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L A CIENCIA Y L A TECNOLOGÍA D E L PETRÓLEO:

SITUACIÓN A C T U A L Y P E R S P E C T I V A S F U T U R A *
E N MÉXICO
LEOPOLDO GARCÍA-COLÍN SCHERER-

C u a n d o uno considera concienzudamente


en toda su a m p l i t u d , el problema de l a edu
cación de l a j u v e n t u d de u n a nación, l a
vidas truncadas, las esperanzas derrotadas
los fracasos nacionales que surgen de l a fri-
v o l a inercia con que se ha abordado estf
problema resulta difícil contener u n a i r a sal
vaje. E n las condiciones de l a v i d a moderna
la regla es absoluta: u n a raza que no sabe
v a l o r a r l a inteligencia entrenada, está conde-
n a d a . N i todo su heroísmo, n i todo su en-
canto social, n i todo su ingenio, n i todas eus
victorias terrestres y marítimas pueden cam-
biar de l u g a r el dedo del destino. E n el pre-
sente subsistimos; en el futuro l a ciencia h a -
brá dado u n paso más y sobre el j u i c i o que
entonces se pronuncie sobre los ignorantes,
no habrá apelación alguna.

SIR ALFRED N . WHITEHEAD

INTRODUCCIÓN

L A C I E N C I A Y L A T E C N O L O G Í A del petróleo constituyen u n a de las actividades


más complejas que l a mente h u m a n a h a desarrollado en los últimos cien
años. C o m o ciencia es, indudablemente, u n a de las más interdisciplinarias.
E n ella intervienen todas las ciencias básicas; matemáticas, física, química y
biología; l a lista de ciencias aplicadas que aportan su contribución es larga
de enumerar pero abarca desde l a geofísica y l a geología hasta l a electró-
nica, l a economía, l a sociología y laá ciencias de l a administración. C o m o
tecnología está compuesta de l a m u l t i t u d de procesos que constituyen las
cinco fases principales en que podemos subdividir l a producción y transfor-
mación industrial del petróleo: l a exploración, l a explotación, l a refinación,
l a petroquímica y l a investigación y desarrollo. E s posible que en cuanto a

* M i e m b r o d e l C o l e g i o N a c i o n a l y ex subdirector del Instituto M e x i c a n o del P e -


tróleo.

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c o m p l e j i d a d y diversidad sólo compita con ella l a ciencia y l a tecnología del


espacio que tan notable desarrollo h a tenido en las tres últimas décadas.
D e aquí se desprende, de manera obvia, que es u n a labor imposible p a r a
u n a sola persona, y en u n espacio reducido, poder hablar con autoridad de
todas y c a d a u n a de las actividades que componen esta importante r a m a
del conocimiento h u m a n o .
E l objetivo p r i n c i p a l de este trabajo es, pues, u n tanto modesto. S i n e n -
trar e n u n a exposición detallada de todos los temas se desea presentar, a l no
especialista en l a m a t e r i a , u n a idea m u y somera de cuáles son los ingredien-
tes científicos y técnicos más relevantes que se emplean en las tecnologías
más utilizadas en las cuatro primeras fases que constituyen l a producción
i n d u s t r i a l ya citadas en el párrafo anterior. E n seguida se intenta exponer,
también de manera breve y cualitativa, cuál es nuestra posición m u v p a r t i -
c u l a r en cuanto a l a potencialidad actual del país p a r a poder asimilar, re-
p r o d u c i r y desarrollar nuevos procesos en las diferentes fases de l a u t i l i z a -
ción d e l petróleo. U n a evaluación mucho más detallada nos permitiría, en
p r i n c i p i o llevar a cabo u n a cuantificación más objetiva del c a m i n o a seguir
p a r a lograr u n a independencia tecnológica a l menos parcial congruente
con nuestros recursos humanos, materiales y'económicos. Pero esta labor no
podría llevarse a cabo de m a n e r a i n d i v i d u a l y sería por lo tanto presuntuoso
a d o p t a r u n a posición p r o i e t i c a respecto a los puntos de vista aquí vertidos
Consecuentemente, deben tomarse éstos como indicativos de l a situación que
prevalece en nuestros medios técnicos y científicos, pero ciertamente no son
l a última palabra a l respecto.
P a r a facilitar l a lectura del documento, se h a d i v i d i d o el trabajo en siete
secciones. L a s cinco primeras corresponden a las fases más importantes de
l a tecnología petrolera; l a exploración, l a explotación, l a refinación, l a pe-
troquímica y l a investigación y desarrollo. L a sexta sección contiene algunos
comentarios sobre l a i m p o r t a n c i a que tiene l a investigación básica en l a c i e n -
c i a d e l petróleo, u n aspecto que se h a ignorado totalmente en México. L a
séptima y última sección están destinadas a exponer las conclusiones gene-
rales que pueden extraerse de las secciones anteriores. C a d a sección está d i v i -
d i d a esencialmente en dos partes, u n a donde se plantean los principios y
métodos más relevantes a c a d a fase, y otra donde se expone l a opinión m u y
personal del autor con respecto a nuestro potencial tecnológico actual y a l -
gunas de sus perspectivas futuras.

I. EXPLORACIÓN

Desde hace y a varias décadas se conocen c o n precisión las técnicas más


socorridas p a r a l a localización de mantos petrolíferos y en general de m a n -
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tos acuíferos, minerales y de otros recursos naturales no renovables. D i c h a :


técnicas son las geológicas y las geofísicas. L a s primeras están basadas esen
cialmente en l a correlación de datos que pueden obtenerse del estudio, tantc
de capas horizontales como verticales, del subsuelo, de microfósiles, contenido
de minerales, sedimentos en diferentes capas geológicas, formaciones estruc-
turales de dichas capas y otras. D i c h o estudio conduce a lo que se l l a m a u r
conocimiento de l a geología del subsuelo. Estas técnicas geológicas h a n sidc
rápidamente superadas p o r las geofísicas aunque sismen siendo u n valióse
a u x i l i a r de ellas. L a s técnicas geofísicas se basan primordialmente en medi-
ciones realizadas en l a superficie terrestre de ciertas cantidades físicas y l o -
calizaciones, a través de dicha información, de subestructuras o formaciones
específicas que se encuentran en el subsuelo. H a y métodos, como l a magne-
tometría o l a gravemetría que n o requieren d e l control de mediciones de
fenómenos que ocurren a p r o f u n d i d a d , e n tanto que otros, los más eficaces
y rápidos sí requieren de dicho control Estos últimos m u y usados en l a
actualidad, se basan, como p r i n c i p i o general, en el envío de u n a señal que
sirve como sonda, a l interior de l a tierra y ' e n observar cómo es afectada
por las diferentes'capas que l a constituyen. P a r a estudiar y analizar dichas
alteraciones es necesario conocer las propiedades físicas y químicas de esas
capas, lo que requiere de métodos u n tanto sofisticados. L a señal emitida
por el observador regresa a éste después de haber sufrido dichas alteraciones
p a r a ser analizada por métodos adecuados. L a interpretación geofísica de los
datos obtenidos es m u y compleja y dista m u c h o de ser u n a ciencia exacta.
E n esencia, lo que se hace es eliminar t o d a aquella información que es inser-
vible (ruido) y de l a restante u n tanto a l a m a n e r a como u n médico pro¬
cede mediante el examen de radiogramas, se procede a obtener u n diagnós-
t i r n r o n resnertn a la nnsihle existencia de mantos netrnlíferns Para l W a r
l d i c h o diagnóstico se reouiere además de7n^conocimiento b a c a n t e rfre
ciso de los principios físicos involucrados en los mecanismos que producen
la a l t r r a r i A n d P la ,nnHa P T , l a , r a ™ , t p r r ^ t r r , A P rnnnrimirrvL L f , , ^ ™
n 'ZTx^tZlT^ m m n snn Ía teoría de l a r ^ S ^ ' ^ n S í S

L a pregunta que se desea plantear es si existe actualmente en México l a


infraestructura técnica y científica capaz de absorber, adaptar y, de ser posi-
ble, desarrollar tecnologías en l a r a m a de l a exploración. Conviene m e n -
cionar, antes de d a r u n a respuesta, que e l costo involucrado en e l desarrollo
de estas tecnologías es elevadísimo. P o r o t r a parte, países como los Estados
U n i d o s , l a Unión Soviética, F r a n c i a , A l e m a n i a y otros, los h a n llevado a u n
grado de perfección t a l que sería p a r a nosotros utópico pensar que podría-
mos evolucionar, dentro de u n plazo de tiempo razonable, hasta alcanzar u n
n i v e l competitivo c o n ellos, a u n c u a n d o dispusiéramos de los recursos
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económicos necesarios, que no es el caso. México no cuenta, en este m o -


m e n t o , con t a l infraestructura por lo menos p a r a el desarrollo de este tipo
de tecnologías y es dudoso que l a tengamos, inclusive, p a r a absorberlas y
adaptarlas. P o r ejemplo, el estado que guarda en el país l a geofísica, como
una c i e n c i a a p l i c a d a a l a problemática de l a exploración, es m u y incipiente;
las compañías nacionales que h a n sido sus usuarias no se h a n preocupado
n u n c a en entrenar gente con l a formación adecuada p a r a lograr estas metas.
B a s t a , por ejemplo, examinar documentos como el elaborado en 1970 por el
desaparecido Instituto N a c i o n a l de l a Investigación Científica (ver cita
bibliográfica 6) y preguntarse, casi ocho años después, si las medidas allí
sugeridas fueron realmente llevadas a cabo y qué consecuencias h a n tenido
en l a consolidación de nuestra infraestructura científica y tecnológica.
V i e n d o hacia el futuro y d a d a l a corta v i d a que, se estima, les queda a
los recursos naturales no renovables de este planeta, l a inversión requerida
y el t i e m p o necesario p a r a l a formación de estos cuadros humanos no re-
sultan ser compatibles. Sería pues m u c h o mejor optimizar l a adquisición de
dichas tecnologías formando técnicos y científicos capaces de entender el
detalle del "saber c ó m o " con objeto de poder estar a l tanto de sus i n n o v a -
ciones. Esto permitiría c o m p r a r el mínimo necesario p a r a operar y estar
en condiciones de adoptar y m e j o r a r los procesos involucrados, con base en
las características locales, sin tener que depender p a r a ello de los vendedores.
P a r a citar u n ejemplo ilustrativo, el procesamiento e interpretación de los
datos geofísicos obtenidos en l a exploración d e l petróleo era, hasta hace esca-
samente cinco años, totalmente realizado en los Estados U n i d o s . E l p r i m e r
centro de procesamiento se instaló en el Instituto M e x i c a n o del Petróleo
( I M P ) en 1972 con lo cual se logró reducir parcialmente esta dependencia
tecnológica. S i n embargo, surge todavía l a pregunta de, si aunada a l a insta-
lación de este centro, existe u n p r o g r a m a p a r a entrenar gente que entienda
c ó m o operan en detalle todos estos sistemas ( s o f t - w a r e ) y no se limite a
verlos únicamente como cajas negras que sólo sabe manejar en f o r m a r u t i -
n a r i a . E n ese caso se podría m e j o r a r y adaptar esos sistemas sin depender
totalmente de l a compañía vendedora de dicho proceso. S i éste no es el
caso, sólo aprenderemos a utilizar equipos costosos y sofisticados y c o n t i n u a -
remos dependiendo de las innovaciones tecnológicas realizadas en el e x t r a n -
jero, pagando por ellas precios m u y elevados.

II. EXPLOTACIÓN

L a explotación de u n m a n t o petrolífero está integrada por varias etapas,


cada u n a de las cuales presenta características m u y específicas que intenta-
remos describir de m a n e r a m u y general.
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C o m o u n a regla común, el petróleo se encuentra habitualmente acompa¬


ñado por gas, constituido por mezclas de hidrocarburos volátiles otros c o m -
ponentes y agua. Esto obliga a los geólogos y a los ingenieros petroleros
a estudiar los diferentes modos de comportamiento de estas tres substancias
en las capas interiores de l a tierra. D i c h o estudio requiere de nuevo del uso
de técnicas geológicas y geofísicas p a r a caracterizar al medio, generalmente
poroso, que contiene el petróleo y l a influencia que sobre éste ejercen el
agua y el gas, los cuales p r o d u c e n presiones m u y elevadas. Estos estudios son
básicos para decidir l a técnica de perforación y l a distribución de pozos en
un determinado campo. E l objetivo p r i m o r d i a l es utilizar a l máximo l a
presión que el gas y el agua, si ésta existe, ejercen sobre el petróleo como u n a
fuente de energía p a r a expulsarlo h a c i a l a superficie a través del medio
poroso que lo rodea. E l aprovechamiento de esta energía potencial, que en
f o r m a natural existe en el m a n t o , p a r a l a extracción del petróleo, recibe el
nombre de recuperación p r i m a r i a . Constituye pues u n a fase crítica en l a
ingeniería de yacimientos.
A g o t a d a esa energía, el petróleo deja de fluir en forma natural hacia l a
superficie y es necesario, entonces, recurrir a métodos artificiales p a r a extraer
el remanente. E n nuestro país es difícil cuantificar l a proporción de petróleo
que h a quedado sin extraer de los yacimientos perforados en el pasado, pero
es dudoso que por recuperación p r i m a r i a se h a y a obtenido l a cifra máxima
que se puede obtener por los métodos modernos de l a ingeniería petrolera
que es del orden del 8 0 % de l a reserva total. E l uso de métodos artificiales
p a r a recuperar el petróleo remanente en u n yacimiento se conoce como r e c u -
peración s e c u n d a r i a . L o s más usuales son el bombeo mecánico, l a inyección
de fluidos miscibles o inmiscibles, y l a combustión i n s i t u . E l primero es poco
eficiente y suele utilizarse como u n p r i m e r recurso después de que el campo
agotó su p r o p i a energía. E l más utilizado es el de l a inyección de fluidos
inmiscibles como agua dulce salmuera agua salada y otros E n México son
los más comunes y hasta, l a fecha se opera con ellos en varios distritos petro-
leros como Poza R i c a , L a V e n t a y otros de l a zona sur. L a combustión
i n s i t u hasta donde el autor conoce, no se a p l i c a con frecuencia pues re¬
quiere de tecnologías u n tanto sofisticadas.
De esta exposición podemos extraer u n conjunto de cuestiones que requie-
ren de u n conocimiento a m p l i o p a r a poder llevar a cabo de manera eficiente
la explotación. Éstas s o n :

a) L a caracterización físico-química del medio poroso que contiene a l


m a n t o petrolífero.
b) L a caracterización física del gas y el aceite en el yacimiento: presión,
temperatura, composición, etc.
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c) E l flujo de u n fluido, miscible o inmiscible c o n el petróleo, a través


de u n medio poroso.
d) L a distribución y las características de los pozos p a r a l a explotación
y p a r a l a inyección de fluidos.
e) L a s técnicas específicas de l a perforación determinadas por las propias
características del subsuelo que rodea a l yacimiento.
f) L o s problemas técnicos inherentes a c a d a u n a de las etapas de l a ex-
plotación.
Estas cuestiones y otras más determinan el contexto dentro del cual debe-
mos f o r m u l a r l a m i s m a pregunta que hicimos en l a sección anterior relativa
a nuestra autosuficiencia tecnológica en esta r a m a . L a infraestructura téc-
n i c a y científica d e l país contrastada con el notable avance en el desarrollo
de las tecnologías de l a explotación en países como los E U A y l a Unión
Soviética nos ubica en u n a situación m u y similar a l a descrita en l a r a m a
de l a exploración. E n nuestro medio sería preferible formar cuadros sólidos
de expertos en estas áreas con objeto de optimizar l a c o m p r a de tecnologías,
su adaptación y actualización, que realizar inversiones m u y costosas v quizás
estériles, dentro de u n a escala de tiempo razonable, que tuviesen como obje-
tivo f i n a l desarrollar tecnologías propias. Problemas como los mencionados
en los incisos ( a ) , (b) y ( c ) , corresponden a temas de l a ciencia y l a inge-
niería en los cuales escasamente se hace investigación en México y no existe,
hasta l a fecha, u n p r o g r a m a sólido y objetivo que tienda a subsanar estas
deficiencias.
S i además tomamos en cuenta que en el futuro m u y próximo l a mayor
parte de l a exploración y explotación del petróleo se harán en l a plataforma
m a r i n a con sus consecuentes complicaciones tecnológicas y costo mucho más
elevado, sería m u y aventurado pensar que en 20 o 30 años más lograremos
i g u a l a r , y mucho menos competir, con l a potencialidad tecnológica de los
países desarrollados.

III. REFINACIÓN

E l petróleo c r u d o o, simplemente, crudo como se encuentra en su f o r m a


n a t u r a l contiene u n a proporción m u y r e d u c i d a de los hidrocarburos que son
adecuados p a r a su uso inmediato como componentes de l a gasolina y otros
combustibles. Esto tiene como consecuencia que se le someta a u n a serie de
tratamientos químicos, conocidos como refinación y en los cuales varios h i -
drocarburos que se encuentran en el crudo son transformados en otros más
deseables.
E n general, el desarrollo e instalación de los procesos de refinación re-
quiere de inversiones económicas m u y elevadas y en l a actualidad existen
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varias de ellas; las más conocidas son, el c r a c k i n g (o desintegración) térmi-


co y catalítico, l a hidrodesulfuración, l a polimerización, l a reformación, l a
alquilación y l a hidrogenación. U n a característica general de estos procesos
es que l a ingeniería básica u operaciones unitarias en que están basadas, no
h a sufrido modificaciones substanciales en las últimas décadas. E n el caso de
los procesos catalíticos, son los catalizadores mismos los que se modifican
constantemente pues de su eficiencia y duración depende, en g r a n m e d i d a ,
el éxito o bondad económica del proceso. P o r otra parte, son muchas las
grandes compañías extranjeras que se dedican a fabricarlos y t a n frecuente
es su modificación que p a r a u n país como el nuestro no tiene caso compe-
tir en desarrollar catalizadores propios, excepto en aquellos casos que así lo
ameriten por características m u y particulares del crudo o crudos nacionales.
Esta conclusión es u n a de las experiencias más concretas de varios grupos
dedicados al estudio de este p r o b l e m a en el I M P . U n ejemplo típico cons-
tituye l a hidrodesulfuración o remoción del azufre de u n crudo. L a mayoría
de los crudos nacionales tienen u n a proporción relativamente alta de c o m -
puestos sulfurados cuya eliminación es necesaria antes de l a refinación por
varias razones, u n a de ellas es que el contenido de azufre en l a gasolina no
rebase ciertos límites c o n objeto de m i n i m i z a r l a contaminación atmosférica
por producción de dióxido de azufre o anhídrido sulfuroso ( S 0 ) . Esta e l i -
2

minación se puede hacer parcialmente por hidrogenación y l a restante por


medio de procesos catalíticos a base de catalizadores u n tanto singulares.
L a s tecnologías p a r a l a fabricación de estas catalizadores, como p a r a el p r o -
ceso mismo se h a logrado desarrollar en el I M P y constituye l a base de u n a
buena parté de l a refinería de T u l a .
Situaciones similares ameritan ser examinadas con cuidado, p a r a lo cual
se cuenta con u n a experiencia razonable y potencial h u m a n o adecuado para
lograr resultados decorosos. S i en los procesos de refinación no se intenta
m o d i f i c a r l a ingeniería básica d e l proceso si no sólo el catalizador se pueden
obtener resultados favorables en l a reducción del costo del proceso. P o r otra
parte resulta difícil p a r a nosotros intervenir en el primer aspecto pues no
tenemos n i l a infraestructura técnica, n i l a experiencia necesaria.
P a r a finalizar esta sección conviene subrayar el hecho de que en l a actua-
l i d a d existen grupos de Ingeniería de Proyectos en P E M E X , el I M P . Bufete
Industrial y otras corporaciones que están ampliamente capacitadas para
instalar nuevas plantas químicas, en particular de refinación, donde no haya
modificaciones sustanciales en l a ingeniería básica de los procesos i n v o l u -
crados. Esto es, sobre u n paquete de procesos comprado en el exterior se
integra, por decirlo así, l a p l a n t a en México. L a consolidación y diversifica-
ción de estos núcleos pueden, y de hecho y a lo hacen, reducir considerable-
mente el costo d e r i v a d o de l a .compra de tecnologías. Además, el I M P y
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otras instituciones cuentan con grupos de químicos con experiencia en l a sín-


tesis de catalizadores.
V i e n d o h a c i a el futuro, se debería estimular el crecimiento de estos grupos,
así c o m o l a creación de equipos de ingenieros especializados en l a investiga-
ción y diseño de procesos químicos, pues sólo entonces tendremos acceso,
p r i m e r o a l a comprensión de los mecanismos básicos que constituyen u n
proceso, y o p o r t u n i d a d , después, de poder modificar y hasta diseñar proce-
sos nuevos. A este punto volveremos más tarde a l hablar de investigación
y desarrollo.

IV. PETROQUÍMICA

Esta r a m a es l a que a juicio del autor presenta mayores perspectivas de


convertirse en u n a fuente de tecnologías que p u e d a n d i s m i n u i r nuestra de-
pendencia económica de potencias extranjeras. P a r a subrayar su i m p o r t a n -
c i a v a l e l a pena mencionar que entre los sectores público y p r i v a d o se p l a -
nea i n v e r t i r en México, en los próximos cinco años, 90 000 millones de pesos
con objeto de aumentar l a capacidad en plantas i n s t a l a d a s * S i a esto agre-
gamos que en el presente l a gran mayoría de los procesos petroquímicos y
las patentes que los a m p a r a n son extranjeros, lo que r e d u n d a en u n a fuga
enorme de divisas por concepto de regalías y asistencia técnica requerida
p a r a su operación, podemos apreciar, por lo menos desde el punto de vista
económico, l a i m p o r t a n c i a de su desarrollo.
L a petroquímica es l a producción química de productos comerciales a
p a r t i r de los diversos componentes del petróleo obtenidos en los diferentes
procesos de l a refinación. Así, por ejemplo, del etileno puede sintetizarse
el butadieno, que es el ingrediente p r i n c i p a l de toda l a industria del hule
sintético. D e los derivados clorados, el cloruro de v i n i l o juega u n papel pre-
ponderante en l a i n d u s t r i a de plásticos. Y hay innumerables ejemplos imposi-
bles de citar pero que muestran cómo diferentes productos" intervienen en
u n a v a r i e d a d de industrias como l a de pinturas, detergentes, fibras sintéticas,
farmacéuticas, fertilizantes, lubricantes y otras más.
E l aspecto más importante de l a petroquímica, que le otorga esa perspec-
tiva f u t u r a tan atractiva, es que casi en su totalidad los procesos que en ella
intervienen son catalíticos. Esto significa que las reacciones químicas i n v o l u -
cradas tienen, como objeto p r i m o r d i a l , aumentar su rendimiento. Esta sus-
tancia es el catalizador. H a s t a hace escasamente veinte años l a catálisis era
considerada como u n arte, casi u n a m a g i a negra, p o r medio de l a c u a l en
f o r m a totalmente empírica se sabía cuáles sustancias favorecían u n a clase

» Exeélsior, 8 de febrero de 1978, p. 4 A , columnas 4 y 5.


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dada de reacciones químicas. L o s notables avances que h a n o c u r r i d o en las


dos últimas décadas en muchas áreas de las ciencias físico-químicas h a n
arrojado m u c h a luz sobre estas cuestiones de manera que, en l a actualidad,
podríamos afirmar que l a catálisis es u n a ciencia incipiente. E s debido a este
hecho fortuito por lo que nuestra brecha científica y tecnológica c o n respecto
a los países avanzados no es tan grande como en las ramas anteriormente
descritas. Consecuentemente, y d a d a l a enorme i m p o r t a n c i a económica que
tendrá l a petroquímica en el futuro, México debería estar haciendo esfuer-
zos considerables por alcanzar u n nivel competitivo, dentro de sus posibili-
dades y problemática p r o p i a , con otros países. L a p r o b a b i l i d a d de descubrir
nuevos procesos, nuevos catalizadores, etc., es m u c h o mayor si l a c o m p a r a -
mos, por ejemplo, con los procesos de refinación. L a ingeniería básica tiene
u n campo fértil p a r a aplicar sus logros y todas estas perspectivas, de mate-
rializarse^ redundarían en l a disminución en l a c o m p r a de tecnologías.
Es sin embargo u n a verdadera desgracia que estos factores no se hayan
ponderado adecuadamente y las perspectivas sean desalentadoras. N o hay
en el país u n a sola institución en l a cual existan programas de investigación
sólida y objetivamente orientados en algún área de l a petroquímica. L a
p r i m e r a maestría que se ofrece en esta materia se estableció, a p e n a s , en el
año de 1975 en el Instituto Tecnológico R e g i o n a l de C i u d a d M a d e r o en
T a m a u l i p a s . E s curioso, merece señalarse también que P E M E X y en su defec-
to el I M P después de su creación, jamás h a n estimulado o favorecido progra-
mas de esta índole en alguna institución de educación superior en el país.
N i siquiera en l a F a c u l t a d de Química o el Instituto de Química de l a U N A M ,
que al igual que ellas, tienen su sede en el Distrito Federal. Es pues legítimo
preguntarse cuántos de esos noventa m i l millones de pesos se v a n a gastar
en l a c o m p r a de tecnología y los otros renglones y a mencionados.
D e haberse otorgado prioridades de investigación y desarrollo tecnológico
a las diferentes ramas que constituyen l a industria petrolera, ciertamente l a
petroquímica debió haber ocupado el primer lugar por reunir características
tan favorables. E l precio que pagaremos en el futuro por esta miopía, si no
ceguera casi total, es difícil de cuantificar. E n l a actualidad carecemos
totalmente de u n a infraestructura científica y técnica en esta r a m a , lo cual
nos pone casi incondicionalmente en manos de los licenciadores extranjeros
de procesos petroquímicos. Y más aún, no hay evidencia alguna de que esta
situación se modificará en los próximos diez o veinte años.

V. INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

Es u n hecho m u y desafortunado que en nuestro país no se haya reconocido


la i m p o r t a n c i a que tienen en l a industria los grupos de ingeniería que se
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o c u p a n de estudiar, diseñar y operar, las llamadas p l a n t a s p i l o t o . Estas


plantas constituyen el paso intermedio entre l a experimentación a escala
de v i d r i o o laboratorio y l a escala industrial. E n l a p r i m e r a , lo que se hace
es cuantificar l a v i a b i l i d a d del proceso que se quiere comercializar desde u n
punto de vista estrictamente científico. E n l a escala piloto, se construye u n a
p l a n t a de dimensiones más pequeñas que u n a industrial pero donde aparecen
ya las características más importantes de esta última; es por lo tanto a es-
cala piloto donde se obtiene el llamado k n o w h o w o s a b e r cómo del p r o -
ceso. E n el seno de las grandes compañías licenciadoras de procesos, el grupo
sobre e l cual recae esta enorme y v i t a l tarea se conoce como investigación y
d e s a r r o l l o . E n general, estos grupos están constituidos por verdaderos inge-
nieros de diseño, matemáticos, programadores y no es poco usual encontrar
también algún economista; su labor es pues establecer l a conexión entre l a
investigación básica y el proceso a escala industrial (ver citas 3 y 4 ) .
E x t r a p o l a r de lo pequeño a lo grande, esto es, del modelo de laboratorio
al modelo de salón, no es u n procedimiento trivial. Requiere además de
conocimientos y de experiencia, de audacia y de visión sobre todo por parte
de los directivos, pues siempre i m p l i c a u n cierto riesgo, ya que el éxito no
puede garantizarse totalmente. C o m o ya hicimos notar con anterioridad, en
las áreas de refinación y de petroquímica, donde estos grupos descansan bási-
samente en l a ingeniería química, y en 'particular de procesos, tenemos en
nuestro medio u n grado m u y considerable de retraso. C o m o también hicimos
notar previamente, se le h a dado m u c h o impulso a l a ingeniería de p r o -
yectos que es justamente l a fase posterior a l a piloto, esto es, l a que parte ya
de u n proceso diseñado. Pero conviente señalar que por m u c h a que sea l a
experiencia a d q u i r i d a en esta fase de l a ingeniería, poco o n a d a ayuda a
compenetrarse con los mecanismos básicos de los procesos existentes. Prueba
más elocuente de esta situación l a proporciona el hecho de que por casi
cuarenta años hemos comprado tecnología petrolera y en l a actualidad toda-
vía no somos capaces de c o p i a r los procesos existentes; m u c h o menos tene-
mos l a capacidad de generar tecnología, salvo unos cuantos casos aislados y
generalmente simples en su conformación.
U n a solución posible a este p r o b l e m a podría proponerse c o n base en u n a
colaboración estrecha entre l a industria y las universidades y a que estas
últimas cuentan, en algunos casos, con personal que, si en el peor de los
casos está t a n calificado como el que trabaja en l a industria, ciertamente
está sujeto a m u c h o menor presión laboral p a r a poder i n i c i a r y llevar ade-
lante este tipo de actividades. Pero l a realidad parece contraponerse a esta
propuesta. E s casi inconcebible l a indiferencia que l a industria muestra ante
esta cuestión. Sólo p a r a dar u n a idea de l a situación, el único paso signifi-
cativo que h a dado l a industria petrolera en l a r a m a de producción indus-
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t r i a l tuvo lugar en agosto del año pasado, casi cuarenta años después de l a
expropiación petrolera, habiéndose firmado u n convenio con l a F a c u l t a d de
Química de l a U N A M p a r a establecer u n a maestría ¡ ¡ en Ingeniería de P r o -
yectos!!
¿ P o r qué no en Ingeniería de Procesos y Diseño de Plantas P i l o t o ? *
D e no cambiar radicalmente el enfoque h a c i a esta problemática y acortar
l a brecha que existe actualmente en nuestro medio entre l a ciencia bá-
sica y l a ingeniería, en particular l a química y muchas otras que no citare-
mos aquí, seguiremos dependiendo, totalmente, de las tecnologías elaboradas
en los países avanzados.
S i n otro objeto más que mostrar l a indiferencia c o n que puntos de vista
similares h a n sido acogidos, o ignorados, vale l a pena mencionar l a exis-
tencia en l a literatura de consideraciones similares, algunas de ellas expues-
tas hace ya más de diez años. ( V e r citas 3, 5 y 8.) S u contemporaneidad
no es más que u n signo inequívoco del grado de nuestro subdesarrollo.

VI. INVESTIGACIÓN BÁSICA

H u b o u n a época en l a cual l a práctica común e n l a industria consistía en


resolver sus problemas usando el conocimiento ya vertido en libros y revistas
y se dejaba única y exclusivamente a las universidades el de generar dicho
conocimiento. E n los países desarrollados éste no es el caso y l a práctica
cambió hace más o menos medio siglo. Pero en países como el nuestro, l a
situación es todavía peor pues l a poca investigación básica que se realiza
poco o n a d a tiene que ver con problemas tecnológicos, y éstos se resuelven
comprando tecnología a los desarrollados.
L a i m p o r t a n c i a que guardan las ciencias básicas p a r a l a tecnología nacio-
n a l h a n sido discutidas, dentro del contexto de l a industria petrolera, con
m u c h a a m p l i t u d . ( V e r citas 3 y 5.) P a r a no i n c u r r i r en repeticiones largas
y tediosas sólo consideramos importante hacer dos comentarios relevantes a l
problema. E l primero se refiere a l a relación que existe entre l a ciencia bási-
ca y l a tecnología. S i bien es cierto que n i l a tecnología es necesariamente
u n a consecuencia de l a investigación básica, n i los resultados de ésta con-
ducen unívocamente a u n a tecnología, l a relación entre ambas es, día con
día, más estrecha y en el futuro u n país no podrá ser generador de tecnolo-
gías si no cuenta c o n u n a infraestructura sólida y diversificada en las cien-
cias básicas. E l segundo comentario está enfocado a aclarar l a confusión,
muy común en nuestros medios, entre lo que es l a investigación y lo que son
los servicios tecnológicos. Existe u n conjunto de actividades idóneas a cual¬
* V e r Gaceta UNAM, Cuarta Época, V o l . I, No. 23, 15 de agosto de 1977.
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quier institución orientada hacia fines prácticos, que producen beneficios


económicos dentro de u n plazo relativamente corto. Ejemplos de ellas son
el c o n t r o l de c a l i d a d , l a instrumentación, l a ingeniería de proyectos y otras
que, englobadas bajo u n falso rubro de investigación, pueden hacer creer a
funcionarios y administradores que c u m p l e n satisfactoriamente los objetivos
planteados por l a industria. Estas actividades subsistirán siempre y serán
útiles e n l a medida en que necesitemos i m p o r t a r tecnología pues reducirán
los costos de operación; no deben subestimarse y sí impulsarse. Pero es erró-
neo concebirlos como l a solución del problema básico que es el de generar
tecnologías S i l a investigación básica y l a investigación y desarrollo no se
estimulan simultáneamente, jamás pasaremos de usuarios a productores por
más que se intenten justificar las decisiones con base en las divisas ahorradas
m i n i m i z a n d o los servicios.

VIL CONCLUSIONES

C o m o se deduce de l a exposición presentada en las secciones anteriores


de las diferentes componentes científico-tecnológicas inherentes a l a indus-
tria petrolera, el p a n o r a m a actual en el país como uno potencialmente crea-
dor de algunas tecnologías, dentro de sus posibilidades económicas, humanas
v materiales, es m u y sombrío. N o contamos n i con u n a infraestructura cien-
tífica adecuada y m u c h o menos con los cuadros de investigación y desarro-
llo, en ingeniería, que p u e d a n establecer el lazo entre l a ciencia básica y l a
tecnología. L a etapa intermedia dentro de este vínculo, a saber, l a experi-
mentación a escala piloto, y por lo tanto l a obtención del "saber c ó m o " ,
sigue siendo u n a incógnita. L a situación es m u c h o más crítica en l a petro-
química, que indudablemente es u n a r a m a m u y promisoria p a r a el futuro
ya que, por su relativa j u v e n t u d , presenta mayores perspectivas de éxito, tec-
nológico y económico, p a r a u n medio raquítico como el nuestro.
E n las ramas de exploración, explotación y refinación, parece ser m u c h o
más conveniente o p t i m i z a r l a c o m p r a de tecnologías, m i n i m i z a n d o costos
mediante servicios tecnológicos eficientes y adaptaciones locales bien conce-
bidas, con miras inclusive a realizar innovaciones futuras congruentes con las
necesidades particulares del medio, que realizar grandes inversiones en for-
mación de gente y adquisición de equipo básico con l a idea de crear nuevas
tecnologías.
P a r a países como el nuestro debe quedar m u y claro en l a mente de los
políticos, los estadistas y los administradores, l a diferencia entre ser u n usua-
rio de l a tecnología a ser u n creador de e l l a ; a saber conducir u n automóvil,
darle servicio y saberlo reparar y ser u n experto en el diseño y l a construc-
ción de u n motor de combustión interna. E n l a industria petrolera actual
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somos buenos operadores y reparadores de las plantas y procesos que operar


en d i c h a industria, pero difícilmente sabemos crear y diseñar dichos p r o
cesos.
N o tenemos ya m u c h o tiempo p a r a tomar l a decisión definitiva p a r a de
f i n i r nuestro porvenir en esta r a m a de l a industria nacional. H a n transcu-
r r i d o diez años desde que este p r o b l e m a se planteó con suficiente claridac
p a r a que se hubiesen tomado y a las medidas necesarias para subsanar núes
tras deficiencias. D e continuar así, e l destino d e l país quedará señalado er
f o r m a irremediable: México continuará siendo u n a fácil presa del colonia
lismo tecnológico en el aprovechamiento de su petróleo.

VIII. BIBLIOGRAFÍA

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