentido, es importante mencionar a la
Junta Unificadora Nacionalista liderada por el general (r) Alfredo Canales, el
Movimiento Viauxista encabezado por el teniente (r) Víctor Catalán, el Movimiento
Nacional Sindicalista, que a pesar de pertenecer a Patria y Libertad jamás perdió
su identidad, y el Frente de Estudiantes Nacionalistas (FREN), liderado por Erwin
James Valdivia y Cristian Larraguibel Sepúlveda, por nombrar los más importantes.
Los contactos que a nivel personal y familiar mantuvieron algunos militantes
de Patria y Libertd con uniformados, les permitieron conocer la existencia de un
complot militar en el Regimiento Blindado Nº 2 a realizarse el 27 junio de 1973. Una
de las vías a partir de las cuales Patria y Libertad tomó conocimiento de este
complot fue a través del mayor (r) Arturo Marshall, quien luego de pasar a retiro
colaboró con diversas agrupaciones nacionalistas, entre ellas, el Frente
Nacionalista. Otro punto de contacto a partir del cual Patria y Libertad se enteró
de este movimiento fue a través del teniente José Gasset, quien tenía un hermano
que era militante del Frente Nacionalista.425
La participación de Patria y Libertad en este movimiento militar fue a través
de dos vías.
La primera de ellas fue a través de la incorporación de otras unidades al
movimiento a fin otorgarle una mayor representatividad y fuerza. En este sentido el
discurso de Patria y Libertad había logrado convencer a un número importante
de oficiales de distintas unidades del país. En el caso de Santiago, la investigación
pesquisada por el SIM sindica contactos con oficialidad media del Regimiento
Tacna; las Escuelas de Suboficiales, Militar y de Infantería y el grupo 7 y 10 de la
FACH. En el ámbito nacional, para este movimiento militar Patria y Libertad se
contaba con oficiales comprometidos en la Armada, en las nortinas I y VI Divisiones
de Ejército, más los Regimientos de Chillán y Lautaro.426
La segunda vía, a partir de la cual Patria y Libertad pretendía participar en
el movimiento, era a través de una acción encubierta que provocara a la
izquierda a salir a la calle y se justificara de esta manera la intervención militar. En
este último sentido, dos fueron las misiones que se autoasignó Patria y Libertad. La
primera consistió en provocar desórdenes en la tarde del 26 de junio en el centro
de la capital y la segunda asesinar a un reconocido dirigente de UP. Para llevar

fue dirigida por Roberto Thieme y Patricio Jarpa Díaz de Valdés. Según Juan Serrano se trataba de 10.000 armas que serían
entregadas a aquellos chilenos y chilenas dispuestas a derrocar a la UP por esa vía. En este sentido la misma fuente recuerda que
Patria y Libertad solicitaba a los militares a los que tenía acceso que preparara militarmente a su gente, que no superaba los 1000
militantes y 5.000 simpatizantes a nivel nacional. Estas cifras son coincidentes con las entregadas por el dirigente de Patria y Libertad
Carlos Fuentes W su libro: Fuentes; Carlos: Memorias secretas de patria y libertad. Editorial Grigalfo-Mondadora. 1999.
424 Fundamentalmente de orden caudillista son las razones por las cuales muchos movimientos nacionalistas no aunaban fuerzas.
425 Aquí es posible evidenciar cómo la familiaridad es utilizada para provocar al interior de los cuarteles un movimiento sedicioso.
426Según la investigación que realizó el SIM pudo establecer la participación de estas unidades. EN: Relación de los hechos referidos

al alzamiento de parte del personal del regimiento blindado Nº 2. Documento de la Comandancia en Jefe del Ejército. Reservado.
09/07/73.-

119

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

acabo ambas tareas el Frente Nacionalista sabía que contaba con una fuerza
movilizadora suficientemente masiva para hacerse sentir en las calles. En relación
a la segunda, el dirigente de Patria y Libertad, Juan Serrano Chavarría, asegura
que Patria y Libertad contaba para dicha acción con un grupo selecto de 25
personas preparadas para materializar la misión.427
Ambas actividades asumidas por la dirección de Patria y Libertad fueron
coordinadas con la dirección militar del complot. Para ello se efectuaron tres
reuniones entre ambas direcciones, siendo la última el domingo 24 de junio, donde
hubo contacto directo entre los líderes del Frente Nacionalista Pablo Rodríguez,
John Schaeffer, Benjamín Matte, Manuel Fuentes y Juan Eduardo Hurtado, con los
jefes militares del complot capitán Sergio Rocha, los tenientes José Gasset, René
López, Edwin Dimter, Antonio Bustamante, Mario Garay, Carlos Martínez y Raúl
Jofré.428
El descubrimiento de estas actividades conspirativas por personal del SIM el
26 de junio determinó el relevo del Comandante del Regimiento Blindado Nº 2,
teniente-coronel Roberto Souper Onfray; un llamado de atención al capitán
Rocha por parte del Comandante de la Guarnición de Santiago general Mario
Sepúlveda Squella y la apertura de un Sumario Administrativo para aclarar los
hechos.429
En forma paralela, casi como sabiendo el descubrimiento del complot por
parte de los servicios de inteligencia, Patria y Libertad desistió de participar en la
aventura, quedando de esta forma frustrado el conato que se había
planificado.430
El relevo del Comandante del Regimiento Blindado debía realizarse el
viernes 29 de junio a las 09:00 por el coronel Carol Urzúa, quien actuaría como
interventor, siendo el teniente-coronel Uros Domic el reemplazante de Souper.431
El ambiente que se vivió al interior del Blindado nº 2 a raíz de estos hechos
fue confuso y conflictivo. El relevo de su comandante y la detención de los
capitanes Rocha, Lemus y varios suboficiales, generó un ambiente de solidaridad
en el personal que fue aprovechado por la dirección del movimiento quien vio en
esta actitud la posibilidad para continuar con el plan. En efecto, el teniente
Gasset instó a Souper a sumarse al movimiento que recientemente había sido

427 Hasta ahora se continúa insistiendo que Patria y Libertad fue un movimiento masivo. Como ya lo señaláramos la masividad de sus
movilizaciones se debía a que a ella concurría gente de otros partidos. En relación al asesinato de un dirigente de izquierda el
dirigente de Patria y Libertad Juan Serrano señala que una semana antes les avisaron el objetivo, sin especificar el día y la hora.
Desde ese minuto estuvieron alertas y acuartelados.
428 Así lo estableció la investigación que realizó el SIM EN: Relación de los hechos. Op cit.
429 El general Mario Sepúlveda Squella, Comandante de la Guarnición y Director del SIM recuerda además que muchos de

complotados no alcanzaron a ser avisados del descubrimiento del complot y llegaron en un camión con un grupo de suboficiales los
cuales fueron detenidos junto a los capitanes Rocha y Lemus. ENTREVISTA General Mario Sepúlveda S. 12/05/95 .-
430 Según los informes del SIM “El contacto “Manuel”llamó al capitán Rocha a las 18:00 del 26 de junio y le señaló “que no van.” El

hecho de que Patria y Libertad decidiera no continuar adelante con el plan frustraba cualquier intento de golpe. Los contactos con las
restantes unidades habían sido manejados por ellos por lo que su retiro dejaba aislados a los oficiales del Regimiento Blindado nº 2.
431 El Coronel Domic recuerda que la orden la recibió del general Pinochet, quien en ese entonces se desempeñaba como Jefe de

Estado Mayor del Ejército. Este en presencia de los generales Lutz, Alvarez y Urbina le comunicó la medida. Por otro lado, Domic era
hermano de Jurak Domic, ferviente militante de Patria y Libertad. ENTREVISTA Coronel Uros Domic. 15/09/96.

120

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

descubierto, dándole a conocer los detalles de la operación y el apoyo masivo


que tendría la acción que él como Comandante del Regimiento debía iniciar.432
Tras el convencimiento de Souper de liderar la aventura, el Regimiento
Blindado nº 2 fue alistado por los tenientes Gasset y Dimpter, quienes procedieron
a impartir las órdenes y ejecutar acciones relacionadas con la operación.433 La
unidad fue organizada en tres equipos de combate. Una quedaría a cargo del
cuartel, mientras que los dos grupos restantes fueron destinados a La Moneda y el
otro al Ministerio de Defensa Nacional.434
La salida de los tanques que lideraba el Comandante Souper del
Regimiento Blindado Nº 2 se registró pasadas las 08:30 de la mañana. La
aventurera acción militar determinó que ninguna otra unidad se plegara al
movimiento, el que luego de producir algunos destrozos en el Ministerio de
Defensa y enfrentarse personalmente con el general Prats en la calle Teatinos, fue
enérgicamente desbaratado por una operación militar desplegada por los
generales Sepúlveda, Pickering y Pinochet.435
El fracaso del intento de golpe de estado, así como también, los gestos de
solidaridad que tuvieron con el Comandante en Jefe del Ejército las restantes
jefaturas institucionales, se expresaron en la UP en un sentimiento triunfalista frente
a las intenciones intervencionistas de la oposición, no dimensionando las
implicancias que tendría esta fracasada acción en los meses posteriores.436
En efecto, como lo tratáramos de establecer en los párrafos anteriores, el
“Tancazo” como acción militar, careció de una planificación y coordinación de
las fuerzas militares que hacia ese entonces estaban dispuestas a derrocar a
Salvador Allende. La salida del Comandante Souper y sus seguidores fue más bien
un acto de rebeldía por las medidas adoptadas por el alto mando institucional en
su contra, así como también, un intento desesperado de los oficiales involucrados
desde sus orígenes en la operación por expresar el malestar del Ejército contra el
gobierno de la UP.

432 Junto a ello existía malestar porque el reemplazante de Souper no pertenecía al arma blindada. En efecto, Domic era oficial de
inteligencia militar. Por otro lado, los informes del SIM revelan que en el origen del movimiento el Comandante Souper no había sido
considerado por la oficialidad que participó en la planificación del “putsch”. El liderazgo que apreció ejerciendo éste el 29 de junio fue
producto de una larga sesión de convencimiento en la que los oficiales complotados capitalizaron la frustración de su Souper por
haber sido removido del regimiento que comandaba.
433 Estos oficiales procedieron a cargar una camioneta con seis ametralladoras, dos mil tiros y otras armas, la que fue entregada al

hermano del Teniente Gasset que era Patria y Libertad, quien vestido de uniforme se llevó el cargamento junto a dos civiles. El
coronel Domic recuerda que recurrió a sus contactos en Patria y Libertad (su hermano Jurak) para que el armamento fuera devuelto,
hecho que se materializó días más tarde en las cercanías de la Escuela Militar. ENTREVISTA Coronel Uros Domic 15/09/96.
434 El grupo que quedó a cargo del cuartel estuvo dirigido por el teniente López. La unidad blindada que se dirigió al Ministerio de

Defensa fue encabezada por el Teniente Molina y tuvo como misión rescatar al capitán Sergio Rocha, tarea que se llevó a cabo
entrando un tanque al Ministerio de Defensa. El grupo que fue a La Moneda estuvo dirigido por el Comandante Souper. EN: Relación
de los hechos. Op cit.
435 Tan aventurera fue la acción de Souper que ni siquiera contaba con aprovisionamiento de combustible para los tanques. La prensa

de la época fotografió un tanque echando combustible en una bencinera, imagen que circuló por el mundo entero, buscando ridiculizar
la acción. En relación a la operación militar de sofocamiento VER: Prats; Carlos. Op cit. Págs. 417-422.-
436 La UP preparó para esa tarde una concentración de apoyo a Allende y a las Fuerzas Armadas que habían abortado el complot. La

imagen de los tres Comandantes en Jefe de las FFAA en el balcón de La Moneda, y que la prensa de época bautizó como “el
balconazo” causó un profundo malestar en las respectivas filas institucionales, que motivó la creación de una instancia de diálogo
interinstitucional que fue conocida más tarde como “La Reunión de los 15”.. Para conocer de talles de este malestar VER: Huerta;
Ismael. Op cit. Tomo II. Págs. 43. Pinochet; Augusto. Op cit. Pág 99.

121

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

En efecto, el Ejército y Carabineros eran considerados por la UP como las


fuerzas más leales a su gestión gubernamental. En este sentido la oficialidad media
del Regimiento Blindado Nº 2 buscó dos objetivos a través de esta operación. En
primer lugar, enviar un mensaje de malestar a su alto mando institucional y de
disposición de este estamento de derrocar al gobierno de la UP. Y en segundo
lugar, se buscó un pretexto para que Salvador Allende llamara a retiro al general
Prats por no haber detenido a tiempo esta acción conspirativa, abriéndose de
esta forma la posibilidad de que el Ejército lo asumiera un comandante en jefe
dispuesto a liderar un movimiento militar.437
El rápido sofocamiento de la operación militar se explica por la
descoordinación del movimiento con las otras unidades que originalmente
participarían, así como también, por el peligro que significó para el alto mando de
las Fuerzas Armadas, que ya venía preparando una operación militar contra la UP,
que Salvador Allende sospechara de la fidelidad de los uniformados ante una
actitud titubeante de éstos frente al movimiento de Souper.438
Desde este punto de vista podríamos decir que la visión democrática de la
Fuerzas Armadas estaba prácticamente derrotada en junio de 1973. Como ya lo
señaláramos las actitudes constitucionalistas con que la UP interpretó el
sofocamiento de la operación y la nula adhesión que esta generó, respondieron a
razones diferentes y que en el fondo se vinculaban a la estrategia que buscaba
deponer al gobierno.
Por otro lado, es posible aseverar que hacia este período la oficialidad, y en
especial los altos mandos institucionales, estaban divididos en dos grupos. Uno
mayoritariamente anti-UP que venía coordinándose desde marzo de 1973 para
generar un movimiento militar efectivo y monolítico. Y otro minoritario, cuya férrea
defensa del principio de sometimiento de las FF.AA al gobierno constituido los llevó
identificarse con él, sin que ello significara necesariamente una afiliación de dichos
uniformados a las ideas de izquierda. Sobre este fenómeno volveremos en el
próximo capítulo.

437 Los cálculos de los oficiales conspiradores no daban a Pinochet como un hombre leal a la “causa golpista”, sino más bien cercano
a la UP. Para los líderes del “putsch” hubiera sido ideal que se nombrara al general Ernesto Baeza Michelssen, que en ese entonces
era la cuarta antigüedad o al general Manuel Torres de la Cruz, quinta antigüedad en el Ejército y comprometido con la intervención.
438 Así lo explican los generales Arturo Viveros y Manuel Torres de la Cruz, quienes reconocen que en un primer momento la aventura

de Souper puso en peligro los planes que se estaban preparando desde los meses de marzo; abril de 1973. Pasado el peligro,
añaden los oficiales generales, pudimos sacar buenas lecciones de éste, como por ejemplo constatar el malestar de la oficialidad
media y baja que simbolizaran los oficiales del blindado, así como también, que la izquierda no contaba con una capacidad de
reacción como lo hacían creer los señores Altamirano y Enríquez. ENTREVISTA General Arturo Viveros A 04/08/96. ENTREVISTA
General Manuel Torres de la Cruz. 23/03/96.-

122

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

123

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Capítulo Sexto: “Llueve en Santiago: El 11 de Septiembre”.

Como lo señaláramos en el capítulo anterior, la intervención militar que


finalmente protagonizaron los uniformados el 11 de septiembre fue el resultado de
la presión de los sectores medios y jóvenes de las Fuerzas Armadas hacia sus
respectivos mandos, luego que éstos fueran cautivados por el discurso sedicioso
de un sector de la civilidad.
Junto a este hecho existieron “razones institucionales” a partir de las cuales
se creó el cuadro propicio para que muchos uniformados reafirmaran sus
intenciones de deponer al gobierno. En este sentido no es aventurado señalar que
tras el Paro de Octubre de 1972 la condicionada relación civil-militar que se
registró bajo el gobierno de la UP, comenzó a mostrar síntomas de deterioro que se
expresaron en una serie de hechos y circunstancias que terminaron por
institucionalizar la opción intervencionista.
En este sentido la validez del marco legal en el que descansaba el
sometimiento de los militares al poder civil, la crisis económica que afectó al país a
partir de 1972 que impidió la materialización de proyectos institucionales y la
incorporación de las Fuerzas Armadas al gobierno que trastocaron el perfil de
comandante en jefe surgido tras el “Tacnazo”, fueron los principales hechos que
gatillaron el cuestionamiento institucional al gobierno de la UP.
En el presente capítulo intentaremos reconstituir el quiebre que se registró
en las relación civil-militar bajo el último año de gobierno de la UP, así como
también, establecer los vínculos de la crítica que dieron a conocer los uniformados
con los postulados de la DSN, que se transformó en el principio eje a partir del cual
los uniformados construyeron más tarde la vigente relación civil-militar.
En este mismo sentido, interesante resulta además reconstruir la
conspiración militar que desencadenó el 11 de septiembre. A través de ella
podemos graficar los planteamientos de orden teórico que surgen del análisis del
quiebre de las relación civil-militar, así como también, conocer los entretelones de
un hecho político de trascendencia que aún, después de veintiocho años,
presenta una serie de interpretaciones erróneas.
La hipótesis que orientará nuestra investigación en el presente capítulo se
relaciona con la idea de que detrás del 11 de septiembre hubo razones de índole
institucional que se vinculan a nociones castrenses que se desprenden de la
llamada Doctrina de Seguridad Nacional.

a) La Fronda Militar:

En las variadas entrevistas sostenidas con los uniformados que


protagonizaron el 11 de septiembre, una de las preguntas constante que se
formuló estuvo orientada a conocer las motivaciones que los llevaron a participar
de tal movimiento militar. En sus líneas centrales los uniformados recuerdan el
desorden callejero, la impunidad de los delitos cometidos por militantes de

124

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

izquierda, el desabastecimiento económico y el clamor de la clase política. En


relación a este último punto el general Manuel Torres de la Cruz señala que “...el 11
de septiembre fue fruto del clamor de los políticos. Estos son muy amnésicos. Hay
un señor llamado Patricio Aylwin que fue Presidente del Senado que junto a otros
caballeros fueron poco menos que de rodillas a implorar la participación de las
Fuerzas Armadas para derrocar al señor Allende...” 439
Desde el punto de vista político tenemos razones de seguridad nacional
que señalan el peligro por el que atravesó el país tras la experiencia de la UP. En
este sentido los uniformados recuerdan los miles de extranjeros cubanos
avecindados en Chile, la impunidad de las acciones terroristas de la izquierda y la
preparación de un plan de exterminio del Estado chileno más conocido como el
“Plan Zeta”.440
Junto a este aspecto los uniformados también hacen alusión a la ilegalidad
de muchas acciones que emprendió el gobierno de la UP y que terminaron por
quebrar el Estado de Derecho. En este sentido las declaraciones de
inconstitucionalidad que emitiera el Poder Judicial, la Contraloría General de la
República y la Cámara de Diputados, son los elementos a partir de los cuales los
militares validan su intervención el 11 de septiembre.
Por otro lado, la debacle económica en la que terminó el gobierno de
Allende, aparece como otra de las motivaciones que llevaron a los uniformados a
poner fin a la experiencia socialista. En este sentido los oficiales consultados
señalan razones de índole más bien familiar y recuerdan las penurias por las que
debieron pasar sus parientes y muchas veces ellos mismos ante la escasez de
productos en el mercado.441
Como se desprende de estas respuestas, los uniformados consultados no
señalan razones de índole institucional en lo que se refiere a la materialización de
la intervención militar de 1973. Sin embargo, si indagamos en ellas podremos
encontrar algunas ideas a partir de las cuales reconstruir motivaciones de esta
naturaleza que estuvieron detrás del 11 de septiembre, y que se constituyeron en
los elementos coyunturales que animaron el espíritu frondista de las Fuerzas
Armadas.
Con la finalidad de conocer las motivaciones de carácter profesional,
tenemos que comenzar por descubrir los puntos de quiebre que se registraron en
la relación civil-militar bajo el gobierno de la UP. En este sentido conviene recordar
que la relación UP-Fuerzas Armadas versó en tres puntos básicos. 442
En primer lugar, las Fuerzas Armadas, desde que asumió Salvador Allende,
fueron claras en señalar que el sometimiento castrense al poder civil representado
por el gobierno de izquierda se fundaba en principios legales presentes en la Carta

439 El general Torres añade. “Ellos declararon al señor Allende inconstitucional, y esto no es cosa mía, están las actas del congreso.”
ENTREVISTA General Manuel Torres de la Cruz. 23/03/95.-
440 Mayores antecedentes acerca de este plan EN: El libro blanco del cambio de gobierno en chile. Secretaría General de Gobierno

1974.
441 Esta situación se expresó en presiones familiares hacia los uniformados. Estos últimos recuerdan que era prácticamente habitual

que en reuniones familiares se les preguntara cuándo iban actuar, añadiendo las penurias por las que debían pasar. En este mismo
sentido, era habitual que muchos oficiales encontraran maíz en sus jardines. Señalándoles con ello que eran gallinas e incapaces de
tomar una resolución. En relación a los efectos de este tipo de presiones en el ánimo de los uniformados ver el interesante trabajo de
North; Liisa. Op cit. Pág. 75.
442 Una exposición más detallada de esta problemática en capítulo quinto de este trabajo.

125

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Fundamental de 1925. Este énfasis jurídico con que los uniformados interpretaron su
sometimiento al gobierno, buscó tranquilizar los ánimos de muchos militares que se
sentían incómodos con la izquierda.
En segundo lugar, el carácter permanente de las instituciones de la defensa
debía garantizarse a partir de una exigente política presupuestaria que facilitara el
desempeño profesional y modernizara el obsoleto material e infraestructura de las
Fuerzas Armadas.
Y por último, como una forma de asegurar estos principios, la figura del
Comandante en Jefe fue dotada de mayor autonomía en lo referente a la
administración de sus respectivas instituciones.
Si bien es cierto que el sometimiento de las Fuerzas Armadas al poder civil
históricamente se ha expresado en normas legales que definen el
comportamiento de los uniformados, no deja de ser menos cierto que bajo el
gobierno de la UP los Comandantes en Jefes institucionales tuvieron que recordar
a sus subalternos las normas en las que descansaba su comportamiento
profesional. El énfasis jurídico que las Fuerzas Armadas rescatan, primero para
justificar ante aquellos sectores civiles su carácter apolítico y obediente a las
normas legales en la elección de 1970,443 y más tarde, para mantener la
cohesión institucional una vez que Allende asumió el gobierno, se constituyeron en
una nueva realidad que aclaró las pautas de relación civil-militar entonces
vigente.
En este sentido el sociólogo Augusto Varas sostiene que el sometimiento de
las Fuerzas Armadas chilenas al poder civil durante la llamada República
Presidencial (1932-1973) fue meramente formal, fundado en principios legales que
carecieron de una adhesión internalizada por parte de las instituciones castrenses
en torno a los principios a los que la Carta Fundamental del ´25 les señalaba. 444
En efecto, la aclaración que muchos jefes militares realizaron a sus
subalternos en el sentido de que el sometimiento de las Fuerzas Armadas era a la
ley y no al gobierno UP, descansaba en diferencias ideológicas que buscaron
mantener intacto el perfil profesional y el distanciamiento del gobierno que
muchos uniformados necesitaban reafirmar. Desde este punto de vista, el
sometimiento castrense quedó sujeto a la legalidad y al respeto de ésta que
tuvieran los restantes sectores de la sociedad. 445
En este último sentido, bajo el gobierno de la UP, diferentes sectores político-
sociales, abogando razones diversas, buscaron deslegitimar el marco legal
entonces vigente. Para la oposición resultaba fundamental desprestigiar el marco
legal para arrastrar a las Fuerzas Armadas a la intervención. En este mismo sentido,
para la izquierda anti-sistémica era necesario terminar con la estructura legal
burguesa a fin de profundizar en las transformaciones iniciadas por la UP446 En

443 Al respecto recordemos la posición que caracterizó a los uniformados durante el período en que fue Comandante en Jefe del
Ejército al general Schneider. Mayores antecedentes acerca de este fenómeno en capítulo cuarto de este trabajo.
444 El desarrollo de esta tesis EN: Varas; Augusto et al. Op cit.
445En este sentido, aclarador resulta el comentario que anota el general Carlos Prats en sus “Memorias” cuando recuerda una

entrevista sostenida con el general Bonilla en la que éste le reprocha que “...a las Fuerzas Armadas corresponde no sólo respetar la
Constitución, sino hacerla respetar.” Este comentario fue vertido por Bonilla en octubre e 1972, cuando la situación interna en el país
recién comenzaba a tomar ribetes de crisis. EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 290.
446 Para tener una visión de la postura de la derecha véase: Revista Patria y Libertad. (Editoriales) “La Otra Mascarada del

oficialismo.” año I nº 22 Pág. 2; “En Medio de la Crisis.” año I nº 20; “ El Gobierno solo se sustenta en el Poder de las FF.AA”. año I nº

126

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

este contexto, el sometimiento de las Fuerzas Armadas dejó de tener sentido para
muchos uniformados, quienes guiados por sus concepciones ideológicas iniciaron
un movimiento tendiente a derrocar al gobierno.447
En este contexto de cuestionamiento del sometimiento de las Fuerzas
Armadas a la civilidad, muchos oficiales hicieron suyas otras interpretaciones
entorno a la sujeción del poder militar al poder civil que emanaban de la llamada
Doctrina Schneider, lo que nos permite evidenciar la identificación de estos
uniformados con estos sectores políticos. Al respecto el almirante Ismael Huerta
anota en sus Memorias las siguientes conjeturas: “...¿ quién representa al poder
civil?. ¿ Es sólo el Poder Ejecutivo?. Evidentemente que no; el poder civil está
conformado por todos los poderes del estado...(aunque) al paso que vamos,
impávidos e indiferentes, nos dirigimos a convertirnos en instrumento del
Ejecutivo...Fuerzas Armadas al servicio exclusivo del Poder Ejecutivo terminan por
convertirse en guardia pretoriana...Acá vale la “Doctrina Schneider” cuando
señala que las Fuerzas Armadas se deben al Estado-Nación.” 448
Otro punto de quiebre que obstaculizó la relación Fuerzas Armadas-UP se
vinculó a las dificultades que encontró la administración de la izquierda para
responder a las necesidades militares. En este sentido, sostenemos que el
embargo económico norteamericano a nuestro país se expresó en dificultades
crediticias, que reintrodujeron en los cuarteles la problemática corporativa con las
consiguientes secuelas de frustración profesional y personal en los uniformados. La
angustia castrense se acentuó por efecto de las expectativas que se habían
generado en torno a la histórica coincidencia de objetivos con la comunidad civil,
así como también, por efecto del desorden generalizado que se desencadenó
después del Paro de Octubre de 1972, cuya máxima expresión fue el
desabastecimiento del mercado chileno.449
En relación a las dificultades crediticias el general Carlos Prats relata una
serie de situaciones de orden diplomático a través de las cuales se buscaron
diversas soluciones a las amenazas de corte de suministro de material de guerra
por parte del Pentágono, que se inscribían en la Nueva Política Económica que el

27 y el artículo “Por el Control de las Mayorías.” año nº 22 Pág. 2. El Mercurio. (Editoriales) “La Crisis Institucional.” 16/07/72. Pág. 2 y
“El Fraude a la Constitución.” 11/10/72 Pág. 2. En relación a la izquierda véase: Revista Punto Final. “Lucha de Clases y Poder
Revolucionario.” 03/07/73. Pág. 4-5; “Que el Gobierno Dialogue con los Trabajadores.” 31/07/73. Págs. 4-7. Revista Chile Hoy. “La
Izquierda después del golpe.” nº 57, semana del 13-19 de julio de 1973 Págs. 6-8.
447 Al respecto el general Arturo Yovane recuerda que “...Carabineros fue la institución que sufrió más fuertemente los abusos a la

Constitución y la ley. El escaso personal estaba limitado a ciertas circunstancias. Por un lado tenían una orden judicial que cumplir y
por otro lado se nos presentaban limitantes por parte de la autoridad administrativa, llegándose al absurdo de que antes de dar
cumplimiento a una orden judicial teníamos que pedirle autorización al Intendente, al Gobernador o Sub-Delegado.” ENTREVISTA
General Arturo Yovane Z. 24/11/96.-
448 Huerta; Ismael. Op cit. Tomo II. Pág 38. La similitud de estas ideas con las que publicaba por esa misma época la Revista Patria

y Libertad es impresionante. Al respecto el citado medio de comunicación realizó un “rescate del verdadero pensamiento del general
Schneider” en el que concluyen que “las Fuerzas Armadas y de Orden en Chile son eminentemente profesionales y no políticas,
constituyen un factor de garantía respecto del fiel y justo cumplimiento del sistema legal. Se hallan al servicio de la Nación más que
del Estado, porque lo primero es lo permanente y lo segundo lo transitorio. Deben actuar siempre que se quebrante el orden legal
para restablecerlo o en caso de una grave anormalidad nacional.” EN: Revista Patria y Libertad. Año I nº 17. Pág 7. En otro artículo
aparecido más tarde añaden: “Al defender el Derecho, las Fuerzas Armadas se defienden a sí mismas, no sólo porque son
integrantes del cuerpo defendido, sino porque al suprimirse la norma jurídica que las creó y las mantiene, terminaría su propia vida
legal. Ya sabemos lo que la fuerza sin ley significa.” EN: Revista Patria y Libertad Año I nº 18. Pág. 4
449 En el capítulo quinto de este trabajo hicimos referencia a la coincidencia que se produce entre los intereses militares y civiles al

asumir el gobierno Salvador Allende.

127

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Presidente Nixon declaró a todos aquellos países que habían afectado los
intereses de los inversionistas norteamericanos tras los procesos de
expropiación.450
La problemática de fondo que buscó desencadenar EEUU con esta medida
fue provocar la oposición de la oficialidad chilena a una eventual dependencia
económica y militar de la URSS. En este sentido, los estrategas norteamericanos
estaban ciertos de dos cosas. En primer lugar, de que el gobierno de la UP
propiciaría un entendimiento de las Fuerzas Armadas con la Unión Soviética o de
Europa oriental en materia de suministro de material de guerra por las ventajas
crediticias que entregaban estos bloques al gobierno de Chile. Y en segundo
lugar, que los militares educados bajo los preceptos de la DSN verían este hecho
como una materialización de los intentos expansionistas del comunismo
internacional, confirmándose de esta forma para los uniformados las verdaderas
intenciones que perseguía la UP.451
En efecto, la UP propició un acercamiento de las Fuerzas Armadas chilenas
a los mercados socialistas. Al respecto el general Prats relata en sus “Memorias”
variados encuentros en los que se evaluó una posible apertura hacia estos
mercados, topándose en “...la trascendencia de los factores psicológicos
implícitos en un compromiso de connotaciones políticas internas e internacionales

450 Sin embargo, la ayuda militar que los Estados Unidos venía entregando a las Fuerzas Armadas chilenas no sufrió grandes
variaciones bajo el gobierno de la UP. Las amenazas de un eventual corte de suministro no se llevaron a cabo y sólo buscaron
despertar animosidades entre el gobierno y los militares. Para tener una idea más aproximada de este tema reproducimos parte de un
cuadro comparativo que aparece en el trabajo de Arturo Valenzuela y cuya fuente son sesiones del Senado norteamericano. EN:
Valenzuela; Arturo. Op cit. Pág. 222.
----------------------------------------------------------------------------------------------
Año Asistencia Militar Ventas Militares
----------------------------------------------------------------------------------------------
1966 8.366.000 1.490.000
1967 4.766.000 1.690.000
1968 7.507.000 2.100.000
1969 2.662.000 2.147.000
1970 1.966.000 9.450.000
1971 1.033.000 2.958.000
1972 2.227.000 4.583.000
1973 918.000 2.242.000

451 Hacia el año 1973 una importante cantidad de uniformados había recibido instrucción norteamericana, por lo que al Pentágono
sólo le bastaba crear las circunstancias a partir de las cuales gatillar los conocimientos entregados. El boicot de los créditos del
Foreing Military Sales llevaría al gobierno de la UP a insistir en la alternativa del Mercado Socialista, lo que generaría serias
resistencias al interior de la oficialidad. Si bien es cierto que por razones de seguridad los uniformados son reacios a dar cifras
respecto a número de oficiales instruidos en centros extranjeros, así como también el tipo y las cantidades de armamento y pertrechos
que adquieren del extranjero, el general Carlos Prats anota en sus Memorias el siguiente estudio realizado por la Oficina de Asuntos
Políticos del Departamento de Estado del gobierno de los EE.UU. en materia de ayuda militar. En él se establece en Latinoamérica se
ha invertido aproximadamente entre 1967 y 1972 unos 1.700 millones de dólares ...de los cuales el 97% corresponden a compras
efectuadas por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela...” EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 387. El citado estudio de
Arturo Valenzuela parece dar mayores luces en torno a las cantidades de oficiales que recibieron instrucción militar por parte de
militares norteamericanos. Entre 1966 y 1973 el número de oficiales chilenos que se sometió a estos entrenamientos alcanzó a los
1.182, siendo curiosamente 1973 el año que registra una importante alza llegando a los 257 oficiales. EN: Valenzuela; Arturo. Op cit.
Pág 222.

128

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

y nos preocupan las complicaciones logísticas de mantener una larga técnica de


suministro de repuestos y reposición de consumos.” 452
En este mismo sentido la coherente política militar de la UP comenzó a sufrir
duros reveses por efecto de la crisis económica que se desató en 1972. Al
respecto, el general Carlos Prats anota en sus citadas “Memorias” los esfuerzos que
realizó el gobierno de la UP por no afectar la ejecución del Plan Regulador de
Ejército en Paz que el Estado Mayor institucional había ideado con miras a
modernizar esta institución militar.453 En este sentido, Prats puntualiza los esfuerzos
que realizó el gobierno por no perjudicar el presupuesto del Ejército en moneda
nacional, destinado fundamentalmente para el desarrollo de la infraestructura
militar y social, no logrando resultados positivos en lo que concierne al presupuesto
en moneda extranjera, destinado fundamentalmente a la adquisición de material
de guerra.454
En este último sentido la situación se tornó preocupante para el Ejército en
particular y para las Fuerzas Armadas en general, debido al desequilibrio bélico
que había introducido en la región el Perú, quien accedió al suministro de armas
del mercado socialista, modernizando su armamento y minimizando con ello la
capacidad operativa de las fuerzas chilenas. Más adelante, la cercanía
ideológica del gobierno peruano con el de Salvador Allende, hizo suponer a
muchos uniformados una posible reacción peruana en favor de la UP, por lo que
la frontera norte fue doblemente vigilada después del 11 de septiembre. Al
respecto el general Arturo Viveros sostiene que al tomarse la decisión de intervenir,
ésta fue una de las grandes preocupaciones de las Fuerzas Armadas. En este
sentido Viveros recuerda que el general Carlos Forestier y el coronel Odlanier
Mena debieron prestar un especial cuidado a nuestra frontera norte.455
En materia interna, si bien es cierto que los recuerdos del general Prats nos
sugieren que el presupuesto canjeable en moneda nacional no sufrió fuertes
variaciones bajo el gobierno de la UP, ello no significa que no haya habido
imponderables surgidos a raíz del desabastecimiento que afectó a nuestra
economía. Al respecto, el Comandante de Infraestructura del Ejército, general
Ernesto Baeza Michelssen recuerda que para la construcción del ala norte del
Hospital Militar, “...hubo que pedir fierro al Metro por que no había posibilidad de
conseguir en el mercado.”456
Los problemas presupuestarios que vivió el Ejército bajo el gobierno de la UP
son también homologables a los que vivenciaron, en mayor o menor medida, las
restantes ramas de las Fuerzas Armadas bajo la mencionada administración. 457
En efecto, los oficiales consultados de la Armada y la Fuerza Aérea recuerdan que

452 Sin lugar a dudas que con estas palabras el general Prats suaviza la resistencia que se generó en los cuarteles ante la posibilidad
de que las Fuerzas Armadas en general y el Ejército en particular pasaran a depender de un mercado y órbita ideológica alejada de
las cosmovisiones militares chilenas. EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 219.
453 Detalles en torno a este Plan en capítulo quinto de este trabajo.
454 En la página 250 de sus Memorias el general Carlos Prats expone esta problemática.
455 Los oficiales nombrados por Viveros se encontraban a cargo de la Provincia de Tarapacá y el Departamento de Arica

respectivamente en septiembre de 1973. ENTREVISTA General Arturo Viveros Ávila. 04/08/95.-


456 ENTREVISTA General Ernesto Baeza Michelssen 12/08/95.-
457 La diferencia que hacemos al referirnos a las restantes ramas de las Fuerzas Armadas son sugeridas por el general Carlos Prats

en sus Memorias, quien es insistente en señalar las diferencias presupuestarias y crediticias que benefician a cada institución, siendo
el Ejército, por su magnitud, el más perjudicado.

129

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

bajo el gobierno de la UP en sus instituciones se registraron profundas carencias en


materia de infraestructura militar, siendo más profundas estas dificultades en lo se
llama infraestructura social, vinculada fundamentalmente a la falta de fondos y
materiales para la construcción de viviendas, modernización de centros médicos,
etc.
Sin lugar a dudas que el desabastecimiento que afectó al mercado chileno
durante la crisis de 1972 es otro de los argumentos esgrimidos por los uniformados.
En este sentido, los oficiales consultados recuerdan la impotencia que sentían al
ver las dificultades que encontraban sus padres y hermanos para conseguir
alimentos, que por no ser uniformados, no accedían a la canasta básica de
alimentos que entregaba el gobierno.458
A partir de las dificultades financieras que encontró la UP para responder
satisfactoriamente a las necesidades militares, es comprensible la proyección en el
tiempo que muchos uniformados realizan en torno a la escasa preocupación de
la civilidad por las demandas castrenses. En este sentido el general Washington
Carrasco, cuando recuerda las relaciones de la UP con el Ejército señala que “...el
gobierno de Allende aparentaba ser muy partidario de las Fuerzas Armadas pero
era puro teatro.”459
Por último, un tercer aspecto a partir del cual se quebró la relación civil-
militar en 1973 se vincula al perfil del Comandante en Jefe. Al respecto conviene
recordar que tras el “Tacnazo” emergió en las Fuerzas Armadas un jefe castrense
ejecutivo cuyo norte era responder eficientemente a las necesidades e intereses
institucionales, para lo cual le era conveniente mantener una cierta distancia de
los círculos políticos que le permitieran exigir y defender las demandas
corporativas.
Este perfil de comandante en jefe se fortaleció tras el triunfo de la UP. En
efecto, la necesidad de aclarar los grados de sometimiento militar al poder civil y
la exigente política presupuestaria que garantizaba el eficiente desempeño de las
Fuerzas Armadas, requirieron más que nunca un jefe militar de esas características.
Este perfil de comandante en jefe se vio, sin embargo, trastocado bajo el
gobierno de la UP. La crisis desatada a partir de 1972 llevó en dos oportunidades a
los jefes militares a desempeñar cargos de gobierno como Ministros de Estado, lo
que fue interpretado por la oposición y más tarde por los propios uniformados
como un apoyo de las Fuerzas Armadas al gobierno de la UP.
El primer gabinete cívico-militar se inició el 01 de noviembre de 1972 y se
prolongó hasta 27 de marzo de 1973. El segundo gabinete se prolongó entre el 09
de agosto y el 23 del mismo mes. Interesante resulta revisar la campaña
periodística que realizó la oposición cada vez que el gobierno recurrió a esta
fórmula. Al respecto, el entonces Presidente del Senado, Eduardo Frei, declaraba
a la prensa el 17 de agosto del año ´73 “Este gobierno ha llevado al país a una

458 Esta situación parece haber sido más dura en la oficialidad joven y media, por lo menos eso revelan las entrevistas sostenidas con
oficiales que se desempeñaron en tales estamentos hacia este período.
459 Al respecto el general Washington Carrasco añade que en una oportunidad fue a entrevistarse con un funcionario de la UP para

ver la posibilidad de financiar una obra del Ejército. En tal encuentro el funcionario de gobierno en vez de tramitar la solicitud o
recortar la suma pedida, le ofreció más dinero del que se solicitaba. Sin embargo, continúa Carrasco, los fondos nunca aparecieron, lo
que explica que la buena voluntad de la UP con los militares era solo aparente. ENTREVISTA General Washington Carrasco
18/07/95.

130

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

catástrofe, y ahora, con un golpe de habilidad y de audacia, utiliza a las Fuerzas


Armadas para que se hagan cargo de este desastre y tengan que afrontar las
consecuencias de una política funesta, en la cual no les cabe responsabilidad
alguna.”460
La resistencia que comenzaron a expresar las instituciones de la defensa
hacia estas medidas de emergencia adoptadas por el gobierno, obedecían más
bien a razones de índole ideológico al aparecer las Fuerzas Armadas participando
de un gobierno lejano a sus concepciones.
En este sentido la necesidad que tuvo la UP de incorporar a las Fueras
Armadas al gobierno como una forma de entregar, primero confianza a la
oposición y más tarde, para evitar el golpe de estado, vino a desperfilar la noción
de jefe militar antes descrita. El involucramiento de los jefes militares con los
objetivos que persiguió el Presidente Allende, tras la incorporación de las Fuerzas
Armadas al gobierno, no fue entendida por sus subalternos, quienes exigían un
Comandante en Jefe comprometido con las inquietudes predominantes en la
institución, las que se alejaban de los objetivos que buscaban materializar los jefes
militares.
La claridad con que el general Carlos Prats anota en sus “Memorias” las
intenciones de buscar una salida pacífica al conflicto político de 1973, y el rol
garantizador que desempeñarían en ella las Fuerzas Armadas, no fue entendida
por sus subalternos, quienes a ese período estaban compenetrados con la idea de
intervenir en política no para continuar con el gobierno y el modelo democrático
que lo sustentaba, sino para derrocarlo e inaugurar una “nueva era” política en
Chile. El involucramiento que demostró el general Prats con la posibilidad de que
las Fuerzas Armadas colaboraran en crear las condiciones para el entendimiento
con la DC, arrancaba de las diversas solicitudes que expresó este partido en ese
sentido, para quienes hubiese resultado ideal que Allende nombrara sólo a
uniformados como Ministros de Estado con el fin de garantizarles una rectificación
de la política de gobierno 461
Al respecto, aclarador resulta presentar la “Primera Sesión de Estudio de los
Mandos Medios” de la Armada, que en sus líneas centrales, señala una serie de
hechos que buscaron constatar el clima de ilegalidad que vivía el país, poniendo
énfasis en la incapacidad del alto mando por hacer variar la política
gubernamental que ha generado“...un clima de frustración y desconcierto en
toda la institución y en el país...Por lo que exigían una pronta definición del alto
mando tendiente a oponerse a la dictadura marxista.” 462

460 Con el fin de conocer mayores detalles en torno a estas campañas VER: Diario El Mercurio. 17/08/73 Cuerpo A Pág 1. En una de
las editoriales de la Revista Patria y Libertad se puede leer: “ El aparato militar se ha transformado junto a los partidos Comunista y
Socialista en los únicos sostenedores de esta política represiva y contraria a la libertad...los nacionalista, al parecer, estábamos
equivocados cuando creíamos que aquellas reservas morales de Chile se mantendrían fieles a una doctrina que hoy ha pasado al
recuerdo...Si no tenemos éxito, a pesar del heroico comportamiento de los gremios y partidos políticos democráticos, es porque las
Fuerzas Armadas respaldan incondicionalmente al gobierno...” Revista Patria y Libertad, Año I nº 27. Pág 2.
461El nombramiento de un gabinete militar hubiera significado un “golpe blando” que congelaría el programa de la UP hasta la creación

de mejores condiciones político-sociales. Esta estrategia anuladora del gobierno de Allende fue conocida con el nombre de
“Operación Reina Isabel”. Este sentido habría que señalar que la postura que caracterizó a la DC frente a la participación de los
militares en el gabinete es ambigua. Por un lado la pedían y cuando ella se concretaba la criticaban a través de los medios de prensa.
462. El documento que nos presenta el almirante Huerta en sus Memorias tiene fecha de envío por correo el 23 de julio del año ´73, lo

que nos permite inferir que hacia ese período aún no existía una coordinación entre las oficialidades (media y alta) comprometidas
en el golpe. EN: Huerta; Ismael. Op. cit .Tomo II. Págs. 61-62.

131

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

A partir de lo anterior es factible comprender las diferentes discusiones que


se registraron entre los Comandantes en Jefes y sus subalternos en los consejos de
generales o almirantes. Al respecto el general Carlos Prats anota en sus
“Memorias” las diferencias de apreciación que se comenzaron a registrar en los
consejos de generales. Por nombrar algunas de ellas: en el Consejo de Generales
del 25 de Junio de 1973 Prats anota: “Extrañamente, interviene el general Sergio
Arellano Stark, que normalmente mantenía silencio en estas reuniones oficiales, y
expresa que tampoco debe aceptarse que un militar sea Ministro de Defensa
Nacional” haciendo referencia a su persona. En este mismo sentido los almirantes
Merino y Huerta exponen en sus Memorias situaciones similares que afectaron al
almirante Montero463
Otro aspecto a partir del cual es posible evidenciar las diferencias entre los
Comandantes Constitucionalistas y la oficialidad comprometida con la
intervención militar es el “hostigamiento” institucional y periodístico que se registró
hacia aquellos comandantes que no “rectificaron” su accionar a los intereses y
objetivos que perseguían un importante número de uniformados.
Al respecto emblemático resulta el asedio intra y extra institucional que
afectó al general Carlos Prats. En sus citadas “Memorias” deja testimonio de una
serie de hechos y estrategias a partir de los cuales se buscó su salida de la
institución, tales como los comentarios de los Generales en los consejos, el “Tiroteo
en La Costanera” y la afrenta de las mujeres de la que víctima el 21 de agosto.
Estas dos últimas464, señala el coronel Ossandón, fueron las que lograron
desestabilizar emocionalmente a Prats, logrando con ello sus artífices su renuncia a
la Comandancia en Jefe del Ejército el 22 de agosto.465
Las motivaciones de índole institucional aquí revisadas y las experiencias de
orden familiar que vivieron los uniformados466 parecen haber sido las precipitantes

463 Prats; Carlos. Op cit. Pág 411. Situaciones similares pasó el almirante Montero. Al respecto Ismael Huerta nos relata una ellas
cuan señala en el consejo naval del 24 de agosto le correspondió comunicarle a Montero la posición de los demás almirantes en
torno a su desempeño, en relación a la conveniencia de que dejara el cargo. “...el almirante, que había escuchado pacientemente el
exordio, fue poniendo ceño adusto a medida a medida que expuse mis argumentos en presencia de los demás almirantes. Cuando
llegué al punto culminante de su retiro, se puso de pié iracundo y levantó la sesión.” EN: Huerta; Ismael. Op cit Tomo II. Pág. 85.
464 En relación al hecho ocurrido en La Costanera así lo expone el general Prats en sus Memorias: “El miércoles 27 de junio...a las

15:00 horas salgo con mi chofer de la residencia de los Comandantes en Jefe...rumbo al Ministerio...en el cruce con avenida Vitacura
advierto que dos o tres automóviles nos sobrepasan con personas que me hacen gestos obscenos y me lanzan groserías...Al cruzar
Vitacura...se aproxima por la derecha una “renoleta” roja con dos personas. La que conducía se dedicaba a sacarme la lengua y
hacerme gestos con las manos, mientras su acompañante se ríe y pronuncia frases evidentemente groseras... ante la insistencia de
los gestos tomo el revólver y le apunto por la ventanilla, diciéndole que se detenga a darme explicaciones. Hasta ese momento
estaba plenamente de que se trataba de hombres. Como en lugar de detenerse, insisten...bajo el arma hacia el tapabarro... y disparo.
De inmediato se detienen. Sólo en ese momento advierto que la persona que conduce es una mujer. Doy explicaciones y pido
excusas. Ella entretanto me pide nerviosamente perdón... a los pocos segundos me veo rodeado de conductores que bloquean mi
automóvil...y me insultan gritando que yo había querido matar a una mujer ...en menos tres minutos llegan periodistas y fotógrafos.”
Prats; Carlos: Op cit. Pág 414-415. En relación a la protesta de las mujeres frente a su domicilio el 21 de agosto Prats anota:
“Despierto con un bullicio frente a mi domicilio. Mi mujer, muy impresionada, me dice que se han concentrado unas 300 mujeres que
piden que ella las reciba para entregarle una carta. Al observar, estupefacta, que participaban en la concentración varias esposas de
generales y jefes en servicio activo...muy pronto no son sólo mujeres...unas 1500 personas-hombres, mujeres y menores- profieren
toda clase de insultos.” Ibid. Págs. 476-477.
465 El coronel Carlos Ossandón, amigo del general Carlos Prats, asegura que la protesta de las mujeres, primero en La Costanera y

más tarde frente a su domicilio, despertaron en él un profundo sentimiento de frustración que terminó por agotar sus fuerzas para
seguir resistiendo a las presiones de las que fue objeto. Quienes compartieron con Prats (entre ellos sus compañeros de armas)
conocían su galantería y caballerosidad ante las mujeres, así como también, su debilidad frente a un desaire de éstas. ENTREVISTA
Coronel Carlos Ossandón 20/04/95.-
466 Nos referimos a presiones familiares, de amistades y al maíz depositado en los jardines o puertas de las casas de los uniformados.

132

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

en los uniformados y más tarde a las instituciones castrenses para planificar y


ejecutar la intervención militar. En la segunda parte de este capítulo, intentaremos
reconstituir las reuniones a partir de las cuales se comenzó a configurar la
operación de septiembre de 1973, pero antes conviene revisar un episodio a
través del cual intentaremos graficar el cuestionamiento que las Fuerzas Armadas
realizaron a la relación civil-militar que se registró bajo el gobierno de la UP. Nos
referimos a la renuncia del general César Ruiz Danyau a la Comandancia en Jefe
de la Fuerza Aérea el 20 de agosto de 1973.
A partir de lo anterior es factible afirmar que la “fronda militar” y el espíritu
que la animó fue gatillado bajo el gobierno de la UP por circunstancias
coyunturales. Por otro lado las llamadas motivaciones institucionales del 11 de
septiembre que hasta aquí hemos revisado fueron provocadas por una sociedad
civil en crisis que buscaba la destrucción del entonces sistema democrático.

b) La Aventura en el Bosque: El Caso Ruiz Danyau.

Como lo señaláramos en la primera parte de este capítulo, uno de los


aspectos que más molestó a las Fuerzas Armadas bajo el gobierno de la UP fue la
participación de jefes institucionales o oficiales-generales en cargos de gobierno.
Básicamente, la crítica de los afectados hacia esta práctica de la UP apuntaba a
las diferencias ideológicas que separaban a los uniformados de la izquierda y a la
falta de atención del Comandante en Jefe a las necesidades y aspiraciones de
la institución.
Esta crítica, que se dio a conocer a los respectivos jefes institucionales en los
consejos de generales y almirantes, cobró más fuerza una vez que el golpe logró
estructurarse tras el “Tancazo”.467 Los líderes del movimiento militar entendían de
que la única forma de asegurarse el éxito de la operación era comprometiendo a
los respectivos jefes institucionales,468 para lo cual resultaba fundamental
recuperar la imagen ejecutiva de Comandante en Jefe que había trastocado la
UP. Recordemos que el gobierno de Allende recurrió las Fuerzas Armadas con el
fin de dar gobernabilidad a su gestión, que se encontraba acosada por un bien
orquestada oposición. Como ya lo sostuviéramos, esta necesidad del gobierno
frustró uno de las condiciones que facilitó el sometimiento de las Fuerzas Armadas
al poder civil en 1970, viéndose éstas involucradas con un gobierno lejano a sus
concepciones ideológicas.469
En este contexto, la oficialidad de la Fuerza Aérea fue la única que logró
que su jefe institucional “rectificara” su comportamiento, ganándose éste la
simpatía y adhesión de la oficialidad pro-golpista de la FACH, que le dio a

467 Todos los oficiales-generales entrevistados para este trabajo recuerdan que en repetidas oportunidades le hicieron ver a sus
respectivos Jefes Institucionales el malestar que provocaba en las filas la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de
gobierno. Estas ideas se corroboran con los apuntes que dejaran el general Carlos Prats y el almirante Huerta en sus Memorias.
468 A partir de las experiencias pasadas los uniformados sabían que la única forma de asegurar el éxito de una operación militar era a

través de los respectivos Jefes Institucionales. La obediencia jerárquica era y es fuerte en las Fuerzas Armadas. Sólo algunos
oficiales-generales se atrevieron a desafiar a sus respectivos jefes.
469 En efecto, tras el Tacnazo de 1969, uno de las lecciones que quedó al interior del Ejército fue la de un perfil de Comandante en

Jefe más comprometido con las demandas institucionales, para lo cual era necesario mantener una cierta distancia con el gobierno
que permitiera exigir con más soltura dichas necesidades.

133

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

conocer el movimiento militar que se venía planificando desde el EMDN.470 Al


respecto el general de la Fuerza Aérea Francisco Herrera Latoja recuerda que tras
“...el Tancazo, César Ruiz autorizó a los generales de la FACH para conversar con
los almirantes en el quinto piso del edificio de las Fuerzas Armadas.” Siendo
habitual “...que le informáramos de todos los acuerdos adoptados en las reuniones
de los 15 ó en los clandestinos encuentros en Lo Curro.”471
Una vez que el movimiento militar tomó forma, la FACH pretendió
capitalizarlo a través de la figura del general César Ruiz. Al respecto Herrera
sostiene que en el mes de agosto la presión de la civilidad era cada vez más fuerte
y los deseos de la institución de ver a su líder encabezando este movimiento los
llevaron a precipitar el desenlace de su intervención.472 El argumento que
utilizaron para provocar la crisis con el gobierno fue la renuncia del general César
Ruiz al Ministerio de Transportes,473 lo que se traduciría en la petición de renuncia
a la Comandancia en Jefe de la institución por parte del Presidente Allende. A su
vez ello provocaría la renuncia simultánea de todos los generales de la FACH,
desencadenándose de esta forma la protesta de sus subalternos y de las demás
instituciones de la defensa.474
Este acuerdo nació de un encuentro de grupo de generales de la FACH
con César Ruiz el viernes 17 de agosto, día en que éste se presentó ante el
Presidente Allende con la renuncia a su cargo en el Ministerio de Transporte. El
desenlace que pretendieron provocar los oficiales-generales de la Fuerza Aérea
con este hecho no dio los resultados esperados. Allende logró convencer a César
Ruiz que renunciara voluntariamente al cargo de Comandante en Jefe de la
FACH, lo que invalidaba las intenciones de renuncia de la oficialidad y el
amotinamiento de sus subalternos. Al respecto, el general Francisco Herrera
recuerda que “...cuando llegué el sábado para los efectos de renunciar me
encontré que César Ruiz había renunciado y no lo habían echado, entonces
hicimos una composición de los hechos y llegamos a la conclusión de que nuestra
presentación a retiro le iba a dar el gusto a Allende, quien quedaría en libertad de
poner en nuestros puestos a quien quisiera.” De esta forma se abortó el plan que
se había ideado.475
Tras la renuncia de César Ruiz a la Comandancia en Jefe de la FACH y al
Ministerio de Transporte, el Presidente Allende buscó un reemplazante en el cuerpo
de generales de la Fuerza Aérea. El primer ofrecimiento de la jefatura de la FACH
recayó en el general Gabriel Von Schouwen, quien no aceptó la proposición
apelando que el parentesco que tenía con el líder del MIR afectaría aun más la
imagen del gobierno, optando finalmente Allende por nombrar al general

470 En efecto, el general Herrera confiesa que asistía a reuniones conspirativas con consentimiento del general César Ruiz.
471 La confianza que existió entre los oficiales conspiradores de la FACH con su jefe institucional se remontan a abril de 1973 producto
de los hechos del debate de la ENU. ENTREVISTA General Francisco Herrera L. 14/01/96.-
472 Hacia este período, el plan de golpe de estado que estaba coordinando el EMDN no tenía fecha prevista. Sólo se sabía que se

podía registrar entre los meses de septiembre y noviembre de 1973.


473 El general Ruiz Danyou ocupaba la cartera de transporte el 09 de agosto en un contexto de huelga de transportistas.
474 Esta era la idea a partir de la cual un grupo de oficiales de la FACH pretendió capitalizar los ánimos de los uniformados para

desencadenar el golpe de estado.


475 ENTREVISTA General Francisco Herrera L. 14/01/96.-

134

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Gustavo Leigh Guzmán,476 en la jefatura de la FACH quien recibió el mando de


manos del general Ruiz en la tarde del lunes 20 de agosto. 477
El inusual retardo de la ceremonia del cambio de mando en la FACH, cobró
síntomas de gravedad el domingo 19 de agosto cuando el general César Ruiz
asistió al programa televisivo “A esta hora se improvisa” con uniforme y no de civil
como corresponde a un ex-uniformado. La rebeldía que trató de expresar Ruiz
con este acto, fue entendido por sus subalternos quienes solidarizaron con su jefe
institucional a través de un amotinamiento en las Bases Aéreas del Bosque y
Cerrillos el lunes 20 de agosto. El general Herrera señala que al llegar a Cerrillos se
encontró la Base Aérea en “pie de guerra”. Muchos oficiales jóvenes se
acercaron a él para señalarle su malestar y su intención de querer actuar ante el
vejamen que sentía la institución al perder a su Comandante en Jefe bajo esas
circunstancias. 478
La maniobra de César Ruiz encontró resonancia en la oficialidad media y
joven de la institución, pero no así en algunos generales de la FACH, que
entendieron que una actitud precipitada podía conducir a la Fuerza Aérea a
enfrentarse con otras instituciones de la defensa, frustrándose de esta forma los
planes de un golpe monolítico que se venían trabajando desde hacía meses. Los
generales que estaban al tanto de estos planes le hicieron entender a Ruiz que su
actitud no contribuía en nada a la unidad de las Fuerzas Armadas. “Que su
minuto había pasado y que había
sido responsabilidad suya no haber actuado como correspondía, debido a que
jamás se acordó que renunciara, sino que lo echaran, sólo ello desencadenaría
una justificada renuncia de los generales y la protesta de los subalternos y las
demás ramas de las Fuerzas Armadas”. 479
La posición que expresaron las restantes ramas de las Fuerzas Armadas
frente a este hecho no fue monolítica. Mientras la Armada acuarteló y envió
señales de apoyo a cualquier decisión que adoptara la FACH, el Ejército a través
del coronel Gerardo Rojas Angulo les hizo saber la animosidad de los militares
frente al acuartelamiento de los aviadores. Al respecto, los propios oficiales
involucrados en la conspiración tampoco estuvieron de acuerdo con las
características que adquirió este acuartelamiento.
En el encuentro que sostuvo César Ruiz con los Generales de su institución
en la tarde del lunes 20 de agosto en la Base Aérea El Bosque, éstos expresaron su
solidaridad con Ruiz pero acto seguido los generales Mario Viveros y Gabriel Von
Schouwen solicitaron que por el bien de la institución entregara el mando al
general Leigh.
Terminada la reunión con los Generales de la FACH, se realizó privadamente
la ceremonia de entrega de mando a las 20:00 horas en la Base Aérea El Bosque.

476 Según los apuntes del general Prats, testigo presencial de la discusión que tuvo el general Ruiz con Allende, el mencionado oficial
resistió a la renuncia de la institución, pero finalmente Allende lo forzó a hacerlo. EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 470. Esto último
confirma las versiones de los oficiales de la FACH que señalan que hubo un acuerdo previo entre algunos generales de la institución
con César Rúiz para provocar una crisis con el gobierno, al negarse éste a dejar la Comandancia en Jefe de la Fuerza Aérea.
477 Lo natural en un cambio de mando es que este se produzca lo más rápido posible. El general Herrera recuerda que“...el general

Ruiz se reunió esa tarde en su casa con amigos, políticos y oficiales que llegaron a solidarizar con él. Yo (explica Herrera) traté de
hablar con Ruiz pero éste estaba molesto con nosotros porque sentía que no lo habíamos apoyado.”
478 ENTREVISTA General Francisco Herrera L. 14/01/96.-
479 ENTREVISTA General Mario Viveros A. 10/08/95.-

135

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

De esta forma se puso fin a un movimiento institucional que pudo haber frustrado
el movimiento militar que se venía planificando.

c) Las Primeras Reuniones:

De las tres ramas de las Fuerzas Armadas, la más recia a someterse a los
reglamentos constitucionales en 1970 fue la Armada. Si bien es cierto que el
almirante Raúl Montero demostró un apego irrestricto a las normas legales durante
su gestión, la actitud que siguieron sus subalternos no fue la misma. Al igual que el
general Prats, el almirante Montero desarrollo diversas tareas tendientes a
descongestionar a su institución del discurso anti-gubernamental. Sin embargo, la
formación conservadora de estos oficiales creo un verdadero “cordón sanitario”
ante las ideas expresadas por Montero en circulares internas o visitas a las
unidades.480
A partir de lo anterior y de los antecedentes que desarrollaremos a
continuación, no resulta pretencioso afirmar que la intervención militar fue
incubada en Valparaíso y dirigido por los almirantes Patricio Carvajal Prado y José
Toribio Merino Castro.481
La incorporación de las demás ramas de las Fuerzas Armadas y Carabineros
al movimiento, fue el fruto de la contingencia político-social que se vivió en nuestro
país después del Paro de Octubre de 1972 y de la respectiva coordinación
interinstitucional que el propio almirante Carvajal llevó a cabo a partir de marzo de
1973 desde el EMDN.482
Las primeras reuniones que recuerda uno de los protagonistas del 11 de
septiembre, se comenzaron a desarrollar en Valparaíso en noviembre de 1972. A
ellas concurrían el almirante José Toribio Merino, entonces Comandante de la
Primera Zona Naval, el general Sergio Arellano Stark, entonces coronel y
Comandante del Regimiento Maipo y el general de Carabineros Arturo Yovane
Zuñiga, entonces Jefe de Zona Policial de Valparaíso.483
En los reiterados encuentros, el general Yovane recuerda que “...se
analizaba la situación nacional, llegándose a la conclusión de que en todas partes
había un ambiente que los empujaba a actuar.”484 Sin embargo, añade Yovane,
se optó primero por levantar el ánimo del personal y para ello se idearon
encuentros interinstitucionales en donde “...recordábamos a nuestros héroes y
homenajeábamos nuestros símbolos nacionales...Los repetidos encuentros fueron
convenciendo al personal de que no estaba todo perdido y de algo que se
estaba preparando.”485

480 Para tener una idea más acabada acerca de la posición “pro-intervencionista” en la Armada veáse: Merino; José Toribio. Op cit
págs 153-188.
481 Algunos oficiales sindican al almirante Carvajal como el más crítico hacia el gobierno de la UP. Su compromiso con el golpe se

vincula a ideas ultra católicas que lo llevaban a ver en la figura de Salvador Allende a Satanás. ENTREVISTA General Francisco
Herrera L. 14/01/96.
482 En efecto, si revisamos los capítulos cuarto y quinto de esta investigación podemos ver que tanto el Ejército, como la FACH y

Carabineros, no expresaron mayores “resquemores” por el triunfo de la UP. La posición crítica y pro-golpistas de éstas surgió bajo un
contexto de crisis que afectó al país.
483 ENTREVISTA General Arturo Yovane Z. 24/11/96.
484 Ibid.
485 Ibid.

136

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Los encuentros de “camaradería” que el general Yovane recuerda,


obedecieron, sin embargo, a la estrategia de la Armada de fortalecer el espíritu
de cuerpo al interior de las respectivas unidades de las Fuerzas Armadas para
respaldar el veredicto popular cuando la ciudadanía decidiera poner fin al
gobierno de la izquierda.486
Como lo estableciéramos en el capítulo anterior el fracaso que obtuvo la
oposición en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, en donde
esperaban obtener una amplia mayoría en el Senado para inhabilitar al Presidente
Allende de sus funciones, volvió a poner a las Fuerzas Armadas en las expectativas
de los sectores que aspiraban el derrocamiento de la UP.
En relación a lo anterior, el propio general Yovane recuerda que a partir de
marzo de 1973 se comenzaron a desarrollar las reuniones claves que
desembocaron en lo que más tarde se conoció como el 11 de septiembre. En la
primera de ellas, añade el citado general,”... se habló abiertamente de
intervención militar...acordándose seguir en contacto y comenzar a trabajar este
tema con sus respectivas fuerzas...” Al mencionado encuentro concurrieron, por la
Armada el almirante Raúl Troncoso y los capitanes Castro y Vásquez y por
Carabineros el general Yovane en compañía de los comandantes Stange y
Fuentes.” 487
Mientras que en Valparaíso las fuerzas militares presentes en la zona habían
comenzado a implementar un golpe de estado, en la capital el recién nominado
Jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional, vice-almirante Patricio Carvajal, se
abocó a la misma tarea con los subalternos que tenía a sus órdenes.488 En
efecto, el coronel Pedro Guerrero, entonces oficial del EMDN recuerda que a partir
del mes de marzo de 1973 este organismo, a través de sus cuatro departamentos,
se abocó a la tarea de reactualizar los planes de seguridad interna.489
Entre las características que tuvo el Plan de Defensa Interior de las Fuerzas
Armadas que se aplicó el 11 de septiembre, tenemos que recordar que toda
planificación de operación militar cuenta con cinco puntos, que son, Estado de la
Situación, Misión, Actividades Operativas, Actividades Logísticas y Otros.490 Para
materializar los diferentes aspectos que se encuentran presentes en el plan, el
EMDN cuenta con cuatro departamentos: Operaciones, Logística, Inteligencia y
Servicios. Cada uno de ellos, en forma separada, comenzó a trabajar en los cinco
puntos del plan en forma secuencial. Es decir, partiendo por el orden ya
señalados.

486 Recordemos que la Armada al asumir el gobierno de la UP adoptó esta postura. La cercanía de las elecciones parlamentarias de
1973 fue la posibilidad para poner en ejercicio estas intenciones.
487 Según los recuerdos de Yovane, esta reunión clandestina se llevó acabo en el piso diez de un edificio de departamentos de Viña

del Mar. En este encuentro además se habló de “...que siempre hemos sido considerados los parientes pobres de los uniformados y
ellos (refiriéndose a los representantes de la Armada) me dicen que no. Que éramos tan militares como ellos, en fin. Bueno les dije
que estábamos dispuestos a participar pero con la condición de que vamos hacer cuatro fuerzas que vamos a compartir las mismas
responsabilidades y derechos.“ ENTREVISTA General Arturo Yovane Z 24/11/96.-
488 El almirante Patricio Carvajal Prado asumió la dirección del EMDN en enero de 1973. Desde allí coordinó los cuatro
departamentos con que cuenta esta repartición para preparar el golpe de estado, que son Inteligencia, Operaciones, Logística y
Servicios. ENTREVISTA Coronel Pedro Guerrero. 24/01/97.-
489 El primer plan de seguridad interna que hubo en Chile se remonta al año 1947, bajo el gobierno del Presidente Gabriel González

Videla. Desde esa época que se vienen reactualizando anualmente los planes por parte de las Fuerzas Armadas.
490 El quinto punto de un plan operativo, que se acostumbra a definir como “Otros” se refiere aquellos aspectos colaterales que

ayudan al éxito de la operación, como lo fue la Operación Silencio en el Plan Lautaro.

137

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

En este sentido el coronel Guerrero señala que los cuatro departamentos,


lograron reunir la información del Estado de Situación del país en el mes de mayo
de 1973, llegando a la conclusión de “que estábamos en un período de desorden
total, político, social y económico.” Dicha información, añade el mismo oficial, fue
comunicada al Jefe de Estado Mayor, Patricio Carvajal, quien la dio a conocer al
Ministro de Defensa José Tohá, quien no prestó mayor interés a los análisis
desarrollados por el EMDN.491
En relación al segundo punto de la planificación, la misma fuente asegura
que la misión entregada por Carvajal fue la de “llegar a una idea más precisa de
lo que estaba ocurriendo en el país con la finalidad de conocer las factibilidades
de una intervención militar bajo esa coyuntura.” En relación a este punto el
mismo oficial recuerda que “se llegó a la conclusión de que era posible una
intervención de las Fuerzas Armadas entre los meses de septiembre y noviembre,
iniciándose la planificación operativa del golpe en el mes de julio.”492
Las diligencias iniciadas por Patricio Carvajal en el EMDN se
complementaron más tarde con la que venían sosteniendo paralelamente
algunos oficiales en la capital. En relación a estos encuentros conspirativos, el
general Arturo Viveros Ávila señala que éstos comenzaron a producir a partir de
marzo de 1973 y que a ellos concurría un número variable de oficiales. Por el
Ejército lo hacían los generales Sergio Arellano, Oscar Bonilla, Sergio Nuño y Javier
Palacios. Por la FACH, los generales Francisco Herrera y Mario Viveros Ávila.493 La
activa participación que tuvo en ellas el general Arellano, conocedor de la
postura que habían adoptado destacadas figuras de la Armada fue determinante
para contactar a este inquieto grupo de oficiales con Patricio Carvajal y los
uniformados que se reunían en Valparaíso.494
A partir de estos contactos es posible comprender la monolítica crítica que
realizó un importante número de oficiales al Proyecto de Escuela Nacional
Unificada (ENU) que el entonces Ministro de Educación, Jorge Tapia, expuso ante
sesenta oficiales de las Fuerzas Armadas el 11 de abril de 1973. En este sentido
habría que precisar que la efervescencia que provocó la ENU en los uniformados
versó fundamentalmente en dos aspectos, en primer lugar la presencia de
categorías marxistas de análisis presentes en el proyecto, que desde la perspectiva
de los militares atentaban contra los principios y valores nacionales. En segundo

491 El coronel Pedro Guerrero, oficial de operaciones del EMDN recuerda que el Ministro de Defensa José Tohá no se conmovió con

los informes que se le dio a conocer. Sólo deslizó algunas explicaciones para excusar ciertas situaciones. En general, no le dio
importancia a nuestro estudio. ENTREVISTA Coronel Pedro Guerrero 24/01/97.-
492 Una vez que las Fuerzas Armadas a través del EMDN llegaron a esta conclusión, se asumió esta misión rescatando un decreto

supremo secreto de septiembre de 1954 que señalaba que la misión de las Fuerzas Armadas no era sólo referida a vigilar la
soberanía externa, sino que también ésta se hacía extensiva hacia el ámbito interno. ENTREVISTA Coronel Uros Domic 15/09/96.-
493 Fuentes cercanas a estos grupos conspirativos señalan que los hermanos Viveros fueron piezas claves para contactar a la FACH

y al Ejército. Otros oficiales añaden que estos contactos se vieron favorecidos porque la mayoría de los entonces generales de la
FACH en 1973 habían recibido parte de su formación militar en las filas del Ejército, en los tiempos en que la institución aérea
dependía del Ejército. Sólo el año ´40 la Fuerza Aérea logró contar con un centro de estudios propio.
494 Sergio Arellano al ser ascendido a general fue trasladado a Santiago. En la capital se autoasignó la tarea de crear un movimiento

similar al que funcionaba en Valparaíso, en donde recordemos que participaban los almirantes Merino, Huidobro y Huerta.

138

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

lugar, el procedimiento a través del cual se pretendió implementar esta reforma,


que no contó con una ley específica de reforma educacional.495
En relación a este hecho el general Francisco Herrera recuerda que la
posición que manifestaron los uniformados presentes en el foro fue discutida y
acordada con anticipación. Al respecto señala que hubo conversaciones previas
entre los generales Gustavo Leigh, Javier Palacios y el contralmirante Ismael
Huerta, principales interlocutores del malestar castrense ante el proyecto
educativo.496
A partir de los recuerdos del general Herrera es posible establecer que ya en
abril de 1973 los contactos entre la oficialidad “putschista” se habían
materializado. En este mismo sentido, creemos posible establecer que las
reuniones de oficiales a la que alude el general Herrera, coincidía con la
planificación que el Almirante Carvajal venía efectuando desde el EMDN. En
efecto, el general Herrera recuerda que la presencia de los almirantes Carvajal y
Huerta fueron recurrentes en los encuentros conspirativos que se desarrollaron en
Lo Curro.497
De lo ya señalado es posible concluir que los aludidos encuentros tuvieron
una finalidad planificadora más que deliberativa, en el entendido de que la
información que recogía el EMDN era estudiada en tales reuniones. Si bien es
cierto que corresponde a los Estados Mayores y a las respectivas Academias de
Guerra, actualizar los planes operativos que guiaran el accionar de las Fuerzas
Armadas, no deja de ser necesaria la participación de otras instancias en una
conspiración.
En efecto, de toda planificación operativa se desprenden misiones
puntuales que no viene al caso someterla a una planeación de las Academias de
Guerra, por tratarse de acciones que pretenden crear condiciones favorables a la
aplicación misma del plan, tales como la llamada Operación Silencio498y la
política de “hostigamiento” que debieron enfrentar los Comandantes en Jefe
Constitucionalistas para que desistieran del cargo y dejaran el camino libre a los
oficiales que estaban dispuestos a liderar en sus respectivas instituciones la
intervención militar. En relación a este punto habría que señalar que el
hostigamiento institucional hacia los Comandantes en Jefes anti-golpe fue
coordinado con la oposición a través de sus medios de prensa. Internamente los

495 Ante la efervescencia que provocó el proyecto de Escuela Nacional Unificada en las Fuerzas Armadas, el entonces Ministro de
Defensa Nacional, José Tohá organizó una reunión aclaratoria en la que el Ministro de Educación de la época, Jorge Tapia, expondría
los principios y objetivos de la ENU.
496 El general Herrera recuerda que antes de realizarse el foro el general César Ruiz le preguntó “...¿quién va hablar en el foro?. el

general Leigh y yo, respondió Herrera. Conforme, entonces yo voy a hablar con Prats y Montero para que nosotros apoyemos a los
que hablen allí. Íbamos a entrar a la ENU y nos encontramos con Ruiz quien nos dice que no pudo ponerse de acuerdo con Prats y
Montero, así es que bajo mi responsabilidad ustedes hablen.” ENTREVISTA General Francisco Herrera L. 14/01/96. Al respecto el
almirante Ismael Huerta, uno de los protagonistas en aquel foro intenta dejar entrever en sus Memorias que no tuvo contacto previo
con los otros oficiales que hablaron en aquella oportunidad.
497 A la casa de Jorge Gamboa asistían además los oficiales de Ejército a los que hace alusión el general Viveros. Jorge Gamboa es

un civil familiar del general Sergio Arellano.


498 La Operación Silencio fue un Plan de Telecomunicaciones Tridimensional que permitió mantener comunicadas a las Fuerzas

Armadas el 11 de septiembre, así como también, acallar aquellas radios que se opusieran al movimiento militar y desconectar las
comunicaciones entre el gobierno central y sus intendencias.

139

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

oficiales-generales que buscaban la renuncia de sus jefes vertieron fuertes críticas


hacia sus gestiones en los consejos de generales y almirantes.499
Otro aspecto que no fue necesario someterlo a planeamiento militar se
relacionó con los contactos civiles cuyas acciones facilitarían el movimiento militar.
Al respecto, representantes de La Armada fueron quienes expresaron mayor
cercanía a este tipo de agrupaciones. Fuera de los contactos que existieron con
miembros de partidos políticos de oposición es importante nombrar a la
“Cofradía Náutica del Pacífico, en la que el almirante Merino era su vice-
presidente. En ella también participaban Agustín Edward, Hernán Cubillos, Patricio
Carvajal y Roberto Kelly.” 500
Toda esta tarea coordinación se hizo intensa a partir del mes de julio de
1973, una vez que el almirante Carvajal conoció los estudios del EMDN que
señalaban la viabilidad de la intervención militar. Con anterioridad a esta fecha
las reuniones entre los oficiales involucrados en el movimiento fueron esporádicas y
debieron haber girado en torno a los informes que periódicamente recibía Patricio
Carvajal y que se relacionaron con el llamado “Estado de Situación del País”,501
así como también, en evaluar los contactos que se comenzaron a implementar
con las provincias. En este sentido los generales Manuel Torres de la Cruz y
Washington Carrasco recuerdan haber estado en contacto permanente para
estos fines con los generales Bonilla, Viveros, Baeza y Arellano.502
La operacionalización del movimiento militar a partir de julio es coincidente
con los recuerdos de los oficiales consultados, quienes sostienen que luego del
“Tancazo”, las reuniones se hicieron más frecuentes, a raíz de la formalización de
la actividad deliberativa con la llamada “Reunión de los 15”. En efecto, tras el
sofocamiento del Regimiento Blindado nº 2, la UP organizó una concentración en
la Plaza de la Constitución en la que los jefes institucionales fueron homenajeados
por los asistentes. La presencia de los Comandantes en Jefe en el balcón con
Salvador Allende causó una reacción de recelo en la oficialidad de la FACH y la
Armada que se expresó en una reunión espontánea en el edificio de las Fuerzas
Armadas.
Este tipo de encuentros, en donde los oficiales analizaron la situación
nacional para unificar criterios de acción, se hicieron habituales y se incorporó a
ellos al Ejército. Cada institución participaba con cinco oficiales-generales, que no
siempre eran los mismos, de ahí el nombre de “Reunión de los 15”. 503 En este

499 Ya en el presente trabajo hemos dado a conocer algunos episodios en los cuales la oficialidad pro-golpe hizo ver al general Prats
su descontento. En relación a la Armada el almirante Montero pasó por situaciones similares. Al respecto véase: Huerta; Ismael. Op
cit Tomo II Pág 84. Merino; José Toribio. Op cit. Págs. 204-226.
500 Revista Hoy. nº 998 del 09-15 de septiembre de 1996 Pág 18. En la preparación de la Operación Silencio el general Herrera

también reconoce la participación de civiles como Sergio Arellano Iturriaga, hijo del general Arellano, Federico Willoughby, Eduardo
Muller, entre otros. Para conocer más detalles en torno a la participación de civiles en el 11 de septiembre véase: Arellano; Sergio:
Mas allá del abismo. Un Testimonio y una Perspectiva. Editorial Protección. Santiago, 1995.-
501 Luego del Tancazo (29/06/73) los oficiales consultados concuerdan que las reuniones se hicieron más frecuentes y apuntaron a

objetivos más concretos.


502 Los contactos no siempre fueron personales. Se recurría a personal de confianza para ello. Los viajes por motivos personales o

laborales sirvieron para intensificar estos enlaces.


503 El objetivo que se persiguió la aparición de los Comandantes en Jefes con el Presidente Allende en la concentración de la Plaza

Constitución ha tenido diferentes interpretaciones. Mientras para la oficialidad golpista se trató de una utilización más por parte de la
UP, para el general Carlos Prats este “...gesto buscaba diluir el sentimiento adversión popular contra la totalidad de las Fuerzas
Armadas.” EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 423.

140

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

sentido, el coronel Guerrero, que estuvo a las órdenes de Carvajal en el EMDN


señala que “...los temas y punto de vista que allí se discutían llegaban al Estado
Mayor de la Defensa a través de los Estados Mayores institucionales, quienes luego
de analizarlos nos proporcionaban la información y sus conclusiones para que
nosotros las consideráramos.”
El necesario análisis y coordinación de la información a la que alude el
coronel Guerrero, cobra sentido cuando los oficiales comprometidos en el
movimiento recuerdan que no todos los oficiales que participaban de la “Reunión
de los 15” estaban al tanto de las decisiones que venían adoptando un número
importante de uniformados. Nos referimos específicamente al general Augusto
Pinochet, que como Jefe del Estado Mayor del Ejército participó en todas ellas, a
los generales de Ejército Pickering, Urbina y Sepúlveda y a los generales de la FACH
Bachelet, Vergara y Von Schouwen. Todos estos oficiales eran considerados
cercanos al pensamiento de Carlos Prats o abiertamente izquierdistas por parte de
sus compañeros de armas. De todos ellos, tres dieron sorpresas el 11 de septiembre
al incorporarse al movimiento militar. Nos referimos a los generales Pinochet y
Urbina del Ejército y Von Schouwen de la FACH.504
A partir de lo anterior es factible señalar que en las repetidas “Reuniones de
los 15” nunca se habló abiertamente de golpe de estado. En ellas más bien “...se
fijaron criterios de acción conjunta de las Fuerzas Armadas para enfrentar la
delicada situación del país”, criterios que sin lugar a dudas sirvieron para
implementar la monolítica operación militar del 11 de septiembre. Al respecto, uno
de sus más asiduos participantes, el almirante Ismael Huerta anota en sus
“Memorias” que entre los objetivos de acción conjunta que se trazaron en dichas
reuniones se encontraba evitar la división de las instituciones de la defensa,
comprometerse a no atacarse mutuamente evitando la guerra civil, conocer el
pensamiento de sus subalternos para canalizarlo y fijar criterios para efectuar los
allanamientos.505
A pesar de que siempre se evitó mostrar las verdaderas intenciones de
dichas reuniones, en casi todos estos encuentros se habló mal del gobierno y de la
izquierda.506 En una de las oportunidades el Almirante Huerta anota en sus
Memorias que el general Leigh al referirse a los allanamientos para hacer cumplir
la Ley de Control de Armas señaló que era necesario intensificarlos, “...para
buscarles el odio.”507
La viabilidad de implementar con éxito un movimiento militar entre los
meses de septiembre y noviembre del año 73 y la institucionalización de la
actividad deliberativa a través de la “Reunión de los 15”, intensificó los encuentros
clandestinos entre la oficialidad comprometida con el movimiento. En efecto,
hacia fines del mes de julio aparecen conspirando no sólo los oficiales generales

504 Los generales de Ejército Pickering y Sepúlveda renunciaron al Ejército el 23 de agosto de 1973, como una manera de solidarizar
con la renunciada presentada por el General Prats. En la FACH los generales Bachelet y Vergara fueron perseguidos al interior de su
institución después del 11 de septiembre.
505 Huerta; Ismael. Op cit Tomo II. Pág. 78.
506 Al respecto el general Carlos Prats anota en sus Memorias: “Pinochet confirma mi presunción de que en la reunión sostenida entre

15 generales y almirantes, se habían deslizado “inquietudes” respecto a la acción del gobierno, adecuadamente encubiertas para no
dar pie a reacciones de los Comandantes en Jefe.” EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág. 436.-
507 Huerta; Ismael. Op cit. Tomo II. Pág 78.

141

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

hasta aquí nombrados, sino la oficialidad media, que venía desarrollando


actividades de esta naturaleza desde hacía meses, pero sin coordinarse
tridimensionalmente. La coordinación de este estamento es coincidente con las
tareas de tomar contacto hacia abajo que se fijó en una de las “Reuniones de los
15” y que buscó capitalizar el malestar de este estamento evitando de esta forma
una acción aislada de estos oficiales.
Como lo estableciéramos en el capítulo anterior, desde estos sectores
comenzó a emerger un movimiento tendiente a hacer reaccionar a sus
respectivos mandos. Oficiales generales entrevistados para esta investigación
señalan que al no haber reaccionado a tiempo, estos grupos habrían tomado la
iniciativa.508
Los temas que se afinaron en las sucesivas reuniones clandestinas que se
registraron en “Lo Curro”, “Lo Cañas” , en la “Escuela Militar”, por nombrar algunos
puntos, continuaron enfocados a la Operación Silencio, al hostigamiento a los
Generales reticentes al golpe, así como también, en crear ciertas condiciones
políticas para ejecutar el movimiento militar. Al respecto llama la atención el
“cuidado” que tuvieron los militares chilenos de exigir a la civilidad interesada en la
operación militar una confirmación de su parte. En este sentido habría que señalar
que detrás de la declaración de ilegalidad que redactó la Cámara de Diputados
hubo una coordinación civil-militar, no resultando posible establecer lo mismo con
las declaraciones que hiciera el Poder Judicial y la Contraloría General de la
República 509
Al respecto, el general Arturo Yovane, uno de los tantos contactos que tuvo
la DC con los oficiales generales que conspiraron el 11 de septiembre,510
recuerda que llamó “...a su compadre Alejandro Noemí, senador y amigo de Frei,
y le conté 25 días antes del 11 lo que estábamos preparando y la necesidad que
había de que ambos convencieran a los parlamentarios de hacer presente que el
gobierno era inconstitucional”. En efecto, el 22 de agosto la Cámara de
Diputados adoptó un acuerdo que declaró la inconstitucionalidad del gobierno
de la UP. 511
Uno de los últimos encuentros conspirativos que se llevaron acabo, se
efectuó en la Escuela Militar el 7 de septiembre. En ella participaron el coronel Nilo
Floody, Director de la Escuela Militar; el coronel de la FACH de apellido Forley
(ayudante del el General Leigh), el capitán de Navio de apellido Limey; el general
(r) Ramón Valdés, entonces Comandante del Regimiento Simbólico Bueras y el
general de Carabineros Arturo Yovane. Este último recuerda que el tema central
de dicho encuentro giró en torno a las fuerzas que estaban dispuestas a actuar el
viernes 14 de septiembre, evidenciándose que el Ejército no contaba con la
participación de Pinochet a quien se le invita al movimiento esa misma noche.

508 Llama la atención que el temor a ser sobrepasados por sus subalternos fue uno de los aspectos que preocupó a la alta oficialidad
en 1973.
509 Si esta declaración fue el resultado de una coordinación civil-militar, podría sostenerse también que las restantes declaraciones en

las que se buscaba dejar en evidencia la ilegalidad del gobierno también respondieron a esta lógica.
510 Entre los contactos que se le reconocen a la DC con la oficialidad golpista podemos mencionar a los generales de Ejército Sergio

Arellano, Oscar Bonilla y Héctor Bravo Muñoz. La cercanía de os dos primeros uniformados con la DC se debe a que fueron edecanes
de Eduardo Frei mientras este fue Presidente de la República.
511 La fechas que maneja el general Yovane calzan exactamente con el 11 de septiembre. ENTREVISTA General Arturo Yovane Z.

24/11/96.-

142

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

En esa reunión la Armada y la FACH aseguraron unanimidad. Es decir,


desde la máxima autoridad hacia abajo. A pesar de que la renuncia del almirante
Montero aún no se formalizaba, el almirante Merino, como interino, ya concitaba
la adhesión de la institución. En contraste, Carabineros presentaba una división de
mandos que se podía expresar en división de fuerzas. Al respecto, Yovane aseguró
en aquella oportunidad la participación de las zonas de Valparaíso y Concepción,
así como también la Escuela de Suboficiales y las unidades operativas. El Ejército,
al igual que Carabineros no tenía la certeza de que todo su alto mando
participara en la operación. Pinochet y Urbina, es decir, el Comandante en Jefe y
el Jefe de Estado Mayor no estaban aun confirmados. La tarea de avisar esa
noche a Pinochet fue encomendada al general Arellano quien lo hizo el sábado 8
de septiembre.512
La incorporación del general Pinochet al movimiento se formalizó el 9 de
septiembre a través de la conocida carta que el almirante Merino envía a los
generales Leigh y Pinochet con el almirante Huidodro y el comandante Ariel
González. En dicho documento se alteró la fecha original con que había sido
pensada la operación militar, cambiándose para el martes 11 de septiembre. Al
respecto los uniformados justifican el cambio de fecha a partir de razones tácticas
que buscaron no llamar la atención de la civilidad y de las autoridades.
En este sentido los militares sostienen que esta determinación se debió a
que un acuartelamiento previo era menos notorio un día lunes que el día jueves,
donde muchos uniformados regresan a sus casas y dejan la vida en el cuartel. Esta
justificación carece, sin embargo, de lógica. ¿Cómo es posible que el EMDN
planifique una operación militar sin haber tomado esta precaución? La verdad
parece ser otra, y se relaciona al encuentro que tuvo el almirante Merino con el
Presidente Allende el jueves 7 de septiembre en La Moneda.
En aquella reunión el Almirante Merino anota en sus “Memorias” que el
Presidente Allende “...no tenía ninguna intención de recapacitar y sólo buscaba
ganar tiempo para imponer sus ideas”. Omitiendo señalar que en aquel encuentro
Allende le comunicó la intención de llamar a un Plebiscito para zanjar la
problemática que vivía el país. De publicarse este anuncio ¿qué razones había
para ejecutar una intervención militar si la UP iba a perder el Plebiscito ?. Desde
esta perspectiva se adelantó la fecha del movimiento militar. Este cambio fue
comunicado a los restantes jefes militares a través del documento o carta que
llevó el Contraalmirante Huidobro y el comandante González. En ella, además,
hay una invitación a Pinochet a sumarse al golpe. La verdad es que éste último no
había confirmado su participación luego que enterara de los planes el 8 de
septiembre. Según los informes que le proporcionara Carvajal a Huidobro,
Pinochet sólo aseguró la neutralidad de su institución, compromiso que resultaba
insuficiente para los restantes almirantes quienes temían que el Ejército terminara
sumándose al gobierno.513

512 El general Sergio Arellano no concurrió al domicilio de Pinochet el 7 de septiembre como se había acordado por tener que asistir a
un evento familiar. Según lo relata su hijo en su libro lo hizo al día siguiente, no prestando mucho interés en querer participar.
513 En la conversación que tuvo el almirante Merino con Salvador Allende el 7 de septiembre, éste debió haberle mencionado su

intención de llamar a un Plebiscito. En efecto, esta “salida” al conflicto político debió haber sido anunciada públicamente el 11 de
septiembre a mediodía, antes de que se reuniera el Consejo Nacional de PDC. La franqueza y a ratos cercanía con que el propio
almirante recrea la conversación con Allende en sus Memorias nos hace pensar que el almirante omite esa proposición., señalando

143

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Una vez que la dirección del movimiento confirmara la fecha de la


intervención militar, fueron avisados el lunes 10 los oficiales cuyo desempeño
operativo resultara vital para el movimiento. En relación a este punto hubo
diferencias en cada una de las ramas. Así por ejemplo, el almirante Merino no tuvo
mayores inconvenientes en conversar la decisión de actuar con sus almirantes y
oficiales con mando de tropa, al igual que el general Leigh, quien hizo lo mismo
con sus generales de brigadas aéreas y coroneles. Una realidad diferente se vivió
en el Ejército. El general Pinochet tuvo sus aprensiones en comunicar a todos sus
generales la fecha y hora de la operación militar. Sólo se les comunicó con 24
horas de anticipación a los generales de División Torres de la Cruz, Carrasco y
Brady, así como también a los generales de Brigada Palacios, Arellano y
Benavides. Los restantes oficiales fueron comunicados el mismo 11 de
septiembre.514 Una realidad similar se vivió en Carabineros, donde hubo cuatro
oficiales antes del general Mendoza que fueron sobrepasados, al igual que tres
generales más antiguos que Yovane. Desde este punto de vista el conocimiento
de golpe en Carabineros fue selectivo y en función de aquellas unidades que
poseían más fuerza.
Los oficiales-generales que se encontraban en la línea de mando antes
que el general César Mendoza Durán fueron los generales Sepúlveda, general
Director de Carabineros, Viveros, Urrutia y Yánez. En relación al general Mendoza
todos los oficiales consultados señalan que éste nunca participó en una reunión
previa al 11 de septiembre, siendo más bien una figura desconocida en las lides
conspirativas. La dirección del movimiento en Carabineros recayó en su persona
por antigüedad ya que Yovane indirectamente lo incorporó al informarle lo que
venía haciendo desde enero de 1973. Al respecto el general Yovane puntualiza
que el día 10, después que había firmado Pinochet, Merino y Leigh, este último lo
llamó para que firmara en representación de Carabineros, enterándose allí de que
existía un general más antiguo que Yovane en Carabineros que estaba al tanto
del movimiento. Tras la firma de Mendoza, éste en compañía de Yovane
arrastraron al movimiento a la Escuela de Oficiales de la institución.515
Cada una de las instituciones que participó el 11 de septiembre tuvo sus
respectivas claves para comunicar a sus subalternos de provincia la fecha y hora
de la operación militar. Al respecto el general Manuel Torres de la Cruz recuerda
que el mensaje en el Ejército fue comunicado por el coronel Pedro Ewing con las
siguientes palabras: “Las olimpíadas en el Ejército son el martes 11 de septiembre a
las seis de la mañana.” En la Armada la clave que dio el vamos a la operación
naval fue “se soltó la lancha”. Mientras que en la FACH fue “llueve en
Santiago”.516

que el Presidente Allende sólo buscaba ganar tiempo, no especificando la propuesta con que pretendió ganar tiempo el líder de la UP.
Para tener una noción más acabada de la conversación que tuvo Merino con Allende VER: Merino; José Toribio. Op cit. Págs. 221-
223.
514 De ahí que se señale que para muchos generales de Ejército Pinochet dio un gran sorpresa el 11 de septiembre. En este sentido

los generales Baeza y Viveros recuerdan haberse enterado el mismo día del movimiento que Pinochet lo encabezaba por el Ejército.
515 ENTREVISTA General Arturo Yovane Z.24/11/96.-
516 Internamente se manejaron otras frases claves, como “Mañana no tomen desayuno antes de las ocho.” “La once de las cuatro

tías”. Carabineros no tuvo clave única.

144

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

d) Los Planes del 11:

Para comprender a cabalidad las diferentes planificaciones a través de las


cuales se ejecutó el 11 de septiembre en nuestro país, conviene señalar que éstos
serán expuestos desde un orden general a uno particular. Es decir, se expondrá
primero el Plan de Defensa Interior de las Fuerzas Armadas que fue preparado por
el EMDN, para más tarde pasar a detallar la información obtenida en torno a los
planes que se elaboraron en las guarniciones más importantes del país, tales
como, Valparaíso, Santiago, Concepción y Punta Arenas.
Detrás de la acción conjunta de las Fuerzas Armadas y Carabineros el 11 de
septiembre, hubo una planificación general de carácter tridimensional preparada
por el EMDN. Esta última fue en definitiva el factor explicativo de que los
uniformados actuaran monolíticamente a lo largo y ancho del país. Junto a ella
cada guarnición militar aplicó los planes zonales de seguridad interna.

D.1 Plan Lautaro:

Esta planificación fue dirigida por el vice-almirante Patricio Carvajal. Sus


orígenes se remontan al mes de marzo de 1973 cuando se comenzó a elaborar el
Estado de Situación Interna del País. El análisis de esta información se coordinó
tridimensionalmente a partir de julio de 1973. En efecto, a partir de esta fecha el
EMDN ordenó a los Estados Mayores institucionales la actualización de los Planes
de Seguridad Interna de las diferentes Guarniciones Militares que corresponden a
cada rama de las Fuerzas Armadas según los CAJSI517.
El Plan de Defensa Interior de las Fuerzas Armadas que elaboró el EMDN se
denominó “Plan Lautaro” y fue firmado por los respectivos Comandantes en Jefe
el 17 de agosto, es decir, tres semanas antes de la fecha programada, que en sus
orígenes fue el viernes 14 de septiembre.518
En relación a las características que tiene un Plan de Defensa Interior de las
Fuerzas Armadas y en especial el que aquí nos interesa, el coronel Guerrero señala
que éste no puede entrar en detalles de la acción que emprenderán las distintas
fuerzas el día que se ejecute la operación. Más bien, añade, es un esbozo en el
que se sintetizan las motivaciones del plan519 y se ordena la ejecución de los
diferentes planes tridimensionales que cada guarnición ha preparado. El

517 Recordemos que este tipo de estructura fue asumida por el EMDN bajo la dirección del general Carlos Prats en 1970, quien para
enfrentar el ambiente eleccionario de ese año ideó esta estructuración. Básicamente los CAJSI (Comando de Área Juridiccional de
Seguridad Interna) se relacionan con la idea de que en una guarnición o departamento militar la institución más representativa tomaba
el mando de ella y las restantes instituciones se sometían a su dirección.
518 Así lo deja estipulado el general Carlos Prats en sus Memorias cuando anota que “El Jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional

me trae para mi firma un Plan de Telecomunicaciones anexo al Plan de Defensa Interior de las FF.AA de carácter preventivo “frente a
la insurgencia” Comprendo el doble filo del documento, pero lo firmo ante la necesidad de extremar el alistamiento frente a la sedición
en marcha”. EN: Prats; Carlos. Op cit. Pág 469.
519 Aquí se hace mención a la misión de defensa interna que deben cumplir las Fuerzas Armadas y que se desprendió, según el

coronel Uros Domic del decreto supremo secreto del año 1954, cuyos detalles no pudimos conocer.

145

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

mencionado oficial recuerda que el “Plan Lautaro” no tuvo más de dos hojas en
las cuales se hizo alusión a los aspectos ya apuntados.520
En relación al conocimiento del Plan Lautaro por las autoridades civiles,
tales como el Ministro de Defensa, y militares no golpistas, como el general Prats y
el almirante Montero, ¿Porqué entonces no se denunció ?. Básicamente porque el
plan fue presentado a las autoridades con un carácter preventivo frente a la
insurgencia que afectaba al país. Es decir, se podía entender como una acción
que podía evitar una eventual intento de derrocar al gobierno. En relación a la
fecha, ella no se estipulaba en el original que conocieron algunas autoridades,
siendo ésta una información conocida sólo por quienes ejecutarían la operación.
El cambio de objetivo del plan, de carácter defensivo a ofensivo no es tarea difícil
explican fuentes entendidas.521
La necesaria coordinación institucional previa para poner en ejecución los
lineamientos del Plan Lautaro no fue tarea difícil de lograr en la Armada y en la
FACH. El compromiso con la intervención militar de Merino, vice-almirante y líder
natural en su institución522, así como también, del Comandante en Jefe de la
Fuerza Aérea, general Gustavo Leigh, facilitaba esta labor. ¿Pero qué sucedía en
el Ejército y Carabineros? ¿De dónde obtuvo el Ejército la información para actuar
el 11 de septiembre si su líder máximo no estaba comprometido hasta antes del 9
de septiembre ? Evidentemente que no a través de Pinochet y tampoco de parte
del Jefe de Estado Mayor institucional, general Rolando Urbina, que era
considerado por la oficialidad anti-UP, y por el propio Pinochet más tarde, como
poco confiable.523 La información fidedigna por orden de jerarquía debió haber
sido entregada al general Manuel Torres de la Cruz, pero éste por encontrase en
Punta Arenas debió haber sido descartado como coordinador de la intervención
en el Ejército. El oficial general que probablemente recibió la orden por su
antigüedad fue el general Ernesto Baeza Michelssen, quien se desempeñaba
como Director de Abastecimiento del Ejército en Santiago. Sin embargo, el hecho
de que no tuviera tropa a su mando pudo haber influido en que la confirmación
del golpe en Ejército haya recaído en otro oficial. En efecto, el general Baeza
confiesa haber conocido la fecha del movimiento militar el mismo 11 de
septiembre, cuando se le encomendó coordinar la operación que realizaría la
institución en el centro de la ciudad desde las dependencias de la Comandancia
en Jefe del Ejército, frente al palacio de La Moneda.524

520 En sus líneas centrales este señalaba lo siguiente:“A partir de.... Usia se servirá asumir las atribuciones político, militares y
administrativas de su zona juridiccional. Acuse recibo.”
521 El coronel Pedro Guerrero, oficial del EMDN, nos señala que “...se creó un plan operativo paralelo en el EMDN que no fue

conocido por el Ministro de Defensa y los Comandantes en Jefe.” En efecto, el Plan Lautaro, fue velado por el Plan Hércules, que es
similar al Plan Lautaro pero con un objetivo diferente, pues buscaba mantener y no derrocar el orden entonces vigente.
522 Al momento de producirse el golpe Allende aún no formalizaba al almirante Merino como Comandante en Jefe de la Armada. Este

fue el tema que reunió a Allende y Merino el jueves 7 de septiembre y frente al cual no se llegó a acuerdo.
523 La falta de confiabilidad hacia el general Urbina se expresó el mismo 11 cuando Pinochet no le informó de lo que planeaba para

ese día, encomendándole realizar una visita militar de rutina al departamento militar de Temuco para mantenerlo de esta forma
alejado de Santiago.
524 El general Baeza conversó en dos oportunidades vía telefónica con Allende el 11 de septiembre. En la primera de ellas el

Presidente le solicitó una reunión con los Comandantes en Jefe, pero éstos se negaron señalando “...que hemos tenido tantas pero no
se ha logrado nada”. El segundo contacto fue para solicitar una tregua al ataque aéreo que afectó a La Moneda, con el fin de que
salieran las mujeres que aun se encontraban en el palacio de gobierno. En esa oportunidad se le ofreció un avión para que
abandonara el país, pero Allende se negó. ENTREVISTA General Ernesto Baeza Michelssen. 12/08/95.-

146

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Si bien es cierto que sólo nos fue posible aproximarnos a verdades a medias
en torno a los conductos a partir del cual se coordinó el Plan Lautaro en el Ejército,
creemos posible señalar que tras la renuncia del general Prats a la dirección del
Ejército, casi la totalidad del Cuerpo de Generales era proclive a una intervención
militar. De esta manera, no fue necesario para el EMDN canalizar el Plan Lautaro a
través de los conductos regulares, sino que por el contrario, esta información pudo
haber sido entregada a aquellos generales que aparecían más cercanos al
movimiento. En este sentido las fuentes consultadas insisten en señalar a los
generales Oscar Bonilla y Sergio Arellano, como los líderes del movimiento en el
Ejército.525
Una situación similar a la anterior ocurrió en Carabineros. Al respecto el
general Arturo Yovane resultó ser pieza fundamental en la coordinación de la
intervención militar en la policía uniformada, labor a la que se sumó más tarde el
general César Mendoza.526

D.2. Operación Silencio:

Como lo señaláramos en los párrafos anteriores, dentro de la planificación


que elaboró el EMDN se desprendieron tareas puntuales que facilitaron la
ejecución del Plan de Defensa Interior de las Fuerzas Armadas. Al respecto el
general Francisco Herrera recuerda que “...llegado el momento se vieron en la
necesidad de contar con un plan anexo de telecomunicaciones para mantener a
las Fuerzas Armadas conectadas.” Para ello el EMDN cuenta con una oficina
especializada que se denomina “Comunicaciones de las Fuerzas Armadas”
C.O.FF.AA., que es la responsable de coordinar el Plan de Comunicaciones que se
ha ideado, cuyo objetivo básico es impedir un sabotaje a las comunicaciones de
las fuerzas al operar.527
Este plan, añade el general Herrera, fue anexado al Plan Lautaro y servía
aparentemente para mantener comunicadas a las Fuerzas Armadas en caso de
que fuera necesario defender al gobierno.528 Sin embargo, las verdaderas
intenciones de esta operación se relacionan con el silenciamiento de las
radioemisoras oficialistas que eventualmente podían entorpecer, con llamados a
la subversión, el derrocamiento del gobierno que realizarían las Fuerzas Armadas y
Carabineros, dejando al aire sólo aquellas radioemisoras comprometidas con la
operación militar, como las radios Agricultura y Balmaceda.529
Esta misión fue asumida tridimensionalmente por las Fuerzas Armadas a
través de la C.O.FF.AA. y fue encabezada por el entonces Director de

525 Al respecto el general Arturo Yovane recuerda que en la reunión que sostuvo con otros oficiales en la Escuela Militar el jueves 7 de
septiembre, ante la no confirmación de Pinochet se pensó en que asumiera Bonilla. En este mismo sentido otras fuentes de Ejército
señalan que el día del juramento de la Junta en la Escuela Militar iba a jurar Bonilla ante el retraso de Pinochet, quien fue alertado por
el general Urbina, que llegaba de Temuco, de esta maniobra.
526 Como hemos venido sosteniendo a lo largo de todo este capítulo, el general Yovane, novena antigüedad institucional fue el

coordinador del golpe en Carabineros.


527 ENTREVISTA Coronel Pedro Guerrero. 24/01/97.-
528 Mantener un fluido contacto radial sin interferencias.
529 Ambas radios de oposición funcionaron el 11 de septiembre bajo las órdenes de la C.O.FF.AA. para lo cual fue necesario

instalaran salas de emisión desde el EMDN.

147

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Comunicaciones de la FACH, general Francisco Herrera, el capitán Aragay de la


Armada y por el coronel de Telecomunicaciones del Ejército Julio Polloni.
Esta operación de telecomunicaciones, al igual que el Plan Lautaro, fue
conocido y firmado por el Ministro de Defensa José Tohá y los respectivos
Comandantes en Jefe Institucionales el 17 de agosto de 1973, sin conocer todos
ellos las intenciones que guardaban detrás de tales documentos.
La llamada Operación Silencio,530 como fue conocida esta tarea, fue
implementada luego de un acucioso estudio en terreno de las radioemisoras que
se acallarían. En relación a Santiago, en donde prácticamente se enfocó esta
operación, el general Francisco Herrera recuerda que “...se realizó un estudio en
profundidad de las radioemisoras a intervenir. Se hicieron bosquejos de ellas con la
intención de conocer el lugar donde se encontraba ubicada su sala de
transmisiones”, así como
también, añade la misma fuente, “...se llevó acabo un estudio aéreo de ellas con
la finalidad de precisar la ubicación de sus antenas para posteriormente
intervenirlas aéreamente.”
Para ejecutar esta tarea Herrera sostiene que fue necesario el apoyo de
civiles. Al respecto los aportes que realizaron Alvaro Puga, Sergio Arellano Iturriaga,
hijo del general Arellano Stark, Federico Willoloby, Eduardo Muller, entre otros,
resultaron ser elementales. Estas personas se hicieron pasar como vendedores, que
con el pretexto de que iban a ofrecer productos a las radio emisoras a intervenir,
entraban en ellas y confeccionaban más tarde un bosquejo o plano de sus
dependencias y características. El estudio aéreo para conocer la ubicación de las
antenas de las radioemisoras fue ejecutado por oficiales de la FACH. Esta
información sirvió para inutilizar sus antenas a través de una operación aérea.531
En relación a la ejecución misma de la operación tendríamos que señalar
que ésta se inició en la noche previa al 11 de septiembre,532 cuando la Radio
Agricultura instaló una sala de emisión para operar el día de la intervención militar
en la sede de la C.O.FF.AA, así como también, el blindaje de la radioemisora
Balmaceda. La Operación Silencio estuvo cargo de personal de la FACH y el
destacamento de Infantería de Marina ubicado en Quinta Normal.533

530 Debido a la misión de silenciar las radios oficialistas, con el fin de que la Proclama de los militares no sufriera interferencias o
llamados a la resistencia y establecer las comunicaciones entre las tres instituciones, las radioemisoras oficialistas fueron rápidamente
acalladas. Sin embargo, la Radio Magallanes siguió en el aire hasta las 11 AM. debido a que salió a través de un móvil que fue
interceptado por helicópteros de la FACH.
531 ENTREVISTA General Francisco Herrera L. 14/01/96.-
532 El general Herrera, coordinador de la Operación Silencio debió haber dirigido este Plan desde el EMDN el 11 de septiembre, sin

embargo, por órdenes del general Leigh fue relevado de esta tarea. Las poderosas razones para el relevo se vinculan a la necesidad
de la FACH de asegurar la participación del destacamento de Artillería Antiaérea de Colina, cuyo comandante se había mostrado
esquivo a la idea propuesta por Leigh. Desde este punto de vista el general Herrera relevó de su mando al comandante del
destacamento de Colina en la madrugada del 11 de septiembre. La importancia de este destacamento se explica por la operación
aérea que tenía planeada la FACH para ese día y que se desprendía de la misión asignada a la Fuerza Aérea en el Plan de la
Guarnición de Santiago (Plan A-1), que consistía en la tarea de hacerse cargo de la zona sur de la capital, que los Hawker Hunter
quebraran la barrera de sonido e intervinieran desde el aire algunas antenas de radioemisoras. La operación aérea contra la
residencia del Presidente Allende y el Palacio de La Moneda fue una decisión que se adoptó a última hora. Desde este punto de vista
era fundamental para la FACH contar con el apoyo del destacamento de Artillería Antiaérea, a fin de que éste no dificultara la
operación aérea que iniciaría la institución.
533 El destacamento de Infantes de Marina de Quinta Normal fue reforzado con un grupo comando de Viña del Mar el 10 de

septiembre. A este destacamento le correspondió básicamente someter a la Universidad Técnica del Estado y silenciar su
radioemisora.

148

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Otro aspecto que fue coordinado la C.O.FF.AA. y que se desprendía del


Plan de Telecomunicaciones fue la proclama que se leyó el 11 de septiembre. Esta
en sus orígenes estuvo programada para salir al aire a las 08:00 AM534 y fue
diseñada, según lo recuerda el general Herrera, por personal del Ejército. Esta,
añade la misma fuente, fue redactada el domingo 09 de septiembre y fue
grabada por el teniente-coronel Roberto Guillard.
Los planes de las guarniciones militares, tuvieron diferentes nombres y
características. Cada uno de ellos, a excepción del de Santiago, fue elaborado
por los respectivos CAJSI locales, que tomaron el liderazgo o jefatura de plaza en
la mañana del 11 de septiembre.

D.3. Plan A 1

Una vez que EMDN dio la orden de actualización de los planes de


seguridad interna a las respectivas guarniciones del país a través de sus respectivos
Estados Mayores institucionales, se inició una rápida reacción de las zonas militares,
sin saber muchas de ellas las verdaderas intenciones de la reactualización.535
Para el caso de Santiago, como ya era tradicional, esta orden fue
ejecutada por la Academia de Guerra del Ejército quien usó como base los planes
de seguridad interna anteriores, así como también, los informes de la situación
nacional que les proporcionara el EMDN y que habían sido recolectados por los
respectivos Estados Mayores institucionales.536
En relación a esta última repartición, el entonces coronel de inteligencia del
Ejército y miembro del Estado Mayor de la época, Uros Domic, recuerda que “...el
Departamento de Inteligencia del Ejército entregó a los oficiales de la Academia
de Guerra, toda la información subversiva que se había actualizado a partir del
año ´72”. Para ello, añade Domic, debió especificar los puntos en los cuales se
concentraban dichas actividades en la capital. Acotando que dicha información
se usó para determinar la acción que debían seguir los uniformados en tales
localidades y conocer con anticipación los nombres y direcciones de los individuos
que debían ser detenidos por los uniformados.537

534 Durante las primeras horas del golpe hubo expectación entre los oficiales por el retraso con que fue al aire la Proclama de la Junta.
Esta se materializó a las 08:30 horas. Este retraso se debió, al parecer, a que el ataque aéreo que se practicó hacia algunas antenas
de radioemisoras oficialistas, afectó la antena de la Radio Agricultura que se encontraba cerca de ellas. La proclama saldría al aire a
través de este medio que había instalado para tales efectos una sala de transmisiones en las mismas dependencias de la C.O. FF.AA.
535 Es natural que a partir de los Estados de la Situación Nacional que elaboran los Estados Mayores, éstos reactualicen los planes de

seguridad interna anualmente.


536 El coronel de inteligencia del Ejército, Uros Domic, recuerda que le correspondió al Tercer Año de la Academia de Guerra, junto a

otros oficiales, confeccionar el Plan que se ejecutó el 11 de septiembre. El modelo de guerra subversiva que se siguió para planificar
intentaba cubrir una eventual guerra con todos los frentes.
537 El coronel Domic llegó el año ´72 al departamento de inteligencia del Estado Mayor del Ejército. Su funciones como Jefe de

contrainteligencia estuvieron centradas en analizar la situación civil, y específicamente la referida a la situación subversiva del país.
Desde este punto de vista Domic se abocó a la tarea de actualizar toda la información subversiva a los máximos detalles, tales como
direcciones, teléfonos, actividades privadas, etc. de sus objetivos. Tras la dictación de la Ley de Control de Armas, el Estado Mayor
solicitó información acerca del MIR, siendo esta información la que sirvió para detener a muchos miristas el 11 de septiembre y en los
días posteriores.

149

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

El Plan A-1, como se denominó a la operación militar en Santiago, al igual


que todos los planes que elaboraron los CAJSI a nivel nacional, tuvieron como
objetivo la

defensa de el orden y la legalidad en el país. Es decir, en teoría fueron pensados


como planes defensivos del gobierno contra la subversión que caracterizó a
nuestro país durante las últimas semanas del gobierno de la UP. Sin embargo,
como se sabe, la intencionalidad defensiva fue modificada por los jefes
institucionales el 11 de septiembre por una orden ofensiva tendiente a derrocar al
gobierno y sofocar la supuesta reacción violenta de los sectores de izquierda.
La ejecución del Plan A-1 el 11 de septiembre se inició con un premeditado
retraso para hacer creer al gobierno que el movimiento iniciado en la madrugada
en Valparaíso era local y no tenía ramificaciones en Santiago. Al respecto el
almirante Patricio Carvajal anota en su libro “Téngase Presente”, que el atraso con
que se iniciaron las operaciones militares en Santiago, buscó que Salvador Allende
creyera que el movimiento era sólo de Valparaíso y se fuera a La Moneda y no a
los Cordones Industriales a resistir. El coronel de Ejército, José Domingo Ramos, que
tuvo a cargo la ejecución del plan en el sector oriente, señala que ésta se inició
no antes de las 08:00 A.M.538
El supuesto que puso en ejecución todos los planes de seguridad que se
habían elaborado fue que en el Congreso Nacional se iba a discutir un eventual
desafuero a los parlamentarios Carlos Altamirano y Oscar Guillermo Garretón por
su participación en el intento de infiltración de la Armada. Frente a este hecho, la
guarnición de Santiago debía reaccionar imponiendo el orden en la capital ante
una posible sublevación de los sectores de izquierda.539

Esta información o supuesto a partir del cual se encubrió la intervención


militar durante las primeras horas, lo conocieron el grueso de los uniformados en la
madrugada del 11 de septiembre. Como lo señaláramos más arriba, sólo los
oficiales generales que tenían a su mando tropa supieron las veladas intenciones
que existían detrás de este acuertelamiento iniciado en la noche del lunes 10 de
septiembre.
Al respecto el coronel de Ejército José Domingo Ramos, entonces Jefe de
Estado Mayor de los Institutos Militares, señala que fue citado a presentarse, con
carácter de urgente, a las 06:00 A.M del martes 11 de septiembre en el cuartel
general.540 Al llegar al mencionado recinto, recuerda Ramos, recibió del general
Raúl Benavides, entonces Jefe de los Institutos Militares, el supuesto antes descrito,
tras lo cual se le pidió que pusiera en ejecución el Plan de Seguridad Interna de la
guarnición.541

538 ENTREVISTA Coronel José Domingo Ramos. 17/11/96.-


539 La infiltración a la Armada que habían propiciado ambos parlamentarios abrió un proceso en la I y II Zona Naval que condujo la
queja formal de la Marina ante los tribunales en busca de un proceso contra ambos políticos. A partir de esta realidad, los uniformados
elaboraron un supuesto creíble a partir del cual se encubriera la ejecución de la operación militar, como el que ese martes 11 el
Congreso discutiría dicho desafuero lo que provocaría la reacción de la izquierda. ENTREVISTA Coronel José Domingo Ramos.
17/11/96.-
540 El cuartel general del sector oriente de la capital fue la Escuela Militar.
541 El coronel José Domingo Ramos recuerda que “...a las once de la noche del día 10 se septiembre fue citado en carácter de

urgente por el general Benavides a presentarse a las 06:00 horas al cuartel general. Yo estaba con permiso durante esos días porque

150

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Para cumplir con este cometido, Ramos sostiene que el general Benavides
le proporcionó a seis oficiales de refuerzo de la Academia de Guerra, en
compañía de los cuales realizó una reunión con la oficialidad del cuartel general.
En sus líneas centrales en esta reunión Ramos les explicó a los oficiales que “...la
discusión del desafuero de los parlamentarios de izquierda iba a provocar
desmanes en la capital que pondrían en peligro la seguridad nacional, de tal
manera que el plan de seguridad que se ha ideado para estos eventos se debe
aplicar antes de las 09:00 de la mañana de hoy.” 542
Alas 08:00, el coronel Ramos recuerda que el general Benavides le ordenó
una segunda reunión con todos los comandantes que habían llegado hasta el
cuartel general de los Institutos Militares. A los dieciocho oficiales que allí se
congregaron el general Benavides les dio a conocer la situación y la decisión de
las Fuerzas Armadas de hacerse cargo del país.543
Los recuerdos del coronel Ramos del 11 de septiembre corresponden a la
operación militar que se realizó en el sector oriente de capital. En este sentido es
importante anotar que la ejecución del Plan A-1 fue coordinada por el general
Herman Brady. Los puestos de mando fueron entregados a los generales César
Raúl Benavides, quien operó con sus tropas desde Vicuña Mackenna hacia el
oriente. El general Sergio Arellano, a quien le correspondió la movilización de
fuerzas en el centro y la zona poniente. El Palacio de la Moneda y el Barrio Cívico
fue encomendado al general Javier Palacios. El sector sur, desde Avenida
Departamental hasta San Bernardo, fue encomendado al general de la FACH
Mario Viveros. Más al sur operaron las tropas de la Escuela de Infantería y por
último, en la zona norte al Río Mapocho operaron las tropas del Regimiento Maipo
dirigidos por el coronel Felipe Geiger.
La acción de Carabineros, por su movilidad, estuvo sujeta a los focos de
resistencia que aparecieran, así como también, en torno al Palacio de la Moneda.
Al respecto, el general Yovane recuerda que las tanquetas policiales que
encontró Allende al llegar a la sede de gobierno y que aparentemente lo
protegían, fueron dispuestas por él con la misión de retirar todo el armamento
institucional que existía al interior del palacio.544
Por último, los líderes de las distintas fuerzas que actuaron en la operación
militar en Santiago lo hicieron desde distintos frentes. El general Pinochet lo hizo

me correspondía coordinar la próxima Parada Militar. En la mañana del 11 de septiembre el general Benavides me ordenó que tomara
mi puesto y que hiciera cumplir las tareas que estaban en el plan de seguridad porque ese día el Congreso iba a discutir en torno al
eventual desafuero a los congresistas Altamirano y Garretón, frente a lo cual se preveía una violenta reacción de la izquierda que
había que contener.” ENTREVISTA Coronel José Domingo Ramos 17/11/96.-
542 Idem.
543 En ese minuto Ramos comprendió que la operación que él había activado cambiaba de giro y en vez de defender el orden

establecido buscaba derrocar al gobierno. Al respecto Ramos recuerda que pidió la palabra y señaló “...que el caos político no es
responsabilidad de las Fuerzas Armadas restablecerlo, porque para ello hay mecanismos legales. Además señalé que estaba en
desacuerdo con la decisión que habían adoptado los mandos. En ese minuto fue interrumpido por el general Benavides quien ordenó
a todos los oficiales tomar sus puestos y a mí me invitó a quedarme en la sala. Privadamente me pidió que digiera lo que tenía que
decir, reiterándole lo que ya digiera frente a los demás oficiales y añadiendo mi presentación de renuncia a la institución”
ENTREVISTA Coronel José Domingo Ramos. 17/11/96.-
544 En relación a las acciones que realizó Carabineros el 11 de septiembre el general Yovane recuerda que ordenó retirar las

tanquetas y la Guardia de Palacio a las 10:30 AM. Para evitar contraórdenes detuvo a los generales Urrutia y Rubén Alvarez, este
último fue a buscar a Allende a su casa y lo llevó a La Moneda. Las comunicaciones, de acuerdo a la Operación Silencio sólo
permitían que las unidades escucharan las órdenes sin poder contrapreguntar. ENTREVISTA General Arturo Yovane Z. 24/11/96.

151

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

desde la Escuela de Telecomunicaciones de Peñalolén, el general Gustavo Leigh


desde la Academia de Guerra de la FACH, el almirante Patricio Carvajal desde las
dependencias del EMDN y el general César Mendoza desde el edificio de la
Dirección General de Carabineros.

D.4.- Plan Cochayuyo.

En relación a la operación militar que se utilizó en la Primera Zona Naval con


asiento en Valparaíso, la Armada ideó para todas sus zonas navales un plan
institucional que se denominó Plan Cochayuyo, que se complementaba con las
líneas que debía seguir la marinería en aquellas zonas donde asumía el control las
Fuerzas Armadas de acuerdo a las CAJSI.545
Al igual que casi la mayoría de los planes de seguridad interna que se
emplearon el 11 de septiembre, el Plan Cochayuyo fue ideado por la Academia
de Guerra institucional y se activó a partir del supuesto desafuero de los senadores
Altamirano y Garretón.
El Plan Cochayuyo contó de dos partes bien definidas. Una fue la operación
marítima, que correspondió a aquella que llevó a cabo la Escuadra Nacional, y
una segunda, que fue la operación terrestre, en donde las actividades
desarrolladas por la infantería de marina resultaron fundamentales.
En sus líneas centrales, las operaciones marítimas contenidas en el
mencionado plan contaron de dos fases. Una distractiva, que estuvo dirigida por
el comandante Cristian Storaker y otra ofensiva que fue ejecutada por el
comandante Mauricio Poisson.
En relación a la primera de ellas, tenemos que señalar que ésta se inició el
lunes 10 a las 06:00 horas y consistió en la llamada “operación de diversión” que
llevó la Escuadra Nacional rumbo a Caldera, donde supuestamente debería
participar en un ejercicio de la Operación Unitas. Este tipo de operaciones
conjuntas con los marines norteamericanos era una actividad que anualmente
desarrollaba la Armada Nacional. Desde este punto de vista el zarpe de la
Escuadra sería interpretado como una actividad profesional que señalaba a las
autoridades que la Armada estaba preocupada de estas materias y no de
preparar el golpe. Aunque los oficiales de la marina consultados no reconocen
que hubo una coordinación previa con los marines norteamericanos para ejecutar
esta “operación distractiva”, otras fuentes señalan que sí existió tal contacto y que
mientras se desencadenó el golpe la escuadra norteamericana estaba en alta
mar atenta a lo que ocurría en el continente. 546
En relación a la fase ofensiva, ésta se inició a las 05:30 horas del martes 11
de septiembre con el regreso de la Escuadra Nacional hacia sus respectivos
objetivos en la Primera Zona Naval. Esta segunda parte de la operación marítima
contenida en el Plan Cochayuyo, fue confirmada a las 05:40 horas, tras lo cual la

545 Dos son las zonas a nivel nacional donde la Armada le correspondía asumir el liderazgo de las Fuerzas Armadas según la división
de los CAJSI. La Primera Zona Naval de Valparaíso y la Segunda Zona Naval de Talcahuano y Tomé.
546 ENTREVISTA Coronel Carlos Ossandón S. 20/04/96. Los oficiales de la Armada entrevistados para este trabajo niegan el

contacto con los marines norteamericanos.

152

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

tripulación conoció la decisión de las Fuerzas Armadas de deponer el orden


establecido.547
El inicio del plan ofensivo de las fuerzas marítimas fue programado para las
08:30 horas y fue ejecutado de la siguiente manera. El Cocharne fue ubicado
frente al Puerto de San Antonio, el Simpson fue enviado a Laguna Verde, los
barcos Blanco Encalada y Orella se apostaron frente a Quintero y los buques Prat y
Sargento Aldea cumplieron sus funciones en Valparaíso.548
En relación a la operación terrestre que llevó acabo la Armada en la
Primera Zona Naval, ésta fue ejecutada por el contraalmirante Sergio Huidobro
Justiniano, quien recuerda haber acuartelado sus tropas a las 02:00 de la
madrugada del 11 de septiembre, para iniciar la operación terrestre propiamente
tal a las 05:00 AM.549
Entre las tareas que se desarrollaron en la operación terrestre, es posible
señalar la ocupación de la Administración de Aduanas, de los muelles Prat y Barón
y las dos estaciones ferroviarias que se encuentran en Valparaíso. Junto a estas
misiones, cabe mencionar el silenciamiento de las radios oficialistas que se
desprendían de la llamada Operación Silencio presente en el citado Plan
Lautaro.550
Todas las actividades desarrolladas por la Armada en la Primera Zona Naval
fueron coordinadas por el almirante José Toribio Merino desde la Academia de
Guerra Naval. Mientras que en el departamento de Talcahuano y Tomé, en
donde la Armada asume el control de la zona, el Plan Cochayuyo fue ejecutado
por el almirante Jorge Paredes Wetzer.551

D.5. Plan Tijera.

La Zona Militar de Concepción y Arauco a cargo del general de la III


División de Ejército, Washington Carrasco, comenzó a elaborar un plan operativo
conducente a un movimiento militar a partir del mes de junio de 1973. La
coincidencia de esta fecha con la elaboración de otros planes de la misma
naturaleza en otras zonas militares del país, se debe fundamentalmente al
contacto que existía entre un número no despreciable de uniformados quienes
habían acordado “preparar a sus respectivos mandos para una acción mayor que
se pudiera desencadenar.”552
La operación militar con que elaboró la zona militar a cargo del general
Carrasco el 11 de septiembre se denominó “Plan Tijera” en virtud de que las

547 A pesar que los oficiales de la Armada no mencionaron resistencia a esta orden, el coronel de Ejército Carlos Ossandón asegura
que uno de los capitanes de los buques de la Escuadra se negó a regresar e iniciar la operación militar contra el gobierno, siendo
relevado del mando en alta mar.
548 Mayores antecedentes EN: Huidobro; Sergio. Op cit. Pág. 248.-
549 El almirante Huidobro recuerda que les señaló a los comandantes “...que desde ese momento, la Marina de Chile apoyaba un

movimiento de fuerzas de aire, mar, tierra y orden que buscaba derrocar al gobierno de Salvador Allende” ENTREVISTA Almirante
Sergio Huidobro J. 08/10/96.-
550 Huidobro; Sergio. Op cit Pág. 247.
551 El almirante Paredes al retornar a Talcahuano, luego del consejo naval de los días 8 y 9 de septiembre, ya estaba enterado de la

fecha y hora de la operación militar que iniciaría la Armada el 11 de septiembre por lo que no fue necesario avisarle.
552 En este mismo sentido el general Carrasco añade que es deber de todo Comandante tener a su gente preparada. Añadiendo que

“la improvisación en este tipo de profesiones no sirve, y más yo, que sabía lo que podía ocurrir.” ENTREVISTA General Washington
Carrasco. 18/07/95.-

153

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

diferentes operaciones asignadas a cada unidad militar fueron cortadas del


documento original con tijeras para que cada comandante sólo conociera su
misión.553
La planificación de esta operación fue el resultado de una reactualización
del Plan de Contingencia elaborado por las Fuerzas Armadas en general y por la III
División de Ejército con asiento en Concepción y Arauco en particular tras la
nominación de Salvador Allende como Presidente de la Republica en 1970.554 En
este sentido el general Carrasco recuerda que encargó a su Jefe de Estado
Mayor, coronel Luciano Díaz Neira, la reactualización del plan de seguridad
interna de la zona a partir del objetivo de deponer el gobierno de turno.
Al igual que en todos los planes operativos, al Estado Mayor que le
corresponde elaborar la operación debido a la división de las fuerzas que
establecen los respectivos CAJSI, debe seguir los cinco puntos que contempla una
planificación de una operación militar. Si bien es cierto que es natural emplear a
funcionarios activos para realizar estas labores, no deja de ser menos cierto que
existen tareas puntuales que pueden ser desarrolladas por terceros.
En este último sentido una de las preocupaciones de los uniformados en la
ciudad de Concepción giró entorno a la posible reacción del MIR frente a la
intervención militar. Con la finalidad de garantizar el éxito de la operación el
general Carrasco solicitó al capitán ® Víctor Mora-555quien había sido un estrecho
colaborador de Viaux y quien correspondió levantar el Regimiento Tacna el 21 de
octubre de 1969- información acerca de la estructura del MIR en Concepción, con
la finalidad de complementar los datos que el personal de inteligencia de la III
División de Ejército venía registrando entorno a este movimiento y otros de la
misma naturaleza desde hacía meses.556
Esta información, recuerda el general Carrasco y el capitán Mora, fue
coordinada con la que recogió la Armada en Talcahuano, con el fin de neutralizar
la acción del MIR en estas vecinas estructuras militares. De esta forma, añade
Carrasco y el capitán de fragata Hugo Ponce, se explica la nula capacidad de
reacción que demostró el MIR en estas localidades, así como también, la
numerosa cantidad de detenidos que se registró tras la intervención militar en el
Estadio Regional de Concepción y la Isla Quiriquina.557

553 Las Fuerzas Armadas trabajan mucho con lo que se denomina ”compartimentos estancos”, es decir, para evitar que la información
se filtre y que el oficial a quien se le asignó una misión se preocupe sólo de alcanzar la suya, se procede a trabajar de esa forma.
Cada comandante que recibió una misión en el Plan Tijera debía planificar como alcanzar el objetivo encomendado.
554 El general Carrasco recuerda que el Plan Tijera fue una actualización del Plan de Contingencia o Seguridad Interna que se elaboró

para las elecciones de 1970. Si bien es cierto que esa realidad había cambiado una enormidad en tres años, se puso énfasis en la
actualización de la actividad subversiva como una forma de aplacar una eventual reacción.
555 Recordemos que el capitán Mora fue el que levantó el Regimiento Tacna para que el general Viaux se acuartelara el 21 de octubre

de 1969. Tras esta aventura militar Mora residió en Concepción, en donde trabajo primero como subgerente de la Forestal Arauco y
más tarde, bajo el gobierno de la UP, se abocó a la tarea agitadora como vice-presidente de los multigremios penquista y coordinador
de las juventudes políticas de oposición. ENTREVISTA Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
556 El capitán Mora tenía preparación suficiente para realizar labores de contrainteligencia. Además de haber sido militar recibió

instrucción de comando, siendo siempre uno de los mejores alumnos. Para realizar esta tarea, Mora recuerda que se coordinó con un
señor de apellido Santander, segundo hombre de Patria y Libertad en Concepción, con el abogado Fernando Saenger y Hernán
Jiménez Serrano, con los cuales procedió a recopilar la información que le proporcionaron los gremios universitarios. ENTREVISTA
Capitán Víctor Mora V. 12/04/95.-
557 Ambos uniformados justifican estas medidas como una forma a través de la cual se evitó muertes o derramamiento de sangre, ya

que estos grupos no tuvieron posibilidad de reaccionar.

154

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

D.6. Plan Australis.

A diferencia de las restantes guarniciones militares del país, la Región Militar


Austral fue una de las primeras en idear un plan operativo de intervención militar.
La naturaleza de esta operación, debido fundamentalmente a la descoordinación
existente entre los uniformados “putschistas”, fue la de un movimiento militar de
carácter eminentemente local que buscó la reacción de las restantes zonas
militares. De esta forma el relativo aislamiento geográfico de la zona austral fue
explotado por los estrategas de la operación, como un recurso que retardaría
cualquier intento de sofocamiento, así como también, permitiría ganar tiempo
para obtener la adhesión de otras zonas y departamentos militares.558
A partir de lo anterior, es factible concluir que esta operación militar regional
pretendió desencadenar una acción mayor en las Fuerzas Armadas, como lo era
arrastrarlas a derrocar al gobierno. Este movimiento se iniciaría a través de una
declaración de la zona de Magallanes como una “región antidecomiso” que
buscaba terminar con las prácticas expropiadoras que venía practicando el
gobierno de la UP en la región, y frente a las cuales las Fuerzas Armadas tenían
una posición crítica.559
Los orígenes de esta planificación se remontan hacia los meses de marzo-
abril de 1973 cuando la oficialidad joven y media de la región austral se comenzó
a reunir clandestinamente, haciendo extensiva la invitación a los respectivos Jefes
de Estados Mayores institucionales presentes en la región de austral. La
incorporación de este estamento a la conspiración fue determinante en la rapidez
con que se implementó la operación militar en Punta Arenas.560
En efecto, el aporte de esta instancia resulta clave para estructurar con
éxito un plan operativo. Primeramente, recordemos que los Estados Mayores, sean
éstos institucionales o tridimensionales, tienen un carácter eminentemente
planificador. Son ellos los que recaban la información necesaria para que las
respectivas instituciones o las Fuerzas Armadas en su conjunto adopten una
decisión. Por otro lado, los Estados Mayores poseen cualidades operativas, quienes
a través de las respectivas academias de guerra institucionales proceden a afinar
los detalles de un plan.
Por otro lado, la presencia de los respectivos Jefes de Estados Mayores en la
conspiración militar austral, además de otorgar representatividad al movimiento,
por tratarse de los segundos comandantes institucionales, sirvió de enlace con los

558 El general Manuel Torres de la Cruz, entonces Jefe de la Zona Militar Austral y el Jefe de Estado Mayor de la FACH de la región
militar austral, coronel Carlos Castro Suritain, recuerdan que ellos idearon un plan tridimensional conducente a un golpe de estado
local para el 18 de septiembre. Si las demás zonas militares se unían a ellos, mejor, pero si no igual realizarían el movimiento. La
idea original era incitar a las demás a actuar como ellos y llevarlas al golpe.
559 Aquí encontramos un argumento interesante. Las Fuerzas Armadas locales hicieron suyo uno de las banderas de lucha de la

derecha, como lo era la defensa de la propiedad. El hecho de que este haya sido el argumento que utilizarían los militares de la Zona
Militar Austral para justificar el movimiento, nos permite señalar que estos uniformados se levantaron contra el gobierno en defensa de
la propiedad privada. La sensibilidad que expresaron estos militares a esta demanda de la derecha, se puede explicar a partir de la
cercanía que al parecer tuvo el general Manuel Torres de la Cruz con estos sectores, quienes veían en él al líder para encabezar en el
Ejército un movimiento militar que depusiera a Allende.
560 El coronel de la FACH Carlos Castro enfatiza que fueron los oficiales de menor rango los que iniciaron el movimiento en Punta

Arenas.

155

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

oficiales generales a cargo de la región militar austral, aunándose de esta forma


criterios y fuerzas para la acción militar.561
Tras la incorporación de los oficiales generales al movimiento en mayo de
1973, el general Manuel Torres de la Cruz, entonces Comandante de la V División
de Ejército y Jefe de la Región Militar Austral, recuerda que se comenzaron “...a
trazar las primeras líneas de cómo iba a obrar la región militar austral en caso se
produjese un golpe militar.” Si bien es cierto que el objetivo intervencionista
siempre estuvo presente en los oficiales de la región de Magallanes, no deja de ser
menos cierto que la descoordinación primaria que se produjo entre estos oficiales
y la oficialidad “putschista” a nivel nacional, fue determinante para confeccionar
un plan intervencionista con características locales.562
A pesar del carácter regionalista del movimiento militar de Magallanes, éste
requería para su pleno éxito del apoyo de otras zonas militares, especialmente de
las aledañas a ella, con el fin de entorpecer cualquier intento de sofocamiento
desde la capital. En este sentido el general Manuel Torres de la Cruz, Jefe de la
Zona Militar Austral y Comandante de la V División de Ejército, reconoce contactos
con el general Washington Carrasco de la III División de Ejército con asiento en
Concepción y con el coronel Hernán Ramírez Ramírez de la Cuarta División de
Ejército con asiento en la ciudad de Valdivia. Al respecto el general Carrasco
recuerda que el general Manuel Torres de la Cruz envío un emisario con el fin de
ponerlo al tanto de este plan. Sin embargo, Carrasco “rechazo la idea por
considerarla arriesgada al no estar todos de acuerdo.” Cuando el general
Carrasco habla de todos se refiere a los oficiales generales de la capital con los
que tenía contacto.563
A pesar de los contactos que se realizaron entre la oficialidad de la región
militar austral con otras zonas militares del país, el objetivo regionalista del plan fue
abandonado a última hora. El coronel Carlos Castro, Jefe del Estado Mayor de la
FACH en Punta Arenas, recuerda que, ante la confirmación de la operación
militar a nivel nacional el día 11, “...se decidió sumar fuerza a este movimiento con
el plan operativo que se había ideado,” descartándose de esta forma la
operación militar local que se había fijado para el 18 de septiembre. Al respecto,
tanto el general Manuel Torres como el coronel Carlos Castro recuerdan que la
confirmación del golpe llegó por conductos institucionales el día 10 de
septiembre.564
La aplicación de este Plan el 11 de septiembre fue coordinada por el
general Manuel Torres de la Cruz, entonces Comandante de la Zona Militar Austral,
en compañía del contraalmirante Horacio Justiniano Aguirre, Comandante de la III
Zona Naval y el general de Brigada Aérea José Berdichevsky. Con el fin de
garantizar el éxito de esta operación militar los oficiales mencionados ensayaron el

561 En este sentido Castro recuerda que una vez que estuvo bien estructurado el movimiento, por el mes de mayo, se invitó a los jefes
institucionales locales, marginándose de las reuniones a seis u ocho oficiales que no les daban confianza.
562 Otras fuentes insisten en señalar que este carácter localista respondía a un interés del general Torres de aparecer él como el líder

del golpe a nivel nacional, en el entendido de que esta operación local lograría arrastrar a otras zonas militares. Las mismas fuentes
añaden que este golpe es el que identificaba a la derecha.
563 ENTREVISTA General Washington Carrasco. 18/07/95.-
564 El general Manuel Torres añade que el coronel Pedro Ewing avisó en las guarniciones militares dependientes del Ejército de la

siguiente forma: “ Las olimpiadas del Ejército se inician el día 11 a las 06:00 A.M.”

156

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Plan Australis el 5 de agosto del año ´73. El pretexto que utilizaron los uniformados
para explicar el despliege militar, fue un ejercicio conducente a aplicar la Ley de
Control de Armas en la Zona Militar Austral.
Respecto a esta Ley, propiciada por los Comadantes en Jefe y el senador
democratacristiano Juan de Dios Carmona, el general Yovane señala que ella
“...era el arma que nosotros necesitábamos, porque ella nos dio la oportunidad de
allanar y registrar.” Comprobando que la izquierda no tenía las suficientes armas
para iniciar la revolución que ellos pregonaban. “...Muchas (armas) las
andábamos trayendo en nuestros propios vehículos y la lucíamos como de la
izquierda.” Estas armas, añade Yovane, se repetían en los hallazgos descubiertos.
Si nos atenemos a los recuerdos de Yovane, podríamos decir que una de las
grandes preocupaciones de los uniformados fue la reacción de la izquierda ante
una intervención militar, frente a ello esta Ley los facultó para comprobar qué tan
ciertas eran estas preocupaciones. En este mismo sentido los recuerdos de Yovane
indican que esta Ley sirvió para iniciar una campaña publicitaria contra la UP, al
cargarle armas que no poseían.
En el mes de agosto los allanamientos a instalaciones dominadas por la UP
se intensificaron, los más recordados son los de Punta Arenas el 5 del mencionado
mes, en donde falleció un obrero en la Lanera Austral que le correspondió allanar
a la FACH y el otro fue el que practicó el general de la FACH Mario Viveros en la
Empresa Sumar, correspondiente al Cordón Industrial de Vicuña Mackenna. La
intención que se persiguieron estos allanamientos fue diagnosticar la capacidad
bélica de la izquierda para no tener sorpresas el 11 de septiembre.
Si bien es cierto que grupos de izquierda tuvieron acceso a armamento e
instrucción paramilitar, ésta no era suficiente para provocar la reacción armada
que irresponsablemente pregonaron tantos líderes durante ese período y que
engrandecieron los sectores interesados en el golpe para justificar la violencia con
que fue castigada la izquierda en nuestro país. 565

565Para conocer las dimensiones que adquirió la persecución de la izquierda durante los meses que precedieron al golpe, véase:
Síntesis del informe de la Comisión Verdad y Reconciliación. Comisión Chilena de Derechos Humanos/ Centro Ideas, julio de 1991.

157

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

158

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Conclusiones

El actual modelo de relación civil-militar en el que las Fuerzas Armadas


aparecen desempeñando un rol destacado en las tareas del Estado, es uno de los
grandes anhelos que los uniformados lograron materializar tras la “fronda militar”
del 11 de septiembre.
Los orígenes de esta concepción de Estado tiene raíces profundas que son
posibles rastrear desde la profesionalización temprana a la que fueron sometidas
las Fuerzas Armadas en el siglo XIX. En efecto, las nociones supraclasista,
antipartidista y anticomunista heredadas por las instituciones armadas de los
modelos profesionalizadores alemán e inglés se transformaron en los sustentos
ideológicos a través de los cuales los uniformados iniciaron una sostenida
costumbre intervencionista en el escenario político en la pasada centuria.
En efecto, las incursiones militares en el campo político ocurridas con
anterioridad a los procesos profesionalización, carecieron de una cosmovisión
ideológica que surgiera desde el seno de las Fuerzas Armadas y respondieron más
bien al carácter “caudillista” de sus líderes.
Desde este punto de vista es sostenible señalar que iniciado el siglo XX las
Fuerzas Armadas comenzaron a dar muestras del desarrollo doctrinario alcanzado
tras los procesos profesionalizadores. En efecto, la crítica global al modelo
parlamentario que inició la oficialidad joven se debió en gran medida a la
incapacidad de éste para responder a su desarrollo institucional, así como
también, para manejar los problemas propios del país.
El protagonismo político que alcanzaron las Fuerzas Armadas con el golpe
militar de 1924 no estuvo ajeno de conflictos internos. En efecto, la división
horizontal que se registró al interior de las instituciones de la defensa en lo que a
soluciones político-sociales se refiere, así como también, el fraccionalismo interno
con que se expresaron dichas diferencias, se confabularon para terminar esta
fase intervencionista e iniciar el retorno de los civiles al gobierno.
La frustración profesional que significó para los uniformados su experiencia
gubernativa y la consiguiente reacción civilista que se registró durante la década
del treinta, fueron determinantes para inaugurar un período de “enclaustramiento”
castrense que se prolongó debido a la institucionalización del desconocimiento
entre las partes, y cuya expresión fue un modelo de relación-civil militar con
supeditación del aparato militar al civil, alcanzado mediante una maximización
de la sociedad civil a través de sus instituciones gubernamentales, es decir, sin la
apelación de valores y principios de la profesión militar que sustentaran dicho
sometimiento.
La ausencia de lineamientos por parte de la civilidad que les señalara a los
uniformados el rol que les cabía desarrollar como instituciones del Estado dentro
del marco democrático del ´25, fue generando en el seno de las Fuerzas Armadas
un resentimiento hacia la civilidad. En este contexto las instituciones de la defensa
comenzaron a buscar en las experiencias de otras naciones un modelo de
relación civil-militar que considerara a los uniformados en las tareas del Estado.

159

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

A partir de ello algunos sectores al interior de las Fuerzas Armadas iniciaron


un sostenido cuestionamiento hacia el modelo de relación civil-militar entonces
vigente, que se expresó en fallidos “putsch”, como el “ariostazo” de 1939, el
complot de “las patitas de chancho” en 1948 y “línea recta” en 1955.
El estallido de la “Guerra Fría” y la consiguiente delimitación de las áreas de
influencia por parte de las super potencias, brindó a las Fuerzas Armadas la
oportunidad de hacer suyo un proyecto militar en boga, acorde a sus anhelos y
necesidades profesionales. Sin embargo, la adopción de este modelo de
seguridad nacional por parte de las Fuerzas Armadas significaba el inició de un
proceso de modernización tecnológica e ideológica que requería del compromiso
y apoyo de la civilidad, debiendo renunciar con ello a su “autoenclaustramiento”
y abrir canales de comunicación con el mundo civil.
La indiferencia con que reaccionó la civilidad ante las peticiones de
aumento del presupuesto de defensa o ante la importancia que podría significar
para el país el apoyo de las Fuerzas Armadas en materias relacionadas con la
seguridad, acentuaron la frustración profesional en éstas, la que se expresó en
algunos sectores castrenses en el reinició de las conspiraciones y los fallidos
intentos intervencionistas.
Junto a la indiferencia de demostró la civilidad hacia las necesidades
profesionales de los uniformados, su desprecio hacia las Fuerzas Armadas se
expresó también en el desinterés colectivo hacia las nociones de seguridad
nacional que abrazaron los militares. En efecto, los temas sociales así como los
ideales “pacifistas” formaban parte de los discursos políticos de la época.
En este contexto se inscribe la vehemencia con que la oficialidad joven
reclamó la atención de la civilidad representada por el gobierno. El idealismo de
los oficiales jóvenes y la fuerza con que penetraron en ellos las nuevas
cosmovisiones militares proveniente desde Norteamérica, provocaron una
diferencia generacional con el resto de la oficialidad, que no sólo se expresó en la
forma y conductos a partir de los cuales llamar la atención civil, sino también, en
como se materializaría el protagonismo que debían desempeñar las Fuerzas
Armadas en el contexto de la seguridad nacional.
Protestas y velados movimientos militares como “el manifiesto de los
tenientes”, “la reunión de la pilsener”, “las renuncias”, “el movimiento José Miguel
Carrera”, el “Tacnazo” y el movimiento militar de marzo de 1970 se constituyeron
en las principales expresiones del malestar de la oficialidad joven, que por lo
demás buscó afanosamente “aliados” en el mundo civil a partir de los cuales
construir una plataforma de apoyo ante una eventual intervención militar.
De todos los sectores políticos consultados por los uniformados, el único que
presentó un proyecto de país cercano a las ideas de la seguridad nacional fue el
Partido Nacional, el que se encontraba disconforme con la permisividad del
modelo democrático hacia las ideas marxistas y los grupos anti-sistémicos.
El triunfo de la izquierda en la elección presidencial de 1970 agudizó aun
más estas disconformidades con el modelo, a las que se sumaron los grupos
conservadores del centro político. En este marco estos sectores civiles vieron en las
Fuerzas Armadas la posibilidad de impedir el acceso de Salvador Allende al
gobierno

160

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

La situación que vivían las instituciones de la defensa hacia este período,


luego de la continua efervescencia que manifestó la oficialidad joven, era
delicada. El leve triunfo que había alcanzado la concepción democrática de la
seguridad por sobre la autoritaria, luego de un fugaz pero intenso enfrentamiento
que terminó con el fracaso del “Tacnazo”, se transformó en un muro de
contención para los llamados a la intervención por parte de algunos grupos civiles,
quienes iniciaron una sostenida presión e infiltración hacia las Fuerzas Armadas que
terminó con el asesinato del general René Schneider en octubre de 1970.
El compromiso y participación de sectores civiles despreciados por la
oficialidad joven en el complot que frustró el asesinato del general Schneider,
determinó su automarginación de este movimiento y su posterior disolución ante la
persecución que realizó hacia ellos el SIM. Desde este punto de vista al iniciarse el
gobierno de la UP no existían al interior de las Fuerzas Armadas grupos organizados
que buscaran sabotear su gestión, lo que no quiere decir que el acceso al
gobierno de una coalición de partidos con elementos marxistas no se constituyera
en un llamado de alerta para los uniformados a la luz de conceptos de seguridad
entonces vigentes.
En efecto, el modelo de relación civil-militar que hasta entonces se venía
practicando por los sucesivos gobiernos desde 1932 sufrió modificaciones bajo el
gobierno de la UP. Al respecto habría que precisar que dos fueron las
circunstancias que condicionaron este cambio en las pautas de la relación civil-
militar. En primer lugar la imposibilidad de la UP de conformar una mayoría
nacional que respaldara la gestión de su abanderado, lo que significó adoptar
una política militar cautelosa hacia las Fuerzas Armadas. Y en segundo lugar, el
nuevo perfil de Comandante en Jefe que surgió al interior de las Fuerzas Armadas
luego del “Tacnazo”.
Desde este punto de vista es sostenible plantear que la conjunción de
intereses por parte del gobierno civil y las Fuerzas Armadas al iniciarse la UP
auguraba una armónica relación entre las partes. Sin embargo, hubo
circunstancias coyunturales que terminaron por trastocar el modelo de relación
civil-militar, tales como, la participación de los militares en el gobierno, el
congelamiento de los planes modernizadores a raíz de la debacle económica y
los intentos de infiltración de las Fuerzas Armada. Estos puntos de quiebre que
se registraron en la relación gobierno y Fuerzas Armadas, reflejan también la
pérdida del equilibrio de las fuerzas que apoyaban el modelo democrático del
´25, el que al dejar de concitar consenso en las mayorías buscó ser cambiado por
aquellos sectores políticos disconformes, resultando la intervención militar uno de
los caminos mediante el cual era posible alcanzar este objetivo.
La situación que se vivió al interior de las Fuerzas Armadas durante el
período de crisis del modelo democrático del ´25 fue un fiel reflejo de lo que se
vivió en la sociedad civil hacia el mismo período. En efecto, el aprovechamiento
que realizaron algunos de estos sectores de las diferencias surgidas entre las
Fuerzas Armadas y el gobierno, con el fin de llevar a los uniformados a
protagonizar un golpe de estado, se expresó en deliberación e insubordinación en
las instituciones de la defensa, siendo la oficialidad joven y media los sectores en
donde penetró con mayor fuerza el discurso sedicioso, siendo el “Tancazo” del 29
de junio de 1973 un ejemplo de ello.

161

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Este último hecho es sin lugar a dudas clave para comprender la última
parte de esta crisis de Estado. A pesar del fracaso del movimiento de junio, éste
tuvo su utilidad para las mentes que urdieron el 11 de septiembre. En efecto, el
inmovilismo con que reaccionó la izquierda y el comportamiento de los
uniformados que no habían dado muestras de identificación con la conspiración
contra Allende, fueron alicientes para continuar con los planes de derrocar a la
UP.
Durante este último proceso la oficialidad constitucionalista fue asediada
por sus compañeros “putschistas”, o para que se sumaran al movimiento o para
que dejaran el camino libre a quienes querían protagonizarlo, no importando los
mecanismos y las estrategias que se utilizaron para ello.
En forma paralela la oficialidad que desempeñó claves funciones
planeadoras desde los Estados Mayores y que estaba decidida a intervenir en el
campo político se abocó a la misión de ultimar los detalles de la operación militar.
En este mismo sentido la postura intervencionista que adoptaron amplios
sectores de la oficialidad de las Fuerzas Armadas estuvo supeditada al apoyo
explícito de los sectores civiles interesados en derrocar a la UP. Desde este punto
de vista la declaraciones de inconstitucionalidad del gobierno realizadas por la
Cámara de Diputados, la Contraloría General de la República, la Corte Suprema y
las agrupaciones gremiales, entre otras, se inscriben dentro de este interés de los
militares de comprometer a la civilidad en el paso que iban a dar las Fuerzas
Armadas, siendo de esta forma posible afirmar que el intervencionismo castrense
se expresó sólo cuando tuvo en sus manos el apoyo de gravitantes sectores civiles.

162

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Bibliografía

1.- Fuentes Primarias:

1.1.- Documentos impresos:


1.1.1.- Diarios y Revistas

Diario El Ilustrado.
Diario El Mercurio.
Diario El Mercurio de Antofagasta.
Diario Estrella del Norte.
Diario La Segunda.
Diario Las Noticias de Ultima Hora.
Memorial del Ejército de Chile.
Revista de Carabineros de Chile.
Revista El Debate.
Revista El Desfile.
Revista Chile Hoy.
Revista Ercilla.
Revista Hoy.
Revista de Marina.
Revista Patria y Libertad.
Revista Punto Final.
Revista Tacna.
Revista Tizona.

1.1.2.- Documentos y Cartas

Boletín de Sesiones del Senado.

Estatutos del Frente Nacionalista Patria y Libertad.


Fundamentos Doctrinarios y Programáticos del Partido Nacional.
General Sergio Castillo Aránguiz 03/08/68 al 27/10/69. (inédito)
Ley Orgánica de Carabineros de Chile.
Relación de los hechos referidos al alzamiento de parte del personal del
regimiento blindado nº2 C.J.E. (reservado)
Síntesis del Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación.

1.2.- Entrevistas

1.2.1.- Uniformados

Acuña Faúndez Lionel. Coronel de Carabineros.


Baeza Michelssen Ernesto. General de Ejército.
Cabezas Gacitúa Patricio. Mayor de Ejército.

163

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

Carrasco Fernández Washington. General de Ejército.


Castro Suritain Carlos. Coronel FACH.
Castillo Aránguiz Sergio. General de Ejército.
Catalán Polanco Víctor. Teniente de Ejército.
Domic Uros. Coronel de Ejército.
Fuenzalida Verdugo Edgardo. Coronel de Ejército.
Guerrero Pedro. Coronel FACH.
Herrera Latoja Francisco. General FACH.
Huidobro Justiniano Sergio. Contraalmirante.
Mora Valladares Víctor. Capitán de Ejército.
Munizaga Newman Raúl. Teniente de Ejército.
Nieraad Fernando. Capitán de Ejército.
Ossandón Sánchez Carlos. Coronel de Ejército.
Ponce Gutiérrez Hugo. Capitán de Fragata.
Ramos José Domingo. Coronel de Ejército.
Rodríguez Ervaldo. General de Ejército.
Sepúlveda Squella Mario. General de Ejército.
Torres de la Cruz Manuel. General de Ejército.
Valdés Martínez Ramón. General de Ejército.
Viaux Marambio Roberto. General de Ejército.
Viveros Avila Arturo. General de Ejército.
Viveros Avila Mario. General FACH.
Yovane Zúñiga Arturo. General de Carabineros.

1.2.2.- Civiles

Bulnes Sanfuentes Francisco. Senador Partido Nacional.


Dávila Basterrica Juan. Activista grupo Tacna.
Gallardo Gallardo Luis. Activista grupo MIA
Gumucio Rafael Agustín. Senador Demócrata Cristiano.
Hurtado Juan Eduardo. Dirigente Patria y Libertad.
Prado Benjamín. Senador Demócrata Cristiano.
Serrano Cavaría Juan. Dirigente Patria y Libertad.
Ubilla Miguel. Dirigente Patria y Libertad.

II.- Fuentes Secundarias:

164

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

2.1.- Libros:

- Arellano Iturriaga; Sergio: Mas Allá del Abismo. Un Testimonio y una Perspectiva.
Editorial Protección, Santiago, 1985.

- Arriagada; Genaro: El Pensamiento Político de los Militares. Impresor Salesianos,


Santiago, 1985.

- Alvarez; Rolando. Cruces; María Angélica. López; Eduardo. Pérez; David.


Santibáñez; Filomena. Vergara; Verónica. Villalobos; Daysi. De Ariosto Herrera al
General Viaux: Un Estudio de los Complot Militares en Chile. 1939-1969. Instituto
Profesional de Estudios Superiores Blas Cañas, 1994.

- Barahona Urzúa; Pablo, Domic; Jurak, Garrido Rojas; José, Ibáñez Santa María;
Gonzalo, Mac-Hale; Tomás, Miranda Carrigton; Sergio, Riesle Contreras; Héctor:
Fuerzas Armadas y Seguridad Nacional. Ediciones Portada, Santiago, 1973.

- Burdieu; Pierre: La Distinción. Criterios y Bases sociales del Gusto. Editorial Taurus,
Madrid.

- Canessa Robert Julio. Quiebre y Recuperación del Orden Institucional en Chile. El


Factor Militar 1924-1973. Editorial Emérida, Santiago, 1995.

- Carvajal Prado; Patricio. Téngase Presente. Ediciones Arquén, Valparaíso, 1989.

- Documentos Secretos de la I.T.T. Editorial Quimantú, Santiago, 1972.

- Charlín; Carlos: Del Avión Rojo a la República Socialista. Editorial Quimantú,


Santiago 1972.

-Dobry; Michel. Sociología de las Crisis Políticas. Centro de Investigaciones


Sociológicas, Madrid.

- Drake; Paul. Socialismo y Populismo en Chile 1936-1973. Instituto de Historia.


Universidad Católica de Valparaíso, 1992.

- Fruhling; Hugo, Portales; Carlos, Varas, Augusto. Estado y Fuerzas Armadas. Flacso,
1982.

- Garcés; Joan: Allende y la Experiencia Chilena. Las Armas de la Política. Ediciones


BAT, Santiago, 1990.-
- Huidobro Justiniano; Sergio. Decisión Naval. Imprenta de la Armada, Valparaíso,
1989.

- Huntington; Samuel. El Soldado y el Estado. Teoría Política y Relaciones Cívico


Militares. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1995.

165

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

- Huerta Díaz; Ismael: Volvería a ser Marino. Editorial Andrés Bello, Santiago, 1988.

- Jarpa; Sergio Onofre. Creo en Chile. Sociedad Impresora de Chile, Santiago,


1973.
- Joxe; Alain: Las fuerzas armadas en el sistema político chileno. Editorial
Universitaria, Santiago, 1970.
- El Caso Schneider. Editorial Quimantú, Santiago, 1972.-
- El Libro Blanco del cambio de Gobierno en Chile. Secretaría General de
Gobierno, Santiago, 1974.-

- Magnet; Alejandro. Nuestros Vecinos Justicialistas. Editorial Pacífico,


Santiago,1985.

- Maldonado; Carlos. Entre Reacción Civilista y Constitucionalismo Formal: Las


Fuerzas Armadas Chilenas en el Período 1931-1938. Flacso, 1988.

- Marras; Sergio. Confesiones. Editorial del Ornitorrinco, Santiago, 1988.-

- Marras; Sergio. Palabra de Soldado. Editorial del Ornitorrinco, Santiago, 1989.-

- Martínez; Rodolfo. Historia de la Fuerza Aérea de Chile. Imprenta Fuerza Aérea,


Santiago, s/f.-

- Merino Castro; José. Bitácora de un Almirante Memorias. Editorial Andrés Bello,


Santiago, 1999.-

- Molina Johnson; Carlos. Chile. Los Militares y la Política. Editorial Andrés Bello,
Santiago, 1989.-

- Morales; Mario. Administración Policial: Principios de Autoridad y Responsabilidad


en Carabineros de Chile. Universidad de Chile, 1993.-

- Moulian; Tomás. La Forja de Ilusiones. El Sistema de Partidos 1932-1973. Arcis-


Flacso, 1993.-

- Moulian; Tomás. Fases del Desarrollo Político Chileno entre 1973-1978. Flacso,
1982.-

- Moulian; Tomás, Vergara; Pilar: Estado, Ideologías y Políticas Económicas en Chile:


1973-1978. Estudios Cieplan, Santiago, 1980.-

- North; Liisa. Los Militares en la Política Chilena. Universidad de York, s/f.-

- Olavarría; Arturo. Confesiones Políticas. Editorial Zig Zag, Santiago, 1958.-

- Opazo; Cristian: Frei, Allende y la Mano de la CIA. Informes del Senado de los
Estados Unidos. Editorial del Ornitorrinco, Santiago, 1990.-

166

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

- Orrego Vicuña; Claudio (editor): Siete Ensayos sobre Arturo Alessandri Palma.
Icheh, Santiago, 1979.-
- Pinochet Ugarte; Augusto: El Dia Decisivo. 11 de septiembre de 1973. Empresa
Periodística La Nación, Santiago, 1979.-
- Prats González; Carlos: Testimonio de un Soldado. Memorias. Editorial Pehuén,
Santiago, 1985.-

- Quiroga; Patricio, Maldonado; Carlos: El Prusianismo en las Fuerzas Armadas


Chilenas. Ediciones Documentas, Santiago, 1989.-

- Ramírez Necochea; Hernán: Las Fuerzas Armadas y la Política en Chile (1810-


1970). Casa de las Américas, La Habana, 1984.-

- Sáez; Carlos. Recuerdos de un Soldado, El Ejército y La Política. Editorial Ercilla,


Santiago, 1934.-

- Spengler; Oswald. Años de Decisión Editorial Ercilla, Santiago, 1937.

- Stepan;Alfred. The Military in Politics. Princeton University Press, 1974.

- Sunkel; Guillermo. El Mercurio: 10 años de Educación Político-Ideológica 1969-


1979. Estudios Ilet. Santiago, 1983.-

- Toro Dávila; Agustín: La Seguridad Nacional. Universidad de Chile, Documento nº


2 s/f.-

- Uribe; Armando: El Libro Negro de la Intervención Norteamericana en Chile. Siglo


XXI Editores, Buenos Aires, 1974.-

- Valdivia; Verónica: Las Milicias Republicanas: Los Civiles en Armas 1932-1936.


Centro de Investigaciones Barros Arana, Biblioteca Nacional, Santiago, 1992.-

- Valdivia; Verónica. Nacionalismo e Ibañismo. Serie de Investigaciones.


Universidad Católica Blas Cañas, Santiago, 1995.-

- Valdivia; Verónica. El Nacionalismo chileno en los años del Frente Popular (1938-
1952.)Serie de Investigaciones. Universidad Católica Blas Cañas, Santiago, 1995.-

- Valdivia; Verónica. Camino al Golpe: El Nacionalismo a la Caza de las Fuerzas


Armadas. Serie de Investigaciones. Universidad Católica Blas Cañas, Santiago,
1996.-

- Valenzuela; Arturo. El Quiebre de la Democracia en Chile. Flacso, 1989.-

- Varas; Florencia. Conversaciones con Viaux. Impresiones Eire, Santiago, 1972.-

167

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006
UNIVERSIDAD DE CHILE
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLITICA David Pérez Carrillo (*)

- Varas Florencia. Leigh el General dicidente. Editorial Aconcagua, Santiago, Chile,


1979.-

- Varas; Augusto, Aguero; Felipe, Bustamente; Fernando. Chile, Democracia y


Fuerzas Armadas. Flacso, 1980.-

- Varas; Augusto, Agüero; Felipe. El Proyecto Político Militar. Flacso, 1984.-

- Vial Correa; Gonzalo. Historia de Chile. Editorial Santillana, Santiago, 1994.-

168

INAP DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 82


SEPTIEMBRE 2006

Vous aimerez peut-être aussi