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Podcast 02: Apologética, razón, fe y filosofía

(Segunda parte)
William Lane Craig

Apologética, razón, fe y filosofía


¿Pueden la fe y la razón trabajar juntas?, ¿Se excluyen la una a la otra?, ¿Qué rol ocupan los hechos y las evidencias
dentro de la fe cristiana?

Nos encontramos en “Fe razonable”, charlas con el Dr. William Lane Craig. Soy Kevin Hearance
(K. H.) y en representación del Dr. William Lane Craig (Dr. Craig) les doy la bienvenida a esta
discusión donde el Dr. Craig examinará “Apologética, razón, fe y filosofía.”

K.H: Dr. Craig, apologética proviene de la palabra griega “apología”, que significa presentar
una defensa; dar razones de por qué crees aquello que crees y no tiene nada que ver con
disculparse por ser cristiano.

Dr. Craig: Claro, apologética no se trata de explicarle a la gente por qué te sientes apenado por
ser cristiano. Significa ser capaz de proveer evidencias y argumentos racionales que respaldan
aquello que en lo que tú crees; por lo tanto no es simplemente tu opinión, sino razones de peso
que te llevan a ser cristiano.

K.H: Además, podemos beneficiarnos en gran manera de grandes pensadores; no solamente


del pasado, sino que también del presente que han trabajado mucho en esta área. ¿Cómo
podemos nosotros, siendo personas inexpertas, aprender apologética; defensas, argumentos,
para la fe cristiana?

Dr. Craig: Bueno, creo que la mejor cosa que una persona puede hacer es entrar en un curso
en un seminario local, instituto cristiano, o escuela bíblica que ofrezca clases de esta materia.
Ésta puede ser la mejor alternativa de todas, ya que de esa forma estarías bajo un profesor que
conoce la materia y te puede guiar a través de los diferentes temas y la literatura existente.
Quiero prevenir seriamente a aquellos que pretenden estudiar apologética individualmente,
ya que la literatura que existe es tan numerosa, hay tantos temas que están siendo tratados,
que un individuo solo está propenso a leer información inapropiada, trabajos poco serios,
informales, y de esta forma puede llegar a malgastar mucho tiempo tratando de estudiar
por si mismo. Entonces el primer punto sería que traten de entrar en un estudio o curso de
apologética, pero si en el lugar donde vives no tienes acceso a esto, te animaría a que trates
de encontrar un mentor que haya estudiado apologética, alguien en tu iglesia, el pastor de
misiones, o el pastor de los jóvenes que haya tenido algún tipo de estudio, alguien que es
mayor, que tenga experiencia y que pueda aconsejarte con respecto a la literatura, leer los
libros correctos, preferentemente hacer reuniones de discusión de algún libro junto con otras
personas, en las que leen un libro como el de Lee Strobel “El Caso de Cristo” (Case for Christ)
y luego discuten las preguntas presentes al final de cada capítulo. No traten de hacerlo solos,
no es una buena idea, traten de encontrar un guía que pueda orientarlos. Si eso tampoco está
disponible donde tú vives, lo mejor que podrías hacer es obtener algunos libros buenos como
los de Lee Strobel, o mi libro “Reasonable Faith” y comenzar a trabajar con eso, y luego buscar
en internet algún material serio acerca de apologética en algún sitio, este sería mi consejo si es
que no tienen a nadie disponible que los oriente.

K.H: ¿Cuántos años deberían tener nuestros hijos para que comencemos a enseñarles un poco
acerca de este tema?

Dr. Craig: Pienso que puedes comenzar desde que ellos son pequeños. Tengo una convicción
fuerte de que les hemos hecho un tremendo daño a nuestros jóvenes al no darles
entrenamiento en la credibilidad intelectual de la fe cristiana. Usualmente, lo que las escuelas
dominicales o escuelas bíblicas de verano hacen, es enseñarles a nuestros niños historias de
la biblia; lo que está bien, pero no les enseñan doctrina cristiana, ni tampoco razones de por
qué esto es verdad, sólo se les enseñan historias, y en algún punto necesitamos graduarnos en
esto de las historias bíblicas para comenzar a enseñarles doctrina cristiana elemental y darles
razones para la fe, razones para creer.
En la escuela secundaria y en las universidades nuestros jóvenes cristianos son agredidos
intelectualmente con todas las maneras no cristianas de ver los mundos posibles, llenos de
un relativismo avasallador, y a menos que los preparemos, nuestros jóvenes serán incapaces
de proveer argumentos en las discusiones que tengan con sus profesores incrédulos en las
universidades laicas. Por lo tanto, sería prudente que en las vidas de nuestros propios hijos
podamos comenzar desde muy temprano a instruirles. Así lo hice con mis hijos, les enseñamos
a Charity y John que no debían creer simplemente porque mamá y papá dicen que es verdad,
les hablábamos porque realmente creíamos que es verdad, pero no lo debían creer solamente
porque se los decíamos, hay buenas razones de por qué lo que decíamos era verdad. Luego
les enseñábamos acerca de cuáles eran las razones de la existencia del universo, la hermosura
y el diseño en la naturaleza, o de a donde sacamos nuestros valores, también les enseñamos
argumentos rudimentarios de la existencia de Dios, lo cuales podían ser desarrollados más
tarde con gran sofisticación, pero que son presentados inicialmente a nuestros niños de una
forma bien infantil para hacer que ellos comiencen a pensar y de esta manera alentar a los hijos
de que ellos necesitan analizar estos temas por ellos mismos . No le estas pidiendo a tus hijos
que crean simplemente porque tú les dices que es verdad, sino que los animas a darse cuenta
que estos son temas que ellos deben comenzar a tratar individualmente, lo que los capacitará
para hacerlo y además les dará seguridad de que él o ella no se está revelando en contra tuyo al
pensar en este tema de una forma independiente.

K. H: Puedo dar fe de esto, mi hijo pequeño ha estado pensando acerca de la eternidad y


el universo desde que tenía cuatro, aunque él es un niño inteligente, no es un mega genio.
Entonces desde que mis hijos tenían cinco, seis y siete años han venido aprendiendo que frases
como “Es verdad que la verdad no existe” son declaraciones que se refutan a sí mismas, que se
cortan su propia garganta y a mis niños aman experimentar con este tipo de cosas.

Dr. Craig: Eso es grandioso. Lo que yo hacía con mis hijos, cuando estaban en secundaria,
durante el verano, cuando ellos estaban de vacaciones toda la familia se reunía (Jean, Charity,
John y yo) y yo les enseñaba lógica, estudiábamos las nueve reglas básicas de la lógica, cómo
construir un argumento, cómo buscar falacias en un argumento, y luego les daba pequeños
problemas de lógica para resolver, les daba las premisas y les decía que usasen las nueve
reglas de lógica y deducir las conclusiones desde de las premisas. Algunos eran muy simples
y no tenían significancia religiosa, por ejemplo “Si es domingo la biblioteca debería estar
cerrada, hoy es domingo ¿qué podrías concluir a partir de eso?” de lo que se concluye, por
la regla de la lógica de modus ponens (regla de inferencia primitiva), que la biblioteca está
cerrada. Luego les planteaba pequeños problemas desde el punto de vista de la lógica, como el
problema del dolor y sufrimiento en el mundo, o el diseño en el universo y cómo esto apunta
a Dios, y comenzábamos a introducir a Dios y temas religiosos en las ecuaciones para que ellos
comenzaran a razonar lógicamente acerca de su fe. Creo que ese fue gran entrenamiento que
pudimos darles a nuestros hijos.

K.H: Yo les decía a mis hijos: “No hay oraciones de seis palabras” ellos pensaban en eso y
escribían la oración, contaban las palabras y decían “¡No, eso no es verdad, la oración que
nos diste tiene seis palabras, esa aseveración no puede ser verdad!“, de esa forma se vuelve
divertido para ellos.

Dr. Craig: Piensa en lo que ese niño, que ha aprendido lo que es un argumento que se refuta a
sí mismo, pensará cuando llegue a secundaria y alguien le diga “no hay absolutos” o “la verdad
absoluta no existe”, el niño inmediatamente dirá “Oye, espera un momento, ese argumento en
sí mismo no puede ser verdad”, por lo tanto puedes darte cuenta que se presta un gran servicio
cuando provees aquel tipo de entrenamiento.

K.H: Sí, es maravilloso. ¿Animarías también a las personas a compensar despacio, primero
estudiar las cosas básicas y después ir a las avanzadas?, lo que parece ser lo obvio.

Dr. Craig: Claro, eso es obvio, por eso dije que comenzaras con los niños con un nivel
superficial, y después cuando van creciendo continuar con lo que es más sofisticado. En el caso
de uno también, tienes que comenzar con calma, no deberías irte de inmediato a estudiar
a Alvin Plantiga, te sugeriría comenzar con un libro como el de Paul E. Little “Know why you
believe” (sepa por qué cree), ese es un buen nivel para empezar. Después avanzar a los libros
de Lee Strobel como “El caso de la fe” “El cado del Creador” “El Caso de Cristo” y después
proseguir a libros más avanzados como “Reasonable Faith” (Fe razonable) o el libro de Michael
J. Murray “Reasons for the Hope within” (Razones dentro de la Fe) y de esa forma te volverás
mas preparado en tu campo de la verdad cristiana, que es inagotable y sin final, que conlleva
estudiarlo toda la vida.

K.H: Will, además que también aprendemos apologética al compartir nuestra fe, ya que a veces
encontramos algunas objeciones, cuando hablamos con alguien, que posiblemente no seamos
capaces de responder inmediatamente. Nos damos cuenta de lo que no sabemos cuando
compartimos nuestra fe. Algunos dicen “compartiré de mi fe cuando aprenda a defender mi fe”
pero cuando tú compartes tu fe, aprendes a defenderla.
Dr. Craig: Exactamente, recuerdo que hubo un joven comunista que se convirtió al cristianismo,
creo que su nombre era Douglas Hide, él decía que cuando una persona se convertía en un
marxista, la primera cosas que los marxistas harían sería mandarlo a las esquinas de las calles
para entregar literatura y propaganda marxista, porque ellos sabían que esa persona tendría
que explicar y discutir con la gente, y en momentos sería aniquilado por sus oponentes, lo que
alimentaría sus deseos de estudiar marxismo de una forma más profunda y comprometida.
Pienso que eso también es verdad en el evangelismo cristiano, al compartir nuestra fe con
los incrédulos nos encontrarnos con preguntas y objeciones que no podemos responder, eso
seguramente nos llevará a un estudio más riguroso, además no hay nada de malo con decirle
a un no cristiano “no sé la respuesta a tu pregunta, déjame consultar con alguien que la sepa
o buscar información y te responderé la próxima semana”, puedes fijar una próxima reunión
con aquella persona y juntarse de nuevo. Si es un amigo o un compañero de trabajo dile que
buscarás mas información para poder responder a su pregunta, lo que demostrará dos cosas,
la primera es que tú no eres infalible, que no eres señor sabelotodo y además le demuestra a
la otra persona de que te realmente te preocupas por responder sus preguntas, de tal manera
que vas, estudias y vuelves con sus respuestas. Realmente pienso que es una gran iniciativa
participar en evangelismos para aprender más y encontrar interrogantes u objeciones frente a
las cuales no sabemos las respuestas.

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