Vous êtes sur la page 1sur 8
" ” " » . ] > a] Alianza Misica la colewién ALIANZA MUSICA tha sido pasccnade por el Fondo Musical Adello SGlazar, creado <2, Mic por don’ Caos Pie, en aemora y bomen al Ms nd ero sl copa evil, tabs falls nla coal mexaoe, Charles Rosen El estilo clisico Haydn, Mozart, Beethoven Versién espafiola de Elena Giménez Moreno Revisién de José Maria Martin Trisna 0 EL estilo clsico Ja sonoridad total de la obra, a la vez que constituyan un re- 0 unificador. ¥ lo que es més importante, si existe una relacién entre detalles de Ia obra y su estructura global, gc6mo se hace audible di- yla se corresponden no basta ; hemos de procurar que se lo con palabras, pero si de modo con que quede claro en oiga en todo momento, que afecte @ nuestro conocimiento de la musi a de nuestro desasosiego se debe ante todo al rigido dogma- wal de buena parte de le teoria actual: Ia insistencia en que la idea era le una composici desde su as pecto lineal, principalmente como una simple ordenacién tonal, sin tomar en cuenta ni el ritmo, ni le intensidad, ni la estructura, Buene parte del rechazo a relacionar esta idea de la forina con la mica que se ejecuta se debe a que mm vo no es lineal, ni seria deseable que lo fuera, El concepto de la forma generada por una serie lineal es sin dude congénito a una época que ha visto nacer la misica dodecefSnice, £0 €s menos natural aplicado al siglo xvinr, sobre todo a su segunda 'Y aunque una buena parte de la musica barroca se ha compuesto ite Ia elaboracién de un tivo breve, este concepto lineal no es cctotio ni siquiera para ) No importa que idea central, una idea musical, relacione y unifique las obras de fina- del xvii, como eta el caso cottiente, pero esto no puede reducirse sin ms ni més a Ia forma lineal, ya sea como el desarrollo de una serie lineal breve © como la extensa linea bésica de Schenker; ambos conceptos iado parciales para ser satisfacto ‘forma sonat Ni tampoco se puede des- simple pero deslavazadamente, como el marco su- (0 Ia I6gica como el desa a buscar un concepto que explique el pro- 1s de que el estilo satisfaga las proporciones 3 Los origenes del estilo La expresién dra cidn de un sentimiento o de un momento de crisis tettral importante —en ote palabras, a un movimiento de danza con saacercs, prop Ya habia encontrado su forma musical a fineles del Barroco, Pero Ia Ia simple repre: 1no era suficientemente dramético; hy 2 Orestes enlogueciendo pero sin que sea consciente de ol Iebe desear rendirse mientras Therubino de se sin saber qué es lo que siente, y, aos después restdn deberd ceder y fundirse con’ su delitio y su sin esperanza de Leonora. El sentimiento dramético se la accién dram ica del padre, le desesperacis embargo, los amantes, en el final del sey dem Serail, van de sonata con Ja accién operistica durante al perfodo clisico, y hasta uno se siente tentado a hacer corresponder esta sacesign de emociones con el primer grupo, el segundo grupo, el desarro- lo y la recapitulacién. La nevesidad de sccién se aplica también a la mésica no operistca: el ‘iminueto ‘per se’ ya no basta. No hay dos minuetos de J. S. Bach que ten- gan el mismo cardcter, mientras que un buen mimero de los de Haydn fe parecen tanto entre si que llegan a confundirse, y ello a pesar de que todos los minuetos de Bach fluyen de forma casi uniforme, mientras que én los de Haydn su curso se transforma en una serie de episodios articula- dos, y a veces llegan a ser episodios sorprendente y chocantemente dra- a | 32 EL estilo clésico Tntrodacsi6n » imeros sinfonistas vien tméticos. Los primeros ejemplos signficativos de este nuevo é La mayor aportacién de los cuenta en les idad, para decirlo tico no se encuentran en las obra cuenta de la necesidad de una c pata clavicordio de tuna superposicién de las frase segundo cuarto del siglo x: auditorios, La misica de cémara de mediados de sigh nsicién de un tipo de ritmo otro, sf hay cios vacios, de momentos en que la tension cesa ie de conflicto ico en los cambios de ata volver a aparecer sin que exis del fraseo periddico, aunque todavia a pe tas obtas de Haydn y Mozart encontramos tales espa quefia ese los cambios de textuta de sus sonatas cons frecuencia, Los sinfonistas vieneses no vieron otra manera de titayen = defecto como no fuese mediante una inyeccién ocasional del que legaton a ser craciales para el estilo de las generaciones que le su: © fuga batroca, con la imptesién consiguiente de movimiento co cedieron. De hecho, el peso de esta articalacién dramética fue lo que aca- © ejemplo, los efectos imitativos solfan disimular los enlaces d 6 por destruir la estética del Alto Bartoco, pero al menos tuvieron conciencia de que {el problema, lo que tiene su propio mérita verse de muy Lo que vino a ocupar su lugar fue bastante incoherente al pri rezén pot Ia cus ue todo petiodo es de transicin, los aos 1753, io con toda justici. Dicho brevemente, y desde implificada, en esta época el com Bit entre la sorpresa dramética y la perfeccién formi * elegancia: rara vez podfa combinar ambas, El estilo clés 3 1a que Haydn y Mozart, juntos y por separado, crearon un estilo en el & que el efecto dramitico aparecia motivado de manera sorprendente y 16- = sica a la vez y en donde exp se daben la mano. s Pech we hebien divldo © para el gran publico y misica para melémanos, o mi tarla cn privado, nunca se ha establecido con nitides, ‘queremos comprend y. 1760. Con excepcién del recurso tiacidn era menos didfana e principios de siglo: ciettos de Brandenburgo se compusieron para u pio el sexto es casi, casi, un sexteto—, mientras q : pequefia orquesta de cémara que recurte al contrasie instrumentos auxiliares, aungue el Ahora bien, hacia mediados de fi par los aficionados, respondfan a un estilo se: a, canter, exenta de dramatismo y un tanto vacfa; Ia de Carl resiva, brillant, lena de sorpresas y, con frecuencia, inccherente; Wilhelm Friedemann con- inuaba Ta tradicién barroca de un’ modo muy personal y realmente excén- ‘rico, Buena parte de sus coeténeos estuvieron, de una u otza forma, en deuda con ellos. Sin embargo, otras muchas as inci ton en la misica de esta ép dominada por una form peta seria francesa e it Snicos napolitano y vienés también To estaba 1a forma, rel contraste ‘una importancia capi hhubo alguna vez una evo- lucida inevitable fue prec indmice es un coro rio I6gico y hasta neces con el fraseo ar ticulado y da pi ipo de textura a de cémara es més fe para teclado, con 0 (hasta Haydn) menos elaborado que en Ta época de Haydn, pués de que el cuarteto, Ia sonata Jos frutos del es ‘esponténeas, muy pocas veces Ja misica de ¢ influye menos que la obertura buffa

Vous aimerez peut-être aussi