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Existen diferentes tipos de materiales para la síntesis de nanopartículas (plata, platino, sílice,

etc.), pero la razón por la cual las nanopartículas hechas a base de oro son muy utilizadas en el
campo en la medicina se debe a que este metal no reacciona o reacciona muy poco con otras
sustancias; es decir, es inerte, por lo tanto, tiene poca susceptibilidad a oxidarse o corroerse.
Estas características lo hacen un material compatible con la vida y, por ende, un buen candidato
para ser utilizado en la medicina, puesto que, a dosis terapéuticas, es decir, usando la cantidad
de nanopartículas que tenga efectos benéficos para el organismo, ésta no origine toxicidad,
coágulos en la circulación sanguínea, cáncer u otras complicaciones. Otra característica favorable
es que las nanopartículas de oro son relativamente sencillas de sintetizar y manipular,
permitiendo la obtención de una gran diversidad de formas, por ejemplo, esferas, cilindros,
tubos, rombos, cajas, canastillas, entre otras.

Como agentes terapéuticos, las nanopartículas de oro se usan en la terapia fototérmica, técnica
estudiada y aplicada ampliamente en el tratamiento de tumores malignos, a través de la cual,
primero, se consigue que las nanopartículas de oro lleguen al tumor y eviten tejido sano,
mediante la adición de polietilenglicol o anticuerpos a su superficie, como se explicó
previamente; luego, son estimuladas con luz visible a una longitud de onda cercana al espectro
infrarrojo, para aumentar su temperatura, lo que culmina en la formación de burbujas de vapor
que dañan las células irradiadas sin destruir el tejido circundante.

Otra alternativa es la terapia fotodinámica basada en la aplicación de sustancias


fotosensibilizantes que, al reaccionar con luz visible, liberan compuestos tóxicos como el
peróxido de hidrógeno o el radical hidroxilo, ambos capaces de oxidar los componentes de las
células y provocar su muerte.

La ventaja de usar nanopartículas de oro como agente fotosensibilizante es que éstas


permanecen por mayor tiempo en el sitio de aplicación, permitiendo lograr un efecto terapéutico
más duradero. La terapia fotodinámica antes mencionada también puede ser utilizada en el
tratamiento de ciertas afecciones cutáneas, infecciones y tumores.

Una de las aplicaciones más ambiciosas y de mayor difusión de las nanopartículas de oro es el
transporte de fármacos, ya sea acoplados a su superficie, ya encapsulados; tal es el caso de las
canastillas (nanoshells), nanopartículas de oro construidas con un hueco en el centro, que han
demostrado ser un excelente transportador de fármacos; uso que permite aumentar la solubilidad
de éstos favoreciendo su paso a través de las membranas celulares.

Las nanopartículas de oro también pueden utilizarse para ser activadas por cambios en el pH o
mediante estímulos químicos y, así, controlar la velocidad de liberación del fármaco e, incluso,
para dirigir el fármaco hacia una célula en particular, mediante la adición de anticuerpos
específicos. Lo anterior evita que el fármaco se distribuya en todos los tejidos y órganos del
cuerpo, para alcanzar sólo a aquellos en donde debe tener efecto, y permite disminuir las dosis
administradas, reduciendo los efectos adversos y la fluctuación de su concentración en la sangre
con un efecto terapéutico más uniforme.

LAS NANOPARTÍCULAS DE ORO COMO TRATAMIENTO


Como agentes terapéuticos, las nanopartículas de oro se usan en la terapia fototérmica, técnica
estudiada y aplicada ampliamente en el tratamiento de tumores malignos, a través de la cual,
primero, se consigue que las nanopartículas de oro lleguen al tumor y eviten tejido sano, mediante
la adición de polietilenglicol o anticuerpos a su superficie, como se explicó previamente; luego, son
estimuladas con luz visible a una longitud de onda cercana al espectro infrarrojo, para aumentar su
temperatura, lo que culmina en la formación de burbujas de vapor que dañan las células irradiadas
sin destruir el tejido circundante.

Otra alternativa es la terapia fotodinámica basada en la aplicación de sustancias fotosensibilizantes


que, al reaccionar con luz visible, liberan compuestos tóxicos como el peróxido de hidrógeno o el
radical hidroxilo, ambos capaces de oxidar los componentes de las células y provocar su muerte.

La ventaja de usar nanopartículas de oro como agente fotosensibilizante es que éstas permanecen
por mayor tiempo en el sitio de aplicación, permitiendo lograr un efecto terapéutico más duradero.
La terapia fotodinámica antes mencionada también puede ser utilizada en el tratamiento de ciertas
afecciones cutáneas, infecciones y tumores.

Una de las aplicaciones más ambiciosas y de mayor difusión de las nanopartículas de oro es el
transporte de fármacos, ya sea acoplados a su superficie, ya encapsulados; tal es el caso de las
canastillas (nanoshells), nanopartículas de oro construidas con un hueco en el centro, que han
demostrado ser un excelente transportador de fármacos; uso que permite aumentar la solubilidad de
éstos favoreciendo su paso a través de las membranas celulares.

Las nanopartículas de oro también pueden utilizarse para ser activadas por cambios en el pH o
mediante estímulos químicos y, así, controlar la velocidad de liberación del fármaco e, incluso, para
dirigir el fármaco hacia una célula en particular, mediante la adición de anticuerpos específicos. Lo
anterior evita que el fármaco se distribuya en todos los tejidos y órganos del cuerpo, para alcanzar
sólo a aquellos en donde debe tener efecto, y permite disminuir las dosis administradas, reduciendo
los efectos adversos y la fluctuación de su concentración en la sangre con un efecto terapéutico más
uniforme.

Nanopartículas de oro

Las nanopartículas de metales nobles, específicamente las nanopartículas de oro exhiben unas
excelentes propiedades físicas, químicas y biológicas, que son intrínsecas, es decir propias a su
tamaño nanométrico. Destacan especialmente sus peculiares e inesperadas propiedades fototérmicas,
por las que al ser activadas en presencia de luz láser, desprenden calor, actuando como auténticos
nano-calefactores. Las nanopartículas de oro pueden ser producidas con distintos tamaños y formas
y ser fácilmente utilizadas con un amplio abanico de ligandos (anticuerpos, polímeros, sondas de
diagnóstico, fármacos, material genético, etc.). Por todo ello, las nanopartículas de oro despiertan un
gran interés en el campo de la biomedicina.

En los últimos años, la comunidad científica ha dirigido notables esfuerzos a la investigación y


aplicación de las nanopartículas de oro en la detección precoz, diagnóstico y tratamiento del cáncer,
tal y como lo demuestra el gran volumen de excelentes trabajos de investigación que están siendo
publicados en este campo.

Nanoparticulas de oro para el tratamiento contra el cáncer.

En Londres, Inglaterra. Un equipo de científicos de la universidad de Cambridge, Reino Unido,


desarrollo una tecnología innovadora que sirve para destruir los tumores malignos con ayuda del oro.
Los científicos británicos lograron crear mediante la nanoingeniería una aleación de oro y el
medicamento cisplatino, que se utiliza ampliamente para el tratamiento de pacientes con cáncer. Este
material compuesto se envía a la zona afectada por el cáncer y después los tejidos correspondientes
se someten a una radiación débil.

Como resultado, el oro exhala un electrón que destruye el ADN protector de las células malignas,
después de lo cual entra en juego el cisplatino destruyendo las células afectadas.

Propiedades foroelectricas de las nanoparticulas.

Las nanopartículas de oro presentan una coloración rojo vino. Estas características provienen de las
oscilaciones resonantes de sus electrones libres en presencia de luz (movimiento de los electrones),
gracias a la cual las nanopartículas de oro pueden radiar luz o absorber luz que se transforma
rápidamente en calor. Por lo tanto las nanopartículas emiten intenso calor cuando son estimuladas
con la frecuencia correcta de luz láser.

Interés en las nanopartículas de oro

Las nanopartículas de oro (también denominadas AuNPs) presentan baja toxicidad y una elevada
biocompatibilidad. Además, poseen unas propiedades peculiares e increíblemente interesantes las
cuales pueden ser modificadas con múltiples ligandos, con la finalidad de obtener óptimos
nanosistemas para las distintas aplicaciones terapéuticas.

Existen, sin embargo algunas discrepancias respecto a la toxicidad de las nanopartículas de oro en las
más recientes investigaciones, argumentando que éstas pueden tener cierto grado de toxicidad,
relacionado con los diferentes tamaños y formas de las nanopartículas investigadas, así como de los
diferentes agentes usados para su estabilización en el organismo, los cuales brindan características
superficiales distintas.

Otro elemento influyente es la carga de la partícula: investigaciones muestran que las nanopartículas
catiónicas presentan mayor toxicidad que las aniónicas (las AuNPs aniónicas con núcleos de tamaño
de 2mm son prácticamente no tóxicas, mientras que las equivalentes catiónicas son moderadamente
tóxicas)

Un factor de interés a destacar es que las AuNPs parecen no atravesar la barrera que protege el
cerebro, y no se observa acumulación de ellas en órganos como cerebro, riñón, pulmón, ovarios,
placenta, hígado fetal, etc. Además la eliminación de éstas es poco complicado, ya que las AuNPs de
menor tamaño (2mm) parecen ser eliminadas del organismo por simple filtración glomerular en la
orina.

Facilidad de síntesis y mutifuncionalidad

Para la síntesis de las AuNPs se procede a la reducción del ión [AuCl4] – a Au metálico, generándose
átomos que actúan como centros de nucleación. Este proceso da lugar a la formación de agregados,
cuyo crecimiento continuará con la producción de átomos de oro. El resultado será la precipitación
de estos “clusters”. Con este método se obtienen por lo general nanoesferas de oro de 2-100 nm de
diámetro.

Durante los últimos años se han dirigido importantes esfuerzos a la preparación por reducción de
sales de oro (usando generalmente citrato como agente reductor y en presencia de agentes
estabilizantes que previenen la aglomeración), prácticamente dispersas y de tamaño controlado.

Liberación de fármacos y macromoléculas terapéuticas

Según estudios recientes hay un gran potencial de las AuNPs en la elaboración de nanotransportadores
de fármacos y macromoléculas terapéuticas. También son útiles en la preparación de sistemas
inteligentes que liberan la molécula terapéutica como consecuencia de la activación de un estímulo
interno (como la liberación mediada por un cambio de pH, ejemplo de esto es el óxido nítrico, que
regula múltiples procesos celulares como vasodilatación, respuesta inmune etc en condiciones
acídicas (pH=3)

Terapia del cáncer

Los tratamientos de quimioterapia tradicionales usados contra el cáncer presentan importantes


limitaciones relativas a la reducida especificidad de los agentes quimioterapéuticos por las células
tumorales. En consecuencia se busca un sistema nanotransportador que permita orientar
selectivamente y en principio liberar de manera eficaz la dosis adecuada del fármaco, reduciendo la
cantidad administrada y por tanto sus efectos secundarios.

El desarrollo de un nanosistema terapéutico basado en AuNPs que pueda ser dirigido al lugar
adecuado y activado desde el exterior por medio de una fuente luminosa apropiada ofrece
incuestionables ventajas en el tratamiento del cáncer.

Sin dudas una de las aplicaciones más prometedoras de las AuNPs es su utilización como plataforma
que integra en el mismo sistema las dos funciones, indispensables para el correcto tratamiento de
cáncer: diagnóstico y subsiguiente terapia

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