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El problema de las vibraciones inducidas por la voladura de rocas es uno

de los retos principales a los que se enfrentan los directivos de las


empresas mineras, tanto subterráneas como superficiales. Además de la
fragmentación y deformación en el macizo rocoso, existen una serie de
efectos secundarios como las proyecciones de roca, nubes de polvo,
ondas aéreas, ruido y formación de vibraciones sísmicas.

Para el especialista de la Cámara Minera del Perú, Carlos Agreda


Turriate: “El dominio de la energía necesaria en los explosivos
permite llegar a un grado de precisión bastante alto en la voladura. A
lo que se apunta en el trabajo minero es a detonar y fragmentar el
macizo rocoso, pero sin hacer daño a las áreas remanentes a la zona
de detonación. Esto también es una preocupación constante,
especialmente, cuando se tienen que efectuar voladuras de rocas
cercanas a chancadoras, plantas, oficinas, construcciones,
comunidades etc. En este caso se debe calcular la cantidad exacta de
material detonante para evitar daños colaterales”.

La tendencia en la actualidad es aumentar el diámetro de los taladros para


detonar mayor tonelaje por disparo y obtener como ventaja mayor
eficiencia del equipo minero, de esta manera se disminuye el número de
estas descargas y sus consecuentes efectos negativos, como las
vibraciones que causan daño a los taludes de los bancos en el yacimiento,
a las oficinas, a los equipos, etc. Para realizar esto es necesario tener un
mayor control, porque al aumentar el diámetro de los taladros se va a
incrementar, también, el tonelaje de explosivos cargados en el interior, lo
cual va a producir mayor cantidad de vibraciones al macizo rocoso.

La medición de las vibraciones ayuda a estimar la probabilidad de daño


que la roca puede sufrir. El monitoreo permite determinar la velocidad
crítica en cada uno de los materiales del terreno, para conocer los límites
máximos permisibles de vibración sin causar daño al macizo rocoso
remanente, esto se puede utilizar como una herramienta de diagnóstico,
para definir el grado de interacción entre las variables de la voladura así
como predecir las vibraciones producidas por estallidos futuros.

En cuanto a los métodos de monitoreo que se pueden aplicar existen el


cross hole o medición de onda, el cual permite conocer cuántos kilos de
explosivo se pueden detonar en un mismo instante cerca de una pared
para no generar daño por voladuras. Otros a los que se recurre es a los
reportes rutinarios de voladuras electrónicas con sismógrafo, mediante el
uso de sismógrafos y geófonos colocados en zonas estratégicas del tajo
para llevar un registro de las vibraciones registradas por voladura. Por
último, se recurre al seguimiento de vibraciones en poblados y
comunidades cercanas.

Además de controlar y monitorear las vibraciones generadas la voladura


de rocas, las empresas se apoyan en el desarrollo de la tecnología para
reducir al máximo este efecto. Por ejemplo, se utilizan los sistemas
electrónicos de voladuras, los cuales permiten una precisión 1000 veces
mayor y un timing significativamente más flexible que los detonadores
tradicionales, además, un mejor control energético. Utilizado
adecuadamente, permite ganancias significativas a través de la mejora de
la fragmentación, formación de pilas, reducir el sobrequiebre y controlar
las vibraciones.

Teniendo en cuenta las opiniones de algunos especialistas en voladura de


rocas, para controlar, mitigar y reducir las vibraciones en el macizo rocoso
se puede recurrir a dos técnicas. La primera es “reducir el peso de la carga
explosiva por retardo”, para esto se puede utilizar disparos secuenciales,
emplear cargas explosivas espaciadas, hacer uso de taladros de menor
diámetro y dividir el banco.

El otro procedimiento es el de “proveer alivio”. Para conseguir esto se


procede a medir la cara libre del banco para determinar el burden y la altura
del banco, asimismo, es necesario remover cualquier material rocoso que
se encuentre en el piso de los bancos, disminuir el diámetro de los taladros,
usar retardos adecuados para la malla de perforación y voladura diseñada,
evitar la superposición de ondas y utilizar detonadores y retardantes en los
cuales la dispersión sea mínima, es decir, que tengan buena precisión.

Como muestra de la preocupación y la relevancia que tiene para las


empresas mineras el control de la voladura y las vibraciones, podemos
citar el caso de la Compañía Minera Gold Fields La Cima, con su Unidad
Minera Cerro Corona, situada en el distrito de Hualgayoc (Cajamarca).
Debido a la problemática socio-ambiental, que es una realidad en todo el
país cuando se habla de minería, la compañía cuenta con la asesoría de
la empresa Geoblast en el tema de voladura. El aporte de esta
organización consiste en el diseño de mallas y amarres de voladura,
orientado a buscar la mayor fragmentación posible del disparo a
efectuarse.

La otra contribución de Geoblast está en el monitoreo de vibraciones en


Hualgayoc. Esto quiere decir, que una vez realizados los diseños, los
trabajadores se dirigen al distrito minero próximo a la explotación para
mediar las vibraciones. Para esto Gold Fields La Cima dispone de una
caseta de Monitoreo Participativo, la cual cuenta con la presencia de los
ingenieros de Geoblast, representantes de la Municipalidad de Hualgayoc,
notario público y toda persona de la comunidad que desea participar.
Gracias a esta alianza estratégica, la empresa minera está en camino de
solventar la molestia socio-ambiental originada por las vibraciones en
Hualgayoc y ha mejorado la fragmentación deseada del macizo rocoso.

A modo de conclusión podemos señalar que en los últimos años las


empresas mineras han aumentado su interés por resolver aquellos
aspectos de su actividad que pueden ocasionar trastornos en las
comunidades próximas. Asimismo, la preocupación creciente por el control
de la voladura les ha permitido optimizar la fragmentación y con ello la
rentabilidad de la actividad minera.

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