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LEY DE LA RETRIBUCIÓN O LEY DE LA SIEMBRA Y

LA COSECHA
(SECCIÓN 1)

Sobreedificando sobre el fundamento Cristo

Art. 1 – TODOS LOS HIJOS TENEMOS PARA SEMBRAR

Leamos primero el verso base de este estudio en Gálatas 6:7-8,


el cual el apóstol nos ha dado para revelarnos la clave del tema de este
estudio de hoy que dice: [7] No seáis engañados, Dios no es
burlado. Porque cuanto siembre un hombre, eso también
cosechará; [8] pues el que siembra para la carne de él mismo, de
la carne cosechará corrupción, pero el que siembra para el
Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Como observarás a lo
largo de todo este estudio, es necesario que entiendas las
consecuencias o cosecha de la siembra de tu semilla en
cualquier aspecto que lo hagas.

Hoy, comenzaremos este estudio relacionado a la ley espiritual


de la siembra y la cosecha que viene como consecuencia, estudio que
haremos en varias secciones. Como todos ustedes conocen, una ley
siempre se compone de varios incisos o secciones. Pero hoy estaremos
estudiando una de las leyes del Espíritu, no de las leyes del antiguo
pacto o de las leyes de los hombres. Este estudio amados bendecidos
del Señor, es sumamente importante para todo los creyentes o hijos de
Dios, porque por medio de él reconoceremos las consecuencias de todo
lo que sembramos durante nuestro peregrinar en el planeta Tierra.
Recordada que vivimos en un sistema relativo, donde todo se rige por
leyes, tenemos las leyes naturales que rigen el universo, la ley del
pecado que fue quitada, pero delante de Dios y la ley del Espíritu de vida
en Cristo, que es la que se manifiesta ahora en este orden relativo del
planeta tierra, en TODOS los hijos de dios en el conocimiento de su
revelación.

Art. 1.1 – EL JUSTO VIVE POR FE

Como preámbulo al estudio, es primero necesario que


entendamos sin ningún lugar a dudas lo que significa lo dicho por el
apóstol Pablo en Romanos 1:17. El apóstol nos está revelando lo
profetizado por Habacuc 2:3-4 que dice como sigue: [ 3] Aunque la
visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y
no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá,
no tardará. [4] He aquí que aquel cuya alma no es recta, se
enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. En Romanos 1:17 el
apóstol nos revela lo siguiente: Porque la justicia de Dios en
él es revelada de fe a fe, así como está escrito: El justo por la fe
vivirá.

Nos continúa revelando el apóstol con relación a este asunto en


Gálatas 3:11-12 lo siguiente: [11] Y que por la ley nadie es
justificado para con Dios, es evidente, pues el justo por fe
vivirá; [12] pero la ley no es por fe, sino que el que haga las
cosas estas, vivirá por ellas. Finalmente nos revela el apóstol Pablo
en Hebreos 10:37-39 lo siguiente: [37] Porque aún un poco, muy
poco tiempo, y el que viene vendrá y no se retrasará. Esas
palabras del apóstol ya son historia con respecto a nosotros hoy en el
año 2003 porque que ya todo eso ocurrió en el año 70, cuando ocurrió la
destrucción de Jerusalén y su templo que es lo mismo que Cristo le uso
visiblemente fin a ley o antiguo pacto. Nos revela el verso [38] mas el
justo de mí, a base de fe vivirá, y si se vuelve atrás, no se
complacerá el alma de mí en él. [39] Mas nosotros no somos de
retirada para destrucción, sino de fe para conservación del
alma.

Art. 1.2 – LA LEY NO ES POR FE

Precisamente este último verso nos introduce a la revelación final


de todo el asunto en el próximo verso de la epístola, la definición de la fe
en el nuevo pacto dada en Hebreos 11:1. Recuerda de nuevo las
palabras del apóstol en Gálatas 3:12 pero la ley no es por fe, sino
que el que haga las cosas estas vivirá por ellas. Es importante esta
observación, porque la fe es total y radicalmente opuesto a lo que dice
la ley. Veamos Hebreos 11:1 Y es la fe, de lo que se espera base
segura, de realidades prueba convincente que no se ven. Como
habrán observado hasta este punto mis amados, en la ley se caminaba
conforme a lo que se veía, a lo que se oía y a lo que se palpaba. En el
nuevo pacto por el contrario todo es por fe. Durante el período de
transición entre los dos pactos era necesario ejercer la paciencia como
base o fundamento seguro de lo que se esperaba, porque se vivía en fe
esperanza. Ahora ejercemos la paciencia en la convicción o seguridad
de ver por el hombre interior la realidad espiritual que la carne y la
sangre no pueden ver, porque la carne o alma y la sangre o cuerpo
biológico, no heredaron en el reino de Dios, 1 a los Corintios 15:50,
ahora vivimos en fe consumada porque todas las cosas ya fueron
restauradas por el Señor para siempre, ya no hay marcha hacia atrás.
Art. 1.3 SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS

Por tanto, es necesario que entendamos que: 1ro. La vida del viejo
hombre, Adán, se experimenta a través de lo que se ve, se oye y se
toca. 2do. La vida del segundo Adán se experimenta a través de los que
nos se ve porque es espíritu. Por eso, todas nuestras cosas en el
Espíritu son por fe. Es necesario visualizar que el tema de este estudio
nos introducirá a percibir por la fe, que todo lo que recibimos es el
producto de todo lo que sembramos o hacemos. Es la ley de este
orden espiritual que se manifiesta en este orden físico en que vivimos.

También nos revela el apóstol en Hebreos 11:6b mas sin fe es


imposible agradar a Dios; porque es menester que el que se
acerca a Dios crea que existe y a los que inquieren por él
galardonador se hace. Por tanto, Dios te dice por todas estas
palabras, que es imposible darle algo a él en fe si no esperas nada como
resultado de tu ofrenda; ya sea que siembres semilla monetaria para
difundir el evangelio de la gracia o para tu bienestar. Sea que siembres
semillas para la carne que trae como resultado destrucción o para el
Espíritu que trae vida eterna. Recuerda el consejo del apóstol en
Colosenses 3:17 Y todo cuanto hagáis de palabra o de obra,
haced todo en el nombre del Señor Jesús

Art. 1.4 – LAS MALAS SEMILLAS PRODUCEN FRUTOS MALOS

Quiero amado que observes que paralelamente, el Consolador que


se manifestó a través del Apóstol Pablo, nos enseña tanto nuestra
responsabilidad de sembrar semilla financiera para animar y edificar la
obra ministerial de difundir el evangelio, como sembrar para todo lo que
haces en tu vida diaria. Nada queda sin fruto, porque como enseñó
Cristo en los días de su carne, también las malas semillas producen
árboles malos que a su vez cosechan frutos malos, como registran sus
biografías según Mateo 7:17-20; 12:33 y Lucas 6:43-45.

Art. 1.5 – RESPONSABILIDAD DE TODO SOBREEDIFICADOR

Mi responsabilidad como sobreedificador sobre el fundamento


del apóstol es recordarte lo que enseña esta ley espiritual con relación a
la siembra, tanto de tu semilla financiera, como la de tu semilla de
beneficio diario personal para la carne o para el Espíritu. La semilla de la
carne, las obras de tu propia justicia que sólo pueden ser por la ley, o la
semilla de Espíritu, las obras preparadas por Dios de antemano para que
andes en ellas.

Amados, una cosa les estoy recordando. Es necesario que


siembren de su semilla financiera en el ministerio que les está
enseñando toda la verdad del evangelio de la gracia para que
esas buenas noticias sean recibidas también por otros
creyentes, para que tengan la oportunidad de recibir la misma
información que el Señor te ha dado a ti a través de este
ministerio. Recuerden y tengan en mente, que para llevar este
mensaje a todo los hijos de Dios en este planeta es necesario
utilizar los diferentes medios de comunicación existentes que
requieren inversión.

Es por tanto la oración al Señor Jesús Cristo de todos los que


componemos este ministerio, que toda vuestra semilla, dada
voluntariamente y conforme a lo que el
Señor ponga en vuestros corazones con alegría, sea multiplicada
conforme a la promesa del Señor; y lleve fruto en abundancia al 30
al 60 y 100 por uno para la gloria del nombre de nuestro Dios y Padre
Eterno Jesús Cristo, a quien sea la gloria por toda la eternidad. Escriban
a nuestro ministerio y déjennos saber lo que ocurre en medio de
ustedes ahora que conocerán este principio espiritual en forma
consciente.

Art. 1.6 - DUALIDAD EN EL PLANETA TIERRA

Como observarás del material que sigue, tanto Cristo en los días
de su carne, como Pablo nuestro apóstol, por medio de quien el
Consolador nos dio apostolado a todos los creyentes de esta edad eterna
en que vivimos en el reino de Dios, porque Pablo es el único apóstol para
este pacto, nos enseñan las verdades espirituales usando las verdades
agrícolas con la que se sostiene la naturaleza.

Es una verdad sencilla pero absolutamente cierta: Dios multiplica


nuestras semillas, que pueden ser nuestro dinero o nuestras obras, lo
que decimos o hacemos, ya sea para la carne o para el Espíritu. Si
sembramos semillas para la carne, para el hombre exterior o viejo, el
fruto o manifestación serán las obras muertas de la carne, Gálatas 5:19-
21. Si por el contrario sembramos semillas para el hombre interior, el
hombre espiritual o segundo Adán, segaremos o cosecharemos el fruto
del Espíritu, Gálatas 5:22-23.

Solamente en el ciclo de la cosecha agrícola aplica el aumento


del treinta, del sesenta y del ciento por uno. Ningún sistema humano te
garantiza multiplicar de manera constante lo que siembras o invierte
con estos resultados; pero este principio Dios lo puso como ejemplo en
el ciclo de la cosecha del sistema agrícola. Al leer muchas de las
enseñanzas de Cristo en los días de su carne verás que muchas de ellas
giran alrededor de estos principios, aunque el propósito es para
enseñarnos las grandes verdades espirituales del reino.
Recuerden bendecidos: primero es lo natural y luego lo
espiritual, 1 a los Corintios 15:46. Dios puso todas las cosas como
ejemplo o figura en el orden natural que estableció primero. El primer
Adán por ejemplo, fue figura del que había de venir y ya vino, el
cual es Jesús Cristo, Romanos 5:14; porque el primer Adán era
terrenal, solamente un alma viviente, mientras que el segundo Adán es
del cielo y es un Espíritu vivificante, la nueva creación en que vivimos
ahora en el nuevo pacto, 1 a los Corintios 15:45-49.

Art. 1.7 – EJEMPLO DE LA SIEMBRA INICIAL

Te voy a repetir de nuevo la idea, porque es sumamente


importante amados bendecidos, que entiendan que este maravilloso
principio que Dios puso para la multiplicación de la siembra en la
agricultura, es el mismo principio que opera espiritualmente para todos
los hombres en todo lo que siembran. No en balde dice Génesis
1:11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, que dé
semilla; árbol que dé fruto según su género, que su semilla esté
en él, sobre la tierra. Y fue así. Lo mismo dice del verso 18 al 25 con
relación a las aves, los reptiles, peces y demás animales, todo según su
género y según su especie. En el orden del nuevo pacto en los nuevos
cielos y la nueva tierra sucede lo mismo, todo se multiplica conforme a
su semilla.

Art. 1.8 – ACTITUD PARA LA SIEMBRA

Pablo nuestro apóstol hace la siguiente comparación por medio de


lo revelado en 2 a los Corintios 9:6 Y esto digo, el que siembra
escasamente, escasamente también segará, y el que
siembra generosamente (en griego eulogíais), generosamente
también segará. La palabra griega eulogíais significa exactamente en
bendiciones. Estas palabras del apóstol nos enseñan que la cantidad
de fruto recogido será directamente proporcional a la cantidad de
semilla sembrada. Si observa la siembra de un agricultor, verás que esto
es absolutamente cierto. El tamaño de la cosecha dependerá de la
cantidad de semillas sembradas. Creo que de una cosa podemos estar
seguro, el propósito de estas palabras del apóstol no fueron para darle a
los hermanos de la iglesia de Corinto una explicación de cómo
multiplicar su semilla agrícola. El propósito era en este caso, enseñarles
a multiplicar su semilla financiera.

Si leemos el capítulo 9 desde el principio, veremos que empieza


hablándoles a los hermanos del tema de la ayuda financiera para los
santos. Les dice que los de Acaya estaban preparados desde el año
anterior a esa carta que estaba escribiendo; y encomia a los hermanos
de Corinto por su celo en este hacer que había estimulado a la mayoría,
verso 2. También les dice que les había mandado a unos hermanos de
parte de él, verso 3, para asegurarse que todo estaba en orden no fuera
que si algunos hermanos de Macedonia viajaran con el apóstol a Corinto
los hallaran desprevenidos, verso 4. El apóstol quería evitarles una
vergüenza si no estaban preparados realmente para darle al apóstol la
ayuda financiera prometida voluntariamente, verso 5. Es entonces
cuando dice las palabras citadas en el verso 6.

En el verso 7 el apóstol invita a los hermanos para que cada uno


dé como se propuso en el corazón, no con tristeza o por
necesidad; porque al alegre dador ama Dios. Dios ama al dador
alegre porque él mismo nos dio todas las cosas con alegría y sin
necesidad. Nos hizo herederos de todas las cosas, Gálatas 3:29 y Tito
3:7; e inclusive él mismo se dio por nosotros hasta la muerte para que
nosotros fuéramos reconciliados con él de nuevo eternamente. El Señor
se hizo pobre al humillarse en un cuerpo de humillación como
nosotros estábamos, para que por su pobreza nosotros
recibiéramos la riqueza o tesoro del Espíritu en estas vasijas de
barro, 2 a los Corintios 8:9. Por tanto, para cosechar fruto financiero en
abundancia, es necesario sembrar semillas de finanzas.

Art. 1.9 - SEMBRAR SEMILLAS PRODUCE MULTIPLICACIÓN DE


FRUTOS

Continuemos leyendo en 2 a los Corintios 9:8 que dice: Y puede


Dios toda gracia hacer abundar en vosotros, para que en todo
siempre toda suficiencia teniendo abundéis para toda obra
buena. De acuerdo a esta revelación del apóstol, se nos invita a dar una
porción de nuestras finanzas para que la palabra de Dios corra, para que
el evangelio de la gracia por medio del ministerio del apóstol Pablo sea
dado a conocer siempre a todos los niños que vienen al planeta tierra a
participar del proyecto encarnación.

El apóstol dice que se nos dará en abundancia para lo que


necesitamos y para que tengamos suficiente, inclusive para dar y para
sembrar de nuevo alegremente. Es el mismo principio que nos enseña
Cristo en los días de su carne en forma adelantada cuando dijo: Dad, y
os será dado; una medida excelente, apretada, remecida,
rebosante, darán al regazo de vosotros; porque con la medida
con que midáis, os será medido a cambio, según registrado en la
biografía según Lucas 6:38.

El Señor es el único que nos garantiza pagarnos de esa manera


tan radical, ¿usted se imagina recibir ganancias de 30, 60 y hasta 100
por uno? Eso es lo que él dice según registrado en la biografía según
Mateo 13:8 Mas otras cayeron sobre la tierra de buena calidad y
daban fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. Hermanos,
este principio que aplica a los creyentes que somos frutos de la siembra
del Señor, también aplica a todo lo que nosotros sembramos con
nuestras semillas. Recuerden bendecidos, todo depende del tipo de
semilla que sembramos y del tipo de terreno donde la sembramos.

Art. 1.10 - LA RESPONSABILIDAD DE LA RECOMPENSA ES DE


DIOS

Dice el apóstol Pablo en Romanos 4:4 Mas al que trabaja, el


salario no es contado como favor, sino como deuda, eso es lo que
sucede con todo lo que tu siembras, todo te es contado como deuda y
como hay una regla o principio de gratificación ordenado por Dios, el te
paga conforme a eso. En cambio, si a tu salvación tratas de aplicarle el
mismo principio como hace el sistema religioso, recibiría la paga que
tenía el pecado: la muerte, como sucedía con la ley o antiguo pacto,
porque tu justicia delante de Dios era como trapo de inmundicia como
dice el profeta Isaías 64:6.

Por eso te recuerda el apóstol en Romanos 4:3 lo que dice la


Escritura en Génesis 15:6 Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado
para justicia. Abraham nada hizo en absoluto, la fe que ejerció en todo
lo que Dios le dijo no fue una inversión o siembra de Abraham,
simplemente le creyó a Dios por la fe o semilla de Dios puesta en él. Por
eso es que la fe (don o regalo de Dios) no le fue contada
como deuda sino como gracia o favor. Eso es lo que te revela el apóstol
Pablo en Romanos 4:1-4 y Gálatas 3:6-7.

Por esa razón te revela en Romanos 4:5 el significado de lo que


esas palabras significan: mas al que no trabaja, pero cree en el que
justifica al impío, es contada la fe de él para justicia. Estas
palabras concuerdan con las palabras proféticas dadas por David en el
Salmos 32:2 y que el apóstol explica y registra en los versos 6 al 8 que
dicen: [6] como también David dice la bendición del hombre a
quien Dios atribuye justicia sin obras: [7] Dichosos aquellos de
quienes fueron perdonadas las iniquidades y de los que
fueron cubiertos los pecados; [8] dichoso el varón de quien de
ningún modo imputará el Señor el pecado.

Se dan cuenta bendecidos, de la inmensa bendición dada a


nuestro padre Abraham. Recibió la herencia más grande, le fue dada la
bendición de todas las naciones a través de su simiente, quien es Cristo.
Por tanto, Dios se responsabiliza personalmente de recompensar y
multiplicar nuestra siembra y nos regaló sin que nada tuviéramos que
hacer la vida eterna en él.
Art. 1.11 – EL PROPÓSITO DE LA SIEMBRA

Dios nos da la oportunidad de sembrar continuamente luego de


recibir o cosechar el fruto de cada siembra. Nuestra siembra es
ilimitada, podemos hacerla cuantas veces queramos. Pero recuerden
amados, si siembra finanzas para el reino, Dios te dará en abundancia
para ti y para que des a otros. Si siembras para tu carne recogerás las
obras muertas de la carne que son para destrucción. Pero si siembran
para el Espíritu, recogerán el fruto del Espíritu para vida. También es
importante que entiendan, que cada vez que siembran finanzas, activas
el ciclo que nos revela el apóstol Pablo en 2 a los Corintios 9:8 porque se
cumple el propósito de esa siembra:

1. Esas finanzas en el ministerio apropiado es utilizada para


predicar el evangelio de la gracia.

2. El Señor suple abundantemente para nuestras necesidades.

3. El Señor hace que sobreabunde nuestro fruto recogido para


darle alegremente a todos los demás, a quienes con esa acción
enseñamos como es la vida en el reino de Dios en el cual vivimos.

Art. 1.12 - TESTIFICAMOS LA JUSTICIA DEL SEÑOR

Continúa el apóstol diciendo en 2 a los Corintios 9:9 Conforme


ha sido escrito: Esparció, dio a los pobres, la justicia de él
permanece para siempre. Recuerden bendecidos que dijimos
anteriormente que en 2 a los Corintios 8:9 el apóstol nos reveló que el
Señor nos enriqueció con su pobreza. Eso es lo mismo que el apóstol nos
está recordando aquí ahora. El Señor dio a los pobres, que somos los
dichosos o bendecidos que también Cristo mencionó en los días de su
carne cuando dijo: Dichosos los pobres en el Espíritu, pues de
ellos es el reino de los cielos. La justicia de Dios permanece para
siempre porque dio con alegría, con amor, desinteresadamente. No se
aferró a su condición de Dios para venir a este planeta y humillarse
delante de los hombres. Si nosotros sembramos finanzas, nuestro
tiempo, nuestras habilidades, etc. para que otros reciban las buenas
nuevas de que son herederos de esa justicia, somos partícipes de esa
misma justicia de Dios en Cristo.

Art. 1.13 - TODOS TENEMOS PARA DAR

[10] Y el que suministra semilla al que siembra, también


pan para comida suministrará y multiplicará la sementera de
vosotros y aumentará los productos de la justicia de
vosotros; [11] en todo siendo enriquecidos para toda
liberalidad, la cual produce mediante nosotros acción de gracias
a Dios, 2 a los corintios 9:10-11.

Muchas veces escuchamos decir a los hermanos que conocen la


gracia decir: no tengo suficiente dinero para dar, lo que traduce a
confesar o afirmar a Dios no les ha dado finanzas para dar. En el sistema
religioso los niños dan mayor cantidad porque dan conforme a la ley y
creen que Dios se lo va a multiplicar y que eso les garantiza salvación.
Pero sea Dios verás y todo hombre mentiroso, Romanos 3:4.

El Señor siempre nos ha provisto de todas las cosas incluyendo las


finanzas para que sembremos para su reino. El problema es que la
mayor parte de las veces, hemos sido mal enseñados a administrar
como mayordomos lo que se nos ha confiado. Distribuimos y utilizamos
incorrectamente las finanzas que se nos han confiado. Hemos sembrado
la semilla financiera completa en cosas que no edifican. Lo peor del
caso, es que ni reciclamos ni invertimos las finanzas que administramos,
para que continúen cosechando más finanzas, como enseña esta ley.

Art. 1.14 – DIOS HACE ABUNDAR TODA GRACIA EN TI

Pero recordemos lo revelado por el apóstol en 2 a los Corintios


9:8 que dice: Y puede Dios toda gracia hacer abundar en
vosotros, para que en todo siempre toda suficiencia teniendo
abundéis para toda obra buena. Este es el remedio, que volvamos al
camino correcto, que nos entremos a lo que Dios ordena y sembremos
de nuevo nuestra semilla en forma adecuada como Dios ordena para
que recibamos el fruto de esa siembra.

Art. 1.15 – RECICLA LAS SEMILLAS RECIBIDAS

Es necesario que aprendamos a reciclar esas semillas conforme a


los principios espirituales del reino de Dios. ¿Recuerda la parábola que
titulan de los talentos dónde tres personas reciben una cantidad de
dinero por su Señor mientras él estaba lejos para que ellos negociaran?
Te haré hincapiés en el tercero de los hombres, el que recibió un denario,
que quizás pensarás que fue una cantidad de dinero pequeña, pero en
realidad es el equivalente a varios miles de dólares en nuestros días.

Este hombre no utilizó el dinero para su uso personal, él tomó el


dinero y lo enterró por miedo para no perder un solo centavo. Este
hombre le entregó a su Señor hasta el último centavo cuando lo llamó a
saldar su cuenta, pero fue duramente reprendido por su Señor por no
tener iniciativa, por no tomar siquiera un pequeño riesgo seguro. Lo más
sencillo era poner o sembrar el dinero de su Señor en el banco para que
el banco lo reciclara y le pagara a ese dinero los intereses; es decir, le
cosechara una ganancia por lo menos mínima, porque en el reino de
Dios todo se multiplica. No supo aplicar los principios espirituales del
reino. Eso es precisamente lo que te estoy recordando a ti en este
momento en la mente de Cristo que todos los creyentes tenemos.

Art. 1.16 - LA SEMILLA DE FE ES UN PRINCIPIO ETERNO

Ese fue el principio que el Señor utilizó en la eternidad al poner por


obra el pacto que es antes de los tiempos de los siglos: el nuevo pacto
en Cristo. El Señor nos sembró como semillas en esta dimensión física
que no es otra cosa que un pedazo de eternidad cuantificada que
llamamos tiempo y espacio. Este ha sido el principio que Dios ordenó
como una ley inclusive para el orden natural, para que se propagaran
todas las formas de vidas que él creó en este planeta desde el principio.
Este orden lo vemos cumplirse por tanto mediante la siembra de una
semilla de fe tanto en el reino vegetal, en el reino animal como en el
reino humano. El reino de Dios fue prometido mediante la promesa de la
siembra de una semilla de fe, la simiente de la mujer que es la misma
simiente de Abraham, registrada en Génesis 3:15. Recuerden la
enseñanza del grano de trigo sembrado que es Cristo en los días de su
carne, que produjo todo el trigo que somos todos los hijos de Dios,
biografía según Lázaro, el discípulo amado, cuyo libro es llamado por
error Juan 12:24.

La Iglesia es el producto, el fruto o cosecha de esa siembra


inicial de un solo grano de trigo que fue Jesús, que como
observarás según vayamos estudiando todas las secciones de esta ley,
cumplió en él toda la ley de la siembra y la cosecha. Esa promesa dada a
nuestro padre Abraham está registradas en las Escrituras en Génesis
12:2-3 y revelada cumplida por el apóstol Pablo en Gálatas 3:29.

Gracias a este principio de la siembra de la semilla de fe


establecido por Dios, se cumplió la promesa dada a la mujer que
es la misma dada a Abraham, cuyo producto o cosecha es la
Iglesia de Dios que es para siempre.

De igual manera sucede con la semilla de fe financiera si la sembramos


en la forma que Dios ha establecido y que estaremos estudiando en las
secciones que vendrán a continuación de esta introducción. Esa fue la
forma en que Dios se comprometió a multiplicar nuestra sementera,
nuestra siembra financiera con respecto a él. Es un sistema bancario
que no falla como veremos más adelante y el único que es garantizado
contra colapsos o bancarrotas. Recuerden que Dios permanece para
siempre así como el cumplimiento fiel de todo lo que él prometió. Sólo
tenemos que ejercer la fe de Abraham en todo lo que hacemos o
sembramos, solo tenemos que creerle a Dios, porque ya la gracia nos
fue contada por justicia en todos los aspectos de nuestras vidas en
Cristo Jesús. ABBA PADRE.

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