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1.

Describe las funciones de los tres profesionales del equipo interdisciplinar que trabajan en el
taller ocupacional:

 Monitor profesional. Su labor está orientada a profesionalizar, dotando a los jóvenes de


aprendizajes específicos y adecuados a los distintos trabajos que puedan desempeñar.
Su trabajo está enfocado principalmente a formar a los jóvenes en el oficio y en
transmitir las habilidades y competencias necesarias para entrar en el mercado laboral.
Además, estos conocimientos les permitirá ser más competitivos una vez se encuentren
ya dentro de éste.

 Educador social. Su función es de carácter educativo, proporcionando las herramientas


necesarias para superar con éxito las dificultades (individuales o grupales) que
aparezcan durante el proceso de aprendizaje. Para ello deberá detectar los obstáculos
con los que se encuentre cada uno de los jóvenes que participan en el taller. También
debe diseñar sistemas alternativos de enseñanza que puedan ser utilizados por el
monitor, así como trabajar con éste para resolver las dificultades que el grupo genere
bajo el formato de conductas en conflicto o de conductas de entretenimiento.
Conjuntamente con el psicólogo analizará los aspectos del taller que será necesario
trabajar para la resocialización de los jóvenes.

 Psicólogo social. Su trabajo se centra en las relaciones establecidas por el sujeto y su


contexto. El psicólogo social debe reestructurar y resemantizar las ideas-valores
(significaciones) que el sujeto posee respecto al mercado laboral/relaciones sociales,
siempre que sean éstos los factores que originan y mantienen las conductas que se
pretenden modificar. Para lograr este objetivo, debe analizar y comprender dichas
significaciones y, en consonancia, establecer estrategias que permitan su modificación
a través del taller. Además, se encargará de informar a jóvenes, monitores y educadores
sobre los valores que el taller está induciendo en los jóvenes, observaciones de las
relaciones interpersonales que se mantienen en el taller y los efectos que éste está
teniendo en el proceso de resocialización de los alumnos.

2. Esboza las líneas fundamentales de un proyecto de intervención psicosocial para afrontar las
conductas de oposición al objetivo del taller.

A la hora de elaborar un proyecto de intervención psicosocial, cuyo objetivo es minimizar los


efectos de las conductas de oposición al taller, se hace necesario identificar los distintos tipos
de conflictos que pueden surgir:

 Conflictos inducidos desde el exterior: el sujeto se ha desarrollado en un contexto cuyas


significaciones son, en la mayoría de los casos, contrarias (o al menos distintas) a las que
se encuentra en el nuevo grupo (el taller). Esto puede conducir al sujeto a una
maladaptación al taller, rechazando la nueva socialización (lucha) o reafirmando sus
valores marginantes.

 Conflictos que nacen del grupo. Aquí, el sujeto establece relaciones con jóvenes que
tienen significaciones similares. Si no se interviene adecuadamente, esto los llevará a
reafirmarse en sus significaciones.
 Conflictos que nacen de la patología del sujeto: el sujeto entra en conflicto con todo el
taller, porque lo que necesita no es un medio socializador alternativo, sino un medio
terapéutico que le proporcione el tratamiento necesario.

Se debe tener en cuenta que, aunque definidos por separado, los conflictos pueden solaparse.
En este caso, nos encontraríamos en una situación en la que las propias patologías del sujeto
confluyen con las significaciones que comparte con el grupo y, que a su vez, éstas sean
compatibles con su contexto de referencia.

Una vez expuestas las cuestiones necesarias a tener en cuenta por los profesionales que
participen del taller, se esbozan ciertas pautas a seguir en el desarrollo de las sesiones:

 Poner normas en el taller y explicitar las acciones correctivas o punitivas que se llevarán
a cabo para cada infracción.
 Establecer pautas de comportamientos.
 Establecer límites, ni excesivos ni demasiado débiles.
 Abrir canales de expresión y autoacuerdos sin perder los objetivos ni la dinámica del
taller.
 Las soluciones no deben ser impuestas, sino negociadas (en la intervención hay
convencimiento, no imposición).
 Es necesario transmitirles que cumplir las normas va en beneficio del propio grupo y del
desarrollo del taller.
 Dejar claro que son respetados y aceptados, y como personas no se les critica ni rechaza
(lo que no se acepta es solo su conducta).
 Se les debe hacer partícipes de las soluciones a los problemas (presentado el monitor
las distintas propuestas, haciendo también suya las del grupo).

3. Esboza las líneas fundamentales para potenciar las conductas necesarias para llegar al
objetivo del taller.

Aunque el taller se propone como una actividad profesionalizante, no debemos olvidar que el
objetivo que perseguimos desde el punto de vista psicosocial es la resocialización de los jóvenes.
Para ello se facilitarán “herramientas” con las que establecer nuevas significaciones distintas a
las que mantienen con su grupo de referencia.

Durante la intervención psicosocial no nos centramos en la consecución de los aprendizajes


necesarios para el trabajo (que también son importante), sino en los efectos que alcanzar ese
objetivo pueda ejercer en el proceso de resemantización de las significaciones de los alumnos
del taller. Por ello, se deben analizar los valores originados y mantenidos en el grupo de
referencia, con el fin de modificar los que impiden una correcta socialización y reforzar aquellos
que puedan proporcionar al sujeto un nuevo contexto de resocialización.

No estamos preocupados por la consecución de los objetivos, sino por los efectos que alcanzar
estos objetivos tienen en el proceso de resocialización de los alumnos del taller. Se trata de
analizar los valores (significaciones) que el taller induce en los jóvenes; se trata de considerar el
taller como mediador de la socialización, de observar las relaciones interpersonales que se
mantienen en el taller.

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