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LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
fases
Método científico
Cualitativas (entrevistas,
grupos de discusión)
El Método científico: forma de conocer que tiene su origen a partir del S. XVI y XVII en
determinadas disciplinas (física Newton). Este método consiste en una serie de reglas y normas
fijadas de manera reflexiva y es un conocimiento común a todas las ciencias
Recopilar o revisar toda la teoría existente sobre un determinado tema y en base a las
teorías formular un problema a resolver.
Formulación de la hipótesis
Comprobar sin la hipótesis se verifica con los datos y, si los datos verifican la hipótesis,
esa hipótesis se convierte en una teoría o en una ley.
FUENTES DE INFORMACIÓN
HISTORIA
La historia es la ciencia que tiene como objeto el estudio de sucesos del pasado,
tradicionalmente de la humanidad1, y como método el propio de las Ciencias
Sociales/Humanas, así como el de las Ciencias Naturales en un marco de
interdisciplinariedad.2 Siendo la disciplina que estudia y narra cronológicamente los
acontecimientos pasados. Se denomina también «historia» al periodo que transcurre desde
la aparición de la escritura hasta la actualidad, aunque es un convencionalismo ampliamente
superado en la actualidad, considerando a la prehistoria también como parte intrínseca de
la historia.
Más allá de las acepciones propias de la Ciencia Histórica, Ciencia de la Historia, Ciencias
Históricas o Ciencias de la Historia, «historia», en el lenguaje usual, es la narración de
cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras;34 sea su propósito el
engaño, el placer estético o cualquier otro (ficción histórica). Por el contrario, el propósito
de la ciencia histórica es averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se desarrollaron
en el pasado e interpretarlos ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la posibilidad de
cumplimiento de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos objetos
de estudio de la Historiología o Teoría de la Historia, como epistemología o conocimiento
científico de la historia.
A su vez, llamamos «historia» al pasado mismo, e, incluso, puede hablarse de una «Historia
Natural» en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se
utilizaba en oposición a la historia social, para referirse no solo a la geología y la paleontología
sino también a muchas otras Ciencias Naturales —las fronteras entre el campo al que se
refiere tradicionalmente este término y el de la prehistoria y la arqueología son imprecisas,
a través de la paleoantropología—, y que se pretende complementar con la Historia
ambiental o ecohistoria5, y actualizarse con la denominada «Gran Historia»: campo
académico interdisciplinar que se define como "el intento de comprender de manera
unificada, la historia del Cosmos o Universo, la Tierra, la Vida y la Humanidad", cubriendo la
historia desde el Big Bang hasta la Historia del mundo actual678).
Ese uso del término «historia» lo hace equivalente a «cambio en el tiempo».9 En ese sentido
se contrapone al concepto de filosófico equivalente a esencia o permanencia (lo que permite
hablar de una filosofía natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios
académicos anglosajones, como equivalente a la física). Para cualquier campo del
conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica —el cambio— o bien filosófica —su
esencia—. De hecho, puede hacerse eso para la historia misma (véase tiempo histórico10) y
para el tiempo mismo (véase Historia del tiempo de Stephen Hawking, libro de divulgación
sobre cosmología). En este sentido, todo pasado en relación al presente hace alusión al
tiempo y a su cronología, y por lo tanto tener historia.
Las disciplinas afines, o auxiliares, de la historia son los campos de estudio que sin
identificarse estrictamente con la historia, están vinculadas a ella (porque su aplicación en
las investigaciones históricas permite a la historia alcanzar su objetivo y algunas de estas
disciplinas constituyen aplicaciones especializadas de Ciencias sociales, sino ciencias físicas-
naturales), como la fisiología, la antropología, la economía, la geografía(ciencia que mantiene
una estrecha relación).
La expresión, aunque es la que te lavas los dientes tradicional y sigue siendo muy utilizada,
puede implicar una subvaloración, razón por la cual vienen utilizándose otras expresiones
eufemísticas que remarcan el hecho de que cada una de estas disciplinas tiene carácter
autónomo y no subordinado frente a otras, y unas metodologías muy diferenciadas. A cada
una de ellas se las considera ciencias o técnicas con entidad propia, y la razón de ser
englobadas en una denominación conjunta (sea la de auxiliares u otras como ciencias y
técnicas historiográficas o ciencias históricas) es el hecho de que, en determinados
contextos, son utilizadas en las investigaciones históricas.1
Mediante el uso directo o la interpretación de los resultados obtenidos por distintas ciencias
o técnicas, los historiadores analizan las fuentes documentales (materiales de todo tipo,
originales de un determinado momento histórico o referidos a él por cualquier razón, que
permiten extraer, ordenar y analizar información). Es usual que el historiador no esté
familiarizado con todas las ciencias y técnicas posibles para ello, por lo que debe recurrir a
las conclusiones de los especialistas de la disciplina de que se trate. Incluso en el caso de que
esté capacitado para hacerlo él mismo, en ese punto de su investigación deberá seguir los
métodos de esa ciencia o técnica, y aplicar seguidamente los de la historiografía para la
inclusión de esos resultados en su investigación.
HISTORIA DE AMÉRICA
(DIVISIÓN DE LA HISTORIA)
La Historia de América según los arqueólogos Gordon Willey y Philip Phillips, se divide en los
siguientes períodos: Paleoamericano, el Periodo Arcaico, el Periodo Formativo, el Periodo
Clásico (comprende el esplendor de las civilizaciones americanas 292–900), el Periodo
Posclásico (comprende lo que se denomina la América precolombina 900–1527), el
encuentro cultural de América con Europa en lo que se denomina la Conquista de América
(1492–1527), el dominio de Europa sobre el continente en lo que se denomina las colonias
americanas de Europa (siglo XVI–siglo XIX), el periodo de independencia de las colonias (siglo
XVIII a siglo XIX) y la consolidación de las nacientes repúblicas americanas entre el siglo XIX y
la actualidad.
Las civilizaciones precolombinas de América central y del sur, duraron más de 2000 años. Se
estima este período desde el 800 a.C. hasta el XVI en que ésta es drásticamente transformada
a partir de la colonización española.
La civilización Olmeca fue la primera en desarrollarse en América Central así como la primera
en establecer una cultura cualitativamente diferente a las precedentes. Sus innovaciones
ejercieron una notable influencia en las posteriores civilizaciones mexicana y maya.
Los olmecas dejaron notables tallas de cabezas humanas y altares monumentales. Las
esculturas de piedra pesaban con frecuencia treinta toneladas y medían dos metros de
altura; estaban talladas en forma natural con sus pesados rasgos, labios gruesos y nariz plana.
A las caras humanas se incorporaban semblantes de jaguar en un estilo que continuaría y se
desarrollaría en posteriores culturas. Por ejemplo, las hachas ceremoniales estaban
decoradas con tallas de cabezas humanas con una característica mueca felina.
Las tres culturas precolombinas principales que existían en esa época en América eran los
aztecas los mayas y los incas.
Los mayas
Cuando los mayas florecieron era un imperio que abarcaba toda Mesoamérica. Vivieron en
las selvas del Petén (en la actual Guatemala), parte de la península de Yucatán (en el actual
México), el occidente de Honduras y El Salvador. Los mayas que florecieron entre los años
300 a 900 de nuestra era, se les conoce como del Período Clásico. Pero súbitamente, en su
cúspide, colapsaron y desaparecieron. Resurgieron 200 años después en Chichén Itzá pero
más debilitados, en lo que se conoce como Período Posclásico. La casta sacerdotal era la
dominante, fueron exitosos en las ciencias como en las artes, hábiles en el arte del tejido a
base de algodón y la fibra de agave.
Mesoamérica (en griego: μέσος [mesos], ‘intermedio’)? es la región cultural del continente
americano que comprende la mitad meridional de México, los territorios de Guatemala, El
Salvador, Belice, así como el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica en el periodo
precolombino fue conocido por formar parte de las grandes civilizaciones. No debe
confundirse con la región mesoamericana, concepto acuñado para denominar una región
geoeconómica por organizaciones internacionales tales como la OCDE.1 Mesoamérica, como
se expone en este artículo, es un área definida por la cultura. Esta región vio el desarrollo de
una civilización indígena en el marco de un mosaico de gran diversidad étnica y lingüística.
La unidad cultural de los pueblos mesoamericanos se refleja en varios rasgos que Paul
Kirchhoff definió como el complejo mesoamericano.2